(Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA...

1191

Transcript of (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA...

Page 1: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en
Page 2: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Annotation

Finnikin de la Roca y su guardián,Sir Topher, llevaban diez años sin pisarsu querido hogar, Lumatere. No habíanido desde los días oscuros en queasesinaron a la familia real y el reinocayó bajo una terrible maldición. Peroentonces le dicen a Finnikin que sereúna con Evanjalin, una joven queafirma algo increíble: el heredero altrono de Lumatere, el príncipeBalthazar, está vivo.Evanjalin estáconvencida a volver a casa y es la únicaque puede llevarles hasta el heredero.Pero Evanjalin no es lo que parece. Y laverdad no sólo pondrá a prueba la fe deFinnikin en ella... sino en sí mismo.

Page 3: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en
Page 4: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Melina Marchetta

Finnikin de la Roca Título original inglés: Finnikin of

the Rock.

© Melina Marchetta, 2008.Todos los derechos reservados.© de la traducción: Noemí Risco

Mateo.© de esta edición digital: RBA

Libros, S. A., 2013Avda. Diagonal, 189 — 08018

Barcelonarbalibros.com

Page 5: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ISBN: 978-84-272-0328-0

Índice

PrólogoPrimera parteCapítulo 1Capítulo 2Capítulo 3Capítulo 4Capítulo 5Capítulo 6Capítulo 7Capítulo 8Capítulo 9Capítulo 10Segunda parteCapítulo 11

Page 6: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 12Capítulo 13Capítulo 14Capítulo 15Capítulo 16Capítulo 17Capítulo 18Capítulo 19Capítulo 20Capítulo 21Capítulo 22Capítulo 23Capítulo 24Capítulo 25Capítulo 26Tercera parteCapítulo 27Capítulo 28

Page 7: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 29Capítulo 30Agradecimientos

Para Marisa y Daniela,porque siempre me ha encantado

ser una hermana Marchetta...

Los que vivís segurosEn vuestras casas caldeadasVosotros que os encontráis, al

volver por la tarde,La comida caliente y los rostros

amigos:Considerad si es un hombreQuien trabaja en el fangoQuien no conoce la pazQuien lucha por la mitad de un

panecillo

Page 8: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Quien muere por un sí o por unno.

Considerad si es una mujerQuien no tiene cabellos ni nombreNi fuerzas para recordarloVacía la mirada y frío el regazoComo una rana invernal.Pensad que esto ha sucedido:Os encomiendo estas palabras.Grabadlas en vuestros corazonesAl estar en casa, al ir por la calle,Al acostaros, al levantaros;Repetídselas a vuestros hijos.O que vuestra casa se derrumbe,La enfermedad os imposibilite,Vuestros descendientes os vuelvan

el rostro.Primo Levi, Si esto es un hombre.

Page 9: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en
Page 10: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Prólogo

Hace mucho tiempo, durante laprimavera anterior a los cinco días delo innombrable, Finnikin de la Rocasoñó que iba a sacrificar una libra decarne para salvar la casa real deLumatere.

Los dioses le enviaron aquelsueño la víspera del Festival de laLuna de Cosecha, cuando todo el reinodormía bajo las estrellas en el Campode Celebración. Era la noche preferidade Finnikin, en la que contemplaba asus compañeros lumateranos bailar ydar gracias por una vida de paz yabundancia. Cuando rompió el alba y

Page 11: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

el sacerdote real cantó la Canción deLumatere, el júbilo en las almas de laspersonas iluminó el mundo. ¡Y quémundo era aquel! Hecho de aquellosque eran de las Llanuras, el Bosque, laRoca, las Montañas y el Río.Protegidos por un rey y una reina,queridos por todos, que tenían cincohijos, de los que se decía quedescendían de los mismos dioses.

A la mañana siguiente, Finnikinles contó el sueño a sus amigos, elpríncipe Balthazar y Lucian de losMontes, mientras escupían huesos deoliva al río. A los tres chicos lesencantaban aquellas mañanas a orillasdel río, cuando observaban al padre deFinnikin, el capitán de la Guardia

Page 12: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Real, mientras él y sus hombrescomprobaban la mercancía de lasbarcazas. Nadie era más imponente queel capitán Trevanion cuando estabaprotegiendo el reino, y muchoshablaban de su amor por la dulce LadyBeatriss de las Llanuras, quienalumbraría un niño aquel año y queadoraba a Finnikin como si fuera supropio hijo.

Tras oír el sueño de Finnikinaquel día, Balthazar les convenció deque no le sucedería nada malo aLumatere mientras su padre fuera rey.Lucian aseguró que si los dioses fueranen serio, le habrían pedido queprotegiera a sus primos, pues aquellaprimavera había cumplido nueve años

Page 13: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

y era una cabeza más alto que losdemás. Y entonces, durante un tiempo,se olvidaron del sueño.

Todas las tardes, Finnikin,Balthazar y Lucian jugaban en elBosque de Lumatere a atrapar al loboplateado. La leyenda decía que tan soloun auténtico guerrero podríaconquistar una bestia como aquella yestaban seguros de que Balthazar, elheredero al trono de Lumatere, seconvertiría en uno de ellos. Los tresamigos pasaron todo el veranocavando la trampa y, cuando estuvoterminada, llevaron a rastras hasta allía la hermana más pequeña deBalthazar, la princesa Isaboe, como

Page 14: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cebo. Pero el lobo nunca apareció.Cuando el verano dio paso al

otoño y los días empezaron a hacersecada vez más cortos, Finnikin comenzóa preocuparse. Temblaba de miedo alrecordar su sueño. Por las nochesrezaba a Lagrami, la Diosa de la Luz,para que protegiera a su hermanononato; para que mantuviera a salvo aBalthazar y a sus cuatro hermanas, ypara que velara por los Habitantes delBosque, aunque rindieran culto a otradiosa y vivieran fuera de las murallasdel reino. Hasta que un día, por fin,convenció a sus compañeros de quehicieran una promesa.

Y así subieron a la roca de las tresmaravillas en la cima de la aldea de

Page 15: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin, cortaron carne de suscuerpos y arrancaron un pelo de lacabeza de Isaboe, que estaba llorando,como sacrificio a su diosa. Balthazarprometió morir defendiendo la casareal de Lumatere. Finnikin juró ser suprotector y guía mientras viviera.Lucian se comprometió a ser la luzhacia la que viajarían cuando lonecesitaran.

Aquella tarde, Finnikin yBalthazar se sentaron en el tejadoplano de una casita de la aldea. Comosiempre, hablaron del lobo plateado ydel poder de un rey guerrero, y seimaginaron los años venideros en losque gobernaría y protegería a losdemás. Finnikin bajó la mirada hacia

Page 16: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la princesa Isaboe, que dormía entreellos y, aunque le dolía el muslo de laherida que se había hecho por lapromesa, notaba paz en su corazón alsentir que lo que había hecho era locorrecto. Estaban bendecidos comoningún otro reino de la nación.

Hasta los cinco días de loinnombrable.

Cuando el rey y la reina y sus treshijas mayores fueron asesinados en elpalacio, y mataron a la princesa Isaboeen el Bosque de Lumatere.

Cuando se encontraron las huellasde las manos de Balthazarensangrentadas, salpicando lasmurallas del reino, y el pueblo se

Page 17: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

enfrentó entre sí, al buscar culpables.Cuando el primo despreciado del

rey muerto entró en el reino conseiscientos hombres y empezó a quemara los Habitantes del Bosque en suscasas.

Cuando arrestaron al capitánTrevanion por traición y le enviaron auna cárcel extranjera, y su amada LadyBeatriss murió al dar a luz al bebé quenació muerto en las mazmorras depalacio.

Cuando Seranonna, la matriarcade los Habitantes del Bosque, lanzóuna maldición de sangre mientras laquemaban en la hoguera, unamaldición que hizo temblar la nación ysepararse la tierra; que se tragó a

Page 18: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

aquellos que no pudieron escapar a lafuria de sus fauces; que derrumbó lascasas de la aldea y sacudió loscimientos del palacio.

Los que pudieron, escaparonhacia el Valle de la Tranquilidad, alotro lado de las murallas del reino,pisoteando a sus vecinos que quedaronatrás. Y entonces las fuerzas oscuras dela maldición sepultaron el reino ysepararon al pueblo en dos.

Esta es la historia como lacontaron a los que no habían nacidopara presenciar aquellos días, narradaen el Libro de Lumatere, para quenunca se olvide.

La historia de aquellos atrapados

Page 19: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

dentro del reino, de los que nunca sevolvería a saber, y de aquellos queescaparon pero se vieron obligados acaminar por el país en una diáspora demisterio.

Hasta que diez años más tarde,Finnikin de Lumatere subió a otraroca...

Page 20: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

PRIMERA PARTE

La novicia

Page 21: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 1

Cuando al final lo vio aparecer a lolejos, Finnikin se preguntó si era unfantasma, producto de su imaginación,en aquel reino vacío del fin del mundo.

Siempre se había dicho que losdioses se habían olvidado de esastierras. No obstante, el monasterio de laDiosa Lagrami, que ocupaba un lugarprivilegiado en lo alto de unafloramiento rocoso y estaba envueltopor una bruma verde azulada, era pruebade todo lo contrario.

Desde donde estaban ellos, laplanicie que llevaba hasta la entradafortificada se asemejaba a las suaves

Page 22: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

arenas de un desierto. Finnikin vio unafila de peregrinos caminando con lascabezas agachadas, cada uno con unsaco al hombro y un bastón en la mano.Avanzaban en hilera por el terreno alnivel del mar, como diminutas hormigasinsignificantes a merced de la nada quelos rodeaba.

—Debemos apresurarnos —apremió el Primer Caballero del rey, enla lengua de Sarnak.

Sir Topher había tomado ladecisión de que al llegar al páramo deSendecane, usarían la lengua del reinovecino del norte. Dos noches antes, en laposada, se había asegurado de que todossupieran que eran peregrinos, gentedevota que había ido hasta el fin del

Page 23: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mundo para rendir homenaje al mayortemplo de la santísima Diosa Lagrami.Cualquier otra explicación habríalevantado sospechas y miedo en esastierras, y Finnikin había llegado a darsecuenta de que las personas dominadaspor el miedo eran las más peligrosas.

Conforme se acercaban a la roca,el terreno que pisaban empezó acambiar. Lo que Finnikin había creídoque era arena, había resultado ser unasustancia espesa, parecida a la arcilla,que ponía a prueba su equilibrio.Caminaban sobre un lecho marino y alanochecer, las aguas volverían a su sitioy ya no habría forma de salir de allíhasta la siguiente marea baja.

En la entrada de la roca de Lagrami

Page 24: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

siguieron los amplios escalones depiedra que subían en círculo hasta lacima, pasando de largo los peregrinos,arrodillados en el santuario de acogida.Las botas de piel que llevaba Finnikinno le protegían demasiado de la fría ydura superficie, pero se dio la vueltapara mirar a los peregrinos arrodillados,pues sabía que algunos subirían enaquella postura como muestra dedevoción a su Diosa. Había sido testigode la ignorancia que provenía de la feciega en más de una ocasión a lo largode todos aquellos años y se preguntócuántos de aquellos peregrinos seríanlumateranos exiliados en busca de algúntipo de salvación.

Más arriba, los escalones se

Page 25: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

convirtieron en rocas que tuvieron queescalar. Finnikin tenía la sospecha deque tarde o temprano se verían forzadosa arrastrarse hasta la cima, donde, sinduda alguna, les estaría esperando elmensajero de la Suma Sacerdotisa.Apenas habían recorrido la mitad delcamino, cuando las rocas dieron paso aun acantilado liso, donde lo único quehabía para agarrarse eran unas diminutasbarras metálicas incrustadas en la roca.Finnikin se quedó con la miradaperdida, confundido. Luego bajó la vistaa sus pies descomunales y se preguntócómo podría mantener el equilibrio enun saliente tan estrecho.

—Esto no está hecho para nuestrospies, hijo mío —dijo Sir Topher,

Page 26: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

suspiró y movió los dedos delante delrostro de Finnikin.

«Piedad».—No mires hacia abajo —le avisó.Sir Topher empezó a escalar y

Finnikin notó cómo le caían encimapartículas de roca que se desprendíanpor el peso de su mentor. Una de esaspartículas se le metió en el ojo, peroresistió el impulso de frotárselo paraintentar sacarla; prefería quedarse ciegoantes que soltarse.

—Te he dicho que no mires abajo—gruñó Sir Topher, como si leestuviera leyendo la mente.

—Si miro hacia arriba, sacaré todala comida —contestó Finnikin sinaliento.

Page 27: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Y eso sí que sería una verdaderalástima. Todas esas mollejas de ganso yese pastel de conejo que tuviste queengullir a pesar de mi advertencia. Tododesperdiciado.

Finnikin hizo una pausa, la cabezale daba vueltas y empezaba a notar unsabor nauseabundo en la boca. El hedorapagado de pichón le inundaba la nariz yle revolvía las tripas. Le dolían lasmanos de agarrarse a las barras de metaly deseaba poder apoyar las plantas delos pies sobre el suelo. Aunque aquellasubida por el acantilado tenía que valerla pena. De alguna forma, la SumaSacerdotisa los había localizado a él y aSir Topher en el reino de Belegonia. Nodebía de haber sido nada fácil ya que la

Page 28: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mayoría del tiempo preferían pasardesapercibidos.

Durante los últimos diez años, SirTopher y Finnikin se habían esforzadopor mejorar las condiciones de vida delos lumateranos que vivían encampamentos abarrotados de gente,plagados de fiebre, miedo ydesesperación. Los antiguos duques deLumatere, empleados ahora en cortesextranjeras, a menudo habían reclamadosu presencia, movidos por el deseo deayudarles a financiar todos los esfuerzosque estaban realizando para dar unrespiro a su pueblo. Ya no eran tanbienvenidos los acercamientos ofrecidospor otros reyes y reinas extranjeros, yaque siempre al parecer su buena

Page 29: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

voluntad tenía un precio. Muchas vecesquerían información sobre lo que estabapasando en un reino vecino a cambio dela protección de palacio para losexiliados acampados en las orillas delos ríos o en los valles de su reino.Aunque el protocolo garantizaba a lamano derecha del rey y a su aprendiz elacceso a cualquier corte de la nación,Sir Topher había aprendido a ser muycauteloso a la hora de aceptarinvitaciones.

Pero esta había sido distinta. Todohabía empezado con un nombresuspirado al oído de Finnikin en mediode la noche, mientras dormía entre losexiliados de Belegonia.

Balthazar.

Page 30: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin había despertado a SirTopher de inmediato. Apenas pudodescribirle a su mentor quién era elmensajero. Solo recordaba el sonido dela voz en su oído y la túnicadesapareciendo del que habló sobre elaislado monasterio de Sendecane. Encuanto Finnikin acabó de hablar, SirTopher se levantó de su saco de dormiry empezó a enrollarlo sin mediarpalabra.

Finnikin llegó a la cima delacantilado primero y se dejó caer sobrela roca, intentando recuperar el alientoantes de ayudar a Sir Topher, queresollaba en busca de aire. Al oír unruido detrás de ellos, se volvieron hacia

Page 31: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

una novicia anciana y arrugada queestaba ante una abertura de la pared.Cuando se dio la vuelta y empezó acaminar arrastrando los pies hastadesaparecer en los confines delmonasterio, entendieron que debíanseguirla.

Finnikin tuvo que agacharse parapoder pasar su larguirucho cuerpo por elhúmedo túnel que conducía hasta unasestrechas escaleras en espiral. Cuandollegaron arriba, siguieron a la ancianapor un pasillo con habitaciones a loslados donde otras novicias rezabanarrodilladas. Atravesaron el monasterioy entraron en una sala enorme conventanas altas que dejaban entrar la luz.Finnikin la encontró de lo más

Page 32: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

interesante. Había filas y filas de mesas,donde las novicias estaban sentadas,absortas en su trabajo. Algunasestudiaban minuciosamente losmanuscritos encuadernados y copiabansu contenido, mientras que otras leían.Finnikin ya había visto una sala comoaquella en el palacio de Osteria. Losmanuscritos que allí guardaban incluíaninformación sobre todos los reinos de lanación, sus deidades, guerras, orígenes,paisaje, lengua, arte, comida y sus vidas.

De niño, ya en el exilio, Finnikintemió que la existencia de su reino seolvidara para siempre, de modo queempezó a escribir su propio Libro deLumatere. Se preguntó si aquellasnovicias percibían lo mismo que él al

Page 33: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

oler el perfume de los pergaminos ysentir la pluma en sus manos. Pero suscaras apenas revelaban nada y laanciana aceleró el paso paraconducirlos a una sala llena decolumnas, iluminada por una tenue luz.Allí, en medio, les esperaba la SumaSacerdotisa.

—Santísima Kiria.Sir Topher hizo una reverencia y le

besó la mano.—Habéis venido de muy lejos, Sir

Topher.Finnikin advirtió el tono de

sorpresa en su voz, incluso de asombro.Como todas las sacerdotisas deLagrami, llevaba el cabello largo, casipor las rodillas, para señalar los años

Page 34: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de devoción a su Diosa. El día de sumuerte, le cortarían la trenza y laofrecerían como sacrificio mientras, enotra parte de la nación, una noviciaentraría en el claustro, le cortarían elpelo y daría comienzo su viaje.

—A lo largo de estos años, losperegrinos lumateranos que han llegadohasta aquí lo han hecho gracias a losánimos que les daba la existencia delPrimer Caballero del rey y su jovenaprendiz —afirmó mientras los miraba.

—Es muy amable por vuestra parteacoger a nuestra gente maldita, santísimaKiria —dijo Sir Topher.

Ella sonrió con calidez.—Somos vecinos a pesar de la

distancia. Me angustia pensar en vuestro

Page 35: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

querido sacerdote real, que hayaperdido a su gente de esa forma. Estoyaquí para servir tanto a vuestra gentecomo a la mía. Es el deseo de nuestraDiosa.

—¿Por ventura no sabrá dónde seencuentra nuestro sacerdote real? —preguntó Sir Topher.

La Suma Sacerdotisa negótristemente con la cabeza. Pero, luego, laexpresión de su rostro cambió y seadentró en la sala, haciéndoles señaspara que la siguieran.

—¿Habéis venido a buscar a lachica? —preguntó.

La chica... A Finnikin se le cayó elalma a los pies. Había albergado laesperanza, la estúpida esperanza... La

Page 36: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

rabia de haberse dejado llevar por esailusión le hizo tambalearse.

—Nos queda poco tiempo antes deque suba la marea, así que no me andarécon rodeos —dijo ella en voz baja—.Hace dos primaveras una chica vino anosotras. Se llama Evanjalin. Y, adiferencia de casi todas nuestras otrasnovicias lumateranas, no se habíaquedado huérfana durante los cinco díasde lo innombrable, sino que pertenecía alos exiliados de Sarnak.

Finnikin se estremeció y cerró losojos. Cuando los volvió a abrir, viocómo el semblante de Sir Topher habíapalidecido. La Suma Sacerdotisa asintiócon la cabeza.

—Veo que conocéis perfectamente

Page 37: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la desdicha de los exiliados de Sarnak.—Hemos pedido al rey de Sarnak

que los culpables de esa masacre seanllevados ante la justicia —dijo SirTopher.

Finnikin se preguntó por qué habíanperdido el tiempo. La matanza de ungrupo de exiliados lumateranos dos añosatrás no le preocupaba mucho a un reyapático.

La Suma Sacerdotisa se inclinóhacia delante para susurrarle:

—La novicia Evanjalin tiene undon y os prometo que en mi vida me hecruzado con muchos que afirman poseerdones extraordinarios, pero sé que estachica dice la verdad. Afirma habercaminado por los sueños no solo de

Page 38: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

vuestro querido heredero, sino de todala gente atrapada dentro de Lumatere.

Era una de las historias másdescabelladas que habían oído hasta lafecha y Finnikin se mordió la lenguapara reprimir una contestacióndespectiva.

—No es que nos sorprenda la ideade que el príncipe Balthazar esté vivo—dijo Sir Topher con delicadeza yaclaró la voz como advertencia aFinnikin—. Siempre hemos tenido laesperanza de que fueran ciertas lashistorias sobre que nuestro herederohabía sobrevivido. Pero durante estosúltimos diez años ha habido muchaspersonas en la nación que hanreivindicado el trono de Lumatere y

Page 39: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

todos ellos han resultado ser unosimpostores. Sabréis que como resultadolos gobernantes de todos los reinos deSkuldenore han decretado como traiciónhacer tales afirmaciones.

—Sin embargo he oído que ningúnlumaterano reconoce la hegemonía delrey atrapado detrás de esas murallas —dijo la Suma Sacerdotisa—. ¿No esverdad que le llaman el rey impostor?

—Aunque nosotros creamos que lapersona que reina actualmente enLumatere tuvo algo que ver con lamuerte de nuestra amada gente, los reyesde Skuldenore creen en la legitimidaddel rey coronado.

«Una decisión precipitada, tomadapor personas dominadas por el miedo y

Page 40: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que se atrevieron a interferir en losasuntos de otro reino», pensó Finnikincon amargura.

—Si queréis creer en algo, creeden esto —dijo ella con firmeza—. Ellegítimo heredero del trono de Lumaterey superviviente de esa espantosa nochese ha puesto en contacto con Evanjalin.

—¿Tiene un mensaje de su parte?—preguntó Sir Topher.

—Solo el nombre —respondió laSuma Sacerdotisa— de un amigo de lainfancia de vuestro príncipe. Un amigoen quien confía.

De repente, el pulso de Finnikin seaceleró. Sintió los ojos de la SumaSacerdotisa y de Sir Topher clavados enél. Entonces, ella se acercó y le cogió la

Page 41: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cara con sus manos callosas.—¿Eso eras para el príncipe,

Finnikin de la Roca? —dijo dulcemente—. Porque creo que ahora tu príncipe tereclama. Diez años son demasiadotiempo y Balthazar te ha elegido, através de esta chica, para que lleves a tugente de vuelta a casa.

—¿Quién es esa chica paramerecer que la asociemos a nuestroheredero? —preguntó Finnikin confrialdad mientras se apartaba—. ¿Acasoafirma haberlo conocido?

—Es muy inocente. Ha hecho votode silencio y tan solo lo ha roto paracontarme su sueño y que tú, Finnikin, undía vendrías a buscarla. Creo que, dealguna forma, está prometida a tu

Page 42: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

heredero.—¿Qué le hace pensar tal cosa,

santísima Kiria? —preguntó Sir Topher.—Por las noches susurra su nombre

mientras está dormida y lo hace concierta intimidad y reverencia, como siles uniera un vínculo divino.

Esta vez Finnikin no pudo escondersu incredulidad.

La Suma Sacerdotisa esbozó unatriste sonrisa.

—Has perdido la fe en los dioses.Finnikin aguantó su mirada y se dio

cuenta de que ella había visto laconfirmación en sus ojos.

—¿Crees en la magia? —insistióella.

—Durante los últimos diez años mi

Page 43: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

reino ha sido impenetrable sin unaexplicación lógica, así que no me quedaotra alternativa que responder que sí —admitió con pesar.

—De hecho, la matriarca de losHabitantes del Bosque usó una magiamuy oscura, creada en gran parte por elodio y el dolor que sintió después deque los lumateranos permitieran lo quele sucedió a su gente durante los díasque siguieron a las muertes del rey y sufamilia. Pero de alguna formasobrevivió el bien y la noviciaEvanjalin es la clave. A estas alturas yadeberíais saber el significado de laspalabras antiguas que Seranonnapronunció aquel día.

Finnikin no había oído ese nombre

Page 44: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

desde su infancia. No quería que se laconociese con otro nombre que no fuerael de la bruja que maldijo Lumatere.

—Estábamos en la plaza ese día —dijo Sir Topher— y hemos pasado losúltimos diez veranos inten‹tandodescifrar el maleficio, pero aún noestamos seguros de lo que significanalgunas de las palabras. Seranonnautilizó más de una lengua antigua.

—¿Y cuáles son esas palabras queentendéis? —preguntó la SumaSacerdotisa, que clavó la vista enFinnikin, esperando su respuesta.

—«La oscuridad conducirá la luz ynuestro resurdus se alzará». Es unapalabra antigua que significa rey,¿verdad? ¿Resurdus?

Page 45: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

La Suma Sacerdotisa asintió.—La maldición fue para condenar

a los lumateranos por permitir lamasacre de su pueblo, pero tambiénpretendía proteger a la persona que ellaafirmó haber visto escapar por elbosque esa misma noche. El resurdus .El heredero. La oscuridad y la luz osllevarán hasta él.

—¿Pero dónde se supone quedebemos llevar a esta... niña?¿Evanjalin? —preguntó Finnikin.

La Suma Sacerdotisa soltó unarisita forzada.

—¿Tú te consideras un niño,Finnikin?

—Claro que no.—La novicia Evanjalin tiene casi

Page 46: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

tu edad y hace ya demasiados años quedejó de ser una niña.

—¿Dónde debemos llevarla,santísima Kiria? —insistió Sir Tophercon tacto.

La Suma Sacerdotisa dudó uninstante.

—Ella afirma que las respuestasestán en el reino de Sorel.

Piedad. Finnikin hubiera preferidooír el nombre de Sarnak o Yutlind, oincluso Charyn, a pesar de suscostumbres primitivas. Hubierapreferido tener que llevarla al infierno,sin duda hubiera sido menos peligrosoque Sorel.

—¿Y cree que Balthazar se pondráen contacto con nosotros allí? —

Page 47: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

preguntó Sir Topher.—No sé qué creer. La Diosa no me

ha otorgado el don para ver el futuro.Todo lo que puedo hacer es hablaros dela chica y del nombre de aquel que dijoque vendría a buscarla. —Una vez másvolvió a clavar los ojos en Finnikin—.Quizás el rey desaparecido los hayaelegido a los dos para guiar su camino.

Se oyó un ruido cerca de la puertay la Suma Sacerdotisa extendió la manocuando una figura apareció de entre lassombras.

La piel de la chica tenía el mismocolor que el de las gentes de Monte enLumatere, de un tono dorado, mucho másoscura que la tez clara de Finnikin.Llevaba la cabeza rapada pero el chico

Page 48: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

se imaginó que si se dejaba crecer elcabello, seguro que sería igual deoscuro que sus ojos. Gracias al vestidosuelto de color gris, hecho de una telabasta, pasaría totalmente desapercibida.

—Sir Topher, Finnikin, lespresento a la novicia Evanjalin.

Ella bajó la mirada y Finnikin sefijó en cómo le temblaban las manos,que después apretó hasta convertirlas enpuños.

—¿De qué tienes miedo? —lepreguntó en lumaterano.

—Ha pasado la mayor parte de suvida en Sarnak —explicó la SumaSacerdotisa— y esa es la lengua que usóal romper su voto de silencio.

Finnikin ya no pudo contener más

Page 49: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

su frustración y llevó a Sir Topher a unlado.

—No sabemos nada de ella —dijoFinnikin en belegoniano para asegurarsede que ni la novicia ni la SumaSacerdotisa le entendieran—. Todo estoes muy raro.

—Ya está bien, Finnikin —dijo SirTopher con firmeza y se volvió hacia laSuma Sacerdotisa—. ¿Ha vuelto ahablar desde entonces?

Ella negó con la cabeza.—Ha jurado voto de silencio. Ha

sufrido mucho, Sir Topher, y su fe esmuy fuerte. Es lo mínimo que podemoshacer por ella.

Sir Topher asintió.—Deberíamos irnos pronto, antes

Page 50: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de que llegue la marea alta.Finnikin estaba asombrado por la

rapidez con la que Sir Topher habíatomado la decisión, pero la mirada de sumentor le advertía que era mejor noprotestar. Se mordió la lengua y viocómo la Suma Sacerdotisa cogía lacabeza de la novicia entre sus manospara besarla en la frente con ternura. Viocómo se cerraron los ojos de la chica yle tembló la boca, pero entonces surostro volvió a mostrarse impasible y sealejó de la Suma Sacerdotisa sin echarla vista atrás.

El descenso fue igual denauseabundo que la subida, aún peordebido a la carga que Finnikin llevaba

Page 51: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

en su corazón. Cruzar medio territoriocon esa chica no entraba en los planesque había hecho con Sir Topher durantelos primeros días de invierno. Laincertidumbre de aquel nuevo camino nole hacía ninguna gracia.

Cuando llegaron a la base delacantilado, pasaron por delante delgrupo de peregrinos arrodillados. Unamano reptó para agarrar la capa de lanovicia.

—Tus pies —dijo Finnikin, aldarse cuenta de que la novicia ibadescalza—. No podemos permitirnos irmás lentos solo porque tú no lleveszapatos.

Pero la chica no respondió y siguióandando. Cuando estuvieron a una buena

Page 52: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

distancia del monasterio se volvió paramirarlo y Finnikin observó elsentimiento de pérdida en su expresión.Pero en ese momento el agua ya lesllegaba a las rodillas y Finnikin temióque no pudieran llegar a un lugar seguroantes de que fuera demasiado tarde. Sedecía que allí la marea alta llegabarápidamente y que algunos peregrinos sehabían ahogado sin ver lo que se lesavecinaba. Cogió a la chica del brazo yla empujó hacia delante pero, derepente, su aspecto vulnerabledesapareció y, en su lugar, hubo undestello de triunfo.

Como si de alguna forma la noviciaEvanjalin se hubiera salido con la suya.

Page 53: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 2

Durante los días siguientes, losfríos vientos royeron sus huesos, elinvierno que se negaba a retirarsemantenía los días cortos y la oscuridadera su compañera constante. Sir Topherdecidió que la mejor ruta para llegar aSorel era cruzar Sarnak y seguir elcamino por Charyn. Aunque el trayectomás corto era por Belegonia, Sir Topherdijo que al menos tardarían otro año envolver a pasar por Sarnak y existía laposibilidad de que encontraransupervivientes de la masacre. Finnikinestuvo de acuerdo, lo que no leconvencía era el destino final del viaje.

Page 54: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Nos estamos equivocando —dijoa la mañana del tercer día, escondidodetrás de un árbol, obligado a cambiarsede ropa.

Se puso los pantalones de gamuza,luego se calzó las botas y se guardó unapequeña daga junto a la pantorrilla.

—Ya es la décima vez que lodices, Finnikin —afirmó Sir Topher conuna paciencia exasperante.

Finnikin había aprendido a apreciarla paciencia que su mentor le habíademostrado durante todos aquellos años,desde que Perri el Salvaje, el hombre deconfianza de su padre, le puso a sucargo. Sin embargo, hoy eseagradecimiento se había convertido másbien en irritación.

Page 55: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Sorel —masculló mientras salíade detrás del árbol.

—Nadie va a Sorel. Ningúnexiliado querría montar un campamentoen esa tierra. Ni siquiera la gente deSorel quiere vivir en Sorel.

—Aceptemos nuestro camino,Finnikin, e intentemos controlar nuestralengua tan bien como lo hace la novicia—respondió Sir Topher.

La presencia de la chica noayudaba a atenuar la frustración deFinnikin. Por las noches la veía moverseen su saco de dormir como si estuvieraposeída por los demonios, llorando,apretando los dientes, gritando condesesperación. Mientras cruzaban la

Page 56: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

llanura sin árboles, a veces el cuerpo dela chica se desplomaba como si sussueños pesaran demasiado en suespíritu. Otras veces, su caminar parecíamucho más ligero y sus labios dibujabanuna leve sonrisa soñadora, como sirecordara instantes muy felices que laanimaban a continuar sin apenasesfuerzo por aquellas tierras estériles yfrías.

En el fondo, Finnikin sabía que sudesasosiego se debía a algo más que lapresencia de aquella chica extraña. Lamención del heredero había despertadorecuerdos y, con ellos, también habíaaparecido una inquietud, una sensaciónde futilidad acerca del futuro. Durantelos últimos diez años, el número de

Page 57: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

páginas con el nombre de loslumateranos muertos en el Libro deLumatere había aumentado. Estaban losque habían sido asesinados en Sarnak,los que habían muerto en un pueblo deCharyn azotado por la plaga, y los quese habían ahogado cuando lasinundaciones de Belegonia se llevaronpor delante los campamentos a orillasdel río. Sin sus curanderos, no huboremedio alguno para las enfermedadesque otros parecían superar con facilidaden el resto de la nación.

Al cruzar la frontera de Sarnak, eltiempo seguía sin dar tregua, pero eramás fácil disponer de comida caliente, yFinnikin se alegró de dejar atrás el pan

Page 58: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

duro y el queso mohoso que habían sidola base de su dieta durante una semana.Árboles y arbustos empezaron aaparecer a los lados del camino y,mientras seguían adelante hacia el este,se encontraron en medio de un espesobosque donde decidieron acampar.

Esa noche, mientras Sir Topherestudiaba minuciosamente el mapa,Finnikin pilló a la chica con los ojosclavados en la espada que él habíadejado al lado de la alforja.

—Es de mi padre —dijobruscamente mientras la desenfundaba.

La empuñadura era simple, exceptopor la joya que tenía incrustada: un rubí,grande y brillante. De niño, Finnikin

Page 59: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pensaba que esa piedra preciosa teníapoderes. Se creía todo lo que Trevanionle decía. La novicia se acercó y tocó lapiedra con un dedo.

—El rubí es la joya oficial deLumatere. ¿Lo sabías? —preguntó SirTopher, apartando la vista del mapa.

Como respuesta, la novicia semetió la mano en el bolsillo y sacó unanillo con un rubí. Con delicadezarecorrió su contorno y luego extendió lamano hacia Finnikin para ofrecérselo.Al no hacer ningún ademán paracogerlo, Sir Topher se acercó paraexaminarlo. Por la calidez en sus ojos,Finnikin supo que el anillo guardabarecuerdos muy similares a los de laespada de su padre. Al pensar en su

Page 60: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

padre, de pronto le inundó un profundosentimiento de pena. Se levantóbruscamente, cogió la ballesta ydesapareció en el bosque.

Más tarde, salió del bosque condos liebres de buen tamaño. Sin armaralboroto, la novicia cogió una de lasliebres y se sentó junto al fuego paracortar la piel del animal muerto yempezar a despellejarlo con facilidad.Mientras él observaba, se limpió lafrente y dejó una raya de sangre en sucara. Cuando la muchacha se dio cuentade que la estaba mirando, levantó lacabeza y los destellos de la hogueradejaron ver a Finnikin una ferocidad ensus ojos que ni las ropas más humildes

Page 61: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ni el gesto más piadoso podíanesconder.

Aquella noche Sir Topher estabamelancólico y el hidromiel que habíanobtenido en el pueblo fronterizo ledesató la lengua. Finnikin sabía que, enese estado, Sir Topher seguiríabebiendo y hablando, siempre sobre loscinco días de lo innombrable. Finnikinle quería mucho y sabía que en esosmomentos estaría muerto si no hubierasido por la bondad de su mentor, perocada vez que Sir Topher empezaba ahablar de aquellos días, Finnikin queríagritarle que se ciñera a los hechos y alos planes. Los hechos y los planesdaban resultados. Los días de loinnombrable no podían explicarse o

Page 62: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

resolverse. Con los años, Finnikin habíaaprendido a pensar solo en lo prácticode cómo llegar de un punto a otro, paracentrarse en aquello que podíaconseguir. Encontrar un lugar dondepudieran vivir los exiliados de Lumatereera un objetivo factible si lograbanconvencer a un gobernante benevolente,y Finnikin estaba convencido de que elreino de Belegonia era el lugar perfecto.Sir Topher estaba de acuerdo con él lamayor parte del tiempo, excepto cuandoempezaba a beber hidromiel y sucumbíaa los recuerdos.

La chica mostró interés por lahistoria de Sir Topher. Puso a un lado laliebre a medio despellejar y no dejó derellenar el vaso de hidromiel para que

Page 63: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

las palabras siguieran fluyendo de suboca. Sir Topher no desaprovechó laoportunidad de contar la historia, unavez más.

—¿Hace falta que lo sepa? —preguntó Finnikin en un momento dado,sin alzar la vista.

—El silencio con el que nosencontramos cada vez que llegamos a uncampamento de exiliados es como unaparálisis que ha pasado a la siguientegeneración —respondió Sir Topher contono reprobatorio.

Y, de esa forma, Finnikin sepreparó para volver a escuchar lahistoria. Cómo el enemigo había entradoen mitad de la noche. Que nuncapudieron averiguar cómo los asesinos

Page 64: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

habían conseguido despistar a laGuardia Real, ya que cinco días mástarde las puertas del reino se hicieronimpenetrables y las preguntas quedaronsin respuesta. Algunos aseguraban quelos asesinos llevaban días en Lumatereantes de aquella noche, escondidos,planeando la entrada a palacio y cómoarrebatarles la vida a todos sushabitantes: cocineros, guardias, damasde compañía, pajes, niñeras yencargados. Por aquel entonces, habíanenviado a Sir Topher a Belegonia con elembajador por asuntos de palacio y,desde aquel día, había tenido que vivircon la culpa de haber sobrevivido.

Trevanion, el capitán de la GuardiaReal y padre de Finnikin, fue quien hizo

Page 65: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

el espantoso descubrimiento. En elsegundo cambio de guardia, volvió y seencontró al primer muerto en la entradadel palacio. Un camino de cadáveres lellevó hasta el espléndido vestíbulodonde yacían los cuerpos sin vida delrey, la reina y las tres princesasmayores. Entonces empezó la búsquedadesesperada de Balthazar e Isaboe. SiBalthazar seguía vivo, el reino deLumatere podría sobrevivir. Significaríaque ningún extranjero podría entrar en elreino y reclamar su trono. La GuardiaReal registró todas las casas del pueblo,todos los rincones de las Llanuras,cruzaron las montañas y registraron elPueblo de la Roca y también buscaronen las cuevas. Finalmente, en los

Page 66: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

confines de las murallas del reino,encontraron la prueba, bajo la fría luzdel amanecer. Era una pequeña huellaensangrentada de la mano de Balthazarmarcada en la pared exterior de lafortaleza, como si la hubiera estadogolpeando durante toda la noche paravolver a entrar a un mundo que ya habíadejado de existir.

Sir Topher dejó de hablar yFinnikin alzó la vista. Como siempre,vio lágrimas en los ojos del PrimerCaballero real, causadas por el recuerdodel horror de lo que habían encontradoen el Bosque de Lumatere ese mismodía. Extremidades y trozos de carne,mechones de pelo y las ropas

Page 67: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ensangrentadas de la menor de lasprincesas, Isaboe.

La novicia Evanjalin parecía norespirar. Tenía las manos apretadas bajola barbilla como si estuviera rezandopero, a diferencia de Finnikin, que ya nopodía oír nada más, sus ojos rogaban aSir Topher que continuara con lahistoria.

—Lo seguidores de Sagrami, laDiosa de la Noche, vivían en el Bosquede Lumatere —dijo Sir Topher,recuperando la compostura—. Durantesiglos, perseguidos y obligados a vivirfuera de las murallas del reino. Muchoseran curanderos, místicos y empáticoscon dones increíbles que no podíanexplicarse, pero, con el paso del tiempo,

Page 68: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

empezaron a vivir de nuevo entre suscompañeros lumateranos.

»La matriarca de los Habitantes delBosque era una mujer poderosa llamadaSeranonna. Había sido la nodriza de lareina y existía un fuerte vínculo entreellas dos que el rey respetaba por elamor que le tenía a su esposa.

»Pero a la mañana siguiente de lamatanza, encontraron a Seranonna conlas manos y la ropa empapadas ensangre. Los lumateranos, consternadospor el dolor, dijeron que pertenecía a laprincesa más joven y que, de algunaforma, los Habitantes del Bosqueestaban implicados en un sacrificio en elque habían usado la sangre de los hijosde los reyes. Los Habitantes del Bosque

Page 69: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

declararon que al menos dos de lossuyos habían visto a Balthazar corriendopor el bosque esa noche y que, al ir ensu busca, Seranonna se había encontradocon los restos de Isaboe e intentórecoger lo que quedaba de ella. Juraronque esa era la razón por la queSeranonna tenía manchadas de sangre dela niña las líneas de la vida en laspalmas de sus manos.

»Pero los aldeanos hicieron oídossordos. El rey estaba muerto. Un rey quedescendía directamente de los dioses.Su querida reina del Monte tambiénestaba muerta. Sus preciosas hijashabían sido violadas y asesinadasbrutalmente. La más pequeña había sidodescuartizada, y su hijo, el heredero,

Page 70: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

había desaparecido. Los guardias yresidentes del palacio habían sidoasesinados. Y, por todo eso, loslumateranos acorralaron a todos los querendían culto a Sagrami dentro de lasmurallas del reino y quemaron sus casas,obligándoles a irse al Bosque deLumatere con el resto de su gente.Vecinos contra vecinos. Mataron alganado y quemaron las cosechas. Elmundo enloqueció.

Finnikin lo había visto todo desdeel Pueblo de la Roca, en brazos de su tíaabuela Celestina.

—Es el fin del mundo, Finnikin —había gritado ella—. El fin del mundo.

—Al cabo de dos días, el primodel rey entró a caballo en Lumatere,

Page 71: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

acompañado de seiscientos hombres, lamayoría charynitas —continuó SirTopher—. Había estado sirviendo en lacorte de Charyn durante casi diez años.Y con la bendición de los gobernantesde Skuldenore, desesperados pormantener la paz en la región, fuecoronado rey de Lumatere.

»¿Y cuál fue el primer decreto delimpostor? Matarían por traición acualquier adorador de la Diosa Sagrami.Todos los que practicaban la magianegra serían quemados en la hoguera.Los lumateranos se quedaronhorrorizados. Una cosa era expulsar desus hogares a los adoradores de Sagramiy otra muy distinta era matarlos. Pero,aun así, se quedaron allí, impasibles,

Page 72: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

presenciando lo que ellos mismoshabían empezado. Durante los tres díasque siguieron, uno a uno, hombres,mujeres y niños fueron asesinados,quemados en sus casas del Bosque deLumatere. Hasta que los sueños de loslumateranos se tiñeron de rojo y les fueimposible salir de casa a causa del olora muerte que se respiraba en todo elreino.

La novicia cerró los ojos, inclusose tapó lo oídos un instante. Finnikinsabía que había partes de esta historiaque quizás ella no había oído nunca.Nadie hablaba de esos días en ningunode los campamentos de exiliados que ély Sir Topher habían visitado. Elsentimiento de culpa y desesperación les

Page 73: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

hizo permanecer en silencio.—Los lumateranos empezaron a

huir en desbandada —siguió Sir Topher—. La gente del Monte, el pueblo de lareina, ya se había ido, habían reunido atodos los suyos y se habían instalado enla seguridad del Valle de laTranquilidad, fuera de las murallas delreino, a esperar. Los nobles y lasmujeres de las Llanuras se unieron aellos, por temor a ser los siguientes enla lista negra del impostor. Algunosconvencieron a los de las aldeas paraque se fueran con ellos. Los ancianosdel Pueblo de la Roca prohibieron a sugente que se marchara. Su posiciónestratégica, en lo alto de una colina ycon vistas a todo el reino, era un lugar

Page 74: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

más seguro para ellos. Muchos clanesdel Río siguieron los pasos de susvecinos de las Llanuras, mientras queotros emprendieron el camino río arribahasta Sarnak para buscar refugio hastaque los problemas amainaran. Al finaldel tercer día, más de la mitad deLumatere se encontraba ya fuera de lasmurallas, en el Valle de la Tranquilidado en Sarnak.

»Al día siguiente, llamaron alcapitán de la Guardia Real para quejurara lealtad al nuevo rey. En Lumatere,la tradición dictaba que todos debíanarrodillarse ante la presencia del rey,excepto la Guardia Real. Desde los díasen que los dioses habitaban la tierra, laGuardia Real de Lumatere se postraba a

Page 75: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

los pies de su líder tan solo la primeravez que estaban en su presencia.

»Aquel día, el capitán Trevanion senegó a hacerlo. Creía que las manos delimpostor estaban manchadas con lasangre de gente inocente. Y, comovenganza por su falta de respeto, elimpostor arrestó a Lady Beatriss,acusándola de traición con la ayuda deTrevanion. Verás, la noche de losasesinatos, la única residente de palacioque había sobrevivido a la matanza fueBeatriss, la dama de compañía de lasprincesas. El impostor se preguntó cómopodía ser que ella hubiera sobrevivido aesa carnicería. ¿Cómo entraron losasesinos en un palacio vigilado, a no serque el capitán de la Guardia Real lo

Page 76: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

hubiera permitido? Era evidente que loslumateranos no creían que Beatriss yTrevanion tuvieran nada que ver con losasesinatos pero, por aquel entonces, laconfusión era total.

»La torturaron delante deTrevanion —dijo Sir Topher—. Yo oísus gritos. La torturaron hasta queTrevanion confesó la traición, confesótodo lo que ellos quisieron porque sabíaque si no lo hacía, irían a por su hijo.

Finnikin apretó los puños y hundiólas uñas en las palmas de las manos. Vioestremecerse a la novicia, como si lamuchacha pudiera sentir el dolor de lasuñas de Finnikin en sus propias manos.

—Beatriss fue sentenciada a muertey Trevanion condenado al exilio.

Page 77: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Algunos dicen que el rey de la vecinaBelegonia intervino para salvar la vidade Trevanion. Pero otros tenían unateoría diferente. Pensaban que el reyimpostor temía que los hombres deTrevanion se sublevaran. Sabía quemientras el capitán siguiera con vida noactuarían.

Finnikin se puso a limpiar laballesta. Intentaba no pensar en lo quehabía pasado después de que se llevarana su padre. A veces parecía todo muyborroso, pero otras, lo recordaba contoda claridad.

—Al quinto día, arrastraron aSeranonna a la plaza del pueblo. Fue laúltima de los Habitantes del Bosque quemataron y dijeron que Lady Beatriss fue

Page 78: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ahorcada justo después. La ropa y lasmanos de Seranonna estabanensangrentadas. Unos creían que era lasangre del bebé muerto que LadyBeatriss había dado a luz con su ayudaen las mazmorras del palacio, mientrasque otros aseguraban que se trataba dela sangre de Isaboe.

»Yo estuve allí, entre lamuchedumbre —le dijo Sir Topher a lachica—. Mi rey era de la opinión quenunca debía darse la espalda a nuestropueblo mientras sufría. Creo que nadieentendió la ira de Seranonna por lo quele habían hecho a su gente. Y tampocoentendieron hasta qué punto llegaba sudolor por la muerte de la reina y de sushijas.

Page 79: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin recordaba cómo habíanempujado a Seranonna hasta la plaza yla furia de sus gritos: «¡Nuestra queridaBeatriss está muerta!». Los alaridos aúnresonaban en su cabeza y Finnikintembló de miedo al oír de nuevo esavoz. La había oído con anterioridad. Lehabía hablado mientras jugaba conIsaboe en el Bosque de Lumatere y habíapronunciado unas palabras que le habíanperseguido la mayor parte de su vida.

—Y en ese momento, salió de suboca una maldición tan feroz que partióla tierra en dos —dijo Sir Topher—. Lagente gritaba y algunos de los que hacíaun momento habían estado de pie a milado desaparecieron engullidos por latierra antes de que se volviera a cerrar.

Page 80: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Otros corrían por el camino que llevabaa la puerta principal. Algunas casasconstruidas por encima de la callemayor se derrumbaron encima de laspersonas que intentaban huir. Vi como lafamilia entera del herrero desaparecíabajo los escombros, los ladrillos y elbarro. Muchos otros fueron aplastadosal intentar llegar hasta la puerta.

Finnikin se estremeció. Recordabaal hombre de las Llanuras que habíaestado sujetando la cuerda de la puertapara que su familia, aterrorizada,pudiera salir. Cuando empezó a cerrarsela puerta, la cuerda se rompió en lasmanos del granjero, y su mujer e hijotuvieron que dejarle. Pero la hija deaquel hombre no pudo separarse de él, y

Page 81: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la última imagen que Finnikin recordabade Lumatere, mientras conseguíadeslizarse por debajo de la enormepuerta de hierro, fue la de una familiaseparada. Y luego, la nada. Ningúnsonido que proviniera del otro lado. Yacto seguido, se extendió una neblinanegra encima del reino.

Finnikin sintió cómo los ojos deEvanjalin se posaban en él, mientras SirTopher apoyaba la cabeza en las manos.

—La tierra quedó maldita al igualque el pueblo que allí moraba.

Evanjalin volvió a coger la liebre,lentamente, y siguió despellejándola conmanos temblorosas.

«Di algo —quería gritarle Finnikin—. Échale la culpa a alguien. Grita.

Page 82: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Expresa tu rabia». Rabia.—Creo que la he asustado —

murmuró Sir Topher en belegoniano.—Me has asustado incluso a mí.El fuego chisporroteó. Y, un poco

más allá, la novicia Evanjalin siguió consu tarea.

—Este será el último año denuestro viaje, Finnikin. Si Balthazar aúnestuviera vivo, en estos dos últimosaños hubiera cumplido la mayoría deedad. Si no ha aparecido ya, no lo haránunca.

—Tú nunca has creído queestuviera vivo —dijo Finnikin—. Ellamiente.

—Pero ¿por qué?—Quizá sea una espía charynita o

Page 83: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

una Habitante del Bosque en busca devenganza. Tal vez espera que lallevemos hasta el heredero para podermatarle y vengarse de su gente.

Sir Topher le hizo un gesto paraque se callara. Su tono de voz erademasiado evidente y no sabían nada deesa chica.

—Se parece mucho a los monteses—dijo en osteriano—. Los Habitantesdel Bosque son tan rubios como tú,Finnikin. Quizá solo quiera volver acasa con su gente, y sabe que la únicaforma de sobrevivir al viaje es bajonuestra protección.

Finnikin sintió cómo su inquietudaumentaba.

—Esto es un error, Sir Topher.

Page 84: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Nunca hemos confiado en nadie para quenos acompañe en nuestro viaje. Nunca.

—Y, aun así, tu mirada se desvíahacia ella con frecuencia, hijo mío.

—Porque me enfurece —reconocióFinnikin—. Podríamos estar haciendoalgo que valiera la pena. Creíamos quehabían reclamado nuestra presencia enel monasterio para encontrarnos conalguien que merecía la pena.

Como Balthazar, era lo que queríadecir realmente. A diferencia de SirTopher, Finnikin se había dejado llevarpor la esperanza de que el mensajero lecondujera hasta su querido amigo. Yahora, allí estaban, cargando con aquellachica insignificante. Su resentimientohacia ella era cada vez mayor.

Page 85: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Pensaba que te gustaban frágiles—dijo Sir Topher con una sonrisa—. Vicomo flirteabas con la hija de LordTascan, Lady Zarah.

—Me gustan dulces, no tontas. Ytambién me gusta oír sus voces —lecorrigió Finnikin—. Y un poco derefinamiento tampoco estaría nada mal.

Miró de reojo a la novicia. Estabavaciando las tripas de la liebre con lalengua entre los dientes, totalmenteconcentrada en su tarea. Estaba claroque era una boba, pensó Finnikin conamargura.

Comieron la cena en silencio. Mástarde, la chica se sentó con los brazosalrededor de las rodillas, temblando.

Page 86: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Quizá Sir Topher tenía razón y lahistoria que había contado empeoraríalas pesadillas de la chica. En eseaspecto eran iguales, reflexionóFinnikin, ya que últimamente parecíaque sus sueños ya no le pertenecían. Porlo general soñaba bajando el río en unabarcaza con su padre. Otras vecessoñaba con Lady Beatriss, con su dulcevoz y el amor que había entre ella yTrevanion. Pero desde el día en que sele había aparecido el mensajero pararequerir su presencia en el monasteriode Sendecane, sus sueños se habíanllenado de matanzas. Y, esa noche, leconsumieron las imágenes de la noviciaEvanjalin con las manos ensangrentadasal despellejar a la liebre, gritando

Page 87: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mientras la quemaban viva. Gritando elnombre que se le escapaba entre loslabios cada noche desde la semanaanterior.

Balthazar.

Page 88: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 3

La ciudad de Sprie en Sarnakapestaba a bayas podridas y a colhervida. La suciedad estaba incrustadaen los adoquines por donde caminaban yla mugre parecía invadir su propia piel.Era la última ciudad antes de llegar a lafrontera con Charyn, y Sir Topher yFinnikin decidieron que sería másseguro comprar algunas provisiones allíque no tenerlo que hacer en una de lasciudades de Charyn. Sin embargo,Finnikin percibía la malevolencia a sualrededor. Aparte de Lumatere, Sarnakera el reino que más había sufridodurante los últimos diez años y el odio

Page 89: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que sentía su gente por los lumateranosexiliados no conocía límites. En elpasado, el río Skuldenore había fluido através de Lumatere pasando porBelegonia y Yutlind y, a diario, losmejores productos de Sarnak seenviaban río abajo para abastecer alresto de la nación. El clima de Sarnakera perfecto para cultivar casi cualquiercosa, desde suculentos mangos hastapreciadas uvas dulces. La trucha de ríohabía sido el plato estrella en las mesasde la realeza.

Pero sin la vía fluvial de comerciotodos esos productos no servían denada. Después de los cinco días de loinnombrable, la parte del río que pasabapor Lumatere había desaparecido en un

Page 90: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

remolino de niebla y el único modo parair de Sarnak hacia el resto de la naciónera dirigirse al oeste, pasando porSendecane, o al este, cruzando Charyn.La primera opción era un páramo y lasegunda, territorio enemigo. Aexcepción de los campamentos de losexiliados, la pobreza en Sarnak era peorque en cualquier otra parte de la nación.Dos años atrás, algunos civiles armadosdieron rienda suelta a su ira contra loslumateranos exiliados que habíanacampado al sur de la frontera. El rey deSarnak se negó a condenarlos e incluso areconocer lo que había sucedido. Y noera de extrañar, pensaba Finnikin; a finde cuentas los ruegos de un PrimerCaballero real y de su aprendiz cuyo

Page 91: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

reino ya no existía no contaban paranada.

La primera noche, Sir Tophereligió acampar en la espesura delbosque. Tan solo estarían allí paradescansar y recoger provisiones, luegoseguirían su camino. No habría hogueraque les mantuviera calientes, era mejorno llamar la atención. Debían evitar caeren manos de esa gente desesperada enbusca de alguien a quien echar todas lasculpas de su sufrimiento.

Sir Topher y Finnikin lo habíanplaneado con sumo cuidado. No erancomo los exiliados que se agrupaban encampamentos, esperando que alguien lesllevara de vuelta a Lumatere, o que elcapitán de la Guardia Real escapara y

Page 92: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

les salvara a todos. Finnikin sabía que siquería que su pueblo sobreviviera,necesitaban estrategias que les hicieranavanzar. A pesar del rodeo que habíantenido que dar para ir a Sendecane y deque ahora les acompañaba la novicia ysus increíbles afirmaciones, Sir Tophery él mismo tenían la misión de encontrarun trozo de tierra para los exiliados. Esosí era un plan, no un sueño.

Sir Topher decidió que Finnikinfuera al mercado para comprar lasprovisiones necesarias para llegar hastaSorel.

—La chica te acompañará —dijoSir Topher—. Aquí veneran a Lagrami.Hay menos posibilidades de quemolesten a una novicia y su

Page 93: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

acompañante. Pero no la pierdas devista.

La ciudad era un laberinto detenderetes y callejones. En más de unaocasión la novicia pareció desorientarsey se dirigió en otra dirección.

—Escucha —dijo Finnikin confirmeza—. Quédate a mi lado y no mepierdas de vista. ¿Lo entiendes? Di quesí con la cabeza si me entiendes.

Ella asintió, pero Finnikin noestaba satisfecho.

—Fíjate en este silbido. Quieroque lo escuches bien y que lo recuerdesen caso de que nos perdamos.

Silbó una melodía como si fuera unpájaro. Lo repitió dos veces para

Page 94: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

asegurarse de que ella se acordaría.Esperó su reacción, pero no huboninguna.

—No pretendo que la aprendas,pero escúchala bien.

Ella volvió a asentir con la cabeza.El sol ya empezaba a esconderse y

los vendedores comenzaron a guardar lamercancía. Finnikin se acercó a comprarlas provisiones. Al cabo de un instante,oyó un grito frenético y se volvió paraver a un joven desaparecer en uno de loscallejones. Se dio la vuelta hacia elvendedor, vio a la novicia levantarse atrompicones, algo aturdida, pero antesde poder decirle nada, la muchacha yahabía echado a correr detrás del chico.

«Niña estúpida. Estúpida».

Page 95: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Vaciló en un momento defrustración. Era la oportunidad perfectapara olvidarse de ella y seguir el viajecon Sir Topher, tal y como lo habíanplaneado al principio. Su mentor lehabía prometido que irían en busca delos hombres de Trevanion ese otoño.Ahora tenía la opción de ir hacia el sur,donde un grupo de exiliados una vezdijo haber visto a la Guardia Real. PeroLumatere ya había perdido bastantegente en Sarnak y, antes de podercontenerse, le lanzó unas monedas alvendedor y echó a correr detrás de ella.

A una corta distancia, el callejón sedividía en cinco más. Por instinto,Finnikin se metió en el de en medio,pero el laberinto era tan intrincado que

Page 96: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

se olvidó de por dónde había entrado.—¡Evanjalin!Alcanzó a ver un trozo de su

vestido mientras desaparecía al doblarla esquina. Había olido su miedo cuandollegaron a la ciudad; había notado elrecuerdo de la muerte de su familia enSarnak en cada temblor de su cuerpo.

Se estaba haciendo de nocherápidamente. Finnikin la llamó a gritosmientras la perseguía, pero ella semovía con desesperación y desaparecíaconstantemente. Al final llegaron a uncallejón sin salida y tuvo que detenerse.Pero había alguien escondido en lassombras y, antes de poder alcanzarla, laempujaron al suelo. Su asaltante parecíano tener más de catorce o quince años.

Page 97: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin desenvainó la espada deTrevanion con la intención de asustar alchico más que de hacerle daño.

De repente, notó la punta helada yafilada del acero en su cuello. Sintió unpoco de miedo. Desde el día de sunacimiento, Trevanion le habíaenseñado a luchar, una habilidad que SirTopher se encargó de desarrollardurante sus viajes de reino en reino.Pero al volverse, vio que se trataba decuatro hombres. Al comprobar queEvanjalin no representaba una amenazapara ellos, los ladrones convirtieron aFinnikin en su objetivo.

—¡Tírala!«Ni hablar», pensó Finnikin.Miró en dirección a Evanjalin.

Page 98: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Cuando la muchacha empezó alevantarse sobre las manos y lasrodillas, el chico la empujó y ellavolvió a caerse, gimoteando. El jovenladrón le golpeó la sien, mientras laretenía en el suelo. Después, se sentóencima de ella y empezó a rebuscarentre los pliegues de su ropa, como sibuscara algo de valor. Esa erajustamente la razón por la que SirTopher prefería que viajaran solos. Asíno tenían que preocuparse por nadie. Notenían que proteger a nadie. Aquellachica sería su punto débil hasta que ladejaran en Sorel.

—¡Tírala! —repitió.Sin apartar los ojos de la novicia,

Finnikin dejó la espada en el suelo a

Page 99: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

regañadientes y la alejó de una patadapor los adoquines. Fue a parar a unosmetros de la chica y Finnikin se sintióimpotente al ver que el joven seguíahurgando bajo su vestido.

—¡Primero los bolsillos!—No tenemos nada...La espada le rozó la mejilla. Sintió

cómo le atravesaba la piel y un hilo desangre bajaba por su rostro. Pero noquería perder de vista a Evanjalin y viocómo el chico se alzaba de golpe ydesaparecía en medio de la noche.

Evanjalin empezó a gritar en cuantovio la cara ensangrentada de Finnikin. Élsabía que lo tenían todo en contra.Cuatro hombres, todos armados; laespada fuera de su alcance, a los pies de

Page 100: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

una niña histérica; y los tres cuchillosestaban bien guardados: uno en lamanga, otro en su bota y un tercero en laespalda.

—¡Dile a la chica que deje degritar!

Finnikin deseaba que parara.Necesitaba pensar. Rápido. La espada asus pies. Tres cuchillos. Cuatro hombresarmados.

—¡Dile que se calle, chico, o laharemos callar nosotros!

—¡Evanjalin! —gritó él—. ¡Basta!Pero la novicia estaba fuera de sí y

sus gritos se convirtieron en gemidosdesgarradores.

«Piensa, Finnikin, piensa».Un cuchillo en la garganta del que

Page 101: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

estaba más cerca. Otro se lo lanzaría alque estaba haciendo guardia en laentrada del callejón. Cogería la espadadel que estaba más cerca y la hundiríaen el estómago del tercer hombre, peroeso le dejaba a otro más y sabía quemoriría antes de que el segundo cuchilloabandonara sus manos.

Los gritos de la chica repicaban ensu cabeza. No eran palabras, solosonidos. Ensordecedores.

—¡Evanjalin! —volvió a gritarle.Luego vio cómo el hombre que

vigilaba se acercaba a ella.—¡No! —gritó, intentando abrirse

camino entre los tres hombres que lerodeaban—. ¡Es tonta, no os entiende!

Logró deshacerse de ellos, pero

Page 102: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

supo que no sería por mucho tiempo.Aunque no le hizo falta más. La noviciaestaba gritando y Finnikin vio en su carailuminada por la luz de la luna unamirada sin un ápice de miedo, sino másbien rabia. Antes de que pudiera darsecuenta, ella le acercó la espada de unpuntapié a la vez que cogía la hoja quellevaba el hombre en la cadera y se laclavaba en el muslo.

Finnikin se quedó estupefacto, peroreaccionó al ver a Evanjalin luchandocontra uno de los ladrones. Uno menos.Y luego, dos. Las dagas eran silenciosaspero mortales. Usó la espada deTrevanion para luchar contra el tercerhombre, un arma demasiado rápida paraun grupo de ladrones inútiles. El sonido

Page 103: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de la lucha que oía a sus espaldas ledecía que Evanjalin sabía perfectamentecómo manejar un arma. Aun así, cuandoconsiguió deshacerse del tercero, sevolvió para ocuparse del cuarto, pero seencontró cara a cara con ella. Sus ojosestaban llenos de fuego y seguíaempuñando la espada con ambas manos.Firme. Preparada para atacar. Suasaltante yacía a sus pies, retorciéndosede dolor con una segunda herida en laoreja. Dejó caer la espada y echaron acorrer en la única dirección que podían.

Lograron salir del laberinto decallejones y se dirigieron hacia elcamino principal para salir de la ciudad,pero entonces se dieron cuenta de queuno de los ladrones, con la daga de

Page 104: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin aún clavada en el cuerpo, se lashabía arreglado para perseguirles. Lachica empujó a Finnikin hacia un caballoque había atado a un poste cercano, sacóla espada de Trevanion de su vaina y,sin dudarlo un instante, la sostuvo por lahoja y blandió la empuñadura con elrubí entre las piernas de su perseguidor.Finnikin oyó un crujido y supo que noera la empuñadura lo que se había roto.El aullido de agonía que soltó el ladrónpodría haber despertado a los muertos.

Finnikin se montó en el caballo. Lachica le devolvió la espada deTrevanion, puso uno de sus pies encimadel pecho del ladrón para mantener elequilibrio y le sacó la daga de un tirón.Le tendió el brazo a Finnikin y este la

Page 105: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ayudó a montar en la silla de un salto,detrás de él. Ella se agarró a su cinturacon la daga en la mano y él bajó lamirada. La muchacha tenía las manosfuertes, callosas y ensangrentadas. Sintióel rostro de la chica apoyado en suespalda y oyó su respiración irregularcerca de su oído. A Finnikin le asaltó elrepentino deseo de oír su voz.

Sir Topher les miró, asombrado.Finnikin no estaba seguro de si susorpresa se debía al caballo o al aspectomedio salvaje de la novicia. Les ayudó adesmontar pero sus ojos estabanclavados en ella.

—Le robaron —masculló Finnikin,haciéndole señas para que se apartara

Page 106: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—, pero sabe usar una espada.—Te dije que no dejaras que le

pasara nada malo, Finnikin.—Sir Topher —dijo Finnikin,

controlando su tono de voz—, sedefendió con un arma y usó su ingenio.Una cosa está clara, esta chica no esnada tonta. No me fío de ella.

—¿Es mejor que tú con la espada?—Claro que no, pero se las arregló

para dejar a dos hombres mutilados, sino conté mal. Y, con toda probabilidad,uno de ellos no podrá ser padre en algúntiempo.

Ambos se volvieron haciaEvanjalin, que tenía la nariz apoyada enel caballo. Finnikin se inclinó haciadelante para susurrar:

Page 107: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Todo ese silencio. Esto no esnormal.

—Será por su voto, Finnikin. Lasnovicias se lo toman muy en serio.

—Veía a menudo a las novicias deLagrami cuando era niño. Mi prima erauna de ellas. Cantaban, cosían,plantaban rosas. No luchaban como unrecluta salvaje de la Guardia Real. Nosabían el daño que se puede causarcuando pones la empuñadura de unaespada entre las piernas de un hombre.

—Los tiempos han cambiado eincluso las novicias han tenido queaprender a defenderse solas —respondió Sir Topher—. ¿No te alegrasporque haya tenido iniciativa?

Finnikin se calló. Recordó cómo lo

Page 108: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

había empujado hacia el caballo y cómole había cogido la espada de Trevanionpara luchar. Y se dio cuenta de laverdad. No estaba molesto porque lachica hubiera demostrado teneriniciativa, sino porque se había puestoal mando.

Cuando despertaron a la mañanasiguiente, ella ya no estaba.

—Se ha ido sin el caballo y subolsa, lo que quiere decir que pretendevolver —dijo Sir Topher con la vozalgo agitada—. Vas a tener que ir abuscarla, Finnikin. Ahora mismo.

—Ha vuelto a por el ladrón —dijoFinnikin y negó con la cabeza, sin darcrédito—. Le cogió el anillo y quiere

Page 109: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

recuperarlo.Una de las reglas de Sir Topher era

no permitirse nunca sentimentalismos,nunca mirar atrás. Los ojos de Finnikinse desviaron hacia la carretera quellevaba a Charyn. Desde allí, con lachica, hubieran tomado el camino haciaSorel. Solos, Finnikin sabía quehubieran pasado un tiempo en Osteria,donde reinaba la paz. Allí era dondevivía ahora el embajador de Lumatere,quien ostentaba el cargo de ministro deComercio para Osteria.

—No, Finnikin —dijo Sir Topheren voz baja, como si pudiera leerle elpensamiento—. No nos iremos sin ella.

Así que Finnikin volvió a Sprie yrezó para no encontrarse con cuatro

Page 110: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mutilados y un campesino en busca de sucaballo. Sabía que no sería fácil pasardesapercibido. Su cabello era de unridículo color de bayas y dorado, y eramás larguirucho que las gentes deSarnak, de complexión más delgada.Destacaba a plena luz del día, igual quelo debía hacer la novicia con su cabezarapada y aquel feo vestido gris.

La encontró casi de inmediato,acurrucada en un banco de piedra allado de un tenderete, observando laactividad a su alrededor con aquellosextraños ojos oscuros. A su lado, elvendedor y un comprador exigenteregateaban por el precio de una pequeñadaga decorativa. Al otro lado de laplaza, Finnikin vio a los comerciantes

Page 111: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de esclavos de Sorel. Esos hombres seaprovechaban de la gente en situaciónprecaria que se veían forzados a vendera un hijo para alimentar al otro. Habíaoído historias sobre cómo usaban a esosniños y a las mujeres, y le asqueabapensar que un hombre fuera capaz dehacer cosas tan horribles.

Cuando se acercó a Evanjalin, ellase le quedó mirando como si le echaraen cara lo mucho que había tardado enencontrarla. Él se agachó a su lado,negándose a ceder ante su enfado.Después de todos esos años con SirTopher, había aprendido a controlar sussentimientos.

—¿Quién está al mando aquí? —preguntó con calma.

Page 112: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Como no podía hablar, usaba tansolo los ojos para comunicarse y sabíaperfectamente cómo hacerlo.

—Esta mano —dijo él señalando laizquierda—, si mando yo. O esta otra —dijo, señalando la derecha—, si mandastú.

Se las mostró y ella tocó la manoizquierda con suavidad.

La ayudó a levantarse.—Bien —dijo Finnikin, contento

con su elección.De repente el cuerpo de la chica se

tensó. Miró por encima de su hombro yle apartó para salir corriendo. AFinnikin no le quedó otra alternativa queseguirla. Pudo ver al joven ladrónmientras desaparecía en el laberinto de

Page 113: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

callejones detrás de la plaza.La muchacha corría con rapidez,

aunque eso ya lo había comprobado lanoche anterior. A pesar de que elvestido no se lo ponía nada fácil, aFinnikin le costaba seguir su paso. Lapersecución fue corta ya que el chicocometió el mismo error que la nocheanterior y los llevó a un callejón queparecía no llevar a ningún sitio.

«No es de aquí», pensó Finnikin.Evanjalin lo acorraló en una

esquina y extendió la mano abierta.Recibió un revés en la cara por suesfuerzo y se tambaleó por el impacto.Finnikin cogió al ladrón por la tela bastade su jubón y lo lanzó contra la pared depiedra, sujetándolo con una mano en el

Page 114: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cuello. Le registró los bolsillos yencontró cuatro monedas de plata.Cuando se las enseñó a la chica, ella lascogió y las tiró con la misma rabia quehabía visto en sus ojos la noche anterior.

—¿Qué has hecho con el anillo? —le preguntó Finnikin al ladrón mientraslo zarandeaba.

El chico le escupió de lleno en lacara.

—No era esta la respuesta quebuscaba —dijo Finnikin, arrojándololejos de la pared—. Allí atrás, cerca dela fuente, he visto a los comerciantes deesclavos de Sorel. Los reconocería encualquier parte. Huelen a mierda porqueeso es todo lo que hacen sus víctimascuando están a su lado del miedo que les

Page 115: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

da saber adónde los van a llevar.El ladrón simuló un gemido y

volvió a escupirle en la cara, esta vezdirectamente al ojo. Finnikin se limpiódespacio, luego le miró enfurecido y learrastró fuera del callejón con la noviciaa la zaga.

—Coge las monedas, Evanjalin —le ordenó.

El chico intentó escapar sacándosela ropa.

—¿Qué tás haciendo?Finnikin notó el primer rastro de

alarma en la voz del joven. Había usadola lengua de Sarnak, aunque sin fluidez.

—Te voy a cambiar por un caballo.—Finnikin se lo quedó mirando con todala intención del mundo—. Ah, y al

Page 116: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

parecer les gustan jovencitos.El ladrón seguía forcejeando, pero

Finnikin lo tenía bien cogido del cuello,a punto de ahogarlo.

—Traficante de Osteria —resollóel chico—. Dijo falso de todos modos.

La novicia le dio una bofetada. Susojos brillaban llenos de lágrimas.Finnikin no quería ni pensar en lo quehubiera hecho si un ladrón hubieravendido la espada de Trevanion.

—No vale la pena. Vamos.Pero la novicia se quedó inmóvil.

Clavó los ojos, llenos de rabia, en eljoven.

El ladrón repitió su prácticafavorita y le volvió a escupir en la cara.Llevaba un gorro de fieltro negro que le

Page 117: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

caía hasta los ojos. Eran de un colorindescriptible, como el de la paja,quizás, y Finnikin se dio cuenta de quesus rasgos empezaban a mostrar unacrueldad rotunda, con una boca queadoptaba un sempiterno aire despectivo.Por los puños era evidente que tenía lacomplexión de alguien que engordaríacon la edad. Pero era joven, al menoscinco años menor que ellos. Finnikin sepreguntó cuántos más como él recorríanesas callejuelas a diario.

—Os cazarán —dijo el ladrón—,cazarán a toda vuestra gente.

Hablaba como si fuera extranjero yfue justo en ese momento cuandoFinnikin se dio cuenta de dónde era elchico. Tenía una mirada vidriosa en los

Page 118: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ojos que Finnikin no había visto desdeque le separaron de Sir Topher a losdoce años y le metieron en la prisión dela capital de Osteria. Le encarcelaronjunto a otros exiliados lumateranos,niños cuyos padres habían muertodurante los cinco días de lo innombrableo que habían fallecido por las fiebres.Algunos de los pequeños ni siquierasabían su nombre, ni tampoco sabíanhablar en ninguna lengua. Tener elmismo origen no significaba nada enaquella prisión y supo que tampocosignificaba nada para ese chico que nodebía de haber tenido más de tres ocuatro años cuando sus padresescaparon de Lumatere.

Finnikin no necesitaba preguntar a

Page 119: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

quiénes darían caza. En Sarnak siemprehabía alguien al acecho. Quizás un grupode jóvenes u hombres amargados,incapaces de llevar comida a la mesapara su familia. Finnikin estaba segurode que el ladrón los delataría al primeroque pasara, a cualquier precio. Cuandola novicia le miró, supo lo que teníanque hacer.

Sir Topher se los quedó mirando alos tres con su característico aplomo.

—Así que a partir de ahora nuestropequeño grupo incluirá un caballo y unladrón.

Finnikin se aseguró de que lasmanos del ladrón estuvieran bien atadas.

—O nos quedamos con él o en

Page 120: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cuanto pueda nos manda a un grupo desarnaks.

Sir Topher miró al ladrón.—¿Cómo te llamas, chico?El ladrón le escupió.—Es su respuesta favorita —dijo

Finnikin secamente—. Nos podemosdeshacer de él en cuanto lleguemos aCharyn.

—No si encontramos a exiliados, ysospecho que va a ser así. Tal vezpodríamos dejarle en Sorel.

—Creo que le va a gustar Sorel —dijo Finnikin y se volvió hacia el ladrón—. ¿Has oído hablar de las prisiones enlas minas de Sorel?

El chico palideció de golpe yFinnikin miró a Sir Topher, satisfecho.

Page 121: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Bien, parece que le resultanfamiliares. —Echó un vistazo a lanovicia, que estaba acurrucada debajode un árbol, cubriéndose la cabeza conlas manos—. Ha vendido su anillo.

Sir Topher suspiró.—En cuanto lleguemos a Sorel ya

no habrá de qué preocuparse.Dos semanas, calculó Finnikin

mientras Sir Topher cargaba el caballo.Solo quedaban dos semanas para que elladrón de Sarnak y la novicia Evanjalinsalieran de sus vidas para siempre.

Page 122: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 4

Siempre eran los ojos los querevelaban su herencia lumaterana y estavez no fue diferente. Al cruzar laspuertas de Charyn, los dos guardias serieron por lo bajo y Finnikin oyó cómomurmuraban la palabra «perros». Dabaigual si eran gente de la Roca, del Río ode las Llanuras, si eran morenos orubios, los lumateranos tenían los ojoshundidos en sus cuencas. Finnikin habíaoído que una vez el rey de Charyn habíaordenado a sus guardias medir ladistancia que había entre los ojos y lanariz de unos prisioneros lumateranos ycomo consideraba que estaban

Page 123: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

demasiado juntos, por lo tanto, no eranhumanos. Odiaba ese reino. La única vezque Sir Topher y él habían visitado lacorte de Charyn, durante los primerosaños del exilio, había llegado a temerpor sus vidas. Aquella semanaocurrieron cosas extrañas y siniestras enpalacio, por la noche se oyeron gritosespeluznantes y aullidos llenos de furia.Muchos decían que la sangre real estabacontaminada y que el rey y sudescendencia estaban medio locos.

El camino que llevaba a la capitalestaba bordeado de casas de piedra.Eran muy sencillas a excepción de laentrada, decorada con rosales que aúnno habían florecido. Aunque tardarían almenos diez días, habían planeado viajar

Page 124: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

por la orilla de uno de los tres ríos deCharyn hasta llegar a Sorel. Si habíaexiliados en esas tierras, el río era ellugar donde los encontrarían. Loslumateranos eran, principalmente, gentesentimental, y se sentían atraídos por lossitios que les recordaban al paisaje desu mundo perdido.

Cuatro días más tarde encontraronun campamento. Desde la colina dondeestaban, pudieron ver un pequeñoasentamiento de unos cincuentaexiliados. Empezaron a descender por laladera y Finnikin, encabezando el grupo,se agarraba a las ramas mientras sedeslizaba hacia la estrecha orilla dondehabían montado las tiendas.

Dos exiliados, un hombre y una

Page 125: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mujer, se acercaron para darles labienvenida. Como siempre, al principiohubo un momento de desconfianza en susmiradas. Aunque los campamentosestaban lejos los unos de los otros, losexiliados habían oído historias de lo quehabía pasado en otros reinos y eranconscientes de su propia vulnerabilidad.En sus viajes, Sir Topher y Finnikin amenudo se topaban con los mismosexiliados, pero no conocían a aquellaspersonas. Era obvio que habían sabidocómo esconderse.

Sir Topher hizo las presentacionesoportunas y el hombre se quedó mirandoa Finnikin atentamente. Luego asintiócon la cabeza y le extendió el brazodoblado a la altura del codo, con el

Page 126: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

puño apretado con fuerza. Era el saludode las gentes del Río de Lumatere.

—Hijo de Trevanion —saludó elhombre.

Finnikin levantó el brazo de lamisma forma y agarró la otra mano delhombre.

—Nosotros vivíamos en el Río enla época en que Trevanion regresó paradefenderlo —explicó la mujer—. Minombre es Emmian y este es mi marido,Cibrian.

A Finnikin no le sorprendió que lagente del Río lumaterano se hubierahecho cargo de los exiliados, igual quelo había hecho en muchos otroscampamentos. Junto a los monteses, eranlos más fuertes del reino.

Page 127: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Tu madre provenía de la Roca,Finnikin —afirmó Cibrian.

Finnikin asintió con la cabeza.—Pasé casi toda mi infancia allí

con mi tía abuela, excepto cuando mipadre estaba de permiso.

—¿Los has visto en tus viajes?Tengo una hermana que se casó con elzapatero de la Roca.

—Me acuerdo muy bien de él —respondió Finnikin, sonriendo—, peroen nuestros viajes nos hemos encontradocon muy poca gente del Pueblo de laRoca. Creemos que la mayoría sequedaron allí cuando los ancianos se loordenaron. Dudo que ninguno de ellosescapara del reino a no ser queestuvieran en la plaza ese día.

Page 128: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—No sé si es un castigo o unabendición —dijo Emmian en voz baja.

Cibrian los llevó con el resto yFinnikin saludó a un grupo de exiliadosque debía tener su misma edad. Alverlos, pensó en Balthazar y Lucian y seimaginó cómo serían ahora, de mayores.

Empezaron a caer unas gotas delluvia y Cibrian les llevó a su morada.Los exiliados estaban bien equipados.Las tiendas estaban hechas de piel durade caballo, contaban con muchasprovisiones e incluso alguna cabra.Finnikin supuso que algunos de ellostrabajaban en aldeas cercanas. Los niñosparecían más sanos que en los otroscampamentos y pensó que quizá tuvieranun curandero.

Page 129: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Esta primavera fuimos muyafortunados al recibir la benevolentevisita de Lord August de las Llanuras, unconocido vuestro, por lo que he oído —le comentó Cibrian a Sir Topher—. Nospidió que estuviéramos atentos a lavisita del hijo de Trevanion y del PrimerCaballero real.

Sir Topher y Finnikinintercambiaron miradas.

—¿Cómo es que Lord Augustestaba en Charyn si trabaja para la cortede Belegonia? —preguntó.

—Asuntos de palacio. Iba decamino a casa cuando nos hizo unavisita. Nos pidió que os dijéramos quefuerais a Belegonia si estabais por lazona.

Page 130: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Nosotros nos dirigimos hacia elsur, a Sorel —dijo Sir Topher.

—Su petición fue muy clara, señor.La tienda de Emmian y Cibrian era

espaciosa. Había dos niños, de unosocho o diez años, sentados en unaesquina y, en cuanto les vieron entrar,salieron corriendo hacia sus padres.Finnikin se fijó en cómo Emmian losabrazaba y los acariciaba. Eran unosniños queridos. Luego miró hacia dondeestaba el ladrón de Sarnak, acurrucadoen su propio odio, al lado de la noviciay no pudo evitar hacer una comparación.

La chiquilla le miraba con los ojosmuy abiertos.

—¿Nos puedes contar la historia deLady Beatriss y el capitán Trevanion?

Page 131: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—le preguntó.Los adultos se pusieron tensos, con

una expresión en sus rostros quereflejaba preocupación y culpa. Finnikinrecordó lo mucho que los lumateranosdisfrutaban de las historias de amor. Élmismo había crecido escuchando una yotra vez la historia del joven rey quesalió a cabalgar por las montañas y seencontró a una chica salvaje del Monteque le robó el corazón. No se habíadado cuenta de que la historia deBeatriss y Trevanion había despertadoel mismo interés.

—Están cansados, Jenna. Ahora notienen tiempo de contar historias —contestó su padre bruscamente.

Finnikin observó cómo todos los

Page 132: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

adultos de la tienda apartaban la miradao hacían ver que estaban ocupados,como si en realidad la niña no hubieraformulado esa pregunta. Incluso SirTopher estaba concentrado en el río, yde repente Finnikin sintió lo mucho queechaba de menos a su padre, un lujo querara vez se permitía.

Pero Evanjalin tenía la vistaclavada en él, se negaba a apartar lamirada. Había algo en su expresión, unapregunta en sus ojos, que le hizoaclararse la garganta.

—Fue un amor intenso —dijo conbrusquedad—, muy intenso.

Las mejillas de la chiquillaenrojecieron de emoción mientras que elniño, decepcionado, dejó caer los

Page 133: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

hombros. Finnikin había sentidoexactamente lo mismo cada vez que sutía abuela Celestina empezaba a divagarsobre los votos matrimoniales que el reyle había jurado a la chica de Monte eldía de su boda. Finnikin prefería la partede las justas y las luchas de espadasprotagonizadas por la Guardia Realdurante las celebraciones.

—Pero, si me lo permites, tengoque remontarme a mucho antes —dijoFinnikin dirigiéndose al niño—, cuandoTrevanion del Río defendió a su pueblocon tan solo una poderosa espada y¡cuarenta hombres entregados!

Evanjalin se mordió el labio comosi reprimiera una carcajada y Finnikinno pudo evitar sonreír abiertamente. El

Page 134: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

niño se incorporó con una mirada deemoción en el rostro y asintió con lacabeza, deseando que Finnikincontinuara.

—Mi padre era un humilde soldadode a pie. De joven fue testigo de cómo,año tras año, los bárbaros, que vivíanmás allá de las fronteras de Skuldenore,llegaban navegando por su querido ríoen barcos dragón que parecían surgir delcielo. Primero saqueaban las tierras delnorte, en Sarnak y, luego, seguían hastaLumatere. Aquellos extranjeros eranbrutales, saqueadores de la peor calaña.

—¿Se llevaban las tiendas y lacomida? —preguntó el niño conimpaciencia y, por un instante, Finnikincreyó tener delante al propio Balthazar.

Page 135: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Se quedó paralizado de tristeza y nosupo encontrar las palabras paracontinuar con la historia.

Oyó un ruidito, como si alguien seaclarara la garganta, y alzó la vista paramirar a Evanjalin. Por su expresión,parecía que comprendía lo que lepasaba y Finnikin volvió a recuperar lavoz.

—Robaban oro, por supuesto —dijo Finnikin y se tragó el nudo de lagarganta— y plata. Lumatere tenía lasmejores minas de la nación, eran unsueño hecho realidad para los invasoresbárbaros. Desgraciadamente el rey habíaheredado una Guardia Real cobarde yllena de holgazanes, capitaneada por supropio primo, y eso les facilitaba las

Page 136: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cosas a los extranjeros para hacer lo quequerían.

—¿Dónde estaba Trevanion? —preguntó la niña.

—Protegiendo a un duquedespreciable de las Llanuras. Pero lascosas cambiaron cuando cumplió veinteaños. Los bárbaros volvieron ydecidieron que el oro y la plata ya noeran suficientes, ahora querían llevarsea los jóvenes del río para convertirlosen esclavos en su país. Los mayores queintentaron impedírselo murieron en labatalla. Así fue cómo Trevanion perdióa sus padres y a sus hermanas. En esamisma época mi madre murió cuandonací, así que ya os podéis imaginar larabia y tristeza que sintió.

Page 137: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

»Un día, cuando el rey estabavisitando al despreciable duque,Trevanion se abrió camino entre laguardia y se plantó delante del líder delreino. Le exigió al rey que le contaraqué pensaba hacer para proteger a sugente. Lo que no sabía Trevanion eraque el rey se pasaba las noches en vela,impotente en su palacio, mientras quesus tierras eran saqueadas y su gentesecuestrada. ¿Pero qué podía hacer unrey con una guardia débil? Trevanion,como es lógico, fue arrestado.

—¿Le torturaron? —preguntó elniño a media voz.

—No. El rey tenía un plan. Cadanoche, con la excusa de que le debía unadisculpa, bajaba a hablar con Trevanion

Page 138: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sobre los invasores bárbaros y su ociosaguardia. Trevanion le hizo una promesa.Si le dejaba libre, él escogería a loscuarenta mejores hombres de Lumatere ydarían fin a los saqueos anuales.

»Trevanion fue inflexible duranteel entrenamiento de sus hombres, perovalió la pena. Al cabo de un año, cuandolos bárbaros regresaron, no pudieronconquistar el río de Trevanion. A losveintiún años fue nombrado capitán dela guardia. Sus guerreros eran hombresintrépidos y el reino quedó a salvo delos invasores. Nadie osaba desafiar a laguardia de Trevanion. Incluso losmonteses se quedaron tranquilos, almargen, y todos sabemos lo difícil quees mantenerlos bajo control.

Page 139: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Pero qué pasó con el otrocapitán de la guardia, el primo del rey?—preguntó el niño.

Finnikin oyó una inhalación bruscay supo que no era el momento demencionar al rey impostor a esos niños.Pero los adultos conocían el resto de lahistoria. Al primo del rey lo acogieronen la corte real de Charyn y allí esperódurante diez años hasta que vio elmomento propicio para apoderarse deltrono de Lumatere.

—¿No queréis oír la historia deTrevanion y Lady Beatriss?

—Oh, sí, por favor —le rogó lachiquilla.

—¿Seguro? Porque quizá lahistoria de Trevanion cuando trabajaba

Page 140: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

en palacio como nuevo capitán de laguardia te parezca aburrida —dijoFinnikin, dirigiéndose al niño, que negócon la cabeza solemnemente—. Ahoraes cuando aparece Lady Beatriss. A lavista, parecía muy delicada. Era unanovicia de Lagrami, como muchas otrasde las chicas privilegiadas del reino. Seles enseñaba a ser buenas esposas, asaber hacer todas aquellas cosas quemandaba su posición social. He oído aalgunos decir que fue una debilidad deTrevanion enamorarse de aquellamuchacha consentida de Lumatere, peroél vio algo en ella que los otros nopodían ver.

—Era casi tan hermosa como lasprincesas —murmuró Emmian.

Page 141: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Nadie era tan hermosa como lasprincesas —dijo una voz que pertenecíaa uno de los exiliados que estaba fuerade la tienda.

Finnikin comprobó que, a pesar deque lloviznaba, tenía una buenaaudiencia.

—Trevanion no estaría de acuerdocon esa afirmación. Pero ese no fuesiempre el caso. Veréis, Lady Beatrissera la niñera de Balthazar y de Isaboe,además de ser una amiga fiel de lasotras tres princesas. Ahora bien, yo seréel primero en admitir que los dos hijosmenores, y yo incluido, no se loponíamos muy fácil a Beatriss. Balthazare Isaboe eran muy... digamos que aveces estaban demasiado llenos de vida.

Page 142: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

No le tenían miedo a nada y se pasabanel día en lo alto de la torre, gritando«¡eh, vosotros!» a los niños de losaldeanos, mientras la pobre Beatriss losapartaba pidiéndoles que secomportaran.

»Pero Balthazar quería mucho a losaldeanos. Decía que eran “sus vecinos”y le gustaba salir del palacio y hablarcon ellos de uno en uno. Les decía: “Susrosales son preciosos, Esmine. Voy atener que llevarme uno para dárselo a mimadre”, o “Espero que comparta su vinocon mi padre cuando las uvas esténmaduras, señor Ward”. La reina habíacriado a sus hijos de modo que novieran diferencias entre los más pobresaldeanos y ellos mismos, aunque en más

Page 143: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de una ocasión nos dio un sopapo porenseñar a los niños del pueblo a tirarflechas desde los tejados de sus casas.

»Un día, Balthazar colgaba de latorre peligrosamente cuando dio lacasualidad de que el capitán de laGuardia Real cruzaba el foso para entraren el palacio. Recuerdo un tremendorugido y a Trevanion ordenándonos quenos bajásemos de la torre. “¡Incluidatú!”, gritó señalando a Lady Beatriss.

Los más jóvenes de la tienda seecharon a reír e incluso Sir Topher serio entre dientes.

—Me acuerdo muy bien de esebramido —dijo Cibrian, asintiendo conla cabeza.

—Lady Beatriss, temblando de

Page 144: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

miedo, bajó de la torre hasta el foso ynosotros la seguimos para recibir lapeor bronca de nuestras vidas. La pobreBeatriss sollozaba, pero Trevaniongritaba: «¡Deja de lloriquear! ¡Son loshijos del rey! Y no les debe pasar nadamalo. Hay que ser funcional, mujer. ¿Esque no eres más que una muñeca con unacara bonita y un padre poderoso?».

Tanto dentro como fuera de latienda se oyeron muestras de asombro.

—Como es lógico, le obligaron adisculparse ante ella, pero Trevanion senegó. Su trabajo era proteger a lafamilia real, le dijo al rey, y necesitabatotal libertad para garantizar suseguridad. Entretanto, enviaron aBeatriss de vuelta a la casa solariega de

Page 145: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

su padre hasta que se calmara elalboroto. Las tres princesas mayores senegaron a hablar con el rey hasta queTrevanion no se disculpara, y Balthazare Isaboe se entristecieron porque sunueva niñera era la mujer más mala detoda Lumatere. Y así quedaron lascosas.

Finnikin descansó un instante, casihipnotizado por las miradas deanticipación de los niños y adultos quele rodeaban. Algunos de los que estabanfuera de la tienda se abrieron paso parasentarse al lado de Cibrian y su familia.Evanjalin tenía los brazos alrededor delas rodillas y la cabeza apoyada enellas. Su mirada era distante, pero nohabía perdido la sonrisa y eso le

Page 146: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

removió algo por dentro.—Todo cambió el día en que mi

padre me llevaba de vuelta a casa de mimadre en el Pueblo de la Roca.Balthazar e Isaboe le pidieronacompañarnos y ¿quién mejor que elcapitán de la Guardia Real paraprotegerlos? Incluso la mujer más malade Lumatere estuvo de acuerdo.

»De camino, paramos en lasLlanuras para entregar unos documentosal duque de Sennington, el padre deBeatriss. Trevanion nos ordenó que nosquedáramos con los caballos mientras élbajaba el sendero que llevaba hasta lacasa solariega. Al cabo de un rato,empezamos a impacientarnos y nosfuimos hasta un prado cercano sin

Page 147: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

darnos cuenta de que había un toro muyenfadado. Era enorme y nos estabafulminando con la mirada. CuandoTrevanion se acercó y se percató delpeligro, su primera reacción fueempezar a correr hacia el prado. Aqueldía fue una de las únicas veces que hevisto miedo en los ojos de mi padre. Erael capitán de la Guardia Real, el mejorespadachín de la región pero ¿qué sabíaun chico del río sobre toros?

—¿Y qué sabe la gente del río denada? —bromeó uno de las Llanuras.

—Más que tú, granjero paleto —lecontestó un exiliado de las gentes del ríoy hubieron más risas.

Finnikin vio que las bromas y lasrisas eran algo nuevo para aquella gente.

Page 148: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Y dio la casualidad que en esepreciso instante pasaba por allí LadyBeatriss, una muchacha que en el fondoera una granjera y entendía a losanimales. Antes de que nos diéramoscuenta, empezó a mover los brazos y nosgritó que nos fuéramos corriendo encuanto el toro se volviera hacia ella.Echamos a correr a toda velocidad ysaltamos la valla, aunque a día de hoyno tengo ni idea de cómo loconseguimos, pero nos pusimos a salvo.Ella no tuvo la misma suerte, claro. Juroque voló por los aires cuando el toro sela llevó por delante. Mi padre no tuvootra opción que mutilar al animal. Sacóa Beatriss del prado y la dejó debajo deun árbol. La princesa Isaboe sollozaba

Page 149: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

encima del cuerpo de Beatriss, rogandoque abriera los ojos. Y así lo hizo alcabo de unos instantes. Cuando vio quetodos estábamos a salvo, respiró,aliviada, miró a Trevanion y le dijo:«¿Le ha parecido eso lo bastantefuncional, capitán?». Luego le dio unabofetada porque él tenía la mano encimade su muslo y se desmayó de inmediato.

Las mujeres empezaron a aplaudiry los hombres gruñeron, pero los niñosse quedaron mirando a Finnikin,estupefactos.

—Aquel día mi padre empezó acortejarla.

Finnikin alzó la mirada al acabar lahistoria. La tienda estaba repleta degente, de jovencitas con sonrisas

Page 150: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

melancólicas y jóvenes que imaginabanser el capitán Trevanion. Pero eran lasexpresiones que dibujaban las caras delos mayores las que llamaron más laatención de Finnikin. Reflejaban unamezcla de alegría y tristeza al recordarel mundo que habían perdido.

—Ah, Trevanion —murmuróCibrian al sentarse justo fuera de latienda donde los niños ya dormían—,debería haberse postrado ante el reyimpostor.

El hombre había terminado delimpiar cinco grandes truchas y lasestaba asando al fuego.

—No —dijo Finnikin con firmeza—. La guardia del rey solo debe

Page 151: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

postrarse ante su legítimo líder. El reyimpostor tuvo algo que ver en lasmuertes de la familia real y mi padre losabía. Lo que no sabía es que cogerían aLady Beatriss como ocurrió después.

—Rezo a la Diosa Lagrami paraque haga regresar a tu padre sano ysalvo y de ese modo nos muestre elcamino a casa, Finnikin —dijo Cibrian.

—Si logramos convencer aBelegonia para que nos cedan un trozode tierra, ¿os uniréis a nosotros tú y tugente? —preguntó Finnikin.

Cibrian negó tristemente con lacabeza.

—Si aceptamos una nueva patria,estaremos aceptando que hemos perdidoLumatere para siempre.

Page 152: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Quizá sea esa la realidad.—No traicionaría a esta gente por

nada en el mundo —dijo Cibrian en vozbaja— pero entre nosotros haylumateranos que tienen ciertas...habilidades, que no estaban tan sololimitadas a los Habitantes del Bosque.Dicen que Balthazar va a volver.

Sentada a su lado, Finnikin sintiócómo Evanjalin se ponía tensa.

—Sueños y premoniciones —continuó el hombre—. ¿Es posible quela bruja Seranonna esté intentandoinvertir la maldición desde más allá dela tumba?

Con una sola mirada, Sir Topheradvirtió a Finnikin para que noreaccionara y, en vez de contestar, se

Page 153: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

concentraron en la comida.

Después de cenar, Finnikin se sentóen la tienda que compartía con sus trescompañeros de viaje y apuntó losnombres de la gente de Cibrian en elLibro de Lumatere . Hasta la fecha, ensus viajes, ya había localizado a milsetecientos treinta exiliados. El censo dela población de Lumatere la primaveraantes de los cinco días de loinnombrable era de seis mil docepersonas.

—¿Podemos confiar en LordAugust? —le preguntó discretamente aSir Topher en belegoniano mientrasterminaba las anotaciones—. Creo quedeberíamos ir directamente a Sorel.

Page 154: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Él es el único vínculo quetenemos con la corte de Belegonia.Quizás esté dispuesto a hacernos unaoferta en nombre del rey, Finnikin.

—Entonces, ¿por qué estaba enCharyn? Nunca nos hemos fiado de loscharynitas.

—Y tú nunca te has fiado de losduques lumateranos que eligen trabajarpara cortes extranjeras —respondió SirTopher.

—Escogiste no gozar de lacomodidad que te ofrecían las cortesextranjeras.

—Es distinto para el PrimerCaballero real. Pero entiendo ladecisión del duque e incluso la delembajador en Osteria. ¿O es que no han

Page 155: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

colaborado con nosotros para que lascondiciones de vida de los exiliadosmejoraran? Responderemos a suinvitación, Finnikin. Irás a visitarle.

—¿Por qué yo?—Eres el hijo de Trevanion. Tu

padre trabajó para el suyo.—Mi padre odiaba al suyo.—Irás, Finnikin —dijo Sir Topher

con firmeza—. Podría tratarse del pasomás importante hacia la obtención de unhogar para nuestro pueblo. —Se volviópara ver dónde estaban la novicia y elladrón—. Nos llevaremos uno cada uno.Evanjalin irá contigo. No queremos queel ladrón cause problemas en casa deLord August. He oído rumores de quehan visto al sacerdote real cerca de aquí

Page 156: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

y sería igual de importante podercontactar con él.

Finnikin cerró su libro.—Todas estas historias sobre el

retorno de Balthazar y el deseo de verotra vez a Trevanion solo significan quelos exiliados seguirán anclados en elpasado, esperando un milagro.

—Ya hace casi diez años —suspiró Sir Topher—. No es de extrañarque la gente piense en ello. Déjales consus sueños y supersticiones mientrasnosotros avanzamos.

Page 157: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 5

Entraron en Belegonia a través dela vecina Osteria para llegar a laencrucijada del norte. Los palacios deOsteria y Lumatere, al igual que lafrontera de Sendecane, estaban a un díaa caballo de la encrucijada. Mientras sepreparaban para seguir la flecha queindicaba el camino hacia el sur, hacia lacapital de Belegonia, Finnikin se quedómirando fijamente la flecha queapuntaba al norte. Habían tachado lapalabra «Lumatere».

Por un instante, se dejó llevar porlos recuerdos y pensó en un sendero conviñedos y olivos a los lados. Era el

Page 158: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

camino que tantas veces había recorridocon su padre. Y cada una de esas veces,había subido a lo alto de la colina paracontemplar las vistas del Valle de laTranquilidad y la extensión del reino deLumatere. Pueblos con callesadoquinadas que repicaban al paso delas pezuñas de los animales; praderasllenas de flores; cabañas alineadas aorillas del río que serpenteaba a travésdel reino palpitante de vida. En su mentesiguió el cauce del río hasta llegar alpuerto, donde las barcazas cargadas demercancías partían para llevar lariqueza de los productos del reino hastala punta sur de Yutlind o el extremonorte de Sarnak. Podía ver su pueblo enla Roca, el asador de su tío donde la

Page 159: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

carne y el pescado colgaban del techo, yla cantera donde solía llevar a Balthazare Isaboe, que dejaban a todos losaldeanos entusiasmados con sus ganasde cavar y extraer piedra. Lucian de losMontes decía que no era natural vivir encuevas, los llamaba «trogloditas», yaunque a Finnikin a veces se le hacíapequeño el Pueblo de la Roca, no habíanada comparable a aquellas vistas de laregión donde se podía ver a un granjerohaciendo caer bellotas de un roble paraque se las comieran sus cerdos, yfamilias trabajando juntas, segando eltrigo con las hoces y recogiendo lacosecha. Y a lo lejos, se veía el palacioreal, en lo alto de una colina, con vistasa su querido pueblo, en el interior de las

Page 160: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

murallas del reino, y a los que estabanfuera, en el Bosque de Lumatere.

Sir Topher y Finnikin tan solohabían vuelto al Valle de laTranquilidad al quinto año de su exilio.Por aquel entonces, la oscura niebla queen su día llegaba hasta las murallas delreino se había extendido hasta cubrir untercio del valle, incluyendo el Bosquede Lumatere. Pero justo cuando Finnikinhabía perdido toda esperanza de volvera ver o sentir algo de su tierra natal, lacicatriz de su muslo, señal del juramentoque había hecho con Balthazar y Lucian,empezó a supurar. Se tocó la herida y unsentimiento de euforia le recorrió todoel cuerpo, como si la misma Diosa

Page 161: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

hubiera plantado en él una semilla deesperanza, la ilusión de que quizáBalthazar estaba vivo y de que un día lamaldición desaparecería y Lumaterevolvería a ser libre.

Pero cuando descendieron lamontaña y se dispusieron a avanzar entrela oscura niebla, una gran fuerza losempujó hacia fuera. Finnikin no queríarendirse, había sentido algo allí arriba.A pesar de la sensatez de Sir Topherque le animaba a alejarse, Finnikinintentó una y otra vez entrar en el reino,hasta que el día dio paso a la noche, elsol desapareció y se hizo la oscuridad.

—No volveremos, Finnikin —ledijo Sir Topher con tristeza—. Aquí yano queda nada para nuestra gente. Les

Page 162: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

encontraremos un hogar en un paísextranjero.

Vencido por el cansancio, Finnikinsabía que su mentor tenía razón. Era unatontería creer que Balthazar habíasobrevivido. Desde ese día, Finnikinnunca más se atrevió a albergar laesperanza de volver a Lumatere ymaldecía a todo aquel que osara pensarlo contrario.

Al cabo de tres días, acamparon alas afueras de la capital de Belegonia.Mientras viajaba hacia la ciudad,acompañado de Evanjalin, Finnikin notócómo se animaba. Había algo mágico enaquel reino. Belegonia era un centro deaprendizaje y, a lo largo de los años, Sir

Page 163: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Topher se había encargado de queFinnikin experimentara todo lo quepodía ofrecer esa tierra. Le gustaba elhecho de que cuando creía conocer hastael último rincón de la ciudad, de repentese encontraba en un nuevo callejónserpenteante. Le gustaba cómo discutíanen sus rincones, sobre lo que discutían.No hablaban tan solo de los impuestos yla muerte, sino de la calidad de losedificios, la teoría filosófica másreciente, las historias de Will elpanadero en contraposición a las de Jarkel carnicero. En toda la nación deSkuldenore, la gente trabajaba, dormía yexistía. En Belegonia, en cambio, comoen Lumatere, la gente vivía de verdad.

Finnikin y Evanjalin oyeron la

Page 164: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

música que provenía del centro de laciudad. Había una chica con una gaita yun hombre con un tambor que llevaba elcompás, uno, dos, tres, cuatro, de unaforma que hacía que la sangre deFinnikin bombeara a un ritmo frenético.Por un instante, perdió de vista aEvanjalin mientras los que les rodeabanempezaban a bailar. Pero entoncesapareció delante de él, mirándole conlos ojos centelleantes. Los golpes deltambor resonaban por las calles y ellalevantó los brazos y dio una palmadasobre su hombro izquierdo. Sin dejar demirarla, Finnikin dio una palmada sobresu hombro derecho. Luego, con unmovimiento lento, Evanjalin taconeó conel pie y Finnikin la imitó. Eran los

Page 165: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

primeros pasos del baile de la Luna deCosecha en su reino y, cuando el ritmoaceleró y todos los demás empezaron ataconear y girar a su alrededor, se sintiócompletamente hipnotizado por la danzaque bailaba con Evanjalin. Peroentonces el ritmo cambió y Finnikinrecobró el sentido. Cogió con suavidadla mano de la novicia y siguió su caminocon ella a la zaga.

Mientras dejaban atrás las casasque daban a la plaza principal, Finnikinsintió otra vez la frustración del díaanterior. Aún estaba enfadado por tenerque aceptar la invitación de LordAugust. August de las Llanuras era elhijo del duque a quien Trevanion habíaprotegido cuando solo era un joven

Page 166: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

soldado de a pie. Al marcharseTrevanion para luchar contra losinvasores, Lord August le siguió con laintención de demostrar que era muchomás que el hijo privilegiado de unhombre. Finnikin sabía que, durante losaños que siguieron, su padre y el noblefueron muy amigos. Sin embargo, nopodía dejar de pensar que desde loscinco días de lo innombrable, ni él niSir Topher habían encontrado a ningunade las gentes de Lord August que vivíanen el pueblo de Sayles. Sabía que lamayoría habían escapado en dirección alValle pero sospechaba que, en algúnlugar del camino, el duque les habíaabandonado y que ahora estabanesparcidos por distintos campamentos

Page 167: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sufriendo enfermedades, o algo peor.La residencia de Lord August era

alta y estrecha, sin puertas en la plantabaja. Finnikin supuso que la familiaentraba por uno de los edificioscolindantes, aunque no tenía ni idea depor qué Lord August veía la necesidadde proteger la residencia de esa manera.La nobleza estaba a salvo gracias a lasleyes extranjeras, aunque fueran delinaje lumaterano.

Un carruaje se acercó a la entradade la casa y Finnikin vio cómo unamujer y cuatro niños salían de él.Reconoció a Lady Abian, que de arribaabajo parecía la perfecta esposa de unduque, vestida con sedas y adornada conjoyas. La seguía Lady Celie y sus tres

Page 168: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

hermanos menores. No había visto a estaúltima desde que eran niños, pero pudoapreciar que nada había cambiado enella. Siempre había sido una niña frágil,algo extraña y callada que se habíaganado el aprecio de los hijos de losreyes, pero que había tenido queaguantar al abusón de Lucian de losMontes.

La familia no reparó en Finnikin yEvanjalin hasta que a Lady Celie se lecayó un paquete de las manos yEvanjalin se agachó para recogerlo. Alverla, Lady Celie dio un grito ahogadoque hizo que Finnikin sintiera unaantipatía instantánea por la chica. Lasdos jóvenes se miraron, una con ropasrefinadas y pulidas mientras que la otra

Page 169: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

vestía con simpleza y bastedad. Finnikinvio un destello de emoción en la miradade Evanjalin antes de que la familiadesapareciera en el interior del edificiode al lado.

Cuando Lord August finalmenteapareció por la misma entrada, su rostroquedó impasible, pero agarró el hombrode Finnikin con fuerza. Iba vestido conricas sedas, como correspondía aalguien que trabajaba en una corte real,y se le podía haber descartado como unode esos nobles con un título absurdo ymuy poco que hacer. Les condujo alpatio del edificio que estaba al lado desu casa, pero hasta que no estuvieron enuna salita, vacía excepto por los frescosde las paredes, Lord August no se

Page 170: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

detuvo para mirar detenidamente aFinnikin.

—Ya no eres un niño.—¿Cómo veis la diferencia, señor?—Porque, como padre que soy,

conozco la pena que sentiría Trevanional ver lo mucho que le han arrebatado.

Finnikin miró hacia otro lado yluego masculló unas palabras parapresentar a Evanjalin.

—Y Sir Topher envía sus disculpaspor no haber venido. Había rumores deque el sacerdote real estaba por estastierras y tenía interés en saber si eracierto.

—Yo también he oído algo de eso,pero dudo mucho que esté aquí. Durantelos últimos diez años el sacerdote real

Page 171: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

no ha hecho otra cosa que ir decampamento en campamento,arriesgándose a coger las fiebres que undía de estos le llevarán a la muerte.

—Nos habéis prometido unaentrevista con el rey, Lord August —lerecordó Finnikin.

—No —contestó con firmeza—.Nunca fue una promesa, solo unainvitación para hablar de Lumatere.

—¿Y de qué es de lo que queréishablar entonces, señor? Como oshabemos comentado cada vez quevenimos aquí, la única esperanza paraLumatere es conseguir una tierra parasus exiliados.

—Y, como le he dicho a SirTopher año tras año, ¿por qué debería

Page 172: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

estar interesado el reino de Belegonia enceder parte de su territorio?

—Fuisteis vos quien contactó connosotros —contestó Finnikin sinesconder la rabia en su voz—. Hemosvenido porque nos invitasteis. ¿Por quénos hacéis perder el tiempo, señor?Nuestra gente se muere y vos nos hacéisvenir hasta aquí para verle.

—Dime algo que aún no sepa,Finnikin. Dime que intentarás volver a tuhogar y le pediré ayuda al rey.

—No tenemos hogar —replicó—.Conseguidnos la tierra, Lord August. Eslo único que queremos. Una parte deBelegonia a orillas del río. Nosinstalaremos allí y nos las arreglaremossolos, así los belegonianos no tendrán

Page 173: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de qué preocuparse.—Si conseguimos dar con nuestra

guardia, estoy seguro de que Balthazarsaldrá de su escondite —dijo LordAugust en voz baja.

—La guardia de Lumatere ya noexiste.

—Mientras Trevanion esté vivo, laguardia también lo estará.

Finnikin se retiró el pelo de lacara, lleno de frustración.

—¿Es esto una trampa, señor?¿Acaso se ha escapado mi padre de unade las prisiones de la nación y ahoraintentáis encontrarle con mi ayuda?

Lord August soltó una risa forzada.—¿Que ha escapado? No será

porque su guardia no lo ha intentado. Ya

Page 174: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

te lo he dicho antes, no tengo ni idea dedónde está. Una noche hace siete años lotrasladaron en secreto. Lo único que sées que se lo llevaron a Yutlind Norte,pero parece que ya no está allí. Creoque el embajador sabe algo pero seniega a hablar de Trevanion. Aseguraque está respetando los deseos delcapitán.

Finnikin hundió las uñas en laspalmas de las manos.

—Recuerdo cuando le visitabaaquí, en prisión —continuó Lord August—. Siempre me hacía la mismapregunta: «¿está a salvo mi hijo?».Mientras la respuesta fuera afirmativa,no le importaba lo que le sucediera.Pero tú le podrías convencer, Finnikin.

Page 175: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Si pudiéramos encontrar a Trevanion yliberarlo, entonces su guardia saldría desu escondite y contaríamos con losmejores hombres de Lumatere para quenos condujeran de nuevo a nuestrohogar.

—Aunque tuviéramos a mi padre ya la guardia, e incluso al heredero, ¿noos dais cuenta de que lo que no tenemoses un reino? —le cortó Finnikintajantemente.

—El heredero tiene la respuesta,Finnikin. Balthazar sabrá cómo entrar.Algunos de los nuestros, los que tienendones, han empezado a sentir algo.Alguien.

—Dejadme hablar con el rey —repitió Finnikin.

Page 176: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

El duque negó con la cabeza, conuna mirada de decepción cargada defuria en su rostro, y de repente, Finnikinse sintió como si tuviera delante a supadre.

—El rey querrá un favor a cambio—respondió Lord August con desdén.

—Pueden permitirse tenernos aquí,señor. Esa es la razón por la que hemoselegido Belegonia y no Osteria. Miradel espacio abierto de este reino. Hemosviajado durante cinco días por unas delas tierras más exuberantes y fértiles.Pero todas estaban vacías,desaprovechadas, mientras nuestra gentese ve obligada a vivir en campamentosabarrotados.

—Dirán que eso no es

Page 177: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

responsabilidad suya, Finnikin.—¿Y entonces de quién es?—¡Dirán que ya ha hecho

suficiente! Que nuestra gente tiene quebuscarse la vida, que integrarse.Afirman que no tienen control sobre losbandidos que acosan algunos de loscampamentos. Que no tienen controlsobre su propia gente, mientras que losnuestros están a merced de todos losoprimidos de cada nación que seaprovechan de esa oportunidad.

—¿Eso es lo que cree?Lord August le miró fijamente.—¿Acaso crees que no me pregunto

cada día qué más puedo hacer? ¿Acasopiensas que no visito los campamentos yno quiero acogerlos a todos en mi casa?

Page 178: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Pero dime, Finnikin, ¿a quién elijo? ¿Alhuérfano de madre? ¿A la embarazada?¿Al hombre que ha perdido a toda sufamilia? —Negó con la cabeza yFinnikin supo que estaba rechazando supetición—. Dile al rey algo que sea útily entonces te ayudará.

Finnikin se quedó en silencio, lafalta de esperanza le había dejado sinpalabras.

—Entonces, decidle esto.La voz provenía de detrás de él.

Era una voz fuerte pero ronca, como sino la hubieran utilizado hacía tiempo.Hablaba en lengua lumaterana y al oírla,Finnikin sintió un escalofrío en todo elcuerpo.

—Decidle que el rey impostor no

Page 179: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

lo hizo solo —dijo Evanjalin, mientrasavanzaba por la sala hacia ellos—.Decidle que Lumatere nunca fue elobjetivo, sino el medio paraconseguirlo.

Se detuvo al lado de Finnikin,parecía distinta ahora que tenía voz. Laspalabras llenaban sus ojos de fuego, dela misma forma que lo había hecho lamúsica.

—¿Qué mejor modo para que laastuta Charyn tomara el control deBelegonia, su rival más poderoso, queponer un títere en el trono del reino quehabía entre ellos? Y cuando Charyndecida saquear Belegonia, elderramamiento de sangre de Lumatereparecerá insignificante a su lado.

Page 180: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Lord August se acercó a ellos hastaque estuvo delante de Evanjalin.Finnikin apenas podía respirar. Ellarozó su brazo con el suyo y el chico notócómo temblaba.

—¿Y tú quién eres para saber eso?—susurró el duque en su lengua nativa.

—Cuando una no habla, los queestán a su alrededor hablan aún más,señor.

—¿Y qué esperas lograr con estainformación? —Miró a Finnikin—. ¿Quépasa aquí, Finnikin?

—Nos habéis pedido algo que elrey de Belegonia no supiera —contestóFinnikin, recopilando lo ya dicho—. Yse lo hemos dado. Así que, ¿qué nosdaréis a cambio? ¿Una audiencia con

Page 181: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

vuestro rey, tal vez?El rostro de Lord August se puso

blanco de furia y el hombre cogió aFinnikin de manera violenta.

—Mi rey —escupió— está muerto.El rey de Belegonia es mi jefe. Nuncavuelvas a confundirlos.

La chica extendió el brazo y retirólas manos de Lord August de encima deFinnikin.

—Si volviésemos a Lumatere,¿dejaríais todo esto? —le preguntó—.¿La seguridad y los privilegios a cambiode un reino que podría ser arrasado encualquier momento? Puede que vuestrastierras ya no estén allí, señor. Quizásotro las está trabajando y cree que ahorale pertenecen. ¿Estaría tan ansioso de

Page 182: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

volver a Lumatere aunque ya no hubieranada allí para usted?

Lord August se quedó mirándolos.—¿Con Balthazar y su Primer

Caballero? —preguntó—. ¿Con laprotección de la Guardia Real y labendición del sacerdote real? Solotenéis que decirlo y seré el primero enarrodillarme con las manos en el suelopara plantar la primera semilla.

Ninguno de los dos medió palabrahasta que no estuvieron fuera de laresidencia del duque. Finnikin la agarródel brazo.

—¿Me puedes explicar qué tipo devoto de silencio es este? —le preguntóen lumaterano.

Page 183: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Ella se colocó un dedo en loslabios para que se callara.

—Sir Topher se pondría furioso siaveriguara que has hablado nuestralengua nativa en público —dijo en vozbaja y a Finnikin le sorprendió aún másque conociera el idioma belegoniano.

Cuando regresaron al campamento,el ladrón de Sarnak estaba atado a unárbol. El chico soltó una retahíla deimproperios, escupiendo saliva y conlos ojos llenos de odio. Finnikin, queaún seguía enfadado, se acercó y locogió del pelo.

—Mi madre, a diferencia de latuya, nunca intercambió favores sexualespor una moneda de plata —le dijo como

Page 184: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

respuesta a su primer insulto, al tiempoque le golpeaba la cabeza contra eltronco del árbol—. Y —siguió, con otrogolpazo retumbante—, aunque no tengonada en contra de los machos cabríos,me ofendo si me etiquetan como tal.

—Por el humor que traes, las cosascon el duque no han ido muy bien —dijoSir Topher desde donde estaba sentado,junto a la hoguera.

Finnikin se acercó a él.—La chica ha hablado.—¿Evanjalin? —Sir Topher se

puso de pie al instante—. ¿Qué te hadicho?

—Ha hablado en presencia delduque. Y después habló conmigo enbelegoniano.

Page 185: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Sir Topher miró hacia donde estabaEvanjalin, preparando la cena.

—Finnikin, ¿qué te ha dicho? —lepreguntó con urgencia.

—Lo que habíais siempresospechado sobre el rey impostor y elataque a Lumatere.

Sir Topher palideció.—¿Un títere en manos de los

charynitas?Finnikin asintió con la cabeza.—Y ¿Lord August?—Se lo dirá al rey de Belegonia,

pero solo si volvemos a Lumatere con laguardia de mi padre. También habló deBalthazar.

—Los empáticos —dijo Sir Tophersin apartar la mirada de la novicia que

Page 186: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

estaba ocupada desplumando un faisán—. Son los empáticos los que estánpercibiendo alguna cosa.

—Creía que los habían matado atodos.

—No, solo a los Habitantes delBosque. Pero parece ser que había otraspersonas con el don, especialmente entrelas gentes de las Llanuras y de losMontes. Por eso creo que Saro de losMontes mantiene a su pueblo bienoculto.

Sir Topher se acercó donde lachica estaba sentada. Tenía los dedos yalgunas partes de su vestido cubiertos deplumas.

—Escoge una lengua —dijoFinnikin fríamente—, parece que sabe

Page 187: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

unas cuantas.La novicia se puso de pie y sus

ojos se movieron de Finnikin a SirTopher.

—Solo hablo la lengua de mispadres y belegoniano —dijotranquilamente en esa misma lengua—, ysé hablar un poco de sarnak.

Sir Topher recobró el aliento.—¿Hay alguna otra cosa que

quieras decirnos, Evanjalin?Ella negó con la cabeza y su labio

inferior empezó a temblar.—No tienes por qué tener miedo —

continuó Sir Topher con delicadeza—.¿Dónde oíste hablar del plan de Charyncontra Belegonia?

Ella se acercó y le susurró al oído.

Page 188: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Balthazar.Finnikin vio la confusión que

reflejó el rostro de Sir Topher.—No os enfadéis, por favor, Sir

Topher —dijo ella—. Por favor,llevadme con los monteses. Ellos sabránlo que hay que hacer, os lo prometo. Oslo juro por mi vida.

—Y ¿crees que están en Sorel?La chica dudó un instante y luego

asintió con la cabeza.El ladrón se moría de risa.—Mira cómo lloro —la imitaba—.

Estoy muy triste. Quiero alguien que meabra el cuello y me eche a los perros.

La chica no respondió y, al cabo deun momento, Sir Topher se apartó deella.

Page 189: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Finnikin, ven. Vamos a practicar.Pero Finnikin no se movió de su

sitio.—¿Por qué elegiste estar en

silencio, Evanjalin? —preguntó—.¿Acaso tienes algo que esconder?

Ella le miró a los ojos.—¿Qué necesidad tengo de hablar

cuando puedo seguir tus silbidos comosi fuera un perro?

Finnikin le dedicó una risa forzada.Aquella chica no tenía nada de tonta.

—Y, de todas formas, me estabadivirtiendo mucho con las historiassobre la frágil Lady Zarah.

Él y Sir Topher habían estadohablando sobre la hija de Lord Tascanen osteriano. Finnikin entrecerró los

Page 190: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ojos e intentó reprimir su enfado. Lo queno sabían sobre aquella muchachapodría llenar las páginas del Libro deLumatere.

—¿Son celos lo que transmite tuvoz? —le preguntó.

—¿Celos? ¿De una insignificantemiembro de la nobleza que trina comoun pajarillo, según Sir Topher?

—A tu voz sí le vendría bien algomás de dulzura —replicó.

—¿Ah, sí? Pues la tuya podría sermás refinada. Para alguien que sesupone que va a ser el futuro PrimerCaballero del rey, suenas como unpescadero.

—En primer lugar —dijo furioso—, pertenezco a la futura Guardia Real

Page 191: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

y, en segundo lugar, mi padre fue el hijode un pescadero, así que si fuera tú,escogería mis insultos con más cuidado.

—¡Finnikin, a practicar! —volvió agritar Sir Topher.

Evanjalin siguió desplumando elfaisán como si él ya no estuviera allí.

—Tienes un corazón muy oscuro —le dijo a la chica en tono acusatorio.

—Me alegro de que te hayas dadocuenta, Finnikin —respondió sin alzar lamirada—. Todavía te queda esperanza.

Page 192: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 6

El camino que llevaba desdeBelegonia hasta Sorel recorría unasantiguas cavernas de las que se decíaque eran la morada de los dioses másoscuros de la nación. Los viajerospreferían la ruta oceánica quecomunicaba ambos reinos a pesar de lapiratería en mar abierto, y Finnikincomprendía por qué. El viaje a través delas cavernas le llevó casi todo un día.Se vio obligado a avanzar agachadotodo el tiempo y se sintió acosado porlas tallas de formas grotescas, mediohumanas, medio animales, que cubríanlas paredes que les rodeaban. Unos ojos

Page 193: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pintados de amarillo le seguían la pista,mientras unos dedos parecidos a garrastrazaban una línea helada a lo largo desu brazo cada vez que se rozaba con laroca dentada.

No sintió mucho alivio cuandollegaron a la capital. Sorel era un reinode piedras y escombros, y sus paisajeseran tan agrestes como los deSendecane. La sequedad del aire lesasfixiaba cada vez que intentaban hablary trozos desiguales de roca se clavabanen el fino cuero de las botas de Finnikin.No pudo evitar fijarse en los piesensangrentados de la novicia y lamaldijo por lo que fuese la hacía seguiradelante. Hacía poco se había colocadoa la cabeza del grupo, aunque al

Page 194: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pensarlo detenidamente, se percató deque en realidad lo había hecho desdeSendecane.

Sorel albergaba una oscuridad ensu interior, de un modo similar a Charyn.Sin embargo, mientras que Charyn erauna daga capaz de cortar a su víctimacon una precisión rápida y mortífera, lajusticia en Sorel era un cuchillodesafilado que se clavaba y se retorcíaen la carne para dejar a la víctimaexpuesta a una muerte lenta y dolorosa.Sorel había sido el único rival deLumatere en la exportación de mineralesextraídos de sus minas y se habíandeleitado con la catástrofe de loinnombrable, lo que había triplicado lastarifas de exportación y había chupado

Page 195: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la sangre a los reinos vecinos. El reyutilizaba las minas como prisión y serumoreaba que algunos de los presos nohabían vuelto a ver la luz del sol desdeincluso antes de que Finnikin naciera.Peores aún eran las historias de niñosesclavizados, obligados a trabajar en lasminas durante todo el día para que luegolos encerraran bajo tierra de noche. Poruna vez, Finnikin se sintió agradecido deque tanto él como Sir Topher y el ladrónfueran de tez y cabellos claros, y todavíamás agradecido de que la noviciatuviera la cabeza rapada.

—Mantén agachada la cabeza —leadvirtió Finnikin mientras se acercabana la ciudad fronteriza, llena de guardias—. Desconfían de todos aquellos que

Page 196: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

tengan los ojos oscuros y este es uno deesos lugares donde no nos convienellamar la atención.

Finnikin pasó sin ningún problema.Ni siquiera el carcaj de flechas quellevaba a la espalda y el arco quecolgaba de su costado llamaron laatención de los guardias. Pero no fue elcaso de la novicia. La agarraron por labasta tela de su vestido, casiahogándola. Finnikin arremetió contraellos, pero ella alzó una mano paradetenerle, y él observó cómo el soldadola obligaba a ponerse de rodillas paracomprobar si detrás de sus orejas habíaalguna marca de flux, pues creían quelos exiliados de Lumatere la llevaban ensus cuerpos y la extendían por todas

Page 197: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

partes.El soldado no mostraba emoción

alguna. A diferencia de lo ocurrido enSarnak, ese odio no lo causaba elhambre ni la pobreza. No había más queuna sensación de superioridad imbuidaen los nativos del lugar desde que eranniños y una enorme aversión hacia losextranjeros. Cuando el soldado le abrióla boca a Evanjalin y le metió los dedos,Finnikin volvió a enfurecerse. Se llevóla mano hacia la espada de Trevanion,pero Sir Topher le contuvo.

—¡Solo empeorarás la situación!—le advirtió su mentor al oído con unsiseo—. Estás poniendo su vida enpeligro.

El ladrón de Sarnak soltó una risita

Page 198: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

con regocijo.En el pueblo, Evanjalin le vomitó a

los pies. Finnikin sospechó que se debíaal recuerdo de los dedos sucios que elsoldado le había metido en la boca. Sinpensarlo, la ayudó a incorporarse y lelimpió la cara con el borde de sucamisa. Sus miradas se cruzaron, y enlos ojos de la novicia vio unadesolación que casi le hizo ahogarse. Derepente, deseó tener el poder necesariopara borrar tal desesperanza. Aquelmomento delante de los guardias habíasido la primera vez que había permitidoque las emociones nublaran su razón.Aun así, no se arrepentía. Comprendió,con una claridad que le dejó confuso,que si alguien se atrevía a tocarla de

Page 199: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

nuevo, su espada no se quedaría dentrode la vaina.

Evanjalin se apartó de él y señalóuna posada que había en uno de loslados de la plaza principal.

—Quiero lavarme la cara —murmuró antes de echar a andar haciaallí.

Hizo el ademán de seguirla, pero lavoz de Sir Topher le detuvo.

—Finnikin. Déjala respirar unpoco.

Más tarde montaron el campamentoen la base de una escarpadura. MientrasSir Topher se echaba a dormir y elladrón de Sarnak lanzaba una serie dejuramentos contra sus grilletes,

Page 200: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Evanjalin comenzó a trepar por la paredrocosa.

—Quédate aquí —le ordenóFinnikin, pero si había algo que habíaaprendido de la novicia era que ellahacía lo que le venía en gana, por lo queacabó siguiéndola.

Aunque la maldijo por dentro, nopudo evitar asombrarse por su falta detemor y la facilidad con la que ascendíapor la roca, descalza.

Cuando Finnikin llegó a la cima,ella ya estaba de pie sobre un estrechosaliente de granito que asomaba sobre elcampamento que habían montado allíabajo. Pero fue la vista al oeste lo que ledejó sin aliento, una última visión de

Page 201: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Belegonia a la luz del atardecer.—Es precioso —dijo ella en la

lengua materna de ambos.Finnikin se quedó en silencio,

luchando con el placer que sentía cadavez que la oía hablar en su lengua.

—Di algo —le pidió mientras elsol comenzaba a desaparecer y el aire seenfriaba—. Dime lo que estás pensando.

Con Sir Topher hablaba deestrategias y de la división de las tierrasentre los exiliados, de cuáles eran lasmejores cosechas que se podían sembrary de la política del país en el que seencontraban en aquel momento. Habíanpracticado con espadas deentrenamiento, habían tratado conduques desagradables e incluso se

Page 202: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

habían enfrentado a un embajadorobsesionado con el protocolo. Pero endiez años, nadie le había preguntado enqué pensaba. No obstante, sabía muybien que la novicia Evanjalin le estabapreguntando por algo más aparte de suspensamientos. Quería que sacara a la luzesa parte de él mismo que se esforzabapor mantener oculta. La parte compuestapor estúpidas esperanzas y recuerdosdolorosos.

—Echo de menos oír nuestralengua materna —dijo de pronto—.Hablarla. Sir Topher siempre ha sidomuy estricto respecto a usar solo elidioma del país en el que estemos, perocuando sueño, lo hago en lumaterano.¿No te encanta? La forma en la que sale

Page 203: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de la garganta, gutural y forzado. Mehace pensar en el trabajo duro. Es muydiferente del romanticismo que seencuentra en el belegoniano y elosteriano.

Evanjalin esbozó una dulce sonrisaen su rostro.

—Echo de menos la música de lasvoces en el mercado abarrotado de mipueblo rocoso, o las de la corte del rey,donde todo el mundo acababa casigritando para hacerse oír por encima delos demás. No sabría decirte cuántasveces le he oído aullar al rey «¡Silencio!¡Habláis demasiado!». Y eso era tansolo en la mesa de la cena, con su mujery sus hijos.

La novicia se echó a reír y aquel

Page 204: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sonido le tranquilizó.—Te juro que es verdad. La reina

era la que más gritaba. «¿Es que acasosufro la maldición de tener los críospeor educados de todo el reino? Vestie,discúlpate ahora mismo con la niñera, ¡ovas a pasar toda la semana que vienelimpiando la letrina! Balthazar, todavíano eres el soberano de este reino, eincluso cuando lo seas también tendrásque comer en la mesa como un serhumano».

La risa de Evanjalin era contagiosay él continuó con la imitación. Leencantaba la vida que había llevado enel Pueblo de la Roca, pero no tantocomo la que había tenido en la corte delrey. En el palacio estaban Balthazar y

Page 205: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

las princesas de hermoso espíritu, ysobre todo, Trevanion. El corazón leestallaba de orgullo en el pecho cadavez que era testigo de la importancia desu padre. A veces, en mitad de la noche,cuando estaba de guardia, Trevanion lesacaba de la cama y se sentaban en eltorreón para contemplar el mundo que seextendía debajo de ellos. Lady Beatrissa menudo les acompañaba, temblandopor la brisa nocturna, hasta queTrevanion los abrazaba a los dos a lavez para ayudarles a mantenerse encalor.

—Pues entonces, a partir de ahorate exigiré que me hables en lumateranocuando estemos a solas —le dijoEvanjalin, interrumpiendo sus

Page 206: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pensamientos.—¿Ah, sí? —le respondió él con

voz burlona—. ¿Y por qué?—Porque sin nuestra lengua

estaremos perdidos. ¿Quiénes somos sinnuestras palabras?

—La escoria de la tierra —contestó Finnikin lleno de amargura—.En algunos reinos les han arrebatadotodas las huellas de Lumatere a losexiliados. Ahora estamos en «su» tierra,así que hablaremos «su» lengua oninguna. Es el castigo que debemossufrir por el patético rumbo que hantomado nuestras vidas.

—Por eso los hombres dejan dehablar —comentó ella en voz baja.

Había hombres que en Lumatere

Page 207: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

habían hablado en voz alta y apasionada,que se habían encargado deproporcionar bienestar a sus familias yque eran respetados en sus aldeas.Ahora permanecían en silencio yconfiaban en sus hijos para que fueransus intérpretes, como si ellos mismosfueran bebés inútiles. Finnikin sepreguntó qué le habría hecho algo comoaquello a un hombre que antaño sehubiera erguido orgulloso de sus logros.¿Cómo podrían transmitir sus historiassin un lenguaje propio?

—Y cómo les gustaba hablar a loslumateranos —añadió Finnikin—. Gritardesde la cima de las colinas, aullar en elmercado, cantar desde las barcazas delrío. Uno de mis lugares favoritos era la

Page 208: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

roca de las tres maravillas, en unamontaña que se alzaba por encima de mialdea. Trepaba hasta allí con Balthazar yLucian de los Montes. Tú le conoces,claro, porque también eres de allí.

Evanjalin hizo un gesto deasentimiento.

—Es hijo de Saro.—Nos teníamos una antipatía sana.

Me llamaba «troglodita». Sin parar.—¿Y qué le respondías tú? —le

preguntó entre risas.—Le llamaba «hijo de un incesto».

Sin parar. Balthazar era quien decidíacuál de los dos lograba decir el peorinsulto. Siempre ganaba yo, porsupuesto. Los monteses son unos blancosfáciles.

Page 209: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Estás hablando de mi gente —ledijo Evanjalin esforzándose por parecerofendida.

—¿Cómo es que tu familia acabótan separada del resto? —preguntóFinnikin—. Eres la primera montesa quenos hemos encontrado en nuestrosviajes.

Evanjalin se quedó en silenciodurante unos instantes y Finnikin sepreguntó si ella sabría dónde seescondía su pueblo.

—Saro hizo que se marcharanpocos días después de que mataran a suhermana, la reina, y mi madre, sushermanos y yo estábamos entre ellos.Sin embargo, mi padre se encontraba enSarnak y mi madre se negó a marcharse

Page 210: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

el día en el que Saro se llevó a nuestragente del Valle. Ella insistió en quedebíamos esperar. Creía que aún habíaesperanza, que si nos quedábamos en elValle, mi padre llegaría desde Sarnak ynos encontraría. —Ella alzó la vistapara mirarle—. ¿Recuerdas aquellaépoca?

—Demasiado bien —respondió élen voz baja—. Todos esperamos por lomenos durante una semana. Después dela maldición, Saro envió a dos de sushombres para que entraran en el reinodesde las otras fronteras, pero solo unode ellos regresó después de varios días.

Finnikin se quedó callado. Recordólo que el montés le había dicho a Saro,que en cada una de las fronteras, una

Page 211: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

fuerza invisible les había impedidopasar, hasta que en la frontera de Charynsu compañero se abrió paso hacia elinterior de la tormenta. El montés habíacontemplado lleno de horror cómo latormenta le devolvía a su pariente apedazos, un hueso astillado tras otro.

—Y fue entonces cuando todo elmundo comenzó a marcharse —continuóFinnikin—. Todos necesitaban alimentara sus hijos, sobrevivir, y no dejaron dediscutir si era mejor ir a Charyn, aBelegonia o a Sarnak. Yo me quedécerca de los hombres de mi padre hastaque me pusieron bajo la tutela de SirTopher. Fuimos los últimos enmarcharnos.

El viento soplaba con fuerza en el

Page 212: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

risco y los mechones de pelo le azotabanla cara. De repente, ella alargó unamano para apartarle el cabello. Al notarsus dedos, Finnikin se estremeció. Nohabía sentido una dulzura semejantedesde su niñez. Ya había tenidorelaciones con mujeres y había sentidosus manos en todas las partes delcuerpo, pero su caricia le hizo sentir quepertenecía a algún lugar.

—Recuerdo a los niñosabandonados que lloraban a los ladosdel camino —dijo Evanjalin—. Algunostan solo tenían dos o tres años. La gentese vio obligada a poner susupervivencia y la de su familia porencima de cualquier otra consideración,y dejaron que los niños de los demás

Page 213: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

muriesen. Es la única razón por la quesiento algo de lástima por el ladrón deSarnak.

Finnikin asintió.—Una parte de mí cree que apenas

hay esperanza para los que son como él,que se han vuelto tan rastreros como losindividuos a los que se ha unido. Perootra parte de mí recorrerá esta tierra deun lado a otro en cuanto estemosasentados en nuestra segunda patria y lostraerá de vuelta a todos al lugar quepertenecen.

Sintió la mirada de Evanjalin, perono se dio la vuelta para mirarla. Noquería que aquellos ojos volvieran apenetrarle.

—Entonces, ¿tu destino es pasar el

Page 214: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

resto de tu vida recorriendo esta nación?¿Quién eres tú para merecer semejantemaldición? —preguntó la muchacha.

Quiso responderle que era aquelque oculta un mal en su interior. Un malque Seranonna de los Habitantes delBosque reconoció aquel día mientrasjugaba con Isaboe.

«Su sangre se derramará para quetú seas rey».

—¿Qué es lo que quieres deverdad, Finnikin? —insistió Evanjalin.

—Quiero que me dejen tranquilopara que sigamos haciendo lo quesiempre hemos hecho —dijo de formavehemente.

«Quiero ir en busca de mi padre»,deseó poder gritar.

Page 215: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Y qué es eso que quieres hacer?¿Deambular por todo el imperio? ¿Vas aanotar los nombres de todos losmuertos? ¿Dónde te gustaría que tedejara, Finnikin?

«En la entumecida tranquilidad enla que vivíamos antes de queaparecieras en nuestras vidas».

Finnikin la miró fijamente y ella lesostuvo la mirada.

—Me sentía muy cómodo con tuvoto de silencio —dijo al final.

Ella torció la boca tras unmomento.

—¿En serio? Pues yo creo queestás mintiendo.

—Es cierto. Lo echo mucho demenos.

Page 216: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Creo que en realidad te mueresde ganas por contarme qué gritastedesde tu roca. Con el heredero y con esehijo fruto del incesto.

Finnikin no pudo evitar echarse areír.

—Estábamos convencidos de queel lobo plateado existía. Las leyendasdecían que solo un verdadero guerrerosería capaz de matarlo y construimostrampas en el bosque para representar sucaptura. Balthazar era el guerrero, yoera su escolta, Lucian hacía de lobo eIsaboe de cebo. Luego subíamos a laroca y practicábamos ritos a los diosesgritando lo que queríamos hacer ynuestra fe en ellos. Nos juramos lealtadlos unos a los otros. Incluso prometimos

Page 217: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

salvar Lumatere.Sacudió la cabeza al pensar en el

último juramento que habían hechojuntos, en el que había utilizado lasangre de los tres.

—Me encantaría una roca como esa—comentó ella—. Dejaría libre milengua y me daría el valor necesariopara decir todas las cosas que jamás mehe atrevido a decir.

—¿Y qué es lo que dirías,Evanjalin? ¿Maldecirías al impostor?¿Maldecirías a aquellos que lo hanpuesto en el trono?

Ella negó con la cabeza.—Diría mi nombre a voz en grito.

¡Evanjalin de los Montes!La voz de la novicia resonó con

Page 218: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

fuerza y su volumen tomó por sorpresa aFinnikin, quien se acercó al borde de laroca con deseos de oírla hasta quedesapareciera el último eco, con deseosde atraparla con sus propias manos.

—¡Finnikin de la Roca! —rugió yluego se volvió hacia ella con la miradaencendida por el entusiasmo—. ¡Hijo deTrevanion de la gente del Río deLumatere y de Bartolina de la Roca!

Se golpeó el pecho condramatismo.

Ella se echó a reír y se acercó a él.—¡Enemigo mortal del maldito

impostor! —chilló.Finnikin se quedó pensando unos

momentos y asintió como gesto deaprobación.

Page 219: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¡Servidor fiel del PrimerCaballero del rey, Sir Topher, de lacorte real de Lumatere!

—¡Seguidor de nuestro amadoBalthazar!

—¡Hijo de un hombre que antañoamó a Lady Beatriss de las Llanuras deLumatere!

—¡Hija de los inocentes que fueronasesinados!

—¡Hermano de una que se llevaronantes de que pudiera respirar porprimera vez!

—¡Hermana de aquellos que laamaron con todo su corazón!

Ella se había acercado demasiadoal borde de la roca y con una bruscainhalación, Finnikin la agarró por la

Page 220: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cintura con un musculoso brazo que laapretó contra su pecho.

—Chica alocada —le dijo con unavoz casi dulce, con los labios cerca deloído—. Podrías haberte caído.

Un estremecimiento recorrió elcuerpo de la muchacha, que después seapartó.

—Deberíamos irnos —murmuró.—Confía en mí, Evanjalin —le

dijo él al tiempo que le ofrecía unamano.

Ella la tomó, temblando, y ambosbajaron por la pared rocosa en silencio.Pero él ya echaba de menos su voz ycuando la ayudó a bajar las últimasrocas, descubrió que su dedo le recorríael moratón que tenía alrededor de la

Page 221: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

boca.—¡Finnikin!Dentro de la roca hueca distinguió

la inquieta silueta de Sir Topher.—Aquí estamos, señor.—No os alejéis mucho. Ya sabes

lo extraño que es este lugar.Finnikin y Evanjalin comieron en

silencio el pan y el queso que teníanpara cenar, mientras Sir Topher losobservaba atentamente. Hasta el ladrónparecía apagado. Más tarde, mientrasFinnikin escribía en el Libro deLumatere, miró hacia donde ella seencontraba, lejos del resto del grupo,con las manos pegadas a los costados.Se colocó el libro debajo del brazo y seacercó a ella. De repente, se sintió muy

Page 222: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

incómodo y notó que el pulso le iba auna velocidad irregular.

—Ven con nosotros —le dijo envoz baja—. Sir Topher está contandorelatos sobre sus viajes con el rey.

En el rostro de Evanjalin había unatisbo de sonrisa.

—¿Qué? —le preguntó ella en untono de voz defensivo.

—Cuando hablas lumaterano, tuacento suena como el de los habitantesdel Río.

—Era o eso grrruñir como la gentede la Roca.

Evanjalin se echó a reír, pero larisa se transformó en un sollozo y setapó la boca. Él se le acercó y le levantó

Page 223: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la barbilla con un dedo.—Sométete a su voluntad, Finnikin

—le susurró ella—. Y mantente vivo.—¿A la voluntad de quién? —

murmuró al tiempo que inclinaba lacabeza hacia ella.

—¡Finnikin!La preocupación que reflejaba la

voz de Sir Topher le sacó de su trance ala vez que oyó los cascos de unoscaballos. Se volvió hacia elcampamento para ver a cinco soldadossorelianos que cabalgaban hacia elloscon antorchas en la mano.

—¿Dónde está el traidor queproclama ser el príncipe muerto deLumatere? —preguntó tras desmontar elque marchaba en cabeza.

Page 224: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin se quedó atónito. SirTopher se volvió hacia él, confundido, ya la luz danzante de la lumbre vio unatisbo de miedo en el rostro de sumentor. El ladrón de Sarnak se habíaquedado pálido. Todos los ladrones dela nación sabían que debían mantenerselejos de las minas de Sorel.

La primera inclinación de Finnikinfue proteger a la chica y se sintióaliviado al ver que los soldados estabanbuscando a un impostor que se hacíapasar por Balthazar en vez de alguienque sabía dónde estaba el heredero.

—No hay ningún impostor entrenosotros —le contestó Sir Topher convoz amable—. Somos mercaderesbelegonianos, impacientes por

Page 225: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

comerciar con un reino con tantagenerosidad.

—¿Por qué se nos acusa de algosemejante? —les preguntó Finnikin,pero los soldados no le miraron, sinoque dirigieron la vista hacia donde seencontraba Evanjalin.

—¿Es esta? —preguntó el soldado.—No es ella —replicó Finnikin,

bloqueándole el camino.Entonces el soldado asintió y

Finnikin se dio la vuelta, desconcertado,y sintió que se le helaba la sangre en lasvenas.

Porque Evanjalin había levantadouna mano y estaba señalando con eldedo.

Y le señalaba directamente a él.

Page 226: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en
Page 227: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 7

El prisionero se hallaba en lasentrañas de las minas de Sorel. Yacíafrente a los barrotes de hierro oxidadode la cueva en la que se metía a rastrastodas las noches. Se veía obligado aencogerse sobre sí mismo para caber enlos estrechos confines del espacio, conel cuerpo casi doblado por la mitad.Detestaba la medianoche, cuando estabaa merced de sus propios pensamientos.A veces lo impulsaban a sumirse en unalocura de profundo dolor. La mayoríadel tiempo le tentaba darse cabezazoscontra la pared hasta que el cráneoquedara convertido en pulpa y terminara

Page 228: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

con su vida de una vez por todas.A la altura de la vista, veía los pies

que se arrastraban por el suelo delestrecho pasillo del exterior de su jaula.Había otras cincuenta jaulas esparcidasa ambos lados de aquel tramo de cueva.Una de ellas era la celda de encierroprovisional para los prisioneros reciéndetenidos, donde pasabanaproximadamente una semana hasta quelas autoridades sorelianas decidían aqué prisión debían enviar a cada uno deellos. Si eran muy jóvenes, la mayoríade las veces no sobrevivían más de tresdías allí dentro.

Intentó ignorar el fervor queprovocaba la llegada de un nuevoprisionero. Adivinó que se trataba de

Page 229: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

alguien joven por el mayor entusiasmotanto en los prisioneros como en losguardias. Los prisioneros nuevosrompían la monotonía del lugar yproporcionaban oportunidades dediversión a los individuos más abyectos.Si se dejaba llevar por la emoción,sentiría una especie de pena enfermizapor el muchacho, pero el prisionero sehabía propuesto no sentir nada.

—Dicen que es todo un luchador.¿Te vas a unir a la diversión?

El feo rostro de uno de los guardiasnocturnos llenó por completo su campode visión cuando el hombre se asomópara mirar en el interior de la celda. Enaquellas minas existía la tradición deluchar contra los nuevos prisioneros

Page 230: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

para dominarlos. De ese modo, pasabana ser una especie de premio para unosindividuos que habían dejado de serseres humanos. A pesar de ser una mole,el prisionero no había escapado a ladegradación que suponían lastradiciones de la mina cuando llegó aella.

Apareció otro guardia.—Tienes una visita.El prisionero se limitó a

responderle con silencio. Los demáspresos sabían muy bien que aquelprisionero no hablaba. Comía.Trabajaba. Vaciaba sus entrañas.Luchaba como un demonio si alguiendecidía convertirse en su enemigo, perojamás hablaba.

Page 231: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Me has oído, escoria de lo másprofundo de un pozo de mierda? Tienesvisita.

Oyó el repiqueteo de unas llaves yluego lo sacaron a rastras de la celda,agarrándolo por la espesa mata decabello que casi le tapaba la cara. Lollevaron hasta el final del túnel, dondelo metieron en una celda más grande y loempujaron contra la húmeda pared depiedra. A pesar de todo aquello, se negóa reaccionar. Si había un arma eficazcon aquellos salvajes era hacer casoomiso de su presencia.

Oyó de nuevo el repiqueteo de unasllaves y le hicieron darse la vuelta paraver entrar una figura. Era evidente que elchaval era joven. Llevaba el cabello

Page 232: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

rapado, y tenía unos ojos grandes yoscuros. En ese momento se dio cuentade que no se trataba de un muchacho,sino de una chica que llevaba puesto unvestido de color gris apagado, propio delas novicias de Lagrami.

El guardia los miró a ambos conuna sonrisa muy desagradable. La chicaesperó a que se fuera antes de hablar.

—Le hice un favor al ministro y élme ofreció uno a cambio —le dijo envoz baja—. Le comenté que sentía uninterés malsano por los traidoresfamosos.

No fueron sus palabras las que lehicieron estremecerse, sino el sonido desu lengua materna. Habían pasadobastantes años desde la última vez que

Page 233: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la había oído, desde que el embajadorde Lumatere le visitó poco después deque lo metieran en prisión.

—Dicen que sois el prisioneromenos vigilado de las minas, señor.Dicen que no hay mejor preso que aquelque está encerrado en su propia prisión.

Ya había oído decir eso sobre él yse asombró, lleno de amargura, alcomprobar de nuevo lo poco queconocía aquel lugar. En el interior de lascuevas, el grosor de la roca y los túnelesinterminables hacían imposiblecualquier intento de fuga, y cuandotrabajaba en el exterior, estabaencadenado como mínimo a otros seispresos, normalmente extranjeros hostilesque apenas eran capaces de entenderse

Page 234: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

entre sí.—La próxima vez que te saquen a

trabajar fuera de las minas, escaparás yviajarás hacia el este hasta que lleguesal santuario dedicado a Sagrami, másallá de la última cueva que existe antesde las montañas. En el barranco deabajo, verás varios caballos atados.

Él siguió en silencio.—Desde allí sale el camino que

lleva a Osteria, y hay dos rutas, una quelleva a la ciudad de Lannon y otra quelleva a Hopetoun. No tomes ninguna deellas. Verás un pequeño sendero queatraviesa los bosques y que te conduciráa un establo junto a una casitaabandonada. Allí estaremos. Luego nosdirigiremos hacia el norte.

Page 235: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Sabía a lo que se refería lamuchacha. Así que ahora enviaban a losjóvenes. ¿Se trataría de un grupo deexiliados? ¿Por qué no les decían a sushijos que en el norte tan solo había lacerteza de una muerte segura a pesar detodos los años que habían pasado?

Se acercó hasta donde ella seencontraba, apoyada contra los barrotesde la celda, y alzó un brazo. Ella seestremeció. Él se quedó mirándola,luego agarró uno de los barrotes porencima de su cabeza para sacudirlo yllamar al guardia.

—Sígueme la corriente —le dijo lajoven metiéndose bajo sus brazos—.Desde aquí veo al prisionero que acabande traer.

Page 236: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

La joven se puso en cuclillas y seesforzó por distinguir el otro extremodel corredor oscuro y apestoso.

El prisionero se quedó de pie.—Me ha llegado un rumor —le

dijo ella en voz baja—. La verdad esque he mentido. No es un rumor. —Lachica le hizo una seña para que seacercara y cuando el prisionero se negóa moverse, ella se puso de puntillas parasusurrarle algo al oído—. Dicen que setrata del hijo de Trevanion, el capitán dela guardia lumaterana.

La aplastó contra los barrotes de lacelda antes de que ninguno de los dosrespirara de nuevo tras la última frase.La agarró por la garganta con una solamano, una mano que ya había quitado

Page 237: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

numerosas vidas. El prisionero oyó ungruñido, grave y primitivo, y se diocuenta de que salía de su propio pecho.Apretó la mano con más fuerza y sequedó mirando cómo la cara de la jovencomenzaba a cambiar de color. Ellasubió las dos manos para intentarliberarse y luego le propinó unrodillazo, y cuando el prisioneroretrocedió un poco, aprovechó paralanzarle una patada que le obligó asoltarla. La joven se desplomó derodillas en el suelo, jadeando en buscade aire.

—Justo la reacción que meesperaba, capitán —le susurró lanovicia con fiereza al tiempo que alzabala vista—. Si no logras protegerle, si no

Page 238: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

logras devolverle la libertad, volveré yte cortaré la lengua, y entonces sí quetendrás un motivo para permanecercallado. —Se puso en pie con dificultad—. ¡Guardia! ¡Guardia!

—¿Qué es lo que has hecho? —lepreguntó el prisionero con voz ronca.

Le lanzó una mirada de puraangustia.

—¡Lo que haga falta!Se despertó a la mañana siguiente

tras soñar con el olor a menta y losbrazos fibrosos de un niño alrededor desu cuello, como un mono, que se negabaa soltarle. A veces tenían prácticamenteque arrancarle al niño de encima y elchico lloraba de forma desgarradora.Era un niño sensible que no descendía

Page 239: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de un linaje de individuos sensibles.

—Quiero luchar contra elmuchacho.

Los dos guardias se le quedaronmirando, sorprendidos. Trevanion el delos ojos oscuros jamás habíaparticipado en la tradición de luchar porun nuevo preso.

—¿Tú?Los guardias se miraron e

intercambiaron unas cuantas risasburlonas con una expresión repugnanteen el rostro.

—He oído decir que ayer tuvisteuna visita.

El más bajo de los guardias seinclinó hacia delante con un gesto de

Page 240: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ansia inmunda en la cara.—¿Te despertó el gusto la carne

joven?Trevanion procuró no mirarles a

los ojos para que no confundieran larabia que le invadía con un sentimientode vergüenza.

—¿Lo compartirás con los demás?—le preguntó el otro—. El chavalparece lo bastante luchador para repetir.

Los guardias se echaron a reír ypor primera vez desde que fue exiliadode Lumatere, Trevanion notó que lasangre le martilleaba en las sienes por larabia.

«Lo que haga falta», había dicho lamuchacha.

Eso lo sabía muy bien. Aquel

Page 241: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pedazo de escoria que tenía delante deél sería el primero en morir.

Luego le tocaría a ella.Observó con calma al chico a lo

largo del día. Era todo brazos y piernas,como la gente de su madre, y no se leveía acostumbrado a un cuerpo quehabía crecido demasiado rápido.Aunque inquieto, parecía dispuesto apelear, y no cedía bajo el peso delcarbón, pero Trevanion captó ladesesperación que albergaban los ojosdel muchacho, y eso le dejó helado hastala médula.

Más tarde, en una de las cavernasde mayor tamaño, los prisioneros sealinearon a lo largo de unas paredes de

Page 242: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

las que goteaba agua, que pronto estaríamezclada con sangre. La únicasatisfacción que sentía Trevanion eraque podría machacar hasta dejarinconscientes a aquellos que seatrevieran a querer poseer a su chico. Ylo haría con facilidad. Los lumateranosde la zona de Río eran los individuosmás grandes de la nación y descollabasobre los demás prisioneros. Alprincipio, le atacaban en grupos, hastaque se dieron cuenta del peligro querepresentaba encontrárselo a solas.

El ambiente de la caverna estabacargado de nerviosismo y vio que unode los guardias hablaba con uno de losprisioneros sorelianos.

—Temen que lo que quieras sea

Page 243: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

dejarlos lisiados, Trevanion.—No tengo interés en dejar lisiado

a nadie.Habló en voz baja y la mirada que

les lanzó a sus posibles oponentes bastópara que la mitad de los que habíanpedido participar cambiaran de idea.

El muchacho parecía asustado yTrevanion hubiera dado lo que fuera contal de poderle enviarle un silenciosomensaje de tranquilidad. Sin embargo,antes tenía que enfrentarse a aquellaescoria y luego se encargaría del chico.

Se enfrentó a cinco oponentes esanoche. Se derramó sangre y el sonido delos huesos al partirse y de los puños algolpear la carne resonó en las paredesde la cueva. Hubo pocas apuestas,

Page 244: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

porque el desenlace era más quepredecible. Luego llegó el momento deenfrentarse al muchacho. Trevanion diounos instantes para practicar cómoutilizar los puños de un modo que nohiciera daño a alguien tan joven einexperto, pero en cuanto soltaron alchico, este se lanzó a por él a puñetazolimpio. Trevanion notó cómo se le partíael hueso de la nariz, pero antes de quetuviera tiempo de recuperarse, recibióotro golpe en la cara y otro más en elestómago. Se dejó caer, con laesperanza de que eso le revelara suidentidad al chico, pero algo chocó confuerza contra su barbilla. La patada lehizo salir despedido y supo que, aunqueno lo quisiera, tendría que golpear al

Page 245: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

chico hasta someterlo.Volvió a ponerse de pie y le dio un

puñetazo en el pómulo. Oyó lasincitaciones de quienes les rodeaban,provenían tanto de guardas como depresos. Sabía que no podía perder, yaque hacerlo implicaría que alguien másse enfrentaría al chico para vencerlo yposeerlo de un modo que a Trevanion lerevolvía el estómago. Por eso se dedicóa machacarle el cuerpo en una lucha porsalvarles a ambos y lo hizo con unaintensidad que le valió los rugidos deaprobación del gentío. Llevaban muchotiempo esperando ver de lo que eracapaz Trevanion de Lumatere y por finlo estaban comprobando aquella noche.Sin embargo, el chico se negaba a

Page 246: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

rendirse y Trevanion le rezó a su Diosapara tener la oportunidad deinmovilizarlo unos instantes y hacerlecomprender la situación.

«Lo que haga falta».Recibió un tremendo codazo en la

cara y notó que el golpe le rompía máshuesos. Los fuegos del infierno sedesencadenaron en el interior de sucabeza. Alargó una mano para agarrar almuchacho del cuello y tirar hacia él,cuando las dos cabezas chocaron y lasangre salió de su boca. La saboreómezclada con la del chico y aquello lehizo rugir de furia.

Pero el joven seguía sin rendirse.Lo que le faltaba en fuerza locompensaba con una tremenda habilidad

Page 247: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

y resistencia, pero al final Trevanionconsiguió inmovilizarlo contra el suelocon una mano en la garganta y la cara apocos centímetros de la suya, de modoque veía con claridad el miedo quereflejaban los ojos del muchacho.Entonces pudo susurrar la palabra que élmismo había procurado no decir nuncamás porque oírla le provocaba unaesperanza y un dolor tan intenso que eracapaz de matar a una persona. Y cadauno de los rufianes que habitaba aquellaprisión de mala muerte sabía muy bienque no había sitio para la esperanza enlas minas de Sorel.

—Finnikin.El chico le miró sorprendido.

Estaba medio cegado por el sudor, la

Page 248: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

suciedad y la sangre, pero durante unmomento pudo echarle un buen vistazo asu oponente, a su cabello enredado, alfuerte hedor de la podredumbre quealbergaba en su interior, al rostroennegrecido por la suciedad de la tierrasobre la que se encontraban.

—Confía en mí.Un instante después, el puño de

Trevanion cayó como una maza sobre suhijo y el mundo desapareció sustituidopor un negro vacío.

Cuando Finnikin se despertó, unolor repugnante le inundó la nariz y seestremeció cuando le vinieron arcadas.Se sobresaltó por la sorpresa al ver elinmenso individuo que tenía de pie anteél y, de repente, recordó todo lo

Page 249: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ocurrido la noche anterior.

La última vez que había visto a supadre, este se encontraba sobre unestrado de juicio improvisado quehabían alzado en la plaza principal deLumatere. Había contemplado,impotente, cómo los soldados de laguardia personal del impostor leobligaron a ponerse de rodillas.Recordó a los hombres de su padremordiéndose los puños por la rabia yque hicieron falta diez de ellos paracontener a Perri el Salvaje.

Luego los soldados gritaron elcastigo para Beatriss y Trevanion.

—¡Muerte al traidor! ¡Destierropara la cómplice!

Page 250: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

En ese preciso instante, su padrealzó la mirada y le vio en mitad de lamultitud. La desolación de su rostro eratan grande que se convirtió en un veloque Finnikin se colocó sobre el rostro alo largo de todos los años siguientes. Apesar de estar arrodillado, Trevaniondel Río había tenido el aspecto de ungigante. Llevaba el cabello negro rapadoy su piel tenía el color del aceitebronceado, con cada hueso del rostrocolocado a la perfección.

El individuo que tenía delante eraun completo desconocido. Tenía elrostro cubierto por el pelo enmarañado,oscuro aunque salpicado de mechonesgrises. En los ojos de Trevanion no seapreciaba luz ni calidez ninguna.

Page 251: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin tuvo que recordarse a sí mismoque aquel mismo individuo le habíallevado cuando era un niño en alto sobresus anchos hombros, el lugar más segurodel mundo. Era el mismo hombre quehabía estado junto a Lady Beatriss,masajeándole los dedos cansadosmientras le susurraba palabras al oídoque le desentumecían el rostro.

—¿Padre?Le resultó muy extraño pronunciar

esa palabra.Trevanion asintió con la cabeza.—¿Puedes ponerte en pie?La celda en la que estaban

encerrados era en realidad una cueva,fría y húmeda. Había muy poco espaciopara una persona, y mucho menos para

Page 252: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

dos.—Háblame de la chica —le ordenó

Trevanion.—¿La chica?—De ese engendro del demonio.La celda estaba a oscuras y la

antorcha parpadeante del exteriorapenas daba luz. Finnikin se acercó a supadre.

—¿Cómo sabes de ella?—Me visitó la noche que llegaste.En la voz de Trevanion se notaba

una cierta sensación de urgencia, comosi temiera que alguno de los guardiasapareciera de repente.

—¿Aquí? ¿En la prisión? —lepreguntó Finnikin.

—¿Es amiga o enemiga? —quiso

Page 253: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

saber Trevanion.—Quién sabe. Se unió a nosotros

en la capilla de Lagrami, en Sendecane.—Habéis ido hasta el fin del

mundo —musitó su padre.—Dice que es capaz de caminar en

los sueños de aquellos que se encuentrandentro.

—¿En Lumatere?Finnikin asintió.—Y que se ha puesto en contacto

con el heredero. Con Balthazar.—¡Dulce Diosa! —exclamó

Trevanion—. ¿Qué maldad estátramando con semejante artimaña?

—¿Y dices que te visitó?—Tiene unos caballos

esperándonos en un barranco que se

Page 254: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

encuentra más allá del santuariodedicado a Sagrami.

—¡Unos caballos! —gruñóFinnikin y Trevanion se apresuró ataparle la boca.

—¡Cállate!—Solo tenemos un caballo —dijo

Finnikin entre dientes—. ¿Qué se creeque vamos a poder hacer? ¿Salir de aquícon el consentimiento de los guardias dela prisión?

—Tengo que sacarte de aquí. Nopuedo cuidar de nosotros dos al mismotiempo.

A pesar de que su padre todavía nohabía terminado de hablar, Finnikin negócon la cabeza.

—Los dos tenemos que salir de

Page 255: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

aquí y no necesito que nadie me cuide.—¡Aquí sí! —replicó Trevanion.—No pienso irme sin ti.Trevanion no respondió.—O nos vamos los dos o me quedo

aquí y tú...Trevanion le agarró por el cuello

de la túnica que le habían puesto alentrar en la prisión y le miró conexpresión furibunda.

—Harás exactamente lo que yo tediga. No vuelvas a cuestionarme, ¿meoyes?

Finnikin logró apartarse y volvió anegar con la cabeza en un gesto enfático.

—No pienso irme a ningún lado,señor.

Trevanion inspiró profundamente.

Page 256: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Les he visto sacar a rastras loscadáveres de muchachos de tu edad y noquieras saber lo que les habían hechoantes de morir.

Finnikin esperaba algo más de supadre que aquello. Más después de losdiez años que habían pasado echándolode menos. Miró fijamente a aqueldesconocido, a su padre, a los ojos.

—No. Me. Voy. A. Ningún. Sitio.Sin. Ti.

Después se dio media vuelta, seacurrucó lo más lejos que pudo ycomprendió con amargura que acababade involucrarse en los planes deEvanjalin.

Sir Topher contempló el exteriorde la ventana del piso superior del

Page 257: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

establo. La novicia seguía de pie delantede la puerta exterior de la casa enruinas. Sabía que se quedaría allí hastaque saliese la luna, que era lo que habíahecho todos los días desde que habíanencerrado a Finnikin.

—Vendrán —le dijo Evanjalin confirmeza cuando se unió a ella en suespera.

—¿Y si no lo hacen? —le preguntóSir Topher—. Comprendo lo queintentas hacer, pero tus métodos puedenmatarle.

—El capitán no permitirá que leocurra nada malo a su hijo.

—Evanjalin, a veces los padres noson capaces de proteger a sus hijos. ¿Es

Page 258: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que los tuyos te salvaron de lo que hassufrido?

Sir Topher hizo aquella pregunta asabiendas de que era cruel.

—No —le respondió con ferocidad—. Pero mi padre siempre me decía«Prepárate para lo peor, mi amor,porque vive al lado de lo mejor». Ytodos los días le doy gracias por eseconsejo.

Finnikin pasó los primeros días enprisión tratando de ajustarse a suentorno. Sabía que para sobrevivirtendría que pensar y no solamentereaccionar. Los demás prisioneros lemiraban del mismo modo que habíanhecho el día que llegó, pero no se leacercaban demasiado y él sabía el

Page 259: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

motivo. Trevanion era igual que unanimal feroz y todos los que lerodeaban, incluidos los guardias, temíanlas consecuencias de acercarsedemasiado a él.

—Trabajarás fuera esta semana —le dijo el guardia a Trevanion cuandolos llevó de regreso a su celda.

Trevanion agarró a Finnikin delbrazo y lo puso delante de las naricesdel guardia.

—Él se queda dentro —lerespondió el guardia con sequedad.

Era el menos sádico de todos losguardias, lo que le convertía en un serhumano al menos en una cuarta parte.

Pero Trevanion se negó a moverse

Page 260: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

o a soltar a su hijo. Lo sacudió de nuevodelante del guardia y Finnikin se sintióigual que un muñeco de trapo, como sino fuera más que una especie de juguetea merced de todos aquellos que lerodeaban.

—No pienso arriesgarme —espetóel guardia—. El prisionero osteriano leha rebanado el gaznate al traductorbelegoniano. No tenemos intérprete y nopuedo permitirme ninguna clase desorpresa.

—Hablo cinco idiomas —dijoFinnikin en soreliano y con voz pausada,aunque no tranquilo en absoluto—.Puedo ser su traductor. —Trevanion tiróde él, pero Finnikin logró soltarse ypuso la cara a menos de un palmo de la

Page 261: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

del guardia—. Hablo cinco idiomas —repitió la afirmación. Cinco veces encinco lenguas diferentes.

El guardia paseó la mirada deFinnikin a Trevanion y luego los empujóa ambos.

—Asegúrate de que se porta bien—le advirtió con los dientes apretados.

Una vez se quedaron a solas en lacelda, Trevanion le miró de manerainquisidora.

—¿Cinco idiomas?Finnikin se encogió de hombros al

tiempo que hacía crujir los nudillos.—Mentí. Son siete si se cuentan los

gruñidos del yut común y los ridículossonidos que utilizan lo sendecaneses.

—¿Quién te los enseñó? —le

Page 262: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

preguntó Trevanion.—Sir Topher insistió en que

conociera a fondo la cultura de cadareino que visitábamos. Dijo que era elúnico modo de que comenzaran aaceptarnos y a ofrecernos su ayuda.

—¿Qué más te enseñó?Finnikin se sintió confundido por el

tono agresivo de la pregunta.—No tienes nada que temer —le

garantizó a su padre—. Sir Topher seaseguró siempre de honrar tu profesión.Me he adiestrado con la Guardia Realde prácticamente todos los reinos de lanación.

—Nadie de mi guardia habla sieteidiomas.

Finnikin no contestó.

Page 263: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Sabes dónde está el sacerdotereal? —le preguntó Trevanion tras unosinstantes.

Finnikin negó con la cabeza.—No quiere que le encuentren,

pero los rumores dicen que se encuentraa este lado de la nación.

—¿Y los duques?—Cinco están en el exilio.

Creemos que dos se quedaron atrás.Tres están muertos.

Trevanion se puso tenso.—¿Está Lord Augie...?—Sigue vivo. Aún sirve a

Belegonia. Tiene la ridícula obsesión desacarte de prisión para que nos lleves devuelta a Lumatere. ¿Por qué elembajador Corden no le dijo que

Page 264: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

estabas aquí?—Probablemente porque sabía que

tiene la ridícula obsesión de sacarme deaquí —le contestó Trevanion consequedad—. Y si existe algo queaterroriza a Corden es no seguir elprotocolo correcto.

—Sir Topher le llama el monstruode la corrección —comentó Finnikin—.Yo digo que es un puñetero grano en elculo, pero lo cierto es que a veces pagauna parte de nuestros viajes. Haconvencido al rey de Osteria de que lepodemos ser de utilidad si viajamos porla nación de modo inadvertido. Meadiestré con su guardia personal acambio de información.

—¿Sois espías?

Page 265: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Reunimos información —dijoFinnikin al tiempo que se apoyaba en uncodo para volverse hacia su padre—.¿Recibes muchas noticias del exterior?¿De los miembros de la Guardia o delembajador?

Trevanion negó con la cabeza.—No en estos últimos siete años.

Ha sido por decisión mía, no de ellos.—¿Cuál es tu teoría respecto al rey

impostor? —preguntó Finnikin.—Es un títere de Charyn —

contestó Trevanion.—Bien.Captó una ligera sonrisa en la cara

de Trevanion.—Me alegro de que apruebes mi

teoría.

Page 266: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Es algo que sospeché desde elprincipio —le respondió Finnikin, quiende repente sintió deseos de hablar—.Pero la hemos oído expresar en voz altahace poco.

Continuó explicándole a Trevanionlos planes que tenían para una segundaLumatere. Se esforzó por transmitirle elenorme sufrimiento que padecían losexiliados, pero no fue capaz deencontrar las palabras exactas. Lamatanza de Sarnak fue lo más difícil decontar. Había sido la mayor de todos loscampamentos del río. Se calculaba quehabían muerto unas doscientas personas.

—¿Te has preguntado alguna vez sise encuentran mejor dentro de Lumatere?—quiso saber Finnikin.

Page 267: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Trevanion negó con la cabeza.—Finnikin, cuando decidí poner en

tela de juicio ante el rey a su guardia yla presencia de las naves dragón, no fuesolo debido a la debilidad del anteriorcapitán. Fue por su bajeza. Había oídorumores sobre lo que permitía queocurriera en la prisión de palacio. Loque él mismo había instigado.

Luego se produjo un largo silencio.Finnikin observó con atención el durocontorno del rostro de su padre.

—¿Qué hay de los monteses? —preguntó Trevanion.

—No hemos visto rastro alguno deellos, pero tenemos sospechas fundadasde que Evanjalin sabe dónde seencuentran.

Page 268: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Evanjalin? —inquirió su padre.—El engendro del demonio —le

recordó Finnikin.Trevanion soltó un bufido.—¿Cuándo fue la última vez que

viste a los monteses?—En el Valle de la Tranquilidad

—respondió Finnikin en voz baja—.Saro sacó a su gente de allí en los díasanteriores a la maldición. Casi en elmismo momento en que se enteraron deque la reina había muerto.

Pensó en el horror de aquel día, enla pena de la madre de la reina, la yatadel pueblo montés, que lloraba: «Mishermosos niños. ¿Dónde están mishermosos niños?». Muchos se alejaronde ella o se taparon los oídos para

Page 269: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

interceptar el sonido de su angustia,pero Lucian no se había apartado dellado de su abuela y Finnikin habíamantenido su vigilia con los monteses,aunque a cierta distancia.

Trevanion solo habló una vez másaquella noche.

—La chica —dijo.—¿Evanjalin?—Se llama igual que mi madre.

Page 270: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 8

Finnikin pasó su primer día en elexterior de las minas una semanadespués de ser arrestado. Fue un aliviopoder respirar, a pesar de estarencadenado a cinco de los individuosmás sanguinarios que jamás hubieraconocido. Todos los presos quetrabajaban fuera de la mina eranextranjeros. Si alguna vez llegaban aescapar, los guardias sabían muy bienque los prisioneros quedarían a mercedde los habitantes de un reino quedespreciaba a los extranjeros, por lo queno tardarían mucho en encontrarse denuevo en el interior de la mina, o peor

Page 271: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

todavía, colgando de una soga en larama de un árbol.

Cuando el guardia al mando le diouna orden para que se la pasara a losdemás prisioneros, Finnikin se vioenfrentado a una serie de gruñidos yexpresiones de ferocidad.

—Desprecian a los que traducencon ganas —le murmuró Trevanion—.Los consideran espías de los guardias.

Así que Finnikin soportó uno de losdías más largos de toda su vida. Losamenazadores prisioneros a los queestaba encadenado aprovechabancualquier oportunidad que se lespresentaba para enrollarle la cadena alcuello y lacerarle la piel. O para dejarlecaer rocas de un peso considerable

Page 272: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sobre el pie o tirarle de los grilletes delos pies para que cayera de bruces sobrela piedra dura y fría. Cuando se levantópor décima vez, temblaba de rabia.

En cuanto llegaron a las cuevas yles quitaron los grilletes, Finnikin selanzó a por el prisionero osteriano hastaque ambos sangraron por la nariz. Losciento y poco kilos de increíble fealdady furia de su oponente agarraron lacabeza de Finnikin con un brazomientras los guardias se mantenían almargen y contemplaban la pelea. Sihabía algo de lo que disfrutaban era delespectáculo que tenía lugar cuando lospresos intentaban hacerse pedazos.Entonces Trevanion intervino y, derepente, la sangre pareció saltar en todas

Page 273: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

las direcciones.—Puedo encargarme de esto —

siseó Finnikin, que saltó de nuevo contrael osteriano y le aplastó un lado de lacara contra la pared de roca con toda lafuerza que pudo.

Cuando vio que el hombre estaba apunto de propinarle un puñetazo en lasien, recordó la amargura con la queTrevanion había repetido las palabrasde Evanjalin.

«Lo que haga falta».—Vamos a escaparnos —susurró

al oído del osteriano, antes dearrancarle de un mordisco un trozo deoreja, que escupió de inmediato—. ¿Teinteresa unirte a nosotros?

Cuando los guardias separaron a

Page 274: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

los presos, Finnikin ya había reclutadoal yut, al sarnak, al belegoniano y alcharynita. Aunque no existía ningunaclase de código de honor entre aquellosindividuos, sí que había una jerarquía deodio y todos ellos despreciaban a lossorelianos por encima de todo.

—Haces que me salgan canas —masculló Trevanion más tarde, cuandoya estaban a solas en su jaula.

—Eso se debe a tu avanzada edad—contestó Finnikin mientras intentabaestirarse para amortiguar los doloresque sentía en todas y cada una de lasarticulaciones del cuerpo.

—Luchas bien. Como los yuts.—Vivimos en las praderas durante

Page 275: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

un año, cuando tenía catorce.—¿Y tuviste que luchar?—Se burlaban de mi acento. Y por

supuesto, no se puede tener el pelo demi color y no aprender a luchar encualquiera de los reinos.

—Tu madre tenía ese cabello. Medejaba sin respiración en cuanto la veía.

Finnikin se sorprendió al oír hablara su padre de un recuerdo tan doloroso.Se preguntó cómo se sentiría un hombreque había perdido no a una, sino a dosesposas a lo largo de su vida, y queambas le hubieran dado hijos.

—Será mejor que te cubras lacabeza con un pañuelo y ocultes el pelo.Llama mucho la atención.

Finnikin no se había cortado el

Page 276: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pelo desde hacía meses y comenzaba aenredársele, a apelmazarse alrededor delos hombros.

Más tarde, mientras yacían en laoscuridad, notó la mirada de su padreclavada en él, y se preguntó si leresultaba tan desconocido a Trevanioncomo le parecía este a él.

—Entonces, ¿todos tus nuevosamigos se han apuntado? —le preguntócon sequedad.

—Eso parece, pero no puedoprometer que no intenten partirnos elcuello en cuanto estemos libres.

—Diles que te empezarás a pelearconmigo para atraer a los guardias y quese acerquen lo máximo posible. Sitenemos suerte, serán cinco, como todos

Page 277: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

los días. Yo me lanzaré a por el guardiaque tiene las llaves y al mismo tiempo túirás a por el segundo. Los primerosinstantes serán cruciales, así quetenemos que ser rápidos. Dos espadasen cinco segundos. El yut del extremopuede utilizar las cadenas y luegoapoderarse de la espada del guardiapara ser de mayor utilidad. No confíeslas llaves o la espada ni al charynita nial sarnak. Si la situación empeoramucho, utilízalos como escudos.

—¿Al charynita y al sarnak?¿Como escudos humanos?

—Harían lo mismo con nosotrossin dudarlo ni un momento.

—Pero tú nunca utilizaste a los devuestro propio bando como escudos

Page 278: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

humanos.—Esto no será una guerra,

Finnikin. Esto será una ejecución —lerespondió su padre con frialdad.

Sir Topher se despertósobresaltado. De una esquina del primerpiso del establo le llegó un sonidoamortiguado. Se quedó a la escucha unosinstantes y cuando quedó convencido deque tan solo se trataba de Evanjalin, quese removía inquieta en su sueño, cerrólos ojos con la misma pesadez que leembargaba el corazón desde hacíacuatro noches. De repente, oyó un gritoronco, como si la muchacha luchara porrespirar un poco de aire. Se dio lavuelta en su saco de dormir y vio en lapenumbra al ladrón de Sarnak a

Page 279: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

horcajadas sobre la novicia, quien seretorcía bajo su peso. Mientras sedirigía tambaleante hacia ellos oyó elrepulsivo sonido de un golpe, pero antesde que el ladrón tuviera tiempo depropinarle otro puñetazo a la novicia, leagarró por el cuello y lo lanzó al otroextremo del pajar.

—Dulce Diosa —masculló cuandole vio la cara a la muchacha.

La novicia se agarró jadeante conuna mano a lo que quedaba de su vestidomientras él le colocaba una manta sobrelos hombros. Cuando intentó abrazarla,ella se apartó arrastrándose de espaldasy se quedó temblando contra las vigasde madera de su refugio.

Page 280: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Oyó un ruido a su espalda y sevolvió a tiempo de ver el ladrón, queacababa de levantarse del suelo. Seestaba poniendo los pantalones con unamirada de odio en los ojos.

—¿Pero tú qué eres?—Solo quería echar un polvo —

replicó el ladrón.Sir Topher le propinó un fuerte

empujón y el muchacho volvió atambalearse hacia atrás. Había sido élquien había decidido desatarlo las dosúltimas noches y no se iba a perdonarpor aquello.

Agarró al ladrón, lo ató con fuerzausando las cuerdas que estaban sujetas alas vigas y le golpeó en la sien de talmodo que casi lo tira al suelo del

Page 281: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

impacto. Cuando volvió con la chica, sepuso en cuclillas a su lado y alargólentamente una mano para levantarle labarbilla, lo que la sobresaltó. La noviciase apretó más contra la pared y secubrió la cabeza con las dos manos, queno dejaban de temblar. Miró de unaesquina a la otra del pajar. El ladrón noparaba de soltarle insultos casi echandoespumarajos mientras tirabaenloquecido de las cuerdas. Sir Topherpensó con desesperación que aquelloera el futuro de Lumatere: dos animalessalvajes a los que no les quedaba nadamás que la rabia y el odio.

—¿Te ha...?Fue incapaz de acabar la frase,

pero tras unos momentos, ella hizo un

Page 282: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

gesto negativo con la cabeza y levantó lamirada. Tenía el rostro cubierto delágrimas.

—Tengo el vestido destrozado. Nopuedo llevarlo puesto —susurró.

Tenía un moratón en la mejilla,donde el ladrón le había propinado elpuñetazo, y también tenía los labioshinchados y sangrantes.

—No conoce más que la violencia—dijo Sir Topher en voz baja—. No leenseñaron otra forma de actuar sino porla fuerza. Sus maestros fueron unaescoria que vive sin seguir más reglasque las suyas propias. Nadie le haenseñado lo contrario.

—¿Es que debo perdonarle? —preguntó ella con voz temblorosa por la

Page 283: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

rabia.—No —contestó él con tristeza—.

Debes sentir pena de él o darle nuevasreglas, o acabar con él como si fuera unanimal salvaje antes de que se conviertaen un monstruo que destruya todoaquello que se le pone por delante.

Ella le agarró de la manga cuandohizo ademán de marcharse.

—Creo que han muerto.Un escalofrío le recorrió el cuerpo.—¿Finnikin?—No. Todas las jóvenes —dijo

ella en voz baja y quebrada—. Dentrode Lumatere.

—¿De qué estás hablando,Evanjalin?

—Esta noche caminé en los sueños

Page 284: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de alguien que se lamentaba por lamuerte de la hija de un vecino y quemaldecía la enfermedad que parecíamatar a todas las jóvenes del pueblodesde hacía cinco años. Recuerdo otrosueño hace seis meses, en el que unjoven curtidor lloraba la muerte de unachica que un día podría haber sido sunovia.

—No eres tú misma y no duermesbien.

Ella negó con la cabeza.—No, Sir Topher. Tenemos que

regresar a Lumatere. Nuestra sangrevital se muere y tenemos que liberarlos.

Al día siguiente se acercaron a pieal pueblo más cercano con la esperanzade conseguir un segundo caballo. Se

Page 285: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

llevaron al ladrón de Sarnak con ellos,con las manos atadas a una cuerda queSir Topher llevaba anudada a la cintura.El caballero oyó a la novicia soltar ungrito ahogado de rabia en cuantoentraron en la concurrida plaza delmercado. Y entonces Evanjalin señalóhacia donde se encontraba su caballoentre otros cuatro.

—¿Estás segura? —le preguntó SirTopher.

—Por supuesto que estoy segura.Deben de haber pasado por el barrancodonde lo dejé para Finnikin y el capitán.

—Evanjalin, son traficantes deesclavos —le advirtió Sir Tophercuando la muchacha echó a correr hacia

Page 286: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ellos.Pero no hubo forma de detener a

Evanjalin y Sir Topher la siguióarrastrando tras él al ladrón.

—¡Ese es nuestro caballo! —legritó a uno de los hombres. Cuando laignoró, le dio unas palmadas en laespalda y repitió—: ¡Ese es nuestrocaballo!

—¿Tienes documentos que lodemuestren? —le preguntó con unagradable tono de voz.

—Necesitamos ese caballo —lerespondió ella con la voz temblorosapor la emoción.

—Pues puede ser tuyo —respondióel hombre, que torció los labios en unamueca burlona—. Son diez monedas de

Page 287: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

plata.Evanjalin se volvió para mirar a

Sir Topher y se agarró la cabeza con lasdos manos en un gesto de desesperación.Ambos sabían que sin el caballo,atraparían a Finnikin y a Trevanion encuanto se escaparan.

—Tenemos cinco monedas —dijoSir Topher.

—Pues entonces os sugiero quebusquéis un buhonero para comprarle unvestido bonito a la chica —dijo elindividuo al tiempo que miraba aEvanjalin de arriba abajo, ya que lo quellevaba puesto eran los pantalones y eljubón de Finnikin.

Entonces al hombre le cambió laexpresión. Se acercó a Evanjalin y le

Page 288: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

agarró la cara.—Sería un buen negocio, incluso

con esos moratones. A los mercaderesde Sorel les hace falta jóvenesresistentes.

—No está en venta —se apresuró adecir Sir Topher.

Evanjalin se soltó y unestremecimiento le recorrió el cuerpo.Empujó al ladrón de Sarnak y lo colocódelante del traficante de esclavos.

—¿Pero cuánto nos darías por él?—preguntó.

La frustración de Finnikin crecíacon cada día que pasaban en prisión.Temía que el trabajo en el exterior delas minas se acabara y no dejaba depresionar a su padre, acuciado por el

Page 289: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

miedo a perder toda esperanza. Sinembargo, llovió durante varios días yTrevanion insistió en que escapar bajosemejantes condiciones les entorpeceríaen cuanto fuesen libres.

—¿Y por qué hoy no? —le susurróFinnikin a su padre el primer día sinlluvia después de una semana—. Losguardias de hoy son todos unosperezosos.

—Cállate y no me cuestiones —replicó Trevanion con brusquedad.

Pasó otro día, y esa noche, cuandoestaban en su celda y Trevanion dejó suración en el cuenco de Finnikin, la rabiay la frustración del joven sedesbordaron finalmente.

Page 290: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—No me tratéis como un crío alque hay que alimentar y proteger —dijoentre dientes al tiempo que devolvía lacomida al cuenco de su padre.

—Pues no te comportes como si lofueras. ¡Come! —le ordenó Trevanion—. Finnikin, solo tendremos unaoportunidad para conseguirlo. Sifallamos, envejecerás aquí conmigo enesta misma celda, y ahora mismo solotengo dos deseos en la vida. Uno es verlibre a mi hijo y el otro es estrangularcon mis propias manos a la bruja quehizo que lo mandaran aquí. Pero estamosa merced de la paciencia, la suerte y laoportunidad, y hoy no se daban esos treselementos.

—¿Y qué pasa si os equivocáis?

Page 291: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin se arrepintió de haberdicho esas palabras en cuanto lesalieron por la boca. Trevanion siguióhablando como si su hijo no hubieradicho nada.

—El tercer día de la primerasemana de cada mes, los guardias delpalacio de Sorel vienen a la mina. Sinos hubiéramos escapado hoy, nos loshubiéramos encontrado en nuestrocamino hacia el fin de la nación.

Finnikin fue incapaz de mirarle alos ojos.

—Jamás volveré a poner en dudavuestras decisiones, señor.

Cuando levantó la vista, captó unleve atisbo de sonrisa en la comisura delos labios de su padre.

Page 292: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Estoy seguro de que lo harás.Cuento con ello —le aseguró Trevanion.

Cuanto más tiempo pasaba Finnikincon su padre, más se acostumbraba a loslargos periodos de silencio que seproducían entre ellos. Algunos durabanhoras enteras, y luego, de repente, oía laprofunda voz de Trevanion en mitad dela noche.

—Voy a preguntártelo una vez, yluego no quiero volver a hablar de ellojamás —le dijo su padre en voz baja enuna de esas ocasiones.

Finnikin sabía lo que quería sabersu padre y esperó a que le hiciera esapregunta. Sin embargo, cuando vio queno la hacía, se volvió hacia él.

Page 293: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Era una niña. Diminuta, tanpequeña como la palma de mi mano.Seranonna trajo a la niña al mundo yluego se marchó a la hoguera con lasangre de vuestra hija en las manos,mezclada con la de Isaboe. Dicen quefue una bendición que Lady Beatriss y elbebé murieran a la vez.

Pero Finnikin no le habló del posteal que habían atado a la comadrona, a lacurandera y a la joven de ojos sonrientesque una vez le dio un tónico. Tampocole dijo que jamás olvidaría sus muertes,no mientras viviera. El olor a carnequemada, los gritos de dolor agónicoque no parecían acabarse nunca. Luegollegó el silencio. Fue incapaz decontarle a su padre toda la verdad sobre

Page 294: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

lo que ocurrió aquel día, cómo, en laplaza del pueblo, a la edad de nueveaños, había matado por primera vez.Había utilizado su propia daga, quetenía la punta pesada para unlanzamiento limpio y veloz a largadistancia. El tipo de daga que volaríamejor, que se clavaría másprofundamente. Que mataría conprecisión.

Cuando Sir Topher y Evanjalindevolvieron el caballo al barranco yaera bastante tarde. Continuaron por elsendero que llevaba hasta la casita enruinas, donde Evanjalin se colocóenseguida en su puesto junto a la entraday se dejó caer con el cuerpo vencido porel agotamiento. Nada de lo que Sir

Page 295: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Topher le dijo logró convencerla paraque se moviera. A veces la fe de lamuchacha lo dejaba desarmado, y creíade verdad que Finnikin y su padreaparecerían por el sendero en direccióna ellos. En otras ocasiones, le hacíaperder los estribos.

—El capitán de la Guardia Realera el guerrero más poderoso de todonuestro reino —le dijo con cierta acritudcuando no volvió a dormir en el pajaraquella noche—. Si él no ha conseguidoescapar de las minas de Sorel, ¿qué tehace pensar que conseguirá que escapenlos dos?

—Porque al guerrero más poderosode nuestro reino le ha faltado el mayor

Page 296: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

incentivo para hacerlo, señor: lanecesidad —le contestó ella con firmeza—. Es una motivación muy poderosa ynadie más en esta tierra estará másdesesperado por liberar a Finnikin queel propio Trevanion. Pero lo másimportante es que ahora tiene un armamás poderosa que eso —le explicó ellacerrando los puños—. Una mente aguda,llena de conocimientos y habilidades.Sir Topher, no subestiméis el valor delo que Finnikin ha aprendido a vuestrolado. No es simplemente el hijo delcapitán de la Guardia Real. Es elprotegido del Primer Caballero del rey,de quien se dice es el hombre másinteligente de Lumatere.

Esa noche, Sir Topher le rezó a la

Page 297: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Diosa para que le enviara alguna señal,pero a la mañana siguiente, Finnikin yTrevanion siguieron sin aparecer. Quiensí seguía allí era la novicia Evanjalin,esperando al lado del portón roto, en elmismo lugar donde Sir Topher la habíadejado la noche anterior.

Pero esta vez, cuando llegó hastaallí, se quedó y esperó junto a ella.

Decidieron intentarlo en mitad dela segunda semana. El sol estaba muyalto en el cielo cuando Trevanion dio laseñal.

—¿Por qué ahora? —quiso saberFinnikin—. Tendrán todo el día paraseguir nuestro rastro. ¿No deberíamosesperar hasta más tarde?

Page 298: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—No dejaremos a nadie con vidapara que nos siga el rastro —lerespondió Trevanion en voz baja—. Ycuando el grupo no regrese al final deldía, con suerte ya habremos escapado acaballo.

Finnikin lanzó el primer puñetazo,que tomó por sorpresa a Trevanion.

—Has disfrutado haciéndolo,¿verdad? —farfulló desde el suelo altiempo que se frotaba la mandíbula y losdemás prisioneros encadenados a ellosse unieron a la pelea—. ¿Eresremilgado? —le preguntó a Finnikinmientras los guardias se les acercaban.

—No. ¿Por qué?El primer guardia ya estaba muerto

antes de desplomarse en el suelo.

Page 299: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Trevanion le arrebató la espada y se laarrojó a Finnikin antes de pasarle lasllaves al yut por encima de las otrascabezas. El yut atacó con ferocidad y elguardia que se encontraba más cerca deél no tuvo ninguna oportunidad desobrevivir a su embestida. Finnikincomprendió por qué se les considerabalos salvajes de la nación.

Finnikin se sintió en desventaja altener que luchar con una sola manomientras estaba encadenado, pero, porsuerte, los guardias no eran soldados ysabían muy poco de esgrima. Vio cómoTrevanion manejaba la espada queempuñaba como si formara parte de supropio brazo desde su nacimiento. Lavelocidad y la resistencia de su padre

Page 300: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

siempre le habían hecho destacar porencima de los demás y los diez años quehabía pasado en la prisión no habíancambiado eso.

—Ataca con la punta de la espada,Finn —le gritó su padre por encima delsonido de las espadas al chocar, de losgritos y los gruñidos—. Y doblas elcodo en un ángulo muy extraño.

—¡Porque lo tengo medio roto! —le respondió a gritos Finnikin, irritado,mientras se agachaba para que la hoja dela espada de un guardia le pasara porencima de la cabeza.

—Lanzas todo el peso del cuerpo—le criticó Trevanion un momento antesde clavarle la espada en el vientre altercer guardia.

Page 301: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¡Basta de observarme! —chillóFinnikin.

—¡Es que luchas como uncharynita!

Finnikin bufó indignado ante elinsulto. Los charynitas luchaban sinhabilidad alguna. Lo hacían por puraadrenalina y Trevanion siempre seburlaba de su modo de combatir cuandoadiestraba de niño a Finnikin. Estehundió la espada hasta el mango en elcuerpo del guardia contra el que estabacombatiendo al tiempo que soltaba unaimprecación furiosa. No tenía la culpade que su adiestramiento en esgrima lohubiera realizado en cinco cortes realesdistintas.

—¿Por qué seguimos encadenados?

Page 302: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—gritó Trevanion después de golpear enla cabeza al último guardia.

—¡Yut! —aulló Finnikin,volviéndose hacia el hombre que teníarodeada la garganta de un guardia conlas cadenas—. Ya están muertos cuandocasi les has arrancado la cabeza y tienenlos ojos abiertos de par en par, así quesuéltalo, idiota. ¡Ya está muerto!

El yut soltó el cuerpo machacado ycomenzó a abrir los grilletes de laspiernas de los seis prisioneros antes desaltar por encima de los guardiasmuertos y desaparecer más allá de lacantera. Los demás le siguieron uno auno. No había ningún vínculo entreellos. Finnikin se preguntó cómosobrevivirían los demás sin conocer el

Page 303: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

idioma del reino ni tener caballos, peroen cuanto Trevanion quedó libre, dejóde interesarle al instante el destino delos demás extranjeros.

—Coge la cadena —le ordenóTrevanion mientras recogía una piquetadel suelo.

—¿Es que las espadas no van a sersuficientes? —protestó Finnikin.

—No para lo que queremos hacer.Finnikin se quedó mirando los

cadáveres de los guardias quesembraban el camino. Apenas eranreconocibles. A pesar de todo lo quehabía visto en su vida, se puso enfermoal saber el daño que se podía hacer conunas espadas y una cadena.

—Vámonos.

Page 304: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Delante de ellos tenían doscaminos. Uno llevaba a Bateaux y elotro, al oeste, hacia la costa. Trevanionno tomó ninguno de ellos y, en vez deeso, señaló hacia las cuevas de lasminas. Finnikin se mordió la lengua paradejar de preguntarse, en nombre de laDiosa, en qué estaría pensandoTrevanion. Su padre sabía sin dudaalguna que todas las cuevas estabanconectadas entre sí y que si entrabanacabarían en las minas de la prisión.

—El camino a Bateaux será la rutade huida más obvia que tomarán losdemás —le explicó Trevanion mientrascorrían hacia las cuevas—. Será elprimer sitio donde buscarán lossoldados y los guardias de la prisión.

Page 305: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Pero ¿vamos a atravesar lasminas?

—No las atravesaremos. —Trevanion señaló hacia el cielo—.Iremos por arriba. Vamos a trepar y acruzar la zona de las cuevas por encima.El santuario de Sagrami se encuentramás allá de la última cueva que hayantes de las montañas. Bajaremosdespués al barranco y allíencontraremos el caballo.

La pared de roca que se alzaba anteellos parecía completamente imposiblede ascender. La superficie erademasiado lisa, sin surcos irregularespara proporcionar un punto de apoyo.Trevanion dio un paso atrás y luegocogió la cadena que tenía Finnikin en la

Page 306: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mano. Enganchó la piqueta a la cadena,atándola una, dos y tres veces, y despuésla giró por encima de su cabeza paralanzarla con un gruñido de esfuerzohacia la parte superior de la cueva.Falló, y ambos tuvieron que apartarse deun salto antes de que aterrizara con ungolpe metálico. Trevanion lo intentó denuevo, pero esta vez la arrojó con menosfuerza, y tiró de la cadena antes de quela piqueta se enganchase en un puntodemasiado bajo. Finnikin también lointentó, pero en cada una de lasocasiones, la piqueta chocó de lleno conla pared rocosa y cayó otra vez con unrepiqueteo.

De pronto, oyeron un ruido

Page 307: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

procedente del camino que llevaba aBateaux y se les heló la sangre. Eranperros que ladraban. Alguien había dadola alarma.

—¿Ya? —maldijo Finnikin.—Probablemente ha sido el

descerebrado del charynita —mascullóTrevanion.

—Podemos adentrarnos en una delas cuevas fluviales —sugirió Finnikin—. Nuestro rastro se acabará allá dondecomience el agua.

Pero Trevanion negó con la cabeza.—Eso solo te llevaría a la tumba,

Finn. Ha pasado muy poco tiempo desdelas últimas lluvias.

Los sabuesos se estaban acercando.Los ladridos sonaban cada vez más

Page 308: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

fuertes y más feroces. Trevanion sevolvió hacia el sonido y luego haciaFinnikin. Había pena y determinación ensu mirada.

—No. Me niego rotundamente —ledijo Finnikin.

—Escúchame bien...—¡No! —gritó Finnikin—. Si os

ofrecéis como cebo, os seguiré, y ambosterminaremos destrozados a mordiscos ode vuelta a esa pocilga infecta.

—¡Escúchame, Finn! —exclamóTrevanion con voz ronca—. Recé portener la oportunidad de verte una vezmás. Fue lo único que pedí. Nada más.Y la Diosa respondió a mis plegarias.Ve hacia el este. Yo los despistaré haciael oeste.

Page 309: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Pues entonces tenemos undilema, porque yo recé pidiendo que tehicieras viejo y sostuvieras a mis hijosen brazos como me sostenías a mí, yTrevanion, nadie me ha respondidotodavía a mis plegarias —le respondióFinnikin iracundo y sin mostrar respetoalguno—. Y ahora dime, ¿qué plegariasvalen más? ¿Las tuyas o las mías?

Trevanion le miró fijamente, llenode frustración, y luego agarró de nuevola piqueta para lanzarla otra vez. Lehicieron falta otros tres intentos, perofinalmente, la punta se enganchó en laroca. Le dio un tirón a la cadena paraasegurarse de que se había quedadoagarrada y luego empujó con una mano aFinnikin para que comenzara el ascenso.

Page 310: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

El joven trepó con torpeza por la paredde la cueva sin apartar los ojos de lapiqueta, como si quisiera obligarla aquedarse en su sitio con la fuerza de sumirada. Cuando Trevanion comenzó asubir detrás de él, lo notó de inmediato,ya que la cadena se tensó y le resultódoloroso mantenerse agarrado.

Una vez llegó arriba, alargó unbrazo para ayudar a Trevanion y tiró deél con todas sus fuerzas. Sintió unaoleada de dolor intenso que le subíadesde el codo, pero apretó los dientes ehizo caso omiso de la sensación. Luegoagarraron la cadena entre los dos ytiraron de ella para subirla y ocultarla asus perseguidores.

—¡No te muevas! —le ordenó

Page 311: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Trevanion mientras jadeaba con fuerza.Se quedaron completamente

inmóviles durante un largo rato,manteniéndose pegados a la rocamientras los perros no dejaban de ladrardebajo de ellos y los guardias sellamaban unos a otros. Finnikin observócon atención a su padre a la espera decualquier señal. No fue hasta que el airequedó absolutamente en silencio yTrevanion se sintió aparentementeseguro de que no se les vería de lejos,cuando señaló hacia un sendero que sedirigía hacia el este por encima de lascuevas.

—Pero para llegar hasta elsantuario... —empezó a decir Finnikin.

Trevanion le hizo callar de

Page 312: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

inmediato.—Lo único que tienes que hacer es

seguirme —dijo Trevanion.Más tarde, cuando Finnikin ya

pensaba que no le quedaban fuerzas enel cuerpo, cuando el sol le hacía verdoble y Trevanion le llevaba casi arastras por la ladera en dirección albarranco, al joven le pareció oír elsonido de la lluvia. Trevanion se detuvode repente y Finnikin se desplomó derodillas. Delante de ellos, de la montañade arriba, caía un chorro de agua quebajaba de las rocas formando surtidoresplateados, y detrás de la cascada, comouna aparición, se hallaba el santuario dela Diosa Sagrami.

Page 313: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin se puso en pie sin pensarloy se quitó la camisa y los pantalonespara quedarse desnudo debajo deaquella frescura. Cuando miró haciaatrás, hacia Trevanion, vio que su padreestaba mirando el agua con expresión deasombro. Entonces también se quitó laropa y se puso al lado de Finnikin paraalzar la cara hacia el cielo y extenderlos brazos. Despacio, se dio la vuelta ycolocó una mano a cada lado de lacabeza de Finnikin para besar en lafrente a su hijo, como si quisiera de esemodo darle las gracias a la Diosa portodos los favores recibidos. Por primeravez desde que arrestaron a Trevanion enLumatere, Finnikin dejó que las lágrimasle salieran bajo el chorro de agua que

Page 314: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

manaba de las rocas, y que se mezclarancon la sangre, la suciedad y lapodredumbre que sabía que jamás seborrarían de la memoria de su padre.

En el barranco estaba el caballo deSarnak. Trevanion se subió de un salto ytiró a Finnikin del brazo herido, casisacándoselo del sitio. Un dolor agudo leatravesó el cuerpo, pero logrómantenerse montado mientras su padreencaraba el caballo hacia el este.Encontraron la senda de piedras quellevaba hasta el bosque cuando llegarona la intersección de caminos, siguiendolas indicaciones de la novicia.

Trevanion galopó a buenavelocidad y Finnikin tuvo que echar

Page 315: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mano de todas sus fuerzas para nosoltarse. Empezaba a dudar de que esacasa en el bosque realmente existiera,hasta que por fin apareció, y de pie allado del portón que daba acceso a lapropiedad, se encontraba Sir Topher... yEvanjalin.

Al instante, Trevanion se bajó delcaballo y se lanzó a por ella. La agarrópor la garganta y la levantó del suelo.Hizo falta que Sir Topher y Finnikintiraran de él a la vez para apartarlo.

—Suéltala, Trevanion. Nos es másútil viva que muerta —le dijo SirTopher.

Trevanion la soltó al cabo de unrato y ella retrocedió tambaleándose. Lanovicia miró a Finnikin, pero él no le

Page 316: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

respondió con el mismo gesto.El capitán se volvió hacia Sir

Topher y le estrechó la mano con fuerza.—Estaré a tu servicio hasta el

último día de mi vida —le dijo en vozbaja mientras los dos se abrazaban.

Finnikin torció la boca en unamueca de dolor cuando Sir Topher lepuso una mano en el hombro.

—¿Te duele algo?—Estoy bien.Finnikin vio que Evanjalin

desaparecía entre los árboles que seencontraban más allá de la casa.

—Tuviste suerte de que solo teenviara a prisión. Al ladrón lo vendió alos mercaderes de esclavos de Sorel.

—Sí, menos mal —respondió

Page 317: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin, asombrado de que los actos deEvanjalin todavía tuvieran la capacidadde sorprenderle. Pero también habíavisto los moratones que tenía en la caray miró detenidamente a Sir Topher—.¿Qué le hizo el ladrón?

—Lo suficiente como para que semereciera lo que le pasó.

Esa noche, mientras Finnikin estabaen el pajar curándose el brazo,Evanjalin se agachó junto a él. Elmuchacho olía a hojas de romero yeucalipto, y se quedó observando cómola novicia removía una sustancia hastaconvertirla en una pasta y luego se laextendía por las partes de la cara quetenía hinchadas y amoratadas.

Page 318: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿No te dije que te sometieras asu voluntad? —le reprendió Evanjalin.

—¿Cuándo te he dado razón algunapara pensar que me sometería a lavoluntad de nadie? —le contestóFinnikin con brusquedad.

Cuando el bálsamo de la caraempezó a escocerle, le agarró la muñecacon tal fuerza que sabía que debía dedolerle.

—¿Por qué estás tan furioso? —lepreguntó mientras se apartaba.

—¡Me traicionaste! ¿Se supone quedebo estarte agradecido por ello? ¿Sesupone que debo darte las gracias?

—Tienes a tu padre. Lumatere tieneal capitán de la Guardia.

—¡Lumatere no existe!

Page 319: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¡Eso es lo tú crees, Finnikin! —replicó—. Lo tengo claro después deleer tu Libro de Lumatere.

—No tienes derecho ni siquiera atocar ese libro —le dijo él enfurecido.

—Se te cayó cuando los soldadoste llevaron preso.

—¿Quieres decir que se me cayócuando me traicionaste?

Ella le miró fijamente durante unosmomentos.

—Anotas listas de los muertos.Escribes los relatos del pasado.Describes las catástrofes y las matanzas.¿Qué hay de los vivos, Finnikin? ¿Quiénlos honra a ellos?

—¿Acaso te crees tú digna de esatarea? —preguntó con amargura—.

Page 320: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

¿Después de lo que has hecho? Vete a lacama, Evanjalin. Los lumateranosduermen mejor sin tu ayuda.

Oyó cómo la novicia suspirabamientras se inclinaba hacia él.

—Solo alguien que tiene el lujo detener dos padres durmiendo cerca de élpodría decir algo así.

La chica le levantó el brazo y élvolvió a poner cara de dolor.

—Voy a tener que dislocarte elhombro —le dijo Evanjalin—. Séexactamente lo que debo hacer, así queno debes tener miedo de nada. ¿Quieresque te haga una señal o prefiereshacérmela?

—¿Qué clase de señal? ¿Puedoconfiar en ti? —le preguntó alarmado.

Page 321: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Parecía dolida.—Por supuesto que puedes. Quizá

podríamos contar.—¿Como uno, dos...?El grito de dolor resonó por todos

los establos, y a los pocos segundos,Trevanion ya estaba en el pajar, con SirTopher pegado a los talones.

—¿Qué has hecho? —bramóTrevanion, que la agarró del brazo parasacudirla.

Finnikin estaba resoplando, con losojos en blanco y se le saltaban laslágrimas por las oleadas de dolor que letenían paralizado el brazo.

—Sé cómo tratar las heridas y laslesiones —dijo la novicia en voz baja.

—¿A eso es a lo que te dedicas?

Page 322: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

¿A administrar sufrimiento? —gruñóTrevanion.

—Suéltala, Trevanion —le dijo SirTopher—. Ella también ha sufrido.Estaba con los exiliados en Sarnak.

—¿Y la crees? —le preguntóTrevanion con frialdad.

Evanjalin bajó la vista, incapaz desostenerle la mirada.

—Dinos quiénes eran. ¿De quéparte de Lumatere procedían? —quisosaber Trevanion.

—Vamos, Evanjalin —le animó SirTopher con voz amable.

Pero la novicia no contestó yFinnikin cerró el puño con furia a pesardel dolor que sentía.

—¿Le mentiste a la Suma

Page 323: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Sacerdotisa sobre Sarnak? —le acusó.—No, no lo hice. —Le entregó a

Sir Topher las hierbas sin levantar lamirada—. En el brazo, justo debajo dela articulación —le dijo y luego saliódel pajar.

Trevanion frunció el entrecejo.—Nos libraremos de ella a la

primera oportunidad.

Page 324: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 9

Salir de Sorel se convirtió en suúnica prioridad y a pesar de lasobjeciones de Trevanion a cualquiercosa que Evanjalin sugería, todos semostraron de acuerdo con ella en que laciudad sin ley en el fin de la nación erala mejor alternativa para sobrevivir.Speranza era un lugar que había sidoconquistado, reconquistado y cedidotantas veces que en muchas ocasionesnadie parecía recordar quién logobernaba. En un sitio como aquel, lapresencia de dos prisioneros fugados,aunque uno de ellos pareciera escapadode las propias profundidades del

Page 325: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

infierno, pasaría bastante desapercibida.A mediodía entraron en el patio de

la taberna de la ciudad. Desde losbalcones, varias mujeres les hicierongestos que no necesitaban interpretación.Mientras señalaban y susurraban,Finnikin oyó cómo Evanjalin soltaba unbufido a su lado antes de atar al caballo.

Las mujeres ya habían descendidoa la sala principal del interior de lataberna. Finnikin vio cómo Trevanion seconvertía enseguida en el centro deatención. Recordó el modo en el que lasdamas de Lumatere coqueteaban con elcapitán de la Guardia Real. Los brutalesaños que había pasado en las minas deSorel no habían alterado los llamativos

Page 326: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

rasgos de su rostro. Llevaba el cabelloenmarañado recogido en una cola, sehabía recortado la barba, de coloroscuro, y seguía conservando unapresencia que atraía a las mujeres apesar de la palidez poco saludable de supiel.

Sir Topher regresó con una llave enla mano.

—Vamos, Evanjalin, he conseguidouna habitación. Quizá deberíamosdescansar —sugirió, muy consciente delo que le estaban ofreciendo a losdemás.

Finnikin le robó una mirada, peroentonces las mujeres de risa escandalosaen los ojos se les echaron encima y éldejó que una de ellas le cogiera de la

Page 327: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mano.

Más tarde se asomó al diminutobalcón al lado de la cama y contemplócómo los vendedores callejerosdesmontaban sus puestos. La chica de lataberna tiró de él con ánimo juguetónpara que regresara con ella. Habíadisfrutado el tiempo que habían pasadojuntos. La muchacha no le había pedidonada más que placer. Ni bromasinteligentes, ni que salvara a un reino, nique sacrificara una parte de sí mismo.No obstante, resistió la tentación dequedarse y se puso la ropa antes derecoger su fardo.

Se sentó a una mesa del patio ysacó el Libro de Lumatere . Pensó en

Page 328: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Evanjalin, tumbada en una de lashabitaciones superiores, y recordó laconversación que habían tenido lamisma noche que le arrestaron. Habíaconfiado en ella y la chica le habíaengañado. Fue pasando las páginas dellibro y recorrió con la punta del dedolos nombres que había ido anotando a lolargo de los años. De repente, la páginaque pasó la había escrito una manodesconocida y se quedó sin respiración.Allí delante, con una caligrafía pulcra ydiminuta, había una página tras otra denombres, unos escritos con mano firme,y otros, de un modo tembloroso.

Se puso en pie dispuesto a entrar enla taberna para buscarla, cuando vio queel poste de los caballos estaba vacío.

Page 329: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Y el caballo? —le preguntó almozo de los establos—. ¿Quién se hallevado mi caballo?

—No has traído ningún caballo —le replicó el muchacho.

—La novicia lo trajo.—¿Quién?—Una chica. Con un gorro de lana

azul. Iba vestida como un chico.En el rostro del muchacho apareció

una expresión de reconocimiento.—Volvió a por el caballo.—¿Adónde fue? —le preguntó

Finnikin con cierta inquietud. Elmuchacho no le hizo caso y Finnikin semarchó. Mientras se alejaba se preguntósi debía o no avisar a Trevanion y a SirTopher, pero en vez de eso, se volvió de

Page 330: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

nuevo hacia el mozo de cuadra—. Sisigo ese camino hacia el sur, ¿qué meencontraré?

—No hay otro pueblo hasta por lomenos un día.

—¿No hay nada?—Nada —repitió el muchacho.—¿Y a qué distancia está el pueblo

más próximo hacia el este?—Ya he dicho que no hay nada —

insistió el mozo y Finnikin se dio lavuelta para marcharse—. Bueno,excepto el campamento.

A Finnikin le dio un vuelco elcorazón en el pecho.

—¿Un campamento?—Sí, de esos repugnantes

exiliados. Deberían reunirlos a todos y...

Page 331: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin no se quedó a oír lo queiba a sugerir el muchacho. Tomó elcamino que salía del pueblo y se dirigióhacia el este.

Le llegó el olor del campamentoantes de verlo. Pero nada le preparópara el espectáculo que le esperaba. Seextendía por una zona más amplia que laciudad que había dejado atrás, perojamás, en ninguno de los viajes quehabía realizado con Sir Topher, habíavisto un campamento con un aspecto tanlúgubre. Los que se encontraban en lasafueras le miraron con unos ojos deexpresión vacía. Finnikin pensó queaquello no era vida, tan solo unasupervivencia diaria. Oyó el lamento delos niños que se morían de hambre con

Page 332: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

unos llantos desgarradores.Al no ver señal alguna del caballo,

sintió alivio de saber que Evanjalin noestaba allí pero a la vez preocupaciónde no tener ni idea de dónde podríaencontrarse.

—Estoy buscando a una chica conla cabeza rapada y ojos oscuros —ledijo a todo aquel que miraba en sudirección.

Nadie le respondió, así quecomenzó a cruzar el campamento entrelas filas de tiendas y refugiosimprovisados. Los niños con losestómagos hinchados le miraban con lamisma expresión vacía en los ojos quehabían heredado de sus padres. Lasmoscas revoloteaban sobre sus caras y

Page 333: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

se alimentaban de las llagas abiertas.Una mano le agarró por el brazo.

Era un hombre, poco mayor que elpropio Finnikin, pero con la piel tensasobre los pómulos prominentes.

—Vas hacia el campamento de lafiebre —le advirtió—. Será mejor quete marches, porque te contagias conrapidez.

Finnikin miró más allá. El caminohacia el campamento estaba bordeadode excrementos y le costaba respirar porel hedor a vómito, a mierda, a muerte y aenfermedad. Se acercó tambaleante auno de los lados del camino y echó todala sopa de cordero y la cerveza quehabía tomado en la taberna. Se quedódoblado sobre sí mismo y fue entonces

Page 334: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cuando vio horrorizado el cuerpo de unamujer que tenía delante de él, con losojos abiertos de par en par, mientras lasmoscas se alimentaban de ella.

Notó una mano en el hombro. Erael hombre de nuevo, con la mirada llenade compasión. Finnikin pensóasombrado que, de alguna manera, lacompasión había logrado sobrevivir. Seirguió, avergonzado, y se limpió la bocacon la manga.

—¿Estás buscando al sacerdotereal? —preguntó el hombre.

Finnikin estaba desconcertado.—¿El sacerdote real? ¿Nuestro

bendito barakah está aquí?El hombre asintió.—En el campamento de la fiebre.

Page 335: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin se alejó tapándose la bocacon la mano.

—Vuelve con nosotros —lesuplicó el hombre—. Seas quien seas,no te olvides de nosotros.

Finnikin vio más allá de las tiendasuna franja de tierra que indicaba el finaldel campamento de los exiliados y elcomienzo del campamento de la fiebre.El lugar era una combinación de loschamizos más básicos para vivir,montados a base de mantas y sábanasatados a postes clavados en el suelo. Elespacio que se extendía bajo todoaquello estaba sembrado de cuerpos.Los que se inclinaban para atender a losenfermos también parecían muertos envida.

Page 336: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Pero lo peor se encontraba más alláde las barracas donde estaban losenfermos. Un muchacho con un cuerpoechado al hombro pasó al lado deFinnikin y este le siguió hasta un pozoprofundo excavado en la tierra.Hombres. Mujeres. Niños. Gente de suedad que jamás se acostarían con unamujer, como él había hecho esa mismatarde. Vio a las chicas, con cabellos delcolor del oro batido, o con melenasoscuras y espesas. Las hermosasmuchachas de Lumatere. Muertas.Apiladas las unas sobre las otras. Capasde pieles y huesos resecos. El muchachopasó dos veces más a su lado y en cadauna de esas ocasiones llevaba uncadáver a la espalda, que luego arrojaba

Page 337: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

al pozo de los muertos. Finnikin se fijóen las fuertes manos del joven. Eran lasmanos de un artesano. Eran unas manospara reconstruir.

Pero allí no había sitio parareconstruir. Solo para enterrar.

La percibió antes de verla. Lanovicia caminaba hacia él procedente deuna de las casuchas de sábanas. Llevabaun bebé en brazos, tan quieto queFinnikin supo de inmediato que ya norespiraba. Evanjalin alzó la vista y susmiradas se cruzaron a través del pozo delos muertos.

«Aparta la mirada. No te pierdasde nuevo en esos ojos», se dijo a símismo.

Page 338: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Cuando la novicia llegó a su lado,Finnikin se dio cuenta de que estababuscando algo por la desesperación desus movimientos.

—¿Qué buscas, Evanjalin? —preguntó.

—A su madre —le contestó ellacon la voz quebrada—. Murió con elbebé todavía enganchado a su pecho.

Quiso alejarse. Quiso volver con lachica somnolienta de la taberna, quesolo le pedía tres monedas de cobre, quele hacía olvidar un momento, mientrasestaba dentro de ella, a la chica quetenía por ojos unos grandes estanques decielo nocturno.

Evanjalin siguió buscando entre loscuerpos y Finnikin vio que su mirada se

Page 339: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

detenía por fin en un punto. Era unamujer despatarrada, con los brazosextendidos. Evanjalin miró al bebé quetenía en brazos y se puso en cuclillas.Finnikin vio que tenía intención dedeslizarse hasta la fosa común y, antesde advertir lo que estaba haciendo, bajóél en su lugar. La novicia le entregó elbebé y Finnikin avanzó pisando concuidado los cuerpos hasta llegar dondese encontraba la madre. Le colocó elbebé sobre el pecho y le movió losbrazos a la madre muerta para querodearan a su hijo.

Notó que unos sollozos sinlágrimas se le acumulaban en el pecho ypugnaban por salirle de la garganta.Cuando Evanjalin alargó la mano y le

Page 340: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ayudó a salir del pozo, lo vio deinmediato en su cara.

—No llores —le dijo ella condureza, aunque las lágrimas le cubríansu propio rostro—. No llores, Finnikin,porque si empezamos a llorar, nuestraslágrimas no acabarán nunca.

Él le sostuvo la cara con las manosy le tocó las lágrimas con los dedosantes de pegar la frente a la de lanovicia. «Una tierra maldita», habíadicho Sir Topher. «Un pueblo maldito».

El sacerdote real había cambiadotanto desde los viejos tiempos enLumatere que Finnikin apenas lereconoció. Cuando era pequeño aquelhombre sagrado le intimidaba. HastaLucian creía que era una especie de dios

Page 341: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

con aquella túnica recargada, ribeteadade oro, y los dedos llenos de anillos.Hoy llevaba puesto un manto concapucha mugriento, de color marrón. Sehabía dejado una barba larga y calzabasandalias. Parecía que le faltaban uno odos dedos de los pies y las manchas dela edad le cubrían el dorso de lasmanos. Lo único que recordaba alhombre que solía ser eran las profundasarrugas provocadas por la risa que lerodeaban los ojos. Al sacerdote realsiempre le había encantado reír.

—Todavía estás aquí —murmuróel sacerdote real cuando vio a Evanjalin—. Ya te lo dije. Este lugar no es paraalguien tan joven y sano.

Page 342: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Este no es lugar para nadie —lecorrigió ella con dulzura—. Sois elsacerdote real. Debéis conducir a estagente a nuestro hogar.

El hombre negó con la cabeza.—Un título que no significa nada

fuera de nuestro reino.—Cuando regresemos a Lumatere...—Si quieres que siga con vida,

debes llevártela de aquí —le dijo elsacerdote real a Finnikin y se volvióhacia Evanjalin—. No habrá regreso —dijo en voz baja.

Ella le fulminó con la mirada.—Míralos. ¿Crees que una franja

de tierra en el reino de otros será mejorque esto?

—¿Cómo puedes preguntarme algo

Page 343: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

así, Evanjalin?—¿Qué era lo que le hacían a los

recién nacidos en tu pueblo de la roca,Finnikin? —le preguntó al tiempo que lecogía de la mano y se la cerrabaformando un puño—. Colocaban unapiedra del pueblo en sus manitas y se laataban durante unos cuantos días. Lomismo se hacía en las Llanuras, contierra de los campos apretada en lospuños. Con cieno del río apretado en lospuños. Hierba de las montañas. Hojasdel bosque. Para unirlos a todos a latierra. —Parpadeó para intentarcontener las lágrimas—. No queremosuna segunda Lumatere. Queremos irnos acasa. Llévanos a casa, Finnikin.

Evanjalin se volvió hacia el

Page 344: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sacerdote real.—Bendito barakah, si regresáis

con nosotros, nuestra gente os seguirá.Al menos, aquellos que tengan fuerzas.Regresaremos a Lumatere, donde lassanadoras...

—Todas las sanadoras han muerto,Evanjalin —la interrumpió Finnikin,cuya cólera aumentaba—. LosHabitantes del Bosque, las novicias deSagrami, todas aquellas personas queposeían la habilidad y el don para curarhan muerto. Yo estaba allí. Oí sus gritosmientras morían quemadas en lahoguera. Incluso aunque lográramosentrar en Lumatere, no hay nada a lo queregresar. ¿Es que no eres capaz deentenderlo? La única esperanza que le

Page 345: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

queda a nuestra gente es un segundohogar en Belegonia.

—¿Por qué temes regresar,Finnikin? ¿No fuiste tú el que jurastejunto a Balthazar que salvaríaisLumatere?

—¿El príncipe Balthazar? —lespreguntó el sacerdote real.

—No —respondió ella negandocon la cabeza—. No, porque si estávivo, ahora es el rey.

—¿Y está vivo?—Evanjalin sueña que sí lo está —

se burló Finnikin—. ¿Tienes un plan,Evanjalin? —preguntó—. ¿Crees queserás suya? ¿Una plebeya casada con unrey?

La furia se reflejó en los ojos de la

Page 346: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

novicia.—No se te olvide que nuestra reina

era una plebeya —le advirtióencolerizada—. Nació en las Montañasde Lumatere. No te atrevas a burlarte deun matrimonio así.

—¡Silencio! —exclamó elsacerdote real. Esperó a que sequedaran callados—. Entonces, ¿sueñascon el rey Balthazar y crees que eso essuficiente para convencerme de quedebemos seguirte a través de esta tierraolvidada de la mano de los dioses enbusca de un reino maldito?

—No, bendito barakah. Creo queya os han dicho muchas veces queBalthazar está vivo y, en cada una deesas ocasiones, la afirmación ha

Page 347: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

demostrado ser falsa. Sin embargo,puedo daros otro nombre —le respondióy miró a Finnikin.

—Tengo mucho que hacer —lereplicó el anciano, que se puso de pie—. Los nombres ya no significan nadapara mí.

—¿Ni siquiera el del capitánTrevanion?

El sacerdote real se detuvo en secoy se volvió, aturdido. Luego miró aFinnikin cuando se dio cuenta de laverdad.

—¿Eres Finnikin de la Roca? ¿Hijode Trevanion del Río?

—El mismo —le confirmó ella.—Puedo responder por mí mismo

—espetó Finnikin.

Page 348: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Es que ha escapado? —preguntó el sacerdote real.

Evanjalin asintió.—¿Está con la Guardia Real?—No, con una puta —le explicó la

novicia.—¡Evanjalin!Miró a Finnikin con expresión de

incredulidad.—¡Vaya! ¿Así que ahora nos hemos

vuelto tímidos? —Entonces volvió suatención hacia el sacerdote real—. Si letraemos aquí con el Primer Caballerodel rey, ¿estaríais dispuesto a convencera esta gente para que nos dirigiéramos alnorte, bendito barakah?

—Tráemelos y hablaremos.A pesar de todo lo que había

Page 349: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

presenciado, Evanjalin parecíasatisfecha consigo misma cuandoemprendieron el camino de regreso alpueblo. Cruzó por los bosques en vez detomar el camino principal.

—Es una senda mucho másagradable —le explicó a Finnikin—. Elrío corre cerca de aquí.

Finnikin se detuvo de repente.—¿Y el caballo? ¿Dónde está el

caballo?Ella se limitó a encogerse de

hombros.—Ya no tengo mi caballo.—¿Tu caballo? Era mi caballo.—No seas ridículo —le contestó la

novicia mientras seguía caminando por

Page 350: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la senda—. No habrías robado elcaballo en Sarnak si yo no te hubieraanimado, así que siempre lo heconsiderado mío.

—Pero oficialmente lo robé yo —insistió Finnikin.

—Vale, pero resulta que el caballoque tú robaste ya lo habían robado ytuvimos que trocarlo por el ladrón deSarnak para recuperarlo, por lo que, enrealidad, deberíamos considerar que elcaballo es suyo —replicó ella porencima del hombro.

Finnikin intentó controlar el enfadomientras la alcanzaba.

—¿Y por qué ya no tienes sucaballo?

—Bueno, es que mientras tú

Page 351: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

estabas de putas, descubrí que el ladrónhabía dicho la verdad y que le habíavendido el anillo a un buhonero deOsteria, que al parecer estaba de pasopor aquí. —Evanjalin se metió la manoen uno de los bolsillos del pantalón ysacó el anillo de rubí—. ¿A que eshermoso? —le preguntó con una sonrisade puro deleite en el rostro.

—Es deslumbrante —musitóFinnikin, encrespado por el modo en elque ella había dicho «de putas».

—Te gustará este camino. Seguroque el río tiene un aspecto precioso aesta hora del día —le comentóEvanjalin.

Pero por lo que Finnikin vio, nohabía nada precioso en el río. Lo único

Page 352: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que estaba a la vista era la fealdad delos traficantes de esclavos de Sorel, consus jóvenes presas, masculinas yfemeninas, que viajaban metidas enjaulas a bordo de barcazas. Lasmuchachas no eran más que unas niñas yconstituían la mayor parte delcargamento.

Había poco espacio a lo largo de laribera, pero los compradores ansiososse apretujaban los unos contra los otrosy pujaban por los seres humanos como sino fueran más que cabezas de ganado.Sorel era el único reino que no prohibíala esclavitud y Finnikin había oídorumores en los que se afirmaba quemarcaban a los niños como si fueran

Page 353: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

animales de granja. Como siempre,deseó que la voz de su interior tomara elmando, la voz que le decía que noconocía a aquellas personas y que lasolvidaría con facilidad en cuanto lasperdiera de vista. Y entonces vio aalguien conocido entre los hombros dedos de los compradores que teníadelante. Era el ladrón de Sarnak. Estabaatado a un poste de madera para atar loscaballos, desnudo y tembloroso.

Finnikin supo que el ladrón lehabía visto. Vio la sorpresa en el rostrodel muchacho y luego algo más. Súplica.El chico comenzó a mover los labioscon desesperación.

Finnikin se abrió paso entre elgentío que formaban los compradores.

Page 354: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

El ladrón no dejó de mirarle, ni siquieracuando comenzaron a desatarle. Cuandouno de los mercaderes advirtió queestaba hablando, le propinó un bofetóncon el dorso de la mano en toda la caray el ladrón se tambaleó hasta caer derodillas. Sin embargo, alzó la cabeza ysiguió moviendo los labios.

Fue entonces cuando Finnikin sedio cuenta, horrorizado, de lo que estabadiciendo el ladrón.

—«Mátame» —murmuró Evanjalina su lado—. Eso es lo que te estápidiendo.

«Mátame. Mátame».Finnikin se dio cuenta de que se

había llevado una mano de formainstintiva a la daga que llevaba en la

Page 355: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

vaina a su espalda. No se atrevió amirar a Evanjalin.

—No vinimos por aquí porquefuera un paseo agradable, ¿verdad? —lepreguntó colérico.

—Creí que te encantaban los ríos.—Lo planeaste. Sabías que estaba

aquí y quieres salvarlo.—No seas ridículo, Finnikin —

soltó la novicia—. ¿Para qué querríasalvar a un ladrón despreciable queintentó violarme mientras estabadormida?

Al ver que Finnikin no lecontestaba, Evanjalin se encogió dehombros.

—Pero luego pensé en tujuramento. El que hiciste sobre aquella

Page 356: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

roca en Sorel, donde dijiste quebuscarías una tierra para los huérfanosde Lumatere, a la que los llevarías devuelta, y pensé que eras tú el que querríasalvarle. Si lo rescatas ahora, no tendrásque volver a por él cuando ya estésacomodado y casado con la hija dulce yfrágil de algún noble.

—Eres malvada —dijo Finnikin,indignado.

—¡Ah, de qué manera se utiliza esapalabra! —replicó ella—. Todo lo quelos humanos no son capaces de controlaro someter es malvado.

—¿Qué es lo que esperas quehaga? ¿Luchar contra los traficantes deesclavos para liberar al ladrón? Fuistetú quien lo vendió.

Page 357: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Porque necesitaba un caballocon el que pudieras escapar —lecontestó ella con toda tranquilidad.

—Que no hubiera necesitado si nome hubieras traicionado. Después vas yvendes el caballo para conseguirrecuperar el anillo, y ahora ni tenemoscaballo, pero sí un anillo de rubí quesupongo utilizarás para comprar eseladrón sin valor alguno.

—¡Qué sugerencia más ridícula! —exclamó—. ¡Si fue él quien robó elanillo!

Finnikin empuñó con fuerza la dagay una astilla del mango de madera se leclavó en la palma de la mano. Alzó lamirada y vio una expresión de aliviopasar por el rostro del muchacho.

Page 358: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Haré lo correcto y acabaré consu sufrimiento.

Se preguntó cuándo acabarían loshorrores que vería ese día.

—¿Y si fallas?—Nunca fallo.No había fanfarronería en su voz,

tan solo tristeza. Finnikin le dio la vueltaa la daga y la sostuvo entre el índice y elpulgar. Se quedó mirando al objetivomientras sentía la bilis que le subía porla garganta. Sin embargo, antes de que nisiquiera pudiera apuntar, Evanjalin lepuso una mano en el brazo y le quitó elarma.

—No vamos a comprar al ladrón,Evanjalin —le dijo con voz cansada.

—Por supuesto que no —le

Page 359: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

respondió ella antes de acercársele aloído para murmurarle—. Lo vamos arobar.

—¿Y cómo se supone que lo vamosa hacer? ¿Asaltamos la barcaza? Notengo la espada de mi padre y no me veocapaz de vencer a los diez mercaderes ya esos compradores de aspecto feroz,parecidos a los de las minas.¿Recuerdas esas minas en las que memetiste? Es algo que no podréperdonarte jamás.

—¡Y yo jamás te perdonaré que tefueras con la puta! —le replicóEvanjalin con la mirada llena de furia—. Esperaremos a que alguien compreal ladrón y luego emboscaremos a esecomprador. Lo que significa, señor no

Page 360: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

tengo espada pero sí tres cuchillos, quetenemos una probabilidad bastanteelevada de lograrlo, porque supongo quesolo tendremos que enfrentarnos a uncomprador.

—¿Qué es lo que te hace pensarque llevo tres cuchillos?

Ella le agarró del antebrazo, dondellevaba escondido el más pequeño detodos los cuchillos. Luego le rodeó conlos brazos y lo abrazó para darle unaspalmaditas en la vaina de la segundadaga, la que llevaba ella en esemomento en la mano.

—¿Y la tercera? —quiso saberFinnikin.

En el rostro de Evanjalin aparecióotra mirada furibunda.

Page 361: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Esperas que me ponga derodillas delante de ti? ¿Como la puta? Eltercero lo llevas en el tobillo.

La furia le invadió.—Maldigo el día en el que trepé

por aquella roca en Sendecane —lesoltó.

Ella le miró con tristeza.—Ahí es donde no estamos de

acuerdo, Finnikin, porque yo creo queese fue el día en el que todo empezó.

Se quedaron observando ensilencio cómo uno de los traficantes deesclavos abría los grilletes delmuchacho y luego le ataba las manos.Finnikin supuso que el comprador sellevaría al ladrón por el río y esperaríaa la mañana siguiente para viajar por el

Page 362: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

canal que llevaba hasta las minas.—Si lo hacemos... —comenzó a

decir al tiempo que se volvía haciaEvanjalin.

Pero la novicia habíadesaparecido. Se abrió paso entre lamultitud sin dejar de buscarla y de gritarsu nombre. Saltó sobre la espalda de unhombre para tener una visión másdespejada de la zona, pero se loquitaron de encima de una sacudida.Oyó gruñidos de hostilidad y sufrióvarios codazos en la cara conforme seabría paso hacia la orilla del río, dondeflotaban las barcazas de esclavos.Evanjalin se había acostumbrado allevar puestos los pantalones de lanamarrón y el gorro azul, pero los colores

Page 363: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

eran demasiado apagados para destacarbajo la luz, cada vez más escasa.Mantuvo la esperanza de que la noviciatuviera el suficiente sentido común parasaber encontrar el camino de vuelta a lataberna. La idea de que la perdieran devista para siempre, algo que una vez síhabía deseado, le provocó unestremecimiento por todo el cuerpo.

Un poco más adelante, en la mismaorilla, vio que alguien arrastraba atirones al ladrón para llevárselo. Si elnuevo propietario le hubiera puestoalguna ropa al muchacho, quizá Finnikinhubiera dejado las cosas tal y comoestaban, pero en el campamento de lafiebre había tenido que pasar por encimadel cadáver de un chico de la misma

Page 364: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

edad que el ladrón. En Lumatere, losjóvenes de esa edad eran robustos yestaban llenos de diabluras, sededicaban a molestar a las chicas conlas que habían crecido y todavía nosabían si querían seguir a sus padres ocontinuar pegados a las faldas de susmadres. Había algo antinatural en que unmuchacho de catorce años yacieramuerto y Finnikin ya había vistodemasiados.

«Ya basta —pensó—. Ya basta».Finnikin siguió al ladrón y su

propietario por un sendero que seadentraba en el bosque. Sabía que si nolograba liberar al ladrón esa mismanoche, al menos tendría que acabar consu sufrimiento. Se dijo a sí mismo que

Page 365: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sería algo sencillo. Correría paraadelantarlos e interrumpirles el paso yatacaría por sorpresa al dueño delesclavo. Pero en ese preciso momentolos perdió de vista en mitad del espesofollaje, así que decidió trepar por elpino que tenía más cerca. Cuando llegóa una altura suficiente para ver mejor losalrededores, el alma se le cayó a lospies. Desde donde mantenía elequilibrio, vio al ladrón y su propietariodirigiéndose hacia un claro, y allí habíaotro hombre, montando un campamento.Evanjalin se había equivocado. Elcomprador no estaba solo.

Sabía que debía actuar con rapidez.Pero justo cuando estaba a punto de

Page 366: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

descender, vio a Evanjalin. La noviciasalió de entre los árboles al borde delcamino y se lanzó sobre la espalda deldueño del ladrón, con su daga en lamano.

Finnikin echó a correr en cuantotocó el suelo. Entre los árboles vio queEvanjalin tenía ventaja, que le habíacortado en el pecho a su oponentemientras le rodeaba el cuello con el otrobrazo y la cintura con las dos piernas.Pero ya era demasiado tarde. Elcompañero del comprador había llegadohasta ellos. Tiró del jubón de Evanjalinpara apartarla, la estampó de cara contraun árbol y luego le retorció el brazopara que soltara la daga.

Finnikin corrió más rápido todavía.

Page 367: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

«Por favor, que no descubra que esuna chica. Por favor, que no descubraque es una chica».

Pero el individuo empezó aregistrarla y le palpó el cuerpo subiendopor el torso.

—¡Evanjalin!Una daga dio de lleno en la espalda

del primer hombre y el segundo cuchillose clavó un par de centímetros porencima de los dedos que Evanjalin teníaapoyados en el tronco del árbol. En unafracción de segundo la sacó de un tirón yla lanzó hacia atrás, cogiendo al atacantepor sorpresa. Cuando el hombreretrocedió tambaleante, Evanjalin leclavó dos veces el puñal en el muslo ylo dejó incapacitado de forma

Page 368: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

momentánea.—¡Corre! —le gritó Finnikin al

tiempo que le lanzaba una capa almuchacho.

Se enfrentó al segundo hombremientras Evanjalin agarraba al ladrónpara echar a correr los dos hacia elbosque. Con un puñetazo que dejó a suoponente dando tumbos, Finnikin salió atoda velocidad detrás de ellos.

—¡Seguid corriendo! —chilló.Delante de él vio al ladrón, cuyos

saltos y embestidas le advirtieron de lodesnivelado que estaba el terreno. Secolocó junto a Evanjalin y mientras lasangre le palpitaba con fuerza en lasvenas y el pulso amenazaba conestallarle en el cuello, se dio cuenta de

Page 369: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que la necesidad de alejarse de susperseguidores era menos importante queadelantar a la novicia.

Llegaron al final del sendero yentraron en el valle abierto, donde el solcomenzaba a desaparecer. Mientras seacercaban poco a poco, supo por lamirada de soslayo y el brillo en sus ojosque la novicia no estaba dispuesta adejarle pasar. Pero la chica se estabacansando y cuando señaló al camino quellevaba hasta Speranza, le puso la manodelante para impedirle el paso, paramantenerlo detrás de ella. Finnikin echóla mano a un lado y la empujó alhacerlo. Él aprovechó que la chica setambaleó para tomarle la delantera ysiguió al ladrón cuando este saltó por

Page 370: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

encima de una valla de madera querodeaba un prado. Para entonces ya nose oían pisadas fuertes a sus espaldas,tan solo su respiración y la de Evanjalin.

Cuando el ladrón se detuvo y sedejó caer de rodillas para recuperar elaliento, Finnikin se derrumbó en lahierba y Evanjalin cayó a su lado. Élrodó hasta quedar tumbado de espaldasmientras se apretaba el costado con unamano en un intento por mitigar el dolory, cuando la miró, le pareció captar unatisbo de sonrisa en su cara.

El ladrón les miró fijamente. Nohabía humildad ni gratitud en su rostro.De hecho, apenas había nada.

—Soy tu dueña —le dijo de formabrusca Evanjalin tras incorporarse un

Page 371: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

poco—. No lo olvides nunca, muchacho.Trevanion y Sir Topher los

esperaban en el exterior de la taberna.Sir Topher abrió los ojos por elasombro y la incredulidad cuandoreconoció al ladrón, pero Evanjalin sele acercó presurosa antes de que pudieradecir nada.

—Sir Topher —le saludó casi sinaliento—. ¡Lo he recuperado!

Abrió la palma de la mano y allíestaba el anillo de rubí. Finnikin viocómo Sir Topher la miraba con unaexpresión de afecto antes de alargar unamano y cerrarle la palma de la suya.

—Será mejor que lo mantengasescondido, Evanjalin.

Page 372: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Tenemos que marcharnos.Deprisa —le dijo Finnikin.

—¿Y el caballo? —preguntó SirTopher.

—No hay caballo.—¿Quién...?—Después —le interrumpió

Finnikin y los empujó hacia la entradade la taberna.

Trevanion miraba fijamente alladrón, que parecía estar a punto deescupirle.

—No sobrevivirías a lasconsecuencias —le advirtió Finnikin.

—Se llama Froi —dijo Evanjalin.El ladrón soltó un gruñido.—No se llama así. Lo que ocurre

es que tiene el labio partido y por eso

Page 373: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

suena como si hubiera dicho Froi en vezde Boy —le discutió Finnikin.

—Todo el mundo tiene un nombre,Finnikin. No puedes llamarle siempreniño o muchacho. Se llama Froi. —Elladrón de Sarnak abrió la boca paradecir algo, pero Evanjalin alzó un dedopara silenciarle—. Puedo venderte conla misma facilidad con la que te compré—le advirtió con voz helada.

—No le compraste, le robaste —apuntó Finnikin.

—He cambiado las condiciones desu contrato de propiedad —le dijo a SirTopher sin hacer caso a los demás—.Como vos mismo dijisteis una vez, heestablecido unas nuevas.

Finnikin tuvo muy claro que fuera

Page 374: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

lo que fuera lo que Sir Topher hubieradicho en el pasado, se arrepentía deello.

—Hay algo más —dijo Finnikinmirando a Trevanion, que todavía nohabía dicho ni una sola palabra.

—Por supuesto. Siempre hay algomás. ¿Seremos capaces de soportar otrasorpresa? —murmuró Sir Topher.

—Creo que esta sí. Evanjalin haencontrado al sacerdote real.

Page 375: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 10

Cuando entraron en el campamentoal día siguiente, Sir Topher se quedó sinpalabras. Sin embargo, fue la expresióndel rostro de su padre la que Finnikinrecordó durante muchos días. Sabía queTrevanion jamás había visto uncampamento de refugiados, que nisiquiera se había imaginado el modo enel que vivía su gente desde hacía años,por lo que no estaba preparado paracontemplar semejante desolación. Supadre era capaz de comprender elcastigo, la prisión y las condenas, pero¿aquello? ¿Qué crimen contra los dioseshabían cometido aquellas personas para

Page 376: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ser condenados a esa clase de vida?—Después será peor todavía —les

advirtió Finnikin.Las condiciones de hacinamiento,

los grandes charcos de barro y losmontones de restos apestososprovocaron que tuvieran que cruzar conlentitud el campamento. Sin embargo, adiferencia del día anterior, un murmullorecorría el aire a su alrededor a medidaque los susurros comenzaban a llenar elcampamento. Fue entonces cuandoFinnikin lo vio por primera vez en losojos de la persona que estaba más cercade ellos: un destello de esperanza.

—Es Trevanion del Río —oyódecir a una mujer—. Y el PrimerCaballero del rey.

Page 377: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Conforme se adentraban en elcampamento, más y más exiliados fueronsaliendo de sus casas improvisadas.Cuando llegaron a la franja queseparaba el poblado de tiendas delcampamento de la fiebre, ya estabanabriéndose paso entre la multitud deresidentes. Los niños les miraban conesperanza, montados sobre los hombrosde sus padres, pero el hambre en susojos era inquietante.

Un hombre de cabello blanco yojos del color de la leche y el cielo seabrió paso para llegar hasta ellos y lepuso las manos en la cara a Sir Topherpara reconocerle.

—¿Kristopher de las Llanuras?Sir Topher se estremeció de la

Page 378: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cabeza a los pies mientras abrazaba a supariente. Finnikin tuvo la impresión deque todo hombre, mujer y niño habíasalido de sus refugios para agolparse asu alrededor.

—Este es Micah, un granjero delpueblo de Sennington —les presentó SirTopher.

Finnikin miró a su padre.Sennington era el pueblo natal de LadyBeatriss.

—¿Quién está al mando aquí? —preguntó Trevanion.

—No hay nadie al mando —respondió el anciano.

—Pues poned a alguien al mando yque venga a vernos.

La casucha del sacerdote real se

Page 379: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

encontraba en la franja de terreno queseparaba el poblado de chabolas y elcampamento de la fiebre. Mientras seacercaban allí, una mujer que llevaba asu hijo llegó procedente del campamentode la fiebre y puso al chico en brazos deEvanjalin. Finnikin tiró de la noviciapara acercarla a él y alejarla de lamujer, que sin duda tenía fiebre.

—No hay nada que puedas hacer—le dijo con firmeza.

Evanjalin se soltó de un tirón.—Finnikin, va contra las normas de

la humanidad creer que no hay nada quepodamos hacer —le dijo antes dealejarse con la mujer y el niño.

Una vez entraron en la tienda delsacerdote real, Finnikin contempló cómo

Page 380: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Trevanion y Sir Topher realizaban unareverencia solemne y le besaban lamano al anciano santo, algo que parecióavergonzar un tanto al propio sacerdotereal. El viejo granjero de las Llanurasentró, vacilante, con dos hombres y unamujer, cuyos ojos dejaron de mirar alsacerdote real para pasar al grupo deFinnikin.

—Tenéis que separar a esta gentedel campamento de la fiebre —les dijoTrevanion con firmeza—. Y no merefiero a poner una pequeña franja deterreno en medio. Llevaos a los sanos deaquí. Ya.

—¿Llevarlos adónde? —lepreguntó la mujer—. Somos demasiadosy cada vez que hemos intentado

Page 381: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

trasladarnos, nos han amenazado conarmas. Al menos en este rincón delinfierno no nos molestan.

—Para cruzar la naciónnecesitaríamos la protección de laGuardia Real —dijo el anciano lleno deatrevimiento.

—¿Podéis proporcionarnos esaprotección? —le preguntó el más jovende ellos.

Finnikin miró a su padre.Trevanion no había hablado en ningúnmomento de sus hombres, pero su hijosabía que el capitán de la Guardia Realno había dejado de pensar enencontrarlos.

Trevanion negó con la cabeza.—De momento no es posible, pero

Page 382: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

debéis marcharos de todas maneras.Seguid el río a lo largo de Charyn ycontinuad por la frontera de Osteriahasta llegar a Belegonia. Allí pediréis laprotección de Lord August de lasLlanuras.

—No podemos...—¡Aquí no tenéis esperanza

alguna! —le interrumpió Trevanion—.Viajaréis hasta Belegonia y allí osayudarán. Os lo garantizo.

Sir Topher y él salieron junto a loscuatro exiliados, y Finnikin se encontróa solas con el sacerdote real.

—No subestimes a esa muchacha—le advirtió el sacerdote real.

Finnikin se rio de manera forzada.—Estoy con el Primer Caballero

Page 383: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

del rey, el capitán de la Guardia Real yel sacerdote real de Lumatere. Loshombres más poderosos de nuestroreino, aparte del propio rey. Todosestamos aquí reunidos gracias a ella.¿En qué momento os he hecho pensarque la he subestimado?

—Tienes en mente un caminodistinto al de ella —apuntó el sacerdotereal.

—¿Y vos? —le preguntó Finnikin.—Eso no es importante.—Sois el sacerdote real-le replicó

Finnikin—. Fuisteis elegido paraguiarnos.

—¿De verdad esperas algo de mí?—respondió el anciano con amargura—.¿Cuando fui yo quien le dio la bendición

Page 384: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

a ese impostor mientras atravesabanuestras puertas, a sabiendas de quetenía las manos empapadas con la sangrede nuestros seres queridos? ¿Sabesdónde estaba yo cuando quemaron en lahoguera a los cinco Habitantes delBosque? A salvo en el Valle de laTranquilidad, también a sabiendas deque podría haberles ofrecido protecciónen mi hogar. Yo tenía el poder paraautorizar y desautorizar, pero estabasometido por el miedo.

—Lord August me dijo quedeseabais morir y que por eso viajabaisde un campamento de la fiebre a otro —contestó Finnikin—. Sin embargo, laDiosa os ha maldecido, benditobarakah, y se niega a permitir que

Page 385: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

muráis.—Así pues, la respuesta a la

pregunta que me has hecho antes es quellevaré esta gente hacia el norte, haciaLumatere —respondió el sacerdote real—. Iré con la chica. Mientras tanto, túirás hacia el oeste, a Belegonia, enbusca de una segunda patria. ¿O hancambiado tus intenciones, Finnikin?

Finnikin no respondió.—¿Qué es lo que temes? —le

preguntó el sacerdote real.—¿Qué os hace pensar que temo

algo?El anciano dejó escapar un suspiro.—Fui elegido en mi juventud para

ser el consejero espiritual de nuestroreino. Finnikin, no te eligen para ser el

Page 386: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

barakah porque puedas canturrear laCanción de Lumatere con el tonomusical adecuado.

—Entonces, ¿tenéis el poder desentir cosas? ¿Se trata de Balthazar? —preguntó Finnikin.

—No lo sé, pero sea quien sea alque percibo, es muy poderoso. «Laoscuridad conducirá la luz y nuestroresurdus se alzará». ¿No son laspalabras de la profecía?

—La mayoría diría que es unamaldición, bendito barakah.

—La mayoría no habría descifradolas palabras —replicó el sacerdote real.

A Finnikin se le cortó larespiración.

—¿Sabéis el resto? —le preguntó.

Page 387: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—«Y sostendrá las dos manos deaquel a quien juró salvar».

—«Y entonces la puerta caerá,pero su dolor jamás cesará» —añadióFinnikin.

—«Su semilla engendrará reyes,pero él nunca reinará» —recitaron almismo tiempo.

El sacerdote real sonrió tras unosmomentos.

—Tardé diez años en traducirlo.Por favor, no me digas que tú tardastemenos.

Finnikin sonrió con ciertavergüenza.

—Pasé todo mi decimoquinto añode vida en la biblioteca palaciega deOsteria —le confesó—. No tenía mucho

Page 388: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que hacer aparte de atender a laspenosas conferencias que daba nuestroembajador y de entrenarme con laGuardia Osteriana.

—¿Qué es lo que temes? —lepreguntó de nuevo el sacerdote real.

—En la infancia era el compañerode juegos del príncipe Balthazar —empezó a decir con cierta dificultad—.Me dijo muchas veces: «Finnikin,cuando yo sea rey, tú serás el capitán demi guardia, lo mismo que tu padre es elcapitán de la guardia del mío, peroalgunos días intercambiaremos nuestrospuestos para que tú puedas ser el rey yyo el capitán Trevanion».

—Bromas de niños.Finnikin negó con la cabeza.

Page 389: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Cada vez que Balthazar lo decía,notaba arder un fuego en mi interior.Quería ser rey y comencé a envidiar aBalthazar porque él iba a serlo.

—Pues entonces, no eras muyambicioso, Finnikin.

Finnikin soltó un bufido deincredulidad.

—A los ocho años quería ser undios —le confesó el sacerdote real.Luego miró a su alrededor, al interior dela tienda destartalada—. Quizás este seami castigo, pero entre tú y yo, debodecirte que no creo que los deseos deunos críos provoquen acontecimientoscatastróficos. Son los actos de los sereshumanos.

Pero Finnikin sabía que había más

Page 390: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

al respecto.«Su sangre quedará derramada para

que tú seas rey».—Finnikin, llévate a Evanjalin al

norte, ante nuestro rey —le dijo elsacerdote real—. Pero quiero que sepasque si la seguimos, tomaremos uncamino hacia la salvación que estarápavimentado con sangre.

—No hay nada para nosotros en elnorte —dijo Trevanion con firmezadesde la entrada, junto a Sir Topher—.¿No es verdad, Finnikin?

Su hijo no fue capaz de contestarle.Notaba la mirada feroz de Trevanion,pero mantuvo su propia mirada fija enSir Topher. Su mentor había mantenidoun cierto alejamiento respetuoso desde

Page 391: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que regresó Trevanion, pero Finnikinnecesitaba ahora su consejo.

—Te tiene embrujado —añadióTrevanion—. Podría ser tuya cuandoquisieras. Cualquiera es capaz de verlo.Así que tómala ya y haz lo que tengasque hacer de una vez por todas parasacártela de la cabeza.

Sir Topher siguió sin mirarle yFinnikin supo que tendría que tomaraquella decisión él solo, aunque quizáya lo había hecho.

—Ayer estuve dentro de una fosallena de cadáveres. Pasé por encima delcuerpo de alguien que tenía mi edad.¿Sabes lo que se me pasó por la cabeza?Reconstruir Lumatere. Y mientrascontemplaba al muchacho que acarreaba

Page 392: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

los cadáveres, pensé lo mismo. Meimaginé que era carpintero y lo vi conclaridad —declaró con las manosextendidas—. En ese pozo de muerte meimaginé a Lumatere en los añosvenideros, no en los años pasados. —Estaba con la vista clavada en su mentor—. Nunca habíamos hecho algo así, SirTopher. Anotamos los nombres denuestros muertos, planificamos cómoserá nuestro segundo hogar yorganizamos nuestro gobierno, pero solocon pergamino, con tinta y con suspirosde resignación.

Sir Topher levantó por fin lamirada.

—Porque cualquier esperanza másallá de eso habría sido demasiado, hijo

Page 393: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mío. Temí que nos ahogásemos en ella.—Pues entonces, elijo ahogarme en

esa esperanza —respondió Finnikin—.Lo prefiero a flotar en la nada. Quizátengas razón, Trevanion —añadiómientras se volvía hacia su padre—.Pero es su esperanza lo que me tieneembrujado y espero que jamás se mesalga de la cabeza, sin importar cuántasveces tenga que tomarla. ¿Acaso no vescómo le arde en la mirada? ¿Acaso no tedan ganas de apartar la vista cuando túno tienes esperanza que ofrecerle acambio? Su esperanza me llena de... dealgo más que este peso muerto con elque me despierto cada mañana.

Los ojos de Trevanion leatravesaron. ¿Había encontrado a su

Page 394: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

padre tan solo para alejarse de él?—Dice que todas las jóvenes que

están dentro de Lumatere se estánmuriendo —comentó Sir Topher.

—¿Por qué sabemos tan poco deesos paseos que se da en sueños? —inquirió Trevanion—. Si tiene esepoder, ¿por qué apenas sabemos nada deLumatere? Pues porque miente.

—Tiene un don... —comenzó adecir el sacerdote real.

—Un don para engañar y esincapaz de soportar mi presencia porquesabe que comprendo la naturaleza de suargucia —le interrumpió Trevanion—.¿Qué hay de sus mentiras acerca deSarnak?

—No hubo ninguna mentira —

Page 395: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

respondió Finnikin.Trevanion soltó un bufido de

frustración.—Finnikin, ni siquiera fue capaz de

decirnos de dónde procedía aquellagente, y mucho menos lo que ocurrió.

Finnikin tragó saliva al recordar lacaligrafía perfecta que había visto en elLibro de Lumatere.

—La mayoría procedía del pueblodel Río, Tressor —dijo en voz baja.

Vio cómo su padre se tambaleabalevemente. El pueblo de Tressor era lagente de Trevanion, la gente entre la quehabía crecido. Los había visitadosiempre que estaba de permiso y salíade palacio, se había sentado a sus mesasy había escuchado sus relatos con su

Page 396: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

hijo sentado en las rodillas.—La chica tiene capacidades

empáticas —le aclaró el sacerdote real—. Capitán Trevanion, no puedesoportar vuestra presencia porque sentísdemasiado. Odiáis demasiado. Amáisdemasiado. Sufrís demasiado. Por esoera más feliz en el claustro. Las noviciasde la Diosa Lagrami recibenadiestramiento para mantener lasemociones y los sentimientos contenidoslo máximo posible. Allí fue dondeencontró la paz.

Pero Trevanion se negó aescucharle.

—Viajaré hacia el sur —dijo convoz apesadumbrada—. Finnikin, voy ahacer todo lo posible para convencerte

Page 397: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de que vengas conmigo en vez de tomarun camino que quizá te destruya.

—Si viajas hacia el sur, ya estoydestruido —respondió Finnikin.

Sir Topher le miró a los ojos.—¡Froi! —llamó a gritos. El

muchacho apareció en la entrada—. Hazalgo útil y ve a buscar a Evanjalin.

—Estoy aquí —dijo ella en vozbaja desde la entrada de la tienda. Mirómás allá de Sir Topher, hacia Trevanion—. ¿Qué es lo que queréis saber sobrecaminar en los sueños, capitánTrevanion? ¿Que viajo con una niña deno más de cinco años? Somos tan realesla una para la otra como vos lo sois paramí. No son delirios o fantasmas. Son decarne y hueso. Esa niña pertenece al

Page 398: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mundo de los vivos y siempre ha sido laguía, pero jamás hemos tenido ocasiónde oírnos la una a la otra o de conversar.No elegimos o escogemos a aquellosque visitamos. Nos mantenemos cogidasde la mano mientras caminamos. La suyaes pequeña, suave, confiada y fuerte. Aveces siento a más personas quecaminan con nosotras. No están ahí pormí, sino por la niña. Solo vemos lo quelos soñadores ven y piensan. No sonconscientes de nuestra presencia y lamayor parte del tiempo avanzamos casia tropezones a través de una neblinagris. Ayer por la noche soñé con unfabricante de velas al que le resultabaextraño que su trabajo proporcionaraluz, cuando lo único que él veía era

Page 399: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

oscuridad. El maestro armero sedesprecia a sí mismo por forjar armaspara el rey impostor y sus soldados, yaque sabe que las utilizarán contra supropia gente. He caminado en los sueñosdel labrador, del herrero, del curtidor,del tejedor, del mercader y de la niñera.Pero mis sueños favoritos son los de losjóvenes, porque todavía saben cómosoñar y sueñan con el retorno del rey,creen que el capitán de la Guardia Reallo conducirá de vuelta a Lumatere.

Trevanion meneó la cabeza y se diola vuelta para irse.

—Es de vos de quien ella saca sufuerza —dijo Evanjalin en voz baja.

—¿Qué?La pregunta fue más bien un

Page 400: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

bramido, pero ella no se acobardó.—Beatriss.Se oyó un fuerte resoplido y

Finnikin se encontró de repenteinterrumpiéndole el paso a su padremientras Trevanion avanzaba hacia lanovicia, furioso.

—Beatriss está...—¡No pronuncies su nombre! ¡No

te atrevas a mancillar su recuerdo! —rugió.

Evanjalin no se movió.—A veces, cuando la gente

duerme, sufre muchísimo por lasdecisiones que ha tomado. Otras vecespiensa en el pasado. Pasa mucho tiempohaciendo esas dos cosas. Estoyconvencida de que ha sido Beatriss

Page 401: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

quien ha logrado atravesar esa magianegra para encontrarme.

—¡Me mientes para provocarme!—Ya basta, Evanjalin —le ordenó

Sir Topher—. Beatriss está muerta.Finnikin notó cómo su padre se

estremecía al oír aquellas palabras, peroEvanjalin le sostuvo la mirada aTrevanion.

—La mayoría de las noches apenasconsigue dormir. Hay demasiadaspersonas de las que preocuparse y sepregunta cómo logrará sacarlo todoadelante. ¿Cómo puede ser otra personaque no sea Beatriss la Hermosa oBeatriss la Amada? Pero entonces, justocuando comienza a perder la esperanza,recuerda lo que le susurrabais, capitán

Page 402: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Trevanion. Que era Beatriss laIntrépida, Beatriss la Valiente. Paratodos los demás no era más que una florfrágil, pero vos no le permitisteisquedarse en eso.

Finnikin todavía tenía la manoapoyada en el pecho de Trevanion ynotó cómo el corazón de su padrepalpitaba fuera de control.

—Recuerda las noches que osquedabais con ella cuando sepreocupaba por algo que os pasaba avos. «¿Qué haría yo sin ti?», sepreguntaba sollozante. ¿Recordáisvuestra respuesta, capitán Trevanion?«Lo que haya que hacer, Beatriss».

Trevanion sacudió la cabeza conincredulidad.

Page 403: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Queréis saber por qué no hablode los sueños? —siguió diciendoEvanjalin—. Pues porque la mayoría delos días son muy lúgubres. Sus almasestán cargadas de tristeza y nuestraDiosa no deja de llorar, desesperadapor el destino de su gente. Beatriss laHermosa se ha convertido en unasembradora, aunque cada vez que suscosechas crecen, los soldados delimpostor las destruyen, pero Beatriss laIntrépida se niega a dejar de sembrar.

Nadie se atrevió a romper elsilencio posterior hasta que Trevanionapartó la mano que Finnikin le teníapuesta en el pecho.

—Sabes cosas que solo yo podríasaber.

Page 404: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—No, capitán, os equivocáis. Sémás cosas de las que vos mismo sabéis.Son cosas que ni siquiera yo soy capazde comprender, pero mi corazón meindica que debo dirigirme hacia el norte.Cada hora que paso despierta y cadainstante que paso dormida me dicen quehay vida dentro de Lumatere y que estánesperando, que nos están esperando.

Trevanion inspiró profundamente yde manera entrecortada antes dedirigirse a la entrada de la tienda.Finnikin le observó, quiso acercarse asu padre y suplicarle que se uniera aellos. Quiso ofrecerle consuelo, pero notenía ni idea de cómo hacerlo.

—Existe una aldea rocosa enYutlind. Me han dicho que los soldados

Page 405: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de mi Guardia Real se han establecidoallí. Está en el sur —comentóTrevanion.

Finnikin encorvó los hombros,desanimado.

—Padre, por favor...—No pienso regresar a Lumatere

sin mis soldados.A Evanjalin se le escapó un gemido

de emoción. Se lanzó hacia los brazosde Trevanion, pero recuperó lacompostura y se apartó casi de un salto.Se dejó caer de rodillas a sus pies, peroSir Topher estiró de ella para ponerlade pie.

—No os arrepentiréis —les dijo atodos—. Os lo prometo. Por mi vida.

Comenzaron el viaje cuatro días

Page 406: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

más tarde, junto al sacerdote real y losexiliados. Unos cuantos exiliados sequedaron atrás para atender a losocupantes del campamento de la fiebre,pero Sir Topher y Trevanion semostraron firmes en la decisión de queel sacerdote real no debía ser uno deellos. Los grupos se separarían cuandose dividiera el camino. El sacerdote realllevaría a su gente hacia Belegonia, yFinnikin y su grupo viajarían hacia el suren busca de los soldados de Trevanion.Pero al menos durante un día todoscaminarían juntos.

Finnikin no dejaba de mirar a supadre y cuando Trevanion se dio cuenta,frunció el entrecejo.

Page 407: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Qué? —preguntó con vozgruñona.

Finnikin se encogió de hombros.—Nada, es que le he oído comentar

a Evanjalin que una familia degolondrinas le ha suplicado al rey deSorel que les deje salir de tu maraña depelo.

El sacerdote real soltó unacarcajada y, tras unos instantes,Trevanion se le unió con una risotada.Finnikin sintió que el corazón se lehenchía en el pecho al oír la alegría desu padre. Trevanion le rodeó el cuellocon un brazo, como si fuera el extremocurvo de un cayado de pastor, y lo atrajohacia sí para arrastrarlo unos cuantospasos. Cuando le soltó, Finnikin pensó

Page 408: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que le hubiera gustado que su padre leabrazara unos momentos más.

Cuando el camino se dividió endos, Finnikin contempló cómo sealejaban los exiliados con una mezcla demiedo y de esperanza en sus rostros.

—Hasta que nos reunamos enBelegonia —se despidió el sacerdotereal.

—En el pueblo de Lastaria, en elcamino de la costa —le recordóFinnikin mientras se abrazaban.

El sacerdote real se quedó de piejunto a Sir Topher, observando aEvanjalin, a Froi y a Trevanion, que sedirigían hacia el sur.

—¿Una salvación pavimentada con

Page 409: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sangre? —le preguntó Sir Topher alanciano con un suspiro.

El sacerdote real asintió con lacabeza.

—Pero salvación igualmente, SirTopher.

Page 410: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

SEGUNDA PARTE

Todos los hombres del rey

Page 411: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 11

Las tormentas torrenciales de Sorelhoradaron la tierra durante días, lo queles obligó a pasar la semana alojados enun granero cuando el camino que llevabaal sur se volvió intransitable. Fue uncomienzo agónicamente lento para unabúsqueda que les llevaría hasta el reinomás azotado por las guerras de toda lanación. Sir Topher se dedicó aenseñarle el idioma de Lumatere a Froiy, mientras tanto, los demás sededicaron a estudiar los mapas en buscade una ruta alternativa para llegar hastalos soldados de Trevanion, que alparecer se encontraban escondidos en

Page 412: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

uno de los pueblos montañosos deYutlind Sur. La ruta más común eravolver a Belegonia, que compartíafrontera con Yutlind por el norte. PeroTrevanion era un forajido en todos losreinos de la nación y el camino quellevaba a Belegonia era demasiadopeligroso. Si viajaban hacia el oeste através de Sorel hasta su puertoprincipal, se arriesgaban a pasar por lasminas, además de tener que hacer frentea una vía marítima traicionera: el golfode Skuldenore.

—Hay piratas —dijo Finnikin—.Los oficiales de puerto corruptos lesavisan de las mejores presas y a cambiose llevan una parte del botín.

—¿Corrupción en Sorel? Estarás

Page 413: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de broma, ¿no? —comentó Sir Tophermientras se acercaba a ellos.

—Incluso si conseguimosdesembarcar en Yutlind —continuóFinnikin—, las batallas más fuertes seestán librando en el norte y los yutssiempre atacan primero y preguntandespués. Yo propongo que crucemos lasmontañas. Para llegar hasta aquí —dijoseñalando a Sif, la provincia costeraindependiente que se encontraba al surde Sorel—. Le pagaremos a alguna navemercante que se dirija hacia el sur. Hayun pequeño puerto en la desembocaduradel río Yack, en Yutlind Sur. Desde allípodemos viajar hacia el norte por elpaís.

—Finnikin, los territorios del sur

Page 414: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

son un caos —argumentó Sir Topher—.Nadie sabe quién está al mando, quiéntiene la culpa o quién es aliado oenemigo.

—Así que lo último que lespreocupará será un grupo de exiliadosde Lumatere y un prisionero fugado.

—Entonces, viajaremos a Sif —decidió Trevanion.

Después del oscuro mundo de lasminas, del campamento de la fiebre y dela humedad del granero atestado degente, donde el fuerte hedor corporal leinvadía incluso el resto de los sentidos,Finnikin se sintió aliviado al ver lasmontañas con las cimas cubiertas denieve en la lejanía. Aunque aquellasmontañas tenían un aspecto estimulante

Page 415: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

desde esa gran distancia, no se habíaimaginado lo terrible que sería esabelleza hasta que comenzaron aascenderlas. Las noches en las montañaseran terriblemente frías. El vientohelado les dejaba insensible el rostro yen las telas con las que se tapaban laboca y la nariz se entremezclaban lasaliva y las mucosidades.

Hablaban poco durante el día. Elviento era demasiado intenso y la sendademasiado agotadora para malgastar laenergía charlando. A veces, cuando losdedos le dolían por el intenso frío y leparecía que la piel se le desgarraba porla fuerza del viento, Finnikin seimaginaba cómo habría sido su vida si

Page 416: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

se hubiera establecido como consejerode alguno de aquellos reyes extranjeros.En vez de eso, estaba cruzando unatierra inhóspita en busca de los soldadosde una Guardia Real que quizá nodeseaba ser encontrada, de camino haciaun reino que ya no existía.

La cuarta noche de viaje la pasaronacampados en el interior de una cueva,con los cuerpos temblorosos, dentro delos sacos, apretujados unos contra otros.Cambiaban de posición cada pocashoras para asegurarse de que todo elmundo tenía la oportunidad de dormircon algo de calor. Finnikin soñó que seencontraba acunado en el interior de unamatriz, donde le hablaba al bebé deBeatriss. Al despertarse, se encontró en

Page 417: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

los brazos de su padre y que él rodeabacon los suyos a Evanjalin. Sabía que lanovicia había estado soñando las nochesanteriores y se preguntó, mientras seestremecía en sus brazos, si lo estaríahaciendo en esos precisos momentos. Elpelo le había crecido hasta formar unapelusa sobre el cuero cabelludo y en elrostro había comenzado a aparecerle unaextraña especie de belleza a pesar de lamugre. Tenía unos fuertes rasgosfaciales, unidos de un modo curioso.Aunque estaba delgada por el viaje,nada en ella parecía delicado, peroFinnikin había presenciado brevesmomentos de fragilidad. Un gesto en surostro que parecía indicar que habíarecordado algo doloroso, un repentino

Page 418: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

jadeo que le interrumpía la respiración.En algunas ocasiones, daba la impresiónde que apenas era capaz de levantar lacabeza por los demonios que lamantenían agachada.

—¡Sir Topher! ¡Sir Topher!

Finnikin la oyó. No se había dadocuenta de que se había quedado dormidode nuevo.

—Creo que ya lo entiendo —ledijo.

Sir Topher se despertó,sobresaltado.

—¡Por la Diosa del Dolor,Evanjalin! ¿No puede esperar hasta queamanezca?

—¿Qué entiendes? —preguntó

Page 419: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Trevanion.Finnikin se incorporó y bostezó.

Las últimas ascuas de la hoguerabrillaban y la humedad volvió a calarlelos huesos.

—Es posible que no estén muertas—le dijo Evanjalin con voz somnolienta—. El panadero soñó con flores decerezo. Encendió una vela y realizó unsacrificio en honor a la Diosa Sagrami.

—Evanjalin, tienes que dormir más—declaró Finnikin—. Lo que dices notiene sentido.

Pero ella negó con la cabeza.—No, necesito mantenerme

despierta para encajar todas las piezasde los diferentes sueños.

Sir Topher se frotó los ojos.

Page 420: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Froi, haz algo útil y reaviva esefuego.

Froi soltó un gruñido, porque noquería abandonar la comodidad de lasmantas, pero Sir Topher le propinó unleve empujón para hacerle salir. Seenvolvieron en todas las ropas quepudieron y se apretujaron alrededor dela hoguera. Froi colocó unos cuantosleños mientras murmuraba algodisgustado.

—Hace tres noches caminé en elsueño de un panadero que no dejaba dereír —les explicó Evanjalin.

—No logro imaginarme a ningúnlumaterano, ya sea dentro o fuera de lapuerta, que haga algo semejante —comentó Finnikin con voz seca.

Page 421: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Pero el aprendiz de cocinerolloraba la muerte de la hija del panaderono hace ni tres semanas.

Evanjalin tenía la frente cubierta dearrugas por el gesto de confusión que lecubría la cara. Finnikin sintió latentación de alisárselas con la mano.

—Evanjalin, lo que dices sigue sintener sentido.

—¿Qué clase de persona estaríariéndose solo tres semanas después deenterrar a su hija? —preguntó la noviciaen voz alta.

—Ve directamente a la parte quehas descubierto —le dijo Trevanion convoz gruñona.

—Entonces tengo que retroceder unpoco más. Un año más o menos. Cuando

Page 422: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la niña y yo caminamos por el sueño deuno de los soldados del impostor, queestaba pensando en la chica de lasLlanuras que había muerto ese mismodía. No compartía la pena de la madre yel padre, pero su muerte fue suficientepara hacerle pensar. Hizo unos cálculosy llegó a la conclusión de que habíanmuerto veinte chicas a lo largo de loscuatro años anteriores.

—¿Veinte? —exclamó Sir Topher.Evanjalin asintió.—Pero tengo que retroceder más

todavía.A Finnikin se le escapó una

exclamación de incredulidad, pero ellalevantó una mano.

—Escuchad. Hace dieciocho años,

Page 423: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la reina de Osteria le regaló a la reinade Lumatere una planta, un cerezo enflor. Era una ofrenda de paz después devarios decenios de desconfianza entreambos reinos.

—Evanjalin, sigues sin...—Pero lo haré. Mi madre solía

contarme lo que ocurrió cuando la reinadecidió dónde debía plantar el árbol.

—Buscó a lo largo y ancho de todoel reino el lugar perfecto —empezó acontar Sir Topher, quien sonrió alrecordarlo—. Nos volvió locos a todos.Estaba embarazada. De su hija pequeña,Isaboe. El bebé no debería haber sidoconcebido y el embarazo estuvo malditocon una serie de enfermedades desde elprincipio. La reina estaba segura de que

Page 424: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la niña sobreviviría si plantaba elcerezo y se lo dedicaba tanto a la DiosaLagrami como a la Diosa Sagrami.

Evanjalin asintió.—Y aunque a muchos lumateranos

no les gustó su decisión de ofrecerle unsacrificio a Sagrami, la reina encontró elsitio perfecto.

—Un relato muy hermoso, pero noveo qué relación tiene con todo lodemás —comentó Trevanion.

—Solo existe un cerezo en todoLumatere. Está al menos a un día decaballo del palacio, en un viejo claustrodedicado a Sagrami, cerca de la fronteracon Sendecane.

—Pero ese claustro no se utilizadesde hace siglos —dijo Sir Topher—.

Page 425: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

¿Qué es lo que estás sugiriendo,Evanjalin?

—Que durante los cinco días de loinnombrable, a las novicias de Sagramique vivían en el lindero del bosque lascondujeron a la seguridad del interior delas murallas del reino a través de lapuerta oriental.

Sir Topher negó con la cabeza.—Te equivocas, Evanjalin. La

sacerdotisa de Sagrami fue la primera enarder en la hoguera. La capturaron juntoa Seranonna y a otras tres místicas ycuranderas.

—Por lo que las novicias estaríansolas —dijo Finnikin—. Sin duda, lossoldados del impostor habrían atacadoen primer lugar al claustro del bosque.

Page 426: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Habría sido una matanza —comentó Trevanion—. La mayor notendría más de diecisiete años.

—¿Y no tenían a quién acudir? —quiso saber Finnikin.

Sir Topher abrió la boca paracontestarle, pero la cerró de repente.

—¿Sir Topher? —le preguntóFinnikin con cierto tono de urgencia enla voz.

—Quizá sí que había una persona—dijo en voz baja—. Alguien que vivióen el claustro del bosque durante suinfancia. Evanjalin, háblame de esapersona que caminaba en los sueños convosotras. La que está ahí por la niña.

—Sea quien sea, las dos poseen ungran conocimiento de las artes oscuras.

Page 427: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Noto su conexión con los muertos, conlos espíritus.

—Solo Seranonna tenía esosconocimientos —afirmó Trevanion.

—No, había alguien más —replicóSir Topher—. Alguien bajo las órdenesde Seranonna.

Trevanion frunció el entrecejo yluego se dio cuenta de a quién se refería.

—¿Tesadora? ¿La hija deSeranonna?

Sir Topher asintió.—¿La conocíais?—No, pero Perri sí. Eran enemigos

mortales. Fue una de las pocas historiasque Perri me contó sobre su niñez en elpantano del Río. Su padre le enseñódesde muy pequeño que debía infligirle

Page 428: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

todo el dolor posible a aquellos queellos consideraban inferiores.

—¿Perri se sentía avergonzado?Trevanion dejó escapar un suspiro.—No fue una confesión. Tan solo

un comentario sobre algo que ocurrió.Recuerdo muy bien sus palabras. «Quédistintas han sido nuestras niñeces,Trevanion. Tú te montabas en una deesas balsas para recorrer el río y pescarrenacuajos y anguilas, y yo le teníametida la cabeza a los Habitantes delBosque en el agua del pantano para vercuánto podían aguantar sin respirar».

»Perri me contó una vez queTesadora tuvo la cabeza bajo el aguadurante cinco minutos —continuóTrevanion— y todavía tuvo aliento

Page 429: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

suficiente para escupirle en la caracuando la sacó. Su padre le dio unatunda por permitir que un Habitante delRío le ganara. Por eso, la siguiente vez,Perri se aseguró de que no le quedaranfuerzas ni siquiera para mantenerse enpie. Los dos tenían doce años en aquelentonces. En lados opuestos, pero ambosvíctimas del odio.

—Cuando Tesadora era un pocomayor que tú, Finnikin, ya llevaba lavida de una ermitaña en el Bosque —leexplicó Sir Topher—. Pero pasó suniñez en el claustro de Sagrami, donde,aparte de su madre, el único contactoque tenía con el mundo exterior eran lasnovicias.

—¿Las novicias de Sagrami eran

Page 430: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

místicas? —preguntó Finnikin.—Curanderas —le aclaró Sir

Topher—. Eran las mejores boticariasque jamás haya conocido. Las hierbas ylas plantas que cultivaban en elmonasterio del Bosque tenían unosefectos espectaculares. Si el sacerdotereal las tuviera en los campamentos dela fiebre, la mitad de nuestra genteseguiría con vida.

Evanjalin se inclinó para acercarseun poco más.

—Las novicias se encuentran ahoramismo en el interior de las murallas delreino y están escondiendo a las chicasjóvenes de Lumatere en el viejoclaustro. Hace tres días, el panaderoviajó en secreto para ver a su hija y

Page 431: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

recogió unas flores de cerezo en elcamino.

—No tienes pruebas de nada deeso —le contestó Finnikin—. Incluso enel caso de que Tesadora sobreviviera ysalvara a las novicias, ¿crees que elimpostor y sus soldados serían tanignorantes como para no darse cuenta detodo? ¿No habrían encontrado ya ellugar donde se esconden?

—Quizá no les hace faltaesconderse. No importa lo que el reyimpostor decretara cuando mató a losHabitantes del Bosque. Debe temer laira de los dioses y por eso no se atreve aasaltar un templo de Sagrami —dijoEvanjalin—. Recuerda que las noviciasadoran a una Diosa que ha maldecido

Page 432: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Lumatere, y el rey impostor es tanprisionero de esa maldición como losdemás habitantes que han quedadoatrapados en el interior del reino.

—Y si las novicias son tan buenasboticarias como yo creo que son, seguroque no les costaría mucho encontrar unmodo de hacer que las chicas cayeran enun estado parecido a la muerte —apuntóSir Topher.

—Esos lumateranos de los quehablas, el panadero, los demás padres ymadres de las chicas... ¿son adoradoresde Sagrami? —preguntó Trevanion.

Evanjalin negó con la cabeza.—Adoran a Lagrami, pero de

alguna manera, los dos claustros hanencontrado el modo de actuar juntos

Page 433: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

para proteger a las chicas jóvenes deLumatere.

—¿Cómo?Los miró durante unos instantes.—Hay partes de esta historia... que

tal vez encontréis... difíciles.Finnikin la miró con expresión de

incredulidad.—Evanjalin, Trevanion ha pasado

siete años en las minas de Sorel. SirTopher y yo hemos visto de todo a lolargo de nuestros viajes.

—Pero hay ciertas cosas...—Evanjalin. —Sir Topher la

interrumpió con firmeza—. Finnikintiene razón. No hay nada que nopodamos soportar.

Evanjalin dejó escapar un suspiro.

Page 434: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—El aprendiz de cocinero quelloró por su amiga tenía la mente llenade sangre la noche que ella murió. Elguardia del impostor también soñó consangre. Cada vez que una de esas chicas«muere», hay sueños o recuerdoscargados de sangre. Creo que «mueren»por desangramiento. En teoría, sedesangran hasta morir. Eso es lo que lossoldados del impostor y el resto delreino creen que les ocurre a las chicas.Imaginaos. Los soldados del impostoracuden al hogar de una familia queacaba de perder a su hija. Exigen ver ala chica muerta. Allí está ella. Inmóvil.Quizá del modo que ha sugerido SirTopher, gracias a las boticarias máshábiles de todo el reino. Los hombres

Page 435: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

del impostor exigen saber lo que haocurrido. No les importan en absolutolas chicas o sus familias, pero notan quela gente conspira. Las mujeres soninteligentes. Comienzan a hablar de lamaldición que visita a las chicas cadames, ya que saben que el impostor y sussecuaces palidecerán al oír hablar de lasangre que fluye entre los muslos de lasjóvenes como torrentes de...

Finnikin carraspeó con fuerza.—Creo que he oído algo... fuera de

la cueva —masculló mientras se poníaen pie, pero la mirada que le lanzóEvanjalin le impidió salir.

—¡Sangre! —exclamó Froihorrorizado—. ¿Entrañas? ¿Las mismasentrañas que...?

Page 436: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¡Froi! —exclamó Trevanion.—Que fluye a veces como si

saliera de un cerdo destripado —dijoEvanjalin.

—¡Evanjalin!La novicia miró a Sir Topher y

luego a Trevanion, y ambos parecieronde repente muy interesados por elcontorno de las paredes de la cueva.

—¿No dije que habría partes delasunto que quizás encontraríanincómodas?

—No es correcto que una jovenhable de ciertos asuntos en presencia delos hombres, Evanjalin —le respondióSir Topher con voz firme—. Y quizá teestás agarrando a un clavo ardiendo alestablecer dichas relaciones.

Page 437: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Ah, sí? ¿Y si os dijera que solocamino en los sueños durante mipropio... periodo?

Sir Topher le sostuvo la mirada apesar del rubor que le cubrió lasmejillas y, al cabo de unos instantes, lehizo un gesto con la cabeza paraindicarle que podía continuar.

—Quizás a los fieles del impostorles han hecho creer que cuando unamuchacha sufre su primer sangrado,también sufre una maldición y sedesangra hasta morir. Por supuesto, esun acontecimiento antinatural, pero quizáles han dicho que se trata de algo queforma parte de la maldición deSeranonna, que es su modo de castigar alos hijos de Lagrami. Lo cierto es que

Page 438: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

las jóvenes viven escondidas en el viejomonasterio de Sagrami, al noroeste delreino. Es uno de los pocos sitios en losque el rey impostor y sus esbirros no seatreverán a entrar por temor a lamaldición de Seranonna.

—¿Crees que nuestra gente sabeque las chicas están vivas? —preguntóTrevanion.

Ella negó con la cabeza.—No tengo manera de estar segura

de quién sabe la verdad. Si hacemoscaso al sueño del panadero, está claroque los padres lo saben, pero no puedoestar segura respecto a los demás. Elaprendiz de panadero estaba muy tristede verdad, sin duda alguna.

—Pero seguimos sin poder estar

Page 439: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

seguros de que Tesadora sobreviviera alos días de lo innombrable o al castigodel impostor —insistió Trevanion.

La novicia le miró fijamente.—He caminado en los sueños de

una de las novicias de Sagrami y estabapensando en el día en el que alguien concorona llegó para esconderlas.

—¿Balthazar?—Alguien con una corona, eso es

todo lo que sé.—¿Podría ser...? —empezó a decir

Trevanion, pero se calló y sacudió lacabeza.

—Alguien metió a Tesadora y a lasnovicias en el reino antes de que cayerala maldición.

—¿Alguien con una corona? No

Page 440: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

tiene sentido —declaró Sir Topher.—¿Y una maldición de sangre sí la

tiene? —le preguntó Trevanion.—Tiene todo el sentido en el

mundo donde la otra persona que caminaen los sueños con nosotras, quien tal vezpueda romper la maldición, es parientede la misma persona que la lanzó —lerespondió Evanjalin—. La hija deSeranonna.

—Pero ¿Tesadora? Perri la solíallamar la sierva de la serpiente —dijoTrevanion.

—Si lo dice alguien como Perri elSalvaje, eso no debe ser bueno —reflexionó Sir Topher.

—Quizás ella es justamente lo quenecesitamos —argumentó Finnikin.

Page 441: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Seranonna la envió al norte delbosque cuando era solo una niña paraque viviera con las novicias —explicóSir Topher—. Quería mantenerla fueradel peligro que representaban losHabitantes del Bosque que la temían.Algunas personas aseguraban queTesadora era malvada porque su sangrede la estirpe del Bosque estabamezclada con la de un charynita.

—Pero tú no te comunicas conTesadora, ¿verdad? —le preguntóTrevanion.

Evanjalin negó con la cabeza.—Solo con la niña. La primera vez

me ocurrió cuando tenía unos doce añosy tuve un sueño extraño y maravilloso.Creo que fue el nacimiento de la niña.

Page 442: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

De algún modo, cuando mi... —Se callóun momento y miró a Sir Topher—.Cuando comenzó a fluir mi primerasangre, el corazón de la niña comenzó alatir. La sentí en mis brazos.

—¿Y nunca caminas en los sueñoscuando no...? Bueno, en otras ocasiones—le preguntó Finnikin con ciertaincomodidad.

—Solo me ocurrió una vez —respondió Evanjalin y tragó saliva.

—¿Tu sangre fluyó de otra manera?—inquirió Sir Topher.

La novicia asintió.—Hace dos primaveras. Esa noche

caminé en el sueño de Lady Beatriss yella susurró: «El monasterio deSendecane».

Page 443: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Por qué fluía tu san...? —Finnikin se dio cuenta de repente delmotivo y pronunció la siguiente palabracon voz ahogada—. ¡Sarnak! ¿Tambiénderramaste tu sangre en la matanza delos exiliados?

Ella asintió.—¿Cómo conseguiste salir con

vida, Evanjalin? —le preguntó SirTopher con delicadeza.

—¿Sufriste alguna herida? —quisosaber Trevanion.

Evanjalin se abrió un poco lacamisa para dejar a la vista un trozo detejido arrugado que tenía sobre el pecho.Era una cicatriz con mal aspecto, unaherida mal infligida.

—Ni siquiera fueron capaces de

Page 444: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

matar con precisión —murmuróFinnikin, quien fue incapaz de apartar lamirada de la cicatriz.

—No, eran unos perfeccionistas —le contradijo ella—. Eran cazadores. Lovi con claridad. Los observé. Susflechas se clavaban directamente en elcorazón, clavaban las dagas conprecisión. Eran minuciosos. Nuestragente estaba de rodillas, suplicante, ymurieron con las manos alzadas y unidasen gesto de oración. Otros echaron acorrer y recibieron una flecha en laespalda. Los cazadores se aseguraron dedarle la vuelta a todos aquellos quetenían una flecha en la espalda parapoder clavarle las dagas en el corazón.

—Pero tu herida es obra de alguien

Page 445: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

inexperto —le dijo Sir Topher.—Porque yo ni supliqué ni eché a

correr. Los cazadores atacaron alládonde vieron movimiento. Esos fueronlos primeros exiliados en morir. Pero yofui una cobarde. No fui capaz de darlesla espalda a nuestros atacantes. No fuicapaz de soportar no saber lo que meiba a pasar, de que una flecha meimpactara de repente. Cuando los queme rodeaban comenzaron a caer con unaflecha en el corazón, supe que loscazadores no regresarían paracomprobar si estaban vivos. Solo ibanen busca de aquellos que tenían unaflecha en la espalda. De modo que,cuando uno de los míos se desplomó amis pies con una flecha en el pecho,

Page 446: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

supe lo que tenía que hacer.—Dulce Diosa del Dolor —musitó

Sir Topher.—¿Ninguno jugó a eso de niño? ¿A

fingir estar muerto? —les preguntó ellaen voz baja—. Eso es lo que se hacepara sobrevivir. Juegas a eso para quese lo crean.

Finnikin jugaba a eso a diario conlos príncipes cuando eran niños, pero noera de mentira cuando se cogía unaflecha y te la clavabas dos dedos porencima del corazón. Tampoco era unjuego verse obligada a morderse lalengua para que sus gritos noatravesaran el aire, en el que solo seoían los gruñidos de satisfacción y laspisadas que se retiraban de unos

Page 447: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

individuos que habían olvidado lo quesignificaba ser humano. Ni agarrar conlas dos manos el objeto que teníaclavado en el pecho para sacárselo deuna piel que estaba hecha para que labesaran y acariciaran con suavidad. Nohubo fingimiento alguno en abrirsecamino a través de los miembros de lasfamilias en busca de supervivientes.Tampoco fue un juego caminar descalzadurante dos semanas para llegar hasta elmonasterio de Lagrami, situado enSendecane, un reino dejado de la manode los dioses, y todo porque una mujerhubiera susurrado en su sueño una ordenigual que si fuera una plegaria.

«Lo que haga falta».—Tuve la suerte de nacer bajo la

Page 448: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

estrella de la fortuna —dijo Evanjalinen voz baja—. Por eso sobreviví cuandootros murieron.

Sir Topher fue el primero en darsela vuelta. Se acurrucó entre sus mantas ysus hombros se estremecieron con unapena dolorosa que se esforzóenormemente por ocultar.

—Duerme, Evanjalin —le dijoFinnikin con dulzura.

«Sueña con flores de cerezo y conla risa de esas chicas, que tandesesperadamente quieres creer queviven bajo la protección de la Diosa dela Noche».

Cuando Finnikin oyó por fin elsonido de su respiración profunda, sedio la vuelta en su saco y vio que

Page 449: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Trevanion seguía despierto.—¿Qué pasa? Si descalificas de

algún modo lo que ha contado, me veréobligado a enfrentarme a ti —le avisócon brusquedad.

Trevanion negó con la cabeza.—Finnikin, esa chica no miente.

Tan solo omite información. Es la otraparte del asunto, las jóvenes deLumatere. —Trevanion se inclinó paraacercarse a él y susurrarle—: ¿Qué es loque ha podido ocurrir para que lospadres y las madres se vean obligados afingir la muerte de sus hijas? ¿Qué leestán haciendo esos monstruos a nuestropueblo?

Page 450: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 12

La ciudad de Sif era el últimopuerto de civilización en Skuldenore,visitado en su mayoría por mercaderes,mercenarios y exploradores insensatos.Era el punto de partida de aquellos quequerían desaparecer de la faz de latierra. El informador de Trevanion enlas minas le había dicho que podíaencontrar a su Guardia en uno de lospueblos rocosos de Yutlind Sur. Parallegar hasta aquel territorio desde Sif,tendrían que viajar en barco por la costay rodear el cabo, lo que les llevaría a ladesembocadura del río Yack y al reinodevastado por la guerra.

Page 451: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Nadie viaja a Yutlind Sur —masculló el capitán del Myrinhallmientras miraba a Trevanion y Finnikin,y escupía pepitas naranjas al agua.

Estaban en la cubierta de la navemercante, que contaba con unatripulación de veinte hombres. Era unbarco con la parte trasera plana y unmástil central que llevaba una vela conaparejo de cruz, lo bastante resistentepara navegar a mar abierto y tancompacta para meterse por un río, idealpara navegar entre los juncos del caucepoco profundo del Yack.

—Nos han dicho que os dirigís hoyhacia el sur —dijo Trevanion— pararecoger unos productos de Yutlind Sur.

—Si nos pagan lo suficiente,

Page 452: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

recogemos mercancía de loscomerciantes a orillas del río, pero nollevamos pasajeros a bordo. Me hacostado convencer a mis hombres hoypara que me acompañaran. Losextranjeros no sobreviven al Yack.

—Tenemos que llegar a las aldeasrocosas que hay cerca de la fronteranorte-sur.

El capitán le lanzó una mirada deincredulidad.

—¿Habéis recorrido todo estetrayecto hasta el sur para viajar hacia elnorte? Será mejor que vayáis a lasmontañas a través de Belegonia.

—¡Por los dioses! ¿En serio? —exclamó Finnikin con sarcasmo—.¿Cómo es que nadie nos lo había dicho

Page 453: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

antes?Trevanion le hizo callar al fruncir

el ceño.—Tomad nuestra plata y dejad que

subamos a bordo —le dijo al capitán.El mercader miró más allá de

Trevanion, hacia donde el resto delgrupo estaba sentado en el muelle,esperando.

—¿Queréis un consejo?—¡No! —respondió Finnikin tan

solo para recibir otra mirada asesina desu padre.

—Os lo voy a dar de todas formas—dijo el hombre, que escupió otrapepita—. Dejad atrás a los jóvenes y alos viejos. Sobre todo a la chica.

Ni Finnikin ni su padre contestaron.

Page 454: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—No me responsabilizaré de loque mis hombres o los yuts quieran deella. El dinero por anticipado. Nosmarcharemos en cuanto mis hombresestén a bordo.

El capitán se marchó. Finnikin vioun atisbo de sonrisa en el rostro deTrevanion mientras miraba hacia elhorizonte. Había leído historias en loslibros de las cortes reales sobre laciudad portuaria de Sif, donde losvalientes partían hacia un mundodesconocido más allá de sus tierras.Algunos creían en los mitos de losdragones que echaban fuego por la bocao los océanos que iban a dar a unabismo, lo que mantenía a distancia alos pusilánimes.

Page 455: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Os habéis preguntado algunavez qué hay más allá? —le dijo Finnikina su padre.

—Un mundo más amable que este,espero —murmuró Trevanion.

—Creo que el mercader tiene razón—declaró Finnikin mientras mirabahacia el muelle—. Será más seguro queles dejemos aquí. Yutlind es un baño desangre y si algo le ocurre a ella... aellos...

Trevanion asintió mientrascaminaba hacia los demás. Evanjalin sepuso de pie al instante, recogió su saco yseñaló las provisiones.

—Haz algo útil, Froi —oyeron quele ordenaba.

—Puedes hacer los honores de

Page 456: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

decirle que se queda aquí, Finn —ledijo Trevanion entre dientes.

«¡Dioses!».Finnikin se aclaró la garganta e

intentó evitar sus ojos.—Volveremos dentro de tres días

—anunció.—¿Volveremos? —preguntó

Evanjalin, confundida, y le dio a Froiotro empujón—. Cuando encontremos ala Guardia será más seguro cruzar lafrontera de Belegonia; estaremos máscerca. ¿Por qué íbamos a regresar aquí?

—Para venir a buscaros.Volveremos a por todos vosotros.

La tripulación del Myrinhall seabrió paso a empujones. Por su aspecto,habían pasado fuera toda la noche.

Page 457: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Estaban despeinados y se les veíasiniestros, sobre todo cuandoadvirtieron la presencia de Evanjalin.Sir Topher les miró, nervioso.

—Es lo más seguro para todos —dijo Finnikin con firmeza.

—¿Nos vais a dejar aquí? —preguntó Evanjalin sin dar crédito—.Regresar a por nosotros sería unapérdida de tiempo —añadió entredientes—. Si viajamos a los pueblosrocosos entonces estaremos a mediocamino de Belegonia en dirección alnorte.

—¡Ya lo sé, Evanjalin! —exclamóFinnikin, tratando de frenar su crecientefrustración por su incapacidad paraacatar órdenes—. Es demasiado

Page 458: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

peligroso. Dicen que el río Yack estácustodiado por espíritus de guerreros ypuede ser una amenaza para losforasteros.

Froi volvió a sentarse, peroEvanjalin tiró de él para que selevantara.

—No vamos a quedarnos aquí —replicó—. Sir Topher, decidle que novamos a quedarnos.

—No conocemos a esta gente losuficiente, Evanjalin —contestó SirTopher—. Los sureños pueden ser yuts,pero tienen costumbres distintas a lasdel norte y no hablan la misma lengua.El sur pertenece a las tribus de losnativos y su rey está escondido. No vana acoger con tanta amabilidad a los

Page 459: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

extranjeros en su tierra.—Esta es la única manera —dijo

Finnikin—. Será más fácil ocultarnos sisolo somos dos. Será más rápido. Siencontramos a los hombres deTrevanion, ellos pueden continuar hastaBelegonia y nosotros regresaremos a porvosotros. Te lo juro, Evanjalin.

La furia cruzó el rostro de lamuchacha.

—Morirás en cuanto uno de losclanes te tenga en sus manos —dijo,señalando a Finnikin—. Tienes elaspecto de un extranjero. Se ve que eresdel norte. —Miró a Trevanion,suplicante—. No importa lo buenosluchadores que seáis, capitán, ossuperarán en número y no tendréis nada

Page 460: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

con lo que negociar.—Y si nos acompañas, ¿cambiará

algo? —dijo Finnikin, enfadado—. ¿Osugieres que vendamos a Froi de nuevo?Personalmente no me importaría lo másmínimo, excepto porque estoyconvencido de que me arrastrarás aalgún lugar perdido de la mano de losdioses para que lo vuelva a robar.

—Ya basta —dijo Trevanion.Froi gruñó.—Nos quedamos.—Es un error separarnos —insistió

la novicia y apartó a Finnikin de unempujón con su saco—. ¡Froi! ¡He dichoque me eches una mano!

—¡No vas a venir! —Finnikin laagarró del brazo—. Te vas a quedar

Page 461: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

aquí, a salvo.—¡Basta ya, vosotros dos! —

exclamó Trevanion.—¿A salvo para quién? —gritó la

chica—. ¿Qué pasará cuando tecapturen, Finnikin? ¿Tendremos quequedarnos aquí esperando toda laeternidad?

—¿Qué te hace pensar que noscogerán? —preguntó—. La única vezque me ha pasado algo así, Evanjalin,fue cuando me entregaste a lossorelianos.

Se hizo el silencio, salvo por elsonido de la respiración de Evanjalin.

—Estamos perdiendo el tiempo —dijo Trevanion y cogió las provisionesde un Froi aliviado.

Page 462: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Evanjalin se soltó de Finnikin.—¿Qué pasa? —le preguntó con

frialdad—. ¿En serio? ¿Qué es lo que temolesta? ¿Que haya encontrado un modode sacar a tu padre de las minasmientras que tú dejabas que se pudrieraallí durante años?

El sonido de la sangre inundandosus oídos casi era ensordecedor, aun asíFinnikin oyó cómo Trevanion cogía airey vio en la mirada de Froi un regocijomalicioso.

—¡Basta! —gritó Sir Topher, quetenía las mejillas ruborizadas por elenfado—. Voto de silencio —ordenó,señalando a Evanjalin—. No hablaráshasta que te den permiso. ¿Lo ves unproblema, Evanjalin? Porque, en ese

Page 463: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

caso, seré el primero en abandonarte enla desembocadura del Yack. Nosquedaremos juntos —añadió con máscalma, mirando a Finnikin—. Hayriesgos en ambas opciones, perotenemos que permanecer juntos.

Evanjalin empujó a Froi para pasary se acercó al barco antes de que nadiepudiera decir una palabra más. Finnikinvio las caras de la tripulación a bordo.Depredadores, como los prisioneros deSorel. Pero no le importaba lo que lehicieran a ella. Aún le pitaban los oídospor la brutalidad de sus palabras.¿Acaso era lo que Trevanion pensaba yno era capaz de decir? ¿Que su hijo eraun cobarde que lo había dejado pudrirseen las entrañas del infierno?

Page 464: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

El capitán del Myrinhall observócómo subían en fila y negó con lacabeza.

—Habéis firmado vuestra sentenciade muerte, amigos míos. Y tanto.

Finnikin permaneció solo durantela primera mitad del viaje. Su únicoconsuelo era que Evanjalin pasó lamayor parte del tiempo con la cabezapor la borda, vaciando el contenido desu estómago en el mar. Después detantas horas, se preguntó si aún lequedaría algo dentro. Contempló cómose tambaleaba hasta su saco de dormiren la cubierta, pero cada vez queintentaba sentarse, le volvían a entrararcadas y tenía que salir corriendo. Froi

Page 465: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

estuvo igual que ella casi todo eltiempo, un panorama que le dio aFinnikin incluso más satisfacción.

En todos sus viajes, nunca habíaestado en mar abierto y lo encontrabaaterrador, pero a la vez excitante. Si noera el fuerte oleaje que de repente caíasobre ellos y los empujaba haciadelante, eran las tormentas querevolvían el agua del mar hastaconvertirla en una masa de espuma enebullición. L’essoupi, llamaban losmarineros a ese tramo del océano. Eltragón.

Más tarde, Trevanion se acercó aél y permanecieron sentados el uno juntoal otro, con la espalda apoyada en elcasco del barco. Como siempre ocurría

Page 466: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

con su padre, reinaba el silencio, peroesta vez era normal. Después de laescena en el muelle, no había nada quedecir.

Pasaron aquella noche tumbadosbajo un cielo lleno de luz, como si cadaestrella se esforzara por ser vista. Elmar estaba en calma y Evanjalin por finhabía dejado de vomitar. Aunque notenía ganas de estar con ella, Finnikin sepuso a vigilarla, por temor a que algúnmiembro de la tripulación se aventuraraa acercarse demasiado.

—Duerme un poco —murmuróTrevanion en la oscuridad—. Ya lesvigilo yo.

Sir Topher le limpió la frente a

Page 467: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Evanjalin. Estaba débil por el mareo ycasi sollozaba por el agotamiento, perosabía que había algo más. Podía percibirsu angustia cada vez que levantaba lacabeza en busca de Finnikin.

—Tus palabras fueron duras —ledijo en voz baja.

—No puede completar este viajesin mí a su lado.

—Aun así tus palabras fueronduras. Nadie da nada si no hay algo acambio. Al menos no en esta nación.Pero eso fue lo que Finnikin decidióhacer. Viajar de campo de exiliados encampo de exiliados, de reino en reino, yasegurarse de que nuestro pueblo dejadode la mano de los dioses estuvieraalimentado y bien cuidado. Pero

Page 468: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin no dejaba de pensar en liberara su padre. Creo que para él fue un díalamentable cuando se dio cuenta de queno era solo el hijo de alguien, sino quetenía una responsabilidad con nuestragente.

La muchacha cerró los ojos.—Nuestro pueblo nunca ha estado

dejado de la mano de los dioses —lecorrigió— y él es el aprendiz del PrimerCaballero real. Vos. Vos insististeis enfomentar su enseñanza de idiomas ypolítica de la nación. No tan solo paraque pudiera alimentar a los exiliados,sino porque un día, como vuestroaprendiz, puede que tuviera que ayudar adirigirlos. —Miró en dirección a dondeFinnikin estaba sentado junto a su padre

Page 469: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—. Nació para hacer cosas másimportantes que pertenecer a la GuardiaReal, y su padre lo sabe. Aseguraos, SirTopher, que Finnikin acepta su papelantes de que lleguemos a la entradaprincipal de Lumatere.

Trevanion observó a Finnikinmientras dormía. A diferencia de lasnoches en la prisión de las minas, podíaver a su hijo durmiendo con claridadbajo el cielo iluminado y era todo unlujo poder mirarle tan atentamente.Finnikin tenía la cara de su madre. Elcolor de su piel.

—Un reino y tantos tonos —decíaBartolina mientras sujetaba la mano deTrevanion.

Page 470: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Entonces se fue y quedaron los díasaletargados que siguieron al nacimientode Finnikin. Un niño huérfano de madreque sobrevivió en un mundo de hombres.Trevanion pensó en su Guardia y sepreguntó a qué distancia estaría. A lamayoría les conocía desde que tenía laedad de Finnikin. Cuando los escogiócasi veinte años antes, eligió tan solo aaquellos en los que podía confiar la vidade cualquier lumaterano. Sobre todo lade su hijo recién nacido. Al principiocuestionaron su selección, en especialcuando apareció Perri el Salvaje. Serumoreaba que Perri había matado porprimera vez a los doce años.

—Únete a nosotros —le invitó unTrevanion veinteañero durante el

Page 471: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

encuentro hostil con Perri cerca de sucabaña en el pantano a orillas del río.

—Creo que yo soy el que da lasórdenes aquí —le amenazó Perri,presionando la punta de una espadacontra el pecho de Trevanion.

Tenía una cicatriz de una oreja a laotra pasando por la frente. Los ojos eranoscuros como los de Trevanion, pero lapiel, blanca como la leche.

—Mi esposa acaba de morir —dijoTrevanion en voz baja—. No han pasadoni cinco días. Si intentas impedirme quevaya a casa para ver a mi hijo reciénnacido, te mataré.

Y al decir eso, se alejó haciadonde sus hombres estaban con Augustde las Llanuras.

Page 472: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Te seguiré solo para ver dóndevives —soltó Perri el Salvaje.

Cuando entraron en la casa deTrevanion río arriba, una chica, la hijallena de vida de un pescadero, cuidabadel bebé.

—¿Has perdido la cabeza,Trevanion? —gritó y apretó al bebécontra ella—. ¿Traes a tu hogar a Perriel Salvaje cuando tienes a este hermosoniño que cuidar? ¡Su padre es unborracho! ¡Un violador! ¡Un asesino!

Trevanion le quitó al bebé de losbrazos y cogió a aquella diminuta formacon sus enormes manos. Vio la amarguraen los ojos de Perri, la derrota por noser capaz de escapar a sus raíces.Trevanion señaló a August de las

Page 473: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Llanuras.—Y su padre es débil, embustero y

vago, pero le confiaría mi vida.La chica miró a August con

repugnancia.—¿A este? Menudo ejército que

estás formando, Trevanion.—Vete a casa, Abie. Antes de que

oscurezca. No es seguro para ti viajarsola —dijo Trevanion, cansado.

—Tal vez yo pueda acompañarla—sugirió August.

—¿Tú? —se mofó la muchacha—.Me cabes debajo del brazo,hombrecillo.

Y al decir eso, le dio un beso albebé y cerró la puerta de golpe.

—Me compadezco del que caiga en

Page 474: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

su lecho de matrimonio —mascullóAugust.

Pero Trevanion tenía la vistaclavada en Perri.

—Tú —dijo—. Si algo mesucediera, protege a mi hijo.

—Trevanion —protestó August—,yo protegeré a Finnikin. Siempre tendráun lugar en mi casa.

—No —dijo Trevanion confirmeza—. Tú te asegurarás de que mihijo consiga todos los privilegios queobtiene el hijo del rey, Augie. El hijo deBartolina de la Roca no se merecemenos. Pero tú —dijo, señalando a Perri—, tú te asegurarás de que estéprotegido.

—Te equivocas de hombre —dijo

Page 475: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Perri bruscamente.—No —replicó Trevanion, que se

dirigió a la ventana para echar unvistazo fuera—. Eres uno de los mejorestiradores del reino y si piensas que fuecasualidad que me topara con tu pantanohoy, piénsalo de nuevo. En este reinonos deshacemos de los que intentaninvadir nuestras aguas y sacamos deLumatere a los débiles que corrompennuestra Guardia.

—¿Qué te ha prometido el rey,Trevanion? —preguntó August.

—El máximo honor en este reino.Y hoy elijo a mi Guardia. —Devolvió albebé a su canasta—. Abre la puerta.

Fuera había un grupo de jóvenes.No solo del Río, sino de la Roca, de las

Page 476: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Montañas y unos cuantos de lasLlanuras. La habitación parecía llenacon su presencia y hablaban en la nocheen voz baja pero con convicción.

—¿Dónde está Trevanion? —preguntó uno de ellos más tarde, cuandola luz de primera hora de la mañanaempezaba a filtrarse por debajo de lapuerta.

August de las Llanuras miró a sualrededor.

—Probablemente en la tumba.Hubiera dormido allí si no fuese por elniño.

Uno de los chavales se acercó a lacanasta del bebé y retiró la manta, tansolo para encontrarse clavado en lapared con un puñal al cuello. Miró

Page 477: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

fijamente a los ojos obsidianos de Perriel Salvaje, que le gruñó al oído:

—Vuélvelo a tocar y perderás unamano.

Al alba, llegaron a ladesembocadura del río Yack. Yutlindtenía cuatro ríos, exuberantes y fértiles,con un bosque al norte y una selva alsur. La extensión de tierra era comoLumatere y Osteria juntas, pero habíanperdido a más gente en las guerrasinternas que el resto de la nación unida.Las antiguas historias contaban que eldios de Yutlind había creado a su gentemezclando su sangre con la tierra de laselva y de los bosques. Estuvieron enguerra durante miles de años por el

Page 478: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

suelo de mejor calidad hasta que uncaudillo construyó su palacio en el nortey su reinado fue reconocido por loslíderes de Skuldenore, cansados desiglos sin tregua. Fue un reino que el surse negó a aceptar.

Una calma les rodeaba, una calmadeliberada. La tripulación estaba con losnervios a flor de piel y sentía ciertaaprensión. El capitán del Myrinhall secolocó un dedo en los labios paraindicar silencio. Finnikin se asomó porel casco, pero la selva que bordeaba elrío serpenteante parecía misteriosa,como si hubiera secretos ocultos tras sudenso follaje. Parecía imposible que lavida humana pudiera existir en un lugarasí, y Finnikin estaba ansioso por llegar

Page 479: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

al muelle que había río abajo. ElMyrinhall haría bajar a los pasajeros ycargaría la mercancía. El plan deTrevanion era encontrar un guía entrelos comerciantes que les llevara por laspraderas hacia los pueblos rocosos.

Finnikin observó al capitán.Utilizaba la lengua de signos con sutripulación, que debía de haber pasadopor experiencias igual de peligrosas. AFinnikin le reconfortaba saber queaquellos hombres habían navegado antespor un río. Observó cómo el capitán sereía discretamente de lo que uno de sushombres había señalado y, por primeravez desde que entraron en el Yack,Finnikin se relajó.

La primera flecha le dio al capitán

Page 480: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

entre los ojos.Estaba muerto a los pies de

Finnikin cuando cayó al suelo, con lasorpresa estampada en su rostro parasiempre. Entonces un ataque de flechasvoló sobre sus cabezas cuandoTrevanion se echó encima de él.

—¡No dejéis que tomen elMyrinhall! —gritó uno de los miembrosde la tripulación, y Finnikin notó que laembarcación daba bandazos mientras losremeros empezaban a desempeñar sutrabajo.

Trevanion ya estaba de pie cuandoFinnikin agarró su arco. Oyó el silbidode las flechas pasando y volvió aagacharse una vez más, antes deincorporarse para apuntar a la ribera

Page 481: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

oeste. Disparó diez proyectiles hacia laespesura de la jungla y se echó cuerpo atierra en la cubierta. Mientras lasflechas continuaban volando, gateó hastadonde Evanjalin estaba acurrucada en laotra parte del barco, con el rostro aúnenfermo bajo la luz de la mañana. Laarrastró hasta detrás de unos cajonespara ponerla a salvo junto a Froi aresguardo de las cajas de la mercancía ylos barriles de cerveza.

—¡Quedaos aquí! —logró decir.Volvió arrastrándose a donde

Trevanion y Sir Topher estabanagachados, apoyados en el casco,preparados para el siguiente ataque.Trevanion se puso de pie para lanzarunas cuantas flechas en dirección a los

Page 482: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

yuts antes de volverse a agachar.—La tripulación está dando la

vuelta al barco —dijo, intentandorecuperar el aliento—. Quedaos conellos, Sir Topher. Intentad regresar alpuerto de Sif. Finnikin y yo nadaremoshasta la orilla y viajaremos al norte apie para encontrar a mis hombres.

Sir Topher asintió. Desde todos losrincones del Myrinhall se oían losquejidos de los heridos, mientras losremeros gruñían y las flechas silbabanpor encima de sus cabezas. Los nativosyuts escondidos más allá de la riberamantenían un silencio disciplinado ypasaron unos instantes antes de queTrevanion pudiera marcarlos.

—¡Ahí arriba! ¡En los árboles! —

Page 483: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

gritó uno de los miembros de latripulación que estaba agarrado almástil.

Trevanion disparó otra lluvia deflechas, luego empujó a Sir Topher y aFinnikin hacia el otro lado de laembarcación, lejos del siguiente ataqueque alcanzó su escondite anterior conuna precisión mortífera.

—Nos tiraremos al agua por el otrolado, Finnikin —gritó Trevanion porencima del ruido—. Cuando gire, nosquedaremos escondidos en el Myrinhallhasta que llegue otra vez a ladesembocadura del río y después nosdirigiremos a tierra. ¿Me oyes?

—¡Dulce Diosa, están nadandohacia nosotros! —masculló Sir Topher

Page 484: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—. Este barco no llegará a ladesembocadura, Trevanion. ¡Asaltaránel Myrinhall con todos nosotros dentro!

Una flecha alcanzó a un remerodesde atrás y el hombre se desplomóhacia delante.

Trevanion se levantó para echarleun vistazo a los yuts que se acercaban.

—Cambio de planes. ¡Sácalos delbarco y llévalos hacia la orilla este,Finn! —ordenó—. Asegúrate de que nolos vean. Ni a vos tampoco, Sir Topher.A ninguno de nosotros.

Finnikin se arrastró hasta loscajones y sacó primero a Froi.

—¿Sabes nadar? —gritó.—¡No!El ladrón parecía horrorizado.

Page 485: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin alzó la vista hacia elmarinero que trabajaba en la velacuadrada.

—Tendrás que hacerlo rápido antesde que le den la vuelta al barco. Intentamantenerte bajo el agua todo el rato. ¡Nodejes que te vean!

—¡No sé nadar! —dijo Froi, queretrocedió a gatas hacia los cajones.

Finnikin le agarró por el pelo y tiróde él para que viera lo que estabaocurriendo a su alrededor. Los cuerposse amontonaban en la nave mientrasaquellos marineros que aún estabanvivos gemían y se retorcían de dolor.

—¿Prefieres quedarte? —gruñóFinnikin.

Froi le gruñó a él mientras Finnikin

Page 486: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

le ayudaba a tirarse por la borda,sujetando al chico por el pescuezo antesde soltarle. Volvió su atención haciaEvanjalin, cuyo rostro tenía unatonalidad grisácea, y una película desudor le cubría la cara.

—No sé nadar —susurró.—Aguanta la respiración y haz

como si retiraras agua de tu camino conlas manos. Así —dijo mientras se lomostraba—. Y da patadas suaves conlos pies. No saques la cabeza del agua,Evanjalin. No dejes que te vean. Encuanto llegues a la orilla, mantenteescondida. ¿Me entiendes?

Asintió, abatida.—Haz lo que te digo por una vez

—dijo al tiempo que notaba el temblor

Page 487: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de sus manos mientras le tocaba la cara.Finnikin le cogió una mano y le

apretó la boca contra la palma, ydespués Sir Topher apareció allí paraayudarla a bajar.

—Tened cuidado —dijo el chicomientras la cabeza de Sir Topherdesaparecía bajo el agua.

Se volvió para encontrar aTrevanion, justo cuando el marinero delmástil cayó del cielo y aterrizó a suspies, con una flecha atravesada en elpecho y sangre manando de su boca.

—Dale la vuelta —dijo el hombrecon voz ronca—. Sube al mástil y dalela vuelta o nunca podrás ponerlos asalvo.

Finnikin alzó la vista hacia el

Page 488: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mástil, luego volvió a mirar en direccióna los yuts y empezó a trepar. Al menosmedia docena de ellos habían alcanzadoel barco, y Trevanion y la tripulaciónestaban luchando con ellos. Uno quehabía logrado subir a bordo cuyó al aguaal recibir una patada en la cabeza.Trevanion apuntaba, disparaba ydespués se agachaba; daba las órdenes ydividió a la tripulación en tres grupos:los que remaban, los que lanzabanflechas y los que combatían con los yutsen el agua. Desde su posiciónestratégica, Finnikin veía lo que se habíaperdido antes. Los cráneos en losárboles. En la orilla oeste, más yutsdescendían del follaje, con unos cuerposgrandes y poderosos.

Page 489: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

El muchacho siguió trepando, sinparar, hasta que llegó arriba del todo.Con las piernas bien agarradas, empezóa mover rápidamente los dedos parasoltar las velas. Vio que Evanjalin, Froiy Sir Topher habían llegado a la orillaeste y se escondían entre los largosjuncos y helechos. Trevanion y tresmiembros de la tripulación acabaron conel último yut a bordo, y Finnikincontempló a su padre mientras searrastraba hasta el borde de laembarcación y se tiraba por la borda. Elchico se quedó pegado al mástilmientras notaba cómo las flechas lerozaban los brazos al pasar volando.Observó cómo la cabeza de Trevanionsalía del agua y se arrastraba hacia

Page 490: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

donde los demás estaban apiñados, ypor primera vez desde que el capitáncayó muerto a sus pies, Finnikin suspiró,aliviado.

Trevanion escupió el agua infectamientras se sostenía el costado paramitigar el dolor. Los demás estabanocultos tras unos juncos en el aguacenagosa. Estaban temblando pero asalvo, y de momento aquello bastaba.Sabía que tenían que seguir río abajo,sin importar lo peligroso que fuera.

—Vamos. ¡Ya! No hay tiempo...¿Finn? —Se dio la vuelta—. ¿Dóndeestá Finnikin?

Miró a la chica, seguro de que ellalo sabría. La chica y Finnikin parecían

Page 491: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

no perderse la pista. Ella se quedómirando por encima de su hombro, conaquellos oscuros ojos abiertos de par enpar y la mano temblando mientrasseñalaba hacia arriba. Se dio la vueltapara ver el Myrinhall que empezaba agirar con la vela preparada para volverhacia la desembocadura del río. Lo quequedaba de la tripulación arrojabaflechas hacia los nativos yuts en la orillade enfrente. Vio dos o más yutsasomados por el casco de la nave, peroentonces se quedó paralizado al ver aFinnikin aferrado al mástil, con su pelodorado rojizo enredado mientras el soliluminaba sus mechones. Losmovimientos de los yuts en el otroextremo demostraban que también se

Page 492: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

habían quedado alelados ante aquelpanorama, como si Finnikin fuera algúndios salvaje del sol que colgaba de loscielos.

Y entonces, para su horror, los yutsapuntaron y Finnikin cayó desde lasalturas.

Trevanion rezó por que latripulación del Myrinhall cogiera alchico, lo sacaran del agua y se ocuparande él. Pero no hubo ningún movimientohacia donde el muchacho yacía bocaabajo, con una flecha sobresaliéndoledel costado de su cuerpo. La chica seabalanzó hacia delante, Trevanion laagarró y con una mano reprimió el gritoque emitió mientras forcejeaba. Cuandopor fin se soltó, Trevanion la oyó llorar,

Page 493: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

un sonido aún más lastimero porqueparecía inquebrantable.

—Esperaremos a que se marchen—susurró Sir Topher mientras elMyrinhall se alejaba poco a pococorriente arriba, bloqueando la vista delos yuts pero no la del cuerpo deFinnikin.

—No —se negó la chica—. Ahora.Aquí adoran al rey del sol. Se llevarán aFinnikin a la primera oportunidad quetengan.

Trevanion se lanzó al aguaenseguida, golpeándola con su cuerpo,castigándola por haber puesto unabarrera entre su hijo y él. El Myrinhallacababa de pasar por donde estabaFinnikin y con un poco de suerte la nave

Page 494: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

impediría que los yuts vieran ambasfiguras. Sabía que le quedaba pocotiempo. En cuanto los yuts averiguarandónde estaban escondidos, cruzarían elrío e iría a por ellos.

Cuando llegó hasta su hijo,Trevanion le dio la vuelta al cuerpo y leoyó resoplar e intentar recuperar elaliento. No había tiempo para el alivio.No había tiempo de reducir el peso en elcuerpo de Finnikin retirando el carcaj ylas dagas. Trevanion le arrastró hasta laorilla. Sir Topher, la chica y el ladróntiraron de ellos hacia los largos juncos.En vez de arriesgarse a adentrarse en laselva, se quedaron agachados en el aguaque les llegaba por los tobillos,temblando mientras el sol desaparecía

Page 495: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

tras las nubes. Trevanion colocó el puñoen la boca de Finnikin para contener losgruñidos de agonía del chico. La flechase le había clavado en el costado, justoencima de la cadera. Tenía que sacarlapronto, pero la idea de causarle másdolor a su hijo era inconcebible. Sabíaqué tipo de punta se alojaba en el cuerpode Finnikin; las había visto esparcidaspor la cubierta de la nave. Las puntas deflecha anchas y de hierro eran para cazaranimales. Eran difíciles de extraer.

En el aire sonaban voces extrañas aambos lados del río. Unos gemidosespeluznantes. Algunos parecían burlas,como si los yuts estuvieran jugando algato y al ratón con ellos. Trevanion nose había sentido tan atrapado ni en sus

Page 496: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

diez años de cautividad. Despreciaba supropia impotencia al no poder trasladara su grupo a un lugar seguro, apartado deaquel pantano cubierto de lodo yplagado de insectos.

El ladrón apartó la vista del cuerpotembloroso de Finnikin y se tapó losoídos para bloquear los insultos a sualrededor.

—¿Sabes magia? —preguntóEvanjalin en tono acusador.

Pero Trevanion sabía que su únicaesperanza era esperar.

—¿Crees que se han rendido? —preguntó Sir Topher.

Las voces habían cesado, pero elsilencio que hubo a continuación fue más

Page 497: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

alarmante de lo que Trevanion pudohaber imaginado. Negó con la cabeza yseñaló un bosquecillo en la distancia.Los trocitos de metal que los nativosyuts llevaban en las muñecas y lostobillos destellaban y parpadeaban bajola luz del sol.

—Quieren que sepamos queestamos rodeados —dijo en voz baja,señalando a otro grupo a la izquierda yluego a uno más en la otra orilla del río.

—Puedo hablar con ellos en yut,Sir Topher —murmuró Finnikinfebrilmente—. Les diré... que venimosen son de paz... que reconocemos suderecho sobre Yutlind Sur.

Sir Topher le hizo callar.—Te estás agotando, Finnikin.

Page 498: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Trevanion observó cómo a su hijole costaba respirar. El cuerpo deFinnikin estaba medio erguido, mientraslo sujetaba Sir Topher. Había resultadodemasiado doloroso estar agachados,así que se habían sentado en el aguapoco profunda, a merced de losmosquitos y las ratas acuáticas quemordían con una frecuencia despiadada.

—Esta gente no habla yut común —dijo Evanjalin.

Tenía la vista clavada en la flechadel costado. Miró a Trevanion a los ojosy el hombre colocó la mano en el astil.

—Cuando visitaron Lumatere en elpasado —dijo Finnikin jadeando,negándose a rendirse al dolor— parauna audiencia con el rey... dijiste que

Page 499: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

prometerías reconocer...—Pero esta no es la gente que nos

visitó, Finnikin —dijo Sir Topher—.Estos hombres son guerreros de espíritu.Hablan la antigua lengua de los primeroshabitantes.

—Pertenecen a una de las tribusque custodian la entrada al reino por elsur —admitió Evanjalin. Tenía la carapálida y tensa—. Lo han hecho así desdeel tiempo de los dioses. Su idioma y suscostumbres son diferentes, pero seconsideran parientes de Yutlind Sur yenemigos mortales de los del norte. Hanperdido a muchos miembros de su tribupor las naves de comerciantes queentraban en el río y capturaban a supueblo para venderlos como esclavos en

Page 500: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Sorel.—¿Qué... quieres de nosotros? —

preguntó Finnikin con voz ronca.Trevanion se la quedó mirando y

negó con la cabeza en caso de que seatreviera a revelar la respuesta a esapregunta. Querían a ese chico, con elpelo del color del sol al ponerse.

—¿Confías en mí? —susurró lanovicia.

Finnikin puso los ojos en blanco.Trevanion no tenía idea de si era por eldolor que le causaba la flecha o lasnáuseas por el agua sucia que se habíatragado. La chica colocó los brazosalrededor de Finnikin mientras con losojos, en silencio, daba una orden aTrevanion.

Page 501: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Háblame —le pidió Finnikinarrastrando las palabras—. No dejesque me duerma, Evanjalin.

—Tal vez tengo que contarte unahistoria para que la puedas anotar en elLibro de Lumatere cuando te recuperesdel teatro.

El chico se rio y Trevanion eligióaquel momento para arrancar la flechadel cuerpo de su hijo.

Finnikin mordió tan fuerte la carnede Evanjalin que saboreó su sangre enlos labios. Y durante un rato los deliriosa causa de la fiebre se transformaron ensueños y recuerdos. Vio en la hogueramadera amontonada en su base; leprendieron fuego. Volvía a tener nueve

Page 502: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

años y observaba con horror lasejecuciones de los Habitantes delBosque. Los hijos de Sagrami. A sualrededor la gente sollozaba. Ya sehabían llevado a su padre, pero teníaque estar allí por Beatriss. Para que loúltimo que viera fuese el hijo de suamado. Pero en su lugar estabaSeranonna, con las manos empapadas desangre, y las llamas subían por sucuerpo mientras maldecía. Y entonces sesubió a un árbol. El mismo en el que sehabía sentado con Balthazar y Lucian yhabían hecho planes para atrapar al loboplateado. El árbol de su infancia. Aqueldía, escondido entre las ramas, sacó unpuñal. Apuntó como su padre le habíaenseñado.

Page 503: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Y le dio a Seranonna en el corazón.

Page 504: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 13

Trevanion observó los temblores ylas sacudidas de Finnikin mientrasdormía. Estaban a oscuras, pero aun asísentía la presencia de los yuts. Lasvoces se oían esporádicamente por elcielo nocturno y también escuchó a lachica murmurar como si rezara.

—Sir Topher —dijo en voz baja—.Lleváoslos.

Sir Topher se inclinó hacia delante.—¿Está...?No pudo terminar la pregunta.—Lleváoslos —repitió Trevanion

—. Continuad en la orilla este y dirigíosa las praderas. Con suerte, no os

Page 505: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

seguirán, puesto que no tenéis nada quequieran. Ya sabéis dónde encontrar amis hombres. Decidle a Perri que sucapitán le ha pasado el honor másimportante que un guardia de Lumaterepudiera tener.

—Trevanion...—Decidle que la chica os guiará a

nuestro rey y a nuestra gente. —Trevanion miró a Evanjalin, pero nopudo interpretar su expresión—. Si mihijo muere, moriré protegiéndole.

Se hizo el silencio durante un buenrato.

—No está bien —dijo Sir Topher— que pase en ese orden. Que unhombre sobreviva a su... —Las palabrasse le agolparon en la garganta—. No

Page 506: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

dejéis que le cojan vivo. Prometédmelo.—¿Por qué los hombres de

Lumatere siempre hablan de morir porun reino y los unos por los otros? —preguntó Evanjalin, irritada.

A la luz tenue de la luna, Trevanionvio su rostro. Su cuerpo había recibidouna paliza en el barco y se la veía débily fatigada. No obstante, aún había brilloen sus ojos. Intentó levantarse, pero éltiró de ella para que se agachara.

—¿Adónde vas?—No prometo que me entiendan,

pero conozco suficiente su idioma paraacercarme.

—No tienes nada que ofrecerles —dijo—. Te matarán en cuanto salgas ahí.

Ella forcejeó para soltarse.

Page 507: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Nunca subestiméis el valor deconocer la lengua del otro. Puede llegara ser algo más poderoso que las espadasy las flechas, capitán. Les he escuchadolo bastante para entender un poco. Entreellos está su líder y su hijo. Uno haestado en este lado del río y el otro,enfrente. ¿Y sabéis qué le ha prometidoel padre al hijo? El honor de encender lapira para sacrificar a Finnikin.

—No hay nada que puedas hacer—dijo Sir Topher—. Tan solo pondrástu vida en peligro.

Le miró con tristeza.—Sir Topher, ¿de verdad creéis

que no estamos ya todos marcados porla muerte? Entramos en sus tierras deforma ilegal en una nave que le robaron

Page 508: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

a su pueblo en el pasado. Pero puedeque sepa convencerles para que confíenen nosotros.

—¿Cómo?—Cuando los traficantes de

esclavos roban a los jóvenes en YutlindSur, los venden en las minas de Sorel.—Miró a Trevanion a los ojos—. Allíconocí a una chica que me contóhistorias de su pueblo.

Trevanion le sostuvo la mirada.Había oído hablar de lo que les habíaocurrido a los niños que obligaban atrabajar en las minas, unas historias tandesgarradoras que hasta los prisionerosmás duros temblaban al oírlas. SiEvanjalin había estado en las minas,entonces se explicaría por qué conocía

Page 509: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

tan bien el terreno de Sorel, aunquesospechaba que no les estaba contandotoda la verdad.

—Al oír sus voces sobre nuestrascabezas, lo vi claro, capitán. El jefe espadre. Había mucho amor y orgullo ensu voz cuando llamó a su hijo.

—No he oído amor en las vocesque nos insultaban, Evanjalin —dijoTrevanion con dureza.

—Porque no entendéis los maticesde su idioma. Oímos los gruñidos y lossonidos guturales y creemos que es algopeor que el odio —dijo.

Finnikin se movió a su lado.Trevanion contempló cómo su hijoalargaba el brazo para coger de la manoa la chica e intentar impedir que se

Page 510: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

marchara. La muchacha se soltó condelicadeza y se alejó arrastrándose,pero Finnikin agarró la tela de su camisay estiró de ella hasta que volvió a estara su lado.

—Llévame contigo —susurróFinnikin con una respiración superficial—. Podemos hacerlo juntos.

—Tienes la herida infectada.Deberías descansar en vez de luchar. —Se volvió hacia Trevanion—. Menudaterquedad produce la mezcla de sangrede la roca y el río, capitán.

Casi fue una acusación.Consiguió soltarse de Finnikin,

pero esta vez fue Trevanion quien lasujetó.

—¡Arriesgáis su vida

Page 511: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

reteniéndome, capitán! Sé cómodeshacerme de los venenos que hay ensu sangre, pero tan solo lo haré si medejáis convencerles de que nos permitansacarle de este pantano. —Miró a SirTopher con ojos suplicantes—. Sois elPrimer Caballero del rey, Sir Topher.Ordenadle a vuestro capitán que me dejeir.

Sir Topher parecía encontrarse anteun dilema. Sabía que mandarla ahí fuerasignificaba que podía morir al caerlecientos de flechas encima antes de quepudiera decir la primera palabra.

—Déjala que vaya, Trevanion —dijo al final.

Sus palabras se toparon con elsilencio.

Page 512: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Promételes que Lumaterereconocerá el derecho del sur al tronode Yutlind Sur, pero no de Yutlind Norte—dijo Sir Topher en voz baja—. Puedeque ayude. No es un secreto que nuestrorey opina que la concesión de YutlindSur fue ilegal y cuando llegue elmomento lo hará público. Puede que nosea suficiente para impedir el ataque,pero es algo.

Trevanion se levantó y ayudó aEvanjalin a ponerse de pie,sosteniéndola cerca de él.

—No te alejes de mí —ordenó—.¿Está claro?

—Capitán, no lo entendéis,conozco su idioma...

Trevanion la interrumpió.

Page 513: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Lo único que tengo que entenderes la ley no escrita de los guerreros —dijo con firmeza—. Y nunca se envía alas mujeres ni a los niños a hacernuestro trabajo sin protección. —Señalóhacia los árboles, con energía—. Esa esla lengua que comparto con ellos.

Mientras Evanjalin y su padrecaminaban hacia el espacio abierto,Finnikin la oyó gritar una palabra, alta yclara. En su mugriento escondite intentósentarse y la vio encogerse, como siesperara que una flecha volara haciaella en cualquier momento. Los ojos desu padre eran como halcones mientrasbuscaban entre los árboles de sualrededor.

Page 514: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Tras una breve pausa se pusomirando al este. Cada vez que Trevanionintentaba proteger su cuerpo, ella leesquivaba, y cuando por fin se dio porvencido y se colocó a su lado, la chicaempezó a hablar.

A veces su voz solitaria en lajungla sugería que volvía a narrar unahistoria, una historia que parecía notener final. Otras veces su tono de vozera vehemente, enronquecido por sudiscurso quebrado de una epístola aaquellos que habían custodiado laentrada a esa tierra durante tanto tiempo.Pero continuó hablando en la nochehasta que Finnikin oyó que su voz searrastraba por el cansancio y vio cómosu cuerpo se derrumbó contra el de

Page 515: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Trevanion.

Apenas podía reconocerse aEvanjalin bajo la luz de la mañana. Elbarro le cubría la camisa y la cara se lehabía hinchado por los mosquitos que sehabían dado un festín con ella durantelas largas horas que había estadoagachada en el río. Se había rascadoalgunas de las picaduras hasta hacersesangre e incluso el cuero cabelludoparecía estar en carne viva por laterrible experiencia. Entonces Finnikinvio que su cuerpo se tensaba, con losojos en las figuras que comenzaban aaparecer en los árboles. Eran comofantasmas: los ojos pálidos y las caras ylos torsos tan blancos que al principio

Page 516: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pensó que iban pintados. Salían decualquier parte de la selva. Erandemasiados para contarlos.

El jefe se quedó mirando aEvanjalin, inexpresivo. Los dos hombresque estaban ante ella eran de hechopadre e hijo, aunque a diferencia deFinnikin y Trevanion, eran casi réplicasel uno del otro. Cuando el jefe cogió aEvanjalin del brazo, Trevanion se movióhacia delante, pero ella le contuvosuavemente. Y entonces el jefe hablócon unas palabras directas, casi hostiles,pero Finnikin sabía lo suficiente sobrela cadencia del idioma para entenderque la chica no estaba en peligro.

Dio una orden a gritos y Finnikinvio como uno de los guerreros caminaba

Page 517: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

hacia el escondite de los juncos.Apartaron a Froi y Sir Topher de unempujón y cogieron a Finnikin de lacara. Mientras uno de los guerreros leobligaba a abrir la boca, el otro le llevóuna cantimplora a los labios. Bebió elagua a grandes tragos, casi ahogándosepor el alivio, y echó la cabeza haciaatrás. Y entonces los guerreros lecogieron y se lo llevaron.

—¿Evanjalin? —oyó que SirTopher preguntaba, alarmado.

De repente Finnikin estaba en losbrazos de su padre. Trevanion lo dejó enel suelo con cuidado. El rostro deEvanjalin apareció encima de él ydespués el del jefe.

—No quieren hacerte daño —le

Page 518: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

dijo en voz baja.Uno de los guerreros le pasó una

cantimplora de agua. El jefe no lequitaba el ojo de encima a ninguno, perole llamaban especial atención Trevaniony Finnikin.

—La esclava me contó que los delnorte siempre han criticado a los yutsdel sur por su debilidad —dijoEvanjalin—. Veréis, los del nortesecuestraban a los hijos de los guerrerosy se los quedaban de rehenes y, en lugarde defender el reino y luchar por sucorona, los del sur siempre iban abuscar a sus hijos. Algunos lo ven unadebilidad abandonar la seguridad de tureino y el trono por el bien de tus hijos.Les he contado la historia del capitán de

Page 519: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la Guardia Real que confesó traición yfue encarcelado en las minas de Sorelpara salvar a su hijo, que diez años mástarde le liberó.

—No dejabas de repetir unapalabra: Majorontai —dijo Finnikin,jadeante, mientras ella le refrescaba lafrente con un poco de agua.

—La esclava —respondió en vozbaja.

—¿Era una de ellos? —preguntóTrevanion.

—No. Tal vez pertenecía a otratribu —respondió Evanjalin—. Pero erade por aquí y la raptaron unas navesmercantes que la llevaron a Sorel conlos traficantes.

El jefe habló y Evanjalin asintió.

Page 520: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Quieren que les sigamos ydescansemos —dijo.

—¿Podemos confiar en él? —quisosaber Trevanion.

—Si hubieran querido matarnos, yalo habrían hecho.

—¿Qué les has dicho, Evanjalin?—preguntó Finnikin.

—Les he contado la verdad —contestó y se volvió hacia Sir Topher—.Aseguraos de que Lumatere reconozca laautonomía del sur, señor.

—Pero ¿quién está a cargo del sur?—preguntó Sir Topher.

—Tengo la sensación de que loaveriguaremos pronto —respondió lachica.

Finnikin se esforzó mucho en

Page 521: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mantener los ojos abiertos. El rostro deun joven guerrero de espíritu apareciósobre él junto a Evanjalin. El guerrerohabló y le ofreció otro recipiente deagua. Ella asintió antes de apartar lavista de Finnikin.

—Sujetadle. No lo soltéis —la oyódecir en voz baja.

No pudo contar las manos que lesujetaron mientras Evanjalin vertía unasustancia espesa en su boca. Gorjeómientras su cuerpo se sacudía yconvulsionaba porque quería rechazarla.Entonces uno de los guerreros alargó elbrazo y presionó fuerte la herida con losdedos hasta que al final cayóinconsciente.

Page 522: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Cuando se despertó, habíaoscurecido. Finnikin sabía que ya noestaba tumbado en el claro. Oía lossonidos del mundo nocturno mezcladoscon los espíritus del pasado mientraschillaban, gemían y poseían la noche.No eran los ruidos familiares de losbosques del norte. Este era el paísantiguo. Finnikin sentía el aliento heladode sus ancestros en el rostro.

—Evanjalin —susurró con loslabios secos.

Oyó un crujido y luego la chica lesostuvo la cantimplora en la boca.

—¿Te duele algo? —preguntó.—Tengo más náuseas que otra cosa

—murmuró—. ¿Cuánto tiempo llevodurmiendo?

Page 523: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Todo el día y la mitad de estanoche. Sir Topher y Froi estándurmiendo.

—¿Y mi padre?—Caminando de un lado a otro.—¿Y los guerreros de espíritu?—Observándote. Este es su

asentamiento. Las mujeres y los niñosestán río arriba.

Finnikin se incorporó y vio el débilresplandor de cientos de cuerpospálidos que les rodeaban.

—Te protegerán hasta que tucuerpo se haya deshecho de los malosespíritus que consumiste en el río.

—¿Así que el mal no estaba en laflecha de mi costado? —preguntósecamente.

Page 524: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Tu herida es superficial. Lainfección, en cambio, te hubiera matadoen un día.

Le limpió la frente y se encontróluchando con las ganas de volverse adormir.

—Cuéntame más cosas sobre laesclava —le pidió, adormilado.

Evanjalin se quedó callada y por unmomento creyó que no iba a contestarle.

—A los diez años —dijo al final—, me separaron de mi pueblo y pasémás de un año encadenada a ella bajo elsuelo de una casa. Éramos las esclavasde un rico comerciante que compraba yvendía personas como si fueran grano obaratijas. Por el día trabajábamos en lasminas y por la noche volvíamos con él.

Page 525: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Pero ella me mantuvo a salvo. Mellamaba «la hermanita de la tierrailuminada». Era como si la Diosa lahubiese enviado para protegerme. Por lanoche me enseñaba su idioma y yo leenseñaba el mío. Su piel eraextrañamente pálida, como la de estagente, y también sus ojos. Por eso lesfascinan tu pelo rojo y dorado, Finnikin.

»Me habló de las tradiciones yut.Cuando alguien muere lejos de YutlindSur su nombre debe volver al reino porla última persona que oyó su voz. Tieneque gritarse para que los fantasmas locapturen en sus bocas y lo devuelvan ala tierra. Su espíritu no descansaría deverdad hasta que eso ocurriese.Sabíamos que volveríamos a ver

Page 526: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

nuestros hogares, así que la chica yutdecidió que si no podíamos planear lavida, planearíamos la muerte.

En el silencio oyó cómo se lecortaba la respiración.

—Un día Majorontai puso una floren mi mano. Era tan raro ver algo tanhermoso en aquel lugar que una lágrimabrotó de mis ojos. Pero era una plantamuy venenosa que le habíaproporcionado uno de los guardias de lacasa a cambio de cosas que no me contó.«Esta noche veremos nuestros reinos,hermanita», dijo. «Prométeme que lousarás esta noche puesto que no puedoabandonarte en un lugar como este.Prométemelo». Y así lo hice.

—¿Y ayer por la noche devolviste

Page 527: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

su nombre a su reino para que losfantasmas lo capturaran? —preguntó.

La muchacha asintió y se quedócallada un rato.

—Me alivia que no cumplieras tupromesa de tomar el veneno —dijo envoz baja—, pero ¿alguna vez te hassentido culpable?

—No me siento culpable —respondió y pudo oír el temple en su voz—. Cumplí mi promesa. Me aseguré quealguien tomara el veneno, Finnikin.Alguien que se lo merecía.

Page 528: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 14

Cuando Trevanion despertó aFinnikin era por la mañana y losguerreros de espíritu se habían ido,todos excepto uno.

—¿Cuándo se marcharon? —preguntó con voz ronca y una manodelante de los ojos para bloquear la luzcegadora del sol.

—Hace dos días.—¿Hace dos días? ¿He dormido

durante dos días?—Y no por eso tienes mejor

aspecto —dijo Trevanion—. Perotenemos que seguir avanzando.

Finnikin se puso de pie con

Page 529: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

dificultad y aquel rápido movimiento lecausó un dolor punzante en el costado,pero Evanjalin estaba allí para sujetarlela mano. Aunque se sentía débil, ignoróel gesto y observó cómo la mano de lachica caía a un lado.

—Será mejor que comas algo,Finnikin —dijo Sir Topher mientrasllenaba el fardo de Froi con bayas ypescado salado.

Finnikin pilló al guerrero deespíritu mirándole fijamente.

—¿Somos sus prisioneros?—Tendrás que preguntárselo a

Evanjalin.Pero no podía mirarla. Bajo la

fuerte luz del día había visto la tensiónen su cara y el modo en que el

Page 530: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

agotamiento le había amoratado losojos. Todo por arriesgar su vida por él.

—El guerrero de espíritu se quedacon nosotros hasta que lleguemos alprimer centinela más allá de laspraderas —dijo en voz baja—. Seránuestro guía.

Se acercó adonde Froi estabaholgazaneando, apoyado en un árbol,comiendo bayas de uno de los fardos asus pies.

Trevanion le pasó a Finnikin uncuenco de estofado frío y lo engulló conavidez mientras contemplaba cómo supadre recogía su fardo.

—Estamos a tres días a pie delprimer pueblo rocoso. El guía nosllevará por las praderas en vez de por el

Page 531: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

río. De lo contrario, habría demasiadastribus rebeldes a las que enfrentarnos.

A tres días a pie de los hombres deTrevanion. Finnikin se preguntó cómo sesentiría si estuviera a tan solo unos díasde ver a Balthazar o Lucian. La mayorparte del tiempo no recordaba el aspectode sus amigos, pero oía sus voces ahoramás que nunca. Fragmentos de susconversaciones rondaban su sueño.

Intentó cogerle un fardo a su padre,pero este se negó a pasárselo.

—Puedo llevarlo yo —insistióFinnikin.

Trevanion suspiró.—Tenía razón la chica sobre la

terquedad de los que tienen en su sangrela mezcla del Río y de la Roca.

Page 532: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin miró hacia dondeEvanjalin estaba reprendiendo a Froijunto al árbol.

—Ninguna montesa tiene derecho aacusar a alguien de obstinación.

Salieron de la selva con el sudorempapando sus ropas, que se lespegaban al cuerpo por la humedad.Finnikin podía oír la respiración ásperade Sir Topher detrás de él. Unosinsectos diminutos se mezclaban con lasgotas de sudor que le caían por la caramientras intentaba seguirle el paso alguía, un joven lleno de adornos hechosde dientes humanos. El guerrero deespíritu les había prometido quellegarían a la aldea rocosa del líder yut

Page 533: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

al día siguiente por la tarde.—¿Es el líder de Yutlind Sur,

dices? —preguntó Sir Topher, que sedetuvo a recuperar el aliento.

—Creo que nos están llevando alfuerte troglodita del rey del sur —explicó Evanjalin, tirando agua de unabotella en sus manos para dar unaspalmaditas sobre el rostro de SirTopher.

No había hablado con Finnikindesde el rechazo de aquella mañana.Cada vez que él la miraba, tan solopodía verla de pie en el claro a mercedde los guerreros de espíritu. Suplicandopor su vida.

—Dice que solo hay cuatro pueblosrocosos en Yutlind Sur. Todos son

Page 534: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

puestos de combate. Los hombres delcapitán podrían estar trabajando por lacausa del sur —continuó.

—Una idea excelente involucrarnosen una guerra de diez mil años que notiene sentido ni siquiera para los queestán luchando —masculló Trevanion.

Al salir de la espesa vegetación,sintieron cierto alivio. Más allá de laselva, la vasta extensión de praderas,que les conduciría al centro de YutlindSur, estaba libre de árboles o sombra.Finnikin recordaba poco del viaje, salvoel calor atroz y la fiebre que no dejabade subir y bajar, hasta que temió quenunca le abandonaría cualquierinfección que pudiera habérsele metidodentro.

Page 535: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Por la tarde pararon en un poblado

de nómadas. Finnikin no pudo evitarpensar qué distinto era aquelcampamento al que habían construidolos exiliados de Lumatere. Unas lonasperfectamente redondas, teñidas de loscolores del arcoíris, se extendían por lapradera. Las mujeres estaban sentadas,cosiendo trozos de cuero de caballo ylanzando tímidas miradas a susvisitantes.

Trevanion se acercó a los hombresdel poblado, que rodearon a caballo elasentamiento. Sus animales eran buenosespecímenes, fuertes y hermosos. Laadmiración de Trevanion era evidente y,al cabo de un instante, uno de los

Page 536: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

patriarcas dio una orden a un hombremás joven, que desmontó y le dio aTrevanion las riendas. El patriarcagolpeó la ijada del caballo y salió agran velocidad, con la montura deTrevanion detrás.

Por la noche, les dieron leche deyak y pastel de maíz. Mientras comían,una joven con la cara bronceada y losojos de color miel acarició laquemadura del sol que le habíaaparecido a Finnikin en la piel. Le tocóel cabello pasándole los dedos y lehabló en la lengua gutural del yut sureño.

—¿Qué está diciendo? —lepreguntó a Evanjalin.

—Que los hombres de verdad notienen el pelo de tu color —respondió y

Page 537: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

caminó hacia Froi.Le arrebató de las manos un trozo

de pastel al ladrón y se lo devolvió a SirTopher.

Cuando Trevanion regresó, ayudó aFinnikin a levantarse.

—Nos han permitido utilizar unatienda, Finn. No tiene sentido continuarsi aún estás débil y te duele todo.

Finnikin no discutió. Era un alivioestar tumbado sobre una estera fuera dela luz del sol. La tienda era minúscula ycuando Sir Topher y su padre entraron,tuvieron que agacharse junto a él.

—Intenta dormir un poco —dijoTrevanion y comprobó la tela alrededorde la herida de Finnikin—. Veremos quépodemos hacer para mitigar el dolor. Es

Page 538: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la fiebre lo que te debilita.—Evanjalin sabrá qué hacer —dijo

Finnikin en voz baja.—Está descansando, pero ha sido

lo bastante amable para preparar estapasta para tus achaques —dijo SirTopher alegremente al agacharse a sulado—. ¿Puedes incorporarte?

A Finnikin le resultó imposibledescansar con el flujo constante devisitas a su tienda. Si no era su padre oSir Topher, era el guía, el guerrero deespíritu, que insistía en hablarle en unidioma que no podía entender. Todosmenos Evanjalin. La chica yut fue aadministrarle un aceite en la quemadurade la piel. Sus dedos eran suaves y su

Page 539: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sonrisa, cálida.Cuando Froi entró, Finnikin

comprobó que el ladrón tan solo sehabía ofrecido voluntario a llevarlecomida para poder disfrutar de un ratosin sol.

—Haz algo útil y tráeme aEvanjalin —le dijo con firmeza.

—Yo no me muevo —mascullóFroi.

—¿Quién está al mando aquí? —preguntó Finnikin—. ¿Tú o yo?

El rostro del ladrón reflejó unaexpresión desdeñosa mientras se poníacómodo.

—Creo que ella.

Se quedó dormido y, al despertar,

Page 540: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Evanjalin estaba a su lado,desenvolviendo la gasa que le cubría laherida. Salía un hedor insoportable de lasecreción, pero la novicia trabajaba ensilencio. Finnikin podía notar el calor desus manos mientras aplicaba el bálsamoen su cadera, y aunque escocía, era eltipo de dolor que podía soportar todo eltiempo que hiciese falta.

Sin embargo, seguía sin decir nada.Extendió el aceite por su piel

quemada, pero esta vez lo hizobruscamente, a diferencia de la dulcechica yut. Finnikin intentó noestremecerse pero por dentro la maldijo.Cuando hizó ademán de levantarse, él laagarró de la muñeca y tiró de ella.

Le miró a los ojos por primera vez

Page 541: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

desde que entró en la tienda y él vio sufuria.

—¡Suéltame el brazo!—¿Por qué estás enfadada? —

preguntó—. No es culpa mía estarherido.

—Estoy enfadada porque eresimbécil.

—¿Imbécil?—¿Es que no entiendes esa

palabra? —preguntó, y luego la repitióen sendecanés, sarnak, charynita,osteriano, yut, belegoniano y soreliano,con unos cuantos dialectos en medio.

Ahora él estaba furioso.—Cuidado a quién llamas imbécil.

¡No fui yo el que salió al claro y puso suvida en peligro! Y por cierto, hablas

Page 542: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sendecanés como un principiante. Todoel mundo sabe que la c se pronunciacomo el sonido z.

—Imbécil —dijo despacio,indignada, en sendecanés— es cuando tesubes a un mástil de una embarcaciónsin ningún valor cuando tu padre te hadicho que nades hacia la orilla. —Retiróel brazo—. No necesitamos actosheroicos, Finnikin, sino valor.

—Quédate —insistió.—A lo mejor la chica yut puede

venir a hacerte compañía —dijo confrialdad—. Sir Topher está impacientepor que juegue con él al ajedrez estanoche y no quiero hacerle esperar.

—Sir Topher siempre hareconocido que no hay nadie que juegue

Page 543: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mejor que yo al ajedrez —presumióFinnikin.

La muchacha lo miró con expresiónaltanera.

—Te sugiero que le preguntes simañana opina lo mismo.

Al día siguiente continuaron suviaje por las praderas hacia la primeraaldea rocosa. Evanjalin revisó una o dosveces la herida de Finnikin y, a pesar desu actitud distante, el muchacho se pusoa contarle historias de su propio pueblo.Aunque la chica no dijo nada,permaneció a su lado, y un par de vecesla pilló sonriendo. La gente de la Rocaeran los más excéntricos de Lumatere yla cercana proximidad entre ellos

Page 544: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

significaba que no tenían secretos,aunque susurraran y murmuraran sobresus vecinos dentro de sus casas. Cuandonarró la historia de la enemistad de sutía abuela Celestina con el porquerosobre la receta de la tarta de cerdo,Evanjalin soltó una carcajada. Pero ellano le contó ninguna historia.

—¿Has olvidado tu infancia enLumatere? —preguntó Finnikin en vozbaja cuando el guía indicó que yaestaban cerca del fuerte.

—No —respondió la chica—.Recuerdo cada instante y así lo haréhasta el día que muera.

Entraron en el pueblo a última horade la tarde. Habían construido el fuerte

Page 545: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

en lo alto de la roca, en un intento deprotegerlo de la invasión del norte.Estaba vinculado a otras cuatro aldeasque se extendían a lo largo de treintakilómetros por el río Skuldenore.

Al pie de la roca, entre doscabañas del pueblo, una escalera depiedra ascendía al fuerte. Subieron hastaque llegaron a un puente retráctil queconducía a una entrada, una gran puertade hierro. Mientras avanzaban en filaindia por el puente, Finnikin localizó elpuesto de observación sobre ellos dondehabía dos hombres, con los arcosapuntando al grupo. Justo delante de él,vio unas flechas saliendo de las rendijasrectangulares de la puerta. Si hubieransido el enemigo, sabía que habrían

Page 546: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

disparado antes de que la primera flechasaliera de sus aljabas.

El guía habló y la puerta de hierrose abrió. Atravesaron la entrada y lesdirigieron hacia otras escaleras depiedra. Las moscas, grandes y gruesas,zumbaban alrededor de sus cabezas.

Cuando estuvieron cara a cara conel verdadero rey de Yutlind Sur y suhijo, Jehr, Finnikin se sorprendió al verlo normales que parecían. En las cortesreales de los reinos extranjeros siemprehabía esas ceremonias pomposas einútiles. Los belegonianos y lososterianos eran los peores. El chico lesonrió y mostró unos dientesasombrosamente blancos. Finnikin sintióuna afinidad repentina y le devolvió la

Page 547: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sonrisa. Jehr le hizo señas para que lesiguiera y él alargó la mano para cogerla de Evanjalin.

Desde el puesto de vigilancia,Finnikin pudo ver una cueva al otroextremo de la roca, al otro lado delvalle. Jehr empezó a hablar.

—Desde esa cueva un vigilante conun cuerno oye al otro que estáemplazado en otro puesto río abajo —tradujo Evanjalin—. Así es como seavisan del peligro.

Jehr señaló el arco y las flechas deFinnikin y luego, el suyo. Gruñó algo yFinnikin miró a Evanjalin.

—Quiere competir.Jehr farfulló algo más y la chica

puso los ojos en blanco.

Page 548: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—A ver quién puede lanzar antesdiez flechas —dijo—. No te olvides detu herida, Finnikin.

Finnikin asintió en dirección a Jehry, a pesar de su herida, se pusieron acompetir hasta bien entrada la noche,casi iguales en velocidad y destreza.Terminaron cuando llegaron sus padres,el rey hizo unas señas, cogió ambascabezas y las golpeó entre sí por habermalgastado munición.

Finnikin y Jehr continuaron surivalidad comparando las cicatrices ensus cuerpos.

—Date la vuelta —le pidió aEvanjalin para enseñarle a Jehr y Froi lacicatriz que tenía en el muslo por lapromesa que hizo con Balthazar y

Page 549: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Lucian.Evanjalin se negó a seguir

traduciendo.

Los rumores sobre que había unosrebeldes río abajo les obligaron aquedarse en el pueblo rocoso unascuantas noches más. Por el día, Finnikinobservaba a su padre caminarimpaciente como un animal enjaulado,merodeando por los parámetros de laaldea, como si no tuviera aire suficiente.Finnikin pasaba el tiempo con Jehr, Froiy Evanjalin, sentados en un trozo planode roca que sobresalía por encima delrío. Jehr le enseñó a Froi a disparar unaflecha y entre todos eligieron unobjetivo para ver quién lo alcanzaba

Page 550: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

antes.—Algún día seré rey de Yutlind

Sur —tradujo Evanjalin—. Viviré enaquel castillo de ahí abajo y vuestro reyvendrá a visitarme.

Jehr miró a Finnikin y le dijo algo aEvanjalin, pero ella negó con la cabeza.

—¿Qué quería saber? —preguntóFinnikin.

—Si eras el heredero. Cree que loeres y que se lo estamos ocultando.

El chico volvió a hablar. Esta vezEvanjalin se sonrojó, bajó la vista ynegó con la cabeza, de nuevo sin darexplicaciones.

—¿Qué ha dicho? —preguntóFinnikin.

—No es importante.

Page 551: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin se percató de que Jehr lamiraba con gran interés.

—¿Le has dicho que perteneces anuestro rey? —soltó Finnikin.

—¡No pertenezco a nadie!El enfado comenzó a hervir a fuego

lento entre ellos mientras Jehr lesmiraba.

—Ah —dijo el chico, asintiendocon la cabeza como si hubieraaveriguado algo.

Evanjalin gritó unas cuantaspalabras al padre del chico, que estabaapoyado en un parapeto. Jehr gruñó y nole dio tiempo a agacharse cuando el reyagarró las cabezas de ambos paragolpearlas de nuevo entre sí. Jehr lemasculló algo a Finnikin y, fuese lo que

Page 552: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

fuese, fulminó con la mirada a Evanjaliny estuvo totalmente de acuerdo.

—Enséñame su idioma —le pidiómientras estaban tumbados en laoscuridad de la cueva junto a los demás,salvo Trevanion que dormía fuera sobrela roca.

Finnikin podía oler la mezcla aboñiga de vaca y tierra que cubría elsuelo cerca de sus cabezas.

Empezó con algunas palabras yfrases simples, y él las repitió. Enocasiones se rio de su pronunciación yél se aseguró de no repetir el fallo.

—¿Cómo es que eres tan lista? —le preguntó.

—Porque lo tenía que ser —

Page 553: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

respondió.Sir Topher empezó a roncar en

armonía con Froi. Finnikin fingió supropio ronquido exagerado y ella sesacudió junto a él por la risa.

—Jehr nunca ha salido de esta roca—dijo tras unos instantes de silencio—.No lo permitirán. Tienes que mantenerloa salvo.

—No es manera de vivir —murmuró Finnikin—. ¿Deberíamos estarpreocupados porque nuestro heredero nohaya visto mundo suficiente o porqueBalthazar esté encerrado en algún sitiocomo protección?

Ella se lo quedó mirando congravedad.

—¿Alguna vez te has preguntado...

Page 554: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

si sobrevivirá?—¿Te refieres a Balthazar? ¿Si

será rey?—No. Si entrará en Lumatere.Se quedó atónito.—¿Por qué dices tal cosa si

siempre has estado tan seguro?—No sabemos lo que pasará en el

Valle de la Tranquilidad. Nunca haexistido la promesa de que el herederosobrevivirá. Tan solo que se le necesitaen la puerta principal para romper lamaldición.

Finnikin tragó saliva. Se acababade acostumbrar a la esperanza de queBalthazar estuviera vivo. Ella le habíadado esa esperanza.

—¿En qué piensas? —le preguntó

Page 555: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

en voz baja.—Le tenía envidia cuando éramos

pequeños, ¿sabes?—¿A Balthazar?—Salía todos los días con Sir

Topher a aprender los idiomas de lanación y a que le enseñaran la políticade los reinos colindantes. Solía pasarlas tardes teniendo que jugar con laprincesa más pequeña. Balthazaraprendía los secretos de nuestras cortesreales y yo aprendía los nombres de lasmuñecas de Isaboe.

Buscó su cara con cuidado.—Y aquí estás, aprendiendo los

idiomas de la nación y Sir Topher te haenseñado la política de los reinoscolindantes. —Le miró atentamente—.

Page 556: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

¿Es eso lo que temes? —insistió—.¿Haberle robado la vida?

—No lo entiendes —dijo—. Deniño hacía promesas todas las noches.De tipo: si fuera rey, cambiaría la difícilsituación de los Habitantes del Bosque.Si fuera rey, no sería tan blando connuestros vecinos charynitas. Y Sagramioyó mis oscuros deseos.

—¡Dulce Diosa —exclamó ella—,crees que eres el responsable de lo quesucedió en Lumatere!

—Vete a dormir —le soltó y se diola vuelta.

—Si el heredero no sobrevive a loque tiene lugar en la puerta principal, elreino lo dirigirá un civil por primera vezen nuestra historia —continuó.

Page 557: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Balthazar sobrevivirá —afirmóde plano.

—Lo único que digo, Finnikin, esque te prepares para lo inevitable. Elrey le dejó la corona a su esposa y a sushijos, y a los hijos de sus hijos, pero simuriesen, sería el Primer Caballero realel que ocuparía el trono. Sir Topher esel Primer Caballero real y tú suaprendiz. Jehr puede que tenga razón.¿Alguna vez se te ha ocurrido que un díapodrías ser el rey?

Se dio la vuelta de nuevo paramirarla.

—No vuelvas a decir esas palabras—dijo entre dientes—. ¡Nunca!

Evanjalin le tapó la boca con lasmanos, pero él las apartó.

Page 558: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¡Cállate! —dijo ella—. ¿Por esoeres reacio a volver?

—Duerme —repitió— y reza porque el hijo de nuestro rey nos lleve a lasalvación.

Aquella noche soñó con Balthazary Lucian y el lobo plateado. El Bosquede Lumatere se convirtió en el Campode Celebración mientras la gente bailabajunto al rey y la reina, y el sacerdotereal cantaba la Canción de Lumatere.Pero las palabras no eran correctas yFinnikin intentaba decírselo a todos losque estaban a su alrededor, si bien nadiele escuchaba. Salvo Seranonna, que lehizo señas con un dedo. Y Finnikinestaba de vuelta en el Bosque de

Page 559: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Lumatere donde la matriarca cogía lacara de Isaboe con una mano y la deFinnikin con la otra, echándoles sualiento helado en las mejillas mientrasle obligaba a que mirara a la princesaque se reía tontamente.

«Su sangre se derramará para quetú seas rey».

Finnikin se despertó y el sudor leempapaba la cara. Vio la sombra oscurade su padre que hacía guardia en la rocay se acercó a él. Durante el resto de lanoche permanecieron sentados, casi todoel rato en silencio.

—¿Crees que están ahí? —preguntóFinnikin cuando el sol empezaba a salir.

—Tiene que estar ahí, Finn. Esto ya

Page 560: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

no se trata de lo que yo quiera. Se tratade Lumatere y no puedo hacer las cosasbien sin mi guardia.

En la penumbra, Finnikin vio laangustia en el rostro de su padre.

—Se lo debo a nuestro pueblo,Finn. Los cinco días de lo innombrableocurrieron bajo mi vigilancia comocapitán de la Guardia. Se lo debo anuestro pueblo.

Durante los días siguientes viajaronsiguiendo el río para dirigirse a lasaldeas rocosas en busca de alguna pistade los hombres de Trevanion. Todos losintentos terminaron en fracaso. Finnikinsabía que pronto llegarían a la fronterade Yutlind Norte, donde su búsqueda

Page 561: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sería en vano. El informador deTrevanion, un ladrón sorelianoencarcelado durante un tiempo en lasminas de Sorel, le aseguró que laGuardia Lumaterana estaba escondida enYutlind Sur. Se había refugiado allí trasun incidente en Osteria hacía cinco años,lo que le costó la vida a tres de sushombres. El ladrón había dicho quehabía sido una emboscada.

—¿Tal vez el ladrón sorelianomintió? —preguntó Sir Topher cuandose fueron de la última aldea rocosa.

—¿Qué motivo tendría? —preguntóTrevanion—. Perri le paga para quecometa un delito menor y consigue quele arresten para que pueda informarmede la localización de la Guardia. Coge

Page 562: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la otra mitad de su dinero cuando quedalibre. ¿Qué beneficio saca mintiendo?

—No queda mucho para llegar a lafrontera —dijo Evanjalin.

El paisaje empezaba a parecerse ala región forestal del norte, y Finnikinsentía la desesperación y la frustraciónde Trevanion.

—A lo mejor les obligaron amoverse y no han podido hacerte llegarla información —sugirió Sir Topher.

Trevanion asintió. Más adelantehabía un letrero de la ciudad fronterizade Stophe, y otro de Pietrodore, quecolgaba sobre sus cabezas. No sabíanmucho sobre ninguna de las dos.Pietrodore era neutral y no la visitabanmuchos viajeros. La ciudad fronteriza

Page 563: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sería su mejor opción para comer yalojarse. Finnikin estaba seguro de queencontrarían a los hombres de Trevaniony harían planes para viajar al Vallefuera de la puerta principal de Lumatere.Ahora lo único que hacían era caminarsin rumbo hacia el norte. Once días enYutlind, pensó con amargura, y solohabían conseguido una herida de flechaen el costado y dolor en el corazón deTrevanion.

Continuaron tranquilamente por elcamino del bosque. Evanjalin ibarezagada, con la frente arrugada por laconcentración. Sir Topher y Trevanionestaban callados.

—¡Capitán Trevanion! —gritóEvanjalin—. ¡Capitán! ¡Parad!

Page 564: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Los cuatro se dieron la vuelta paraver a Evanjalin señalando hacia arriba,con una sonrisa que le iluminaba la cara.

—¿Pietrodore? —preguntóFinnikin.

—¿Has soñado que tenemos que irahí? —preguntó Sir Topher.

Ella negó con la cabeza, divertida.—¿Cómo iba a tener un sueño

mientras estoy despierta y caminado, SirTopher?

—¿Magia? —dijo Froi, con elentrecejo fruncido.

Esta vez se molestó.—No sé hacer magia. ¡Ya te lo he

dicho!—Hay un largo trecho hasta llegar

arriba —dijo Trevanion con un suspiro

Page 565: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—. Demasiado lejos para perder eltiempo por elegir algo al azar. No estánahí.

Finnikin la miró a los ojos y quisodesesperadamente que su peticióntuviera sentido. ¿Por qué Pietrodore?Pero al instante lo supo y sonrió,maravillado.

—No es el azar, Trevanion —dijoy le dio una patada a la alfombra doradade hojas que tenía a los pies. Corrióhacia ella, resbalando parte del camino,hasta que la cogió por la cintura y le diouna vuelta—. Eres una Diosa, Evanjalinde los Montes.

Evanjalin sonreía de oreja a orejamientras intentaba soltarse. Miró a losdemás, que estaban observándolos,

Page 566: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

confundidos.—Pietrodore. Es el nombre común

en yut para decir «pueblo rocoso».

Page 567: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 15

El sendero que llevaba aPietrodore estaba bordeado de unespeso bosque a un lado y un empinadodescenso que daba al camino de debajopor el otro. Las piedras que pisaban sehacían más peligrosas conformeavanzaban. Estaba claro que Pietrodoreera un pueblo al que no quería quellegaran con facilidad y, a pesar de suentusiasmo anterior, Finnikin no podíadejar de pensar en la posibilidad delfracaso. Intentó ignorar losinterminables quejidos de Froi sobreque tenía hambre y los resoplidos queindicaban el agotamiento de Sir Topher.

Page 568: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

En cambio se vio animado por laesperanza de Trevanion; era como si supadre estuviera deseando que sushombres estuviesen en el último puestoantes de la frontera. A pesar del amorque sentía por su hijo y Beatriss,Trevanion no estaba nunca completo sinsu guardia, y Finnikin sabía que su padreno estaría totalmente tranquilo hasta queestuviera de nuevo entre ellos.

Como muchos lugares que habíanvisto en Yutlind, el pueblo estaba muybien vigilado. No obstante, Pietrodoreno se hallaba alineado ni con el norte nicon el sur, eran hostiles tanto con losextranjeros como con los yuts. No habíaentrado en guerra desde hacía décadas,

Page 569: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

debido a su localización y porquecarecía de valor estratégico. Finnikinpodía oír a los soldados en la puertahablando yut común, y recibió, contento,el sonido de la lengua, aliviado.Después de la impotencia que habíasentido con los guerreros de espíritu ylos de la aldea rocosa, volvía a teneruna pequeña cantidad de orgullo.

Pero los dos soldados que hacíanguardia les negaron la entrada. Suhostilidad era palpable y su decisiónfinal. Finnikin dio un paso hacia delantepara tratar de razonar con ellos, peroenseguida se echaron las manos a lasespadas. No se atrevió a preguntar porla Guardia Lumaterana y se dio cuentacon un mal presentimiento de que habían

Page 570: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

hecho el viaje en balde. Entonces notóque Evanjalin se había puesto a su lado.

—Este es mi novio —le dijo a lossoldados con expresión inmutable—.Vamos a celebrar nuestro enlace.

No hubo respuesta.—Nuestro guía espiritual —

continuó Evanjalin, señalando a SirTopher—. El padre y el hermanopequeño de mi prometido serán lostestigos.

Uno de los soldados le echó unvistazo a Froi, Trevanion y Sir Topher,quienes asintieron, a pesar de que notenían ni idea de lo que había dicho.

—Nos han perseguido por nuestraunión en todas las regiones de estereino.

Page 571: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Evanjalin se volvió hacia Finnikiny con cuidado le levantó la camisa paraseñalar la herida roja que tenía en elcostado. Los soldados se quedaronmirando la herida, pero sus expresionesno cambiaron. Miró a Finnikin con taltristeza que él casi se creyó aquellahistoria lamentable.

—Encontraremos un modo —dijocon dulzura.

—Vinimos en busca de refugio —continuó la chica y se volvió hacia loshombres— porque hemos oído que eneste pueblo nadie me llamaría la escoriade la nación. —Les dejó ver su hombroizquierdo—. Ni me marcarían como a unanimal.

Finnikin se esforzó por ocultar su

Page 572: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sorpresa. La marca era de hecho comolas que les ponían al ganado: unosnúmeros estampados a fuego vivo en lapiel. Vio que Trevanion se estremecía yde los ojos de Sir Topher brotaron unaslágrimas de rabia.

«Oh, Evanjalin, ¿qué más nos hasocultado?».

—Nos han dicho que ningún otropueblo puede igualar a Pietrodore enpureza e integridad —continuó Finnikin—. Los demás están contaminados desangre y pena, pero por el amor a estamujer atravesaría la nación... no, latierra para encontrar un lugar dondenunca más volvieran a marcarla.

Evanjalin se arrodilló a los piesdel soldado más grande, que se movió,

Page 573: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

incómodo. Finnikin no conocía lahistoria de aquellas gentes. Tal vezhabían soportado miles de años depersecución por su posición en unafrontera devastada por la guerra. Tal vezaquellos soldados habían heredado eldolor de sus antepasados. Peroarrodillada a sus pies había alguien aquien habían marcado como una esclava,y ningún otro reino había perdido atantos hijos en la esclavitud comoYutlind. El hombre corpulento extendióla mano para tapar el hombro deEvanjalin y entonces la ayudó a ponersede pie. Con un movimiento de cabeza endirección al pueblo, los dejó entrar.

Atravesaron las puertas consemblante grave. Finnikin no apartó los

Page 574: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ojos de Evanjalin mientras caminabadelante de él entre Sir Topher y Froi.Cuando tropezó, la mano de Trevanionla sostuvo y meció con cuidado su nucaen su mano durante unos instantes antesde soltarla.

La calle principal era lo bastanteamplia para un carro y un caballo, yestaba bordeada de tiendas llenas debotas, armaduras y gremios pintorescos.Unos senderos a izquierda y derechallevaban a casas decoradas con flores.Desde todas las direcciones, Finnikinalcanzaba a ver el muro bajo de piedraque rodeaba el pueblo y, más allá, lasvistas arrolladoras de Yutlind.

Al final de la calle llegaron a la

Page 575: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

plaza del pueblo. Allí, las paredes dearenisca en las casas estaban cubiertasde rosales que trepaban, desbordandocolor y fragancia. Finnikin observócómo Evanjalin se detenía y se quedabacontemplando las rosas, llena deasombro. El muchacho se habíaacostumbrado a la sencillez de suvestido y apariencia. Le sorprendía quese maravillara de los colores a sualrededor y se preguntó sobre la chicaque una vez fue. ¿Habría soñado concolocarse flores en el pelo o enperfumar su piel con la delicadafragancia de la madreselva?

Continuaron hacia el punto más altodel pueblo, desde el que podían ver lascuatro aldeas rocosas de Yutlind Sur.

Page 576: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Justo debajo estaba el río que rodeabalas llanuras, y a lo lejos otro pueblorocoso. El paisaje era exuberante: habíadiez tonos distintos de verde, algunosdel color del musgo brillante, otros delcolor de las hojas bajo la luz del sol,todo en contraste con el suelo oscuro dela tierra arada.

—Están aquí —murmuró Trevanion—. Lo sé.

—¿Porque es casi una réplica deLumatere? —preguntó Sir Topher.

—Tan fácil como eso. —Hubo unaligera sonrisa en el rostro de Trevanion—. Mi guardia era una panda desentimentales. Nunca me los imaginé enun campamento.

—A lo mejor tendríamos que

Page 577: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

conseguir esta zona para nuestrosexiliados —dijo Finnikin en broma— yañadir más color a la guerra de estereino.

Trevanion le echó otro vistazo a lapequeña Lumatere que veía a sus pies.

—¿Qué plan tienes? —preguntó SirTopher.

—Finnikin y yo iremos a buscarunas habitaciones para pasar la noche —respondió Trevanion—. Evanjalin, vecon Sir Topher para encontrar comida yprovisiones. Habla yut, no lumaterano.Froi, quédate aquí y no te metas enproblemas. Volveremos pronto.

—Le pido a Lagrami que tengamosbuenas noticias de tus hombres,Trevanion —dijo Sir Topher.

Page 578: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin siguió a su padre hasta una

posada. Los pocos hombres que estabansentados allí bebiendo se los quedaronmirando fijamente durante un buen rato.De la cocina salía un olor a carne asaday el estómago de Finnikin respondió conavidez.

—Estamos buscando a unos amigosnuestros que se han instalado aquí —dijo Finnikin en yut mientras observabaal posadero limpiar los cristales detrásde la barra—. Son extranjeros.

—Aquí no están —respondió elhombre, sin levantar la vista.

Finnikin intercambió una miradacon Trevanion, quien no pareciónecesitar traducción.

Page 579: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Pues entonces tal vez podamosdescansar nosotros —continuó Finnikin—. Hemos venido desde lejos.

Uno de los jugadores de cartas delas mesas del fondo caminó hacia labarra y se colocó tan cerca de Finnikinque Trevanion le fulminó con la mirada.

—Está lleno —repitió el posadero.—¿Lleno, dices? —Finnikin echó

un vistazo al espacio casi vacío y luegovolvió a mirar al hombre—. No somosuna amenaza para vosotros —dijo envoz baja.

El posadero se inclinó sobre elmostrador con la cara a un suspiro de lade Finnikin. Había algo desagradable ensu sonrisa y, al hablar, le dio un codazoa Finnikin para causar más efecto.

Page 580: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Y sigue estando lleno.Al instante, Trevanion agarró al

hombre por el cuello y le golpeó la caracontra el banco que había entre ellos. Sumirada asesina no desapareció hasta queFinnikin le colocó una mano en el brazopara contenerlo. El jugador de cartasque se había unido a ellos se apartó unpoco cuando Trevanion empujó alposadero detrás de la barra.

Fuera, Evanjalin y Sir Topher lesesperaban bajo el sol de la tarde queperdía intensidad. El rostro de Evanjalinreflejó anticipación y el de Sir Topher,decepción.

—Cerraron los postigos en cuantonos acercamos —se quejó Sir Topher—.¿Habéis conseguido algo?

Page 581: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Trevanion no habló mientrasavanzaban hasta el límite de la plaza.

—No —masculló Finnikin,intercambiando una mirada conEvanjalin—. Creo que necesito haceresto con mi prometida y no con mi padre—farfulló en yut.

Trevanion le lanzó una miradafuriosa.

—¡Hablamos lumaterano entrenosotros! —exclamó—. Lo que tengasque decirle a Evanjalin, dínoslo a todos.

—No es justo, Finnikin —dijo SirTopher.

Finnikin negó con la cabeza,frustrado.

—A veces me es más fácil cuandono cambio continuamente de idioma —

Page 582: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mintió.Froi estaba levantado cuando se

acercaron para ver qué traían.—¿Dónde está comida? —

preguntó.—Me alegra saber que cada vez

hablas mejor, Froi —le criticóEvanjalin—. Pero no recuerdo quéautoridad tienes para exigir tu parte.

—Hambre —masculló Froi.—¿Y acaso nosotros no? —le soltó

Finnikin.—Es un crío que necesita comer —

le amonestó Sir Topher—. Tú a su edaderas igual, Finnikin.

—No.Sir Topher resopló, incrédulo.—Quedaos aquí —ordenó Finnikin

Page 583: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—. Os traeré comida. —Señaló con undedo a su padre—. ¡No pelees con losdel pueblo!

Trevanion tenía el ceño fruncido.—Llévate mi espada y a la chica.Mientras se alejaban, oyó que Sir

Topher decía:—A veces creía que me iba a

comer en sueños, en serio.Finnikin caminaba a grandes

zancadas delante de Evanjalin hasta queella le colocó la mano en el brazo.Señaló uno de los callejones másamplios, hacia un patio donde había unafuente exterior en el muro del pueblo.

—Al menos llenemos lascantimploras —dijo.

Mientras caminaban hacia el patio,

Page 584: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

los aromas de las cocinas de las casascercanas hicieron que el estómago deFinnikin se quejara de nuevo y se loagarró.

—Creo que ese ha sido miestómago —dijo Evanjalin con una risa—. Esta noche cenan cerdo asado.

Pero Finnikin no quería pensar enel brazo derecho de Evanjalin y sumarca de esclava.

—Pues esta noche tú tambiéntendrás cerdo asado —anunció.

El patio era una versión máspequeña de la plaza principal, con casasque daban al oeste. Estaba vacío yFinnikin sospechó que el pueblo tenía untoque de queda, lo que significaba queles quedaba poco tiempo para organizar

Page 585: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

dónde comían y se alojaban. Llenóambas cantimploras y luego se echóagua fría en la cara.

—Desde luego tendremos querobarlo —respondió, aún pensando ensu cena.

—¿Me estás pidiendo que cometaun delito? —preguntó, fingiendo horror.

Él se rio.—Esa no es manera de empezar

nuestra vida de casados, pero el cerdoasado será mi regalo para ti.

—¿Y qué quieres a cambio?—Un ganso no estaría mal —

contestó—, pero no me importa si espotaje. Incluso pan duro me iría bien.Cualquier cosa para que Froi cierre elpico.

Page 586: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Estaba a punto de poner la cabezadebajo de la fuente para limpiarse lamugre, cuando el frío roce de unaespada en su cuello le detuvo. Evanjalinse quedó tensa a su lado.

—Date la vuelta —dijo el agresorcon una voz cavernosa.

De reojo vio la mirada deEvanjalin, pero antes de que pudierahablar, el atacante la apartó de unempujón y ella cayó al suelo.

—¡Deja que esta lucha sea entrenosotros! —dijo Finnikin mientrasblandía Piedad.

Se enfrentaba a un gigante. Eraaltísimo y corpulento, con una barba yun pelo oscuro muy cortos. Sujetaba dosespadas. Sus puños eran gruesos, el

Page 587: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

doble de grandes incluso que los deTrevanion, y defendió el primer golpede Finnikin con gran destreza.

Evanjalin volvió a ponerse de pie yle tiró la cantimplora al gigante, pero nole afectó mucho mientras su espadachocaba con la de Finnikin.

—Estoy jugando con él —dijo elgigante con un tono poco amable—. Hazeso otra vez, niña, y le mato.

—Vuelve a empujarla, aamenazarla o a mirarla, ¡y el quemorirás serás tú! —replicó Finnikin, quehizo retirarse al hombre por un breveinstante.

—Te lo pondré más fácil.El gigante dejó caer la espada que

sostenía en la mano izquierda y levantó

Page 588: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la derecha para indicar quién estaba almando.

Finnikin se fijó entonces en quiénera el hombre y se esforzó por reprimiruna sonrisa.

—Ve a buscar a mi padre,Evanjalin —dijo, retirándose el pelo dela cara con un soplido.

Oyó cómo caminaba hacia atrásantes de echar a correr.

—Va a buscar a tu padre —dijocon desdén—. ¿Debería estar asustado?

—Probablemente. Eres lumaterano,¿no? —le preguntó Finnikin en yut,intentando sonar como si tuviera alientopara luchar y hablar.

Una expresión lúgubre cruzó elrostro del hombre.

Page 589: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Haces demasiadas preguntas,delgaducho.

—¿Delgaducho? ¿Es el insulto másfuerte que tienes?

Los ojos del gigante seentrecerraron y aceleró hasta que elbrazo de Finnikin empezó a dolerle y laspiernas a torcérsele.

—Tienes pinta de ser del Río —seburló Finnikin—. De los que van ensegundo lugar, después de loslumateranos de la Roca, he oído.

El gigante apretó los dientes yFinnikin quiso reírse al ver lo fácil queera provocarle.

Musgo del Río.La Guardia siempre se había

mofado de él por su nombre. Era el

Page 590: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mayor bribón entre los hombres del rey,pero Balthazar e Isaboe le habíanadorado y él quería a los príncipescomo si fueran sus propios hijos. Laangustia que sufrió al descubrir en elbosque los cabellos y la ropa de Isaboeempapados de sangre aquella mañanahabía sido tan grande que Trevaniontuvo que retenerle para evitar que semachacara el cuerpo con las piedras.

—Hablas demasiado —soltóMusgo—. Y por lo que sé de Lumatere,los hombres del Río van primero.

—¿Ah, sí?Con un gruñido, Finnikin le empujó

y luego tiró su propia arma a un lado.Musgo del Río se quedó mirándole,

confuso, con la espada aún bien

Page 591: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

agarrada.Finnikin fue enumerando con los

dedos.—La Roca. El Río. Los Montes.

Las Llanuras. El Bosque. Por orden defuerza —le provocó.

—Quieres morir, amigo, ¿no? Mipadre solía decir que cualquier tontoque pensara que podía ser mejor que unlumaterano del Río no merecía vivir.

—Y mi padre diría que muy pocoshombres quedan bien con la nariz rota.

Al decir eso, Finnikin se dio lavuelta para darle una patada a Musgo enla cara. El grandullón retrocedió atrompicones, sorprendido, y entonces undestello de algún tipo de satisfacciónapareció en sus ojos. Tiró la espada a un

Page 592: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

lado y arremetió contra Finnikin.—Cuerpo a cuerpo —dijo,

asintiendo con aprobación—. Intenta nogritar como una chica.

Trevanion corrió hacia el patio,seguido de Sir Topher, Evanjalin y Froi.Llegaron justo a tiempo de ver aFinnikin atrapado en una llave de cabezapor un hombre que doblaba su tamaño.

—¿Qué están haciendo? —preguntóSir Topher, alarmado.

—Están demostrando su hombría—respondió Evanjalin con aburrimiento—. Supongo que es uno de los vuestros,¿verdad, capitán Trevanion?

Evanjalin y Sir Topher se dieron lavuelta para mirarle y Trevanion no pudo

Page 593: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

contener su alegría. Notó cómo loslabios se le movían hasta esbozar unasonrisa.

—Sí —respondió—. Los dos sonmíos.

Finnikin salió volando por los airesy aterrizó a sus pies con un quejido.

—Tiene el lado izquierdo másdébil —consiguió chivarle Trevanionantes de que Finnikin volviera a ponersede pie.

—¡Dulce Diosa, es Musgo del Río!—exclamó Sir Topher y le dio un golpea Trevanion en el hombro con regocijo—. Es muchísimo más grande queFinnikin —añadió—. Le podría hacerdaño.

—Dice que solo está jugando con

Page 594: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

él —les informó Evanjalin cuando unode los aldeanos se asomó al balcón paraver la pelea que había abajo.

Finnikin danzó y se agachóalrededor del gigante, dando puñetazosante cualquier oportunidad que se lebrindaba.

—Mi padre dice que tienes másdébil el lado izquierdo —dijo.

Le dolía la cabeza por el constantemovimiento.

Musgo le atacó con la izquierda yFinnikin volvió a agacharse, pero luegosaltó sobre la espalda del grandullónpara tirarle de las orejas.

—Y mi padre lo sabría. —Por elrabillo del ojo, vio que Evanjalin se

Page 595: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

acercaba—. ¡Apártate, Evanjalin, o telastimarás!

—¿Cuánto tiempo va a durar esto,Finnikin? Pregúntale si tiene comida.Me has prometido cerdo asado.

Finnikin puso los ojos en blancomientras Musgo se balanceaba de unlado a otro, intentando sacárselo de laespada.

—¡Mujer, estoy intentando luchar!¿O es que no te has dado cuenta?

Musgo alargó el brazo para coger aFinnikin de su jubón y lo subió porencima de su cabeza. Pero entonces sedetuvo de repente, dejó al chico en elsuelo y se le quedó mirando.

—¿Finnikin? ¿Ha dicho Finnikin?El muchacho estaba algo mareado,

Page 596: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

el mundo daba vueltas sin control.—¿Finn? —volvió a preguntar

Musgo y entonces se le pasó otra cosapor la mente—. ¿Le has dicho que fueraa buscar a tu...?

Se dio la vuelta hacia los demás.—Bendito día —murmuró—. ¡Oh,

bendito día!Se acercó a Trevanion, con una

expresión de asombro en su cara, y soltóuna gran carcajada. Si a Finnikin no lepitaba ya el oído izquierdo por algúngolpe, se quedaría sordo por elvolumen. Musgo agarró a Trevanion y lelevantó del suelo, mientras ambos sereían por la alegría de verse, lo que hizoque los espectadores de los balconesaplaudieran.

Page 597: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—El posadero dijo que unosextranjeros preguntaban por nosotros.Pensamos que tal vez erais espíascharynitas. —Finnikin vio que Musgo seenjugaba las lágrimas de los ojos—.Nunca me hubiera imaginado esto. —Miró a Sir Topher y le dio un abrazomuy fuerte—. Es un día bendecido porLagrami, Sir Topher.

Finnikin se puso de pie,tambaleándose, a su lado. Musgo le diouna palmada en la espalda con suenorme mano antes de mirar a Evanjalin.

—¿Has dicho comida, preciosa?El rostro de Evanjalin se iluminó

por el cumplido.—Esta noche nos daremos un

banquete, amigos míos.

Page 598: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

La Guardia Real de Lumatere

estaba alojada en una posada en la otrapunta del pueblo. Había sido su hogardurante los últimos cinco años. Pasabansus días entrenando a los soldados dePietrodore y calculando tácticas decombate para un ataque al palacio siconseguían entrar a Lumatere. Cada año,Perri y Musgo volvían al Valle de laTranquilidad para ver si había algúncambio.

—Es demasiado oscuro paradescribirlo —dijo Musgo en voz bajamientras les conducía por unas escalerasde piedra que se desmoronaban hacia eltejado plano de la posada—. La nieblade malevolencia rodea todo el reino, así

Page 599: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

como el Bosque de Lumatere.Desde el tejado, Finnikin vio un

gran patio interno rodeado de altosmuros.

—Aquí es donde entrenamos a loschavales de Pietrodore —explicóMusgo mientras abría la puerta deltejado.

Bajaron por unas escalerasestrechas de madera hasta llegar a unasala amplia y rectangular, tres pisos másabajo. A pesar de la tenue luz, habíamucha actividad. Estaba llena de losantiguos miembros de la Guardia Real,hombres aguerridos que para Finnikintenía el mismo aspecto que en la épocaque defendían Lumatere. Llevaban elpelo muy corto y su expresión corporal

Page 600: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

transmitía buena disposición. Algunosestaban jugando a cartas, mientras otrosestaban sentados con las cabezasinclinadas y juntas.

Musgo sonrió a Finnikinabiertamente.

—Caballeros —les llamó— y oigoque también están presentes algunasdamas, Aldron.

Los hombres se rieron sin levantarla vista.

—La última mujer que vi fue tuesposa cuando la dejé esta mañana,Musgo —dijo el hombre que Finnikinsupuso que era Aldron al final de lasala.

—Tenemos invitados.Varios hombres dejaron de hacer lo

Page 601: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que estaban haciendo y prestaronatención a Musgo. Entrecerraron losojos en la penumbra y Finnikin advirtióque, como en el pueblo de Pietrodore,los visitantes rara vez entraban en susdominios.

—Cortesía de la Guardia Realextranjera —continuó Musgo.

En esta ocasión todos los hombresse pusieron de pie y desenvainaron susespadas al unísono.

—Musgo, ¿dónde está la gracia? —preguntó un hombre, que se acercó aellos.

Finnikin le reconoció al instante.Perri. El hombre de confianza deTrevanion. El hombre que le habíadejado en manos de Sir Topher durante

Page 602: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

los días de la pesadilla después de loinnombrable; el hombre que le habíadado la espada de Trevanion.

Perri se detuvo delante de ellos.Estaba delgado y no medía lo mismo queMusgo y Trevanion, pero no habíadebilidad en su cuerpo. Como siemprele había pasado de niño, Finnikin temblóal ver hombres tan impactantes.

El muchacho se percató de quePerri los había reconocido. Se colocódelante del capitán y sus rostros setorcieron por la emoción contenida. Seestrecharon entre sus brazos, con lospuños apretados por la fuerza de sussentimientos. Fue curioso, pero el restode la sala se acercó y de repente unrugido de voces masculinas gritó el

Page 603: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

nombre de Trevanion.—¿Están llorando? —preguntó

Froi con desdén.Por un momento la sala quedó en

silencio. Finnikin observó a los hombresdarse la vuelta para mirar a Froi comosi fuera un mosquito que pudieranaplastar en cualquier instante. Froi, almenos, tuvo el sentido común de parecerasustado.

—¿Se ha burlado de nosotros? —preguntó uno de los guardias másjóvenes.

Trevanion cogió a otro guardia y ledio unas palmaditas en el hombro.

—Eras la mitad la última vez quete vi, Aldron.

—Tenía quince años, capitán —

Page 604: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

protestó Aldron— y jurasteis que nuncapermitiríais un guardia tan joven. Perodijisteis que tenía el corazón de un león.

—Como tu crío.Musgo sonrió abiertamente a

Finnikin, que sintió la oscura mirada dePerri clavada en él. Aunque era unamirada de orgullo.

—Pequeño pinzón —murmuróPerri. De pronto agarró a Finnikin conuna llave de cabeza mientras los demásle animaban—. ¿Y dónde está SirTopher? —preguntó Perri al darse lavuelta.

—Sintiéndose como el hombre másbajo del reino —respondió Sir Tophercon una risa, perdido en medio delgrupo.

Page 605: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Hubo tres hurras por el PrimerCaballero del rey.

Tras el entusiasmo inicial, laGuardia estaba abrumada. Finnikin veíaen sus expresiones como si no tuvieranni idea de quién acababa de entrar en suposada. Había preguntas en sus ojos.Trevanion lo notó y alzó la mano paraque se callaran. Estudió los rostros de lasala y luego miró a Froi y Evanjalin, queparecían sorprendidos por toda aquellacelebración. Con cuidado, Trevanion losllevó hasta él y los colocó de cara a sushombres, rozando el dorso de la manopor el rostro.

—Caballeros —dijo en calma—,les presento al futuro de su reino. Lasangre de la vida. Recuperaremos

Page 606: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Lumatere. Por ellos.Los guardias los levantaron a

ambos en el aire y Finnikin vio alegría ymiedo en Evanjalin.

Pero Froi miró a su alrededor,asombrado.

Como si no hubiera visto nunca elmundo desde tan alto.

Page 607: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 16

No descansaron mucho a la semanasiguiente. Trevanion no perdió el tiempopreparando a sus hombres, aunque habíatanto ánimo y energía entre losmiembros de la Guardia que ni siquierael entrenamiento más agotador lespodría machacar. Eran hombres desabiduría y experiencia, pero nadiepodía negar la necesidad de la juventudy la resistencia física, sobre todo si labatalla para reclamar Lumatere sealargaba. En el patio de la posada,Trevanion y Perri daban órdenes agritos, poniendo a sus hombres al límitede su resistencia, y a veces de su mal

Page 608: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

genio.—¡Protégete la muñeca, Callum!—¡Tus pies son la primera línea de

defensa, Finnikin!—¡Si tuviéramos un hacha, estarías

ya sobre tus muñones, Aldron!—¡Venga, Froi! ¡Haz algo útil y

busca alguna sujeción!Finnikin luchó con ganas para

conseguir su aprobación, algo que nohabía necesitado trabajar durante losúltimos diez años. La admiración de SirTopher siempre había sido inmediata,desde el asombro por la capacidad deFinnikin para recordar cada detalle deuna conversación hasta los elogios porlas ansias de aprender que tenía sudiscípulo. Pero ahora Finnikin tenía la

Page 609: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

necesidad de convencer a la Guardia deque merecía ser un miembro más. Estabadeseando su aceptación, no solo porquesu padre fuera el capitán, sino porque levieran como guerrero por derechopropio.

Así que estuvo entrenando desdemucho antes de que llegaran los demásal amanecer y le sangraban los dedospor el constante uso del arco y la flecha.Durante el día rara vez paraba a comer obeber, siempre preparado para elsiguiente oponente, a pesar del dolor ensus articulaciones. Trabajó duro durantemucho rato con la espada, pues sabíaque era su debilidad, e ignoró a suscontrincantes mientras se estremecíancada vez que hacían entrechocar las

Page 610: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

armas. Escuchaba con atención lascríticas y después se esforzaba el doblepara asegurarse de que no repetía loserrores.

A finales de la primera semana, ledolía todo el cuerpo y no quería nadamás que tirarse en su saco para dormir.A su lado, Froi recogía las espadas delentrenamiento y refunfuñaba.

—¡Haz algo útil, Froi! —le imitaba—. ¡Recógelo, Froi! ¡Esclavo!

Finnikin estaba empezando aarrepentirse de las lecciones de lenguaque le daba al muchacho, que ahoraincluían cualquier improperio, cortesíade la Guardia. Alzó la vista hacia dondeEvanjalin estaba sentada en el balcón,con las piernas dobladas debajo de ella

Page 611: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

y la cabeza en los barrotes.—Usad algo más que el arma para

combatir —ordenó Trevanion—. Luchadcon el corazón, chavales.

—Entrenad vuestro cuerpo paraque haga el movimiento —gritó Perri.

—Finnikin, demasiado fuerte —dijo Musgo—. Sujeta la espada como siuna mujer te aguantara la...

Finnikin oyó a uno de los hombresaclararse la garganta mientras señalabahacia arriba, hacia el balcón, con lacabeza.

—Perdona, Evanjalin —dijoMusgo dócilmente, saludándola con lamano.

La muchacha pasó casi todos losdías observando, no se le permitía

Page 612: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

participar. A pesar de los recursos quehabía demostrado tener durante losúltimos meses, Sir Topher le habíaordenado que evitara hacerse daño. Aveces Finnikin tenía la sensación de queSir Topher la trataba como si fuera unaposesión de gran valor y no solo laEvanjalin que cuidaba de sí misma.Había advertido que siempre que mirabadesde el balcón, la agresión de loshombres se intensificaba y lacompetición se hacía más violenta,sobre todo entre los guardias jóvenes.Finnikin había recibido una gransatisfacción aquella mañana al golpear aAldron del Río delante de ella, con elescudo en las orejas. Cuando tuvo lugarla cuarta herida seria del día, Trevanion

Page 613: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

intervino.—Froi, haz algo útil y dile a

Evanjalin que Sir Topher quiere que sereúna con él para ir a dar un paseo. Unomuy largo.

Pero estaba de vuelta a última horade la tarde, después de que el resto de laGuardia se hubiera marchado. Finnikinnotó que le estaba mirando y advirtió suexpresión de desagrado. Exasperado, alfinal dejó caer la espada de prácticas ysaltó hacia el enrejado para trepar hastael balcón, donde ella estaba sentadabajo la luz de la luna. Cuando llegó a labarandilla, se quedó sin respiración alverla; su piel dorada brillaba conaquella pálida luz.

Con los pies en el enrejado, se

Page 614: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

impulsó con ambos brazos sobre labarra de madera.

—¿Qué? —preguntó.—¿Disculpa?—Disculpas todas las que quieras,

pero dime cuál es el problema.Ella se le quedó mirando y suspiró.—¿Qué quieres que te diga,

Finnikin? Eres tan bueno como ellos. Alo mejor te conviertes algún día en elmejor luchador de Lumatere. Pero noestás hecho para pertenecer a la GuardiaReal. Tienes que formar parte de lacorte real.

Él negó con la cabeza.—Te equivocas. Cuando éramos

niños, Balthazar siempre soñaba con elmismo futuro. Él sería el rey y yo el

Page 615: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

capitán de la Guardia. Como nuestrospadres antes que nosotros.

Le miró con tristeza. Estaba a tansolo unos centímetros de él y él seresistió a cogerle el rostro con susmanos.

—Pero en aquella época Balthazarcreía que viviría para siempre —dijo lamuchacha—. Fue antes de queasesinaran a sus padres y sus hermanas.Cuando aún creía que existían lobosplateados y unicornios en el Bosque deLumatere y no había ninguna diferenciaentre él y un campesino. Pero sí lahabía. Igual que la hay entre un granguerrero y el gran Primer Caballeroreal. Tu padre es uno, Finnikin, y tú eresel otro.

Page 616: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿No crees que pueda ser un granguerrero? —preguntó.

—Hoy este patio se ha llenado degrandes guerreros. ¿Qué más da unomás? Pero no se ha llenado de grandeshombres que tengan el corazón paragobernar un reino. Cualquier hombre escapaz de matar, Finnikin. Es un golpe,una acción con la mano. Pero no todoslos hombres saben cómo ser un líder.Para eso hace falta lo que tienes aquí —dijo, señalándole la cabeza— y lo quehay aquí. —Le puso una mano en elpecho.

Oyeron que una puerta se abríadetrás de ellos.

—¡Finnikin! —Trevanion entró agrandes zancadas en el patio—. ¿Dónde

Page 617: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

estás? Nos vamos a los baños. ¿Tevienes?

La mirada de Finnikin estabaclavada en la de Evanjalin.

—¿Vas a ir con ellos? —preguntóla chica en voz baja.

—Siempre.—Pues ve —dijo con desdén y

dramatismo—. Déjame en la jauladorada.

Él sonrió abiertamente.—Tan solo estás molesta porque te

tratamos como a una chica.—Soy una chica. Y si estoy

molesta es porque un puñado dehombres que no se preocupan por suhigiene van a permitirse el lujo de unosbaños, y los que se mueren de ganas

Page 618: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

están aquí encerrados con diez capas demugre en la cara.

Alargó la mano y le pasó el dorsode los dedos por el rostro.

—¡Qué mentira! Yo solo noto ochocapas.

—¡Finnikin! —volvió a llamarle supadre.

—Venga, vete, pequeño pinzón —se mofó ella—, a los baños, dondepuedes sentarte a comparar la destreza yatributos de la clase guerrera.

Finnikin observó a Aldron del Ríopavoneándose por los baños antes deacomodarse junto a Trevanion. El jovenguardia le recordaba mucho a Lucian. Adiferencia del cuerpo pálido y

Page 619: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

delgaducho de Finnikin, Aldron tenía eltono de piel de las gentes del Río yhabía perdido hacía ya tiempo sudelgadez. Finnikin se esforzó por nocompararse a ninguno de los miembrosdesnudos de la Guardia.

—He oído que tenemos quedividirnos para viajar a Lumatere,capitán Trevanion —dijo Aldron.

Trevanion asintió.—Tenemos que recoger exiliados

de otros reinos —explicó—. Trataré eltema esta noche.

—Y, por supuesto, Aldron será elprimer voluntario para escoltar a losmás jóvenes —bromeó uno de losguardias más viejos.

Finnikin se volvió hacia Aldron.

Page 620: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Evanjalin y el chico viajaránconmigo —dijo con frialdad—. Es lomás sencillo.

—La sencillez sería que viajarascon Perri y Musgo, y unos cuantos de losviejos para que puedan enseñarte un parde cosas sobre la defensa, Finnikin —dijo Aldron.

—Hace falta mucho carácter paramanejar a Evanjalin y Froi —continuó elmuchacho—. Deberías temerlos.

—¿Qué es lo peor que puedesuceder? —se burló Aldron.

—Podría meterte en la prisión delas minas. O venderte a los traficantesde esclavos en Sorel —respondióFinnikin y se encogió de hombros.

—Estás intentando asustarme. ¿Es

Page 621: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que acaso te pertenece, Finnikin? Si esasí, me morderé la lengua y miraré haciaotro lado.

Los hombres se volvieron aFinnikin y esperaron una respuesta.

¿Evanjalin le pertenecía? Queríacontestar que no, que pertenecía alfuturo rey, al compañero de su niñez, aquien había querido como si fuera suhermano. Pero había momentos, mientrasestaba tumbado con ella al lado en laoscuridad de la noche, que odiabatenerle tanto aprecio a Balthazar. Quedeseaba codiciarlo todo.

—Creo que os debéis buscarvuestras propias esposas —dijoFinnikin.

Los hombres se rieron.

Page 622: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Bueno, ahí está nuestro dilema—empezó a decir Musgo—. Están losque se niegan a traicionar sus votos delazos afectivos y se consideran todavíaunidos a sus mujeres de Lumatere, yluego están los que son libres y puedenhacer lo que les viene en gana. Salvoque la primera norma de Pietrodore esque sus jóvenes están fuera de nuestroalcance.

—Tomas y yo estamos juntos —dijo Bosco desde un peldaño más abajo.

—Lo que nos recordáis todas lasnoches.

—Mientras que el resto no tenemosnada —se enfurruñó Aldron.

—Puedes venir con nosotroscuando quieras, Aldron —bromeó

Page 623: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Tomas.Los demás se rieron.—Bueno, todos los meses

disfrutamos de un día o dos en Bilson —dijo Musgo con una sonrisa y su rostrose ruborizó al instante cuando descubrióla mirada de Sir Topher sobre él.

—¿Y qué hacéis allí, Musgo? —preguntó Sir Topher con educación.

Finnikin intercambió una miradacon su mentor, que trataba de ocultar unasonrisa.

—Ah, claro —dijo Sir Topher,como si se le acabara de ocurrir algo—.Con tantos sitios de adoración y losmanjares más sabrosos seguro que esdifícil mantenerse a distancia.

—Por no mencionar las salas de

Page 624: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

lectura —añadió Finnikin, que captó lasonrisa de Sir Topher—. Una vez paséallí una semana entera leyendo sobre lastécnicas de lucha de los leticianos en elsiglo sexto. Puedo entender lo que te haarrastrado a esa ciudad, Musgo.

Aldron resopló.—¡Qué vida más interesante la que

llevas, Finnikin!—Gracias, Aldron. Disfruto mucho

de las discusiones filosóficas que tengocon Evanjalin. La lectura y los idiomasson sus pasiones. ¿Y las tuyas?

—Oh, sí, Aldron y Musgo songrandes lectores —respondió Perri consequedad—. Y, en cuanto a los idiomas,creo que saben insultar en al menos seislenguas distintas.

Page 625: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Después de la cena, aquella noche

se sentaron sobre los mapas deSkuldenore y combinaron susconocimientos sobre los últimos diezaños. Perri señaló un trozo de tierra enel mapa, en Yutlind Norte, cerca de lafrontera con Sendecane.

—Un campo de exiliados. Cuarentay siete hombres, mujeres y niños. Lamayoría de las Llanuras.

Sir Topher negó con la cabeza.—Creíamos conocerlos todos.—Se mantuvieron escondidos en el

norte. Si hay un reino en el que no lesimporta que seas lumaterano, ese esYutlind. Los yuts ya tienen suficiente consus propias desgracias.

Page 626: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Cómo han sobrevivido nuestrosexiliados en esa zona? —preguntóFinnikin.

—Enviamos un guardia cadasemana. Lexor está ahora con ellos enestos momentos. Pero nos esforzamospor mantenerlos alimentados. Por suerte,algunos han encontrado trabajo en lanación con el paso del tiempo, aunque seniegan a formar parte de la aldea, lo queles habría facilitado la vida. Son fieles asus principios y piensan que si se alejandemasiado de los otros lumateranos, losdejarán detrás.

—Un problema que se da en lamayoría de exiliados —dijo Sir Topheren voz baja.

Finnikin terminó el trabajo en su

Page 627: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

propio mapa y los hombres silbaron,sorprendidos, cuando vieron las marcas.

—¡Cuántos campamentos! —exclamó Perri con pesar.

—¿Habéis visto a mi padre y a mimadre en vuestros viajes, Sir Topher?—preguntó Ced de las Llanuras con unaexpresión de esperanza en el rostro—.Escaparon río arriba hacia Sarnakdurante los cinco días de loinnombrable, pero no me he cruzado conellos desde entonces ni he conocido anadie que los haya visto.

Trevanion no dijo nada. Finnikinsabía que su padre había reclutado aljoven Ced de su propio pueblo en el río.No cabía duda del destino de suspadres.

Page 628: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Temo que hayan podido pereceren Sarnak o en los campamentos de lafiebre —continuó Ced en voz baja—. Entodos estos años hemos visto a muchosmorir de hambre.

Trevanion miraba al suelo.—Nosotros también —dijo Sir

Topher y se aclaró la garganta—. ElLibro de Lumatere que ha escritoFinnikin está repleto de los nombres delos muertos.

—Aun así no podíamos hacermucho —dijo Perri—. Cada vez queanunciábamos nuestra presencia, quiénlo iba a decir, había un ataque en nuestraposada o en el campamento.

—¿Charynitas? —preguntóTrevanion.

Page 629: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Perri asintió.—Es lo que siempre habías

sospechado, Trevanion.Finnikin les miró, lleno de

confusión.—¿Cómo conocías las sospechas

de mi padre, Perri?—Hablamos de este tema durante

los primeros días de mi encarcelamientoen Belegonia —respondió Trevanion.

—¿Estabas allí? —le preguntó SirTopher a Perri, sorprendido.

Perri miró enseguida a Trevanion,que asintió.

—Durante los primeros tres añosde cautividad en Belegonia,consiguieron que les arrestaran variasveces en diferentes intervalos de tiempo

Page 630: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

para estar conmigo —dijo Trevanioncansinamente.

—Tú habrías hecho lo mismo. Nohubieras dejado que nos pudriéramos enuna prisión extranjera —masculló Perri.

—Casi logramos sacarle una o dosveces —dijo Musgo.

Trevanion les miró y su expresiónse ablandó.

—Sí ayudó —admitió—. Aquellosprimeros días fueron más soportablesgracias a la noticia de que uno de loshombres más nobles de nuestro reinoestaba cuidando a mi hijo.

Sir Topher sonrió con humildad.—En Belegonia recibimos un aviso

de que iban a trasladar a Trevanion y leseguimos al sur; luego, seis meses más

Page 631: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

tarde, fuimos a las minas —dijo Perri.—¿Alguno de vosotros consiguió

que lo arrestaran en Sorel? —preguntóFinnikin.

Los hombres se quedaron callados.—Creímos que serían tan fácil

como en Belegonia —dijo Perrifinalmente, con una expresión de pena enel rostro—. Que nos enviarían a lasminas por alteración del orden público ynos sacarían en una semana. Perosubestimamos la prisión de las minas yperdimos dos hombres en las primerasdos semanas. Entonces Trevanion no loprohibió. Hizo que se lo prometiéramos.La decisión más difícil que he tomadoen mi vida fue cumplir esa promesa. Atu padre debió de habérsele cortado la

Page 632: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

respiración de miedo al verte, Finnikin.—¿Qué hombres fueron? —

preguntó Finnikin en voz baja—. ¿Aquién perdisteis?

Nadie respondió por un momento.—Angas y Dorling —contestó

Kitosh de la Roca.Finnikin se quedó blanco. Los

hermanos del Pueblo de la Roca. Amboseran inseparables. Estaban entre los másjóvenes de la Guardia y las chicas de laRoca se derretían cuando hablaban deellos. Algunos incluso decían que lasprincesas se ruborizaban en supresencia. Ahora tan solo serían unosaños mayores que Finnikin. Tenían untono de piel muy parecido al suyo. Depequeños, cuando no fingían ser el rey y

Page 633: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

el capitán de la Guardia, Balthazar y élse hacían pasar por Angas y Dorling dela Roca.

—Estábamos hablando de loscharynitas —dijo Perri.

Finnikin asintió con la cabeza,necesitaba un momento para volver arecobrar la voz.

—El rey impostor es débil,siempre ha sido débil, sobre todo en supapel como capitán de la Guardia Realantes que mi padre. No hay maneraposible de que pudiera trazar un plan tanbueno como el golpe a Lumatere. Tansolo lo llevó a cabo.

—Pero eso era lo único quesabíamos hasta que apareció Evanjalin—dijo Sir Topher.

Page 634: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Es amiga o enemiga? —preguntó Musgo—. Porque es una bestiajugando a cartas y a veces tengo lasensación de que el poder más fuerte delos dioses está en sus ojos.

—O es más oscuro que losespíritus —terció Perri.

Finnikin le miró. Perri sí conocía laoscuridad.

—Evanjalin es una supervivientede la masacre de Sarnak.

—Dulce y preciosa niña —suspiróMusgo.

—Y puede caminar por los sueñosde aquellos que están atrapados enLumatere —añadió Finnikin.

—Y en los de nuestro heredero —dijo Sir Topher.

Page 635: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Musgo silbó y Aldron se colocóentre ellos, con una expresión deincredulidad en el rostro.

—¿Es una mística? ¿Una Habitantedel Bosque?

Trevanion negó con la cabeza.—Es una montesa.—Estaba conmigo cuando visité a

Lord August en Belegonia —dijoFinnikin—. Y confirmó nuestra teoría deque los charynitas estaban involucradosen las muertes de nuestros seresqueridos. Pero tenía una explicación.Lumatere era tan solo un medio para loscharynitas de invadir Belegonia.

—Afirma que lo sabe por Balthazar—dijo Trevanion.

—¿Y tú la crees? —preguntó Perri,

Page 636: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sin dar crédito.Trevanion suspiró.—Creo que sí.—Tiene sentido —dijo Sir Topher

—. Pusieron a un rey títere en Lumaterepara tener vía libre a Belegonia, el reinomás poderoso de la nación.

—Podían haber usado Osteria paraeso —comentó Aldron.

—Osteria tiene a Sorel comoaliado. Ni siquiera los charynitas seríantan estúpidos.

—No estoy cuestionando su teoría—apuntó Perry—. Estoy poniendo enduda la idea delirante de que puedecaminar por el sueño de nuestroheredero.

—Entonces centrémonos en su

Page 637: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

teoría y no en su idea delirante —dijoTrevanion—. Los charynitas nos temen.Si liberamos Lumatere, tendremos al reyimpostor y a sus hombres comoprisioneros políticos; unos tipos débilesque enseguida podremos convencer paraque nos revelen la verdad de losasesinatos de palacio, lo que implicaríaal rey de Charyn. Los belegonianosestarán impacientes por las pruebas.

—¿Y provocar una guerra entre lasdos partes más poderosas deSkuldenore? —preguntó Sir Topher condesolación—. ¿Una guerra que podríaafectar a todos los reinos que rodeanLumatere?

Se hizo un silencio incómodo.—¿Una guerra nacional?

Page 638: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Los hombres se volvieron haciadonde estaba Evanjalin.

—¿Es lo que conseguimos alregresar? ¿La aniquilación de todaSkuldenore?

La mayoría de la Guardia parecióde repente no fiarse de ella. Finnikinhizo espacio en el banco y ella se sentópegada a su lado.

—Nos acaban de contar unahistoria fascinante, Evanjalin —dijoPerri con calma.

—¿Creéis en los dioses, señor? —preguntó la chica.

—Creo en él —dijo, señalando aTrevanion—. Y adonde él va, laGuardia le sigue. No me pidas creer ennada más.

Page 639: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Se le quedó mirando con expresióncomprensiva.

—Tu familia vivía cerca dealgunos Habitantes del Bosque, ¿no? —preguntó.

Finnikin se percató de que Perri sehabía sorprendido porque ella supieraaquel dato, pero no lo demostró.

—Preferiría no referirme a elloscomo mi familia.

—Pero fuiste testigo de los donesque tenían algunos Habitantes delBosque, ¿no?

Perri la miraba fríamente.—No sabía mucho de sus prácticas

místicas. El contacto que tuve con losHabitantes del Bosque no tiene nada quever con que compartiéramos nuestras

Page 640: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

habilidades, sino con derramamientos desangre. De la suya.

—Entonces me resultará difícilexplicar lo que puedo hacer en el sueño—dijo la chica.

—Inténtalo —la animó Trevanion yle hizo un gesto con la cabeza.

—Es un hechizo de sangre —dijoFinnikin.

—Ah, ya veo. Ahora todo tienesentido —el tono de Perri era seco.

—Y el hechizo de Seranonna fueuna maldición de sangre —continuó SirTopher.

—Y las jóvenes de Lumatere estánprotegidas porque los hombres delimpostor creen que tienen unaenfermedad en la sangre —añadió

Page 641: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Trevanion.—¿Puedes explicar el hechizo de

sangre que te ha dado este... don,Evanjalin? —preguntó Musgo.

Evanjalin miró a Sir Topher comosi buscara su permiso.

—Quizá si no das tantos detalles—dijo con las mejillas sonrosadas—.Yo explicaré el resto más tarde si esnecesario.

La novicia asintió.—Tenía doce años. Me acuerdo

perfectamente porque me invadió unasensación maravillosa. Como si mefundiera con las almas de otros ysintiera una paz tal que de verdad creíque estaba en el cielo con nuestra Diosa.Aquella noche, caminé en mi primer

Page 642: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sueño con un fardo en las manos. Unbebé.

—¿Te habló el bebé? —preguntóuno de los hombres.

Evanjalin parecía confundida.—¿Cómo va a hablar un bebé?—Del mismo modo que alguien

camina por los sueños de otra persona.Con muy poca credibilidad —dijo Perri.

—Habría preferido que la Diosame hubiera dado un don más creíble,señor. Quizá la habilidad de sanar o dehablar con los animales, de sostener unaespada como le gusta a un hombreagarrar la suya, pero, ¡ay! estoyatrapada, caminando en los sueños deotros.

Perri tuvo la buena voluntad de

Page 643: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

parecer arrepentido y Finnikin oyó unasrisas a su alrededor. Para entonces todoslos miembros de la Guardia rodeaban sumesa.

—¿Entraste en el sueño de la niña?—preguntó Musgo.

Evanjalin negó con la cabeza.—Aun así sabía que caminaba por

el sueño de la madre de la niña, aunquenunca entramos en el sueño de la otraque a veces nos acompaña.

—¿La otra? —preguntó Perri.—¿Cómo sabes adónde ir? —quiso

saber Ced.—No sé. Es como si ambos

estuviéramos perdidos en esa escenaonírica y de repente estamos dentro delos sueños de alguien. A veces es

Page 644: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

maravilloso, pero otras... no puedodeciros los demonios que visitan a loshumanos en sus pesadillas. La culpa esel monstruo más terrible. Elremordimiento, mortal. Pero lo peor sonlos recuerdos. Aun así, en ocasiones,son las únicas cosas que mantienen convida a los nuestros.

—Debes de tenerle pavor a soñar—dijo Aldron.

—En absoluto. Cuando el sueñocomienza al principio es hermoso.Siento alegría pura. Creo queexperimenté la euforia de una mujer degran valor que sostenía a su reciénnacido en brazos. —Miró de manerasignificativa a Trevanion—. Era unamujer en cuyos sueños ya había

Page 645: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

caminado antes.—¿Era Beatriss? —preguntó en

voz baja—. ¿Beatriss dio a luz a un niñohace cinco años?

—¿Beatriss? —Se oyeron unosrumores entre ellos—. Trevanion, ¿quédices? —preguntó Musgo—. Que LadyBeatriss está... está...

—A lo mejor está viva. A lo mejorestá ayudando a aquellos responsablesdel debilitamiento del hechizo deSeranonna —dijo Trevanion confirmeza.

—¿Quiénes serían esas personas?—preguntó uno de los guardias—.Quedaron muy pocos de los queadoraban a la Diosa Sagrami durante loscinco días de lo innombrable.

Page 646: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—El monasterio de Sagrami —dijoPerri en voz baja—. Tan solo puedenser las novicias.

—Las novicias morirían con elresto —insistió Musgo.

Evanjalin volvió a mirar a Perri.—La otra que camina en los sueños

con nosotras tiene mucho poder. La niñase ve atraída hacia ella como la atrae supropia madre. Creo que tiene luz perotambién oscuridad en su interior.

—Tesadora —dijo Perri entredientes.

—Parecéis estar muy convencidode que Tesadora y las novicias estánvivas, señor —dijo Evanjalin.

Perri no respondió.—¿Eso es bueno o malo? —

Page 647: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

preguntó otro de los guardias—. ¿Queesa Tesadora se haga cargo deLumatere?

—Su madre era Seranonna —dijoTrevanion.

Finnikin vio las miradas de losguardias al mencionar el nombre deSeranonna.

—Su propia gente confiaba tanpoco en Tesadora como el resto deLumatere, así que digamos que no secrio en el seno de su pueblo. Es astuta ytiene un alma muy oscura —dijo Perri.

—Justo la persona indicada pararomper el hechizo oscuro que lanzó sumadre —dijo Evanjalin.

—Pero debes de equivocarte aldecir que Lady Beatriss la está

Page 648: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ayudando —discutió Perri—. Una eranovicia de Lagrami y la otra de Sagrami.No hay modo de que Tesadora de losHabitantes del Bosque y Beatriss de lasLlanuras estén relacionadas. No esposible que Beatriss le confiara su hijoa alguien de un espíritu tan oscuro. Nosubestimes el odio de Tesadora hacia elmundo.

—Confías a tus hijos a aquellosque tienen la fuerza para protegerlos —respondió Trevanion.

—La otra... quiero decir, Tesadoracamina en el sueño con nosotras solo aveces —dijo Evanjalin—. Pero nopercibo su maldad. Tan solo una fuertevoluntad. Sé que está ahí por la niña.Está allí cuando el sueño es oscuro y

Page 649: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

aterrador. Ayer por la noche en el sueñohabía mucho dolor, pero los poderes deTesadora aseguraron que la niña nooyera ni viera nada que pudiera dañarla.La niña es inocente. No puedo pensar enel efecto que tiene sobre Tesadora.

—¿Y a ti? —preguntó Finnikin—.¿Quién te protege a ti?

—La fe en mi Diosa, por supuesto.Había una mezcla de intriga y

escepticismo en los rostros de losguardias a su alrededor.

Perri se volvió hacia Trevanion.—¿Y cuál es tu plan?—Nos dividiremos. Cada grupo

viajará a un reino distinto para recoger anuestros exiliados. Nos reuniremos en elValle de la Tranquilidad tan pronto

Page 650: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

como sea posible. Musgo y Aldron,quiero que vayáis a Lastaria esta noche.El sacerdote real está allí.

Los guardias tomaron aire.—¿El bendito barakah? —

preguntó uno en murmullos.Trevanion asintió.—Viaja con un gran número de

exiliados. Traedlos al Valle de laTranquilidad. El resto viajaréis engrupos de cuatro o cinco. Si os cruzáiscon algún exiliado, haced lo que podáispara convencerles de que se unan avosotros, pero bajo ningunacircunstancia quedaos con ellos en loscampamentos o los asentamientos. Haydemasiados asediados por la fiebre y elmiedo. En cuanto lleguéis al Valle,

Page 651: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

quiero que entrenéis a todos los hombresy las mujeres fuertes para que usen elarco. El ataque al impostor y sushombres tiene que ser rápido y preciso,si no no conseguiremos tomar el palacio.

Hubo murmullos entre la Guardia.—El rey impostor entró en

Lumatere con seiscientos hombres.Nuestra propia gente ha podido serreclutada como parte de su ejército.¡Quién sabe!

—Pero ¿cómo vamos a entrar? —preguntó uno de los soldados.

Todos miraban a Evanjalin.—Tenemos que encontrar a los

monteses —dijo Trevanion—. Puedeque tengan la llave.

Perri negó con la cabeza.

Page 652: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—No se les ha visto en diez años.Regreso al Valle con Musgo cada año enla época de la Luna de Cosecha y no leshemos visto el pelo.

Evanjalin se levantó y los hombresal instante se alzaron con ella, lo queagradeció con un gesto de la cabeza.

—Nuestro rey nos ayudará a cruzarla puerta principal —dijo la chica—.Eso se prometió en la maldición.

Y entonces se marchó y lo únicoque Finnikin pudo oír fue el nombre deBalthazar susurrado por toda lahabitación.

Page 653: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 17

Tres días después, la Guardia Realse separó por primera vez en diez años.Trevanion ordenó que el grupo original,incluido Perri, permanecieran juntoshasta Belegonia. Habían adquirido máscaballos, lo que garantizaría que el viajepor el camino costero fuera rápido.Mientras iba montado en su caballo,Finnikin percibió el entusiasmo y laincertidumbre entre los miembros de laGuardia. Vio las expresiones deesperanza en sus rostros. Y de duda.Pero tenían bastante fe en el capitán paraconfiar en su decisión. Y su decisión erapermitir que aquella chica extraña les

Page 654: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

condujera a casa, a Lumatere.

Cabalgaron durante la mayor partedel día hasta que llegaron al caminocostero, donde el océano separabaBelegonia de Sorel. Como eldesventurado capitán del Myrinhallhabía sugerido, era la ruta más rápidaentre Sorel y Yutlind. Sin embargo, lapiratería en el golfo de Skuldenore sehabía llevado muchas vidas y, a pesarde su peligrosa travesía por el Yack,Finnikin sabía que había tomado elrumbo correcto.

Más avanzada la tarde, dejarondescansar sus caballos y se sentaron enlas dunas para contemplar el océano.Nada le recordaba más a Finnikin la

Page 655: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

insignificancia de los humanos que elbatir de las olas. Por un momento, miróa su padre a los ojos. Ambos sabían queno había vuelta atrás en la senda queestaban a punto de tomar. Aunqueestaban reuniendo a su puebloescindido, Finnikin no podía evitarpensar que también los estaban llevandoa la guerra. La vuelta a Lumatere nosería fácil. Y si lograban la victoria, notenía ni idea a qué regresarían. ¿Latierra de cinco pueblos se convertiría enun reino dividido en dos: los queestaban exiliados y los atrapados en elinterior? De repente echó de menos lavida que habían dejado atrás, enPietrodore. Allí, tenía a los que queríaen el mismo sitio. Volver a Lumatere

Page 656: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

podría significar perderlos a todos.

De nuevo en el camino, Finnikin sesubió a su caballo y luego se volviópara ayudar a Evanjalin a colocarsedetrás de él. Pero Perri ya estaba allícon las manos dispuestas a ayudarla.Evanjalin se inclinó hacia delante paraacariciar la cicatriz del rostro de Perri yél se estremeció ante aquel gesto.

—Fuiste tú —dijo, asombrada—.Llevas una corona permanente. Te lacolocó ahí. —Evanjalin continuó con losdedos en la frente de Perri—. Nolamenta lo que te hizo aquel día cuandoerais niños, Perri. Nunca olvidará laviolencia que los tuyos demostraronhacia ella. Pero a pesar de lo que

Page 657: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

piensas, creo que Tesadora siempreagradecerá que ocultaras a las noviciasde Sagrami aquella noche.

Perri parecía atónito. Miró aFinnikin a los ojos, y Finnikin vio milesde emociones en la cara del guardia.Pero tan solo por un instante. ¿Qué habíahecho el hombre de confianza de supadre durante los cinco días de loinnombrable para hacerle sentir tantoamor y orgullo, pero a la vez vergüenza?¿Cuántas historias faltaban en el Librode Lumatere de Finnikin?

Aquella mañana a primera horapasaron por una señal que indicaba elcamino a Lastaria, a medio día a caballodesde la capital de Belegonia. Musgo

Page 658: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

estaba sentado a horcajadas en elcaballo, esperándolos.

—Tenemos un problema —dijocon seriedad mientras su montura dabavueltas alrededor de Trevanion.

—¿Se trata del sacerdote real? —preguntó Evanjalin.

—Está a salvo —les aseguróMusgo—, pero el viaje es terrible y hanperdido al menos diez personas por elcamino.

Finnikin notó el estremecimiento deEvanjalin mientras le tenía agarrado porla cintura.

—La situación empeora. Cuandollegaron aquí la semana pasada setoparon con un pequeño campamento deexiliados.

Page 659: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Cómo es que no lo conocíamos?—exclamó Sir Topher.

—No querían que los encontraran.Son al menos treinta y se niegan a viajarcon nosotros al Valle.

—Pues iremos sin ellos —dijoTrevanion rotundamente.

—Ahí es donde tenemos elproblema. El sacerdote real no quieremarcharse sin ellos.

—¿Y el resto? —preguntóEvanjalin—. ¿Qué hay de los exiliadosde Sorel?

—Están con Aldron de camino alValle.

Trevanion maldijo e intercambióuna mirada con Perri. El sol estabaempezando a ponerse y Finnikin conocía

Page 660: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

su plan para llegar hasta Belegonia antesde medianoche.

—No podemos dejarlo atrás,capitán —sostuvo Evanjalin.

Trevanion dio la vuelta con elcaballo a regañadientes.

—No, pero tendremos queconvencerle para que deje a los otros.

Cabalgaron hacia Lastaria bajo laluz de una media luna. Musgo le pagó aun mozo de establos una moneda deplata para que cuidara de sus caballos,con la promesa de que le daría otra a lavuelta. Después les bajó por las callesadoquinadas hacia el centro de laciudad. Finnikin oyó los sonidos delbazar nocturno antes de verlo. El aire

Page 661: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

estaba lleno de música y vocesestruendosas; de las calles colgabanfaroles. Lastaria parecía carecer delintelecto y la cultura de la capitalbelegoniana, pero había un coloridodesatado por toda la ciudad que asaltabasus sentidos.

En la plaza, los trovadores tocabanlos violines y las gaitas, deleitando a laaudiencia que bailabadesenfrenadamente. Los amantes seabrazaban. Un vendedor hacíamalabarismos con la fruta. Pero habíapesar en el corazón de Finnikin mientrasseguía a Musgo hasta un prado más alláde la plaza en los límites de la ciudad.En el camino pasaron por un grupo detiendas que vendían puñales y espadas

Page 662: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

decoradas. Los ojos de Froi seiluminaron al verlos, pero Perri tiró deél.

El campamento estaba hecho contres grandes carros. Al menos treintahombres, mujeres y niños estaban junto ala hoguera. Finnikin vio la consternaciónen los rostros de los exiliados ante lapresencia de Trevanion y su grupo, perosus ojos buscaron al sacerdote real. Elhombre sagrado parecía más delgado ymás débil que cuando le habían visto laúltima vez. Perri se arrodilló ante él ylas manos del sacerdote real temblaroncuando sostuvo un pulgar en la frente dePerri.

—No puedo dejarlos —susurrócuando terminó las bendiciones—. No

Page 663: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

tienen Diosa, ni reino, ni pueblo propio.—Tal vez con eso les baste —dijo

Finnikin.El sacerdote real negó con la

cabeza.—¿Habéis visto sus ojos? —Miró

más allá de Finnikin, hacia Evanjalin—.Ahí no hay nada.

—Bendito barakah, nuestra gentenos espera en el Valle —argumentó lachica—. Os estamos esperando paraguiarles junto al capitán, Sir Topher y elpríncipe Balthazar.

—¿Cuáles son sus motivos paraquedarse? —preguntó Finnikin.

El sacerdote real siguió su miradahacia donde estaban los exiliados.

—Una vez vivieron en la aldea de

Page 664: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Ignatoe, cerca de la puerta este deLumatere. Durante los cinco días de loinnombrable, cuando los Habitantes delBosque empezaron a entrar en su pueblo,la gente de Ignatoe les rechazó y lesobligaron a salir de los muros del reino.—El sacerdote real suspiró—. Estaspersonas escucharon cómo losHabitantes del Bosque se quemaronhasta morir en sus casas. Es su culpa laque los retiene y no importa cuánto lessupliquemos porque no se moverán.

Finnikin acompañó a Evanjalinmientras se acercaba al fuego dondehabía una joven con una sartén y laexpresión helada por el miedo. Finnikinsupuso que no tendría más de cinco añoscuando tuvieron lugar los días de lo

Page 665: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

innombrable. Cuando Evanjalin seacercó, un hombre y una mujer mayoresle interceptaron el paso; la mujerllevaba una niña agarrada a su falda.Desde cerca parecían más jóvenes de loque Finnikin al principio había pensado,y se dio cuenta de que la vida más quelos años era lo que había envejecido aaquellas personas.

Evanjalin se agachó para extenderuna mano hacia la niña. Parecía tenerdos o tres años, tenía la piel morena y elpelo rubio claro.

—¿Cómo te llamas, pequeña? —preguntó Evanjalin con la voz ronca.

Habló en lumaterano, pero la niñase la quedó mirando sin comprender.Estaba tan ausente como los niños que

Page 666: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

había visto en el campamento de lafiebre, aunque en este caso no habíaningún indicio de malnutrición oenfermedad. Evanjalin intentó coger a laniña en brazos, pero la apartó el hombrede un empujón, lo que la hizo tropezar.

Finnikin desenvainó la espadacomo advertencia. No fue lo bastanterápido para detener a Froi, que leescupió al hombre en la cara, pero Perridio un paso al frente y se llevó al ladrónpor el pelo. El hombre agarró a la niñaal instante y Finnikin se encontró con elarma a tan solo unos centímetros de lacara de la pequeña. Evanjalin extendióla mano y con cuidado bajó la espada.

—No queremos haceros daño —dijo Finnikin en lumaterano.

Page 667: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Observó cómo los exiliados seestremecían ante el sonido de su lenguamaterna.

Evanjalin dio un paso hacia lahoguera y después, otro. Cuando estuvoante la joven de la sartén, extendió unamano.

—¿Puedo? —preguntó y cogió unode los trocitos de carne que había en lasartén.

Antes de que la chica pudieraresponder, Evanjalin se llevó la comidaa la boca como si fuera lo más naturaldel mundo y gruñó como muestra deaprobación mientras se lo tragaba. Lamuchacha pareció ablandarse un poco.

—¿Cómo te llamas? —preguntóEvanjalin.

Page 668: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

La chica miró hacia donde estabasu padre y luego volvió a mirarla.

—Mi nombre no importa —respondió, hablando en un belegonianomalo.

—¡Uy, sí que importa! —dijoEvanjalin en voz baja.

Finnikin advirtió que la chicatemblaba. Tras una vida de exilio conaquella gente, la esperanza que brillabaen los ojos de Evanjalin debía de serhipnotizadora.

—Estamos de camino a casa —dijoFinnikin mientras miraba al resto delgrupo—. A Lumatere. Esperamos quenuestra gente regrese con nosotros.

No hubo respuesta.—Lo único que sugerimos es que

Page 669: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

nos acompañéis hasta el Valle de laTranquilidad. Con la Guardia Real. Elcapitán. Nuestro bendito barakah. ElPrimer Caballero real —continuóFinnikin.

—¿Y qué nos ofrecéis sivolvemos? —preguntó el hombre—.¿Una celda? ¿Una vida de persecución?

—No habrá arrestos —dijoTrevanion—. ¿Acaso no hemos sufridotodos bastante?

—Ofrecemos lo que les pertenece atus hijos. Nuestro reino —añadióFinnikin.

—Con esto les basta —replicó elhombre con amargura.

—Esto es un trozo de céspedcubierto de barro —soltó Finnikin—.

Page 670: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Eso —dijo señalando a uno de loscarros— se construyó para transportarganado y caballos, no para guarecer ahumanos.

—Haremos lo que siempre hemoshecho —dijo la mujer—. Vete con tuGuardia, te lo rogamos.

—Son vuestra Guardia —lacorrigió Finnikin—. Están aquí paraprotegeros a vosotros y a vuestros hijos.

—Nuestros hijos ya estánprotegidos —replicó—. Lesalimentamos.

Finnikin advirtió rabia en los ojosde algunos de los jóvenes. ¿Adóndeirían?, se preguntó. El hombre dio unpaso amenazador hacia él.

—Da la vuelta y no mires atrás —

Page 671: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

dijo con una voz desagradable—. Tesugiero que cuides de los tuyos y nosdejes a nosotros ocuparnos de losnuestros, o habrá un ajuste de cuentas.

—Tenéis muchas sugerencias,señor —la voz de Evanjalin se alzó porel aire nocturno—. Bueno, aquí están lasmías. Os sugiero que le deis a vuestropueblo palabras, no silencio. Os sugieroque volváis hacia vuestras esposas,hacia vuestros maridos, hacia vuestroshijos, y les habléis de aquellos días. Delo poco que hicisteis cuando a vuestrosvecinos les arrebataron las casas y losasesinaron. De la pena que habéissentido todos estos años. Y os sugieroque os perdonéis. Pero por encima detodo, os sugiero que le roguéis a la

Page 672: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

verdadera Diosa que perdone el legadoque le habéis pasado a vuestros hijos,puesto que llevan vuestra capa dedescontento y dolor adherida a suscuerpos, y este trozo de hierba libre desangre en el que habéis escogido vivirserá donde morirán con nada más querabia en sus corazones. Os sugiero,señores, que no disfrutéis en el exilio.No hagáis de ello una insignia que llevarcon honor.

Se dio la vuelta y caminó hacia elsacerdote real.

—Nos pertenecéis, benditobarakah —dijo con firmeza—. Debéisviajar con nosotros para estar convuestro pueblo. Ahora.

El hombre sagrado empezó a

Page 673: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

derramar lágrimas. Finnikin no podíadejar de preguntarse qué era peor paraél, si ver morir a su pueblo o sentirsecomo si los hubiera abandonado. Perocuando Evanjalin alargó la mano, elsacerdote real no dudó en aceptarla.

Se alejaron y el diminuto reino detres carros y unos niños sin nombre fuetragado por los sonidos del bazarnocturno. Finnikin observó cómoEvanjalin se volvía una vez más. Dosveces. Tres veces.

Más tarde, cuando viajaban por elcamino costero en medio de la noche,con el sacerdote real cabalgando a lacabeza junto a Trevanion, Finnikin creyóoír susurrar a Evanjalin las mismaspalabras una y otra vez.

Page 674: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

«Llévame a casa, Finnikin. Te losuplico, llévame a casa».

Page 675: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 18

—¿Puedo confiar en vos, LordAugust?

Lord August de las Llanuraslumateranas se despertó con una manoque le tapaba la boca y un puñal en lagarganta. El rostro que apareció encimade él parecía medio salvaje, sin aquellasuavidad que una vez le había dado aFinnikin de la Roca una inocenciajuvenil. Con pesar, sabía que si el hijode Trevanion se atrevía a ponerle undedo encima a su familia, lo mataría alinstante. Pero entonces se dio cuenta deque no estaba tan solo a merced delpuñal de Finnikin. Bajo la tenue luz de

Page 676: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la luna que entraba por la cámaracolindante, pudo distinguir el perfil deal menos tres hombres más. Aparte deél, su esposa dormía ajena a todo.

—Ay, Finnikin —masculló—.¿Qué has hecho?

—Aún nada. Contestad a mipregunta.

Lord August cogió a Finnikin por lamaraña de pelo enredado y le obligó aacercarse.

—Metes a estos animales en micasa —dijo con los dientes apretados—y me pones un puñal en la gargantamientras yazgo con mi mujer al lado ymis hijos duermen en la otra habitación,¿y me pides que confíe en ti?

—¿Puedo tomar eso como un sí? —

Page 677: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

preguntó Finnikin y se encogió parasoltarse.

Lord August salió de la cama paraintentar echar un vistazo a los hombresde la cámara colindante.

—Me maldigo por haber fallado atu padre y no haberte traído a mi casa. Siel capitán te viera ahora, sería como sile clavaran un puñal.

Lord August era un hombre bajo,pero no dejaba que aquello se pusiera ensu camino. Derrotaría a aquelloshombres del modo en que pudiera. Unasimágenes le pasaron por la mente de loque le harían a su familia si él murieraprimero. Siempre había creído que si lesllegaba la desgracia, sería por parte delos charynitas o los belegonianos. No de

Page 678: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

un hijo de Lumatere.—¿Qué le has hecho a Sir Topher?

—preguntó al ver nuevas cicatrices y unalma más vieja en los ojos grises delchico.

—Envejecerle un poco —murmuróFinnikin, que caminó hasta la ventana yse asomó a la noche—. Necesitamos unlugar donde quedarnos a pasar una o dosnoches. Y comida. Lo que significa quetendréis que decirles a vuestrossirvientes que se marchen. Cuando nosvayamos, necesitaremos más caballos, ysi me permitís el atrevimiento, unascuantas monedas de plata no nos iríanmal.

—¿Algo más? —dijo Lord August,que miró de nuevo a los tres hombres en

Page 679: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la cámara de al lado—. ¿Mi primer hijovarón?

Afuera se oyó un ruido y entoncesapareció una mano por los barrotes delbalcón. Lord August observó cómoFinnikin salía para ayudar al cuartohombre. En cuanto vio su cara, LordAugust se relajó.

—Buenas noches, Lord Augie —dijo Sir Topher casi sin aliento, que alzóla cabeza un instante antes de doblarsepor el dolor. Finnikin colocó una manoen su hombro hasta que se recuperó—.¿Le has pedido las armas? —logró decirSir Topher entre jadeos.

—No. Me ha ofrecido su primerhijo varón y me ha distraído un poco —dijo Finnikin—. Ahora que habéis visto

Page 680: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que Sir Topher está a salvo, ¿podemosconfiar en vos? Tenemos que estarseguros. Sed sincero y echadnos de aquísi no podéis ayudarnos.

—¿Está la vida de mi familia enpeligro? —preguntó el duque, con otramirada de soslayo a los gigantes de lacámara contigua.

Finnikin se colocó delante de élpara interceptarle la visión. Lord Augustadvirtió una expresión de vaga disculpaen la cara del muchacho, como siconsiderase que estaba usando su alturacomo signo de falta de respeto.

—En ese caso, Finnikin, te mataré.—Deja de amenazar a mi hijo,

Augie —oyó que decía una voz detrásde Finnikin cuando uno de los hombres

Page 681: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

salió de entre las sombras— o serás túel que mueras, y Lumatere no puedepermitirse más niños sin padre.

—¡Dulce Lagrami! —exclamóAugust entre dientes.

Sus ojos se movieron de Trevaniona Perri y Musgo, que también habíanavanzado, y volvió a mirar a Trevanion.Estupefacto, estalló en una risatranquila. Cogió a Trevanion para darleun abrazo muy fuerte, mientras le dabapalmadas en la espalda y les conducía atodos a la cámara colindante. Señaló aFinnikin, sonriendo abiertamente.

—Sabía que entrarías en razón laúltima vez que hablamos.

—Intenta no atribuirte el mérito —replicó Finnikin.

Page 682: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Se va a armar la gorda cuando sedescubra que falta un prisionero políticode la nación.

—¿Estamos a salvo aquí, señor? —preguntó Finnikin.

—Lo último que querríamos haceres poneros a ti y a tu familia en peligro—dijo Trevanion en voz baja.

—Cuanta menos gente lo sepa,mejor —aconsejó Sir Topher.

—¿Augie?Los cinco hombres se dieron la

vuelta. Lady Abian estaba en la puerta,agarrada a su chal de noche, con unaexpresión de terror en la cara. Cuandovio a Trevanion contuvo un grito y acontinuación se arrojó en sus brazos.

—Abie —la reprendió con dulzura

Page 683: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

su marido—. Recuerda tu sitio. Vas aponerme los cuernos.

Cuando vio a Finnikin rompió allorar y se cubrió la boca con la mano.

—¿Doy tanto miedo? —preguntó.La mujer negó con la cabeza,

abrumada por la emoción, y entonces loabrazó.

—Aparte del mío, no he vuelto aabrazar a un bebé tan guapo.

—Un cumplido halagador paracualquier hombre —dijo Trevanion y serio.

—¿Adónde os dirigís? —preguntó.Nadie respondió y Lady Abian apartó lamirada de Trevanion para posarla sobresu marido—. ¡Oh, dulce Diosa, nosvamos a casa!

Page 684: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Lady Abian, puede que no hayanada a lo que regresar —dijo Finnikincon delicadeza.

Un grito, fuerte y penetrante,retumbó en la casa y Lord August seapresuró hacia la puerta, seguido decerca por el resto. Corrieron escalerasabajo, hacia lo que al principio parecióser un armario, pero resultó unadiminuta alcoba. Finnikin vio aEvanjalin al instante. A su lado LadyCelie volvió a gritar, pues esta vez lahabían asustado Perri y Trevanion. Enlos pequeños confines de la habitación,empujó a Evanjalin detrás de ella.

Lady Abian llegó la última aldormitorio y cogió a su hija en brazos,pero se quedó inmóvil al ver a

Page 685: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Evanjalin.—Augie —ordenó en voz baja—,

ve a despertar a los demás niños y anuestra gente, si es que no están yadespiertos, y llévalos a todos al salón.

Dio un paso hacia delante y cogióel rostro de Evanjalin entre sus manos,como si estuviera hipnotizada por lasuciedad y el desaliño que tenía anteella.

—Celie, ve a despertar a Sebastinay pídele que prepare un baño.

—Abie —dijo Trevanion—, nopodemos permitir que tus sirvientesbelegonios sepan que estamos aquí.

—Sebastina es de los nuestros.Todos los de esta residencia pertenecena Lumatere.

Page 686: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Los ojos de Finnikin estabanclavados en Evanjalin y recordaba lareacción de Celie la primera vez quevisitaron la casa. Pero la novicia sefijaba en la madre y la hija. Fuera de loscampamentos de exiliados, no la habíavisto en presencia de mujeres, y enaquel momento supo que no le habríaimportado si él y los demás hombreshubieran desaparecido para siempre.

Lord August estaba mirandofijamente a los dos que se hallabanmedio escondidos en un rincón.

—¿Bendito barakah? —preguntó,atónito, mientras caminaba hacia él y seapoyaba sobre una rodilla.

Lady Abian parecía avergonzada yles lanzó a los hombres una mirada

Page 687: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mordaz.—¿Cómo habéis dejado que el

sacerdote real trepe por el enrejado delexterior de nuestra casa? —Besó alhombre sagrado—. Las bendicionespara más tarde —dijo con dulzura—.Parecéis extenuados y quiero que estéiscómodos. Pasad todos al salón, porfavor. Yo me encargaré de las chicas.

Mientras bajaban las escaleras,Lord August llamó a todas las puertaspor las que pasaban. Llegaron al salón yel duque les hizo señas para que sesentaran. Poco después, la hermana deLord August y su familia, y al menosquince personas más, entraron y llenaronla habitación hasta los topes. Finnikin sequedó mirando a su alrededor,

Page 688: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

asombrado. De repente, entendió porqué la habitación de Lady Celie era tanminúscula. En realidad sí era unarmario, como había pensado alprincipio. Todas las habitaciones de lacasa, incluido el desván, el sótano eincluso la despensa debían de estarusándose como dependencias parahospedar a tanta gente.

—¿Quiénes son todas estaspersonas? —preguntó Finnikin.

—¡Vaya! Es mi aldea de Sayles,Finnikin —respondió Lord August—. Aun duque se le ofrece la riqueza de unaciudad y su casa tiene derecho desantuario.

Finnikin miró al duque a los ojos.Le avergonzaba pensar en todas las

Page 689: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

veces que había expresado su desdénpor los lujos de los que disfrutaba lanobleza lumaterana en el exilio, sobretodo Lord August.

El miedo y el entusiasmoiluminaron las caras de aquellos queestaban a su alrededor. Hubo unacelebración en silencio cuando elpueblo de Sayles reconoció a los reciénllegados; las mujeres sollozaban, loshombres se limpiaban enseguida laslágrimas de los ojos y contenían susemociones estrechando las manos quetemblaban.

Cuando Lady Abian y las chicas seunieron a ellos, Evanjalin estaba limpiay vestía un vestido blanco idéntico al deLady Celie. Finnikin podía oler el

Page 690: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sándalo, y la piel olivácea de Evanjalinestaba tan lisa y clara como la miel.Había poco espacio en el salón y LadyAbian estaba sentada en el regazo de sumarido.

—¡Abian —la reprendió su cuñada—, recuerda tu sitio!

—Soy la hija de un pescadero —dijo Lady Abian—. ¿Qué esperas?

Hubo mucho regocijo aquellanoche. A Finnikin le encantaba verlos atodos. Había una generación de hombresy mujeres que habían sufrido mucho; lapérdida de su mundo había tenido lugaren la flor de la vida.

Froi estaba sentado en el rincóncon los chicos más jóvenes, metido enuna guerra de nudillos. El que hacía

Page 691: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

correr primero la sangre era el ganador.Finnikin advirtió la brutalidad del juegode Froi y vio que los muchachos hacíanun gesto de dolor incluso cuandotrataban de no reaccionar, así que le dioun sopapo como advertencia.

Pasaron la noche discutiendoapasionadamente sobre asuntoslumateranos; las opiniones volaban, lasvoces murmuraban, enfadadas, mientrasotros hacían gestos con las manos por laemoción.

—¿Podría haberse evitado?¿Debería el rey haber prohibido el pasoa cualquiera que hubiese querido entraren Lumatere? ¿Debería haber roto loslazos con los charynitas?

—Nadie sabía que tal cosa fuera a

Page 692: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

suceder, Matin —dijo Trevanion confirmeza—. Nadie podía predecir que losasesinos entrarían en palacio. Todas lasentradas estaban vigiladas.

—Entonces fue un miembro de laGuardia. Hay un traidor que trabaja paraCharyn —dijo Lord August.

Finnikin buscó una reacción. Todala semana había estado esperando queuno de los hombres de Trevanion hicierauna sugerencia semejante.

—No —dijo Perri rotundamente—.No.

—Entonces, ¿cómo? —insistióLord August.

—Atacaron por detrás a loshombres que vigilaban el puentelevadizo de palacio. Lo supimos por la

Page 693: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ubicación de las heridas en su cuerpo.Tenía que haber otra entrada que nisiquiera el rey conocía —dijoTrevanion.

—¿Cómo iba a haber una entradaque conocieran los asesinos pero no elrey? —preguntó el cuñado de LordAugust.

—Tal vez porque el rey impostorera el antiguo capitán de la Guardia y elprimo del rey. Puede que la descubriera—sugirió Finnikin.

Su padre negó con la cabeza.—Conocía cada rincón de aquel

palacio. A menos que cavaran un túneldesde dentro, me habría enterado.

Los argumentos más amargos secentraron en las circunstancias que

Page 694: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

llevaron a la matanza de los Habitantesdel Bosque.

—El rey debería haber ofrecidomás protección a los adoradores deSagrami. Eran minoría —dijo LadyAbian con firmeza.

—¡Abie! —la reprendió un coro devoces—. Está mal hablar así de losmuertos.

—Quería a nuestro rey igual quetodos vosotros, pero no entraba en razóncon los Habitantes del Bosque. Sihubiera sido más abierto y hubieraaprobado las costumbres y las prácticasde los que adoraban a Sagrami, nuncahabríamos tomado parte en los días delo innombrable.

—El rey no tenía por qué saber que

Page 695: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

su pueblo se iba a volver contra losHabitantes del Bosque en cuantomuriera. Según él, los lumateranosvivían en paz —dijo una de las mujeres.

—Es lo que quería el rey quecreyéramos. Lo que todos queríamoscreer —mantuvo Lady Abian.

Se hizo el silencio por un momento.—No hay pruebas de que fueran los

charynitas —dijo el cuñado de LordAugust, hablando de un argumentoanterior.

—Por supuesto que fueron loscharynitas —replicó Finnikin—. Y elrey debería haber tratado Charyn comouna amenaza. En vez de eso, firmótratados con el rey y se refugió en unavida doméstica.

Page 696: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Miró a Sir Topher. Sabía que sumentor estaba de acuerdo con él, perono expresaría nunca sus opiniones envoz alta.

—Debería haber protegido a losadoradores de Sagrami —dijotristemente el sacerdote real—, peroestaba demasiado ensimismado en laimportancia de mi título. Culpo a miorgullo desmedido por no ver lo que seestaba desarrollando ante mis narices.

—No deberían haber sido tanreservados con su forma de actuar —opinó una de las mujeres.

—¿Y eso nos daba permiso paraecharlos de sus casas y perseguirlos? —protestó Lady Abian.

—En otros reinos veneran a más de

Page 697: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

un dios o diosa sin determinar muy bienqué divinidad es superior —añadióFinnikin.

—Está mal —espetó Lady Celie,ruborizada.

Era la primera vez que hablaba entoda la noche y quizá la primera vez quelevantaba la voz en compañía deadultos.

—¿Qué pasa, cariño? —lepreguntó su padre.

—Que nos empeñamos en hablarde la Diosa como si fueran dos. La culpala tienen los hombres del pasado.

—¿Y las mujeres no? ¿Se debeechar la culpa de todo a los hombres,cariño? —preguntó con dulzura su padre—. Celie tiene pasión por la historia —

Page 698: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

añadió con orgullo—. Se ha aficionadoa anotar las historias de nuestra aldea.

—Se debe echar la culpa a loshombres —continuó Lady Celie con voztemblorosa— porque son ellos los queescriben los libros. Les asustaba elpoder de nuestra Diosa al completo.

Hubo un silencio incómodo.—Así que la dividieron en dos —

la apoyó Evanjalin, que colocó unamano en el hombro de Lady Celie—. LaDiosa Lagrami y la Diosa Sagrami: luz yoscuridad. Pero lo único queconsiguieron fue división y la creenciade que unos eran mejor que otros.

—Los que adoraban a Sagramipracticaban la magia negra —arguyó lahermana de Lord August—.

Page 699: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Desempeñaron un papel decisivo ennuestro exilio.

—Sin embargo, es el trabajo deaquellos que están en el interior de losmonasterios de Sagrami y Lagrami elque nos garantizará la vuelta a nuestroreino —dijo Evanjalin.

—Evanjalin puede caminar en lossueños de nuestra gente que estáatrapada dentro de Lumatere —dijoLady Celie con atrevimiento.

Al oír el comentario de su hija,Lord August miró a Evanjalin porprimera vez desde que le había habladode los charynitas. No podía olvidar suvoz mientras estaba junto a Finnikinaquel día. Había descrito a su esposacon asombro el poder que percibía en

Page 700: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ambos jóvenes. La voz de Lumaterehabía venido del sol y de la luna, decía;y Abie opinaba que era un soñador.

—Míralos juntos y verás una fuerzaque te quitará la respiración —le habíarespondido.

—Cuando regresemos nada megustaría más que formar parte delclaustro —dijo la sobrina del duque.

Era una joven hermosa, más segurade sí misma que su prima Celie.

—¿Del monasterio de Lagrami? —preguntó Lady Abian—. ¿Por qué? Loúnico que te enseñan allí es a ser laobediente esposa de un hombre rico y laadoración ciega de la mitad de unaDiosa.

—Oh, la idea de una esposa sumisa

Page 701: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—dijo Lord August con un suspiro—.¿Por qué nadie me señaló esemonasterio?

Lady Abian levantó una ceja.—Tienes suerte de que no me

enseñara una sacerdotisa de Lagrami aaguantarte hasta llorar, Augie, o unasacerdotisa de Sagrami a envenenar a mimarido con las hierbas apropiadas. Yo,en cambio, recé a la Diosa entera paraque trajera un hombre que me aceptaraal completo y no en dos mitades, comolos hombres han tratado a nuestra Diosaen los últimos mil años.

—Yo fui novicia de Lagrami —dijo la hermana de Lord August condesdén—. ¿Acaso aguanto a la gentehasta romper a llorar?

Page 702: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Por supuesto que no, querida —respondió su marido, dándole unosgolpecitos en la mano—. Ni tampocoeres una esposa sumisa.

Los demás se rieron.—Eres dura con ambos

monasterios, Abie —dijo Trevanion conaire de gravedad—. Lady Beatriss erauna novicia de Lagrami y tenía muchafuerza que ofrecer.

—Eso lo sé, Trevanion —dijo condulzura—, pero el monasterio deLagrami está ahí para las hijas de losricos, como nuestra Celie y Beatriss laAmada. Pero ¿qué hay de las hijas denuestros queridos amigos aquípresentes?

—El privilegio no lleva

Page 703: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

necesariamente a la libertad de nuestrasjóvenes —afirmó Sir Topher—. Lasprincesas siempre se sacrificaban por elreino. Las mayores ya estabanprometidas a príncipes y duquesextranjeros. Tarde o temprano, a Isaboetambién le habría tocado sacrificarse deesa manera.

—¿Sacrificarse? —preguntóFinnikin.

—Pues claro —dijo una de lasmujeres—. Separarse de su familia, desu patria. Ser una extranjera el resto desu vida sin ningún derecho auténticosobre tus hijos. ¿No le ocurrió eso a latía muerta del rey? ¿No la enviaron conun príncipe menor de Charyn, cuyasemilla produjo el monstruo que

Page 704: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

gobierna ahora nuestro reino?—No obstante, debemos ocuparnos

de los que sucede ahora en el interior deLumatere. Si las novicias se han unido,como creemos que han hecho, las deSagrami nos enseñarán a sanar. Sonmédicos —dijo Evanjalin—. Y las deLagrami nos enseñarán las costumbresde los antiguos y la belleza de la buenavoluntad. Tal vez por la más funesta delas situaciones, las hijas de loscampesinos estén a salvo en uno de losantiguos monasterios de Lumateremientras estamos hablando.

—¿Cuándo regresaremos aLumatere? —preguntó uno de los chicosmás jóvenes—. ¿Cuando encuentren aBalthazar?

Page 705: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Sir Topher asintió, pero Finnikinreconoció la expresión de incertidumbreque siempre reflejaba el rostro de sumentor cuando mencionaban el nombredel heredero.

—¿Cómo podemos estar seguros deeso? —soltó el chico.

—Porque Seranonna lo decretó —respondió Lord August.

—Freía que maldijo el reino —terció Froi.

Los demás le miraron, incómodos.—No consideramos que el reino

esté maldito —dijo Lord August coneducación—. Preferimos no utilizar esapalabra.

—¿Cómo lo llamaríais entonces,Lord August? —preguntó Finnikin—.

Page 706: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

¿Una pizca de magia? ¿Una levemaldición? ¿Un poco de mala suerte?

—Finn —le advirtió su padre entono grave.

—Por el bien de los niños... —empezó a decir el cuñado de LordAugust.

—Tan solo unos pocos escogidostienen el privilegio de haber tenidoinfancia —interrumpió Finnikin—. Nohan nacido muchos niños desde los díasde lo innombrable. ¿Fuiste pequeñaalguna vez, Evanjalin? ¿Y tú, Froi? ¿Ola mitad de los huérfanos de Lumatere?¿O incluso yo? ¿Fui alguna vez pequeño,Sir Topher?

—Aplaudo a cualquiera de los quehabéis conseguido preservar la

Page 707: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

inocencia de vuestros hijos —dijoEvanjalin, volviéndose hacia los máspequeños—, pero nuestro reino estámaldito. Maldito. Nos lo arrebataronporque la buena gente se quedó mientrasel mal se hacía con el poder. Que esasea nuestra lección.

—¿Se ha revelado? —preguntóLady Abian—. ¿Qué se dijo aquel día?¿Cuando Seranonna... nos maldijo?

Sir Topher asintió.—Fue difícil de descifrar, puesto

que oímos las palabras que pronunciótan solo una vez, en una lengua antigua, yhay muchas interpretaciones de cadapalabra. En cada campamento buscamosa los que habían estado en la plaza eldía en que murió Seranonna y reunimos

Page 708: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

unas cuantas palabras más, estudiandominuciosamente los libros de losantiguos, hasta que hace cuatro añosFinnikin le dio sentido.

La atención de todo el mundoestaba centrada en Finnikin. Enfrente deél, vio a Evanjalin inspirando antes deque hablara.

—¿Finn? —le animó su padre.Los ojos de Finnikin se encontraron

con los del sacerdote real.—«La oscuridad conducirá a la luz

y nuestro resurdus se alzará. Ysostendrá las dos manos de aquel que secomprometió a salvar. Y entonces lapuerta caerá, pero su dolor nuncacesará. Su semilla traerá reyes, peronunca reinará».

Page 709: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Balthazar.Confirmó Lord August.—Nuestro resurdus —dijo

Finnikin, asintiendo—. El rey.—Creo que se refería al resurdus

de ella —dijo Sir Topher.El sacerdote real asintió.—Ella es nuestro reino de

Lumatere.—No entiendo lo de las dos manos

—dijo Perri.—¿Crees que Balthazar puede...

sobrevivir a tal entrada de condenación?«Su dolor nunca cesará» —dijo LadyAbian— y «nunca reinará».

—Viva o no —dijo el sacerdotereal—, la puerta principal del reino seabrirá.

Page 710: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Se hizo el silencio hasta que LordAugust le levantó.

—Entonces tenemos que promulgarun decreto. Aquí. Esta noche. Enpresencia del sacerdote real, Trevanion,capitán de la Guardia Real, y de mímismo, Lord August, duque de Sayles.—Se dio la vuelta hacia el PrimerCaballero del rey—. Que Sir Kristopherde las Llanuras, como regente de nuestrorey muerto, gobierne si nuestro queridoheredero no sobrevive.

Asimiló las caras de todos lospresentes.

—Entraremos a Lumatere con unrey —continuó con energía—. Nopermitiremos a los líderes de otrosreinos que vuelvan a coronar a un rey

Page 711: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

suyo en nuestra tierra.Finnikin sintió los ojos de su padre

clavados en él. Se volvió hacia SirTopher y vio que el Primer Caballerodel rey le estaba mirando con la mismaintensidad. Era un hijo bendecido condos padres; uno un guerrero y el otro unlíder.

—Entraremos a Lumatere con unrey —reconoció Trevanion.

—¿Sir Topher? —dijo el sacerdotereal.

Sir Topher se levantó y miró aFinnikin y después al sacerdote real.

—Rezo a la Diosa... a la Diosa alcompleto, para que nuestro herederoviva para ver la nueva era de Lumatere,pero si no tiene que ser así, nuestro

Page 712: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

reino tendrá un líder y ese líder tendráun Primer Caballero. —Posó la miradaen Finnikin—. Acepto.

Hubo una gran ovación en la sala yla gente empezó a repetir el nombre deBalthazar. Finnikin sintió como si lehubieran extraído el aliento del cuerpo.

«Su sangre se derramará para quetú seas rey».

No había vuelto a rezar desdeaquel día en el Valle de la Tranquilidad,pero mientras los demás celebraban, élempezó a recitar: «Vive, Balthazar. Vivepara siempre, Sir Topher». Echó unvistazo hacia donde su padre estabahablando con uno de los hombres deLord August, Matin. El mayordomoestaba enseñando algo a Trevanion que

Page 713: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

se había sacado del bolsillo, yTrevanion, con una extraña muestra deemoción, arrastró al hombre hacia élpara abrazarlo.

Con las piernas temblorosas,Finnikin cruzó el salón hacia dondeEvanjalin estaba con lágrimas en losojos.

- Resurdus —le susurró.Sus labios temblaron y se sostuvo

la cara con las manos. De repente, SirTopher se levantó entre ellos.

—Evanjalin está cansada, Finnikin—dijo con firmeza—. Necesita dormir.Que Lady Abian se la lleve.

Más tarde, los sonidos de LordAugust haciendo el amor con su esposa

Page 714: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

retumbaron por toda la casa. Sus gritosera primitivos y salvajes, y las paredesdelgadísimas se aseguraron de que susinvitados oyeran cada murmullo ygemido.

—¿Qué pasa con la nobleza? —masculló Sir Topher, poniéndose unaalmohada sobre la cara—. La reina y elrey siempre lo estaban haciendo,parecían conejos.

Musgo gruñó.—Si hay que aguantar esto todas

las noches, antes me entrego a la prisióndel rey.

Froi cambió de posición bajo laventana.

—Froi, si oigo algún sonido... —leadvirtió Trevanion.

Page 715: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Debo recordaros que tenemosal sacerdote real entre nosotros? —dijoSir Topher.

El sacerdote real se rio.—Estoy acostumbrado a oír a la

gente morir, Sir Topher. ¿Por quédebería sentirme amenazado por lossonidos de la gente que vive?

Pero en lo único que podía pensarFinnikin era en el perfume a jabón desándalo y en un rostro bien limpio; acada empujón que oía se imaginabadentro de ella hasta que su cuerpo ledolió al desatarse. Y con el mal de suinterior que deseaba la muerte deBalthazar y la comprensión de laprofecía que le habían revelado en elbosque junto a la princesa condenada,

Page 716: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

decidió que si tenía que ser rey, laconvertiría a ella en su reina.

Page 717: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 19

A veces Froi de los Exiliadospensaba que había soñado lo que habíasucedido en la encrucijada. Le parecíaque había pasado muchísimo tiempo yno tan solo unos días, y que la diferenciaentre izquierda y derecha y norte y oestesignificaban todo y nada.

Cuando abandonaron la casa delduque hubo lágrimas. Su hija fue la peor,sollozaba como un bebé mientrasabrazaba a Evanjalin, como si seconocieran desde siempre en vez dedesde hacía tan solo dos noches. Lloróincluso más cuando Finnikin le dio elLibro de Lumatere para que lo

Page 718: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mantuviera a buen recaudo. Eran así detontos, estos lumateranos. No era que nole importara la casa del duque. Lachimenea siempre parecía estarencendida y había mucha comida, perotambién se tocaban y se besaban mucho.A veces la esposa del duque abrazaba aFroi y él intentaba no gruñir y apartarseporque cuando le envolvía con susbrazos y oía sus risas al oído, estabatranquilo. Como si la sangre nobombeara constantemente con rapidez yle animara a luchar.

Luego se marcharon hacia el norte.Hacia las encrucijadas. Nadie se quejóporque pronto llegarían al valle de lasafueras del reino de Lumatere, lo que nosignificaba en realidad nada para él

Page 719: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

porque aún decían «¡Froi, haz algo útil!»y Evanjalin seguía haciéndole practicarla pronunciación de las palabras conaquella expresión en la cara que letransmitía que ella estaba al mando. Aveces se atrevía a mirar al capitáncuando no parecía enfadado o tan durocomo normalmente. Aquella cara laponía cuando miraba a Finnikin y Froisiempre se sentía raro cuando veía alcapitán mirar a su hijo. Le hacíapreguntarse si alguna vez alguien lehabía mirado así.

Pero las cosas cambiaron cuandoencontraron uno de los campamentos deexiliados que buscaban y se toparon conun miembro de la Guardia que habíaviajado con Ced. Les estaba esperando y

Page 720: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

no sonreía como habían sonreído cuandoestaban con los demás en Pietrodore.Froi oyó mucho de lo que estabasucediendo, pero vio la expresión de losrostros de todos y oyó palabras como«las tumbas de Musgo», lo que eraextraño porque Musgo estaba con ellos.Y entonces lo oyó otra vez y a lo mejorera «las tumbas de muchos», perohablaban demasiado rápido para que losentendiera. El capitán se alejó con lasmanos en la nuca y después se agachójunto al río, aunque mantuvo las manosen la cabeza durante un buen rato.Cuando se levantó, no tenía lágrimas enlos ojos porque el capitán no era uno deesos lloricas, pero parecía que queríamatar a alguien, así que Froi se quitó de

Page 721: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

en medio, hizo algo útil y se fue a cuidaral sacerdote real. Sabía que el ancianono se encontraba muy bien y se alegrócuando Sir Topher dijo que tenían queencontrar un lugar seguro para él. A Froile gustaba el sacerdote real porque letrataba como si fuera tan importantecomo los demás, y cuando le enseñabapalabras en Lumatere, no se reía porcómo las pronunciaba. Tan solo selimitaba a enseñarle cómo se decíanbien.

Y siguió caminando, en silencio, yencontró un claro con al menos diezhuellas que se dirigían en direccionesdiferentes. Froi se acordó de algo allevantar la vista de los cuartos traserosdel caballo de Perri y ver el letrero.

Page 722: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Sabía que aquella era la encrucijada yFinnikin explicó que la frontera deLumatere estaba a un día de allí. Habíamuchas flechas en aquel poste indicador,muchas palabras, que Sir Topher leía envoz alta porque estaban en belegoniano;al este, la frontera de Charyn/Osteria; alsur, Belegonia; al oeste, Sendecane; alnorte, Lumatere, salvo porque alguienhabía tachado Lumatere como si noexistiera, pero Finnikin sacó un palo desu fardo y volvió a escribir el nombre.El capitán escogió una de las flechasque no tenía palabras cerca y Froi noentendió por qué elegía una flecha quecasi no tenía pista pero nadie cuestionóal capitán.

Viajaron durante lo que parecieron

Page 723: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

horas y Froi creyó que era de nocheporque los árboles estaban tan juntosque no dejaban pasar la luz. Peroentonces vio el resplandor a lo lejos y elbosque se convirtió en un prado, esa fuela palabra que usó Sir Topher, y elprado tenía el césped tan alto conmuchas flores tan amarillas que a Froi ledolían los ojos de mirarlo. Pero noapartó la vista porque era un dolordistinto, uno que no había sentido antes yse encontró caminando entre la largahierba y las flores amarillas solo paraver cómo eran al tacto. Detrás del pradohabía un granero con unos postigoscolgando, como si estuvieran muertos,de la habitación del rejado. Dentro olíaa los animales que siempre habían

Page 724: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

estado allí y allí pusieron al sacerdotereal, en el granero, y el capitán habló,había decidido que aquel era un lugarseguro para ellos, que nadie losencontraría allí. Froi y Evanjalin sequedarían con el sacerdote real mientraslos demás viajaban hacia la posadadonde estaba Ced, esperándoles, en elcamino del oeste a Sendecane, dondeestaba la tumba que pertenecía a Musgoo a otros muchos. Y todos aparentaronque todo iba bien.

Aquella gente hacía mucho poraparentar.

Cuando Evanjalin no se quejóporque la dejaran atrás, Froi vio queFinnikin fingía que no le iba a importar

Page 725: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

el hecho de que Evanjalin parecierapálida y cansada, y Froi se enfadó ydeseó que alguien le dijera que hicieraalgo útil para no tener que estar por allíaguantando las despedidas.

Finnikin continuaba diciendo que loúnico que les hacía falta era descansarun poco, fingía que no le pasaba nada alsacerdote real, y Froi intentó decirlesque parecía la fiebre, que había vistobastante fiebre como para reconocerla,pero entonces Perri le dijo que hicieraalgo útil y que fuera a buscar agua delarroyo, así que Froi vio cumplido sudeseo y casi se ahorró ver a Finnikinfingir que se inclinaba hacia delantepara decirle a Evanjalin algo importantey luego se olvidó de lo que era que tenía

Page 726: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que decir. Lo que significaba que ambosse quedaron juntos, con las cabezas casirozándose, durante un buen rato.

Y entonces los otros se fueron y lasituación empeoró.

La primera noche estaban tumbadosen el granero, escuchando al sacerdotereal hablar de Lumatere como siquisiera que recordaran todo porquesabía que iba a morir pronto. Elsacerdote real le habló de la Canción deLumatere y que la cantaba en el Festivalde la Luna de Cosecha cuando todos enLumatere dormían al aire libre ybailaban, cantaban y reían, y que dabamala suerte cantarla fuera del reino. Froino veía mal que el sacerdote real la

Page 727: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cantara en aquel momento porque no ibaa utilizarse para dar mala suerte. Y porla noche Froi se quedó despierto eintentó sujetar al sacerdote real a aquelgranero porque su cuerpo temblaba ysaltaba, y Froi temía romperle al hombresagrado las costillas porque el sacerdotereal era más delgado que él. Y Evanjalinobservó sentada, envolviéndose elcuerpo con los brazos para mantenersecaliente, y sabía por sus temblores quesería la próxima. Cuando la muchachamiraba a la cara de Froi no fingía. Tansolo se mordía el puño para evitar llorary entonces el sacerdote real dejó derespirar un momento y algo en el interiorde Froi le dolió de un modo que no pudoexplicar.

Page 728: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Freo que deberías usar magia.Los labios de Evanjalin estaban

secos y pelados, su piel tenía un tonogris extraño y el sudor que se extendíapor toda la frente la hacía brillar.Parecía casi muerta, pero aún podíalanzarle una mirada tan malvada que lehizo estremecerse.

—Ya te lo he dicho antes, Froi.¡No hago magia!

Tosió y sonó como si tuvieravómito en la garganta. El chico se pusoenfermo al oírlo y se asustó más de loque lo había estado en toda su vida.

—Estás maldita —dijo—. Y éltambién. Sobrefifió a los campamentosdurante años y a todo lo de medio. Peromorís de la fiebre. A dos días a caballo

Page 729: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de casa.Y la muchacha lloró. La había visto

gritar de rabia y había visto lágrimas ensus ojos una y otra vez, pero nunca lahabía visto llorar bien y era digna delástima, se la veía indefensa mientras seinclinaba para colocar la cabeza entrelas manos, mientras no dejaba de toser ysacar cosas por la boca.

—En Lumatere, las novicias deSagrami mezclaban hierbas del Bosquey devolvían la vida a gente que estaba apunto de morir por la fiebre —le dijo.

—Pues faz algo.—No sé cómo —gritó.Y él no supo qué decir para que se

sintiera bien, así que caminó hacia laotra parte del granero.

Page 730: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Y empezó a fingir.

Más tarde, ambos estaban sentadosjunto al sacerdote real, que cogía lamano de Froi con la suya, vieja, con lasvenas marcadas y la piel áspera.

—Ayer por la noche tuve un sueño,Froi —susurró el hombre con los labiosresecos—, y tú sostenías el futuro deLumatere en tus manos.

—Solo lo dices porque te estásmuriendo.

Froi frunció el entrecejo yEvanjalin le dio un codazo para quepermaneciera en silencio. Entonces elsacerdote real cerró los ojos, y ella sellevó a Froi hasta un rincón del granerodonde olía a boñiga de caballo, y supo

Page 731: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que si el capitán, Finnikin o Perrihubieran estado allí, le habrían dichoque hiciera algo útil y lo limpiara.

—Cuando alguien se muere, no selo dices —dijo entre dientes, enfadada.

—¿Qué hay de la ferdad de la quesiempre habla Finnikin?

—Hay distintos tipos de verdad,Froi. Deja que el sacerdote real tecuente lo que quiera. Así que si te diceque te ve con el futuro de Lumatere entus manos, asiente.

—Pronto todos estaremos muertos.Se lo quedó mirando

detenidamente. A veces pensaba que laodiaba más que a nadie porque era comosi pudiera leerle la mente. Los otrosfingían que en el fondo no era mal chico.

Page 732: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Que no era malo. Pero ella lo sabía. Ellaveía la maldad. Lo vio en aquelmomento y tembló. Froi no supo si erapor la fiebre o porque sabía que loharía, pero su mirada era comprensiva.

—Vete —le dijo, cansada—.Sálvate. Es lo que quieres hacer. Y sitienes corazón, encuentra a Finnikin, alcapitán Trevanion y Sir Topher. Caminahasta la encrucijada y espera a quealguien se acerque a caballo para que telleve al oeste, a la posada del caminoprincipal a Sendecane. No hay muchomás ahí fuera, así que los encontrarás.Diles que tenemos la fiebre. —Se metióla mano en el bolsillo y sacó un anillo—. Para que te ahorres robármelo.

La odiaba porque sabía que lo iba

Page 733: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

a hacer.—Tengo un plan. Pero si fracaso,

el sacerdote real y yo estaremos muertoscuando llegues. Asegúrate de que nosentierran. Y que haya un altar a la Diosa.Con su sangre esparcida sobre las rocaspara que me custodie en mi muerte. ¿Meoyes, Froi? Es todo lo que te pido.

Regresó a trompicones junto alsacerdote real y le puso la mano en lafrente.

—Sostenle —ordenó, mientras elmuchacho se colocaba detrás de lacabeza del hombre.

—Qué suerte —murmuró elanciano—, morir en los brazos delfuturo de Lumatere.

Froi asintió.

Page 734: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Estoy de acuerdo.Miró a Evanjalin para ver si había

dicho lo correcto, pero ella se limitó asusurrarle al sacerdote real que tenía unplan y que debía mantenerse con vida.

Más tarde, contempló por laventana cómo avanzaba a trompiconeshacia los bosques con un puñal en lamano y después miró al sacerdote realque dormía con una respiraciónmortecina.

—Freo que me habría gustado oírtecantar esa canción —dijo, agachadojunto al anciano.

Entonces se marchó. Y mientrasatravesaba el prado donde la hierbacrecía hasta las axilas, notó una extraña

Page 735: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sensación en su interior que no habíasentido antes. Como si alguien le dieraun puñetazo en el estómago y estuvieramolido por dentro.

No creía en el destino, en dioses niguías. No creía en la gente ni en lasdivinidades, en el amor o en lo queestaba bien. Pero comprendía lasupervivencia y en la encrucijada dondecreyó que había visto el letrero haciaBelegonia supo que podría regresar alas ciudades por las que habían pasado,llenas de gente rica, descuidadas con susmonederos y sus bienes. Su vidavolvería a como era antes de toparsecon Evanjalin en aquel callejón enSarnak, que parecía haber sido hacía

Page 736: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

tanto tiempo. Pero nadie le habíaenseñado a Froi la diferencia entreizquierda y derecha, sur y oeste, y mástarde cuando viajaba con el hombredesdentado en su carro de dos caballosy se dio cuenta de que se habíaequivocado de dirección, trató deconvencerse a sí mismo de que quizáshabía tomado aquella decisión paraencontrarse con los demás en el caminodel oeste. Y cuando el destino hizo queel hombre desdentado se detuviera en laposada donde estaban el capitán,Finnikin, Sir Topher, Musgo, Perri yotros tres, mirándose como si lo quehubieran visto les matara por dentro, elchico soltó las siguientes palabras:

—Me pidió que viniera a buscaros.

Page 737: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Para que los enterréis.Perri se lo quedó mirando como si

conociera la maldad que ocultaba Froiporque Perri también era oscuro. Perofue a Finnikin al que intentó no mirar,salvo cuando oyó que emitía un sonidocomo un animal salvaje y luegopronunciaba el nombre de la chica. Entoda su vida, Froi no había oído unapalabra dicha con tal dolor y sabía quenunca más la oiría. El capitán le dijo aMusgo y Sir Topher y a los otros dosguardias, que se reunirían en el valledonde esperaba su gente, mientras Perri,Finnikin y Froi iban con él para enterraral sacerdote real y a Evanjalin. A Froile gustaba el modo en el que el capitánle incluía, así que siguió fingiendo.

Page 738: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Evanjalin había dicho que existíandistintos tipos de verdad, así que lesmostró la verdad de lo que él habríasido en vez de lo que era. Subió alcaballo de Finnikin y se agarró a él; aveces creía que Finnikin caería muertoporque era como si hubiera dejado derespirar. Oyó al chico rezarle a la Diosay le dijo que si salvaba la vida deEvanjalin, siempre buscaría suorientación. Nunca volvería a dudar deella. Que dirigía a Lumatere donde ellacreía que tenía que ser dirigido. Finnikinllevaba la cabeza pegada al caballo y ledaba patadas en la ijada. Froi nunca sehabía aferrado al cuerpo de alguien quesintiera tanto, pero le recordó a la épocacuando había intentado tomar a

Page 739: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Evanjalin en el granero. En ambasocasiones el roce de sus cuerpos lehabía quemado, pero esta vez algo entróen su torrente sanguíneo.

Plantó una semilla.

Y así es como Froi de losExiliados recordaba el momento en elque entraron en el prado dorado que ledañaba los ojos, pero le hacía soñar concosas buenas. A un lado del senderohabía una valla de piedra medio cubiertade maleza. Al otro, un olivar con ungranado y manzanos. Y en medio estabael sacerdote real como uno de esosfantasmas que se aparecen en lossueños, y Froi vio a Evanjalin entre laalta hierba, con la cara pálida, pero no

Page 740: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

por la muerte o la fiebre. Llevaba floresen el pelo y a Froi le gustó cómo lostallos se metían en los mechones queempezaban a salir de su cabeza. Ycuando Finnikin la agarró y hundió elrostro en su cuello, se inclinó y puso laboca en la suya, los demás hicieroncomo si estuviera pasando algo muyinteresante en el prado. El sacerdotereal incluso señaló a la nada que fingíanver. Pero Froi no. Se quedó mirando elmodo en el que las manos de Finnikindescansaban en el cuello de Evanjalin ycómo le rozaba con el pulgar lamandíbula; la forma en que su lenguaparecía desaparecer dentro de su bocacomo si necesitara una parte de ella pararespirar. Y Froi se preguntó qué dijo

Page 741: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Evanjalin en los labios de Finnikincuando pararon porque, fueran cualesfueran aquellas palabras, empezaronotra vez y en esta ocasión el ansia porambas partes daba tanto miedo que Froiapartó la vista.

Cuando Evanjalin casi se cayó porla debilidad, Finnikin la cogió y la llevóhasta el granero y allí la tumbó, condelicadeza. Después, escucharon elsuave tono de la voz del sacerdote real,que siempre hacía soñar a Froi, yEvanjalin se quedó dormida. Froimordió una granada y notó que el jugo leempapaba la barbilla mientras elsacerdote real le decía que algún díacantaría la nueva Canción de Lumatere.Su canción. De la que se llamaba

Page 742: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Evanjalin, que caminaba en los sueños eiba de la mano de la niña. Al saber quela niña y ella no se oían hablar,Evanjalin rezó por que pudiera leer laspalabras que había escrito en lasparedes de la sala por la que caminaban:«¿Una cura para la fiebre?». Pero laniña no sabía leer y las palabras en lapared desaparecieron.

Así que usó las uñas para arañarlas palabras en el brazo de la niña, quelloró por la traición de aquel dolor, yesperó todo un día para caminar en elsueño aquella noche en busca de unarespuesta. Pero por un momento perdiótoda esperanza. No había palabras juntoa las que había escrito en el brazo de laniña y a Evanjalin se le cayó el alma a

Page 743: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

los pies porque supo que era el fin. Elsacerdote real ya había empezado sucamino hacia el reino entre el de ellos yel de los dioses. Pero cuando la niña ledio la espalda a Evanjalin, vio lasmarcas en el camisón y se lo levantópoco a poco para revelar un mundopintado con instrucciones, nombres ydibujos de plantas. Y una pregunta decuatro palabras.

«¿Ya viene la esperanza?».Y Evanjalin le hizo una última

crueldad a la niña que no se merecíaaquel dolor. Le arañó una palabra másen el brazo.

Un nombre que traería laesperanza.

Page 744: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

A veces Froi pensaba que nuncaocurrió y el modo en el que lo decíaestaba mal, como si fuera un sueño. Perolos lumateranos ya tenían suficiente consus historias de maldiciones, así que lepidió a Finnikin de la Roca que loescribiera exactamente como él lorecordaba.

Para que un día lo pusiera en elLibro de Lumatere.

Muy lejos de las páginas de losmuertos.

Page 745: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 20

Resurdus.Finnikin se despertó en el altillo

del granero con unapalabra en los labios. A su lado,

Evanjalin dormía tranquilamente, conuna piel más pálida de lo habitual perouna respiración regular. Nunca olvidaríalas palabras de Froi en la posada. Nuncajamás olvidaría cuando la vio en elprado y le devolvió la vida a su corazónmuerto.

Evanjalin y él durmieron apartadosdel resto, que se agitaban y roncaban,salvo Perri que yacía con los ojos muyabiertos, siempre alerta. Finnikin sabía

Page 746: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que si Sir Topher hubiera estado allí,habría insistido en que no durmiera juntoa la chica; lo consideraba inaceptable deun modo que el sacerdote real noparecía cuestionar. Finnikin la meció yse estremeció ante las confusasimágenes que le vinieron a la mente. Lafosa común que había visto la nocheanterior en la frontera de Sendecane. Sucuerpo entre los muertos. Evanjalinestiró de su brazo para que la apretaracon más fuerza y se agarró a él paradetener los temblores.

—No es más que una pesadilla —murmuró ella suavemente.

—¿Perteneces al rey? —preguntócon voz ronca.

Con cuidado, la chica colocó la

Page 747: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mano de Finnikin contra los palpitanteslatidos de su corazón. Siempre, siemprelatía fuera de control y el chico secolocó la mano en el pecho hasta quenotó que recuperaba el ritmo.

—Sí, Finnikin —dijo—,pertenezco al rey. Siempre leperteneceré.

Y ambos sintieron la desesperaciónagridulce de lo que les esperaba en elValle.

Querido rival. Amigo maldito.Se preguntó qué se dirían después

de todos aquellos años. Si lereconocería entre la multitud. Balthazarse parecía a su padre. Los de lasLlanuras afirmaban que el rey descendíade su pueblo.

Page 748: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—El pelo como castaños y los ojoscomo el cielo —decían.

Hasta oyó a Trevanion susurrárselotiernamente a Beatriss. Eran las palabraspreferidas de la reina hacia sus hijos ehijas mayores, aunque a Balthazar lemortificaba cada vez que lo decían enpresencia de Finnikin y Lucian.

—¿Y yo? —preguntaba Isaboe, queodiaba no ser el centro del universo.

—Tú eres nuestra preciosa niñamontesa —respondía la reina.

Se preguntó si los primos habríanestado juntos todo aquel tiempo. Tuvouna pizca de envidia al pensar en elpríncipe con Lucian y los monteses.Habían sido un trío, a pesar de la fuertecompetición entre Finnikin y Lucian.

Page 749: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Habían luchado como hermanos y habíanhecho una promesa tras otra desde quehabían aprendido a hablar. Los echabade menos a ambos. Pero aquí, en elprado, tan cerca de su patria, notabatanto la presencia de Balthazar y Lucianque sabía con certeza que los veríapronto.

A la mañana siguiente, Trevanionanunció que se marcharían a mediodía.Finnikin y Evanjalin se escabulleronpara tumbarse en la hierba, frente confrente, mientras reflexionaban y hacíanhipótesis.

—¿Recuerdas la aldea másimportante de Lumatere? Había unpuente que te llevaba a la herrería,

Page 750: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

donde empezaban las Llanuras, ¿no? —dijo Finnikin—. Mi padre herraba allí alcaballo y yo le esperaba, colgado en elcostado, mientras observaba el agua y laseguía en mi mente río abajo. Solíaimaginar que salía del reino, donde elrío fluía fuera de nuestro territorio.

—Imagínate que haya alguien allíahora. ¿Qué estarán haciendo? —sepreguntó la muchacha—. En este precisoinstante. ¿Sabrán que estamos cerca?

—A lo mejor viven totalmentetranquilos —respondió—. ¿Crees quetal vez nos hayamos equivocado? ¿Creesque podrían ser felices y no importarlesnuestro regreso?

La chica negó con la cabeza.—Sé que sufren —dijo en voz baja.

Page 751: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Más que los exiliados?—¿Cómo se mide eso, Finnikin?

¿Acaso sufre menos un hombre que haperdido a su familia por el hambre queuno que los ha perdido asesinados porun cuchillo? ¿Es peor morir ahogado quepisoteado por otros? Si pierdes a tumujer durante el parto, ¿es mejor queverla arder quemada en la hoguera? Lamuerte es la muerte y la pérdida es lapérdida. He sentido tanta desesperaciónen el sueño de aquellos que están dentrocomo lo he visto en los exiliados.Cuando vi las palabras pintadas en elcuerpo de la niña, percibí su urgencia,su angustia. «¿Ya viene la esperanza?».

—Pronto tendrán la respuesta.—Si hay futuro en Lumatere y te

Page 752: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

nombran el Primer Caballero deBalthazar —dijo, más relajada—, ¿quéquerrás hacer el resto de tu vida?

—Primero —dijo, apartando unamosca de su nariz—, si hay futuro enLumatere, estaré en la guardia de mipadre. Y segundo, Sir Topher sería elPrimer Caballero de Balthazar.

—Primero, no es la guardia de tupadre. Pertenece al rey. Y segundo, SirTopher te querrá con él para aconsejar aBalthazar.

Se persignó sobre su cara y ellasoltó una risita.

—¿Y si fuera un mero mortal enLumatere? —Miró a su alrededor en elprado, reflexionando—. Pondría a minombre cuatro hectáreas de las Llanuras.

Page 753: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Construiría allí una casita y con miesposa...

—¿Dónde encontrarás esa esposa?—le interrumpió.

—Me bastaría con una novicia delmonasterio de Lagrami —dijo con untono presuntuoso—. Dócil y obediente.

—Y con la habilidad de soportartehasta llorar, según Lady Abian.

—No tengo problema. Estaré tancansado al final del día que lo único quetendré en mente será dormir.

La chica resopló.—¿Tú?Él se rio ante la expresión de su

cara.—¿A qué te refieres?—Ayer por la noche dormiste

Page 754: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pegado a mí, Finnikin. Noté... que en loúltimo que pensabas era en dormir.

—Qué poco femenino por tu partemencionar tal cosa —dijo.

Se tocó las marcas de expresiónalrededor de su boca.

—Estás encantador cuando ríes.—¿Encantador? Justo el modo en

que un hombre quiere que le describan.—Sonrió abiertamente—. Espero quealgún día alguien me describa comodescriben a mi padre.

—Muy bien, silencioso barbudo deceño fruncido, cuéntame algo más de tutierra.

Se recostó para imaginarla.—Me ocuparía de nuestra tierra

desde que el sol saliera hasta que se

Page 755: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pusiera y entonces tú... ella se ocuparíade mí.

Volvió a reírse al ver de nuevo sucara. El mundo de los campamentos deexiliados parecía muy lejos del Valle yquería quedarse allí para siempre.

—Déjame que te diga cómo será tuprometida —dijo Evanjalin, apoyándosesobre los codos—. Ambos podréiscultivar la tierra. Tú sostendrás el aradoy ella caminará junto a ti con el buey,animando y cantando para seguiradelante. Con una vara en la mano,claro, por si tiene que mantener tanto albuey como a ti a raya.

—¿Qué cultivaremos... bueno, miesposa y yo?

—Trigo y cebada.

Page 756: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Y caléndulas.Arrugó la nariz de manera

inquisidora.—Las recogería cuando florecieran

—continuó— y cuando me llamara parair a cenar, se las pondría en sus cabellosy el contraste me dejaría sin aliento.

—¿Cómo te llamaría? ¿Desdecasa? ¿Gritaría «¡Finnikin!»?

—La enseñaría a silbar. De unamanera para el día y de otra para lanoche.

—Ah, claro, los silbidos. Me habíaolvidado.

Lo practicó con ella y se rieron enlos primeros intentos hasta que supoimitarle a la perfección. Froi se acercócorriendo a ellos, con el entrecejo

Page 757: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

fruncido.—El capitán me ha dicho que os

venga a buscar. Nos marchamos.—Habla en lumaterano, Froi. ¡No

eres de Sarnak! —le ordenó Evanjalin yse puso de pie—. Y no me has devueltoel anillo de mi padre.

El chico puso mala cara.—Forque dijiste que era mío.—No seas absurdo —dijo ella,

irritada—. Era tan solo porque creía queiba a morir. Tienes que devolvérmelo.

Corrió hasta colocarse delante deellos y saltó sobre la alta hierba y losnarcisos, con las piernas enredándoseleen ocasiones, lo que le hacía tropezar.

—Espero que se caiga —mascullóFroi—. Es la chica más mala que he

Page 758: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

conocido.—Las he conocido peores —caviló

—. Las chicas lumateranas de la Rocason bastante aterradoras y nunca ledarías la espalda a una del Río. ¿Y laprincesa Isaboe? Solía decirle a todo elmundo que podía doblar lasextremidades de su gato, lo que desdeluego hacía. Pero nadie sabía que se lasrompía antes.

Cuando llegaron al granero, sepusieron a preparar los caballos con losdemás.

—¿Perri? ¿Pasa algo? —oyóFinnikin que Evanjalin le preguntaba envoz baja.

Perri estaba callado y parecióignorar la pregunta. O eso pensó

Page 759: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin, hasta que le echó un vistazo aEvanjalin y vio que tenía los ojosclavados en los de Perri.

—¿Perri? —apremió Finnikin.La mirada de Perri estaba cargada

de hostilidad controlada.—Miente —dijo de manera

cortante.Había confusión en el rostro de

Evanjalin.—Perri, deja en paz a la chica —

murmuró Trevanion mientras agarraba lapata de su caballo por el espolón ysujetaba el peso de su casco en larodilla.

No había maldad en la cara dePerri. Tan solo fría seguridad.

—No ha podido caminar por los

Page 760: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sueños en las últimas dos noches. Hahablado de caminar por Pietrodore y nole toca sangrar ahora.

De repente todos se volvieronhacia la muchacha. El rostro deEvanjalin se ruborizó.

—No importa cómo... —empezó adecir ella.

—¿En qué más nos has mentido? —la interrumpió Perri.

Esta vez se quedó callada.—¿Mentiste sobre Lady Beatriss?

—insistió Perri—. ¿Y Tesadora?¿Mentiste sobre las jóvenes deLumatere?

El sacerdote real y Froi miraban,impacientes. Trevanion bajó la pata delcaballo al suelo y se acercó.

Page 761: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Contéstale —dijo Finnikin envoz baja, pues quería que terminara conlas sospechas de Perri.

Pero ella se negó a hablar, sinapartar los ojos de Finnikin.

—Contéstale —dijo con másenergía.

Evanjalin negó con la cabezatristemente.

—Siempre hay duda en tus ojos,Finnikin. ¿Cómo vas a llevarnos a casacon tanta duda?

—No estoy aquí para llevarnos acasa. Ese es el cometido de Balthazar —replicó.

El miedo que le recorrió el cuerpocuando bajó la vista le dejó helado.

—¿Has mentido sobre Balthazar,

Page 762: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Evanjalin? —preguntó con la gargantaseca.

Era curiosa la calma con que habíahecho esa pregunta. Pero sabía que sigritaba, solo significaría que él la creíacapaz de tal engaño. Así que esperó quelo negara, que les volviera a contar elsueño para que le pudiera decir a Perrique cerrara el pico y luego laconvencería de que no había duda en susojos. Tan solo una desesperadanecesidad de respuestas.

Pero no hubo negación por parte deEvanjalin.

—¿Mentiste sobre el regreso delrey? —preguntó Perri subiendo el tono.

Finnikin se dio cuenta de que nuncahabía oído a Perri gritar. Nunca le había

Page 763: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

visto perder el control. Froi y elsacerdote real se quedaron esperandotranquilamente, como si quisieran queEvanjalin diera la respuesta correcta.

—Di no, Evanjalin —soltó Froi.—Contéstale, Evanjalin —dijo

Trevanion.Finnikin lo vio en sus ojos antes de

que respondiera. Lo vio porque ellaeligió mirarle directamente. No le pedíaque la entendiera.

—Balthazar está muerto.Notó cómo se le revolvía el

estómago y las piernas se le doblaban,pero aun así ella no apartó la mirada.

—Nunca habríais llegado tan lejossi hubieran pensado que estaba muerto—dijo con calma—. Ninguno de

Page 764: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

vosotros. Los exiliados. La Guardia.Nadie.

—¿Nos has mentido todo estetiempo?

Apenas podía reconocer su propiavoz.

—Queríais un rey —contestó ellaen voz baja.

—Mentiste.—Os di un rey. Os di lo que

queríais.—Tú. Mentiste.—¡Dejad de decir eso! —gritó y

los demás se encogieron ante la furia desu voz—. ¡Hay cosas peores que lamentira y hay cosas mejores que laverdad!

Se la quedó mirando, perplejo.

Page 765: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Quién eres tú?—¿Quién quieres que sea,

Finnikin?Había lágrimas en sus ojos y él

quería arrancarse los suyos para notener que verla. Para no ser testigo delengaño.

—Una vez te pedí que confiaras enmí.

Él negó con la cabeza, sin darcrédito.

—¿Eres charynita?La muchacha apretó los puños y

caminó hacia delante.—¿O eres una de las oscuras

adoradoras de Sagrami, empeñada enmás destrucción?

—Si lo soy, quémame en la

Page 766: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

hoguera, Finnikin —gritó—. Comohicieron la última vez que descubrieronque el rey había muerto en Lumatere. Setiene que culpar a alguien. Alguien tieneque morir. Porque eso es lo que ocurrecuando los hombres lógicos no puedenexplicar por qué una anciana tiene lasmanos manchadas con la sangre de unainocente, o por qué otra puede caminarpor los sueños de nuestra gente. Lo queno entendéis, lo destruís.

Perri hizo un sonido de disgusto yella volvió a clavarle la mirada.

—Es lo que los tuyos le hicieron aTesadora y a su gente todos aquellosaños, Perri. Cómo tu pueblo te enseñó aodiar. Tu padre te hacía mirar. Te hizocogerla de la mano y colocarla en aquel

Page 767: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

horno mientras observabas cómo sequemaba. Y lo hiciste, con lágrimas enlos ojos porque eras un niño y creían enlo que tu padre decía. Es lo que teconvirtió en un salvaje.

—¡Mentiste sobre el rey! —gritóFinnikin—. ¿Qué hay que entender?Tenemos gente esperando fuera delreino. Están esperando al rey.

Trevanion le puso una mano en elhombro para tranquilizarlo, peroFinnikin se apartó, con ojos de loco.

—Si les pasó algo malo, comoPrimer Caballero, según el poder queme ha sido concedido por Sir Topher, teculparé de sedición —la amenazóFinnikin con amargura y se subió a sucaballo—. Maldeciré tu existencia si

Page 768: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

hemos llevado al reino entero en exilio auna fosa común en el Valle.

Cuando llegaron a la encrucijada,Finnikin notó que Froi temblabamientras el ladrón se agarraba a él. Perriy Trevanion se pararon a su lado y vioel dolor y la desesperanza en susrostros. El norte apuntaba a Lumatere, lapalabra que había apuntado hacía nomás de cinco días. Pero hacía cinco díasel mundo era distinto y la profecía queprometía el retorno del rey podíacumplirse.

Había sentido la intensa mirada deEvanjalin durante todo el trayectomientras cabalgaba detrás de él en lamontura de Trevanion. Ahora se daba la

Page 769: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

vuelta para mirarla y ella no apartó lavista mientras se bajaba del caballo ydesataba su saco de dormir. Parecíapequeña y vulnerable allí donde estaba,rodeada de los cinco, y entonces señalóal este con una mano temblorosa.

—Vuelve a subir al caballo,Evanjalin —dijo Trevanion, cansado.

Ella negó con la cabeza.—Yo voy al este —dijo.Nadie se movió ni habló.—Iremos al norte hacia el Valle —

dijo Finnikin con firmeza—. Y a ti no tequeda otra opción. Súbete al caballo,Evanjalin.

Volvió a negar con la cabeza.—Si me acusas de sedición,

detenme con un puñal. Si no, iré al este.

Page 770: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Los dioses me han susurrado palabrasmientras dormía y nos han dicho quetomemos el sendero que tiene sentidosolo para ellos. Yo me fío.

—¡Ah, el privilegio de que losdioses te susurren cosas al oído! —semofó—. ¿Has tenido que sangrar paraeso, Evanjalin?

El dolor en sus ojos era real.—Los dioses te susurraron una vez

a ti, Finnikin. Y les escuchaste. Pero sonorgullosos y se niegan a hablar conaquellos que no creen que hay algo ahífuera más poderoso que las mentes y losintelectos de los mortales.

Pero su corazón no se conmovía yle dio la espalda. Oyó el crujir de lashojas mientras ella caminaba y no se

Page 771: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

atrevió a moverse hasta que el sonidodesapareció.

Froi se bajó del caballo deFinnikin, alzó la vista para mirarlotranquilamente y luego miró a los demásantes de volverse hacia la dirección queEvanjalin había tomado. Cogió su sacode dormir de la silla y se lo puso alhombro.

—¿Ella y yo? Fomos lo mismo enalgunas cosas. Vivimos. Los otros, loshuérfanos, murieron. Porque ella y yoqueremos vivir y faríamos cualquiercosa para conseguirlo. Esa es ladiferencia entre nosotros y el resto. Losvisto. He visto morir lumateranos. ¿Ysabéis qué hice para fivir? Nada. ¿Meoís? No fice nada. Como ella.

Page 772: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Froi se dio la vuelta y siguió aEvanjalin, y esta vez pareció entenderexactamente el camino que estabatomando.

A un kilómetro de su tierra,Finnikin se detuvo. Delante de él estabala cadena montañosa. Desde allí seríaposible ver el Valle de la Tranquilidad,que una vez pareció una alfombra deexuberancia que conducía a la puertaprincipal de Lumatere. Se imaginó cómosería ver el interior del reino, ir hasta laroca de las tres maravillas, donde un díahizo una promesa con sus dos amigos, alcreer en su omnipotencia. Que podíasalvar el mundo. Su cicatriz latía por eldolor como si la sangre que había

Page 773: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sacrificado hacía diez años se hubierafiltrado en la tierra y le estuviera dandola bienvenida a casa.

«A casa».—¿Finn? Está al otro lado de la

cordillera —dijo Trevanion.Finnikin se bajó del caballo y

clavó la vista en el último sitio dondehabía venerado a la Diosa.

—Llévate al sacerdote real —dijoen voz baja—. Nuestra gente lo necesitaen el Valle.

—¿Y tú? —preguntó Trevanion.Finnikin negó con la cabeza.—Tan solo quiero quedarme aquí

sentado un rato.Trevanion se acercó a él.—Me sentaré contigo.

Page 774: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—No. —Negó con la cabezaenfáticamente—. La gente querrá ver alcapitán de la Guardia. Necesitanesperanza si ya han vuelto.

Finnikin se volvió hacia elsacerdote real que estaba sentado ahorcajadas sobre el caballo de Perri.Había una expresión de intensa tristezaen el rostro del anciano.

—Bendito barakah, ¿qué significala palabra resurdus en la antigualengua? —preguntó, aunque ya conocíala respuesta.

—Rey —contestó el anciano.Finnikin asintió.Trevanion volvió a montar en su

caballo.—Trepa por la roca, Finn —dijo

Page 775: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

con firmeza—. Cuando regreses, teestaré esperando aquí.

Finnikin se dirigió a la cordillera yse detuvo cuando Perri habló.

—Guerrero. Guía.Finnikin se dio la vuelta y miró a

Perri a los ojos.—Una vez... tuve una amiga que

conocía el idioma de los antiguos —dijocon el rostro impasible—. Le preguntécuál era la palabra que usaban para«guerrero» y fue la única que mepreocupé por aprender, resurdus .Cuando los dioses caminaban por latierra, un rey era un guerrero. Pero enotros dialectos significaba «guía».

Finnikin se los quedó mirandomientras se alejaban. Entonces empezó a

Page 776: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

subir. Le había prometido a la Diosa unsacrificio si le salvaba la vida aEvanjalin y, allí en la cordillera, pinchósu antigua herida y la observó mientrassangraba, con la mente más clara.

«La oscuridad conducirá a la luz ynuestro resurdus se alzará».

Hizo una promesa para honrar laprofecía que siempre se había referido aél.

Pero no hubo visiones, ni tampocouna sensación de paz o euforia.

La Diosa estaba enfadada.Su mensaje era claro.No bastaba.

Ya era casi de noche cuando bajó

de la montaña. Junto a su padre, le

Page 777: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

esperaban Perri, Musgo y Sir Topher.Finnikin se subió a su caballo. Sinmediar palabra, apartó la cabeza delValle de la Tranquilidad y tomó elcamino que el sacerdote real habíadicho que sería su salvación allanadacon sangre.

El camino hacia la noviciaEvanjalin.

Y, sin cuestionar su decisión, losotros le siguieron.

Page 778: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 21

Viajaron de noche y al amaneceralcanzaron el túnel que separabaBelegonia de la vecina Osteria. Era unpaso abierto en el interior de una de lasmontañas, cortado en el granito hacíasiglos. Finnikin fue el primero enatravesar con su caballo la estrecha ybaja entrada, colocando las manos en lapiedra alrededor de su cabeza paraguiarlo. El suelo estaba repleto de rocadesprendida y el tobillo se le torcíacontinuamente en los ángulosincómodos. Cuando la luz le dio en losojos al salir por el otro extremo, eldolor fue intenso, pero el aire que tragó

Page 779: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

con ansia le produjo una profundasensación de alivio.

La capital osteriana era la máscercana a Lumatere. Ambos reinos eranlos más pequeños de la nación y estabaa menos de un día a caballo el uno delotro. Mientras avanzaban por lasmontañas del oeste, Finnikin alcanzó aver a lo lejos una de las torrecillas delpalacio osteriano. El edificio estabasituado en un valle en el centro delreino, rodeado de seis colinas que leservían para protegerse de Belegonia aloeste, de Sorel al sur y de Charyn alnorte y este. Finnikin sabía que lascolinas osterianas eran el hogar devarias comunidades étnicas que habían

Page 780: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

gozado de autonomía desde el tiempo delos dioses. Los vigilaban un número decentinelas cuyo trabajo era mantener lapaz dentro de la nación, pero Finnikinsospechaba que los centinelas tambiénestaban allí para echarle un ojo aCharyn, que estaba más allá de unestrecho río al norte.

—¿Dónde debes de estar,Evanjalin? —preguntó Sir Tophermientras sus caballos descansaban enuno de los valles.

A Finnikin le había sorprendidoencontrarse a su mentor esperando conTrevanion, Perri y Musgo la nocheanterior. Como nuevo líder de Lumatere,habría estado mejor protegido en elValle por la Guardia. Pero Sir Topher

Page 781: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

estaba decidido a encontrar a Evanjaliny Froi, y a veces, durante su corto viajea Osteria, Finnikin había visto lacensura en los ojos de su mentor.

—Mintió sobre el rey —dijo envoz baja mientras los demás seseparaban para ver lo que descubríanmás allá de las colinas del norte.

Sir Topher no habló durante unrato. Habían cambiado muchas cosasdesde que habían subido por la rocahasta el monasterio en Sendecane hacíameses. Habían sucedido demasiadascosas; había más emociones de las quehabían sentido entre los dos en losúltimos diez años.

—Querías que Balthazar estuvieravivo, Finnikin —dijo con tacto—. Era

Page 782: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

un amigo querido y en la mente del niñoque fuiste en el pasado te parecía unpoderoso guerrero que podría conquistarcualquier cosa.

Finnikin se sentía tonto e ingenuo.—Sé que no parece posible que

alguien tan joven haya vividoacontecimientos tan terribles, SirTopher. Pero Evanjalin y Froi, e inclusoyo, hemos pasado por situaciones degrave peligro, y hemos sobrevivido.Creía que ese también sería su caso.Que de algún modo había soportado loque fuera que le pasara en el Bosque deLumatere aquella noche.

—¿Sabes qué creo? —preguntó SirTopher con lágrimas en los ojos—. Creoque el príncipe Balthazar tomó una

Page 783: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

decisión aquella noche. Creo que era unguerrero de los dioses. Quería queviviera por buenas razones, hijo mío.Pero sobre todo, necesitabas que vivieraporque temías lo inevitable.

Finnikin estaba callado cuandoTrevanion y sus hombres volvieron. Porla expresión adusta de su padre, supoque lo que habían divisado desde lacima de la colina era más que el paisajede Osteria.

—Danos buenas noticias,Trevanion —imploró Sir Topher.

Trevanion negó con la cabeza y suboca describió una línea recta.

—Desde nuestra posiciónventajosa teníamos una vista clara delrío y Charyn. Hay soldados en esa zona.

Page 784: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Al menos quince. Con espadas en lasmanos y exiliados a los pies.

—¡Dulce Diosa! —exclamó SirTopher.

—He contado al menos cuarenta —dijo Musgo.

—¿Por qué estáis tan seguros deque los cautivos son lumateranos? —preguntó Finnikin—. ¿No podrían sercharynitas acampados junto al río?

—Son exiliados —declaró Musgocon firmeza.

—¿Evanjalin? ¿Froi? —preguntóSir Topher.

Trevanion negó con la cabeza.—¿Se mueven libremente? —

preguntó Sir Topher—. ¿Estáis segurosde que están bajo vigilancia?

Page 785: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Han separado a los hombres delas mujeres —informó Perri conamargura—. Eso nunca es buena señal.

—¿Desde cuándo tienen a loscampamentos de exiliados bajovigilancia? —preguntó Sir Topher.

—Desde que se ha extendido elrumor del regreso del rey —contestóTrevanion—. Si hay algo que amenazala casa real de Charyn, es la comidillade que la maldición de Lumatere va aromperse y que se revelará la verdadsobre el rey impostor. Charyn consideracualquier grupo de exiliados unaamenaza.

—Propongo cruzar el río. Podemoscogerles por sorpresa —sugirió Perri—.Están débiles por la cerveza y el

Page 786: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

aburrimiento. Lo veo en sus lentosmovimientos.

—Salvo porque tenemos unhuésped. ¿Recuerdas? —dijo Musgo,señalando el pico de una de las colinasmás pequeñas al este.

Finnikin siguió su línea de visión ydistinguió una figura agachada.

—Puede que pertenezca a una delas comunidades autónomas —dijoFinnikin—, aunque sería extraño, porqueno viajan por las montañas.

—No es un viajero, Finnikin. Estáespiando. A los charynitas y alcampamento de exiliados. Le importabien poco si somos conscientes de suubicación, pero no quiere que le veanlos soldados del otro lado del río.

Page 787: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin suspiró, apartándose el solde los ojos con la mano para intentarpensar. Volvió a mirar a la figura. Eljoven ahora estaba de pie. Era casi tanalto como Finnikin pero mucho másancho e iba vestido con pieles deanimales. Había agresividad en sumirada, una arrogancia que enseguidaenfureció a Finnikin. Como si hubierasentido su ira, el joven sacó una flechade la aljaba que llevaba a la espalda ylevantó el arco, sujetando la flecha a laaltura de los ojos para apuntardirectamente a Finnikin.

—Provócale, Finn —le ordenóTrevanion, apuntando con su ballesta endirección al intruso—. Veamos lo quehace.

Page 788: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin cogió una flecha de puntaroma de su aljaba.

—¿Quieres que la lance?—No, eso déjanoslo a nosotros, si

es que decide atacar. Parececoncentrado en ti. Encuentra otro modode provocarle.

Finnikin pensó unos instantes yluego levantó la mano para hacer ungesto con dos dedos. Señaló con elloshacia el puente de su nariz y luego lostiró hacia delante con fuerza.

Los demás se lo quedaron mirando,asombrados. Trevanion y Perri inclusosoltaron una extraña carcajada.

—Creo que esa es la forma simplede la gente del Río para decirle aalguien que haga algo bastante obsceno

Page 789: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

con su madre —dijo Musgo.—Era lo que yo veía que solíais

hacer cuando era pequeño —dijoFinnikin con una amplia sonrisa.

—Tendrás que probar otra cosa —le aconsejó Perri—. No funcionarácomo provocación. Es un insultopuramente lumaterano. No lo conoce elresto de la nación.

—Qué orgullosos debemos desentirnos —dijo Sir Topher conbrusquedad.

Los hombres volvieron a reírse,pero cuando una flecha cayó a los piesde Finnikin, retrocedieron de un salto,alarmados, y se dividieron para ponersea cubierto detrás de un grupo de rocas,donde alzaron sus armas.

Page 790: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¡Cabrón! —masculló Finnikin.Con la espalda apoyada en la roca,

todos se dieron cuenta en aquel instantede lo sucedido.

—Ha reconocido el gesto.—¿Es un exiliado, quizás?—Pero ¿armado?Finnikin se arrastró hasta el fardo

de su silla y sacó una piedra de colorocre; después recuperó una flecha de sucarcaj y se la pasó a su padre.

—Mantenla quieta mientrasescribo.

En el astil de la flecha garabateólas palabras «Finnikin de la Roca» antesde ponerse a la intemperie y apuntarhacia la figura de la colina. Siguió elarco de su lanzamiento, satisfecho

Page 791: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cuando el joven dio un salto hacia atrás.Por la postura del chico, supo que noestaba contento por la proximidad de laflecha entre sus piernas. Cogió la flechay se quedó mirándola fijamente antes dedesaparecer. Se desilusionaron cuandono reapareció.

—Vamos al río —dijo Trevanional final— y pidámosles a los charynitasque tengan la bondad de dejar cruzar alos exiliados.

—No me pidas ser amable durantemucho rato —masculló Perri mientrascomenzaban a subir la colina.

Estaban en la orilla del río a cincopasos de distancia de donde lossoldados charynitas tenían cautivos a los

Page 792: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

exiliados. Finnikin pensó que le parecíamal no cruzar el caudal para acabar contodo de una vez. Al llegar, los soldadosya se habían colocado en la otra orillacon total tranquilidad. Acurrucadosdetrás de ellos estaban los exiliados,divididos en tres grupos: las mujeres ylos niños, los hombres mayores y,aparte, los jóvenes. Mientras que loschicos estaban sentados, las mujeres ylos niños estaban de pie, abrazados losunos a los otros muertos de miedo. Unade las madres le tapaba la boca a subebé que lloraba, con la cara afligidapor el terror al pensar lo que le pasaríasi no lograba que el niño se callara.Finnikin sabía lo que los guardiasplaneaban hacer con aquellas personas.

Page 793: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Los exiliados también lo sabían, lo queera peor aún. Sabía que la mayoría erandel pueblo principal de Lumatere. Losaldeanos eran mercaderes y artesanos, ytenían una personalidad definida. Habíatal humildad y dignidad en ellos que lareina animaba a sus hijos a emularla.

«Si no consigues lo que quieres enla vida, Balthazar —le oía Finnikindecir—, tómatela como un aldeano. Alzala cabeza y acepta lo inevitable».

Uno de los exiliados mayoreslevantó la cabeza desde dondedescansaba sobre sus rodillas y los vioen la ribera. Finnikin observó cómo suexpresión cambió de desespero aeuforia al reconocerlos. Le dio un

Page 794: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

codazo a su vecino y un susurro deentusiasmo recorrió el grupo. No hubola misma reacción por parte de loschavales lumateranos. A diferencia desus padres y tíos, no tenían ni idea dequiénes eran Perri y Trevanion. Paraellos, los cinco hombres que teníandelante al otro lado del río osterianopodían molestar más que otra cosa. Lamuerte era inevitable. Finnikin lo veíareflejado en sus rostros.

Un soldado se acercó y su botatocó el agua entre ellos.

—Volved a vigilar la basura —leordenó a sus hombres—. Yo me ocupode esto.

Finnikin se percató de que SirTopher se ponía tenso a su lado y sintió

Page 795: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

alivio al ver que Trevanion, Musgo yPerri no entendían la lengua charynita.Como Perri había dicho, aquelloshombres estaban aburridos. Era sutrabajo vigilar un cruce apenastransitado a dos días a caballo de lacapital. El hecho de coger como rehenesa treinta exiliados desarmados yhacerles lo que les viniera en gana erauna manera de mitigar su aburrimiento.En la prisión de las minas, Finnikin lehabía preguntado a su padre cómopodían los humanos tratarse así.

—Porque dejan de ver a susvíctimas como humanos —le habíarespondido Trevanion en voz baja.

El soldado con un pie en el río erajoven; Finnikin olía su ambición y vio la

Page 796: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

expresión de dogmatismo en sus ojos.Habría preferido tratar con un loco llenode rabia que con alguien cegado por elengreimiento. El soldado charynita sequedó mirándolos. Finnikin se imaginólo que estaba pensando. Cinco hombres,con espadas en el costado y arcos en lasmanos. Tenían suficientes flechas en susaljabas para armar un buen lío entre losquince guardias inquietos.

—De parte del gobierno deLumatere os ordenamos que liberéis aesa gente —dijo Sir Topher en el idiomade Charyn y Finnikin percibió cómo lavoz le temblaba debido a la rabia quesentía.

Los charynitas se rieron, pero conpoca gracia.

Page 797: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿El gobierno de Lumatere?Viejo, si estuvieras en este lado del río,te encarcelarían por traición a nuestrorey vecino ante tal afirmación.

Les habló como si estuvierareprimiendo a unos niños desobedientes.Finnikin lo tradujo para Trevanion,Musgo y Perri.

—Tradúceme palabra por palabra,Finnikin —le ordenó su padre sinapartar los ojos del charynita—. Dileque si estuviéramos en su lado del río,seríamos los únicos en pie. Dile que elactual rey de Lumatere es un impostor yun asesino, colocado en el tronofalsamente por un ignorante.

Finnikin transmitió el mensaje desu padre.

Page 798: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Decir que el rey de Lumatere es

un impostor es una ofensa para todos losreinos de la nación —espetó elcharynita, que cada vez estaba másenfadado.

—Ha habido peores ofensasperpetradas contra Lumatere por losreinos vecinos —le tradujo Finnikin a supadre.

—¿Y tú eres? —preguntó elsoldado charynita. La pregunta ibadirigida a Trevanion.

Finnikin tradujo la respuesta,sabiendo lo inevitable. El soldado seaseguraría un ascenso en palacio sicapturaba a Trevanion, pero Finnikinsabía que a su padre no le quedaba otra

Page 799: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

opción. Los exiliados vivirían siTrevanion ganaba y morirían sifracasaba. No había término medio.

—El capitán de la Guardia Reallumaterana —respondió Trevanion,mirando al hombre directamente a losojos.

Las cabezas de los jóvenesexiliados se alzaron de repente conexpresiones de asombro y los destellosde esperanza que aparecieron en susojos hicieron que Finnikin se sintieracomo un dios. Uno o dos de los chavalesextendieron los puños como muestra desolidaridad. Musgo y Perri alzaron lossuyos en respuesta y los soldadoscharynitas comenzaron a impacientarsemientras esperaban la traducción. Con

Page 800: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

gran satisfacción, Finnikin observócómo las gotas de sudor aparecían ensus rostros cuando habló.

—¿Qué pretendéis hacer con estagente? —preguntó Finnikin de parte deTrevanion.

—En nuestro cuartel tenemos a unjoven que afirma ser el heredero al tronode Lumatere —dijo el charynita—. Untrono que pertenece a otro. Aprobadopor nuestro rey hace diez años.Imaginaos el insulto que es paranosotros cuando alguien considera nulay vacía una decisión de nuestro rey. Esobvio que esta gente estaba dandorefugio al reclamante y, en cuantodeterminemos la verdad, les dejaremosmarchar, capitán.

Page 801: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Y en cuanto dejéis marchar a migente —dijo Trevanion tras oír latraducción de Finnikin—, convenceré amis hombres para que os dejen vivir,líder de pelotón.

—Teniente —le corrigió el hombre—. ¿Creéis que tenemos miedo decruzar a vuestro lado? ¿Creéis que noharán la vista gorda a cualquier cosa quele hagamos en el culo del reino a unpuñado de sucia escoria lumaterana?Sois cinco, capitán, y nosotros somosmás. Hoy os habéis equivocado.

El teniente agarró a uno de losmuchachos lumateranos del pelo, lo tiróa sus pies y sujetó la espada contra sugarganta. Una mujer gimoteó; la madre,sospechó Finnikin, pero su atención se

Page 802: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

centró de nuevo en el rostro del chicoque estaba ante él. Lo único que lesseparaba era una estrecha masa de agua.A lo largo de los años, Finnikin habíavisto a muchos lumateranos de su edaden tumbas sin nombre o que habíanmuerto por la fiebre o agobiados por laapatía del exilio. Pero aquel muchachoestaba vivo y tenía fuego en los ojos,rabia.

—Lo que haga falta —murmuróTrevanion.

Entonces se echó al río, a menos deun paso del charynita, con el arcoapuntando directamente entre los ojosdel hombre. En cuestión de segundos,Finnikin había sacado una flecha de sucarcaj, levantado el arco y estaba junto a

Page 803: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

su padre, apuntando al mismo sitio.Podía notar las respiraciones delcharynita y el muchacho lumaterano anteél. A su alrededor las espadas sedesenvainaron y detrás se prepararon lasflechas.

—Puede que seamos cinco, teniente—reconoció Finnikin, sin quitarle losojos de encima al charynita—, perotened clara una cosa: antes de quevuestros hombres alcen las armas, todosnosotros habremos disparado al menoscinco flechas. Y tú serás mi primerobjetivo —dijo—. El segundo, tercero,cuarto y quinto disparos irán para losque vigilan a mi gente. Mi padreapuntará a los que amenazan a lasmujeres de Lumatere con espadas y mis

Page 804: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

amigos terminarán con el resto contiempo de sobra. Así hoy decidiréis siqueréis vivir o morir.

El teniente miró a los ojos deFinnikin, luego apartó la vista un breveinstante y de repente Finnikin notó aalguien a su lado. No le quitó el ojo deencima al charynita, pero vio la punta deun arco mientras la persona que teníajunto a él adoptaba la misma postura queél y su padre.

—¿Estamos hablando charynita? —oyó que preguntaba una voz áspera—. Elmío es un poco malo, aunque está entrelas reglas de mi padre aprender lalengua de tus vecinos. Puede resultar útilcuando vives en el culo del mundo juntoa los más gilipollas de la nación.

Page 805: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin oyó que Sir Tophercontenía una carcajada.

—Así que, por favor, perdona mipobre acento —continuó la voz—.¿Podría atraer tu atención hacia lascolinas que tenemos detrás?

Finnikin vio que el tenientelevantaba los ojos y se ponía cada vezmás pálido.

—¿Tengo que recordaros que loscabreros osterianos no pueden declararla guerra a Charyn? —dijo el tenientecon malicia.

—Sí, claro. Y yo os informo de queno somos osterianos —continuó la voz—. Somos monteses. Lucian de losMontes, si sois tan amable, en loreferente a velocidad y precisión con

Page 806: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

una flecha, mi padre es mejor que este—dijo, señalando a Finnikin—. Así quesi es miedo lo que veo en vuestro rostro,os elogio por ser tan inteligente comopara reconocer mi amenaza.

Finnikin se sintió débil por elalivio. Su rival de la infancia estaba a sulado. Estaba lleno de esperanza. Si losmonteses se hallaban en las colinas,entonces Evanjalin estaría con su gente.Pero aquella sensación no duró mucho.El teniente había empezado a soltar almuchacho y cuando alzó su manoizquierda, Finnikin vio el anillo de rubíen su dedo.

Se estremeció al darse cuenta deque el charynita se había cruzado conFroi. Intentó recordar lo que el soldado

Page 807: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

había dicho. Que en su cuartel tenía aalguien que reclamaba el trono.

—¿Sir Topher? —dijo en voz baja.—Lo veo, Finnikin.—No reaccionéis —les aconsejó

Trevanion.El charynita observó el

intercambio.—¿Teniente? —le llamó uno de los

soldados, con miedo en la voz—. Estánbajando por la colina. Son cientos.

Vio cómo el teniente tragabasaliva, sin apartar la vista de Trevanion.

—Dejad que nuestra gente semarche ilesa y os dejaremos vivir —dijo Sir Topher.

Cuando aparecieron más montesescon sus armas alzadas, Trevanion bajó

Page 808: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

su arco y avanzó hacia la orilla, concuidado de no pisar el territoriocharynita. Le ofreció una mano a lasmujeres. Una de ellas dio un pasoadelante, sollozando, y colocó en losbrazos de Trevanion a sus dos hijos.Poco a poco todos fueron cruzando elrío. Finnikin se quedó en su sitio junto aLucian, con sus arcos apuntando alteniente, que aún agarraba con fuerza alprisionero. El charynita no empujó alchico hasta que la mitad de los exiliadoscruzaron el río y después se retiró.

No tenían tiempo que perder, peroLucian de los Montes se tomó unmomento para evaluar a su antiguoamigo de la infancia, Finnikin. Habíamás que un toque de arrogancia en el

Page 809: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

modo de caminar del montés, como si élsolo hubiera salvado el mundo. Peroestaba demasiado preocupado parareaccionar.

—¿Tienes a Evanjalin? —lepreguntó a Lucian, apartándole de dondeestaba seduciendo descaradamente a unade las chicas exiliadas.

—¿A quién? —preguntó Lucian.—Es una montesa —insistió

Finnikin.—No tenemos a ninguna montesa

que se llame así —respondió condesdén.

Finnikin dejó a Lucian y se fue abuscar a Saro, el líder de los monteses,el padre de Lucian. El hombre le dio unabrazo. Era al menos diez años más

Page 810: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

viejo que Trevanion, de constituciónintimidante, pero tenía una sonrisaamable.

—¡Qué orgulloso debe de estar tupadre, Finnikin!

—Gracias, señor. Estamosbuscando a una amiga que estabaviajando con nosotros. Es una montesallamada Evanjalin. ¿Ha contactado convosotros en estos últimos dos días?

Saro negó con la cabeza, con unaexpresión de confusión en el rostro.

—Es imposible que hayas viajadocon una montesa, Finnikin. Tenemos atodos los nuestros. Los contamos a todosen el Valle aquel día terrible.

—Se llama Evanjalin —repitióFinnikin—. Dice que es montesa. Nos la

Page 811: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

confió la Suma Sacerdotisa delmonasterio de Lagrami en Sendecane.De algún modo nos ha traído hastaaquí... con la creencia de que Balthazarestaba entre vosotros.

—¿Balthazar? —susurró Saro—.¿Mi querido sobrino?

—Balthazar está muerto —dijoLucian con dureza, detrás de su padre altiempo que fulminaba a Finnikin con lamirada—. Eran tonterías las habladuríasde que estaba vivo. Y también es unatontería que esos hombres afirmentenerlo.

—Pero al menos sí tienen a uno delos nuestros —insistió Finnikin,buscando a su padre. Había un mar decaras a su alrededor, pero ninguna le

Page 812: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

resultaba familiar—. Hemos viajado condos jóvenes lumateranos, un chicollamado Froi y una chica, Evanjalin. Unamontesa —dijo con firmeza mientrasmiraba a Saro—. Nos separamos hacedos días y teníamos la esperanza de queEvanjalin se hubiera topado convosotros. Dice que camina por el sueñode los que están dentro de Lumatere,acompañada de una niña —añadió.

Lucian y Saro parecíanimpresionados y Finnikin se sintiófrustrado por tener que explicar otra vezlo del sueño.

—¿Tan lejos? —preguntó Saro.—¿A qué te refieres con tan lejos?

—inquirió Finnikin.—Algunas de nuestras mujeres

Page 813: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

tienen el don de caminar —aclaró Saro—, pero tan solo pueden caminar por lossueños de aquellos de su comunidad.Cuando están cerca. Aquí en la colina oen la montaña donde vivimos. Nuncahemos tenido a nadie que fuera capaz decaminar por los sueños de los que estánlejos.

—¿Vuestras mujeres caminan porlos sueños de la gente? —preguntóFinnikin.

—Algunas, las que poseen el don—respondió Saro.

—Se llama «el don de caminar» —dijo Lucian mientras seguían fulminandocon la mirada a Finnikin—. Parece queno le tienes mucho respeto.

—Lucian —le ordenó su padre—,

Page 814: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

lleva a Finnikin con tu yata. Ella querrásaber más cosas sobre esa chica.Necesito organizar a esta gente.Trevanion y Sir Topher quierenllevarlos al Valle de la Tranquilidad aprimera hora de la mañana.

Lucian agarró a Finnikin, pero estese soltó. Necesitaba a Trevanion y Perri.Tendrían que cruzar el río paraencontrar a Evanjalin y Froi, y nopodían permitirse perder ni un instante.Finnikin se acercó al muchacho quehabía sido prisionero del charynita.

—Sefton —se presentó, agarrandoel brazo de Finnikin.

—Cuéntame lo que han dicho delque reclama el trono, Sefton —dijoFinnikin.

Page 815: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—No entiendo su idioma —dijoSefton— pero mi tía trabajó en elpueblo y sabe algo de charynita—.¡Esta! —llamó a una de las mujeres—.¡Esta! Finnikin necesita tu ayuda. —Sedio la vuelta hacia Finnikin—. Déjameir contigo. Soy rápido con el arco.

Finnikin sonrió ante el entusiasmodel muchacho.

—Pues harás falta en el Valle,Sefton. La Guardia está allí, diles que tehe enviado yo.

Una mujer de la edad de Trevanionextendió una mano hacia el rostro deFinnikin.

—Pregúntanos lo que quieras,chico.

—¿Qué sabe del que reclama el

Page 816: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

trono en su cuartel?La mujer asintió.—He oído hablar a los charynitas.

Arrestaron a un chico en los bosques ycreen que pertenece a nuestracomunidad. No sé qué pasa con esechico, pero él fue la razón por la quevinieron a detenernos a nosotros.

—¿Mencionaron una chica?¿Evanjalin? —preguntó Finnikin.

Negó con la cabeza.—Tan solo un chico.Le apretó la mano y se quedó de

pie en medio del caos. Algunos de losexiliados estaban inmóviles, a punto deecharse a llorar. Musgo se ocupaba deellos con calma mientras Saro dabainstrucciones a su gente. Se decidió

Page 817: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

descansar aquella noche bajo la guardiade los monteses en la falda de lamontaña y luego regresarían al Valle dela Tranquilidad al amanecer. Finnikinintentó respirar con normalidad, pero alhacerlo le dolió el pecho. Cuando vioque Lucian se acercaba con Sir Topher,y esa expresión de superioridad en lacara del montés, quiso arremeter contrasu rival de la infancia.

—¿Dónde está mi padre, SirTopher?

—Ve con los monteses, Finnikin —dijo Sir Topher sin alterarse—. Saroquiere que hables con yata, que tienemuchas ganas de oír hablar deEvanjalin.

Yata. La abuela de Balthazar y

Page 818: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Lucian, la matriarca de los monteses,madre de la reina muerta.

—Tenemos que encontrarlos —insistió Finnikin—. Tenemos que cruzarel río. No me pidas que me quede aquísin hacer nada.

—Ya has hecho suficiente,Finnikin. Tu padre y Perri se ocuparánde localizar a Evanjalin y Froi.Descansa. En los próximos díasnecesitarás todo lo que hay en tuinterior. Todo.

Lucian de los Montes esperó, conlos brazos cruzados. Señaló colinaarriba y cuando Finnikin no se movió, leagarró del hombro y lo empujó para queavanzara.

No se dijeron gran cosa mientras

Page 819: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

caminaban entre los árboles ycomenzaban a subir. El día estaba frío yborrascoso, y Finnikin envidiaba aLucian por su largo abrigo de lana. Seenvolvió en su chaqueta mientras subíanpor la ladera hacia donde se imaginabaque el resto de monteses se escondían.

—Caca de oveja —le advirtióLucian un segundo después de queFinnikin la pisara.

El montés iba delante. Finnikin leseguía, mascullando. El sendero sehabía hecho estrecho y empinado.Cuando pasaron por un abrevadero delcamino, Finnikin olió enseguida a lasovejas. Aunque el valle a sus espaldasestaba bañado por la luz del sol, habíapoca protección ante los elementos allí

Page 820: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

arriba en la colina. Pero a los montesesnunca les habían interesado lascomodidades. En las montañas habíahabido centinelas para la frontera conCharyn. Los niños monteses nacían paradefenderse desde el momento en queaprendían a caminar. Era lo queBalthazar adoraba y envidiaba de suprimo. Aunque Balthazar era el príncipe,la mayoría de las veces Lucian era ellíder. El mejor cazador. El mejorluchador. El más fiero y leal de losaliados. Una vez llevó a Finnikin todoun día a la espalda cuando al chico lemordió una serpiente. Chupó el veneno yllevó a Finnikin hasta que vinieron aayudarles. Como habría hecho unhermano.

Page 821: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Pero no pueden controlar susemociones —le susurró Balthazar aFinnikin, que, como el príncipe, no teníani idea de lo que significaba.

Hasta que presenció la pena de losmonteses el primer día del exilio.Imperturbables, desvergonzados. Aveces lo envidiaba; quería rugirle almundo, morderse los nudillos, rechinarlos dientes. Esparcir su furia por el aire.Pero Finnikin pertenecía al pueblo de laRoca; contenido, como los de lasLlanuras.

—Caca de oveja.«Cabrón».Al final llegaron a una amplia

cumbre. Por todo el césped había unagran variedad de tiendas, de bonitos

Page 822: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

colores, cada una bordeada de flores yguijarros. Los niños corrían entre lastiendas y las mujeres se sentaban encírculos, con las cabezas pegadas y losdedos ocupados, cosiendo. Cabras,vacas, caballos, burros, cerdos, pollos yhuertos de verduras perfectamentealineadas salpicaban el asentamiento dela colina. Los monteses habíanencontrado su rinconcito en el mundo, aun día a caballo de su hogar.

—¿Tiendas? —se burló Finnikin—. ¿Lleváis aquí diez años y no habéisconstruido casas?

—¿Y qué? —preguntó Lucian.—Bueno, ¿no sería mejor hogar

que esto?—Estamos en la montaña, tonto.

Page 823: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Somos monteses. Esto es nuestro hogar.—Balthazar siempre decía...Lucian le empujó.—Y aquí no hablamos de Balthazar

ni de las princesas, tampoco de la reinani del rey. ¿Entiendes?

Finnikin negó con la cabeza,disgustado.

—Vivís en tiendas, no habláis delpasado. Los exiliados sois todos iguales—dijo—. Fingís que no ha pasado.

—¡No somos exiliados!El puño de Lucian se estrelló

contra la mejilla de Finnikin. El golpedesató algo en Finnikin; una necesidadde causar tanto dolor como fueraposible, de destruir. Le dio a Lucian contodas sus fuerzas por la rabia que se

Page 824: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

había ido acumulando en su interior.Cada puñetazo que daba en la cara o elcuerpo del montés aliviaba elentumecimiento que le había provocadola revelación de Perri en el prado. PeroFinnikin sabía que le guiaba algo másque la rabia. Percibía la misma emociónen Lucian, que ahora le tenía atrapadocon un codo por la garganta y una rodillaen el muslo exactamente donde estaba laherida de la promesa.

—Hemos estado con nuestra gentedesde el principio —le soltó Lucian—,así que no estamos exiliados de ningunaparte. Y nuestra yata perdió a cinconietos y a su hija aquella noche. Eso essufrimiento de verdad, troglodita, noteatro.

Page 825: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Y entonces volvieron a pegarse, apropinarse puñetazos hasta que al finalagotaron su rabia y, agarrados el uno alotro, se desplomaron en el suelo.

Finnikin no tenía ni idea de cuántotiempo habían estado boca arriba,mirando el cielo, el uno junto al otro,aunque negándose a admitir la presenciadel otro.

—Ven —dijo Lucian al final con lavoz ronca. Se puso de pie y le ofrecióuna mano a Finnikin—. Tenemos quelavarnos. Mi yata me despellejará vivosi nos ve así.

Page 826: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 22

En la entrada de la tienda de Yata ,Lucian le dio a Finnikin un empujón y leechó una mirada de reprimenda.

—No le menciones a mis primos—dijo con brusquedad—. Puede queparezca fuerte, pero nunca se recuperaráde su pérdida.

Finnikin asintió y, cuando Luciansaludó, ambos entraron en la enormetienda. Las velas ardían con intensidad ylas flores perfumaban el ambiente. Lamatriarca de los monteses estabasentada, tejiendo; tenía largostirabuzones grises y unos ojos oscuros yperspicaces. Era la yata simbólica de

Page 827: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

todos los monteses, y la abuela deLucian y sus primos. Sonrió a su nieto yluego a Finnikin. Aún podía ver lahermosa mujer que había sido cuando élera un niño. En aquella época su peloera casi todo negro y estaba másregordeta, pero la fuerza de sus ojos nohabía disminuido.

—Finnikin de la Roca —dijo convoz ronca.

¿Qué le pasaba con aquellosmonteses?, pensó. Tenía sesenta y cincoaños y él aún se ruborizaba al oír suvoz.

Se inclinó para besarla en lamejilla tres veces, siguiendo lacostumbre montesa. Uno para el querecibe, otro para el que da y otro para la

Page 828: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Diosa que era parte de la unión.—Mi padre y sus hombres y Sir

Topher viajan conmigo.—¿Así que por fin volvemos a

casa? —preguntó.Cortó un hilo con los dientes y dejó

su trabajo a un lado. Les hizo una señapara que se sentaran con ella en unamanta de lana y les sirvió té frío conbollos.

—Volveremos antes al Valle de laTranquilidad —la informó Finnikin.

—Han encontrado a otra montesa,yata —dijo Lucian—. Se llamaEvanjalin y camina por los sueños delos que están en el interior de Lumatere.Finnikin nos la ha traído.

—No, ella me ha traído a mí —le

Page 829: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

corrigió Finnikin.Los ojos oscuros de Yata se

abrieron de par en par por la sorpresa.—¿Dentro de Lumatere? ¡Qué

poder! —exclamó, negando con lacabeza.

—Eso creo —respondió Finnikin—. Jura que Lady Beatriss de lasLlanuras vive, como las novicias delmonasterio de Sagrami y Tesadora delos Habitantes del Bosque.

Yata le puso una mano temblorosaen los labios.

—¿Cómo se salvaron las novicias?¿Y Lady Beatriss? ¿Y su bebé?

—Está segura de que el hijo de mipadre y Lady Beatriss murió —dijoFinnikin con tristeza—. En cuanto a las

Page 830: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

novicias de Sagrami, se escondierondurante los cinco días de loinnombrable. Sospecho que las ayudóPerri el Salvaje. —Advirtió cómo Yatatemblaba, a pesar del calor en la tienda—. ¿Podría contarme algo más sobre eldon de caminar en los sueños?

—Empezó con Seranonna de losHabitantes del Bosque —dijo en vozbaja—. Estaba dando a luz a mi quintohijo. Seranonna vivía lejos de losMontes, pero juró haber oído mis gritosde dolor, así que hizo el viaje por elbosque, hacia la aldea, cruzó lasLlanuras, pasó el río y se dirigió a lasmontañas. Asistió al parto de mi hija,una hermosa niña que crecería para serreina.

Page 831: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Suspiró y Finnikin vio que Lucianestaba sentado hacia delante, preparadoa saltar si ella le necesitaba.

—Estuve enferma durante una largatemporada después de dar a luz, así queSeranonna se quedó conmigo. Acababade tener un niño que había vivido unasemana y sus pechos estaban llenos deleche, así que mi hija se alimentó dealguien que rendía culto a Lagrami y deotra que veneraba a Sagrami. Todas lasniñas que Seranonna ayudó a nacerdesde entonces mientras estuvo connosotros tuvieron el don de caminar porlos sueños.

—A lo mejor Evanjalin y la niñaque camina con ella también nacieroncon la ayuda de Seranonna —comentó

Page 832: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Lucian.—No es posible —replicó Finnikin

—. La niña nació tras la muerte deSeranonna.

—¿Evanjalin viaja con otra? —preguntó Yata, intrigada.

—¿Es algo raro? —quiso saberFinnikin.

Ella asintió.—La mayoría de nuestras mujeres

que tienen el don caminan solas. Aunquea veces yo caminaba con mi hija, lareina. Tal vez haya una fuerte línea desangre entre Evanjalin y la niña.

Señaló a la jarra cuando se diocuenta de que su taza estaba vacía.

—Y no seas tímido con los bollos.Lucian está claro que no lo es.

Page 833: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin echó un vistazo a Lucian,que tenía la boca llena, pero los ojososcuros estaban alertas por el interés.

—¿Cómo es Evanjalin de losMontes? —preguntó.

Finnikin se quedó pensando un rato.—Fuerte. Aquí —dijo,

golpeándose el pecho dos veces—.Humillante. Despiadada. Astuta. Puedeamar a la gente con una pasión que no hevisto antes. —Sonrió al darse cuenta deque estaba hablando demasiado—. Ytiene el aspecto de una montesa, así quepor supuesto es muy guapa.

—¿Te pertenece, Finnikin? —preguntó Yata , con una miradapenetrante.

—No —contestó al cabo de un

Page 834: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

instante—. Pero pertenece a mi corazón.Notó muchísimo su ausencia y me...apena.

Miró a Lucian que hacía como si sesecara una lágrima del ojo. Como yahabía dicho suficiente, Finnikin selevantó para excusarse.

—Mi nieto te ha echado de menostodos estos años —dijo Yata.

—¿Balthazar?Lucian le lanzó una mirada mordaz

y Finnikin enseguida lamentó suestupidez.

—Lo siento...—No —se rio, extendiendo una

mano hacia su nieto para que la ayudaraa ponerse de pie—. El que te ha echadode menos es Lucian.

Page 835: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¡Es mentira!Lucian parecía horrorizado.Ella le estiró de la oreja.—He caminado por tus sueños,

tonto. No es un lugar donde tu yataquisiera pasar el rato, pero hay algunosmomentos en los que me trae alegría.

Lucian se puso colorado. Les besóa los dos, y Finnikin sintió consuelo conel roce de sus manos en su cara. Lucianhabía perdido a su madre joven, perosiempre había tenido cerca a su yata.Era lo que echaba de menos Finnikin desu tía abuela Celestina e incluso de LadyBeatriss.

La matriarca de los Montes estudiócon detenimiento el rostro de Finnikin,como si viera las cosas escritas en su

Page 836: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mente y en su alma.—Cómo calientas mi corazón,

Finnikin de la Roca —dijo—. Tráenos atu Evanjalin. Si te ha guiado hasta aquí,quiere estar con su gente.

Aquella noche, tras oír los fuertesronquidos de Sir Topher y después deque el mundo de los monteses parecieradormido, Finnikin salió de la tienda. Seabrazó con los dientes castañeteándolesin control mientras se acercaba a latienda de Lucian. Sabía lo que tenía quehacer. También sabía que no podíahacerlo solo y que Lucian era su únicaopción. Aunque le molestaba tener quepedirle ayuda al montés, su deseo deencontrar a Evanjalin era mayor.

Page 837: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¡Lucian! —dijo entre dientes—.Engendro. Vístete. Coge tu espada y tuarco. Te vienes conmigo. No haydiscusión.

—Ya estoy vestido. Con la espadaen la mano. Llegas tarde, troglodita.

Finnikin ocultó su sorpresa cuandoLucian se unió a él. El montés llevabauna gorra en la cabeza y su figuracorpulenta iba cubierta con un jubón delana y unos pantalones de piel deanimal. Le lanzó a Finnikin un abrigo delana y se agacharon en su tienda paraobservar a los tres monteses que hacíanguardia. La luna estaba baja en el cielo yFinnikin le parecía que casi podíatocarla.

—¿Vamos a buscar antes a tu mujer

Page 838: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

o salvamos al chico?—No es mi mujer, Lucian, y solo

los engendros monteses van por ahídiciendo «tu mujer».

—¿No es tu mujer? Bien. Por loque has contado puede que me intereseesa chica montesa. ¿Entonces, me daspermiso... Finnikin? ¿Me acabas depinchar en la espalda? Si ha sido otracosa la que me ha empujado... deverdad, no me interesan los trogloditas,pero puedo presentarte a un parientemío, Torin.

—¡Hablas demasiado, montés!Cierra el pico y no vuelvas a pensar enella como si fuera tuya.

Desde donde estaban agachados,Finnikin veía las hogueras de los

Page 839: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

exiliados bajo la vigilancia de Saro ysus hombres en la falda de la montaña.Se preguntó cómo dormirían después deun día que había comenzado encautividad y había terminado con elconsuelo y protección de su gente.

Lucian se colocó al frente mientrasavanzaban medio a trompicones hacialos bosques que llevaban al río. Finnikinsabía que al montés le resultaría familiarcada centímetro de aquellas montañas.Después de ver a Lucian de juerga consus primos aquel mismo día unas horasantes, sospechó que pasaba muchasnoches haciendo maldades, lejos de losojos atentos de sus mayores.

Atravesaron el río, sujetando las

Page 840: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

armas sobre sus cabezas. El único ruidoque rompía el silencio era surespiración y el chapoteo del agua. Alllegar a la orilla de Charyn, Lucian leindicó a Finnikin que siguiera el rastroque los soldados habían dejado hasta elbosque. El follaje era tan espeso quemuy poca luz de la luna penetraba y enocasiones se agarraban por miedo asepararse. Las ramas les arañaban lacara y las raíces levantadas de losárboles les hacían tropezar. EntoncesLucian pareció desvanecerse en el aire yfue tan solo el ruido sordo de su cuerpoal tocar el duro suelo lo que hizo queFinnikin se parara de repente. Searrodilló y dio unas palmaditas en latierra delante de él para palpar dónde

Page 841: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

había caído.—¡Lucian! —susurró—. ¿Estás ahí

abajo?—¿Dónde si no iba a estar? —

respondió Lucian entre dientes.—¡Shh! ¿Ves algo?Finnikin apenas podía distinguir la

figura de Lucian que se arrastraba en laoscuridad.

—No hay nada aquí abajo —dijoLucian—. Tan solo un gran agujerovacío. Por cómo huele, lo han cavadohace poco. ¿Ves que te hago señales conla mano?

Finnikin oyó que se partía unaramita en los alrededores.

—¡No hables! —ordenó.Pegó la cabeza al suelo y aguantó

Page 842: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la respiración mientras estaba atento alos sonidos que les rodeaban.

—Habla —dijo al final Lucian enel silencio—. Seguiré tu voz paraintentar subir.

Finnikin se acercó al borde,extendió un brazo y la mitad del cuerpohacia el agujero para que Lucian pudieraagarrarse, cuando de repente una manole sujetó la pierna. Giró para darle unapatada al intruso en la barriga con todassus fuerzas. Oyó un gruñido de sorpresay se esforzó por coger su puñal, pero selo quitaron de la mano. Al instante loempujaron contra el tronco de un árbolcon un puño en la garganta.

—¿Finn? —dijo su padre.Se retorció para soltarse y apartar

Page 843: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

a Trevanion, furioso porque su padrehubiera planeado el rescate sin él. Perriestaba de pie junto a Trevanion, sinaliento por la patada en el estómago.

—Lucian está en el hoyo —masculló Finnikin.

Se apartó y volvió a tumbarse en elsuelo para estirar el brazo en el espaciovacío. Su padre le sujetó los pies y,cuando vieron la cabeza de Lucian, Perrile sacó por el pescuezo.

Hubo un momento de tensosilencio.

—No tenéis derecho a dejarmeatrás —dijo Finnikin lacónicamente.

Trevanion le agarró.—¿Para qué crees que hemos

salido, Finn? —preguntó—. ¿Para

Page 844: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

hablar con los animales? ¿Crees quequiero llevarte conmigo para ver en quéte supero? No hablo idiomas, Finnikin.Yo mato. Eso es lo que se me da mejor.Y si queremos volver a ver a aquelmuchacho, eso es lo que tendremos quehacer.

—¿Y Evanjalin?No hubo respuesta. Trevanion le

hizo una seña a Perri para que se pusieraa la cabeza y le siguieron hasta la lindedel bosque. A una corta distancia,vieron unos palos en llamas en lascuatro esquinas del cuartel de lossoldados.

—Esperaremos aquí —dijoTrevanion con voz grave, guiándoloshacia el tronco hueco de un árbol.

Page 845: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Se sentaron juntos en el pequeñoespacio. Un búho ululó y poco a pocolos sonidos de las criaturas nocturnas,algunos movidos y acompasados, otrosrápidos, continuaron escuchándose a sualrededor.

—Si está... —empezó a decirFinnikin.

Perri se puso un dedo en los labios.Señaló al cuartel y luego arriba paraindicar que los charynitas podían tenersoldados en los árboles de allí cerca.Finnikin observó mientras Perri sacabasu puñal y tendía la mano para detenerle.

—Si está aquí y no está encerradaen el cuartel, lo sabré —dijo.

Inspiró profundamente y silbó.—¿Os comunicáis silbando? —

Page 846: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

preguntó Trevanion sin dar crédito.—¿Tienes algún problema? —

quiso saber Finnikin.—Yo a veces silbo —murmuró

Lucian— y es muy confuso.—Los silbidos son para el combate

—dijo Trevanion—, no para cortejar amujeres. Las mujeres no entienden lossilbidos.

—¡Shh! ¡Shh! —Finnikin le dio uncodazo a su padre—. ¿Habéis oído eso?

Finnikin volvió a silbar y alzó unamano para pedir silencio. Hasta lascriaturas nocturnas parecieron obedecer.Esperaron. Nada.

Y entonces lo oyeron, a pesar deque era débil. Finnikin sintió como sipudiera respirar de nuevo. Sonrió

Page 847: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

abiertamente.—¿No es la chica más inteligente

de la nación?—Y la más mentirosa e

impredecible —masculló Perri. Finnikinsalió a gatas del árbol, pero Perri yaestaba de pie—. Déjame hacer loshonores —dijo y desapareció.

Finnikin esperó y pensó en todo loque tenía que decirle. Que quizás él erael resurdus de la profecía de Seranonna;el que rompería el hechizo en la puertaprincipal. Y que ella, Evanjalin, era laluz que guiaría a su a veces muy oscurocorazón.

Entonces oyó el crujido de unaspisadas y ella apareció. Él abrió suabrigo y la envolvió dentro,

Page 848: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

estrechándola entre sus brazos hasta queel latido de sus corazones aminoró hastair al mismo ritmo y sus labios seposaron en la base de su cuello. Cuandose retiró vio que tenía los ojos muyabiertos y estaba agotada.

—Volved al árbol —ordenó Perri.Lucian les hizo espacio mientras se

apretujaban unos contra otros. El montésse quitó la gorra y con cuidado se lacolocó a Evanjalin en la cabeza. Se loquedó mirando un momento. Finnikinnotó que la chica temblaba y la sentó ensu regazo para darle calor.

—Ayer por la noche observé elcuartel desde lejos y también lo heestudiado hoy —susurró—. Hay un patioque está vigilado por tres hombres y un

Page 849: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

perro atado. Los muros son altos. Elresto de los hombres duermen dentro delcuartel. Creo que allí es donde está Froi.

—¿Qué pasó, Evanjalin? ¿Cómo lecogieron? —preguntó Trevanion.

—Nos capturaron a ambos —dijoen voz baja—. Acabábamos de llegar yestábamos cruzando el bosque ayer porla tarde. Atravesamos el río para cogercomida y los charynitas nos encontraron.Estaba claro que iban a matarnos porqueéramos lumateranos. Les oí decirlo,pero no les dejé continuar. —Les miró,negando con la cabeza por la angustia—.Le dije a Froi que me inventaría unamentira para entretenerlos y en laconfusión él echaría a correr y nopararía. Se lo ordené. Tenía que

Page 850: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

escuchar todo lo que dijera.Empezó a temblar otra vez y

Finnikin se acercó más a ella.—Y me miró y me dijo... me dijo

que la gente con magia tenía que vivir.Me dijo que él era prescindible. Hablanuestra lengua como un idiota —soltóentre lágrimas—, pero aun así conoce lapalabra «prescindible». Todavía teníami anillo de rubí y antes de que pudieradetenerle ya había salido gritando que élera el heredero, Balthazar.

—Pero habrían sabido que no eraél por la edad —dijo Perri.

—Todo sucedió demasiadodeprisa. Froi agitó el anillo de rubí en elaire y gritó «¡Corre! ¡Corre!» y luego«Balthazar, Balthazar, Balthazar»,

Page 851: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

repitió que él era Balthazar, el herederoal trono de Lumatere.

Finnikin notó que Lucian seestremecía cada vez que pronunciaban elnombre de su primo.

—Así que eché a correr y meescondí en una zanja hasta que consideréque era seguro trepar a un árbol. Y lesobservé. Hoy los soldados han salido y,al regresar, se pelearon a puñetazosentre ellos y le dieron patadas al pobreperro. Varias veces.

—Por eso habían reunido a losexiliados —murmuró Lucian—. Sabríanque el chico estaba mintiendo yprobablemente sospechaban que elauténtico heredero estaba con ellos en elrío.

Page 852: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Evanjalin se volvió al oír la voz deLucian.

—Te dije que los monteses estabanaquí —le dijo a Finnikin.

—No —la acusó él con dulzura—,tan solo señalaste y dijiste «me voy aleste».

Lucian se la quedó mirando.—Definitivamente es una montesa.

Yata y mi padre estarán consternadospor haber abandonado a uno de losnuestros.

Evanjalin extendió las manos paracoger las de Lucian.

- Yata —dijo con voz temblorosa.Finnikin miró cómo Lucian seguía

sujetándole las manos y entonces losdedos del montés subieron por su brazo

Page 853: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

y Finnikin vio que se estremecía.—¡Lucian! —le advirtió con

brusquedad.Lucian suspiró sin soltarla.—Mi padre y Yata se enfadarán

mucho cuando sepan lo que has hecho,Evanjalin. Que te hayas cortado parasangrar y caminar por los sueños.

Finnikin no pudo distinguir lasreacciones de Perri y su padre, pero ledio mucha pena cuando reveló lashorrorosas cicatrices que ni siquiera sepodían ocultar bajo la tenue luz de laluna.

—Me has dado una lección dehumildad, Evanjalin —masculló Perri yse puso de pie—. Vamos a por nuestrochico.

Page 854: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Se dirigieron al árbol en el queEvanjalin había pasado la noche y el díaescondida.

—Quedaos aquí —dijo Perri, quedesapareció entre las ramas.

Trevanion se puso al mando.—Perri y yo saltaremos el muro.

Finn y Lucian, trepad al árbol ycubridnos. En cuanto veáis que Froi estáa salvo, disparadle a cualquier cosa quese mueva. En cuanto esté al otro lado delos muros del patio, corred a lavelocidad de los dioses. Evanjalin,quédate aquí, en el suelo. —La chicaabrió la boca para hablar, pero ladetuvo—. Quédate aquí, en el suelo.

Perri se dejó hacer con cuidadodelante de ellos.

Page 855: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Tres guardias y un perro atado?—preguntó Trevanion.

Perri negó con la cabeza.—No es un perro —respondió; él y

Trevanion desaparecieron.—Quédate aquí —le repitió

Finnikin a Evanjalin, antes de subirapresuradamente por el árbol con Luciany de sentarse a horcajadas sobre unarama que le proporcionaba una buenavista y espacio para moverse con suarco.

Vio cómo Perri y Trevanionescalaban la pared del cuartel. Echaronun vistazo y luego desaparecieron por ellateral. El patio estaba iluminado conlámparas de aceite, lo que facilitaba lavisión de lo que ocurría dentro. Finnikin

Page 856: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

se dio cuenta de por qué Trevanionquería que Evanjalin se quedara en elsuelo en cuanto vio los rápidosmovimientos de una hoja contra lagarganta del primer soldado. Sinesfuerzo. La ejecución fue muy fría. Lossoldados matan, se recordó. Para esoestán entrenados. Se preguntó qué se lespasaría por la mente a su padre y aPerri. ¿Era satisfacción? ¿Les calmabala sangre o les ponía enfermos?

—Los tres derrotados. Demasiadofácil —susurró Lucian—. Perri estádesatando al chico que ella confundiócon un perro. ¿Por qué está entrando tupadre al cuartel?

Porque su padre era un soldado,pensó Finnikin, y le hervía la sangre por

Page 857: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la necesidad de vengar a cada uno de losexiliados que habían muerto por laespada.

—No hagas preguntas. En cuantoPerri esté fuera con Froi, salta y coge aEvanjalin. Yo cubriré el cuartel hastaque Trevanion haya salido.

—Eso no es lo que han dicho —dijo Lucian entre dientes—. En cuantoPerri salga, ambos echamos a correr. Nome iré sin ti.

Finnikin mantuvo su objetivo en laentrada del cuartel.

—¿Seguirías sus órdenes si Saroestuviera allí dentro?

Lucian masculló una maldición ycontemplaron cómo Perri levantaba aFroi en brazos para echar a correr hacia

Page 858: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

las puertas.—¡Ya han salido!Lucian empezó a bajar del árbol.

Aliviado, Finnikin vio a su padreaparecer por la entrada. Fuera lo quefuera lo que Trevanion había hecho,había sido en silencio, puesto que nadiele seguía.

Finnikin esperó a que su padresaliera del patio. Esperó... esperó...esperó... entonces Trevanion salió yFinnikin bajó, saltó desde la última ramaal suelo y cayó a los pies de Evanjalin.Los tres se agarraron y echaron a correrhacia el bosque. Apenas fueronconscientes de que Perri se aproximabay luego Trevanion también se unió aellos. Corrieron pisando fuerte con las

Page 859: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

botas sobre la tierra, la sangregolpeando sus cerebros; les hacía faltarespirar, llegar al río con Froi en susbrazos y Evanjalin entre ellos. Teníanque llevarlos a casa.

Al cruzar al lado osteriano del río,se detuvieron un momento.

—Sagrami —maldijo Perri,cayendo de rodillas con Froi todavía ensus brazos.

Finnikin vio cómo Lucian seestremecía al ver lo que le habían hecholos soldados a Froi en la cara.

—Mi padre ha alertado a lossoldados de Osteria, así que dudomucho que los charynitas crucen, peroconozco un lugar donde parar a

Page 860: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

descansar antes de llegar a la falda de lamontaña —dijo Lucian.

Siguieron al montés a través de unaarboleda. Como Finnikin sospechaba,conocía su territorio y les guiaba muybien por el barranco boscoso. Pronto sedetuvo en una roca que sobresalía y searrastraron por debajo.

—Froi, habla —dijo Evanjalinfirmemente.

Pareció croar. Su rostro era unamasijo de moratones y tenía sangreseca en la nariz, la boca y las orejas.

—No vuelvas a hacer una estupideztan grande como esa —susurró con furia—. Podrían haberte matado, idiota. Yosoy la que da las órdenes, no tú.

Froi habló entre dientes y Perri se

Page 861: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

acercó a él un poco más paraescucharle.

—Eso es muy grosero, Froi.Además, no creo que pueda hacerlo.

Finnikin y Lucian rieron, aliviados.Trevanion extendió el brazo haciaEvanjalin y le puso algo en la mano.Ella se lo quedó mirando un buen ratoantes de levantar la vista. Era el anillo.

—Mentí, ¿sabéis? —dijo en vozbaja.

—¡Vaya, Evanjalin, no puedo creerque hayas mentido! —exclamóTrevanion, casi sonriendo.

Ella sonrió por él.—Me lo encontré en el

campamento de exiliados, hace más dedos años. Estaba mirando cómo jugaban

Page 862: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

a cartas. Había un ladrón, lleno deremordimientos ahora que el rey habíamuerto. Había robado el anillo un díaque el rey, la reina y sus hijos viajabandesde las Montañas a las Llanuras, añosantes de los días de lo innombrable.Pero, a pesar del arrepentimiento, habíaalarde en su voz. Así que le reté a unapartida de cartas. El ganador sequedaría con el anillo. Tenía quinceaños y era una chica, de modo que nadieme tomaba en serio y dejaron quejugara.

—¿Qué tuviste que ofrecer? —preguntó Finnikin.

—Llevaba allí casi un año y todaslas noches veía cómo una de las mujeresenterraba veinte monedas de plata en

Page 863: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

una bolsa cerca del tronco de un árbol.Así que se lo tomé prestado.

Oyó a Froi resoplar.—Se fupone que yo soy el ladrón.—¿No te habrías sentido culpable

si hubieras perdido?—Sabía que ganaría —respondió

de forma pragmática.—Pero...—Lucian —le advirtió Finnikin—,

confía en mí, sus apuestas valen la pena.—Pero ¿devolviste las veinte

monedas de plata? —insistió Lucian.—No —contestó al tiempo que

negaba con la cabeza.Lucian parecía decepcionado. Los

monteses no eran ladrones. Era lo peorde lo que te podían acusar.

Page 864: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—No me dio tiempo —dijo en vozbaja—. A la mañana siguiente, un grupode cazadores sarnak rodeó nuestrocampamento.

Lucian tragó saliva.—¿De Sarnak? Mi padre y algunos

de sus hombres viajaron allí una vezpara ver si quedaba alguien vivo.

—Aquella noche caminé por elsueño de Lady Beatriss —continuóEvanjalin—. Soñó con el monasterio deLagrami en Sendecane y supe que erauna señal de que debía ir allí. Quedespués de ocho días debía dejar deviajar de reino en reino. Estaba harta ymi corazón cansado, y por primera vezdesde los ocho años había perdido laesperanza. Pero en el monasterio de

Page 865: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Lagrami, Finnikin vino a buscarme.—Porque la sacerdotisa envió un

mensajero que me despertó y susurró elnombre de Balthazar —dijo Finnikin.

La chica negó con la cabeza.—No hubo ningún mensajero,

Finnikin. Alguien me susurró tu nombreen mi sueño y me dijo que vendrías. Yole dije a la Suma Sacerdotisa: «Finnikinde la Roca vendrá a por mí». Paraguiarme. —Evanjalin sonrió y fue unaexpresión de pura alegría—. Hasta mipueblo.

—Sigamos avanzando —dijo Perri.Finnikin agarró el brazo de su

padre mientras los demás corríandelante.

—Se equivoca. Hubo un mensajero

Page 866: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—dijo con energía—. Lo sé. Meacuerdo porque estaba soñando conBeatriss y estaba enfadado porque medespertaron.

—¿Qué soñabas? —preguntóTrevanion.

—Que ponías a tu bebé en losbrazos de Beatriss y ella lo sosteníacontra el pecho para darle de comer contanto amor que... que...

Finnikin parecía atónito al recordarcosas que había olvidado hacía tiempo.

Trevanion se detuvo y le cogió dela muñeca.

—Cuéntame más.Casi era una súplica.—Beatriss tenía el niño en el pecho

—continuó Finnikin— y tú te burlabas

Page 867: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

del monasterio de Lagrami. Beatrissdijo: «Pequeño Finch, ¿tú qué dices?¿La daremos al monasterio de Lagramipara que esté a salvo? ¿Comoprometiste? ¿Como prometiste?». Siguiórepitiendo. —Finnikin sacudió la cabezapara intentar dar sentido a suspensamientos—. Y ahora parece queEvanjalin o Beatriss u otra persona mellamó para que fuera al monasterio deLagrami aquella noche.

Trevanion se quedó callado unmomento.

—¿Parecía... feliz? —preguntó envoz baja—. ¿En el sueño?

Finnikin sabía que se refería aBeatriss.

—Tan feliz como siempre estaba

Page 868: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cuando estabais a su lado —dijo conhonestidad—. Tan feliz que me hizoviajar al otro extremo de la tierra sinpreguntar adónde me dirigía.

Cuando llegaron a trompicones a lafalda de la montaña, donde dormían losexiliados, Trevanion dio las gracias alos monteses que hacían guardia.

—Quedaos un rato —le dijo aFinnikin y Lucian—. Dormid primero ymañana por la mañana llevad aEvanjalin y Froi con vuestra gente,Lucian. Perri y yo tenemos que volver alValle esta noche. Saro sabrá seguirnos.

Lucian asintió y Finnikin esperómientras Trevanion y Perri montaban ensus caballos.

Page 869: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Descansa, Finn —dijo su padre—. Me temo que aún te queda muchopor hacer en el Valle de la Tranquilidad.

Y con una última mirada a Finnikin,Trevanion y Perri se dirigieron al oeste,donde les esperaban los exiliados.

En el borde del campamento,Finnikin y Lucian yacían cerca de una delas hogueras para secar sus ropashúmedas. Evanjalin y Froi ya estabandormidos, y Finnikin les tapó con unosabrigos forrados de lana.

—Era mi héroe. Balthazar —dijoLucian en voz baja mientras miraba aFinnikin por encima de la fogata.

—Creo que tú eras el suyo —admitió Finnikin.

Page 870: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—No. Creo que una mitad de élquería ser Trevanion del Río y la otramitad Finnikin de la Roca. —Lucian serio—. Yo, por supuesto, quería ser Perriel Salvaje, aunque después de estanoche, no creo que tuviera el estómagonecesario.

—Perri es más que eso.Lucian se inclinó hacia delante.—Bueno, no estoy seguro de que

Balthazar hubiera sido el mejor de losreyes.

—¿Por qué dices tal cosa? —preguntó Finnikin.

—Tal vez fuera mejor que supadre, pero no era como su madre. Mifamilia dice que la reina se casó con unhombre inferior a ella.

Page 871: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin resopló con cuidado de nodespertar a Evanjalin ni a Froi.

—Tan solo vosotros las cabrasmontesas creeríais que son mejores quela realeza.

—No es presunción —dijo Lucian—. Ella tenía agallas. Tenía ansias deconocimiento y una falta demisericordia, que les transmitió a sushijas, que muchos monteses envidiarían.La princesa mayor, la prima Vestie,habría sido una gran líder. Yata siempredecía que tenía la misma fuerza que sumadre, la reina. El rey era... blando,sobre todo con su primo. Así que no nossorprendió que aquella escoria detrás denuestras botas encontrara su camino devuelta a Lumatere como el rey impostor.

Page 872: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—El rey impostor fue un títere quepuso el rey de Charyn en un intento deusar Lumatere como vía para invadirBelegonia.

Lucian se encogió de hombros.—El rey fue débil con Charyn.

Debió de enviar el ejército en cuantoCharyn detuvo el envío de mercancías alnorte.

Miró a Froi y Evanjalin.—¿Sabéis por qué estaba seguro de

que Balthazar había muerto esa noche?—preguntó.

Finnikin suspiró pues queríadormir.

—¿Quizá porque te crees que losabes todo?

Lucian no estaba de humor para sus

Page 873: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

chistes.—¿Te supura la herida?Finnikin asintió.—La mía también y así es como

supe que estaba muerto y fue esa noche.Finnikin no dijo nada.—La herida vive porque la

promesa fue real. Funcionó.—Lucian...—¿Qué juramos aquel día en la

roca de las tres maravillas, Finnikin? —susurró con urgencia.

Aun así Finnikin no respondió.Había algo en el tono de voz de Lucianque estaba haciendo que su corazón lemartilleara en el pecho.

—Balthazar prometió morir paraproteger la casa real de Lumatere —dijo

Page 874: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Lucian—. Tú prometiste ser su guía. Yoprometí ser su faro. Y diez años mástarde aquí estamos.

—No estamos todos.Lucian se acercó más a él.—La promesa de Balthazar fue que

moriría protegiendo la casa real deLumatere —repitió con lágrimas en losojos—. Tres testigos le vieron correrpor el bosque aquella noche. —Luciansacudió la cabeza, incrédulo—. No esposible. Balthazar nunca se habríapermitido vivir si Isaboe hubieramuerto. Esa es la diferencia entre el hijodel rey y las hijas de la reina. Laprimera prioridad del rey era lasupervivencia de su esposa y sus hijos.Pero ¿la de la reina? La supervivencia

Page 875: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de su gente. Porque la gente eraLumatere.

—¿Qué estás diciendo? —preguntóFinnikin.

—Balthazar lo heredó de su padre—dijo Lucian con energía—. Todoshonramos nuestra promesa. Y Seranonnade los Habitantes del Bosque y otrosdos, que no tenían motivos para mentir,declararon haber visto un niño corriendopor el Bosque aquella noche. El niñoque dejó huellas sangrientas en losmuros del reino. Yo vi esas huellas.Todos los monteses las vimos, lasemana que nos quedamos en el Valle dela Tranquilidad. Mi padre y sushermanos tuvieron que apartar a mi yatade allí.

Page 876: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin apenas pudo pronunciaruna sola palabras. Lucian parecíatrastornado mientras señalaba a la figuraque yacía junto a este.

—Balthazar la protegió. Tú eras suguía. La trajiste aquí porque sentía a lagente. Yo era su faro.

—¿Isaboe? —dijo Finnikin con lavoz ronca por la impresión.

Se quedó mirando su figuradurmiente mientras Lucian se ponía enpie y desenvainaba la espada. El montésse puso en guardia al instante, peroFinnikin no pudo moverse. Isaboe.¿Cómo no se había dado cuenta? ¿Cómono la había reconocido? Lo que era peoraún, se preguntó con dolor y rabia, ¿porqué no había confiado en él? ¿Después

Page 877: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de todo aquel tiempo que llevabanjuntos? Sin embargo, se levantó de unsalto junto a Lucian para hacer aquellopor lo que había nacido. Proteger a lacasa real de Lumatere.

—Tú empezaste esto cuando nosobligaste a cortarnos la carne denuestros cuerpos, Finnikin —susurróLucian—. Pero lo haría otras mil vecespara ver cómo nuestra reina nos guía devuelta a casa.

Page 878: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 23

Finnikin la despertó con las manostemblorosas después de que el solapareciera en el cielo. Los exiliadoshabían partido al amanecer hacia elValle con los hombres de Saro. Froi yEvanjalin seguían exhaustos, por lo quele suplicaron dormir un poco más, peroFinnikin meneó la cabeza en un gestonegativo. Estaba impaciente, lo mismoque Lucian, por llevarla hasta la yata.

—Está muy cerca —les dijo en vozbaja.

Saro de los Montes estaba a pocadistancia de ellos, hablando con algunosde sus hombres. Pareció sorprendido al

Page 879: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ver a Finnikin y a Lucian en la falda dela colina. Se acercó a ellos con unaexpresión inquisitiva en la cara. Hastaque la vio a ella.

—Ahora es cuando empieza todo—le susurró Lucian.

En el rostro de Saro apareció unaexpresión de asombro absoluto. Alpercatarse, Evanjalin levantó la vistadesde donde estaba en cuclillas,atándose las botas. Cuando terminó, sepuso en pie y caminó hacia él. Al llegara su altura, se inclinó para arrodillarseen una muestra de respeto hacia elcabeza de familia de los monteses.Horrorizado, Saro se apresuró ainterrumpirla y la hizo incorporarse. Erala misma reacción que Sir Topher había

Page 880: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

tenido cuando Evanjalin había intentadoarrodillarse ante Trevanion. Finnikin sedio cuenta de que Sir Topher lo sabía,de que siempre lo había sabido. Unareina no se arrodilla ante su gente.

Saro de los Montes alargó unamano y ella la tomó con calma. Finnikinla observó mientras caminaba junto a sutío. Cuanto más alto subían, másapresuraba ella sus pasos. No dejaba deabrir y cerrar las manos mientrascaminaba. Saro la miró, y los hombrosdel líder de los monteses seestremecieron al superarle la intensidadde sus sentimientos.

Pero cuando llegaron alcampamento, Evanjalin se detuvo paradarse la vuelta. Su mirada se cruzó con

Page 881: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

la de Finnikin. Quería desesperadamenteprotegerla, esconderla, llevársela lejos,a un sitio donde pudieran fingir que noera más que una novicia llamadaEvanjalin. Los dos se quedaron así unosinstantes, hasta que ella se dio mediavuelta y comenzó a caminar hacia layata, que estaba un poco más lejos,riéndose de algo con Sir Tophermientras ambos realizaban sus tareasmatutinas. Al cabo de un instante, lareina de Lumatere se soltó de la mano desu tío y se le escapó un sollozo cuandocomenzó a correr hacia su abuela, quienla miró fijamente como si fuera unaaparición.

- ¡Yata!El grito de angustia de Isaboe

Page 882: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

resonó en las colinas. Apretó el cuerpocontra el de su yata y se derrumbó bajoel peso de los recuerdos y de la pena amedida que iba pronunciando nombres.Los nombres de sus hermanas y suhermano, de su padre y su madre, todoscargados con un dolor que parecía quenunca terminaría.

La tienda de Yata , donde se alojóla reina, estaba muy protegida esanoche. Finnikin se había mantenido lejospor respeto a la familia y por lanecesidad que sentía de estar solo. Sinembargo, el deseo de verla era máspoderoso. La necesidad de tumbarse asu lado y de abrazarla era tan intensaque le hizo sentirse débil.

Page 883: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Cuatro de los primos de la reina seinterpusieron en su camino cuando sedirigió hacia la entrada de la tienda.Llevaban las espadas en la mano.

—Estoy con la reina —les dijo confirmeza.

El montés que estaba al mandonegó con la cabeza.

—Está con su familia y con elPrimer Caballero de la reina —lerespondió—. ¿Qué relación tienes tú conella?

¿Qué relación tenía él con la reinade Lumatere?

Lucian apareció antes de quetuviera tiempo de contestar.

—Está con nosotros, muchachos —les aclaró antes de echarse a un lado

Page 884: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

para que Finnikin entrara.No lograba verla desde donde se

encontraba. Saro, sus hermanos, susesposas y sus hijos estaban apiñadosalrededor de la parte central de latienda. Sí vio a Sir Topher, que estabajunto a Saro, con la cabeza inclinadahacia él mientras los dos conversaban.

—Atraparon al lobo plateado —lesusurró Lucian mientras se sentaban enun extremo de la tienda—. En el agujeroque excavamos y cubrimos con hojas.

—¿Quién?—Balthazar e Isaboe. Esa noche.

Cuando el asesino les persiguió,Balthazar escondió a Isaboe en unamadriguera y lo condujo hasta la trampa.

Finnikin lo miró fijamente,

Page 885: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

horrorizado.—Isaboe volvió más tarde a la

puerta principal —le siguió explicandoLucian mientras contemplaba la escenaque se estaba desarrollando alrededorde la cama de Yata—. Pero ya habíandescubierto los cuerpos de la familiareal y la puerta estaba cerrada. Supo quealgo terrible debía de haber pasado enel palacio, lo mismo que en el Bosque,así que regresó allí para buscar aSeranonna y llevarla hasta donde...Balthazar... —Lucian se estremeció—yacía muerto al lado del asesino en elrefugio. Estaba hecho pedazos. El loboseguía vivo.

—¿Enterraron al lobo vivo conBalthazar y el asesino? —le preguntó

Page 886: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin con voz ronca.Lucian negó con la cabeza.—Isaboe no hubiera permitido que

enterraran a su hermano junto al asesino.Temía que eso les impidiera a losdioses llevarse a Balthazar al sitio quepor derecho le correspondía en la otravida. Mató al lobo con la ballesta deBalthazar. Dijo que Finnikin de la Rocale había enseñado a disparar cuando erapequeña. Seranonna se llevó los cuerposdel animal y de Balthazar, y los enterrójuntos. Luego comenzaron a sonar lascampanas fúnebres del palacio.Seranonna se dio cuenta de que Isaboedebía ser la única superviviente de lafamilia real. Se aseguró de que fueranquienes fueran los asesinos, pensaran

Page 887: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que había sido Isaboe quien habíamuerto, y no Balthazar, para que asínunca buscasen a una niña.

—Entonces, la ropa... loscabellos...

Finnikin tragó saliva, incapaz decontinuar.

—Eran de Isaboe, pero los dedos...las orejas...

—Dioses.La reina estaba durmiendo con la

cabeza apoyada en el regazo de su yata,como si los diez años de viaje lahubieran dejado exhausta. Yata vio aFinnikin entre la gente que searremolinaba y le hizo un gesto para quese acercara.

—Pregunta por ti cada vez que se

Page 888: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

despierta —le dijo sonriente alacercarse.

«¿Qué relación tienes tú con ella?».Finnikin se arrodilló al lado de la

cama. Deseó poder alargar la mano paraacariciarle la piel suave y sonrojada.

—Todo este tiempo ansió volver acasa contigo —dijo en voz baja.

La yata movió la cabeza en ungesto negativo.

—No, Finnikin. Es mía duranteestos pocos y valiosos momentos. Seréegoísta y aprovecharé todas lasoportunidades que tenga de tenerla enmis brazos. Pero lo que ella necesitótodo este tiempo fue regresar a casa consu gente de Lumatere. —Le cogió lamano y la puso sobre la cara de la reina

Page 889: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—. ¿Verdad que es igual que mipreciosa hija? —le preguntó con losojos llenos de lágrimas—. Mis otraspreciosidades eran la imagen del buenode su padre, el rey, que trató a mi hijacomo una reina desde el primermomento que la vio. Pero Isaboe...Isaboe es nuestra niña montesa.

Finnikin alzó la mirada hacia Saro.—Si me lo permites, Saro, quisiera

pedirte, por favor, que enviaras a tugente esta noche al Valle y que nuestrogrupo de viaje siga siendo pequeño.Sería peligroso que llamáramos laatención tan cerca de Lumatere y laprotección de la reina es la máximaprioridad. Debemos informar aTrevanion de que la reina regresa al

Page 890: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Valle para llevar a su gente a su hogar.Saro asintió.—Los avisaremos a todos a través

de mis hermanos.—Nos marcharemos al alba —le

informó Finnikin.Abandonaron las colinas de Osteria

a la mañana siguiente con los últimos delos monteses. La reina cabalgaba en elcentro del grupo, en el mismo caballoque Finnikin. A veces, este sentía laslágrimas de la joven en la espalda ysabía que eran tanto por él como porella. Lo que estaba a punto de ocurrir enel Valle fuera del reino era un misteriopara todos ellos. Finnikin notaba elmiedo que ella sentía cada vez queEvanjalin le apretaba con fuerza. Eran

Page 891: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

unas manos fuertes, tal y como él habíaobservado cuando robaron el caballo enSarnak. Tendrían que serlo para dirigirel reino. Para curar a la gente. Saro yLucian cabalgaban junto a ellos, uno acada lado, y delante iban Yata , SirTopher y Froi. Todos permanecían ensilencio. Sabían demasiado como parano hacerlo. La entrada en Lumatere lesaldría muy cara a los monteses; si noera con la pérdida de su reina, lo seríacon la pérdida de sus hombres. Despuésde diez años de mantener a salvo a sugente, Saro y los suyos serían losprimeros en entrar por la puerta, detrásde la Guardia.

Finnikin se detuvo antes de llegar

Page 892: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

al Valle. En ese momento viajaban poruna estrecha senda entre unos campos detrigo que brillaban bajo el sol a cadalado.

—Necesito que vengas conmigo —le dijo en voz baja a Lucian—. Saro,¿puedes ocuparte de la reina? Notardaremos mucho.

Ella le agarró de la mano.—Déjame ir con vosotros,

Finnikin.—Estarás más segura aquí —le

dijo él con voz amable.Lucian le siguió hasta un lugar algo

apartado entre las dos cosechas yFinnikin no perdió el tiempo hablando.

—Necesito que hagas un juramento

Page 893: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—le dijo al montés cuando estuvoseguro de que nadie más podía oírles.

—Esta vez, no pienso hacérmelo enla parte alta del muslo.

—No tenemos tiempo para discutir.Solo sangra un poco y júralo por laDiosa.

—¿Por Lagrami o Sagrami?—Por las dos Diosas.Finnikin le ofreció la daga y Lucian

la miró fijamente durante unos momentosantes de tomarla y hacerse una incisiónen el brazo. Le devolvió la daga aFinnikin y esperó a que él hiciera lomismo, pero este negó con la cabeza.

—Solo tú.—Sea lo que sea, lo juraremos los

dos, Finnikin —le dijo Lucian con

Page 894: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

firmeza.—Jura que me matarás...Lucian se apartó de él, furioso.—Vas demasiado lejos.Finnikin le agarró por la camisa.—Júrame que me matarás si alguna

vez represento una amenaza para lareina.

Lucian se soltó de un tirón.—Mataré a cualquiera que

represente una amenaza para mi reina.—Júralo, Lucian. ¡Por favor!—Hasta un ciego sería capaz de

ver lo que ella siente por ti y lo que túsientes por ella. Vuestras almas no estánentrelazadas, están fusionadas. Esa es tuamenaza. ¿Por qué no le dices que laamas y fingís que tenéis una vida normal

Page 895: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

como los demás mortales?—¡Júralo! Te lo pido como

hermano de sangre.Lucian trazó una línea en el brazo

de Finnikin con su daga.—El juramento de Balthazar —le

dijo con energía—. Protegeré a la casareal de Lumatere. A la reina. —Miró aFinnikin—. Y a quien ella elija comorey.

Froi tenía la cabeza apoyada en elcaballo de Finnikin, al lado de dondeestaba sentada la reina. Estabaimpaciente por ver al capitán, a Perri y aMusgo. Luego todo volvería a ser ceñosfruncidos y órdenes a voz en grito, ysabría que todo había vuelto a lanormalidad. La noche anterior había

Page 896: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

oído a los monteses hablar sobreFinnikin y la reina. Odiaba el modo enel que hablaban de Evanjalin como «lareina», como si ya no fuese una persona.Los jóvenes monteses hablaron de lafuerza que sería necesaria para romperla maldición en la puerta principal. Unode ellos dijo que Finnikin era untroglodita flacucho y Froi tuvo ganas dedecirles que había visto luchar aFinnikin y que era mejor que todos ellosjuntos. Luego otro de los montesessusurró que Finnikin o la reina moriríanen la puerta porque la maldición erademasiado fuerte y que lo más probableera que fuese Finnikin, porque él noestaba acostumbrado a la oscuridad.Froi sabía que el capitán no permitiría

Page 897: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que Finnikin o Evanjalin hicieran nadaque les pudiera provocar daño alguno,así que se alegró cuando Finnikin yLucian regresaron para continuar lamarcha hacia el Valle. De ese modo, elcapitán estaría al mando y le prohibiríaa Finnikin hacer cualquier cosa quepudiera provocarle la muerte.

Contempló cómo Finnikin se subíaal caballo con la manga manchada desangre. A Froi le gustó el modo en elque Finnikin alargó una mano hacia atráspara tomar la mano de Evanjalin ycolocársela alrededor de la cintura.Aquello hacía que todo pareciesenormal, porque Finnikin siempre queríatocarla.

Page 898: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Vamos —dijo Finnikin en vozbaja y, al igual que había ocurrido cadavez que había hablado a lo largo del díaanterior, todo el mundo le escuchó y leobedeció.

Page 899: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 24

Finnikin vio la tormenta cuandollegaron a la colina que se alzaba sobreel Valle de la Tranquilidad. Eraimposible acercarse al Valle sin ver lasoscuras nubes que cubrían como unsudario el reino que se extendía al otrolado. Pero lo que les dejó sin aliento fuelo que vieron ante ellos. No era un valle,sino un mar. De gente. Decenas de milesde personas esperaban para volver alhogar. Finnikin oyó a la reina sollozar asu espalda.

—Quiero caminar —le dijo ellacon impaciencia mientras se bajaba delcaballo.

Page 900: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Él la siguió con la mano apoyadaen la empuñadura de la espada,preparado para cualquier posiblepeligro. Había demasiada gente.Cualquiera de ellos podía representaruna amenaza para la reina. Estabaacostumbrado a los pequeñoscampamentos de exiliados, no a medioreino apiñado en el mismo lugar.

Cuando llegaron al borde exteriorde la masa de gente, se dio cuenta de laenergía que la rodeaba. En el otroextremo del campamento se veía uncampo de entrenamiento, donde estabanforjando armas y los hombres sededicaban a prácticas de tiro. En otraszonas, la gente se apiñaba en grupospara hablar y discutir. Reconoció a Lord

Page 901: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

August y a Lady Abian con los de lasLlanuras, que en esos momentos estabanrepartiendo comida a los de su grupo.

Finnikin atisbó a lo lejos aTrevanion y a varios miembros de laGuardia patrullando a caballo loslímites del campamento. Se sintióaliviado por primera vez desde hacíavarios días. Como si Trevanion loshubiera percibido, se dio la vuelta haciala ladera donde se encontraban Finnikiny Evanjalin. Les dijo algo a sus hombresy la Guardia procedió a dirigirse haciaellos. Finnikin se sintió como si tuvieranueve años de nuevo, cuando el pecho lereventaba de orgullo porque jamás veríaalgo tan grandioso como su padre acaballo al frente de sus guerreros.

Page 902: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Trevanion desmontó y levantó unamano para agarrarle del hombro aFinnikin. Este supo que no se trataba tansolo de un saludo. Era unreconocimiento de lo que ocurriría a lolargo de los días siguientes al otro ladode la puerta principal. Los hombres deTrevanion también desmontaron y losgrupos de exiliados que había alrededorse detuvieron para ver lo que ocurría.

Fue entonces cuando el capitán dela Guardia llegó a la altura de la reina.Se arrodilló y se quedó postrado en elcamino delante de ella. Sus hombreshicieron lo mismo y todo el campamentose fue quedando en silencio.

Finnikin vio las lágrimas queasomaron a los ojos de la joven cuando

Page 903: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

bajó la vista hacia sus soldados. Parecíapequeña y vulnerable, y temió por ella,pero luego recordó que Isaboe, la menorde todos los hijos del rey y de la reinade Lumatere, había recorrido miles dekilómetros a lo largo de diez años parallegar hasta ese lugar. Supo que ese eraprecisamente el motivo por el que supadre se inclinaba ante ella, más que porsu sangre real. Sin duda, la familia reallumaterana descendía de los dioses.Finnikin jamás creyó con más fuerza enaquello que en ese momento, con supadre postrado ante la reina.

Trevanion se puso en pie tras unosinstantes. Finnikin le ofreció una mano ala reina. Evanjalin la tomó en silencio y,vacilante, empezó a caminar por la

Page 904: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

senda que se abría entre los exiliados.Todo estaba en silencio, pero Finnikinsabía que aquella gente estabaasombrada. Una mano cruzó el aire endirección a la reina y Finnikin seinterpuso de inmediato con la espadaempuñada, pero la reina le tocó consuavidad el brazo y le rodeó. Finnikin semantuvo pegado a ella, pero eso noimpidió que la multitud acabaraenvolviéndola por completo. A pesar detodo, la reina la atravesó y se convirtióen una más de ellos.

—Que no se te vaya, Finnikin —oyó que le decía Trevanion.

Los zarandearon de un lado a otro,mientras las manos intentaban tocarlapara ver si era de verdad, para

Page 905: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

convencerse a sí mismos de querealmente volvían a casa. Sin embargo,la reina pareció tomárselo todo concalma, como si hubiera nacido paraaquello. Como si lo llevara en la sangre.Fue entonces cuando Finnikincomprendió por fin por qué se habíasentido tan apesadumbrado y habíaestado tan callado a lo largo de losúltimos días.

Sabía cómo ser Finnikin de la Rocacon Evanjalin de los Montes, pero notenía ni idea de cómo ser con la reinaIsaboe.

Finnikin vio que Lord August y sufamilia se acercaban a ellos y, unmomento después, la reina quedórodeada por las mujeres. Vio al

Page 906: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

embajador Corden y a todo su séquitodetrás de Lord August. Parecía nervioso.Por instinto, Finnikin tiró de la reinahacia él.

—Todo el mundo debe retrocederahora mismo —declaró el embajadorCorden, lleno de engreimiento—.Finnikin, ¿eres tú el que está detrás detanto cabello? No es correcto tocar a lareina. ¡Apártate! Lady Celie, por favor,¿seríais tan amable de encontrarle unatuendo adecuado a su majestad?

Lord August no parecióimpresionado por todo aquello. Se pusoal lado de Finnikin mientras seguían atodo aquel séquito hasta la tiendaprincipal.

Page 907: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Supongo que también vos sabíaistodo esto desde el principio —lecomentó Finnikin mientras contemplabala facilidad con la que las mujeresconversaban.

—Por supuesto que no —le replicóel duque con voz irritada—. Porque noestoy casado con una obediente noviciade Lagrami, ¿verdad? Estoy casado conalguien que solo tuvo a bien hablarme dela reina cuando entramos en este valle.

—¿Suponéis que la reina le contóalgo cuando estuvimos en vuestro hogarel mes pasado?

Lord August hizo un gesto deasentimiento.

—Abie se dio cuenta de inmediato.Conocía muy bien a la anterior reina.

Page 908: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Evanjalin les confirmó a mi esposa y ami hija quién era.

Un grupo de nobles ataviados convestidos de seda se dirigió hacia ellosmientras se acercaban a la tiendaprincipal.

—Lord Castian y su pandilla.Intenta no dormirte mientras habla —lesusurró Lord August.

A aquello le siguieron unos largosdías de espera. Habían regresado dosmil ciento veinte exiliados y llegabanmás grupos cada día que pasaba.Finnikin no pudo evitar pensar en cómohabía sido el Valle diez años atrás, eldía de la maldición, cuando no tenía niidea de lo que le deparaba el futuro, tansolo el recuerdo vívido de lo que

Page 909: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

dejaban atrás. Los años transcurridoshabían dejado adormecida a la gente,que se mantenía en silencio mientrasesperaban de nuevo a lo desconocido.Estaban demasiado atemorizados paratener otra esperanza que no fuera la detener a una reina entre ellos, pero nadiesabía cuándo se intentaría atravesar lapuerta principal, y a ella se la veíapoco.

Finnikin pasó el tiempo con supadre y con la Guardia preparando losplanes para el ataque.

—Una vez atravesemos la puertaprincipal, les atacaremos con comomínimo más de mil proyectiles en elprimer minuto —informó Trevanion a

Page 910: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sus hombres, que se apretujabanapiñados en la abarrotada tienda—.Quiero a ese rey impostor y a sushombres diezmados por el enormenúmero de nuestras flechas y quiero quetengamos pocas bajas. Luego la Guardiatomará el palacio junto a los mejoresarqueros y espadachines de entre losexiliados.

—¿Pero cómo cruzaremos la puertaprincipal? —preguntó uno de losguardias.

—La reina sabrá lo que debehacerse —le respondió Trevanion confirmeza y desafiando así a quecualquiera se lo discutiera. Miró a Saro,que se había reunido con ellos, Lucian yunos cuantos monteses—. En el

Page 911: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

momento en que esos cabrones sepanque hemos entrado, cabalgarán hacia lasmontañas e intentarán cruzar la fronteracon Charyn. Los charynitas quizásestarán esperando allí para invadir elreino en cuanto vean que la maldición hadesaparecido. Querrán ver muerto al reyimpostor casi tanto como nosotros,aunque solo sea para evitar que hable.Saro, cabalgarás hacia tus montañas encuanto entremos. Llévate a todos tusguerreros. —Trevanion se giró hacia losmiembros de su Guardia—. Todosaquellos de vosotros que formáis equipocon un grupo de exiliados aseguraos deexplicarles bien cuál será su cometidoantes de que comience la batalla.

—¿Cuándo entraremos en el reino?

Page 912: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—quiso saber Saro.Trevanion cruzó la mirada con la

de Finnikin, que estaba situado al otrolado de la tienda abarrotada.

—Esa decisión la tomará la reina.Está esperando una señal —le contestó.

Finnikin instruyó a Sefton y a losmuchachos del poblado que formabanparte del grupo de exiliados que loscharynitas habían tomado como rehenes.Tenían la misma edad que Finnikin. Eranunos jóvenes fuertes y resistentes. Lehabían reconocido cuando entró en elValle y se dedicaron a seguirle, ansiosospor tomar parte en la batalla que seavecinaba. Froi solía estar cerca. Elladrón pasaba la mayor parte del tiempoactuando como mensajero y corriendo

Page 913: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de un extremo a otro del Valle paraasegurarse de que la comunicación entrela Guardia, la nobleza, el PrimerCaballero de la reina, la propia reina yel sacerdote real se mantenía fluida. Elchico no se quejó en ningún momento yFinnikin albergaba un intensosentimiento de protección hacia él. Eraevidente que el muchacho procedía deuna estirpe fuerte, pero eso sería loúnico que se llegaría a saber de él. Nohabía ninguna señal de a qué ramafamiliar pertenecía. Tampoco teníarecuerdos de nada relacionado conLumatere antes de sus primeros días enSarnak. Froi era uno de los huérfanos desu tierra cuya vida como lumateranocomenzaría a la edad que tenía en ese

Page 914: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

momento.

La quinta tarde, mientras escogía alos arqueros más veloces de un grupo deexiliados, Finnikin notó que Sir Tophery el sacerdote real le estabanobservando. Había mantenido lasdistancias respecto a su antiguo mentordesde el mismo día que habían entradoen el Valle. Saber que Sir Topher habíaconocido la verdadera identidad deEvanjalin le escocía como si se tratasede una traición.

—Señor —les saludó coneducación—. Bendito barakah.

Finnikin sintió la aguda mirada delsacerdote real clavada en él.

—Responderé a tu pregunta,

Page 915: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin —dijo Sir Topher.—No he hecho ninguna pregunta —

replicó con brusquedad.—Pero quisiste hacérmela desde el

mismo momento en el que te fuerevelado quién era ella —insistió SirTopher con suavidad.

Finnikin soltó un suspiro. Miró a sualrededor, al Valle, donde muchos delos exiliados estaban reencontrándosecon sus vecinos, ya que sus nombreshabían quedado registrados en el Librode Lumatere.

—Sefton, ¿puedes seguir tú? —gritó, y luego se llevó a Sir Topher y alsacerdote real lejos del campo deentrenamiento, hacia el campamento.

—¿Os lo dijo ella o lo

Page 916: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

descubristeis vos mismo? —le preguntócon brusquedad mientras se acercaban ala zona vigilada donde se encontraba lareina.

—Ella sospechaba que yo lo sabía—contestó Sir Topher con todasinceridad—. Pero yo jamás llegué aimaginarme que la descendiente máspequeña del rey y de la reinasobreviviría. Que esa diminuta criatura,eclipsada por unos hermanos tanbrillantes e intrépidos, sería la quelograra sobrevivir. ¿Quién lo hubieracreído?

—¿Fue el anillo?Sir Topher negó con la cabeza.—No. El anillo lo robaron en

Lumatere muchos años antes de lo

Page 917: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

innombrable. Al principio pensé que supadre debía de ser el ladrón. Trevanionme explicó lo que ella había contadosobre cómo lo recuperó en Sarnak. —Secalló un momento—. Comencé asospechar cuando le miré bien a la caraen Sprie. Verás, estaba allí el día que elrey llevó a la reina a casa cuando no eramás que una hermosa joven. Vi susamados rostros todos los días duranteveinte años. Conocía muy bien losgestos de la reina, las expresiones delrey, las peculiaridades de los demásniños. Pero en Sorel, cuando te metieronen prisión, me contestó algo que yo lehabía oído al rey decirle muchas veces asus hijos: «Prepárate siempre para lopeor, cariño, porque vive al lado de lo

Page 918: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mejor».—Nunca me preguntasteis sobre el

mensajero que nos llevó hasta elmonasterio de Sendecane —le dijoFinnikin.

—No, por la tremenda convicciónque había en tu voz. Confié en ti y mirahasta dónde nos ha traído esa confianza.Finnikin, hemos logrado lo que siemprequisimos. Todos nuestros exiliados en elmismo trozo de tierra. Eso ya es algomás que suficiente por lo que dar lasgracias.

—Pero no confiasteis en mí losuficiente para contarme lo quesospechabais —replicó Finnikin sinpoder evitar hablar con un tono herido yrabia en la voz.

Page 919: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Porque necesitaba que túeligieras el camino que debíamos tomar,Finnikin. Estaba seguro de que en elmomento que supieras que uno de losamados miembros de la familia realestaba vivo, la culpabilidad te haríaretraerte. Una falsa idea de tu niñez tehace creer que tu ambición y tus deseosson los que provocaron sus muertes. Sinembargo, yo creo que naciste con elcorazón de un rey. Eres un guerrero. Elverdadero resurdus.

Finnikin negó con la cabeza.—Pero sí que dudo de ti —añadió

Sir Topher—. Porque dudas de timismo. Finnikin, Isaboe no es solo unareina. También es un recurso muyvalioso. Una herramienta que debemos

Page 920: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

utilizar y ella lo sabe mejor que nadie enel reino. Nació sabiéndolo, lo mismoque sus hermanas. Si decides no ser surey, entonces tendremos que asegurar eltrono mediante alianzas con Osteria ocon Belegonia.

Finnikin cerró con fuerza la mano yla flecha que tenía en ella se partió porla mitad con un chasquido seco. SirTopher le miró con tal gesto depreocupación que Finnikin sintió que laslágrimas se le agolpaban en los ojos.

—Mientras tú te resistías a laposibilidad de llevar la corona, quizásotros se han estado preparando para ello—le dijo el sacerdote real.

—Una corona robada, benditobarakah. La corona de un niño muerto

Page 921: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—replicó Finnikin con agresividad—.¿Está más allá de mi control? ¿O del deella? ¿Es que para ella no he sido todoeste tiempo más que el cumplimiento deuna profecía? —Sacudió la cabeza conun gesto de amargura—. Somos juguetesen manos de los dioses, pero me gustaríatener cierto control sobre lo que me pasaen la vida.

—¿Es que no has tomadodecisiones basadas en tu propia y librevoluntad, Finnikin? —le preguntó elsacerdote real—. Porque hoy me hancontado algo. Me han hablado de unchico de doce años que durante unavisita a Osteria, como invitado denuestro embajador, vio por primera vezun campamento de exiliados. Nada te

Page 922: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

prepara para una visión semejante,¿verdad, muchacho? Te das cuenta delas cosas más raras. Ves niños en losque las rodillas son la parte más gruesadel cuerpo. Jamás llegué a comprenderqué era lo que los mantenía en pie. Esechico se volvió hacia su mentor y lepidió que le indicara cómo se decía«Alimentad a esta gente», pero ni elembajador ni su mentor le contestaron.Ambos eran huéspedes del rey deOsteria y, aunque sentían una enormepena por el sufrimiento de su gente, eranincapaces de enmendarlo. ¿Cuántasveces se habían dicho aquellosindividuos adultos «No puedo hacernada para arreglarlo»? Sin embargo, elchico no cedió. Así que aprendió esas

Page 923: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

palabras de un sirviente osteriano y esemismo día se dirigió hacia donde seencontraba el rey de Osteria a caballo.Le repitió las mismas palabras una yotra vez mientras se acercaba. Incluso lellegó a tirar una piedra al rey para atraersu atención. Por supuesto, la GuardiaReal se llevó preso al chico. Elembajador tardó treinta días enconseguir que lo liberaran. Treinta díasencadenado a una pared de piedra en loscalabozos del palacio. El castigo porhumillar a un rey.

Finnikin bajó la mirada.—Mírame, muchacho —le dijo el

sacerdote real con firmeza—. A esagente la alimentaron, ¿verdad, Finnikin?Porque a unos adultos, incluido un rey,

Page 924: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

los dejó en evidencia un chaval de doceaños. Y, a partir de ese día, el PrimerCaballero del rey le enseñó a suaprendiz a hablar la lengua deprácticamente todos los reinos de latierra. ¿No es cierto?

Finnikin asintió a regañadientes.—Somos juguetes en manos de los

dioses —admitió el sacerdote real—.Pero somos los mortales los que lesproporcionamos las herramientas paraque nos conviertan en eso.

Finnikin se dirigió hacia la tiendade la reina. Vio que quien montabaguardia era Aldron.

—Tengo que verla —le dijo confrialdad.

Page 925: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—No estás en la lista de la genteque puede verla —replicó Aldron.

—¿Puedo preguntar dónde está esalista?

Aldron se dio unos golpecitos conel dedo en la cabeza.

—Aquí dentro.—Es bueno saber que hay algo ahí

dentro.Aldron no pudo evitar sonreír.—Le avisaré de tu presencia y le

preguntaré si está interesada en verte.Le dio la espalda un momento y

Finnikin le agarró del hombro para darlela vuelta con brusquedad. Le pegó lacara a la suya con todos los músculosdel cuerpo poseídos por la rabia.

—Jamás, jamás le des la espalda a

Page 926: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

alguien que puede ser una amenaza parala reina —le gruñó—. Jamás vuelvas aponerla en peligro de ese modo.

Lord August y Sir Topheraparecieron de repente y le apartaron.

—¿Qué está pasando aquí? —exigió saber Lord August.

Aldron miró fijamente a Finnikin ysacudió los hombros para colocarsebien las ropas que Finnikin había sacadode su sitio. Le hizo un gesto deasentimiento al joven, como si admitieraalgo.

—Nada —dijo Aldron finalmente—. Ha sido culpa mía.

Evanjalin estaba en una de lasesquinas de la tienda, con el cuerpotenso. La esposa de uno de los duques,

Page 927: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

una mujer que se había autonombradodama de compañía de la reina, miró aFinnikin con una expresión glacial.Evanjalin llevaba puesta la mismatúnica de algodón estampado que suyata le había tejido. En su cara aparecióuna expresión de alivio ansioso al verle,al ver un rostro familiar.

—Encontraré otro modo —le dijoFinnikin con voz ronca—. Un modo deatravesar la puerta principal sin quetengas que arriesgarte a...

—Finnikin, ya basta —leinterrumpió ella en voz baja.

«Su sangre se derramará para quetú seas rey».

—Encontraré otro modo —insistió

Page 928: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin al mismo tiempo que laagarraba de los brazos—. Un modo demantenerte a salvo.

—Esto es lo que siempre me temí—le contestó ella—. Que me pusierasen una torre de marfil y me mantuvierasescondida. Gracias a la Diosa que no terevelé la verdad hace seis meses.Seguiría en el monasterio de Sendecaneo en alguna aburrida corte extranjera,donde me protegerían.

—No es apropiado que estés aquí,joven —le dijo la duquesa—. ¡Y menosaún tocar a la reina de ese modo!

Finnikin hizo caso omiso de lamujer y no apartó la mirada deEvanjalin. La reina era un recurso muyvalioso. Un artículo con el que

Page 929: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

comerciar. Una mercancía a la quesacrificar si era necesario. Recordó laspalabras que Sir Topher habíapronunciado en la casa de Lord August:«Las princesas siempre se sacrificabanpor el reino».

—Lady Milla, por favor, ¿seríaistan amable de dejarnos a solas?

Sabía ser tan fuerte como educada.Aquello había sido una orden y la mujerse marchó con una inspiración ofendiday una última mirada feroz a Finnikin.

—Ya te lo he dicho antes, Finnikin.No puedes completar este viaje sin mí atu lado. Seranonna lo profetizó.Sostendrás las manos de aquella personaa la que juraste salvar. Mis manos —ledijo ella.

Page 930: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Recordó la conversación quehabían tenido en aquel pueblo deYutlind Sur, cuando le había preguntadosobre las posibilidades que teníaBalthazar de sobrevivir a una reentradaen Lumatere. Ella había albergado desdeel comienzo el miedo a morir en lapuerta principal, pero eso no la habíadetenido. El valor y el miedo de la reinale desgarraron el pecho a Finnikin.

Le pareció que había pasado todauna vida cuando recuperó la voz.

—¿Quién es la luz y quién laoscuridad? —le preguntó.

—Quizá los dos somos lo uno y lootro.

—¿Y lo del «dolor que nuncacesará»?

Page 931: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

A la reina se le llenaron los ojos delágrimas.

—Que tú debas sufrir dolor por micausa es un pesar que no puedo soportar.

—¿Pero de qué dolor habla lamaldición? —le volvió a preguntar élcon delicadeza.

Ella guardó silencio durante unosmomentos.

—El mío, Finnikin. Y el de todaLumatere.

—Pues entonces, compartiré esacarga contigo. Ahora. En este mismoinstante.

Ella se estremeció, como si hubieraestado conteniendo la respiracióndurante demasiado tiempo. Se veía en surostro. La aceptación de su destino.

Page 932: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Tienes que hablar con laGuardia? —le preguntó—. ¿Tienes quedarle alguna orden antes de que te llevea la puerta principal?

La reina asintió.—Evanjalin, vamos a hacerlo ya,

ahora.—Isaboe. Me llamo Isaboe.Se reunieron en su tienda justo

antes del amanecer. La reina, el PrimerCaballero de la reina, el sacerdote real,el capitán de la Guardia, el embajador,cinco duques y duquesas, Saro de losMontes y Finnikin de la Roca.

No había lugar para la ceremoniaen un espacio tan pequeño, así que lareina se sentó en el suelo duro con todos

Page 933: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

los demás. Sir Topher le hizo un gestode asentimiento para que comenzara ahablar, pero ella tardó un poco enhacerlo.

—Este es mi legado, con eltestimonio de la corte en exilio deLumatere y ante la presencia de la Diosacompleta.

Lord Freychinat murmuró algo aloír la mención a la Diosa completa.Finnikin pensó con rabia que se tratabadel mismo noble que había dejado atrása su gente en Lumatere durante todosaquellos años sin pensárselo dos veces.

—Si es voluntad de la Diosa queentre hoy en el reino de los dioses y noen Lumatere, nombro a Sir Kristopher delas Llanuras mi sucesor para que dirija a

Page 934: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mi gente. Si eso sucede, Sir Topher,tendréis que nombrar a un jefe por cadaprovincia. Mi tío gobernará a losmonteses y Lord August las Llanuras.Sin embargo, aquellos que van agobernar la Roca, el Bosque y el Ríodeben ser elegidos teniendo en cuenta laopinión de la gente que ha vivido dentrode los muros de Lumatere durante estosdiez años.

Se oyeron más murmullos, pero,esta vez, Finnikin miró fijamente aquienes se atrevieron a musitar.

—Señor embajador, en cuantorecuperemos Lumatere debéis enviar unmensaje a todos los reyes y reinas detodos los reinos de Skuldenore. Decidleque el impostor ya no gobierna y que

Page 935: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cualquier nación que decida noreconocer la soberanía de Lumatere, yasea representada por mí o por misucesor, será nuestra enemiga.

»También debéis asegurar a Sarnakque no tendrán acceso a nuestro río si nollevan ante la justicia a aquellos queperpetraron la matanza de nuestra genteen su frontera sur hace dos años.Avíseles de que yo fui testigo de esamatanza. Asimismo debéis asegurarosde que el resto de la tierra sabe que elreino de Lumatere reconoce a loshabitantes originales de Yutlind Sur yrespeta el derecho del rey del sur altrono del sur, y al del actual rey delnorte al trono del norte. —Se volvióhacia el sacerdote real—. Bendito

Page 936: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

barakah, cuando llegue el momento, ycon la ayuda tanto de los adoradores deLagrami como de los de Sagrami, laDiosa será reverenciada en su formacompleta.

Todos se quedaron callados cuandola reina dejó de hablar. Finnikin vio quemiraba a Sir Topher en busca deaprobación. El Primer Caballero de lareina se puso en pie y le ofreció la manopara ayudarla a hacer lo mismo.

—Que las bendiciones de la únicaDiosa estén con todos vosotros —dijoen voz baja antes de volverse haciaFinnikin—. Estoy lista.

—¿No debería la reina estarvestida de un modo más... apropiado?—le preguntó Lady Milla con un leve

Page 937: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

respingo altanero.Isaboe bajó la mirada hacia lo que

llevaba puesto, la túnica que le habíaregalado su yata.

—La reina estará vestida de unmodo más apropiado el día de sucoronación —replicó Finnikin—. LadyMilla, hoy es mejor que nos enfrentemosa la situación desde un punto de vistamás práctico. Bueno, a menos que vosqueráis tomar su puesto en la puertaprincipal y así la reina podrá vestirse deseda y quedarse tranquila en su tienda.

Se oyeron más murmullos entre losduques y las duquesas sobre la«insolencia». Lady Abian los miróenfurecida, pero Lord Artor se atrevió ahablar.

Page 938: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Si la reina entra en Lumaterevestida...

—¡La reina entrará en Lumaterevestida tal y como está! —le interrumpióSir Topher con voz firme—. Se acabó ladiscusión sobre la ropa de la reina.

Isaboe agarró con fuerza la manode Finnikin mientras salían de la tienda.

—¿Es que no parezco una reina? —le preguntó con un susurro cargado depreocupación—. ¿Eso es lo que dice lagente?

Finnikin se inclinó sobre ella parahablarle al oído.

—Lo que dicen es que pareces unaDiosa.

—Ha llegado el momento —declaró Trevanion.

Page 939: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Musgo y Perri les esperaban fuera.—Solo llegamos hasta el foso. Una

fuerza tremenda nos impide seguir.Siempre ha sido así —le informóMusgo.

—¿En todo el perímetro? —quisosaber Trevanion.

—En todo su recorrido —leconfirmó Perri.

Trevanion miró a la tempestad yluego a Finnikin.

—Te veré al otro lado de la puertaprincipal. Haz lo que tengas que hacer yte veré al otro lado de los muros, dondelucharás a mi lado. ¿Entendido?

Finnikin asintió sin soltarle la manoa la reina. Isaboe tenía el rostro pálido ysu miedo era tan fuerte que Finnikin

Page 940: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sintió en su propia garganta una oleadade náuseas.

—Perri os acompañará todo lolejos que pueda —les dijo Trevanion altiempo que ponía con suavidad la manodebajo de la barbilla de Isaboe.

Se oyó un chasquido de lenguaprocedente de una de las duquesas yFinnikin tuvo que contenerse para norecriminarle por ello.

—Sir Topher, decidles que seaparten —le pidió Finnikin—. Estánincomodando a la reina.

Finnikin y la reina, acompañadospor la Guardia, se dirigieron hacia latormenta, donde Lucian y Froi lesesperaban. La reina abrazó con un gestorápido a su primo y luego se quedó

Page 941: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mirando a Froi. Finnikin vio laslágrimas de rabia en los ojos delmuchacho.

—Él tenía un plan mejor —le dijoFroi señalando a Finnikin—. Unasegunda Lumatere. Sin maldiciones desangre ni hechizos y sin necesidad desaber si vas a vivir o morir. Nospodemos quedar aquí. A la gente legusta el Valle. Lo han dicho. Soloquieren que te quedes aquí con fellos.

—La mitad de nuestra gente estáahí dentro, Froi —le dijo Lucian en vozbaja—. Y esto no es forma de vivir.

Froi se volvió hacia Trevanion yPerri.

—No folferé a hacer nada malo sinos quedamos aquí. Nunca. Haré lo que

Page 942: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

queráis. ¿Cómo le dejáis que lo haga,capitán? Son Finnikin y Evanjalin. Creíaque los amáfais más que nada en elmundo.

Trevanion no le respondió. Teníael rostro tenso, pero sin una expresiónclara.

La reina tomó la mano de Froi y lepuso algo en ella. El muchacho bajó lamirada antes de abrir poco a poco lamano. El anillo de rubí.

—Lo vale todo, Froi. Un valorincalculable. Tanto si regreso como sino, esto te pertenecerá para toda la vida.No porque te lo merezcas, porque no sémedir la valía de alguien tan joven comotú y tampoco olvidaré lo que intentastehacerme en aquel desván de Sorel. Pero

Page 943: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cuando lo miro, pienso en lo mucho queme amó el propietario de este anillo, lomismo que mi madre, mis maravillosashermanas y mi amado hermano. Una vezme preguntaste cuál era mi magia. Estaes mi magia.

Froi sostuvo el anillo con gestoabatido en la mano y se agarró el cuerpocon la otra, como si sufriera un tremendodolor.

Finnikin miró a su padre una últimavez. Luego tomó a la reina de la mano ycaminó hacia la puerta principalacompañado por Perri, hasta que elguardia se vio detenido por una fuerzaque le hizo retroceder. Vio a la reinadarse la vuelta un momento. Losguardias estaban montados a caballo,

Page 944: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

con las espadas en la mano. Detrás deellos había desplegado un ejército deexiliados con los arcos apuntados hacialas murallas del reino. Un poco máslejos vio a Sir Topher y a la yata de lareina.

Dieron un paso hacia delante y, derepente, Finnikin notó bajo los pies elsendero que llevaba a la puertaprincipal.

Trevanion se encontraba en elmontículo cubierto de hierba junto a sushombres. Contenía la respiración. Unmomento después, la reina y Finnikindesaparecieron al otro lado de latormenta. De repente, se oyó un jadeo alunísono por todo el Valle de laTranquilidad.

Page 945: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Sagrami... Volvemos a casa —

dijo Perri lleno de asombro.Finnikin miró la puerta que tenían

ante ellos, la intrincada belleza de lasinscripciones que cubrían los bordes,escritas en el lenguaje de los antiguos.Cuando se giró, la reina dio un pasoatrás con el cuerpo tembloroso.

—Debería ser valiente como losdioses —dijo en voz baja.

Él alargó una mano hacia ella.—Cada vez que los dioses

susurraban tu nombre, sus vocestemblaban.

Isaboe mantuvo la mirada fija en lapuerta.

—Nos escapábamos todas las

Page 946: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

noches porque quería ver el unicornio.Finnikin recordó las mentiras que

le contaban a Isaboe sobre el unicorniodel bosque que solo aparecía enpresencia de una princesa.

—¿Cómo lograbais evitar a losguardias de mi padre en la puerta?

—Balthazar y yo estábamosjugando una mañana en el jardín, a lolargo de ese trecho en el que lasmurallas del reino y los murosexteriores del palacio se convierten enun solo lienzo defensivo. Balthazardecidió que teníamos que grabarnuestros nombres en unas piedras de lamuralla para que un día otro príncipe oprincesa supiera que Balthazar e Isaboehabían vivido allí. Cuando empezamos a

Page 947: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

arañarla, descubrimos que la piedrahabía quedado desencajada. Quizásocurrió durante el temblor que seprodujo varios años atrás. Nosdedicamos durante meses a escaparnosdel palacio en mitad de la noche a travésde las estancias del cocinero y luegocruzábamos a rastras la muralla parallegar al bosque. —Le miró con los ojosllenos de pesar—. Porque yo quería verel unicornio. Y, durante todo ese tiempo,el enemigo estuvo observándonos. Asífue cómo lograron entrar en mi hogar ymataron a mi familia. Porque yo queríaver el unicornio.

—No —le contradijo él con vozsuave—. Balthazar quería atrapar allobo plateado. No hablábamos de otra

Page 948: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cosa.Él extendió las dos manos hacia

ella para que se cumplieran las palabrasde la maldición. Isaboe las tomó yFinnikin empujó la puerta, con laesperanza de que se abriera de algúnmodo milagroso. No ocurrió nada.

—¿Y la sangre de tus manos esanoche? ¿Recuerdas de dónde salió? —lepreguntó Finnikin.

—De aquí y de aquí —le explicóella tocándose los nudillos y la palma delas manos—. De llamar a...

Ambos se dieron cuenta al mismotiempo. Finnikin tomó una de sus manosy la llevó a lo largo del muro pasandolos dedos por cualquier señal. Unosmomentos después las vio. Muy

Page 949: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pequeñas y borradas por el tiempo. Lahuella sangrienta de la mano de Isaboe.

Ella alargó una mano con lentitud yla colocó sobre la huella. Apretó lapalma contra la piedra fría. Finnikindesenvainó su cuchillo con manotemblorosa.

—Voy a tener que cortarte la manoaquí —le dijo antes de besarle la palma—. ¿La sangre vino de alguna otraherida?

Ella negó con la cabeza.—No estaba muy manchada de

sangre hasta que regresé para enterrar aBalthazar. ¿Qué clase de persona dejaatrás a su amado hermano para que lodestroce un animal?

—Una inteligente, mi reina.

Page 950: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Isaboe tomó el rostro de Finnikinen sus manos.

—¿Sabes qué fue lo último que medijo Balthazar? Encuentra a Finnikin dela Roca. Él sabrá lo que hay que hacer.Pero no fui capaz de encontrarte,Finnikin. No fui capaz durante muchotiempo.

Finnikin le enjugó las lágrimas consuavidad.

—Cuando todo comience, noapartes la mirada de mí. Mantén los ojosfijos en los míos. Recuerda mi caracuando no te encuentres ni aquí ni allí.Que sea tu guía para regresar de dondequiera que la Diosa nos lleve.

La reina asintió.—Quiero oírte decir mi nombre —

Page 951: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

le pidió ella en voz baja.—Isaboe. Isaboe —le respondió

Finnikin en un susurro con la bocapegada a la suya.

—Finnikin, no desesperes en laoscuridad. Será mi desesperación la quesientas, pero jamás le he permitido queme venza, así que no dejes que teconsuma.

El joven apretó la punta de la dagacon toda la delicadeza que pudo contralas palmas de la mano de la reina antesde hacer lo mismo con las suyas.

—Háblame de la granja —le pidióella mientras comenzaban a aparecerlegotas de sangre en las heridas.

—¿La granja?—La granja en la que Finnikin el

Page 952: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

campesino habría vivido con suprometida.

—Evanjalin. Así se llamaba. ¿Telo dije alguna vez?

Ella se echó a reír entre sollozos.—No, no lo hiciste.—Iban a plantar campos y campos

de trigo y cebada. Cada noche sesentarían bajo las estrellas para admirarlo que tenían. Ah, y discutirían. Ellaestaría convencida de que sería mejorgastar el dinero en un caballo, pero éldiría que lo que les hace falta es ungranero nuevo. Pero luego se olvidaríande la pelea y él la abrazaría con fuerza yno la soltaría jamás.

—¿Y le pondría caléndulas en elpelo? —le preguntó la reina.

Page 953: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin entrelazó sus manos conlas de ella y contempló cómo la sangrede la reina se deslizaba por las arrugasde su propia piel.

—Y la amaría hasta que a él lellegara su hora final —le respondió.

Finnikin puso sus manos sobre lashuellas impresas para toda la eternidaden las murallas del reino.

Jamás habían hablado sobre lo queocurriría en ese momento. Si la puerta seabría y Lumatere quedara a la vista. Sila oscuridad desapareciera porcompleto y un cielo azul y limpio lesdiera la bienvenida a su hogar. PeroFinnikin apenas tuvo un momento paraimaginarse lo que sería antes de que elsuelo comenzara a temblarle bajo los

Page 954: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pies y la tormenta se fundió con él.Aquella nube turbia entró en su cuerpo yle mancilló. Así fue cómo oyó los gritosde todos los que habían muerto durantelos cinco días que duró lo innombrable yde los que murieron en Sarnak y de losque murieron en los campamentos.Recorrió todos y cada uno de los sueñosque había tenido la novicia Evanjalin.No solo los de los inocentes, sinotambién los de sus enemigos al otro ladode las murallas: los asesinos, losvioladores y los torturadores. Hasta quelos recuerdos de la joven destrozaronlos fragmentos de su mente, llena derabia, y cuando Finnikin creyó que ya nopodría soportarlo más, allí estaba ella.La sintió. En su interior. Absorbiendo

Page 955: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

toda la oscuridad hasta que la consumióy cayó a los pies de Finnikin.

En ese momento, la tierra dejó demoverse y la puerta quedó abierta. Oyólos gritos de guerra de la Guardiacuando pasaron cabalgando a su lado,pero Lumatere ya estaba envuelta enllamas. El silencio que Finnikin se habíaimaginado en su interior era en realidadun rugido que le asaltó los sentidosmientras avanzaba tambaleante con ellaen brazos hacia un infierno abrasador.

Page 956: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 25

Finnikin, tambaleándose, se apartódel camino que conducía al palacio paratrasladar a la reina hacia el puente quelos llevaría hasta un prado de lasLlanuras. Necesitaba tenderla en algúnlado para intentar devolverle la vida.Necesitaba librarse de las sombríasimágenes de horror que ya formabanparte de sus recuerdos. Pero, al igualque el resto de Lumatere, el pradoestaba envuelto en llamas.

Se dejó caer de rodillas y la agarrócon ambos brazos para protegerla con supropio cuerpo. El espeso humo leasfixiaba y le cegaba. Sollozó

Page 957: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

enfurecido al pensar en la inutilidad querepresentaba morir en aquel prado de sutierra natal. Si hubiera sido capaz deencontrar las palabras, habría abierto laboca y le habría rugido su rabia a losdioses. Su único consuelo era queIsaboe no llegaría a ver la ruina de suamado reino. Un reino que había bebidodemasiada sangre de su familia. SirTopher había dicho una vez que era unatierra maldita. Una gente maldita.

La cabeza le dio vueltas mientrastodo se volvía blanco. El vacío le helótanto el alma que casi rezó para quevolviera la podredumbre que habíaalbergado. Si aquello era la muerte,¿dónde estaba la luz que le habíanprometido? ¿Dónde estaba su madre,

Page 958: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Bartolina de la Roca? Desde el mismomomento en que fue capaz de hablar,Trevanion le prometió que su madreestaría esperándole en el momento de sumuerte. ¿Y dónde estaba Balthazar, elmás poderoso de todos los guerreros,quién escondió a la amada Isaboe en unamadriguera y saltó a la boca de un lobopara salvar a su futura reina?

Cerró los ojos ansioso por ver algoque tuviera sentido, pero sabía queIsaboe le reprendería por hacer algo así,por lo que dejó de esperar a que algotuviera sentido y en vez de eso se volvióhacia lo que traía la esperanza. Se pusoen pie tambaleándose, con la reina enbrazos, y caminó hacia delante a ciegas.

Lo oyó antes de verlo y rezó para

Page 959: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que no fueran el rey impostor y susguerreros. Un momento después estabadelante de él: un caballo que tiraba deun carro conducido por una criatura decabello blanco. ¿Un fantasma, una bruja?

—¡Deja a la reina en el suelo yapártate! —chilló la criatura mientrassaltaba del carro.

Después empuñó una espada dedoble filo que alzó por encima de lacabeza.

Era una mujer de baja estatura y untoque de locura en la mirada. Cuando seacercó más vio que tenía una cara de laedad de Lady Abian, pero el cabello sele había encanecido de forma prematura.Recuperó poco a poco los sentidos yoyó el rugido de los soldados y el

Page 960: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

silbido de las flechas en la lejanía, perose negó a soltar a la reina. De entre loslabios se le escapó un gruñido de rabiacuando la bruja se acercó un poco más.

—¡Te he dicho que sueltes a lareina!

—¡Vas a poner en riesgo tu propiavida si das un paso más! —replicó él agritos para hacerse oír por encima delestruendo.

Miró por encima de la mujer y vioa tres jóvenes novicias agazapadas en elinterior del carro. Sus rostroscongestionados por el terror no dejabande pasear la mirada entre él y la mujer.La criatura avanzó de nuevo con laespada en las manos.

—Retrocede o muere —le advirtió

Page 961: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

él con un siseo.—No puedes sostener a la reina y

matarme al mismo tiempo, muchacho —se burló ella y le puso la espada en lagarganta—. Déjala en el suelo.

—Se queda conmigo.Quería hacerle daño a aquella

criatura. Le sensación era tan intensaque tuvo que utilizar toda su fuerza devoluntad para resistirla. Dio un pasohacia delante con Isaboe en los brazos ynotó cómo la punta de la espada seclavaba un poco en la garganta, peroninguno de los dos apartó la mirada.

—¡Quietos!La palabra se vio acompañada por

una serie de gritos de las novicias. Perriestaba en la parte trasera del carro. Ya

Page 962: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

tenía la espada manchada de sangre.Finnikin vio la expresión cargada de lafuria propia de la batalla en sus ojosmientras miraba fijamente a la extrañacriatura que se encontraba entre ambos.Dos de las jóvenes del carro searrastraron de espaldas para acurrucarseen los rincones, mientras que la tercerafijó la mirada en Finnikin y Perri.

—Demonios —dijo con vozsibilante.

—¡Aléjate del carro! —le ordenóla mujer de cabello blanco.

La vehemencia de la orden ibadirigida a Perri, pero Finnikin vio que laespada le temblaba en la mano.

Perri dio un paso atrás y Finnikincaptó más en la cara del guardia de lo

Page 963: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que nunca había visto en ella.—Finnikin, dale la reina a

Tesadora —le dijo Perri.Tesadora de los Habitantes del

Bosque volvió a mirar a Finnikin y bajólentamente la espada.

—El chico de la roca con eljuramento en su corazón. Me esperaba aalguien más fornido.

—Finn, tu padre te necesita a sulado —le insistió Perri.

Finnikin se negó a moverse y bajóla mirada hacia Isaboe. Sintió lafrialdad de su cuerpo y negó de formavehemente con la cabeza.

—Finnikin, si la dejas en el carro,harán todo lo que puedan por ayudarla.Quizá Tesadora sea la única persona

Page 964: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

capaz de salvarla.Había algo en la voz de Perri que

le hizo entregar a la reina. Sabía quePerri no confiaba en nadie que no fueraTrevanion o uno de los miembros de laGuardia. Perri se acercó a Finnikin paraayudarle a depositarla en el carro, peroTesadora soltó un siseo y las noviciasgritaron de miedo.

—No deis ni un paso más —lesadvirtió Tesadora—. Dejadla en elsuelo y alejaos.

—No vamos a tocar a tus chicas,Tesadora —dijo Perri con impaciencia—. Déjanos ponerla en el carro.

Las novicias no dejaron de mirar aFinnikin mientras este depositaba aIsaboe en el carro, al lado de ellas. Le

Page 965: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

miraron como si fuera una especie dedemonio. ¿Se habría convertido en uno?¿Sería de ver la oscuridad en sus ojos?Se inclinó con lentitud sobre Isaboe y lebesó con suavidad la fría piel. Unmomento después, el carro comenzó aalejarse traqueteante.

—No dejes que la oscuridad teconsuma, Finnikin de la Roca.

Tesadora desapareció más allá delas oscuras nubes de humo con lasriendas firmes en sus manos e Isaboeacunada con firmeza en los brazos de lasnovicias.

El ansia de matar se apoderó deFinnikin cuando siguió a Perri alcombate. Cada vez que se enfrentaba aun enemigo y le miraba a los ojos, veía a

Page 966: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

un demente responsable del dolor decada uno de los suyos, muertos en lahoguera, por la espada, colgados de unasoga, consumidos por la fiebre osimplemente de hambre. Todavía peorera la pena que sentía de todos aquellosque les habían amado y habíancontemplado, impotentes, sus muertes.Esa era la agonía que había hechotambalearse a la novicia Evanjalindespués de caminar en los sueños, conel rostro contraído de dolor y el corazónnegro por la desesperación. Él podíasalvarla de un enemigo con una espada,pero ¿cómo protegerla del sufrimientode su gente?

Un millar de flechas habían

Page 967: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

acertado a su objetivo de inmediato.Cuando el enemigo comenzó aretroceder, los hombres de Trevanion ylos monteses desencadenaron una oleadade ira, producto de diez años de exilio.Las hachas partieron huesos. Lasespadas cortaron la carne. Los hombresque poco antes eran granjeros segaron asus enemigos como si estuvieran en lacosecha del trigo.

A última hora de la tarde ya habíanatravesado las puertas del palacio yhabían entrado en la zona donde la mitadde las fuerzas del rey impostor se habíanretirado. Finnikin contempló cómo ellugar que había sido su patio de juegosde niño se convertía en un matadero.Pero les llegaron noticias de que se

Page 968: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

estaba librando una batalla más grandeincluso en otro punto del reino. Segúnuno de los miembros de la Guardia,Saro y los monteses se estabanenfrentando al pie de la montaña a ungrupo de enemigos que incluía al reyimpostor. Trevanion y Finnikin dejarona Perri al mando y se subieron a susmonturas. Mientras cabalgaban por elreino, Finnikin se fijó en el infierno queles rodeaba. Todas las aldeas de lasLlanuras estaban envueltas en llamas.Rezó para que los habitantes hubieranconseguido escapar de sus casasincendiadas. No soportaba la idea detener que buscar durante los díassiguientes los restos quemados de susocupantes.

Page 969: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Cuando llegaron al pie de lasmontañas, lo que vieron fue un centenarde hombres en un feroz combate. Losmonteses atacaban de un modo salvaje.Finnikin tuvo la certeza de que ningunode ellos permitiría que los guerreros delimpostor llegasen a la cima de sumontaña. Divisó a Lucian y se diocuenta de qué era lo que le diferenciabade los demás. No se trataba de su cuerpofornido, sino de la simetría perfecta encada mandoble de su hacha, de sucapacidad de conseguir en pocossegundos lo que a otros les costabaminutos. Lucian no dudó ni un momentomientras luchaba al lado de su padre.Daba la impresión de que había estadoesperando toda una vida para vengar a

Page 970: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sus primos y que aquel era el día decobrarse esa deuda. Sin embargo,Finnikin se preguntó si su propianecesidad de venganza se veríasatisfecha alguna vez, si clavar laespada en el cuerpo de los enemigos ycontemplar la mirada muerta que seapoderaba de sus ojos compensaría loque se había perdido a lo largo de losdiez años anteriores. Jamás había vistonada tan brutal como la batalla pararecuperar Lumatere. Luchó cerca de supadre, a veces casi sollozaba por elcansancio y ansió que una espada se leclavara en el cuerpo para acabar contodo de una vez por todas. Pero en cadauna de esas ocasiones, sentía aTrevanion a su lado.

Page 971: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Quédate conmigo, Finn. No me

hagas enterrar a mi hijo en un día comohoy.

Supieron desde el principio queperderían a algunos de los suyos.Cuando la noche ya caía, Finnikin vio aSaro de los Montes caer con la gargantaatravesada por una espada. Lucian dejóde luchar por primera vez en horas y ensu rostro se vio con claridad la angustiaque se apoderó de él.

- ¡Fa! ¡Fa!El montés se apartó tambaleante de

su oponente y Finnikin vio horrorizadocómo el soldado del impostor alzaba suarma. Le lanzó la daga y el arma se leclavó entre los ojos.

Page 972: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¡Lucian! ¡Lucian! ¡Protégete!Finnikin echó a correr hacia Lucian

con el arco en la mano. Apuntó, disparó,corrió. Apuntó, disparó, corrió. PeroLucian solo pensaba en llegar hasta supadre. Se desplomó al lado de él y letomó en brazos. Su grito ronco seentremezcló con el choque del acerocontra el acero hasta que a Finnikin nole llegó ningún sonido más de Lucian ytan solo vio angustia, y en un día en elque creía que ya no podría sufrir másdolor, tuvo la sensación de que elcorazón se le partía mientras se echabaencima de Lucian para protegerlo.

Cuando alzó la mirada, vio al ángelde la muerte sobre él, con un hachaempuñada por encima de la cabeza.

Page 973: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Sabía que iba a morir. La hoja melladadel arma le partiría la cabeza como sifuese una sandía. En esos brevessegundos previos a la muerte mantuvo lamirada fija en su padre, que luchaba amenos de diez pasos de él. Quiso quesus últimos pensamientos fueran paraaquel hombre y para ella.

Sin embargo, el hacha, y la manoque la empuñaba, salieron despedidaspor el aire y el enemigo se derrumbó enel suelo delante de él. Finnikin seincorporó tambaleante y se quedómirando la cara del exiliado de Lastaria.El hombre alargó una mano y le ayudó aterminar de ponerse en pie. Luego semarchó.

Finnikin no lo dudó un momento y

Page 974: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

se quedó al lado de Lucian montandoguardia con el arma en la mano. Ledisparó a cualquiera que se atreviera aentrar en el círculo de dolor del montés.

Más tarde, aquellos que vivieron elhorror dentro del reino a lo largo dediez años hablaron de aquel castigovengativo, como si el rey cabrón, comole llamaban, hubiera notado que estaba apunto de perder Lumatere y quisieraincendiar todo el reino. Los de lasLlanuras y los del Río se escondieroncon los de la Roca para contemplarcómo el reino era arrasado.Contemplaron desde arriba cómo losque estaban perdidos atravesaban laspuertas y se enfrentaban al rey cabrón enel camino que llevaba al palacio.

Page 975: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Algunos dijeron que era el final de

los tiempos y planearon subir hasta elpunto más elevado de la roca de las tresmaravillas, desde donde se lanzarían ala muerte.

Sin embargo, un rayo de esperanzalos detuvo. La esperanza creada por lamarca del brazo de un niño.

La promesa de que Finnikin de laRoca volvería con su reina.

Page 976: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 26

Cuando por fin se acabó todo yTrevanion miró cara a cara al impostor,se preguntó cómo un ser humano deaspecto tan patético había sido capaz decrear semejante desesperación en susvidas. Había dado la orden directa deque se mantuviera con vida al impostory a nueve de sus hombres, pero él mismotuvo que luchar contra el impulso declavarle la espada en el corazón.

—Trevanion —le dijo Finnikin envoz baja mientras uno de los guardiasmetía a los prisioneros en un carro.

Todos llevaban una mordaza en laboca e iban encadenados de pies y

Page 977: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

manos. Trevanion sabía que todos ycada uno de los miembros de la Guardiaestaban ansiosos por arrancarles la vidaa aquellos cabrones.

—No te preocupes, Finn. Llegaránvivos —le respondió con voz grave—.Aunque quizá no lo hagan de una solapieza.

Para cuando regresaron a la aldeadel palacio, los muertos y losmoribundos ya habían sido arrastradoshasta la plaza principal. Los aldeanosatendían a los heridos. Trevanionsospechaba que habían salido de suscasas en mitad de la noche, cuando labatalla se encontraba en su momentomás encarnizado. El mundo estaba ensilencio. Los únicos sonidos que se oían

Page 978: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

eran los gemidos de los moribundos. Noera lugar para celebraciones ni festejos.

—Capitán, estáis herido —le dijoFroi mientras seguía a Trevanionserpenteando entre la gente en direccióna Perri.

—¿A cuántos hemos perdido? —lepreguntó.

—Demasiados —murmuró Perri—.¿Y el rey impostor?

—Encerrado en palacio, junto alresto de sus secuaces —le informóTrevanion mientras miraba el tristepanorama que se extendía a sualrededor.

Cuando preguntó por la reina, notóel nerviosismo de Froi, casi como si el

Page 979: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

muchacho hubiese dejado de respirar.—Está con las novicias del

claustro de Sagrami —le contestó Perrien voz baja.

—Tenemos que contarlos —dijoTrevanion señalando a donde estabanapilando a los muertos, en el borde de laplaza.

La expresión de la cara de Froi fuede aceptación.

—Ya sé. Voy a hacer algo útil ycontaré a los muertos.

Trevanion le agarró del brazo.—No, es una tarea lamentable. Es

mía, no tuya. Vuelve al Valle de laTranquilidad y dile a Sir Topher queLumatere ha quedado libre del reyimpostor. Luego busca al sacerdote real

Page 980: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

y tráelo a casa.Trevanion miró hacia donde se

encontraba August de las Llanuras.Estaba sentado con la cabeza apoyadaen las manos, entre el cuerpo del maridode su hermana y Matin, uno de loshombres de Augie. Recordó elentusiasmo de aquella noche en la casade Augie, las bromas y la intensa lealtadque existía entre todos aquelloscamaradas y parientes. La llave queMatin le había enseñado. «Es la llave demi casa en Lumatere. La llevo siempreen el bolsillo para recordar que algúndía volveré».

Trevanion había visto morir a Saro,lo mismo que a Ced, uno de los guardiasmás jóvenes. Había sido el primero en

Page 981: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

entrar en el palacio y el primero de sushombres en morir. Ced era el último desu estirpe. Trevanion ya echaba en faltasu presencia. En la morgue improvisada,cerró los ojos de uno de los hombresque habían rescatado de los charynitasen el río, hacía menos de siete días.

Y fue entonces cuando Trevanion lavio. Cuando el sol comenzó a apareceren el cielo de color rojo sangre mientrasLumatere seguía ardiendo. Estaba en elborde de la plaza, con una pila de ropablanca en los brazos. Entre ambos seextendían las filas y filas de muertos yde heridos que ella se disponía aatender.

Tenía una niña al lado, una Beatrissen miniatura, con los ojos del color del

Page 982: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cielo.Pensó en la criatura que habían

concebido juntos, el bebé que habíamuerto en los mismos calabozos delpalacio donde en esos momentos estabaencerrado el rey impostor. El rostro deTrevanion reflejó la rabia y el odio quesentía contra aquellos que le habíanarrebatado tanto.

Y Beatriss de las Llanuras vio lafuria cuando miró a su hija.

Vio el odio.Y le cubrió los ojos a la niña con

suavidad y se alejó.Trevanion regresó más tarde a los

pies de la montaña donde los montesesestaban reuniendo a sus muertos.Comenzó a buscar a Finnikin con el

Page 983: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

estómago encogido por una sensación denáuseas. Lo encontró con Lucian,sentados al lado del cadáver de Saro.Ambos tenían la cabeza inclinada por elagotamiento y por la pena. Los dos sepusieron en pie cuando llegó a su altura.Trevanion le puso las manos en loshombros a Lucian y le besó siguiendo latradición de respeto de los monteses.

—Lucian, de lo último quehablamos Saro y yo fue de lobendecidos que habíamos sido comopadres y del orgullo y de la alegría quesentíamos por nuestros hijos.

Lucian hizo un gesto deasentimiento, incapaz de hablar.

—Tengo que llevar a mi padre a su

Page 984: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

casa —logró decir al cabo de unosinstantes.

—Haré que la Guardia se encarguede eso, Lucian.

—No. Yo lo llevaré ahora mismopara que su cuerpo todavía tibio puedadescansar en nuestra montaña. Era de loúnico que hablaba a lo largo de estosdiez años. En volver a su montaña.

Finnikin agarró a Lucian del cuellocon el hueco del codo y apretó la frentedel montés contra su cara. LuegoTrevanion se quedó junto a su hijocontemplando cómo Lucian levantabacon cuidado a su padre y se lo llevaba.

—¿Vendrás conmigo al río? —lepreguntó Trevanion.

Page 985: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

La mayoría de los monteses sehabían ido, a excepción de aquellos queestaban atendiendo a los heridos.

Finnikin asintió con gesto ausente.Siguió a su padre con una sensación deaturdimiento. Al llegar el amanecer, loshabitantes del reino habían comenzado aaparecer como si salieran de la nada.Era extraño ver tantas caras, pero no oírapenas sonido alguno. Tenían un aspectodiferente al de los exiliados. Ni mejor nipeor, simplemente la misma aparienciaherida. Quería notar la sensación deencontrarse en casa, como siempre habíasoñado que pasaría. Los lumateranosestaban hermanados con la tierra, perotemió que aquella sensación de desuniónle durara para siempre. En una ocasión

Page 986: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

leyó en uno de los libros escritos por losantiguos que uno jamás regresaba deverdad al hogar después de años deausencia. ¿Estaría él maldito consemejante destino?

Se montó detrás de Trevanion en elcaballo y ambos atravesaron cabalgandola tierra todavía humeante siguiendo elcurso de agua que cruzaba las Llanuras.Los troncos partidos y ennegrecidos ylos árboles sin hojas parecíanesqueletos, espectros de la muerte. Lascasas y las granjas estaban quemadashasta los cimientos, y las barcazas delrío no eran más que trozos de maderanegra que flotaban sobre el aguaestancada. Finnikin se sentó en la riberadel río junto a su padre. Por encima de

Page 987: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ellos, en la aldea de la Roca, loslumateranos surgieron a centenares.

—Dime, en la puerta, conEvanjalin... ¿qué ocurrió? —le preguntóTrevanion, que todavía tenía la caraennegrecida y cubierta de manchas desangre.

—Isaboe —le corrigió Finnikin envoz baja. Se frotó los ojos mientras sepreguntaba cuándo dejaría de verlo todoborroso—. Me mintió.

Se produjo una pausa llena desilencio antes que su padre hablara denuevo.

—Finnikin, la reina no miente,omite. Con un motivo. Uno que siemprenos hará sentir más humildes. Yo sientovergüenza de apenas recordar a la niña

Page 988: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que creció hasta convertirse en lanovicia Evanjalin. Recuerdo a Balthazary a las princesas de mayor edad, pero noa la niña.

—La reina omitió decir quecaminar en los sueños de los demás soloera parte de su don. O de su maldición.—Finnikin soltó una carcajada llena deamargura—. ¡Qué suerte tener semejantedon! Sentir el mismo dolor que aflige acada lumaterano cuando sufre. Sientecada muerte, cada tortura, cada momentode angustia. Y cuando caminaba por lossueños de los que se encontraban en elinterior, no lo hacía solo en los denuestros lumateranos indefensos. —Miró a su padre—. Caminaba en lossueños de los asesinos —le susurró con

Page 989: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

voz entrecortada—. Los de la Guardiadel rey impostor que eran lumateranos.

Trevanion soltó un improperio.—El rey fue el último en morir. Le

obligaron a mirar, y lo que le hicieron alas princesas y a la reina es algo que norepetiré jamás. Pero Isaboe lo sabe,porque ha caminado en los sueños deuno de los monstruos que lo presenció.—Apretó los dientes con fuerza—. Sisolo se me concediera un deseo más entoda la vida, querría que fuera el dearrancarle el recuerdo de esadepravación. ¡Dulce Diosa, ojalá tuvieraese don! Daría mi vida por ello.

Y se puso a sollozar, desconsoladopor su inutilidad.

Trevanion se quedó mirando a

Page 990: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin, incapaz de ofrecerle consueloalguno. Los hombres eran capaces deconquistar reinos y de enfrentarse aejércitos de un inmenso poder, pero eranincapaces de consolar a sus seresqueridos. El deseo de Finnikin era poderborrar los recuerdos terribles, pero elde Trevanion era tener el don de lapalabra para reconfortar a su hijo.

—Finn, mira —le dijo al cabo deun rato—. El río comienza a fluir.

Los primeros exiliados procedentesdel Valle entraron por la puertaprincipal al mismo tiempo queTrevanion y Finnikin llegaban a la aldeadel palacio. Froi acompañaba alsacerdote real y el silencio de aquellos

Page 991: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que caminaban hacia el reino parecíatenso.

Los lumateranos se miraron losunos a los otros como si fuerandesconocidos. Aquellos que habíanatendido a los heridos dentro delpalacio subieron a una colina cercanapara contemplar la procesión deexiliados que se dirigían a ellos.Finnikin y Trevanion se bajaron delcaballo y se abrieron paso entre loshabitantes del lugar. Finnikin oyó que lagente comenzaba a murmurar el nombrede su padre. Luego el suyo. Debían detener un aspecto atemorizador con elcabello enredado y las ropas empapadasen sangre. Oyó un grito agudo a su lado,

Page 992: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

y una mujer le apartó de un empujón unmomento después. La mujer se puso depuntillas y alargó el cuello mientrasbuscaba con la mirada entre losexiliados que entraban.

—Asbrey, mi hermano —musitó.Se volvió para mirar al anciano que seencontraba detrás de ella—. ¿Fa? ¡EsAsbrey, tu hijo, y lleva un niño enbrazos! —Centró la mirada en el grupoque se encontraba detrás de Froi y delsacerdote real y se llevó la mano a laboca como si quisiera contener unsollozo—. Y mi madre.

Finnikin se volvió para mirar alanciano, que tenía una expresiónaturdida en la mirada por el asombro,pero la hija echó a correr trastabillando

Page 993: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

hacia el resto de su familia mientrasgritaba sus nombres. Finnikin vio laexpresión de fastidio en el rostro deFroi cuando este notó la conmoción quele rodeaba. El ladrón se colocó delantedel sacerdote real mientras los exiliadosque se encontraban a su espaldacomenzaban a pasar presurosos a sulado en dirección a la joven. Uno deellos tropezó a los pies de Froi, el quellevaba al niño en brazos, pero elsacerdote real consiguió levantarlo delsuelo y ponerlo en brazos de Froi antesde que resultara aplastado. Así pues,Froi lo sostuvo en alto mientras elchiquillo gritaba para que lo soltaran.Sus gritos se oyeron por toda la aldea, ypor la plaza que había más allá y el

Page 994: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

palacio que se alzaba sobre ellos.Y esa fue la imagen que quedó

grabada en los corazones y las mentesde todos los que estuvieron presentesallí aquel día.

Froi de los Exiliados sosteniendoel futuro de Lumatere en sus manos.

Page 995: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

TERCERA PARTE

Todas las mujeres de la reina

Page 996: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 27

Desde donde se encontrabaTrevanion tan solo se veían toconesquemados y una nube de humo acre.Había pasado una semana desde quellegaron a Lumatere. Más tiempo desdeque el destronado rey impostorcomenzara a oír los extraños susurrosentre aquellos que vivían en el interiordel reino sobre el retorno de laheredera. Como castigo, los hombres delimpostor habían incendiado todo elreino. Habían destruido casi todas lasgranjas y las zonas cultivables de lasLlanuras. En aquella aldea tan solohabía sobrevivido la casa solariega. A

Page 997: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

diferencia de otras partes de Lumatere,donde ya habían comenzado areconstruir y a arar la tierra, esoscampos tendrían que limpiarse antes deque se pudiera comenzar a cultivar denuevo. Sin embargo, cada día quepasaba por allí, y se resistía al impulsode detenerse, Trevanion les veíatrabajar. Era el pueblo de Sennington. Elpueblo de Beatriss.

Desmontó en el camino y se apeópara llevar al caballo de la rienda a lolargo de la estrecha senda que conducíaa la casa. Había unos cuantos hombrescargando varios carros con escombros ygrandes trozos de madera. Eran losrestos quemados del pueblo. Lostrabajadores dejaron sus tareas al verlo

Page 998: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pasar para después intercambiarmiradas y señalar con la cabeza en sudirección.

Llegó a la puerta principal y llamó.Al no recibir respuesta, entró conprudencia siguiendo el parloteo de unaconversación en el salón. Tuvo lasensación de que la mayor parte de laaldea de Sennington se encontraba enaquella estancia. Reconoció a variosexiliados entre ellos. Algunos estabande pie, pero la mayoría se hallabansentados alrededor de una mesa largacomiendo mazorcas de maíz y tomandosopa. Supuso que en los cuencos nohabría mucho más que agua tibia conalgo de sabor, pero la conversación era

Page 999: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

muy animada.Y en ese momento se dieron cuenta

de su presencia.La estancia se quedó en silencio.

De repente, allí estaba ella, de pie allado del hornillo. Lady Beatriss le mirófijamente, con un cazo en la mano. Sehabía cortado el cabello, que antaño erauna larga cascada cobriza, hasta dejarloen una melena corta que enmarcaba unrostro moreno por los rayos del sol.Estaba más delgada de lo querecordaba, pero ni los exiliados ni losque habían quedado atrapados dentrotenían demasiada carne en el cuerpo. Sesintió incómodo bajo su mirada, como sino fuera más que un intruso.

—Lady Beatriss.

Page 1000: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Todos siguieron callados, hasta queuno de los presentes se puso en pie.Trevanion le recordó. Era uno de losprimos de Beatriss, un mercaderacaudalado que había pasado buenaparte de su vida viajando de aquí paraallá. Excepto en los diez añosanteriores.

—Capitán Trevanion. Bienvenido acasa.

El hombre mayor le hizo unareverencia.

—Os pido disculpas por mi faltade tacto, capitán Trevanion —dijo porfin Beatriss al tiempo que se le acercabacon la mano extendida.

Una parte de él quiso echarse a reírante la idea de que debían estrecharse la

Page 1001: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mano. Los extraños y los conocidos seestrechaban la mano. No lo hacían unhombre y una mujer que habíanfecundado una hija. No lo hacían dosamantes que habían gritado juntos deplacer en la madrugada, cuando el restodel mundo estaba dormido, mientras suscuerpos se decían en silencio que no sesepararían nunca.

Su voz era la misma, quizás unpoco más fuerte y firme. Sin embargo, sumirada había cambiado. Él solorecordaba que ella le miraba llena deconfianza o que miraba llena de afecto yde alegría a alguna de las princesas olos niños más pequeños. Trevanionhabía visto desde lejos a lo largo de lasemana anterior la ternura con la que

Page 1002: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

trataba a la niña, pero su inocencia y sucarácter abierto habían desaparecido.

El silencio se volvió incómodo.Trevanion deseó con todas sus fuerzasque Finnikin estuviera a su lado. Su hijosabría qué decir. Los cautivaría a todoscon su sinceridad y los impresionaríacon su fervor y sus conocimientos.Nadie se movió para dejarle sitio, peroTrevanion no pudo culparles por ello.Lady Beatriss de las Llanuras jamáshabría sido arrestada y torturada, jamáshabría sufrido los horrores a los que lahabían sometido si él no la hubieraamado.

La niña apareció en la puerta.Trevanion la había visto a menudo a lolargo de la semana anterior, en la aldea

Page 1003: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

del palacio, donde los miembros de laGuardia daban tanto alimentos comoinstrucciones. En cada una de esasocasiones, ver a la hija de otro hombrele había hecho sentir como si le hurgarancon un hacha embotada en las entrañas.

La niña se agarró a su madre ylevantó la mirada hacia Trevanion. Derepente, él fue muy consciente delaspecto que tenía. Se llevó la mano alcabello lleno de nudos enredados. Habíatenido que atender asuntos mucho másurgentes a lo largo de la semanaanterior, aunque Lady Abian le habíahecho llamar para que se pudiera ocuparde su cabello y su barba. Se sintió igualque cuando estaba encerrado en lasminas de Sorel y Finnikin le vio por

Page 1004: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

primera vez. Avergonzado.—Lamento haberos molestado —

dijo en voz baja antes de salir de formaabrupta de la estancia.

Ya había recorrido la mitad delsendero y estaba a punto de llegar a sucaballo, cuando se dio cuenta de que laniña le seguía. La cría no le dijo nada ysimplemente le miró mientras seesforzaba por alcanzarle. Su pequeñorostro estaba enmarcado por una espesacabellera rizada de color cobrizo y losgrandes ojos con los que le miraba erande un tono azul intenso.

—¡Vestie!Ambos se giraron y vieron que

Beatriss se apresuraba en llegar hastaellos. Se levantó el borde de la falda

Page 1005: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

para no tropezar. Cuando llegó a su hijala agarró de la mano. Trevanion se fijóen el brazo de la niña y vio los arañazosque le había causado su reina en sudesesperación.

—Os pido disculpas por sudescaro, capitán Trevanion —le dijoBeatriss—. Hay mucha gente nueva quepasa por aquí y debe de ser irresistiblepara nuestros niños.

Sus niños. No los de él.Miró a su alrededor, al pueblo, o lo

que quedaba de él, para distraer laatención un momento.

—Os recomendaría quetrasladarais a vuestra gente a Fenton —le dijo con voz brusca—. Allí hay unazona de terreno fértil del mismo tamaño

Page 1006: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que Sennington.Vio que palidecía.—¿Que saque a mis aldeanos de su

hogar?—Aquí ya no queda nada, Lady

Beatriss.Ella recorrió con la vista la tierra

ennegrecida a su alrededor.—Capitán Trevanion, que me

quemen la tierra ha sido una constante alo largo de estos diez últimos años.

«Pero Beatriss la Intrépida se niegaa dejar de sembrar».

La niña miraba a uno y luego a laotra.

—¿Os importaría recibir la semanaque viene a Sir Topher y a mi hijo paraayudarles con la elaboración del censo?

Page 1007: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—le pidió—. He oído decir que vos yvuestros aldeanos conserváis losmejores archivos, y necesitamos ayudapara localizar nombres... personas...tumbas.

Ella hizo un gesto de asentimiento yél caminó hacia su caballo. La voz deBeatriss le hizo detenerse de nuevo.

—Me alegra mucho que os hayáisreunido con vuestro querido hijo.

—Por desgracia, ya no es un niño.—Se quedó pensativo unos instantes yluego asintió—. Pero sí, es una alegríade todos modos.

—Finnikin —dijo la niña.Trevanion la miró y la expresión de

sus ojos pareció atemorizar a Beatriss,pero no a la niña. Ella le devolvió la

Page 1008: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mirada con una expresión inquisitiva enla cara, como si quisiera reconocerle.Cuando la incomodidad del momento yel silencio se hicieron insoportables,Trevanion se subió al caballo y se alejócabalgando.

Cuando Finnikin volvió a su hogaren el Pueblo de la Roca, su tía abuelaCelestina lloró durante lo que le parecióuna eternidad. Aunque se sentía como unextraño entre la gente de su propiamadre, les dejó alborotar a su alrededor,aunque lo hicieron con cierta timidez yduda. Al principio pensó que se debía aque era uno de los pocos exiliados de laRoca, pero una noche, cuando su tíaabuela le besó en la frente, vio elcentelleo en su mirada.

Page 1009: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Finnikin, ¿es cierto que la reina

te ha elegido para que seas su rey?—Tía Celestina, no hables de esas

cosas cuando todavía hay tanta tristezaen el reino —le contestó él en voz baja.

Aunque Sir Topher ya le habíaenviado varios mensajes solicitando supresencia, Finnikin no se vio capaz derecorrer el camino que llevaba hasta elpalacio. En vez de eso, se concentró enla tarea que le había encargado elPrimer Caballero de la reina: buscar atodos y cada uno de los habitantesinscritos en el último censo. Inició labúsqueda con el corazónapesadumbrado, pero lo que comenzósiendo una tarea en la que debía hacer

Page 1010: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

preguntas dolorosas, se convirtió enalgo que marcó el final de los años desilencio para su gente.

—Cuénteme —solía sugerir alládonde fuera.

Era lo que la novicia Evanjalin lehabía permitido hacer en la roca deSorel. A la gente le había ocurrido loque la reina temía. Nadie había habladoen los últimos diez años. Habíansusurrado para sobrevivir. Habíanmurmurado maldiciones en voz baja.Habían musitado planes en lo másprofundo de la noche. Incluso habíanintercambiado palabras de amor. Peronadie había contado lo que le habíapasado, no hasta que Finnikin se lo

Page 1011: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pidió.Se dedicó a escuchar a lo largo de

los días siguientes. Lo hizo sentado a susmesas, si eran tan afortunados comopara tener un techo sobre sus cabezas,caminando a su lado mientras trabajabanjuntos tirando del arado, o mientrasarrojaban haces de paja para cubrirtejados. Oyó relatos de angustia de gentetan rota como la tierra que estabanreconstruyendo. Vio más lágrimas enesos días que en toda su vida anterior,pero escribió con mano firme para quelas vidas de esos lumateranos noquedaran olvidadas. Pensó que quizásaquellas crónicas se leerían en lossiglos venideros. Quizá servirían comodisuasión. Era incapaz de creer que

Page 1012: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

nadie que leyera aquellos relatos llenosde actos malvados pudiera permitir queocurrieran de nuevo. Jamás había amadotanto a sus conciudadanos de Lumaterecomo en aquellos momentos, cuando lecontaban aquellos hechos terroríficos.

—Si alguien los desafiaba o seresistía, los hombres del rey cabrónregresaban al día siguiente —le contóJorge de las Llanuras—. «Elegid aalguien», nos decían. —El hombrecontuvo un sollozo—. «Elegid a alguienque queráis para que muera. Si no lohacéis, mataremos a toda la familia. Atodo el pueblo».

—Los hombres caían de rodillasdiciendo «Llevadme a mí. Llevadme amí» —le explicó Roison del Río.

Page 1013: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Nos sentábamos a discutir sobreello, Finnikin —susurró Egbert de laRoca—. Lo decidíamos como unafamilia, quién debía morir entre nosotrossi nos veíamos obligados a elegir. Eramejor tomar la decisión como unafamilia en vez de en los momentos en losque no había tiempo ni para despedirse.

—Entonces, ¿elegían a los hijos?—preguntó Finnikin, que se sintióasqueado ante la idea de que su padre seviera obligado a tomar semejantedecisión.

El hombre le miró con la caracubierta de lágrimas.

—No —le respondió negando conla cabeza—. Ningún padre estabadispuesto a dejar con vida a su hija para

Page 1014: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que la violaran y abusaran de ella.Elegimos a nuestras hijas. Siempre anuestras hijas.

Tal y como Finnikin y Trevanion seesperaban, el tesoro real estabaprácticamente intacto. La maldiciónimplicaba que el rey impostor y sussecuaces no tuvieran oportunidad algunade malgastar el oro. Los caballos y losbueyes comprados en Osteria yBelegonia fueron una ayuda muynecesaria para arar las Llanuras. Laconstrucción de casas se convirtió enuna prioridad. Tanto Osteria comoBelegonia ofrecieron voluntarios paraayudar con las tareas de reconstrucción,pero Trevanion se negó a aceptarextranjeros en Lumatere y mantuvo bien

Page 1015: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

vigiladas las fronteras. La Guardia llevódurante la primera semana las frutas yverduras que consiguieron en Osteria yse dedicaron a cazar venados y conejos.La actividad en el río comenzó a finalesde la segunda semana y la primera de lasbarcazas llegó río arriba procedente deBelegonia. Finnikin se quedó con Seftony los demás muchachos para contemplara su padre mientras supervisaba eldesembarco de las mercancías. ATrevanion le habían cortado el cabello yla barba de un modo muy parecido al delresto de los miembros de la Guardia, loque le hacía parecerse al antiguocapitán. Sin embargo, en sus ojospermanecía aquella mirada angustiada,por lo que Finnikin supo que todavía

Page 1016: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pasaría mucho tiempo antes de que secantaran canciones en la ribera del río yque en el aire resonaran las risas.

Finnikin viajó con Sir Topher paravisitar a Lady Beatriss. La había vistodurante un momento a principios de esasemana en la aldea del palacio, pero nohabía querido acercarse por temor a nosaber qué decir. En cambio, cuandoestuvo delante de ella en el salón de sucasa solariega, se dio cuenta de que noeran necesarias las palabras. Ella letomó la cara con las manos y le besó consuavidad en la frente. Luego les indicócon un gesto que se sentaran y comenzóa preparar el té.

—Por favor, no me sirváis, Lady

Page 1017: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Beatriss. Me humilla que lo hagáis —dijo Finnikin.

—Debería humillarte que tesirviera cualquiera —contestó ella convoz suave, sin que fuera una reprimenda.

Sir Topher dejó sobre la mesa laspáginas de los registros que llevabanhasta ese momento.

—Ya tenemos anotados losnombres de todos los exiliados. Si hayuna cruz al lado del nombre, sabemosque murió fuera del reino. Si tiene dos,sabemos que está vivo —le explicó SirTopher.

Ella se le quedó mirando unmomento.

—¿Exiliados? Nosotros osllamamos «nuestros perdidos». —Luego

Page 1018: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

miró los archivos que tenía delante deella y pasó los dedos con suavidad porencima de los nombres. Se le escapó unleve sonido entre los labios y se tapó laboca con una mano—. ¿Lord Selric y sufamilia?

Sir Topher asintió con gestosobrio.

—Se produjo una plaga en Charyn.Hace tres años.

—¿Todos ellos? ¿Todos esospreciosos niños? —preguntó Beatriss envoz baja.

Sir Topher carraspeó e hizo unnuevo gesto de asentimiento.

Ella volvió a repasar la lista.—¿La familia de Sym el alfarero?—Sarnak —le respondió Finnikin

Page 1019: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

con voz seca.El rostro de Lady Beatriss se

volvió pálido.—Sarnak —repitió con un susurro

—. La reina nos habló de eso ayermismo, cuando visité el monasterio deSagrami con Lady Abian. Fui capaz dedecirle a la reina cuándo tuvo lugar conexactitud aquella matanza. Mi Vestietenía tres años cuando estuvo gritandodurante días hasta quedarse sin voz. Loúnico que pude hacer fue sentarme a sulado y cuidarla. Tesadora le dio untónico para hacerla dormir. No teníamosni idea de qué era lo que había ocurrido,solo que había sido catastrófico paranuestra gente.

—La reina caminó en vuestros

Page 1020: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sueños esa noche y nos dijo que fue larazón por la que viajó hasta elmonasterio de Sendecane —le informócon suavidad Sir Topher.

—Nunca fui consciente de quecaminaba en mis sueños. Fue toda unasorpresa cuando la reina me lo contó.No pudimos preguntarle a Vestie durantemucho tiempo, porque comenzó a hablartarde, y aun entonces solo era capaz dedecir unas pocas palabras. Pero siempresentí que había algo diferente en mi niñadurante esos días de cada mes.

—¿Bueno o malo? —quiso saberFinnikin.

—A diferencia de lo que le ocurríaa la reina o a Tesadora, para Vestiesolía ser una experiencia pacífica.

Page 1021: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Tesadora fue capaz de mantener laoscuridad fuera de ella. Pero durante elperiodo de agitación de Vestie, queahora sabemos que correspondió a lamatanza de Sarnak, recuerdo que le recéa la Diosa Lagrami para que protegieraa la reina, y nuestra Diosa la envió aSendecane, donde estuvo a salvo y enpaz durante un tiempo.

—Entonces, ¿sabíais desde elprincipio que era la reina? —preguntóFinnikin.

Lady Beatriss asintió.—La única palabra que Vestie dijo

durante mucho tiempo fue «Isaboe».Pero será mejor que le preguntes aTesadora sobre la conexión que existeentre Vestie y la reina. Existen cosas en

Page 1022: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

esta magia y en esta maldición quejamás entenderé.

Levantó la vista al notar la miradade Finnikin centrada en ella.

—¿Hablasteis con la reina? ¿Ayermismo? —Él no había visto a Isaboedesde el día en el que la dejó en el carrode Tesadora—. Pero ni siquiera losmiembros de la Guardia han podidoentrar en el monasterio.

—Tesadora no permite que ningúnhombre se acerque a las chicas.

—Lady Beatriss, nosotros jamásles haríamos daño —le aseguró SirTopher.

—El daño ya está hecho, SirTopher. El aburrimiento convirtió enmonstruos al rey cabrón y a sus

Page 1023: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

hombres. Primero asaltaron elmonasterio de Lagrami. Estaba cerca delpalacio y las novicias no teníanprotección alguna. La noche que loshombres del rey impostor atacaron elmonasterio, todas acabaron violadas.Ninguna se libró, ni siquiera lasacerdotisa. Una noche, todasdesaparecieron, y aunque sospechabaque a las novicias de Sagrami yTesadora se las habían llevado paraponerlas a salvo, pasaron muchos meseshasta que lo supe con certeza.

—¿El rey impostor no sospechódónde se encontraban las novicias y noatacó el monasterio de Sagrami? —quiso saber Finnikin.

—Ah, sí que lo sabía —respondió

Page 1024: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ella con amargura—. Pero si habíaalguien a quien temía en este reino, era aTesadora. Su madre había maldecido atodo el reino, y se rumoreaba que su hijaera todavía más poderosa.

Tal y como le había ocurrido a lolargo de la semana anterior, Finnikindeseó poder destrozar a alguien con suspropias manos. Quiso ser comoTrevanion, como Perri, y olvidarse delprotocolo. El día anterior, su padre yalgunos de los guardias superioreshabían entrado en los calabozos delpalacio para interrogar al rey impostor ya sus guerreros supervivientes. Finnikinsabía que habían hablado poco y que losaullidos de los prisioneros se oyeronpor todo el palacio. Recordó la

Page 1025: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

expresión de la cara de Sir Tophercuando entraron más tarde y vieron lasparedes de la mazmorra manchadas desangre. Sin duda, había horror en aquelrostro, pero sobre todo satisfacción.

—Quiero hacerte una petición en sunombre, Finnikin. ¿Podrías decirle a tupadre que retirara alguno de losguardias que hay alrededor delmonasterio?

Finnikin negó con la cabeza.—No mientras la reina esté detrás

de sus muros —le respondió con firmeza—. Tesadora no tardará en tener quedejarles pasar. La yata de la reina y losmonteses querrán tenerla con ellosdurante un breve periodo de tiempoantes de que regrese a su hogar.

Page 1026: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Su yata está con ella ahoramismo.

—Lady Beatriss —empezó a decirFinnikin esforzándose por no mostrar sufrustración—, ¿es que no veis unproblema en el hecho de que el PrimerCaballero de la reina y el capitán de suGuardia tengan que obtener informaciónsobre su estado a través de vos?

Ella le miró con una expresiónpenetrante.

—Finnikin, estoy convencida deque la reina estaría encantada de hablarcontigo si la visitaras.

—¿Es que lo ha pedido ella? —preguntó en voz baja.

—¿Hace falta que lo haga?Esta vez sí que había cierto tono de

Page 1027: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

reprimenda en la voz.—Finnikin no tardará en hablar con

la reina —dijo Sir Topher—. En cuantosiga el ejemplo de su padre y se corte elcabello hasta tener un aspecto...presentable.

Finnikin se quedó mirando a sumentor sin dar crédito, pero Sir Topherhizo caso omiso de aquella mirada.

—Es lo que la gente de Lumatereespera de alguien que ellos creen que seva a unir con la reina —añadió SirTopher.

—¿Qué?Sir Topher soltó un suspiro.—Finnikin, sé que puedo hablar de

estas cosas delante de Lady Beatriss. Lagente de Lumatere querrá que la reina...

Page 1028: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

El gruñido que Finnikin emitió hizoque Sir Topher se callara en seco.

—La gente de Lumatere intentareconstruir sus vidas, Sir Topher. Loúltimo en lo que están pensando es en aquién elige la reina para unirse.

Sin embargo, Finnikin sabía queeso no era cierto, porque ya le habíanpreguntado en varias ocasiones a lolargo de las dos semanas anteriores silos rumores eran ciertos.

—Qué equivocado estás, Finnikin—le reprendió Lady Beatriss—. Lareina lo es todo para nuestra gente. Es lalíder de nuestra tierra. Como mujersoltera es vulnerable. Cuando Lumaterecelebre nuestra reunificación, la genteesperará que ella haya tomado una

Page 1029: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

decisión a ese respecto para que puedaseguir dirigiendo el reino. Desde que lapalabra que apareció en el brazo deVestie indicó la posibilidad de unregreso, solo se ha hablado de ti.

—¿Y es que yo no tengo que decirnada al respecto?

Finnikin estaba furioso, peroBeatriss no pareció amedrentada.

Sir Topher estaba exasperado.—Finnikin, estás enamorado de

ella desde el momento en el quetrepasteis a aquella roca de Sendecane.

—Cuando era una novicia, no unareina.

—Ah, ya entiendo.La mirada de Lady Beatriss mostró

su decepción.

Page 1030: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—No, no creo que lo entendáis,Lady Beatriss.

—Si tú fueras el rey y ella unasimple novicia, ¿la elegirías para ser tureina? —le preguntó ella.

Esta vez no fue capaz de mentir. Noa Beatriss.

—Sí —respondió en voz baja.—¿Pero la reina no puede elegirte

a ti?De repente, sintió que tenía ocho

años de nuevo y Lady Beatriss le estabaregañando por atar a Isaboe a un postecon sus propios cabellos.

—Si se trata de poder, quizásentonces no seas la persona adecuadapara la reina, después de todo.

—El príncipe de Osteria ha

Page 1031: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mostrado interés por la reina —comentóSir Topher.

—He oído decir que es un mocetónmuy apuesto —le respondió LadyBeatriss con voz amable antes dedesaparecer en la otra habitación.

Finnikin no dejó de mirar conhosquedad a Sir Topher, pero estesiguió sin hacerle caso. En vez de eso,se volvió hacia Lady Beatriss, queregresó con un enorme libro en lasmanos. Lo colocó en la mesa delante deellos.

—Aquí están los muertos —dijoabriendo una página—. Al lado de cadanombre está el modo en el que murieron.—Abrió otra página—. Aquí están lasdetenciones. Aquí los ataques a nuestras

Page 1032: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

propiedades, aunque dejamos deanotarlos después de los dos primerosaños.

Finnikin señaló los nombresescritos con tinta roja.

Ella le miró fijamente.—Informantes.—¿Traidores?Lady Beatriss se encogió de

hombros.—Lo que hicieran o lo que dijeran

los mantuvo a salvo de cualquier clasede castigo. Me avergüenza decir que losmiembros de la nobleza fueron lospeores. Nos hubieran venido bien LordAugie y Lady Abian. Y me imagino queLord Selric hubiera tenido el mismocomportamiento noble.

Page 1033: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Vuestros actos han sidointachables, Lady Beatriss —le dijoFinnikin—. Vuestro nombre ha sidoalabado en numerosas ocasiones a lolargo de estas dos semanas en todos loslugares en los que he estado. Fuisteismás allá del cumplimiento de vuestrodeber como ciudadana.

—Las circunstancias sepresentaron y en unos momentos en losque no teníamos elección. No me quedómás remedio que trabajar para elbienestar de la gente. Quizá si hubieratenido unas circunstancias diferentes, mehabría comportado como los demásnobles.

—Lady Beatriss, ¿cómo es posibleque sobrevivierais cuando todos los

Page 1034: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

exiliados os creían muerta? —lepreguntó con voz amable.

—Finnikin, quizá Lady Beatrisspreferiría no hablar de eso en estosmomentos —le dijo Sir Topher.

Finnikin le sostuvo la mirada aLady Beatriss.

—Mi padre lloró diez años vuestramuerte.

—Finnikin —le advirtió SirTopher.

—Los nacimientos —dijo ella envoz baja, dejando en el aire la preguntade Finnikin—. Somos mil novecientosveintitrés según el último recuento. Esdifícil determinarlo con los Habitantesdel Bosque. Algunos sobrevivieron,quizás escondidos por nuestra gente

Page 1035: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

durante aquellos días. Jamás los he vistoen persona, pero Tesadora ha insinuadoalgo sobre su existencia en los bosquesque se encuentran más allá delmonasterio.

—Aun así Tesadora os dejó formarparte de su mundo con las novicias —comentó Finnikin.

Beatriss asintió.—Pero ella se mantuvo muy

reservada a pesar de todo. Al finalquedaban tan pocos que no confiaban ennadie. —Se inclinó hacia delante parasusurrar—. Tuvimos mucha suerte deque ocultara a las novicias de Lagrami yluego a las jóvenes.

Finnikin le cogió la mano consuavidad.

Page 1036: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—El rey impostor y sus hombres yano están en el poder. Ya no hay quetener miedo, así que debemos aprender ahablar en voz alta y a dejar demurmurar. Sé que eso es lo que quiere lareina.

Ella asintió con la cabeza.—Las cosechas. —Le dio la vuelta

a otra página—. Los días de oscuridad.—Señaló otra—. Los días de luz.

—¿Eso ocurría a menudo? —quisosaber Sir Topher.

Ella asintió de nuevo.—Los cinco primeros años fueron

los peores. Algunas semanas había undía tras otro de oscuridad. Temíamosque las cosechas se malograsen y esonos condenara a morir de hambre. Ni

Page 1037: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

siquiera los adoradores supervivientesde Sagrami sabían cómo controlarlo o loque significaba. Por lo que parecía, lasrespuestas habían muerto junto aSeranonna.

Empujó el libro hacia Finnikin y selevantó para servir más té. Sir Topher seacercó a la ventana y miró al exterior.

—¿Ese es Gilbere de las Llanuras,Lady Beatriss?

—Sí, es mi primo.—Estudiamos juntos cuando

éramos niños. ¿Me disculpáis?—Por supuesto.Sir Topher se marchó y Finnikin

comenzó a copiar las anotaciones dellibro de Lady Beatriss en el suyo.

—Es porque volvió para cumplir

Page 1038: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

lo que le había pedido su madre: que mesalvara —dijo Lady Beatriss al cabo deun rato.

Finnikin dejó la pluma sobre lamesa.

—¿Tesadora?Lady Beatriss asintió.—Atemoriza bastante cuando la

ves por primera vez, ¿verdad?Él sonrió, algo avergonzado.—Mide la mitad que yo, así que

sería un tanto humillante para mí admitiralgo así.

—Bueno, pues yo lo admitiré por ti—le respondió ella, riéndose. Luego sepuso seria—. Seranonna y yo acabamosencerradas en la misma celda de loscalabozos. Le permitieron una visita el

Page 1039: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

día antes de las ejecuciones. Unanovicia del monasterio de Lagrami. Vinoa dar la bendición a las adoradoras deSagrami para que así pudieranarrepentirse antes de morir. Recuerdosentirme avergonzada al oír semejanteacto de piedad por parte de una noviciade mi orden. Pero era un truco. Lanovicia era Tesadora, que se habíacortado el cabello y se había vestidocon la túnica de una novicia de Lagrami.Bendijo a Seranonna en el lenguaje delos antiguos y le puso en la mano a sumadre una poción oculta en un pequeñofrasco. Era una sustancia que la dejaríainconsciente. Todos los que la vieranpensarían que estaba muerta, peroTesadora sabría la verdad y la reviviría.

Page 1040: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin se puso pálido.—Pero Seranonna os dio a vos la

poción.Beatriss asintió.—Nunca lo hemos hablado, pero

no soy capaz de imaginarme cómo sesintió Tesadora ese día cuando vio quelos guardias sacaban a rastras a sumadre a la plaza para ejecutarla. CuandoSeranonna gritó que yo estaba muerta,Tesadora supo que esas palabras ibandirigidas a ella. Eran un mensaje paraque recuperara mi cuerpo y lodevolviera a la vida. Bebí la pocióndespués de dar a luz y recé para norecuperar la conciencia. No tengorecuerdo alguno sobre lo que pasódurante la maldición. Lo único que sé es

Page 1041: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que Tesadora se aprovechó de laconfusión y vino a buscarme. Dice quetodavía tenía en brazos a tu hermana.

A Finnikin se le saltaron laslágrimas antes de que pudiera impedirlo.

—Tan solo vivió unos instantes yen esos momentos pronuncié su nombreen voz bien alta para que ella pudieragritarlo algún día en los cielos. Sabíaque era imposible que sobreviviera,porque era demasiado pequeña. Lahabía llevado en mi seno menos de seismeses. Pero supo todo lo que eraimportante antes de morir. Que su padrese llamaba Trevanion, que el nombre desu madre era Beatriss y que tenía unhermano que se llamaba Finnikin. Lallamé Evanjalin por la amada madre de

Page 1042: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Trevanion, y cuando mi querida Vestienació cinco años después, te juro que laoí gritar ese nombre cuando salió porprimera vez a este mundo, como si, dealgún modo, el espíritu de Evanjalinhubiera entrado en ella. Puedes pensarque hablo como una loca por creer algoasí, Finnikin, pero hay momentos en queveo cosas de tu padre en Vestie.

—He aprendido a aceptar loinexplicable y no me considero un loco—respondió Finnikin.

—Cuando Tesadora me revivió enlos calabozos, le supliqué que me dejaramorir. Estaba aterrorizada. Sabía que elrey cabrón vendría a por mí otra vez,pero ella se negó a dejarme allí. Mesacó casi a rastras de los calabozos

Page 1043: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mientras las dos sollozábamos. Lassuyas eran lágrimas de rabia, las mías,de miedo. Fue un día extraño yantinatural, Finnikin. La aldea delpalacio estaba arrasada y las callesestaban vacías a excepción de aquellosque habían muerto aplastados bajo lascasas. Vi a la gente gimiendo y aullandocontra los muros del reino mientras losgolpeaban con las manos desnudas.Mientras recorríamos el camino de lasLlanuras nos cruzamos con gente queparecían muertos vivientes y quehablaban de una maldición, de que eraimposible salir del reino. FueronTesadora y mis aldeanos quienesenterraron a mi hija. Junto al río. —Beatriss sacudió la cabeza, perdida en

Page 1044: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

sus pensamientos—. Creo que ese díatambién enterré a tu padre.

—Pero él sigue vivo —le replicóél con brusquedad.

—Quiero que un día lo lleves allí,a la tumba —le respondió ella—. Paraque pueda empezar a curarse. Veo tantodolor en su mirada...

—¿Por qué no puede curarse convos? —insistió Finnikin.

—Porque no soy ni la mitad de lapersona que él amó una vez.

—Lady Beatriss, hay cosas quenunca cambian. ¿Podréis volver aamarle?

—¡Oh, Finnikin! —respondió ellacon una enorme tristeza—. Después detodo lo que ha pasado, ¿cómo podremos

Page 1045: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ninguno volver a amar de nuevo?Finnikin volvió por el camino que

llevaba al palacio junto a su mentor.

—¿Te dijo algo? —preguntó SirTopher.

Finnikin le miró sorprendido.—¿Os marchasteis porque creíais

que lo haría?—No. La verdad es que quería ver

a mi amigo de la niñez —respondió conuna sonrisa—. Pero vi con claridad queLady Beatriss necesitaba hablar y hacemuchos años que aprendí que la gente tecuenta cosas que no le contaría a nadiemás.

—Una buena habilidad para elpupilo del Primer Caballero de la reina,

Page 1046: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

¿verdad? —comentó Finnikin.—Eso está muy por encima de

cualquier habilidad que pueda aprenderun pupilo —contestó Sir Topher con vozsolemne—. O el propio PrimerCaballero de la reina, ya puestos. —Soltó un suspiro y miró a su alrededor—. ¿Tienes idea de dónde puede estarnuestro muchacho?

—¿Froi? Quién sabe. Si se hamarchado del reino, no quiero ser yoquien se lo tenga que decir a la reina.Mandé a Sefton y a los chicos de laaldea a que lo buscaran.

Oyeron el golpeteo de los cascosde unos caballos a sus espaldas. Unmomento después aparecieronTrevanion y Musgo.

Page 1047: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Algo malo ha pasado —murmuróFinnikin con el corazón casi desbocado.

Trevanion y Musgo llegaron a sualtura con una expresión adusta en susrostros.

—¿Isaboe? —preguntó Finnikin.Trevanion negó con la cabeza.

Finnikin notó la rabia contenida de supadre.

—El rey impostor y sus hombres—dijo Trevanion con brusquedad—.Están muertos.

Page 1048: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 28

—¿Envenenados?Trevanion, Finnikin, Sir Topher y

Musgo caminaban por los calabozostapándose la nariz y la boca con paños.Era obvio que el rey impostor y sushombres habían sufrido una muerte muylarga y dolorosa. Uno de ellos habíaconseguido reventarse la cabeza contrala pared de su celda para acabar de unavez con su agonía.

—¿Cómo? —preguntó Trevanioncon la voz cargada de furia.

—No lo sabemos —le respondió elguardia en voz baja—. Pero hemosarrestado al panadero que les trajo el

Page 1049: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pan esta mañana a los prisioneros.—¿Ha confesado?El guardia negó con la cabeza.—Esto solo puede ser obra de

alguien que conozca muy bien el uso delos venenos, así que espero que yahayamos sacado a la reina delmonasterio de Tesadora —declaróFinnikin.

—Perri ya está en camino —contestó Trevanion—. Se llevará a lareina con los monteses hasta que estépreparada para regresar al palacio.

—Debemos tratar con cuidado esteasunto —declaró Sir Topher—. Nopodemos repetir los mismos errores conaquellos que adoran a Sagrami.

—Estoy de acuerdo —contestó

Page 1050: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Trevanion con brusquedad—. Pero siTesadora es culpable de esto, debe serarrestada.

—No estarás sugiriendo quetrabaja para los charynitas y que queríaimpedir que el rey impostor hablara,¿verdad? —dijo Sir Topher.

—No pienso correr ningún riesgo.Tardaron casi todo el día en llegar

cabalgando al monasterio, situado en elextremo noroeste del reino. De caminopasaron por delante del cerezo quehabían plantado en honor a la hijapequeña de la reina muerta, Isaboe. Elmonasterio, donde Perri habíaescondido a Tesadora y a las noviciashacía ya años, era uno de los templosmás antiguos de la tierra. Estaba

Page 1051: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

rodeado de bosques, donde se hallabanapostados los hombres de Trevanion,unos a la vista y otros, escondidos.

La entrada al monasterio era unasenda cubierta que llevaba a unosjardines circulares donde las noviciastrabajaban y meditaban. Los aposentos ydemás zonas habitables se encontrabanalrededor de los jardines. Tesadoraestaba en la entrada, desde dondemiraba, impasible, a los hombres. La luzque entraba a través de la aberturaformada por los arcos le confería unaspecto casi fantasmal debido a suextraño cabello y a su hermoso rostro.Finnikin se preguntó cómo aquella mujertan pequeña había sido capaz de sacar a

Page 1052: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Beatriss, que era mucho más grande, delcalabozo aquel día.

—Por lo que parece, hay muchoshombres enfurecidos en los alrededores,capitán —le dijo Tesadora a modo desaludo—. Están inquietando a mischicas.

—Espero que hablaras esta mañanacon Perri, Tesadora.

—El Salvaje y yo nos conocemosmuy bien, como ya debes de saber —replicó ella con frialdad—. Ha sacado ala reina del monasterio, para mayorangustia tanto de las novicias como de lapropia reina.

Trevanion miró a uno de losguardias que estaba cerca. Este hizo ungesto de asentimiento para confirmar lo

Page 1053: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que ella había dicho.—Pedimos permiso para entrar —

dijo Sir Topher.—No permitiré que mis novicias

sufran más sobresaltos. Temo quetambién me saquéis a mí a la fuerza delmonasterio si os dejo entrar.

Finnikin estaba seguro de que loúnico que Tesadora conocía del miedoera cómo infundirlo en los demás.

—Tesadora, aunque solo sea por loque hicisteis para que Lady Beatrisssobreviviera, mi padre se contendrá —dijo.

Ella le miró fijamente, como si leviera por primera vez en mitad de losotros.

—Dejad a vuestros hombres aquí

Page 1054: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

fuera —les ordenó.Luego se dio media vuelta y

comenzó a recorrer el pasillo.Trevanion, Sir Topher y Finnikin lasiguieron.

—No vuelvas a hablar en minombre, Finn —le advirtió su padre envoz baja—. Sería un pésimo capitán sitomara todas mis decisiones basándomeen cómo han sido tratados mis seresamados.

Cruzaron los jardines muyconscientes de las miradas que leslanzaban las novicias. Las quepertenecían al culto de Sagrami ibanvestidas de azul y las de Lagrami, degris. La mayoría eran muy jóvenes.«Finnikin de la Roca. Pertenece a la

Page 1055: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

reina», le oyó susurrar a una de ellas.Llegaron al templo principal,

donde Tesadora encendió una vela.—Tenemos al rey impostor y a

nueve de sus hombres muertos en loscalabozos del palacio. Los hanenvenenado —comunicó Sir Topherdespués de que ella acabara de purificarel aire con el humo aromático de la velay con una plegaria a su Diosa.

Tesadora le sostuvo la mirada.—¿Me estáis acusando, Sir

Topher? —Luego se volvió haciaTrevanion—. ¿Esto es un arresto,capitán Trevanion? ¿O es que alguienespera que derrame lágrimas poresos...? ¿Cómo les habéis llamado?¿Hombres?

Page 1056: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—La única prueba que teníamos deque Charyn planeaba invadir Belegoniaa través de nuestro reino ha quedadodestruida —contestó Trevanion—. ¿Quéharías en nuestro lugar?

Ella soltó una risita.—Yo en vuestro lugar declararía

un día de fiesta por todo Lumatere.—Especialmente quizá para

aquellos que adoran a Sagrami —apuntóFinnikin.

—A lo largo de estos diez años, elrey cabrón y sus hombres no han hechodistinción alguna entre los adoradoresde Lagrami y los de Sagrami. Todos loslumateranos fueron víctimas de sureinado de terror.

—¿Y los Habitantes del Bosque

Page 1057: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que sobrevivieron? —preguntóTrevanion, señalando hacia el bosque—. ¿Acaso ordenaron ellos el asesinatodel rey impostor y de sus hombres,Tesadora?

Tesadora no hizo caso de aquellapregunta.

—Los Habitantes del Bosque hanpedido su autonomía.

—No —replicó Finnikin confirmeza—. Tu gente pertenece al reino.Una autonomía solo empeorará vuestrasituación.

—Aquellos que adoran a Sagramino sintieron que pertenecían al reinodurante los cinco días de loinnombrable. Así es como llaman a esosdías, ¿verdad?

Page 1058: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—La reina no permitirá que nadamalo les pase a los Habitantes delBosque.

—¿Y si algo le pasa a la reina?Nuestro rey y reina anteriores nosprotegieron, pero, en cuanto murieron,nos cazaron como animales y nosmataron. ¿Te gustaría seguir con esecenso aquí, Finnikin? Antes de los cincodías de lo innombrable habíacuatrocientos treinta y siete Habitantesdel Bosque. Hoy quedan menos decuarenta.

—Se les protegerá —dijo SirTopher con firmeza.

—¿Sin importar lo que me pase amí?

—¿Es que acaso te hemos tratado

Page 1059: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

como a un enemigo? —preguntó Finnikin—. Necesitamos saber lo que nospuedes enseñar. Necesitamos sabersobre la magia.

—¿Para controlarla? ¿Paraenjaularla?

—A lo mejor para loarla —dijoFinnikin— y de ese modo aprender a sercuranderos. Tus jóvenes tienenhabilidades.

—¿Y esperáis que me crea que esaes la razón por la que me visitáis hoy?¿Mientras estoy aquí, contestando avuestras preguntas en una sala deinterrogatorios?

—Nadie te ha arrestado, Tesadora,y esto es un templo —contestó SirTopher.

Page 1060: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Aun así vuestro capitán está conla espada en la mano, preparado paraatacar.

—¡Se acusará al panadero deasesinato a menos que arrojes algo deluz y nos aclares lo que sucedió en elpalacio esta mañana! —exclamóTrevanion.

No hubo respuesta.—Sufrirá por algo que tú planeaste,

Tesadora.—Y Beatriss sufrió por algo que tú

hiciste, ¿no, Trevanion? El capitán de laGuardia que eligió no postrarse a lospies del rey cabrón. Pero por nuestraDiosa —maldijo Tesadora—, seaseguraron de que su amante se postraraante ellos. Continuamente. La sacaban

Page 1061: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de su casa arrastrándola por el pelonoche tras noche. Una vez fue la mujermás enviada de todo Lumatere, cuandoel capitán de la Guardia Real la amaba.Pero nadie la envidió durante nuestrosaños en cautividad. Era el arma perfectapara mantener a nuestra gente en su sitio.Cuando descubrieron que estaba viva yla volvieron a arrestar, el rey cabróndecidió no ejecutarla. No, encontró unmejor uso para la antigua amante delCapitán de la Guardia. «Mirad a estamujer», se burlaba cada vez que sushombres arrastraban hasta la plaza sucuerpo magullado y destrozado, «esto eslo que les ocurrirá a vuestros seresqueridos si os atrevéis a desafiar alrey».

Page 1062: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Sir Topher abucheó con furiamientras Trevanion salía del templo.Finnikin no podía imaginarse lasimágenes que acababan de pasársele asu padre por la cabeza. Le habíancontado historias del destino deBeatriss, pero como un tonto habíaesperado que su padre nunca las oyera.

Sir Topher se quedó mirando aTesadora.

—Yo tengo algo mejor que contar—espetó—. El capitán presintió lo queiba a ocurrir entre él y el rey impostor,así que le envió un mensaje a su amigode confianza, Perri el Salvaje. Le decíaque sacara a Lady Beatriss de la casasolariega y la llevara al Valle de laTranquilidad, donde Lord August y Lady

Page 1063: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Abian estaban refugiados. Que la dejaracon ellos, que estaría protegida. Sinembargo, nadie logró encontrar a Perriese día y no llegó a recibir el mensaje.Verás, Perri iba a avisar a una antiguaenemiga suya de la infancia, alguien conquien su familia se había portado muymal. Alguien que él creía que merecíavivir. Esto me lo contó el propio Perrien persona, todavía acongojado despuésde tantos años por la pena de haberlefallado a su capitán. Tesadora,imagínate qué hubiera ocurrido si Perrihubiera recibido el mensaje. Imagínatela vida que Beatriss hubiera llevado conLord August y su familia en Belegonia.

Tesadora torció la boca en un gestode amargura, pero no pudo impedir que

Page 1064: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

los ojos se le llenaran de lágrimas.—Pero Perri jamás se arrepintió de

venir hasta tan lejos para esconderte a tiy a las novicias de Sagrami. Yo jamáscreí que debiera arrepentirse yTrevanion tampoco. Quizás hasta hoy.

Finnikin se puso a buscar a supadre. Lo encontró encorvado y deespaldas al monasterio, con una manoapoyada en un árbol. Cuando Trevanionse dio la vuelta, su hijo vio que seestaba limpiando la boca con la manga.Tenía el rostro ceniciento. Sir Topher seencontraba en la entrada del monasterioy ambos se dirigieron hacia él ensilencio.

—Ya hemos acabado por hoy aquí

Page 1065: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—le dijo Sir Topher.Tesadora apareció en el pasillo a

su espalda. Su rostro seguía impasible,pero su mirada se había suavizado.

—Todo comenzó con la primerahija de Beatriss —les dijo—. Tu hija,Trevanion. Mi madre fue a la hogueracon la sangre de la niña en las manos.Creemos que esa sangre, mezclada conla de Balthazar y la de Isaboe, quedóatrapada en la magia oscura de lamaldición y eso la convirtió en su luz.

Trevanion se quedó callado.—¿Por qué tanto el hijo real como

el bebé eran puros de corazón? —lepreguntó Sir Topher.

—No —le respondió Tesadora.Finnikin se estremeció cuando ella

Page 1066: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cruzó la mirada con la suya. A pesar delo extraño que tenía el cabello y laoscuridad de su espíritu, eraprobablemente la mujer más hermosaque jamás hubiera visto.

—No —repitió ella—. Creo que sedebe a que un joven hizo un sacrificiopara mantener a salvo a la princesa.Carne de tu propio cuerpo, Finnikin.Pero te costó algo más que eso.

Finnikin no se atrevió a apartar lamirada.

—Yo estaba en la plaza el día quemi madre murió —siguió diciendo ella,pero con voz furiosa—. Incluso durantela maldición, mientras otros huían, yome quedé. Ella me vio llegar a estemundo, me trajo ella misma, así que le

Page 1067: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

vi abandonarlo. El equilibrio perfecto,¿no os parece?

Nadie dijo una sola palabra.—Te vi ese día —continuó

Tesadora sin apartar la mirada deFinnikin—. Vi lo que hiciste. Tengo unadaga con tu nombre, Finnikin de la Roca.Mi único consuelo al llorar por mimadre es que no sufrió por culpa de lasllamas durante mucho tiempo.

Finnikin oyó las exclamaciones deTrevanion y Sir Topher, vio el asombroen sus rostros.

—¿Qué tiene que ver lo que hizoFinnikin con el contacto que hubo con lareina Isaboe en el exterior de Lumatere?—preguntó Sir Topher.

—Sabéis tanto como yo, Sir

Page 1068: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Topher. Los muertos no danexplicaciones ni aclaran nada. Lodescubrimos todo por nuestra cuenta.Encontré a Lady Beatriss en loscalabozos del palacio, donde estaba conun bebé muerto en brazos. No volví averla después de devolverla aSennington hasta que pasaron cincoaños. Fueron los peores años. Derepente, un día, en el quinto año denuestro cautiverio, Lady Beatrissapareció en nuestra puerta. Justo ahí —dijo señalando la entrada—. En plenamadrugada. Y no vino sola. —Se volvióhacia donde una joven estaba derodillas, plantando algo—. ¿Japhra?

La joven se les acercó y Finnikin sedio cuenta de que se trataba de una de

Page 1069: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

las novicias que iba en el carro deTesadora el día que entraron enLumatere. Era baja, casi fornida, conunos ojos parecidos a los de un ciervo yuna melena corta y espesa de cabellosmuy negros.

—Son unos amigos de LadyBeatriss, Japhra —le presentó Tesadora—. ¿Puedes traernos un poco de té?

La muchacha se fue y Tesadora loscondujo de nuevo al interior de una delas estancias del monasterio.

—Beatriss había conseguido sacara escondidas a la chica del palacio lanoche que vino a verme y ambasatravesaron la oscuridad a caballo paraencontrarnos. Japhra de las Llanurastenía doce años. El rey cabrón se la

Page 1070: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

arrebató a su familia para hacer con ellalo que quiso. Casi estaba catatónica eincluso hoy sigue con el espíritu dañado.

Finnikin se estremeció.—Yo llevaba tiempo intentando

entrar en contacto con el espíritu de mimadre mediante la magia de las Diosas,pero siempre fracasaba. Todo cambió lanoche en la que volví a ver a LadyBeatriss. Japhra no era la única razónpor la que había venido a verme.Digamos que fue por... motivosmedicinales.

—¿Estaba embarazada? —preguntóTrevanion.

—No creo que tenga que decírtelo,pero si esta conversación sale de aquí...

—¿Nos envenenarás? —dijo

Page 1071: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Trevanion.Ella le lanzó una mirada mordaz.—A Beatriss se le rompería el

corazón si se enterara de que sabéis porqué vino a verme esa noche y noqueremos que eso ocurra, ¿verdad,capitán?

—¿Quería librarse del bebé quellevaba en su seno? —preguntó Finnikin.

—No creo que ni siquiera ellamisma supiera lo que quería, peroestaba agotada de tanto cabalgar, así quela dejé quedarse esa noche. Las chicas yyo habíamos tenido muy poco contactocon el resto del reino hasta esemomento. Tenía a mi cargo en elmonasterio a doce de los cuarentaHabitantes del Bosque supervivientes,

Page 1072: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

además de a la sacerdotisa de Lagrami ya sus chicas. No confiaba en nadie máspara cuidarlas.

La chica volvió y sirvió el té conmanos temblorosas.

—Gracias, Japhra —le dijoTrevanion en voz baja.

Ella asintió y se fue.—Esa noche, apareció el espíritu

de mi madre y me llamó. La sentí, comosi me estuviera abrazando. Me dijo algoque no fui capaz de recordar a lamañana siguiente, no hasta que Beatrissme contó el extraño sueño que habíatenido. Había soñado que tenía enbrazos a su primer bebé y que el bebé lehabía hablado para transmitirle unmensaje.

Page 1073: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Los tres hombres se quedaronesperando.

«La hija de Beatriss compartirásueños con la heredera que nosdevolverá la libertad».

Ella se quedó observando lasexpresiones de asombro e incredulidaden sus rostros.

—Podríais decir que no se tratabamás que de la necesidad de dos mujeresapenadas, una por la muerte de su hija yotra por la muerte de su madre. Sinembargo, caballeros, en momentos asíuna persona se agarra a cualquier signode esperanza. Lo agarras con las dosmanos y le das aliento todos los días.Haces cualquier cosa para mantenerlocon vida.

Page 1074: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

»Lo hablamos día y noche junto ala sacerdotisa de Lagrami y llegamos avarias teorías. Seranonna y la niñamurieron el mismo día, así que creímosque mi madre llevó al bebé de Beatrissa los cielos para que nuestra Diosa laprotegiera. Trevanion, esa noche en elmonasterio, tu niña vino en busca de sumadre.

—¿Qué magia utilizasteis paraponeros en contacto con Isaboe?

—Ninguna. Algo así está más alláde mis poderes o de mis conocimientos.Puedo sanar porque mi madre me enseñóqué plantas y qué flores debía utilizar.Eso es lo que les enseño a mis novicias.Japhra es una de las que ha mostradomás talento. Pero la curación y la magia

Page 1075: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

son dos cosas distintas. Una personadebe ser muy poderosa para conseguircontactar con otra mediante sus sueños.Un espíritu muy fuerte, lleno de todo lobueno y de todo lo malo. Con lacapacidad para mirar en la oscuridad yencontrar una luz.

—Isaboe —dijo Finnikin.Tesadora asintió.—Ella nos encontró. Encontró a

Vestie, pero creo que su espíritu oníricoestaba buscando a la primera hija deBeatriss, la hermanastra de Finnikin. Dealgún modo, la sangre creó un vínculoentre Isaboe y cualquier niño al queBeatriss diera a luz. Todo porqueFinnikin hizo un sacrificio para mantenera salvo a la princesa y supongo que

Page 1076: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

utilizó la misma daga para ese sacrificioque para acabar con el sufrimiento de mimadre.

Finnikin no le contestó.—Por supuesto, Beatriss se quedó

asombrada ante el mensaje, pero supoque no tenía elección. Le prometí que sidaba a luz al bebé, yo me encargaría dela criatura y ella nunca tendría querecordar quién era o lo querepresentaba. Ella aceptó. No lequedaba nada más que dar. Sin embargo,cuando vio a Vestie... —Tesadora soltóun suspiro—. Creo que si alguienhubiera intentado apartar a Beatriss deesa niña, le habría matado. Mucha gentese sintió reconfortada al verlas juntas.Los aldeanos visitaban a Beatriss

Page 1077: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

temerosos de hablar, pero no a teneresperanzas y, de algún modo, Beatrissles daba esas esperanzas. «Lo que hagafalta», me decía.

»Un día vino a verme el herrero deuna aldea del Río, Petros. Me confesóque había echado a una adoradora deSagrami después de la muerte de nuestraamada familia real. Me suplicó quetomara bajo mi protección a sus hijas.

—Hiciste bien al aceptarlas —admitió Trevanion.

—No lo hice —replicó ella conbrusquedad—. Así que, esa noche,mientras su familia dormía, asfixió a sumujer y a sus tres hijas y luego se clavóuna daga en el corazón. No fue capaz desoportar la idea de lo que el rey cabrón

Page 1078: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

y sus hombres podrían hacerle a sushijas.

»Beatriss me amenazó. Me dijo quesi no trazaba un plan para proteger a lasjóvenes de Lumatere, no podríaacercarme a su hija. A una niña que loprimero que había dicho era “Isaboe”.Fue nuestra primera señal de que laheredera y Vestie habían caminadojuntas en sueños. Nos quedamosasombradas al descubrir que había sidola princesa y no el príncipe quien habíasobrevivido. Cuando le dije a Beatrissque no podíamos hacer nada, ella merecordó la poción que mi madre le habíadado. Aunque muchos no lo sepan,Beatriss de las Llanuras puede serbastante bravucona cuando se lo

Page 1079: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

propone. Ya se puede uno imaginar dequién lo aprendió —comentó Tesadoracon cierta socarronería al tiempo quemiraba a Trevanion.

—Tenías elección —le dijoFinnikin—. Protegiste a la sacerdotisade Lagrami y a sus novicias mucho antesde esa noche.

—No te hagas una idea demasiadosentimental de mí, jovencito —replicócon aspereza Tesadora—. Solo te haráparecer un tonto.

La expresión de su cara se habíaendurecido y Finnikin se dio cuenta deque ya había dicho todo lo que tenía quedecir. La sacerdotisa se puso en pie paraacompañarlos a la salida.

—Esta noche interrogaremos al

Page 1080: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

panadero —comentó Trevanion mientrasla seguían.

—Lo dudo mucho —le contestóTesadora.

Sir Topher y Finnikinintercambiaron una mirada.

—La reina ya ha ordenado que loliberen —les advirtió ella.

—¿La convenciste tú para hacerlo?—preguntó Finnikin, enfurecido.

Tesadora soltó una risa sin alegríaalguna.

—He oído decir que solo hay unapersona capaz de convencer a la reina,Finnikin.

—En cuanto la reina sepa lo queocurrió en los calabozos... —empezó adecir Finnikin.

Page 1081: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Ocurren muy pocas cosas en elreino de las que no se entere la reina —le cortó Tesadora con un brillo triunfalen la mirada—. Yo de ti seguiría suconsejo y me preocuparía menos de laverdad y más de lo que representa elmayor bien para su gente.

Finnikin se estremeció al darsecuenta de la verdad. Vio por lasexpresiones de sus caras que Trevaniony Sir Topher habían llegado a la mismaconclusión. Aquello no había sido unacto vengativo casi al azar realizado porlos Habitantes del Bosque. Elenvenenamiento del rey impostor y sushombres había sido ordenado por lamayor autoridad del reino.

—¿Dónde está la reina? —le

Page 1082: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

preguntó a Musgo mientras este se lesacercaba—. ¿Dónde está?

—Recuerda cuál es tu lugar,Finnikin. En Lumatere, quien manda esla reina —le dijo Trevanion confirmeza.

—Perri la ha llevado con losmonteses —informó Musgo en voz baja.

Finnikin ya se había subido alcaballo antes de que nadie tuvieratiempo de decir algo más.

Trevanion sintió que Tesadora leclavaba una mirada furiosa mientrasFinnikin se alejaba.

—¿Recuerda cuál es tu lugar? —repitió con rabia—. Caballeros, por elbien del reino espero que no hayáis

Page 1083: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

preparado a ese chico para que recuerdecuál es su lugar entre la realeza, sinoque se dé cuenta de que está al lado dela reina.

—Sin duda es una tarea muy difícilsi tenemos en cuenta que la premoniciónde tu madre le suena en la cabeza desdeque tenía ocho años —comentó SirTopher.

—El muchacho recuerda laspalabras tal y como quiere recordarlas—respondió ella—. Pero el hombretiene que comprender el significadoreal.

Finnikin alcanzó a la reina y a Perrimientras descansaban al pie de lasmontañas. Isaboe estaba sentada cercadel guardia, con la espalda apoyada en

Page 1084: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

un sauce llorón y la barbilla apoyada enlas rodillas. El trayecto no habíaacabado con la cólera que sentía.Cuando Perri vio el caballo que seacercaba a galope tendido, se puso enpie de inmediato con la espada en lamano. Isaboe se levantó a su espalda,con una mirada oscura y penetrante.Perri volvió a guardar la espada y ellase adelantó mientras Finnikindesmontaba.

—Espero que hayas venido acomunicarme que habéis encontrado aFroi —le dijo Isaboe con una vozcargada de rabia.

Llevaba un vestido de color violetacon el cuello fruncido y adornos

Page 1085: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

dorados. Era ancho a la altura de lostobillos para permitirle la libertad demontar a caballo y cabalgar.

—¿Qué es lo que has hecho? —lepreguntó Finnikin con furia apenascontenida.

Isaboe tenía los puños apretados.—Lo que tenía que hacer —

respondió.—Necesitábamos pruebas de lo

que había planeado Charyn —espetó él—. Pero has estropeado por completocualquier posibilidad de llevar ante lajusticia a los responsables al matar a losque podían demostrarlo.

Había tan poca culpabilidad en sumirada que eso provocó que aumentarasu furia. Por encima del hombro de la

Page 1086: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

reina vio a Perri, preparado para entraren acción. Captó la mirada deadvertencia del guardia. Finnikin sabíaque acabaría tendido en el suelo si sepasaba de la raya.

—¿Es que no sientesremordimientos? ¿No te arrepientes denada?

La mirada de la reina estaba llenade odio.

—De lo que me arrepiento es de nohaber podido ver cómo sufrían. Me hancontado que duró bastante —respondiócon los dientes apretados—. Me alegrémucho cuando me enteré de lo dolorosoque había sido.

—Belegonia ha...—¡Deseado invadir Charyn desde

Page 1087: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que existe esta tierra! —le interrumpióella a gritos—. ¡A la espera decualquier excusa!

—Tienen todo el derecho a saberque Charyn planeaba atacarles a travésde nuestro reino.

—A Belegonia no le importaquiénes queden atrapados en medio,Finnikin. Se apoderarán de Charyn, perono por venganza, sino por lo que puedensacar de ese reino. Y utilizarán aLumatere como atajo.

—Entonces, ¿la verdad quedaráoculta?

—Mejor que una verdad conocidaque nos llevaría a una guerra de tresreinos. Eso por no mencionar a Sarnak ycualquier otro reino con el que tengamos

Page 1088: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

frontera. Charyn pagará, Finnikin. Dejaque Trevanion y Perri hagan lo quemejor se les da. No finjamos que elcapitán y Perri no saben cómo infiltrarseen un palacio y rebanarle el gaznate a unrey extranjero y salvaje que se merece lamuerte. Lo que no puedes pedirme esque sacrifique a mi gente.

—A eso se le llama asesinato,¿verdad, Perri? —le dijo a gritos alguardia—. Hacer exactamente lo quehicieron con nuestro rey y...

—¡No! —gritó ella, aunque másque una palabra era un sollozo.

A sus espaldas, Perri negó con lacabeza hacia Finnikin en un gesto deadvertencia.

—¡No compares la matanza de mi

Page 1089: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

familia con la muerte del monstruo quela planeó y el traidor que la llevó acabo! No vamos a ordenar la muerte depersonas inocentes. Vamos a vengarnosal mismo tiempo que nos aseguramos deque Lumatere no se desangre en elproceso.

—Isaboe, tu gente necesita saber laverdad.

—Lo que mi gente necesita saberes que la bestia y los hombres quearrasaron nuestro reino están muertos.Que todos ellos sufrieron. Que la bestiay los hombres que violaron a susmujeres e hijas ya no existen. ¿Sabescómo castigaban a los hombres que seatrevían a enfrentarse a ellos? ¿Cómoles impedían resistirse? ¿Sabes que

Page 1090: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

venían a por sus hijas a plena luz deldía? ¿Sabes cuántas de ellas se tiraronal río para ahogarse antes de soportar loque ocurría? Y yo sentí cada una de esascosas. —Sollozó mientras empezaba adarse golpes de puño en el pecho—.Sentí todas y cada una de ellas. Ojalálos gobernantes de los reinos sintieran eldolor de todos los ciudadanos queenvían para luchar en sus guerras. Acabacon mi sufrimiento ahora mismo antes depermitir que sienta las muertes de migente mientras luchan para que se sepasemejante verdad.

Finnikin agarró la mano con la quese estaba golpeando el pecho y ella seinclinó hacia él con la voz estranguladapor la emoción.

Page 1091: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Si quieres ayudarme a gobernareste reino, tendrás que hacerlo a milado, y no desde tu aldea en la Roca.

—¿Qué es lo que te hace suponerque quiero gobernar tu reino? —replicóél con frialdad.

Pero estaba demasiado cerca deella y lo único que quería era apoyar lafrente en la suya, tomar todo lo queIsaboe le estaba ofreciendo.

—¿No fue lo que predijoSeranonna? —preguntó ella en voz baja—. ¿En el Bosque, cuando éramosniños? Luz y oscuridad. ¿Qué más es loque dijo, Finnikin? ¿A qué le tienes tantomiedo?

Él se estremeció.—¿Por qué no me tienes miedo? —

Page 1092: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

le preguntó al tiempo que le clavaba losdedos en el brazo—. ¿Por qué no temesque derrame tu sangre para ser rey?

Vio que ella torcía la boca en unamueca de dolor y sintió el brazo de Perrialrededor del cuello cuando estecomenzó a tirar de él para alejarlo.

—Eres un estúpido —le dijo ellacon las mejillas llenas de lágrimas—.¿Es que crees que no eres lo bastantehombre para la tarea? Quizá deberíaconcederle ese privilegio al príncipe deOsteria, quien me suplica venir parareforzar los lazos que unen a nuestrosdos reinos.

Finnikin se mordió la lengua hastanotar que se hacía sangre. Algo salvajeen su interior quiso matar a cualquier

Page 1093: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

otro hombre que la tocara.—Quiero que sepas una cosa,

Finnikin. Te despreciaré el resto de mivida si me obligas a llevar a otrohombre a mi lecho como mi rey.

Ella se alejó y Finnikin ansióseguirla, pero Perri no le soltó y pegó laboca a la oreja de Finnikin.

—Háblale así otra vez a la reina, otócala de ese modo, y acabarás pororden de tu propio padre haciendoguardia en la frontera yerma deSendecane —le amenazó el guardia envoz baja.

Finnikin se soltó, con larespiración irregular.

—Asegúrate de dejar a alguiencomo tú para protegerla cuando te

Page 1094: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

vayas, Perri, porque parece que notardarás en marcharte a Charyn —respondió con amargura—. Para matar aun rey.

—Finnikin, si eso es lo que meordena mi reina, eso es lo que haré.

Page 1095: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 29

Pasó una semana y luego, otra. Lascasas empezaron a aparecer, hechas deadobe, con tejados de paja y suelos detierra. Pero los exiliados habíandormido en peores condiciones ymuchos de ellos disfrutaban con la ideade tener una puerta, espacio yprivacidad. Los que habían quedadoatrapados en el interior se fueronacostumbrando a recibir a sus nuevosvecinos. En cada pueblo, continuabanarando y sembrando, y las rutinasempezaron a restablecerse.

Una mañana, Trevanion estaba conPerri y Musgo observando cómo Lord

Page 1096: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

August trabajaba la tierra con susjóvenes hijos y los aldeanos. Hacíamucho sol, pero August parecíasatisfecho entre aquellos hombres. Susvidas comenzaban a adquirir ciertanormalidad y conversaciones sobre lascosechas y las plantaciones que surgíana veces se convertían en discusionessanas. Trevanion se percató de que lostrabajadores parecían disfrutar de latarea de darle la vuelta a la tierra con elarado en la mano, a pesar de lo agotadorque era.

—¿Dónde están los bueyes? —preguntó Perri, que extendió una manopara coger el arado de Lord August.

—Los compartimos con el resto delas Llanuras, los rotamos —dijo el

Page 1097: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

duque, secándose el sudor de la frente—. Creo que hoy le tocaba al pueblo deClough.

—Sennington está muy dañado,Augie —dijo Trevanion—. ¿No puedeshacer que Abie convenza a LadyBeatriss para que se mude a Fenton?Perdieron a la mayoría de su gente enlos campamentos de la fiebre. Hayhectáreas de tierra fértil sin nadie quelas trabaje.

Lord August le dedicó una sonrisitaforzada.

—¿Has estado en la mismahabitación que mi mujer, Lady Beatriss yTesadora? —preguntó—. Es un horror.En cuanto intenté hacer tal sugerencia,me interrumpieron. Después, demostré

Page 1098: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

una estupidez aún mayor al sugerir a lavíbora, Tesadora, que al habersellevado a la reina del monasterio y comolos guardias ya no estaban allí, podíapedir algún tipo de protección para ellay sus chicas. Por si acaso. —Negó conla cabeza y se estremeció—. Estoyseguro de que me lanzó un hechizo conun parpadeo rápido.

—¿Te asustan las mujeres? —preguntó Trevanion al que le hacíagracia la reacción del duque.

—No me avergüenza admitirlo y túserías tonto si no hicieras lo mismo —dijo Lord August lanzándole una claraindirecta.

—Lucian se ha ofrecido voluntariopara enviar a los monteses a trabajar a

Page 1099: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Fenton —dijo Lord August.Trevanion negó con la cabeza.—Cargó con el cuerpo de su padre

al hombro montaña arriba, Augie. Esotiene menos que ver con la fuerza físicay más con el corazón. Finn ha pasadomás tiempo con él y su gente, y estánhaciendo lo que los monteses sabenhacer mejor. Seguir con su vida.

—Supongo que Finnikin no está allíahora —dijo Lord August condesaprobación.

—Está en Sarnak por asuntos depalacio —respondió Trevanion con elceño fruncido por el tono de LordAugust.

—¿Ha ido solo? —preguntó Perri.—Se llevó a algunos de los

Page 1100: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

muchachos del pueblo. ¿Por qué estástan seguro de que no estaba con losmonteses? —preguntó Trevanion.

—Porque la reina está con ellos yalgunos dicen que Finnikin se encuentraallí donde no está la reina.

A Trevanion se le pusieron lospelos de punta.

—¿Otra contribución de lasmujeres? Si alguien tiene problemas conlos movimientos de mi hijo, Augie, lesdiré con toda la educación del mundoque se metan en sus asuntos, ya sea tumujer o Tesadora.

—Has dejado fuera a Lady Beatriss—dijo Musgo.

—No podría imaginarme a LadyBeatriss metiéndose en la vida de

Page 1101: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin, pero si se plantea la cuestión,también seré firme con ella.

—Finnikin tiene que traer a la reinaal palacio, Trevanion —insistió LordAugust—. No la Guardia. Ni Sir Topher.Sino Finnikin. Y a Lucian de los Montesse le debe vigilar. Todavía es muy joveny deberá trabajar duro para ganarse laconfianza de la gente, sin que importe dequién sea hijo. Esas montañas son laentrada de Charyn a nuestro reino.

—¿Por qué nos dices lo que yasabemos, Augie? —preguntó Perrilacónicamente.

—Ya tengo vigilado a Lucian —dijo Trevanion—. Tiene a sus tíos y a suyata, y los muchachos monteses estánbajo un constante entrenamiento.

Page 1102: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Y quién vigila a las novicias deSagrami? —continuó Lord August—.Están demasiado aisladas allí, al oeste,y si alguna vez se repite...

—Tesadora y las novicias estánprotegidas —dijo Perri con firmeza—,lo sepan o no. Por hombres a los que yomismo he entrenado, Augie. Así quecualquiera que decida adentrarse en esaparte del reino por ninguna buena razónse topará con el borde afilado de unadaga rebanándole el pescuezo. Bueno,¿tienes más preguntas sobre laprotección de Lumatere?

Lord August miró a Perri y despuésa Trevanion y a Musgo.

—Dime que Perri no se acuesta conla víbora —le dijo a Trevanion.

Page 1103: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Musgo se echó a reír.—Un hombre muy valiente tiene

que ser el que se muestre desnudodelante de esa.

Trevanion vio a Lady Abian por elsendero hacia la casa solariega, devuelta del pueblo del palacio.

—¡Caballeros! —les saludó y agitóla mano.

Todos alzaron las suyas enrespuesta.

—¿Y Finnikin? —preguntó—.¿Dónde está? No le veo mucho,Trevanion.

—En Sarnak por asuntos de palacio—respondió—. Le diré que te haga unavisita en cuanto vuelva.

Oyó una risita a su lado cuando

Page 1104: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Lady Abian negó con la cabeza en gestode desaprobación y avanzó hacia lacasa.

—Oh, sí, le has dicho que se ocupede sus asuntos —se mofó Perri.

Más tarde, Trevanion, Musgo yPerri viajaron por el reino, como hacíacada día desde su vuelta. Trevanionsabía que la gente de Lumatere se sentíareconfortada por la presencia de sushombres y para él era una prioridadasegurarse de que fueran visibles encuantos más pueblos, mejor. Se cuidó debuscar un equilibrio entre la autoridad yla protección. Fue Lady Abian la quesugirió a los guardias que no llevaranlos uniformes formales. Tanto los

Page 1105: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

exiliados como los atrapados en elinterior habían sido víctimas de laviolencia de los guardias por toda lanación. En vez de eso, iban vestidos degris y azul, los colores querepresentaban a ambas Diosas.

Por la tarde llegaron a una aldea enlos límites de las Llanuras donde loshombres y las mujeres trabajaban juntospara preparar la tierra. Antes de que losdemás se dieran cuenta de lo que estabasucediendo, Perri saltó de su caballo.

—Froi —dijo con satisfacción.Trevanion suspiró, aliviado.

Además del cariño que le tenía al chico,temía la angustia de la reina si lehubieran perdido.

Page 1106: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Froi vio a Perri y Musgo acercarse

y no pudo evitar sonreír, no pudo evitarla felicidad que sentía en su interiormientras dejaba en el suelo susherramientas. Y entonces Perri le agarróy ambos fingieron que era una pelea,pero en realidad era un abrazo.

—¿Dónde has estado, Froi?—Aquí. Trabajando un poco —les

dijo.—¿Nuestro chico ha tenido la loca

idea de que ganará lo suficiente paraahorrar algo? —preguntó Musgo y aFroi le gustó el modo en el que habíadicho «nuestro chico», como si Froiperteneciera a su grupo en vez de anadie. A veces, durante sus viajes, se

Page 1107: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

había imaginado que había alguienbuscándolo en Lumatere. Pero no habíaesperando una madre como Lady Abianni un padre como Trevanion. Ningúnpariente que le reconociera como uno delos suyos.

Perri le alborotó el cabello.—Musgo, ve a ver al encargado y

dile que Froi se viene con nosotros.Perri empezó a andar de vuelta por

el camino y Froi le siguió hasta dondepudo ver al capitán montado en sucaballo a horcajadas. Pero entonces Froise dio la vuelta hacia donde su trabajohabía quedado a medias y se puso tristeporque había algo al tocar la tierra consus manos que le hacía sentir que valíala pena.

Page 1108: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Como vuelvas a desaparecer deesa manera, chico, te llevaré de vuelta aSarnak donde te encontraron —gruñó elcapitán cuando Froi le alcanzó—. Estoyseguro de que Finnikin está vagando porsus calles mientras hablamos,buscándote.

A Froi le escocieron los ojos, perocontuvo el enfado y el dolor en suinterior porque la rabia le hacía quererescupir y eso era lo último que queríahacerle al capitán.

—¿Qué has estado haciendo, Froi?—Arando, capitán —respondió en

voz baja.—¿Arando?—Pronto comenzará la siembra.

Cebada, avena, cebollas y repollo. Allí

Page 1109: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

plantarán diez manzanos, cinco perales ydos cerezos —dijo, señalando hacia lasmontañas—. Los que ha donado Osteria.

—Sube a mi caballo, Froi —dijo elcapitán, ofreciéndole la mano—. Eresuno de los nuestros.

A pesar de lo mucho que Froideseaba ser uno de ellos, se quedómirando la mano que le ofrecía elcapitán, pero no la cogió.

—¿Para hacer qué? —preguntó.—La Guardia protege el reino,

Froi. El pueblo de Lumatere nos honraal permitirnos protegerles —explicóPerri.

—Pero yo no puedo —dijo y sintiólos ojos del capitán y Perri clavados enél.

Page 1110: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Les quería contar muchas cosas. Lehabía intentado explicar a uno de lostrabajadores un día cómo se habíasentido al estar con la Guardia,Evanjalin, el sacerdote real, Finnikin ySir Topher, pero no había encontradolas palabras.

—Eso es respeto —le dijo mástarde cuando entendió lo que trataba dedecir.

Él no había oído antes aquellapalabra y aunque sabía que lo que sentíapor ellos era muy intenso, no significabaque pudiera proteger el reino a su lado.

Cuando el capitán se inclinó parasubirle al caballo, Froi intentó hablar,pero le salió como un susurro.

—¿Cómo voy a formar parte de la

Page 1111: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Guardia y proteger este reino cuando nofiento nada por él? Capitán Trevanion,se equivocaron. Finnikin, Evanjalin ySir Topher. No soy de aquí. Lo sé por elmodo en que me miran los demás. Escomo si percibieran falgo de mí. Cosasque ni yo mismo fe.

Bajó la vista al suelo porque noquería mirar al capitán a la cara.

—Todos se miran así ahora, Froi.Los hermanos y las hermanas. Lospadres y los hijos. Incluso aquellos queantes eran amantes —dijo el capitán.

Froi miró a Perri y luego alcapitán.

—¿Cómo iba a morir por alguienque pertenezca a la Guardia? Eso es loque se supone que hacéis, ¿no? ¿Si algo

Page 1112: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pafa?Perri asintió.—Yo no lo haría —dijo con

sinceridad—. Me protegería a mí mismoantes.

Musgo se acercó a él, contento,pero la sonrisa abandonó su rostrocuando vio sus expresiones.

—Eres lumaterano, Froi. Lucharíaspor este reino —dijo Perri, pero Froinegó con la cabeza.

—Es tan solo una palabra.Lumatere. No fiento nada, salvo por estetrozo de tierra en el que he trabajado.

—Nada. ¿Por nadie? —preguntóMusgo.

Froi pensó durante un rato.—Freo que moriría por Evanjalin y

Page 1113: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

probablemente también por Finnikin.—Es la reina —dijo el capitán con

firmeza—. No es Evanjalin, Froi.—Sea quien sea, freo que moriría

por ella y por Finnikin. Por aquella vezen Sarnak, cuando vino a buscarme... aveces freo que no volvió por el anillo.Sino a por mí. —Se dio cuenta de quepor primera vez había dicho una cosaasí en voz alta y le entraron ganas dedecir otras cosas que tenía en la cabezay eran verdad—. Pero no moriría pornadie más. Ni por vosotros fres, elsacerdote real o Sir Topher. Osvendería en cuanto alguien meconvenciera.

El capitán se rio un instante,incrédulo, pero a la vez parecía hacerle

Page 1114: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

gracia y después Perri también se rio.—Claro que sí —afirmó Perri—,

le creo.Froi se sintió avergonzado, pero

Perri le dio en la barbilla con el pulgar.—Yo tampoco lo haría, Froi. A tu

edad.—No lo entiendo —dijo Musgo—.

Los muchachos del pueblo que van conFinnikin nos suplican que les dejemosentrenar con la Guardia.

—Sube a mi caballo —le dijo elcapitán con un suspiro y el brazo aúnextendido.

Froi no se atrevió a desobedecer ycon el corazón pesado se sujetó mientrascabalgaban hacia el palacio. Mientrasveía las Llanuras a ambos lados del

Page 1115: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

camino, se percató de que le asustaba,toda esa gente y todo aquel trabajo quetenían que hacer, el modo en el quealgunos aldeanos que habían trabajado asu alrededor dejaban sus herramientasde sembrar para ponerse a llorar. Loshombres también, no solo las mujeres, yera un llanto distinto al que Lady Celiehabía emitido en Belegonia. Era el tipode llanto que le hacía llorar y muchasveces fingía que era tierra que se lehabía metido en los ojos. En el fondo,Froi quería volver a cuando seescondían en los bosques y no habíatanta gente por la que sentir pena.

El capitán aminoró la marcha en unpueblo de las Llanuras donde todo elmundo parecía estar trabajando. Veía las

Page 1116: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

torres por encima de los árboles a lolejos y supo que casi estaban entrandoen el pueblo del palacio.

—Es la finca de Lord August —leinformó el capitán—. Este es el trato,Froi. Puedes quedarte a trabajar latierra, pero nosotros elegiremos cuál.Continuarás las lecciones con elsacerdote real y harás feliz a la reina.

Froi le miró, sin comprender.—Tal vez tengas razón. No

conoces mucho este reino. Se tarda untiempo en amar la tierra y a la gente quequieres proteger, sobre todo cuando losque te rodean tienen los ojos llenos dedesconfianza. No estaría bien pornuestra parte esperar más de ti ahora.

—Pero algún día te lo volveremos

Page 1117: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

a preguntar —continuó Perri.Froi se los quedó mirando.—Pero ¿y si soy el enemigo?—¿El enemigo de quién, Froi? ¿De

nuestra reina? —preguntó Perri.—Nunca. De ella no.—Pues ese es un comienzo, Froi.Lo pensó durante un momento y

luego miró el pueblo de Sayles.—Mientras no tenga que vivir

dentro de la casa grande con Lord Augiey Lady Abian —dijo—, porque si van apasarse todas las noches follando...

—¡Froi!El capitán se rio por segunda vez

aquel día y a Froi le gustó aquel sonido.—Las órdenes de la reina es que te

quedes cerca —dijo Perri—. Haznos un

Page 1118: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

favor, Froi. No desobedezcas lasórdenes de la reina. Está horrible allíarriba, en las montañas.

Froi asintió.—Me quedaré. Pero os equivocáis

con la reina —dijo mientras se bajabadel caballo del capitán y miraba alpueblo del que iba a formar parte.

—¿Porque digo que está fatal estosdías?

—No. Porque está en las montañas.La he visto. Esta mañana, pero guardélas distancias. No quería avergonzarla.Estaba fon los monteses y todos los demi alrededor corrieron hacia el caminopara saludarla. Había salido a ayudar enuna aldea. Bal... Bal...

—Balconio —dijo el capitán.

Page 1119: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Maldijo e intercambió miradas con losdemás—. Iré yo. Perri, ¿puedes volveral palacio y escoltar a Sir Topher hastael pueblo de Balconio?

Froi miró al capitán, confundido.—Todos quieren que Finnikin se

una a ella y no ese príncipe de Osteria.¿Por qué no está Finnikin fon ella?

El capitán suspiró.—Por la misma razón que tú, Froi.—¿Porque no se lo merece?El capitán colocó una mano en el

hombro de Froi mientras bajaban por elsendero hacia la casa de Lord August. AFroi le gustaba aquella sensación ycomprendió por qué a Finnikin se lehinchaba el pecho cada vez que su padreestaba cerca.

Page 1120: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Está en los ojos de la reina —dijo el capitán— y ella sabe quién se lomerece mejor que nadie.

Trevanion vio a la reina en cuantollegó. Estaba vestida con ropa decampesina, como los que la rodeaban, ytrabajaba la tierra con la mismadeterminación que le había visto alcaminar delante de ellos en el viaje aLumatere. Uno de los aldeanos queestaba con ella señaló a Trevanion, ellase dio la vuelta y observó cómodesmontaba y caminaba a grandeszancadas en su dirección. El capitán viosus hombros caídos como si la chicasupiera que había llegado la hora. Susguardias aparecieron a su lado y

Page 1121: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Trevanion los agarró a ambos, enfadado.—Dijiste que no me perdieran de

vista, capitán Trevanion, y eso es lo quehan hecho —dijo la reina en calma.

—No necesitan que los defiendan,Su Alteza —contestó al tiempo quefulminaba con la mirada a los dosguardias antes de soltarlos.

Le pasó la azada a un trabajadorque tenía al lado.

—¿Puedes continuar por mí, Naill?—Por supuesto, mi reina.Siguió a Trevanion hasta la casa

solariega.—Hay mucho trabajo que hacer

aquí —dijo.—Sí —admitió Trevanion—, pero

no tienes que hacerlo tú. Aún tenemos

Page 1122: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cerradas las fronteras por miedo a unarepresalia por parte de los reinos quetodavía no han reconocido tu reinado —explicó—. Hay colaboradores del reyimpostor que aún tenemos que atrapar.Los Habitantes del Bosque no han salidode su escondite.

—Si regreso al palacio, meencerraréis como tú y Sir Topherhicisteis aquella vez en Pietrodore —leacusó—. O me tendréis rodeada por almenos diez miembros de la Guardia.

—Sí —dijo con sinceridad—,porque si algo os pasa, mi reina, no creoque sobreviviéramos.

—Entonces debo enseñar a mipueblo cómo sobrevivir —respondió—,porque no pueden rendirse cada vez que

Page 1123: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

algo le pase a su rey o a su reina.—Sir Topher viene de camino —

dijo y la tristeza en los ojos de la chicale impidió decir nada más.

Más tarde, cuando el sol empezó adesaparecer y el viento azotaba susrostros, Sir Topher se sentó en la colinajunto a la reina para contemplar a lostrabajadores que había en el llano.

—El próximo verano tendremos unexcedente de cereales, cebada y avena, ytodos los reinos de nuestro alrededorestarán entusiasmados de importarnuestros productos —dijo—. Elembajador también se ha encargado deasegurar el interés de los belegonianosen los productos del río y la exportación

Page 1124: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de las minas contentará a aquellosreinos que ya no quieran tratar con lossorelianos para obtener estaño. Ytenemos suficientes fondos para quenuestra gente no se muera de hambrehasta entonces. En dos años, Sir Topher,estaremos de camino hacia algunaespecie de prosperidad.

—Y tal vez de una guerra —dijo,serio.

—He atravesado el prado deGrados —continuó como si él nohubiera hablado— e imaginé que podríaparecerse a aquel que había cerca de laencrucijada, donde me puse enferma conel sacerdote real. Así que voy a plantarmalvarrosas, fresas silvestres, narcisos,margaritas, caléndulas y aguileñas.

Page 1125: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

A pesar de sus palabras, estaballorando y él olvidó el protocolo pararodearla con el brazo.

—He atravesado este reino muchasveces en las últimas semanas, SirTopher —susurró entre lágrimas—.Muchas personas. Muchas historiastristes. ¡Ser responsables de tantasalmas! ¿Cómo lo hacía mi padre?

—Con la misma expresión en surostro que tenéis hoy vos, mi reina. Conmiedo y esperanza.

Se enjugó las lágrimas.—Isaboe —dijo con dulzura—,

esta gente no necesita a otra campesinaque les ayude a arar sus campos.Quieren a su reina. La quieren enpalacio para que los dirija.

Page 1126: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Y también a un rey? —preguntócon desdén.

—Creo que ya has elegido a un rey—respondió en voz baja.

Ella puso los ojos en blanco.—Cuando estoy con los monteses,

se esconde en el Pueblo de la Roca,cuando estoy en el Pueblo de la Roca, seva a las Llanuras y cuando regrese alpalacio, se esconderá con los monteses.Me he acostumbrado a no verle.

—Mientras ha estado... viajandopor el reino, ha escrito la constitucióndel nuevo Lumatere, que quiere querepases. Creo que ha convencido al reyde Sarnak para que juzgue a losresponsables de la masacre de nuestropueblo.

Page 1127: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿En la corte real de Sarnak oaquí?

—En estos momentos están ennegociaciones. En la últimacorrespondencia que recibí de Finnikindecía que el rey de Sarnak nos habíainvitado a su palacio. Por supuesto, osaconsejaremos que no asistáis. No hastaque sepamos que es completamenteseguro. Finnikin también está en contrade la visita de Osteria y tiene razón. Esdemasiado pronto. Cuando permitamosvisitas a Lumatere, debemos asegurarnosde que nos hemos recuperado.

Ella suspiró y se quedó mirando laaldea donde algunos de los guardasestaban ayudando a cubrir con paja lostejados de las casas.

Page 1128: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Cuando vuelva, Isaboe, habrátomado la decisión más importante, nosolo de su vida sino para su reino.Tienes que tener paciencia.

—Pídeme también que mantenga miorgullo porque se va reduciendo poco apoco a medida que pasan los días y noviene a verme.

—Ya sabes lo que siente por ti,Isaboe.

—No sé nada —dijo con tristeza—. No me da nada y así no puedogobernar. Pero sé lo que mi gentequiere. Quieren que tenga un rey. Asíque se lo daré, aunque no sea mi primeraopción.

Trevanion los esperó en el camino

Page 1129: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

hacia el palacio con varios miembros dela Guardia y los caballos.

—¿Montaréis a caballo, mi reina?—preguntó al acercarse, ofreciéndolelas riendas.

—Preferiría caminar —dijo en vozbaja.

Era el camino que el rey impostor ysus hombres habían usado para llevar alas mujeres y a las chicas de Lumaterehasta el palacio. El camino donde solíanahorcar a los hijos de los hombres quese rebelaban.

—Sería más fácil para nosotros simontarais, mi reina —sugirió SirTopher.

Se detuvo un momento, con elrostro afligido mientras les miraba a

Page 1130: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ambos.—La verdad es que... no creo que

esté preparada para volver... a mi casa.Trevanion se quedó callado al

recordar la primera vez que había vueltoa entrar en palacio. Estaba aún lleno deescenas terribles que había presenciadoaquella noche espantosa hacía tantosaños.

—Te hemos preparado el ala este,Isaboe —dijo Sir Topher con dulzura—.No se ha tocado desde las últimas cincodécadas.

Ella asintió con una expresión dealivio en el rostro.

—Si prometo volver al díasiguiente de descanso, entoncespodremos invitar a la gente para que lo

Page 1131: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

celebre conmigo. Podría ser unacelebración de nuestro viaje de vuelta aalguna especie de normalidad.

Sus ojos reflejaban súplica.—Eso será dentro de cinco días —

dijo Sir Topher a regañadientes.—La sacerdotisa de Lagrami ha

trasladado a sus novicias a sumonasterio original y tiene ganas de quela visite. El monasterio no está lejos delpalacio, así que sería el lugar perfectodonde quedarme hasta entonces. Puedovisitar a la gente del pueblo del palacio.Una vez fueron mis vecinos y nostrataron a mis hermanos y a mí como sifuéramos de los suyos.

Se esforzó por contener laslágrimas.

Page 1132: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Sir Topher miró a Trevanion yasintió.

—Yo iré delante hacia elmonasterio y haré que Lady Millaorganice las festividades para celebrarel regreso al palacio.

Mientras avanzaban, Trevanion lerepitió con educación que montara acaballo.

—He oído que encontrasteis a Froi—dijo la chica, ignorándolo con buenosmodales—. Echadle un ojo, capitánTrevanion. Dejadle jugar a loscampesinos, pero recordadle quepertenece a la reina.

—Cree que no se lo merece.Se detuvo un momento.—¿Froi es ahora humilde?

Page 1133: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Una leve sonrisa pasó rozando loslabios de Trevanion.

—Por un instante o dos.—Cuando le reclame, no tendrá

derecho a negarse.—Aun así no habéis ejercido ese

derecho para llamar a Finnikin.Volvió a detenerse.—Habláis fuera de lugar, capitán, y

ya se ha hablado demasiado sobre laausencia de vuestro hijo.

El capitán asintió.—Os pido disculpas.—¿Por qué parte pedís disculpas?

—preguntó.—¿Por qué parte queréis que me

disculpe?Mantuvo su mirada y él recordó lo

Page 1134: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

firme que había sido en la prisión de lasminas. Suspiró, posó los ojos más alláde ella, hacia donde las Llanurascomenzaban a parecer fértiles y oscuras,y la tierra estaba en montículosperfectamente alineados.

—Pertenezco a la reina y a mi paísen primer lugar —dijo al cabo de unrato—, pero soy su padre, Isaboe. Metendrás que perdonar esta vez por hablarsin rodeos, pero siempre he queridoarrancar el corazón de los que le causandolor, y seas Evanjalin o la reina, tienesese poder. Siempre lo tendrás. Pidodisculpas por sentirme así.

—¿Y crees que usaría tal poder?No respondió y siguió caminando.—Cuando llega el momento de

Page 1135: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

arrancarle el corazón al que le causedolor, capitán Trevanion, tened encuenta que lucharé con vos por ir laprimera —dijo con vehemencia.

Después de unos instantes, elhombre sonrió.

—¿Montaréis a caballo, mi reina?—No —contestó, también con una

sonrisa.Pasaron por Sennington y los

aldeanos corrieron al camino parasaludarla.

—¿Está Lady Beatriss en casa,Tarah? —preguntó a una de lascampesinas, cuyas mejillas sesonrojaron con placer al ver que la reinausaba su nombre.

—No debería tardar, mi reina. Ha

Page 1136: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

bajado al río con Vestie.La reina sonrió para darle las

gracias y cogió los regalitos que lehabían hecho los niños.

—¿Podríais localizar a LadyBeatriss, capitán Trevanion? —preguntó, sin apartar la vista de losaldeanos—. Me gustaría descansar aquíun poco antes de presentarme ante lasacerdotisa.

Trevanion sabía exactamente dóndeencontrar a Beatriss. La había vistomuchas veces desaparecer detrás de lacasa solariega y caminar hacia el río.Una parte de él quería guardar lasdistancias y llamarla en vez deacercarse a ella junto a aquel árbol,

Page 1137: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pero el anhelo en su interior erademasiado fuerte y terminó andando ensu dirección. No obstante, no pudorecorrer todo el camino. Sabía lo quehabía ante él. Una tumba. Con más cosasenterradas aparte de su bebé muerto.Como la mayoría de días, Beatrissestaba con su hija y él se preguntó cómopodía adorar un recordatorio de lasatrocidades que el rey impostor y sushombres habían cometido con su cuerpo.

—La reina os espera para veros,Lady Beatriss —dijo desde su posiciónen la cuesta.

Ella asintió como si fuera lo másnatural del mundo que él estuviera allí yentonces caminó en su dirección.

Page 1138: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¿Regresa al palacio? —preguntó.—Sí.La niña le miró desde donde estaba

junto a la tumba y él le devolvió lamirada a aquella extraña Beatriss enminiatura. Pero entonces volvió aentretenerse con unas semillas.

—Tu silencio dificulta la situación,Trevanion —dijo Beatriss en voz baja—. Estaría mal fingir que no tenemosnada que decirnos, así que seré yo laque hable. No puedo volver a ser la queera ni desear lo que una vez sentí. Laidea de que un hombre me toque,cualquier hombre...

Tragó saliva, incapaz de terminarla frase, y él asintió, conteniendo algo ensu interior que le dolía pronunciar. Se

Page 1139: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

dio la vuelta para marcharse mientrastenía la sensación de que se leseparaban las entrañas.

Su voz le detuvo.—Me levantaba con tu nombre en

mis labios todas las mañanas. Como unaoración de esperanza. Por ahora, es loúnico que puedo ofrecer.

Él vaciló al recordar algo que lehabía dicho Finnikin durante el viaje.Que de alguna manera, incluso en lospeores momentos, los fragmentos másdiminutos del bien sobreviven. Era lamano que guardaba esos fragmentos loque contaba.

—Pues por ahora, mi Lady Beatriss—dijo—, lo que ofrecéis es más quesuficiente para mí. Esperaré.

Page 1140: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Ella suspiró y negó con la cabeza.—¿Cuánto tiempo esperarás,

Trevanion? ¡Un hombre como tú!—Un hombre como yo esperará lo

que haga falta.Se quedaron allí, contemplando a

la niña mientras esparcía semillas por latumba, tarareando una dulce melodíapara sus adentros. Cuando tiró la tacitadonde guardaba las semillas, Trevanionse acercó a donde estaba la niña junto ala lápida y leyó las palabras que habíainscritas: Evanjalin. Querida hija deTrevanion y Beatriss.

Se agachó a recoger la taza paradejarla en la mano de la niña. En latierra junto a la tumba había una semillaaislada. Mientras la ponía sobre el fértil

Page 1141: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

montículo de tierra, notó unos diminutosdedos haciendo presión sobre los suyos.

—Así —dijo Vestie, dándole unaspalmaditas en la mano—. Para que lasemilla germine.

Page 1142: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Capítulo 30

Aquella noche Finnikin de la Rocasoñó que iba a sacrificar el resto de suvida por la casa real de Lumatere.

El mensaje le vino en un sueño deBalthazar y sus hermanas mientrasdormía en la casa de la yata de la reina,en las montañas. Yata no pareciósorprendida a la mañana siguiente.

—Mis niños me visitan confrecuencia —dijo, dándole un beso en lasien—. Es hora de que te vayas a casa,Finnikin. No perteneces a estasmontañas. Tienes que estar en otro lugar.

Había pasado cinco días desde quehabía regresado de Sarnak y de algún

Page 1143: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

modo se había encontrado de caminohacia los monteses. Se quedó paracompletar el censo y los acuerdoscomerciales con varios de los reinosvecinos. Al dejar la casa de Yataaquella mañana, supo que una parte desu vida había terminado y que fuera cualfuera el camino que eligiese,experimentaría el dolor de los sueños nocumplidos. Por un momento se permitiósentir pesar ante la idea de no poderconstruir una casita junto al río conTrevanion. O vivir la vida de un simplegranjero conectado a la tierra. O viajarpor el reino, satisfaciendo al nómada enel que se había convertido. Ser Finnikinde la Roca, de los Montes, del Río, delas Llanuras y del Bosque. Y no ser

Page 1144: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

ninguno de ellos.Sin embargo, también sabía que

dejar a la reina en manos de otro hombresería una lenta tortura durante todos losdías del resto de su vida.

Lucian bajó con él la montaña.—Me reuniré con ella esta noche

—le dijo Lucian—, cuando celebremossu vuelta al palacio.

Finnikin no respondió.—Dijo que es cruel que todos a los

que ama estén juntos mientras que ellaestá sola. Le podría haber dicho que teestás convirtiendo en un miserablecabrón, pero en cambio le dije quepasas mucho tiempo trabajando en losarchivos, flirteando con tu escriba. Tudulce y pasiva escriba que te deja estar

Page 1145: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

al mando.Finnikin negó con la cabeza, le

había hecho gracia.—Creo que está celosa, ¿sabes? —

continuó Lucian y saludó a una familiade monteses que se había asentadomontaña abajo—. Dijo que me iba adecapitar si decía una palabra más.

—No decapitamos a la gente enLumatere —dijo Finnikin secamente.

—Ah, Finnikin, en Lumaterehacemos todo lo que nuestra reinaquiere.

Al pie de la montaña, Lucian leabrazó y le dio un paquete.

- Yata quiere que le des esto a LadyBeatriss de las Llanuras. ¿Podríaspasarte hoy por su casa antes de la

Page 1146: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

celebración?Sí era una celebración, pensó

Finnikin con amargura. Pasaría muchotiempo antes de que el reino recordaracómo celebrar algo.

Finnikin llamó a la puerta principalde la casa solariega en Sennington, conel paquete debajo del brazo. Al norecibir respuesta, entró en la casa ycaminó hacia la cocina.

—¿Finnikin? —oyó que le llamabaLady Beatriss con un tono cálido yacogedor.

Llegó a la entrada pero se detuvo alver a Tesadora junto a la cocina, con losbrazos cruzados y una expresión dedesaprobación y hostilidad en el rostro.

Page 1147: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Lady Abian estaba sentada con LadyBeatriss a la mesa.

—Lo siento —masculló,maldiciéndose a sí mismo por haberllegado en tan mal momento—, peroYata de los Montes me ha pedido queme pasara para entregarte un paquete.

Lo dejó en la mesa mientras las tresmujeres no le quitaban los ojos deencima.

—Quédate, Finnikin —le pidióLady Beatriss—. Bebe té con nosotras.Debes de estar agotado después de tusviajes y necesitas descansar antes de lacelebración de esta noche.

—Tu aspecto es una vergüenza —apuntó Tesadora con acritud.

Se tocó el pelo con timidez.

Page 1148: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Parecía lana de cordero. Yata habíaconseguido trenzárselo, aunque le habíaresultado difícil separar los mechonesenredados. El color se le habíaoscurecido.

—Me ocuparé de eso mañana —reconoció.

—Siéntate —dijo Tesadora confirmeza—. Tienes suerte de que hoytenga tiempo.

Sí, tenía suerte, pensó. Se sentó demala gana y Lady Beatriss le pasó aTesadora un trapo para que se locolocara alrededor del cuello.

Tesadora estiraba de su pelomientras se lo cortaba con un cuchillo.Era fácil odiarla. No había delicadezaen sus manos, ni ternura en sus ojos, a

Page 1149: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pesar de la belleza de su rostro.Observó los gruesos mechones de peloque caían en el suelo formando unaalfombra. Ya se sentía desnudo sin lamitad. Se pasó la mano por el pelo paraver cómo lo tenía y Tesadora se laapartó de una palmada.

El chico se quedó mirando elpaquete sobre la mesa y luego a LadyBeatriss. Se dio cuenta demasiado tardede que no había expresado demasiadointerés. Le miró con aire de gravedad.

—¿Qué temes, pequeño pinzón? —le preguntó con dulzura.

—Temo que la reina me acuse dellevar el reino desde mi aldea rocosa,aunque ella lo lleva en los corazones delas mujeres, junto a su yata -contestó

Page 1150: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

con rabia en su voz—. ¿Aquí es dondeplaneasteis el envenenamiento del reyimpostor?

Hubo silencio.—No —dijo al final Lady Abian

—. Pero si se tuviera que hablar de eso,Finnikin, lo hablaríamos en mi salón.Cerca de la habitación donde juegan mistres hijos. ¡Oh, cada vez que pienso enun mundo donde tendría que entregarlesa una guerra inútil!

—¿Por qué sigues haciendo esperara nuestra reina? —quiso saberTesadora.

Finnikin quería marcharse, peroTesadora tenía el cuchillo apoyado en sucuero cabelludo.

—Creo que ya sé lo que es,

Page 1151: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin —dijo Lady Beatriss—. Ser reysignificaría que tu padre un día tendríaque postrarse a tus pies.

Tesadora le obligó a quedarsesentado sujetándole por lo que lequedaba de pelo, mientras él trataba deponerse de pie.

—¡Nunca permitiré que mi padrese postre a mis pies!

Le agarró con fuerza del pelo.—Entonces no eres el hombre de tu

reina. Así que déjala, Finnikin. Ve conella ahora y dile que debe elegir un rey.Cuando lo oiga de tus labios, sabrá queno hay futuro para vosotros. Noescuchará a nadie más. El príncipe deOsteria no tendrá ningún problema enque tu padre se postre ante él y con el

Page 1152: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

tiempo ella será feliz. He oído que es unmocetón apuesto.

Finnikin resopló.—Nada hará más feliz a nuestros

lumateranos que saber que nuestraquerida reina estará en manos de alguienque la ama —continuó, estirándolebrutalmente del pelo—. Que sedespierta todos los días en brazos de unhombre que mantiene su camamatrimonial caliente y fértil.

Se dio cuenta de que no odiaba aTesadora. La despreciaba.

—¿Qué sabe una novicia deSagrami sobre mantener caliente y fértiluna cama, Tesadora? —preguntó consorna—. Me parece que odias a todoslos hombres.

Page 1153: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—¡Nunca te atrevas a conocer misnecesidades o quién calienta mi cama! Ysi crees que odio a los hombres, estásequivocado. Desprecio a los que usan lafuerza y la avaricia como medio decontrol. Por desgracia para tu género,esas características se encuentran conmás frecuencia en los corazonesmasculinos que en los femeninos. Peroponme en una habitación con aquellasmujeres que se alinean con el rey cabróny te prometo que habrá un baño desangre en el que me empaparé. —Lecogió por la barbilla—. ¿Qué hay en tique agita la sangre del más fuerte de lanación? Pues ella es la más fuerte, queno te quepa duda.

—No subestimes su vulnerabilidad

Page 1154: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—dijo Finnikin, echando chispas—,porque la he visto y puede destruirla.

—¿Ves mi pelo? —preguntóTesadora, estirándose de los mechonesblancos—. Está de este color porquecaminé por algunos sueños para protegera Vestie del horror que vería. Esto es loque la oscuridad y el terror del almahumana me hicieron. Pero ¿la reina? Noes su juventud lo que evita que se leponga el pelo blanco ante tales imágenesde horror, Finnikin. Es su fuerza.

Se quedó en silencio un momento.—Entonces ¿por qué casi se me

pierde... se nos pierde —se corrigió—cuando entramos al reino?

—Porque la pena que sentiste alver todo aquello en esos momentos fue

Page 1155: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

demasiado para que ella pudierasoportarlo. Tu dolor la debilitó. Sudolor te hizo fuerte. Luz y oscuridad.Oscuridad y luz. —Clavó en él sus ojosazul claro—. Me pregunto qué vio mimadre en ti aquella vez en el bosque. Alver a un niño de ocho años y ver talfuerza en su carácter. La suficientefuerza para nuestra querida niña quealgún día reinaría. ¿Recuerdas lo que tedijo Seranonna? Porque yo me acuerdocon toda claridad de lo que me dijoaquella noche cuando no tenía muchamás edad que tú ahora.

—Su sangre se derramará para quetú seas rey —dijo en voz baja.

—No. —Tesadora negó con lacabeza—. Para que seas su rey. ¡Hay

Page 1156: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

más de una forma de que derrames susangre, tonto!

Las mujeres se le quedaronmirando y él notó cómo le subían loscolores. Lady Beatriss sonrió y aquellole avergonzó más aún.

—Por eso mi madre te maldijo conlos recuerdos de Isaboe al entrar ennuestro reino. No era un castigo. «Sudolor nunca cesará». ¿Cómo iba a cesarsi tu empatía por ella es tan grande? Estan querida por todos que jamás sesentirá sola. ¿No has presenciado esosmomentos, Finnikin? Cuando desapareceen ella misma y casi deja que laoscuridad la consuma. Lo vi en elmonasterio cuando estaba con nosotras.Me quedé helada. Tu poder está en no

Page 1157: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

permitir que se pierda en esas voces.Recordó una mañana de la semana

anterior, cuando pasó el séquito real enuna de sus visitas a la gente del Río. Laobservó desde lejos, desde una distanciaque había forjado entre ellos desde quehabía descubierto su auténtica identidad.Por un momento pareció aislada de loque sucedía a su alrededor. Se quedótotalmente inmóvil, con la mirada fija enun punto distante. Se había perdido en suinterior y lo había hecho muchas vecesen su viaje de vuelta a Lumatere. Yahora él sabía lo que la abrumaba. Laagonía de las voces que oyó al entrarpor la puerta principal. Con las quellevaba viviendo años. Así que silbódesde donde estaba y su cuerpo se tensó

Page 1158: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

al ser consciente y poco a poco se giróen su dirección. Mantuvo su mirada alsaber que su momento de desesperaciónhabía pasado.

Y allí estaba, pensó, mientrasmiraba a las mujeres en la cocina deBeatriss. El recuerdo de una mirada quele hablaba de poder. De su poder. Unamirada que le hacía querer arrodillarsea los pies de su reina y adorarla.

Porque le hacía sentir como un rey.—Debo irme —dijo con voz ronca.—No con esas ropas —le detuvo

Lady Abian y desenvolvió el paquete deYata.

Caminó hacia el palacio con unospantalones perfectamente cortados, una

Page 1159: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

camisa blanca limpia y una capa decuero suave, y el pelo muy corto hasta lacoronilla. Muchos lumateranos viajabancon él, hablaban en voz baja y saludabantímidamente a los desconocidos con losque se topaban de camino a lacelebración. Les oyó hablar decansancio, pero más fuerte era el deseode estar allí por su querida Isaboe, paraque pudiera sentir la presencia de unamadre que amaba y de un padre queadoraba, de unas hermanas que sepreocupaban y de un hermano quebromeaba. Ya nadie era más huérfanoque la reina.

Pasó rápido por la casa delsacerdote real, donde el hombre sagradoestaba sentado con Froi para saludar a

Page 1160: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

los que iban al palacio.—¿Finnikin? —le llamó el

sacerdote real.—No puedo pararme, bendito

barakah. ¿Podemos hablar más tarde?Veía las torrecillas en la cercana

distancia y el pulso se le aceleró.—No te acerques a ella a menos

que tengas que decirle algo que valga lapena —le aconsejó el sacerdote real.

Finnikin volvió a donde estabasentado el hombre y se arrodilló ante él.

—Y si oís algo que merezca lapena, bendito barakah, ¿cantaréis laCanción de Lumatere con las primerasluces? —preguntó.

El hombre sagrado sonrióabiertamente.

Page 1161: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Lo juro por la Diosa completa.Finnikin asintió y se puso de pie de

un salto.—¿Finnikin? —dijo Froi.—Sí, Froi.—Debes darle falgo.El muchacho tenía los ojos

brillantes.—Como me ofrezcas el anillo de

rubí, te mato, amigo.Froi se rio y negó con la cabeza.—No le ofreceré el anillo de rubí a

nadie.—Entonces no tengo nada más que

entregarle salvo a mí mismo.

Alcanzó el límite exterior de laciudad donde el puente marcaba el fin

Page 1162: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

de las Llanuras y el principio del pueblodel palacio. Trevanion estaba allí conalgunos de sus hombres, observandocómo entrenaba uno de los muchachos.Finnikin sabía que aquella noche la zonaalrededor del palacio y la reina estaríamuy bien vigilada; tres círculos deguardias le harían aminorar la marcha.

De pronto fue consciente de suaspecto. Saludó a su padre entre dientesy después dijo por encima del hombro:

—Me pasaré a veros más tarde.Cruzó el puente bajo el que fluía el

río a gran velocidad, como si su fuerzavital no se hubiera extinguido enaquellos diez años.

—¿Finnikin? —oyó que decía supadre.

Page 1163: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Tan solo su nombre. Pero laemoción al oír aquella palabra le hizodarse la vuelta y volver a donde estabaTrevanion. Agarró el rostro de su padrecon ambas manos y le besó. Como unabendición.

—Tu madre camina esa sendacontigo —dijo Trevanion— con tantoorgullo que mientras hablo... llena missentidos con cosas a las que no puedoponer palabras. Ve —añadió conbrusquedad— o mi Guardia pensará quesoy un blando.

Finnikin echó a correr por la plazadel pueblo, abriéndose camino entre loslumateranos que se le ponían en medio.Cuando el camino que llevaba al palaciose hizo más empinado, pudo ver por

Page 1164: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

encima de los tejados de las casas acada lado todo el recorrido hasta elPueblo de la Roca al oeste y lasmontañas al norte.

Al menos diez guardias estabanemplazados en el rastrillo del palacio yla llegada de Finnikin fue recibida conun coro de burlas y risas. No esperabamenos de los hombres de su padre. Letiraron besos, acompañados de silbidosde aprecio. Dio gracias a los diosesporque Aldron no estuviera entre ellos,puesto que sus burlas habrían sido laspeores. Hubo pullas y agudasdeclaraciones de amor cuando Musgoagarró a Finnikin y rozó sus nudillos porencima de su pelo corto del color de lasbayas.

Page 1165: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

En los jardines del palacio Finnikinoyó que algunos de los aldeanos decíansu nombre para saludarlo, mientras queotros lo susurraban con fervorosoentusiasmo. En el patio de la esquinanoroeste habían colocado unas mesascon caballetes y el personal estabasacando grandes barriles de madera quecontenían vino junto a unas fuentes depavo asado, palomas torcaces y conejos.Había otra mesa cubierta de pasteles ybollos. En la esquina, junto a losrosales, los trovadores tocaban sustemas. El ritmo del tambor y el tañidodel laúd provocaron que los que estabanalrededor de Finnikin empezaran abalancearse, como si sus cuerpos nohubieran olvidado la belleza de la

Page 1166: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

música.—¿Finnikin? —oyó que le llamaba

Sir Topher desde arriba.Alzó la vista hasta el balcón del

primer piso, donde su mentor se poníabien los puños de las mangas.

—Sir Topher, necesito hacer algo.Te prometo que hablaremos más tardeesta noche.

Finnikin notó que le dominaba laansiedad, la desesperación por llegardonde sabía que estaba, más allá delgrupo de personas que había en el patio.Saltó por encima de una de las mesas decaballete hacia el enrejado del balcón.Desde allí arriba podía verla en mediodel patio, elevada sobre una tarimaimprovisada, rodeada de Lady Celie y

Page 1167: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

las jóvenes novicias de Lagrami ySagrami. La Guardia formó un círculo asu alrededor y vio a Perri permitiendo ala gente presentarle sus respetos, de unoen uno o de dos en dos. Había alegría enel ambiente. La reina se reía como unatonta. Recordó aquella característica dela niña Isaboe. Sus risitas entonces seconvertían en ronquidos y luego encarcajadas. Vio algún rastro de aquelloen las chicas, con los ojos cerrados,tapándose la boca con las manosmientras se reían de lo que ella decía.No había compostura en su regocijo, apesar del cacareo de lassobreprotectoras gallinas de la cortereal que parecían luchar con la Guardiapor controlar a las chicas. Recordó lo

Page 1168: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

que Beatriss le había dicho aquellatarde.

—¿Qué tenían aquellas queridasprincesas, llenas de vida? —preguntócon los ojos llenos de lágrimas—. Lasecharé de menos toda mi vida. Ya sabescómo es con Isaboe, Finnikin. Cómo tecontagia la esperanza y su capacidadpara amar.

Desde su punto estratégico tan solopodía mirar fijamente al que locontagiaba. Su agilidad demostrababuena salud; tenía unas curvas quedefinía a la perfección el vestido deseda color marfil que llevaba puesto,con aquellas mangas anchas sujetas alcostado. En sus espesos rizos oscurosllevaba capullos de flores y sobre su

Page 1169: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

cabeza lucía la corona de su madre, dedestellantes rubíes.

Era gentil en el trato con el pueblo.Sabía por los gestos de los que seacercaban que la estaban felicitando yella aceptaba los halagos con un porte yuna elegancia que los tenía a todossonriendo. Se inclinaba hacia delantepara oír sus historias y le pedía contacto a su guardia, Aldron, queretrocediera cuando alzaba una manopara poner límites al que se atrevía aacercarse demasiado. La niña deBeatriss estaba aferrada a su manga,saltando para llamar la atención.Observó cómo la reina la tomó enbrazos y dejó que Vestie se agarrara a sucintura mientras la balanceaba de un

Page 1170: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

lado a otro.—No permitáis que lleve las

negociaciones, Finnikin. Ya sabéis locabezota que es.

Finnikin miró al Primer Caballerode la reina con irritación.

—Esto es un asunto privado, SirTopher —dijo, sudando del esfuerzo quesuponía estar agarrado al enrejado.

Sir Topher se rio y negó con lacabeza.

—¿Privado? Finnikin, baja delenrejado y este instante entre tú y yoserá el último momento privado quevivas.

Pero a Finnikin ya no le importaba.En medio de los gritos de reprimendadel personal del palacio, saltó hacia la

Page 1171: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

mesa de caballete y luego al suelo.«Su semilla engendrará reyes, pero

él nunca reinará».Pues ella será la reina de Lumatere.Pero él será el rey para ella.

Vio a Lucian mientras se acercaba,

con dos muchachos monteses y Sefton,apoyado en la pared norte, mirando lamuchedumbre que tenían ante ellos.

—Son hermosas —dijo Sefton conun suspiro—, pero altaneras.

—¿Qué están haciendo las demás?—preguntó uno, intentando echar unvistazo a la tarima a través de lamultitud.

—Acicalarse —respondió Sefton—. Lucy, la hija del picapedrero, ya no

Page 1172: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

me mira y eso que de pequeños éramosvecinos.

—Paciencia —dijo Finnikin—. Noes que alardeen o se acicalen. Hansufrido mucho y si alguno de vosotrosles hace daño de algún modo, tendréisque véroslas conmigo.

—No tengo ni idea de cuál es elproblema de Lady Celie —mascullóLucian—. De niños solíamos jugarjuntos y el otro día oí que se refería a mícon desdén como «el primo montés».

Finnikin se lo quedó mirando.—Lucian, te sentaste en su cabeza

cuando éramos pequeños y no te movistehasta que Balthazar contó cien.

Lucian se encogió de hombros conarrogancia.

Page 1173: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Una montesa no me guardaríarencor. —Vio que los ojos oscuros deFinnikin se ponían serios—. Deseadlesuerte al chico, muchachos —dijo—.Cuando llegue el momento estaré a tulado para demostrar mi apoyo yaprobación. Es la costumbre montesa,primo.

Finnikin le agarró la mano a Luciancon firmeza. Después se dio la vueltapara dirigirse hacia la reina. Mientras seabría paso entre la muchedumbre, oyólas risotadas de Balthazar y las risitasde Isaboe junto a los resoplidos deLucian. Sintió el amor de su madre quehabía muerto dándole la vida y se animópor la fuerza que su padre habíamostrado durante los más oscuros

Page 1174: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

momentos en las minas de Sorel. Oyólas voces que habían inundado su menteal entrar al reino, y entre todos los gritosde angustia oyó canciones de esperanza.Sintió al primer bebé de Beatriss yTrevanion y la presencia de Vestie, laniña que caminaba con la reina y cuyobrazo llevaba la respuesta a la pregunta:«¿Ya viene la esperanza?». Su nombre.

Al llegar al círculo de guardias,Perri le hizo un gesto para que entrara,pero entonces le agarró por la espaldade su abrigo.

—Debo confesar que te dejé caerde cabeza una o dos veces cuando erasbebé —dijo Perri—, y si sales de losterrenos de palacio esta noche sin untítulo, lo volveré a hacer.

Page 1175: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Finnikin se retorció para soltarse.—Informaré a mi padre de esto.Perri se rio y le dio unos golpecitos

afectuosos en la nuca antes de lanzarlehacia la tarima.

Ella le vio al instante y su rostroreflejó sorpresa ante su presencia. Sequedaron el uno frente al otro ensilencio.

—Mi reina.—Finnikin.Aldron se quedó entre ambos con

una expresión impasible. Lady Celie ylas novicias se quedaron mirando conaire de gravedad. La multitud que habíadetrás empujó hacia delante y seencontró hombro con hombro con eljoven guardia.

Page 1176: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

—Ya me ocupo yo, Aldron —dijoFinnikin.

—No es decisión tuya, Finnikin —respondió Aldron con arrogancia— nitampoco de la reina. Recibo las órdenesde Trevanion o Perri.

Isaboe se quedó mirando aFinnikin, esperando. Pero el sonrienteAldron estaba en medio y la ira brotó ensu interior. Todo lo que quería decir lotenía atravesado en la garganta.

—Acepto ser rey —empezó a decir—, tú...

Ella emitió un grito ahogado defuria.

—Si te conviertes en rey, preferiríaque fuera porque tú quieres en vez deque sea algo que aceptes.

Page 1177: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Se tomó unos instantes pararecobrar la compostura y oyó lossusurros a su alrededor. «Finnikin de laRoca le está hablando a la reina».

—Si me convierto en rey —volvióa decir—, ¿me prometes no más visitasimprovisadas por el reino hasta que lasfronteras sean seguras?

—Si te conviertes en rey, tal vez teinvite a una de esas visitas improvisadas—dijo con displicencia y se volvióhacia las novicias que le miraban comotan solo mirarían unas noviciasenseñadas por Tesadora.

Empujó a Aldron para acercarsemás, agarrarla del brazo y darle lavuelta para que le mirara. La músicahabía empezado a sonar de nuevo y

Page 1178: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

apenas se podía oír a sí mismo.—¡Tu seguridad no es un chiste,

Isaboe!—¿Acaso me ves reír, Finnikin?Aldron tiró de él para apartarle y el

círculo de chicas se cerró alrededor dela reina, pero él se abrió camino contanto cuidado como pudo.

—Perdón —se disculpó coneducación ante Lady Celie y la apartó—.Si me convierto en rey, ¿tendré quepedirle permiso a tus guardias y a tusdamas de compañía permiso cada vezque quiera tocarte en mi lechomatrimonial?

Sus ojos se encendieron.—Cuando te conviertas en rey,

Finnikin, podrás tocarme cuando quieras

Page 1179: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

y donde quieras.Tuvo la satisfacción de ver a

Aldron tragar saliva. Las noviciassoltaron un grito ahogado y Lady Celiese rio con una mano en la boca.

Se acercó a Isaboe lo máximoposible, pero Aldron seguía negándose amoverse y podía sentir todos los paresde ojos del reino observándoles.

—Si me convierto en rey, ¿algunavez me seguirás la corriente y medejarás ganar?

—¿No basta con que me hayasganado al convertirte en rey?

Una sonrisa comenzó a aparecer ensus labios.

—Si te conviertes en rey —dijoempujando la cabeza de Aldron a un

Page 1180: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

lado para ver mejor a Finnikin—,trabajarás en los archivos sin la ayudade una dulce montesa como escriba.

Finnikin sonrió de oreja a oreja.—Si me convierto en rey,

continuaré mi trabajo en los archivoscon mi escriba, que da la casualidad deser la tía abuela de Lucian por parte demadre. Tiene un montón de pelos en labarbilla. Parece Trevanion cuandoestuvo en las minas.

Isaboe contuvo su propia sonrisamientras él quitaba de en medio lacabeza de Aldron para verla mejor. Elguardia gruñó.

—Si me convierto en rey, cuandoel príncipe de Osteria venga de visita,seré yo el que le reciba —dijo con

Page 1181: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

firmeza.—¡Qué pena! He oído que es un

mocetón muy apuesto.—Los mocetones apuestos están

sobrevalorados. A veces no tienen nadaahí arriba —dijo, señalando la cabezade Aldron.

—Y a veces hay demasiado ahí —respondió ella.

—Si me convierto en rey, ledeclararemos la guerra a Charyn —dijocon seriedad.

—Sin involucrar a Belegonia.Él asintió. De repente pareció tener

más espacio. Las chicas se habíanapartado, pero no Aldron. Pasó la manopor encima del hombro del guardia.

—Me gusta —dijo, tocándole el

Page 1182: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

pelo a la reina.—Me reconocía mejor a mí misma

sin esta melena —dijo con sinceridad—.Echo de menos la tuya. Te hacía mástierno. Más amable.

—Ternura y amabilidad será lo quetengamos cuando te deshagas de este queestá en medio —dijo y empujó a Aldron—. Y me permitas a mí cuidarte. ¿Nocrees que deberías avisarle de que voy abesarte?

Le encantó el rubor que apareció ensu rostro y las jóvenes suspiraron.

—Aldron —dijo la reina,aclarándose la garganta—, si aceptaconvertirse en rey, voy a dejar que mebese. Por favor, no le detengas.

Aldron se quedó pensando durante

Page 1183: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

un momento y suspiró, alzando unamano.

—Espera ahí y no te muevas —leordenó a Finnikin antes de llamar a otrode los guardias que había en la tarima—. Pregúntale a Perri si le permitetocarla si accede a ser rey.

De repente una gran ovación surgióde la multitud a su alrededor y la alegríacontinuó conforme se esparcía la noticiapor el patio. Las novicias formaron uncírculo, de espaldas a la pareja,alrededor de Isaboe y Finnikin paramantener a los demás alejados. Por unbreve instante, estuvieron en su propiocapullo privado.

—Esta mano dice que pasarás elresto de tu vida conmigo —dijo,

Page 1184: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

extendiendo la mano izquierda— y estaque pasaré el resto de mi vida contigo.Elige.

Se mordió el labio y las lágrimasbrotaron de sus ojos. Le cogió ambasmanos y él se estremeció.

—Moriré protegiéndote —dijo.Hubo una expresión de

consternación en su rostro.—Justo como un hombre de su

reino, Finnikin. Hablar de la muerte, latuya o la mía, no es una buena forma deempezar un...

Dio un pequeño grito ahogadocuando él se inclinó hacia delante y suslabios quedaron a pocos centímetros delos suyos.

—Moriría por ti —susurró.

Page 1185: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Le cogió la cara con las manos.—Pero prométeme que vivirás por

mí antes, mi amor. Porque nada de loque vamos a hacer va a ser fácil y tenecesito a mi lado.

Lady Celie se aclaró la garganta.—Date prisa y bésala, Finnikin. El

primo montés viene hacia aquí a todaprisa.

—Entonces, daos la vuelta, LadyCelie —murmuró Finnikin antes derodear a la reina con el brazo por lacintura y atraerla hacia él, capturando suboca con la suya.

Horas más tarde, cuando todosparecían haberse ido a casa salvoTrevanion y la Guardia, Finnikin y

Page 1186: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Lucian estaban sentados en el tejado deuna de las casas de palacio, con Isaboedurmiendo entre ambos. Hablaban delpasado. Y de Balthazar. Sobre los diezaños en el exilio. Sobre sus padres y lasmadres que echaban de menos.

Sobre la reina.Finnikin oyó un grito a lo lejos

cuando un rastro de luz empezó aaparecer. Se inclinó para susurrarle aloído:

—Despierta, Isaboe.La ayudó a ponerse de pie y la

rodeó con los brazos mientras su abrigoles cubría a ambos. Observaron la luzarrastrarse por el reino, iluminando lanación poco a poco. Su montaña y roca,su río y las llanuras, su bosque y su

Page 1187: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

palacio. Colocó la mano contra el latidode su corazón y sintió su ritmoacompasado.

—Escucha —susurró Finnikin.Y entonces oyeron las primeras

palabras de la canción del sacerdotereal viajando por el reino y vierondestellos de luz aparecer en el paisajede su mundo.

—¿Mi rey?—¿Sí, mi reina?—Llévame a casa.

AGRADECIMIENTOS

Gracias a Laura Harris, Tegan

Page 1188: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Morrison, Christine Alesich, MarinaMessiha, Clair Honeywill, AnyezLindop, Kristin Gill y a todos los demásde Penguin que me han mantenidomonógama durante dieciséis años.

Se lo agradezco también aElizabeth Butterfield, Anna Musarra yMaria Boyd por dejarme contar estahistoria en voz alta antes de escribir unasola palabra.

Para aquellos que leyeron losprimeros borradores y me hicieronsentir como si hubiera escrito algo quemerecía la pena: mi madre, AdelinaMarchetta; Jenny Barry, Patricia Cotter,Philippa Gibson, Sophie Hamley,Siobhan Hannan, Jill Grinberg, BrendaSouter, Patrick Devery, Adolfo Cruzado,

Page 1189: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

Maxim Younger, Toby Younger, SarahDarmody, Barbara Barclay, EdwardHawkins, Deborah Noyes Wayshak yNikki Anderson.

Gracias a Kyle Rowling y PatriciaCotter de la Sydney Stage CombatSchool por vuestra lección de técnicasde combate medieval con espada ylanzamiento de dagas.

Y a mi padre, Antonino, y losmagníficos Luca y Daniel Donovan, queme hacen sentir como una diosa.

DESCUBRE OTROS TÍTULOS DELA COLECCIÓN YA EN FORMATODIGITAL:

Page 1190: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

SáficoEl poder de SeisInsurgenteDivergenteOlvidadosHambreLos juegos del hambreMentirasMentes poderosasEl ascenso de Nueve

www.lecturaadictiva.es

This file was created

with BookDesigner program

Page 1191: (Crónicas De Lumatere 01) Finnikin De La Rocaiesbotanico.org/archivos/elementos/151/FINNIKIN DE LA ROCA.pdf · cimientos del palacio. ... fantasma, producto de su imaginación, en

[email protected]

01/01/2014