CRISTO Quien Eres Tu 2

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0 ¿Quién eres tú, Oh Cristo? Jean Galot, s.j. PARTE I Orientación de la búsqueda cristológica Capitulo 1 La cristología en la intención primordial de Jesús A. Orientaciones esenciales de la cristología: 1. La persona de Jesús en una cristología dinámica. La cristología busca conocer la persona y la obra de Jesús, pero de tal modo que ambos, persona y obra no se separen jamás. Su objetivo debe ser siempre el de expresar el dinamismo de la acción divina que ha querido llevar a cabo la salvación de la humanidad. Es un esfuerzo por llegar a comprender el dinamismo fundamental que ha introducido el Salvador en el mundo. El mismo Jesús atestigua que la fe debe consistir sobre todo en una adhesión a su persona. Sin duda que Cristo se hace conocer

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la imagen de Cristo es muchas veces distorsionada por algunas personas esta tesis es un enfoque dado para que las personas puedan comprender mas a un Cristo de vivos no de muertos

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Quin eres t, Oh Cristo?PRIVADO

Jean Galot, s.j.

PARTE I

Orientacin de la bsqueda cristolgica

Capitulo 1

La cristologa en la intencin primordial de Jess

A. Orientaciones esenciales de la cristologa:

1. La persona de Jess en una cristologa dinmica.

La cristologa busca conocer la persona y la obra de Jess, pero de tal modo que ambos, persona y obra no se separen jams. Su objetivo debe ser siempre el de expresar el dinamismo de la accin divina que ha querido llevar a cabo la salvacin de la humanidad. Es un esfuerzo por llegar a comprender el dinamismo fundamental que ha introducido el Salvador en el mundo.

El mismo Jess atestigua que la fe debe consistir sobre todo en una adhesin a su persona. Sin duda que Cristo se hace conocer en su obra, pero pide que la mirada no se limite a discernir sus actividades. El evento esencial es la presencia de su persona en la humanidad. La pregunta, "Vosotros, quin decs que soy Yo ?"(Mt. 16, 16; Mc. 8, 29; Lc. 9, 20.) se refiere a la PERSONA de Cristo, y no a su funcin o a su naturaleza, como piensa O. Cullmann.

Jesus pide la adhesion a su persona antes de la colaboracion en su obra; invita a compartir una intimidad antes de enviar en mision.

2. Cristologa dialgica.

La mismo voluntad de Jess fue la de hacer nacer la cristologa en una forma de pregunta y respuesta, dilogo.

- "Vosotros, quin decs que soy Yo ?"(Ibid.)

La pregunta deriva de una intencin deliberada para provocar una respuesta de fe.

- "Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios..."(Ibid. versculos ss.)

No es superflua, pide una adhesin de los apstoles, una profesin de fe colectiva. Al mismo Jess le agrada proceder por interrogacin para hacer aceptar en los dems su revelacin.

Jess ha querido que la cristologa sea dialgica, para que las afirmaciones de la misma resulten de una bsqueda sobre la esencia de las verdades evanglicas. La cristologa debe consistir en una confrontacin, no slo de la inteligencia humana con la verdad revelada, sino de toda la persona humana con otra persona, que se presenta y pregunta:

- " Quin Soy Yo ?"

3. Cristologa que nace de la vida terrena de Jess

Durante su vida pblica, Jess ofreci a sus discpulos un buen nmero de indicaciones, palabras y hechos, para suscitar una respuesta vlida. Esto ya es suficiente para hacer nacer el problema de la fe y para permitir descubrir el misterio de su identidad. La fe de los discpulos fue iluminada por el evento de la Resurreccin, pero ya haba empezado a formarse durante la vida terrena de Jess. Por ello, no se puede decir o pensar que la resurreccin y Cristo glorioso son el punto de partida de la fe, de la cristologa. La fe en Cristo resucitado debe desarrollar la que ya debi nacer durante su vida terrena.

Si la escencia de la revelacion hubiese sido manifestada por Cristo resucitado, significaria que Dios no habria podido o querido revelarse mas que en condiciones superiores a la vida humana. Por el contrario, Jesus mostro su revelacion perfectamente en una existencia humana semejante a la de todos los hombres.

4. Cristologa empeada en el misterio

La misma pregunta de Jess ya es una llamada a profundizar en el misterio. Habitualmente nadie pregunta a su interlocutor " Quin Soy Yo ?"

La pregunta la hace Jess camino a Cesarea de Felipe, en un momento de tranquilidad, apartado del mundo y presin de los hombres. Es ms, Jess al hacer esta pregunta deja claro que no se refera a la familia humana de que proceda, realidad demasiado conocida por los discpulos y que haca absurda la pregunta.

B. La primera declaracin cristolgica.

1. La respuesta de Pedro.

Los sinpticos nos la presentan en tres modos:

a. "T eres el Cristo"(Mc. 8, 29.)

b. "El Cristo de Dios"(Lc. 9, 20.)

c. "T eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo"(Mt. 16, 16.)

Y en realidad, todos son inadecuados para expresar todo el misterio de Cristo. De ah lo complicado de Lc., o del desdoblamiento de frmulas de Mt. Esta frmula de Mt. parece autntica, tal como confirman otros pasajes evanglicos. Y deja claro que Jess es el Mesas y al mismo tiempo el Hijo de Dios, realidad que los mismos discpulos lograron entender plenamente.

Aqu aparece una caracterstica esencial de la cristologa. La fe trata de expresar lo que Jess ha manifestado de S mismo, en un dinamismo que tiende a alcanzar en el modo ms completo la revelacin, pero sin agotar la riqueza de significado. Pero no podemos olvidar que a Dios no se le puede encerrar totalmente en una frmula humana, y la cristologa es la que debe juzgar el mejor modo de hacerlo.

2. Profesin de fe definitiva y nica.

Aunque limitada, la profesin de Pedro expresa con exactitud quin es Jess. Y es una profesin definitiva, al ser sellada con la muerte de Jess, a la cual fue llevado por dar esa misma respuesta al Sumo Sacerdote. Y es nica pues es hecha en nombre de los doce.

Hay una sola cristologa para quienes acepten el misterio de Jess, y debe partir y concluir en una misma afirmacin: Jess es el Cristo, el Hijo de Dios vivo.

Captulo 2

Dinamismo de la fe y opciones metodolgicas

A. Cristologa desde lo alto y cristologa desde lo bajo.

La cristologa debe partir de la Divinidad o de la humanidad ? debe tener una direccin descendente, yendo de Dios al hombre; o una dimensin ascendente, subiendo del hombre a Dios ?

1. Cristologa desde lo bajo: Ascendente.

Es una reaccin al haber puesto demasiado nfasis en la Divinidad de Jesucristo. La cristologa desde lo bajo subraya que en la humanidad de Cristo se revela su divinidad. La revelacin se da en el hombre Jess y todo lo que podemos saber del Hijo de Dios se nos manifiesta por medio de la palabra, gestos y hechos de la existencia humana de Jess. Por ello hay que volverse hacia la figura humana de Jess para descubrir la identidad de salvador.

Hay que partir de la humanidad para explicar cmo se ha formado la fe en la divinidad de Jesucristo. Hay una prioridad de lo humano.

2. Cristologa desde lo alto: descendiente.

La manifestacin de Dios en su alianza con el pueblo judo ha preparado la venida de Cristo. Un solo punto de partida: Dios mismo. Por eso, hay un camino de Dios al hombre Jess. Por eso la bsqueda cristolgica tiende inevitablemente a considerar el acto mediante el cual el Hijo de Dios, preexistente, ha entrado en la humanidad (Prlogo de Juan). La carta a los filipenses considera este mismo movimiento descendiente.

El misterio ms profundo que la cristologa debe descubrir est en el acto mismo de la encarnacin.

Segn J. Galot ambos problemas se unen. Si el punto de partida es la fe, se partir de Dios; si el punto de partida es el fundamento histrico, hay que empezar por la humanidad de Cristo. Pero son problemas desiguales, pues la fe debe creer tanto en la humanidad como en la divinidad de Jess.

B. El Cristo de la fe y el Jess histrico.

Algunos telogos han acentuado tanto la distincin entre Cristo y Jess que lo han dividido entre una "jesuologa" y una "cristologa".

1. Prioridad objetiva del evento histrico.

La cristologa busca conocer al Jess de la historia. El cristianismo ha nacido con una persona que, viviendo una existencia humana ha cumplido la obra divina de la salvacin.

Bultmann establece una ruptura entre el Jess histrico y el Cristo del Kerigma, de la fe. Pero ya sus seguidores reaccionarn en contra. La fe autntica es la fe en cristo y no slo en su mensaje; es la fe no slo en un Cristo abstracto e ideal, sino en el Salvador que ha nacido, vivido y muerto en Palestina. La cristologa debe tratar de alcanzar del mejor modo posible a Jess en su vida concreta.

Podemos afirmar, por tanto que toda "jesuologa" conforme a la verdad es una cristologa, y viceversa.

2. Prioridad subjetiva del conocimiento de fe.

En realidad es la fe en Jesucristo la que suscita la exigencia de una bsqueda. El inters por el Jess histrico nace de lo que l significa por la fe. De esto ya podemos concluir que en cristologa el mtodo no puede presuponer una prioridad de la bsqueda histrica en relacin a la fe. Todo el esfuerzo doctrinal de la cristologa es el dinamismo de la fe de la Iglesia. El contenido es el de la comunidad cristiana, que ha desarrollado y madurado a lo largo de los siglos.

Pero el hecho de que la doctrina tradicional llegue a frmulas cristolgicas no supone que la bsqueda se agota, pues el misterio de Cristo va ms all de toda formulacin y de todo dogma, no se agota en ellos.

3. Fe y bsqueda histrica.

Cules son las relaciones entre ambos ?

a. Pannenberg: El fin de la cristologa es el fundar sobre la historia de Jess el verdadero criterio de su significado, que puede resumirse en estas palabras: "Dios se ha revelado en este hombre". Pannenberg establece la unidad de Jess con Dios; define la divinidad a travs de la historicidad: Cristo verdadero hombre es tambin verdadero Dios. La resurreccin revela la divinidad de Cristo.

Aunque se le acusa de pretender una cristologa demasiado ambiciosa, no se puede olvidar que l ha sido quien ha dado valor al Jess histrico. Pero es verdad que estrictamente no se pueden probar las afirmaciones de la fe mediante la historia.

b. Bultmann: El evento salvfico se realiza slo en la experiencia subjetiva de cada uno; la salvacin es anunciada por Cristo, pero no realizada objetivamente por l. Bultmann diferencia entre el Jess histrico y el Jess del kerigma, no histrico.

c. K. Barth: El Hijo de Dios entrando en el mundo, lleva a cabo la verdadera desmitizacin. Cristo libera de una prisin mitolgica. Verbo hecho carne: contra el protestantismo liberal que no reconoce bien la humanidad de Cristo.

Es necesario precisar que la fe implica ante todo una predisposicin a la bsqueda cristolgica (inters y aceptacin de la resurreccin). La fe da una preinteligencia de la bsqueda. Ni la fe puede sustituir a la historia, ni sta a la fe; el mtodo cristolgico no puede ser ni una dogmatizacin de la historia, ni una historizacin de la fe. La bsqueda histrica da a la fe la posibilidad de salir de una visin demasiado global de un objeto y de circunscribir en todos sus numerosos detalles la figura histrica de Jess.

4. Bsqueda histrica y sistematizacin doctrinal.

La lneas esenciales de la cristologa deben resultar del testimonio escriturstico. Consiste en volver sobre las afirmaciones tradicionales que comporta la fe catlica en Cristo, en la Iglesia de hoy, para ir a la fuente de sus afirmaciones, y observar la continuidad del desarrollo histrico que va desde el Jess histrico hasta la frmula dogmtica.

A la luz de toda la tradicin patrstica y teolgica, y de su desarrollo, reflexiona sobre el dato escriturstico y busca un sentido profundo. Pero no se puede confundir con la exgesis.

C. Del hombre a Dios y de Dios al hombre.

1. Cristologa desde lo bajo.

2. Cristologa desde lo alto.

(Cfr. Apartado A.)

PARTE II

LINEAS ESENCIALES DEL DATO ESCRITURISTICO

Capitulo 3

El dinamismo de la "encarnacin" en la Antigua Alianza

Entendemos por dinamismo de "encarnacin" el movimiento con el cual Dios entra en el mundo de las relaciones humanas y participa en la

existencia de la humanidad.

A. La estructura de "encarnacin" en la religin juda.

1. La alianza, encarnacin de las relaciones entre Dios y el pueblo.

a. El tratado= Alianza

Las relaciones entre el pueblo y Yhav se han concebido sobre el modelo de un tratado. Para Dios, contraer la alianza significa entrar deliberadamente en un tipo de relaciones que los hombres establecen entre

ellos, y en consecuencia, ponerse al nivel de la humanidad. De parte de Dios, el elemento de encarnacin consiste en el "obrar como un hombre".

b. Paternidad y filiacin.

La unin establecida en la alianza implica una paternidad ejercida por Dios: "Israel es mi hijo primognito" (Ex. 4,22). Se presenta como una adopcin, a veces, pero no fsica, sino moral, y es una paternidad que se manifiesta sobre todo en la misericordia.

La paternidad expresa las relaciones humanas que Dios ha querido establecer con el pueblo; es una forma de encarnacin de estas relaciones.

c. La unin matrimonial.

La imagen del esposo y de la esposa acenta la voluntad de igualdad por parte de Dios; y manifiesta la intencin de encarnacin del amor divino, que toma la forma del amor humano ms intenso. "Tu esposo es tu creador..." (Is. 54, 5)

d. La nueva alianza.

El fracaso de la antigua alianza suscita el anuncio proftico de una nueva alianza. La nueva alianza no puede nacer nada ms que por medio de una accin ms potente de Dios que pone remedio a la debilidad humana.

- "Pondr mi ley en su nimo, la escribir en su corazn." (Jer. 31, 33).

- "Os dar un corazn nuevo, pondr dentro de vosotros un espritu nuevo, quitar de vosotros el corazn de piedra y os dar un corazn de carne. Pondr dentro de vosotros mi espritu." (Ez. 36, 26-27).

La estructura de la alianza ha evolucionado en el sentido de una penetracin ms ntima de Dios en la vida humana, o sea, en el sentido de una encarnacin ms profunda.

2. Encarnacin de la palabra, de la accin, de la presencia de Dios.

a. La revelacin, encarnacin de la palabra de Dios.

La palabra de Dios no se comunica jams en estado puro, sino que toma forma en la palabra humana. Palabra de Dios que realiza su encarnacin transmitindose en un lenguaje humano que conserva todas sus propiedades y que no debe volverse menos humano para hacer conocer el precepto divino.

b. La historia, encarnacin de la accin divina.

La historia del pueblo elegido revela la encarnacin de la accin de Dios. El poder soberano perteneciente a Dios se encarna en las victorias y en la expansin de Israel. Dios castiga y corrige a su pueblo a causa de sus pecados, preserva al pueblo de los peligros y le asegura vida, triunfo y prosperidad. La historia del pueblo se hace as obra de Dios: La potencia divina entra en la actividad humana para cumplir sus designios.

c. La encarnacin de la presencia divina.

Es una presencia real. Yhav se encuentra en medio de su pueblo en modo misterioso e invisible, pero autntico. Dios acompaa al pueblo en su xodo, y va con l en su errar de nmadas, y tambin cuando se establece como pueblo sedentario. La encarnacin se acentuar ms en la forma local ms determinada que toma la presencia divina: la "tienda del convenio", que llagar a ser el templo.

B. Los presentimientos de una figura divina de Mesas.

Algunos textos del AT tienden a cumplir, en una perspectiva mesinica ms individual, la unin del hombre con Dios.

1. La va ascendente.

a. La aplicacin de un nombre divino al rey o al Mesas.

Refirindose al rey, el salmo 45, 7 afirma: "Tu trono, Dios (Elohim), dura por siempre". Pero el salmista no ha querido afirmar la divinidad del rey, sin embargo, manifiesta con el uso del ttulo Elohim la tendencia a reconocer la grandeza divina en un hombre.

Is. 9, 5 da al Mesas un nombre muy largo, adecuado a su dignidad: "consejero admirable, Dios fuerte, padre por siempre, prncipe de la paz". Y aqu el autor tampoco tiene la intencin de afirmar la divinidad del nio mesinico.

Jer. 23, 6 en contraposicin a Jedecas, llama al Mesas, "Yhav nuestra justicia".

Valor del nombre.

Para los hebreos el nombre encerraba toda la realidad de la persona que lo llevaba. Dar al Mesas el nombre de "Dios fuerte", significa afirmar la realidad de la potencia de Dios que en modo nico se manifestar en este personaje.

b. La atribucin de la filiacin divina.

Los textos en que se atribuye al rey la filiacin divina deben ser considerados teniendo en cuenta toda una tradicin que asocia el rey a Yhav.

1) La profeca de Natn:

Yhav promete comportarse como padre en relacin al descendiente de David: "Yo le ser padre, y l me ser hijo" (II Sam. 7, 14). La profeca encuentra eco en el salmo 89: "El me invocar: T eres mi padre, mi Dios y roca de mi salvacin. Yo lo har mi primognito, el ms alto entre los reyes de la tierra".

2) Salmo 2, 7:

"Anunciar el decreto del Seor, El me ha dicho: t eres mi hijo, hoy te he generado". Se sugiere una filiacin que es una verdadera generacin por parte de Dios, que implica una comunicacin de la divinidad.

3) Salmo 110, 3:

"Contigo est la soberana en el da de tu poder, en los esplendores de los santos; desde el seno, antes de la estrella de la maana, yo te he generado".

Esta generacin en el cielo indica que el Mesas es generado en la eternidad de Dios, antes de la creacin de las estrellas.

4) Salmo 87, 6:

"Mi prncipe ha nacido en ella".

2. La va descendiente.

a. La venida de la Sabidura divina entre los hombres.

La sabidura de Dios viene descrita como una persona distinta de Yhav, pero salida de l: "Yhav me ha adquirido por generacin" o "me ha creado" (Prov. 8, 22), "Yo he salido de la boca del Altsimo" (Ecl. 24, 3). Pero an separndose de Dios, ella permanece como divina: "emanacin de la potencia de Dios, efluvio genuino de la gloria del Omnipotente, reflejo de la luz perenne, espejo sin mancha de la actividad de Dios, imagen de su bondad" (Sab. 7, 25-26).

A ella se le han dado cierto atributos mesinicos. Se trata de un "mesianismo" sin Mesas en dependencia de la sabidura eterna. Y en este momento hay que preguntarse si la Sabidura es una personificacin puramente literaria o una personificacin real, o sea, una hipstasis divina distinta. Los autores que hablan de la Sabidura no quieren afirmar que hay realmente en ella una persona distinta de Yhav; pero de otra parte la Sabidura no es un simple personificacin literaria, pues su funcin es real, y la comunicacin de s a los hombres no es una pura alegora.

Ciertas especulaciones paganas sobre una divinidad que representaba la sabidura han sido cogidas por el judasmo y colocadas en la concepcin de un Dios nico y principio de toda cosa. Influjos extranjeros han permitido as llenar la distancia que exista entre Dios, concebido de un modo profundamente ms trascendente, y los hombres, y de conferirle a la sabidura divina, en el mbito de un mesianismo sin Mesas, un encargo mesinico.

La Sabidura es trascendente y supera en gran medida todo lo que poda decirse de un rey mesinico humano, ya que es divina y ha tomado parte en la obra creadora. Trascendencia e inmanencia de la Sabidura van al mismo paso.

b. El anuncio de la venida de un "Hijo del hombre".

1) En la profeca de Daniel.:

"Mirando an en las visiones nocturnas, apareci sobre las nubes del cielo, uno, parecido a un hijo de hombre; llegu hasta el Anciano y fue presentado a l, que le dio poder, gloria y reino; todos los pueblos, naciones y lenguas lo servan; su poder es un poder eterno, que no se oculta jams, y su reino no ser jams destruido" (7, 13-14).

En este texto no se trata de la venida del "Hijo del hombre" sobre la tierra, sino de su venida escatolgica en un escenario celeste, contemplada en una visin apocalptica. El personaje que viene con las nubes tiene un carcter divino.

"Como un Hijo de hombre" no indica sino una apariencia. En la visin de Daniel, quien viene como hijo del hombre es distinto del Anciano de los das, o sea, de Dios. Sin embargo, toma el aspecto de un hijo del hombre como Dios haba tomado el aspecto de un hombre. Esta forma humana es, en el contexto, un ndice de superioridad. Hay aqu como una aplicacin del principio segn el cual el hombre de asemeja al creador: la figura del hombre es por ello digna de manifestar a Dios, y el aspecto de un hijo del hombre de revelar la venida de un ser divino.

El personaje que viene como un hijo del hombre, no parece que sea un hombre sino un ser divino, distinto de Dios e inferior a l, y que recibe de l un poder universal y eterno condividido por el pueblo elegido. Este ser divino aparece como un hombre por el hecho que en el contexto apocalptico en que algunos animales son presentados como smbolos, el hombre es el mejor smbolo para representar un ser divino, es la semejanza del hombre con Dios. Es "hijo del hombre" porque el personaje misterioso, divino, aparece en presencia del Antiguo de los das. El tiene cerca de Dios la funcin de hijo.

2) En las parbolas de Henoc:

El judasmo posterior a Daniel acentuar la trascendencia del Hijo del hombre. En el libro de la parbolas, del libro de Henoc etope (I a.C.), un personaje misterioso, de funciones mesinicas, es llamado Hijo del hombre, o Elegido, y es identificado con el Mesas, con el Ungido. El ttulo "Hijo del hombre" no se extiende jams a la comunidad. La funcin de hijo del hombre le es propia. El Hijo del hombre es claramente presentado como personaje divino. Su trascendencia resulta de las siguientes caractersticas:

* Es preexistente.

* Presentado en compaa del Anciano de los das.

* Desarrolla en la economa de la salvacin una funcin de primaria importancia, anloga a la de Dios.

El Hijo del hombre de las parbolas de Henoc no es presentado como un hombre: permanece como un ser de naturaleza superior, anglica y divina. No hay, en este personaje celeste y glorioso, alguna indicacin de una real Encarnacin ni alguna evocacin de un drama redentor.

3) Conclusin.

Las dos vas, ascendente y descendente se han sucedido en el proceso de desarrollo de la revelacin juda hacia la Encarnacin. Sobre todo la va ascendente, que se presenta en los textos ms antiguos de los salmos reales y que hace ascender el rey Mesas a la filiacin divina. Despus la va descendente, sea de la sabidura divina, que tiende a separarse de Dios para acercarse a los hombres, sea del Hijo del hombre, ser anglico y divino que recibe el poder mesinico.

Ambas vas no se han desarrollado paralelamente, sino sucesivamente. La sucesin depende de la evolucin del proyecto del pueblo judo, el cual, viendo desaparecer la esperanza de un salvador, ha comprendido mejor que la salvacin deba venir de lo alto, o sea, de Dios mismo.

La va descendente implica la conciencia de la impotencia, por parte del hombre, para realizar la obra de la salvacin. Pero de otra parte tambin hay que observar que en la va ascendente hay un aspecto descendente: el nombre divino manifiesta cualidades comunicadas por Dios al hombre, y la filiacin divina implica la actitud paternal o la accin generadora de Dios. La idea de un hombre que, con sus posibilidades humanas, pueda elevarse al nivel divino, es completamente extraa al pensamiento bblico. El Mesas tal como es anunciado, no es el simple resultado de la evolucin humana, y tambin religiosa del pueblo judo.

Ambas vas no alcanzan un trmino en el judasmo. El dinamismo de encarnacin esta lejos de una plena realizacin. Mediante nombres divinos, o mejor an, mediante la filiacin divina, el Mesas alcanza una cierta condicin divina, pero no llega a poseer la naturaleza divina. Respecto a la Sabidura, ella no es un ser humano, como no lo es segn parece, el Hijo del hombre que permanece un ser celeste. As, el hombre no alcanza completamente a Dios, y Dios no alcanza completamente la humanidad. Sin embargo, aunque la unin queda lejos de actuarse, se cumple un gran paso en ambas partes. Y en este progreso hay que subrayar la parte debida a las otras religiones. Algunos la han minimizado, para preservar la originalidad del pensamiento religioso judo. Sin embargo, hay que reconocer y apreciar la influencia de estas religiones; sus concepciones del rey divinizado o de divinidades ms vecinas a los hombres, han orientado el pensamiento judo hacia representaciones que el monoteismo estrecho habra desaconsejado. Y esto es un testimonio y un smbolo de la participacin de toda la humanidad, juda y no juda, en la preparacin del misterio de la Encarnacin.

Captulo 4

La fe de la comunidad cristiana primitiva

Con Jess se ha realizado plenamente el dinamismo de la encarnacin, presente ya en el judasmo. En El se ha hecho hombre la palabra de Dios - la accin de Dios en la historia de la salvacin se ha hecho actividad humana. Se puede caer en la tentacin, para comprender esta realizacin, de recurrir inmediatamente a lo que Jess ha dicho de s mismo o ha hecho. Sin embargo aqu ha influido la transmisin a travs del testimonio y en primer lugar mediante la comunidad cristiana primitiva.

A. Primera cristologa en la predicacin apostlica:

Ella nos da la posibilidad de alcanzar los primeros anuncios de la fe. En Act. se notan algunos rasgos de arcasmo como el modo poco explcito de expresarse en relacin a la divinidad de Jess. El es presentado como aquel en el cual se ha concentrado, de modo nico y completo, la salvacin ofrecida por Dios a la humanidad. Pentecosts es la primera demostracin. Cristo resucitado y elevado a la derecha de Dios, manda el Esp. Santo; este hecho esencial domina la cristologa primitiva (Act. 2, 36).

Esta afirmacin, junto a otras, reconocen en Jess la cualidad de Mesas, pero no limitado al sentido del AT., sino en base a la demostracin dada por los nuevos hechos que Cristo ha realizado.

Algunas expresiones relativas a la atribucin de la divinidad al Mesas.

1. EL trmino "CRISTO", como ttulo (Act. 2, 33). Pedro declara que Israel debe reconocer en Jess al Cristo; da a este apelativo un pleno valor mesinico, comprendindolo en la luz de Pentecosts, viendo en Jess al Ungido, tan lleno del Esp. Santo como para enviarlo al hombre.

2. El trmino "SEOR", como ttulo. Pedro lo une al Cristo, indicando en el contexto en que es pronunciado, una condicin divina. Es el Seor con poder supremo.

3. Jess posee prerrogativas divinas, como ser el juez de vivos y muertos (Act. 10, 42), como llamado "antes de la vida" (Act. 3, 15). Se le llama "SALVADOR" (Act. 5 31) con el mismo significado con que se aplica dicho trmino a dos en el AT.

4. La fe en la divinidad de Jess adquiere un relieve sorprendente en la narracin de la muerte de Esteban. Este es llevado a apedrear por hacer propia la afirmacin que Jess hizo a Caifs y que le cost la muerte, identificndose con el Hijo de Dios.

La cristologa primitiva centra su fe en la exaltacin gloriosa de Cristo, sin pretender demostrar que en su vida terrena era ya Dios. De hecho, es un punto que queda indeterminado, aunque esto no hace que se califique su cristologa de adopcionista. Ser ms tarde cuando, al responder a este problema, se reconozca expresamente en Cristo la condicin divina anterior.

B. En la doctrina de San Pablo.

1. El Hijo de Dios.

Segn los Hechos, esta fue la verdad esencial predicada por Pablo despus de su conversin (Act. 9, 20). Pablo concibe esta afirmacin divina no como adquirida o adoptiva, sino como preexistencia a la vida humana de Jess (Rom. 8, 3; Gal. 4, 4: "Dios envi a su Hijo").

2. Preexistencia divina.

Lo deja en claro en dos himnos cristolgicos:

a. En el himno de la carta a los Colosenses se presenta a Jess como el "primognito de los que resucitan de la muerte"; pero su prioridad no es como creatura, sino como creador. Se caracteriza por la generacin y la semejanza, por tanto, el Padre crea y la creacin se realiza por medio del Hijo y en el Hijo.

b. En el himno de la carta a los Filipenses (2, 6-11) se dice que antes de hacerse hombre, Cristo viva en la condicin divina, viva como Dios porque era Dios; ste es el sentido de la expresin "subsistir en la forma de Dios", aunque no se exprese claramente as.

3. El nombre de Dios reservado al Padre.

San pablo, aunque concibe la filiacin divina de Jess como trascendente y preexistente, no dice jams que Cristo es Dios. El reserva el nombre de Dios al Padre (I Cor. 8, 4-6), Pablo hace una clara distincin entre el "solo Dios", el Padre y Jesucristo, el "solo Seor".

4. El Seor.

Es el ttulo que ms habitualmente atribuye Pablo a Jess, 222 veces. Pablo testimonia su antigedad reproduciendo la frmula aramea "Maranath" (I Cor. 16, 22). El ttulo "Seor" indica el poder real, y recoge la frmula de fe de la primitiva comunidad: "Jess es el Seor" (Rom. 10, 9; I Cor. 12, 3). Es un ttulo que mira a las relaciones de Cristo con nosotros.

C. En la carta a los Hebreos.

El mensaje central es el sacrificio de Cristo con la glorificacin que de l deriva y que le concede, por parte de Dios, el poder soberano de intercesin sacerdotal. Se subraya el contraste entre Cristo y la revelacin proftica: tantas veces habl Dios por medio de los hombres, pero en Cristo ha hablado slo una vez, por eso, trasciende los profetas y es una revelacin definitiva y escatolgica.

Describe el origen divino del hijo y su actividad creadora. "Nos ha hablado por medio de su Hijo", "ha hecho el mundo", "El sostiene todo con el poder de su palabra".

D. En el testimonio de los evangelistas:

1. La presentacin desde lo alto, comn a los sinpticos.

Los sinpticos concuerdan al darnos una presentacin de Jess por parte del Padre, en las dos teofanas del bautismo y de la transfiguracin. En ambas una voz celeste declara la filiacin divina de Jess.

a. La voz: Representacin de lo alto. La voz en el bautismo y en la transfiguracin es la voz de Dios. No se trata de la "Bath - Qol" o "hija de la voz"; tampoco es un eco o una cosa intermedia, sino la propia voz de Dios, Dios mismo hace sentir su voz. Y con un sentido diverso del que hay en el profetismo.

b. La designacin de Jess: Se da la fusin de tres figuras profticas: Rey mesinico (Sal. 2, 7), siervo (Is. 42, 1), Isaac (Gen. 22, 2-16). El acento se coloca sobre la calidad del Hijo; quien es presentado no es el siervo, sino el Hijo; Hijo por generacin natural, como la de Isaac por Abraham. As Dios es Padre de Jess.

c. Valor de las declaraciones: La intencin de los evangelistas en estas dos declaraciones (bautismo y transfiguracin) es mostrar al Padre que, de persona, presenta su Hijo a la humanidad. Se da la expresin muy vigorosa de una cristologa de lo alto. El perodo histrico que se inaugura tiene su punto de partida en Dios; antes que la voz de Jess se hace or la voz del Padre. La cristologa es, antes, teologa.

2. Marcos: evangelio del misterio.

Marcos expresa su fe en la filiacin de Jess: "Inicio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios". En general subraya las condiciones humanas y los sentimientos humanos de Jess, y a travs de estos rasgos humanos aparece el misterio de su persona.

a. Los aspectos humanos:

- Una situacin humana: Jess sale temprano de Cafarnan, va a predicar. (1, 38).

- Sentimientos humanos: indignacin (3,5); tristeza, amor (10,1)

- Una accin humana: la formacin de la comunidad apostlica (3, 14-16).

- La respuesta de Jess a Caifs, expresin familiar: "Soy yo", "Ego eimi" (14,62).

- La muerte: es el momento en que la debilidad humana alcanza su punto extremo. Para Marcos, el Hijo de Dios es un hombre, y el centurin le ha reconocido esta filiacin constatando su modo de expirar: un modo humano de morir que era todo filial y que testimoniaba un misterio.

b. El misterio de la persona.

El misterio de la persona de Jess resulta de la manifestacin de lo divino en lo humano. Los discpulos se confrontan con este misterio: "Quin es ste al que el viento y el mar...?" (4,41). Los discpulos no entienden por los lmites de su inteligencia humana. Sin embargo, a ellos se les da el misterio: "A vosotros se os ha dado entender el misterio del Reino de Dios" (4,11).

Lo que Marcos comprende ms notablemente es que Dios se revela slo como misterio, mediante su misma trascendencia y que Jess se ha revelado precisamente as.

3. Mateo: evangelio del reino.

a. Jess es el rey mesinico para Mateo. As lo presenta como:

* Hijo de David. (9,27; 12, 23).

* Trascendente.

* Su mismo nombre, "Jess": Yhav salva; o sea, Jess mismo salva (1,21; 1,23).

* Potente y juez (25, 24-40).

b. La trascendencia divina del Mesas se manifiesta sobre todo en el poder que ejercita sobre el "reino de los cielos". Jess se comporta como legislador soberano: promulga una ley que corrige o completa la antigua. Declara que no ha venido a abolirla, sino a llevarla a cumplimiento (5, 17). Adems, como Yhav form su pueblo, Cristo forma su Iglesia, siendo su legislador y fundador. O sea, la consideracin del reino en Mateo nos lleva a admitir la divinidad de Jess.

4. Lucas: evangelio del Seor y del Espritu.

Lucas refleja el uso de la comunidad primitiva al llamar a Jess "Seor" (7,19; 10,1; etc). Reconoce una superioridad en Jess ya en su vida pblica que se manifestar plenamente despus de la resurreccin.

Adems, Jess es aquel que est animado por el dinamismo del Espritu Santo: se ve en su nacimiento, se ve en el pasaje de la sinagoga: "El Espritu del Seor est sobre m..." (4,18); se ve en su muerte: "Padre, en tus manos encomiendo mi Espritu" (23,46); y se ve en la resurreccin.

5. Juan: evangelio del Verbo y del Hijo.

a. Evangelio del Verbo.

Ya en el prlogo queda claramente expuesta su fe en la Divinidad de Jess. Cristologa desde lo alto. Divinidad de Jess en un doble aspecto: eternamente el Verbo estaba en relacin ntima con el Padre, y el acto de la Encarnacin (1,14). Al hacerse carne, el Verbo entra en relaciones estables con los hombres.

b. Evangelio del Hijo.

Antes que evangelio del Verbo, el de Juan es evangelio del Hijo. En el mismo prlogo, el Verbo ya aparece como Hijo Unico del Padre (1, 14-18). Este Hijo es considerado como objeto de la fe. (20,31).

c. Evangelio de la Encarnacin.

En el Verbo hecho carne, Juan no considera slo el Verbo, sino tambin la carne; de ah la concepcin virginal - generacin divina. En Juan, la presentacin inicial del Verbo eterno, Hijo nico de Dios no impide la descripcin de una vida verdaderamente humana: sed (4,7); turbacin (12,27); emocin (13,21).

Conclusin:

1. Unidad de la cristologa primitiva.

Aunque cada autor presenta la cristologa desde su punto de vista, todos encuentran su centro comn en la Divinidad de Jess. En esta fe se ha dado un desarrollo, en el sentido de que primero se afirmaba la divinidad de Cristo glorioso que enviaba el Espritu sobre la Iglesia. Despus se haba reconocido mejor la preexistencia de esta divinidad a la vida humana de Jess. Las orientaciones cristolgicas de los evangelistas, antes que oponerse, se completan. La divinidad de Jess tiene siempre el aspecto de un misterio.

2. El punto de partida.

Desde el inicio la comunidad crey en la divinidad de Jess. En la base de toda cristologa conforme a la fe de los orgenes, estn la humanidad y la divinidad de Jess: y estn unidas en su persona, de modo que no se puede cancelar una para ventaja de la otra. Una cristologa no puede prescindir de esta dualidad, an reconociendo que Jess, hombre e Hijo de Dios, es esencialmente uno.

Captulo 5

El testimonio de Jess sobre su propia identidad

Hoy se nota la tendencia de le exgesis a centrarse ms sobre lo que dijo Jess dijo e hizo verdaderamente. Ass J.JEREMIAS hablar de la "ipsissima vox" y las "ipsissima verba" de Jess.

Partiendo de las investigaciones exegticas, es posible establecer con mayor precisin en qu cosa ha consistido el testimonio de Jess sobre su propia identidad. Nos interesa el modo con el cual Jess se presenta en el cuadro de la accin divina anterior, para cumplir de modo trascendente las promesas. Queremos encontrar cmo ha encontrado expresin en El el primer dinamismo de encarnacin cumplido en la antigua alianza.

A. Encarnacin en la alianza:

1. La alianza:

Asume un nuevo significado: la nica vez que Jess habla de alianza en los textos evanglicos es para identificarse con ella. La tenemos en la frmula de la consagracin del vino (Mc. 14,24; Mt. 26,28): "Esto es mi sangre, sangre de la alianza". La alianza ya no es una simple relacin instaurada entre Dios y los hombres, es una persona. Es la nica alianza real. Lucas, con la nueva alianza, pone en evidencia la diferencia entre la de Cristo y la de los judos. Alianza personificada, (unin del hombre y Dios en Cristo). Con Jess, todo es alianza, la de Dios con la humanidad (lnea vertical) y la de la humanidad con Dios (lnea horizontal).

2. El Esposo:

Jess deja entender que es el Esposo aquel que realiza la alianza matrimonial anunciada en el AT entre Yhav y su pueblo. En primer lugar tenemos las indicaciones de Juan el Bautista a sus discpulos, en que llama a Jess, "el Esposo" (Jn. 3, 29). El mismo Jess lo recuerda al decir: "Pueden acaso ayunar los invitados a las bodas cuando el esposo est con ellos?" (Mc. 2, 19-20). Las parbolas de las bodas (Mt. 22, 2), la de las vrgenes (Mt. 25, 1-13), etc. Cristo es el esposo absoluto, y el hecho de no presentar a la esposa le da un significado ms total.

La caracterstica de esposo evidencia el hecho que Jess recubre ms precisamente el papel reservado a Dios en la unin matrimonial. En la simbologa del AT, Dios es siempre el esposo. Jess ciertamente hace referencia a esta simbologa y se atribuye a s mismo el papel de Dios.

Si se reflexiona sobre la presentacin que Jess hace de s mismo como Esposo, es necesario reconocer que su modo de aparecer como Esposo es ms profundo del modo en que Dios aparece en el AT. El cumplimiento es superior a la imagen. En la Antigua Alianza la ausencia del Esposo era signo de la clera divina; ahora, esta ausencia ser el signo de un amor ms pleno, que toma la va del sacrificio, en la Pasin de Cristo. Desde este punto de vista, jess completa la revelacin de Dios: muestra un nuevo rostro del Esposo divino. Puede hacerlo gracias a la intervencin divina en una vida humana, que lo conduce al don de s en el sufrimiento y en la muerte.

B. Encarnacin de la filiacin divina:

1. La invocacin "Abb".

El trmino "Abb" no haba entrado jams en el lenguaje religioso judo, e invocar a Dios como Padre era un hecho bastante raro. Invocar a Dios llamndolo "Abb" era una novedad absoluta. Este trmino era usado por los judos en sus relaciones con el propio padre.

En Jess es una expresin del todo espontnea de su conciencia ntima. La palabra "Abb" significa que Jess tiene, con Dios Padre, relaciones anlogas a las de un hijo con el propio padre. La paternidad indica una relacin de generacin y una semejanza de naturaleza.

En el uso del trmino distinguimos:

* Una relacin vertical que deriva de la atribucin a Dios del apelativo "pap", y que pone a quien lo pronuncia en el nivel divino de hijo.

* Una extensin horizontal que aparece en el uso de la palabra "Abb" por parte de las comunidades cristianas primitivas. Este uso nos lo ha referido Pablo, en Gal. 4,6 y en Rom. 8, 15.

* Una conexin con el sacrifico ya que el trmino "Abb" nos lo traen los evangelios slo en el cuadro del Getseman, lo cual hace ms significativo el trmino.

La unin entre conciencia de la identidad filial y conciencia de la misin redentora es muy estrecha: el sacrifico ser el acto filial por excelencia, aquel en que la palabra "Abb" adquiere su plenitud de significado para la existencia humana de Jess.

2. La expresin "Hijo del hombre".

a. El uso de la expresin por parte de Jess.

En Jess se caracteriza por el hecho de ser pronunciada por El y para designarse a S mismo. El pueblo la usar, pero slo para pedir a Jess cul es su significado.

En los evangelios no es difcil encontrar casos en que se sustituye simplemente"el Hijo del hombre" por "m". As, Lucas habla de los perseguidos "a causa del Hijo del hombre" (6, 22); Mateo dir los perseguidos "por causa ma" (5,11). En otros textos en que leemos "Yo he venido..." la frase realmente pronunciada por Jess debi ser "El Hijo del hombre ha venido..." (Mt. 5, 17; Lc. 12, 49). Por ltimo los textos jonicos dejan entrever la transformacin de "Hijo del hombre" en "Hijo". As, "creer en el Hijo" (Jn. 6,40).

b. El Hijo del hombre en su vida terrena.

1) Venida y preexistencia:

*"Haber venido": La afirmacin "el Hijo del hombre ha venido" manifiesta la concienciade una cierta preexistencia proftica: Jess es el personaje que haba sido anunciado por la profeca como el Hijo del hombre. Sin embargo en la venida del Hijo del hombre hay ms que una indicacin de preexistencia proftica. Juan el Bautista reconocer en Jess una venida de un gnero pnico: "Eres t quien ha de venir?" (Mt. 11, 5). Venir no significa ya solamente presentar el cumplimiento de una figura proftica, sino realizar una venida efectiva de Dios a travs de una mediacin humana.

* Preexistencia actual: Para el Hijo del hombre vivir la vida humana es haber venido. Esto significa que la preexistencia es actualmente operante, que es experimentada como dinmica.

Particularmente digna de atencin es la citacin de la venida del Hijo del hombre a propsito de las acciones ms banales de la vida humana: "ha venido el Hijo del hombre que come y bebe" (Lc. 7, 34). La insistencia en la venida tiende a ligar el hecho de comer y beber con un origen misterioso, tal origen es inseparable de todos los aspectos de la existencia. Comer y beber es caracterstico de la venida del Hijo, porque demuestra su total inmersin en la vida humana.

2) Poder divino.

El poder escatolgico de juzgar se expresa en la vida terrena del Hijo del hombre mediante el poder de perdonar los pecados:

- "Te son perdonados tus pecados".

- "Quin es este hombre que perdona los pecados?"(Lc.7, 48)

Ya no se trata de una pregunta, sino de una acusacin. Jess se presenta como Hijo del hombre para subrayar que, aunque siendo verdaderamente hombre, El posee este poder: Dios perdona los pecados en el cielo, pero sobre la tierra es el Hijo del hombre quien los perdona. Al poder de juzgar va asociado el poder de dar la vida, "quien crea en El tendr la vida eterna" (Jn. 3, 14-15)

c. El Hijo del hombre glorioso.

1) La venida sobre las nubes del cielo.

"Yo os digo, de ahora en adelante veris al Hijo del hombre sentado a la derecha del poder, y venir sobre las nubes del cielo" (Mt. 26, 64). La venida sobre las nubes del cielo era caracterstica del Hijo del hombre descrito por el profeta Daniel. (Dan. 7, 13-14).

La venida sobre las nubes demuestra la participacin en el poder divino. Es de orden teofnico, pues la nube era signo de teofana. Cuando Jess anuncia esta venida usa una imagen significativa de un modo de venir divino. Este modo es tal para demostrar que El es realmente el Cristo y el Hijo de Dios.

2) El Hijo del hombre juez universal.

El poder de juzgar es propiamente un poder divino. Lo que sorprende es que el Hijo del hombre ejerce este poder con plena soberana; el Hijo del hombre juzga como seor absoluto; y tanto, que el Hijo del hombre aparece como aquel que juzga y como aquel en relacin al cual se es juzgado. El Hijo del hombre es un juez que, adems del poder divino de juzgar, posee el de pedir a los hombres el sacrificio total de su vida, lo cual es tambin privilegio de Dios.

El Hijo del hombre en el juicio posee todos los atributos de Dios; en el momento del fin del mundo ejercitar un poder total sobre las fuerzas del mal, ya que la libertad que ha dejado al diablo es slo provisoria. (Mt. 13, 41-42).

d. Cualidad humana del "Hijo del hombre".

Cuando Jess afirma que el Hijo del hombre ha venido, pretende decir que el hombre que es El mismo viene en una autntica vida humana, mientras que en el orculo de Daniel y en las palabras de Henoc, el Hijo del hombre era un ser celeste o divino, pero no un hombre; l es , en Jess, un hombre que conduce una vida terrena. De este modo Jess manifiesta su voluntad de atraer la atencin sobre el valor de su cualidad humana, cualidad que le permite cumplir su misin.

El poder de juzgar permanece como un poder divino y el Hijo del hombre revela su personalidad divina ejerciendo el juicio. Pero l juzga tambin en cuanto hombre.

Jess reivindica el poder del Hijo del hombre de perdonar los pecados, y precisa que El posee este poder "sobre la tierra" (Mc. 2, 10), o sea, lo debe a su condicin humana. Se puede decir lo mismo de su dominio sobre el sbado.

La condicin humana es esencial al Hijo del hombre tambin en su misin de comunicar la vida eterna, ya que El la comunica a travs de su carne y de su sangre.

La humanidad del Hijo del hombre adquiere su valor ms amplio de universalismo en el sacrificio: El ha venido "para servir y dar la propia vida en rescate por muchos". (Mc. 10, 45; Mt. 20, 28).

e. Teologa implicada en la expresin: "el Hijo del hombre".

1) La realidad humana.

El trmino quiere subrayar que Jess es verdaderamente, integralmente, hombre. No le falta nada de lo que es humano. Jess es ms profundamente hombre por el hecho de que no posee el pecado, ya que el pecado degrada al hombre.

2) La dimensin teolgica.

Cmo se revela en el Hijo del hombre una superacin de lo humano? Cuando Jess se autodefine como Hijo del hombre comprende todos los elementos del personaje de Daniel: ser divino que en relacin a Dios se encuentra en una posicin de Hijo que representa el pueblo elegido, o sea, la humanidad nueva.

El origen divino del Hijo del hombre no le impide conducir una vida humana parecida a la nuestra, porque "ha venido el Hijo del hombre que come y bebe". Con ello, no se quiere reducir a Jess a la sola estructura humana; supone que la persona divina se exprese slo en el hombre y a travs de l, pero no podra autorizar una negacin de esta persona divina.

3) Lo ontolgico y lo funcional.

El uso que Jess hace del trmino Hijo del hombre da una indicacin sobre la relacin entre el punto de vista ontolgico y el punto de vista funcional de su identidad. Pero la eleccin de la expresin "Hijo del hombre" atrae la atencin sobre lo ontolgico. Jess no se designa con un simple ttulo funcional. El jams se llamar "el siervo", aunque le agrade poner el acento sobre su actividad y sus disposiciones profundas al servicio; declarando que el Hijo del hombre ha venido para servir, El incorpora la idea de siervo en la de Hijo del hombre. Jess no quiere dejarse absorber de una funcin. No es un simple enviado de Dios, es Hijo.

4) La filiacin humana - "Hijo del hombre".

En qu sentido hay generacin humana? El trmino significa que Jess es hombre e hijo. Es ms, hijo de un ser humano. Por eso, ya no basta reconocer en El al Hijo de Dios que es hombre; es necesario considerar tambin en qu modo es hijo del hombre. La concepcin virginal de Jess ha tenido como efecto que el nio fuera contemporneamente generado de lo alto e hijo de una mujer. "Dios mand su Hijo, nacido de mujer..." (Gal. 4,4)

Por eso, la expresin implica contemporneamente una antropologa y una teologa.

C. Encarnacin de la Palabra, de la Accin, de la Presencia divina:

1. Encarnacin de la palabra.

a. Autoridad de la palabra.

Entre las palabras significativas pronunciadas por Jess est el trmino "amen", que toma el lugar de la expresin "as dice el Seor" del A.T. Jess con "Amen, yo os digo", expresa su autoridad de modo nico y original; es El quien habla con su autoridad, hay identidad entre su palabra y la palabra de Dios. As El puede afirmar "el cielo y la tierra pasarn, pero mis palabras no pasarn" (Mc. 13, 31; Mt. 24, 35; Lc. 21, 33). Son precisamente "sus palabras" las que evocan las de Yhav. Estas palabras no tienen la caducidad de las cosas creadas; conllevan de este modo la eternidad de Dios.

"Jams un hombre ha hablado como habla este hombre" (Jn. 7, 46). Es una enseanza que viene de lo alto, pero que se impone desde abajo.

La frmula de oposicin entre la enseanza antigua y la nueva es muy clara: "se os dijo...pero yo os digo..." (Mt. 5, 22. 28. 32. 34. 39. 44.) Jess reivindica una autoridad superior a la ley.

b. Palabra y persona.

Jess afirma que es ms que un profeta, ya que profeta es quien habla en nombre de Dios; por encima del profeta no puede estar sino la palabra misma de Dios. Esto se ve en la relacin que Jess hace con Jons y con Salomn. (Mt. 12). O sea, Jess insina que es la palabra de Dios en persona. Creer en su persona y creer en El son dos actitudes inseparables. El pide fe en su persona y es lo que obtiene, como refiere el evangelista. A la afirmacin: "Como me ha enseado el Padre, as hablo..." responde, de hecho, una adhesin de fe: "A estas palabras muchos creyeron en El" (Jn. 8, 28-30)

2. Encarnacin de la accin divina.

a. Recapitulacin de las grandes figuras de Israel.

"Abraham, vuestro Padre, esper ver mi da; lo vio y se alegr" (Jn. 8, 56). Lo mismo se verifica respecto a Jacob en el pasaje de la Samaritana. Respecto a Moiss, Juan pone en boca de Jess: "No Moiss os ha dado el pan del cielo...sino mi Padre os da el verdadero pan del cielo; el pan de Dios es el que desciende del cielo y da la vida al mundo" (Jn. 6, 32-33)

b. Misin de instauracin del reino.

1) Jess y el Reino.

Toda la predicacin de Jess trata sobre la venida del Reino de Dios; cada una de sus acciones consiste en establecer este Reino. O sea, Jess hace la obra de Dios. Por lo que dice relacin al ms all, Jess describe el poder del Hijo del hombre que da en heredad el reino a cuantos han amado a sus hermanos, y lo rechaza para aquellos que no han tenido este amor. (Mt. 25, 34). Para la vida terrena, Jess determina las condiciones de acceso al reino y las leyes que regulan a sus miembros. La frmula: "fue dicho,...pero yo os digo..." testimonia una autoridad absoluta sobre el reino; lo mismo dgase del poder de perdonar los pecados y de comunicar la vida eterna.

2) Un "yo" que obra con el poder de Dios.

Cuando Jess dice "yo", se descubre la insinuacin de un poder o autoridad divina. "Yo ir y lo curar" (Mt. 8, 7). El "yo" de Jess es soberano y manda sobre la enfermedad. Su "yo" ofrece el perdn divino; "yo no te condeno" (Jn. 8, 11). La insistencia sobre el yo contribuye a mostrar que Jess posee personalmente el poder de obrar al modo de Dios.

3) El pastor.

El ttulo de pastor expresa una autoridad dispuesta a ejercerse en el sentido del amor. Diciendo "Yo soy el buen pastor" (Jn. 10, 11), Jess se pone como modelo de pastor; un modelo que recuerda el modo como Yhav mismo se haba presentado como pastor de su pueblo. La descripcin evanglica: "el buen pastor da la vida por sus ovejas" pone en evidencia el valor de la encarnacin: lo que Yhav en su trascendencia divina no poda hacer, Jess puede hacerlo, porque es hombre.

c. El milagro.

1) El problema del milagro.

Los milagros se colocan en la demostracin tradicional de la Divinidad de Jess, pero hoy "la prueba del milagro" es frecuentemente rechazada por quienes proceden a una demitizacin sistemtica. La teologa reciente reconoce en el milagro esencialmente un signo de la accin divina que obra la salvacin. El milagro tiene sentido slo en este contexto sobrenatural como llamada dirigida por Dios a la fe.

2) La perspectiva de los milagros de Jess.

Cuando los discpulos del Bautista preguntan a Jess sobre su identidad, ste responde: "Id y decid a Juan lo que habis odo y visto: los ciegos recuperan la vista, los cojos caminan, los leprosos son curados, los sordos oyen, los muertos resucitan, a los pobres se les predica la buena nueva" (Mt. 11, 4-5)

Para demostrar que El es verdaderamente aquel que viene, invita a sacar enseanzas de los milagros que obra. Los milagros son en la intencin de Jess, los signos de identidad. Y en el caso de Jess hay tal multiplicacin de hechos prodigiosos en su vida pblica que debemos hablar de una invasin imprevista del milagro.

3) La realidad histrica de los milagros.

Los milagros hechos por Jess gozan tambin del privilegio de estar garantizados por testimonios histricos. Los milagros tienden a expresar aspectos de una misin espiritual: las resurrecciones significan la nueva vida trada por Cristo a la humanidad; el vino de las bodas de Can y la multiplicacin del pan anuncian la Eucarista; el calmar la tempestad y caminar sobre las aguas testimonian el poder de asistir a los discpulos en tiempo de dificultad; la pesca milagrosa es un signo de la fecundidad prometida a la misin de los apstoles; las curaciones milagrosas manifiestan la intencin de liberar al hombre de sus enfermedades morales y espirituales; los milagros de dominio sobre la naturaleza muestran que todo el universo material est implicado en la obra del reino. Se tiene aqu algo as como un punto extremo de la encarnacin, pues Jess ejercita la influencia de Dios sobre el mundo que le circunda al mismo tiempo que sobre su propia carne.

4) El significado de los milagros.

Jess haba atribudo a sus milagros el valor de una indicacin de la propia identidad, de su identidad mesinica. El quiere hacer entender que en los milagros se realiza su misin de Mesas. El milagro es, por eso, signo de la identidad de Jess en cuanto revela el Hijo del hombre y su poder.

El milagro no es fin en s mismo, es pedido por la obra de la salvacin, y expresa en un signo fsico la realidad de orden espiritual que se cumple. Respecto al estatuto definitivo del milagro, decir que no es slo un desplegarse sensible de la potencia divina, sino que siempre va ligado a la persona de Jess. Es en Jess en quien la potencia divina se encarna, y esta encarnacin de la potencia est ligada a la encarnacin de su persona divina.

5) Los milagros, expresin del amor salvfico.

Jess no obra jams milagros contra nadie. Pero esto no quiere decir que el amor que salva excluya todo combate. Jess lucha contra el espritu del mal, y los milagros que son descritos como liberacin de endemoniados, ponen en luz su victoria. El milagro testimonia mucho ms que un triunfo sobre la enfermedad, es un triunfo sobre el espritu del mal, lo que Jess viene a destruir es el reino de Satans. Y desde este punto de vista, su acto milagroso testimonia su poder divino. Si hay un aspecto de destruccin no es otro que la expresin de la salvacin y de la liberacin acordada con la humanidad.

3. Encarnacin de la presencia.

a. Templo y casa de Dios.

Jess se ha definido como el verdadero templo: "Yo os digo que aqu hay algo mayor que el templo" (Mt. 12, 16). El valor del templo consista en la presencia divina por encima del mismo templo. El Hijo del hombre es el lugar terreno en que Dios est presente; El es concretamente la presencia divina sobre la tierra.

b. "Ego eimi" - "Yo soy".

1) El significado de la afirmacin.

Juan pone vigorosamente en luz la encarnacin de la presencia divina en Jess: "Amen, amen, yo os digo, antes de que Abraham existiese, yo soy" (Jn. 8, 58). La expresin "Yo soy" nos reenva a la escena del Exodo (3, 14) en que Yhav haba revelado su nombre a Moiss: "Yo soy". A travs de este nombre, Yhav no se atribua una existencia abstracta: "Yo soy aquel que es", que define una presencia concreta y garantiza la promesa hecha a Moiss por el cumplimiento de su misin: "Yo estar contigo" (Ex. 3, 12). Es esta presencia divina la que siempre permanece en Jess.

La presencia prometida es esencialmente dinmica. De hecho, la expresin "hasta el final de los tiempos" es ms que una simple indicacin cronolgica; sugiere que toda la historia, con el desarrollo de la Iglesia, estar caracterizada por el dinamismo de le encarnacin, que invadir siempre ms la humanidad, hasta producir el grado de encarnacin necesario para el fin de los tiempos.

2) Teologa del "Ego eimi".

El "Ego eimi" tiene sobre todo un significado antropolgico que tiene relacin a las situaciones humanas en las cuales Jess dice: "soy yo". Es a partir de esta situacin que Jess evoca un misterio e implica una teologa. "Soy yo" es la expresin ms apropiada para hacer percibir una presencia familiar. El ejemplo ms significativo lo tenemos cuando Jess camina sobre las aguas, pues al decir: "Soy yo, no temis", Jess quiere hacerse reconocer como un amigo del que no se puede tener miedo. Cada vez que Jess usa "Ego eimi", desea afirmar su presencia, o sea, una existencia que no se cierra en s misma, sino que se vuelve hacia los hombres y se pone en contacto con ellos.

Cuando Jess pide la fe en el "Ego eimi": "A fin de que creis que yo soy" (Jn. 13, 19), se trata contemporaneamente de una fe en su presencia y de una fe en su identidad. En la respuesta ante Caifs, Jess con el "Ego eimi" quiere afirmar una presencia que jams ser abolida. Revela la orientacin de la presencia hacia el futuro.

Tambin la presencia del "Yo soy" es esencialmente de benevolencia. Lejos de condenar a la Samaritana, la atraer hacia la conversin y hacia la fe. Luego, la frmula "Ego eimi" contiene la afirmacin de un amor. Pero esta potencia del "Ego eimi" El la saca a la luz slo para comunicarla y que se beneficien de ella sus discpulos. La revelacin del ser eterno mira a la comunin.

El "Ego eimi" expresa una presencia concreta, anterior a cualquier maana. Es expresin de la encarnacin (familiar) pero tambin de poder sobre la naturaleza. Expresa una presencia que jams podr ser quitada al mundo.

c. La presencia fuente de vida.

La presencia asume tambin otro aspecto, segn la comparacin de la via: "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos" (Jn. 15, 5). Aqu la presencia conlleva una comunicacin vital permanente; ya no es un "permanecer con", sino un "permanecer en", ya que la norma para el discpulo se enuncia: "Permaneced en m y yo en vosotros".

La imagen est en relacin con la Eucarista. Ella muestra que el vino dado como sangre de la alianza es expresin de un don ms profundo de presencia continua.

Teolgicamente, el significado es antropolgico, de proximidad y presencia en medio a los hombres. Esta presencia es fuente de vida que tiende a extenderse a todos, la fuerza de su encarnacin de la que nos habla Juan en 15,5. Jess no es slo el donador de la vida, sino que es la vida misma. (Jn. 11, 25).

Captulo 6

Kenosis y Gloria

Adems de las inevitables imperfecciones de la transmisin de sus palabras en los textos evanglicos, existe la dificultad suscitada por el lenguaje que Jess ha querido adoptar cuyo significado no es inmediatamente evidente.

A. Oscuridad de la revelacin:

1. La diferencia entre el lenguaje de Jess y el de la comunidad:

Jess no revela su identidad de un modo claro como se esperaba. No ha hablado de s mismo con los trminos usados por la comunidad para designarlo. "Hijo del hombre" es una expresin que de por s significa simplemente hombre y que por esta razn no ha sido asumida en el lenguaje de la fe de la comunidad. Jess lo ha usado en un sentido que contena la indicacin de su misin y de su personalidad trascendente (significado que no fue captado por sus oyentes).

2. Abstencin del uso de ttulos:

Por qu Jess no se ha presentado con los ttulos que habrn sido ms claros: Mesas, Hijo de Dios, Seor, Dios? El uso de estos ttulos hubiera implicado un riesgo de comprehensin: hubiera podido inducir en el error a los que los escucharon.

Mesas: si Jess fuese designado con este ttulo sus seguidores hubieron credo encontrar en El la respuesta a las esperanzas de un mesianismo terreno y poltico.

Hijo de Dios: de por s este ttulo no es la ms exacta para caracterizar la persona de Jess; sugiere, distinguiendo el Hijo de Dios, que este Hijo es simplemente un hombre. Ahora bien, en cuanto Hijo, Jess es Dios. Siendo rigurosos, Hijo de Dios significara que El es Hijo del Dios Trinitario, y por tanto, Hijo tambin del Esp. Santo.

Seor: este ttulo ciertamente hubiera tenido la ventaja de insinuar una cierta distincin entre el Hijo y el Padre, pero hubiera tenido el inconveniente de sonar como pretexto de dominio.

3. Revelacin destinada a los pobres:

Por qu Jess no ha usado una terminologa ms precisa para definir su identidad? El no se ha puesto sobre el plano de la especulacin filosfica ni aquel de las enunciados conceptuales. Jess indica el motivo esencial de esta abstencin al llamarse enviado para llevar la buena nueva a los pobres. El quiere hablar un lenguaje accesible a todos, especialmente a aquellos que no han recibido el beneficio de una cultura intelectual evolucionada. El arte de Jess est en expresarse con trminos sencillos que El carga de un significado extremadamente denso y rico. Hablando a los pobres hace su lenguaje accesible a todos.

4. Modos de expresiones de la trascendencia:

Jess querra dejar un testimonio de s mismo que fuese ms amplio que cualquiera formulacin. La revelacin de la identidad de Jess pone el problema de la revelacin de Dios y de la impotencia de cualquier lenguaje humano en esta revelacin. De tal modo se explican las diversas modalidades de expresiones adoptadas por Jess.

a. La interrogacin: Jess provoca las interrogaciones; este mtodo se funda sobre el principio que Dios es El que plantea al hombre la pregunta fundamental, una pregunta que en algn modo supera todas las respuestas. "Tu quin eres?" (Jn. 8,25); "y vosotros quin decs que soy yo?"(Mc. 8,29).

b. La superacin: Jess afirma que supera cuanto hay de lo ms alto en el judasmo en cuanto a expresiones o enviados de Dios: "antes de que Abraham existiese, yo soy" (Jn. 8,58).

c. El doble sentido: Jess sirve de expresiones que adquieren una trascendencia en virtud del contexto y de las circunstancias. "Soy yo" se hace reconocer por los suyos y ms all el "soy yo" de Dios.

d. La apropiacin humana del hablar y del obrar divino: Jess habla con la autoridad de Dios: "Yo os digo". Obra con el poder de Dios: cumple milagros, remite los pecados... En el lenguaje y el obrar humano se revela lo divino.

e. La familiaridad de las relaciones con el Padre: "Abb" es la prueba que no hay ninguna distancia entre el Padre y su Hijo.

f. La convergencia: Como las expresiones son siempre inferiores a la identidad divina, Jess las refuerza confirmando las unas con las otras.

5. Permanencia del misterio

Jess nos introduce en el misterio, pero su identidad permanece un misterio.

B. Apelo a la fe y la Kenosis

1. La manera de Jess de revelar la identidad divina nos indica que la discrecin adoptada es ms que una prudencia debida a las circunstancias. Slo difcilmente la fe monotesta de Israel podra acoger la revelacin de uno que se presentaba como Hijo de Dios. Haba fundamentalmente la necesidad de adaptar la revelacin de Dios al la realidad humana como tal. La revelacin mira la fe, requiere la fe activa que conlleva un esfuerzo de descubrimiento. La revelacin de Jess tiene la caracterstica de exigir una colaboracin: quien la recibe debe penetrar en el misterio. La fe requerida en los evangelios es una fe nueva, fe en Jess mismo.

2. Encarnacin y Kenosis: El Cristo hubiera tenido un cierto derecho de aparecer sobre la tierra con su gloria divina, es decir, de tomar el estado de igualdad con Dios, o de humanidad glorificada. El ha renunciado este derecho y en este sentido su vida humana ha sido un despojamiento. La naturaleza kentica de la encarnacin muestra en una manera ms viva como el gnero de revelacin adoptada por Jess hiciera parte eso mismo de una eleccin sacrificial: encarnacin en la lnea del despojamiento y del sacrificio.

3. La afirmacin de la Kenosis por parte de Jess: Se funda esencialmente sobre aquello que Jess dijo de s mismo (Mc. 10,45; Mt. 20,28): el despojamiento de Jess llega a ser el sacrificio redentor; El no ha venido para ser servido sino para servir. Dar la propia vida en rescate por muchos indica el sentido final del despojamiento. La encarnacin en modo glorioso pudiera aparecer un cierto orgullo de Dios. La kenosis es provisorio pero el valor del amor y del servicio al prjimo permanece an en la gloria.

C. La revelacin del Cristo glorioso.

1. La manifestacin oscura del estado glorioso:

a. La primera glorificacin de Cristo contiene su alma, el "espritu" que en el momento de la muerte El haba consignado en las manos del Padre (Lc. 23,46). Esta glorificacin permanece invisible; no tenemos ningn testimonio de ello. El evangelista Mateo se esfuerza por describir el contragolpe sobre la tierra, atravs del terremoto, la apertura de las tumbas y las apariciones de los difuntos; pero en esta descripcin no podemos ver mucho ms que un esfuerzo de la imaginacin.

b. El primer indicio de la resurreccin es la tumba vaca. De por s este hecho no sera suficiente para demostrar la resurreccin.

c. Las apariciones del resucitado a las mujeres y a los discpulos tienen una mayor fuerza demostrativa; todava no son ms que atestacin indirecta de un evento de lo cual nadie ha sido testigo: nadie ha visto a Jess salir de la tumba. Jess aparece solamente a aquellos que tienen una disposicin de fe.

d. El hecho de la ascensin que pone un fin a las apariciones de Jess tiene tambin un carcter enigmtico. Es una partida, un perderse detrs de las nubes, que deja los discpulos con la mirada vuelta al cielo, como en una espera que no es satisfecha.

2. La demostracin anunciada por Jess:

La resurreccin ha sido considerada como la prueba decisiva de la verdad de la revelacin hecha por Jess. Esta implica contemporaneamente la manifiesta aprobacin divina de esta revelacin y la aceptacin del sacrificio redentor por parte del Padre. La demostracin anunciada por Cristo: muerte y resurreccin deben ser vistas como un conjunto. El estado glorioso se manifestar en la escatologa, que no es parusa, sino en la Iglesia. Es por esto visible y guiado por el Espritu. Como Cristo se manifiesta en la kenosis igualmente la Iglesia debe revelarse. As, la Iglesia se afirma en una condicin de kenosis, la penetracin de la vida divina de Cristo en la humanidad. La demostracin se completar slo con el extenderse de la Iglesia a toda la humanidad.

Captulo 7

Rasgos esenciales del Cristo bblico

A. La bsqueda de una sntesis:

No hay una cristologa bblica, hay muchas. Todava las diferencias no hacen desaparecer los rasgos comunes. Pueden incluso contribuir a iluminarlos. La determinacin de estos rasgos comunes es esencial para cada investigacin sobre la persona de Jess hecha por un creyente. Al telogo, no basta saber aquello que pensaba cada uno de aquellos que, en origen, han transmitido o comentado el mensaje evanglico. Pretende realizar para s y para los dems la sntesis de los elementos resaltados por los diversos autores. Es hacia esta sntesis que va orientada la inspiracin de las obras del nuevo testamento. El fin supremo del A.T. es el de iluminar el N.T. y de hacer mejor comprendido quien es el Cristo.

B. El dinamismo de la encarnacin

1. El movimiento de encarnacin que ha precedido el Cristo: La alianza pone particularmente en evidencia la voluntad divina de ponerse sobre el mismo nivel de los hombres (horizontalismo); la accesibilidad - Dios entra en dilogo con los hombres; colaboracin - requerida del hombre en el desarrollo de las relaciones: la responsabilidad - el hombre debe proveer al mantenimiento de la alianza observando sus obligaciones.

2. El movimiento de encarnacin en Jess: continuidad y novedad: En primer lugar aparece la continuidad histrica. Jess no interrumpe el curso de la historia humana. Se presenta en una referencia continua a la historia del pueblo judo. Todava en el seno de la continuidad histrica, la encarnacin realizada en Jess se deja percibir como novedad radical. En Cristo se halla la realidad total de aquello que antes de El haba sido slo figura. En el plano divino, es la venida del Cristo el punto de apoyo, el fundamento de las figuras de la antigua alianza. El es en la historia aquel que es ms all de la historia. La encarnacin cumplida en Jess es el pice de la intervencin divina en la humanidad.

3. Del pueblo al individuo y del individuo al pueblo: En la religin juda, la encarnacin concierne esencialmente el conjunto del pueblo: es con el pueblo que Dios conclua la alianza, es Israel que vena considerada por Dios Padre como un hijo o por Dios Esposo como una esposa. En la nueva economa la encarnacin se cumple esencialmente en un solo individuo. Esta encarnacin consuma y supera la anterior porque aqu el individuo debe representar al pueblo.

C. Riqueza de la diversidad en la unidad:

1. Los cuatro aspectos del rostro de Cristo: Los acercamientos cristolgicos de los evangelistas no deben ser trados a la luz slo en sus diferencias sino que van unificados en un retrato ms amplio del Cristo. El Cristo ser siempre (Mc.) aquel que se presenta como misterio, cualquier que sea la precisin de los enunciados de la fe. La persona de Cristo permanece misterio. El Cristo es el Seor del reino (Mt.) aquel que pone la estructura esencial y fija la ley. El ttulo del Seor es el que ms explcitamente ha sido reconocido a Jess (comunidad primitiva). La cualidad de Hijo es la determinacin ltima de la personalidad de Jess, aquella que penetra la profundidad del misterio. El trmino "Abba" es la expresin familiar de la filiacin divina trascendente. Ninguno de los cuatro aspectos citados puede faltar en una reflexin sobre la identidad de Cristo: el misterio, el poder sobre el reino en su organizacin externa, el poder de accin espiritual e interior en este mismo reino, la personalidad de Hijo.

2. Las tres expresiones de la identidad personal: La bsqueda de las palabras efectivamente pronunciadas por Jess reviste siempre la mxima importancia. La primera es "Abba" y demuestra en Jess una conciencia de filiacin del todo nuevo - esta palabra implica que Jess tuviera con el Padre relaciones familiares anlogas a aquellas de un hijo con el propio padre humano. La expresin "soy yo" es igualmente un modo de decir habitual en las relaciones humanas. Pero en el contexto en que Jess la usa, evoca las afirmaciones de Yahve en el libro de Isaas o tambin el nombre que El mismo se aplica en el Exodo. A la expresin "Hijo del hombre" van ligados en modo particular los dos movimientos, descendiente y ascendiente, de la encarnacin. Descendiente: Jess deja entrever que el Hijo del hombre ha venido. Ascendiente: el anuncia que el Hijo del hombre, tres das despus de la muerte "se levantar"(Mc. 8, 31).

3. Palabras, acciones y presencia: Jess no se limita a consignar la palabra y las acciones de Dios; consigna toda su persona mediante su presencia. En tal modo nos indica como la encarnacin de su persona divina de Hijo sea un don definitivo, que debe prolongarse en toda la vida humana.

PARTE III

LAS AFIRMACIONES FUNDAMENTALES DE LA FE DE LA IGLESIA

Capitulo 8

La Formacin de la doctrina cristolgica en los primeros siglos

A. La orientacin del desarrollo doctrinal:

La primera contestacin trata de la preocupacin ontolgica del desarrollo cristolgico. Es sobre la ontologa de Cristo que se concentra el esfuerzo de investigacin en los primeros siglos. Los problemas surgidos: Jess es verdaderamente hombre, con una carne real? Es verdaderamente Dios, y en que sentido? Es de la misma substancia del Padre en su divinidad? En su humanidad, posee una alma, y se debe decir que el Verbo es directamente unido a la carne? Se debe hablar de una o dos personas, de una o dos naturas, de una o dos voluntades?

Esto no es decir que el aspecto soteriolgico viene olvidado o ignorado: la obra del Salvador jams se deja al lado y la dimensin salvfica de la encarnacin es expresamente subrayada. Esta dimensin resulta fundamental, porque sirve a mostrar lo que Cristo era, y lo que el Verbo ha asumido personalmente.

B. Tres peligros iniciales:

1. Ignorancia de la Divinidad de Cristo: Jess visto como hombre investido con poder divino; dificultad de aceptar que es verdaderamente Hijo de Dios.

a. Ebionismo: niega divinidad de Cristo. Era una doctrina difundida en ambientes judeocristianos del II siglo. Reconoci en Cristo l que era nombrado por el E.S. en su bautismo. Niega que era el Hijo engendrado por el Padre.

b. Adopcionismo: doctrina difundida hacia finales del siglo II por Teodoto el Viejo. Por l, Cristo era un "simple hombre", an siendo escogido y ahijado por Dios como portador de una gracia divina excepcional. Era un hombre en que el E.S. obraba con poder divino. Aunque era dotado con dones divinos, era esencialmente un hombre y cuando se habla de ser "hijo", se debe entender en sentido adoptivo. El adopcionismo propone una imagen de Cristo en sentido opuesto a la encarnacin: en vez de un Dios que se hace hombre, propone un hombre elevado a una condicin divina (aunque no llega a ser Dios). Cree en una accin singular de Dios en Jess.

Aparece en otra forma en siglo III (Pablo de Samosata era hijo de Dios en cuanto hombre); tambin en tiempo de la Reforma (Miguel Serveto y los antitrinitarios era un simple hombre).

2. Docetismo: Niega la realidad humana de Jess y reduce la carne de Jess a una apariencia. Ignacio de Antioqua lucha contra este error, defiendo la realidad del nacimiento y de la crucifixin de Jess. Se ve en el docetismo el influjo del dualismo, que opone el espritu a la materia al punto de considerar la materia como mal. Nacimiento y crucifixin se interpretan en sentido aparente.

a. Marcin: Cristo no pudo haber nacido humanamente; apareci en la tierra ya adulto.

b. Valentino: la carne de Cristo es celestial y espiritual: pas por medio de Mara, pero no naci de ella.

c. Basilide: la Pasin era aparente: Cristo enga a sus enemigos y se les escap, metiendo en su lugar Simn el Cireneo.

3. La Reduccin de Cristo a un mito: En siglo II, numerosos escritos apcrifos presentan Cristo en modo de leyenda. La vida de Cristo se presenta como una serie de sucesos milagrosos (ya no es historia sino mito). Esta tendencia se manifiesta en los niveles intelectuales del gnosticismo cristiano. La gnosis busca meter a Cristo en un sistema cosmognico, casi como un elemento ms del sistema: un "eon" entre los dems. Este eon mtico es asociado con el Jess terreno al momento de bautismo. Segn la gnosis valentiana Cristo desciende sobre Jess.

C. Primeros tratados de la teologa de la Encarnacin

1. Ireneo: Lucha contra el hebionismo, el docetismo, y sobretodo contra la gnosis. Es fiel a la S.E. y se basa sobre el Credo tradicional oriental. Afirma que Cristo es "verdadero hombre y verdadero Dios" y justifica su afirmacin con un argumento soteriolgico: es verdadero Dios porque solamente Dios puede obtenernos la salvacin y restablecer la unin con los hombres. Es verdadero hombre porque le toca al hombre reparar su falta. Insiste en la realidad de la carne, subraya la realidad del nacimiento virginal, y que Cristo tom carne de Mara. Naci de una virgen para recapitular, es decir, reasumir y renovar a partir del origen: la formacin de Adn... pero se mete realmente en las generaciones humanas. Ireneo afirma la Unidad que existe en Cristo. Cristo es nico y lo mismo. El elemento doctrinal ms importante es la teora de "recapitulacin". Sita la encarnacin en la economa de la salvacin como el centro que explica todo.

Recapitulacin significa:

a. reproducir el pasado en una manera nuevo,

b. reasumir en s el destino de la humanidad,

c. orientar el desarrollo de la historia en condicin de capo.

Como en el mundo invisible el Verbo tiene el primado, tambin en el mundo visible y corporal el Verbo hecho hombre lo asume, y establecindose como capo de la Iglesia y atrayendo todo a s. As recapitula todo en s.

2. Tertuliano: En su oposicin al docetismo y al gnosis afirma claramente el alma humana de Jess "en Cristo, por decirlo con una expresin sencillo y claro, encontramos alma y cuerpo, es decir un alma alma y un cuerpo de carne". Contra la doctrina gnstica del cuerpo psquico de Jess recorre al argumento soteriolgico por demostrar la existencia de un alma para liberar nuestras almas Cristo tena que tomar un alma semejante a la nuestra, y no un cuerpo psquico ni un alma de carne imaginaria de la gnosis.

Luch contra el monarquismo de Prasea (monaquismo divino), es decir, Cristo es solamente la manifestacin del Padre para que el Padre es el nico Dios, y l se encarn. El error consiste en pensar que siendo uno, Dios tiene que ser unipersonal. Tertuliano responde: El Verbo se distingue del Padre como persona, pero tiene comn unidad de substancia. Reconoce en Cristo una persona y dos naturas. Habla de dos naturas como dos substancias. En oposicin al monarquismo, se refiere a la persona del Hijo considerado dentro de la Trinidad como distinto de la Persona del Padre. No se trata de una persona compuesta, sino de una persona divina a la cual pertenece una sustancia doble.

D. La Divinidad del Verbo: Arrianismo

1. Arrio: el Verbo Creatura

Para Arrio el Hijo no era eterno; Dios no era siempre Padre pero fue un tiempo en que era solo y no todava Padre. El Hijo no existi desde siempre... fue un tiempo en que no era. Fue creado de nada y por ello no es consubstancial con el Padre. El Padre es distinto al Hijo en cuanto esencia, porque es sin principio. Siendo una creatura, el Hijo es imperfecto, mudable, mientras el Padre es perfecto e inmudable. En la Encarnacin el Verbo toma un cuerpo que es su instrumento, un cuerpo sin alma o por lo menos sin alma racional.

2. Nicea: el Hijo consubstancial al Padre

Para condenar a Arrio us un lenguaje ms preciso que las formulas escritursticas: "creemos en un solo Seor Jesucristo, Hijo de Dios, nato unignito del Padre, es decir, de la substancia del Padre, Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, nato, non creado, de la misma substancia que el Padre...".

El Hijo, por ello, no era creado de nada; es generado de la substancia del Padre y por ello es Dios verdadero de Dios verdadero. El termino ms caracterstico que lo cualifica es "consubstancial" (homousios) al Padre. Significa que el Hijo es divino como el Padre, y igual en todo.

El concilio no se preocup con el numero (i.e., el hecho que hay una sola substancia por los dos personas del Padre y del Hijo). Quiso afirmar que el Hijo es perfectamente Dios como el Padre. La substancia del Hijo es la substancia del Padre.

E. El alma humana de Cristo: Apolinarius

1. La inadvertencia del problema: Atanasio

Apolinarius niega el alma de Cristo porque habra una oposicin al Verbo. Relacin Verbocarne se vi con concepto de instrumento y motor. Por ello, una sola natura en Cristo, una sola persona y una sola hipstasis.

Atanasio adopta una cristologa de tipo Verbocarne (Logossarx) en que el Verbo asume una carne y se hace hombre. Lo que en Cristo es espiritual se atribuye al Verbo y las pasiones se atribuyen a la carne. Atanasio no logr reconocer en Cristo una verdadera psicologa humana con natura humana completa.

2. La doctrina de Apolinarius

Neg el alma humana de Cristo: no es posible tener un alma humana, porque sera un principio que se opone al Verbo. "Es imposible que dos seres espirituales y voluntarios cohabitan, porque estos si opondran el uno contra el otro... Apolinarius mantiene que si el Verbo hubiera asumido un hombre completo, habra introducido en su natura un principio de pecado. Un espritu humano unido a la carne se aleja de Dios y se encuentra en condicin de pecado. Todava, Apolinarius mantena que el Verbo se hizo Hijo del Hombre, que es completamente Dios, y completamente hombre. Segn l, "hacerse hombre" no se debe confundir con "tomar un hombre". Cristo no era hombre, pero era semejante al hombre. No era consubstancial al hombre.

Unidad VerboCarne: Se sirve de conceptos de instrumento y motor. El Verbo mueve el cuerpo: "el instrumento y el motor constituyen naturalmente una sola energa". Apolinarius afirma "una sola natura" en Cristo. La unidad es tal que las propiedades no se pueden distinguir refirindose algunos a la carne y otros al Verbo. La unidad biolgica del Verbo con la carne est asegurada por la concepcin virginal. En una generacin ordinaria, el hombre asegura la infusin del alma, mientras en la concepcin de Cristo la carne era vivificada por un poder divino. Habla de una sola persona (prsopon) y de una sola hipstasis. Parece ser el primero a usar el termino hipstasis en cristologa.

3. La reaccin: afirmacin del alma en Cristo

Snodo de Alejandra (362) adopta el argumento soteriolgico contra Apolinarius. El Verbo se encarn para salvar alma y cuerpo; por ello tuvo que tomar un cuerpo. Papa Dmaso dice "si asumi un hombre imperfecto, el don de Dios es imperfecto, nuestra salvacin es imperfecta porque el hombre no fue perfectamente salvado. Apolinarius condenado 377 (snodo de Roma).

F. La nica persona en Cristo: Nestorio

1. El dualismo en la escuela de Antioqua:

Al contrario de Alejandra, Antioqua subray la dualidad en Cristo y se preocup en el reconocer de la integridad de la humanidad de Jess. Adversario de Apolinarius era Diodoro de Tarso (+394), acusado de haber sido fundador de Nestorianismo: profundiz la separacin entre el Verbo y la carne. Afirma que el Hijo de Dios no puede ser propiamente Hijo de David ni de Mara; el hombre nato de Mara es Hijo de Dios por gracia, mientras el Verbo es Hijo de Dios por naturaleza.

Teodoro, obispo de Mopsuestia adopta una cristologa de tipo Verbohombre. El Verbo se encarn tomando un cuerpo, habitando en un hombre, revistindose del hombre Jess. No es, por ello, una teologa del hacerse hombre de parte del Verbo. "El Verbo se hizo hombre." Teodoro subraya que se trata de una natura humana completa. En Cristo las dos naturas quedan distintas y sin mezcla en su unin indisoluble. Dice que la unin de las dos se debe a la habitacin por conveniencia del Verbo en el hombre. Manifest reserva a Mara como Teotokos, pero termin aceptndolo.

2. Nestorio:

Obispo de Constantinopla (428). Fue acusado de mantener la existencia de dos personas en Cristo, y una tercera a causa de la unin de las dos. Pero no era su doctrina.

No acept la tradicin. Neg el Teotokos y la posibilidad de decir que el Verbo naci de Mara, quien sufri y muri. Rechaza la formula "Deus passus". No admite el principio fundamental de la comunicacin de idiomas segn la cual se reconoce en el nico y mismo Cristo las propiedades divinas y tambin humanas, atribuyendo al Verbo las caractersticas de la vida humana con las enfermedades y sufrimientos, y al hombre Jess las caractersticas de la divinidad. Del punto de vista filosfico le faltaba Nestorio el concepto de persona distinto de natura.

3. Reaccin al nestorianismo: la expresin autntica de la fe en la unidad de Cristo:

Cirilo de Alejandra justific el termino Teotokos y anunci el principio que era necesario atribuir las propiedades de Cristo al Verbo y que el Verbo era unido "segn la hipstasis" a la carne que ha asumido aparece as por la primera vez el concepto de la unin hiposttica.

Concilio de Efeso (431): Cirilo lo dirige. Mara Teotokos: "el Hijo eterno del Padre es l que segn la generacin carnal, naci de la Virgen Mara; por eso Mara es legtimamente llamada Teotokos, madre de Dios".

Smbolo de unin Juan de Antioqua no acept las decisiones del Concilio; condenaron los anatemas y excomulgaron a Cirilo. Propuso un smbolo redactado por Teodoreto de Ciro. En 433 Cirilo lo acepta como "smbolo de unin". Declara la identidad de persona del Hijo de Dios antes de la encarnacin; consagra igualmente la palabra Teotokos; afirma dos naturas en la unin.

G. Las dos naturas: controversia monofisita y Concilio de Calcedonia

1. Eutique y Monofisimo

Proclo (Patriarca de Constantinopla 434446) buscaba una formula para conciliar la teologa de Antioqua con la de Alejandra: "dos naturas en una hipstasis". Eutique (archimandrita de Constantinopla) quiso mantener la formula de Cirilo sobre la unidad de la natura y se puso a difundir el monofisismo. El patriarca Flaviano le invit al snodo de Constantinopla (448) y se le propuso la formula cristolgica: "confesamos que Cristo es de dos naturas despus de la Encarnacin, en una hipstasis y en una persona". Eutique la rechaz y mantena "confieso que el Seor era de dos naturas antes de la unin, pero despus una sola natura". Por ello no acept la consubstancialidad de una y otra natura.

2. La definicin de fe de Calcedonia

Los elementos de esta definicin provienen de cuatro documentos anteriores: la segunda carta de Cirilo a Nestorio, el smbolo de unin de 433, la formula de Flaviano, y el Tomo de Len Magno.

a. El concilio acepta de nuevo todas las elaboraciones previas de la doctrina cristolgica:

El Hijo es "uno solo y el mismo" (Ireneo)

Este Hijo es verdaderamente Dios y verdaderamente hombre: verdad opuesta al gnosticismo y al docetismo.

Como hombre, es compuesto de alma racional y de cuerpo: rechaza errores del los arrianos y los apolinaristas.

Es consubstancial al Padre: "homousios" de Nicea.

Es consubstancial con nosotros: afirmacin contra Apolinarius y Eutique.

-Naci de la Virgen Mara Teotokos (Efeso). Renueva todo que se dijo sobre la unidad de Cristo.

b. El concilio afirma la dualidad de las naturas, dualidad que queda. Formula del concilio suprime la ambigedad "de dos naturas" con la expresin "in dos naturas", defiendo esta ltima. Insiste en esta dualidad: las dos naturas con sin confusin y sin cambio.

c. Por otro lado, el concilio afirma que las naturas son sin divisin sin separacin (Alejandra) y sobretodo declara que hay "una sola persona, una sola hipstasis" (palabras aadidas por el Papa Len). "Hipstasis" tiene un valor ms metafsico que "prsopon", y indica ms claramente que la unidad de persona es una unidad ontolgica.

H. Las dos voluntades: la controversia monotelita

1. Desarrollo del monotelismo:

El monotelismo naci de esfuerzos a reconciliar los monofisitas con los ortodoxos. Sergio, patriarca de Constantinopla, propuso el monoenergismo (en Cristo, despus de la unin de las naturas, hay una sola "energa" o operacin: la operacin tendrica). El error de monotelismo consiste en considerar solo la unidad de la persona en la operacin. Los monotelitas entendieron por voluntad el impulso que viene de la persona. No consideran la dualidad de voluntad y de operacin que deriva de la dualidad de las naturas.

2. Afirmaciones de las dos voluntades

El monotelismo se conden por el concilio del Laterano (Martn I en 649). Se repiti la condenacin y se hizo ms explcito en III Constantinopla (68081). Toma de nuevo los trminos de Calcedonia, luego afirma que en Cristo hay "dos voluntades naturales y dos operaciones naturales sin divisin, sin cambio, sin separacin, sin confusin. Declara que las dos voluntades no se oponen, porque la voluntad humana sigue sin resistir o oponerse, sometindose a la voluntad divina omnipotente.

I. Conclusiones sobre el perodo patrstico

Es el concilio de Calcedonia que ha anunciado en una formula de fe, los resultados de la elaboracin cristolgica de los primeros siglos. Ha reunido lo que los dos cristologas opuestas (Antioqua y Alejandra) tenan de bueno, indicando los puntos comunes: unidad de persona, dualidad de naturas. Fuera del camino del concilio de Calcedonia, no se puede elaborar una cristologa vlida. El punto de partida en cristologa es la unidad de persona y la dualidad de naturas.

As es intil buscar una unidad diversa de aquella de la unidad de persona: ni una unidad de habitacin de Dios en un hombre, ni una simple unidad de conciencia o de subconciencia pueden expresar de lo que era revelado sobre Cristo y su unidad. Hace falta constatar que en el pensamiento de los Padres que han redactado la formula, las dos naturas y la nica persona o hipstasis eran considerados concretamente: la nica persona es la del "solo y mismo" Jesucristo, y las dos naturas son de un lado su divinidad y del otro su humanidad, por medio de la cual en todo era semejante a nosotros. A Calcedonia no se imponen ni conceptos filosficos ni un sistema particular de pensamiento, sino ms bien la mejor manera de expresar lo que se encuentra concretamente en Cristo. Se trata de una traduccin del dato evanglico, porque los Padres siempre se refirieron a este dato fundamental.

PARTE IV

ONTOLOGIA DE LA ENCARNACION

Captulo 9

El acto de la encarnacin

El Concilio de Calcedonia no consider expresamente el dinamismo de la encarnacin aunque determin la estructura ontolgica que esclarece su sentido.

A. Encarnacin en la antigua alianza:

En el Antiguo Testamento hay una verdadera y propia encarnacin que implica la intervencin de Dios en la vida de la humanidad: Dios se empea en establecer relaciones, empea su pensamiento, su accin, su presencia en la tienda y despus en el templo. Un empeo total pensamiento, voluntad, actividades ofrecimiento permanente de la presencia, indicando en un modo particular la intencin de un regalo completo del ser.

Todava este empeo se diferencia esencialmente de aquel de la Nueva Alianza porque no es todava personal, como ser en el Hijo. En el Antiguo Testamento no se revela Dios en su misterio trinitario; se manifiesta slo en su unidad. Las actitudes personales son atribuidos globalmente, sin distincin de personas.

La paternidad caracteriza Dios, no propiamente la persona divina del Padre. En la revelacin judaica, Dios tena escondido lo que haba de ms profundo en su esencia: el misterio de las tres personas. La distincin comienza en la narracin de la anunciaci