CIEGOEL

Todas las tardes salgo de la o�cina a las 5 y tomo el metro para ir a casa, que está en la parte alta de la ciudad…East Central City, 1532 de Sawyer Avenue, apartamento E-10 (en un quinto piso con servicio de ascensor).

No... no veo nada...esta todo borroso...

lo siento...

¿sabe a qué me re�ero? ¡ Para morirse de risa! Mire por el visor y luego de vueltas a la rosca…

Es divertídisimo,

¿Guau!

¿Qué le pasa?¿Está ciego?

Bueno, este es el quinto…estoy seguro de que es muy divertido…

lo siento…

Lo siento…

Lo he comprado por un

cuarto de dólar, señor Stet...vendedor ambulante.

Yawn…Cada día cuesta más levan-

tarse…¡Vaya, qué mañana

más clara!

Los ojos me han estado

preocupan-do última-

mente… debería ir a consultar a

un oculis-ta…

No hay luz… Hum…Deben de haberse fundido los plomos…

Diré que lo arreglen por la mañana.

El sábado pediré el permi-so al señor Parrish para llegar más tarde... Me mo- lesta tener que acerlo, por- que es tan...

c l i ck

Ya están los rayos X, Doctora. Bien…pase usted

señor Stet.

¡¡Doctora!!

¿Estos vagones son atroces! Las luces siempre se apagan…¿No veo

nada!

N…D…R... L...No, quise decir M…F…I…

No lo retrasaré…¿Hoy mismo iré al oculista!

Siempre he tenido miedo a los médicos…desde que era crío.

Ojalá se me fuera el dolor de cabeza…Lo tengo

desde anoche.

Doctora…¿Le importa encender

la luz? ¡No veo nada!

Ayúdele, enfermera…

¡Tengo que decírselo!

¿Ciego?

Todo está borroso…Ahora la luz me daña los ojos! ¿Pero qué dice el doctor?

¿Por qué han apagado la luz? ...

Asi es, señor Stet. Ha tenido mareos en el pasado, que se volve-

rán cada vez más frecuentes. Tiene que operarse de

urgencia…

¿O la cosa ya no tendrá remedio!