C~en.de.1a~~ Función Deontológic~ la Universidad · adopción de uh himno propio, que ... sólo...

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* OROANO DE "LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE, MEXICO " VOLUMEN 111 MEXIeo, ABRIL DE 1949 NUMERO 28 , Rector de la UniversiJlld Nácional de Colombia del Función de la Universidad H .. ,Umversitario - , POR EL DR. LUIS LOPEZ DE MESA ' '.' CONVOCATORIA La V;zillersidad Nacional Autó- noma de Mégico ha acordado' la adopción de uh himno propio, que venga vínculo espiri- tual de sus m[fmbros, y un elemen- to más (le tra,áici6n, en el que al mismo #empáse expresen los sen- timientos iJe 10s ,universitarios y se transmita'nr:Q/mo una hereñcia en- riqueciia poi<;sucesivas generacio- nes; Al'efecto,-primeramente se ,voca a los poetas mexicanos para que participe.", en el 'certamen de la letra del Eimno Universitario, conforme a las siguientes '.' .. . ,. -.:", - ... ::.:" , ..... , . .";. :..-. -r. _ ::..' .- j,.- ,.:...:::':j ':::"}r: .. ".-::- -'':,:7';-' " , 'UNIVERSIDAD DE MEXICO )* ,'1- 1 R A Información universitaria M BASES: , , ' , I._LJJs concursantes deberán ser me"iáinos por nacimiento y uni- versitarios. .", ,. II. Las expresa- rán, con' tdeeuada exaltación, el sentimiento y las aspiraciones de la coniuniddd. tmiversitaria, .en formá-quiprofesores y alumnos de hoy y del futuro l!ncuentren en la letra la'expre$Íón colectiva-e indi- vidual de su carácter universitá- rio y puedan._cantarla Con entu- siasmo personal. ' III. El ml!tro de las composicio- nes será libre; pero éstas quedará?1- divididas en Cilar tetos u octavas de acentuación fija bien destacada. El coro noP4satá de ocho versos. La composición podrá tener hasta tres estráfas,--de las cuales el jura- do podráeséóger sólo una al entregarlasaJ concurso musical. IV. El lenguaje.de las cmnpo- S' siciones, C011- . tener la elevación propia de 'las' circunstancias, será Certl111!en de la Letra del Himno Universitario.-Convoútoria . lo bastante sencillo para que pue- _ Función deontológica de la UniversidaJ,-DR. LUIS DE MUA dan hacerlo suyo los universitarios universitaria. . . . .. .... de menor edad. El esc";'do-de la Universidad Nacional de' México.-SALVADOR PiNEDA V.Los concursantes enviarán ' -sus trabajos amparados por un Una {!xposición reciente de siete pintores.-ANTONIO RODRÍGUEZ pseudónimo Y, deberán dirigirse a Las de la República la Dirección General de Difu.sión Por el mundo de los libros.-Nóta de GERMÁN PARDO GAi\:GÍA . Cultu.ral de la Universidad Nacio- Hechos, lefras., personIJs.-A: A' .. E.. nal (Justo 16, México, Noticia; de la Direuión General de Difusión Cultural D. F.) " VI. El Jurado Calificador esta- '

Transcript of C~en.de.1a~~ Función Deontológic~ la Universidad · adopción de uh himno propio, que ... sólo...

*OROANO DE "LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE, MEXICO

"

VOLUMEN 111 • MEXIeo, ABRIL DE 1949 • NUMERO 28

,Rector de la UniversiJlld Nácional de Colombia

C~en.de.1a ~~ del Función Deontológic~ de la UniversidadH.. ,Umversitario - , POR EL DR. LUIS LOPEZ DE MESA ' '.'

CONVOCATORIA

La V;zillersidad Nacional Autó­noma de Mégico ha acordado' laadopción de uh himno propio, quevenga as~tny.evo vínculo espiri­tual de sus m[fmbros, y un elemen­to más (le tra,áici6n, en el que almismo #empáse expresen los sen­timientos iJe10s ,universitarios y setransmita'nr:Q/mo una hereñcia en­riqueciia poi<;sucesivas generacio­nes;

Al'efecto, -primeramente se c~~~,voca a los poetas mexicanos paraque participe.", en el 'certamen dela letra del Eimno Universitario,conforme a las siguientes

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, I._LJJs concursantes deberán serme"iáinos por nacimiento y uni-versitarios. . " , , .

II. Las compo~iciones expresa­rán, con' tdeeuada exaltación, elsentimiento y las aspiraciones dela coniuniddd. tmiversitaria, .enformá-quiprofesores y alumnos dehoy y del futuro l!ncuentren en laletra la'expre$Íón colectiva-e indi­vidual de su carácter universitá­rio y puedan._cantarla Con entu-siasmo personal. '

III. El ml!tro de las composicio­nes será libre; pero éstas quedará?1­divididas en Cilartetos u octavas deacentuación fija bien destacada.El coro noP4satá de ocho versos.La composición podrá tener hastatres estráfas,--de las cuales el jura­do podráeséóger sólo una odó~ alentregarlasaJ concurso musical.

IV. El lenguaje.de las cmnpo- S'siciones, C011- . tener la elevaciónpropia de 'las' circunstancias, será Certl111!en de la Letra del Himno Universitario.-Convoútoria .lo bastante sencillo para que pue- _Función deontológica de la UniversidaJ,-DR. LUIS Lóp~z DE MUAdan hacerlo suyo los universitarios A~tualidl1d universitaria. . . . .. ....de menor edad. El esc";'do-de la Universidad Nacional de' México.-SALVADOR PiNEDA

V.Los concursantes enviarán Panoramacuftur~l: '-sus trabajos amparados por un Una {!xposición reciente de siete pintores.-ANTONIO RODRÍGUEZ

pseudónimo Y, deberán dirigirse a Las Uni~ersidaJes de la Repúblicala Dirección General de Difu.sión Por el mundo de los libros.-Nóta de GERMÁN PARDO GAi\:GÍA .

Cultu.ral de la Universidad Nacio- Hechos, lefras., personIJs.-A: A'..E..nal (Justo S~erra 16, México, Noticia; de la Direuión General de Difusión CulturalD. F.) "

VI. El Jurado Calificador esta- '

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una de las escuelas que la han interPreta- la verdad inconcusa, o a ella no atienden,do conceptualmente se apoya en esas bases de que axiológicamente el, valor económi­de efectividad social, en ese orden'Prog~- co es fundamental, pero instrumental, losivo de la acción, que partiendo de las que vale decir, que sin él poco se consigue,fuerzn fisicoquímicas que actúan según" pero qu~ en él ~o reposan los destinos della resultante' de su ejercicio, ,pasando Por . , hop¡bre. ni se satisfacen sus anhelos.

la distribución armónica de las funciones - '1.0 /rave es que las mentes inferioresvitales y sociales, hasta la cumbre ideal de que r~ciben la justa invitación a elevarla estética, la religión, y el ~píritu, tjene, SU nivel de vid~·matérial, no conocen desu porción de verdad, y todas ellas ju~tas 'estas sutilidades de prelación conceptualconstituyen probanza indiscutible d~ que yse lanzan airadamente a obtener lo suyo,la moral en sí es categoría de la existencia no 'por cauces de mayor esfuerzo personal,asociada del hombre. sino por el injusto, a su vez, de la usurpa-

En este escrutini9 de su vivencia real y ción violenta, así llevando a otros elsu validez ide<>lógicaobservamo~ que he- mismo dolor y el desamparo que ellas re­chos y teorías -praxis y gnosis- seac~erdan estrictamente en acompisa~agradación ascendente, en un clímax deadecuación, y definen' aquel1:l certidumbre.y sin embargo, mi pensamiento quisieraproseguir dicho -análisis,para mayor ga-rantía de s~ convic,.ción, y se pregunta sia más de un hecho y a más de. una·'tesis"causalmente" explicativa de ese ,hecho,existe alguna finalidad en ella, algunaorientación téleológiclf suya, algún "senti­do" o "Tao" '(sentido y ruta) que diríaLaocio, por cIt1nqe la' pOdamos apreciar'aún más entrañablemente. Y aunque estode causas finales sea susceptible de gran

, descuento critico, no pu~do'eludir la no­

ción de que esa moral co~d~ce a1.40mbreal máximo destino' de fu presenci~ en elmundo, a ser como un ep'ftome. del seruniversal; una potencia rectora suya y suc!>nciencia inteligen~e ... a ser la divini~dad auna ,.figura·'de Dios; y qu~ sin ella,timaño pródigio, en devenir o hacimien­

~ohoy día, ~o puede realizarse.. D~ que se.d~duce que la' in~o;alidad es

tanto ruina' personal de quien la ejerce,como, de no' ~er enmendada y contenida,

suicidio espiritual de la especie y catástro­fe de_o,su destino supremo.

miento. Y no sólo en la relatividad delmundo externo, como función de supera­ción y de potencia que alumbra con nobleluz las generaciones que de él surgen yhasta retrospectivamente las de sus abue­los más humildes y remotos, porque consu egregia personalidad se hace cepa y me­dula de nueva estirpe, sino dentro de sí,ensanchando las moradas interiores de suespíritu, el augusto espacio í~timo de suser, para de este modo redimirse de la po­quedad de su cuerpo y de la atribuladorabrevedad de la existencia.

¿Palabras nebulosas quizás o retóricodiscurso?

No tal se pi5nse, que la historia respal­da dichas opiniones con más prueb~s quees posible adudr. en un resumen: bastaría'recordar la egregi~ cumbre de Cristo, queno solamente arreboló de luces amables lag~nte de su nombre por cuarenta genera­ciones atrás, sino al pueblo todo de Israel,llevándole a la portería de la historia yconfirmándole dilecto de Dios, contratodo cálculo previo verosímiL ¿Ni quéotra cosa hicieron con los suyos Homero,Virgilio y Dante, Cervantes, Shakespea-

, re y Goethe, o en nuestra misma casa, Bo-Íívar, ayer 'apenas? '

y por lo que concierne a la magnitudintrínseca,.. a esos .espacios interiores quedistinguen al hombre de otros seres, ¿nola vemos acaso crecer· y agigantarse conla- virtud del bien, y, trocar en figurasde Dios a seres exigu~enantes y,oscuros,cotpoPablo el apóstol, o Francisco de,UmbrÍa? (f auntloncellas de pocos años,y ninguna mstrucción, en aníbienterúsú- '

. ~o, coino Juana de Arc~ y Bernardita de'L01:ll"d~s; 'afro~tar: él· II1~nd~" y vencerlobrrtamente? ¿O, 'én, plan~ superior, ser

· doctOras, cual'llna TlOresade JesJs, 'yen.'señal' teología- y asc~sis?'

,A lo que' se a:ñad~ que sin ~oral sonim~osibles ·la: sociedad, la familia y la na",:,

'ción, la ~ultura, la economía y 'el espíritU;~ ,, lo 'que significa que sin moral no hay y si ,ello es así,' y así lo entienden loshombre, siepdo así que éSJ;e s610 puede hombres, .¿por qué --'-se pregunta uno­subsi~tir donde' la comunidad le asiste_en ocurre. constaritemente esa perturbációnsu ser, le educa' en el obrar y le depara y se agiganta en. ciertos ciclos de la his-

d ' . d d toria humana?un estino a sus,,acciones,por on e seadvierte que 'el parasitismo económico, la. Temeroso de generalizar sin datos sufi­'maJa conducta y 'el. delito son ,actitudes ,~ientes, en mis 'cogitaciones acerca de'e¿teantIsociales'en prim~r térmi.ó.o, suicidas eñ ' ásunto me he circunscrito 'a estudiarlo entoda ocasión y fund:nnentalmente vinc~- los límites"de nuestra edad y nuestrasl~das -a cierto grado de' imbecilidad

1?1ás·. condicioné~ de vída, por ver si alguna' luz

· o menos 'pe-rceptible, aunque,a l~s veCeS, .surge de visión tan inmedia:ta, e hiriente

posean muchas ~rguciasy ratonil~alicia Y tan enorme.o de ellas' rabulescamente ~isfruten. Y. efectivamente, abundan para ello Jos

Est~ nos coloc,! en el epicentro de llna motivos materiales, sociales y culturalesgeJierosa CQ~cepciónmoráí, patrocinada hasta producir grave obnubilación su es-'hábilmente por espíritus idealistas de la clarecimiento y graduación catc;gorém~­

i.1ustre especie de Juan María Guyau, que rica.exaltan el problema desde su valorestéti- ,Surge, en primer térJ.l?ino, la abruma-ca. Porque efectivamente; la moral no dora proliferación del género, hu~ano;. ­sólo se vÍ!lCula l con la necesidad social del que estrecha el ámbito de sus recursos; y

"orden, ~on la:bondad de los sentimientos surge, en segundo térmi~o, la abundo-y cón la. verdad de las esencias culturales, sa incitación de las comodidades con que,sino también con la estética de ,la perso- el progreso científico enardece la concU­nalidad, cuanto a dignidad suya y noble- piscencia de los sentidos y hace fla'quéarza indefectible. Lo que por aditamento la la virtlid.

corona con, el, máximo' triunfo de hacer- Estos dos' hechos eminentísimos en' la

la eficaz y amable. I hora p;esente han aborrascado ef valor deDe ahí, pues,' que la moral sea inde- los problemas existenciales y dado vigor

clina~le coeficiente de la persona en su casi exclusivo' al materialismo histórico.·significación suprema de espíritu. Cada Las nuevas generaciones no entienden ya

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COI:<ABORADOP.ES:

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A esto quería llegar ante ustedes eh

este discurso. Tan larga lucubracióiÍ sólo,

tiene por objeto localizar nuestro -deber

universitario en un espacio-tierripo defi­

nido. Y así, me pregunto," ¿qué' podemos

hacer para el cumplimient~ de ~uestra

misión docente?

Hasta aquí me era imperílti~o ,disertar

un poco ~n abstracto: de' aquí adelante

debo ceñirme a la ruda' realidad' de los

h~chos, y de hechos, c(llo~bian~. '..'.' ':d'," L ••.,':

saje activador de la conduc1;a, ausenciade idealidad motiva indefectible.

Ese interregno cultural' se manifiesta

muy notoriamente en el ¿aosde las e~­tnlcturas económicas dé, riuestra-s socie­

dades, en -el desconcierto artístico de estaépoca yen la "crisis" de la filosofía ac­tual, que tiene qlás de angustia que df'afirmaciones ,eficaces, conforme se ex­presa en el existencialismo.

La obscuración de esas ideas conducea<;!emás a la nueva gente 'a cónftindir lareciedumbre de la personalidad y el noblecoraje, la varonía y el decoró,' con la ru­deza de las palabras y la 'violencia ·de lasactividades en el trato social" Sin -ver nientender que la ecuanimidad, la afabilidady la egregia cortesía requieren maYQl,' for­taleza de espíritu y voluntad más firme.

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SEGUROS DE MEXICO, S. 'Á.SAN JUAN DE LETRAN NUMERO 9

boroza y subyuga, arrebatadamente fe­

cund~.

Es que estamos en el ángulo de una

transformación.

Ello sería totalmente plausible, puesto

que avizora nuevas conjunciones fecun­

das, como antes dije. Empero, mientras

tanto asistimos a una interinidad de nor­

mas, a un interregno de culturas, enorme­

mente, peligroso como desorientación mo­

ral y ausencia de .estilo, ausenc}a de men-

¿Por qué, pues, decaen?

Otra explicación ho encuentro sino lade que su propio ejercicio las agota untanto, la de que, cumplida su misión, re­quieren, como la vida, nuevas conjuga­ciones espermáticas para continuar, enotro ser, su mensaje inextinguible.

Ello nos aclara muchas aparentes in­congruencias de la cultura tormentosa yfrágil en que hoy vivimos. ¿Cómo negar

. belleza a las obras de su arte, nobleza alas -normas de su ética, grandeza a susconeeptos, fecundidad a sus luchas en losórdenes de la naturaleza y el prOcomún?y no obstante, la juvel(tud mira desgana­damente ya esas obras, esas normas, esepoder de dominio natural, y ~un contem­

pla la vieja armadura de las sociedades,

con gesto de desvío y actitud rebelde.

luciones no pueden tomarse por sola ana­logía o superficial similitud histórica.

Amén de una faz tigresca de este im­placable negocio: ¿por qué, de suyo, sedebilitan las normas, si su valor es esen­cial y su "vivencia" perenne? ¿Es, acaso,

. que las culturas son, en su nacer y extin­guirse, un movimiento de columpio inane?

y ono lo creo así.

A lo que más se asemejan tai~s culturases al movimiento pendular de un reloj:efectivamente la péndola se agita en unmismo cuarto de círculo sin progreso vi­siblé en su sistema propio de coordena­das, pero de ahí surge el movimiento delas manecillas que ya es circular y marcaen' cada minuto un espacio distinto delcuadrante. Este cuadrante es recorrido encircunvalación, y aunque más ampliamen­te, se repite también. Sin embargo, cadaminuto que marca repetidamente en susistema reiterante corresponde a un tiem­po cósmico progresivo, indefinido y dife­rente, y así, en este final sistema de co­ordenadas no hay ya repetición posible.

Análogamente las culturas, en su cursode vigor y desfallecimiento parecen re­petición esencialmente inmutada de un rit­mo eterno. Y con todo, algo nuevo apor­tan en el sistema de coordenadas del de­Yenir espiritual.rdel hombre; ese avanceindiscutible que venios desde su aparicióninicial en el p'laneta hasta nuestros días,y ese que vislumbramos en edades futuras.En este derrotero indefinible son a la ma­nera, como en otras ocasiones he anotado,de una sístole y una diástole cardíacas,fenómeno universal,de vigilia. y de reposopara persistir más duraderamente.

Muy probable es que no mueran deltodo, pues tal ocurrencia anularí~ los en­laces suyos en un progreso real: es pre­ferible suponer que se transforman. Efec­tivamente, lo que distingue a una culturade otra no es la epifanía de nuevas esen­cias sino de nuevo estilo de esas esencias.Es el estilo lo que las caracteriza en todoorden de la actividad suya, ética, estética,ideología, religión, costumbres... La,snormas en el fondo subsisten, no así suexpreSlOn aparente', su estilo.

,De no ser· así, llegaríamos al absurdode que ese prodigioso hecho, de la vidahumana sería juego inútil de fantasma­

gorías caprichosas.

Ahora bien, en esa pulsación de lasculturas advienen sucesos de formidableenvergadura conceptual. Como los cuer­pos nacientes de la química poseen mayorenergía de combinación, mayor apetitode ser, pudiéramos decir, las ideas nacien­tes; y en escala eminentísima, las cultu­ras nacientes, revelan extremado poderfuncional. Traen consigo carga ingentede emoción, y tras la emoción, de ideali­dad, que irrumpe en la esfera de las rela­ciones sociales como tipos de citncia y dearte, de religjón y de filosofía, de morali­dad, en fin, rutilantes y frescos, que cau­tivan la sensibilidad del hombre y le mue­ven a t?clo género de actividad creadora:de s.antidad y de heroísmo, de csz alborozocon que se manifiestan en los sabios deÍpensamiento inicial y en los mártires desu fe. Es un ímpetu primaveral que al-

huyen, así dejando, en consecuencia, másagresivo e insoluble el impacto social eindividual de aquel desorden.

E! conflicto existe, más las solucioneshasta ahora concebidas no aciertan a re­solverlo esencialmente. Aquella exalt~ción

del materialismo histórico principia porhacernos hirsutos de trato y egoístas, an-·tiestéticos, pues, e insociales, caóticamen­te rebeldes. Principiando por la confusióna que les conduce entre placer y felicidad,dos términos que no púede~ apiicarse auna misma situación del ánimo, ya que elprimero se acuerda con la sensibilidad(hedonismo) y con la espiritualidad (eu­demonía) el otro, sensorial aquél, ésteconceptual, cualesquiera que sean susvínculos incidentales en la vida.

Tal distinción nos coloca ante un he­cho psico-social histórico muy impresio­nante. La abundancia de placeres de quedisfruta el hombre en las épocas de descae­cimiento moral, en la decrepitud de lospueblos, v. gr.; y el agostamiento de lasculturas, se acompaña de tremenda infeli­cidad en la esfera del espíritu, como acon­tece hoy día. En el fondo de esta parado­ja, existe un hecho básico: la felicidadsocial sólo es posible cuando ciencia, re­ligión y filosofía están acordes, cuandono se contradicen ni combaten. No es queentonces se' eliminen las causas del dolorhumano, es que se robustecen las fibrasde la volu~tad y se sosiega la inquietudprimordial .dd espíritu, la inquietud delser. Un hombre acogotado por la amar­gura de la incertidumbre en el conceptode su entidad y su destino, tiende a em­briagarse, de placeres para ahogar aquellaincertidumbre.

Este análisis nos explica por qué el ma­terialismo, histórico, a más de afincarsehoy en la excesiva procreación de seresin~ltilmente abundantes, seres sin 'mensa­je espiritual ninguno ni sentido existen-'cial siquiera, y a más de la tentación mul­tiplicada y ostensible de la concupiscenciay las comodidades exteriores, se imponepor la trágicá inarmonía actual entreaquellos máximos sillares de la culturaque son la ciencia, la religión y la filoso­fía, cuyo divorcio repercute calamitosa­mente en la moraÍidad de los pueblos.

Porque si la inmoralidad, delincuenciadigamos, es fenómego constante de la vidacomún en todo tiempo, el exc~so de in­moralidad se presenta incoerciblementecuando languidece el vigor de las normas.Lo que vale decir, que es refrenable cuan­do el hombre falta a las normas y punto"Inenos que irremisible cuando las normasdesamparan al hombre.

El énfasis de la inmoralidad en nuestrotiempo en eso consiste, en que se han mul­tiplicado y agravado los motivos de de­fraudar las normas y' en que e~as normas, 'circunstancialn:¡.ente, a su vez han langui­decido: hay, pues, un hecho nuevo quecontemplar y no un hecho histórico de"vigencia" permanente. Ese hecho histó­rico sin duda ocurrió otras veces, y ocu­rre, como ya dije, toda vez que una grancivilización tiende a extinguirse, pero elmundo contemporáneo no .es el mismoque fué en esas épocas, y por ende, las so-

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México, D. F.

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, y Artículo 123)

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Ello no es fácil: la juventud contem­potánea detesta los preceptos y huye iró­nicamente toda amonestación de tipo mo­ral. Coloquémonos en su propio campo yahondemos este asunto con la estrategiapragmática que a ellos seduce y convence.Sentemos, naturalmente, las bases idealesde la buena conducta, porque así los biendotados de sentido moral lo confirmen ensu altura rtica, pero abordémoslo tambiénpor su aspecto irrecusablemente útil. Ala seducción de la moda opongamos losvalores imprescriptibles.

En tal sentido, la primera consideracióndebe referirse a la dignidad de ser; al sumoplacer de ser algo ante nosotros mismos.Nada más deprimente que la humilde p~sición de parásito de una vida ajena. Mo­ralmente el ser humano 'se mide por suvaler. Cualquiera que sea la tabla de va­lores con que se le juzgue, social o indi­vidual, idealista o materialista, el quesirve a la comunidad vale más uno (+1) ,y vale menos uno (-1) el que de ella vi­ve inmerecidamente. En realidad la fórmu­la sería +1, +2, +3 ... +n;-I, -2,-3', .. -n, según la calidad o la cuantíade la carga correspondiente o del servicio,pero expresada de la otra manera adquiereun matiz apotegmático más firme.

La segunda consideración se· relacionacon ésta íntimamente; pero en dist¡;'toorden d.e valores, ,y consiste en que la dig- 'nidad de ser; e! noble· orgullo de, ser algo,añade poder a Jas. empresas del h.ombre,añade una a modo de superación de. suenergía natural'- engrandeciéndolo a é~y m;1gnificando asimismo sus obras;

La tercera, sube de punto en e! ámbitode lo útil, y si se quiere, del .egoísmo, puesanot~ qu~ el honesto vivir,' el vivir con-

. for~e con el bien de la comunidad, es másfá<.:il. Et ~alhechor, y' ~u~ si~plemen:tee! parási~o legalmepte inocuo, tienen quederrochar tantos rauda~es de ast~ciay su­frir .día y noche tantas, inquietudes yamarguras' tantas, que sorprende el. áni­m~ desprevenido ese. su torpe cálculo' dela posible retribución y del esfuerzo~ Porello, como bre'v:emente Jo'indiq~é antes,en lo íntimo d~ ,todo p~evaricador 'contrala ley social o la: dignidad de! espíritu hayun "débiÍ meri.t~i;; Oc~lto, así tenga una

qu~ otra facultad intele~tual sobresalien~te, "imaginación 'digamos, m~licia o téc­nica . . . no importa qué, por'qué la sín­tesis 'le es :favorable; y la síntesis 's loque cuenta eri este cómputo fiÍlal efectivo.

El instinto' de perduraci6n es' otródelos magnos soportes de la buena conducta.Con efectó, el pavor d~l :úiiq~amiento,

de un 'regrho todl al no ser, aflige terrÍ­ficamerite a laéri!ltura hU~ana y IÍluevésu' mgertio .á ' procu'Úrse' teorías, y hastatrucos, de sup'erviverida: o ~ de recorno.

Esfuerzos gigantdcos hace por guardar sutumba, .consolidarla eternaiminte y embe­llecerla en grado sumo; desde er'entérra~

mieiitd elemental' delospiihiititoshastalas' pirámides ddos faraones y las lujds~snecrópolis de ·}íoga-ñd. La'religi6n y la' poe~sÍahiln pobUdoespacios'maefi~blesde1.11 trarriundos que r~pii:e~, transfigu'rado y~splendérite, el hógarde· nuestdvida;para . que' éstil'cohtÍnú¡; iticólUi'lie;: y

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tuiblemente, la otra mitad de la cultura,lo que es decir, alteza de normas.

y aquí es necesario detenerme y hacerante ustedes, y ante toda la nación co­lombiana, tres declaraciones de importan­cia fundamental para el porvenir de lacultura propia, para la mayor felicidady dignidad de nuestra gente:

Es la primera, que por observación di­recta de muchos años, y por pruebas fi~

dedignas de psicología experimental, pue­do decir que nuestra juventud está inte­lectualmente muy bien dotada, que es deágil entendimiento y hábil para el estudio.

La segunda, que aún hay muchachos derecia contextura mora-J, fervorosamenteadictos 'a las más enalte'cedoras doctrinas,y que la muchedumbre, caudalosa mu­chedumbre, -de los que proclam,an el cni­do realismo, lleva en su entraña recóndita,yo bien lo sé, un hombre pulcro, Uh sueñoideal'y'una' canada· congoja de frustra-ción.

Y'es la tercera, tremenda cual ninguna,que, a pesar de los meritísimos esfuerzosrealizados hasta hoy, la educación y la·instrucción que. eSa juventud está reci­biendo" en todos los ..grados de su .~calo­nami,ento: cultural, .desde la escuela cam­pesina , hasta. nuestras facultades másilustres,. eslliferi9r aúp. a, la capacidadmental adqu,isitiva de las nuevas generac'ciones y trágicameqte inferior, al destinoespiritual de. Colofl1bia.

Ahora sí, lleguemos altemacircuriscrito

de este mensaje pedagógico con qué, sé~

gun inideber y mis más cordiales senti­

mientos; he' querido iníciar miestrás ta­reas dél presente año.

La' deontología, como Bentham denomi­nó a. esta doctrina de los deberes y dere­chos profesionales, dehe' ~oristit:uir pre­ocupái::iOri constante de nuesúa enseftanZalectiva. La mejor manera de comunicar­~a no es mediante un curso especial di-

I dáctico, sino aprovechando toda ocasión

que se pr~s,ente en. el totalperíodo de es­tudios, pues cada materia. e:l{ige condu!=taespecial aju~tada a su noble ejercicio; ypor lo t~nto; cada profesor debe doctrU;~ren' ella' a su's discípulos, con ·s~ buen ejem­plo, 'primé'ro que todo;' con hábile's ins~

triícciones; luego, cidá vez que la oPor~

tUnidad; así 10.indique.

U N ,J'V E 'R S 1 T A R lOS

E~ primer lugar, estamos ante un datode anfibológica interpretación, en este cre­cimiento abrumador de la matrícula uni­versitaria, pues que si de un lado es plau­sible, como signo de un despertar cultu­ral de la nación, de otro pudiera interpre­tarse como mero afán de aprovechamien­to económico, sin alcance cultural ni vo­cación propiamente dicha:, de~ tiempo dela iniciación de mis estudios médicos ahoy la república ha doblado su poblaciónnfcional:y decuplicado la universitaria,con poca elevación de los niveh;stécni­cos y 'al~ún 4escenso del moral en ciertasprofesiones.

Esa abundancia de doctores no consti­tuye'aún plé¿~ra dañosa, si ,no es en 'al~

gunos lev~s casos de mala distribució~

regional. Pero si llegase a ocurrir que ~sa

abundancia' fuera de doctorados sin doc­'idn:a:: iiJ.sÚntáneamente surgiría un pro-­

ble!Da, ,na~i()p.~l ,~~le~ér.~?

De esto se deduce la exquisita tutelamoral. que. ustedes y yo debemos -asumir. enel cumpliíriientode nuestra fundónedu­

qtira., J.>orque, , $i,~er .universitario no~onstitu,y:e garantía depu1critud, la Uni­~~r.~idad h~brá b,astarde,ado de su origen yt~cad~ sd,~jor destino. /

':'I-;{a~t; ha~~, PQCO las profesiones libera­.Les;~ .~utd;1~en .ColQmbia de gente de~r~pul~sa, ~stirpe,que llegab;1 ai claus­tro estudiantücon ;1vigondas: normas,deconducta. Al crecer el ;1nhelo de reden­dór;. 's~cia:i, GOmO hoy (fía ocurre, es 1'0­

'slbi~~'q~e' ~ ,~edaustro lleguen algunos .s~ .' ~~t~ctu'r~ .moral '. suficiente para el

P9~~~ri~~ ~je~ci~io de sus profesiones, in­

;d,ivid,uos, ,.de .aIllhieq.te familiar débil, ql,le

¡yeJ;l ~~~,:el diploII)a la mejor ruta de lucro

p~uniario, ,de e¡:laltecimiento social ad­

jetiv.o y .aulilde ,complacencias furtivas

de otra índole. Dota,dos de recursos inte­

lectuales .dejándolos moralmente analfa­'~et~;' ~~rÍa incuria s~prem:a' de nues.tra

pa~te' ji 'peéarcinosa conducta de la fun­

cI¿~ edü~~tiva: 'que la sociedad nos ha

éric~m~~da:d~ ~ tr~vés de su máximo ins~dí:úik'dQ¿ente. !, .

.' 'Bi~nvenida esa reaCClOn de las clasessociales desvalidas,. mas no para 'una' tec­iiificiclón' 'triérital ape~as, sino para en­

aftl!t~Jit~'arriióriico de' la persona, quell': aos t:orlticimientos instrumentales defunción prCllesional,de~' añ.adir~ insusti2

/

'" -

;:./

lización hacia el destino espiritual. delhombre; y la más difícil aun de enaÍteceresa ruta con aPortaciones personales deobra o de conceptos. Arquitectos, pu'es, uobierQs hibiles a' lo .menos, del devenirhistórico, deben seI: los hijos de la Uni­versidad, sobre todo en el ám~ito de suti,erra.

Acorrer con- obras y doctrinas alenaltecimiento de esa patria en el concier­to de las naciones culta~ .. Enseñar que esa-Qltit\¡d nacional sólo ~e obtiene por lasum'a de virtudes de sus componentes in­dividuales, pues que no puede haber pa­tria noble coJ). ciudadanos indignos. Quesi la fortuna, en el caso particular deColombia, nos negare preeminencia en los.campos de la economía, o· del poderío ~i­

.litar o del saber científico, la tengamosen la potencia moral de nuestra con­ducta.

Y enseñar que ello no ·es. difícil. Queello se obtiene con retributiva abundan­cia mediante el ejercicio individual deúnas cuantas normas, por demá~ sencillas:.ser verídicos, ep primer lugar, ser afablesen segundo término, y ser, en fin,respe­tuosos del bien ajeno. Y por sobre todasc'osas; contribuir' gener,osamente al bienpúblico, crear algo útil, justificar estemilagro inexplicable de la existencia conalguna obra útil,' por pequeña qué seadentro de la limitación dé nuestras ca­pacidades... o recursos.

El trabajo no eS solamente medio ad;.quisitivo de mantenimientos y comodí­d~es, ni es carga abominable· de obligadoesfuerzo, sino placer en sí, comóejetciciode potencia, y factor, en todo, caso, de. dig:.nidad indefectible. Un pueblo desganadode. k' á~ción, un pueblo lánguidó; -querehuye el cumplimiento ,de sus debe.res y"sabote~'i sus cOD1promisÓs de ~rabajo; notiene porvenir' económico ni hará hi~torlá

ntin~a.. Pueblo a~í. es un vacío mpral.

.La juventud contemporánea esyquie­re serexistencialista, no en el sentido ·fi­losófico de ese vocablo, s~o en el peyora­tivo de vivir- por vivir, singulár y efíme­ramente. Error nefario ,\ue nos viene. dela incertidumbre en que cayó en nueJtrosdías' la cultura eurasiática que aúp. nosrige.. Yeso nO está hien. Tal existencialiS­mo práctico desamll las ideas, rehuye el·

. esfuerzo fecundo, enaltece la sensualidad,hquida el orden. Es un nihilismo de hama­ca, .propio de tribus en decrepitud o aga­rrotad~s por la tripanosollliasis del sueño.

y ~~mo ustedes sal>eri tOdo esto, y másqueyosé,dejo a su pericia y encomiendoa la altez:l de su visión espiritual el deciresas ve~dad~s y otras ~uchas, a las nuevaspromociones' estudiantiles, enhorabuC!J-a

encomendadas a su enseñamiento universi­

tario y. su noble eje~plo personal, sola­mente recordándoles que tal centinela de

conducta debe tenerse día a día, tenaz e

indefe~tible, como un lábaro de triunfo,

En sus manos, pues, y buenas manos,~ueridos compañeros, esd. el patrimoniomoral de la república. .

De ustedes muy devoto amigo,

LUIS LÓPEZ DE MESA.

Bogotá, enero. de 1949.

UNIVERSIDAD 1)E,MEXICO * 17

1821-1860

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LlBRERIA.ROBREDO

porToribio EsquiveZ Obregón

(Tomo IV de la obra: "Apun­tes para la Historia del Derecho

en México") "

F "O I". .al corazón y remoto en la esfera de launcion eonto oglca . .'. caridad y de la estima. Ello ocurre porque

(Viene de la pág. 4) esas profesiones, la médica priinordialmen­desde el hijo hasta las cumbres inmarcesi- te, se ha venido aliando al tecnicisnw debIes del arte, la obra del hombre busca ese la máquina, con descuido notorio de todo

. su sueño de continuar siendo: pues bien, nexo personal. Error supino que desarticulap:l(a quieai- limita sus acciones al mero y arruina la misión de esas profesiones li'­bienestar propio, a la-singularidad de su bres en cuanto tienen. de más admirable

. sér efímero, todo ese mÜDdo queda veda- y más útil.

do inexorablemente. Para .poder perdurar En este orden, es urgente decir que hayen nuestras obras es ineludible verterlas una categoría de deberes profesionales queen el generoso torrente de la vida social, el actor de dichas profesiones no puede'donde articulen su,bien con otros bienes descuidar sin desvirtuarlas. en su puray ,ngarcen su feble estructura en la tra- esencia: el primero, saher s~ oficio. Yab~zón eterna ~el mundo: donde sean ayu- desde el siglo xn, el gran hebreo anqaluz

dando a ser. Maimónides, precursor, si no maestro, deBajand~- de este' tono. académico a la Santo Tomás de Aquino, añadió a las

roqueña solidez de los hechos comunes, bellí~imas admoniciones del juramento hi­pueden hacerse otras muchas observacio- pocrático esta de continuar indeficiente­nes decisi~as: Ún hombre que no se respe- mente el estudio, y nadie desconocería queta a sí mismo, .que estafa o miente, ,por hoy, más que nunca, es imperativa aquella,ejemplo: mal puede espe~ar que lo respete obligación por la actual hondura y dila­el prójimo; un hombre inculto que in- tado volumen del progr~so científico. Mu­sulta, que es vulgar de p~iabra, bronco de chos opinarán que decir esto constituye

Amo el soneto cu~1 león de Núbla 'actitud' e insociable en sus procedimien- una pamplina, un lugar común y redun:-de ancha cabeza y resonante cola. tos; no p~edc:'pedir que los demás lo amen dante advertimiento. Y no es así: son le-

'd • . d y' ~stimen:Uno y otro se colocan en cam.- úón los que una vez graduados menos-A este postula o estetlco q'ge e- . b ' 1 . f ~. . . po repulSIVO que les estor ara e tnun o precian el estudio y sólo miran con celo

finió la actitud de un poeta gra~de- de su personalidad y sus empresas en la el plácido disfrute del rendimiento eco-

por sus elementos cultos obedece fiel. vida social. nómico de S\¡ diploma, con daño cntel de

mente la poesía de Jorge ~amón Juá- . En tal rumbo discursivo pudiera exten- quieites ingenuamente encomiendan a su

l 'b t ... 1 d' /.' 'd'· "d"derme prolijamente, mas ello es que en 'piot~ción el tesoro de su salud, él·tesororez, cuyo 1 ro con emp a· o es '" " " . .. '. este documento solo me mcumbe refenr- de honra, el tesoro de su fortuna, o todos

diferentes ángulos' d.e opinión TeJe me 'a' .·l·a ·,.,;,.·.·sl·o'n· edu'·c·atl·'va ·de la UnÍversi- .U_ eUos juntos, 'ignorando que van a ser más

vista, es indudablemente ,hermoso.~ Ydalen sus relaciones con el ciudadano explótados que curados o defendidos.

revelador de mayores facultades..' . '.de Colombia, sus edU:candosen .prini.era lí- Por tal~b~ersió~ de actitudes mora-. 'né¡, y así) aborda; los pormén?resd~~s~

GERMÁN PARDO GARcfA '~sión esp¿cial/' .' les, puede acaecer, y ya acontece en el. .' las IlÍ\lDdo; que se perjudique la cJientela, fal-'Fal nllsión: se cumple a través de. , . sific:u~do innobl~mente sus cuitas, incu-rriútiples "facultades que' informmsu . , . .

. .' . ,. bando,~. gr., pleitos donde no existen,claustro, donde· se preparan técnié<t y etl-.<;ao:i~te Jos alumnos _de profesiones libres o 'tratan,9o dolencias que no justificanq~e .'íri.¡s';:clliectamente habfáll. de .dirigir profongada y costosa intervención..

·lasfuncion:es del Estado, la cultura 80-' El segundo mandamiento consiste enti:lly la ecónomía d~ la nación. De estas ejercer la profesión' con espí~itu soci~l,

-iJistitucíones, dos so~ eminentísimas: 'la con ánimo de proteger el mayor núm~ro

deniédicos y la de jurisconsultos, cQmo· posible con elttiayor bien ásequiblea sus: que \1.na y otra 'defienden la vida; e( honor recursos: El descaecimiento de ese ápos,:,

y lo~ habites -de SUs. conciudadanos,' que tolado iñeita grandemente a la soc4liza:una y otra. proveen a· 'la' rectoría de la ción "oficia!" de las' profesiones, y estavida s<)ciál y la república; que un~· y otra, socialización burocrática suscita, a su vez,en fin, abastiOnar). con' su ejemplo ·latarea . . al

. '. .la mecanización del ejercicio profesion ;espiritual de su pueblo y la conducen..con "'erma peligrosa de las relaciones di-De eUas diré en primer instancia que 'r'

. d rectas, personales y afectivas, entre pro-exigen vOcació.n genuina, con on pecu-liar de' conocimientos y acendrada virtud fesor y cliente.-de sacrificio. Por razón de elertos cam- El tercero,'y más .encumbrado puntobiós que ha Aabido en el,confuso trajín de esta deon~ólogía, estriba: en la promul­de las sociedádes'modernas, asistimos en gación de los deberes éulturales de· tipo~las a peligrosa inversiÓn de la conducta,._ l¡.Diversal que iD(;umben al que recibióya qlle en. vez, como antes fué de. uso y disciplina universitaria y desempeña fun­siempre será de deber indiscutible, de ción social dé esa índole. En él reside laconsidera,r que ellos ~erten~cen a su clien- tarea ponderosa de guiar a su ge~lte con-tela, actuan como sl·la clientela les per~¡ . 1 l' ta de lá m~s alta civi.' . . naClOna por a ro . .~teneciese a.. ellos, egoístªmente. La pnm~ra ..actitud profesional'nos explica aquel ~s­

pÍritu bondadoso" aquel apostolado,deabogados y de médicos 9.ue en otra época; .no lejana aun, distinguía y enaltecía a sus ~

hombres y los hacía amables, ídolos a Ve­ces d~l afecto público y la Íntima venera­ción de sus gentes. Y al revés, por e.sta·deplorable pugn:l económica de la horapresente y esta minoración del espíritu enlas nuevas generaciones,. ya el 'cliente se.c~ncibe como cosa' explotable,. indiferenté

c.' López, el popular "tuerto" López

que en su moreno puerto d~ Cattage- .

na envejece. para la 'vida y tram~nta

para la gloria.

Otra de las cifras relevantes de este

libro que le señala al poeta Jotge Ra~

món Juárez lugar de honor entre los

cultivadores de este género de poesía

natural en Méx~co, es su fidelidad al

end~casíIabo y su identificaciótt con

este- metro de cuyas unidades rítmicas

y cantidades melódicas se ha despren­

dido para la poes~ española un pode­

roso caudal de acentos. Casi todos los

sonetos rematan como lo quería Gui­

llermo Valencia, 'altísimo ap6stolate­

niense de una poesía sin contactos

evidentes con la vida.y sus profundos

meandros, pero llena de hermosura

plástica y eterna. Valenci;l'es<;ril>ió:·

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