CONSUMIDOS POR EL CONSUMO -...
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¿Quién necesita
el último modelo
de las zapatillas
Nike? y ¿El nuevo
bolso de Michael
Kors? ¿Es real-
mente necesario
todo lo que com-
pramos? Compramos por comprar, usa-
mos y tiramos. El consumo es un
proceso social y económico, pro-
veniente del capitalismo que se
ha introducido en la vida de las
personas. Este acto de adquirir y
gastar productos o servicios, en
los últimos años se ha convertido
en un hábito desmesurado. Pre-
cios baratos, productos llamati-
vos… todos ellos creados para
satisfacer nuestras necesidades.
Tenemos bajo nuestro al-
cance todo tipo de productos tan-
to alimenticios como materiales.
Cuando hablamos del consumo
no nos estamos refiriendo a un
término negativo, sino a consu-
mir para satisfacer nuestras ne-
cesidades o deseos. El problema
viene cuando el consumo se ejer-
ce en exceso y compramos por
comprar de una manera impulsi-
va, entonces es cuando empeza-
mos a hablar de “consumismo”.
Hoy en día vivimos en una socie-
dad donde solo encontramos la
satisfacción cuando consumimos
y poseemos nuevos bienes. Ade-
más, las bases de la sociedad ca-
pitalista actual fomentan dichas
actividades, por lo tanto, lo único
que conseguimos es impulsar el
consumo. Asimismo, todo aquello
que se consume sin ser realmente
una necesidad puede considerar-
se como un exceso, por ello nos
preguntamos, ¿hasta qué punto
necesitamos lo que compramos?
Iñaki Martínez Peñalba,
presidente de la Federación Mer-
cantil de Guipúzcoa afirma que
“la persona por definición es in-
fluenciable. Los animales son
más instintivos, las personas en
cambio nos dejamos llevar más
por otras emociones. El consumo
hace que creamos que por tener un
coche mejor vamos a ser más fe-
lices o vamos a tener más éxito…
al final jugar con las emociones
es una cualidad del ser humano
y podemos darle usos diferen-
tes. Al igual que por comprar un
coche podemos ser altruistas…”.
La sociedad de consumo
se refleja según el desarrollo so-
cioeconómico de cada individuo.
Esta sociedad basada en el consu-
mo ofrece productos cada vez más
diversificados relativamente ase-
quibles para todo tipo de rentas;
se promueve de este modo un con-
sumo que proporciona una ma-
yor igualdad social, y por lo tanto,
una mejora de la calidad de vida.
Antes se consumía para satisfacer
las necesidades básicas, hoy en día
en cambio, los hábitos de consumo
tienen como objetivo principal sa-
tisfacer los deseos y caprichos de
los consumidores. Es ahí donde el
sistema económico y el consumo
actual comienzan a crear necesida-
des artificiales y a sacar provecho
de ellas. La publicidad y diferentes
estrategias de venta son las técnicas
que consiguen atrapar a los clien-
tes hacia estos hábitos de compra.
Teresa Cormenzana, an-
tigua presidenta de la Federación
Mercantil opina que la persuasión
de la publicidad es excesiva de ma-
nera que cada persona actuará de
diferente manera. “Dependerá
del espíritu crítico de cada cual y
demás elementos. Me sorprende
que a determinadas personas se
les haga insoportable no alcanzar
todo lo que la TV propone. La es-
cala de deseos materiales de algu-
nas sociedades concretas son muy
curiosas; momento de alcanzar
la tele de plasma, momento co-
che de lujo... y los que ya superan
todo esto quieren tener tiempo”.
Estas técnicas de marke-
ting hacen de las “personas” me-
ros “consumidores” con cada vez
menos identidad personal. Todas
estas personas forman parte de
una masa desenfrenada; sienten
que son especiales, pero realmen-
te pertenecen a un mismo grupo
social en el que todos los indivi-
duos tienen un comportamien-
to y cultura similar. Todos ellos
consumen las mismas marcas de
ropa, escuchan las canciones de
los mismos ídolos juveniles, llevan
en las orejas los mismos cascos de
música, utilizan los mismos
teléfonos móviles y ven las
mismas películas en el cine.
Nos hemos transformado
en una sociedad consumis-
ta, avariciosa y competiti-
va, ya que nos hemos acos-
tumbrado a vivir queriendo
competir con el otro, y de
este modo, consumiendo cada vez
más y más hasta llegar a ser mejor
que el que está al lado. El consu-
mo varía dependiendo de la épo-
ca en la que nos encontremos.
Época consumistaNos encontramos en una fecha cla-
ve para hablar del consumismo y
una no tan buena para afrontarlo.
Ha entrado el nuevo año, diciem-
bre y enero se han convertido en los
meses en los que más se está con-
sumiendo del año, con las compras
navideñas, los trajes de nochevieja
y los regalos de reyes, los estable-
cimientos se han repleto de gente.
Desde el 1 de enero del 2015,
muchas tiendas han podido ofre-
cer ya descuentos, aunque en
teoría, las rebajas comienzan
el día 7 de enero, como cam-
paña de rebajas de invierno.
La cuesta de enero para algunos
no es tan empinada, y aprove-
chan para comprar los regalos
de reyes en diciembre o princi-
pios de enero y el día 7 salir de
rebajas y comprar aquello que aho-
ra pueden conseguir más barato.
Los consumidores, en la
mayoría de las ciudades, disponen
de oficinas en los ayuntamientos
para ser asesorados acerca de este
periodo, pero esta época es, sin
duda, una de las más conflictivas
del año en cuanto a cliente - co-
merciante, muchas veces con la
necesidad de requerir a profesio-
nales que concilien
con estas disputas.
El problema de los
consumidores es que
no conocen los de-
rechos que tienen en
esta época y que cada
año es mayor la me-
dia de dinero que se
gasta cada consumi-
dor en estas fechas.
Lo principal
no es que los precios
bajen más o menos,
sino que la calidad
no sea la que cambie.
Los comerciantes deben ofrecer
el mismo método de pago y ade-
más, proporcionar facturas a los
consumidores por si necesitan de-
volverlo. Otro derecho importante
de los consumidores en la época
de rebajas es que haya suficiente
stock en una prenda rebajada. Es-
tos son los principales problemas
y violaciones de derechos que se
dan entre el cliente y el estable-
cimiento a la hora de comprar.
¿Qué es lo que opi-na la gente acerca de todo esto?No es el tiempo ni la variedad lo
que hacen que tengas que irte a
casa con las manos vacías. Los jó-
venes dicen que no es sólo tiempo
lo que necesitan para ir a com-
prar sino dinero para gastar. “No
es tanto el tiempo el que impor-
ta, cuando de verdad necesitas
algo sacas el tiempo justo para ir
a comprarlo, sin embargo, el di-
nero es algo que no es tan fácil de
conseguir si de verdad te hace fal-
ta para comprar un determinado
producto ya sea necesario o no”.
Los adultos, con una ex-
periencia mayor a la hora de con-
sumir y en general, mayor poder
adquisitivo, piensan que
la calidad y la atención
al cliente viene dada en
mayor medida en los
pequeños comercios.
Elena Trocaola, comer-
ciante y consumidora,
opina que “la atención
al cliente es importantí-
sima. Y me parece muy
importante que te ense-
ñen bien lo que se está
ofertando, la calidad,
el producto, etc. a todos
los niveles, unainfor-
mación más exhaustiva
de qué es lo que vende cada consu-
midor. Y lo dicho, anteriormente,
la atención al cliente, me pare-
cen dos temas muy importantes”.