Cappelletti, Angel J. - Ciencia Jonica y Pitagorica. Ed. Univ. Simon Bolivar 1980

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    ngel j . cappel lef t i

    CIENCIA

    JONICA Y

    PITAGORICA

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    ngel j. cappelletti

    CIENCIA

    JONICA

    Y PITAGORICA

    Ciencia y filosofa nacen en Grecia hacia el siglo VI a.C. cons-

    liluyendo un todo indiferenciado. Cuando intentamos rastrear los

    ms remotos orgenes occidentales de cada una de las ciencias,

    debemos remitirnos por eso necesariamente a los orgenes mismos

    de la filosofa. Esta, como es sabido, se inicia en Jonia y, pocodespus, en la Magna Grecia. De ah que estudiar las primeras

    manifestaciones de cada ciencia equivalga a estudiar ante todo

    el pensamiento de los primeros filsofos jnicos y pitagricos.

    Esta obra de Angel J. Cappelletti considera as en su vinculacin

    con la filosofa el origen de la astronoma y de la biologa en

    Anaximandro de Mileto, la matemtica y la msica en Hipaso

    de Metaponto, la medicina experimental en Alcmen de Crotona,

    el urbanismo y la teora socio-poltica en Hipodamo de Mileto y

    Faleas de Calcedonia; las doctrinas antomo-fisiolgicas en Di-

    genes de Apolonia. A partir de la concepcin del mundo de cada

    uno de estos filsofos jnicos, pitagricos o semi-pitagricos se

    ve nacer una de las grandes ramas de la ciencia occidental, se

    siguen sus primeros pasos, se analizan sus mtodos y sus supues

    tos, se ponen de relieve sus logros, se sealan sus inevitables limi

    taciones. El libro constituye una investigacin de primera manosobre los textos originales y sobre la biodoxografa antigua y,

    aunque escrito en un lenguaje claro y accesible a todo lector

    culto, intenta ser algo ms que mero manual de divulgacin.

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    ANGEL J. CAPPELLETTI

    CIENCIA JONICA

    YPITAGORICA

    EQUINOCCIO

    E D I C IO N E S DE L A U N I V E R SID A D S IM O N B O L I V A R

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    by EQUINOCCIO, Editorial de la

    Universidad Simn Bolvar / Caracas / Venezuela

    1980 para todos los pases

    Depsito Legal, l f 80-0350

    Portada: Mariano Daz Bravo

    Impresin: Editorial Arte

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    PROLOGO

    Los primeros pensadores jnicos (Tales, Anaximandro, Ana-ximenes) no fueron meros fisilogos, interesados en la ex

    plicacin de ciertos fenmenos astronmicos, meteorolgicos

    o biolgicos, como han pretendido Teichmller, Tannery y,

    ms tarde, Rivaud y Brliier. Fueron, ante todo, filsofos,

    en cuanto su propsito primordial consisti en elaborar una

    cosmovisin racional; una concepcin unitaria de la reali

    dad, lograda por caminos distintos de los del mito y la tra

    dicin potico-religiosa. Sin embargo, si en algo su especu

    lacin filosfica se puede contraponer a la que, ms o menos

    contemporneamente, se desarrollaba en la India es en su

    intima vinculacin con la naciente ciencia de la naturaleza.

    La primera filosofa griega se prolonga natural y necesaria

    mente, segn parece, en una serie de saberes particulares

    basados en la experiencia y en el razonamiento analgico-

    inductivo. Florece se dira en la astronoma y la meteo

    rologa, en la biologa y en la qumica, e inclusive en la

    matemtica y las ciencias sociales. Y este conocimiento de

    la naturaleza tiende ya a proyectarse hacia el dominio de

    la misma, en la medida en que, junto con la ciencia, surgen

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    entre los primeros filsofos jnicos ciertos intentos de poner

    la ciencia al servicio de la tcnica. En la India, por el con

    trario, la filosofa o, si asi se prefiere, la metafsica, no se

    proyecta hacia el conocimiento y el dominio del mundo ex

    terior, si no ms bien hacia el conocimiento y el dominio

    de la psique, esto es, del mundo interior. He aqu por qu,

    partiendo de intuiciones fundamentalmente idnticas (phy-

    sis=brahmn), las historias de la filosofa griega c india

    aparecen dominadas por espritus diferentes.

    Los primeros pitagricos, aunque movidos por un radical

    afn soteriolgico. son desde el comienzo, y no en una etapatarda como han pretendido Frank, Reinhardt y Levy. fil

    sofos y hombres de ciencia. Lo que los diferencia de las di

    versas sectas iniciticas que pululaban en la Magna Grecia

    en el siglo vi a. C. es precisamente el hecho de que la sal

    vacin no se puede obtener, para ellos, sino a travs de la

    theora, esto es, de la filosofa.

    Pero la filosofa, a su vez, se articula en ellos de un modotan intimo como entre los jnicos con las diversas ciencias,

    aunque de un modo muy especial con las matemticas.

    El esquema usual que atribuye a los jnicos el cultivo de

    las ciencias de la naturaleza (materiales) y a los pitagricos

    el de las ciencias de la cantidad (formales) no debe indu

    cirnos a pensar que ese cultivo fue exclusivo y excluyeme.

    En realidad, asi como Tales y Anaximandro se interesaronpor las matemticas, tambin los pitagricos lo hicieron por

    la astronoma, por la biologa y hasta por la poltica.

    De hedi, jnicos y pitagricos plantearon ya una gran

    parte de los problemas cientficos que abord la Antige

    dad, y con ellos se inidaron las principales ramas de la cien

    cia occidental.

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    En el presente libro estudiaremos algunos aspectos rele

    vantes de la actividad cientfica de jnicos y pitagricos, en

    diferentes disciplinas (astronoma, biologa, matemticas,

    ciencias sociales).

    Para ser exactos, diremos que no slo se trata aqu de

    pensadores jnicos (Anaximandro, Digenes de Apolonia)

    y pitagricos (Hipaso de Metaponto), sino tambin de

    cuasi-pitagricos (Alcmen de Crotona) y aun de jnico-

    pitagricos (Hipodamo de Mileto).

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    I

    ASTRONOMIA

    Y BIOLOGIA

    DE ANAXIMANDRO

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    Anaximandro ha sido considerado por Schleiermachcr como

    el primer metafisico.1 Pero no cabe duda de que fue tambin

    el primer gegrafo y cartgrafo, asi como el primer bilogo

    y evolucionista. W. A. Heidel, al sostener que la obra de

    Anaximandro tiene, contra lo que la representacin tradi

    cional, basada en los esquemas aristotlicos supona, un ca

    rcter geogrfico, seala que ya Agatemero y Estrabn, siguiendo a Eratstcncs (el cual sigue, a su vez a la literatura

    geogrfica antigua, que se inicia con Hecateo) atribuyen a

    Anaximandro un mapamundi.2 Por otra parte, como hace

    notar el mismo Heidel, Anaximandro aparece en las listas

    de gegrafos confeccionadas tambin por Agatemero y Es-

    1 SCH LEIE RM AC H ER , .Ueber Anaximandro - Werke - II

    p. 188 (Cf. G. BOSWORTH BURCH, Anaximander, the

    first mciaphysician. The Review of Metaphysics - Diciembre

    1949).

    2 W. A . HEID EL, Anaximanders book, the earliest known

    geographical treatise - Proceedings o) the American Academy

    of Aris and Sciences - 1921.

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    trabn.3 El milesio, segn Digencs Laercio, construy un

    gnomon en Esparta,4 aunque Herodoto nos informa que

    dicho instrumento era conocido ya por los babilonios,56de

    igual modo que tal vez, segn opina Schuhl, la idea misma

    de confeccionar cartas geogrficas pudo ser tomada por losjonios de sus vecinos orientales.4

    A este inters de Anaximandro por la geografa debe

    aadirse, como seala el mismo Hcidel, un inters paralelo

    por la historia, de tal modo que incluso la cosmologa, la

    geologa y la biologa fueron vistas por Anaximandro con

    una perspectiva histrica esto es, gentica.

    La formacin de los mundos y la aparicin de los astros,

    asi como la gnesis de las especies animales, se inscribe, sin

    duda, en el ciclo csmico, gracias al cual todo principio y

    todo fin, todo origen y toda disolucin se deben buscar en

    la physis o arkh, que es lo peiron (lo indefinido).

    La historicidad de los fenmenos csmicos, geolgicos y

    biolgicos aparece, de esta manera, fundada (cosa que elpropio Heidel no sabe ver), en el carcter activo de la

    physis, esto es, en el monismo dinmico, que constituye

    la base metafsica de toda la ciencia jnica.

    3 Cf. ZELLER - M ON DO LFO , La Uosofia dei greci. 1 - II -Fircnze - 1950 * p. 138 - 139. Este mapa fue luego perfeccionado por Hecateo. En La Iliada (XVIII 483) se habla del

    escudo de Aquiles en el cual Hefesto habla grabado la tierra,el cielo, el mar y el rio Ocano. En Fcrecides de Ciro. Zas tejeun velo en el que se representan Gca (la tierra) y Ogeno(el mar) (Cf. Clem. Strom. VI 9; VI 53).

    4 D IO G. II 1.5 HE RO DO T. II 109, 3. (Cf. P. T A N N E R Y, Pour Vhistoire

    de la Science hellne - Pars - 1930. p. 85-86).6 P. M. SCH UH L, Essai sur la formation de la pensie gricque -

    Paris-1949-p. 179.

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    Lo indefinido (to peiron) es, para Anaxiraandro, no

    slo la materia con la cual se hacen todas las cosas sino tam

    bin la fuerza o principio activo que las genera.78Aristteles

    declara explicitamente que para Anaximandro lo indefini

    do es al mismo tiempo lo que rodea y protege al universo

    y lo que lo rige y gobierna.* Indefinida, en cuanto no se le

    puede asignar ninguna determinacin cualitativa. Ja phy-

    sis de Anaximandro es tambin infinita, y no slo en cuan

    to llena todo el espacio, ms all de los universos innmeros,

    sino tambin en cuanto es eterna, esto es, en cuanto carece

    de principio y de fin en el tiempo.91011Se trata, pues, de unailimitada sustancia viviente, de una proto-clula sin limites

    espaciales ni temporales que, por un proceso cariocintico,

    va engendrando sucesivamente los mundos y todo cuanto

    stos contienen.

    Para Anaximandro, hay pues, infinitos mundos o univer

    sos sucesivos. As lo atestiguan Hiplito Romano,1el pseudo

    Plutarco," Aecio 12 y Cicern.13 Como bien dice Zeller Elconcepto correlativo al nacimiento del mundo es la destruc

    cin del mismo: si el cosmos se ha desarrollado como un ser

    viviente en un determinado momento cronolgico, a partir

    de una materia dada, a esta conjetura se enfrenta la de que

    l, en cuanto tal, tenga que disolverse de nuevo en sus ele

    mentos. Si, por otra parte, a aquella materia primordial se

    7 Cf. Ps. PL UT AR CH . Slrom. 2; Herm. Irris. 4; Simpl. Phys41,

    17; Hippol. Refu l. I 6.8 ARISTOT. Phys. 203 b.9 ARISTOT. Phys. 203 b; Diog. II 1: Hippol. Refu l. I 6.

    10 HIPPOL. Refut. 1 6. I.11 EUS. Preep. evang. I 8, I.

    12 A ET. I 3. 3-13 CIC. D e nal deor. I 10, 25.

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    le atribuyen, como propiedades esenciales y originarias, una

    fuerza creadora y un movimiento, nada hay ms lgico que

    admitir que, en virtud de esta vitalidad suya, al acabar este

    mundo ella ha de producir otro, y que por la misma razn

    debe haber producido ya otros antes del nacimiento del ac

    tual, aunque con esto se admita una serie infinita, en el fu

    turo y en el pasado, de mundos que se suceden uno al

    otro.14

    Pero, contrariamente a lo que opinaba Zeller, seguido por

    Cornford,15 Anaximandro, adems de infinitos mundos su

    cesivos, postula tambin infinitos mundos simultneos, cosaque parece enteramente coherente con la nocin de la phy-

    sis como infinita en el tiempo (eterna, esto es, sin principio

    en el pasado ni fin en el futuro) y, adems, infinita en el

    espacio (es decir, que llena el espacio limitado ms all

    del universo en que vivimos). Hoy, la mayora de los his

    toriadores (particularmente Heatli, Burnet, Mondolfo, Rey)

    defienden esta tesis.Anaximandro se representa el proceso cosmognico, segn

    informa Aristteles, como un proceso de segregacin a par

    tir de lo indefinido,16 y, aunque el estagirita no nos dice

    en qu consiste tal segregacin, parece lgico imaginarla,

    puesto que el origen y el punto de partida de la misma es

    una sustancia viviente (en cierta manera comparable al

    huevo csmico de la cosmogona rfica), como la segregacin de las clulas a partir del huevo, en una progresiva

    diferenciacin.

    14 ZE LL ER - M ON DO LF O, op. cit. 1- 11. p. 178.15 CORNFORD, Innumerable Worlis n Presocratic Philosophy-

    Classical Quaterly - X X V II I- 1934.16 ARISTOT. Phys. 187 a 20; Simpl. Phys. 24, 23; Themisl.

    Phys. 124, 21.

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    Simplicio, basndose en Teofrasto, dice que, segn Ana-

    ximandro, las cosas son engendradas no por alteracin del

    elemento sino por separacin de los contrarios, a partir de

    lo indefinido, a causa del movimiento eterno.17 Pero la se

    paracin de los contrarios no es un proceso meramente mecnico sino tambin, al mismo tiempo, un cambio cualita

    tivo o alteracin, porque si asi no fuera, la physis o arkh

    no constituiria una verdadera unidad sino tina mezcla o

    pluralidad de cosas que slo en apariencia forman un todo

    homogneo. He aqu el error por el cual Simplicio y ya antes

    Aristteles 18 se empean en asimilar la doctrina de Ana-

    ximandro a la de Anaxgoras.

    El Pseudo Plutarco, despus de informarnos que los mun

    dos. segn Anaximandro, estn sujetos desde la eternidad a

    un movimiento rotatorio, especifica: Dice que lo que desde

    siempre engendra lo caliente y lo fri, al surgir este mundo,

    se dividi, y a partir de l una esfera se extendi en torno

    al aire que rodeaba la tierra, como corteza alrededor de un

    rbol, y que, una vez que dicha esfera se quebr y se separ

    en diversos crculos, se formaron el sol, la luna y los as

    tros.1920Segn esto, lo primero que se diferencia es lo calien

    te y lo fro. Despus, como segundo par de contrarios di

    ferenciados, aparecen lo seco y lo hmedo.70

    Segn la interpretacin de Zellcr, que se basa en un pasaje de los Meteorolgicos de Aristteles (Sostienen que al

    comienzo toda la parte que circundaba la tierra era hme

    17 S1MPL. Phys. 24, 13.18 ARISTOT. Phys. 187 a 20.19 Ps. PL UT AR CH . Strom. 2.

    20 SIMPI.. Phys. 150, 24.

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    da. pero luego fue secada por el sol...) ,21 de la mezcla de lo

    caliente y lo irlo nace primero el agua. De este modo. Ana-

    ximandro intentarla integrar en su propia cosmogona la

    doctrina de su maestro Tales, aunque subordinando siempre

    el agua a lo indefinido y aun a su primera determinacin

    (lo fri y lo caliente) . Habra considerado asi al agua como

    la ms inmediata (pero no, en cuanto tal, como la ltima)

    sustancia fundamental del mundo.2223

    En favor de esta interpretacin de Zeller se podra aducir

    el hecho de que en el De Melisso, Xenophane, Gorgia se

    dice que la sustancia originaria era para Anaximandro elagua.25

    Teniendo en cuenta al Pseudo Plutarco, el mismo Zeller

    supone que del agua se separaron sucesivamente, de tres di

    versas maneras, la tierra, el aire y la corteza de fuego que

    envuelve al todo. Burnet, sin especificar tanto, entiende asi

    el proceso cosmognico en Anaximandro: Concluimos,pues, que despus de la primera separacin de lo caliente

    y lo fri por la 'die', el calor de la llama convirti una

    parte de lo hmedo, fri interior del mundo, en aire o va

    por aml>os son lo mismo en esta poca y que tal expan

    sin de esta niebla dividi la llama misma en anillos. 24

    Con ello, de cualquier modo, se hallarla ya en la cosmogona de Anaximandro el esbozo de la teora empeddea d

    los cuatro elementos.

    21 ARISTOT. Meteor. 353 B 6 (Cf. Alex Meteor. 67, 3, Act. III16, 1.)

    22 Z E LL E R -M O N D O L F O , op. cil. I, II p. 167.23 D e Melisso. Xenophane, Gorgia 975 b 22.

    24 J. BURNE T, Early Greek Philosophy - London - 1958 . p

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    Estos elementos, mezclndose y separndose entre si (al

    modo como las clulas de los seres vivientes se funden y se

    dividen), dan lugar a la formacin del Cosmos. Un movi

    miento en forma de torbellino hace que los elementos ms

    pesados queden debajo de los ms livianos, y de tal modo,

    en la parte inferior o, por mejor decir, en el centro, se ubica

    la tierra; por encima de sta, el agua: por encima del agua,

    el aire, y, finalmente, como dijimos, por encima de todo,

    cual esfera envolvente, el fuego. La formacin de la tierra

    y su separacin con respecto al aire y al agua, se da como

    efecto del peso y del torbellino, pero tal explicacin meca-nicista no resulta incompatible, en Anaximandro (y en los

    filsofos jnicos en general), con la explicacin vitalista u

    organicista, ya que ambos puntos de vista, contrarios para

    nosotros, no estaban an diferenciados en aquel momento

    primitivo de la historia del pensamiento. En este caso con

    creto, el torbellino y la divisin de esferas y niveles para los

    elementos pueden ser interpretados tambin como expansin y localizacin de los tejidos de un organismo en for

    macin. Algo muy semejante sucede con Anaximenes. Cuan

    do este discpulo de Anaximandro25 recurre a la conden

    sacin y rarefaccin (mnosis kai pyknosis) para explicar, a

    partir del aire primordial, la formacin del Universo,26 al

    gunos historiadores ven en ello un claro precedente del mecanicismo desarrollado ms tarde por Leucipo y Demcri-

    to.27 Pero, aun sin rechazar del todo esta interpretacin, es

    25 DIO G. II 3; Simpl. Phys. 24, 26.26 HIPPOL. Rejut. 1 7, 3; Herm. IRRIS. 7; Ps. Plutarch. Strom.

    3; Simpl. Phys. 24, 26; 149, 32.27 J. BURNET, op. cil. p. 74; Th. Gomperz, Pensatori greci -

    I - Fircnze - 1950 p. 91.

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    preciso hacer notar que la condensacin y rarefaccin son

    concebidas por el milesio como inspiracin y expiracin del

    aire por parte de un organismo animal, y que, de hecho, en

    su concepcin hilozolsta y pampsiquista (dicho sea sin ol

    vidar los inconvenientes que tales denominaciones impli

    can) , los movimientos mecnicos deben necesariamente re

    presentarse como la respiracin de ese grande y soberano

    animal que es el Universo.28

    El mecanicismo no se contrapone an al dinamismo o vi

    talismo. Como bien lo ha sealado Joel, para Anaximandro.

    la separacin de los contrarios es un proceso de carcter vital, que se asemeja a los nacimientos de las teogonias; y as,

    lo fro y lo caliente se separan a travs del mismo proceso

    vital en el que se originan, con lo cual irrumpen en las in

    tuiciones vitalistas los principios mecnicos, sugeridos por

    el desarrollo de la tcnica.29

    En el caso de Anaxlmenes, la observacin del papel del

    aire en todos los procesos vitales conduce a la idea mismadel aire como physis y como principio infinito que llena

    todos los espacios exteriores al Universo, al mismo tiempo

    que lo rige y gobierna. El aire es al Universo lo que el alma

    (que es tambin aire) es a nuestro cuerpo: Asi como nues

    tra alma, siendo aire, nos gobierna, asi tambin el soplo y

    el aire, al Cosmos todo abarcando, gobierna. 30 El Univer

    so vive porque se expande y se concentra en el seno del

    aire infinito que le ha dado origen, y lo respira, es decir, lo

    inspira y expira rtmicamente. Condensacin equivale as

    28 Cf. ZE LL ER - M ON D OL FO , op. cit. 1- II p. 144-145.29 K. JOEL, Geschichte der antiken Philosophie - Tbingen -

    1921 - I p. 263 sgs. (cit. por Mondolfo).

    30 A ET . I 3, 4.

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    a concentracin del cuerpo que echa fuera de s! el aire res

    pirado; rarefaccin a la expansin del cuerpo que acoge

    en $1 el aire para respirarlo, aunque es claro que en la filo-

    sofia mecanicista de Demcrito los cuerpos y los mundos

    se generan tambin por una concentracin de tomos y

    perecen por una rarefaccin (dispersin) de los mismos.3132

    Pero la nocin misma del movimiento rotatorio y del tor

    bellino plantea en Anaximandro diferentes problemas. Es

    claro que si el movimiento rotatorio se identifica con el mo

    vimiento que el milesio atribuye a lo indefinido, ste no

    podr ser pensado sino como finito, segn hace Tannery, yaque la rotacin de una masa infinita es inconcebible. Pero,

    puesto que la physis de Anaximandro no slo es cualitati

    vamente indefinida sino, como ya dijimos, tambin infinita

    en el espacio y en el tiempo, ser preciso concluir que la

    rotacin no afecta a todo lo indefinido sino solamente a

    una parte, a saber, a aquella de la cual surgir el universo

    esfrico, cuyo centro est ocupado por la tierra.33 Es precisodistinguir, pues, como ha hecho Heidel, dos formas de mo

    vimiento eterno: a) una forma precsmica, en el peiron,

    b) otra, creadora del mundo que conocemos, en el cosmos.33

    Recordemos que el Caos mtico, a cuya semejanza se re

    presenta el indefinido plstico de los cosmlogos jnicos,

    es agitado por un incesante tumulto de tempestades, que

    hacen al khasma inmenso, espantoso aun para los dioses.Ahora bien, precisamente en las tormentas se ven surgir

    aquellos torbellinos de aire y de agua, cuya experiencia ha

    31 Cf. AR ISTO T. D e gen. et corrupt. 1.314 a; Diog. IX 31;Simpl. De calo 242, 22 etc.

    32 Cf. A. RE Y, op. cit. p. 51.

    33 HEIDEL, On Anaximander - p. 232 (cit. por Mondolfo).

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    sugerido sin duda la primera idea de los torbellinos cosmo

    gnicos (segn explcita declaracin de Aristteles. De Calo

    295a) a todos 'los que hacen nacer los cielos... A la naciente

    reflexin cientfica le pareca hallar en aquel ejemplo el tipo

    de una doble accin, centrpeta para lo pesado, centrfuga

    para lo liviano, mediante la cual se realizara la separacin

    de lo denso, hmedo y fro con respecto a lo raro, seco y

    caliente, o sea, se distribuiran en zonas concntricas la tie

    rra y el agua, el aire y el fuego, y vendra a constituirse el

    cosmos. Pero es evidente que en la infinitud del Caos tem

    pestuoso, donde ya Hcsodo imaginaba por todas partes tormentas contra tormentas, la formacin de los torbellinos pa

    reca posible en cualquier lugar; de donde la conclusin de

    una ilimitada multiplicidad de cosmos, esparcidos en toda

    direccin en la inmensidad del peiron perikhon. 94

    Segn Anaximandro, cuando la capa gnea que circunda

    al Universo se divide en varias ruedas concntricas, surgen

    la luna, el sol y los diferentes astros.

    El Pseudo Plutarco dice: ...una esfera gnea se despleg

    alrededor del aire que circundaba la tierra, como la corteza

    alrededor del rbol: al romperse luego dicha esfera y al di

    vidirse en crculos, surgieron el sol, la luna y los astros.3435

    De qu manera se produce la divisin de la primera es

    fera y cules son los resultados de tal divisin nos lo dice

    Hiplito Romano: Las estrellas (para Anaximandro) son

    esferas de fuego desprendidas del fuego csmico y circunda

    das por el aire, ellas tienen respiraderos, una especie de tu

    34 ZELLER - MONDOLFO, op. cit. I - 11 p. 19.

    35 Ps. PLUTARCH . Slrom. 2.

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    bos con forma de flauta, a travs de los cuales se ven las

    estrellas. 36

    Aerio, por su parte, informa: Anaximandro afirma que

    (el sol) es una esfera veintiocho veces igual que la tierra,muy parecida a la rueda de un carro, con el cuerpo hueco

    y lleno de fuego, el cual deja ver en algunas partes el fuego

    a travs de un agujero, como a travs de la caa de una

    flauta. 3738

    Las dos noticias hasta aqu citadas se complementan. En

    cambio, Aquiles, en su introduccin a los Phanomena de

    Aralo, da una versin diferente, basada sin duda en una

    errnea interpretacin de los textos: .Algunos, entre los

    que se encuentra Anaximandro, sostienen que (el sol) emite

    luz y tiene forma de rueda. As como en la rueda el cubo es

    hueco pero sostiene los rayos que salen de l hacia la cir

    cunferencia exterior de la rueda, asi tambin el sol, emi

    tiendo su luz desde un lugar hueco, despliega sus rayos que

    brillan en la parte exterior de la rueda. Dicen algunos que

    el sol enva su luz desde un lugar hueco y estrecho, como

    en un torbellino, a modo de trueno. 311

    De estos testimonios puede inferirse lo siguiente: El mo

    vimiento del torbellino, al acelerarse, dio lugar a la esfera

    Ignea, y en un momento dado, el mismo movimiento la di

    vidi. Simultneamente dividi el aire contenido en el interior de la esfera Ignea y lleg a condensarlo, de manera

    que ste se convirti en una especie de vapor opaco y cons

    36 HIPPOL. Refui. I 6, 4.37 AET. 11 20, i (Cf. II 16, 5).38 ACHILL. Isagog. I 19 p. 46, 20 - (Cf. Ch. H. Kahn, Anaxi-

    mander and the origins of greek casmology - New York -1964 - p. 59).

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    tituy una serie de vasos continentes del fuego dividido.

    Tales vasos areos asumieron la forma de ruedas huecas, en

    las cuales habla agujeros. Por esos agujeros sale el fuego,

    que vemos en el cielo. El agujero de una rueda nos muestra al sol; el de otra, a la luna; y asi sucesivamente. Parece

    claro que tales agujeros son los rganos de respiracin de

    estas partes del Cosmos que son las ruedas o anillos astrales.

    En realidad, tales ruedas de las que habla Anaxiraandro, no

    son otra cosa ms que una concrecin de las rbitas abs

    tractas siderales39 que, al rotar en torno a un eje, dejan

    salir por los agujeros (dispuestos como en una flauta) elfuego que encierran. De tal manera, originan en el especian

    dor la apariencia de los cuerpos gneos que dan vueltas al

    rededor de la tierra.

    Es importante advertir que en esta explicacin Anaxi-

    mandro supone una ilusin ptica al dar razn de las apa

    riencias celestes. No advierte, sin embargo, la ms impor

    tante ilusin, que consiste en creer que las esferas giran en

    torno a la tierra. Los planetas, el sol y la luna que vemos

    son, de todas maneras, slo aspectos parciales y temporales

    de los verdaderos cuerpos celestes, grandes ruedas gneas

    que, a veces, como en el caso del sol, llegan a tener un di

    metro veintiocho veces mayor que el de la tierra. Resulta

    interesante observar que en esta concepcin astronmica elaire es capaz de solidificarse lo suficiente como para conte

    ner una enorme cantidad de fuego, sin ser afectado por su

    calor. Por otra parte, parece ser tan opaco como para ocul

    tar el fuego que contiene (y que slo se ve a travs de los

    agujeros de la rueda) y al mismo tiempo tan difano como

    39 Cf. TH. GOMPERZ. op. cit., p. 85.

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    para que no lo percbanlos como rueda y como continente

    del fuego.

    En todo caso, la concepcin astronmica de Anaximandro

    representa un avance con respecto a la de su maestro Tales,

    en cuanto rediaza la idea de que el sol se sumcrje cada no-

    che en el ocano circundante (por el oeste), para resurgir

    al da siguiente (por el este). Este hecho slo puede expli-

    carse, para el segundo milesio, recurriendo a la idea de que

    el sol (es decir, la rueda gnea que en realidad lo constitu-

    ye) contina por debajo de la tierra el movimiento iniciado

    por arriba (de oriente a occidente) hasta completar el circu-lo (de occidente a oriente). Anaximandro considera, sin

    duda, como prueba adicional, el hecho de que las estrellas

    ms prximas al polo, en lugar de ocultarse, realizan un

    movimiento circular.40 Algunas observaciones sobre el ta-

    mao de los cuerpos celestes nos inducen a pensar, con

    Gomperz, que Anaximandro, aunque no aportara descubri-

    mientos geomtricos o aritmticos a la ciencia de su poca,tampoco careca de formacin matemtica.41 Suidas lo con-

    sidera autor de un compendio de geometra.

    El Universo tenia, para Anaximandro, forma esfrica. La

    astronoma pitagrica puede haber recogido esta idea, junto

    a otras varias de Anaximandro. A. Rey observa que la le-

    yenda o, si se quiere, la biografa de Pitgoras, evoca el re-

    cuerdo de directas relaciones entre los dos filsofos. Y aa-

    de que la cosmologa anaximandrea y la pitagrica son re-

    cogidas directamente por Parmnides en la fsica de la opi-

    40 TH . GOM PE RZ, op. cit., p. 81.41 TH . GOM PE RZ, op. cit., p. 80. Anaximandro parece haber

    construido tambin una esfera astronmica (Diog. II 2; Plin.

    Nal. his. VII 203.)

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    nin (de la doxa) y que a travs de los segundos pitag

    ricos, se convertir en la cosmologa griega, gracias a la geo

    metra del crculo y de la esfera.4243

    Alrededor del eje de la esfera giran las ruedas de airecondcnsado. llenas de fuego, que dejan escapar llamas a tra

    vs de agujeros que hay en ellas. La ms elevada de todas,

    es decir, la ms alejada del centro y la ms prxima a la

    esfera que limita al Universo, es la del sol. Debajo de ella

    est la de la luna. Las ms cercanas a la tierra son las de las

    estrellas fijas y las de los planetas. Coinciden con Anaxi-

    mandro, en este orden, Metrodoro de Quios y Crates.4546

    El sol es, como ya vimos, una rueda cuyo dimetro es vein

    tiocho veces igual a la tierra.44Sin embargo, el mismo Aecio,

    que nos transmite esta noticia, dice en otro lugar que dicha

    rueda equivale a veintisiete veces la tierra.45 Y lo mismo re

    fiere Hiplito Romano.44 Esta contradiccin se explica f

    cilmente: el nmero veintisiete corresponde a la circunferencia interna de la rueda, el veintiocho a la externa.47

    Es evidente que Anaximandro tenia, acerca del tamao

    del sol y acerca de la distancia que lo separa de la tierra,

    una idea mucho ms aproximada a la verdad que Herdito,

    para el cual el sol tiene el tamao de un pie humano.48

    Tambin acerca de su tamao y su movimiento descontan

    42 A . R EY , La juventud de la ciencia griega - Mxico - 1961 -

    P. 43-43 AET. II 13, 7; II 15, 6.44 AET. II 20, 1.45 AET . II 21, I.46 HIPPOL. Refut. I 6.47 C f. A . R E Y , op. cit. p. 44.48 A ET . II 21, 4.

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    do la idea geocntrica parece haberse equivocado menos

    que Anaximenes, quien consideraba que el sol, si bien de

    naturaleza Ignea, como la luna y los dems astros,49 es una

    especie de hoja,50que no se esconde de noche bajo la tierrasino que gira en torno a ella como una gorra en torno a la

    cabeza, aunque las partes elevadas que se encuentran al

    borde de la tierra y la gran distancia nos lo ocultan.51

    Anaximandro cree que el sol que aparece a travs del

    agujero de la rueda tiene el mismo tamao que la tierra.525354

    La luna, a la cual Anaximandro considera tambin como

    una rueda gnea que deja escapar llamas por un orificio,5556est ms cerca de la tierra que el sol, aunque ms lejos que

    las estrellas. El dimetro del sol es diecinueve veces mayor

    que el de la luna (eso es, dieciocho, en su cara interna) .M

    Hiplito explica las diversas fases de la luna (que a

    veces aparece llena, a veces vacia), por la apertura y clau-

    sura de los agujeros de la rueda.55 Pero inmediatamente an-tes da la misma explicacin para los eclipses.50 Segn Kahn,

    podemos razonablemente suponer que la especulacin de

    Anaximandro se inici aqu como una explicacin de las

    variaciones mensuales de la luna como causadas por alguna

    clase de obstruccin y que luego extendi la misma doctrina

    a los ms raros pero aparentemente semejantes fenmenos

    49 HIPPOL. Refut. I 7, 4; Aet. 11 20, 2.50 AET. 11 22, 1; HIPPOL. Refut. 1 7, 4.51 HIPPOL. Refut. I 7, 6. Cf. Aristot. Meteor. 354 a 28.52 AET. II 21, 1.53 AET. II 25, 1.54 HIPPOL. Refut. 1 6, 5; Aet. 25, 1.55 HIPPOL. Refut. I 6, 5.56 HIPPOL. Refut. 1 6, 4.

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    del eclipse.5758Por otra parte, la explicacin de los eclipses

    lunares es enteramente anloga a la de los eclipses solares.55

    En un pasaje de Aecio se atribuye, sin embargo, a Ana-

    ximandro otra explicacin de los eclipses lunares. Se nosdice que la luna se eclipsa debido a las vueltas de la rue

    da.59 Esta contradiccin es explicada por el mismo Kaltn

    por una corrupcin del texto (para el que propone algunas

    enmiendas). Sin embargo, bien puede admitirse, sin acudir

    a ninguna correccin textual, que las obstrucciones de los

    agujeros se producen segn Anaxiraandro, como consecuen

    cia del giro de la rueda, con lo cual parece salvada la con

    tradiccin.60 La rueda de la luna, igual que la del sol, tiene

    segn Anaximandro, una posicin oblicua.61

    Plinio atribuye a Anaximandro el descubrimiento de la

    oblicuidad de la eclptica.6263Sin embargo, H cath65 contra

    diciendo a Sartorius,64 y otros historiadores, considera inlun-

    dada tal atribucin. Lo cierto es que el descubrimiento hasido acreditado tambin a Pilgoras,65 y que. en todo caso,

    el hecho era conocido ya por Filolao,66 segn parece.

    57 CH . H. K AH N . op. cit. p. 6o.58 HIPPOL. Refut. I 6, 4; Act. II 29. I.59 AET. II 25, 1.

    60 Esto parece ser confirmado por ALE X . Meteor. p. 67, 3.61 AET. II 25, 1.62 PLIN. Nal. Hist. II 8, 31.

    63 T. L. H EA TH , Arislarchus of Sanios, the Anden1 Copernicus-Oxford - 1913 -p . 35 sgs.

    64 M. SAR TO RIU S, D e Entwicklung der Aslronomie beiGriechen bis Anaxagoras und Empedocles - Breslau - 1883p. 29 sgs.

    65 AET. II f 2, 2.

    66 A ET . II 13, 2.

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    Aerio nos dice que ei milesio, al igual que Jenfanes y

    Beroso. afirma que la luna tiene luz propia.67 T al noticia

    est en contradiccin con lo que refiere Digenes Laercio,

    segn el cual, para Anaximandro, la luna no tiene luz propia sino que es iluminada por el sol.6* Pero este testimonio

    debe considerarse fruto de algn equivoco, ya que resulta

    incompatible con la concepcin de las ruedas o anillos: si

    la luna es una rueda llena de fuego, el cual escapa por un

    orificio, no necesita recibir su luz de nadie. No hay motivo

    para rechazar el testimonio de Eudemo en su Historia de la

    astronoma cuando nos dice, segn refiere Ten de Esmirna,que Anaximenes fue el primero en defender la tesis de que

    la luna toma su luz del sol.69 Anaximenes, en efecto, hace

    notar que la luz de la luna es ms dbil que la del sol.70

    cosa que no hace Anaximandro.

    Simplicio, basndose en Eudemo, dice que Anaximandro

    fue el primero que estableci una relacin entre los tama

    os y las distancias de los astros, si bien, segn el mismo

    Eudeino, los pitagricos fueron los primeros en fijar sus po

    siciones relativas. Y aade: El tamao y la distancia del

    sol y de la luna se han determinado hasta el presente to

    mando como punto de referencia los eclipses, y resultaba

    lgico que Anaximandro hubiere realizado este descubr-

    67 AET. II 28, 1.68 DIO G. II 1.69 TH EO SM YR N . p. 198, 14 (Eud. fg. 94). Maddalena (citado

    por Eggers Lan) cree probable que un copista haya confundido aqu el nombre de Anaximenes con el de Anaximandro.Pero, si bien es cierto que este dio ya una explicacin de loseclipses, tambin es verdad que tal explicacin pudo parecer

    a Eudemo incorrecta (como de hecho lo era).70 Schol. Arat. 940 p. 515, 27.

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    miento al comparar el paso de Hcrmes y de Afrodita por

    delante de aqullos. 71

    Es significativo, de todos modos, que en lo referente a di

    mensiones y distancias desempee, para Anaximandro. unpapel preponderante el nmero 3. Este nmero, que entre

    los pitagricos era el nmero perfecto, por ser el primero

    que consta de principio, medio y fin, desempea luego un

    papel importante en la arquitectura socio-politica de Hipo-

    damo de Mileto y del propio Platn.72

    El 3 multiplicado por 10 (otro nmero sagrado del pita

    gorismo, que Filolao exalta73 y el mismo Hipodamo uti

    liza)74 nos da 30, que, segn Herclito, es el nmero que

    expresa la generacin o el ciclo de la vida humana, por

    corresponder al nmero de aos en que el hijo puede lle

    var a su padre un hijo, con lo cual la simiente reencuentra

    a la simiente. El mismo nmero 30 multiplicado por 1.000.

    da 30.000 que expresa el nmero del ao grande o delciclo de la vida csmica.75

    La rbita del sol tiene un dimetro de veintisiete veces

    el dimetro terrestre (3 x 3 x 3); la de la luna de diecio

    cho ( 3 x 3 x 2 ) : la de las estrellas de nueve 3 x 3 x 1).

    71 S1MPL.

    De cielo 471, 1 (Eud. frg. 95 Spengel).72 C f. Cop. IV. Por otra parte, el predominio del nmero 3 no

    se limita a algunos filsofos de la Antigedad. En Dante, porejemplo, resulta muy claro. La Divina Comedia tiene 33 cantos. Los cielos son 9 y estn divididos en 3 nivetes de 3. etc.

    73 Cf. TH EO SM YR N p. to, 10: Theol. Arithm. p. 82, 10 deFalco; Stob. Ecl. I pr. cor. 3 p. 16, 20.

    74 Cf. A R1STOT. Poi. 1267 b 22.

    75 Cf. AET. V 21, 1; Oribas. III 78, 13; Pluiarch De defcct. or.

    ti, p. 415 e; Philo fr. Harris [Cambridge-1886-p. 20]: Censo-rin. De die nalali 17, 2.

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    La tierra misma tiene, como veremos, en su base un di

    metro que equivale tres veces a su altura (3 x 1).

    Si preguntamos cmo determina Anaxiinandro los di

    metros de las ruedas siderales y, por consiguiente, las dis

    tancias entre ellas y la tierra, slo podemos contestar con

    una hiptesis: partiendo del nmero 3 (nmero perfecto)

    establece sucesivamente la relacin de la tierra consigo mis

    ma (es decir, de su base con su altura); de la tierra (es

    decir, de su base) con las estrellas fijas (y los planetas);

    de la tierra con la luna; de la tierra con el sol. Establece

    asi esta progresin: 3 x 1; 3 x 3 x 1 ; 3 x 3 x 2 ; 3 x 3 x 3 .

    Pero si nos preguntamos todava por qu afirma que el

    dimetro de la base equivale a 3 veces la altura, no podemos

    contestar sino apelando precisamente al carcter sagrado del

    nmero 3, que asi como determina la duracin del ciclo de

    la vida humana y de la vida csmica, debe determinar tam

    bin las relaciones espaciales en el Universo.

    La tierra ocupa, pues, el centro del mismo. Asi lo afirmaDigenes Lacrcio.76 Aristteles dice: Algunos hay que sos

    tienen que (la tierra) permanece quieta gracias a la igual

    dad, como, entre los antiguos, Anaximandro. No puede, en

    efecto, ser movido hacia arriba ms que hacia abajo o hacia

    un costado lo que est ubicado en el centro y a una distan

    cia igual de los extremos. Es imposible que al mismo tiempo

    se produzca un movimiento en direcciones contrarias, demanera que necesariamente permanece quieta. 77 El argu

    mento reproduce analgicamente al raciocinio que funda

    menta el carcter indefinido de la physis o principio: lo

    que constituye el centro del Universo, puesto que determina

    76 D IO G. II 1.

    77 ARISTOT. D e calo 295b 11-16.

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    todos los movimientos csmicos y rige la vida de los cuerpos

    celestes, no puede hallarse ms cerca de uno que de otro

    extremo: siendo equidistante de todos los puntos de la es

    fera que sirve de limite al Universo, debe permanecer in

    mvil, sin inclinarse ms hada un lado que hacia el con

    trario. Asi como, si la physis fuera cualitativamente de

    terminada, no podra dar origen a todas las cualidades, por

    el hecho de estar dominada por una de ellas, asi tambin,

    si la tierra se inclinara ms hacia un lado u otro del uni

    verso, seria dominada por esta parte y no podra regir ya

    ecunimemente los movimientos de los cuerpos celestes. Heaqui por qu Hiplito dice que ella no est dominada por

    nada.78

    Simplido aade que la tierra permanece quieta en el

    centro no slo por su equidistancia con respecto a los limi

    tes del Universo sino tambin porque la sostiene el aire.79

    Pero, como bien dice Kahn, la afirmacin de dicho escritor

    se produce en un contexto que no sugiere una directa consulta con Teorasto, y. por otra parte, no tiene paralelo en

    los dems doxgrafos y es implcitamente negada por Aris

    tteles, al no incluir a Anaximandro en la lista de quienes

    ponen al aire como sostn.80

    Ten de Esmirna dice: Anaximandro (hall) que la

    tierra est suspendida en el espacio y se mueve alrededor

    del centro del Universo. 81 Kahn considera la segunda afirmacin como inadmisible, a pesar de la autoridad de Eu-

    derao.82 Burnet, por el contrario, la acepta y compara la

    78 HIPPOL. Refut. I 6, 3 (Cf. Kahn, op. cit., p. 54).79 SIMPL. De ccelo 532, 14.80 C f. AR IST OT . D e calo 294 b 13.81 TH EO SM YR N . p. 198, 18.

    82 K A H N . op. cit. p. 34.

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    concepcin de Anaximandro con la de Anaxgoras.8384Tam

    bin MondolEo. que compara, a su vez, esta doctrina de

    Anaximandro con la de Leucipo, sostiene que la persis

    tencia de una rotacin, aunque sea lenta, podra conciliarsc

    perfectamente con la conservacin de la posicin central de

    la cual habla Aristteles (De ctvlo 295 B) .M

    A pesar de que el testimonio de Ten de Esmirna no est

    corroborado por ninguna otra fuente, no parece haber, en

    definitiva, razn suficiente para considerar ajena a Anaxi

    mandro la idea de una rotacin de la tierra sobre su eje,

    sobre todo si se tiene en cuenta que este movimiento debisurgir de la misma causa que origin el de las ruedas astra

    les (esto es, del movimiento mismo del torbellino).

    Aecio refiere que, para Anaximandro, la tierra es seme

    jante a una columna de piedra.85 Una columna de piedra

    constituye, desde luego, un cilindro. Por eso. la noticia de

    Accio es complementada as por el Pseudo-Plutarco: (Ana

    ximandro) dice que, en cuanto a la forma, le corresponde

    a la tierra la cilindrica, y que tiene una altura tal que equi

    vale al tercio de su anchura. 86 Hiplito, a su vez, comple

    menta lo que refiere el Pseudo-Plutarco, diciendo: Su for

    ma (de la tierra) es convexa, circular, semejante a una co

    lumna de piedra; en uno de sus planos (bases) nos move

    mos; hay, en efecto, otro opuesto a ste. 87 La palabrastrongylon que usa Hiplito no significa esfrico, como

    podra suponerse a partir de Digcnes Lacrcio, quien dice

    83 BURNET, op. cit. p. 66.84 ZE L L E R - M O N D O LFO , op. cit. I, II p. 200- 201.85 A E T . III 10, 2.86 Ps. PL UT. Strom. 2.

    87 HIPPOL. Refu l. I 6, 3.

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    que la tierra es sfairoeid (esfrica). Digenes incurre

    en un equivoco, y el trmino usado por Hiplito slo sig

    nifica circular. Burnet hace notar, siguiendo a Taylor,

    que la palabra gyron utilizada por el mismo Hiplito, si

    bien no es una mera glosa de strongylon, como supone

    Rceper, sino que se refiere a la superficie o base superior

    del cilindro que es la tierra, como sostiene Diels, no puede

    traducirse como convexa sino, al contrario, como cn

    cava, de acuerdo a la tradicin jnica que llega hasta Ar-

    quelao y Demcrito.8889

    Hay que tener en cuenta que inclusive la representacinde la tierra como un cilindro achatado no difiere mucho de

    la de Tales, para quien la tierra era como un leo o algo

    semejante,90o de la del propio Anaxtmenes. para quien era

    algo as como una tabla.91

    Con la astronoma de Anaximandro, formando un todo,

    aparecen no slo la meteorologa y la geografa, sino tam

    bin la biologa.El viento, segn informa Aecio, es, para Anaximan

    dro, una corriente de aire, (originada) por las partculas

    ms livianas y hmedas que hay en l, las cuales gracias

    al sol se mueven o se consumen.92 De acuerdo con Aecio,

    dice Hiplito: Los vientos se producen cuando se sepa

    ran del aire los soplos ms livianos y cuando, movindose,

    se renen. 93

    88 DIO G. II i.89 BURNET, op. cit. p. 6$. n. 1.90 ARISTOT. D e calo 294 a 28; Simpl. D e calo 522, 14.91 ARISTOT. D e calo 294 b 13; Aet. III 15, 8; Aet. 111 10, 3;

    Hippol. Re/ul. I 7, 4.92 AET. II 7, 1.

    93 HIPPOL. Refu l. I x. 7.

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    Segn esto, el viento se genera por la segregacin de los

    vapores ms leves y ligeros del aire que, al concentrarse,

    se ponen en movimiento. Cuando Aecio se refiere a las par

    tculas ms livianas que son movidas o evaporadas por el

    sol, est aludiendo probablemente al proceso complemen

    tario de apkrisis (esto es, de segregacin de lo semejante

    hacia lo semejante), como observa Kahn.94 Bsicamente, la

    explicacin de Anaximenes no difiere de la de Anaximan-

    dro, ya que, conforme al testimonio del mismo Hiplito,

    para aqul los vientos se originan cuando el aire conden-

    sado se pone en movimiento.95 De ms est decir que talexplicacin, asi como la que Anaximandro da sobre la llu

    via, coinciden en lo esencial con los resultados de la meteo

    rologa moderna. Refiere, en efecto, Hiplito, que para Ana

    ximandro, las lluvias (tienen origen) en el vapor que se

    levanta a partir de la tierra por obra del sol.96

    En cuanto a los relmpagos, Hiplito nos dice que, para

    Anaximandro, stos se producen cuando el viento, al chocarcon las nubes, las despedaza.9798Aecio completa esta informa

    cin asi: Sobre los truenos, relmpagos, rayos, torbellinos

    y tifones: Anaximandro sostiene que todos ellos se originan

    en el viento: cuando ste, rodeado por una nube espesa,

    huye violentamente gracias a la pequeez y la levedad de

    sus partculas, el quebrantamiento de la nube da lugar en

    tonces al ruido; la dispersin de la nube como negrura pro

    voca, en cambio, el resplandor.9,1 Sneca aade todava

    94 KA H N , op. cit. p. 63.95 HIPPOL. Refut. I 7, 1 (Cf. Galen.. In Hipp. de hum. XVI

    393 Khn).96 HIPPOL. Refut. I 1, 7.97 HIPPOL. Refut. I 1, 7.

    98 A E T . III 3, 1.

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    otros detalles, aunque stos, como anota Kahn, deriven pro

    bablemente de su propia interpretacin del texto de Anaxi-

    mandro. ms que de la obra de Teofrasto:99 Anaximandro

    todo lo relacion con el viento. Los truenos, dijo, son los

    sonidos de una nube golpeada. Por qu truena tambin

    cuando hay calma? Porque tambin entonces el viento

    irrumpe a travs del aire espeso y desgarrado. Pero por

    qu a veces no hay relmpagos y truena? Porque el viento

    un tanto dbil no logr hacerse llama y si sonido. Qu es.

    por tanto, el mismo relmpago? Un golpe de aire que se

    aleja y se precipita, dejando ver un fuego lnguido, que noha de salir. Qu es el rayo? La carrera del viento ms vio

    lento y espeso.* 100

    Anaximenes aceptar en lo esencial la doctrina de Ana

    ximandro sobre el relmpago, afirmando, segn nos dice

    Hiplito, que ste se produce cuando las nubes se dividen

    bajo la accin de un fuerte viento.101

    Con respecto a los terremotos, Anaximenes coincide tambin, de un modo total,102 con Anaximandro, el cual, segn

    Amiano Marcelino, dice que la tierra, al secarse por la ex

    cesiva sequedad del calor o despus de las humedades de

    las lluvias, se abre en grietas bastante grandes, por las que

    entra el aire de arriba, violento y caudaloso, y a travs de

    ellas se conmueve en sus propias bases, al ser sacudida por

    el poderoso viento. Por tal causa, los temblores de esta clasesobrevienen en pocas de evaporacin o cuando se dan ex

    cesivas precipitaciones pluviales. Por eso, los antiguos poe-

    99 K A H N , op. cit. p. 65.100 SEN. Nal. Quaest. II 18.101 HIPPOl.. Refui. 1 7, 8.

    102 ARISTOT. Meteor. 365 b 6; Hippol. Refui. I 7, 8.

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    tas y los telogos consideraban a Neptuno, dominador de

    la hmeda sustancia, como igual a Enosigeo y a Sisictn. 103

    No se ve, en realidad, ninguna razn positiva para suponer,

    con Kahn, que Amiano Marcelino confundiera aqu a Ana-

    ximandro con Anaxlmenes.104Al contrario, la ancdota refe

    rida por Cicern, segn la cual Anaximandro predijo a los

    espartanos un terremoto,105 parece demostrar, como el mis

    mo Kahn reconoce, que aqul se interesaba en tales fen

    menos telricos. Kirk-Raven hacen notar que Mileto, la pa

    tria de Anaximandro, se halla en una regin ssmica y que

    el filsofo debi tener una experiencia personal en cuestinde terremotos.106Resulta, pues, muy verosmil que haya pen

    sado en una explicacin de los mismos. Tal explicacin de

    bi ser aceptada por su discpulo Anaximcnes.

    Otro problema que Anaximandro encara es el del origen

    del mar. Aunque este problema se encuentre ya dentro del

    campo de la geografa, segn nuestros criterios modernos,

    para los jonios no poda desvincularse de la meteorologay de la cosmografa.

    Segn el testimonio de Aecio, Anaximandro afirma que

    el mar constituye el residuo de la humedad primitiva, la

    mayor parte de la cual sec el fuego, al par que lo restante

    se transmut por combustin.107 La tierra, cubierta al prin

    cipio por el agua, fue secndose por accin del calor delfuego. Pero una parte de ella no se evapor sino que se

    103 A M M IA N . Marc. X VII 7, 12.104 K A H N , op. cit. p. 68.lo; CIC. D e divin. I so, I I 2.106 K IR K - RAV EN , The Pre-Socratic Philosophers - Cam

    bridge - 1957, p. 104.

    107 AET. III 16, I.

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    transform en agua salada. En ciertos lugares se acumul

    de tal manera, una cantidad de agua salada, que es la que

    forma los mares. Alejandro complementa esta noticia y atri

    buye la doctrina no slo a Anaximandro sino tambin a

    Digenes de Apolonia, basndose en Teofrasto. Digenes

    de Apolonia, en efecto, sigue muchas veces, ms all de Ana-

    ximcnes (que es su principal mentor), tambin a Anaxi

    mandro. Dice el texto de Alejandro: Algunos, pues, entre

    stos (los filsofos naturales) dicen que el mar es un resi

    duo de la humedad primitiva: al ser, en efecto, hmedo el

    lugar que rodea a la tierra, luego una parte de tal humedad

    fue evaporada por el sol y de ella se originaron los vientos

    y los movimientos del sol y de la luna, como si stos reali

    zaran tambin sus movimientos gracias a dichos vapores y

    exhalaciones, dando vueltas all donde tienen abundancia

    (de humedad). Aquello que de ella resta en las cavidades

    de la tierra constituye el mar. Por eso, se vuelve ms reducido, al ser desecado all por el sol, y finalmente llegar a

    estar completamente seco. Esta opinin, como refiere Te-

    frasto, proviene de Anaximandro y Digenes. 108

    El mar surge, segn esto, para Anaximandro. cuando la

    humedad, que al comienzo cubra toda la tierra, ha sido

    parcialmente evaporada por influencia del fuego celeste.Este, a su vez, se alimenta de los vapores que provienen de

    didia humedad. Aristteles, como bien dice Ralin,109 sugie

    re que Tales insiste en la primaca del agua a causa del

    108 A L E X - Mcteor, 67, 3 (Cf. Aristot. Meteor, 353 b 5; 354

    b 33: 355 a 21: 357 b 19.)109 K AH N , op. cit. p. 103.

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    papel que sta desempea en la generacin y nutricin del

    fuego,1,0 idea que encontramos, entre otros, en Herclito."1

    Es de todas maneras importante advertir que, segn Ana-

    ximandro, el fuego celeste necesita alimento, como cualquierser viviente, precisamente porque los astros son seres vivien

    tes o partes de un gran ser viviente.

    Toda la astronomia, es, en verdad, una biologa en la

    medida en que el cosmos constituye para l. como para to

    dos los filsofos jonios, un gran organismo, un animal

    sanctum et venerabile, para decirlo con palabras de Gior-

    dano Bruno.

    Por otra parte, Anaximandro puede ser considerado tam

    bin como el primer bilogo, en cuanto fue el primero que

    formul una teora sobre el origen de los animales sobre la

    tierra y, en particular, sobre el origen del hombre.

    Dice, en efecto, Hiplito Romano, refirindose a Anaxi

    mandro: Los animales surgen (de la humedad) evaporadapor el sol. 1,2 Segn esto, el origen de la vida animal debe

    buscarse, para el milesio, en la humedad originaria, esto

    es, en el agua que cubra al principio la tierra, o en la tierra

    impregnada por el agua, pero cuando comienzan a ser ca

    lentados por el sol.

    De ms est decir que la idea de que la vida animal tiene

    sus primeras manifestaciones en un medio acutico, aparece

    como enteramente correcta a la luz de la biologa contem

    pornea. *111112

    n o A R IS T OT . Meteor. 983 b 23.111 EUSEB. Prctp. evan. XV 20; Ciem. Strom. VI 16; Aet. II

    20, 16: II 28, 6. Cf. D e viclu 3.112 HIPPOL. Refut. I, 6.

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    Censorino escribe: A Anaximandro milcsio le parece que

    del agua y la tierra calentados surgieron ya sean los peces,

    ya otros animales muy semejantes. 113

    Aecio especifica la noticia, diciendo: Anaximandro afir-ma que los primeros animales se engendraron en la hume-

    dad, rodeados por caparazones espinosos, y que, al crecer

    en edad, arribaron a lo que estaba algo seco, y, despus

    que su caparazn se quebr, en poco tiempo cambiaron de

    vida. 1,4

    Es evidente que Anaximandro alude aqu a una evolu-

    cin de las especies animales por adaptacin al medio. Elverbo metabionai, que no aparece en ninguna otra parte,

    ha sido diversamente traducido e interpretado, como seala

    Kahn.1*5 Burnct le da el sentido de sobrevivir.116117Pero

    segn bien anota el mismo Kahn, un verbo compuesto del

    prefijo meta indica normalmente el cambio de una condi-

    cin a otra, con lo cual metabionai deberla significar vi-

    vir una vida diferente.

    La doctrina anaximandrea del origen de las especies ani-

    males concluye en una teora sobre el origen del hombre.

    El antes citado pasaje de Hiplito Romano se completa

    de esta manera: el hombre por su parte, proviene de otro

    animal, esto es, del pez, al cual, en un principio mucho se

    pareca.1,7Plutarco nos da, al respecto, una informacin algo ms

    detallada: Pero quienes descienden del viejo Heleno y ofre-

    113 CENSORIN. De die natali 4, 7.114 AET. V 19, 4.115 K AH N , op. cit. p. 69.116 BU RNET, op. cit. p. 70.117 H1PPOL. Reful. I 6, 6.

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    cen sacrificios al primognito Poseidn, al opinar, como los

    sirios, que el hombre naci de una sustancia hmeda, reve

    rencian, por eso, al pez, en cuanto es de la misma familia y

    ha sido nutrido de igual manera, con lo cual filosofan ms

    acertadamente que Anaximandro. Este, en verdad, no ma

    nifiesta que peces y hombres fueron generados en los mis

    mos (vientres) sino que los hombres lo fueron primero en

    los peces y se nutrieron como los tiburones, y habiendo lle

    gado a ser capaces de valerse por s mismos, salieron y to

    caron tierra.118

    De un modo muy parecido, dice Censorino, a continuacin de las lneas antes citadas, en stos (en los peces y

    otros animales semejantes) se desarrollaron los hombres, y

    los fetos quedaron encerrados hasta la pubertad, y luego,

    finalmente, cuando aqullos se abrieron, salieron hombres y

    mujeres capaces ya de alimentarse por s mismos.119

    El Pseudo-Plutarco, que se basa en Teofrasto, escribe:

    Dice tambin (Anaximandro) que, al principio, el hom

    bre fue engendrado a partir de animales de otra clase, por

    el hecho de que, mientras los otros pronto se bastan a si

    mismos, slo el hombre requiere una prolongada asistencia

    de la nodriza, por lo cual, si al principio hubiera sido tal

    (cual ahora es), no habra logrado sobrevivir. 120

    Anaximandro establece, en primer trmino, la tesis deque el hombre es una especie biolgica que no ha existido

    siempre, y que tuvo origen, por consiguiente, en otra espe

    cie anterior a ella. El fundamento de esta tesis lo encuentra

    118 PLUT. Quast. conviv. VIII 8, 4 p. 730. E.119 CENSORIN. D e die nalali 4, 7.

    li o Ps. PLUT. Strom, 2.

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    en el hecho de que, a diferencia de las dems especies ani

    males, el hombre no es capaz de alimentarse y de proveer

    sus propias necesidades desde su nacimiento, sino que nece

    sita cuidados especiales por parte de los miembros adultos

    de su especie para poder sobrevivir.

    Si los primeros hombres sobrevivieron deduce fue por

    que aparecieron sobre la tierra como adultos (pberes).

    Esto supone que han pasado sus primeros aos en un medio

    propicio. Ahora bien, este medio no puede ser sino el vien

    tre o la matriz de un animal, tal como sucede con los hom

    bres que al presente nacen, los cuales permanecen duranteun tiempo en el seno materno, antes de ver la luz. Pero,

    en el caso de los primeros hombres, no poda tratarse del

    vientre de otros seres humanos; luego, tenia que ser el de

    animales de otra especie.

    Estos animales fueron los peces u otras especies prximas

    a ellos. La razn de que haya pensado precisamente en los

    peces o en animales acuticos similares debe buscarse en unpunto de su cosmogona, al que antes nos referimos. De lo

    fri y lo caliente, que son los primeros contrarios segre

    gados de lo indefinido, surge, a su vez, el agua, que es la

    ms inmediata sustancia fundamental del universo. Disc

    pulo de Tales, Anaximandro sigue considerando al elemen

    to liquido como estrechamente vinculado con todas las for

    mas de la vida, y, puesto a determinar cul de estas formas

    es la ms antigua, no puede dejar de pensar en los peces y

    otros animales acuticos.

    Jenfanes, que fue probablemente su discpulo,121 ob

    serv la existencia de restos fsiles de estos animales en lu

    121 Cf. GOMPERZ, op. cit. p. 248-249; Schuhl, op. cit. p. 172.

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    que en ninguno de los dos primeros textos se dice que los

    primeros hombres nacieran de peces u otros animales ma

    rinos a partir de huevos.12*

    Tampoco hay razn alguna para rechazar como ajena al

    propio Anaximandro la comparacin con los tiburones, que

    encontramos en Plutarco. Este sabia ciertamente, como Aris

    tteles. que los tiburones son vivparos, pero no tenemos

    por qu suponer que el propio Anaximandro, hombre de

    mar, lo ignoraba.126127 Por otra parte, Anaximandro no dice

    que los primeros hombres nacieron de tiburones, sino que

    el proceso de su generacin se asemeja al de los tiburones.La hiptesis de Kahn, segn la cual Anaximandro habra

    pensado que los primeros animales son una especie de mem

    branas preadas que flotan en el agua mientras maduran,

    resulta muy sugestiva, en la medida en que establece un pa

    ralelo con la esfera gnea que originariamente rodeaba la

    regin interior del mundo, y relaciona asi, estructuralmente

    la biognesis y antropognesis con la cosmogona.128Sin embargo, difcilmente se puede basar tal hiptesis en un texto

    como el de Censorino, donde el participio ruptis se refie

    re simple y llanamente a pisces seu piscibus simillima ani

    maba. Aecio, a su vez, no parece querer significar sino que,

    para Anaximandro, las primeras especies de peces (de las

    cuales provienen los animales terrestres y, por inferencia, el

    hombre) no slo tenan espinas por dentro sino tambin

    por fuera. Si, como sugiere Cornford, los animales muy

    semejantes a los peces en los cuales pensaba Anaximandro

    126 C. EG GE RS LA N , Los filsofos presocrticos - Madrid -

    1977 - I P- 128-129, n. 85.127 KAH N , op. cit. p. 71.

    128 K AH N , op. cit. p. 112.

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    eran los erizos, en todo caso no se trataba de meras e hipo

    tticas membranas preadas, como pretende Kahn.

    Desde el siglo xtx los historiadores de la ciencia griega

    consideraron a Aijaximandro como un evolucionista o, por

    lo menos, como un predecesor del evolucionismo biolgico.

    As, segn Gomperz, puede decirse que l (Anaximandro)

    tuvo en cierto modo como un presentimiento de las moder

    nas teoras evolucionistas.129 Burnet considera que la im

    portancia de las tesis biolgicas de Anaximandro ha sido

    con frecuencia subestimada. Algunos lo han mirado - d ic e -

    corno un precursor de Darwin, pero otros han tratado dever en toda su biologa una mera supervivencia mitolgica.

    Es, sin embargo, importante aade advertir que se trata

    de uno de los raros casos en que tenemos no simplemente

    un placitum sino una indicacin de las observaciones en

    que ste se basa. Es claro, a partir de esto, que Anaximan

    dro tena idea de lo que se entiende por adaptacin al me

    dio y supervivencia del ms apto, y que vio que los mamferos superiores no podran representar el tipo original de

    los animales. Por eso, dirigi su vista al mar y se fij natu

    ralmente en aquellos peces que presentan la ms estrecha

    analoga con los mamferos. 130

    Autores ms recientes, como J. H. Loenen, se han dedi

    cado, por el contrario, a sealar las diferencias que separan

    a Anaximandro del evolucionismo moderno. Loenen arguyeque la nocin de generacin espontnea contradice la doc

    trina evolucionista de Darwin. Pero la nocin de genera

    cin espontnea supone una distincin clara y definitiva

    entre lo orgnico y lo inorgnico, y en consecuencia, no se

    129 GOM PE RZ, op. cit. I p. 86.

    130 BURNET. op. cit. p. 71.

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    le puede atribuir, sin ms, a Anaximandro. Dice tambin

    que en la doctrina de ste (alta una verdadera argumenta

    cin biolgica y paleontolgica. Pero, dejando de lado la

    conjetura que ames apuntamos acerca de posibles observa

    ciones de restos fsiles (al modo de jenfanes, su probable

    discpulo), parece claro que Anaximandro argumenta en

    base a hechos, tales como la incapacidad del hombre para

    valerse por si mismo cuando nace; el tamao y las aptitudes

    de los tiburones al ver la luz; la estructura ms simple y

    arcaica de las formas biolgicas marinas, etc. Tampoco pue

    de aceptarse la afirmacin de Loenen de que no hay enAnaximandro una evolucin de las especies inferiores a las

    superiores, a diferencia de lo que sostienen los modernos

    evolucionistas. Es evidente, por lo menos, que el hombre

    desciende de los peces o de otros animales acuticos, infe

    riores a l en la escala zoolgica; pero bien puede pensarse

    que algo parecido deca de las aves y de los mamferos

    en general.

    Aunque se admitiera que las deas de Anaximandro sobre

    el origen del hombre le fueron sugeridas por el mito ba

    bilonio de Oannes, el hombre-pez,131132o por viejas tradiciones

    marinas de Jonia;133 aun si fuera cierto que responden a una

    creencia totemlstica, que veia en el pez a un pariente y an

    tepasado del hombre,133ello no disminuirla en nada su valorcientfico, ya que, en cualquier caso, hay all, como dice

    131 GOMPERZ, op. cit. I p. 87.132 JOEL, Geschichte der antlken Philosophie - Tbingen - 1921 -

    1 p. 267.133 EISLER, Weltenmantet und Himmelszeli - Religin* geschich-

    iliche Untersuchungen zur Vrgeschichte des Antiken Weltbil-

    des - Munich 1910, p. 672-675.

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    muy bien Mondolfo. una justificacin naturalista del mito

    y de la creencia.lM

    Nadie ha pretendido nunca que todo el darwinismo se

    encuentre ya en Anaximandro. Pero parece difcil negar

    que por lo menos dos o tres de las ideas bsicas de la mo

    derna teora de la evolucin lograron su primera formula

    cin en el filsofo de Mileto, y que tal formulacin, por im

    precisa y elemental que resulte, basta y sobra para ubicar

    el nombre de Anaximandro al principio de cualquier liis-

    toria de la biologa cientfica.

    134 ZE LL ER - M ON D OL FO , op. cit. 1, II p. 202.

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    II

    COSMOLOGIA

    Y MATEMATICAS

    EN

    HIPASO DE METAPONTO

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    Entre los pitagricos de Sibaris enumera Jmblico a Hi-

    paso.1 En otro lugar, sin embargo, dice que el mismo para

    algunos era originario de Crotona, para otros de Metapon-

    to.2 Digenes Laercio,3 Aecio,4 Simplicio,5 Clemente de Ale

    jandra 6y, sobre todo, Aristteles,7 aseguran nanimemente

    que era de esta ltima ciudad.

    Es difcil establecer el ao de su nacimiento, pues las

    fuentes antiguas no dan ningn dato preciso al respecto.

    Sin embargo, Jmblico, en un pasaje que deriva probable

    mente de Apolonio, dice que H i paso fue uno de los mil re

    gentes de Crotona que disinti en la cuestin del reparto

    de las tierras conquistadas a Sibaris, lo cual nos permitirla

    1 1AM BL. Vil. Pyth. 267.

    2 IAMBL. Vil. Pyth. 8t.

    3 DIOG. VIII. 84.

    4 AET. 1 5, 5.

    5 SIMPL. Phys. 23, 33.

    6 CLEM. Prolr. 5, 64.

    7 ARISTOT. Melaph. 984 a 7.

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    ubicarlo entre fines del siglo vi y comienzos del v, segn

    cree Maddalena.891011

    Demetrio dice en sus Homnimos que Hipaso no dej

    ningn libro,9 aunque Herclides le atribuye un Discurso

    mstico cuya finalidad habra sido la de denigrar a Pi-tgoras.10

    Segn Suidas, Herclito fue discpulo suyo.11 Tanto Aris

    tteles como Simplicio (esto es, Teofrasto), Aecio y Cle

    mente Alejandrino, en los lugares ya citados, lo nombran,

    junto con el efesio, en relacin con la tesis del fuego como

    principio. Sin embargo, contra lo que sostiene Zeller,12 la

    mayora de los autores posteriores se inclinan a invertir el

    orden cronolgico y consideran a Hipaso como ms viejo

    que Herclito. Asi, Diels, como hace notar Mondolfo, colo

    ca a Hipaso entre los primeros pitagricos, antes de Her

    clito, y tanto Tannery como Rivaud advierten que Arist

    teles, Simplicio y Aecio nombran a Hipaso primero y a

    Herclito despus.13 La tradicin, sin excluir a Teofrasto,hace de l, en efecto, un contemporneo de Pitgoras.1415

    A. Rey opina que Pitgoras debi nacer en el 57a y Petrn

    e Hipaso en fecha prxima, sin duda.13

    Pero si la tesis del fuego como principio no pudo tomarla

    Hipaso de Herclito, tampoco parece probable que ste la

    8 A. M AD DA LEN A, / Presocratici - Bari - I p. 136.9 D IO G. V II 84.

    10 D IOG . VIII 7.11 SU ID. s. v.12 ZEL LER - M OND OLFO, La filosofa dei Greci I - II - Firen-

    ze - 1950 - p. 625-626.13 ZELLER - M ON DOLFO , op. cil. p. 626. n. I.14 Cfr. D IO G. VIII 42 etc.15 A. RE Y, La juventud de la ciencia griega - Mxico - 1961 -

    p. 60; 163-4.

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    haya tomado de aqul. Burnet considera que el vinculo en

    tre Herdito y los pitagricos fue Hipaso.16 Pero no hay

    ninguna prueba de que Hipaso haya estado en Jonia o He

    rdito en Italia, ni tampoco de que el Discurso mstico sea

    algo ms que uno de los ttulos de la abundante bibliografa imaginaria del pitagorismo primitivo. De hedi, Her-

    clito se refiere a Pitgoras para reprochar su multicienda

    (polymathe), ajena al verdadero entendimiento (nos) .,7

    Y, ms an, lo considera a l y a sus sucesores como meros

    charlatanes.18Difcilmente podra haber tomado como maes

    tro a uno de ellos. Por otra parte, su doctrina del fuego se

    halla en una lnea de continuidad con la doctrina de la

    physis propia de la escuela de Mileto. Si algn maestro

    se le puede reconocer es, tal vez, Anaximandro,19 aunque

    bien sabemos que el mismo Herdito se consideraba au

    todidacta.20

    Por eso, como dice Mondolfo, de la revisin de la rela

    cin cronolgica entre Hipaso y Herdito, que tiende a imponerse entre los historiadores actuales, deriva naturalmente

    una revisin de las reladones entre las doctrinas de ambos

    que Zeller habla estableado, revisin que no podr ser

    simplemente una inversin, o sea, la afirmacin de una de

    rivacin de Herdito a partir de Hipaso (que ni siquiera

    sabemos si le era conocido), pero que puede ser reconocimiento de una tendenda intrnseca de la fsica pitagrica

    16 J. BU RNE T, Early Greek Philosophy - London - 1958 - p.142.

    17 D IOG . IX 1.18 PHILOD. Rhet. I 57-62 p. 351-354.

    19 TH. G OM PER Z, Pensatori Greci - Firenze - 1950 - 1 p. 97.

    20 PLUTARCH. Adv. Col. 20 p. m 8 C.

    n

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    a conceder un valor creciente al fuego como elemento ti-

    mitaion', tendencia que en Hipaso pudo llegar a la con

    versin del mismo en principio nico, independientemente

    de Herdito, porque anteriormente a l.21

    En el texto anteriormente diado, dice Aristteles: Hipa-

    so de Metaponto y Herdito de Efeso sostienen que el prin-

    dpio es d fuego. 22 Simplido, algo ms ampliamente, escri

    be: Tambin Hipaso de Metaponto y Herdito de Efeso

    afirmaron que lo uno se mueve y es limitado: juzgaron em

    pero que el fuego es el prindpio y dijeron que las cosas

    surgen del fuego por condensacin y rarefaccin y que enel fuego se disuelven, ya que, segn ellos, sta es la nica

    esencia que constituye la substancia. 23 De un modo pare

    cido. Aecio: Hipaso de Metaponto y Herdito, hijo de

    Blisn, efesio, sostuvieron que el Todo es uno solo, conti

    nuamente mvil y finito, y que el principio es el fuego. 24

    Clemente, por su parte, identificando, no sin razn, la phy-

    sis con lo divino, expresa: Hipaso de Metaponto y Herdito de Efeso opinaron que el fuego es dios. 25

    La afirmacin de Digenes Laercio de que para Hipaso

    el Todo es finito y siempre mvil,26 tiende tambin a vin

    cular la doctrina del pitagrico con la de Herdito, aun

    cuando ste no sea aqu mendonado. Tambin se puede en

    contrar en Herdito la idea, all mismo atribuida a Hipaso,

    de que el tiempo de la transmutacin del Universo est determinado, ya que, como se sabe, el efesio no slo habla

    21 ZELL ER - M ON DOLF O, op. cit. p. 626 n. 1.22 A R1STOT. Metaph. 984 a 7. 23 S1MPL. Phys. 23, 33 (de Theophr. Phys. opiii. frg. 1).24 A ET. I 5, 5.25 CLEM. Protr. 5, 64.

    26 D IOG . V III 84.

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    de una peridica conflagracin csmica27 sino tambin de

    un ciclo definido de 10.800 aos.28

    Tambin en lo referente a la naturaleza del alma, la do-

    xograa relaciona a Hipaso con Herclito. Dice, en efecto,Aecio: Parmnides, Hipaso y Herclito consideraron que

    la naturaleza del alma es Ignea. 29 Y Tertuliano refiere:

    Hiparco y Herclito afirmaron que el alma es de fuego. 30

    Hiparco, es, probablemente, una corrupcin de Hipa-

    so. En cambio, lo que dice Claudiano Mamerto sobre la

    doctrina del alma en Hipaso, al cual llama equivocadamente

    Hipn, tiende, sin duda, a insertarlo en la ms gcnuina

    tradicin del dualismo pitagrico. No se puede aceptar, sin

    duda, como Claudiano parece indicar, que este prrafo for

    me parte de las ipsissima verba de Hipaso: Muy diferen

    tes son el cuerpo y el alma, la cual conserva su fuerza inclu

    sive cuando el cuerpo se debilita, y ve cuando l est ciego

    y vive cuando l ha muerto. 31 Es verdad, sin embargo, queel dualismo antropolgico no resultara incompatible con la

    idea del alma gnea, porque tal dualismo no se da an como

    una oposicin entre sustancia extensa y sustancia pensante,

    o entre sustancia corporal y sustancia espiritual. Seria, en

    cambio, incompatible con la concepcin heraditea del alma,

    que es enteramente coherente con su monismo dinmico.El mismo Claudiano Mamerto observa que Hipaso no aclara

    de dnde deriva el alma gnea. Pero es probable que aqul

    27 D IO G. IX 7 - 8; Hippol. Refu l. IX 10 p. 243.28 A ET. II 32, 3: Censor. D e die nal. 10, 11.29 A ET. IV 3, 4.30 TERTUL. D e anima 5.31 CLA UD IAN MAM . D e an. II 7 p. 121, 14.

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    no considerara necesaria tal aclaracin, al resultar claro para

    l que el alma proviene del fuego csmico.

    Lo cierto es que en su psicologa hacia intervenir, como

    otros pitagricos, al nmero, cosa que lo diferencia de He-rdito. Para ste, el alma, en cuanto parte del fuego, slo

    puede considerarse como infinita, esto es, como carente de

    nmero.

    Dice, en efecto, Estobeo, cuya probable fuente es Jmbli-

    co: Ciertos pitagricos vinculan directamente al nmero

    con el alma. Jencrates dice que se automueve; Moderato,

    que tiene en s misma las relaciones; el pitagrico acusm-

    tico Hipaso, que constituye el rgano dcfinitorio del dios

    que ordena el universo. 32 Este rgano definitorio equi

    vale, segn puede conjeturarse, a la capacidad que el alma

    tiene de establecer lmites y de medir las cosas a partir de

    s misma. En efecto, el propio Jmblico, nos dice: Los

    acusmticos, seguidores de Hipaso, sostenan que el nmero viene a ser, en primer trmino, arquetipo de la cons

    truccin del universo y rgano de distincin del dios que

    lo ordena. 33

    Ahora bien, como no se puede negar que la doctrina del

    alma-fuego deriva o. por lo menos, se vincula estrechamente

    en Hipaso, con la doctrina del fuego como elemento, cabe

    inferir que, en l, tambin este fuego csmico deba estarrelacionado con el nmero. El fuego constituye, para Hi

    paso, al parecer, el ncleo del Cosmos, esto es, el altar del

    Universo, la ciudadela del Todo, la Madre de los dioses o

    el trono de Zeus. Probablemente lo llamaba, como otros

    32 STOB.E c l

    I 49, 32.33 IAMBL. n Nicom. arithm. to, 20.

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    pitagricos, Hestia, y tambin unidad o mnada.3* El

    fuego central era tal vez lo uno primordial al que se re

    fiere Aristteles en un pasaje de la Metafsica,:35 a causa de

    su posicin y de su importancia para el conjunto del Universo, en el mismo sentido en que, por ejemplo, la tierra

    es llamada dos y el sol siete.343536 Es verdad que Mondolfo

    y otros varios historiadores consideran que la teora del fue

    go central no se debe atribuir a la fase originaria de la cos

    mologa pitagrica sino a una fase posterior.37 Pero si esto

    vale para el geocentrismo de Petrn y para la teologa as

    tral de Alcmen de Crotona, no se aplica probablemente alheterodoxo Hipaso, en el cual se puede hallar tal vez el pri

    mer esbozo de la astronoma no geocntrica ni heliocntrica

    que es caracterstica del pitagorismo.38

    No sabemos, ciertamente, si Hipaso hablaba ya de los

    diez cuerpos celestes, postulando una anti-tierra; pero no

    se puede poner en duda el hecho de que consideraba al

    fuego como principio. Y esto, entre los pitagricos, dif

    cilmente poda tener un significado no astronmico.

    Porfirio nos dice que Pitgoras explicaba su doctrina en

    dos niveles y que sus discpulos eran de dos clases: los ma

    temticos, que tenan acceso a la parte ms importante y

    profunda de la misma, y los acusmticos, que slo aprendan

    las reglas generales.39 Jmblico, por su parte, explica esta

    divisin de los secuaces del pitagorismo de otra manera.

    34 PLUTARCH Numa n .35 AR1STOT. Metaph. XIII.36 ZE LL ER - M ON DO LFO , op. cit. 1 - II p. 519. n. 1.37 ZE LL ER - M ONDOLFO , op. cit. I - II p. 659.38 Cfr. AR IST OT. De calo 293 a 18; 293 b 1; Simpl. De calo

    5ti, 26.39 PORPHYR. Vit. Phyth. 36 - 37-

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    Segn I, los matemticos eran considerados pitagricos

    por los acnsmticos, pero stos no eran tenidos como tales

    por aqullos. Los matemticos declaran, en efecto, que los

    acusmticos no seguan a Pitgoras sino a Hipaso.40 En un

    pasaje de otra obra, el mismo Jmblico invierte, sin embar-

    go, el orden, y dice que los matemticos no eran conside-

    rados pitagricos por los acusmticos, pero stos si por aqu-

    llos. De tal modo, Hipaso resultaba el primero de los ma-

    temticos y no el maestro de los acusmticos.41 Maddalena

    cree que no se puede determinar cul de las dos lecturas

    refleja mejor la tradicin. Sin embargo, el propio Jmblicoafirma que Hipaso, junto con Diodoro y Teages, opinaron

    que a todos los ciudadanos se les deba otorgar el derecho

    a formar parte de las asambleas polticas y a ocupar puestos

    pblicos.42 lo cual condice ms con el carcter no elitesco

    de la secta acusmtica.

    Clemente de Alejandra refiere una tradicin, segn la

    cual Hipaso (a quien llama errneamente Hiparco) fue ex-

    pulsado de la comunidad pitagrica y considerado por los

    miembros de dicha comunidad como muerto por el hecho

    de haber divulgado los escritos y la doctrina de Pitgoras.43

    Digenes Laercio transcribe un pasaje de una presunta

    carta de Lisis a Hipaso, donde aqul le reprocha a ste el

    trasgredir el precepto de Pitgoras, que prohiba divulgarsus enseanzas fuera de la familia, o sea, de la comunidad

    de los discpulos.44 En este pasaje se sugiere que Hipaso ha-

    40 IAMBL. Vil. Pylh. 81.41 IAMBL. D e comm. math. se. 2; p. 76, 16.42 IAMBL. Vil. Pyth. 257.47 CLEM. Srom.V 58.44 DIOG. VIII 42.

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    ba divulgado tales enseanzas por dinero, y esto mismo dice

    explcitamente Jmblico, quien aade que a causa de su im

    piedad pereci en un naufragio.45

    Aunque estas ancdotas, que parecen preanunciar la he-resiologa cristiana, pudieran inducirnos a esperar la reve

    lacin de algn profundo secreto teolgico o escatolgico

    por parle de Hipaso, el mismo Jmblico se encarga en se

    guida de informarnos que la doctrina divulgada por ste es

    de carcter geomtrico.

    En el ltimo pasaje que hemos citado refiere, en efecto,

    que Hipaso describi la esfera formada por doce pentgo

    nos, atribuyndose su descubrimiento, cuando en verdad

    ste le corresponda al propio Pitgoras. En otras palabras,

    lo acusa de haber divulgado la inscripcin del icosgono,

    esto es, del dodecaedro, que es una de las as denominadas

    figuras slidas (slidos regulares) en la esfera.46

    En este mismo lugar, y un poco antes, en la misma obra,47dice que fue el primero que divulg la naturaleza de la

    conmensurabilidad y de la inconmensurabilidad. Con esto

    vincula tambin, como es lgico, la doctrina de los nme

    ros irracionales.48

    A. Rey considera casi imposible que en poca de Hi

    paso se haya podido conocer la inscripcin del dodecaedroen la esfera, pues esto supondra todo lo esencial de la geo

    metra eudidiana.49

    45 IAMBL. D e comm. malh. se. 25 p. 77, 18; Vil. Pyth. 88.46 IAMBL. Vil. Pyih.247.47 IAMBL. Vil. Pyth.246.48 IAMBL. Vil. Pyth.247.

    49 A . REY, op. cit. p. 141.

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    En etecio, el teorema i7 del libro XIII de los Elementos

    de Euclidcs: Construir un dodecaedro c inscribirlo en una

    esfera (como las figuras antes mencionadas) y probar que

    el lado del dodecaedro es una linea recta irracional llama

    da aptome, supone el conocimiento de una serie de teo

    remas, algunos de los cuales eran ciertamente conocidos por

    Hipaso, como el llamado teorema de Pitgoras, que apa

    rece como el 47 del libro I en los Elementos, y otros del

    mismo libro I, como el 8 , que se refiere al tercer criterio de

    igualdad de tringulos. Parece probable que otros de los

    teoremas supuestos tambin le fueran conocidos, como elt y el 6 del libro XI, que se enuncian, respectivamente, asi:

    Una parte de una linca recta no puede estar en el plano

    de referencia y otra parte en un plano ms elevado, y Si

    dos lineas rectas forman ngulos rectos con el mismo plano,

    (lidias lineas rectas son paralelas.- Pero, es claro que otros

    de los teoremas utilizados para la inscripcin del dodecaedro en la esfera difieilmente pueden haber sido conocidos

    por Hipaso. Entre ellos estn el teorema 7 del libro XIII,

    que se refiere a los ngulos del pentgono: el 15 del mismo

    libro, que trata de la inscripcin de un cubo en una esfera

    y demuestra que el cuadrado del dimetro de la esfera es

    el triple del cuadrado del lado del cubo. Igualmente resulta

    poco probable, aunque Uurnet opine lo contrario,50 que en

    poca de Hipaso se conocieran los teoremas 5 y 6 del mismo

    libro XIII, que aluden a la razn extrema y media en que

    se puede cortar una lnea recta (se trata de la divina pro-

    portione, de la cual hablar en el siglo xv Lea Paccioli).

    50 J. BURNET, op. cit. p. 295 n. 2.

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    El mismo Jmblico refiere que, segn otras fuentes, el

    secreto que Hipaso revel, y por el cual pereci, como trai

    dor a la escuela, fue el de los nmeros irracionales y el de

    la inconmensurabilidad.

    Ahora bien, la existencia de nmeros irracionales era co

    nocida, sin duda, por el propio Pitgoras. No cabe duda, en

    efecto, que desde los inicios de la geometra pitagrica se

    saba que la diagonal del cuadrado es inconmensurable con

    su lado. Rey llega a afirmar que esta verdad es el funda

    mento, la inspiracin pudiramos decir, de la Geometra

    demostrativa de los helenos y que, a partir de ella, se salede la tcnica, de la mensuracin efectiva, para entrar en el

    rumbo del conocimiento puro, desinteresado, en el camino

    de la ciencia definitiva.51

    Pero la nocin del nmero irracional (algos), del carc

    ter irracional de \/2 y de la inconmensurabilidad de la dia

    gonal con los lados del cuadrado, trasciende la intuicin

    sensible y lo representable, y lleva consigo el riesgo de sem

    brar en la mente del vulgo la idea de que la realidad mis

    ma es irracional, esto es, la sospecha de que el cosmos no es

    en verdad, un cosmos sino ms bien un caos. (De hecho, dio

    lugar a los clebres argumentos de Zenn de Elea contra la

    pluralidad y el movimiento). Ahora bien, ninguna blasfe

    mia ms grave que sta para un autntico pitagrico: negarel orden del Todo equivale al pecado contra el Espritu

    Santo. Se comprende fcilmente, entonces, el anatema que

    cay sobre Hipaso. A la suprema traicin se pretendi vin

    cular tambin, como en el caso de Judas Iscariote, el afn

    de lucro. Digenes Laercio, como vimos, reproduce una pre

    Si A. R E Y. op. cit. p. 14.1 -142 .

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    suma carta de Lisis, en que se acusa a Hipaso de revelar por

    dinero la doctrina de Pitgoras.

    Lo derto es que el secreto revelado no parece tener carc

    ter aritmolgico, sino simplemente aritmtico o aritmogeo-rotrico, ni liay razn alguna para creer que lo divulgado

    por Hipaso tuviera relacin c