Contracorriente #33

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Masiva manifestación del 25S en Madrid Con palos y represión defienden al Régimen del ’78 y la democracia para ricos Salió Estrategia Internacional N° 28. Entrevista a Emilio Albamonte y Claudia Cinatti Número 33 // Septiembre 2012 www.clasecontraclase.org // [email protected] Precio 1 € // Apoyo 1,50 € por la reconstrucción de la cuarta internacional / ó rgano de Santiago Carrillo Toda una vida de traición a los trabajadores y la revolución Suplemento esspecial El retorno de la cuestión nacional catalana Huelga general y plan de lucha para “rescatar” a los trabajadores y el pueblo Solo se salva la primera clase Nos quieren distraer con un referéndum Un rescate para los capitalistas

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Contracorriente #33 | Periódico de Clase contra Clase - Estado Español

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Masiva manifestación del 25S en Madrid

Con palos y represión defi enden al Régimen del ’78 y la democracia para ricos

Salió Estrategia Internacional N° 28.

Entrevista a Emilio Albamonte y Claudia Cinatti

Número 33 // Septiembre 2012 www.clasecontraclase.org // [email protected] Precio 1 € // Apoyo 1,50 €

por la reconst rucc ión de la cuar ta in ternac iona l / órgano de

Santiago Carrillo Toda una vida de traición a los trabajadores y la revolución

Suplemento esspecialEl retorno de lacuestión nacional catalana

Huelga general y plan de lucha para “rescatar”a los trabajadores y el pueblo

Solo se salva la primera clase

Nos quieren distraer con un referéndum

Solo se salva la primera claseSolo se salva la primera clase

Un rescate para los capitalistas

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La economía internacional parece estar entrando en una nueva fase de la recesión. La situación de los países centrales comienza a extenderse a las llamadas “economías emergentes”. El margen de maniobra de los Es-tados disminuye y aumentan las po-sibilidades de saltos de la crisis que abran una situación no controlada por la burguesía.

A su vez están aumentando las tensio-nes entre los Estados. Los episodios más recientes los estamos viendo en Asia, con los roces chino-japoneses. Pero el epicentro más dinámico sigue siendo la crisis de la UE, que no sólo sigue abierta sino que las tendencias desintegradoras en su seno se pueden agravar, a pesar de las “calmas chichas” coyunturales. El futuro de Grecia, el probable rescate español y las condiciones que se le im-pongan, la posible extensión de la crisis de deuda a Italia... son los grandes inte-rrogantes por resolver. Toda esta situa-ción está provocando terremotos en los cimientos de los regímenes políticos, como es en el caso del Estado español.

Al borde de un rescate que agudizará la guerra contra los trabajadores

El “rescate” a la cuarta economía de la zona euro es más que probable. Ra-joy, continuando la línea de Zapatero, sigue imponiendo recortes draconianos a los trabajadores y la juventud para re-bajar la deuda y salvar a los capitalistas.

Sin embargo la deuda española ha escalado al 75,9% del PIB hasta los 804.388 millones. Es decir, en 12 meses ha aumentado un 14%. No se recuerdan cifras así desde 1913, cuando se alcan-zó una deuda del 76,7%.1 Todo con la incógnita añadida de si la ayuda prome-tida a los bancos -100.000 millones- y la nueva reforma financiera -con un banco malo incluido, que ya acumularía 75.000 millones en activos tóxicos solo de las entidades “nacionalizadas”- será suficiente.

Las posibilidades de un nuevo resca-te, después del aprobado pero no efecti-vizado aún al sistema financiero- crecen

cada día que pasa. El anuncio por parte de Mario Draghi de que el BCE, del que es Presidente, se volcaría a comprar deuda soberana en los mercados se-cundarios, ha hecho bajar la prima de riesgo desde sus máximos del verano. Sin embargo esta opción exige que el Estado español pida formalmente ayuda al Fondo Europeo y firme un memorán-dum que garantice el cumplimiento de los plazos de déficit y las reformas es-tructurales demandadas por Merkel, el BCE, la Comisión y el FMI.

Un panorama oscuro que sólo prome-te más sufrimiento para los trabajadores. Así lo reconocía De Guindos en el Con-greso, al señalar que “si no se corrige la situación” se tendrán que eliminar las actuales prestaciones sociales. Mientras se salvan a los grandes bancos y se pone en bandeja de plata el despido libre a la patronal, un millón y medio de familias están sin ningún tipo de ingreso en sus hogares, o el 40% de los asalariados ya pagan más impuesto que sus propios jefes, como recogen la última Memoria tributaria de Hacienda.2

La guerra contra los trabajadores y los sectores populares continúa y se agrava. Las respuestas siguen creciendo, tanto en la juventud como entre más sectores obreros. Todo a pesar de la criminal po-lítica de las direcciones sindicales que trabajan para evitar la coordinación y unificación de las luchas, retrasando la huelga general y con las maniobras de su campaña por el referéndum. Un cor-sé que está retrasando y amortiguando los golpes que por abajo va a recibir el Gobierno y el Régimen, pero que difí-cilmente podrán contenerlos del todo.

La crisis del Estado de las Autonomías se agudiza

La crisis capitalista está poniendo en cuestión los principales pilares del Ré-gimen del 1978. El crecimiento econó-

mico que había engrasado la relativa “paz social” -con la ayuda de la buro-cracia de CCOO y UGT- y la concordia entre los distintos sectores burgueses se ha esfumado y no parece que se vaya a recuperar en el medio plazo.

El modelo del Estado de las Autono-mías surgido en la mal llamada “transi-ción democrática” fue un desvío para la no resolución de las tareas democráticas como la cuestión nacional. Al calor de la crisis capitalista internacional este mo-delo está explotando por los aires, entre los planes recentralizadores del PP -apo-yados por la UE y los mercados-, las de-mandas de las regiones, y sobre todo las nacionalidades históricas, en contra de estos planes y por ampliar su porción de una tarta cada vez más pequeña.

En los próximos meses el Gobierno de Rajoy se enfrenta por un lado al aumen-to del sentimiento nacionalista catalán -como mostró la Diada- y las demandas de Arthur Mas, y las elecciones vascas y el muy probable ascenso electoral de la izquierda abertxale, por el otro. Además de las elecciones gallegas, en un mo-mento en que la relación Feijó-Rejoy no atraviesa por la mejor época.

A Rajoy se le abre pues un nuevo frente, pero este puede terminar apun-tando a los cimientos del mismo Régi-men. El surgimiento de un movimiento democrático por derechos de autodeter-minación, a pesar de las direcciones pro-burguesas que lo capitanean que están represtigiando a CiU y el Govern, puede convertirse en otro ariete contra uno de sus pilares, la negación explícita de este derecho en la Constitución del ‘78.

Por un Partido Revolucionario de Trabajadores

Evidentemente ni el PP ni el PSOE, y tampoco el PNV o CiU (más allá de

EDITORIAL

Editorial

Se profundiza la crisis económica y del Régimen del '78 - p.2

Un nuevo intento de desviar la lucha de clases y preservar el Régimen político - p.3

Estado Español El racismo sanitario del PP - p.4

Luchar contra el racismo es luchar contra el imperialismo - p.5

Movimiento Obrero

Aporte a un balance. Lucha minera: ¿y ahora? - pp.6-7

CGT. ¿Cómo avanzar en la lucha contra la burocracia sindical? - p.8

Partido Jornadas de Verano de NP y CcC. Sentar las bases de una gran organización revolucionaria - pág. 9 Libertades Democráticas

25S. Con palos y represión defienden al Régimen del ’78 y la democracia para ricos - p.10

Debate A propósito del 25S, un debate sobre la asamblea constituyente y la democracia - pp.11-13

Historia

Santiago Carrillo. Una vida de traición a los trabajadores y la revolución - pp.14-15

Formación Marxista Seminarios de Verano. El marxismo de León Trotsky - p.16

Internacional

Estrategia Internacional N° 28. Entrevista a Emilio Albamonte y Claudia Cinatti - pp.17-18

Ola de huelgas mineras en Sudáfrica - p.18

Chile: “segundo round” de la lucha estudiantil - p.19

Contraportada

72 años del asesinato de León Trotsky. Importantes eventos de los grupos de la FT-CI.

SUMARIO

Número 33 // Septiembre 2012

Se profundiza la crisis económica y del Régimen del ‘78

por CARLOS MURO Y SANTIAGO LUPE

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El Estado Español está al borde del rescate financiero y el escenario de ataque generalizado se profundiza sin pausa. Pero también se viene multiplicando la lucha de clases como lo demostró el crítico mes de julio en el que se concentraron el conflicto minero y la explosión de las movilizaciones del sector público. Fue entonces que la burocracia de CCOO y UGT brindó otra vez un gran servicio al Régimen ayudan-do a “desactivar” los peligros de la situación. Así desconvocó la huelga minera en su punto más alto tras la Marcha Negra a Madrid,1 postergó indefinidamente una nueva huelga general y dejó aisladas las protestas de los trabajadores públicos.

Sin embargo, a pesar de estas traicio-nes, el otoño se avecina insuflado de nuevos conflictos y la cadena de la paz social tiembla por sus eslabones más débiles, aquellos sectores en los que el corsé de los Toxo y Méndez menos fuerza tienen, sobre todo la juventud, pero también en muchos sectores de trabajadores. Acciones de lucha en el sector de educación, la huelga general en el País Vasco el 26S, y la lucha de los trabajadores del Transporte el 17S son ejemplos en este sentido. En este marco de múltiples focos de conflicto, Toxo y Méndez no pudieron mantener una política de desmovilización total como lo han hecho desde el 29M. La presión “desde abajo” les obligó a po-nerse de nuevo en movimiento.

15S, o cómo calentar lo que queda del verano para enfriar el otoño

El 15S fue una gran movilización. La clave fueron los sindicatos, aunque fue convocada por la Cumbre Social impulsada por COOO y UGT junto a otros sindicatos menores y ONGs. Centenares de miles de manifestantes participaron de la protesta. Cuatro co-lumnas y seis mareas con sus colores desde distintos puntos de Madrid. Una importante fuerza social que expresó de múltiples formas la bronca contra el

Gobierno y los ajustes. También parti-cipó un importante bloque crítico del 15M y la izquierda sindical. Un hecho auspicioso, ya que muestra un cambio en la tradicional línea abstencionista y sectaria hacia las bases de CCOO y UGT (usualmente seguida de altas do-sis de oportunismo) que ha mantenido la izquierda sindical, particularmente la CGT. Desde Clase contra Clase, par-ticipamos con una pequeña delegación de compañeros dentro del “bloque crí-tico”, denunciando la pasividad de la burocracia y exigiendo un plan de lu-cha nacional y una nueva huelga gene-ral. Sin embargo, para medir las conse-cuencias políticas del 15S es necesario indagar sobre los objetivos políticos de sus convocantes. Toxo fue el encarga-do de dejar clara la nueva táctica: “los que votaron al PP tienen derecho a que se les explique por qué se abandonó el programa con el que se concurrió a las elecciones y que se les permita expresar su opinión en las urnas con un referéndum sobre la política eco-nómica española...”, un discurso que sonaba como música para los oídos de los varios miembros de la dirección del PSOE que participaron en la ma-nifestación. Lejos de cualquier visión edulcorada y superficial, como la de al-gunos sectores de la llamada izquierda anticapitalista, el 15S fue el escenario diseñado por los líderes sindicales para desplegar una nueva política para des-viar la lucha de clases.

La trampa del Referéndum

Cuando los trabajadores y sectores populares están sufriendo las brutales consecuencias de los recortes, la gran política de CCOO y UGT es nada me-nos que “montar ‘comités pro-referén-dum, como se hizo con el referéndum de la OTAN en 1986’”2. Una política cuyo principal objetivo es contener la lucha de clases, intentando desviar la movilización obrera y popular hacia las amañadas urnas de un improbable referéndum, negando la necesidad de contar con la centralidad obrera y sus métodos para enfrentar al gobierno y diluyendo a los trabajadores en la “ciudadanía”. Pero al mismo tiempo, un intento de fortalecer las alicaídas ilusiones en la degradada democracia

española y el reaccionario Régimen del ‘78, al cual tanto aportaron los lí-deres de los sindicatos a parir y soste-ner. Sin embargo, esta línea tiene una gran contradicción, ya que a pesar de las ilusiones que aún quedan en la de-mocracia burguesa, la rabia social difí-cilmente pueda desviarse juntando fir-mas. Es por ello que en su discurso el 15S, Toxo tuvo que culminar diciendo que la huelga general no estaba descar-tada... Consciente de las presiones por abajo la burocracia hará lo imposible para que, si se ve obligada a convocar a una nueva huelga general, la misma esté lo menos preparada posible.

Preparar una nueva huelga general

Es necesario que las luchas en curso continúen y se unifiquen detrás de la exigencia de una nueva huelga general y un plan de lucha en todo el Estado que derrote los planes de ajuste. En esta faena, las organizaciones de la izquier-da sindical y los activistas honestos y combativos de CCOO y UGT pueden jugar un gran papel organizador. La convocatoria de CGT para una huelga general el 31 de Octubre, aunque le so-bran justos motivos, no deja de ser for-mal si la misma no se organiza como una huelga del conjunto del movimien-to obrero.3 Para ello, es necesario hacer una gran campaña de organización en todo el Estado por la Huelga General, comenzando por convocar asambleas en todos los lugares de trabajo, bus-cando confluir con los sectores más críticos y combativos de las bases de CCOO y UGT, a la vez que organizar a los sectores de trabajadores más explo-tados que sobreviven con trabajos pre-carios y están fuera de los sindicatos. Para que la crisis la paguen los capita-listas, los trabajadores deben dotarse de un programa que unifique sus filas y plantee una salida para el conjunto de masas explotadas y oprimidas que son la mayoría aplastante del país. Esta es la tarea del momento.

EDITORIAL

su demagogia para negociar sus condi-ciones con Madrid), van a resolver los principales problemas de los trabajado-res y la juventud, ni tampoco la opre-sión nacional contra las nacionalidades. Todos ellos han sido los padres de este Régimen y todos están de acuerdo en hacer pagar la crisis a los capitalistas. Tampoco IU con su proyecto de refor-mar el capitalismo y sanear el Régimen, que su antecesor, el PCE con el recien-temente fallecido Santiago Carrillo a la cabeza, contribuyeron a levantar.

Es necesario que los trabajadores em-pecemos a levantar un programa para que la crisis la paguen los capitalistas, que luchemos por el reparto de las ho-ras de trabajado sin reducción salarial, la expropiación bajo control obrero de toda empresa que cierre o despida, la nacionalización de la banca bajo con-trol de los trabajadores y los usuarios... Y al mismo tiempo que luchemos con nuestros propios métodos, sobre la uni-dad de todos los trabajadores del Estado y de manera totalmente independiente de todos los sectores burgueses por las demandas democráticas justas, como el derecho de autodeterminación de Cata-lunya y Euskadi.

Para hacer triunfar este programa de-beremos barrer con todos los obstáculos que se levantan para hacernos fracasar: la burocracia sindical, el reformismo y los sectores nacionalistas. Los trabaja-dores debemos levantar nuestra propia organización política, que se proponga luchar por una perspectiva revoluciona-ria contra este Gobierno y el Régimen, por acabar con el Régimen del ‘78 e im-poner un Gobierno de los trabajadores, que sobre las ruinas de la Monarquía de Juan Carlos I y su Constitución re-suelva todas las demandas democráticas estructurales pendientes y avance en la expropiación y la confiscación de los capitalistas para solucionar todos los problemas de la clase obrera y los sec-tores populares.

La aceleración de la crisis del Régi-men y la fortaleza que aún tienen quie-nes trataran de apuntalarlo, contener y desviar nuestras fuerzas en la lucha, hacen pues que la tarea de construir un Partido Revolucionario de Trabajadores sea haga cada vez más actual y urgente.

por DIEGO LOTITO

NOTAS 1 “La deuda pública sube al 75,9% del PIB, su mayor nivel en un siglo”, El País.2 “El lado oscuro del ajuste”. Joaquín Estefanía, El País.

El Referéndum de Toxo, Méndez y su Cumbre Social

Un nuevo intento de desviar la lucha de clases y preservar el Régimen político

NOTAS 1 Ver artículo “Lucha minera: ¿y ahora?” en este número de CC.2 El País, “La gran marcha sobre Madrid abre un otoño sindical caliente”, 15/09/20123 Ver artículo polémica con CGT.

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4 ESTADO ESPAÑOL

El racismo sanitario del PP

“Juro que no negaré asistencia sanitaria a nadie, salvo que no tenga N.I.E ni D.N.I”

Con esta frase irónica cientos de médicos y médicas están impulsando una campaña contra de las medidas racistas y xenófobas del Gobierno del PP, que restringen el derecho a la sanidad pública a los inmigrantes en situación irregular. Médicos y médicas de familia, profesionales de todas las especialidades médicas, de enfermería o administrativos de sa-lud plantearon que: “queremos ser-vir de vehículo de transmisión para que el personal sanitario reivindique, ejerza su derecho a la resistencia y su derecho a curar a toda persona que lo requiera, independientemente de su situación administrativa”.1

Mientras, organizan manifestaciones junto a las asociaciones de inmigrantes, los médicos se niegan a aplicar la nueva medida del Gobierno del PP publicada en abril de este año, tras un real decreto que anuncia nuevas reformas de la Ley de Extranjería para poner en marcha aún más restricciones2. Esta vez, la reforma juega con la vida y la muerte de las per-sonas inmigrantes en situación legal irregular: “El padrón no les bastará”, ha manifestado la Ministra de Sanidad Ana Mato, quien explicó que para otor-gar la tarjeta sanitaria se verificará que quienes la solicitan “de verdad” viven y “trabajan como nosotros y pagan sus impuestos”. Es decir, que tienen resi-dencia legal en España.3 Por tanto, sólo podrán acceder a las urgencias, la ma-ternidad y los cuidados de los niños, que es la asistencia básica asegurada a cual-quier persona. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, la población de extranjeros residentes en España es de 5.711.040 personas, y el número de extranjeros en situación legal asciende a 5.251.094, según el ministerio de Em-pleo. O sea, la cifra de ciudadanos “sin papeles” que podrían verse afectados alcanzaría al medio millón de personas.

¡La culpa no es de los inmigrantes, es de los capitalistas!

Esta medida supone un giro radical a la política aplicada desde el año 2000

bajo un Gobierno también del PP, pre-sidido por José María Aznar. En esos tiempos la economía “estable y en creci-miento” necesitaba de una masiva mano de obra barata para ocupar puestos de trabajo en sectores como los servicios o la construcción. Es así que la Ley de Ex-tranjería, reformada por última vez en el año 2000, establecía que los extranjeros que se encontraban en el Estado español inscritos en el padrón del municipio en el que residían tenían “derecho a la asis-tencia sanitaria en las mismas condicio-nes de los españoles”. Los que no tienen ni el padrón, tienen derecho a las urgen-cias, la maternidad y la atención infan-til. Hasta 2000 únicamente se reconocía el derecho a la atención sanitaria gratui-ta y sin trabas administrativas a los ex-tranjeros en la atención de urgencias, ya fuera por accidente o por padecer una enfermedad grave hasta que el paciente recibiera el alta. También se atendía la asistencia al embarazo, parto y postpar-to, y los cuidados a los menores.

Sin embargo hoy, ante el pinchazo de la burbuja inmobiliaria de la que se aprovecharon las empresas constructo-ras y ante una crisis que está dejando millones de parados, estos trabajadores son despreciados con toda una serie de medidas racistas y xenófobas. Es que ya no sirven más para llenar los bolsillos

de los empresarios corruptos, enriqueci-dos por los pactos de las constructoras y los bancos. De más está decir que estos negocios multimillonarios salpicaron a políticos tanto del PP como del PSOE. Por tanto, estos trabajadores y trabaja-doras ya no son útiles para los capita-listas, motivo por el cual mientras se los declara culpables de la crisis, se los destina a los CIES (Centros de Interna-miento para Extranjeros), expulsiones, más discriminación y como si esto fue-ra poco, la exclusión a un derecho tan elemental como la atención médica; es decir casi la muerte.

La causa de la migración está en el mismo sistema capitalista imperialis-ta: la huida de millones de inmigrantes de sus países de origen está impulsada por los Gobiernos y multinacionales imperialistas que, mientras expolian a los países coloniales o semicoloniales de América Latina, África, Asia y Eu-ropa del Este, condenan a la miseria y al hambre a millones de personas. Por eso los trabajadores nativos tenemos que unirnos y luchar por las reivindica-ciones de los sectores más explotados y oprimidos de la sociedad, pelear contra las medidas xenófobas y racistas de este Gobierno imperialista como el del Esta-do español. Pelear también porque sea en base a los beneficios millonarios de

esos pulpos imperialistas cómo se re-suelva el problema del empleo de traba-jadores nativos y extranjeros, mediante el reparto de horas de trabajo entre los obreros disponibles. Por eso es un im-portante ejemplo el rol de estos médicos y médicas que se oponen a las medidas de Rajoy. Es más importante que nunca la unidad en la lucha contra estas durísi-mas medidas racistas.

¡Abajo la Ley de Extranjería!

¡Papeles para todos!

¡Regulación inmediata sin condiciones!

¡Por el cierre de los CIES!

¡Nativa o extranjera, la misma clase obrera!

por CYNTHIA LUB

NOTAS 1 El País, 22/08/2012.2 Real Decreto-ley 16/2012, de 20 de abril, para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacio-nal de Salud.3 El País, 26/06/2012.

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5ESTADO ESPAÑOL

Deportaciones masivas de Isla de Tierra

Luchar contra el racismo es luchar contra el imperialismo

Si el ataque contra el conjunto de la clase trabajadora viene siendo brutal, más aún lo es en los sec-tores más explotados y oprimidos de nuestra clase: los inmigran-tes. Desde comienzos de la crisis capitalista no cesan las medidas políticas, económicas e ideológicas contra ellos, acompañadas por los efectos de la crisis que de ninguna manera son iguales a los que sufren los trabajadores nativos. Los dra-máticos hechos de Isla de Tierra, -pasados al olvido por todos los medios informativos- son testigo de las relaciones de opresión y expolio que mantiene el Estado español con sus dominios coloniales. La Isla de Tierra es parte del archipiélago de las Islas Alhucemas -de soberanía española- junto a Isla de Mar y el Peñón de Alhucemas. La isla de Tierra -igual que la isla de Mar- se encuentra totalmente deshabitada y está apenas a unos 50 metros de la playa marroquí de Sfida (Ajdir). Ambas islas están cercadas con es-pinas de alambre desde los sucesos de la Isla de Perejil del año 2002.1

En la madrugada del pasado 4 de Septiembre, fuerzas de seguridad del Estado español y de Marruecos des-embarcaron en la Isla de Tierra donde se encontraban desde el 29 de agos-to casi 90 inmigrantes subsaharianos, para expulsarlos y entregar a 73 de ellos a la Gendarmería de Marrue-cos. Han sido “complacientes” con dos mujeres madres de dos menores y otros seis niños, -desde un bebé de 10 meses hasta un adolescente de unos 16 años- que fueron trasladados al Hospital Comarcal de Melilla. Esta “expulsión masiva” ha sido denuncia-da hasta por Amnistía Internacional y varios medios han denunciado abusos y malos tratos, siendo por ejemplo in-mediatamente esposados y golpeados para su deportación.

Esta parece ser la mayor oleada de inmigrantes llegados a peñones e is-lotes de soberanía española situados en el norte de África, quienes tras su expulsión al desierto entre Marruecos y Argelia, a cientos de kilómetros de distancia, han quedado abandonados

a su suerte. Más allá de las causas hipócritas anunciadas por el Gobier-no -chantaje y acción orquestada por mafias, etc.- este casi centenar de personas son parte de los millones de migrantes que huyen desesperados de sus terribles condiciones de pobreza: para ellos el hambre y la miseria no tiene fronteras ni vallas, por lo que han intentado ser trasladados a Melilla o a la Península. El PSOE ha dado apoyo al Gobierno del PP en esta operación, lo cual no es de extrañar cuando el Gobierno del Zapatero ha estado en la avanzada de las reformas de Leyes de Extranjería y la extensión de los CIEs.

Un pueblo que oprime a otro pueblo nunca podrá ser libre

El racismo y la xenofobia están azotando a Europa en general y sobre todo a los países más castigados por la crisis como es Grecia o el Estado español. Se habla de la inmigración como una de las causas de la crisis: la culpa de la falta de trabajo o del “abu-so de la sanidad” es de los inmigran-tes. De esta manera se está aludiendo que el flujo migratorio de los sectores más oprimidos y explotados de la so-ciedad busca mejorar sus condiciones de vida huyendo de la pobreza de sus países de origen; pobreza causada por el expolio y la explotación de los paí-ses imperialistas. Sin embargo, es más fácil culpabilizar a las víctimas de su condición de víctimas como funda-mento para las acciones y la creación

de leyes e instituciones más aberrantes como son los CIEs -Centros de Inter-namientos para extranjeros-, la Ley de Extranjería, la restricción a derechos elementales como la Sanidad Pública y las expulsiones masivas como las de Isla de Tierra.

Es que este Régimen del 78’, entre las herencias del Franquismo man-tiene su carácter colonialista. Por un lado, mantiene sus enclaves en Ceuta y Melilla, las llamadas históricamente “plazas mayores” hasta que en 1995 se transformaron en ciudades autóno-mas. Estas son superiores a un muni-cipio pero inferiores a una comunidad autónoma en materia de autonomía territorial. Por otro lado, las denomi-nadas “plazas menores” que son los pequeños islotes de la costa septen-trional de África, deshabitados pero con dispositivos militares: las Islas Chafarinas, Islas de Alborán, Islas de Alhucemas, Peñón de Vélez de la Gomera. Éstas están directamente gobernadas por el Gobierno del Esta-do español, desde -nada más y nada menos- el año 1936 tras la guerra del Rif, es decir, cuando el 17 y 18 de ju-lio quedan desde el primer momento en el bando de las tropas de Franco: una clara herencia del Franquismo. En el año 1956, aunque España había derogado su protectorado y recono-cido la independencia de Marruecos, los islotes no se vieron afectados en su estatus, puesto que nunca formaron parte de dicho protectorado. Al día de hoy, estos islotes -a diferencia de

otros como Alborán que pertenece a la provincia de Almería-, no pertenecen ni a Ceuta ni a Melilla ni a ninguna otra provincia; como se pretendía ha-cer en los estatutos de autonomía de 1986 tras un intento de reparto de los islotes. Por tanto, como parte del te-rritorio del Estado español, son con-siderados parte también de la Unión Europea.

Mientras peleamos por la unidad del conjunto de la clase trabajadora con los sectores más oprimidos y explota-dos de la sociedad, es necesario luchar contra el propio Gobierno imperialis-ta. Un pueblo que oprime a otro pue-blo nunca podrá ser libre: debemos luchar contra el imperialismo español y sus multinacionales, por la retirada de las tropas en el extranjero, por la devolución de los enclaves coloniales de Ceuta y Melilla, por el fin de apoyo y sostén de regímenes reaccionarios como los del mundo árabe, por la en-trega de las posesiones de las multina-cionales españolas expoliadoras a los diferentes países donde operan como en América Latina o África.

por CYNTHIA LUB

NOTAS 1 Los sucesos de la Isla de Perejil se desarro-llaron en el año 2002 cuando un grupo de gen-darmes marroquíes llegaron al islote, hasta que fueron desalojados por tropas españolas. La isla ha vuelto a quedar desalojada sin ningún trata-do bilateral o multilateral de acuerdo sobre qué Estado tendría la soberanía sobre el islote. Esta isla que está situada en el estrecho de Gibraltar y al noroeste del núcleo urbano de la ciudad de Ceuta -también bajo soberanía española.

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6 MOVIMIENTO OBRERO

Si ha habido una lucha que ha im-pactado en los últimos meses en el Estado Español, e incluso podemos decir, a nivel internacional, es la lucha protagonizada por los mine-ros. Una lucha heroica, de 65 días de huelga indefinida.

Un ataque calculado Todo empieza en el mes de mayo

cuando el gobierno del PP decide lanzar un ataque categórico contra la minería española. Esta ya llevaba un proceso histórico de desmantelamiento continuado. Recordemos, por ejemplo, en los años ‘80, la reconversión indus-trial de la época del Gobierno de Felipe González que supuso el cierre de las de la mitad de las minas existentes. Inclu-so las direcciones sindicales mineras, junto con la patronal minera, ya habían aceptado un plan de cierre gradual ba-sado en la reconversión industrial de las comarcas y trabajadores que viven de la minería, para que en el 2018 no quedara prácticamente minería en el Estado Español.

Sin embargo, ahora lo que se estaba planteando era el cierre inmediato de la mayoría de las minas, como consecuen-cia del retiro de las subvenciones al sec-tor, por las que se mantiene actualmen-te la minería. Lo que quería el Gobierno era que a finales de este año 2012, las minas “no rentables”, es decir casi su totalidad, estuvieran cerradas sin ese periodo transicional hasta 2018 pactado con la promesa de buscar nuevos secto-res productivos que dieran cabida a los que hoy en día viven de la minería. Una promesa de dudoso cumplimiento, so-bre todo si miramos el resto de regiones cuya industria minera, sidero-metalúr-gica o naval se ha ido reconvirtiendo en las últimas décadas, y que hoy forman parte de las regiones del país más depri-midas económicamente y con mayores tasas de desempleo.

El aceleramiento del cierre de las mi-nas era una decisión política impuesta en parte por el imperialismo alemán, que quiere quitarle a su propio sec-

tor capitalista minero la competencia de la minería del sur de Europa, pero también por parte del Gobierno español fue una política consciente de atacar e intentar derrotar a un sector emblemá-tico de la clase obrera, incluso a riesgo de irse de la relación de fuerzas; es de-cir, una “lucha de clases”, en el sentido más clásico del término. Decimos que no fue una decisión económica, ya que las ayudas al carbón solo suponen unos 300 millones de euros; cantidad casi insignificante para el cumplimiento del objetivo de reducir déficit, la principal excusa enarbolada por el Gobierno.

La respuesta obrera: huelga indefinida y Marcha Minera

Como vemos el ataque del gobierno era a “vida o muerte”, es decir, lo que estaba planteado para los mineros era su propia supervivencia, la de sus familias y la de las comarcas mineras en lo inme-diato. El ataque era excepcional, y la res-puesta también debía serlo. Los mineros respondieron con una gran lucha, heroi-ca, con gran voluntad de combate, que se expresó en el acatamiento de la huelga indefinida durante más de dos meses y con acciones y métodos radicalizados: cortes de carretera, duros enfrentamien-tos con la Guardia Civil, encierros en las minas, encierros de las mujeres de los mineros, etc., que les ha hizo ganarse la solidaridad de amplios sectores sociales.

El ejemplo más claro de esto fue el recibimiento multitudinario, de miles de personas llegadas de todos los rinco-nes del Estado, a la “Marcha Negra Mi-nera”, que tras varias semanas de mar-cha a pie desde Asturias, León, Ciudad Real y Teruel, llegó a Madrid el pasado 10 de julio. Los gritos en la llegada a Madrid durante la noche y en la mani-festación del día siguiente, como ¡Ma-drid entera se ha vuelto minera!, o ¡Que sí nos representan!, son una muestra emotiva del gran caudal de solidaridad que arropó a los mineros.

La política de las direcciones sindicales y el fin de la huelga

Sin embargo, la voluntad de lucha de los mineros, sus métodos y su vocación de unidad obrera y popular como em-brionariamente tendieron a plantear en algunas localidades, así como el impac-to de la lucha minera en la juventud y otros sectores del movimiento obrero, no fue acompañada por una política para vencer por parte de sus direccio-nes sindicales.

Si esta actitud se vio durante toda la huelga, aún más se manifestó tras la lle-gada a Madrid. El impresionante éxito de la Marcha marcaba el momento de pasar a medidas más ofensivas: gene-ralizar la lucha, organizar la caja de

resistencia, llamar a la coordinación y la huelga general estatal de apoyo y jugarse a torcerle el brazo al Gobierno. Pero la política de la burocracia sin-dical fue la opuesta. Temerosa de las tempestades que pudieran desencade-nar un llamamiento a pasar a la ofen-siva y radicalizar el conflicto, comenzó a “retroceder ordenadamente”... ya lo hizo en la manifestación el día siguien-te en Madrid, con su actitud frente a la represión policial que fue humillante para los propios mineros. Así, sin de-jar de bailar al son de reuniones con el Gobierno que nunca llegaron a nada y aprovechando el cansancio, la burocra-cia empezó a plantear medidas simbó-licas (recogidas de firmas, protestas en los pueblos contra los concejales del PP, etc.), contra las medidas más duras (cortes de carreteras, vías férreas y ac-cesos a centrales térmicas), al mismo tiempo que impulsaba asambleas por empresas para dividir el conflicto des-de adentro, apoyándose en los sectores más desmoralizados que querían levan-tar incluso desde antes.

Lo ocurrido no es más que la con-secuencia lógica de un planteamiento mal dirigido desde el principio por las direcciones sindicales. Si bien la tácti-ca de “huelga indefinida” podía ser co-rrecta, con el objetivo de evitar el cierre cortando el suministro de carbón a las térmicas y hacer retroceder al gobierno,

Aporte a un balance de 65 días de huelga indefinida

Lucha minera: ¿y ahora?

por JORGE CALDERÓN, Profesor de Enseñanza Secundaria de Zaragoza y afiliado a CGT Enseñanza

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7MOVIMIENTO OBRERO

ésta sin embargo no estuvo acompañada de una política para fortalecer, naciona-lizar y generalizar el conflicto, la única manera de derrotar a un Gobierno que no estaba dispuesto a retroceder y con su ataque al movimiento minero siem-pre tuvo el objetivo de dar una lección al conjunto de la clase trabajadora. Una política así no podía llevar más que a un “callejón sin salida” que obligara pa-sado un tiempo a poner fin a la misma debido al cansancio y al gran desgaste físico y sobre todo económico de los mineros y sus familias, acumulado tras 65 días de huelga.

Esta política de fortalecimiento de la huelga, como hemos dicho, consistía en toda una serie de acciones que son parte de la tradición de lucha del movimien-to obrero español, y van desde algunas elementales como la creación de una caja de resistencia estatal, que permi-tiría aguantar económicamente tantos días sin recibir el salario -algo que la burocracia sindical dejó completamen-te de lado desde el inicio de la lucha-, hasta el llamamiento a una huelga ge-neral de solidaridad del resto de la clase obrera para que triunfe la lucha minera, pasando por la unión de los mineros con todos los sectores que en la industria y el sector público estaban encarando despidos y recortes, el movimiento es-tudiantil, etc.

Desgraciadamente, la burocracia sin-dical de UGT y CCOO que dirigió la huelga no tuvo el mismo carácter com-bativo, de lucha y “de clase” que el resto de los mineros. Al contrario, las medidas de lucha se lanzaron manteniendo un acuerdo implícito de “unidad de acción” con la propia patronal minera, asumien-do sus reivindicaciones y haciendo pa-sar que sus intereses y los de los traba-jadores eran los mismos. ¿Cómo ir “de la mano” con los mismos empresarios que les hacen trabajar en las condiciones más duras y llevan años viviendo de las ayudas públicas, ayudas que solo han servido para llenarse los bolsillos, y no para modernizar las minas y mejorar los salarios, dándose incluso muchas casos de impagos de los mismos? Si, lamen-tablemente las direcciones de UGT y CCOO, ataron la suerte de los mineros al destino de los empresarios, en vez de confiar en la fuerza de los trabajadores

y plantear un plan de lucha obrero inde-pendiente del Estado y de los capitalis-tas, como la nacionalización de las mi-nas bajo control obrero.

Por todas estas causas, tras 65 días de huelga indefinida, ésta fue levantada a principios de agosto por la burocracia sindical con el argumento de que era un simple “parón” para coger fuerzas y vol-ver en septiembre, una forma de justifi-car una política claudicante.

El (pequeño) papel de la izquierda sindical y política

Si malo ha sido el papel de la buro-cracia sindical de UGT y CCOO que dirigió la huelga minera, el papel juga-do por la llamada “izquierda sindical y política” -principalmente del sindicato más fuerte y prácticamente el único con implantación en todo el Estado, la CGT- tampoco estuvo a la altura de plantear una alternativa para el conflicto. Con su peso relativo en todo el Estado, la CGT podría haber planteado una campaña na-cional de apoyo a la lucha, llamando ac-ciones de solidaridad, organizando una caja de resistencia, etc.; lo que hubiera significado un enorme espaldarazo a la lucha y una referencia para los sectores más combativos de los mineros, que sa-biendo que sus direcciones les llevaban a la derrota podrían haber visto una al-ternativa para seguir. En lugar de esto mantuvo una política entre “sectaria” -por ser una lucha “de CCOO y UGT”- y de “apoyo pasivo”, sin involucrase mucho en el conflicto más que con un apoyo simbólico y testimonial.

El papel de la izquierda política, sobre todo de lo que denominamos “centris-mo”, la izquierda llamada anticapitalis-ta, también ha consistido solo en apoyos simbólicos a la lucha sin hacer ningún tipo de crítica a la política traidora de las direcciones sindicales que dirigían la lucha, ni tampoco exigencias a la iz-quierda sindical para que se pusiera a la altura de las circunstancias.

Balance y perspectivas de un primer embate

Debido al levantamiento de la huelga y al gran desgaste sufrido, el resultado de la misma se puede calificar de una

“derrota parcial”. Decimos que es una derrota porque el objetivo principal de la misma, que era frenar la eliminación de las ayudas del carbón para este año, no se ha conseguido. Sin embargo, esta es “parcial”, porque a pesar del rol de sus direcciones, la lucha minera ha con-seguido frenar “momentáneamente” la idea inicial del gobierno, que era el cie-rre de casi toda la minería para finales de este año.

A pesar de esto, en las minas ya se es-tán produciendo despidos de los secto-res más precarizados como las subcon-tratas, etc., y en algunas empresas ya se están dando problemas de cobro de las nóminas. Es que no solo el Gobierno, sino también la patronal, está ahora más envalentonada que el julio.

Entre los mineros, si bien no hay una sensación generalizada de derrota y el conflicto sigue abierto, las condiciones en que se debe re-emprender la lucha están signadas por el resultado del pri-mer embate y las consecuencias de la política de la burocracia sindical, que ha roto la unidad y quiere seguir am-pliando brechas y quitando ánimos de combate. Sin embargo ya empiezan a verse nuevos combates de los mineros. Un claro ejemplo de esto es el caso de las minas pertenecientes al conglome-rado de empresas de Victorino Alonso, conocido ya por sus continuos ataques laborales y salariales a los trabajado-res; donde debido a estos problemas de cobro se ha reactivado el conflicto y se están produciendo paros parciales en la comarca del “Bierzo”, que hace que ac-tualmente entre Asturias y León ya haya mas de 2100 mineros en huelga. Ade-más las mujeres mineras, al igual que hicieron durante la huelga indefinida, están dado un ejemplo de coraje y lucha con acciones como el corte de la entrada a la central térmica de la zona.

Estas acciones, aunque todavía aisla-das, al igual que otros ejemplos interna-cionales como la lucha de los mineros en la isla italiana de Cerdeña o en Sud-áfrica, así como la extensión de con-flictos laborales de otros sectores de las comarcas mineras, puede hacer que la lucha se vaya reactivando. Esta sin em-bargo, no puede quedarse en conflictos aislados por empresa, sino que deber ser

tomado de nuevo como una lucha gene-ral a nivel estatal.

¡Comités de Huelga y Plan de Lucha Estatal por la Nacionalización de las minas bajo control obrero!

Para que la lucha minera resurja con fuerza –a pesar del desgaste acumula-do de la huelga– y mantenga su espíritu combativo, es necesario que los mineros se libren de la “tutela de la burocracia sindical” que les imponía una unidad sin principios con la patronal. Para ello, es necesario que el conflicto sea dirigido por organismos de lucha organizados desde las bases, que elijan democrática-mente un comité de huelga representa-tivo que levante unas reivindicaciones independientes de la patronal.

Un organismo así puede plantearse el objetivo de llamar a un plan de lucha es-tatal y proponer un programa de salida a la crisis del sector minero que sea a favor de los trabajadores y la población pobre de las comarcas: la ¡Nacionali-zación de las minas bajo control obre-ro! Pensamos que solo de esta forma, librándose del control patronal, con la ayuda pública, pero controlada por los propios trabajadores, los trabajadores y habitantes de las cuencas mineras en el Estado Español pueden tener un futuro.

Al mismo tiempo, es necesario que la lucha se unifique con otros sectores que ya se han movilizado y seguirán movili-zándose, como educación, sanidad, etc., coordinándose con el conjunto de la cla-se trabajadora que va a tener que salir a la calle con fuerza para poder frenar los duros ataques del gobierno de Rajoy.

Los militantes de Clase contra Clase y de la Agrupación Revolucionaria No Pasarán hemos apoyado y seguiremos apoyando incondicionalmente esta lu-cha. Con nuestras limitadas fuerzas llamamos a la solidaridad, nos movili-zamos juntos a los mineros y organiza-mos acciones de solidaridad en Madrid, Zaragoza y Barcelona, planteando un programa alternativo para el triunfo de la lucha. Hoy más que nunca es necesa-rio redoblar el apoyo a los mineros para que continúen su lucha. Si triunfan los mineros, triunfamos tod@s.

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8 MOVIMIENTO OBRERO

Ante el llamado a la Huelga General de CGT

¿Cómo avanzar en la lucha contra la burocracia sindical?

La CGT ha anunciado la convoca-toria de un paro general de 24 horas en todo el Estado español para el próximo 31 de octubre. Parece que la convocatoria va a contar con el apoyo de la llamada izquierda sindi-cal o de clase -como el SAT, la CSI y otras fuerzas más reducidas- y por sectores del 15M.

Sin duda la ofensiva que está lan-zando el Gobierno del PP y los de las Comunidades Autónomas ameritan que los trabajadores preparemos una respuesta contundente y generaliza-da, incluida una gran huelga general, mientras la política de la burocracia sindical de CCOO y UGT no hace más que obstaculizar esto. Es necesario por tanto que desde la izquierda política y sindical pensemos las vías para rom-per este criminal corsé que suponen los Toxo y Méndez y retomemos el camino que empezamos el 29M, fortaleciendo la organización y la unidad de los tra-bajadores.

Ahora bien, esta tarea no se puede reducir a la convocatoria formal de una huelga por parte de las fuerzas que re-presentan a la izquierda sindical, pero que aún tienen un peso significativa-mente menor en el movimiento obrero que CCOO y UGT. Un reciente ejem-plo de esto son las huelgas de profesores

convocadas en solitario por la CGT en Madrid (con un 4% de seguimiento se-gún la misma CGT) y en Barcelona (no hay datos de la CGT aunque parece que el seguimiento esta siendo aún menor).

Hay que acabar con la influencia de los Toxo y Méndez en el movimiento obrero

No podemos obviar que hoy por hoy los dos sindicatos mayoritarios organi-zan y sobre todo dirigen a los sectores que tienen la capacidad real para parar el país. Lo vimos el 29M, y reciente-mente con la masiva movilización del 15S. En esta última, el cortejo de la izquierda sindical y política reunió a poco más de 5.000 personas.

De lo que se trata entonces es de ho-radar la influencia y peso político de la burocracia sindical en el movimiento obrero, para lograr que los cientos de miles que aún no han roto con la políti-ca de Toxo y Méndez lo hagan. Y esto no se podrá conseguir sin reforzar la organización en los centros de trabajo, promover la democracia obrera y dar cabida en el movimiento obrero a los sectores más explotados.

No compartimos pues los argumen-tos de los sectores que cuestionan esta convocatoria de huelga en nombre de la llamada “unidad sindical” con las di-recciones de UGT y CCOO. Esta es la política que se viene aplicando en mu-chos conflictos de la industria y el sector público, y en ella la línea de la izquierda sindical muchas veces no se distingue

de la marcada por los mayoritarios, que lleva al desgaste los conflictos. Muy al contrario pensamos que para lograr im-poner una Huelga general y un plan de lucha la izquierda sindical debe recru-decer su pelea contra la burocracia, pero con toda una batería de medidas que de-biliten su influencia en la clase obrera y forjen la unidad de los trabajadores -sean del sindicato que sean y tengan la categoría laboral que tengan-, y im-pulsando medidas auto-proclamatorias que pueden llevar a la desmoralización y desorganización de los mismos traba-jadores de estos sindicatos.

Confluir con las bases de CCOO y UGT y con los trabajadores no sindicalizados

Las razones para la huelga sobran, y la presión de las bases de los trabaja-dores sobre Toxo y Méndez crece día a día. La CGT viene acumulando cierto prestigio ganado en estos años, en parte en base a la influencia perdida por UGT y CCOO. Por ello está en condiciones de levantar una política mucho más útil que la de convocar una huelga en soli-tario, que sirva para avanzar fortalecer y ampliar los sectores combativos.

La situación plantea la necesidad de promover una política desde las bases, que parta de promover la coordinación de las luchas obreras en curso (trans-porte, educación, sanidad), forjar la unidad con el movimiento estudiantil, que promueva asambleas en los centros de trabajo que devuelvan la dirección

de las luchas a los trabajadores, que se creen de comités pro-huelga en las empresas, se organice manifestaciones y protestas. Sin una política así, resul-ta imposible que se pueda poner un fin efectivo a la política de paz social de la burocracia sindical.

Una política que no debe ser tomada en solitario, sino con el mayor frente único. La política de formar un bloque crítico el 15S creemos que apunta en una buena dirección y se opone a la tra-dicional línea sectaria (contra-cara de la oportunista de la llamada “unidad sin-dical”) que lleva a aislar a la izquierda sindical de las bases de CCOO y UGT. Aunque desgraciadamente aún hay mu-chos sectores en la CGT y otras centra-les partidarios de la línea abstencionista y sectaria, como los que se negaron a ir a la manifestación de Madrid.

Para nosotros cabe profundizar en esta dirección, planteando una contun-dente denuncia y exigencia a la direc-ciones de CCOO y UGT, a la vez que buscamos la mayor confluencia con sus afiliados y delegados de base que estén en contra de su dirección y estén dis-puestos a luchar. Asimismo, la izquier-da sindical debe poner especial énfasis en incluir a aquellos sectores que no están sindicalizados y que carecen de derechos en sus centros de trabajo, los temporales, subcontratados, precarios, en negro, los parados.

Para esta tarea la izquierda sindical y la CGT de especialmente, tiene al-gunas “posiciones conquistadas” que deberían utilizar, como su peso en el fe-rrocarril, el transporte urbano, los pro-fesores y otros sectores y regiones, pero también el mayor respeto que cosechan entre la juventud, en comparación con el desprestigio de los sindicatos mayo-ritarios.

Creemos que la política de la CGT y la izquierda sindical debe apuntar a fortalecer la organización obrera y re-componer el movimiento obrero demo-crático y de base, para que éste se dote de un programa obrero frente a la crisis y de lucha contra la burocracia sindical, en la perspectiva de que los trabajado-res recuperemos los sindicatos de sus manos y lograr que éstos sean indepen-dientes del Estado burgués, contra el que deben luchar hasta derribarlo.

por JORGE CALDERÓN, Profesor de Enseñanza Secundaria de Zaragoza y afiliado a CGT Enseñanza

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9PARTIDO

Desde las movilizaciones del 15M los compañeros/as de Clase contra Clase (FT-CI) y de la Agrupación Revolucionaria No Pasarán venimos haciendo una experiencia en común, tanto en lo que se refiere a la inter-vención en la lucha de clases como en el debate teórico y estratégico.

Durante el verano, unos 50 compañe-ros/as profundizamos estos debates en dos exitosas Jornadas de Verano, una en la localidad de Salselles (Catalun-ya) y otra en Aguarón (Aragón). Estas Jornadas nos permitieron profundizar discusiones sobre la actual situación in-ternacional y nacional, signada por el de-terioro acelerado de la crisis capitalista y la emergencia de nuevos procesos de lucha de clases y el movimiento juvenil. Junto con ello, abordamos algunas de las principales lecciones revolucionarias que han dejado la historia del siglo XX, como las de la Revolución Española o la Revolución Rusa, y su vigencia para pensar nuestras tareas.

Al mismo tiempo, las discusiones sir-vieron para evaluar en común la activi-dad que llevamos adelante los militantes de CcC y No Pasarán en las ciudades en las que estamos y definir las nuevas ta-reas por venir. Los avances que realiza-mos por medio de la experiencia común y las discusiones teóricas y estratégicas, fueron la base sobre la cual discutimos la necesidad de sentar las bases de una gran organización revolucionaria en el Estado español, frente a la miseria estratégica de las corrientes anarco-sindicalistas, au-tonomistas y centristas. El acuerdo con este gran objetivo fue una de las prin-cipales conclusiones de estas Jornadas. Resumimos aquí algunos de los ejes más importantes de las discusiones.

Análisis de la situación: perspectivas de la lucha de clases y tareas revolucionarias

La discusión sobre la situación de la lucha de clases en Europa y el Estado Español ocupó gran parte de los debates en ambas Jornadas, con múltiples inter-

venciones de las compañeras y compa-ñeros presentes. Se planteó la necesi-dad de amplificar la lucha por la unidad obrera estudiantil –lucha que venimos dando día a día en nuestros lugares de trabajo y estudio-, por la autoorganiza-ción y contra la burocracia sindical, así como contra la ofensiva represiva del régimen y por un programa para que la crisis la paguen los capitalistas y no los trabajadores y el pueblo.

De conjunto, la definición de estas tareas políticas nos llevó a reafirmar la necesidad de multiplicar las fuerzas de los revolucionarios en el Estado Es-pañol, pero no sólo cuantitativamente, sino también en calidad, voluntad de lucha y formación militante de una organización dotada de una estrategia revolucionaria para vencer.

La Revolución Española, fuente inagotable de lecciones revolucionarias

Otro eje importante de debate giró en torno a las lecciones de la Revolución Española, un profundo proceso revolu-cionario que puso a prueba todas las es-trategias desplegadas por las tendencias políticas que intervinieron. La discusión sobre dichas estrategias nos permitió abordar las conclusiones fundamentales sobre la revolución y el rol jugado el es-talinismo y el anarquismo. Por un lado, el papel contrarrevolucionario del Parti-do Comunista Español, sosteniendo una alianza con la burguesía republicana en

el Frente Popular y tratando de impedir por todos los medios la victoria de la re-volución proletaria, traición que logra-ron consumar. Por otro lado, el trágico rol del anarco-sindicalismo de la CNT, integrándose al Frente Popular, así como la política centrista del POUM, que los condujo a un colaboracionismo en dis-tintos grados con los gobiernos republi-canos.

Para que la revolución española triun-fase, hacía falta un verdadero partido revolucionario, que a pesar del heroís-mo de los trabajadores, campesinos y el pueblo pobre del Estado Español, estu-vo ausente trágicamente. Una conclu-sión que profundizamos especialmente discutiendo los hechos de las Jornadas de Mayo de 1937. Así analizamos las potencialidades y límites que tuvo la política levantada por la Agrupación “Los Amigos de Durruti”, así como por la sección Bolchevique Leninista de la IV Internacional y los sectores de la izquierda del POUM durante aquellos sucesos, que ofrecen para nosotros va-liosas lecciones revolucionarias para el presente (Ver “Mayo del ´37: Cuando Barcelona estuvo bajo control de los obreros”, Suplemento Especial de Con-tracorriente, mayo de 2012).

Internacionalismo, estrategia revolucionaria y trotskismo

El otro eje clave que abordamos en las Jornadas fue sobre la situación in-

ternacional en la actualidad y las tareas de los revolucionarios, que discutimos junto a compañeros de la Fracción Trotskista-Cuarta Internacional de Francia y Argentina.

Esta discusión nos permitió abordar la cuestión más importante de las Jor-nadas: cómo avanzar concretamente en la tarea de construir una organiza-ción revolucionaria en el Estado Es-pañol, sobre la base del programa y la estrategia del trotskismo. Producto de los acuerdos programáticos alcan-zados, que se han materializado en el Manifiesto Programático de la Agru-pación, así como la valiosa experien-cia militante común que hemos reali-zado, discutimos que en los últimos meses hemos conquistado bases fir-mes para avanzar en la tarea de cons-truir una organización revolucionaria común, que se proponga la enorme tarea de refundar el trotskismo en el Estado español, como parte de la lu-cha por reconstruir el partido mundial de la Revolución Socialista, la Cuarta Internacional.

Para dar pasos en esta perspectiva, en las Jornadas tomamos como reso-luciones especiales realizar un Semi-nario sobre el pensamiento de León Trotsky y los principales elementos de su legado teórico y programático, así como planificar una conferencia nacional que sintetice los acuerdos al-canzados.

Para todos los que asistimos, las Jornadas representaron un importante avance en el estudio, la reflexión y la discusión teórica y estratégica, en las que tampoco faltaron los momentos de ocio creativo, la diversión y otras actividades culturales y de discusión, como la dedicada a tratar la cuestión LGTBI, de género y las relaciones personales entre revolucionarios.

Todas y todos los que participamos salimos de allí conscientes de ser par-te con convicción y entusiasmo de la gestación de un gran proyecto político revolucionario… qué mejor sensación que esa.

Jornadas de Verano entre Clase contra Clase y No Pasarán

Sentar las bases de una gran organización revolucionaria

por CLASE CONTRA CLASE

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10 LIBERTADES DEMOCRÁTICAS

Manifestación del 25S en Madrid

Con palos y represión defienden al Régimen del ’78 y la democracia para ricos

Reproducimos extractos de la Declara-ción de la Agrupación Revolucionaria No Pasarán y Clase contra Clase tras los hechos del 25S.

En la tarde del 25S, alrededor de las 19 hs. comenzaron las cargas policia-les contra los miles de manifestantes que estaban reunidos rodeando el Congreso de los Diputados en Ma-drid. Con porrazos, pelotas de goma y un impresionante operativo repre-sivo en el cual participaron 1400 po-licías de todo el Estado se respondía a la indignación de miles de jóvenes y trabajadores. Pocas horas después ya hay más de 20 detenidos y unas decenas de heridos ingresados en hospitales por la represión policial, uno de ellos con una posible lesión medular. Antes de las brutales cargas los manifestantes habían sido perma-nentemente hostigados por la Policía con cacheos e identificaciones, incluso deteniendo en diferentes autopistas de todo el Estado a los autobuses que se dirigían a Madrid para participar de la protesta.

Ya en los días previos se venía desple-gando una campaña de persecuciones y de intimidación. En la manifestación sindical del 15S cinco personas fueron detenidas por portar una pancarta convo-cando al 25S. Una semana más tarde se produjeron una decena de detenciones a miembros de las plataformas y organiza-ciones convocantes del 25S para iniciar-se en la Audiencia Nacional un proceso que les pretende acusar de un delito gra-ve “de atentado contra las instituciones de la democracia”, punible con varios años de cárcel. (...) mientras miembros del Gobierno amenazaron con no permi-tir la acción de protesta. Finalmente el Congreso amaneció rodeado de vallas y miles de policías: una imagen que por sí misma muestra la verdadera cara de esta democracia para ricos.

A pesar de toda la campaña intimi-datoria, varias decenas de miles de jó-venes, trabajadores e incluso familias enteras, se concentraron hoy en la Puer-

ta del Sol y la Plaza de Neptuno inten-tando rodear el Congreso y expresar así su indignación con el Gobierno y el Ré-gimen. “Que no, que no nos represen-tan” y “Dimisión” fueron algunos de los cantos que más se escucharon esta tarde en las calles de Madrid. Mientras escribimos esta declaración, a pesar de la represión y el hostigamiento policial, varios miles de personas aún son siguen concentrándose en las afueras del Con-greso de los Diputados y las calles ale-dañas.

1400 policías para defender una cueva de ladrones

Mientras los policías y antidisturbios de 30 de los 52 grupos existentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional venidos desde todo el Estado repartían palos y pelotas de goma, en el Congreso el portavoz del PP Alfonso Alonso, defendía la represión contra las “pretensiones de alterar la vida democrática” diciendo que “En esta Cá-mara hay 350 diputados que fueron elegi-dos por veinticinco millones de españoles que acudieron el año pasado a las urnas, y hay que respetar y preservar eso”. Ade-más de las declaraciones indignantes de la Secretaria General María Dolores de Cospedal, que comparó cínicamente la

manifestación de hoy con el golpe del 23-F. Por su parte, el Secretario General del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se pronunció contra la manifestación en la prensa, mientras su mano derecha Ele-na Valenciano se encargaba de recordar que “el Congreso es la representación de la soberanía popular”.

Los diputados del grupo parlamenta-rio de la Izquierda Plural han “saludado” la protesta, incluso Cayo Lara, Coordi-nador General de IU ha salido a la ma-nifestación. El diputado Gaspar Llama-zares ha declarado que no sólo apoya la movilización, sino que estará con los ciudadanos: “Yo diría en vez de ’Ocupa el Congreso’, ’Libera el Congreso’, por-que me siento ocupado desde dentro”, ha añadido. Unos gestos que buscan ca-pitalizar electoralmente el malestar, pero que no pueden ocultar el compromiso histórico de su corriente política matriz, el PCE, en el nacimiento de este Régi-men, ni tampoco su compromiso allí donde co-gobiernan, como Andalucía y Asturias, con las políticas de ajuste.

El Congreso de los Diputados que tan-to defienden el PP y el PSOE, y también IU, lejos de ser la “representación de la soberanía popular” es una verdadera cueva de ladrones surgida del pacto con el Franquismo y la Monarquía durante

la Transición, que durante décadas –con uno u otro Gobierno- ha votado leyes antiobreras y medidas de ajuste contra los trabajadores y el pueblo.

Nunca mejor dicho el canto de “no nos representan” que coreamos desde el 15M en las plazas y las manifesta-ciones, y que hoy suena con mucha más fuerza frente al Congreso. La “demo-cracia” que defienden los políticos capi-talistas no es más que una “democracia para los ricos”, en la mayoría del pueblo decidimos cada cierto número de años quienes serán los representantes de los capitalistas encargados de oprimir y aplastar al pueblo desde el Parlamento.

Por una Asamblea Constituyente Revolucionaria sobre las ruinas del Régimen del ‘78

Con el surgimiento del 15M, cada vez más sectores de la juventud y la clase trabajadora han comenzado a cuestionar el reaccionario Régimen del ’78 nacido del pacto de la Transición entre la buro-cracia sindical, el PCE y el PSOE con el Franquismo, el Rey y la burguesía y sus partidos. Un Régimen que no sólo ins-tauró una democracia para ricos, puso como Jefe de Estado al heredero de Franco, Juan Carlos Borbón, garantizó

por NO PASARÁN Y CLASE CONTRA CLASE

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11DEBATE

“Ocupar (o rodear) el Congreso”

A propósito del 25S, un debate sobre la asamblea constituyente y la democracia

El 25S ha instalado en la agenda de la izquierda y los movimientos sociales un debate que excede a los convocantes de las acciones orga-nizadas para esa jornada. En este artículo nos proponemos polemizar con las dos propuestas que actual-mente circulan como convocantes al 25S como un aporte a los debates que recorren a la vanguardia y los luchadores.

La génesis de una propuesta confusa

A finales de julio comenzó a circular en las redes sociales una peculiar con-vocatoria a “ocupar el Congreso” el 25 de septiembre. El Manifiesto convocan-te estaba firmado por una organización hasta entonces desconocida, la autode-nominada “Plataforma En Pie” (PEP). Los ambiciosos objetivos de la acción emergen a poco de leer su Manifiesto: “La dimisión del gobierno en pleno, así como la disolución de las Cortes y de la Jefatura del Estado” y la “apertura de un proceso constituyente transparente y democrático, a fin de redactar una nue-va Constitución, con la participación de toda la ciudadanía…”1

A esta convocatoria hecha en solita-rio por la PEP, se sumaron en agosto varios colectivos, asambleas del 15M e incluso corrientes políticas de izquier-da, que tras algunas reuniones dieron lugar a una nueva convocatoria: “Ro-dear el Congreso”2, la cual descafeina-ba considerablemente el programa que habían planteado los primeros convo-cantes de dicha actividad, planteándo-se el vago objetivo de rodear el Con-greso para “rescatar a la democracia”. Esta discrepancia de fines provocó que poco después la PEP se desmarcara de este nuevo llamamiento, planteando que ellos seguían con su acción y sus objetivos.

El “ocultismo” sobre los convocan-tes y la primer convocatoria, la poste-

rior “re-formulación” por parte de nue-vos sectores del 15M y un largo hilo de “polémicas online” y en la prensa burguesa, incluidas diversas críticas a la primer convocatoria –muchas de ellas francamente por derecha- como una mascarada de la ultraderecha, ha provocado una enorme confusión so-bre dicha jornada. En los hechos, hay dos convocatorias con dos programas distintos, pero igualmente confusos.

Ocupar o rodear… con dos programas utópicos y reformistas

Si a simple vista ambas convocato-rias para el 25S parecen diferenciar-se en sus objetivos, un examen más detenido de sus programas sorprende por sus similitudes. La convocatoria

de la PEP fue evolucionando. De un primer Manifiesto general, pasó a un Documento Base (revisado al menos dos oportunidades)3 con mayores “precisiones” sobre su ideología, la identidad de sus integrantes, la des-cripción y justificación de la acción y su programa. El paso no es menor, de la primera versión que ni siquiera nombraba a la Monarquía ni hacía ningún tipo de definición ideológica, el nuevo Documento se pronuncia por “la justicia y reparación histó-rica a las víctimas de la Dictadura franquista”, a la vez que se opone al “fascismo, neofalangismo, xe-nofobia, homofobia, sexismo…” y rechaza “la monarquía y otros mo-delos totalitarios”, para separarse de algunos grupos de ultraderecha que se hicieron eco de la convocatoria.4

por ASIER UBICO Y DIEGO LOTITO

la impunidad a los torturadores y ase-sinos del franquismo y negó el derecho de autodeterminación a las naciones oprimidas como Catalunya o Euskadi, sino que da vía libre a la burguesía, a los especuladores y a la banca para lle-var al país a una crisis que ha arrojado a millones al paro, la pobreza y la falta de vivienda.

Ni el PSOE, ni IU, ni obviamente el PP o el Rey pueden terminar con este estado de cosas. Para acabar con este Régimen, el único camino es mediante la lucha de los trabajadores y la juven-tud por imponer la voluntad de millo-nes. Hoy desde muchos sectores se habla de impulsar un nuevo “proceso constituyente”, incluso los convocantes del 25S. No podemos confiar en que éste nazca del mismo Régimen contra el que luchamos o esté tutelado por sus agentes, pues correríamos el riesgo de volver a re-editar otra “Transición” que vuelva a salvar los muebles de empre-sarios, banqueros y los políticos, jueces, militares y policías a su servicio. Las insinuaciones de Rubalcaba sobre una reforma constitucional o de Arthur Mas sobre su “Transición nacional” nos de-ben advertir de la instrumentalización a modo de desvío que estos figurones pueden llevar adelante de las justas as-piraciones democráticas.

Contra todos esos cantos de sirena debemos luchar por abrir un “proce-so constituyente” sobre las ruinas del Régimen del ’78, que sea pues revolu-cionario. Imponer con la lucha y mo-vilización de la clase trabajadora y los sectores populares una Asamblea Cons-tituyente Revolucionaria que resuelva todas las tareas y demandas populares pendientes que el Gobierno de los capi-talistas no está dispuesto a resolver. (...)

La burguesía y sus representantes no están dispuestos a permitir que se some-ta a una discusión libre y soberana nin-guna de estas cuestiones. Un proceso de estas características sólo podrá ser con-vocado tras el derrocamiento revolucio-nario del Régimen del ‘78 por un Go-bierno de los trabajadores y los sectores populares, el único capaz de resolver todas las reivindicaciones democráticas y terminar con el capitalismo.

¡Basta de represión, persecución y cri-minalización de la protesta social! ¡Li-bertad sin cargos a todos los detenidos y detenidas del 25S! ¡Por una Asamblea Constituyente Revolucionaria!

Madrid, 25 de septiembre de 2012

* Versión completa en nuestro sitio web, www.clasecontraclase.org

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12 DEBATE

Una lectura honesta del Documento permite identificar varias reivindica-ciones justas y progresivas, como “la paralización inmediata de todos los desahucios, y la puesta a disposición de la población, a precio de alquiler so-cial, de las viviendas en propiedad de los bancos y cajas que hayan sido ayu-dados con fondos públicos”, el “res-peto a la lucha de los pueblos por su emancipación, su soberanía, y su libre autodeterminación”, la lucha “contra cualquier tipo de explotación de hom-bres, mujeres, niños y niñas”, e incluso la “nacionalización y control público de sectores estratégicos y de primera necesidad para la sociedad: banca, energía, agua, sanidad, educación, ges-tión medio ambiental”, etc.

Pero a poco andar, comienza la con-fusión y el eclecticismo. El Documento reivindica “la necesidad de conciencia de clase como forma de lucha frente a la oligarquía financiera”, pero al mismo tiempo que se pronuncia por un “repar-to equitativo de la riqueza”, es decir la fórmula con la cual más frecuentemente los reformistas expresan la conciliación de clases en cuanto a la apropiación de la riqueza social. Propone la “parali-zación del pago de la deuda pública”, pero solo hasta dirimir en una auditoría (sic) “qué partidas son legítimas y qué partidas son ilegítimas”.

Y sigue con un cúmulo de definicio-nes abstractas como “que se impulse el proceso de construcción de un nuevo sistema de organización política econó-mica y social hacia un modelo verda-deramente justo y solidario en el que el pueblo sea el verdadero protagonista”, una “transición hacia un nuevo mode-lo” sostiene el documento. ¿Y cómo sería tal cosa? Ahí viene la mejor parte: “Los detalles de la transición propia-mente dicha están siendo debatidos con el resto de colectivos, organizaciones y expertos (sic) con el fin de encontrar el modelo más viable para la situación española”. O sea, una serie de reivin-dicaciones justas, con frases hechas de reforma social y definiciones abstractas sobre la democracia.

¿Y qué de la otra Convocatoria? Pues ya el título del Manifiesto de la Coordi-nadora es ilustrativo: “La democracia está secuestrada. El 25S vamos a res-catarla.” En este caso, ni siquiera en-contraremos pinceladas eclécticas de un programa de izquierda o anticapitalista. Su gran crítica a “la mayoría” de los partidos de la burguesía es haber “trai-cionado sus programas electorales, a sus votantes y a la ciudadanía en general incumpliendo promesas y contribuyen-do al empobrecimiento progresivo de la

población.” Sus demandas no son más intrépidas: “no pagar la deuda” y de-fender los “derechos colectivos” como “la vivienda, la educación, la salud, el empleo, la participación democrática, la renta”, con el loable objetivo de “res-catar la democracia y la soberanía”.

Un verdadero proceso constituyente será revolucionario... o no será

Desde la emergencia del 15M, secto-res crecientes de la juventud y los tra-bajadores han comenzado a cuestionar más abiertamente el Régimen del ’78 nacido de la Transición, el momento en el que los líderes políticos de la izquier-da (el PCE y el PSOE) y las grandes centrales sindicales CCOO y UGT ne-gociaron con el Rey, la burguesía y sus partidos la traición a las aspiraciones de la clase obrera que venía de un gran as-censo obrero contra el Franquismo.5

Una Transición que culminó en el es-tablecimiento de la actual Constitución que instauró un Régimen democrático burgués completamente degradado, que negó el derecho de autodeterminación a las naciones oprimidas como Catalunya o Euskadi, que colocó en la jefatura del Es-tado al heredero directo de Franco, Juan Carlos Borbón y que garantizó la impuni-dad a los torturadores y asesinos del fran-quismo, dejando a las víctimas desampa-radas. Un Régimen que ha dado vía libre a la burguesía, a los especuladores y a la banca para que expriman y exploten a la clase obrera hasta límites insoportables, llevando al país a una crisis que arroja a millones al paro, la pobreza y la falta de vivienda; que le niega a la juventud el fu-turo, mientras persigue a nuestras herma-nas y hermanos inmigrantes.

Sin embargo, aunque amplios sectores han comenzado poco a poco a cuestio-nar este estado de cosas, las esperanzas de que los mecanismos de la democracia burguesa sean suficientes para resolver las tareas democráticas y los problemas de masas aún tienen un peso enorme en la conciencia de las masas.

En este marco, el corolario de las dos convocatorias para el 25S es la apertura de “un proceso constituyente”. El pro-blema es de qué tipo de proceso consti-tuyente estamos hablando, ¿De uno que ayude a los trabajadores y la juventud oprimida a superar su confianza en la democracia burguesa para avanzar en una perspectiva anticapitalista, o de uno que por el contrario fortalezca esta con-fianza?

Los revolucionarios de Clase contra Clase somos firmes partidarios de la lu-cha por un Gobierno de los trabajadores y el pueblo, que arranque el poder a los explotadores e inicie el camino de la re-volución socialista. En esa perspectiva, nuestro principal objetivo es el de ganar para este programa a la mayoría de la cla-se trabajadora y la juventud explotada.

Sin embargo, mientras amplias capas aún confíen en que se puede conquistar una mayor democracia, estamos a favor de impulsar un proceso constituyente, pero que sea verdadero. Por eso, la gran pregunta sobre el llamado “proceso constituyente” es: ¿quién puede garan-tizar una Asamblea Constituyente ver-daderamente democrática? Ni el PSOE, ni IU (PCE), ni obviamente el PP ni mucho menos el Rey y la reaccionaria Monarquía Borbónica pueden garanti-zar esto, pues han sido ellos los garan-tes del nacimiento y supervivencia del

actual Régimen que pactaron en 1978. ¿Acaso alguien piensa que la separa-ción de la Iglesia y el Estado, el dere-cho de una nación oprimida a separarse de la “indivisible España” o el juicio y castigo a los represores del franquismo será permitido sin reservas por el actual régimen político?

Un “proceso constituyente” realmen-te democrático, que discuta resolver todas estas tareas pendientes solo po-drá ser convocado sobre las ruinas del Régimen actual por un gobierno obrero y popular que instituya una Asamblea Constituyente Revolucionaria. Evi-dentemente, lejos de cualquier ilusión pacifista, este Gobierno sólo podrá ser obra de una gran lucha revolucionaria de los trabajadores y el pueblo pobre, que haciendo ejercicio de una verda-dera democracia obrera organizados en coordinadoras o consejos de delegados obreros y populares, como fueron los Soviets de la gran Revolución Rusa, impongan la voluntad de la mayoría ex-plotada a la minoría de los explotadores.

Una Asamblea Constituyente Re-volucionaria que comience por po-ner fin a la Monarquía y disolver la institución presidencial, el Congreso y el Senado, para crear una cámara única de representantes que fusione las tareas ejecutivas y legislativas y donde se respete la proporcionalidad del voto. Una cámara en la cual los funcionarios sean elegidos democrá-ticamente entre toda la población, ganen el salario medio de un obrero y sean revocables en cualquier mo-mento; no como los políticos bur-gueses actuales que se enriquecen a costa de gestionar desde el Congreso los negocios capitalistas.

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Sólo de este modo la amplia mayoría de los trabajadores y el pueblo pobre podrá resolver sobre los grandes proble-mas irresueltos de la degradada “demo-cracia española”, como el juicio y casti-go contra los criminales de la Dictadura y la democracia, la disolución de todo el aparato represivo, el derecho de auto-determinación a las naciones oprimidas, la devolución de los enclaves coloniales de Ceuta y Melilla, la separación de la Iglesia y el Estado.

Y principalmente, que resuelva cas-tigar a los banqueros y capitalistas que hundieron la economía del país, expro-piando a los expropiadores para garan-tizar el pan, la vivienda, la educación, la sanidad y todas las demandas más sen-tidas de las mayorías populares.

Este es el único “proceso constitu-yente” capaz de llevar a las masas hacia adelante en vez de hacerlas retroceder, conquistando una verdadera república obrera que será mil veces más democrá-tica que la más democrática de las repú-blicas burguesas.

¿Democracia sin adjetivos?

En definitiva, el andamiaje político de las dos convocatorias al 25S no difiere en lo esencial: la lucha por una “ver-dadera democracia y soberanía”, pero una democracia sin adjetivo alguno. En todos sus documentos, la PEP no hace más que una reivindicación en abstracto de “los principios básicos definitorios de una verdadera democracia”, o exige “un cambio hacia una auténtica demo-cracia social impulsada desde abajo ha-cia arriba”. Del mismo modo plantea la cuestión la Coordinadora, cuando sostie-ne que “Rodeamos el Congreso porque queremos dar un salto en la moviliza-ción social y poner en el centro la re-cuperación de la soberanía y del poder ciudadano, es decir, de la democracia.” El problema es que tal cosa no existe.

La defensa de la “democracia en ge-neral”, sin plantear la cuestión de qué clase detenta el poder político, es decir, planteada al margen de las clases socia-les o desde el punto de vista de todo el “pueblo” –como hace uso y abuso la li-teratura de los convocantes al 25S-, no sólo es un atraso de, digamos, 200 años en la teoría política, sino una mistifica-ción de la propia realidad. Porque en los hechos en ningún Estado capitalista existe la “democracia en general”, sino únicamente la democracia burguesa.

Ciertamente en el diccionario “demo-cracia” significa “gobierno del pueblo”, pero en una sociedad dividida en clases, dominada por una minoría de explota-

dores capitalistas, esta “democracia” sólo puede existir como un “gobierno de engaño al pueblo”, como una “demo-cracia para los ricos”. O como escribie-ra Lenin, la democracia es “y no puede menos que serlo bajo el capitalismo- estrecha, amputada, falsa, hipócrita, trampa y engaño para los explotados”, y por ello, “la mejor envoltura para la dictadura del capital”.

Con todo lo sugerente que puedan parecer las “ambiciosas proclamas” del 25S, en ellas se multiplican las misti-ficaciones sobre la naturaleza de la so-ciedad capitalista contemporánea, en la cual la democracia burguesa y el parla-mentarismo están organizados de modo tal que las amplias masas trabajadoras se ven apartadas del ejercicio del poder político y del gobierno. Por ello, hablar de soberanía popular, de devolver el po-der al pueblo, etc., sin considerar el ca-rácter de clase del Estado, no es más que romanticismo pequeñoburgués.6

¿Ciudadanía o clases sociales?

Pero si abstracta es la lucha por esta “democracia sin adjetivos” que nos pro-ponen ambas convocatorias al 25S, aún más abstracto es el sujeto que debe lle-varla adelante: la “ciudadanía”. Este no es un debate nuevo, sino que surgió des-de el mismo momento de la emergencia del 15M.

El concepto de “ciudadanía” tiene una larga historia, que viene desde la antigua Grecia. Para Aristóteles por ejemplo el ciudadano era aquel que tenía el derecho de participar en la deliberación política de su comunidad. Luego es apropiado por la ascendente burguesía revolucio-naria en su lucha contra el absolutismo –incluso con formulaciones radicales como las de J.J. Rousseau-, y se conso-lida en el capitalismo, pero no ya como una categoría con un contenido revolu-cionario, sino como el concepto con el cual queda enmascarada la desigualdad social tras la igualdad jurídica frente al Estado. Esto no significa que no exis-tan derechos “ciudadanos” otorgados o directamente arrancados a la burguesía. Sin ir más lejos, la extensión de los de-rechos políticos a todos los ciudadanos como el sufragio universal fue subpro-ducto de duras luchas de trabajadores y mujeres que progresivamente fueron conquistando ese derecho, finalmente generalizado recién entre comienzos y mediados del siglo XX.

Sin embargo, “el aspecto fundamental de la concepción burguesa de ‘ciudada-no’ es la consumación de la separación entre la esfera económica, signada por

la oposición entre el capitalista y el trabajador; la esfera política, donde esa oposición es velada, rige la igual-dad jurídica de todos los habitantes de un Estado y todo individuo es libre de vender o no su fuerza de trabajo. En el sistema político burgués la ciudadanía es una categoría abstracta que cubre los conflictos de clase que desgarran a la sociedad. Aunque también cristaliza conquistas, como por ejemplo los dere-chos sociales a la salud y la educación públicas, que se extendieron sobre todo después de la Segunda Guerra Mun-dial, y que hoy están retrocediendo. En los países centrales los inmigrantes es-tán excluidos de estos derechos básicos de ciudadanía.”7

En el siglo XXI, con la extensión del capitalismo imperialista a escala plane-taria y tras un siglo de guerras y luchas revolucionarias del proletariado, seguir hablando de “ciudadanía” en general no es más que una vuelta a la aspiración socialdemócrata de “extender la ciuda-danía”, en oposición a la lucha por la revolución obrera y socialista.

La contradicción entre la “igualdad política” y la “desigualdad social” no puede resolverse en los marcos de la democracia burguesa, porque justa-mente ella se sostiene en la ficción de que todos los ciudadanos somos igua-les, cuando en la realidad social no lo somos: unos somos explotados, y otros explotadores. No es un problema de políticos corruptos e inescrupulosos, o empresarios salvajes, sino como ya dijimos, la forma misma en que se ins-titucionaliza el moderno Estado demo-crático representativo: la dictadura del capital que impone su despotismo sobre las masas asalariadas, aunque les conce-da derechos políticos formales.

Por ello, el voluntarismo ilusorio de las convocatorias del 25S se hace aún más patente al plantear la cuestión en términos de una lucha de la ciudada-nía por la conquista de la democracia. Junto con Trotsky, nosotros pensamos que la democracia política está indiso-lublemente ligada a la democracia eco-nómica, es decir a la conquista de una economía nacionalizada basada en la democracia obrera, o dicho en términos de Marx, una “democracia de los pro-ductores y de los consumidores”.

Sólo la clase obrera puede acabar con el capitalismo

Como dijimos hace un tiempo, re-flexionando a 1 año de la emergencia del 15M: “si queremos acabar con la barbarie capitalista tenemos que em-palmar con la clase que precisamente

hace funcionar este sistema, maneja todos los engranajes que generan la riqueza, permiten que esto ande. Ha-blo de los trabajadores, de todos aque-llos que nos vemos obligados a vender nuestra fuerza de trabajo para poder vivir. De los que fabrican los coches, las casas, los bienes de consumo, ali-mento... los que hacen funcionar los transportes y las comunicaciones, los servicios... independientemente de si lo hacen en negro, en blanco, fijos o en precario. Debemos lograr que en los próximos enfrentamientos, que inevita-blemente se van a dar, la clase obrera pueda intervenir de una forma central, con sus métodos y organizaciones para la lucha (…) sólo así los podrá condu-cir al derribo de los actuales Regímenes políticos y a la transformación socialis-ta de la sociedad, a que los recursos que hoy manejamos los trabajadores estén bajo nuestro control para satisfacer las necesidades de la mayoría”.8

NOTAS 1 http://plataformaenpie.wordpress.com/manifiesto/2 http://coordinadora25s.wordpress.com/manifiesto/ 3 http://plataformaenpie.wordpress.com/2012/08/20/documento-base-revision-de-agosto-plataforma-en-pie/ 4 No es absurdo hallar en la ambigüedad del primer Manifiesto una explicación sencilla de por qué algunos grupos de ultraderecha llega-ron a hacerse eco de la convocatoria a “Ocupar el Congreso” a través de distintos blogs y sitios web, hechos que aprovechó la prensa e inclu-so el gobierno para denostar la convocatoria y adjudicarla a corrientes abiertamente fascistas y neonazis.5 Hay que decir que PEP tiene razón cuando en su Manifiesto le niega “carácter democrático alguno al actual texto constitucional, redacta-do por una camarilla a espaldas del pueblo, y que consagró la dominación de los herederos del franquismo y quienes pactaron con ellos…”, aunque lamentablemente lo hace desde una vi-sión idealista y en definitiva utópica de la de-mocracia, como si fuera posible conquistar una “democracia de todo el pueblo” abstrayéndose de la sociedad de clases. 6 En otro notable pasaje de su Documento Base, la PEP se pronuncia por: “Una forma de orga-nización política fundamentada en la república, por sus principios de libertad, justicia, igual-dad, equidad y soberanía popular y por ser la base donde puedan converger todas las corrien-tes democráticas en igualdad de condiciones.” ¿Qué otro contenido social puede adjudicarse a tal república que el de una república democrá-tico burguesa?7 Tomado de Claudia Cinatti y Emilio Albamon-te, “Trotsky y la democracia soviética. Más allá de la democracia liberal y el totalitarismo”, Es-trategia Internacional N° 21, Septiembre 2004. http://www.ft.org.ar/estrategia/ei21/EI21Trots-kySovietica.htm8 Pasar de la indignación a la lucha consciente por la Revolución”, Entrevista a Santiago Lupe, ContraCorriente N° 30, Febrero 2012.

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14 HISTORIA

Santiago Carrillo

Toda una vida de traición a los trabajadores y la revolución

A los 97 años, en la hora de la siesta, Santiago Carrillo moría en la cama. Atrás deja una vida que recorre gran parte del Siglo XX español y en la que él fue un destacado prota-gonista. Octubre del 34, la unifica-ción de las Juventudes Socialistas y las Comunistas, la Guerra Civil, el exilio, los maquis, las luchas contra la Dictadura, la Transición, la consolidación del Régimen del ‘78... Grandes procesos en los que Carrillo estará en primera fila. Pero ¿cumpliendo qué papel?

Las alabanzas que su figura está re-cibiendo de todas las alas del actual Régimen dan contundentes pistas de cual es su legado. Desde el Rey hasta la burocracia sindical, pasando por to-dos los partidos del Parlamento, del PP al PSOE, de UPyD a Amaiur, del PNV a CiU y ERC, y por supuesto sus viejos compañeros ahora en IU. Incluso la ul-traderecha de Intereconomía, por más que aprovechan su desaparición para hacer propaganda anti-comunista, no pueden negar sus “logros”. El mismo Pío Moa reconocía que Carrillo había tenido dos virtudes; aceptar la herencia de Franco, la Monarquía de Juan Car-los I y liquidar al PCE.

La sinceridad de este franquista ilus-tra como ningún otro las profundas ra-zones de tanto agradecimiento de los elementos constitutivos del Régimen del 78. ¿Quiénes son los agradecidos por su contribución en la Transición? Ni más ni menos que los que llevan adelante la peor ofensiva contra los trabajadores desde la Dictadura y quienes quieren frenar la respuesta de los trabajadores -bien sea actuando de corsé como burócratas sindicales o con propuestas para desviar el males-tar a futuras elecciones con promesas reformistas- para salvar “los muebles” del andamiaje levantado con su Tran-sición “modélica”.

Pocas veces es tan claro que su “de-fensa” es nuestra “acusación”, la de los trabajadores y sectores populares que de forma creciente están divor-ciándose de aquel consenso y la gran mentira de esta democracia para ricos, que rescata a los capitalistas y hace

cargar todo el peso de la crisis sobre nuestros hombros. Pero su historial de traiciones no empieza en los ‘70, más bien esta fue la culminación de toda una vida política dedicada a combatir la revolución proletaria y la causa del socialismo. Su militancia desde los ‘30 estuvo íntimamente ligada al estalinis-mo español, “vanguardia” de la políti-ca contra-revolucionaria de Stalin.

El joven Carrillo, estalinizador del sector “revolucionario” de las JJSS

Carrillo comenzó su militancia en las filas del socialismo español. A los 18 años, en 1933, dirigía ya la revista de las JJSS (“Renovación”) y un año más tarde era nombrado Secretario General de esta organización. En ese momento el socialismo español, como el de otros países europeos, vivía una gran efer-vescencia en sus filas. Decenas de mi-les de militantes, sobre todo los más jó-venes, se sentían atraídos por las ideas de la revolución rusa, en contra de las posiciones abiertamente reformistas de sus direcciones históricas.

En el Estado español esto se dio espe-cialmente en las JJSS. Largo Caballero se puso al frente de este sector en con-tra del ala derecha de Besteiros i Prieto. Incluso llegaron a pedir el ingreso de la Izquierda Comunista de España -la sección española de la Oposición de Iz-quierdas que dirigía Andreu Nin- para fortalecer el ala “revolucionaria”. Nin, desoyendo los consejos de Trotsky, se negó, cerrando las puertas a que este sector pudiese avanzar hacia las ideas del bolchevismo y no fuesen atraídos por el estalinismo, en ese momento muy débil en el Estado español. Carrillo era parte de la dirección de esta ala “cen-

trista”, que oscilaba desde la reforma hacia la revolución. El Octubre del 34, que viviría en Madrid como parte del Comité Revolucionario, puso a prueba los discursos de los dirigentes del ala “revolucionaria”. Largo Caballero y el resto de la dirección abandonaron a los miles de obreros que salieron a la huelga general y en búsqueda de armas para realizar la anunciada insurrección. Carrillo fue parte de tan poco heroica actuación. Esto no le evitó la detención y encarcelamiento como parte del Co-mité. Estuvo en la cárcel hasta febrero del 36, cuando fue puesto en libertad tras la victoria del Frente Popular.

A su salida el estalinismo ya había puesto los ojos en el sector “revolu-cionario” del PSOE. Como había ad-vertido Trotsky a Nin, la Komintern y el PCE iban a usar el prestigio de la Revolución rusa para atraerse a los miles de jóvenes que estaban rom-piendo con el reformismo socialista. Que este proceso tan progresivo fue-se capitalizado por el estalinismo im-plicaba una oportunidad perdida para poner en pie un partido revoluciona-rio en el Estado español y a su vez un espaldarazo al fortalecimiento de un aparato contra-revolucionario hasta entonces muy débil en la Península.

Santiago Carrillo, con 21 años, será contactado por la Internacional Comunista estalinizada y el pequeño PCE. Después de un viaje a la URSS quedó convencido de que había que abandonar la lucha por una revolución proletaria y socialista, y pasó a ser un firme partidario de la política de alian-zas con la burguesía democrática en el Frente Popular y la lucha por la etapa anti-feudal de la revolución. Él siem-pre señaló que paradójicamente fueron

los “comunistas” los que le ayudaron a “moderarse” de su fiebre revolucio-naria adolescente. Desde la dirección de las JJSS dirigió el proceso de fu-sión con las Juventudes Comunistas. En marzo nacía la Juventud Socialista Unificada, alienada con la política de la Komintern contra la revolución es-pañola. Poco antes de la guerra civil el estalinismo había logrado agrupar a más de 250.000 jóvenes, la mayo-ría ex-socialistas. Nin, tras la fusión con el Bloque Obrero y Campesino, era el dirigente de un partido centrista con algo más de 8.000 afiliados, sobre todo en Catalunya, el POUM.

Carrillo y la represión estalinista contra la revolución española

La carrera política de Carrillo siguió desarrollándose durante la Guerra Ci-vil. Su compromiso con la política de la Komintern se acentuó tras su afiliación al PCE a comienzos de noviembre de 1936. Entró en la Junta de Defensa de Madrid casi a la vez, como Comisario de Orden Público, donde estuvo hasta diciembre de ese mismo año. En este cargo se produce el episodio que más odios le han generado en la derecha es-pañola: las ejecuciones de los prisione-ros fascistas en Paracuellos de Jarama en medio del sitio franquista a la capi-tal. El resto de la guerra lo dedicó a la dirección de la JSU.

En todo momento Carrillo fue un fiel defensor de la política del PCE en la revolución española. Contrario al proceso revolucionario desatado tras el 19 de Julio, fue parte del organis-mo donde se comenzaron a ensayar y practicar las primeras medidas contra el POUM, la Junta de Defensa de Ma-drid. Defendió la contra-revolución de mayo de 1937 de Barcelona, la disolución de las colectividades, del Consejo de Aragón, las ocupaciones de Catalunya y Aragón por parte de Guardias de Asalto y el Ejército Po-pular... y también la persecución, secuestros y asesinatos contra mi-litantes y dirigentes del POUM y el ala izquierda de la CNT. El mismo se-cuestro y asesinato de Andreu Nin y las calumnias contra el POUM como agente de Franco, estaban para él jus-tificadas por los hechos de mayo del 37. También defendía las checas es-

por SANTIAGO LUPE

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15HISTORIA HISTORIA

talinistas, como la que dirigía Julián Grimau que juzgó y condenó a los trotskistas de la Sección Bolchevique Leninista Española.

Este compromiso con el ahogo en sangre de la revolución española lo defendió hasta sus últimos días. Y lo hacía extensivo a la campaña de Stalin contra toda oposición y la persecución que de manera especial sufrían los trotskistas y que culminó con el ase-sinato de Trotsky en 1940 por un es-birro del estalinismo español, Ramón Mercader. A este respecto el historia-dor Pelai Pàges contaba en un recien-te artículo como en un encuentro con Carrillo éste hablaba de las persecu-ciones estalinistas “con toda tranqui-lidad y naturalidad, como si hubiese sido mero espectador de la historia que relataba, sin implicaciones perso-nales de ningún tipo. Dijo una frase, sin embargo, que me impactó consi-derablemente: ‘En los años treinta ningún militante comunista a quien se hubiese pedido que asesinase a Trots-ki se hubiese negado a hacerlo’”.

Carrillo y la paciente preparación del pacto con los franquistas

Tras la victoria de Franco el PCE vivirá sucesivas crisis internas que se resolverán siguiendo el manual de usos y costumbres del estalinismo, median-te purgas tanto políticas como físicas. El todavía joven Carrillo supo moverse con cintura y logró permanecer en pri-mera línea. Siguió de cerca las distintas negociaciones con el resto de la oposi-ción anti-franquista que no llegaron a nada serio, pasó de defender la línea de la lucha guerrillera a ponerse a la cabe-za de su abandono de la peor manera, abandonando también a cientos de lu-chadores que quedaron aislados en los montes teniéndoselas que arreglar por su cuenta para salir del país. Poco a poco Carrillo iba convirtiéndose en un gran dirigente estalinista, que aprende a manejar las luchas de los trabajadores como peones de ajedrez para unos pla-nes que les son completamente ajenos y contrarios a sus aspiraciones.

Después de la muerte de Stalin en 1953, el PCUS comienza su falso pro-ceso de “desestalinización” que trata-rá de conseguir cierta distensión con EEUU y el mundo capitalista. Carrillo apostará a ser el paladín de la nueva línea en el PCE, enfrentándose sote-rradamente a la entonces Secretaria General, Dolores Ibarruri. Los aires nuevos demandados por Jrushchov, que acababa de aceptar la entrada de la Dictadura de Franco en la ONU, inspi-

raron su famosa política de reconcilia-ción nacional de 1955 y le fue abrien-do paso hasta la Secretaria General del PCE en 1960.

Esta línea contemplaba la lucha con-tra la Dictadura buscando “superar las divisiones de la guerra civil”. Se de-mandaba no sólo la unidad de las fuer-zas obreras y otras democráticas, sino incluso de aquellos sectores monárqui-cos e incluso franquistas, que aspirasen a modernizar las estructuras políticas del país y facilitar el desarrollo eco-nómico. Se anunciaban ya las líneas maestras de la política del PCE en la Transición. En este esquema la lucha obrera y estudiantil, en la que miles de militantes del PCE jugarán un rol pro-tagónico, se contemplaba como el ins-trumento de presión que serviría para forzar al acuerdo con estos sectores.

Carrillo y la contra-revolución democrática de la Transición

Durante los ‘60 y los ‘70 fueron mi-les los jóvenes y trabajadores los que se organizaron en las filas del PCE con la aspiración de derribar la Dictadura, conquistar amplias reformas sociales y llevar adelante lo que llamaron la “ruptura democrática”. Se mantenía la estrategia de los años ‘30, se “atra-saba” la revolución obrera, la resolu-ción de los grandes problemas de los trabajadores y sectores populares. El PCE se presentaba ante los capitalistas como respetuoso con la propiedad pri-vada. Cuando Pasionaria regresó del exilio fue tajante, una de sus primeras declaraciones fue su frase de “Noso-tros no expropiamos”.

La adhesión y contribución de Carri-llo al nacimiento del eurocomunismo, no era más que profundizar en esta línea. Se aspiraba a ser el partido de la clase obrera en los marcos de una democracia capitalista. No por nada Carrillo dio este viraje junto a Georges Marchais, del PCF, y Enrico Berlin-guer, del PCI, los dos grandes partidos comunistas de Europa que estaban a la cabeza de la “socialdemocratización” del estalinismo occidental y habían sido claves en la construcción y esta-bilización de sus respectivos regíme-nes después de la II Guerra Mundial.

Sin embargo con la aceleración de la crisis de la Dictadura se abría una situación mucho más dinámica. Las luchas de la clase obrera y la juven-tud comenzaron un ascenso imparable desde el comienzo de los ‘70, y des-embocaron en un auge obrero y popu-lar tras la muerte del Dictador. El PCE

era parte de este proceso, siempre tra-tando de contener las demandas a su estrategia de lucha exclusivamente por la democracia y combatiendo los procesos de auto-organización que se le escapaban de su control. Se trataba para Carrillo de poder instrumenta-lizar la movilización para forzar una negociación y un papel para el PCE en el nuevo Régimen como el que habían gozado sus colegas franceses e italia-nos.

Conforme algunos sectores del Ré-gimen se fueron convenciendo de que no se podía acabar con el ascenso de luchas sólo por la vía policial -como intentó el primer Gobierno de la Mo-narquía, el de Arias Navarro- el PCE empezó a demostrarles que era una fuerza “responsable”. Carrillo orques-tó este giro desde el exilio primero y desde el interior a partir de 1977. El PCE se convertiría en el bombero para ir rebajando la protesta social confor-me se aceleraban las negociaciones con Suárez. La contención del ma-lestar obrero y juvenil después de los atentados de Atocha fue lo que terminó de convencer a Suarez de que Carrillo podía y debía ser un aliado clave para “pacificar” el país y poder hacer pasar los planes económicos y de reforma política de la burguesía franquista.

Carrillo buscaba evitar un desbor-damiento de la calle que pudiera abrir una situación revolucionaria. Y para ello no dudó en abandonar incluso su programa de ruptura democrática, para ir a la llamada “ruptura pactada”. Ya con la Junta Democrática de 1974 había abandonado reivindicaciones democrático estructurales como el de-recho de autodeterminación de las na-cionalidades. Era un reconocimiento por la negativa de que para alcanzarlas no iba a bastar con el acuerdo, sino que se deberían desatar todas las energías revolucionarias de los trabajadores y el pueblo. Lo mismo había hecho ya con la idea de reconciliación que iba a ser clave para hacer pasar la impu-nidad de los crímenes del Franquismo. A partir de 1977 terminará aceptando la Monarquía y toda la herencia insti-tucional de la Dictadura.

Carrillo superaba por derecha su po-lítica en la Guerra Civil. Si entonces llevaron adelante una política contra-revolucionaria en alianza con la bur-guesía democrática, ahora perseguía el mismo objetivo, en alianza con los mismos franquistas del 18 de julio. Ya no se defendía una república de-mocrática, sino una Monarquía nom-brada por las Cortes Franquistas y que mantenía una continuidad directa en todos los aparatos del Estado.

Si ahora lo loan Juan Carlos I, Maria-no Rajoy y Rubalcaba, no es por otra razón que por haber firmado los Pactos de la Moncloa que hicieron pasar un gran plan anti-obrero para descargar la crisis sobre los trabajadores -en forma de pérdidas de salario y la escalada del paro hasta sobrepasar el 20%-, acepta-do la Constitución del ‘78 que consagró el Régimen heredero de Franco, haber defendido la Ley de Amnistía que lega-lizó la impunidad de los crímenes fran-quistas... En definitiva, por haber usado su posición como dirigente del mayor partido obrero de los ‘70 para frenar y desviar las luchas contra la Dictadura hacia una salida de cambio de Régimen que salvó los muebles de la burguesía y de todo el aparato franquista del peli-gro de una posible revolución.

Una vida dedicada a luchar contra la revolución

El papel de Carrillo en la Transición es también lo más criticado de su figu-ra desde la extrema izquierda. Miles de militantes comunistas rompieron el car-né, se fueron a casa o formaron nuevos partidos estalinistas. Otros siguieron en el PCE y creyeron poder ex-culparse de la responsabilidad de su partido con la expulsión de Carrillo en 1985. Sin em-bargo el Carrillo de los ‘70 no nació de la nada, fue la continuidad consecuen-te -adaptada a los nuevos tiempos- de una estrategia que ya en los años ‘30 se había demostrado como contra-revolu-cionaria, el estalinismo.

El fallecido Carrillo consagró toda su vida a intentar rescatar al capitalismo español cuando la clase trabajadora lo amenazaba con destruir o le respiraba en la nuca, a luchar contra la revolu-ción y la causa del socialismo. Lo hizo envuelto de la bandera tricolor, la roja, la hoz y el martillo o la lucha por la de-mocracia, al final de su carrera política incluso con la roji-gualda y la Corona. A cambio aspiró a que su partido, el PCE, tuviera reservado el asiento de principal partido reformista del nuevo Régimen democrático. No fue así, el ya viejo Carrillo no recibió la recompensa esperada. Sin embargo su elevación a hombre de Estado, padre de la Consti-tución, amigo del Monarca... y demás consideraciones le dejaron agradecido hasta el final de sus días.

A los 97 años, en la hora de la siesta, Santiago Carrillo moría en la cama.

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16 FORMACIÓN MARXISTA

Seminarios de Verano en Barcelona y Zaragoza

El marxismo de León Trotsky

Durante el mes de Agosto, en las ciudades de Barcelona y Zarago-za, se realizaron los Seminarios de Verano “El marxismo de León Trotsky”, con la presencia de los compañeros y compañeras de la Agrupación No Pasarán y militan-tes de Clase contra Clase, tomando como punto de partida seminarios similares realizados en Argenti-na, Chile, Brasil y Alemania por parte de nuestros compañeros de la Fracción Trotskista -Cuarta Internacional.

El objetivo del Seminario fue cono-cer los fundamentos de la teoría y el programa del marxismo revoluciona-rio en la obra de León Trotsky. Porque entendemos que Trotsky y los trots-kistas encarnaron la continuidad del marxismo revolucionario en el siglo XX, en lucha contra el capitalismo, el fascismo y el estalinismo, desarrollan-do respuestas teóricas revolucionarias, creativas y no dogmáticas, frente a los principales sucesos de la lucha de cla-ses en este siglo (como la revolución rusa de 1905 y la revolución de octubre de 1917, la lucha contra la burocratiza-ción de la URSS y contra el estalinis-mo, el Frente Popular y el ascenso del fascismo en los años ‘30, el programa y la estrategia para la Revolución espa-ñola y la necesidad de un programa re-volucionario internacional en la época del imperialismo, etc.). La gravedad de la crisis capitalista actual nos plantea la necesidad de estudiar, comprender y hacer propia una tradición y una teoría revolucionaria que sigue vigente y es el fundamento de un programa revolu-cionario para la actualidad.

Con este espíritu, abordamos en primer lugar la Teoría de la Revo-lución Permanente. Comenzamos estudiando los sucesos que desen-cadenaron la revolución rusa de 1905 y las conclusiones teóricas de Trotsky sobre la dinámica “perma-nente” de la futura revolución rusa, como primera formulación de la teoría. Esto nos llevo a profundizar en el debate sobre “el carácter de la revolución” entre los marxistas rusos: la posición de los menchevi-ques, la posición de Lenin y la de Trotsky. Luego abordamos la expe-riencia histórica de la revolución de 1917, para a continuación detener-nos en el debate abierto en el año 1924 entre las posiciones de Trots-ky y las de Stalin y la burocracia soviética: ¿Revolución permanente o teoría del socialismo en un solo país? Finalmente discutimos sobre la generalización de la Teoría de la Revolución permanente a escala mundial, luego de las lecciones de la Revolución China de 1925-27.

En un segundo encuentro aborda-mos el debate sobre la experiencia histórica de la revolución rusa y la burocratización posterior del Estado Obrero con la emergencia de la bu-rocracia estalinista. Estudiamos el proceso histórico que llevó al estali-nismo a consolidarse como burocracia gobernante en la URSS, avanzando en liquidar la democracia de los soviets y también la democracia interna del partido bolchevique, encarcelando, persiguiendo y asesinando a los re-volucionarios y opositores de dife-rentes tendencias. Nos preguntamos entonces cuáles fueron los motivos sociales, históricos y políticos de este fenómeno. Y discutimos a partir de diferentes textos que se habían pro-puesto para la lectura, cómo Trotsky fue desarrollando una respuesta teóri-ca para enfrentar al estalinismo. ¿Qué era la URSS? ¿Qué se conservaba y qué se había perdido de las conquistas de la revolución? ¿Cómo enfrentar a la burocracia? Nos resultó muy rico discutir a partir de algunos capítulos

del texto clásico de Trotsky, su libro “La Revolución Traicionada”, lo que nos permitió comprender el inmenso aporte realizado por Trotsky al desa-rrollo de la teoría marxista del Estado.

El último encuentro lo dedicamos a discutir sobre la crisis capitalista y la vigencia del Programa de Transición. Para ello, ubicamos históricamente la elaboración del programa para la con-ferencia de fundación de la IV inter-nacional en 1938 y luego propusimos volver a pensarlo para la actualidad partiendo de un método no dogmáti-co, debatiendo entre todos qué cues-tiones cobran más vigencia al calor de la crisis capitalista, como un progra-ma de respuesta ante la crisis genera-lizada que los banqueros, los grandes monopolios y los gobiernos europeos quieren hacernos pagar a los trabaja-dores y los sectores más oprimidos.

Como balance, para todos los mili-tantes de Clase contra Clase y la agru-pación No Pasarán que lo realizaron, el Seminario permitió conocer y pro-fundizar cuestiones estratégicas fun-damentales del trotskismo, estudiando los textos propuestos, preguntando, reflexionando colectivamente y deba-tiendo durante las diferentes sesiones.

El entusiasmo general animó a pro-poner nuevas discusiones para con-tinuar en los próximos meses. En lo inmediato, nos proponemos seguir la dinámica del estudio y la formación militante realizando charlas y grupos de estudio sobre los artículos de la Revista Estrategia Internacional Nº 28 que acaba de ser publicada.

por JOSEFINA MARTÍNEZ

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A propósito de la publicación del nuevo número de la revista Estrate-gia Internacional publicamos una entrevista a realizada por el sema-nario La Verdad Obrera a Emilio Albamonte (Director de Estrategia Internacional y dirigente de la Frac-ción Trotskista-Cuarta Internacio-nal) y Claudia Cinatti (dirigente del PTS de Argentina).

La Verdad Obrera (LVO): Nos pue-den contar brevemente cuáles son los principales temas de este nuevo número de la revista Estrategia Internacional

Claudia Cinatti (CCi): Este nuevo nú-mero aparece cuando la crisis capitalista entra en su quinto año y estamos viendo las primeras respuestas de masas, como la “primavera árabe” o la resistencia a los planes de ajuste en Grecia o el Es-tado español, que con el desarrollo de la crisis y el ataque capitalista sobre los trabajadores, los jóvenes y los sectores populares, tenderán a profundizarse. Esta situación nos plantea con urgencia retomar el pensamiento estratégico del marxismo revolucionario para poner estas lecciones al servicio de construir fuertes partidos obreros revoluciona-rios que puedan intervenir en los en-frentamientos decisivos por venir. En este sentido, la reflexión teórica de la revista está dedicada a las discusiones de táctica y estrategia de la III Inter-nacional, en particular sobre el “frente único obrero” y el “gobierno obrero”, a través de un contrapunto entre el pensa-miento estratégico de Trotsky, Grams-ci, y Clausewitz. Esta discusión tiene una gran actualidad política, como ve-mos en las polémicas desatadas en la izquierda mundial sobre la posición ha-cia Syriza en Grecia, en la que muchas de corrientes de la extrema izquierda recurrieron a estas discusiones de la III Internacional para justificar una políti-ca oportunista de apoyo a Syriza, dis-cusión que está abordada en el marco del análisis de la lucha de clases y los nuevos fenómenos políticos que está dando la crisis capitalista.

Otro eje importante de este número es la reflexión en torno a la construcción de un partido obrero revolucionario en Argentina, partiendo del rol de la iz-

quierda anticapitalista y socialista, y en particular del PTS, en el desarrollo de la vanguardia obrera y juvenil. La revista incluye, además: un artículo de Juan Chingo donde realiza un análisis profundo de la crisis capitalista y sus consecuencias geopolíticas; un artículo de Paula Bach donde polemiza con Paul Krugman, el principal representante de la corriente neokeynesiana. También los comentarios de Esteban Mercatante al último libro de Andrew Kliman, y de Edison Salles sobre el libro China de Henry Kissinger, así como una nota de Andrea Robles donde presenta el lanza-miento de las Obras Escogidas de Trots-ky coeditadas por el CEIP y el Museo Casa de León Trotsky de México.

A su vez, dedicamos una sección don-de escriben Pablo Torres, Cynthia Lub, Santiago Lupe, y Pablo Oprinari, a la in-tervención de los grupos de la FT en los principales procesos de lucha del movi-miento estudiantil y juvenil y la pelea que están dando para ligarlos a la clase obrera, tanto en Chile los compañeros del PTR alrededor de la lucha del movi-miento estudiantil por la educación pú-blica y gratuita, como en el Estado Es-pañol los compañeros de Clase contra Clase en el movimiento de los indigna-dos y los procesos de resistencia obrera, y en México los compañeros de la LTS en torno al proceso del #yosoy132.

LVO: ¿En qué consiste el contrapun-to entre Trotsky, Gramsci, y Clau-sewitz que mencionaban?

Emilio Albamonte (EA): En realidad es un capítulo que adelantamos del li-bro Clausewitz, el marxismo y la cues-tión militar que estamos escribiendo

y esperamos publicar próximamente. El centro del artículo está dedicado a la discusión sobre la táctica de gobier-no obrero en los debates de la III In-ternacional, las reflexiones de Trotsky y Gramsci como parte de estos deba-tes. Hasta ahora, en nuestras elabora-ciones anteriores, nosotros habíamos desarrollado a partir del Programa de Transición, cómo Trotsky empleaba la fórmula de gobierno obrero como popularización de la dictadura del proletariado y como política para des-enmascarar a las direcciones oficiales del movimiento obrero en su negativa a romper con la burguesía y tomar el poder, como hicieron por ejemplo los bolcheviques entre marzo y septiem-bre de 1917 durante la revolución rusa. También habíamos abordado la que Trotsky define como “hipótesis impro-bable”, que cobró especial importancia luego de la segunda guerra mundial, con la revolución en China, Indochina, Cuba, etc., de que direcciones peque-ño-burguesas, incluidas las estalinis-tas, bajo condiciones excepcionales, de crack financiero, guerra u ofensiva de las masas vayan más allá de lo que qui-sieran en su ruptura con la burguesía.

En este artículo nos dedicamos es-pecialmente a revalorizar la táctica de gobierno obrero tal como había sido discutida en el IV congreso de la In-ternacional Comunista, y en particular como la plantea Trotsky para la revolu-ción alemana de 1923, donde en el mis-mo sentido antiburgués y anticapitalis-ta opuesto a cualquier interpretación democratizante, con el que la sostiene en el Programa de Transición, plantea que el Partido Comunista Alemán for-me un gobierno de coalición regional

con los sectores de izquierda de la so-cialdemocracia, en primer lugar, para armar al proletariado y desarmar a la burguesía y así acelerar la preparación de la insurrección, con el objetivo de constituir “bastiones revolucionarios” para la ofensiva a nivel nacional.

A su vez, desarrollamos en contra-punto con algunos de los conceptos fundamentales de Clausewitz, cómo Trotsky articula constantemente la de-fensa y el ataque, la conquista de posi-ciones y su utilización para la ofensiva, para mostrar la estrecha relación que establece entre la fórmula de gobierno obrero y la estrategia, cuestión que ha sido totalmente devaluada en los deba-tes y las elaboraciones de las corrientes que se reivindican del trotskysmo de la segunda posguerra a esta parte. Tanto el estudio que estamos haciendo sobre Clausewitz, la vuelta a los debates de los primeros congresos de la III Interna-cional, las conclusiones de la revolución alemana de 1923, la discusión sobre la táctica de gobierno obrero y su relación con la preparación de la insurrección, etc., creemos que son discusiones de primer orden para hacer hoy. Si, como sostenemos, efectivamente estamos ante una crisis histórica del capitalismo, lo que significa es que los revolucionarios tenemos que prepararnos para grandes enfrentamientos entre revolución y con-trarrevolución en el próximo período.

LVO: De hecho este último aspecto, como decían, atraviesa también la revista…

CCi: Así es, con este número de Estra-tegia queremos polemizar con una ten-dencia muy extendida que vemos entre las corrientes de la izquierda mundial que se reivindican trotskistas y que se han vuelto escépticas de la capacidad de la clase obrera como sujeto revo-lucionario, y que ante cada fenómeno político de cierta envergadura tienden a ver “vías alternativas” o “atajos”, cuyo correlato es la devaluación constante de las contradicciones de estos fenómenos y tienen como consecuencia el retraso en la construcción de fuertes partidos revolucionarios. Esto llevó a adoptar la estrategia de construir “partidos am-plios” anticapitalistas sin delimitación estratégica ni de clase, como el NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) francés,

Estrategia Internacional N° 28

Entrevista a Emilio Albamonte y Claudia Cinatti

INTERNACIONAL

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18 INTERNACIONAL

El gobierno represor del CNA (Congreso Nacional Africano) y la burocracia sindical no pueden parar la bronca obrera y popular

Ola de huelgas mineras en Sudáfrica

basados no en la lucha de clases sino en espacios electorales a la izquierda del reformismo. Estos proyectos están en una crisis profunda, bajo la presión que ejerce el reformismo de izquierda en sus filas, como vemos en la parálisis y pérdida de militantes del NPA.

Como desarrollo en mi artículo “Lu-cha de clases y nuevos fenómenos polí-ticos en el quinto año de la crisis capi-talista”, gran parte de las corrientes de izquierda que se reivindican trotskistas ceden a variantes reformistas de izquier-da como Syriza en Grecia y el Front de Gauche en Francia. En Argentina, por ejemplo, tenemos una discusión pública con los compañeros del Partido Obrero que han apoyado el llamado de Syriza, a conformar un “gobierno de izquierda”, lo que asimilan a la táctica de “gobierno de trabajadores”, cuando Syriza no solo tiene un programa de conciliación con el imperialismo de la UE sino que, ade-más, es una formación parlamentaria sin peso orgánico en la clase obrera.

También en este número de la revis-ta Simone Ishibashi y Eduardo Molina desarrollan una polémica sobre la “pri-mavera árabe”, principalmente con la LIT-CI (cuyo principal partido es el PSTU de Brasil) y la UIT-CI (a la que pertenecen los compañeros de Izquier-da Socialista), en particular con la con-cepción de estas corrientes de “revolu-ción democrática” lo que los llevó nada más ni nada menos que a considerar que en Libia, a pesar de la intervención militar de la OTAN, lo que tenemos es un gran triunfo revolucionario.

LVO: Uno de los artículos destaca-dos de la revista son los “Apuntes del PTS sobre la construcción de un par-tido obrero revolucionario en Argen-tina”. ¿Pueden sintetizarnos los ejes de esta reflexión?

EA: Se trata de pensar las vías para el surgimiento de un partido revoluciona-rio en la situación actual. Como desa-rrollan Christian Castillo y Fernando

Rosso en el artículo que mencionabas, lo que podríamos llamar la “extrema iz-quierda” tiene la particularidad de que enfrenta la crisis capitalista relativa-mente fortalecida, donde a pesar que en los últimos años lo que viene primando son las ilusiones reformistas, la izquier-da revolucionaria desde el 2001 a esta parte es un actor ineludible en la escena nacional. Desde la crisis del 2008 entre el gobierno y las patronales agrarias, y especialmente desde de la gran lucha de Kraft de 2009, existe una tendencia a la emergencia de la izquierda obrera, socialista y anticapitalista, dentro de la cual creemos humildemente que el aporte de nuestro partido viene sien-do clave para que esta tendencia no se diluya detrás de variantes patronales, así como en su articulación en torno al Frente de Izquierda y de los Trabajado-res. Es en este marco que en la revista abordamos diferentes hipótesis para el surgimiento de un partido revoluciona-rio que comprenden tanto del planteo de un “un partido de trabajadores sin

patrones” como el llamado a discutir la conformación de un partido revolu-cionario unificado a las fuerzas del FIT (Frente de Izquierda y de los Trabaja-dores). Una discusión que considera-mos fundamental, ya que del avance en este sentido depende la propia lucha por una estrategia donde la clase obrera conquiste la hegemonía sobre el resto de los oprimidos y presente una alter-nativa revolucionaria frente al gobierno kirchnerista y las variantes patronales que se proponen descargar los efectos de la crisis sobre las espaldas de los tra-bajadores y el pueblo.

Todas las reflexiones estratégicas que desarrollamos en la revista van en el sen-tido de prepararnos para estar a la altura de las contradicciones que la propia cri-sis deja planteadas por eso son inescin-dibles de la reflexión sobre las vías para la reconstrucción de la IV Internacional y el desarrollo de partidos revoluciona-rios con fuerte peso en la clase obrera.

Sudáfrica vive una oleada de huelgas mineras contra las grandes trasna-cionales imperialistas que dominan la principal industria del país.

La masacre perpetrada por la policía contra los huelguistas de la inglesa Lon-min el 16/8 que dejó 34 mineros muertos, lejos de amedrentar a los trabajadores ha desatado una movilización mayor. Días después estallaron huelgas en otras mi-neras como Anglo American Platinium y Royal Bafokeng Platinum. El gobierno proimperialista de Jacob Zuma del Con-greso Nacional Africano (CNA) trató de continuar con la línea represiva y de ju-dicializar las protestas usando una ley del Apartheid por la cual se culpa a los mani-festantes por las víctimas de la represión. Así, 270 activistas mineros (detenidos durante la masacre) fueron acusados por la muerte de sus 34 compañeros.

Tras la represión, la lucha se extendió

Sin embargo, el proceso de movili-zación y la gran disposición a la lucha

de los obreros obligó a retroceder al gobierno y la acusación fue dejada en suspenso. La huelga en Lonmin sigue y ha entrado en su cuarta semana. A pe-sar de todos los esfuerzos por quebrar-la, incluyendo un acuerdo firmado por la burocracia con el gobierno que fra-casó por el rechazo del sindicato inde-pendiente AMCU y los activistas, sus 28.000 obreros se mantienen firmes. El no pago de los salarios tampoco ha po-dido quebrar la huelga a pesar de que los obreros y sus familias viven en con-diciones de pobreza estructural.

El 9-9 estalló una nueva huelga en la minera Gold Fields. 15.000 obre-ros de la sección Oeste de la empresa mantienen paralizada la producción de la cuarta productora de oro del mundo. Hace apenas una semana 12.000 traba-jadores habían parado la sección Este.

Las bases rompen con sus direcciones sindicales

De esta manera la lucha a pegado un salto. El proceso más profundo en el movimiento obrero sudafricano, de la mano de esta ola de huelgas duras, es la creciente ruptura las bases con sus diri-gentes sindicales. La mayor parte de es-

tas huelgas se realizan contra la política de la burocracia y son declaradas ilega-les por el gobierno. El NUM (sindicato minero oficial) al igual que la central obrera nacional COSATU, está en ma-nos del CNA y participa activamente en los intentos por derrotar a los huelguistas mandado matones y colaborando con la policía. En algunos casos, como en Gold Fields, el activismo pelea directamente por echar a la burocracia y han incluido esa exigencia en sus reclamos. Pocas se-manas atrás los obreros de la Gold One’s entraron en huelga contra 200 despidos demandando su reincorporación junto a la de otros compañeros que fueron des-pedidos en junio por formar un sindica-to paralelo a la burocracia y para que se reconozca su sindicato independiente el PTAWU. La protesta fue reprimida y en la mina se mantiene una fuerte presencia policial, lo que muestra a la vez el temor de la burguesía al levantamiento obrero como la profundidad del proceso que se extiende por abajo.

Desgaste del gobierno del CNA

Como planteamos en La Verdad Obrera N° 489 (semanario del PTS de

Argentina) este proceso se da junto a luchas populares que reclaman mejo-res condiciones de vida (agua potable, desagües cloacales, luz) ya que desde el fin del Apartheid y la llegada del primer gobierno negro en 1994, la situación social de pobreza y marginación no ha cambiado. Sudáfrica tiene los mayores índices de “desigualdad social”, la des-ocupación llega al 30% y la esperanza de vida se redujo a 52 años. El gobier-no del CNA que en el marco de la crisis económica mundial aplica una política neoliberal y proimperialista, enfrenta un creciente desgaste frente las masas. La política represiva de Zuma, con su pun-to más alto en la masacre de Marikana, agrega un costo político enorme ya que ha rememorado los peores tiempos del Apartheid. Muchos plantean que este es un punto de inflexión y que nunca el CNA y sus sindicatos han estado tan débiles, situación puede hacer fracasar el próximo Congreso del CNA previsto para diciembre donde Zuma pretende postularse a un nuevo mandato. La pro-funda rebelión que recorre a los mineros sudafricanos y el creciente malestar en-tre las masas negras constituye una gran respuesta obrera a los efectos de la crisis económica capitalista.

por DIEGO DALAI

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19INTERNACIONAL

El mes de agosto ha estado marcado por el “segundo round” de lucha estudiantil. El impulso lo dieron los secundarios y decenas de liceos a nivel nacional han sido tomados, varias facultades han parado, y vemos facultades en toma por las demandas nacionales y problemáti-cas internas.

Pero también hemos visto clara-mente el rol que están jugando las di-recciones. Las Juventudes Comunis-tas de Vallejo, la Izquierda Autónoma de Boric y otros grupos que se querían plantear como alternativa a izquierda como la Unión Nacional Estudiantil (UNE) y el Frente de Estudiantes Li-bertarios (FEL) nos están llevando a un callejón sin salida. Quieren seguir llevándonos a los pasillos del parla-mento, mientras siguen bajando los paros y las tomas.

Como Agrupación Combativa y Re-volucionaria hemos estado en la pri-mera línea en este proceso de lucha, impulsando y sosteniendo tomas, im-pulsando los paros en las facultades, y dando una férrea lucha política a la línea desmovilizadora de las diri-gencias. A partir de esta actuación es que durante el viernes 7 y sábado 8 de septiembre realizamos los encuen-tros regionales de la ACR, que aglu-tinaron alrededor de 300 compañeros a nivel nacional.

Cientos de universitarios y secundarios nos reunimos en la toma de la casa central de la Universidad de Chile

En Santiago nos reunimos en la Casa Central de la U de Chile, que está tomada. Desde la ACR hemos sido activos impulsores de esta toma para fortalecerla desde las bases, y hemos sido parte de todos los acti-vistas, universitarios y secundarios, que nos hemos organizado desde ahí para ir a nuestras facultades, liceos y a las marchas. La reunión contó con una amplia delegación de compañeros de la USACH, que han sido los que han encabezado la pelea por movilizar esta universidad, lo que finalmente se logró y hoy la universidad se encuen-

tra completamente parada, pese a los intentos de la Federación por enfriar y bajar la lucha.

Compañeros/as de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U de Chile aportaron desde la experiencia de lucha de esta facultad y del trabajo de unidad obrera estudiantil que han impulsado desde la Secretaría de Uni-dad Obrera Estudiantil. También par-ticiparon secundarios, como la vocera de la toma del liceo Benjamín Vicuña Mackena, Cristóbal que es ex vocero del liceo A90 autogestionado o Italo que es estudiante del liceo Sofofa, técnico industrial. La necesidad de poner en el centro la lucha contra toda la herencia pinochetista, la lucha por los derechos de la diversidad sexual, la necesidad de hacer un fuerte traba-jo en los liceos técnicos, la lucha por una nueva reforma universitaria, una nueva Escuela nacional Unificada y la lucha por la educación gratuita, la pelea por levantar espacios de coor-dinación de los sectores en lucha, y dar una fuerte lucha política contra la burocracia fueron algunos de los ejes que resolvimos. Este encuentro, que fue dirigido por una comisión com-puesta por militantes del PTR y com-pañeros independientes, finalizó con las palabras de un compañero obrero del PTR, que abrió una reflexión so-bre las tareas de la juventud a 39 años del golpe, y resolvimos levantar una gran columna de la agrupación para la marcha del 11 de septiembre.

Una fuerte corriente de la juventud sin miedo para acabar con toda la herencia pinochetista

Levantar una fuerte corriente política de la Juventud Sin Miedo, se vuelve una necesidad vital, pues debemos lograr desplazar a la burocracia, que es uno de los obstáculos más grandes que tenemos para avanzar y triunfar en esta lucha. Una fuerte agrupación juvenil, que en la lucha se proponga la tarea de derribar este régimen heredado de la dictadura y esté en primera línea en esta pelea.

Los trotskistas del Partido de Tra-bajadores Revolucionarios nos hemos volcado por entero a esta tarea, pues la construcción de una fuerte agrupa-ción de cientos de estudiantes y jóve-nes trabajadores, nacida al calor de la intervención activa en los procesos de lucha abiertos y que logre dar una ba-talla contra las dirigencias y la burocra-cia estudiantil y sindical, es una tarea fundamental para que todo un sector de la juventud sin miedo abrace un pro-grama y una estrategia revolucionaria que permita la emergencia del trotskis-mo como una alternativa política de los trabajadores y los sectores populares.

Avanza la Juventud Sin Miedo en todo el país

La ACR se ha destacado en la lucha en diversas ciudades del país. En An-tofagasta los compañeros realizaron

el encuentro en el liceo Marta Narea, en donde las compañeras secundarias de la agrupación han jugado un papel dirigente que el diario local de ma-yor circulación dio cuenta al afirmar la “influencia trotskista” en la lucha secundaria de la ciudad. Aparte de discutir esta lucha, que estamos des-plegando en diversos liceos del sector, y de la necesidad de impulsar una co-ordinación de los liceos movilizados, también profundizamos la discusión sobre la diversidad sexual, con com-pañeras y compañeros que han enca-bezado este pelea en la ciudad, como sucedió con las actividades en repudio al asesinato de Daniel Zamudio. A su vez, Ulises, un compañero obrero de la minería, abrió un punto sobre la ju-ventud trabajadora y la necesidad de que la ACR ponga sus energías en este sector e impulsar la unidad obrera es-tudiantil en la capital minera de Chile. En Valparaíso compañeros universita-rios y secundarios discutieron sobre los ejes programáticos, y profundiza-ron sobre la lucha que estamos dando en la Universidad de Playa Ancha, en donde hemos estado a la cabeza de la pelea por impulsar paros y tomas, en contra de la precarización y los ata-ques a la educación pública, luchando por una segunda reforma universita-ria, y hemos sido activos organizado-res de las movilizaciones.

A su vez, en Temuco muchos com-pañeros secundarios se han sumado a la tarea de levantar esta agrupación, en donde el vocero de uno de los prin-cipales liceos de la ciudad ha dado una pelea por organizar a los secun-darios con una política combativa. Esto se suma al trabajo que ya veni-mos haciendo desde la presidencia de la carrera de Antropología, que es la más activa en las movilizaciones, y estamos impulsando el único espa-cio de organización de universitarios y secundarios de Temuco. Desde la ACR hemos sido activos en apoyar las luchas y reivindicaciones del pue-blo mapuche, que debe ser prioridad para cualquier agrupación de la juven-tud combativa y revolucionaria.

Chile: “segundo round” de la lucha estudiantil

¡Avanza la Juventud Sin Miedo! Exitosos encuentros regionales de la Agrupación Combativa y Revolucionaria

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por l a reconst rucc ión de la cuar ta in te r nac iona l

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A 72 años del asesinato de León Trotsky

Importantes eventos de los grupos de la FT-CI en su homenaje

MéxicoEl 21/08 se realizó la presentación de las Obras Es-cogidas de León Trotsky, una edición conjunta del CEIP-León Trotsky y la Casa Museo. Fueron ora-dores Esteban Volkov, nieto de Trotsky, junto a José Antonio de León, director de la Casa Museo, y Pa-blo Oprinari de la LTS. Desde el auditorio, Alberto Fernández –el hijo de Octavio Fernández, uno de los fundadores del trotskismo en México– también saludó el evento: “Con el asesinato, con el golpe de piolet, Stalin quiso matar las ideas de Trotsky. Sin embargo, hoy se demuestra que no lo logró. El Pro-yecto del CEIP León Trotsky de publicar las obras escogidas del gran pensador marxista no solamente es el mayor esfuerzo editorial en lengua castellana, sino que constituye un muy valioso acervo para que los movimientos juveniles y de trabajadores que co-mienzan a darse a nivel mundial, debido a la crisis económica política y social, se lleven a cabo con una preparación básica bien fundamentada.”Posteriormente, el sábado 25/08, convocados por los trotskistas de la LTS junto a la Agrupación Contra-corriente, más de 150 personas -incluyendo muchos jóvenes participantes del #yosoy132- colmaron el auditorio del Museo Casa de León Trotsky para ho-menajear al revolucionario, en el mismo lugar don-de éste viviera sus últimos años de exilio junto a su compañera Natalia Sedova antes de ser asesinado por un agente stalinista el 20 de agosto de 1940.

BoliviaEl 21 de agosto, en el Paraninfo de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) en la ciudad de La Paz, tuvo lugar el acto-homenaje a León Trotsky, con la presencia de Mario Martínez, trabajador minero de Huanuni, Alain Rivera, ex ejecutivo FUL UMSS, Javo Ferreira y Pity Ezra, ambos dirigentes de la LOR-CI.

ArgentinaEl 31 de Agosto, el PTS y la juventud del PTS de la ciudad de Buenos Aires, realizaron un acto homenaje al gran revolucionario ruso, “Trotsky vive en nuestras luchas” fue el título del evento. Compañeros del sub-te, estatales, aeronáuticos, telefónicos, del puerto, de aguas gaseosas, docentes, miembros de la comuni-dad de trabajadores bolivianos, estudiantes secunda-rios, terciarios, universitarios y jóvenes trabajadores colmaban el auditorio para dar inicio al acto.

ChileEl miércoles 5 de septiembre, en la Casa Central de la Universidad de Chile ocupada por los estudiantes, se realizó la presentación del Stalin, el gran organi-zador de derrotas, de León Trotsky, editado por el Centro CEIP. En la ciudad de Antofagasta, la pre-sentación se realizó en la Universidad Católica del Norte. Alrededor de 90 personas –estudiantes y tra-bajadores- se reunieron en un salón de la universidad de Santiago y otras 50 lo hicieron en Antofagasta. Bárbara Brito, consejera de la Facultad de Filosofía y Humanidades y dirigente el PTR y la ACR, se re-fi rió a la actualización del pensamiento de Trotsky que plantea la situación internacional signada por la crisis capitalista y el retorno de la lucha de clases.

AlemaniaEl 21/08, el grupo RIO de Alemania ha anunciado el lanzamiento del “Archivo Trotsky”, que consistirá en la re-publicación de textos de Trotsky en forma de folletos. Desde el grupo RIO manifi estan que “Esperamos que esto sirva como un pequeño paso en hacer más conocida la obra del gran revolucio-nario ruso en Alemania.”

Venezuela, Costa Rica y UruguayCon la presencia de más de cuarenta personas se realizó el 13/9 un Foro organizado por la LTS a los 72 años del asesinato de Trotsky en la Escuela de Sociología de la Universidad Central de Venezue-la... Mientras que en Uruguay ese mismo día fueron presentadas las Obras Escogidas de León Trotsky en la Facultad de Humanidades de Montevideo. Tam-bién en Costa Rica se realizó un acto en la biblioteca Carlos Monge de la Universidad de Costa Rica.