Comentario de Una Obra de Arte

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Nombre: Mónica Janeth Ocampo Castrillón C.C. 1128388016 Curso: Introducción a la historia del arte Universidad de Antioquia COMENTARIO SOBRE EL MURAL SUEÑO DE UNA TARDE DOMINICAL EN LA ALAMEDA CENTRAL DE DIEGO RIVERA. Este mural contiene un parque cuyos suelos se encuentran habitados por una aglomeración de gente cuyas posturas solo se relacionan con los individuos que tiene de cerca. Observando bien el parque, lo único que se encuentra alusivo a un parque son los árboles y la fuente traseros y los globos del costado izquierdo, porque al observar mejor a la gente que se encuentra en el parque nos encontramos a personajes nada desconocidos de la historia de México, y lo peculiar de todos estos personajes es que no son de una sola época, es por eso que si el observador se pone a mirarlo de izquierda a derecha se encontrará leyendo una cronología de la historia mexicana en imágenes. Entonces, si Diego Rivera hizo un mural donde plasmó un sueño, surgen dos interrogantes (entre la infinidad de interrogantes que hay): a qué tipo de artista mexicano se le ocurrió poner en un solo mural a personajes importantes de la historia mexicana? y cómo fue el movimiento cultural en Latinoamérica del siglo XX que influenció al artista? -Diego Rivera.

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SE TRATA DE UN COMENTARIO HECHO AL MURAL DE DIEGO RIVERA "SUEÑO DE UNA TARDE DOMINICAL EN LA ALAMEDA CENTRAL".

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Nombre: Mónica Janeth Ocampo Castrillón C.C. 1128388016Curso: Introducción a la historia del arteUniversidad de Antioquia

COMENTARIO SOBRE EL MURAL SUEÑO DE UNA TARDE DOMINICAL EN LA ALAMEDA CENTRAL DE DIEGO RIVERA.

Este mural contiene un parque cuyos suelos se encuentran habitados por una aglomeración de gente cuyas posturas solo se relacionan con los individuos que tiene de cerca. Observando bien el parque, lo único que se encuentra alusivo a un parque son los árboles y la fuente traseros y los globos del costado izquierdo, porque al observar mejor a la gente que se encuentra en el parque nos encontramos a personajes nada desconocidos de la historia de México, y lo peculiar de todos estos personajes es que no son de una sola época, es por eso que si el observador se pone a mirarlo de izquierda a derecha se encontrará leyendo una cronología de la historia mexicana en imágenes.Entonces, si Diego Rivera hizo un mural donde plasmó un sueño, surgen dos interrogantes (entre la infinidad de interrogantes que hay): a qué tipo de artista mexicano se le ocurrió poner en un solo mural a personajes importantes de la historia mexicana? y cómo fue el movimiento cultural en Latinoamérica del siglo XX que influenció al artista?

-Diego Rivera.Diego Rivera fue un artista muy importante para el mexicano del siglo XX. Este famoso muralista mexicano nacido en Guanajuato el 8 de diciembre de 1886, cuyo nombre de pila es Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez, nació en una familia de judíos conversos, es decir, de judíos que se vieron obligados a convertirse al catolicismo (fue criado como católico, pero estaba consciente de su herencia judía). A partir de 1905 cuando recibe una pensión del Secretario de Educación, entonces y hasta mediados 1916 alterna su residencia entre México, Ecuador, Bolivia, Argentina, España y Francia, país en el cual tuvo los primeros contactos con las reuniones de artistas de Montparnasse, donde tuvo acercamientos con intelectuales y artistas a los cuales admiraba como

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fueron Alfonso Reyes Ochoa, Pablo Picasso y Ramón María del Valle-Inclán, consiguiendo el acercamiento con las nuevas corrientes que en Europa existían como el cubismo.1 En enero de 1922, comenzó a pintar su primer mural, en el Anfiteatro Simón Bolívar de la escuela Preparatoria Nacional. La pintura de Rivera comienza a convertirse en un factor considerable y de influencia para el Movimiento Muralista Mexicano y Latinoamericano. En septiembre de 1922 inicia el fresco en la Secretaría de Educación Pública. Se convierte también en el co-fundador de la Unión de Pintores, Escultores y Artistas Gráficos Revolucionarios. Para ese mismo año, se da uno de los acontecimientos que marcaría gran parte de la vida de Diego, su anexión al Partido Comunista Mexicano, uno de los grandes factores influyentes dentro de su pintura. También se le otorgan los permisos necesarios para comenzar con las pinturas y murales del Palacio de Cortés en Cuernavaca y en la Escuela Nacional de Agricultura, en Chapingo, así como en el Palacio Nacional de la Ciudad de México, donde de 1929 a 1935 creó un ciclo narrativo sobre la historia del país desde los tiempos de los aztecas hasta el siglo XX. Tras su divorcio con Guadalupe Marín en 1928, contrajo terceras nupcias con la pintora Frida Kahlo en el año de 1929. Igualmente, este mismo año, fue expulsado del Partido Comunista Mexicano. Hacia 1930, fue invitado a los Estados Unidos para la realización de diversas obras, donde su temática comunista desataría importantes contradicciones, críticas y fricciones con los propietarios, el gobierno y la prensa estadounidense.2 Hacia 1933, se da uno de los sucesos más controvertidos en su vida. Cuando el industrial John D. Rockefeller Jr. contrata a Rivera para pintar un mural en el vestíbulo de entrada o "lobby" del edificio RCA en la ciudad de Nueva York. Este era el edificio principal de un conjunto de construcciones que se habría de denominar como Rockefeller Center. El edificio, situado en Fifth Avenue, una de las avenidas más famosas, se posicionaba como uno de los emblemas más importantes del capitalismo. Diego Rivera, diseñó para esta ocasión, el mural denominado El hombre en el cruce de caminos o El hombre controlador del universo. Pero cuando Rivera se encontraba a punto de completarlo, incluyó un retrato de Lenin. La reacción de la prensa y la controversia que suscitó el retrato de Lenin, fue inmediata y vocifera. Rockefeller, vio el retrato como insulto personal y mandó cubrir el mural y más tarde ordenó que fuera destruido. Rivera poco después regresó a México en 1934, donde pintó el mismo mural El hombre en el cruce de caminos" en el tercer piso del Palacio de Bellas Artes de México.3 En 1936 solicita al presidente Lázaro Cárdenas del Río, el asilo político de León Trotsky en México que se concreta el año siguiente, recibiéndolo en la Casa Azul de Frida Kahlo. Para 1940 ya se había distanciado del célebre disidente ruso y se había divorciado de Frida Kahlo, volviéndose a casar con ella a finales de ese año.4

- La cultura moderna en Latinoamérica.Rivera vivió en un tiempo en el que por primera vez en la Historia de América Latina los países trataron de encontrar en sus raíces una nueva cultura desafiante hacia la “ejemplar” civilización europea. Es así como a principios del siglo XX nos encontramos a una América afanosa por rescatar sus raíces étnicas. Comienza con el nacionalismo cultural, la abrumadora influencia de los Estados Unidos después de 1898 había logrado que los intelectuales latinoamericanos examinaran las deficiencias

1 Diego Rivera. Categoría: Pintores de México. Wikipedia: la enciclopedia libre. <http://es.wikipedia.org>. Visitada el día 1 de marzo de 2010.2 Diego Rivera. Categoría: Pintores de México. Wikipedia: la enciclopedia libre. <http://es.wikipedia.org>. Visitada el día 1 de marzo de 2010.3 Ibíd. 4 Ibíd.

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de su propio sector del continente. Pero ahora, después de 1918, el fracaso de Europa como ideal los llevó a la búsqueda de una Utopía en el Hemisferio Americano. En la década de los veintes, músicos, escritores, pintores y escultores comenzaron a reandar el camino en un esfuerzo por encontrar en su tierra y en los pueblos indígenas las cualidades que había perdido Europa o de las que siempre había carecido. Bajo este contexto el país mexicano empieza a plasmar sus pinturas de alto contenido indígena para afianzar su nacionalismo, El efecto de la Revolución rusa en el arte latinoamericano alcanzó su máxima influencia en los treintas. En la década de los veintes fue la Revolución Mexicana la que proporcionó un nuevo ideal. Al contrario de Rusia, México había hecho una revolución sin inspirarse en una ideología definida: fue una revolución nacional que modificó la estructura del país para eliminar muchos de los antiguos latifundios. Nuevos elementos –campesinos y obreros- habían ingresado en el panorama de la vida nacional.5

Para Diego Rivera el momento de transformación parece haber coincidido con una visita a Tehuantepec –con su riqueza de arte popular y su paisaje tropical-. Desde ese momento sus murales se volvieron cada vez más mexicanos en el empleo de motivos folklóricos, en sus fondos de frutas y flores, en su recreación de escenas de la vida nacional y hasta llegaba a proclamar la rehabilitación de antiguas técnicas prehispánicas. Sobre esto existen algunas dudas, aunque Rivera declaraba que sus murales estaban pintados con una preparación a base de savia de maguey. Rivera no fue el primero en declarar que su técnica derivaba de fuentes precolombinas. Uno de los maestros empleados por Vasconcelos, Adolfo Best Maugard (1891-1964) publicó un manual de dibujo y creó un nuevo sistema de enseñanza para dibujar basado en “los siete elementos lineales de las artes mexicanas, indígenas y populares”. De cualquier manera, los murales de Diego Rivera en la Secretaría de Educación y en la Escuela de Agronomía de Chapingo, fueron los primeros logros del nuevo arte mexicano.6

Rivera representaba el nuevo espíritu que identificaba a la nación con el pueblo, cuyos héroes eran las masas anónimas de los combatientes contra la opresión. Surgió una nueva iconografía junto con la idealización de indios y campesinos, que en los murales de Rivera se asociaban con flores, frutos, la tierra y los ritmos de la naturaleza. Mientras que aquellos eran pintados con líneas suaves y tersas, los hombres malos, los opresores, a menudo aparecían con armaduras o ropajes desagradables, y eran pintados con colores ásperos y líneas angulosas. Tal vez la expresión más total de este tipo de nacionalismo cultural se encuentre en la arquitectura y la decoración de la Universidad Autónoma de México, obra que se inició por los años cuarenta y terminó en los cincuenta, y en la que contribuyeron Diego Rivera, Alfaro Siqueiros y muchos otros artistas (Rivera hizo un mural en mosaico para el estadio; Siqueiros decoró la torre de la rectoría; Juan O’Gorman ejecutó los murales en mosaico de la biblioteca). Algunos de los edificios, en especial el estadio, los frontones y la biblioteca, fueron intentos de reproducir formas arquitectónicas indígenas; los mosaicos del edificio de la biblioteca universitaria están hechos con piedras mexicanas de colores y algunos de los motivos son precolombinos.De esta forma, Rivera resaltó la riqueza cultural del indio, resulta bastante claro que especialmente en las etapas iniciales del muralismo mexicano, la adopción de las así llamadas técnicas precolombinas, la imitación de sus conceptos de espacio y perspectiva, constituyó primordialmente una actitud de desafío a Europa. Un ejemplo del uso sin sentido de los símbolos nos lo ofrece el edificio de la biblioteca de la

5 Franco, Jean. La cultura moderna en América Latina. México: Grijalbo, 1985, 356 p.6 Franco, Jean. La cultura moderna en América Latina. México: Grijalbo, 1985, 356 p.

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Universidad Nacional de México. La Universidad fue construida en los años cuarenta, pero la decoración se confió a la generación de artistas –Siqueiros, Juan O’Gorman, Diego Rivera- que constituían la espina dorsal del movimiento muralista.7

No sólo fue la vuelta a las raíces la que marcó la época de Rivera, también fue la laucha política a través de la formación de partidos de izquierda en Latinoamérica. Es importante recordar que en Latinoamérica varios partidos comunistas y socialistas fueron fundados y dirigidos por artistas e intelectuales. El ejemplo más destacado fue el del Partido Comunista Mexicano, que en un momento tuvo a tres pintores destacados, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Xavier Guerrero en su comité central. El ataque vanguardista al arte y a los valores burgueses parecía ya bastante revolucionario a comienzos de los veinte. No era necesario ser miembro del Partido Comunista para saludar a la Revolución rusa o pronosticar la decadencia de la civilización occidental. En América Latina el ataque a la vanguardia había comenzado en los veintes. El conflicto entre los extremos era más acerbo en Argentina, Cuba y México. En México Diego Rivera lanzó un ataque contra la revista mexicana Contemporáneos y la Revista de Avance de Cuba, acusándolas de aristocratismo y de excesiva desviación de las corrientes vitales. El término “cosmopolitismo” implicaba desprecio de los valores nacionales, mientras que “aristrocatismo” era una acusación que implicaba una necesidad de exclusividad por parte de la vanguardia. Rivera, junto con su compañero de entonces (hasta su expulsión del Partido Comunista en 1929), David Alfaro Siqueiros intentó traducir en su pintura la ideología revolucionaria. Los primeros murales de Rivera son predominantemente decorativos. En el edificio de la Secretaria de Educación Pública, los murales recrean el paisaje y la gente del Istmo de Tehuantepec, así como los habitantes del Norte: mineros, campesinos, artesanos populares, etc… Se muestran algunas fiestas, danzas y ceremonias populares. Pero aun aquí el empleo del color revela tácticamente la visión del pintor. Un crítico ha declarado que mientras en el segundo piso aparecen símbolos intelectuales en un gris neutro, en el corredor del tercer piso, en colores más cálidos…se muestra la vida espiritual del pueblo. Rivera asimila así la bondad de la vida con el calor, la tierra, los ritmos naturales de la existencia.8 La visión del pasado que tiene Rivera se basa en el materialismo histórico-dialéctico, más próximo al idealismo de Hegel que al marxismo.9

A su regreso de Estados Unidos, Diego Rivera y Frida Kahlo se instalan en la nueva vivienda- estudio que en 1931 habían encargado a un arquitecto y pintor amigo Juan O Gorman. El edificio, compuesto de dos cubos al estilo de la Bauhaus, se encontraba en aquella época fuera de la capital, al sur de la ciudad de México, en el barrio San Ángel Inn. Actualmente es el Museo Estudio Rivera. Rivera tiene repetidos encontronazos con David Alfaro Siqueiros, que sigue defendiendo a ultranza la línea estalinista. El conflicto alcanza tintes dramáticos cuando en un mitin político ambos artistas, armados con pistolas, se enzarzaban en una acalorada discusión. Para replicar a la acusación de oportunista que le hace Sequeiro, Rivera menciona por primera vez en público los motivos que le han llevado a romper con el Partido Comunista y a pasarse a la oposición trotskista. Ya en 1933, durante su estancia en Nueva York, Rivera había contactado con la “Liga Comunista

7 Ibíd. 8 Ibíd.9 Kettenmann, Andrea. Rivera 1886- 1957 un espíritu revolucionario en el arte moderno. Koln: Taschen, 2000, 95 p.

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de América”, órgano trotskista de los Estados Unidos, pintando algunos frescos para ese organismo y también para el “Partido de la oposición comunista” en la “New Workers Scohool”, dirigida por su amigo Bertram D. Wolfe. El artista simpatizaba desde entonces con los trotskistas, lucha por sus objetivos políticos y en 1936, se convierte en miembro de la Liga Internacional Trotskista.10

. El mural.Después de pasar por ese proceso de madurez artística, Rivera es profesor de artes, en vez de poner a los alumnos a hacer modelos de yeso en el estudio, o a copiar obras según modelos europeos, el profesor los manda a que recorran las calles y el campo, para inspirarse directamente en la realidad mexicana. Además de la formación artística, se imparten también las otras asignaturas académicas, de modo que, al salir de la academia, los alumnos tienen su correspondiente titulo de grado elemental. Al igual que el resto de los profesores, Rivera hace paseos y excursiones con sus alumnos, bien en la ciudad o en las provincias, cosa que testimonian los numerosos dibujos y acuarelas, sobre todo en los años 1943 y 1944, así como una serie de paisajes. En el mismo año surge otra serie de acuarelas y dibujos a la tinta sobre la Erupción del volcán Paricutìn, en el estado de Michoacán, o el óleo Día de los muertos.En 1947, después de convalecer de una pulmonía, el artista comienza un nuevo mural de gran formato llamado Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central en el vestíbulo del Hotel Central, noble establecimiento hotelero construido en la cara sur del Parque de la Alameda, en el centro de la capital federal. Esta representación sucinta de la historia de México, sobre el fondo de la Alameda Central, lugar de ocio predilecto de los habitantes de la gran urbe, es el último mural de temática histórica que pinta Rivera, y sin duda alguna la mas autobiográfica.11 De esta forma, la década de 1940 llevaría a un cierre de un periodo pendular de la actividad de Diego Rivera con una obra que personalmente considera que es la cumbre de su gran trilogía muralistica: Los murales del Ministerio de Educación, los murales del Instituto del Arte de Detroit y ahora un mural para el Hotel del Prado en Ciudad de México. En un espacio relativamente pequeño, sólo 72 metros cuadrados. Rivera logró narrar la vida de la Alameda (plaza principal) en la Ciudad de México. Honrando a su título Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (Sueño de una tarde dominical en la Alameda) y parafraseando a William Shakespare, los registros de trabajar de manera simultánea en lugar de una narración lineal de la vida mexicana en el corazón de la capital bajo Porfirio Díaz intercalados con diversas escenas históricas, comenzando con la conquista española de México, y luego avanzar hacia formas de vida, son los recuerdos personales del artista.

Al observar obras del pasado que contienen parques se encuentran iluminaciones ásperas con un solo personaje y en algunos casos el personaje da la espalda. La diferencia con el parque de la Alameda de Rivera es impresionante en estos cuadros.

10 Kettenmann, Andrea. Rivera 1187- 1957 un espíritu revolucionario en el arte moderno. Koln: Taschen, 2000, 95 p.11 Kettenmann, Andrea. Rivera 1187- 1957 un espíritu revolucionario en el arte moderno. Koln: Taschen, 2000, 95 p.

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Afternoon in the Park. William Merritt Chase - circa 1887

Lady in Yellow Dress in the Park. Maurice Prendergast - circa 1914-1915. 

Al empezar por la izquierda encontramos a Hernán Cortés, sobresale un Benito Juárez apadrinando la parte izquierda luego sigue la parte central que es la más iluminada de todas donde encontramos a ciertos personajes contemporáneos a Rivera. Aquí sus temas son perennemente congelados en magníficas imágenes de gente real, incluyendo a Frida Kahlo, Pico y Chapo (los apodos de sus hijas, Lupe y Ruth), así como personalidades de onírico, como el dictador Díaz, la Catrina y otros.12

En la parte central, la “Calavera Catrina” lleva al niño Diego cogido de la mano. La “Calavera Catrina” era una parodia de la vanidad creada por el popular grabador José Guadalupe Posada, quien también aparece en el mural ofreciéndole el brazo a la dama Catrina. Según el propio pintor, que admiraba profundamente a Posada, éste había sido uno de sus primeros maestros, si bien no se sabe con exactitud si Rivera había pasado largas horas con Orozco y con Siqueiros en el estudio del grabador (que en su frenesí editor tiraba además corridos, octavillas y revistas), como se ha dicho con frecuencia, o si lo descubrió después de regresar de Europa. En cualquier caso es indudable que la irónica forma de relatar del popular artista influyó en la pintura mural de Rivera.

La “Calavera Catrina”, símbolo de la burguesía urbana a principios de siglo, debe entenderse aquí también como una alusión a la diosa azteca de la tierra, Coatlicue, que se representaba frecuentemente con una calavera. Sus atributos son además la serpiente de plumas enroscada al cuello, símbolo de su hijo Quetzalcoatl, y la hebilla de su cinto con el signo “Ollin” del caballero azteca, que simboliza el movimiento perpetuo. Con la diosa madre, aquí también madre o tutora de Rivera, se representa el origen de la vida y el espíritu mexicanos, así como el principio dual de la mitología prehispánica, que encuentra su equivalencia en el símbolo Yin-Yang de la filosofía china, símbolo que en el mural lo sostiene en una mano de Frida Kahlo. La otra mano

12 Kettenmann, Andrea. Rivera 1187- 1957 un espíritu revolucionario en el arte moderno. Koln: Taschen, 2000, 95 p.

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de la pintora se posa maternalmente sobre el hombre del joven Diego, que hace su paseo por el mundo y la vida bajo la protección de ella. Ese aspecto madre e hijo en la relación de ambos cónyuges es mencionado por Frida en su artículo “Retrato de Diego”, que publica en 1949, con ocasión de un homenaje al artista.

Uno de los ensayos más seductores y poéticos de este mural fue escrito por Carlos Pellicer para su inauguración:

Para los primeros invitados del Hotel Prado, Diego Rivera los ha registrado y ambientado en un mural de 15 metros de largo por 40,5 de alto. Con el fin de oxigenar ellos y sin ningún costo a todos y para siempre, les dio el Parque de la Alameda Central con su raqueta de verdes y amarillos. Con este artificio vibrante abrió un espacio en el cielo.Podríamos estar caminando en las nubes, pero no tenemos tiempo. Las manos del pintor: putefracciòn con pinceles (como el tuyo puede ser con el dinero) le llevará desde el principio hasta el final. ¿Quién no ha estado, o caminado por la Alameda? Ha existido durante cuatro siglos, constituyen el momento en que estaba a la orilla de la ciudad de México. Pregunta Hernán Cortés, cuyas manos están goteando de tanto trabajo. La Inquisición? Sí, señor, vamos a dejarlo salir a él: aquí es para lo que pudiera suceder. Pero el virrey es Luis de Velasco. Sí, señor, un virrey bueno, pero sin embargo, un virrey. La monja? Una divina rosa en una cultura suave. ¿Qué quieres! Ella fue la monja Alférez de la poesía. Qué audacia! y no hay tiempo que perder. Aquí tienes Iturbide: él no lo reconoce, que lo compre. Infierno! No se olvide que él ratificó la concesión a los Estados Unidos para explotar los territorios de Texas. Agustín, el primer y el último. Ya lo creo, aquí está el general Santa Anna. Qué extraño es él, que se enfrentan a cualquier precio sería muy costoso. Atención: ¿No ves que nos vendió la patria al sonoro rugir del cañón? ¿Por qué están Santa Ana y Santa Anita aquí? Tírate en los canales y veras. Tome una respiración profunda ya que los indios están aquí de nuevo.13

Después de importantes exposiciones en 1947 de los dos muralistas José Clemente Orozco y David Alfaro, con quienes Rivera formaba la comisión de pintura mural del Instituto Nacional de Bellas Artes, se organiza en 1949 una magna retrospectiva para celebrar los 50 años de creación artística de Rivera, en la que se exponen mas de mil obras suyas. La inaugura el presidente Miguel Alemán en el Palacio de Bellas Artes.14

Rivera volvió a ser el foco de un escándalo cuando escribió: "Dios no existe" en la pancarta llevada por Nigromante en este mural. Sin embargo, el artista logró desafiar a los ataques de la etiqueta en su contra, e incluso su forma de restaurar la reputación del criticismo intenso en contra de su “pin-up" pintura hecha para el Hotel del Prado. En la década de 1950 continuó la búsqueda de la expresión de reputación del artista él volvió a ser parte del partido comunista, y apuntaló su reputación por la pintura de retratos e basados en su gran colección de arte precolombino y Anahuacalli. A Rivera esta década le trajo un deterioro tanto físico como mental. Por encima de todo, afligido por Frida Kahlo después de su muerte en 1954. Sin embargo, siguió luchando para vivir, y vivir para sí mismo Diego.

13 CONACULTA. Diego Rivera Art & Revolution. México City, 1999.14 Kettenmann, Andrea. Rivera 1187- 1957 un espíritu revolucionario en el arte moderno. Koln: Taschen, 2000, 95 p.

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Aunque Rivera sigue siendo un excelente hombre de proyectos que sobresalió en las técnicas de su oficio, por la década de 1950 su arte fue totalmente contraria a la nueva dirección internacional en arte, que estaba dominado por el expresionismo abstracto. Rivera falleció el 24 de Noviembre de 1957, dejando tras de sí un abundante número de seguidores e imitadores.15

Antes de ser trasladado al Museo Mural Diego Rivera, el mural en 1961, fue reubicado en el vestíbulo del Hotel del Prado-movimiento que exigió colocarle una estructura metálica para evitar que se dañara durante el desplazamiento-, para que el público tanto nacional como extranjero pudiera admirarlo libremente.16

15 CONACULTA. Diego Rivera Art & Revolution. México City, 1999.16 Historia del Mural. Museo Mural Diego Rivera. <http://www.arts-history.mx>. Página visitada el día 1 de marzo.

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