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Los Santos Reyes ante su Rey

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Breves lecciones de Liturgia Sagrada ==============

Nada más grandioso que el frondoso árbol de la religión católica, en cuya sombra sestean las almas ansiosas de encumbrados ideales; nada más digno de los que ese admirabilísimo orden que campea en esta divina Institución. Todo es admirable, atrayente e instructivo en esta sociedad divino - humana, emanada del Costado abierto del Crucificado en el Gólgota: Cristo amó a la Iglesia y se entregó por 1

ella... Todas las facetas de este diamante costeado con sangre divina. brillan con refulgentes rayos de celeste luz, abriéndose cauce en las inteligencias para domeñar. Luego, los corazones de buena voluntad, rindiéndolos en señal de pleitesía a los pies de Cristo - Jesús. Hay, empero, en esta sociedad católica una mina inagotable de enseñanzas sólidas para los entendimientos y de emociones puras para las voluntades, la cual, a mi jui-cio, hállase un tanto inculta y abandonada con azaz perjuicio de las almas. ¿Cuál es esa mina de riquezas inauditas, esa cantera do se encuentran piedras mar -móreas para el suntuoso y esbelto edificio de la perfección cristiana? La Liturgia Sagrada. Esos cantos, palabras, inclinaciones, genuflexiones, miradas, tonos de voz y mil cosas de este jaez que, ciertamente, pasan desapercibidas para la inmensa mayoría de cristianos, que asisten pasivamente, algo así como estatuas iner-tes, a las funciones litúrgicas del culto católico, son, creedme, lectores de MATER PURÍSSIMA, verdadera escuela de santidad; verdaderas joyas de subido precio en el mercado del cielo, do tan sólo tendrán valor los actos humanos, los actos cons-cientes y voluntarios. A revelar el misterio de los actos litúrgicos se ordena esta sección que abri-mos en MATER PURÍSSIMA, en el nuevo año de 1927. En estas humildes paginillas que intitularemos « Lecciones de Liturgia Sagra-da», algo aprenderán las beneméritas Religiosas y Colegialas, a la par que lo -graremos hacer mejor la parte que nos toca en el culto externo, social, oficial de la Iglesia Católica. Réstame tan sólo, al comenzar esta dulce labor para mí, depositar esta insi-gnificante florecilla a los pies de la Reina y Señora de la Pureza, para que, con su mirada de madre, embellezca, vivifique y fecundice nuestra noble tarea de le-vantar las almas hasta la inteligencia de esas ambrosías y exquisiteces escondidas en la Liturgia rica, suntuosa y sencilla de la Madre - Iglesia, que con ceremonias nos recibe en su seno amoroso al depositar sobre nuestras cabezas las aguas fecun - dantes del Santo Bautismo, y, también con fúnebres ceremonias. nos da su última bendición en las exequias. Bendita Religión que de tan variados modos nos enseñas, nos llamas, nos levantas del polvo de la tierra, mil veces bendita seas. ESAÚ

============================================================== Pero, estás sordo, niño ? Ya van siete veces que te llamo. --Perdone, papá: se equivoca. No me ha llamado más que seis. Las he con -

tado. 2

Dos grandes Santos: San Antonio Abad y San Pablo primer Ermitaño

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Recordando ============

( Por un beso ) Hay fechas memorables cuyo recuerdo en los aniversarios evocamos alegres o pesarosos. 3

Una de estas fechas será sipmpre para mí el 5 de Enero del año.... no viene al caso. Había dejado de ser niña, por lo tanto no es el recuerdo de dulces emociones ante la perspectiva de magestuosos Reyes llenando mis. zapatos de juguetes y golo-sinas, no; es el recuerdo de una comedia que tuvo visos de tragedia. Héla aquí: Estaba en el Colegio de ..... (puntos suspensivos) en el último año de mi edu-cación colegial y aquel curso entró pensionista una niña, Angelita de nombre y ángel de verdad, tenía siete años y su condición de huérfana y su carácter cariñoso y juguetón, pronto hicieron las delicias del pensionado que en las horas de recreo se disputaban la encantadora muñeca. La cobré afecto, al que ella correspondió con toda la magnitud de su tierno corazoncito. Yo la vestía por la mañana, en mi regazo se quedaba dormida y en mis brazos la llevaba a su camita por la noche y la acostaba y a mi lado tenía su sitio en el refectorio. Era mi muñeca viviente y hacía con ella oficios de prematura mamá, Su inocencia la dictó una carta a los Reyes Magos allá en la aproximación de fecha tan señalada, que celebramos todas con gran regocijo, y con tan firme convicción esperaba ella ver cumplidos sus encargos, que excitada y nerviosa no hablaba de otra cosa. -- Angelita, le dije, ¿ querrías tú ver a los Reyes ? -- Tonta, si no se les puede ver, que vienen sin hacer ruído cuando todos duermen. -- Sin embargo, repliqué, como tú eres buena niña y los quieres tanto, si es- cribieras otra carta pidiéndoles que nos hiciesen una visita antes de la noche, se- guro que te complacerían y así todas los podríamos conocer. Dicho y hecho. Escribió la segunda carta y todas esperábamos. conocer a tan ilustres personajes la víspera de Reyes, pues como le decían las Religiosas. al no con-testar por escrito, señal de que pensaban complacerla. Nuestro plan estaba hábilmente combinado; nos juntamos unas cuantas y por la tarde, arriba, en un cuarto sentamos nuestros reales en medio de un arsenal de cosas heterogéneas que monjas y familias de niñas fueron acumulando para vestir a nues-tras humildes personillas convertidas por obra y gracia de los trapos y secretos de tocador en lo más grande y más excelso del poderío terrestre. Lo que gozamos aquellas horas fué indecitle; nos pusimos todo lo que nos pareció apropósito para nuestro fin, ayudadas de monjas y amigas. Yo en calidad de Rey negro lucía espléndido manto de terciopelo granate, tú -

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nica de seda blanca, medias de idem. color de rosa y sandalias de oro; multitud de collares cubrían mi pecho deslumbrando con sus múltiples facetas a cada movi -miento; enormes aros pendían de mis negras orejas y el contraste rojo de mis labios que aquel día subieron de color y el negro sin tacha de mi cutis y todo el conjunto de mi persona. hacían de mí un Rey bastante aceptable. Yo tenía empe-ño en ser el preferido de Angelita y no perdoné detalle para resultar el más es -plendoroso y menos reconocible de los tres.

Los otros dos compañeros, el uno con manto blanco y el otro amarillo, con luen-gas barbas blancas lino y retozudo bigote negro el otro, tenían un sello de majestad varonil que no era fácil adivinar que aquellas caras fueran femeninas. Las tres con nuestro correspondiente séquito estábamos divinamente disfrazadas, no era fácil reconocernos, sobre todo a mí. Mientras arriba nosotras gozábamos cuanto es dable haciendo bromas con cuantos venían a darnos el visto bueno, abajo la M. Directora reunía a todas las pensionistas y con toda la seriedad que el caso requería les daba instrucciones para recibir dignamente a los Reyes que no dejarían de aten-der al deseo expresado por Angelita. Esta, con los ojos desorbitados, escuchaba ansiosa sus palabras. La desaparición de las otras colegialas que conmigo com-partían la realeza no pudo extrañar a la niña que ni siquiera se fijó en ello, pero no así la mia y para evitar sospechas, una Religiosa se acercó a la M. Directora y muy seria le dijo que yo no podría acudir hasta el momento de lle-gar los Reyes porque la M. X. me necesitaba. Con esto todos los cabos quedaron bien atados y allí en el salón las pícaras colegialas cuchicheaban espe-rando y observando a la colegialita que nerviosa palidecía de emoción.

En el momento oportuno nos deslizamos en silencio y nos quedamos en el zaguán entre la puerta de la calle y la otra puerta que daba acceso a la escale -ra y que siempre permanecía cerrada y un alegre repiqueteo de la campana a - nunció que habíamos llegado. Formaron en dos filas a lo largo de la escalera las colegialas vestidas de gala, arriba en el comedor las familias que habían ve -nido y las Religiosas y en el salón manos experimentadas tocaban la Marcha Real. Angelita cogida de la mano de la M. Directora aguardaba en el primer re-llano de la escalera. La portera abrió de par en par la puerta destacándose en el umbral la figura de aquel Rey venerable de blancos cabellos e imponente con-tinente que avanzó encorvado, entre las dos filas que saludaban en silencio. sostenida su larga cola por dos pajes y otros detrás llevando inverosímiles pa -quetes; se limitó a saludar y cuando desaparecía en lo alto de la escalera entró el Rey de soberbios bigotes 5

y abundante cabellera que le ocultaba casi todo el rostro; también pasó sin hablar, con su acompañamiento y al fin .. ¡oh! apareció el Rey más simpático y campechano que se pudiera nadie imaginar, empezó a subir repartiendo sonrisas, caricias y caramelos hablando una lengua extraña produciendo sonidos gutura-les y relampagueando la profusión de sus joyas en los movimientos que acom-pañaban a sus palabras. Al llegar al rellano, detúvose ante la atónita Angelita y mezcla en español. mezcla en una endiablada jerigonza, empezó a manifestarle los motivos porque no traía lo que le había pedido y a sacar a relucir sus rarezas y caprichitos, acabando tan expresiva charla con pedirla un beso; la niña muda de asombro le miraba extática y cuando vió junto a su blanco rostro aquellas ropas bembas y aquel negro de ébano palideció intensamente y el Rey negro os asegura que no supo si besaba carne o un trozo de hielo. En abigarrada mezcla entramos todos al salón y allí una vez todos sentados se echó de ver la desaparición de la niña; en vano se la buscó por todas partes. Después de comentar los hechos y repartir los juguetes nos subimos a des -nudar y todo el mundo se dedicó a la busca de la. niña. Por fin se supo que en la confusión que se produjo al entrar todos al salón, se escabulló y corriendo desalada a la enfermería donde había una colegiala en cama con catarro, la su-plicó no dijera nada y se metió debajo de la cama. ¡Los trabajos que pasamos para sacarla de allí! Tuve que prometerla yo formalmente que no tuviera cuidado pues se habían marchado y yo la es -condería si volvían y la pobrecilla toda convulsa no hacía más que repetir que el Rey negro la había besado extremeciéndose de horror. Aquella noche no se la pudo dejar sola en su camita, pues cuando se desper -taba no hacía más que repetir «me ha besado, ¿sabes? me ha besado el Rey negro». Al día siguiente creímos que todo había pasado ya y viéndola venir por las galerías corrí a su encuentro; se tambaleaba al andar y hablaba con voz estropajosa; esto me asustó, pero no lo dije a nadie, cuando ¿cuál sería mi es-panto al sentarnos a la mesa y observar que su brazo temblaba y que le era imposible acertar a llevar el alimento a la boca!!; me rehice sin embargo y la reñí para que comiera bien: « si no puedo.. repetía con voz trabada». Fué preciso llamar al médico, el cual manifestó que padecía un trastorno nervioso tan agudo que era necesario cuidar mucho, no sobrevinieran graves consecuencias. Ya podéis pensar que días pasé. Un mes tardó en ponerse buena y hasta que la ví completamente curada, no recobré la tranquilidad. 6

¡Pobre Angelta! Hoy te encuentras al otro lado de los mares, tal vez casada, pues me dijeron que te casabas; yo directamente hace años no sé de tí, pero ruego mucho por tu felicidad y todos los años en esta fecha tu recuerdo me acompaña, pues no sabes lo que yo sufrí por tu causa y lo que te hice padecer por un beso. FORTITUDO

Federada Barcelona, Diciembre de 1926

Grupo de niñas de la clase de francés, que representaron acertadamente « Les pe - tites bouquetieres » durante la velada del día de Santa Cecilia.--

Pensionado de Palma ===================================================================

El Espejo de Dios ============

El Eterno con su gracia y el esplendor que la agracia su faz dirigió a la tierra, y la tierra conmovida miró los dones que encierra por la mirada del cielo 7

recogió con grande anhelo al verla tan bella y pura toda su gracia perdida. que, aunque es débil criatura f'ormó una imagen graciosa de gracias la ha enriquecido. y la puso frente a Dios: Ella forma sus delicias « Esta es la imagen de Vos » pues robó su corazón dijo luego temerosa: y ahuyentó en su concepción y Dios se quedó extasiado del pecado las malicias. al ver su imagen divina; Todo el colmo de la gracioa es tan bella, que le inclina Dios puso en su i,agen bellas a mostrarse enamorado. y busca mirarse en ella. Cuál yo la tengo forjada porque con su amor se sacia. desde mi eterno vivir Por esto es de Dios reflejo así la veo surgir María la Inmaculada desde el fondo de la nada ». porque al ser tan agraciada Así habló Dios conmovido del Eterno es el Espejo P. MANUEL BALAGUER O. F. M. ==========================================================================

Al pie del Pesebre ==============

Cuento de Navidad (Continuación)

Ella había orado. suplicado, y confiado salvar a su idolatrado hijito. El Niño del Pesebre, parecía haberla atendido, pues su sonrisa angelical y divina tuvo para esa madre algo que la consoló y que parecía corresponder a sus plegarias; pero, sus plegarias y sus esperanzas se estrellaron contra la realidad del dolor. Jesús, sin duda sonreía porque quería para sí aquel ángel, y así fué que de regreso a su casa, acostó en la cuna al adorado hijo, y empezó para los dos la agonía mortal, pues mientras el niño volaba suavemente al cielo, ella, espiraba también sus antes con-fiadas esperanzas, ¡ Pobre madre ! Desde ese día, Margarita guardó en su alma un sentimiento de hostilidad y de rencor contra ese Dios que no la había querido oír y que le había quitado sn hijo. No quiso volver a rezar a ese Dios porque le encontró cruel y aban- donándose al dolor se alejó de Él. Volvió a los quehaceres de todos los días, sin darse cuenta de que al in -vierno siguió la hermosa primavera y a ésta los estivales días: todos los go -ces anejos a la vida, eran insensibles para ella, porque su

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estado de indiferencia la tenía angustiada y la llaga de su lacerado corazón, no le permitía otra cosa. Como su marido era empleado del ferrocarril y Celia asistía al Colegio, se veía precisada a pasar los días enteramente sola y consiguientemente abandonada a su fúnebre pensamiento. El señor Cura, le habló cierto día, para que Celia hiciera su Primera Comu -nión. Había cumplido sus ocho años, y durante los dos últimos, de duelo para aquella casa, habían transformado completamente a la niña: era obediente y muy formal, pues no encontrando cariño en su madre, todo su corazón de niña lo tenía puesto en Jesús.

La madre se excusaba contestando que era demasiado niña, y ante la in-sistencia de1 señor Cura, exponía la oposición de su marid, aunque sabía muy bien que él la dejaba libre. Extranjero y algo hostil como muchos hombres, ab-sorto por una labor ingrata, se había acostumbrado a no elevar sus ojos al cie-lo, al par que extrañaba la indiferencia religiosa a que había llegado su mu-jer. No dejaba por tanto en algunos momentos libres, de hacer recitar el cate-cismo a su buena Celia, enorgulleciéndose por sus buenas notas que demostraban una precoz inteligencia.

Margarita persistía en tenaz desconfianza de la Iglesia y de sus Ministros; creía era cosa de éstos el que los niños tan jóvenes aun hicieran su Primera Comunión y Celia extrañada de no ver a su madre como las otras madres frecuentar la Iglesia, acabó por entristecerse y resignarse. El señor Cura se retiró ante la insistente oposición, esperando que, pasando el tiempo, toda vez que la niña era en realidad muy niña, llegaría a transformar aquella pobre madre.

Celia, poseída del vivo deseo de recibir a Jesús, al propio tiempo que veía a tantas otras compañeritas, hacer sus preparativos, suplicó a su madre que a lo menos la acompañara a la Misa del Gall, en la cual debía celebrarse la Primera Comunión.

Cansada al fin de tantas instancias y casi para distraerse del tenaz recuerdo, pues su marido debía pasar la noche en la estación y ella hubiera quedado sola, salen con dirección a la Iglesia. Pocos momentos después oíase el paso de la madre y la hija por el camino pedregoso que conduce a la Parroquia.

(Continuará

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El hortelano ( a un individuo que está subido en un peral ) -- ¿ Qué hace V. ahí, buen hombre ? -- Estoy colgando estas peras que se habían caido al suelo. 9

Sueño de Jesús. Sueño en tí, mi lector

Endechas al Niño Jesús

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Agullent 2 Diciembre de 1926

Niño de mi corazón, Eres toda mi ambición. * * * A tu divina hermosura, Le consagro mi ternura. * * * Niño, te doy mi memoria. tu cruz es toda mi gloria. * * Niño es mi mayor ventura, el gozar de tu ternura. * * * Jesús, hazme el beneficio, de amar mucho el sacrificio. * * * Niñito una cosa anhelo, y es gozar de Ti en el Cielo.

ÁNGELA

Federada

Niño, yo te doy las llaves, entra y obra como sabes. * * * Por tu amor, Divino Niño, dejo todos los cariños. * * * ¡Oh Jesús del alma mía!, eres toda mi alegría. * * * Niñito Jesús del alma, contigo gozo de calma. * * * ¡Oh Jesús divino Amante!. te pido un amor constante. * * * Jesusito en Ti confío. Toma todo el amor mío.

Carta de una congresista de Toledo ================

Querida amiga: Grato placer es para mí el escribirte comunicándote las im -presiones recibidas durante mi feliz viaje. Dulce es para el que ama, el hacer partí-cipe de sus penas y alegrías a la persona amada. Desde que salimos de Valencia ya no se habló más que de Eucaristía: al-ternaban las conversaciones con cánticos de alabanza a Cristo Rey. Entusiastas y fervorosos valencianos cuidaron de encender el fuego Eucarístico en los cora-zones atizando constantemente la llama, con sus vivas al Dios de los altares. Al llegar a Castillejos oíase lamentar el no poder comulgar por hallarse la Iglesia muy distante de la estación y el tiempo no permitía llegar a ella. La Providencia, sin saber, como nos llevó a una casa particular en la que había un Oratorio. Tres misas se celebraron en él y en una de ellas comul-gamos. Cantáronse durante las mismas motetes que unían el alma con su due-ño y Señor. En Toledo reinaba entusiasmo general. Juntáronse individuos de toda Es - paña, que unidos formaban un solo corazón - trono para Cristo Rey. Resumiré lo que seguramente habrás leído en reseñas completas. Lucidísimas resultaron todas las funciones llenando las almas de puro amor al Dios Eucaristía. No menos provecho para nuestras almas pudimos sacar en las sesiones de Señoras celebradas en el Colegio de Doncellas. Imposible decir el bello espectáculo que presentaba la procesión. EL mo-mento de aparecer el Santísimo en la Vega Baja, fué imponente; emocionaba ver los fieles con velas encendidas postrados guardando profundo silencio y oir las bandas ejecutando la Marcha Real. En la plataforma del altar fueron colo -candose las asociaciones. El Santísimo fué llevado al altar por el representante en España de Su San -tidad; se cantó el «Tantum ergo». Después el Emmo. Sr. Cardenal leyó el «Acto de Consagración». Finalmente el Nuncio dió la bendición mientras las bandas de música toca-ban la Marcha Real. Hoy me es imposible continuar: en la próxima te hablaré de Madrid.- Te abraza tu amiga.

UNA FEDERADA CONGRESISTA

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Para contemplar la alegre barraca valenciana, he salido de nuestra sin par Va-lencia, perla del Turia, reina de Levante, engalanada con las rosas, claveles y azu-cenas de sus perfumados jardines y bañada por las olas de nuestro manso mar. Ya he llegado a nuestra típica barraca, después de haber andado por estrechas sendas, tapizadas de olorosas y fragantes flores, bordeando por las acequias cubier-tas de espeso verdor, por do corre el agua. dejando oir sus murmullos solitarios, en los cuales paréceme se asocie al cantar de los pajarillos, al zumbido de los in-sectos y al ruído del céfiro que mece suavemente las ramas de los árboles. La barraca significa hogar de paz, tranquilidad, sosiego, hermandad. Cubierta por dos o más capas de paja, para proteger a sus habitantes de los cálidos rayos del sol, del viento huracanado en día de tempestad y de la lluvia, se le-vanta la modestta barraca, orlada por las flores que rodean sus paredes, blancas como los lirios y jazmines. Encima la cruz preside majesruosamente a sus mora-dores. La veterana costumbre tan hermosa, como laudable y cristiana de que la cruz de la redención, sea nuestro amparo y estandarte, tiene su asiento en estas humildes mansiones de la honradez y del trabajo. Aquí todo respira alegría, satisfacción y quietud. ¡Cuánto disfruta el que viene a esta soledad, para elevar el espíritu por me-dio de tanta belleza a alabar al Criador! Desde aquí veo como el céfiro mece suavemente las mieses, en risueñas on -dulaciones, la alondra que se entretiene volando por las inmensidades del espacio embelesada de su grandeza; oigo el piar de los gorriones que juguetean en las ramas de estos árboles; los gorjeos del jilguero que se complace en alegrarnos con sus trinos melodiosos; la voz potente del mozalbete que detrás de su caballería ara la tierra para depositar la semilla; el rumor de los tranvías que continua-mente pasan, deslizándose por entre esta vega deliciosa y el ladrido del perro que corre detrás de su caza. ¡Cuánto darían los músicos para grabar en el pentagrama las armonías caden-ciosas que vagan por el aire; y el pintor para trazar en el lienzo, todos los paisajes que la vista descubre a su alrededor. Una voz argentina, háceme suspender de mis meditaciones y contenta oigo los cánticos campestres unos y religiosos otros, de la doncella, que se halla re -gando las plantas; mientras la brisa mueve graciosamente su dorada cabellera y pone a su rostro un tinte nacarino..... 12

Valencia se halla envuelta en el denso humo de sus fábricas y rodeada de obscuro verde. El sol va hundiéndose en el ocaso y sus lánguidos rayos re-flejan en las cúpulas de las Iglesias, cubriéndolas de dorada luz. La noche corre con jigantescos pasos avasallando con sus sombras el espacio. Después de escribir estas impresiones, me levanto para regresar a esta mi amada Valencia, donde las penumbras de la noche han envuelto, en su negro manto al Miguelete y sus altas torres.

ELENA REPTÍN Ex - alumna

Valencia ============================================================

Un baturro llevó a su hijo al teatro, y en un entreacto el chico se asomó al an-tepecho para ver la sala.

-- Ten cuidado, pequeño, no te caigas abajo. -- ¿ Por qué ? Porque las localidades de abajo son más caras y nos harían pagar el doble.

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Crónica de los Colegios ================

JUMILLA ¿Qué tiene para el alma, así del hombre como del niño, el nombre santo y dul -císimo de María? Es tan grande cuanto con ella se relaciona, que hay escenas que se imprimen para siempre en el corazón y en la memoria, sin que sea posible arrancarlas jamás. A estos cuadros conmovedores pertenece indudablemente el que presentaba nuestro Colegio el 25 de Noviembre en que e! Ilmo. Sr. Obispo de esta diócesis nos honró con su visita. Venía acompañado del familiar y del Rdo. señor D. José Antonio Franco, cura párroco de la Iglesia del Salvador. Todas las alumnas y Madres y buen número de federadas, aguardaban en co-rrecta formación la llegada del ilustre visitante, quien después de orar breves momentos al pie del Sagrario, pasó a uno de los salones donde le aguardaban Religiosas y alumnas, parvulitos y algunas familias. Las parvulitas Carmencita Molina y Amparín García, recitaron con gracia un diálogo alusivo al acto y la Srita. Anita Marín saludó al augusto visitante con breve pero elocuente discurso. Luego nuestro amantísimo Prelado tomó la palabra y en frases vibrantes explicó como éramos nosotras pequeños arbolitos, necesita - 13

dos del cultivo que tan acertadamente nos proporcionan estas buenas Madres; nos exhortó a permanecer siempre unidas a nuestro querido Colegio y recordar con gusto y agradecimiento las enseñanzas en él recibidas.

El siguiente día 26, tuvo lugar la fiesta de la Pureza. Durante la Misa de Co-munión general, que celebró el Ilmo. Sr. Obispo, ayudado del familiar y del Rdo. Sr. D. Estanislao Abellán, cura párroco de Santiago, los motetes interpretados por el coro del Colegio, la solemnidad de las ceremonias y el altar engalanado con exquisito gusto, producían honda impresión en el ánimo. Y es que la capillita de nuestro Colegio, tan recogida, tan silenciosa, iluminada con una claridad tan apa-cible, convida a la contemplétción y hace sentir a Dios más cerca, más íntima y deliciosamente familiar. ¿Qué decir de lo que pasó en el interior de nuestras al-mas, en aquellos momentos de cielo en que de cada corazón se escapaba un grito de amor, una protesta de ternura, un algo dulcísimo que debió de ser el goce anticipado del paraíso?

Las palabras no aciertan a definir el sentimiento, pero estamos ciertas de que nuestra Madre Purísima, inclinando hacia nosotras su corazón de Reina bondadosa, despacharía con real munificencia las innumerables peticiones que presentaba nues-tra pobreza ante sus ojos, esos ojos que tan dulcemente se abajan a mirar la tierra para no dejar sin recompensa ningún dolor, sin consuelo una sola lágrima.

Por la tarde hubo solemne besamanos, terminando así la grata fiesta de aquel día.

UNA EX - ALUMNA Y FEDERADA

JumilIa, 28 11 - 2s. ============================================================

En el ferrocarril. -- Buen viaje, sobrino. Y, ya sabes, si necesitas dinero, escribe. -- Pues tio, hágase V. cuenta de que ya le he escrito. -- Bueno, pero hazte tú cuenta de que se ha perdido la carta. =================================================================

Premios y distinciones mensuales ===================

PALMA Pensionado. -- Fueron premiadas durante el pasado Diciembre las .Sritas. Ma-ría Noguera, Ángela Bibiloni, Francisca Barrera, Bárbara Muntaner y Margari -ta Moner.

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También merecieron distinciones Magdalena Santandreu, Margarita Isern y Carmen de Olivar Despujol.

Externado. Han sido premiadas las Sritas. María Durán, Mercedes ColI de San Simón, Antonia Crespí, Juana Rovira, Dolores Fiol, Victoría Mir, Pilar Tru -yols, Margarita Llobera, María Mir y Pilar Fiol.

SON SERRA

Fueron premiadas las Sritas. Catalina Serra, Antonia Juan, Bárbara Salas, Fran -

cisca Pizá Daviu y Josefa Aguiló Aguiló. VALENCIA

Han sido premiadas, en el pensionado las Sritas. Amparo Garay, Pilar Sanz, Jo -

sefa Monfort, Vicenta Giner, M.ª Teresa Gómez y Francisca Folch. ALCACER

Fueron premiadas en Noviembre y Diciembre las Sritas. Patrocinio Juan, Car-

men Muñoz, Felicidad Almudóver, Enriqueta Margalef, Leonor Moret y Pepita Chanzá.

JUMILLA Ostentaron los primeros premios las Sritas. Margarita Sánchez. Candelaria Na -

varro y Angelita Ortega.

MULA Han obtenido primeros premios en los meses de Noviembre y Díciembre.

Pensionado .-- Las Sritas. A. L. de Guevara, Encarnación Sánchez, Eloina He-rrera del Toro, Pura Herrera Piñero, M.ª Luisa de Llamas y Virginia Herrera del Toro. Externado.-- Sritas. Martina Perea. Trinidad Botía, Engracia Pantoja Antonia Martfnez, Araceli Meseguer y Encarnación Valcárcel.

Jardines de la Infancia. -- Han sido premiados los parvulitos Ricardo Vega. Ginés Perea. Diego Blaya. Eduardo GuilIén, Leandro Llamas, Juan Monreal Paquito Mon-real, Carmen Botía, Pilar Herrera, Francisca Blaya. Elvira Duarte, María Giménez. Pepita Blaya, Joaquina Baudés, Carmen Martínez y Juanita Martínez.

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Noticias ==========

PALMA

El 26 del pasado Noviembre contrajo matrimonio la federada señorita Juana Corró Fonrodona, con el conocido empleado del Crédito Balear. D. Juan Cañellas, a quienes deseamos toda suerte de felicidades y bienandanzas.

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El Emmo. Cardenal Primado D. Enrique Reig, el Excmo. Arzobispo de Zaragoza D. Rigoberto Domenech y el Excmo. Obispo de Barcelona D. José Mi-ralles, nos han honrado con sus telegramas de felicitación por las Navidades y Año Nuevo y más que todo con sus respectivas y paternales bendiciones, que recibimos y agradecemos muy de corazón. ==============================================================

Necrológicas ==============

VALENCIA El 3 del pasado Diciembre pasó a mejor vida la virtuosísima y noble seño-ra D.ª Esperanza Tortosa; modelo cabal de esposas y madres, deja entre sus deudos hermosos ejemplos de paciencia, resignación y perfecta conformidad con la voluntad divina. Enviamos nuestro más sentido pésame a su hija Religiosa del Real Colegio de Palma, Rda. M. Carmen Bouchón, al propio tiempo que pedimos una oración en sufragio de su alma, a los lectores de MATER PURÍSSIMA. =============================================================

S U M A R I O ===============

Breves lecciones de Liturgia Sagrada.-- Recordando: Por un beso.-- El Espejo de Dios ( poesía ).-- Al pié del pesebre: Cuento de Navidad ( continuación ).--Endechas al Niño Jesús.-- Carta de una congresista de Toledo.-- La barraca valenciana y sus alre-dedores.-- Crónica de los Colegios: Jumilla.-- Premios y distinciones: Palma, Son Serra , Valencia, AIcácer, Jumilla, Mula.-- Noticías: Palma.-- Necrológicas: Valencia. ______________________________________________________________________

Esta Revista se publica con Censura Eelesiástica _____________________________________________________________

Tipografía de Amengual y Muntaner. -- PALMA

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