Daniel Albarran, Chevere Cambur Pinton

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Experiencia de quimioterapias y radioterapias en el tratamiento del cancer.

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  • Chvere, cambur pintn

    despus del libro Por la culpa de la tripa (o gracias a ella)

    Daniel Albarrn

  • Ttulo original:

    Chvere, cambur pintn

    Autor/Editor: Daniel Albarrn

    Configuracin y diagramacin: Daniel Albarrn

    Diseo de portada: Daniel Albarrn (vase la explicacin de la portada en la pgina 60)

    Depsito legal: lf-08120088005106

    ISBN: 978-980-12-3546-0

    Escrita en Barcelona, Venezuela,

    desde julio hasta noviembre de 2008 (durante el tratamiento contra el cncer)

    Primera edicin/impresin: 1000 ejemplares

    Impreso en los talleres:

    Litho, CF C. A.

    Rif.: J-29577208-4

    Puerto la Cruz

    Anzotegui Venezuela Telf.: 0281-269.45.47

    (diciembre, 2008)

    Segunda edicin/impresin: 2011

    ______________________________________

    Del autor:

    E-mail: [email protected]

    pgina web: danie-albarran.blogspot.com

  • 4

    PRLOGO DEL AUTOR

    Despus de la crisis emocional que supuso la

    noticia del cncer, las cosas no fueron nada fcil, como

    es de suponer en casos semejantes. Se queda como sin

    rumbo, y las emociones son muchas y opuestas, y en

    cadenas sin fin. Apenas llega un pensamiento y un

    sentimiento, porque no se dan por separados sino en

    conjunto, y la imaginacin se encarga de hacer sus

    recorridos por mundos realmente impresionantes. Bien

    dicen que la imaginacin es la loca de casa. Y miren

    que lo es, porque se mete por todos los rincones habidos

    y hasta ignorados de nuestra propia casa y hace estragos,

    porque comienza a sacar cosas que uno en sano juicio

    emocional no sera capaz de pensar. No significa que uno

    est loco, pero casi de estarlo en situacin parecida, sino

    que no se puede negar que se queda perturbado

    emocionalmente y eso da pie para sostener que no se est

    en pleno juicio emocional. Son las emociones

  • 5

    encontradas las que revolotean alborotadamente en la

    cabeza y no se pueden evitar ni siquiera frenar.

    De nada valen las palabras de estmulo como

    tranquilo, o paciencia; mucho menos las

    comparaciones con casos conocidos por las personas que

    vienen a alentarlo a uno. Muchsimo menos las posturas

    tpicas de que es la voluntad de Dios u otras

    expresiones como para justificar la situacin que se est

    viviendo en carne propia y en sufrimiento desgarrador

    que te hacen llorar en el alma, aun cuando se aparente un

    silencio externo. Pero, la procesin va por dentro.

    Supiera la gente valorar y respetar esos momentos

    de soledad existencial y no dijera tantas cosas que

    agrandan ms la perturbacin que ya se tiene. El silencio

    y la presencia seran suficientes, y la solidaridad

    solidaria; es decir, estar all sin pretender saberlo todo y

    de todo, mucho menos de los cnceres; sino en saber ser

    solidario respetando y sin echar ms lea al fuego a la

    hoguera que ya se tiene en la mente.

    En esa situacin propia y nica y sin comparacin

    me hallaba yo despus de la noticia del cncer. Sin

    comparacin porque es de imaginar el mundo de mundos

    que pasa por cada persona que se enfrenta a esa realidad.

    Yo me hallaba en la que me hallaba.

    As, el primer da lo tom como muy deportivo.

    Daba la noticia como si nada y muchos se sorprendan de

    que lo dijera as como as. Era las reacciones de muchos

    que iban haciendo que yo me la fuera tomando en serio.

  • 6

    A algunos se les desdibujaba el rostro y eso lo reciba mi

    sensor ptico y emocional y lo procesaba, a veces bien; y

    otras, me haca un nudo en la garganta al punto de

    escaprseme un as es la vida, acompaado con un

    gesto involuntario de hombros, indicando con ello que ya

    estaba entrando en el juego del conformismo y de la

    aceptacin, juego doblemente mortal para mi situacin,

    porque el siguiente paso podra ser el del derrotismo y

    del no se puede hacer nada.

    Escribir la continuacin del libro Por culpa de la

    tripa (o gracias a ella) no me emocionaba mucho aunque

    no lo descartaba. Pero en esos das por ms que encenda

    la computadora para sentarme a escribir sobre esas mis

    emociones de esos das nada sala y los dedos no

    obedecan para teclear las letras adecuadas. Sin duda que

    mi mente estaba bloqueada y todava no haba

    encontrado la respuesta adecuada a la situacin (cfr.

    Daniel Goleman).Le haba comentado a la Dra., la

    hematlogo del hospital que haba escrito el libro de la

    tripa y ella me anim a que escribiera sobre la

    experiencia del cncer, que eso poda hacer mucho bien a

    mucha gente, sobre todo a los pacientes de cncer. Le

    respond que tal vez, pero, era ms una negativa que una

    esperanza. A la semana cuando me toc la primera sesin

    de la quimioterapia ella fue a visitarme como paciente y

    despus de los saludos de rutina y de algunos chequeos

    previos, me pregunt que si ya haba empezado el libro.

    Yo toqu con mi mano derecha como reaccin

  • 7

    disimulada el apoya brazos del silln morado en el que

    me hallaba sentado a punto del tratamiento y ella

    entendi que todava no estaba preparado, y creo que se

    me humedecieron las mejillas con un par de lgrimas

    disimuladas pero con un apretn de labios que indicaban

    a claras que estaba a punto de llorar. No dijo nada y se

    despidi respetando mi momento justo en ese momento.

    Se aplic la primera sesin de la quimioterapia

    con sus reacciones y efectos respectivos y que sern parte

    del contenido de este nuevo libro (ms adelante).

    Emocionalmente estaba muy como a la si nada estaba

    pasando. Fsicamente, bastante bien y sin ningn efecto

    aparente. Las llamadas de telfono de muchas personas

    se hicieron manifiestas mostrando su acompaamiento.

    Las visitas a la casa parroquial no se hicieron esperar y

    aquello eran unas tertulias muy amenas. Algunos

    llevaban detallitos como que si galletas o jugos de esto o

    de aquello, y todo lo compartamos entre todos los que

    caban en la pequea oficina y se haca el ratico al que

    iban en ratotes muy agradables para todos, tanto para m

    como para ellos.

    No descartaba la necesidad de escribir el libro. En

    esas conversaciones surgan temas muy interesantes que

    valan la pena escribir y a veces manifestaba que era

    necesario. La mente se estaba ya cuadrando para dar la

    respuesta precisa y justa. Hay que darle tiempo al

    tiempo, dice nuestra gente en su enseanza ms que

    sabia. Y mi mente se estaba tomando el suyo porque

  • 8

    estaba colocando las emociones en sus lugares precisos

    para poder dar la respuesta adecuada. Porque hay que

    tener en cuenta lo que dice Freud que el artista en sus

    mltiples manifestaciones tiene que realizar lo que sabe

    hacer porque en eso consiste su sanacin del

    inconsciente. Adems, se trata de salud mental. As que

    independientemente que sea bueno o malo lo que

    produzco, depende del ojo de quien lo vea (porque es

    subjetivo) se trata de mi salud mental que es lo que

    importa, y con algn que otro aporte para quien lo lea,

    porque si lee, ya sea ste libro u otro, es porque tambin

    se halla en bsqueda de salud mental, y eso lo convierte

    ya en un artista.

    As que a lo que vamos. El ttulo del libro lo

    inspir una conversacin por telfono con una persona

    que me llam para saber de mi salud. Despus de los

    saludos y de los detalles de aqu y de all al despedirnos,

    la persona me contest que esperaba que yo estuviera

    chvere, cambur pintn, as como yo mismo lo deca

    en mis primeros cuatro aos de sacerdocio cuando la

    gente me preguntaba que cmo estaba. Mi respuesta era

    chvere, cambur pintn y esa respuesta me tipificaba y

    soltaban la carcajada. Esta persona me lo refresc y se

    me ilumin la idea, que podra estar oscura y confusa.

    Y al da siguiente de la segunda sesin de la

    quimioterapia empec lo que usted est empezando a leer

    y que juntos haremos realidad. Independientemente, de

    los resultados finales. Y aqu hago una nota

  • 9

    metodolgica: normalmente el prlogo de un libro se

    hace al final, despus que se ha escrito el libro para

    recoger sobre su contenido y presentarlo de manera

    sucinta. Esta vez hago el prlogo de primero, porque no

    se sabrn los resultados; adems porque ir escribiendo

    como vayan sucediendo las cosas, sobre todo a nivel

    emocional.

    As que, por ahora: Cmo ests?:

    Chvere, cambur pintn

  • 10

    Cada cosa en su lugar

    En el prlogo hice referencia al libro de Daniel

    Goleman titulado La inteligencia emocional, por qu es

    ms importante que el cociente intelectual, y con esta

    misma quiero empezar este primer captulo. Pero esta vez

    ya no haciendo la referencia, sino tomando las ideas del

    autor y colocndolas aqu para dar los primeros pasos e

    intentar entender muchas cosas de nuestras vidas, en

    cuanto a las emociones y a las reacciones. Por supuesto

    que el libro que estamos comenzando no va a ser un libro

    de cientficos, procurar ser tan igual de jocoso y

    chistoso como el libro Por la culpa de la tripa sin que falte algo de aporte que esa es la idea, para ambas partes.

    Para empezar digamos, o mejor copiemos la idea,

    no al pie de la letra, sino a nuestra manera para

    entendernos. As hay que decir que se han hecho muchos

    estudios fisiolgicos (es decir, del comportamiento

    natural del cuerpo como instinto frente a un estmulo

    externo) y han descubierto que a cada emocin hay una

    respuesta del organismo para una situacin especfica y

    distinta de una persona a otra. No somos iguales y no

    podemos esperar las mismas respuestas de todos en las

    mismas circunstancias. Primer elemento a tener en

    consideracin: es que somos distintos y reaccionamos

    distinto. Nadie se parece a otro, y no puede reaccionar de

    la misma manera. Eso se debe a la famosa amgdala

  • 11

    cerebral, que es donde se registran y guardan todas las emociones. Lo que hace que tengamos registros distintos

    uno de otros. Se trata de la amgdala cerebral, distinta de las amgdalas que tenemos en la garganta.

    Primero:

    En ese sentido, los cientficos han descubierto las

    siguientes emociones relacionadas con las siguientes

    caractersticas fisiolgicas1:

    1. Con la ira, la sangre fluye a las manos. Y eso nos predispone a tomar un arma o golpear a un

    enemigo; se genera un ritmo elevado de la

    frecuencia cardiaca y eso nos lleva a un alto grado

    de agresividad.

    2. Con el miedo, la sangre va a los msculos esquelticos grandes, como los de las piernas, y as

    resulta ms fcil huir. El cuerpo se congela por un

    momento esperando qu decisin tomar; y el rostro

    queda plido debido a que la sangre deja de fluir

    por l (creando la sensacin de la cara fra).

    Adems, el miedo pertenece a sistema defensivo de

    la naturaleza2.

    3. Con la felicidad, se genera una inhibicin de sentimientos negativos; pero es muy pasajero.

    4. El amor, los sentimientos de ternura y la satisfaccin sexual dan lugar a un despertar

    1 Cfr. Daniel Goleman, Inteligencia Emocional, pp. 24-31.

    2 Cfr. Jos Antonio Marina, Anatoma del miedo, Un tratado sobre la

    valentina, Crculo de lectores, Espaa, 2006.

  • 12

    parasimptico (respuesta de la relajacin) de todo

    el organismo, y genera un estado general de calma

    y satisfaccin, facilitando la cooperacin.

    5. El levantar las cejas en expresin de sorpresa permite un mayor alcance visual y

    tambin que llegue ms luz a la retina, lo que

    permite tener mayor informacin de lo que est

    sucediendo y precisarlo para idear mejor lo que se

    va a hacer de inmediato.

    6. La expresin de disgusto es universal: algo tiene un sabor o un olor repugnante (o algo no

    me gusta del entorno) y supone un arrugar los

    labios y fruncir la nariz como para no permitir que

    algo daino entre y me haga dao.

    7. La tristeza ayuda a adaptarse a una prdida significativa, como la muerte de una

    persona cercana, o una decepcin grande. La

    tristeza produce una cada de la energa y el

    entusiasmo por las actividades de la vida, sobre

    todo por las diversiones y los placeres. Mientras se

    recupera la energa la mente est preparando una

    planificacin de un nuevo comienzo.

    Podra pensarse que influye y determina el nivel de

    preparacin que se pueda tener para superar cada

    emocin frente a cada reaccin fisiolgica (instintiva), y

    del ambiente en donde se encuentre la persona concreta.

    Pero, no es as.

    En el caso de la noticia del cncer, suceden todas

    esas cosas juntas. Tal vez, ms la ltima que hemos

    sealado aqu, la nmero 7, la de la tristeza. Y no es para

    menos. Habr dos reacciones distintas, como es lgico. Y

    ninguna se parecer a ninguna otra de cualquier otra

    persona, porque son historiales distintos y archivos

  • 13

    emocionales distintos. Es muy importante saber esto para

    no comparar a nadie con nadie. Justamente, porque son

    dos inteligencias las que estn interviniendo en la misma

    mente y en la misma persona: la inteligencia emocional y

    la inteligencia racional. Es descubrimiento cientfico.

    Todos los seres humanos tenemos dos mentes: una mente

    que piensa; y otra mente que siente. Y cada una por

    separado tiene vida propia.

    La mente que siente es la reaccin fisiolgica, la

    instintiva como a la defensiva, por eso es instintiva. Una

    cosa es lo que uno siente en determinadas circunstancias;

    y otras las que piensa en esas mismas circunstancias. No

    quisiera pensar uno todo lo que est pensando, ya que la imaginacin, que es la loca de la casa, se mete por todos los rincones habidos y por haber, y si no los

    inventa; y otra, es lo que uno est sintiendo. El problema

    est en que las dos mentes se den las manos.

    Una es la conviccin que se tiene en el corazn, y

    es ms profunda; y otra, que pensar eso mismo con la

    mente racional. El problema radica precisamente en esa

    divisin de pensamientos: la del corazn y la de la mente.

    La divisin entre lo que se piensa y lo que se siente. Tal

    vez, no se quiere pensar que se tiene miedo; pero, por el

    contrario, se siente y se experimenta miedo.

    Sin embargo, estas dos mentes estn

    exquisitamente coordinadas; se dan la mano. As los

    sentimientos son esenciales para el pensamiento; y el

    pensamiento es esencial para el sentimiento. Pero cuando

    aparecen las pasiones, la balanza se inclina: es la mente

    emocional la que domina y aplasta a la mente racional.

    Se trata del doble sistema: el sistema lmbico, por

    un lado; y por el otro, del sistema de la neocorteza o

    cerebro pensante. Pero el cerebro emocional (instintivo)

    existi mucho antes que el cerebro pensante. O sea, que

  • 14

    bsicamente somos animales instintivos y as

    reaccionamos inmediatamente. Son las fuerzas naturales

    instintivas de conservacin como en el caso de los

    animales, no habiendo prcticamente diferencia con el

    ser humano, si no fuera por la neocorteza, que es la que

    permite la sutileza y complejidad de la vida emocional,

    como la capacidad de tener sentimientos con respecto a

    nuestros sentimientos3. Primariamente la referencia es al

    sistema lmbico; es decir, instintivo, donde estn todos

    los registros genticos de comportamiento.

    Por otra parte, gracias a la interconexin de

    circuitos evolucionados, el cerebro emocional juega un

    papel importante en la arquitectura nerviosa para poder

    pensar antes de actuar, porque el actuar es instintivo y de

    conservacin (donde juegan un papel muy importante el

    aprendizaje y la memoria), y la tarea es saber ser

    conocedores de toda esa realidad para actuar

    emocionalmente con inteligencia. O dicho de otra forma,

    actuar con inteligencia sobre la reaccin emocional que

    es instintiva, y que muchas veces se nos puede escapar de

    las manos.

    3 Es el ltimo cerebro, su nombre proviene de corteza nueva, siendo el

    cerebro ms joven y de mayor evolucin el cual permiti el desarrollo del Homo Sapiens, y est dividido en dos (02) hemisferios (izquierdo y

    derecho) y es el que nos permite pensar, hablar, percibir, imaginar, analizar y comportarnos como seres civilizados, se encuentra ubicado

    sobre el sistema lmbico y segn Mac Lean en l se desarrollan una serie de clulas nerviosas dedicadas a la produccin del lenguaje simblico, a

    la funcin asociada a la lectura, escritura y aritmtica. De igual manera proporciona la procreacin y preservacin de las ideas que all surgen,

    recibe las primeras seales de los ojos, odos y piel ya que las del gusto

    y el olfato provienen del lmbico.

  • 15

    Segundo:

    Apliquemos todo esto frente a la noticia de tener

    cncer. Cul sera la primera reaccin (que sera

    fisiolgica)?

    La de abrir ms los ojos y cerrar los puos o

    quedarse pasmado en la silla.

    La de sorpresa y del no puede ser. O del pueda que

    se trate de un error de anlisis.

    Y, cul sera la emocin?

    Dudo que de alegra.

    Ms bien de desencanto, de cada de brazos, de

    rabia, de miedo, de llorar, y de angustia. Y por mucho

    que tengamos mucha inteligencia emocional o racional

    nos dejamos invadir instintivamente por una reaccin de

    conservacin. Nos paralizamos. Se nos nubla el futuro; o

    mejor dicho, se nos niega el futuro y el da inmediato. No

    sabemos si llorar, o rer; no sabemos hacia dnde ir; si de

    regreso a la casa, o si deambular un buen rato por la calle

    como sin rumbo y destino fijo; o, como de djenme solo.

    Y eso es instintivo, es decir una reaccin

    fisiolgica ante una emocin. Y vara de persona a

    persona. Hay que ser muy respetuoso de esa situacin

    desgarradora y terrible. Aqu no vale estudios o ttulos

    personales, que seran racionales. Al contrario, estamos

    totalmente vulnerables a la emocin, y esa verdad s que

    se nos escapa de nuestro control inmediato.

    El control emocional vendr mucho tiempo

    despus, si es que vendr.

    Pero tiene que venir para poder hacer frente a la

    nueva realidad; porque si no viene, se puede asomar la

    catstrofe de manera inmediata, que es el

    derrumbamiento emocional y mental, y con ello la

    muerte.

  • 16

    Hay que darle la batalla. Para eso estn lo grandes

    adelantos de la medicina. Por lo menos hay que

    abandonarse a ella para emprender la lucha. Pero es fcil

    decirlo. Otra cosa es vivirlo.

    No se puede negar que instintivamente es una

    noticia y una realidad muy fuertes. Lo dems es cuento.

    Nos domina la emocin, O sea, el instinto. Despus

    intervendr la razn para hacer y convertir la realidad en

    una esperanza. Y eso nos ayuda a ubicar cada cosa en su

    lugar como titulamos este captulo. Y el lugar de esta

    situacin, as de primeras, es que es desgarradoramente

    terrible y desesperante. Somos instintivos y no podemos

    evitarlo. Somos primero animales instintivos, y despus

    pensantes.

    Sin embargo, se debe exigir el respeto. Sobre todo,

    que somos nicos y no merecemos ningn tipo de

    comparacin con nadie. Djennos sufrir y quedar como

    taciturnos, y con la mirada perdida, porque estamos en un

    proceso de recreacin mental, fruto de la naturaleza que

    es realmente muy sabia. Por lo menos por algunos

    momentos, porque tampoco nos ayudara la soledad y el

    abandono. Pero, la naturaleza tiene sus mecanismos, y

    esa tristeza es el momento para buscar nuevas fuerzas y

    poder continuar.

    Y la tristeza har tambin su trabajo! En todas las

    dimensiones del radio de accin: primero, en el que tiene

    el cncer; despus en la familia, porque tambin les

    espanta la realidad nueva; y, as, en todo el crculo en

    menor o mayor grado segn sea la conexin con el centro

    o sujeto que padece. Pero en dimensiones muy relativas y

    sin ninguna comparacin, por supuesto. Y ese es el

    primer puesto de las cosas en su lugar. Lo dems se le

    deja al tiempo y a la naturaleza que es por de ms de

  • 17

    sabia y tiene sus propios mecanismos de defensa, ya

    fsicos ya mentales y/o cerebrales.

    Tercero:

    Por qu no todos actuamos de igual manera ante

    los mismos estmulos? Por qu reaccionamos distinto,

    unos de otros, si las circunstancias, aparentemente, son

    iguales?

    La respuesta la encontramos en lo que los

    cientficos (neurlogos) han llamado la amgdala cerebral, que es un racimo en forma de almendra de estructuras interconectadas que se asientan sobre el

    tronco cerebral, cerca de la base del anillo lmbico.

    Existen dos amgdalas, una a cada costado del cerebro,

    apoyada hacia el costado de la cabeza. Su funcin es ser

    la especialista en asuntos emocionales. Si la amgdala

    queda separada del resto del cerebro nos llevara a una

    ceguera afectiva, porque perderamos toda capacidad de emociones frente a los acontecimientos. Y si eso

    sucede se pierde todo inters por la vida, porque nos

    llevara a perder toda capacidad de reconocer los

    sentimientos, as como todo sentimiento por los

    sentimientos. La amgdala acta como depsito de la

    memoria emocional y tiene mucha importancia por s

    misma; la vida sin amgdala es una vida sin significados

    personales. Sera una total apata e indiferencia.

    Sin la amgdala nos quedaramos impasibles y sin

    respuestas al afecto, como a las mismas pasiones, como

    el miedo y la furia (como en el caso de los animales a los

    que por experimento se les ha extirpado o cortado la

    amgdala cerebral). Hasta se perdera la capacidad de

    derramar una lgrima, porque habra ausencia de

  • 18

    emociones, y ni un abrazo tendra sentido y valor. La

    amgdala est en el centro de la accin de la emociones,

    incluso mucho antes que el cerebro pensante (la

    neocorteza) est intentando tomar una decisin.

    En otras palabras, el sentimiento impulsivo

    supera lo racional. Es cuando se vuelve fundamental y de

    mucho inters para nuestro conocimiento de nuestros

    comportamientos aparentemente irracionales e ilgicos.

    Lo sentidos, empezando por el del olfato4, mandan las

    seales a la amgdala en un lugar destacado en la vida

    mental, algo as como un guardia de entrada o viga que

    se enfrenta a cada situacin, cada cosa que percibe o

    recibe de los sentidos, y ante todas tiene una sola

    pregunta: Esto me hace dao, le tengo miedo, lo

    detesto? Y si se responde que s le hace dao, o lo

    detesta, o le tiene miedo, o cualquier prevencin

    negativa, la amgdala reacciona instantneamente,

    mandando un mensaje de peligro y de crisis a todas las

    4 El sistema lmbico est compuesto de una serie de estructuras

    cerebrales que rodean al complejo R, y lo compartimos con los dems mamferos y en parte con los reptiles. Su evolucin se ha situado en hace

    cerca de 150 millones de aos Se ha podido establecer que el sistema lmbico es el rea del cerebro mas relacionada con las emociones como

    el miedo, sentimentalismo, ansiedad, y altruismo. Se le asocia tambin directamente con las funciones de formacin de memoria, aprendizaje, y

    experiencias. Una parte importante del sistema lmbico viejo es la corteza olfatoria,

    otra parte est dedicada a las funciones gustativas y orales, y otra a funciones sexuales. Aunque se ha observado que en la funcin sexual

    intervienen simultneamente los tres componentes cerebrales. Otras estructuras importantes del sistema lmbico son: el Tlamo, el

    Hipotlamo, la Amgdala, la Pituitaria, y el Hipocampo. El sistema lmbico juega un papel primordial en la consolidacin de la memoria

    declarativa o intencional, por medio de la cual recordamos hechos

    pasados, pedimos nombres, sabemos datos y fechas, etc.

  • 19

    partes del cerebro, despertando con ello inmediatamente

    un sistema de alarmas indicando que hay problemas. Y

    esas alarmas provocan la secrecin de las hormonas que

    facilitan la reaccin de ataque o de fuga, moviliza los

    centros del movimiento y activa el sistema

    cardiovascular, los msculos y los intestinos. El tronco

    cerebral recibe como consecuencia la predisposicin de

    actuar, como el temor, el miedo u otras manifestaciones

    para reaccionar inmediatamente, segn la emergencia del

    momento, haciendo as que los pensamientos queden en

    un segundo plano, por lo menos en esos momentos tan

    cruciales instintivos, en donde la mente racional queda

    sometida a la emergencia emocional que es exclusividad

    de la amgdala. O sea, que estamos sometidos a los

    instintos involuntarios como sistema de defensa y de

    auto-conservacin. Despus es que procede la razn o la

    mente pensante, pero despus de la emergencia que

    despert la alarma que se recibieron de los sentidos. En

    otras palabras, despus es que vienen los

    arrepentimientos o los reclamos de conciencia de lo que

    hicimos de manera instintiva. Pero, se nos escapa de las

    manos. Ni que furamos slo mente pensante. Somos,

    primariamente, emocionales y reaccionamos como tales.

    El sistema emocional puede actuar con

    independencia de la neocorteza o cerebro pensante. La

    amgdala puede guardar recuerdos y muchas respuestas

    que efectuamos sin saber exactamente por qu lo

    hacemos, precisamente porque la especie de alcabala que

    existe entre el tlamo y la amgdala evita completamente

    la neocorteza. He ah que la amgdala se convierta en un

    depsito de impresiones y recuerdos emocionales de los

    que nunca fuimos plenamente conscientes. Lo que quiere

    decir que nuestras emociones tienen mente propia, y que

    es independiente de nuestra mente racional. Eso explica

  • 20

    todas nuestras impulsividades, muchas veces mal

    entendidas y no comprendidas.

  • La noticia, como tal,

    una experiencia sin comparacin

    La motivacin inicial de este libro es, adems, de

    una auto-sanacin, de un aporte para quien se pueda

    hallar en situaciones difciles como la de enfrentarse a la

    noticia desgarradora de tener cncer. Nada fcil, ni lo

    uno, ni lo otro. Cmo puede un ciego guiar a otro ciego?

    Pero, haciendo caso a la sugerencia de la Dra. de que

    pudiera ser de mucha utilidad para muchos pacientes, me

    hallo en medio de esta tarea por de ms complicada,

    aceptando el reto, y buscando todos los medios para por

    lo menos hacer el intento. Ni siquiera sin tener la

    seguridad de tal vez terminarlo, no sea, que ni llegue a

    tiempo o el tiempo y su implacable no-perdn, se

    encargue del resto. Pero eso ser cuando ser. Y no

    adelantemos, pero tampoco ofrezcamos, para ser lo ms

    justos posibles con esta realidad.

    Tampoco se pretende hacer un recetario o un

    formulario a seguir de quien lea este libro. Sera entrar en

    contradicciones con lo que tenemos dicho en los dos

    primeros captulos y que son muy serios y para

    tomrselos como tal, con todo respeto. La cosa es ms

    compleja pero tambin muy sencilla a la vez, porque se

    trata de nuestros mundos pasados acumulados en

    nuestros historiales emocionales y que estn guardados

    para nuestra autodefensa y reaccin frente al peligro

    inminente que supone saberse poseedor de una

    enfermedad que le est pisando los talones, y ni para

    saber si todava muy lejos, no tan lejos, o ms bien,

  • 22

    pegadito. Esa impresin o sensacin paraliza toda

    actividad mental y se pasa a ser presa exclusivamente de

    las emociones. Y es desgarradoramente inevitable. Habr

    quien lo toma bien, cosa que dudo. Habra que

    preguntarle a un sentenciado a la silla elctrica o a la

    horca lo que siente el saber que en dos das lo van a

    ejecutar. Sus respuestas seran pura adrenalina y todas

    esas producciones hormonales y secreciones renales y de

    todas las dems ramificaciones implicadas en la

    produccin de emociones, por mucho que se le diga que

    se la tome con calma y que tenga sentido racional para

    ver las cosas con claridad.

    Las preguntas se aglomerarn en el sentimiento,

    es decir, en el corazn, de manera inmediata. Sale a

    relucir la familia, los hijos, los cercanos, los lejanos, los

    proyectos y tantas otras cosas que tenemos como

    propsito en la vida. Y, ahora, qu? Y ese QU resuena

    en grande y como en eco redoblante en la mente

    emocional, porque la mente racional se ha quedado

    paralizada. Y es, entonces, cuando estamos bajo el yugo

    total y absoluto de la amgdala y todo su contenido, por

    fracciones de segundos, o tal vez, por mucho ms tiempo,

    si se sucumbe a la impresin. Terrible, sin duda. Puede

    ser una eternidad o un tnel sin salida... Pueda que no

    haya ni siquiera retorno. Es un shock, por lo menos, de

    manera inmediata y sbita. Tal vez exagere, pero la

    noticia no es para nada halagadora ni complaciente.

    Qu hacer? Sufrir el momento en el momento.

    Se est preparado? He ah el problema. Nadie lo est,

    as digan lo que digan.

    Y las reacciones sern muy variadas. Ni siquiera

    un modelo se propondra a seguir. Absurdo fuera. Se est

    bajo el mundo de las emociones y somos sus vctimas.

  • 23

    Enseguida aparecen todos los recuerdos de

    quienes hemos conocido que tienen o tuvieron cncer.

    Sus imgenes nos invaden y nos turban confundiendo

    ms la situacin emocional. La muerte se nos presenta

    como ya ms vecina que hace unos momentos atrs. No

    tanto la muerte, sino su proceso; es decir, el dolor, el

    sufrimiento, el tratamiento, la dieta y todo lo que esto

    supone. Ms se nos complican las cosas a nivel

    emocional.

    Pero no todo est perdido, sin embargo, como

    veremos a continuacin, ya que existen cinco esferas para

    aumentar las capacidades de nuestra inteligencia

    emocional y con ello buscar el nivel que la naturaleza ha

    programado para nuestra salud mental. Son ellas:

    1. Conocer las propias emociones. 2. Manejar las emociones. 3. Ordenar nuestras emociones. 4. Reconocer las emociones en los dems. 5. Manejar las relaciones.

    Estas esferas se pueden cultivar y se puede

    mejorar con nuestros esfuerzos conscientes, lo que

    significa que es un arte y un aprendizaje el mejorar

    porque todo est en funcin de que nuestras relaciones

    mejoren con los dems, que es, al fin y al cabo, la clave

    de todo1. Por ahora, y siguiendo el mtodo del autor que

    1 Esto nos llevar simultneamente a hablar del libro del mismo autor,

    Daniel Goleman, La inteligencia social, porque es la clave y el resultado final de todo el engranaje de nuestra complejidad y sencillez

    humana, es decir, el paso obligatorio del camino bajo hacia el camino alto, de los que habla el autor, como proceso de saneamiento y purificacin.

  • 24

    tenemos como gua y consulta, vamos a diferenciar el CI

    (cociente intelectual) de la inteligencia emocional. Se

    puede tener, de hecho, un elevado CI, pero muy bajo, el

    control emocional y aqu es donde estn los problemas.

    Tal vez, habra que citar la obra de Erasmo de Rtterdam,

    Elogio a la locura, en donde presenta de manera irnica

    estas dos verdades sociales como para ilustrar mejor este

    intento de magnificar un comportamiento en sacrificio

    del otro, cuando lo que prevalece es el buen

    desenvolvimiento en las relaciones interpersonales, de los

    que muchas veces los muy elevados en su CI son ms

    bien torpes; y s muy giles y prontos los que tienen la

    capacidad de conversar y hasta a veces aparentemente,

    perder el tiempo.

    Pero, sigamos como vamos, para adelantar y

    conocer ms sobre el tema. Slo presentaremos las dos

    primeras, ya que las siguientes son una secuencia natural

    de estas dos fases iniciales.

    PRIMER PASO: CONOCER LAS PROPIAS EMOCIONES:

    Esa es la clave de todo.

    Ya se ha enclichado esa verdad en la tan famosa y

    citada frase de Scrates con el concete a ti mismo. Sin embargo, esa es la primera fase y la ms importante. Ya

    sabemos quines somos y dnde vivimos y todos esos

    detalles de ubicacin, como a qu familias pertenecemos.

    Eso nos da un lugar y una ubicacin. Pero, la cosa va un

    poquito ms all. Va al qu somos cuando somos, y

    cundo (en la circunstancia concreta) nos toca serlo.

    Parece un enredo de palabras pero es una verdad que no

    podemos eludir, porque es la piedra angular de la

  • 25

    inteligencia emocional que nos llevar a tener conciencia

    de nuestros propios sentimientos en el momento en que

    los experimentamos. Ah quedamos al desnudo con

    nosotros mismos y frente a los dems, sin ningn tipo de

    adornos: somos los que en verdad somos. Quedamos en

    evidencia frente a todos y a todo, en situaciones

    concretas de reaccin aparentemente involuntaria. Pero

    no se trata de avergonzarnos de ello, sino de tomar

    conciencia de que lo estamos sintiendo justo en ese

    momento, y en la medida de lo posible intentar calificar o

    nombrar eso mismo que estamos sintiendo, como rabia o

    ira, por ejemplo. Si esto ltimo se da significa que los

    circuitos neocorticales estn controlando activamente la

    emocin, que es el primer paso para alcanzar cierto

    control, y la podramos llamar como la conciencia de las

    emociones. En otras palabras, que somos sabedores de

    que estamos sintiendo eso; justo, precisamente en ese

    momento; y ya, en cierta manera, tenemos un comienzo

    del comienzo, que es conocernos a nosotros mismos. La

    clave de todo. Estamos sintiendo lo que en el momento que; sin negarlo. Pero sin afianzarlo, porque, entonces, sera un retroceso y sera dar rienda suelta al

    contenido de los archivos de la amgdala que nos manda

    respuestas instintivas. O lo que sera igual a decir que

    sabemos lo que estamos sintiendo y tenemos idea de ese

    cambio que estamos sintiendo y experimentando. Eso

    mismo nos dar la posibilidad de actuar sobre esos

    mismos sentimientos y librarnos de ellos. O, por lo

    menos, controlarlos sin reacciones negativas inmediatas.

    Sentir que sentimos lo que sentimos en nuestros

    momentos determinados, sin duda, que reflejan un estado

    bueno de salud emocional. Darnos cuenta de ello es

    fundamental para empezar a ser dueos de las

    circunstancias, tal vez. Pero, puede suceder lo contrario.

  • 26

    Sera no percatarse conscientemente de lo que sentimos y

    mucho menos expresarlo, como en el caso de los que los

    expertos llaman los alexitmicos, que no es que no sientan nada, sino que son incapaces de saber y de

    expresar con palabras cules son sus emociones. En estos

    casos las personas no tienen la habilidad fundamental de

    la inteligencia emocional, la conciencia de s mismos,

    que no les permite saber lo que sienten mientras sus

    emociones se agitan en su interior. Y en muchos casos,

    como no relacionan emocionalmente, no saben

    diferenciar una dolencia fsica de un trastorno emocional,

    y se dan los casos de enfermedades psicosomticas, en

    las que verdaderos problemas emocionales provocan

    verdaderos problemas mdicos. Y ese desajuste, tal vez,

    se deba a la posibilidad de una desconexin entre el

    sistema lmbico (tambin llamados sentimientos viscerales) y la neocorteza.

    Es necesario tener en cuenta que para pensar bien

    tenemos que sentir; es decir, sentimos primero y despus

    pensamos, precisamente porque sentimos y procesamos

    despus para actuar o hablar. Por eso necesitamos todas

    las conexiones de las que nos ha dotado la naturaleza

    para estar en sintona con nuestros sentimientos. Es decir,

    sentir y pensar, y no lo contrario.

    No negarlas las emociones. Ser conocedores de

    que estamos sintiendo y padeciendo, primero, por la

    noticia; y despus por el mundo de mundos que nos est

    pasando justo en esos momentos por nuestros

    sentimientos. Suena fcil Pero, es el primer paso. Es decir que lo primero que tenemos que hacer es reconocer

    que se tiene cncer. As, sin adornos. No esconder ni disimular esa verdad: tengo cncer. Con nombre propio: CANCER.

  • 27

    SEGUNDO PASO: MANEJAR LAS EMOCIONES:

    Ya sabemos lo que sabemos, y eso aplicado a

    cualquier situacin, no slo en el caso de la noticia del

    cncer. La tristeza nos invade. Como que se caen los

    brazos y los hombros, y con ellos como las ganas de la

    vida. Nos invade una emocin muy fuerte: la tristeza.

    Qu se podra esperar?

    Pero la naturaleza es muy sabia. Ella tiene sus

    propios mecanismos de defensa y hay que dejarla actuar

    y darle tiempo al tiempo, que es la medida de la

    sabidura. Por ahora, es el momento de saber y de sentir

    que sentimos tristeza. Ya se ha precisado en la parte

    anterior: sentimos y es funcin visceral, natural,

    instintiva. Significa que nuestros sensores naturales estn

    activos y en funcionamiento, porque han dado todas las

    seales que les corresponden a las partes cerebrales, que

    tambin tienen su propio trabajo. Ahora hay que dejarlos

    que procesen lo que tienen que procesar, mientras se

    hacen todos los ajustes psicolgicos y los nuevos planes

    que nos permitirn continuar con nuestra vida. Se tomar

    su tiempo y hay que saberlo y respetarlo.

    Lo delicado de toda esta nueva emocin y

    sensacin es que hay algunas manifestaciones que

    evidencian que estamos en un estado de tristeza, tales

    como, el odio por uno mismo, la sensacin de que uno no

    vale nada, cierta melancola, sensacin de temor y una

    ansiedad creciente. Sin dejar de contar la confusin, lo

    difcil de la concentracin mental y algunas fallas de la

    memoria, acompaados por una desgana por casi todo lo

    que se vena haciendo hasta el momento de la noticia.

    Comienza a aparecer el insomnio, y por consiguiente, el

  • 28

    agotamiento durante el da; con mucha fragilidad

    emocional e inquietudes generales. La vida queda

    paralizada, nos invade la tristeza.

    Pero, la naturaleza es sabia, con todo y todo ese

    proceso, ya que se est tomando su tiempo para

    comenzar otra vez. Y hay que darle tiempo al tiempo.

    Comprenderlo, primero, uno como paciente y vctima; y,

    despus los inmediatos como familia tambin del mismo

    crculo. Ciertamente, no es una tarea fcil. Asimilarlo, es

    cuesta arriba. Es cuando, entonces, se recomienda

    quedarse uno solo por algunos momentos, mas no

    aislarse, porque nos entrampamos irremediablemente; y

    buscar, en la medida de lo posible socializar para abrir

    nuestros sentimientos y emociones, porque la clave es

    que seamos dueos y las manejemos, sino se puede pasar

    a ser presa. Y, esa, no es la idea.

    Si esta segunda fase se logra, vendr

    inmediatamente la esperanza, y se pondr en ella todas

    las energas para luchar contra la adversidad, en este caso

    el cncer. Todo se ilumina y comienza otra vez. No todo

    est perdido y se puede. No se trata de dar una receta o

    un formulario como ya lo dijimos antes, sino de

    comprender que nuestra naturaleza es muy sabia. Y, lo

    es. Hay que dejarla hacer en sus procesos de crecimiento.

    Vendr tiempos mejores. Y comenzamos a

    manejar nuestras emociones. Recordemos las fases que

    habamos colocado como parte del proceso:

    1. Conocer las propias emociones. 2. Manejar las emociones. 3. Ordenar nuestras emociones. 4. Reconocer las emociones en los dems. 5. Manejar las relaciones.

  • 29

    Desde la tercera en adelante ya es un proceso de

    secuencia originado por las dos fundamentales: conocer

    las emociones y manejarlas.

    Hasta aqu ya hemos dado los primeros pasos para

    empezar a mejorar. Aparece la esperanza, lo que significa

    que se puede y hay que colocar todos los medios para que

    as sea. A nivel mdico hay que disponerse para que

    comience lo que hay que sanar porque ya a nivel

    emocional est comenzando la sanacin. Y eso ya es

    mucho. Ahora, vamos a pasar a la fase prctica que es la

    de la esperanza, cmo y de qu forma. Y todo ser

    vlido.

    Es muy importante comprender que en la

    naturaleza hay un orden establecido y todo vuelve a ese

    orden querido y logrado por muchos siglos de evolucin.

    Todo tiende a un orden en medio del aparente desorden.

    Tal vez podamos citar el mismo inicio del libro del

    Gnesis (1,1-2), tal como comienza la Biblia:

    En el principio cre Dios los cielos y la tierra.

    La tierra era caos y confusin y oscuridad

    por encima del abismo, y un viento de Dios

    aleteaba por encima de las aguas.

    La tierra era caos y confusin Y la creacin, bblicamente hablando, comienza con el orden que Dios

    quiso colocar en lo creado. De repente, esa verdad nos

    ilumina y nos revela parte del misterio

  • 30

    Mientras tanto

    Sumergido me encontraba tanto en la re-lectura

    del libro que tenemos citado para poder hacer algunos

    aportes (Inteligencia Emocional), a la vez que iba

    escribiendo para ir presentando las ideas que consideraba

    que eran de inters. Todo haba transcurrido

    aparentemente bien hasta llegar el da lunes, da que

    siempre he tomado de descanso. Haba pensado que ese

    lunes iba a hacer muy fructfero porque me dedicara a

    tiempo completo tanto a tomar las notas y presentarlas

    aqu, y con ello avanzar en mi intento. Pero, apenas hice

    algunas pequeas cosas y una sensacin de inutilidad me

    invadi esa maana, que perd toda voluntad hasta de

    querer leer y de hacer nada. Tal vez, el encontrarme solo

    en la casa, y sin tener que ir a la parroquia me ayud a

    ver la inutilidad incluso del libro que estaba escribiendo.

    Un mundo totalmente negativo me invadi y un

    pesimismo general era la expresin de mi rostro. Con

    toda seguridad hasta de mi andar.

    Ese da haba amanecido lluvioso y el ambiente

    era todo de humedad y agua. Todos los recuerdos menos

    agradables se hicieron presentes. Hubiese parecido que

    nunca haba tenido experiencias bonitas ya que ninguna

    haca su aparicin por mi mente, sino, slo los que menos

    pensaba que estaban en mi memoria: todo era gris y

    quejumbroso. Sin querer me iba sumergiendo en un

    estado de una casi total negatividad. Nada pareca bien.

  • 31

    Me dej llenar de esa sensacin de

    aniquilamiento, a pesar de que intentaba mandar

    mensajes de rechazo a esa invasin. Pero, de nada serva

    que lo intentara. Fue pasando el da y en la tarde todo

    segua igual. Tal vez, peor, porque se amontonaban ms

    recuerdos e ideas de cosas desagradables y nefastas. No

    s si en algunos en situacin parecida les suceda igual,

    pero a m me haba inundado un desgano por todo, hasta

    de ese mismo momento. No es igual pensar que la muerte

    est a muchos kilmetros de distancia a saber que le est

    pisando a uno los talones. Es mucha la diferencia a nivel

    emocional el saber y comprender esa verdad. Y eso me

    estaba martillando ms de lo normal al punto de generar

    una apata por todo, sobre todo en esa tarde.

    En la tarde recib una llamada por telfono.

    Aprovech para conversar con la persona, que era de

    bastante confianza, de mi estado de nimo. Me escuch.

    Y era lo que yo necesitaba justo en ese momento.

    Conversamos cerca de media hora. Me insisti en que no

    me auto-castigara en esa situacin y dio sus razones.

    Resalt muchas veces la idea de que hay que evitar

    estados negativos porque eso era lo que estaba

    necesitando la enfermedad, sobre todo, que me

    deprimiera. Que no le diera gusto a la enfermedad del

    cncer. Que era necesario levantar el nimo a como diera

    lugar. Era fcil decirlo y sonaba como un campaneo sin

    mucho efecto en el cambio de nimo, pero era necesario,

    por lo menos, escucharlo.

    Lleg la noche y todo segua igual de gris. Esper

    que llegara mi hermano y su esposa para conversar un

    poco ante de ir a dormir.

    Al da siguiente estuve tentado de quedarme en la

    cama sin levantarme durante todo el da. Sin embargo,

    me levant con mucha desgana de todo a mis

  • 32

    cotidianidades. Fue transcurriendo el da y a quien poda

    le comentaba que estaba de un humor muy deprimible

    como buscando apoyo para que me ayudaran a salir de

    esa situacin. Al contrario, aumentaba ms, a pesar de

    que lo deca. Se supona que al decirlo se mejorara un

    poco; por lo menos, se oye decir que si se expresa lo que

    se est sintiendo se mejora, pero, no suceda en mi caso.

    El estado de nimo pareca empearse en quedarse gris.

    No dejaba mis actividades de todos los das en mi tarea

    como prroco. Vinieron a buscarme para ir a atender con

    la uncin de los enfermos a dos personas muy mayores y

    en estado de salud terminal, en esos mismos das. Los

    atend. Me coloqu un tapaboca para evitar cualquier

    posible contagio de gripe o cualquier virus porque se

    supona que estaba en desventaja en cuanto a las defensas

    de mi cuerpo. A las seis de la tarde celebraba las misas

    como siempre. Nada haba cambiado respecto a mis

    actividades como prroco. A este punto, alguien me

    sugiri que colocara mis estados emocionales mientras

    celebraba las misas, y no se puede negar que se me

    atragantaba la garganta en algunos momentos de ella,

    sobre todo en la lectura del Evangelio, especialmente un

    da de esos das en donde el Evangelio deca, entre otras

    cosas, que: No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caer en tierra sin el

    consentimiento de vuestro Padre. En cuanto a vosotros,

    hasta los cabellos de vuestra cabeza estn todos

    contados. No temis, pues; vosotros valis ms que

    muchos pajarillos. Esa misma persona me pregunt que si no se senta como una especie de reclamo a Dios que

    de por qu a m; y, tengo que decir que nunca sent esa

    sensacin. Simplemente porque as es la vida. No hay

    excepcin.

  • 33

    Ya haban aplicado la segunda sesin de la

    quimioterapia, y, en parte, eso me tena un poco alterado.

    Algunos efectos fsicos de la quimioterapia se

    evidenciaban en mi cuerpo. El dolor en la espalda se me

    despert con la segunda terapia. Tal vez, eso me tena

    como me tena; es decir, el hecho de experimentar el

    dolor, que haba desaparecido con la primera

    quimioterapia, y, que ahora, con la segunda, se haba

    despertado, tal vez, eso era lo que me tena preocupado.

    Ahora que lo estoy escribiendo es que me percato que esa

    podra ser la razn de mi estado de depresin. Pero en

    esos momentos no me daba cuenta sino del dolor de

    espalda, y es, ahora, cuando tomo conciencia de los

    temores que pudo haber desencadenado ese hecho. Ante

    la realidad del dolor se generaba una reaccin

    inconsciente que se me escapaba de las manos.

    No se es dueo de los propios temores, sino su

    vctima. Creo que eso me estaba sucediendo. Y no se

    tiene control. No vale saberlo y a pesar de que estaba

    estudiando y escribiendo sobre esas reacciones

    (inconscientes) para intentar hacer algn aporte,

    comenzando para m mismo, no tena ningn tipo de

    dominio sobre esas esferas de la mente. Las estaba

    estudiando con la ayuda de los aportes de la psicologa

    ms no era un experto en manejar esas emociones. Y,

    quin va a serlo en situaciones tan complicadas como

    esas? Lo mucho que se haya ledo o estudiado o se sepa

    no nos hace ser dueos de esas verdades.

    Podra decrseme que me aplicara lo que estaba

    leyendo y que ya saba. O sea, mdico crate a ti mismo, en caso de que yo fuese mi propio mdico, y lo era, en ese caso. Ciertamente, saba que en esa situacin

    el nico que tena la solucin era yo mismo. Pero, una

    cosa es que se sepa, y otra, el que se aplique y d

  • 34

    resultados. No se niega que hay gente que no lo sepa en

    verdad y lo aplique mejor que quien lo sabe como teora.

    Era evidente que yo tena la teora. Pero, en todo caso no

    dependa de m, sino de mi inconsciente, o del mundo de

    cosas acumulados en la amgdala que me tenan como me

    tenan.

    Ahora que estoy escribiendo me pregunto, si no

    es una excusa para justificar mis estados de demencia en

    situacin normal, disfrazados de depresin por la noticia

    del cncer? Y no sea, ms bien, sino situacin ms

    compleja todava que est indicando que hay un

    problema de debilidad emocional de por s que requiriese

    asistencia profesional? La idea de ir a buscar asesora

    profesional no se descarta para ninguna persona: todos en

    algn momento necesitamos de alguien que nos escuche

    y nos preste atencin. A veces el trajn de la vida nos

    quita ese regalo de encontrar personas que sepan

    escuchar, o, a veces, nosotros mismos no tenemos

    suficiente tiempo para dedicarnos a escuchar. En todo

    caso, no se descarta la posibilidad de esta asesora.

    Fue pasando la semana y fue hacia el jueves en

    que senta que encontraba el cauce. Todo estaba

    volviendo a la normalidad. Algunas personas vinieron a

    visitarme en esos das, de entre ellos, tres sacerdotes y se

    estuvieron lo suficiente como para ayudar a encontrar el

    rumbo perdido. No paraba de hablar. Ese jueves se

    improvis una tertulia en mi oficina antes de la misa con

    un grupito. Se convers de todo un poco y eso ayud

    bastante. Definitivamente, no se puede uno aislar en esas

    circunstancias: hay que buscar los medios de expandirse

    o conversar para evitar entramparse mentalmente.

    Es de admirar a los que no se enredan tanto en

    sus mundos mentales como lo estaba yo en esos das.

    Tomarse la vida como viene es la mejor solucin. El

  • 35

    problema est en que tengamos ese don de vivir con

    simplicidad como de hecho mucha gente la tiene.

    A los tres das siguientes tenamos las

    confirmaciones en la Parroquia y vena el Obispo de la

    Dicesis a administrar el sacramento, a las nueve y media

    de la maana.

  • 36

    Las quimioterapias

    Una vez que se supo la noticia del cncer se

    hicieron todos los preparativos para comenzar la

    quimioterapia. Se contact la cita con la Dra. del Hospital

    Razetti de Barcelona y ella dio todos los rcipes y

    rdenes correspondientes para comenzar ya el

    tratamiento. Y a la semana siguiente ya estbamos

    recibiendo la primera sesin.

    Es importante decir, como informacin, que el tigre no es como lo pintan, como dice nuestro refranero popular. Porque, es un mundo de mundo lo que se puede

    uno imaginar de las cosas que no conoce e inventar de

    ellas cosas que en verdad en nada se acercan a la verdad,

    ni siquiera se asoman un poquito. Nada saba yo en qu

    consistan las quimioterapias, pero no dejaba de pensar

    muchas cosas, que ahora ni me acuerdo, de lo qu y

    cmo podra ser. Llegado el lunes asignado para iniciar el

    tratamiento un susto inexplicable rondaba en mis

    emociones. Y conmigo los que me circundaban: familia y

    cercanos de la parroquia. Todos estbamos a la

    expectativa de cmo sera. Tal vez, no lo niego, ya me lo

    haban dicho cmo era, pero, no recuerdo que me

    hubieran dicho que era realmente muy sencillo. No era

    tan, ni siquiera un tantico.

  • 37

    Llegada la hora y con ella la Dra. y la enfermera

    de turno, me hicieron pasar a una sala con dos sillas tipo

    silln reclinable hasta con apoya pie. Muy cmodo. En

    una de ellas ya estaba instalado un seor, y por la manera

    de desenvolverse, era ya un experto en esos menesteres

    de quimio. La enfermera conversaba muy amenamente

    con l mientras manipulaba algunos instrumentos de

    enfermera como las inyectadotas y unas bandejas de

    acero inoxidable. O que lo llamaba seor Pedro en su conversacin cada vez que deca o comentaba cualquier

    cosa en su intercambio enfermera-paciente. Me sent en

    la silla que estaba vaca al lado del seor Pedro y creo

    que comenzaba a estar ms que cmodo. Salud a la

    enfermera y tambin al seor Pedro, a quien, tambin lo

    llam como lo llamaba la enfermera. O sea, que ya haba

    entrado en confianza.

    El seor Pedro tena un peluqun para disimular

    su cabeza rapada. Al principio daba como risa aquel

    peluqun, pero, una vez entrado en conversacin con el

    seor Pedro, se senta que el peluqun era parte de su

    personalidad y le sentaba muy bien. Le daba una cierta

    elegancia y un cierto porte de seguridad. Le sentaba el

    peluqun, sin duda.

    La enfermera trajo dos parales para colocar el

    tratamiento, uno para el seor Pedro, y, otro para m. Los

    ubic junto a cada silln-poltrona de color morado. El del

    seor Pedro estaba a su derecha, y el mo, a mi izquierda.

    O sea, que estaban haciendo pareja los dos parales. La

    enfermera fue por una de las bandejas plateadas toda

    repleta de inyectadotas y algunas cosas ms de su oficio.

    Sonaba la bandeja al movimiento de la enfermera.

    Coloc la bandeja en el apoya brazos derecho del silln

    del seor Pedro y trajo hacia ella una silla tipo taburete

    para sentarse justo hacia el lado derecho del seor Pedro.

  • 38

    O sea, casi de espaldas hacia m, que no me perda

    detalles de lo que estaba haciendo la enfermera porque,

    con toda seguridad eso mismo hara conmigo cuando me

    tocara el turno. Sac una liga de color marrn y con ella

    apret el brazo derecho del seor Pedro, a la altura del

    msculo, por encima del codo, dndole una vuelta a la

    liga. Frot varias veces el brazo del seor Pedro y dio

    algunos golpecitos como para cerciorarse de las venas y

    decidir cul escoger, mientras iba conversando con el

    seor Pedro, quien a su vez, intercambiaba en su dilogo,

    a la vez que comenzaba a apretar las quijadas, al punto de

    verse que apretaba los dientes, preparndose para el dolor

    del pinchazo de la inyectadora.

    Por el gesto de la cara ya se supona que la aguja

    de la inyectadora estaba entrando en el brazo del seor

    Pedro. Cerr los ojos y arrug un poquito la cara. En eso

    se oy un clack producido por el afloje de la liga del

    brazo. -Ya est- dijo la enfermera y se sinti que la cara

    del seor Pedro volva a tener su expresin de antes. Ya

    haba tomado la va para colocar el tratamiento. Y

    enseguida le conect a la manguera de paral el inicio de

    la hidratacin, para en poco tiempo despus, comenzar a

    colocar los medicamentos preventivos, como para evitar

    cualquier alergia y el protector gstrico. La enfermera

    previno al seor Pedro que ante cualquier cosa que

    sintiera que dijera inmediatamente, y se levant de su

    taburete, porque ya estaba hecha una parte. Yo no me

    perda detalles. Tal vez, sin saberlo, estara aplicando y

    gesticulando fisiolgicamente lo que decamos en el

    nmero cinco del primer captulo, cuando decamos, que:

    El levantar las cejas en expresin de sorpresa permite un

    mayor alcance visual y tambin que llegue ms luz a la

    retina, lo que permite tener mayor informacin de lo que

    est sucediendo y precisarlo para idear mejor lo que se

  • 39

    va a hacer de inmediato (vase pgina 10 y siguientes).

    Aunque yo no tena ms que esperar cuando me tocara.

    Y, por lo que haba visto, por lo menos esa parte era muy

    sencilla, o ya la conoca cuando lo de la hospitalizacin y

    toda aquella historia de la operacin.

    No fue de manera inmediata que me toc el turno.

    Eso nos dio algn tiempecito para conversar entre el

    seor Pedro y yo. Sobre todo para cerciorarme que no era

    tan complicada la cosa. Como a los diez minutos

    apareci la enfermera y arrim hacia el lado mo el

    taburete al igual que colocaba la respectiva bandeja de

    aluminio sobre el apoya brazo izquierdo del silln.

    Conversamos como si fusemos muy viejos conocidos.

    Tal vez, ella lo haca como estrategia para que yo me la

    tomara con calma y no estuviera nervioso, y que a decir

    verdad, creo que no lo estaba. Ella tom su liga y busc

    mi brazo izquierdo, porque el derecho daba hacia la

    pared, y por ah hubiera sido casi imposible. Le dio una

    vuelta con la liga al brazo, ms abajo del codo, y apret.

    Dio unos golpecitos al brazo y con un algodn untado de

    alcohol frot la piel buscando la vena que ms seguridad

    le diera. Y lo dems ya se sabe: el pinchazo, el arrugar la

    cara, como de rutina, y el respirar un poquito ms fuerte,

    como para que no duela, pero, igual duele, hasta que la

    va ya est tomada para el tratamiento. Todo listo.

    Despus la enfermera hizo todo el procedimiento de

    rutina para ella y se retir unos diez o quince minutos,

    para dejar que el cuerpo se hidratara con la solucin que

    colocan antes, y regres a colocar los medicamentos

    preventivos para evitar cualquier reaccin. Ella iba

    explicando con mucha paciencia qu cosa era esto y qu

    aquello, y, yo, tal vez, con los ojos ms abiertos de lo

    normal iba asintiendo con la cabeza como dndome por

    enterado del procedimiento mdico. Dentro de otro

  • 40

    tiempo vino propiamente el tratamiento de la

    quimioterapia. La enfermera me inform que se

    comenzaba con los medicamentos propiamente dichos y

    que ante cualquier reaccin que lo dijera de inmediato

    para actuar, en caso de haberlo. Pero, todo iba muy bien.

    Todo sigui su rumbo. No hubo novedades, ni

    para el seor Pedro ni para m. As estuvimos hasta cerca

    de las doce del medioda cuando terminamos la primera

    sesin. Despus de hacer los cambios de envases con sus

    respectivos medicamentos, la enfermera estaba pendiente

    de todo y vena con frecuencia a verificar y comprobar

    que todo iba bien, como iba, de hecho. En esa primera

    sesin, comenzando, fue que vino la Dra. a saludar y a

    conversar un ratico conmigo y fue cuando me pregunt si

    ya haba comenzado a escribir el libro Todo sali muy bien. Nada de especial.

    Nos fuimos a la casa. Al da siguiente

    corresponda el segundo da de la quimio, pero en el

    Oncolgico del Hospital. Todos estaban como asustados

    de las posibles reacciones, pero no suceda nada, menos

    mal. Todo iba como si nada. Fuimos al da siguiente al

    Oncolgico para la segunda parte de la primera sesin.

    Muy parecida a la anterior. Nada de especial. Slo

    cambiaba el lugar y algunos detalles de logstica, no ms.

    Igual que la anterior, salimos casi al medioda. Como si

    nada. Nada de especial. Bueno, s; el dolor de espaldas

    haba ya desaparecido desde el mismo lunes en la tarde, y

    eso ya era mucho que decir.

  • 41

    Algunas reacciones

    de la quimioterapia

    Una de las grandes preocupaciones de tener

    cncer, que ya es ms que suficiente, es, sin duda el da

    despus de las quimioterapias. Todos, tanto pacientes

    como los familiares estn pendientes de cmo se va a

    reaccionar, ya sea en la misma tarde de la aplicacin del

    tratamiento, ya el da siguiente, ya los das posteriores. Y

    se genera, realmente, un mundo de preocupaciones

    anticipadas. Preocupaciones que se toman de las

    experiencias ajenas. No se niega que marcan.

    Lo bueno de todo es que somos una

    individualidad irrepetida, y somos nicos. An con las

    reacciones de la quimioterapia. No todos reaccionan de

    igual forma y manera. Por esta razn, no es preciso que

    nos coloquemos a dar toda una lista de posibles

    reacciones, ya que cada uno va a reaccionar de manera

    nica. Ni siquiera parecida al del otro paciente (o lo que

    es lo mismo a decir que no hay parmetros homogneos).

    En mi caso, se dieron unas reacciones muy particulares,

    que tampoco es necesario que las detalle, ya que fueron y

    son muy de las condiciones fsicas y emocionales

    individuales. No vale la pena que se ponga uno a colocar

    manifestaciones porque sera como indisponer a quien

    tenga, o se est preparando para cualquier tratamiento

    contra el cncer. Y, no sera justo.

    Simplemente, seamos respetuosos.

  • 42

    Somos nicos e irrepetibles. Y con eso es

    suficiente. Y cada cuerpo reacciona de manera particular

    y diferente de otro. No es necesario la comparacin. Se

    es nico, simplemente.

    Es necesario mantenernos en esa lnea de

    dignidad en todos los sentidos para no incurrir en falsas

    expectativas. El problema es que la loca de la casa, es

    decir, la imaginacin se nos adelanta y nos vuelve la casa

    todo un desorden. Hay que quitarle a la loca la escoba o

    el palo para que no haga desastres. Ahora bien, quin le

    quitar la escoba o quien se enfrentar con la loca?

    Sin embargo, puede ser til que demos algunas

    notas generales que pueden ser de ayuda, como:

    Tcnicas que ayudan con las nuseas y vmitos:

    Evite comidas abundantes para que su estmago no se llene demasiado. Ingiera varias comidas

    ligeras durante el da en lugar de una, dos o tres

    comidas fuertes.

    Tome lquidos por lo menos una hora antes o despus de las comidas, en lugar de tomar

    lquidos con las comidas.

    Coma y tome lquidos despacio.

    Evite alimentos dulces, fritos o grasosos.

    Coma alimentos fros o a temperatura ambiente con el objetivo de evitar que los olores fuertes le

    molesten.

    Mastique bien los alimentos para una mejor digestin.

    Si las nuseas son un problema por la maana, trate de comer alimentos secos, como cereal, pan

    tostado o galletas, antes de levantarse (no haga

  • 43

    esto si siente la boca o garganta irritada o siente la

    boca seca).

    Tome lquidos fros y claros, tales como jugo de manzana, t o refrescos de jengibre que hayan

    perdido ya su efervescencia.

    Chupe cubos de hielo, mentas o caramelos (no coma caramelos si tiene llagas en la boca o en la

    garganta).

    Trate de evitar olores que le molesten, tales como olores de comida, humo o perfume.

    Descanse en una silla despus de comer, pero no se acueste por completo hasta que hayan pasado

    por lo menos dos horas.

    Use ropa suelta, no apretada.

    Respire profundamente y despacio cuando sienta nuseas.

    Distrigase hablando con amigos o familiares, escuchando msica o viendo una pelcula o

    programa de televisin.

    Utilice tcnicas de relajacin.

    Evite comer por lo menos unas cuantas horas antes del tratamiento si las nuseas generalmente

    ocurren durante la quimioterapia.

    No corte ni rasgue la cutcula de sus uas.

    Tenga cuidado de no cortarse o pincharse al usar tijeras, agujas o cuchillos.

    Use un cepillo de dientes extra suave para no lastimar sus encas.

    No apriete ni rasque los barros en la piel.

    Bese con agua tibia (no caliente) en la baera (tina), en la ducha (regadera) o con una esponja

    todos los das. Seque su piel suavemente, sin

    frotar.

  • 44

    Use locin o aceite para suavizar y sanar su piel si se torna seca y agrietada.

    Use alguna crema humectante, que eso ayuda a disimular la piel spera, adems de humectar la

    piel.

    Limpie inmediatamente las cortaduras y raspaduras con agua tibia, jabn y un antisptico.

    Use guantes protectores cuando trabaje en el jardn o para limpiar lo que ensucien los animales

    y otros, especialmente los nios pequeos.

    Las tcnicas para ayudar con el cansancio:

    Descanse mucho y tome perodos de descanso durante el da.

    Hable con su mdico o enfermera sobre un programa regular de ejercicio.

    Mantenga una alimentacin balanceada y tome muchos lquidos.

    Limite sus actividades: Solamente haga lo que sea ms importante para usted.

    Tcnicas para prevenir las infecciones:

    Lvese las manos con frecuencia durante el da, especialmente antes de comer y despus de ir al

    bao.

    Mantngase alejado de personas que padezcan enfermedades contagiosas tales como resfriados,

    influenza, sarampin o varicela.

    Evite estar en lugares donde hay mucha gente.

    No se vacune contra nada sin antes haber preguntado a su mdico si no hay inconveniente.

  • 45

    No se acerque a personas que han sido vacunados recientemente contra varicela, viruela, o gripe.

    (Consulte con su mdico sobre cules vacunas

    son importantes y por cuanto tiempo debe

    evitarlas).

    Limpie suavemente, pero en su totalidad, el rea rectal despus de cada evacuacin. Consulte a su

    mdico o enfermera en caso de notar irritacin en

    esa zona o si aparecen hemorroides. Adems,

    consulte a su mdico antes de usar enemas o

    supositorios.

    Tcnicas para ayudar a controlar la diarrea:

    Coma pequeas cantidades de alimento, pero ms seguido.

    Evite el caf, el t, el alcohol y los dulces.

    Evite los alimentos con un alto contenido de fibra, los cuales pueden producir diarrea y retortijn.

    Entre los alimentos con un alto contenido de fibra se encuentran los panes y cereales de grano

    entero, los vegetales crudos, los frijoles, las

    nueces, las semillas, las palomitas de maz

    (popcorn) y las frutas frescas o secas. En lugar de

    stos, coma alimentos bajos en fibra, tales como

    pan blanco, arroz blanco o fideos, cereales

    cremosos, pltanos maduros, frutas cocidas o

    enlatadas sin cscara, requesn (queso fresco),

    yogur, huevos, pur de papas o papa al horno sin

    cscara, pur de verduras, pollo o pavo sin piel y

    pescado.

    No coma alimentos fritos, grasosos o condimentados.

  • 46

    Evite la leche y los productos lcteos si stos empeoran su diarrea.

    A menos que su mdico indique lo contrario, coma ms alimentos ricos en potasio, tales como

    bananos (pltanos), naranjas, papas y nctar de

    durazno (melocotn) y chabacano (albaricoque).

    Tome muchos lquidos para reemplazar los que ha perdido con la diarrea; los mejores son los

    lquidos ligeros, claros, tales como el jugo de

    manzana, el agua, el t ligero, los caldos claros o

    el refresco de jengibre. Tome los lquidos

    despacio y asegrese de que los lquidos estn a

    temperatura ambiente. Si son bebidas gaseosas,

    deje que pierdan el gas antes de tomarlas.

    Las tcnicas para lidiar con el estreimiento:

    Tome muchos lquidos para ayudar a suavizar sus evacuaciones. Los lquidos tibios y calientes

    funcionan especialmente bien.

    Coma alimentos con un alto contenido de fibra. Entre stos se encuentran el salvado, los panes y

    cereales de trigo integral, vegetales crudos o

    cocidos, frutas frescas y secas, nueces y palomitas

    de maz.

    Qu pasa si no se siente ganas de comer?

    Ingiera comidas pequeas o meriendas siempre que lo desee.

  • 47

    Trate de que la alimentacin sea variada y pruebe nuevos alimentos y recetas.

    Cuando pueda, camine un poco antes de las comidas; esto puede estimular su apetito.

    Trate de cambiar su rutina a la hora de comer. Por ejemplo, tome sus alimentos a la luz de las velas o

    en un lugar diferente.

    Coma con amigos o familiares. Si come usted solo, escuche el radio o vea televisin.

    Qu se debe hacer si se presentan problemas en la boca, las encas y la garganta?

    Visite a su dentista antes de empezar la quimioterapia, para hacerse una limpieza y

    arreglar cualquier carie, absceso, encas enfermas

    o dentaduras mal ajustadas que pudiera tener.

    Pregntele a su dentista sobre la mejor manera de cepillar y pasar el hilo dental entre sus dientes

    durante la quimioterapia.

    Adems, pregunte acerca de un enjuague de fluoruro o gel para prevenir las caries, ya que la

    quimioterapia puede ocasionar que usted tenga

    ms caries.

    Cepille suavemente sus dientes y encas despus de cada comida, usando un cepillo de dientes

    extra suave y cepillando suavemente; si cepilla

    sus dientes con fuerza, se puede daar el tejido

    blando de la boca.

    Pdale a su dentista que le sugiera un tipo especial de cepillo, hilo dental y pasta de dientes si sus

    encas son muy sensibles.

  • 48

    Enjuague bien su cepillo de dientes despus de usarlo y gurdelo en un lugar seco.

    Evite el uso de enjuagues bucales de tipo comercial porque generalmente contienen una

    gran cantidad de sal o alcohol que causa

    irritacin. En lugar de esto, pregntele a su

    mdico o enfermera acerca de un enjuague suave

    o un enjuague con antibiticos para ayudar a

    prevenir infecciones en la boca.

    Coma alimentos fros o a temperatura ambiente. Los alimentos calientes o tibios pueden irritar la

    boca y la garganta sensible.

    Elija alimentos suaves y relajantes tales como helados, malteadas, alimentos para beb, frutas

    suaves (bananos y pur de manzana), pur de

    papas, cereales cocidos, huevos tibios o revueltos,

    requesn (queso fresco), macarrones con queso,

    natillas (flanes), pudines y gelatinas. Tambin

    puede poner alimentos cocidos en una licuadora

    para hacerlos pur, haciendo ms fcil su

    ingestin.

    Evite los alimentos irritantes y cidos, tales como los tomates, las frutas y los jugos ctricos

    (naranja, toronja y limn); los alimentos salados o

    condimentados; y los alimentos speros o secos,

    tales como los vegetales crudos, la granola y el

    pan tostado.

    En caso de sequedad de la boca o sta le impide comer con comodidad:

    Pregntele a su mdico si deber usar un producto de saliva artificial para humedecer la boca.

  • 49

    Tome muchos lquidos.

    Chupe trocitos de hielo, paletas heladas o caramelos duros sin azcar.

    Mastique chicle sin azcar.

    Humedezca los alimentos secos con mantequilla, margarina, salsas o caldo.

    Moje los alimentos secos y crujientes en lquidos ligeros.

    Coma alimentos suaves y en forma de pur.

    Utilice blsamo para los labios si stos se tornan secos.

    Tcnicas para sobrellevar la vida diaria:

    A continuacin presentamos algunas sugerencias

    (tomadas de Internet, como todo lo anterior) para

    ayudarle durante su tratamiento de quimioterapia:

    Trate de pensar en los objetivos de su tratamiento. Esto le ayudar a mantener una actitud positiva en

    los das cuando las cosas se tornen difciles.

    Recuerde que comer bien es muy importante. Su cuerpo necesita alimentos para reconstruir los

    tejidos y recobrar las fuerzas.

    Infrmese de todo lo que desea saber acerca de su enfermedad y su tratamiento. Esto puede

    disminuir el miedo hacia lo desconocido y

    aumentar su sensacin de control.

    Lleve un diario mientras est bajo tratamiento. Un registro de sus actividades y pensamientos puede

    ayudarle a entender sus sentimientos conforme

    avanza el tratamiento y resaltar las preguntas que

    necesita hacerle a su mdico o enfermera. Usted

  • 50

    tambin puede usar su diario para llevar registro

    de los efectos secundarios. Esto le ayudar a

    discutirlos con su mdico o enfermera. Tambin

    puede usar su diario para registrar las medidas

    que va tomando para sobrellevar los efectos

    secundarios y qu tan bien le funcionan. De esta

    manera usted sabr cules mtodos han

    funcionado mejor para usted, en caso de que se

    repitan los mismos efectos secundarios.

    No sea demasiado exigente consigo mismo. Puede ser que usted no tenga la misma energa de

    siempre, as que trate de descansar lo ms que

    pueda, deje los pequeos detalles a un lado y haga

    solamente lo que sea ms importante para usted.

    Pruebe nuevos pasatiempos y aprenda nuevas destrezas.

    Si su mdico lo aprueba, haga ejercicio si puede. Haciendo uso de su cuerpo puede sentirse mejor

    consigo mismo, y le ayuda a liberarse de la

    tensin o del enojo y a aumentar su apetito.

  • 51

    La esperanza, por sobre todo

    Dijimos ya en un captulo anterior que es

    importante la esperanza. Y esta viene de manera natural

    despus de la etapa de la tristeza. Todo a su debido

    tiempo.

    Ya el slo hecho de someterse al tratamiento,

    cualquiera sea el tipo, es una muestra clara de que hay

    esperanzas. Muchos detalles son indicativos de que nos

    alienta la esperanza de vencer el cncer. Por eso se va al

    mdico y se acude a la ciencia para que nos ayude. Habr

    quien rece o haga una promesa a algn santo, y es muy

    vlido y til que as sea porque se trata de aumentar la

    esperanza. Pero, acompaado de las obras. Es decir, con

    la debida asesora y sometimiento a los adelantos de la

    medicina. Y dejar todo a la voluntad de Dios, que quiere

    la salud, de manera definitiva. Decir lo contrario, no es

    esperanza. E ir absolutamente abandonado y con la

    certeza de que superar.

    El primer obstculo son nuestros desnimos y

    nuestras ganas de no seguir. Ese es el primer problema.

    An as no hay que bajar la guardia, como se dice. Pero

    no se trata de hacer un recetario, como ya hemos dicho,

    con esta, la tercera vez. Hay que aferrarse a que todo

    saldr bien. Y, si no, pues se intent.

    Habr muchos mtodos, como, de Programacin

    Neuro-Lingstica, Medicina Mente-Cuerpo, Medicina

  • 52

    Transpersonal, Psicooncologa, Psiconeuroinmunologa y

    otras tcnicas afines. Estas son herramientas ya

    profesionales para elevar la autoestima en momentos tan

    difciles. Si se puede asistir, hasta sera beneficioso. Pero

    no todos tienen esa posibilidad y tiempo disponibles. La

    lectura y la escritura, como en el caso mo, es una

    herramienta muy til. Muy pocos tendrn esa

    herramienta y facilidad. Otra ayuda sera la de conversar

    con la propia familia, pero evitando el sentido lastimero,

    que en nada nos ayudara. Hay que tener dignidad, por

    sobre todo. Creo que esta sera la primera terapia: nuestra

    dignidad de personas, a pesar del cncer. Evitar a toda

    costa que nos tengan lstima. En nada nos ayudara. Con

    la cabeza en alto, aunque la procesin vaya por dentro.

    Otra herramienta sera y es la del rezo. Y es la

    ms natural y muchas veces la ms efectiva. Es la

    herramienta comn y la ms utilizada. Lo importante es

    que nos ayuda a abrigar que todo ser mejor. Entonces,

    pues hay que acudir a ella, pero evitando la divisin entre

    la accin y la peticin. Es decir, a Dios rogando y con el mazo dando como se dice en nuestros refranes populares. No hay otra. Rezando para que Dios nos

    ayude, y poniendo todos los medios para que esa ayuda

    sea efectiva y real. Algunos esperarn una intervencin

    milagrosa; pero, el milagro se realiza en nuestra manera

    de enfrentar la enfermedad, dndole la batalla. En este

    punto, muchos vern la mano de Dios y se sentirn

    escogidos por Dios por su situacin. Si eso le hace sentir

    bien, pues, tampoco hace dao que piense as. Piense as.

    Y seamos, igualmente, respetuosos.

    Cul rezo sera el mejor? El que nos ayude a

    encontrar paz. Tampoco se trata de una frmula mgica,

    porque la enfermedad seguir estando presente hasta que

    no se haya combatido totalmente. La experiencia del rezo

  • 53

    del rosario ayuda mucho a encontrar la tranquilidad y la

    paz emocional, y es muy recomendable. No se puede

    negar la proteccin maternal de la Virgen Mara que nos

    comprende como sus hijos y nos alienta a seguir

    adelante, a pesar de los pesares.

    Dios har el milagro? Por supuesto, que ya lo

    est haciendo. Primero, ya Dios puso en la misma

    naturaleza todos los mecanismos de ayuda, tanto fsica

    como mentalmente. Ya esta haciendo de por s el

    milagro. Despus, le ha dado mucha inteligencia al

    hombre para investigar y estudiar y ayudar a mejorar la

    naturaleza. Ya eso es una confirmacin de que si existe el

    milagro.

    Pero, va a intervenir directamente Dios para

    cambiar el rumbo de la enfermedad? Ya lo est

    haciendo El milagro se est dando Esa es la esperanza y no hay que soltarse Corresponde, ahora, no perder el sentido de la historia, por parte nuestra. Esa

    es la clave Pero, hay que tener cuidado, porque muchos confunden la voluntad de Dios con el

    determinismo o el destino.

  • 54

    Atenciones caseras

    No se puede negar ni mucho menos ignorar la

    importancia que tienen los complementos mdicos que se

    aplican en nuestras casas. La experiencia de la vida hace

    que haya un repertorio de medicinas caseras que ayudan

    realmente en estas circunstancias. De seguro es muy

    larga la lista que se puede hacer de esos complementos,

    pero solamente vamos a dar unos, de acuerdo con nuestra

    experiencia, sobre todo para subir la hemoglobina y

    mantener las plaquetas en su justa medida. No se debe

    tampoco olvidar que la predisposicin mental que se

    tenga hace que ste o aquel otro alimento preste los

    beneficios, que ya de antemano le estamos dando en

    nuestra mente y creencia, fruto de una cultura

    determinada. Solo as tendr efecto lo que se tome o

    coma, como por ejemplo:

    La pomalaca

    La guayaba (aunque a algunos los

    coloca estticos)

    Las paticas de pollo

    La fresa

    La mora

    El nspero

    El pescado, sobre todo las sardinas

    La banana

    El pimentn

    La remolacha

    La Zanahoria

    Agua de coco.

  • 55

    Es muy importante tener bien la hemoglobina y

    las plaquetas. De lo contrario, se suspende el tratamiento

    y sera triste que se retrase ya que sera darle ms chance

    a la enfermedad. Pero, con todo ello, no debemos olvidar

    que cada caso es muy especial, como tampoco el hecho

    de en cada caso tambin depende de una dieta si es que la

    pudiese haber. E, igual, se trata de ser muy respetuosos,

    como se ha pretendido mantener claro en este libro y que

    es la posicin ms justa y equilibrada. Pero son vlidos y

    necesarios todos los complementos caseros para ayudar a

    mantener todos los valores en su nivel y continuar as con

    todo el tratamiento de las quimioterapias.

  • 56

    No somos los nicos en la misma realidad

    Bien dicen que mal de muchos, consuelo de tontos. Pueda que lo sea. Sin embargo, no somos los nicos que estamos experimentando la realidad del

    cncer. Sabemos que en nada nos ayuda, pero es muy

    importante saber que hay otros con la misma realidad y

    estn hacindole frente a la enfermedad. Nos somos los

    nicos.

    Y, en parte, podemos dar gracias a Dios, que as

    sea, ya que gracias a esa verdad, la medicina como

    ciencia ha avanzado mucho y se han hecho muchos

    adelantos y conquistas, al respecto. Si ayer los que tenan

    cncer tenan que someterse a la prctica que se conoca

    entonces; hoy, los adelantos son mayores y los

    tratamientos son ms llevaderos, precisamente, gracias a

    todas esas experiencias acumuladas y gracias a gente que

    se dedica al estudio y a la investigacin. Cmo no estar

    agradecidos!

    Si nos dedicramos a realizar una encuesta sobre

    el cncer, encontraremos que un alto porcentaje ha

    sufrido o est sufriendo esa experiencia, ya a nivel

    personal, ya a nivel de familia. O sea, algn miembro de

    todas las familias ha tenido o tiene un paciente de esta

    enfermedad. Entonces, por qu hacer una tragedia de

    una realidad tan comn? Sin duda, que es un falso

  • 57

    consuelo, pero, no se puede negar que es una gran

    verdad.

    As se pudo evidenciar en los das de las

    quimioterapias. Es sorprendente la cantidad de personas

    que tiene cncer. Cada vez que asista a las

    quimioterapias haba personas que en la anterior no haba

    visto, y en cada caso, una situacin muy particular. Y

    caso de casos. No nos pongamos a comparar, porque

    sera una falta de respeto. Cada cual lo tena y cada cual

    lo llevaba con sus consecuencias; pero, lo enfrentaba, que

    es lo ms importante, y es lo que vale. Lo dems, es

    aadidura. Aadidura lastimera o comparativa que no

    contribuye en nada. Cada caso es cada caso con sus

    particularidades.

    El comprender, tal vez, que no se es el nico,

    puede que ayude a levantar el nimo, en caso de decaerse

    anmicamente. Ayuda, igualmente, a levantar la cabeza,

    as est rapada, con naturalidad. Con naturalidad de una

    persona que est atravesando una circunstancia especial,

    pero que es persona. En este sentido creo que es

    conveniente colocar los declogos del enfermo y de los

    parientes del enfermo, que aparece en el libro Por culpa

    de la tripa (o gracias a ella), y que tal vez ayude:

    Declogo del enfermo:

    1) Est enfermo, no intil. Procure hacer sus cosas sin necesidad

    de estar molestando a la

    familia.

    2) Procure que no le estn dando la comida en la boca cuando

    usted mismo lo puede hacer.

    No est intil.

    3) Procure no quejarse tanto. Se sabe que le duele, aqu o all,

    en los dos lados al mismo

    tiempo, pero no haga sufrir a la

    familia que quiere que usted no

    sufra. Pero aguante.

    4) No ponga cara de victima, que ya todo el mundo sabe que est

    enfermo.

    5) Ponga cara de elegancia, a pesar de los pesares, y no

    busque llamar la atencin ni

    buscar dar lstima.

    6) Tenga dignidad como persona. No se deje manipular por los

    que quieren ayudarle, ya que

    ellos tambin, en su muy buena

  • 58

    intencin buscan inutilizarlo

    ms de lo que ya est por lo

    postrado en la cama.

    7) Mantenga su propio aseo, si es

    posible hacerlo por usted

    mismo. Es muy lastimero llegar

    a ese extremo de que le tengan

    que colocar hasta el envase para

    orinar o lo otro debajo. Si usted

    puede hacerlo y levantarse,

    hgalo. No haga ms

    deprimente la situacin.

    8) Sea firme en darles un parado a la familia que quiere que usted

    no haga nada porque todo se lo

    quieren hacer ellos.

    9) Sea agradecido con todos. Por lo menos sonra y hable con

    cario ya que todos estn muy

    sensibles y una palabra

    disonante de su parte les duele

    mucho a ellos. Haga que todos,

    con todo y todo, se sientan a

    gusto de estar a su lado

    acompandolo.

    10) Procure hablar de otras cosas que no sea de la enfermedad,

    aunque a veces es inevitable.

    11) No eche las culpas a nadie. As es la vida, y qu le vamos a

    hacer. Sufrirla y vivirla como

    viene y venga. Lo que ju, ju, dijo la boba, como dice el refrn. O sea, que la boba no

    era tan boba, era inteligente, y

    no est echando culpa ni a nada

    ni a nadie.

    Declogo para los familiares del enfermo:

    1) El enfermo est enfermo, no

    intil. Deje que l puede hacer

    algunas cosas por l mismo.

    2) Evite el sentimiento de

    paternalismo que paraliza y

    estupidiza al enfermo. l puede solo.

    Djelo.

    3) Ayude a que el enfermo tenga

    respeto por s mismo. Es una persona

    que tiene dignidad. Resptesela y

    haga que l mismo la respete.

    4) No sienta los males que el

    enfermo siente, ni tampoco le

    invente ms males de los que ya

    tiene. Es decir, a veces, al enfermo

    no le duele la cabeza y a veces la

    familia inventa que le duele la

    cabeza y comienza a tratarlo como

    tal. Eso indigna al enfermo que tiene

    respeto y dignidad.

    5) No manipule al enfermo para que

    haga esto o aquello otro, porque est

    enfermo. Resptelo. Y si el enfermo

    dijo que no a tal o cual cosa o

    sugerencia, no se la imponga.

    Resptelo.

    6) No se deje manipular por el

    enfermo, que a veces, saca partido y

    ventaja de su situacin.

    7) No ponga cara de lstima cuando

    venga a verlo o cuando est

    acompandolo. Eso fastidia al

    enfermo que se respeta adems de

    contagiar energa negativa.

    8) No hable muy duro ni tire las

    puertas de la habitacin porque eso

    perturba la mente y la estabilidad

    emocional del enfermo que est muy

    sensible.

    9) No est sobando al enfermo ms

    de la cuenta. Algunos familiares

    comienzan que si a sobarles las

    manos o los brazos como si con ello

    aliviaran el mal. El mucho contacto

    fsico fastidia. Guarde su debida

    distancia. Todo donde debe estar.

    10) No apurrue al enfermo, ni le

    hable as como a nio recin nacido,

    as como, chuuucucuucuu. Eso

    molesta e indigna. Es el mismo

    fulano pero que est enfermo, no un

    fulano que ahora es un fulanito o

    nio. No exageren.

  • 59

    Tal vez sean un poco duras las recomendaciones,

    pero se trata de estar enfermo, pero con dignidad y

    respeto. Nada ha cambiado: se es la misma persona con

    su historia, pero en una circunstancia especial. Y es

    importante sealar que las circunstancias son pasajeras,