Cicchelli Pugeult- Las Teorias Sociologicas de La Familia

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  • 5/13/2018 Cicchelli Pugeult- Las Teorias Sociologicas de La Familia

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    i,Por que razones Ia familia se convierte en objcto de'observacion e intervencion?i,En que medida se Ia consideracomo un elemento de coordinacirin entre el individuo v lasociedad? i,Que eficacia se Ie reconoce en el mantenimi~ntodel vinculo social? i,Que relaciones existen en su interior?EI retorno de la familia a Ja plena luz de la actualidad v laproliferacien de trabajos sociologicos especializados lu"egode un largo periodo de indiferencia relativa reactivan .interrogantes cercanos a los de los padres fundadores de lasociologia familiar. Este libro presenta las teorias de estes yde aquellos reubicandolas en su contexto.

    , C a t he r in e C i cc h el li -P u g ea u lt y V in ce nz o C ic ch elli s on m ie mb ro sdel C entro de Sociologia de la Fam ilia de la U n iv er sid ad d e P ar isV -S orh on a. E n la q ue a mb os so n p ro feso res .

    I.S.B.N. NQ::950-602-387-5C6digo N 3875

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    En la segunda mitad del siglo X X se registra una renovacion de..la sociologia de la familia. Testigo de su auge, Louis Rousselsefiala que "al principio de los afios 1960, en Europa, la familiapracticamente no significaba un problema" [1989]. Algunasdecadas despues, es escrutada tanto por el hombre de la callecomo por la comunidad cientifica. EI surgimiento de unasubdisciplina de la sociologia, especializada en su estudio,consagra intereses multiples. Detodos modos, lejosde reflej arexclusivamente el presente, las teorias sociologicas contem-poraneas de la familia se inscriben tambien en una tradicion.Sus interrogantes principales siguenestando cerca de losregistrados en e1siglo XIX. Los textos contemporaneos tambiendejan asomar, no obstante, los lfrnites te6ricos de una tradicionsociologica cuyos marcos, inventados en un contexto, no siempre.> se adaptan al nuestro. Si la explosion reciente de la produccionsociologica sobre la familia no es el producto mecanico de losfenomenos y cuestionamientos sociales contemporaneos, tam-pocoes el producto pasivo de su historia secular. La complejidady la variedad de los enfoques sociologicos contemporaneos

    expresan esta tension entre 1afuerza, e ineluso la reivindicacionconsciente de la herencia, y la imaginacion innovadora.

    1. LA FAMILIA: UN OBJETO DE OBSERVACION E INTERVENCIONNueva cuestion familiar, nueva cuesti6n socialTanto en el siglo xx como en el XIX, la sociologia de la familiase desarrolla cuando es particularmente acuciante la sensa-cion de una ruptura en materia familiar y social y ciertoscambios dentro del campo cientifico favorecen ademas esaexpansion. Segun la formula empleada por Marzio Barbagli,

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    "todo sucede .comosi de repente, a partir de 1965, millones dep.ersona.s aleJad~s entre s~por miles de kil6metros, con tradi-crones, I~eas, niveles de mgresos, estilos de vida profunda-~ente diferentes, s.ehubiesen puesto de acuerdo para cam-biar las reglas mediante las cuales las familias se forman str~msforman, se agrandan, se separanydesaparecen" [Barba~gli, 1990J..Esta .comprobacion, asimilada por ciertos sociolo-gos a u.na slt~aCI?n de "crisis", va a favorecer la multiplicacionde las investigaciones en ~n ambito relativamente abandona.d~ desde prmcipios del siglo xx. En Francia, la perdida deahento ~e la escuela durkheimiana inmediatamente despuesd~ la Primera Guerra Mundial habia provocado un estanca-mI,ento del desarrollo de los estudios sobre el tema familiar ym~s en general, un relativo inmovilismo de la disciplinamisma, EI contexto politico contribuy6 veinticinco aiios .t~rde ~ desacreditar unas investigaciones sospechosa~~!sImpa~l.a can las idea~ petainistas, que realzaban el valor deIafamilia. Con.~xcepcI6n del trabajo ya clasico de Alain GirardsobreLa ele~cwn de c6nyuge [1964], las investigaciones fran-c~sas en sociologta de la familia quedan as! limi tadas hasta ladecada de 1970. Cuando existen, competen a otros ambitosse t~ata en ~sp:cial de trabajos sobre la clase obrera 0 se l~~clasifica mas bien en el dominio de la etnologfa [Bourdieu1972]: En el Tr:atado de sociologia dirigido por George~Gurvitch y p~bhc~do en dos vol~menes en 1958 y 1960, obraqu~ se constItuyo en referencia, no se menciona ningunarticulo consagrado a la familia.En los Estados Unidos, la sociologfa de la familia apareceantes que en Eur_opa e~ numero~os trabajos empfricos. En elconte::ct.o?e l~s .ano,svemte y tremta, una de las perspectivasde a~~hsis p~v:legIada es elestudio de la desagregaci6n de lasf~lhas tradicional~s de inmigrantes luego de su Ilegada a lasociedad ~orte?mencan~. Este tern a es abordado por la escue-la de .socI?,logIa de C.hICago, sensible a los fen6menos deurbamza.clOn. En una investigacion comparada -The PolishPeasant uEurope a_ndin America [1918-1920]-, W_L Tho-m~s y F. Zna~18Cki encaran el analisis de las familias deongen flOl~coemtentan. mostrar que la funcion de soIidaridadcomunitaria que la~,amma en un principio desaparece ya enla segunda generacion, Aunque sus trabajos sean mas nume-r?sos que e~,el Viejo Co~ti~ente, los investigadores norteame-ricanos recien.los multiplican significativamente en los afios1960y, mas min, en la decada de 1970 [Michel, 1972J. Se.inicia

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    un proceso de "problematizaci6n" del tema de la familia, quemoviliza ala vez a investigadores, politicos y trabajadoressociales que reemplazan a los medicos, observadores socialesy administradores del siglo XIX. El ejemplo brindad? ~or losEstados Unidos permite identificar esos tres movimientospoliticos y de opinion cuyo ab~:daje f~~or,~ce el ~';lge d~ unatom a de conciencia de la "cuestlOn familiar", tambien venfica-ble en Europa. Llliuadicales, bajo la presion del Movimientode Liberacion Femenina, critic an la division sexual de losroles en la familia, descripta como un espacio autoritario ycoercitivo. Loseonservadores se muestran hostiles a los cam-bios legislativos rela:tivos al divorcio y el a~ort? q~e, en suopinion, amenazan socavar los fundamentos IJ:st1tuclonal~s.!organicos de la familia. Por ~1:imo, lo.sprofesI()n~l~s -pSI~O-logos, sociologos de la educaClOn,mediadores familiares, aSI~-tentes sociales- reivindican el derecho a observar una fami-lia incapaz de resolver porsi misma los problemas que laasedian [Berger y Berger, 1983].En Francia, mas particularmente, la cuesti6n familiar,como en el siglo XIX, resuena plenamente en los debates en : 1momento en que parece resurgir una amenaza que el erect-miento economico sostenido y regular del periodo de 1945-1975 habia heche inimaginable. Expresada en el aumento dela desocupacion, el retroceso de los puestos de trabajo esta-bles, la explosion de los empleos precarios, una nueva insegu-ridad laborallleva a algunos autores a hablar de neopauperl-zacion y resurgimiento de la cuesti6n social [Castel, 1995].Esta nueva pobreza y los procesos de "descalificaci6n social"[Paugam 1991] que la rodean suscitan interrogantes entrelos obse~adores, que los relacionan con la difusion defenome-nos de aislamiento asociados a ciertas forrnas de reestructu-racion familiar. La puesta en evidencia de cfrculos viciosos de \precarizacion y desacreditaci6n c?ntribuye aSi,a reactual.i~ar !cuestionamientos sobre las relaclOnes entre vinculo famIlIar)y vinculo social y, como un siglo antes, son muchos ~osque Iapuestan a laeducacion, ala formacion y, en 10 sucesivo con \mayor claridad, a la especializacion para ponerremedio a las idificultades y conjurar los riesgos de pauperizacion. Las inter-]pretaciones, no obstante, son mucho menos interve?t?0nistas y\los autores disocian mas netamente los aportes teoncos de las]tomas de posicion practices que comprometen valores morales'y politicos. EI hincapie hecho en una postura mas deseos.a de"neutralidad axiol6gica" [Weber, 1965] y en un control activo y

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    consciente del punta de vista escogido por el observador expli-can en parte esa retirada. Pero 10que tambien cambia es lal' forma del compromise, pues el trabajo del investigador seHraduce menos en ambiciones de reforma.El shock demogrdficoEl vigoroso retorno de la escena familiar se ve favorecido parel auge de una disciplina que cump le un papel esencial lademografia {Segalen, 1991]. Son muchos los especialista~ delas ciencias sociales que atribuyen a los datos demograficos lafuerza de imageries sinteticas que reflejan las conmocionesdomesticas. Quienes creenadvertirmodificaciones profundasy duraderas de la familia clasica heredada del siglo XI X fijan suinieio en 1965, ano en que los "sismografos demograficos"enloquecen en casi toda Europa [Roussel, 1987] y mas am-pliamente, en Occidente, segun un movimiento cu~a conver-gencia es notable. Recurrente en Francia [Lenoir, 1985] lainquietud poblacionista atrae en especialla mirada cientifrcasobre la caida de la fecundidad. Debilitada en el siglo XIX , sedescubre que el descenso de la curva de la natalidad prosigueen Occidente, 10 que anula las esperanzas nacidas en laposguerra con el baby boom. En la mayoria de los pafsesoccident ales, ya no se alcanza e1umbral de reemplazo de lasgeneraciones que garantiza una poblacion estacionaria, calcu-lada en nuestro regimen de mortalidad en 2,1 hijos par mujer.En 1994, el indice coyuntural de fecundidad se estima en 145hijos por mujer como media europea, cuando en 1965 ascendiaa 2,72 [Eurostat, 1996]. El retroceso registrado en unos treintaafios es importante, pero su interpretacion sigue siendo delica-da. Era posible que no correspondiera mas que a una merapostergacion, un atraso masivo en el calendario de la procrea-cion. En efecto, si bien la fecundidad nodejo de disminuir antesde los 26 afios, experimento un aumento luego de esa edad.Demografos, sociologos y responsables de las politicas familia-res sevieron par 10 tanto enfrentados a un gran interrogante: lserecuperarian ulteriormente los nacimientos diferidos? La cues-

    ,i ti6n comprom~t!a la defi~cion teorica de_lhecho ~~.il_~~, pues-~to que, en funcion de la respuesta.dada.este se anahzana en laI i continuidad con el pasado 0bien habria que repensarlo segunf unalogica derupturay/o recomposicion. Can elpaso de los afios,poco a poco se favorecio la segunda hipotesis.90

    La diversificacion de las formas familiares serialada por losdemografos proporciona otro dato para captar los nuevasinterrogantes sociologicos sobre la familia. En este caso seinicio un trabajo de redefinicion delas formas devida familiarno basadas en el matrimonio. Desde fines del siglo XIX , la,experiencia medica con con~otacione~ p~iquiatricas apre?en-,dia 10quejuzgaba perteneciente a la orbita de la anormahdadmediante la categorfa de familias "incompletas" 0 "disocia- '.das". Con ello se amalgamaban situaciones heter6clitas de:hijos que no vivian con sus padres, huerfanos, nifios abando- ,:nados, hijos naturales, nifios cuyos pa~res estaban separadoso divorciados [Lefaucheur, 1989]. Incitados porlas constata-ciones demograficas, los soci61ogos toman distancia con res-pecto a las antiguas maneras mora~izantes de ver las .c?sas.Inventan un vocabulario para deslgnar formas familiarescuyo peso cuantitativo va en aumento. A fines de los aiios1970, aparece la categoria de "familias monoparentales" que,entre los hijos de las "familias disociadas", solo incluye ,a.losqueviven con un solo padre. En Europa, y aunque su medl~~onplantee dificultades [Saraceno, 19881, el numero de familiasmonoparentales sufre un fuerte crecimien.to en los aiios 19~0.En 1990 entre los 12 paises de la Comumdad, su proporcions610es inferior al diez por ciento en Portugal y Grecia [Euros-tat, 19961-Se trata principalmente de familias compuestas pormadres que viven solas con sus hijos, La viudez no explica masque una parte decreciente de estas formas devida !ami~iar cuyadifusion se debe mas bien al aumento de los divorcios y lasseparaciones. Al someterle nuevos objetos, la comprobaciondemografica impulsa asi la reflexion sociologica.EI impacto de la demografia no se detiene ahf, AI final dela decada de 1980 se propone otra categoria, la delas "familiasrecompuestas". Esta registra, entre los hijos de las antiguas"familias disociadas", a los que viven con uno solo de suspadres y el conyuge de este -que no es su propio padre 0madre bio16gica- y, eventualmente, los hijos de este ultimo[Lefaucheur, 19891. Debido ala frecuencia y la precocidad delos divorcios y la frecuencia de los nuevos casamientos -enFrancia, uno cada tres en los anos noventa-, las familiasrecompuestas son cada vez mas numerosas, sobre todo en lospaises anglosaiones. Como en el caso de las familias monopa-rentales, su desarrollo genero, en especial del otro lado delAtlantico, una explosion de investigaciones: sobre la base defuentes norteamericanas, Irene Thery afirma queen menos

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    de diez alios se escribieron seiscientos informes de investiga-cion, 135 libros y articulos dedicados al gran publico y 95articulos cientificos, 10 que pone este tema a la cabeza en eldominio de lafamilia [1993a]. En Francia, aunque mas difundi-das que antes [LeGall y Martin, 1993J, estas formas familiarsssiguen siendo minoritarias. Las interpretaciones sobre la signi-ficaci6n del fenomeno son divergentes, y la difusi6n de lasfamilias recompuestas remite a una cuestion teorica central:j lconstituyen tentativas por ''volver a pegar los fragmentos de

    1 una institucion en plena descomposici6n" 0 "encarnan las nue-Ivas tendencias de la organizaci6n familiar"? [Burguiere, 1993]?Debido a su rapidez y concord anciainternacional, los alboro-tos demograficos contribuyen a dar a las investigaciones en eseambito un "tono de urgencia" [Kellerhals y Roussel, 1987J. Lasensacion de una conmocion radical favorece la renovaci6n deinvestigaciones sociologicas sobre la familia. Hoy, como en elsiglo XIX, esta se impone como objeto de estudio cuando se lapuede percibir como una instituci6n en "crisis" y las imageriesmultiples que ofrece de sfmisma dan nuevo vigor al interrogan-te sociologieo fundamental ya identificado en el pasado: ;,comopensar un orden familiar y un orden social en un contexto decambios rapidos observables por los contemporaneos?

    Familia y Estado: el redescubrimientode las solidaridades familiaresEn elsiglo XIX, Durkheim pone el acento en e1pape1jugado parel Estado moderno y sus agentes en la definicion social y 1aestructuracion de la familia, Por intermedio del higienismo, lafilantropia, elfomento de la natalidad y luego, como veremos,de normas de naturaleza cada vez mas psicologica, la esferaprivada entra de manera creciente en el campo de accion de laesfera publica. Durante el sigloxx, en las sociedades occiden-tales, la generalizacion delWelfare State acentua ese fenome-no de definicion ycodificacion de la vida privada. Al mismoil tiempo, garantiza a cada uno de los miembros de la familia~ condiciones de acceso a su autonomia [De Singly, 19j)~a]. ElEstado benefactor, eje de una "sociedad aseguradora" [Ewald,1986], revelo ser, en efecto, un poderoso factor de individua-lizacion. En una sociedad de casi plenoempleo, el Estadosostiene las condiciones de existencia del vinculo socialgra-cias a un sistema extendido de protecci6n social que sustrae92

    a los individuos a las dependencias tradicionales de veci?-dad \y linaje. Sino caduca, esta situacion pare.ce al menos de~lman- ,lte a fines del siglo xx. La menor centrahdad del trabajo en el ,proceso de integracion social se conjuga entonces con el .envejecimiento de la poblacion para volver a poner en cues-ti6n la cobertura estatal de los gastos sociales [Attias-Donfut,1995] Sf hasta los alios 1960 la parte relativa de esos gastoscon r~specto al producto bruto interne, en materia.~e prest~~ciones familiares y servicios de salud y oducacion, crecioconstantemente, a partir de la decada de 1970 tiende alimitarse [Sgritta, 1997].Es en este marco de retroceso del Estado benefactor dondehay que buscar un' tercer factor que ~ontribuyo a pox:~r a lafamilia bajo las candilejas de la actualidad. La redefi~~cI6n dela division de las responsabilidades entre las familiae y elEstado entralia un proceso de recomposicion de las relacionesentabladas entre la esfera privada y la esfera publica. EIdescom promiso progresivo del Esta~o se ve favorecido .~or (yfavorece a su vez) el (re)descubrimlento y la promocion deinstancias capaces de reemplazarlo, a saber, la red de lassolidaridades privadas, puestas en practica por los mi.e~brosde la familia y "olvidadas" en un periodo de erecimientoecon6mico. Esarenovaci6n del interes se nutre dela esperan-za de que las familiae podrfan convert~rse.no .solo en gener~-doras de empleos, sino sobre todo en distribuidoras ~e servi-cios. Caracterizadas por sumar la ventaja de la gratUldad alade formar estructuras sociales elementales aptas para forta-lecer los vfnculos interindividuales, son redescubiertas en elmemento en que otras instituciones 0marcos sociales parecenclaudicantes [Pitrou, 1995}. Se comprende entonces que losdiscursos demograficos sobre la crisis de la institucion delmatrimonio no sean antinomicos de los que claman por unresurgimiento de las virtudes de la fami~ia. ~~ todos mo.d~s,este nuevo "familiarismo" s610tienesentido.si seJor:ela(:lonacoriel fipo defamilia al que apunta. Sin negar elprotectorado-garantizado p o r la familia conyugal, ~os pod~res pubh~osexaltan los vinculos, identificados a partir' de los intercambiosde bienes y servicios, que cada hogar mantiene con su paren- :tela ampliada, de modo que puede ''hab~arse de un oportunoredescubrimiento del parentesco" [Martin, 1995]. Lo que esta :enjuego es menos cientifico que polftico.

    Con todo, varias investigaciones realizadas durante estesultimos afios pasaron revista a los lfmites de una retirada de93

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    las solidaridades publicas. En principio, aquellas permitieroncomprobar que el aliento de Ia asistencia privada debe armo-nizar cone1hecho deque, enrealidad, incumbe principalmen-te a las mujeres [Rossi y Brabanti, 1994J. Si se considera elejemplo del cuidado del nino pequefio enfrentado a una leveenfermedad pasajera, eldebate seestanca: 6hayque extenderde ~anera sistematica el derecho arecurrir ala licencia, conel riesgo de aumentar Ia carga domestica y debilitar Iainversion profesional femenina? Las mujeres interrogadasaunque amenudo tironeadas entre su papel demadres yeldeasalariadas, no consideran ideal esta solucion [De Singly,1993b]. Las encuestas, por otro lado, revelan que la redfamiliar no es un sustituto de las solidaridades estatales. Porsu funcion, su regulaci6n y sus efectos sociales, los intercam-bf6sehtie hog-ares emparentados son de otra naturaleza quelas ayudas dispensadas por los poderes publicos [Deehaux,1995aI. Elparentesco noconstituye unmodele de solidaridadsocial porque noesta en condiciones deasegurar una distribu-cion verdaderamente equitativa de los recurs os: al contrario,incluso puede contribuir a acentuar las desigualdades socia-les [Dechaux, 1994]. La toma a cargo por la familia generaigualmente consecuencias perniciosas para sus beneficiaries,ya que debilita la capacidad de autonomia individual y demovilizacirin de los vinculos que favorecen una integracion yuna promccion sociales [Kaufmann, 1994J.

    2. LA FAMILIA ENTRE EL INDIVIDUO Y LA SOCIEDAD

    La familia: una entidad sociohietoricaLa familia tiende a convertirse nuevamente en un observato-rio privilegiado del vinculo social en sus reductos privados.Los sociologoscontemporaneos se dedican a estudiarla reto-mando al menos dos lfrnites de los padres fundadores. Noseparan las formas concretas dela vida familiar delas formasde la vida social y no disocian el cambio familiar del cambiasocial en el que se desarrolla: la percepcion del vinculofamiliar compromete una percepcion del vinculo social. Elabandono de la gran teoria, ocurrido inmediatamente des-pues de la Segunda Guerra Mundial enbeneficio de enfoquesdernediano alcance-Ias middle range theories deMerton-, no94

    se traduce en el olvido de los gran~es principios de an.alisisutilizados por los sociologos del siglo XIX. para estudiar lafamilia. La renovacicn. de todos.m?d~s, es Imputable en granmedida a los aportes de otras disciplines- La tesis de Ia nuclearizaci6n familiar (Pars0n.s~.La ~esisdela contraccion progresiva del tamafio de l~familia OCCIdentales desarrollada por el soctologo estadoumdense Talcott P~,r-sons (1902-1979) ya menudo sela interpreta c~~o c':!TonaclOndela tradici6nciasica. Parsons ve en la familia nuclear unroducto especifico de Ia modernidad. ~omo Engels,. Ma.r_x,~ocqueville, Comte yDurkheim, que co!,!clbenIaorgamzaclOndomestica como una variable dependlente. de la estruct;trasocial, sostiene que la revoluci6n industnal ,~ransformo 1~instituci6n familiar. Cree advertir una reduccIOnen ~acanti-dad de sus miembros yuna transferencia de sus funClOnesenbeneficio deotras instituciones. Esta enmarch aun proceso de ,diferenciacion social, de multiplic~cion de los agentes quecumplen una misma funcion: organIsmos, tales comoe1Esta-do, la escuela, Ia empresa y losmass media ent!an en compe- itencia con la familia, tanto en materia educatIva com? en laesfera productiva, Este primer fenomeno esta correlacionadccon otro, elde la ~isminuci6n de Ia ca~tIdad de los p~entes.EI sistema de parentesco notteamencano se orgamz~ e~en~cialmente en torno de su dimension conyugal. Es es~aultimacaracteristica la que hace deesevinculo la,clave deboveda delsistema estadounidense: este esta "exclu~IVamente compue~-to" por familias conyugaies "que encaJan ll~as en ot:as ,sostiene Parsons [1955}. Involucrado en el fenomeno unIver~sal de la prohibicien del incesto, ~~o,por 10 tanto, est~normalmente vinculado con dos familias ~o~1Yugal:s.La p_n-mera es aquella en que nace, Hamada famll~~de onel!t~clOn.La segunda sedenomina familia deprocreaclOn.yseorigma enel casamiento de Ego. La familia conyugal ~tfPlca"v.lveen u?-hogar independiente, con recursos economICOSpropios reUnI-dos gracias al proveedor de ingre~os de la casa, al m~r~e~ de"cualquier vinculacion particulansta con sus padres [~b~~.).A .cio de Parsons el aislamiento estructural de la familiaco~~gal senala su preeminencia en el espiritu de ~osactoressociales. Ego esta "en primer lugar apegado a s~ conyuge Yalos hijos de ambos" {ibid.]. C.om?~l norteamencano de 1830descripto por Tocqueville, el individuo adulto presentado porParsons atribuye mas importancia al vinculo conyugal en la

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    medida en que se afloja la conexirin con sus mayores ycolaterales. En Francia, la recepci6n del texto parsoniano,men os traducido que en otros paises, se detuvo menos en esteaspecto teorico que enla division sexual delas tare as educativasy domesticas [Michel, 1972]. Parsons hace hincapie en el hechode que la pareja se encuentra en una "relacion disimetrica conrespecto a 1a estructura profesional" [1955J y 1a funcion deproveedor deingresos corresponde a~hombre. En l:'les.te1a~e laspalabras deTocqueville yComte, atnbuye a esta dis~nbuclOn delas tareas, instrumentales para el hombre y afectivas para 1amujer, una mayor eficaeia de funcionamiento del grupo.Si el analisis de Parsons no deja de recordar e1de Tocque-ville entre sus trabajos se registra no obstante una diferenciasensible. Para el primero, e1termino de la comparacion no esla sociedad europea tradicional sino las sociedades "arcaicas"estudiadas por 1aantropologia anglosajona. En cambio, comoTocqueville y Durkheim, subraya la originalidad del tipofamiliar que estudia y le parece radicalmente nuevo, "sinequiva1encia en ninguna sociedad arcaica" [ibid.]. Esta in.sis-tencia en poner de relieve el caracter novedoso de su objetoremite a un corolario de su tesis sobre e1encogimiento delgrupo domestico: la familia norteamericana contemponinea,puede cumplirfunciones ineditas que armonizan con las de la:'sociedad moderna, que la ha producido. Conceptualmente~mas acabada que la de Tocqueville, la sociologia parsonianade la familia se basa en lapuesta en valor de dos funcionescentrales. Por un lado, el autor hace hincapie en el proceso desocializacion primaria, la interiorizacion por parte del ninode los valores de la sociedad en que nace. Por medio del amorde sus padres, el nino progresa en la escuelay se integra ~n elgrupode sus pares de edad. Aprende a desarrollar asi lasmotivaciones necesarias para su exito personal, condicionindispensable de su integracion en una sociedad fundada enla realizacion [Bawin-Legros, 1996}. Por otro lado, Parsonssostiene que la vida depareja y la de familia pueden asegurarlas condiciones del mantenimiento de la estabilidad de laspersonalidades adultas. Dicha funcion supone que los miem-bros de la parej a se elijan de acuerdo con sus inclinaciones, yaque el romantic love complex rechaza elmatrimonio arregladoy el control de los padres: las "tendencias afectivas" debenliberarsede la serie de restricciones que hist6ricamentelimitaron su expansi6n. En la civilizacion norteamericana,seriala elautor, "laternura no es compatible con la coacci6n"96

    y el amor por el otro es la expresi6n de una elecci6n estricta-mente personal [1955].La toma en consideraci6n de estas dos funciones le hacedecir que ese tipo de familia no s6lo esta adaptado a lamovilidad residencial y profesional de las clases medias urba-nas, sino que contribuye ademas a producir un individuocapaz de auto control y accion en una sociedad liberal ydemocratica, Yel analisis de esas mismas funciones le penni-te tambien develar las tensiones internas, con 10 que evita dara su cuadro un cariz demasiado pacifico. En efecto, si el ninoes el objeto de un mayor afecto y decuidados mas importantes,tam bien esta sometido desde su mas tierna infancia a unacoaccion: las relaciones que mantenga con elgrupo de sus paresseran relativamente independientes del estatus de su familia.Tendra que encontrar su lugar por sus propios medios. Asi, porejemplo, entre la primera socializaeion yla entrada en lavida depareja, la adolescenciay lajuventudno constituyen iinicamenteperiodos de aprendizaje de la vida adulta, sino tambien epocasdefuertes tensiones entre la dependencia afectiva parental y laorientacion hacia la obtenci6n del estatus personal: son esastensiones, segun Parsons, las que permiten explicar ciertasconductas juveniles como la irresponsabilidad, el gusto por e1placer 0 la intensa busqueda del arnor romantico. El contrasteentre la importancia de los padres para la construccion de lapersonalidad del joven, por un lado, y Ia inadecuaci6n objetivade la situaci6n de aquellos cuando se trata de sostenerlo en elexterior, por el otro, es sorprendente: "La importancia de losvinculos familiares se fortaIece, pero la necesidad de liberarnosde elIos se destaca vigorosamente" [ibid.1. Se enuncia asi unaparadoja de Ia familia conyugal contemporanea, Como vere-mos, otros autores la destacaran. La critica delgrupo de Cambridge. El aporte de la demogra-fia historica y la etnologia se inscribe en una crftica enprofundidad de la vulgata de las tesis elaboradas durante elsiglo X IX y prolongadas en el siglo xx con la sociologia deParsons. Aprincipios de los afios 1970, los investigadores delgrupo de Cambridge ponen a punta un metodo para clasificarlos hogares europeos del periodo moderno en funci6n de sutamafio y su estructura. EI trabajo pretende enviar almuseode los mitos socio16gicos la tesis de la nuclearizacion de lafamilia occidental. A partir de censos de cien parroquiasinglesas.curbanas y rurales, estudiadas a 10 largo de un

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    perfodo que va desde 1574 hasta 1821, estos investigadoresdistinguen cinco tipos dehogares [Laslett, 19721. Los hogaressimples 0 nucleares estan compuestos por una sola unidadconyugal completa -esposo y esposa con hijos 0 sin ellos- 0incompleta -viudo 0 viuda con hijos-, con la exclusion decualquier otro individuo emparentado. Las familias exiensasreunen una unidad conyugal y uno 0varios parientes corresi-dentes. Las familias multiples estan formadas por dos 0masunidades conyugales. Los hogaressin estructura no implicanuna unidad conyugal y estan constituidos por individuos quetienen -0no- otras relaciones de parentesco. Por ultimo, loshogares solitarios solo cuentan con una sola persona, conpersonal dornestico 0 sin el, EI recuento detallado demostroque, en el89 por ciento de los casos, el mimero de individuosque vivian en cada hogar oscilaba entre cuatro y seis y entre1574 y 1821 esta cifra se mantuvo constante. El porcentaje defamilias complejas, extensas y multiples permanecio estableen torno del diez por ciento. AI ampliar la investigacion a todaEuropa, se calculo que el tamaiio de los hogares era sensible-mente identico, salvo casos excepcionales. Estos resultados nopodian interpretarse mas que mediante la formulacion de doshipotesis que seexduian mutuamente: 0bien la familia extensaes anterior al siglo XVI y se remonta a la Edad Media, 0 bien lafamilia nuclear es un rasgo europeo, un invariante que no debe':nada a la modernidad. En ambos casos, para Laslett y suscolaboradores, la industrializacion no ocasiono la reduccion deltamaiio y la simplificacion de la estructura de los hogares.Los descubrimientos de los investigadores britanicos con-tribuyeron a modificar la percepcion delas relaciones comple-jas que vinculan elcambio social yel cambio familiar, relacio-. nes menos lineales de 10 que 10 pretendian las sociologias.clasicas 0 la de Parsons. Otros trabajos [Goode, 1963] yahabian mostrado que la familia no es el objeto pasivo de lasmutaciones sociales, sino un actor que contribuye a definir lasmodalidades y las direcciones del cambio, de las que no estadesconectada. Contrariamente a la sociologia,la etnologiaevita considerar la familia del siglo XI X como elproducto unicoy excepcional de mutaciones tambien unicas yexcepcionales.Esto se explica por su desconfianza hacia el pensamientoideal-tipico tan apreciado por la sociologfa clasica, como 10hemos vis to al presentar sus tipologias coinparadas de losvinculos familiares y sociales. Donde un sociologo considerafecunda la distincionentre la comunidad y la sociedad, un98

    etnologo la juzga aproximativa. La adopcion de grandescategorias opuestas termina por exagerar la especificidad y launicidad de esa configuracion que es la modernidad [Goody,1983]. La tradicion se convierte entonces en una medida como-da, construida demanera acritica [Hobsbawm y Ranger, 19831. El nacimiento de lafamilia moderna. Tambien loshistoriado-res contribuyen a reanimar los estudios sociologicos sobre lafamilia. Hacen de est a uno de los objetos de sus investigaciones,cada vez mas fragmentadas, segun su propio testimonio. Du-rante mucho tiempo considerada como de la orbita de un sectormenor, destinada ala erudicion nostalgicay reaccionaria [Bur-guiere, 1986],la familia se convierte en uno de losterritorios delhistoriador cuando la disci plina dej a de concentrarse en lahistoria de las elites y se abre a una historia de toda Iasociedad.A diferencia del grupo de Cambridge, la historia socialcentra su atencion en otros elementos que el tamafio y laestructura de los hogares: la vivencia, la mentalidad, el tipo derelaciones entabladas en la familia Ie parecen igualmenteimportantes, y el interes que va a mostrar por ellos influ ira entodo un sector de la sociologfa familiar. Si los datos estadfsti-cos y demograficos proporcionan imagenes preciosas de lasfamilias del pasado, los historiadores promueven el estudiocomplementario de otra dimensi6n: al privilegiar el analisisde las relaciones familiares internas y las configuraciones desentido asociadas a ellas, destacan la necesidad de no confun-dir la estructura de los hogares con su funcionamiento inter-no. Recomiendan dar muestras de una actitud critica conrespecto a los datos puramente morfologicos y desconfiar delos presuntos invariantes, en virtud del hecho de que la"estabilidad de la forma residencial oculta cambios enormesen la realidad de las relaciones humanas" [Stone, 1977]. AIcambiar de punta de vista, los historiadores de las relacionesfamiliares, comoAries, Stone 0Shorter, sinian por 10 tanto enel nucleo de sus trabajos las mutaciones del interes que losactores demuestran por la vida de familia. Shorter [19771afirma as! que el sentimiento experimento una excrecenciaimportante y conquisto la familia hacia la segunda mitad delsiglo XVIII, mientras que, segun Stone [19771, ese tipo senti-mental familiar habrfa surgido alrededor de 1620. Mas alla delos desacuerdos relativos a la periodizacion, el enfoque pre-senta grandes meritos: prosigue la interpretacion de lasconsecuencias de la modernidad sobre el funcionamiento del

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    rnundo domestico iniciada mas de un siglo antes. Entre loselementos que marean el nacimiento de un modelo especificoderelaciones familiares, pueden seiialarse la desaparici6n delmatrimonio arreglado en beneficio del casamiento por arnor[Shorter, 1977] y e1 surgimiento de la figura del nino rey[Aries, 19601, dos territorios de investigacion en los queCornte y Tocqueville habian ernpezado a aventurarse. Estosenfoques, en efecto, tienden a prolongar el pensamientosociologico de los autores clasicos,Consideremos el ejemplo de Aries. En su libro EI nino y lavida familiar en el Antiguo Regimen [1960], opone las socie-dades tradicionales a las sociedades industriales, caracteri-zando los tipos familiares que cobijan. La demostraci6n seapoya en dos elementos; por una parte, y ese es el sentido dela extensa investigacion hist6rica realizada, el autor traza elrepertorio de los numerosos signos del nacimiento del senti-miento de la infancia: el estudio de las fuentes iconograficasmuestra que la sociedad medieval se representaba mal alnifio. AI analizar la forma de la vestimenta infantil, el conte-nido de los juegos que se les proponen y la produccion de unaliteratura con miras pedag6gicas, concluye en la emergenciade una preocupacion educativa manifestada por los adultos.A partir de los siglos XVII y XVIII, se irnpone la conciencia de laparticularidad de la condicion de la infancia: el descubrimien-to de su inoeencia y debilidad va a la par con el deber depreservar una y armar la otra. Por otro lado, Aries rnuestraque, para alcanzar ese objetivo, se confia a la escuela y elcolegio la misi6n de separar cada vez mas a los nifios de lasociedad de los adultos, proporcionarles una formacion tantomoral como intelectual yencauzarlos gracias a una disciplinamas rigurosa, eficaz y racional.Lo que sorprende a Aries es la concomitancia de esos dos6rdenesde hechos, uno que pareee privado y el otro quecompete mas bien a una logica publica. Parad6jicamente, elniiio adquiere a los ojos de sus padres una nueva importanciay se convierte al mismo tiempo en objeto de cuidados y signosde afecto en la medida en que se escolariza, La insistencia deAries en poner de manifiesto ese vinculo 10asocia ala tradi-cion sociologica, a punta tal que es posible situarlo en ellinajeteorico de Durkheim [DeSingly, 1993a]: tan proximos son losrumbos de uno y otro. En efecto, tambien Durkheim atribuiaa un factor exterior ala familia, elEstado, un papel importan-teno s610 en la estructuracion de las relaeiones familiares,100

    sino en el nacimiento mismo de ese tipo sui generis que es lafamilia conyugal. Para ambos autores se impone una conclu-sion: a medida que se vuelve cada vez mas publica, porintermedio del Estado y la escuela, la familia se privatize.

    El impacto de nuevas metodologiasLos trabajos de los historiadores de las mentalidades invita-ban a los sociologos a lanzar una nueva mirada al funciona-miento intemo de la familia, en un momento en que latradici6n clasica de esta habia caido parcialmente en el olvido.Tambien les hacian descubrir nuevos materiales que destaca-banla eonstruccion del espacio privado en la sociedad burgue-sa, pero igualmente en perfodos historicos y regiones geogra-ficas alejadas. Como continuidad de los estudios pioneros deAries, Georges Duby en primer lugar y luego Michele Perrotcon otros colaboradores se consagran a examinar el mundo dela intimidad domestica en la monumental Historia de la vidaprivada [1985-1987J. A falta de archivos que dejen asomar lavida cotidiana de las familias contemporaneas, a falta deexpectativas de leer ese funcionamiento en las categoriasestadfsticas de los estudios cuantitativos, los sociologos, parasatisfacer la curiosidad suscitada por su lectura de los histo-riadores, van a echar mano a nuevas herramientas. La socio-logia de la familia aprovecha entonees una coyuntura favora-ble, ya que la misma disciplina madre esta en mutacion, Haciafines de los aiios 1980, los sociologos empiezan a valorar unenfoque mas constructivista del vinculo social y a abrirse ametodos mas cualitativos de recopilaci6n de datos.Se registra un triple desplazamiento =-epistemologico,te6rico y metodol6gico- en la forma de concebir la sociologiade la familia. Es posible ilustrar esta mutaci6n comparandocon obras mas recientes el contenido de un libro que, desde suaparicion, representa en Francia un hito insoslayable delaprendizaje del ofieio de sociologo [Bourdieu, Chamboredon yPasseron, 1968J. Validos de una teoria fuerte del mundosocial, los autores del Metier du sociologue eonsideran alindividuo como un agente social, dotado de disposiciones du-raderas y permanentes, adquiridas durante su socializaci6nprimaria yvariables con su perteneneiade clase. Ala vez que

    prop one una critica saludable de ciertas aplicaciones mecanicis-tas de los metodos cuantitativos de recopilaci6n de datos, este101

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    .......__._enfoque nopuede sinovalorar un ''buen uso"del cuestionario ylaestadistica. En efecto,estos permiten objetivar las conductasal relacionarlas conlas formas decapitales deque disponen losagentes sociales, prioritariamente los capitales economicos yescolares. Estas riquezas traducen su posici6n en un espaciosocial jerarquizado. Muy en particular, 10 real se consideradesde la perspectiva del determinismo de clase: se opone a 10ilusorio, al orden de la representacion [Corcuff,19951.En 10 sucesivo, con el retorno del actor social al escenariosociologico, esta concepcion del oficiodel sociologotiene com-petencia. La inversion se efectua en multiples planos. En unprincipio, los sociologos prestan una nueva atencion a lasidentidades personales, ala vivencia: la historicidad se captaen el nivel del sujeto que nombra el mundo y concurre aelaborar las normas que rigen su vida. En el marco de lasocializacion secundaria, la construccion identitaria en elseno de la familia ilustra un proceso inconcluso, en devenir[Dubar, 1991;Dubet, 1994;De Singly, 1996al. El estudio delainterdependencia de los individuos en la estructuraci6n dela identidad de cada uno prima entonces sobre elestudio de 10que los separa y distingue.Elsurgimiento deeste tipo deenfoques contribuye enparteal retroceso de las investigaciones cuantitativas y a la explo-taci6n tipologica de los datos -procedimiento difundido du-rante mucho tiempo en sociologia de la familia [Kellerhals,19871-. Esas investigaciones fueron victimas, sin duda, desus elevados costos, 1 0 que hizo que la mayoria de las vecesquedaran reservadas a las grandes instituciones -en Fran-cia, por ejemplo, al Instituto Nacional deEstudios Demogra-ficos y el Instituto Nacional de Estadistica y Estudios Econo-micos- pero, sobre todo, se las critico debido a que elcuestio-nario contribuia a aislar arbitrariamente a los individuos yofrecia de ellos una vision parcelada [Grumbach, 1988]. In-fluida por la sociologia urbana norte americana y un(re)descubrimiento de la sociologia alemana por intermedindelinteraccionismo simbolico yelconstructivismo estadouni-_dense, la metodologia de recoleccion de datos adoptada desde, los afios 1980 da un nuevo impulso a los trabajos sobre lafamilia. Evocadores del modo deinvestigacion valorada por el

    -antropologo norteamericano Oscar Lewis [1978],lostrabajoscontemporaneos combinan la reunion devivencias de los acto-res dela familia can la observaci6n in vivo, en ocasiones, de losmodos de funcionamiento de la vida domestica [Schwartz,102

    1990], 10 que supone la realizacion de estudios intensivos enmuestras de pequefio tamaiio. En funcion de sus orientacio-nes y de las dificultades asociadas al terreno, los sociologosseleccionan preferentemente una herramienta de investiga-cionyordenamiento de las palabras recogidas. Anne Gotman,por ejempio, traza retratos de familias mediante la reconsti-tucion de las logicas de apropiaci6n de una herencia. Estaopcion le permite modelizar los relatos delos actores socialesque son los herederos, poniendo de relieve su relacion con la'transmisidn. Lejos de tomar en consideracion el determinis-rnodevariables comola edad, elsexo, la categoria socioprofe-sional, etcetera, la autora define estilos de razonamientoligados a configuraciones de variables. Los modelos elabora-dos "no pretenden, porlo tanto, ser exhaustivos, sino indica-tivos de la diversidad de las disposiciones a la transmision"[1988).La critica del determinismo lineal de variables pesa~dasyla tentativa de proponer un enfoque alternativo son aunmas pronunciadas en eltrabajo deBernard Lahire [1995].Alexaminar la transmision intergeneracional de los valores ynormas, decide estudiar la relacion de los nines de las clasespopulares con la escuela primaria. A partir de la comproba-ciondeque en esos ambitos elexito, aunque estadisticamenteimprobable, es posible, e1autor se dedica a descubrir otrosfactores de exito 0 fracaso al margen delmedio social. Detalmodo, toma en consideracion ciertas configuraciones familia-res e integra en su analisis, entre otras cosas, las forrnasdeautoridad familiar 0 la inversi6n pedagogica parental.Pese a no desaparecer, el dispositivo explicativo y objeti-vante se enfrenta a Ia competencia de una logica mas. com-prensiva, mas geneal6gica, centrada en la production de lasnormas que construyen el grupo familiar.

    3. LA FAMILIA: lAlIN Y SIEMPRE UNA INSTITUCION?Un debate te6rico contemporaneo ilustra perfectamente lamanera en que la sociologia combina el aporte de una tradi-cion con intuiciones innovadoras. Las teorias soeiologicascontemporaneas siguen tomando de los fundadores de1adisci-plina una actitud fundamental cuando sus debates se refierenalcaracter institucional dela familia. Existe una diversidad depuntos de vista, y las rnaneras de pensar 10 institucional y laexpansi6n individual en la familia contemporanea llevaron

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    particularmente a ciertos autores a hablar dedesinstituciona-lizacion familiar, entrada que forma un ejeposible para clasifi-car las teorias sociol6gicas de la familia [Dechaux, 1995b].

    La instituci6n quebrantada6C6mollega a pensarse elquebrantamiento de la institucionfamiliar? Tambien aqui la demografia cumple un papel deci-sivo [Micheli, 1995]. Para captar las mutaciones, esa discipli-na examina la desestabilizaci6n dela instituci6n matrimonialy su dec1inaci6n [Bozon, 19911.Descubre las transformacio-nes asociadas a losmodos de entrada en la vida matrimonial,comprobando que los primeros casamientos nos610se torn anmenos numerosos sino tambien mas tardios. La edad mediadelas primeras nupcias avanza entodos lospaises dela Vni6nEuropea, especialmente desde 1975: de 23,2 afios para lasmujeres y 25,9 para los hombres en 1970, paso a 26,1 y 28,5afios respectivamente en 1993 [Eurostat, 1996]. Paralela-mente a esta transformaci6n de la entrada en elmatrimonio,se desarrollan formas parainstitucionales de vida de ados.Siempre en Europa, la cohabitaci6n se impone pocoa pocoypasa a convertirse en costumbre [Malpas y Lambert, 19931.Asociada a su desarrollo, se observa una fuerte progresi6n delos nacimientos extramatrimoniales, que constituian el 8,8por ciento del total en 1980, el 16 por ciento en 1987 y elveinte por ciento en 1992 [Eurostat, 1996]. En Francia, eseporcentaje eshoy superior a un tercio. Finalmente, un ultimoindicador import ante relative a las transformaciones de lainstituci6n concierne a la fragilizacion del vinculo matrimo-nial. Aunque las diferencias entre los distintos pafses seanimportantes, las rupturas de la uni6n crecieron en Europadesde ciento setenta mil en 1960hasta 636 mil en 1993. Porsinecdoque, la declinacion del matrimonio se convierte paraalgunos en el indicador mas vigoroso de la decadencia de lainstitucion familiar yla fragilizaci6n del vinculo de la familia.No todos los soci6logos interpretan de la misma maneraestos hechos. Para algunos, manifiestan esencialmente unatendencia que hace que la familia, antes instituida, pase aestar hoy "desinstituida" [Tahon, 1995]. AIanalizar los cam-biosdesde la perspectivade .la.ruptura, y segun un rumboclasico consistente enoponer dos fases hist6ricas, el tiempo delas certidumbresasimilado a la tradicion y el tiempo de las104

    incertidumbres asimilado a la modernidad, Louis Roussel sepregunta si los cambios demograficos hoyvigentes nocorres-ponden, a escala de los paises industrializados, a una menoreficacia reguladora de la instituci6n. EI concepto se aprehen-de aqui en el sentido fuerte: en el hombre, 1a institucionreemplazarfa el instinto del animal y garantizarfa al indivi-duo su supervivencia en sociedad. Sin ese punto dereferencia,la desinstitucionalizacion amenazaria elvinculo social.

    La instituci6n al seruicio de los indiuiduosCiertos autores analizan la relaci6n entre el individuo y lainstituci6n desde otra perspectiva. En continuidad con losestudios de los historiadores, otorgan a los sentimientos unlugar preferencial en el surgimiento de la familia contempo-ranea: la toma en cuenta del individualismo afectivo los llevaa resituar varios fen6menos demograficos en su profundidadhist6rica y mostrar asi que las estadisticas no hablan por simismas [Kaufmann, 1993]. Este punta de vista es sensible ala transformacion delas relaciones entre los sentimientos ylainstituci6n a 10 largo de los siglos [De Singly, 1988]. En unprincipio desconectados, el arnor y elmatrimonio se imbrica-ron durante el sigloxxpara volver a disociarse en los ultimos ,afios. Es esta nueva configuraci6n la que permite dar cuenta(de la desafecci6n relativa de los individuos con respecto a la /institucion, la postergaci6n de la entrada en ella, elretroceso 'deloscasamientos, elboom delacohabitaci6nyel aumento delos divorcios. Combinado con un enfoque constructivista sen-sible al trabajo que los actores sociales realizan para conver-tirse en sujetos, este analisis quiere responder una preguntacentral: iporque siguen los individuos viviendo en parejacuando se reunen varias condiciones susceptibles de ocasio-nar la declinaci6n de la esfera familiar? Los indicadoresdemograficos, por cierto muy ilustrativos, no pueden ofreceruna entrada exclusiva para comprender los hechos familia-res, ya que las mas de las veces solo se interesan en sumorfologia y permiten creer en una pulverizacion del mundodomestico: cohabitacion, familias monoparentales, familiasrecompuestas. De Singly desecha este diagnostico cuandopostula que el modo de construcci6n del mundo domesticopuede comprenderse por medio del concepto defamilia conyu-gal,modelo dominante que sedeclina enformas demograficas

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    ------------------- -------------------------plurales, En el siglo XIX , los casos considerados patol6gicosservian a Comte como reveladores de las formas farniliaresnormales. En nuestros dias, De Singly practica una lectura delas estadisticas en una perspectiva contigua: la toma en\consideraci6n delas nuevas formas familiares nocancela, segunel, la tendencia principaL La cohabitaci6n y las recomposiciones

    \'familiares manifiestan con nitidez la persistencia del modelo dela vida conyugal, aun cuando impliquen una disociaci6n entrelogicas privadas y formas juridico institucionales.La desconexi6n de las costumbres familiares de las insti-tuciones que las gobernaban permite a las familias contem-poraneas cumplir nuevas funciones, y a los sociologos que lasobservan atraer la atenci6n sobre nuevas apuestas y conside-rar de otro modo el cambio familiar. AI mismo tiempo queidentifica el rol familiar clasico de contribuci6n al manteni-miento de la reproduccidn bio16gicay social dela sociedad, DeSingly pone el acento en una funci6n que cobra una amp1itudoriginal: la de s()~t~niMnt~tario en el tie1l1P(u:ort99e.Jafamilia cOliyugal ysusdescendfentes ma,s~Ueg'!Qgs. Deh-E!cho ; - aUna sociedad que toma como modele de las relacio-nes sociales la psicologia, corresponde una familia que debegarantizar a cada uno, mucho mas que en el pasado, ampliasisatisfacciones individuales: la familia encuentra sujustifica-cion si logra crear las condiciones para la expansion de cadauno de sus miembros [De Singly, 1993al. La vida de parejaperdura porque cumple esta funcion de sosten identitario.Contrariamente a una idea habitual, esa vida se ha conver-tido en la referencia de la idea deintimidad, de la que Comtetransmitia un primer esbozo, porque la existencia solitariano representa un verdadero modelo de vida alternative[Kaufmann, 1993J. La que se valora es el calor del hogar, yaunque ya no implique el casamiento, se Ie atribuye noobstante una action sanitaria y moral innegable: hoy, 10,/mismo que hace un siglo, la integraci6n familiar se revelaj;'protectora para los individuos [Besnard, 1997J.Si los integrantes de una familia desean que se los defina

    ! menos por sus lugares y roles respectivos que por su vivencia. compartida, la mirada sociol6gica, para ser consecuente, debeenfocarse en la manera en que se crean las norm as queaseguran satisfacciones a todos y como responde (0 no) elprojimo a esta busqueda de conocimiento des! mismo. Cons-ciente de las nuevas apuestas, e1estudio apunta a las interac-ciones finas entre los actores familiares; en el plano de la106

    pareja, su examen devela las dificultades que experimentansus miembros para conciliar la exhortacion a la autonomiapersonal y la busqueda de sosten [Caradec, 19961.Como Parsons, estos sociologos transmiten un cuadro delfuncionamiento del mundo domestico menos idilico de 10 quepodria imaginarse: la puesta en evidencia de la funci6n desosten identitario de la familia contemporanea revela simul-taneamente sus contradicciones intern as. Si es cierto que el I."individuo puede ser (tener la sensacion de ser) el mismo por \mediacion del otro, tambien 10es que "los vinculos de depen-dencia son necesarios y al mismo tiempo se los niega" [DeSingly, 1993aJ.

    La instituci6n absorbida en el individuoA la vez que orienta el analisis hacia el funcionamientocotidiano de Ia vida de pareja, Jean-Claude Kaufmann estu-dia las conductas de los individuos a partir de otro punta devista. Para el autor, el comportamiento en familia no esunicamente el producto de la negociacion y la explicitaci6n delos criterios de satisfaccion, Asi, el estudio de la parejaobservada en sus gestos mas minimos, la realizacion de las \tareas domesticas, por ejemplo, devela el rol fundamental'jugado por 10 no dicho, todo loque se incorpora y, ~1c:QIlVflJ:"tir-se en sOE_ortederutinas-;-estrllctjira la vig~_gl_aos: la eleccion Jerua instltud6n- n o erosi9n!:l.Su}ger-zaregqladora,sino quela Jdesplaza desde:Eliex:terior delindividuo hacia suinterior. Laperafdadelnfluj 0de la institutiori no condena a 108 individuosa viviren un vaciofamiliar. El autor muestra hasta que puntola identidad personal se estructura sobre la base de unconjunto de ihabitos incorporados que se transforman enautomatismos a fin de evitar la puesta en cuesti6n de laorganizaci6n domestica y conjurar los riesgos de la anomia enque podria hundirse cualquier vida de ados. Tirone ados entreel deseo de compartir territories comunes y la reivindicacionde un derecho a disponer de espacios persona1es, los espososreconstruyen sin cesar su vinculo gracias a las rutin as conyuga-l%~!'l_~_poderosas sedimentaciones dehabitos.Al.analizar unavieja pareja'-;Kaufii'lann-'--da-un-s-entidoa-uriiVidi que a prime-ra vista pareceria anodina: "Cada mafiana, Louise y Louis-Marie rehacen su mundo. Siempre elmismo. Pero sin estaperpetua repetici6n, no serian sino abstracciones. Por fragmen-

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    tos, las palabras simples recuerdan cuales son sus opiniones,sus gustos, sus pesares, sus esperanzas: su verdad" [1989J.

    Serfa abusivo reducir este enfoque al analisis de las viejasparejas. Los argumentos conciernen a otras etapas del cicloconyugal, comola formacion de lapareja Iuegode los primerosencuentros. AIreferirse a George Herbert Mead, Kaufmannafirrna que el conocimiento del otro miembro de la pareja seinscribe en un proceso cognitivo activo, en que cada unodescubre al otro en la interaccion, en la relacion con el sujetoquemira y aetna. Durante ese proceso, elpartenaire "tipifica"[Berger y Luckmann, 1986] al otro que todavia Ie es extraiio,determina conquien tiene queverselas yadopta una conductaapropiada. Las reglas de clasificacion se transforman enreglas de conducta que asumen unaimportancia capital paralosmiembros dela pareja ysus futuras relaciones. Los iniciosdel vinculo "dibujan las grandes lineas y encierran el porve-nir, a veces con una prontitud e intangibilidad dramaticas"[Kaufmann, 1991]. En la inconciencia de los primeros dias seforman los habitos, se constituyen las rutinas, se definen lasreglas de comportamiento gracias ala tipificacion reciproca.Cuando a continuaci6n ambos se instal an bajo un mismotecho, la integraci6n de la pareja pasa por la definicion delreparto delas tareas: luego delas experiencias, los gestos, loshabitos y las normas, que se constituyen en un crescendo, seforman los clivajes internos y se especializan los roles [1992;1997]. Entonces, elmundo vivido es convalidado ilia tras iliapor los gestos que se convierten ineIU'ctablementeenfrag-mentos de identidad que guian a su vez la acci6n enel mundodomestico. Cuando masse acerca Kaufmann a Durkheimes al dar cuenta de la eficacia reguladora de la instituci6n:lacaso no afirmaba ese padre fundador de la sociologiafrances a que "el centro de gravedad de Ia conducta esta enla region de los habitos" [1925]?

    Estabilidad y continuidad de la instituci6nLa cuarta actitud con respecto a la familia comprendida comoinstitucion seinscribe en otra tradicion intelectual: la sociolo-gia del parentesco se desarrollo en los ultimos aiios en oposi-cion explicita a las teorias sociologicas delafamilia delos afioscincuenta a setenta, en particular la de Parsons. Sepresentamas bien como una tentativa decombinar losaportes de la108

    etnologia con los de la demografia historica. Sin embargo,. algunos de sus puntos de partida son tipicos de la sociologiadurkheimiana. Esta corriente toma nota del heche de que,aunque "deslegalizada", la familia "sigue siendo una institu-cion inscripta en la sociedad" [Segalen, 1987]. Esta vocacionde la familia por mantener en marcha el sistema social no esotra cosa que la consecuencia del axioma de que "no puedeexistir una sociedad puramente contractual, y es preciso quela familia, bajo la forma que fuere, contribuya al funciona-miento del sistema social" [ibid.]

    Su originalidad, en cambio, obedece menos al hecho deconcebir la familia comoun cuerpo mediate entre elindividuo I10 social que a la idea de que no podria serlo mas que con lacondicion de inscribirse en el tiempo largo de la filiacion yenla red de la solidaridad familiar ampliada. Por esta razon, la )unidad de observacion ya no es el conjunto de las interaccio-nes anudadas entre los miembros dela familia conyugal, sinolas que se tejen entre los integrantes del parentesco. AIcomprobar la insuficiencia de la familia conyugal para asumirlas funciones de cohesion e integracion sociales, algunosinvestigadores atribuyen ala profundidad intergeneracionaluna aptitud superior: el parentesco es una estructura masamplia, transversal porque se extiende mas alla de la pareja"a las generaciones anteriores y posteriores y a los colatera-les" [Segalen, 1991]. La estabilidad del grupo familiar sebusca explicitamente eneldescubrimiento deotras formas desolidaridad al margen de las conyugales: "La inestabilidad,las rupturas y las constituciones de uniones sucesivas nologran desgastar ni desanudar los vinculos familiares entregeneraciones" [Pitrou, 1995]. Losvinculos verticales superanen eficacia a los horizontales, . '. . .. ......C-Frentea lasiiiutacionesrecientes, los sociologosdel paren-tesco adoptan una actitud poco alarmista: para ellos, lafamilia contemporanea no esta en crisis, ya que sigue cum-pliendo las funciones sociales de reproduccion, asegura unasociabilidad fuerte y una transmisi6n intergeneracional ycontribuye a la insercion de los individuos en el mercadolaboral y los protege contra sus riesgos.

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    _----. . . . . .---4. Lo FAMILIAR. ANTE LA PRUEBA DEL INDIVlDUALISMO AFECTIVO sin algunas vacilaciones" [Roussel, 1989J. Los roles farniliaresdejan de ser claros para cualquier hijo de vecino y aumentanlas expectativas individuales. La vida en familia persigue 'menos el objetivo de la supervivencia social que el de lafelicidad. La irrupcion de 1 a logica de los sentimientos dentrodel matrimonio plantea entonces un gran problema: "l,C6mofundar 10 social y el parentesco sobre la rnera fragilidad de los 'amores humanos?" [Meulders-Klein, 1993]. La desconexionentre las formas institucionales y la vivencia se consideracomo reveladora de la "crisis de lapareja misma, casada 0 no[... ] , ese eje universal de toda familia" [ibid.]. La crisis sereencontraria en varios niveles: en el hecho de que el deseoregule las conductas familiares; en elhecho de que ese de~eo re-chace cualquier compromiso formal a largo plaza. El horizontede la familia contemporanea parece estrecharse: mucho masque el matrimonio, "es la pareja misma la que parece haberperdido su vocacion por la eternidad" [ ibid.J. Es esa conmocionculturalla que Carbonnier denomin6 "desmatrimonio" ["dema-riage'l, termino retomado a continuacion por Thery [1993b}.

    Esta perspectiva, que se niega a ser interpretada comonostalgica de un viejo orden [Roussel, 19891,intenta precavera los sociologos contra los peligros que se ocultan detras delmovimiento historico en curso. El termino "crisis", utilizadopara aludir ala perdida de referencias ofrecidas por el matri-monio, remite a algo mas inquietante que una simple incerti-dumbre. Tomada en el sentido griego y medico, 1a palabrakrisis evoca un memento decisive de comprension del fenome-no de aprehension de ciertos elementos de este Que estarianocultos en epocas normales [Morin, 1984}. Aqui, la "crisis delmatrimonio" traduce la perdida de Ia ley cormin cuyas con-secuencias se reencuentran en varios niveles y, en especial, enun retorno del "biologicismo" que niega la especificidad de 10cultural en 10 humane, es decir, lanecesidad fundamental queexperimentan las sociedades humanas de instituir la filiacion,lacadenaintergeneracional [Legendre, 1975, en Thery, 1996].En la actu ali dad, el nexo de filiacion se concibe como un ~vinculo organico, irrevocable, incondicional, mientras que Jel vinculo conyugal aparece como contractual. Es precasoexaminar esta paradoja, ya que en ella reside una de lasmayores apuestas que se presentan al sociologo de lasrelaciones entre 1a vida privada y la vida publica. Lasultimas disposiciones legislativas =-piensese en 1a leyfrances a sobre la patria potestad conjunta deI8 de.enero de

    Como sus predecesores, los sociologos contemporaneos se inte-resan en los lfmites de 1afunci6n integradora de la familia. Susanalisis se organizan principalmente alrededor de un interro-gante: lola estructuracion psicologica de la personalidad escompatible con la cohesion familiar y la cohesion social? lCuales el futuro de la familia cuando la contractualizaeidn de lasrelaciones familiares parece socavar una vez mas los cimientosd.ela ins,tituci6n? El estudio de las repercusiones de la fragiliza-CIonde esta sobre la socializacion de los individuos y su contri-buci6n al mantenimiento del orden social [Commaille 19871996]traduce inquietudes similares a las registradas en~lsigl~XIX . Asf, es posible poner en perspectiva a ciertos autores actua-les, tratando de circunscribir el lugar que cada uno de enosotora al indivi.d.ualismo afectivo en la regulacion de los compor-tamientos familiares y sus repercusiones sabre elvinculo social.

    La familia inciertaSi algunos observadores centraron su atencion en la dimen-sion institucional de la vida de a dos, no se dehio tinicamentaa1hecho de que es mas facil de objetivar, habida cuenta de quela ~ifusi6n ~e,~ormas de "union ~in papeles" constituye unfenomeno ~lflCll ~e. c~ptar [Ler~don y Villeneuve-Gokalp,1994]. La mirada dirigida a la declinacion dela institucion delmatrimonio COmoreveladora de una decadencia mas generalde la familia tambien esta en el corazon de una reflexion masamplia acerca de la "crisis de las regulaciones tradicionales"[Crozier, 1980], as! como las observaciones de la familiaobrera del siglo X IX cobraban sentido en un contexto decuestionamiento de las autoridades tutelares tradicionales.Para los sociologos atentos a los riesgos de la desinstituciona-lizaci6n, las mutaciones familiares observables durante losultim?s afios del siglo xx traducen algo mas fuerte que meroscambios demograficos. La mutaci6n mas importantees quelafamilia pasa ~e "segura" a "incierta" [Roussel, 1989J. Antafio,el matrimonio asumia un papel central en la tradicion occi-dental, era la "clave de boveda del orden social" [Duby, 19811.Ya no sucede esto, pues el desfase entre las costumbresfamiliares y las instituciones produce efectos desestabilizado-res y "en 10 sucesivo la mayorfa delas elecciones ya no sehacen110 111

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    1993- se encaminan, en efecto, hacia una indisolubilidadde la pareja parental: el desmatrimonio constituye enton-ces el momento de la "apoteosis parad6jica de la familiaporque resiste a todo, aun a la separacion y al termino dela cohabitaci6n" [Thery, 1993b1. Los individuos puedensepararse como c6nyuges, pero seguir ejerciendo conjunta-mente sus prerrogativas de padres. Toda la difieultadconsiste en concebir referencias comunes a la pareja y lafiliaci6n, como 10 hacia otrora el matrimonio, ala vez quese respeta la logica de contractualizaci6n de la vida conyu-gal. A la cuesti6n familiar se asocian apuestas antropolo-gicas, en la medida en que el desmatrimonio afeeta a "lafamilia en cuanto institucion que articula la diferencia delos sexos y la diferencia de las generaciones" [Thery, 1996].AI respeeto, es interesante recordar el program a que Corn-te proponia a la sociologfa de la familia: el estudio racionalde las relaciones entre los sexos y las edades. A traves delmodelo de la familia positiva, Comte integraba a su anali-sis la euesti6n antropologica hoy planteada por 'I'hery.

    La familia relacionalTras hacer suyo un euestionamiento presente en las obras deTocqueville y Durkheim, De Singly no asocia al individualismocontemporaneo consecuencias nefastas sobre la estructuraci6nde los vineulos intrafamiliares. Por el eontrario, los efectos delindividualismo, en su vertiente positiva, se convierten en laclave de una teoria de la familia contemporanea. Para que losindividuos anuden relaciones afectivas, es preciso adem as quelos capitales de que son portadores no sean unicarnente denaturaleza institucional 0 material, como 10 son el capitalescolar y el econ6mico en particular [De Singly, 1987, 1990].Elvinculo familiar contemporaneo s610puede ser individualista,pues los individuos viven en pareja porque obtienen satisfaccio-nes individuales y se orientan hacia ese tipo de vida paracontinuar la busqueda desu satisfacci6n. El develamiento de suidentidad mas profunda no es posible mas que por intermediode un pr6jimo, 10que hace de la familia un marco privilegiadode sosten {DeSingly, 1996b]. En esta perspectiva, las formascontemporaneas de lavida privada nodelatan un ascenso delosegoismos que en ultima instancia pueda destruirtoda solidari-dad, toda transmision intergeneracional. Esta transmisi6n, sin112

    ~.embargo, asume un sentido diferente. Los individuos deseanuna forma deherencia que deje mayor iniciativa a los herederos.Estos ultimos deben tener la posibilidad de seleccionar 10 que seles transmite, escogiendo 10que les parezca compatible con suexpansion. Esta selecci6n parece fundamental en el proceso deformaci6n de Iapersonalidad de los individuos contemporaneos:deseubre, segun el autor, una tensi6n entre una dimensi6nestatutaria y una dimension electiva que toea a cada personasopesar [19900].No se puede reprochar a los sociologos que adopt an enfo-ques constructivistas y relacionales del vinculo domesticoolvidar los efectos sociales de las estructuras de la vidaprivada sobre la vida publica. Peter Berger, uno de los funda-dores de este enfoque [Berger y Kellner, 1988], toma enconsideraci6n la relaci6n entre las dos esferas cuando seconsagra al estudio de la familia norteamericana. Con BrigittBerger, afirma que el merito indiscutible de esa familia esformar individuos a la vez aut6nomos y sociables. Restaura-dores en cierto modo de la tradicion tocquevilliana e incluso dela obra de Parsons, los dos sociologos se preguntan que tipo deorganizaci6n domestica es compatible con una sociedad demo-cratica: para que la democracia exista, lno hacen falta "indi-viduos con confianza en S1mismos y de espiritu independien-te, cap aces de utilizar las condiciones institucionales de lalibertad y resistirse a las multiples presiones sociales en favordel conformismo"? [Berger y Berger, 1983]. A sus ojos, lafamilia relacional produce este tipo de individuo.

    EI tiempo largo de la filiacion.La vivacidad delos vinculos de parentesco, su economia oculta[Dechaux, 1994] en el ambito de los intercambios de bienes yservicios, eonstituyen uno de los dominios centrales de unenfoque que se apoya en unas herramientas conceptualestomadas de la etnologia. El parentesco cumple tambien fun-ciones de soeiabilidad y referenda identitaria. Se estudianentonces los microrrituales que contribuyen a reactivar elsentimiento depertenencia allinaje, algrupo. Poder certificarla presencia de numerosos colaterales y ascendientes no daprueba iinicamente de la propia "normalidad social" [Segalen,1987J,sino que permits ademasinscribir a Ego en unhorizon-te parental que 10 supera y 10 sostiene.

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    El imp acto de este enfoque debe ser iluminado una vez maspor el contexto demografico conte~por~e~., La caida de l~fecundidad s. secundariamente, la dls~muclOn de lao f i ? n :ah-dad se consideran comolosfactores esenciales del envejecnmen-to dela poblacion. La proporcion de europeos de maS?: sesentaanos no deja de aumentar: si en 1987 la proporcion de laspersonas de menos de veinte afios era del 25,4 par ciento pru:alas mujeres y del 28,3 para los hombres, en 1992.ese porcentajellegaal23,5 y e126 respectivamente. Desd: 1960 ha~ta 1990, laesperanza de vida al nacer -0sea la cantidad de anos que, enpromedio, puede vivir una generacion, habida cuenta d? las.condiciones demortalidad- paso de72,7 afios para las mujeresy 67 5 afios para los hombres a mas de 79 para las primeras ymas' de 72 para los segundos [Eurostat, 1996]. Por falta derenovacion delas nuevas generaciones, las piramides de edad:sse estrechan en la base y se inflan cada vez mas desde el mediohasta la cima.El estudio de la permanencia de las relaciones de paren~e~-co y el seiialamiento de unafuncion identitaria de.la familiaen el ti~m.'pJlJru:gocobran sentido en ese contexte, en el que laprobabilidad deentablar relaci??es con los ~ayores es ere-ciente. Contrariamente a los sociologos que se mteresan en laeonstruccion identitaria en el ti~ll!P'9C?~to de la familiare1acional, la identidad se estudia aqui en el"tiempo largo dela filiacion, por el sesgo, por ejempl0, del recuerdo que Egotiene de sus ancestros difuntos. AI tomar nota de los efectosselectivos del individualismo sobre la memoria de los muer-tos esta perspectiva trata no obstante de recuperar el sentidode ia continuidad entre generaciones. Mas que su borradura,sefiala su recomposicion, en una sociedad en la que Ia ~e~o-ria deja de estar subordinada a la prorr~g~ de un~ ~radlclOn.Asi "autonomia individual y psrtenencia incondicional pro-curarfan conciliarse generando una relaci6n original con lamemoria" [Dechaux, 1997]. El vinculo de filiacion asume unnuevo sentido por ser portador de una temporalidad largairreductible ala temporalidad individual, sin reducir detodosmodos al individuo al estatus de heredero pasivo de un linajeal que perteneceria de una vez y para siempre. .El vinculo de filiacion se concibe entonces como contmentede un simbolismo especifico que resiste y se fortalece graciasa la individualizacion y el movimiento de privatizacion e~accion en la sociedad contemporanea. Asi, "deseo de transmi-sion y afirmacion de sf mismo no son incompatibles" [ibid.].

    . , : . : , .

    CONCLUSION

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    Las teorias sociologicas contemporaneas de la familia seapoyanparcialmenteenlos aportesdelos autoresdel siglo xrx,en particular cuando se dedican a considerar la contribuciondel grupo domestico al mantenimiento del vinculo social. Esesta recurrencia, no necesariamente explfcita en los escritosmas recientes, pero que pese a ello no es el resultado decircunstancias fortuitas, la que justifica el usa del termino"tradicion" en la sociologia de la familia. En esta etapa de lareflexion, todos tienen derecho a plantearse una pregunta,eormin a cualquier balance detradiciones intelectuales: i,comointerpretar la proximidad de los temas abordados y de losconceptos movilizados de un siglo al otro? Por estimar que lasidentidades de perspectiva se imponen a las diferencias,algunos lectores podran responder que los conternporaneossiguen siendo los herederos de los fundadores a fin de reivin-dicar una inscripcion en una filiacion teorica, y esto pese a lasdiferencias que constituyenla originalidad de cada uno. Otrosconsideraran que las obsesiones del siglo XI X son todavfa lasnuestras, puesto que, a despecho de los efectos reproductoresde los manuales y de otros vehiculos detradiciones intelectua-les, las cuestiones sociales que se plante an de un siglo aJ otroson semejantes. Cualquiera sea la interpretacion dada, nodeja de ser cierto que la doble preocupacion de examinar losefectos del individualismo sobre la institucion y bus car reme-dios a sus desbordes tiene sus mejores dias por delante, ypodemos apostar que aiin constituira un tema de debate parala sociologia de la familia de tradicion francesa.