JUVENTUD LIBERACIÓN

Creemos que la militancia en tanto estudiantes universitarios, no puede anquilosarse en el cerrado y por momentos aislado mundo universitario, por supuesto pensamos que es un ámbito clave que debe disputarse y el cual es necesario transformar, pero también sabemos que hay otros sectores sociales más numerosos y cuyo poder transformador no debe subestimarse.

La universidad debe vincularse con el afuera que la trasciende y atraviesa constantemente, es nuestra tarea romper esa falsa separación. La universidad no puede ser un ente reproductor de los cuadros técnicos, científicos, políticos e intelectuales que sostengan este sistema. Debe dejar de ser la “tumba del saber y la cuna del poder”, para pasar a ser una usina de producción científica, cultural e intelectual que sirva al desarrollo y bienestar del conjunto de aquellos que la sostienen diariamente, pero que no tienen acceso a ella. Sin perder su autonomía, tiene que estar inserta en un proyecto de Nación; hablamos de una universidad que tuvo sus épocas de gloria y excelencia académica y científica, precisamente cuando fue masiva, abierta a los hijos y a los mismos trabajadores. Por eso quienes apostamos humildemente a la construcción de un proyecto colectivo de transformación, que involucre un modelo de Nación socialmente Justa, económicamente Libre, políticamente soberana, solidaria y participativa. Pensamos la universidad y los barrios como frentes

La Agrupación Juventud del Pueblo por la Liberación, nace como producto de la más sincera y poderosa necesidad de agruparse en torno a una propuesta clara de transformación de la realidad, en tanto jóvenes que viven y piensan La Universidad y el País. No surge como desprendimiento o escisión de ninguna otra organización precedente, se trata de una alternativa organizativa que pretende desarrollar políticas dentro del ámbito universitario así como fuera de este. En este tiempo nuestra labor ha estado principalmente abocada al trabajo territorial, que llevamos adelante en el asentamiento 17 de noviembre, de Ing. Budge (Lomas de Zamora) donde junto a los vecinos del barrio, hacemos funcionar un taller de apoyo escolar y recreación, a la vez que se constituye como espacio de discusión y reflexión, con las ganas y la certeza de que es una apuesta que irá creciendo y mejorándose. Esto no es casualidad alguna, puesto que la actividad política es pensada por nosotros, como herramienta de transformación de la realidad, la única opción de vivir esta vida intentando ser feliz frente a una realidad que nos violenta

constantemente.

Claro ha quedado cuales son las consecuencias de ser gobernados por una casta política profesional, rentística y parasitaria en función de los intereses empresario/financieros. El camino es arduo, pero no empezamos de cero ni estamos solos: Queremos asumir en el tiempo en el que nos toca vivir, el compromiso que a lo largo de 200 años de historia de nuestro país, y más de 500 de nuestro continente, han abrazado hombres y mujeres que dieron su vida y su muerte por la liberación política, social y económica del dominio imperialista, por la posibilidad de vivir dignamente en el marco de un continente soberano e igualitario. Como en aquel grito revolucionario de la independencia de 1810, como Las montoneras Federales que se alzaron contra el dominio oligárquico-centralista aliado al imperialismo inglés, como los gauchos de Güemes que defendieron la frontera, como el sindicalismo combativo de principios del siglo XX, como los descamisados que invadieron la plaza el 17 de octubre de 1945, como la resistencia revolucionaria a la proscripción y a todas las dictaduras, nos plantamos hoy contra las políticas que generan hambre y miseria, contra el saqueo, contra la precarización laboral, contra la hegemonía cultural. Militamos día a día para que el pueblo sea poder y ejerza el derecho de gobernarse. Somos una corriente Nacional, Popular y Revolucionaria.

¿Por qué Nacionalismo?: No hablamos de una Nación aislada o de un na-cionalismo patriotero, hablamos de una Nación latinoamericana, desgajada por el colonialismo y la rapiña imperialista. Hablamos de una gran Nación latinoa-mericana, porque nos une la historia en común, la cultura y la misma lucha por la emancipación. Porque no hablamos de un chauvinismo de himnos y banderas o historias falseadas, sino del aspecto más valioso; el humano, el aspecto cultural, el cariño por nuestros vecinos, nuestro barrio, nuestra tierra, y unidos en la de-fensa de nuestros recursos naturales hoy enajenados y victimas del saqueo ; uni-dos por el derecho a autogobernarnos y a forjar nuestro destino en libertad econó-mica, Justicia Social y Soberanía Política

¿Por qué Popular?: Porque la política que no pasa por el pueblo, es política de castas. El pueblo es el actor social principal dentro del país, es el que produce la riqueza y el que menos disfruta de ella. No hablamos con ninguna vaguedad cuando hablamos de pueblo, porque nos estamos refiriendo a una identidad socio/cultural y un rol en el desarrollo histórico del país Somos los trabajadores que hacemos funcionar el país, somos los desocupados excluidos por los proyectos de miseria, somos la Juventud que labura, estudia y que lucha por los que no pueden gozar de estos derechos, somos acreedores del futuro del país y tenemos un rol protagónico en él. El pueblo tiene historia de sobra: luchas, victorias, tragedias y patriadas, y aún más que eso tenemos todo el porvenir y poder en nuestras manos en cuanto nos atrevemos a ejercerlo.

¿Por qué Revolucionario?: Porque creemos que este sistema de vida que idean de acuerdo a sus intereses los grupos de poder concentrados, ya sean eco-nómicos financieros, políticos-técnicos o militares, que se aplican a través de sus ramificaciones y estructuras, constituye un atentado a la vida. Un sistema de vida, cuya máxima que rige las acciones es el lucro individual y la explotación del otro, no puede conducir a ningún otro lugar que no sea la tragedia social, la des-integración política y la agresión nefasta sobre la tierra. Porque este sistema ha dado sobradas muestras de no poder mantenerse de otro modo que no sea a través de genocidios, guerras y aniquilamiento de recursos naturales y otras especies. Por eso apostamos a la construcción de un modo de vida que permita que esta sea digna de ser vivida por todos. Queremos que nuestro pueblo sea realmente so-berano y forje su propio destino, que se desarrolle en armonía, en igualdad, y en cooperación. Ser revolucionario es luchar por la liberación Nacional y Social y por la felicidad del pueblo. Ser Revolucionarios es ser capaces a fuerza de ideas y acción desafiar al poder dominante y al capitalismo salvaje con la convicción de que con la unidad del pueblo oprimido sublevado la victoria está asegurada

LA POLITICA UNIVERSITARIA La política universitaria, se presenta para nosotros como un espacio de disputa clave que no puede ser desligado del resto de los ámbitos políticos de la vida social. Es decir, en tanto jóvenes que estudian, trabajan y que tienen inquie-tudes políticas, la participación política en la universidad se presenta como un deber, pero queremos hacer nuestras críticas al modelo de militancia que obser-vamos cotidianamente. No creemos que la política universitaria, deba estar tan desvinculada de lo “externo” a ella, dado que es en el “afuera” donde encontramos al principal sostenedor de la universidad pública: los impuestos producto del esfuerzo de la mayoría ausente que ni se asoma por las aulas o pasillos universitarios (teniendo cuenta que sólo un 6% de la población accede a la universidad). No solo encontramos que el pueblo tiene un acceso por demás restringido a la universidad, sino que los planes de estudio y nuestra formación se encuen-tran atravesados por muchísimos intereses políticos y económicos que repercu-ten en su fisonomía en pos de una minoría explotadora. Por otro lado no consideramos contra hegemónico el modelo de militancia que convierte al compañero en un robot repartidor de volantes o pegador de afiches, en un reproductor de discursos de barricada mal modulados y digeridos o redu-cirse en un reunionismo inmerso en la rosca alienante. La militancia debe ser para nosotros una instancia organizativa de acción, que permita el crecimiento humano y político (tanto como militante y como es-tudiante), incentivar la creación, la conciencia crítica y la voluntad transforma-dora. La Vorágine de la militancia universitaria, termina en muchos casos en la despolitización y el aislamiento, siendo esto lo último que pretendemos como agrupación política. Por el contrario, nuestro esfuerzo debe estar puesto en in-centivar la participación y la politización general del estudiantado. Por eso apostamos a una militancia que pretenda transformar, hacia adentro de la universidad, erradicando las desigualdades que vivimos cotidianamente, la disparidad en la representación de los claustros y el consiguiente reclamo por la democratización del co-gobierno, la desigualdad entre las condiciones edilicias de las distintas facultades y la lucha contra la privatización y elitización sigilo-sa con la consecuente intromisión de empresas multinacionales en la formación académica. Pero nuestra propuesta toma como eje la vinculación con el “afuera”, por eso

peleamos también para que la universidad del pueblo que la sostiene, para que vuelva los tiempos en que era masiva, que fue precisamente ese contexto lo que la llevo a la mayor excelencia académico/científica, pobladas por los hijos de los trabajadores sin distinción. Por eso queremos vincular permanentemente nuestra acción en el plano terri-torial/barrial con nuestra política universitaria. La idea de vincular ámbitos no sólo es tender un puente a la comunidad aca-démica para que se empape de la realidad pueblo adentro, sino que la universidad sea pueblo, afirmando cada vez más su vinculo con el afuera. Pero esta es solo una punta, de una pelea más vasta, por construir colectivamente una universidad que deje de producir cuadros políticos, técnicos, científicos y filosóficos cuyo fin sea reproducir este sistema de hambre y saqueo. Creemos en una formación liberadora, en una usina de producción científica e intelectual acorde a las necesidades del pueblo de la que forma parte, porque un proyecto de universidad es inseparable de un proyecto de nación, por lo que mi-litamos para construir una Universidad del Pueblo en una Nación Justa, Libre y Soberana, solidaria y participativa. En este sentido, hacia el interior de la UBA creemos que se está operando una transformación en el movimiento estudiantil muy importante: A partir del Conflicto del 2008 que tuvo lugar en varias facultades, que derivó en un masivo movimiento de base estudiantil que desbordó la conducción de ese entonces y que se cristalizó en la obtención de la gestión del Ce.Cso. y el consecuente surgi-miento de un espacio nuevo en la política universitaria autodenominado izquierda independiente, con el cual (si bien provenimos de identidades políticas distintas) compartimos una perspectiva común en cuanto a que tipo de organización gre-mial-estudiantil y política queremos construir y en qué modelo de militancia cree-mos. Hay que llenar de contenido y participación el órgano gremial de los estu-diantes, que trasciende ampliamente a la conducción política del mismo, hay que socializar todas las discusiones y privilegiar la construcción colectiva del centro frente a la construcción ombliguista de la propia organización. El centro de estu-diantes no puede reducirse a una simple fotocopiadora, un bar, a una bandera que viaja de marcha en marcha o un ente emisor de comunicados. El centro debe ser la instancia de referencia de los estudiantes en tanto gremio, como defensor de sus intereses pero también como herramienta de discusión, de lucha y de creación. En este marco, creemos que el modelo de centro de estudiantes al que nos tenía acos-tumbrados la Izquierda Rivadaviana (la que se maravilla con las teorías y dogmas europeos, pero que desprecia y desconoce la lucha e historia de su propio pueblo) está agotado, basado en las falencias antes marcadas inspiradas en la mezquindad de optar por la construcción de la organización política propia frente a

la construcción del movimiento estudiantil, el luchismo abstracto y las gestiones deficientes. Por nuestra parte, creemos que este nuevo espacio en crecimiento dentro de la UBA, que hoy conduce los Centros de Estudiantes más combativos (que ade-más triunfan en sus reivindicaciones, como en el caso de Sociales principalmen-te, sin despreciar el de Filosofía y Letras (menos estruendoso) y o Exactas, que no acreditó sus carreras a la CONEAU gracias a la lucha, sumado a la conduc-ción de la FUBA, abren una nueva perspectiva,. No obstante, es necesario reconocer que aún falta mucho y que este espacio no está exento de contradicciones o criticas, pero creemos importante reconocer la voluntad transformadora y la vocación de estos compañeros. Por otra parte, también es importante diferenciarnos de lo viejo, del biparti-dismo que también se manifiesta en la universidad: Hablamos de la otrora UCR-Franja Morada y las múltiples variantes del PJ, que se reconocen e identifican en su apoyo incondicional a las políticas del gobierno Nacional. Los primeros, alia-dos de la privatización y los negocios, con la despolitización como bandera y la patoteada como herramienta. Los segundos, pretenden que anulemos nuestro po-tencial como juventud y nos limitemos a “bancar” las decisiones que se toman en una mesa chica y que hagamos silencio frente a las políticas que generan Hambre y saqueo, que se proclaman nacionales y populares pero apoyan a decanos como Trinchero Y Caletti, que se pronuncian en contra de las medidas de lucha y de las asambleas masivas y que defienden el ahogo presupuestario encubriéndolo. No se corresponde con nuestra historia ni nuestra voluntad, porque somos parte de este pueblo que lleva 200 años peleando por la liberación, queremos transformar la realidad porque queremos ser parte de lo nuevo. Construyamos la Universidad del pueblo en la patria liberada!

LA JUVENTUD EN EL BARRIO

Desde que nacimos como agrupación política nuestra labor ha estado principalmente abocada al trabajo territorial que llevamos adelante en el Asentamiento 17 de Nov iembre, en Ingeniero Budge (Lomas de Zamora). Esta histórica toma de terrenos, una de la más grande que regis-tró el Conurbano bonaerense, fue llevada adelante por miles de familias que por necesidad y

falta de vivienda propia se organizaron con el fin de reclamar este derecho primordial a una vivienda digna. En las casi 110 hectáreas que tiene esta toma viven miles de per-sonas que día a día dan esa interminable batalla contra la miseria, resistiendo, organi-zándose y desarrollando actividades solidarias, dando un ejemplo cotidiano de lucha. Nuestra tarea militante parte de la certeza de que solo a través de la intervención prác-tica sobre la realidad en la cual estamos inmersos (la realidad social de nuestro pue-blo), es que nos formaremos como verdaderos militantes revolucionarios. “Al considerar la cultura popular la matriz de la que surge una política naciona-lista y revolucionaria en ella y solo en ella se encuentran las enseñanzas que guia-rán la acción” Roberto Carri.El conocimiento profundo de nuestra cultura es lo que refuerza auténticamente el compromiso de lucha desde las bases, junto al pueblo, en este camino que decidimos transitar con un verdadero compromiso político y social de cambio. Como estudiantes de los colegios y las universidades, creemos que tenemos que afianzar la relación con el mal denominado “afuera”: nuestra formación debe ser puesta al servicio de las ma-yorías populares que tienen restringido el acceso a una educación de calidad. Debe ir por el camino de crear colectivamente una “conciencia de los oprimidos”, liberadora y crítica, que se base en los supuestos de la organización colectiva y solidaria, que afian-ce una práctica concreta de militancia autónoma de las estructuras partidarias vaciadas de contenido que no pierden ocasión de quebrar todos los intentos de conformar un espacio auténtico de reflexión y lucha. Por eso, es nuestro deber romper esa falsa separación: la universidad no puede ser un ente reproductor de los cuadros intelectuales que sostengan este sistema. La lucha que damos, entonces, es contra la DEPENDENCIA ECONOMICA, PO-LITICA y CULTURAL de las potencias de turno que someten a nuestro país y a nuestro continente; como también nos enfrentamos a nuestros enemigos internos, plasmados en la oligarquía que se encarga de mantener las estructuras de domi-nación y explotación. Conscientes de la historia que nos precede, y con la convicción y el fervor revolucio-nario, es que como jóvenes nos indignamos y nos rebelamos contra este sistema opre-sor e inhumano.Actualmente nuestra tarea militante es junto a los vecinos del barrio: Estamos llevando adelante un taller de educación y apoyo escolar, que a la vez se constituye como espacio de discusión y reflexión permanente, con la iniciativa de que esta apuesta irá creciendo y mejorándose. Este año, por iniciativa propia de los veci-nos, estamos trabajando a la par para armar el primer Centro Popular y Comunitario del barrio. Tenemos muchas ideas, pero necesitamos el aporte militante de muchos más compañeros para nutrirlo de propuestas de mayor alcance. El espacio funciona-rá como una escuelita popular, una biblioteca, un centro de talleres de todo tipo, y un lugar para desarrollar charlas y actividades recreativas.

LA LUCHA EN EL PLANO NACIONAL

Estamos convencidos que la liberación del pueblo no se consolidará en base a críticas en los pasillos de las facultades, en reuniones selectas o marchando solo con un pequeño circuito de elite. Tampoco se podrá basar en efímeros análisis políticos producto de la agenda que nos imponen los medios de comunicación y el poder político, sino batallando dentro del movimiento de masas, marchando y luchando junto a los estudiantes y los trabajadores. (…) el peronismo no desaparecerá por sustitución sino mediante supe-ración dialéctica, es decir, no negándoselo sino integrándolo en una síntesis". J.W.COOKE El camino hacia un Socialismo Nacional requiere de una conciencia nacio-nal, descolonizada, crítica y acorde a la realidad nacional de los tiempos que co-rren, lejos de los dogmatismos mezquinos de la práctica política tradicional y de las manifestaciones políticas antipopulares. Como juventud estamos ante la oportunidad histórica y el gran desafío de tomar las banderas de la revolución con la que soñaron miles de jóvenes que die-ron su vida por la Liberación Nacional. Como hijos del 2001 y como hacedores de la máxima expresión política de la juventud en el 2010 con una marcha con 30.000 estudiantes a Plaza de Mayo y otros miles en el interior del país en contra de las políticas educativas de Macri y del Gobierno Nacional, no debemos ceder terreno al aparato oficial que quiere opacar esa lucha intentando aparentar que solo en sus filas está el recambio generacional, cuando en realidad bastardean una ideología y reproducen con símbolos populares la perpetuidad de una clase do-minante que oprime al pueblo Por eso entendemos que a pesar de las políticas que este gobierno nacional ha tomado, hoy en el marco en que se inscribe nuestra acción política, la situa-ción estructural de fondo no ha cambiado: un estado actual de cosas que se ca-racteriza por la existencia de un tercio de nuestra población al margen de toda actividad productiva; la desenfrenada depredación y saqueo de nuestros recursos naturales y ecosistemas; el rumbo económico basado en el modelo de sojización que en esta etapa agiganta más su volumen y la extensión de la producción (y se afirma en alianza con pool Cresud, Adecoagro, Grobocopatel, LIAG, etc.); la corrupción, el desmanejo y la ineficacia de la función pública; el desguace de la infraestructura productiva y de servicios; la inequitativa y disfuncional distribu-ción de las tierras, la enorme desproporción de la distribución de las riquezas en beneficio de una elite oligárquica financierizada e improductiva.

Ningún cambio de fondo se hizo especulando con las buenas intenciones del poder coyuntural y constituido, sino quebrando la hegemonía opresora con luchas y reivindicaciones que se proyectaban con convicción de compromiso colectivo, como nuestros compañeros que consagraron su vida a la lucha por la liberación nacional. Por eso militamos día a día en los barrios, en las universida-des y en el laburo, convencidos de nuestra tarea y vocación de transformación, la que creemos es totalmente incompatible con lo viejo que representa esa clase política que nos llevó a la miseria absoluta. Ese es el primer gesto de una juven-tud que tiene vocación de transformación: romper con lo viejo, que se traduce en acabar con la hegemonía bipartidista, darnos nuestras propias formas de organi-zación y acción en pos de constituirnos como expresión del poder de un pueblo que lucha por su libertad y felicidad. Luchar hoy, es pelear por nuestro futuro, ya que consideramos que las consecuencias del actual modelo económico, polí-tico y social serán catastróficas en el largo plazo. Por eso, juntos tenemos que luchar para construir una Nueva Ar-gentina sin desocupados; sin el 40 % del trabajo en negro que hay hoy; un país sin trabajo esclavo; un país con salario digno y reparto de ga-nancias; debemos luchar para que el 82% para los jubilados sea una realidad; reclamamos por un país federal y descentralizado con una nueva red de ferrocarriles que atraviesen campos y ciudades de norte a sur, de este a oeste, lucharemos para que los políticos no nos roben con sus dietas y jubilaciones de privilegio; hay que luchar para que se nacionalicen el petróleo y el gas; para que se nacionalice la banca y se desdolarice la economía; para que se combata el narcotráfico que está enquistado en el poder político; no queremos que el Paco siga matando a nuestros pibes; queremos y pelearemos por una Reforma Integral en el Sistema Productivo Agrario; para que la educación deje de ser un privi-legio y que haya becas y boletos estudiantiles para todos. Todo esto no lo vamos a lograr solo yendo a votar, debemos generar las alternativas, no debemos conformarnos y elegir entre las opciones que nos im-ponen electoralmente, debemos luchar y construir para transformar. Quieren engañarnos y hacernos creer que no se puede generar otra alterna-tiva, por fuera del esquema obsoleto, reducen la visión política sólo a dos mo-delos posibles, tomando como parámetro el horror del pasado como contraste para compararse, pero no los días de verdadera felicidad del pueblo y de justicia social cuando el pueblo fue poder. Intentan limitarnos a su propia lógica discur-siva que sigue manteniendo intacta a una clase política que legitima este modelo económico estructural.

TRABAJO TERRITORIAL EN LOMAS DE ZAMORA

Quienes abrirán la senda de los hechos

nuevos serán los humildes, los

desmunidos, los trabajadores.

Raúl Scalabrini Ortiz

Un país colonial jamás podrá tener

una Universidad Nacional. Juan José Hernández Arregui De los políticos sólo podíamos esperar

el engaño, la única revolución

definitiva es la que hace el pueblo y

dirigen los trabajadores.

Rodolfo Walsh

El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza."

A R T U R O J A U R E T C H E

“Nuestra patria dejará de ser colonia, o la bandera flameará sobre sus ruinas"

S U M A T E

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