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    SERVICIO DOMSTICO EN LA ARGENTINA. CONDICIN LABORAL Y FEMINIZACINMIGRATORIA.

    Autoras:Licenciadas Sandra M. Buccafusca ([email protected]) y Myriam Laura Serulnicoff([email protected])

    Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires.Marcelo T. de Alvear 2230

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    Resumen

    La ponencia se enmarca en un proyecto de investigacin1basado en la condicin migratoria y laboral delas mujeres inmigrantes empleadas en el servicio domstico en la Ciudad de Buenos Aires.

    Las nuevas tendencias migratorias en la Argentina, permiten reconocer -a partir de la dcada de 1960- unfenmeno denominado feminizacin de las migraciones, el cual va a transformar la estructura laboralnacional e impactar en la condicin laboral de las trabajadoras del sector.

    Se parte del supuesto de que la insercin de las trabajadoras migrantes en los mercados de trabajo de lospases de destino se puede entender en trminos de segmentacin. Si bien se abordar de manera central elsentido que refiere al hecho de que las oportunidades laborales se presentan, mayoritariamente en empleosrechazados por las trabajadoras nativas, no se dejarn de lado otros aspectos que dan cuenta de lasegmentacin y que se vinculan directamente con la situacin migratoria de estas mujeres.

    Desde esta perspectiva y sobre la base de datos secundarios, es posible afirmar que en la Argentina, unainmensa cantidad de mujeres inmigrantes provenientes de otros pases del Cono Sur de Amrica Latina,se emplea en el servicio domstico sin gozar, en muchos casos, de los derechos laborales bsicos ni deproteccin de la salud. Asimismo, estos movimientos migratorios presentan particularidades queresponden a una multiplicidad de factores que van a impactar en la estructura laboral, a saber: patronesmigratorios, divisin sexual del trabajo y especificidades en torno a la problemtica del gnero.

    En definitiva, ponemos en discusin la situacin laboral de las mujeres migrantes por su doble condicin:extranjeras y mujeres. Va de acceso directa para enfrentarse con problemas vinculados a la inequidad entrminos de obtencin de empleo, condiciones laborales y derechos laborales entre tantos otros que sernabordados en el recorrido de esta ponencia.

    1Buccafusca, Sandra y Serulnicoff Myriam: Trabajo Invisible. Perfil y problemtica de las trabajadoras extranjeras en elservicio domstico, Direccin General de la Mujer del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, Abril de 2004.Registro nmero 322523 Direccin Nacional del derecho de autor.

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    Argentina. Un pas receptor de trabajadores migrantes

    Histricamente la Repblica Argentina ha sido considerada como un pas receptor de importantes flujosmigratorios. Como estado nacional reconoci el aporte que poda significar la inmigracin de ultramarque se hizo efectiva entre los aos 1870 y 1930. Esta primera oleada migratoria que proviene casiexclusivamente de Europa modifica la composicin y distribucin espacial de la poblacin, su desarrollosocial y cultural y fundamentalmente la configuracin de su fuerza de trabajo.

    La inmigracin ultramarina se presenta con especificidades que la diferencian de los movimientospoblacionales provenientes de los pases vecinos, una de ellas responde a que las migraciones limtrofesvan adaptndose a las fluctuaciones del mercado de trabajo argentino. Al respecto, Maguid2 sostiene:(...) los perodos de mayor inmigracin se vinculan con aumentos en la demanda de mano de obradebidos a procesos expansivos de la economa argentina. A este factor se agrega la influencia de lasituacin poltica y econmica de los propios pases de origen que crea condiciones fuertementeexpulsoras, lo que se refleja en los cambios operados en la presencia de las distintas nacionalidades (...).

    En cuanto a la inmigracin limtrofe, hasta la dcada de 1960 se concentra cerca de la frontera, luego seobserva un cambio de direccin por el cual los flujos migratorios limtrofes se orientan hacia la zonametropolitana de Buenos Aires, lo que permite reconocer que un flujo que en principio era de tipo rural rural deviene rural - urbano. No obstante esta poblacin extranjera que arriba al pas mantiene valoresconstantes en el tiempo, su volumen oscila entre el 2 y 3 % de la poblacin total de la Argentina, talcomo surge de la informacin que aporta el Cuadro N 1.

    Ahora bien, cuando en la segunda mitad de la dcada de 1970 la gestin militar de turno comienza areestructurar el Estado, las polticas aplicadas repercuten de manera regresiva sobre la redistribucin delingreso y de manera recesiva tanto sobre el mercado de trabajo como sobre el resto de la economa. Estasituacin va a profundizarse a partir de la dcada del 90 cuando en el rea Metropolitana de BuenosAires (AMBA) se empieza a observar un importante aumento de sus tasas de desocupacin.

    Ante esta realidad, y siguiendo a Maguid3, la migracin vecina no va a modificar el patrn decomportamiento que presenta desde sus orgenes: se inserta en el mercado de trabajo en formasegmentada. En este sentido, sostiene la autora, los migrantes son reclutados en un sector secundario quelos ocupa en forma inestable, mal pagos y, sobre todo, con pocas probabilidades de emprender movilidadsocial ascendente. Por eso afirma que los migrantes estaran subutilizados en relacin a sus atributoscomo oferta de fuerza de trabajo y soportaran peores condiciones de vida que los nativos4.

    2Ver: Maguid, A.: Migraciones limtrofes en la Argentina: su insercin e impacto en el mercado de trabajo, Rev. de

    Estudios del Trabajo N.10, ASET, Buenos Aires.3Maguid, A.: Migraciones limtrofes en la Argentina: su insercin e impacto en el mercado de trabajo, Rev. de Estudios delTrabajo N.10, ASET, Buenos Aires.4Idem.

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    Cuadro N 1. Poblacin total segn origen (%)

    1869 1895 1914 1947 1960 1970 1980 1991

    Total 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%

    Extranjeros 12% 25.4% 29.9% 15.3% 13.0% 9.5% 6.8% 5.0%

    No Limtrofes 9.7% 22.5% 27.7% 13.3% 10.7% 7.2% 4.1% 2.5%

    Limtrofes 2.3% 2.9% 2.2% 2.0% 2.3% 2.3% 2.7% 2.5%

    Fuente: INDEC, 1996. Serie Anlisis demogrfico. La poblacin no nativa de la Argentina. 1869-1991.

    Nuestro planteo puede resumirse del siguiente modo: lo que tiene de especfico y distintivo la migracinlaboral de pases limtrofes es que se insertan en el mercado de trabajo argentino como abastecedora deuna demanda de mano de obra no cubierta por los trabajadores nacionales quienes rechazan ocupacionesque se presentan como inestables y mal pagas. Un nmero importante de estos migrantes limtrofes seconcentra selectivamente en la construccin para el caso de los hombres (19,2%) y en el serviciodomstico para las mujeres (19,8%)5. La peculiaridad de esto reside en que adems de concentrarse enestas dos ramas de actividad, los extranjeros triplican a la representacin de la poblacin nativa en dichossectores.

    Migrantes limtrofes y mercado de trabajo

    Lo que queremos resaltar es que, en trminos generales, la migracin limtrofe siempre fue asociada conla demanda de mano de obra para trabajo agrcola o de bajo nivel de calificacin. Los paraguayos en lascosechas de algodn y yerba mate en el Chaco, los bolivianos en las de tabaco en Salta o el azcartucumano y los chilenos en la recoleccin de manzanas de Ro Negro son algunos ejemplos de ello. Slohay una excepcin entre los trabajadores limtrofes: los uruguayos quienes se concentraron siempre enBuenos Aires para trabajar en el sector de servicios.

    Sin contradecir la asociacin planteada sino -por el contrario- para fundamentarla es menester quereconozcamos y que hagamos explcito que dicha migracin se constituy y se constituye actualmente

    como un fenmeno social vinculado con la pobreza y la pauperizacin laboral. El migrante limtrofe fuey es indocumentado y lleg y llega al pas de destino suponiendo que va a acceder a un nivel salarialcomparativamente mayor al que puede percibir en su pas de origen, aunque para ello deba aceptarcondiciones de trabajo indeseables. Adems intenta ubicarse en segmentos del mercado laboral en los

    5 Baer, Gladis y otros: Estudios sobre Migraciones Internacionales. Documento Nmero 63: Migraciones laborales en

    Sudamrica: el MERCOSUR ampliado, OIT, 2003.

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    que cuenta con alguna ventaja relativa relacionada, bien con el desinters del trabajador nativo o bien porsus habilidades propias.

    En la actualidad se calcula, segn datos del INDEC, que la poblacin migrante de pases vecinos superael milln de personas. Por lo tanto y teniendo en cuenta exclusivamente su cantidad, es importantereconocer su impacto al menos en dos sentidos, uno el cuantitativo habida cuenta de su participacin enla PEA (Poblacin Econmicamente Activa) y otro el cualitativo ya que su insercin en el mercadolaboral se relaciona con las ventajas comparativas que -hasta fines de la dcada de los 90- el pas ofrecaen relacin con los pases de origen. De ah la pertinencia y relevancia de este trabajo, que si bien breve,lo que intenta es slo introducir la problemtica, de ninguna manera resolverla.

    Pero volvamos al anlisis de los procesos que son el centro de este trabajo. Para ello creemos necesariodar cuenta del contexto poltico que favoreci la modificacin de la estructura laboral argentina y sobretodo la del AMBA. Como fue dicho en prrafos precedentes, un importante cambio cualitativo va aproducirse durante la dcada de 1960: la inmigracin limtrofe va perdiendo posiciones relativas en elmercado de trabajo global y se va consolidando la tendencia que muestra que los trabajadores extranjerosse ubican en las ramas de actividad ms pauperizadas, en parte por los niveles salariales y en parte por laprecariedad de la relacin laboral y de las condiciones de trabajo ms duras, menos saludables o msriesgosas, sin olvidar que su condicin migratoria en general est por fuera del marco legal.

    Ahora bien, cmo vincular el patrn migratorio presentado hasta aqu con las transformaciones en laestructura de trabajo? Segn Beccaria y Lpez el mercado de trabajo desde la segunda posguerra mundialy hasta 1975 fue expandiendo un sector informal con niveles de productividad que permitieron ofertarempleo a un nmero importante de la poblacin econmicamente activa con niveles de ingresorelativamente satisfactorios. Adems durante el perodo se observa una oferta excedente de trabajocalificado y una demanda de trabajo no calificado, situacin que permite explicar la incorporacin defuerza de trabajo no nativa en funcin de sus caractersticas sociodemogrficas.

    Sin embargo durante el perodo 1975/1990 la Argentina ingresa en una etapa de estancamientoproductivo e inestabilidad monetaria que provocan el deterioro de la demanda de empleo y de salarios,incrementndose el sector informal, la precarizacin laboral y la inestabilidad.

    A comienzos de 19916 el gobierno de Carlos Menem inicia un programa que supuestamente estdestinado a lograr la estabilidad econmica y a consolidar cambios en la estructura econmica del pas.Esto se traduce en un giro poltico drstico que reemplaza la prdica peronista por lo que se dio en llamarparadjicamente economa popular de mercado. Este modelo consisti en la exaltacin deorientaciones de corte neoliberal que consistieron dicho brevemente- en el fin del intervencionismo

    6No se considerar la dcada de los 80 habida cuenta que, en trminos migratorios, no hay registros que muestrencambios relevantes y porque los lmites del presente trabajo lo impiden.

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    estatal, la reduccin del aparato estatal, el ajuste fiscal, la apertura econmica y la extremauncin delcapitalismo protegido.

    Traducido en medidas concretas el acento recay en las privatizaciones de las empresas pblicas y ladescentralizacin y desregulacin de la actividad econmica. En sntesis, se comenzaron a aplicar loslineamientos propios del llamado Consenso de Washington.

    Cmo afectaron estas medidas de orden econmico en el flujo migratorio desde pases vecinos hacia laArgentina? Para responder esta pregunta se considerarn datos de la Encuesta Permanente de Hogares ydatos censarles a pesar de que los ltimos tabulados correspondientes a los extranjeros an no estndisponibles, por lo cual se tomar el Censo de 1991.

    Considerando al pas como un todo homogneo y entendiendo la presencia de inmigrantes en trminosgenerales, los datos del Censo 1991, permiten establecer a partir de la comparacin entre las tasas deactividad de nativos y extranjeros, que el nivel de participacin de los migrantes limtrofes en el mercadode trabajo nacional es ms alto que el de los nativos. El 84% de los varones limtrofes soneconmicamente activos frente a un 76% de los nativos, entre las mujeres los porcentajes desciendenrespectivamente a 45% y 40%.

    Ahora bien, como consecuencia de las nuevas reglas econmicas7, en 1992 se comienza a observar unincremento importante en la tasa de desocupacin y de subocupacin, especialmente en el AMBA.Evidentemente, la profundizacin de la situacin afect tambin a la poblacin extranjera residente en laregin. Como se ha dicho en prrafos anteriores, los inmigrantes limtrofes se insertaron tradicionalmenteen determinados segmentos del mercado de trabajo, sobre todo ocupaciones manuales no calificadas. Eneste sentido, vale la pena reiterar que ocuparon posiciones diametralmente distintas y cualitativamenteinferiores a las de los trabajadores nativos. De estos posicionamientos da cuenta el Censo 91, en el cualse observa la concentracin de trabajadores extranjeros en la construccin y el servicio domstico,sectores en los que duplican a los trabajadores nativos. Los valores son muy representativos al respecto:al interior de la Construccin, que como rama de actividad representa el 10.2% de la PEA, un 9.5% sonnativos y un 25.5% son extranjeros, cifra que se va a incrementar hacia 1996 (segn surge de las dosondas de la EPH) cuando los extranjeros lleguen a triplicar a los nativos.

    En una primera mirada puede interpretarse que estos datos no modifican los patrones migratorios ymucho menos la relacin trabajadores nacionales/trabajadores migrantes, sin embargo lo que resultallamativo y lo ms importante: lo que diferencia a estos trabajadores extranjeros de los de dcadasanteriores es que se incrementa su nmero en el sector de la construccin en relacin con los nacionalesque trabajan en la misma rama de actividad, a pesar del decrecimiento global del empleo en el sector.Dicho de otro modo, frente al descenso de la tasa de empleo global los trabajadores limtrofes

    7Se ampliar en pginas posteriores.

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    incrementan su concentracin en dos segmentos, la construccin y el servicio domstico8. De modoque los efectos de la poltica econmica de la administracin menemista sobre la estructura laborallogra trasformar el patrn migratorio que se vena consolidando desde la dcada de los 50 yadems impactar sobre una estructura laboral segmentada.

    Para algunos autores9, las transferencias de poder adquisitivo implican adems de una transformacin enla forma de tener activos tambin su movilizacin en el espacio. El mercado cambiario se convierteentonces en un mecanismo fundamental a travs del cual se materializa la relacin entre los pases y sefacilita su vnculo econmico.

    En el caso de los migrantes los instrumentos a travs de los cuales realizan las transferencias geogrficaslas remesas- son postales, giros bancarios o a travs de viajes sistemticos hacia sus pases de origen.Estos movimientos de divisas fueron muy comunes durante toda la dcada de los 90 habida cuenta de larelacin en Por otra parte, el anlisis de la Rama de Actividad (Cuadro 3) muestra algunas semejanzasentre nativos y limtrofes en cuanto los importantes porcentajes que se insertan en la Industria y en elComercio, pero diferencias significativas respecto del resto de la Ramas. Los dems trabajadoreslimtrofes se agrupan en la Construccin y en el Servicio Domstico, donde su insercin duplica a la delos nativos y su representatividad en el total de la rama, ms que duplica el promedio.

    8Para el Servicio Domstico no hay datos del Censo de 1991, slo informacin proveniente de diversas investigaciones.9Ver por ejemplo Ferrucci, Ricardo. Instrumental para el estudio de la economa argentina. Ediciones Macchi. BuenosAires-Bogot. Sin ms datos de edicin.

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    Cuadro 2. Tasa de ocupacin y desocupacin y categora ocupacional de poblacin nativa ylimtrofe. 1991.

    Ramas de Actividad Limtrofes Nativos Poblacin TotalIndustria 24.2 23.7 23.9Construccin 15.4 6.2 6.6Comercio, Rest. Hoteles 20.8 22.1 22.5Transporte y comunicacin 4.3 6.7 6.6Finanzas 4.1 8.6 8.2Servicios Comunales 10.8 21.7 20.8

    Servicio domstico 18.8 8.6 9.0Otras Ramas 1.6 2.4 2.4Total de ocupados 100 (233.896) 100(3.891.476) 100 (4.299.832)

    Fuente: INDEC, Censo Nacional de Poblacin y Vivienda.

    El cuadro precedente aporta un nmero importante de datos que estimulan la reflexin respecto denuestro tema central que es el servicio domstico. Por ejemplo, si tomamos la relacin entre la rama deactividad y los migrantes limtrofes y los nativos podemos ver que hay una diferencia porcentual de algoms del 10% entre las mucamas extranjeras y las nacionales, lo que indicara que esta es una rama deactividad que, hasta 1991, es ocupada mayoritariamente por mujeres nacidas en pases limtrofes.

    Luego de presentados los aspectos generales de la migracin limtrofe laboral, nos referiremos en delantede manera especfica a la migracin laboral femenina.

    La feminizacin de la migracin en la Argentina. Impacto en la estructura laboral?

    La inmigracin masiva de ultramar que se ha dado en llamar histrica y de la que hemos hecho unasbreves referencias al comienzo de este trabajo fue predominantemente masculina. Las mujeres que arribaronen ese perodo no fueron consideradas como parte importante de dicho proceso migratorio.

    En cambio a partir de la dcada de 1960 se desarrollan nuevas tendencias migratorias en la Argentina quepermiten reconocer un fenmeno original denominado feminizacin de la migracin. A partir de este

    momento el porcentaje de mujeres se incrementa lentamente -pero de manera sostenida- privilegiando elAMBA como lugar de destino. Los datos indican que en 1960 este territorio reciba el 25% de los migrantesy en 1991 el 50%10.

    10Ver Violeta Correa: Las mujeres migrantes en la Ciudad de Buenos Aires. Caractersticas sociolaborales. Bs. As. 1999.OIM

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    El cuadro que se presenta a continuacin expresa la composicin de la migracin por gnero y da cuenta deeste nuevo proceso de feminizacin a partir del reconocimiento -desde datos secundarios- que la diferenciaporcentual favorable al flujo migratorio femenino se va incrementando de manera regular y constante desde1960 hasta 2001.

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    Cuadro N 3 Migrantes Limtrofes segn Sexo. Total Pas y AMBA. (%) 11

    Censo Nacional Total Pas AMBA1960 100.0 (465.639) 100.0 (118.793)Varones 54.0 45.9mujeres 46.0 54.11980 100.0 (677.045) 100.0 (306.810)varones 50.7 47.3mujeres 49.3 52.71991 100.0 (817.144) 100.0 (395.047)varones 48.0 45.3

    mujeres 52.0 54.72001* 100.0 (1.207.191) -Varones 44.0 -Mujeres 56.0 -

    Fuente: elaboracin propia en base a Censos Nacionales de Poblacin y Vivienda de la Argentina y Encuesta Permanente deHogares*: al momento de la elaboracin del proyecto no se encontraban disponibles los datos del Censo 2001 referentes a estacuestin. Por lo tanto y solo a efectos informativos se utilizan los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) onda Octubrede 2001 que responde slo a algunos aglomerados.

    En funcin de estos datos creemos que es posible pensar en una feminizacin del trabajador migrante.Como veremos a continuacin existen algunos indicadores sociodemogrficos a partir de los cuales

    podemos observar la evolucin histrica de la mujer en la Argentina para fundamentar de maneracontundente dicha afirmacin, puesto que stos remiten directamente a su presencia y a su situacin ennuestro pas.

    Si consideramos los ltimos cinco censos nacionales de poblacin (cuadro siguiente) observamos cmo elndice de femineidad de la poblacin total (incluyendo extranjeras) ha ido aumentando paulatinamente.Recordemos que el ndice de femineidad remite a la cantidad de mujeres por cada cien varones.

    Ahora bien, si tomamos en cuenta los datos que arroja el censo del ao 1991, hallamos que por cada 100varones haba 105 mujeres en el total pas, particularidad que se reitera si se considera solo el caso de lapoblacin no nativa. Esto se debe a la convergencia de dos fenmenos que explican la progresiva

    feminizacin de este sector de poblacin. Por un lado, se produjo el envejecimiento de los grupos demigrantes ms antiguos caracterizados por una alta presencia femenina producto de la mayor expectativa devida de las mujeres, y por otro un aumento en la participacin de las mujeres dentro de las corrientesmigratorias limtrofes recientes.

    11No se incluyen los datos correspondientes al Censo de 1970 pues se carece de informacin discriminada por sexo y

    jurisdiccin de residencia.

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    Cuadro 4: ndice de femineidad de la poblacin total nativa y no nativa. Total pas 1947-1991

    ndice de femineidadCensosTotal Nativa No nativa

    1947 95.1 99.9 72.21960 100.0 102.7 83.41970 101.4 102.6 90.31980 103.2 103.4 100.31991 104.6 104.4 110.2

    Fuente: elaboracin propia en base a Censos nacionales de poblacin 1947-1991. INDEC

    Probablemente, este desequilibrio entre sexos est vinculado a la estructura del mercado de trabajo. Por su

    parte, merece la pena destacar que en la Ciudad de Buenos Aires existe una presencia mayoritaria demujeres extranjeras que supera holgadamente a sus pares en el resto del pas. Esta particularidad da cuentade las diferentes oportunidades laborales que presentan a Buenos Aires como centro atractivo para eldesarrollo de tareas vinculadas a los servicios sociales, el comercio y el servicio domstico, entre otras.12

    Otro punto a tener en cuenta es la presencia femenina en las distintas ramas de actividad. La distribucin porsexo en este caso est ntimamente ligada a la segmentacin por gnero que cada rama posee como astambin al poder de absorcin de hombres o mujeres que cada sector tiene. Segn los datos del INDEC13, lasmujeres se insertan en ramas de actividad que en el mercado de trabajo se vinculan con la prolongacin delas tpicas funciones domsticas, valoradas socialmente como propias del mundo femenino. De este modo,se emplean fundamentalmente en el Servicio Domstico y en los Servicios Sociales-Enseanza, Salud y

    otros Servicios Sociales. En estos sectores su presencia mayoritaria hace que representen el 70% delconjunto de los ocupados.

    12Ver Instituto Nacional de Estadsticas y Censos (INDEC), UNICEF: s/f, Situacin de las Mujeres en la Argentina, BuenosAires, Serie de Anlisis Social 113ibidem, pgina 104. En base a INDEC (2000)

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    Ahora bien, desde una perspectiva migratorio-laboral es posible reconocer que la mujer se ha encontrado ensituacin de desigualdad social frente al hombre debido a determinadas condiciones materiales y culturalesque de manera paulatina se han ido modificando, fundamentalmente a partir de su insercin en espaciossociales que tradicionalmente ocupaban slo los hombres. Una de estas transformaciones se ha dado sobretodo en el mundo del trabajo.

    En pos de un anlisis del campo migratorio se puede decir que, la mayora de las mujeres que decidenemigrar parten en general- por la existencia de una situacin macro-econmica crtica, de desempleo y/osubempleo generalizado en su pas de origen. Esta razn explicara, en principio, la migracin femeninafundamentalmente, como una estrategia de supervivencia, no slo individual sino familiar debido a que laposicin de las mujeres al interior de la familia, puede dar cuenta de una forma de subordinacin respecto dela decisin de migrar del grupo familiar. No obstante ello, la respuesta a las necesidades familiares recaendirectamente sobre las mujeres, puesto que la crisis econmica en sus pases de origen afect principalmenteel empleo masculino. Sin embargo, segn algunas investigaciones muchas mujeres que arribaron a laArgentina entre 1993 y 1995 provenientes de Bolivia, Paraguay y Per tenan trabajo antes de migrar, esdecir no eran desocupadas,14aunque la precarizacin del trabajo del jefe de familia y de ellas mismas puedehaber sido el desencadenante de la decisin emigratoria.

    Es entonces como a partir de cambios culturales y debido a los problemas econmicos, se observa que desdehace alrededor de cuatro dcadas, se ha vuelto relevante el estudio de la migracin internacional femeninaque aparece esencialmente como una migracin de tipo laboral, que caracterizaremos, en trminos deinsercin, como una migracin segmentada, con trabajo etnificado, sexualmente diferenciado y de bajacalificacin ocupacional que adems se considera de bajo prestigio social.

    Efectivamente y producto de lo expuesto, podemos afirmar que las transformaciones sociales,polticas y econmicas de la Argentina contribuyeron de manera paulatina a la feminizacin deltrabajador migrante, durante los noventa la sobrevaluacin del peso haba alentado la migracinproveniente de los pases limtrofes y del Per, y los trabajadores migrantes recientes se insertaron enocupaciones en las que prevalecan salarios ms bajos y horarios ms extendidos que los vigentes entrelos trabajadores locales. Esta tendencia repercuti sobre todo en el aumento de las mujeres migranteslimtrofes en el servicio domstico, sector donde cayeron los salarios y se intensific la desproteccinlaboral, que siempre haba sido alta15

    14Ver Violeta Correa. Las mujeres migrantes en la Ciudad de Buenos Aires. Caractersticas sociolaborales. Bs. As. 1999.OIM Mimeo.15Corts, Rosala: 2003. Mercado de trabajo y genero el caso argentino, 1994-2002 en Mujeres, Pobreza y Mercado deTrabajo, Proyecto Gnero, Pobreza y Empleo en Amrica Latina, Chile, OIT, pgina 78.

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    Muestras de esta situacin podemos hallar en un anlisis realizado por Corts y Groisman 16donde quedademostrado que en el Gran Buenos Aires entre los aos 1993 y 2000, una gran proporcin de empleadasdomsticas provenientes de provincias del interior de la Argentina fue sustituida por migrantesextranjeras, en su mayora provenientes de Paraguay, Bolivia y despus de 1995 Per, quienes trabajabanms horas por salarios inferiores.

    Para analizar los motivos de esta transformacin de la estructura laboral creemos que es preciso tomar enconsideracin un aspecto de poltica macroeconmica que refiere a las llamadas remesas que durantetoda la dcada del 90 proporcionan una marca distintiva a la migracin limtrofe respecto de la de otrasoleadas migratorias y esto fundamentalmente se debe a la poltica econmica del gobierno del perodo,tema al que se har referencia a continuacin.

    Un peso, un dlar ms guaranes, ms soles

    Los trminos de intercambio financiero entre los pases vecinos y la Argentina en relacin con elmercado cambiario que favoreca a los extranjeros limtrofes se produce luego de que el gobiernomenemista estableciera el llamado Plan de Convertibilidad.

    En un mercado cambiario libre, el tipo de cambio se establece en el punto de encuentro entre la oferta yla demanda de divisas, del mismo modo en que ocurre con cualquier otro mercado econmico. Sinembargo, la crisis cambiara que se produjo en 1991 decidi al gobierno a optar por abandonar unesquema de paridad flotante aunque esto no signific retornar a una poltica de cambio fijo determinadopor el Banco Central. El eje del supuesto plan de estabilizacin fue el establecimiento de la libreconvertibilidad de la moneda a una tasa fijada por ley que el BCRA garantizara manteniendo el respaldoen divisas de la base monetaria. Este eje se combin con la desindexacin de la economa tambinestablecida por ley.

    De este modo con la sancin de la Ley de Convertibilidad se fij una paridad cambiaria $1 = U$D1. Estetipo de cambio, que se mantuvo durante diez aos, impact fuertemente sobre el mercado de trabajo ysobre los salarios relativos, comparados con los salarios promedio de los pases limtrofes e incluso de lamayor parte de los pases de Amrica Latina. De modo que, mientras estuvo vigente el llamado uno auno un salario promedio de $ 500 argentinos se poda cambiar en cualquier casa de cambio por U$S 500estadounidenses, ofreciendo al trabajador extranjero residente en el pas a poder girar parte de su salarioal pas de origen, no sin tener como costo sacrificar sus condiciones de vida. El estmulo para un nmeroimportante de inmigrantes fue que, por ejemplo reservar de su salario U$D 100 le daba una capacidad deahorro imposible de lograr en su pas de nacimiento. Esta situacin estimul a la poblacin de los pasesvecinos residentes en Argentina a acelerar el envo de remesas importantes en relacin con el valor de lamoneda del pas de origen.

    16Cortes, R y Groisman, F. : Migraciones, mercado de trabajo y pobreza en el rea Metropolitana 1993-2000, 2002.MIMEO.

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    Es as que durante los 90 la sobrevaluacin monetaria que se produce como consecuencia de laconvertibilidad se convirti en un factor de atraccin no slo para migrantes limtrofes sino tambin delPer y del Caribe a pesar de que Argentina no se constitua en un destino tradicional.

    Consecuentemente por lo expuesto, la convertibilidad se transform en el factor primordial para queestos trabajadores impactaran sobre la estructura laboral, situacin que perdur hasta 2001.

    Sin embargo se debe tomar en cuenta que adems pudieron profundizar su insercin en trminos demercado laboral, debido a que fue precaria habida cuenta de los bajos niveles salariales que aceptaban yde la alta densidad de trabajo traducida en largas jornadas laborales. Esta precarizacin laboral fue encierto sentido, promovida por el Estado que deja de ocuparse y preocuparse por la situacin laboral delos trabajadores nacionales y extranjeros. En definitiva, un Estado ausente que por accin u omisinfavorece la desregulacin del mercado de trabajo.

    Durante este perodo los valores que se observan, segn datos del Censo Nacional de Poblacin son lossiguientes: en el sector de la construccin un 36.4% de los trabajadores son extranjeros y slo un 10.7%son nacionales, mientras que en el servicio domstico un 63.8% de las trabajadoras del sector sonextranjeras ante un 40.4% de nativas.

    A esta altura de la exposicin dos explicaciones aparecen como probables para comenzar a comprenderel impacto del migrante en la estructura laboral y la vinculacin con la poltica macroeconmica. Enprincipio la disposicin de los trabajadores extranjeros para aceptar malas condiciones de trabajo y eneste sentido ser percibidos como fuerza de trabajo dctil, con salarios ms bajos que los de los nativos aigualdad de condiciones y por otra parte la aceptacin de la precarizacin laboral como si fuera el costode poder enviar remesas importantes a los pases de origen.

    Aspectos y particularidades de la migracin vinculada al trabajo desde una perspectiva de gnero.

    Cuando Bourdieu y Wacquant17remarcan que antes de ser inmigrante se es emigrante dan cuenta de lacomplejidad de los fenmenos que se producen al interior de los procesos migratorios, sobre todo en loque refiere al mercado de trabajo y a la feminizacin de la movilidad humana.

    Para decirlo de manera clara: el trabajo y la condicin de gnero desde una perspectiva migratoria tienenunas particularidades que ameritan ser analizadas porque las modificaciones que se dan a partir de estefenmeno inciden tanto en las sociedades de destino como en las vidas de aquellos que se quedan y delos que se van, sobre todo teniendo en cuenta la singularidad que expresan las sociedades de Amrica delSur.

    17Citado por Herrera, Gioconda en: La migracin vista desde el lugar de origen. Mimeo.

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    En este sentido y en trminos exclusivamente tericos es posible reconocer la existencia de patronesmigratorios, los cuales dan cuenta de las diversas formas y situaciones en que los inmigrantes se insertanen las sociedades y en los mercados laborales de los pases de destino. Asimismo, dichos patronesreflejan particularidades que deben tenerse en cuenta al momento de plantear polticas, programas oacciones.

    As entendidos, los patrones migratorios pueden ser conceptualizados a partir de las dicotomas queconvergen a su interior y que responden directamente a: la direccionalidad (emigracin inmigracin), latemporalidad (temporario temporal), la selectividad (masiva selectiva), la voluntariedad (voluntaria oforzada) y, por ltimo y ausente de dicotomas internas, la composicin de los flujos migratorios alinterior de la cual se registran variables tales como origen, nivel social y composicin poltica, entreotras.

    Pondremos especial nfasis en la composicin de los flujos migratorios puesto que dentro de ella sepuede encontrar tambin la variable sexo, la cual resulta muy significativa a los fines de este estudio,habida cuenta que la composicin de la migracin por sexo es una caracterstica trascendental de losflujos migratorios al momento de definir el tipo de migracin (como se vio en el apartado anterior, parael caso argentino la feminizacin de las migraciones).

    Siguiendo a Jorge Baln podemos decir que los flujos temporarios o laborales se contraponen a lospermanentes o de asentamiento, segn quien se traslade, esto es individuos aislados o grupos familiares.En el primer caso la probabilidad de que haya un desequilibrio entre los sexos, en cualquiera de los dossentidos es mayor, lo que se verifica en el caso de la feminizacin migratoria a partir de los datossecundarios presentados en el Cuadro N 2. Su anlisis nos permite inferir que un nmero importante demujeres extranjeras llegaron al pas solas.

    Por otra parte, la preponderancia del sexo variar segn se trate de patrones migratorios asociativos oautnomos. Dentro de los primeros, las decisiones las toman familias enteras. En este caso el sexo esrelevante cuando se considera su influencia en la divisin del trabajo y en las particularidades que asumela toma de decisiones familiares en la sociedad de origen. En el segundo caso, el punto nodal radica enlas oportunidades que ofrece el mercado laboral de la sociedad de destino.

    Por lo tanto, en el primer caso (patrones asociativos) las diferencias se suscitan entre el hombre y lamujer al interior de la estructura familiar mientras que en el segundo (patrones autnomos), estnsignadas por las oportunidades que abre el mercado de trabajo en el pas de destino.

    De cualquier modo lo que podemos afirmar es que siempre la decisin de migrar est directamenterelacionada con los requerimientos del mercado, un mercado que, es imprescindible remarcar, seconstituye a partir de una fuerte divisin sexual del trabajo establecida a partir roles estereotipados y

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    devenidos naturales y no como plausibles de cambio. Lo que queremos decir con esto es quelacondicin de gnero juega un rol fundamental tanto en los patrones de migracin asociativos como en losautnomos.

    Los argumentos precedentes nos permiten situarnos de lleno en la insercin de las mujeres en el mercadolaboral y la particularidad que asume el trabajo en el servicio domstico en donde se congregan unamayora de mujeres provenientes de los pases limtrofes y del Per.

    El alto grado de participacin de los extranjeros en los distintos mercados de trabajo se refleja en losvalores de las tasas de actividad de los inmigrantes en la regin. A continuacin observamos cmo stasson, generalmente, superiores a las de los nativos:

    Tasas de actividad, poblacin total e inmigrante en Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. Censosaos noventa18

    18En Baer y otros: Estudios sobre migraciones internacionales. Documento nmero 63: migraciones laborales enSudamrica: El MERCOSUR ampliado, OIT, 2003, pg. 101

    Argentina:

    Tasa de actividad nativos 58.7Tasa de actividad paraguayos 62.3Tasa de actividad chilenos 69.4Tasa de actividad bolivianos 65.4Tasa de actividad uruguayos 68.4Tasa de actividad brasileos 58.5Tasa de actividad peruanos 64.6

    Chile:

    Tasa de actividad nativos 49.1Tasa de actividad argentinos 42.2Tasa de actividad bolivianos 42.8Tasa de actividad peruanos 35.4

    Paraguay

    Tasa de act. poblacin total 35.5Tasa de actividad brasileos 53.9Tasa de actividad argentinos 47.6Tasa de actividad uruguayos 64.2Tasa de actividad chilenos 61.6

    Uruguay

    Tasa de act. poblacin total 45.5T. de act. inmigrantes C. Sur 47.8Tasa de actividad europeos 37.8T. de act. otras nacionalidades 38.5

    Por otra parte y a modo explicativo presentamos a continuacin una tabla en la cual se exponen lasdiferentes formas de insercin laboral migratorias, que queda abierta habida cuenta que consideramosque este aspecto est expuesto a las fluctuaciones tanto del mercado como de los movimientosmigratorios.

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    Tipos de insercin

    Situacin Supletoria Complementaria adicional competitiv

    Ocupacin de puestos de trabajodisponibles por falta depoblacin

    Hay requerimientos.Hay demanda.No hay disponibilidad.No hay oferta

    Ocupacin de puestos de trabajodisponibles por rechazo de lamano de obra local al tipo detrabajo

    Hay requerimientos.Hay demanda.No hay disp.No hay oferta por tipode trabajo.

    Ocupacin de puestos de trabajopor desaliento de la oferta demano de obra local

    Hay requerimientos.Hay demanda.No hay disp..

    No hay oferta por bajossalarioscondiciones detrabajo

    Ocupacin de puestos de trabajopor desplazamiento de la manode obra local en trminos debajos salarios y condiciones detrabajo.

    Hay requeriHay demanHay disp.Hay oferta

    Ocupacin de puestos de trabajopor desplazamiento de la manode obra local en trminos demayor productividad

    Hay requeriHay demanHay disp.Hay oferta

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    Generacin de puestos de trabajo

    Fuera de estructura y mercado detrabajo

    Fuente: Material de trabajo del Seminario Sociologa de las Migraciones, Facultad de Ciencias Sociales

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    La distribucin ocupacional de las mujeres extranjeras

    La distribucin ocupacional de las mujeres en el mercado de trabajo presenta al menos un aspecto quela distingue respecto de los hombres. El lugar que ocupan, o intentan ocupar en la estructura vara noslo por el nivel educativo alcanzado, la condicin migratoria o el acceso a redes, entre otros sinotambin por segn el lugar de procedencia.

    Un claro ejemplo de la distribucin ocupacional segn la variable lugar de procedencia, es el de lasmujeres bolivianas que participan menos que otras migrantes internas y de origen limtrofe comoempleadas domsticas, igual que en su pas de origen donde la menor participacin en esta rea secorresponde con una estructura sectorial del empleo muy diferente, asociada entre otras cosas, con ladiferente proporcin entre poblacin urbana y rural y con el peso de la agricultura familiar en sta 19.Esto permite vislumbrar cuanto influyen las valoraciones sociales de esta actividad en la sociedad deorigen, a pesar de encontrarse en otro pas, lo cual denota cuan fuerte es el peso de los lazos culturalesy cuan certera es la frase con la que iniciamos este apartado: antes de ser inmigrante se es emigrante.

    Las mltiples caras de la segmentacin migratoria

    Hasta aqu de manera implcita hemos desarrollando el anlisis dentro de un marco conceptual vinculado ala teora de la segmentacin del mercado laboral. Esto es, reconocimos a la estructura laboral en formaestratificada por barreras que no solo son institucionales sino tambin barreras particulares a las que hacenfrente las mujeres, como colectivo social, a la hora de definir su participacin en la esfera del trabajo msan cuando se trata de extranjeras.

    Esta perspectiva terica ha generado no pocos comentarios crticos, sobre todo de la sociologa feministaque giran en torno de la omisin del gnero20. Sin embargo, entendemos que si bien esta teora no permiteexplicar los motivos por los cuales se produce segregacin, ni por gnero ni por nacionalidad, s es tilpara reconocer la distribucin ocupacional de mujeres nacionales y extranjeras. Dicho de otro modo,permite reconocer una fuerte fragmentacin al interior del propio gnero.

    De prrafos anteriores se puede desprender que, partimos de un supuesto por el cual reconocemosdesigualdad en la situacin laboral, en iguales condiciones de calificacin, entre la trabajadora nacionaly la extranjera. Aqu debemos realizar una aclaracin: no desconocemos que en el servicio domstico lainestabilidad y la flexibilidad son caractersticas propias de la rama de actividad y por lo tanto afectantanto a nacionales como a extranjeras. En este sentido, la desventaja del sector es consecuencia de laestructura ocupacional global. Sin embargo destacamos que las trabajadoras extranjeras sufren ademsde las desigualdades especficas una segregacin ocupacional adicional que se produce al interior delpropio gnero y que puede expresarse a travs del binomio nativa / extranjera.

    19 Roberto Benencia y Gabriela Karasik: 1994. Bolivianos en Buenos Aires: aspectos sobre su integracin laboral ycultural, Estudios Migratorios Latinoamericanos, N 27, Buenos Aires, CEMLA, pgina 283.20En este sentido se afirma que, como teora, fue desarrollada para analizar a la clase obrera manufacturera masculina y por tantono resulta pertinente utilizarla para analizar el segmento femenino del mercado laboral.

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    En este sentido insistimos: la insercin de las trabajadoras migrantes en los mercados de trabajo de lospases de destino, puede entenderseen trminos de segmentacin porque las oportunidades laborales sepresentan en empleos rechazados por las trabajadoras nativas, debido a la existencia de mltiples factoresentre los cuales se destacan: los bajos niveles salariales, la inestabilidad, la flexibilidad y el aislamiento.

    Puntualmente, el servicio domstico refiere a una ocupacin de acceso relativamente sencillo no sloporque no requiere experiencia previa por cuanto reproduce las tareas que la mujer desarrolla en su propiaen su unidad domstica, sino porque tambin se accede generalmente- a travs de redes de mujeres quetrabajan en el mismo sector.

    Al interior de las dos categoras ms globales del servicio domstico (Servicio Domstico Interno yServicio Domstico Externo) hallamos el factor invisibilidad, como la expresin de una situacin deaislamiento en el trabajo, que puede favorecer la explotacin, la discriminacin y la violencia en elespacio laboral. Desde esta perspectiva adems, se pueden reconocer particulares relaciones laborales quese desarrollan puertas adentro, entre la mucamay su empleador, que general y paradjicamente, esmujer. Esta particular situacin va a denotar dos nuevas segmentaciones que expresamos a travs de dosbinomios, uno que traduce el particular espacio de trabajo en el que se desenvuelve el serviciodomstico (mbito pblico / mbito privado) y otro que traduce una segregacin ms al interior delpropio gnero (empleadora / empleada).

    Las trabajadoras extranjeras en el servicio domstico de la Argentina

    Ya hemos hablado del impacto que las fluctuaciones de la economa argentina producen en trminos departicipacin segn gnero en el mercado de trabajo. Sin embargo, ahora haremos hincapi en el caso delservicio domstico: las mujeres que provienen de sectores sociales categorizados como pobres eindigentes, son las que tienen una mayor presencia en esta ocupacin a pesar de la abrupta cada productodel ajuste de su demanda21. En este sentido la poltica econmica durante la dcada del 90 provocnuevas formas de insercin que merecen ser mencionadas.

    Entre las mujeres, existen cuatro categoras de insercin: las trabajadoras del servicio domstico, lasasalariadas de los servicios pblicos, las asalariadas del sector privado en puestos de baja categora y lasasalariadas de servicios privados con puestos de alta calificacin22.

    Con respecto al servicio domstico, datos aportados por el INDEC nos permiten en principio, suponer quese ha incrementado el nmero de trabajadoras extranjeras puesto que histricamente en la Argentina, elsector se compuso por un porcentaje importante de migrantes, lo que nos conducira a confirmar laprofundizacin del fenmeno denominado feminizacin migratoria en la dcada del 90.

    21Corts, Rosala: Mercado de trabajo y genero el caso argentino, 1994-2002 en Mujeres, Pobreza y Mercado de Trabajo,

    OIT, Chile, 2003.22Corts, Rosala: op. Cit. Pg. 100.

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    Los datos del cuadro siguiente ponen de manifiesto que las mujeres extranjeras provenientes de los paseslimtrofes y del Per se ocupan en su mayora en el servicio domstico.

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    Cuadro N 4 Poblacin femenina ocupada de 14 aos y ms por rama de actividad segn lugar denacimiento en %

    Lugar de nacimientoRama de actividadArgentina P. limtrofes y Per Otros pases Total

    Act. Primarias 0.3% 0.0% 0.3% 0.3%Industria 9.6% 10.7% 2.0% 9.6%Construccin 0.2% 1.3% 0.3%Comercio 21.7% 25.8% 39.2% 22.2%Transporte 2.2% 1.5% 2.3% 2.1%Serv. Financieros 9.1% 1.4% 8.3% 8.7%

    Serv. Sociales, personales ycomunitarios

    32.0% 13.3% 26.2% 31.0%

    Servicio domstico 16.5% 43.6% 17.1% 17.9%Otros 8.4$ 2.3% 4.7% 8.0%Total 100.0% 100.0% 100.0% 100.0%Fuente: elaboracin propia en base a EPH de Octubre de 2001 y23

    Segn los datos de la poblacin extranjera llegada al pas hasta 1995, el 13.8% de las mujeres realizatareas en el servicio domstico, mientras que de aquellos que arribaron a partir de 1996 un 40.1% trabajaen dicho servicio.24

    Con respecto a este punto se debe hacer una salvedad en referencia a la manera en que se vio afectada ladinmica del sector domstico por este flujo migratorio reciente. La problemtica migratoria y laboraldifiere segn la variable que se tome para analizar la composicin del flujo migratorio en estudio, ya queen algunos casos puede suceder que nos encontremos con mujeres (como las migrantes provenientes deEuropa del Este) cuyo alto nivel educativo denote que estn sobrecalificadas para el ejercicio de unaactividad a la cual, probablemente, ingresan por considerarla exclusivamente como una estrategia desupervivencia y, en algunos casos, para resolver no slo el acceso a un salario sino tambin el alojamientocuando se trata de servicio domstico con cama adentro.

    Sin embargo y desde una perspectiva de gnero, este anlisis nos permite entender al servicio domstico -aunque pueda parecer contradictorio- como una manifestacin ms, que profundiza la divisin del trabajo

    por sexo y que tiende a crear mecanismos de diferenciacin funcional para la mujer. Para decirlo demanera clara: que una mujer trabaje en el servicio domstico contribuye a confundir produccin conreproduccin de trabajo, ya que las actividades especficas de la mucamason similares a las actividadesdefinidas socialmente como femeninas y estn vinculadas al mantenimiento de un hogar y la crianza de loshijos, siempre subordinadas a una relacin jerrquica respecto del trabajo masculino que s es est siempreincluido dentro de los cnones de lo productivo y se desarrolla - a diferencia del femenino- en el mbitopblico.

    23Baer, Gladis y otros: op.cit.

    24Datos obtenidos en base a EPH, Onda Octubre 2001

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    Finalmente y tomando los datos que arroja el informe de la OIT25, debemos reconocer que la categora delos/as trabajadores/as del servicio domsticos se encuentran entre los ms vulnerables del mundo. Sostieneel mencionado informe ...las trabajadoras migrantes del servicio figuran entre las ms vulnerables delmundo. (...) la disponibilidad de se sirvientas extranjeras permite a las mujeres con nios de los pases dedestino dedicarse al trabajo remunerado, lo cual explica que muchas mujeres de 15 a 64 aos de edadpuedan seguir teniendo un empleo remunerado fuera del hogar en muchos pases del mundo.26

    El trabajo en el servicio domstico suele deparar condiciones que rozan la explotacin y la esclavitud. Enmuchos casos se somete a las trabajadoras a interminables jornadas de 15 a 16 horas sin das de descanso,los salarios suelen ser bajos, las coberturas mdicas inexistentes y las retenciones de documentos y salariosante la negativa a determinados abusos estn a la orden del da. De esta forma y por su propia naturaleza,ya que generalmente se desarrolla en el marco de lo privado, el servicio domstico crea complejosproblemas para el accionar de mecanismos de prevencin y proteccin laboral. Por caso, existen pases endonde estn al amparo de la legislacin pero la desconozcan dadas las peculiaridades de este empleo.

    Reflexiones Finales

    Para finalizar, es preciso aclarar que indudablemente los argumentos vertidos en este trabajo requierencontinuar la investigacin que se viene desarrollando. En este sentido, en estas pginas slo sepretendi abrir una serie de ventanas para poder aproximarnos a una problemtica complejaEs por ello que esperamos que la investigacin que promovemos en torno a la problemtica de la mujerextranjera empleada en el servicio domstico en Argentina, permita no slo el reconocimiento de unfenmeno social que se traduce en la transformacin de la estructura laboral del pas de destino, sinoque a partir de un diagnstico global se puedan desarrollar polticas eficaces, en principio, para atenuaren forma sustancial las desigualdades entre mujeres nacionales y extranjeras, atacndolas desde variosfrentes de manera simultnea: legal, actitudinal, el de la estructura econmica y la poltica social entreotros, logrando y promoviendo que se involucren tanto los gobiernos nacionales como los gobiernoslocales o provinciales, como as tambin todas aquellas organizaciones civiles de la sociedad en suconjunto.

    De modo que, entendemos con pleno convencimiento, que si se logra una mayor divulgacin enrelacin con la problemtica especfica del trabajo de las mujeres extranjeras empleadas en el serviciodomstico, se podra colaborar por un lado a disipar mitos y estereotipos que impactan sobre laconstruccin de la categora mucama, y por otro lado, a producir nuevas formas legales de proteccinque parangonen el status de la mujer trabajadora extranjera con la mujer trabajadora nacional, lograndode este modo atravesar al menos una de las tantas barreras que fragmentan el mercado de trabajoargentino.

    Otro aspecto a destacar se refiere a la feminizacin de la migracin que puede parecer, en un comienzo,expresin de un cambio estructural en la divisin sexual del trabajo, habida cuenta que es la mujer la

    25Oficina Internacional del Trabajo (OIT): 2004, En busca de un compromiso equitativo para los trabajadores migrantes enla economa globalizada, Conferencia Internacional del Trabajo 92 reunin, Ginebra, OIT.26Op cit. Pgina 67.

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    que migra. Sin embargo, esto es producto no de una aparente igualdad de oportunidades en trminos degnero, Ya que cuando parte del pas de origen la decisin no ha sido es exclusiva de ella sino que estsesgada por el lugar que ocupa al interior de la institucin familiar y adems porque est sujeta a lasoportunidades que el mercado de trabajo del pas de destino ofrece.

    Por ltimo no hay que dejar de reconocer una nueva y polmica fragmentacin caracterizada por unproceso de decadencia y de competencia al interior del propio gnero puesto que las mujeresextranjeras que se insertan en el mercado de trabajo, en la rama del servicio domstico, ocupan por unlado, un nicho laboral que es rechazado por las trabajadoras nacionales y por otro una relacinprofundamente asimtrica con quienes las contratan ya que, por lo general, son tambin mujeres.

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