Contribución para una critica de la desrazón tetraléctica

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Contribución para una critica de la desrazón tetraléctica INTRODUCCIÓN La idea de este artículo es la de una revisión breve, (pero tratando que por breve no se simplifique) de la construcción de la idea de razón y de la teoría tetraléctica de Javier Amaru Ruiz García, ya que se trata de tomar los pilares fundamentales que constituyen la estructura de la teoría tetraléctica. El por qué de este trabajo tiene que ver con que la teoría tetraléctica quiere disputar la hegemonía con todo el pensamiento dicho occidental, y basándose en sofismas pseudocientíficos, relegar el pensamiento dialéctico al limbo de las “filosofías muertas y colonizadoras”. Por encima de todo, la tetraléctica, que es más folklórica que propiamente científica, de a poco se esta tornando en la religión oficial del Estado Plurinacional de Bolivia. No soy propiamente un hombre de ciencias, y en un mundo donde la meritocracia es el pilar para el status científico y el “doctor” como única autoridad para escribir textos de esta naturaleza, me remito a una frase de Friedrich Engels: “El derecho de pensar no se compra con un diploma”. Albert Einstein, el padre de la teoría de la relatividad, se hizo una pregunta similar al escribir un texto en la defensa militante y científica de una sociedad más justa e igualitaria, en su texto, “¿Por qué el socialismo?”, dice: “¿Debe quién no es un experto en cuestiones económicas y sociales opinar sobre el socialismo? Por una serie de razones creo que si. Permítasenos primero considerar la cuestión desde el punto de vista del conocimiento científico. Puede parecer que no hay diferencias metodológicas esenciales entre la astronomía y la economía: los científicos en ambos campos procuran descubrir leyes de aceptabilidad general para un grupo circunscrito de fenómenos para hacer la interconexión de estos fenómenos tan claramente comprensible como sea posible. Pero en realidad estas diferencias metodológicas existen. El descubrimiento de leyes generales en el campo de la economía es difícil por que la observación de fenómenos económicos es afectada a menudo por muchos factores que son difícilmente evaluables por separado. Además, la experiencia que se ha acumulado desde el principio del llamado período civilizado de la historia humana --como es bien sabido-- ha sido influida y limitada en gran parte por causas que no son de ninguna manera exclusivamente económicas en su origen. Por ejemplo, la mayoría de los grandes estados de la historia debieron su existencia a la conquista. Los pueblos conquistadores se establecieron, legal y económicamente, como la clase privilegiada del país conquistado. Se aseguraron para sí mismos el monopolio de la propiedad de la tierra y designaron un sacerdocio de entre sus propias filas. Los sacerdotes, con el control de la educación, hicieron de la división de la sociedad en clases una institución permanente y crearon un sistema de valores por el cual la gente estaba a partir de entonces, en gran medida de forma inconsciente, dirigida en su comportamiento social”. Solo para hacer

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La idea de este artículo es la de una revisión breve, (pero tratando que por breve no se simplifique) de la construcción de la idea de razón y de la teoría tetraléctica de Javier Amaru Ruiz García, ya que se trata de tomar los pilares fundamentales que constituyen la estructura de la teoría tetraléctica.

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Contribución para una critica de la desrazón tetraléctica

INTRODUCCIÓN

La idea de este artículo es la de una revisión breve, (pero tratando que por breve no se simplifique) de la construcción de la idea de razón y de la teoría tetraléctica de Javier Amaru Ruiz García, ya que se trata de tomar los pilares fundamentales que constituyen la estructura de la teoría tetraléctica. El por qué de este trabajo tiene que ver con que la teoría tetraléctica quiere disputar la hegemonía con todo el pensamiento dicho occidental, y basándose en sofismas pseudocientíficos, relegar el pensamiento dialéctico al limbo de las “filosofías muertas y colonizadoras”. Por encima de todo, la tetraléctica, que es más folklórica que propiamente científica, de a poco se esta tornando en la religión oficial del Estado Plurinacional de Bolivia. No soy propiamente un hombre de ciencias, y en un mundo donde la meritocracia es el pilar para el status científico y el “doctor” como única autoridad para escribir textos de esta naturaleza, me remito a una frase de Friedrich Engels: “El derecho de pensar no se compra con un diploma”. Albert Einstein, el padre de la teoría de la relatividad, se hizo una pregunta similar al escribir un texto en la defensa militante y científica de una sociedad más justa e igualitaria, en su texto, “¿Por qué el socialismo?”, dice: “¿Debe quién no es un experto en cuestiones económicas y sociales opinar sobre el socialismo? Por una serie de razones creo que si. Permítasenos primero considerar la cuestión desde el punto de vista del conocimiento científico. Puede parecer que no hay diferencias metodológicas esenciales entre la astronomía y la economía: los científicos en ambos campos procuran descubrir leyes de aceptabilidad general para un grupo circunscrito de fenómenos para hacer la interconexión de estos fenómenos tan claramente comprensible como sea posible. Pero en realidad estas diferencias metodológicas existen. El descubrimiento de leyes generales en el campo de la economía es difícil por que la observación de fenómenos económicos es afectada a menudo por muchos factores que son difícilmente evaluables por separado. Además, la experiencia que se ha acumulado desde el principio del llamado período civilizado de la historia humana --como es bien sabido-- ha sido influida y limitada en gran parte por causas que no son de ninguna manera exclusivamente económicas en su origen. Por ejemplo, la mayoría de los grandes estados de la historia debieron su existencia a la conquista. Los pueblos conquistadores se establecieron, legal y económicamente, como la clase privilegiada del país conquistado. Se aseguraron para sí mismos el monopolio de la propiedad de la tierra y designaron un sacerdocio de entre sus propias filas. Los sacerdotes, con el control de la educación, hicieron de la división de la sociedad en clases una institución permanente y crearon un sistema de valores por el cual la gente estaba a partir de entonces, en gran medida de forma inconsciente, dirigida en su comportamiento social”. Solo para hacer una mención histórica, este texto de Einstein fue publicado por primera vez en Bolivia por la revista “Marxismo Militante” número 17, de julio de 1995. Mis más de trece años en el estudio sistemático y metódico del materialismo dialéctico, y la comprobación de su validez inserido, como trabajador asalariado, en las relaciones sociales de producción me dan pautas científicas que desarrollaré aquí, así como la investigación de fuentes bibliograficas fiables, y contrastables por cualquiera, sea doctor, moro ó cristiano.

La razón como una construcción de clase.

El pensamiento filosófico ha dado al hombre la autonomía de su pensamiento, le ha dado la inmanencia ante los fenómenos naturales y sociales, haciendo con que rompa con la mitología y busque primero conocer la esencia del Universo para después buscar la esencia de sí mismo. Evoluciona de una búsqueda ontológica a un encuentro antropológico. Con la filosofía el hombre se descubre hombre, el hombre como género humano dígase de pasaje. Todos los grandes filósofos en la antigüedad griega principalmente, o pertenecían a las clases dominantes ó abandonaron las mismas y se tornaron errantes y fundadores de sectas. De los pre-socráticos a los pitagóricos. Kant, en su crítica de la razón pura en 1781, a la víspera de la Revolución Francesa, supera la duda metódica cartesiana, haciendo la síntesis entre empirismo y racionalismo. El pensamiento para Kant era trascendental, su único equivoco, como el de Descartes, era que no trascendía los limites de Dios. Ha separado la razón del hombre mismo y la ha conectado con “el demiurgo”. Razón teórica y razón practica, al fin y al cabo, como razón pura, es la facultad de las argumentaciones, la facultad que nos permite fundamentar unos juicios en otros, junto con la sensibilidad y el entendimiento. Kant como representante de su clase social, la burguesía económicamente poderosa pero desproveída de poder político (cosa que alcanzaría con la Revolución Francesa de 1789), dictó las reglas éticas para regir el comportamiento de su grupo social, surge sus imperativos categóricos. Y al lado de Rene Descartes funda la filosofía moderna, que al fin y al cabo, es la filosofía burguesa pré-iluminista, antes de la toma de la bastilla y la decapitación de Luis XVI. Cuando

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la cabeza del rey francés es separada de su cuerpo, la filosofía de los enciclopedistas habíase hecho praxis revolucionaria. El Logos, el pensamiento, se había trascendido del ente en sí, al ente para sí (y uno sin cabeza como símbolo de la racionalidad burguesa y la toma del poder por la burguesía). Son dos giros paradigmáticos, uno filosófico y el otro político, donde las relaciones sociales serán reordenadas, revolucionadas e inaugurado el capitalismo, como nuevo modelo societal de relaciones de producción. Hegel es el padre del último gran sistema filosófico. También estuvo atento y fue contemporáneo de la Revolución Francesa, como todo buen burgués europeo. Hegel inaugura el análisis histórico en la filosofía, inaugura un método revolucionario, no la simples duda metódica (que es un método dudoso), no la simples categorización del logos, de la razón, ni la separación de esta con la realidad. Pero su conjugación, su síntesis (la totalidad de lo real con la totalidad de la conciencia): El método dialéctico. Y esto lo va hacer uno de los grandes críticos de Kant. A la medida que ira dando pauta a muchos críticos de su filosofía, como Schopenhauer, que lo ha relegado por su “historicismo”, y tildado su dialéctica de pseudofilosofía. (Y toda la obra de Shopenhauer es ante todo, una filosofía “antihegeliana”). La dialéctica no nace con Hegel, y tampoco muere con él. En la antigüedad, la tradición religiosa del hinduismo ya plasmaba en sanscrito que “la diversidad de cosas y eventos contradictorios que nos rodean, no son sino diferentes manifestaciones del todo, llamado Brahman. Así, a los diversos aspectos de lo Divino, dieron en la India antigua distintos nombres de variados dioses que no son más que reflejos de una única realidad última, de manera que, por ejemplo, la fuerza destructora y la fuerza creadora son dos manifestaciones de esa misma realidad”.1 Platón, uno de los tres grandes de la filosofía clásica griega, aparte de enseñar en los jardines de su Academia (y para muchos tergiversar la filosofía de su maestro Sócrates, que como Jesús Cristo, no dejó nada escrito, susceptible así para tergiversaciones de toda índole, incluso en formas de bulas papales), escribió, continuamente en forma de diálogo, sobre los más diversos asuntos. Sus diálogos llegan al ápice en su obra “La Republica”. Inaugurando la dialéctica como método filosófico, antes mismo de Hegel. Mismo el aforístico Heráclito, lanza un axioma dialéctico que principia la teoría de los opuestos: “En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].”2 Hegel volverá con la metáfora del río, para describir la Historia. El merito de este gran filosofo burgués alemán, no es haber descubierto la dialéctica, pero haberla sistematizada como método. Para que haya razón como pensamiento altamente organizado tiene que haber un método que la respalde en cuanto cognocibilidad de lo real, que es la probabilidad o posibilidad de que algo sea concebido como idea. Shakespeare decía, en la voz de Hamlet, que hasta para la locura hay un método. Hegel supera la lógica formal aristotélica e inaugura la lógica dialéctica. Peca por su idealismo pero es vanguardia en el reconocimiento de la intercausalidad, reflejada en la tríada dialéctica, que son los tres momentos del proceso dialéctico, en las expresiones de Fichte (que en su infancia imitaba el sermón de un pastor protestante, y que es, junto a Hegel, gran critico de Kant y uno de los padres del idealismo alemán): tesis, antítesis y síntesis, las leyes de conexión universal , de la lucha y la unidad de los contrarios y de las transiciones y las transformaciones cuantitativas y cualitativas de la sociedad y de la naturaleza. La totalidad de todos los aspectos del fenómeno, de la realidad y de sus relaciones recíprocas, de eso está compuesta la verdad, que para Hegel era objetiva. Celebre será su frase: “Todo lo que es Real es racional y todo lo que es racional es real”. La construcción del Logos, de la razón, fue un proceso histórico, y una construcción de clase, sobre todo de la clase burguesa, que inaugura los grandes sistemas de la filosofía moderna y la violencia de clase para imponer su proyecto político. Una construcción de clase, que se torna “Universal”, por la posición de la misma en relación a los medios de producción y su capacidad de forjar el mundo a su imagen y semejanza.

El hombre como esencia de sí mismo, y la razón como producto de esta esencia.

Kant y Hegel eran alemanes. Hoy en día Alemania produce excelentes ingenieros automotrices, antiguamente producía filósofos universales. Fue la filosofía clásica alemana, burguesa, quien moldeó la razón, el logos, pero como si la misma creara la realidad objetiva. La realidad, para la filosofía clásica alemana era el producto de la conciencia, de la Idea, e incluso de Dios. El trascendentalismo filosófico de Kant a Hegel no transcendía los límites de su propio idealismo. Un filósofo iría cambiar este estado de cosas, un filósofo que tanbien es un exponente de la filosofía clásica alemana, pero que al contrario de sus contemporáneos, no es idealista, sino que milita en el materialismo: Ludwig Feuerbach. El relevante mérito histórico de Ludwig Feuerbach consistió en su profunda crítica del idealismo de Kant, Hegel (de quien fue alumno en la universidad de Berlín) y otros filósofos y en haber resucitado y continuado las tradiciones progresistas del materialismo del siglo XVIII. Feuerbach centró sus intereses en la elaboración de una interpretación humanística de la teología. Buscó el ocio creativo, o mismo el ocio filosófico, en un pequeño pueblo de la Baviera alemana, entre 1836 y 1841, donde rompe con su antiguo maestro y

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empieza su voraz crítica a la filosofía hegeliana. Empieza también una acida critica al cristianismo en particular, y el hecho religioso en general, dando una interpretación antropológica a los mismos. En una confesión autobiográfica lanza las palabras que guiaran sus reflexiones filosóficas: "La primera tendencia que se hizo luz en mí no fue la ciencia o la filosofía, sino la religión. Como consecuencia de esta tendencia, hice de la religión el fin y la profesión de mi vida... Mi primer pensamiento fue Dios; el segundo, la razón; el tercero y último, el hombre". Feuerbach intentaba corregir a Hegel convirtiendo su idealismo en materialismo. Para él, no es el pensamiento el que genera el ser sino el ser el que genera el pensamiento. Es el hombre quien, proyectando fuera de sí, en Dios, sus propiedades más apreciables, ha creado a este ser que nos somete a nuestra condición más miserable. La necesidad y el deseo de lo que no somos pero podemos ser nos han llevado a formar esta idea. Contrapuestos con ella sólo somos miseria y degradación. Si tomáramos conciencia de que no es el hombre el que ha sido hecho por Dios a su imagen, sino que es Dios quien ha sido hecho por el hombre a su imagen y semejanza, podríamos recuperar la conciencia de nuestra dignidad y de nuestras posibilidades. Feuerbach consideraba que, cuando el hombre tomara conciencia de que aquello a lo que adoraba bajo el nombre de Dios no era sino su esencia, lo propio de la humanidad, podría construir una nueva religión, la Religión de la Humanidad. El grupo de Rock progresivo escocés de los años 1960, Jethro Tull, (nombre en homenaje a un agrónomo inglés, que tuvo el merito en plena Revolución Industrial y agraria burguesa, inventar la primera máquina sembradora de la Historia, posicionándose al lado de James Watt, como uno de los exponentes del maquinismo), en la portada de uno de sus álbum de música la siguiente frase: "en el comienzo, el hombre creó a Dios y le dio poder sobre todas las cosas". Una referencia directa al filósofo clásico alemán, Feuerbach. “La esencia del cristianismo”, la obra maestra de Ludwig, que parte de la critica de la teología hasta llegar a una concepción antropológica de la religión, será por mucho tiempo un referente en la izquierda hegeliana, que buscaba una interpretación materialista sobre la filosofía de Hegel, pero sin abandonar su método dialéctico. Feuerbach demuestra que la esencia del hombre, es el hombre mismo, y que la razón es producto de esta esencia. La religión separa el hombre de su propia esencia. Otro filósofo, alemán retomará esta idea, pero de una manera mucho más objetiva, su nombre es Karl Marx. Lenin describirá este materialismo como: “A lo largo de toda la historia moderna de Europa, y en especial en Francia a fines del siglo XVIII, donde se desarrolló la batalla decisiva contra toda la escoria medieval, contra el feudalismo en las instituciones y en las ideas, el materialismo se mostró como la única filosofía consecuente, fiel a todo lo que enseñan las ciencias naturales, hostil a la superstición, a la mojigata hipocresía, etc. Por eso, los enemigos de la democracia empeñaron todos sus esfuerzos para tratar de "refutar", minar, difamar el materialismo y salieron en defensa de las diversas formas del idealismo filosófico, que se reduce siempre, de una u otra forma, a la defensa o al apoyo de la religión” (Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo, V.I. Lenin). Pero esto veremos mucho más adelante. Sigamos en Feuerbach. Su idea más revolucionaria es que la razón es construida por la realidad material, fuera de nuestras conciencias, y no lo contrario, como pretendían los idealistas, sobretodo Descartes, Kant, y Hegel. Pero el límite del materialismo filosófico de Feuerbach, como constructor de la Razón, es el humanismo ateo y la critica religiosa a la alienación (enajenación) del hombre a un “Ser” creado por él mismo. De esto no pasa a por mayores. Llega a filiarse al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), lo que lleva una multitud a su funeral en 1872.

La revolución científica ó el giro epistemológico de la razón

Vimos como la idea de razón es una construcción de clase, de acuerdo con la realidad material existente. Por más que filósofos de café ó de cátedra nieguen esto, cada filósofo, en cada época, era fruto de las relaciones materiales de producción en que estaban inseridos. Así que Sócrates y Platón, pertenecían a la aristocracia griega, la misma aristocracia que hizo uno tomar cicuta y le dio permiso al otro confinarse en los jardines de su Academia. Aristóteles se ganaba la vida como maestro de príncipes y reyes, y del liceo de Atenas, incluso fue a Macedonia ser preceptor de Alejandro Magno, antes que este decidiese invadir la India y enfrentar jinetes montados en elefantes y marcar el limite del helenismo en el mundo de entonces. Rene Descartes, Immanuel Kant y Ludwig Hegel eran notorios hijos de la naciente burguesía y sus representantes filosóficos, son el producto de la Revolución Industrial y muy cercanos a la Revolución Francesa, que influenciaron de cierta forma al lado de D’alembert y Diderot con la Enciclopedia iluminista. Los filósofos tuvieron intuiciones geniales, dígase de pasaje. Pero, no pasaban de intuiciones. No había comprobación empírica de sus enunciados. Esto cambiará en los siglos XVI y XVII, cuando grandes hombres con grandes ideas, y la observación minuciosa de la naturaleza construyen nuevos conocimientos en el campo de la astronomía, química, física, medicina y biología. La Revolución Científica, que empieza con el Renacimiento y se lanza por todo el siglo de la Ilustración. Fue una respuesta a la edad de las tinieblas, en la Edad Media, donde el pensamiento se había estancado por más de trece siglos. En estos tiempos oscuros donde la Iglesia

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Católica Apostólica Romana tenía la última palabra sobre todos los fenómenos naturales, sociales y celestiales, y cuestionar esto, significaba la visita de la Santa Inquisición a tu casa y lanzarte a la hoguera. La Iglesia intento hacer la fusión entre la filosofía clásica griega con la doctrina católica, principalmente la filosofía de Aristóteles. Santo Tomas de Aquino se propuso a esta conjugación, donde nació el tomismo y la escolástica, donde por poco no canonizan a Aristóteles. En cuanto quemaban en la hoguera a Juana del arco y a Giordano Bruno, con el beneplácito del Papa Clemente (que pese al nombre, no era tan misericordioso así). El Renacimiento fue el fin de esta era y el nacimiento de otro, donde el teocentrismo es desplazado por el antropocentrismo, primero filosóficamente, después con al Revolución Científica. Esta época se distinguió por una transformación radical en las ideas científicas en la astronomía física y la biología, en las instituciones de apoyo a la investigación científica, y en la visión del universo. La revolución científica condujo a la creación de varias ciencias modernas. Y hay una avance en cuanto el método para la observación y experimentación de la naturaleza. Grandes exponentes en la elaboración del método científico fueron Da Vinci, Copérnico, Kepler, Galileo, Bacon, Pascal y Newton. Así como los filósofos del método Locke, Malebranche, Spinoza, Leibniz, Hume, Kant y Hegel. Sobretodo Galileo y Newton mostraron la razón no solo como hipóstasis filosófica, pero como demostrable matemáticamente. Y las matemáticas será el gran divisor de agua para separar la filosofía de la ciencia, por más que mismo Descartes llamó su matematizacion de filosofía natural. El empirismo, la observación analítica ó científica, la sistematización objetiva del método científico principalmente a Pascal, Leibnitz y Hegel. El método experimental inductivo fue introducido por los musulmanes Jabir ibn Hayyan y Al-Kindi, siglos antes de la Revolución Científica. Utilizando teoría y praxis, la experimentación y la cuantificación. Pero el giro epistemológico dentro de la época tratada va dar, sin duda metódica alguna, Galileo Galilei, con su observación y experimentación agudas. Isaac Newton continuará este sendero, con reglas de razonamiento bien claras y matemáticamente comprobadas, más allá de la manzana que cayó sobre su cabeza y tuvo la visión de la gravitación universal. Friedrich Engels, en su introducción a la 2Dialectica de la Naturaleza” describe el periodo de la Revolución Científica, de esta manera: “La tarea principal en el primer periodo de las ciencias naturales, periodo que acababa de comenzar consistía en dominar el material que se tenía a mano y en la mayoría de las ramas hubo que empezar por lo más elemental. Todo lo que la antigüedad había dejado en herencia eran Euclides y el sistema solar de Ptolomeo, y los árabes, la numeración decimal, los rudimentos de álgebra, los numerales modernos y la alquimia; el Medioevo cristiano no había dejado nada. En tal situación era natural que el primer puesto lo ocuparan las ciencias naturales más elementales: la mecánica de los cuerpos terrenos y celestes y, al mismo tiempo, como auxiliar de ella, el descubrimiento y perfeccionamiento de los métodos matemáticos y en este dominio se consiguieron grandes realizaciones. A fines de este periodo caracterizado por Newton y Linneo, vemos que estas ramas han llegado a cierto tope; en lo fundamental fueron establecidos los métodos matemáticos más importantes: la geometría analítica por Descartes, los logaritmos por Nepper, y los cálculos diferencial e integral por Leibnitz y quizás por Newton. Lo mismo puede decirse de la mecánica de los cuerpos sólidos cuyas leyes principales fueron halladas de una vez y para siempre”. En suma, del telescopio a la observación de células, la revolución científica significó la ruptura con la visión deísta del mundo, esto desde de lo infinitamente pequeño a lo infinitamente grande.

La razón dialéctica: el materialismo dialéctico como ciencia.

Hasta aquí vimos la evolución de la razón como una construcción filosófica histórica y clasista. Principalmente construida por grandes figuras del universo filosófico burgués de Alemania: Kant, Hegel y Feuerbach. Son la triada máxima de la filosofía clásica alemana, productos de sus épocas. La Filosofía clásica alemana resume todo el devenir filosófico anterior y lo supera. El método científico, nacido de la observación objetiva de la realidad, coloca al centro, y separa de una vez por todas las intuiciones geniales de las comprobaciones empíricas de la realidad. Un divorcio natural y sin comunión de bienes. Dos gigantes del pensamiento universal, descubrían, independientemente uno del otro, en diferentes latitudes y años antes de conocerse, una concepción del mundo, que más allá de filosófica, es científica, y al mismo tiempo es la síntesis entre ciencia y filosofía: Karl Marx y Friedrich Engels.

La sistematización del método dialéctico por Hegel y la revitalización del materialismo de Feuerbach no tenían eco más allá de las charlas catedráticas de los intelectuales de Berlín. Marx & Engels harán una dura critica tanto a Hegel como a Feuerbach, demostrando sus limitaciones e incluso ilusiones de su razonamiento, superándolos. Rescatan de la filosofía clásica alemana el método dialéctico y el materialismo consecuente, y rechazan el idealismo hegeliano y la mera critica religiosa ateísta feuerbachiana. Marx que había escrito poemas satíricos sobre el cristianismo en su juventud y Engels dibujos de mofa con la misma temática. Para ellos la crítica religiosa fue la antesala de la crítica social. Pero sin método científico cualquier análisis, por más lleno de buenas intenciones que tenga, será un

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intento inocuo. Pacientemente, objetivamente, Marx y Engels construyen no solo una interpretación de la realidad, pero la comprueban punto por punto con esta misma realidad objetiva. No son los inventores, son los descubridores del materialismo dialéctico. Pero más que esto, son los responsables, para utilizar una frase de Pablo Feynman, de poner la filosofía a las calles, y de dar, a la clase dominada y sujetada de nuestra época, el proletariado, una concepción científica de la realidad. En las Tesis sobre Feuerbach, Marx desnuda el paradigma filosófico con que había de romper: “[I] El defecto fundamental de todo el materialismo anterior -incluido el de Feuerbach- es que sólo concibe las cosas, la realidad, la sensoriedad, bajo la forma de objeto o de contemplación, pero no como actividad sensorial humana, no como práctica, no de un modo subjetivo. De aquí que el lado activo fuese desarrollado por el idealismo, por oposición al materialismo, pero sólo de un modo abstracto, ya que el idealismo, naturalmente, no conoce la actividad real, sensorial, como tal. Feuerbach quiere objetos sensoriales, realmente distintos de los objetos conceptuales; pero tampoco él concibe la propia actividad humana como una actividad objetiva. Por eso, en La esencia del cristianismo sólo considera la actitud teórica como la auténticamente humana, mientras que concibe y fija la práctica sólo en su forma suciamente judaica de manifestarse. Por tanto, no comprende la importancia de la actuación "revolucionaria", "práctico-crítica". Y Termina con el mayor giro filosófico de la Historia desde que el hombre se descubrió un ser racional: “[XI] Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Friedrich Engels, haciendo un flashback de cómo tanto él como Marx llegaron a la concepción del materialismo dialéctico en su obra “Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana”, describe: “Parecíame cada vez más necesario exponer, de un modo conciso y sistemático, nuestra actitud ante la filosofía hegeliana, mostrar cómo nos había servido de punto de partida y cómo nos separamos de ella. Parecíame también que era saldar una deuda de honor, reconocer plenamente la influencia que Feuerbach, más que ningún otro filósofo posthegeliano, ejerciera sobre nosotros durante nuestro período de embate y lucha”. (…).

¿Qué de nuevo hay en los postulados del materialismo dialéctico de Marx & Engels? ¿Es el materialismo dialéctico ciencia ó método? Lenin lo había declarado ciencia, Trotsky dijo que era simplemente un método. El primero fue el arquitecto de una gran Revolución Social, el segundo se declaraba “judío, marxista y masón” (León Trotsky, Mi Vida). En las palabras de Federico Engels: “Igual que Darwin descubrió la ley de la evolución en la naturaleza, Marx descubrió la ley de la evolución en la historia humana”. En “Del socialismo utópico al socialismo científico”, Engels hace la siguiente afirmación: “La naturaleza es la piedra de toque de la dialéctica, y las modernas ciencias naturales nos brindan para esta prueba un acervo de datos extraordinariamente copiosos y enriquecidos con cada día que pasa, demostrando con ello que la naturaleza se mueve, en última instancia por los cauces dialécticos y no por los carriles metafísicos, que no se mueve en la eterna monotonía de un ciclo constantemente repetido, sino que recorre una verdadera historia. Aquí hay que citar en primer término a Darwin, quien, con su prueba de que toda la naturaleza orgánica existente, plantas y animales, y entre ellos, como es lógico, el hombre, es producto de un proceso de desarrollo que dura millones de años, ha asestado a la concepción metafísica de la naturaleza el más rudo golpe”. Marx y Engels demostraron que los procesos en el universo no siguen una línea recta sino que se desarrollan y evolucionan a partir de las contradicciones inherentes a esos procesos a partir de saltos cualitativos. La revalidación del materialismo dialéctico vendría dada con el ingreso del siglo XX y los extraordinarios pasos adelante de la industria moderna. Cada diferente éxito de la ciencia, cada nuevo descubrimiento evidenciaba el comportamiento dialéctico de los procesos naturales. El desarrollo de la ciencia trascendería al estudio detallado de la razón, en este entonces transformada en psique. La psicología como ciencia también sufriría un fuerte impulso con la difusión de diversas escuelas las cuales intentaban dar una mejor explicación de los procesos desarrollados a nivel de la mente humana. Piaget y Vigostky serán uno de los grandes estudiosos de la mente humana, que de una forma ó de otra, demuestran la validez del materialismo dialéctico, y de la mente humana, de la razón, del logos, el pensamiento, la psique como producto de la materia más altamente organizada: el cerebro humano. La razón dialéctica era real, racional y objetiva. El filosofo existencialista Jean-Paul Sartre, en 1960, saca a luz su voluminoso libro “Critique de la raison dialectique”, que es un intento frustrado de conciliar su existencialismo humanista con el marxismo, y el materialismo dialéctico. Sartre que se consideraba marxista, pero era más anarquista que el propio Bakunin y según Wilfred Desan, “el ultimo de los cartesianos”. De ahí que todos los elementos más radicalizados de la pequeña burguesía, utilizan su critica, sobretodo a la URSS, como siendo la guía para la critica a la sistematización del materialismo dialéctico por la Academia de Ciencias de la Unión Sovietica en el periodo de Josef Vissarianovicth Dzhugasville, Stalin. Critica que “anarkas”, “troskos”, “pequebus”, “fachos”, la gran burguesía, “curas” de la iglesia católica y monjas benedictinas llaman de “estalinismo”, pero que solo existió en sus mentes delirantes y como propaganda de la inaplicabilidad del materialismo dialéctico y a la teoría del fin de la Historia de Fukuyama. No existe cristalización de una

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teoría cuando ella se torna praxis revolucionaria, porque ella pasa del plano abstracto para el ordenamiento de las relaciones sociales de producción. Antes de la Revolución Francesa, los filósofos burgueses, principalmente los que pensaban la concepción de Estado (Hobbes, Locke, etc), eran muy refinados en sus apreciaciones. Hoy, cuando el Estado burgués es una realidad material, tal refinamiento filosófico no existe. Porque, para utilizar una frase de Benito Mussolini: “La acción mató la filosofía”. Los ideólogos burgueses no piensan en como debería ser el Estado (tienen sutiles divergencias, pero la libertad del mercado suplantó la búsqueda por la esencia de la Razón, pues esta esencia racional, con el capitalismo actual, no pasa de ser la acumulación de capital y de cuidar su cuota de ganancia, por parte de los capitalistas). Theodor Adorno llamaba esto de razón instrumental, una alta racionalidad ligada a la fabricación de instrumentos, de medios de producción, para explotar irracionalmente el hombre por el hombre y mantener la sociedad dividida en clases. Pero ninguna voz se levanta a este dogmatismo pragmático de la epistemología actual, pero insisten en ver en el materialismo dialéctico aplicado a la realidad de la URSS en el periodo de Stalin, el DIAMAT, el “dogma perverso de una mente enferma y sanguinaria”. No pueden comprender que en la URSS el materialismo dialéctico se había materializado en relaciones concretas de producción. Porque el socialismo era una realidad material. ¿Errores? Si los hubo. ¿Exageraciones? Por supuesto. Es el precio del pionerismo histórico, y exactamente por esto que estos mismo errores y exageraciones no pueden ser repetidos en el futuro, ni tampoco divinizados. Stalin no fue ningún Dios, pero mucho menos el demonio que todas las religiones oficiales del “libre pensamiento” pintan. Pero el materialismo dialéctico trasciende la figura unipersonal misma de sus descubridores, Marx y Engels. Tampoco es una profesión de fe o una creencia vulgar. Mismo a prueba del principio de falsabilidad, como criterio de demarcación de una ciencia, el materialismo dialéctico se mantiene como irrefutable por lo hechos de la realidad concreta, no por los deseos de ningún filósofo de cantina. Citó esto porque esta de moda en los “círculos de personas cultas” citar a Karl Popper para refutar el materialismo dialéctico, siendo que el iniciador del “racionalismo critico” fue un gran fraude intelectual. En contra Karl Marx, Popper lanzó su panfleto cómico “¿Qué es la Dialectica?” y hasta un libros completos como, “Miseria del Historicismo” y “La Sociedad Abierta y Sus Enemigos”. Como un bardo del medioevo Popper lanza toda su voracidad, sin ninguna piedad, para desmantelar las “falacias” del materialismo dialéctico echando por tierra, de una vez y por todas, la visión marxista del hombre y del Estado. Así como Nietzche con un martillo poderoso ha destrozado la moral occidental, Karl Popper, pretende ser el súper-hombre que destrozaría todos los sofismas científicos de su tocayo Karl Marx. Y su pretensión teórica tan colosal fue coronada con laureles por la burguesía, por los intelectuales funcionales a esta clase dominante y por las monjas benedictinas (estas ultimas prefieren estar al lado de un ateo que solo cuestione la religión y por oficio el marxismo, que estar con un comunista que haga una critica social que supere la simples critica de la critica critica). De nuevo no hay que olvidar que los filósofos son el producto de las relaciones socioeconómicas de producción, y Popper no era un científico, si no un pensador, que desarrolló su pensamiento en la pós Segunda Guerra Mundial. Esta inserido en la Guerra Fría, por lo tanto, funcional al bloque capitalista. De ahí da para entender todas sus alucinaciones pseudocientíficas. Para Popper, la “Sociedad Abierta” era justamente el sistema capitalista. Y así como todos los críticos burgueses, consideraba el socialismo como la “Sociedad Cerrada”, y por ende lo equipara con el “Nazi-fascismo”, considerando tanto uno como el otro de “totalitarismo”. Para los que gritan a los cuatro vientos y a los siete mares (bueno Bolivia todavía no ha recuperado el Mar, pero siguen los gritones) que Popper es el gran genio de la teoría epistemológica del milenio, si no se dieron cuenta, esta percepción no es científica, sino, ideológica. Es más, toda la obra del pensador austriaco es esencialmente ideológica, una arma teórica usada por los defensores del capitalismo para demostrar la veracidad del capitalismo frente, principalmente, al socialismo. Y este rasgo ideológico estará presente en todos los argumentos del análisis supuestamente “epistemológico”, crítico y racional que Popper lanza sobre la obra de Karl Marx. Imposible en este pequeño articulo señalar todas y cada una de las objeciones del pensamiento popperiano al materialismo dialéctico, que él las creyó letales y definitivas. Pero el falso científico solo debatió con un marxismo que existía en su atormentada imaginación. Creíase enfrentando a un teólogo medieval, y sin hacer un estudio minucioso de la teoría marxista, etiquetaba al materialista dialéctico de “profético”. Sin conocimiento de causa, no existe análisis teórico, por lo tanto, el Marx inventado por Popper, es tergiversado a su máxima potencia, para que el pensador funcional a la burguesía salga triunfante de la batalla con un hombre de paja creado por él. El cuadro pintado por Popper sobre el marxismo es surrealista ó mismo impresionista. Sus argumentaciones risibles y patéticas. No da para profundizar, en pocas líneas de cómo el autor de “La Lógica de la Investigación Científica” es uno de los más grandes fraudes intelectuales de la Historia, pero indicaré el texto de Tomasini, Karl Popper y el marxismo, donde pone a Popper en el lugar que ya esta, y debe permanecer, en el podium de las farsas metodológicas nacidas simplemente para combatir el materialismo dialéctico, pero que no logra cumplir su objetivo. El materialismo dialéctico sale victorioso de cualquier juicio de valor propalado por, estos sí, falsos profetas de la pseudociencia. Los positivistas y neopositivistas, que con su materialismo mecánico,

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y totalmente desconectado con la realidad material objetiva (y haciendo eco a un pensamiento de mediados de la revolución industrial, que nunca reflejo la dinámica de la realidad social) intentan de mil y una maneras, a veces irracionales, a desclasificar el materialismo dialéctico en cuanto ciencia. Thomas Kuhn, que fue físico de profesión, formado en Harvard, reflexionó que el estudio histórico es obligatorio para entender cómo se ha desarrollado las teorías científicas y para conocer por qué en ciertos momentos unas teorías han sido aceptado antes que otras. En los años 1960 escribe La estructura de las revoluciones científicas, donde desnuda el carácter histórico, coyuntural, “paradigmático” de la ciencia. Como en el materialismo dialéctico, el concepto de “crisis” para Kuhn es muy importante, y volveremos a tratar este tema en nuestra critica a la “tetraléctica”. Para Kuhn, entre el paradigma epistemológico de una época (ciencia normal) y el surgimiento de un nuevo paradigma científico, a través de una revolución científica, hay una crisis. “Para Kuhn una revolución científica es un episodio de desarrollo no acumulativo en el que un paradigma antiguo se ve sustituido en todo o en parte por otro nuevo incompatible con él. De la misma manera en que una revolución política comienza por la insatisfacción de un segmento de comunidad de que las instituciones han dejado de laborar adecuadamente, las revoluciones científicas se inician por la sensación creciente de un segmento de comunidad científica de que el paradigma existente ha dejado de funcionar”**. Kuhn es el primero en clasificar las Ciencias Sociales y Ciencias Puras, a la rebeldía de los positivistas, neopositivistas, materialistas mecánicos y “iluminati” de todas las órdenes y sectas. Volveremos a este punto, pero para adelantar y terminar esta parte, es muy claro que el materialismo dialéctico, a parte de ser una filosofía y un método, es también una ciencia. Y lo demostraremos más adelante.

La Tetraléctica: genealogía de lo irracional.

Hay que explicar en líneas generales este “gran descubrimiento del milenio” surgida de la mente iluminada del Dr. Javier Amaru Ruiz García, el Siddartha Gautama boliviano, el Mesías de un nuevo paradigma científico, el Copérnico del Nuevo Mundo (obviamente de un mundo que solo existe dentro de su cabeza): La Tetraléctica (¡sic!).

La frase de Hamlet, que hasta en la locura hay un método, se encaja aquí, pues el Dr. Javier Amaru, para presentar su “ciencia”, tiene que recurrir a Thomas Kuhn, en su “universo discursivo”, en su lexis llena de silogismos mal elaborados y sofismas que avergonzarían al mismo Aristóteles, si las pudiera escuchar. El filósofo de la ciencia, en el supra citado libro “la estructura de las revoluciones científicas”, determinaba que el desarrollo de las ciencias, según su enfoque historicista, pasaba por las siguientes fases ó etapas:

a). Establecimiento de un paradigmab). Ciencia normalc). Crisisd). Revolución científicae). Establecimiento de un nuevo paradigma.

El Dr. Amaru, ingeniero formado en la South Western University en Arizona, EE.UU, antiguo empleado de la Bell Computer y de la Intel, se apropia del discurso de “crisis de la ciencia” para proponer sus descubiertas geniales que le convierten en el nuevo Albert Einstein de la ciencia moderna. Para él la ciencia esta en una nueva crisis. Nunca puede demostrar concretamente en que consiste esta crisis, sus correlaciones. Simplemente lo afirma. Y punto. Como los aristócratas descritos por Nietzche, que convertían en verdad simplemente algo que habían dicho, y que los plebeyos la acepten, con el riesgo de llevar chicotazos. Cuando afirmas algo que no puedes probar, y lo sigues afirmando, ó eres muy ingenuo ó muy ingenioso para una platea de ingenuos. Pero, es desde el concepto de “crisis de la ciencia”, que el Dr. Amaru, sin evidencia, sin prueba científica, será el arquitecto de toda una teoría “revolucionaria”. Pero para que Aquiles, en su condición de semidios, se transforme en un héroe griego necesita enfrentarse a un monstruo. A un minotauro, a una medusa, a una teoría aberrante y monstruosa. El Dr. Amaru, que se jacta de haber diseñado un cancelador de ecos para la telefonía digital en Granger Asociates (¿alguien sabe si esta “máquina” ha funcionado, ó será tan inservible cuanto su tetraléctica?) escoge su monstruoso enemigo, a quien cortará la cabeza, y la botará al mundo de hades: la dialéctica. Según el Dr. Amarú, ha llevado 15 años de continua investigación científica para reconocer su villano. Tomo como fuente su tetraléctico, para no decir tétrico, ensayo: “la desilusión dialéctica”. Desilusión esta, que según el ilustrado Dr. Amaru, empezó “cuando los griegos separaron lo Apolonio de lo Dionisio, desde este momento, para el sabio ingeniero, la mitología y la ciencia se han desarrollado separadamente”. Cualquier filósofo de cátedra ó científico regurgitaría el desayuno al oír semejante disparate. Alguien con pretensiones científicas, en el caso del ilustrado Dr. Amaru, pretensiones pseudo científicas y

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mistificadoras, jamás utilizaría una analogía sin ningún nexo con la realidad objetiva. ¿Cuándo ha pasado esto? Ya vimos que el Dr. Amaru se olvidó de la revolución científica, o parece que no supo de su existencia, en el fin del Renacimiento. Prefiere tener como referencia un “hecho místico” que hechos concretos, y definitivamente es en este sentido que va girar toda su “ciencia”. Esta en el campo del idealismo más arcaico, y lo peor de todo, es que esto es un honor para su caótica mente. Pero sigamos con sus ideas geniales. El Dr. Amaru acusa a Sócrates y Platón de haber, divulgado los métodos de la nefasta dialéctica. Matando de esta forma toda la concepción tetraléctica, que según él, era el paradigma filosófico de los pueblos antiguos, obviamente son pueblos antiguos inventados tetralécticamente por él, porque no existen pruebas ningunas que todo un pueblo pensaba con esta lógica, a no ser algunos filósofos y sectas gnósticas. Pero esto es suficiente para este académico empezar su revolución científica y reducir la razón a postulados y axiomas totalmente inverídicos, pero fantásticas ante una platea sin sentido critico y acientífica. Pero para construir toda su seudociencia necesita de un axioma, su piedra filosofal, su “clef de Voûte” como decían los arquitectos franceses y gran maestros de la masonería. Y si piedra llave será justamente, la “crisis de la ciencia” kuhniana: “Ahora bien, ¿en que nos fundamentamos para afirmar que el mundo occidental sufre un problema de razonamiento, al cual hemos denominado delusión dialéctica? Para explicarlo mejor vamos a realizar un recuento de irreconciliables problemas, los cuales en la actualidad son causales de una “crisis en la teoría de la ciencia”. El Dr. Amaru se propone a traer de vuelta la razón al mundo, colonizado por los paradigmas de razonamiento occidentales, y para esto hace uso de todos los instrumentos racionales del occidente, y lo único realmente original que plantea es su falta de originalidad y un discurso místico en la ciencia. Entre él y un alquimista del medioevo hay muchas similitudes, pero al contrario de él y su tetraléctica , por lo menos la alquimia abrió camino para la química moderna, antes que Lavoisier descubriera la conservación e indestructibilidad de la materia.

Falsificación metafísica de la física

Isaac Newton acuño la celebre frase: “Física, cuídate de la metafísica”, pero el Dr. Amaru, como buen académico testarudo, no hace caso a consejos sanos. Es cierto que hay vacíos teóricos en el antagonismo entre la Relatividad General de Einstein que nos explica como funciona el Universo (lo infinitamente grande) y la Mecánica Quántica que nos explica el movimiento de las partículas subatómicas (lo infinitamente pequeño). Así como el problema central de la filosofía es determinar la primacía de la materia o de la conciencia, este es la principal interrogante de la física moderna. “¿Cómo es posible que el universo a su nivel mas fundamental este dividido, debido a que aplican un conjunto de leyes cuando las cosas son enormes y otro conjunto de leyes diferentes e incompatibles cuando las cosas son pequeñas?”. Pero definitivamente esto no es una crisis científica, pues tanto la Relatividad General puede explicar el Universo como la Mecánica Quántica puede explicar los fenómenos del mundo subatómico. Existiría una crisis si tanto uno como el otro no pudieron explicar estos fenómenos, si las ecuaciones fuesen incompatibles con la realidad observada. Como bien dijo Marx: “Si la esencia y apariencia de los fenómenos fueran las mismas cosas, la ciencia seria desnecesaria”, y es al nivel de esta apariencia que el Dr. Amaru crea una artificial crisis para defender lo indefendible, su falta de criterio científico y su desilusión con el mundo racional. Más adelante veremos en detalle que este antagonismo, que no es una crisis, ya esta siendo superado por nuevos postulados científicos, como la teoría de las supercuerdas y la teoría M, y que no son las farsas de bufón, supuestamente científicas, del Dr. Amaru que contribuyeron para esto. Mucho por lo contrario, sus ideas contribuirán, y mucho, para la mistificación y el obscurantismo de los pueblos indígenas y originarios. Hay que entender que solo con la ciencia de los k’aras se puede superar la dominación histórica de estos y generar condiciones científicas y sociológicas (y la sociología es una ciencia si esta ligada a un método adecuado), para la creación de espacios de hegemonía de los pueblos indígenas y originarios en el Estado Plurinacional, y mecanismos económicos para la eliminación definitiva del neoliberalismo, este proceso es antes de todo pós-neoliberal, y la transición hacia el socialismo, con la profundización gradual e ininterrumpida del proceso de cambio. Esto será la navaja que definirá ó la construcción de una sociedad socialista (que el actual gobierno entiendo como vivir bien), un capitalismo de Estado ó un simples país folklórico, lleno de buenas intenciones. Y esto puede significar el avance ó el fracaso del actual proceso de cambios. Lo único que nos puede ofrecer la pseudociencia de los llunkus, es el escenario más desolador. Sigamos con la línea de raciocinio del Dr. Amaru. “Para entender un poco mas ese conflicto (entre Relatividad y Mecánica Quántica, la nota es nuestra) aportamos al análisis con el siguiente teorema: donde Q= Quántica, R= Relatividad, T= Tetradimensionalidad, el análisis teórico de cada una son llamadas D1 para Q y D2 para R.Teorema: Q y R son una unidad en T, sin embargo las Dialécticas D1 más D2 no unifican en T.Q + R = TQ = D1

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R = D2D1 + D2 ≠ T Por lo tanto deducimos que el razonamiento aplicado es falso.”

Falso el razonamiento y el teorema, de entrada notamos el sofisma lógico. En el teorema, muy mal elaborado dígase de pasaje, el Dr. Amaru afirma, no lo prueba (y esta es su constante teórica, afirmar y no probar) que Q y R son unidad en T. Para él la tetradimensionalidad es la única solución para el conflicto antagónico entre Cuántica y Relatividad. Primero porque la realidad material es tridimensional, y nos surge como reflejo en nuestra conciencia por las sensaciones empíricas, la praxis societal y la cognoscibilidad de la totalidad de lo real, de lo concreto, de la realidad objetiva. Einstein ha adicionado al universo tridimensional, una cuarta dimensión, que es el tiempo. Pero el tiempo no es una dimensión espacial, podría ser especial, pero no espacial, pues es el resultado de los fenómenos espaciales, es el producto de la materia circundante y de un centro de gravedad, no lo contario. No existe realidad material (sea quántica ó cósmica) en cuatro dimensiones, si no las tres dimensiones espaciales, materiales, que son el chasis teórico de nuestra concepción de la realidad y de todas las ecuaciones para explicar todos los fenómenos del Universo y del mundo quántico. Y esto es muy conocido por cualquier estudiante de primaria: altitud, longitud y latitud. La relatividad general de Einstein propuso como modelo matemático la combinación de las tres dimensiones espaciales conocidas con la dimensión temporal, formando así lo que se conoce por espacio-tiempo. Pero es la materia en tres dimensiones, tridimensional, que deforma y distorsiona el tiempo, que también es el resultado de esta misma materia y energía. El Dr. Amaru puede que golpeé su pecho y grite: “Ah, pero si sumas las tres dimensiones espaciales más el tiempo, tenemos cuatro dimensiones, y mi tetraléctica se demuestra factible”. No podría estar más equivocado. Pues la materia en tres dimensiones es determinante, pues así como no existe energía sin materia, el tiempo es uno de sus resultantes, con características especiales, pero producto de la materia en constante movimiento. En la física clásica, principalmente con la teoría newtoniana, se consideraba el tiempo existía independientemente de todo lo demás. Es a esta idea obsoleta, superada por la teoría einsteiniana, que nuestro gran pensador el Dr. Amaru vuelve a recurrir, para mantener de pie lo que ya nació muerta, la tetraléctica. Y es más, Einstein dijo que el tiempo es relativo, no un valor absoluto, e infinito en ambas direcciones, del origen del universo hasta su fin. Me acuerdo de la metáfora que mi maestro de física utilizaba para explicarnos sobre esto en mis tiempos escolares, él decía que su cama era una maquina del tiempo, se acostaba cinco minutos y cuando despertaba había viajado 8 horas hacia el futuro. La relatividad del tiempo es una de las características especiales de esta dimensión, pero no la única, tiene una forma. Y esta forma es el resultado de las propiedades tridimensionales del espacio, de la energía resultante, del centro de gravedad. Esta es la concepción de la astrofísica moderna, que los cosmólogos llaman de la curvatura del espacio-tiempo. No hay donde perderse, nuestra primera sentencia es R ≠ T (Relatividad es diferente de “Tetraléctica”). Las concepciones del Dr. Amaru son incompatibles con la Teoria de la Relatividad. Veamos que la “Tetraléctica” nos tiene a decir sobre el mundo quántico, lo infinitamente pequeño.

El físico Max Planck, planteó en 1900, que la luz se presenta en pequeños paquetes, llamados quanta. Las observaciones demostraron que la hipótesis del físico era muy cierta, pero no de todo precisa. Fue el físico alemán Werner Heinsenberg quien observó que cuanto mayor es la precisión con que intentamos medir la posición de una partícula, menor es la precisión con que podemos medir su velocidad, determinó que la incertidumbre en la posición de una partícula multiplicada por la incertidumbre en su cantidad de movimiento (masa por velocidad) siempre debe ser mayor que la denominada constante de Planck, que es una magnitud estrechamente relacionada con el contenido de energía de un cuanto de luz. Las teorías quánticas como sistemas de átomos, con un número finito de partículas, fueron formuladas por Heinseberg, Schrödinger y Dirac. Es bien conocida la tabla periódica de Mendeleiev, dónde cuanto menos átomos tiene un elemento, mas liviano es este, y cuanto mayor el numero de átomos, el elemento es más pesado. La indestructibilidad de la materia nos dice que los átomos que constituyen el universo son los mismos desde su origen, así que mucho probablemente en nuestros cuerpos podemos tener una átomo que ha pertenecido a un dinosaurio en la punta de la nariz, a un átomo de un castillo medieval en la oreja y el de la espada de un samurai en el hígado. Lo que pasa es que la ley de la incertidumbre quántica es incompatible con la ley de movimiento y curvatura del espacio-tiempo de la teoría de la relatividad, pero ojo, en los dos casos se trata de materia en constante movimiento que genera y produce fenómenos ligados a este movimiento de la materia. Pero, en se tratando de la Física Quántica, seria un absurdo querer aplicar cualquier cosa llamada “tetraléctica”, mismo porque el Dr. Amaru nunca la explica, nunca la expone, solamente la cita, como se todos deberíamos ser clarividentes para adivinar sus misticismos surrealistas. Antes de la teoría de la relatividad se había descubierto que los átomos no eran indivisibles como había supuesto la física desde los tiempos de la Grecia antigua. En 1897 J.J.Thomson demostró que de ellos se pueden obtener otras partículas más pequeñas, que ahora se denominan electrones. Pero fue el

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descubrimiento de la radiactividad lo que de manera más concluyente acabó con la idea de indivisibilidad del átomo, porque llegó a su mismo interior, al núcleo. La radiactividad no dependía de la naturaleza de los átomos sino sólo de su núcleo. ¿Analizar la teoría atómica y la física quántica en 4 dimensiones? ¿Cómo? En física se llama la cuarta dimensión al tiempo, como ya dijimos, pero esta no es una dimensión espacial observable. Resulta bastante cómico observar cómo se explica vulgarmente la teoría de la relatividad, como si ésta afirmara que “el tiempo depende del punto de vista del observador” cuando esta teoría implica la existencia de una realidad orgánica, compuesta por sus tres dimensiones, el tiempo como la cuarta dimensión y el espacio, ligados íntimamente con la materia, independientemente de que por ahí se encuentre un sujeto para observar el universo. Es la teoría de Einstein, relacionada con el famoso efecto Doppler, el que nos señaló que las estrellas que vemos en el cielo nocturno son fenómenos que existieron en el pasado, mucho antes de que hubiera vida y mucho menos sujetos con categorías; es esta teoría la que nos ha permitido medir escalas de tiempo gigantescas en virtud de la descomposición radioactiva testimonio de que la naturaleza material precede a la vida. Es esta teoría la que fundamenta las hipótesis sobre el nacimiento de soles y galaxias. No cabe duda que todos estos fenómenos existen independientemente de la subjetividad humana (a menos que demos crédito a un lunático que crea que en una supernova pueda sobrevivir algún hipotético observador que haga posible el fenómeno). El hecho de que el tiempo y el espacio no sean absolutos, no significa que sean subjetivos: la relatividad del tiempo y el espacio se refiere al movimiento, las características y las relaciones de los objetos materiales, no a la subjetividad (disfrazada en las vulgarizaciones como “punto de vista del observador”).No existe cuarta dimensión espacial, y es justamente esto que plantea el gran filósofo sensacionalista Dr. Amaru. Tres dimensiones espaciales, vivimos un mundo tridimensional, cuya tesis, antitesis y síntesis conforman lo que entendemos como tal, de manera dialéctica. La cuarta dimensión es más una cuestión de ciencia ficción, y de la matemática teórica, que no tiene nexo alguno con la realidad objetiva. En matemática son simples modelos teóricos, como el hipercubo ó teseracto, que es la posibilidad teórica (no concreta) de transcender la geometría euclidiana. Obviamente no podemos ver un hipercubo en la cuarta dimensión, ya que solo se verían los puntos que tocan nuestro universo, así que solo veríamos un cubo común. “No podemos ver un hipercubo porque estamos sujetos a tres dimensiones, por lo que solo podemos ver la proyección de lo que seria un hipercubo. Se parece a dos cubos anidados, con todos los vértices conectados por líneas. Pero en el teseracto real de cuatro dimensiones todas las líneas tendrían la misma longitud y todos los ángulos serían ángulos rectos”. Aquí cabe mencionar algo muy poco conocido, el gran materialista dialéctico Vladmir Lenin se ha interesado por el estudio de la “cuarta dimensión” (como posibilidad teórico-matemática) y por la teoría de la relatividad de Einstein, que fue publicado en 1905, once años antes de la Revolución Bolchevique de Octubre de 1917. Lenin describe esto en MATERIALISMO Y EMPIRIOCRITICISMO. La esencia de la crisis en la Física contemporánea-escribió Lenin- consiste en que se han desquiciado las viejas leyes y los principios fundamentales, en que se repudia la realidad objetiva   existente fuera de la conciencia, es decir, en que se sustituye el materialismo por el idealismo y el agnosticismo. En tiempos de Lenin, el electrón era la única partícula subatómica conocida, cuya inagotabilidad dél pronosticó acertadamente. Partiendo de este principio, formuló la tesis de la infinitud de la materia: “ayer, dice, la profundización del conocimiento humano no fue más allá del átomo, hoy no pasa del electrón y del éter, pero todos esos jalones son de carácter aproximado, no son más que ciertas etapas del conocimiento de la naturaleza por la ciencia en progreso:

El electrón es tan inagotable como el átomo, la naturaleza es infinita, pero existe infinitamente, y este reconocimiento, que es el único categórico, el único incondicional, de su existencia fuera de la conciencia y de las sensaciones del hombre, es precisamente lo que distingue al materialismo dialéctico del agnosticismo relativista y del idealismo”. Oscar Wildenberg dice, en su Tratado de Geometría: “Los trabajos matemáticos sobre geometrías multidimensionales y geometrías no euclídeas habían sido considerado por los físicos como simples abstracciones matemáticas hasta que Henri Poincaré probó que el grupo de transformaciones de Lorentz que dejaban invariantes las ecuaciones del electromagnetismo podían ser interpretadas como ‘rotaciones’ en un espacio de cuatro dimensiones. Más tarde, los trabajos de Einstein y la interpretación geométrica de estos por parte de Hermann Minkowski llevaron a la aceptación de la cuarta dimensión como una descripción necesaria para explicar los hechos observados relacionados con el electromagnetismo. Sin embargo, aquí la ‘cuarta dimensión’ no era un lugar separado del espacio tridimensional (como en varias de las obras de ficción de la época) ni tampoco una dimensión espacial análoga a las otras tres dimensiones espaciales, sino una dimensión temporal que sólo puede recorrerse hacia el futuro. En la teoría general de la relatividad el campo gravitatorio es explicado como un efecto geométrico de la curvatura de un espacio-tiempo de cuatro dimensiones”. David Garcia en su texto Materialismo dialéctico y relatividad dice: “La mecánica clásica considera que la masa de un cuerpo es independiente de su velocidad, pero según la teoría especial de la relatividad existe una relación entre la masa y velocidad; la masa de los cuerpos como su longitud esta en función de su velocidad. De hecho,

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cuando un piloto viaja en un automóvil gana masa en una fracción infinitesimal (aumenta una diez mil millonésima parte del 1%). En la vida diaria, los efectos de este fenómeno se pueden ignorar, “si un objeto se mueve con una velocidad menor a 100 millas por segundo, la masa es constante dentro de una margen de una millonésima parte”2. Aquí, como podemos observar, las cualidades de la materia (masas y longitudes) están en función de la cantidad de movimiento: más allá de cierto punto los cambios debidos a la velocidad llegan a un nivel crítico que transforma las cualidades del objeto; ésta es, precisamente, una relación dialéctica. La relación entre masa y energía se expresa en la célebre fórmula de Einstein; E=mc2 que representa toda la energía encerrada en el universo”. Tuve que volver al punto de la Relatividad para sintetizar la teoría Quántica, pues la geometría del espacio está determinada por la materia que contiene. De hecho, bajo efectos gravitatorios enormes el espacio se curva (como en la periferia de un “agujero negro”). Las bellas figuras de Euclides, que tanto han entusiasmado a los idealistas, son prácticamente imposibles, porque la gravedad tiene influjo sobre la geometría del espacio y éste se curva. Aquí entramos en un campo donde las tranquilizadoras leyes de la lógica formal ya no se aplican. Y esto vale para el campo gravitatorio de las partículas quánticas. Entonces tenemos nuestra segunda sentencia Q ≠ T. Luego, Q + R ≠ T. Pero tanto la física quántica como la teoría de la relatividad tienen dinámicas dialécticas de movimiento material, como vimos en los dos casos. Cosa que el Dr. Amaru quiere negar por su desrazón mística e irracional. Quiere ser el nuevo Einstein, pero no llega a filósofo de cantina. Ahora, ¿son realmente la cuántica y la relatividad incompatibles? El vivaz Pedro Tamiz dice: “Antes de empezar con el heavy metal de la teoría cuántica de campos y la relatividad general, las aclaraciones pertinentes. Conozco muy poca gente que realmente entienda la relatividad general en todos sus detalles. Y, francamente, no conozco a nadie vivo que realmente entienda la mecánica cuántica moderna de verdad. Desde luego, yo personalmente no entiendo ninguna de las dos. (…) Bien, estimado Pedro, estarás pensando: ¿entonces por qué diantres escribes este artículo, pretencioso y descarado sinvergüenza? Porque mi definición de entender algo es bastante exigente – algo sí que sé de ambas teorías, pero decir que se entiende una teoría física tiene mucha tela. Y tercero, porque muchas veces los que saben de verdad se preocupan tanto de ser exactos y completos que nos dejan a todos los demás fuera. Tienes miríadas de fuentes de información acerca de este asunto – puedes buscar otras más completas. La mía, como siempre, pretende ser simple. El problema no es de incompatibilidad. Por ejemplo, un modelo del Universo geocéntrico y otro heliocéntrico sí son incompatibles: si uno es verdad, el otro debe necesariamente ser mentira. Y eso no pasa con la relatividad general y la mecánica cuántica. De hecho, antes de terminar os daré el nombre de al menos una docena de teorías que pretenden abarcar ambas.En primer lugar, no pasa porque la relatividad general se centra en explicar la fuerza de la gravedad y no las otras; y la cuántica pretende ser una teoría del todo, pero ahora mismo explica mucho mejor las fuerzas electromagnética y nuclear fuerte y débil – con la gravedad no funciona muy bien. (…) En resumen (por cierto, aún sigues leyendo esto…eres un campeón): las dos teorías no son incompatibles. De hecho, la teoría cuántica es ya casi gravitatoria, es decir, predice la relatividad general en circunstancias “normales”, y probablemente es una cuestión de tiempo que tengamos una que lo consiga incluso más allá de los límites actuales. ¿Llegaremos entonces al conocimiento exacto de los fenómenos que constituyen lo que llamamos ‘Universo’? No.” Cité arriba sobre la Teoria M, que pretendía unificar la Física Cuantica y la Teoría de la Relatividad. Pero para esto tenemos que entender que son las “supercuerdas”.

La Teoría de las Supercuerdas:

Según la ortodoxia actual de la física teórica, las supercuerdas constituyen el avance más excitante en muchos años, pues ofrecerían la posibilidad de reconciliar la teoría de la gravitación con la mecánica cuántica y, al mismo tiempo, la de unificar todas las fuerzas y partículas conocidas en la naturaleza. De allí que en la jerga se las llame, con cierta ironía, TOE (Theory of Everything, Teoría de Todo). La idea de utilizar un modelo de cuerdas (objetos extendidos unidimensionales) para describir una de las interacciones fundamentales entre partículas (la llamada fuerte, responsable por ejemplo de que protones y neutrones se mantengan dentro de un núcleo) data de fines de los años 60. Se buscaba por entonces una generalización, compatible con la relatividad restringida, al concepto de partículas puntuales en el que se basan las teorías de campos habituales. La idea básica de los modelos de supercuerdas es que las partículas elementales (con masas que son mucho menores que la masa de Planck) pueden ser tratadas como las excitaciones o vibraciones de baja energía de cuerdas. Las frecuencias de vibración de una supercuerda quedan determinadas por su tensión, estrechamente ligada con la masa de Planck, único parámetro con dimensiones de la teoría. De acuerdo con esta proposición, un electrón no es un "punto" sin estructura interna y de dimensión cero, sino un embrollo de cuerdas minúsculas que vibran en un espacio-tiempo de más de cuatro dimensiones. Un punto no puede hacer nada más que moverse en un espacio tridimensional. De acuerdo con esta teoría, a nivel "microscópico" se percibiría que el electrón no

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es en realidad un punto, sino una cuerda en forma de lazo. Una cuerda puede hacer algo además de moverse; puede oscilar de diferentes maneras. La Teoría M es una teoría transformadora en física, candidata a convertirse en la Teoría del todo que unifique las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza. La teoría M es una solución propuesta por el Dr. Edward Witten, que combina las cinco teorías de supercuerdas y supergravedad en once dimensiones. Tiene su origen en la Teoría de las cuerdas, según la cual todas las partículas son, en realidad, diminutas cuerdas que vibran a cierta frecuencia. Como esta teoría, se vive en un universo vibrando a cierta periodicidad, lo cual requiere al menos once dimensiones.

Esta teoría todavía no ha sido confirmada por la comunidad científica, ya que por el momento carece de pruebas empíricas. Si alguna vez fuera verificada experimentalmente, la Teoría M y la Teoría de las cuerdas supondría un revelador avance científico. Además carece herramientas matemáticas que todavía tienen que ser inventadas y son necesarias para un total entendimiento de la misma, ya que es bastante complicada.

Concluimos en esta parte que la “tetraléctica”, que no tiene parámetro científico alguno, no pasa de una gran farsa, y el Dr. Amaru un impostor, que con sus cantos de sirena, y presunta “lógica”, utilizando ecuaciones ya establecidas quiere imponer una nueva “razón” que no tiene nada de racional, y es la dezrazon de nuestro tiempo. Lo más grave es que sus falsías, falacias tienen eco a un sector de la población que es muy susceptible a “creer” en postulados de quienes tienen el titulo de doctor antes del nombre. Esto es todo de la primera parte del texto del Dr. Amaru. Hay cosas más caducas como la idea del biocentrismo (donde el tiempo no existe sin la vida, transformando el tiempo en un subjetivismo hueco), donde el Dr. Amaru supone superar la Guerra entre Biología y Religión, siendo la tetraléctica (como no podía dejar de ser, su “síntesis”). La segunda parte del texto dejaré para otro articulo, donde quiero hacer una critica a otro aspecto de la falsa ciencia llamada tetraléctica, su lado politico. Y obviamente las falacias psuedológicas sobre los cuadrados mágicos en la puerta del sol de Tiwanaco y el folklórico “socialismo inca”, que es un intento frustrado de algunos karas indigenistas, intentaren suplantar el marxismo. Adelanto que José Antonio Arze, uno de los iniciadores teóricos del marxismo en Bolivia, y realmente el fundador de hecho del PIR, dando origen a un núcleo que seria el Partido Comunista de Bolivia. Hay dos textos que están muy dentro del tema aquí, que son, “¿Fue socialista o comunista el Imperio de los incas?”, "Los modos de producción en el Imperio de los incas", en la introducción a los cuadernos Kovalesky de Marx, hechos por el vicepresidente Álvaro García Linera, donde hace una critica a la concepción de "semi-socialismo del imperio inca", que mantenía Arze. Estoy de acuerdo, con su crítica, pues este periodo incaico es pre-capitalista, y el socialismo solo puede nacer después del capitalismo. por mas que aparezcan quienes quieren clasificar el Imperio Inca, en el "MODO DE PRODUCCIÓN ASIATICO" que fue ínfimamente analizado por Marx, y que citó vez por otra en los Grundrisse, que nada más son que cuadernos borradores, para "El Capital", y tienen una carga de subjetivismo tamaña. En fin. Este debate es largo, pero tengo una certeza, EL SOCIALISMO INCA ES UN ABSURDO DE UNA MENTE ATORMENTADA y el marco teórico llamado tetraléctica no puede sostenerse por si misma pues no existe en el mundo real, solo en la dimensión inventada por el Dr. Amaru, la dimensión de la ciencia ficción más ridícula e idiotizante. Al inicio vimos como la “razón” es sobretodo una construcción histórica de clase. ¿Qué clase ó clases sociales estarían construyendo esta razón? Este proceso de cambio tiene que avanzar, tiene que profundizarse, no puede caer en las desrazones, en equivocaciones, incluso epistemológicas, que solo fortalecen a los enemigos de este proceso, a la derecha más cavernícola y a la ultraizquierda fiel a los intereses de los primeros. Y para que este proceso de cambio avance, hay que hacer una crítica a esta desrazón “tetraléctica” que solo contribuye para mantener las clases populares, y los pueblos indígenas en el obscurantismo más frenético. Descolonización, sí, neocolonialismo folklórico, no.

*Eduardo Lohnhoff Bruno, militante comunista.

Bibliografía:

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Page 13: Contribución para una critica de la desrazón tetraléctica

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