Cortesía y Cultura Traducir La (Des)Cortesía

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    CORTESA Y CULTURA:TRADUCIR LA (DES)CORTESA

    Politeness and Culture: Translating (Im)Politeness

    Alexandra lvarez Muro

    Universidad de Los AndesDepartamento de LingsticaAvenida Las Amricas, Sector La Liria, Edificio AMrida, VenezuelaTelf.: (58 274) 240 18 [email protected]

    RESUMEN

    La descortesa es el resultado de un incidente que daa la cara del interlocutor y

    la propia. En esto coinciden a grandes rasgos los autores que han tratado el tema(Brown y Levinson, 1987; Culpeper et al., 2003; Haverkate, 1994). Ahora bien, cuandoel emisor y el interlocutor pertenecen a naciones distintas con lenguas diferentes, seimpone la traduccin de los discursos que subyacen ya sea a los textos orales oescritos, o bien a las actitudes y comportamientos, para evitar conflictos ymalentendidos. Es el caso de los incidentes entre jefes de Estado donde setransgreden las normas, o se malinterpretan los hechos. Este trabajo analiza lasdificultades de la traduccin e interpretacin en asuntos relativos a la (des)cortesa

    desde el punto de vista del ofensor y de la vctima de la ofensa.

    Palabras clave: cortesa, interculturalidad, traduccin.

    ABSTRACT

    (Im)politeness is the result of an incident damaging the face both of the interlocutoras well as the own. Authors dealing with this issue (Brown & Levinson, 1987; Culpeperet al., 2003; Haverkate, 1994) coincide broadly in this idea. Now, when speaker andhearer belong to different nations and different languages, translation of discourses

    Ncleo 27, 2010 pp. 11 - 48 11

    ANLISISD

    ELDISCURSO

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    underlying oral or written texts, as well as attitudes and behaviours, becomesnecessary in order to avoid conflicts and misunderstandings. This is the case ofincidents between heads of state where norms are contravened, or facts are

    misinterpreted. This study focuses on the difficulties of interpreting (im)politenessissues from the point of view of both the offender and the offended.

    Key words: politeness, interculturality, translation.

    Politesse et culture : traduire la politesse / impolitesse

    RSUM

    Limpolitesse est le rsultat dun incident qui fait du mal celui qui parle et soninterlocuteur. Les auteurs qui ont abord la question (Brown et Levinson, 1987 ;Culpeper et al., 2003 ; Haverkate, 1994) semblent tre daccord sur cette affirma-tion. Cependant, quand les interlocuteurs appartiennent des pays diffrents o lonparle des langues diffrentes, il faut traduire les discours sous-jacents aux messagesoraux et crits et aux attitudes et comportements pour viter les conflits et lesmalentendus. Cest le cas des incidents entre les chefs dtat lorsque les rgles sontenfreintes ou les faits sont mal interprts. Dans cet ar ticle, il sagit dune analyse desdifficults lies la traduction et l'interprtation en ce qui concerne la politesse /impolitesse du point de vue de celui qui offense et de la victime des offenses.

    Mots cls : politesse, interculturalit, traduction.

    Cortesia e cultura: a traduo da (des)cortesia

    RESUMO

    A descortesia o resultado de um incidente que prejudica o rosto dointerlocutor. Os autores que abordaram o tema (Brown e Levinson, 1987; Culpeperet al., 2003; Haverkate, 1994) concordam nesse ponto. No entanto, quando oemitente e o interlocutor pertencem a diferentes pases com lnguas diferentes,

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    torna-se necessrio traduzir os discursos subjacentes, quer que sejam textos oraisou escritos, quer sejam atitudes e comportamentos, para evitar conflitos e mal-entendidos. Estes incidentes podem acontecer nos discursos entre chefes de Estado,

    se as regras so quebradas ou se os fatos so interpretados incorretamente. Esteartigo apresenta as dificuldades de traduo e interpretao em assuntos referentes (des)cortesia a partir do ponto de vista do agressor e da vtima da ofensa.

    Palavras chave: cortesia, interculturalidade, traduo.

    Recibido: 25/10/10Aceptado: 14/11/10

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    1. INTRODUCCIN

    Traduttore, traditore1, dice la tan conocida expresin en el mundo de la traslacin,y algunas de estas traiciones suceden en el campo de la cortesa. Incluso en unamisma lengua se pueden producir incomprensiones en este terreno, como cuandohace mucho tiempo le pregunt en mi mayor nivel de cortesa venezolana a unuruguayo Seras capaz de apagar la cocina? Mi pedido gener un disgusto mayorporque la fuerza ilocutiva de mi pregunta no fue interpretada como pedido corts,

    sino que se entendi la expresin literalmente, lo cual sugera dudas acerca de la sucapacidad para llevar a cabo una tarea domstica cotidiana. Pero las incomprensionessurgen quizs aun con mayor frecuencia en individuos con lenguas diferentes. En unanovela reciente, Die Vermessung der Welt, Daniel Kehlmann (2005) relata laincomodidad de los guas andinos cuando Humboldt se niega a ser llevado a cuestaspor las montaas, por razones de dignidad. El relato es el siguiente: Normalmenteuno iba llevado por cargadores, pero el Barn de Humboldt se neg a ello. Por ladignidad humana. Los cargadores se ofendieron tanto que casi les caen a golpes(p. 165)2. Evidentemente que hay un malentendido. Humboldt no se siente cmodocon el hecho de ser servido a tal extremo de no pisar el suelo con sus propios pies.Le parece poco digno porque l est acostumbrado a moverse por s mismo y haenfrentado serios peligros en su viaje por las regiones equinocciales. Los guas, porel contrario, entienden que hay no solamente que mostrarles la cima a los viajeros(Bonpland incluido) sino cargarlos hasta all; es su razn de ser.

    Ahora bien, detengmonos un poco en las razones por las que estos incidentes

    se producen. En primer lugar, concebimos conflictos como estos como problemasde traduccin, entendiendo este concepto de manera amplia, no solamente comola expresin en una lengua de lo que se escribe o expresa en otra, sino como laexplicacin e interpretacin de textos, ya sean estos lingsticos o no, como laconversin del entramado de significados de un grupo al tejido cultural del otro; enfin, como el traslado de los usos o realizaciones de un sistema de significados a otro.

    1

    Traductor, traidor.2 Original en alemn: Normalerweise wurde man von Trgern geschleppt, aber Baron Humboldt habees verweigert. Der Menschenwrde wegen. Die Trger seien so beleidigt gewesen fast htten sie sieverprgelt.

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    Seguimos en este sentido a Martn Ruano (2001: 193), quien sostiene que en lasltimas tendencias tericas de los estudios de traduccin, la nocin de traduccin haido ensanchndose hasta configurarse como transferencia intercultural y trfico

    transfronterizo de discursos.As tambin se aborda este tipo de conflictos como problemas del uso, y lasconsideraciones pragmalingsticas que se dan tanto en lo transcultural (crosscultural),esto es, en la comparacin entre culturas, como en la interaccin entre miembrosde distintas culturas, en lo intercultural (Spencer-Oatey, 2008). No pretendemos aquprofundizar en la teora de la traslacin, sino presentar algunos ejemplos deincidentes reales producidos en este campo en el que ocurren conflictos entre lacortesa y la cultura.

    En segundo lugar, sugerimos que se trata de problemas de (des)cortesa,entendida esta como un sistema de comportamiento verbal o no verbal, de baseuniversal en tanto que sistema abstracto, pero con realizaciones regionalesparticulares. Es pertinente citar en este punto a Kerbrat-Orecchioni (2004), quiendefine la cortesa como un sistema universal, puesto que en todas las sociedadeshumanas se constata la existencia de comportamientos de urbanidad que permitenmantener un mnimo de armona entre los interactuantes, a pesar de los riesgos deconflictos inherentes a toda interaccin (p. 39), pero en el que, por otra parte, seentiende que la cortesa no es universal en la medida en que sus formas, y suscondiciones de aplicacin [] varan sensiblemente de una sociedad a otra (p. 40).

    Este trabajo aborda algunos problemas interculturales en la produccin/inter-pretacin de estrategias verbales y no verbales de (des)cortesa, haciendo especialnfasis en los ocurridos entre jefes de estado. En la primera parte, revisamos algunosantecedentes, en la segunda abordamos algunos aspectos de la relacin entrecortesa, imagen e interculturalidad; en la tercera parte esbozamos el marco terico-

    metodolgico; la cuarta parte est dedicada al anlisis y, finalmente, concluimos conalgunas observaciones sobre el tema tratado.

    2. PROBLEMA Y ANTECEDENTES

    Los antecedentes de este trabajo se encuentran en los estudios relacionadoscon incidentes internacionales producidos entre mandatarios en ejercicio, ya searelativos a los conflictos en s mismos (Bolvar, 2008, 2009) o bien por la distintatraduccin y/o valoracin que se ha hecho de su alcance (lvarez y Schreier, enprensa; Schreiber, 2009).

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    Bolvar (2008) trata sobre el intercambio de insultos entre presidentes y/o jefesde estado. Segn la autora, con la palabra ofensiva se realiza un trabajo ideolgicocuyo propsito es el de legitimar o deslegitimar a los opositores y afianzar identidades

    culturales. A travs del estudio de un conflicto verbal ocurrido entre Chvez,presidente de Venezuela, y Fox, presidente de Mxico, en 2005, la autora examina dequ manera se evaluaron las palabras ofensivas y describe la forma que toma eldilogo a travs de la prensa. Lo importante de este artculo es que la evaluacin estomada como categora central, lo cual permite conocer el valor asignado a laspalabras; asimismo, en que considera las motivaciones ideolgicas, morales yculturales del insulto.

    Por su parte, Bolvar (2009) analiza el alcance poltico de la frase Por qu no

    te callas? espetada por el rey de Espaa a Chvez en una reunin internacional. Laautora sostiene que, aun cuando el foco de inters estuvo en la frase del monarca,quien logr llamar la atencin fue el presidente venezolano, pues emple recursospopulistas propios de la estrategia comunicacional de la revolucin bolivariana.Bolvar estudia tanto las razones del impacto como las estrategias de Chvez parallamar la atencin.

    Si bien se han realizado valiosos trabajos sobre el discurso poltico venezolano,y en particular sobre los insultos entre mandatarios, se ha prestado poca atencin alos aspectos interculturales de estos incidentes. Revisemos primero la relacin entrecortesa, interculturalidad e imagen social.

    3. CORTESA, INTERCULTURALIDAD E IMAGEN SOCIAL

    Para definirla brevemente, podemos decir que la cortesa es un sistema decomunicacin que sirve para mantener el equilibrio social, abrir espacios

    comunicativos y evitar conflictos. Algunos investigadores enfatizan su papel en cuantoa la suavidad de la comunicacin, por ejemplo Ide (1989: 228): I define linguisticpoliteness as the language usage associated with smooth communication3, o bien en elequilibrio social y las relaciones amistosas (Leech, 1983: 82), mientras que otroshacen nfasis en la necesidad de minimizar el riesgo de producir conflictos oconfrontacin (Lakoff, 1973: 102). Brown y Levinson (1987: 1) lo entienden de estamanera: Politeness, like formal diplomatic protocol... presupposes that potential for

    3Traduccin: Defino la cortesa lingstica como el uso del lenguaje asociado a una comunicacinfluida.

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    aggression as it seeks to disarm it and makes possible communication between evenpotentially aggressive parties.4

    En cuanto a las diferencias interculturales, ha habido variados estudios relativos

    a los distintos modos de realizar la cortesa segn los pases, tales como los de Bravo(2004, 2010), Dimitrescu (2004, 2005), Garca (2003), Haverkate (1994, 2004), Held(1995); o en los que se estudian incidentes producidos por las diversas valoracionesde la imagen (Spencer-Oatey, 2008)5.

    Ahora bien, dnde est ese peligro que pone en juego la fluidez de lacomunicacin, especialmente en lo intercultural? Como sabemos, Brown y Levinson(1987) fundamentan su teora en el concepto de imagen basndose en la idea deface de Goffman (1967), como un guin tejido entre los participantes en el que

    ambos buscan construir favorablemente la imagen de su interlocutor. Por ello quecada encuentro representa una amenaza a la imagen, puesto que la presentacin des mismo es un proceso social que no depende de nosotros; Lenfer, cest les autres6,como lo expresa Sartre en Huis Clos. Ms an si las distintas sociedades dan mayorpeso a una de las dos caras de la imagen. Cabe recordar que, sin embargo, imageny cortesa no son lo mismo, puesto que la primera sobrepasa ampliamente a lasegunda. La imagen que debe presentar un poltico para las elecciones presidencialesdebe estar relacionada con su liderazgo, su inteligencia, su patriotismo, su honradez,pero su manejo de la cortesa puede ser irrelevante para estos fines. Bravo (2003:101) hace nfasis en que si digo que una persona es sincera, realizo una actividad deimagen pero no de cortesa.

    Como se ha dicho repetidamente, la imagen se compone de dos caras(Goffman, 1967): la positiva, conformada grosso modo por nuestro afn deaprobacin y de que se compartan los propios deseos, opiniones y caractersticaspersonales, y la negativa como aspiracin de tener libertad de accin y de que se

    respete nuestro territorio. De ah que Brown y Levinson (1987) hablen de cor tesapositiva y negativa, donde cada una responde a las caras de Goffman. Paralelamentea esta visin, ya tradicional, Bravo ha propuesto dos conceptos vacos para lacomprensin de la imagen, que pueden ser tiles en el anlisis de sistemas de cortesadiferentes al sistema norteamericano. Estas son las imgenes de autonoma y afiliacin,

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    4 Traduccin: La cortesa, as como el protocolo diplomtico formal, presupone ese potencial

    para la agresin y busca desarmarlo, lo que facilita la comunicacin aun entre partespotencialmente agresivas.

    5 Estas referencias son apenas algunos de los numerosos trabajos sobre el tema.6 Traduccin: El infierno son los dems.

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    y se supone que los seres humanos se mueven entre ambas aspiraciones. As, laimagen de autonoma abarca todos aquellos comportamientos que estnrelacionados con cmo una persona desea ser vista por los dems como individuo

    con un contorno propio dentro del grupo (2003: 106). Por su parte, la imagen deafiliacin agrupa aquellos comportamientos en los cuales se refleja cmo unapersona desea verse y ser vista por los dems en cuanto a aquellas caractersticasque la identifican con el grupo (2003: 106). Es en el equilibrio de las imgenes deautonoma y afiliacin donde radicara la armona social que perseguimos.

    En medio del peligro que representa la confrontacin social, nos sentimosmucho ms protegidos si quienes nos sirven de espejo porque nos evalan yen cierta forma nos reflejan nuestra imagen son gentes con quienes compartimos

    el conocimiento del mundo y de la sociedad que nos rodea, gentes que per tenecena nuestro entorno. Como en crculos concntricos, la familia, los conocidos, losmiembros de las asociaciones a las que pertenecemos, nuestros conciudadanos yfinalmente nuestros compatriotas sern aquellos con los que, en situacionesnormales, nos entendamos mejor. Las distintas sociedades valoran ideales diferentesde la imagen, lo cual incide tambin en la cortesa. As Haverkate (1994, 2004) hamostrado cmo la sociedad espaola tiende hacia la cortesa positiva, mientras laholandesa tiende hacia la cortesa negativa. Por su parte, Bravo (2003: 100) sostieneque algunas sociedades valoran la imagen de autonoma, mientras otras valoran msla imagen de afiliacin.

    En general, podramos decir que las sociedades latinas, aunque con grandesdiferencias entre ellas, tienden a valorar la afiliacin, mientras que sociedades comola estadounidense y la alemana prefieren la autonoma (Bravo, 2003; Garca, 1989,1991, 1992; Haverkate, 2004). Pero en Latinoamrica tambin hay diferencias. Enefecto, las regiones caribeas muestran ms tendencia a la afiliacin que otras

    regiones de Amrica Latina, como se ha mostrado en numerosas investigaciones(Bolvar y lvarez, 2004). Me refiero, claro est, a la expresin de los sentimientos yno a los sentimientos mismos. Esto ha sido ampliamente estudiado por Garca (2002,2003) en diversos actos de habla, como solicitudes de servicio y reprimendas,encontrando que los venezolanos emplean estrategias de cortesa solidaria y que, engeneral, las mujeres ms que los hombres prefieren las estrategias solidarias al hacerreprimendas. Asimismo, se ha sealado la importancia de la cortesa positiva para losvenezolanos en contextos naturales como hoteles y aulas de clase (Muoz deCabezas, 2001, 2005).

    En el relato sobre mi amigo uruguayo, es posible que mi pregunta sobre laposibilidad de apagar la cocina menoscabara su imagen positiva, puesto que poda

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    poner en entredicho sus capacidades tcnicas. Por el contrario, mi intencin habasido respetar su tiempo, por ende su territorio, y no entrometerme en sus planesinmediatos. En el caso de Humboldt y de sus guas andinos, resulta evidente que la

    imagen de autonoma en el Barn alemn prevalece, en el sentido de que estconvencido de poder hacer las cosas por s solo y no requerir de la ayuda de losdems. Este rasgo no es solamente propio de la cultura alemana que favorece laautonoma y la privacidad (cf. Contreras Fernndez, 2004), sino muy especialmente,segn Kehlmann, el autor de la novela, quizs de la personalidad de Humboldt, cuyaintrepidez y valenta en la bsqueda de sus logros cientficos eran inenarrables.

    Pero si se supone que la cortesa es un universal, como sostienen precisamentequienes la proponen como un escudo contra la agresin, por qu las diferencias

    regionales? Cabe recordar, en primer lugar, que lo que es universal es el sistema dela cortesa, como una especie de pacto social de no agresin a travs demanifestaciones de respeto o solidaridad7. Mucha de la discusin terica sobre la(des)cortesa se ha llevado a cabo en este sentido, puesto que la cortesa se hatenido como un universal pragmalingstico, con realizaciones culturalmentedependientes; as, se ha criticado el modelo de Brown y Levinson (1987) porconsiderarse universalista y etnocntrico, entendindose que las metas de losinterlocutores no son universales. Por ejemplo, se ha visto que tener libertad deaccin no es necesariamente un deseo universal sino que, tal como ocurre en lasociedad japonesa, los comportamientos de deferencia obedecen a la necesidad deocupar el lugar apropiado, manifestando respeto por la posicin social relativa ydando cuenta de la dependencia del individuo de su grupo social (Matsumoto, 1989).

    Segn Bravo (2003), las dificultades en este terreno surgen porque la imagenque se describe en el estudio de Brown y Levinson (1987) es la anhelada por lacultura inglesa. En segundo lugar, se originan precisamente en los distintos ideales de

    imagen que los seres humanos quieren dar de s mismos, fundamentados por suparte en la variacin de las costumbres, las creencias y los valores. La imagen, comoproducto social, tiene segn Goffman (1967) un origen discursivo porque se teje enla interaccin. As, formamos parte de un todo construido a partir de diferentesdiscursos que nos relacionan con el mundo material, el mental y el social (Fairclough,2003: 124). Formamos par te, en otras palabras, de una sociedad que tiene una forma

    7

    No concuerdo con Cepeda (2007) en que la cortesa favorezca la solidaridad y la descortesael poder. Creo que ambas estrategias forman parte del sistema de la (des)cortesa; ambas puedenusarse tcticamente ya sea para ensalzar o minimizar la imagen del otro. Sin embargo, estadiscusin sera objeto de otro trabajo.

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    de ver el mundo, una cultura y unos valores distintos de los de otras. Estos discursosno estn hechos necesariamente de palabras, pues nuestra relacin con el mundocomienza a existir, segn Fairclough, incluso antes de nuestro aprendizaje del lenguaje,

    y eso tiene que ver con la consciencia incorporada de s mismo que tenemos comoseres con sentido de continuidad (p. 160).En realidad puede decirse que la imagen, tanto personal como grupal, es una

    representacin mental que puede o no estar basada en elementos de la realidad,pero que en todo caso se construye a partir de los valores de una sociedad. Esoexplica, por ejemplo, cmo los hijos de alemanes en Chile puedan verse a s mismoscomo alemanes y considerarse inmersos en la cultura alemana cuando ya hanperdido el alemn como lengua materna y a veces ni siquiera lo comprenden

    (Mller, 2000).De ah los incidentes cuando nos enfrentamos a otra cultura. La cultura ejerce

    influencia en la percepcin, la valoracin y las actuaciones que hacen sus miembrosy los define como pertenecientes a esa sociedad (Thomas, 1996: 112). Es, comosostiene Geertz (2003), un contexto donde se producen y reproducen, donde seaprenden y se comprenden los significados de un grupo.

    Entendida como sistemas en interaccin de signos interpretables (que,ignorando las aceptaciones provinciales, yo llamara smbolos), la culturano es una entidad, algo a lo que puedan atribuirse de manera causalacontecimientos sociales, modos de conducta, instituciones o procesossociales; la cultura es un contexto dentro del cual pueden describirsetodos esos fenmenos de manera inteligible, es decir, densa (2003: 27).

    Las dificultades que se experimentan ocurren porque solo los miembros de un

    grupo, en tanto que conocedores de la cultura donde han crecido, tienen lacompetencia necesaria para moverse dentro de ella. De ah que Goodenough (1964:36) sostenga que cultura es lo que un forneo debe saber para operar como unmiembro de una sociedad, y haga hincapi en el hecho de que la cultura no es unfenmeno material sino que, siendo lo que la gente tiene que aprender fuera de suherencia biolgica, es, al final de todo, un producto del aprendizaje, es conocimientoen un sentido general aunque relativo del trmino.

    La cultura le proporciona al hombre su identidad y comprende una serie desistemas de comunicacin que le estn a disposicin. Briz (2003) acenta por ello elhecho de la relacin de la cortesa con la imagen grupal que forma parte de lanegociacin de la identidad que se da en la interlocucin. Este es un asunto complejo

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    en el que debe considerarse tambin la densidad de los lazos que mantiene elindividuo con su propio grupo o con el otro, y su deseo de identificarse con laspersonas en la medida en que participan de la ideologa del grupo al cual desean

    afiliarse. Tambin van Dijk (1998) sostiene en este particular que la fortaleza de laidentidad es algo que se reproduce en el mismo grupo, en las respuestas a laspreguntas fundamentales que nos hacemos sobre la vida personal y grupal; estas sereproducen (es decir, se ensean y repiten) en las actividades del grupo, sean estasencuentros sociales, interacciones simblicas u otras. Con ello se reproduce tambinla ideologa tanto de manera explcita como implcita (van Dijk, 1998: 155).

    La relacin de la cortesa con la imagen grupal es fundamental cuando hablamosde interculturalidad, porque precisamente se trata de la pertenencia a grupos

    diferentes con prcticas sociales diversas. De ah que las dificultades radiquen, por unlado, en entender la (des)cortesa como un sistema universal con realizacionesregionales diversas y, por el otro, como una prctica dialogal capaz de producirefectos en el interlocutor.

    4. METODOLOGA

    En este trabajo revisamos seis incidentes que involucran diferenciasinterculturales por tratarse de conflictos ocurridos entre personas de distintasculturas; todos, menos uno, involucran a jefes de estado y contravienen normassociales, de cortesa y de protocolo. Los episodios incluyen: un incidente menorocurrido en la catedral de Colonia, Alemania, con turistas uruguayos, otro con motivode una invitacin al presidente espaol Rodrguez Zapatero concerniente a lavariacin en los pronombres de tratamiento en la comunidad europea, el episodioentre el presidente venezolano Chvez y la canciller alemana Merkel en 2008, un

    incidente protocolar en la visita del presidente venezolano a la Reina Isabel deInglaterra, la recepcin por la prensa alemana del besamanos del presidente francsChirac y, finalmente, las dificultades de traduccin del espaol al alemn en elconocido episodio del Por qu no te callas? dirigido a Chvez por del rey deEspaa8.

    Estos incidentes fueron recogidos de los medios de comunicacin,fundamentalmente a travs de Internet, salvo el primero de ellos que se trat de su

    8 Agradezco a la Dra. Judith Schreier el haberme proporcionado los materiales para el estudio devarios de estos casos, adems de sus acer tados comentarios y observaciones.

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    narracin escrita por uno de los participantes. Otros, como el episodio entre Merkely Zapatero (2), el del abrazo a la reina (4) y el beso de Chirac (5), fueron extradosde la prensa escrita. El insulto a Merkel (3) se extrajo del programaAl Presidente y

    de las reacciones reflejadas en la prensa alemana; tambin apareci en You-Tube. ElPor qu no te callas? (6) fue ampliamente difundido en You-Tube y reseado porla prensa mundial; aqu bsicamente nos referimos al trabajo de Bolvar (2009) sobreel tema.

    Tomamos estos incidentes como textos, en el sentido de Halliday y Matthiessen(2004: 3), entendiendo texto como la realizacin del sistema lingstico: The termtext refers to any instance of language, in any medium, that makes sense to someonewho knows the language.9 El texto, en algn sentido, es producto de un proceso

    semitico (Greims y Courts, 1990: 126).En cuanto a la nocin de traduccin, la aplicamos de manera amplia como un

    trasvase discursivo de culturas diferentes. Tratamos solamente dos textos verbalesen el incidente Chvez-Merkel y en el Por qu no te callas? que quizs nofueron traducidos de manera completa, ni pragmticamente adecuada. En estesentido entendemos la traduccin como una mediacin intercultural y unatransferencia discursiva (Martn Ruano, 2001). Sin embargo, el foco de este trabajono est en la traduccin de textos escritos sino ms bien en la interculturalidad, lasdificultades de interpretacin y en la (des)cortesa.

    Para la evaluacin de los incidentes, recurrimos generalmente a la prensa localo a las declaraciones de los afectados en sus distintos niveles, dado que, segn Bravo(2010), hay que separar las premisas socioculturales de las propuestas del analista. Porello tambin intentamos mantenernos en lo posible imparciales en la evaluacin delos episodios.

    El estudio se basa en la teora de la cortesa (lvarez Muro, 2005; Blum-Kulka,

    1990; Brown y Levinson, 1987; Eelen, 2001; Haverkate, 1994; Kerbrat-Orecchioni,2004; Watts, 2003). Considero la (des)cortesa como un sistema semitico decomportamiento verbal y no verbal, que es marcado frente al comportamientopoltico o no poltico (Watts, 2003), en el sentido de que requiere de un esfuerzoadicional ms all de lo que se considera apropiado en una comunidad de habla;implica un trabajo de elaboracin de imagen y una intencionalidad. Sus estrategias,en tanto que trabajo de imagen, son el respeto del territorio del otro y elacercamiento afectivo al interlocutor, as como el enaltecimiento de la cara no solo

    9Traduccin: El trmino texto se refiere a cualquier instancia de una lengua, en cualquier medio,que tiene sentido para alguien que conoce esa lengua.

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    del receptor, sino tambin del emisor que se configura en el intercambio como unsujeto corts. Este sujeto se caracteriza, adems, por su conocimiento y su respetode las normas sociales y, sobre todo, de las de cortesa.

    Reitero la importancia de la distincin que hace Watts (2003) entre la cortesay el comportamiento poltico. Esto permite distinguir entre algunos comporta-mientos descor teses que son socialmente adecuados, como pedir a los hijos que no

    toquen la lechuga con las manos o que se vayan a dormir, sin que medien frmulasde cortesa. Asimismo, explica las quejas, peticiones y splicas a los superiores(lvarez et al., 2008) como actos socialmente apropiados pero en realidaddescorteses. Tambin permite tender un puente entre el comportamientopolticamente (in)correcto y el discurso poltico, que frecuentemente no sigue las

    normas de la (des)cortesa.Una forma ms ritualizada de la (des)cortesa es el protocolo, que se refiere a

    las reglas ceremoniales diplomticas establecidas por costumbre o por decretos oacuerdos vigentes entre los estados (Gonzlez, 1987). En este trabajo consideramosalgunos aspectos protocolares, dado que, como la mayora de los ejemplos son deincidentes ocurridos entre jefes de estado, se vulneran no solamente las normas decortesa sino las del protocolo de los pases, o de las conferencias internacionales.

    Ahora bien, un aspecto muy importante en la interpretacin de la cortesa essu recepcin. A partir de la crtica de Eelen (2001) de las limitaciones tericas debidasa la reduccin de los estudios de la (des)cortesa a la produccin, se ha tomadotambin en cuenta al receptor. El nfasis en la interpretacin es un elemento clavecuando hablamos de culturas distintas pues, aun cuando el emisor no tenga unaintencin aviesa, el receptor puede comprender el enunciado como descorts. Porello Cordisco (2005) habla de la descortesa como efecto, en el sentido en que loscomportamientos, verbales o no verbales, pueden percibirse como descorteses

    independientemente de las intenciones de los interlocutores por expectativas nosatisfechas, y refieren a las tensiones entre las imgenes del yo en relacin con elotro, o del yo consigo mismo. Los efectos de descortesa son, entonces, tambin lassecuelas producidas por un incidente en tanto que descaecimientos en la imagen delotro. En este trabajo seguimos esta propuesta.

    En este sentido hay que recalcar la importancia del interlocutor en la(des)cortesa, pues de su interpretacin de los hechos depende la trascendencia delos incidentes (Eelen, 2001; Jucker y Taavitsainen, 2000). Si la realizacin de la(des)cortesa est sobre todo en la interpretacin, es porque no se limita a lasemntica sino que se extiende a la pragmtica; de ah que se hable depragmalingstica. En cuanto a la interpretacin social del lenguaje, Briz (2003) seala

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    que si en los actos de habla puede verse la cortesa codificada, solo en la interacciny en unidades dialgicas puede observarse la cortesa interpretada, donde tambinse oponen la imagen social y la imagen individual. Segn Briz, la interpretacin de la

    actividad corts es cosa, al menos, de dos (2003: 26). Si esto es as, es comprensibleque en situaciones interculturales se incremente la probabilidad de los incidentes. Ladiversidad cultural se refleja en la imagen valorada por cada sociedad.

    Por ello, segn Jucker y Taavitsainen (2000), el insulto es tal si es considerado aspor su vctima. En el caso de los jefes de estado, que si bien son individuos,representan a un pas y por ende a una comunidad; la vctima es no solamente lapersona, sino tambin los ciudadanos que lo han elegido, las instituciones que hablanen nombre del estado, como los ministerios y la prensa. Esto nos permite considerar

    que, si bien la persona del jefe de estado puede no responder a un insulto, lo hacenen su lugar los voceros del gobierno o bien la prensa, como representantes del pasen pleno.

    Otra cosa es, sin embargo, lo que se ha llamado anticortesa (Zimmermann,2003), como comportamiento tambin intencional pero de alcance pblico porcontraposicin a la (des)cortesa que es un hecho de alcance individual y dirigidoen contra del sistema. En lvarez (2009) he sugerido extender este concepto aldiscurso poltico que se dirige a cambiar el estatus quo y a destruir el sistemaimperante. Ya Bolvar (2003) haba sostenido que la frecuencia y profusin de estosincidentes obedeca a intenciones ms precisas y a un mayor alcance discursivo.

    Las preguntas de investigacin que nos planteamos fueron las siguientes:Quse considera descorts?,qu imagen lesiona?,cmo la recibe el receptor?,cul es laintencin del emisor?,hay reparacin por parte del emisor?,hay desconocimiento de lasnormas?,hay inadecuacin al contexto?,se presentan dificultades de traduccin? Lascategoras de anlisis empleadas fueron tres: poder(empleado por los interlocutores),

    distancia (entendida como las diferencias interculturales) y peso de la ofensa (medidaen que fue considerada insultante).

    5. ANLISIS

    En lo que sigue analizaremos los seis incidentes antes mencionados. Estos tienenla particularidad comn de haberse producido entre personas de diferentes culturas,aunque su alcance no haya sido el mismo. Se trata, en todos los casos, de episodiosreales, reportados por sus protagonistas o tomados de la prensa internacional.

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    5.1 Los incidentes

    Incidente 1

    El primer incidente es quizs el ms tpico de los ejemplos de conflicto cultural.Se trata del conflicto generado por tres uruguayos que entran como turistas a lacatedral de Colonia, Alemania. Fue narrado por uno de los participantes en un librode memorias de la siguiente manera:

    No bien adentro quedamos paralizados junto a ella por la majestad dela nave y no cesbamos de mirar hacia lo alto. Uno de nosotros, no dir

    cul, lo haca con las manos en los bolsillos del pantaln, empujandohacia atrs el sobretodo mientras la bufanda le caa por ambos ladosdel cuello. De pronto un seor alemn, tambin de sobretodo, quevena saliendo de la catedral, comenz a vociferar en direccin anosotros casi ms con los gestos que haca con el mentn comosealando algo, que con la voz. Evidentemente, algo estbamoshaciendo mal que provocaba su tronituante iracundia. Luego de unossegundos muy tensos, camos en la cuenta de que la transgresin eranlas manos en los bolsillos dentro del espacio sagrado. No s ahora,pero ese tipo de sensibilidad hacia las buenas maneras a usar en unespacio ritualizado era ms bien improbable en los muy laicosciudadanos uruguayos. Y ms si eran de izquierda. Laicos, no avisadosde los rituales, pero respetuosos: no bien identificada la causa de laclera del seor, fue prestamente eliminada, con una inclinacin decabeza de disculpa y de sumisin a las costumbres vulneradas (Lpez

    Chirico, en preparacin10).

    El culpable de la descortesa no es consciente del agravio; hay distanciaintercultural porque no conocen las normas del otro grupo y no se conoce el idioma.En la cultura latinoamericana tener las manos en los bolsillos no es educado y quizsdenota insinceridad o inseguridad (Alayn, 2004). Carreo (2001: 72) sentencia queen pblico No est admitido llevar las manos ocultas en la parte del vestido que cubreel pecho, ni en las faltriqueras del pantaln; sin embargo, no generara una reaccin

    10 El ejemplo es cortesa del autor.

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    violenta y mucho menos un vocero, de lo que se desprende que el peso de la ofensafue cualitativa y cuantitativamente mayor que una simple falta de educacin. Nohaba diferencias de poder, puesto que se trataba de ciudadanos comunes, pero el

    problema estuvo en el contexto situacional, pues en el contexto formal de la catedralse considera ofensivo porque el entorno demanda un comportamiento respetuosopara la sociedad receptora. En descarga de los involucrados puede decirse que nohay intencin de ofender, pues el ofensor se saca las manos de los bolsillos alpercatarse del asunto con una inclinacin de cabeza de disculpa y de sumisin a lascostumbres vulneradas.

    Incidente 2

    En febrero de 2009, la canciller alemana Merkel y el primer ministro britnicoBrown extendieron sendas invitaciones al presidente espaol Rodrguez Zapateropara asistir a la reunin de Berln y a la cumbre del G-20 en Londres. Siguiendo lacostumbre espaola de eliminar las diferencias en una bsqueda de lademocratizacin del lenguaje, las cartas de invitacin de ambos mandatarios fuerondirigidas, por Merkel a Querido Jos, y por Brown a Querido Jos Luis, aparentementeen espaol como son citadas por la prensa, entre comillas11. La imagen de la culturaespaola que prevalece aqu es la imagen de afiliacin, es decir, el sentirse parte delgrupo, en vez de la imagen de autonoma, pero en Alemania este trato no sera elesperado. Si bien por parte de Brown el empleo del you ingls torna ambigua laforma de tratamiento, el empleo del nombre propio fue evidentemente unaestrategia de acercamiento. La mandataria alemana se pliega a la preferencia espaolaactual del tuteo y del empleo del nombre de pila, tambin en una estrategia deafiliacin. Hay una cesin del poder por parte de Brown y Merkel al plegarse a las

    normas del otro. Cabe sealar que en el gobierno de Zapatero es lo corriente entrelos ministros y con el presidente, lo que antes haca solamente el Rey de Espaa, ypodra entenderse como una estrategia poltica para connotar una apertura frenteal gobierno anterior. Por lo tanto no hubo ofensa para los espaoles. Es obvio que

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    11Segn las pginas Web consultadas, Brown promete a Zapatero que estar en contacto paradarte ms detalles del programa en un futuro prximo, y habla de la esposa de Zapatero

    como de Sonsales. Segn Brown, no habr un programa oficial para los cnyuges pero miesposa Sarah estara encantada de recibir a Sonsales, si viajara contigo. El ministro ingls sedespide deseando que Zapatero pueda participar en este importante acontecimiento yasegurando que ser un placer recibir te (Elmundo.es, 2009; Heraldo.es, 2009).

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    en el caso de la canciller no hay intencin de ser descorts hacia el presidente y nohay desconocimiento de las normas ni espaolas ni alemanas, que son opuestas,sobre todo en situaciones institucionales y oficiales; todo lo contrario, se busca reducir

    la distancia intercultural. Tambin en la Unin Europea parece construirse uncontexto singular, que es el de la diplomacia donde el tuteo parece ser la norma enlas reuniones oficiales, y el trato de Estimada Canciller de Alemania, Querida Angela, Sehrgeehrter Herr Ministerprsident, Lieber Jos Luis es lo habitual12.

    La crtica vino de parte de la prensa que, al citar textualmente las formas detratamiento, las pone en relieve. Asimismo, las normas de cortesa de Alemania entranen conflicto tanto con las espaolas como con las de la Unin Europea; por partede la canciller, parece ser tambin una estrategia poltica, pues ella emplea el

    pronombre t y el nombre de pilaJos Luis, que es una estrategia apropiada para elexogrupo pero no para el endogrupo, porque en Alemania el tuteo est restringidoa los amigos ntimos. Segn la versin online de Knigge (s/f), el rbitro de la cortesa,Todo adulto tiene en general el derecho de ser tratado de Usted. Esta es la regla,el t es la excepcin13. Los ciudadanos alemanes probablemente no hubierantuteado a un jefe de estado, y mucho menos lo llamaran por su nombre de pila, auncuando fuera el comportamiento comn en la lengua meta. Para la invitacin a lacumbre, se eligi al parecer la forma de tratamiento espaola corriente, el tuteo, obien una traduccin literal delyou ingls con el empleo en ambos casos del nombrede pila. Se puede entender, por lo tanto, que se hizo un amago de democratizacindel comportamiento en su versin espaola que es el uso generalizado del t y porlo tanto un intento de acomodacin hacia el invitado, Rodrguez Zapatero. En quradic la democratizacin que se buscaba? En que, en vez del cdigo de la cortesaque se supone un cdigo universal, lo que se hizo fue politic behaviour a la espaola.Se trat aJos Luis como si se fuera uno del grupo, valorando la imagen de afiliacin

    que suelen preferir los espaoles en su intimidad. El dilema aqu radica en laconveniencia de atenerse a las costumbres del otro si vulneran las propias.

    Incidente 3

    Se trata de un incidente ocurrido en 2008 entre el presidente venezolano y lacanciller alemana y divulgado por la prensa en general, pero particularmente por la

    12 Agradezco a la Dra. Judith Schreier esta informacin.13 Original en alemn: Jede volljhrige Person hat nach allgemeiner Auffassung ein Recht darauf mit

    Sie angesprochen zu werden. Dies ist die Regel, das Du demnach die Ausnahme.

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    prensa alemana como un insulto y una disculpa. El insulto fue doble: elpresidente Chvez declar que la canciller per teneca a la derecha de Hitler, lo cualconstituy un insulto ideolgico (a), y la mand a que se fuera quin sabe a dnde,

    lo cual constituy un insulto escatolgico (b). La prensa alemana consider elepisodio como insultante, lo mismo hizo la cancillera, aludiendo solamente alprimero de los insultos y manteniendo distancia; el Ministerio de RelacionesExteriores exigi parcamente respeto.

    El lector de las transcripciones y ar tculos de prensa relativos a ese incidente sequeda con la duda de si las partes en conflicto del lado alemn comprendieronrealmente lo que estaba sucediendo o si se dio por concluido un episodio sinanalizarlo cabalmente; si la reparacin sucedi felizmente en el sentido de Searle

    (1980); es decir, si la secuencia de actos, en este caso insulto reparacin, secomplet de una manera satisfactoria. En lvarez y Schreier (en prensa) y lvarez(2009) se estudi el episodio a partir de la transcripcin de la pgina oficial delprograma Al Presidente y de artculos de prensa en peridicos alemanes yvenezolanos14. Se lleg a la conclusin de que solo el insulto ideolgico (a) fueinterpretado como tal por el receptor. La enunciacin de Chvez fue seguida deuna reaccin de la cancillera alemana que muestra contencin, y una respuesta dela prensa.

    En este caso el poder era equivalente, los dos interlocutores eran jefes deestado. La distancia intercultural fue en el caso de este primer insulto (a) irrelevante,pues de lo que se trataba era del aspecto referencial de la traduccin, no del estilo.El peso de la ofensa fue mayor. Ahora bien, al insulto ideolgico sucede su reparacinen forma de una disculpa por par te de Chvez. Cabe sealar que la disculpa a esteinsulto no fue adecuada puesto que, a la vez que se eludi la responsabilidad delinsulto, el enunciado consisti en una explicacin que contena una queja, un acto de

    habla que la bibliografa sobre el tema15 considera tambin como descorts y quede ninguna manera completa la sucesin de actos de habla esperados en estos casos.Ofensa-disculpa constituye un binomio que debe completarse para cumplir con lafuncin de conciliacin que piden tanto la cortesa en la esfera privada como el

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    14 Erlich (2005) analiza los recursos lingsticos empleados por Chvez enAl Presidente y concluyeque los temas que introduce le permiten crear el contexto para distinguir a sus interlocutores.

    La autora evidencia la relacin de solidaridad que mantiene con unos interlocutores mientrasexcluye y desprecia a otros, y concluye que el funcionamiento pragmtico de las marcaslingsticas empleadas por el presidente contribuye a la polarizacin en el dilogo poltico del pas.

    15 Por ejemplo en lvarez et al. (2008); Daz Prez (2003).

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    discurso poltico y el protocolo en la esfera pblica. En esta oportunidad, esto no secumple del lado venezolano.

    Por parte de la cancillera alemana hubo un movimiento de conciliacin

    representado por la sonrisa de Angela Merkel en la foto del encuentro en Lima, en2008, entre ambos mandatarios. Esta sonrisa va dedicada no al mandatariovenezolano, a quien no mira, sino ms bien a su pblico, a su pas y al mundo. Coneste gesto afectivo ella evita un conflicto internacional. Sin embargo, la cancilleracomo institucin no acept la disculpa, pues no se procedi a invitar a Chvez aAlemania, como l inform a la prensa. El episodio se dio por concluido en loshechos, sin que se completara desde el punto de vista simblico.

    Pero, como dijimos anteriormente, el insulto fue doble, y los oyentes del Al

    Presidente pudieron comprender cabalmente la expresin Vaya usted seoracancillera, puesto que poco antes, en la misma alocucin, el presidente hababromeado con un periodista introduciendo un juego de palabras al cambiar loexpresado por aquel, por la base, con por lavarse16. El periodista haba seguido el

    juego del presidente y consecuentemente relacion su expresin por la base conuna alusin escatolgica a por la vaselina. El presidente ofrece sonriendo las clavesdel enunciado (la expresin ir a lavarse y el tratamiento de usted) a los presentes,lo cual evidencia la ofensa que profiere en seguida a la canciller (b). Adems de estasclaves, retoma su dilogo con el periodista con quien haba estado bromeando conla expresin arriba citada, Alberto Aranguibel, pidindole que completara el insulto(b) a la seora Merkel, se sobreentiende que en su pgina Web, Aporrea, dado quese trataba de una dama y l no poda decir ms nada en elAl Presidente. El discursodirecto y la repeticin retrica le confieren vitalidad al texto, porque introduce alparticipante como si estuviera presente en la situacin comunicativa: Vaya ustedseora cancillera...! Evidentemente que para el pblico venezolano haba quedado

    claro el insulto (b), tanto en lo lingstico como en lo cultural. En otras palabras, eneste segundo insulto, si bien se trataba del mismo contexto situacional, se produjouna distancia intercultural mayor puesto que el texto no poda ser comprendidosino por la audiencia inmediata y por los miembros de la comunidad de habla delemisor. El peso de la ofensa, paradjicamente, fue nulo de la parte alemana, aunqueen la prensa opositora hispanohablante se destac el episodio como vergonzante:El presidente venezolano estuvo a punto de lanzar ms improperios contra Merkel con

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    16 En Venezuela, refiere a la expresin lavarse ese palt, o lavarse ese culo, que es la par te delcuerpo cubierta habitualmente por el palt o chaqueta, sustituido metonmicamente.

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    un Seora cancillera, vaya usted..., pero agreg que, como es una dama, no iba a decirms nada17.

    El insulto escatolgico no fue ni traducido ni trasmitido por la prensa alemana.

    Es difcil saber cules fueron las razones de la ignorancia del insulto escatolgico porparte tanto del gobierno alemn como de la prensa. Es posible que el pblico alemnno lo hubiera comprendido porque en alemn no hay una expresin equivalente. Nopuede descartarse tampoco que el gobierno alemn hubiera preferido no entenderpara evitar un conflicto mayor.

    Este incidente puede considerarse como un ejemplo de anticortesa,extendiendo el concepto de Zimmermann (2003) originalmente relativo a losinsultos entre jvenes para englobar aquellos comportamientos que no solamente

    contravienen las normas sino que tienen como intencin ir contra el sistema. Laanticortesa trata de revertir un orden establecido y los valores imperantes, yreemplazarlos por otros; y se distingue de la descortesa no en las estrategias, quepueden ser compartidas, sino en que la descortesa se limita a la ofensa personal ya la destruccin de la cara individual del otro; la anticortesa en cambio funciona aun nivel macro y tiene la intencin de subvertir el sistema discursivo y social en elplano ideolgico. Podramos concluir, entonces, que la anticortesa pertenece aldiscurso poltico y no al discurso de la (des)cortesa. La anticortesa puede emplearestrategias descorteses que ofenden bsicamente al otro, que en el discurso polticoes una institucin, pero con fines que van ms all del trabajo de imagen para dirigirseal de las representaciones sociales.

    En el episodio de los insultos de Chvez a Merkel hay conocimiento de lasnormas, y tambin intencin de agredir. El contexto es informal, por ser populista elestilo del presidente, pero al tratarse de jefes de estado, se convierte en un contextoinstitucional. El problema lingstico est en la no traduccin del segundo de los

    insultos, lo cual hizo que no hubiera sido interpretado como tal.

    Incidente 4

    El presidente Chvez habra intentado abrazar a la Reina Isabel durante su visitaa Inglaterra; parece haber entrado con los brazos extendidos a saludarla, seguido delo cual ella habra dado dos pasos atrs. Se trata aqu de un incidente que

    17Como puede leerse en:http://www.elpais.com/articulo/internacional/Venezuela/asegura/declaracion/Merkel/altera/relacion/bilateral/elpepuint/20080514elpepuint_1/Tes

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    aparentemente no lleg a ocurrir, pero s a insinuarse; sin embargo, la prensa locomenta como dado, y se interpreta como dice el refrn popular venezolano, conla intencin basta. En este sentido, Botero (2005: 2) dice: ... en Inglaterra abraza y

    besa a la Reina Isabel. Quevedo (2009) lo narra as:

    Tambin estuvo el episodio con Hugo Chvez Segn el protocoloreal, explicado cuidadosamente a cada visitante, nadie puede tocar auna mujer como la reina; pero Chvez no le par a eso, en su primeragira triunfal a Europa, que dur semanas de jolgorio y derroche (ah, fuetan fastuosa, y eso que todava hablaba de vida frugal). Bien, cuando anuestro presidente lo presentaron a la reina, este abri los brazos como

    aspas de molino, pero la reina dio dos pasos atrs18. Estaba alertada lamujer por una llamada de la reina de Espaa, doa Sofa, quien debisoportar su abrazo campechanote (que hoy sabemos no es sincero)del mandatario venezolano. Fue un momento incmodo que gente dela embajada (todava Venezuela los tena, personal diplomtico, nogritones que chillan uh ah Chvez no se va) supo capear.

    Valencia (2009), por su parte, afirma:

    El presidente venezolano Hugo Chvez es, sin lugar a dudas, una de lasfiguras polticas ms reconocidas de Latinoamrica no solo por supostura de estadista poco ortodoxa desde sus comentariosenardecidos contra George W. Bush hasta un intento fallido por abrazara la Reina Isabel II19 sino tambin por su llamada RevolucinBolivariana, una agenda poltica que, segn l, se asemeja a los ideales

    de Simn Bolvar, uno de los militares y polticos ms simblicosdurante los aos 1800s y quien contribuy a la independencia de ungrupo de naciones suramericanas.

    Se trata en este caso de un incidente protocolar donde no mediaron palabras,pero que podemos tambin, como dijimos anteriormente, leer como un texto. Noparece probable que hubiera desconocimiento de las normas de la comunidad porparte del infractor. Es conocido que los ingleses no se besan al saludar pues el saludo

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    18 El nfasis es nuestro.19 El nfasis es nuestro.

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    cotidiano corts es dar la mano; por lo tanto, cualquier intento de un acercamientomayor era a todas luces inapropiado. En el contexto formal oficial ingls se hace unaligera reverencia a los reyes y se les da la mano si los miembros de la familia real as

    lo ofrecen20

    . Es de suponer que el presidente venezolano conoca el protocolo oficial,puesto que estas son materias que se revisan antes de cualquier encuentro, de modoque no haba distancia intercultural. Ahora bien, si lo conoca, se trataba entonces deconstruir su imagen como de estadista poco or todoxo, como afirma arriba Valencia.En todo caso, se prioriz la imagen personal-institucional por sobre el acatamientodel protocolo real; hubo una pulseada de poder de parte del emisor. Por lo tanto,podemos decir que el episodio fue intencional, aunque quizs sin nimo de ofender,que haba conocimiento de las normas de etiqueta, pero que evidentemente la

    accin era inadecuada al contexto situacional. El peso de la ofensa, si se hubiera dado,hubiera sido considerable, tratndose de una reina. Asimismo, hubiera habido sinduda una ofensa de gnero.

    Incidente 5

    Un incidente similar, tambin protocolar, fue el del besamanos del presidenteChirac. Los grupos generalmente estn muy atentos a los incidentes interculturalesy tienden a defender la imagen de sus miembros. Esto se vio cuando Jacques Chiracsalud a Angela Merkel con un beso en la mano durante el primer viaje a Franciade la canciller alemana, el 2 de enero de 2006. La prensa alemana critic la formacomo lo haba hecho, denunciando que el presidente francs no solamente se hababesado su propia mano, sino que no se haba doblegado como era debido, haciendonfasis en las normas del protocolo espaol, autoridad en el asunto.

    20 Curtsy/bowIt is up to those meeting The Queen, The Duke of Edinburgh and other members of the Royal Familyto choose whether or not they wish to bow/curtsy or simply shake hands.Description of a bow/curtsy for those who choose to make it:

    Men: a neck bow - just a little more than a nod of the head;Women: the right foot is placed behind the left heel, and the knees bent slightly.It is quite in order to shake hands if the opportunity presents itself and a member of the Royal Familyoffers to do so (Meeting the Queen and Members of the Royal Family, 2010).

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    Beso en la mano. Pero realmente hizo un fauxpas.

    El presidente Jaques Chirac salud a la canciller Merkel formalmente,pero le sopl su beso en la mano despus de haber colocado su

    propia mano sobre la de la canciller. O sea que se bes a s mismo.Pero ese no fue el nico error. En el ceremonial de saludo, queproviene del protocolo de la corte espaola, las reglas son estrictas. Elseor se dobla ligeramente hacia la mano de la dama y la levantasuavemente. El besamanos es simblico, no se toca nunca la mano conlos labios y estos no se ponen de punta21.

    En esta oportunidad, la prensa alemana defiende a su canciller del desliz del

    presidente francs con nimo de ridiculizarlo porque este emplea una forma desaludo muy formal que, sin embargo, no realiza bien; con ello tambin juega a larelacin entre los pases. Clairon (2006) se refiere ms bien a la sonrisa burlona deMerkel, sorprendida por el besamanos, pues aunque pudiera habrselo esperadopor parte de un seductor como Chirac, no era fcil recibirlo. Segn la crtica, lacanciller lo recibi bien y no le devolvi un golpe en la quijada22. En este caso hay

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    21 Original en alemn:Handkuss. Doch tatschlich beging er einen Fauxpas.Prsident Jacques Chirac begrte Kanzlerin Merkel formvollendet - hauchte ihr aber seinenHandkuss auf die Hand, nachdem er seine eigene Hand ber die der Kanzlerin gelegt hatte. ImGrunde galt der Handkuss also ihm.Doch das war nicht der einzige Fauxpas. Bei dem aus dem spanischen Hofprotokoll stammenden Be-

    grungszeremoniell sind die Regeln streng. Der Herr beugt sich leicht zur Hand der Dame und hebtdiese wiederum nur leicht an. Der Handkuss wird nur angedeutet, niemals die Hand mit den Lippen

    berhrt, und diese werden auch nicht gespitzt (VNR.de. Lebensberatung, 2006).22 Die Szene ist lang genug, um von den Medien gezeigt zu werden, der Handkuss war jedoch nurflchtig. Haben Sie Angela Merkels erhobene Hand und ihr Lcheln gesehen? Das ist kein aufgesetztesLcheln, sie scheint wirklich berrascht und amsiert ber diesen Handkuss. Fast sogar etwas spttisch.War sie darauf gefasst? Oder hat man den Handkuss nicht einstudiert, obwohl man doch damitrechnen musste, bei so einem Charmeur wie Jacques Chirac. Sie reagiert aber gut. Es ist nmlich garnicht einfach, einen Handkuss zu bekommen. Steht nicht im Bottin mondain, dem franzsischenPendant zum Knigge, dass man den Handkuss vermeiden sollte, wenn die Dame ihn nicht gewhntist, weil man ansonsten einen Kinnhaken riskiert? Tja, Angela Merkel hat Jacques Chiracs Kinn intakt

    gelassen (Clairon, 2006).(Traduccin: La escena dur lo suficiente como para ser mostrada por los medios; sin embargo,el beso en la mano fue fugaz. Vieron la mano levantada de Angela Merkel y su sonrisa? No fueuna sonrisa fingida; pareci realmente estar sorprendida y que este beso le caus gracia. Su

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    equivalencia en la variable poder y podra decirse que tambin en lo intercultural, sino fuera porque el besamanos parece haber pasado de moda. No hubo ofensa, msbien crticas jocosas de parte de la prensa alemana.

    Incidente 6

    Bolvar (2009) analiza el conflicto que ocurri cuando el rey de Espaa manda callar al presidente de Venezuela y determina los tipos de interrupcin posibles; aquharemos una breve mencin al incidente siguiendo este trabajo. Ninguno de losinterlocutores se porta de manera polticamente correcta y, segn la autora, Chvezlogra frenar el tema del discurso que era el respeto debido a los presidentes

    democrticos, desestabiliza el control discursivo y emocional, intensifica el conflictoy profundiza la polarizacin entre los pases latinoamericanos en s mismos y conEspaa. El peso de la ofensa fue mayor y fue utilizado polticamente por la vctima.

    Tal y como sostiene Bolvar (2009), el conflicto surge cuando en la XVII CumbreIberoamericana, el presidente venezolano Chvez interrumpe repetidamente aZapatero, el presidente espaol, mientras este reclamaba a Chvez el haber llamadofascista al expresidente Aznar. El rey de Espaa manda a callar a Chvez, pues norespeta las normas para la intervencin de los participantes. En el caso del rey, Bolvarsostiene que su primer intento de intervencin (T!) es sancionador, al igual quesu interrupcin con la frase Porqu no te callas?, que adems es descorts y msfuerte que la anterior porque se intensifica la sancin con a) un acto discursivo demandato, b) en un tono de voz alto, c) gestos de las manos que apuntan a Chvezy d) un acto pblico inusual en un monarca.

    Segn Bolvar (2009), no solo no se respetan normas tcitas de comporta-miento entre presidentes en la Cumbre (Chvez insiste en insultar a Aznar

    pblicamente y el rey lo manda a callar), tampoco se respetan las normas deprotocolo en el debate (Chvez no se dirige a la moderadora para pedir la palabra,

    toma la palabra sin que se la hayan concedido). Ahora bien, segn Bolvar, el usode t no correspondera al rol de rey de Espaa en una situacin formal, pues

    gesto fue hasta casi burln. Estuvo la canciller preparada para ello? O no se haba planteadoesta posibilidad?, aunque hubiera sido de esperar, con un seductor como Jacques Chirac. Pero

    reacciona bien. No es realmente nada fcil recibir un beso en la mano. No dice en el Bottinmondaine, equivalente francs del Knigge, que debe evitarse besar la mano de la dama que noest acostumbrada a ello, so riesgo de recibir un golpe en la quijada? Pues bien, Angela Merkeldej intacta la quijada de Jacques Chirac).

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    segn la autora, el tuteo coloca el enunciado en un plano de informalidad y en unarelacin de poder asimtrica con respeto a Chvez, convirtindolo en una orden.Tambin Schreiber (2009) pone en duda la cortesa del rey al emplear la segunda

    persona singular.En este episodio, me gustara, sin embargo, evaluar nuevamente dos temas: elprimero es el tuteo del rey. El uso de esta forma de tratamiento parece ser elcomportamiento habitual del monarca y quizs de todo el gobierno espaol, comovimos en el incidente 2 entre los personajes de la Unin Europea. Por lo tanto, noparece haber habido con el tuteo intencin de ofender, aunque s lo hubiera habidocon el mandato, aun indirecto por su forma interrogativa, en el sentido de que laemisin de una orden implica poder. En lo intercultural no hay distancia puesto que

    se trata de un escenario internacional donde todos conocen las normas.Pero s hay incomprensin por parte de la prensa internacional, de modo que

    el segundo de los temas es la deficiencia en la traduccin del episodio por la prensaalemana, quien no supo interpretar la pregunta como una orden. Segn Schreiber(2009), en la prensa alemana se tradujo literalmente como pregunta:

    (a) Warum hltst Du nicht den Mund? (www.sueddeutsche.de, 21/11/2007),

    o con modalizaciones como en(b) Warum hlst [sic!] Du nicht einfach den Mund? (www.focus.de, 11/11/2007).

    Con la modalizacin se pretenda subrayar que no se trataba de una pregunta sinode un mandato. Algunos periodistas lo expresaron personalmente as, como en:

    (c) Las palabras del rey generalmente afable y corts, aun frente a los cambiantes

    jefes de gobierno latinoamericanos Por qu no te callas?, que no fueron formuladas

    como pregunta sino como mandato, le merecieron el aplauso cerrado de sus

    connacionales23 (www.faz.net, 13/11/2007).

    Sacada de una pgina de Internet, Schreiber reporta la siguiente traduccin:

    (d) Por qu no te callas? orden el monarca al populista de izquierda. Literalmenteesto quiere decir Por qu no guardas silencio? En realidad, las palabras del rey lo que

    significan es Cierra de una vez el pico 24 (www.n-tv.de, 14/11/2007).

    Ncleo 27, 2010 35

    23 Original en alemn: Die nicht als Frage, sondern als Aufforderung formulierten Knigsworte Warumhltst du nicht den Mund haben dem leutseligen und gewhnlich auch gegenber schillernden la-teinamerikanischen Regierungschefs immer ausgesucht hflichen Juan Carlos den ziemlich

    geschlossenen Beifall seiner Landsleute eingetragen.24 Original en alemn: Por qu no te callas?, herrschte der Monarch den Linkspopulisten an. Wrtlichbersetzt heit dies: Warum schweigst du nicht? In Wirklichkeit aber bedeuteten die Worte desKnigs: Halt endlich mal die Klappe!

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    Schreiber seala que aqu se explica un acto de habla indirecto, una pregunta, atravs de un acto de habla directo, una orden. En espaol por qu no estconvencionalizado como orden, y una traduccin literal en alemn no es siempre

    adecuada y no siempre reconocible como mandato, porque en alemn una preguntano es necesariamente una exhortacin.Para resumir el anlisis anterior, podemos reunir el producto de la aplicacin de

    las categoras de investigacin en el siguiente cuadro:

    Cuadro 1Las categoras de anlisis

    Observamos en el cuadro anterior que el poder no fue un factor importanteen los incidentes; podra argumentarse que solamente se us en el caso 6, debido alempleo del mandato. En cuanto a la distancia intercultural, fue determinante en el

    incidente (1) de los turistas; en el (2) por la dificultad del empleo de las formas detratamiento adecuadas y en (3b) por la incomprensin del insulto escatolgico.Consideramos que, en el campo de la diplomacia, esta distancia se acorta con lamediacin del protocolo social. La mayora de los incidentes fueron importantes,salvo el (2) y el (5) que fueron nicamente objeto de la crtica burlona de la prensa.

    5.2 El agravio

    Veamos ahora estos incidentes en conjunto a la luz de las preguntas deinvestigacin:

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    INCIDENTE

    123a3b

    456

    PODEREMPLEADO

    ----

    --+

    DISTANCIAINTERCULTURAL

    ++-+

    ---

    PESODE LA OFENSA

    +-++

    +-+

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    1) Qu se considera descorts en cada caso?Lo que se considera descorts es distinto en los diversos casos. Los gestos y la

    postura fueron lo censurado en los turistas en la catedral y en el besamanos de

    Chirac; asimismo, fue el detonante de la alarma por el pretendido saludo de Chveza la reina.Lo que se considera descorts en los otros tres incidentes es el tuteo en el caso

    de la canciller al presidente, el insulto de Chvez a la canciller, el irrespeto de lasnormas protocolares de Chvez en la reunin internacional y el mandar a callar a unpresidente en el caso del rey, tambin en un mbito diplomtico.

    2) Qu imagen se lesiona?

    En los tres casos relativos a gestos se trat de la lesin al territorio, un irrespetotanto al lugar sagrado de la iglesia como a la imagen venerada de la Reina Isabel; enel beso a la canciller fall la correccin de la forma simblica, por lo que la imagenlesionada fue la del emisor.

    El tuteo de Merkel a Zapatero pone en entredicho ms la imagen de la hablanteque la de su interlocutor. En el insulto a la seora Merkel se lesiona no solo su imagenpositiva personal, sino tambin la de su cargo y de su pas, pero la imagen positivade Chvez no sale favorecida en este caso internacionalmente. En la orden del reya Chvez sale daada la imagen positiva del presidente porque pone en evidenciasu desacato a las normas diplomticas; sin embargo, el rey se muestra comodescorts, aunque entre sus seguidores polticos y entre los opositores a Chvez seconvierta en su hroe.

    3) Cmo se recibe?Las manos en los bolsillos fueron duramente criticadas por el interlocutor, que

    se ofusc porque un comportamiento incivil se llevara a cabo en un espacio sagradocomo era el de la catedral. El tuteo de la canciller fue hecho por amabilidad, perocriticado por la prensa regional. El insulto ideolgico (a) de Chvez fue acusado yconsiderado descorts por los alemanes del gobierno y de la prensa, y por la prensavenezolana de oposicin; pero el lado alemn no entendi el insulto escatolgico (b)o no quiso acusarlo. La reina dio dos pasos atrs cuando fue abordada por elpresidente Chvez, pero no hizo comentarios, aunque s los hizo la prensa mundial.La canciller no reaccion aparentemente al beso mal dado, pero la prensa alemanalo ridiculiz y lo censur. Chvez no reaccion en el momento al mandato del rey,sino que sigui hablando; lo hizo ms tarde en un Al Presidente; sin embargo, lacancillera venezolana protest.

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    4) Cul es la intencin del emisor?En la mayora de los casos tratados no hubo intencin de ofender, sino que el

    incidente fue causado por la incomprensin de lo intercultural. Solamente el insulto

    a Merkel por parte de Chvez fue intencional, posiblemente preparado, dado quese trataba de una alocucin presidencial cuyos temas son revisados antes. El mandatodel rey fue generado en el momento, y menos que intencin de ofender a Chvez,lo que parece haber habido fue la intencin de hacer respetar las normas de turnoen la conferencia, as como evitar que se siguiera ofendiendo la imagen del presidenteAznar y se permitiera su defensa por parte de Rodrguez Zapatero.

    5) Hay reparacin por parte del emisor?

    Es interesante ver que, en la mayora de los casos, no hay realmente una disculpa.Solo en el primero de ellos, el episodio de los turistas, stos se disculpan por mediode gestos. El episodio del insulto de Chvez a la canciller gener una disculpa que,en lvarez y Schreier (en prensa), se consider infeliz por no cumplir las normaspragmticas correspondientes; en todo caso fue una explicacin donde se culp ala vctima del hecho, con lo cual no se asumi su responsabilidad; la seora Merkelhizo un gesto de conciliacin. Sobre el beso de Chirac no se habl oficialmente. Enel Por qu no te callas? hubo conciliacin pero no disculpa: el rey le regal aChvez una franela impresa precisamente con la frase en cuestin.

    6) Hay conocimiento de las normas?Tratndose de episodios interculturales, esto es, entre personas de distintas

    culturas (Spencer-Oatey, 2008), se supone que habra desconocimiento de lasnormas; sin embargo, esto no ocurre sino en el episodio de los turistas. Quizstambin lo hubo en el incidente de Chirac, quien no supo llevar a cabo un beso en

    la mano de acuerdo con el protocolo. En todos los dems casos, por una razn uotra, se supone que los emisores conocan las normas de sus actos, as como lasnormas del otro pas.

    7) Hay inadecuacin al contexto?En todos los casos hay una mayor o menor inadecuacin al contexto. En especial

    se da esto en el episodio de los turistas. En el tuteo de la canciller no hayinadecuacin al contexto diplomtico inmediato en el que el tuteo es la norma, sinocon respecto a las normas habituales cotidianas de los pases afectados. El insulto seha convertido en la norma del discurso del presidente Chvez y es festejado por susaclitos, pero evidentemente que era extremamente inadecuado al contexto

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    diplomtico e internacional. Tambin el abrazo a la reina fue inadecuado tanto en loreferido al protocolo britnico como a las costumbres del pas. El beso de Chirac nofue inadecuado al contexto protocolar, aunque quizs anticuado desde el punto de

    vista de los tiempos y de las polticas de gnero. El mandato del rey a Chvez fueinadecuado al contexto diplomtico, como lo fue tambin el desacato de las normasde intervencin por parte del presidente venezolano.

    8) Se presentan dificultades de traduccin?Hay dificultades en la traduccin del texto del insulto de Chvez al alemn y

    tambin en la comprensin del insulto escatolgico. El resto de los episodios puedeinterpretarse como dificultades de traduccin cultural o situacional, porque no se

    entiende bien lo que significa el acto que causa el incidente en esos contextos, esdecir, que suponemos que las dificultades interculturales se presentan porque elextrao no conoce las normas de comportamiento en una determinada situacin,en la cultura extraa.

    Sera quizs ms cuidadoso el extrao si la situacin fuera completamentenueva, porque estara ms atento a las normas, pero si la situacin es conocida, oaparentemente conocida pero las normas culturalmente distintas, entonces elincidente tiene mayores probabilidades de suceder. Creemos que es vlida laafirmacin de Bravo (2010) en este sentido, de que las premisas socioculturales sonindispensables para el estudio de la cortesa en sus espacios naturales; por ello la(des)cortesa depende de una amplia conjuncin de factores de orden contextual.

    6. A MODO DE CONCLUSIN

    Cuando hablamos de cortesa hablamos de una especie de juego que tiene

    ciertas reglas; si se saben las reglas, puede jugarse. Lograr una comunicacin fluidasolo ser posible si los jugadores estn conscientes de que el juego ha comenzado.A nuestro modo de ver, la cortesa es una comunicacin lograda; en otras palabras,se produce no solamente por una accin del emisor, sino que se trata de unproceso recproco en el que el receptor de la comunicacin participa activamente(lvarez Muro, 2005). De ah que sea tan importante el llamado efecto dedescortesa (Cordisco, 2005), pues la evaluacin del enunciado o del gestodepende, en ltima instancia, de la percepcin que de este haya tenido el receptor.

    Las prcticas verbales y gestuales nos posicionan como participantes en loseventos comunicativos, pero siguiendo a Fairclough (2003), sugerimos que a travsde estas conductas construimos una imagen de nosotros mismos y de lo que

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    queremos proyectar, y en el caso de los mandatarios, del mensaje que enviamosal mundo.

    No creemos que haya que conservar la cortesa en sus valores tradicionales, ni

    optar por un comportamiento corts cuando la situacin no lo amerita, pues laglobalizacin produce, sin duda, cambios en las formas de comportarse las gentes ysus gobiernos. Pero sabemos que la identidad de grupo se define tambin entrminos de las prcticas sociales, los acontecimientos histricos, los smbolos y lasprcticas, como las de la cortesa y el protocolo. De ah que los medios pongan lalupa sobre estos detalles.

    De ah tambin la relevancia de la traduccin. En estos casos se da unatraduccin cultural o incluso una traduccin situacional, porque se trata no solamente

    de la traduccin o traslacin de una frase a otra, sino del hecho de transportar unaidea de un mundo de pensamientos a otro. Los medios tienen en este sentido unrol central en la traslacin apropiada de este tipo de incidentes. El traductor es elvehculo que interpreta o le da un sentido, para que lo reciba casi simultneamenteen el mundo global el receptor de la noticia. Es tambin un evaluador, a veces agudoe ingenioso, de los eventos polticos.

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    ALEXANDRA LVAREZ MUROEs profesora titular jubilada de la Universidad de Los Andes (ULA), Venezuela. Segradu de Licenciada en Letras en la Universidad Central de Venezuela y de Magsteren Lingstica en la Universidad de Georgetown, donde tambin recibi su Ph.D enSociolingstica. Sus lneas de investigacin son la sociolingstica, el anlisis del

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    discurso y el espaol de Amrica. Entre sus libros figuran:Malab Maticulamb: estudiosafrocaribeos (1987), Potica del habla cotidiana (2000/2008), Textos sociolingsticos(2007), Cortesa y descortesa: teora y praxis de un sistema de significacin (2005).

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