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Ciudad de cristal

Para salvar la vida de su madre, Clary debe viajar hasta la Ciudad de Cristal, e l hogar ancestral de los cazadores de sombras. Por si fuera poco, Jace no quiere que vaya y Simon ha sido encarcelado por los propios Cazadores de Sombras, que no se fan de un vampiro resistente al sol. Mientras, Clary traba amistad c on Sebastin, un misterioso cazador de sombras que se ala con ella. V alentine est dispuesto a acabar con todos los cazadores de sombras: la 0?nica opcin que les queda a stos es aliarse con sus mortales enemi gos pero podrn hombreslobo, vampiros y otras criaturas del submundo dejar a un lado sus diferencias con los cazadores de sombras?

hpar

Cassandra Clare

Ciudad de cristal

Cazadores de sombras 3

ePUB v2.3

ikero 07.07.12

Extenso y escabroso es el camino

que lleva del Infierno hasta la luz.

par

JOHN MILTON, El Paraso perdido

par

Primera parte

hpar Las centellas vuelan hacia el cielo

ar

Empero como las centellas vuelan hacia el cielo,

d

As el hombre nace para la afliccin

plain

JOB 5:7

par

1

EL PORTAL

La ola de fro de la semana anterior haba finalizado; el sol brillaba con fuerza mientras Clary cruzaba apresuradamente el polvoriento patio delanter o de Luke, con la capucha de la chaqueta subida para impedir que los cabellos se le arremolinaran sobre el rostro. Puede que el clima se hubiese vuelto ms clido, pero el viento que soplaba del East River todava poda ser brutal. Transportaba con l un tenue olor qumico, mezclado con el olor a asfalto y gasolina propio de Brooklyn, y el de azcar quemado proce dente de la fbrica abandonada que se encontraba calle abajo.

n Simon la esperaba en el porche delantero, repantingado en su silln de muel les roto. Sostena su DS sobre las rodillas y se dedicaba a golpearla r?tmicamente con el puntero.

Gan dijo mientras ella suba los peldaos. Soy el mejor jugando al Mario Kart.

Clary se retir la capucha, se apart el cabello de los ojos y rebuscu243? en el bolsillo sus llaves.

Dnde estabas? Te he estado llamando toda la maana.

pard Simon se levant y guard el parpadeante rectngulo en su bandole ra.

Estaba en casa de Eric. Ensayo de la banda.

Clary dej de sacudir la llave en la cerradura, donde siempre se encallaba, para mirarle con desaprobacin durante un instante.

Ensayo de la banda? Ests diciendo que todava sigues...par En el grupo? Por qu no tendra que seguir en l? Alarg la mano por delante de ella Trae, deja que lo haga yo.

Clary esper a un lado mientras Simon giraba con pericia la llave aplicando justo la presin adecuada hasta conseguir que la obstinada y vieja cerradu ra se abriera emitiendo un chasquido. La mano del muchacho roz levemente la suya; la piel de Simon estaba fra, a la misma temperatura del aire de la calle. Ella se estremeci ligeramente. Haban cortado su relaci n la semana anterior, y todava se senta confusa cada vez que le ve237?a.

Gracias. Recuper la llave sin siquiera mirarle.

in Dentro haca calor. Clary colg la chaqueta en la percha del recibidor y se dirigi a la habitacin de invitados; Simon la segua. Clar y frunci el ceo al ver su maleta abierta como la concha de una almej a sobre la cama y su ropa y sus cuadernos de dibujo desperdigados por todas part es.

Pensaba que slo ibas a estar en Idris un par de das co ment Simon, evaluando el desorden con una mirada de vaga consternaci n.

As es, pero no se me ocurre qu meter en la maleta. Apenas ten go ningn vestido o falda; y si no puedo llevar pantalones all?

Por qu no ibas a poder llevar pantalones all? Es otro p as, no cambias de siglo.

Como los cazadores de sombras son tan anticuados e Isabelle siempre lleva vestidos... Clary se interrumpi y suspir. No te preoc upes. Tan slo estoy proyectando la ansiedad por mi madre en mi guardarropa . Hablemos de alguna otra cosa. Cmo ha ido el ensayo? Segu?s sin un nombre para la banda?

Ha sido genial. Simon se sent de un salto sobre el escritori o, dejando colgar las piernas. Estamos considerando un nuevo lema. Algo i rnico como: Hemos visto un milln de rostros y hemos hecho vibr ar a un ochenta por ciento de ellos.

Les has contado a Eric y a los dems que...?

phpar Qu soy un vampiro? No. No es la clase de cosa que uno deja ca er as como as en una conversacin informal.

par Puede que no, pero son tus amigos. Deberan saberlo. Y adems, pensarn que eso te convierte en algo ms parecido a un dios del rock, como aquel vampiro llamado Lester.

Lestat la corrigi Simon. El vampiro Lestat. Y pertene ce a la ficcin. De todos modos, o no he visto que t hayas corrido a contarles a tus amigos que eres una cazadora de sombras.

Qu amigos? T eres mi amigo. Se arroj sobre la mesa de espaldas y alz los ojos hacia Simon. Y te lo cont , no es cierto?

Porque no tenas eleccin. Simon inclin la cabeza a un lado, estudindola; la luz de la mesilla de noche se reflejaba en sus ojos, dndoles un tono plateado. Te echar de menos mientras es ts fuera.

Yo tambin te echar de menos repuso Clary, aunque sentu237?a un hormigueo de nerviosa expectativa por toda la piel que le dificultaba la concentracin.

Me voy a Idris! canturre para s misma. Ver el pas del que proceden los cazadores de sombras, la Ciudad de Cris tal. Salvar a mi madre.

Y estar con Jace.

Los ojos de Simon centellearon como si pudiese or sus pensamientos, pero s u voz son sosegada.

Cuntamelo otra vez... por qu tienes que ir a Idris? 1?Por qu no pueden Madeleine y Luke ocuparse de esto sin ti?

in Mi madre consigui el hechizo que la sumi en este estado de manos de un brujo: Ragnor Fell. Madeleine dice que tenemos que dar con l si queremos saber cmo invertir el hechizo. El brujo no la conoce, pero s que conoca a mi madre, Y Madeleine cree que confiar en m por que yo me parezco mucho a ella. Y Luke no puede venir conmigo. Podra ir a Iris, pero al parecer no puede entrar en Alacante sin el permiso de la Clave, y ellos no lo darn. Y no les hables de ello, por favor; l querra acompaarme. Si yo no hubiese conocido a Madeleine antes, tampoco creo que me dejasen ir a m.

Pero los Lightwood tambin estarn all. Y Jace. Ellos te ayudarn. Porque... Jace dijo que te ayudara, verdad? A u233?l no le importa que vayas?

Claro, l me ayudar dijo ClaryY por supuesto que no le importa. Le parece estupendo.

Sin embargo, ella saba que eso no era cierto.

Clary haba ido directamente al Instituto despus de haber hablado con Madeleine en el hospital. Jace haba sido el primero a quien le haba contado el secreto de su madre, antes incluso que a Luke. Y l se haba quedado all plantado mirndola fijamente, cada vez ms plido, mientras Clary hablaba, como si en lugar de estarle contando cmo po da salvar a su madre ella le estuviera extrayendo la sangre con cruel lent itud.

T no vas a ir dijo l en cuanto la chica hubo finalizad o. Aunque tenga que atarte y sentarme encima de ti hasta que este demenci al capricho tuyo se te pase, no vas a ir a Idris.

Clary se sinti igual que si la hubiesen abofeteado. Haba credo que l estara encantado. Haba acudido corriendo desde el hospi tal a contrselo, y all estaba l de pie en la entrada, enfadado , mirndola con aquella expresin ttrica.

Pero vosotros s que vais.

S, claro. Tenemos que ir. La Clave ha convocado a todos los miembro s activos de los que se pueda prescindir de vuelta a Idris para una gran reuni243?n del Consejo. Van a votar qu hacer respecto a Valentine, y puesto que somos las ltimas personas que le han visto...

Clary pas por alto aquello.

Entonces, si vosotros vais, por qu n puedo ir contigo?

rd La sencillez de la pregunta pareci enojarle an ms.

ain Porque no es seguro para ti ir all.

Vaya, y acaso estoy segura aqu? Han intentado asesinarme una docena de veces durante el mes pasado. Y siempre aqu, en Nueva York.

ard Eso es porque Valentine ha estado concentrado en los dos Instrumentos Mor tales que haba aqu mascull Jace entre dientes. A hora va a desviar su atencin a Idris, todos lo sabemos...

yphpar No estamos tan seguro de eso dijo Maryse Lightwood.

La mujer haba permanecido de pie en la sombra de la entrada del pasillo, s in que ninguno de ellos la viera; avanz hasta quedar bajo las fuertes luce s de la entrada, que iluminaron las arrugas de agotamiento que parecan ala rgar su rostro. Su esposo, Robert Lightwood, haba resultado herido por ven eno de demonio durante la batalla de la semana anterior y haba necesitado cuidados constantes desde entonces; Clary poda imagina muy bien lo cansada que deba de estar.

La Clave quiere conocer a Clarissa y t lo sabes, Jace.

in La Clave puede irse a la mierda.

Jace le reprendi Maryse en su habitual tono maternal. Ese lenguaje.

La Clave quiere muchas cosas rectific Jace. Por qu ha de conseguirlas todas?

Maryse le mir como si supiese exactamente a qu se refera y no le hiciese gracia.

La Clave tiene razn a menudo, Jace. No es irracional que quieran ha blar con Clary, despus de todo lo que ha pasado. Lo que ella podra c ontarles.

Yo les contar cualquier cosa que quieran saber dijo Jace.r Maryse suspir y volvi sus ojos azules hacia Clary.

phpar Debo entender que t quieres ir a Idris?

r Slo unos pocos das. No ser ninguna molestia le i mplor Clary, evitando la mirada furibunda de Jace. Lo juro.

d La cuestin no es si sers una molestia; la cuestin es si estars dispuesta a reunirte con la Clave mientras ests all. E llos quieren hablar contigo. Si te niegas, dudo que obtengamos la autorizaci?n para llevarte con nosotros.

No... empez Jace.

Me reunir con la Clave le interrumpi Clary, aunque la sola idea de hacerlo le provoc una oleada de fro a lo largo de la es palda.

El nico emisario de la Clave que haba conocido hasta el momento era la Inquisidora, quien no haba sido exactamente una persona agradable de te ner al lado.

Maryse se frot las sienes con las yemas de los dedos.

ar Entonces todo resuelto. Sin embargo, su voz no son convencid a, sino tan tensa y frgil como una cuerda de violn excesivamente ten sada. Jace, acompaa a Clary afuera y luego ven a verme a la bibliot eca. Necesito hablar contigo.

Desapareci de nuevo en las sombras sin siquiera una palabra de despedida. Clary la sigui con la mirada, sintindose como si la acabaran de empa par con agua helada. Alex e Isabelle parecan sentir un cario genuino por su madre, y estaba segura de que Maryse no era una mala persona en realidad , pero no era exactamente lo que se dice afectuosa.

La boca de Jace dibujaba una dura lnea.

Mira lo que has conseguido.

Necesito ir a Idris, incluso si t no puedes comprender el motivo 8212?replic Clary. Necesito hacer esto por mi madre.

Maryse confa demasiado en la Clave dijo Jace. Seguram ente cree que son perfectos, y yo no puedo decirle que no lo son, porque... R2?Se detuvo bruscamente.

Porque eso es lo que Valentine dira.

Clary esper una explosin, pero Nadie es perfecto fue tod o lo que l pronunci antes de pulsar el botn del ascensor con e l dedo ndice.

Ni siquiera la Clave.

Clary cruz los brazos sobre el pecho.

Es realmente se el motivo de que no quieras que vaya? P or qu no es seguro?

Un parpadeo de sorpresa cruz el rostro del muchacho.

r Qu quieres decir? Por qu otro motivo iba a querer que vinieses?

Ella trag saliva.

Porque...

Porque me dijiste que ya no sientes nada por m, y vers, eso es muy delicado, porque yo todava siento cosas por ti. Y apuesto a que lo sa bes.

Por qu no quiero a mi hermanita siguindome por todas pa rtes? Hubo una nota cortante en su voz, medio burla, medio algo ms.

El ascensor lleg con un traqueteo. Clary empuj la puerta a un lado, entr en l y se volvi hacia Jace.

No quiero ir porque t vayas a estar all. Quiero ir porque me gustara ayudar a mi madre. Nuestra madre. Tengo que ayudarla, no lo entiendes? Si no hago esto, podra no despertar jams. Podras fi ngir al menos que te importa un poco.

Jace pas las manos sobre los hombros de ella, rozando con las yemas de los dedos la piel desnuda del cuello y enviando intiles escalofros a tr avs de los nervios de la muchacha. Clary advirti que Jace tena sombras bajo los ojos y huecos oscuros bajo los pmulos. El suter ne gro que llevaba puesto no haca ms que resaltar su piel llena de mora tones, al igual que sus oscuras pestaas; constitua todo un estudio d e contrastes, digno de ser pintado en tonalidades negras, blancas y grises, con salpicaduras de oro aqu y all, como sus ojos, para dar un toque de c olor...

Djame hacerlo. La voz de Jace son queda, apremiante12?. Puedo ayudarla por ti. Dime adnde ir, a quin preguntar. Conseg uir lo que necesitas.

Madeleine le dijo al brujo que sera yo quien ira. Estar esperando a la hija de Jocelyn, no al hijo de Jocelyn.

Las manos de Jace se cerraron con ms fuerza sobre sus hombros.

ain Pues dile a ella que hubo un cambio de planes. Ir yo, no t. T no.

Jace...

Har lo que sea dijo l. Cualquier cosa que me pi das, si prometes quedarte aqu.

No puedo.

La solt, como si ella le hubiese apartado de un empujn.

in Por qu no?

Porque ella es mi madre, Jace respondi Clary.

Y la ma. La voz son fra. En realidad, 1?por qu no se puso en contacto con Madeleine con los dos respecto a esto ? Por qu slo t?

Ya sabes por qu.

Porque dijo l, y esta vez su voz son an ms frapara ella eres la hija de Jocelyn. Pero yo siempre ser el hijo de Valentine.

Cerr la puerta violentamente entre ellos. Durante un instante Clary le mir fijamente; la malla de la reja le divida el rostro en una serie de rombos, bosquejos de metal. Un ojo dorado la contempl a travs de uno de los rombos, con una clera furiosa titilando en sus profundidades.

pard Jace... empez a decir.

Pero tras una sacudida el ascensor bajaba ya con su traqueteo habitual, transpor tndola al oscuro silencio de la catedral.

La Tierra a Clary. Simon agit las manos ante ella. 191?Ests despierta?

S, lo siento.

Se incorpor, sacudiendo la cabeza para eliminar las telaraas. Aqu3?lla haba sido la ltima vez que haba visto a Jace. No hab7?a cogido el telfono cuando ella le haba llamado ms tarde, a s que haba hecho todos los planes para el viaje a Idris con los Ligh twood usando a Alec como reacia y avergonzada persona de contacto. Pobre Alec, a trapado entre Jace y su madre, intentando siempre hacer lo correcto.

ain Decas algo?

Simplemente que creo que Luke ha regresado repuso Simon, y salt del escritorio justo cuando se abra la puerta del dormitorio12?. Y as es.

Hola, Simon.

Luke son tranquilo, quiz un poco cansado; vesta una estropeada cazadora tejana, una camisa de franela y unos viejos pantalones de pana metidos dentro de unas botas que parecan haber vivido mejores tiempo diez a os atrs. Llevaba las gafas subidas sobre su cabello castao, que pare ca ahora ms salpicado de canas de lo que Clary recordaba. Sujetaba u n paquete cuadrado bajo el brazo, atado con una cinta verde. Se lo tendi a Clary.

Te consegu algo para el viaje.

No tenas por qu hacerlo protest ella. Ya has hecho demasiado...

Recordaba la ropa que le haba comprado despus de que todo lo que pos ea hubiese quedado destruido. Le haba dado un telfono y materi al de pintar nuevos, sin que se lo hubiera pedido. En realidad, casi todo lo que posea en ese momento se lo haba regalado Luke. Y ni siquiera te parece bien que vaya. Ese ltimo pensamiento flor entre ello s sin ser pronunciado.

Lo s. Pero lo vi y pens en ti. Le pas la caja.ar El objeto que haba dentro estaba envuelto en varias capas de papel de seda . Clary se abri paso entre ellas y agarr algo blando como el pelaje de un gato. Lanz un gritito ahogado. Era un abrigo de terciopelo verde bot ella, pasado de moda, con el forro de seda dorada, botones de latn y una a mplia capucha. Se lo coloc sobre el regazo, pasando las manos con cari?o por el suave tejido.

Parece algo que Isabelle se pondra exclam. Como un abrigo de viaje de cazador de sombras.

Exacto. Ahora, cuando ests en Idris, irs vestida de un modo m s parecido a uno de ellos dijo Luke.

Ella le mir.

Quieres que parezca uno de ellos?

Clary, eres uno de ellos. Su sonrisa estaba teida de tristez a. Adems, ya sabes cmo tratan a los forasteros. Cualquier cos a que puedas hacer para encajar...

Simon emiti un ruido extrao, y Clary le mir con aire culpable; casi haba olvidado que l estaba all. El muchacho contemplaba fijamente su reloj.

Tengo que irme.

Pero si acabas de llegar! protest Clary. Pensab a que podamos salir a dar una vuelta, ver una pelcula o algo...

pard Tienes que hacer la maleta Simon sonri, radiante como la luz del sol tras la lluvia; y ella casi pudo creer que no haba nada que le pr eocupara. Vendr ms tarde para despedirme antes de que te vayas.

Venga, va protest Clary. Qudate...

in No puedo. Su tono son categrico. He quedado con Maia.

Ah. Fantstico replic ella.

Maia, se dijo, era simptica. Era lista. Era bonita. Tambin era una c hica lobo. Una chica lobo que estaba chiflada por Simon. Pero tal vez era as? como deba ser. Tal vez su nueva amiga deba ser una subterrn ea. Al fin y al cabo, l mismo era un subterrneo ahora. Tcnicam ente, ni siquiera tendra que estar pasando tiempo con cazadores de sombras como Clary.

Supongo que ser mejor que te vayas.

Creo que ser lo mejor.

Los ojos oscuros de Simon eran inescrutables. Era algo nuevo..., ella siempre ha ba sido capaz de adivinarle el pensamiento a Simon. Se pregunt si er a un defecto secundario del vampirismo, o alguna otra cosa totalmente distinta.par Adis dijo l, y se inclin como si fuera a besarla en la mejilla, apartndole el cabello hacia atrs con una mano.

ard Sin embargo, se detuvo y se ech hacia atrs con una expresin in decisa. Ella le mir con el ceo fruncido por la sorpresa, pero l ya se haba ido, rozando a Luke al cruzar la puerta. Clary oy c?mo la puerta delantera se cerraba a lo lejos.

Est actuando de un modo tan raro! exclam, abraza ndo el abrigo de terciopelo en busca de seguridad. Crees que tiene algo que ver con lo de ser vampiro?

Probablemente no. Luke pareca levemente divertido. Co nvertirte en un subterrneo no cambia lo que sientes por las cosas. O por l a gente. Dale tiempo. Lo cierto es que rompiste con l.

par No. l rompi conmigo.

Porque no estabas enamorada de l. Se trata de una situacin ci erta, y creo que lo est llevando con elegancia. Muchos otros adolescentes se enfurruaran, o merodearan bajo tu ventana con un radiocaset e gigante.

Ya nadie tiene un radiocasete gigante. Eso pasaba en los ochenta.

d Clary abandon la cama y se puso el abrigo. Lo aboton hasta el cuello , deleitndose con el suave tacto del terciopelo.

Simplemente quiero que Simon regrese a la normalidad.

par Se ech una ojeada en el espejo y se sinti agradablemente sorprendida : el verde hacia que sus cabellos rojos resaltaran y le iluminaba el color de lo s ojos. Se volvi hacia Luke.

Qu te parece?

l estaba recostado en la entrada con las manos en los bolsillos; una sombr a le cruz el rostro cuando la mir.

Tu madre tena un abrigo idntico a ese cuando tena tu ed ad fue todo lo que dijo.

Clary agarr con fuerza los puos del abrigo, clavando los dedos en el suave pelo. La mencin de su madre, mezclada con la tristeza en la expresi n de Luke, haca que quisiera echarse a llorar.

r Iremos a verla despus, verdad? pregunt. Q uiero despedirme de ella antes de irnos, y decirle... decirle lo que har. Que va a ponerse bien.

Visitaremos el hospital ms tarde respondi Luke, asinti endo. Y, Clary?

Qu?

Casi no quera mirarle, pero, con gran alivio por su parte, cuando lo hizo, la tristeza haba desaparecido de sus ojos.

l sonri.

La normalidad no es tan buena como la pintan.

Simon ech una ojeada al papel que sostena y luego a la catedral, y e ntrecerr los ojos bajo el sol de la tarde. El Instituto se alzaba recortad o contra el cielo azul, un bloque de granito lleno de ventanas en forma de arcos puntiagudos y rodeado de un alto muro de piedra. Rostros de grgolas mirab an al suelo con expresin lasciva desde las cornisas, como desafindol e a acercarse a la puerta principal. No se pareca en nada a la impresi?n que tuvo la primera vez que lo vio, disfrazado como una ruina abandonada, pe ro claro, el glamour no funcionaba con los subterrneos.

T no perteneces a este lugar. Las palabras eran severas, morda ces, corrosivas; Simon no estaba seguro de si le haba hablado la grg ola o si la voz proceda de su propia mente. Esto es una iglesia, y t ests condenado.

Cllate mascull sin demasiado entusiasmo. Adem225?s, a m me traen sin cuidado las iglesias. Soy judo.

in Encontr una afiligranada verja de hierro encastrada en la pared de piedra y pos la mano en el pasador, medio esperando un dolor abrasador en la piel , pero nada sucedi. La verja no pareca ser especialmente sagrada. La abri de un empujn y haba recorrido la mitad del agrietado sen dero de cantera que conduca a la puerta principal cuando oy vo ces varias voces, y le resultaban familiaresa poca distancia.

pard O tal vez no tan cerca. Casi haba olvidado lo mucho que su odo, igua l que su visin, se haba agudizado desde que haba tenido lugar la Conversin. Pareca como si las voces sonaran justo tras l, p ero a medida que segua el estrecho sendero que rodeaba la pared lateral de l Instituto vio que se hallaban de pie a un buen trecho, en el extremo opuesto d e los jardines. La hierba creca sin control all, medio cubriendo los bifurcados senderos que discurran por entre lo que probablemente en una o casin haban sido rosales pulcramente distribuidos. Haba inclus o un banco de piedra, recubierto con una telaraa de verdes hierbajos; aque llo haba sido una autntica iglesia en el pasado, antes de que los ca zadores de sombras la ocuparan.

Al primero que vio fue a Magnus, recostado contra una musgosa pared de piedra. E ra difcil pasarlo por alto, pues llevaba una camiseta blanca decorada con salpicaduras de color sobre unos pantalones de cuero multicolor. Destacaba igual que una orqudea de invernadero, rodeado por los cazadores de sombras vest idos totalmente de negro: Alec con aspecto plido y violento; Isabelle, con su larga melena negra retorcida en forma de trenzas atadas con cintas plateadas , de pie junto a un nio que tena que ser Max, el ms pequeo de ellos. A poca distancia estaba su madre, que pareca una versin ms alta y huesuda de su hija, con la misma larga melena negra. Junto a el la haba una mujer que Simon no conoca. En un principio, Simon pens243? que era vieja, ya que tena los cabellos casi blancos, pero entonces s e volvi para hablar con Maryse y vio que probablemente no tendra m225?s de treinta y cinco o cuarenta aos.

Y luego esta Jace, mantenindose a cierta distancia, como si no pertenecier a del todo al grupo. Llevaba la vestimenta negra de un cazador de sombras como l os dems. Cuando Simon vesta de negro, daba la impresin de que iba a un funeral, pero Jace simplemente tensaba los hombros y se pregunt si algo el tiempo o el olvidodiluira alguna vez el resentimie nto que experimentaba hacia Jace. No quera sentirlo, pero ah estaba, una piedra que lastraba aquel corazn suyo que ya no lata.

plain Haba algo de extrao en la reunin; pero entonces Jace se volviu243? hacia l, como si percibiera su presencia, y Simon vio, incluso desde aquella distancia, la fina cicatriz blanca de su garganta, justo por encima del cuello de la chaqueta. El resentimiento de su pecho se desvaneci converti do en otra cosa. Jace efectu un leve movimiento de cabeza hacia l.ar Regres en seguida le dijo a Maryse, en un tono que Simon jam s habra usado con su propia madre, pues son como un adulto dir igindose a otro adulto.

Maryse asinti inquieta.

No entiendo por qu tiene que tardar tanto le coment a Magnus. Te parece normal?

Lo que no es normal es el descuento que os ofrezco. Magnus golpe243? la pared con el tacn de la bota. Normalmente cobro el doble.ar Es tan slo un Portal temporal. Simplemente tiene que llevarnos a Id ris. Y luego espero que vuelvas a cerrarlo. se es nuestro acuerdo. Volvi la cabeza hacia la mujer que tena al lado. Y t0? te quedars aqu para presenciar cmo lo hace, Madeleine?

Madeleine. As que aqulla era la amiga de Jocelyn. No tuvo tiempo par a quedarse all mirando, no obstante; Jace ya haba agarrado a Simon d el brazo y lo arrastraba tras la esquina de la iglesia, fuera de la vista de los otros. All atrs haba an ms hierbajos y maleza des controlada. Jace empuj a Simon detrs de un roble enorme y lo solt3?, observando alrededor atentamente para asegurarse de que no los haban seguido.

Est bien. Podemos hablar aqu.

Todo estaba ms tranquillo all atrs, desde luego; el ajetreo de l trfico procedente de York Avenue quedaba ahogado tras la mole del Instit uto.

T eres quien me pidi que viniera seal Simo n. Encontr tu mensaje en mi ventana cuando despert esta ma1?ana. Es que nunca usas el telfono como la gente normal?

plain No si puedo evitarlo, vampiro respondi Jace.

hyphpar El muchacho estudiaba a Simon detenidamente, como si leyera las pginas de un libro. En su expresin se concentraban dos emociones encontradas: un lev e asombro y lo que a Simon le pareci desilusin.

ar As que sigue siendo cierto. Puedes andar bajo la luz del sol. Ni si quiera el sol del medioda te quema.

S respondi Simon. Pero t ya lo saba s..., estuviste all.

No hicieron falta ms detalles; pudo ver en el rostro del otro joven cmo recordaba el ro, la parte trasera de la furgoneta, el sol alzndo se por encima del agua, a Clary gritando. Lo recordaba tan bien como Simon.

pard Pens que tal vez podra haber sido transitorio replic243? Jace, aunque su tono no pareci sincero.

Si siento la necesidad de arder, te lo har saber. Simon jamu225?s tena mucha paciencia con Jace. Oye, me pediste que rec orriera todo el camino hasta la zona residencial simplemente para poder quedarte mirndome como si yo fuese algo en una placa de Petri? La prxima vez te enviar una foto.

Y yo la enmarcar y la colocar en mi mesilla de noche d ijo Jace, aunque no dio la impresin de que hubiese entusiasmo en su sarc225?stico comentario. Oye, te ped que vinieses por un motivo. A pes ar de lo mucho que odio admitirlo, vampiro, tenemos algo en comn.

Un cabello absolutamente fantstico? sugiri Simon , tambin sin demasiado entusiasmo en sus palabras; algo en la expresin de Jace le haba sentirse cada vez ms inquieto.

hpar Clary dijo Jace.

Simon se vio cogido por sorpresa.

Clary?

Clary repiti Jace. Ya sabes: bajita, pelirroja, mal g enio.

No veo como Clary puede ser algo que tengamos en comn replic Simon, aunque s lo vea.

De todos modos, aqulla no era una conversacin que quisiera tener con Jace en aquel momento, o, de hecho, jams. Acaso no exista alg una especie de cdigo masculino que excluyera discusiones as... discu siones sobre sentimientos?

Aparentemente no.

Ella nos importa a los dos declar Jace, dedicndole una mesurada mirada. Es importante para los dos. Cierto?

n Me ests preguntando si ella me importa?

r Importar pareca una palabra ms que insuficiente para ell o. Se pregunt si Jace se estaba burlando de l; lo que pareca i nusitadamente cruel, incluso para Jace. Le haba conducido Jace hasta all simplemente para burlarse de l porque su relacin con Clar y no haba funcionado? Aunque Simon todava tena esperanza, al m enos un poco, de que las cosas podran cambiar, que Jace y Clary empezar7?an a sentir el uno por el otro lo que supona que deban sentir, lo que se esperaba que los hermanos sintieran el uno por el otro...

Trab la mirada con Jace y sinti que aquella pequea esperanza s e marchitaba. La expresin del rostro del muchacho no era la expresin que mostraban los hermanos al hablar de sus hermanas. Por otra parte, era evide nte que Jace no lo haba hecho ir hasta all para burlarse de sus sent imientos; los ojos de Jace reflejaban su mismo sufrimiento.

ar No creas que me gusta hacerte estas preguntas le solt Jace8212?. Necesito saber lo que haras por Clary. Mentiras por ell a?

Mentir sobre qu? Qu es lo que sucede? Simo n repar entonces en lo que le haba inquietado del retablo de cazador es de sombras del jardn . Aguarda un segundo dijo. 191?Os vais a Idris ya? Clary cree que os marchis esta noche.

in Lo s dijo Jace. Y necesito que les digas a los dem5?s que Clary te envi aqu para decirnos que no vena. Diles qu e ya no quiere ir a Idris.

Haba un tono incisivo en su voz... algo que Simon apenas reconoca, o quiz simplemente le resultaba tan extrao procediendo de Jace que no consegua procesarlo: Jace le estaba suplicando.

Te creern. Saben lo... lo unidos que estis vosotros dos.

pard Simon neg con la cabeza.

No puedo creerte. Actas como si quisieras que lo hiciese por Clary, pero en realidad simplemente quieres que lo haga por ti. Empez a alejarse. No hay trato.

Jace le agarr del brazo, hacindole girar de nuevo hacia l.

Es por Clary. Estoy intentando protegerla. Pensaba que al menos te intere sara ayudarme a hacerlo.

Simon mir significativamente la mano de Jace, cerrada firmemente sobre la parte superior de su brazo.

Cmo puedo protegerla si no me cuentas de qu la estoy pr otegiendo?

Jace no le solt.

Es que no puedes confiar en m cuando digo que esto es importa nte?

T no comprendes hasta qu punto ella desea ir a Idris d ijo Simon. Si he de impedir que eso suceda, ser mejor que exista un a condenada buena razn para ello.

Jace solt aire levemente, de mala gana... y liber el brazo de Simon.

Lo que Clary hizo en el barco de Valentine dijo con la voz tensa8212?. Con la runa en la pared..., la runa de apertura..., bueno, t viste lo que sucedi.

Ella destruy el barco dijo Simon. Nos salv la v ida.

Baja la voz. Jace mir a su alrededor con inquietud.

No me estars diciendo que nadie ms lo sabe, verdad? 12?inquiri Simon con incredulidad.

Yo lo s. T lo sabes. Luke lo sabe y Magnus lo sabe. Nadie m225?s.

Qu creen todos que sucedi? Qu el barco se h izo pedazos sin ms muy oportunamente?

Les cont que el Ritual de Conversin de Valentine debi d e salir mal.

Mentiste a la Clave? Simon no estaba seguro de si sentirse i mpresionado o consternado.

S, ment a la Clave. Isabelle y Alec saben que Clary posee cie rta habilidad para crear runas nuevas, as que dudo que vaya a poder oculta rle eso a la Clave o al nuevo Inquisidor. Pero si supieran que puede hacer lo qu e hace... la querran como luchadora, como arma. Y no est preparada p ara eso. No la criaron para ello... Se interrumpi al ver que Simon sacuda la cabeza. Qu?

Eres nefilim dijo Simon despacio. No deberas qu erer lo que es mejor para la Clave? Si eso significa usar a Clary...

ain Quieres que la tengan? Para que la coloquen en primera lnea contra Valentine y cualquiera que sea el ejrcito que est reunie ndo?

No dijo Simon. No quiero eso. Pero no soy uno de vosotros. Yo no tengo que preguntarme a quin priorizar, a Clary o a mi familia.

pard Jace enrojeci con creciente intensidad.

NO es eso. Si creyera que ello ayudara a la Clave..., pero no lo ha r. Tan slo acabar resultando herida...

Incluso aunque pensases que ayudara a la Clave respondi Simon, jams les permitiras que la tuviesen.

hyphpar Qu te hace decir eso, vampiro?

Que nadie puede tenerla, excepto t respondi Simon.

Jace palideci.

As que no me ayudars dijo con incredulidad. 1?No la ayudars?

Simon vacil... y antes de que pudiera responder, un ruido rompi el s ilencio entre ellos. Un grito agudo y chirriante, terrible en su desesperaci?n, y an ms por la brusquedad con que haba sido emitido.

pard Qu ha sido eso?

Al solitario alarido se le unieron otros gritos, y un discordante repiqueteo met lico que hiri los tmpanos de Simon.

Algo ha sucedido..., los otros...

Pero Jace ya no estaba all, corra por el sendero esquivando la malez a. Tras un momento de indecisin, Simon le sigui. Haba olvidado lo deprisa que poda correr ahora; iba pegado a los talones de Jace cuando doblaron la esquina de la iglesia e irrumpieron en el jardn.

in Ante ellos reinaba el caos. Una neblina blanca cubra el jardn, y hab a un fuerte olor en el aire: el sabor intenso a ozono y algo ms, dul ce y desagradable, por debajo de ste. Haba figuras corriendo como fl echas de un lado a otro; Simon nicamente poda verlas fragmentadas, m ientras aparecan y desaparecan entre la niebla. Vio fugazmente a Isa belle, los cabellos chasqueando a su alrededor en negras ristras mientras blandu237?a el ltigo. ste creaba una mortfera horquilla de rayos do rados a travs de las sombras. La muchacha rechazaba el avance de algo enor me que se mova pesadamente un demonio, pens Simon, per o era pleno da; eso era imposible. Mientras corra al frente dando tr aspis, vio que la criatura era en cierta forma humanoide aunque jorobada y retorcida, de algn modo con la forma equivocada. Sujetaba una gruesa tabl a de madera en una mano e intentaba golpear con ella a Isabelle casi a ciegas.ar Apenas un poco ms all, a travs de una abertura en la pared de piedra, Simon pudo ver el trfico de York Avenue siguiendo su camino con no rmalidad. El cielo ms all del Instituto estaba despejado.

lain Repudiados musit Jace, y su rostro arda enfurecido mie ntras sacaba uno de sus cuchillos serafn del cinturn. Docenas de ellos. Empuj a Simon a un lado, casi con brusquedad. Quu233?date aqu, lo entiendes? Qudate aqu.

hyphpar Simo se qued paralizado por un instante mientras Jace se precipitaba al in terior de la neblina. La luz del cuchillo que empuaba iluminaba la niebla a su alrededor con un tono plateado; figuras oscuras corran de un lado a o tro dentro de ella, y a Simon le dio la impresin de que miraba a travs de una hoja de cristal esmerilado, intentando desesperadamente distinguir quu233? suceda al otro lado. Isabelle haba desaparecido; vio a Alec, c uyo brazo sangraba, acuchillando el pecho de un guerrero repudiado y observ cmo ste se desplomaba hecho un guiapo. Otro se alz a s u espalda, pero Jace estaba all, ahora con un cuchillo en cada mano, saltu243? por el aire y los alz y baj con un despiadado movimiento de ti jera... y la cabeza del repudiado se desprendi del cuello lanzando un chor ro de sangre negra. A Simon se le revolvi el estmago, la sangre ol237?a amarga, venenosa.

Poda or a los cazadores de sombras llamndose unos a otros fuer a de la neblina, aunque los repudiados permanecan en un absoluto silencio. De improviso, la neblina se disip y Simon vio a Magnus, de pie con mirada enloquecida junto a la pared del Instituto. Tena las manos alzadas y cent elleaban rayos azules entre ellas. Sobre la pared donde l estaba parec?a estarse abriendo un agujero cuadrado negro en la piedra. No estaba vac o, ni oscuro precisamente, sino que brillaba como un espejo con fuego arremolina do atrapado dentro del cristal.

El Portal! gritaba. Cruzad el Portal!

plain Varias cosas sucedieron a la vez. Maryse Lightwood surgi de la neblina, ll evando al nio, Max, en brazos. Se detuvo para gritar algo por encima del h ombro y luego se precipit hacia el interior del Portal, desapareciendo en la pared. Alec la sigui, tirando de Isabelle que arrastraba el ltigo manchado de sangre por el suelo. Mientras tiraba de ella hacia el Portal, algo surgi a toda velocidad de la neblina tras ellos: un guerrero repudiado, bl andiendo un cuchillo de doble filo.

Simon se desbloque. Se arroj a su encuentro, gritando el nombre de I sabelle..., antes de tropezar y caer de bruces contra el suelo con fuerza sufici ente como para quedarse sin respiracin, si hubiera respirado, claro. Se se nt en seguida y volvi la cabeza para ver con qu haba tro pezado.

Era un cuerpo. El cuerpo de una mujer degollada, los ojos abiertos y azules de m uerte. Tena el plido pelo manchado de sangre. Era Madeleine.

d Simon, muvete!

Era Jace quien le gritaba; Simon vio al muchacho corriendo hacia l fuera d e la niebla. Con ensangrentados cuchillos serafn en las manos. Entonces al z los ojos. El guerrero repudiado que haba estado persiguiendo a Isa belle se alzaba sobre l, el rostro lleno de cicatrices crispado en una mue ca burlona. Simon se retorci a un lado cuando el cuchillo de doble filo de scendi hacia l, pero incluso con sus mejores reflejos no fue lo bast ante rpido. Un dolor abrasador le inund y todo se fue tornando negro .

2

LAS TORRES DE LOS DEMONIOS DE ALACANTE

phpar

No exista magia suficiente, se dijo Clary mientras ella y Luke daban vuelt as a la manzana por tercera vez, que pudiese crear nuevos espacios de aparcamien tos en una calle de Nueva York. No haba ningn sitio donde detener la furgoneta y la mitad de la calle estaba ocupada por coches en doble fila. Final mente, Luke se detuvo junto a una toma de agua y puso la camioneta en punto muer to con un suspiro.

Ve dijo. Que sepan que ya ests aqu. Te traer3? la maleta.

Clary asinti, pero vacil antes de acercar la mano a la manecilla de la puerta. La ansiedad le produca un nudo en el estmago, y dese, no por primera vez, que Luke fuese con ella.

Siempre pens que la primera vez que fuese al extranjero llevara al menos un pasaporte.

Luke sonri.

S que ests nerviosa dijo. Pero todo ir bi en. Los Lightwood cuidarn de ti.

Slo te lo he dio un milln de veces, pens Clary. Di o una ligera palmada a Luke en el hombro antes de saltar fuera de la furgoneta.par Te veo dentro de un momento.

Avanz por el agrietado sendero de piedra, mientras el sonido del trf ico se desvaneca a medida que se acercaba a las puertas de la iglesia. Nec esit unos instantes para desprender el halo de glamour del Instituto en esta ocasin. Pareca como si se hubiese a241?adido otra capa de disfraz a la vieja catedral, como si tuviese una nueva ca pa de pintura. Desprenderla mentalmente result difcil, incluso dolor oso. Finalmente desapareci y pudo ver la iglesia tal y como era. Las altas puertas de madera resplandecan como si las acabaran de dar lustre.

rd Haba un olor extrao en el aire, como a quemado y ozono. Arrugando la nariz, pos la mano en el pomo. Soy Clary Morgenstern, una de los ne filim, y solicito acceso al Instituto...

La puerta se abri de par en par. Clary entr. Mir a su alrededo r pestaeando, intentando identificar qu era lo que daba la impresi243?n de ser diferente en el interior de la catedral.

Comprendi qu era cuando la puerta se cerr tras ella, atrap?ndola en una oscuridad mitigada nicamente por el tenue resplandor del ro setn situado muy arriba por encima de su cabeza. Jams haba est ado al otro lado de la entrada del Instituto sin que hubiese habido docenas de l lamas encendidas en los ornamentados candelabros que bordeaban el pasillo entre los bancos.

Sac su luz mgica del bolsillo y la sostuvo en alto. La luz brill?, enviando relucientes rayos luminosos por entre sus dedos, que alumbraron los polvorientos rincones del interior de la catedral mientras se encaminaba hacia el ascensor situado cerca del desnudo altar y oprima con impaciencia en bo tn de llamada.

No sucedi nada. Al cabo de medio minuto volvi a apretar el bot n... y tampoco. Apoy la oreja contra la puerta del ascensor y escuch . Ni un sonido. El Instituto se haba vuelto oscuro y silencioso como una m ueca mecnica a la que se le hubiese acabado la cuerda.

n Con el corazn desbocado, Clary regres corriendo por el pasillo y abr i las gruesas puertas de un empujn. Se qued parada en los peld aos de la entrada a la iglesia, mirando a un lado y a otro frenticam ente. El cielo se oscureca adoptando un tono cobalto en lo alto y el aire ola a quemado con ms fuerza si cabe. Haba habido fuego? Se haban marchado los cazadores de sombras? Pero el lugar pareca intacto...

No ha sido el fuego.

La voz era queda, aterciopelada y familiar. Una figura alta se materializ surgiendo de las sombras, los cabellos sobresaliendo en una corona de desmaadas pas. Llevaba un traje de seda negro sobre una brillante camisa verde esmeralda, y resplandecientes anillos en sus finos dedos. Unas botas extravagan tes formaban parte del atuendo, as como una gran cantidad de purpurina.r Magnus? musit Clary.

S lo que estabas pensando dijo Magnus. Pero no ha hab ido ningn incendio. El olor es a neblina infernal; es una especie de humo demonaco encantado. Amortigua los efectos de ciertas clases de magia.

pard Neblina demonaca? Entonces hubo...

Un ataque al Instituto. S. A primera hora de esta tarde. Repudiados ... probablemente unas cuantas docenas de ellos.

Jace musit Clary. Los Lightwood.

ar El humo infernal amortigu mi capacidad para combatir eficazmente a los repudiados. Tambin la de ellos. Tuve que enviarlos a travs del P ortal a Idris.

Pero ninguno de ellos result herido?

Madeleine respondi Magnus. Mataron a Madeleine. Lo si ento, Clary.

Clary se dej caer sobre los peldaos. No la haba conocido bien, pero Madeleine haba sido una conexin tenue con su madre..., su madr e real, la dura y combativa cazadora de sombras a la que Clary jams hab7?a conocido.

Clary? Luke ascenda por el sendero en la creciente osc uridad, llevando la maleta de la joven en una mano. Qu sucede?

Clary permaneci sentada abrazndose las rodillas mientras Magnus lo e xplicaba. Por debajo del dolor por Madeleine se senta llena de un alivio c ulpable. Jace estaba bien. Los Lightwood estaban bien. Se lo deca a s misma una y otra vez, en silencio. Jace estaba bien.

Los repudiados dijo Luke. Acabasteis con todos?

ard No. Magnus neg con la cabeza. Despus de que env iaran a los Lightwood a travs del Portal, los repudiados se dispersaron; n o parecieron interesados en m. Para cuando cerr el Portal, todos se haban ido.

Clary alz la cabeza.

El Portal est cerrado? Pero... todava puedes enviarme a Idris, verdad? pregunt. Quiero decir, puedo ir a trav s del Portal y reunirme con los Lightwood, no es cierto?

ain Luke y Magnus intercambiaban una mirada. Luke deposit la maleta a sus pies .

Magnus? La voz de Clary se elev, aguda en sus propios odos . Tengo que ir.

El Portal est cerrado, Clary...

Entonces abre otro!

No es tan fcil respondi el brujo. La Clave vigi la cualquier entrada mgica a Alacante con sumo cuidado. Su capital es un l ugar sagrado para ellos; es como su Vaticano, su Ciudad Prohibida. Ningn s ubterrneo puede ir all sin permiso, y no se permite el acceso a mund anos.

Pero yo soy una cazadora de sombras!

Slo apenas replic Magnus. Adems, las torr es impiden la apertura de portales que lleven directamente a la ciudad. Para abr ir un Portal que fuera directo a Alacante tendra que tenerlos a ellos mont ando guardia al otro lado aguardando tu llegada. Si intentase enviarte por mi cu enta, sera contravenir directamente la Ley, y no estoy dispuesto a arriesg arme a eso por ti, bizcochito, no importa lo bien que me caigas.

hyphpar Clary pas la mirada del rostro apenado de Magnus al rostro cauteloso de Lu ke.

Pero necesito ir a Idris dijo. Tengo que ayudar a mi madre. Tiene que existir algn otro modo de llegar all, algn modo que no requiera un Portal.

El aeropuerto ms cercano est a un pas de distancia R2?indic Luke. Si pudisemos cruzar la frontera..., y eso supo ne una gran dificultad..., seguira un largo y peligroso viaje por tierra, a travs de toda clase de territorios de subterrneos. Tardaramo s das en llegar.

A Clary le ardan los ojos. No llorar se dijo. No lo har.

Clary la voz de Luke era dulce. Nos pondremos en contacto c on los Lightwood. Nos aseguraremos de que tienen toda la informacin que ne cesiten para conseguir el antdoto para Jocelyn. Pueden ponerse en contacto con Fell...

Pero Clary estaba ya de pie, sacudiendo la cabeza.

Es necesario que sea yo dijo. Madeleine me asegur que Fell no hablara con nadie ms.

Fell? Ragnor Fell? repiti Magnus. Puedo i ntentar hacerle llegar un mensaje. Hacerle saber que Jace ir a verle.

pard Parte de la preocupacin desapareci del rostro de Luke.

n Clary, me has odo? Con la ayuda de Magnus...

yphpar Pero Clary no quera or nada ms sobre la ayuda de Magnus. No qu era or nada. Haba pensado que iba a salvar a su madre, y ahora no poda hacer otra cosa que sentarse junto a su cama, sostenerle la mano flcida, y esperar que otra persona, en algn otro lugar, pudiera ser capaz de hacer lo que ella no poda llevar a cabo.

Descendi apresuradamente los peldaos, apartando de un empujn a Luke cuando intent agarrarla.

Simplemente necesito estar sola un segundo.

Clary...

Oy que Luke la llamaba, pero se alej de l, doblando a toda pri sa la esquina de la catedral. Se encontr siguiendo el sendero de piedra en el punto en que se bifurcaba, encaminndose hacia el pequeo jard?n del lado este del Instituto, en direccin al olor a brasas y cenizas... y un espeso olor intenso por debajo de aqul, el olor a magia demona ca. Todava flotaba neblina en el jardn, pedazos desperdigados de ell a, igual que regueros de nubes atrapadas aqu y all en el borde de un rosal u ocultos bajo una piedra. Pudo ver el lugar donde la tierra haba q uedado removida horas antes debido a la pelea... Haba una oscura mancha ro ja all, junto a uno de los bancos de piedra, que no quiso contemplar duran te mucho rato.

Desvi la cabeza. Y se detuvo. All, sobre la pared de la catedral, es taban las marcas inconfundibles de la magia de las runas, resplandeciendo con un ardiente azul que se desvaneca en la piedra gris. Formaban un contorno de aspecto cuadrado, como el de luz alrededor de una puerta medio abierta...

ard El Portal.

Algo en su interior pareci retorcerse. Record otros smbolos, b rillando peligrosamente contra el liso casco de metal de un barco. Record la sacudida que haba experimentado la nave al desgarrarse, el agua negra d el East River entrando a raudales. Son simplemente runas pens . Smbolos. Puedo dibujarlos. SI mi madre puede atrapar la esencia d e la Copa Mortal dentro de un pedazo de papel, entonces yo puedo crear un Portal .

Sus pies la llevaron hasta la pared de la catedral, y su mano se introdujo en el bolsillo en busca de la estela. Poniendo toda su voluntad en impedir que la man o le temblara coloc la punta de la estela sobre la piedra.

hyphpar Cerr los ojos con fuerza y, en la oscuridad que haba tras ellos, emp ez a dibujar con la mente lneas curvas de luz. Lneas que le ha blaban de entradas, de ser transportada en aire arremolinado, de viajes y de lug ares lejanos. No saba si era una runa que haba existido antes o una que ella acababa de inventar, pero exista ahora como si siempre lo hubiese hecho.

Portal.

Empez a dibujar, las marcas saltando de la punta de la estela en negras lu237?neas de carboncillo. La piedra chisporrote, inundndole la nariz con el olor cido de algo que se quema. Una ardiente luz azul fue aparecie ndo sobre los prpados cerrados. Sinti calor en el rostro, como si es tuviese parada ante una hoguera. Con un jadeo baj la mano y abri los ojos.

La runa que haba dibujado era una flor oscura floreciendo sobre la pared d e piedra. Mientras la contemplaba, sus lneas parecieron fundirse y cambiar , discurriendo hacia abajo con suavidad, desplegndose, tomando una forma n ueva. En unos momentos la forma de la runa haba cambiado. Ahora era el con torno de una entrada refulgente, varios centmetros ms alta que la mi sma Clary.

No poda apartar los ojos de la entrada. Brillaba como la misma luz sombr237?a que el Portal situado tras la cortina de la casa de madame Dorothea. Alarg la mano hacia ella...

Y retrocedi. Para usar un Portal, record con desaliento, uno ten?a que imaginar a dnde quera ir, adnde quera que el Por tal lo llevase. Pero ella no haba estado nunca en Idris. Se lo haban descrito, desde luego. Un lugar de valles verdes, de bosques oscuros y aguas br illantes, de lagos y montaas, y Alacante, la ciudad de las torres de crist al. Poda imaginar el aspecto que podra tener, pero la imaginacin no era suficiente, no con aquella magia. Si al menos...

r Inspir bruscamente. Pero s haba visto Idris. Lo haba vis to en un sueo, y saba, sin saber cmo, que haba sido un s ueo verdico. Despus de todo, qu le haba dich o Jace en el sueo sobre Simon? Que l no poda quedarse po rque este lugar es para los vivos? Y no mucho despus de eso, S imon haba muerto...

Hizo retroceder la memoria al sueo. Haba estado bailando en el sal243?n de baile de Alacante. Las paredes eran doradas y blancas, con un techo tra nsparente y brillante como un diamante en lo alto. Haba una fuente una bandeja de plata con la estatua de una sirena en el centroy luces col gadas de los rboles fuera de las ventanas, y ella vesta de terciopel o verde, tal y como iba en aquel momento.

Como si estuviera an en el sueo, alarg la mano hacia el Portal . Una luz brillante se desperdig al contacto con los dedos, una puerta se abri a un lugar iluminado situado al otro lado. Se encontr contempla ndo con fijeza una arremolinada vorgine dorada que poco a poco empez a fusionarse en formas discernibles: le pareci que poda ver el cont orno de montaas, un trozo de cielo...

Clary!

Era Luke, corriendo por el sendero, con una mscara de enojo y consternaciu243?n en el rostro. Detrs de l, Magnus avanzaba a grandes zancadas, los ojos de felino brillando como metal a la ardiente luz del Portal que ba?aba el jardn.

Clary, detente! Las salvaguardas son poderosas! Consegu irs que te maten!

Pero ya no haba forma de detenerse. Ms all del Portal, la luz dorada creca. Pens en las paredes doradas del saln de su sue241?o, la luz dorada refractndose en el cristal tallado por todas partes. Luke se equivocaba; no comprenda el don de Clary, el modo en que funcionab a... qu importaban las salvaguardas cuando uno poda crear su p ropia realidad simplemente dibujndola?

Tengo que ir chill, avanzando, las yemas de los dedos estira das. Luke, lo siento...

Dio un paso adelante... Gracias a un gil salto, se situ a su lado, s ujetndola de la mueca, justo mientras el Portal pareca estalla r alrededor de ellos. Igual que un tornado arrancando un rbol de raz , la fuerza los arranc del suelo. Clary capt una ltima visi3?n fugaz de los vehculos de Manhattan alejndose de ella a veloces crculos, para desaparecer cuando una rfaga de viento fuerte como un trallazo la atrap, hacindola volar por los aires, la mueca tod ava atrapada en la frrea mano de Luke, en un remolino de dorado caos .

Simon despert con el sonido del rtmico chapoteo del agua. Se incorpo r, con un repentino terror helndole el pecho; la ltima vez que haba despertado con el sonido de olas, era prisionero en el barco de Vale ntine, y el suave sonido lquido le trajo a la memoria aquella terrible oca sin con una inmediatez que fue como una rociada de agua helada en la cara.

Pero no..., un vistazo a su alrededor le indic que estaba en otro lugar to talmente distinto. Para empezar, yaca bajo mantas suaves sobre una c moda cama en una pequea habitacin limpia que tena las paredes pintadas de azul plido. Haba cortinas oscuras corridas en la ventana , pero la tenue luz alrededor de los bordes era suficiente para que sus ojos de vampiro vieran con claridad. Haba una alfombra pequea de colores viv os en el suelo y un armario con puerta de espejo en una pared.

phpar Tambin haba un silln junto a la cama. Simon se sent muy tieso desprendindose de las mantas y repar en dos cosas: una, que to dava llevaba puestos los mismo vaqueros y la camieseta que haba llev ado al ir hacia el Instituto para reunirse con Jace; y dos, que la persona del s illn dormitaba, la cabeza apoyada en la mano, la larga melena negra derram ndose hacia abajo como un chal de flecos.

Isabelle? dijo Simon.

La cabeza de la muchacha se alz de golpe como un sobresaltado mueco de resorte, y sus ojos se abrieron al instante.

Aaah! Ests despierto! Se sent muy recta, e chndose atrs los cabellos. Jace se sentir tan ali viado! Estbamos casi seguros de que ibas a morir.

Morir? repiti Simon, sintindose mareado y con nu225?useas. De qu? Pase la mirada por la habitac in, parpadeando. Estoy en el Instituto? pregunt, aunque comprendi en cuanto las palabras salieron de su boca que, por supu esto, eso era imposible. Quiero decir... dnde estamos?

rd Una leve inquietud recorri el rostro de Isabelle.

Vaya... quieres decir que no recuerdas lo que sucedi en el ja rdn? Tir nerviosamente del ribete de ganchillo que bordeaba e l tapizado del silln. Los repudiados nos atacaron. Eran muchs imos, y la neblina infernal hacia que fuese difcil luchar contra ellos. Ma gnus abri el Portal, y todos corramos a su interior cuando te vi vin iendo hacia nosotros. Tropezaste... con Madeleine. Y haba un repudiado jus to detrs de ti; t seguramente no le viste, pero Jace s. Intent llegar hasta ti, pero era demasiado tarde. El repudiado te clav el cuchillo. Sangraste... una barbaridad. Y Jace mat al repudiado, te levantu243? y te arrastr a travs del Portal con l finaliz?, hablando a tal velocidad que las palabras perdieron claridad al mezclarse, p or lo que Simon tuvo que esforzarse para captarlas. Nosotros estbam os ya al otro lado, y djame decirte que todo el mundo se sorprendi d e lo lindo cuando Jace cruz contigo desangrndote sobre l. El C nsul no se mostr nada complacido.

Simon tena la boca seca.

El repudiado me clav el cuchillo?

Pareca imposible. Pero lo cierto era que ya haba sanado as ant es, despus de que Valentine le degollara. Con todo, al menos debera recordarlo. Sacudiendo la cabeza, baj la mirada para contemplarse.

d Dnde?

Te lo mostrar.

Con gran sorpresa por su parte, al cabo de un instante Isabelle estaba sentada e n la cama a su lado, con las fras manos puestas sobre su estmago. Le subi la camiseta, dejando al descubierto una franja de plido est3?mago recorrida por una fina lnea roja. Apenas era una cicatriz.

d Aqu dijo, deslizando los dedos encima. Sientes algn dolor?

No... no.

La primera vez que Simon haba visto a Isabelle la haba encontrado ta n atractiva, tan llena de vida, vitalidad y energa, que haba pensado que por fin haba encontrado a una chica que brillaba con fuerza suficient e como para tapar la imagen de Clary que siempre pareca estar grabada en e l interior de sus prpados. Fue justo por la poca en que ella hab?a conseguido que acabara convertido en una rata en la fiesta en el loft de Mag nus cuando haba advertido que tal vez Isabelle brillaba con excesiva inten sidad para un chico corriente como l.

No duele.

Pero mis ojos s dijo una voz con descarada diversin pr ocedente de la puerta.

Jace. Haba entrando tan silenciosamente que ni siquiera Simon le hab a odo; cerr la puerta tras l y sonri burln mientra s Isabelle le bajaba la camiseta a Simon.

Abusando de un vampiro mientas est demasiado dbil para defenderse, Iz? pregunt. Estoy segursimo de que eso vi ola al menos uno de los Acuerdos.

Simplemente le estoy mostrando dnde le apualaron prote st ella, pero regres pitando al silln con cierta precipitaci243?n. Qu sucede abajo? Siguen todos alucinando?

rd La sonrisa abandon el rostro de Jace.

Maryse ha subido al Gard con Patrick dijo. La Clave est? reunida y Malachi pens que sera mejor si ella... lo explicaba... personalmente.

Malachi. Patrick. Gard. Los desconocidos nombres dieron vueltas por la cabeza de Simon.

Explicar qu?

Isabelle y Jace intercambiaron miradas.

Explicarte a ti respondi finalmente Jace. Explicar po r qu trajimos a un vampiro con nosotros a Alacante, algo que, por cierto, va explcitamente en contra de la Ley.

A Alacante? Estamos en Alacante?

Una oleada de confuso pnico recorri a Simon, aunque fue rpidam ente reemplazada por un dolor que le recorri el estmago. Se dobl? hacia delante, jadeando.

Simon! Isabelle alarg la mano, con un destello de alar ma brillando en sus ojos oscuros. Te encuentras bien?

n Vete, Isabelle. Simon, con las manos cerradas contra el estm ago, alz los ojos hacia Jace, con un tono de splica en la voz . Haz que se vaya.

Isabelle se ech hacia atrs, con expresin dolida.

n Muy bien. Me ir. No tendrs que decrmelo dos veces.

pard Se puso en pie con aire indignado y sali de la habitacin, cerrando d e un portazo tras ella.

Jace volvi la cabeza hacia Simon, los ojos color mbar inexpresivos.par Qu sucede? Pensaba que te estabas curando.

hpar Simon alz una mano para mantener apartado al joven. Un sabor metlico le arda en la parte posterior de la garganta.

No es Isabelle chirri. Ni estoy herido; estoy simplem ente... hambriento. Sinti que las mejillas le ardan. P erd sangre, as que... necesito reemplazarla.

Desde luego repuso Jace, en el tono de alguien a quien acaban de explicar un dato cientfico interesante, aunque no especialmente necesario.par La leve preocupacin abandon su expresin, para ser reemplazada por algo que a Simon le pareci un divertido desdn. Despert una sensacin de furia en su interior; de no haber estado tan debilitado por e l dolor, habra saltado de la cama y se hubiera lanzado sobre el otro joven hecho una furia. Tal y como estaban las cosas, todo lo que pudo hacer fue jadea r.

Vete a la mierda, Wayland.

Wayland, eh?

La expresin divertida no abandon el rostro de Jace, pero ste s e llev las manos a la garganta y empez a bajar la cremallera de la c azadora.

No! Simon se ech hacia atrs sobre la cama . No me importa lo hambriento que est. No voy a... beber tu sangre... otra vez.

Jace hizo una mueca.

Tampoco pensaba dejarte hacerlo.

Introdujo la mano en el bolsillo interior de la cazadora y extrajo un frasco de cristal. Contena un lquido de un tenue rojo amarronado.

in Pens que podras necesitar esto indic. Esc urr el jugo de unas cuantas libras de carne cruda que haba en la coc ina. Es lo nico que pude hacer.

Simon le cogi el frasco a Jace, aunque sus manos temblaban tanto que el ot ro muchacho tuvo que desenroscar el tapn por l. El lquido del interior era repugnante... demasiado aguado y salado para ser autntica san gre, y tena aquel tenue sabor desagradable que indicaba que la carne ten237?a algunos das.

Puaj! dijo tras unos cuantos tragos. Sangre muerta.ar No est muerta toda la sangre? inquiri Jace, enar cando las cejas.

Cuanto ms tiempo lleve muerto el animal cuya sangre estoy bebiendo, peor sabe la sangre explic Simon. Fresca es mejor.

Pero t nunca has bebido sangre fresca. No es cierto?

Simon enarc las cejas como nica respuesta.

Bueno, aparte de la ma, claro dijo Jace . Y estoy seg uro de que mi sangre es fantstica.

Simon deposit el frasco vaco sobre el brazo del silln situado junto a la cama y replic:

Hay algo que no chuta contigo. Mentalmente, quiero decir.

hyphpar Todava tena el sabor de la sangre pasada en la boca, pero el dolor h aba desaparecido. Se senta mejor, ms fuerte, como si la sangre fuese una medicina que funcionaba al instante, una droga que necesitaba tomar p ara vivir. Se pregunt si aquello era lo que les suceda a los adictos .

As que estoy en Idris.

En Alacante, para ser precisos respondi Jace. La capi tal. La nica ciudad, en realidad. Fue a la ventana y descorri las cortinas. Los Penhallow no nos creyeron dijo. Sobre qu e el sol no te afectara. Colgaron estas cortinas opacas. Pero debera s mirar.

Simon se levant de la cama y se reuni con Jace junto a la ventana. Y abri los ojos de par en par.

Haca unos cuantos aos, su madre los haba llevado a l y a su hermana de viaje a la Toscana: una semana de pesados y desconocidos platos de pasta, pan sin sal, un paisaje agreste y marrn... y su madre descendiend o a toda velocidad por carreteras estrechas y sinuosas, evitando por poco estrel lar el Fiat en los hermosos edificios antiguos que pretendidamente haban i do a ver. Recordaba que se haban detenido en la ladera de una colina justo frente a una ciudad llamada San Gimignano, una coleccin de edificios de c olor xido salpicados aqu y all por altas torres cuyos pisos su periores se elevaban vertiginosamente como si quisieran alcanzar el cielo. Si lo que contemplaba ahora le recordaba algo, era eso; aunque le pareca tambiu233?n extrao que resultaba genuinamente distinto de cualquier cosa que hu biera visto antes.

Miraba desde la ventana superior de lo que deba de ser una casa bastante a lta. Si echaba un vistazo hacia arriba poda ver aleros de piedra y, ms all, el cuelo. Enfrente haba otra casa, no tan alta como st a, y entre ellas discurra un canal estrecho y oscuro, cruzando aqu y all por puentes; el origen del agua que haba odo antes. La ca sa estaba construida en mitad de la ladera de una colina, a la falda de la cal s e apelotonaban casas de piedra de color miel en estrechas calles que caan en declive hasta el borde de un crculo verde: bosques, rodeados por colina s lejanas; desde donde estaba, parecan largas franjas verdes y marrones sa lpicadas con estallidos de colores otoales. Tras las colinas se alzaban mo ntaas escarpadas cubiertas con una capa de nieve.

Pero nada de eso era lo que resultaba extrao; lo extrao era que aquu237? y all se alzaban en la ciudad, dispuestas al parecer al azar, torres altsimas coronadas por agujas de un material reflectante de un blanquecin o tono plateado. Parecan perforar el cielo como dagas relucientes, y Simon se dio cuenta de que haba visto aquel material antes: en las duras armas de aspecto cristalino que llevaban los cazadores de sombras, las que ellos llama ban cuchillos serafn.

sas son las torres de los demonios le explic Jace en r espuesta a la pregunta no formulada de Simon. Controlan las salvaguardas que protegen la ciudad. Debido a ellas, ningn demonio puede penetrar en Al acante.

El aire que entraba por la ventana era fro y puro, la clase de aire que un o jams respiraba en Nueva York: no saba a nada, ni a mugre, ni a hum o, ni a metal, ni tampoco a otra gente. Era simplemente aire. Simon tom un a bocanada profunda e innecesaria antes de volverse para mirar a Jace; algunos h bitos humanos eran muy persistentes.

Dime que traerme aqu ha sido un accidente dijo. Dime que esto no ha sido de algn modo parte de tu intencin de impedir a C lary que viniese con vosotros.

Jace no le mir, pero su pecho ascendi y descendi una vez, r5?pidamente, en una especie de jadeo reprimido.

Es cierto respondi; cre un puado de guerr eros repudiados, hice que atacaran el Instituto y mataran a Madeleine y casi aca baran con el resto de nosotros simplemente para poder mantener a Clary en casa. Y quin lo iba a decir, mi diablico plan funcion!

d Bueno, s ha funcionado dijo Simon con suavidad. No es cierto?

Oye vampiro replic Jace. El plan era mantener a Clary lejos de Idris. Traerte a ti aqu, no. Te traje a travs del Portal p orque de haberte dejado atrs, sangrando e inconsciente, los repudiados te habran matado.

Podras haberte quedado all conmigo...

Nos habran matado a los dos. Ni siquiera poda saber cun tos de ellos haba, no con la neblina infernal. Ni siquiera yo puedo hacer frente a un centenar de repudiados.

Y sin embargo observ Simon, apuesto a que te duele admitirlo.

Eres un idiota replic Jace, sin inflexin, inclu so para ser un subterrneo. Te salv la vida e infring la Ley pa ra hacerlo. Y no es la primera vez, debera aadir. Podras mostr ar un poco de gratitud.

Gratitud? Simon sinti cmo los dedos se le curvab an contra las palmas. Si no me hubieses arrastrado al Instituto, no estar a aqu. Jams estuve de acuerdo con esto.

Lo hiciste dijo Jace, cuando afirmaste que haras cual quier cosa por Clary. Esto es cualquier cosa.

Antes de que Simon pudiera replicarle enojado, son un golpe en la puerta.par Hola? llam Isabelle desde el otro lado. Simon, ha finalizado tu ataque de divismo? Necesito hablar con Jace.

in Entra, Izzy.

Jace no apart los ojos de Simon; haba una clera elctrica en su mirada y una especie de desafo que hizo que Simon ansiase golpearle con algo pesado. Como una camioneta.

Isabelle entr en la habitacin en un remolino de cabellos negros y fa ldas de volantes plateados. El top en forma de cors color marfil que lleva ba le dejaba los brazos y hombros, cubiertos de negras runas, al descubierto. Si mon supuso que para ella era un agradable cambio en su rutina poder exhibir sus Marcas en un lugar donde nadie las considerara fuera de lo normal.

d Alec se va al Gard dijo Isabelle sin prembulos. Quier e hablar contigo sobre Simon antes de irse. Puedes bajar?

yphpar Claro. Jace fue hacia la puerta; a mitad de camino, repar en que Simon le segua y gir la cabeza para mirarle de manera fulminant e. T te quedas aqu.

No dijo Simon. Si vais a hablar de m, quiero estar ah .

Por un momento pareci como si la glida calma de Jace estuviera a pun to de quebrarse; se sonroj y abri la boca; sus ojos centelleaban. La clera desapareci igual de rpido, aplastada por un evidente ac to de voluntad. Apret los dientes y sonri.

Estupendo respondi. Ven abajo, vampiro. Podrs c onocer a la feliz familia.

La primera vez que Clary cruz un Portal haba existido una sensaci3?n de volar, de caer de un modo ingrvido. En esta ocasin fue como verse arrojada al corazn de un tornado. Vientos aullantes la azotaron, le arrancaron la mano de la de Luke y tambin el alarido que surgi de su boca. Cay girando sobre s misma en el centro de una vorgine n egra y dorada.

Algo plano, duro y plateado como la superficie de un espejo se alz frente a ella. Descendi en picado hacia ello, chillando, alzando las manos para c ubrirse el rostro. Golpe la superficie y la atraves, penetrando en u n mundo de fro brutal y jadeante asfixia. Se hunda en una espesa osc uridad azul. Por ms que intentaba respirar, no podra llevar aire a l os pulmones, nada salvo aquella glacial frialdad...

De improviso la agarraron por la parte posterior del abrigo y tiraron de ella ha cia arriba. Patale ligeramente pero estaba demasiado dbil para libra rse de lo que la sujetaba. La izaron, y la oscuridad ndigo de su alrededor se convirti en azul plido y luego en dorado nada de aire. O intentu243? hacerlo, pues en su lugar se atragant y dio boqueadas, mientras punt os negros salpicaban su visin. La arrastraban a travs del agua, a to da prisa, con hierbajos enredndose y tirndole de piernas y brazos; s e retorci para girar en las garras de lo que la sujetaba y vislumbr una horrible visin de algo, ni del todo lobo ni del todo humano, orejas pu ntiagudas como dagas y labios tensados hacia atrs para mostrar afilados di entes blancos. Intent chillar, pero slo surgi agua.

lain Al cabo de un momento estaba fuera del agua y la arrojaban sobre tierra dura y h meda. Haba unas manos en sus hombros, empujndola violentamente bocaabajo contra el suelo. Aquellas manos le golpearon la espalda, una y otra v ez, hasta que el pecho se contrajo espasmdicamente y ella tosi un am argo chorro de agua.

Segua dando boqueadas aun cuando las manos la hicieron rodar hasta quedar sobre la espalda, mirando arriba, y se encontr a Luke, una sombra negra re cortada contra un alto cielo azul con pinceladas de nubes blancas. La dulzura qu e estaba acostumbrada a ver en su expresin haba desaparecido; ya no tena aspecto de lobo, pero pareca furioso. Tir de ella para in corporarla, zarandendola con violencia, una y otra vez, hasta que Clary gi mi y le golpe dbilmente.

Luke! Para! Me haces dao...

Las manos de Luke abandonaron sus hombros. Le agarr la barbilla con una ma no, obligndola a alzar la cabeza, escudrindole el rostro con l os ojos.

El agua dijo. Expulsaste toda el agua?

Eso creo musit ella, y la voz surgi dbil de su i nflamada garganta.

Dnde est tu estela? exigi l, y cuand o ella vacil, su voz se torn ms imperiosa. Clary. Tu es tela. Encuntrala.

Ella se desasi de sus manos y rebusc desesperadamente en los h medos bolsillos, sin encontrar otra cosa que la tela empapada. Abatida, alz su rostro hacia Luke.

Se me debe haber cado en el lago. Sorbi las lgri mas. La... estela de mi madre...

Jesus, Clary.

Luke se puso en pie, entrelazando las manos, angustiado, tras la cabeza. Estaba empapado tambin; de sus vaqueros y del grueso abrigo de franela manaba el agua a borbotones. Las gafas que acostumbraba a llevar medio cadas sobre l a nariz haban desaparecido. Baj la mirada hacia ella con expresi?n sombra.

Ests bien dijo, y no era en realidad una pregunta. Qu iero decir, justo ahora. Te sientes bien?

Ella asinti.

Luke, qu sucede? Por qu necesitas mi estela?

pard Luke no dijo nada. Miraba a su alrededor como si esperara obtener alguna ayuda d e lo que le rodeaba. Clary sigui su mirada. Estaban sobre la amplia orilla de tierra de un lago de buen tamao. El agua era de un azul plido, m oteada aqu y all por el reflejo de la luz del sol. Se pregunt si era el origen de la luz dorada que haba visto a travs del entreab ierto Portal. No haba nada de siniestro en el lago ahora que estaba junto a l en lugar de en su interior. Estaba rodeado de colinas verdes salpicada s de rboles que empezaban a adquirir un tono rojizo y dorado. Ms all de las colinas se alzaban elevadas montaas cuyos picos estaban coro nados de nieve.

Clary se estremeci

Luke, cuando estbamos en el agua... te convertiste en lobo a medias? Me pareci ver...

Mi yo lobo nada mejor que mi yo humano respondi l en t ono brusco. U es ms fuerte. Tena que arrastrarte por el agua, y t no ofrecas demasiada ayuda.

Lo s dijo ella. Lo siento. No se... no se supon a que t fueses a venir conmigo.

Si no lo hubiese hecho, estaras muerta seal ?l. Magnus te lo dijo, Clary. No puedes usar un Portal para entrar en la Ciudad de Cristal a menos que tengas a alguien esperndote al otro lado.ar Dijo que iba contra la Ley. No dijo que si intentaba llegar aqu reb otara.

Te cont que haba salvaguardas instaladas alrededor de la ciud ad que impedan abrir Portales que condujeran a ella. No es culpa suya que decidieras ponerte a jugar con magia apenas comprendes. Que poseas el poder no s ignifica que sepas cmo usarlo. Puso cara de pocos amigos.

plain Lo siento replic Clary con un hilo de voz. Es s lo... dnde estamos ahora?

En el lago Lyn respondi l. Creo que el Portal n os llev tan cerca de la ciudad como pudo y luego nos solt. Estamos e n las afueras de Alacante. Mir a su alrededor, meneando la cabeza m edio asombrado y medio fastidiado. Lo hiciste, Clary. Estamos en Idris.ar Idris? dijo ella, y se levant mirando tontamente al ot ro lado del lago, que le devolvi un centelleo, azul y quieto. Pero. .. dijiste que estbamos en las afueras de Alacante. No veo la ciudad por n inguna parte.

Estamos a kilmetros de distancia. Luke seal con un dedo . Ves esas colinas a lo lejos? Tenemos que cruzarlas; la ci udad queda al otro lado. Si tuviramos un coche, podramos llegar allu237? en una hora, pero vamos a tener que andar lo que probablemente nos llevaru225? toda la tarde. Mir al cielo entornando los ojos. Ser225? mejor que nos pongamos en marcha.

Clary se mir con consternacin. La perspectiva de una caminata de tod o un da con las ropas empapadas no resultaba atrayente.

hpar No hay alguna otra cosa...?

Alguna otra cosa que podamos hacer? dijo Luke, y haba un repentino y cortante tono airado en su voz. Tienes alguna sugere ncia, Clary, puesto que fuiste t quin nos trajo aqu? Se al lejos del lago. En esa direccin hay montaas. T ransitables a pie nicamente en pleno verano. Moriramos congelados en las cumbres. Se volvi y movi el dedo en otra direccinu8212?. Ah hay kilmetros de bosques. Hasta la frontera. Estn d eshabitados, al menos por seres humanos. Ms all de Alacante hay tier ras de labranza y casas de campo. Quizs podramos salir de Idris, per o de todos modos tendramos que atravesar la ciudad. Una ciudad, puedo a1?adir, donde los subterrneos como yo no son precisamente bien recibidos.

Clary le mir con la boca abierta.

Luke, yo no saba...

Desde luego que no sabas. T no sabes nada sobre Idris. A ti n i siquiera te importa Idris. Simplemente estabas ofendida porque te haban dejado atrs, igual que una criatura, y tuviste una pataleta. Y ahora estam os aqu. Perdidos y helados y... Se interrumpi; tena el rostro tenso. Vamos. Empecemos a andar.

Clary sigui a Luke a lo largo de la orilla del lago Lyn en abatido silenci o. Mientras andaban, el sol le sec el cabello y la piel, pero el abrigo de terciopelo retena agua como una esponja. Colgaba sobre ella como una cort ina de plomo mientras andaba a toda prisa, dando traspis, sobre rocas y barro, tratando de mantenerse a la altura de la larga zancada de Luke. Efectu unos cuantos intentos ms de entablar conversacin, pero Luke se man tuvo obstinadamente callado. Ella jams haba hecho nada tan grave com o para que una disculpa no hubiese ablandado el enojo de Luke. En esta ocasi?n, al parecer, era diferente.

Los precipicios se alzaron ms altos alrededor del lago a medida que avanza ban, perforados de zonas oscuras, igual que brochazos de pintura negra. Cuando C lary mir con mayor atencin, advirti que se trataba de cuevas e n la roca. Algunas daban la impresin de ser muy profundas y hundirse serpe nteantes en la oscuridad. Imagin murcilagos y desagradables criatura s reptantes ocultndose en las tinieblas, y se estremeci.

ain Por fin una senda estrecha que se abra paso a travs de los precipici os los condujo a una calzada amplia revestida de piedras trituradas. El lago des cribi una curva alejndose de ellos, ndigo bajo la luz de las u250?ltimas horas de la tarde. La calzada discurra por una llanura cubiert a de pastos que se iba elevando hasta convertirse a lo lejos en ondulantes colin as. A Clary se le cay el alma a los pies, la ciudad no se divisaba por nin guna parte.

Luke miraba fijamente en direccin a las colinas con una expresin de intenso desaliento.

Estamos ms lejos de lo que pensaba. Ha transcurrido tanto tiempo...

A lo mejor si encontramos una carretera ms grande sugiri? Clary, podramos hacer autostop, o conseguir que alguien nos llev ase a la ciudad, o...

Clary, no hay coches en Idris. Al ver su expresin atni ta Luke ri sin demasiada alegra. Las salvaguardas impiden que las mquinas funcionen bien. La mayor parte de la tecnologa no sirve aqu: telfonos mviles, ordenadores, cosas as. La misma A lacante est iluminada... y funciona... en su mayor parte mediante luz m5?gica.

Vaya dijo Clary con un hilo de voz. Bien... ms o menos a qu distancia de la ciudad estamos?

Bastante lejos. Sin mirarla, Luke se pas ambas manos hacia a trs por los cortos cabellos. Hay algo que ser mejor que te di ga.

Clary se puso tensa. Todo lo que haba querido antes era que Luke le hablar a; en aquellos momentos ya no lo deseaba.

No pasa nada...

Observaste dijo Lukeque no haba ninguna embarca cin en el lago Lyn..., ni embarcaderos..., nada que pudiera sugerir que el lago lo utilizan de algn modo las gentes de Idris?

Simplemente pens que era porque estaba muy alejado.

hyphpar No est tan alejado. A unas pocas horas de Alacante a pie. El hecho es que el lago... Luke se interrumpi y suspir. R eparaste alguna vez en el dibujo del suelo de la biblioteca en el Instituto en N ueva York?

Clary parpade.

Lo hice, pero no consegu adivinar qu era.

par Era un ngel alzndose del interior de un lago, sosteniendo una copa y una espada. Es un motivo que se repite en las decoraciones de las nefili m. La leyenda cuenta que el ngel Raziel surgi del lago Lyn cuando se apareci por primera vez a Jonathan Cazador de Sombras, el primero de los nefilim, y le entreg los instrumentos Mortales. Desde entonces el lago se ha considerado...

Sagrado? sugiri Clary.

Maldito dijo Luke. El agua del lago es de algn modo v enenosa para los cazadores de sombras. No hace ningn dao a los subte rrneos; los seres mgicos lo llaman el Espejo de los Sueos, y b eben su agua porque afirman que les proporciona visiones autnticas. Pero p ara un cazador de sombras beber su agua es muy peligroso. Provoca alucinaciones, fiebre... puede llevar a una persona a la locura.

Clary sinti fro en todo el cuerpo.

Es por eso que intentaste hacerme escupir toda el agua.

phpar Luke asinti.

Y el motivo de que quisiera encontrar tu estela. Con una runa de curaci243?n podramos conjurar los efectos del agua. Sin ella, necesitamos que ll egues a Alacante lo ms rpidamente posible. Hay medicinas, eso ayudar , y conozco a alguien que casi con seguridad las tendr.

in Los Lightwood?

No, los Lightwood no. La voz de Luke era firme. Otra person a. Alguien que conozco.

Quin?

l neg con la cabeza.

Slo recemos para que no se haya ido en los ltimos quince a1?os.

Pero pensaba que dijiste que la Ley prohiba que los subterrne os entraran en Alacante sin permiso.

La sonrisa que le dedic como respuesta le record al Luke que la habu237?a atrapado cuando cay de la estructura de barras para juegos infantil es de pequea, el Luke que siempre la haba protegido.

hyphpar Algunas leyes estn hechas para ser infringidas.

par

La casa de los Penhallow le record a Simon el Instituto; posea el mi smo aire de pertenecer en cierto modo a otra era. Los vestbulos y escalera s eran angostos, construidos de piedra y madera oscura, y las ventanas eran alta s y estrechas y ofrecan buenas vistas de la ciudad. Haba un claro to que asitico en la decoracin: un biombo shoji estaba colocado en el d escansillo del primer piso, y haba altos jarrones chinos esmaltados con fl ores en los alfizares. Tambin haba varias serigrafas en las paredes, mostrando lo que deban de ser escenas de la mitologa de los cazadores de sombras, pero en un aire oriental en ellas; aparecan de modo prominente caudillos blandiendo refulgentes cuchillos serafn, junto c on criaturas de vivos colores parecidas a dragones y demonios reptantes de ojos saltones.

La seora Penhallow, Jia, estaba a cargo del Instituto de Beijing. D ivide su tiempo entre aqu y la Ciudad Prohibida dijo Isabelle cuand o Simon se detuvo a examinar un grabado. Y los Penhallow son una familia antigua. Adinerada.

Me doy cuenta murmur Simon, alzando la vista hacia las ara241?as de luces que goteaban lgrimas de cristal tallado.

phpar Jace, en el peldao situado detrs de ellos, refunfu:

pard Moveos. No estamos haciendo una visita de inters turstico.r Simon sopes efectuar una rplica grosera y decidi que no val7?a la pena molestarse. Descendi el resto de la escalera a paso rpi do; una vez abajo, sta se abra a una gran habitacin que era una curiosa mezcla de lo viejo y lo nuevo: un ventanal de vidrio daba al canal, y surga msica de un equipo de msica que Simon no pudo ver. Pero no haba televisin, ni columna de DVD o CD, la clase de detritus que Simon asociaba con las salas de estar modernas. En su lugar haba una serie de sofs rehenchidos agrupados alrededor de una chimenea enorme, en la que crepitaban llamas.

Alec estaba de pie junto a la chimenea, vestido con el oscuro equipo de cazador de sombras, colocndose un par de guantes. Alz los ojos cuando Simon entr en la habitacin y mostr su habitual expresin de des agrado, pero no dijo nada.

Sentados en los sofs haba dos adolescentes que Simon no haba v isto nunca, un chico y una chica. La chica tena rasgos asiticos, con delicados ojos almendrados, brillante cabello oscuro echado hacia atrs y una expresin traviesa. La fina barbilla se estrechaba hasta acabar en punt a como la de un gato. No era exactamente bonita, pero resultaba extica.r El muchacho de cabello negro que tena al lado era an ms atract ivo. Probablemente era de la altura de Jace, pero pareca ms alto, in cluso sentado; era esbelto y fornido, con un rostro plido, elegante e inqu ieto, todo pmulos y ojos oscuros. Haba algo extraamente famili ar en l, como si Simon le hubiese conocido antes.

La chica fue la primera en hablar.

ste es el vampiro? Mir a Simon de pies a cabeza como si le estuviera tomando las medidas. En realidad jams he estad o tan cerca de un vampiro; no de uno al que no estuviese planeando matar, al men os. Lade la cabeza. Es mono, para ser un subterrneo.ar Tendrs que perdonarla; tiene el rostro de un ngel y los modal es de un demonio Moloch dijo el muchacho con una sonrisa, ponindose en pie. Le tendi la mano a Simon. Soy Sebastian. Sebastian Verlac. Y esta es mi prima, Aline Penhallow. Aline...

Yo no les estrecho la mano a los subterrneos repuso Aline, e chndose hacia atrs sobre los cojines del sof. No tienen alma, ya sabes. Vampiros.

La sonrisa de Sebastian desapareci.

Aline...

Es cierto. Es por eso que no pueden verse en los espejos, o ponerse al so l.

Con toda deliberacin, Simon retrocedi para exponerse a la zona ilumi nada por el sol, frente a la ventana. Sinti el sol caliente en la espalda y los cabellos. Su sombra se proyect, larga y oscura sobre el suelo, alzan do casi los pies de Jace.

Aline respir con violencia pero no dijo nada. Fue Sebastian quien habl?, mirando a Simon con sus curiosos ojos negros.

As que es cierto. Los Lightwood nos lo dijeron, pero no pens. ..

Qu dijsemos la verdad? pregunt Jace, habla ndo por primera vez desde que haban bajado. No mentiramos sob re algo as. Simon es... nico.

Yo le bes en una ocasin dijo Isabelle, sin dirigirse a nadie en particular.

Las cejas de Aline se enarcaron veloces.

Realmente te dejan hacer lo que deseas en Nueva York, no es cierto? coment, entre horrorizada y envidiosa. La ltima vez q ue te vi, Izzy, ni siquiera te habras planteado...

La ltima vez que nos vimos, Izzy tena ocho aos d ijo Alec. Las cosas cambian. Bien, mam tuvo que irse a toda prisa, as que alguien tiene que subirle sus notas e informes al Gard. Soy el 0?nico que tiene dieciocho aos, as que soy el nico que puede i r all mientras la Clave est en sesin.

Lo sabemos replic Isabelle, dejndose caer sobre un sof . Ya nos has dicho eso unas cinco veces.

Alec, dndose aires de importancia, hizo caso omiso.

Jace, t trajiste al vampiro aqu, as que t eres re sponsable de l. No dejes que salga.

El vampiro, pens Simon. Como si Alec no supiese su nombre. Le haba salvado la vida a Alec en una ocasin. Ahora era el vampir o. Incluso tratndose de Alec, que era propenso a algn que otro ataque de malhumor, aquello resultaba odioso. Tal vez tena algo que ver c on estar en Idris. Tal vez Alec senta una necesidad mayor de reafirmar su condicin de cazador de sombras all.

Me has hecho bajar para decirme eso, que no deje que el vampiro sal ga al exterior? No lo habra hecho de todos modos. Jace se instal3? en el sof junto a Aline, que pareci complacida. Ser mejor que te des prisa en ir al Gard y regresar. Dios sabe a qu depravaci n podramos dedicarnos aqu sin tu gua.

hpar Alec contempl a Jace con tranquila superioridad.

Intenta comportarte. Regresar en media hora. Desapareci a travs de una arcada que conduca a un pasillo largo; en alg n lugar lejano se escuch el chasquido de una puerta al cerrarse.

plain No deberas provocarle dijo Isabelle, lanzando a Jace una mir ada severa. En realidad le dejaron a l al cargo.

hpar Aline, Simon no pudo evitar advertirlo, estaba sentada muy pegada a Jace, los ho mbros de ambos tocndose, incluso a pesar de que haba mucho espacio a lrededor de ellos en el sof.

No has pensando alguna vez que en una vida anterior Alec era una an ciana con noventa gatos que no haca ms que chillar a los nios del vecindario para que salieran de su csped? Porque yo si lo pienso ?dijo l, y Aline lanz una risita tonta. Slo porque 3?l sea el nico que pueda ir a Gard...

Qu es Gard? pregunt Simon, cansado de no entende r nada.

Jace le mir. Su expresin era fra, poco amistosa; tena la mano sobre la de Aline, que descansaba sobre el muslo de la joven.

in Sintate dijo, moviendo bruscamente la cabeza en direccin a un silln. O planeabas ir a revolotear al rincn com o un murcilago?

Fabuloso. Chistes de murcilagos. Simon se acomod, molest o en el silln.

Gard es el lugar de reunin de la Clave explic Sebastia n, al parecer apiadndose de Simon. Es donde se decreta la Ley, y do nde residen el Cnsul y el Inquisidor. Slo los cazadores de sombras a dultos se les permite la entrada en la zona cuando la Clave est reunida.ar Reunida? pregunt Simon, recordando lo que Jace hab?a dicho un poco antes, arriba. No querrs decir... debido a m?

No. Sebastian lanz una carcajada. Debido a Valentine y los Instrumentos Mortales. Es por eso que todo el mundo est all. P ara tratar de averiguar lo que Valentine va a hacer a continuacin.

d Jace no dijo nada, pero al or el nombre de Valentine se le tens el rostro.

Bueno, ir tras el Espejo repuso Simon. El tercero de los Instrumentos Mortales, verdad? Est aqu en Idris? 1?Es por eso que todo el mundo est aqu?

Hubo un corto silencio antes de que Isabelle respondiera:

Nadie sabe dnde est el espejo. De hecho, nadie sabe qu es.

Es un espejo respondi Simon. Ya sabes... reflectante, cristal. Supongo.

A lo que Isabelle se refiere dijo Sebastian en tono amablee s que nadie sabe nada sobre el Espejo. Existen mltiples menciones a l en las historias de los cazadores de sombras, pero ningn detalle espec237?fico sobre dnde est qu aspecto tiene, o, lo que es m s importante, qu poder posee.

Suponemos que Valentine lo quiere indic Isabelle, per o eso no ayuda mucho, ya que nadie tiene ni la ms remota idea de dnd e est. Los Hermano Silenciosos podran haber sabido algo pero Valenti ne los mat a todos. No habr ms durante al menos cierto tiempo.

A todos ellos? inquiri Simon con sorpresa. Creu237?a que slo haba matado a los de Nueva York.

ar La Ciudad de Hueso no est realmente en Nueva York dijo Isabe lle. Es como..., recuerdas la entrada a la corte seelie, en Central Park? Que la entrada estuviese all no significa que la corte misma est3? bajo el parque. Sucede lo mismo con la Ciudad de Hueso. Existen varias entra das, pero la Ciudad en s... Isabelle se interrumpi cuando Ali ne la hizo callar con un veloz ademn.

Simon pase la mirada de su rostro al de Jace y luego al de Sebastian. Todo s mostraban la misma expresin cauta, como si acabaran de advertir lo que h aban estado haciendo: contar secretos nefilim a un subterrneo. A un vampiro. No al enemigo, precisamente, pero desde luego alguien en quien no se po da confiar.

Aline fue la primera en romper el silencio. Clavando la hermosa y negra mirada e n Simon, dijo:

As pues... cmo es ser un vampiro?

r Aline! Isabelle pareca horrorizada. No puedes i r por ah preguntando a la gente cmo es ser un vampiro.

n NO veo el motivo replic ella. No ha sido un vampiro t anto tiempo, verdad? As que debe de recordar lo que era ser una pers ona. Gir la cabeza de nuevo hacia Simon. La sangre tod ava te sabe a sangre? O sabe a otra cosa ahora, como zumo de naranja o algo as? Porque imagino que el sabor de la sangre sera...

d Sabe a pollo respondi Simon, simplemente para acallarla.

De veras? Aline pareci atnita.

phpar Se est burlando de ti, Aline dijo Sebastian, como tie ne todo el derecho a hacer. Me disculpo por mi prima otra vez, Simon. Aquellos d e nosotros que nos criamos fuera de Idris solemos estar un poco ms familia rizados con lo subterrneos.

Pero t no te criaste en Idris? inquiri Isabelleu8212?Pensaba que tus padres...

Isabelle interrumpi Jace, pero ya era demasiado tarde. La ex presin de Sebastian se ensombreci.

Mis padres estn muertos dijo. Un nido de demonios cerca de Calais..., no pasa nada, fue hace mucho tiempo fren las muest ras de condolencia de Isabelle. Mi ta... la hermana de mi padre... me cri en el Instituto de Paris.

De modo que hablas francs? Isabelle suspir. Ojal yo hablara otro idioma