BertaMartín

Vocación de compromiso

social

Corvera Ejemplar

Corvera Ejemplar 2014

erta Martín es incapaz de no sonreír en cada frase que pronuncia, lo hace incluso con los ojos. A sus 82 años recién Bcumplidos, conserva en la mirada la ilusión de una

juventud imperecedera y transmite la quietud de quién se sabe querida. No en vano, durante toda su vida se ha empeñado en ayudar a los demás y es precisamente su generosidad la que la ha llevado a ser reconocida como Corverana Ejemplar 2014.

“Siempre he querido ayudar a los demás, no sabría muy bien explicarlo y soy incapaz de no dar limosna al pobre”

Corvera Ejemplar

Corvera Ejemplar 2014

Criada con sus abuelos en San Martín de Laspra, en Castrillón, le gusta recordar que procede de la familia de Alvaré. Recaló en Corvera cumplidos los 21 años, cuando se casó con Marcelino González “que era de La Torre, junto a la Luz”, puntualiza. Entonces comenzó a vivir en La Tejera, a pocos metros de donde todavía hoy reside: “Todo eran campos y huertas, no se veían edificios como ahora y no había nadie más en la finca. La verdad es que si he de ser sincera se me hizo un poco difícil, pero me fui adaptando”, recuerda. Ahora es una corverana orgullosa de serlo, profundamente involucrada en la vida vecinal y que ha hecho de su hogar un lugar de bienvenida para todos sus convecinos.

Su carácter está forjado por el trabajo, su entrega a los demás y un profundo sentimiento cristiano. Para ella, sus creencias religiosas son más que una declaración de intenciones, son una forma de vida. Por ello, entre otras muchas cosas, preside la delegación de Cáritas en Corvera. “Siempre he querido ayudar a los demás, no sabría muy bien explicarlo y soy incapaz de no dar limosna al pobre”, cuenta.

Su trabajo al frente de esta organización católica le lleva de casa en casa pidiendo para otros, sin temor al rechazo, aunque lamenta que cada vez la gente “es menos solidaria, escucha menos y no le interesan los problemas de los demás”. Asegura con tristeza que son malos tiempos para los necesitados: “Son muchas las personas que ni te abren la puerta, no quieren saber nada, haces el esfuerzo de ir a las casas, a veces subiendo un

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“El Ayuntamiento nos ayuda mucho. Antes recibíamos 1.500 euros, y ahora nos da cada año 15:000 euros para luchar contra la pobreza, y también nos dio otros 35.000 para el banco de Alimentos. Aún así, todo lo que hagamos es poco. Me acuesto todas las noches pensando que puedo hacer más.”

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montón de escaleras,- lo que no es fácil para gente mayor como nosotros- y te contestan los perros”.

Pese a la situación, ella no ceja en su empeño y desde hace tres años trata de recaudar dinero de manera infatigable: “Soy la pedigüeña del pueblo”, comenta con humor, un humor que se transforma en seriedad cuando explica que “tenemos una treintena de socios –a los que estoy muy agradecida-, pero hay 56 personas que acuden a Cáritas habitualmente. El Ayuntamiento nos ayuda mucho. Antes recibíamos 1.500 euros y ahora nos da cada año 15.000 euros para luchar contra la pobreza, y también nos dio otros 35.000 para el Banco de Alimentos. Aún así, todo lo que hagamos es poco. Me acuesto todas las noches pensando qué puedo hacer”. Esta necesidad la ha llevado a reinventar nuevas fórmulas de recaudación, encontrando una en la que combina la labor altruista con otra de sus grandes pasiones, el teatro.

Así, lleva dos años organizando e interpretando papeles en obras de teatro que hacen en El Llar y la entrada se transforma en donativos para Cáritas. “Antes hacíamos teatro para entretener a las abuelas de Las Vegas y se nos ocurrió que podíamos retomarlo como forma de recaudar fondos para Cáritas”. Y dicho y hecho. Ella, junto a sus amigas Esperanza y Ursulina, encabezan actualmente el cartel de este peculiar escenario solidario: “Vamos recuperando actores poco a poco”, dice, añadiendo que siempre eligen obras de teatro costumbrista porque le gusta “que la gente se lo pase bien y si puede ser, que se ría”.

Berta Martín combina innumerables experiencias en su larga trayectoria como vecina de Corvera, siempre con el denominador común de sus profundas creencias religiosas. Por ello también es catequista desde hace muchos años, actividad que comenzó de la mano de sus amigas “Lines y Fifi”, puntualiza. El trabajo con los niños es otra de sus vocaciones. De hecho, durante años fue “cuidadora y profesora sin título”, siendo responsable de medio centenar de pequeños alumnos que atendía en la guardería que

Corvera Ejemplar 2014

Infatigable, generosa y cercana, Berta ha construido un mundo en el que siempre se ha de tender la mano al prójimo, y ha tratado de inculcar estas máximas a cuántos la rodean

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puso en marcha en su propia casa de Las Vegas. Así, son muchos los corveranos y corveranas en cuya educación Berta puso su granito de arena y, por ello, es también muy conocida y apreciada en el municipio.

También ha sido voluntaria dando cenas a los necesitados de municipios limítrofes como Avilés. Sin embargo, fue un proyecto personal el que –junto a su labor en Cáritas- la han hecho popular dentro y fuera de Corvera. Durante 55 años, junto a su familia, instaló en la planta baja de su casa un enorme Belén que ocupaba una superficie de 16 metros cuadrados. Con él, su hogar se convertía cada Navidad en un lugar de encuentro para decenas de creyentes y curiosos, siendo visitado por belenistas de otras localidades asturianas como Mieres o Gijón.

En este Belén, que recuerda no sin cierta de nostalgia, Berta volcaba su parte más creativa. Y es que otra de las virtudes que la caracterizan es su facilidad para los trabajos manuales, algo que ha heredado su hija Begoña y su nieta María, esta última diseñadora de ropa para niñas. De hecho, años atrás, Berta también tejió prendas infantiles para una tienda avilesina y mantiene su afición por los bolillos, la malla o el ganchillo.

Infatigable, generosa y cercana, Berta ha construido un mundo en el que siempre se ha de tender la mano al prójimo, y ha tratado de inculcar estas máximas a cuántos la rodean. También lo ha hecho con su otro hijo, Juan Carlos, sus otras nietas, -las mellizas Sara y Enma-, y seguramente lo hará con su biznieto Pablo, que aún no ha cumplido el año. Todos ellos se sienten orgullosos de cuánto han aprendido de esta mujer, que no deja tras de sí más que buenas intenciones y un largo listado de actos generosos.