Hijos nuestros o hijos del rigor

Hijos nuestros o hijos del rigor?

Sobre la inercia cultural de los argentinos

Por el Lic. Nicols Milanesi para Ser Justicia. Lorena Maciel

Menos del 30% de los argentinos protegemos a nuestros hijos con sillitas o huevitos en el asiento trasero del auto.[footnoteRef:1] Ante esta situacin el Diputado Claudio Palmeyro de la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires propuso una Ley que dispone que los menores de 12 aos deben sentarse en esos dispositivos de seguridad llamados Sistema de Retencin Infantil (SRI) pero, ya comenzaron las resistencias a la implementacin de la misma por parte de los porteos. [1: La ONG Mams y Nios seguros muestra estadsticas 15.000 casos en distintos puntos del pas para menores de 5 aos: Menos de un 30% de los casos usa SRI, hay una propensin en ciudades con mayor cantidad de habitantes a proteger ms a los nios, son las mujeres las que ms tienden a usar SRI para sus chicos. ]

Las excusas versan sobre una gama bastante corta: principalmente el costo monetario del dispositivo, la confusin derivada de la heterogeneidad en la homologacin de las certificaciones, la supuesta irracionalidad de la norma, entre otras, que -en conjunto- se caracterizan por ser previas a una lectura completa de la situacin. Son, diramos, excusas de resistencia al cambio por inercia. Somos conservadores, queremos que las cosas se hagan como siempre se hicieron.

No slo es claro que la vida no tiene precio, que no hay excusa que valga frente a la seguridad, sino tambin que los datos estn all afuera! Si hacemos una especie de benchmarking con otros pases encontramos que en la Unin Europea y en Norteamrica ya hay amplia aceptacin de la normativa. Se cuenta asimismo con una campaa global de la ONU, y, por ejemplo, con estadsticas internacionales que prueban que el riesgo de lesiones se reduce 75% al usar las sillitas.

Hagamos sociologa: la resistencia a la implementacin de la norma es cultural, el argentino cancherea, del mismo modo que sucede con los propios trabajadores en las empresas, que son los primeros en resistir la aplicacin de los standares de Seguridad e Higiene. No estamos acostumbrados a exigir una mejor calidad de vida de manera voluntaria y libre sino a cumplimentar las normas solamente cuando se nos exigen a nosotros. En lugar de entender que los deberes que tenemos complementan nuestros derechos, y mejoran nuestra calidad de vida colectiva, los interpretamos como obligaciones o cargas Desde una lectura piagetiana, somos un pas adolescente: funcionamos ms desde una lgica propia de la Justicia Retributiva (egosta) que de la Justicia Distributiva (altruista y social).

En lugar de cuidar a nuestros hijos somos hijos del rigor, y por eso la norma es prescriptiva, ms all de concientizar, implica una multa para quien incumpla. Busca modificar nuestra conducta estableciendo una sancin, si bien, segn las reformulaciones del Diputado Palmeyro, la ley apunta ms ahora a la concientizacin que a la sancin econmica, es dable segn lo que se sondea en la calle que la adhesin a usar el huevito en el auto en Capital Federal venga menos de la mano del cuidado de s y de los dems que del temor a ser sancionado.

Vivimos en una sociedad inmadura, con cultura adolescente y cortoplacista. Eso est instalado de raz en cada uno de nosotros. Ser cuestin de fertilizarnos un poco con ese amor propio que presupone cuidar a la comunidad, comenzando por los nicos privilegiados: los nios.