Carta de Sor Juana a Núñez de Miranda

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  • 7/26/2019 Carta de Sor Juana a Nez de Miranda

    1/42

    590

    ROBERTO CONZLEZ ECHEV RR

    NRFI , XXXV

    eza que era ser i o l l o Me t

    emo que

    es esa

    extraeza

    la

    que

    expresa Espejo

    de paciencia , no la pertene

    ncia

    o

    cubana

    de

    que

    habla

    la

    literatura

    cubana, que hace de este poema origen de su

    origen.

    Los gentilicios

    que

    u

    sa Balboa

    son un

    buen

    ndice de ello:

    "e t

    opes", "luteranos", "insulanos". La fusin de estos gentili

    cios ha de ser siempre un "concierto barroco", es decir,

    una suma

    de

    rarezas, no una

    sntesis ontolgica;

    un

    extraamiento, no

    una

    fusin extasiada de naturaleza, lengua y fantasa. La misma filia

    cin genrica del Espejo

    apunta

    en esta direccin. La pica arios

    tesca es cmica y distante;

    Medoro

    es hroe por su rareza, igual

    que

    Salvador.

    El que los vecinos

    de

    Bayamo aparezcan disfraza

    dos d e guerreros picos renacentistas es una medida de esa

    ma

    s-

    carad

    a tragic

    mic

    a

    que

    es el

    Orlando furioso,

    modelo

    de

    Balboa.

    El

    Espejo

    refleja, pero

    distorsionando,

    y proyectando su

    superfi

    cie

    lisa

    y

    brillante

    ent

    re la

    realidad y

    su

    representacin.

    El

    espejo

    es

    emblema de

    lo barroco, y el

    Espejo de paciencia forma parte

    del

    barroco de India

    s,

    no de una Edad Media

    criolla,

    porque no hubo

    tal cosa.

    No podemos negar la

    facticidad histrica

    de la creacin

    de Echeverra

    y sus

    su

    cesores

    hasta

    L

    eza

    ma,

    Carpentier

    y Be

    n

    t

    ez Rojo. Pero tampoco

    podemos

    perder

    de

    vista

    que

    sta surge

    de

    un espejis

    mo

    histrico.

    ROBERTO GONZLEZ ECHEVARRA

    Yale University

    /bid p. 86.

    LA

    CARTA DE SOR

    JUANA

    AL P.

    NEZ

    (1682)

    En

    nov

    iembr

    e de 1980,

    exa

    c

    tamente tr

    es sigl

    os despus de

    la

    compositin

    del Neptuno

    Alegrico,

    apareci en

    un

    peridico

    de

    la

    ciudad

    de Mxico la noticia

    de que

    don

    Aureliano

    Tapia Mn

    dez, eminente ecles istico

    de Monterrey

    ,

    hab

    a encontrado un a

    carta de So

    r Juana

    Ins

    de la

    Cr

    uz a su confesor, el

    P.

    Antonio

    Nez de Miranda

    1

    El

    ao siguiente public Tapia su hallazgo,

    en

    ed

    ici

    n de

    la

    Universidad

    Autnoma de

    Nuevo Len.

    Esa

    carta

    constituye el

    tema

    y la materia del presente

    ar t

    culo

    2

    .

    1

    Ju n to con la noticia se publicaron Exc, 12 y 13 de noviembre) algunos

    extractos,

    que

    al

    ca

    nc a aprovechar en mi a rtculo "

    Pa r

    a leer

    la

    Fama

    y

    Obras

    psthumas

    de

    Sor Juana

    I

    ns

    de

    la Cruz", NRFH

    29 (1980), 428-508.

    2

    Emplear

    las

    siguientes

    abreviatu ras:

    A. M. P. : Alfonso Mndez Plancarte, editor de Sor ana;

    BNASSY: MAR E-CCILE BNASSY -BERLING, Humanisme

    et

    r

    el

    igion chez Sor

    Juana In

    s

    de la Cruz , Paris, 1982 (

    hay que tener en

    cue nta que la

    autora,

    al

    publi

    car

    este

    libr

    o,

    no

    tena

    conocimiento de

    la Car ta de Sor

    Juana);

    BERIST N: JOS MARIANO BER STIN DE SOUZA, Biblioteca hispano-americana

    setentrional, 2 ed., Amecameca, 1883.

    CALLEJA: DIEGO CALLEJA, Vida d e Sor

    Juana

    (" Aprobacin" de la Fama y

    Obras psthumas,

    Madrid

    ,

    1700);

    Carta: la Carta

    de Sor Juana

    a l

    P. Nez,

    segn el texto que a

    qu

    publico;

    CASTORENA: J UAN IGNACIO DE CASTORENA Y URSA, prlogo de la Fama

    y

    Obras

    psthumas de Sor Juana;

    CHVEZ

    1

    :

    EZEQUIEL

    A.

    CHVEZ, Ensayo de psicolog{a e SorJuana Ins

    de

    la Cruz

    y

    de

    estimacin del sentido

    de

    su obra y de su vida ..

    .

    [en la pas ta del lib ro: Sor

    Juana

    Ins de

    la Cruz: su vida y su obra j. Barcelona , 1931;

    CIIVEz2:

    Id.,

    Sor

    Juana de la Cruz. Su misticismoy

    su

    vocacinfi losfica y lite-

    raria,

    Mxico,

    1968;

    MAZA: FRANCISCO DE

    LA

    MAZA

    (cd.),

    Sor Juana Ins de la Cruz

    an

    te la historia,

    Mxico,

    1980;

    M

    ED

    I\A: J OS TOR IBIO MEO NA, a imprenta en M xico, Santiago de Chile,

    1908-1912:

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    1

    1

    1

    592

    NTONIO

    L TORRE NRfH,XXXV

    I

    SOR JUANA

    Y EL P

    NEZ

    El

    primer

    testimonio sobre la relacin

    entre Sor Juana y

    el

    P. Nez es el del P. Diego Calleja en su Vida de la

    monja.

    Es

    el momento capitalsimo de la

    vocacin

    de

    Juana

    Ramrez. Des

    contada la retrica del elogio a

    la

    vida religiosa, tan preferible a

    la

    mundana

    - e l

    propio Calleja,

    en edad madura,

    haba abrazado

    la vida religiosa

    en

    la Compaa de Jess- , lo que

    en

    esa Vida

    se

    dice

    es bien claro (adems de

    que

    coincide

    punto por punto

    con lo que SorJuana le dice a

    Sor

    Filotea en la Respuesta): Juana,

    criada

    de

    la marquesa de Mancera,

    no

    experiment

    eso

    que

    tc

    nicamente

    se

    llama vocacin religiosa .

    No se senta llamada

    por Dios

    3

    , sino

    por

    los libros. Su vocacin era intelectual, y tan

    VIEDO: JUAN ANTONIO DE VIEOO, Vida exemplar, heroycas virtudes y apost

    licos ministen.os del V. P. Antonio Nez de Miranda, Mxico, 1702;

    Para leer. ..

    :

    el artculo mencionado en la

    nota

    1;

    PA

    Z:

    CTAVIO

    PAZ,

    Sor Juana Ins de la Cruz, o Las

    trampas

    de la fe,

    3a

    ed.,

    Mxico,

    1983 (me

    refiero exclusivamente a esta

    3a cd.;

    al aparecer las dos

    -primeras, el

    autor no tena

    an conocimiento de

    la Carta de

    Sor

    Juana);

    Respuesta: Respuesta

    de Sor

    Juana

    Ins

    de

    la

    Cruz

    a

    Sor

    Filotea

    de

    la

    Cruz, en

    SJ

    t

    4, pp. 440-475

    (cito

    por nmero de

    lnea);

    Sj: Obras completas de Sor Juana Ins de la

    Cruz,

    ed. Alfonso Mndez Plan

    carte

    y Alberto

    G.

    Salceda, Mxico,

    1951-1957;

    TAPIA

    1

    : AUREL ANO TAPIA MNOEZ, Autodefensa espiritual de Sor Juana, Mon

    terrey, 1981;

    TAPIA

    2

    : Id., Carta de Sor Juana Ins de la Cruz a

    su

    confesor, Monterrey, 1986;

    ZAMBRANO: FRANCISCO ZAMBRANO, S.J., Nez de

    Miranda, Antonio ,

    en

    su Diccionano

    bio-bibliogrfico

    de

    la

    Compaa de Jess

    en

    Mxico,

    t.

    10,

    Mxico, 1970, pp. 513-539.

    3

    Al hablar

    de

    la

    entrada en

    el convento, los hagigrafos de monjas se dan

    vuelo: Desde la ms tierna edad nuestra herona resolvi entregarse al Celestial

    Esposo ,

    etc. (y el piadoso tpico

    encubrir

    historias quiz interesantes). Me

    sorprende que

    PAZ,

    pp. 13, 90-91, etc., y BNASSY, pp. 166 y 168, encuen

    tren hagiogrfico

    y

    beato

    el tono de Calleja. PAZ da este ejemplo de

    su

    mtodo :

    al

    contar que

    Juana

    Ins

    naci

    en

    una

    habitacin a la

    que llama

    ban

    la celrJ, ve

    en

    esa circunstancia un aviso de

    su

    futura condicin

    de

    monja .

    Yo no encuentro que

    se sea

    su mtodo. Calleja no

    hace sino

    contar un

    detalle

    que a l le

    ha

    contado en una carta la propia Sor Juana. Seguramente por

    estrecha y

    apartada, la

    habitacin de

    la ha

    c

    ienda

    de

    Nepantla en

    que ella vino

    al

    mundo

    tena esa designacin familiar y humorstica, la celrJ. Detalle curioso,

    puesto

    que

    Juana vino a

    parar justamente en

    una celda. (El propio

    PAZ

    no

    se salva de decir en la p. 124: En la situacin infantil

    ya

    estaban inscritos todos

    los pasos del destino de

    Juana

    Ins:

    la

    renuncia al matrimonio;

    la

    celda

    biblioteca .. ). El tono de Calleja no es propiamente hagiogrfico sino al final ,

    cuando

    habla de los dos ltimos

    aos

    de

    Sor

    Juana. Pero, ah, se

    era

    el nico

    tono posibl

    e. No

    slo

    cualquier

    religioso, sino

    cualquier

    laico devoto,

    tena que

    ver en la renu nciacin " de 1693 un acto heroico de virtud.

    NRfH, XXXV

    L

    C RT DE

    SOR JU N L

    NEZ

    593

    honda, que

    nunca

    le pas por la

    ca

    beza la

    idea

    de casarse ( total

    negacin al

    matrimonio ,

    dice

    la Respuesta).

    Excluido el

    mat_ri-

    monio,

    no quedaba sino

    refugiarse

    en un

    convento, pues

    -d1ce

    Calleja- la

    buena cara de una

    mujer

    p o b ~ e [y s o l t e r a ~ se

    entiende

    J

    es una pared blanca donde no ay neoo

    que

    no 9-Uiera

    echar su

    borrn .

    Pero esta idea no le

    agradaba

    del todo a la JOven:

    la vida conventual

    estaba llena

    de

    obligaciones

    difciles de con

    ciliar

    con

    el intenso deseo

    de

    dedicar la

    vida a

    la

    lectura y al estu

    dio. Antes

    monja

    que

    casada,

    s, pero .. As las cosas, Juana

    comunic

    los rezelos de su vocacin con el P. N(ez, y Nez,

    jesuita al

    fin,

    la quit

    el

    miedo :

    le dijo

    que su

    vocacin intelec

    tual poda conciliarse perfectamente con la vida de comunidad

    4

    ,

    y entonces ella dio el

    gran

    paso.

    Por

    lo dems,

    as

    como SorJuana

    le dice a

    Sor

    Filotea

    que no hubo

    solucin

    de continuidad en

    sus

    estudios al pasar del siglo al claustro -inmediatamente des

    pus de

    contar

    cmo se

    hizo monja,

    escribe: Volv (mal dije,

    pues

    nunca

    ces),

    prosegu,

    digo, a

    la

    estudiosa tarea._.

    de leer

    y

    ms leer, de

    estudiar

    y

    ms

    estudiar

    Respuesta,

    290-293)-,

    as

    Calleja deja bien claro que Juana no dio ese paso para hacerse

    una

    -santita.

    Veinte

    y siete

    aos

    - d i c e -

    vivi

    en la

    Religin

    sin los retiros a que

    empea el

    estruendoso y

    buen

    nombre de ext

    tica (jams se dijo de

    ella

    'Hay en San jernimo monja que

    tiene xtasis'),

    mas con

    el

    cumplimiento

    substancial a

    que

    obliga

    el estado

    de

    religiosa'': lo estrictamente o b l i g a t o r i o Y

    el

    lector

    de esta Vida no vuelve a toparse con el nombre de Nez hasta

    4 No cabe duda de que el espn t de corps ha sido

    una

    gran fuerza de los jesui

    tas. Calleja, hermano de sotana de Nez, saba y bien ?_

    que

    ste _ s t o r ~

    ulteriormente a SorJuana,

    pero no menta

    al dec1r que

    Nunez le

    hab1a

    qUI

    tado a Juana sus rezelos . He aqu cmo cuenta el r c : ~ u l t a d o de la con

    sulta que

    ella le hizo: Siendo el consultado de tal fam1lia (la

    de San Igna

    cio ], claro estava que no le ava de parecer difcil

    ca?er

    dentro de v ~ a l m a

    tantos talentos de

    sabidura hermanados con

    grandes

    Vi

    rtudes religosas .

    Sor

    Juana

    lo

    cuenta

    as

    Respuesta,

    280-282):

    Estopa

    o n s i d e r a ~ i n

    de_los

    m u c ~ o s

    estorbos que la vida conventual

    pondra

    a

    la

    libertad de m1 estudiO) me h1zo

    vacilar algo en

    la

    determinacin, hasta que, alumbrndome

    pe_rsonas

    d o c ~ a s de

    que era tentacin, la venc . Es notable cmo

    Sor

    Juana ev1ta hacer publico

    el

    nombre del

    P.

    Nez,

    y

    lo pluraliza

    en personas

    doctas.

    5 El mismo Calleja no tiene

    ms

    remedio que reconocer, as sta a rega-

    adientes [yo subrayo),

    la

    tibieza

    de Sor Juana

    , dice

    PAZ,

    p.

    150.

    Calleja, el

    poeta que en la Elega publicada en la Fama y Obras p s t ~ . u r n a s ~ e c u e r ? a con

    emocin las misivas poticas de Sor

    Juana, que no

    e

    ran

    esp

    mtuales smo

    muy humanas (cf. Para leer

    ..

    , pp . 484-485, con las notas),

    e s c ~ i t a s

    durante

    los aos de tibieza , mal

    hubiera

    podido reprocharle a su am1ga el

    no

    ser

    una exttica . Por lo dems, Calleja aade que, en cuanto a observancia

    de lo estrictamente obligatorio, Sor Juana se port como la que

    mejor .

  • 7/26/2019 Carta de Sor Juana a Nez de Miranda

    3/42

    594

    NTONIO

    L

    TORRE

    NRFH

    XXXV

    el

    final,

    donde se

    dice

    que Sor

    Juana,

    ahora

    ya otra",

    se dio

    de tal modo a la mortificacin,

    que

    ni el prudente Nez poda

    ' ' a razones, a

    persuasivas

    y aun a

    ruegos,

    conseguir que

    templasse

    en

    sus penitencias el rigor''.

    La relacin entre Nez y Sor

    Juana

    constituye as

    un

    cuadro

    de armona

    total, salvo

    el combat e gnrositi

    de

    los dos ltimos aos,

    c

    uando

    l

    trata de refrenar

    el

    furor sanctitatis

    de

    su hija espiritual

    y e lla se obstina en salirse con la suya

    6

    . De este combate sa

    li

    Nez

    maravillosamente derrotado;

    l, que era un profesional

    de

    la santidad. La

    ltima

    imagen

    de

    Nez que tiene el lector de

    Calleja

    es sta: Una vez le

    preguntaron l

    os

    Padres [los de

    la

    comu

    nidad jesuita de Mxico] ... que

    cmo

    la iba a la Madre

    Juana

    de anhelar

    la

    perfeccin"

    (curiosidad un

    tanto

    indiscreta,

    se dira),

    y Nez contest:

    "Juana

    Ins no corre en la virtud, sino

    buela"

    7

    Sin ms

    gua

    que la

    Vida

    de

    Ca lleja,

    un

    escritor mexicano de

    mediados

    del siglo

    X IX poda

    perfectamente

    pintar el

    cuadro de

    la relacin entre Nez y

    Sor Juana

    con

    estos

    colo res:

    Sobresali mucho el P. Nez en la gracia con que le

    dot

    el

    Seor para dirigir

    las

    almas

    , especialmente a l

    as

    religiosas.

    De

    su

    prudencia

    (ha escrito

    un

    moderno articulista) no es prueba tan con

    cluyente

    su buen

    gobierno

    en

    calidad

    de

    rector del

    Colegio Mximo

    6

    La

    manera como Calleja cuenta este

    "pleito"

    se parece mucho a la

    manera como Sor

    Juana

    cuenta (Respr.usta, 817 ss.) el que una vez tuvo con

    los mdicos que le prohiban d estudio a causa de

    "un

    grave accidente de est

    mago": ella, con razones mdicas, Jos haba dejado mudos (as, sin el alivio de

    los libros,

    "eran

    tan fuertes y vehementes mis cogitaciones, que consuman

    ms espritusen

    un

    cuarto de hora que el estudio de

    los

    libros en cuatro das'').

    Lo

    que en

    los

    dos ltimos aos queraera morir, y deban sobrade

    razones

    reli

    giosas para triunfar de la

    "prudencia"

    del confesor.

    7

    Segn BNASSY, p. 166, el relato de Calleja no nos dice gran cosa sobre

    lo

    que ocurri realmente en el alma de Sor

    Juana,

    puesto que l habla como

    hagigrafo y, adems,

    "il

    est tout le contraire

    d'un

    tmoin oculaire . No

    fue

    testigo ocular, pero tampoco se merece ese enftico

    toul

    conlraire.

    Los testigos

    de

    Mxico lo tenan al corriente. Las palabras

    de

    Nez, desde "Es menester

    mortificarla para que no se mortifique mucho

    ..

    hasta" .. no corre en

    la

    vir

    tud,

    sino

    huela",

    van impresas en cursiva, que

    era

    como

    se

    marcaba la litera

    lidad de u na declaracin. (Tambin est en cursiva el famoso comentario de

    Mancera sobre

    c

    mo se

    lu

    c

    i Juana

    ante los cuarenta sabios que la examina

    ron. En esos casos empleamos ahora ms bien las comillas) .J:lNASSY, por lo

    dems, observa sensatamente

    en

    otro lugar (p.

    216): '' o

    n est oblig de consta

    ter que le Pere Calleja .. est aussi concis qu'admi ratif lorsqu'il voque cette

    priode,

    se

    contentant de parler de progres tres rapides vers la saintet ..

    ";

    -contentndose,

    dira yo, con referir

    las

    noticias que por esos tiempos le lle

    garon a l desde Mxico. Cf. "Para leer .. ", p.

    503,

    nota

    163.

    NRFH XXXV

    U C RT

    DE SOR JU N L P NEZ

    595

    y de provincial, como la direccin espiritual de

    la

    clebre poetisa ...

    Otro que no fuera el P.

    Nez,

    habra violentado su inclinacin a

    las letras

    humanas, reducindola

    al

    Kempis

    8

    y a otros autores asc

    ticos; pero este jesuita supo conciliar los santos carismas

    de

    un Esposo

    sobre

    natural

    y los entretenimientos del juicio con

    la

    imaginacin.

    La

    vea

    pasar

    del

    monte

    Oreb al

    Parna

    so, y,

    como no la encontraba

    pervertida con las i

    lu

    siones

    de

    la fbula, consenta

    que

    volviese a

    abastecerse

    de

    imgenes

    sub

    lim

    es

    para

    explicar sus

    pensamientos

    9

    Si

    hacemos abstraccin de la cursil

    era

    de l lenguaje, veremos

    lo

    justificado de ese cnt ico a la cordura y delicadeza

    de

    Nez.

    Sor

    Juana,

    monja, escr

    ibi

    poesas

    hu m

    anas"

    de

    calidad

    extraor

    dinaria; otro que Nez no hubiera tolerado

    ese

    revolotear de

    un

    monte a

    otro, del sagrado Oreb al pagano

    Parnaso. Nez

    vio

    que el Parnaso no

    slo no

    "pervert a" a su hija

    espiritua

    l , sino

    que la ' 'abasteca''

    de

    joyas poticas. Todo lo

    que

    ella escribi fue

    consentido por l. Gran hombre

    Quien acab para siempre con este

    cuadro

    color

    de rosa

    fue

    Ezequ

    iel

    A. Chvez

    en

    su

    Sor

    Juana de 1931. l parece haber sido

    el

    primer lector moderno de la Vida

    de

    Nez

    por

    el

    P.

    Juan Anto

    nio

    de

    Oviedo

    1

    Esta

    Vida

    se public

    en

    1702,

    inmediatamente

    d espu s de aparecida la Fama Obras psthumas,

    cuando

    SorJuana

    e ra

    leda

    y aclamada en

    los dos

    mundos. Como N ez haba

    tenido

    tanto que ver

    con ella, el asunto

    bien

    se mereca todo un

    cap

    tulo

    8

    De

    hecho, Nez

    es

    autor de una Explicacin

    then ca

    y

    prctica aplicacin

    de/libro quarto

    t

    Contemptus mundi, para prepararsey dar fructuosamente gracias en

    lafrequente

    co

    munin, impresa en

    1691

    en Puebla, por el mismo Diego Fernn

    dez de Len que el ao anterior haba impreso la Carla

    Athenagrica

    y la repren

    sin de Sor Filotea. Dice BERISTIN que en esa Explicacin (que l llama Expo

    sicin)

    hace Nez

    "una

    erudita apologa de Toms de Kempis, verdadero autor

    del precioso libro De imitatione Christi, contra

    los

    que lo atribuyen a Juan Ger

    sn".

    (Nez

    fu

    e durante toda su vida ministerial

    un

    verdadero apstol de

    la comunin frecuente).

    9

    J OS MARIANO DVILA,

    "Nez

    de Miranda, P. Antonio , en el Dic

    cionario universal

    t

    historia y-geografa

    (adaptacin mexicana

    del

    de F. de P.

    Mellado), t. 3 de Apndices, Mxico, 1856. Tomo la cita de ZAMBRANO, p.

    535.

    (Sobre los cargos de rector y provincial de Nez cf.

    injra,

    p.

    639).

    lO Oviedo, bogotano, se traslad a los 20 aos (en 1690) a Mxico, donde

    se

    hizo jesuita y vivi hasta su muerte (en

    1757).

    Oviedo tuvo a su vez su

    bigrafo-hagigrafo, el tambin jesuita FRANCISCO XA VIER

    LAZCANO

    Vida

    exemplary virtudes

    heroicas

    t

    V. P.Juan Antonio de

    Oviedo,

    Mxico,

    1760),

    donde

    leemos que "q uien gan los primeros respetos y religiosos carios al (recin

    sal ido del noviciado] hermano

    Juan

    fue el

    V.

    P. Antonio Nez de Miranda".

    Nez, su padrino de primera misa,

    fu

    e

    as

    istido por l en el lecho de muerte

    ZAMBRANO, p. 533).

  • 7/26/2019 Carta de Sor Juana a Nez de Miranda

    4/42

    596

    NTONIO L TORRE

    NRFH,

    XXX

    (que

    puede

    leerse

    cmodamente

    en BNASSY,

    pp. 434-437). All

    revela Oviedo lo que Calleja haba callado. Dice que Nez quiso

    ''contener el natural affecto e innata inclinacin a las letras

    de

    la

    Madre Juana

    en los

    lmites de

    una

    decente

    y moderada

    ocupa

    cin,

    para

    que del todo se

    dedicasse

    al estudio de

    la

    perfeccin ,

    que era, naturalmente ,

    lo

    que qualquier prudente y

    acertado

    padre

    de

    espritu deba

    hacer

    en

    el

    caso

    de

    una

    monja

    hija suya.

    Y en seguida, dndonos a sobreentender un nexo que sera ms

    o menos: 'pero la

    monja

    en cuestin no toler barreras

    de

    con

    tencin

    en

    su natural

    afecto',

    contina:

    ' 'Viendo,

    pues,

    el

    P. Anto

    nio que no poda conseguir lo que deseaba, se retir totalmente

    de

    la assistencia a la Madre

    Juana ; no pudiendo con

    ella, la abandon

    a

    su (desdichada) suerte

    11

    Chvez

    aprovech al mximo ese revelador captulo. Casi se

    siente que

    lo

    saba

    de memoria. Pero

    tambin

    ley

    atentamente

    el

    resto

    de

    la Vida, para

    hacerse del personaje

    la imagen

    ms fiel

    posible

    y comprender y explicar mejor el ' 'choque de almas' ' tan

    sucintamente

    contado

    por

    Oviedo

    12

    Adems, fue

    Chvez el

    pri

    mero que

    ley una obra de Nez,

    la Distribucin de las obras del

    da,

    donde

    se explica circunstanciadamente cmo

    debe ser

    la

    vida

    de

    las

    monjas. Estaba,

    pues, muy bien

    informado sobre esas dos

    almas, y

    el

    choque lo dej fascinado:

    Oh cun diferentes, aunque, en algn sentido, cun seme

    jantes, Sor

    Juana .. y su confesor . .. los dos igualmente sinceros

    en sus convicciones

    ..

    , los dos admirables en su devocin y

    en

    as

    obras

    que hicieron; pero cun diferentes esas obras, y el concepto

    11

    La

    Carta

    descubierta por Tapia "confirma" la

    ya

    muy sabida ruptura,

    pero "aclara" que quien se retir fue Sor Juana, y en esto radica, evidente

    mente,

    su

    principal inters. Claro que la iniciativa bien hubiera podido ser

    de Nez. Era muy capaz

    de

    "despedir" hijos espirituales. Uno

    de

    ellos,

    Domin

    go

    Prez de Barcia, "pec" por el lado inver

    so

    del de Sor Juana: cay

    en

    el

    misticismo; comenz a entenderse directamente con

    Dios

    en

    el

    trato

    interior" y a "experimentar algunas cosas sobrenaturales de divinas comuni

    caciones y otras semejantes", a las que Nez, campen de la religiosidad

    "prctica", era profundamente adverso JULIN

    GUTIRREZ

    DVILA, ida

    del V P. Domingo Prez de Barcia,

    Madrid,

    1720,

    citado por BNASSY, p.

    227).

    Sobre este episodio vase CHVEZ

    2

    p. 1

    65,

    el cual muestra gran conmisera-

    cin por el estado en que qued P

    re

    z de Barcia tras el abandono.

    12

    Chvez era un experto en psicologa. El ttulo

    de

    su libro

    de

    1931

    es

    Ensayo de psicologa. Sus c

    ono

    cimientos eran los tradicionales, los

    lle

    gados del

    sig

    lo XIX, todava

    sin

    Freud.

    De

    lo c

    ual

    d

    ebemos felicitarnos: su

    libro est

    llen

    o

    de cosas aprovechables (ms que el de Amado Nervo), mientras que la atrope

    llada

    extravaganza

    pseudo-freudiana de

    ~ i g

    Pfandl a

    lo

    nico que

    mu eve

    es a nsa.

    NRFH, XX XV

    L C RT DE

    SOR

    JU N L P N

    EZ

    597

    de vida mejor

    qu

    e a

    cada uno

    de ellos guiaba ... [VidasJ que ya se

    alejan, ya se ponen de acuerdo; divergiendo, convergiendo, o rec

    procamente tolerndose; no, nunca , en cabal y bien acordada inte

    ligencia recproca .. Cmo pudo Sor

    Juan

    a ... , e spontn ea y

    fugaz

    ...

    confesarse

    aos

    y aos, desde su niez, su vida

    entera

    13

    ,

    con el hombre que era todo orden y regla, mtodo y rigor? ... Impo-

    sible

    que

    el P Antonio

    .. no

    haya visto

    que

    sin cesar se escapaba

    ella a su direccin. Creyndol a conquista suya

    para

    el Cielo,

    impo-

    sible

    que no

    se haya desazonado cuando

    la miraba

    de repente pen

    sar

    lo que l no pensaba, sentir lo

    que

    l

    no

    se nta, decir lo que

    l no soaba que pudiera pensarse, que pudiera sentirse, que pudiera

    decirse. Y su

    voluntad

    firme y su decisin resuelta, imposible que

    no

    le parecieran

    burladas

    por aquella

    mujer

    de voluntad

    tan libr

    e

    y alada, por ms

    que

    tan sinceramente ansiase siempre subordi

    narse con

    la

    ms dulce y confiada sumisin

    ..

    H

    Subrayo

    el

    triple

    imposible para llamar la atencin

    sobre

    lo bien

    que

    ley

    Chvez el

    relato de

    Oviedo,

    objetivndolo

    hasta

    donde

    pudo, quitndole su tufo hagiogrfico. Segn

    Oviedo,

    se

    han

    engaado muchos

    con

    la

    idea de

    que Nez

    le prohiba

    a

    l aMa

    dre Juana

    el

    exercicio decente de

    la poesa ,

    cosa

    falsa

    ice- ,

    pues

    un

    varn tan

    sabio

    y

    tan

    santo

    jams

    hubiera

    podido prohi

    bir algo santificado

    con

    los exemplos de

    grandes siervos

    y sier

    va

    s

    de

    Dios . Chvez

    siente

    que la

    refutacin

    no

    corresponde muy

    bien

    al

    engao en

    que

    muchos estaban

    en

    cuanto a Nez (pues

    es claro que si

    alguien hubiera salido

    con el

    cuento de

    que Nez

    le

    prohiba a Sor

    Juana

    el

    ejercicio de

    la

    poesa

    santa, no

    habra

    podido engaar a nadie). Y Oviedo insiste algo

    despus:

    parece

    no ha

    faltado

    quien califique de

    demasiado

    severo a Nez ..

    C hvez s

    upo

    interpretar muy

    bien la

    insistente defensa:

    tanto

    humo es seal

    de

    lumbre.

    Quiz

    el libro ms

    u

    ltramontano que se

    ha

    esc

    rito sobre

    Sor

    Juana

    es

    el que public el

    raro

    Genaro Fernndez MacGre

    gor, en forma

    de

    comentario

    al

    libro de Chvez, un ao

    despus

    15

    .

    Se trata

    de

    una

    anti-tesis

    en toda

    forma.

    Fernndez

    l3 En realidad, no su vida entera", segn

    se ve

    por la

    Carta.

    Ni tam

    poco

    "desde su niez":

    de

    la Carta se deduce que Sor Juana conoci a Nez

    poco antes de entrar en el convento, quiz a mediados de 1667, cuando ella

    tena

    18

    aos cumplido

    s.

    (Chvez, naturalmente, pensaba todava que Sor

    Juana

    haba nacido en 1651).

    14

    CHVEZ

    1

    ,

    cap.

    34

    ("Sor

    Juana

    Ins de la Cruz y

    su

    confesor ..

    ),

    pp.

    375-396. Pero Nez reaparece en otros lugares del libro,

    lo

    mismo que en

    CHVEZ

    2

    .

    15

    GENARO FERNNDEZ MACGREGOR, La santificacin dt Sor Juana Ins

    de la Cruz,

    Mx

    ico

    ,

    1932.

  • 7/26/2019 Carta de Sor Juana a Nez de Miranda

    5/42

    598

    NTONIO

    Al.... \

    TORRE

    NRFH,XXX:V

    MacGregor reabre el

    cao

    hagiogrfico de Oviedo y

    prescinde

    totalmente

    de la

    rejilla discriminatoria

    de Chvez. Para que haya

    verdadero

    choque

    de

    almas iene a decir - es preciso

    que

    las

    dos

    almas estn a

    la

    misma

    altura; pero, desde luego,

    la altura

    mstica de Nez era mayor que la de

    su hija

    de confesin

    (p. 65). Por lo

    dems, Nez

    no era inflexible (p. 90), s

    ino

    que,

    como todos los msticos, saba

    la importancia que para la unin

    con

    Dios tiene

    la

    regla y el

    ritual

    (p. 97).

    Una

    monja

    disipada

    no lle

    ga

    a

    esa unin

    y

    por

    consiguiente es

    mala

    monja.

    SorJuana

    dejaba mucho

    que desear. Toda la

    razn estaba de parte de

    Nez

    16

    En

    resumen:

    Chvez,

    psiclogo positivista

    interesado

    en la

    evolucin espiritual

    de

    SorJuana,

    no

    tiene derecho a

    repro

    bar la cond u

    cta

    de Nez. ' 'Los que s pueden tal vez juzgar seve

    ramente la

    intervencin del P.

    Antonio

    son los

    amantes de la mera

    poesa

    (p. 115).

    Chvez,

    visiblemente herido, se puso a escribir sin

    prdida

    de tiempo una rplica a

    su

    contradictor,

    de la

    cual no public sino

    un avance .

    Al

    morir

    (en 1946), su rplica es todo

    un

    libr

    o,

    publi

    cado

    pstumamente

    17

    Ha

    vuelto a leer y releer los

    documentos,

    en especial la Vida

    de

    Nez, e insiste punto por punto en

    su

    visin

    de

    l

    as

    cosas. Vuelve a copiar,

    por

    ejemplo, este pasaje

    de

    la

    libreta

    de

    apuntes

    de

    Nez, transcrito (como otros muchos) por Oviedo:

    E l

    sbdito

    es

    instrumento

    del superior. No tiene el

    instrumento

    16

    ALFONSO

    JUNCO, que durante aos fue la gran figura del reaccio

    narismo

    intelectual catlico,

    deca en un

    artculo de 1932 (recogido en su libro

    Gente de Mjico, 1937, pp. 151-157)

    que

    el libro de Fernndez MacGregor era

    una

    usta

    apologa (del] confesor, pero una injusta desestimacin

    de

    la

    monja .

    -Po r exceso o por defecto, muchas de las visiones modernas de Sor

    Juana

    carecen

    de

    la exactitud

    de Chvez.

    He aqu

    un

    muestrario: SALVADOR

    GALLARDO DVALOS Santa ]UiJ.na e Asbaje Poema dramtico en

    tres

    cuadros

    Aguascalientes, 1956,

    presenta

    a

    Nez

    como bestia negra

    de

    rigor y fana

    tismo (l y otros personajes masculinos, como Sigenza y Gngora, entran en

    la celda

    de Sor Juana como

    Pedro

    en

    su casa); FREDO ARIAS DE LA CANAL,

    Intento

    de

    psicoanlisis

    de

    Sor

    }UiJ.na

    Ins

    Mxico, 1972, dice

    que

    Sor

    Juana

    trans

    firi

    la

    imagen

    materna

    cruel

    (madre rechazan

    e,

    negadora de

    leche) al sever

    simo Nez, si

    bien

    el que consigui desmoronar las defensas de Juana (p.

    93) hacindola renunciar a la poesa fue

    el

    arzobispo Aguiar y Seixas; DARlO

    PUCC Nl, SorJuana Ins

    de

    la Cruz, Studio d'una persona/ita del rocco messicano

    Roma, 1967, cre e, en cambio, que

    el

    desmoronamiento fue obra del obispo

    Fernndez de

    Santa

    Cruz.

    En

    esta ltima visin, como

    en la

    del simplista CAS

    TORENA ( cf.

    Para

    leer. ..

    ,

    pp . 497-499), resulta perfectamente prescindi

    ble Nez.

    17

    CH

    VEZ

    2

    , en cuyas ltimas pginas se reproducen las Notas sobre

    puntos y aspectos controvertidos de la vida y obra de Sor Juana Ins de la

    Cruz ,

    publicadas originalmente en UMx, 1933, nms. 25126.

    NRFH

    , XXX

    L RT DE

    SOR JU N LP N

    EZ

    599

    ms valor

    que

    la sujecin al

    agente ..

    ,

    aunque

    se quiebre en la

    demanda ..

    , [pues]

    para eso es ,

    y

    comenta

    (p. 159):

    Violentas

    expresiones

    ..

    ,

    pa

    l

    abras

    excesivas

    ..

    , peligrosas para quien las pro

    fiere

    ...

    ; y

    para quien

    las

    oye,

    y las

    toma

    al pie

    de la

    l

    etra,

    peligro

    sas tambin .

    Nez no siempre

    tuvo sentido suficiente de

    la

    gran verdad

    que

    consiste en

    que

    es imposible formar almas si no

    es

    de acuerdo con

    ellas

    mismas

    (p. 173)

    1

    8.

    Fernndez MacGregor hubiera

    podido

    contrarreplicar

    tachando de anacrnico

    el

    juicio

    de

    Chvez: eso

    que

    un

    hombre

    moderno

    encuentra

    violen

    to

    , excesivo

    y peligroso no

    era

    tal

    para

    quienes

    vivan en el

    siglo

    de Sor

    Juana, sino cosa

    muy

    buena

    y

    muy santa.

    La visin del sbd

    it

    o

    (una monja) como

    ins

    trumento sin ms valor que la sujecin a quien lo utili

    za

    (el padre

    espiritual)

    era

    un lu

    gar com n en

    la retrica

    de la perfeccin

    a

    que

    las monjas

    deban

    aspirar.

    Nez

    habla el lenguaje de sus

    tiempos, y

    Ov

    i

    edo

    , al

    copiar la

    frase aunque se

    qu

    i

    ebre,

    pues

    para

    eso es'',

    sabe que

    los lectores la van a

    encontrar

    fuerte, s,

    pero

    tanto ms admirab

    le

    por

    ello. A

    qu

    extremos llevaba ese

    santo varn su

    celo

    por

    la santificacin

    de

    las religiosas Y

    quien

    as

    senta

    no era un bobo ni un irresponsable, sino toda una

    lumbrera.

    U.

    EL

    P. NEZ:

    SU PERSONA

    Y

    SUS DOCTRINAS

    No

    se

    puede apreciar la

    fuerza

    de la

    recin

    descubierta

    Carta

    de

    Sor

    Juana sin

    saber

    qu

    clase

    de

    hombre fue el P.

    Nez. Su

    Vida por

    el P.

    Oviedo no

    es de fcil acceso

    -bien mereca

    una

    reedicin,

    con

    buen prlogo y buenas notas- , pero lo esencial

    de

    ella

    ha pasado ya

    a los mejores estudios

    modernos

    sobre

    Sor

    Juana

    9

    Slo llamar

    la atencin

    sobre ci

    ertos

    rasgos

    que me

    parecen significativos.

    A lo largo

    de unos treinta

    y c inco aos -ms o

    menos desde

    1660

    hasta su

    muerte,

    a

    la edad

    de

    77,

    en

    1695-,

    Nez

    fue

    un

    personaje

    sumamente destacado en la ciudad de

    Mxico.

    Gozaba

    fama

    de

    sabio y

    de santo,

    y la gozaba

    de

    veras, quiero decir

    que

    8

    No son pocos los puntos de crtica sorjuanina en que Chvez' abri bre

    cha

    , pero el

    que

    ms le inquiet -m s an

    que

    el de

    la venta

    de la biblioteca

    y la renuncia final- fue el de la relacin de Sor Juana con su confesor. Sus

    dos libros llevan como epgrafe estas palabras de Paul Hazard: El sentido de

    la variedad de las almas conduce a la tolerancia, y la tolerancia a la

    paz

    .

    19

    Adems de los de CHVEZ, son especialmente tiles -cada

    uno

    a su

    maner

    a- PAZ, pp. 582-591

    et

    passim, y BNASS

    Y

    pp. 165-178 et passim.

  • 7/26/2019 Carta de Sor Juana a Nez de Miranda

    6/42

    600 NTONIO L T

    ORRE

    NRFH,XXXV

    era muy consciente de ella. As lo dicen los documentos. Era un

    tragalib

    ro

    s

    kllUlJ librorum); tena

    una

    memoria prodigiosa; saba

    op

    inar acerca de todo, etc., et

    c.,

    y

    qu santidad

    la suya Se des

    viva

    por

    el socorro de los pobres; era el

    enamorado nmero

    uno

    de

    la Pursima V

    ir

    gen; los martes,

    en honra

    de ella,

    fregaba en

    la

    coc

    in

    a los platos suc ios de la comunid

    ad;

    era humilde y morti

    ficado, etc.,

    etc.,

    y

    qu int

    eligencia prodigiosa

    la

    suya

    Estab

    le

    c

    id

    a la do

    bl

    e fama,

    Nez

    no poda

    sino cultivarla y acrecentarla.

    Para

    exhi

    bir

    conocimientos hace falta pblico, y l lo tena asegu

    rado

    (adems,

    en 1682, cuando

    le

    ll

    eg a las manos la Carta de

    Sor

    Juana,

    llevaba

    publicadas unas veinte obras).

    Pero tambin

    la

    sant

    idad se

    ex

    hib

    e.

    El fregar platos y los

    dems

    actos virtuosos

    de

    Nez

    no

    carecan

    de

    testigos, y sus palabras delatoras

    de gran

    santidad tenan

    si

    empre

    orejas

    en

    que cae

    r

    2o

    El

    cartapacio en

    que registraba para s mismo sus pasos

    en

    el camino de la

    sant

    i

    dad - los secretos

    que

    iba

    descubriendo, los progresos

    que

    iba

    haciendo- da la impresin

    de

    haberse escrito

    para la

    posteridad.

    20

    Cmo, si no, podra

    un

    santo llevar a cabo la necesaria tarea de edi

    ficacin"? He aqu un rasgo de la ida de Santo Toms

    de

    Villanueva por

    QUEVEDO

    Prosa,

    ed.

    L.

    Astrana

    Marn,

    Madrid,

    1941, p. 1045b):

    D

    io a

    un pobre la cama en que estaba; y, acordndose

    de

    que por habrsela

    ya

    man

    dado

    no era suya, sino del pobre, le dijo: Hermano, dadme licencia

    para morir

    en esta cama vuestra; si no, bajarme a morir en el suelo, y acercarme ms

    a la sepultura. Fueron palabras stas que derritieron los corazones de

    todos

    (habra buen nmero de circunstantes). Y he aqu lo que cuenta CASTORENA

    acerca del arzobispo

    Aguiar

    y Seixas: antes de

    morir, movido

    quiz

    por

    aquello mismo que haba movido a Sor Juana, vendi por s proprio su

    bib lioteca, y

    de z

    a a varios Doctores que se

    la

    compramos: San Nicols Obispo

    vendi sus libros para dar limosna a los pobres; en la calamidad del t iempo

    me falta qu darles, vendo los mos. Quando huviere menester estudiar,

    no

    me har V.m. favor de prestarme los suyos?

    .

    Enagen aquel mes todas sus

    alhajas,

    hasta

    las vinageras, y .. pocas horas

    antes de

    su fallecimiento vendi

    su cama, derramando a los mendigos su corto precio (imitando en esto a Santo

    Thoms de

    Villanueva) y

    muri

    con el consuelo su car idad fervorosa de aca

    bar

    sin descanso,

    para

    bolar

    ms

    prompta

    al

    eterno.

    O gran

    Dios, siempre

    adm

    i

    rab

    le en sus Escogidos "

    -Vale la

    pena reflex

    ionar

    en el papel

    de

    los

    circunstantes. Si,

    por

    ejemplo, Castorena y los dems doctores le hubieran impe

    dido al amado

    arzobispo deshacerse de

    sus

    libros, destinando el dinero

    de

    la

    compra al socorro directo de los pobres, lo habran echado todo a perder. Ade

    ms, es interesa

    nt

    e

    ver cmo el

    deshacerse

    uno

    de sus libros pasa a

    ser

    seal

    de santidad. JOS MARIANO DVILA (mencionado

    supra,

    p. 595, nota 9) cita

    una

    conoc

    ida

    expresin de humildad

    de

    Nez,

    que

    se

    remonta

    r o b b l e m ~ n t e

    al ao 1677 cf. infra,

    nota

    25), pero la sita en sus ltimos das, cuando, casi

    ciego,

    dizque

    leg al Colegio

    Mximo todo

    el arsenal precioso

    de

    su biblio

    teca particular , con admiracin de todos.

    (La

    venta de la biblioteca y los dems

    bienes de Sor Juana

    no

    fue

    tan

    espectacular. No

    hubo

    testiros).

    /

    NRFH. XXXV

    L

    C RT

    DE SOR JU N L P NEZ

    601

    Ese cartapacio pas a

    mano

    s

    de Oviedo,

    y

    de

    l proceden

    la

    s sen

    tencias o reflexiones espirituales (f

    ra

    ses generalmente breves,

    muy

    bien redondeadas) que el bigrafo

    espa

    rce

    en

    las pginas

    de

    su

    libro. Por ejemplo: Toda m medra consiste en hacer con perfec

    cin las

    ob ra

    s ordinarias,

    como quien no

    tiene otra cosa que

    hacer

    ni negocio de importancia, como si slo

    para

    esto

    me hubiera

    Dios

    criado y

    por

    ello

    redimido,

    como

    quisiera haberlas hecho a

    la hora

    de mi

    muerte

    y

    ante

    el

    tribunal

    de

    Dios

    2

    .

    Nez

    fue ante todo una figura pblica, respetada y temida.

    Como

    calificador

    de la

    Inquisicin

    era el guardin

    de

    la

    doctri

    na22; como prefecto de la

    Pursima

    , su ministerio se ejerca prin

    cipalmente sobre la

    ar

    istocracia o, ms exactamente, sobre el grupo

    gobernante

    ..

    Entre los asistentes [a las plticas de

    Nez

    en la

    2

    Una reflexin como

    sta

    hace pensar en la Peticin en

    forma

    causdica de

    Sor Juana

    (SJ,

    t.

    4, pp.

    520-521), la ms

    importante

    de las pi

    ezas que com

    puso en

    el

    santo final de

    su

    vida, y la ms intragable para el lector moderno.

    Vase PAZ, pp. 594-595,

    que la llama consternante

    documento , y

    sobre

    todo

    CHVEZ

    1

    ,

    pp. 404-407, an ms enrgico: se dira .. que quien la firma

    hubiese

    perdido

    el

    juic

    i

    o'' .

    Llega a

    creer Chvez que

    N

    ez se la

    dict y

    ella

    tuvo

    que

    copiarl

    a

    porque era la cond

    icin

    para

    congraciarse

    con l.

    La

    certidumbre

    de

    que tal obra no es suya culmina al ver

    lo

    forma en que est

    escrita, en la cual , de las 625 palabras que la componen, casi la

    mitad

    - 2 9 8 -

    constituyen frases hechas, de la

    ms

    vulgar

    jerga

    jurdica . Yo veo de otra

    manera este asunto ( cf. Para leer .. , p. 497, nota 149). Precisamente la

    enorme proporcin

    de

    voces tcnicas delata el cuidado por

    la

    forma (causdica).

    La

    Peticin es una pieza muy

    escrita, un

    verdadero

    pezzo

    di b

    ravura.

    El

    asunto

    ser cavernoso, pero la coquetera literaria

    de

    la monja - genio y figura ..

    -

    sigue viva.

    (Podra

    pensarse

    que,

    as como

    Sor

    Juana super a Vieira en la

    Crisis, as en la Peticin intent superar a Nez).

    22

    M

    ejor

    dicho,

    uno

    de varios guardianes. Nez

    era

    ya calificador del

    Santo Oficio en 1660 (vase el documento publicado por ZAMBRANO, p. 519).

    C

    uand

    o

    haba junta

    de calificadores, hablaba con tal energa de palabras ..

    y con tanta autoridad y eficacia ... que h

    ada

    retroceder a otros gravsimos y

    doctsimos calificadores"

    (OV

    IEDO). Pero los frutos de esta actividad

    no son

    muy

    vistosos. Se conocen

    unos

    veinte libros

    entr

    e ellos

    la

    Primavtra

    indiana

    (1668) de Sigenza y Gngora-

    que

    llevan

    censura

    ,

    aprobac

    in ,

    pare

    cer

    o sentir de Nez

    (tarea

    bastante insulsa). Se conserva un ejemplar

    del

    Bien

    del estado religioso

    de

    Jernimo Plati

    (Medina

    9e1

    Campo,

    1595)

    que

    lleva nota y firma de Nez: Corregido conforme al Indice de 1632 (ZAM

    BRANO, p.

    530).

    No

    eran tiempos de agitacin religiosa. El

    Diario de

    Robles

    dice que el9 de septiembre de 1677 " hubo auto en la sala del Santo Tribunal,

    de un hermitao

    de

    la

    Puebla,

    por embustero;

    remitironlo al P:

    Antonio

    Ncz, que lo industrie en la doctrina ; en 1678 fue relajado ,

    por

    hereje,

    un fray Francisco Manuel

    de Cuadros, aunque

    a ltima

    hora no

    fue

    que

    mado vivo, por seales que tuvo de arrepentimiento, y haber sido absuelto

    por

    el P.

    Antonio Nez

    ZAMBRANO, p. 524).

  • 7/26/2019 Carta de Sor Juana a Nez de Miranda

    7/42

    602

    NTONIO

    ALATORRF;

    NRFH,XXXV

    Pursima)

    se encontraban

    los

    oidores, los inquisidores, los pre

    bendados y los caballeros de

    primera

    magnitud

    2

    3 . . .

    El ascen

    diente de

    Nez

    de

    Miranda sobre

    sus

    oyentes y, a travs de ellos,

    sobre la sociedad entera, era realmente

    extraordinario

    (PAZ, pp.

    582-583).

    No son raras, desde

    luego,

    las

    figuras

    de ese tipo en

    el

    mundo

    hispano-catlico de

    la

    poca. Pinsese, por

    ejemp

    l

    o,

    en

    un

    personaje

    sevillano de los

    primeros

    decenios del

    si g

    lo, el P.

    Diego

    Ru1z

    de

    Montoya,

    jesuita

    como Nez,

    bien

    conocido

    por sus doctsimos escritos, y ms por

    la opinin

    de religiossima

    vida, ciencia y santidad, que

    le

    granjearon

    tanto crdito en Sevi

    lla, que vino

    a

    ser el orculo de aquella ilustrsima

    ciudad,

    donde

    ninguna

    cosa de importancia

    se reso l

    va

    sin su consejo

    24

    La

    tcnica usada en

    el

    retrato de

    estos personajes es

    siempre la misma.

    El

    vocabulario

    se repite: ciencia santidad,

    crdito, orculo

    de

    la

    ciu-

    dad. Pongamos a

    Mxico en vez de

    Sevilla

    y tendremos la

    efigie

    de

    Nez. Lo bsico es

    la

    fama

    de

    ciencia-santidad, que

    a

    Nez

    se le

    reconoci

    en letra de molde ya en

    1676: Pater Antonius

    Nuez de Miranda, natione Mexicanus,

    virtute

    ac

    litteris insig-

    nis 25. Tena

    toda la

    razn Calleja

    al decir que Nez

    e ra .. en

    23

    La

    Congregacin de la Pursima, dice

    BNASSY,

    p. 257, estaba

    com

    pose de lai cs pieux''. De laicos y tambin de eclesisticos (la flor y nata de unos

    y otros), como dice PAZ con mayor exactitud. Hab a sido fundada en el Cole

    gio de San Pedro San Pablo por el P. Pedro Castini ( 1587-1663),

    que

    la diri

    gi como prefecto desde 1646 hasta que muri. Castini, italiano de Piacenza

    que

    vino a la Nueva Espaa en 1616, haba trabajado

    en

    las misiones de Sina

    loa durante 24 aos (BERISTIN). Nez predic en sus exequias y lo sucedi

    como prefecto hast a su propia muerte

    (ZAMBRANO,

    pp. 521 y 542). Los con

    gregantes eclesisticos no seran pocos, puesto que una de las obras de Nez,

    Tratado quarto

    del

    modo y perfeccin con que

    se

    reza el Officio divino y se dize la Missa

    (1685), fue compendiado de (sus] plticas para vso y memoria de NN. PP.

    Sacerdotesde

    la

    Congregacin de la Purssima

    ..

    (por] el Ldo. Juan de Oliva

    res Toralvo .. actual prefecto de la Purssima (MEOINA). Una tercera parte

    de las treinta

    y

    tantas obras de Nez

    se

    elaboraron as, a base de las plticas

    espirituales que cada martes daba Nez en la capilla de la Pursima (sobre

    las obligaciones de los congregantes, sobre la confesin

    y

    comunin, sobre la

    oracin, sobre la Pasin de Cristo, sobre la devocin a las nimas del Purga

    torio o al Espritu Santo, etc.), compen diadas y editadas por

    un

    secretario

    que se llamaba prefecto actual (Nez era el Padre Prefecto ).

    2

    Citado por A.

    CASTRO LEAL, Juan Ruiz de Alarcn,

    Mxico, 1943, p.

    25, del libro de FRANCISCO

    XARQUE,

    Vida prodigiosa en lo

    vario

    de los

    sucesos,

    exemplar en lo heroico de religiosas virtudes, admirable

    en

    lo apostlico de sus empleos,

    del V

    P

    Antonio Ruiz de

    Montnya (Zaragoza,

    1662).

    En el mundo hispano-catlico

    de la poca se imprimieron centenares de libros con ttulos parecidos. (Habr

    alguien capaz de leer

    y

    estudiar

    toda

    esta liter atura hagiogrfica?). '

    25

    NATHANAEL SOTUELLUS (Nathaniel Bacon, alias Southwell), Bibliotheca

    scriptorum Societatis

    lesu,

    Romae, 1676 (segunda continuacin del Catalogus del

    NRFH,XXXV

    L C

    r

    DE

    SOR J U

    N L

    P NEZ 603

    la

    ciudad de Mxico,

    por

    virtuoso sabio, veneracin de todos .

    Sesenta y cinco

    aos

    despus de su muerte, esa fama persista

    en

    la memoria:

    [El P. N

    ez fue) sugeto por muchos ttulos exce

    l

    ente,

    y

    de los primeros

    hombres

    de su siglo, tan universalmente docto

    en toda

    especie de facultades y ciencias,

    que

    lo

    juzgaba la

    fama

    comn por digno de asistir

    a

    un Concilio General

    6

    Escuch

    ronse sus sentencias por orculos, y

    fue

    tan

    santo, que se

    venera

    ron algunos de sus dichos

    por

    prophecas

    27

    Dos

    pequeas ancdotas,

    situadas las dos en los comienzos de

    la

    carrera

    de

    Nez, dan

    idea de

    lo

    que

    fue

    su influencia, y del

    respeto

    que

    lo

    rodeaba. Una vez

    el

    virrey Conde de Baos, que

    se confesaba con

    Nez,

    haba ido .. por algunos das al santuario

    de

    los

    Remedios,

    ms de

    tres leguas distante de

    la

    ciudad

    de

    Mxico, y

    estando en

    la mesa

    cerca de las dos

    de

    la tarde se acord que era

    martes,

    y al punto

    mand poner el

    coche para

    asistir a la

    Congregacin

    de la

    Pur

    sima

    .. Por mucha prisa que se dieron los cocheros, lleg cuando

    y

    el

    Padre Prefecto estaba

    haciendo

    la acostumbrada pltica. Por

    no interrump

    irle

    ni inquietar el devoto concurso, quiso

    quedarse

    P. Rivadeneira), p. 79. Sotuelo menciona a Nez como autor del libro inti

    tulado Dia bueno

    y

    entero, con todas sus

    obras,

    reglas

    y

    obligaciones, de vn congregante

    de

    la

    Purtssima

    (Mxico, 1667); pero, a semejanza de los bibligrafos

    que

    lo

    precedieron, traduce el ttulo al latn: Dies

    rectus,

    quo quicquidbonus sodalis quoti-

    die agere debeat, continetur.

    (Nicols Antonio, a su vez, retradujo

    Dies rectus

    como

    El dia derecho . EUGENIO

    DE URIARTE,

    Catlogo razonado de obras annimas seu-

    dnimas de

    autores

    de la Compaia , t

    4, Madrid, 1914, nm. 5835, desconoce

    dor del Dia bueno y entero, crea que el Dies rectus era la misma cosa que el Com-

    pendio de las obligaciones (infra,

    p. 639, nota 80). -Por cierto que Nez, cuando

    le mostraron el elogio de Sotuelo

    -en 1677?-,

    dio gran testimonio de su

    humildad , pues luego incontinenti requiri la pluma

    y

    escribi al margen

    de la pgina: Este P. Antonio Nez fue el hermano mayor de los locos del

    Hospital de San Hiplito . Tngase en cuenta que Nez vel mucho por

    este hospital de los locos:

    Viendo

    lo que padecan, les procur una renta de

    15,000 pesos para

    la

    cena diaria,

    otra

    de 3,000 pesos para el desayuno,

    que

    ofreci liberalmente el capitn D. Juan de Chavarra Valera (ZAMBRANO,

    p.

    537).

    6

    Aos despus dir

    BERISTIN:

    Fue tant a su erudicin en las ciencias

    sagradas y profanas

    .. que era

    sentencia c

    omn

    que

    si

    hubiera de celebrarse

    Concilio General, deber a ir el P. Nez por Toologo

    y

    Letrado de la N[ueva]

    E(spaa) .

    27

    F. X. LAZCANO, Vida de Oviedo (mencionada

    supra,

    p. 595, nora 10)J

    p.

    45

    . Muri -aade Lazcano- con aclamacin de Bienaventurado, y a

    un ecclesistico de espritu elevado se le manifest su pobre lecho, al tiempo

    de

    agonizar, rodeado de ngeles, y se le dio a entender que de la cama hava

    volado su alma dichosssima a la gloria' ' .

  • 7/26/2019 Carta de Sor Juana a Nez de Miranda

    8/42

    604

    NTONIO

    L

    TORRE

    NRFH, XXXV

    junto a la puerta y sentarse en una de las ltimas bancas, y lo hubiera

    hecho si el padre, con una cortesana violencia, no le hubiera obli

    gado a subir a la silla que siempre le tena preparada conforme a

    su carcter

    8

    La otra ancdota se refiere con toda probabilidad al mismo

    Conde de

    Baos (Oviedo,

    discretamente, calla

    esta

    vez el

    nombre):

    Un seor virrey lo llam

    para

    consultarle un caso bien difcil.

    Respondile el Padre lo que le pareci que segn Dios se deba hacer.

    [Y, como el virrey no

    se

    mostraba muy convencido], le dijo con

    toda resolucin: Vuestra Excelencia haga lo que le pareciere, pero

    yo bien s que esto es lo que debe hacer, y de no hacerlo se ir sin

    remedio al infierno sin pasar por el purgat orio "[ ]. El virrey mud

    de parecer, haciendo

    al

    pie de la letra cuanto el P. Antonio le haba

    aconsejado; y deca que era notable el miedo que

    le

    tena.

    La Carta de Sor

    Juana,

    que abunda

    en reconocimientos

    de los

    mritos

    del

    jesuita - s u ciencia,

    su

    santidad, su discrecin,

    e t c .

    y

    en

    expresiones de gran afecto a su persona, no

    contiene

    una

    sola

    expresin de miedo.

    Para

    apreciar

    plenamente

    la

    fuerza de la

    recin

    descubierta

    Carta de SorJuana es, adems,

    muy

    til conocer las ideas de Nez

    acerca de

    la monja

    ideal .

    Su

    carrera de director

    espiritual

    de

    monjas se traba,

    desde

    luego, con su reputacin de varn santo

    y

    discreto,

    ya firmemente

    establecida

    cuando, en 1663,

    sucedi

    al P.

    Castini

    como prefecto de

    la

    Pursima.

    Probablemente lo pri-

    2

    8

    ZAMBRANO, p. 521 (cf. tambin pp. 522

    y

    536). O sea que Nez

    oblig al virrey,

    con

    violencia -aunque sin grosera-, a

    causar

    el alboroto

    que l quera evitar (como esos profesores que se dan maa para poner en ver

    genza

    al

    alumno

    que llega tarde). Nez era

    hombre

    de

    temperamento

    enr

    gico y dominante (cf.

    infra

    p. 638, nota 79). Tambin

    oblig

    a

    su

    amigo Isidro

    Sariana

    a ser obispo de Antequera-Oaxa ca.

    Cuando

    le lleg el nombramiento,

    en abril de

    1683,

    Sariana

    habl

    con Nez,

    y

    Nez

    le dijo

    que

    lo

    aceptara.

    ''Dictamen

    fue ste a

    que

    pudo el doctor

    Sariana

    inclinar

    la

    cabeza desde luego

    y obedecer ciegamente, oyndolo de unos labios por donde no ignoraba se des

    tilaba mirra muy

    escogida de discrecin, ciencia y

    espritu .

    En realidad no

    pudo.

    Durante meses anduvo corrodo de dudas y asediando a Nez, hasta

    que

    ste, un

    da,

    le dijo con

    alguna

    seriedad: Ya le tengo dicho .. lo

    que

    ha

    de

    hacer, y as no tiene

    que

    volver ac [a casa de los jesuitas],

    que

    necesito

    para

    otras cosas el

    tiempo,,

    y con esto le despidi, sin quererledar ms

    odos .

    Cuando por fin, en agosto del ao siguiente, se llev a cabo la consagracin

    episcopal, N ez tuvo

    que

    colocarse materialmente

    junto

    a

    Sariana

    para darle

    nimos, pues todava daba seales de

    querer

    echarse atrs. Sobre este episo

    dio vase

    ZAMBRANO,

    pp. 528-529.

    NRFH,XX.XV LA RT OE SOR JU N L

    P

    NEZ

    605

    mero que hizo cuando comenz a tener

    hijas

    espirituales_ fue

    les a leer cierto

    manual

    escrito en 1599

    por

    el

    P.

    Antomo Arns,

    uno de los primeros jesuitas

    venidos

    de Espaa: BERISTIN, en

    la

    noticia que dedica a este

    P. Arias, pone

    entre sus

    obras

    a per-

    fecta religiosa, ' ' tratado asctico compuesto

    para una hermana

    del

    Autor, religiosa en Espaa' ' , y aade

    que

    el P. Antonio N ez

    lo propag entre las

    monjas de Mgico .

    En

    todo

    caso,

    ya

    en 1665

    public

    Nez

    el primero de sus escritos monjiles : Pas consi-

    deraciones afectiva meditacin de los daos que

    pueden

    o ~ a s z o n a r las ~ e p : n -

    dencias

    e

    seoras religiosas

    que

    vulgarmente

    llaman devoczones. Este hbnto

    de

    28

    hoja

    s no se conoce sino por

    la

    descripcin

    de

    MEDINA

    (nm. 940). En la

    portada

    se dice

    que

    las Conszderaczones

    han

    stdo

    sacadas

    por la mayor

    parte

    de las

    obras

    de

    Santa

    Theresa".2 y

    que

    quien las recogi y dispuso ' ' a devocin y obseqwo de las seno

    ras religiosas,

    esposas

    de Christo Nuestro Seor , fue

    un sacer

    dote de la Congregacin

    de la

    Purssima

    29

    , fundada con

    autho

    ridad apostlica en el Colegio Mximo de S. Pedro y S. Pablo

    de la Compaa de Jess de Mxico .

    Ningn

    moderno, que

    yo

    sepa,

    ha

    ledo

    estas

    Pas consideraciones. (Cf. injra p. 612,

    nota

    44 .

    DG

    mismo

    ao de

    1665

    parece

    ser tambin

    una

    edicin

    de

    los

    E;er-

    cicios

    de San

    Ignacio adaptados para

    monjas

    30

    .

    29 En obras posteriores,

    Nez no

    se

    llamar

    un s a c e r d o sino ;l

    Prefecto". Se trata, con toda seguridad, del librito

    que

    BERISTAIN, sistema

    tito

    abreviador y

    alterador

    de ttulos,

    llama (s. v. Nez de

    Miranda ) Adver-

    tencias a

    las religiosas sobre las devociones, dando como fecha 1685. Si esto

    no

    es

    er

    ror por

    1665 , se tratar

    de

    una reedicin

    que

    los bibligrafos modernos

    an

    no han descrito. (No pocas obras de

    Nez

    tuvieron reediciones, algunas

    de

    ellas hasta

    bien entrado el

    siglo XIX).

    30 El caso de los

    Ejercicios

    es an ms nebuloso

    que

    el de las

    Pas

    considera-

    ciones.

    BERISTIN pone en

    1665

    unos

    Exercicios

    espirit UJ.les

    de

    San

    lgnaczo

    con notas

    y advertencias

    oportunas

    y en 1695 unos Exercicios

    de

    San Ignacio adap:ados

    a las relt-

    giosas, esposas deJesucristo. Slo

    este

    libro

    de

    1695 ha stdo

    descnto ~ o d e r n -

    mente:

    Exercicios

    espirituales

    de

    Sn. lgnaczo

    acomodados

    a

    el estado

    proj

    es

    ston

    re

    ltgzosa

    e

    las

    seoras

    vrgenes,

    esposas

    de Christo instruido

    con

    un Diario

    breve, pero

    sujtctente

    de todos los exercicios

    cotidianos para

    que

    se empiezen a

    exercitar, dispuesto por el

    P.

    Prefecto

    de

    la

    Congregacin de la

    Purssima

    ..

    Dedicados a las mismas seo

    ras religiosas vrgenes, esposas de

    Christo

    (196 pp). El nombre de Nez apa

    rece en la censura y en la licencia del provincial. No se trata, a todas luces,

    de

    una

    1a edicin, pues

    Nez muri

    a comienzos de 1695, y

    haca

    tiempo

    que estaba casi ciego.

    Quiz

    los

    Exercios

    de 1665,

    con

    notas y

    a d v e r t e ~ c i a s

    oportunas , sean

    la

    1 edicin.

    La primera

    edicin mexicana de los EJerci

    cios es de 1695 , declara G. DECORME,

    La

    obra

    de

    lo

    s j esuitas mexicanos durante

    la

    poca

    colonial

    Mxico, 1941, t. 1, p. 295: se olvida de esa muy probable edt

    cin de 1665 como tambin de

    otra

    de 1690 (MED NA, nm. 1472), conoCLda

    slo

    por un

    ejemplar falto

    de portada, de

    modo

    que

    puede especularse si ser,

  • 7/26/2019 Carta de Sor Juana a Nez de Miranda

    9/42

    606

    ANTONIO

    ALA

    TORRE

    NRFH, XXXV

    Catorce

    aos de

    spus, con mayor experiencia

    en

    cu

    anto

    con

    fesor y

    en cu a

    nto escritor,

    Nez

    se dirige a las monjas c

    on

    voz

    propia

    (ya no s

    lo

    con la

    del P. Arias,

    Santa Teresa

    y

    San Ign

    a

    cio).

    En

    1679

    ,

    en efecto, se imprimi la Pltica doctrinal que hizo

    el Padre Antonio Nez ..

    en

    la

    professin de vna seora

    religiosa

    del con

    -

    vento

    de

    San Loren(o

    31

    ,

    editada

    por

    el

    Br

    . Diego del Castillo Ma r

    ques,

    prefecto

    actual de

    la

    Congregacin de

    la

    Purssima,

    que

    la

    saca a luz en obsequio de las seoras religiosas'', dedicndosela

    a

    D. Francisco

    de Aguiar y Seixas, a

    la

    sazn obispo

    de

    Michoacn

    32

    .

    La Pltica doctinal s

    ha tenido lectores modernos

    lo mismo que

    estas otras

    dos obras monjiles de Ne

    z: '

    Cartilla

    de l

    doctrina

    religiosa

    , dispuesta por

    vno de la

    Compaa

    de

    jess

    para

    do

    s nias, hijas espirituales suyas,

    que

    se crz'an para monjas33

    y

    desean serlo con toda perfeccin. Scala a l

    uz,

    en obsequio de las lla

    madas

    a religin, y

    para

    alibio de las

    maestras qu

    e las ins

    truyen,

    el Lic. Francisco

    de

    Salzedo,

    primer

    capelln de l

    as

    seoras reli

    giosas

    de Santa Theresa

    .. y prefecto [actual]

    de la Purssima.

    Dedicada

    a l

    as mismas dos nias

    para cuyo provecho y d irecci

    n

    principalmente

    se dispuso. Mxico,

    168034

    o

    no una

    edicin ms

    de lo

    mismo (el ejemplar sin

    portada

    tiene

    fo

    lios).

    BNASSY pone en su Bibliographie los Exercicios de 1695 y dice que hay ejem

    pl

    ar

    en Les Fontaines , Chantilly (signatura W 134), pero en el cuerpo del libro

    no nos dice en qu consiste la tarea de adaptacin o acomodacin de

    Nez. U n

    ejemplar vi en 1948 en la biblioteca de Ntra. Sra. de los

    n

    ge

    l

    es ,

    dice ZAMBRANO (sin aclarar

    dnde

    est esa biblioteca).

    31

    Nez haba tenido

    un

    papel muy importante en la construccin de este

    convento. Vase CHVEZ

    1

    , p. 383.

    32

    Descripcin de

    MEDINA (nm.

    1189). En el v

    0

    de la portada est la

    dedicatoria a

    D. Fr

    ancisco Seixas de Aguiar y Vlloa ; siguen hojas 2-17

    de texto, a dos

    co

    ls., y en el v. de la ltima la Distribu cin del tiempo y exer

    cicios del da, que se

    han

    de acomodar y ceder a los de la com

    unidad . Como

    la segunda impressin , de 1710 (descr ita tambin por MEDINA), tiene 31

    fols. adems de la portada, es po

    si

    ble que la Distribucin del tiempo .. ' ~ p i e c e

    en

    el fol. 17

    v

    de

    la

    1a ed., pero

    que

    no sea ste el final (las reediciones solan

    reproducir a plana y rengln la edicin en que se basaban). El P . Aureliano

    Tapia,

    desc

    ubridor

    de la

    Carta

    de Sor

    Juana

    , me ha facilitado

    cop

    ia (moderni

    zad a) de algunos pasajes que se encuentran en los

    primer

    os folios de la Pltica

    doctn nal,

    ed. de 1679 (aprovechar estas citas ms adelante). A.

    PALAU, Manual

    tkllibrero, registra otra reedicin de 1830, impresa por Alejandro Valds (24

    pp.

    ). C f. infra, nota 36.

    33

    BERIST IN, que slo menciona la reedicin de 1696 .v . Estrada,

    P. Sebastin , a quien atribuye la o

    br a-

    humaniza

    un

    poco

    esa

    monstruosi

    dad de

    la

    s

    ni

    as que se cran pa ra monja

    s ,

    pues ab

    revia

    as

    el ttulo: Cartilla

    de

    la

    doctn na

    religiosa

    para

    las

    nias que

    tsean ser

    rrum.f

    as.

    34

    Esta 1a ed icin figura, annima, en

    MEDINA, nm

    . 1200. Tambin en

    la reed icin de 1696 e l au tor es uno de la Co

    mp

    a a . El nombre de Nez

    NRFH, XXXV

    lJ C RT DE SOR JU N L P NNEZ

    607

    D

    istn bucin de las

    obras ordinarias y

    extraordinarias del da para

    hazerlas

    conformes al estado

    de

    las

    seoras

    relig

    io

    sas ...

    Dis

    pu

    es

    ta por

    el

    R.

    P .

    M Antonio Nez ..

    , prefecto

    que

    fue

    de la

    Illustre

    Congrega

    cin de la Purssim a. Mxico,

    1712.

    Esta edicin pstuma es la

    ni

    ca que

    se conocen. La

    primer

    a

    bien pudo ser contempornea

    de la Pltica doctrinal (1679) y de la

    Cartilla (1680).

    Tambin

    es p

    stumo un

    librito cuya portada,

    en la

    1

    a

    edicin

    conocida, reza as:

    Testamento

    mystico

    de

    vna

    alma

    religiosa que,

    agoni-

    zante

    de amor

    por

    su

    Divino

    Esposo,

    moribunda ya, para

    morir

    al mundo,

    instituye a su

    Querido

    voluntario

    heredero de

    todo

    s sus

    bienes. Dispuesto

    por

    el

    M. R P.

    Antonio

    Nez,

    prefecto

    que

    fue

    de

    la

    Congre

    gacin

    de

    la Purss

    ima.

    Mxico,

    1707.

    Ningn moderno parece

    haber

    ledo este librito

    de 13

    hojas, a

    pe

    sar

    de que tuvo varias

    ediciones.

    Como

    el testamento ms tico se refiere obviamente

    al

    acto

    de

    la profesin religiosa,

    por el

    cual la

    monja queda en

    efecto

    muerta al

    mundo ,

    podra

    co

    njetur

    arse que se trata de un

    extracto

    de

    la

    mencionada Pltica doctrinal en

    la profesin

    de una

    religiosa de

    San

    Lorenzo36

    las

    reedicionesde

    1708, 1750, 1766 y 1831.

    PALAU, op.

    cit.,

    aade

    una

    edicin

    de

    1698

    (errata por

    1696?), y BNASSY, p. 46, nota 32 ,

    otra de

    1760 (errata por 1766?). El P. UR IARTE (citado por ZAMBRANO) llam la

    atencin sobre

    otro

    libro annimo de 1693,

    Prctica

    de

    las estaciones de los Viernes

    como

    las andaba

    la V. M . Mara

    t la

    Anti

    gua,

    segn se h

    podido

    colegiry

    sac

    ar

    t

    su

    libro,

    en cuya

    portada

    se

    adv

    i

    er

    te que ha sido

    co

    piada, a la letra, de

    una

    instruccin muy santa que un

    religioso

    de la Compaia de jess

    dispuso

    para dos nias

    hijas espin tuales

    suyas

    '

    .

    Est por ver

    qu

    relacin guardan la

    Cartilla

    y esta

    Prc

    -

    tica de las estaciones . Tambin

    est

    por

    averiguar si la

    Tabla abecedo.ria de doctnnas

    religiosas

    ( 1708) que menciona BERISTIN no ser lo mismo que la Cartilla.

    La

    bibliografa de

    Nez

    est

    llena

    de

    mi

    sterios no aclarados. -

    Por

    cierto,

    Sor

    Juana cita dos veces a la Madre Mara de

    la

    An tigua: e n la Resp

    uesta,

    1147,

    y en los

    EJercicios

    de

    la Encamacin (SJ, t

    4, p. 494).

    Descrita

    por

    MEDINA, nm . 2335. Probablemente es lo que BER ISTIN

    llama Mximas

    sustanclles

    t la vido.

    regular

    y i t ~ U ~ l diciendo

    qu

    e se imprimi

    en

    1712.

    Habra qu

    e ve r

    qu

    rel

    ac

    in existe

    entr

    e la

    Dis

    tribuc

    i

    n

    t

    las obras

    ordi-

    nariasy extraord

    inarias

    del

    d{a,

    libro de tamao considerable (160 pp.

    ,

    y la Dis

    tribuci

    n

    del tiempo y exe rcicios del

    da

    que figura como apndice

    de

    la

    Pl-

    tica doctrinal de 1679 (cf. supra, nota 32). Hay que pensar tambin en el Diario

    br

    eve de todos los exe rcicios co tidiano

    s

    incluido en la edicin m

    onj i

    de

    los Ejercicios (supra, nota 30) . Nez, segn lo presenta su bigrafo, era extre

    madamente escrupuloso en cuanto a la distribucin de su propio tiempo.

    Por

    lo dems, todo lo que

    dijo

    y todo lo que escribi se refiere a cuesti

    ones

    prc

    ticas: qu hacer y cmo proceder en este o en aquel

    caso

    (PAZ, p. 589). Ch

    vez, como ya dije, transcribe

    no

    pocos pasajes de la

    Distribucin de las obras del

    d{a. De sus dos libros (sobre todo CHVEZ

    1

    , pp. 167 - 175) proce den las citas

    qu

    e har

    ms

    adelante.

    16 De la entrada de una rel igi

    osa

    -d ice la Pltica doctn nal de Nez-

  • 7/26/2019 Carta de Sor Juana a Nez de Miranda

    10/42

    608

    NTONtO L

    TORRE

    NRFH,

    XXXV

    A

    esta

    bibliografa "monjil"

    de

    Nez

    ha

    agregado

    la

    profe

    sora Bnassy-Berling un ttulo ms: Destierro

    de

    ignorancias. Frag-

    mento

    ureo,

    precio(szjssimo, de la juiciosa erudicin moral del doctssimo

    y religiosssimo P. M.

    Fr

    . Raymundo Lumbier .. Dalo

    a

    la estampa,

    por orden

    Y con mandato

    de

    su Ilustrssima el Seor r ~ o b i s p o ,

    en

    obsequiO

    de

    las seoras religiosas, alibio

    de

    sus

    PP.

    Capella

    nes

    y

    consuelo

    de

    todos sus Confessores,. el

    Padre

    Prefecto

    de la

    Purssima, y Su

    IJlma

    concede 40 das

    de

    indulgencia a

    qualquiera

    persona ..

    por

    cada vez que leyere algn p rrapho dstos. Mxico,

    1694; hojas preliminares y 44 pp.J7

    La profesora Bnassy,

    que

    concede

    no poca

    atencin a este

    Destierro de ignorancias, dice

    que el

    arzobispo Aguiar y Seixas y el

    P.

    Nez

    se lo

    "encargaron''

    a

    "un

    religieux

    nomm Raymundo

    comnmente

    se

    dice que

    se

    sepulta viva entre

    cuatro

    paredes". Esa expresin

    "comn"

    es la

    e r d a d

    pura. Cuando una novicia profesa, sus compaeras la

    llevan

    en proces1n hast a el altar, cantando la Letana

    de

    los Agonizantes,

    cada

    una

    con su

    vela en la mano, "como si la acompaaran de entierro". En ese

    momento ve la novicia realizado

    su

    anhelo

    de morir. Durante

    el ao

    de

    novi

    ciado estado "como agonizando con las ansias de dejar el mundo". Estas

    expresiones

    pueden

    haber inspirado

    el ttulo del

    Testamento

    rrrystico.

    En

    vsperas

    de

    su

    profes1n, las monjas

    hadan

    un testamento

    "material"

    en que se despe

    dan

    - d e

    manera ms bien simblica, a decir

    verdad- de

    sus posesiones mun

    danas (el testamento de Sor

    Juana

    es bien conocido). El testamento "mstico"

    a b a ~ c a ~ u h o

    ms: por los votos de

    pobreza,

    castidad y obediencia

    (a

    los que

    se anadta uno ms: el de clausura), la monja renunciaba a su propia persona.

    -Hay , por

    lo

    dems,

    un caso conocido

    de

    cambio de ttulo en

    una

    obra

    de

    Nez: sus u ~ r i a s

    medit: ciones

    ~ o ? r e la devocin a las nimas del Purgatorio

    1 6 7 ~ ) ,

    que

    t u ~ t e r o n v a n ~ ~

    reed1C1o?es, aparecie:on

    en

    1872

    (sic:

    1872 ) con

    un titulo ms expres1vo : Alma cnstwna,

    no olvtdes

    a los difuntos. Meditaciones

    por el P. M. Antonio Nez

    (URIARTE, citado

    por

    ZAMBRANO .

    -S i

    el

    Testa-

    mento

    rrrysllco es en efecto

    un

    extracto de la PW.tica doctrinal, hay

    que

    observar

    que

    sta se

    reimprimi, sin cambio

    de

    ttulo, por lo

    menos

    una vez ms

    (en

    1710). P ~ r o es curioso

    que

    PALAU registre una edicin del Testamento mystico

    con el mtsm? ao (1830), el mismo impresor y el mismo nmero de pginas

    que

    la

    menciOnada reedicin de

    la

    Pltica doctn nal (supra,

    nota 32).

    BNASSY,

    p. 227,

    nota

    47 , cita

    entero

    el ttulo del

    Testamento mystico

    con base en Sommer

    vogel, y, b ~ r l n d o s e

    un

    poco de J. M. GALLEGOS ROCAFULL (Pensamiento mexi-

    cano

    en

    los stglos XVI

    y

    XVII

    Mxico,

    1951

    ), que llama "autor mstico" a Nez,

    observa con mucha razn: " [1 serait surprenant

    que

    ce titre recouvrit un vri

    t ~ b l e trait de mystique". Adems de la edicin de 1830 que acabo de men

    CIOnar, y otra.dudosa de 1701, se conocen una de 1731 y otra sin fecha, "aun

    que

    de

    los pnmeros aos de la segunda mitad del siglo

    XVIIJ,

    segn pare

    ce"

    (MEDINA).

    37

    D . d

    es:n.pct n . e .MEO NA,

    l

    cual observa que, siendo siete los prrafos

    en

    diVIde

    el

    hbnto, e l lector puede ganar hasta 280 das de indulgencia.

    Tambten

    BNASSY

    se sonre (p. 46, nota 33): "Les jours d'indulgence ont vi

    demment

    pour but

    d augmenter le nombre des

    lecteurs "

    NRFH,XXXV

    L C RT DE SOR JU N L P

    NEZ

    609

    Lumbier"

    (p

    . 48);

    ms an: "ils ont

    inspir

    ensemble"

    el tal libro

    (lo cual constituye

    "la

    preuve

    qu'ils

    taient bons amis");

    aade

    que

    el libro se

    destin

    "a

    l'usage

    des

    couvents"

    y

    que su "but

    avou"

    es

    "la rforme

    des

    trop mondains

    couvents

    de Mexico"

    (p. 174). Desgraciadamente,

    ninguna

    de estas afirmaciones tiene

    base.

    Lo que ocurre, al parecer,

    es

    que la

    hispanista francesa sin

    ti

    que

    una obra

    as

    deba

    tener

    algn

    papel

    en

    la

    historia

    de

    la

    "conversin" de Sor Juana,

    y

    esta tentadora

    posibilidad la llev

    incluso a

    suponer que

    fue en 1692

    cuando

    el arzobispo y el jesuita

    se pusieron

    de acuerdo

    e "inspiraron" el

    Destierro

    e

    ignorancias,

    publicado -dice

    ella-

    "un

    peu

    plus d'un

    an

    apres

    la Respuesta,

    et deux ans avant la

    conversion", cuando

    es obvio que la publica

    cin se hizo

    un ao despus de

    esa

    "conversin"

    38

    La verdadera

    historia del libro est

    contada

    en

    su

    portada. Destierro de ignoran-

    cias

    es el ttulo

    que

    se puso a

    un fragmento tomado de una obra

    muy erudita del doctsimo

    Lumbier,

    fragmento juzgado

    de

    tal valor

    por

    el arzobispo,

    que dio "orden

    y

    mandato" de que

    se publi

    cara, encargando del

    asunto

    al prefecto

    de la

    Pursima

    39

    .

    Es claro

    que ese

    "fragmento ureo,

    preciosssimo" procede

    de

    los oceni

    cos

    Fragme11.tos

    morales

    (Zaragoza,

    1680-1683)

    de

    fray

    Raymundo

    Lumbier,

    carmelita navarro

    establecido en Zaragoza,

    donde

    38

    BNASSY comete un extrao

    error

    en cuanto a la fecha

    de

    la "c onver

    sin". CALLEJA dice con todas sus letras

    que

    sta ocurri

    "el

    ao

    de mil seis

    cientos y noventa

    y

    tres". Ella,

    despus

    de decir (p. 166) que

    Sor

    Juana escri

    bi su Respuesta a Sor Filotea

    (marzo

    de 1691) "deux ans avant sa conversion"

    - y ,

    en efecto, nada se

    opone

    a imaginar que ello ocurri en marzo de

    1693-,

    habla sistemticamente de "la crise

    dramatique

    de l'anne 1694" (p. 170),

    " 'inexplicable

    renonciation

    de 1694" (p. 172),

    "la

    conversion de

    1694"

    (pp.

    186 y 228),

    "la

    crise de 1694" (p. 220), y dice que Nez, segn Oviedo,

    "fut

    absolument stupfait

    de

    se voir rappeler par sa pnitente en 1694" (pp.

    175-176), cuando lo

    que

    VIEOO afirma es

    que

    "la admirable

    mudanza

    de

    la Madre

    Juana"

    sucedi dos aos antes de su muerte", o sea, ledo literal

    mente, en

    abril

    de

    1693.

    ingn

    bibligrafo cita

    m

    s edicin del

    Destierro

    ignorancias que esa de 1694 (posterior a la

    "conversin"

    de

    Sor

    Juana),

    y

    no

    se ve por

    qu

    BNASSY la declara "2da. ed." (p. 46, nota 33: "Nous

    n'avons pas

    pu

    trouver l'exemplaire [sic] de la premiere dition et ignorons

    sa date"), salvo, quiz, para poder incluir en el

    dossier

    de la

    "conversin"

    un

    documento tan

    "p e

    u con

    nu",

    o sea

    por

    un parti-pns inconsciente .

    39 Quiz

    Nez, pero

    quiz no.

    Nez

    muri

    en febrero del

    ao

    siguien

    te, y haca tiempo que estaba un tanto " fuera de circulacin". El encargado

    de la

    publicacin

    de

    libros en

    la Pursima era

    el

    "prefecto actual"

    (cf.

    supra,

    p. 602, nota 23), llamado a veces

    "pre

    fecto" a secas (por ejemplo en la Concor-

    dancia espiritual de las siete missas tkl Espritu Santo

    (de Nez?],

    publicada en

    1682

    a

    devocin del Dr. Alonso Alberto de Velasco, prefecto de la Congre

    gacin

    de

    la

    Purssima".

  • 7/26/2019 Carta de Sor Juana a Nez de Miranda

    11/42

    610

    A NTONlO ALATORR NRFH XXXV

    public

    entre

    1672 y 1683,

    adems

    de algunas obritas piadosas,

    no

    pocos tratados

    tcnicos

    de teologa. Los

    Fragmentos morales

    se

    presentan

    como

    prosecucin

    de los

    que estn

    en la

    Suma

    de

    Arana'',

    lo cual nos

    transporta

    a una

    zona

    bibliogrfica apenas

    pisada en

    nuestros das: la literatura, en latn o en espaol, desti

    nada a

    ilustrar

    a los ministros de la religin

    en toda

    clase de cues

    tiones de teologa

    moraliO. Elfragmento

    que tan deslumbrado dej

    a

    Aguiar

    y Seixas se refiere al ministerio

    de

    los confesores

    de

    mon

    jas. As como la

    Cartilla

    de 1680 se public para

    alibio

    de las maes

    tras de

    novicias, as el fragmento

    ureo de Lumbier

    se

    publica para

    alibio

    de los capellanes y confesores de conventos femeninos (y,

    naturalmente, ambas

    publicaciones

    redundan en obsequio de

    las

    seoras religiosas). Bien podemos

    imaginar que

    el arzobispo, ren

    dido admirador del

    doctsimo y religiossimo carmelitait, crey

    i El ttulo de la Suma de Arana (fray Juan Anastasio de

    Arana,

    car-

    melita como Lumbier) es en realidad Smulas t

    TMral,

    y su autor primitivo

    no

    es Arana,

    sino

    el

    dominico fray

    Simn de

    Salazar.

    Arana

    fue un adiciona

    dor, pero muy importante; y Lumbier se inici como adicionador del adicio

    nador: la

    edicin de 1676

    de

    las Smulas

    t

    TMral se

    complementa

    ya

    con

    vnos

    fragmentos recogidos y ajustados

    por

    l, hors d oeuvre de sus futuros Fragmen-

    tos

    TMrales

    (t.

    1,

    16.0;

    t.

    2, 1683;

    en

    total, 1216 pginas

    de

    numeracin corrida).

    Los Fragmentos

    TMrales

    se editaron una sola vez.

    Las

    Smulas

    t

    moral,

    en

    cam-

    bio, continuaron reeditndose, aunque sin la enorme frecuencia con que se

    reedit, hasta bien entrado el siglo xvm,

    otro

    libro de fray

    Simn de

    Sala

    zar: su Prontuario de confesores 1 a ed., 1659), manual en que los

    curas

    consul

    taban si tal cosa

    era

    o

    no

    pecado,

    si

    el pecado

    era

    venial o

    mortal,

    si el mortal

    era grave o

    no

    tan grave, etc. El nmero relativamente exiguo de ediciones

    de

    las Smulas t moral

    se

    explica

    por

    su

    carcter ms

    terico y

    ms

    especiali

    zado:

    no

    se dirigen al cura de misa y olla (a se le basta el Prontuario), sino

    a quienes preparan,

    ya

    sea su examen obligatorio de teologa moral antes de

    ordenarse, ya exmenes especiales para obtener

    alguna prebenda

    o

    para

    reci

    bir un ttulo de confessor . (Los

    Fragmentos morales

    de Lumbier estn, eviden

    temente,

    en la lnea de las Smulas,

    no

    en

    la

    del Prontuario; son

    una obra de

    carcter doctrinal).

    it

    Diez aos antes,

    en

    1684,

    cuando Aguiar

    y Seixas

    acababa

    de sentarse

    en

    el

    trono

    arzobispal

    de

    Mxico,

    haba mandado imprimir

    otra obra de

    Lum-

    bier,

    Noticia

    de

    las

    sesenta

    y

    cinco

    proposiciones contknadas por N SS. P. lnocencio

    XI

    mediante su tcreto t 2 t mayo tl ao 679 1 a

    ed.,

    Zaragoza, 1680).

    La

    ed.

    de Mxico se dice sptima impressin y reproduce, con licencias y todo,

    la

    6 ,

    de Zaragoza, 1683 (aunque ya

    haba

    habido

    otra

    7 ed. en Lisboa, 1683).

    Es

    de suponer que Aguiar y Seixas tampoco aadi nada al fragmento ureo

    impreso

    por su

    orden en 1694, sino que

    lo

    reprodujo tal

    como estaba en

    alguno

    de los dos tomos de Lumbier (y en este sentido s puede decirse que hizo una

    2 ed. ).

    BNASSY,

    p.

    46, nota

    33,

    hace una observacin interesante: Il

    est dit et rpt

    en

    gros caracteres

    que

    les ides con enues

    dans

    ce livre [el Destierro

    de ignorancias] sont celles de l'archeveque . Como las

    ideas

    son obviamente

    las

    del autor, o sea del respetadsimo Lumbier, ello

    querr

    decir tal vez

    que

    1

    NRFH

    XXXV

    L C T DE R JU N LP NEZ 6

    oportuno plantar una

    buena

    semilla de instruccin para los muchos

    presentes y futuros confesores

    de

    monjas (quiz, sobre todo,

    en

    vista