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Hará cosa de unos cinco años me dijo un ranchero de la sierra una frase

que en ese entonces no entendí muy bien. Palabras más, palabras menos, de-cía: “Hemos puesto al clima de cabeza, ahora para que nos llueva ma’omenos aquí, se necesita que otros se ahoguen con los ciclones allá en el sur”. El térmi-no ‘cambio climático’ apenas empezaba a tener resonancia fuera de los círculos científicos, pero sus consecuencias ya eran más que palpables por gente que se ha dedicado a conocer los ciclos de la naturaleza para hacer de ellos su forma de vida, ya sea en el valle, la costa o los bosques.

En las ciudades, debido a las tec-nologías de la comunicación, estamos expuestos a una vasta cantidad de da-tos, imágenes y sonidos, y resulta difícil detenerse a reflexionar sobre la trascen-dencia de algunos de los nuevos clichés, como ‘calentamiento global’ o ‘cambio climático’.

¿Cambio climático en Sonora?

Las consecuencias del calentamiento global en el mundo y particularmente en Sonora pueden ser muy graves. En este artículo se explica en qué consiste ese fenómeno, qué repercusiones traería al estado, sobre todo en sus costas, y cuáles son las medidas preventivas que habría que tomar para evitar una catástrofe ambiental.

Ernesto Bolado Martínez* María de los Ángeles Carvajal**

* Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Director de SuMar, Voces por la Naturaleza, A. C. ernesto.sumar@prodigy.net.mx

** Ingeniera bioquímica y maestra en Ciencias Marinas. Socia fundadora de SuMar, Voces por la Naturaleza, A.C.

¿Qué es el calentamiento global?

Las principales fuentes de energía que dieron paso a la Revolución industrial en 1750 fueron los llamados ‘combustibles fósiles’, como el petróleo, el gas natu-ral y el carbón. El uso de estas fuentes energéticas genera residuos conocidos como gases de efecto invernadero (GEI); entre ellos están el dióxido de carbono, el metano, los óxidos de nitrógeno y los clorofluorocarburos1.

Los GEI siempre han existido, forman parte de la atmósfera y permiten que el planeta tenga una temperatura en que la vida sea viable. Se encuentran específica-mente en la tropósfera, la capa de la at-mósfera más próxima a la Tierra, a través de la cual pasan radiaciones solares que en parte son absorbidas por el planeta, calentándolo, mientras que otras radia-ciones, como los rayos infrarrojos, son reflejadas de regreso al espacio exterior. Al acumularse una mayor cantidad de

Ante el fenómeno del cambio climático, el Estado de Sonora tiene

ahora mayores probabilidades de verse impactado por huracanes, de

que el nivel del mar se incremente y de sufrir sequías más prolongadas.

GEI en la tropósfera, ésta se engruesa, acercándose más a la superficie terrestre, impidiendo la salida de las radiaciones solares y provocando el efecto inverna-dero, lo que conlleva al incremento de la temperatura de la Tierra. Es fácil com-parar este fenómeno con el de un carro expuesto al sol con las ventanas cerradas (experiencia que ha costado vidas duran-te los veranos sonorenses).

La actividad humana de los últimos dos siglos, regida por una economía basada en el consumo, demanda una cantidad de recursos y energía cada vez mayor, donde “las industrias que utilizan

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el carbón como fuente de energía, los tubos de escape de los automóviles, las chimeneas de las fábricas y otros subproductos gaseosos contribuyen con cerca de 22 000 millones de tonela-das de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera terrestre cada año. La concentración atmosférica de CO2 se ha incrementado hasta un 31% por encima de los niveles preindustriales” 2.

El sobreuso de los recursos naturales y sus consecuencias en el bienestar social y ambiental fue puesto en evidencia hace más de treinta años por Donella Meadow y colaboradores en su libro Los límites al crecimiento (Limits to Growth, 1972) y confirmado por “Mathis Wackernagel y sus colegas al medir la ‘huella ecológica de la humanidad’ y relacionarla con la ‘ca-pacidad de carga’ de nuestro planeta. Ellos definieron la huella ecológica como el área de territorio necesaria para proveer los recursos (granos, semillas, madera, pescado y área urbana) y absorber las emisiones (dióxido de carbono) de la sociedad global. Cuando se comparó la huella ecológica con la disponi-bilidad de territorio, Wackernagel concluyó que desde 1980 el uso humano de los recursos naturales está 20% por encima de la capacidad de carga global3.” En otras palabras, la sociedad humana industrializada está consumiendo recursos como si contara con 1.2 planetas Tierra.

¿Los impactos?

Una de las consecuencias de este modelo de sociedad es el ca-lentamiento paulatino de nuestro planeta, lo cual a su vez causa otra serie de fenómenos englobados en el concepto de cambio climático y que podemos identificar como sequías más prolon-gadas en unas áreas, lluvias torrenciales en otras, aumento en la frecuencia e intensidad de huracanes, derretimiento de los polos y glaciares, crecimiento de los desiertos y cambio en las corrientes oceánicas; extinción, desplazamiento y cambios en los ciclos reproductivos de las especies y aumento en el riesgo de plagas y epidemias.

Los impactos del cambio climático en el ámbito social y económico son de corto y largo plazo y de distinta magnitud según la geografía y composición de los centros de población. Así como nuestro ranchero del inicio se mostraba agradecido por las lluvias en la sierra que le daban una esperanza de sa-lir adelante con su producción agrícola, después de 21 años las costas de Sonora fueron golpeadas en septiembre de 2007 por un huracán, Henriette, dejando a su paso dos muertos en Guaymas, 13 mil damnificados en el estado y una estela de in-valuables daños materiales. Los costos sociales y económicos de nuevos o más intensos fenómenos meteorológicos pueden incrementarse o manejarse dependiendo de la mayor o menor vulnerabilidad de la zona y de su consideración en la planea-ción y toma de decisiones.

Ante el fenómeno del cambio climático, el Estado de Sono-ra tiene ahora mayores probabilidades de verse impactado por huracanes, de que el nivel del mar se incremente y de sufrir sequías más prolongadas. Sin embargo la actividad turístico-inmobiliaria se está impulsando en todas nuestras costas, igno-rando las declaraciones de renombrados científicos como Jay

En los últimos años, el auge inmobiliario en el noroeste de México ha creado polos de atracción de mano de obra barata proveniente de diferentes puntos del país y ha sido materia inacabable de discursos promotores del empleo. Pero ahora que nuestros vecinos del norte se dieron cuenta de que están entrando a una recesión económica, han dejado de comprar los condominios que alegraban las cuentas de inversionistas y constructores, llevando a la industria a detener obras hasta en un 70%, como es el caso del paraíso inmobiliario en Sonora: Puerto Peñasco7.

Aunado a la construcción de infraestructura sin considerar los efectos del cambio climático, un problema en Puerto Pe-ñasco es la creación de nuevos asentamientos humanos, gene-ralmente ilegales y sin servicios básicos de agua, luz, drenaje, escuelas, hospitales, etcétera, lo que ubica a estos grupos en los primeros lugares de vulnerabilidad ante una catástrofe am-biental.

Zwally, climatólogo de la NASA, quien después de evaluar el deshielo de Groenlandia durante 2007 declaró: “A este ritmo, el Océano Ártico podría quedar casi sin hielo para el final del verano de 2012, mucho más rápido que las predicciones ante-riores4.”

Según los expertos, el derretimiento total del Ártico eleva-ría el nivel del mar hasta en 6.4 metros, lo que prácticamente dejaría bajo el agua una buena parte de nuestras costas5 (ver Figura 1).

Figura 1. Gráfica de deshielo.

El nivel de derretimiento del hielo del Océano Ártico observado en 2007 fue más rápido que lo previsto por 18 modelos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés)6.

En los últimos años, el auge inmobiliario en el noroeste de México ha creado polos de atracción

de mano de obra barata proveniente de diferentes puntos del país y ha sido materia inacabable de

discursos promotores del empleo.

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Una pregunta que vale la pena hacerse es: ¿a qué se va a dedicar toda esta gente que migró?, ¿a pescar? Si la eternamen-te desorganizada pesca ribereña se encuentra soportando los amargos sabores de la sobreexplotación de los recursos mari-nos, en un futuro no muy lejano los cambios en las corrientes marinas, el incremento en la acidez del mar y la desaparición de esteros y lagunas, modificarán las corridas de cardúmenes, los ciclos de la cadena alimenticia y las zonas de reproducción de las especies comerciales y no comerciales. ¿Estamos prepa-rados para responder a ésta y otras problemáticas similares? Los ingredientes para un conflicto social, por razones econó-micas y ambientales, están a la orden del día. Sólo es cuestión de subirle medio grado a la olla... o menos.

Mientras en otras latitudes ya se está acuñando el térmi-no de ‘refugiados ambientales’, en referencia a aquellos que han tenido que abandonar sus comunidades por los efectos del cambio climático (frecuentemente aunado a una historia de mala toma de decisiones), en particular de las costas hacia el interior del país (recordemos el millón de tabasqueños que fue evacuado, desalojado y expulsado de sus hogares en 2007), en el noroeste de México se sigue enarbolando la bandera for sale de todo el litoral. Diariamente en la prensa se publican las notas por encargo o los desplegados de agradecimiento/pro-paganda/publicidad que muestran los millones de pesos inver-tidos en nueva infraestructura en forma de marinas, hoteles, condominios, campos de golf y comunicación terrestre, marina y aérea.

Figura 2. Imagen satelital de Puerto Peñasco y sus playas donde se aprecian en cuadrículas oscuras las zonas de inundación con un incremento del nivel del mar de sólo dos metros8.

Aunado a la construcción de infraestructura sin considerar los efectos del cambio climático, un problema en Puerto Peñasco es la creación de nuevos asentamientos humanos, generalmente

ilegales y sin servicios básicos de agua, luz, drenaje, escuelas, hospitales.

Sólo hay que echar un vistazo a la página http://flood.fire-tree.net/ para darnos cuenta de que con tan sólo dos metros que suba el nivel del mar (lo cual puede suceder en menos de 10 años), toda esta infraestructura seguirá manteniendo su atrac-tivo turístico… pero como arrecifes artificiales, y los visitantes serán los amantes de la naturaleza submarina (ver Figura 2).

¿Qué podemos hacer? Medidas de adaptación y preven-ción

La adaptación significa un cambio fundamental de un sistema a una condición futura distinta de la presente, que resista mejor los impactos climáticos. Una adapta-ción puede ser a través de tecnologías, comportamien-to individual, organización social, normas y políticas, actividades económicas o educación. La capacidad de adaptación varía entre países y poblaciones, y depen-de, entre otros factores, de los recursos disponibles, el grado de desigualdad social que exista, la fuerza de las instituciones públicas, así como las prioridades y la vo-luntad de los que toman decisiones9.

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Lo más estratégico y deseable es que la sociedad y quienes toman decisiones unamos voluntades y capacidades para empezar desde ahora con la adaptación a los efectos del cambio climático. Que respondamos con inteligencia y sentido común a toda la evidencia científica y de eventos naturales, evitando caer en la descalificación de información valiosa, como sucedió con Donella Meadow y colaboradores. Sin duda decir y mostrar evidencia científica sobre los límites del crecimiento socioeconómico fue muy atrevido para los años setenta…, ¿es ahora distinto?

Existen algunos indicios de que hoy puede ser distinto. Por ejemplo, la comunidad internacional, a través de la Organización Mundial de Turismo (OMT), en colaboración con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), convocó a la Segunda Conferencia Internacional sobre Cambio Climático y Turismo en Davos, Suiza, en octubre de 2007. Entre otros asuntos, los participantes llega-ron “al acuerdo común de reforzar la sostenibilidad de nuestra capacidad de respuesta en los cuatro ámbitos, económico, social, ambiental y climático. Este compromiso requerirá una acción por parte del sector turístico para:

• mitigar sus emisiones de gases de efecto invernadero, derivadas so-bre todo de sus actividades de transporte y alojamiento;

• adaptar las empresas y los destinos turísticos al cambio de las condi-ciones climáticas;

• aplicar las tecnologías existentes y las nuevas para mejorar la eficacia del uso de la energía; y

• recabar recursos financieros para ayudar a las regiones y a los países pobres”10.

Digamos SÍ en Sonora al desarrollo costero y turístico y NO al crecimiento económico de unos cuantos. Sigamos las pautas que marcan la OMT y el PNU-MA, estableciendo y adaptando localidades y una industria turística de vanguar-dia y en beneficio de todos los sonorenses. Rescatemos con responsabilidad y visión las oportunidades que el cambio climático nos ofrece, y ante todo proce-damos a la adaptación, pues una vez más el paradigma que dice que “sobrevive no el más fuerte sino el que mejor se adapta a las nuevas condiciones de vida”, debe ponerse en marcha.

1 http://es.wikipedia.org/wiki/Calentamiento_global#Teor.C3.ADA_de_los_gases_invernadero2 http://es.wikipedia.org/wiki/Calentamiento_global3 Meadows, Donella, Randers, Jorgen y Meadows Dennis, Limits to Growth, the 30-year update, United States, Chelsea Green Publishing Company, 2004 (author’s preface, p. XIV).4 http://abcnews.go.com/Technology/GlobalWarming/wireStory?id=3984505. 5 http://news.nationalgeographic.com/news/2004/04/0420_040420_earthday_2.html6 http://neptune.gsfc.nasa.gov/calendar/calfiles/ICESat1.ppt7 http://www.elimparcial.com/EdicionImpresa/EjemplaresAnteriores/BusquedaEjemplares.asp?fecha= 23/01/2008&seccion=1&subseccion=1&ppal=s8 http://flood.firetree.net/9 http://www.ine.gob.mx/cclimatico/descargas/adap_cclimatico.pdf10 http://www.unwto.org/media/news/sp/press_det.php?id=1411&idioma=E

¿Qué es SuMar y qué hace al respecto?

SuMar, Voces por la Naturaleza, es una asociación civil sin fines de lucro, enfoca-da a fortalecer liderazgos para el impulso de un desarrollo social, cultural y político respetuoso del medio ambiente, con énfasis geográfico en la Región Golfo de California, en beneficio de su gente y de las próximas generaciones.

SuMar busca elevar el debate público sobre los temas relacionados con el cambio climático y el turismo, sus repercusiones en la sociedad y los recursos naturales, para promover una mayor participación de la gente en la toma de decisiones.