Mercado V/S Conocimiento POR COLECTIVO ENGRANAJE

Hoy en día resulta imposible ha-blar de educación sin antes hablar de neoliberalismo, ya que es este modelo económico el que expli-ca por qué el conocimiento se ha convertido en un bien de consu-mo. El neoliberalismo, impuesto en Chile con el uso combinado de la fuerza y el consenso, significa un retroceso del Estado en cuanto a su participación en los principales asuntos económicos del país, dan-do paso al mercado como meca-nismo regulador de la producción y distribución de los bienes y servi-cios. En este sentido, la mercan-tilización del conocimiento tuvo su punto de partida en una serie de reformas estructurales al siste-ma de educación superior –como por ejemplo, la Ley General de Universidades-, que derivaron en una paulatina transformación de éste a partir de los años 80, y con más fuerza aún desde el año 90 en adelante.

Las principales características de esta transformación fueron la segmentación, masificación y di-versificación de las instituciones educativas, rasgos constitutivos de un sistema mercantil que cre-cía echando mano al crédito y el endeudamiento. Pero, aparte de estos fenómenos externos, ¿qué ocurría al interior de las universi-dades e institutos? Pues, lo que se venía gestando era una subor-dinación de nuestra formación como estudiantes y del conoci-miento producido en la universi-dad, a las necesidades presenta-das por el mercado: en definitiva, la educación y el conocimiento pasaron a ser una mercancía, dejando que la oferta y la de-manda (mercado laboral, renta-bilidad institucional, etc.) determi-naran qué, cuánto, cómo y para quién se produce conocimiento.

Sumado a esto, el avance del mercado en la educación viene acompañado de una reformu-lación moral, valórica, curricular, científica y política en nuestra for-mación, siendo las instituciones educativas y, particularmente las universidades, instituciones pro-ductoras y reproductoras del ca-pitalismo, que influyen en nuestra actividad cotidiana de estudio y en nuestro posterior desempeño como profesionales, sin la capaci-dad de generar y aplicar creativa-mente conocimientos coherentes con las necesidades populares, sino más bien, adquiriendo un pre-cario manejo de conocimientos y técnicas que aportan, tal como la universidad, a la reproducción del capitalismo en lo económico y so-cial.Como colectivo Engranaje, eng-lobamos esto en lo que hemos desarrollado como la idea de la “contradicción Mercado v/s Co-nocimiento”. Instituciones educa-tivas operando al igual que una empresa cualquiera, cuyo fin con-creto es aumentar las ganancias mediante aranceles, matrículas, venta de postgrados y perfec-cionamientos, coste de titulación y todos los mecanismos bajo los cuales el negocio se naturaliza, disminuyendo los costos, acotan-do el currículo a sus estudiantes, exigiendo a docentes la función de producir “papers”, traspasan-do el conocimiento competitivo al postgrado, subcontratando perso-nal y concesionando servicios, en-tre otros.

En definitiva, el mercado ha veni-do a producir un empobrecimien-to de nuestra educación y una distorsión del rol de la Universidad y de sus profesionales en la socie-dad.Es según esto que se impone la tarea de levantar una alternativa para el país y su educación, en-tendiendo que las problemáticas que presenta la universidad y el sistema educativo son expresión y extensión de la naturaleza del ca-pitalismo, el cual ha invadido todo espacio en el cual se desarrolla la actividad de las personas, lo que nos lleva a plantear que, para lo-grar estos cambios, es necesario construir nuevas lógicas de orga-nización y relación con nuestros compañeros y compañeras, supe-rando la repeticion mecánica de consignas, estéticas y prácticas fuera de contexto, y dándonos a la tarea de buscar nuevas formas de hacer política.Son estas convicciones las que nos llevan a no imponer un techo a nuestros sueños, a no conformar-nos con cambios “en la medida de lo posible”, a no transar los inte-reses de nuestra gente, a no mo-derar la lucha por la Educación del Pueblo. Estamos convencidos de que esta forma de vivir no es natural, que es necesario y justo cambiar todo lo que tenga que ser cambiado, y es esta certeza la que da sentido e impulsa nuestras energías hacia el trabajo cotidia-no de construir una nueva socie-dad.