Capítulo IV
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CAPÍTULO IV: EL HOMBRE Y DIOS Introducción
Hemos hecho un largo camino de investigación y reflexión sobre el ser humano, sin embargo, la
pregunta, ¿qué es el hombre? con la que abrimos nuestra reflexión, todavía persiste porque no
hemos encontrado a alguien cercano al hombre que nos diga, desde su persona y desde su
experiencia histórica ¡éste es el hombre!
Ahora bien, para encontrar a alguien quien nos diga quién es el hombre, tenemos que volver a
replantear la antropología religiosa que quedó abierta al inicio como respuesta a la comparación
del hombre con los Dioses (Cf. cap. I, # 5.3.); desde este horizonte entonces, presentaremos cómo
surge la pregunta por Dios en el hombre y plantearemos, a la vez, el significado que tiene Dios
para el ser humano como respuesta a la pregunta por su SER.
Así, habiendo abierto la puerta del ser del hombre hacia Dios y, para comprender por qué nuestra
antropología es cristiana, presentaremos la imagen del Dios judeo-cristiano, desde el quien se
comprenderá a Jesús el Cristo como el Salvador y el referente del hombre por ser imagen y
semejanza perfecta del Padre Dios.
Así entonces, el final de nuestra propuesta antropológica quiere llegar a ser una motivación al
modo de ser humanos, donde el centro por antonomasia es Jesús el Cristo, Hombre y Dios
verdadero.
Objetivo
Presentar a Dios como el sentido de la existencia del ser humano y, en este horizonte, a Jesús el
Cristo como el referente central del ser y el obrar en el mundo, con el fin de que la vida de los
sujetos cobre sentido y su acción sea un modo de participar políticamente en la construcción de un
mundo más justo y solidario.
Sumario
1. Dios como el sentido de la existencia del ser humano
2. Jesús el Cristo imagen y semejanza de Dios y modelo de ser humano
3. El Proyecto Humanizante de Jesús el Cristo como el Proyecto de Salvación
4. Lo que significa ser cristianos y seguir a Jesús el Cristo
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1. Dios como el sentido de la existencia del ser humano
Para el ser humano de todos los tiempos y de todas las culturas, Dios o los poderes divinos, han
sido y siguen siendo, un problema y una realidad siempre emergentes, a veces comprendidos o
incomprendidos, asequibles o imposibles de alcanzarlos, claros u obscuros.
En todas las culturas y, en el intento de
comprender el Misterio el ser humano
se ha creado para sí mismo, diferentes
símbolos, lenguajes y hasta imágenes
de Dios, llegando finalmente a la
religión, la misma que se constituye en
el camino que el hombre hace hacia el
encuentro con ese ser supremamente
infinito, Dios.
Las religiones además de constituirse
en los caminos que llevan al ser
humano a Dios, son las que dotan de
valores y de sentido as las culturas en
las que conviven y se realizan los hombres. Así, religión y cultura van de la mano. En este
contexto, tenemos que reconocer que no existe cultura que no tenga religión así como tampoco
puede existir religión que no tenga como vehículo a una cultura, pues, las dos se complementan y
coexisten y, ambas son realidades netamente humanas.
Detrás de la religión que provee de valores y de horizonte a la cultura, en el fondo está la
búsqueda de sentido de la vida del propio ser humano, quien sabiéndose finito no recurre sino,
desde su profundidad misma del ser, a un ser a quien lo considera el sustentador de todo cuanto
existe y por eso, también, de su misma vida, Dios. ¿Cómo surgió la pregunta por Dios en el ser
humano?
1.1. La pregunta del hombre sobre Dios
La pregunta por el misterio, pero no cualquier misterio sino el Misterio de los misterios, la pregunta
por Dios, surge de la interioridad del ser humano y revela la esencia trascendental del hombre y,
aunque de esta situación experiencial no se puede llegar a sostener la existencia o no existencia
de Dios, pero sí se puede llegar a desvelar la “trascendencia esencial del hombre.”1
En la actualidad, sin embargo, mucha gente cree que la pregunta por Dios es absurda y vacía de
sentido; así mismo, existe otro tanto que cree que Dios es el sentido de la vida personal y de todo
1 Para una mejor comprensión de este tema y sus contenidos, sugiero revisar a CORETH EMERICH, Dios en la historia del pensamiento filosófico, Sígueme, Salamanca 2006, p. 327-380.
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cuanto de sin-sentido existe. Ahora bien, las personas que creen en Dios, son aquellas que la
puerta de su vida la tienen abierta hacia la trascendencia2.
En muchísimas personas, su religión y su creer en Dios está marcado por una historia de cercanía
al Misterio y, ello es lo que da sentido a sus vidas; en dichas personas religión y Dios son
innegables y, no por que unos no tienen religión y no creen en Dios, se puede terminar negando a
Dios y la religión, ello sí sería una absurdo y, lo sería, por cuanto que quienes no viven con
apertura al Misterio no pueden comprender aquello que lo tienen muy claro quienes sí viven su
vida con transparente apertura.
Así, entonces, si queremos comprender cómo surge la idea de Dios en el hombre, el camino es
cierto y lógico, es comprender la vida del hombre en el mundo y sus diferentes manifestaciones.
Una de las manifestaciones universales y humanas es la religión y, ésta es la que orienta y da
sentido a la vida misma del hombre cuanto “Ser-en-el-mundo”. El hombre religioso que cree en
Dios, definitivamente, tiene una vida llena de un sentido que no se compara con el sentido de aquél
hombre que es no creyente y a-religioso.
La fe en Dios es más que una intelección puramente teórica. Afecta al hombre entero, al sentido de
su existencia, a la visión y valoración de su mundo y, por tanto, también a todas las decisiones de
la vida. El que cree en Dios vive en un mundo con un horizonte distinto de sentido y de valores3.
En este contexto de la tensión que el hombre presenta de modo natural hacia la vida más allá de la
vida es necesario preguntarse: ¿qué situaciones revelan al hombre como un ser para la
trascendencia, como un ser capaz de Dios?
1.1.1. El deseo de no morir para siempre
O positivamente hablando, el deseo de vivir para siempre, es una cuestión que revela de manera
contundente la tensión de la naturaleza del hombre hacia la trascendencia. Detrás del miedo a
morir, que es común en todos los seres vivos, el hombre, frente a la muerte, mira con
desesperación truncados todos sus proyectos y deseos pasados, presentes y futuros y, se
pregunta: ¿es que aquí termina todo?
Y seguidamente, responde con una exclamación: ¡no puede ser que todo cuanto he logrado y
quiero lograr se acabe con la muerte! Así, si bien la muerte le aniquila en sus pretensiones
temporales, a la vez le abre la puerta hacia una esperanza aún no experienciada pero deseada a
toda costa.
En la crisis tensional, entre el rechazo a la muerte y el deseo de vivir para siempre, el hombre se
sabe a sí mismo como un ser mortal que mira más allá de la muerte y, en consecuencia un ser de y
para la trascendencia. Dicha trascendencia no puede ser fruto del sólo deseo del ser humano,
ningún ser humano trasciende (vive más allá de muerte) por el mero deseo personal. La vida más
2 Para las posturas que los seres humanos han tenido y tienen respecto de Dios, véase: <<Excursus>> sobre “El contencioso Hombre Dios”, p. 162. 3 Ibid., p. 328.
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allá de muerte radica en que su ser espíritu-corporeizado del hombre tensiona, buscando
responder, desde su creaturidad e historicidad a su Creador.
1.1.2. La búsqueda de lo infinito en lo finito
Cuando el ser humano busca, desde la propia vida y a través de las más variadas experiencias,
algo que le dure para siempre, se está revelando a sí mismo como un ser de trascendencia. Bien
sabemos que las cosas, la vida misma y el mundo, son contingentes, destructibles y, que por tanto
no durarán eternamente y, a pesar de todo en esas cosas es donde el hombre busca esperanzado
algo que sea eterno, indestructible y para toda la vida.
El ser humano, ha encontrado para sí, lo infinito en el amor, en la paz y en la justicia. Esforzarse
por que estos valores, en todo momento que sean parte de la vida humana y del mundo, es una
manera de mirar y desear en lo contingente lo eterno, en lo finito lo infinito.
Pero el hombre sabe que ni las cosas, ni la paz, ni el amor, ni la justicia duran para siempre y, sin
embargo, se aferra a hacerlas suyas en este mundo como un reflejo de lo que espera encontrar
más allá de todo, revelándose así como un ser de trascendencia. Las cosas y las experiencias
finitas en las que se busca lo infinito sólo le orientan a descubrir que existe un ser que es infinito y
eterno, en quien todas las cosas finitas existen y se comprenden, ese ser es Dios.
1.1.3. La búsqueda de lo incondicionado en lo condicionado
Todo ser humano desde su vida y su experiencia relacional, tanto en el querer como en el saber y
como en el obrar, siempre busca lo mejor de lo mejor para sí y eso, lo revela como un ser de
trascendencia.
En su vida y para su vida, todo hombre busca el bien y el mayor bien posible, aunque a veces
tenga que buscarlo, sin querer, en el mal; asimismo, todo hombre, busca la verdad aunque a veces
en el error y en el engaño; de igual modo, todo hombre busca obrar el bien aunque a veces
equivocadamente. Esta tensión entre lo que se busca y lo que se logra por parte del hombre es el
fiel reflejo de querer encontrar en las cosas y situaciones condicionadas aquello que es
incondicionado.
El ser humano sabe que su querer, su saber y su obrar están sujetos a condicionamientos
biológicos, materiales, corporales y culturales y, sin embargo, es allí donde busca aquello que hace
posible que lo condicionado sea, esto es, lo incondicionado y, que a la postre resulta ser Dios.
1.1.4. La búsqueda del sentido de la historia y de la cultura
El hombre es el único ser creador de cultura y ésta es a la vez también historia, así entonces, ha
sido capaz así como de gestar paz, también guerra y, así como de gestar una cultura de vida,
también una cultura de muerte. Ante la cultura de muerte y ante las guerras, las víctimas se
preguntan: ¿es esto acaso el reflejo de lo que es el hombre? Frente al tirano y al verdugo, frente al
victimario, la víctima se pregunta: ¿quién nos hará justicia?
Las preguntas de las víctimas ante el dolor, ante la muerte y ante la injusticia causada por el tirano
y victimario, sólo reflejan la búsqueda de trascendencia que el hombre tiene, precisamente, cuando
en situaciones límite como éstas, al parecer toda esperanza se agota.
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Después de Auschwitz (campos de concentración nazi de la IIGM), después de los miles de
inocentes muertos en las Guerras contra Irak, después del 11 de septiembre, después de los
campos de concentración que tiene Estados Unidos en muchos países aliados en Europa y
después de Guantánamo, ¿no es propio de la dignidad del ser humano, gritar justicia?
Mas como ningún victimario reparará en daño causado a las víctimas, sólo cabe en el dolor
levantar la mirada al cielo, pidiendo que sea Dios quien vea que el “asesino no triunfe
definitivamente sobre su víctima” (Horkheimer).
1.2. Dios como el sentido y finalidad de la existencia humana
El deseo que no morir para siempre, la búsqueda de lo infinito en lo finito, la búsqueda de lo
incondicionado en lo condicionado y la búsqueda del sentido de la historia y de la cultura, apuntan
en su conjunto a encontrar el sentido y la finalidad de la vida, esto es a responder a la pregunta del
para qué de mi vida o el hacia dónde se dirige mi vida, cuya respuesta estaría en la finalidad, esto
es, en el tope o cumbre, en donde todo lo que hago cobra total sentido.
Así entonces, el girar de mi vida que va buscando un para qué (sentido), sólo entonces encontrará
sosiego en un dónde (finalidad). Y el sentido de la vida humana que es una vida que apunta a la
trascendencia, de lo que hasta ahora venidos viendo y reflexionando, sólo cobra radical sentido en
la finalidad que es Dios. En otras palabras, los esfuerzos que el hombre hace para ser feliz, sólo
tiene sentido en la felicidad última y absoluta que es Dios.
En palabras de Coreth:
<<No sólo la vida humana en el aspecto individual, sino también toda la historia del
mundo no encuentra su auténtico y último sentido, sino en otro futuro, consumado por
obra de Dios4>>
1.3. El Dios judeo-cristiano
Para hablar del Dios judío-cristiano tenemos que remitirnos obligadamente la Historia del Pueblo
de Israel o pueblo judío, así como al libro sagrado de la Biblia. El pueblo de Israel es el espacio
donde Dios se revela y, la Biblia el libro en el que se recoge la relación historizada que dicho
pueblo tuvo con su Dios.
El Dios del pueblo judío llamado Yahveh es un Dios que sale de su mismidad y se hace cercano al
pueblo, le ofrece su ayuda y le prometa salvación; el Dios cristiano es el mismo Dios de Israel
revelado como una comunidad de personas divinas, por su Hijo Jesús el Cristo.
1.3.1. El Dios judío
Israel es un pueblo pequeño, empobrecido y, finalmente, esclavizado por el por el imperio egipcio.
A ese pueblo es que un día Dios se le acerca y le ofrece su mano y se vuelve compañero de
camino; es Dios quien elige al pueblo y el pueblo en libertad le corresponde.
4 Ibid., p. 339.
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Acercándosele a Abraham le pidió salir de su tierra y ofreció mostrar otra así como también hacerle
padre de muchos. Le dijo:
<<Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te
mostraré. De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y sé
tú una bendición. Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te
maldigan. Por ti se bendecirá todos los linajes de la tierra>> (Gén. 12, 1-4),
El Dios de Abraham que es también el Dios de Isaac y de Jacob, se le apareció a Moisés a quien
le eligió para liberar al pueblo de Israel que estaba siendo oprimido y explotado por el imperio
egipcio. Dios le dijo a Moisés:
<<… el clamor de los israelitas ha llegado hasta mí y he visto además la opresión con
que los egipcios los oprimen. Ahora, pues, ve; yo te envío a Faraón, para que saques
a mi pueblo, los israelitas de Egipto>> (Ex 3,9-10)
Israel fue liberado y habiendo salido de Egipto se desplazó por el desierto; Yahveh caminó con su
pueblo, hizo una alianza (Ex 19), les entregó una ley (Ex 20) y estableció un pacto:
<<yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo.>> (Lev 26,12)
Y aunque el pueblo le fue infiel al pacto firmado, Dios siempre estuvo a su lado para ofrecerle su
ayuda, porque era más su fidelidad al pacto de amor realizado que su enojo ante la infidelidad del
pueblo. Este Dios, en el trayecto de la historia, habló a su pueblo por medio de los profetas y, les
prometió un Mesías (Ungido por Dios), un Salvador, un Liberador.
En este horizonte es cómo el pueblo de Israel, a través de la historia, va descubriendo en el Dios
salvador y liberador al Dios creador. “Israel comprendió que la historia es primero una historia de
salvación antes que una historia de la creación5” El Dios que quería salvar y liberar, era también el
Dios creador de aquello que buscaba salvar. El pueblo judío comprende, entonces, que Yahveh es
creador del mundo y creador del Hombre y, empieza a re-construir todo el relato de la creación, del
cual en este apartado nos interesa reflexionar sobre todo la cuestión antropológica.
Hasta aquí, encontramos que Yahveh, Dios, se muestra a su pueblo elegido como un Dios de la
vida, un Dios compañero, como un Dios liberador de las opresiones infringidas a los humildes por
parte de los poderosos.
Ahora bien, volviendo al relato de los orígenes, en la re-construcción del único relato
cosmogónico6, y según el pensamiento judío, encontramos dos cosas: que Dios ha creado el cielo
y la tierra de la nada (creatio ex nihilo), es decir todo y; que Dios ha creado al hombre a su imagen
y semejanza. Esto es: el mundo y sus realidades así como el hombre son obra de Dios y cuanto
5 PLASENCIA VICENTE, Hacia una conciencia teológica de la vida, PUCE, Quito 2004, p. 121. 6 Es J. L. Ruiz de la Peña quien sostiene que el relato “P” es la única cosmogonía bíblica, textualmente refiriéndose a la fuente yahvista (J) dice: “no es (contra lo que se suele pensarse) un relato de creación.”, cf. Teología de la creación, Santander, Sal Terrae, 1988, p. 31 y 50. No así, G. von Rad, para quien: “En el Antiguo Testamento sólo encontramos dos declaraciones explícitamente teológicas sobre la creación, en forma de complejos literarios de una cierta extensión: las historias de la creación en el documento sacerdotal (Gén 1,1-2,4a) y en yahvista (Gén 2,4b-25)...”, dando a entender que los dos relatos son de vital importancia, tratan de lo mismo pero teológicamente de modo diferente, cf. Teología del Antiguo Testamento, Vol. I, Sígueme, Salamanca 2000, p. 189.
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tales no pueden confundirse ontológicamente (en su ser) con Dios, pues, el mundo, sus realidades
y el hombre son criaturas y Dios es su creador.
Y dijo Dios:
<<Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en
los peces del mar y en las aves del cielo, y en la bestias y en todas las alimañas
terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra. Creó, pues, Dios al ser
humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó. Y los
bendijo Dios, y les dijo Dios… (Gén 1,26-28a).
Más adelante y, continuando con el génesis del hombre que en definitiva es el génesis de la
humanidad, nos encontramos súbitamente con el problema de la caída del hombre en el pecado
(Gén 3,11). Se trata de la historia de relación de Dios con el hombre que abruptamente se ve rota7.
<<Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. Más del fruto del árbol que está
en medio del jardín, ha dicho Dios: No comáis de él ni lo toquéis, so pena de
muerte>> (Gén 3,2b-3).
El hombre come del fruto, significa que el hombre desobedece a Dios y, quiere a su vez ser como
Dios o más que Dios. El hombre se equivoca y vienen las consecuencias. En este horizonte de la
creación del hombre a imagen y semejanza de Dios y, de la caída del hombre en el pecado,
desobedeciendo a Dios, nos preguntamos:
- ¿Qué significa que el hombre sea imagen y semejanza? Que el hombre sea imagen y
semejanza de Dios no significa que en realidad sea Dios, no. Ser imagen significa que el
hombre tiene la capacidad de reflejar a Dios en la creación y, ser semejanza significa que
tiene la capacidad de representar a Dios8.
- ¿En qué consiste el pecado del hombre? El pecado primigenio del hombre y, que se ve
reflejado en el texto bíblico, es el de haber querido ser como Dios, una tentación que todo
hombre lo tiene y desde siempre.
- ¿Cuánto el hombre ha podido hoy, reflejar y representar a Dios? En otras palabras: ¿Ha
sido coherente imagen y semejanza de Dios? La repuesta es que el hombre no ha logrado
ser esa imagen y semejanza de Dios, pues desde el principio quiso ser como Dios
negándose a ser humano, situación que también hoy sigue reeditándose en la historia
humana, pues el hombre se ha dado el mal gusto de querer ser como Dios sin reconocerse
que no es más que ser humano.
Hasta aquí, encontramos que el hombre que es creado a imagen y semejanza de Dios, desde su
libertad, se niega a continuar con las magníficas relaciones que desde el principio había
establecido Dios para con él.
Así pues, tres cosas son las que se ven reflejan en la antropología del Antiguo Testamento:
7 VON RAD GERHARD, o. c., p. 204-212. 8 MOLTMANN JÜRGEN, Dios en la creación, Sígueme, Salamanca 1987, p. 229-254. 138
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a) La opresión de los poderosos contra el pueblo pequeño y débil llamado Israel, a quien Dios
elige para liberarlo;
b) La creación del hombre a imagen y semejanza de Dios y;
c) La ruptura que plantea el hombre en la relación dialogal con su Creador y las
consecuencias para la creación entera.
Las situaciones antropológicas por las que el Dios judío ofrece a su pueblo un Mesías, un
Salvador, se resumen en dos: para liberar al hombre de las opresiones y exclusiones estructurales
y, para liberar al hombre de su pecado personal de querer ser como Dios, desobedeciéndole y
negándose en su humanidad.
1.3.2. El Dios Cristiano Jesús el Cristo, perfecta imagen y semejanza de Dios, es el modelo de ser
humano.
En el doble contexto del pecado estructural de opresión del hombre al
ahombre y de rechazo del hombre a su Creador, es que cobra sentido la
promesa que Yahveh Dios hace de un Mesías ya en el Antiguo
Testamento, la misma que sólo se hace realidad en el Nuevo
Testamento, con la irrupción de Jesús el Cristo, quien se revela como el
enviado de Dios, como el Hijo de Dios que se ha hecho hombre. Él es el
evangelio (Buena Noticia) de Dios para el hombre y para la creación
entera. Él con su pasión, muerte y resurrección revela el amor de Dios
para el hombre, un Dios que es amor (1Jn 4,8; 4,16).
El Dios revelado por Jesús es un Dios Padre amoroso, creador de todo,
quien ante la situación de negación y de pecado del hombre, se
solidariza y busca presentarle un Proyecto de Salvación a través de su
Hijo. Jesús que es imagen y semejanza perfecta del Padre, se constituye
en el modelo perfecto de ser humano para el hombre que ha roto la relación dialogal con Dios,
para el hombre que ha dejado se sentirse hijo de Dios.
El Dios de Jesús el Cristo, el Dios cristiano es un Dios Tri-personal, es Padre-Hijo-Espíritu Santo.
Es una sociedad, una comunidad divina que subsiste en el amor. El Padre Dios es el Dios creador,
el Hijo Dios es el Dios Salvador y, el Espíritu Santo Dios, es el Dios planificador. No existen tres
Dios, sí existe un solo Dios compuesto por tres personas divinas.
En este horizonte, no nos queda sino empezar a desvelar una cuestión definitiva para nuestra
antropología y que se condensa en la siguiente pregunta: ¿quién es Jesús el Cristo y qué
significado tiene para el hombre?
2. Jesús el Cristo imagen y semejanza de Dios y modelo de ser humano
Las sociedades y las culturas que dicen conocer a Jesús, no coinciden cuando tratan de describir
al Hombre-Dios llamado Jesús, la razón es sencilla: cada quien desde su visión lo acepta como
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cree. Sucede también que entre los cristianos, no siempre saben responder quién es Jesús el
Cristo en quien dicen creer y a quien dicen seguirlo. Por eso, la pregunta fundamental es ¿quién es
Jesús?9
2.1. La comprensión de Jesús desde el horizonte de la cultura contemporánea
En la cultura a la que pertenecemos (contemporánea) Jesús ha sido y es comprendido de plurales
y diferentes modos, que es mejor que sepamos para que no asumamos cualquier postura frente a
su persona y su identidad con el consiguiente peligro de un reduccionismo ontológico.
2.1.1. De una forma negativa
Hay quienes sostienen que Jesús es un mito, una fábula, un invento. El hombre Jesús no existió
nunca. Pero, si se insistiera en su existencia, no sería más que una idea trasnochada y sin
sustento alguno que valga.
2.1.2. De una forma relativa parcial
Hay quienes no niegan explícita ni formalmente su existencia, pero aceptan con límites. En este
horizonte dos posturas son importantes tener en cuenta:
- El enfoque humanista existencial.- Que acepta a Jesús como un hombre fuera de serie en
la historia de la humanidad, esta corriente se vuelve de índole atea, cuando niega la
divinidad de Jesús.
- La corriente humanista fenomenológica de índole religiosa.- Como el de los musulmanes e
hindúes que ponen a Jesús entre los profetas iluminados como Buda o Mahoma.
2.1.3. De una forma positiva
Hay quienes, en el ámbito cristiano, reconocen a Jesús como Dios y Hombre, como Señor y como
Salvador único del universo. En este contexto se encuentran:
- Los cristianos ortodoxos que reconocen a Jesús como Hijo de Dios.
- Los cristianos protestantes que aceptan en su mayoría casi todas las verdades
fundamentales de la fe cristiana (niegan, p.e.: la inmortalidad de Jesús).
- Los cristianos católicos que tratan de comprender a Jesús el Cristo desde diferentes
enfoques, como: liberación, vida, femenino, histórico, escatológico, eclesiológico,
neumatológico, etc.
2.1.4. Otras formas culturales relativas de comprender a Jesús
Existen muchísimas otras formas de comprender y de nombrar a Jesús y, todas ellas responden a
las diferentes culturas y grupos de personas que de modo inconsciente terminan reduciendo la
persona y la identidad de Jesús, aquí algunos ejemplos de reduccionismos:
- Para los gitanos, bien puede ser un gitano.
- Para los hippies, bien puede ser un hippie.
- Para quienes practican ciencias ocultas, bien puede ser un mago.
- Para los Marxistas, es un marxista, bien puede ser un izquierda modelo.
9 Aquí seguimos a FRANCO JAIME, Cristología, II, ITS, Guadalajara-México 1988, p. 30-72. Véase también “¿Quién es Cristo?”: HÜNG HANS, 20 tesis sobre ser cristiano, Edc. Cristiandad, Madrid 1977, p. 25-60.
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- Para los comunistas, bien puede ser el único y modelo de comunista que ha existido.
- Para los jóvenes, bien puede ser un tipo buena onda, chévere, vacan, super, pleno.
- Para los cuerdos, bien puede ser un loco, un díscolo.
- Para los modernos, bien puede ser una proyección, una alienación, una enajenación de la
fuerza o debilidad del propio ser humano.
- Para los Posmodernos, bien puede ser un iluminado, un gurú, un shamán, un maestro, un
profeta, un santo.
De manera errónea, Jesús es un referente positivo o negativo, todo depende de la cultura, la
cosmovisión o la ideología de sus diferentes intérpretes. Desde este contexto, sería bueno que
también tú te respondas a la siguiente pregunta: ¿Quién es Jesús para ti?
2.2. La comprensión de Jesús desde el horizonte histórico-documental
Las fuentes cristianas permiten conocer varios elementos que no coinciden del todo con los
escritos de los evangelios y, menos aún con lo que, generalmente, se nos ha dicho. Pero, lejos de
crearnos confusión, tendríamos que aceptar, como elementos enriquecedores de compresión,
otros criterios científicos que nos permitan conocer mejor al Hombre Jesús de quien hablamos. Así
pues, lo que se dice de Jesús en los documentos históricos profanos enriquecen la visión que
encontramos en los documentos religiosos como los evangelios.
2.2.1. Jesús visto a la luz de los documentos históricos
Los datos que, presentamos tienen fundamento histórico pero no dejan de ser aproximativos, así,
se dice que:
- Nació entre los años 7/6 a.C.
- Fue bautizado en el río Jordán en los años 27/28 d.C.
- Hizo su aparición en la palestra pública en los años 28/30 d.C. Y saltó a la vida pública
precisamente predicando la inminente venida del Reino de Dios; con una actuación carismática
(curación de enfermos y expulsión de demonios); llamando a un grupo de amigos a los que los
nombró sus discípulos; tratando familiarmente con pecadores y marginados y; encarando las
injusticias, los abusos, la discriminación y la falta de solidaridad de parte de las autoridades judías
y a otros grupos elitistas para con los empobrecidos y excluidos de la sociedad judía de aquel
entonces.
- Fue condenado a crucifixión por Poncio Pilato y, efectivamente murió en cruz el 7 de Abril del año
30 d.C.
Otros datos complementarios, sobre Jesús, pueden encontrarse en los evangelios, así: su
genealogía (Mt 1,1.17); sus padres humanos (Lc. 1,26-38).
2.2.2. Jesús visto a la luz de los evangelios
Los evangelios son, el mejor sustento material que nos revela cómo lo entendieron sus amigos,
seguidores y discípulos hombres y mujeres al Maestro. Recordemos que dichos textos fueron
escritos a la luz de la resurrección y testifican que Jesús es el Hijo de Dios, en Mesías o ungido de
Dios.
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1. El cuadro de la personalidad de Jesús.- La personalidad de Jesús es una de las más complejas
y únicas, en su persona convergen y se transparentan las más sublimes característica humanas.
En este apartado sólo presentamos las características de mayor trascendencia, así, por ejemplo,
encontramos en la persona y personalidad de Jesús:
- Pureza, veracidad, claridad.
- Reconciliación, paz, renuncia a la violencia.
- Bondad, perdón, cordialidad.
- Entrega a los pequeños, débiles y menesterosos.
- Libertad, apertura, carencia de prejuicios.
- Lucha valiente en favor de los derechos soberanos de Dios y del Hombre.
- Confianza, sentido de la vida, esperanza en el futuro.
- Amor a Dios y a los hombres, solidaridad, alegría.
- Desprendimiento, servicio, aceptación del sufrimiento.
- Morir por la verdad, por la conciencia, por Dios.
Los evangelios han caracterizado la personalidad de Jesús con el término “exusian” que significa:
poder (autorización), autoridad y, a la vez, libertad. En la personalidad de Jesús se revela -con
autoridad y coherencia extrema- la armonía entre su intención (vida interior) y su acción (vida
exterior).
2. Las ideas e intenciones de Jesús.- Todas las ideas e intenciones de Jesús que no revelan sino a
su persona misma y su misión, se condensan en la idea del Reino y el deseo de hacer la voluntad
del Padre.
La idea del Reino, es la voluntad del Padre y; la voluntad del Padre es la idea del Reino. Pero ¿qué
es el Reino para que sea la voluntad del Padre? El Reino es la presencia de la creación en Dios y
la shekinah (inhabitación) de Dios en su creación, esto es cuando Dios venga a su creación para
habitarla y redimirla del pecado y de la destrucción. Sólo entonces la creación será nueva y habrá
armonía total y absoluta. Así pues, la voluntad del Padre es salvífica y redentora, cosa que la ha
empezado con su Hijo Jesús el Cristo que viene a inaugurar con su vida, su muerte y su
resurrección la redención del hombre y del mundo caído también en desgracia por el pecado del
hombre. Recuérdese que el más grande pecado del hombre es querer ser más que Dios a costa
de Dios.
En las ideas e intenciones de Jesús, los empobrecidos son los privilegiados, pero ello no significa
olvido o exclusión de los ricos, por el contrario, Jesús elige a los olvidados de las sociedad para
hacer un camino de diálogo desde ellos con los que los han olvidado, precisamente porque busca
conciliar a todos como hijos de un mismo Padre maternal Dios.
3. Un perfil de Jesús sustentado en los evangelios.- Los evangelios son los escritos sobre la vida y
las obras de Jesús que sus amigos cercanos realizaron. Cada uno de los libros llevan el nombre
del escritor, así, tenemos el evangelio de Marcos, de Mateo, de Lucas y de Juan. En dichas obras,
que aun teniendo fundamento histórico hay que leerlas a la luz de la fe, encontramos muchos otros
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elementos que nos hablan del cómo lo entendieron a Jesús sus seguidores desde la fe. Veamos
esos elementos de comprensión. El Hijo de Dios se encarnó en María y se hizo hombre por obra
del Espíritu Santo.
a).- Lugar de nacimiento y familia: Nació en Belén, pueblo
de la región de Judea, tiempo en el que Herodes era rey del
país (Mt 2,1b). De la descendencia de David y de Abraham
(Mt 1,1). Sus padres fueron María y José (Mt 1,18; Lc 2,16).
b).- Sentido de pertenencia y participación en la cultura
judía: ocho días más tarde lo circuncidaron y le pusieron el
nombre de Jesús. Cuando se cumplió el tiempo, le llevaron
al templo de Jerusalén para presentarlo al Señor, según la
ley (Lc 1,21-24). Cuando tenía doce años fue con sus
padres a Jerusalén para celebrar la fiesta de pascua. Se
hizo el perdido y, cuando su madre le reclamó, respondió de
manera desconcertante: ¿No saben que tengo que estar en
las cosas de mi Padre? (Lc 2,41-52). Fue bautizado por
Juan en el Jordán (Mc 1,9-11).
c).- Edad en la que empieza su participación social y política: Empezó su actividad,
aproximadamente, a los treinta años (Lc 3,23a).
d).- Dificultades que tuvo que enfrentar inicialmente (tentaciones): El espíritu malo le puso a prueba
ofreciéndole: poder, fama y riquezas (Lc 4,1-13).
e).- Inicio y contenido de su misión: Fue a Galilea y anunció la Buena Noticia y el Reino de Dios
(Mc 1,14-15). Su misión fue: “..llevar la buena noticia a los pobres; ..anunciar la libertad a los
presos y dar vista a los ciegos; ..poner en libertad a los oprimidos; ..anunciar el año de gracia del
Señor”. (Lc 4,18-19).
f).- El motivo que conduce su misión: Todos sus esfuerzos estaban encaminados a hacer la
voluntad de su Padre, no la suya (Jn 4,34; Mc 14,36).
g).- La misión de Jesús es incluyente: Llamó a ciertas personas como pescadores, cobradores de
impuestos, campesinos y hasta a un médico, para que sean sus seguidores (Mt 4,18-22); le vean y
escuchen (Mt.13,16); aprendan y; hagan lo mismo que él (Jn 13,15).
h).- Algunas actitudes que hablan de su calidad de ser humano y de persona: Compasivo con la
gente y preocupado por sus necesidades como el hambre (Mt 14,13-19). Hombre de oración (Mt
11,25-26; Mc 14,36) y; libre ante la ley y las críticas (Mc 2,27-28; Lc 6,5); hablaba con autoridad (Jn
5,27; Mt 7, 28,29). Su lenguaje era sencillo, comunicaba por medio de parábolas (Mt 13,3.34.35;
21,33; 22,1). Fue un hombre muy humano y con sentimientos: lloró ante la tumba de su amigo
Lázaro (Jn 11,35). Defensor (Jn 8,3-11); y liberador de la mujer (Lc 13,11-12).
i).- Signos de que el Reino de Dios se había inaugurado con Jesús en el mundo: milagros y
curaciones: Algunas de sus acciones milagrosas: expulsó demonios (Mt 8,16-17); curó a la gente
104
de todas sus enfermedades y dolencias (Mt 4,23): cojos, ciegos, mancos, mudos (Mt 15,29-31),
paralíticos, leprosos, epilépticos, endemoniados, sordos.. (Mt 11,5). Resucitó a Lázaro (Jn 11,38-
44) y devolvió la vida a la hija de Jairo (Mc 5,35-43). Hizo muchos otros milagros que de contarlos
serían innumerables. Sus palabras fueron: “Yo no he venido a llamar a los buenos, sino a los
pecadores” (Mc 2,17).
j).- El Reino de Dios no excluye, pero tiene preferencias: Jesús fue amigo de fariseos como
Nicodemo (Jn 3,1-ss); de cobradores de impuestos como Zaqueo (Lc 19,1-10); hizo amistad con
gente y mujeres de cultura pagana, actitud no bien vista por ciertos judíos y puritanos (Jn 4,1-42).
Recibió a los niños (Lc 18,15-17); comió en casa de fariseos y dejó que una prostituta le perfumara
los pies (Lc 7,36-39; 11,37).
k).- Acciones y actitudes por las que Jesús fue criticado: Le criticaron por comer y beber con
cobradores de impuestos y pecadores (Lc 5,27-30). Dijeron también que era un glotón y bebedor,
amigo de gente de mala fama y de los que cobran impuestos para Roma (Mt 11,19).
l).- Jesús lucha contra el sistema y sus servidores: Denunció a los fariseos y maestros de la ley, de
tener actitudes como las de aparentar, de buscar los primeros puestos, de ser injustos y de no
practicar el amor (Lc 11,37-54; Mc 12,38-40) y, les dijo: hipócritas, sepulcros blanqueados (Mt
23,27), raza de víboras (Mt 23,33).
ll).- Sus enseñanzas apuntan a la liberación total del ser humano: Enseñó a la gente y a sus
discípulos (Mt 4,23; 5,1-2) a orar (Mt 6,5-15); a amar a los enemigos (Mt 5,43-48); a perdonar (Mt
18,15-22). Proclamó como único e importante mandamiento, el del amor: “Ama al Señor tu Dios
con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente [y,] ama a tu prójimo como a ti mismo”
(Mt 22,34-40). En este contexto dijo, que al final de nuestra vida se nos juzgará por las buenas
obras que hagamos al prójimo (Mt 25,31-46).
m).- Expresiones significativas que revelan su naturaleza y su misión: Entre las tantas y tantas,
mencionaremos algunas:
- “No crean que yo he venido a traer paz al mundo; no he venido a traer paz, sino guerra” (Mt
10,34).
- “Yo he venido a prender fuego en el mundo; y cómo quisiera que ya estuviera ardiendo” (Lc 5,49).
- “Y dichoso aquel que no pierda su confianza en mí!” (Mt 11,6).
- “Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca tendrá hambre; y el que cree en mí nunca
tendrá sed” (Jn 6,35).
- “Si alguien tiene sed, venga a mí y beba...” (Jn 7,37).
- “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue, tendrá la luz que le da vida, y nunca andará en la
oscuridad” (Jn 8,12).
- “Hagan ustedes con los demás como quieren que los demás hagan con ustedes” (Lc 6,31).
- “Yo soy la puerta: el que por mí entre, será salvo...” (Jn 10,9)
- “... yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Jn 10,10b).
105
- “Yo soy el buen pastor. Así como mi Padre me conoce a mí y yo conozco a mi Padre, así también
yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Yo doy mi vida por mis ovejas” (Jn 10,14-15)
- “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre” (Jn 14,6).
- “Mi reino no es de este mundo” (Jn 18,36a).
- “Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame” (Mc
8,34).
- “Si alguien quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y servirlos a todos” (Mc 9,35).
- “El que no está a mi favor, está en contra mía, y el que conmigo no recoge, desparrama” (Lc
11,23).
- “Siempre hay invitaciones al pecado, pero hay del hombre que haga pecar a los demás” (Lc 17,1).
- “La verdad os hará libres” (Jn 8,32).
n).- El final y el fin de su vida: Por todo lo que hemos dicho y más, le arrestaron como si fuera
bandido (Mt 26,55). Lo acusaron de falsamente (Mt 26,59-61); de blasfemo (Mt 26,63-65) y
malhechor (Jn 18,30). Fue traicionado por su discípulo Judas, quien lo vendió por 30 monedas de
plata (Mt 26,14-16). Fue negado por su discípulo Pedro, que le había prometido no abandonarle
(Mt 26,69-75). Fue entregado por las autoridades judías a Pilatos (Mt 27,1-2) y, éste lo condenó a
muerte en cruz (Mt 27,24-26). Ante esta situación, lo abandonaron todos sus discípulos (Mt
26,56b). Murió en la cruz (Mt 27,45-54). Fue sepultado en un nicho prestado (Mt 27,57-60).
Después de tres días resucitó (Mt 28,1-10). Y resucitó. Venciendo a la muerte, proclama que todo
ser humano está llamado para la vida, no para la muerte (Lc 24,1-43).
ñ).- Misión que dejó a sus discípulos: A ellos les dijo: “Vayan, pues, a las gentes de todas las
misiones, y háganles mis discípulos;...” (Mt 28,19). “Vayan por todo el mundo y anuncien a todos
este mensaje de salvación” (Lc 16,15).
2.3. La comprensión de Jesús desde el horizonte de Fe
Como punto de partida asumimos que: los textos evangélicos no son históricos, pero tienen
fundamento histórico y, es en este contexto donde descubriremos a Jesús en su ser y en su actuar;
la acción de Jesús, comprende tres acontecimientos, que ponen de manifiesto no sólo la identidad
de Jesús, sino también la razón formal de su obra: Encarnación, Redención y Santificación.
2.3.1. El evento encarnación
En el Antiguo Testamento (AT) las prefiguraciones y las predicciones son preparación que abren
paso a la revelación total del Proyecto económico de Dios para su pueblo y que se hace realidad
en el Nuevo Testamento (NT) con Jesús. Así, mientras en el AT se nos dice qué cosa es el Mesías,
en el NT se nos dice quién es el Mesías.
1. Jesús es aquel a quien se anunciaba en el Antiguo Testamento.- Alianza como prefiguración y
predicción de la encarnación: en el AT, Dios, después de ver el sufrimiento de Israel (Cf. Ex 3,7),
hace una alianza con el pueblo por medio de Moisés (Cf. Ex 20,1-17=diez mandamientos; nuevo
pacto, Cf. Ex 34,10-ss). Esta alianza entre Dios y el pueblo busca personificarse (Is 42,6) en
alguien que concilie en sí a Dios y al hombre y, esto llega a la plenitud en Jesús. Esta
106
personificación de la alianza tiene imágenes como: la del “esposo” y “el banquete nupcial”. Así,
Jesús es esposo y novio del pacto entre Dios y el ser humano (Cf. Mt 9,15; 22,1-14).
2. El Hijo de Dios se hace hombre.- La encarnación de la filiación divina (el Hijo de Dios encarnado
es Dios mismo que se humaniza para divinizar lo humano). La relación que Israel tenía para con
Dios, como la de un hijo frente un Padre, se vuelve real en la relación de Jesús con Dios Padre,
para ello basta tener presente el lenguaje que utiliza para hablar con Dios: Abba (papito). Jesús
nos hace partícipes del ser hijos de Dios (filiación universal): “mi Padre es vuestro Padre” (cf. Jn
20,17).
Jesús, se revela a sí mismo “ser Dios y plenamente Hombre a la vez” es: según sus propias
palabras “Hijo del Hombre”. Esta expresión significa que en Jesús Dios y el Hombre se encuentran
y, todavía más, significa que Dios y el hombre se encuentran inseparablemente presentes y
operantes.
3. El Hijo de Dios hecho hombre actúa como Dios.- Nos referimos a la encarnación de la acción
divina, es decir, al cómo Jesús se descubre a sí mismo como Dios y empieza a actuar como Dios
en persona. En este horizonte, la realidad que comprende la totalidad del actuar divino se llama
“Reino” y cuando Jesús dice “Reino del Hijo del Hombre” y “Reino del Padre” es lo mismo. Jesús
siendo Hijo, se toma todas las atribuciones divinas, de Dios mismo. Dios se encarna en el Hijo, el
Hijo es encarnación de Dios.
4. El Hijo de Dios se hace hombre y va tomando humanamente conciencia de sí mismo.- En este
horizonte, nos referimos a la encarnación ontológica y psicológica de Jesús, es decir, al cómo
Jesús Dios se hace hombre y al cómo cuanto hombre toma conciencia de que no es sólo hombre
sino que también es Dios.
Ciertamente, el Hijo de Dios, al encarnarse como hombre, naturalmente estaba condicionado por la
naturaleza humana y, por eso es que no se puede pensar que Jesús era radicalmente diferente a
todos los niños o jóvenes de su contexto geográfico y temporal. Pues, era un ser humano que
procesualmente iba tomando conciencia de su ser Hijo de Dios a medida que iba creciendo
biológica y psicológicamente como todo ser humano.
¿Cómo puede Dios hacerse hombre?
Porque quiere (amor) y porque puede (capacidad no humana). La inmutabilidad no implica
inmovilidad.
¿Cuántos “yo” existen en Jesús?
Un solo “yo”. El “yo” de Jesús es “yo” divino que ha tomado la conciencia de la condición humana,
por tanto, no existe más que un yo divino humanizado.
¿Cómo sabe Jesús que es Hijo de Dios?
La cuestión es más bien al revés: ¿cómo el Hijo de Dios toma humanamente conciencia de sí
mismo? Esta conciencia consiste en crecer progresivamente en la conciencia humana de ser Hijo
de Dios. Jesús toma conciencia en las relaciones con el Padre.
¿Cómo conoce Jesús?
107
A través de un conocimiento experiencial, como todo ser humano y; a través del conocimiento
sobrenatural, que consiste en tomar humanamente conciencia de ser Hijo de Dios.
2.3.2. El evento redención y santificación
Por luchar a favor de la dignidad del ser humano y su
liberación, Jesús fue asesinado en cruz por el sistema y,
Dios su Padre lo resucitó, para mostrarnos que “el asesino
no triunfa sobre la víctima inocente”. Dos situaciones ya
mencionadas hacían imposible la armonía del hombre con el
hombre, del hombre con el mundo y del hombre con Dios en
los tiempos de Jesús: el rechazo del hombre a Dios (pecado
personal) y el dominio del hombre sobre el hombre (pecado
estructural). Hoy, aquellas situaciones siguen estando
presentes y hasta perfeccionadas.
Cuando Jesús, Dios-Hombre verdadero, se encarna, nace y
vive entre los hombres de su tiempo, tiene que enfrentarse a
las situaciones de pecado personal y estructural, porque
tenía bien clara su misión que era la voluntad de su Padre
Dios: hacer que el Reino de paz, de justicia y de amor se
establezca ya en el mundo. Por ello, lucha y protesta
inteligentemente y con razón, hasta que el sistema le dio
muerte en cruz.
Pero la muerte del justo no fue el final, sino que el Padre
Dios que sufrió en silencio la muerte de su Hijo, con la fuerza del Espíritu Santo le resucitó,
mostrando así a los asesinos que el mal no triunfa sobre el bien y, que la muerte es vencida por la
vida. Así pues, Jesús el Hijo de Dios, con su encarnación, nacimiento, vida, pasión, muerte y
resurrección, muestra al hombre y al mundo que Dios está a favor de la vida y que bendice y
santifica a quien busca el bien del hombre y del mundo. Vamos a profundizar este evento en el
tema que sigue a continuación.
3. El Proyecto Humanizante de Jesús el Cristo como el Proyecto de Salvación
Jesús presenta y realiza con su vida un proyecto diferente. Ante una situación difícil que vive
Palestina y sus habitantes: dominio del imperio romano, injusticias, pobreza, explotación a los
débiles y empobrecimiento cada vez mayor, ¿cuál es la propuesta de Jesús?
3.1. La propuesta del Reino de Dios
“Después de que tomaron preso a Juan, Jesús fue a la provincia de Galilea y empezó a proclamar
la Buena Nueva de Dios: el plazo está vencido, el Reino de Dios se ha acercado. Tomen otro
camino y crean en la Buena Nueva” (Mc 1,14-15). En otras palabras, Jesús, tomando la posta de
Juan, dice a sus seguidores << ¡cambien su estilo de vida!>>
108
Pero se preguntarán ¿qué le caracteriza a la propuesta de Jesús, para que sea considerada como
diferente? Dos elementos únicos y totalmente actuales, para quienes quieren darle sentido a su
vida:
El centro de la predicación y la obra de Jesús: el Reino de Dios y el amor los empobrecidos y
excluidos del sistema de aquel tiempo: los ciegos, enfermos, paralíticos, leprosos, pecadores, la
mujer (Lc 4,17-21); a ellos los llama bienaventurados (Mt 5,1-12) y; los hace su sacramento (Mt
25,31-46). Refiriéndose a ellos, Jesús, lleno de alegría, dice: no he venido a llamar a los justos,
sino a los pecadores (Mc 2,17). Frente a sus elegidos, los últimos de la sociedad, Jesús se llenó
por que el Padre revela los secretos del Reino a los pequeños y se lo oculta a los sabios y
entendidos (Lc 10,21).
3.2. El proyecto socio-económico y etho-político de Jesús
Jesús, que conoce el hambre de la gente, la opresión causada por los grupos de poder a los
pobres y el dominio que ejercían los conocedores de la ley sobre los sencillos, tomó los elementos
fundamentales de la vida: el pan, el poder y el saber, los re-significó y los vivió de manera
absolutamente nueva. Estos elementos que en los tiempos de Jesús ya eran un problema para los
pueblos, también hoy son realidades de magnitud que al no ser orientados por criterios de justicia,
equidad y solidaridad, continúan, y a gran escala, excluyendo al hombre y negándole su SER.
El Proyecto socio-económico y etho-político de Jesús: desde la perspectiva del ser humano, es una
propuesta de humanización y de personalización y; desde la perspectiva de Dios, es parte del
Proyecto del Salvación.
3.2.1. En el contexto económico
Frente a una economía individualista y no solidaria, Jesús
propone <<el pan para todos>>, una economía centrada
en la persona, solidaria e incluyente. Rompe con esa
actitud excluyente y desentendida que el hombre tiene
por el hombre. Mientras en el sistema todos tienen
banquetes y se potencia el individualismo y el no interés
por la vida y el hambre del pobre, trampa en la también
sus discípulos están y aún no han salido de ella, el
hombre Jesús, plantea que se comparta el pan, que la
economía sea solidaria.
En este horizonte, encontramos a un Jesús que siente
compasión por la gente que le sigue, les da el mensaje
de la Buena Nueva y; cuando sus discípulos viendo hambrienta a esta gente que le seguía, le
dicen al Maestro: ¡despide a la gente para que se vayan a comer! (Mc 6,35-36), Jesús les contesta:
denles ustedes de comer (Mc 6,31-44). Con esta actitud, Jesús, por una parte, se opone a una
economía individualista y excluyente y; por otra parte, plantea una economía centrada en la
persona y solidaria.
109
Esta nueva economía, nace del desprendimiento y la solidaridad y tiene como testimonio
contundente la actitud generosa de un niño que empezó por compartir sus cuatro panes y sus tres
peces. Probablemente el milagro más grande era que a ejemplo de la actitud comparativa del niño
todos los demás pusieron a disposición la comida que habían llevado y así, hicieron una mesa
común en la que todos compartieron y se saciaron.
Se dice que todos comieron hasta quedar satisfechos y, hasta sobró 12 canastas con los restos
(Mc 6,42-43). Se cumple así, las palabras que Jesús expresa en el evangelio de Lucas: “Pues al
que tiene, se le dará más; pero al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará” (Lc 4,25), lo
cual, aplicando, significa que quien no tiene actitud de ser solidario, incluyente, recíproco y
fraterno, terminará muriendo en la soledad de su egolatría, por el contrario, quien tiene una actitud
solidaria, recíproca, incluyente y fraternal, en el acto mismo de hacerla efectiva se desbordará de
manera exuberante, a tal punto que en ello consiste su felicidad y su realización, en otras palabras:
su salvación.
Mucho más tarde, después de haber observado qué hace, cómo vive, cómo piensa y cómo se
expresa Jesús, cuando él les pregunta a sus discípulos: y ustedes quién dicen que soy? El
discípulo Pedro termina confesando: “Tú eres el Mesías” (Mc 8,27-29).
En definitiva, hablando de un pan para todos o de una economía solidaria, Jesús cambia el
comprar por el dar y, el acumular por el compartir. El mensaje que nos da, es que los bienes
materiales no son para acumularlos sino para usarlos en favor de todos, especialmente, en favor
de los empobrecidos.
Lo que Jesús propone es que todos coman y, no que a una minoría le sobre lo que les falta a las
mayorías. De sus labios escuchamos el porqué de su presencia en medio de nosotros-as: “..he
venido para que tengan vida y vida en abundancia” (cf. Jn 10,10).
Aplicación.- Si a nivel global las desigualdades no sólo que son un problema de injusticia
estructural sino, que más allá, sobre todo, son un problema ético, ¿qué se puede hacer para que
desde la visión de Jesús, todos puedan sentarse a la mesa y compartir el pan como hermanos y
hermanas?
El sistema capitalista neoliberal, ciertamente, es todo lo contrario a la visión cristiana: “Así el 17%
de la población mundial consume el 80% de los productos, quedando apenas el 20% para
satisfacer las necesidades del 83% de la humanidad10” Las desigualdades parecen inimaginables,
sin embargo: “El planeta podría alimentar suficientemente con un número de 2.700 calorías por
persona al día, a unos 12.000 millones de personas, frente a los 6.200 millones de seres humanos
que vivimos actualmente11”.
Según la FAO, los ricos de América Latina -un 5% de la población- han aumentado su riqueza en
un 8% en los últimos diez años, mientras que los pobres (el 75% de la población) se hicieron un
10 BOFF LEONARDO, Nueva Era: La civilización planetaria, evd, Estella 1995, p. 37. 11 Tiempos del Mundo, Sección Mundo, Ecuador, Jueves 26 de Febrero de 2004, p. 19, en esta página se presenta un cuadro de “Países pobres con déficit alimentario”, resultado de un análisis de la FAO.
110
13% más pobres. Esto significa que las diferencias económicas entre ricos y pobres han
aumentado un 21%12.
Frente a esta situación, ¿se puede, entonces, ser rico y solidario? ¿Se puede ser pobre y
derrochar lo poco que se tiene? ¿Cómo hacer posible que el capital, el mercado y las cosas estén
al servicio del ser humano en vez de que el hombre sea un rehén del capital, del mercado y de las
cosas?
3.2.2. En el contexto político
Frente a un poder opresor, Jesús propone <<el poder
como servicio>> al hermano.
Frente al poder como dominio, Jesús propone <<el
poder como servicio>>. Rompe con el poder de su
tiempo que oprime y esclaviza y, lo plantea de un modo
radical como servicio del hombre al hombre y, lo hace
desde su propia vida vivida como servicio.
En tiempos de Jesús, en Palestina, el templo de
Jerusalén, representa el poder de las clases de élite.
En nombre del templo los sumos sacerdotes, los
maestros de la ley, los escribas, los ancianos, los
fariseos, los saduceos y, el mismo rey Herodes, se
dieron el lujo de aplastar, matar, enjuiciar, esclavizar y
cobrar impuestos desmedidos a los empobrecidos y
débiles.
Estas injusticias, en nombre del poder y la ley, son también realidad de otros pueblos y, Jesús
conoce bien esta situación y lo detesta por ser condiciones no queridas, deshumanizantes y
despersonalizantes, por eso hace conciencia de ello diciendo: “Como ustedes saben, entre los
paganos los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad
sobre ellos” (Mt 20,25).
Esta realidad, normal para los poderosos y negantes de la vida de los pequeños y excluidos ni
Jesús ni Dios la comparten, porque “Dios no es Dios de muertos, sino de vivos” (Mc 12,27). El Dios
de Jesús el Cristo es un Dios vivo, un Dios de la vida; un Dios que da la vida, quiere la vida,
defiende la vida y lucha por la vida y, Jesús nos muestra con su propia vida cómo el servir es la
forma de dar vida en el más pleno sentido de la palabra, contra el poder que oprime y niega al
hombre.
Jesús se presenta como el modelo de servidor: lava los pies de sus discípulos y termina
diciéndoles “también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado un ejemplo, para
que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho” (Jn 13,1-17).
12 BOFF LEONARDO, o. c., p. 77.
111
Esta dinámica de pasar de las palabras a la praxis, en el marco del amor sin límites, en Jesús, va
más allá: durante la cena de la Pascua judía, Jesús se convierte en pan y en vino y, se hace
comida para los seres humanos. Se entrega por nosotros (Mc 14,12-25). La entrega de la que
hablamos en la última cena, se vuelve realidad en la cruz donde Jesús entrega su vida. Se vuelve
realidad lo que había dicho:
“…el que entre ustedes quiera ser grande, deberá servir a los demás; y entre el que
ustedes quiera ser el primero, deberá ser su esclavo. Porque, del mismo modo, el Hijo
del Hombre no vino para que le sirvan sino para servir, y para dar su vida como precio
por la libertad de muchos” (Mt 20,26-28).
Aplicación.- En el mundo occidental el poder político así como el económico lo ejercen
excluyentemente sólo unos pocos: Estados Unidos por ejemplo, a través del Fondo Monetario
Internacional (FMI) y el Pentágono (Fuerza militar) ha doblegado a los países más débiles
(Afganistán, Irak y los de Latinoamérica).
Este poder ejercido sobre los países pequeños por parte de los fuertes, es evidente también en
medio de todas las personas; pues, esa ambición de poder, late en la propia interioridad de cada
ser humano y por eso, bien puede darse el caso de que tú mismo seas quien ejerzas dominio
sobre los demás en la propia casa con los hermanos pequeños, en la universidad con los
compañeros o compañeras más débiles o en tu lugar de trabajo respecto de los demás.
Si hablamos del poder económico, el capitalismo neoliberal es el mejor de los peores ejemplos:
desde los años 80s, hasta nuestros días, el neoliberalismo “se orienta al crecimiento del capital
transnacional y financiero a costa de la redistribución del ingreso y de los mercados nacionales y
locales en el mundo13” Ello explica hoy, la batalla entre las mega-corporaciones mundiales en el
afán de situarse en las geografías más ricas en bio-recursos del planeta. “Este modelo de
acumulación neoliberal se conoce con el término de globalización. Se trata de una guerra
económica por los mercados existentes a favor de las empresas transnacionales14” Es una guerra
fratricida, un genocidio global que se oculta tras las políticas solidarias de los más fuertes a los más
débiles. Para el Norte, trampolín al dominio económico sobre Latinoamérica, es el Tratado de Libre
Comercio (TLC) del cual, por ejemplo, últimamente son presa Colombia, Ecuador. Perú y Centro
América.
Si hablamos del poder político, el sistema democrático occidental en realidad no tiene nada de
democrático y, ello se revela en la dominio que ejercen las fuerzas de los países poderosos, por
ejemplo: el dominio del Grupo de los 8 (G8) sobre los países empobrecidos; la represión que
efectúan en nombre de la paz los gobiernos Estados Unidos de Norte América sobre los países
que según ellos apoyan al terrorismo.
13 DIERCKXSSENS WIM, “Fin del neoliberalismo, fin del capitalismo surge una nueva utopía”, en PIXLEY JORGE (Coord.), Por un mundo otro. Alternativas al mercado global, CLAI, Quito 2003, p. 46. 14 Ibid.
112
En este contexto, ¿cómo, entonces, cambiar el poder de dominar por el poder de servir? ¿Se
puede ser diferente en un sistema en el que el que tiene más o el que ostenta un cargo maltrata a
los demás sin reconocer ni respetar los derechos que cada ser humano tiene?
3.2.3. En el contexto del saber, del conocimiento y de la ciencia
Frente a un saber que esclaviza, Jesús propone <<el
saber que libera>>. Rompe con toda una cultura de
prepotencia y dominio sustentado en el conocimiento.
Pues, en el contexto judío del tiempo de Jesús así como
hoy, el saber respalda al poder de la palabra y, el poder
de la palabra está a su vez ligado al poder de la ley.
Frente al saber que esclaviza, Jesús propone <<el saber
que libera>>.
Jesús, que no está de acuerdo con que los maestros
conocedores y sabedores de la ley, usando la palabra y la
ley, esclavicen a los empobrecidos y débiles, critica la
situación y presenta su propuesta; él, sin miedo y con
radicalidad, denuncia de manera frontal y les dice a todos
la verdad: a los ricos les dice: “pobres de ustedes los
ricos, los que están satisfechos” (Lc 6,24-26); a los
fariseos y a los maestros de la ley, lo mismo: “Ay de
ustedes maestros de la ley y fariseos hipócritas...” (Mt
23,13-36).
Jesús, quien conoce la Voluntad de Dios y sabe del amor de Dios, tiene para los otros, el poder de
la Palabra que salva y libera y, eso lo descubrió el mismo pueblo, por eso decían: “éste sí enseña
con autoridad y no como los escribas y maestros de la ley” (Mt 7,28-29).
En fin, si los fariseos y escribas eran observadores exactos de la ley, en el fondo olvidaban lo más
importante: la justicia, la misericordia y la fe. En cambio, Jesús no está atado a la ley. Él es el
hombre totalmente libre. Para él, la fuerza que le mueve a actuar no es la ley sino el amor. Con su
ser y actuar nos dice: que el saber, la ley, la religión deben estar al servicio del ser humano y, no
por el contrario, esclavizar al hombre y ser obstáculos de su liberación y realización.
Aplicación.- Hoy el saber y el conocimiento, la ciencia y la tecnología están en manos de unos
pocos: la monopolización del capital, la tecnología y las patentes lo es de los Estados Unidos y el
Canadá15.
El imperio de la tecnocracia impuesto por los supuestos países desarrollados, hoy es vertiginoso y
constituye una mortal amenaza para los pueblos, supuestamente en <<vías de desarrollo>> (según
15 Cf. FUNDACIÓN “JOSÉ PERALTA”, Ecuador: su realidad 2003-2004, AGS, Quito, septiembre 2003, p. 69.
113
los supuestos países desarrollados) así como para la ecología global. Su consecuencia más clara
es la exclusión y la desesperanza de miles de millones de seres humanos y el planeta.
...ciertas culturas humanas se hallan condenas a desaparecer tarde o temprano
debido al progreso de la tecnología, a los que viven en dichas culturas, en lugar de
engañarles bajo la apariencia de desarrollo con la promesa de un <<futuro feliz>>,
debería decírseles claramente que el imperio de esta <<futura felicidad>> será el de la
extinción de su cultura. Sólo los vencedores sobrevivirán16.
A los maestros de la ley y a los sacerdotes judíos (levitas), quienes ostentan el poder a la sombra
del saber y el conocer de las leyes judías y de los mandamientos de Moisés, Jesús les recrimina
duramente diciéndoles:
<< ¡Bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por
dentro estáis llenos de rapiña y maldad. …>> (Lc 11,39b); << ¡Ay también de
vosotros, los legistas, que imponéis a los hombres cargas intolerables, y vosotros no
las tocáis ni con uno de vuestros dedos!>> (Lc 11,46); << ¡Ay de vosotros, los legistas,
que os habéis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros y a los que están
entrando se lo habéis impedido>> (Lc 11,52).
Es que Jesús es la Palabra y Verbo pronunciado por el Padre Dios que se ha encarnado y hecho
Hombre, es palabra que libera a los oprimidos por la ley y el saber que está controlado por unos
pocos y que sirve para matar y doblegar a los otros, los sencillos y los humildes.
Esta nueva forma de ver el pan, el poder y el saber Jesús lo hace explícito en la Eucaristía. La
Eucaristía representa la utopía del proyecto alternativo de sociedad y la realización más que
simbólica vivida del mismo, donde el pan se comparte entre todos los invitados; donde el poder es
manifestado como servicio desinteresado y; donde el saber, es la Palabra que libera.
Ante este panorama, ¿cómo se puede ser solidario con la liberación de las sociedades, las
comunidades y las culturas oprimidas? ¿Qué retos y desafíos se presentan a los pueblos
latinoamericanos cuando sabemos que viven bajo un dominio tecnocrático norteamericano?
4. Lo que significa ser cristianos y seguir a Jesús el Cristo
4.1. Jesús como evento de confrontación del ser y del obrar humanos
Entendemos por evento una suceso significativo por excelencia en el espacio y el tiempo y, en este
contexto, Jesús el Cristo cuanto Hombre y cuanto Dios, con su vida, su muerte y su resurrección,
se constituye en el Salvador del hombre y de la creación. Él con su ser y con su obrar, inaugura
una nueva historia para el mundo y para el hombre, con Jesús el Cristo empieza a gestarse la
historia de la Nueva Creación y la historia del Hombre Nuevo en la historia de Dios.
16 PANIKKAR RAIMON, La nueva inocencia, evd, Estella 1999, p. 117.
114
Jesús cuanto evento de confrontación, por ser perfecta imagen y semejanza de su Padre Dios se
constituye en el modelo de ser humano y el camino que el hombre ha de recorrer hacia Dios. Jesús
es, pues, “el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6), no “un camino, una verdad y una vida” y; en
este contexto, sólo él tiene autoridad para enseñarnos a los hombres y mujeres del mundo, cómo
ser más imágenes y semejanzas de Dios.
Él con su vida nos da la pauta para ser:
- Hombres y mujeres de perdón (Jn 8,3-11).
- Hombres y mujeres solidarios-as (Lc 10,30-37).
- Hombres y mujeres de servicio (Jn 13,2-15).
- Hombres y mujeres de paz (Mt 27,27-31).
- Hombres y mujeres que saben amar (Lc 6,27-36).
- Hombres y mujeres que buscan conversión (Lc 19,1-9).
- Hombres y mujeres de oración (Lc 11,1-10).
- Hombres y mujeres generosos-as (Mc 12,41-44).
- Hombres y mujeres que saben ser compañeros (Lc 24,13,35).
- Hombres y mujeres que luchan por la libertad (Lc 4,18-19).
- Hombres y mujeres con sencillez y humildad (Lc 18,10-14).
Así entonces, quien dice creer en Jesús el Cristo está llamado a aceptarle como su Salvador y
sentido total de su existencia así como de la entera creación y, a trabajar por un mundo más
humano, justo y fraterno. En este horizonte, ser cristianos hoy, significa vivir como Cristo desde
nuestras propias historias y geografías, haciendo posible a como dé lugar la VIDA en el más pleno
y plural sentido de la palabra.
Hoy, ante el sinnúmero falsas ofertas de salvación, la gente se pregunta: ¿cómo encontrarnos cara
a cara con Jesús el Cristo? La respuesta es: en la Palabra (Biblia), en la Eucaristía y, en los
hermanos excluidos17, ahí está Dios y espera por ti.
Jesús el Cristo es pues, el Salvador del Hombre y de la Creación y, es también la transparente
imagen y semejanza de Dios, modelo a seguirse por el ser humano, por eso, asemejarnos cada
vez más a Jesús el Hombre por excelencia que sin dejar de ser Dios traza un camino para que el
ser humano llegue a ser lo que tiene que Ser es nuestro desafío. Diríamos con palabras de K.
Rahner, aunque su expresión no es del todo coherente, sin embargo, muy sugerente: “la cristología
es una antropología acabada y, la antropología una cristología inacabada.”
4.2. Retos para quienes siguen a Jesús el Cristo
Quienes se dicen seguidores de Jesús el Cristo no pueden ser individuos sin identidad, pues son
cristianos y, quien es cristiano18 tiene como centro de su propia existencia y de su acción a Jesús
el Cristo. Pero, ¿cómo se reconoce a un cristiano? ¿Cómo vive su vida un cristiano?
17 Cf. JUAN PABLO II, Exh. Ap. Ecclesia in América, México 1999, No. 12. 18 Este perfil se sustenta en HÜNG HANS, o. c., p. 15-23. Téngase también como referente a VON BALTHASAR HANS URS, Quién es cristiano, Sígueme, Salamanca 2000.
115
Aquél que es cristiano encarna para sí y expresa desde sí en el mundo y en medio de sus
hermanos retos como:
- Vivir desde la óptica de Jesús el Cristo.
- Transparentar los valores del evangelio a través de un testimonio personal y personalizante.
- Hacer de Jesús el Cristo el centro y sentido de su total existencia.
- Confesar y proclamar, a pesar de las persecuciones que Jesús es su Señor y Salvador.
- Testimoniar con su hablar y sus obrar que la muerte y la resurrección de Jesús el Cristo es causa
de la salvación de la entera creación.
- Optar por el Reino que Jesús optó, el Reino de Dios, desde sus diferentes contextos.
- Asumir co-responsablemente y desde sus reales circunstancias espacio-temporales, la creación,
redención y planificación de sí mismo y de la creación entera.
La vivencia cristiana de la vida humana, no es una vivencia estandarizada, no. Ser cristiano,
significa vivir la vida desde la propia historia y cultura, respondiendo a los desafíos al estilo Jesús
el Cristo. Y vivir al estilo de Jesús, no significa que hay que repetir las mismas cosas que él hizo y
como las hizo, no, eso sería negarse a ser uno mismo. Tener como modelo a Jesús, significa que
ante las situaciones políticas, económicas, ecológicas, éticas reales y, para tomar una decisión que
sea coherente, el seguidor o seguidora del Maestro está llamado a cuestionarse confrontándose,
así, bien puede preguntarse ante una situación: ¿qué haría en mi lugar, si Jesús estuviese
atravesando por ella?
Se trata, no de repetir cosas, sino de interpretar lo que Jesús hubiera hecho o haría en tal o cual
caso o situación y, finalmente terminar haciendo, de esa posible respuesta, una respuesta
personal.
4.3. El liderazgo y el compromiso cristianos
Seguir a Jesús exige libertad para darse
totalmente a los más necesitados del mundo,
no como negación sino como capacidad de
amar a los otros.
Aquí nos interesa presentar tres aspectos
confrontativos, con los cuales queremos que
cada quien llegue a sus propias conclusiones:
a).- A Jesús como hombre capaz de asumir
una respuesta política ante la situación de
esclavitud y explotación de sus hermanos;
b).- La situación de los hombres y mujeres de
América Latina como un desafío para los
cristianos y;
c).- Al hombre Jesús cuanto Dios, como
116
ejemplo de compromiso ético y político por un mundo más justo, fraterno y solidario, un mundo que
desde el horizonte de la fe se llama Reino de Dios.
4.3.1. Hablemos de Jesús como de un ciudadano judío común
Jesús apareció en la cultura y la geografía judías y, era un judío común como todos, pero con una
conciencia crítica y una libertad única que le llevó a un compromiso por la vida19. Cuando re-
conoce que su pueblo era objeto de dominio y de explotación por el imperio romano y los jefes
judíos, el hombre llamado Jesús asume una postura de protesta y de lucha buscando una forma
más digna de realización personal y social.
No encontrándose de acuerdo con la injusticia estructural, luchó, no en soledad sino incluyendo a
los demás, para recuperar la dignidad que a los hombres y a las mujeres, a los extranjeros y a los
niños se les había negado. Su meta era construir un mundo más equitativo, más justo y más digno.
Para conseguir aquel mundo soñado por él, por sus amigos y algunos enemigos también,
emprendió un camino de resistencia que le llevó hasta la muerte, porque era un hombre que supo
dar la cara y hasta el final, porque sabía que lo que buscaba él, junto con los empobrecidos, era
digno de lucharse.
Las armas con la que empezó la revolución, no eran las que en su tiempo se usaba para matar al
enemigo y que hoy, ya evolucionadas son las que se usan para dominar y exterminar a los otros,
sus armas eran la justicia, la verdad, la paz, un estilo de vida que enmarcado en el amor era
radicalmente cuestionante para el sistema vigente.
Por su postura anti-sistémica y por su actitud denunciante, el sistema lo asesinó. Lo mataron por
ser un obstáculo para las fuerzas de dominio y de poder. Lo acusaron de ser un hombre que altera
el orden político y religioso, lo acusaron de tener una falsa moral. Lo mataron por sedicioso. Todas
las acusaciones eran patrañas inventadas por los poderosos y lacayos del sistema romano-judío
de aquel tiempo.
Nos preguntamos:
¿Acaso esta historia no se repite todos los días y en diferentes escalas con miles de hombres,
mujeres, ancianos, jóvenes y niños de las geografías empobrecidas del planeta?
¿Acaso multitudes de hombres, mujeres, jóvenes, ancianos y niños de las geografías
empobrecidas del planeta no han luchado y no siguen luchando por un mundo más justo, más
humano y más solidario?
¿Acaso que miles de hombres, mujeres, jóvenes, ancianos y niños de las geografías empobrecidas
del planeta que han levantado la voz para reclamar las injusticias del sistema y de los lacayos del
imperio no han sido perseguidos, apresados, asesinados y desaparecidos por los sistemas de
represión y de dominio en nuestros países?
19 SCHOLL NORBERT, Jesús ¿sólo un hombre?, Sígueme, Salamanca 1979, es un referente que no puede pasarse por alto cuando se trata de comprender a Jesús cuanto Hombre. Téngase también como referencia a DUQUOC CHRISTIÁN, Jesús, hombre libre, Sígueme, Salamanca 2005.
117
¿Acaso, la muerte de miles y miles de profetas y de profetizas que han ofrendado su vida
buscando la Vida, en medio de sus hermanos y hermanas empobrecidos y excluidos, va a quedar
para siempre impune?
4.3.2. Hablemos de ti como de un ciudadano latinoamericano
Hoy, en las historias y las geografías latinoamericanas y de todos los países empobrecidos y
diferentes la vida está en crisis. Se trata de una historia de gentes, etnias y pueblos que han sido
excluidos y negados de sus derechos fundamentales por un sistema que niega la posibilidad de
vivir con dignidad a millones de seres humanos.
El imperio que hoy acecha a los humildes, campesinos, afros y mestizos no es Roma, es el Grupo
de los 8 (G8), es Estados Unidos de Norte América, son los pocos ricos del mundo que junto con
los lacayos de los países del Sur (los gobiernos) se han confabulado para negar las oportunidades
de una vida humana a los empobrecidos que hoy están siendo considerados excedente de un
sistema que elimina.
En este contexto, los seres humanos diferentes y por eso excluidos, entre los que se encuentran
los de América Latina, indignados por las injusticias, han salido a luchar y, siguen luchando por un
mundo más equitativo y solidario. Algunos, ciertamente, ante la desesperación, equivocadamente
han tomado las armas y en vez de propiciar la vida están propiciando la muerte.
¿Tú, en qué orilla estás? ¿Acaso, no quieres un mundo más humano, más justo y más solidario?
¿No te pasa lo mismo que a ese tal Jesús que buscaba la liberación de sus hermanos excluidos,
que buscaba un mundo diferente y donde se pueda vivir con dignidad?
4.3.3. Hablemos de Jesús como Dios y su visión del Reino, comparando con el sueño del ser
humano y el mundo en el que quiere vivir
Un poco más allá y en clave humana pero de fe: Jesús, además de ser un ser humano como
nosotros-as es también Hijo de Dios, es Dios-Hombre. Entonces su lucha no es tan sólo por un
Mundo Nuevo, sino que ese Mundo Nuevo que busca con tanto esfuerzo y premura se llama Reino
de Dios, y en la lucha por conseguir esa meta, no incluye a los otros por sola filantropía sino
porque los considera verdaderamente Hijos-as de Dios y, por tanto, sus Hermanos y sus
Hermanas, con derecho a ese Reino querido por su Padre Dios para el hombre.
Los hombres y las mujeres a quienes Jesús elige para emprender el cambio en el mundo son los
excluidos y las excluidas de la sociedad, porque para Dios los empobrecidos son privilegiados,
pero no los únicos. Con ellos y con ellas se inaugura el Reino de Dios y, Reino de Dios significa un
espacio, un mundo donde Dios, los seres humanos y la creación entera vivan en una armonía
festiva. Mas esa armonía festiva, en perspectiva cristiana, sólo será realidad cuando Dios venga a
vivir en su Creación haciéndola Nueva totalmente y para siempre. Ciertamente, esa Nueva
Creación ya fue inaugurada por Jesús pero no ha sido concluida, se concluirá cuando Dios habite
para siempre en su creación.
Hoy, cuando prevalece la injusticia, el terrorismo de los poderosos y la exclusión a miles de
millones de seres humanos como consecuencia de un sistema económico neoliberal que tiene
118
como centro el capital y el mercado, no al ser humano, ¿acaso no soñamos en un mundo más
humano y más justo?
¿Acaso como hombres y mujeres creyentes no estamos llamados-as a vivir y a actuar como
Jesús? ¿Por qué como Jesús? Precisamente, porque, él es el Salvador y el ejemplo para ser
humanos e hijos e hijas de Dios, él es la perfecta imagen y semejanza de su Padre Dios, que nos
anima a seguir en pie de protesta indignada por la vida en crisis.
La protesta por la vida, por la cual Jesús y sus amigos lucharon hasta las últimas consecuencias,
es una protesta justa y solidaria que todo ser humano y más todavía del ser cristiano han de
despertar y, en ella radica la razón última del ser hombres e hijos del Dios de la Vida. Así pues,
sólo cuando a ejemplo de Jesús el Cristo y motivados por él, los seres humanos en solidaridad
busquemos la justicia y la paz, el Reino de Dios será mucho más transparente entre nosotros.
La conciencia del amor a la vida y el potencial de la solidaridad entre los hombres que se suman
buscándola, hará surgir entre los empobrecidos y excluidos, es decir de los diferentes del planeta,
un Nuevo Mundo más humano y más justo.
En un mundo injusto, no solidario y no equitativo, donde unos pocos corruptos se enriquecen cada
día más a costa de la vida de millares de seres humanos sería anti-humano, anti-cristiano y anti-
ético apagar la llama de la indignación y la protesta dignificante y solidaria, de la cual Jesús mismo
fue pionero.
Los que no se indignan colectivamente no son solidarios, porque apenas se molestan
individualmente sólo con aquello que les afecta directa y personalmente. Esperamos que los
movimientos sociales -muchos de los cuales funcionan en red- cultiven la indignación y dirijan su
energía humana hacia la solidaridad para construir soberanía20.
A continuación un cuadro que sintetiza lo que acabamos de presentar:
SITUACIONES Y ACCIONES
¿QUIÉN?
¿EN QUÉ SITUACIÓN?
¿QUÉ ES LO QUE SE BUSCA?
¿QUIÉNES SE SOLIDARIZAN
PARA LUCHAR?
¿QUÉ ESPERANZA AGUARDA LA
LUCHA?
1.- EL HOMBRE JESÚS
Situación de explotación, de esclavitud y de negación del hombre por el poder del imperio Romano y las autoridades judías.
Se busca la liberación de los hermanos y, para ello se denuncia las injusticias y se promueve una nueva forma de ver y tratar al otro: se le trata como persona.
Jesús se solidariza con los empobrecidos, con los pescadores, con las mujeres, con quienes el sistema los había excluido: Martha, María de Cleofás, María de Mágdala, María
Una nueva situación para el pueblo judío: más justa y más solidaria.
20 DE SOUZA JOSÉ y Otros, La innovación de la innovación institucional, RED NUEVO PARADIGMA, Quito, octubre 2005, p. 38.
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su madre, Pedro, Santiago, Juan, Mateo, Pablo y muchos más; a ellos y a ellas les llamará amigos-as.
2.- TÚ-YO = NOSOTROS-AS (los diferentes y excluidos por el perverso sistema capitalista neoliberal)
Situación en la que las mayorías son empobrecidas, explotadas y excluidas; donde la pobreza y el hambre son la causa de millares de muertos.
Se busca que la justicia sea aplicada en favor de los olvidados del planeta. Se busca que el ser humano mestizo, indio y afro viva con dignidad; se busca liberación de las estructuras políticas, sociales y económicas que niegan al hombre y le condenan a vivir como no-hombre.
Los hombres, las mujeres, los ancianos, los jóvenes y los niños diferentes y en situación de exclusión, se congregan solidariamente para reflexionar desde sus contextos y, proponen alternativas a un sistema perverso de exclusión.
Que “Otro Mundo sea Posible”: donde se pueda vivir con dignidad y en libertad, en fraternidad, con equidad y en justicia.
3.- JESÚS EL CRISTO (Dios Hombre)
En un mundo donde el hombre se ha vuelto predador del hermano y de la naturaleza. En un mundo donde hay crisis de la VIDA.
Jesús el Cristo busca la liberación total del hombre y de la creación: busca la SALVACIÓN.
Jesús el Hijo de Dios hace una opción preferencial pero no excluyente por los empobrecidos y los excluidos y, convoca a todos los hombres y mujeres de buena voluntad para trabajar juntos por un Mundo más HUMANO, JUSTO, SOLIDARIO Y DE PAZ.
Ese Mundo más humano, justo, solidario y de paz, se llama REINO DE DIOS.
Reivindicando nuestra reflexión antropológica cristiana, para el hombre ser-en-el-mundo significa:
- Estar llamado a construir un mundo más humano y más justo, actuando creativa e
inteligentemente desde los propios contextos y sin perder el horizonte global del Reino de Dios.
- Establecer magníficas y armoniosas relaciones entre los seres humanos y de éstos para con la
naturaleza, todas ellas enmarcadas en un horizonte de justicia.
- Asumir al otro como hermano y al mundo como creación de Dios los cuales se vinculan en
sentido total sólo en Jesús el Cristo.
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- Esforzarse por ser lo que es: <<imagen y semejanza>> de Dios, esto es, trabajar por ser mejor
reflejo y mejor representante de su Creador en el mundo.
- Saber-se a sí mismo que cuanto ser cuerpo espiritualizado, cuanto persona y cuanto libertad
tiene como modelo de ser humano a Jesús el Cristo quien con total transparencia le muestra cómo
establecer creativas y humanizantes relaciones consigo mismo, con los otros seres humanos, con
el mundo y sus realidad y con Dios.
- Saber-ser co-responsable, por tanto ético, con sus propias decisiones: pues, cualquier decisión
que tome, ésta siempre tendrá sus consecuencias políticas y éticas ya sea en lo personal como en
lo social. Así pues, es responsable de sus actos ante el creador y ante sus hermanos y sus
hermanas en el mundo; es co-responsable con la generaciones pasadas, presentes y futuras.
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