Clase 4 Miguel Najdorf

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Clase nº 4 Miguel Najdorf por Richard Guerrero Una publicación de © Copyright Richard Guerrero (2013)

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Clase nº 4

Miguel Najdorf

por Richard Guerrero

Una publicación de

© Copyright Richard Guerrero (2013)

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Clase nº 4. Miguel Najdorf por Richard Guerrero

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Producido por

Richard Guerrero Maestro de ajedrez. Barcelona

Web www.ajedrezespectacular.com

E-mail [email protected]

Diseño y maquetación Pau Pascual

Segunda edición

Barcelona, septiembre 2013

Todos los derechos reservados. No se autoriza la distribución, o reproducción total o parcial del contenido de este PDF en ningún medio. © Copyright Richard Guerrero (2013)

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Miguel Najdorf

«No sé quién es el mejor jugador del mundo, pero sí sé quién es el

que más ama el ajedrez: Miguel Najdorf» (Najdorf)

«Quisiera que la mitad de los jugadores jóvenes del mundo sintieran

la mitad del amor que Najdorf sintió por el ajedrez» (Kasparov)

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Índice

Biografía..................................................................................................................5

Primeros años en Polonia...................................................................................5

Echando raíces en Argentina..............................................................................9

Estallido de la Segunda Guerra Mundial ......................................................11

Récords mundiales de simultáneas a la ciega ..............................................11

La tragedia de su familia y la mejor decisión de su vida ..............................14

Vendedor de seguros....................................................................................16

Najdorf en Barcelona........................................................................................17

Aspirante a la corona mundial..........................................................................19

Najdorf en las Olimpiadas ................................................................................21

Campeón argentino ..........................................................................................22

Enfrentando a 11 campeones mundiales.........................................................24

Anécdotas de su vida........................................................................................25

Más anécdotas de Don Miguel contadas por Zenón Franco........................37

Últimos años .....................................................................................................42

La última movida ..............................................................................................51

Legado...................................................................................................................54

Referente argentino y promotor del ajedrez ...................................................54

Célebre columnista del diario Clarín ................................................................55

La Siciliana Najdorf ...........................................................................................58

El estilo del optimismo .........................................................................................60

Talento e inspiración ............................................................................................63

Citas célebres de Don Miguel ...............................................................................66

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Un amor incontenible por el ajedrez....................................................................67

Recordando al viejo ..............................................................................................69

El canoso ...........................................................................................................74

La única obra que escribió Najdorf.......................................................................76

Libro sobre Najdorf de su hija ..............................................................................77

Vídeos de Don Miguel...........................................................................................79

12 partidas comentadas .......................................................................................81

10 combinaciones espectaculares......................................................................107

Más partidas brillantes .......................................................................................114

Bibliografía y webgrafía ......................................................................................141

Libros ..............................................................................................................141

Webs y blogs de Internet................................................................................142

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Biografía

Primeros años en Polonia

Miguel Najdorf

El famoso gran maestro Miguel Najdorf nació el 15 de abril de 1910, en Varsovia (Polonia), siendo el mayor de cinco hijos del matrimonio de Gdalik y Raisa Najdorf, de origen judío.

Sus padres lo llamaron Moisha-Mendel (como resultado de una disputa entre ambos), y en la familia lo llamaban afectuosamente Mickel, sin sospechar que éste sería el prototipo del futuro nombre que él adoptaría cuando se nacionalizara argentino en 1944. Sin embargo, según su pasaporte, su nombre era Mieczyslaw.

Muchas veces Miguel Najdorf narró su primer encuentro con el ajedrez, a los catorce años: «Era 1924, y una tarde, a la salida de la escuela, fui de visita a la casa de mi compañero, Rubén Fridelbaum. Me recibió su papá, un violinista de la Filarmónica de Varsovia, quien me dijo que Rubén había ido hasta la farmacia a comprar unos remedios. El hombre estaba engripado y terriblemente aburrido. Mientras aguardábamos el regreso del hijo, él me preguntó si yo sabía jugar al ajedrez. Le dije que no y me contestó de mal modo: "¿No te da vergüenza?, un chico inteligente no puede ser tan ignorante. Acércate al tablero que te enseño". Por cortesía tuve que aceptar. Me indicó el nombre de las piezas, el movimiento y el valor de cada una, y jugamos unas pocas partidas. Salí entusiasmado y me compré un libro de ajedrez en francés para seguir estudiando. A la semana siguiente ya le daba una torre de ventaja».

De inmediato, el ajedrez se convirtió en su pasión, que ya nunca abandonaría. En aquellos primeros años de ajedrez, su entusiasmo lo llevó a descuidar sus estudios, una situación que generaba conflictos permanentes con su madre.

«De chico mi madre me escondía los tableros y las piezas, así que tenía que arreglarme a ciegas».

Miguel contaba que ella le llegó a quemar las piezas y el tablero en la chimenea de casa, pese a que él explicaba que quería hacer del ajedrez su profesión. «Me

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van a crecer margaritas en la palma de la mano antes de que llegues a alguna parte con esa tontería», replicaba ella. Para Miguel, las palabras de su madre fueron un estímulo.

Gdalik Najdorf y su esposa Raisa, padres

de Miguel Najdorf (Foto: Najdorf x Najdorf,

por Liliana Najdorf, página 19)

Fue así que para conformar a sus padres, estudió una carrera universitaria en el Politécnico de Varsovia, pero no la terminó. Le faltó rendir las últimas dos materias para recibirse de profesor de matemáticas.

A los dieciséis años, y a pesar de que sólo habían transcurrido dos desde que se inició en el ajedrez, el juego de Najdorf ya destaca por su gran brillantez, de espíritu romántico. A los dieciocho años jugó su primer torneo nacional polaco, clasificándose en quinto lugar, y logrando los tres premios de belleza instituidos.

Sus partidas más bonitas y recordadas de este periodo de juventud son frente a M. Frenkel (Varsovia 1926), dos contra A. Szpiro (en Lodz y Varsovia 1928) y sobretodo la que el GM Savielly Tartakower (su maestro), denominó La inmortal

polaca (frente a B. Glucksberg, Varsovia 1928), que luego la crítica llamó con más precisión La Inmortal de Najdorf, con una extraordinaria combinación en la que sacrificó cuatro piezas para dar mate con un peón.

Ha sido reproducida infinidad de veces y es sin duda su más famosa partida y una de las más espectaculares de todos los tiempos. Sobre ella comentó Miguel: «En la Inmortal yo he previsto catorce jugadas, pero a veces las inmortales son mucho más sencillas que las partidas jugadas posicionalmente, aunque estas últimas no alcancen la fama».

A sus veinticuatro años (1934) Miguel conoce a Genia, quien poco después se

convertiría en su primera esposa. Un casamiento que tuvo sus bemoles, puesto

que los padres de ella se negaban a aceptar al yerno que, aunque

medianamente conocido como ajedrecista, no dejaba de ser para ellos un

bohemio con una actividad atípica, muy diferente del novio desechado por

Genia, que no sólo era el prometido elegido de la infancia, sino y sobretodo un

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excelente partido. Los padres de Genia se opusieron y prohibieron que volvieran

a verse. La pareja entonces decidió escaparse, y poco después, los futuros

suegros de Miguel accedieron al casamiento, aunque la boda tuvo que

postergarse, ya que él aún adeudaba el servicio militar debido a la prórroga que

había pedido por sus estudios.

Miguel narraba estos hechos de su vida en Polonia pocas veces, siempre en el seno de su familia, y casi siempre interrumpía con angustia la narración. Es claro que esos recuerdos siempre siguieron siendo un trago amargo para su alma.

Si bien en aquellos años en Europa se estaba gestando el horror que vendría, el período de entreguerras fue para Varsovia un lapso de expansión en lo cultural que permitió el progreso de Miguel como ajedrecista y el desarrollo de Genia en su profesión de pianista. Tuvieron una hijita, Lusha (Lucía) Najdorf.

Miguel Najdorf y su primera esposa, Genia

(Foto: Najdorf x Najdorf, por Liliana

Najdorf, página 29)

Eran tiempos de gran esplendor para el ajedrez polaco, con un alto nivel competitivo. Los ajedrecistas de Polonia se disputaban la primacía europea con los alemanes, los soviéticos y los yugoslavos, entre otras potencias.

Un papel importante en la formación ajedrecística de Najdorf lo ejerció el gran maestro Savielly G. Tartakower. Miguel reconocería toda su vida el ascendiente del talentoso maestro polaco (luego francés por adopción); siempre lo recordaba como su maestro y explicaba anécdotas como ésta:

«Cierta vez, cuando debía enfrentar a un conocido maestro de la época, pregunté a mi profesor y consejero, el doctor Savielly Tartakower:

—Sabe mucho más que yo. ¿Cómo debo jugarle?

Me miró profundamente y, sonriendo, contestó:

—Respetándolo, querido Miguel, respetándolo.

Como insistí, me explicó:

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—Él es un profesional y defiende su pan con sus conocimientos. Por ello estudia

para pulir y mejorar su juego con líneas suyas o de otros. ¿Usted quiere ganarle, verdad?... Bueno..., no hay otro camino que seguir las ideas clásicas, y ya que usted lleva blancas, tratar de mantener el equilibrio hasta que él cometa algún desliz, quiera forzar, creyéndose mejor que usted, y le brinde una oportunidad. No se le ocurra hacer locuras, pensándose más talentoso, porque se invertirán los papeles. Los maestros expertos dominan todas las posiciones y perciben la menor falla. Y cuando usted cree atacarlo, a lo mejor él se limita a desarrollar piezas para darle una lección.

Claro que lo tomé en cuenta, y esa noche hice tablas».

En 1934 Najdorf obtuvo el título de Campeón de la ciudad de Varsovia. Najdorf recordaría toda su vida su primer triunfo nacional, y esa primera conquista lo llenaba de orgullo. A esta altura de su carrera, ya con 24 años de edad, los demás ajedrecistas de su país lo respetaban y le temían a la hora de enfrentarse con él. Miguel había ganado ya un lugar indiscutible en el ajedrez de su país.

A la Olimpiada de Varsovia de 1935 (en la que llegó a ser el único judío al que le permitieron representar a Polonia), se remonta su primer contacto con Argentina (que sería luego su país de adopción). En esa ocasión conoció a los integrantes del equipo nacional argentino. «Recuerdo cuando llegaron a Polonia -decía- Grau con su traje blanco y Pleci tomando mate. "¿Qué bebida es esa?" preguntaba la gente. Eran la atracción de la prensa».

IZQ: Miguel Najdorf (el segundo por la izquierda) junto a los demás integrantes del equipo olímpico polaco (Foto: Najdorf x Najdorf, por Liliana Najdorf, página 32). DCHA: el Gran Maestro polaco Savielly Tartakower (1887-1956) al que Najdorf siempre reconoció como su maestro

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En 1936 participó con el equipo nacional polaco en las denominadas Olimpiadas de Munich (fuera de la FIDE). Se conservan algunos comentarios de Najdorf sobre este evento:

«Compitieron treinta y dos naciones. Alemania ya estaba bajo el poder de Hitler y los judíos, perseguidos, huían a los países vecinos. Dadas las circunstancias, otros deportistas y yo nos negamos a participar. Por aquel entonces, y a pesar de tener veintiséis años, estaba en el servicio militar. El presidente de la Federación de Ajedrez era Bronislaw Pilsudski, hermano del mariscal José Pilsudski. Ante mi negativa de ir a la olimpiada me llamó y preguntó: "¿es usted polaco o judío?". Le contesté: "polaco de religión judía". A lo cual me respondió: "Nosotros necesitamos que usted participe en la Olimpiada de Alemania no como judío sino como polaco. Cada uno debe defender su patria con el fusil que domina. Es importante que Polonia salga primera o segunda, para mantener su prestigio en el campo internacional". Me vi obligado a someterme y a participar de la Olimpiada. Por esta razón mi esposa y mis amigos se enojaron conmigo, porque consideraban que había traicionado la causa de nuestro pueblo. No entendían que estuve obligado a hacerlo. Me rehabilité ante sus ojos cuando Polonia ganó el segundo puesto y me fue concedida la medalla de oro. Entonces los alemanes tuvieron que tocar el himno nacional polaco y uno de sus jefes máximos gritó: "Moisés Mendel Najdorf, medalla de oro, primer premio". Me la entregó Hans Frank, tres años después gobernador de Polonia y responsable directo del exterminio de toda mi familia».

Salió primero en el torneo de Budapest 1936 y allí comenzó su carrera profesional internacional. A finales de los años treinta, Najdorf ya estaba jugando a un nivel de considerable fuerza.

En Margate 1939 hizo tablas con Capablanca. Ese fue el año en que la misma vida (no tan sólo el ajedrez) de Miguel entraría en crisis.

Llegaría para Najdorf el momento de hacer «su mejor jugada»...

Echando raíces en Argentina

«La mejor jugada de toda mi vida» (Miguel Najdorf)

«Nací dos veces sin haber pasado por el requisito de la muerte; una a los cero años igual que todo el mundo, la segunda a los 29» decía siempre Miguel, refiriéndose a su llegada a Argentina en 1939 y posterior radicación en su segunda Patria.

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Miguel Najdorf en una imagen de 1939

En agosto/septiembre de 1939 se celebró en el hoy demolido Teatro Politeama de Buenos Aires la VIII Olimpiada de la FIDE (IX Torneo de las Naciones), con la participación de 27 países. Era la primera vez que semejante evento se realizaba en América.

Miguel Najdorf ostentaba el título de campeón nacional polaco, y aunque vino como capitán del equipo olímpico, cedió el primer tablero a su maestro, Savielly Tartakower.

Polonia obtuvo el segundo puesto (a media unidad de los alemanes que finalizaron primeros), y Miguel la medalla de oro olímpica al segundo tablero, al conseguir más del 75% de los puntos (14 puntos de 18 partidas).

En primer plano se ve al Gran Maestro Savielly Tartakower, capitán del equipo de Polonia, en una de las rondas de la Olimpiada de Buenos Aires 1939. Probablemente, el maestro ubicado en la segunda mesa, de traje claro, es precisamente Miguel Najdorf, segundo tablero del equipo polaco

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Estallido de la Segunda Guerra Mundial

Aquel joven de 29 años que llegó un 21 de agosto de 1939 a Argentina, no habría imaginado -seguro- que en poco tiempo nacería de nuevo. Y eso es lo que ocurrió. Porque pocos días después de su llegada a Argentina, Europa comenzó a vivir el drama, y el 1 de septiembre, mientras jugaba contra el equipo alemán en el teatro Politeama, llegó la noticia de que su Polonia natal había sido invadida por los nazis, lo que había desatado la Segunda Guerra Mundial.

Su esposa, Genia, se había quedado en Varsovia porque, enferma de gripe, no se animó a enfrentar el viaje, permaneciendo allí con la hija de ambos, Lusha. Preocupado, Najdorf intentó traer a su familia a Argentina. Hizo gestiones con el entonces presidente argentino Ortiz y con el embajador polaco en Argentina, pero no pudo hacer nada. Al principio hubo una esperanza, pues Genia le había escrito sobre un hombre que quizás podía ayudarlas a Lusha y a ella a viajar a Buenos Aires. Era el primo de una vecina en Varsovia, una persona adinerada que trasladaba mujeres desde allá. Le envió una dirección de la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe, y su marido fue hasta allá en tren. Pero la desilusión fue tremenda: la dirección correspondía a un prostíbulo, y el señor adinerado a quien estaba buscando era un mafioso, tratante de blancas, perteneciente a una famosa organización de la época, que efectivamente facilitaba el ingreso a Argentina de jóvenes polacas, a quienes traían engañadas con promesas de matrimonio, para obligarlas a trabajar de prostitutas cuando al llegar se encontraban solas, sin entender una palabra de español, sin documentación ni dinero. Tras esta desilusión, Miguel continuó con las gestiones oficiales para que Genia y Lusha pudieran viajar, pero sin ningún resultado.

Al comienzo de la Guerra, la Cruz Roja armaba paquetes con alimentos y artículos de primera necesidad, que enviaban a Europa a través de la embajada alemana. Las encomiendas eran de distinto valor: las había de cincuenta, cien y doscientos dólares; Miguel trataba de reunir el dinero para enviar los paquetes más caros, lo cual no resultaba para nada fácil, dado que andaba sin trabajo y escaso de recursos. Mediante estos envíos llegó a recibir algunas cartas de su mujer, Genia, manifestándole sus necesidades, las carencias básicas que pasaban en Varsovia.

Récords mundiales de simultáneas a la ciega

Probablemente fruto de estas necesidades fueron la causa de los inagotables viajes de Najdorf por todo el interior de Argentina, ofreciendo exhibiciones de partidas simultáneas, incluso simultáneas a la ciega.

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Najdorf fue un extraordinario jugador de partidas simultáneas a la ciega, logrando dos récords mundiales consecutivos en esta modalidad:

El primero fue el 9 de octubre de 1943, en el Círculo Obrero de la ciudad argentina de Rosario. Miguel Najdorf jugó a 40 tableros contra jugadores de 3ª y 4ª categoría, ganando 36 partidas, entablando 1 y perdiendo sólo 3, ¡con un porcentaje del 91,25%!, en una exhibición que duró 17 horas y 35 minutos de juego. De este modo pulverizó el anterior récord establecido por el belga George Koltanowsky en Edimburgo, Escocia, el 23 de septiembre de 1937, en el que éste jugó en 34 tableros, logrando 24 victorias y 10 empates. Najdorf le superó con claridad, tanto en el número de cotejos como en los puntos conquistados.

Sin embargo el récord no pudo ser oficializado, ya que Koltanowsky protestó

alegando que no hubo en el lugar representantes internacionales que lo

avalaran.

Miguel en las simultáneas a la ciega del Círculo de Obreros de Rosario, en 1943

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Por ese motivo, Najdorf hubo de batir nuevamente su propia marca en otra exhibición de partidas simultáneas a la ciega en Sao Paulo (Brasil), el 25 de enero de 1947, estableciendo un nuevo récord del mundo en esa especialidad al jugar en 45 tableros al mismo tiempo (+39 =4 -2), con un porcentaje del 91,11%, récord que retuvo durante décadas (hasta que fue batido en noviembre de 2011 por el modesto jugador alemán Marc Lang (2.306 elo), que jugó a 46 tableros, aunque con mucho peor score que Najdorf: +19 =25 -2, 68,47%).

Najdorf jugó durante 22 horas y 40 minutos, estuvo todo el tiempo en una sala separada del salón de juego con los 45 tableros, sentado en un sillón y asistido por jueces y médicos, escuchaba las jugadas de sus adversarios en un parlante y dictaba las suyas a través de un micrófono.

Muchas partidas eran jugadas por aficionados que se sustituían al cansarse. Cuando en avanzada hora, un oponente quiso rendirse sin tener una posición que hiciera pensar en la derrota, Najdorf no lo permitió. «Usted está fatigado -le dijo- Llame a otro para que lo reemplace».

Por esta situación de relevos, en los 45 tableros jugaron 83 aficionados.

Un estruendoso aplauso rompió cuando alguien reclamó por una jugada diciendo que era imposible y Najdorf le comprobó que no, recitando inmediatamente todas las movidas que habían realizado hasta el momento. El adversario se disculpó, había alterado involuntariamente la posición.

«Discúlpeme, pero si mueve eso, tomo la torre y en dos jugadas la dama y el rey -señaló Najdorf tras una mala movida de su contrincante- ¿Quiere usted pensar mejor?».

En Sao Paulo 1947, en las simultáneas a la ciega en las que consiguió su segundo récord mundial. En la fotografía de la izquierda, mira en su mente la posición de una partida. Podemos ver en la mesa, el micrófono para transmitir las jugadas. En la fotografía de la derecha Miguel es atendido por un médico durante su enorme esfuerzo

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El cerebro le quedó embalado de tal forma que en las 48 horas siguientes Najdorf no pudo conciliar el sueño. Cerraba los ojos y veía las piezas.

24 horas después, todavía demasiado excitado, se reunió con un grupo de amigos y reprodujo todas las partidas sin dificultades.

Explicaba Najdorf: «Finalmente tomé un hipnótico y fui al cine. Sentí que alguien me tocaba el hombro. Era el acomodador para despertarme porque había que cerrar. Dormí dos días seguidos».

Arnoldo Ellerman, entonces director de la revista Caissa escribió al respecto: «Aunque para el ajedrez práctico, jugar a la ciega no representa ninguna utilidad, no se puede menos de admirar las notables aptitudes de Najdorf de poseer un cerebro que denota facultades de memorista».

El Viejo recordaba así sus primeros años en Argentina: «Viví muy mal los años de la guerra, y cada vez con menos esperanzas de encontrar vivos a mi esposa, mi hijita de dos años o alguno de mis trescientos familiares. Mientras Estados Unidos se mantuvo al margen, les envié correspondencia por intermedio de la Cruz Roja, pero después perdí contacto con el campo de concentración donde estaban.

Jugué simultáneas para causar suceso en los periódicos y que la noticia llegara a los míos. Gracias a mi buena memoria jugaba a ciegas con el objetivo de batir el récord mundial y que la noticia diera la certeza a mi gente, de que alguien luchaba por ellos».

La tragedia de su familia y la mejor decisión de su vida

Los primeros años 40 debieron ser verdaderamente dramáticos para Najdorf, agobiado por las noticias que llegaban desde la Europa en Guerra, y la incertidumbre por el destino de su familia, su mujer e hija, que habían quedado en Varsovia. Precisamente en 1940 se ordenó el cierre del gueto de Varsovia; y tres años más tarde, el 19 de abril de 1943, sin armas y diezmados por el exterminio que dictaminó Hitler para los judíos, los habitantes del lugar que todavía no habían sido deportados a los campos de concentración se levantaron en contra de los nazis, más que para resistir, para morir peleando.

Tras la guerra regresó a Polonia donde constató horrorizado la pérdida de toda su familia polaca en los campos de concentración nazis (su mujer Genia, su hija Lusha de sólo tres años, su madre, sus cuatro hermanos, tíos, primos). Su padre Gdalik, murió luchando contra los nazis en las calles de Varsovia. Los demás fueron vistos en Treblinka y Auschwitz.

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Así se veía Varsovia en 1945, cuando Miguel Najdorf volvió a buscar a su familia

Contaba Miguel en muchas de las entrevistas que le hicieron: «Mi familia era de trescientas personas y no quedó nadie. No tuve suerte. Murieron junto a los seis millones de judíos, víctimas de la crueldad nazi. Me quedé en Buenos Aires sin hablar el idioma, con doscientos dólares en el bolsillo y solo. Creí que me volvía loco, pero el ajedrez me ayudó. El ajedrez enseña a perder» En realidad, esos únicos doscientos dólares en el bolsillo, a los que tantas veces hizo referencia, habían sido el resto de trescientos que traía, ya que los otros cien los había perdido en el casino de Montevideo antes de llegar a Argentina.

Gracias a sus estudios de latín en el colegio y a la enorme facilidad que tenía para los idiomas, no le resultó difícil aprender el español. Llego a hablar un total ocho lenguas más un dialecto: alemán, polaco, checo, ruso, yugoslavo, holandés, castellano, inglés, e idish.

Debía decidir si se quedaba en Buenos Aires o seguía para Cuba, donde vivía un tío materno que había escapado de Europa años atrás para no hacer el servicio militar. José Raúl Capablanca insistía en que fuera para allá y empezó a gestionar por él los trámites para su ciudadanía. Sin embargo, Miguel dudaba... Vivía en una pensión de la calle Lavalle, con otro ajedrecista, el estonio Paul Keres, que también se había quedado varado en Buenos Aires. Comían por un peso el plato de comida.

Hay una anécdota que Miguel no se cansaba de relatar:

«Una tarde me crucé con un amigo polaco mientras caminaba por la calle Corrientes. Y le pregunté cómo estaba. -Acá estoy, ganándome el puchero- contestó mi amigo. -¿Qué quiere decir eso? -Es una comida típica de acá, un hervido de carne, verduras y embutidos. Y pensé: en Polonia se dice ganándome el pan. Por lo que el otro contaba, puchero era más que pan, o sea que éste debe ser un país rico. Y decidí quedarme».

«Quedarme en la Argentina fue la mejor jugada que hice en mi vida» decía siempre Najdorf en medio de una carcajada.

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Muchos años después, cuando fue a visitar a Keres a su casa en Tallin, éste le dijo recordando los viejos tiempos: «Miguel, aquí no vas a poder comer por ese precio».

Fueron tiempos muy duros para Miguel: se ganaba el puchero, es cierto, pero debía ganárselo jugando simultáneas, vendiendo corbatas, perfumes, o lo que fuera. Solía contar:

«Me levantaba temprano o no dormía. Iba hasta Once y compraba cualquier chuchería, corbatas o perfumes, y caminando llegaba a Liniers. Allí vendía lo que había comprado por unos centavos más. Con esos centavos me iba a los bares y cafés de la calle Corrientes y jugaba al ajedrez hasta el cansancio. Creo que eso me salvó de la locura. Hacía demostraciones de memoria. Con el auspicio del aceite Cocinero organicé un show en donde me leían números de cuatro cifras, que yo repetía primero en un orden y después en el inverso».

Vendedor de seguros

Fue en 1941 cuando un amigo le propuso un trabajo en el que podría capitalizar su poder de persuasión y aprovechar su creciente fama como ajedrecista. Así fue como empezó a vender seguros.

Los éxitos de Najdorf en ajedrez estuvieron combinados con su prosperidad en el negocio de los seguros. Comenzó prácticamente de cero, pero en 1949, al jugar su match con Fine, en Nueva York, recibió una oferta de una importante compañía norteamericana de seguros para convertirse en su representante en los países latinoamericanos.

Don Miguel asumió esa representación hasta el fin de sus días, estableciendo toda una red de agencias a lo ancho y largo de todo el continente. Junto con Guimard, también un conocido gran maestro argentino, viajaron por toda América, combinando exhibiciones de ajedrez con la actividad profesional de agentes de seguros.

Najdorf tenía la reputación de ser un hombre de negocios muy duro y agresivo, pero también muy abierto y sincero, que no ocultaba sus sentimientos. Por su humor, sus colegas sabían casi con exactitud cómo le había ido la partida del día anterior; si había ganado o perdido.

«A los ocho años de estar acá me casé, pero mientras tanto vendía corbatas y chocolates, y jugaba al ajedrez, y en el 41 empecé a vender seguros nacionales e

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internacionales. Así pude mantenerme, pero... lleno de tristeza. Aunque siempre traté de ser feliz, de no enamorarme del dolor y de hacer mío aquel dicho español que señala mañana lloraré. En el 43 me hice ciudadano argentino y en el 47 me casé con una entrerriana diez años menor que yo. Tuvimos dos hijas -Mirta y Liliana- y fuimos dichosos hasta el final... hasta que ella murió».

Najdorf en Barcelona

En noviembre de 1946 Miguel Najdorf participó en el Torneo Internacional de Barcelona, organizado por el Club Ajedrez Barcelona, en conmemoración del XXV aniversario de dicho club.

Sala de juego en los Salones del Círculo Artístico de Barcelona, con una notable concurrencia de aficionados ajedrecistas

«En unos tiempos que el ajedrez en España era puro romanticismo, en el sentido de que no existía ni el más mínimo síntoma de profesionalidad, poder contar con las excelencias de nombre tan ilustres dentro del ámbito del ajedrez mundial como pueden ser Miguel Najdorf, Carlos Enrique Guimard, Alberic O’Kelly, Daniel Yanofsky, Robert G. Wade y Gabriel Wood, y que algunos de nuestros mejores ajedrecistas pudieran compaginar sus obligaciones laborales con el certamen, como es el caso de Golmayo, Vilardebó, Albareda, Cherta, Francisco José Pérez, Antonio Medina y Rafael Llorens, a los que se añadió un jovencísimo Arturo Pomar, que aún firmaba Arturito, no era tarea fácil. Pero, una vez más, se consiguió alcanzar un éxito rotundo» (Joaquim Travesset)

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Najdorf obtuvo un rotundo triunfo y sumó 11,5 puntos de 13 partidas disputadas, quedando invicto, y con dos puntos de ventaja sobre su escolta, Yanofsky, y dos y media unidades de distancia de los siguientes clasificados, Guimard y el español Antonio Medina. Además obtiene el premio de belleza del torneo por su partida frente a Gabriel Wood.

Aquí tenemos a la mitad de los jugadores participantes en el Torneo Internacional de Barcelona: (De izquierda a derecha) O’Kelly, Medina, Llorens, Wade, Pomar, Golmayo y Najdorf

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Los catorce jugadores del torneo: Manuel Golmayo, Arturo Pomar, José Vilardebó, Miquel Albareda, Robert G. Wade, Pere Cherta, Francisco José Pérez, Antonio Medina, Alberic O’Kelly, Daniel Yanofsky, Gabriel Wood, Rafael Llorens, Miguel Najdorf y Carlos-Enrique Guimard

Aspirante a la corona mundial

A finales de los 40 y principios de los 50, Najdorf ya era un serio aspirante a la corona mundial.

En opinión de Kasparov:

«Entonces era uno de los mejores y, en opinión de muchos, en la primavera de 1948 podía haber añadido un elemento de suspense al match-torneo por el campeonato del mundo o bien, digamos, influido ligeramente en los resultados. En la FIDE se produjo un debate acerca de incluirlo o no en el match-torneo, en el lugar de Reuben Fine, que había declinado participar. Pero la Federación Soviética (es decir, en este caso, Botvinnik) se opuso enérgicamente».

Miguel Najdorf, el gran campeón argentino

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Poco antes Najdorf había dicho:

«Estoy preparado para ser campeón mundial. Tengo 36 años y me hallo en la cumbre de mi juego. Creo que no soy inferior a los que tomarán parte en el torneo (Botvinnik, Smyslov, Keres, Reshevsky y Euwe). Ninguno de estos jugadores tienen un historial mejor que el mío. No he jugado tanto como ellos por mi profesión, lo admito, pero estoy muy satisfecho con mis resultados. Los soviéticos están mejor preparados que yo en la teoría de aperturas, pero, como dijo mi maestro Tartakower, es en el medio juego y el final donde se revela el buen jugador».

Participó en dos torneos de candidatos; en Budapest (Hungría) 1950 donde finalizó 5º; y en Zurich (Suiza) 1953 donde compartió el 6º-7º puesto con Geller. Su último intento fue en el Torneo interzonal de Goteborg 1955 en el que no logró clasificarse para jugar el torneo de Candidatos de Amsterdam.

Najdorf en el torneo de candidatos de Budapest

1950, frente a Salo Flohr. Observa Isaak Boleslavsky

En toda su carrera ajedrecística, Najdorf ganó un total de cincuenta y dos torneos internacionales, entre los que destacan:

Praga 1946, Barcelona 1946, Venecia 1948, Bled 1950, Amsterdam 1950, La Habana 1962 (probablemente su mejor resultado, al dejar atrás a Spassky, Polugaevsky, Smyslov, Gligoric, Ivkov, etc.).

Hay que hacer mención especial de sus excelentes actuaciones en la serie de torneos de Mar del Plata, que ganó en 10 ocasiones ( 1942, 1943, 1944, 1945, 1946, 1947, 1959, 1961, 1965 y 1969).

Najdorf enfrentando al joven talento Oscar

Panno, que con 19 años fue el ganador del

Torneo Internacional de Mar del Plata 1954

(Najdorf quedó segundo en esa edición y

Pilnik tercero). En la imagen, el inicio de la

partida entre ambos, por supuesto, con

gran cantidad de espectadores alrededor

de la mesa

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Clase nº 4. Miguel Najdorf por Richard Guerrero

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Najdorf en las Olimpiadas

Najdorf representó a Polonia en tres olimpiadas (1935, 1937 y 1939), y a Argentina en once olimpiadas (1950, 1952, 1954, 1956, 1960, 1962, 1966, 1968, 1970, 1974 y 1976). Contribuyó a dos medallas de bronce olímpicas (1935 y 1937) y una de plata (1939) para Polonia, y a tres de plata (1950, 1952 y 1954) y una de bronce (1962) para Argentina. Además, logró dos medallas de oro al mejor resultado individual (1950 y 1952).

Dos fotografías de la Olimpiada de Amsterdam 1954. IZQ: Juega Miguel Najdorf ante el ex campeón mundial, Dr. Max Euwe. DCHA: Najdorf analiza una partida con el Dr. Euwe. De pie, mira Bent Larsen

Najdorf con Botvinnik en la Olimpiada de Moscú de 1956

Najdorf jugando con Bobby Fischer en la Olimpiada de Leipzig de 1960. La partida terminó en tablas

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IZQ: Najdorf con Fidel Castro en la Olimpiada de La Habana de 1966. Oscar Panno es testigo del saludo. DCHA: Participantes en la Olimpiada de La Habana, con la delegación española en primera fila. De izquierda a derecha, MI Antonio Medina, MI Ricardo Calvo y GM Arturo Pomar

Frente al GM de USA Robert Byrne y al GM español Arturo Pomar, en la Olimpiada de Niza 1974

El gran maestro Oscar Panno, que jugó con el equipo argentino desde 1954,

dijo: «Cuando Miguel era el capitán, ninguno de los jugadores tenía un respiro al

prepararnos para un match y no había la menor esperanza ni siquiera de un

sueñecito, si alguna partida había quedado aplazada».

Campeón argentino

Najdorf fue ocho veces campeón argentino (1949, 1951, 1952, 1955, 1960, 1964, 1967 y 1975).

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IZQ: Rubén Shocrón y Miguel Najdorf en su match final por el Campeonato Argentino de 1952, en el que venció el segundo, de manera rotunda, por 4½ a ½. DCHA: Miguel Najdorf en una imagen durante el Campeonato Argentino de 1955. El gran maestro polaco-argentino volvía a lucir el título nacional

Najdorf jugando de negras frente a Figueroa en la ronda 6 de las Preliminares del XLV Campeonato Argentino, Mar del Plata 1967

La conocida locutora Pinky felicita al ganador de ese

Campeonato Nacional, Miguel Najdorf, que fue obsequiado con un artístico juego de ajedrez,

traído especialmente de México

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Clase nº 4. Miguel Najdorf por Richard Guerrero

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Najdorf vs Panno, Campeonato Argentino 1968

Enfrentando a 11 campeones mundiales

Najdorf jugó contra 11 campeones mundiales: Capablanca, Alekhine, Euwe, Botvinnik, Smyslov, Tahl, Petrosian, Spassky, Fischer, Karpov y Kasparov, logrando derrotar a 7 de ellos (Euwe, Botvinnik, Smyslov, Tahl, Petrosian, Spassky y Fischer).

En 1950 la FIDE le concedió el título de Gran Maestro Internacional, reconociéndolo como uno de los mejores jugadores de la época.

IZQ: Analizando con el campeón mundial, Tigran Petrosian, en el Magistral de Buenos Aires 1964 DCHA: Jugando con el campeón del mundo Boris Spassky en el II Magistral Clarín, Buenos Aires 1979

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I

IZQ: Jugando con el campeón mundial Anatoly Karpov en el III Magistral Clarín, Buenos Aires 1980

DCHA: Conversando con Karpov en dicho torneo, ante la sonriente mirada del GM Jan Timman

Anécdotas de su vida

El Maestro Internacional argentino Jorge Szmetan contó la siguiente anécdota:

«En el nº 106 de JAQUE (España), el Maestro Internacional Ricardo Calvo escribió una interesante nota sobre la personalidad de Miguel Najdorf.

En un párrafo dice: "Najdorf no es una personalidad que pase desapercibida... Hay un tipo de fuerza, o de energía, o de vitalidad, llámese como se quiera, que arrastra, atrae la atención, enreda o desenreda (en general, me parece que enreda), y agita como un remolino los remansos del espíritu aparentemente más estructurado, de quien, por suerte o por desgracia haya irrumpido en su campo de acción... Es permanentemente fiel a su verdad propia: ese entusiasmo vital que parece arrancar de los estratos más primitivos de su persona, que la traspasa y que, pasando a través de él, desestabiliza a quien lo acompaña... No es bueno ni malo, es así".

Sin duda muy acertada la descripción de Calvo. Y si no lo creen, vean lo que me pasó con él.

Salí de la oficina donde trabajo para hacer algunos trámites, y, en plena calle Corrientes, me topé con él.

"¡Hola, Jorgito. Vení conmigo al cine. Película genial, sensacional. Vamos, vamos!"

Esa "fuerza que arrastra", a la que hacía mención Calvo, ya me estaba atrapando. Me tomó del brazo y comenzó a llevarme para el cine.

"Pero Don Miguel, no puedo ir ahora, tengo mucho trabajo", le dije.

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"Pero no, viejo, que trabajo ni trabajo. Vamos al cine. Película genial".

"Pero no puedo ahora, Don Miguel, otro día", resistí aún. Pero no hubo caso:

"Vamos, vamos. Esta película es genial", y me llevó del brazo hasta el cine. Pagó las entradas y enseguida estábamos en la platea.

Habían pasado tan solo 5 minutos desde el comienzo de la película, cuando Don

Miguel se levantó y me dijo: "esta película es una porquería. Yo me voy".

"Pero usted no me...", atiné a decir.

"Esta película es una porquería, chau" Y se levantó y se fue nomás...

Yo terminé de ver la película genial, y pensé: tenía que ser Don Miguel...».

Rafa Martí recordó en Las Provincias, Valencia, 17/06/2001, la siguiente anécdota sobre Najdorf que le contó Anatoly Karpov:

«Una vez, el polaco-argentino Najdorf, que jugaba un torneo de varios días de duración, vio derrumbado en un sillón del hotel al jugador contra el que se enfrentaba esa tarde. Quiso animarle y le invitó a una copa.

El deprimido ajedrecista aceptó encantado.

Después de una copa, vino otra y otra. Todas las pagó Najdorf. Su contertulio había resurgido, parecía otro. Najdorf se sentía culpable, porque pensaba que su adversario, cada vez más colocado, jugaría esa tarde rematadamente mal. No fue así. El resucitado, con claros signos etílicos, hizo una partida formidable y barrió del tablero a Najdorf. Sorprendentemente, poco antes del remate, el

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beodo le pidió tablas. "¿Me pides tablas? No lo entiendo, la tienes totalmente ganada", comentó Najdorf sorprendido. "Es una manera de agradecerte las copas que me has pagado. Estoy sin blanca y yo, si no bebo, juego muy mal. Sólo las veo a partir del tercer whisky"».

IZQ: Najdorf y Fischer con unas chicas. DCHA: Don Miguel tenía fama de mujeriego empedernido

Durante la Olimpiada de Buenos Aires de 1939, una noche, en un Night Club de esta ciudad, Najdorf tuvo un encuentro con el Campeón Mundial Alexander Alekhine.

Al acercarse a la mesa y tras el saludo, Alekhine lo invitó a sentarse y llamó al mozo y pidió dos botellas de whisky importado. De pronto surgió el diálogo.

—Perdón doctor, a mi me alcanza con un vasito.

— Si no lo toma usted, la termino yo solo.

Luego Najdorf haciendo gala de su memoria le manifestó:

— Con usted jugué tres veces y tengo un score favorable por 2 a 1.

Alekhine, indignado, le respondió con firmeza.

—Usted miente, jugamos sólo dos veces y las dos fueron tablas, ¡y en ambas

usted se salvó por los pelos!

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—No doctor —replicó Najdorf casi al borde de sonrojarse— nos enfrentamos

tres veces. En 1929 usted dio unas simultáneas en Polonia, 30 partidas más dos

a la ciega. En una de esas jugaba yo.

—Treinta partidas más dos a la ciega? —Repitió con dudas Alekhine y

enseguida agregó- ¿Así que fue usted quien sacrificó una torre en h7?

—Exacto —dijo el Viejo con disimulada alegría.

—¡Sí, eso significa que tiene razón!

Esteban Canal fue campeón peruano durante muchos años y un imaginativo maestro del ataque. Fue la víctima de uno de los chistes malos del ajedrez en la época. Al participar en el torneo de Venecia 1949, perdió ante el vencedor del torneo, provocando esta conversación entre dos espectadores: «¿Ha visto usted el Gran Canal?» «Sí, acaba de perder con el Gran Najdorf».

Miguel Najdorf en 1949

Aún cuando no se trata de una novela policial, la anécdota registrada entre Najdorf y Reshevsky en la Olimpiada de Dubrovnik 1950, bien podría titularse como El caso del pañuelo. Reinaba una ola de calor durante las primeras rondas en la playa de Dubrovnik, un calor anormal para la época, y que ocasionaba

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evidentes molestias a los jugadores. El norteamericano Samuel Reshevsky, que se encontró con el ex campeón del mundo Max Euwe en la primera ronda, se defendió del clima usando un gran pañuelo a manera de abanico, mientras le tocaba jugar a su adversario y a veces en oportunidades en que él debía hacerlo.

La fotografía registra aquella partida; puede verse un pañuelo de color claro en la mano de Reshevsky

Al terminar la partida, Euwe, en comentarios de rueda amistosa, protestó contra el pañuelo de su contrincante, que le había impedido obtener una perfecta concentración. Entonces Najdorf, que integraba el grupo de circunstantes escuchando al holandés, comentó: «No habrá variante de pañuelo conmigo». Y así ocurrió, al enfrentarse ambos ajedrecistas en la tercera ronda, el argentino reclamó la presencia del jefe de los fiscales y solicitó que se prohibiera a Reshevsky el uso de ese singular abanico. Reshevsky, algo molesto, terminó por comprender que su actitud impedía la normal concentración mental de su adversario y accedió, aun cuando en dos oportunidades, mecánicamente, lo sacó de su bolsillo para mitigar el fuerte calor reinante. Pero bastó la indicación del fiscal para que volviera a cumplirse el pacto entre caballeros...

Pero esta historia tiene un remate singular: como resultado final, se vio lucir a Reshevsky, en la rueda siguiente, un flamante abanico de paja, que fue autorizado a usar por el director del torneo.

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Miguel Najdorf en dos fotografías realizadas en los años 50

Najdorf y Reshevsky (ambos judíos de origen polaco) disputaron dos matches en 1952 y 1953 para dirimir quién debía proclamarse campeón de América (pues el primero lo era de Sudamérica y el segundo de Norteamérica). Najdorf cuenta una curiosa anécdota del primer encuentro:

«Teníamos que jugarlo en tres países: Estados Unidos, Méjico y El Salvador, cuyo presidente, gran aficionado, había presenciado algunas partidas del match. Cuando jugamos en Nueva York, tal vez porque disfruté de la vida en exceso, perdí las cuatro primeras partidas. Entonces me preguntó un periodista: "Maestro, ¿qué opina usted de Reshevsky?" Y qué podía opinar yo, que perdía por 4-0... Me limité a contestar: "Es un jugador admirable". Más tarde le preguntaron a Reshevsky que, como la mayoría de los maestros de ajedrez, es muy vanidoso: "¿Qué le sucede a Najdorf, que está perdiendo de esta forma?" Su respuesta fue: "A Najdorf no le sucede nada. Está jugando contra Reshevsky, eso es todo".

La segunda parte del match la jugamos en Méjico y yo le gané las tres partidas consecutivas, de tal forma que el resultado se puso 4-3. Entonces le preguntaron a Reshevsky: "¿Qué le sucede en su juego, maestro?". "La altura me perjudica, la alimentación...". Luego me preguntaron a mí: "¿Qué le pasa al gran maestro Reshevsky, que está perdiendo de esta forma?". Mi respuesta fue: "A Reshevsky no le sucede nada. Está jugando con Najdorf, eso es todo"».

Najdorf jugó dos célebres matches contra Sammy Reshevsky en 1952 y 1953. Ambos con victoria del jugador norteamericano, el primero por 11 a 7, y el segundo más ajustado, por 9,5 a 8,5

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Una anécdota en la que Miguel Najdorf desafía a su propio presidente:

Se jugaba el match entre Argentina y la Unión Soviética en Buenos Aires 1954. En el primer tablero jugarían Najdorf (blancas) contra Bronstein (negras).

Tras sonar los himnos nacionales, el presidente Perón se acercó al tablero y realizó el primer movimiento simbólico: 1.e4, para retirarse entre aplausos.

En ese momento se acerca Najdorf al tablero y rectifica el movimiento de su presidente, moviendo 1.d4.

Sorprendido, Bronstein le preguntó «¿Cómo se atreve a rectificar al máximo representante de su país?».

La respuesta de Najdorf fue sorprendente: «Nosotros vivimos una democracia y no voy a jugar contra el máximo especialista del juego abierto, David Bronstein, 1.e4, por ignorancia del general: sería darle a usted ventaja».

Frente a David Bronstein en el histórico match Argentina vs Unión Soviética, Buenos Aires 1954, en una de las cuatro partidas que jugaron

Otra anécdota contada por el propio Najdorf:

«En 1962 gané el torneo magistral en La Habana. En aquellos tiempos, Fidel Castro y Ernesto Che Guevara acudieron todos los días a la sala de juego para seguir las partidas. Una vez me preguntó Che Guevara, si me apetecería dar una exhibición de simultáneas a la ciega para el Gobierno de Cuba. Me quedé un poco perplejo ante semejante solicitud, pero por supuesto asentí.

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Najdorf con Ernesto Che Guevara

En el primer tablero jugaba Fidel Castro, en el segundo su hermano Raúl y en el tercero el entonces Presidente de Cuba, Oswaldo Dorticos. Seguían unos cuantos ministros y en el octavo tablero estaba Che Guevara. Después de una hora firmé tablas con Fidel Castro. En todos los demás tableros iba con ventaja, salvo en el octavo. Por lo tanto le ofrecí tablas también a Che Guevara. Como respuesta me echó una parrafada: "¿Cómo qué tablas? ¡Ni hablar! ¿Ud. se ha olvidado de que ya nos habíamos enfrentado anteriormente? Fue en 1947, en Mar del Plata. Entonces yo era estudiante de Medicina y en unas simultáneas Ud. me dio mate de manera terrible y en pocos movimientos. He soñado tantos años con la revancha, que o pierdo o gano aquí. ¡Pero tablas desde luego no van a ser!". La partida siguió y finalmente la gané. Mi oponente se sonrió y me felicitó cordialmente».

Una revelación del Gran Maestro danés Bent Larsen: «En el torneo de Mallorca 1969, Najdorf me dijo que si yo perdía la partida que jugaba con el Maestro Internacional español Antonio Medina, nunca más me hablaría. Consideré que el peligro de que esto sucediera era muy remoto».

Larsen jugando con Najdorf en el III Magistral Clarín, 1980

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Un par de anécdotas en el Match del siglo, URSS vs. Resto del Mundo, Belgrado 1970, contadas por Bruce Pandolfini:

«En la partida de la 2ª ronda Najdorf-Tahl, Tahl ganó un peón a costa de debilitar su ala de rey, Najdorf aprovecho esto y montó un fuerte ataque, se llegó al aplazamiento. El equipo ruso estaba impaciente por determinar si Najdorf tenia algo más que un perpetuo. Se reunieron en un cuarto anexo a la sala de juego para analizar, por largo rato ellos no pudieron encontrar nada concreto. Spassky entonces sugirió la correcta maniobra de las blancas. Un hombre surgió detrás de ellos, saltó sobre Spassky y lo besó entusiásticamente. El agradecido espectador, por supuesto, era Najdorf. El juego finalizó el día siguiente con una victoria de las blancas en pocas movidas».

Najdorf analizando con Tahl y Robert Byrne

«Durante ese match, Portisch le pide un autógrafo a Najdorf. Éste dice "5 dólares", Portisch queda sorprendido, pero Najdorf añade "eso es lo que diría Fischer". Tahl entonces se acerca a Portisch y siguiendo la broma dice "Por favor, solo 2 dólares por el mío"».

Una anécdota en la Olimpiada de Haifa 1976: El Maestro Internacional suizo Werner Hug (ex-campeón mundial juvenil) le propuso tablas a Najdorf después de pocas jugadas (tal vez 10 o 12). Najdorf se levantó y con grandes voces le recriminó a su rival, que un jugador tan joven tuviera tan poca ambición. Le dijo que de esa manera nunca llegaría a ser gran maestro y continuó con el rapapolvo que el suizo quería que se lo tragase la tierra... Al final la partida

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terminó en tablas, ¡en 88 jugadas!, pero algo de razón tenía Najdorf: Hug nunca llegó a gran maestro... Ciertamente, así como se manifestaba Najdorf, así jugaba: su estilo de juego se asemejaba mucho a su forma de ser, impulsivo y visceral.

En su columna del diario Clarín del 19 de julio de 1986, así recordaba Miguel su participación en el Magistral de Bugojno 1982:

«En 1982 acepté dirigir el torneo magistral de Bugojno, Yugoslavia, patrocinado por una fábrica de máquinas de coser, en el que participaban Huebner, Spassky, Polugaievsky, Larsen, Petrosian, Kasparov, Ljubojevic, Timman, Ivkov, etc. Tenía 72 años y por cierto había viajado con la idea de pasar un mes de goce ajedrecístico. Llegamos, con mi esposa Rita, a Belgrado y seguimos en auto a Bugojno, donde esa misma noche se hizo el sorteo. Miguel Tahl, inscrito pero ausente, tuvo el número 13. ¿Premonición?

Alguna relación debe haber en estas cosas, porque a las 2 de la madrugada, llamaron a mi departamento del hotel. Era el alcalde con otro de los organizadores. Y luego de las disculpas, vino la noticia: -Nos acaban de comunicar telefónicamente desde Moscú, que Tahl ha sido internado por problemas de salud y debemos reemplazarlo.

-Es lamentable, desde luego... ¿Pensaron por quién?...

-Sí, y por eso lo molestamos a esta hora. Para mantener el Elo del magistral debe jugar usted. No hay otra salida.

Expliqué que no estaba preparado, inclusive no tenía libros, y a mi edad... en fin. Insistieron y quedé en contestarles a las 8 de la mañana. Rita me susurró: "Es una locura, no puedes jugar contra estos tigres".

Era verdad, pero tuve que aceptar y a las 14 había pasado de director a jugador y estaba frente al tablero...».

El principal dato del torneo fue el triunfo arrollador de Kasparov, quien comenzó a jugar a un ritmo insostenible por los demás participantes, obteniendo 7½ puntos sobre 9, y sacando dos puntos de ventaja a sus inmediatos perseguidores. Al final, se dio el lujo de hacer algunas tablas más o menos rápidas. Jugó en su típico estilo. En general, sus partidas fueron volcánicas, y atrapó a varios GMs con vistosas combinaciones. Es cierto que estuvo perdido con Timman, pero aún así logró escapar y hacer tablas. Terminó con 9½ puntos sobre 13 posibles.

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Fotografía de los participantes del fuerte torneo Bugojno 1982. De izquierda a derecha: 1ª fila: Ljubojevic, Petrosian, Andersson, Kavalek, Gligoric y Najdorf; 2ª fila: Petronic (árbitro), Spassky, Larsen, Polugaevsky, Litmanowicz (árbitro), Kasparov, y Bjelica (organizador); 3ª fila: Hubner (oculto), Timman, Ivanovic e Ivkov

En cuanto al veterano Miguel Najdorf (72 años), quedó 12º (por encima de Gligoric 13º y de Ivkov 14º). Lo menos que se puede decir es que cumplió con su expectativa de ranking, y de ese modo mantuvo su Elo. Jugó buenas partidas, y pudo superar su puntaje, ya que entabló con Ivkov cuando disponía de clara ventaja, y rechazó tablas en su juego con Polugaievsky, perdiendo luego.

Otra anécdota para la lista de Don Miguel:

Sabido es que su memoria es legendaria. Recuerda remotísimas partidas, no necesita un tablero para reproducir jugadas, y urde con admirable nemotecnia, infinidad de variantes. Una noche, al término de una ronda en el Magistral Clarín de Mar del Plata 1982, analizaba una partida con Anatoly Karpov. El campeón del mundo insistía en una variante complicadísima. Najdorf se incorporó, caminó tres pasos y se hizo el enfadado: «Intente el camino que le dije» espetó, y Karpov, luego de unos segundos, muy sonriente, miró a los circunstantes y opinó: «¡Qué fantástico! Tiene razón».

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Najdorf con Anatoly Karpov

Y finalmente, una contada por Garry Kasparov:

«Najdorf era quien inspiraba los tradicionales torneos de Buenos Aires y Mar del Plata, donde, como en el Campeonato de Argentina, finalizó primero en muchas ocasiones. Más tarde, cuando los años fueron haciendo sentir su peso, asistía a esos torneos en calidad de huésped de honor. A veces, mientras se paseaba por los tableros y observaba con interés las posiciones, se olvidaba de sí mismo y se sentaba en alguna silla vacía. Los jugadores sonreían, tal vez preguntándose si Najdorf no acabaría realizando una jugada en el tablero».

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Más anécdotas de Don Miguel contadas por Zenón Franco

He aquí un buen surtido de anécdotas sobre Najdorf relatadas por el Gran

Maestro paraguayo Zenón Franco, en sus excelentes notas en el diario ABC de

Asunción y en la web tabladeflandes.com

El Gran Maestro Zenón Franco

Recuerdo algo que contó Florin Gheorghiu, ocurrió durante la Olimpiada de Lugano 1968.

El día del duelo estelar URSS–Argentina, Boris Spassky jugaba con Don Miguel en el primer tablero, en un momento, discretamente, le ofreció tablas, pero no porque la posición estaba igualada, estaba muy bien y probablemente debía seguir jugando; su generosidad se debía a que tenía planes para la noche, en compañía femenina.

Recordemos el contexto, estaban en plena guerra fría, donde la propaganda era muy importante para ambos bloques, el ajedrez era parte esencial de la propaganda soviética, y ganar la olimpiada era algo obligado para la URSS.

Lo que menos quería Spassky era llamar la atención, pero eso era incompatible con Don Miguel, que en medio del silencio casi absoluto, respondió en voz alta con su característico «¿Cómooo?», en alguno de los ocho idiomas que hablaba, y Spassky, ya algo incómodo, repitió en voz baja la oferta que Najdorf había escuchado.

Don Miguel llamó a un compañero de equipo que estaba paseando, y le dijo en voz alta «Che, el número 1 del mundo me ofrece tablas, ¿debo aceptar?», repitió la pregunta a viva voz a otro compañero que se acercó a ver qué sucedía.

Spassky estaba cada vez más rojo, se acercó el agente de la KGB, que desaprobó lo que estaba ocurriendo, y miró acusadoramente a Spassky, que quería desaparecer.

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Spassky y Najdorf en Buenos Aires

También, a cierta distancia, apareció un directivo argentino, que apenas sabía jugar, pero Don Miguel necesitaba saber urgentemente su experta opinión, otra vez preguntó, «Che, ¿debo o no aceptar la oferta de tablas del mejor jugador del mundo?, ¿qué te parece?», su interlocutor se quedó sin habla, mientras se arremolinaba más y más gente; pasaron más minutos eternos para Spassky, y al final Najdorf aceptó.

Don Miguel tenía la costumbre de preguntar «¿Cómo estoy?», o «¿Estoy perdido?», era un ritual, Najdorf seguía reflexionando sobre la posición sin importar lo que le dijeran.

Claro que no creía que estuviera perdido, lo que su interlocutor le respondía casi siempre era que no, y alguna obviedad tranquilizadora.

En la Olimpiada de Lugano 1968 se acercó a Florin Gheorghiu y le hizo la típica pregunta, «¿Estoy perdido, che?», Gheorghiu, que habla un castellano perfecto, con dejes porteños, imprevistamente le respondió: «No, estás un poco peor, pero si jugás bien podés hacer tablas», algo se conmovió en el mundo paralelo de Najdorf y desconcertado atinó a preguntarle: «¿Cóooomo?, ¿vos con quién estás jugando?», «Contigo, en esa mesa, Miguel», fue la explicación de Gheorghiu.

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Najdorf en una de sus típicas poses en plena partida

Era un hecho cotidiano verlo entrar hecho un torbellino imparable al Club Argentino, a los desaparecidos salones Capablanca y Alekhine, o donde fuere, para jugar partidas rápidas con el maestro más fuerte de la sala, y jugaba con él. Hay que añadir que cuando aparecía otro de mayor fuerza que su rival, Don

Miguel, sin ningún rubor, le decía a quien estaba jugando con él: «Levántate, che, déjame jugar con él»; con cualquier otro, el expulsado se habría sentido insultado, pero no con Najdorf.

Viene a mi memoria Miguel Najdorf jugando sus maratonianas sesiones de Blitz, a veces algunos maestros jóvenes le mostraban que eran respetables atacando, pero no se defendían con la misma precisión, entonces un triunfante Najdorf decía: «¡Sólo es un jugador de ataque!, ¡no sabe defenderse!», y lo demostraba...

Cuando jugaba partidas rápidas hablaba mucho, como es habitual en los clubes, sus frases más frecuentes eran «La mejor», a respuestas de su rival, y, cuando ganaba un peón: «¡Yo tenía una tía muy sabia que decía: "¡mejor peón más que peón menos!", ¡mi tía era muy sabia!», igual de divertido cada vez que lo decía, durante años y años.

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Claro que la tía sabihonda de Najdorf sólo se refería a cuando él lograba un peón de ventaja, si lo conseguía su rival, no estaba registrado que dijera nada.

El espíritu competitivo y ganador que tenía era increíble, parecía que se jugaba la vida en cada partida rápida amistosa; cuando quedaba poco tiempo, jugaba con las dos manos, una vez vi a un rival pedirle que jugara y apretara el reloj con una sola mano, «¡Con los pies, viejo!», fue la respuesta de Najdorf.

Otras veces, cuando sospechaba que podía perder por tiempo, exigía a su rival que le mostrara cómo pensaba ganarle ese final obviamente tablas; ¿quién era el valiente que podía demostrarle que ese final se ganaba matemáticamente en segundos, con su mirada inquisitoria? Ningún mortal, por supuesto.

En otra tertulia en los sillones del club, hacia mediados de los años 70 se habló del millonario griego Aristóteles Onassis, que en los años 20 había vivido en Argentina, y en ese momento tenía algunos problemas de salud.

Alguien dijo que envidiaba la vida de Onassis, Najdorf le dijo que no era para envidiarlo, que lo más importante era la salud, eso Onassis no lo tenía, y siguió un pequeño pero convincente discurso.

Al terminar Najdorf le preguntó: «¿De verdad usted cambiaría su juventud, su salud, su futuro, por la vida de alguien como Onassis, llena de dinero pero enfermo y con la muerte relativamente cerca?». La respuesta era casi forzada, su interlocutor dijo: «No, pensándolo bien, claro que no me cambiaría».

Najdorf, tampoco nunca sabremos si ya lo tenía preparado, le contestó entre risas: «¡No se preocupe!, ¡él tampoco!».

Claro que el carácter hiperactivo y hasta invasor de Najdorf no era el campo donde personas más tranquilas se sentían a gusto, los desestabilizaba como comentó Ricardo Calvo; en Panno Magistral de Arguiñariz se cuenta que durante el viaje en tren a Mar del Plata para jugar el Magistral de 1957, Najdorf mantenía en vilo y reclamaba la atención de todos sus colegas, así durante las largas horas del viaje, en un momento Keres le dijo en voz alta a su compatriota Kotov, que estaba casi en la otra punta del vagón, en inglés, para poder ser entendido por todos: «Alexander, ¿Cuántos años hace que conoces a Najdorf?», un sorprendido Kotov respondió, también en inglés, que desde 1946, Keres lo

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felicitó por ser afortunado. «Lo mío es muy diferente», dijo, como si contara una desgracia, «Yo lo conozco desde la Olimpiada de Varsovia de 1935».

Como recuerda el amigo Luis Scalise, a cada pueblo del interior argentino que asistía, aún los más pequeños, si notaba que no había un club, en los discursos finales nunca faltaba su solicitud a las autoridades: «Sr. Intendente, por favor, ¿cómo una ciudad como esta no tiene un club de ajedrez...?», ese era uno de sus requerimientos infaltables.

Un día presumió de sus excelentes condiciones de vendedor, su campo era el de los seguros, y contó cómo en una ocasión había logrado asegurar una estación de servicio.

Relató todo el proceso: durante meses Najdorf iba todos los viernes a jugar una partida con un aficionado y hablaba de la posibilidad de asegurar la estación de servicio que su amigo tenía, éste le daba largas, Najdorf volvía la semana siguiente, y el intento se repetía, pero siempre sin éxito.

Finalmente un viernes su amigo le confesó que en realidad él estaba interesado en asegurar su negocio, pero retrasaba lo inevitable porque era consciente de que era un simple aficionado, que nunca podría jugar con él si no fuera por esa circunstancia.

Le dijo sinceramente: «Para mí es un gran placer verlo a usted cada viernes y jugar una partida con el Gran Maestro Miguel Najdorf, pero si yo hago el seguro con usted… temo que usted deje de venir», Najdorf lo negó, y le dijo ofendido: «¡Pero por favor! (los que recuerdan su acento saben que dijo «¡Pego pog favog! ») ¡Una cosa es la amistad y otra son los negocios!», medio incrédulo su amigo le preguntó, «Entonces, si firmo, ¿va a seguir viniendo, maestro?», Najdorf le aseguró rotundamente que sí, y Don Miguel remató la anécdota diciendo orgulloso: «Y así le hice el seguro».

Se hizo un silencio hasta que alguien se atrevió a preguntar: «¿Y?, ¿volvió, maestro?», no se sabe qué sucedió en la realidad, pero Najdorf, que esperaba la pregunta, entre risas contagiosas, respondió: «¡En la puta vida!».

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Clase nº 4. Miguel Najdorf por Richard Guerrero

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Últimos años

En 1985 Najdorf recibió en Mar del Plata un homenaje por su 75º cumpleaños, lo mismo que en el diario Clarín, donde se le hizo un gran homenaje, reuniéndose personalidades como Juan Manuel Fangio, el intendente de Lomas de Zamora, Eduardo Duhalde, los grandes maestros Bent Larsen, Carlos Guimard, Miguel Quinteros, Vladimir Bagirov, Oscar Panno, y un largo etcétera...

Miguel Najdorf en dos fotos tomadas durante el agasajo del diario Clarín, junto a Juan Manuel Fangio, el gran maestro Miguel Ángel Quinteros, y rodeado por sus cinco nietos

En 1988 Najdorf participó en el VI Magistral Konex Canon, un torneo de Categoría VIII de la FIDE, con un promedio Elo de los participantes de 2.428 puntos. El cuarto puesto fue para el siempre joven Najdorf, quien estuvo a la vanguardia del torneo durante buena parte de su desarrollo, despertando los aplausos del público presente en la sala, como lo hacía en sus mejores épocas de candidato al título mundial.

Al iniciarse el torneo, en la ceremonia inaugural, Don Miguel dijo a los presentes: «Por mi edad no debo jugar, ya que soy candidato a ser carne de cañón. Pero mi presencia es necesaria para que el certamen otorgue norma de gran maestro, y acepté».

Najdorf jugó a un nivel muy alto, lo que tuvo gran mérito teniendo en cuenta que ya contaba 78 años.

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Clase nº 4. Miguel Najdorf por Richard Guerrero

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Miguel Najdorf jugó en el VI Magistral Konex Canon como en

sus mejores tiempos, y sólo al final, dos derrotas lo relegaron al

cuarto puesto

En 1990, año en que Miguel Najdorf cumplió sus 80 años, fue cuando comenzó la serie de torneos por él imaginados y patrocinados, que luego pasaron a llamarse Magistral Miguel Najdorf.

El sábado 24 de marzo escribía en su columna del diario Clarín: «El 15 de abril cumpliré 80 años y con ese motivo resolví retribuir a la Argentina, a través del ajedrez, parte de lo mucho que he recibido, organizando un magistral de alto nivel y único por la modalidad especial, ideada para dar oportunidad a esa juventud llamada a integrar los futuros equipos olímpicos».

El veterano Don Miguel

El I Magistral Najdorf alcanzó la Categoría IX y contó con la participación del ex campeón mundial Vassily Smyslov (URSS), que quedó segundo tras el Gran Maestro español José Luís Fernández, ganador del torneo por mejor desempate (ambos totalizaron 9 puntos de 13 partidas).

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José Luis Fernández y Vassily Smyslov (ganadores del I Magistral) junto a Miguel Najdorf

Nuevamente en 1991, la generosidad de Don Miguel permitió la organización de su Magistral, esta vez en su segunda edición. Este año subió a la Categoría XI. Tras una denodada lucha burocrática, Najdorf logró que el Teatro San Martín otorgara su Sala Martín Coronado (aquella donde jugaron Fischer y Petrosian, hacía veinte años) para la inauguración y las cinco primeras rondas.

Fue una buena victoria del Gran Maestro peruano Julio Granda, que superó por mejor coeficiente de desempate a Mikhail Tal (la gran atracción del torneo) y al Gran Maestro cubano Jesús Nogueiras.

Mikhail Tahl conversa con Najdorf en el II Magistral

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Entre las anécdotas de este torneo, se recuerda que Najdorf se molestó mucho con Dolmatov cuando éste ofreció tablas en sólo 7 jugadas a Nogueiras, en la cuarta ronda. Lo mismo pasó cuando hizo lo mismo ante Granda en la ronda 12.

Najdorf dijo: «Tablas eran las de antes. Cuando yo tenía 17 años, ya me destacaba en Polonia, y cierta vez contrataron a Alekhine para que jugara una partida de exhibición conmigo. La partida debía jugarse por la tarde, pero Alekhine se quedó dormido en su hotel, y recién a las 20:30h pudimos comenzar a jugar. Cuando eran ya las 2 de la mañana, y la posición era pareja, el presidente del club me pidió que ofreciera tablas, para no demorar más al público, que tenía que trabajar al día siguiente. La respuesta de Alekhine fue: "¿cómo tablas? Si recién comenzamos". Y fue tablas, pero recién a las 4 de la mañana...».

Una anécdota de Najdorf en España contada por Antonio Gude:

«En uno de los descansos del gigantesco open de Oviedo 1993 (promovido por la Universidad de Oviedo, con Antonio Arias al frente), con más de 500 participantes, entre ellos 120 titulados internacionales (con Anand, Salov, Smirin, etc.), los veteranos grandes maestros Miguel Najdorf y Borislav Ivkov, viejos amigos y rivales en mil batallas, disputaron unas partidas de Blitz, en las que Najdorf apabulló a su colega (creo que le venció por 9-1).

Najdorf (83 años) le dijo entonces a Ivkov (60): "¡Lo que te pasa, Borislav, es que estás viejo!"».

Najdorf con Ivkov en el open de Oviedo 1993

Najdorf jugó su último torneo argentino en el Open de Mar del Plata 1994, y quedó invicto, con 6½ puntos sobre 9 posibles, con sus 84 años jugando de igual a igual con los jóvenes de 20. Quedó 12º sobre 208 participantes.

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El veterano Gran Maestro en el Open de Mar del Plata 1994. En la fotografía de la derecha en su partida frente al marplatense Mariano Loiterstein

Una anécdota de Najdorf en Mar del Plata: el Viejo jugaba en la cuarta ronda frente a un joven de apellido ilustremente histórico: Facundo Quiroga. En un momento en que la partida parecía estancada, aunque el joven estaba levemente inferior, le sugiere a Don Miguel: «¿Podría ser tablas, maestro?» Y el ronco vozarrón de el Viejo: «No tienes que pedir tablas cuando estás inferior».

El comentario de todos los circunstantes fue para qué cuernos le contestó esto, si a los minutos, enseguida, acordaba las tablas... Fue otro de los chistes del glorioso ajedrecista, todo una leyenda, que con sus 84 años seguía invicto en el certamen.

En fin, una destacada actuación del veteranísimo Miguel Najdorf, con 6½ puntos, invicto (cinco tablas y cuatro ganadas). «Me siento más joven que nunca. Tuve que ceder muchas tablas por el cansancio físico de la cuarta hora de juego» declaró el legendario ajedrecista. En el acto de clausura, con su acostumbrado humor dijo: «Felicito al abuelo Panno por haber ganado este torneo» (Panno tenía 59 años).

Durante los torneos Najdorf las anécdotas originadas en el celo organizativo de el Viejo son innumerables. Una de las tantas, perteneciente al V Magistral Najdorf 1994: En varias rondas, algunos ajedrecistas argentinos llegaban con demora a la sala de juego. Este hecho molestaba mucho a Don Miguel, quien preguntaba constantemente: «¿Todavía no llegó fulano?», para luego retirarse enojado a seguir esperando la llegada del remolón de turno. Inclusive, Najdorf llegó a amenazar con no pagar el caché acordado con un argentino que en una ronda se retrasó 45 minutos.

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Cuatro imágenes del V Magistral Najdorf 1994. Don Miguel, para quien no parecen pasar los años, siguiendo atentamente las partidas del Magistral

Posando con un jovencísimo Peter Leko, y en la entrega de premios felicitando al GM Daniel Cámpora

Por supuesto, la presencia de Don Miguel fue infaltable durante la celebración del Magistral Polugaievsky en 1994, desarrollado en Buenos Aires en honor del 60 cumpleaños de Lev Polugaievsky. A continuación, algunas imágenes del evento:

Najdorf con Lev Polugaievsky

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Con Viswanathan Anand y Judit Polgar, que fue declarada ciudadana ilustre de Buenos Aires en el torneo en honor de Polugaievsky

El 24 de mayo de 1994, Miguel Najdorf fue condecorado con el grado de Comendador por el ejército argentino. El presidente de la República Argentina, Carlos Menem y el general Martín Balza le entregaron un diploma y una condecoración. Destacaron que el maestro de ajedrez «ha prestado servicios distinguidos al mérito civil».

Najdorf recibiendo la condecoración del presidente Carlos Menem y el general Martín Balza

El año 1995 pasó sin competencias para Najdorf, pero, como siempre, muy ligado a todo el acontecer del ambiente, de lo cual son testimonio sus semanales columnas en el diario Clarín. ¡Se podría hacer un libro con todas las partidas comentadas, anécdotas y jugosas reflexiones, de todos esos recortes!

A partir del 9 de julio comenzó el VI Magistral Najdorf, con la presencia de Nick de Firmian, Loek Van Wely, Mathew Sadler, Pablo Zarnicki, Pablo Ricardi, Pablo

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San Segundo, Oscar Panno, Ariel Sorin, Alejandro Hoffman, Hugo Spangenberg, Sergio Giardelli y Jorge Szmetan.

Durante el VI Magistral Najdorf: observando la partida entre San Segundo y Sadler

La victoria correspondió al español Pablo San Segundo, que igualó puntaje con el holandés Loek Van Wely, pero lo superó por mejor coeficiente.

Las últimas rondas del Open de Potrero de Los Funes 1995, certamen jugado en esta ciudad de la provincia de San Luis contaron con un espectador de lujo: Don

Miguel Najdorf, quien, alternando con escapadas al casino -que estaba arriba de la sala de juego- dictaminaba prematuramente los resultados de cada partida...

Observando la partida entre Pablo Ricardi y Pablo Zarnicki en Potrero de Los Funes 1995

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En abril de 1996 Don Miguel participó, como siempre activamente, en la organización de su VII Magistral que contó con un alto nivel de maestros y cuyo ganador final fue el GM Sergei Tiviakov, que se impuso por mejor desempate al GM español Jordi Magem, ambos con 6 puntos de 9 partidas. El GM peruano Julio Granda quedó tercero con 5,5 puntos.

Miguel Najdorf, junto a Julio Granda

«Es más difícil armar un torneo de ajedrez que jugarlo», solía quejarse Najdorf. Así fue como, luego de ocho ediciones, su Magistral pasó a formar parte de la agenda de todos los grandes maestros.

En julio de ese mismo año, Najdorf sufrió un paro cardiaco cuando estaba en Sevilla, a donde había viajado como capitán del equipo argentino. Le colocaron un marcapasos y se recuperó. Le dieron el alta en el hospital. Un día después de su regreso a Buenos Aires, falleció Rita, su tercera esposa.

El último torneo en el que participó Najdorf como jugador fue el de Groninga 1996. Se cumplía el 50º aniversario del gran torneo de Groninga de 1946: aquel gran certamen de 20 jugadores, en el que participaron los mejores de la época, incluyendo Botvinnik, Euwe y Smyslov, que ocuparon las tres primeras plazas. Najdorf había sido cuarto, empatado con Szabo.

Cincuenta años más tarde, los organizadores quisieron conmemorarlo reuniendo los supervivientes de aquel torneo. Quedaban siete: Miguel Najdorf, Vasily Smyslov, Laszlo Szabo, Arnold Denker, Carlos Guimard, Daniel Yanofsky y Martin Christoffel. Debido a la avanzada edad de los participantes, no se jugó un torneo completo, sino que se disputaron sólo tres partidas.

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IZQ: Arnold Denker (USA), Laslo Szabo (Hungría), Miguel Najdorf (Argentina), Martin Christoffel (Suiza), Carlos Guimard (Argentina), Abe Yanofsky (Canadá) y Vasily Smyslov (Rusia). DCHA: Najdorf observa la partida entre Vassily Smyslov y Arnold Denker

IZQ: Don Miguel esperando a su rival para la partida. DCHA: Najdorf, con sus casi 87 años, y sus eternos blitz, esta vez ante el maestro Paul Boersma; victoria de Najdorf y la broma de siempre a su rival: "Estás demasiado viejo..." le dice Don Miguel

La última movida

En 1997 llegó la última movida, fue el año de la despedida, y ella fue como él la había querido: mate en una.

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La muerte lo encontró como siempre, viviendo a pleno del ajedrez, recorriendo el mundo, allí donde pudiera manifestar su inmortal pasión, que no abandonó un sólo día de su vida.

Don Miguel Najdorf falleció el 4 de julio de 1997 a los 87 años, tras ser internado en el Hospital Clínico Universitario de Málaga, España, al verse sorprendido en plena gira ajedrecística por un edema pulmonar, seguido de complicaciones renales y cardiacas. «No sé cuándo vuelvo. Voy a ir por todos los torneos que se jueguen en Europa», dijo antes de viajar en compañía de su asistente, Carmen, contrariando el consejo de todos sus médicos.

«España es el mejor destino para un amante del ajedrez en vacaciones. Por eso estoy aquí. Además, las españolas siguen tan guapas como siempre», dijo Miguel Najdorf con su desbordante vitalidad, en un escenario de Madrid el 26 de junio de 1997, nueve días antes de morir en Marbella. Fue el último acto público del patriarca, abrazado por Garry Kasparov, que se acercó a las escalerillas para ayudarle a subir al estrado. Los espectadores le dedicaron una ovación interminable, como había ocurrido un año antes en la Olimpiada de Yereván (Armenia), donde la Federación Internacional (FIDE) le había nombrado miembro de honor. A juzgar por la energía que derrochó en los minutos siguientes, nadie podía imaginar que su vida iba a apagarse poco después.

Mientras Kasparov luchaba contra 16 internautas, Najdorf subió a la primera planta, donde Miguel Illescas comentaba las partidas para los espectadores. Y allí actuó en su línea habitual: analizando variantes, sugiriendo jugadas, contestando preguntas, contando chistes y dejándose querer por los aficionados. A más de uno le saltaron las lágrimas al ver la energía y el amor al ajedrez de un hombre irrepetible que jamás tiró la toalla. Sus allegados cuentan media docena de anécdotas similares, ocurridas en distintos sitios durante los últimos años de Miguel Najdorf. Éste sufría un desfallecimiento y tenía que ser atendido por un médico o trasladado a un hospital. Tras recobrar el conocimiento, su primera pregunta era siempre de este tipo: «¿Cómo acabó la partida de Kasparov? ¿Jugó por fin Dh4?». Y la respuesta, cualquiera que fuese, solamente podía ser replicada más o menos así: «¡Ché, la ronda de hoy fue extraordinaria, fantástica!».

«Era muy sanguíneo. Era todo o nada. No quería, adoraba. No comía, devoraba. Fue muy difícil ser su hija, pero fue un gran honor...» Así le despidió una de sus dos hijas, Liliana, en el cementerio de Tablada, Buenos Aires, antes de irrumpir en llanto.

Más de 50 coches formaron parte del cortejo fúnebre, escoltado por la Guardia de Honor del Regimiento 1 de Patricios. Sus restos fueron depositados en la

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misma tierra donde yacen dos de sus tres esposas. Previamente, se rezó el caddish (oración de duelo en la religión judía). Entre las coronas recibidas había una del presidente de Argentina, Carlos Menem. Sus compatriotas ajedrecistas le habían despedido en el Club Argentino, donde tantas horas pasó, como a él le hubiera gustado: jugando partidas rápidas con la variante Najdorf de la Defensa Siciliana, a la espera de la llegada del féretro desde España, mientras centenares de personas desfilaban por la sala para tributarle el último homenaje.

La lápida de Najdorf y de su segunda esposa, con el epitafio que quiso Don Miguel: "Aquí yace un hombre que supo vivir". Su tumba se encuentra en el pueblo de La Tablada, a unos 18Km de Buenos Aires. (Imagen cedida por Frank Mayer)

Seguramente la mejor despedida, y el mejor homenaje para Miguel, será siempre tomar el tablero, acomodar las piezas, y reproducir alguna de sus partidas, cualquiera sea ella, porque en cualquiera se podrá encontrar, para quien tenga el corazón despierto y la mente abierta, el más puro amor al ajedrez que quizás ningún hombre haya alguna vez tenido.

«Después de mi familia está el ajedrez», decía. Y así resumía su mundo.

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Miguel Najdorf visto por C. Bustos

Legado

Referente argentino y promotor del ajedrez

Sus éxitos trascendieron el tablero por su personalidad impetuosa y luchadora. Miguel Najdorf se convirtió en toda una referencia del ajedrez argentino, y fue uno de los maestros más valiosos para las nuevas generaciones; que le llamaban cariñosamente el Viejo. Su magisterio aún se percibe en los excelentes jugadores argentinos.

«Miguel Najdorf fue el mejor de todos los ajedrecistas que quedaron en nuestro país después del Torneo de las Naciones de 1939. A partir de su radicación en nuestro medio, contribuyó a formar una nueva generación de ajedrecistas. Cuando ingresé al ámbito del ajedrez superior pude calibrar su capacidad en todo sentido: por su talento, su gran amor al juego ciencia y su irrenunciable entusiasmo. Era un apasionado, comparable al gran Viktor Korchnoi, que escribió un libro llamado El ajedrez es mi vida. El también hubiera podido suscribir ese título». «Algunos piensan que, puesto que Miguel nunca enseñó ajedrez, no ha creado ninguna escuela. Pero no hay mejor método que enseñar con el ejemplo personal, y Najdorf era un ejemplo constante para aquellos que lo conocimos y pudimos entenderlo. Era el profesor de los maestros». (Oscar Panno)

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IZQ: Oscar Panno jugando con Miguel Najdorf en el II Magistral Clarín, Buenos Aires 1979 DCHA: Don Miguel dando una exhibición de partidas simultáneas junto a Panno

Decía Najdorf: «Quien no conoce las lágrimas no sabe lo que es la vida. Se aprende de las derrotas, no de las victorias... Fíjese, ¿qué le falta a los ajedrecistas argentinos? Tienen un talento enorme, como por ejemplo Cámpora, Quinteros, Huguito, Zarnicki, etc. Pero no tienen esa pasión que arde dentro del alma del gran ajedrecista. Miguel Tahl, luego de una operación se escapó del hospital. Tuvieron que cazarlo para llevarlo de vuelta al hospital. Él jugaba con cualquiera, en cualquier lugar y a cualquier hora. Era un apasionado del ajedrez...»

Hasta su muerte a los 87 años fue un activo organizador y promotor del ajedrez en Argentina y en el mundo; ¡Y seguía jugando!

Célebre columnista del diario Clarín

Najdorf fue siempre un fiel colaborador del diario argentino Clarín. En 1971 fue convocado para que escribiera columnas. Sus notas, que se publicaban los sábados (en las que contaba innumerables anécdotas y analizaba partidas), hicieron escuela en el ajedrez argentino y también a nivel internacional. Desde ese espacio cubrió Olimpiadas, torneos y encuentros por el título mundial, incluidos los memorables duelos entre Kasparov y Karpov. Cuando murió, el periodista de Clarín, Luis Scalise, escribió: «Najdorf fue, sin duda, el padre del ajedrez argentino. Su clásica pose con las manos entrelazadas por atrás será añorada en todas las competencias. Desde ahora y para siempre, Don Miguel es un mito». En esas mismas páginas, Anatoly Karpov, campeón mundial de la FIDE, afirmó: «No habrá ninguno igual. Era único. Conocí a Najdorf en el torneo de Hastings en 1971 y desde ese momento me hice muy amigo de él. Porque así sucedía con Don Miguel: él conocía a todos y todos lo conocían a él. Era una persona muy agradable».

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El sábado 11 de diciembre de 1982, Najdorf recordaba en su columna del diario Clarín sus varias exhibiciones de simultáneas, e incluso comenta una de sus partidas en Sao Paulo 1947

(Sus notas han sido también transcritas al respectivo juego, en la selección de partidas)

«En este enlace tienen muchísimas de las notas sabatinas de Najdorf en el diario Clarín de Buenos Aires (El diario más importante de Argentina). Les recomiendo, con tiempo y si pueden, ir descargándoselas todas y guardarlas porque son un auténtico placer para disfrutar leyendo sobre historia y técnica del ajedrez, amén de sus jugosos y pintorescos comentarios» (Christian C De Luca, Palermo, Buenos Aires, Argentina): http://najdorf-miguel.blogspot.com.ar/

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IZQ: Najdorf en su casa bajo el retrato de la partida Lasker vs. Capablanca, Moscú 1925 DCHA: Anuncio de la academia de ajedrez de Don Miguel

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La Siciliana Najdorf

Las aportaciones del Gran Maestro Miguel Najdorf a la teoría de aperturas y de finales fueron notables, pero ninguna como la variante de la Defensa Siciliana que lleva su nombre:

1.e4 c5 2.Cf3 d6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 Cf6 5.Cc3 a6

Desde hace muchas décadas, es una de las mejores y más utilizadas por jugadores de todas las categorías, incluidos los grandes maestros, y ha sido la principal defensa de los dos mejores jugadores de la historia: Bobby Fischer y Garry Kasparov, que se mantuvieron fieles a ella durante toda su carrera ajedrecística.

En una excelente colección de vídeos, Garry Kasparov explica los principales conceptos, ideas y variantes de esta interesantísima apertura, tanto para jugar con blancas como con negras, con numerosos ejemplos prácticos de partidas disputadas entre destacados maestros.

En este link puedes ver los magníficos vídeos de Kasparov subtitulados en español:

http://www.youtube.com/playlist?list=PL244DF7AD6298CDDD

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Miguel Najdorf conversando con un joven Garry Kasparov en el Interzonal de Moscú 1982

Algunas frases de Garry Kasparov sobre Najdorf:

«La primera vez que vi a Don Miguel fue en la Olimpiada de 1980. A los 70 años,

era comunicativo e incansable, y todo el tiempo gesticulaba animadamente.

Najdorf me inspiraba un sentido de hermanamiento ajedrecístico, y de forma

abierta y emocional me apoyaba, lo que por entonces los líderes soviéticos no

veían con buenos ojos».

«Por su actitud sociable y benevolente, y por su entusiasta energía, por no

hablar de su fuerte y atractivo juego, Najdorf se ganó el amor y el respeto de los

argentinos, que lo apodaron Miguel el Grande».

«Era uno de los pocos que podían considerarse, de pleno derecho, embajadores

del ajedrez. Miguel el Grande conoció a numerosos líderes políticos, como

Churchill, Castro, Jruschev, el Shah de Persia, Che Guevara y Perón, y mantuvo

correspondencia con el Papa Juan Pablo II. Cuando Najdorf murió, fue enterrado

con honores de Jefe de Estado, y en su memoria se observó un minuto de

silencio en el estadio del famoso equipo de fútbol Boca Juniors, en Buenos

Aires».

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El estilo del optimismo

Por Julio Alberto González (Inforchess)

Optimismo, ambición, espíritu timbero, son

palabras que pueden definir un estilo.

Precisamente el estilo que acompañó a Miguel

Najdorf en sus mejores momentos.

Para tratar de establecer la semántica de esas

palabras aplicadas al juego de Najdorf, quizás

resulte útil citar algunas de sus propias

expresiones, no sólo cuando se refería a su

propio juego, sino cuando se refería al juego de

los demás maestros. Serían muchas las citas que

habría que hacer de los casos en que el mismo

Najdorf usó esas expresiones: Optimismo,

ambición, espíritu timbero.

Por ejemplo, en 1973 viajó a Petrópolis, para presenciar el Torneo Interzonal

FIDE, que ganara brillantemente el joven Gran Maestro brasileño Henrique Da

Costa Mecking. Refiriéndose a Meckinho, escribía Najdorf en su columna del

diario Clarín: «¿Cuál es el secreto de Mecking? Juega con garra y muestra un

optimismo tremendo. Está convencido que ganará los matches de la

candidatura y llegará hasta Fischer».

Muchos hubo que criticaban a Mecking por sus expresiones, que entendían

como fruto de sentimientos de vanagloria y petulancia. Precisamente las críticas

que muchas veces recibió el mismo Najdorf: «el Viejo es un fanfarrón», decían

muchos.

Quizás haya derecho en pensar así. Me inclino a pensar que se trata de ingenuas

expresiones, sin malicia, pero que manifiestan la autoestima necesaria para

poder seguir en ajedrez buscando metas cada vez más altas.

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Miguel Najdorf con Meckinho en Hastings 1971/72

Seguía diciendo aquella vez Najdorf, refiriéndose a Mecking: «¿Se imaginan? Es

algo que parece cómico y algo que por el momento, aún deseando su triunfo,

veo como imposible. Todavía tiene que aprender y aprender. Fue el camino que

recorrió el mismo Fischer». Fíjense que Najdorf habla de garra y optimismo para

definir el estilo de Mecking. Y precisamente, en la misma ocasión, refiriéndose a

Oscar Panno, otro de los participantes en Petrópolis, decía: «Panno jugó bien y

pudo salir mejor, pero le falta espíritu de timbero; esto es audacia para

arriesgar, para jugar con el peligro...». Creo que sobran las palabras: Najdorf nos

da una definición de lo que caracterizó siempre su propio juego, y que por saber

bien de qué se trata la garra, el optimismo, la audacia, el espíritu timbero, podía

advertir cuando los demás maestros tenían o no esas mismas características.

Más o menos por la misma época, se preguntaba Najdorf en una de sus

columnas del diario Clarín: «Ahora bien, ¿cómo debe jugar un joven? Quinteros

fue criticado por rechazar propuestas de tablas de famosos maestros (se refiere

Najdorf a la participación del argentino en el Interzonal de Leningrado).

Quinteros les contestó: "No hice 10.000 kilómetros hasta Leningrado para hacer

tablas". La suerte no estuvo con él, y perdió con Byrne y Tahl. En cambio, yo lo

aplaudo. Los jóvenes tienen tiempo para triunfar. Combinar, atacar, buscar la

belleza, es privilegio de jóvenes con talento. El aplomo del juego posicional

vendrá después. Es edad en que la especulación por el punto no cabe. Así lo

hizo y hace Bobby Fischer, y lo hicieron Morphy, Capablanca, Tahl, Keres, etc. Y

yo también».

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¿Najdorf tuvo un exacerbado orgullo? ¿Fue Najdorf un fanfarrón?

Escribió en cierta ocasión, en los años

ochenta: «Tras jugar mi partida con

Bobotsov, en la Olimpíada de 1960, mi

rival, luego de perder esa titánica lucha, me

felicitó y me comentó: "¡Es fantástico! Me

han ganado y estoy alegre. Tal vez lo

maravilloso de la partida ha obrado este

milagro". "Eso ocurre cuando una partida

también se pudo ganar" -le contesté. "Tal

vez, pero Ud. hizo las jugadas más bonitas"

- terminó diciéndome.

Vivimos otros tiempos. Un exagerado y mal entendido amor propio, provocado

por la profesionalización hace que hoy no se acepten las derrotas como antes. Si

un rival ha jugado maravillosamente y se ve la cercanía del mate, se abandona

de inmediato. ¿Felicitarlo? Tal vez haya algunos ejemplos desconocidos.

Un aficionado me hizo esta pregunta: "¿Por qué hoy no se dan mates?".

"Querido señor, en la época romántica del ajedrez, del arte por el arte, una

hermosa partida era como un hermoso cuadro. Y las pinceladas de la

combinación, debían tener el mágico toque del mate. Entonces, créamelo, se

miraba mal a quienes destruían esa obra por anteponer su orgullo. En ese

entonces también, quien se creía mejor luchaba hasta el fin. En cambio ahora...

¿para qué seguir?"».

Es interesante el párrafo final que escribe David Bronstein en su libro sobre el

Torneo de Candidatos de Zurich 1953 (una de las obras más importantes de

toda la historia del ajedrez). La última partida que comenta es el breve -aunque

sumamente interesante- empate producido en la partida de Miguel Najdorf,

llevando blancas, ante el estoniano Paul Keres. El empate se había producido en

una posición sumamente aguda. Está claro que dicha posición permaneció en la

imaginación de Najdorf después de la partida, y la sometió luego a sus análisis.

Pues bien, Bronstein cuenta que «... al día siguiente, Najdorf con su

temperamento argentino, mostró a los participantes que podía haber ganado

con una variante -y la mostró, diciendo que las blancas tenían un formidable y

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ganador ataque». Bronstein termina su pequeño relato (con el cual finaliza su

libro) diciendo: «Por toda respuesta, Keres sonrió...».

Creemos que no hace falta explicar lo qué quiso decir Bronstein con el

temperamento argentino. Todos sabemos cómo son vistos la mayoría de los

argentinos en el mundo.

Más o menos lo mismo habrá pensado Tahl en 1970, en el momento en que tras

la cuarta partida del match URSS vs. Resto del Mundo, Najdorf le alargaba su

mano aceptándole la propuesta de tablas (tras consultarlo con su capitán,

Euwe), pero diciéndole: «Mi posición es totalmente ganadora».

Pues bien, si alguna vez hemos estado frente a alguno de aquellos típicos gestos

de amor propio de el Viejo, frente a alguna de sus fanfarronerías, y si ahora

vuelven esos recuerdos, lo único que cabe es por supuesto, la misma sonrisa de

Keres de aquella vez, y no la crítica...

Talento e inspiración

Por Julio Alberto González (Inforchess)

Es imposible definir un estilo mediante conceptos como talento o inspiración. En

cierta ocasión le preguntaron a Botvinnik que definiera el juego de Miguel

Najdorf, y el ex campeón mundial se limitó a decir: «Miguel Najdorf es un

enorme talento». Preguntándole a Raimundo García acerca de las

características del estilo de Najdorf, el maestro internacional argentino, que

tantas veces compartiera el mismo tablero en enconadas luchas, se limitó a

suscribir él también la definición de Botvinnik.

Sin duda, Najdorf ha sido un talentoso natural para el ajedrez, pero la pregunta

es: ¿qué aportó él, de sí mismo, a su talento natural?

La cuestión es similar a la de la inspiración, la cual parece ser un don regalado,

que viene o no viene, que no podemos manejar. ¿No podemos manejar?... Esa

es la pregunta. Quizás no podemos manejar la inspiración, pero podemos

predisponernos a ella: con una actitud ante el tablero.

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Clase nº 4. Miguel Najdorf por Richard Guerrero

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Miguel Najdorf en 1973

En su columna del diario Clarín, en febrero de 1980, Miguel Najdorf escribía:

«Los maestros de ajedrez, así como los jugadores de fútbol y de otros deportes,

tienen sus buenos y malos momentos. Rastrear las causas no lleva a parte

alguna. Porque no se da con un motivo fundado, concreto. Simplemente

también por no haber llegado a controlar nuestros estados de ánimo.

Así, la inspiración puede aparecer o no, según se le ocurra y para nada influye

ser o no un gran valor. Lo digo por comentar una de las varias partidas que

jugué en una feliz olimpíada (se refiere a su partida con Bobotsov, en la

Olimpíada de Leipzig 1960), hallándome inspirado, es decir, con capacidad para

crear sin mayores esfuerzos, con mi cerebro enriquecido de ideas».

En otra ocasión expresó: «El ajedrez es un deporte mental. Pero hay que

prepararse también físicamente. Cuidarse, tener disciplina. El talento sólo no

alcanza y si no fíjese el caso de Capablanca. Sin duda que perdió con Alekhine

por no cuidarse debidamente. Por no aceptar el sacrificio y confiar sólo en su

extraordinario talento».

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Clase nº 4. Miguel Najdorf por Richard Guerrero

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Hablando de actitud ante el tablero, es por todos conocidos aquella sección de

su libro Piense como un Gran Maestro, que Alexander Kotov titula: "¿Imitar a

Botvinnik o a Najdorf?". Transcribimos el párrafo que nos interesa:

«Desde mis más tempranos torneos de primera categoría he vigilado a mis

colegas estrechamente y tomado interés en ver cómo se conducían durante una

partida. Algunos se sientan ante el tablero cinco minutos antes de que el juego

esté para comenzar, y se ponen de pie solamente cuando la partida se ha

terminado. Otros se levantan tan pronto como han movido y se pasean

rápidamente, muy contentos de charlar con los otros jugadores, y corren

precipitadamente hacia el tablero en cuanto ven mover a su oponente.

Miguel Najdorf, en uno de sus tantos paseos en los torneos

Botvinnik siempre ha sido un modelo de prudencia

y concentración olímpicos. Sólo en sus últimos

años se ha permitido un pequeño descanso,

paseando una o dos veces por la sala durante una

partida. Najdorf es todo lo contrario, pues no

puede permanecer quieto. Él no sólo se pasea por

la sala cuando no le toca jugar, sino que también

da palmaditas en la cara a sus compañeros,

cambia un chiste con ellos y nunca olvida hacer su

pregunta favorita: "¿Cómo estoy?".

Yo mismo estuve siempre entre estos dos extremos, pero un poco más próximo

a Najdorf. Debo confesar, sin embargo, que muchas veces me enfadé conmigo

mismo por esto. ¡Qué agitación! El estar saltando continuamente altera

nuestros análisis y contribuye a que nuestras decisiones sean superficiales.

Pero, por otra parte, ¿cómo se puede permanecer quieto durante cinco horas?

¿En qué se ocupa Botvinnik cuando su oponente está pensando?...

¿Qué consejo podría dar yo al lector entonces? La respuesta no es difícil.

Naturalmente, es mejor imitar a Botvinnik antes que a Najdorf, pero llevar a la

práctica este consejo no es nada fácil».

En realidad no podemos afirmar que Najdorf perdía concentración en sus

continuos paseos por la sala de juego durante el desarrollo de las rondas de

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Clase nº 4. Miguel Najdorf por Richard Guerrero

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todos los torneos en los que participó. Incluso esas preguntas que él hacía:

«¿Cómo estoy?», no eran preguntas; pues él no esperaba respuestas.

Quizás la pauta la tenemos en eso que también él dijo más de una vez: que una

confirmación en la fuerza de su concentración (que lo acompañó durante toda

su prolongada trayectoria en torneos) se la daba el hecho de que al terminar

una partida siempre le parecía estar despertando de un prolongado y profundo

sueño...

Citas célebres de Don Miguel

«Pibe, nunca te olvides, primero la idea, después la jugada»

«Vos todavía no aprendiste lo que yo ya me olvidé»

«Frente al tablero no existe el apellido, sólo cuenta la posición»

«Cuando Boris Spassky (el entonces campeón mundial) te ofrece una pieza,

deberías elegir rendirte ahí mismo. Pero cuando Tahl te ofrece una pieza,

entonces harías bien en continuar jugando, pues al rato podría ofrecerte otra, y

luego otra, y entonces... ¿quién sabe?»

«Cuando Tahl sacrifica una pieza, vale comprobar por qué; cuando Petrosian

hace algún sacrificio, vale rendirse; cuando Kasparov sacrifica algo, vale

comprobar y rendirse»

«Capablanca fue el mejor porque no necesitó molestarse»

«Fischer simplemente arroja las piezas y ellas solas caen en las casillas

correctas»

«En la historia del ajedrez hay tres genios: Capablanca, Tahl y Fischer»

«Mi estilo es algo parecido entre un poco de Tahl y un poco de Petrosian»

«No volveré nunca a jugar contigo. Has insultado a mi amigo» (cuando un

oponente se maldijo por una mala jugada)

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Clase nº 4. Miguel Najdorf por Richard Guerrero

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Un amor incontenible por el ajedrez

El Maestro Internacional Anthony Saidy en el prólogo de su bellísima obra La

batalla de las ideas en ajedrez, que quiere ser una secuela de aquella otra

famosa de Richard Reti, Los grandes maestros del tablero, aclara que sólo ha

podido elegir diez de los mejores jugadores de su época. Pero se lamenta de

haber omitido el referirse a otros: «Inevitablemente, hay grandes jugadores y

aportadores de mejoras teóricas que se omiten aquí». Y menciona junto a

Korchnoi, Boleslavsky, Geller, Gligoric y Benko a «Najdorf, el gran romántico de

Argentina».

El Maestro Internacional Raimundo García lo valoró así en la revista Ajedrez de

Estilo, Año IV Nº 56/57, junio de 1986: «El Gran Maestro Miguel Najdorf ha sido,

sin lugar a dudas, el mejor jugador argentino de todos los tiempos. Radicado en

nuestro país durante 1939, entre los años 1950 y 1976 integró los diferentes

conjuntos argentinos participantes en los Mundiales por Equipos realizados en

dicho lapso en 11 oportunidades, diez de ellas como Primer tablero, jugando

171 partidas frente a los mejores jugadores del mundo, ganando 66, empatando

87 y perdiendo sólo 18. Aún cuando no hubiera hecho otra cosa, ¡con esto ya

sería suficiente! Hoy, próximo a cumplir 76 años, lejos ya el tiempo en que se lo

llamaba El expreso de Mar del Plata por sus reiterados triunfos en el Torneo

Internacional habitualmente realizado en dicha ciudad, posee el mismo vital

entusiasmo de siempre. Concurre a diario al Club Argentino de Ajedrez, donde

juega partidas a siete minutos para mantenerse en forma y, habiendo decidido

participar en el Abierto de Mar del Plata 1986, consideró necesaria una serie de

partidas de entrenamiento. A tal efecto buscó "un maestro que juegue bien"

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Clase nº 4. Miguel Najdorf por Richard Guerrero

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pero, posiblemente por no encontrarlo, me eligió a mí, proponiéndome un

match a seis partidas a realizarse en su casa. Acepté, pensando que no sería

difícil ganar una partida y empatar las restantes, pero por lo visto el Viejo pensó

algo similar, pues empatamos cuatro y se definió una, ¡aunque a su favor! Por

ello, ya estoy pensando en la revancha, aunque esperaré a sus ochenta años,

con la esperanza de que se distraiga durante los juegos».

«Fue un grande. Y un personaje singular. Ganó torneos en todas partes y llegó a

ser el quinto jugador del mundo. Era una leyenda» (Luis Scalise, periodista del

diario Clarín).

Interesante es la descripción que hace de su personalidad Gregor Piatigorsky,

en el prólogo al libro sobre el II Torneo Piatigorsky en Santa Mónica 1966:

«Najdorf es el mayor en edad, siempre bromista, era a menudo el más joven de

espíritu; cosmopolita y sintiéndose en casa en todo lugar, su única y colorida

figura lograba despertar destellos de interés y alegría en la persona más tímida

y retraída... El afable Gran Maestro tiene muchos títulos, uno de ellos es el

récord mundial de partidas a ciegas, y su participación convierte en una fiesta a

cualquier torneo. Con la presencia de Najdorf, Los Ángeles ha tenido dos

festivales en uno; pero aunque hubiera habido 20 torneos simultáneos, él

hubiera llevado a cada uno de ellos la misma frescura, alegría e importancia».

Najdorf en la I Copa Piatigorsky, Los Ángeles 1963

«Jamás me retiraré» seguía diciendo Miguel, como venía diciendo desde hace

muchos años. «Al ajedrez le debo todo» es otra de sus frases comunes. Es

siempre un ferviente devoto de la diosa Caissa, y como tal siempre le rinde

homenaje. Allí donde hay ajedrez, está Najdorf, en una Olimpíada, en un

Mundial, en un Magistral o en un match de candidatos. A los 81 años, luego de

una seria operación, se puso a jugar partidas rápidas en el lecho del hospital. El

veterano maestro no sólo es ponderable como ajedrecista, sino como historia

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Clase nº 4. Miguel Najdorf por Richard Guerrero

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viviente del ajedrez. Innumerables anécdotas, historias, quedan para la

posteridad gracias a su infalible memoria. Es común que Don Miguel

interrumpa una charla muy importante, quizás una charla de negocios, para

preguntar: «¿Viste la partida entre fulano y mengano?... Fabulosa... genial. Vení,

vamos a verla...» (Julio Alberto González, Inforchess)

«Un amor incontenible por el ajedrez». «Miguel Najdorf fue uno de los mejores

jugadores de la posguerra europea. Dotado de un gran talento y una memoria

prodigiosa, destacó en su participación en numerosísimos torneos que disputó a

lo largo de su extensa vida ajedrecística. Estuvo especialmente dotado para el

juego táctico, pero legó también para la posteridad la variante Najdorf de la

Siciliana, sin duda la línea más popular de esta defensa». «Llevó una vida muy

activa hasta su muerte, repleta de aventuras y viajes constantes. Fue una

leyenda viva, un personaje para hacer una interesantísima película». (Antonio

López Manzano y José Monedero González, en su ameno y recomendable libro

Ajedrez Esencial)

Recordando al viejo

Agradezco a todos los aficionados que me han enviado sus interesantes

impresiones sobre Miguel Najdorf, que reproduzco a continuación:

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Clase nº 4. Miguel Najdorf por Richard Guerrero

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«Mis primeras aproximaciones al ajedrez mundial, a su historia y a los análisis

de grandes partidas, de los mejores maestros, torneos mundiales, etc., fueron a

través de las columnas de Don Miguel de los sábados, en el diario Clarín de

Buenos Aires. Me levantaba temprano a la mañana a buscar el periódico en el

kiosco de la esquina de mi casa, y mientras desayunaba copiaba las partidas que

reproducía el maestro, con sus jugosos comentarios, en un tablerito magnético

con fichas que representaban las figuras del ajedrez, que me había regalado mi

mamá. ¡Cuántos hermosos recuerdos! Gracias a él en gran medida descubrí lo

fantástico y bello de este juego. Ya nunca pude dejar de sentir pasión por los

misterios del ajedrez» (Daniel Eduardo Falcone Zanelli, Hurlingham, Buenos

Aires, Argentina).

«Tuve la suerte de coincidir con Najdorf en el Club Argentino de Ajedrez, entre

los años 1991-1997. Debo decir que el club se colapsaba con su sola presencia y

más aún si se ponía a jugar blitz (generalmente a 7 minutos) con algún ocasional

rival (por caso era algún fuerte MI). Hay que considerar que para esa época

Najdorf ya había superado sus 80 años! Me quedó grabada una vez que lo vi

jugando un torneo semirrápido (15 minutos) en la mesa 1, con el GM ruso

Maxim Sorokin (fallecido en 2007). En aquella ocasión Najdorf perdió la partida

y se quedó tan enojado como un chico, por eso mientras la ronda culminaba y

se definían las otras partidas, Najdorf exigió revancha al GM ruso en una

pequeña partida blitz amistosa en donde Najdorf frente a todos los presentes

realizó una maravilla con las piezas negras barriendo a Sorokin del tablero.

Najdorf ya tenía 83 años en ese momento y su lucidez y fuerza de juego eran

notables.

Imagen del GM ruso Maxim Sorokin en julio de

1997, en el momento en que comentaba para la TV

argentina, muy apenado, el fallecimiento de

Miguel Najdorf, con quien mantenía una buena

amistad

Najdorf siempre decía que de los 13 campeones mundiales (los originales) a los

únicos que no había podido enfrentar fue a Steinitz quien había fallecido 10

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Clase nº 4. Miguel Najdorf por Richard Guerrero

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años antes de que él naciera (Steinitz falleció en 1900 y Najdorf nació en 1910) y

al Dr. Emanuel Lasker con el cual sólo había jugado pero... al bridge!! Saludos y

me alegra mucho que recuerden a Don Miguel, un ajedrecista sin igual por

características de su personalidad. Me parece que una vez Ricardo Calvo o Jesús

Diez del Corral (recuerdo haberla leído pero estoy algo indeciso sobre el autor),

hicieron una semblanza sobre lo que significaba ver a Najdorf en la sala durante

un torneo con su extrovertida personalidad» (Christian C De Luca, Palermo,

Buenos Aires, Argentina).

«No es una anécdota muy jugosa, pero cuando fui a Argentina, en el club el alfil

negro, me crucé con el Viejo (por supuesto que me hice autografiar un libro!!)

que estaba en plena rueda de blitz. Lo impresionante no es como desfilaban los

rivales, sino que a cada uno que le ganaba le decía, en su particular tono de voz:

"Usted está muy viejo para esto". Una velocidad y claridad de ideas para jugar

digna de alguien que venció al tiempo» (Gustavo Otero, Montevideo, Uruguay).

«Sin duda alguna Miguel Najdorf ha sido el mejor discípulo de Tartakower, es el

primer jugador en realizar partidas simultáneas a ciegas jugando con 40

jugadores y ganándole a 36 de ellos, empatando 1 y perdiendo 3. Creo que si se

hubiese dedicado al ajedrez a tiempo completo hubiese sido campeón del

mundo, pues ha sido el único jugador de la historia en enfrentarse a casi todos

los campeones del mundo con excepción del primero y el último, o sea Wilhelm

Steinitz y V. Anand. Es sin duda que Najdorf ha sido uno de los mejores

jugadores de la historia. Una frase de Miguel Najdorf fue: "Capablanca ha sido el

mejor jugador de la historia porque no necesitó molestarse"...» (Miguel W

Canela, Santo Domingo, República Dominicana).

«La gente se dirigía a él como Don Miguel o maestro. Siempre sonriente y de

buen humor, tanto con grandes maestros como con el público. Era inimaginable

un Najdorf antipático. Era de una pieza, en persona, el mismo que escribía en

Clarín. Lo que transmitía como persona era tan importante como lo que

transmitía como ajedrecista. Imposible no quererlo. A mí en la adolescencia,

cuando comencé a leer sus columnas, me llamaba la atención que siendo polaco

dominara tan bien el español. Además de ajedrez con él se aprendía el idioma.

Pasaron décadas y aún conservo los recortes de sus columnas, en 3 carpetas. Mi

pasión por el ajedrez se la debo a él; es decir, una parte de mi ser» (Vincenzo

Bellini, San Isidro, Buenos Aires, Argentina).

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Clase nº 4. Miguel Najdorf por Richard Guerrero

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Najdorf y Korchnoi muy sonrientes en Baguío 1978

«Un gran maestro extraordinario, lo vi varias veces, solía hacer partidas rápidas

contra Samuel Schweber, ganándole en proporción de 9 a 1» (Alberto Feldman,

Buenos Aires, Argentina).

«Para contar alguna anécdota que sepa de Don Miguel, puedo decir una que

aparece en el libro de Sergio Slipak Secretos del ajedrez Argentino, que

comentaba que cuando el Viejo ya no participaba en las finales de dichos

campeonatos, se aparecía por la sala y reñía a los que hacían tablas sin jugar o

en pocos movimientos (sobre todo al que llevaba blancas!), ante la respuesta:

"Vamos Don Miguel, usted también lo hacía", él respondía: "¡Sólo si ya había

ganado el torneo!". Personalmente no llegué a jugar nunca con él, aunque

jugando un torneo Konex Cannon año 1991, yo jugaba contra Pablo Zarnicki,

fuerte GM argentino campeón del mundo juvenil por aquellos años, no estaba

bien de tiempo y al volver del lavabo no encontraba mi silla vacía, lo tenía

sentado a Don Miguel en ella con mi tiempo marchando y yo mirando de afuera

un poco desesperado y no me animaba a decirle que se levantara y me dejara el

sitio. Una vez que valoró la posición se levantó y se fue. De más está decir que

acabé perdiendo! y no por culpa de Najdorf. Esa era otra costumbre de Don

Miguel, inclusive lo hacía en sus famosos torneos cerrados Najdorf y ocupaba

alguna silla de algún GM!!

Se lo recuerda con mucho cariño, inclusive esos torneos los organizaba para que

jugadores argentinos tuvieran la posibilidad de interactuar con fuertes

jugadores de todo el mundo. Me quedo con el Najdorf de Zurich del 53,

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ajedrecísticamente debatiéndose de igual a igual con los mejores del mundo y

creo que creando en parte un ajedrez moderno que tiene sus raíces por

aquellos años» (Óscar Baños, Barcelona, España).

«Era el año 1973/74 aproximadamente, yo empezaba ajedrez y tenía como

profesor a Isaías Pleci, lo cual, en el Club Argentino me permitía estar al lado de

maestros como Rubinetti, Rossetto, etc. y otros más que no recuerdo. Decir

estar al lado significa ver como jugaban, sin intervenir. Maestros como Tempone

hacían sus primeros pasos.

Rossetto y Najdorf disputando un torneo de ajedrez en el Hotel Nogaró en el año 1969

En una oportunidad recuerdo que Samuel Schweber jugaba con Najdorf a 5

minutos y como Samuel fumaba habanos, le tiraba a Don Miguel el humo en la

cara mientras jugaban, y Miguel se ponía muy nervioso, pues jugaban por el

trago de whisky. En una oportunidad le disfrazaron, para que no lo reconozca a

Ljubojevic, al cual si mal no recuerdo lo presentaron como jugador de fútbol, lo

cual era verdad, y le dijeron a Najdorf que lo pruebe, pues era un talento. El lío

se armó cuando después de perder un par de partidas le dijeron la verdad.

Luego de un abrazo, jugaron en serio y el Viejo le ganó un par de partidas»

(Marcos Schmukler, Buenos Aires, Argentina).

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El canoso

Por Néstor Quadri, Buenos Aires, Argentina

En mi vida de aficionado al ajedrez siempre recuerdo al canoso. Era un jugador

veterano que jugaba ajedrez al ping-pong a cinco minutos. Los medios días de

descanso en la oficina concurría al bar Richmond en el centro de Buenos Aires a

fines del siglo pasado. Allí, me quedaba parado frente a su mesa de juego con

algunos compañeros de trabajo, contemplando y deleitándonos con sus

partidas.

El canoso en esta variedad rápida de ajedrez, jugaba a una velocidad

asombrosa. Conocía al detalle todos los gambitos habidos y por haber.

Normalmente sacrificaba un peón en la apertura para quedar en mejor posición

y luego recuperar el material. Si por el contrario el adversario era quien lo

planteaba, él sacaba de la galera algún contragambito. Sacrificaba entonces

también él un peón, generando una partida dificilísima de resolver para el

sorprendido oponente en tan poco tiempo disponible.

Evidentemente conocía al dedillo el libro de celadas en las aperturas, porque

sorpresivamente sacrificaba una pieza. Cuando el adversario la tomaba,

creyendo que el canoso había cometido un error, quedaba en pocas jugadas

irremediablemente perdido.

Pienso que en el ajedrez convencional y salvando las distancias, su juego en

ping-pong se asemejaba al que fuera gran campeón mundial ruso, Mikhail Tal o

más allá en el tiempo a Morphy o Marshall. Además con su estrategia de juego

lograba con velocidad pasmosa ganar espacio y poco a poco, generaba

debilidades posicionales en el enemigo, atenazando sus piezas en la defensa. Lo

admiré, ganando finales como lo hacía el gran Capablanca en ese poco tiempo

que disponía.

Y que decir de sus hermosos remates de partidas. Era un espectáculo que nos

regocijaba por doquier. Condensada en esa rapidez podíamos embelesarnos con

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Clase nº 4. Miguel Najdorf por Richard Guerrero

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sus sacrificios brillantes y asombrosos. Como privilegiados espectadores hemos

visto salir de la galera de ese genio cosas similares a la inmortal o la siempre

viva.

De todas formas, algunas veces sus planteos y sus sacrificios eran refutados,

pero generalmente ello llevaba al adversario a pensar demasiado para

resolverlos en el poco el tiempo disponible. En esas posiciones, el canoso jugada

rápidamente y con su mano apretaba el reloj como un rayo, lo que

normalmente hacía que la aguja del adversario terminara cayendo

irremediablemente.

El canoso permanecía horas y horas jugando intermitentemente mientras los

adversarios, que formaban parte de un selecto grupo de amigos de bastante

nivel ajedrecístico, desfilaban vencidos una y otra vez en el tablero.

Parados alrededor de la mesa de juego se formaba un círculo compacto de

aficionados que como nosotros, disfrutábamos de aquel espectáculo gratuito.

En algunos casos hasta se escuchaban exclamaciones de aprobación y asombro,

ante algunas jugadas espectaculares.

Hoy esos recuerdos me llenan de nostalgia, porque ya nunca podré volver a

gozar de todo aquello. El canoso junto con el Richmond, ya se han ido, como se

van las noches con sus sueños.

Relato de homenaje al genio inmortal del ajedrez, el gran maestro Miguel Najdorf

http://ajedrezyliteratura.blogspot.com.ar/2013/08/el-canoso.html

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La única obra que escribió Najdorf

El GM Miguel Najdorf solamente legó una obra de ajedrez en toda su carrera:

15 aspirantes al Campeonato Mundial, reunida en dos tomos, sobre el gran

Torneo de Candidatos de Zurich 1953.

Dicho torneo fue protagonista de uno de los mejores libros de la Historia del

Ajedrez, firmado por uno de los participantes, David Bronstein. Pero Miguel

Najdorf, otro de los Candidatos destacados, también decidió ofrecer su pluma y

sus experiencias vitales a este singular evento.

No hay duda de que nos hallamos ante otra increíble obra maestra de la

literatura en ajedrez, reconocida así por todos los grandes maestros que

tuvieron oportunidad de tener en sus manos los dos tomos de la primera

edición argentina, y que por sus enseñanzas y profundidad de pensamiento

quedará grabada en nuestra memoria.

Puedes adquirir los dos tomos de la primera edición argentina, realizada en

Buenos Aires en 1954 en http://ajedrezespectacular.com

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Libro sobre Najdorf de su hija

En el año 1999 Liliana Najdorf, la hija menor de Miguel Najdorf, publicaba su

muy interesante y ameno libro Najdorf x Najdorf.

El maestro era conocido en todo el mundo por sus logros frente al tablero, pero

aquí Liliana nos cuenta en detalle cómo fue la vida de Don Miguel, incluyendo

muchas anécdotas que hacen muy agradable su lectura.

Como un aporte a quienes no pueden leer, Liliana lo ha editado en audio, con su

propia voz, lo que tiene un valor añadido muy poco común.

Cada párrafo nos hace ponernos en la piel de la autora y podemos percibir

nítidamente sus sentimientos cuando nos cuenta cómo era ser la hija del dueño

de una personalidad tan avasallante.

Pero, como la intención es que el libro pueda llegar a todos, en todas partes,

Liliana ha incorporado a su web una sección desde la que puede escucharse

directamente la obra e incluso descargar todos los capítulos.

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Puedes escuchar (y descargar) los audios de los 14 capítulos del libro de Liliana

en:

http://liliananajdorf.com/audiolibronajdorf/

Miguel Najdorf con sus hijas Mirta (izquierda) y Liliana (derecha)

Liliana Najdorf sobre su padre:

«Atravesó situaciones de infierno, conoció

gente importante, renació como el ave

fénix, pensó sabiamente y ostentó una

locura de novela».

«Poseía la omnipotencia de un rey, la

elegancia de una dama, la omnipresencia de

un alfil, la fuerza de una torre, y la tenacidad

de un peón, y viajaba a saltos, como un

caballo. Para él la vida era una partida de

ajedrez».

«Decir que fue un ser exagerado me resulta

insuficiente. Busco sinónimos que me

ayuden a definirlo y en estas palabras lo

encuentro: apasionado, desproporcionado,

ostentoso, gigantesco, extraordinario,

abrumador, maravilloso, sabio».

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Vídeos de Don Miguel

Agradezco al aficionado argentino Christian C. De Luca, de Palermo, Buenos

Aires, me enviara estos dos vídeos para la clase sobre Najdorf: el primero, muy

emotivo, sobre la noticia en Argentina del fallecimiento de Najdorf, al que

adjuntaba sus interesantes comentarios:

«Quisiera compartir contigo este video sobre el día del velatorio de Najdorf, en

el cual me encontré allí durante toda la noche (Se jugó un torneo temático con

la Defensa Siciliana variante Najdorf en el primer piso del club, mientras el

ataúd de Don Miguel era velado en la sala de torneos con una bandera judía y

un tablero sobre el mismo con su variante de la Siciliana).

Este video lo grabé de la TV en aquella época y yo me encontraba detrás del GM

Maxim Sorokin, a pocos metros del mismo mientras daba la nota a un canal de

TV, en el Club Argentino de Ajedrez y al lado de la mesa del match Capablanca

vs. Alekhine (1927) que había sido exhibida ante un evento de esa importancia.

Como se puede ver en las imágenes, el ataúd de Najdorf fue velado con una

guardia permanente de granaderos (escoltas simbólicos) quienes, parados al

lado del féretro durante horas, se iban a descansar para ser relevados por otra

guardia y así durante las 24 horas. Además, el ex-presidente Carlos Menem

autorizó que se lo entierre a Najdorf con "honores de Jefe de Estado", caso muy

poco habitual en el país y para lo que le fue encomendado un transporte

fúnebre con custodia y demás. Durante su velorio, el desfile de coronas que

provenían de los más diversos clubes, asociaciones, centros y algunos

personajes famosos y políticos fue incesante»:

http://www.youtube.com/watch?v=1ccn2ii6FFc

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Y en el segundo vídeo que me envió, comentó Christian: «Del Gran Maestro

Carlos García Palermo, donde al final se pueden ver unas palabras sobre Najdorf

en donde lo define de una forma que me parece extraordinaria: "Najdorf era un

ajedrecista intuitivo, hacía la mejor jugada y no sabía por qué"».

El comentario sobre Najdorf comienza en el minuto 13,25 del vídeo, y en él

García Palermo le explica al Gran Maestro Ariel Sorin y a la audiencia, una

graciosa anécdota de Don Miguel en una partida con Portisch:

http://www.youtube.com/watch?v=LZD-z-5o3Z0

Por mi parte, quisiera recomendar también este otro vídeo de Christian C. De

Luca, de una de las últimas entrevistas que le hicieron a Don Miguel:

http://www.youtube.com/watch?v=-vEKFF4MBow

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12 partidas comentadas

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10 combinaciones espectaculares

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Más partidas brillantes

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Bibliografía y webgrafía

Libros

100 partidas magistrales del ajedrez moderno, de Savielly Tartakower y J. Du Mont

15 aspirantes al Campeonato Mundial, de Miguel Najdorf

300 rompecabezas de ajedrez, de Leonard Barden

Ajedrez a la ciega (Blindfold Ches), de Benito López Esnaola

Ajedrez esencial, de Antonio López Manzano y José Monedero González

Apuntes de un ajedrecista, Anónimo

Brillantes partidas argentinas, de Guillermo Puiggrós

Cuadernos prácticos de ajedrez 4: finales tácticos, de Antonio Gude

Defensa y contraataque, de Zenón Franco

El ajedrez de torneo: Zurich 1953 candidatos, de David Bronstein

El ajedrez práctico, de Diego Valerga

El error en la apertura, de Ricardo Aguilera

El libro de las frases de ajedrez, de Juan Antonio Montero Aleu

Enciclopedia del ajedrez, de Harry Golombek

Gran Ajedrez, de Alexander Alekhine

La pasión del ajedrez, curso de ajedrez de Garry Kasparov y Leontxo García

Las 500 grandes partidas de la historia, de Boris de Greiff

Las mil y una lecciones de ajedrez, de Ángel Martín

Mis geniales predecesores, volumen 4, de Garry Kasparov

Najdorf x Najdorf, de Liliana Najdorf, hija de Miguel Najdorf

Partidas decisivas, de Ludek Pachman

Práctica moderna de finales, de Alexander Beliavsky y Adrian Mijalchishin

Secretos del ajedrez argentino, de Sergio Slipak

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Temas estratégicos de ajedrez, de Román Torán

The best of chess life and review: Vol 2, de Bruce Pandolfini

Yo juego para ganar, de Bent Larsen

Webs y blogs de Internet

http://www.abc.es/blogs/

http://www.acua.org.ar/eventos/audiolibronajdorf/najdorf.htm

http://www.ajedrez365.com/2012/06/torneo-ajedrez-barcelona-1946-najdorf.html

http://www.ajedrezargentina.org/biografias/najdorf.html

http://www.argentinidad.com/info/biografias/najdorf.htm

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/n/najdorf.htm

http://blog.antoniogude.com

http://www.chesshistory.com/winter/extra/najdorf.html

http://edant.clarin.com/diario/1997/07/05/r-01001d.htm

http://enciclopedia.us.es/index.php/Miguel_Najdorf

http://es.chessbase.com

http://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Najdorf

http://www.inforchess.com/

http://liliananajdorf.com/audiolibronajdorf/

http://pervive.com/memorial/miguel-najdorf/biografia/

http://quilmesescueladeajedrez.blogspot.com.es/2010/05/anecdotas-de-miguel-

najdorf.html

http://www.tabladeflandes.com/frank_mayer/frank_mayer140.html

http://www.tabladeflandes.com/zenon_franco.php

http://www.wtharvey.com/najd.html

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Clase presencial de Richard Guerrero en el club de ajedrez Barcelona UGA, 2013

Siguiente clase:

Nº 5 Adolf Anderssen

Web www.ajedrezespectacular.com

E-mail [email protected]

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© Copyright Richard Guerrero (2013)