Caminemos juntos hacia el X Sínodo de Santiago LOS … · Jesús Camino, Verdad y Vida se nos...

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Caminemos juntos hacia el X Sínodo de Santiago LOS JÓVENES SALEN A ANUNCIAR “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos” (Mt 28,19).

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Caminemos juntos hacia el X Sínodo de Santiago

LOS JÓVENES SALEN A ANUNCIAR “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis

discípulos” (Mt 28,19).

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El Papa Francisco ha llamado a la Iglesia Universal a vivir el camino hacia un nuevo Sínodo de Obispos a celebrarse el próximo año 2018 en Roma, y que tendrá como tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. Es una instancia que busca hacer de la Iglesia una Madre que se acerca con Misericordia a la vida e historia de cada joven, ofreciendo líneas de acción concretas que le permitan acompañarlos de mejor manera en las diversas dimensiones de su vida, sobre todo en las que respectan a la maduración de su fe en Jesucristo.

Es así como la Iglesia de Santiago, reconociendo el desafío urgente que hoy nos plantea la pastoral juvenil, ha querido estar en sintonía con este llamado, e invita a todos y todas, especialmente a los jóvenes, ha Caminar Juntos para como Iglesia celebrar el “X Sínodo de Santiago”, profundizando el tema propuesto por el Papa Francisco. Este es un camino que se ha iniciado en la “Peregrinación Juvenil de Ramos 2017” y tedrá su conclusión en una “Asamblea Sinodal” en tiempos de Pentecostés de 2018. Los frutos quedarán recogidos en un documento de síntesis, que nos entregará las orientaciones para renovar y vitalizar la Pastoral Juvenil de nuestra Arquidiócesis de Santiago.

En esta línea, para comenzar a empaparse de ésta experiencia sinodal y fortalecer nuestra espiritualidad misionera, hacemos llegar a sus manos este material llamado: Los jóvenes salen a anunciar “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos” (Mt 28,19). Aquí proponemos una experiencia que moviliza, principalmente a la comunidad juvenil, y en consecuencia, al resto de los miembros de la unidad pastoral, a salir e invitar a otros jóvenes para que puedan conocer, amar, seguir, testimoniar y celebrar a Jesús: Camino, Verdad y Vida, haciéndose parte del proceso formativo que ofrece la Pastoral Juvenil dentro de sus distintas etapas: Peregrinos, Discípulos y Apóstoles.

Es un llamado a “ser anunciadores de Jesucristo con creatividad y audacia en todos los lugares donde el Evangelio no ha sido suficientemente anunciado o acogido, en especial, en los ambientes difíciles y olvidados y más allá de nuestras fronteras” (DA, p.29), Por esto, esta experiencia invita a que las distintas personas, grupos y/o comunidades de la unidad pastoral; y a la luz del camino sinodal, se fortalezcan en su espiritualidad misionera adheriendo a este tiempo de misión.

Queridos Jóvenes de la Iglesia de Santiago

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I. “VAYAN Y HAGAN QUE TODOS LOS PUEBLOS SEAN MIS DISCÍPULOS” (Mt. 28,19)

Jesucristo nos invita y llama constantemente a ser creativos en el anuncio de su Evangelio. En ese sentido es que la Iglesia quiere ofrecer a los jóvenes, rutas de acción concretas que sean capaces de disponerlos a vivir una nueva etapa en el caminar pastoral y en la propia evangelización, proponiéndonos así “atender con más cuidado las etapas del primer anuncio, la iniciación cristiana y la maduración en la fe” (Documento Aparecida, 2007, p.28). Este es un camino que nos sitúa, como Iglesia, en un estado de Misión Permanente, que tiene en el horizonte a Jesucristo que nos invita a “seguirlo, vivir en intimidad con Él, imitar su ejemplo y dar testimonio” (Documento Aparecida, 2007, p.11), a través de obras y palabras concretas de que lo que hemos visto y oído: Jesucristo Camino, Verdad y Vida, lo creemos, vivimos y compartimos para que también otros tengan vida en abundancia (Cf. Jn 10,10).Sin embargo, en tiempos complejos que vivimos como sociedad, muchos jóvenes no están abiertos a querer recibir y vivir las riquezas de esta experiencia. O,

mejor dicho, como Iglesia, a pesar de los múltiples esfuerzos, ha sido difícil poder ofrecer, con el mejor lenguaje y con el mejor testimonio, la Alegría de esta Buena Noticia. Pero, “precisamente a partir de la experiencia de este desierto, de este vacío, es como podemos descubrir nuevamente la alegría de creer… En el desierto se vuelve a descubrir el valor de lo que es esencial para vivir… Y es en ese desierto donde se necesitan sobre todo personas de fe que, con su propia vida, indiquen el camino hacia la Tierra prometida y de esta forma mantengan viva la esperanza” (S.S. Benedicto XVI, 2012, Homilía).

Para llevar a cabo esta misión, Jesús nos invita, en primera instancia, a mirar nuestra realidad y contexto con sus ojos, para luego, a la luz de su Espíritu, poder discernir sobre los caminos y acciones más idóneos que nos puedan llevar a transmitir con fidelidad el mensaje de su misericordia. A fin de que todos y cada uno de los jóvenes puedan conocer, amar, seguir, testimoniar y celebrar a Jesús: Camino, Verdad y Vida.

Jesucristo fortalece nuestro fervor evangelizador

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Como Discípulos misioneros, las nuevas generaciones están llamadas a transmitir a sus hermanos jóvenes sin distinción alguna, la corriente de vida que viene de Cristo, y a compartirla en comunidad construyendo

la Iglesia y la sociedad(Documento Aparecida, 443).

La Iglesia, en correspondencia con su naturaleza misionera, esta llamada a anunciar “la Alegría del Evangelio que llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús” (Evangelii Gaudium, 1). Porque la alegría es el sentimiento más gratuito que pueda darse, el más humano, una que todos buscan y todos esperan. Y que no es un tema nuevo, no es un tema más, sino que es lo nuclear, ya que el Evangelio es en sí mismo Alegría, es Buena Noticia, “es el bien que siempre tiende a comunicarse […] comunicándolo el bien se arraiga y se desarrolla” (Evangelii Gaudium, 9).

Acompañar y propiciar en otros jóvenes el encuentro amoroso con Jesucristo es una misión que el mismo Señor nos ha encomendado y a la cual no podemos hacer oídos sordos. En este ejercicio, no sólo está en juego la vida de la Iglesia, sino que también el desarrollo pleno de toda la vida humana y juvenil en su eterna complejidad.

Acompañar y propiciar en otros jóvenes el encuentro amoroso con Jesucristo es una misión que el mismo Señor nos ha encomendado y a la cual no podemos hacer oídos sordos. En este ejercicio, no sólo está en juego la vida de la Iglesia, sino que también el desarrollo pleno de toda la vida humana y juvenil en su eterna complejidad.

Contigo Jesús, renovados en la misión y alegres en el anuncioJesús Camino, Verdad y Vida se nos ofrece como alegría que es siempre nueva, creativa, espiritual, profunda, íntima, inmensa, irrefrenable, eterna, plena y envolvente. Lo que nos manifiesta que “todos tienen el derecho de recibir el Evangelio y por ende los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable, mostrando que la Iglesia no crece por proselitismo sino por atracción” (Evangelii Gaudium, 14).

En definitiva, se trata de compartir la propia experiencia de ese encuentro transformador con la persona de Jesús, para que otros jóvenes, atraidos por el propio testimonio, se sientan también animados a caminar junto a Él, a fin de que el Evangelio se haga vida y misión.

Que el salir anunciar a Jesucristo sea la oportunidad de poder pasar “de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera” (Documento Aparecida, 370), que se involucra y busca hacerse parte de la historia de vida de cada joven y de todo lo que ella involucra: familia, amigos, estudios, trabajo, etc. Así, lo que hemos visto y oído, se lo anunciemos a otros, y juntos vivir en la comunión de la fe, de la esperanza y la caridad. En esto nuestra alegría será completa. (Cf. 1Jn 1,1-4).

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Una pastoral en clave misionera no se obsesiona por la transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas […]Cuando se asume un objetivo pastoral y un estilo misionera […]el anuncio se concentra en lo esencial, que es lo más bello, lo más grande, lo más atractivo y al mismo tiempo lo más necesario.La propuesta se simplifica, sin perder por ello profundidad y verdad, y así se vuelve más contundente y radiante” (Evangelii Gaudium, 35).

“Nuestra Iglesia de Santiago está asumiendo con fuerza la llamada a la conversión misionera de la pastoral (DA, 370) y en este camino es muy importante reconocer que los cambios no se dan únicamente a nivel de actividades que involucran un programa pastoral, sino también a nivel de las actitudes, pues así podemos hacer un cambio paradigmático que afecte tanto el

quehacer como el ser de cada cristiano” (Acentuaciones Pastorales, 2016, p.12).

Para profundizar en el sentido de la experiencia misionera a la que Jesús hoy nos invita, te invitamos a leer la Exhortación Apostólica del Papa Francisco: Evangelii Gaudium (sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual) nº19 al 24.

2. PLANIFICAR A LA LUZ DEL MÉTODO MISIONERO DE LA IGLESIA

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¿Qué significa planificar?Planificar, en términos simples, es la acción de organizar lo que se quiere para el futuro. Por eso, requiere de conocer, ponerse objetivos, tener acciones o tareas claras, presupuestar los costos, y por supuesto, tener alternativas para la evaluación del proceso. Planificar no es un acto al azar, es una método para lograr un fin que queremos.

La verdad es que nosotros pasamos toda la vida planificando, aunque no nos demos cuenta, la cotidiano nos obliga a tomar decisiones que tienen detrás una planificación personal. Ahora, lo que queremos es que puedas trasladar ese ejercicio tan natural a la vida de la pastoral, para buscar la estrategia más adecuada de presentar a los jóvenes de tu entorno la persona de Jesucristo.

Pero planificar finalmente no es un ejercicio fácil o que pierda consistencia dentro de todo el quehacer pastoral. Planificar un proceso como el que te estamos presentando, requiere del esfuerzo de no sólo reconocer el territorio, sino que también distinguir entre los jóvenes del sector que no tienen motivación o interés por lo que se les presenta desde la Pastoral Juvenil. Y, ¿por qué? Porque justamente a ellos es a quienes el Señor nos “envía como ovejas entre lobos” (Cf. Mt 10,16), para llevarles a Buena Noticia de la salvación.

Entonces, este camino de preparación a la misión, está destinado a que puedan generar una estrategia que les permita, como comunidad, llegar a la mayor cantidad de jóvenes.

Trabajar a la luz del Método Misionero de la Iglesia La Iglesia a lo largo de los últimos años nos ha motivado e desarrollar en cada unidad pastoral (capilla, parroquia, colegio, etc.) un Método Misionero el cual, “reforzado con las viviencias del Año de la Misericordia, nos ayuda a centrar la mirada pastoral desde la praxis de Jesús” (Acentuaciones Pastorales 2017). En esa línea comprendemos a la Iglesia que se conforma como un pueblo misionero por naturaleza y que permitirá, lo largo de nuestro caminar evangelizador, anunciar y compartir con los jóvenes que Jesucristo es fuente de vida en abundancia.

Para lograrlo, la Iglesia de Santiago se ha propuesto dos objetivos pastorales:

El primero es fortalecer la espiritualidad misionera de todos los miembros de la unidad pastoral, tanto consagrados/as como laicos/as, pero especialmente de los jóvenes que la componen.

En segundo lugar es poder elaborar y poner en práctica, en la Pastoral Juvenil, un Plan Misionero que surga de la mirada de la propia realidad, de las orientaciones y caminos discernirdos por la Iglesia.

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Motivación de la comunidad: El animador en comunión con el asesor/a, coordinador/a y parroco son los encargados de animar el camino misionero de los jóvenes, invitando a asumir la misión participativa y corresponsablemente.

Elaboración del Plan Misionero: Para esto se proponen tres momentos…

Mirada a la realidad: La idea es realizar un mapeo donde la comunidad pueda mirar con los ojos de Jesús la realidad del territorio parroquial. Ver dónde Dios está presente y dónde nos necesita más. La idea es caminar por el barrio, conversar con los jóvenes, ver dónde se reunen, reconocer sus motivaciones e intereses, ver las acciones sociales que se realizan, entre otras cosas.

Discernimiento misionero de la comunidad: Después de mirar la realidad, el desafío está en buscar el querer de Dios para nuestra labor pastoral y cómo podemos ayudar, desde nuestra misión, a que más jóvenes se animen a vivir la experiencia de encuentro con la Persona de Jesucristo, haciéndose parte de la Pastoral Juvenil.

Definición del plan misionero: Con todo lo anterior armamos nuestro rompecabezas, definimos nuestro plan sobre lo que queremos hacer, cómo, cuándo, etc. Éste será nuestro camino, nuestra ruta de navegación al encuentro de los jóvenes para que, a partir del discernimiento de la comunidad, se elabore el plan misionero.

Coordinación del plan misionero: En el caso de existir más de una comunidad juvenil dentro de la parroquia, éstas son invitadas a reunirse para compartir los planes misioneros y coordinarse.

Ejecución del plan misionero: Sabiendo que la misión es una actitud permanente, aquí se trata de llevar a cabo lo planificado invitando a los jóvenes del territorio a vivir una experiencia particular, para desde ella motivarlos a ser parte de la Pastoral Juvenil.

Evaluación: No olvidar que para avanzar en la conversión misionera de la acción pastoral, es necesario evaluar los procesos misioneros. El animador como acompañante de la comunidad está llamado a motivarla constantemente e ir mejorando aquellos aspectos misioneros perfectibles.

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A través de este ejercicio queremos invitar a la Pastoral Juvenil a manifestarse como una Iglesia que es Madre de Misericordia, una Iglesia que sale al encuentro de los jóvenes y lleva la Alegría del Evangelio hacia las diversas periferias, tanto sociales como existenciales.

Aquí los animadores de la comunidad, en comunión con su asesor/a, coordinador/a y párroco, tienen la responsabilidad de conducir y animar esta misión. Se trata de juntos trabajar para fo-mentar en la vida de la Pastoral Juvenil un corazón y mentalidad misioneros, estando abiertos y atentos a las necesidades de los jóvenes más alejados y sobre todo a aquellos que no conocen a Cristo. Así generar en la Pastoral Juvenil una transformación no solo desde los programas pastorales, sino que por sobre todo en como se realiza la acción pastoral.

Para ésto te invitamos a preparar esta experiencia misionera, junto a la comunidad de jóvenes que acompañas, en cuatro etapas:

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Para desarrollar una planificación misionera ordenada, coherente y que tenga verdadero impacto a la hora de ejecutarla, te ofrecemos un instrumento que al final de cada encuentro puedas ir llenando con los siguientes puntos:

VER CON LOS OJOS DE JESÚS ¿Dónde nos movilizamos?

Esta etapa es la que les sugerimos que realicen con la herramienta de la cartografía social, que aparece explicada más adelante.

DISCERNIR SEGÚN EL ESPÍRITU ¿Qué queremos lograr?

Definir claramente la meta que quieren lograr como comunidad. Tengan en

consideración que el objetivo es lo más grande que buscamos, pero que es posible

realizarlo en un tiempo definido.

DEFINIR EL PLAN MISIONERO ¿Qué haremos para lograrlo?

Identificar cada una de las cosas que son necesarias de hacer para lograr el objetivo. Por muy tontas que parezcan, es necesario

enunciarlas.

CONTEMPLAR PRESUPUESTO ¿En qué gastaremos y cuánto?

Nada es gratis en la vida, por eso tenemos que tener claro todo lo que se necesitará para cada actividad. Si se dispone de ese

material, es mejor poner costo cero, antes que no contemplarlo.

EVALUAR EL PLAN MISIONERO ¿Cómo lo hicimos?

Después de terminada la acción misionera es bueno que se junten como comunidad y comenten sobre los logros y dificultades

que tuvieron para el desarrollo de lo que se propusieron.

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3. JESÚS ¿A QUIÉN IREMOS?: JUVENTUDES ACTUALES (VER)

La actual generación juvenilLa actual generación de jóvenes es muy distinta a la de hace unos 15 o 10 años atrás. Esto planteado no solo desde el escenario generacional, sino que por sobre todo, desde los contextos socioculturales. Su manera de sentir y de pensar la realidad es bastante diferente y en esto, los ambientes donde han ido construyendo su identidad, han dado su aporte.

La mayoría de estos jóvenes ha nacido en tiempos de democracia, que independiente del régimen político existente, les ha permitido desarrollarse, para bien o para mal, en espacios de mayores libertades y derechos, más abiertos y plurales.

Se hayan inmersos en un contexto en donde la educación es un tema relevante para el desarrollo social, y en donde ellos han tenido amplio protagonismo a la hora de la discusión.

Por otro lado, el mercado con su auge de consumo, marca también el modo en cómo ellos se desenvuelven en la vida social.

Es una generación con un amplio manejo en las nuevas tecnologías, estableciendo así un nuevo lenguaje comunicacional, y a la vez, una nueva manera de construir relaciones e identidad.

Para ellos, la política, la religión y la familia, entre otras realidades, han ido perdiendo peso, llevándolos, en su mayoría, a construir su vida sin intervenciones externas (Toledo, 2009).

Por ello, antes de poder acercarse a ellos con un mensaje particular, será importante conocerlos un poco más a fondo, reconociendo particularmente en esta ocasión sus principales motivaciones e intereses, así como los distintos grupos urbanos que podemos encontrar a la hora de salir a anunciar.

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Motivaciones e intereses de los jóvenesHoy en día, ante un mundo juvenil tremendamente plural en su manera de ver la vida y de relacionarse con otros, hace que las motivaciones e intereses de los mismos sean muy variadas, y de las cuales muchas estarán en gran medida influenciados por el contexto socio-político, cultural, económico, histórico y religioso en el que se desenvuelven, así como de los “aspectos identitarios como la clase social de pertenencia, el género, el origen racial, la localización territorial, la adscripción (contra) cultural, entre otros, que tienen un peso significativo en su conformación de identidad y en la experiencia de joven que se vivencie” (Duarte, 2012, p.117).

Es importante comprender la realidad juvenil actual desde el contexto en el cual ésta se desarrolla y busca desenvolverse, en pos de una construcción de identidad tanto individual como colectiva. Considerando ésto, seremos testigos de ver cómo “cada contexto posibilita, favorece, dificulta o impide que los jóvenes vivan su juventud” (Sandoval, 2012, p.45).

Teniendo lo anterior presente, cabe preguntarnos: ¿Qué es lo que hoy motiva a los jóvenes? ¿qué es lo que los mueve? ¿En dónde radican sus intereses? ¿Qué les entusiasma? Abordar la multiplicidad de motivaciones e intereses que tienen hoy en día los jóvenes es algo muy complejo, mientras unos se orientan más por el lado de la música, el baile, el arte, la lectura, el deporte, etc., también es posible que nos encontremos con algunos que viven simplemente el día a día, sin grandes aspiraciones que los movilicen o entusiasmen.

Por otro lado, encontramos jóvenes que viven convencidos de que la sociedad en la cual vivimos no está bien, que el país, el gobierno y los adultos en su mayoría los menosprecia por ser jóvenes, tildándolos muchas veces de inmaduros y flojos, viéndolos como incapaces de poder reflexionar sobre temas de real importancia y trascendencia. Ante esta situación, en algunos de ellos, despierta un sentido por lo social, de querer ser protagonistas del cambio, convencidos de poder contribuir con grandes ideas insertándose en ambientes de carácter político y administrativo.

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Sea cual sea la motivación o el interés, su meta es hacer lo que les gusta, lo que les apasiona, vinculándose al mismo tiempo con otros que compartan sus búsquedas. Vemos que “tienen muchas cosas que hacer como jóvenes; a veces esto que hacen les ocupa todo el tiempo libre, otras veces se convierte en una actividad más a la que le prestan algo de atención” (Dávila, 2009, p.173). Independientemente de cómo sea, se transforma en una puerta de entrada, en una oportunidad a la hora de poder vincularse con ellos, no sólo invitándolos a enriquecer su vida con el anuncio del Evangelio, sino que, al mismo tiempo, con ellos enriquecer la vida de la propia pastoral juvenil.

Grupos urbanos juvenilesUn eje en el que se ha de poner mucha atención es considerar la espectacularidad de los distintos estilos juveniles, que van en sí mismo conformando diversos grupos urbanos y construyendo marcas de identidades, a través de las cuales, se despliegan en la sociedad (Duarte, 2012).

Muchos de los grupos urbanos surgen a raíz de la necesidad de cada joven de compartir con otro intereses, maneras de pensar, motivaciones, anhelos, sueños, etc. Pero por otro lado, también se dan a partir de situaciones conflictivas y dolorosas que muchos de ellos sufren y que buscan canalizarlas de alguna manera o en ciertos espacios en los cuales se sienten salvaguardados, protegidos y apoyados por sus pares. Como sea, se transforma en un espacio en que se van entablando relaciones que contribuyen a la construcción de la propia identidad.

En definitiva, es importante que a la hora de acercarse al mundo juvenil éste sea comprendido como relaciones sociales en permanentente construcción. Lo juvenil es dinámico, diferenciado e infinito en sí mismo, lo que permite entenderlo en su complejidad, pero no en el sentido de lo complicado e inexplicable, sino en perspectiva de movimiento y transformación permanente (Duarte, 2012). Algunos más conocidos y fáciles de reconocer son: Otakus, gamers, skaters, k-pop, hardcores, metaleros, punk, raperos, reggaetoneros, entre otros.

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Ante este escenario ¿Cómo se pueden hacer cercanas las enseñanzas del Evangelio? ¿Es posible que un joven motive en otro joven el deseo de construir su identidad y su opción de vida desde la experiencia de encuentro con Jesús? ¿Cómo fomentar o fortalecer una vida identificada con Jesús y preocupada por lo que acontece en la vida y en la relación con otros? ¿Es posible dar a conocer la experiencia de ese primer amor en Jesús? ¿Cómo y dónde podemos fortalecer y revitalizar el fervor evangelizador de anunciar a Jesús nuestra esperanza?

Este es el escenario de misión que el Señor nos propone. Uno que a simple vista podría parecernos difícil e inaccesible, pero que a la vez nos otorga una enorme luz de esperanza, una riqueza cultural que en sí misma nos desafía como jóvenes cristianos y nos invita a abrir los ojos, a conectarnos con la realidad de una manera novedosa y rejuvenecedora.

Uno de los aspectos principales a la hora de salir a convocar, es conocer el territorio que nos corresponde dentro de la unidad pastoral (capilla, parroquia, colegio, etc.). Conocer el territorio no sólo significa tener claro los límites geográficos, sino que identificar dentro de ellos los elementos principales donde debemos fijar la mirada para lograr los objetivos que nos proponemos. Por eso, dentro de este proceso queremos, junto a Jesús, ir y hacer que todos sean sus Discípulos (Cf. Mt 28,19).

4. JESÚS, ¿A DÓNDE IREMOS?: CONOCIENDO NUESTRO TERRITORIO (VER Y DISCERNIR)

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"nos representa de forma gráfica la distinción entre aquí y allá, a través de la información nos orienta para llegar a algún lugar preciso, y nos encamina a la acción a través de la toma de

decisiones"

MAPA“la entendemos como la ciencia que estudia los procedimientos en obtención de datos sobre el trazado del territorio, para su posterior

representación técnica”

CARTOGRAFÍA

Para ello, te proponemos la una herramienta utilizada dentro de las ciencias sociales para trabajar en conjunto: Cartografía Social. No es la utilización básica de un mapa, sino la construcción de un contexto sociocultural, en el que se inserta la unidad pastoral, y del cual dependen las estrategias de convocatoria que tendremos que utilizar. Distingamos:

En este sentido, la cartografía es alimentada por el mapa del territorio, pero nos invita a analizar justamente lo que está dentro de él, para fortalecer nuestra experiencia kerigmática. En una cartografía no sólo tenemos la intención de identificar los lugares emblemáticos, sino que todo aquello que es parte de la realidad en la que vivimos.Para construir una cartografía es esencial que tengas claro los siguientes pasos:

Tener a disposición el mapa del territorio de tu unidad pastoral. Lo puedes pedir en la parroquia o buscarlo en cualquier medio virtual. En este elemento debe estar totalmente demarcado los límites geográficos de tu capilla o parroquia.

Marcar los lugares principales del territorio, pueden ser colegios, hospitales, canchas de fútbol, municipalidad, plazas, supermercados, etc. Todo aquello que te parezca relevante y que sobresale inmediatamente en la configuración del territorio.

Identificar, entre todos los miembros del grupo, la mayor cantidad de sectores pequeños que se insertan en la comunidad. Aquí es importante la voz de todos, porque cada uno conoce a ciertas personas que son claves para la convocatoria posterior. En este paso te pedimos que puedas señalando las casas de los vecinos que conoces, las casas de los jóvenes de la pastoral, los quioscos, almacenes, ferias libres… todo aquello que pasa desapercibido por los lugares principales que señalaron anteriormente.

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3 Una breve lista que incluya datos como:-Población envejecida o infantil abundante.-Sector Industrial.-Sector educacional, si tiene muchos colegios o centros educacionales.-Mayoría de migrantes.-OTROS…

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Teniendo la panorámica del sector, con todo lo que se señaló anteriormente, es bueno que tomen un instante para mirar, y describir en una breve lista, las características principales que se observan dentro del territorio. Este ejercicio, permite comprender cómo se compone la comunidad, y por lo tanto, las formas en que se establecen las relaciones en ella. Centrarse en los jóvenes. Ahora, la parte más importante del ejercicio, para nuestro proceso de llamado, es descubrir los puntos neurálgicos donde se concentran las juventudes dentro del territorio. Quizás puede servir demarcarlo con otro color, y señalar incluso si dentro de un mismo espacio tenemos estilos o grupos distintos de jóvenes. En este momento no sólo es suficiente marcar los lugares sino que conocer especialmente las motivaciones, intereses y características principales que tienen dichos grupos.

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Habiendo completado los cinco pasos que te proponemos, a los cuales pueden sumarles otros que les parezcan relevantes por las características del lugar, debieran tener la claridad suficiente para generar alternativas de actividades atrayentes a los grupos juveniles que reconocieron: lo que señalamos como HITO MISIONERO con que se finaliza el tiempo de salida.

Ejemplos de cartografías

“A través de una construcción simbólica del territorio (entendido éste tanto por el espacio como por las relaciones que interactúan en y sobre él) se abren perspectivas para una mejor comprensión de la realidad territorial, de cómo vivimos el territorio que habitamos, y cómo construimos el futuro territorio que deseamos”

(Habegger & Mancila, 2006, p.6).

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