Contracorriente #18

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15S ASAMBLEA DE BARCELONA La necesidad de una direccion alternativa a la burocracia de CCOO y UGT ANTE LA NUEVA TREGUA DE ETA ¿A dónde va el Movimiento de Liberación Nacional Vasco? 7º CONFERENCIA DE LA FT-CI “Dar pasos concretos para reconstruir la IV Internacional” CONTRA LOS ATAQUES DE ZP Construyamos un movimiento obrero democrático y combativo órgano de expresión de integrado en la Fracción Trotskista-CI por la reconstrucción de la cuarta internacional Número 18 // septiembre 2010 // Precio 1,50 € // Precio de Apoyo 2 €

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Contracorriente #18 | Periódico de Clase contra Clase - Estado Español

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15S ASAMBLEA DE BARCELONA La necesidad de una direccion alternativaa la burocracia de CCOO y UGT

ANTE LA NUEVA TREGUA DE ETA¿A dónde va el Movimiento de Liberación Nacional Vasco?

7º CONFERENCIA DE LA FT-CI“Dar pasos concretos para reconstruir la IV Internacional”

CONTRA LOS ATAQUES DE ZPConstruyamos un movimiento

obrero democrático y combativo

órgano de expres ión de integrado en la Fracción Trotsk ista-CIp o r l a r e c o n s t r u c c i ó n d e l a c u a r t a i n t e r n a c i o n a l

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Entre 1936 y 1938 se realizaron en la URSS los Procesos de Moscú, una serie de juicios que subieron al cadalso a la plana mayor de quienes habían dirigido la Revolución Rusa de 1917, bajo acusaciones por actividades contrarrevolucionarias en alianza con el nazismo. El principal acusado era León Trotsky. Este libro recoge su testimonio y la evidencia documental presentada para probar su inocencia ante una comisión independiente convocada para defender su honor revolucionario. Dicha comisión fue presidida por el filósofo norteamericano John Dewey, en México en 1937. Además de demostrar la falsedad de los cargos que el estalinismo utilizó para justificar los Procesos de Moscú, Trotsky expuso como evidencia el real enfrentamiento que existía entre el período de democracia soviética y el régimen impuesto por la burocracia, entre las tradiciones de Lenin y las de Stalin; los grandes debates del Partido bolchevique, su historia y preparación, y su continuidad en el combate de la Oposición de Izquierda y la IV Internacional.

C/Berenguer de Bardaji 20-22CP 50010 Zaragoza

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El caso León TrotskyLeón Trotsky / Comisión a cargo de John Dewey sobre los

Cargos Hechos en su contra en los Procesos de Moscú.

Presentación de Esteban Volkov, nieto de Trotsky.

StaffConsejo EditorialSantiago LupeGuillermo FerrariFederico Grom

Tapa, diseño y MaquetaciónFederico Grom / Silvio García

C.E.I.P. León TrotskyCentro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones

SUMARIOEditorial- ¡EL 29S DEBE TRIUNFAR! Prepararemos la Huelga General contra los ataques de Zapatero - pág. 3

Estado español- ¿A dónde va el Movimiento de Liberación Nacional Vasco? - pág. 6

- Contra el españolismo, por el derecho de autodeterminación de Catalunya - pág. 8

Mov. Obrero- Asamblea de Barcelona: La necesidad de una dirección alternativa a la burocracia de CCOO y UGT - pág. 10

- La Huelga del Metro de Madrid- pág. 11

Mov. estudiantil- Los estudiantes y los obreros debemos decir: ¡¡NO PASARAN!! - pág. 10

Internacional- MANU GEORGET, dirigente de la CGT de Philip dreux 10 días de control obrero en Francia - pág. 18

- Sudáfrica, Huelga en el sector público - pág. 16

- 7º CONFERENCIA DE LA FT-CI “Dar pasos concretos para reconstruir la IV Internacional” - pág. 21

Contraportada- ACTO INTERNACIONALISTA con dirigentes obreros y socialistas de Europa y America Latina - Continúa en pág. 26

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página web www.clasecontraclase.org

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Este otoño arranca con la prime-ra Huelga General de 24 horas contra el Gobierno de Zapatero. Un importante desafío para un Gobierno cada vez más débil.

Hasta ahora sus principales proble-mas habían sido los choques con otros sectores burgueses al calor del retroceso del capitalismo español en la arena internacional y la emer-gencia de demandas democráticas nacionales como la catalana. Ade-más, se le agrega el distanciamiento con las direcciones sindicales, que hasta hace poco estaban al 100% con la política del Gobierno. Todo en el marco de una naciente crisis del Régimen del 78. El 29S se trata de una jornada de huelga y movili-zación general a la que está llamada toda la clase trabajadora. Aún así, y como tigre herido, Zapatero prome-te intentar aplicar la mayor parte de su plan de ajuste antes de retirarse. Más allá de cuanto le quede en el cargo no hay duda de que el gobier-no que le siga, sea del PSOE o del PP, querrá continuar descargando la crisis sobre los trabajadores. Así pues este inicio de curso viene pre-cedido por el mayor ajuste en déca-das y promete un paquete de ata-ques inédito sobre los trabajadores y sectores populares.

Para los trabajadores, la Huelga ge-neral es el primer gran desafío des-de que comenzó la crisis, ya que implica la entrada en escena de im-portantes sectores de trabajadores. Por eso, hay que trabajar con todo el esfuerzo posible por su triunfo. y al mismo tiempo convertirlo en un pistoletazo de salida de un plan de lucha que nos lleve a un verdadero otoño caliente. Derribar la reforma laboral, la liquidación de los conve-nios y la negociación colectiva, los

recortes en pensiones…, es decir que la crisis la paguen la banca y los capitalistas, no es un combate cualquiera, ni de un día, sino histó-rico. Para ganarlo será necesario que la clase trabajadora recompon-ga su capacidad de lucha y organi-zación, unifique sus filas y ponga a sus organizaciones a la cabeza de la lucha contra este podrido Régi-men del 78, presidido por el Rey de Franco y todos los “demócratas” que lo aceptaron. Las luchas que están por venir, y en lo inmediato la Huelga del 29S, abren la posibilidad de dar pasos en esta dirección.

¿En qué condiciones llega la clase obrera al combate?

El durísimo golpe causado en los primeros años de la crisis, sobre todo en forma de desempleo de masas, se suma a la herencia de retroceso y desorganización que la política de pactos y paz social de los dirigentes de CCOO y UGT han causado en el movimiento obrero; des-sindicalización, divi-sión de la clase (fijos, subcontra-tados, de ETT, temporales, nati-vos y extranjeros…).

El paro de masas actúa como chan-taje del terror para muchos trabaja-dores a la hora de salir a luchar, y

esto se agudiza para los sectores más explotados. Hoy son un 25% los trabajadores que tienen algún tipo de contrato basura y cientos de miles los que están en empre-sas subcontratadas sin sindicatos ni Comité de Empresa, y aún peor es la situación de los trabajadores de la mayoría de las pymes.

Existe una división aún más brutal potenciada por la burguesía y el Go-bierno. La que se plantea entre los trabajadores nativos y los extranje-ros, presentándose a éstos como los culpables de la crisis. La aceptación de las leyes de extranjería y la cana-llesca no inclusión de las demandas sociales y políticas de este sector por parte de las direcciones sindi-cales facilitan que el racismo pueda calar en las mismas filas obreras.

Los dirigentes de CCOO y UGT han sido los responsable de que se haya podido llegar a esta si-tuación, no solo por medio de grandes derrotas, sino sobre todo de luchas no dadas, o completa-mente dirigidas al desgaste y el aislamiento. Así se ha visto últi-mamente en los múltiples conflic-tos contra ERE,s y despidos, que no han ni siquiera frenado la es-calada hasta los 4,6 millones de parados. Esta responsabilidad le ha ganado a las direcciones sin-

¡EL 29S DEBE TRIUNFAR!Prepararemos la Huelga General contra los ataques de Zapatero

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dicales la desconfianza y el des-prestigio de miles de trabajadores y a la vez un debilitamiento de las organizaciones sindicales.

Sin embargo, y en contra de la campaña mediática que da por muerto al movimiento obrero y que pretende liquidar sus organizacio-nes históricas, viene habiendo sig-nificativos signos de recuperación de la lucha obrera. El curso pasa-do vimos algunas experiencias de vanguardia en Andalucía, como las exitosas huelgas regionales con-vocadas por el SAT en la Sierra de Cádiz y la Sierra Sur de Sevi-lla, o la huelga de la naranja que logró imponer desde los tajos un plan de lucha sobre los dirigentes de CCOO y UGT. El final del cur-so estuvo jalonado por la huelga de trabajadores públicos, y sobre todo por la huelga del Metro de Madrid, que demostró el potencial de combatividad que todavía existe en importantes sectores. La Huel-ga del 29S va a volver a poner en evidencia que importantes batallo-nes de nuestra clase, sobre todo los que mantienen mejores niveles de sindicalización y organización, pueden suministrar un buen golpe al Gobierno y la patronal.

Preparar el 29S para acabar con el tijeretazo de ZP

Estas experiencias de lucha abren la posibilidad de empezar a revertir las consecuencias de años de re-troceso. La Huelga general es un importante paso en la reaparición del movimiento obrero en escena. Por eso es un deber impulsarla y hacer todos nuestros esfuerzos para que sea un éxito. Es necesa-rio hacer piquetes desde la prime-ra hora para que no se muevan los buses, ni el metro y que las gran-des empresas y comercios no pue-dan abrir. Garantizar asambleas en todos los lugares de trabajo. Las manifestaciones han de ser una gran demostración de fuerzas. Y, todo esto, debe servir de impulso

para un plan de lucha que acabe con las medidas anti-obreras de Zapatero. La Huelga, también de-bemos aprovecharla para avanzar en la lucha contra la política de Méndez y Toxo, que buscan vol-ver a la mesa de negociación para “rediscutir” los ataques. Pero el Tijeretazo no es negociable. Ya lo dijeron Zapatero y sus Ministros: “Estos recortes no son negocia-bles”. Y todas las Autonomías ya empezaron a aplicarlos, como en Madrid y Catalunya. Desde Clase contra Clase creemos que es en esta perspectiva que la izquierda sindical y el conjunto de sectores combativos del movimiento obrero debemos preparar el 29S.

Hay que avanzar en el reagrupa-miento de los sectores obreros y sindicales que traten de dar una pelea contra el rol que aún ocupan estos dirigentes. Por ello saludamos y participamos de las plataformas unitarias que impulsa la izquier-da sindical, y especialmente de la Asamblea de Trabajadores que promueve el Comité de Convenio de TMB en Barcelona. Organismos de lucha como este pueden ser una buena manera de unificar en un primer momento a las organiza-ciones de la izquierda sindical con sectores no sindicalizados y secto-res de CCOO y UGT contrarios a la política de sus direcciones.

Para nosotros hay que fortalecer estas iniciativas tratándolas de li-gar lo máximo posible a los propios centros de trabajo, promoviendo la recuperación de formas de demo-cracia obrera como la asamblea general o la elección de delegados sujetos a las decisiones de la base y revocables en todo momento.

Desde estas posiciones podremos dar una pelea a las direcciones de CCOO y UGT, participando como bloque combativo en todo el ca-lendario de movilizaciones previs-to, los piquetes, las manifestacio-nes… siempre con una política de denuncia y exigencia que consiga

imponer la continuidad de la lucha más allá del 29S. Se trata de po-ner las bases de un movimiento que avance hacia la recuperación de los sindicatos y los Comités de Empresa, para convertirlos en ver-daderas herramientas de lucha.

Levantar un programa que suelde la unidad de todos los sectores obreros

Para esta ambiciosa tarea es im-prescindible empezar a levantar un programa que ayude a forjar la unidad de todos los sectores obreros en los que la burguesía nos tiene divididos. De hecho la atomización de la clase es uno de los principales obstáculos que se presentan a la Huelga del 29S. Se trata de combatir para que los sec-tores en mejores condiciones de la clase incorporen las demandas de los más explotados y oprimi-dos para forjar la unidad. Esto no es solo es una cuestión elemental de solidaridad de clase sino que es la única forma efectiva de pe-lear contra el plan estratégico de la patronal que quiere utilizar la desesperación de millones de pa-rados e inmigrantes para rebajar las condiciones del conjunto de la clase obrera para mejorar la com-petitividad de las empresas espa-ñolas en el mercado mundial.

Es una obligación incluir la deman-da de regularización de todos los “sin papeles” y la igualdad total en derechos sociales y políticos, así como la demanda de igual salario a igual trabajo. Solo así se podrán sumar los millones de trabajadores extranjeros a la lucha y podremos aislar las ideas racistas de las filas obreras, que facilitan que se pue-dan agudizar aún más los sufri-mientos de los inmigrantes, y debi-litan de conjunto nuestras fuerzas.

Tenemos que levantar un pro-grama contra el paro de masas, comenzando por el rechazo a la anulación de los miserables 420 euros que reciben muchos para-

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dos crónicos que ya se anuncia y que condenaría a miles a la mise-ria y el hambre, pero avanzando hacia la única solución de fondo contra el mismo: el reparto de horas de trabajo sin reducción salarial y la nacionalización bajo el control de los trabajadores de toda empresa que cierre o des-pida. Así podremos convertir los millones de parados en millones de aliados luchadores, y boico-tear las intenciones de la patronal para convertirlos en un ejército de reserva pasivo con el que chanta-jear a los trabajadores ocupados para que no salgan a la lucha.

Hay que pelear contra los desahu-cios de viviendas y las hipotecas usureras, por un plan de vivienda pública y por la expropiación de los pisos vacíos de los especuladores para garantizar una casa a todo joven o familia obrera. Hay que li-quidar el peso que el pago de la hipoteca tiene para muchos traba-jadores y que puede tener efectos de conservadurismo para la lucha.

Para lograr que la juventud traba-jadora en precario sea parte de la lucha, hay que luchar por la aboli-ción de todos los contratos basura y las ETT,s, por los contratos fijos y por el pase a plantilla de todos los trabajadores subcontratados. Asimismo hay que acabar con las dobles escalas salariales, las lega-les y las ilegales, que padecen es-pecialmente la mujer trabajadora y los inmigrantes.

Estas reivindicaciones deben ser parte de un programa obrero de emergencia que pelee también por un salario mínimo de 1.200 euros que se renueve con el aumento del coste de la vida, que se oponga a las subidas del IVA y los recortes en prestaciones y luche por fuertes im-puestos a las grandes fortunas, que rechace todos los ataques contra la educación, la sanidad y los servi-cios públicos y plantee un gran plan de obra pública controlado por los trabajadores para reforzarlos…

La clase trabajadora debe ponerse al frente de la lucha contra el Régimen del 78Para hacer posible este programa hay que avanzar seriamente sobre los intereses de las multinacionales, como Repsol, Telefónica, La Caixa, etc., pasando por la expropiación de la banca y las grandes industrias, para ponerlas bajo el control de los trabajadores. Esto no será llevado adelante por ningún gobierno del PSOE (Felipe González fue el promo-tor de la reconversión industrial de los 80), ni del PP (Aznar trató de ha-cer el ajuste con el decreto de 2002). El Régimen del 78, sostenido por el Rey, el PSOE y el PP y las grandes empresas, se defenderá con todos los medios para evitar que la crisis se la hagamos pagar a quienes la generaron. Será necesario derribar el Régimen heredero del franquismo para imponer un Gobierno de los trabajadores y sectores populares que pueda llevarlo adelante.

Que las direcciones de los gran-des sindicatos tengan que romper, aunque sea por ahora, el “diálogo social” para ir a la huelga contra el plan de ataques económicos y sociales que ejecuta un Gobierno “socialista” que consideran como propio, esta llevando a amplias ca-pas de trabajadores a una ruptu-ra política con el gobierno del ZP, ruptura que deteriora aun más la relación de los trabajadores con el PSOE. Esto plantea a gritos la necesidad de una alternativa polí-tica de los trabajadores, con ple-na independencia de los partidos patronales. Que pasos dar en la construcción de esa representa-ción política, estará ligado a la pe-lea para superar la política de las direcciones actuales del movimien-to obrero, que solo le han abierto caminos de derrotas.

Por ello en la lucha por la recompo-sición del movimiento obrero es ne-cesario pensar en cómo las luchas actuales sirven para dar pasos en

situar a la clase trabajadora al fren-te de la lucha contra el Régimen. Es necesario que la lucha obrera empiece a ganar aliados en otros sectores que padecen también la explotación y la opresión.

Hay que incorporar reivindicacio-nes de sectores populares que es-tán sufriendo agudamente la crisis, como los autónomos o pequeños comerciantes sin asalariados. Es-tos sectores intermedios de la so-ciedad deben ser ganados por la clase trabajadora como aliados, levantando un programa contra la usura y los desahucios bancarios y por un sistema de créditos públicos para evitar su ruina. Y en el mismo sentido la lucha de los trabajadores debe asumir las reivindicaciones del movimiento estudiantil contra el Plan Bolonia y la privatización de la educación, así como las reivindica-ciones democráticas de nacionali-dades como la vasca o la catalana.

Se trata de que la clase trabajadora dé pasos para ponerse a la cabe-za, con sus propios métodos y su propio programa, del conjunto de sectores que van a levantarse con-tra las consecuencias de la crisis y la descomposición del Régimen del 78. Y al mismo tiempo evitemos que estos descontentos puedan ser ca-nalizados por variantes de derecha populista (como intenta el PP con los autónomos) o por las burgue-sías periféricas nacionalistas (CiU, ERC, Laporta…) que solo buscan poder seguir haciendo buenos ne-gocios a nuestra costa.

La preparación de la Huelga gene-ral del 29S y los siguientes conflic-tos que le pueden seguir, ya sean contra el Gobierno o en las empre-sas, debemos tratar de convertir-los en “escuelas de guerra” donde la clase trabajadora vaya recompo-niendo su capacidad de organiza-ción y lucha, a la vez que se arma de un programa para terminar por derrotar al capitalismo español y construir una sociedad sin clases.

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Al cierre de esta edición ETA anunciaba el cese de toda acti-vidad armada ofensiva y decla-raba una tregua indefinida con la que se “reafirma en el com-promiso con una solución de-mocrática (…) a través del diá-logo y la negociación”. Se trata de la respuesta de la banda a las demandas de la izquierda abertzale, que desde hace me-ses está inmersa en un proceso de debate interno que ha con-cluido en la propuesta política de “Zutik Euskal Herria” (Eus-kal Herria en Pié).

Durante las últimas cinco décadas la estrategia del MLNV ha tenido como eje la actividad de ETA. Se ha tratado de utilizar el enfrenta-miento entre la organización ar-mada y el Estado español como el principal instrumento para pre-sionar a los distintos Gobiernos centrales. Los atentados y sabota-jes buscaban pues la apertura de un proceso de negociación con la burguesía central que concluyera con el reconocimiento de los dere-chos democráticos nacionales del pueblo vasco. ETA no confiaba en que la gran burguesía nacionalista, agrupada en el PNV, encabezara esta tarea. Sin embargo siempre se esperaba ganarla para que se sumara al proceso en el que ETA hacía de “vanguardia armada”. Paralelamente a la banda se fue construyendo un potente movi-miento social con diferentes fren-tes; institucional, juvenil, sindical, de familiares de presos, cultural... la izquierda abertzale. Sin embargo la estrategia del mismo no se ha diferenciado de la que predisponía la dirección de ETA, quedando su-

bordinado el potencial de este mo-vimiento social al callejón sin salida que suponía buscar conquistar el derecho de autodeterminación por medio de la negociación con algún Gobierno central, bien del PP o del PSOE. Así muchas veces su ac-tividad se ha limitado a la presión social o política en el mismo sen-tido que iba la presión militar de la banda, así como a la necesaria respuesta ante la creciente repre-sión contra el MLNV.

La represión y persecución ha ido acentuándose cualitativamente durante la última década sobre este sector no militar. Desde la ile-galización de Batasuna en 2002 se puede elaborar una lista casi inter-minable de detenciones, ilegaliza-ciones de organizaciones políticas, sociales y juveniles, prohibición de actos, torturas policiales, sumarios farsa... Esto, junto con la persecu-ción cada vez mayor sobre el bra-zo armado, ha debilitado poderosí-simamente al MLNV de conjunto. Una muy difícil situación que ade-más ha contado con muy escasa solidaridad de parte de la izquierda y las organizaciones obreras, juve-niles y de derechos humanos del resto del Estado. Es en este duro contexto en el que se ha iniciado el proceso de reflexión interna dentro de la izquierda abertzale, que se plasma en la propuesta “Zutik Eus-kal Herria”.

Como primera y más importante conclusión de este debate, que se ha realizado en cientos de asam-bleas de base con la participación de alrededor de 7.000 personas, destaca la apuesta por “métodos pacíficos y democráticos”. Es decir,

parece que comienza a haber un rechazo al método del terrorismo individual, y se oponen al mismo la organización y movilización so-cial en general, como instrumentos válidos para la consecución de los derechos democráticos negados por la Constitución de 1978.

Para los marxistas revolucionarios el terrorismo individual es un mé-todo completamente ajeno a la clase obrera, que sirve más para alejar la posibilidad de alcanzar nuestros objetivos que para avan-zar en su conquista. Por un lado, es la excusa perfecta para que la burguesía pueda arremeter con to-dos sus medios represivos contra los luchadores, como hemos visto en el caso del MLNV. Y por el otro, implica la concepción de que un pequeño grupo puede “liberar” de la explotación o la opresión a todo un sujeto social, llevando pues a una lógica de golpear para des-pués negociar con el enemigo al-guna salida de compromiso. En el caso concreto de la estrategia de ETA ésta además optaba por una política de unidad de las filas na-cionales, es decir de una lucha de todo el pueblo vasco (incluyendo a la larga a la burguesía de la CON-FEBASK) contra España, en vez de situar el centro en la alianza de los trabajadores y sectores populares vascos con los del resto del Estado en la lucha contra el Régimen naci-do de la Transición.

La propuesta de “Zutik Euskal He-rria” llega muy parcialmente a la conclusión de que el método del terrorismo individual es contrapro-ducente para la lucha misma del MLNV. Sin embargo no se extraen

Ante la nueva tregua de ETA

¿A dónde va el Movimiento de Liberación Nacional Vasco?Por Santiago Lupe

Estado español

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hasta el final las lecciones nece-sarias de estos 50 años, donde el terrorismo individual fue el método para una estrategia de conciliación de clases en la lucha nacional.

Así el primer paso que se propone consiste en buscar una “confluen-cia soberanista”, es decir una alian-za entre los sectores populares y obreros y las alas de la burguesía vasca, pequeña, mediana y gran-de, que en medio del agotamiento del modelo autonómico estén gi-rando hacia posiciones indepen-dentistas. Además de la alianza con Eusko Askatasuna, hasta ayer mano derecha de los gobiernos del PNV, la izquierda abertzale trata de ganar en lo inmediato a sectores “soberanistas” del mismo PNV como el que puede representar Egibar. Una estrategia de colabo-ración de clases opuesta por el vértice a la alianza con el resto de los trabajadores del Estado para luchar contra el Régimen que nie-ga toda posibilidad de ejercicio del “derecho a decidir”.

¿Y qué objetivo se le dan a los nue-vos métodos “democráticos y pací-ficos”? Los mismos que hasta ahora tenían las acciones armadas de ETA. Tratar de presionar por una norma-lización democrática en Euskal He-rria y desde ahí abrir un proceso de diálogo con el Estadio español para avanzar hacia nuevas formas de au-togobierno y el ejercicio del derecho de autodeterminación. En ningún caso se avanza en concebir la lu-cha por el derecho de autodetermi-nación como parte de un combate revolucionario contra el Régimen del 78, sino que se mantienen todas las esperanzas reformistas en que por medio de movilizaciones “pacíficas” y la vuelta a la lucha institucional se puedan obtener esos derechos de-mocráticos básicos.

La herencia de 50 años de direc-ción política de ETA se mantiene pues en las concepciones estra-tégicas del MLNV. La tregua anun-ciada parece confirmar que es el

sector político y social del MLNV el que está ganando peso, impo-niendo sus propios métodos a la banda. Un cambio favorecido por la inacción de ETA durante este úl-timo año. El abandono de la lucha armada, si bien no podemos aún valorar el alcance que tendrá, no ha sido una decisión fácil de imponer-le al sector más militarista, no sólo en ETA sino también en el seno del debate interno de la izquierda abertzale. Sin embargo, este cam-bio a la “vía política” no rompe con las concepciones de conciliación de clase y en última instancia re-formistas que cuatro décadas de tutela de la “vanguardia armada” han sellado en decenas de miles de luchadores vascos.

El abandono de la lucha armada pretende emular un proceso similar al que se abrió en Irlanda del Norte en 1999. Los mediadores interna-cionales escogidos, partícipes en-tonces, así lo atestiguan. El devenir del Sin Fein, integrándose como un partido más del régimen de la auto-nomía mutilada del Ulster, debe ser-vir de aviso a navegantes de a don-de llevan los “procesos de diálogo y negociación” con Estados construi-dos sobre la opresión nacional.

En contra de esto desde Clase contra Clase consideramos que la ruptura con el método del terroris-mo individual no puede convertirse en la posición de salida para una in-tegración, aún parcial o desde una oposición testimonial, al Régimen del 78. Hay que terminar de romper con la estrategia marcada por ETA durante estos 50 años de lucha. Contra el reformismo armado no se puede oponer como alternativa un reformismo institucional, político o sindical. Hay que insertar la lucha por los derechos democráticos del pueblo vasco en la lucha revolucio-naria contra el Régimen heredero del franquismo, en la lucha contra la burguesía centralista, cuestión que solo puede ser llevada hasta el final en total independencia y lucha con-tra la burguesía nacionalista vasca,

que lo único que pretende es me-jorar sus condiciones para poder explotar mejor a los trabajadores y sectores populares de Euskal He-rria. El dominio territorial de la bur-guesía española no se va a poner en discusión en ninguna mesa de negociación, el único Gobierno que puede permitir el ejercicio del dere-cho de autodeterminación sería un Gobierno de la única clase que no se sustenta en la explotación ni la opresión de otros sectores sociales: la clase trabajadora. En ese senti-do para acabar con el Régimen de Juan Carlos I, de los PP y PSOE, avalado por los CiU y PNV... hay que forjar la alianza de la clase tra-bajadora de todo el Estado con los sectores populares, asumiendo las demandas democráticas legítimas de los pueblos vasco y catalán.

La actual crisis del capitalismo es-pañol y la ofensiva anti-obrera que se prepara puede abrir un proceso de agudos enfrentamientos entre las clases. Además el Régimen del 78 va a ser sometido a una dura prue-ba, que no es fácil que pase. Se abre pues la posibilidad para que la lucha por los derechos democráticos de Euskal Herria , -comenzando por la derogación de la Ley de Partidos1, restituyendo la libertad de reunión y asociación a la izquierda abertzale, así como la liberación de todos los presos políticos2, salga del callejón sin salida a la que la ha llevado la di-rección de ETA y la izquierda abert-zale; desplazándose hacia una estra-tegia de clase y revolucionaria, que fortalezca la lucha por la revolución proletaria en el conjunto del Estado español. Única estrategia que pue-de resolver en forma democrática el problema nacional del pueblo vasco, así como el de otras nacionalidades oprimidas por el Estado español.

Notas1 Una ley antidemocrática que impide la expresión política a una parte significativa de las gentes de la Comunidad Autónoma Vasca y de Navarra .2 Permitiendo en forma inmediata el acercamiento de éstos, en cumplimiento de la propia legislación carcelaria española.

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Era un fallo con final anunciado. Diez personas, que integran una de las instituciones más reaccio-narias (el Tribunal Constitucional, irónicamente conocido como la tercera cámara), han decidido después de casi cuatro largos años que el Estatut de Catalunya es inconstitucional.

Es que la Constitución del 78 es tan reaccionaria que no puede in-cluir ni siquiera una idea sobre los derechos democráticos de las di-ferentes nacionalidades que hay en el Estado Español. El Rey, el Go-bierno, la Oposición, los Jueces, incluso los Diputados y Senadores españolistas, no pueden soportar ninguna iniciativa que pase por fue-ra de sus estrechas instituciones políticas. Por ello se menciona en ocho ocasiones la “indivisibilidad de España”. Y, sólo se atreven a dejar las menciones a “nación catalana” si no tienen validez jurídica. La bur-guesía catalana, a través de sus representantes políticos, ha salido rápidamente al cruce denunciando los nuevos recortes del Constitu-cional. Con diferentes matices y ya en plena campaña electoral auto-nómica, tanto Montilla, como Mas y Puigcercós han salido a criticar el fallo. Algunas voces han llegado a plantear que los acuerdos del 78 en relación a las autonomías (el “café para todos”) están acabados y que sólo queda la independencia. La burguesía está muy preocupada por la recaudación de impuestos acordada, las competencias sobre las cajas de ahorro y las nuevas competencias en el Poder Judicial. De las soluciones para los desocu-pados no dijeron nada.

Los “matices” dentro del PSOE han sido realmente llamativos: la Vice-

presidenta Fernández de la Vega y el titular de Interior, Rubalcaba, veían los beneficios del dictamen. Mientras Montilla, que acataba, lo ha criticado y se sumó a las mo-vilizaciones convocadas, aumen-tando las distancias del PSC con el PSOE, que vuelve a coincidir en lo esencial con el PP en su política contra los derechos nacionales.

Por detrás de esta crisis política se encuentra aún muy vigente la ma-yor crisis económica en décadas: la tarta ibérica se está encogiendo rápidamente en los últimos dos años y nada augura años mejores. Esto es lo que explica la pelea que hay entre las autonomías por los fondos estatales. La recaudación cae en picado desde hace tiempo y la especulación urbanística ya no es negocio. La inversión en infra-estructura, algo tan importante en la economía, también se está re-duciendo aceleradamente, con el enorme recorte del Ministro Blan-co. Y los créditos parecen ser ya materia de estudio para historiado-res. Tanto Zapatero, como Montilla aplican los planes económicos de ajuste severo que han acordado todos los gobiernos de la UE en la reunión del Ecofin. El españolismo del Constitucional, el PP y el PSOE, marcan las líneas rojas que no po-

drán nunca ser rebasadas dentro del Régimen del 78, y de paso re-cortan la autonomía.

Estatut, la “ley fundamental” del Tripartit y CiU

Los militantes de Clase contra Cla-se vemos, por una parte, que hay un derecho claramente pisoteado por el Estado centralista español. Nos referimos al cercenamiento del Estatut que fue votado, aunque con baja participación, en referén-dum por los catalanes. El Régimen del 78 no puede ni siquiera conce-der un Estatut que para nada ponía en cuestión la negación del dere-cho de autodeterminación plas-mado en la Constitución. Noso-tros nos oponemos por completo a este atropello. Al mismo tiempo, no podemos dejar de señalar que este Estatut no sirve a los traba-jadores y el pueblo de Catalunya, ni es una baza a favor de sus de-rechos democráticos nacionales. Debemos denunciar que el Estatut fue “cocinado” en un acuerdo par-lamentario donde los trabajadores no han podido plantear ni incidir en nada, sólo se ha convocado a votar por sí o por no. Y, como si esto fuera poco, luego se recortó en otro acuerdo entre cuatro pare-des, por Mas y Zapatero. Durante

Contra el españolismo, por el derecho de autodeterminación de CatalunyaPor Guillermo Ferrari

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estos años el Estatut catalán se ha ido desplegando y se han amplia-do las competencias. Y no por ello los trabajadores han reducido los graves padecimientos, más bien lo contrario. Debemos denunciar que éste Estatut se utiliza para descar-gar la crisis sobre los trabajadores y el pueblo: hay más de 600.000 parados en Catalunya, el President de la Generalitat no se cansa de fir-mar ERE’s al tiempo que aprueba la reducción salarial a los empleados públicos de la Generalitat. Montilla aumenta los impuestos, siguiendo el ejemplo de Zapatero y Esperan-za Aguirre. En síntesis, éste Esta-tut es la “ley fundamental” de la Catalunya del Tripartit y CiU para descargar la crisis sobre los traba-jadores y el pueblo en Catalunya, aunque lo maquillen en nombre de la “dignidad de Catalunya”.

Luchar con independencia de la burguesía catalana

En la medida en que el pueblo lu-che en las calles decididamente contra el fallo del Constitucional, el Gobierno y la Oposición del PP, que lo avalan, creemos que es un deber de los trabajadores y los re-volucionarios luchar juntos. Hay que luchar contra el centralismo español independientemente de quienes se ponen hoy a la cabe-za de la movilización. A la vez no podemos dejar de advertir que los trabajadores no pueden confiar en ninguna negociación, sólo en sus propias fuerzas.

Ya hemos visto cómo Montilla y Artur Mas negociaron este Estatut acorde a las necesidades de la pa-tronal catalana, las multinacionales y la Banca. Hemos visto cómo ERC se hubiera sumado al mismo, si hu-biera recibido “la administración de los aeropuertos”. También son los mismos que anunciaron las peores medidas económicas en décadas (reforma laboral, pensionazo, au-mento de algunas tasas, recorte a funcionarios, etc.; siguiendo las di-rectivas de Zapatero). Ellos son los

mismos que se llenaron de dinero con los escándalos del Palau de la Música y el ladrón Millet, el caso de Santa Coloma, entre los más desta-cados. Y, cuántos casos más habrá aún sin denunciar. Son los mismos que cobran más de 10.000 euros y dietas inimaginables para decirnos alegremente que “hay que ajustarse el cinturón” en beneficio del “país” (léase los bolsillos de los capitalis-tas). Por todo esto no podemos confiar en todos los políticos que estaban en la cabecera, es necesa-rio que la clase obrera luche de ma-nera independiente de la burguesía catalana. Lamentablemente, las direcciones sindicales de CCOO y UGT de Catalunya, se sumaron a la manifestación del 10/7 con las mis-mas consignas que la burguesía.

En la enorme manifestación del 10 de julio, se manifestó el gran des-contento que hay en la sociedad por la grave situación económica que padecen centenares de miles familias. Al mismo tiempo, se re-flejó un fuerte descontento con los políticos tradicionales puesto que una inconmensurable masa huma-na se ubicó delante de la cabece-ra de la mani y no la dejaron salir. Tanto en los políticos españolistas como los de Catalunya han tenido que reconocer la magnitud enor-me de la movilización. Aún a pesar del éxito que tuvo la convocatoria, los partidos burgueses catalanes del Tripartit y CiU no han vuelto a convocar ninguna movilización. Por un lado, tienen miedo a ser desbordados (Montilla tuvo que ser sacado y escondido en un edi-ficio del lugar), por otro, tratan de desviar todo hacia la salida elec-toral. En síntesis, tanto PSC como CiU, muestran una vez más su completo desinterés por resolver la cuestión nacional. Ellos enarbo-lan las demandas democráticas demagógicamente a fin de poder regatear mayores márgenes de autonomía para gestionar ellos mismos sus propios “negocios” y mirando a las próximas eleccio-nes. El debate sobre cómo iba a

encabezarse la mani del 10/7 fue un botón de muestra.

Por el derecho de autodeterminación

No es con ésta democracia de-gradada como podremos acabar con el centralismo burocrático que impone el reaccionario régimen de la “Monarquía Constitucional”, la banca, las multinacionales y sus partidos políticos. La única clase que puede reconocer el derecho de autodeterminación, incluso el dere-cho de secesión, es aquella que no vive de la opresión y la dominación, la clase obrera. Por ello es necesa-rio buscar la unidad en la lucha de los trabajadores de todo el Estado español (Catalunya, Euskadi, etc.) para luchar contra este Régimen heredero de Franco y sostenido por el PSOE y el PP, y derribar su Estado (sus Fuerzas Represivas, jueces, su Jefe del Estado, el Rey). Este es el único camino para poder ejercer los plenos derechos nacio-nales que hoy se niegan. Y, no solo estos importantes derechos, sino también para acabar con el paro, el abaratamiento de los despidos, los contratos basuras, el pensio-nazo, los desahucios, la reducción salarial, la degradación acelerada de los servicios públicos, etc. Sólo un Gobierno obrero y popular, pro-ducto de una revolución que arroje a la burguesía del poder podrá aca-bar con toda la opresión nacional permitiendo ejercer el derecho de autodeterminación. La lucha de-mocrática del pueblo catalán por su derecho a la autodeterminación está indisolublemente ligada a la revolución obrera y socialista en el Estado español. Solo la lucha por la desaparición de toda opresión nacional será un elemento impor-tante en la constitución de la uni-dad de la clase obrera de todas las nacionalidades que conforman el Estado español, y que luche en la perspectiva de una voluntaria Fe-deración Socialista de Repúblicas Ibéricas, como parte de los Esta-dos Unidos Socialistas de Europa.

Estado español

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La Asamblea de Barcelona se con-forma como un espacio de uni-dad, motorizado por los dirigentes del Comité de Convenio de TMB (Transports Metropolitans de Bar-celona), quienes hicieron un llama-do a conformarla ante la necesidad de organizarse contra las medidas impulsadas por Zapatero, apoya-das por la banca y la patronal.

Estas medidas son el mayor ataque desde el franquismo los trabajadores, pensionistas, y los sectores popula-res. Desde aquí surgieron comisiones abiertas a todos, sin distinción de filia-ción sindical, ni política, siendo cons-cientes de la necesidad de una alter-nativa distinta a las actuales direccio-nes de los sindicatos mayoritarios de CCOO y UGT. Y es así que a fines de Junio más de 400 personas par-ticiparon de la asamblea realizada en las cocheras de Sants. En la misma se encuentran trabajadores, jóvenes, estudiantes, organizaciones barriales, sindicales y políticas de izquierdas.Muchos de los que formamos parte de este espacio veníamos reclaman-do la necesidad de una huelga gene-ral en todo el Estado español, y ahora que las cúpulas sindicales la convo-can para el 29 de septiembre, debe-mos ser parte de ésta, impulsando acciones combativas y democráticas. Entre las resoluciones de este impor-tante encuentro, está la realización de una Asamblea el 15 de septiembre, en Plaza Universitat. Esta asamblea se propone discutir y resolver sobre las medidas de lucha para la huelga del 29 de septiembre y cómo conti-nuar la pelea. Desde entonces distin-tas comisiones se reunieron durante el verano para organizar esta asamblea.Entre las resoluciones de este impor-tante encuentro está el impulso de una Asamblea el 15 de Septiembre, en plaza Universidad. Esta asamblea

se propone discutir y resolver sobre las medidas de lucha para la huelga del 29 de Septiembre y como conti-nuar la pelea. Desde entonces dis-tintas comisiones se reunieron du-rante el verano para organizar esta asamblea. Sobra decir, que una mala huelga, a los únicos que beneficiaria sería a la patronal y al Gobierno.Pero también somos conscientes de que solo la huelga del 29S, sin autoorganización de los trabajado-res, sin combatividad y sin un plan que le de continuidad a esta pelea, no podremos derrotar los planes del gobiernos y constituir una alternati-va de y para los trabajadores.Creemos que uno de los debates más importantes, es sobre que ac-titud tomar frente a los grandes sin-dicatos y sus dirigentes vendidos. No solo es normal que en espacios de unidad para la lucha se den di-ferencias o matices, sino que el de-bate es absolutamente necesario para la clarificación de los sectores de vanguardia, tanto para resistir el ataque como para pensar en una estrategia para vencerlo.

Hay que pelear la dirección del movimiento obrero a los dirigentes de CCOO y UGT

La patronal y el Gobierno está realizan-do un durísimo ataque sin precedentes desde la Dictadura franquista, la lucha será dura. La clase obrera tiene que recuperarse de sus viejas derrotas y defenderse. Empezar a caminar un ar-duo camino. Pero cada vez que quiere o intenta caminar, se da cuenta que una piedra en su zapato, se lo impi-de. Esta es la burocracia sindical. Pero menuda solución sería tirar los zapatos e intentar caminar descalzos. Hay que sacarse la piedrita del zapato.Sería un grave error que intentáramos remplazar a los grandes sindicatos y

evitar la pelea por tratar de recupe-rarlos. Aún peor sería darles la espal-da de forma sectaria a las decenas de miles de trabajadores que en ellos se referencian, confundiéndolos con sus dirigentes. Hay que echar a los dirigentes vendidos, recuperar las or-ganizaciones sindicales, y ponerlas al servicio de los verdaderos intereses de los trabajadores. Basta de que estos dirigentes discutan en mesas pequeñas con el gobierno, repre-sentante de las patronales, y hagan pactos secretos a nuestras espaldas y contra nuestros intereses. Debemos exigir a los dirigentes de los grandes sindicatos, CCOO y UGT, que vayan más allá de lo que ellos quieren ir, y debemos criticar-los dura y abiertamente cuando no lo hagan como forma de desen-mascararlos frente a todos, inten-tando dialogar y convencer a miles de trabajadores de la necesidad de tomar las riendas de sus propias or-ganizaciones históricas de lucha.La Asamblea de Barcelona puede ser un punto de organización para aque-llos que quieran hacer acciones con-tra el ajuste de ZP, plantándose como alternativa a las direcciones sindicales burocráticas de CCOO y UGT, dispu-tándole la base y la dirección de nues-tras organizaciones, los sindicatos. Para ello creemos necesario orientar nuestra acción, tanto a intentar con-vencer a los trabajadores que son la base de los Méndez y Toxo de que hay superar y barrer a esos dirigentes, como buscar la confluencia de estos importantes sectores de nuestra clase con aquellos otros que esos mismos dirigentes han dejado completamente de lado y en buena medida no se sien-ten “representados” por ellos; como los jóvenes, inmigrantes, parados... Esta es la gran tarea que tenemos planteada los que formamos parte de este proceso de reorganización.

Asamblea de Barcelona

La necesidad de una dirección alternativa a la burocracia de CCOO y UGTFederico Grom

Movimiento Obrero

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El recientemente terminado con-flicto del Metro de Madrid ha sido uno de los primeros combates, y hasta ahora el de mayor importan-cia, de un sector de nuestra clase contra los planes de ajuste que prepara la burguesía contra noso-tros. Creemos que por el conteni-do de la lucha y sus métodos nos permite además reflexionar sobre el mismo a fin de extraer las mejo-res lecciones para las batallas que están por venir.

Una lucha contra los planes del PP y el PSOE contra la clase trabajadora

La Comunidad de Madrid les que-ría imponer una rebaja del 2,5%, lo cual además de la merma de salario constituía un ataque sin preceden-tes, ya que suponía modificar por decreto-ley un convenio colectivo pactado el año anterior. Aguirre, seguía así la senda marcada por Zapatero y la extendía a los trabaja-dores de empresas públicas, arre-metiendo contra el salario de los trabajadores, y ya de paso sentaba un pernicioso precedente contra la negociación colectiva.

No se trataba de una “política de la derecha”, sino más bien de la políti-ca que comparten casi al 100% la derecha del PP y los social-liberales del PSOE, que son quienes la impul-saron desde el Gobierno central, y quienes también la están aplicando en las Comunidades donde gobier-nan. En estos casos incluso con el apoyo de fuerzas de la “izquierda” parlamentaria como ERC o EUiA- ICV en Catalunya. La Huelga del Me-tro se encuadra pues en la lista de las primeras respuestas obreras que

se está realizando ante los planes de ajuste del PSOE, el PP y el conjunto del Régimen del 78. Esto la conver-tía en un conflicto que se salía cla-ramente de los marcos del conflicto salarial o de empresa. No estaba desafiando un ataque empresarial puntual, sino los puntos esenciales del ataque de la burguesía. Así pues la victoria de esta lucha iba a pasar por sacarla de la empresa, buscar la coordinación y el apoyo de otros sectores obreros y populares que también sufren la crisis y los planes del Gobierno. En definitiva convertir la huelga del Metro en una punta de lanza para abrir el camino a la derro-ta de los planes de los Zapatero y las Aguirre de turno.

La Huela Total, recuperan-do grandes tradiciones del movimiento obrero

La respuesta de los trabajadores no se hizo esperar y convocaron huelga para los días 28, 29 y 30 de Junio. El Gobierno de la Comunidad hacien-do uso de un reglamento de huelga que data de 1977 (anterior a la pro-pia Constitución), impuso unos ser-vicios mínimos del 50%, reduciendo cualitativamente el impacto de la protesta. Sin embargo esta vez los trabajadores en asamblea decidie-ron romper los marcos legales en

los que el Régimen del 78 (haciendo uso de su herencia franquista) trata de descafeinar y debilitar la fuerza de nuestra clase. El incumplimiento de los servicios mínimos los días 29 y 30 de Junio permitieron que todos los trabajadores pudieran ejercer su derecho a la huelga, llegándose a cerrar por completo el servicio.

Este hecho, junto con la discusión y votación en asamblea de los pa-sos a seguir, ha sido un bofetón a todos los sectores burgueses; de-mostrándoles a muchos trabaja-dores que ante la magnitud de los ataques que se preparan, el camino pasa por desconocer su legalidad y pasar a la acción con nuestros propios métodos de clase. Había que remontarse al invierno de 1976 para volver a ver el Metro de la ca-pital cerrado por huelga. Hoy como entonces las victorias obreras no se pueden obtener cumpliendo las reglas del juego que marcan los mismos contra los que luchamos.

Por otro lado las asambleas vienen a poner en cuestión parcialmente el modelo sindical que se ha ido enraizando desde los Pactos de la Moncloa. Las negociaciones casi secretas entre la empresa y los Comités, de empresa o de huelga, convierten muchas veces las pro-

La Huelga del Metro de Madrid

Primeros combates de nuestra clase contra la crisis y las lecciones para el futuroPor Santiago Lupe

Movimiento Obrero

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testas en meras piezas de presión, abriendo el camino con mayor fa-cilidad a pactos de vergüenza o traiciones abiertas.

Estos han sido sin duda los elemen-tos más progresivos de la lucha, lo que potencialmente la convertía en un posible punto de inflexión para el movimiento obrero en caso de ha-ber obtenido una victoria importan-te; frenando el ataque al convenio y echando para atrás las medidas dis-ciplinarias contra más de 2000 tra-bajadores por luchar. Sin embargo conviene reflexionar cuáles eran los límites que han llevado a la acepta-ción de un mal acuerdo en cuanto al salario (-1%) y el convenio (que que-da tocado), y a dejar en manos de los tribunales los 2000 expedientes.

¿Pudo haberse convertido el conflicto en una gran batalla política de la clase obrera?

Como decimos la lucha del Metro era objetivamente política ó tenía un carácter político, en el sentido de que se enfrentaba a los planes de la burguesía y en su desarrollo vino a cuestionar aspectos del mo-delo sindical y las leyes anti-huelga del Régimen del 78.

La cohesión y combatividad de-mostrada por toda la plantilla en las huelgas de Junio eran un gran punto de arranque para lo-grar vencer en este conflicto que de entrada iba a ser muy duro. Además, las consecuencias de la huelga total para el usuario, facili-tarían al enemigo poder criminali-zar la protesta, lo cual hacía aún más necesario ganar la “batalla de la opinión pública”. Aguirre y Zapa-tero contaban con la policía, y con absolutamente todos los medios de comunicación de masas. Los trabajadores debíamos oponerle una gran campaña en búsqueda de la solidaridad de otros sectores obreros y populares, y extender la lucha más allá de la empresa.

El Comité de Huelga1 propuso e im-pulsó la huelga total, pero sin contar preventivamente con la necesidad de, antes o a la vez que se cerraba el Metro, acudir a las empresas, po-lígonos y barrios obreros ha realizar una gran campaña política contra el Gobierno del PP en Madrid y el de Zapatero, contra sus planes, y llamando al conjunto de los trabaja-dores y sectores populares a apoyar y sumarse a la lucha. Esto implica-ba exigir a CCOO y UGT para que impulsasen la campaña, que inclu-yese una Huelga del conjunto de los empleados que dependen de la Comunidad de Madrid, empezando por el resto de sociedades mercan-tiles como Telemadrid o en Canal de Isabel II. Asimismo la exigencia tenía que extenderse a otras fuerzas de la izquierda sindical que tienen peso en empresas tan importantes como por ejemplo los autobuses urbanos de Madrid (EMT), que de haberse unido a la lucha hubieran amplifica-do la fuerza notablemente.

De esta manera la huelga total partía de una gran fortaleza interna, y una gran debilidad externa. Una campa-ña anti-obrera durísima se desplegó contra los trabajadores del Metro en todas las radios, periódicos y tele-visiones. Además, apoyándose en esta histeria tatcheriana, Aguirre anunciaba la imposición de san-ciones a miles de huelguistas que no habían cumplido los servicios mínimos. Ese fue el momento más crítico de la lucha. A esas alturas se produjo la “tregua” del fin de sema-na del orgullo gay. Dos días con ser-vicios mínimos y tres sin paros.

Este retroceso podía ser táctico o convertirse en el principio de una di-námica descendiente. Fue una gran oportunidad para iniciar una fuerte campaña política para contrarrestar la ofensiva de Aguirre, y a la vez ir retomando los paros hasta volver a cerrar por completo el Metro. Pero esta vez tratando de romper el ais-lamiento a través de la alianza con otros trabajadores afectados por los decretos de Aguirre y Zapatero que

quisieran pelear contra los planes de ajuste, la Reforma Laboral, junto a los parados, usuarios del transporte público incluyendo reivindicaciones sobre el alto coste... Sin embargo el CdH no organizó ninguna iniciativa en esta dirección en aquellos cinco días. En la asamblea del 5 de Julio algunos trabajadores intervinieron en ese sentido, sin embargo el CdH al completo propuso continuar con la tregua desconvocando la huelga indefinida que había legalizado So-lidaridad Obrera. Se trataba de un retroceso unilateral para según el CdH poder abrir negociaciones, ya que la Comunidad, envalentonada, se negaba a recibirlos mientras se-guía adelante con los expedientes. Finalmente el 12 de Julio una nueva asamblea votó la propuesta de re-emprender los paros con servicios mínimos. También se empezaron a aprobar algunas medidas en la línea de organizar la solidaridad, como la creación de una Caja de Resisten-cia. Ya algunas fuerzas de la izquier-da sindical y organizaciones socia-les se habían pronunciado en apo-yo a su lucha. Una política correcta que sin embargo tuvo poco tiempo para desarrollarse y que además se puso en marcha cuando ya la línea moderantista que se impuso desde la primera tregua había ido desgas-tando y desmoralizando a buena parte de la plantilla (lo cual además se expresaba en asambleas cada vez más pequeñas). Esa misma semana todo el CdH menos Solida-ridad Obrera llegaban a el principio de acuerdo con la empresa que se ratificaría días más tarde. Un mal acuerdo fruto del giro moderantista del Comité de Huelga. El acuerdo firmado dista mucho de las reivin-dicaciones desde las que partía el conflicto, y que fueron el cemento que cohesionó a toda la plantilla en las jornadas de la huelga total. Este acuerdo supone la aceptación de una rebaja salarial del 1%, pero lo más preocupante son otras medi-das de reducción del gasto como son la re-estructuración del trans-porte nocturno de personal, el que no se cubran las bajas vegetativas

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que se produzcan a lo largo de este ejercicio o la reducción de las dietas y los gastos de formación.

Es un acuerdo que contiene impor-tantes recortes salariales y laborales para los trabajadores, que sienta pre-cedente en cuanto a futuras vulnera-ciones del convenio y que además no dice nada de los más de 2000 expedientes que se posponen a su resolución uno por uno por la vía jurí-dica. Fue ratificado por la Asamblea de trabajadores, a propuesta de 4 de los 5sindicatos el CdH, el pasado lunes 19 de julio, con un 69,3% de votos a favor, pero con un importan-te rechazo del 30%. Este resultado expresa que a pesar del desgaste al que ha llevado el giro moderantista del CdH, aún quedaba una fracción importante de los trabajadores dis-puestos a seguir adelante.

Las potencialidades del conflicto de las que hablábamos más arriba quedaron eclipsadas por la política de la dirección, que, optó por una vía declinante que fue mermando las fuerzas hasta convertir el mal acuerdo en el “único posible” para una buena parte de la plantilla. La oposición de Solidaridad Obrera al acuerdo es a nuestro entender una posición correcta y de principios. Este acuerdo es inasumible no solo por su contenido, sobre todo al de-jar fuera a los 2.000 expedientados, sino también en cuanto a que el conflicto tenía las potencialidades suficientes para ganar como hemos explicado. Sin embargo durante toda la lucha han mantenido una “lealtad” a la política del CdH que creemos no beneficiaba en nada a la lucha. Consideramos que la constitución de un CdH unitario es un paso importante para empren-der la lucha. Sin embargo no com-partimos asociar la defensa de la unidad sindical para luchar, con el unitarismo que acaba condenando al silencio a aquellas posiciones que discuten la línea mayoritaria. Como fuerza encuadrada en la izquierda sindical, era necesario que Solida-ridad Obrera hubiese planteado en

las asambleas una alternativa políti-ca a la línea que se hizo hegemóni-ca en el CdH y que encabezaba su portavoz de CCOO, aún si se que-daba en un principio en minoría. El moderantismo sindical, sin política para “volver a la carga en mejores condiciones”, no ha sido combatido en las asambleas de trabajadores en nombre de la “unidad del CdH”. Esto ha facilitado que esta línea acabara por imponerse por con-vencimiento o por desgaste en la mayoría de la plantilla, y ha evitado que desde las asambleas, además de deliberar y votar sobre las pro-puestas aprobadas en el CdH, se pudiera gestar una alternativa des-de las bases que hiciera cambiar el rumbo de la lucha.

Lecciones para los próximos combates obreros

Como decíamos al principio más allá del resultado, desde nuestro punto de vista un mal acuerdo, el conflicto del Metro ha dejado planteado algu-nos elementos que se deben tomar como lecciones para los combates que están por venir. Muchos serán los convenios que se incumplirán si pasa la Reforma Laboral. La lucha para echarla atrás es sin duda el siguiente combate de importancia al que está llamada toda la clase obrera del Estado. La Huelga del 29 de Septiembre debemos convertirla en una primera jornada de un plan de lucha que llegue hasta la derro-ta del Gobierno. Para conseguirlo debemos tomar en cuenta dichas lecciones. La legalidad burguesa del Régimen del 78, que en oca-siones data incluso de la etapa final del franquismo, apuntala la defensa de los intereses de la patronal y la banca. Sus leyes y reglamentos van siempre a tratar de mermar nuestras fuerzas, a la vez que no dudarán en emplear la represión cuando lo esti-men necesario. Así ha quedado de-mostrado con las amenazas de mi-litarización del Metro del Consejero de Transportes o la última propuesta del Ministro de Fomento de resolver el conflicto de los controladores con

militares en las torres de control. Los trabajadores tendremos que romper esos corsés impuestos si queremos poder poner toda la carne en el asa-dor para vencer los planes de ajuste draconiano que se están cocinan-do. El burocratismo incrustado en la mayoría de los sindicatos y Comités puede combatirse, los dirigentes vendidos y vende-obreros solo pue-den caer si imponemos una férrea democracia obrera basada en la asamblea como órgano de delibera-ción, toma de decisiones y control de nuestros representantes electos. Sin embargo la más amplia democracia de base no es suficiente para ganar, como demuestra la lucha del Metro. Hace falta construir corrientes en el seno de las empresas, los Comités y los sindicatos, que levanten y peleen por una alternativa a la política de los dirigentes reformistas que son hege-mónicos en el movimiento obrero. Una corriente que plantee convertir los conflictos que están por venir en verdaderas “escuelas de guerra” para los trabajadores, convirtiendo los conflictos en batallas políticas contra la patronal y sus representan-tes políticos, impulsando la coordi-nación con otras luchas y sectores sociales, como el movimiento es-tudiantil y el vecinal, organizando la solidaridad... Una corriente que de pasos en recuperar los sindicatos, secciones, Comités... para la lucha, expulsando a las direcciones buro-cráticas que los han ido copando en las últimas décadas. En esta tarea de reconstrucción de las fuerzas del movimiento obrero los compañeros de Clase contra Clase creemos que la izquierda sindical y las fuerzas que nos reclamamos del marxismo re-volucionario debemos poner todo nuestro esfuerzo siendo parte de las batallas que se dan con una política y un programa que aporte a la cons-trucción de esta corriente.

Notas1 El comité de Huelga es la representación de los sin-dicatos que desde el Comité de Empresa convocan huelga. En este caso, todos los sindicatos apoyaban las huelgas. Los acuerdos del CdH eran presentados en las Asambleas de Trabajadores.

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El panorama para la juventud obrera y estudiantil se ve cada vez más negro a medida que se va profundizando la crisis econó-mica. La idea de conseguir tra-bajo después de estudiar se está viendo como una mítica utopía inalcanzable para muchos estu-diantes. Si es que antes no era ya un mito que el puesto de tra-bajo obtenido correspondiese a tu nivel de estudios.

El paro entre los jóvenes ha llega-do alcanzar el 40,3%, y muchos economistas ya empiezan a plan-tear que este paro es estructural e inmanente al capitalismo español, pues “basta recordar que el des-empleo de los menores de 25 años subió hasta el entorno del 45% en 1984-85 (como consecuencia de la crisis de principios de los 80) y en 1994-96 (consecuencia de la crisis de 1991-92)”1.

Los ajustes delGobierno también atacana la educación pública

En estos meses el Gobierno pre-tende aprobar grandes ajustes en los Presupuestos Generales del Es-tado, y por supuesto la educación no estará exenta de estos recortes. Muchas universidades conocen el brutal recorte presupuestario que van a sufrir y ya están tomando medidas drásticas que les permi-tan buscar nuevas fuentes de au-to-financiación. En este sentido era certero lo que muchos estudiantes anti-bolonia veníamos denuncian-do durante las luchas contra este plan. Mientras el Gobierno socio- liberal trata de salvar a sus capita-listas destinando millones de euros de nuestros salarios, la estrategia “a la boloñesa” trataba de cerrarle

el grifo de la financiación a la uni-versidad pública. Así se buscaba profundizar la privatización encu-bierta de la educación, justifican-do la necesidad de las subidas de tasas y la financiación privada con las abultadas deudas que tienen las Comunidades Autónomas, y en concreto, las universidades, con la banca carroñera. Así los rectores y los gobiernos autonómicos están estableciendo subidas del 4 y del 5,5% en las tasas, como ya está pasando en Madrid situándose entre 803 y 1.254 euros el precio de los Grados2. A pesar de que la tendencia de las universidades durante estos meses es que se está incrementando el número de alumnos, basada en parte en la en-trada de jóvenes que llevan meses sin encontrar trabajo, las medidas pretenden acabar con los hijos de los trabajadores en la Universidad. Una elitización brutal que no podrá ser costeada por un montón de familias cuyos cabezas de familia sufren también despidos, ERE´s, embargos, etc.

La juventud trabajadora, uno de los sectores más explotados de la clase obrera

Pero el panorama entre la juventud trabajadora, precaria o parada en su mayoría, no es tampoco mejor. La crisis ha supuesto un durísimo golpe para nosotros. Sobre todo porque a la patronal le interesaba deshacerse de trabajadores que tenían un coste de despido baratísi-mo, como los temporales. La cues-tión está en que durante todo este tiempo, los grandes sindicatos han estado firmando externalizaciones de empresa, subcontrataciones, extensión del trabajo basura a tra-vés de la ETT´s, salarios cada vez más bajos para estos puestos de trabajo, ocupados en su mayoría por jóvenes y también en un por-centaje muy alto por inmigrantes, y un largo etc.… que ha hecho posi-ble que la juventud fuera despedida ninguna batalla de los sindicatos que uniesen a los temporales con los trabajadores fijos. Por ello, sin una juventud organizada y sin ex-

Por David Cruz

Los estudiantes y los obreros debemos decir:

¡¡NO PASARAN!!

Mov. Estudiantil

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periencia combativa, la burocracia sindical ha sido el mayor obstácu-lo para crear las condiciones de la unión de todos los trabajadores, sin distinción de categorías para en-frentar los despidos. Muchos de es-tos trabajadores jóvenes somos los que llevamos meses en el paro y so-mos los que han entrado de nuevo en el sistema educativo para com-pletar su formación con la ilusión de encontrar un trabajo digno, que la patronal no les va a garantizar.Por otro lado, el Gobierno social-li-beral, la patronal y la banca quieren imponernos una Reforma Laboral que abarate más el despido, que destruya la negociación colectiva para que sea legal trabajar como esclavos aun más si cabe, introdu-cir la privatización o semiprivatiza-ción de todos los servicios públicos, así como extender las ETT´s en el empleo público. Un recorte bestial a las condiciones conquistadas por la clase obrera. Conquistas que de-bemos defender para garantizarnos no solo un puesto de trabajo, sino un puesto de trabajo decente. Si durante la época de crecimiento la juventud trabajadora ha sido la prin-cipal perjudicada del aumento de la explotación y la precariedad, ¿qué podemos esperar de esta época de recortes?, con seguridad éstos nos afectarán de manera igualmente es-pecial. Esa es la idea de los capita-listas. No hay otra salida para ellos. Un empobrecimiento mayor de los trabajadores y sus hijos.

Barrer las ideologías que desmoralizan a la juventud obrera,¡No nos dejaremos arrastrar!

Nuestra lucha por nuestro presente es acabar con la privatización y pau-perización de los servicios públicos, como la que en concreto nos impo-ne el Plan Bolonia en la universidad. La lucha por nuestro futuro es nues-tra lucha contra las reformas anti-obreras. Sin embargo, la burguesía española y sus célebres intelectua-les han estado durante años contán-donos las maravillas del capitalismo,

y de que su mundo había permitido acabar con las divisiones de clase, e incluso que la clase obrera había dejado de existir. Y que luchar por un mundo distinto y bajo el papel re-volucionario de los trabajadores era impensable. Hoy la crisis, cuestiona y cuestionará más agudamente eso de que la clase obrera desapareció. Por el contrario, nos encontraremos con enfrentamientos cada vez más agudos, y ya lo vimos con la Huel-ga de empleados públicos del 8 de Junio, o la Huelga Total del Metro de Madrid, o la próxima Huelga General del 29 de Septiembre. La patronal se fue preparando durante años ideoló-gicamente para acabar con el sujeto revolucionario que más temía, que más podía poner en cuestión sus planes de dominación económica, social y cultural, la clase obrera. Pero, si en la universidad caló ese mensaje anti obrero hasta el tuétano, en los trabajadores esto nos desarmó para enfrentar los ataques del Gobierno capitalista de Zapatero y nos desar-mó ante las presiones derrotistas de la burocracia sindical.

Recomponer en las universidades e institutos, la historia de la clase obrera y aprender de sus luchas y de sus victorias es uno de los pa-sos para que los jóvenes trabajado-res desorganizados y sin experien-cia tomen en sus manos su propia historia, y se enfrenten a todos los obstáculos que impiden lograr la unidad orgánica de todos los traba-jadores del estado español.

La universidad y los institutos, la mejor herramienta para extender la lucha de los obreros

Los estudiantes combativos que lu-chan por su futuro debemos orga-nizarnos para confluir en los pique-tes, en las manifestaciones y en las asambleas de trabajadores que se organicen para enfrentar los ajustes neoliberales que se preparan contra nosotros, la clase obrera y sus bastio-nes más importantes. Podemos uti-lizar las universidades y los institutos

como altavoces o “medios contra-in-formativos” de los explotados que lu-chan y de los “sin voz”, organizando desde allí la solidaridad con los con-flictos sociales, forjando una unidad obrero-estudiantil que ponga mas difícil la política derrotista y concilia-dora de los grandes sindicatos como CCOO y UGT, y así ir sembrando las semillas que permitirán recuperar las viejas tradiciones de lucha del movi-miento estudiantil para alcanzar po-sibles victorias. Una unidad así para con el movimiento obrero, ayudaría a que miles de jóvenes precarios y explotados se vean con suficiente fuerza como para saltear los obstá-culos de la burocracia sindical, con la suficiente fuerza como para decir: “¡Presentes!”. Unir las demandas del movimiento estudiantil en contra de la elitización y privatización de la edu-cación con las demandas de los jó-venes precarios y parados, y contra las reformas anti-obreras permitiría echar abajo los ataques que nos lan-cen los de arriba.

El 29S, una buena oportunidad para avanzar en la unidad obrero-estudiantil

En este sentido la Huelga General del 29S es una buena primera opor-tunidad para empezar a desarrollar este combate. Desde Clase contra Clase creemos que el conjunto de las organizaciones estudiantiles de izquierda, así como las corrientes políticas del marxismo revoluciona-rio que están presentes en las uni-versidades y los institutos, debemos poner todos nuestros esfuerzos en tratar de que los estudiantes se su-men codo con codo con los traba-jadores en esta importante jornada de lucha. Hay que intentar organizar a todos aquellos estudiantes que quieren luchar junto con la clase obrera, para intentar dejar vacías las aulas y sumarnos a los piquetes y manifestaciones.

Notas1 El País, Negocios, a 07/03/2010 2 El País, a 28/08/2010

Mov. Estudiantil

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El ambiente alegre que se vió en Sudáfrica durante el Mundial es cosa del pasado. La hipocresía que trataba de ocultar las pau-pérrimas condiciones de vida de la población en la economía más grande del continente más pobre del globo quedó expuesta por la acción de los trabajadores estatales, que han paralizado las instituciones educativas y de la salud en todo el país. Desde el 18/8 un total de 1,3 millones de trabajadores del sector público de Sudáfrica están en huelga exigiendo un aumento salarial del 8.6% y un incremento de 1.000 rands (137 dólares) en la asignación para la vivienda.

El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, del partido mayoritario CNA (Congreso Nacional Africano), que gobierna en coalición tripartita con el COSATU (Confederación de Sin-dicatos Sudafricano) y el SACP (Partido Comunista Sudafricano), enfrenta una oleada de huelgas que, por su magnitud, ha puesto en peligro dicha alianza.

Sudáfrica es la economía más gran-de del continente africano y entró en recesión en mayo de 2009 luego de una gran caída en la minería, la prin-cipal actividad económica del país. Sin embargo, y pese a la crisis, el sector de la construcción se vio be-neficiado con el enorme programa de inversión gubernamental que sig-nificó el Mundial de Fútbol de 2010.

La demanda de los trabajadores ha encontrado una violenta respuesta de parte del gobierno, que ha usado todos los medios para intentar de-rrotarlos. El ejército desplegó tropas para mantener abiertos los hospita-les y envió equipos de médicos para

“brindar” servicios a la población du-rante el conflicto con el fin de que-brar la huelga. El ministro de Salud a su vez llamó a que se alisten volun-tarios para ayudar a limpiar los hos-pitales y cocinar para los pacientes. Junto a esto, se ha montado una campaña contra los trabajadores de la salud acusándolos de “asesinato” y de “dejar morir a los pacientes”. Frente a tal difamación los trabaja-dores salieron a responder que la muerte diaria de los enfermos no es una “novedad” ni consecuencia de la huelga, ya que Sudáfrica sufre el segundo nivel más alto de personas con el HIV/SIDA en el mundo (una de cada siete personas está infecta-da con el virus) y posee un alto índice de mortalidad infantil.

En otra muestra de su disposición a quebrar la protesta, el gobierno consiguió una orden judicial que impide a los huelguistas que blo-queen los edificios estatales y los insta a que vuelvan a sus puestos de trabajo. Esta medida aumentó las tensiones con el gobierno y los sindicatos desafiaron la orden judi-cial convocando a que otros secto-res se plieguen a la huelga. Durante la protesta del 23/8 convocada por la COSATU, en la cual se moviliza-ron miles de trabajadores, la policía desató la represión contra los traba-jadores de la salud en huelga con balas de goma, camiones hidrantes

y gases lacrimógenos, con el resul-tado de trabajadores heridos.

El 26/8 las principales ciudades de Sudáfrica, Johannesburgo y Ciudad del Cabo, vieron sus calles colma-das de trabajadores estatales que marcharon con las remeras rojas de su sindicato y carteles con la con-signa “¡Exigimos salarios dignos!”.

Las recientes acusaciones de gas-tos lujosos de los ministros y de co-rrupción en las altas esferas guber-namentales ha aumentado el enojo de los manifestantes que cantaban consignas contra Zuma. Ese mismo día, el secretario general de la CO-SATU, Zwelinzima Vavi, en un acto ante miles de trabajadores en Jo-hannesburgo, llamó a ampliar la ola de protestas y convocó a una huelga nacional de 24 horas para el jueves 2/9 en apoyo de los trabajadores del sector público. Según Vavi los tra-bajadores del sector de la minería y de diversas fábricas manufactureras ya expresaron su solidaridad con la protesta del sector estatal.

Crisis en la alianza del CNA

El CNA está en el gobierno desde el fin del régimen del apartheid en 1994, cuando Nelson Mandela asu-mió como presidente con abruma-dora mayoría bajo el principal eslo-gan “Una mejor vida para todos”. Sin

Por Alejandra Ríos

Huelga en el sector público

Después del Mundial asoma la verdadera Sudáfrica

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embargo, a pesar de esa inmensa conquista democrática que repre-sentó el derecho a voto por primera para la población negra, y luego de 16 años de gobierno del CNA, la mayoría de las masas urbanas y ru-rales no ha visto una mejora en sus condiciones de vida.

Según datos de las Naciones Uni-das el desempleo es casi del 30% y la expectativa de vida es de 50 años para los hombres y 53 para las mujeres, y 5,5 millones de personas viven en la pobreza. En los barrios populares la situación sigue siendo desesperante para la mayoría de la población, que no cuenta con agua corriente ni suministro energético y en muchos casos tiene que com-partir un baño entre una decena de familias. Estas terribles condiciones de vida fueron telón de fondo de varias protestas, la última oleada en febrero pasado. No obstante, el go-bierno, preocupado por su imagen en el exterior ante la proximidad del Mundial, logró aplacar las protestas.

La central COSATU, que organiza 2 millones de trabajadores, es la principal fuerza convocante de las huelgas, y al mismo tiempo es un sostén clave del gobierno del CNA al cual apoyó en la última campaña electoral bajo la consigna “Zuma presidente”. Sin embargo, durante la huelga la COSATU ha adoptado un rol opositor, que puede hacer peligrar la estabilidad de la alianza con el CNA. Luego de la multitudi-naria marcha del 26/8 algunos sec-

tores de la industria se plegaron a la huelga, como el importante sector del neumático, aumentando la pre-sión sobre el gobierno. La COSATU amenazó incluso con no apoyar a los candidatos del CNA en las eleccio-nes municipales del año próximo.

Luego de dos semanas de huelga y frente a la amenaza de que el país se vea completamente paralizado con ampliación del alcance de la huelga, empezaron a emerger fi-suras dentro del CNA dado que un sector cuestiona la forma en la que Zuma se ha manejado duran-te el conflicto. Este sector, además, viene exigiéndole la implementación de un sistema de salud nacional y medidas contra la corrupción.

Ante esta crisis, el presidente Zuma, que busca poner fin a la huelga que ocasiona una pérdida de 135 millo-nes de dólares por día, ha ordenado a sus ministros a que el lunes 30/8 vuelvan a la mesa de negociaciones con la propuesta de un aumento salarial del 7,5% y una asignación de vivienda de 800 rands (108 dóla-res). Al cierre de esta edición dos de los sindicatos más importantes de los sectores de la salud y educación han rechazado la oferta salarial. Sin embargo, la dirección de la COSA-TU le ha dado un respiro al gobierno ya que en medio de las consultas ha levantado la huelga de solidari-dad que había sido convocada para el 2/9. Esta actitud deja en claro el papel de la COSATU como sostén del gobierno de Zuma usando su

influencia en la base de los traba-jadores para salir a su rescate en la oleada de huelgas más importante de los últimos años.

Muchos se preguntan cuál termi-nará siendo el real impacto de esta oleada de huelgas sobre el vapulea-do gobierno de Zuma, que fue elec-to en mayo de 2009 con un amplio voto popular, pero enfrenta ahora protestas sociales y el abandono de una de las fuerzas de su alianza de gobierno. Golpeado por la crisis, es-cándalos de corrupción, pérdida del apoyo incondicional de la COSATU y una gran desilusión de las masas, el gobierno necesita restablecer las relaciones con los sindicatos. Para eso necesita el respaldo de la CO-SATU en la Conferencia política na-cional del CNA que tendrá lugar a mediados de septiembre.

Las huelgas y protestas recurren-tes, que se extendieron durante los últimos años, muestran la im-paciencia de los trabajadores y el pueblo, que no ven mejorar sus condiciones de vida.

Las movilizaciones de los trabajado-res estatales, formando una alianza con los sectores empobrecidos de la ciudad y las áreas rurales que se movilizaron durante 2010, muestran el camino para enfrentar la agenda neoliberal del CNA y avanzar en la resolución de los problemas más acuciantes de los trabajadores y el pueblo pobre.

CNA: Congreso Nacional Africano, partido político de orientación so-cialdemócrata afiliado a la Segunda Internacional. Fue la principal fuerza durante la resistencia al régimen ra-cista del Apartheid y está en el go-bierno desde 1994 cuando Nelson Mandela asumió como presidente.

Apartheid: Sistema racista se-paratista que gobernó Sudáfrica bajo una minoría blanca desde 1948 hasta 1994. Impuso una política de separación por medio de la cual los negros y los blan-cos tenían que vivir en distintos barrios, viajar en diferentes auto-

buses y hacer distintas filas, no podían bañarse en las mismas playas y las relaciones sexuales y matrimonio entre personas ne-gras y blancas estaban totalmen-te vedadas por ley.

Claves

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Reproducimos algunos estra-tos la entrevista para “La Ver-dad Obrera” a Manuel Georget, dirigente sindical de la CGT de Philips Dreux, de Francia, y mi-litante del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) del “Colectivo por una Tendencia Revolucio-naria”. Los trabajadores de la fábrica de televisores Philips Dreux en Francia mantuvieron a principios de 2010, durante 10 días, una experiencia de control obrero ante el anuncio de la pa-tronal de cierre y despidos.

¿Cómo enfrentaron las oleadas de despidos de los últimos años?

MG: En 2003 hubo una primera oleada de despidos por el cambio de tecnología de tubo de rayos catódicos a LCD, ahí la patronal organizó una primera oleada de despidos de 250 trabajadores. Fue una huelga muy fuerte y muy larga, que terminó con la traición de un sindicato amarillo (pro pa-tronal), que había sido creado por la empresa algunos años antes para romper la hegemonía que te-níamos en la fábrica.

En 2008, hubo una nueva oleada de despidos y fue una huelga aún más dura que duró 11 semanas, en la que los trabajadores pelea-ban por mantener sus puestos de trabajo, no por indemnizaciones, y que aparte fue ofensiva porque no solo mantuvieron un piquete en la puerta de la fábrica sino que decidieron bloquear toda la zona industrial (de Dreux) instalando varios piquetes alrededor de las otras fabricas por toda la ciudad y haciendo dos asambleas por día. Durante 11 semanas, esta huelga indefinida, que había logrado gran

adhesión entre los trabajadores, bloqueó de hecho el conjunto de la zona industrial, donde las fábricas no funcionaban por los piquetes de los obreros de Philips.

Después de 11 semanas de huelga, el sindicato pro patronal de Force Ouvrière, que no había participado de la huelga y que incluso habían sido echados por los trabajadores al principio de la misma, sin ninguna consulta con los obreros, firmó un acuerdo con la patronal que acepta-ba los despidos. En total fueron 287 despidos en 2008 y Force Ouvrière no sólo firmó un acuerdo para que se los eche sino que acordó con la patronal y el Ministerio de Trabajo que se puedan echar a los sindica-listas (delegados), pero solo a los de la CGT. Además, hay que tener en cuenta que esos 287 trabajadores eran la base radical de la fábrica, era la base de la CGT.

En ese momento no me echaron pero me quedé solo en el sindicato ya que habían despedido a todos mis compañeros, así que dimos una pelea en primer lugar por la reincorporación de los compañe-ros de la CGT.

¿Cómo empezó el proceso de coordi-nación con otros sectores en lucha?

MG: En ese momento me di cuenta que lo que había hecho a nivel lo-cal de coordinación y la acción en Dreux, tenía que hacerlo a nivel na-cional. Entonces agarré mi coche y empecé a recorrer las fábricas que estaban en conflicto y empecé a conocer y relacionarme con los dirigentes de las principales luchas como Molex, Continental y Go-odyear, que son los sectores más de vanguardia, para construir una coordinación de las luchas. Con estos sectores fue que se empezó a organizar la primera oposición de la historia de la CGT, que era la co-rriente en la CGT por un sindicato clasista y de masas. Fue ahí que muchos que eran de la CGT se empezaron a organizar por prime-ra vez y convocamos una reunión para organizar esa oposición sindi-cal en la CGT.

El año 2009 estuvo marcado en Francia por lo que se conoce como “despidos parciales” (suspensio-nes), es decir, cuando la patronal obliga a los trabajadores a traba-jar menos horas porque no hay

Extraido de “La Verdad Obrera” periódico semanal del PTS sección argentina de la FT-CI

MANU GEORGET, dirigente de la CGT de Philip dreux

10 días de control obrero en Francia

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producción. Esta fue una de las razones por lo que las marchas de comienzos de 2009 fueron tan masivas. En Philips se veía que la patronal estaba preparando el cie-rre, no se había resuelto todavía el caso de los anteriores despidos de 2008 pero ya veíamos que se ve-nía una nueva ofensiva de la patro-nal. En ese marco, fue que con mi compañera Natalie empezamos a pensar en la alternativa del control obrero (…)

El proceso de coordinación se si-guió organizando y durante el mes de julio de 2009 se puso en pie lo que se llamó el “Colectivo en con-tra de los Patrones Delincuentes”. Cuando estaban cerrando la fábrica New Fabris, donde los trabajadores amenazaron con hacerla explotar con un tanque de gas, se llamó a una marcha en la ciudad donde se encontraba la fábrica, a la mitad del verano a fines de julio, a la que acu-dieron 3.000 personas, algo muy raro en Francia. A partir de este momento se siguieron organizando reuniones con sectores de vanguar-dia en distintas ciudades, y se deci-dió realizar una gran actividad a la que acudieron más de 1.000 perso-nas. Después de eso, se realizó una marcha en Paris, que fue llamada por sectores de vanguardia.

¿Cómo fue la experiencia del control obrero que hicieron en Philips?

MG: (…) Cuando volvimos de las vacaciones en enero de 2010, hi-cimos una asamblea para discutir con los trabajadores, aunque era muy difícil porque a casi toda la base de la CGT la habían despe-dido en 2008 y la gente que había quedado en la fábrica eran trabaja-dores que nunca habían hecho una huelga. En ese momento, al ver que la patronal amenazaba con ce-rrar, nos dijeron: “Ustedes siempre hablan del control obrero. Por qué no probamos”. (…)

No teníamos para producir mucho, había para 5.000 televisores pero

lo importante era demostrar que la fábrica podía funcionar y que podía pagar los sueldos a los obreros. No tuvimos tiempo, no llegamos a poner en venta los televisores que fabricamos pero lo interesante fue que en periodo tan corto de con-trol obrero, solo 10 días (…) Pudi-mos hacer una experiencia con los pocos televisores que tuvimos para producir y los trabajadores estaban empezando a comprender que si vendían un televisor a 600 euros, produciendo 5.000 televisores, y ellos eran 147 obreros, en un mes podían cobrar 20.000 euros, una suma que no alcanzaban ni en un año de trabajo.

En ese momento, la dirección na-cional de Philips en Francia convoca a los sindicatos a la oficina central, diciendo que el control obrero es ilegal. La CGT le responde que ellos no tenían nada que ver, que era una decisión de los obreros, mientras que Force Ouvriére no solo dijo que

no tenían nada que ver sino que la empresa podía hacer lo que quisiera con la fábrica, incluso retomarla. Ahí empezaron a meter mucha presión, con agentes de seguridad privada y fiscales de la justicia, que llegaron a la fábrica y amenazaron con proce-sar a nueve trabajadores (…). Bajo las amenazas de la empresa, se ter-minó votando, con la colaboración de Force Ouvriere, el fin del control obrero. Nosotros planteamos seguir la lucha, teniendo en cuenta que nos podíamos apoyar en una resolución de la justicia (…) y que decía que los fundamentos económicos del cierre de la fábrica no eran válidos.

A medidos de febrero de 2010 los obreros recibieron telegramas en sus casas que decían que no fueran a trabajar el lunes siguien-te porque la fábrica había cerrado. Nosotros desde la CGT tratamos por todos los medios (…) de avisar a los trabajadores que no tomen en cuenta la carta de la patronal y que vengan a trabajar todos el lunes. Ese lunes temprano nos enteramos de que algunos traba-jadores habían recibido otro tele-grama donde la patronal les decía que tenían otra propuesta, que era la de reincorporarlos en Philips pero aceptando que los trasladen a Hungría con un sueldo de 450 euros y les ponían como condición hablar el húngaro de manera fluida. Esto fue un escándalo, estaban to-dos escandalizados porque se les proponía a los obreros franceses que aceptaran cobrar sueldos de

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450 euros, pero lo que nadie de-nunció es que los obreros húnga-ros cobran sueldos de 450 euros. En ese momento el conflicto ganó repercusión nacional y en medio de este escándalo salió el ministro de Industria a defender a Philips diciendo que no eran delincuentes y llamó a una reunión a los obreros y los sindicatos en Paris.

Pasó una semana y, mientras se mantenían los piquetes, salió un fallo de la justicia que decía que el lock out de la empresa era ilegal y que la empresa debía retomar la producción.(…) Tres días después de esa victoria importante, el sindi-cato Force Ouvrière hizo un acuer-do con la patronal para aceptar el cierre a cambio de indemnizacio-nes. En Francia, existe un meca-nismo escandaloso que permite que un sindicato aunque sea mi-noritario y no tenga el apoyo de los trabajadores haga un acuerdo con la patronal.

El conflicto terminó como todos saben en una derrota. Una derro-ta importante, pero sin embargo considero que estoy dejando algún legado a los trabajadores que lu-charán en el futuro con esta expe-riencia de control obrero.

¿Cómo valoras tu participación de la VII Conferencia de la FT-CI y poder ha-ber conocido al PTS?

MG: Como trotskista y defensor de las banderas de la IV Internacional, el encuentro con los compañeros de la FT-CI de América Latina y Europa fue importantísimo, aún más en el contexto de la crisis capitalista actual que golpea nuestra clase violenta-mente, en particular en el continente europeo. En ese marco, el debate entre revolucionarios de varios paí-ses en la séptima conferencia de la FT-CI a la que fui como invitado fue de un gran valor para mí, permitién-dome comprender profundamente la realidad de la clase obrera mundial y que debemos hacer los revolucio-narios para revertir el actual escépti-co sobre la posibilidad de un cambio que yo noto entre muchos de los trabajadores con los que discuto a pesar de que son luchadores. Las discusiones y análisis acerca de la situación actual son determinantes para poder elaborar un verdadero programa revolucionario internacio-nal para la clase obrera europea y mundial. Aparte como dije en el acto pude conocer al PTS y a los com-pañeros de Zanon y Stefani, que me hizo más claro el tipo de partido que necesitamos construir en Francia.

¿Cuál es tu visión sobre el NPA y su participación en las luchas obreras de los últimos años?

MG: A partir del año pasado, una serie de luchas duras del prole-tariado industrial se extendieron por toda Francia en contra de los despidos y de los cierres de em-presas. Sin embargo, la mayor parte de esos conflictos se dieron con el objetivo de obtener mejo-res indemnizaciones de despido, aceptando de hecho la derrota. De conjunto, si bien los partidos de izquierda, el NPA incluido, han apoyado esas luchas, no han aportado a los trabajadores una perspectiva y un programa que permitiera que la energía de lu-cha de los obreros diera lugar a victorias o un camino alternativo y revolucionario al drama de la des-ocupación.

¿Podrías contarnos acerca de la formación de una Tendencia Revolucionaria en el NPA?

MG: En Francia necesitamos cons-truir un verdadero partido revolucio-nario, que aporte una perspectiva estratégica y un programa a la van-guardia obrera. Es con ese espíritu que al día de hoy estamos poniendo en pie una tendencia revolucionaria en el seno del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista). Una tendencia que, al contrario de lo que hace la actual dirección del partido que es muy electoralista, luche abiertamente por el programa de la revolución so-cialista internacional y en esa pers-pectiva haga todo lo posible para fusionarse con los elementos más avanzados de vanguardia de los trabajadores.

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Del 14 al 23 de agosto se reali-zó en Buenos Aires la VII confe-rencia de la Fracción Trotskista Cuarta Internacional. Entrevis-tamos a Emilio Albamonte, diri-gente de la FT-CI y director de la revista Estrategia Internacional, sobre los principales debates que atravesaron la conferencia.

LVO: La conferencia comenzó deba-tiendo sobre el marco estratégico de los revolucionarios en la actualidad, ¿cuál fue la discusión en este punto?

EA: Para esta discusión presenta-mos el documento “En los límites de la Restauración burguesa” que escribimos con el compañero Ma-tías Maiello, donde partimos de definir que con la crisis histórica que atraviesa al capitalismo en la actualidad se han terminado las condiciones de la etapa de restau-ración burguesa, durante la cual el avance del imperialismo sobre las conquistas de la clase trabajadora y los pueblos oprimidos del mundo, a diferencia del resto del siglo XX, se pudo llevar a cabo con métodos relativamente “pacíficos”. Es decir, no necesitaron en EE. UU., Inglate-rra, Alemania, o Japón, para hablar de los países más importantes, ni un Mussolini ni un Hitler, ni romper con la democracia burguesa para destruir enormes conquistas de la clase trabajadora. Las direcciones reformistas de las organizaciones que surgieron en la posguerra o fueron cómplices o aceptaron como “mal menor” estos ataques.

Hoy, como vemos en Europa, el ca-pitalismo se muestra cada vez más incapaz de garantizar siquiera las condiciones elitistas de lo que algu-

nos sociólogos llaman el “pacto neo-liberal”, con sectores privilegiados de las clases medias y los trabajadores, especialmente de los países centra-les. Vemos un ataque que supuso la fractura de la propia clase obrera, no sólo entre proletarios de países im-perialistas y oprimidos, sino también entre trabajadores de primera y de segunda (ya sean precarizados, en negro, inmigrantes, etc.), hundien-do a estos últimos, que conforman la gran mayoría de la clase obrera mundial, en la miseria y el hacina-miento en la periferia de las ciuda-des, junto con los desocupados que fueron relegados a la asistencia es-tatal para poder sobrevivir.

LVO: ¿Por qué denominar al neoliberalismo como “etapa de restauración burguesa”?

EA: Por un lado, porque es necesa-rio huir de cualquier visión superfi-cial y “alegre” de algunos sectores de la izquierda trotskista que ven si-tuaciones y triunfos revolucionarios por doquier. Los revolucionarios tenemos que dar cuenta de lo que significó el avance del imperialismo a escala mundial durante casi tres décadas, que comprendió tanto el retroceso de las conquistas que el proletariado había arrancado al ca-pital durante el siglo XX en Occiden-te como la restauración de los es-

tados obreros burocratizados en el Este de Europa, Rusia y el Oriente, particularmente China.

La restauración capitalista en esos estados no sólo significó la caída de la burocracia gobernante, que se convirtió ella misma en capitalis-ta, sino también la destrucción de las conquistas que se mantenían de la revolución y un terrible retro-ceso en las condiciones de vida de las masas. Esto afectó también a la clase obrera de Occidente. Duran-te la etapa de restauración la bur-guesía se valió de la incorporación de algo más de 1.700 millones de nuevos proletarios al mercado ca-pitalista para atacar las condiciones de trabajo en todo el planeta. Con el sometimiento de los trabajadores chinos o del Este europeo a altos niveles de explotación, los mono-polios imperialistas “relocalizaban” su producción, y usaban esto para bajar los salarios y avanzar sobre las condiciones de vida de la clase obrera europea o norteamericana. La misma ofensiva llegó a las se-micolonias de la mano del llamado “Consenso de Washington”.

Fue un proceso de conjunto. Lo que comenzó como una ofensiva reaccionaria mediante la cual el im-perialismo impuso una serie de con-trarreformas económicas, políticas y

Extraido de “La Verdad Obrera” periódico semanal del PTS sección argentina de la FT-CI

7º CONFERENCIA DE LA FT-CI

“Dar pasos concretos para reconstruir la IV Internacional”

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sociales, que se conocieron como neoliberalismo, tuvo un salto cualita-tivo contrarrevolucionario con la res-tauración del capitalismo en aquellos estados donde se había expropiado a la burguesía. Esto sirvió, a su vez, para imponer nuevas cadenas a los trabajadores y los pueblos oprimidos del mundo. A este proceso de con-junto es a lo que llamamos “etapa de restauración burguesa”. Sin embar-go, a pesar de este ataque genera-lizado, el imperialismo no logró más que postergar por un tiempo sus grandes contradicciones que hoy se vuelven a expresar como una crisis histórica cuyo epicentro está en las principales potencias imperialistas.

LVO: ¿China no desmiente la afirma-ción d-e Trotsky de que la restaura-ción del capitalismo llevaría necesa-riamente a una involución política, económica, y social?

EA: Fueron muy diferentes las con-secuencias de la restauración en la URSS y en China. Si la URSS pasó de ser la segunda potencia a nivel mundial a un país altamente depen-diente de las exportaciones de gas y petróleo, un país donde fue des-mantelado el aparato industrial y las condiciones de vida de las masas retrocedieron décadas, la restaura-ción capitalista en China se benefi-ció del atraso del país que para ese entonces aún tenía más de un 80% de su población viviendo en el cam-po. Sobre la base de la unidad na-cional conquistada por la revolución del ’49 se logró un desarrollo indus-trial sin precedentes impulsado por el capital financiero internacional que la transformó en el “taller” del capitalismo mundial. En menos de tres décadas, mientras se liquida-ban las condiciones de vida del viejo proletariado estatal, entre 100 y 200 millones de campesinos emigraron a las ciudades formando un nuevo ejército de trabajadores urbanos.Sin embargo, lejos de las expectati-vas de quienes veían en este desa-rrollo el surgimiento de la nueva po-tencia de recambio del siglo XXI, lo cierto es que China alberga contra-

dicciones cada vez más explosivas. Si bien en términos de PBI su eco-nomía es la segunda del planeta, si el producto se divide por la cantidad de habitantes se ubica apenas de-lante del Congo y Angola, con 400 millones de habitantes que viven con menos de dos dólares diarios.

El desarrollo chino de las últimas décadas, al ser motorizado por el capital financiero internacional, di-rectamente o a través del Estado, ha dado como resultado un desa-rrollo exponencial de la clase obre-ra, con más de 400 millones de tra-bajadores urbanos, teniendo como correlato el surgimiento de una bur-guesía muchísimo más débil.

Con la nueva división mundial del trabajo de la que es parte funda-mental China, también se ha vuelto a mundializar la lucha de clases.La conferencia analizó la existencia de dos movimientos obreros con di-námicas diferentes. Por un lado, el proletariado de Oriente, que es pro-ducto de la expansión de las eco-nomías de esa región en los últimos años, que sufre altos niveles de ex-plotación, y que comienza a dar sus primeras grandes luchas, como por ejemplo en China, donde a pesar de que no existe el derecho a huelga ni a la organización sindical indepen-diente, los trabajadores protagoniza-ron una oleada de luchas que tuvo a los obreros de Honda en la pro-vincia de Guandong como su punto emblemático tras mantener la planta paralizada durante dos semanas, y se extendió a otras regiones como mostraron los enfrentamientos de los trabajadores de KOK Machinery en las afueras de Shangai con la policía. Este nuevo movimiento obrero se extiende por países como Vietnam, Camboya o Bangladesh, donde 800 mil obreras textiles vienen de prota-gonizar recientemente una heroica huelga que conmocionó al país. Por otro lado, el proletariado de Occiden-te, que encorsetado por la burocra-cia de los grandes sindicatos, con la excepción parcial de Grecia, aún no ha dado ejemplos de esta magnitud

frente a la crisis, aunque apostamos a que la huelga general convocada en el Estado Español para el 29 de septiembre pueda convertirse en un gran pronunciamiento de la clase obrera contra los planes de ajuste de Zapatero.

Todos estos procesos estuvieron presentes en los debates de la conferencia así como la continui-dad de la crisis mundial, la cual, no sólo dejó atrás toda la serie de especulaciones sobre los pretendi-dos “brotes verdes”, sino que dio un nuevo salto plasmado en la cri-sis europea. A lo que tenemos que sumarle la situación de crisis que padece el imperialismo norteame-ricano en Afganistán —que hizo a Obama abandonar las promesas de retirarse, reconociendo que la ocupación militar se va a extender como mínimo hasta el 2014—, al mismo tiempo que la publicación de los informes en WikiLeaks sobre las matanzas de civiles, los bom-bardeos indiscriminados y toda una serie de crímenes perpetrados por las tropas norteamericanas y de la OTAN muestran la verdadera cara del gobierno de Obama.

LVO: Aquellos ataques que menciona-bas a las conquistas y a las condicio-nes históricas de la clase obrera en Occidente, ¿qué cambios produjeron en la conciencia de los trabajadores?

EA: Desde el punto de vista subje-tivo el rasgo distintivo de la etapa de restauración burguesa fue que las múltiples conquistas parciales que había obtenido el proletariado en el período anterior, al no ser utili-zadas como puntos de apoyo para el avance de la revolución a escala mundial, se le fueron volviendo en su contra una tras otra. No sola-mente la burocracia de los estados donde se había expropiado a la bur-guesía se pasó de lleno al bando de la restauración, sino que en el resto de los países las direcciones histó-ricas de la clase trabajadora, como los PS y los PC, fueron los aplicado-res directos de las contrarreformas

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neoliberales, y las cúpulas de los sindicatos fueron cómplices o se mostraron impotentes para frenar esos cambios. En nuestro país la reconversión en clave neoliberal del peronismo durante los ’90 fue par-te de este fenómeno. Este proceso tuvo como efecto inmediato la des-moralización en las filas de la clase obrera, la pérdida de confianza en las propias fuerzas, dando paso a una oleada de triunfalismo burgués y de pesimismo histórico sobre las capacidades del proletariado, que paradójicamente se producía en una etapa donde la clase obrera lograba una extensión, en términos objetivos, como nunca antes en la historia. Hoy son más de 3 mil millo-nes los trabajadores asalariados, y la población urbana supera a la rural por primera vez en la historia.

LVO: ¿Cómo encontró esta etapa al propio trotskismo?

EA: Luego de la segunda guerra mundial, las corrientes trotskistas se fueron distanciando del legado de Trotsky, algunos esperando una autorreforma de la burocracia, y en la mayoría de los casos actuando como consejeros o depositando sus expectativas en el avance del socialismo de la mano de diferen-tes stalinismos nacionales, como Mao o Tito, o direcciones naciona-listas burguesas.

Sin embargo, aunque en aquellos años donde el mapa parecía “pin-tarse de rojo”, como decía quien fue quizá el principal dirigente del trots-kismo argentino, Nahuel Moreno, era evidente que incluso en los lugares donde hubo grandes revoluciones como en China, Yugoslavia, o Cuba, la inexistencia del proletariado más concentrado como sujeto social, la falta de organismos de autoorgani-zación de las masas y la conducción de los procesos por partidos únicos de tipo stalinista, significaban al mis-mo tiempo un freno para el desarro-llo internacionalista de la revolución y el avance hacia el socialismo. Más aun, esas organizaciones, frente a la

ofensiva del capital, demostraron su carácter contrarrevolucionario ple-gándose a los ataques.

Cuando esto finalmente sucedió, la respuesta fue una suerte de “social-democratización”, algunos mante-niendo en los papeles el programa y otros directamente rompiendo con el trotskismo. Fue un nuevo salto en la adaptación a los escenarios del régimen burgués, ya sea al sindi-calismo “normal”, a las elecciones cada dos años, a la vida universita-ria, etc., y junto con esto se desa-rrolló una visión derrotista para con el movimiento obrero.

Nosotros creemos, desde el punto de vista subjetivo, que sólo revolu-ciones clásicas con el proletariado como sujeto y con formas de au-toorganización pueden conducir al avance a la revolución internacional y de esta a la mundial, mientras que con “direcciones cualquiera” por más conquistas que se logren, tar-de o temprano si no son puestas en función de este objetivo se transfor-marán nuevamente en su contrario.

LVO: ¿En qué consistió la discusión sobre Latinoamérica?

EA: Por un lado, en la situación general hay dos dinámicas: una al

norte del canal de Panamá, don-de hay más gobiernos de derecha y más injerencia del imperialismo como vimos en Honduras, o con la invasión militar a Haití, o los ejercicios militares de la IV Flota en Costa Rica; y otra en Sudamé-rica, donde sin crisis económica aguda pero tampoco lucha de cla-ses aguda, la burguesía logró, por ahora, mantener cierta estabilidad después de los levantamientos po-pulares y campesinos de comien-zos de la década. Mientras tanto, el proyecto más ofensivo de las burguesías latinoamericanas para el regateo con el imperialismo, que fue el ALBA, ahora está en crisis. Vemos que a lo que asistimos ac-tualmente es el fin del ciclo de lu-chas donde el campesinado y los pobres eran hegemónicos, y el proletariado empieza a dar sus pri-meras luchas independientes: re-belión de fabriles en Bolivia, luchas en Venezuela (que lograron ser frenadas en la coyuntura mediante los asesinatos por sicarios de líde-res sindicales), el sindicalismo de base en Argentina, etc. Es decir, el proletariado empieza a mostrarse como una clase independiente del bloque popular de conjunto, aun-que lentamente y sin constituirse aún, por el bajo nivel de la lucha de clases, en un peligro para la es-

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tabilidad burguesa “reformista”.Por otro lado, discutimos como un punto clave de la situación latinoa-mericana la encrucijada que vive en la actualidad Cuba y de cuya reso-lución depende el avance o no del imperialismo imponiendo nuevas cadenas a la región. Considera-mos que la defensa activa de las conquistas de la revolución cubana contra el imperialismo y los planes restauracionistas de la burocracia es una tarea de primer orden para los revolucionarios en la actualidad.

Tanto las posiciones que identifican la defensa de las conquistas de la revolución cubana con la defensa del régimen burocrático, justificando el curso restauracionista del gobier-no, como aquellas que sostienen que la cuestión pasa por cambiar el régimen para obtener libertades de-mocráticas formales, reproducien-do las campañas demagógicas del imperialismo, expresan dos formas distintas de apoyar a alguno de los agentes de la restauración del ca-pitalismo en Cuba, ya sea la buro-cracia gobernante o directamente el imperialismo. La Liga Internacio-nal de los Trabajadores (LIT) se ha plegado abiertamente a la variante socialdemócrata poniendo como eje la “lucha frontal contra la dicta-dura” y reclamando “libertades de-mocráticas para los burgueses”.

Los revolucionarios, al tiempo que enfrentamos el bloqueo imperia-lista y defendemos las conquistas que se mantienen de la revolución, tenemos que luchar por una revo-lución política que sea capaz de establecer las bases de un estado revolucionario.

La conferencia discutió un docu-mento especial sobre Cuba que hace una apreciación actual de la relación de fuerzas y la situación en la isla, que publicaremos próxima-mente, y resolvió lanzar una gran campaña por la defensa de Cuba frente a la burocracia restauracio-nista y el imperialismo, que consi-deramos que debe ser una de las

tareas fundamentales de los revolu-cionarios en Latinoamérica. Como parte de estas iniciativas vamos a inaugurar un portal especial sobre Cuba para que todos los trabajado-res puedan seguir cotidianamente la situación en la isla y donde ex-presaremos los principales debates a los que me refería.

LVO: ¿No creés que frente a la crisis habría que llamar a una conferencia o congreso de las decenas de grupos nacionales y tendencias internaciona-les que en todo el mundo se reivindi-can trotskistas?

EA: Si surgieran reagrupamientos de este tipo no te quepa la me-nor duda que participaríamos e intentaríamos discutir un progra-ma marxista revolucionario con-secuente y orientarlos hacia la fusión con lo más avanzado de la vanguardia obrera. Sin embar-go, esto es altamente improbable porque en estas últimas décadas se han agudizado las diferencias, teóricas, políticas y estratégicas entre todos los componentes del llamado “movimiento trotskista” y nadie tiene hoy el proyecto de hacer ese tipo de conferencia in-ternacional. A grandes rasgos, las distintas tendencias y organizacio-nes, o bien continúan actuando en forma conservadora como si nada hubiera pasado combinando dis-tintos grados de oportunismo y sectarismo, como es el caso de la LIT dirigida por el PSTU de Brasil que sigue con un proyecto estre-cho de “reagrupar al morenismo” a nivel internacional; o bien se han transformado en grupos “liquida-cionistas”, como es el caso del

Secretariado Unificado (mandelis-ta), que apuesta en todo el mundo a diluirse en partidos amplios con sectores reformistas liquidando la estrategia de formar partidos obreros revolucionarios.

LVO: El PO, sin embargo, no plantea el desarrollo de una tendencia sino de una unificación en una organiza-ción que ellos llaman Coordinadora por la Reconstrucción de la IV Inter-nacional…

EA: Históricamente el PO tenía su propia tendencia latinoamericana junto con el POR boliviano de Gui-llermo Lora. Esta tendencia estalló ya hace mucho tiempo. En los últi-mos años se produjo una ruptura con el principal grupo solidario con PO que era Causa Operaria de Bra-sil. A partir de ahí empezaron a refor-zar la política de la CRCI de la que hablás. Durante mucho tiempo sos-tuvieron que había que organizar a todos los que aceptaran cuatro pun-tos y como eje central la dictadura del proletariado. Desde que surgió la crisis mundial entraron en contradic-ción con el grupo italiano, uno de los tres o cuatro grupos que conforman la CRCI, ya que según Altamira es-tos no compartían la caracterización sobre la crisis. Recientemente, han planteado con la firma de Grisolía, el dirigente de un grupo italiano (que ahora parece que sí comprende la crisis), que: “La caracterización de la crisis mundial capitalista y las ta-reas que se desprenden de ella son el eje de delimitación política en la izquierda y el trotskismo. Sin otras condiciones que esta base teórica y la correspondiente acción práctica, reiteramos nuestro planteo de refun-dar la Cuarta Internacional”.

Este llamado, si fuera serio, debería contener los lineamientos del pro-grama y la estrategia para enfrentar la crisis. Mucho nos tememos que eso sólo sea una maniobra, y que, en última instancia, el PO se guar-de como siempre el derecho arbi-trario de determinar en forma sec-taria quienes “comprenden” o no

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la magnitud de la crisis, como hizo con Grisolía. No necesitamos acla-rar que el PTS y la FT en su conjun-to no sólo caracterizan y sostienen el carácter histórico de la crisis sino que luchan en todos los países don-de existen para unirse con la van-guardia proletaria en base al pro-grama de transición y la estrategia del trotskismo. Pero las razones por las cuales el PO excluye al PTS y a la FT de su llamado no se deben a ninguna diferencia sobre “el carác-ter histórico de la crisis” sino por el simple hecho de que hemos tenido más éxito que el PO y sus amigos en fusionarnos con los mejores ele-mentos de la vanguardia obrera que salen a lucha en esta crisis como lo demostró en el último año la partici-pación en Kraft en Argentina, el rol de liderazgo de nuestros compañe-ros de Brasil en la heroica huelga de más de 50 días del SINTUSP, o la intervención en la lucha de los electricistas mexicanos de nuestros compañeros de la LTS. Si la direc-ción del PO y los grupos de la CRCI no inician una discusión seria con el PTS y la FT quedará claro que su “propuesta” no es más que un mero “charlataneo” para aparecer como internacionalistas frente a sus militantes.

LVO: Por último, el acto en el 70 aniver-sario del asesinato de Trotsky demos-tró no sólo un PTS, sino una organiza-ción internacional (la FT-CI) dinámica. ¿Qué relación establecés entre el de-sarrollo de la FT y la reconstrucción de la IV internacional como partido mun-dial de la revolución socialista?

EA: En efecto, el acto al que asis-tieron miles de compañeros, repre-sentantes del sindicalismo de base de nuestro país, del movimiento de-mocrático, estudiantil, etc., y donde hablaron múltiples oradores de La-tinoamérica y Europa, fue la culmi-nación de una conferencia donde se vio el desarrollo de jóvenes or-ganizaciones marxistas revolucio-narias que pegaron un nuevo salto en el último año, como en el caso de México -contra la corriente-, de

Brasil, o de Argentina. Sin embar-go, siempre hemos sostenido que la construcción de un partido mundial de la revolución socialista no será el producto de un desarrollo evolutivo de las pequeñas organizaciones -in-cluido el PTS- que hoy componen nuestro agrupamiento internacional.

Desde el estallido de la crisis mun-dial venimos insistiendo en que el trotskismo, que concentra lo mejor de las experiencias del marxismo revolucionario en Occidente, sólo puede dejar de ser marginal si se fu-siona con los mejores elementos de la vanguardia obrera de todos los países. En ese sentido, es un pe-queño símbolo doblemente auspi-cioso la presencia en la conferencia como invitado del compañero Ma-nuel Georget, dirigente de la CGT de Chartres y líder del único inten-to de control obrero que se dio en Francia en el último período. Digo doblemente auspicioso porque el compañero lucha también, como miembro del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) una organización que cuenta con miles de militantes, por formar una tendencia revolucio-naria dentro de este partido.

En Francia, desde la FT, primero coincidimos con los compañeros del ex grupo CRI en la tendencia CLAIRE, luego avanzamos hacia el llamado a una tendencia revolucio-naria donde participan compañeros obreros y dirigentes que han sido referentes de luchas importantes. El vuelco enérgico a la rica lucha de clases que ha habido en Fran-cia durante este periodo es lo que ha permitido esta confluencia, y tenemos la esperanza de que ma-

yores intervenciones en la lucha de clases y una intervención común en el próximo congreso del NPA, que está planificado para fines de este año, permita desarrollar una corriente dinámica en este partido, que sea una alternativa a la orienta-ción oportunista y electoralista de la dirección del mismo. Es decir, que la combinación de una fuerte inter-vención en la lucha de clases y de un combate en los nuevos fenóme-nos políticos, en este caso el NPA, podrá hacer surgir nuevos fenó-menos progresivos que sean muy superiores a la FT o a las diversas organizaciones que se reclaman del trotskismo en todo el mundo. Y esto tiene una importancia especial, ya que Francia no es sólo un lugar importante para la lucha del movi-miento obrero sino que es uno de los países donde el trotskismo tiene mayor fuerza históricamente.

La FT ni considera que la IV inter-nacional va a surgir de su evolución natural como tendencia, ni con-fía en “reorganizar” al movimiento trotskista realmente existente a tra-vés de conferencias o congresos, cuestión que consideramos utópica por las diferencias de todo tipo que señalé antes. Nuestra organización se constituyó en la última década como un reagrupamiento defensivo creado para sostener en una época reaccionaria la teoría, la estrategia y el programa del trotskismo principis-ta, atacado por todo tipo de revisio-nismos. Hoy, sin embargo, hay que dar pasos concretos en la recons-trucción de la IV Internacional. Por eso, lo que está planteado es lograr convergencias a partir de políticas en común en la lucha de clases, conquistando reagrupamientos, no sólo con lo mejor de la vanguardia obrera “independiente” en los “tests ácidos” de la lucha de clases, sino también buscando orientaciones comunes y acuerdos con aquellos sectores marxistas revolucionarios con los que empecemos a compar-tir un programa y una estrategia.

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que más que nunca es urgente, es apremiante para la humanidad”.

También se hicieron presentes inte-lectuales como Guillermo Almeyra, personalidades como Pablo Gitter de APEMIA, “Cachito” Fuckman – detenido-desaparecido que estuvo

secuestrado en la ESMA, Elia Es-pen, Madre de Plaza de Mayo (LF) y Juan Carlos Beica, dirigente de Convergencia de Izquierda, que fue la única organización que acordó con el llamado que hicimos, para or-ganizar un acto común de todas las organizaciones que reivindicamos el legado de León Trotsky. Ante la ne-gativa de las demás organizaciones,

ofrecimos a los compañeros hacer un saludo en el acto. Además envia-ron sus saludos, entre otros, el perio-dista Herman Schiller y el historiador Hernán Camarero. A continuación publicamos extractos de los discur-sos de algunos de los oradores que pueden verse completos en la pági-na web de Clase contra Clase y de las distintas organizaciones de la FT.

Viene de contraportada

RAUL GODOYdirigente nacional del PTS de Argen-tina y dirigente de Zanón, empresa expropiada a los patrones y bajo control obrero desde 2001

“La vigencia del programa de transición”

Orgulloso de estar acá, con com-pañeros de distintos países, por-que como nunca hay que ser cons-cientes que nuestra clase no tiene fronteras.Fue un orgullo poder recibir en Za-non y recorrer Stefani junto al com-pañero Manu, protagonista de la primera experiencia en décadas de control obrero en Francia.Nuestros pequeños ejemplos son tan importantes porque se dan después de más de 30 años de derrotas y pérdidas de conquis-tas. Muestran la potencialidad de la clase trabajadora para dar una salida a la crisis capitalista, des-pués de muchos retrocesos que trajo la pérdida de confianza en las propias fuerzas de la clase traba-jadora producto de las traiciones y claudicaciones de las direcciones burocráticas y reformistas.El capitalismo sobrevivió a su crisis

descargando una contraofensiva en todo el mundo, que incluyó vol-ver a poner bajo la órbita del capital a la numerosa clase obrera china, a restaurar el capitalismo en el Este de Europa que fue usada para pa-gar salarios más bajos contra la clase obrera de occidente. Con el explotado proletariado chino y del Sudeste asiático hicieron eso a es-cala mundial, cuando la ofensiva neoliberal trasladó gran parte de la producción industrial y convirtieron esos países en una gran masa de mano de obra barata que los ca-pitalistas usaron para bajar el nivel de vida de los trabajadores en todo el mundo. Pero en el corazón del plan capitalista, los más explotados empiezan a rebelarse.Los batallones de mano de obra barata amenazan transformarse, como diría Marx, en los sepulture-ros del capital.Hoy vemos salir a la clase obrera china a la lucha y la prensa capi-talista en todo el mundo muestra su preocupación. Vemos también la heroica lucha de las 800.000 obreras textiles en huelga en Ban-gladesh donde hay 4 millones de trabajadores textiles en su mayoría mujeres, uno de los proletariados más explotados del planeta.En Sudáfrica donde, después que se fueron las cámaras del Mundial, en estos días se está desarrollan-do la gran huelga general del mi-llón trescientos mil trabajadores del sector público.Nos sentimos parte de aquellos que hoy están luchando contra los planes de ajuste y austeridad en Grecia, en el Estado Español, en Francia o en Gran Bretaña, en

Rumania enfrentando los planes capitalistas.Viva la lucha internacional de la cla-se obreraAnte la crisis los trabajadores se orientan por la necesidad misma y realizan acciones heroicas, pero la responsabilidad de los revoluciona-rios no es sólo estar en la primera línea del combate, sino aportar el programa que fija los objetivos de la lucha.Como militante y dirigente del PTS ha sido un honor dar la lucha en co-mún con compañeros que no son de nuestra organización pero rei-vindican con nosotros los principios del clasismo. Muchas veces señalé que la política que impulsamos en Zanon no la inventamos nosotros sino que la tomamos del programa de transición de León Trotsky.Nosotros sabíamos que ante las crisis cuando los patrones quieren hacerla pagar a los trabajadores, tenemos que exigir la apertura de los libros contables de todas las empresas para mostrar ante la po-blación lo que han ganado. Y que si los capitalistas no pueden dar lo único que tienen los obreros bajo el capitalismo, el derecho a ser explo-tados, entonces hay que sacar de sus manos los medios de produc-ción, mediante la expropiación y el control obrero de cada fábrica que cierre o despida.Pero tenemos que ser conscientes de que nuestra lucha no se limita a una sucesión de fábricas tomadas y gestionadas por los trabajadores, sino que tenemos que terminar con este sistema de explotación, y po-ner todos los recursos al servicio de las necesidades de la mayoría

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de la población, y para eso los tra-bajadores tenemos que construir la herramienta política que se prepare para expulsar a la burguesía del po-der, necesitamos una organización revolucionaria que se proponga lle-var adelante las tareas históricas de nuestra clase, la revolución obrera y socialista.La crisis histórica del capitalismo que empieza a vivirse vuelve a po-ner en vigencia, a 70 años del ase-sinato de su fundador, el programa de la IV Internacional. Programa que nos legó demandas para res-ponder a las dos caras que tienen los capitalistas para descargarnos su crisis, el desempleo y la inflación. El reparto de las horas de trabajo entre todas las manos disponibles y para no perder el nivel de los sala-rios: la escala móvil de salarios, es decir el aumento automático según el costo de vida.Aprendimos que en grandes crisis, como la de 2001, o como la que empieza a transitar Europa aho-ra, no alcanza con la lucha de una fábrica o con el reclamo sectorial gremio por gremio. Nuestro destino está atado a la organización y la lu-cha del conjunto de la clase obrera, no nos vamos a salvar en un mar de desempleados y por eso alentamos la unidad con los desocupados y otros sectores de la clase obrera.

Hoy también, los sectores clasistas tenemos que responder a la de-manda de los jubilados, los trabaja-dores que el capitalismo, después de superexplotarlos toda la vida, los condena a la miseria. El gobier-no que se dice progresista de los Kirchner sostiene los mismos ar-gumentos de los neoliberales: que hay que tener “responsabilidad fis-cal” para pagar la deuda externa y que no se puede dar aumento. En tanto la oposición patronal, enca-bezada por los radicales hace de-magogia con las necesidades de los jubilados mientras intenta librar de impuestos y retenciones a las grandes patronales agrarias.Nosotros peleamos para que esta lucha sea tomada por los sindica-tos y por el conjunto de nuestra cla-se trabajadora que es la que puede dar una salida en detrimento de las ganancias capitalistas y el no pago de la deuda externa.Nosotros siempre estuvimos muy orgullosos cuando el ejemplo de Zanon y ahora Stefani era presen-tado a los trabajadores de distintos países. Muchos ceramistas viaja-mos como embajadores de la idea del control obrero y que frente a los cierres provocados por la crisis, la ocupación y puesta a producir bajo gestión obrera era una forma de mostrar la voluntad de resistencia

de los trabajadores, que no tenía-mos que resignarnos a quedar en la calle y cobrar la indemnización. Nos enorgullece escuchar que es-tas mismas ideas empiecen a re-verdecer en un país central como Francia, en el corazón de Europa y con tanta tradición revolucionaria de la clase obrera, y que sectores de vanguardia obrera en esos paí-ses imperialistas levanten esa ban-dera de la IV Internacional.Si entre los trabajadores difundi-mos la necesidad de confiar en sus propias fuerzas, los revolucionarios tenemos tener plena confianza en el programa, en el único programa que da una salida a la crisis de la humanidad.Es sintomático que ante esta nueva crisis en Europa comiencen a apa-recer nuevamente métodos radi-cales de lucha como las tomas de fábrica en Francia y dirigentes que comienzan a encarnarlos. Es sinto-mático que nuestra corriente inter-nacional entre en contacto con es-tos compañeros. Esto compañeros y compañeras nos llena de confian-za, que con la crisis capitalista las banderas limpias de la IV Interna-cional habrá millones que la tomen en sus manos, para crear el partido mundial de la revolución social.

SANTIAGO LUPEdirigente de Clase contra Clase del Estado Español

“Todos los grupos que estamos aquí, organicemos y llamemos a las organiza-ciones obreras y de izquier-

das a realizar actos en las embajadas españolas en solidaridad con la huel-ga general del 29 de sep-tiembre, que será también una jornada de lucha en el resto de los países eurpeos contra los planes de ajuste”

En los últimos meses el continen-te europeo se ha convertido en epicentro de la crisis capitalista mundial. En los últimos meses ha quedado demostrado que ni siquie-ra con estos planes de salvar a la burguesía y hundir a la clase obrera el capitalismo ha logrado cerrar su

crisis histórica. La crisis de la deu-da griega puso de nuevo al borde del abismo al capitalismo mundial. Y nuevamente la receta de los ca-pitalistas para sobrevivir fue la de apretarnos todavía más las tuercas. Bajadas de salarios a los trabajado-res públicos, a los pensionistas, re-cortes sociales históricos...al mismo tiempo que continúan los despidos y cierres de empresas y se preparan contra-reformas laborales que quie-ren liquidar las conquistas obreras.En el Estado Español la juventud ya soporta una tasa de paro del 40%. Pero son sin duda los trabajado-res extranjeros los golpeados con más fuerza. Y hay que sumar las políticas racistas de los diferentes

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gobiernos, como la persecución a los gitanos como en Italia y Francia o los Centros de Internamiento de Extranjeros de Zapatero, verdade-ros campos de concentración del Siglo XXI. El movimiento obrero debe oponer levantar bien alto la consigna: ¡Nativa o extranjera, la misma clase obrera!Las huelgas generales de Grecia debemos tomarlas como parte de los primeros ejercicios de nuestra clase. La paralización recurrente del país, la confluencia con los sec-tores más combativos de la juven-tud, los duros enfrentamientos con la policía, los intentos de toma del Parlamento, anuncian el potencial explosivo de los acontecimientos históricos por venir.Los trabajadores y los sectores po-pulares del Estado Español somos de los más golpeados del conti-nente. Zapatero ha lanzado un plan de ajuste histórico, que promete devolver las relaciones laborales al estado en que quedaron tras la victoria de Franco en 1939. El ata-que es de tal calibre que le hace imposible a la burocracia sindical mantener la criminal política de paz

social. La clase trabajadora está ya protagonizando los primeros com-bates. Los trabajadores públicos protagonizaron su primera huelga general en junio y los del Metro de Madrid llevaron adelante una huel-ga que dejó sin servicio dos días a la capital. Toda una demostración de fuerza, violando las leyes anti-huelga franquista, todavía vigentes.Son pequeños pero importantes combates, que en lo inmediato van a tener su continuidad con la huelga general del próximo 29 de septiem-bre donde todos los trabajadores debemos paralizar el país para poner entre la espada y la pared a Zapate-ro, la oposición y todo el Régimen de la Monarquía heredera de Franco.A pesar del rol de contención de las burocracias sindicales, los trabaja-dores del continente han empezado a decir BASTA. Europa vio nacer el movimiento obrero moderno, es la cuna de grandes tradiciones revolu-cionarias. Los trabajadores del Es-tado Español tenemos un heroico pasado que debemos convertir en un arma cargada de futuro. Nues-tra clase es la clase que levantó la Comuna de los mineros asturianos,

la que derrotó el golpe fascista en la mayor parte del territorio, levantan-do milicias obreras, colectivizando la tierra, las fábricas... Somos los herederos de los obreros y campe-sinos de la Revolución española.Heroica gesta de nuestra clase de la que León Trotsky dejó plan-teadas valiosas lecciones para los revolucionarios de todo el mundo. Como hicieran los valientes obre-ros y obreras de Madrid, ayudados por miles de internacionalistas de todo el mundo, frente a esta ofen-siva burguesa sin precedentes de-bemos volver a gritar bien alto: ¡No pasarán, no pasarán!Todos los grupos que estamos aquí, organicemos y llamemos a las organizaciones obreras y de izquier-das a realizar actos en las embaja-das españolas en solidaridad con la huelga general del 29 de septiem-bre, que será también una jornada de lucha en el resto de los países europeos contra los planes de ajus-te. Convirtamos cada batalla nacio-nal de nuestra clase en un combate internacionalista contra el capitalis-mo y por la revolución mundial.

CRISTIAN CASTILLO dirigente nacional del PTS de Argentina

“Todo triunfo parcial, por más importante que sea, debe tomarse como parte de una guerra permanente contra el capital”

Compañeras y compañeros: hoy en este acto estamos homena-jeando a quien fuera uno de los

más grandes dirigentes de la cla-se obrera mundial. Hace 70 años León Trotsky era asesinado por un sicario enviado por Stalin. Con él se iba una inmensa personalidad revolucionaria, de quien fuera con Lenin el más importante teórico y estratega marxista del siglo XX...El que supo mantener la firmeza cuando otros flaqueaban, y que aún en la situación más hostil, estaba convencido que el futuro comunis-ta era el único destino progresivo al que podía aspirar la humanidad.Su asesinato fue un punto culmi-nante de una política de persecu-ción, terror y muerte que la buro-cracia había lanzado sobre Trotsky y sus seguidores. Esta incluyó no sólo la muerte de sus cuatro hijos y el asesinato de varios de sus más íntimos colaboradores, sino el fusi-lamiento en masa de sus compa-ñeros de lucha que heroicamente

resistían al stalinismo en los cam-pos de deportación y las prisiones de la Unión Soviética que se habían transformado en la escuela de una nueva generación revolucionaria que sólo pudo ser reducida a partir de una matanza generalizada.La muerte de Trotsky no fue un acto irracional, fue un frío cálcu-lo político, basado en la previsión que la segunda guerra engendra-ría nuevamente la revolución, tal como había ocurrido en la guerra anterior con la revolución rusa. Y que en esa perspectiva, Trotsky, que encarnaba la experiencia viva de la revolución de octubre, seguía siendo de temer. No casualmente, poco tiempo antes de su muer-te, el embajador francés Coulon-dre en una entrevista con Hitler le planteaba que el beneficiario de la guerra iba a ser Trotsky, usando su nombre como sinónimo de la revo-

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lución. De ahí el ensañamiento de Stalin en terminar con su vida, ya que nuevos triunfos revolucionarios podían no sólo cuestionar la domi-nación imperialista sino el dominio de la propia burocracia.Compañeras y compañeros, en es-tos días, muchos artículos y hasta programas especiales de televisión han destacado que la biografía re-volucionaria de Trotsky no tiene igual. Su biógrafo Isaac Deutscher decía con razón que:“Tan copiosa y espléndida fue la ca-rrera de Trotsky, que cualquier par-te o fracción de ella habría bastado para llenar la vida de una personali-dad histórica sobresaliente”.Para 1917 ya había pasado por dos exilios luego de fugarse de las cárceles y campos de deportación del zarismo. Había sido presidente del soviet de Petrogrado en la re-volución de 1905, agitador contra la guerra imperialista y uno de los teóricos marxistas más brillantes de la época, previendo doce años antes qué dinámica iba a tener la revolución rusa.Si Trotsky hubiese muerto a co-mienzos de los años 20 del siglo pasado, más o menos en el mo-mento en que murió Lenin, habría sido recordado como uno de los dos grandes líderes de la revolu-ción de octubre, como el fundador del Ejército Rojo y su caudillo en la guerra civil, y como el mentor de la Tercera Internacional, que antes de su burocratización, en sus cuatro primeros congresos, constituyó el escalón más alto que encontró la construcción de un estado mayor de la clase obrera internacional.Y luego de todo esto, comienza su lucha contra el stalinismo, primero dentro de la Unión Soviética y lue-go en el exilio, la batalla en la que Trotsky se consideraba cada vez más indispensable a medida que iba siendo eliminada toda la gene-ración que había dirigido la revolu-ción de octubre. La disputa contra el stalinismo va mucho más allá del tiempo en que fue planteada, con-centró los grandes problemas es-tratégicos que enfrentaba y enfren-

ta la clase obrera mundial.Porque esta lucha fue en primer lugar por mantener vivas las con-quistas programáticas y estratégi-cas que en aquel entonces ya lle-vaban más de 100 años de historia del movimiento obrero, conquistas que el stalinismo buscaba liquidar, y que se habían enriquecido con las batallas dadas por la Oposición de Izquierda tanto al interior de la Unión Soviética como en el terreno internacional, como la política del frente único obrero para enfrentar al nazismo y la defensa de la inde-pendencia de clase frente al frente popular.Lo justo de esta pelea no ha hecho más que agrandarse con el paso del tiempo, después de la multitud de derrotas que el stalinismo ha provocado a los trabajadores de todo el mundo.Mientras que la gran mayoría de to-dos los que en aquel entonces se decían progresistas justificaban a Stalin, e incluso los juicios de Mos-cú, la voz de Trotsky se alzaba para decir que si una revolución política liderada por la clase obrera no ter-minaba con el poder de la burocra-cia, ella misma era la que iba a en-cabezar la restauración capitalista.¿Y qué otra cosa es lo que vimos suceder en la ex Unión Soviética, donde los viejos dirigentes del Par-tido Comunista se transformaron en los jerarcas que se quedaron con las empresas privatizadas y restauraron el capitalismo? ¿O en China, donde manteniéndose en el poder el Partido Comunista res-tauró el capitalismo y transformó al país más poblado de la tierra en el pulmón del capitalismo mundial en las últimas dos décadas? O en Yu-goslavia y en los países de Europa Oriental, donde el capitalismo fue expropiado después de la segunda guerra mundial y donde se habían implantado regímenes burocráticos calcados del stalinismo y donde también el capitalismo fue restau-rado después de 1989.Trotsky, lejos de hacer el juego a los capitalistas, como decían los ami-gos de la burocracia, jamás dejó de

considerar que la Unión Soviética era una conquista de la clase obre-ra que había que defender no sólo contra los intentos de la burguesía mundial sino contra la política de la propia burocracia. Decía con clari-dad que la única manera de preser-var las bases económicas conquis-tadas con la revolución era barrer con la burocracia e implantar un régimen basado en la democracia de los trabajadores, que permitiera transformar a estos estados en trin-cheras de la revolución socialista internacional. Un programa que en parte fue recogido por quienes se levantaron contra la burocracia en Berlín en 1953, en la revolución de los consejos obreros en Hungría en 1956, en Checoslovaquia en 1968 o en Polonia en 1970 y 1980, levan-tamientos que fueron aplastados en sangre por la burocracia, que una y otra vez ensució las banderas del marxismo y del socialismo.¡Cómo se ha aprovechado el im-perialismo mundial identificando el comunismo con el stalinismo, el gobierno de los trabajadores con el despotismo de la burocracia!Y esta cuestión, compañeros, sigue siendo actual como lo vemos en el caso de Cuba, amenazada por la restauración capitalista no sólo por la criminal agresión del imperialismo con su bloqueo sino por la propia acción de la burocracia gobernante que se prepara a seguir el camino de sus amigos de China, Vietnam o la Unión Soviética.Por eso en este acto queremos de-cir: ¡Abajo el bloqueo imperialista a Cuba! ¡Fuera yanquis de Guantána-mo! ¡Defendamos las conquistas de la revolución cubana! ¡Abajo las me-didas procapitalistas y los privilegios de la burocracia gobernante! ¡Por el triunfo de la revolución política para que Cuba se convierta en base del impulso a la revolución socialista en toda América Latina!Pero camaradas, Trotsky no era so-lamente un anti stalinista, sino que para él la lucha contra la burocracia era parte inseparable de la pelea por que la clase obrera derroque a la burguesía en todos los países y

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por terminar con la dominación del imperialismo a nivel mundial. Por eso en este acto, también quere-mos gritar ¡Fuera el imperialismo de Medio Oriente! ¡Fuera de Irak! ¡Fuera de Afganistán!Trotsky enfrentó el planteo de los partidos comunistas y de los nacio-nalistas burgueses que decían que en los países capitalistas atrasados, en las colonias y semicolonias, la clase obrera no tenía que luchar por el poder, sino subordinarse política-mente a las burguesías nacionales. Una política que tuvo consecuen-cias nefastas para una multitud de procesos revolucionarios, donde a pesar de que se produjeron levan-tamientos de la envergadura de la revolución boliviana de 1952 o el as-censo revolucionario en Chile, Boli-via y Argentina en los ’70, la clase obrera no pudo hacerse del poder. Y es algo que se vuelve a plantear en la actualidad de América Latina, cuando somos los trotskistas los que sostenemos que la liberación de la dominación y la opresión im-perialista no vendrá de la mano de las burguesías locales, que una y mil veces han mostrado ser socias menores del imperialismo, sino que es una tarea que sólo puede ser realizada por la clase obrera enca-bezando al campesinado y a todos los sectores explotados.Y también entonces queremos gritar:¡Viva la independencia política de la clase obrera!Y si Trotsky, compañeros, fue el primero que dijo con claridad que la clase obrera de los países atra-sados no tenía que esperar pasiva-mente el triunfo de la revolución en los principales países capitalistas, fue también quien enfrentó el plan-teo de que era posible construir el socialismo en un solo país, como sostenía la burocracia stalinista. La construcción del socialismo, la sociedad por la que luchamos, la sociedad donde terminemos para siempre con toda explotación y opresión, sólo puede consumarse cuando la clase obrera disponga de los principales recursos de la eco-nomía mundial, cuando los mismos

medios que hoy son empleados para enriquecer a unos pocos mo-nopolios sean puestos al servicio de satisfacer las necesidades de las masas explotadas de todo el mundo, acabando con el hambre, la miseria, las guerras, y todos los flagelos que día a día produce el capitalismo.Esta es la base de nuestro interna-cionalismo, ya planteado por Marx en el Manifiesto Comunista. El ca-rácter mundial del sistema capita-lista que enfrentamos plantea a la clase obrera la necesidad de su or-ganización política no sólo a escala nacional, para luchar por el poder en cada país, sino internacional-mente, para enterrar para siempre al imperialismo, recurriendo a la lu-cha común de los trabajadores de todos los países.Por eso hoy nuestra lucha por cons-truir en Argentina un gran partido revolucionario, que acabe con la burguesía que hizo el golpe genoci-da y que hoy sigue teniendo el po-der económico y político, la clase a la cual responden tanto los Kirchner como sus opositores patronales, es parte del combate por reconstruir la Cuarta Internacional, el Partido Mundial de la Revolución Social, a cuya construcción dedicó Trotsky los últimos años de su vida.También en este acto vamos a vol-ver a gritar bien fuerte:¡Viva la lucha por la reconstrucción de la Cuarta Internacional! Cama-radas:Al contrario de lo que Trotsky había previsto, el stalinismo salió reforza-do de la segunda guerra mundial. Pero Stalin pactó con las potencias vencedoras el reparto del mundo en zonas de influencia y los parti-dos comunistas, como el italiano, el francés o el griego, fueron centrales para evitar que la revolución social triunfase en Europa occidental ante el hundimiento del nazismo. Esto le permitió al imperialismo estabili-zar la situación del capitalismo en los principales países imperialistas, aunque no pudo evitar que en la posguerra se desarrollen numero-sos procesos revolucionarios en los

países coloniales y semicoloniales, guerras de liberación y hasta revo-luciones triunfantes que llevaron a la expropiación de los capitalistas, en países como Yugoslavia, China, Corea del Norte, Cuba o Vietnam.Pero estas revoluciones no tuvieron al proletariado como sujeto central y los partidos que las encabeza-ron, cuando llegaron al poder, es-tablecieron regímenes de partidos únicos copiados del stalinismo de Moscú, enemigos de la democra-cia obrera y del internacionalismo.Estas victorias crearon un sentido común que dominó el mundo de posguerra, al cual también se adap-taron muchos compañeros que se reivindicaban trotskistas, que con-sideraba que el mundo avanzaba paso a paso hacia el socialismo. Una creencia que dejaba de lado la contradicción que significaba para la clase obrera que los triunfos ob-tenidos habían a su vez fortalecido a direcciones burocráticas y nacio-nalistas, opuestas a la estrategia de luchar por la revolución socia-lista internacional. El precio de esta ilusión fue muy alto. Estas mismas direcciones stalinistas, socialdemó-cratas y nacionalistas burguesas prepararon las derrotas de los años posteriores, de las que hablaba Raúl Godoy en su discurso. Los treinta años de retroceso que venimos su-friendo desde el comienzo de ofen-siva neoliberal cuando estos diri-gentes se entregaron con armas y bagages a la ofensiva capitalista. Y esta es una conclusión central que hemos discutido en la Conferencia Internacional que acabamos de fi-nalizar: la clase trabajadora, sobre todo sus sectores más conscientes y combativos, necesitan una clara estrategia que considere que todo triunfo parcial, por más importante que sea como fueron las revolucio-nes que expropiaron a los capitalis-tas, debe considerarse como parte de una guerra permanente que la clase obrera debe desarrollar para terminar con la explotación capita-lista imperialista.Los capitalistas siempre preten-derán arrebatarnos las conquistas

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que obtengamos. Por eso necesi-tamos de un programa y una estra-tegia internacionalista para terminar con ellos, y por eso luchamos por construir partidos revolucionarios de la vanguardia obrera, estudiantil y juvenil y por reconstruir la Interna-cional fundada por Trotsky.Hace tres años que la emergencia de la crisis capitalista más profunda desde los años ’30 ha mostrado los límites de esas victorias del capital. Los principales estados imperialis-tas están fuertemente endeudados y crecen las advertencias sobre que lo peor de la crisis está por llegar. Aunque en algunas regiones del mundo, como acá en América Lati-na, la economía se recuperó luego de un primer sacudón, la situación general es precaria. Cuando son los centros del capitalismo mundial los que están afectados, nadie puede seriamente pensar que puede salir indemne de la crisis.Es en el marco de este período sig-nado por la crisis capitalista, que el legado de Trotsky recobra más actualidad que nunca. Del stalinis-mo, compañeros, prácticamente no queda nada en pie. Donde es-tán en el gobierno aplican planes de ajuste iguales a los de los go-biernos conservadores, igual que hacen los socialdemócratas. Por su parte, los gobiernos y movi-mientos populistas, más allá de la retórica de ocasión, no ofrecen más que parches al sistema. Aun-que nos hablen del “socialismo del siglo XXI” como Hugo Chávez nin-guno de ellos se plantea abolir el dominio de la propiedad privada y organizar la economía en base a un plan democrático para satisfacer las necesidades de los trabajado-res y las masas explotadas. Menos que menos levantan una estrategia para terminar con la dominación del imperialismo a nivel mundial.Sabemos que este período de cri-sis capitalista va a multiplicar las convulsiones políticas, económi-cas y sociales en todo el mundo. Se trata entonces que multiplique-mos los esfuerzos para agrupar a la vanguardia obrera y juvenil detrás

de un programa, de una estrategia y de una organización revoluciona-ria. La clase obrera, lejos de haber desaparecido como nos decían en los ’90, se ha reconfigurado y ex-pandido geográficamente, como lo expresan el despertar de la clase obrera china y de otros países de la región. La experiencia histórica nos muestra que la clase obrera no va a dejar pasar sin lucha los nuevos ataques del capital para hacer pa-gar la crisis a la clase obrera. Pero también nos muestra que si los tra-bajadores no cuentan con una di-rección revolucionaria, con un ver-dadero estado mayor, la energía de las masas se va a evaporar si los que dirigen son quienes buscan la conciliación con el capital. Y sabe-mos también que vamos a tener que enfrentar el recurso de a todo su arsenal de métodos contrarrevo-lucionarios y reaccionarios para que la crisis la pague la clase obrera.En nuestro país, como plantearon los compañeros que me antece-dieron, estamos viendo los prime-ros pasos de una clase obrera que empieza a levantarse y busca recu-perar sus organizaciones. En Kraft, en Zanon, los compañeros que es-tuvieron del subte, en los terceriza-dos del ferrocarril y en tantos otros, se está expresando el desarrollo de una corriente clasista que da cuen-ta de la potencialidad de la clase obrera. Del PTS estamos poniendo todos nuestros esfuerzos y energía en el desarrollo de esta perspecti-va, así como en el desarrollo de un movimiento estudiantil militante y pro obrero, como el que expresan nuestros compañeros de En Clave Roja procesados en la justicia por apoyar la lucha de la clase obrera.Nuestro partido está comprometi-do, junto con los compañeros hoy han estado aquí presentes en la lu-cha por reconstruir la Cuarta Inter-nacional. Es un proceso que no se va a dar por el crecimiento evoluti-vo de nuestra corriente sino a par-tir que los nuevos contingentes de la vanguardia obrera y juvenil que entren al combate en este período de crisis mundial tomen como pro-

pio el programa y la estrategia para llevarlos a la victoria, y esto, esta-mos seguros, nos llevará a la con-vergencia con otros sectores que reivindiquen el programa socialista obrero y revolucionario.Trotsky, compañeros, terminaba su testamento afirmando:“Fui revolucionario durante mis cua-renta y tres años de vida consciente y durante cuarenta y dos luché bajo las banderas del marxismo. Si tu-viera que comenzar todo de nuevo trataría, por supuesto, de evitar tal o cual error, pero en lo fundamen-tal mi vida sería la misma. Moriré siendo un revolucionario proletario, un marxista, un materialista dialé-ctico y, en consecuencia, un ateo irreconciliable. Mi fe en el futuro comunista de la humanidad no es hoy menos ardiente, aunque sí más firme, que en mi juventud.Natasha [su compañera] se acerca a la ventana y la abre desde el patio para que entre más aire en mi habi-tación. Puedo ver la brillante franja de césped verde que se extiende tras el muro, arriba el cielo claro y azul, y el sol brilla en todas partes. La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresión y violencia y la disfruten plenamente”.Compañeras y compañeros, nues-tro mejor homenaje a 70 años de su asesinato es redoblar nuestras energías para que la perspectiva por la que Trotsky luchaba cuan-do fue asesinado por un sicario de Stalin siga viva y se materialice. Porque estamos convencidos que si el movimiento obrero va a volver a ser alternativa para millones en este siglo va a serlo bajo las bande-ras del programa del trotskismo.

¡Viva la clase obrera mundial!¡Viva la lucha por la reconstruc-ción de la cuarta internacional!¡Viva el socialismo!

Internacional

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El domingo 22 de agosto se rea-lizó en Argentina, en el estadio cerrado de Racing del barrio de Avellaneda el acto en homenaje al revolucionario ruso León Trotsky, a 70 años de su asesinato a ma-nos de un sicario de Stalin.

Miles de obreros y estudiantes se hi-cieron presentes convocados por el PTS junto a organizaciones herma-nas y dirigentes de América Latina y Europa. El acto fue la culminación de las deliberaciones de la Conferencia de la Fracción Trotskista (CI) y como reconocieron el diario Clarin y otros medios fue el acto internacionalista más importante de América Latina.El entusiasmo iba llenando las tribu-

nas a medida que llegaban las de-legaciones de obreros y estudiantes. La juventud le puso toda la fuerza y no paró una sola vez de cantar, eran los compañeros de En Clave Roja y del No Pasarán, los que se jugaron en los cortes de calle en apoyo a las luchas obreras como la de Kraft. Entre los trabajadores estuvieron de-legados como los de Kraft, la Agru-pación Desde Abajo del gremio de la alimentación, La Bordó, agrupación de ferroviarios de la línea Roca, los ceramistas neuquinos que tienen sus fábricas bajo gestión obrera, trabaja-dores y delegados del subterráneo, de la UOM, SMATA, aeronáuticos, docentes y estatales, entre otros. Ahí

estaba el nuevo sindicalismo de base que busca poner en pie una alterna-tiva clasista.

El acto fue saludado desde México por Esteban Volkov, nieto de León Trotsky, quien nos decía: “Estamos aquí en el lugar histórico donde Trotsky libró su última batalla. Fue el revolucionario más completo que ha habido e intervenido en todas las fa-ses de la lucha política. Es tan vasta su obra que deja un arsenal maravi-lloso para las futuras generaciones. Y desde aquí quiero mandar un saludo muy fraternal, muy caluroso, a todas esas nuevas generaciones que reto-man el camino hacia el socialismo,