Centro Pequeno Hanns 1998 Psicoanalisis Ninos

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  • tentativa de cura, como una localizacin del goce en W1 Otro ms limita-do: el Otro torturador, el de la Gloria, ... etc.

    A nivel de la transferencia, sigo ubicndome en el lugar de aquel que interroga sobre el goce del Otro. que le acompafia en este cuestiona-miento e interpreta acerca de la separacin. de cara a producir una dis-tancia entre el sujeto y el Otro, entre el sujeto y el objeto pulsional que le estorba, que sobra. Por otra parte, el paciente nsmo me sita en el lugar de la inscripcin, desde el momento en que la certeza sobre el goce puede ser transformada. Piensa que hablar en sesin, es poner fuera de l lo que vive, es como hacer una pelcula o escribir en una hoja de papel lo que le ocurre, para librarse de una carga, para compartirla conmigo.

    Metfora delirante

    De esta construccin delirante, pasar a un de depuracin, de reduccin del delirio que le llevar a hablar de nuevo de ser un extrafo, de haber cambiado, de tener sensaciones corporales de extrafeza, de lo que senta o pensaba cuando lo llamaban el "yanqui''. Siempre se ha pen-sado y sentido como un extranjero. Pertenece a otro mundo, a otro pla-neta, "el extranjero", es l.

    Es en ese punto de detencin. hasta el cual le he guiado, que l se va a construir como sujeto. Habla de poder vivir siendo as, y de como puede ser aceptado por los otros. en su condi.cin de extranjero a ellos.

    Creo que este trabajo de depuracin de su construccin delirante ha permitido lo que puede ser considerado como una metfora delirame, es decir como una tentativa para anclar el embrollo significante en una sig-nificacin. Es la tentativa de construir un saber exterior a la metaforza-cin ofrecida por el Nombre-del-Padre, formando un Otro de reemplaza-miento en el cual podra concentrar su pregunta sobre el goce.

    Sera el momento de comparar este caso con el caso Robert por lo que se refiere a los significantes -el extranjero y el lobo. Rosine y Roben Lefort nos dicen que todos los significantes que Robert haba introduci-do en su relacin al Otro no sirvieron de nada en la interpretacin acer-ca de un deseo del Otro, ya que traa la respuesta antes de hacer la pre-gunta, y que esta pregunta surge con el significante "lobo".

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  • Podcmo/i

  • Es a partir de esa forma precaria que construye su trabajo de escritu-ra, la segunda parte de este trabajo son poemas en lengua inglesa, cartas dirigidas a chicas extranjeras, a propsito de las cuales dice que le gus-lara estar en su lugar, ''guiones'' de pelculas. Las poesas hablan de ese amigo ideal. de ese hombre sabio, que lo sabra rodo y que no necesita-ra hablar. Los "guiones" hablan de personajes que comparten su vida entre dos mundos totalmente distintos.

    Hay una estabilizacin y un largo carrno para recorrer en esa cons-truccin de puntos de identificacin, gracias a la cual y a travs de la escritura, puede construir un lazo social entre l y el Otro. Tambin, pone distancia entre l y Jas figuras de sus Otros: el de la Gloria, el del Tormento, .. . ele. Y localiza su goce en el escrito. Resulta ser, pues. un trabajo de paci11cacin en relacin al enigma del goce del Otro.

    Acerca del trabajo de escritura, hace falta precisar que veinte afios antes de ocuparse de la suplencia del Nombre-del-Padre en Joyce, J. Lacan haba articulado ya delirio y escritura. en el caso Schreber.

    Para l Schreber sera un compromiso a una tentativa de reconstruc-cin mnima de un mundo a partir de la metfora delirante, y que frente a ese "embrollo" significante. intent comunicar, a travs del artificio de la escritura, una forma ajustada de su delirio.

    El escrito funciona como reagrupamiento del sujeto alrededor de un punto t1jo, que hace del texto el objeto. Opone al goce del Otro un goce tocalizable en el escrito.

    Es as como pienso este trabajo de escritura en este pacieme, como una forma de estabilizacin. pero habiendo conocido una descompensa-cin, y manteniendo siempre una intuicin delirante.

    El trabajo de escritura no es, como en Joyce, una suplencia a la for-dusin del significante Nombre-del-Padre. No se trata de una estructura "sinthome", porque ha habido desencadenamiento. Se trata de una esta-bilizacin alrededor de ese objeto-escritura. Estabilizacin que le ha per-mitido continuar sus estudios y considerar la posibilidad de hacer estu-dios de "relaciones pblicas", entablar contactos sociales. tener amigos, aunque su problema sea no sentir deseo hacia las chicas de su edad.

    Qu es ese objeto-escritura? Al respecto, podemos leer en el libro, antes citado, de Rosine y

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  • Robert Lefort, que la cuestin de la escritura siguiendo a Robert, es: ''la marca que el hombre deja, cualquiera que sea el soporte. para tapar, en lo reaL el agujero que el significante comporta en la estructura del suje-to. Ese agujero, que la escritura viene a colmar, es sin duda, el agujero que viene de la estructura. el que ha sido dejado vaco por la cada del (a), causa del deseo y de1 plus-de-goce. En ausencia de este agujero. la escritura. en tanto que marca del sujeto, puede venir a ocupar este lugar. El paranoico se dedica a cavarlo".

    Me planteo dos preguntas: La primera, acerca de ese objeto-escritura en el caso de la psicosis

    que tuvo un desencadenamiento y su diferencia con el objeto lengua inglesa, en la escritura de Joyce, ya que Joyce presentaba una psicosis "sinthome".

    La segunda, acerca de la sublimacin en la psicosis. Podemos considerar ese objeto-escritura como una construccin en

    anlisis de un objeto que sirve para localizar el goce y no el deseo. de un objeto que hace que el psictico pueda deshacerse del objeto que est de m fui?

    Y si es asf qu diferencia habrfa en relacin a la escritura de Joyce? Acerca de la segunda pregunta, se podra hablar de un trabajo de

    sublimacin en la psicosis. si podemos suponer que ha habido trans-formacin de ese objeto real pulsional del psictico en objeto-escritu-ra?

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  • El trabajo con el sntoma, una puntuacin en la clnica . -

    COD niDOS

    Mnica Prandi

    A propsito del anlisis con una nia de seis afios. intentar puntuar dos movimientos para pensar el trabajo con el sntoma .

    Partir para ello ubicando al sntoma como divisoria de aguas, como ese elemento privilegiado de la clnica que marca un antes y un despus, un limite entre lo preliminar y un anlisis.

    Lacan en el seminario VI nos deja pensarlo como signit1cado del Otro, como el efectO estructural del inconsciente en su aspecto de sig-nificacin. Es sta una concepcin del sntoma que privilegia su dimensin signit1cante, no conceptualiza todava el goce.

    Posteriormente, el sntoma es pensado como S 1 que surge en el lugar de la signit1cacin retroactiva.

    Esta significacin que surge, pone en juego al sujeto de la enuncia-cin que se instala en el sntoma.

    A esta altura tambin se trata de un modo de pensar al sntoma que incluye lo real, porque la significacin del Otro es un punto donde se puede delimitar una recuperacin de goce que conlleva una prdida.

    Decir que un anlisis comienza a partir del sntoma es poner al suje-to como condicin.

    El sujeto localizable en el sntoma, habla ya de la efectuacin de la estructura, se trata del sujeto representado por el significante.Pero la

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  • clnica con nios tiene la riqueza de revelarnos tambin los impasses en la efectuacin de la estructura. De modo que con los nios, el ana-li sta puede ir al encuentro de un sujeto no representado por un sigruti-c:.ante para otro sgniticante, el analista puede hallarse frecuentemente ante otro tiempo de su constitucin. ante su fading.

    En este punto recordamos que Lacan liga "a la condicin de un objeto ( ...... ) el momento de fading del sujeto, estrechamente ligado a la divisin que padece por su subordinacin al significante". Es decir que en el liempo del sujeto desaparecido bajo el golpe del significan-te, est ligado a la condicin de objeto.

    Este es el punto de indeterminacin subjeriva que se resolver en la vuelta que el recorrido de la demanda lleva a culminar en la identifi-cacin. La interrogacin sobre el deseo del Otro ser el fundamento de esa identiticacidn .

    Si nuestra clnica nos pone en relacin con quienes en el camino de la constitucin del sujeto se hallan detenidos en este punto, se nos actualiza entonces la cuestin de cundo un ruo deviene analizante.

    En la particularidad de este caso que hoy presento, intentar tam-bin recortar !os distintos estatutos del sujeto precisando el momento de efcctuadn de la estructura, tiempo a partir del cual se abri una direccin de trabajo que permiti interpelar el goce del sntoma.

    Daniela llega a verme formulando lo que revela su posicin subje-tiva: falta mucho para que salga?

    La puntuacin que recae sobre esta frase abre una asociacin va un Juego con animales. que la lleva a decir "uno casi queda afuera". En la escena tambin elige un oso del que dice "no se puede parar".

    "No para" es tambin lo que interroga la madre, en el momento de consultar. lo que la ubica a Daniela como sntoma de la par~ja paren-tal. Dice "no para, es .inquieta. agresiva con otros chicos", a la vez que se manifiesta sorprendida porque si"bicn est en contnuo movimiento, nunca se cae.

    En la historia de esta pareja se cuentan dos embarazos perdidos y otros dos bebs que nacieron muertos, despus de lo cual el padre no quera saber nada ms de hijos.

    No obstante, nace esta nena quien tambin tuvo problemas. Fue

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  • prematura y las complicaciones llevaron a su madre a pensar que no sobrevivira, dejndole como saldo un "vi ctemasiado, vi morir muchos chicos". Sin embargo esta nia no cae, tinalmenle se recupera y es de destacar otro comentario de la mam: "al final camin adelantada, yo por mi cuenta le puse un kinesilogo que la estimule, estuve bien''.

    En cuanto al padre, en estas primeras entrevistas, slo aparece bajo dos modos: no queriendo saber sobre hijos y tambin diciendo "no estoy como debera".

    Volviendo a las entrevistas con Daniela, cuando llega a decir a la analista "no se puede parar'' , cambia de juego. Tomara unos cubos y apilndolos pregunta "a ver si se caen ?". A la vez pide a la analista que se duerma.

    El juego de esta nena en el seno del dispositivo, plantea su pregun-ta: qu soy para el Otro? En el marco de estas ficciones intenta resol-ver el punto de angustia, tornndose el juego en la va posible para sor-tear la indeterminacin subjetiva.

    La transferencia organiza el despliegue de dos lugares estructurales. el lugar del sujeto y el del Otro pueden vislumbrarse en el juego de esta nena. Ella demanda al Otro que no la mire. Si bien esre pedido es el intento de localizar su punto de inconsistencia, a la vez es lo que reve-la que el Otro consiste mirndola.

    Se trata de una articulacin al Otro va una madre que ha visto morir-caer, demasiados chicos, por lo que se-le responde no parando.

    Hay que ver si se cae. es la pregunta. que despliega en el juego que por un lado c.onnota la consistencia del Otro. y por otra parte habla de su posicin como objeto mirada.

    Este es el camino de resolucin de la indeterminacin subjetiva que Daniela tom. Qu quiere el Otro?, es el fundamento de esta identif-cac.in imaginaria que se frmaliza como objeto mirada. Ella ser el objeto hacia donde se dirige la mirada materna, desde all responde no parando. Es el goce fantasmtico el que impide parar para no confir-mar al otro su cada.

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  • Hacia el sntoma

    A partir de ese momento los juegos tendrn la condicin de no ver, condicin que recaer sobre la analista.

    Durante las sesiones comenzar a repetirse un juego de cartas, la casita robada, donde la ana1ista es incluida para robarle y ganarle.

    Considerando que esta repeticin es el intento de situar una falta, incluyo una maniobra que consiste en parar el juego dando por tern-nada una sesin. Daniela responde "lo hago rpido'', se le dice "no".

    Ese corte puede pensarse como lo que localiza una falta. Falta que se tratar de recubrir rpido, pero esta estrategia se topa con un "no'' cuyo alcance conmueve una significacin del sujeto.

    Ser este movimiento en el anlisis el que trae un doble efecto :en la siguiente vez ya no repite el juego habitual sino que tomar una hoja para escribir su nombre. tambin dibuja una cara, la suya dice, miran-do unos chicos que se esconden .

    Entiendo que hasta aqu se trata de una consecuencia que se des-prende al ubicar el Nombre del Padre en la estructura. El " no " de la interpretacin equivale al Nombre del Padre . La escritura del nombre propio con que responde es una nueva posibilidad de estar representa-da, sin ser vista, sin caerse. sostenida por el Nombre del Padre. El nom-bre propio, correlativo del Nombre del Padre en la cadena, se homolo-ga tambin al SI, rasgo unario encadenado que ofrece la posibilidad de 1as identificaciones.

    El segundo efecto puede ser pensado como la formalizacin del sn-toma: comenzar a apurarse para no perder tiempo en sesin.

    Me parece destacable en este punto la funcin nsma del sntoma en la estructura, en la aparicin de su sentido como respuesta al punto de inconsistencia del Otro .

    El apuro sintomatizado, S l que surge como significacin retroacti-va, que motoriza la demanda en cada sesin, es lo que retorna de la madre. Daniela responde con apuro y esta respuesta es una significa-cin del Otro anudada a una madre que la apura a caminar para no verla cada.

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  • Sobre el goce del sntoma.

    En este marco llega un da y pide cambio de horario para poder ir a una tiesta. La intervencin en este caso es "vas faltar ". Como res-puesta luego de la ausencia me devolver unos naipes que haca un tiempo estaba reteniendo, a la vez que trae los suyos propios diciendo "los reyes vieron que yo miraba las cartas y me gustaban, por eso me las regalaron."

    Si en el primer momento la intervencin analtica que se modul con el corte de la sesin y con un "no", estuvo en la direccin de opo-nerse al goce fantasmtico que la ubicaba como objeto mirada del Otro materno; en el segundo movimiento "vas a faltar" es la intervencin sobre lo real que suspender la respuesta que el sntoma aport. nter-pelndose al sujeto .

    La emergencia del sujeto atravesado por la barradura 9ue el deseo le causa, pone a esta nia en relacin al don, ya que solo quien sabe que no lo tiene es capaz de recibirlo.

    Para concluir dir que, en el juego como puesta en acto es donde se escenifica La dimensin de la causa.

    El analista puede all operar sobre lo real recortando el objeto en juego, que dejara el lugar vaco para alojar el deseo.

    Dii>Jiografa

    J. Lacan. El Semin.ario, Libros indilos: Libro V : Las f ormaciones del inconsciente. Libro VI : El deseo y su interpretacin. Libro IX : LA identificacin. Libro Xll : Problemas cruciales para el psicoanlisis. Libro XN : La lgica de/fantasma. Libro XV : El acto psicoanalflico. Libro XVI : De un Otro al otro.

    J. Lacnn: Escritos, Siglo XXI, Bs.As. Llt subversin del sujeto ;y la dialectica del deseo en el inconscieflle freudiaflo. Obsc1W1Cin sobre el informe de Daflicl Lagache.

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