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Año LIX - Edición 434 - Septiembre/Octubre 2009 Con mirada universal Escuela de perdón y reconciliación Testigo La fecha inolvidable Rincón joven Comunidad juvenil misionera Beato José Allamano Rostro Femenino “Yo soy la sierva del Señor” Iglesia en África Al servicio de la Reconciliación, la Justicia y la Paz Revista de información y animación Misionera onso l ata isiones M C

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Año LIX - Edición 434 - Septiembre/Octubre 2009

Con mirada universal

Escuela de perdón y reconciliación

TestigoLa fecha inolvidable

Rincón jovenComunidad juvenil misionera Beato

José Allamano

Rostro Femenino “Yo soy la sierva del

Señor”

Iglesia en África

Al servicio de la Reconciliación, la Justicia y la Paz

Revista de información y animación Misionera

onsolataisionesMC

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Si te interesa conocer mása los Misioneros de laConsolata y si el Señorte invita a ser DiscípuloMisionero, comunícate:

Somos una familia de Consagrados y Laicos para la Misión, animados por un mismo espíritu y un mismo ideal que es: ANUNCIAR A CRISTO DONDE TODAVÍA NO ES CONOCIDO

MISIONEROS DE LA CONSOLATA

Al servicio de la Misión Ad gentes

Si te interesa conocer mása los Misioneros de laConsolata y si el Señorte invita a ser DiscípuloMisionero, comunícate:

JujuyAv. Fuerza Aérea 1527Manzana 222 - Lote 9128 Viviendas “B” (Y4600XAA)Domicilio: Alto Comedero -San Salvador de JujuyTel. (0388) [email protected]

Casa RegionalJosé Bonifacio 1774C.C.21 Suc.11 (B) (C1406GXN)Tel. (011) 4632 3940 Capital [email protected].

Noviciado NuestraSeñora de GuadalupeJuan XXIII 2460 - (B1683DEP)Tel. (011) 48421820Martín Coronado-Buenos [email protected]

Parroquia Nuestra Señorade la MisericordiaSucre 2675 (M5539CZB)Tel.(0261) 448 97 73Las [email protected]

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04 Intenciones / Agenda / Noticias05 Al servicio de la reconciliación, la justicia y la paz06 El perdón es un imperativo categórico para los cristianos10 Dios justifica al que actúa con humildad y no con soberbia en la Misión12 Ricos por ser distintos14 La fecha inolvidable (parte 5)17 Reconciliación y consolación21 Comunidad juvenil misionera Beato José Allamano Mensaje para jornada mundial de las misiones 200924 “Me deliró mal”26 Hacia el segundo sínodo africano Al servicio de la reconciliación, la justicia y la paz28 50 Años caminando con María30 “Yo soy la sierva del Señor”32 Vocación acertada... Felicidad asegurada ¡Qué tremenda verdad!34 Fidelidad de Cristo, del sacerdote

Buzon Misionero .Editorial.

Con Mirada Universal.Biblia y mision.

Actualidad.Testigos.

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Sumario

Propietario:Instituto Misiones Consolata

Registro Prop. IntelectualN° 730654

Edición: N° 434Septiembre-Octubre – Año LIX

Director: Sisto P. Elías, imc

Colaboradores: López Rubén, Chacha Emma-nuel, Sosa Diana, Baldasso Efrén, Greco Juan Carlos,Duran, Alfredo Adolfo, Karrau Sisto, Da-niel Bertea, Hugo Chantada, Comunidad Juvenil Misionera Beato José Allamano, Hna. Déborah.

Fotos: Archivos IMC, Hnas. Mis de la Consola-ta, Sisto Karrau, Jóvenes Jujuy, Colegio “Conso-lata” (Mza). Revista Misiones Consolata.

Redacción: Misiones Consolata

Diseño: Art + [email protected]

Impresión: Zuma Grafica

Miembro de PREMLAwww.portalmisionero.com/premla

* Colaborando para que un joven misionero pueda realizar su voca-ción misionera, preparándose adecuadamente para ir a las Misiones con una BECA anual $ 300 pesos, o mensualde $30, una colaboración voluntaria.

* Ofreciendo oraciones por los misioneros y sacrificios, para que el evangelio ilumine los corazones de todos los pueblos y culturas.

* Sosteniendo económicamente las misiones: con ofrendas volun-tarias y colaboraciones mensuales, ayudando así las obras y las actividades misioneras.

* Dando a conocer la revista “Misiones Consolata”y promoviendo la suscripción entre tus amigos y parientes.

¿Como ayudar a las misiones formando un misionero?

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4 Revista Misiones Consolata

Buzón Misionero [email protected]

Escribanos a:

MENDOZALa parroquia Nuestra Señora de la Misericordia, ya tiene Jovenes Misioneros de la Consolata (Las Heras, Mendoza). “ARDE, LUEGO INCENDIA” es el lema que los chicos del J.M.C. MISERICORDIA ele-gimos para comenzar la vida del grupo en la parroquia. En ella nunca ha existido un grupo juvenil con vocación misionera bajo el carisma de la Consolata. La chispa de este proyecto nació al regreso de dos jó-venes que participaron del encuentro en Buenos Aires. A partir de allí se plantea la necesidad de un Cristo vivo en la comunidad, donde los jóvenes son los indicados para trabajar por ello… Y LA CHISPA COMENZO A AR-DER! “Vengan y Vean”.

JUJUYBuen día hermanos, quería saber, si pudieran consi-derar la posibilidad de donarnos una suscripción de su bella revista para el pequeño grupo de reciente for-mación y que queremos ser misioneros en una capilli-ta del norte argentino de bajos recursos económicos, y que su revista nos serviría para formarnos, animar-nos, capacitarnos, etc. Cuando podamos haremos que los demás y entre todos podamos suscribirnos a ella. Desde ya le agradecemos y rezamos por su vida y ministerio de Amor. ¡Que Dios les retribuya por este gesto fraterno! Un abrazo Fraterno: Rodolfo. Email: [email protected]

Intención MisioneraSeptiembre Para que los cristianos en Laos, Camboya y Myanmar que, con frecuencia, encuentran grandes dificultades, no se desanimen de anunciar el Evangelio a sus hermanos, con-fiando en la fuerza del Espíritu Santo.

Octubre Para que el pueblo de Dios, que recibió de Cristo el manda-to de ir a predicar el Evangelio a todas las criaturas asuma con empeño su responsabilidad misionera y la considere como el mayor servicio que puede ofrecer a la humanidad.

Noviembre Para que los creyentes de las diversas religiones, con el tes-timonio de sus vidas y mediante el diálogo fraterno. Ofrez-can una demostración clara de que el Nombre de Dios es portador de paz.

Diciembre Para que en Navidad los Pueblos de la tierra reconozcan en el Verbo Encarnado la luz que ilumina a toda la huma-nidad, y las Naciones abran las puertas a Cristo, Salvador del mundo.

Septiembre 8 Natividad de la Virgen maría/ Día internacional de la Alfabetización11 día del maestro16 Día internacional para la preservación de la Capa de Ozono25 Ntra. Sra. Del rosario de San Nicolás27 Día de la juventud Allamaniana29 Santos arcángeles miguel, Gabriel, y rafael30 San Jerónimo

OCtubre 1 Sta. teresa del Niño Jesús2 Santos Ángeles Custodios7 N. S. del Rosario/Beatificación de José Allamano11 Jornada mundial de las misiones12 Día de la raza17 Día internacional para la erradicación de la pobreza18 Día de la madre30 Sierva de Dios irene Stefani

NOViembre 1 todos los Santos2 todos los difuntos13 Día nacional del enfermo22 Jesucristo rey del universo27 Ntra. Sra. De la medalla milagrosa29 1° domingo de Adviento Ciclo C

DiCiembre 1 Día mundial contra el Sida8 inmaculada Concepción de la virgen maría9 San Juan Diego10 Día universal de los Derechos Humanos12 N. S. de Guadalupe patrona de América16 Comienza novena de Navidad24 Nochebuena27 Sagrada Familia

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Editorial

Revista Misiones Consolata

Del 4 al 25 de octubre se celebrará en Roma el “Segundo Sínodo para Áfri-ca”. Una asamblea en la que partici-

parán fundamentalmente obispos africanos y que desde su convocatoria despertó un gran interés debido al tema elegido para esta asamblea: “La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, la justicia y la paz”.Este tema apunta aspectos que son canden-tes hoy en las sociedades africanas, en el seno de la Iglesia y especialmente en su misión de anunciar el Reino de Dios en un continente marcado por la violencia, las injusticias, los conflictos tribales.África es el continente con mayor crecimien-to anual de cristianos en el mundo. Cada año hay más bautismos. En algunos países africa-nos seminarios y noviciados de religiosas tie-nen más candidatos de los que pueden reci-bir. Se crean parroquias y diócesis nuevas. Sin embargo, a África no le bastan los números. Los africanos se esfuerzan por vivir su fe cada día con mayor entusiasmo. Los laicos se mue-ven. Sacerdotes y religiosas se empeñan cada vez más en el trabajo misionero dentro y fue-ra de África.La Iglesia africana no se cierra en sí misma. Comparte las alegrías y esperanzas, los pro-blemas y desafíos de la sociedad africana en su conjunto. La penosa situación de violencia e incluso las guerras y conflictos. Además, pobreza, enfermedades y especialmente el VIH/SIDA, son peligros reales que han exter-minado o diezmado poblaciones enteras.

Este segundo Sínodo se celebra 15 años des-pués del primero, que tuvo lugar también en Roma en 1994. Fruto de aquel encuentro fue el documento de Juan Pablo II “La Iglesia en África”. Aunque con el paso de los años son muchos los que señalan que aquel trabajo de los obispos y el documento del Papa, donde se daba gran importancia a la opción por los pobres, no han sido asimiladas en muchos rincones del continente y apenas han tenido influencia en el camino de la iglesia africana.Recordemos que el Primer Sínodo Africano consideró cinco aspectos referidos a la misión evangelizadora de la Iglesia en África: princi-palmente, Evangelización, Inculturación, Diá-logo, Justicia y Paz, y Medios de Comunica-ción Social. Debido a la necesidad urgente de buscar “caminos para superar la situación crí-tica africana”, en estos campos, el Segundo Sínodo Africano acentúa la reconciliación, la justicia y la paz, no aisladamente sino como una pieza en el todo. Por lo tanto, la tarea de reconciliación, de justicia y paz es un desafío no sólo para el valor testimonial de la Iglesia africana sino también, en un mundo globalizado, para la Iglesia universal. Tanto los que perpetran la injusticia como quienes la padecen necesitan la liberación ofrecida por la Buena Nueva de Jesucristo: la invitación a reconciliarse, o me-jor todavía, al perdón, en la que una actitud espiritual “se ofrece para una real purifica-ción de la memoria y una paz consistente”.

P. Sisto Karrau, imc

Al Servicio de la reconciliación,la Justicia y la Paz

Hacia el Segundo Sínodo Africano

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Con Mirada Universal

Revista Misiones Consolata

¿Cómo nace este impulso por motivar el perdón y la reconciliación?Dos raíces. Una vez terminados los estu-dios me especialicé en temas de resolución de conflictos, con la suerte de tener cerca a importantes especialistas. Colombia vivió puntualmente entre 1998 y el 2000 el des-peje militar de una zona, equivalente en extensión al territorio de Suiza, región que hoy se denomina San Vicente del Caguán. Durante esos años de allí se retiraron el Ejército y la Policía y la seguridad quedó en manos de la comunidad civil, la Iglesia y la guerrilla, conformándose un grupo para atender los problemas cotidianos de un pueblo, como son los robos, los borrachos y las peleas que se dan habitualmente.Al concluir esos tres años la resultante fue el fracaso. Todo fue un ejercicio penoso de negociación. La conclusión fue que tuvi-mos sobre la mesa las causas objetivas de la violencia, como la pobreza, la exclusión,

falta de educación y de salud, em-pleo, etcétera. Cada semana

hacíamos las famosas audien-cias. Preparábamos material con antecedentes y distintos análisis. Así sumábamos to-

calle pidiendo comida o durmiendo en un banco de plaza. Así nace una conclusión significativa: escuela y familia son los es-cenarios donde se construye la paz o la guerra, no sólo de Tirofijo.

¿Guerrilla, narcotráfico y paramilita-res?La guerrilla nace en 1959 o 1960, en medio del fervor de la revolución cubana, cosa que animó mucho a estos grupos en La-tinoamérica, especialmente en Colombia. Las FARC son de esa época, en la cual no había narcotráfico. Este nació entre 1970 y 1975, cuando comenzamos a ver los primeros plantíos de coca y la guerrilla encontró apoyo material para su actividad subversiva, con la compra de armas, pago de personas. Desafortunadamente con la guerrilla de izquierda también se gestaron grupos indígenas subversivos y otros ur-banos también de izquierda. En los años 80 se sumó la reacción de los grupos de derecha, cuando propietarios de fincas o de empresa, crean “ejércitos” privados, dando nacimiento a los grupos paramilita-res, apoyados desafortunadamente por el

neladas de papeles sobre las causas ob-jetivas, olvidando tomar las motivaciones subjetivas, como son la rabia, el resenti-miento – que es la rabia sentida dos, tres o 20 veces-, y, finalmente, los deseos de venganza. Con lo cual es muy fácil pasar a la violencia. Esa frustración me impulso a formular una propuesta superadora.

¿Qué impulsa a ejercer la violencia?Con Manuel Marulanda Vélez, llamado Ti-rofijo, fundador de las FARC, tuvimos dos coincidencias: somos del mismo pueblo y nacimos el mismo día: 13 de mayo, aun-que él dice el 12, pues le da mucha pena reconocer que nació el día de la Virgen, según se celebra en Colombia. Al compar-tir con él comprobé mi hipótesis, cuando me comentó que vivía muy resentido de-bido a un profesora que siempre lo castigó por no aprender matemática, en concre-to la tabla de multiplicar. Esta actitud le impidió terminar sus estudios primarios, pues la maestra pensaba que saber ma-temática era lo más importante en la vida. La otra rabia, y no era para menos, era no haber conocido a su papá y pertenecer a una familia pobre, por lo cual vivió en la

El Perdónes un imperativo categórico para los cristianos

Escuelas de Perdón y Reconciliación

Entrevista de Hugo Chantada, de V R

P. Leonel con un grupo de chicos

Leonel Narváez, quien visitó la Argentina, y dialo-gó con Valores Religiosos, nació cerca de Medellín hace 60 años, es sacerdote Misionero de la Conso-lata. Trabajó en Kenya y Etiopia (1979-1989) y luego (1990-2000) en la región amazónica de Colombia, donde actúo como facilitador de negociaciones en-tre el gobierno y los guerrilleros de las FARC ((Fuer-zas Armadas Revolucionarias de Colombia). Estudió en Italia, cursó sociología en la Universidad de Cam-brigde y terminó sus postgrados en Harvard

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Ejército oficial. Esto hoy está más que com-probado, más allá de los últimos esfuerzos gubernamentales por facilitar procesos de negociación, aún resta no menos de 5 o 6 años.

¿Cantidad de efectivos?Unos 53 mil guerrilleros se han entregado, gracias a una ley denominada de justicia y paz, que permite a quienes confiesen sus crímenes no tener una pena mayor a los ochos años de cárcel. Se entregan porque se ofrece un ambiente conocido, seguro y, a la vez, por no tener una pena mayor a los ocho años. Empero restan otros quin-ce mil, especialmente jefes que, según se ha comprobado, se han instalado en te-rritorios de Ecuador o Venezuela. Además habrá que ver que se hace con un Ejército que debido a estas circunstancias cuenta con 500 mil efectivos.

¿Cómo se pasó del fracaso a la ac-ción?Fue doloroso el fracaso en las negociacio-nes, como experto en resolución de con-flictos y mediación. Incluso es una ofensa para la propia ciencia de la sociología. Lo fui comprendiendo con otras experiencias. Por ejemplo la de parejas que llegaban a la instancia del divorcio. En estos casos también uno resuelve las causas objeti-vas: la casa, los niños, el auto, esto o lo otro, dando respuesta a lo exterior, lo que está fuera de nosotros. Pero queda una rabia, un resentimiento, que sin resolverse persiste y es la causa de más conflictos, más allá de que estén separados.

¿Cómo encontrar una solución a las causas de la violencia?Diría que hay una espiritualidad, unos va-lores milenarios que ya están inventados: el perdón y la reconciliación. Me puse a estudiar y no saben la riqueza tan enorme que tienen estos dos elementos. La prime-ra impresión es visualizar el escándalo en

el cual la Iglesia, la Católica sobre todo, era la más ignorante en el eje central del men-saje de Jesús. Uno que recorre el mundo y habla con religiosas y sacerdotes, debe reconocer que no se vive ese plus. Eso es el Reino de Dios, que vino a predicar. La Eucaristía, la Iglesia, la jerarquía, los sa-cramentos, todo tiene su raíz ahí. Vamos a misa, rezamos rosarios, cumplimos con esto con lo otro, pero no sabemos amar. Así nos encontramos los curas….Cuando se trata de amar a un vagabundo ahí se nos acaba el cristianismo y nos encuen-tran “bajitos de aceite”.

¿Cómo juega la memoria?Lo primero es entender cuales son las causas subjetivas de la violencia, que no se ejerce sólo con el uso de armas, pues la peor se formaliza con la palabra. Hay que descubrir los factores mínimos que la originan. La reacción inmediata son dos emociones primarias que brotan, como fusibles que se queman: rabia o miedo. Complementarias.Al no controlarse la rabia con una inteli-gencia emocional se genera el rencor (que es la rabia resentida) y la persona vive de-volviendo el casette de la memoria ¿Cómo es posible que me haya hecho esto? Al in-sistir llega el deseo de venganza. Circuns-tancia que ocurre a corto plazo o en aque-llos tiempos acumulados durante siglos, así lo hacen familias a través de los años. Dos ejemplos colectivos son los indígenas, con mucha razón pues fueron oprimidos, aporreados. Mantienen un lenguaje de pa-sado, porque recuerdan lo sucedido a par-tir de 1492, con todos los robos que hubo y, con razón, viven una rabia acumulada, trasmitida generación tras generación. Cuando una comunidad como los indíge-nas o los negros vive refiriéndose al pasa-do las narrativas, los relatos, los lenguajes, son siempre del ayer y esa memoria ingra-ta lo mantiene esclavo, amarrado al pasa-do, sin proyección. Hasta que los grupos

colectivos no lo superen no progresarán. Un mecanismo similar genera la persona que cultiva las rabias y los rencores de un divorcio o de una ofensa particular.

¿Cómo salir de ese pasado y formular relatos de futuro?Todo pasa por transformar la evocación ingrata en memoria grata. Ahí entramos en campos de neurología, neurolingüis-tica, de espiritualidad, no de religiosidad pues es la que te lanza hacia el futuro. Ahí se pone en juego el ejercicio del perdón, que permite mirar al futuro. El perdón se transforma en un ejercicio de política, de democracia, de estética de la vida y hasta evita trastornos fisiológicos, porque acu-mula basura. Esto es lo que pretendemos hacer con ayuda de las ciencias sociales en nuestros encuentros, pues uno no olvida, pero sí puede mirar con otros ojos la ofen-sa. Ahí esta el desafío.

¿Cómo diferenciar perdón de recon-ciliación?Es extremadamente útil diferenciar per-dón de reconciliación. El perdón es un ejercicio de limpieza personal. La limpieza la hago yo. La reconciliación, en cambio, es un camino hacia el ofensor. Es una ac-ción relacional que exige verdad, justicia, reparación y un pacto para que no vuelva a suceder.Antes de ir al otro hay que hacer un ejerci-cio amplio y profundo. También compren-der que el ofensor o victimario no tiene la llave de la reconciliación, la tiene el ofen-dido. Este es el poder del ofendido. El gran drama del victimario es que no se puede perdonar solo. Lo perdona el ofendido. Sí puede, y debe hacerlo, el victimario es perdonarse así mismo.

¿Es un derecho?Si el perdón es una necesidad al igual que la educación, la salud… es un derecho humano. Concepto que recién ahora nues-tras culturas comienzan a asimilar.Una de las necesidades más grande que tiene una persona ofendida es hacer pú-blica su ofensa. Es decir que la ofensa se convierta en una ofensa pública, por eso es político, es un reconocimiento, al igual que cuando ponemos una estatua. Cuan-do tenemos una persona que reconoce nuestro dolor tenemos un ejercicio de

Talleres de escuelas de perdón

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Con Mirada Universal

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pensadoras más influyentes del siglo XX, subraya que el perdón no es sólo un re-curso religioso es una virtud política. Las dos cualidades del ser político son dos. Una hacer promesas. Una de las expre-siones más sencillas de la democracia es el semáforo, que es un pacto, una pro-mesa entre varios, Uno se compromete con luz roja a no pasar y los demás viven con esa confianza y prometen hacer lo mismo. Esa promesa es la que sostiene las culturas humanas. Se puede aplicar a cualquier otra cosa. En definitiva ¿qué es el matrimonio?, una promesa, hecha pú-blica; ¿qué es un banco?, una promesa, me cuida la plata y si hago un cheque lo paga. Hasta lo ético es una promesa, ¿qué otra cosa es un código de ética?, un com-promiso. La otra cualidad es perdonar, porque hace que las personas no queden fosilizadas en la culpa de lo que hicieron, pues yo la redimo de la irreversibilidad de su pasado, perdonando. La hago nue-va, le permito que vuelva a empezar. El perdón es la capacidad de crear personas nuevas. Dos cualidades del ser humano: promesas y perdón, como una capacidad política. Hannah Arendt llega a decir que cuando no se es capaz de perdonar se cae en el totalitarismo, Entonces el perdón será un tema de política internacional.

¿Y en escenarios cristianos?Cuando uno lleva esto a escenarios mas cristianos, se comienza a descubrir la es-piritualidad tan profunda que tiene el per-dón, en el sentido de que en el fondo es una forma muy clara de mostrar lo divino que tienen los seres humanos, sobre todo desde la perspectiva de Jesús que hizo del Reino de Dios el centro de su mensaje, re-cuperado del Antiguo Testamento, que en su época no era conocido. El significado de Reino de Dios no es más que expresar el amor en medio de esa cantidad de re-glas y castigos en que se vivía en la época de Jesús. Dios es misericordia, libera no castiga, es un Dios de perdón, una au-téntica revolución. El culmen del mensaje es la Cruz, que expresa la necesidad de llegar al extremo de ofrecer la vida por las faltas de los demás, lo mas absurdo e incoherente del cristianismo. No sólo perdonar, perdonar lo imperdonable y lo máximo: llegar a ser corderos que quitan, lavan, los pecados de los demás. Aquí lo

más profundo del cristianismo, que se hace cuesta arriba.

A nosotros, Misioneros de la Consolata, el fundador nos decía que tenemos que ser expertos en la misión; yo digo hemos perdido tiempo en la misión, pues nos he-mos ido por las ramas y no hemos tocado lo más esencial de la misión. ¿Qué impor-ta que un chico para la primera comunión no sepa el credo y los sacramentos? ¡Qué importa eso! Lo que importa es que sepa perdonar, amar, y adquirir esa columna vertebral del cristianismo. Los curas nos pasamos perdiendo el tiempo enseñando a un chico que se aprenda el “Yo peca-dor” o “El Credo”. Jesús dijo: vayan y bauticen a todos y eso quiere decir már-quenlos con el amor de Dios, con el entu-siasmo, y nosotros le entendimos que hay que bautizarlo hacer la partida de bautis-mo, inscribirlo en los libros y mandar los datos a Roma para que las estadísticas di-gan que este año el cristianismo aumento un tanto por ciento… Todas las religiones hacen lo mismo, entonces vivimos pelea-dos luchando por el poder.

¿Llegamos a la reconciliación?Primero es bueno saber que puede haber perdón sin reconciliación. Hago el perdón como un regalo para mí, lo acepto sim-plemente pues acepto la limitación del ser humano. Si perdono algún día podré ser perdonado. Perdonar a los padres, a uno mismo, incluso perdonar a Dios mis-mo que nos hizo así. También debemos comprender que no hay reconciliación sin perdón, pues exige un mínimo de proceso personal, al menos unos minutos de ejer-cicio. El perdón es un ejercicio complejo.

¿Cuáles son los pasos?El primero que decide perdonar es el que lanza el puente, y el puente se pue-de construir de ambos lados, pero casi siempre comienza del lado de la victima. Siempre existe la posibilidad del rechazo.

catarsis, limpieza de aquello que tenemos por dentro. Una persona que grita su dolor realiza un ejercicio indispensable: contar lo que le pasa y ser reconocido en públi-co. Es un trampolín para iniciar el ejercicio del perdón. Aunque cueste, nadie quiere quedar atado al ayer, por el dolor, aunque se haya cometido la injusticia más grande del mundo. Dado ese paso, trascendental, de los más grandes que puede dar un ser humano, invitamos a generar compasión, bondad, ternura, que es lo más significa-tivo que podamos lograr. Hacerle ver de donde viene para hacerle pasar de victima a una palabra que viene del latín Víctor, victorioso, el cambio es de víctima a vic-torioso. Un proceso que lleva no menos de 40 horas de trabajo, pues es un discurso de emociones, de conducta.

¿Qué papel juega la religión?Es un ejercicio espiritual no religioso, pues cada uno le aplica la religiosidad propia, por eso nosotros somos un movimiento ecuménico. Es una propuesta transversal a todas las religiones. Si algo nos va a re-unir en el futuro a todas las religiones es el esfuerzo por perdonar, por reconciliarnos. Es encontrarnos en lo más hermoso de la humanidad que es una misericordia que no tiene fin. Eso es la santidad y que la ex-prese como budista, hinduista, musulmán … poco importa.

¿Cómo juega la conquista de fieles?Debemos esquivar el poder, que se expre-sa por el proselitismo, a todos nos interesa tener más y más prosélitos, para tener más y más poder, hasta que nosotros no rom-pamos tal perversidad nuestras religiones serán causa de violencia, como lo son hoy en muchos lugares del mundo. Nosotros estamos fracasando, pues no estamos aplicando los principios de Jesús, que es el inventor o el que le dio, si quieren, el realce al tema del perdón al decir hay que perdonar hasta lo imperdonable, hay que perdonar 70 veces siete, es decir siempre. Presenta el perdón como el imperativo ca-tegórico de la existencia.

¿Va más allá de lo religioso?Ciertamente, hablo del

perdón como una virtud política. Hannah Arendt (1906/1975), una de las

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conocerla, pero hasta donde se toca la dignidad, por eso es necesario el me-diador. Es bueno conocer la verdad, pero demasiada verdad es revictimizante. Hay momentos de tanta verdad que termina por hacer mal. Entonces, ¿de qué sirve? Es importante saber quien lo mató, por qué lo mataron y dónde están los huesos. Los detalles no. La verdad hasta donde se puedaOtro regla para la reconciliación es la justicia. Con el esfuerzo de orientarnos a modificar el paradigma tradicional de la justicia punitiva, que nos han metido en el cerebro, por instaurar una justicia restaurativa. Se debe comprender que la reconciliación no tiene por finalidad cas-tigar sino recuperar al ofensor. Es aquí donde podemos decir que las cárceles es la oficialización de la venganza pública.La impunidad total fracasó, con un 60 % o más de reincidencia. Sale y vuelve, reincide. La persona no se recupera Está comprobado que la pena de muerte o la pena perpetua no sirve. Por eso la necesi-dad de una justicia restaurativa, pues no es cuestión de ganar o perder, se necesi-ta un mediador, alguien que acompañe. Se debe superar aquello de que la justicia es que el otro sufra tanto como yo. La re-paración es una de las claves. Allí está el futuro de la humanidad en un hombre que pueda ejecutar la reparación que es la expresión de la auténtica justicia.El mal causado no se restaura. Con creatividad se deben generar formas de reparación que van más de la acción material, que puede convertirse en otra ofensa, como el dar dinero por la muer-te de un familiar. Así se experimentó en Colombia cuando se dio dinero. Fue más efectivo para perpetuar el orgullo dar a un salón de la universidad el nom-bre de quien fue asesinado o como ocurre en Brasil al obligar a tener un 40 por ciento de negros en las universidades, como forma efecti-va de reparación. Conviene evitar reparaciones colectivas, pues dis-minuye lo personal. En lugar de devolver tierras ir por el camino de dar facilidades, ampliar, para obtenerlas.Otro paso es el formalizar pactos

o sea el compromiso que no vuelva a su-ceder. Estos hay que ritualizarlos y pro-tocolizarlos. También llegar a la celebra-ción de la reconciliación. Esta tiene que ver mucho con la vivencia cristiana, pues es el pleno ejercicio del amor, en su más cruda realidad. Misión de la Iglesia que no hemos logrado entender, aquí esta el cambio central que se dará en el futuro, en lograr entender estos ejes centrales

¿Cómo definir el amor?Cuando mis padres cumplieron 50 años de casados, le preguntaba a mi madre ¿qué hace al matrimonio feliz? Y ella respondió con firmeza y convencimiento: “la historia de un matrimonio feliz es la historia de muchos perdones”. El perdón es salud, paz, ejercicio de humanidad. El perdón es la estética de la vida.“No hay futuro sin perdón y reconcilia-ción”, frase de Nelson Mandela, hecha célebre por Desmond Tutu, sintetiza el mensaje que procura hacer realidad la Fundación para la Reconciliación. Funda-da en 2001 por un grupo de colombianos liderados por Leonel Narváez sus funda-mentos pasan por el perdón que trans-forma la memoria y una reconciliación sobre la base de confianza. Y convoca a los cristianos al perdón como imperativo categórico de la existencia, mientras se visualiza que si algo reunirá a todas las religiones será el esfuerzo por perdonar, por reconciliarnos. Hoy la fundación lle-va adelante las Escuelas de Perdón y Re-conciliación (ESPERE), en 40 municipios de Colombia, y ciudades de Brasil, Perú, Chile, República Dominicana, México, Canadá y Estados Unidos, con otras ex-periencias en Sudáfrica, Etiopía, Senegal, Italia, y España.

Cuando uno la ofrece ya queda tranquilo, me considero una persona crecida, evolu-cionada. No es necesario que el victimario lo pida. El perdón es una decisión perso-nal, es una decisión para uno, es diferente a la reconciliación. No dependo del que me ofendió para poder perdonar. El perdón no quiere negar la justicia, por-que mientras hago este ejercicio conmigo, la justicia va haciendo su curso. El ejerci-cio del perdón es independiente de que la justicia construya su camino. El perdón no quiere decir negar la justicia. Tampoco ol-vidar. No es un ejercicio barato. Entendido como un ejercicio de crecimiento, de salud personal y pública, entonces estoy listo para la reconciliación, que se puede ex-presar en tres niveles o formas. El mínimo es la coexistencia. Hacemos un acuerdo, vos por allá y yo por acá, tal como perro y gato en la casa. Otro ejemplo se puede dar con un borracho en una familia cuando se llega a pactar, uno por un lado y el otro por otro, para terminar con las ofensas, las agresiones. El grado más bajo que es la tolerancia.Otro nivel es la convivencia, donde ya hay un proyecto común, y, finalmente, la co-munión, que constituye la relación ideal. Cualquiera de los tres no es más que un ejercicio de reconstrucción de la confian-za. Si en el perdón es transformar la me-moria, en la reconciliación se reconstruye la confianza.

¿Qué rol puede tener un mediador?La reconciliación es más eficaz cuando tiene un mediador. Hace dos años un matrimonio joven, Fernando y Laura, mé-dicos con dos niñas, me presentaron su caso. Ella acusándose de mala persona y él con las pruebas de las infidelidades de la mujer dijo: “Mira cura te escuché eso de perdonar lo imperdonable y quiero que me enseñes ese ejercicio de recuperar la confianza”.Y lo primero es la verdad. Es esencial

Dinámicas de los talleres de perdón

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Biblia y Misión

Revista Misiones Consolata

IntroducciónDios justifica al que actúa con humil-dad y al que vence la soberbia en la mi-sión. El verdadero discípulo de Cristo, por tanto, es aquel que actúa y ora con humildad, sin despreciar a los demás, como siempre hizo el Señor. Es aquel que vence la soberbia, el orgullo, la au-tosuficiencia en su vida y en la misión. Porque “el que se alaba será humillado y el que se humilla será alabado” (Lc 18,13). Para poder aprender la humil-dad en nuestra vida cristiana y en la mi-sión, vale la pena reflexionar la parábo-la del fariseo y el publicano que Jesús dirige a algunos que se tienen por justos y desprecian a los demás, en el Evange-lio según san Lucas (Cf. Lc 18,9-14).

Según esta parábola: “Dos hombres su-bieron al templo a orar. Uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo, puesto de pie, oraba en su interior de esta mane-ra: ‘Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos, adúlteros, o como ese publicano. Ayuno dos veces por se-mana y doy la décima parte de todas mis entradas’. Mientras tanto el publi-cano se quedaba atrás y no se atrevía a levantar los ojos al Cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: ‘Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador’” (Lc 18,10-13).

¿Qué mensaje tiene esta parábola?Como se ve en el versículo 9, Jesús se dirige a los que se creen justos y des-precian a los demás. Y utiliza la figura del fariseo para representar mejor esta actitud inaceptable de soberbia. Los fariseos se empeñaban mucho en cum-plir la Ley de Dios y multiplicaban los ayunos y las obras de misericordia. Así que se creían buenos y justos a partir de este cumplimiento a cabalidad de las normas y preceptos. Y por eso se sen-tían con todo el derecho de pedir a Dios el premio por sus obras buenas y por su vida ejemplar. En este caso el fariseo de la parábola es prototipo del que se cree justo, el orgulloso, el altanero, y el que desprecia a los demás. Jesucristo no acepta esta actitud del fariseo. Por

eso utiliza la actitud del publicano para desenmascarar la del fariseo, como en-señanza para lograr la justificación a los ojos de Dios.

Los publícanos eran cobradores de impuestos. Los judíos los considera-ban “pecadores públicos”, “impuros” y “traidores”, por cobrar impuestos a los pobres al servicio de los romanos y por estafar a la gente. La figura del pu-blicano que Jesús utiliza en la parábola es prototipo del pecador que con humil-dad reconoce su pecado y pide perdón. El publicano de la parábola representa al que, delante de Dios, se siente abso-lutamente indigente y necesitado de la misericordia divina, y por esa actitud logra la justificación. El fariseo no lo-gra la justificación porque por su vida ejemplar, cree que no la necesita, y por eso no ve la necesidad de pedirla. Dios no justifica al fariseo por su actitud de soberbia y de desprecio frente a los de-más. Él creía que había cumplido todo lo que las normas y preceptos le pedían, y por eso no se preocupó de pedir el per-dón como lo hizo el publicano. Al él le importaba solo darle gracias a Dios por su vida ejemplar y por no comportarse como un publicano o como los demás que son ladrones, injustos, adúlteros (Cf. vv. 11-12).

Pero, ¿no debemos darle gracias a Dios por cumplir algo bueno que rea-lizamos?

por: P. Emmanuel Pius Chacha imc

y no con soberbia en la Misión

justifica al que actúacon humildad

Dios

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nos pequeños, de reconocer nuestros errores y de pedir perdón por ellos. Sin embargo, Jesús nos dice claramente que esa es la mejor actitud. Es la que nos eleva y nos acerca a Dios: “Les aseguro que éste (publicano) volvió a su casa justificado” (v.14). Hay que re-cordarnos siempre que: “quien se alaba será humillado y quien se humilla será alabado” (v.14). Y el que se cree jus-to, despreciando a los demás, como el fariseo, no será justificado en su vida y en su misión. Debemos recordarnos que, para lograr la justicia divina hay que imitar la actitud de humildad y de sencillez del publicano: “Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador” (v.13).

Jesucristo nos invita a la humildad si queremos gozar de la verdadera justicia que vale a los ojos de Dios. La justicia que adquirimos de Dios, no a fuerza de nuestros méritos ni de prácticas reli-giosas rigurosas, sino a través de una actitud humilde y confiada. Esa justicia es un don que Dios otorga a aquellos que, con humildad y sencillez de cora-zón, esperan de él misericordia y santi-dad. Dios jamás desprecia a un corazón arrepentido y humillado (Cf. Salmo 51 (50), 19).

Así que en nuestra vida cristiana y en la misión, debemos tomar la actitud del publicano de la parábola. Jesús no aplaude las faltas morales del publi-cano, sino su actitud de conversión, de humildad y de confianza total en la misericordia divina: “¡Dios mío, ten

piedad de mí, que soy un pecador!”. De igual manera, Jesús no rechaza los esfuerzos del fariseo de cumplir la ley, sino de su actitud de soberbia, de creer-se justo y peor aún, de despreciar a los demás. Hay que evitar esa actitud en la misión.

Sabemos con claridad que es fácil acer-carnos a Dios cuando nos sentimos buenos, y que la vergüenza del pecado, en cambio, nos aleja de Dios y nos hace olvidar que Cristo nos amó y se entregó para nuestra salvación. Jesús nos invita a mirar con sinceridad nuestro interior. Quiere que aceptemos con humildad que todo lo que Dios nos concede, no depende de nuestros méritos sino de su bondad y gratuidad. Además, depende también de nuestra confianza total en Dios. Es bueno agradecerle a Dios por nuestros logros en la misión, que son en realidad frutos de su bondad y com-pasión. Pero debemos evitar siempre hacer comparación o sentirnos superio-res frente a los demás, como es el caso del fariseo de la parábola. No hay que despreciar a los demás simplemente por el hecho de que tomaron el cami-no diferente o que no lograron lo que nosotros hemos logrado. Jesucristo nos invita hoy a vivir extravagantemente la humildad. Hay que recordarnos que si aceptamos con humildad y sinceridad nuestra pequeñez ante Dios, lograremos elevarnos hasta la comunión con Él. Y así gozaremos de la justicia divina.

- Pregunta para reflexionar:* ¿Qué enseñanza nos deja la pará-bola del fariseo y el publicano en la vida cristiana y en la misión?* ¿Cuántas veces hemos actuado con la actitud del fariseo en la mi-sión? ¿Somos capaces de vencer la soberbia en nuestra vida cristiana y en la misión?* ¿Qué nos enseña la actitud del publicano en nuestra vida cristia-na? ¿Somos capaces de reconocer nuestras faltas y arrepentirnos, como lo hizo el publicano?

Es bueno dar gracias a Dios por com-portarnos bien y por evitar el pecado. Pero debemos evitar la actitud del fa-riseo: la soberbia, el orgullo, el des-precio por los demás. La actitud que el Señor desenmascara y, al contrario, alaba abiertamente la del publicano: la humildad y la sencillez. Hay que agra-decer con humildad y sencillez si nos comportamos bien, pero no nos sinta-mos buenos o justos ni despreciemos a los demás. No debemos atribuirnos a nosotros mismos el mérito de nuestra vida ejemplar. La justicia divina es un don que Dios otorga a los que esperan de él humildemente el perdón y la san-tidad.

Entonces, ¿qué debemos hacer para lograr la gracia y la justicia divina en la misión?¿A quién no le gusta contar con orgullo si todo le va bien? A muchos nos gusta enorgullecernos como el fariseo. Nos gusta compararnos unos con otros y sentirnos mejores que los demás. Pen-samos que nuestro camino siempre es mejor que el de los demás. Hasta en nuestras oraciones no podemos evitar la tentación de presentarnos a Dios mostrándole nuestros méritos. Nos sen-timos orgullosos cuando agradecemos a Dios por comportarnos bien, por lo mu-cho que hemos progresado en la vida o en la misión, por las buenas obras que realizamos cada día para el bien de los demás, etc. Y, al contrario, nos resulta difícil tomar la actitud del publicano de la parábola: de humillarnos, de sentir-

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Actualidad

Ricos por ser distintos

En el número pasado de esta revista, en la sección “Rincón Jovén”, hablábamos de las tribus urbanas. Hoy, y en el con-texto de Octubre, el mes misionero, quisiera hablar de lo que

tal vez es más tradicional, como es la diversidad cultural que tiene como raíz la diversidad de naciones, cada una con su situación de vida, pero preguntándonos cómo afrontamos esa realidad muy pre-sente y viva entre nosotros.Desde hace ya bastante tiempo se habla del mundo como de una aldea globalizada. Todos podemos llegar -al menos electrónicamen-te- a muchos y los más distantes lugares del mundo. Algunos pueden viajar, visitar y hasta vivir aquí o allá.En realidad esto no es una novedad. Seguramente si uno se retrae en la historia, el hombre caminó, se movió, circuló... y hasta conquistó aldeas, pueblos, imperios! Hoy hay tal vez más miedo y más con-troles de estos movimientos, aún cuando los medios para realizarlos son más simples y mayor número de personas tienen acceso a ellos. Creo que hay cambios y viajes – algunos esporádicos- que se multi-plican por turismo, por convenciones y encuentros, por conocimien-to y educación, y hasta por ayuda humanitaria y espiritual, todos los cuales tienen su ganancia, beneficio y en cierto sentido hasta placer. Pero muchos de ellos se dan porque no hay alternativa. Algunos lo hacen por cuestiones políticas, otros por cuestiones sociales que en última instancia ponen en peligro su vida. Recuerdo estando en Kenya, cuántas personas de Somalia y Sudán principalmente –y al-gunos otros de Uganda, Etiopía, Eritrea...- que se acercaban a la parroquia aduciendo que venían casi escapando de sus países, para encontrarse con situaciones muy difíciles, de tener que dormir en la calle, esperando días y días la atención de la UNHCR (siglas en inglés que hacen referencia al Alto Comisionado para Refugiado de las Naciones Unidas), y que en el mejor de los casos terminaban en campos de concentración, mientras que muchos otros tenían que rebuscársela por su cuenta o volver a sus países. Un gran aporte lo brindaba la JRS (Jesuit Refugee Service, un centro Jesuita de atención para los refugiados, quienes trabajaban también dando una mano a las Naciones Unidas). Para muchos, creo que ir a Kenya era ir a morir en tierra extranjera. Sin embargo, cuando el dolor y los deseos de cambiar son tan grandes, pareciera que tampoco se miden las consecuencias. Y eso me hace acordar aquellas palabras de León Gieco: “Sólo le pido a Dios, Que el futuro no me sea indiferente, Desahuciado está el que tiene que marchar a vivir una cultura di-ferente.” Ojo, que creo que esto es solo válido cuando uno se siente

obligado a hacerlo y no cuando lo hace por opción, como es nuestro caso!

Ni hablar de la migración asiática a lo largo y ancho del mundo; de la inmigración africana en Europa y desde la propia Europa del Este, con todo lo que eso trae acarreado de aceptación y rechazo. Recorde-mos las huelgas provocadas por los “negros” en Francia reclamando sus derechos.Pienso que Europa no puede olvidarse que así como nosotros, tantos otros países a lo largo del mundo les ayudó y les abrió las puertas en momentos muy difíciles para ellos. Claro que no es lo mismo, la distribución geográfica de los países europeos como el nuestro, por ejemplo. Pero, ¡ciertamente tampoco es la misma la distribución de la riqueza! Actualmente hay leyes y estructuras políticas, económi-cas y sociales que facilitan u obstaculizan la interacción entre las culturas. A algunos se les facilita ir o venir porque tienen los medios adecuados, porque no hay grandes dificultades en lo que a documen-tación se refiere; y creo que un buen número, porque ofrecen o traen ganancia económica a alguien.Para nosotros, en un país que ha sido llamado justamente desde anta-ño “un crisol de razas”, hoy que seguimos apostando por él, después de las elecciones, donde el desafío más grande está en mirarnos a la cara y construir la nación -como dicen los Obispos-, no podemos no hacerlo sino en una actitud de convivencia respetuosa y enriquece-dora hacia todos nuestros hermanos, sean o no argentinos.Según la zona a la que hacemos referencia en nuestro país, nos en-contramos con una influencia mayoritaria de un grupo de personas extranjeras. Hace unos meses, por motivo de la tramitación de resi-dencia de uno de nuestros novicios tuve que ir hasta la Oficina de Migraciones. Según nos dijeron, estaban haciendo entrega de 500

Por: P. Daniel Bertea, imc

Se viene la primavera y en algunos lugares las golondrinas nos recuerdan que es tiempo de cambio, de tomar otros rumbos. Todos gozamos porque cambian los días, supuestamente llegan los días donde abrimos puertas, ventanas y corazones a lo nuevo, al aire fresco... a la vida. Para los animales, los cambios climáticos significan cambiar de lugar. Algunos animales, dicen los especialistas, son capaces de captar la cercanía de un desastre natural y ante ello se ponen en camino, y emigran. En realidad, también nosotros, los seres humanos cambiamos. A veces nos damos cuenta y otras veces no. Si algo tiene en común en ciertas ocasiones estos cambios es la ley de supervivencia, la cual en última instancia, es promover y luchar por la vida.

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Revista Misiones Consolata

números por día para ser atendidos. Las personas llegan desde tem-prano, hacen las largas colas... y un buen número, para que les di-gan, al final: “No hay más números”, y la gran mayoría son de paí-ses latinoamericanos, por el actual régimen de regularización de su estado en acuerdo con países del Mercosur, que les permite circular, estudiar y trabajar libremente en el país, por un período inicial de dos años. Eso fue causa de notas en los periódicos hasta que parece que comenzaron a dar números por teléfono.En nuestro país dicen que entre un 40 y un 65% de la población ar-gentina tiene entre sus ascendientes a inmigrantes italianos ingresa-dos entre 1870 y 1970, que se ocuparon de agricultores, jornaleros, artesanos, comerciantes, profesionales liberales, y algunos llegaron sin profesión. Entre 1880 y 1930, la media porcentual sobre el total de españoles se situaría entre un 15% y un 20%. Luego ingresaron alemanes, judíos, británicos, croatas, franceses, gitanos, irlandeses, de los Países Bajos, polacos, ucranianos, entre otros. Y de nues-tros países latinoamericanos los números más altos corresponden a Bolivia (5%), Paraguay (1,5%), Chile y Perú (0,5% cada una), de Uruguay y en menor escala al resto de los países. Mi objetivo no es hacer la historia de movimientos y migraciones en nuestro país y en el mundo. Tampoco ponerme a llenar estas páginas de datos que podemos encontrar y que cambiarán segura-mente a corto plazo. ¿Para qué? ¿Para estar más informado? Podría ser, pero quisiera ir más allá.Me interesa que pensemos cómo tratamos a éstas personas. Es inte-resante que a pesar de la importancia que parece tener la economía para habilitar o cerrar puertas a personas, grupos, países, aliados, sin embargo muchas veces la ideología juega un papel fundamental. ¿Recuerdan los hechos ocurridos en el mes de Mayo por aquellos manifestantes contra la creación del Estado de Israel? Posiblemente porque en lo más profundo de cada uno, aunque no siempre veamos el signo pesos, nuestra mente está enriquecida por una concepción de la riqueza que significa la diversidad o limitada por el miedo al encuentro con el otro, llenos de prejuicios y hechos históricos que tal vez ni nosotros mismos asumimos; o simplemente condiciona-da por una experiencia particular que pasamos a generalizarla. En un mundo donde Internet nos ofrece la posibilidad de contacto con muchos más, también han crecido las redes de reclutamiento de terroristas en casos extremos, o simplemente alentando a reavivar odios, humillar al enemigo, obtener financiación, como creando un “terrorismo y odio digital”, según un informe del Centro Simon Wiesenthal.En el Antiguo Testamento es frecuente la idea que el extranjero es signo de castigo (por ejemplo los exilios); o de fuerza (por ejem-plo las invasiones y dominios de imperios sobre el mismo Israel; su propia experiencia en Egipto), mientras que ya los libros de la sabiduría invitan a tener una actitud más compasiva hacia la perso-na singular. Y este es el camino que va preparando para encontrar plenitud en Jesús, para quien el extranjero se hace oportunidad de nuestro amor, y más de una vez, el mismo Jesús lo coloca como ejemplo de amor y servicio, como vemos en los episodios de la

samaritana (Jn 4,1-33) y del Buen Samaritano (Lc 10, 25-37). Cuando el pueblo de Israel no es capaz de reconocer en Jesús al Mesías, Jesús no duda en invitar a otros al banquete y en hacerlos herederos de la Promesa. Tú, que te encuentras todos los días con alguna persona extranjera, tal vez porque trabaja contigo, o porque le compras las verduras en la calle, o los CDs en las esquinas, o es tu vecino o vecina, ¿cómo las tratas? ¿Marcas alguna diferencia o no?Vos que estudiás con alguien de una cultura distinta, ¿te ponés en diálogo, con una actitud fundamental de respeto y valoración de él o ella?Si tienes oportunidad de ofrecer trabajo a algunos de ellos, ¿lo hacés de una manera legal, respetando todos los derechos y ayudándola para que crezca en su dignidad? Y al respecto del trabajo, el 8 de oc-tubre de este año el movimiento sindical organizará por segunda vez una Jornada Mundial por el Trabajo Decente. Constituye una oportu-nidad sin precedentes para que los sindicatos y otras organizaciones interesadas en promover el Trabajo Decente en todo el mundo unan sus fuerzas en una movilización global de gran envergadura que in-volucrará a gran número de personas e incluirá una amplia gama de actividades. Una jornada provechosa conseguirá llamar la atención sobre la urgente necesidad de una nueva globalización, y sentará las bases para unir al movimiento sindical de todos los continentes en una acción común. (Ver www.wddw.org).Tú que trabajas con ellos, ¿los entiendes desde lo que puede signifi-car para algunos el desarraigo de su familia, tierra, trabajo?Y tú, extranjero, que llegaste a estas tierras, ¿cómo te sientes en me-dio a esta realidad?¿Reconoces la acogida que te han brindado?Si fuiste rechazado o mal tratado, y tuviste la oportunidad de devol-ver bien por mal, ¿pudiste hacerlo?En ustedes veo muchas veces, dos actitudes muy válidas que son muy evangélicas: la unidad y la humildad. No como resignación, sino como camino para ir construyendo caminos. Gracias por recor-darnos estos valores. Y ojalá este MERCOSUR y “Aldea Global” que las convenciones quieren crear, las trabajemos desde nuestra realidad cotidiana. Y que también nosotros seamos agradecidos al fruto del intercambio cultural a través de los años, sabiendo que toda esta tierra se nos ha confiado para hacerla tierra para todos los hom-bres, que aunque mucho hayamos conquistado, mucho más se ha ido gestando gracias al esfuerzo de muchos hombres y mujeres, tal vez nuestros antepasados o no, pero muchos hombres de buena voluntad. Esto no quita el ver a quienes se abusaron de la tierra y de la historia, pero debemos mirar hacia delante.Que Jesús nos ayude a crecer en el espíritu de acogida, porque en lo diverso se manifiesta su Espíritu, en la diversidad se acentúa los va-lores de cada uno; en la colaboración y respeto se hace plena nuestra dignidad.Que el Espíritu guíe a nuestros líderes para que sepan abrirse a su acción que es comunión, aprecio por la diversidad de dones para el bien común.

Fotos con distintas realidades

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Testigos

por: P. Efren Baldasso, imc

¿Milagro de la SantíSiMa Virgen? ¿Profecía del obiSPo? ¿caSualidad? lo cierto eS que Me curé ráPidaMente y ¿qué Podía hacer? ayudado Por el P. Santiago eMPecé el SeMinario de loS MiSioneroS. claro que yo Por Mi cuenta le había hecho una ProMeSa a la Virgen conSolata que, de Salir de eSe Percance, iba a continuar en Mi Viejo Proyecto. Si el obiSPo eStaba de Mi Parte, Mejor. ya Sabía que Podía contar con la Virgen. y dioS taMbién Se PuSo de Mi lado.

Parte 5

Antes de echar a rodar la bola le escribí al obispo Agustín una carta con el proyecto.

¿Saben qué me contestó? «En tu carta has puesto más razones en contra que a favor de la fundación. Pero hay que hacerla porque Dios la quiere». Y yo a él: «En tus manos echaré las redes». Y así fue. Unos amigos me dejaron unas herencias. Dios me daba dinero y ca-sas para empezar, darle techo a mis misioneros. “Mis misioneros”...¡Qué bien suena eso! ¿Qué digo? ¿Yo, Fundador? ¡Qué barbaridad! Funda-dor es Dios o. mejor dicho, fundadora es la Virgen Consolata. Yo sólo soy un pobre siervo suyo.En fin, con la aprobación de Agustín y de los demás obispos, que él supo convencer con mucho tacto, el 29 de enero de 1901 empezó la aventura que Ustedes conocen. ¿No se me olvidó la fecha? ¡Por supuesto que no! Hay fe-chas que uno no olvida jamás.¿Qué nombre les pusimos a los mi-sioneros? ¿Y qué nombre podíamos ponerles? ¿Qué creen ustedes, ah? ¿Lo saben ya? Veamos. Éramos, el P. Santiago y yo, los sacerdotes res-ponsables del Santuario de la Virgen Consolata; vivíamos en una ciudad orgullosa de su Virgencita...

Pues, los llamamos “Misioneros de la Consolata”.

¡Así de sencillo! ¿Qué dicen? ¿Que el nombre es raro? ¡Qué va a ser raro! Pero... ¡Por Dios, no pongan esa cara! Oigan lo bien que suena: Con-so-la-ta.

Fundar, a pesar de todas las trabas, fue fácil. Cuando se nos llenó la casa de curitas y jóvenes listos para emprender el vuelo, el P. Santiago y yo nos mira-mos la cara y nos dijimos: “Y ahora, ¿qué hacemos con todos éstos? ¿Dón-de los mandamos? ¿A África, a Amé-rica, a Asia, a Oceanía? ¿Y cómo los preparamos? No podemos enviarlos así porque sí.

Una buena palancaLo primero que se nos ocurrió fue pensar en África y, sobre todo, en un país que se llamaba y se sigue llamando Etiopía. ¿Por qué? Pues, porque ahí había trabajado como misionero un paisano nuestro, el Cardenal Massaia. ¿Les hablé de él? ¿Sí? Estoy seguro de que les dije que le vi varias veces cuan-do estaba yo en el colegio de don Bosco y el seminario. Fuimos a verle a Roma donde vivía viejo y cansado, los últimos años de su vida rodeado del aprecio de todo el mundo. Se llenó de alegría y nos ofreció todas las influencias de las que disponía para que en

el Vaticano nos ayudaran a conseguir la misión que nosotros queríamos. Un Cardenal en el Vaticano siempre es una buena palanca, ¿nos les parece?Nosotros queríamos un país donde ningún misionero hubiese abierto una misión. Terreno de nadie, ¡eso es! No es gracia ir a misionar donde hay otros misioneros.¿Saben? Nos costó trabajo alcanzar ese objetivo. Tuvimos que escribir cartas y más cartas: a Cardenales, Obispos,

La fechainolvidable

P. José Allamano presentando las constituciones

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misioneros e inclusive a cónsules. No nos gusta meter de por medio la polí-tica. Pero, con tal de alcanzar... bueno, dejemos eso. De lo contrario me dicen que quiero... ¿cómo se dice? ¿El fin jus-tifica los medios? ¡Eso! Y... me van a quemar por hereje.Gracias a Dios y a la Virgen Consolata (¿recuerdan que la fundadora es Ella?) todas las puertas se nos abrieron. Así que todo parecía ir bien. Obispos, curas, Vaticano y nosotros: todos de acuerdo. ¡A Etiopía! Pues, no. El Señor quería otra cosa. Nos hizo aterrizar en Kenya. ¡Claro que Kenya está en Africa! Pero un poco más al sur de Etiopía. Como quien dice:“Quiero ir a Perú” y agarra el avión que lo deja en Bolivia. El Señor, a ve-ces, tiene despistes de este tipo. Es que desde tan lejos (Dios está en los cielos, ¿no?) no distingue bien las fronteras. Los primeros misioneros salieron de nuestra ciudad a comienzos de mayo de 1902, rumbo a Kenya, tierra que nadie conocía a pesar de ser, entonces, colo-nia inglesa.

Los primeros cuatro¿Cuántos eran? Cuatro. Dos curitas de 28 y 30 años y dos jóvenes de 19 y 20 años. ¿Nada más? Pues, sí. Nada más. No se podía enviar más. Había que preparar bien a los demás y con base en las informaciones que nos mandarían de las misiones.

¿Imaginan ustedes las fiestas en al ciudad y en el Santuario de la Virgen? Había que darle un poco de bombo y platillo a la cosa para que la gente se enterara de que había empezado una obra nueva junto al Santuario, una obra importante. La gente, a veces, es un poco despistada.Hay que ayudarles a caer en la cuenta. Pero sin exageraciones. las fiestas ser-virían, además, de animación misione-ra para otros sacerdotes y jóvenes que quisiesen seguir el ejemplo de los cua-tro misioneros.¡Qué no muriera la criatura antes de nacer!En la despedida contamos con la pre-sencia de nuestro Obispo, Agustín (¿podía faltar?), de muchos sacerdotes, religiosos y fieles. El Santuario estaba lleno... ¡Qué alegría y emoción para el P. Santiago y para mí! ¡Nuestros sueños de juventud hechos realidad!Imagínense, yo lo supe mucho después, que el cardenal despidiendo a los mi-sioneros, movido por su entusiasmo misionero, los hizo sentar y les besó los pies.Fuimos todos a la estación del tren y los acompañé con mi bendición y la mirada hasta que el tren se los llevó. Y con ellos se iba un pedazo de mi cora-zón. La verdad, nunca me acostumbré a las despedidas. ¡Ah, hijos míos, uno no es un poste de la luz!El P. Santiago los acompañó hasta Mar-

sella, en Francia, para dejarlos bien acomodados en el barco. Esperé su re-greso con impaciencia.Y ahora dejen riendas sueltas a su fan-tasía.Y, ¿saben? Fueron muy cumplidos. Me escribieron todos. Bueno, casi to-dos. No me puedo quejar. Siempre se lo agradecí. ¡Cuántas cosas pude cono-cer, animar y corregir! Ellos fueron mis «maestros».Y cuántas cosas pudimos publicar en la revista del santuario. ¿Les hablé de la revista? ¿Sí? ¡Ah, bueno! «Son nuestros misioneros» me decía la gente y crecía el entusiasmo por nuestra aventura afri-cana. Y con su colaboración pudimos enviar a los misioneros todo lo que les era necesario para su actividad.

Evangelio y procesoA la primera salida para África siguie-ron otras, cada vez más numerosas. ¿Cuántas? Unas cuarenta, creo. No re-cuerdo bien. El trabajo era mucho. Los africanos, resultaron ser gente buena y bien dispuesta. Los misioneros se lan-zaron con entusiasmo sin medir fuer-zas. ¡Cuántas veces tuve que escribirles que no exageraran; que no olvidaran su salud, su vida de oración; que fueran buenos y santos misioneros!¿De qué sirve gastarse todo por los de-más, si uno se vacía por dentro? ¿No les parece? ¿Qué damos si no tenemos nada que compartir? Les recordé una y otra vez que no fueran sólo canales para los demás y que no se ahogaran en el trabajo.¡Eh, sí, amigos! Siempre pensé que los misioneros valen más por lo que son que por lo que hacen. Nuestro trabajo pastoral con la gente es más eficaz si los ministros somos buenos; mejor dicho, santo. ¡Sí, amigos, santos! Si uno no es santo hace poco o nada... Mi experien-cia ha confirmado puntualmente lo que me decían cuando estaba en el semina-rio, y que repetía mi santo tío, “primero santos y luego misionero”.

P. José Allamano, con los primeros 4 mi-sioneros

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Testigos

Revista Misiones Consolata

El número, la cantidad, nunca fue mi problema. Calidad quiero, no cantidad. ¿Saben? Cuando salieron para Áfri-ca los primeros misioneros la casa se vació. Los que se quedaron se fueron todos; molestos, tal vez, por no haber sido escogidos. Es que no se puede ir a África, así de buenas a primeras. Hay que prepararse bien. Ir a misiones no es una aventura. Bueno, pues. No me asusté. Cerré la casa y puse la llave a los pies de la Santísima virgen Con-solata, diciéndole: «Aquí tienes las llaves. La casa es tuya. A ver cómo te las arreglas». Y se las arregló de una manera espléndida. La casa se llenó de curas y jóvenes llenos de entusiasmo, como me gusta a mí. ¡Qué bonito! ¿Verdad? Antes de salir les había insistido mucho que apren-dieran rápido el idioma; se adaptaran a la comida, respetaran la cultura, tra-diciones, costumbres; tuvieran calma y paciencia y que le dieran un poquito de tiempo al tiempo. En fin, prepararan un buen clima entre los africanos. Gracias a Dios no fueron «cortos» de cabeza ni brutos. Me hicieron caso. En pocos años tuvieron gramáticas y dicciona-rios y los pueblos de Kenya pasaron del idioma hablado al escrito.Pero volvamos a nuestros misioneros. Se dedicaron totalmente a los africa-nos: visita a aldeas y colonias rurales; atención a los enfermos, catecismo a niños, jóvenes y viejos; cultivo de la tierra y cuidado del ganado...Los misioneros fueron trotando de un lugar a otro, subiendo y bajando ce-rros, cruzando quebradas para aprender y ayudar, sembrando salud, higiene y evangelio. La gente empezó a quererlos y a distinguirlos de los demás «blan-cos» que, numerosos, iban por allí co-brando impuestos, llevándose ganado, quemando chozas, colonizando.Pudieron hacer todo eso porque se pre-pararon no solo estudiando filosofía y teología, sino también aprendiendo ofi-cios y haciendo practicas con médicos, botánicos, agrónomos, maestros de carpintería, zapatería, mecánica... todo lo que les fuera útil para la misión. Sus-citaba maravilla en ese tiempo, que los

misioneros se integraran con médicos y enfermeros, pasaran entre los enfer-mos en los hospitales donde hacían sus prácticas y aprendían primeros auxi-lios. ¡Ah, lo del respeto a la dignidad sacerdotal...!¡Imagínense ustedes que tuvieron la osadía de lanzar hasta la experiencia de las escuelas y colegios. Claro que en los comienzos, tuvieron que darles a los padres de los niños una propina por permitir a sus hijos ir a la escuela.Y sólo a los muchachos. Más tarde se acercaron las niñas. ¡Qué bonito! ¿Ver-dad?¿Por qué todo eso? ¿Por qué esos curas no se preocupan de hacer catecismo, dar bautismos, celebrar misa y punto? ¡Los chismosos! ¡Las malas lenguas! ¿Qué les vamos a hacer? Siempre pen-sé que hay que construir al cristiano sobre un hombre bien maduro, bien hecho. O por lo menos preocuparse de las dos cosas a la vez.¿Cómo vamos a dar sermones sobre Dios, la Virgen, los Santos, la vida eterna, el paraíso si la gente no tiene casa y el estómago vacío? No nos van a hacer caso, ¿no les parece? Así que les dije y les repetí por carta que de los africanos hicieran hombres maduros, conscientes, responsables y después, sólo después, darles el bautismo: No se puede hacer cristianos sin la base humana bien desarrollada, bien hecha.

Las dos cosas deben ir juntas. Así hacía Jesús, nuestro Señor, creo yo. Por eso me pareció bien que abrieran hospita-les, escuelas, colegios y... por supues-to, parroquias, templos.Enseñarles el Evangelio y el catecis-mo mientras se les va ayudando a vi-vir mejor, a tener mejores condiciones de vida. En fin, un futuro mejor. Ellos también tienen derecho a vivir bien como vivimos nosotros.No se olviden, amigos, que lo que les estoy contando no es de ahora, sino de hace cien años atrás. Y, francamente, vivíamos peor que ahora. ¿Qué? No oigo bien. ¿Qué me quieren decir? ¡Ah! No se dice “desarrollo” sino pro-moción humana, liberación. ¡Perdón! Es que en mis tiempos no había todos esos nombres y títulos. Para nosotros era “hacer hombres” y punto.Sin embargo, gente importante -curas y obispos- no estaban de acuerdo con nosotros. Nunca me faltaron las críti-cas de los que predecían un fracaso de nuestros proyectos.Nos acusaron de meternos en política, que no estaba bien que los misioneros perdieran tiempo precioso, según ellos, en hospitales, en escuelas, en enseñar-les a leer y escribir, en todo lo que ha-cíamos. Pero, gracias a Dios, el Papa Pío X nos dio la razón. Los chismosos y las malas lenguas acabaron poco a poco, cansados de criticar.

Continúa próximo número...

P. José Allamano.

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yReconciliación

consolación

La inundación:Se hallaba un sacerdote sentado junto a su escritorio preparando un sermón sobre la Providencia. De pron-to oyó algo que le pareció una explosión, y a continua-ción vio cómo la gente corría enloquecida de un lado para otro, y supo que había reventado una represa, que el río se había desbordado y que la gente estaba siendo evacuada.

El sacerdote comprobó que el agua había alcanzado ya a la calle en la que él vivía, y tuvo cierta dificultad en evitar dejarse dominar por el pánico. Pero consi-guió decirse a sí mismo: Aquí estoy Yo preparando un sermón sobre la Providencia de Dios, y se me ofrece la oportunidad de practicar lo que predico. No debo huir con los demás, sino quedarme aquí y confiar que la Providencia de Dios me ha de salvar.

Cuando el agua llegaba ya a la altura de su ventana, pasó por allí una barca llena de gente:

- ¡Salte adentro, Padre! - le gritaron

- No, hijos míos –respondió el sacerdote lleno de confianza– yo confío que me salve la providencia de Dios.

El sacerdote subió al tejado y, cuando el agua llegó hasta allí, pasó otra barca llena de gente que volvió a animar encarecidamente al sacerdote a que subiera. Pero él volvió a negarse.

Entonces se subió a lo alto del campanario. Y cuando el agua le llegaba ya a las rodillas, llegó un agente de policía a rescatarlo con una lancha.

- Muchas gracias, agente –dijo el sacerdote sonriendo tranquilamente– pero usted ya sabe que yo confío en Dios, que nunca habrá de defraudarme.

Cuando el sacerdote se ahogó y fue al cielo, lo prime-ro que hizo fue quejarse ante Dios:

- ¡Yo confiaba en Ti! ¿Por qué no hiciste nada para salvarme?

-Bueno –le dijo Dios– la verdad es que envié tres bo-tes. ¿No lo recuerdas?

(Tomado de Anthony de Mello, La oración de la rana)

FICHA - 17

Revista Misiones Consolata

Formación misionera

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Por: P. Rubén Lopez, imc

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FICHA - 17

Revista Misiones Consolata

Formación misionera

Procesando las pérdidas: LAS ALTERNATIVAS

La existencia humana no es un camino que se recorra en línea recta. Muy por contrario, en la vida se nos van presen-tando alternativas a cada instante, ante las cuáles tenemos que optar.

De la manera como la persona enfren-ta una crisis estará optando por uno u otro camino. Si uno opta por la vida en su proceso de enfrentar la situación di-fícil que se le ha presentado esto traerá como consecuencia la superación de la crisis. Si uno en cambio opta por la muerte, ella conquistará espacios y do-minará la vida

La Opción por la Vida: ¿Qué puede hacer una persona para crecer en medio de una crisis? Puede, cierta-mente, “elaborar” su duelo. Esto implica:

Reflexionar sobre lo sucedido ¿qué sucedió? ¿cómo me ha afectado todo esto?

Aceptar la pérdida: lo que sucedió, ¡sucedió! Nada puedo hacer para cambiar lo que ya pasó.

Expresar su dolor: encontrar alguien a quien pueda contar su pena y desahogarse.

Darse tiempo para sanar (tener y tenerse paciencia): comprender que no debe apresurarse en su proceso de recuperación.

Hacer los ajustes necesarios para seguir adelante: La vida no se ha detenido ¡Vale la pena seguir viviendo!

La opción por la Muerte. Podemos saber que las personas están optando por el camino de la muerte cuando se observa una o varias de las siguien-tes conductas.

Aislamiento o huída: es evitar enfrentarse física o psi-cológicamente con la realidad

Negación: Esto se da cuando la persona niega haber sentido, o se niega a expresar, alguno de los senti-mientos relacionados con lo que está viviendo (miedo, rabia, culpa, tristeza, etc.)

Agresividad: Se caracteriza por una defensa exage-rada de los derechos propios, al punto de no respetar los derechos ajenos.

Pasividad: Es lo contrario a lo anterior, es acomodar-

se, es la apatía. No reivindica sus derechos, como si nada le importara.

Competitividad: Se da un com-portamiento competitivo con otras personas, especialmente con aquellas que sufrieron pér-didas iguales o similares a las suyas. Es una manera de decir a los demás que su pérdida fue mayor que la de los otros.

La Consolación en la Crisis: Consolar es comunicar vida en medio de la muerte y del dolor. Es ponerse al lado del que su-fre y caminar con él. Es ayudar a alguien a optar por la vida y a

caminar el trayecto que lleva a la victoria sobre la muerte. El que quiere desarrollar un auténtico minis-terio de consolación debe tener en cuenta algunos puntos fundamentales, que enumeraremos a conti-nuación:

Saber Escuchar : *Que el otro sienta la sensación de que lo está ver-daderamente escuchando. Significa oír y entender lo que el otro dice tratando de sentir lo que el otro siente.

Es escuchar sin prejuicios; dejando de lado lo que creemos correcto o errado, dejando de lado nues-tras doctrinas y nuestros sentimientos.

Lo que se requiere es que se escuche, no que se hable, no que se enseñe.

Escuchar completamente: Todo lo que el otro cuen-ta es importante.

Escuchar pacientemente: El que está escuchando no puede impacientarse con la demora del que ha-bla, ni aún con la cantidad de detalles que da (apa-rentemente sin importancia), ni con la falta de coor-dinación de las ideas.

Escuchar interesadamente: Cuando el que habla percibe que el que escucha está interesado, tendrá mayor libertad para decir una serie de cosas que qui-zás en otras circunstancias, no diría.

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FICHA - 17Formación misionera

Solidarizarse silenciosamente:Se debe evitar la tentación de ponerse al lado y empezar a hablar. Si el afectado no quiere hablar, menos aún quiere oír. Este es el momento de poner en práctica el princi-pio bíblico de “llorar con los que lloran”. Se puede manifestar esta solidaridad a través de algunos gestos (un abrazo, dar la mano, un beso, etc.), pero no palabras.

Reenmarcar la conducta:El afectado piensa, generalmente, que actuó como un loco o un tonto, que debió haber he-cho esto o aquello. La ayuda que se le debe brindar es mostrarle que sus reacciones fue-ron normales y naturales ante lo que le tocó vivir. Hay que mostrarle que cualquier otra persona, incluso, uno mismo, en su misma situación hubiera hecho lo mismo.

Comunicar Esperanza:Una gran ayuda es ayudar a mirar hacia de-lante. Si nos quedamos sólo en el pasado, uno se puede estancar reviviendo negativa-mente los hechos. Es ayudarlo a ver que a pesar de lo ocurrido, es posible vivir, ser al-guien, construir proyectos, etc. Estimularse a pensar con esperanza en mejores días, es más efectivo cuando interviene la fe. La cer-teza de la presencia de Dios le da al afecta-do fuerzas para salir adelante y esperar que sus sueños se vuelvan realidad.

a) Enfrentar la Muerte: Tragedias, pérdidas y crisis suelen insta-lar la muerte en la vida de quienes fueron afectados. Esta muerte instalada procura ganar espacio, hasta el punto de llevar, en algunos casos, a una persona al suicidio. El asunto del suicidio debe ser enfrentado: una pregunta directa ayudará al afectado a colocar en orden sus sentimientos.

b) Facilitar la orientación:Esto puede hacerlo prestándole literatura sobre el tema orientándolo a donde recu-rrir para solucionar distintos tipo de difi-cultades que son consecuencias de la pér-dida, tragedia o crisis.

c) Reconstruir las relaciones.Ayudarlo a buscar nuevos amigos, nuevos grupos donde integrarse. El entrar en con-tacto con otras personas que sufrieron el mismo drama que ellos, les dará la convic-ción de que no son los únicos y que mucho más tuvieron la misma suerte. Además, el compartir sus experiencias les ayudará a encontrar caminos para su superación.

d) Derivar cuando es necesario:Se debe conocer los propios límites, para poder ayudar a otros. Hay casos en los que, por más bien intencionado que sea, no podrá ayudar. Puede, incluso, perjudi-car. Esto sucede en los casos que se nece-sita una ayuda profesional de un psiquiatra o psicólogo.

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FICHA - 17

Revista Misiones Consolata

Formación misionera

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Para Profundizar:Analizar en el cuento, la manera de entender la ayuda de Dios por parte del sacer-

1. dote y si tenía razón en sentirse defraudado.

Compararla con algunas actitudes nuestras frente a la presencia y ayuda de Dios

2. en las tragedias, pérdidas y crisis.

Elaborar un cuento donde aparezca un personaje que frente a una tragedia opta

3. por el camino de la opción de la vida y otro que opta por la opción por la muerte.

Buscar en el periódico noticias sobre tragedias y analizar como son enfrentadas si

4. de la opción por la vida o la opción por la muerte.

Analizar en el Libro de Job los discursos de los amigos de Job, de Elifaz de Temán

5. Job 4, de Bildad Job 8 y de Sofar Job 11. Y ver si trajeron consuelo a Job o hicieron

más pesado su dolor.Hacer una lista con las frases de ocasión que utilizamos frente al sufrimiento de

6. los demás y ver si están en óptica de brindar consolación o de hacer más pesado

el dolor.Elaborar un proyecto (de cómo podría actuar en una comunidad el ministerio de

7. escucha y consolación)

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Rincón Joven

Revista Misiones Consolata

Hoy ese aire de Misión permanece en los corazones de quienes for-mamos parte de esta tierra y que

gracias a la gran familia Consolatina es que en la actualidad, como nueva comu-nidad Joven, somos los que queremos seguir animando esa brisa que alimenta la necesidad de Dios en la juventud de Jujuy.El comienzo de esta comunidad tiene inicio en el año 2008, en donde jóvenes que no participaban en ninguna insti-tución, sostenían la idea de formarla, lo cual se llega a concretar luego de haber participado en un encuentro de jóvenes de la Consolata en la provincia de Men-doza, gracias a la invitación de nuestro actual asesor el padre Félix Shitakha. Posterior al encuentro se fortalece la idea de formar la comunidad, teniendo como premisa llevar la Palabra de Dios a las familias que no la conocen. Todo esto con el apoyo, acompañamiento y forma-ción permanente del entonces párroco, el padre Antonio Gabrieli quien también nos enseñó a vivir la espiritualidad y la humildad del misionero. Es entonces que cinco jóvenes, previas reuniones, le dan el carisma que el grupo adopta para su formación, que se basa en: la Eucaristía y María Consolata son el centro de nuestra espiritualidad que se basa en el espíritu de familia, espíritu de fe, espíritu de caridad y se resume en palabras del Beato José Allamano: “Pri-mero Santos, después Misioneros”. Que-

dando constituido el día 16 de Febrero

del 2008 La Comunidad Juvenil Misionera Beato José Allamano” perteneciente a la Parroquia Medalla Milagrosa del Barrio Alto Comedero, ubicado al sur de la ca-pital de nuestra provincia

...Nuestra Identidad Espiritual…Según el ejemplo del Señor, El Padre Fun-dador José Allamano, vio en la oración el elemento esencial de nuestra identi-dad misionera. Para él, el misionero, sus misioneros, deben ser Santos “en grado superlativo”, y los quiere “hombres de

oración”. Esta es su consigna, “antes que nada espíritu de oración”. El espíri-tu de oración es el primer deber al que debemos tender. Debe impregnar todas las actividades y todos los momentos del día, mirando al ideal de ser contemplati-vos en la acción.La oración es la fuerza y el alma de nuestro trabajo apostólico, la garantía de nuestra fecundidad.Una exigencia de Nuestro Padre Alla-mano es también la de ser Misioneros Eucarísticos. De la amplitud del misterio eucarístico, el Fundador tomó el sentido de la misión, porque la Eucaristía es la fuente y el vértice de toda evangeliza-ción. Eucarística es nuestra vida.La vida en comunidad, como la del mi-sionero, es bastante agitada aquí en Jujuy; recién se está empezando a vivir el aire misionero como el que comparten otras provincias de Argentina. Nuestro grupo se adapta muy sencillamente a las

Comunidad Juvenil Misionera

Beato José Allamano

Hay un nuevo aire misionero...

Un inesperado aire sopló en una provincia del norte de Argentina logrando alcanzar a las personas que caminan por sus cerros y quebradas, por sus valles y yungas. Contagiando su frescura y su alegría de una vida misionera al Pueblo de Jujuy.

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Rincón Joven

Revista Misiones Consolata

costumbres misioneras y así de esta ma-nera vivimos cosas nuevas en la que La gente de Alto Comedero (nuestro Barrio) se involucra y participa muy entusias-mada. Durante el mes tenemos días de adoración donde preparamos momentos de meditación y contemplación a nues-tro Señor, compartiendo con jóvenes de otros lugares y comunidades hermanas en Cristo. La alegría de vivir animados por el Señor nos cambia la vida a todos los que somos misioneros de Dios, nuestra Comunidad creció y día a día se involucran mas jó-venes con ganas de sumar vidas para la gloria de Dios, plenamente entusiasma-dos y que desean seguir nuestra espiri-tualidad.

… desde nuestra expe-riencia misionera…Como comunidad misionera queremos compartir nuestra experiencia: Participamos de la Misión Juvenil Dioce-sana en el mes de Julio que comenzó en el año 2007: el destino fue una ciudad de nuestra provincia llamada Palpalá, más precisamente en la Capilla de Los Santos perteneciente a la Parroquia San Cayeta-no.También misionamos en nuestra Parro-quia (misión diocesana),Nuestra Misión de Verano de este año la realizamos en la ciudad de las Lomi-

jovenes del grupo misionero José Allamano

La propuesta de la Comunidad es la de realizar animación misionera durante todo el año, para transmitir el carisma misionero, mediante el rezo del Rosa-rio Misionero todos los meses, Vigilia a nuestra Señora de la Consolata, en el mes de junio.Resaltar el mes de octubre, como el mes Mariano y Misionero.Participación activa, antes y durante la Celebración de la Santa Misa en el Cen-tro de Nuestra Señora de la Consolata todos los días 20 de cada mes. En la Parroquia tenemos a cargo la orga-nización y desarrollo de la Santa Misa, un sábado al mes, adoración al Santí-simo, y como Comunidad hacemos la Lectio Divina.

Como decimos en Jujuy “Hasta lueguito!”…Cuánto más esperamos que suceda en la vida de nuestra comunidad. Todavía queda mucho por vivir en Jesús. Agra-decemos a todos aquellos que nos reci-bieron con los brazos abiertos en cada visita que hicimos, en cada conversación y experiencia de vida compartida.Con muchísima emoción nos despedi-mos, esperando que nuestras experien-cias sirvan para que los jóvenes del País puedan tomar lo que se rescata.

tas Provincia de Formosa, desde el 7 al 16 de enero. Fue una experien-cia inolvidable el poder compartir la palabra de Dios, con gente de tanta riqueza espiritual.

Al pertenecer al Instituto Misio-nes Consolata, formamos parte

de JMC (Jóvenes Misioneros de la Consolata) tenemos actividades a nivel zonal, que compren-de la provincia de Jujuy, Salta y Formo-sa. Pero también tenemos actividades a nivel Nacional, como ser retiros o forma-ciones con jóvenes de todo el país. Durante el año realizamos encuentros Familiares, donde los integrantes de la comunidad nos reunimos con nuestros padres tratando de incluirlos en nuestra tarea de evangelización, y lograr así que seamos misioneros comprometidos con-tando con su apoyo. Para que también de esta manera ellos puedan ser parte de los L.M.C.

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23Revista Misiones Consolata

MENSAJE PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES - AñO 2009

El Santo Padre presentó el Mensaje para la Jornada Mun-dial de las Misiones del año 2009. El mismo lleva por título “Las naciones caminarán en su luz”. En él, recuerda que el anuncio del Evangelio a todos los pueblos es un compro-miso impostergable, como lo fue para San Pablo. En este sentido, la Iglesia universal, sin confines y sin fronteras, se siente responsable del anuncio del Evangelio frente a pue-blos enteros. Hace mención especial de aquellas Iglesias locales, y para aquellos misioneros y misioneras que se encuentran testimoniando y difundiendo el Reino de Dios en situaciones de persecución, con formas de opresión que van desde la discriminación social hasta la cárcel, la tortura y la muerte. No son pocos quienes actualmente son llevados a la muerte por causa de su ¿Nombre?. Afir-ma por último, que la participación a la misión de Cristo, en efecto, marca también la vida de los anunciadores del Evangelio, para quienes está reservado el mismo destino de su Maestro. ¿Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han per-seguido, también os perseguirán a vosotros? (Jn 15,20). La Iglesia sigue el mismo camino y sufre la misma suerte de Cristo, porque no actúa según una lógica humana o contando con las razones de la fuerza, sino siguiendo la vía de la Cruz y haciéndose, en obediencia filial al Padre,

testigo y compañera de viaje de esta humanidad.

Las naciones caminarán en su luz

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Prohibido Para Mayores

Revista Misiones Consolata

“Me deliró mal”Cuando nos hacen correcciones o nos critican

Por: Prof. Diana Sosa

Muy frecuentemente habrás escuchado esto entre tus amigos. Incluso muchas veces te habrás expresado con estas palabras…el Señor de la

pizzería “me deliró mal”, o la Profesora en el curso “nos bardeó”, o “el sacerdote nos empezó a delirar después de la comunión”. Todas estas situaciones se refieren a momentos en los cuales alguien te habrá llamado la atención sobre algo que no estaba bien hecho o a alguna conducta inadecuada.Cuando nos llaman la atención, es decir, nos critican o nos hacen correcciones, no nos gusta, nos molesta, aún cuando la otra persona tiene razón.Por suerte, a lo largo de toda nuestra vida, permanentemente nos harán correcciones, es algo que nos pasará siempre, no sólo en la infancia o en la adolescencia. Nos indicarán que pasamos el semáforo en rojo, que para que nos atienda el médico es fundamental llevar el carnet de la obra social, que para renovar el DNI primero hay que sacar una estampilla en rentas y miles de etc. Tampoco nos va a gustar y también nos vamos a enojar.Entonces ¿qué tal si empezamos a aceptar las correcciones y las críticas como algo que nos mejora y ahorramos la energía que gastamos en el enojo y la invertimos en una actitud de autocrítica constructiva? Cómo recibir críticas y correccionesUna crítica o una corrección es como si nos regalaran un caramelo envuelto en espinas.Cada vez que alguien nos corrige, lo primero que sentimos “son los pinchazos de las espinas”, esto es, el ego herido,

Convivencia chicos Colegio de Mendoza. Arriba: Chicos del colegio Consolata-Men-doza rezando.

el propio error o defecto que nos cuesta asumir. El Beato Allamano nos decía “Si Nuestro Señor no nos hubiera dejado los defectos, no nos quedaría nada por hacer”. También nos molesta muchas veces el tono o el modo en que nos llaman la atención, todo eso “nos pincha” y nos duele.Pero, debajo de esas “espinas”, hay algo bueno para nosotros, “un caramelo”, algo dulce, un regalo de alguien a quien le importamos. Sólo alguien que quiere lo mejor para nosotros y se molesta en corregirnos. Sobre este punto el Allamano siempre decía que el problema no era tener defectos, sino que el problema estaba cuando no nos dejábamos corregir y faltaba el propósito de enmienda: ¡Hay que estar contento con que se conozcan vuestros defectos y los corrijan: si sabéis corresponder avanzaréis con paso de gigante!

Te propongo un conjunto de actitudes que puedes practicar cada vez que recibes una crítica o una corrección:

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25Revista Misiones Consolata

EL BEATO ALLAMANO NOS DICE CÓMO HACER CORRECCIONES

* La corrección fraterna de compañero a compa-ñero es muy eficaz.* No debemos juzgar, pero cuando un defecto es claro, debemos corregirnos.* La corrección debe hacerse en el momento opor-tuno.* Imitemos a San Pablo, que decía “Corregid con mucha suavidad”.

¡Estemos contentos de que nos corrijan y use-mos por nuestra parte, la misma caridad con los demás! B. José Alla-mano

Chicos del colegio de Mendoza. Arriba: en una Convivencia

PARA RECIBIR CRÍTICAS O CORRECCIONES* Separa las “espinas” del “caramelo”, es decir, haz el esfuerzo de separar “lo que te cayó mal” del contenido real de la crítica.* No respondas inmediatamente.* No te justifiques ni te excuses, mucho me-nos, no respondas con otra crítica.* Analizar el contenido de la crítica: si tiene razón RECONOCERLO-REPARAR EL POSIBLE DAÑO-OFRECER SOLUCIONES ALTERNATI-VAS.* Si no tiene razón, disentir sin acusaciones, expresando lo más claramente posible los hechos.

Para hacer críticas y correccionesMuchas veces, las críticas y correcciones las recibimos de los adultos, pero El Beato Allamano advertía que las cosas del día a día, sólo se ven entre los compañeros entre sí. Así que debes animarte, “hay que llegar a que ninguno tenga dificultad de advertir a un hermano un defecto, una falta de educación”. Cuando hagas una corrección, no olvides separar la persona de la conducta a corregir, es la conducta lo reprochable, no la persona. Tampoco uses palabras que denoten emociones intensas (¡No me banco que te rías así!). Además, es sano pensar que la corrección se hace para prevenir conductas futuras, entonces, más vale hablar 20% del pasado y el 80% “de la próxima vez”.

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Iglesia en Camino

Hacia el segundo sínodo Africano

Al servicio de lareconciliación,

la justicia y la pazPor Maria Chiara Rioli

El cardenal nigeriano Francis Arinze, presidente delegado de la II Asamblea Sinodal de África, que se realizará el próximo octubre, subraya las potencialidades de este encuentro, que se augura fructífero.

–Cardenal Arinze, el 19 de marzo, entregando al episcopado africa-no el Instrumento de trabajo, el Papa afirmó: “Es fruto de vues-tro trabajo”. ¿Cuántas fueron las respuestas al cuestionario adjun-to a los Lineamenta? ¿El nuevo documento podría relanzarse en el próximo sínodo?-El Instrumento de trabajo es el documento que todos los partici-pantes al Sínodo reciben. Contiene reflexiones en torno a diversos as-pectos sobre los cuales es necesario

profundizar en la discusión en la

próxima Asamblea especial de obis-pos. Quiere por esto ser un estímulo al pensamiento: una persona que lo estudia bien desarrolla su contribu-ción al Sínodo, que esperamos sea original. El Instrumento de trabajo nace de los aportes de la Conferen-cia episcopal africana, de las ofici-nas de la curia romana y de algunas grandes universidades africanas. Para entrar más en el detalle, exis-te un consejo de cardenales y obis-pos compuesto por 12 miembros, 9 electos en el Sínodo precedente y 3 nominados por el Papa.Este conse-jo de obispos, todos africanos, des-

pués de que el Papa escoge el tema, comienza a recoger ideas y prepara un documen-to llamado Lineamienta, en-viado hace tres años a todas las conferencias episcopales africanas con muchísimas preguntas. De las respuestas, el consejo trabaja y produce el Instrumento de trabajo. Los países africanos son 53, no todos tienen conferencia episcopal nacional y existen también las conferencias re-

gionales. Las respuestas fueron al menos 45. –El tema escogido –La Iglesia en África al servicio de la recon-ciliación, de la justicia y de la paz– tiene una marcada natura-leza social. ¿Tiene nexos con la inculturación del cristianismo en África?-Este tema fue escogido porque es muy relevante para cada conti-nente, más todavía para África. No sólo por los problemas sino tam-bién por los desafíos. Se piensa en el sufrimiento de Sudán, del Dar-fur, de Somalia, de República De-mocrática del Congo, de Ruanda y de Burundi.En Sudáfrica el gobierno creó la Comisión por la Verdad y la Re-conciliación, donde las personas han contado sus sufrimientos, y algunos países africanos han bus-cado aprender de esta experiencia.

Cardenal Francis Arinze

Celebración eucarística en Massangulo-Mazambique

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Revista Misiones Consolata

Hay necesidad de reconciliación en Sierra Leona y en Liberia, y en las relaciones entre cristianos y musul-manes. Se necesita respeto de los derechos humanos, buen gobierno y honestidad en la vida pública, buen uso de los bienes y de las riquezas, como el petróleo. No falta por lo tanto materia para el Sínodo. ¿Dón-de entra la Iglesia? La Iglesia cató-lica no tiene la receta política y eco-nómica para resolver todo, tampoco es su prioridad; su contribución está en la formación de las conciencias, en las conversiones del corazón.La inculturación del mensaje evan-gélico es otro tema importante. El primer Sínodo africano de 1994 tuvo la inculturación entre los cin-cos temas fundamentales. Esta vez no examinamos la inculturación como tal, pero no se excluyen las contribuciones a la reflexión, a la justicia, paz y reconciliación con un punto de vista africano. -¿No cree que los teólogos africanos deben desarrollar un rol de primer plano en la reflexiones sobre estos temas?-El rol de los teólogos es importan-te. Como en toda la Iglesia, también en África hay necesidad de perso-nas formadas que puedan reflexio-nar sobre el dato de la Revelación, que formulen pensamientos y pro-puestas para ayudar a la Iglesia a ver la fe en el contexto del empeño africano. Cada Sínodo trabaja con teólogos en todas las etapas, por esto el consejo ya trabajaba con teó-logos africanos en la preparación de los Lineamenta.Cada vez que el Consejo se reúne participan al menos tres teólogos

africanos. El Instrumento de trabajo fue preparado por un teólogo que, junto al consejo, hizo sus contribu-ciones. No es habitual decir el nom-bre, pero él estuvo con nosotros en Yaundé. Durante el Sínodo estarán un buen número de teólogos africa-nos nominados por el Santo Padre. Teólogos, hombres y mujeres, y no sólo profesores, también pastores y religiosos. Son problemas com-plejos que no pueden ser resueltos por una sola persona: hay comités interdisciplinarios.-¿Qué desea en particular del próxi-mo Sínodo?-Deseo escuchar las contribuciones importantes del episcopado africa-no. Deseo que sea verdaderamente la voz de la Iglesia que reflexio-na: que pueda despertar, tocar las conciencias de las autoridades po-líticas, animar al futuro. Que sea una palabra también para Europa, América del Norte y las regiones más desarrolladas de Asia: algu-nos problemas del África exigen soluciones internacionales y tienen entre las causas gobiernos y organi-zaciones externas al África. Deseo que quien lea lo que el Sínodo ela-borará pueda decir que la Iglesia en África contribuye al desarrollo integral del africano.

–En el Instrumento de trabajo y en el discurso al Consejo especial para el Sínodo en Yaundé, Benedicto XVI habló de “opción preferencial por los pobres”. ¿Qué significa para la Iglesia en África?–La Iglesia es para todos los hombres, pobres y ricos. Es verdad que los pobres tie-nen mayor necesidad de solidari-dad y no son oídos frecuentemente. También cuando hablan son la voz de quien sufre en el desierto. Los ricos pueden defenderse más fácil-mente cuando están en dificultad. No sorprende que la Iglesia dé ma-yor atención a los pobres. Jesús nos da el ejemplo. Daba atención a los hambrientos, enfermos, encarce-lados, viudas, personas oprimidas. No tenía nada contra los ricos, pero los amonestó. La Iglesia recuerda a los ricos el deber de la honestidad, del compartir con los pobres. Como afirmó la Gaudium et spes hablan-do de la “destinación universal de los bienes”. Dios no creó tantas cosas bellas para dejarlas a un pe-queño grupo de hombres opulentos, mientras el resto de la humanidad se debate en la miseria. Madre Teresa de Calcuta no tenía nada contra los ricos, pero daba atención a los po-bres. El mundo entendió aquel mensaje, también los católi-cos.

Jóvenes en el momento del acto penitencial. Arriba: El Papa en Africa

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Nuestra Presencia

Revista Misiones Consolata

Nuestra Presencia

50 añoscaminando con María

Parroquia Nuestra Señora de Pompeya- Villa Pompeya – Buenos Aires

Breve historiaA los comienzos de la era cristiana, la ciudad

de Pompeya era un lugar de turismo de los ro-manos, la vida alegre, como se lee en un mojón de columna de los restos antiguos: “Aquí somos felices”.

El 24 de agosto del año 79, la erupción del vol-cán Vesucio, la destruyo por completo dejando solo rastros de abandono y muerte.

1800 años después, el 13 de noviembre de 1875, data el acta de nacimiento de la nueva Pompe-ya, una ciudad cuyo nombre se irá conociendo en todo el mundo por los milagros de la fe y la caridad que se ha realizado a una vieja pintura de la virgen.

Muchos santuarios desde entonces han sido levantados en donde la Virgen apareció o dejo signos de intervención.

Aquí no: todo se mueve alrededor de la gran fe de un hombre del pueblo, Bartolo Longo, quien dedicó toda su vida a impulsar la devoción a la virgen y a realizar una obra maravillosa.

La pintura de la virgen, medio arruinada y de poco valor artístico se la regalaron unas monjas a su esposa, con esta advertencia: “Hace mila-gros”.

Bartolo Longo nació en 1741, abogado y hom-bre de fe, se consagro con todas sus energías a despertar la vida cristiana entre su gente, el amor a la virgen y el rezo del santo rosario. Como el mismo afirma; los realizadores del milagro fue-ron los pobres, la gente sencilla de la región que dejándose atraer por una tal invitación, empeza-ron a concurrir, a rezar, a vivir más cristianamen-te y a juntar dinero para levantar un grandioso santuario.

El lema del creyente Bartolo Longo, ahora bea-to, fue “crecer y dilatarse”, desde un pequeño rincón hacia todo el mundo.

El santuario, meta de continuos peregrinajes; cuatro colegios para huérfanos; las demás obras para atender a la gente que allí concurre dicen son lugar a dudas aquella imagen de la virgen y el entusiasmo cristiano han producido el milagro.

El hecho de que en nuestro barrio hayan traído la devoción a la virgen del Rosario de Pompeya

puede significar que el milagro continua y nos toca a nosotros recoger el desafío de de la virgen: “Cre-cer y dilatarse”, en fuerza de la fe y de una renova-da caridad.

Lo que hoy es Villa Pompeya en 1950 era una ba-rriada que recién comenzaba: estaban surgiendo distintos barrios modestos en los amplios baldíos. La gente participaba de la misa en la iglesia de los Franciscanos de Paso de Rey, caminando por sende-ros a través del campo.

En 1952 llegaron los misioneros de la Consolata

Por: P. Lawrence Gachema, imc

Jovenes de la parroquia. Al lado: Fiesta patronal Virgen del Valle

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Nuestra Presencia

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Nuestra Presencia

Revista Misiones Consolata

y compraron al Sr. Areni la manzana donde se en-cuentra la parroquia y que ya incluía el edificio cen-tral de la actual casa parroquial. Una de las piezas fue destinada para ser capilla pero se vio de inme-diato la necesidad de construir una iglesia.

Los padres Olivero y Angheben fueron los promo-tores de esta iniciativa junto a la cual hubo una par-ticipación popular tan entusiasta que en el brevísimo tiempo de tres años ya se podía celebrar la misa en el nuevo templo, aunque no del todo terminado.

Las personas mayores de edad que participaron en esta obra recuerdan las numerosas iniciativas que se hicieron entre todos para construir la nueva iglesia.

El nombre de la patrona- Nuestra Señora del Ro-sario de Pompeya- fue sugerido por el Sr. Areni.

La devoción a la Virgen del Rosario había lle-gado a Buenos Aires a fines de 1800, introdu-cido por unas señoras de la conferencia de San Vicente de Paul en un barrio pobre de la capital. En medio de esta población lograron despertar el amor a la Virgen de Pompeya, que se tradujo luego en la construcción del famoso Templo de Nueva Pompeya, inaugurado en junio del año 1900.

Ahora bien, el hecho de tener una iglesia nue-va despertó el sentimiento religioso de la gente y comenzó a formarse una comunidad muy ani-mada y fecunda de iniciativas, sobre todo cari-tativas.

La devoción a la Virgen de Pompeya ha sido ayuda y amparo en la vida cotidiana en las fami-lias pero también durante las famosas inunda-ciones durante las cuales la parroquia fue el cen-tro de solidaridad para con los desamparados.

En este corto plazo de 50 años de vida de nues-tra parroquia han nacido tres comunidades: San Cayetano que cumplió el año pasado sus 40 años (1968-2008), la Capilla Nuestra Señora de Gua-dalupe que en 2008 celebró sus 25 años (1983-2008), y La comunidad Nuestra Señora del Valle - la más joven de todas las comunidades – que el año pasado también cumplió sus 20 años (1988-2008).

“Ven con nosotros a caminar, Santa María ven”, se canta popularmente a la Virgen María. También nosotros, los cuatro centros que con-formamos la Parroquia Nuestra del Rosario de Pompeya – Merlo, les invitamos a unirse a nues-tra alegría agradeciendo a la Virgen de Pompe-ya que hace cincuenta años camina con nosotros como patrona-madre y que hasta ha dejado su nombre a esta localidad de municipalidad su propio nombre: Villa Pompeya, Parroquia Nues-tra Señora de Pompeya, calle Pompeya etc.

En octubre 11 del presente año haremos varios actos culturales, ventas de comestibles, juegos, conjuntos musicales para honrar ese día con el acto central en la eucaristía presidida por nues-tro Obispo Mons. Fernando María Bargalló, a las 18,00 hs.

Desde ya están invitados a acompañarnos en la oración para cumplir siempre la voluntad de Dios y que todo sea para Su Gloria. Para el día domingo 11 de octubre contamos con su com-pañía. Que Dios nos acompañe y nos ampare de cualquier obstáculo.

Padres. Zanotti, Guerra y Tessari. Abajo P. Lawrence celebrando la misa

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Rostro Femenino

Revista Misiones Consolata

Ese es el lema que elegí para mi consagración como Hermana Misionera de la Consolata, que realicé el 27 de junio, en la Casa Regional de Moreno,

Buenos Aires. Estuvieron presentes la animadora regio-nal, Hna. Mary Carmen Velasco Pech, las hermanas de esta comunidad y de otras, algunas representantes de los LMC, además de mis padres, hermanos y parientes. Fue una celebración muy hermosa, sencilla y familiar, para la cual las hermanas han trabajado mucho, acompañándo-me en la preparación con muchísimo cariño y oración. El Obispo José Luis Ponce de León presidió la Misa, con-celebrando con otros cuatro padres IMC, varios de los cuales me acompañaron en diferentes momentos de mi camino.

Esta es una entrega que comenzó hace bastante tiempo: desde que empecé a sentir el llamado de Dios, cuando tenía alrededor de 17 años. Fui sintiendo dentro de mí el llamado de ese Dios - Amor que está entre nosotros, a partir de un acontecimiento que me hizo acercarme y establecer una amistad más fraterna con Jesús.Sentía que quería servir al Señor, inserta en un movi-miento mariano, y me fui dando cuenta que el corazón me pedía que me entregara a Él por entero, porque sólo

hacer cosas para Él no me bastaba. Hasta que un día le pregunté bien directamente a Dios qué era lo que me pedía, y me respondió con la Palabra: “Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres… Luego ven y sígueme” (Mc 10, 21). Entre alegrías y miedos hice un proceso de dis-cernimiento bastante profundo, acompañada de algunas personas que fueron luz en mi cami-no. Y fue en el Grupo

Misionero de mi Parroquia (San Juan Bautista, de Itu-zaingó, Corrientes), que descubrí mi vocación misionera y religiosa, porque quien ha descubierto algo maravillo-so, quien ha experimentado un gran amor, no se lo puede guardar para sí.

Después de buscar y conocer varias congregaciones reli-giosas, conocí a las Misioneras de la Consolata, con cuyo carisma y espiritualidad me identifiqué. Sentí que había encontrado una familia donde podría vivir la Misión “Ad Gentes” llevando la consolación, Jesucristo, de la mano de María, con la radicalidad de vida que el Evangelio propone. En mis años de formación tuve experiencias de vida co-munitaria y de apostolado de lo más variadas y enrique-cedoras: en el aspirantado, en Merlo, conocí un poco la realidad de las periferias pobres de Bs. As., y en una mi-sión en Comandancia Frías, Chaco, vi un poco de la rea-lidad de exclusión en que viven personas maravillosas, como son los indígenas Wichi y otros argentinos, entre ellos los jóvenes, que muchas veces no tienen posibili-dades de soñar con tener una profesión o un empleo bien remunerado. En el postulantado, en Mendoza, viví en la

Por: Hna. Déborah, mc“Yo soy la sierva del Señor”

Hna. Déborah en el momento de su consagración

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comunidad del Colegio e hicimos misión en zonas rura-les, donde conocí jóvenes entusiasmados de integrarse a la comunidad de la capilla, y también el duro trabajo de ellos y otros campesinos y oleros, explotados y oprimi-dos. En São Paulo, Brasil, hice el noviciado y tuve la gra-cia de conocer esa gente tan abierta y alegre, además de aprender bastante del camino de inculturación y compro-miso social de la Iglesia. Los apostolados que realicé allí fue en un barrio marginal, donde, con las otras novicias y hermanas reuníamos a los niños y niñas para encuentros donde les transmitíamos valores y el Amor de Dios - de forma ecuménica- por medio de jue-gos, actividades manuales, cantos, etc. Realicé la experiencia de misión en Dourados, Mato Grosso do Sul, donde conocí un poco de la pastoral juvenil y misionera de esa dióce-sis, y me aproximé de los indígenas Guaraní, Terena y otros, a los que se les han arrebatado las tierras y se les ha confinado en una pequeña re-serva. También tuve la oportunidad de acompañar durante los últimos meses la Pastoral de la Infancia y un Proyecto para Jóvenes en situación de riesgo, en una “favela”, donde nuestras hermanas viven y trabajan en un Centro Comunitario.

La vida de familia en el Instituto fue otra riqueza que marcó mi vida: especialmente por la diversidad de culturas y características de cada una, debido a la internacionalidad

de las comunidades y por el hecho de haber salido de mi país. So-mos todas diferentes, pero somos hermanas, y hasta los roces de la vida comunitaria ayudan a crecer en apertura para llegar a tener ese corazón universal y acogedor que debe tener toda/o misionera/o.

Esas experiencias de misión, junto con la vida comunitaria y, sobre todo, la experiencia de una rela-ción de intimidad con el Dios de la Vida, me ayudaron a dar los pasos necesarios para entregarme a Él, opción y compromiso que renuevo cada día, con la alegría de sentir que ser religiosa misionera de la

Consolata es mi forma de responder al Dios que tanto me ha dado en la vida, por medio de muchas personas, pero especialmente mi familia de sangre y del Instituto. Desde lo que soy, con mis fortalezas, fragilidades, característi-cas y dones, soy feliz y estoy infinitamente agradecida de poder donarme al Dios-con-nosotros, especialmente en nuestros/as hermanos/as más pobres y marginados.

Hna. Déborah con su familia y las Hnas. Mary Carmen, y María Elena Ossa Tamayo

Hna Déborah leyendo la fórmula de consagración

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Fieles y creativos

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¡Qué tremenda verdad!

Vocación acertada...Felicidad asegurada

Por: P. Juan Carlos Greco, imc

Cuando era chico me gustaba jugar al Prode entre amigos (si no sabes lo que era el Prode preguntale a tus Viejos o Abues). Nunca acerté más de siete resultados. Pero con un mango nos divertíamos y jugá-bamos, nos cargábamos y reíamos. Pero la Vocación no es un juego, ni el Prode, ni una Lotería

“Todo lo puedo en aquel que me da fuerza”¡Hola, che!, quisiera compartir con vos una historia o una breve reflexión que escuché de nuestro amigo Benny:”Dicen que un joven, tras mucho pen-sarla y repensarla, decidió entrar a una comunidad de monjes para seguir radi-calmente a Cristo--estos monjes eran muy austeros, vivían en silencio, y sólo se les permitía decir dos palabras en todo el año-. Pasó el tiempo y llegó el momento en que el superior mandó a llamar al joven y le dijo: “Hijo mío, todo el año has vivido en completo silencio... hoy puedes compartir conmigo dos pala-bras... dímelas”. Aquel joven, sin pensar-la mucho, respondió: “cama dura”. Pasó otro año y el superior mandó a llamar al joven y le dijo: “Habla hijo, dime en dos palabras lo que quieras”. El joven esta vez respondió: “comida mala”. Al tercer año de haber ingresado al monasterio, el joven de nuevo se presentó ante su superior. Éste, con una sonrisa, le dijo: “Anda hijo, habla... ya has pasado tres años en este monasterio y estoy seguro que tienes mucho que decir, pero dilo en dos palabras, pues nuestro regla-mento nos prohíbe decir más”. El joven rápidamente respondió: “¡me voy!”.

Che, el que quiere seguir radicalmente a Jesús en la vida sacerdotal, en la vida religiosa o en el matrimonio, tendrá que hacer varias renuncias en el camino. Dice Jesús: “Todo aquél que haya dejado ca-sas, hermanos, hermanas, padre, madre, mujer e hijos o campos por mi nombre recibirá el ciento por uno y heredará vida eterna” (Mt. 19, 29). Sé generoso(a) y no tengas miedo de renunciar a tu comodi-dad, a tus seguridades, a tus ansias de tener mucho... No tengas miedo de amar demasiado; estoy seguro que tu amor por Jesucristo transformará en alegría cualquier renuncia que hagas. “El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro es-condido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel” (Mt. 13, 44). No seas, pues, como muchos que se deci-den seguir al Señor, pero quieren seguirlo

“a su manera”, cómodamente, haciendo el mínimo esfuerzo, sin renuncia, sin cruz. Su amor, al final, es interesado o egoísta. Cristo quiere que lo ames has-ta el extremo. Atrévete a ser diferente viviendo este amor hasta sus últimas consecuencias en un seminario, en una comunidad religiosa, en el matrimonio... ¡Descubre tu vocación!Sin lotería, quiniela o cualquier apuestaDe una cosa podés estar seguro, como lo estamos con Benny: Vocación acerta-da…¡FELICIDAD ASEGURADA!!! ¡Qué tremenda verdad! Recordá el rostro de Madre Teresa de Calcuta (habrás visto su rostro seguramente): ¿No fue una perso-na feliz? Y crees que en su vida no hubo abandono, renuncia, frustraciones, de-cepciones, críticas, noches de angustia,...las hubo, si. Pero la fe grande de esta mujer le hizo ganar la pulseada a todo apoyándose en Cristo que le concedió la perseverancia.Recordá al Papa Juan Pablo II: ¿Y? Te pensás que todo fue fácil. ¡No! Pero todo es posible si me apoyo en Aquel que me llama. Y claro está, intento hacer su vo-luntad y no la mía.Imaginate San Francisco de Asís, San Luis Rey de Francia, Martin Luther King, Chia-ra Lubich, y tantos otros. Yo me imagino

P. Matteo con la comunidad del noviciado

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Fieles y creativos

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a mi Viejo, que en paz descanse, Benny recuerda a sus abuelos. Todas la sudaron, pero al final ganaron. ¿Por qué, sabés? Porque apostaron a buscar la santidad y por buscarla encontraron en el camino, algunos antes y otros después, a la san-tidad. Nuestro amigo común, Don José Alla-mano también transitó por este camino y siempre aconsejaba a sus misioneros buscar la santidad.

Si habláramos con él, que nos diría. Mejor que nos dirá. ¿Quién le pregunta? ¡Anda vos, Benny!, ¿Yooo? ¡No me toca a mí! De repente una voz suave se oye,....¿la oyes, tú?

- Si, Benny, pregunta. Tranquilo.- Es, que por qué querer ser santos.- Por que es el sueño de Dios. Así te quiere Él, y así quiero yo a todos mis misioneros.- ¿Y podré? ¡Nooo! - ¿Puedes tu decirle a Dios que no puede cumplir su sueño en vos? Solo

si no te apoyas en Él y apuestas tu vida en otros dioses, como el placer, el individualismo, el egoísmo....Y además puedes y debes ser santo y misionero. - Ya Don, pide mucho. ¡Yo santo... yo mi-sionero!? ¿Cómo?- Apuesta a que Dios sea Dios en tu vida. No puedo ahora explicártelo, pero si en otro momento (A vos que

estás leyendo, te lo puede explicar alguien que ya haya encontrado el camino de su vacación a la santidad: ¡pregúntaselo! No te quedes con la espina.- Don, para mi eso no es.- Nadie puede sentirse excluido a ser santo ni del mandato misionero. Na-die puede decir: “no me toca a mí”. Claro que nos toca, me tocó a mí hace 100 años, te toca a ti, hoy, ha-cer presente con tu vida a Dios. Siem-pre debemos decir que podemos, con la gracia de Dios.- Don, ¿está seguro que podré?- Pensá: si éste y aquél llegaron, ¿por qué yo no?- Don José, tiene razón, ¿por qué yo no? Gracias, ¡muchas gracias, Don José!

Gracias Beato José Allamano, de parte de todos nosotros tus hijos los misioneros de la Consolata y de tantos amigos, lectores, de parte de todos.

Décimo mandamiento misionero (del Beato José Allamano pá tuitos que deseen ser misioneros)

“Primero santos, luego misioneros”La imagen del hombre y de la mujer hoy se define por su belleza exterior; por su capacidad de recrear las cosas; por su sagacidad; por su inteligencia en asuntos económi-cos, políticos y de ciencia. En definitiva, por todo lo que produce. La producción impera en todos los aspectos y campos de la vida de nuestra sociedad de hoy. La imagen lo es todo, absolutamente todo. Una imagen linda, tierna, fuerte, viril, estremece; sean estas de alegría, tristeza o placer. Nos movemos en un mundo predeterminado por códigos complejos y en la mayoría de las veces intangi-bles, imperceptibles. Códigos que rigen nuestro actuar y vivir. Códigos que, muchas veces, están en contrapo-sición a lo anunciado por Dios, en Jesús, para su Reino, pues encadenan, aturden y adormecen las conciencias.

El misionero, en su conciencia, ha de aprender a discer-nir sobre estos códigos que sutilmente hacen a la realidad de nuestros días, que engañan y apartan del camino de

Dios. Discernir para ayudar a discernir, para orientar a los de-más. No para disponer de la conciencia de los otros. La libertad de opción, de elegir, es algo que hoy se ha per-dido. La misión exige llegar a la libertad de conciencia y a la plena participación de toda la huma-nidad en su devenir, en su caminar, por la historia. Li-bertad que es antónima de capricho, irresponsabilidad, desprecio, egoísmo. Es la capacidad de decidir bien, para la plena realización del proyecto de Dios sobre la huma-nidad, dejando de lado, en la mayor medida posible, todo vestigio de pecado. Esto es santidad de vida en la libertad y responsabilidad de nuestra misión.

P. Goapper con una niñita en Congo

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Ven y sigueme

Benedicto XVI ha dirigido una carta a los presbíteros del mundo al inaugurarse, el 19 de junio, el Año Sacerdotal, en el aniversario 150 de la muerte de Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars. El tema elegido para el Año Sacerdotal es Fidelidad de Cristo, fidelidad del sacerdote, para orar por la santificación de todos los obispos y presbíteros de la Iglesia católica

En la Carta Benedicto XVI subraya que el Año Sacerdotal “quiere contribuir a promover el compromiso de renovación interior de todos los sacerdotes, para que su testimonio

evangélico en el mundo de hoy sea más intenso e incisivo”. Invita, por lo tanto, a considerar “el inmenso don que suponen los sacerdotes, no sólo para la Iglesia, sino también para la humanidad misma”, subrayando “sus esfuerzos apostólicos, su servicio infatigable y oculto, su caridad que no excluye a nadie… la fidelidad entusiasta de tantos sacerdotes que, a pesar de las dificultades e incomprensiones, perseveran en su vocación”.

El Papa menciona después “las numerosas situaciones de sufrimiento que aquejan a muchos sacerdotes. ¿Cómo no recordar tantos sacerdotes ofendidos en su dignidad, obstaculizados en su misión, a veces incluso perseguidos hasta ofrecer el supremo testimonio de la sangre?”. Sin embargo, “también hay situaciones, nunca bastante deploradas, en las que la Iglesia misma sufre por la infidelidad de algunos de sus ministros. En estos casos, es el mundo el que sufre el escándalo y el abandono. Ante estas situaciones, lo más convenientepara la Iglesia no es tanto resaltar escrupulosamente las debilidades de sus ministros, cuanto renovar el reconocimiento gozoso de la grandeza del don de Dios, plasmado en espléndidas figuras de Pastores generosos, religiosos llenos de amor a Dios y a las almas, directores espirituales clarividentes y pacientes”.Las enseñanzas y los ejemplos de san Juan Maria Vianney pueden ofrecer a todos un significativo punto de referencia.

En la Carta el Papa invita a continuación a los sacerdotes a pedir al Señor Jesús “la gracia de aprender el método pastoral de san Juan María Vianney. En primer lugar, su total identificación con el propio ministerio”. El Santo Cura “visitaba sistemáticamente a los enfermos y a las familias; organizaba misiones populares y fiestas patronales; recogía y administraba dinero para sus obras de caridad y para las misiones; se ocupaba de las niñas huérfanas de la Providence (un Instituto que fundó); fundaba hermandades y llamaba a los laicos a colaborar con él”. A este respecto el Pontífice subraya “los ámbitos de colaboración en los que se debe dar cada vez más cabida a los laicos, con los que los presbíteros forman un único pueblo sacerdotal”, recordando “la calurosa invitación”

del Concilio Vaticano II a “reconocer sinceramente y promover la dignidad de los laicos y la función que tienen como propia en la misión de la Iglesia”. El Santo Cura enseñaba a los feligreses sobre todo con el testimonio de la vida: “De su ejemplo aprendían los fieles a orar, acudiendo con gusto al sagrario para hacer una visita a Jesús Eucaristía… Estaba convencido de que todo el fervor en la vida de un sacerdote dependía de la Misa… Intentó por todos los medios, en la predicación y con consejos persuasivos, que sus parroquianos redescubriesen el significado y la belleza de la Penitencia sacramental, mostrándola como una íntima exigencia de la presencia eucarística.… Al final, una muchedumbre cada vez mayor de penitentes, provenientes de toda Francia, lo retenía en el confesonario hasta 16 horas al día”. “Del Santo Cura de Ars –continúa el Papa– los sacerdotes podemos aprender no sólo una confianza infinita en el sacramento de la Penitencia, sino también el método del ‘diálogo de salvación’ que en él se debe entablar. El Cura de Ars se comportaba de manera diferente con cada penitente… Consiguió en su tiempo cambiar el corazón y la vida de muchas personas, porque fue capaz de hacerles sentir el amor misericordioso del Señor. Urge también en nuestro tiempo un anuncio y un testimonio similar de la verdad del Amor: Deus caritas est (1 Jn 4, 8)”.

En la parte final de la Carta, el Santo Padre dirige a los sacerdotes “una particular invitación a percibir la nueva primavera que el Espíritu está suscitando en nuestros días en la Iglesia, a la que los Movimientos eclesiales y las nuevas Comunidades han contribuido positivamente”. El Pontífice señala a San Pablo, como “un espléndido modelo sacerdotal, totalmente entregado a su ministerio” y confía a la Virgen María este Año Sacerdotal, “pidiéndole que suscite en cada presbítero un generoso y renovado impulso de los ideales de total donación a Cristo y a la Iglesia”. “Queridos sacerdotes, Cristo cuenta con ustedes. A ejemplo del Santo Curade Ars, dejaos conquistar por Él y seréis también ustedes, en el mundo de hoy, mensajeros de esperanza, reconciliación y paz”, es la exhortación final del Papa.

Fidelidad de Cristo, del saCerdote

Por: Misiones ConsolataClero Mendocino

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Con citas bíblicas para la liturgia diaria, frases bíblicas e intenciones misioneras de cada mes. Además te regalamos una lamina (poster) de la Virgen de la Consolata, nuestra patrona.

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Espiritualidad y Pedagogía Misionera MCon alegría y gratitud presentamos este nuevo libro con la Espiritualidad y la Pedagogía misionera de nuestro fundador, el beato José Allamano. Nosotros, Misioneros y Misioneras de la Consolata, tenemos el privilegio de poder contar con una gran cantidad de enseñanzas de nuestro Padre. Ponemos este libro sobre todo en las manos de todos misioneros y laicos que quieren profundizar la espiritualidad y la pedagogía misionera y de cuantos desean acercarse al espíritu de este gran hombre de Dios, educador de sacerdotes y padre de dos familias misioneras.

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