por Yam

Había una vez una pájara llamada Clorinda sobre la rama de un árbol grande Clorinda siempre cantaba sus primeros trinos apenas salía el sol.

Claro porque todos los pájaros son muy madrugadores todos menos kuki el hijo de Clorinda eran tan remolón ¡Arriba! ¡Arriba! Le decía la mamá, ¡Arriba! Vamos kuki… por fin kuki asomaba la cabeza como queriendo decir donde estoy???,

Levantando la cola como queriendo decir que pasa??? y empezaba curioso a descubrir la mañana el perfume de la flores el color del cielo el rico desayuno que ya tenia preparado y que saboreaba con gusto sin hacerse esperar.

Cerca de allí vivía la familia de las ardillas sobre un viejo pino tenían su casita… y quien se levantaba primero mamá ardilla Dorotea sentada sobre sus patitas estiraba su cola con gracia apoyándola sobre su espalda, con las otras dos patitas sostenía una avellana y clavaba sus dientes para romper la cáscara

Mientras tanto ardillita pelusa salía del nido y olfateaba todo lo que estaba a su alcance corría por el tronco del árbol saltaba de rama en rama se hamacaba.

Mamá ardilla Dorotea la miraba complacida y le decía “haz aprendido todo lo que te enseñe creo que estas preparada” recorramos el bosque en busca de alimentos.

Las ardillas eran muy curiosas les gustaba observar todos los rincones del bosque. Y fue así como descubrieron a cebrilla acurrucada sobre una alfombra de pasto verde a la orilla del lago.

¿Qué te pasa cebrilla estas enferma?. Le pregunto la ardilla Dorotea con sus enormes dientes pero cebrilla no le respondió… sus ojos tan alegres estaban algo empañados.

Vamos pelusa dijo Dorotea, no debemos perder tiempo le contaremos a nuestros amigos los animales del bosque lo que le ocurre a cebrilla creo que esta muy enferma…

Entonces la pájara curruca recibió la noticia y voló ligero ligero en busca del conejo sabelotodo famoso doctor de lugar, cuando el conejo llego junto a cebrilla le tomo el pulso, le puso el termómetro, le hizo sacar la lengua, le toco la pancita, miro su colita, las cuatro patas y dijo…

Esto no se cura con jarabe esta enferma de tristeza… tristeza?... tristeza?... tristeza?...con que se cura? Le preguntaron todos los amigos, con una alegría una sonrisa o una hermosa sorpresa respondió el conejo sabelotodo entonces los animales del bosque decidieron reunirse a pensar en una solución

Y luego de varias horas cuando ya caía la tarde al oso caroso…se le ocurrió una gran idea “podríamos cambiarle su traje de rayas negras y blancas tal vez este aburrida, es cierto podríamos hacerle uno muy bonito de margaritas blancas y botones amarillos opino la tortuga Juanola… y también ponerle un moño rojo en el cuello y un sombrero de paja en la cabeza… dijo el sapo Fermín todos estuvieron de acuerdo

Y se pusieron manos a la obra, trabajaron y trabajaron con aguja tijera y dedal y al día siguiente los animales del bosque fueron a buscar a cebrilla para entregarle su hermoso vestido nuevo.

Cuando cebrilla los recibió

Corrió emocionada a mirarse en el espejo del lago

Y se vio tan pero tan ridícula que comenzó a reírse sin poder parar y se olvidó que esta triste le encantaba su nuevo vestido aunque solo fuera para jugar a disfrazarse

Pero lo que mas le encantaba por sobre todas las cosas era darse cuenta de que con tantos amigos tan cerca nunca mas iba a ponerse tan triste

Y colorado colorín mami te contó otro cuento desde el principio al fin…