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CAPITULO II
MARCO TEORICO
1. Antecedentes de la Investigación
A criterio de la autora de la presente investigación, los estudios previos
más destacados con mayor aporte en los ámbitos teórico, científico, práctico,
social y metodológico desde el año 2006 hasta la actualidad, en el área de
gestión energética de los sistemas de alumbrado público, se corresponden a
los desarrollados por los departamentos: Luminotecnia, Luz y Visión de la
Universidad Nacional de Tucumán en San Miguel de Tucumán en Argentina,
y el de Proyectos de Ingeniería de la Universidad Politécnica de Cataluña en
Barcelona España, razones por las cuales han sido seleccionados como
antecedentes de este trabajo especial de grado.
Los expertos integrantes de los departamentos referidos, han planteado
enfoques que han posibilitado la definición de estrategias, políticas de
gestión y explotación del alumbrado público en municipios tanto de América
como de Europa.
Cabe referir que las investigaciones que se mencionan a continuación
no abordaron las auditorías energéticas a los sistemas de alumbrado público
como variable de estudio, sin embargo los tópicos estudiados tienen relación
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directa con los indicadores o acciones a ser considerados durante la
ejecución de las mismas. La mayoría de los trabajos de investigación
requirieron emplear como herramienta básica las auditorías energéticas para
verificación de las condiciones durante las investigaciones de campo, la
determinación de las desviaciones y las propuestas de actuación:
Manzano y Deco (2006) realizaron una investigación titulada
“Alumbrado urbano y satisfacción ciudadana”, calificada como descriptiva
bajo la modalidad de campo y proyecto factible; su diseño fue no
experimental. En el trabajo desarrollado se propuso un método para evaluar
el grado de satisfacción ciudadana, denominado CSA (Calidad del Servicio
de Alumbrado), basado en encuestas a los usuarios del servicio.
El diseño de la encuesta, propuesta en la investigación de Manzano y
otros (2006), esta basada en el modelo confiable de Zeithaml, Parasuraman
y Berry (1993), desarrollado para medir la calidad de servicios privados
(hoteles, supermercados, clínicas, entre otros). El modelo permite tener un
instrumento para orientar el servicio público hacia la calidad, desde el punto
de vista de los ciudadanos. Se debe tener presente que a pesar de que el
modelo original fue desarrollado para servicios privados, es adaptable a los
servicios públicos, partiendo de admitir una diferenciación entre ambos.
Como aporte significativo al presente trabajo de grado, se recomendará
la aplicación del instrumento propuesto en la investigación de Manzano y
otros (2006), para medición del grado de satisfacción ciudadana dentro de la
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metodología a ser propuesta como parte de las actividades a ejecutar
durante las auditorías energéticas a los sistemas de alumbrado público de
los municipios noroccidentales del estado Zulia.
Kirschbaum, Cabello, Manzano, Raitelli, y Tonello (2006) desarrollaron
una investigación titulada “Iluminación eficiente en poblados, edificios y
viviendas rurales”, categorizada como descriptiva bajo la modalidad de
campo y proyecto factible. Este trabajo informa sobre el desarrollo de un
proyecto sobre hábitat construido, utilización de energía y desarrollo en
localidades rurales en la provincia de Tucumán, Argentina, los objetivos
generales del proyecto intentaron aportar herramientas para el mejoramiento
de la calidad de vida de pobladores, contribuir a la generación de fuentes de
trabajo con posibilidades de desarrollo local.
Argentina es un vasto país con muchas diferencias entre las provincias
en función de su riqueza natural, la producción, la capacidad institucional, los
niveles de ingresos y los indicadores sociales. Por lo tanto, es importante
considerar las diferencias de la pobreza por región no sólo los promedios
nacionales. Las tasas de pobreza son sustancialmente mayores en el
Noroeste (46% en 1998) y en el Noreste (49%), seguido de las regiones
montañosas, áridas de Cuyo (36%). Por el contrario, la ciudad o la provincia
de Buenos Aires así como las cinco provincias que constituyen la región rica
en recursos de la Patagonia, cuentan con tasas de pobreza menores que el
promedio (24% y 22% respectivamente).
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Detrás de la variación por región, también se registraron diferencias
importantes entre las poblaciones rurales y urbanas que tienen una relación
con los niveles de pobreza o de las condiciones locales. Tucumán no
quedaba excluido de este concepto. Por lo que a través del proyecto de
investigación se intentó contribuir mediante desarrollos e innovaciones
tecnológicas en algunos aspectos que podrían significar mejoras en la
situación de los habitantes rurales. Se pretendió a partir de la investigación,
llenar el vacío de conocimientos existentes sumados a ello, la extensión y
transferencia a los destinatarios.
El proyecto de investigación desarrolló estudios en áreas vinculadas
con la producción del hábitat construido, investigando los posibles
mecanismos para optimizar la utilización de materiales y mano de obra local.
El equipamiento de edificios o viviendas fue otro campo de estudio no solo
desde el punto de vista de materiales sino también del acondicionamiento
ambiental. El medio ambiente en escuelas fue un tema de estudio desde las
perspectivas arquitectónica, física de la salud y el aprendizaje.
El caso de los asentamientos rurales fue incluido el planeamiento
urbano, la preservación de edificios o espacios tomando como tema de
análisis el alumbrado público desde el punto de vista de control y gestión.
Un aspecto importante para el desarrollo local son las vías de comunicación,
para lo cual se estudió el desarrollo de sistemas de orientación visual tanto
diurna como nocturna en los caminos rurales.
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Como resultado de la investigación, se identificó que las fuentes
luminosas más difundidas, eran lámparas mezcladoras en el alumbrado
público e incandescentes en viviendas rurales. Los artefactos utilizados en
alumbrado público son no apantallados con reducido control de la
distribución de intensidades luminosas lo que dificulta la orientación del flujo
lumínico hacia zonas que lo demandan, con un elevado derroche de luz,
montadas de manera de iluminar grandes extensiones y en particular
aquellas donde circulan vehículos, a pesar de que la circulación es reducida.
Los caminos rurales carecen de iluminación artificial salvo en ciertos lugares
aislados. Se verificó la ausencia de señalización.
El alumbrado público representó casi el 70% del gasto comunal en
energía eléctrica. En este caso es necesario estudiar los tipos de control del
encendido y apagado como también su duración. En las viviendas la
generalizada utilización de lámparas incandescentes, sin artefactos, puede
explicarse por diversas razones: bajo precio comparado con otras
alternativas, difundida utilización, sencillez de funcionamiento, instalación y
mantenimiento.
Los aportes de la investigación de Kirschbaum y otros (2006) al
presente trabajo , se focalizan en las posibles coincidencias de las
características de los sistemas de alumbrado de algunos sectores rurales de
los municipios objeto de estudio, serán consideradas dentro de las medidas a
proponer para mejorar el perfil de consumo, vinculadas a la introducción de
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innovaciones tendentes al aprovechamiento de luz natural, utilización de
equipos que mejoren la distribución de la iluminación, incremento de la
calidad de la iluminación en las localidades, así como propuestas destinadas
a renovar o mejorar aspectos de diseño arquitectónico, acondicionamiento
ambiental, sistemas constructivos, equipamiento de viviendas y espacios.
Gagliardi, Deco y Manzano (2007), realizaron una investigación titulada
“Consideraciones acerca de gestión de la calidad para el alumbrado urbano”,
calificada como descriptiva bajo la modalidad de campo y proyecto factible .
Doce ciudades de diferentes países fueron estudiadas para obtener
información sobre estrategias de mantenimiento e indicadores de
desempeño para verificar la calidad del servicio, se realizaron encuestas a
los gerentes de alumbrado público de las municipalidades. En todas existían
estrategias de mantenimiento, desde el reemplazo de solo una lámpara
hasta el reemplazo de un grupo de lámparas y limpieza de luminarias.
Cuando la calidad del servicio es evaluada, a pesar de que la ubicación
geográfica y la situación económica puede variar de un país a otro, algunos
criterios pueden ser intercambiados. Dos indicadores de desempeño fueron
encontrados importantes por parte de los gerentes de alumbrado
entrevistados, los cuales fueron analizados con detalle: El porcentaje de
lámparas apagadas por diferentes causas sobre el número total de lámparas
instaladas que pueden ser encontradas durante una inspección nocturna. ó
factor de averías y los niveles de iluminancia medidos en lugares urbanos.
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En la ciudad del Rosario en Argentina , inspecciones fueron realizadas
para verificar el valor promedio de averías. Esta ciudad con más de 78.000
puntos de luz (2006) distribuidas sobre 179 kilómetros cuadrados, tienen una
administración dividida en tres zonas principales con diferentes contratistas
de mantenimiento. Cada zona fue dividida en varias áreas. El factor de
averías obtenido de las inspecciones nocturnas para la zona 3 fue de 0,98,
sin embargo los valores para ésta área variaban entre 0,17 a 2,5 %. La
variación se debió a la salida eléctrica de un circuito causada por la rama de
un árbol durante una tormenta.
De la investigación de Gagliardi y otros (2007), será considerada la
determinación del factor de averías permanentes como recomendación de la
medición de la calidad del servicio del alumbrado por parte de las operadoras
o prestatarias, parámetro del cual dispondrán los directores de servicios
públicos de los municipios como uno de los indicadores de gestión de los
sistemas de alumbrado.
Mockey, León y Manzano (2008) realizaron una investigación titulada
“Eficiencia energética en el alumbrado viario”, constituyó un estudio de caso.
El trabajo presentó los resultados más significativos del estudio integral de
eficiencia energética del sistema de iluminación viaria de una zona del centro
histórico de la ciudad de Santiago de Cuba que abarcó 26 vías de transito y
635 puntos de luz. Este estudio abarcó aspectos luminotécnicos pero
además centró su atención en el estado de régimen de los circuitos eléctricos
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que alimentaban el sistema. Desde el punto de vista luminotécnico se
comprobó el empleo mayoritario de las lámparas de vapor de mercurio con
una gran variedad de potencias siendo las más utilizadas las de 250 vatios.
El sistema de alumbrado al momento de la investigación estaba
alimentado por 11 circuitos eléctricos que tenían un comportamiento
desproporcionado en cuanto a su configuración, extensión y potencia total
instalada, lo cual provocaba que los parámetros de operación (caída de
tensión y pérdidas de potencia) fueran desiguales, e incumplieran los valores
exigidos para este tipo de circuitos.
El estudio propuso renovar desde el punto de vista luminotécnico con
la sustitución de las lámparas existentes por lámparas vapor de sodio de alta
presión de descarga de 70 y 100 vatios, según los requerimientos de cada
vía, que unido al rediseño de los circuitos permitiría reducir la demanda
eléctrica en 121,9 kW (69%) y del consumo eléctrico en 591,4 MWh/año.
Otros efectos importantes serían la reducción del consumo de combustible
por generación de energía en 218,7 toneladas al año y la reducción de la
emisión de gases contaminantes a la atmósfera en 473 toneladas por
concepto del ahorro estimado.
Como aporte significativo al presente trabajo de grado, se considerará
dentro de las recomendaciones de la propuesta metodológica la
determinación de los indicadores relacionados con los efectos
contraproducentes al medioambiente en cuanto a reducción de emisión de
gases contaminantes. De igual manera serán consideradas las
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características coincidentes de los componentes del sistema de alumbrado
viario o vial estudiado, con las instaladas en los municipios noroccidentales
del estado Zulia, así como la posible aplicación de las mejoras
luminotécnicas planteadas en la investigación de Mockey y otros (2008).
Manzano, Sotar, Alcaraz, Rollhaiser y Kirschbaum (2008), realizaron
una investigación titulada “Evaluación y planificación de la iluminación
pública en poblaciones rurales”. La investigación fue descriptiva,
correlacional, de campo, no experimental. El trabajo presentó un estudio
detallado de evaluación y planificación del alumbrado en dos poblaciones
rurales del norte de Argentina. Dentro de la problemática planteada en la
investigación de campo realizada se hizo referencia a que la iluminación
pública es una de las necesidades básicas de las poblaciones rurales cuyo
tratamiento hasta el presente ha sido abordado en forma similar al
tratamiento de la iluminación de una gran urbe.
Las diferencias en densidad poblacional, densidad de tránsito nocturno ,
actividades y tipo de usuario nocturno (peatones, ciclistas, vehículos a
tracción animal, entre otros) hacen necesaria una planificación a medida de
cada situación. En algunos casos se agrega que la población tiene un
atractivo turístico o es un centro de veraneo donde, durante un corto periodo,
la actividad y la población se incrementan notablemente.
Como metodología de trabajo para el abordaje y la resolución de la
problemática se plantearon como actividades la evaluación de las
condiciones lumínicas, la calidad de la prestación del servicio así como, la
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eficiencia de las instalaciones, las cuales fueron útiles para la planificación y
justificación económica de las propuestas de actuación en etapas ó fases
atendiendo a las características de cada población, sus necesidades así
como el estado de su infraestructura en iluminación.
La investigación arrojó un estado deficitario, además existían zonas
residenciales carentes del servicio de iluminación. En cuanto al tipo de
luminarias empleado, un 79% debería ser sustituido, por sus características
de baja eficiencia, baja protección mecánica, ambiental y grado de deterioro.
Respecto al tipo de lámparas, un 67% correspondieron a lámparas
incandescentes, mixtas y mercurio, factibles de ser reemplazadas por
lámparas de mayor eficiencia como las de sodio de alta presión (SAP) o las
de mercurio halógeno (MH). En vías de transito vehicular SAP; en zonas de
transito peatonal importante o plazas donde el uso de luz blanca indica ser
convenientes las lámparas MH o fluorescentes compactas. El mantenimiento
de las instalaciones resultó también deficitario lo cual quedó de manifiesto en
la falta de limpieza (64%) y obstrucción de arboleda (15%).
Analizando la situación global, se requería una renovación total de las
instalaciones de la población, con un costo de inversión elevado
recomendándose la realización de las actuaciones en dos etapas. En la
primera etapa se aprovecharía el potencial de ahorro energético de renovar
las lámparas de baja eficacia y la implantación de equipos auxiliares de doble
nivel de ahorro energético. El ahorro de energía debería producir los
recursos necesarios para pagar la inversión. Las poblaciones rurales
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analizadas tenían un potencial de eficiencia y ahorro de energía muy
importante, 54% (San Pedro) y 37% (Amaicha).
Los aportes de la investigación de Manzano y otros (2008), al presente
trabajo de grado, se corresponden con la utilización de las macro actividades
empleadas dentro de la metodología para el abordaje de la problemática en
cuanto a las características de componentes y el diagnóstico de la situación
de los sistemas de alumbrado público durante la ejecución del proceso de
auditorías, desde la óptica del ahorro, valoración de la eficiencia y
presentación de los resultados de los levantamientos “in situ”.
Carlorosi, Tapia y Manzano (2009), realizaron una investigación titulada
“Rendimiento y la medición de la calidad de energía debido a los armónicos
en las redes de alumbrado público”. La investigación fue descriptiva,
correlacional, de campo. El gobierno de la municipalidad de San Miguel de
Tucumán ciudad de Argentina interesado en la aplicación de políticas de
ahorro de energía en los sistemas de alumbrado vial, estableció como
medida de actuación la instalación de dispositivos tales como relojes
astronómicos programables y equipos de control electrónico en reemplazo de
las fotoceldas y control inductivo empleados para el encendido de las
luminarias en ese momento.
Otra medida sería el reemplazo de luminarias existentes por otras de
mayor eficiencia. Una evaluación técnico económica fue necesaria con la
asistencia de los expertos del Departamento de Iluminación de la
Universidad de Tucumán para la evaluación del rendimiento de los
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dispositivos como el impacto en la calidad de energía en los sistemas de
alumbrado. El estudio fue llevado a cabo al aire libre, además de pruebas en
el laboratorio. Durante un mes y medio, seis sistemas de alumbrado con 273
luminarias.
Los sistemas seleccionados pertenecían a áreas residenciales las
cuales representaban más del 60% del total del sistema ó facilidades de
alumbrado de la ciudad en ese entonces (26.000 luminarias). En adición
pruebas fueron conducidas comparando los sistemas de control instalados
con los sistemas propuestos para lámparas de descarga de alta presión de
sodio de 150 vatios. Se evaluó el rendimiento variando la tensión de entrada
de las luminarias.
Los resultados de la investigación determinaron que el uso de relojes
astronómicos programables en lugar de fotoceldas produce un ahorro del
11% de energía, debido al ajuste actual del tiempo de encendido y apagado.
El control electrónico en lugar del control inductivo produce un 28% de ahorro
de energía. El reemplazo de Luminarias de SAP 150W por unas SAP de
100W con control electrónico produce un 43% de ahorro de energía.
Los resultados de las pruebas al aire libre de las mediciones de los
parámetros eléctricos y de distorsión de armónicas (THD) en el alumbrado
publico con los controles a ser reemplazados indicó que la distorsión total de
armónicas de tensión THD V fue de 2,8% y la distorsión total de armónicos
de corriente THD A puede reducirse de 38% a 6,5%, aún cuando los equipos
de control electrónico fueron ajustados a la más baja potencia de salida
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(70% de la potencia de salida y 60% del valor de iluminancia promedio
inicial).
Los resultados de la investigación de Carlorosi y Otros (2009), servirán
de soporte referencial para la incorporación de las medidas de actuación
vinculadas a la instalación de los dispositivos de control de encendido
electrónico, relojes astronómicos programables y utilización de luminarias de
mayor eficiencia dentro de las propuestas de mejoras de la presente
investigación.
Manzano (2009), en su artículo titulado “La Iluminación de los espacios
públicos urbanos II: Consideraciones sobre el impacto ambiental”, analiza
algunos aspectos involucrados en la iluminación de los espacios públicos
urbanos para la toma de conciencia de las posibles causas y consecuencias
relacionadas con el impacto al medio ambiente. Las consecuencias en mayor
o menor medida, están relacionadas con:
La producción de CO2 (Dióxido de Carbono), SO2 Dióxido de Azufre y
NOx (Nitrióxidos), por generación de energía eléctrica con combustibles
fósiles para cubrir el exceso de energía para la iluminación producido por la
emisión innecesaria de flujo luminoso hacia el cielo.
La eliminación periódica de componentes del sistema de iluminación,
los cuales constituyen residuos con impacto alto o bajo sobre el ambiente.
La luz dispersa y polución lumínica del cielo nocturno y efectos en el
crecimiento de insectos especies animales y vegetales, según la sensibilidad
y comportamiento de las especies a la luz artificial
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Las consideraciones sobre el impacto ambiental, en la iluminación de
los espacios urbanos emitidas por Manzano en el artículo referenciado,
servirán de base para la emisión de recomendaciones y/o medidas de
actuación a ser incluidas dentro de las actividades a ser desarrolladas en los
los procesos de auditorías energéticas a los sistemas de alumbrado de
municipios bajo estudio, así como dentro de las propuestas de mejoras.
2. Bases Teóricas
En este trabajo de grado las bases teóricas a ser desarrolladas serán
focalizadas hacia la exposición y análisis del marco conceptual relacionado
con la necesidad de una Metodología para la ejecución de Auditorías
Energéticas a los Sistemas de Alumbrado Público, la cual constituye la
variable de estudio de la presente investigación.
2.1. Metodología
PMI (2008), define metodología como un sistema de prácticas,
técnicas, procedimientos y normas utilizado por quienes trabajan en una
disciplina.
Morles (2002), presenta su visión de la metodología en su acepción
amplia y etimológica como la ciencia de los métodos definiéndola como el
estudio crítico del conjunto de operaciones, procedimientos racionales y
sistemáticos que utiliza el ser humano para encontrar soluciones óptimas a
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problemas complejos, teóricos o prácticos, sugiere que sea considerada
como un sistema compuesto por cinco fases o niveles interrelacionados, que
no tienen porque ser secuenciales ó excluyentes, los cuales el ser humano
de manera consciente o inconsciente recorre para la resolución de
problemas, partiendo de lo general a lo específico. Para Morles (2002), éstas
fases tienen correspondencia con una cadena de decisiones humanas de
cinco niveles:
Los enfoques o nivel ideológico tales como el positivismo, el
estructuralismo o el marxismo; el pragmatismo, el mercantilismo. entre otros,
son abordajes epistemológicos, referidos a las actitudes que diferentes
personas adoptan de forma consciente o inconscientemente, cuando se les
presentan problemas similares como efectos de sus intereses, experiencias o
ideología. Esto hace, que puedan ser aplicados en su resolución distintos
modos, estrategias y métodos.
Los modos de producción intelectual ó nivel formal están
vinculadas al tipo de problema a ser resuelto si es de índole científico,
técnico o artístico) y a la especificidad desde el punto de vista metodológico
del problema, es decir, en cuanto a la manera de resolverlo. Ejemplos de
modos de producción serían, en el campo científico: hablar de una
investigación o de la construcción de una teoría; en el caso de la técnica: una
invención, un diseño o una innovación tecnológicas; en el caso del arte: una
composición musical, una novela o una escultura.
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Las estrategias o nivel organizacional se refieren a como son
ordenados los recursos (humanos, físicos, financieros o institucionales)
utilizados en la resolución de los problemas. Ejemplos de estrategias serían:
trabajo artesanal o individual, trabajo cooperativo o en equipos, trabajo
industrial o en talleres.
Los métodos o nivel lógico son los conjuntos de operaciones
intelectuales o físicas, que se seleccionan en función del tipo de actividad o
modo de producción, son estructurados y sistémicos de procesos lógicos.
Ejemplos de métodos serían: la experimentación, la simulación por
computadoras, los estudios prospectivos.
Antes de seleccionar un método (o sea, el conjunto de operaciones
ordenadas) para resolver un problema científico o técnico complejo conviene
tener presente que en ningún campo de la producción intelectual es posible
lograr resultados novedosos y relevantes sin un conocimiento profundo o
dominio del objeto en estudio. De allí la importancia de lograr previamente
una información lo más exhaustiva posible sobre el tema, con base en la
revisión de la literatura existente y la consulta a expertos en la materia.
Las técnicas o nivel operativo, como el conjunto de operaciones
concretas para resolver problemas típicos consisten en procedimientos
específicos, tales como los cultivos en Biología; la cromatografía en Química,
la resonancia magnética en Medicina; el análisis costo-beneficio en
Economía, o la evaluación continua de los aprendizajes en educación.
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Para Morles (2002) los enfoques, las estrategias, los modos de
producción son similares en los campos de la ciencia y de la técnica: En
cambio la diferencia entre método y técnica es cuestión del grado de
generalidad aclara que un método es un conjunto de técnicas, pero lo
contrario no, lo que es un método en un caso puede ser técnica en otro.
La acepción de Morles (2002) se contrapone con la conceptualización
de algunos autores, tales como Parsons (1998 c.p. Morles, 2002) quien
define a la metodología como un nivel del proceso de investigación científica
posterior a la teoría mediante la cual se determina la legitimidad de los
procesos de verificación de hipótesis; ó Alonso (1998 c.p. Morles 2002) para
quien la metodologías es una etapa intermedia, entre teoría y técnica, ya que
ello supondría la existencia o una relación de continuidad entre tres
conceptos de naturaleza diferente como lo son la teoría , el método
propiamente dicho y la técnica.
Sobre la base de la fundamentación teórica planteada por PMI (2008)
y Morles (2002), se concibe Metodología como un conjunto de fases
interrelacionadas en orden lógico y secuencial, la cual está integrada por
actividades o pasos aplicables a un proceso con características específicas,
con el obje tivo de identificar posibles desviaciones y plantear acciones de
mejoras para la resolución de una problemática existente, basadas en un
conjunto de prácticas, técnicas, procedimientos o normas relacionadas con el
área ó materia de estudio
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2.2. AUDITORÍAS
Soy (2003) define auditoría como un examen crítico que se realiza con
el fin de evaluar la eficiencia y eficacia de una organización, a través de un
procedimiento sistematizado.
Por otra parte para Tellez (2004) una auditoría es una revisión
metódica, periódica e intelectual de los registros, tareas y resultados de una
empresa u organización, con el fin de diagnosticar el comportamiento global
en el desarrollo de sus actividades y operaciones.
En línea con los autores se concibe una auditoría como una revisión
sistematizada de las actividades, áreas o funciones especiales de una
organización o proceso, a fin de emitir un dictamen profesional sobre la
razonabilidad de sus operaciones y actividades.
2.3. Tipos de Auditorías
Soy (2003) y Tellez (2004), coinciden en agrupar las auditorías de
acuerdo al lugar de origen, según el área de aplicación y las especializadas.
A continuación se describe el alcance de cada una bajo la perspectiva de los
autores referidos
De acuerdo al lugar de origen: Las auditorías serán externas las
cuales son realizadas por auditores totalmente ajenos a la empresa, esto
permite que el auditor externo utilice su libre albedrío en la aplicación de los
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métodos, técnicas y herramientas con las cuales hará la evaluación de las
actividades y operaciones de la empresa que audita, si las auditorías son
realizadas por un auditor que labora en la empresa donde se realiza la
misma se denominan internas.
De acuerdo al área de aplicación: Son aquellas realizadas a áreas
funcionales de una organización o a un sector entre éstas se encuentran las
financieras, administrativas, operacionales, gubernamentales entre otras.
De acuerdo a la Especialidad: Son las auditorías de carácter técnico
realizadas por especialistas de la disciplina del área de interés, entre las
cuales se encuentran las aplicadas al área médica, al desarrollo de obras y
construcciones (evaluación de ingeniería), fiscal, laboral, proyectos de
inversión, al manejo de mercancías (inventarios), ambiental, auditoría de
sistemas computacionales (auditoria informática), y las auditorías
energéticas.
Las auditorías energéticas constituyen el tipo de auditoría objeto de la
metodología a ser propuesta en la presente investigación por lo cual será
ampliado el concepto en su amplio sentido.
Considerando la categorización de los autores, puede enunciarse que
las auditorías energéticas pertenecen al tipo especializadas de carácterr
técnico, que involucra áreas de operación y de campo, pudiendo ser
desarrolladas por auditores especialistas internos o externos a la
organización o empresa.
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2.4. Auditorías Energéticas
Capehart, Turner y Kennedy (2005), exponen que una vez que una
facilidad comercial o industrial haya designado su gerente de energía , da a
ésta persona el soporte y la autoridad necesaria para desarrollar un
adecuado programa de gerencia de energía, el primer paso como gerente es
conducir una auditoría energética, también llamada evaluación energética o
análisis energético. La auditoría energética examina las formas de energía
usadas en las facilidades e identifica algunas alternativas para mejorar la
eficiencia energética y reducir costos. Las metas u objetivos de una auditoría
según los autores son:
Identificar claramente los tipos y costos del uso de la energía.
Entender como la energía está siendo usada y posiblemente
desperdiciada.
Identificar y analizar alternativas tales como técnicas de mejoras
operacionales, o nuevos equipos que podrán sustancialmente reducir costos
de energía.
Desarrollo de un análisis económico en para las alternativas
propuestas y determinar cuales son costo efectivas para el negocio o
industria involucrada.
Ipsom Consultores (2010), definen que una auditoría energética es un
proceso sistemático que compara un escenario energético actual con un
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escenario óptimo, con el objetivo de identificar los elementos diferenciales y
realizar propuestas de mejora que reduzcan el consumo de forma viable .
Una auditoría persigue proponer para mejorar en eficiencia energética, si no
se han realizado actuaciones previas es posible ahorrar a partir de un 25%.
Sobre la base de lo conceptualizado por los autores referidos, se
conciben las auditorías energéticas como una medida de actuación dentro de
la gestión energética que representa un punto de partida para el diagnóstico
y evaluación de una problemática energética de un proceso, en función de la
identificación de desviaciones que merman el desempeño óptimo de una
instalación, en base a lo cual se establecerán recomendaciones y/o mejoras
con grados de inversión bajos o altos que generarán proyectos de
implantación a corto, mediano y largo plazo e iniciará a la organización,
industria o ente responsable del servicio en procesos de mejora continua
energética.
2.4.1. Fases de Auditorías Energéticas
Para Capehart y otros (2005) existen tres fases en una auditoria
energética: preparación de la visita de la auditoría, desarrollo de la encuesta
de auditoría ó levantamiento en sitio e implementación de las
recomendaciones de la auditoría .
En la primera fase, son analizados en detalle los recibos o
facturación de la energía para determinar como la energía está siendo
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utilizada y como su uso varía en el tiempo. La información preliminar de las
facilidades son compiladas, las herramientas de la auditoria son requeridas y
el equipo de la auditoría es conformado.
La segunda fase de la auditoria comienza cuando el equipo de
trabajo lleva a cabo la inspección en sitio y recaba toda la información de los
sistemas físicos instalados en la facilidad. Luego el equipo de auditoria debe
desarrollar un balance energético para cuantificar el uso de la energía en la
facilidad. Una vez que todos los usos de la energía han sido identificados, el
equipo de trabajo puede comenzar a analizar las alternativas. El paso final de
la segunda fase es el reporte de auditoria el cual recomienda cambios en los
equipos de procesos u operaciones para producir ahorro en costos de
energía .
La tercera fase es la de implantación, comienza cuando el gerente de
energía concuerda con los objetivos específicos de ahorro energético e inicia
algunas del total de acciones recomendadas para alcanzar los objetivos.
Luego se establece un sistema de monitoreo el cual permitirá a la gerencia,
el cumplimiento de las metas para mostrar cuales medidas han sido exitosas
y cuales han fallado. Los resultados del monitoreo serán la retroalimentación
para el comienzo del ciclo de auditorías y así potencialmente se iniciarán
más análisis, implementaciones y monitoreo.
IPSOM (2010), divide el proceso de ejecución al igual que Capehart y
otros (2005), en tres fases principales las cuales son descritas a
continuación:
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La primera fase ó análisis del escenario actual, abarca las actividades
de recopilación de datos generales del cliente donde se describen las
actividades, negocios, servicios, producción, la información relacionada con
el Inventario de equipos, fichas técnicas, descripción de puntos de consumo,
procesos, medidas de consumo (análisis de campo), régimen de producción
por equipo curva de carga anual cuarto-horaria (dos años) y balance
energético (relación entre el proceso de producción y los puntos, sistemas y
operaciones de consumo).
En esta fase son determinados los indicadores energéticos para
comparación de patrones e identificación de las desviaciones, indicadores
como el coeficiente específico energético o Índice energía /unidad producida,
proporción fija y variable, curva base, producción y desviaciones, diagrama
energético. El resultado del análisis del escenario actual será el mapa de la
situación de partida tanto de contexto del negocio, del proceso, técnico y
económico que permitirá evolucionar hacia una mejor situación de eficiencia.
La segunda fase ó definición del escenario óptimo, estará enmarcado
dentro de las siguientes actividades: Benchmark del sector y/o tecnología,
“estado del arte” en eficiencia energética, soluciones del mercado actual
valoración de su idoneidad técnica para aplicaciones de eficiencia
energética.
La tercera fase se corresponde a las propuestas y mejoras, en las
que se encontrarán propuesta técnicas, propuestas de gestión energética,
propuestas de eficiencia del proceso, propuestas de mantenimiento
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preventivo, propuestas organizativas, propuestas de energías renovables,
propuesta de siguientes pasos o enfoque de estrategia de trabajo. Para cada
propuesta se analiza el ahorro y la inversión. El resultado de las propuestas
de mejoras nos ofrece una foto de la situación actual y una hoja de ruta para
un proyecto global de implantación de eficiencia energética.
En síntesis, se observa que las visiones tanto Capehart y otros (2005)
como de IPSOM (2010), coinciden en que las auditorías energéticas
constituyen una herramienta sistemática integrada en tres fases principales,
éstas a su vez por pasos y actividades, donde se identifican desviaciones, se
analizan alternativas de mejoras operacionales o el uso de nuevas
tecnologías dirigidas hacia la eficiencia energética con impacto en los costos,
las cuales constituyen un punto de partida para la gestión continua en el
manejo de la energía en una facilidad comercial, industrial o de servicios.
Sobre la base de lo expuesto, con la eficiencia energética se reducen
las pérdidas producidas en toda transformación o proceso, incorporando
mejores hábitos de uso así como nuevas tecnologías, lo cual a nivel mundial
ha quedado evidenciado a través de la disponibilidad de vehículos con
requerimiento de menos combustible, electrodomésticos de bajo consumo
eléctrico, además de nuevas lámparas que consumen únicamente una cuarta
parte de la energía requerida por las convencionales empleadas en los
sistemas de iluminación residencial, industrial y pública, las cuales están
siendo reemplazadas como parte de la administración de energía o gestión
energética de las naciones.
41
2.5. Auditorías Energéticas a los Sistemas de Alumbrado Público
Según la Comisión Internacional de Iluminación (CIE), la Sociedad de
Ingenieros de Iluminación de Norte América (I.E.S) y las normas venezolanas
COVENIN de alumbrado sobre el diseño (3290-1997), el alumbrado público
es un servicio público consistente en la iluminación de las vías públicas,
parques públicos, y demás espacios de libre circulación que no se
encuentren a cargo de ninguna persona natural o jurídica de derecho privado
o público, diferente del municipio, con el objeto de proporcionar la visibilidad
adecuada para el normal desarrollo de las actividades. En el presente
documento se han utilizado los significados de las definiciones referidas en
la norma COVENIN 3126:1994. ALUMBRADO PUBLICO. DEFINICIONES.
Manzano y San Martín (2004), coinciden en que en la ejecución de
auditorias energéticas a los sistemas de alumbrado público, se establece un
diagnóstico objetivo de la situación actual del alumbrado de un municipio
partiendo de los datos de la información básica obtenida tanto de la
municipalidad como de las propias instalaciones, intentando detectar las
posibles correcciones de las instalaciones desde el punto de vista energético.
Generalmente la auditoria energética viene acompañada de un plan
de adecuación que contempla las propuestas de mejoras con su
correspondiente valoración económica, la auditoria energética se convierte
en un valioso documento tanto para validar las instalaciones y su gestión,
como para detectar posibles problemas y plantear propuestas de mejoras.
42
También es una herramienta aconsejable como punto de partida para iniciar
una gestión y explotación correcta de las instalaciones en aquellas entidades
donde todavía no se realiza.
La explotación de instalaciones de alumbrado presenta características
particulares que unidas a la descentralización geográfica del alumbrado
público dentro de un mismo municipio dificultan una adecuada gestión. Por lo
anteriormente expuesto existe un elevado potencial de ahorro energético en
el diseño de las políticas de gestión de los sistemas de alumbrado.
IDAE (2008) establece que la ejecución de una auditoría energética a
los sistemas de alumbrado público, constituye un análisis de la situación
actual que permite conocer el modo de explotación, funcionamiento las
instalaciones, el estado de sus componentes, sus consumos energéticos, los
correspondientes costos de explotación, con el objetivo de mejorar la
eficiencia , el ahorro energético de estas instalaciones, adecuar y adaptar
estas instalaciones a las normativas vigentes así como limitar el resplandor
luminoso y su contaminación lumínica.
MCL (2009), considera que la ejecución de una auditoria energética y
medioambiental a los sistemas de alumbrado público, abarca a todas las
instalaciones de alumbrado publico de titularidad municipal, tanto ejecutadas
por el propio ayuntamiento como recibidas o asimiladas de promociones
privadas, cubre la iluminación vial, sea funcional o ambiental, como a la
ornamental o cualquier otro tipo de instalación de iluminación exterior fija que
se considere susceptible de incluir en la auditoria.
43
Desde la óptica del investigador como ya fue expresado con
anterioridad un sistema de alumbrado representa una significativa fuente de
consumo de energía , que se ve influenciado por factores operacionales, y de
mantenimiento. Las características técnicas de la instalación de alumbrado
es sin duda el primer determinante de la eficiencia energética, sin embargo la
racionalización del consumo real solo será alcanzada con una gestión eficaz
de la explotación del sistema, la ejecución de auditorías energéticas a los
sistemas de alumbrado público constituye una de las formas básicas de
gestión energética.
2.5.1. Situación Actual del Proceso de Ejecución de las Auditorías
El resultado del análisis del escenario actual del proceso de ejecución
de auditorías energéticas a los sistemas de alumbrado público en los
municipios que serán estudiados constituye la fotografía inicial que permitirá
avanzar hacia una mejor condición de eficiencia de las instalaciones. Dentro
de los conceptos claves o indicadores a través de los cuales puede ser
medida ésta dimensión del proceso se encuentran el marco regulatorio, la
medición de la satisfacción ciudadana y la identificación de efectos
medioambientales.
2.5.1.1. Marco Regulatorio
Dentro de los grandes usuarios del servicio de electricidad en
Venezuela se encuentran los municipios, cuyas autoridades de acuerdo a lo
establecido en la Ley Orgánica del Sistema y Servicio Eléctrico (LOSSE),
44
tienen como parte de sus funciones la fiscalización, en acción coordinada
con el Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica (MPPEE), del
suministro de electricidad así como del servicio de alumbrado público en sus
jurisdicciones. El alumbrado en Venezuela es un servicio público no
domiciliario que forma parte de la actividad de distribución eléctrica de la
empresa prestataria operadora la “Corporación Eléctrica Nacional S.A”
(Corpoelec).
Dentro de las funciones del MPPEE organismo se encuentran: la
regulación, formulación y seguimiento de políticas, la planificación,
realización, fiscalización de las actividades del Ejecutivo Nacional en materia
de energía eléctrica; el desarrollo, aprovechamiento, control de los medios de
generación de energía eléctrica e industrias eléctricas; la prevención del
medio ambiente con relación a la contaminación producto de la generación o
transmisión de energía eléctrica.
LOSSE (2010), establece que corresponde a los municipios apoyar al
MPPEE , en la fiscalización del servicio eléctrico en los territorios que
corresponde a su jurisdicción, participar en la planificación para la prestación
del servicio eléctrico, propiciar la organización de usuarios, así como orientar
a las organizaciones del Poder Popular en la vigilancia de la calidad del
servicio, colaborar con CORPOELEC, así como las organizaciones del Poder
Popular, en la mejora del servicio en su jurisdicción, velar por la adecuada y
oportuna atención del usuario del servicio eléctrico, desarrollar programas de
45
formación para los usuarios y las organizaciones del Poder Popular sobre el
uso racional y eficiente de la energía eléctrica, a su vez dictar e implantar
normativas municipales para tal fin.
CORPOELEC según lo establecido en la LOSSE (2010), debe velar por
la operación, mantenimiento y expansión del alumbrado público a nivel
nacional. Además los municipios podrán solicitar auditorías periódicas para
garantizar sus niveles de calidad e igualmente tendrán derecho a supervisar
la correcta aplicación de las normas relativas al servicio.
De las consideraciones anteriores establecidas en LOSSE (2010), se
deduce que los municipios deberán dentro de sus obligaciones aplicar la
normativa vigente en materia de fiscalización del servicio de alumbrado
público que como ya se mencionó forma parte de la actividad de distribución
eléctrica de la empresa prestataria y coordinar con el MEEPP la ejecución
de actuaciones de gestión energética entre las cuales se encuentran la
ejecución de auditorías energéticas a los sistemas de alumbrado público,
2.5.1.2. Medición de la Satisfacción Ciudadana
Para Manzano y otros (2006), existe una tendencia hacia el uso de
indicadores en la evaluación de la calidad del servicio del alumbrado,
frecuentemente orientados a evaluar objetivamente mediante la medición de
algún parámetro tangible como índice de lámparas apagadas o porcentajes
de averías, tiempos de reparación, tiempos de encendido etc. Sin embargo
pocos antecedentes existen sobre evaluación del servicio desde el punto de
46
vista de la opinión de los usuarios, que al fin y al cabo son los receptores del
servicio.
A fin de conocer la opinión de los ciudadanos ó su grado de
satisfacción en cuanto al servicio de alumbrado, se debe implementar un
sistema de control que puede ser efectuado mediante encuestas a los
vecinos, los cuales pueden ser convocados por las agrupaciones vecinales o
mediante muestras representativas de sectores del municipio. Las encuestas
serían efectuadas por personal capacitado por el departamento de
alumbrado público del municipio a tales fines.
El diseño de la encuesta que se propondrá en la presente investigación
para la medición e la satisfacción ciudadana como parte de las actuaciones
en el proceso de auditoría energética a los sistemas de alumbrado de los
municipios, esta basada en el modelo de Zeithaml y otros (1993) SERVQUAL
(Service Quality), fue desarrollado para medir la calidad de servicios privados
(hoteles, supermercados, clínicas, entre otros).
El modelo permite tener un instrumento para orientar el servicio público
hacia la calidad, desde el punto de vista de los ciudadanos. Para adaptarlo a
la medición de la calidad del servicio público de iluminación, se le han
efectuado algunas modificaciones. Se debe tener presente que a pesar de
que el modelo original fue desarrollado para servicios privados, es adaptable
a los servicios públicos, partiendo de admitir una diferenciación entre ambos
que puede ser resumida en tres puntos:
47
El servicio público de alumbrado es básicamente intangible, ya que es
una prestación y experiencia más que un objeto. No es una tarea simple
establecer especificaciones precisas para su elaboración que permita
estandarizar su calidad.
Como este servicio requiere mucha colaboración humana es por lo
general heterogéneo, la prestación varía de un concesionario a otro, un
usuario lo percibe distinto a otro y varía de un día a otro.
El mantenimiento y la satisfacción ciudadana son inseparables, pues si
el mantenimiento disminuye aumentan los reclamos o viceversa si el
mantenimiento es efectivo, disminuyen los reclamos, por ende aumenta la
satisfacción ciudadana.
El diseño de la encuesta para Manzano y otros (2006), requiere
considerar una serie de factores que influyen en las expectativas de los
usuarios y que serán los que posiblemente compare con la percepción del
servicio para valorar la calidad percibida. Entre dichos factores se pueden
destacar:
Comunicación boca a boca: es muy común que un usuario forme su
idea de percepción del servicio de alumbrado por lo que escucha de otros
vecinos y no por sus propias conclusiones.
Necesidades personales: cada vecino de la ciudad tiene sus propias
necesidades en relación a la iluminación pública, abarcando aquellos que le
dan mucha importancia a su relación con la seguridad personal, aquellos que
48
solicitan iluminaciones especiales por estar en zonas comerciales, hasta
aquellos en que no les importa si el alumbrado está encendido o no.
Experiencias: es sabido que la experiencia que se va viviendo en el
transcurso de los años con cambios políticos y quizás con cambios de
gestión de la iluminación, van condicionando las expectativas que se
generan con el servicio, de allí la importancia de lograr una gestión del
alumbrado público contínua en el tiempo.
Comunicaciones externas: también las expectativas de los ciudadanos
se va formando con toda la información externa que recibe por medios
masivos de comunicación que reflejan muchas veces acontecimientos de
distintas ciudades del país o del mundo. Por lo tanto un objetivo en el diseño
de la encuesta será comparar las expectativas con las percepciones lo cual
es una manera de ver si se satisfacen los requerimientos de la población y
tener una idea de si el servicio se está prestando con parámetros aceptables
de calidad.
El método SERVQUAL según Zeithaml y otros (1993), se basa en la
evaluación de cinco dimensiones (aspectos o facetas), las cuales se indican
a continuación:
Tangibilidad: apariencia de las instalaciones, equipos, personal y
medios de comunicación.
Fiabilidad: habilidad para realizar el servicio prometido de forma
confiable
49
Capacidad de respuesta: disposición y voluntad para responder a las
necesidades de los usuarios y proporcionar un servicio rápido
Seguridad: conocimientos, atención mostrados por los empleados y sus
habilidades para inspirar confianza
Empatía: capacidad de identificarse con el cliente y compartir sus
problemas o sentimientos.
Tomando como referencia las dimensiones arriba mencionadas el
modelo compara las expectativas y percepciones de los clientes valorando
mediante una encuesta la diferencia entre ambas. Como resultado favorable
se espera que las percepciones superen o igualen las expectativas. En la
figura 1 se indica un esquema grafico del principio del método.
Figura 1
Método de Zeithaml, Parasuraman y Berry
Fuente: Zeithaml y otros (1993)
50
El modelo tiene algunas criticas, ya que si las encuestas no se diseñan
de una manera correcta, los ciudadanos suelen mostrar una inclinación a
valorar más las expectativas que las percepciones y como el modelo evalúa
la diferencias entre ambas, siempre se inclinaría a un valor desfavorable: las
expectativas superan a las percepciones.
Otro método, desarrollado por Cronin y Taylor [1992] llamado
SERPERF (Service Performance) mide solo la percepción del servicio. Sin
embargo un ciudadano puede percibir una cualidad como muy buena, pero
esta valoración puede quedar reducida si concede a esa cualidad una
percepción de baja importancia. En consecuencia un enfoque mas completo
es comparar expectativas y percepciones, por lo cual se propone tomar como
referencia el modelo SERVQUAL en donde las preguntas de expectativas y
percepción son las mismas, pero varía el punto de vista.
2.5.1.3 Identificación de Efectos Medioambientales
Para Manzano y San Martín (2004), el mayor efecto de las
instalaciones de alumbrado sobre el ambiente no actúan en forma aislada,
generalmente están vinculadas, por ejemplo a la polución lumínica debido a
una innecesaria emisión de flujo luminoso hacia el cielo produce un derroche
de energía con una consecuente emisión de CO2. Reducir el consumo en el
alumbrado público optimizando las instalaciones reduce la emisión de CO2,
valores que pueden justificar subsidios o créditos internacionales (Bonos de
Carbón).
51
Cuando la iluminación de espacios urbanos produce una dispersión de
luz innecesaria hacia el cielo, ocurren una serie de efectos, algunos
cuantificables y otros todavía inciertos. Generalmente malos diseños, la
selección de luminarias inapropiadas, excesivos niveles de iluminación o
utilización en períodos con reducida contemplación por parte del público son
el origen de la polución lumínica.
Así pues, el diseño de los componentes debe evitar la emisión de luz
innecesaria hacia el hemisferio superior de las luminarias bajo los parámetros
descritos en el informe de la CIE 126-1997, referente hacia las directrices
para la minimización del brillo al cielo la figura 2, muestra la clasificación de
las diferentes zonas de protección contra la contaminación lumínica:
Cuadro 1
Clasificación de las Diferentes Zonas de protección contra la
Contaminación Lumínica
CLASIFICACIÓN FLUJO EMITIDO AL
HEMISFERIO SUPERIOR
E1 (Observatorios astronómicos y
parques naturales)
= 1 %
E2 (Zonas periurbanas y áreas rurales) = 5 %
E3 (Zonas urbanas residenciales) = 15 %
E4 (Centros urbanos y áreas
comerciales)
= 25 %
Fuente: CIE (1997)
52
El empleo de componentes en los sistemas de alumbrado público, los
cuales al final de su vida útil constituyan un residuo de bajo impacto
ambiental o de alto impacto ambiental pero reciclables (cuando no haya otra
alternativa mejor) serán los más indicados a utilizar.
El follaje de los árboles que crece continuamente bajo la iluminación,
puede que sea mayor en tamaño, más susceptibles a la contaminación
atmosférica y al estrés hídrico durante la temporada de cultivo, debido a que
los poros estomáticos en las hojas permanecen abiertos durante períodos
más largos. Hay una grande sensibilidad de los árboles leñosos a la luz
artificial. Los árboles altamente sensibles deben evitarse en las zonas
urbanas de alta iluminación donde se empleen lámparas con longitudes de
onda ricos en rojo e infrarojo.
El alumbrado urbano de luz blanca altera el hábitat y el comportamiento
de los insectos. En climas subtropicales el efecto es muy notorio por la gran
presencia de insectos. Por otra parte produce molestias a las personas que
permanecen o transitan cerca. Si además el cierre de las luminarias es
pobre, se convierte en una trampa de insectos que obstruye la emisión de luz
y reduce las condiciones de iluminación.
IDAE (2008), indica que uno de los objetivos de una auditoría
energética en línea con Manzano y San Martín (2004) es la limitación del
resplandor luminoso y la contaminación lumínica. MCL (2009) refiere que la
necesidad de la implementación de medidas para lograr la sostenibilidad
53
medioambiental es de carácter urgente, no solo por los elevados índices
mundiales de contaminación atmosférica, sino también por el hecho de que
la humanidad ha evolucionado tecnológicamente, esta evolución debería
haberse acompañado con medidas preventivas para evitar llegar a este
punto del calentamiento global.
Vinculado al concepto de contaminación lumínica MCL (2009) refiere
que ésta constituye un despilfarro de energía que produce graves perjuicios
de tipo económico, afecta negativamente a la atmósfera, daña la
biodiversidad, perturba a la ciudadanía, provoca inseguridad vial e impide la
contemplación y disfrute del patrimonio cultural que es el cielo estrellado
IDAE (2008), también Manzano y San Martín (2004), indican que uno
de los objetivos de una auditoría energética a los sistemas de alumbrado
público es la limitación del resplandor luminoso y la contaminación lumínica.
Así pues considerando lo expuesto en los párrafos anteriores, un
diseño eficiente de los sistemas de alumbrado y una gestión energética
continua, garantizarán una minimización de los efectos contraproducentes
tales como emisión de CO2, eliminación de residuos, contaminación lumínica
y sobre el crecimiento de hábitat de especies animales y vegetales, que los
componentes de los mismos, puedan tener sobre el medio ambiente. De
manera que es de vital importancia que en los análisis de riesgos
ambientales de los municipios, sean incluidos y clasificados los tipos de
efectos medioambientales de los sistemas de alumbrado.
54
2.5.2. Tipos de Análisis Realizados
Para poder deducir las medidas que puedan mejorar la eficiencia
energética de las instalaciones de alumbrado es necesario tener un
conocimiento previo de sus características cualitativas y cuantitativas, por tal
motivo el primer paso necesario consiste en una tarea de análisis que ha de
llevar a su definición, el cual debe contemplar tres aspectos diferentes los
cuales se describen a continuación:
2.5.2.1 Análisis del Alumbrado Existente
Para Manzano y San Martin (2004) el análisis del alumbrado existente:
puede incluir inventario de puntos de luz de diferentes tipos, conexiones de
servicio, sus características, sistemas de encendido, medida, control etc.
Incluye también el análisis del consumo energético actual como servicio de
medida, facturación, recargos, y análisis de los sistemas de mantenimiento y
gestión que se utilicen.
En el mismo orden de ideas Penissi (2010), recomienda un
levantamiento o censo del alumbrado público como actividad, para verificar el
estado físico y funcional en el cual se encuentra el sistema de alumbrado,
para evaluación de los sistemas de gestión del mantenimiento por parte de la
prestataria, que además sirva de base para la contrastación de los
parámetros usados para la facturación del consumo energético de las
instalaciones.
55
Considerando lo anterior, el análisis del alumbrado existente consiste
en la recopilación de información de los aspectos que caracterizan los
sistemas de alumbrado público instalados todo lo relacionado con los costos,
características y necesidades actuales, la infraestructura energética y
medioambiental disponible.
2.5.2.2 Análisis Urbanístico
Para Manzano y San Martín (2004), en éste análisis se pretende
clasificar y dimensionar las zonas de la población en función del tipo de
alumbrado necesario. Sin este análisis difícilmente se podrá verificar si el
número de puntos de luz existentes es suficiente, si los niveles de
iluminación son adecuados. La densidad de puntos de luz ó distribución de
puntos de luz en relación al número de habitantes, es analizada y comparada
con valores que usualmente se encuentran en poblaciones. El cuadro 2,
muestra unos valores indicativos.
Cuadro 2
Densidad de Puntos de Luz.
Poblaciones Número de habitantes
Nº de puntos de luz
Longitud Vial
N° de puntos de luz Superficie vial (m2) N° de Puntos de Luz
Pequeñas, rurales
5 – 10 - -
Medianas 10 – 20 90 – 200 12 - 20 Grandes, elevada
20 - 25 75 -
Fuente: Manzano y San Martín (2004)
56
A primera instancia y sin considerar las características especificas de
la exigencia visual de las vías de transito se podría interpretar que si los
valores observados en una población estuvieran por arriba de los indicados
en la tabla se podría suponer un déficit de puntos de luz, caso contrario se
sugeriría que existe una elevada densidad de puntos de luz.
Para Ereú (2004), la iluminación sumada a la arquitectura, el espacio
verde, el plano de las calles y avenidas, determinan la identidad de un pueblo
o ciudad, su tendencia hacia las actividades sociales y económicas. Para
obtener buenos resultados en un proyecto de alumbrado público se debe
considerar cuatro grandes necesidades como lo son: la seguridad automotriz,
la seguridad personal, el confort y la imagen de la ciudad.
Las normas que deben cumplirse con respecto a las instalaciones de
alumbrado público están delineadas en distintas recomendaciones oficiales.
Algunos países basan sus recomendaciones en las normas internacionales
formuladas por la Comisión Internacional de Iluminación (C.I.E) y las de la
Sociedad de Ingenieros de Iluminación de Norte America (I.E.S.). En
Venezuela existen las normas COVENIN de Alumbrado Publico sobre el
diseño (3290-1997) basadas en las recomendaciones dadas por la C.I.E.
Las normativas aplicadas en Venezuela bajo el reporte COVENIN
3290-1997 clasifican las zonas denominando las de la siguiente manera:
Zona A: Comercial, Zona B:Intermedia, Zona C: Residencial. Además, las
características de clasificación de las vías de transito las denomina:
57
Autopistas (A1), Vias Expresas (rapida) (A1), Vias principales (A2), Vias
secundarias (B2), Vias locales (B2), Vias peatones (C1), Parques.-Plazas
(C2), Terminales de pasajeros (C3), Estacionamientos (D1), Estacion de
servicios y miradores (D2), Plazas de peajes (D3) y Alcabalas (D4). Toman
en cuenta el volumen de transito promedio anual (veh/hora) para vías
urbanas y rurales: Muy alto:> 1000, Alto: entre 500 y 1000, Bajo: < 500. vias
urbanas y rurales: Muy alto:> 1000, Alto: entre 500 y 1000, Bajo: < 500.
En base a las ideas expuestas, en el análisis urbanístico los requisitos
que las instalaciones de alumbrado público deben cumplir con el objeto de
proporcionar condiciones visuales adecuadas para un tráfico seguro y
continuo, dependen de la intensidad, velocidad y composición del tráfico, y
de la complejidad del sistema de camino
2.5.2.3 Análisis Económico
Para Manzano y San Martín (2004), en este tipo de análisis se
registran los gastos ordinarios que ocasiona el alumbrado y las inversiones
en la nueva instalación o adecuación. Estos datos son necesarios para
estudiar la viabilidad económica producto del ahorro energético.
MCL (2009) considera que entre los aspectos económicos se deben
considerar el costo inicial, los costos de operación y los asociados al
mantenimiento (reposición de lámparas, limpieza de ópticas, cambio de
equipos, entre otros). Los costos energéticos, aunque se involucran dentro
58
de los factores económicos, deben identificar las cargas operativas, el ahorro
energético obtenido por medio de diferentes fuentes y el nivel de pérdida
energética en el alumbrado público. En este sentido, es necesario indicar que
los aspectos energéticos tienen un elevado impacto sobre los costos iniciales
de la instalación eléctrica.
Sobre la base de las ideas expuestas, a criterio del investigador,
aunque las buenas prácticas de ingeniería contemplan la optimización del
recurso financiero en los proyectos, es necesario recalcar que siempre tiene
mayor impacto para la sociedad los accidentes de tráfico y las pérdidas
humanas causadas por una iluminación deficiente, que la inversión en un
buen proyecto de alumbrado.
También es necesario realizar una evaluación de las instalaciones de
alumbrado existentes valorando aspectos cualitativos pero respaldándose
mas en aspectos operativos que permitan evaluar la gestión, explotación y
planificar o corregir la planificación de operaciones o de mantenimiento, que
considere los costos de operación anual en función de la frecuencia de
reposición o limpieza de luminarias, considerar únicamente los costos podría
no ser un buen indicador para evaluar la calidad del servicio ya que
instalaciones que brindaran diferentes condiciones de alumbrado por una
fiabilidad de funcionamiento menor podrían conducir a costos mayores
afectando la seguridad y la imagen ciudadana.
En forma análoga si se establece un limite de gastos o costos para
mantenimiento apropiado del alumbrado de una población esto podría
59
suponer en principio un ahorro, sin embargo si es insuficiente el presupuesto
se produce la desatención de las instalaciones con la consiguiente
depreciación de las condiciones de iluminación lo que trae como
consecuencia costos indirectos e ineficiencia del sistema.
2.5.3. Características de los Sistemas de Alumbrado Público
Los tipos de luminarias, de lámparas instaladas en las luminarias, la
potencia consumida por las luminarias, la facturación de energía, los
sistemas de gestión del servicio constituyen características claves que
caracterizan los sistemas de alumbrado público instalados dentro de las
jurisdicciones de las entidades municipales.
2.5.3.1 Tipos de Luminarias
Para Ereú (2004), las luminarias son aparatos que sirven de soporte así
como de conexión de las lámparas a la red eléctrica. Como esto no basta
para que cumplan eficientemente su función, es necesario que cumplan una
serie de características ópticas, mecánicas y eléctricas entre otras. A nivel de
óptica, la luminaria es diseñada para el control y la distribución de la luz
emitida por la lámpara.
Es importante, entonces, que en el diseño de su sistema óptico se cuide
tanto la forma como la distribución de la luz, el rendimiento del conjunto
lámpara luminaria y el deslumbramiento que pueda provocar en los usuarios.
Otros requisitos que deben cumplir las luminarias según Ereú (2004), es que
60
sean de fácil instalación y mantenimiento, para ello, los materiales
empleados en su construcción han de ser los adecuados para resistir el
ambiente en que deba trabajar la luminaria para mantener la temperatura de
la lámpara dentro de los límites de funcionamiento. Todo esto sin perder de
vista aspectos no menos importantes como la economía o la estética.
Manzano y San Martín (2004), consideran que dentro de las
características de los sistemas de alumbrado éste constituye uno de los
parámetros claves para el diagnóstico de las instalaciones ya que involucra
coincidiendo con Ereú (2004), aspectos ópticos, mecánicos y eléctricos, los
cuales son determinantes para la evaluación de los sistemas de alumbrado
en los municipios que impactan tanto la eficiencia como la seguridad de los
ciudadanos.
En línea con los autores, se hace necesario que los encargados de la
fiscalización del servicio de alumbrado público en las entidades municipales
mantengan la información actualizada de los tipos de luminarias instaladas,
como complemento también los expertos recomiendan la gestión de
inspecciones para validación de la disposiciones y condiciones físicas de las
mismas que puedan afectar la seguridad peatonal ó vial.
Los cuadros 1 y 2 muestran la clasificación de las luminarias de
Alumbrado Público según CIE e IES. La figura 3, muestra los diferentes tipos
de luminarias pertenecientes al alumbrado público instaladas tanto en zonas
urbanas como rurales del estado Zulia, las cuales son parte normas de
construcción de la prestataria Enelven, hoy Corpoelec S.A.
61
Cuadro 3
Clasificación de las Luminarias de Alumbrado
Público según CIE
TIPO DE LUMINARIA
VALOR MAX. PERMITIDO DE
INTENSIDAD EMITIDA A UN ÁNGULO DE
ELEVACION DE 80°
VALOR MAX. PERMITIDO DE
INTENSIDAD EMITIDA A UN ÁNGULO DE
ELEVACIÓN DE 90°
DIRECCIÓN DE LA
INTENSIDAD MAX MENOR
DE:
Cut-Off 30 cd/1000lm 10 cd/1000lm* 65°
Semi-Cut-Off
100 cd/1000lm 50 cd/1000lm* 76°
Non-Cut-Off cualquiera
(*) Hasta un valor máximo absoluto de 1000 cd Fuente: Ereu (2004)
Cuadro 4
Clasificación de las Luminarias de Alumbrado
Público según IES
TIPO DE LUMINARIA
VALOR MAX. PERMITIDO DE INTENSIDAD EMITIDA A UN
ÁNGULO DE ELEVACIÓN DE 80°
VALOR MAX. PERMITIDO DE INTENSIDAD EMITIDA A UN
ÁNGULO DE ELEVACIÓN DE 90°
Cut-Off 100 cd/1000lm 25 cd/1000lm*
Semi-Cut-Off 200 cd/1000lm 50 cd/1000lm*
Non-Cut-Off Cualquiera cualquiera
(*) Hasta un valor máximo absoluto de 1000 cd Fuente: Ereu (2004)
62
Figura 2
Luminarias de Alumbrado Público Instaladas Estado Zulia
Según Normas de Construcción Prestataria
Fuente: Enelven (2004)
63
2.5.3.2 Tipos de Lámparas
Ereú (2004) y MCL (2009) coinciden en que las lámparas utilizadas con
mayor frecuencia en los sistemas de alumbrado público son las de
Incandescentes, luz mixta y las de descarga de alta intensidad (H.I.D) que
son las de vapor de mercurio, vapor de sodio alta presión y metal halide. .Las
lámparas incandescentes y luz mixta se conectan directamente de la red, en
cambio las de descarga llamadas H.I.D contienen los componentes auxiliares
para su buen funcionamiento. Los componentes del circuito sería el balasto
que su función es limitar la corriente de arranque de la lámpara, el
arrancador que su función es la de entregar el pico de voltaje necesario (2,5
Kv – 5 Kv) para el encendido de las lámparas, por último el condensador que
va conectado paralelo a la red para el mejoramiento del factor de potencia
del circuito.
La figura 3, muestra los diferentes tipos de fuentes de luz utilizadas en
el alumbrado público, incandescente, luz mixta, vapor de mercurio, vapor de
sodio y halogenuros metálicos más comúnmente conocida como metal
halide.
En línea con Ereú (2004) y MCL (2009), los encargados de la gestión
de los servicios públicos deberán disponer de registros actualizados de los
tipos de lámparas así como del control de encendido empleado, como parte
de la gestión energética así mismo coordinar con las operadoras o
prestatarias del servicio el reemplazo de las lámparas instaladas por otras de
mayor eficiencia donde se amerite.
64
Figura 3
Tipos de Fuentes de Luz utilizadas en el Alumbrado Público
Fuente: Ereú (2004)
65
2.5.3.4 Potencia Consumida por las Luminarias
Ereú (2004) al igual que Manzano y San Martín (2004), recomiendan la
disposición de registros que faciliten la identificación de las características de
los sistemas de alumbrado., sin duda, la existencia de la información serviría
de base para el establecimiento de planes de actuación de expansión ó
mejoras en la eficiencia de los componentes, con el fin de establecer una
categorización de las luminarias en los municipios según la potencia
consumida y los totales por tipo
Como complemento de lo anterior, el escenario de considerar las
pérdidas en los equipos auxiliares como parte del factor global de pérdidas
afecta la potencia de las lámparas sin considerar factores de simultaneidad,
sería válido para el cálculo de carga de diseño de nuevas instalaciones o
redimensionamientos de las existentes.
También en aquellos casos en los cuales la administración, instalación,
mantenimiento y operación del alumbrado público de los municipios son
cedidas a terceros y las empresas distribuidoras de energía serían
responsables solo del suministro de energía, al no existir aparatos de
medición dedicados, el consumo sería estimado considerando un factor de
pérdidas aceptables y exigiendo por parte de los municipios la instalación de
luminarias de alta eficiencia con factores de potencia próximos a la unidad
para garantizar que la potencia facturada sea próxima a la consumida.
66
El cuadro 5 muestra valores reales de consumo de las luminarias de
alumbrado público sometidas a pruebas para el cálculo de la energía en el
sistemas de alumbrado público de la C.A. La Electricidad de Caracas hoy
Corpoelec S.A, en donde se considera la potencia nominal de la lámpara, la
pérdida promedio en el balasto, la pérdida promedio por envejecimiento de la
lámpara, y las pérdida técnicas asociadas al conductor por efecto joule.
Cuadro 5
Valores Reales de Consumo de las Luminarias de Alumbrado
Público sometidas a Pruebas
Fuente: Ereú (2004)
67
Considerando la perspectiva de Ereú (2004), en nuestro país se ha
realizado la facturación de energía de acuerdo a porcentajes estimados que
no son los que en la realidad corresponden con el funcionamiento de los
equipos y las normativas establecidas. En adición Manzano y San Martin
(2004), recomiendan en aquellos sistemas donde no existe medición real de
la energía consumida considerar débitos asociados a averías en los
componentes del sistema e interrupciones del servicio.
En base a lo anterior, se requiere sincerar los valores correspondientes
a los conceptos de consumo de energía aplicados a las condiciones reales
operacionales y de mantenimiento de los sistemas
2.5.3.4 Facturación de Energía
Según lo establecido en la gaceta oficial N° 37.415 la tarifa 07 para el
Alumbrado Público, vigente desde el 01/04/2002 estipula el cargo mensual
resultante de aplicar un cargo fijo por lámpara y un cargo fijo por vatio
instalado para determinación del consumo energético de los sistemas de
alumbrado público de los municipios cuyos registros de facturación deberían
estar disponibles en las unidades de fiscalización de los servicios públicos
cuyas características técnicas de alumbrado público se corresponden con
lámpara del tipo incandescente o fluorescente, mercurio o sodio, con voltaje
según las características del sistema de distribución secundaria que exista
en la zona de servicio y que técnicamente, a juicio de la prestataria, sea
posible suministrar.
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La la tarifa 07, aplica exclusivamente para el servicio de alumbrado
público de las calles, autopistas, avenidas, carreteras, callejones, plazas, y
caminos destinados al uso del público en general. no es aplicable a servicios
de alumbrado en áreas comunes de los inmuebles públicos o privados.
tampoco es aplicable en jardines, parques, canchas deportivas,
estacionamientos o cualquier otra instalación pública o privada.
El cargo mensual como se refirió será el resultante de aplicar un cargo
fijo por lámpara y un cargo fijo por vatio instalado, según los valores que se
muestran en el cuadro 6.
Cuadro 6
Tarifa 07. Alumbrado Público
Tarifa unidad detalles de aplicación
Cargo por cada lámpara
Cargo Por Vatio Instalado
1.393,00 Bs cargo por cada lámpara
14,00 Bs cargo por vatio instalado
Fuente: Gaceta Oficial de Venezuela N° 37.415 2.5.3.5 Sistema de Gestión del Servicio
El Sistema Gestión del Servicio para Manzano y San Martin (2004), al
igual que MCL (2009) es parte de la gestión continua, constituye un
seguimiento constante del alumbrado urbano y la formulación periódica de
69
diagnósticos y propuestas en aquellos casos concretos donde se hayan
detectado desviaciones.
Ambas fórmulas de gestión no son excluyentes, más bien pueden ser
complementarias. De hecho la práctica de la gestión continua se ve
favorecida por la “toma de datos” y “puesta a cero” inicial que representa la
auditoría, y esta, sin una gestión posterior, está condicionada a la necesidad
de repetirse en un plazo no excesivamente largo.
La explotación de instalaciones de alumbrado presenta características
particulares que unidas a la descentralización geográfica del alumbrado
público dentro de un mismo municipio dificultan una adecuada gestión. Por lo
anteriormente expuesto existe un elevado potencial de ahorro energético en
el diseño de las políticas de gestión de los sistemas de alumbrado, cuya
prestación puede estar otorgada total o parcialmente a la prestataria.
Las políticas de gestión de los sistemas de alumbrado por parte de las
autoridades municipales es fundamental, los cuales pueden estar alineados
con las plataformas tecnológicas operacionales de la prestataria, quienes
reportarían índices significativos de gestión del servicio como la relación de
avisos de averías emitidos por la municipalidad y los procesados por la
prestataria.
El establecimiento de un FAP (Factor de Averías Permanentes)
máximo exigible acordado por ambas partes sería un indicador de medición y
control de la calidad del servicio técnico-comercial de la empresa prestataria,
70
esto pudiera complementarse con rondas periódicas nocturnas por circuito
con representantes de ambas partes, así como el establecimiento de un
documento o reporte de notificación de averías con números de control de
seguimiento.
2.5.4 Fases de la Metodología
El proceso de auditoría energética a los sistemas de alumbrado
público de los municipios, tal como se mencionado es una actuación del
sistema de gestión de la energía de las instalaciones, la cual tiene su
fundamentación normativa en la reciente norma ISO 50001 sobre Sistemas
de Gestión de la Energía, aprobada el 15 de junio del 2011 por la
Organización Internacional de Normalización ISO, establece el marco
procedimental para las instalaciones industriales, comerciales,
institucionales, las instalaciones gubernamentales, y la totalidad de las
organizaciones para administrar la energía , ésta es aplicable a
organizaciones grandes y pequeñas, tanto en los sectores público como
privado, en la fabricación y servicios, en todas las regiones del mundo.
En los procesos de auditoría de tipo energético aplicados a los
sistemas de alumbrado público de los municipios pueden identificarse tres
fases, fundamentales las cuales se corresponden con: análisis de las
instalaciones, diagnóstico de la situación actual y la formulación de
propuestas.
71
2.5.4.1 Análisis de las Instalaciones
MCL (2009), establece que el primer paso en la auditoría energética del
alumbrado, consiste en recopilar información sobre el alumbrado público
existente, como por ejemplo: costos de mantenimiento, número, tipo y estado
de luminarias y lámparas, necesidades de alumbrado (vial, residencial),
trabajo planificado y actividades de expansión en el municipio.
Manzano y San Martín (2004), refieren que el análisis de las
instalaciones está relacionado con el funcionamiento, consumo, facturación y
gestión del sistema de alumbrado existente en la municipalidad o sector en el
cual se va realizar la auditoría energética. A partir de los inventarios se
puede proceder a la definición, a través de formularios, de las características
del alumbrado en su estado actual. Esta definición se establece a diferentes
niveles:
Alumbrado existente: lámparas, puntos de luz, flujo luminoso, estado
rendimiento.
Conexiones de servicio: contadores, sistemas de encendido, potencia,
estado.
Déficit de alumbrado: deficit de lúmenes, deficit de puntos de luz,
deficit de potencia.
Consumo de Energía: energía activa, energía reactiva, discriminación
horaria, facturación, evolución a lo largo de un año, antecedentes,
previsiones.
72
Comentarios Generales: organización, gestión, sistemas,
mantenimiento, otros.
En adición, MCL (2009) establece que para poder llevar a cabo un
análisis de las instalaciones en las auditorías energéticas para el
establecimiento de planes de eficiencia energética óptimos, es necesario
disponer de registros actualizados de todas las luminarias existentes en el
municipio, clasificadas según su tipología, potencia consumida, lámparas
instaladas entre otras características de los sistemas, que sirvan de base
para la determinación de índices energéticos. Sin embargo, en caso de no
existir la disponibilidad de la información deberán realizarse censos en
conjunto con la prestataria del servicio para tal fin, así como para
inspeccionar las condiciones de las instalaciones.
Considerando los planteamientos de los autores, el análisis de las
instalaciones es el punto de referencia el éxito de las siguientes fases
dependerá de la disponibilidad de elementos factibles verificables que
puedan ser patrones de referencia, tanto a nivel de costos, como de
mantenimiento y de gestión de los sistemas.
2.5.4.2 Diagnóstico de la situación
Manzano y San Martin (2004), coinciden en que el diagnóstico de
situación está relacionado con las desviaciones y los posibles condicionantes
de la operación o el entorno donde se encuentran instalados los sistemas de
73
alumbrado. De manera que los datos recogidos permiten establecer un
diagnóstico de la situación, que no es más que una conclusión derivada de la
fase anterior, se establecen mecanismos para la detección de las
desviaciones de los factores de desempeño a dos niveles: características y
condiciones energéticas del alumbrado existente.
Si las condiciones energéticas constituyen el conjunto principal de la
auditoría, es totalmente imprescindible analizarla haciendo referencia a la
primera, ya que si no se hace así, las conclusiones no tendrían carácter
práctico y, por lo tanto, el estudio de un plan de ahorro energético posterior
resultaría imposible.
En todos los aspectos de la auditoría sería ideal poder comparar los
índices establecidos mediante el análisis, con unos estándares óptimos que
indicasen las desviaciones. No existe una labor de investigación estadística
que determine éstos estándares y de haberlos resultarían de aplicación
problemática, ya que la variedad de situaciones y condicionantes implicados
en el alumbrado urbano es muy grande.
Los datos examinados en apartados anteriores configuran el contenido
del dictamen de la auditoría, que no ha de contener propuestas de actuación
sino solo:
La descripción de las características del alumbrado.
La indicación de las desviaciones de las características indicadas,
respecto a sus condiciones óptimas.
El análisis de las posibles causas que originen éstas desviaciones.
74
El dictamen de la auditoría tiene que ser fruto de un diálogo en el cual
se contrastan los diferentes puntos de vista que puedan estar implicados,
especialmente en el caso que la auditoría haya estado realizada por
personas ajenas al municipio, es necesario que se establezca de forma
provisional y, solo después de haber consultado a los responsables del
alumbrado se podrá dar como definitiva. En caso contrario, ha de resultar
siempre fructífero que los responsables del alumbrado consulten
especialistas antes de establecer un dictamen definitivo.
Si bien es cierto que el conocimiento de primera mano de los
condicionantes del caso concreto es insustituible, también resulta evidente
que una visión ajena tiene una libertad de perspectiva mayor y puede
descubrir aspectos que la práctica diaria esconde detrás de lo habitual.
Desde el punto de vista metodológico es conveniente que la auditoría
adopte una estructura tipificada, donde a modo resumen se indiquen todos
los comentarios e informaciones anexas que se consideren adecuadas
En consideración a lo anterior, IDAE (2008) plantea que los municipios
deben como parte de sus funciones gestionar actuaciones para el
diagnóstico de la situación de los sistemas de alumbrado público de sus
municipios en función de las desviaciones detectadas. Esta fase contempla
coincidiendo con los autores Manzano y San Martin (2004) en el análisis de
la información obtenida, persiguiendo distribuir el consumo energético en
75
relación a la actividad desarrollada o el servicio atendido, evaluando la
eficiencia de los distintos equipos e instalaciones, determinando con ello las
posibles actuaciones a acometer para su optimización en el gasto energético
o su adecuación a normativas vigentes
En este sentido, el análisis de eficiencia energética versará en gran
medida sobre el diseño de este tipo de instalaciones, basándose en aspectos
relativos a la definición de espacios iluminados, implantación de sistemas de
regulación y control, optimización de potencias instaladas, limitación del
resplandor luminoso y de la luz intrusa, de todo ello, valorando la calidad de
las instalaciones en estos aspectos.
2.5.4.3 Formulación de Propuestas
Finalmente, se confronta el análisis realizado de los aspectos que
habitualmente pueden ser causa de las desviaciones funcionales de los
sistemas de alumbrado público detectados en la fase de diagnóstico, con los
resultados concretos para cada municipio es creada una lista de
recomendaciones relacionada con la problemática detectada, esto constituye
la tercera fase del proceso de auditoría energética.
Al respecto IDAE (2008), Manzano y San Martín (2004) y MCL (2009),
coinciden en que ésta fase, constituye un conjunto de medidas correctoras
para maximizar la eficiencia energética de las instalaciones, base para la
elaboración de un plan de actuación, involucra la acción conjunta de los
organismos competentes para la ejecución de proyectos mayores,
76
minimización de efectos contraproducentes medioambientales o mejoras en
el grado de satisfacción ciudadana a través de la gestión continua del
servicio de alumbrado público.
Partiendo de las conclusiones del dictamen de la auditoría se puede
iniciar el estudio de las medidas de corrección y mejora aplicables. La
confrontación del análisis ya realizado de los aspectos que habitualmente
pueden ser causa de las desviaciones funcionales del alumbrado público
detectados en la auditoría, con los resultados propios del caso que se
estudia permite señalar una lista de la problemática detectada.
La corrección de la problemática detectada implica la ejecución de
determinadas actuaciones, que serán diferentes en función del tipo de
problemas concretos que se han encontrado en cada caso. Así pues
asignado para aquellos aspectos problemáticos del caso concreto las
propuestas que pueden darle solución, se obtiene una lista de las diferentes
actuaciones que se han de estudiar para componer un plan de ahorro
energético y medioambiental.
3. Sistema de Variables 3.1. Definición Nominal
La variable que presenta este estudio de investigación se corresponde
con la necesidad de una “Metodología para la ejecución de auditorías
energéticas a los sistemas de alumbrado público”.
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3.2. Definición Conceptual
La variable de estudio de la presente investigación por ser compuesta
será conceptualizada a través de sus componentes “Metodología” y
“Ejecución de auditorías energéticas a los sistemas de alumbrado público”.
PMI (2008), define metodología como un sistema de prácticas,
técnicas, procedimientos y normas utilizado por quienes trabajan en una
disciplina.
IDAE (2008) establece que la ejecución de una auditoría energética a
los sistemas de alumbrado público, constituye un análisis de la situación
actual que permite conocer el modo de explotación, funcionamiento las
instalaciones, el estado de sus componentes, sus consumos energéticos, los
correspondientes costos de explotación, con el objetivo de mejorar la
eficiencia , el ahorro energético de estas instalaciones, adecuar y adaptar
estas instalaciones a las normativas vigentes así como limitar el resplandor
luminoso y su contaminación lumínica.
3.3. Definición operacional
Se concibe la variable de estudio como un proceso sistemático de
fases interrelacionadas, dentro de un marco legal y técnico, para el análisis
puntual de las características cualitativas y cuantitativas de los sistemas, la
medición del grado de satisfacción ciudadana, la identificación de potencial
de reducción de efectos medioambientales, incorporando a su vez los
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posibles factores causales de la operación y el entorno, en función de las
situaciones fácticas verificadas “in situ”, que generarán la formulación de
propuestas, soportadas en la gestión energética de mejoras continua para
dar garantía de un servicio eficiente y sostenible.
La variable fue operacionalizada en cuatro dimensiones: situación
actual del proceso de ejecución de auditorías energéticas; tipos de análisis
características de los sistemas de alumbrado y fases de la metodología, las
cuales fueron medidas a través de sus indicadores mediante la aplicación de
un cuestionario de selección múltiple con respuestas cerradas (ver cuadro 2).
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Cuadro 8
Operacionalización de la Variable
Fuente: Nava (2012)