De la paz en la casa a la paz en el mundo: ¡una educación segura para todos … · 2020-06-15 ·...

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La violencia de género relacionada con la escuela (VGRE) es un fenómeno que afecta a millones de niñas y niños, docentes y personal educativo, así como a sus familias y sus comunidades. Ocurre en todos los países del mundo. La juventud tiene experiencias diversas con la VGRE en función de su sexo, su identidad de género, su país y su contexto. La VGRE es el resultado de las norma sociales y de género muy enraizadas, de estereotipos, desigualdades sistémicas e impuesta por dinámicas de poder desigual entre los géneros. Las prácticas de diferenciación entre géneros tienen lugar en las escuelas a través de las políticas, las pedagogías y planes de estudios, así como de las relaciones cotidianas entre estudiantes y entre estos y el profesorado, que establecen un «régimen basado en el género». Las escuelas son lugares donde se aprende y se crece, pero también se convierten a menudo en lugares inseguros, donde estudiantes, tanto niñas como niños, pueden ser víctimas y perpetradores de la violencia. A menudo el personal docente es visto como parte del problema, sea por administrar castigos físicos o exigir prácticas sexuales a cambio de calificaciones, por ejemplo. Al mismo tiempo, las escuelas también son lugares de trabajo donde el personal docente y el personal de apoyo educativo pueden ser tanto víctimas comode la violencia en el trabajo. Varios estudios han encontrado que las instituciones de formación docente no necesariamente forman al personal de la educación para desafiar los comportamientos abusivos y actitudes sobre la violencia contra las mujeres, niñas y niños. Si bien se cuenta con datos limitados sobre el impacto de la VGRE en el personal docente y el personal educativo, la evidencia anecdótica indica que las maestras y trabajadoras de la educación son particularmente vulnerables a la violencia de género, experimentando hostigamiento y abuso por parte de estudiantes, compañeros y funcionarios de la escuela, tanto en las instituciones de formación docente como en sistemas de administración. El personal educativo también son testigos de la discriminación, la violencia y los abusos que refuerzan su vulnerabilidad en la escuela y en el hogar. Esto plantea un desafío, porque no hay excusa para violencia y el personal docente debe mantener y respetar los estándares de ética y cuidado más exigentes. Sin embargo, saber que trabajadoras y trabajadores de la educación también pueden ser víctimas, y al comprender cómo se manifiesta la violencia, puede permitir que los sistemas educativos proporcionen apoyo informado al personal docente, para que este a su vez, pueda brindar el mejor apoyo y ayuda posible a estudiantes y actuar como agente de cambio. La VGRE es una grave violación a los derechos humanos e impide que la niña o niño ejerza su derecho a la educación: afecta su bienestar psicológico, físico y social y su capacidad de aprendizaje. Personal docente, escuelas y espacios seguros para enseñar y aprender: un imperativo para poner fin a la violencia basada en el género en la escuela De la paz en la casa a la paz en el mundo: ¡una educación segura para todos y todas! Los y las trabajadoras de la educación deben ser valoradas como el recurso educativo más importante a nivel mundial, con un papel crucial para poner fin a la VGRE. Las iniciativas que abordan la VBGE deben implicar necesariamente al personal docente como agentes de cambio y de la educación tienen un papel fundamental en la sensibilización de sus organización miembro con respecto a la VGRE. Deben facilitar el acceso a una formación y apoyos apropiados sobre la VGRE, y sensibilizar tanto en las escuelas como en la comunidad en general sobre la VGRE. Los sindicatos son socios claves para motivar a los y las trabajadoras de la educación a cambiar los comportamientos y las prácticas en el aula, como trabajar en el sistema educativo en su conjunto para fortalecer el apoyo, las capacidades y la disposición para abordar la VGRE basada en los resultados. Trabajar con las organizaciones sindicales de docentes puede ayudar a los sistemas educativos a fortalecer el mandato del personal docente a fin de promover y crear entornos de aprendizaje seguros. En reconocimiento del papel fundamental que el profesorado y el personal docente desempeñan a la hora de acabar con la violencia basada en el género en la escuela, el grupo de trabajo mundial para poner fin a la VGRE insta a las y los ACTORES DE DESARROLLO, SINDICATOS DE LA EDUCACIÓN, DONANTES y GOBIERNOS a: Reconocer al profesorado y al personal docente como influentes claves en las vidas de niñas y niños y en la prevención de la violencia de género relacionada con la escuela. La maestra o el maestro, a los ojos de niñas y niños, pueden ser una voz autorizada respecto a numerosas cuestiones. A menudo se les ve como ejemplos a seguir y como una fuerza de socialización importante, junto a sus familiares, sus compañeros y compañeras. El plan de estudios en si —pero también la forma en que el profesorado lo imparte— emite mensajes a estudiantes sobre la legitimidad y las dinámicas de poder de las normas de género.

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La violencia de género relacionada con la escuela (VGRE) es un fenómeno que afecta a millones de niñas y niños, docentes y personal educativo, así como a sus familias y sus comunidades. Ocurre en todos los países del mundo. La juventud tiene experiencias diversas con la VGRE en función de su sexo, su identidad de género, su país y su contexto. La VGRE es el resultado de las norma sociales y de género muy enraizadas, de estereotipos, desigualdades sistémicas e impuesta por dinámicas de poder desigual entre los géneros. Las prácticas de diferenciación entre géneros tienen lugar en las escuelas a través de las políticas, las pedagogías y planes de estudios, así como de las relaciones cotidianas entre estudiantes y entre estos y el profesorado, que establecen un «régimen basado en el género».

Las escuelas son lugares donde se aprende y se crece, pero también se convierten a menudo en lugares inseguros, donde estudiantes, tanto niñas como niños, pueden ser víctimas y perpetradores de la violencia. A menudo el personal docente es visto como parte del problema, sea por administrar castigos físicos o exigir prácticas sexuales a cambio de calificaciones, por ejemplo. Al mismo tiempo, las escuelas también son lugares de trabajo donde el personal docente y el personal de apoyo educativo pueden ser tanto víctimas comode la violencia en el trabajo.

Varios estudios han encontrado que las instituciones de formación docente no necesariamente forman al personal de la educación para desafiar los comportamientos abusivos y actitudes sobre la violencia contra las mujeres, niñas y niños. Si bien se cuenta con datos limitados sobre el impacto de la VGRE en el personal docente y el personal educativo, la evidencia anecdótica indica que las maestras y trabajadoras de la educación son particularmente vulnerables a la violencia de género, experimentando hostigamiento y abuso por parte de estudiantes, compañeros y funcionarios de la escuela, tanto en las instituciones de formación docente como en sistemas de administración. El personal educativo también son testigos de la discriminación, la violencia y los abusos que refuerzan su vulnerabilidad en la escuela y en el hogar. Esto plantea un desafío, porque no hay excusa para violencia y el personal docente debe mantener y respetar los estándares de ética y cuidado más exigentes. Sin embargo, saber que trabajadoras y trabajadores de la educación también pueden ser víctimas, y al comprender cómo se manifiesta la violencia, puede permitir que los sistemas educativos proporcionen apoyo informado al personal docente, para que este a su vez, pueda brindar el mejor apoyo y ayuda posible a estudiantes y actuar como agente de cambio.

La VGRE es una grave violación a los derechos humanos e impide que la niña o niño ejerza su derecho a la educación: afecta su bienestar psicológico, físico y social y su capacidad de aprendizaje.

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De la paz en la casa a la paz en el mundo: ¡una educación segura para todos y todas!

Los y las trabajadoras de la educación deben ser valoradas como el recurso educativo más importante a nivel mundial, con un papel crucial para poner fin a la VGRE. Las iniciativas que abordan la VBGE deben implicar necesariamente al personal docente como agentes de cambio y de la educación tienen un papel fundamental en la sensibilización de sus organización miembro con respecto a la VGRE. Deben facilitar el acceso a una formación y apoyos apropiados sobre la VGRE, y sensibilizar tanto en las escuelas como en la comunidad en general sobre la VGRE. Los sindicatos son socios claves para motivar a los y las trabajadoras de la educación a cambiar los comportamientos y las prácticas en el aula, como trabajar en el sistema educativo en su conjunto para fortalecer el apoyo, las capacidades y la disposición para abordar la VGRE basada en los resultados. Trabajar con las organizaciones sindicales de docentes puede ayudar a los sistemas educativos a fortalecer el mandato del personal docente a fin de promover y crear entornos de aprendizaje seguros.

En reconocimiento del papel fundamental que el profesorado y el personal docente desempeñan a la hora de acabar con la violencia basada en el género en la escuela, el grupo de trabajo mundial para poner fin a la VGRE insta a las y los ACTORES DE DESARROLLO, SINDICATOS DE LA EDUCACIÓN, DONANTES y GOBIERNOS a:

Reconocer al profesorado y al personal docente como influentes claves en las vidas de niñas y niños y en la prevención de la violencia de género relacionada con la escuela. La maestra o el maestro, a los ojos de niñas y niños, pueden ser una voz autorizada respecto a numerosas cuestiones. A menudo se les ve como ejemplos a seguir y como una fuerza de socialización importante, junto a sus familiares, sus compañeros y compañeras. El plan de estudios en si —pero también la forma en que el profesorado lo imparte— emite mensajes a estudiantes sobre la legitimidad y las dinámicas de poder de las normas de género.

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«... no hay excusa para violencia y el personal docente debe mantener y respetar los estándares de ética y cuidado más exigentes...»

Los trabajadoras y las trabajadores de la educación pueden ser agentes positivos de cambio al adherirse a las actitudes y modelar comportamientos de respeto, no discriminación, igualdad y no violencia, y también pueden realizar el plan de estudios con ejercicios y recursos de personas expertas externas al aula para entregar a estudiantes contenidos sobre derechos humanos e igualdad apropiados según las edades.

Adoptar un enfoque sistémico para abordar la VGRE en el sector educativo de forma que el personal docente disfrute de un entorno propio de apoyo. Eliminar la violencia basada en el género en las escuelas requiere un cambio estructural. Las y los trabajadores de la educación de los países en desarrollo se enfrentan a condiciones de trabajo y de vida difíciles. La falta de infraestructuras y el equipamientos de calidad, aulas superpobladas, dobles turnos, cargas de trabajo enormes y salarios insuficientes a menudo obstaculizan su labores y esfuerzos. Muchos docentes asumen otros trabajos para mantenerse a sí mismos y a sus familias. La situación es aún peor para docentes en áreas remotas y rurales, que deben recorrer largas distancias para ir a trabajar y cobrar sus salarios.

El profesorado debe ser apoyado mediante el desarrollo profesional y la formación. También es fundamental establecer un marco claro de las expectativas y las políticas. Las evaluaciones de los planes del sector educativo desde una perspectiva de género constituyen un mecanismo eficaz para garantizar la implementación de políticas y planes correctos que tengan en cuenta las cuestiones de género con miras a poner fin la VBG en las escuelas y en todo el sistema educativo.

Trabajar con los sindicatos de la educación y los ministerios de la educación para diseñar políticas y planes que aborden la VGRE. Los gobiernos deben exigir y financiar una formación docente, inicial y continua, de calidad sobre la VGRE, con estrategias eficaces de prevención de la violencia y métodos disciplinarios positivos para todo el personal docente y de dirección escolar. Los sindicatos de la educación tienen un papel fundamental en la sensibilización de sus organización miembro con respecto a la VGRE. Deben facilitar el acceso a una formación y apoyos apropiados sobre la VGRE, y sensibilizar tanto en las escuelas como en la comunidad en general sobre la VGRE.

Los sindicatos son socios claves para motivar a los y las trabajadoras de la educación a cambiar los comportamientos y las prácticas en el aula, como trabajar en el sistema educativo en su conjunto para fortalecer el apoyo, las capacidades y la disposición para abordar la VGRE basada en los resultados. Trabajar con las organizaciones sindicales de docentes puede ayudar a los sistemas educativos a fortalecer el mandato del personal docente a fin de promover y crear entornos de aprendizaje seguros.

Fortaleciendo el profesionalismo y la responsabilidad respecto a la VBGE en el marco de la profesión docente.

código ético de su profesión, que debería prohibir todas las formas de violencia y ofrecer procedimientos eficaces de denuncia, vigilancia y trabajo con las víctimas y los autores. Si bien la mayor parte de los países posee códigos de ética profesional desarrollados por el propio conjunto docente, todavía hay demasiados maestros y maestras que no conocen su existencia.

Los mecanismos y las sanciones a aplicar todavía no tienen una definición clara. Por eso, cuando tienen lugar en la escuela actos de VBGE perpetrados por docentes, y se informa de ello, la ausencia de protocolos o su inaplicación, suelen tener como resultado una respuesta y una acción insuficientes. La Declaración de la Internacional de la Educación sobre ética profesional puede ponerse a disposición de todos los actores del movimiento sindical mundial, acompañada de directrices sobre su utilización y su aplicación, que hacen referencia explícitamente a la VBGE. Con el fin de garantizar la eficacia de las medidas de rendición de cuentas, es necesario reforzarlas mediante el establecimiento de marcos legales y políticos a nivel de los gobiernos, de los distritos y de las escuelas, y garantizar una dirección eficaz para difundirlos y aplicarlos. Las repercusiones de la perpetración de la VBGE deben ser claras, conformes a los derechos infantiles legales, y estrictamente aplicadas para impedir el desarrollo de una cultura de silencio en torno a la VBGE.

Proporcionar al profesorado las competencias y las herramientas necesarias para abordar la VGRE. Los aportes del profesorado en la promoción de un entorno de aprendizaje seguro depende de su capacidad de pensar, sentir y actuar para promover valores y actitudes que transformen la violencia. Las maestras y los maestros que refuerzan las normas de comunicación no violenta, defienden la igualdad y aplican una disciplina constructiva y positiva, tienen más probabilidades de crear espacios seguros para la enseñanza y el aprendizaje, en el que tanto las niñas como los niños puedan sobresalir. Se debe proporcionar capacitación adecuada, talleres de sensibilización y apoyo apropiados para mejorar las capacidades del profesorado para comprender los vínculos entre las normas de género perjudiciales, las desigualdades de poder entre adultos y niños, niñas y niños, y la violencia.

La formación debería dotar al profesorado y al personal docente con: estrategias para reducir el riesgo del alumnado a estar expuestos a la VGRE; el mandato, la autoridad y las competencias necesarias para informar y hacer referencia sobre incidentes VBGE; y el conocimiento sobre las consecuencias de la perpetración o la no denuncia de los casos de VBGE. En lugar del uso de enfoques punitivos en el aula, la formación profesional docente inicial y continua deberían incluir técnicas de enseñanza orientadas al refuerzo positivo, la crítica constructiva y las metodologías participativas. Entre las estrategias de apoyo al profesorado, se incluyen los sistemas de apoyo comunitarios y entre pares.

Para saber más sobre el Grupo de trabajo mundial para eliminar la violencia de genero relacionada con la escuela, visite el sitio: www.ungei.org/srgbv/index.html

El personal docente debe garantizar un aprendizaje y un entorno seguros e inclusivos, y debe responsabilizarse de sus acciones si no informa, señala o aborda la VBGE que pueda ocurrir en el aula. El personal docente es un conjunto de profesionales y, por tanto debe responsabilizarse del