Carta Super Región Hispanoamérica 48 Julio 2010

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Hispanoamérica CARTA Nº 48 Julio 2010 Equipos de Nuestra Señora ¿Cuál debe ser nuestra respuesta ante los escándalos de la Iglesia?

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Hispanoamérica CART

A

Nº 48 Julio 2010

Equipos de Nuestra Señora

¿Cuál debe ser nuestra respuesta ante los escándalos de la Iglesia?

Carta Hispanoamérica No 482

Desde la Super RegiónCarta de Responsables Super Región HispanoaméricaEn defensa de nuestra IglesiaCarta del Consiliario de la Super RegiónSacerdote en los ENS Desde las ProvinciasNo es un adiós es sólo un hasta pronto

Correo del Equipo Responsable Internacional - ERI Los Equipos de Nuestra Señora en Europa Central y el Este ¿Qué aporta el sacramento del matrimonio a la pareja?

Extractos del Padre CaffarelUn editorial de 1,967

Temas de Iglesia ¿Cuál debe ser nuestra respuesta ante

los terribles escándalos de la Iglesia? La mayor persecusión de la Iglesia

nace del pecado en su seno

Noticias InternacionalesEl padre Olivier se reunió en la casa

del PadreAvance de la causa de beatificaciónNovedades en las responsabilidades

de la Super Región Hispanoamérica

Contenido

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Carta de Clarita y Edgardo Bernal Responsables S.R.H.

En los últimos meses y casi que a diario, con tristeza y dolor de Igle-sia, hemos visto que las primeras

páginas de los periódicos y la apertura de los Noticieros, la ocupan los escándalos desatados por la denuncia de abusos sexua-les de parte de algunos sacerdotes católicos hacia menores de edad o en el mejor de los casos, los amoríos y las declaraciones de las amantes y los hijos de uno que otro servidor de Dios. Estas noticias reales han sido en-fatizadas por los medios de comunicación, las sectas religiosas anti-católicas y todos los enemigos de nuestra querida Iglesia para tratar de des-truir y desvirtuar, de manera equivocada, la verdadera esencia de nuestra fe que por supuesto no estriba en el comportamiento individual de unos pocos hombres, sino en el mensaje vivo de Jesucristo resucitado que trasciende a todas las debilidades humanas. Quienes nos atacan a nosotros, los católicos, es-tán confundiendo su rechazo visceral a las enseñanzas morales y doctrinales de nuestra Iglesia, con el rechazo al deplo-rable comportamiento de algunos de sus pastores, convirtiéndolo en uno solo, con lo que están tergiversando los fundamentos de su aparentemente justificada indignación.

En defensa de nuestra Iglesia

Es hora de hablar!!!

“Pero acaso, nuestro silencio no es una validación tácita de los

argumentos de quienes atacan a nuestra Iglesia?”

Resulta muy curioso que en la difusión de estas noticias que venden y cautivan a la gran masa sedienta del amarillismo que conlleva el vínculo entre una conducta censurable y una investidura sacerdotal, que muchas veces el imaginario popular la eleva a una condición de perfección por encima de las debilidades humanas, casi en ningún caso se aluda a la condición enfermiza de quienes incurren en estas aberrantes prácticas, sino exclusivamente a su condición de sacerdotes, como si es-tos comportamientos, ética y moralmente reprochables, en primer lugar, no fueran

inherentes a las debi-lidades de la carne de la que no está exento ningún ser humano incluyendo, por su-puesto, los pastores

de la Iglesia como mortales que son y no a su ministerio, como se ha tratado de transmitir.

Tal vez la posición más cómoda que podemos adoptar ante toda esta situación que se presenta, es evadirla con nuestro silencio que no nos compromete. Pero acaso, nuestro silencio no es una validación tácita de los argumentos de quienes atacan a nuestra Iglesia? Acaso nuestro silencio no permite el avance implacable de la estig-matización de los sacerdotes, incluidos esos

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maravillosos amigos y consejeros que son los sacerdotes consiliarios del movimiento de los EQUIPOS DE NUESTRA SEÑO-RA a quienes les debemos una gratitud sin condiciones?

Realmente pensamos que como cris-tianos comprometidos que somos, no podemos ser indiferentes al desafortunado momento que estamos viviendo y debemos tomar posición propia, aún a riesgo de vernos involucrados en polémicas que tal vez sería más cómodo evitar. Es hora de reaccionar y de hablar con firmeza y convic-ción!!!

Cuando nos dispo-níamos a estructurar esta entrega de la Car-ta de la Súper Región, llegó a nuestras manos una maravillosa ho-milía que el sacerdote Franciscano P. Roger J. Landry pronunció en Estados Unidos, refiriéndose precisa-mente al tema que tan-to nos inquietaba, por lo que no dudamos un solo instante en incluirla en este número, pues en ella encontramos valiosísimos elementos de reflexión y argumentos debidamente fundados que nos permiten a todos los católicos, sin perder nuestra objetividad, adoptar una posición reflexi-va y crítica sobre los escándalos que, por generalización de casos particulares, azotan a la Iglesia, contribuyendo de ese modo a que todos seamos defensores de

“Cuando traten de rotular a todos los sacerdotes

por el equivocado comportamiento de unos

pocos, podamos mostrarles lo afortunadamente

“incoherentes” que son la gran mayoría de nuestros

pastores, de nuestros consiliarios, que con su

abnegado ministerio son un faro espiritual para nuestras

vidas.”

los valores fundamentales en los que se cimenta nuestra fe.

A quienes con vehemencia atacan a la Iglesia, es importante que les hagamos entender, que no se juzga algo, por aque-llos que no lo viven, sino por quienes sí lo viven, como lo menciona el Padre Landry en su homilía. De tal manera que cuando traten de rotular a todos los sacerdotes por el equivocado comportamiento de unos pocos, podamos mostrarles lo afortuna-damente “incoherentes” que son la gran

mayoría de nuestros pastores, de nuestros consiliarios, que con su abnegado ministerio son un faro espiritual para nuestras vidas. Cuando la censura y la crítica es bien intencio-nada, sería más lógico que se generalizara el concepto del sacerdote con base en el testimo-nio que brinda la vida del 96% del clero y no empañar con saña, el apostolado de muchos por el equivocado com-

portamiento de un 4% o menos de aquellos pastores que traicionan su vocación.

Pedimos al Señor que nos envíe la fuerza de su Espíritu para que nos brinde luces en los momentos de oscuridad por los que nuestras debilidades humanas muchas veces nos sumergen.

Fortalecidos en la oración de unos por otros, les enviamos nuestro cariñoso y fraternal saludo.

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Carta de P. Antonio Villarino Consiliario S.R.H.

Hace ya más de nueve años que mi odontólogo, que pertenecía a los Equipos de Nuestra Señora, me pre-

guntó si estaba dispuesto a ser consiliario de un Equipo. Le dije que sí “a ciegas”, movido por la intuición pastoral de que allí podría haber algo valioso, pero sin un conocimiento concreto. Tampoco tuve un pilotaje formal. Fueron los mismos miembros del equipo 98 de Bogotá los que me introdujeron en la práctica y en la espiritualidad del Movimien-to. Mejor, creo que juntos fuimos haciendo camino, entre fidelidades y abandonos, momentos alegres y noticias dolorosas…

Poco a poco n o s f u i m o s transformando en un verdadero equipo-comuni-dad eclesial, en la que estamos aprendiendo a v iv i r nues t ra fe, en libertad y amistad, sin fanatismos pero con apertura a la acción del Espí-ritu y a la lectura de la Palabra de Dios, guiados por el carisma profético del P. Cafarell.

Un primer aporte que, como sacerdote, he recibido fue el de mantener mi identidad sacerdotal, no desde un rol de “dirigente” –subido, por así decirlo, sobre la tarima de mi rol–, sino en condiciones de igualdad, entre amigos y amigas para quienes soy sacerdote sin dejar de ser hombre y para quienes soy hombre sin dejar de ser sacer-dote. Me parece que ése es un aporte fun-damental para el sacerdote, que puede estar tentado de verse a sí mismo como un ser “especial”, separado del mundo, o de inten-tar ser “uno más”, olvidando su identidad sacerdotal. En los equipos no soy un “pro-

fesional” de lo re-ligioso, que habla desde la cátedra, sino un amigo que comparte con otros la búsque-da de caminos de plenitud, guiados todos por el único Maestro.

Un segundo aporte, que me ha entusiasmado, es el de hacer ex-periencia de una Iglesia laical, he-cha por parejas que viven su dis-cipulado y segui-miento de Jesu-

Sacerdote en los ENS

“En los equipos no soy un “profesional” de lo religioso, que habla desde la

cátedra, sino un amigo que comparte con otros la búsqueda de caminos de plenitud, guiados todos por el único

Maestro”

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cristo, así como un llamado específico a la santidad, desde la convivencia conyugal y desde las luchas cotidianas por la educación de los hijos, la búsqueda de la necesaria solidez económica y la realización de una profesión en beneficio de la propia familia y de la sociedad.

Cada vez estoy más convencido que el carisma de los ENS es un gran regalo de Dios para la socie-dad de nuestro tiempo y para la Iglesia, en la que los sacer-dotes necesita-mos ser y sen-tirnos parte de la comunidad, antes que pas-tores y guías.

Por último, la experiencia de amor con-yugal, con sus alegrías y dificultades, es para mí, que vivo en comunidad, un ejem-plo de gran utilidad. También yo, como los equipistas, estoy aprendiendo a escuchar, a comprender al diferente, a perdonar, a poner en común sentimientos, a ser positivo en los diálogos, a poner a Dios en medio de nuestras relaciones, a reflejar la imagen de Dios que,

según la Bi-blia, somos l o s s e r e s h u m a n o s , en nuestra dob le d i -m e n s i ó n masculina y femenina: “hombre y mujer los creó, a ima-gen de Dios los creó”.

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Desde las Provincias Colombia

Hace un poco menos de tres años, mientras le colaborábamos a Edgardo y Clarita como parte del

equipo de apoyo de la Provincia Centro, ayudando en toda la información para el colegio que se realizaría en Pereira, nos sorprendieron una noche y nos invitaron a hacernos cargo de la Región Centro de Colombia. Esa noche en medio de la an-gustia, la admiración y el temor propios de enfrentarnos a tan grande responsabilidad, surgieron gran cantidad de preguntas entre los dos: por qué nosotros? Si éramos los adecuados? Si éramos capaces de respon-derle al Señor y al Movimiento?. En medio de todas estas preguntas y pasar una noche prácticamente en vela, tomamos la decisión de seguir el consejo de Edgardo y Clarita y nos pusimos en manos del Señor y durante más de una semana de oración y de la asistencia diaria a la Eucaristía, tomamos finalmente la decisión de comprometernos al llamado del Señor y aceptamos la respon-sabilidad de la Región Colombia Centro.

No imaginábamos Constanza y yo que estaríamos iniciando el periodo más hermo-so de nuestras vidas. El primer contacto que tuvimos mientras hacíamos el empalme con Bernardo y Esperanza, fue con los equipos de Antioquia, primer regalo del Señor, empezar por la tierra en la cual pasé mis primeros años y que siempre hemos lleva-

Constanza Helena Gil G. Y Fabio Alberto López GRegionales Colombia Centro. Provincia Centro

do en el corazón. Con posterioridad, y por quebrantos de salud de Bernardo, debimos asistir Constanza y yo a Bucaramanga a las primeras Jornadas de Formación, fue éste el primer evento al que nos enfrentamos solos. A través de la oración sentimos la paz y compañía del Señor para comunicar a los equipos de Santander el mensaje que se nos había encomendado.

Después de la eucaristía del 8 de di-ciembre de 2007 y de superar el temor de enfrentarnos a tantos equipos de Bogotá, iniciamos un camino de servicio, teniendo la certeza de la presencia de Dios en medio de nosotros, pues cada día ponía en nuestro camino más parejas dispuestas a ayudarnos a discernir y cumplir la voluntad del Señor en todo momento,

Con la orientación, compañía y testimo-nio de amor de Alberto y Constanza Alva-rado tuvimos la oportunidad de conocer y trabajar con los equipos de la costa Caribe y apreciar cómo el Espirito Santo obra en tantos matrimonios, logrando esa unidad y ejemplo que nos dan con su convocatoria y compromiso para conformar nuevos equipos que trabajen por el matrimonio.

También aprendimos de Antonio y Olga Lucía Arango toda su disposición y entrega, trabajando con ellos en la orga-nización de las jornadas en Barranquilla, Bogotá, Paipa y Fusagasugá.

No es un adiós, sólo un hasta pronto

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Hoy vemos con claridad cómo el Señor nos habló a través de ellos y nos enseñó el verdadero espíritu del servicio Cristiano.

Otra experiencia maravillosa fue el sentir cómo, por medio de la oración de una comunidad unida, el Señor se manifiesta, pues actuó fortaleciendo física y espiritualmente en los casos de quebrantos de salud de Constanza Fandiño, Silvia Arbo-leda, Jesús Hernando Granados , Lucía de García, Carlos Eduar-do Román y de tantos otros que recuperaron su salud y hoy, aun más que antes, son testimo-nio de su amor.

Después de tener to-dos estos elementos en nuestro corazón, más seguros en la labor en-comendada y disfrutando de servir a otros con alegría, el Señor nos desacomoda y nos pide que dejemos nuestros apegos, que nos desacomodemos de todo y vaya-

mos a tierras desconocidas a cumplir una nueva misión que no conocemos aun, pero aceptamos con amor porque tenemos la certeza que Él sí la sabe y nos acompañará en todo momento.

Para terminar todo lo que queremos hacer, en un acto de aban-dono a ejemplo del P. Charles de Foucault, pero en oración conyugal:

Padre, nos ponemos en tus manos. Haz de no-sotros lo que quieras. Sea lo que sea, te damos las gracias. Estamos dispues-tos a todo. Lo aceptamos todo, con tal de que tu voluntad se cumpla en nosotros y en todas tus criaturas.

No deseamos nada más Padre. Te encomen-damos nuestras almas, te las entregamos con todo

el amor de que somos capaces porque te amamos y necesitamos darnos, ponernos en tus manos sin medida, con infinita con-fianza, porque Tú eres nuestro Padre.

“El Señor nos desacomoda y nos pide que dejemos nuestros apegos, que

nos desacomodemos de todo y vayamos a tierras desconocidas a cumplir una nueva misión que

no conocemos aun, pero aceptamos con amor porque tenemos la

certeza que Él sí la sabe y nos acompañará en todo

momento”.

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Correo del Equipo Responsable Internacional - ERI Por: Herve y Genevieve de Corn

El mapa nos muestra el establecimiento de los equipos (en amarillo) en Euro-pa Central y del Este. La caída de la

cortina de hierro en 1989 permitió al Movi-miento hacerse conocer entre las parejas. A continuación describimos algunos elementos concernientes a cada uno de los países. Alemania:Alemania es la región más antigua y allí hay 48 equipos, muy dispersos en ese gran territorio. Hay equipos alemanes en Bélgica y en el norte de Italia, al Sur del Tirol. El país se caracteriza por un fuerte espíritu ecuménico con lazos bien estrechos con las iglesias protestantes y la organización de numerosos encuentros en común. La región

Los Equipos de Nuestra Señora en Europa Central y del Este

germana comprende a Alemania, Austria, Hungría y Rumanía.

Austria:Los ENS de Austria perdieron en junio a la más antigua de sus amigos, quien murió a los 95 años. Teresa y su esposo Herbert fun-daron el primer equipo austriaco en octubre de 1959. Fue con ocasión de un encuentro de familias católicas que conocieron al padre Joly, quien era el secretario del Padre Caffarel y había ido a Viena en motocicleta a hacer

una exposición en alemán sobre los objetivos y estructura de los ENS. Logró seducir a la pareja Falkner y los equipos se desarrollaron teniendo en 1970, 14 equipos en Viena y 11 en el Oeste del país.

Hungría y Rumanía:Hungría (« país de los Magyars ») es un país que tiene alrededor de 10 millones de habitantes en su mayoría católicos. También hay varios millones de magyars que viven en los países vecinos (Rumanía, Ukrania, Eslovaquia y Serbia) a raíz del tratado de

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Trianón (1920) que privó a Hungría de 2/3 partes de su territorio. Noventa años des-pués, todavía hay muchas tensiones sobre este tema. Actualmente Hungría ha sido

duramente golpeada por la crisis económica pero también por la crisis de valores.Esto hizo que varios años después de la caída del comunismo, los ENS se establecieran en Hungría. Los primeros equipos se formaron en Budapest -la capital- y después en Debre-cen en el Este de Hungría. Después de más o menos 4 años se formaron equipos com-puestos esencialmente por parejas jóvenes en Vac y en Dunaharzsti. Actualmente hay una decena de equipos a los cuales se deben agregar cuatro equipos de lengua húngara establecidos en Déva en Rumanía y que también forman parte del sector « Hungría »

el cual se extiende sobre un gran territorios. En Hungría existen muchos movimientos de parejas (Encuentro Matrimonial, Fires, Schönstatt etc…) todos los cuales responden a una necesidad real de parte de las parejas jóvenes deseosas de constituir su vida sobre los valores cristianos. Polonia:Polonia ha sufrido mucho a través de la his-toria siendo víctima de ocupaciones, ataques, persecuciones nazis y comunistas que trata-ron de retirar a la Iglesia de la vida familiar y públicas. Durante la última guerra, fueron destruidas numerosas ciudades que fueron arrasadas y luego reconstruidas.El Movimiento « Iglesia Doméstica· » existe en Polonia desde los años 70, inspirado por los Equipos de Nuestra Señora y desarrollado por la hermana Jadwiga (Edwige) Skudro (Hermanas del Sagrado Corazón) junto con Marie y Louis d’Amonville. Atraídos por la pedagogía y la espiritualidad de los ENS, y respondiendo al llamado del papa Juan Paulo II « Avanzada a lo largo » algunas parejas de ese movimiento emprendieron la consti-tución de los Equipos de Nuestra Señora en esa parte de Europa. Así fue como nacieron los Equipos de Nuestra Señora en Europa Central en agosto de 2001. La « Región Polonia » fue creada en junio de 2005. Tiene misiones en Bielorrusia, en Eslovaquia l (un equipo) y en Noruega (un equipo en pilotaje). Actualmente tiene más de 50 equipos que cuidadosamente se adhieren a los principios del movimiento, sobre todo en lo que concer-niente a las reuniones mensuales, el compar-tir y la fidelidad a la Carta. Los responsables de movimiento organizan retiros abiertos a

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todas las parejas aunque no pertenezcan a los ENS con el fin de transmitirles los testimo-nios de sus miembros y mostrar a Cristo, la única fuente de la vida conyugal.

Bielorrusia:Bielorrusia, cuyo nombre significa « Ru-thénie blanca », también ha sufrido mucho. Sirvió como zona fronteriza de Rusia. Vein-

ticinco por ciento de su población pereció durante la Segunda Guerra mundial Los ortodoxos constituyen 80% de la población y los católicos 15%. Como resultado del desplazamiento de las fronteras después de la Segunda Guerra Mundial, se entregaron a Bielorrusia grandes territorios que antes pertenecían a Polonia. Por consiguiente hay lazos muy fuertes entre los dos países.

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Durante el período comunista fueron destrui-das numerosas iglesias o se les dio un destino diferente. Actualmente muchas de ellas han sido renovadas o reconstruidas con los pocos medios que disponen sus fieles.

El Sector Bielorrusia celebró su quinto

aniversario en junio de 2005. Actualmente tiene 12 equipos (dos de ellos en pilotaje). Los sacerdotes y obispos están muy con-tentos con la presencia de los Equipos de Nuestra Señora en un país donde el divor-cio es parte de lo cotidiano y donde no se comprende muy bien la importancia de la indisolubilidad del matrimonio.

Eslovaquia:

Un primer equipo eslovaco en el norte de país hizo su compromiso en julio de 2009. Es piloteado por un matrimonio de Polonia.

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Otro equipo francoparlante se formó en Bratislava. El Consiliario Espiritual y dos de los esposos son eslovacos. Esperamos que puedan atraer a los pequeños (al lado de los niños van muy bien pues tienen 17 niños de enos de 11 años entre los 5 matrimonios).

Albania:

El Movimiento de los ENS llegó a Albania hace más de 2 años bajo el impulso de un sacerdote jesuita italiano, el padre Ignazio Buffa, consiliario espiritual de un equipo de Roma y gran amigo del movimiento. El pri-mer equipo, Tirana 1, fue piloteado por una pareja italiana que viajaba todos los meses a Albania por barco o por avión. Al terminar el pilotaje en septiembre de 2009, Carlo y María Carla Volpini fueron a Albania para festejar el nuevo equipo y participar en una reunión de información que dio origen a un segundo equipo Tirana 2. Este nuevo equipo cuyo CE es el obispo Mons. George Fredo, es piloteado por otra pareja italiana. Albania es un país que despierta al cristianismo des-pués de muchos años de régimen comunista y cada propuesta religiosa es acogida con

entusiasmo pero también con prudencia... La ruta a caminar es larga porque, por ejemplo, nada del Concilio Vaticano II llegó a Albania, Pero la valentía de los ES, el entusiasmo de los matrimonios piloto y el fuerte deseo de las parejas albanesas, facilitan todo y esperamos un gran desarrolló del Movimiento en ese País. Lituania :Hay un equipo en Vilnius desde hace varios años. El período comunista volvió a la pobla-ción muy reservada con respecto a sus ideas y su fe. La gente no tiene la costumbre ni el deseo de hablar de su fe sino en el equipo. Por consiguiente, ahora es difícil que el Mo-vimiento progrese, pero no se puede perder la esperanza. Existe toda la voluntad de fundar nuevos equipos.

Croacia:En 1960, la pareja austriaca Falkner que pertenecían al equipo internacional, lanzó los ENS en Croacia. No pudieron perdurar a cau-sa del riesgo político que representaba para las parejas. Croacia es cercana culturalmente a Italia y los padres Monfortinos italianos están instalados localmente. Por su acción y relación con el padre Epis, quien también es Monfortino, fue posible hacer nacer los equipos en Croacia. En junio de 2010 debe formarse el primer equipo.

En conclusión:Como podéis ver, nuestro movimiento se extiende progresivamente hacia el Este de Europa y gana nuevos países. Para todos nosotros es muy alentador y además nos muestra que ello corresponde a una verdadera necesidad de las parejas en todo el mundo.

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Correo del Equipo Responsable Internacional - ERI

Pero a Dios no lo vemos a través de nuestros sentidos; en la celebración del matrimonio vemos y oímos sólo

a la mujer y al hombre que manifiestan su compromiso de amor y de fidelidad, pero NO a DIOS que sella su compromiso. Ciertamente los signos de su presencia y compromiso son: la Palabra de Dios que se proclama, el cirio pascual encendido, el sacerdote o diácono que preside la ce-lebración, sus palabras confirmando la mu-tua entrega-aceptación de los contrayentes, la bendición que él reza por los esposos y la comunidad cristiana ante la que se celebra el matrimonio, que ora por los contrayentes y se compromete a aco-gerles y ayudarles para que sean fieles y lleven a plenitud sus promesas matrimoniales.

La vida posterior de la pareja revelará las respuestas de los cónyu-

¿Qué aporta EL SACRAMENTO DEL

MATRIMONIO a la pareja?

ges a su propio compromiso personal, la fuerza del amor que les une, y cómo dejan o no actuar a Dios en su vida.

Al observar el itinerario que recorre la pareja después de celebrar el matrimonio ¿dónde vemos la presencia y la actua-ción de Dios? ¿Qué es común a quienes llevamos casados 5, 10, 15 ó más años, sobre esa presencia y actuación de Dios en nuestra vida de pareja?

No es nada mágico, ni es una manifestación sobrenatural ni incom-prensible, pero NO se ve siempre con los sen-tidos. La mayoría de nosotros:

CUANDO NOS CASAMOS: Había-mos pasado por una etapa previa de noviaz-go, más o menos larga; éramos jóvenes; nos queríamos y deseába-mos emprender la vida en común; teníamos el deseo y además la seria intención de hacer rea-

Sin menospreciar el matrimonio civil, la Iglesia afirma que cuando los esposos intercambian su consentimiento matrimonial en el sacramento del matrimonio,

Dios está en medio de ellos y se compromete con la pareja.

Maru y Paco NemesioMatrimonio del ERI

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Correo del Equipo Responsable Internacional - ERI

“La vida posterior de la pareja revelará las

respuestas de los cónyuges a su propio compromiso personal, la fuerza del

amor que les une, y cómo dejan o no actuar a Dios

en su vida”

lidad nuestro compromiso matrimonial de entrega mutua y para toda la vida; éramos creyentes; conocíamos sólo una parte de nuestras fuerzas y debilidades; no tenía-mos la seguridad de ser capaces de cumplir nuestras promesas matrimoniales, pero nos decidimos a intentarlo seriamente; confiá-bamos en la ayuda de Dios, de un modo genérico e impreciso.

A estas alturas de la vida matrimo-nial, podemos decir: Ya no somos jóvenes, hemos ido madurando, pero continuamos juntos y nos queremos; cada día, y espe-cialmente cada año, hemos ido renovando nuestras promesas matrimoniales de entre-ga y fidelidad para siempre; esa renovación mantiene vivo el amor y la esperanza, y nos rejuvene-ce; el amor que nos hemos dado nos ha ido curando las debilidades y heridas, y nos ha ayudado a crecer más fuertes y a entregar-nos al servicio de los otros (hijos, familiares, amigos, compañeros de trabajo, iglesia local, movimien-tos laicales, política, etc); hemos pasado por etapas con dificultades de toda clase: crisis afectivas; desencuentros de pareja; problemas familiares; en-fermedades propias y de personas muy queridas; retos de los hijos y de sus parejas; dificultades de trabajo y económicas; fa-llecimiento de familiares; pero los dos juntos hemos

afrontado esas dificultades, y no nos han destruido sino que finalmente han servido para reforzar y confirmar nuestro amor.

En todo ese recorrido de pareja DIOS siempre ha estado y sigue estando a nues-tro lado, acompañándonos y alentando y sosteniendo nuestro amor. Él es AMOR, y de ÉL viene el AMOR.

Dios ha estado y continúa presente en nuestro compromiso y en lo cotidiano de nuestra vida de pareja. Nosotros hemos ex-perimentado su fuerza, sobre todo cuando hemos tenido que atravesar pruebas que nos sobrepasaban y que podían hacer morir nuestro amor. La celebración de nuestro matrimonio nos recuerda que la presencia

de Dios significa esperan-za: Cristo viene a santificar todos los aspectos de la vida de pareja. Él viene en nuestra ayuda en los periodos difíciles, para re-cordarnos que no estamos solos ni desarmados frente a las debilidades de nues-tra humanidad, ni frente a las heridas humanas del amor. Al contrario, Dios da la esperanza de que el amor es más fuerte que todos los accidentes por los que pasa. San Pablo lo expresa muy bien en sus cartas, “el amor no pasa-rá jamás” (1ª Corintios, 13,8). Dios nos asegura que el amor es indiso-luble, más allá de las ansias y de las angustias del tiempo.

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“Dios da la esperanza de que el amor es más fuerte que todos los accidentes

por los que pasa”

Dios NOS HA AYUDADO A:

- Preocuparnos del otro, es decir: estar a la escucha de toda su persona y tener la mirada atenta que da lugar al asombro, a la admiración. No es suficiente toda una vida para descubrir al otro; pero a veces para descu-brirlo basta mirarle con un amor incondicional, especialmente en mo-mentos de desamparo.

- Ver el rostro de Cristo en el cónyuge, en par-ticular cuando nos falta la esperanza y cuando nuestra relación parece caer en la rutina o el aburrimiento.

- Alimentar la pareja, con estrategias muy cotidianas y sencillas: reencuentros o citas periódicas entre nosotros (viajes, fines de semana, lecturas para alimentar la relación en función de las etapas de la vida que vamos atravesando, sentadas, retiros espirituales en pareja, reuniones de matrimonios, servicios desempeñados en común, etcétera).

Cada pareja hemos de idear las solu-ciones que nos parezcan más adecuadas en función de nuestros gustos, circunstancias, posibilidades y necesidades.

El tiempo dedicado a la pareja permite volver a las raíces en profundidad, dete-nernos, hacernos un regalo mutuo, que dé carburante o energía “para el tiempo consagrado a los otros”.

Todo esto nunca es fácil, ni siquiera cuando todo va bien y disfrutamos de la armonía conyugal, pues exige RESERVAR TIEMPO PARA DIALO-GAR EN PAREJA CON PROFUNDIDAD, EN PRESENCIA DE DIOS.

Cuando las circuns-tancias son adversas, es esencial recordar lo que anteriormente hemos vi-vido juntos, para -en un ambiente de oración y en presencia de Dios- adoptar las decisiones más convenientes. Es necesario siempre:

- Luchar contra la tendencia a dejarnos des-bordar por lo cotidiano y a posponer para mañana el tiempo que necesita la pareja, por mil razones que parecen todas válidas e importantes: hijos, trabajo, familia, etc.

- Descubrir que ante nuestra propia debi-lidad y la del otro, no nos hundimos ni espantamos, sino que renovamos nuestra confianza en el otro y en Dios, y nos decidimos a continuar avanzando juntos.

Todo esto ha ido construyéndose con la ayuda de Dios y la ayuda de la Iglesia, en nuestra Iglesia local (parroquia y diócesis) y en el Movimiento de los Equipos de Nuestra Señora. Los pilares principales han sido la oración individual y conyugal, celebrar la misa dominical juntos, el sacramento del perdón, la vida de equipo y la vida de parroquia.

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Correo del Equipo Responsable Internacional - ERI

CARTA MENSUAL DE LOS EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA

XX° año –N° 7 –abril de 1967

EDITORIALHace unos veinticinco años, un joven y una joven que se amaban, se casaron. Eso les pareció muy simple. En lo más mínimo dudaron que ellos eran unos privilegiados; en ningún momento sospecharon el largo camino que las generaciones precedentes tuvieron que recorrer para que un hombre y una mujer pudieran amarse, escogerse y casarse en total libertad. Sin embargo, el matrimonio de la abuela, muy proba-blemente, había sido decidido más por la

Continuando con el propósito de conocer cada día más el pensamiento del Padre Caffarel, a continuación el equipo de redacción ha incluido en este número, un editorial que hace 43 años escribía nuestro fundador y que lleva un mensaje

implícito que hoy día permanece vigente:

familia que por ella misma y sus padres se habían casado en esa época en la cual se declaraba solemnemente: “El amor es una cosa, el matrimonio es otra muy diferente”. Esta pareja, gracias a las condiciones socio-lógicas y psicológicas totalmente nuevas, se casaron por amor. No solamente la co-yuntura social, sino la coyuntura religiosa intervinieron a su favor: ellos hacen parte de la primera generación que, gracias al decreto de Pio X, pudo recibir la primera comunión a la edad de siete años y nutrirse frecuentemente con el Cuerpo de Cristo1. De igual manera su religión no estaba fun-dada en un contrato legal sino en el amor, el amor de Cristo. El encuentro de estos dos amores en su corazón lo explicaba todo.

Estos dos amores, el de Cristo y el del cónyuge, son ambos de tipo totalitario y exclusivo; no toleran ninguna clase de arreglo. No obstante, estos jóvenes esposos tenían la intuición cierta que estos dos amo-res no se oponen entre sí y que no deben vivir separada e independientemente.

Buscando la razón profunda de su intuición, interrogan al sacerdote. Sin evasivas, es la respuesta de Dios lo que

Extractos del Padre Caffarel

1 Antes de Pío X, los niños no podían hacer la Primera Comunión y los adultos sólo podían comulgar muy de vez en cuando, con ocasión de las grandes fiestas religiosas. (N.T.)

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El amor de Cristo utiliza aquí el amor humano,

de la misma manera que lo hace con el agua o el aceite consagrados para

manifestarse y comunicarse.

totalmente encaminado –ordenado- al amor de Cristo: a través de él, Cristo se entrega a los esposos, por él los esposos se entregan a Cristo.

Esa es la verdad que ha constituido la admi-ración y la felicidad de algunos matrimonios alrededor de los años 40, tal es la fuente de ese gran río. Esto com-prendido, no hay nada más para ellos que tratar de vivirlo día a día en el detalle de la existencia cotidiana, que tratar de responder a las exigen-cias de la fecundidad carnal y espiritual de su amor santificado, que adherir a Cristo “en los mejores y en los peores

momentos”. No resta más que ayudar a los demás a lograr el descubrimiento transformante de esta espiritualidad conyugal y familiar. Así, se explican los grandes movimientos matrimoniales, el impre-sionante desarrollo de los

retiros de pareja, las abundantes publicacio-nes sobre el matrimonio…

Al inicio, las cosas no eran, ni mucho menos, explícitas ni claramente expresadas, sin embargo, ya todo estaba en germen.

les hacía falta. Inútil recurrir a sutilezas psicológicas: para el sacerdote no había sino una sola posibilidad, la de recordar –o descubrir- la enseñanza tradicional sobre el sacramento del matrimonio. En efecto, decir que el matrimo-nio es un sacramento, es afirmar que Cristo transmite su gracia a los esposos por medio del matrimonio y a través de ese don de amor que se profesan mutuamente. El amor de Cristo utiliza aquí el amor humano, de la misma manera que lo hace con el agua o el aceite consagrados para manifestarse y comunicarse. No so-lamente para santificar las almas, sino además para transfigurar este amor conyugal, tan ferviente como frágil, por medio del cual Él se quiere entregar a los esposos a lo largo de toda su existencia. El don mutuo de los espo-sos, medio que Cristo toma prestado para otorgarle su gracia, es al mismo tiempo el camino por el cual los esposos irán a Él, porque unirse, para dos cristianos, es asumir el compromiso de ayudarse mutuamente en la búsqueda del Señor. Así, el amor conyugal se revela

Correo del Equipo Responsable Internacional - ERI

Carta Hispanoamérica No 48 19

Correo del Equipo Responsable Internacional - ERI

¡Qué heraldo más persuasivo del evangelio puede haber que un hogar donde reina el amor entre los esposos, entre padres

e hijos, entre hermanos y hermanas!

Mientras tanto, fal-ta mucho por descu-brir. Sobre todo se im-pone un gran esfuerzo para hacer conocer, a los cristianos y a los no cristianos del mundo entero, el pensamiento de Dios sobre el matri-monio.

Sin embargo, esta idea divina del matri-monio que, antes de la guerra, constituyó la alegría y la plenitud de aquellas jóvenes parejas, hoy ya se ha propagado y ha llega-do a un número cada vez más creciente de matrimonios que des-cubrieron las riquezas de la gracia que Cristo les ofrece y la colabo-ración que Él espera de ellos para la instaura-ción del Reino de Dios sobre la tierra. Si bien, hoy día, cuando la población mundial crece a un ritmo vertigi-noso, cuando el clero se recluta con dificul-tad en muchas partes del mundo, cuando la actividad de los sacerdotes, en numerosos países, se encuentra obstaculizada por la persecución, con profunda esperanza se vuelve la mirada hacia los matrimonios cristianos. Si estos tomaran conciencia de la misión de Iglesia que les incumbe por razón del sacramento del matrimonio,

si ellos vinieran en masa a poner todas sus energías humanas y sobrenaturales del amor conyugal a dis-posición de la Iglesia, ¿no seríamos testigos de una enorme fuerza de penetración y de expansión nunca vista hasta ahora?

En efecto, ¡Qué he-raldo más persuasivo del evangelio puede haber que un hogar donde reina el amor entre los esposos, entre padres e hijos, entre hermanos y hermanas!

Este proclama, en un lenguaje internacio-nal, comprehensivo a todos, de felicidad, de unión de corazones y de salvación, que Cris-to opera allí donde hay apertura a la ley de la

caridad y de la influencia de su gracia. Un hogar cristiano es una parcela de humanidad donde Cristo realiza lo que Él desea realizar a escala mundial si el mundo lo acepta: el Reinado de Dios.

Se estiman 120 millones de hogares fun-dados sobre el sacramento del matrimonio. ¡Ah!... si ellos conocieran su misión y su potencial…

Henri Caffarel

Carta Hispanoamérica No 4820

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Temas de Iglesia

Es un escándalo mayúsculo, uno que muchas personas que durante largo tiempo han tenido aversión a la

Iglesia a causa de alguna de sus enseñanzas morales o doctrinales, están usando como pretexto para atacar a la Iglesia…

Lo primero que necesitamos hacer, es entenderlo a la luz de nuestra fe en el Señor. Antes de elegir a sus primeros discípulos, Jesús subió a la mon-taña a orar toda la noche. En ese tiempo tenía muchos seguido-res. Él habló a Su Pa-dre en oración acerca de a quiénes elegiría para que fueran sus doce Apóstoles, los doce que Él formaría íntimamente, los doce a quienes enviaría a predicar la Buena Nueva en Su nombre. Él les dio el poder de expulsar a los de-monios. Les dio el poder para curar a los enfermos. Ellos vieron cómo Jesús obró incontables milagros. Ellos mismos obra-

Extractos de la homilía del P. Roger J. Landry en la parroquia del Espíritu Santo en Fall River (MA), Estados Unidos, con ocasión de los escándalos por la pederastia de algunos sacerdotes

“En vez de centrarse en aquel que traicionó a Jesús, se centraron en

los otros once, gracias a cuya labor, predicación, milagros y amor por

Cristo, nosotros estamos aquí hoy”.

ron en Su nombre numerosos milagros. Pero, a pesar de todo, uno de ellos fue un traidor… Así que desde los primeros doce que Jesús mismo eligió, uno fue un terrible traidor.

A VECES LOS ELEGIDOS DE DIOS LO TRAICIONAN, este es un hecho que

debemos asumir, es un hecho que la primera Iglesia asumió. Si el escándalo causado por Judas hubiera sido lo único en lo que los miembros de la prime-ra Iglesia se hubieran centrado, la Iglesia habría acabado antes de comenzar a crecer.

En vez de ello, la Iglesia reconoció que no se juzga algo por aquellos que no lo vi-

ven, sino por quienes sí lo viven. En vez de centrarse en aquel que traicionó a Jesús, se centraron en los otros once, gracias a cuya labor, predicación, milagros y amor por Cristo, nosotros estamos aquí hoy. Es

¿Cúal debe ser nuestra respuesta ante los escándalos

de la Iglesia?

Carta Hispanoamérica No 4822

gracias a los otros once -todos los cuales, excepto San Juan, fueron martirizados por Cristo y por el Evangelio, por el cual estuvieron dispuestos a dar sus vidas para proclamarlo- que nosotros llegamos a escuchar la palabra salvífica de Dios, que recibimos los sacramentos de la vida eterna.

Hoy somos confrontados por esa misma realidad. Podemos centrarnos en aquellos que traicionaron al Señor, aquellos que abu-saron en vez de amar a quienes estaban lla-mados a servir, o, como la primera Iglesia, podemos enfocarnos en los demás, en los que han permanecido fieles, esos sacerdotes que siguen ofreciendo sus vidas para servir a Cristo y para servirlos a ustedes por amor.

Los medios casi nunca prestan atención a los buenos “once”, aquellos a quienes Jesús escogió y que permanecieron fieles, que vivieron una vida de silenciosa santidad.

Pero nosotros, la Iglesia, debemos ver el terrible escándalo que estamos atesti-guando bajo una perspectiva auténtica y completa. El escándalo desafortunada-mente no es algo nuevo para la Iglesia. Hubo muchas épocas en su historia, cuando estuvo peor que ahora. La historia de la Iglesia es como la definición matemática del coseno, es decir, una curva oscilatoria con movimientos de péndulo, con bajas y altas a lo largo de los siglos. En cada una

de esas épocas, cuando la Iglesia llegó a su punto más bajo, Dios elevó a tremendos santos que llevaron a la Iglesia de regreso a su verdadera misión. Es casi como si en aquellos momentos de oscuridad, la Luz de Cristo brillara más intensamente…

El gran San Francisco de Asís vivió alrededor del año 1200, que fue una época de inmoralidad terrible en Italia central. Los sacerdotes daban ejemplos espantosos. La inmoralidad de los laicos era aún peor. San Francisco mismo, siendo joven, había escan-

dalizado a otros con su manera despreocupada de vivir. Pero eventual-mente, se convirtió al Señor, fundó a los Fran-ciscanos, ayudó a Dios a reconstruir Su Iglesia y llegó a ser uno de los más grandes santos de todos los tiempos. Una

vez, uno de los hermanos de la Orden de Frailes Menores le hizo una pregunta. Este hermano era muy susceptible a los escán-dalos. “Hermano Francisco,” le dijo, “¿qué harías tu si supieras que el sacerdote que está celebrando la Misa tiene tres concubinas a su lado?” Francisco, sin dudar un sólo instante, le dijo muy despacio: “Cuando llegara la hora de la Sagrada Comunión, iría a recibir el Sagrado Cuerpo de mi Señor de las manos ungidas del sacerdote.”

¿A dónde quiso llegar Francisco? Él quiso dejar en claro una verdad formida-ble de la fe y un don extraordinario del Señor. Sin importar cuán pecador pueda

“Mientras que aquellos que causan el escándalo son

culpables de asesinato espiritual, los que acogen el escándalo -los que permiten que los escándalos destruyan su fe-, son culpables

de suicidio espiritual”

Temas de Iglesia

Carta Hispanoamérica No 48 23

Temas de Iglesia

ser un sacerdote, siempre y cuando tenga la intención de hacer lo que hace la Iglesia -en Misa, por ejemplo, cambiar el pan y el vino en la carne y la sangre de Cristo, o en la confesión, sin importar cuán pecador sea él en lo personal, perdonar los peca-dos del penitente, Cristo mismo actúa en los sacramentos a través de ese ministro. Ya sea que el Papa celebre la Misa o que un sacerdote condenado a muerte por un crimen celebre la Misa, en ambos casos es Cristo mismo quien actúa y nos da Su cuerpo y Su sangre…

Y es que si siempre tuviéramos que depender de la santidad personal del sa-cerdote, estaríamos en graves problemas. Los sacerdotes son elegidos por Dios de entre los hom-bres y son tentados como cualquier ser humano y caen en pecado como cual-quier ser humano. Pero Dios lo sabía desde el principio. Once de los primeros doce Apóstoles se dispersaron cuando Cristo fue arrestado, pero regresaron; uno de los doce traicio-nó al Señor y triste-mente nunca regresó. Dios ha hecho los sacramentos esencial-mente “a prueba de los sacerdotes”, esto es, en términos de su santidad personal.

No importa cuán santos éstos sean o cuán malvados, siempre y cuando tengan la intención de hacer lo que hace la Iglesia, entonces actúa Cristo mismo…

¿Cuál debe ser la respuesta de la Igle-sia a estos actos? Se ha hablado mucho al respecto en los medios.

¿Tiene la Iglesia que trabajar mejor, asegurándose que nadie con predisposición a la pedofilia sea ordenado? Absolutamen-te. Pero esto no sería suficiente. ¿Tiene la Iglesia que actuar mejor para tratar estos casos cuando sean reportados? La Iglesia ha cambiado su manera de abordar estos casos y hoy la situación es mucho mejor de lo que fue en los años ochenta, pero siempre puede

ser perfeccionada. Pero aún esto no sería suficiente. ¿Tenemos que hacer más para apoyar a las víctimas de tales abusos? ¡Sí, tenemos que hacer-lo, tanto por justicia como por amor! Pero ni siquiera esto es lo adecuado. El Car-denal Law ha hecho que la mayoría de los rectores de las escuelas de medicina en Boston trabajen en el establecimiento de un centro para la prevención del abu-so en niños, que es algo que todos noso-tros debemos apoyar.

“No importa cuán santos éstos sean o cuán malvados, siempre y cuando tengan la intención de hacer lo que hace la Iglesia,

entonces actúa Cristo mismo, tal como actuó a través de Judas cuando Judas expulsó a los

demonios y curó a los enfermos”

Carta Hispanoamérica No 4824

Pero ni siquiera esto es una respuesta sufi-ciente ¡La única respuesta adecuada a este terrible escándalo, -como San Francisco de Sales reconoció en 1600 e incontables otros santos han reconocido en cada siglo-, es la SANTIDAD!

¡Toda crisis que enfrenta la Iglesia, toda crisis que el mundo enfrenta, es una crisis de santidad! La santidad es crucial, porque es el rostro auténtico de la Iglesia. Siempre hay personas -un sacerdote se encuentra con ellas regularmente, ustedes probablemente cono-cen a varias de ellas también-, que usan ex-cusas para justificar por qué no practican su fe, por qué lentamente están cometiendo suicidio espiritual. Puede ser porque una monja se portó mal con ellos cuando tenían 9 años o porque no entienden las enseñanzas de la Iglesia sobre algún asunto particular.

Indudablemente habrá muchas personas estos días -y ustedes probablemente se en-contraran con ellas- que dirán: “¿Para qué practicar la fe, para qué ir a la Iglesia, si la Iglesia no puede ser verdadera, cuando los así llamados elegidos son capaces de hacer el tipo de cosas que hemos estado leyendo?”

Este escándalo es como un perchero enorme donde algunos trataran de colgar su justificación para no practicar la fe. Por eso es que la santidad es tan importante. Estas personas necesitan encontrar en to-

dos nosotros una razón para tener fe, una razón para tener esperanza, una razón para responder con amor al amor del Señor. Las bienaventuranzas que leemos en el Evange-lio de hoy son una receta para la santidad. Todos necesitamos vivirlas más.

¿Tienen que ser más santos los sacer-dotes? Seguro que sí. ¿Tienen que ser más santos los religiosos y religiosas y dar un testimonio aún mayor de Dios y del Cielo? Absolutamente. Pero todas las personas en

la Iglesia tienen que hacerlo, ¡incluyendo a los laicos! Todos tene-mos la vocación de ser santos y esta crisis es una llamada para que despertemos.

Estos son tiempos duros para ser sa-cerdote hoy. Son tiempos duros para ser católicos hoy. Pero también son tiempos magníficos para ser un sacerdote hoy y tiempos magníficos para ser católicos hoy.

Jesús dice en las bienaventuranzas: “Bienaventurados serán cuando los inju-rien, y los persigan y digan con mentira toda clase de mal contra ustedes por mi causa. Alégrense y regocíjense, porque su recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a ustedes.”

Es un tiempo fantástico para ser cristia-nos hoy, porque es un tiempo en el que Dios realmente necesita de nosotros para mostrar Su verdadero rostro. En tiempos pasados en Estados Unidos, la Iglesia era respetada. Los

“Este escándalo es como un perchero enorme donde

algunos trataran de colgar su justificación para no practicar la fe. Por eso es que la santidad es

tan importante”

Temas de Iglesia

Carta Hispanoamérica No 48 25

sacerdotes eran respetados. La Iglesia tenía reputación de santidad y bondad.

Pero ya no es así. Uno de los más grandes predicadores en la historia estadounidense, el Obispo Fulton J. Sheen, solía decir que él prefería vivir en tiempos en los que la Iglesia sufre en vez de cuando florece, cuando la Iglesia tiene que luchar, cuando la Iglesia tiene que ir contra la cultura, esas épocas para que los verdaderos hombres y las verdaderas mujeres dieran un paso al frente y contaran. “Hasta los cadáveres pueden flo-tar corriente abajo,” solía decir, señalando que mu-chas personas salen adelante fácilmente cuan-do la Iglesia es respetada, “pero se necesita de verdaderos hombres, de verdaderas mujeres, para nadar contra la corriente.” ¡Qué cierto es esto! Hay que ser un verdadero hombre y una verdadera mujer para mantenerse a flote y nadar contra la corriente que se mueve en oposición a la Iglesia…

Algunas personas predicen que en esta región la Iglesia pasará tiempos difíciles y quizá sea así, pero la Iglesia sobrevivirá, porque el Señor se asegurará de que so-breviva.

Una de las más grandes réplicas en la historia sucedió justamente hace unos 200 años. El emperador francés Napoleón engu-llía con sus ejércitos a los países de Europa con la intención final de dominar totalmente el mundo. En aquel entonces dijo una vez al

Temas de Iglesia

Cardenal Consalvi: “Voy a destruir su Igle-sia” El Cardenal le contestó: “No, no podrá”. Napoleón, con sus 150 cm. de altura, dijo otra vez: “¡Voy a destruir su Iglesia!” El Cardenal dijo confiado: “No, no podrá.! Ni siquiera nosotros hemos podido hacerlo!” Si los malos Papas, los sacerdotes infieles

y miles de pecadores en la Iglesia no han tenido éxito en destruirla desde su interior -le estaba di-ciendo implícitamente al general- ¿cómo cree que Ud. va a poder hacerlo?

El Cardenal apunta-ba a una verdad crucial. Cristo nunca permitirá que Su Iglesia fracase.

Él prometió que las puertas del infierno no prevalecerían sobre Su Iglesia…

La magnitud de este escándalo podría ser tal, que de ahora en adelante ustedes encuentren difícil confiar en los sacerdotes de la misma manera como lo hicieron en el pasado. Esto puede suceder y podría no ser tan malo. ¡Pero nunca pierdan la confianza en el Señor! ¡Es Su Iglesia! Aún cuando algunos de Sus elegidos lo hayan traicio-nado, Él llamará a otros que serán fieles, que los servirán a ustedes con el amor que merecen ser servidos, tal como ocurrió después de la muerte de Judas, cuando los once Apóstoles se pusieron de acuerdo y permitieron que el Señor eligiera a alguien que tomara el lugar de Judas y escogieron al hombre que terminó siendo San Matías, quien proclamó fielmente el Evangelio hasta ser martirizado por él.

“La Iglesia que navega en el tiempo hacia su puerto eterno

en el cielo, nunca se volcará, no porque aquellos que van en ella no cometan todos los pecados posibles para hundirla, sino

porque Cristo, que también está en la barca, nunca permitirá

que esto suceda”

Carta Hispanoamérica No 4826

LISBOA, martes 11 de mayo de 2010 (ZENIT.org). Benedicto XVI explicó a los periodistas, en el vuelo rumbo a Lisboa este martes en la mañana, que la mayor persecución que sufre la Iglesia nace del pecado en su seno.

Abordo del Airbus 320 de la compañía aérea Alitalia, al inicio del decimoquinto viaje apostólico internacional de este pontificado, el primero a Portugal, el Papa respondió a una pregunta que muchas personas, en el lugar de los periodistas, hubieran querido presentarle.

Declaraciones en el vuelo hacia Lisboa

“La mayor persecución de la Iglesia nace del pecado en su

seno”, dice el PapaLos informadores le preguntaron si es

posible ver en el mensaje de la Virgen en Fátima, además de la referencia al atentado que sufrió Juan Pablo II, una referencia a los sufrimientos que vive la Iglesia hoy, conmocionada por los casos de abusos sexuales.

Benedicto XVI afirmó que lo que hoy puede descubrirse de nuevo en el mensaje de Fátima es la “pasión” que vive la Iglesia, y que “se refleja en la persona del Papa”.

“Los ataques al Papa y a la Iglesia no sólo proceden de afuera, sino que los sufrimientos de la Iglesia proceden precisa-mente del interior de la Iglesia, del pecado que se da en la Iglesia”, añadió.

“Esto siempre se ha sabido, pero hoy lo vemos de manera realmente aterradora: la mayor persecución de la Iglesia no pro-cede de los enemigos de afuera, sino que nace del pecado en la Iglesia, y la Iglesia, por tanto, tiene una profunda necesidad de volver a aprender la penitencia, de aceptar la purificación, de aprender por una parte el perdón, así como la necesidad de la justicia. El perdón no sustituye la justicia”.

El Papa confirmó que “el Señor es más fuerte que el mal y la Virgen es para nosotros la garantía visible, maternal, de la bondad de Dios, que es siempre la última palabra en la historia”.

Temas de Iglesia

Carta Hispanoamérica No 48 27

Noticias Internacionales

La muerte del P. Bernard Olivier se conoció rápidamente por todo el mundo habiendo suscitado emo-

ción y tristeza. Todos los que lo conocieron pueden dar

testimonio de su intensa espiritualidad siem-pre alimentada por una fe encarnada en la Historia y en las historias de los hombres: así, el P. Olivier tenía la capacidad de to-car de manera espontánea el corazón de su prójimo y lograba que todos los percibieran como amigo y como hermano. Su vida fue larga y plena, y la muerte le llegó en la ple-nitud de sus días; en todo caso, cada vez que un verdadero amigo nos deja, nuestro cora-zón se llena de tristeza y de nostalgia.

Agradecemos al Señor por el don de la amistad y la sabiduría del P. Olivier quien, durante muchos años, puso su vida al servicio del Movimiento de los Equipos de Nuestra Señora, especialmente como Consiliario Espiritual del ERI: ese era uno de sus compromisos preferidos.

Personalmente, nosotros tuvimos el gran privilegio de poder disfrutar de su presen-

cia y su amistad en diferentes ocasiones. Entre los recuerdos que tenemos de él, hay uno muy especial que queremos compartir con todos: recordamos que en Washington, durante un encuentro internacional del Mo-vimiento, durante una tarde de amistad, se puso a bailar con mucha alegría en un grupo. Este es un recuerdo ligero tal vez, pero adap-tado a este anuncio; nos encanta recordarlo porque hoy queremos imaginarlo bailando feliz entre los ángeles del Cielo.

Carlo y Maria Carla Volpini en nombre del ERI

El Padre Olivier se reunió en la casa del Padre el 7 de abril

Avance de la causa de beatificación

Muchos equipistas se preguntan qué ha sucedido con el proce-so de la causa de beatificación

del padre Caffarel. Esta información pe-riódicamente está siendo enviada por la Asociación de Amigos del Padre Caffarel, a todos los equipistas que nos hemos ad-

herido a la causa contribuyendo con una modesta inscripción de €15 anuales o su equivalente en moneda local que sirve para sufragar los inmensos gastos que conlleva la investigación, la estructura-ción de la postulación y la presentación de la causa. En Hispanoamérica ya hemos al-

Carta Hispanoamérica No 4828

Al cierre de esta edición de la carta de la Super Región, nuestro ma-trimonio Super Regional nos ha

informado sobre tres novedades en los relevos de servicio que se suma a la ya conocida de la renuncia forzosa que Fa-bio y Constanza López debieron presentar como responsables de la Región Colom-bia Centro. Se trata en esta oportunidad del nombramiento del nuevo matrimonio regional de Colombia Centro que sucede a los López: Daniel Camilo Mendoza y Adriana Rozo a quienes desde estas pági-nas les damos la bienvenida y les asegura-mos nuestras oraciones para que el Señor les ilumine y les guíe en este servicio que generosamente han asumido. La segunda novedad es la renuncia a su servicio, tam-bién motivada por razones laborales, que ha presentado el matrimonio Provincial

Centro, Carlos y Cati Ubidia de Quito-Ecuador, a quienes les damos nuestro más sentido agradecimiento por el tiempo de servicio que con gran compromiso y en-trega prestaron durante los dos últimos años, deseándoles muchos éxitos en su nuevos horizontes profesionales. Y por úl-timo, la designación que han aceptado Fa-bio y Constanza López, como nuevo ma-trimonio Provincial Centro en reemplazo de Carlos y Cati Ubidia, responsabilidad de animación que llevarán a cabo desde Lima-Perú, su nuevo lugar de residencia. Es maravilloso ser testigos de la disposi-ción y ejemplo de servicio incondicional de todos estos matrimonios a quienes los impulsa el deseo de donarse, siendo ins-trumentos del Señor para beneficio de to-dos y cada uno de los miembros del Mo-vimiento.

Novedades en las responsabilidades de la Super Región Hispanoamérica

canzado una cifra importante de adhesio-nes, de las que destacamos las 40 obteni-das en este año en la Región Puerto Rico. Esta es una invitación para que todos nos unamos a la causa, comunicándonos con nuestros matrimonios regionales o con los matrimonios referentes de cada provincia.

El último informe del padre Paul-Do-minique Marcovits, postulador de la causa, reporta que el trámite que se inicia en París, diócesis a la que le corresponde el estudio inicial, se encuentra muy avanzado. La Comisión diocesana ya recibió la mayoría de testimonios. Los Téologos y los Histo-

riadores aún tienen mucho trabajo pero se espera que muy pronto ya pueda configu-rar el documento sobre el pensamiento y la vida del Padre Caffarel. Todo este trabajo, dice el padre Marcovits, ha permitido que la personalidad del padre Caffarel se esté revelando y esté tomando cada vez más consistencia y dimensión. Probablemente a finales del 2,011 se pueda transmitir el ex-pediente final a las Congregaciones para la Causa de Santos en Roma. En ese momen-to empezará la redacción del “Positio”, es decir de la presentación argumentada de la santidad del Padre Caffarel.

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