Capítulo 9 4. Aprovechamientos y estado de conservación actual...
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Quejigares
1. Distribución
2. Fisionomía, dinamismo y tipología2.1. Estructura del bosque2.2. Síntesis de las diferentes etapas de sustitución2.3. Características de los diferentes tipos de bosque
3. Ecología y composición florística
4. Aprovechamientos y estado de conservación actual del bosque
Capí
tulo
9
QUEJIGARES 189
1. Distribución
El quejigo (Quercus faginea subsp. broteroi) es una
subespecie del suroeste de la Península Ibérica y el noroeste
de África1. Su área de distribución peninsular se extiende
por las sierras extremeñas, Sierra Morena y el centro y sur de
Portugal, donde es muy abundante. En Extremadura su pre-
sencia está muy repartida, apareciendo de manera dispersa
y ocasional entre otras formaciones, aunque también confi-
gura bosques, propiamente quejigares, de gran interés bio-
geográfico y paisajístico. Dichos quejigares son especial-
mente abundantes en las sierras del centro-este de
Extremadura, en las Villuercas y la Reserva Nacional de Caza
del Cijara. Estos quejigares2 se extenderían por las umbrías
de las sierras cuarcíticas, iniciándose en la Sierra de
Altamira y continuando por las del Aljibe, la Dehesilla, la
Rinconada, de la Umbría, Chimenea y Siruela. Desde el
punto de vista biogeográfico son propios del distrito de Los
Montes, penetrando de forma puntual en el distrito Serena-
Pedroches2.
1 Castroviejo, S. 1986-2005. Flora Ibérica. Plantas Vasculares de la PenínsulaIbérica e Islas Baleares. Madrid: Real Jardín Botánico. C.S.I.C.2 Ladero, M. 1991. Distribución y catalogación de los espacios naturalesvegetales en Extremadura. Informe inédito. Junta de Extremadura.
El quejigo
El quejigo más abundante en Extremadura, Quercus
faginea subsp. broteroi, es un árbol de tamaño medio
con copa aovada y tronco recto. Las hojas son simples
y alternas, de elípticas a obovadas y con el margen cre-
nado y pelo abundante por el envés; el mayor tamaño
de estas y la ausencia en ocasiones de dientes en el
margen lo diferencia de su pariente Quercus faginea
subsp. faginea, presente en la región pero de manera
más dispersa. Los frutos son bellotas de color pardo-
amarillento con escamas aplicadas y cubiertas de
tomento.
Acer monspessulanum
LOS BOSQUES DE EXTREMADURA190
Quejigos en Extremadura
La mayoría de los quejigos que
encontramos en nuestra zona pertene-
cen a la especie Quercus faginea Lam..
Sin embargo, es preciso aclarar que
dentro del territorio extremeño pode-
mos encontrar hasta cinco tipos dife-
rentes de quejigos, que se correspon-
den con cinco táxones compartiendo
hábitats en ocasiones y otras asentados
en condiciones ecológicas singulares.
Los táxones que podemos encontrar en
Extremadura asociados al nombre que-
jigo son Quercus faginea subsp. faginea
Lam.; Quercus faginea subsp. broteroi
(Coutinho) A. Camus; Quercus faginea
subsp. alpestris (Boiss.) A. Camus,
Quercus canariensis Willd., y Quercus
lusitanica Lam.
Cada uno de estos táxones los pode-
mos diferenciar en base a la siguiente
clave dicotómica:
1. Arbusto de no más de 1 m de altura
con hojas en el tercio basal, no dentado
o crenado ...........................Q. lusitanica
1. Árboles de más de 2 m de altura, con
hojas en el tercio basal provistas de un
margen dentado o crenado ................ 2
2. Árboles con hojas amplias, provistas
de un limbo con más de 12 pares de ner-
con unas limitaciones. Q. faginea en
sentido amplio, no suele tener proble-
mas en su conservación, ya que las
poblaciones de los tres táxones detecta-
dos se encuentran estables y disponen
de una regeneración natural anual
buena. Estos táxones no corren riesgos
de tala o desaparición por efecto del
manejo, pero si por causas naturales. Su
dispersión por buena parte de la geo-
grafía extremeña permite vislumbrar
su conservación sin grandes complica-
ciones.
La situación de la quejigueta (Q. lusi-
tanica) y el quejigo andaluz (Q. cana-
riensis) es diferente. En los dos casos se
dispone de dos poblaciones, una en
Villuercas y otra en la serranía de Jerez.
Son áreas muy separadas, con poblacio-
nes de cada especie conformadas con
unos pocos individuo. El caso más
extremo es un sólo ejemplar de Q. cana-
riensis en Villuercas. En esta situación
es preciso actuar de inmediato en la
recuperación de una población de cier-
ta estabilidad para las dos especies, con
las restricciones oportunas al área y con
medidas activas de regeneración en el
entorno.
vios, de glabras a glabrescentes.......... Q.
canariensis
2. Árboles con hojas pequeñas, media-
nas o grandes, provistas de un limbo de
hasta 10 pares de nervios, pubescentes a
glabrescentes..................... Q. faginea 3
3. Hojas cortas de menos de 4 cm, gla-
brescentes en el envés y glabras o gla-
brescentes en el haz, agudas u obtusas
en el ápice..... Q. faginea subsp. faginea
3. Hojas medianas o grandes de 2 a 15
cm, pubescentes en el envés y glabres-
centes a pubescentes en el haz, agudas u
obtusas en el ápice .............................. 4
4. Hojas de tamaño medio de menos de
7 cm, glabrescentes en el haz y pubes-
centes en el envés, generalmente agu-
das en el ápice con margen entero a
denticulado, nunca crenado..........Q.
faginea subsp. alpestris
4. Hojas de tamaño medio a grandes de
hasta 15 cm. Glabrescentes a pubescen-
tes en el haz y pubescentes en el envés,
generalmente obtusa en el ápice, con
margen crenado a denticulado, nunca
enteras.........Q. faginea subsp. broteroi
La conservación de los quejigos en
Extremadura es tarea compleja, porque
cada uno de los táxones se encuentra
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2. Fisionomía, dinamismo y tipología
2.1. Estructura del bosque
Los quejigares son formaciones caracterizadas por la pre-
sencia de Quercus faginea subsp. broteroi, como árbol
dominante o en asociación con otras especies del género
Quercus, como alcornoques (Quercus suber) y encinas
(Quercus ilex subsp. ballota) y más rara vez con roble melo-
jo (Quercus pyrenaica). Debajo del dosel arbóreo aparecen
numerosas leñosas de menor porte como madroños
(Arbutus unedo), durillos (Viburnum tinus) y arces (Acer
monspessulanum). En el estrato arbustivo podemos encon-
trar las especies típicas del jaral-brezal: brezo rojo (Erica
australis), brezo blanco (E. arborea) y jara pringosa (Cistus
ladanifer), que forman un sotobosque en ocasiones impene-
trable debajo del cual se desarrolla un escaso estrato herbá-
ceo con predominio de los hemicriptófitos: Paeonia offici-
nalis, P. broteroi, Cynosurus cristatus y Brachypodium
sylvaticum3. Suele ser común que se formen masas mixtas
de quercíneas y que todavía se reconozcan las mismas en
zonas de acceso complicado.
2.2. Síntesis de las diferentes etapas de
sustitución
Cuando el quejigar es eliminado aparecen, en una prime-
ra etapa, las altifruticetas de madroño, como ocurría en el
caso de los alcornocales y los melojares luso-extremaduren-
Distribución de los quejigares en Extremadura Quejigares notables de Extremadura
3 Blanco Castro, E., Casado González, M.A., Costa Tenorio, M., EscribanoBombín, R., García Antón, M., Génova Fuster, M., Gómez Manzaneque, A.,Gómez Manzaneque, F., Moreno Sainz, J.C., Morla Juaristi, C., RegatoPajares, P. y Sainz Ollero, H. 1997. Los Bosques Ibéricos. Una InterpretaciónGeobotánica. Barcelona: Planeta.
LOS BOSQUES DE EXTREMADURA192
Cuadro 3. Dehesa de las Navas-Benazaire
La dehesa de las Navas-Benazaire
representa un magnífico ejemplo de
dehesa de quejigos (Quercus faginea
subsp. broteroi). Se encuentra en el tér-
mino municipal de Herrera del Duque
al nordeste de la provincia de Badajoz.
El quejigo, en general, se desarrolla
en situaciones topográficas -laderas de
umbría- muy diferentes a las de la for-
mación que nos ocupa. Los quejigares
de fondo de valle han sido eliminados
en su gran mayoría y la existencia de
una dehesa en la que dominan casi
exclusivamente los quejigos es de una
rareza notable. En este enclave los que-
ha observado la presencia de algunos
táxones interesantes para la provincia
de Badajoz como Nepeta tuberosa,
Prunella alba o Filipendula vulgaris.
En la dehesa no se realizan ningún
tipo de podas del arbolado y no se dan
aprovechamientos de leñas. Tampoco
existen medidas de control sanitario
de la dehesa. Sería interesante el estu-
dio de medidas de gestión particulares
para un enclave único en la región
extremeña.
jigos se acercan a las márgenes del río
Benazaire y el arroyo del Puerto de la
Arena constituyendo en ocasiones la
vegetación de sus riberas. Junto al que-
jigo, aparecen encinas y alcornoques. Es
bien conocido que el quejigo fue la
especie más afectada por eliminación y
aclarado en diversas zonas al conside-
rarlo menos productivo y de menor
calidad de fruto.
En la actualidad el régimen de explo-
tación es ganadero y cinegético. Los
herbívoros aprovechan pastizales ricos
en herbáceas pratenses.
Desde el punto de vista florístico se
Dehesa de las Navas-Benazaire
QUEJIGARES 193
ses. Según Rivas Goday4, estos quejigares dominan sobre el
alcornocal de umbría únicamente en etapas aclaradas y alto-
serranas, puesto que es en estas situaciones en las que el
bosque de quejigos se asienta altitudinalmente por encima
del alcornocal. Esta circunstancia posibilita la existencia de
una banda mixta de quejigar-alcornocal, en las que coexis-
ten numerosas especies vegetales comunes a ambas forma-
ciones. A medida que aumenta el grado de degradación, el
matorral elevado de madroño es sustituido por los matorra-
les dominados por cistáceas y ericáceas comunes a los alcor-
nocales y robledales típicos luso-extremadurenses.
2.3. Características del bosque
La fuerte alteración sufrida por los bosques de quejigo ha
condicionado en buena parte su confinamiento en laderas
de fuerte pendiente y áreas de sierra de difícil acceso. En
muchas ocasiones, los quejigos aparecen mezclados con
pinos (Pinus pinaster), como ocurre en amplias zonas de la
comarca de Los Montes en el noreste de la provincia de
Badajoz. En este caso se forma una masa mixta en la que la
presencia del quejigo en la formación se hace más evidente
durante los meses de otoño.
Desde muy antiguo, en las áreas dedicadas a la agricultu-
ra y ganadería, el manejo de estos bosques mixtos ha favore-
cido la transición hacia los pastizales arbolados de encina o
bien a las dehesas mixtas de encina y alcornoque. En el caso
del quejigo, su menor producción de bellota y la calidad
inferior de su madera como combustible han propiciado,
muy probablemente, la selección por el hombre de la encina
y en menor medida del alcornoque frente al quejigo, al
orientar estos bosques a la producción de frutos y la extrac-
ción de leña. Este tipo de actuaciones ha generado la apari-
ción de dehesas mixtas de especies del género Quercus en no
pocas localizaciones de la geografía extremeña. Un buen
ejemplo de dehesa multiespecífica se encuentra en el térmi-
no municipal de Toril (Cáceres), dehesa en la que están pre-
sentes alcornoques, encinas, quejigos y melojos.4 Rivas Goday, S. 1968. Algunos aspectos de la vegetación y flora deExtremadura. Melhoramento 21: 159-178.
Cynosurus cristatus
Aspecto de un quejigar-encinar
LOS BOSQUES DE EXTREMADURA194
3. Ecología y composición florística
Arrasadas como están las áreas potenciales para su uso
agrícola, los quejigares se concentran en laderas de elevada
pendiente y difícil acceso. Como ocurre con los rebollares,
los quejigares son formaciones boscosas casi exclusivas de
la Península Ibérica, con incursiones en sectores montanos
del norte de África. Considerando las dos subespecies del
quejigo más común (Quercus faginea subsp. broteroi y Q. f.
faginea) estas masas están repartidas por casi toda la penín-
sula, con la excepción de las grandes depresiones y zonas
costeras. Se trata, pues, de formaciones adaptadas a la con-
tinentalidad, si bien en Extremadura quedan relegadas a
algunas umbrías medias y altas con suelos profundos, por lo
general en sierras cuarcíticas, en el piso mesomediterráneo
con ombroclima subhúmedo y puntualmente llanuras,
donde factores edafoclimáticos o antrópicos han evitado su
mezcla con encinas, alcornoques o robles. En Extremadura
los podemos encontrar asociados a zonas de suelos ácidos,
silíceos o suelos neutros a ligeramente básicos de textura
arcillosa y origen calcáreo. En no pocas ocasiones los queji-
gares extremeños aparecen en las laderas de fuerte pendien-
te sobre cascajeras y pedreras. Es en estos casos en los que el
quejigo aparece acompañado por la cornicabra (Pistacia
terebinthus) y muy comúnmente con arces (Acer monspes-
sulanum), por lo demás, comparten buena parte de su cor-
tejo florístico con el resto de los bosques de Quercus presen-
tes en la región, y de manera más relevante con los alcorno-
cales, con los que se asocia, en no pocas ocasiones, en las
umbrías de numerosas sierras cuarcíticas del norte de
Badajoz y sierras cacereñas.
Es interesante reseñar que la subespecie faginea del que-
jigo común, más abundante en el centro y este de España, ha
persistido mediante rebrote en muchas de las zonas donde
era intensamente aprovechado. Por el contrario la subespe-
cie broteroi, común en Extremadura, no rebrota con el
mismo vigor y además ha de enfrentarse generalmente a
especies muy competitivas que limitan su capacidad de
recuperación.
Sintáxones presentes en el área de estudio
Quejigares luso-extremadurenses Pistacio terebinthi-Quercetum broteroi
Ejemplar de quejigo en la umbría de Valcorchero (Plasencia)
QUEJIGARES 195
4. Aprovechamientos y estado de conserva-ción actual del bosque
Se podría decir que el dominio absoluto del quejigo sobre
alcornoques y encinas ocurre en Extremadura de manera
testimonial. Especialmente aparece desde la Sierra de
Tentudía hasta el centro de la provincia de Cáceres, en toda
la margen oriental de la región. Son singulares los quejiga-
res de las serranías de Las Villuercas, La Siberia, el extremo
sur del embalse del Pintado, Monfragüe o las zonas bajas de
Tentudía. Junto a estos quejigares es preciso hablar de la
presencia de quejigos en buena parte del territorio extreme-
ño, apareciendo dispersos en las serranías de Jerez, la sierra
de San Pedro, el Tajo internacional o las serranías de Zafra.
Los quejigos aparecen asociados frecuentemente con el
alcornoque, en menor medida con el rebollo y en pocas oca-
siones con la encina. Los táxones más importantes son Q.
faginea subsp. broteroi, y Q. faginea subsp. faginea que
viven en las zonas más continentales. En las zonas medite-
rráneas se concentran el resto de los quejigos, incluyendo a
Q. faginea subsp. broteroi, como especie universal en prác-
ticamente el 95% de todas las formaciones.
Las formaciones de quejigos suelen ser de pequeña enti-
dad, no sobrepasando las 500 hectáreas de superficie.
Habitualmente mezcladas, lo normal es encontrarnos queji-
gares de 25-150 hectáreas de superficie, en las que aparecen
manchas puras de quejigos y el resto son formaciones mix-
tas con alguna de las especies previamente comentadas.
Uno de los principales problemas de conservación de los
quejigares es la baja tasa de aprovechamiento que se deriva
del uso de su madera, leña y frutos, por lo que, como se ha
comentado anteriormente, se ha eliminado de forma selec-
tiva en numerosas ocasiones en beneficio de encinas y alcor-
noques.
Otra dificultad para el desarrollo de medidas de conserva-
ción es la enorme capacidad de hibridación que tienen estas
especies. Se han descrito más de seis híbridos diferentes
entre quejigos y otras especies de Quercus. En el territorio
extremeño, la hibridación parece ser una estrategia que uti-
lizan los táxones del grupo quejigos para asentarse y coloni-
zar en nuevos espacios, especialmente Q. faginea subsp.
broteroi. En esas condiciones es difícil la identificación de
los diferentes táxones, ya que se producen fenómenos de
introgresión difíciles de detectar.
Quejigar en la Umbría del Azorejo (Siruela)