CONSTRUCCIÓN DEL TERRITORIO REGIONAL COMO CONTEXTO DE …
Transcript of CONSTRUCCIÓN DEL TERRITORIO REGIONAL COMO CONTEXTO DE …
CONSTRUCCIÓN DEL TERRITORIO REGIONAL COMO
CONTEXTO DE LAS EXPERIENCIAS DE EXTENSIÓN RURAL
Adaptado de Ferrer, Guillermo,
Barrientos, Mario y Saal Gabriel
INTRODUCCIÓN
En el trabajo de Extensión Rural (ER), el extensionista y sus interlocutores (productores, familias,
comunidad) interactúan entre sí, teniendo como objeto de estudio la problemática de la producción
agropecuaria, con la finalidad de transformar la realidad en la que se encuentran inmersos para, de ese
modo, lograr mejores condiciones de vida.
En esta acción, enfrentan problemas productivos, técnicos, ambientales, comerciales, económicos,
organizativos, políticos y laborales, entre otros.
Muchos de estos problemas son internos a la unidad de producción (UP), pero muchos otros, por ser
externos a la misma requieren de una solución que trasciende el poder de decisión del productor. En esta
última situación se torna fundamental la consideración del contexto que contiene las UP, ya que, sea
cuando se desarrolla una experiencia de capacitación, un proyecto de intervención o, simplemente,
cuando se analizan alternativas tecnológicas debe comprenderse cuáles son los procesos naturales,
técnicos, productivos, económicos y sociales que influyen sobre la situación tanto en el nivel micro (las
UP) como en el macro (contexto).
El objetivo del presente artículo es brindar un enfoque integrador, que facilite la construcción del
contexto de las experiencias de ER. Este trabajo se divide en dos apartados, en el primero se recuerdan
conceptos que, si bien generales, es necesario retomar para esclarecer el enfoque; mientras que en el
segundo se presenta un esquema de análisis del contexto regional.
CONSIDERACIONES PRELIMINARES
La realidad regional es un todo complejo. Si pretendiéramos ser exhaustivos en su análisis deberíamos
recurrir a un equipo interdisciplinario de especialistas integrado por profesionales de una gran cantidad de
disciplinas. Dado que esto no es posible en la mayoría de los casos, para evitar caer en un análisis
sesgado hacia una visión “productivista”, es necesario contar con los elementos que nos permitan
realizar un análisis holístico tratando de considerar los aspectos centrales que pueden explicar los
diferentes procesos en los que nos encontramos inmersos.
La teoría de sistemas (Bertalanffy, 1980) nos puede ayudar a construir una visión integral de la
realidad y, como es sabido, los principios que la sustentan pueden ser utilizados para analizar una célula,
un ser vivo, un potrero, una unidad de producción o toda una región.
El trabajo de EXTENSION RURAL exige tener un conocimiento pormenorizado de la realidad en la que
se actúa, diferenciando, en la misma, los principales subsistemas que la componen y comprendiendo
las relaciones entre los mismos y el funcionamiento del sistema global.
Para comenzar a analizar esta temática sería conveniente, entonces, que nos aproximáramos al concepto
de estructura. Una definición de estructura podría ser el de "caracterización de un todo por las
relaciones mutuas que implican la distribución y el orden de sus partes". (van Gigch, 1995)
Este concepto de estructura aparece como opuesto al de coyuntura por tener una relativa estabilidad, dada
por una cierta constancia de las interrelaciones de sus elementos en el tiempo. Pese a esto, una
estructura no es estática, pues si bien tiene una unidad cualitativa, su contenido cambia sin cesar; se
estructura, desestructura y reestructura permanentemente.
Podemos estudiar una estructura en forma descriptiva (sincrónica), realizando cortes en el tiempo y
describiendo los elementos que la forman y sus interrelaciones para compararlas con situaciones
anteriores o posteriores, o en forma explicativa (diacrónica) focalizando la atención en los procesos que
llevaron a conformar dicha estructura. Ambas formas se complementan, ayudando a comprenderla y
explicarla. En cualquiera de los dos casos, para llevar a cabo el estudio, se seleccionarán aquellas
variables que se consideren más importantes y por ende a las que se les hayan asignado mayor peso
relativo.
Aplicando el concepto de estructura a la realidad agraria, surge el concepto de estructura agraria que
podríamos definir como una
“Configuración de elementos socioeconómicos y agroecológicos, interrelacionados, intercondicionados
e interdependientes de la vida agraria”
(Margiotta y Benencia, 1995)
“Configuración de variables agroeconómicas y sociales -recursos productivos
y forma social del trabajo-”
(Caracciolo y otros, 1981)
Una advertencia inicial, en relación a la complejidad del tema que abordamos, es que a la realidad
regional es imposible conocerla en su totalidad; lo que hacemos es una modelización tomando las
variables que consideramos más importantes en base a teorías generalistas, hecho que siempre implica
realizar un recorte, y por ende, una reconstrucción simplificada de la realidad para poder analizarla y
comprenderla. Lo que debemos cuidar es que dicho modelo guarde el mayor isomorfismo posible con la
realidad que trata de reflejar.
Por otra parte, podemos afirmar que existirán múltiples visiones de la realidad y que éstas van a
depender del marco teórico y de la posición social que detenta el agente que realiza el análisis.
Cuando a la Unidad Productiva se la analiza desde la perspectiva sistémica,
se la denomina agrosistema,
y en él se reconocen tres subsistemas principales:
el agroecosistema, el sociosistema y el tecnosistema.
Los agrosistemas, junto a otras unidades y actores sociales conforman el contexto cercano o sistema
regional, el cual está contenido en uno mayor, un “suprasistema”, que incluye entre sus componentes, por
ejemplo, los mercados nacionales e internacionales, las políticas nacionales y el cambio climático,
elementos que, como sabemos, interaccionan fuertemente con los sistemas de menor nivel.
Para comenzar nuestro análisis de la realidad desde la menor unidad de análisis,
podemos partir de la relación que los hombres individual y/o colectivamente establecen con el medio del
cual obtienen los elementos que le permitirán cubrir sus necesidades básicas (alimento, vestimenta,
vivienda).
La relación sociedad - naturaleza es tan antigua como la especie humana. Los primeros grupos de
hombres vivían de la recolección de frutos y tubérculos y de la caza. Posteriormente, revolución neolítica
mediante, aprendieron a manejar los ciclos En la actualidad, la relación sociedad-naturaleza se encuentra
en el centro de los principales debates acerca de la subsistencia de nuestra propia especie, ya que la
sociedad industrializada genera, entre otros:
a) desechos sólidos, líquidos y gaseosos que contaminan la biósfera produciendo cambios climáticos
de efectos impredecibles.
b) extracción de productos naturales renovables a una tasa superior a la de reposición,
c) erosión de suelos que llega a desertificar importantísimas áreas productoras de alimentos y
d) erosión genética, con la consecuente disminución de la biodiversidad.
Para nuestros fines, y siguiendo el enfoque de Gutman (1988), nos concentraremos en la relación
sociedad-naturaleza que podemos observar en las unidades de producción. La intersección entre
estos dos sistemas da lugar, como ya dijéramos, a los agrosistemas.
Los hombres organizados fueron generando distintas herramientas y técnicas para mejorar el
aprovechamiento que hacían de su ambiente. Para cazar y así conseguir alimentos, una lanza fue más
eficiente que el garrote, y un fusil más eficiente que la lanza. De igual forma en la agricultura se pasó de
un arado de palo a un arado de metal.
Luego, por prueba y error se comprobó que, para los suelos fríos de Europa era mejor dar vuelta el pan de
tierra para favorecer la mineralización y se agregó una vertedera. El conocimiento de las especies, las
técnicas de cría y cultivo y las herramientas construidas fueron generando la forma de interacción de
la sociedad humana con la naturaleza, y este conjunto de elementos es lo que se denomina
tecnología.
La tecnología surge de la interacción de ambos sistemas y
es, a la vez, el elemento que permite la vinculación entre ambos.
Reconocemos, así, a las UP o agrosistemas en la intersección sociedad-naturaleza, y que esta
interacción ha sido construida con conocimientos y herramientas que le han dado consistencia a este
elemento particular, la tecnología.
Por encontrarse en la intersección de ambos, la UP, va a recibir la influencia de los procesos que
tienen lugar tanto en el sistema natural como en el social. Del primero, podemos citar, por ejemplo,
determinadas características físico biológicas, tipo de suelos. biotipos. Del segundo podemos reconocer,
políticas estatales, intervención de empresas proveedoras de insumos y servicios, cambios en los
mercados, etc.
Debido a la influencia de la ecología y otras ciencias biológicas, es ampliamente aceptado que el
sistema natural está conformado por diversos subconjuntos y elementos que cumplen funciones
específicas e interactúan directa o indirectamente entre sí. No sucede lo mismo con el universo social,
donde podemos encontrar interpretaciones disímiles. Para algunas concepciones, los productores
rurales forman un único conjunto indiferenciado ya que “...comparten una racionalidad que
supera, por lejos, las diferencias en sus condiciones sociales o ecológicas... " (Banco Mundial, citado
por Gutman, 1988). Esta visión, está más difundida de lo que se podría esperar ya que muchos
profesionales reconocen la complejidad y las diferencias ambientales, pero siguen hablando de "la
sociedad" y de "los productores", como un todo indiferenciado.
Existe una segunda visión que plantea que en un mismo espacio natural encontramos, repetidamente,
un mosaico de diferentes productores rurales, con tecnologías diversas, recursos diversos,
producciones diversas. No cambia simplemente la escala (el pequeño hace lo mismo que el grande pero en menor proporción) ni
los cambios observados son simplemente adjudicables a discontinuidades (por ejemplo, en predios
menores de una cierta cantidad de hectáreas no se usan tractores por razones de proporción), sino que
además de estos dos factores meramente cuantitativos, influyen otros de tipo cualitativo.
Las diferencias, resultan de la presencia de diferentes grupos y clases impulsados por subculturas y
racionalidades específicas que los llevan a establecer relaciones diferentes con los distintos ambientes
naturales Coincidiendo con Gutman (1988) podemos afirmar que
existe una visión superadora en la que grupos y clases constituidos a partir de accesos diferenciados a los
medios de producción (hoy) y portadores de diversas historias sociales (ayer) poseen racionalidades que
pueden ser convergentes, divergentes, dominantes o subordinadas entre sí, por lo cual no podemos
estudiar sólo la relación de cada grupo con el medio (vis a vis) sin tomar debida cuenta de las
interacciones sociales.
Con un ejemplo podemos observar que la realidad demuestra que las relaciones existentes son de este último tipo. Si
consideramos el caso del mercado de tierras de arrendamiento y el uso de los recursos, podemos ver que, en la medida que
productores agrícolas más capitalizados compiten por la tierra elevan el precio de los arrendamientos. Este hecho trae aparejado
dos efectos, uno ambiental, ya que disminuye la diversidad debido a que, por los altos costos de alquiler, los arrendatarios, se ven
obligados a cultivar soja por ser en este momento el cultivo más rentable y, otro en relación a los demás productores, ya que al
“quitarles” la tierra a las UP de menor tamaño y menor disponibilidad de capital las tornan más inestables y/o insustentables de lo
que ya son.
ESQUEMA DE ANÁLISIS DEL SISTEMA REGIONAL
Para representar una realidad tan compleja como una región, debemos identificar las variables o
componentes que se comportan de una manera más estable, para establecer lo que es la estructura del
sistema. Margiotta y Benencia (1995) plantean que la estructura agraria se encuentra conformada por
tres subestructuras, a saber: tenencia de la tierra, económica-productiva y social. Si bien acordamos
con que el recurso tierra y su distribución son aspectos sumamente importantes en la producción
agropecuaria, por una parte, y que “sintetizan”, elementos físico-biológicos (clima, fertilidad,
disponibilidad de agua, etc.), consideramos que es necesario plantear un enfoque más integrador.
En este sentido consideramos que
podemos diferenciar en la realidad dos subsistemas principales, el natural y el social, y que de la
intersección de ambos surge un tercero que podemos llamar el productivo o tecnoproductivo.
A.- Sistema natural: los ecosistemas
Un aspecto fundamental para comprender la dinámica de las regiones, es generar visión integrada de los
recursos naturales; y para ello es fundamental trabajar conociendo el funcionamiento de los ecosistemas.
Es básico conocer el flujo de energía en el agroecosistema, los factores que afectan la productividad
primaria y secundaria, la eficiencia ecológica, el ciclo de los nutrientes con sus principales depósitos,
balance y velocidad de circulación, etc., ya que las modificaciones que producen las actividades humanas
determinan la productividad, la estabilidad y la eficiencia de los agroecosistemas.
Desde una visión comprensiva de los procesos naturales de la región, debemos conocer las comunidades
bióticas, su dinámica e interacción. Para ello se describen las formas de vida, la estratificación y la
estacionalidad, la distribución espacial y sus límites. Las comunidades se organizan siguiendo
determinados patrones de abundancia relativa de las especies, modificando la riqueza, la dominancia y la
diversidad según la influencia de los factores estructuradores de la comunidad: físicos, biológicos y sus
perturbaciones.
Por otra parte, es necesario tener la capacidad de predecir las respuestas de las comunidades de interés
agropecuario en el tiempo. De allí que es fundamental aplicar conceptos de sucesión, mecanismos de
sustitución de especies y los atributos vitales de las especies que participan en la sucesión. Cualquier
estudio descriptivo, explicativo o predictivo requiere tener claro aspectos metodológicos de muestreo,
escalas y niveles de percepción.
A escala de UP se manejan las poblaciones de cultivos, intercultivos, malezas, plagas animales y
enfermedades. Es necesario conocer su estructura, cómo crecen y qué factores las regulan. Las
poblaciones de interés agrícola presentan determinadas estrategias de reproducción que determinan,
también, determinadas estrategias de manejo. Por otro lado, las poblaciones no están aisladas sino que se
relacionan entre sí, a través de la competencia, la depredación, la herbivoría, el parasitismo, el
mutualismo, el comensalismo, etc. En todos estos casos es necesario conocer los mecanismos y respuestas
involucradas y poseer evidencias experimentales.
B.- Sistema social o estructura social.
El sociosistema está conformado por diferentes actores sociales –portadores, cada uno, de distintos
capitales (económico, cultural y social)- y las interrelaciones entre dichos actores. Estos actores, ya sean
individuales o colectivos (instituciones, organizaciones) participan de distintas actividades y poseen
diversas lógicas que explican sus prácticas, las cuales están influenciadas, según Bourdieu (1993) por su
posición en el sistema social, la que, a su vez, se puede explicar por la sumatoria de capitales que poseen.
Siguiendo a Arocena (1995) podemos plantear un sistema de clasificación de los actores de una región,
según sus lógicas, constituido por tres grandes grupos, a saber: político administrativo, socioterritorial y
empresarial.
1. El sistema político administrativo incluye al conjunto de organismos que integran la administración
local y su relación con el sistema nacional.
Concretamente, en este sistema se encontrarían los municipios, los organismos locales que dependen de la
administración central y las agencias locales de las empresas estatales nacionales. Como todo sistema de
acción, no se trata de un conjunto cerrado y autosuficiente, sino que, por el contrario, está estrechamente
vinculado al sistema político-administrativo nacional y a los demás sistemas de acción local.
En este sistema la lógica dominante puede ser calificada como sectorial-vertical. En este esquema, los
gobiernos municipales (en general, más representativos de la lógica territorial) ven muy dificultada su
tarea de articular las demandas zonales con las lógicas centrales.
2. El sistema de acción socioterritorial debe su nombre a que se desarrolla según una lógica territorial y
se orienta a dar respuesta a necesidades básicas de las comunidades locales. Se asienta en que las formas
de organización humana han tenido siempre una base territorial, ya que, desde siempre, las naciones se
han identificado con un territorio y han construido sus estructuras político-administrativas refiriéndolas a
espacios bien precisos.
En este sistema se agrupan varias lógicas que dinamizan la actividad social del territorio:
a) Lógica militante: Está presente en la acción de comisiones de fomento, organizaciones gremiales
(FAA, sociedades rurales locales, por ej.), grupos ambientalistas, etc. quienes, bajo una lógica
reivindicativa estructuran su acción demandándole al estado u otros actores sociales políticas y/o acciones
que atiendan sus necesidades.
b) Lógica del voluntariado: es similar a la lógica del militante, pero se diferencia de aquella en que ésta
no busca generar "movimiento" ni organizar a los actores, sino que se propone, simplemente, satisfacer
una necesidad, con los recursos de su propia organización. Cómo ejemplo podemos citar el accionar
social de instituciones religiosas.
c) Lógica profesional: el profesional desarrolla una lógica de intervención, en virtud de su competencia
técnica. Se distingue de los militantes y voluntarios en cuanto la prestación profesional supone el pago de
honorarios. Cuando el profesional trabaja desde una institución (pública o privada) su lógica queda
subordinada por los objetivos de aquella.
d) Lógica política: es aquella que está presente en los dirigentes (caudillos) políticos. Los partidos
políticos, a nivel local/regional, suelen ser simples “correas de transmisión” de las directivas y programas
que emanan de las autoridades centrales del partido. Esta lógica que comúnmente se opone a la lógica
territorial, muchas veces es priorizada por encima de aquella.
Como ejemplo podemos citar el funcionamiento de los poderes legislativos, en sus diferentes escalas.
3. El sistema empresarial incluye todos los actores vinculados al proceso productivo. En general se
acuerda en que la lógica más difundida en este sistema es la del lucro - coincidente con la lógica del
mercado -, que tiende a concentrar recursos y aumentar las ganancias. Pero se reconocen en este sistema
una gran variedad de actores sociales con lógicas específicas que se alejan mucho de la racionalidad
económica clásica (búsqueda de mayor rentabilidad). Una primera distinción la podemos hacer en
relación a quienes se relacionan directamente con la producción y quienes lo hacen indirectamente, como
los comerciantes, sector financiero y todo el sector de servicios.
Entre los que se relacionan con el proceso productivo en forma directa, aportando un factor de
producción tenemos a quienes a) aportan sólo la tierra: los rentistas, b) aportan sólo trabajo: los
asalariados y c) los que aportan el capital, que, además, son los que toman las decisiones y asumen el
riesgo: los productores (Caracciolo y otros, 1981). Un mismo sujeto productor puede aportar
personalmente, además del capital, uno o ambos de los otros factores productivos. Esto nos abre un
abanico de situaciones que debe ser analizado en cada situación.
C. La intersección de los sistemas: el sistema tecno-productivo
a.- Distribución de la Tierra
En la intersección entre el sistema natural y el social surge el sistema tecno-productivo, y como una
primera dimensión estructural del mismo destacamos la distribución de la tierra. Esta hace referencia a la
forma en que los distintos actores se han apropiado y distribuido este recurso para la producción
agropecuaria.
Respecto de las características de esta variable, en nuestro país, Giberti (1985) aporta los siguientes
elementos:
su distribución está en directa relación con la forma en que este recurso se incorporó al
trabajo productivo.
el proceso de distribución durante la expansión agropecuaria se dio sobre formas de
ocupación pre-existentes, cuya principal característica fue la existencia de grandes
extensiones en manos de comerciantes, militares, etc.
existe una gran polarización (latifundio-minifundio) en la zona extrapampeana.
existe una gran diversificación, en tamaño y formas de tenencia y control en la zona
pampeana.
A esta caracterización, podemos agregarle que, actualmente, a raíz de un nuevo proceso de expansión
agropecuaria, basado en la “sojización” del sistema productivo agropecuario, se viene dando un fuerte
proceso de concentración de la tierra.
Conocer el tipo de vínculo que los hombres tienen con la tierra,
cómo se asientan sobre ella, cómo la distribuyen entre ellos,
qué derechos establecen para su uso, etc.
Nos permite identificar las relaciones sociales que dan base a
la conformación de la estructura agraria.
Una conceptualización inicial nos lleva a clarificar el término tenencia de la tierra que incluye varios
aspectos. Por un lado, su forma de distribución, por otro, el tipo jurídico o legal a partir del cual se
establece el derecho que se posee sobre ella y, finalmente, la forma en que se la ocupa, que conforma el
régimen de tenencia propiamente dicho.
En los censos agropecuarios nacionales (INDEC, 1988, 2002) la distribución se considera sobre la base de
12 rangos de superficie que van desde menores a 5 has, hasta más de 10.000 has. Analizando en forma
combinada la cantidad de establecimientos por rangos y la cantidad de superficie que agrupa cada rango,
se pueden alcanzar conclusiones en relación a la distribución.
En líneas generales tenemos que si los estratos centrales (200 a 500 has) concentran la mayor cantidad
de tierra y productores, la distribución puede denominarse centrada. Por el contrario, si un rango
concentra la mayor cantidad de productores y otro la de tierra, la distribución será menos equitativa y
puede denominarse polarizada.
En relación al tipo jurídico del productor, dichos instrumentos censales, consideran las siguientes
categorías: persona física, sociedad de hecho, persona jurídica (SRL, S.A.), cooperativa, instituciones
privadas sin fines de lucro y otros.
El régimen de tenencia considera las siguientes categorías: propiedad personal, propiedad familiar o en
sucesión indivisa, arrendamiento, aparcería, contrato accidental, ocupación con permiso y ocupación de
hecho.
Las mismas se explican a continuación:
a)La propiedad personal se refiere a los casos donde una persona, ya sea física o jurídica, tiene un título
de propiedad a su nombre. ii) Cuando la propiedad es familiar, varias personas que tienen derechos sobre
la tierra detentan su tenencia. Una situación común dentro de esta categoría es la de la sucesión indivisa,
cuando los herederos de quien fuera su propietario no han realizado la subdivisión de la UP.
b) Por arrendamiento se entiende un trato donde se paga una cuota fija por la tierra y que dura tres o más
años, lo que lo diferencia de la aparcería donde el trato es a porcentaje de la producción y del contrato
accidental donde el período contractual es de hasta dos años.
c) Las situaciones de ocupación con permiso y ocupación de hecho tienen que ver con ocupantes de UP
grandes que viven o utilizan parte de la misma a cambio de brindar algún servicio a la “estancia”, en el
primer caso, o con que el productor ocupe tierras fiscales o sin autorización del propietario, en el
segundo.
b).- Los modos de producción y los productos del territorio
Esta segunda dimensión que destacamos del sistema tecnoproductivo, se refiere las formas y las
prácticas con las que los hombres se relacionan con la naturaleza. Debemos considerar aquí las
construcciones/inversiones que los distintos actores han realizado para facilitar los procesos productivos
(por ejemplo, alambrados, aguadas, silos, equipos de riego, a nivel micro y caminos, diques, sistemas de
comunicación, en un ámbito regional), los tipos de productos que se generan en la región y, finalmente,
los tipos de sistemas productivos o agrosistemas conformados como síntesis de esas interrelaciones.
En definitiva, como afirman Margiotta y Benencia (1995), quiénes producen, qué y cómo producen,
para qué y para quiénes producen, definen las características del tecnosistema.
Por ello, son especialmente importantes los recursos productivos disponibles y su combinación, al igual
que los resultados que provocan ya que estas variables nos permitirán establecer las distintas formas y
tipos de explotación que son de gran relevancia para la comprensión de las características de la estructura
agraria.
El conjunto de prácticas de manejo, maquinarias e instrumental, material genético mejorado,
productos fitosanitarios y veterinarios, de que disponen los productores son el resultado de un sistema
de generación y transferencia de tecnología del país y constituye la oferta tecnológica.
Si consideramos que la demanda está conformada por aquella tecnología que daría respuesta a los
problemas de los productores, podríamos plantear que existe un mercado tecnológico. Si acordamos que
los productores no conforman un solo grupo homogéneo sino que se pueden identificar grupos
distintos, con situaciones estructurales, problemáticas y objetivos diferentes, la demanda tecnológica será
también particular para cada grupo. La pregunta que cabría plantearse al respecto es
¿existe una oferta tecnológica acorde a la especificidad de cada una de esas demandas?
Otra consideración que pretendemos plantear respecto de este subsistema, es la referida a los paradigmas
tecnológicos presentes en la región. El paradigma tecnocrático dominante, plantea la producción basada
en el aporte de insumos externos, en controles drásticos del medio en que se desarrolla la producción con
el fin de minimizar la influencia de los elementos que compiten con las especies seleccionadas para
producir (control químico de plagas animales o vegetales) desconociendo las relaciones poblacionales,
disminuyendo la diversidad biológica del agrosistema para transformarlo en un proceso cuasi industrial.
Por otra parte, existen propuestas alternativas, como son el paradigma agroecológico, la producción
orgánica, la producción biodinámica, etc.
Estos enfoques que critican fuertemente la propuesta dominante y sus efectos nocivos sobre el sistema
natural y social, pretenden generar una relación con el ambiente, respetuosa de la biodiversidad,
reconociendo los mecanismos de autoregulación del ecosistema, planteando manejar las plagas y no
eliminarlas, con el objetivo de producir granos, tubérculos, frutos, carne, leche, etc. libres de
contaminantes químicos.
D).- Macro Sistema
Está constituido por aquellos procesos más amplios y generales que influyen sobre la región. Destacamos
aquí dos grandes componentes que, si bien no agotan la descripción de este sistema general, expresan los
procesos que más comúnmente generan una interacción con el sistema regional local, a saber: el Estado y
los mercados.
a)- El Estado
El estado se divide, según su rol, en tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial y, según el ámbito de
influencia, en nacional, provincial y municipal. Las políticas municipales fueron consideradas
anteriormente, pertenecientes al sistema regional; a las otras dos instancias superiores las consideraremos
en el sistema macro. A continuación esbozamos algunas de las más importantes:
- Política Tributaria. Se relaciona con la imposición de tributos que las distintas actividades productivas
deben aportar al fisco. En general, el sector agropecuario plantea que existe un solapamiento entre lo que
cobran los distintos niveles de gobierno.
- Política Regulativa. Son las políticas de protección de ciertos productos o de regulación de determinados
mercados. Por ejemplo, la producción de azúcar ha sidoprotegida en el ámbito nacional para que pueda
seguir llevándose a cabo.
- Política Financiera. Se refiere a las líneas de créditos, generales o específicas, que el estado dispone
mediante la banca pública, alentando a determinadas producciones.
- Política Educativa. La educación estatal influye en los sistemas productivos ya que es quien forma a los
trabajadores del futuro y también contiene una demanda concreta de la población rural actual. Por
ejemplo, la predisposición del gobierno provincial de mantener o no las escuelas rurales con pocos
alumnos, con lo cual se sostiene la población rural o se suma un motivo más para la migración. Los
contenidos curriculares de la escuela media, orientados a la comprensión de los sistemas productivos de la
región influyen luego en la capacitación e inserción de los jóvenes en la misma región.
- Política tecnológica. La inversión que realiza el gobierno nacional en los institutos de investigación
como el CONICET, el INTA, el INTI y las Universidades, aumenta la capacidad de creación nacional
para dar respuestas a los problemas socioproductivos que los distintos actores manifiestan como
limitantes al proceso de desarrollo.
- Política de Desarrollo. Se relaciona con la integración de todas las políticas mencionadas anteriormente.
En algunos casos se aplica a proyectos concretos como el apoyo financiero y/o técnico de determinado
tipo de productores (Cambio Rural, Programa Social Agropecuario), o con la promoción de actividades
seleccionadas como el plan ovino, o con la distribución de tierra en planes de colonización.
b).- Los Mercados
Constituidos por los distintos ámbitos de intercambio de productos, servicios e insumos.
Como ejemplo podemos citar:
- De trabajo. Del cual el productor toma la mano de obra que necesita contratar para llevar a cabo el
proceso productivo o en el cual ofrece su propia mano de obra.
- De productos. Dependiendo de la demanda si es nacional o internacional va a determinar el tipo de
mercado y la moneda en la cual opera. Podemos diferenciar, también, el mercado de "comodities" del
mercado de "especialitis" donde es importante la marca del producto. Por lo tanto podemos preguntarnos
para analizar estos mercados por ejemplo, ¿dónde se puede vender los productos de la región? ¿qué
actores sociales operan en estos mercados?
- De Insumos. Se vincula con el mercado tecnológico ya que buena parte de los insumos agropecuarios
está constituido por tecnologías tangibles que ofrecen los negocios que operan con empresas
internacionales.
- Financiero. Compuesta por la oferta de créditos del sistema bancario, tanto privado como oficial.
- De servicios. Constituido por numerosas empresas que brindan apoyo a la producción en el ámbito
regional y/o nacional y que facilitan la operación con herramientas de gran porte, que las vuelve más
eficientes.
También es necesario discriminar si estos mercados se enmarcan en un ámbito formal o informal, ya que
los productores familiares, muchas veces, acceden sólo a mercados informales, lo que puede constituirse
en una limitante o, por el contrario, una alternativa para su reproducción social.
CONCLUSIÓN
Como planteáramos en la introducción, en diversas situaciones el extensionista debe considerar el
contexto en el cual se desenvuelve una determinada experiencia de capacitación; para esto debe
realizar un análisis holístico, tratando de considerar los aspectos centrales que nos pueden explicar
los procesos ambientales y sociales en los cuales están inmersos los productores.
Por lo tanto, siempre que analicemos el contexto de un agroecosistema o de una experiencia de extensión
debemos tener presente que la realidad regional puede ser analizada considerando dos sistemas básicos, el
natural, el social, de cuya intersección surge el tecnoproductivo, que se encuentra muy influenciado
por la distribución y tenencia de la tierra.
En la medida que la construcción que podemos realizar de la realidad regional sea más integradora,
mejor será nuestra capacidad de comprensión y, por lo tanto, las estrategias metodológicas de
intervención tendrán más probabilidad de ser adecuadas y exitosas.
Finalmente, debemos tener presente que las visiones que se tienen sobre la realidad son múltiples y
dependientes del actor social que las realiza. Esto nos lleva a considerar la necesidad de la
participación de los diversos actores para consensuar el diagnóstico de la realidad antes y durante la
intervención de procesos de capacitación y/o asistencia técnica.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Arocena, J. (1995) El desarrollo local: un desafío contemporáneo. Ed. Nueva Sociedad.
Montevideo. Uruguay.
2. Bertalanffy, L. V. (1980) La teoría general de los sistemas. Fundamentos, desarrollo y
aplicaciones. Fondo de Cultura Económica. México
3. Caracciolo de Basco, M., Tsakoumagkos, P., Rodriguez Sanchez, C. y M. Borro (1981) “Esquema conceptual y
metodología para el estudio de las unidades agropecuarias con énfasis en el minifundio”. Secretaría de Agricultura y
Ganadería de la Nación. S.N.E. y S.R., Grupo de Sociología Rural. Buenos Aires.
4. Giberti, H. (1985) "Las dos Argentinas agropecuarias". Revista Realidad Económica Nº 60/61. Bs. As. pp 28-48.
5. Gutman, P. (1988) Desarrollo rural y medio ambiente en América Latina. Centro Editor de América Latina. Bs. As.
6. INDEC (2002) Censo Nacional Agropecuario. Resultados Generales. Ministerio de Economía y Obras y Servicios
Públicos de la Nación, Secretaría de Programación Económica y Regional. Buenos Aires.
7. INDEC (1988) Censo Nacional Agropecuario. Resultados Generales. Secretaría de Planificación, Presidencia de la
Nación. Buenos Aires.
8. Margiotta E. y R. Benencia. (1995) "Introducción al estudio de la estructura agraria: la perspectiva de la sociología
rural" FAUBA. Bs. As. (Mímeo).
9. Van Gigch, J. (1995) Teoría general de sistemas. Ed. Trillas. México.
EL ESTUDIO DEL SISTEMA SOCIAL REGIONAL:
LOS TIPOS SOCIALES AGRARIOS
Adaptado de Saal, G.,
Barrientos, M. y G. Ferrer
INTRODUCCIÓN
En las acciones de extensión rural, los interlocutores del agente de extensión son, básicamente, las
personas que están vinculadas a las actividades de producción agropecuaria.
Entre estos agentes sociales, se destacan los productores agropecuarios por ser quienes toman
las decisiones respecto al proceso productivo. Respecto de ellos, para poder llevar a cabo una labor
transformadora, es necesario entender cómo son, cuáles son sus objetivos, cuáles sus necesidades y
problemas.
Dado que los productores no son todos iguales, ni cuentan todos con las mismas posibilidades, ni
perciben todos la realidad de la misma manera, ni tienen todos las mismas necesidades, ni las mismas
formas de satisfacerlas y, por ende, tampoco tienen todos los mismos objetivos, necesitaremos realizar un
pormenorizado análisis del sociosistema con el objetivo de llegar a conocer exhaustivamente a cada uno
de estos agentes sociales con sus posibilidades y condicionantes.
Estas posibilidades y condicionantes van a estar dadas, en gran medida, por la estructura del
sistema agrario y se van a plasmar, más específicamente, en la estructura social.
Al realizar un estudio de la estructura social el objetivo es conocer los distintos grupos y sectores
sociales y su tramado de relaciones, a través de las cuales se va conformando la dinámica social.
Incluye, además, los sistemas normativos y demás elementos culturales de los grupos o sectores sociales
que conforman una determinada dinámica social.
En el caso de Extensión Rural, el conocimiento de la dinámica social es de fundamental importancia
ya que esta práctica está orientada a la capacitación y al desarrollo y para ello debemos ser capaces de
identificar los principales grupos sociales que conforman el entramado social del área de influencia de
nuestro trabajo, y de comprender su racionalidad económica y su problemática.
El análisis de la estructura social, según Margiotta y Benencia (1995) se propone conocer
• Los distintos grupos o sectores sociales
• El tramado de relaciones sociales a través de la cual se conforma
la dinámica social
• Los sistemas normativos y demás elementos culturales que los grupos y sectores
sociales han institucionalizado a través de la dinámica social.
Para ello, siguiendo el planteo de Margiotta y Benencia (1995), deberemos centrar nuestro análisis en el
grado de diferenciación social y asimetría que existe en la estructura social de la realidad en la que nos
encontramos insertos; es decir, en el grado de desigualdad social, ya que las más simples diferencias –
sean biológicas o de otro tipo- entre grupos o personas se pueden tornar en desigualdades sociales, en
virtud de un orden social que las convierte en tales, dando lugar a una asimétrica distribución de bienes
y servicios, derechos y obligaciones, poder y prestigio. Estos atributos, propiedades o características,
que distinguen a los distintos grupos o personas, son sociales, ya que resultan de un orden social dado y
se encuentran asociados a ciertas posiciones ocupadas en la estructura social.
El análisis estructural, entonces, debe contribuir a visualizar las relaciones entre las distintas
posiciones que conforman el todo social (proximidad o lejanía) respecto a otras, por su posición
(jerarquía) en relación a otras (por encima, por debajo, en el medio).
Una primera variable a considerar, sería la composición demográfica que nos permitirá tener una
caracterización de la población, en función de parámetros como cantidad, distribución por sexo y edades,
acceso a servicios de salud y educación, nivel de empleo, pobreza, calidad de vida, entre otros.
Otro de los elementos serían los actores sociales, (sujetos o agentes sociales) sean individuales o
colectivos (grupos, asociaciones, consorcios, instituciones).
Al respecto, Arocena (1995) define tres categorías de actores según sus lógicas dominantes:
a) El sistema político – Administrativo,
b) El sistema de actores vinculados a la acción empresarial y
c) los actores ligados a la acción socio territorial.
Un tercer elemento estaría dado por el tramado de las relaciones sociales a través de las cuales los
actores sociales van conformando la dinámica social y creando y transformando la cultura, tanto material
como inmaterial.
La red de actores y sus vinculaciones, tanto de cooperación como de conflicto
van a generar dicha dinámica social.
Por último, la referencia a la dinámica social nos remite, como otro componente del sociosistema, a los
distintos procesos sociales que se van dando en el seno del sistema social.
Como ejemplos podemos citar, migraciones, desarrollo, empobrecimiento, procesos organizativos y/o
reivindicativos por el acceso a los recursos, que pueden expresar el conflicto social.
Con respecto a los actores sociales en sí, debemos tener en cuenta que la estructura social, generalmente,
presenta discontinuidades o divisiones que resultan significativas en la distribución de los atributos antes
mencionados (bienes, obligaciones, poder, etc.) lo cual lleva a distinguir colectividades o
agrupamientos que se vuelven, a nuestros fines, más relevantes que otros. Estos agrupamientos
reciben distintos nombres (clases, estamentos, tipos o estratos sociales) según los diferentes
enfoques teóricos.
En tanto y en cuanto los distintos tipos de unidades productivas presuponen la existencia de diversos
grupos y sectores sociales de características igualmente diferenciadas, el análisis de las formas y tipos
de explotación agropecuaria es uno de los ejes centrales para caracterizar y explicar la naturaleza
de la estructura social y su dinámica, ya que permiten establecer una parte muy importante de la matriz
de la estructura social agraria.
La importancia de la tierra como factor productivo agrario y como una de las principales formas
de concentración de riqueza, afirman Margiotta y Benencia (1995), es decisiva en relación a la
estructura social agraria ya que es a partir de las formas de propiedad y tenencia de la tierra que
empezamos a reconocer la naturaleza de la estructura de clases sociales en el agro.
En relación a los productores rurales, Gutman (1988), afirma que difieren entre sí presentando un
heterogéneo universo de situaciones, por lo cual se hace necesario, a la hora de intervenir a través de las
acciones de extensión rural, agruparlos en conjuntos similares que faciliten la definición del planteo
metodológico a implementar. Una de las propuestas más difundidas que permite realizar esta agrupación
es la de la construcción de tipologías.
CONSTRUCCIÓN DE TIPOLOGÍAS
Gutman (1988), señala que explícita o implícitamente existen tres fines que una tipología
debe satisfacer:
Delimitar: reconocer diferentes subconjuntos dentro de un conjunto; en nuestro caso
el conjunto de productores rurales.
Caracterizar: describir, calificar, cuantificar los atributos de
cada subconjunto como tal.
Relacionar: ayudar a explicar las relaciones entre los subconjuntos y, entre ellos y otros
conjuntos en términos de causa y efecto sobre los mismos elementos utilizados en la
delimitación y caracterización.
Dada la estrecha relación existente entre delimitación y caracterización, no existe ninguna tipología
“verdadera”, ni es posible construir una tipología universal que satisfaga cualquier fin, ya que existirán
tantas tipologías como intereses de análisis, aunque debe recordarse que, para ser operativa, una tipología
debe tratar de conciliar extremos de generalidad y especificidad.
En primer lugar es necesario conceptualizar al actor que pretendemos analizar para poder diferenciarlo de
los demás actores vinculados al proceso productivo (rentistas, servicios, trabajadores, etc).
En nuestro caso, definiremos como productor a la persona física o jurídica que realiza
una actividad agropecuaria bajo cualquier forma de tenencia de los
recursos naturales y se caracteriza por aportar el capital, tomar las decisiones y asumir los
riesgos de la misma (Caracciolo y otros, 1981).
A continuación, según el planteo de Gutman (1988) debemos:
• Definir conceptualmente cuáles son los principales grupos, y
• Establecer cómo se los reconoce en la realidad.
Ambas etapas son necesarias y, en la práctica, se dan en forma iterativa. Pero resulta evidente que una
conceptualización que carezca de instrumentos para su delimitación en el terreno, corre el riesgo de ser
una simple abstracción. En sentido contrario, una tipología factual será arbitraria en su concepción y
errática en su aplicación si no se fundamenta en una delimitación conceptual.
Una definición conceptual es, entonces, una primera aproximación, con un alto nivel de
generalidad, que resulta del conocimiento alcanzado sobre el sistema social y los rasgos del mismo que
parezcan más significativos para nuestro estudio.
En este sentido, Margiotta y Benencia (1995) plantean que cada uno de los tipos que conforman una
tipología puede ser definido como una construcción conceptual que selecciona, abstrae, combina y –en
ocasiones- enfatiza deliberadamente un conjunto de variables (criterios con referente empírico) que sirven
de base para la comparación de casos reales.
Así, pues, el tipo es, esencialmente, un recurso construido –más que para describir para comparar,
explicar y predecir; es una simplificación de lo concreto, razón por la cual los casos empíricos que se
estudien a la luz de una tipología se ajustarán en mayor o menor grado a la misma, ya que la misma,
recorta lo que se considera teóricamente significativo de la realidad.
Por su parte, Aparicio y Gras (1999) afirman que la elaboración de tipologías de unidades agrarias está
orientada por problemas clásicos de la sociología rural, como lo son el definir ¿Qué tipos de sujetos
sociales están a cargo de la producción agraria?, ¿Qué tipos de unidades quedan establecidas?,
sintetizando, ¿Cómo viven y producen los agricultores?
Al encarar el desarrollo de una tipología deberíamos, entonces, respondernos las siguientes preguntas
• ¿Cómo sabemos que un productor forma parte de un grupo y no de otro?
• ¿La pertenencia de un productor a un grupo depende de una sola variable? por ej.,
superficie (productores grandes, medianos y chicos) ¿o depende de varias? y, en este
caso ¿cuáles son las más importantes para la tipificación?
Si bien estas autoras plantean la elaboración de una tipología como una construcción con criterios
teóricos, también hablan de la necesidad de un ajuste empírico, confrontando el instrumento con lo
observado en la realidad, por ejemplo, a través de informantes clave o el análisis documental.
Otro aspecto a tener en cuenta, es que las categorías que se llegan a definir corresponden a “tipos puros”
en función de la presencia o ausencia de los atributos considerados y que en la realidad estos atributos,
seguramente, se distribuirán en un gradiente.
En las propuestas de tipologías, por ejemplo, una división clásica es la división entre campesinos y
empresarios, pero la presencia de elementos capitalistas en las explotaciones campesinas, o las diversas
magnitudes de capital en las unidades empresariales introducen diferenciaciones (heterogeneidad) al
interior de cada tipo social agrario, lo que nos habla de la necesidad de entender a las tipologías como una
construcción metodológica que nos posibilitará entender una realidad determinada.
La bibliografía especializada (Lopera Palacio 1991, Carballo 1996; Aparicio y Grass 1999;) señala
que se pueden distinguir en el conjunto de los sistemas productivos dos grandes grupos: las
empresas y las unidades familiares, las que intenta describir en base a lo siguiente:
Modelo Empresarial. Modelo Familiar
a) El concepto de Empresa tiene distintas acepciones. Para la economía clásica, empresas son todas
aquellas unidades económicas que organizan y realizan la producción de bienes y servicios (Beker y
Mochón, 1994).
Asumiendo esta definición todo agrosistema sería una empresa que, a su vez, podría clasificarse como:
micro empresa, pequeña empresa o empresa familiar, mediana empresa y gran empresa.
Por el contrario, si por empresa entendemos a toda unidad de producción que posee como objetivo
maximizar los beneficios presentes o futuros de la inversión en el sector, se asienta en el trabajo
asalariado y no posee, en términos relativos, limitantes en la disponibilidad de recursos y en el acceso a
los mercados de bienes productos y servicios (Carballo, 1996); vemos que una cantidad importante de
agrosistemas no quedarían encuadrados en esta definición.
b) Unidades de producción familiares:
Son aquellas de tipo productivo domésticas, que bajo cualquier forma de tenencia, se organizan en
torno al trabajo familiar buscando máximizar los ingresos totales percibidos por la unidad productiva.
Estas UP, normalmente, están restringidas por los recursos disponibles y poseen ciertas dificultades
para articularse a los mercados de bienes, productos o insumos (Carballo, 1996).
Como señaláramos más arriba, una vez conceptualizados los subgrupos fundamentales, pasamos a
delimitarlos en la realidad. Para esto debemos seleccionar las variables que diferencian a los sub grupos
entre sí.
Variables que delimitan y caracterizan
Una vía para avanzar desde una tipología conceptual hacia la delimitación y caracterización de los
actores, es aportar criterios observables que permitan reconocerlos en el terreno, ampliando o reduciendo
el detalle inicial (Gutman, 1988).
En este sentido, Caracciolo y otros (1981) proponen la organización de los aspectos a considerar para la
construcción de una tipología.
1.Variables estructurales: son aquellas que explican principalmente el comportamiento de los
productores, ya que muestran la forma de inserción del productor en el proceso productivo a partir de la
disponibilidad de recursos productivos.
Las variables a considerar son:
Disponibilidad de factores productivos (dotación y combinación de tierra,
capital y trabajo)
Organización social del trabajo (participación relativa de trabajo familiar/asalariado).
Relación con los mercados (poder negociador frente a los diferentes mercados
financieros, de insumos, de productos, etc.-).
2.Variables intervinientes: son aquellas que explican más específicamente el comportamiento del
productor diferenciando las estrategias productivas planteadas, a pesar de las similitudes existentes en
cuanto a variables estructurales.
Las más relevantes serían:
Racionalidad económica
Régimen legal de tenencia de la tierra
Composición demográfica familiar
Ingresos extraprediales
Historia ocupacional del productor (experiencia personales y
familiares respecto del trabajo)
Educación e información técnico – económica del productor
Actitudes del productor hacia el cambio y la innovación y hacia la participación social.
Normas y valores referidos a la actividad productiva y a la conservación de la naturaleza.
3. Estrategias productivas: son los modos en que se utilizan o instrumentan los recursos
productivos y las relaciones con los mercados. Estas variables que son determinadas o condicionadas por
las antes señaladas, comprenden, entre otras, las decisiones respecto de:
Tipo de actividad
Composición interna del capital
Organización técnica del trabajo
Manejo técnico
Forma de provisión de insumos
Formas de financiamiento de la producción
Destino de la producción y forma de comercialización
4. Resultados socio-económicos: son las variables de salida, resultantes de la combinación de
las estrategias asumidas.
Resultado físico
Resultado físico
Resultado económico
Nivel de empleo
Nivel de vida
Marginalidad
Migraciones
Como se observa, de una gran cantidad de aspectos que podrían ser considerados como variables, el
trabajo de Caracciolo y otros (1981) sugiere seleccionar un conjunto de ellas agrupadas en cuatro grandes
categorías. De las mismas, serán las variables estructurales las que nos permitan delimitar los
subgrupos o tipos de productores, mientras que las variables intervinientes, junto con las estrategias
productivas y los resultados, serán las que permitan la caracterización de cada uno de ellos.
Las variables estructurales son las más explicativas de las estrategias productivas implementadas en los
agrosistemas, por lo tanto, considerando el criterio de observabilidad y el de explicabilidad serán estas
variables las que se utilicen para delimitar los subgrupos.
En una segunda instancia, para caracterizar a los subgrupos se utilizan las variables intervinientes y
las estrategias productivas.
Por ejemplo, si dos U.P. poseen una semejante dotación de recursos, pero una presenta una estrategia productiva más
sustentable del recurso suelo que la otra, tal diferencia puede explicarse en base a la diferencia existente en la
tenencia de la tierra (uno es dueño y otro no);
este hecho también podría sustentarse en las diferencias en cuanto a capacitación y comprensión
del fenómeno por parte de cada productor,
dado que tanto la relación legal con la tierra como la capacitación son variables
intervinientes.
En el trabajo de extensión, las principales variables a comprender son las estrategias
productivas, ya que ellas son centrales en el análisis del funcionamiento de la UP por ser los
aspectos de la realidad modificables en el corto plazo.
Comprender las bases materiales y de conocimientos que influyen y/o determinan las estrategias
productivas, es una instancia básica para establecer una comunicación empática con los productores.
En cuanto a las variables “de salida”, es decir los resultados, constituyen un aspecto importante para
caracterizar la situación de la UP, aunque tienen la dificultad de que no son de fácil obtención, ya que es
un dato que difícilmente los productores puedan brindar.
Por ejemplo, al surgir el programa Cambio Rural, en el año 1993, se utilizó como uno de los criterios,
para determinar los potenciales beneficiarios, tener un ingreso neto anual menor a 10.000 pesos, lo cual,
en la realidad, era un dato que se podía confirmar recién al cabo del primer año de trabajo del grupo.
Definición conceptual de los principales grupos
Para definir cuáles son los principales tipos de productores presentes en la realidad en la que nos
desempeñamos, debemos comenzar por conocer, en base a un análisis global, los diferentes actores
existentes.
Al respecto, teniendo en cuenta la realidad nacional, Murmis (1998) describe una serie de procesos de
transformación que dieron lugar a la aparición de “nuevos actores” que se han hecho presente en el agro,
durante la década del ´90.
Entre estos procesos se destacan:
• Procesos de integración vertical: Las UP se conectan con el comercio o con la
industria generando estructuras económicas más complejas.
• Eliminación general de unidades de producción (entre los últimos censos
agropecuarios se perdieron mas del 25%).
• Aparición de empresas de capital extra-rural, tanta extranjeras como
nacionales; por ejemplo, CRESUD (Soros), Benetton, Macri, Eurnekian.
• Surgimiento de explotaciones denominadas “diferimientos” en algunas
provincias como San Juan, La Rioja y Catamarca, surgidas a partir de programas
nacionales de promoción
• Surgimiento de “pools” agrícolas, provenientes de inversiones extra-rurales
como fondos de inversión agrícola o empresas industrializadoras y también de productores
tradicionales
Además, se puede mencionar el desarrollo de sistemas asociativos; algunos promovidos por programas de
desarrollo de origen público (Cambio Rural y Programa Social Agropecuario) y casos de cambio de
situación estructural por intensificación.
Tratando de concretar la propuesta presentada, podemos hacer una división primaria de las unidades
de producción en dos grandes categorías: empresas o familiares. En el subgrupo de empresarios
podemos considerar distintas situaciones y actores, desde las grandes o mega empresas hasta las pequeñas
empresas de origen rural que han derivado de un proceso de movilidad social ascendente. Hasta unidades
familiares, donde encontramos situaciones de pobreza extrema como son los productores de
infrasubsistencia hasta aquellos excedentarios, con diferentes grados de capitalización y acumulación;
cabe aclarar que esta reflejado un universo sumamente amplio y complejo de “tipos sociales” que en
la realidad se presentan en un gradiente de situaciones.
Otro aspecto a considerar es el planteo de Aparicio y Gras (1998) de tener en cuenta que las tipologías,
actualmente, deben reflejar sistemas cada vez más complejos, dado que a las transformaciones que
vertiginosamente se da en el sector agropecuario se suma a la aparición de unidades de producción que
son parte de sistemas económicos más complejos denominados pluriactividad, caracterizados por la
multisectorialidad del capital. Entre éstos podemos identificar, desde minifundistas que viven,
principalmente, de ingresos obtenidos en empleos fuera de su unidad de producción hasta empresas
agroindustriales en las cuales la producción primaria es sólo un eslabón de su estrategia de producción,
como es el caso de algunos ingenios azucareros o industrias aceiteras.
Por último, un hecho que tampoco puede soslayarse es el de que los agentes sociales no se encuentran,
necesariamente, estáticos dentro de un determinado tipo social, sino que puede existir movilidad
social. Al respecto, Murmis (1980), trabajando sobre el estrato familiar campesino, hace un análisis
dinámico, que plantea los conceptos de: a) diferenciación cuando hay movilidad dentro del mismo estrato
(ejemplo si pasa de estable a subsistencia. b) descomposición cuando un productor familiar pasa a ser un
semi-asalariado de origen rural o cuando logra llegar a un cierto nivel de capitalización que le permite
ascender a una categoría de productor familiar capitalizado; y c) descampesinización cuando pierde su
condición estructural (de productor familiar) y pasa a ser un asalariado de origen campesino o un
empresario de origen campesino.
Recapitulando, distinguir la heterogeneidad social es muy importante para los profesionales de las
ciencias agropecuarias y en particular para los extensionistas. Para reconocer los principales grupos
es necesario definirlos conceptualmente, y luego seleccionar el conjunto de variables adecuadas que
nos permitan delimitarlos y caracterizarlos en la realidad.
Identificar quiénes son, cómo actúan y que objetivos persigue cada subgrupo de productores es
primordial para poder establecer estrategias de intervención acordes a la realidad en que nos
desenvolvemos.
BIBLIOGRAFÍA
1. Aparicio, S. y C. Gras (1999) “Las tipologías como construcciones metodológicas”. En Estudios rurales, teorías,
problemas y estrategias metodológicas. Ed. La colmena. Bs. As.
2. Arocena, J. (1994) “Una aproximación a la noción de Desarrollo Local”. En El desarrollo local como desafío teórico.
CLAEH. Montevideo
3. Caracciolo de Basco, M.; Tsakoumagkos, P.; Rodriguez Sánchez, C. y M. Borro (1981). “Esquema conceptual y
metodología para el estudio de tipos de establecimientos agropecuarios con énfasis en el minifundio”. S. A. G. Bs. As.
4. Carballo,C. (1996) La agricultura familiar en la Argentina. Situación actual y perspectivas.Jornadas Nacionales de la
Asociación Argentina de Extensión Rural. Río Cuarto
5. Gutman, P. (1988) Desarrollo rural y medio ambiente en América Latina. Centro Editor de América Latina. Buenos
Aires.
6. Lopera Palacios, J. (1991) Campesinos y Empresarios: ¿dos economías diferentes?. ICA INFORMA. Vol. 25,
Colombia.
7. Margiotta, E. y R. Benencia. (1995) Introducción al estudio de la estructura agraria: la perspectiva de la sociología
rural. FAUBA (Mimeo)
8. Murmis, M. (1980) “Tipología de pequeños productores campesinos en América Latina”. (Mímeo), PROTAAL Doc.
Nº 55. San José de Costa Rica.
9. Murmis, M. (1998) “Agro argentino: algunos problemas para su análisis”. En Las Agriculturas del MERCOSUR, el
papel de los actores sociales.
CARACTERIZACION A LOS SISTEMAS GANADEROS DE CORRIENTES.
Pablo Maldonado Vargas
Antecedentes Históricos
Proveer una visión del desarrollo histórico contribuye a brindar las características del contexto en que se
desenvolvieron las actividades productivas y en especial la ganadería en la provincia.
La estructura agraria de Corrientes se ha mantenido sin modificaciones sustanciales en las últimas
décadas, produciéndose sólo transformaciones de relativamente escasa magnitud que involucraron
aspectos concernientes tanto al tamaño de las explotaciones como al régimen de tenencia de las
unidades productivas.
Resulta conveniente recordar que uno de los elementos distintivos que se pueden identificar en lo
referente a la forma de apropiación de las tierras en esta Provincia se vincula con su temprana
incorporación al proceso de ocupación y colonización registrado hacia fines del siglo pasado.
Es de destacar que Aleman, R. (1992) distingue que las capitulaciones constituían un verdadero contrato
de concesión entre la corona y los conquistadores, implementándose en forma práctica la distribución de
solares en las ciudades y fuera de ellas peonías y caballerías con obligación de poblar las que se
denominaban "tierras de pan llevar" y los territorios para ganadería en las denominadas "suertes
de estancias" sin obligación de poblar.
Cabe aclarar que mientras otras provincias del nordeste y gobernaciones vecinas permanecían casi
despobladas y sin integrarse al resto del país, Corrientes había avanzado ya en la ocupación de su dilatado
territorio, con los españoles primero y con los jesuitas después hasta 1767 en que son expulsados.
En el mismo trabajo Ramírez J.J. (1990) afirma que desde la fundación de la ciudad de Corrientes en
1588 en la ruta de Asunción al Río de la Plata tenemos antecedentes de adjudicación de terrenos por parte
de Juan Torres de Vera y Aragón de los solares de la planta urbana de Corrientes y en la repartición de
chacras y estancias ubicadas en áreas adyacentes y que fuera concretada por sus sucesores entre 1590
y 1601.
Recién en el siglo XVIII transcurriendo las etapas denominadas por algunos autores como de "Las
Vaquerías y La Estancia Colonial" se plantea con más intensidad el interés por la ocupación de la tierra
extendiéndose hacia el sur en forma de estancias a la vera del río Paraná preponderantemente
ocupando los llamados Albardones sobre el Río Paraná.
Aleman, R. (1992) en su obra distingue y menciona algo que se considera relevante para caracterizar el
perfil del productor ganadero, estableciendo la diferencia entre los hacendados autóctonos que no
vivían en el establecimiento delegando el manejo en mayordomos y capataces a diferencia de los
"farmers" americanos que con tierras menos fértiles progresan más, debido a que el derecho a la
tierra no nace de un titulo formal sino de la ocupación y explotación.
En nuestra provincia en relación al proceso de colonización se puede señalar que gran parte de su escaso
éxito se debió a que las unidades productivas contaban con escasa superficie de tierra, lo que generó una
fuerte limitante para capitalizarse y crecer económicamente; agravado por las leyes de herencia de
división forzosa de las propiedades por un lado y por la acumulación especuladora llevada a cabo por
otros.
Asimismo las particulares dificultades técnicas y económicas destacando además carencias de apoyo
tecnológico y financiero que permitiera al productor progresar con éxito en el desarrollo de verdaderas
empresas agropecuarias.
Ganadería Provincial
En un informe del INTA actualizado referido a la producción pecuaria se dice que es la actividad
económica de mayor preponderancia en el uso actual de los suelos, estimándose la superficie ganadera
provincial en 5.740.183 hectáreas asentándose su base productiva en la producción bovina, ovina y
bubalina. (San Pedro, D. 2011)
En ese trabajo y en otros donde se describe el Complejo Agroindustrial Ganadero se menciona que la
ganadería correntina se caracteriza por lo extensivo de sus planteos productivos basados en el
aprovechamiento de pasturas naturales de crecimiento primavero estival, con escasa participación de
pasturas cultivadas y de otras fuentes de alimentación complementarias a la oferta forrajera de los campos
naturales.(UPP - MAGIC. 1996)1
En los últimos tiempos se ha incrementado la presencia del engorde a corral y la suplementación a campo,
practicas de alimentación que posibilitan disponer de hacienda de buena calidad para el consumo en
épocas de escasez.
Destaca la publicación de referencia que la ganadería bovina presenta fluctuaciones recurrentes en sus
variables de producción, inducidas por factores de carácter biológicos y económicos que determinan la
existencia de un ciclo ganadero de largo plazo en el que se diferencian una fase de retención seguida de
una fase de liquidación. La fase de liquidación de menor duración que la fase de retención se inicia con
una caída de los precios de la hacienda, continua con un incremento de la faena y una reducción de las
existencias ganaderas, observándose asimismo un comportamiento opuesto en la otra fase en la evolución
de las variables antes mencionadas.
Al brindar un perfil del tipo ganadero se agrega que la producción bovina predominante es mixta con
tendencia a la cría aunque distorsiones en el manejo configuran un sistema mixto indiferenciado de cría
y tenencia (recría y engorde de vacas), este sistema de producción abarca el 72% de la superficie
ganadera siguiendo en importancia la cría pura con el 26% de la superficie.
Según datos de información técnica de la Fundación Correntina de Sanidad Animal (FUCOSA) acerca de
las campañas de vacunación antiaftosa del rodeo bovino provincial, el número de cabezas alcanza a
4.599.183.
La estructura productiva refleja la heterogeneidad existente en la estructura fundiaria, en tal
sentido según datos del censo 1988 existen en la Provincia 18.304 unidades de producción con ganado
bovino de las cuales el 75% 13.699 cuentan con rodeos de menos de 100 cabezas, mientras que el 4,8%
881 unidades poseen rodeos conformados por mas de 1.000 cabezas.
Se expone en los trabajos consultados que en términos generales independientemente del tamaño físico
de las explotaciones los sistemas de producción predominantes se caracterizan por la baja eficiencia
productiva, considerando los autores que esta situación asociada a modalidades tradicionales de gestión y
administración productiva reflejada a través de distintos indicadores influye sobre los ingresos netos de
los productores.
La producción bubalina en la Provincia se encuentra en ascenso, ya que la misma cuenta hoy con
mas de 35.000 cabezas aumentando permanentemente el numero de productores que la implementan
principalmente en su variante de producción de carne, aunque existen establecimientos que producen e
industrializan la leche como actividad principal. (Crudeli, G.A. y Maldonado Vargas, P. 2002)
Caracterización de modelos de producción
Si analizamos la ganadería correntina se puede determinar la existencia de una heterogeneidad de tipos
o agentes sociales agrarios y sistemas productivos desarrollados sobre una estructura fundiaria en la
que coexisten las pequeñas, medianas y grandes unidades de producción que en términos generales e
independientemente del tamaño físico de las explotaciones pueden determinarse distintos modelos
productivos.
Llovet, I.G. (1990) menciona que los tipos sociales de producción pueden definirse a partir de dos
atributos esenciales:
La disponibilidad de recursos productivos tierra, mano de obra, capital técnico y el uso de los mismos,
también denominado de carácter estructural por el Grupo de Sociología Rural de la SAGYP. El otro
atributo lo constituyen la combinación de actividades y patrón tecnológico los que son desagregados en
tres tipos de:
a) intervinientes;
b) estrategias productivas y
c) resultados físicos, ingresos, calidad de vida, nivel de empleo y migraciones.
Existe en la mayoría de los casos una correspondencia entre tipos sociales y modelos productivos.
En relación con lo expuesto, los modelos productivos ganaderos susceptibles de ser diferenciados a partir
de la información disponible, permite efectuar una aproximación de los mismos en función a variables
agroeconómicas: superficie, existencia ganadera y tecnología de producción y a variables sociales:
relación entre trabajo familiar y trabajo contratado.
Conforme al criterio del autor se verifica la existencia de la siguiente Clasificación:
1. Familiar de Infra subsistencia,
2. Familiar de Subsistencia,
3. Familiar Capitalizado,
4. Empresarial
El modelo Familiar de Infrasubsistencia representa a las unidades de producción que bajo las diferentes
formas de tenencia producen en condiciones de escasez de recursos naturales, cantidad, calidad y formas
de tenencia de la tierra y capital, con un rodeo bovino de 28 cabezas promedio.
El mismo trabajo afirma que el rasgo fundamental es la predominancia neta del trabajo familiar, la
producción para el consumo familiar y la venta de trabajo en mercados rural y urbano como fuente de
ingreso extra parcelarios.
Resulta ilustrativo resaltar que los productores de este modelo valorizan empleando en tareas socialmente
productivas recursos considerados marginales por la ganadería empresarial, tales como tierra de baja
calidad, fuerza de trabajo intransferible, medios de producción de bajo costo y de muy baja productividad.
Es por todo esto que desarrolla el siguiente argumento que interesa: "se pone de manifiesto que la
dotación de medios de producción disponibles les impide superar el umbral de la acumulación de capital
como consecuencia de la inexistencia de beneficios económicos ".
En este tipo de unidades de producción una característica fundamental es la multiocupación, esto es la
combinación de distintas actividades que no incluyen solamente la cría de ganado sino también la venta
de trabajo al medio y la realización de cultivos agrícolas para el consumo familiar.
Los autores proponen una denominación que se considera refleja acertadamente la realidad del medio y es
la de “tenedores de hacienda”, sujetos sociales que pueden ser trabajadores asalariados que carecen de
tierras suficientes para mantener sus rodeos, utilizando como areas de pastoreo las margenes de las calles
vecinales, callejones o campos abiertos muy propios de ciertos departamentos como Mburucuyá, San
Miguel y San Luis del Palmar. También se incluyen en este modelo a los aparceros rurales que mantienen
sus rodeos en campos de propietarios a cambio de trabajo en sus explotaciones generalmente relacionados
al cuidado de los rodeos.
Se menciona que la superficie ganadera media es de 54 has con una receptividad del 0,5 UA/Ha, la
producción ganadera global generada por este modelo puede considerarse marginal en cuanto a su
importancia cuantitativa ya que solo reúne al 14% del rodeo provincial (600.000 cabezas), pero lo que
trasunta el impacto social que representa es la cantidad de productores dentro del modelo, cifra
que asciende a 21.307 lo que significa el 80.31% del total de productores ganaderos de la Povincia.
(FUCOSA Informe estadístico 1999). (Codutti, R. 2000)
En cuanto al objetivo de los establecimientos se dedican a la cría y realizan recría de hembras y de
novillos los que son terminados a edades avanzadas de 3 años y mas.
Los campos cuentan con alambrados perimetrales en regular estado de mantenimiento y generalmente no
disponen de potreros internos. La única instalación ganadera disponible es el corral de encierre.
El proceso de toma de decisiones se encuentra en manos de los productores o de algún integrante del
grupo familiar, aspecto que resalta el carácter familiar del modelo. El lugar de residencia de los
productores es el mismo campo o pueblos ubicados en las cercanías o la Capital de la provincia.
El siguiente modelo, que podría ser asimilado al de Familiar de Subsistencia, representa a las unidades
de producción con un rodeo promedio de 235 cabezas, siendo el número de productores incluidos 3.546,
lo que representa el 13.37% del total de productores ganaderos de la provincia.
En términos generales en este estrato de productores se destaca el mal uso dado a los recursos,
circunstancia que determina la imposibilidad de lograr acumulación de capital, dicho proceso esta
supeditado a condiciones históricas especificas pudiendo en determinados momentos incrementar la
dotación de medios de producción o producir una disminución de los mismos variando su capacidad de
producir ingresos. 5
Los productores de este modelo conservan rasgos del modelo anterior como la relación tierra trabajo
familiar pero se observa una mayor capacidad de pago de salarios, compra de insumos y una mayor
dotación de capital.
Los productores incluidos en este estrato producen con niveles tecnológicos bajos e incorporando solo el
mantenimiento de las inversiones existentes en sus predios reparación de alambrados viviendas y corrales
como actividades de manejo del establecimiento.
Se plantea el autor que en este estrato es posible observar características individuales de los productores
que pueden explicar diferencias en la gestión, en los resultados económicos y en el ritmo de adopción de
nuevas tecnologías, pudiendo agregarse a lo expuesto que la adopción de tecnologías en ganadería es más
dificultosa por la idiosincrasia del ganadero y la longitud de los ciclos biológicos intervinientes.
La carga animal media es de 0,52 cabezas por hectárea, comercializándose el 25% de la producción de
terneros y el resto es retenido comercializándose como novillos de 2 años (40%) y de 3 años y mas
(60%).
La infraestructura con que cuentan se constituye con alambrados perimetrales en bueno a regular estado
de mantenimiento con uno o dos potreros internos. Los establecimientos cuentan con corrales y el 75%
dispone de manga.
El sistema de pastoreo es continuo y son pocos los productores que realizan el ajuste de carga animal en
función de la disponibilidad estacional de forraje.
El servicio es continuo y el manejo sanitario se circunscribe al control de las enfermedades mas comunes
y a la aplicación de antiparasitarios externos.
El análisis de estos factores permite inferir que existe una baja productividad y un alto potencial de
crecimiento con la adopción de técnicas productivas especialmente de procesos.
La toma de decisiones se encuentra en el 83% de los casos en manos de integrantes de la familia, mientras
que el aporte del asesor profesional en la materia es irrelevante en el proceso de toma de decisiones.
El lugar de residencia de estos productores es el mismo campo (50%) y el departamento donde se
encuentra el campo o la Capital (38%), siendo el nivel de educación de los que toman las decisiones el
Primario en el 73% de los casos. 1
El tercer modelo asimilable al Familiar Capitalizado, abarca a las unidades de producción localizadas en
distintos ambientes de la Provincia que poseen una superficie ganadera media de 1.400 has con un
numero de productores incluidos en este modelo de 1.092 representando el 4,12% del total de
productores. El nivel tecnológico alcanzado por este estrato puede considerarse como una combinación de
elementos asociados a las características estructurales del establecimiento y a factores tales como la
idiosincrasia, racionalidad económica, oportunidades de capacitación y manejo de conocimientos de los
sujetos sociales descriptos por el autor. 10
Desagregando el modelo de referencia se pueden diferenciar dos sistemas productivos y tipos sociales
según la diferente organización de la producción y el nivel de adopción de tecnología física, biológica y
organizativas; opinión de los autores coincidente con Viglizzo cuando en su trabajo desarrolla conceptos
que se consignan en párrafos posteriores.
Respecto al sistema de producción se identifican básicamente dos LOGICAS:
a) GANADERO TRADICIONAL
b) GANADERO EMPRESARIAL
El primero se caracteriza por la predominancia de una racionalidad económica donde el productor no
prioriza la maximización de la tasa de ganancia empresarial; este comportamiento asociado a
modalidades tradicionales de gestión y administración se refleja en la baja tasa de incorporación de
practicas de manejo y tecnologías, agregando también que los coeficientes técnicos y los indicadores de
productividad del rodeo se encuentran muy por debajo de los promedios provinciales.
El segundo se caracteriza por una racionalidad económica donde el objetivo del productor es lograr la
maximización de la tasa de ganancia empresarial, por lo que en función a este objetivo adopta
tecnologías practicas de manejo y sistematización de la producción basadas en modalidades de gestión
empresarial. En ambos casos se advierte la influencia de ingresos extra agrarios, descripto por Solá en
Llovet, I.G.
Ambos modelos representan a unidades de producción con un promedio de 700 cabezas, caracterizándose
el primero por sus bajos niveles de productividad siendo en cambio el segundo caracterizado por un
mayor nivel de adopción tecnológica lo que se refleja en los indicadores de productividad. El 60% se
incluyen dentro del sistema ganadero tradicional (bajo nivel tecnológico) y el 40% en el sistema ganadero
empresarial (alto nivel tecnológico).
La cría extensiva netamente pastoril es el sistema productivo predominante en las unidades ganaderas
tradicionales, donde el porcentaje de marcación alcanza el 45%; siendo el porcentaje de reposición de
toros y vacas del 16%, el sistema de servicio es continuo y la producción de carne es de 25 a 35kg ha/año.
En los sistemas de producción empresariales con adopción de tecnologías se observa una mayor adopción
de servicios estacionados y la categorización del rodeo. El porcentaje de marcación alcanza al 75% y el
manejo sanitario comprende además de las vacunaciones recomendadas, la realización de un conjunto de
controles sanitarios complementarios, cuyo mayor componente es la revisión de toros y la realización del
tacto rectal.
En general y comparado con los estratos antes desarrollados el nivel de mecanización de éste es superior.
Así el 55% de las unidades poseen tractores, la mayoría posee alambrados perimetrales en buen a regular
estado con potreros interiores, los establecimientos cuentan con corrales y el 86% posee manga, 68%
balanzas y el 82% embarcadero para la hacienda.
En la mayoría de los establecimientos se realiza un pastoreo continuo 73%, nivel de preponderancia que
permite inferir la existencia de un marcado retraso tecnológico en las prácticas de manejo de pasturas, así
como un gran potencial para generar cambios con impacto a corto plazo.
La toma de decisiones en la mayoría de los casos se encuentra en manos de los productores (60%) o de
los integrantes de su familia esposa o hijos. En el 22% de los casos son administradores y en el 18% de
los casos están a cargo de asesores técnicos situación que también contribuye a afirmar la existencia de
sistemas con algo de gestión empresarial en este modelo.
El porcentaje de productores que residen fuera de la provincia es el mayor de todos los modelos
analizados, teniendo respecto al nivel de educación un 50% con educación terciaria.
El modelo Empresarial o como lo denomináramos el de mayor escala, correspondiente a un rango que
oscila entre 2.000 y 4.000 cabezas promedio incluye a mas de 600 productores en toda la Provincia.
En las consideraciones realizadas para caracterizar a este modelo en cuanto al nivel tecnológico alcanzado
por los establecimientos, la racionalidad económica y los tipos sociales, se presentan los dos modelos
asociados a los sistemas de producción ganaderos el tradicional y empresarial del modelo anterior. Las
diferencias de mayor significación se relacionan con el tamaño físico de las unidades y con la
disponibilidad de medios de producción.
Los establecimientos de este modelo se encuentran abarcando distintos ambientes agroecológicos de la
provincia, con una superficie ganadera media de 4.500 has. El número de productores en este modelo
asciende a mas de 600 cifra que representa el 4,8% del total provincial, concentrando 2.352.565 cabezas
lo que representa el 58% de las existencias bovinas provinciales.
La descripción de los modelos se asocia a tipos sociales específicos en todos los casos debe interpretarse
como una conceptualización basada en la observación de la realidad, acotando que en todos los casos se
consideran abstracciones de casos empíricos construidos con el propósito de realizar comparaciones y
examinar la relación entre lo técnico y social en la actividad ganadera.
Relaciones de Tamaño, Tenencia y Numero de cabezas
Del análisis de los datos de los Censos Nacionales Agropecuarios CNA, y relacionando los datos
aportados por la Comisión Provincial de Sanidad Animal y Fundación Correntina para la Sanidad Animal.
COPROSA-FUCOSA resulta posible efectuar una serie de consideraciones especificas.
Existen en la provincia de Corrientes 26.000 explotaciones agropecuarias (EAPs) que se podrían
conceptualizar como: " unidad de organización de la producción con una superficie no menor de 500
metros cuadrados, que independientemente del numero de parcelas (terrenos no linderos) produce
bienes agropecuarios destinados al mercado, poseen una dirección que asume los riesgos de la
actividad productiva, que utilizan en todas las parcelas que la integran los mismos medios de
producción de uso durable y parte de la misma mano de obra ".
Cuando se analiza que las unidades de producción (UP) con ganado bovino totalizan mas de 26.000, con
una gran heterogeneidad en su estructura productiva, contemplando el caso de los denominados
"tenedores de hacienda" ya descriptos, se presentan algunas discrepancias conceptuales o de
interpretación, verificándose que la definición de EAPs no siempre abarca a todas las realidades y
sujetos sociales de la provincia.
Otra manera de analizar la estructura productiva ganadera es a través de la estratificación del tamaño
de rodeos y de la superficie productiva. Se observa que para el primer modelo descripto aquellos
productores con menos de 100 cabezas, presentan un promedio de 32 cabezas y de 54 hectáreas de
superficie, abarcando al 75% de los productores ganaderos.
En el otro extremo el Modelo Empresarial se encuentran contenidos productores con mas de 1000
cabezas, con un promedio de 2.669 y 4500 hectáreas de superficie, representando al 5% de los
productores ganaderos.
De lo expuesto se infiere que más del 50% de la tierra productiva y el 58% de las existencias de ganado
bovino se encuentran incluidas en este modelo.
En la información suministrada por los Censos Nacionales Agropecuarios se distingue desde el punto de
vista del régimen de tenencia de la tierra que las EAPs se distribuyen en las siguientes categorías: 71%
Propietarios; 2,7% Arrendatarios; 5,1% Aparceros; 0,7% Contratistas accidentales; 13,5% Ocupantes con
permiso y de hecho, correspondiendo el porcentaje restante (7%) a otras formas de tenencias.
Distribuyéndose la superficie de las EAPs según régimen de tenencia.
El autor menciona también desde la perspectiva de análisis del régimen de tenencia de la tierra, que los
propietarios constituyen la categoría más frecuente en la actividad ganadera, agregando que en
virtud de la modalidad productiva desarrollada son quienes están en mejores condiciones de lograr una
mayor eficiencia en el proceso productivo y acceder a mejores niveles de productividad, demostrando en
la realidad que esto no sucede, temática convenientemente descripta al caracterizar los modelos
productivos.
En el mismo informe se sostiene que la característica principal del régimen de tenencia de la tierra en la
Provincia muestra una marcada concentración por un lado y una tendencia al acrecentamiento de las
pequeñas unidades productivas por otro. Entre las causas que originan tal situación se alude a las
consecuencias negativas de los planes de colonización, las propias leyes de la herencia que acentuaron el
problema de subdivisión de la tierra. Asimismo se vincula en forma indirecta al elevado número de
productores que no se encuentran en una situación legal clara con respecto a la tenencia de la tierra.
Bibliografia
1. ALEMAN, R. Breve historia de la Economía política Argentina 1500 - 1989. Editorial Claridad S.A. Buenos Aires.
1992.
2. CÁRCANO, M.A. Evolución histórica del régimen de tenencia de la tierra publica.1810-1916. Edit.Eudeba. 1972.
3. CENSO NACIONAL AGROPECUARIO 1988. Resultados Generales. Provincia de Corrientes. INDEC. 1991.
4. CODUTTI, R. Proyecto de Desarrollo Ganadero. Asociación de Sociedades Rurales de Corrientes/FUCOSA.
Corrientes. 2000
5. CRUDELI G.A. y MALDONADO VARGAS, P. Producción de Búfalos en la Argentina. Simposio Internacional de
Búfalos en las Americas, Belén, Brasil. 2002
6. FUCOSA Informe Estadístico 1999.
7. GIBERTI, H. Evolución y Perspectivas del sector Agropecuario Argentino.XX Congreso Internacional de Economistas
Agrarios. Buenos Aires 1988.
8. LLOVET, I.G. Clasificación socioeconómica de explotaciones agropecuarias de la región pampeana. Convenio
INDEC-INTA-IICA. Buenos Aires 1990.
9. MALDONADO VARGAS, P. Coordinacion de empresas ganaderas en el noroeste de Corrientes. Argentina. Tesis
Final de Graduacion. Carrera de Posgrado de Magister en Derecho Fundiario y Empresa Agraria. Facultad de Derecho
Ciencias Sociales y Políticas. UNNE. 2007.-
10. PROSAP. Programa de Servicios Agropecuarios Provinciales. Proyecto Servicio de Sanidad Animal y Fiscalización
Ganadera. Ministerio de la Producción y Desarrollo. 1995.
11. RAMIREZ, J.J.; MACARREIN, O.F.; MOULIN, R.Y ALTAMIRANO, H. Tamaño y tenencia de las unidades
productivas. Análisis y diagnostico del sector agropecuario y forestal. SAGYP-PNUD-MAGIC. 1990.
12. UPP - MAGIC. Unidad de preparación de Proyectos. Complejo Agroindustrial Ganadero. 1996