CHILLON Propuesta Comparatismo Periodismo y Literatura

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  • 7/29/2019 CHILLON Propuesta Comparatismo Periodismo y Literatura

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    Los estudios sobre las relaciones entre periodismo y literatura han sido hasta la fechadispersos y ocasionales, impresionistas y, en general, carentes de rigor. Esta orfandad terica puede seratribuida, a mi juicio, a dos razones:por un: lado, historiadores y cticosliterarios no han credo necesarioocuparse del periodismo, ni muchomenos de los lazos que ste mantiene con la literatura; por otro, losestudiosos del periodismo y de lacomunicacin, quiz a causa de laadolescencia de las disciplinas que

    cultivan, han menospreciado o simplemente soslayado la cuestin -enel mejor de los casos, se han referidoa ella de pasada, como quien alude aun tema menor. Y sin embargo, elolvido de unos y otros contrasta conel inters que estos estudios comparados merecen y con la importanciaque, a mi juicio, cabe atribuirles.En los ltimos aos, algunos investigadores han reparado en parteesta omisin y han resucitado un debate que pareca difunto. El motivode ello ha sido, sobre todo, el impacto que durante los aos sesenta-ysetenta causaron los trabajos periodstico-literariosdelosllamadosnuevos periodistas ( new jouma-:-list)estadounidenses -Tom Wolfe, TrumanCapote,NormanMaileroHunterS. T h o m p ~ o n , entre muchos o ~ o s - ,acompaado en Europa por el xitode periodistas-oiteraros como RyszardKapuscinski, Gnter Wallraff oOriana Fallaci. Mientras tanto, enEspaa y en Catalua, la eclosin denuevas formas de periodismo literq.rio -debida a autores como ManuelVicent, Francisco Umbral,MontserratRoig, Ricardo Cid Caaveral, RosaMontero, Manuel Vazquez Moltalbri, Matuja Torres oJoanBarrii-, hadado nuevos briosa la aeja polmica-sobre las' relaciones entre periodismoy ~ t e r a t u r a , siempre la 9 m b t : ~ alar

    g a d ~ de los maestros Mariano i os deLarra y Josep Pla. A mi entender, la necesidad d_e

    ENTRADA

    Periodismo y literaturauna propuesta parala fundacin del comparatismoPeriodstico-Literario

    estudiar con rigor las relaciones entreperiodismo y literatura trasciende loscaprichos impuestos por las modas ylas bogas culturales. Y ello porque nose trata de un asunto contingente omenudo, sino de un_ complejo mbitointegrado por prcticas mltiples yheterogneas, un territorio frtil aunque apenas roturado capaz de suscitarpreguntas capitales que tanto los estudiosos de la literatura como los delperiodismo y la comunicacin debenencarar sin ambages.

    Lo que propongo en estas pginas es, de hecho, l a fundacin de unanueva disciplina, el ComparatismoP e r i o d s t i c ~ L i t e r a r i o , encamimtdaal estudio sistemtico de las relaciones entre periodismo y literatura.Ms pata constituirla 'con rigor espreciso, en primer lugar, definir cules su objeto de estudio, y despus,establecer un marco terico a:l hoc,

    i n t ~ g r a d o "por una' serie de hiptesisy por una metodologa.' COMUNICACION

    l. OBJETO Y MTODOSDEL COMPARATISMOPERIODSTICO-LITERARIOA mi juicio, el objeto de estudiopropio del Comparatismo Periodstico-Literario (CPL) viene delimitado por el conjunto de relaciones yconexiones, tanto diacrnicas comosincrnicas, entre la cultura periodstica y la cultura literaria. Se tratapues, de un comparatismo de carcter interlingstico, en la medida enque investiga los contactos entre dostipos de actividad cultural basadosen el lenguaje verbal.Tomando como referencias ordenadoras los criterios que la Literatura Comparada suele utilizar a la horade acotar externa e internamente supropio objeto de estudio!, el CPLacoger en s"u seno las siguientes par-celas de estudio: -

    l. Estudio histrico (comparatismohistoriolgico y de relaciones)

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    2. Estudio de los temas y motivos(comparatismo tematolgico)3. Estudio de las modalidades deestilo y composicin (comparatismo morielgico)4. Estudio de los gneros y los formatos (comparatismo genolgico)A continuacin examino las caractesticas de cada una de ellas.

    cin o de reciente implantacin. Entre las primeras cabe aludir a la Historia de la Literatura y a la Historiadel Periodismo; entre las ltimas, aal Sociologa Cultural y, en lugardestacado, tanto a la Esttica de la Recepcin como ao al Historia de laComunicacin Social. El nfasis queestas nuevas disciplinas ponen en lainterpretacin materislista y dialc-tica de la relacin entre la historia de

    1.1. CPL historiolgico las formas y medios sociales de comunicacin y el resto de mbitosEn realidad, el comparatismo sociales, especialmente los de carc-historiolgico es, a pesar de su apa- ter cultural, hace de ellas puntos deriencia de ilimitacin y vaguedad, la referencia particularmente frtiles.ms ambiciosa de cuantas modalida- La Esttica de la Recepcin abre,des incluye el CPL, dado que debe a mi entender, un vasto campo deser concebida como potencial posibilidades de conocimiento, muyvertebracin de las otras y, a la vez, superior al que permita el tradicionalen un futuro todava lejano, como su comparatismo de influencias. Encorolario deseable. primer lugar, porque sita en el cen-El CPL historiolgico se ocupa, tro de su inters las instancias deen general, de los nexos que histri- elaboracin del texto, es decir, ,elcamente han existido entre periodis- conjunto de factores histricos, so-mo y literatura, y es pariente directo ciales, culturales y psicolgicos quede la historia literaria, por un lado, y intervienen en su produccin y con-de las historias del periodismo y de sumo. En segundo lugar, principal-a comunicacin, por otro. mente, porque coloca en primer pla-Esta modalidad del CPL debe no la perspectiva del sujeto recep-aspirar a establecer 'las adecuadas tor, esto es, las condiciones de re-onexiones histricas entre perio- cepcin configuradas por el gusto, la

    y literatura, de manera que sea educacin, las modas, la disponibili-osible ordenar con la necesaria pers- dad econmica, la censura, la visinectiva diacrnica todas las otras del mundo y, en resumen, lo quey reas del CPL. Hans Ropbert Jauss denomina hori-As pues, lo primero que el CPL zonte de expectativas 2.ico debe proponerse es la El problema primordial del CPLeriodizacin de su objeto de estu- histrico-dialctico es, utilizandocon el fin de edificar a partir de trminos de Jauss, la distancia her-conexiones de tipo diacrnico menuticaentreproduccinyrecep--entre pocas, perodos y generacio- cin de los textos literarios; es deciry sincrnico -entre movimien- -dicindolo ms amablemente-, laescuelas, corrientes o tendencias conviccin de que la Tradicin no esun legado unitario e invariable trans-No obstante,al talante historicista mitido automticamente de una ge--no debe ser de neracin a la siguiente, sino un proce-

    -a manera de mero so dialctico de trasvases e intercam-erudito de fechas, obras y bios sometidos acondicionamientosprecis histricos -retrasos, aceleraciones,ue interprete histricamente su ob- silencios y, sobre todo, formas cam-o de estudio ralacionndolo con hiantes de produccin y de i:ecepcdems esferas de la vida social y cin-dendolecomunicativa,cultu-ral y literaria.Quiero subrayar el lazo que une A continuacin propongo; a mo-sta especie de comparatismo hist- do de ilustracin, algunas cuestioneslctico con otras disciplinas . _ que el desarrollo del CPL histriol-

    lcat.'i!i!OlliltAl'Jiiro 1 ico puede contribuir a dilucidar.27

    Las transformaciones que el genero ensaystico experiment durante el siglo XVIII en las literaturasinglesa, francesa y castellana, tienen que ver con la proliferacin dela prensa de opinin y con su funcin como instrumento de combate ideolgico entre enemigos ypartidarios del Ancien Regime? Y sies as, qu relacin tiene el ensayo filosfico heredado de Montaigne y Bacon con el nuevo ensayo polmico, incluso panfletario,que publicaban los peridicos departido o faccin durante los siglos XVIII y XIX? De qu manera incidi el nacimiento de la primera prensa deamplia difusin durante la dcadade 1830 -e n el Reino Unido y enFrancia, sobre todo en la eclosincasi simultnea de la novela realista de Stendhal, Dickens y Balzac? Cmo influyeron las exigencias mercantiles de la novelade folletn en las caractesticasdel realismo novelstico del ochocientos? El desarrollo de la primera prensa de amplia difusinfue una condicin sine qua nonpara el advenimiento de la novelamoderna?

    Se puede considerar el costumbrismo de Larra, Mesonero Roma-. nos, RobertRobert, Gabriel Mauray Emilio Vilanova como un precedente directo, en Espaa y en Catalua, de la novela realista deGalds y Oller? Son el cuadro yel artculo de costumbres verdaderos hbridos periodstico-literarios,o deben ser considerados comogneros literarios aunque publicados a travs del medio periodstico? Pueden ser considerados, a lainversa, como una contribucin dela incipiente cultura periodstica ala cultura literaria de la poca? Es la crnica periodstica actualun gnero derivado de la crnicahistrico-literaria.antigua y medieval? O quiz mantiene con staltima una relacin tan slo indirecta, y por tanto cabe explicar sufisonoma contempornea mediante razones ms propiamente periodsticas? Es la literatura de viajes produci-

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    Es mera coincidencia que la cri- mas, topo, figuras, smbolos, ti-sis de la.novela naturalista o i n c ~ . . ; , ~ -.. - : _----., pos, emblemas, ~ l e g o r a s , moti-daeneluempo-1880-1930aproxi- .... ~ - < ; .._:; vos, etctera. Es mherente a estamadamente-conladefinitivacon- t_? ,. < < ~ rama del comparatismo literariosolidacin en los pases occidenta- el estudio del tratamiento litera-les de la sociedad de comunica- rio de mitos como el de Ssifo,cin de masas? Fue el cine una Edipo, Electra, Penlope, Doncontinuacin de la narracin lite- Juan, Fausto, Judith, El Holands

    da por escritores romnticos -Goethe, Byron, Reine- y cientficos--Cook, Darwin- un antecedentedelreportajecontemporneo? Enqu medida los rasgos de estilo ycomposicin de la literatura epistolar fueron incorporados por loscorresponsables periodsticos delsiglo XIX anteriores a las imposiciones introducidas por laAssociated Press durante la Guerra de Secesin norteamericana? Cmo se explica, en Catalua, elhecho de que una parte importantede la mejor prosa catalana del si-glo XX haya sido escrita por autores _dedicados al mismo tiempo alperiodismo y a la literatura-JosepPla, Josep Mara de S agarra, CariesSoldevila-? Y cmo, en Espaa,que una de las cimas indiscutiblesde la prosa castellana del XIX seala obra de un periodista tout courtcomo Larra? Ya que parece imprescindible periodizar las grandes pocas de la

    raria por otros medios? Es queacaso la saturacin de documentalismo producida por la nuevaindustria de la informacin impuls a los literatos a abandonar lavoluntad de representacin figurativa de la realidad y a encastillarse en el surrealismo, el futurismo,el dadasmo, el psicologismo, elexpresinismo y los otros movimientos de vanguardia? Son las nuevas manifestacionesdel periodismo literario, como proclamaba hace algunos aos TomWolfe, herederas de la novela realista de ficcin del siglo XIX? Oser, ms bien, que las novelasreportaje y los reportajes noveladosde Capote y compaa no son msque nuevos rostros del proteicognero novelstico, infiltrado tambin en los dominios de la escritu-ra e r i o d s ~ i c a ?Preguntas de este tenor conforman el rea de inters del CPLhistoriolgico. Se trata, "Como se ve,\de un territorio sugestivo, muy pro-metedor, pero casi hurfano de tratamiento sistemtico.

    historia del periodism, es lcito 1.2. Comparatismo tematolgicoutilizar para ello los conceptos quedesignan las grandes pocas de la Aunque se trata de un territoriohistoria literaria -Romant icismo, prcticamente virgen, el CPL tema-Realismo, Naturalismo, Simbolis- tolgico es, en mi opinin, una pers-mo, etctera-? O ser ms indi- pectiva susceptible de alumbrar re-cadointroducirconceptosnuevos?- sultados de gran valor. Al igualCules? que las otras modalidades del Com- Cmo influy eltrnsito a la so- paratismo Periodstico-Literario, laciedad de comunicacin de masas tematolgica carece casi totalmentedurante el primer tercio del siglo de desarrollos concretos, pero tieneXX -en los grandes estados indus- la fortuna de poyarse interdisci-triales de Occidente- en los cam- plinariamente en dos tradiciones yabios experimentados por la litera- plenamente constituidas:tura de la poca? Y a la inversa, a) por un lado, de la vertiente tema-cmo influyeron la tradicin tolgica de la Literatura Compa-novelstica realista y el naciente rada, que desde el siglo XIX haarte.cinematogrfico en la confi- hechoimportantescontribucionesguracin de gneros periodsticos al estudio de las conexiones intracomo la crnica y el reportaje? e interliterarias de materias, te- COMUNICACION

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    Errante, Peer Gynt, Carmen oPrometeo; de motivos temticoscomo el del Amor, la Muerte, laSoledad, el Aprendizaje, el Destino; de figuras como las del A varo, el Misntropo, la Adultera, elJudo, el Vampiro o el Criminal; ode alegoras como la de la Navedel Estado, el Eterno Retorno o elCamino de Perfeccin;b) por otro lado, el CPL tematolgicoparte de los estudios -mucho msrecientes- sobre tematizacin, loscuales estn rindiendo ya frutosconcretos en el campo de la sociologa de la cultura y la comunicacin. Pertenecen a este mbito,por ejemplo, los estudios sobrelos mecanismos de construccincomunicativa de las visiones delmundo mediante la focalizacinde la atencin del pblico sobreconjuntos de hechos tematizadospor los media; los fantasmas delterrorismo y del SIDA, la ideologa del olimpismo, la fabricacinperiodstica de un star systempoblado por personajes bellos, ricos y famosos, etctera.Los estudios sobre tematizacinconforman uno de los ncleos bsicos de las investigaciones actualesen materia de comunicacin, juntocon los estudios sobre el establecimiento de agenda (agenda-setting) y

    la construccin de las noticias(newsmaking). Se inscriben, pues,en el epicentro del nuevo paradigmadominante en los estudios comunicolgicos, segn el cual los media noson meros espejos de la realidad oventanas abiertas a ella, ni tampocoinexorables inoculadores de ideologa, sino instituciones complejas queconstruyen visiones y versiones dela realidad social, diversamente interpretadas por los auditorios en funcin de factores histricos diversos yvariables.

    La accin constructora de los

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    medios de comunicacin se lleva a lados por la tradicin literaria?Cules y de qu manera?abo partiendo de un complejo con

    junto de condicionamientos industriales -elevadadivisin del trabajo,rutinas laborales, carcter mercantilde la industria informativa- polticos ~ a n i p u l a c i n explcita o automtica, censura o autocensura- eideolgicos -visin del mundo delos comunicadores, cultura profesional-, entre otros.

    - - " ' " ' ~ ~ ~ ~ ~ : Hasta qu punto puede la esttica

    Segn el nuevo paradigma, laprensa de masas ya no conspira paramanipular al auditorio, como antesse pensaba candorosamente; msbien, lo influencia poderosa perosutilmente a travs de diversos proedimientos, entre los cuales la tema-izacin ocupa un lugar eminente.

    media generan una atmsfera

    nte cognoscitivooe los recep~

    ber para estar bien infor- __..--(al da); en trminos de co

    nta poco o nada;Me parece evidente la posibili

    vieja tematologa

    e cimentarse tericaa asociacin interdisci

    la historia de lala soCiologa

    Las posibles aplicaciones del

    uir a dilucidar:En virtud de qu criterios, ideas ocreencias construyen los periodistas los grandes temas que ofrecena los auditorios como motivos centrales del gran relato de la actualidad? Altematizar la realidad, utilizan los periodistas consciente oinconscientemente, a modo demarco cognoscitivo lfra'f!e), motivos temticos acuados y perfi- COMUNICACION29

    de la recepcin ayuda a explicarlos modos en que los auditoriosleen los relatos sobre la actualidad? Mediante qu procedimien..:tos son perfilados los temas y las.materias de que hablan los medios? Hay temas cuya existenciaes independiente de la accinconformadora de la industria de lacomunicacin, o es siempre sta laque los construye y los sancionacomo tales? J\cta la industriacomunicativa como una lupa, enfocando aquello que hay que sabery amplificando sus contornos?

    La temetologa literaria puede contribuira explicar la conversin dealgunos hechos o situaciones entemas de inters permanente capa-

    . ces de alimentar da tras da laproduccin y el consumo de informacin. Un caso concreto: seraexplicable la inslita fama que enlos ltimos aos han adquirido -a lmenos en Espaa- banqueros, empresarios y sus respectivos conyuges, sin advertir que la prensa informativo-interpretativa seria haconvertido los ocios y los negocios de aqullos en tema de portada, arrebatndole su propio espacio a la antes denigrada prensa delcorazn? No es cierto que la propia prensa de referencia dominan-.te ha incorporado estos temas paradar cuenta de ellos de forma seriada, a la manera de la novela defolletn del siglo XIX, de lasradionovelas de los aos cuarentay cincuenta y de las soap operatelevisivas contemporneas? La tendencia a la espectacularizacin de la realidad parece ser unode los rasgos definitorios del discurso periodstico de masas contemporneo. Pueden ser descritos sus mecanismos mediante elCPL tematolgico? Cmo explicar si no es as la novelizacin aque son sometidas algunas parcelas de la realidad como por ejemplo los negocios, la poltica o losdeportes? Cmo son perfiladosestos macrotemas con el concursode qu recursos de tematizacin?

    -Qu tienen que ver estos recursoscon los que fueron desarrolladosen el seno de la tradicin novelstica? Cmo es que los muertosque causa el terrorismo cuentanms que los que causa el serviciomilitarobligatorio? Mediante quartificios narrativos son creadoslos grandes mitos de masas contemporneos -Paquirri o Collorde Mello, por ejemplo-?

    Desde un punto de vista macrorretrico-complementario del microrretrico propio del CPL morfolgico- , qu funcin tienen las metforas, comparaciones, metonimias y sincdoques utilizados porel discurso periodstico-entre otrasfiguras y tropos- con el fin de proporcionar visiones y versiones sobre larealidad? Qu funcin y qurelieve cognoscitivo tienen los mitos y las alegoras sobre la realidadque los medios de comunicacintraman? Es el Estado una navecuyo timn debe ser empuado confirmeza por los gobernantes? Puede hundirse si algn tripulante opasajero presenta exigencias que eltimonel juzga jmpertinentes?

    Qu diferencias y similitudes hayentre periodismo y literatura a lahora de tratar un mismo tema, materia o motivo -la mafia, el terrorismo o la corrupcin poltica-?Los procedimientos novelsticosde ficcionalizacin, estn tambin presentes en algunos textosde prensa, radio y televisin (rea-lity shows, docudramas, etc)?.Hasta qu punto y cmo convierten los diarios a algunos actoressociales reales enpersonajes di versamente caracterizados como tipos, estereotipos, hroes, antihroes, protagonistas o figurantes?

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    .1.3. Comparat ismo morfolgicoEl CPL morfolgico es -junto

    con el genolgico, del que me ocupar ms adehtnte-, la modalidaddel Comparatismo Periodstico-Literario ms apta para ofrecer frutoscasi inmediatos. Se trata, a mientender, de una parcela del comparatismbliterario todava mal explotada, peroya .roturada gracias a las fecundascontribuciones que la lingstica, lasemitica, la estilstica, la retrica yla teora literaria proporcionan paraanalizar y describir la constitucinmorfolgica de los textos verbales.

    En este caso, una vez ms, lasaportaciones que el CPL morfolgicopuede recibir de los estudios periodsticos y de los estudios literarios esclaramente desigual en favor de estos ltimos. Aquellos -a casa de suadolescencia y de su escaso rigor, yamencionados- encaran el anlisis delos textos a partir de una actitudnormativa de escasa fertilidad, en lamedida que suelen limitarse a prescribir preceptos de obligado cumplimiento sobre el modo en que debenser redactados los textos periodsticos. Las recetas que saturan los libros de estilo profesionales y losmanuales acadmicos dictan pautasgenricas de composicin y estilo, amenudo bautizadas con metforasantropomrficas; es estilo periods-tico debe ser claro, sinttico y conciso (sic); y la composicin de lostextos debe constar de titular, lead oencabezamiento, cuello y cuerpo-ordenado, en el caso de las noticias,segn una jerarqua de inters decreciente.

    Hay que sealar que, adems desu carcter normativo, l escasez deestas indicaciones -y a notoriapor loque se refiere al gnero noticia y asus variantes menores, como las gacetillas y los breves-, es an msabrumadora en el caso de los otrosgneros periodsticos; entrevistas,crnicas, reportajes, editoriales, artculos de opinin, columnas, comentarios y crticas suelen ser precariamente caracterizados, y lo pocoque d.e ellos se dice parte de juiciosimpresionistas ms que de razonamientos rigurosos. Desde el punto

    de vista de la investigacin y de ladocencia, la luz que esta teora proporciona hace dao a la vista.

    Me parece evidente que la contribucin que los estudios lingsticosy literarios pueden ofrecer al examen de los textos periodsticos est,en cambio, l.lena de posibilidadestodava mal explotadas. La estilstica, la retrica, la narratologa y lateora de la novela pueden sustituirel impresionismo trivial de los manuales de redaccin por una actitud ala vez analtica y descriptiva sin dudamucho ms fecunda, capaz de explicar cules son las convenciones, rutinas y estrategias de composicin yestilo a que responden los textosproducidos por la industria de la informacin.

    A d e ~ s de esta utilidad genrica, las disciplinas lingsticas y literarias aludidas se muestran insustituibles a la hora de analizar e interpretar los rasgos riwrfolgicos de lostextos periodstico-literarios que nos

    proponemos estudiar. Cmo encarar, si no es as, la complejidad compositiva y expresiva del reportajenovelado, un gnero de funcin principalmente referencial-informativay documental, pues-escrito, sin embargo, mediante recursos y tcnicasde procedencia novelstica? Es posible dar cuenta de l diciendo meramente que debe constar de un titularatractivo, un lead indicativo queestimule la atencin del lector y uncuerpo que combine informacin einterpretacin manteniendo a la vezel inters dellector por el texto?Noes esta una constatacin obvia, intildesdela perspectiva de la docencia yde la investigacin?

    El CPL morfolgico proporcio- .na, en definitiva, un enfoque insusti- COMUNICACION

    tuible, encaminado a la comprensin de los mecanismos formalescon los que son construidos los textos periodsticos-literarios. Tal mtodo permite, por ejemplo, examinarqu uso tienen determinados procedimientos literarios de composiciny estilo -el estilo indirecto libre, latrama' espacial y temporal, la caracterizacin de los personajes, el puntode vista, etctera- en textos de funcin periodstica o documental. Estetipo de comparatismo constituye,pues, uno de los aspectos fundamentales del CPL, ya que permite plantear y verificar conexiones, similitudes y diferencias entre periodismo yliteratura de carcter tcnico, formal; morfolgico .

    A modo de ilustracin: l a rentabilidad heurstica del CPL morfolgico se puso bien de manifiestocuando estudi sistemticamente lascaractersticas del reporlaje novela-do, un gnero htorido fruto de lasimbiosis entre la funcin documental del reportaje de investigacin ylas tcnicas de composicin y estilopropias de la tradicin novelsticarealista3. Con la ayuda del mtodoque propongo, las obras de autorescomo Truman Capote, Lilian Ross,Norman Mailer, Tom Wolfe, Gabriel Mrquez, Oriana Fallaci oGnter Wallraff, entre muchos otros,pudieron ser estudiadas con un rigoral que desafortunadamente son ajenos los manuales de preceptiva periodstica al uso.

    A continuacin expongo algunasde las cuestiones que el CPL morfolgico permite abordar. En tanto que enunciados preemi

    nentemente lingsticos, los textos publicados por la prensa peridica son analizables mediante lasherramientas conceptuales y metodolgicas que ofrecen las disciplinas lingsticas y literarias. Quedapor saber, sin embargo, si todoslos textos periodsticos sern estudiables mediante las mismas herramientas, o si har falta proveerse de mtodos y tcnicas especficas para cada modalidad o gnero.La pregunta bsica es: qu provecho heurstico pueden obtener los

    estudios periodsticos de las di-

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    versas disciplinas orientales al anlisis morfolgico (sean lingsticas o literarias)? Y, en concreto,qu uso pueden hacer los investigadores del periodismo de cadauna de las perspectivas analticaslingsticas -teora de las funciones del lenguaje, teora de los actos de habla, teora de las basestextuales-, semiticas-anlisisdeldiscurso, pragmtica- y literarias-estilstica y retrjca contemporneas, narratologa, esttica de larecepcin-? Y, dentro de cada unade estas perspectivas, qu usoconcreto cabe hacer de sus conceptos y mtodos?Adems de las cuestiones tericasmencionadas, el CPL l!lorfolgicopuede dar pie a investigacionessobre aspectos ms concretos de lasimbiosis entre periodismo y literatura.La nocin de intertextualidad, porejemplo, puede contribuir a explicar el mecanismo de aquellasmodalidades periodsticas en lasque se insertan rasgos de estilo ycomposicin de procedencia literaria? Cmo puede el anlisis dela tcnica del punto de vista, desarrollado por los estudios sobre lanovela, ayudar a explicar la funcin de la voz del periodista en elreportaje y en la crnica? No escierto que el anlisis retrico proporciona la mejor perspectiva paraexplicar la tensin permanenteentre denotacin y connotacin-presente , pongamos por caso enlos titulares de prensa-? No escierto acaso que la narratologaofrece la mejor perspectiva paraabordar el estudio de los textosperiodsticos de carcter esencialmente narrativo, como la crnica yel reportaje?Hasta qu punto las tcnicas deconstruccin de dilogos, desarrolladas sobre todo por narradoresnaturalistas y objetivistas -comoRing Lardner, Ernest Hemigway,Dashiell Hammet o Rafael Snchez Ferlosio-, han sido adoptadas por algunos cultivadores delperiodismo literario contemporneo? O es que, quiz, no ha habido herencia alguna, y stos han'. 31

    llegado por intuicin o por casualidad a resultados parecidos a losalcanzados por aqullos?

    No es cierto que el anlisis literario de las tcnicas de caracterizacin de los personajes puede producir, trasladado al estudio del periodismo escrito, resultados valiosos? Al convertir a los actores sociales reales en personajes de esagran novela por entregas que es elrelato cotidiano de la actualidad,no est utilizando la prensa recursos de caracterizacin anlogos a los acuados por los grandesnovelistas realistas del siglo XIX?Tiene tendencia la industria periodstica a novelar la actualidad,adjudicando a cada actor socialreal rasgos y perfiles novelescostendentes a cautivar la atencindel lector? Puede ser til estaperspectiva para explicar la imagen que la prensa ofrece de loshroes maravillosos -Collor deMello4, Isabel Preisler-, hroespositivos -Gorbachov, Teresa deCalcuta-, y negativos -Noriega,Castro, Gadaffi- , de losantihroes-Iglesias, Alavedra-, de losdeuteragonistas -Prenafeta, Guerra-y antagonistas -terroristas, independentistas, insumisos o squatters- y, para acabar, de los figurantes, comparsasyextras-e l pueblo, la g e n t e ~ ? Qu mecanismosideolgicos y lingsticos concretos utiliza la prensa para caracterizar a los personajes que integransu elenco habitual?

    Es la llamada entrevista literariao de personaje, morfolgicamente,un simple derivado del dilogo,entendido como genero literario yfilosfico -practicado por Platn,Diderot o Goethe y Eckermann-?

    O hay tambin que constatar ensu fisonoma la influencia del retrato literario?

    Es posible defender con rigor,como pretenden los manuales deperiodismo, la existencia de unahipottica prosa objetiva -propiade los textos informativos-, desprovista de intencin e independiente de la visin d'l mundo y delasunto del periodista y de la institucin periodst ica? Tiene fundamento, entonces, la clebre divisin anglosajona de los textos periodsticos entre informa i vos-estoes, Objetivos- e interpretativosy de opinin -permeables a la valoracin explcita? O es que todos los textos periodsticos -e ngrados y formas variables, claroest- son actos de habla inevitablemente empapados de ideologa?

    Si es viable analizar los sutilesmecanismos compositivos y estilsticos de un texto literario deficcin, no es tambin factiblehacer lo mismo con un texto periodstico de no ficcin, poniendo asal descubierto el conjunto de convenciones lingsticas y retricasque constituyen su urdimbre? Esinocente el mecanismo compositivo y estilstico propio del gneronoticia, o revela, tras un detalladoanlisis moifolgico, estrategiasde composicin y expresin procedentes de un discurso elaboradoy reproducido industrialmente porla prensa de masas?

    Todas estas preguntas, y muchasotras que no es preciso formular aqu,pueden ser abordadas satisfactoriamente por el CPL morfolgico-despus, claro es, de hacer las correspondientes investigaciones espe_cficas. Parece evidente que este tipode comparatismo conforma, juntocon el genolgico, una perspectivainterdisciplinaria capaz de remediarlas. notorias. insuficiencias que losestudios periodsticos muestran a lahora de analizar y caracterizas losmecanismos formales de los textosperiodsticos. Creo, adems, que talcomparatismo es una herramientaimportante para dotar de contenido alas propuestas tericas de estudio del

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    llamado discurso periodstico demasas (d.p.m.), y que es conjugablecon las investigaciones recientes sobre newsmaking y tematizacin.1.4. Comparatismo genolgico

    La modalidad genolgica delComparatismo Periodstico-Literario es seguramente, junto con lamorfolgica, la ms capacitada paraproporcionar frutos concretos a corto y medio plazo. Esta variante delCPL se orienta al estudio sistemticode las conexiones entre los gnerosliterarios y los gneros periodsticos, haciendo hincapi en las alusiones, influencias y contaminacionesrecprocas desde una ptica a la vezdiacrnica y sincrnica.

    El CPL parte de la posibilidad deconjugar interdisciplinariamenteconceptos, mtodos y teoras de larga tradicin -caso de los estudiosliterarios- o de tradicin apenas incipiente todava -caso de los estudios sobre periodismo y comunicacin.

    La cuestin de los gneros atraviesa verticalmente la historia delpensamiento literario y transversalmente la lingstica, la semitica y lateora literaria contempornea; y entodos los casos, a modo de motivoesencial, ineludible. Se trata de unasunto polmico, sometido a la forjacontinua de discusiones siempre renovadas, pero no por ello inabordable; los debates dibujan precisamente un territorio complejo pero susceptible de ser armonizado interdisciplinariamente, a pesar de las fre-

    . cuentes dificultades terminolgicas.A mi juicio, el debate acerca de

    los gneros ha tendido a reflejar histricamente dos actitudes opuestas; porun lado, la actitud normativa, productode una lectura rgida y restrictiva de lasformulaciones fundacionales de Aristteles y Horacio, que concibe los gne!Os como categoras inmutables convalor prescriptivo; por otro, la actitudanaltico-descriptiva, iniciada por losformalistas rusos y continuada por elestructuralismo contemporneo, queve los gneros como prcticas culturales cambiantes y sometidas a interinfluencias.

    Las poticas normativas clsicasy medievales prescriban una estric-ta jerarqua de gneros, ordenada apartir de la categora social de lostemas y personajes tratados, as comode los estilos apropiados a cada unode ellos -humilis, mediocris o sublimis-, el tratamiento y el tono indicados, y la duracin y extensin adecuadas. Como apunta Segre, estaorientacin normativa del pensamiento literario cristaliz en la po-ca alejandrina, cuando madura unadoctrina precisa de los gneros; casiun catlogo de la gran literatura enaquel momento ya agotada, o unrepertorio de selecciones para losepgonos. Los gneros se relacionan Ydirectamente con los estilos, y s.e-clasif ican puntillosamenteS. /

    La llamada pureza de gnero era -J/.un principio esttico de valor normativo; apelaba a una rgida de tono, auna pureza y sencillez estilizadas, ala concentracin en una sola emocin (terror o hilaridad) as como enun solo asunto o tema6. Y adems,tal doctrina comportaba la convic-.cin de que cada arte -literatura,msica, pintura, etctera- tena suspropias posibilidades y lmites estticos.

    Esta actitud de carcter deductivo, basada en el establecimiento declasificaciones generales, abstractasy ahistricas, vlidas para cualquierliteratura en cualquier poca, condi

    .cion el pensamiento literario durante toda la Edad Media, desde elfinal de la poca clsica hasta elclasicismo francs del siglo XVII lainfluyente Art Poetique de Boileau(1674), por ejemplo, es un exponente de ello. La sistematizacin delpensamiento de Aristteles realizada por los alejandrinos, observaSegre,

    continu6 sobreviviendo, aunquecon largos eclipses, hasta el Barroco. En conjunto, se puede decir queel elemento normativo se va acentuando y hacindose ms rgido; yhay que aadir que, leda de estemodo, la Potica [de Arist6teles]tuvo una presencia autoritaria y temida en todas las pocas dominadas por un gusto clasicista . 7La actitud normativa se fue agre- COMUNICACION

    32.

    tando progresivamente a causa detres embates sucesivos; primero,durante el trnsito entre los siglosXVIII y XIX, el empuje romntico-de Schlegel, Schelling, Herder,Goethe y, sobre todo, Hegel- queintrodujo la atencin a la historia y alas diferentes literaturas nacionalesdespus, ya en pleno siglo XIX, laoleada positivista, con su nfasis enconsiderar la evolucin emprica delos gneros-de a mano de FerdinandBrunet iere-, por ltimo, a principiosdel siglo XX, la influencia formidable de los formalistas rusos - Tynianov, Sklovskij y Tomasevskij, entreotros- y de los miembros del CrculoLingstico de Praga - Trubetzkoy,Jakobson, Mukarosky-, quienes por.Primera vez se propusieron es tudiarinductivamente el conjunto de laproduccin literaria con una actituda la vez analtica y descriptiva, atenta a las caractersticas intrnsecas delos textos concretos.

    Desde entonces, la actitud inductiva que los formalistas introdujeronha transformado todas las ramas delpensamiento literario contemporneo, orientadas mayoritariamentehacia el anlisis y la descripcin delos textos. Como deca Tomasevskijen 1925.

    Es preciso adoptar una actituddescriptiva en el estudio de los gneros; reemplazar la clasificaci6n 16-gica por una pragmtica y utilitariaque tenga en cuenta s6lo la distribuci6n del material dentro de los marcos definidos. 8

    As pues, al abandonar la viejaactitud prescriptiva, las nuevas perspectivas formalistas renunciaban adictar reglas de estilo y composicin; los gneros ya no eran unascuantas categoras inmutables, sinomltiples formas de produccindiscursiva-literarias sensu stricto o

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    no-que podan contaminarse y com-

    pueda servir como referencia conceptual y metodolgica. Ms bien,dado que la problemtica de los gneros atraviesa transversalmente todas las disciplinas lingsticas y literarias contemporneas, parece acertado plantear su estudio desde perspectivas diferentes.A. Perspectiva histrica

    binarse diacrnica y sincrnicamen- La idea de que los gneros sonte en nuevas 111odalidades resultan- modelos o instituciones culturalestes, de carcter hbrido; los genera que van cambiando a lo largo de lamixta. En vez de dictar pureza, las historia fue introducida en el pensa-nuevas teoras formalistas admitan miento literario por el historicismola posibilidad de intercambios rec- romntico o prerromntico, y conti-procos y de inclusin de unos gne- nuada a lo largo del siglo XIX por elros en otros. historicismo evolucionista, bien re-

    El legado de los formalistas ha presentado por el pensamiento deinfluido poderosamente en el pensa- Brunetire.miento literario contemporneo. La consideracin de los gnerosComo sealan Wellek y Warren. corno instituciones culturales some-

    la moderna teora de los gne- tidas a cambio permanente fue plan-ros es manifiestamente descriptiva. teada con claridad por los formalis-No limita el nmero de los posibles tas rusos, quienes a pesar del tpicogneros ni dicta reglas a los autores. que sobre ellos prevalece todavaSupone que los gneros tradiciona- hoy- no partan de una concepcinles pueden mezclarse y producir ahistrica de la literatura, sino que laun nuevo gnero (como, por ejem- vean como una forma de produc-lo, la tragicomedia). Ve que los cin cultural histricamente condi-

    gneros pueden construirse sobre la donaday, por tanto, relacionada conbase de la inclusividad, de la com- las transformaciones sociales.Los formalistas vean en cadaobre la de 'pureza' (gnero por poca el progresivo agotamiento decumulacin lo mismo que po r re- los modelos anteriores, cada vez ms

    ). En vez de recalcar la dis- relegados a posiciones laterales operifricas, y el ascenso de gne-~ e s p u s del hincapi ro- ros antes secundarios o ni siquierareconocidos como literarios por las1o original' y de cada obrade arte- rgidas poticas normativas clsicas

    elcomn denominador de los -as la carta, el dietario, la prosa deviajes o la novela melodramtica O.9 El suyo no era, sin embargo, un evo-Lasustitucindelparadigmacla- lucionismo b i o l o g i s t a ~ c o m o el deico aristocrtico y normativo ini- Brunetiere, sino histri'2o-dialcti-por los formalistas rusos ha co; en virtud de l, la evolucin deropiciado un escenario caracteriza- los gneros -y de la literatura eno por la diversidad y la multiplici- general- obedece a razones no sim-de las disciplinas y las teoras plemente intraliterarias, sino a me-ue hoy en da integran los justa- nudo extraliterarias; las transforma-

    --en plural- es- dones histricas de las formas deLa cuestin de los produccin y consumo culturaleses abordada por todas ellas, modifican incesantemente las con-

    esde perspectivas y hasta con ter- venciones literarias, que en una po-inologfas diferentes, y tal di ver- ca son canonizadas y en otra margi-impide hablar de la existencia nadas o menospreciadas; la evo u-

    una teora de los gneros que nos l c c t M I ! I ~ I t c e y a J i m 1cin literaria no eso lineal ni se ali-33

    menta de una sacralizada Tradicincannica, sino que experimenta saltos, aceleraciones, desaceleracionesy rupturas. En palabras deTomasevskij,

    los gneros viven y se desarrollan. Una causa obliga a toda unaserie de obras a constituirse en ungnero particular; en las obras queaparecen posteriormente se ha deobservar una tendencia a asemejarse a las de ese gnero o, por elcontrario, a diferenciarse de ellas.El gnero se enriquece con nuevasobras que se vinculan con las que yaexisten en su interior. La causa queha promovido un gnero puede deja rde actuar; los rasgos fundamentales del gnero pueden cambiar lentamente, pero ste contina viviendo como especie, es decir, en virtudde la refere,zcia habitual de las obrasnuevas a los gneros ya existentes.El gnero cumple una evolucin y, aveces, una sbita revolucin.[ ..].En el proceso de sucesin de losgneros es constante el reemplazode los gneros nobles por los v u l g a ~res. Se puede hacer un paralelo conla evolucin social, en la cual, lasclases elevadas, dominantes son progresivamente reemplazadas por capas democrticas .11La concepcin histrico-dialctica del gnero promovida por losformalistas rusos y checos recibiaportaciones importantes de los componentes ms lcidos de la tradicincrtica marxiana -Lukacs, Gramsci,Benjamn, Brecht y Goldmann, principalmente- y, en las ltimas dcadas, de los representantes del estructuralismo culto -Barthes, Todorov,Genette,-Eco-, ajenos a la pandemiaahistoricista propia de la lneaestructuralista ortodoxa.Sin embargo, la ms fecundaaportacin al estudio histrico-dialctico de los gneros la llev a cabosin duda Mijail Bajtin, sobre la basedel concepto clave de enunciado.Para Bajtin,la existencia efectiva dela lengua se da en forma de enunciados concretos y singulares que pertenecen a los participantes de una uotra esfera de la praxishumana.12Cada enunciado refleja las condiciones especficas y el objeto de cada

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    una de las esferas de las praxis humana en virtud (a) de su contenidotemtico, (b) de su estilo verbal- laseleccin de los r e c ~ s o s lxicos13,fraseolgicos y gramaticales de lalengua- y (e) sobre todo, de su composicin o estructuracin. Estos tresaspectos

    estn vinculados indisolublemente en la totalit:kui del enunciadoy se determinan, de un modo semejante por la especificidad de unaesfera dada de comunicacin. Cadaenunciado separado es, por supuesto, individual, pero cada esfera deluso de la lengua elabora sus tiposrelativamente estables de enunciados, a los que denominamos gnerosdiscursivos .14

    La riqueza y diversidad de los gneros del discurso es enorme. Orales oescritos, esencialmente heterogneos, incluyen toda la variada gamade enunciados lingsticos posibles;relatos coloquiales, cartas, rdenesmi"litares, pronunciamientos, declaraciones, rpli_cas, modalidades de prosacientfica o religiosa y, en fin, tambinlos gneros propiamente dichos.

    La ventaja inherente a la propuesta de Bajtin radica en que permitesuperar la restriccin a los textos literarios que tradicionalmente ha caracterizado el estudio de los gneros:

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    literario a otro. Los rasgos del gne-ro evolucionan, [ .. ] El estudio delos gneros es imposible fuera delsistema en el cual y con el cual estnen correlacin .17

    El carcter complejo de gneroscomo la novela es uno de los hechosque invita a abandonar las pretensiones preceptivas propias de las retricas y las poticas tradicionales y acimentar el anlisis y la descripcinde las prcticas verbales sobre basesms slidas. Si la novela est hechade narracin, dilogo, exposicin; siintegra rasgos y tcnicas de l a carta,el dietario, el reportaje, el ensayo y lanarracin de viajes; si es capaz de sercmica, dramtica o trgica18, si trata tanto temas elevados como bana-les, si en suma hace todo eso es preiso, entonces, pulir las herramientas

    a teora y un mtodo sufite elstico y rigurosos paraanlisis-y para hacer idnen un momento dado.

    El estudio histrico de los gnela lite

    en que obli

    to hisY, adems, permi

    -a partir de las ideas dey losros discursivos- el extendido

    Hemos visto ya que los gnerostipos de enunciados relativa-que cambian a lo larbe aa

    misma existencia dependes criterios y las formas

    hic et nunc,por los diferentes pblicosal fin y al caho, les otorgan

    COMUNICACION35

    1Desde este punto de vista, deu

    dor de la ya aludida Esttica de laRecepcin, la conformacin histrica de los gneros depende de unadialctica compleja establecida entre los productores y los receptoresde las obras, Jauss sostiene que:

    la historia de la literatura es unproceso de recepcin y produccinesttica que se realiza en la actuali-zacin de textos literarios por ellector receptor, por el crtico refle-xionante y por el propio escritornuevamente productor .22

    Una obra literria. cualquiera noes nunca una novedad absoluta, sinoque se presenta a un pblico previamente informado o, al menos, predispuesto de algn modo. Cada pblico, cada receptor individual, recibe la obra en virtud tfe su horizontede expectativas.

    El nuevo texto evoca para ellector (oyente) el horizonte deexpectaciones que le es familiar detextos anteriores y las reglas deljuego que luego son variadas, corre-gidas, modificadas o tambin sloreproducidas. La variacin y la co-rreccin determinan la libertad demovimiento, la modificacin y lareproduccin de los lmites de laestructura de un gnero>>. 21La dialctica entre produccin yrecepcin permite considerar los gneros como convenciones sujetas atransformacin histrica permanente. Cada nueva obra es recibida necesariamente en virtud de un horizontede expectativas previamente conformado por la experiencia esttica ycomunicativa del pblico. Si la obralo pone en cuestin, el horizonte deexpectativas puede cambiar o modificarse sustancialmente y, con l, lasdefiniciones de gnero dominantesen cada momento. En este sentido,puede decirse que el gnero actacomo una especie de molde cognos-citivo por mor del cual los productores generan sus enunciados y los recceptores, sus criterios y hbitos delectura.C. Perspectiva estructural

    Hay, no obstante, otra perspectiva de estudio de los gneros que

    deliberadamente soslaya las aludidas consideraciones de carcter histrico, cultural y social, y que encambio hace hincapi en una aproximacin de tipo estructural. Herederade los diferentes formalismos yestructuralismos, esta perspectiva seorienta, no ya al estudio extrnsecode los gneros, sino a su estudiointrnseco esto es, a la consideracinde su constitucin especfica: su anatoma y su fisiologa.

    La perspectiva estructural descansa, por un lado, en la Teora de lasFunciones del Lenguaje y por otroen la de las Bases o Tipos Textuales.Ambas intentan caracterizar las diferentes prcticas lingsticas atendiendo, sobre todo, a la constitucinformal de los enunciados -pero conla mirada en las circunstancias pragmticas de la enunciacin.

    La teora de las funciones dellenguaje permite examinar un enunciado cualquiera -una obra- teniendo en cuenta las funciones lingsticas que presiden su enunciacin. Enlos gneros lricos, por ejemplo, predomina lafuncin expresiva en losoratorios y publicsticos, la conativa;en los periodsticos y documentales,la referencial y en los literarios, laesttica o potica. Sin embargo, aunque aparentemente conclusivo sobreel papel, este planteamiento muestra, en la prctica, grietas e insuficiencias considerables, dado que losenunciados realmente existentes suelen satisfacer diversas funciones a lavez o carecer de aquellas que enteora les corresponden.

    Ms til a la hora de caracterizarlos gneros es la Teora de las Baseso Tipos Textuales22, segn la cuallos textos son armados o vertebradospor una estructura subyacente que

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    constituye su esqueleto. Cada una deestas bases textuales depende de laintencin comunicativa de los emisores de los nunciados y, tambin,de las expectativas de recepcin delos destinatarios. Los primerosvertebran los enunciados que producen utilizando una base textual especfica -descriptiva, narrativa, explicativa, argumentativa o conversacional- o varias a un tiempo; lossegundos encaran los textos que reciben partiendo de una predisposicin acerca de las bases textualescon que son estructurados. En estepunto, como se ve, el carcter pragmtico inherente a esta perspectivacoincide con algunas de las tesis quesostiene la Esttica de la Recepcin.l.A.l. Una difcil y -inevitabletaxonoma

    El corolario de toda teora de losgneros es el establecimiento de unataxonoma. Sin embargo, los muyabundantes intentos de clasificacinque se han hecho desde Patn y Aristteles topan con un obstculo demagnitud considerable; la existencia de una enorme variedad de enunciados lingsticos -tanto diacrnicacomo sincrnicamente- hace muydifcil su catalogacin.

    Es m\nester teneren cuenta, adems, que todo intento de clasificacin de los gneros debe evitar lafcil tentacin normativa en beneficio de una actitud a la vez analtica ydescriptiva capaz de encarar la mutabilidad del objeto de estudio.

    Por todo ello propongo establecer la siguiente tipologa de gneros:l. En primer lugar, puede decirse,

    de acuerdo con Norhrop Frye23,que existen unos cauces bsicosde presentacin, (radicals ofpresentation); corresponden a lostres gneros primordiales ya observados por Aristteles, lrica,representacin, narracin, argumentacin. A ello cabe aadir osolapar, en mi opinin, las baseso tipos textuales antes referidos:.narracin, descripcin, conversacin, explicacin, argumentacin, etctera. Con todo, tal propuesta aparece como una red de

    malla demasiado ancha, pocoapta para capturar los gneros ylas modalidades pequeas odiscordantes.

    2. En segundo lugar cabe distinguir, de acuerdo con Bajtin24, losgneros discursivos primarios osimples, entendidos como procedimientos tradicionales de prctica lingstica. Son, por ejemplo, el dilogo, las tcnicas oratorias (exordio, captatio benevolentiae, etc), la escena, el sumario, la pausa, la digresin o losdiversos procedimientos de narracin y descripcin. En el terreno estrictamente literario, songneros discursivos simples lasconvenciones de versificacin,los procedimientos retratsticoso, entre otros ms, los estilos directo, indirecto e indirecto libre.

    3. En tercer lugar estn, tambinsegn Bajtin25, los gnerosdiscursivos secundarios o complejos, que vienen a ser los gneros tal como habitualmente sehabla de ellos, denominado comotales y especializados temtica ymorfolgicamente. Son, por ejemplo,la tragedia, el poema pico, lagloga, el ensayo, la novela, elcuento, la oratoria o los diversosgneros periodsticos.Los gneros discursivos secun-

    . darios nacen en condiciones decomunicacin cultural relativamente complejas, desarrolladasy organizadas, a menudo vinculadas a la escritura -y ya no slo,pues, a la oralidad. En el procesode su formacin; estos gnerosabsorben y reelaboran diversosgneros primarios (simples)constituidos en la comunicacindiscursiva inmediata.26Hay una zona de transicin en laque los gneros discursivs secundarios se confunden con losprimarios: el dilogo y el soneto,por ejemplo, eran inicialmenteformas simples que con el tiempo devinieron gneros complejos; y a la inversa, un gnerocomplejo tradicional como el retrato, presente ya en las literaturas antiguas -Plutarco, Teofrasto- , ha llegado a nuestra poca en COMUNICACION

    36

    buena medida convertido en forma o procedimiento, entreverado en novelas, entrevistas, crnicas y reportajes -aunque todavaes practicado como gnero autnomo.Ahora bien; no siempre resultafcil distinguir los gneros primarios de los secundarios27, nitampoco discernir lo que cabeconsiderar gneros propiamentedichos de sus variantes concretaso menores -subgneros, subespecies-, que en ocasiones adquieren un relieve y una autonomanotorios. As, pongamos por caso,

    qu son la novela epistolar, lashort-story, el cuento maravillos, la nouvelle, el sainete teatralo la novela-reportaje; gnerostout court o simples subgneroso especies?Un problema similar afecta a ladefinicin de los gneros periodsticos; si admitimos como gneros de pleno derecho la informacin, la crnica, el reportaje,la entrevista, el editorial, la columna, el artculo de opinin, elcomentario .y la crtica, cmoconsiderar la gacetilla, el breve,el billete, el perfil o la estampacostumbrista?

    4. Por ltimo, necesario distinguir lo que Guilln llama modalidades literarias, tan antiguasy perdurables muchas vecescomo los gneros, pero cuyo carcter es adjetivo, parcial y no apropsito para abarcar la estructura total de una obra28. Lasmodalidades o modos son aspec-

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    tos temticos o cualidades de tonoy de:: tratamiento que pueden estar presentes en gneros muy variados; la irona, la stira, lo grotesco, la caricatura,cla alegora ola parodia pueden conformar,aplicadas a gneros concretos,manifestaciones plenamente caracterizadas -

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    cos? La crnica, la narracin deviajes, el dietario, la biografa, laautobiografa y las memorias, lacarta, el relato de experiencias, elensayo, han sido adoptados por lacultura periodstica? O ms biensta ha prescindido de ellos?

    Es todo el periodismo un simplegnero menor de la literatura, unapndice meramente funcional,como pretenden algunos? O setrata en cambio de un campo entero de actividad comunicativa -netamente diferenciado del arte literario- en cuyo seno se puedendis-tinguir formas diferenciadasde producc.in y lectura de lostextos? Debe y puede la teoraliteraria incorporar a su jurisdiccin el estudio de los gnerosperiodsticos, o stos son a prioridesdeables e indignos de tan altaatencin?

    Cmo considerar, cmo clasificar y cmo estudiar los generamixta, aquellas formas de escritu- ra hbridas que conjugan rasgosliterarios y periodsticos a un tiempo -hi entrevista literaria, el reportaje novelado, el feature, etc.-?Son literatura, periodismo o ambas cosas a la vez, de manera quepodemos hablar de la difuminacin, al menos parcial o relativa,de las rgidas fronteras que convencionalmente parecen haber separado ambos campos? Y si talesgenera mixta existen, merecenser estudiados o es mejor desde- -arlos motejndolos comoparaperiodsticos o pseudoliterarios, como a menudo hacen los crticos deaspiraciones aristocrticas partidarios de la llamada pureza degnero?Todas estas cuestiones, junto conotras muchas que no es posible consignar en estas pginas, conforman

    el objeto de atencin propio del Comparatismo Periodstico-Literario, unadisciplina que est cobrando cuerpoa medida que algunos estudiosos vanpercatndose de que las relacionesfrecuentes y diversas entre literaturay periodismo conforman un vastoterritorio de investigacin y docencia, casi totalmente virgen y potencialmente fecundo.

    NOTASl.-Ver, principalmente, la obra deClaudio Guilln Entre lo uno y lo diver-so. Introduccin a la literatura compa-rada Barcelona,Crtica, 1985.2. Hans Robert Jauss, Experienciaesttica y hermenutica literaria, Ma-, drid, Tauros, 1986:3. Lluis Albert Chilln, El reportajenovel. lat. Tcniques novel, lis iques dicomposici i est ilen e l reportatge escrit.contemporaru, TD, Bellaterra, Facultatde Ciencies de la Informacio, U.A.B.,1990, 823 pags, 2 vols. He abordadotambin la cuestin en Literatura iPeriodisme. Periodisme literari i litera-tura periodstica en el temps de la post-ficci, Valencia, Servei de Publicacionsde la Universitat de Valencia, 1993.4. Debo esta sugerencia a la investigadora Renata Veloso Antunes, autorade O Esvaziamento da denuncia no Jor-nal do Brasil (Rio de Janeiro, PontificiaUniversidade Catlica, '1991), un estudio sobre la caracterizacin heroica quela prensa brasilea hizo del ex presidentebrasileo Fernando Collor de Mello durante su poca de ascensin poltica.S Cesare Segre, Principios de anli-sis del texto literari, Barcelona, Crtic'a,1985, p. 270.6. Ren Wellek y Austin Waren,Teora literaria, Madrid, Gredos, 1979,p. 281.7.segre, op. ct., p. 271.8. Boris Tomasevskij, "Temtica",(1925), en Tzvetan Todorov, ed., Teorade la literatura de los formalistas rusos,Buenos Aires, Siglo XXI, 1970, p. 232.9.Wellek y Warren, op. cit, p. 282.10. Tal como sostiene Claudio Guilln en op. cit., p. 143: La perspectivahistrico-evolucionista y agnica de losformalistas abrazaba, adems, no slolos gneros, los procedimientos, los estilos y el concepto mismo de literatura (lapolaridad literariedad/no literariedad),sino las premisas desde las cuales leemos; y en consecuencia, hasta el estudioo la ciencia de la literatura.11. Tomasevskij en Todorov, op.cit.,t 231. -2. Mijail Bajtin, El problema delos gneros discursivos, en Esttica dela creacin verbal, Mxico, Siglo XXI,1985, p. 248.13.Jbid.14. Ibid.15. Bajtin, op. cit., p. 249.16. Brunetiere espuso sus ideas sobre los gneros en la obra L 'evolutiondes genresdans l 'histoire de la literature,Pars, 1890.17 J. Tinianov, Sobre la evolucinliteraria (1927), en Todorov, op. cit.,1970, pp. 94 y 95.18. Para Wellek y Warren, op. cit., p.283: La_historia.de la novela aparececomo J:eponente de taldesarrollo [de los

    \

    COMUNICACION38

    gneros primitivos o elementales hastalos ms complejos]: su madurez en Pamela, Tom, Jones y Tristrarn Shand y seha nutrido de formas simples, emfacheFoumen, como la carta, el diario, el.libro de viajes (o de viajes imaginarios), la memoria, el carcter del siglo XVII, el ensayo, as como la comedia, la pica y el romance.19. Como sostiene Bajtin, op. cit., p.251: El menosprecio de la naturalezadel enunciado y la indiferencia frente alos detalles de los aspectos genricos deldiscurso llevan, en cualquier esfera de lainvestigacin lingstica, al formalismoy a una abstraccin excesiva, que desvirtan el carcter histrico de la investigacin, debilitan el vnculo del lenguajecon la vida. [ ..]E l enunciado es ncleoproblemtico de extrema importancia.20. Hans Robert Jauss, La historiade la literatura como provocacin de laciencia literaria, en La literatura comoprovocacin, op. cit., 1976, p. 168.21.Jauss,op.cit., 1976,p.171 y 172.22. La teora de las bases textuales hasido formulada, entre otros autores, porRobert de Beaugrande (Text DiscourseandProcess. TowardaMultidiscipliparyScienceofText.London, Logrnan, 1980,pp. 195-199), Robert de Baugrande yWolfgang Dressler (lntroduction to T ext

    Linguistics, London, Logman, 1981, pp.182-185) y teun A. Van Dijk (La cienciadel texto) , Barcelona, Paids, 1983, pp.141-173.23 .Northrop Frye, Anatoma de lacrtica, Caracas, Monte Avila Editores,1977, pp. 319-329.24. Bajtin, op. cit. p. 250.25, Ibid.26, Ibid.27. Yello porque, como dice Bajtin,op. cit., p. 250: Los gneros primariosque forman parte de los gneros complejos se transforman dentro de estos ltimos y adquieren un carcter especial,pierden su relacin inmediata con larealidd y con los enunciados reales deotros, por ejemplo, las rplicas de undilogo cotidiano o las cartas dentro deuna novela[ ..].28.Guilln, op. cit., p. 165. Lluis Albert Chilln es profesor titularde Periodismo en la Facultad de Cienciasde la Informain de la Universidad Autnomade Barcelona Su lnea preferentededocencia e investigacin son las relaciones entre Peridismo y Literatura Autorde Periodismo Informtivo de Creacion,Barcelona, Mitre, 1985; Literatura i Periodisme. Periodisme Literari i Literatura Periodstica en el temps de la postficcio, Valencia, Servei dePublicacions dela Universitat de Valencia, 1993; y Elrepoi1atgeliterari,.Eisnousperiodismesi l'art del reportatge, Barcelona, llibresde l'Index, 1993.