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    na lo real ~):utie~po qu e lo escudria , constitu ye, segnf~~se de H~lene CI X?US ,una sutil invitaci n a la transgr-sion . Mediante su int ento por transform ar las r elacionesentre lo imaginario y lo simblico, la fan tasa h orada lo:. I( '( IIIT( a la fin ..in: sedice q ue el he: i J1 de l tt nov ela ( 'sta inspirado el un persopaJ : real.

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    noma, el concepto de fantstico se def ine s olamente. ennegauvo: es aquello qu e no es. Lo fantsti co presUpone' . ,portanto, empinc amenr-, el concepto de re alidad que d. . , se acorno mdlscutibl e, sin n ecesidad de demostr acin: es.

    El problema adquiere mayor compl ejidad si se tran s-portan estas categoras al mundo de la fic cin: la Jiteratur apuede proponer tanto una representacin fant stica delmund? c~mo un ~ realista . Ahora bien , qu significanestos termmos apli cados a un universo que p or definicio '

    si . . . 3 . n noes rea sino Imagm ano? Una pnmera observacin generales que las dos categoras no definen el texto en s, sino sumayor ? ~~nor ad ecU(l,cin al mundo extr atextual. Tal vezno sea intil repetir que esta relacin no s e establece fid ,a In_e c~~llt .as, en~ -e el t~xto y lo real (lo yu e implicara una

    1 elacin mm~;jata), SIl:Oentre una concepcin de lo real Vuna conce~~lOn de la lIteratura: lo que se est sometiend~ comparaclOn son dos sistemas convencion ales. En este sen-

    tido, las categoras de realismo / fantstico resultan n _. hi ,. eeesaname~te. iston cas, dado que los sistema s convenciona_les -los codlgos- son evidentemente tributari os de la hi . .

    di rstona,no ~_u len~o se establ ecer slo tina vez, con validez p arat?d ., las latItudes y todas las epocas. As , pues, definir ( '1rea-Iisrno como ~na r eproduccin de la r ealid a:: n o es ms queun~ tautolo e'a, hasta que no se explici ten los c digo s cul-tur~tles qu e subya cen a esta definicin . Si s e trazase una his-ton~ de~ campo d e lo real representado en l a lit('I';wr a, sehana, ~Vld~nt e su. progresiva ampliacin : el ensanchami en_to du rnbim sccal -relacionado Con el ernprger de las cl a-ses subalt ernas-, el adentrarse cada vez mas ' en la p ., ,Slquc, vin-

    3 E fistos ternllnos se re ieren aqu a la l itentura pero S 1 ' I# e , .. . . . Id (.1 < 'VI( ('111 ('_

    mente de calegonas que alaen tambin a las otras arl s' eXI' '1 l' .,, '. ...... \ ( ,lIll O en

    una pmtura, un c in e , un teatro fantsco, del mismo modo que ('xisl(' IIl1apmtura, un CInc, et~., realista. Sin embarg'O, no siempre la (posic;( ' ('S silll '-tnca, SI,por ext e ns ron, se habla de arquile ctlll:1 o de rnsir: I: , ' 1 '

    ... ' . . . . el (t1l1 ~L'lH.I . ( )( (H -u 110 no llene aplicacin. En una pnmera a prox imacin 1, , - . . , d OPO~H o n p :lrc-ce plOduclrse ,;()];uncnte en las rtes de rCI>rcsentacl'o' n S> 1 -s. 1 I .. ,

    . . - . e Pc )( IU c ~ 11 '11 ,u f(~nor cllq11 ICln t:spt. 'rificando pnr '~ ;' l-, 1 -1',. . ' ... 1 _ , . ' t

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    Amuigedad y reductividad nacen d el hecho qu e los tr-minos pretenden de scribir a un tie mpo un objeto y la re la-cin de este obj eto Co n otra cosa, sin explicit ar en virtudde qu con vencin una novela, por ej emplo, re presenta

    cosas que estn fuera de s misma. A s el texto se ve s locorn o realid ad reproducida y no como un espacio de pro-duccin. El pr oblema co nsiste, pues, en busc ar para es tos tr-minos un signific ado meno s ambiguo , referido solamentea lo real r epresentado y no a su adecuacin a la experien-cia que el l ector t iene de ~l' propia realidad (f 'S decir, l aindividuali :>:acin d e un crit erio de realidad int erno al texto).Obviam ente, no quier o decir con esto que el texto no serelacione con el mundo del lector (el l ector s e reconoce ono, acepta o no l as modelizaciones sug eridas en y por eltexto), s ino que un a definicin de catego ras apoyada ennuest, el personal con cepcin de lo que exist e o no, d e loque es pensabl e o no, reduce las posibilid ades de l ecturade este tipo de fic ciones. D e hecho, si s e exrava en la :smoti-vaciones qu e llevan a definir un texto come fantstico ocomo r ealist a, e ncontramos que los p armetros segn loscuales se establece la correspondencia d el texto con l a rea-lidad extratextual suelen reducirse a la d efini cin Qu e de es taltim a da el lector. Cuando l a realidad r epresen:aJa coin-cide co n su eXF criencia, el p;-Gblem a de la realidad deltexto no se plan tea: el person;- crealos mayores probl emas de anlisis y sistem atizacin. En loslti mos a rios se ha hecho notabl es esfu erzos en este sen -tido , esencialm ente siguiendo o re batiendo l as propuestasque Todorov ofr ece en su Intro duction la lit t ratur e fan tas -tiqu ;. El progr eso en l as luves .igaciones se debe funda-mentalm ente al int ento d e analiz ar el probl ema no slo e ntrminos de contenido (que en la terminolog a de Todorov,que ya ha entrado en el uso comn, corr espond e al nivelsemntico) s ino tambi n segn los modos de l a represen -tacin (nive les sin tctico y verbal).

    2. SISTEMATIZACIN DEL NIVEL SEMNTICa

    Un problema que ha pr eocupado a todos l os a utoresque desde diferentes ngulo s han propuesto un a sistema-tizacir; de lo fantstir :o, es la posibilidad de indi vidualizarla existencia d e temas f antsticos de por s , y la fun cin questos pu eden d esarrollar p ara defini r el t exto en su globa-lidad como fant stico. Caillois , Vax y otros sugieren cIasifi-

    5 T. To dorov, lrur oductum. ti la li uratu re fantastique, Pars , S euil, 1970[traducci n espaola: In troduccin a la literatu ra fan ts tica , Buenos Air es,Tiem po Contemporneo, 1972; tambi n en Mx ico, Prerni Editora,1980). Para e l desan ollo de los estudios a nteriores a es ta fe cha, se re mi-te a la b ibliografr indi cada por ' i odorov. Entr e los es tudios a parecidosposteriormente se pueden citar A . M, Barrenechea, Ensayo de una t ipo-l(~ba de la l iteratura fantstica , en Revista Iberoa melicana, 80 (1972) , que

    propo ne una v isin crti ca de a lgunos aspecto s de la teo ra de T odorov ;H. Belevan, Teora d e lo [ a n ta sti r o , Barcelona, A nagran :a, 1976, que nic;:;',la categ ora d e gnero a lo Iantstico, defini ndol o, en cambio, ('::mouna esenc ia inmut able. Merece una m encin a part e el excelente c.n u-dio de 1. Bessire, Le rc itf anlostiqw Pars, Libr a-ie Larousso, 197'/, qu e.aderurndose en una dimensin histrica, ofrece numer osas s ugerenciaspar~\ tt inrcrpr eiaciu del fi:nnlcno. F ~'nt.;ayo de E. Dehcllnin, P Ol i 'une syslTIl

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    cadones en las que Todorov advierte, con razn, la falta dehomogeneidad entre los elementos catalogados'', A su vez,Todorov propone la agl upacin de estos temasen torno ados polos: los temas del yo ylos temas del t. Al primer

    grupo pertenecen las metamorfosis, la existencia de seressobrenaturales, el pandeterminismo y su consecuencia, lapansignificacin; la identificacin entresujeto y objeto, Idtransformacin del tiempo y del espacio. Todos estos temasremiten a un nico principio generador: la abolicin dellmite entre espritu y materia. Los temas del t, en cam-bio, afectan a la esfera de la sexualidad en sus formas extre-mas : el deseo frentico, provo cado frecuentemente por unser de naturaleza diablica, el incesto, la homosexualidad,el amor entre tres o ms, el sadismo, la necrofilia, etc.Mientras que los temas del yo tienen que ver con la estruc-turacin de la relacin entre el hombre y el mundo, lostemas del t indican la relacin del hombre con su propiodeseo y, p or lo tanto, con elinconscient e . A partir de estasis tematizacin de los temas, Todorov llega a la conclusinque, con la aparicin y el desarrollo del psicoanlisis, laliteratura fantstica ya no tiene razn de ser, puesto quedeja de existir su funcin social de burlar la censura expre-sando a travs de un gnero literario menor toda una seriede obsesiones.

    Ana Mara Barrenechea critica la particin propuestapor Todorov, considerando f]ue ninguna de estas catego-ras es exclusiv, de la literatura fants tica, y propone, encambio, dos tipos de categoras, tambin a nivel semnti-ca. En primer lugar, un nivel semntica de los componen-

    tes del texto, en los cuales dist ingue por un lado la exix-tencia de otros mundos -divinidad o poderes malficos )benficos, la muerte y los muertos, otros planetas, elc.-;

    1; L. Va i I, 'a rt I'I{(/ Iill ml llre I/ IO sl /{/IIP , ris, PUF, II)(O) I r duce; , ,;espaola: , \rll' J litera tura [an tst icas , Eudeba, Buenos Aires, IY7:\:\ propo.ne, por ejemplo, la siguiente a ~rupaci (n de motivos f antsticos: el hombre~,, :;o:el vampir o: 1 :1.p;tnc~ scparad. d l') ClH 'Tlt' ~l'n::~~:10; ': .: l .; :~ :o, ,;\}' . :,l:l )('1 :- JI ; t u ,l , l . .; , ~O~ 1 H , l.,:: ,;t' : :~ ,IC1\ iSlIJIC ..; la ...a lll.. , . i . (io n c~ ,1. i.GlIlSalai

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    algn mod o, un escnd alo ra cional, en tanto en cuanto nohay sustucin de un o rden por otro, sino superpos icin. Deaq u nace la connotacin de p eligrosidad , la funcin de

    :miquila cin +O agrietamiento , por lo menos- d e las ce rte-zas del lector . El mundo fantstico pu ede se r todo, m enosconsolador ' .

    Es por este motivo que no me p arece vlid a la afirm acinde Todorov de que la d esaparicin de los tem as de la sexua-lidad en la literatura fantstica implic a la desaparicin d ela literatura fant stica tout court . El error de Todorov est enconsiderar como con stituyente d e lo fantstico t emas queson solamente colateral es. De h echo, todos estos tema s,incluso en su exasperacin, siguen formando parte delmundo natura l: se trata de una transgr esin de fronterassociales, mora les, en cualquier caso contingentes. Nec rofilia,sadismo, incesto, han estado en r elaci n con lo fantstic odurante un det erminado perodo histri co, pero el cam-bio en las costumbres, permiti endo hablar de el los en ot rombito ; los ha arrancado de lo fantstico . No necesitan yade su m ediacin . Por el contrario , los t emas qu e Tod orovindic a como los del yo, repr esentan el choqu e con elmundo dado y su superacin , no inscri to en el orden n atu-ral de las cosa s: en est e campo no existe (al m enos po;ahora) poder hum ano algun o que por s sol o pueda pro-ducir m etamorfos is o di latacin del tiempo. As, pu es, elvampiro sobre vive como t ema fantstico no slo porquernetaforiza una forma perversa de sexualidad, sino porqu emanifiesta, litera lmente, la abolicin de fronter as ..uLrela

    vida y la muerte.

    10 De hecho, sta podra co nsiderarse como la lnea de demarcacinentre lo fantstico )' otras categoras no realistas como lo maravilloso, loextrao, cte. Cuando la presencia de ejemplos sobrenaturales no provocaescndal o, se vuelve al mbito de lo maravilloso (los cuentos, o ,,1 llamadorealismo m.igico. .il que se pueden aadir hoy los (jclnplos de Ian-tasy-): si lo sobrenatural es reconducido a 1111 fI'IIU H:IlO explicable y flortanto circunscrito a la esfera de lo natural, se tiene lo cxrr.mo, ,;, los acon-re cimicnros tie nen 1 1 , ,, d i ~'stric~:~n~~::llr' S illlh ,;:' fl n;IS (l ;1; t , ,il l l deL, C T t ,1 .1 (p. lI a l'odot' o\', s in CIIJ I)ar gu. no e s el clCIlH:J1 tc; de r uptu ra lo

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    La transgresin s e manifiesta segn dos ejes opositi voscuya combinaci n -con m ayor o menor gr ado d e compl e-jidad- permite d ar cuenta de la constelacin d e motivosque constituyen e nivel sem ntica del texto. Dent ro de las

    catego ras predic ativas, se puede establec er la opo sicinconcreto Zabstrarto (no utili zo los trminos materi a/espri tu.propue stos por Todo rov, porque tienen una exc esiva con-notacin id eolgica, ni lo s de real /irre al porque, a pesarde qu e le concr eto aparezca como nic a realidad del p er-sonaj e, el segund o .rmino es tan r eal como el primero,slo qu e lo es en otro plano). Por concreto se enti endeaqu , simplement e, todo lo que est sujeto a las leyes de l atemporalidad y de la espacialidad: tiene un volumen , unpe~o, ocupa un lugar en el espacio, y su existencia est pr o-bada pO una expe riencia colectiva qu e lo afirma como re al:responde por lo tant o a un cdigo general. Lo abstra cto,en cambio, se escapa a toda s estas r eglas, responde a uncdigo individual o reducido a UI : grupo , y carece d e mate-rialidad . El ord en de lo abstr acto se presenta como diver-sificado en ciertos motivos: el r ecuerdo y la im agina cin,com o proyecc iones mental es voluntarias; l a alucinaci n yel sueo, como pro yecciones mental es involuntaria s. En la noche boca arrib a, de Julio Cortzar ' , un homb reque ha sufrido un accidente es ing resado e n un ho spital, ycada vez que se duerme suea con que s e encuentr a en elMxico precolombin o. donde l es un mot eca perseguidopor los aztecas que buscan victin.as para sus sacr ificios ri.ua-les. E hom bre oscila entre el despert ar en l a acogedorahabitacin del hospital, donde lo cuidan con esmero, y la

    pesadilla que se vuelve cada vez ms angustiosa: es capturadopor los nemigos, encerrado en una prisin subterrnea,y finalmente arrastrado al altar lid sacrifi cio. En este momen-to crucial es cuando se produce la inversin de los rde-nes: la realidad e;; el perfil del sacrificador qu e se acercacon el cuchillo de piedra, \' e l resto un sueiio inexplicable.

    Ta l \ e l . la manifc.aacin m.is perfecta d e esta fusin en uer .undo ~; C() ~: '.';:..:: ili es la

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    por ejemplo, se reali zan a menudo a travs de los m otivo sde la ficcin (entendi endo por ficcin los productoshumanos que crean un mu ndo de represe ntacin, como l anovela, la pelcul a, el cuadro, e te.). Tenemos as e l motivorecurr ente de la estatua animada, cuyo ejem plo c lsico es

    La Venus de Ille, de Mrirn e, que en otro registro Car losFuentes propon e en su Chac MO:;l15, abrindclo 2. inter -pretaci ones ms ricas. E l narr ador ha encontrado e l diariode su amigo Filiberto , que ha muerto ahogado en Acapulc o.Empleado en un a oficin a, donde soporta la frustracin deuna vida d esperdici ada, Filib erto t iene una gra n afic in a larte indg ena me xicano . Desde hace tiempo bus ca una es ta-tua d el Chac Mool -la divinidad vinculada co n el agua y latempe stad- que por fin consigue comprar, y la coloca enel stano esperando encontrarl e un lu gar definit ivo. Desdeese instante emp iezan a suceder cosas ex traas: las tube-ras se rompen e inund an el stan o; las lluvias, en lugar deser tragadas por l as alcantarillas, van a parar tambin alstano. Los destrozos s on rep arado s, y c uando Filibertointenta limpi ar el Cha c Mool del b arro y del moho se dacuenta de que la estatu a ya no tiene la cons istencia de lapiedra. Poc o a poco la estatua se a nima y Fili berto se con -vierte en su prisione ro, su esclavo. Pero la animacin vapareja c on la degradacin: Chac Moo l empieza a beber,roba a Filibe rto su bat a de seda, usa jabn y perfumes.Cuando el narrador llega a casa de Filiberto par a entr egarel atad, le abre la puerta un indi o de aspec to repulsivo,maqu illado y c on el pelo teido.

    En este caso, incluso dejando a un l ado e l problema mrdirecto, el de la verdad o no de la trans formacin de Cl.ac

    Mool ( el cuento podr a metaforizar la vergonzosa conf e-sin de homosex ualidad de Filiberto), otros estratos de s ig-nificac in nacen de l tema a nimdo /inanimado: la degra-dacin de los an tiguos dioses, 1:1 snperposicin de culturas,la identidad nacional de Mxico.

    Un segundo gru po de temas se organiza en torno a los~p, 0 1( ( ' '-'''1stiw ven 1 , '-~ltpgo t la e'l1. f1riari . ' (ca l ~;().as susuuuivas): la id c n uuad uel sujc., el tif ll'~), el

    15 En /,OS rI (J .~ : mn o sc a md o s . Mxico. Lus Presentes, ]9;)4.

    i

    espacio. Las fronteras se de finen e n este caso entre yov otro;ahora/pasado y/o futu ro; ac /all. Lo fantstico implicala superacin y la mezc la de estos r denes: e l yo se des do-bla y e n co nsecue ncia se anula la identid ad person al; eltiempo ve borrada su unidirecc ionalidad, por lo que pre-

    sente, pasado y futur o se vuelven una ni ca cosa; e l espa-cio se anul a como dist ancia. Ti empo, es pacio e identid adesdiferentes se s uperponen y se confunden en un intrincadojuego sin solucion es o cuya solu cin se perfila siempre co mocatastr fica. Es ste el eje predomin ante de la li tera tura fan-tstica de hoy, e n la que se ven prolifera r desdoblamientos,usurpacion es del yo e inv ersiones temporal es' , En m uchoscuent os de Cortzar tenem os ejemplos de -stas obsesiones:en Axolotl , un h ombre, fascinado por la contempl acinde los extraos peces que dan nombr e al cuento, se con-vierte l mismo en un axolotl ; en Lejana, una joven argen-tina , Alina Re yes, perseguida por la ide a de tener otro yoen una mendig a de Budapest, ve real izados sus mi edos. Enun puent e de Budap est encuentra a la m endiga, la abrazareconoci ndose en ella, y e n el abraz o se produce e l cambio:el yo de la protagonista q ueda prisionero del cuerpo de laotra y viceversa. Ms compleja es la trama de La s armassecre tas, donde el yo del joven Pierre, enamor ado deMichle, es poco a poco s uplantado, siu que l se de cuen-ta ni pu eda defenderse, por el yo inmaterial de un solda-do alemn que, durante ia ocupacin , en Enghien, haba vio-lado a la mu chacha -en .iquel entonces poco ms qu e unania- y ~omo represalia haba sido asesina do por losam igosdeellal ' .

    En l os casos citados anteriormente, el sujeto de la trans-

    formacin es vctima d e algo f uera de l mismo, que l noest en condiciones de controlar. Desdoblamiento y aboli-

    1\;Entran en juego aqu una SC ; de elementos que la cienci,,lin:ic'm hadesa rrollado co rno su .imbi to privilegia do. Pero micruras en lo EUl I;s ticola tr ansgresin provoca escndalo. t'n la ciencia-ficcin deriva de cono-cimienlo (en ocasiones casual) d . mecani smo. ~itle hacen I'0sihlt's tales. , ~ . . ,l ; II ; , :~ u'. '' '' ' 1 L . ; il L : i l I,, di l In c l ,:.: :~ : i , . :. ~ , : I lr ' IC lI1a < li t 11 0 < sel del planeta Ticrr.i.

    1 '7Los dos priuu-ros en Fina dI jurg o. o/J. r ii. , el I('rcer o n l.a s a rma ssr r rr tas . Bl lf ' I \O S Aires, Sudauu-r ir.m.i. ~)( t.

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    cin del porvenir son, sin embario, efectos de un pod~rmgico en Aura, de Fuentes 8. La ultracentenanaConsuelo consigue, mediante un complicado ritual, ema-nar a otra s misma, en la que revive su perdida juventud: la

    bellsima Aura. Aqu la vctima es Felipe Montera (porquesiempre tiene que haber una vctima), que, enamorado deAura, se encuntrar entre los brazos esquelticos deConsuelo --en este caso dos identidades se reducen a una-y descubrir en las viejas fotografias del marido de la mujer(el general Llorente, muerto muchos aos atrs) su propiorostro.

    Los juegos del tiempo actan en La noche boca arri-ba, de Cortzar, superponindose a la transformacin delsueo en realidad. Cuando el protagonista se despierta den-tro de su pesadilla, tambin el pasado -la Amrica preco-lombina- se vuelve presente. En cambio, en El otro cielo,tambin de Cortzar ' , la abolicin de las fronteras espa-cio-temporales aparece como un privilegio del protagonis-ta: basta que l se ponga a caminar por la scalles de BuenosAires en los aos cuarenta para que se encuentre en 1870,en Pars, en el fascinante barrio de las galeras. Tln, Uqbar,Orbis Tertius, de Borges' , propone una inquietante trans-gresin espacial. Objetos procedentes de Tln, regin ima-ginaria cuya historia ha sido inventada y desa rrollada en elcurso de los siglos por una sociedad secreta, empiezan ainvadir la Tierra: progresivamente la Tie rra misma se con-vierte en T 6n.

    En el plano semntico se podra por tanto proponer,como estructuracin general del texto fantstico, la defin.

    cin de una esfera A totalmente independiente de una esfe-ra B y sin posibles puntos de contacto entre ellas (el suenov ia vigilia, la estatua y el hombre, el fantasma y el viviente.etc.). Con una motivacin o sin ella (problema a definir e otro nivel) se produce una superposicin que lleva a . .y Ba coincidir total () parcialmente, de modo momentneo ()definitivo: son todas posibilidades que quedan abiertas )'

    C. FlIenl,s . . \/11 1I . ~kxi('o, 1. c1iciolll'sEra, I~Hi~. ~I En F r/u s osji u'gos djlU'f .(), Buenos Aires, Sud.uucrirana, 970.~'_l En Firriunrs. Bl t( ' n o, Air r-x, E li 1ccc.', I~ l5).

    LO FANTSTICO: UNA ISOTOPA DE L\ TRANSGRESIi\ lb7

    que definen un universo de significaciones que vara segnel perodo histrico y el autor, pero en el cual se perfila unarealidad donde la certeza ha desaparecido.

    3 . U INSTANCTA NARRATIVA ENLO FANTSTICO

    La superposicin de rdenes irreconciliables vivida porun personaje y contada por l mismo o por otro, significa undesfase en la definicin de lo real; se plantea, por tanto,como un problema de percepcin. Ahora bien, percep-cin de qu, y por parte d., qwen? La metamorfosis de Auraen Consuelo, del hombre en axolotl, la abolicin de unaruptura entre pasado ypresente y entre espacios diversosconstituyen el objeto de la percepcin de un personaje,protagonista o, por lo menos, testigo del acontecimientofantstico, que lo afirma como verdad. Se podra decir quetoda la organizacin dd nivel semntico est hecha en fun-cir: de la experiencia que dicho personaje tiene sobre losacontecimientos, Yaqu se proyecta una duda sobre el acon-tece,' efectivo de la transgresin. Dado que el universo delrelato define la transgresin como imposible, su realiza-cin tiene que ser atribuida a una ve rdadera subversin delorden natural, o a la percepcin disto rsionada del perso-naje que la protagoniza o la presencia? El problema se plan-tea en esto- ~rminos: la realidad percibida es la realidadde los sentidos; P ~ por lo tanto, una apariencia o al menosuna imagen parcial: veo esta columna, no los tomos q~ e laconstituyen; veo girar el sol, pero lo que gira es la tierra.

    Yaaqu se crea un de-fase entre la verdad cientfica y la ver-dad (le la experiencia. A v=ccs este desfase ha sido exploradode modo explcito como dato narrativo. En P lan de evas in,de Adolfo Bioy Casares: . el doctor Casrel, director de laprisin de la Isla riel Diablo. convencido de que nuestravisin del mundo est condicionada por las indicacionespronorcronarlas por los sentidos, ejecuta en los detenidos a \ . I I ~ : , .: ; ) , . ; , , ' ''' ' r t ' 1 1 . .. ll h J. ~ (' . .. : 'j l' /' ' ; l , lp' l . l III \Hi -

    licar Sil percepcin sensorial.

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    Estas coincid encias o divergenc ias en la pe rcepcin delacontecimiento fant stico, que cada tex to ex presa seg nmodalidad es propi as, pueden proporci onar el terreno sobreel que exp erimentar e l anlisis de las posibles relaciones

    entre lo r eal del texto y lo real extrate xtual como exp e-riencias combin adas: al menos una d e lasvis iones propuest asrefl eja en general la experi encia del lecto r emp rico.

    Otro aspecto que pu ede proporciona: da tos relevantespara el an lisi s de la descripcin de l a realidad en el relatofant stico, es la identifi cacin o no d el protagonista o delos te stigos de los acontecimientos con el nar rador d e losmismos. En esta p erspectiva tom aremos en consid eracinsolam ente dos posibilid ades: qu e el narrador diga yo, esdecir, qu e se presente como p ersona , o por e l contr ario qu eaparezca t an slo como una funcin narrativa, es decir, des-provi sto de naturale za personal=.

    En el caso en que el narrador diga yo, se colo ca en elmismo niv el de exist encia -d e experien cia- que los p erso-najes y el destin atario , es una seudopersona y e n cuanto talsusceptibl e de error. Su percepcin de lo r eal est intrinse -camente viciada de parcialidad. La prim era pelsona siempr ees sospechosa, porqu e nada, a excepcin d e ella mi sma,garantiz a lo n arrado. C mo sabe r si el suyo es un testimoniodesinteresado? Esta ca racterstica se ace nta en el caso deidenti dad entre el narrador y el protagon ista. To do lo quel vive y narra puede atribui rse a una perce pcin distorsio-nada , Por qu no d efinirl o como u n loco, un charlatn? Larealidad de la transgres in se re duce, tal ver , a una proyecc inde su mente, y permanec e en los confines de lo abstracto.La primera persona protagon ista tiene el fatdico don decontaminar de duda la ex istencia misma del acontecimi ento.Es el caso de los ya ci tados Axolo tl y El otro cie lo (dehecho, este ::::lO relato ha sido v isto por los c rticos, casiunnimemente, como la narracin de viajes imag inari os

    ~~~. ie . .; ,r o .. : ,'::::::, . de (' ~ :~I /' y h , (. h lloc;,'/1I del n: j ;do' )odr:1servir de pl int o de pan i(

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    172 ROSALIlA CAMPRA LO FAl',TSTICO: UNA ISOTOPA DE CA TRANSGRESIN 173

    totalid ad al lector: algunas concatenaciones quedan abier-tas o inexplicadas. Por ejemplo, no se proporc iona ningu-na verdad fuera de la que posee el protagonista, bien por-que no se tiene concien cia de ella , bien porque se d ecide nocomunicarla. Lo mismo se podra decir de los ca S8S en qu e

    hay una narra cin personalizada . En este sentido ha y queanalizar el pr oblema del punto de vista escogido por elnarrador, que con frecuencia en el relato fantsti co es unpunto de vista reducido, bien por la coincidencia narrador= protagonista , bien por otra raz n estructural, Por otrolado, nada prohibe el formular hiptesis sobre formas con-taminadas en qU f', por ejemplo, la funcin narradora poste-riormente resulte ser parte de lo narrado, creando en con-secuencia una incertidumbre generalizada' .

    Cuando falta un posicionamiento por parte d el narra -dor, no es infr ecuente que la garanta de verdad se d ele-gue en un testimonio que no est en el nivel de la narracinsino que forma parte de mundo representado; por ejemplo ,personajes qu e por sus actos, sus palabras, su propia exis-tencia, demuestran que la transgresin s e ha producido.La verdad del acont ecimiento fantstico es, en este caso,un ef ecto de lo n arrado.

    Un ejempl o de lo dicho anteriorm ente lo ten emos enLas armas se cretas. Las im genes que in vaden a Pierre yque no per ten ecen a su pasado (una casa en Enghi en, u naalfombra d e hojas que parece devorarle el ros tro, tina esco-peta de dos canos), los v ersos en una lengua par a l des-conocida p ero que puntu almente vuelv en a su memori a,podran serju egos d el subcon sciente , como t am'.i., la inex-plicable agresividad qu e en ci er tos mom entos s e desenca-

    dena en l con t ra Michle, la n.ujer amada.Pero a trav s de un di logo entre Roland y Babette, los

    amigos d e Michle que s ta h a llamado en su ayuda, asus-tada por l a actitud d e Pierre, el lector d escub re la viol acin

    2:; El ejemplo mi, clsico dejucgo con la estructura convencional de ung-ncro. por lo que se n~fit'rc al n ' Ta

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    17' ROSALBA CAMI'RA

    ff

    LO FANTSTICO: UNA ISOTOPA DE LA TRAJ'\SGR 'SIN 175

    representado. De hecho, una de las preocupaciones pri-mordiales de lo fantstico p arece que sea la de afirmar supropia existencia, su propi a verdad. El aconteci P. ' ier .to f a -tstico , en tanto en cuanto n inguna experiencia comparti -da est en condiciones d e provocar lo -es inverosmi1 -,tien e que esforza rse por m anifestar su vu-osimilitud , ofre-cieudo a l destinatario los eremento s para qu e ste le ac ep-te co rno v erificab le,

    Existe una verosimi litud d e lo verdadero que no necesitaser demostrada . La r ealidad . siendo un hecho incont ro-vertible, pu ede permi tirse e l lujo de l a inverosimilitud ; loimposib le, en cuanto ha sucedido, puede prescindir d edemostraciones. Por conven cin, esa verdari se extiend eal texto r ealista en g enera l. El texto fant stico, sin em ba;:go,f}uees intrnsecamente dbi l por lo que se refiere a la rea-lidad representada, tiene la neces idad de probada y de pro -barse , El gnero fantst ico, pues, se ve, ms que cualqui erotro gnero, sujeto a as leyes de la verosim ilitud , Que son,naturalment e, las de la verosimilitud fants tica.

    Como afirma Metz, dos son los con ceptos d e verosimi-litud: lo que est d e aLuerd o con la opinin ;b lica y l oque est de acuerdo con las l eyes de un g nero 6. En ambo scasos se trata de u na convencin, es decir , de un h echo cul-tural , hist rico y retrico. La verosimilitud es un juicio d ecarc ter histrico sobr e un hecho especfi co, d e modo qu ela definicin de vero smil no es inmut abic: en los gnero s,la cOI1':enciil deriv a del corpus prpexistente, es un re sulta-do de ias p osibilidad es y a reali zadas en este g-i-nero. No r es-ponde, por lo tanto, a lo rea l de la vida sino a lo r eal de lostextos: es un h echo d el dis curso de ficci'~lI. Lo real de loIantstico, consideradr, como gnero , respond e ;1 ciert asreglas de verosimilitud , diferentes de l as que subyacen a untexto re alista. Otras son aqu l as coo rdenadas. Cuando selee un r elato fa ntstico se s igue 1I ~ae stra tegia de l ecturaque pre v la aceptacin del acontecimiento fant stico. La leydel gnero es la infraccin y, por lo t anto, no es la inli 'accillla ( t de tien.: que sorne re rse n la vc:,,~i',;,::::, .. ;.; ;'1,:,

    , ; C. \lcL/ .. ,o.l' dirr e l 1(, di, 'H ri 11<

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    176 ROSALBA CAMPlv\

    El espacio fantstico es co nvalidado mediante un pro-cedimi ento anlogo. En El otro cielo, de Cortza r, se r epi-ten de manera obsesiva los nombres de las calles que corr es-ponde n a las del Pars refer enciai: ru e Raumur, rue duSenti er, rue des Jeilneurs, bouleva rd Poissonni re, rue N treDarne des V icto ries, rue d'Aboukir, P assage des Princes,Passage des Pan oramas ... P ero el qu e esta s calles tengan ono una ex istenci a extratextual rev iste, a fin de cuentas, unaimp ortanci a limitad a: lo qu e co nfiere realid ad es el n ombre,la refe rencia cons tituida po r ste . Esta fun cin es tan fu er-te que pued e convertirs e, co mo en Lejana, en un juegointerno a la rea lidad del texto: e l espacio d el otro e mpiezaa existir concretam ente para el personaje d esde el momen-to e n que las impr ecisas call es de Bud apest adquier en unnombre, y se co nviert en en Plaza Vl adas, Puent e de losMercados .

    En genera l, se pueden anali zar desde esta pers pectiva

    todos los fenmenos que tienden a afirm ar la refe renciali-dad del texto: la data cin pr ecisa, la d escripci n minu cio-sa de objetos, personajes, es pacio s, ete.; en otr o nivel, lashuellas de oralidad d el discurs o que, impli cando al d est i-natario en lo vivido p or e l nar rador , dan por descontada larealidad extratex tual de cuanto se narra. Estos meca nismos.adhiriendo la ilusoria rea lidad de l texto a l mu ndo del lec-tor , crean las pr emisas de una v erosimil itud semntica , esdecir l a apar iencia de una co rrespond enc ia entr e los con-tenidos de la ficcin y la experienci a cO iicreta29.

    Pero no es ste el nico nivel en el que o peran las leyesde lo veros mil; tambin se puede hablar, como proponeJ. K risteva, de una veros imilitud sintctica, es dec ir, de unanat uralidad convenciona l de la orga nizac in de los con-tenidos nar rativosf , De hecho, ciertos aspectos de la sin-

    ~ F ( nn ccplo de real t extual y de verosimilit ud en trminos no psico-logisticos se podria profundizar segn las lneas trazad as por las t eorasde los mundos posibles (C]. U. Eco, Lector in [abu la, Miln, Bompiani, 1979,en particu'.':: .I cap. 8) [traduccin esuaola: /.p,i,,, in [abu la , Barcelona.i un u-u , t K, I

    :llJ Lo vrr o si m il sm t a ic o s .. . ia 1..:1 principio de d er ivu ./J il idru l el .. las dife-rentes panes (d . un discurso co nrr.-ro ) del si xicrna fo rmal global ... l- Undiscurso es sim.uncamenu- verosmil si podemos hacer dcriv.i.: ,';Ida tina de

    LO FANTSTICO: UNA ISOTOPA DE lA TRAl'~SGRESIN 177

    taxis narrativa codi ficados por la tradici n, aparecen a nteel lector como indiscutibles. Uno de es tos pri ncipios r ecu-rrentes es e l de la motiva cin (o mejor el d e la po sibil i-dad d e una moti vacin) de los procesos que se p enen enmarch a. La cau salidad de lo s procesos pu ede ser im plci-ta, en el sentid o de que un a accin remite a una r eglageneral conocida por todos, y q ue, por lo tanto, no n ece-sita ser explicada; o bi en explci ta, en e l sentido d e quela accin no s e ade cua a una no rma general conocida, porlo q ue resulta necesario declara r los principio s que iarigen. Todo es o explic ado o ex pli cable, y cuando es ex pli-cable no hay ninguna ne cesidad de que se ex plique. Enlos dos c asos , la posibil idad d e existencia, la ver osimilitu d,no es discut ida. En esta per spectiva Genette distingue trest ipos d e relatos:

    a) verosmil:. la marqu esa pidi el coc he y fue de paseo.En este caso la r elaci n entre las dos accione s es intu ible, sinneces idad d e aclaraciones; la motivacin es implci ta.

    b) mo tivado: la ma rquesa pidi el coche y se meti enla cama, porque era mu y capri chosa -, porque, como todaslas marqu esas, era muy capri chosa. En este caso, la rela-cin en tre las do s acc iones no es intuible, por lo que seespecif ica su adecuacin a un cdigo particular, o genera l;la motivac in e s explcita.

    e) arbitra rio: la mar que sa pidi e l coc he y se meti enla cama. La motiv acin no es intuible ni se p ropone a l lec-tor una exp licacin.

    Formalmente, spg n Gene-rte. nada diferencia a } y r:); eljuicio de veros mil> , o arbitrario es un hecho ps icolgi-co, s ocial, e te., es deci r, externo a l texto e his tricamentevariable31.

    sus secuencias de la totalidad, -uucrurada que ese d iscurso cs. . (J vr-r (,s -mil d epende pnes de una estructura con normas de articulacin I'drliuJ-lares, de un s istema r etrico preciso: la sintaxis veros . 1 de un u.xr-. ,-slo que h ; l( , ' 1 ste conforme a las leyes de la es rruct u.. d;snlrsiv;, ,j:_td~ lal,tS i'J ' ..-~/ ' ~.aS... \ ( J l S l C ' ; l. ,, ~ : p. ,, \hh :llvi:;' ,;; :, ux t , r ,11n ico tu ms , 11 (19 6R), pgs. 62-ti:\; cursiva de la autora).

    :H C. Ct:I1Ct tC, Vr aiscmblahh- e l morivat ion, en Fi,t...'7nes ll, Par is, S f:uij,p~gs.'7 -9~L

    zII

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    17 1:1 t(OSALllA CA~II'J(.\

    Verosmi l es, por lo tan 11) , a este niv el, aquello que deun modo u ot ro est mo iV;HJO. Ahora bien , con frecu en-cia el relato fantstico se i(fl:n lifica con el tipo e) o, lo qllc-es lo mismo: falta de mol i V;J( in. No sabremos por Ql1( culpa Enrique Nevers, en P lan. de evasin, es enviado en una

    misin a Cayena , ni por q lI: muere -en el supuesto ( ; IS{ )de que haya muerto. De la rnixma manera, no se da ninjru-na expl icacin en La noc he boca arr iba sobre porqu ycmo los contenidos d el sudl /) se han vu elto realidad y vicc-versa ' ,

    No s iempre fa lta una lIIo livacin, pLi Oen los casos enque es e x plicitada, se trata CIIII frecuencia de una mot ivacinparcial y postergada: e l dcs ~:/Ilacf' regresivo es una cons-tante del relato fantst ico l IIoli vad033, En Aura, por pjcll l-plo, slo a l final el protago nistn descubre la verdadera iden-tidad de Aura -Consuelo. Poco antes, la lectura de la smemor ias de l genera l Llorc nrc le ha revelado las razon es ylos modos de la transformac in: la vol untad de Consuelo d eprolongar en un dob le su p ropi a juventud mediante extra -as pcimas.

    En cua lquier caso, una ('xplicacin exhaustiva, una cau-salidad general de los aCOll ll'cim ientos f antstico s, quedasiempre pendiente, confia da :1 la imagin acin del l ector, ()bien es contradi cha por otr as ('xplica ciones igualmente pos;bles . Ahora bi en, en l os r('I: (OSfantstic os de motivacinexplicita, l a transzresin cs(;i lIluy marcada a nivel semn-:;,,) , En un t exto qu e, por e l ('clntral ;0, en este nivel no pr e-

    ~~ l inversin espaco-tempor..' ,. ('sle y otro: cuentos de Cort.izarpllede, Ilnl lllrar ...: explicacin ell uu .r 1 , .crenca inplicita a la concepcin

    ,Id univc rs como un anillo de \1,. 1, , , \'/ R. Carnpra, La realt e il SU) (1 11( 1 -gmnnna. Il m odrllo na rra tivo nr i r ar . on t: . i.lulio Cortzar; Pisa, Giardini, r : - ~ ) .

    'o; EII(:n ino es de B. To rn nxhcvvk r. :'jll.utnop. postroenie, en Teorija ;;I _rv = : PI J rli lw , Mosc-Leningrad- '. I~ : traduccin espaola: La conx-trtl('\.'in de b 11,11l1(t, en Trono d: i.. i; , : , , : ; t ( I. Madrid, Akal, 19H 1, p;lg-S. 17q:lI t

    : El t ~ (,lIp o clsico de t 'S [C 1 1 l l l l h \ .iso es TJw Bur nin Court, de J D.L,rr triulu .. u 'raIiola: /,11 , ,; ;. ;'.; .i-il irnte, Barcelona I'I,mCla, I ~ :\j.t ' n

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    Es decir, que cuando la violacin del orden n atural creaen e plano sem ntica el desorden de la inv erosimili tud,este orden es inmediatamente restable cido en alguna m edi-da mediant e la conva lidacin del entorno , la explicitaci nde lacasual idad. S i, por el contrario, la transgre sin no seproduce en el plano sernntico, o se produce en un modocasi impercep tible , el d esorden es cr eado por l a falta d ecausalidad qu e des-realiza lo real. Se des arrollan d e estemodo m ecanismos de verosimili tud-inverosimili tud qu ecrean lo fantsti co en di ferentes niveles . En este caso pue-den faltar tem as caracterizadores, pero el escndalo y laruptura estallan igualmente: la transgresin y la rupturaactan tambin a nivel s int ctico,

    5. LA SINTAXIS DEL RELATO FANTSTICO

    El anlisis de la construccin de relato fantstico plan-Leaproblemas de solucin no inmediata . Si, por un lado, anivel semntica la dificultad no consiste tanto en identi ficarlos motivos ( vampiros, fantasmas, etc.), como en sisternati-zarlos , en e nivel sin tctico la complejidad nace ya en laprimera op eracin, la delimitacin del obj eto: existe un asintaxis d efinitoria d el relato fant stico?

    Un a specto que mer ece ser puesto de r elieve -romo hao-acertadam ente Todorov- es la imposibilidad (aunque msexacto ser a hablar de impert inencia) de un a lectura di s-cont inua d e lo fant stico . L ste el gnero en qu e elpro-ceso mem orstico desempea una fun cin m s decisiva, ya

    que la estructura toda tiende a un fin al que re vela la dir ec-cin y el sentido d e los elementos que conducen a l: latempor alidad d e h, . lerrura es aqu determin ante. Por es o,en el anlisis d el relato fantstico pued e resultar muchoms ventajo sa una lectura lineal (aqu ella qu e reconstru ye lafuncin d e ca da elemento en el lugar mism o en el que se

    . , duc:.. .;1 ::~peCl() r.uuasu.: rit' ::::: ~ , ; '; ) . d; ' l i\d l)/ , : lo 1111;1cxplicacion r ~ lU) -nal en terminas d e aventura inicirica dentro dc' una trama mucho In;lscompleja t c]. la edicin establecida por R . Rat ri l.l.;lli, l'ars, Coru , 1990 ).

    :

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    ISROSALBA CA~ 'R \

    abstraccin , en l a fa bula . Todorov, s iguiendo a Pendz oll.individuali za el d esarro llo del r elato fantstico como UILilnea as cendente, -n la cual el punt o culminante es /;1aparicin d el fan ta srna (es to es, la ma nifes tacin de /;t~ansgr esin) . Ambos destaca n sin e mbargo, la impos ibi-

    Iidad de e~ta ?lecer un SIstema compo sitivo que defina ( 1relato f : 1t?s tlco: d e hecho, e n mu chos relatos e l dato rx-rturbad or se manifies ta al principio , o bien la grada~ilIno exist e 40.

    Ms produ ctivo puede resuitar el anlisis de l a relacinfabula/tram a, propuesta por TOlila shevski. El .elato fants-tico pres enta a m enudo un d( :sfase entre esto s dos aspec-tos, consistente en la inversin temporal , por l o que el hechodesencad e.nant e de la.accin es revelado al f in al (el desen-lace regresIvo ya m enCIonado) . Este tipo de construccin noes exclu sivo ? e l? fantstico: lo compart e _y aqu s com o ele-mento d efimtono- con l a novela poli ciaca y e n menor medi-da con l a novela tradicional de capa y espad a en la cual unrecono cimi ento fin al desvela l a ve rdadera i dentidad delprotag on-m. Pero e n la literatura fantstica la sec uenciafinal reve la, no tanto los hechos de por s, cua nto 1ansiones.

    En el rela to fan tst ico la funcionalida d de las secuen-cias se v uelve an ormal. Si s.: acepta como un elemento con s-titutivo de lo fantstico la falta de motivacin, se hace e vi-dente que el mi smo conc epto de n cleo f unciona l setam balea: ste cons erva su carcte r de mom ento clave deldesa rrollo nan ativo, pero los nexos lgicos faltan ( COI::sucede, por ejempl o, en las trads torm aciones de Pi erre enLas a rmas sec rcras). r .o iuismo s e pueJe decir de las c at-

    lisis, cuya funcin de soporte de los ncleos puede resol-ve-rse al final en un a ver dadera sustitu cin d e stos, o b ienrevelarse como una expansin pur ament e esttica, CII e lvalor de un ind ;,-ic.

    11 R. I\arthes, ,dntroduClion ,1 I'analysc xuurn r ,tle des rciIS.Communicat ions , ruun. l (I i(i(i) Ilradl'L~in cspaiiol -t- Inlroduccin al.uuilisix ('sL nlc lllr~ t1 de los I cL n s . rr. ti fl 1 lf IIIu. lfJ .\ JlolKiclI. Ban:C'I('~~: .P (Ulu . ~ )~H ) , I ) ; t ~, I , .~ : ... : : : :. 1 ,; 1 . . .' I ' I l . . . n .r.: ; ' : } ;~ 'U':I\.:-'. 1 ' ,( 01 ) u n a ('nni nolog a m.is s ori .s t ic a d a, la de ' j 'o ln a .s h c \'s k i ( IH rc 1 1 1 0 1 i\o slibn :s / ig -;t

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    lH 4 ROSALBA C -\\II'R .\

    Las informaciones pu eden desemp ear, como hemosvisto, una funcin convalidante, d e contra ste con el acon-tecimiento transgre sivo; o bi en crear, en el plano sernnt i-co, una atmsf era en concordancia con ste (castill os a ban-donados, vieja s mansion es, ruinas qu e tradiciorialme n n-son consideradas como el escenario natu ral de l o fanuist ico). En otros casos , la ausencia misma d e inform acionesdesempea un papel estructural , come por :::jempl o en I ,

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    ROSAUIA CAMI'k'.

    blcmas no pu eden por el mom ento ms que ser aludidos.dado que su variacin hi strica requ erira una profundi za-cin que se s ale de los limites qt;.c ;T ,C he propuesto. D etodo s modos, pueden indic arse ciertos aspectos que e n unmbito det ermin ado ( en nuestro c aso el de la literat ura hi s-nanoamerica na contempornea) se pr esentan como carac -

    teriz adores del disc urso fan tstico +',Una de las formas menos inquiet antes, por e star ms

    codificada s, es la presencia de cierto s elementos re tricasrecurrentes, c omo la adjetiva cin fuertem ente con notada.El caso lmit e es aquel en que la car acterizacin fantsticase produc e a travs d e adjetivos que indi can explcitamen-te la natur aleza fa ntstica de los acont ecimientos, impo-niendo un a lectur a en una nica direccin . As, en El sueode lo s hroes, de Bioy C asares' , lo que no es misterioso esmgico , o bi en inexplicable , fantst ico, prodigio-so, terrible. A veces e l mecanismo d e la adjetivacin esmuy sutil y crea, a travs de ju egos de no pertin encia, deaparente impropiedad, una difus a ex tra eza. Innumerab lesejemplo s de es te t ipo se pueden encontrar en Borges, parael que la noche es unnime, los rboles incesantes , vel sueo, un d esie rto viscosov' . .

    Una funcin m s sustancial cumpl e la presencia de lapolisernia, que conduce a un desciframient o al menos doblede un a paiabra. En el rela to fantstico este dob le desc ifra-miento no es inmediato, como sucede por e l contr ario enla poes a, si no que deriva de la temporalidad d e la lectura:los se n ti d os ( >11 el lenguaje com unicativo qu edanlatentes, aqu termina n por esta llar y desempear un pap elen e l desarro llo de laac cin (as, un trmino, usado en unadeter minada acepri.n encubre otra que s e revela post e-rior mente como la fundamental; o bien, el valor m etafri-co cede e l paso a l literal, etc.).

    13Esto s aspectos no son CXt lusivos del lrea hispa noa nH :riclll -t C CJ J I'ternpornea. COIllOdellloslrara una ca la en otras litcrat uras. El IHisIJI(Todo rov indiru alg tII.d ....din'cciollCS: ( sen tido urcra l de las ('xprcsiolH's f'f 'I di 1< 1:--... 1 : l.,,:.' ,1 ,> l ~ l I ; l l l l ; . I . '~ I c,,' ''.:s lI{) < 1,'g-s. 7(1-~O , H~-n)o

    ,',1 A. Biov Casans. l': su e ti los lu;n;'s. BIlt.'J) os A ir{'s, 1,e S;tclil, ~F J/I i: , Los tjcm ;los t' st ~ H s.u.u i,, di..' las ru inns nr ru la n - , en f' t;lI I' , \ , o/J, t-;;

    1.0 \NTST'CO: UNA I OTOI'A DE LA TRAN GRESN 187

    Existe en esta perspectiva una ir radiacin de s entidoque, una vez ~c~ ptada la estrategia de lectura r equerida porel texto fantstico, parece con taminar cada palabra, cadaelemento es tructura l del discurso . Cada significante es, almenos potencia lmen te, Osc uro por tador de significadosi~quie talJ.tes. El texto se v uelve difusame nte significativo en

    diferentes g rados, ten diendo un veio so bre la pres unta tras -parencia comunicativa de la lengua.

    En cua lqui er caso es tos e lementos act an en el nivel enque son p erceptibles, esto es, en el discurs o mismo. Se da unsalto de calidad cuando los e lementos del nivel del discur -so de sarroll an una accin en el nivel sem ntica -en e llmi-te ex tremo, .un a acc in de la palabra sobr e lo real repre -senta d? El ejemplo absoluto de esta posibili dad de l leng uajs~s Lejana . ,La protagon ista, Alina Rey es, obsesionada por

    Juegos d e palab ras, ha enco ntrado el ana grama de su nom-br;: ~s la r ei n a y... Es un ju ego sin apuest a, un juego de losmas Inocentes. Pero no hay inocencia en las pa labras. Ese

    anag rama in concluso, abier to a otras posibles identidades-

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    i88 ROSALBA a\lp R , \

    nato de otro hombre. En la escena final el pual d el ase si-no se abate contra laespalda del lector en el mismo mom en-to en que l lee la des cripcin del delito. As, el dejar seabsorber por el texto , metfora del int ers probado enla lectura

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    190 ROSALBA CAJvII'IC\

    En g eneral, el concepto de isotop a se a plica slo al nivelsemntica. Segn la definicin de G reimas, isotopa es unconjunto r edund ante de categor as se mnticas que haceposible la lectura unif orme cid r elato, t al cual r esulta de lalectura p arc ial d e los enunciados despu s de la so lucin de

    su ambig edad, solucin que tambin -st guiada p or 1;1ddll ,. 4S T' , , Ibsque a e a ec tura unica . La I sot0pla se na por o

    tanto la id entifi cacin de la coher encia semntica de unmensaje -de un t exto-, aquello que lo propon e como un aunicidad d e s igf\ificac in (o, en el caso d e copr esencia d ems de una i sotop a, como la posibi lidad d e dos o ms l ec-turas contempor neas igu :llment e legtim as, como suced e,por e jemp lo en el discurso po tico o en el mal d'esprit). Laisotopa no es un a priori, se const ituye a trav s de la lectu-ra d el tex to (es un hecho de para le, no de lan gue): por lotanto , la des codif icacin no puede producir se c omo resu l-tado slo del niv el semntica . En todo caso. reconduce al

    nivel semntica los elementos propo rcionado s por los ot rosniveles . Por tanto s e pueden identif i car, junto a las isoto-pa s del contenido, l as isotopas d e la expr esin' . El con-cepto d e categora redundant e de Creirnas se puedeextender ms all del nivel semnti ca, de manera qu e sedefina la isotopa tambin en sentido vertica l, es to es, co moeje ge nerador de s ignificaci n nica que se manifi esta atravs de las carac ters tica s espe cficas de ca da nivel deltexto. en un fenmeno de interaccin. En nuestro caso ,sean lo s aspectos t1 l 1 sgresivos del ni vel sintctico, sea n losverbales, pueden co nstituir , ron la mi sma legitimid ad qu ela transgresin presente a nivel semntica, el ndice de lo

    fantstico o, ms an. uno d e los mecanismos de su :>ro-duccin.L. delimita cin de lo fant stico r ealizada por Todoro v,

    ;,1 conf inario en la eluda e incluyendo en su definicin

    'IH i\. J Creimas, POli' 'lile th,'orie ,',. lirucrprtarion