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  • PROYECTO PILOTO CIENCIA ADENTRO MDULO PUNTA ARENAS

    HACIA UNA PRAXIS CIENTFICA EMANCIPADORA

    Seudnimo del autor: Ciencia Adentro

  • Tabla de contenido I. INTRODUCCIN: 2

    I. REFLEXIONES ALREDEDOR DEL ECOSOCIALISMO Y LA BIOTICA: CAMINOS PARA UNA PRAXIS CIENTFICA EMANCIPADORA 2

    II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 17 I. LA DOBLE MORAL DE LA CIENCIA ACTUAL 19 II. MODELO NEOLIBERAL/CAPITALISTA DE VINCULACIN CIENCIA/NECESIDADES PAS: CASO FINLANDIA, INNOVACIN Y CAPITALISMO 27 III. VINCULACIN CIENCIA/NECESIDADES PAS EN LA VENEZUELA PETROLERA DE LA CUARTA REPBLICA 33

    III. ANTECEDENTES 38 IV. JUSTIFICACIN 48 V. DESCRIPCIN FORMAL DEL PROYECTO PILOTO CIENCIA ADENTRO MDULO PUNTA ARENAS. 51 VI. METODOLOGA 54 VII. FASE 1: ELABORACIN DEL PROYECTO PILOTO CIENCIA ADENTRO MDULO PUNTA ARENAS: DESCRIPCIN ANALTICA DE ACTIVIDADES, PROCESOS Y PRODUCTOS REALIZADOS 67

    I. CONTEXTO SOCIOPOLTICO DEL PUEBLO DE PUNTA ARENAS 67 II. MOMENTO 1: CONSTRUCCIN DEL PROYECTO DESDE LAS INSTITUCIONES DEL MPPCTI 70 III. MOMENTO 2: PRIMERAS ACTIVIDADES DE CONSTRUCCIN PRCTICA DEL MODELO DE INTERACCIN CIENCIA/SOCIEDAD - IDA Y VUELA ENTRE CARACAS Y PUNTA ARENAS 71

    VIII. FASE 2. PUESTA EN MARCHA DEL MDULO CIENCIA ADENTRO: DESCRIPCIN ANALTICA DE ACTIVIDADES, PROCESOS Y PRODUCTOS REALIZADOS Y EN CURSO 127

    I. MOMENTO 1: LA INCORPORACIN DE LOS CUADROS CIENTFICOS INTEGRALES 127 II. MOMENTO 2. INICIO DE LAS ACTIVIDADES DE LOS CUADROS CIENTFICOS INTEGRALES. 130

    IX. CONCLUSIONES 172 X. BIBLIOGRAFA 179 XI. ANEXOS 183

  • 2

    I. INTRODUCCIN: I. REFLEXIONES ALREDEDOR DEL ECOSOCIALISMO Y LA BIOTICA:

    CAMINOS PARA UNA PRAXIS CIENTFICA EMANCIPADORA

    La produccin capitalista, por

    consiguiente, no desarrolla la

    tcnica y la combinacin del

    proceso social de produccin sino

    socavando, al mismo tiempo, los

    dos manantiales de toda riqueza:

    la tierra y el trabajador.

    Karl Marx, Tomo I, Vol. 2, El Capital, Siglo XXI Editores, 2003, p. 613

    De all, entonces, nuestra firme

    conviccin de que la mejor y la

    ms radicalmente democrtica de

    las opciones para derrotar el

    burocratismo y la corrupcin es la

    construccin de un Estado

    comunal que sea capaz de

    ensayar un esquema institucional

    alternativo en la misma medida en

    que se reinventa

    permanentemente.

    Lneas de Chvez, Rumbo al Estado Comunal! 21.feb.2010

  • 3

    En la Revolucin Bolivariana, los procesos de transformacin sociopolticos

    han transitado por una serie de formulaciones que han ido radicalizndose. En

    efecto, en el 2004, el proceso se declara anti-imperialista, en el 2006, socialista y,

    finalmente, en el 2012, con el objetivo V del Plan Patria, para ese entonces

    programa de gobierno y ahora Ley de la Nacin, como ecosocialista.

    El ecosocialismo, si bien est en plena construccin, tanto como categora

    que como praxis poltica, puede entenderse, tal como su nombre lo indica, como la

    conjuncin de dos proyectos de transformacin de la sociedad especficos: el

    socialismo y la ecologa. Cmo definir esta nocin, tomando en cuenta la

    diversidad de acepciones y de corrientes que cruzan estos dos proyectos

    transformadores? Si partimos de los puntos comunes a estas dos corrientes

    podemos identificar a un mnimo comn. En efecto, el socialismo y la ecologa

    comparten valores sociales cualitativos, irreductibles al mercado, fundados sobre

    una rebelin contra la grande transformacin, a saber contra la autonomizacin

    reificada de la economa, en la cual el crecimiento es visto como

    exponencialmente ilimitado.

    En el caso del ecosocialismo, estos valores sociales se traducen en el

    desarrollo de una lnea de accin central: reintegrar la econmica no solamente en

    su entorno social, sino tambin en el entorno natural, a partir de la toma de

    conciencia de que la crisis ecolgica mundial actual tiene como sustento la

    dinmica de funcionamiento del capitalismo, el cual somete a la naturaleza a los

    imperativos ilimitados de valorizacin del capital. Es decir, que lo que el

    ecosocialismo plantea es el reconocimiento de la existencia de lmites naturales al

    crecimiento.

    El ecosocialismo plantea entonces la relacin directa entre dominacin del

    hombre por el hombre y dominacin de la naturaleza. Concretamente, esto

    significa que el ecosocialismo se diferencia de muchas de las corrientes

    ecolgicas, en esto que plantea que la urgencia ecolgica actual no puede dejar

    de lado las grandes desigualdades sociales, sino que la misma slo podr

  • 4

    resolverse si se pone fin a estas desigualdades. Planteado del otro lado, significa

    entonces que las exigencias de equidad social no pueden ser pensadas

    independientemente de los imperativos ecolgicos.

    El ecosocialismo plantea as la emancipacin de los individuos en los

    campos en los cuales la lgica del mercado, de la competencia y los beneficios

    desposeen a los individuos de sus posibilidades de autonoma, a travs del

    abandono definitivo de la lgica capitalista fundada sobre el productivismo y el

    crecimiento, y la consecuente dominacin destructora de la naturaleza.

    De tal forma, la idea central del ecosocialismo podra interpretarse de la

    siguiente manera. Si el socialismo plantea la emancipacin a travs de la

    socializacin de las fuerzas de produccin, el ecosocialismo plantea precisamente

    que esa socializacin implique que las decisiones sobre la produccin y la

    distribucin sean tomadas no por el mercado, o por un estado burocrtico y

    centralizador, sino por la sociedad ella misma como condicin necesaria al

    desarrollo de otra relacin con la naturaleza.

    La reapropiacin de los medios de produccin anudada a la

    transformacin de las relaciones sociales, las cuales engloban la relacin con la

    naturaleza, se constituye entonces en el ecosocialismo como eje estructurante de

    la emancipacin colectiva. Emancipacin que pasa por una lucha contra la

    acepcin capitalista del trabajo que apunta a un desarrollo ilimitado del

    crecimiento, el cual est fundado en la dominacin destructiva de la naturaleza.

    En efecto, el sistema de desarrollo capitalista, adems de apuntar a la

    expansin ilimitada del mercado, implica el control de la vida de las personas a

    travs de la organizacin alienante tanto de su tiempo de trabajo, como de su

    tiempo libre. La explotacin del trabajo y de la naturaleza son dos procesos

    inseparables en la sociedad capitalista. La lucha contra el trabajo que aliena la

    vida significa entonces pensar en el trabajo de otra forma, como trabajo solidario y

    libre, como voluntad de construir colectivamente las nuevas fuerzas de

    produccin. Si la alienacin pasa por un proceso de prdida de control, tal como la

  • 5

    define Kohan (2011), entonces con la alienacin lo que se pierde es la posibilidad

    de gestionar racionalmente la economa, basndose en las necesidades de la

    inmensa mayora de la sociedad, en lugar de basarse en la bsqueda frentica de

    ganancia para la pequea minora de empresarios que domina el mundo(p.107).

    Para poder plantearse la transformacin de estas relaciones sociales

    alienantes, el ecosocialismo reivindica un tema esencial, el de la planificacin

    colectiva de la relacin hombre-naturaleza. Planificacin colectiva que se articula

    como la dominacin no de la naturaleza, como en el proyecto de la modernidad

    capitalista, sino de nuestra relacin con ella. Es decir, para decirlo en los trminos

    que se plantean en este momento en Venezuela, que el ecosocialismo ve en la

    planificacin participativa un proceso fundamental de emancipacin colectivo

    integral. Este programa ambicioso de cambio de sociedad que lleva en s la nocin

    de ecosociaslimo, no puede efectuarse sin una planificacin participativa que debe

    ser a la vez ecolgica, social y democrtica.

    Pero qu quiere decir exactamente en el ecosocialismo lo de

    planificacin participativa? Como en todo el proyecto bolivariano, el trmino

    participativo es aqu esencial: las decisiones democrticas deben tomarse a partir

    de los objetivos de la sociedad, es decir a partir de las metas y las necesidades de

    que sta se plantea. Por ende, las grandes decisiones que conciernen a la

    produccin y la distribucin, no deben ser dejadas a los mercados, sino que

    deben ser tomadas por la sociedad misma, despus de un debate democrtico y

    pluralista, en el cual se oponen propuestas y opciones diferentes (Lwy, 2011).

    Mientras las decisiones queden en manos de una oligarqua de

    capitalistas, banqueros o tecncratas, no se podr salir del crculo vicioso del

    productivismo, del crecimiento ilimitado, y de sus consecuencias: la explotacin de

    los trabajadores y la destruccin del medio ambiente. Y para eso es necesario que

    las decisiones sobre produccin, desarrollo, crecimiento y consumo sean tomadas

    democrticamente por el conjunto de la sociedad de acuerdo a criterios sociales y

    ecolgicos y, por ende, anticapitalistas.

  • 6

    Entra aqu en juego el tema de la tica como toma de consciencia, de

    consciencia transformadora de clase, de que las consecuencias no voluntarias de

    la utilizacin imprudente de la produccin tales como contaminacin, los

    problemas ligados al cambio climtico, por ejemplo, hacen que el capitalismo vea

    un modo de produccin que se constituye como un lmite para la supravivencia de

    la especie humana en s. El ecosocialismo plantea entonces como punto nodal el

    tema del desarrollo de una tica igualitaria emancipadora: el modo de produccin

    y de consumo actual de los pases capitalistas avanzados, fundado sobre una

    lgica de acumulacin ilimitada (del capital, de las mercancas, de la ganancia),

    est basado sobre el mantenimiento y la profundizacin de la desigualdad entre

    Norte y Sur.

    Por ende, el desarrollo de una tica ecosocialista estara fundada sobre la

    consciencia de la necesidad de una transformacin radical de nuestra relacin a la

    naturaleza y al medioambiente, a travs de la necesaria transformacin de

    nuestros modos de vivir, pasando por un cuestionamiento radical del

    productivismo y del crecimiento sin lmites de la produccin industrial, as como de

    lo que los sustenta: el modelo de desarrollo cientfico tecnolgico capitalista.

    Llegamos al tema que nos ocupa en este trabajo: el papel central que el

    modelo de desarrollo cientfico tecnolgico juega en esta problemtica. En efecto,

    este modelo de desarrollo est asentado sobre una serie de representaciones del

    deber ser de la ciencia, la cual condiciona el ser de la ciencia como instrumento

    principal de dominacin y, por ende, de destruccin y alienacin de la naturaleza.

    En efecto, la visin de la ciencia como objetiva, racional y motivada

    nicamente por la bsqueda y el amor de la verdad, ha instaurado durante

    mucho tiempo la disyuncin entre saber y tica. Esta manera de concebir la

    actividad cientfica, fundada en la clsica dicotoma entre hecho y valor o, dicho

    en otras palabras, entre el ser y el deber ser, hizo de la ciencia una actividad

    supuestamente desinteresada y neutral, cuyo nico y universal valor sera la

    verdad.

  • 7

    De ah la ciega creencia en los infinitos beneficios que la ciencia traera a

    la humanidad y que se resume en la idea misma de progreso plasmada luego en

    la idea de desarrollo. Sin embargo, el modelo de desarrollo cientfico-tecnolgico

    tributario de esta conceptualizacin del ser y del hacer de la ciencia es hoy en da

    fuertemente cuestionado por la preocupante situacin medioambiental, los

    diferentes problemas ligados al calentamiento global, el hambre que asedia los

    pueblos del Sur, entre muchos otros temas.

    La Ciencia se encuentra hoy en da en una situacin paradjica: los

    fundamentos mismos de la actividad cientfica y de las interrelaciones que existen

    entre ciencia-tcnica-industria-sociedad y Estado son fuertemente cuestionados y

    criticados, al mismo tiempo que sigue prevaleciendo mundialmente la idea de que

    la ciencia constituye el nico motor para el desarrollo humano.

    El problema radica en el hecho de que tanto la naturaleza como el

    hombre no pueden ser reducidos a objetos de la ciencia, sin que se planteen

    una serie de problemas socio-polticos y ticos que la misma ciencia, tal como

    est pensada, estructurada, desarrollada y aplicada, no est en capacidad de

    resolver. Cmo pensar y hacer otra ciencia sin por lo tanto rechazar o desechar

    la idea misma de Ciencia?

    Ah es donde surge la idea de biotica1. Nuestra propuesta consiste en

    asociar esta nocin al proyecto ecosocialista. La biotica, como conocimiento

    transdisciplinario, como conocimiento de, para y en la vida, como otra forma de

    hacer y de producir conocimiento, se posiciona como una actividad cognitiva que,

    al romper con la oposicin entre sujeto y objeto, entre hecho y valor, no privilegia

    nicamente y exclusivamente el cmo funcionan las cosas, sino que integra tanto

    el agente de ese conocimiento (la subjetividad) como el fin del mismo (el telos). Si 1 Segn la definicin de Van Rensselaer Potter (1971), quien public por primera vez el neologismo biotica, esta se define justamente como un conocimiento cuya finalidad est orientada a saber cmo usar el conocimiento cientfico de manera de preservar el bien social y la supervivencia de la vida en el planeta. Se trata, por ende, de subrayar la necesidad de acompaar el progreso cientfico de una reflexin tica que tome en cuenta los valores y la totalidad (la sociedad, la naturaleza, la biosfera).

  • 8

    bien en su acepcin ms comn, la biotica es reducida a sus dimensiones

    prcticas (comits de biotica) y normativas (cdigos de biotica) y asimilada al

    mbito exclusivo de la clnica, es decir, a la resolucin de asuntos exclusivamente

    relacionados con las ciencias de la salud, la biotica en su acepcin integral se

    presenta como una reflexin que va tomando impulso en el estudio de las

    consecuencias del modelo de desarrollo cientfico tecnolgico capitalista

    dominante para y sobre la vida en general, y desarrollando una reflexin crtica

    sobre la idea misma de ciencia que sustenta dicho modelo.

    Es as como se puede ver en la biotica un espacio en el cual se plantea

    no slo el desarrollo de un cierto tipo de conocimiento que permita medir, corregir,

    prevenir o regular las consecuencias del modelo de desarrollo cientfico-

    tecnolgico capitalista sobre el ser humano, las sociedades, la naturaleza o la

    bisfera, sino tambin como una reflexin profunda y holstica sobre el acto de

    conocer.

    Reflexin que implica tomar la medida de las formas problemticas y

    cuestionables que ha tomado el desarrollo del conocimiento cientfico-tecnolgico,

    para, desde ah, poder desplegarse como un campo de estudio prctico

    implicando otra forma de hacer ciencia, otra forma de realizar el acto del conocer,

    basado en la transdisciplinariedad y en la intercomunicacin.

    Cules son las rasgos principales a travs de lo cuales podemos definir

    de manera sinttica la ciencia moderna? Primero que todo, la ciencia moderna se

    constituye en cuanto conocimiento racional positivista (reduccin de lo real a lo

    racional), determinista (predominio de la bsqueda de la causa formal) e

    instrumental (dominacin de la naturaleza por la tcnica).

    La primera gran reduccin, la reduccin positivista, se establece como

    reduccin de lo real a lo que la razn, a travs la aplicacin de sus mtodos

    cientficos, puede explicar. En este orden de ideas, la realidad o lo real est

    constituido nicamente por eso que la razn humana puede conocer. Este

    conocimiento positivista se desarrolla a travs de la implementacin de

  • 9

    metodologas racionales de aprehensin de la realidad tales como la

    experimentacin, la deduccin-induccin y la demostracin, que confieren a este

    tipo de conocimiento su carcter objetivo.

    De ah el hecho que se considera como conocimiento slo lo que puede

    ser desarrollado a travs de estos mtodos cientficos, que descalifican cualquier

    otra forma de conocimiento que no corresponda a esta definicin de objetividad. A

    esta primera gran reduccin corresponde la separacin entre el objeto-objetividad

    (cientfica) y el sujeto-subjetividad (no cientfica).

    De esta idea se desprende la caracterizacin de eso que hace

    supuestamente la finalidad del conocimiento cientfico: la bsqueda desinteresada

    de la verdad. La verdad es pensada nicamente como eso que puede ser

    determinado como verdadero a travs de mtodos de anlisis y de clculo.

    Mtodos que supuestamente conceden a esa verdad su carcter de universalidad,

    verdad desprendida del espacio y del tiempo, es decir, de sus condiciones

    materiales de produccin.

    La segunda gran reduccin, ligada a la primera, se sustenta en el carcter

    determinista del conocimiento cientfico, exclusivamente volcado a la bsqueda de

    la o las causa(s) formal(es) de las cosas, es decir, en el cmo se hace o en el

    cmo sucede.

    Aqu es donde el sujeto, en cuanto agente de este conocimiento es

    definitivamente excluido y expulsado del conocimiento cientfico. La objetividad del

    conocimiento cientfico slo puede darse si, justamente, se elimina todo eso que

    pudiese contaminar o interferir en la bsqueda de la causa, es decir, en la

    determinacin de la relacin causa-efecto, o causa-consecuencia. El

    determinismo, que radica en la elaboracin de leyes como mtodo de aprehensin

    de la realidad, excluye entonces la idea de finalidad (telos) y por lo tanto la idea de

    que el conocimiento pudiese integrar en sus problemticas la idea de indagar en

    cul es el fin de las cosas.

  • 10

    Esta segunda gran reduccin es la que mutila la ciencia de toda real

    posibilidad de reflexividad: si la ciencia no se preocupa por el telos, o dicho de otra

    forma, si el telos no slo no puede ser objeto de conocimiento cientfico, sino que

    no tiene ninguna pertinencia en la elaboracin del conocimiento cientfico,

    entonces la finalidad o el por qu de la ciencia deja de ser objeto de reflexin. La

    ciencia se despliega entonces como conocimiento cerrado sobre s mismo: la

    finalidad de la ciencia es nicamente la bsqueda de la verdad, verdad que slo

    puede ser alcanzada a travs del conocimiento cientfico y de la elaboracin de

    teoras, leyes y sistemas que impiden totalmente considerar la complejidad de la

    realidad de la cual este mismo conocimiento cientfico hace parte.

    Ah es donde se encuentra el nudo de la segunda gran distincin que la

    ciencia elabora entre el hecho (objeto de conocimiento cientfico) y el valor (objeto

    de creencia), o entre el conocimiento y la opinin. Distincin que expulsa entonces

    tambin toda idea de tica, de responsabilidad o de sentido comn, y que

    pretende hacer de la ciencia un conocimiento neutral y, por ende, desinteresado.

    El gran mito de la ciencia como conocimiento altruista, fundado en un amor puro y

    desinteresado por la verdad esconde entonces la tercera gran reduccin que

    radica en su carcter instrumental.

    Cul es el instrumento privilegiado de la ciencia? La tcnica. Y qu es

    la tcnica cientfica si no la manipulacin de la naturaleza en vista de su

    dominacin? Dominacin idealizada en la idea bien conocida de progreso,

    justificacin ideolgica para todas las manipulaciones cientficas tanto de la

    naturaleza y del hombre como de las sociedades, plasmada luego en la idea de

    desarrollo, justificacin para la dominacin militar-industrial del mundo.

    En efecto, la tecnificacin de la ciencia como instrumento de dominacin

    de la naturaleza y por ende del ser humano y de la sociedad, transforma el

    instrumento (la tcnica) en el fin ltimo del desarrollo cientfico. La relacin de la

    ciencia moderna con la naturaleza, mera objetivizacin, hace de esta un simple

    instrumento al servicio del desarrollo de su dominacin sobre el ser humano.

  • 11

    Cules son las grandes consecuencias de estas tres grandes

    reducciones, la de lo real a la razn, la del conocimiento a la bsqueda exclusiva

    de la causa formal, y de la reduccin de la naturaleza por la tcnica a mero objeto

    de la dominacin cientfica?

    Primero que todo, que la ciencia, que pretende a la universalidad, termina

    al contrario, en cuanto unidimensionaliza la realidad, siendo pura especializacin y

    fragmentacin. En efecto, la ciencia, en su modo de organizacin, ha llegado a un

    tal grado de especializacin que la intercomunicacin en su propio seno se hace

    muchas veces imposible, desembocando en una fragmentacin de los

    conocimientos especializados incapaces de dialogar entre ellos.

    Segundo, que en su afn por reducirse a la bsqueda objetiva de las

    causas termina vacindose de toda significacin, dejando de lado todas las grandes cuestiones relativas al sentido de la vida, de la sociedad, del mundo o de

    la naturaleza.

    Y tercero, que en su dimensin instrumentalista, termina obviando los

    grandes problemas que ella misma desencadena, tales como la amenaza,

    posibilidad o realidad de destruccin parcial o total del planeta como de la

    humanidad, as como se desresponsabiliza de las inconsecuencias de un modelo

    de desarrollo cientfico tecnolgico que no cumple con ninguna de sus promesas

    de progreso o de desarrollo, dejndonos un mundo donde predomina la pobreza,

    la exclusin, el hambre, la enfermedad y la guerra.

    La ciencia moderna por su propia estructura y finalidad desencadena

    entonces incertidumbre, ambigedad, incomprensible complejidad. En pocas

    palabras, la ciencia desemboca en una general y generalizada desposesin

    cognitiva que nos deja totalmente indefensos frente a la complejidad del mundo y

    de nuestras acciones en l.

    La biotica, en cuanto prctica o praxis cognitiva ecosocialista, se

    plantea justamente como espacio para el desarrollo crtico de estos temas, a partir

  • 12

    de la articulacin efectiva entre ciencia, poltica y tica. Articulacin que slo podr

    darse desalienando nuestra relacin a la naturaleza.

    Para poder plantear esta interaccin ciencia-poltica-tica desalienante, es

    necesario reinsertar la ciencia en su entorno, es decir, plantearla como campo

    social y natural, o para decirlo de otra forma, reinsertar la ciencia en el contexto

    socio-poltico de su propia produccin, es decir, reconocer el nexo entre ciencia y

    poltica. Sin embargo, la ciencia que reivindica su poder ilimitado, se

    autorepresenta negando su dimensin poltica: la libertad cientfica pretende ser

    una libertad neutra y desinteresada.

    Aqu entra en juego la primera paradoja: se ha venido superponiendo a

    esta caracterizacin del poder ilimitado de la ciencia supuestamente apoltico y

    neutral, la consciencia de la existencia de un descontrol sobre este poder, o sea,

    de una imposibilidad de dominar la dominacin. Es decir, que se ha venido

    construyendo la idea de que el modelo de desarrollo cientfico tecnolgico es el

    instrumento que concede al sistema las herramientas para hacer del crecimiento

    un crecimiento ilimitado, es decir, un crecimiento sin control.

    En efecto, esta paradoja principal puede ser resumida de la siguiente

    forma: la ciencia se constituye como un poder absoluto (sobre el ser humano, la

    naturaleza, la sociedad) que no tiene ningn poder sobre s mismo2; el desarrollo

    exponencial del mercado sobre el cual el capitalismo plantea que no debe haber

    control alguno es entonces la figura misma de ese impoder, con las consecuencias

    destructivas que esto implica. En efecto, tal como lo plantea Ludovico ([1971]

    2008), el capitalismo si bien se define como poder ilimitado de produccin, la cual

    se torna en mero poder de destruccin, tal es la final impotencia del capitalismo.

    El modelo capitalista de desarrollo cientfico-tecnolgico desemboca en el

    desarrollo de una praxis cientfica que no tiene ningn poder sobre s mismo

    porque, justamente, no puede ser auto-reflexiva. El hecho de que la ciencia se

    2 Este tema ha sido desarrollo ampliamente por Jonas (1975) y por Morin (2006).

  • 13

    piense como neutralidad y reivindique su desvinculacin con toda dimensin

    poltica, hace imposible que pueda asumir control reflexivo sobre ella misma, visto

    que todo control es asumido como una injerencia externa de la poltica sobre la

    ciencia. El modelo capitalista de desarrollo cientfico-tecnolgico propicia entonces

    a lo interno una irresponsabilidad generalizada, en la cual la ciencia es presentada

    como pura y neutra, la tcnica como buena o mala segn el caso, y la poltica

    como la causante de todos los males (Morin, 2006).

    Es en la negacin de su dimensin poltica que se sustenta entonces la

    postura desresponsabilizadora que irradia el modelo capitalista de desarrollo

    cientfico-tecnolgico.

    Los cientficos encerrados en sus especialidades que los desvinculan de

    todo problema que no haya sido recortado y reducido a la pequea parcela de

    conocimiento que poseen y defienden contra vientos y mareas, no se sienten

    realmente responsables o corresponsales en el acontecer del mundo. La ciencia,

    que ha perdido su fe en la idea de progreso, que ya no cree siquiera en los

    modelos desarrollistas que propicia, no tiene ningn instrumento que le permita

    entrar en relacin con la realidad que ella misma transforma y, por ende, actuar

    sobre estas transformaciones.

    La ciencia est encerrada y aislada en su fragmentacin disciplinaria y

    disciplinada, y se lava las manos, con grados diferentes de mala consciencia y de

    mala fe, en cuanto a cualquier idea de tica o de responsabilidad. De tal manera,

    la ciencia se condena ella misma al inmovilismo, otro nombre de la impotencia. Es

    justamente a partir de la idea de responsabilidad que la biotica, en cuanto praxis

    cognitiva, toma impulso.

    En este contexto, la biotica se plantea como praxis cognitiva

    emancipadora en contra de la deposicin cognitiva que representa el modelo

    desarrollista cientfico-tecnolgico.

    He aqu el primer punto sobre le cual la biotica se aplica: la desposesin

    cognitiva slo podr desarticularse asumiendo la dimensin poltica y tica de la

  • 14

    ciencia, en su relacin con lo que no es ciencia, es decir, en relacin con la

    sociedad, en relacin con lo otro y los otros. Y qu es ese otro? Lo que no es

    ciencia o slo es objeto de esta: La naturaleza, la sociedad, la subjetividad. La

    biotica global o integral plantea una reestructuracin de la ciencia a partir de la

    integracin de la subjetividad dentro de su campo de definicin y accin.

    La biotica nace a partir de la identificacin de la paradoja del impoder del

    modelo capitalista de desarrollo cientfico-tecnolgico sobre su propio poder,

    plantendose como tarea anticipar y pensar para desarticularlas, las

    consecuencias de este impoder (destruccin de la naturaleza, del planeta, de la

    humanidad). Es decir, que su tarea principal es responsabilizar el modelo

    capitalista de desarrollo y con este a la ciencia en cuanto a las consecuencias y

    efecto del progreso y del desarrollo cientfico-tecnolgico.

    Pero qu quiere decir responsabilizar la ciencia? No se trata de

    enjuiciarla, ni de descalificarla en cuanto tipo de conocimiento vlido, sino de

    transformarla. La primera tarea en este plan de transformacin consiste entonces

    en reubicar la ciencia en sus dimensiones socio-polticas, para justamente

    transformar estas relaciones.

    La biotica, como praxis cognitiva emancipadora, plantea para tales fines

    dos ejes principales:

    Primero, el estudio de las dimensiones socio-polticas de la ciencia. Para

    tales fines se hace necesario, sin descartar los conocimientos cientficos

    parcelizados, desarrollar otras formas de conocimientos, integrar todos los tipos y

    formas de conocimiento existentes a partir de la articulacin e interpenetracin

    entre estos. El paradigma de la transdisciplinariedad nace justamente de la

    necesidad de estudiar la realidad de manera integral, en sus diferentes facetas,

    integrando la dimensin de la finalidad, y refundando de tal manera el

    conocimiento cientfico.

    Es en la dimensin disciplinaria de la ciencia que se encuentra la raz de la

    fragmentacin del conocimiento cientfico, as como del epistemicidio (destruccin

  • 15

    o invalidacin de los conocimientos otros), y que le hace imposible considerar su

    propia finalidad y por ende las consecuencias de su desarrollo. La tarea

    fundamental que se plantea la biotica en su reflexin sobre el acto de

    conocimiento, es entonces de romper con la compartimentacin de la ciencia,

    compartimentacin interna que estructura su modo de relacin excluyente con el

    entorno que la condiciona, separndola de este.

    La idea motriz de la biotica es la de desarrollar un conocimiento holstico

    para poder posicionarse como conocimiento de la vida (bio) y no sobre parcelas

    compartimentadas de estas. La idea es desarrollar un tipo de conocimiento que

    integra la vez el telos y la subjetividad, es decir, que se aplique a inter-conocer,

    trans-conocer, la realidad en todas sus dimensiones. No se trata de un

    conocimiento acumulativo, ni de otro catlogo de la realidad, sino de una praxis

    cognitiva que se construye dentro y como intercomunicacin entre las diferentes

    facetas de la realidad vivida, de manera de desarrollar una verdadera ecologa de

    los conocimientos. De ah la idea de pensamiento complejo, desarrollada por

    Morin (1998), que plantea justamente interconectar distintas dimensiones de lo

    real que hacen su complejidad, su multidimensionalidad.

    La transdisciplinariedad no es entonces otra disciplina, sino una postura

    cognitiva de una praxis que integra la intersubjetividad, la construccin colectiva e

    integradora del conocimiento. Se trata, al contrario del conocimiento cientfico

    moderno, que diseca la vida, de pensar la realidad hecha vida.

    El segundo eje de la biotica es hacer del conocimiento una herramienta

    de transformacin de la realidad, pero no a partir de la idea de dominacin, sino a

    partir de la idea de responsabilidad y de corresponsabilidad. He ah el carcter

    tico de la biotica. El saber al cual aspira la biotica es un saber hacer, una

    prctica que se responsabiliza como saber del hacer que desarrolla.

    La biotica se posiciona entonces como postura que no vacila en asumir la

    accin humana. Esta se plantea como conocimiento-accin, y en cuanto tal como

    tica, es decir, como praxis cognitiva responsable de s misma. De ah la idea de

  • 16

    emancipacin. La dimensin tica de la biotica es lo que transforma el saber en

    un saber del hacer haciendo, liberando los conocimientos sometidos, integrando el

    sujeto y las subjetividades, celebrando la inter y trans comunicacin, el hecho

    como valor y haciendo del saber un poder, es decir, un poder hacer, como saber

    del poder hacer de la vida.

    Llegados a este punto de nuestra reflexin, podemos ver entonces en la

    biotica una de las herramientas fundamentales del ecosocialismo, en esto que se

    aplica por una parte a responsabilizar el modelo capitalista de desarrollo cientfico-

    tecnolgico en cuanto a sus consecuencias destructivas, a la vez que se propone

    como praxis cognitiva emancipadora, basada sobre una transformacin de las

    relaciones sociales, de las relaciones ser humano-naturaleza.

    Finalmente, la biotica, pensada en su dimensin fundamentalmente

    poltica, es decir, en cuanto biopoltica, plantea justamente como proyecto

    emancipador el dominar nuestra relacin con la naturaleza, es decir, el de

    controlar colectivamente y ticamente la formas de reproduccin de la vida que

    ponemos en marcha en todo proceso productivo. Aqu la biotica, pensada en su

    dimensin fundamentalmente biopoltica, plantea como pragmtica una nueva

    forma de organizacin emancipadora: la planificacin participativa ecosocialista

    basada en el sujeto poltico que slo detiene el poder constituyente: el pueblo

    organizado.

    La planificacin participativa planteada, entonces, propicia desde la

    prctica transformadora, integrar el pueblo al proceso de planificacin, proceso por

    excelencia tcnico, por no decir tecnocrtico, la emancipacin cognitiva de la

    sociedad, articulada a la transformacin estructural de nuestro modelo de

    desarrollo cientfico-tecnolgico.

    El proyecto que presentamos a continuacin se plantea, justamente, sin

    usar ninguna de estas categoras, como sistematizacin de un proceso de

    construccin colectivo, diseado desde la ciencia y la tecnologa, de emancipacin

    cognitiva. Proyecto sustentado, como lo veremos ms adelante, en dos principios

  • 17

    fundamentales: el de la planificacin participativa como modo de acabar con las

    formas tecncratas de dominacin capitalista, y el de la construccin colectiva del

    conocimiento como base para la emancipacin.

    II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

    El modelo de desarrollo de la ciencia y la tecnologa (CyT) en Venezuela

    se ha visto poco a poco cuestionado por los procesos de cambios sociopolticos

    impulsados por la Revolucin Bolivariana desde 1999, poniendo en cuestin la

    legitimidad social de este modelo, resaltando el fundamento ideolgico que lo hace

    resistente a dichos cambios.

    En efecto, con la Revolucin Bolivariana, se dio inicio a una nueva etapa

    en el desarrollo de la CyT en el pas, marcada por la necesidad de superar las

    brechas sociales, polticas y econmicas que han histricamente caracterizado la

    relacin ciencia/sociedad, producto del predominio de una cultura academicista en

    el diseo y aplicacin de las polticas cientficas. De esta nueva etapa ha surgido

    una serie de cambios en el modo de hacer ciencia, que no han logrado atacar la

    raz ideolgica del sistema capitalista de desarrollo cientfico tecnolgico

    predominante, el cual sigue coexistiendo en el seno mismo de un modelo que es

    totalmente adverso: el modelo socialista de democracia participativa. Este hecho

    hace problemtico el desarrollo de una relacin ciencia/sociedad acorde al modelo

    de desarrollo ecosocialista definido en el objetivo V de nuestro Plan Patria 2013-

    2019.

    Para poder abordar esta problemtica, y entender las contradicciones que

    coexisten en el modelo actual de relacin ciencia/sociedad en Venezuela, se hace

    necesario considerar los principales factores que lo caracterizan. Siguiendo esta

    idea, nos enfocaremos en esta parte en analizar los problemas estructurales que

    problematizan esta relacin ciencia/sociedad.

    En efecto, si el Proyecto Piloto Ciencia Adentro Mdulo Punta Arenas

    nace como posible respuesta a la necesidad de generar mecanismos

  • 18

    emancipatorios de interaccin Ciencia/Sociedad, que permitan impulsar el

    desarrollo de una ciencia y tecnologa soberana, pertinente y situada, enfocada en

    la generacin de respuestas concretas y acordes a las necesidades del pas, y se

    plantea para abordarlo a partir de la interaccin entre conocimientos cientficos-

    tecnolgicos y conocimientos de las comunidades de sus propias realidades,

    necesidades, problemticas y fortalezas, es imperante detenernos en el anlisis

    de las problemticas que generaron nuestra propuesta, de manera de identificar

    los nudos esenciales que presidieron a su elaboracin. Estos pueden ser

    reagrupados en dos grandes ejes.

    El primer eje de problemas est ligado a la insuficiente vinculacin

    Ciencia/Necesidades Pas, la cual est sustentada en una profunda desarticulacin de las diferentes instituciones del MPPCTI de la realidad

    sociopoltica y socioproductiva de la nacin. Esta desarticulacin, consecuencia de

    la dependencia en la renta petrolera y del escaso desarrollo de otros sectores

    productivos, ha generado dispersin de las lneas de investigacin, dificultades

    para enfrentar los retos de innovacin que demanda el Estado venezolano y el

    mbito socioproductivo, as como tambin dificultades para incorporar de forma

    efectiva cientficos, tecnlogos e innovadores en los espacios comunales y de

    produccin.

    La inadecuacin de la formacin cientfica acadmica, la cual no integra

    suficientemente la dimensin social transformadora del conocimiento, y por ende

    no genera los mecanismos de base necesarios para la consolidacin de una

    praxis cientfica responsable vinculada con las necesidades del pas, el desarrollo

    de una ciencia con pertinencia nacional y la generacin de conocimientos situados

    y contextualizados, constituye el segundo eje de problemas.

    Para tratar de entender cmo se estructuran estos dos ejes de problemas,

    nos enfocaremos en contextualizarlos, partiendo de un anlisis de las causas

    estructurales que los sustentan, y para eso analizaremos, en primer lugar, la lgica

    que sustenta el carcter internacionalista de la ciencia y la tecnologa,

  • 19

    configurando una doble moral que condiciona las posibilidades de desarrollo local;

    luego, abordaremos la estrecha relacin entre innovacin y capitalismo,

    indispensable al modelo de desarrollo neoliberal, a travs de la cual se concibe al

    conocimiento como una mercanca; y, por ltimo, sealaremos el devenir histrico

    del proceso de institucionalizacin de la CyT que ha predominado en los pases

    llamados del Tercer Mundo o en vas de desarrollo.

    I. LA DOBLE MORAL DE LA CIENCIA ACTUAL Para tratar de analizar el tipo de ciencia que desde nuestro pas,

    histricamente, se ha intentado desarrollar, identificamos dos dimensiones

    complementarias para abordar este tema en funcin de la problemtica que nos

    interesa, a saber, la relacin ciencia/sociedad. La primera dimensin aborda el

    estudio de lo de aparente, que hemos cualificado como falsa conciencia3;

    mientras la segunda se enfoca en el anlisis de la dimensin fundamentalmente

    capitalista predominante en la estructuracin del modelo de desarrollo cientfico

    tecnolgico mundial. Veremos como ambas dimensiones, adems de presentarse

    como las dos caras de lo que podramos calificar como la doble moral de la ciencia

    actual, estn fundamentadas en una racionalidad instrumental que define un modo

    histrico de percepcin de la relacin ciencia y sociedad totalmente adverso a los

    procesos de cambios sociopolticos impulsados por la Revolucin Bolivariana.

    La dimensin aparente la podemos describir como aquella fundamentada

    en un conjunto de valores que se constituyen como la base moral que ha

    orientado el desarrollo institucional de la ciencia moderna. Es Merton (citado en

    Mulkay, 1979) quien plantea, inicialmente, que esta base moral estara constituida

    por valores como el universalismo, comunismo, desinters y escepticismo

    3Ludovico ([1971] 2008) para explicar este concepto se apoya en dos enfoques tericos no excluyentes; por un lado apela a los fundamentos tericos-freudianos para tratar de advertir sobre procesos mentales que intervienen al momento de discernir sobre las causas que influyen en la determinacin de un contexto histrico en particular, en relacin al planteamiento de que toda ideologa est fundamentada en la imposibilidad de evidenciar las relaciones de explotacin que la hacen posible; por otro lado menciona aportes de Engels en cuanto al reconocimiento de una falsa conciencia sobre el mundo percibido que sostiene a todo proceso ideolgico.

  • 20

    organizado4, conformando lo que en la actualidad se conoce como ethos de la

    ciencia moderna. Esta categorizacin signific un paso definitivo tanto en la

    definicin de una nueva generacin de hombres de ciencia, como en la

    construccin de un fundamento ideolgico que legitime su prctica como una

    institucin social.

    En el proceso histrico de desarrollo de esta primera dimensin, se han

    generado mltiples controversias a partir de las cuales las nociones centrales de

    neutralidad, desinters y autonoma de la institucin cientfica han sido

    fuertemente cuestionadas, generando la necesidad de proponer otros modelos de

    relacin ciencia y sociedad. En efecto, estas controversias han servido de base

    para el desarrollo de visiones alternativas a la ideologa del ethos de la ciencia

    moderna.

    Jean-Marc Lvy-Leblond (2003), por ejemplo, ha centrado su crtica en la

    fragmentacin de la comunidad cientfica, tanto a lo interno como a lo externo de

    su prctica, definindola como una cultura sin cultura; y por ende alertando sobre

    la necesidad de reinsertar la ciencia en la cultura. La propuesta de este autor

    apunta a la necesidad de reformar los procesos de formacin en los que,

    tradicionalmente, se ven involucrados los cientficos. Argumenta que la divisin

    disciplinaria entre humanidades y ciencias impide incorporar en el proceso de

    formacin de los cientficos una visin integral de los problemas, reas o temas

    4Mulkay (1979) aborda una explicacin de este conjunto de valores segn los planteamientos de sus defensores. Al respecto menciona que el valor del desinters est asociado con el criterio objetivo que debe gobernar a la prctica cientfica. Contina este autor sosteniendo que si las pretensiones de conocimiento se juzgan por criterios particularistas, entonces seran aceptadas afirmaciones que no corresponderan con el mundo objetivo [] El escepticismo organizado y la independencia intelectual se precisan porque el conocimiento cientfico no se acepta sin pruebas [] La propiedad comunal del conocimiento es igualmente necesaria. Sin una comunicacin libre y abierta de los hallazgos, los cientficos no podran someter todas las pretensiones de conocimiento a la misma evaluacin crtica ni aplicar sus criterios universalistas de adecuacin cientfica con consistencia. Con respecto al universalismo, este tiene que ver con el hecho de que las distintas reas de la ciencia siguen una orientacin en base a criterios y reglas de evidencia ms o menos comunes que trascienden las dems diferencias entre tradiciones intelectuales antagnicas (Merton, citado en Mulkay, 1979, p. 30).

  • 21

    cientficos, que permita que la construccin de conocimiento est situada en la

    realidad socio-histrica de la cual es producto.

    En este mismo marco de planteamientos, se ha venido desarrollando un

    campo disciplinario dentro de la sociologa de la ciencia: el de la sociologa del

    conocimiento cientfico, a travs del cual no slo se cuestiona la estructura

    normativa de la ciencia, sino el conocimiento cientfico en cuanto tal (T. Pinch y W.

    Bijker, 1987). Esta postura se enfrenta a la visin tradicional del conocimiento

    cientfico, sustentada desde un punto de vista normativo en lo que anteriormente

    mencionbamos como ethos de la ciencia moderna. Esta visin tradicional

    sostiene, en efecto, que el conocimiento cientfico describe al mundo natural a

    travs de la formulacin de lo que se conoce como leyes naturales, las cuales

    para ser consideradas como tales, deben estar respaldadas por observaciones

    empricas que recojan el comportamiento regular y natural del mundo fsico.

    Mundo fsico considerado como completamente ajeno a determinantes sociales,

    hecho que descalifica a priori los aportes de la sociologa de la ciencia (M. Mulkay,

    1979).

    En este orden de ideas, T. Pinch y W. Bijker (1987) plantean el desarrollo

    de una visin unificada de la sociologa de la ciencia y la sociologa de la

    tecnologa, considerando que entre la ciencia y la tecnologa la frontera se hace

    cada vez ms difusa, exigiendo un replanteamiento de las relaciones entre ambas

    dimensiones. Replanteamiento que cuestiona la diferencia clsica entre ciencia y

    tecnologa que seala Feenberg (2009), en la cual la ciencia ha sido

    histricamente entendida como una prctica orientada hacia la bsqueda de la

    verdad, mientras que la tecnologa se ha vinculado estrechamente a la bsqueda

    de utilidad.

    La ciencia y la tecnologa se han entremezclado. La tecnologa moderna involucra cientficos que hacen tecnologa y tecnlogos que funcionan como cientficos [] La vieja perspectiva acerca de que las ciencias bsicas generan todo el conocimiento que los tecnlogos luego aplican, simplemente no sirve para comprender la

  • 22

    tecnologa contempornea (T. Pinch y W. Bijker, 1987, siguiendo a Layton, 1977).

    Este punto nos permite enlazar con la segunda dimensin que hemos

    definido, la dimensin dominante, la cual puede justamente plantearse a partir de

    esta visin unificadora de la ciencia y la tecnologa. En efecto, en el contexto

    histrico del apoyo pblico al desarrollo de la ciencia y la tecnologa que surgi en

    el mundo capitalista, una vez culminada la Segunda Guerra Mundial, se da inicio a

    un nuevo modo de produccin cientfico-tecnolgico dependiente de grandes

    presupuestos financieros, tanto a nivel de infraestructura como de formacin y

    captacin de personal cientfico-tcnico. Estos nuevos principios organizativos

    fueron emergiendo en un contexto en el cual la prctica cientfica,

    progresivamente, se fue internacionalizando cada vez ms, orientada por los

    intereses del capital.

    Durante la dcada de los ochenta, en la medida en que se fue gestando el

    modelo neoliberal, fue surgiendo un ethos-empresarial (Elzinga y Jeminson,

    1996) que se posicion de manera hegemnica respecto a la orientacin de la

    poltica cientfica-tecnolgica. Las grandes economas capitalistas del mundo,

    siguiendo el ejemplo japons, comenzaron a ejercer presin, principalmente a

    partir del control de las fuentes de financiamiento, para la conformacin de

    asociaciones estratgicas entre el Estado, el sector industrial corporativo

    empresarial y las universidades, para consolidar este modelo cientfico-tecnolgico

    orientado por los intereses del mercado. Bajo estas circunstancias histricas, que

    se profundizaron durante los aos noventa a travs de la globalizacin del modelo

    de desarrollo neoliberal, el principio de la autonoma de la ciencia devino en un

    valor ideolgico que en la actualidad sustenta una falsa conciencia sobre la

    prctica cientfica.

    La trabajos de Elzinga y Jaminson (1996) ya advertan sobre la existencia

    de microculturas, cuyas disputas caracterizaron el desarrollo histrico de la poltica

  • 23

    cientfica5. Por otro lado, las mediciones de la dcada pasada indican una fuerte

    participacin del sector privado en la financiacin de la Investigacin+Desarrollo

    (I+D) en distintos pases y bloques geogrficos, con una mayor participacin en

    las grandes economas capitalistas (RICYT, 2011), las cuales, histricamente, han

    definido las agendas polticas globales en materia de ciencia y tecnologa.

    Esta situacin permite suponer un escenario de fuerte competencia por el

    control y gestin de los recursos financieros de los que tanto depende la ciencia

    hoy en da, el cual est constituido por una poblacin mundial de investigadores

    con una tendencia al crecimiento en la ltima dcada. A partir de este cuadro

    podemos hacernos las siguientes preguntas: Qu se entiende por autonoma de

    la ciencia? En qu se fundamenta la ciencia hoy en da desde el punto de vista

    de sus valores? Cul es la naturaleza de las reacciones de la cultura

    acadmica cuando se cuestiona su principio de autonoma?

    Ante la complejidad de actores y grupos que hoy en da intervienen en la

    planificacin de las polticas en ciencia y tecnologa, el escenario de intereses en

    pugna es complejo. Una manera de abordar esta complejidad es caracterizndola

    como un sistema de relaciones de poder (Crozier y Friedberg, 1990), a partir del

    cual la autonoma, como principio normativo de la cultura acadmica, est en un

    proceso permanente de (re)definicin. Proceso que depende de la naturaleza de la

    base social de la ciencia, en un contexto histrico particular cuyas dinmicas

    contingentes impactan el comportamiento de dicho sistema de relaciones de

    poder. Bajo estos supuestos, la autonoma, como falsa conciencia, se convierte en

    un dogma, que los actores acadmicos utilizan para movilizar las relaciones de

    poder hacia escenarios que les sean favorables, configurando en funcin de ste

    5Elzinga y Jaminson (1996) en su trabajo El Cambio de las Agendas Polticas en Ciencia y Tecnologa plantean la existencia de cuatro culturas en las polticas cientficas-tecnolgicas -Burocrtica, Acadmica, Econmica y Cvica. En el caso de la cultura acadmica, fundada entre los propios cientficos, se interesa ms por () conservar lo que se perciben como valores acadmicos de autonoma, integridad, objetividad y control sobre la inversin y la organizacin. [Mientras que] la cultura econmica relacionada con el sector empresarial y de gestin, se caracteriza por la presencia de un ethos empresarial que busca transformar los resultados cientficos en innovaciones exitosas que puedan ser difundidas en el mercado (p. 4).

  • 24

    los espacios de disputa por el control y gestin del desarrollo de la poltica

    cientfica-tecnolgica en la actualidad.

    Un estudio realizado por Saenz y Cruz (2001) sobre el comportamiento de

    la investigacin y del desarrollo cientfico-tcnico en Espaa, durante las dcadas

    de 1980 y 1990, muestra algunas particularidades histricas que evidencian este

    tema. Detenernos un momento en estos anlisis nos permite ver en obra el papel

    central que tiene la definicin especifica de la nocin de autonoma de la ciencia

    en el modelo capitalista de desarrollo cientfico tecnolgico. En efecto, esta se

    define bsicamente como autonoma con relacin al Estado, reduciendo el

    concepto de autonoma a ser un instrumento de defensa del cuasi sacro santo

    derecho de someterse a la ley del mercado. Esta acepcin fundamentalmente

    liberal de la nocin de autonoma, pregona as el reemplazo de lo que se analiza

    como una dependencia al Estado, por una cuasi total y creciente dependencia a

    las fuentes privadas de financiamiento. La defensa de la autonoma de la ciencia,

    como principio moral orientador, se convierte as en una doble moral, cuya

    finalidad es el debilitando del papel orientador del Estado, a favor de la

    transferencia de esa competencia al sector privado econmico financiero.

    Veamos, en el ejemplo espaol que vamos a analizar a continuacin, la estructura

    del tipo de desarrollo cientfico tecnolgico que se fue construyendo sobre esta

    idea de autonoma.

    Al inicio de los aos ochenta, con el Partido Socialista Obrero Espaol

    (PSOE) al frente del gobierno, se impulsaron una serie de reformas desde el

    Estado espaol que afectaron organizacionalmente la produccin de ciencia y

    tecnologa en ese pas. Las principales medidas del gobierno se enfocaron en la

    diversificacin de los procesos relacionados a la I+D que, durante la dictadura de

    Franco, se concentraban alrededor de centros de investigacin pblicos con una

    estricta dependencia de la designacin de recursos desde el Estado.

    El gobierno del PSOE inicio un proceso de transformacin de su sistema

    pblico de ciencia y tecnologa basado en la elaboracin tanto del Plan Nacional

  • 25

    de I+D, como en la aprobacin, en el ao 1986, de la Ley de Promocin y

    Coordinacin General de la Investigacin Cientfica y Tcnica (Ley de la Ciencia),

    constituyndose ambos instrumentos en ejes rectores de la poltica pblica en

    materia de ciencia y tecnologa en Espaa. Al cabo de ocho aos, la inversin en

    I+D con respecto al PBI se haba incrementado en un 45%. El sistema pblico de

    ciencia y tecnologa, para comienzos de los aos 90, ya no era el mismo.

    Lo que nos interesa en este estudio de caso, es que los autores de este

    trabajo identifican dos factores centrales que permiten entender el impacto de la

    somatizacin de la nocin de autonoma liberal en la poltica pblica espaola en

    ciencia y tecnologa durante los aos ochenta. En primer lugar, estos autores

    enfatizan sobre la importancia del cambio realizado en los mecanismos

    distributivos del aumento de la inversin. El gobierno del PSOE, a pesar de

    otorgarle una mayor importancia que su antecesor inmediato a la ciencia y la

    tecnologa, implement una serie de mecanismos de operacin financiera no

    tradicionales para ese momento: la asignacin directa de recursos hacia los

    centros pblicos de I+D dej de ser el principal canal de impulso de la I+D desde

    el Estado, y para unificar las agendas nacionales de I+D reprioriz el gasto

    promocionando el desarrollo de la competencia por los fondos.

    Como consecuencia de este proceso, al final de los aos ochenta, los centros pblicos de investigacin haban aumentado sus niveles de actividad en trminos absolutos; sin embargo, en trminos relativos haban reducido su peso en el gasto total de I+D espaol, pasando a representar un 21,3 por 100 en 1990, frente a un 31,6 por 100 del total en 1980 (INE, 2000). As pues, el crecimiento del gasto pblico destinado a I+D se produjo no tanto en las partidas de transferencia directa a los centros pblicos de I+D, sino en la financiacin competitiva, en los fondos destinados a las acciones del Plan Nacional de I+D y de otros programas sectoriales de fomento de la I+D (Saenz y Cruz, 2001, p. 43).

    En segundo lugar, los autores destacan los cambios introducidos en el

    marco normativo institucional, los cuales transformaron organizacionalmente los

  • 26

    centro pblicos de I+D. En este sentido, es importante resaltar como, a partir de la

    aprobacin de la Ley de Ciencia, el Estado identifica sus principales centros de

    investigacin, agrupndolos alrededor de la denominacin de OPIS6, para su

    posterior articulacin al Plan Nacional de I+D. Bsicamente, estas reformas se

    centraron en hacer estos centros lo menos dependientes del Estado posible,

    flexibilizando sus vnculos a lo interno de la organizacin y con respecto a su

    entorno. De esta manera se explica como las regulaciones favorecieron el carcter

    comercial de los centros pblicos de investigacin y, a travs de esta, la creacin

    de un modelo particular de incentivos a la investigacin, promoviendo la

    distribucin entre los investigadores de los ingresos provenientes de contratos con

    terceros. Es decir, se reform el contexto de accin de los OPIS, favoreciendo la

    amplitud del espectro de posibles demandantes de sus desarrollos.

    Si bien es cierto que los autores hacen evidente de manera emprica la

    reduccin de la financiacin directa de la Administracin General del Estado

    espaol a los centros pblicos de I+D durante los aos noventa, pudiramos

    presumir que en el fondo lo que estaba sucediendo era una transicin de un

    modelo de produccin cientfico-tecnolgico histricamente orientado por el

    Estado, hacia un modelo dirigido por las empresas, cuya coordinacin se

    fundamentaba en el Plan Nacional de I+D.

    Este ejemplo nos muestra cmo la tendencia a la baja en el gasto pblico

    espaol en I+D comienza a cambiar a partir del ao 1997, aclarando que casi el

    50% de dicho aporte estaba dirigido hacia las empresas, bajo la modalidad de

    crditos reembolsables.

    En esos aos, la ideologa pro-empresa y de reduccin de la ejecucin directa de la investigacin era defendida por el Ministerio de Industria, que no quera disponer de centros propios, sino promover la I+D en la industria privada (p. 51).

    6El grupo lo conforman el CSIC, CIEMAT, IGME, INTA, IEO e INIA.

  • 27

    El cambio que experimentaron estos centros de investigacin espaoles

    indica cmo, en el marco del desarrollo del neoliberalismo, el desarrollo de la

    ciencia se ha vuelto progresivamente dependiente a fuentes de financiamiento

    condicionadas por los intereses del mercado, restringiendo las posibilidades de

    desarrollo de una ciencia emancipada y transformadora. Esta dependencia a

    fuentes de financiamiento externas, de la misma manera, ha modificado la

    organizacin de la prctica cientfica que, en el caso espaol sealado, se ha

    experimentado en el nfasis comercial de los intereses que orientan las lneas de

    investigacin cientfica como condicin necesaria para la subsistencia de la

    ciencia.

    Lo que vemos ejemplificado aqu es, por una parte, el carcter doble de

    la moral cientfica, supuestamente asentada en la dogmatizada nocin de

    autonoma y, por otra, el carcter profundamente ideolgico del ethos cientfico,

    el cual pregonando el desinters y la neutralidad como valores centrales, encubre

    la progresiva dependencia de la ciencia a los intereses del mercado.

    Para completar el anlisis de este estudio de caso, y ver cmo el modelo

    econmico neoliberal condiciona a fin de cuentas al tratamiento del conocimiento

    como mera mercanca, permitiendo hacer de este una de su principales fuentes de

    plusvala y constituyendo lo que en la actualidad se conoce como la economa del

    conocimiento, vamos a detenernos un momento en el anlisis de otro ejemplo, el

    cual nos permite hacer el vnculo entre el tema de la doble moral de la ciencia con

    el modelo de vinculacin ciencia/necesidades, que se ha histricamente fraguado

    en el capitalismo.

    II. MODELO NEOLIBERAL/CAPITALISTA DE VINCULACIN CIENCIA/NECESIDADES PAS: CASO FINLANDIA, INNOVACIN Y CAPITALISMO Desde finales de la dcada de los 80 del siglo pasado, el motor de la

    economa finlandesa ha estado centrado en el desarrollo de la innovacin (Kaitila y

    Kotilaine, 2008). Es en estos aos en los que la nocin de sistema nacional de

  • 28

    innovacin (SNI) comienza a tomar fuerza y preponderancia en la formulacin de

    las polticas sobre ciencia y tecnologa enfocndolas en un cierto tipo de

    desarrollo. Son reconocidos los trabajos de Lundvall y Freeman al respecto,

    asociados a los primeros enfoques que fueron dando forma a lo que hoy

    conocemos como SNI (Freeman, 1995).Ya para el ao 1990, el Consejo de

    Poltica Cientfica y Tecnolgica finlands (STPC) asume formalmente el concepto

    de SNI a fin de enmarcar sus polticas. Para ese momento, los actores de mayor

    peso eran del sector pblico y la orientacin de las polticas respondan al

    fortalecimiento de la competitividad econmica y la diversificacin de la estructura

    productiva (Kaitila y Kotilaine, 2008, p. 355).

    El significativo comportamiento de la estructura productiva en materia de

    produccin y aplicacin de conocimiento nos permite medir el impacto de estas

    polticas de inversin en I+D. En materia de publicaciones cientficas, citas y

    patentes, Finlandia supera en los aos 1996 y 2000 a todos los pases del

    grupo de los EU-15. EE.UU es superior, levemente, en publicaciones altamente

    citadas y en patentes aprobadas dentro de los EE.UU. Es de resaltar que, en

    Finlandia, la industria de madera y papel, junto a la electrnica

    (telecomunicaciones), son de las ms activas en materia de patentes, lo cual es un

    indicativo ms del peso en la economa del sector de las telecomunicaciones

    evidenciado a finales del siglo pasado (Kaitila y Kotilaine, 2008).

    Segn datos de la Comisin Europea (2004), Kaitila y Kotilaine (2008)

    sealan que para el 2004 Finlandia fue segunda en innovaciones entre los pases

    de la Unin Europea (EU). El sector de la radio, TV y equipos de comunicaciones

    estuvo entre los ms destacados en cuanto a propensin a innovar, especialmente

    en la fabricacin de equipos de comunicacin, siendo Nokia tanto la empresa ms

    grande como la ms sobresaliente en el sector en los ltimos aos. Al respecto,

    para el ao 2003, la participacin de esta firma en el PIB fue del 3,5 por ciento, en

    cuanto a las exportaciones fue del 18 por ciento, y en el total del empleo ms del 1

  • 29

    por ciento (p. 365). La economa finlandesa es, actualmente, una de las 23 en el

    mundo conducidas por la innovacin7.

    Como mencionamos anteriormente, la dinmica productiva de este tipo de

    economas est fundamentada en asociaciones entre el Estado, la industria

    corporativa empresarial y las universidades, como parte del impulso al modelo de

    desarrollo neoliberal. De este tipo de asociaciones estratgicas emerge lo que se

    conoce como parques cientficos-tecnolgicos. Al respecto, Finlandia cuenta con

    una asociacin de parques cientficos-tecnolgicos (TEKEL) anclada a una base

    internacional como parte del modelo expansivo caracterstico del neoliberalismo.

    TEKEL, fundada en 1988, es una asociacin cuyos miembros conforman

    una red de alcance nacional involucrada en actividades relacionadas al impulso de

    la innovacin dentro del sistema nacional de innovacin finlands. Sus actividades

    de cooperacin nacional engloban a ministerios de gobierno, institutos de

    investigacin, organizaciones para el desarrollo empresarial y promotoras de la

    internacionalizacin, comercio y finanzas. Por otro lado, se representa a los

    parques cientficos finlandeses en redes internacionales de cooperacin como la

    Asociacin Internacional de Parques Cientficos (IASP, siglas en ingls)8.

    Segn se puede leer en la informacin disponible en la pgina web de

    esta asociacin, el principal objetivo de la red es favorecer tanto la creacin,

    crecimiento e internacionalizacin de negocios intensivos en tecnologas como el

    crecimiento empresarial. Para ello ofrece un ambiente de innovacin y de

    funcionamiento que potencia el crecimiento, servicios de desarrollo empresarial,

    cooperacin en programas y proyectos, contactos clave y conexiones en redes9.

    Las actividades que se realizan a travs de esta organizacin impactan a 14.400

    empresas, de las cuales 2.400 estn ubicadas en los parques cientficos.

    7Esta es una clasificacin respaldada por el Global Entrepeneurship Monitor (GEM). El grupo est comprendido por: Australia, Blgica, Republica Checa, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Japn, Corea del Sur, Holanda, Noruega, Portugal, Singapur, Eslovenia, Espaa, Suecia, Suiza, Taiwan, Emiratos rabes Unidos, Reino Unido y Estados Unidos. 8http://www.tekel.fi/in_english/about_us/ 9http://www.tekel.fi/in_english/about_us/vision_mission/

  • 30

    En base a estos datos, podemos preguntarnos: Qu hay detrs de este

    modelo de desarrollo? Cul es el fundamento de la vinculacin

    ciencia/necesidades pas? De qu manera se entiende al conocimiento?

    Con la explosin de las tecnologas de informacin y comunicacin se fue

    gestando un modelo econmico centrado en el conocimiento, cuya poltica

    hegemnica a nivel global ha estado conducida por las necesidades de las

    corporaciones transnacionales. Es un modelo econmico que, por un lado, tiene

    una fuerte impronta cultural que se evidencia en la naturaleza de sus propios

    procesos de innovacin. Al ser un modelo fundamentado en el principio de la

    obsolescencia programada, la dinmica de la oferta est orientada por un

    carcter crecientemente simblico (Sztulwark y Mguez, 2012, p. 25) de los

    productos-mercancas que es llevado a cabo a travs de la imposicin de un estilo

    de consumo propiamente consumista. Por otro lado, al ser un modelo centrado en

    el conocimiento, las corporacin transnacionales desarrollan una intensa y

    sistemtica apropiacin privada de los conocimientos, a travs de lo que se

    conoce como propiedad intelectual (marcas, patentes, derechos de autor, secreto

    industrial, modelos y diseos industriales, etc.).

    En la prctica, la implantacin de este modelo de desarrollo se ha llevado

    a cabo mediante el deterioro progresivo de los Estados-Nacin orquestado por

    instituciones multilaterales como el Banco Mundial, el Grupo de los Ocho, y la

    Organizacin Mundial del Comercio, convergiendo las posibilidades del

    desarrollo en los intereses y las necesidades del mercado, lo cual ha sido causa

    fundamental de contingentes de masas empobrecidas alrededor del mundo al ser

    excluidas de los bienes indispensables para el desarrollo integral de la vida. En

    efecto, el modelo neoliberal configura una ofensiva global de carcter

    fundamentalmente cultural, para la cual el tratamiento excluyente de la generacin

    y trasmisin del conocimiento es indispensable.

    Es en este contexto en el que toma mayor fuerza el enfoque de sistemas

    nacionales de innovacin como una estrategia para gestionar la produccin

  • 31

    sistmica del conocimiento en base a los intereses del mercado iniciativas como

    TEKEL estn estrechamente vinculadas a estos intereses; por tanto, el

    tratamiento del conocimiento como una mercanca es una cuestin esencial al

    desarrollo del modelo neoliberal.

    En efecto, lo que vemos aqu nuevamente en obra es esa doble moral, en

    la que el desarrollo de la mercantilizacin del conocimiento es presentado como el

    auge de una sociedad del conocimiento, donde estos circularan libremente

    gracias al desarrollo vertiginoso del sector de las TIC. El sector de las

    telecomunicaciones, el cual est ejemplarmente asentado en el modelo de los

    sistemas nacionales de innovacin que hemos analizado, se presenta entonces

    como nuevo paradigma tecno-econmico, supuestamente basado en el dogma del libre mercado y de la libre circulacin de los conocimientos. Es fcil darse cuenta

    que, por ejemplo, la instrumentalizacin de un tema como el de la fractura

    numrica ha conllevado a hacer del modelo de desarrollo del sector, la llave de

    lectura unvoca y la solucin milagrosa para el desarrollo de las sociedades en

    vas de desarrollo.

    En efecto, con esta meta mundial de reduccin de la fractura numrica, lo

    que se vende es la idea de que el desarrollo de un pas es tributario de su

    conexin a la economa globalizada por la va del desarrollo tecnolgico de la

    innovacin. El desarrollo es reducido a un problema tecnolgico que esconde en

    realidad su tratamiento meramente mercantilista.

    Este paradigma tecno-econmico obvia entonces los elementos reales

    necesarios para el desarrollo soberano de todo pas, promoviendo la idea de que

    basta con conectarse a la sociedad mundializada del conocimiento para poder

    vender sus productos y salir de la miseria. La igualdad que se pretende promover

    a travs del dogma de la reduccin de la fractura numrica es entonces mera

    igualdad de acceso al mercado. Pretendiendo promover la igualdad de acceso a la

    sociedad mundial de la informacin, lo que est ocurriendo es una reduccin de la

  • 32

    nocin de igualdad a la posibilidad igual que poseen los pueblos de vender y de

    venderse.

    Lo importante radica en darse cuenta que el sistema neoliberal mundial,

    vendiendo kits de desarrollo tecnolgicos a los pases en vas de desarrollo,

    kits sustentados en el modelo de innovacin descrito anteriormente, y en particular

    en el modelo de los parques tecnolgicos, est haciendo de toda una serie de

    valores, como la igualdad o la integracin, valores meramente tcnicos,

    vacindolos de toda sustancia que pueda entrar en contradiccin con el modelo

    econmico neoliberal que promueven. Lo que se vehicula aqu es nuevamente el

    concepto liberal de autonoma que hemos venido analizando, que dogmatiza la

    libertad soberana mercantil del individuo, escondiendo de facto la total

    dependencia y sumisin al mercado mundial que este modelo engendra, y jugando

    de esta forma la soberana mercantil individual, en contra de la soberana poltica

    de los Estados y las Naciones.

    De all la importancia que desde la Revolucin Bolivariana se le ha dado al

    conocimiento como un bien pblico, promoviendo procesos de apropiacin social

    del mismo.

    Lo importante aqu para nosotros es ver que la base histrica del

    desarrollo de la CyT en los pases llamados subdesarrollados est directamente

    vinculada al desarrollo del capitalismo global. Segn Vessuri (2007), el proceso

    histrico de institucionalizacin cientfica y tecnolgica, en el contexto de los

    pases en vas al desarrollo, siempre estuvo motorizado por la disyuntiva en

    cuanto a las posibilidades de un camino propio en ciencia y tecnologa basado

    en el reconocimiento de sus particularidades socio-histricas, frente a posturas

    fundamentadas en reducir la brecha CyT con respecto a las grandes economas

    capitalistas. En este ltimo caso, los esfuerzos se han enfocado en replicar el

    modelo CyT de estas economas industrializadas, sin ahondar en la naturaleza de

    las necesidades e intereses que lo sostienen, profundizando an ms la

    dependencia con respecto al capitalismo global.

  • 33

    De all surgen los planteamientos de la CEPAL durante la dcada del 60,

    en cuanto a las teoras de la dependencia y el enfoque centro/periferia.

    Basado en el anlisis de este enfoque, analizaremos a continuacin el

    desarrollo especifico histrico-institucional de la CyT en Venezuela durante la

    Cuarta Repblica, para tratar de entender cmo las dos dimensiones que hemos

    venido resaltando y analizando, es decir, tanto la dimensin aparente, o sea, la

    doble moral del ethos cientfico, como la dimensin dominante, es decir, el

    modelo capitalista de vinculacin ciencia/necesidades, se han articulado en el

    desarrollo de la CyT en Venezuela.

    III. VINCULACIN CIENCIA/NECESIDADES PAS EN LA VENEZUELA PETROLERA DE LA CUARTA REPBLICA Una manera de comprender la naturaleza histrica de las necesidades

    que han orientado el desarrollo de la ciencia en Venezuela, es observando cmo

    ha sido su proceso de institucionalizacin, del cual podemos decir que las polticas

    que lo han orientado, sobre todo a comienzos de la segunda mitad del siglo

    pasado, se fundamentaron en un conjunto de valores en relacin a la ciencia que

    hasta el presente marca una percepcin dominante.

    En Venezuela, este proceso se inicia en un marco regional de incentivo a

    la industrializacin por sustitucin de importaciones (ISI), impulsado por un

    contexto internacional caracterizado por la crisis del capitalismo de los aos treinta

    del siglo pasado, y como resultado del reacomodamiento de las relaciones

    internacionales producto de la finalizacin de la segunda guerra mundial (Sagasti,

    2011).

    Tal como lo establece un estudio de la CEPAL en referencia a los 60 aos

    de esta organizacin, una de las causas histricas de la ISI es la asimetra bsica

    existente en cuanto a la tendencia a la baja de la importacin de bienes

    provenientes de los pases pobres hacia los ricos, la cual ha provocando un

    desequilibrio de carcter estructural en la balanza de pagos, con efectos adversos

    en la inflacin y la continuidad del crecimiento (Bielschowsky, 2009, p. 166). Esto

  • 34

    evidencia el carcter protector de la ISI ventajas fiscales, sobrevaloracin de la

    moneda, consumo interno como una gran estrategia econmica-nacional

    orientada al resguardo y promocin de las actividades de los agentes industriales

    domsticos. Se apost a que, con el pasar de los aos, pudiera madurar una

    industria nacional basada en el aprendizaje tecnolgico y organizacional, y que

    permitira luego apostar a una estrategia de mayor envergadura en el contexto

    comercial internacional.

    Sin embargo, slo algunos pases de la regin, como Brasil, lograron

    desarrollar ciertas capacidades endgenas en materia cientfico-tecnolgicas,

    aplicadas a la produccin industrial para el cumplimiento de tales objetivos

    econmicos. La mayora de los pases de la regin sucumbieron ante las medidas

    de liberalizacin de las economas que se comenzaron aplicar entre las dcadas

    de 1980 y 1990, sobre la base del neoliberalismo como modelo econmico

    emergente para la poca (Sagasti, 2011).

    Entre las particularidades del contexto histrico al cual hacemos

    referencia, est la manifestacin de un nutrido pensamiento latinoamericano en

    cuanto a la CyT en relacin con el tema del desarrollo en Amrica Latina. Este ha

    expresado la necesidad de ir fundamentando un camino propio, como respuesta a

    las marcadas desigualdades econmicas y sociales del norte respecto al sur. Si

    bien es cierto que en dicho pensamiento convergen distintas visiones sobre el

    desarrollo y sus implicaciones en relacin a la poltica CyT, no menos cierto es

    que la riqueza intelectual all expresada ciment un marco de referencia para la

    regin que an sigue vigente. Los planteamientos de Marcel Roche, como

    referente de las ideas dominantes respecto a la ciencia venezolana para ese

    entonces, se ubicaron en el nfasis a la poltica cientfica que caracteriz al

    pensamiento latinoamericano en CyT en sus inicios, predominando una visin

    lineal sobre el desarrollo.

    Esta postura ha caracterizado, a lo largo de su historia, a la poltica en

    CyT venezolana, que en el contexto de la ISI no evidenci cambios importantes.

  • 35

    En efecto, entre algunos de los factores que podemos mencionar que influyeron

    en el particular comportamiento histrico del proceso de institucionalizacin de la

    CyT en Venezuela estn: el impacto no slo econmico del rentismo petrolero,

    sino tambin sus dimensiones polticas y sociales; el modelo anacrnico

    cientificista venezolano; adems de un desinters generalizado en cuanto al papel

    de la ciencia y la tecnologa en al desarrollo del sector productivo.

    Estos factores que aqu slo mencionamos no son excluyentes entre s; es

    decir, el predominio del rentismo petrolero como modelo econmico es reflejo de

    un modo particular histrico de conformacin de una estructura social venezolana

    en la cual la CyT, en el marco de un proceso sistemtico de desarrollo de las

    fuerzas productivas, ha tenido un carcter marginal.

    Werlhof y Neuhoff (1981) identifican este proceso no como un evidente

    atraso o estancamiento histrico de la economa venezolana, sino como un

    resultado natural propio del proceso de acumulacin internacional de capital por

    parte de los pases industrializados, o lo que comnmente se conoce como

    subdesarrollo. Entre las implicaciones directas del subdesarrollo venezolano

    cabe mencionar que en Venezuela la ISI se inicia tiempo despus en relacin a lo

    que comnmente se observ en los dems pases latinoamericanos, considerando

    que los desequilibrios en la balanza de pagos que se observaron en la regin

    actuaron como una de las causas fundamentales que dio origen a esa estrategia

    econmica, as como tambin tuvieron un efecto retardado en la economa

    venezolana, producto de los altos ingresos petroleros que se registraron para la

    poca.

    Son las limitaciones para seguir importando, producto de la Segunda

    Guerra Mundial, las que motorizan el desarrollo interno de la sustitucin de

    aquellas importaciones que para el momento no eran posibles, sin olvidar que

    dicho desarrollo, a partir de los aos 1960, pas a dominio de subsidiarias

    transnacionales ligadas al capital internacional petrolero, que para la poca

    ocupaban el 22% del capital industrial, no incluido el petrolero (C. Werlhof, H.

  • 36

    Neuhoff, 1981, p. 45), mientras que los intentos del capital nacional fueron ms

    voluntaristas que su impacto real en la produccin nacional (I. Avalos, W. Jaff;

    1992). Es decir, que la ISI, en el caso venezolano, no se dio como producto de

    una demanda social para superar la dependencia y marginalizacin econmica

    bajo las condiciones del momento, o lo que es lo mismo mencionar, no se dio en el

    marco de un plan de desarrollo nacional articulado a los intereses de los distintos

    actores sociales para ese entonces, apoyados en la CyT.

    De all entonces, el carcter histrico doblemente marginal que ha

    caracterizado el desarrollo de la CyT en Venezuela: marginal a los intereses de la

    sociedad en general (ausencia de una cultura en CyT), y marginal con respecto a

    su capacidad real-objetiva de accin transformadora (Vessuri, 2007).

    Bajo este marco histrico, es de suponer que la institucionalizacin de la

    CyT en el caso venezolano ha sido un proceso caracterizado ms por su

    tendencia a la burocratizacin de las actividades de CyT, bajo el sostenimiento de

    privilegios a una anacrnica y elitista comunidad cientfica nacional, que por su

    aporte real-objetivo al desarrollo de las fuerzas productivas nacionales.

    Durante el perodo de la Cuarta Repblica se llevaron a cabo iniciativas

    tendientes a la institucionalizacin de la CyT, desde entes formuladores y rectores

    de la poltica, hasta aquellos que han venido ejerciendo el rol de ejecutores;

    siendo, justamente, durante las primeras dcadas de este rgimen poltico

    venezolano, que se desarrollaron iniciativas especficas orientadas a fundamentar

    las bases ideolgicas y estructurales que caracterizaran el desarrollo de la CyT en

    Venezuela durante la segunda mitad del siglo XX.

    El programa de la Asociacin Venezolana para el Avance de la Ciencia

    (ASOVAC), puede verse como pionero en el surgimiento de una comunidad

    cientfica venezolana bajo impronta positivista mertoniana que histricamente ha

    cimentado ideolgicamente su prctica. De sus races naci, por ejemplo, el

    Instituto Venezolano de Investigaciones Cientficas (IVIC), estando ste no menos

    influenciado que el surgimiento de la Facultad de Ciencias de la Universidad

  • 37

    Central de Venezuela, para el ao 1958, por este enfoque ideolgico. Para la

    dcada de 1960, con la creacin del Consejo Nacional de Investigaciones

    Cientficas y Tecnolgicas (CONICIT) y otras facultades de ciencia en el pas, se

    fue concretando una poltica de expansin de este modelo de CyT, hasta

    convertirlo en cultura dominante respecto a la visin histrica que se ha tenido en

    Venezuela en relacin a la prctica cientfica; es decir, el desarrollo de la ciencia

    por la ciencia, una cultura academicista enajenada del contexto histrico de su

    desarrollo (PNCTI, 2005-2030).

    Con el nombramiento de un nuevo directorio a principios de la dcada de

    1970, en correspondencia con los cambios propuestos a partir de la ISI, se

    realizaron algunos ajustes organizacionales dentro del CONICIT, para justamente

    armonizar la ecuacin del desarrollo en base al conocimiento cientfico. Entre las

    iniciativas tomadas por este nuevo CONICIT, estuvo el promover la creacin del

    Primer Plan Nacional de Ciencia y Tecnologa, el cual tuvo implicaciones referidas

    a:

    ...centralizar los recursos financieros destinados a financiar la CyT, a poner en prctica diseos de ingeniera que materializaran los resultados de la investigacin, y vincular a los centros nacionales de tecnologa con los temas de importacin y transferencia de tecnologa. se propuso en el Plan la creacin de nuevas instituciones, tales como: un banco de tecnologa, una oficina nacional de ingeniera, un centro nacional para la evaluacin de tecnologa, as como una red nacional para informacin cientfica (MPPCTI, 2005, p. 27).

    Por otro lado, se continu con el proceso de regionalizacin de la ciencia y

    la tecnologa, a travs de la creacin de los primeras fundaciones regionales para

    el desarrollo de la ciencia y la tecnologa (MPPCI, 2005). Este proceso de

    institucionalizacin de la CyT en Venezuela devino en las cualidades que

    histricamente han definido a la poltica de CyT venezolana: una visin lineal del

    desarrollo cientfico-tcnico, articulada al cientificismo dominante durante la poca

    y que, a lo largo de la Revolucin Bolivariana, emergi como resistencia a los

  • 38

    cambios institucionales que se han venido introduciendo desde el Estado

    venezolano. Esto produjo una desarticulacin socio-estructural de la prctica

    cientfica, la cual explica, en parte, cmo la abundancia caracterstica de la dcada

    de 1970, con los altos ingresos petroleros, se convirti en derroche al no

    concretarse planes sustentables de desarrollo industrial del pas, con la

    subsecuente dcada perdida, caracterizada por el endeudamiento nacional que

    culminara con la aplicacin de polticas neoliberales a partir de finales de la

    dcada de 1980 (MPPCTI, 2005).

    III. ANTECEDENTES

    En los puntos anteriores hemos abordado una explicacin de la relacin

    histrica entre ciencia, tecnologa y sociedad, haciendo nfasis en el

    comportamiento del desarrollo de la CyT en el marco del modelo econmico

    neoliberal, centrndonos en el tema de la doble moral de la ciencia, as como en la

    forma de concebir las necesidades ciencia/pas en dicho modelo. A partir de all,

    hemos relacionado el proceso histrico de institucionalizacin de la CyT en

    Venezuela con algunos factores histricos indispensables para poder entender

    ese proceso.

    En lo que sigue, nos enfocaremos en el anlisis de algunos cambios

    fundamentales que se han dado en el marco del desarrollo de la Revolucin

    Bolivariana y que han impactado directamente en la emergencia de un nuevo

    modelo institucional de CyT en Venezuela. Resaltaremos en nuestro anlisis

    algunas experiencias que se han venido desarrollando en el pas y que estn

    directamente relacionadas con procesos de vinculacin ciencia/sociedad, de

    manera que podamos tener un panorama claro de los antecedentes que dieron luz

    a nuestro Proyecto Piloto Ciencia Adentro Mdulo Punta Arenas.

    En sntesis, sumamos nuestra propuesta al proceso de aprendizaje que ha

    significado la Revolucin Bolivariana, de tal manera que nos podamos reconocer

  • 39

    en los errores y los aciertos que se han dado en la formulacin y aplicacin de las

    polticas de CyT durante nuestro proceso revolucionario.

    Los resultados arrojados por la Tercera Encuesta Nacional de Percepcin

    Pblica de la Ciencia, Cultura Cientfica y Participacin Ciudadana (2009),

    evidencian la necesidad de seguir articulando propuestas que den respuesta en

    cuanto a una mayor participacin social en CyT. De acuerdo a esta encuesta, la

    sociedad percibe su participacin como baja o media en las decisiones

    concernientes al desarrollo de la CyT. Especficamente, el 25% de lLiberation

    Serif;Times New Romanos consultados consideran tener algn grado de

    participacin; en relacin a ello, un 68% estima que la participacin popular es

    baja, 29% media y un 3% alta. Por otro lado, un 85% considera que la

    participacin popular no es valorada. En vista de ello, los mismos consultados, en

    trminos generales, manifestaron la necesidad de estrategias comunicacionales

    que permitan establecer vnculos entre la comunidad cientfica y la base social.

    Como iniciativa, Ciencia Adentro no slo se reconoce en dicha necesidad

    de seguir articulando esfuerzos en funcin de una mayor democratizacin del

    desarrollo de las ciencias y las tecnologas, sino que adems es parte de un

    proceso de aprendizaje que se inicia con la Revolucin Bolivariana, que en la

    actualidad contina, y a travs del cual se ha estado construyendo un estilo

    cientfico y tecnolgico que responda al reto de superar el enfoque cientificista que

    histricamente ha caracterizado el desarrollo de las ciencias y las tecnologas en

    nuestro pas. El Plan Nacional de Ciencia y Tecnologa 2005-2030, en su finalidad,

    describe este reto histrico de la siguiente manera:

    Construir una cultura cientfico-tecnolgica que oriente las potencialidades y capacidades nacionales hacia la transformacin de la sociedad venezolana a partir de la configuracin de valores y modelos de accin que promuevan una ciencia, tecnologa e innovacin pertinente, integral, de produccin colectiva, comprometida con la inclusin y la vida en el planeta (MPPCTI, 2005, p. 12).

  • 40

    Como hemos sealado anteriormente, la vinculacin del desarrollo de las

    ciencias y las tecnologas en un marco integral de participacin que trascienda los

    lmites del conocimiento experto ha tenido histricamente un carcter marginal,

    comnmente manifiesto en las polticas en el rea que se desarrollaron durante la

    segunda mitad del siglo pasado; poca en la cual fue, justamente, el principio de la

    representatividad fundamento esencial del ejercicio de la democracia para ese

    entonces.

    Con el nacimiento de una nueva Constitucin Nacional, especficamente

    en el ao 1999, se trasciende a una nueva concepcin del ejercicio democrtico,

    concebido ste a partir del principio revolucionario de la participacin protagnica,

    cuyo precepto fundamental consiste en establecer, como condicin de posibilidad,

    que slo con la participacin del pueblo venezolano en los asuntos de inters

    pblico, se puede garantizar un ejercicio democrtico que vele por el

    cumplimiento de los Principios Fundamentales establecidos en la Constitucin de

    la Repblica Bolivariana de Venezuela (CRBV).

    Es as como, a partir de la CRBV, en su artculo 110, el Estado

    venezolano reconoce el desarrollo de las ciencias y las tecnologas como un

    asunto de inters pblico, no slo para el desarrollo econmico, social y poltico

    del pas, sino tambin como una condicin necesaria para la seguridad y

    soberana nacional. El golpe de Estado del ao 2002 , hecho fatdico, entre

    mucha