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Excelente texto para su utilización en el campo de la psicología educacional y también en el proceso de orientación vocacional.

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BohoslavskyLa identidad profesional del orientador vocacional.En 1963 la comisin directiva de la asociacin de psiclogos de Bs. As. Se plante en el VIII congreso interamericano de psicologa: es necesario que el psiclogo conozca cuales son los esquemas referenciales con que se maneja, cual es el fin de la concepcin del mundo implcita o explcita que motiva sus actitudes ante determinados fenmenos, su escala de valores que se refleja en su manera particular de operar sobre la realidad.Aqu intentare explicar la concepcin que el orientador vocacional tiene de su mundo interno y la influencia de ella sobre su tarea.Antecedentes.Ackerman: aplicar un tratamiento sin un esquema conceptual es como jugar en la oscuridad. Al principio puede ser divertido, pero muy pronto lleva a una angustia y desorganizacin creciente.Las dos lneas que intento abordar en este momento son: examinar la identidad del orientador en funcin del juego implcito en la tarea y analizar la relacin entre identidad del orientador y u encuadre de trabajo.La primera hiptesis sobre esta cuestin es que la eleccin de un adolescente en el orientador sus propias elecciones ocupacionales y sus duelos personales ligados con las mismas. Ser psiclogo de orientacin vocacional supone renunciar total o parcialmente a otros campos de trabajo dentro de la psicologa.Tomando la distancia adecuada del paciente, se puede operar de un modo psicolgicamente adecuado, esto es la disociacin instrumental: Bleger dice que es porosa porque en el sentido en que el sujeto puede entrar y salir, observar y dejar de observar, conectarse y desconectarse. Si el entrevistador no trabaja disociado puede ocurrir que quede demasiado absorbido por el entrevistado.En otro contexto Roger sugiere que para comprender la conducta del otro es imprescindible la identificacin, se tratara de poder asumir el cuadro de referencia del otro, el entrevistador expresara para si lo siguiente: para auxiliarlo a usted yo me dejare de lado (el yo de la interaccin ordinaria) y entrare en su mundo de percepcin tan completamente como pueda, me convertir en cierto sentido en otro yo d usted, un alter ego de sus actitudes y sentimientos, una oportunidad segura para que usted se discierna a si mismo mas claramente, se experimente ms verdadera y profundamente, elija de un modo ms significativo.Disociacin instrumental y encuadre.El encuadre nos ayuda a la disociacin instrumental porque nos permite entrar y salir del otro. Muchas veces asume en este sentido el carcter de un salvavidas, Martha Berln expresa: el encuadre, lmite de la identidad y posibilidad de accin de cada uno, ser el nico instrumento que nos permitir observar, pensar y operar libremente, asumiendo el mximo de efectividad profesional y el mnimo de confusin o identificacin con la situacin problemtica. Es algo asi como un salvavidas que le permitir flotar dentro de las situaciones estereotipadas, confusas o enfermas y que nos permitir mantener la cabeza (capacidad de pensar) fuera de la confusin que hemos sido llamados a solucionar como tcnicos, aunque el cuerpo este incluido en el campo total.Para m el encuadre es un conjunto de reglas de juego. Es algo arbitrario, ficticio, artificial. Conviene hablar del como una tctica en el sentido general de arte d poner orden a las cosassi se subraya la importancia de mantener fijo el encuadre, es decir, las reglas del juego manifiestas, es porque son un requisito indispensables para poner en evidencia las reglas del juego latente del entrevistado, esto es: su estructura de personalidad.Bleger entiende que el encuadre funciona desde la perspectiva del paciente como meta-yo. Dice que hay dos encuadres, uno el que supone y sostiene el psicoanlisis aceptado conscientemente por el paciente, y otro, el del mundo fantasma, el que en el proyecta el paciente. El encuadre seria el meta-yo del paciente (los supuestos no manifiestos que ayudan a entender su yo manifiesto).Considero que el encuadre debe ser considerado no solo como el meta-yo del paciente, sino tambin del psiclogo.Lo que me interesa destacar en lo que hace al tema de este trabajo es: El encuadre del psiclogo es expresin de su meta-yo.para el psiclogo tambin puede convertirse en una adiccin si no es esclarecido sistemticamente. Muchas veces emplear un encuadre no esclarecido implica reemplazar su identidad por su identificacin con un profesional adaptado; el psiclogo expresa la necesidad de defender su identidad, defendiendo el encuadre, identificndose como psiclogo solo a partir d una identificacin con un encuadre d trabajo.El encuadre sume un funcin defensiva con todo lo que el termino implica: proteccin y al mismo tiempo riesgo de estereotipia y empobrecimiento.El psiclogo puede expresar sus aspectos ms maduros, son aquellos que le permitirn reflexionar sobre la diada proyeccin- introyeccin en el campo de la entrevista.La segunda hiptesis de este trabajo es que el encuadre no es solo el depositario del meta-yo del entrevistado sino tambin del psiclogo. En un sentido positivo o ms favorable ser la depositacion de sus aspectos ms maduros y esclarecidos lo que le permitir reflexionar a partir de una buena disociacin instrumental. En el sentido ms desfavorable el encuadre se convertir en algo disociados de la personalidad del psiclogo, no ser un meta-yo sino un no-yo.La modalidad del trabajo es clnica porque implica la articulacin operativa entre estrategia, tctica, tcnica e ideologa. Supone una sntesis entre ver, pensar y actuar.Tctica: el encuadre con que se trabajeTcnica: los instrumentos utilizados, cuya privilegiada es la entrevista.

La depositacion de la propia experiencia (objetos internos y fantasas) que el profesional realiza sobre el adolescente depender del modo en que asuma su rol, sea de su identidad ocupacional. Si el tol es asumido de un modo maduro podemos suponer que su actividad ser autnticamente preparatoria. La calidad de la reparacin puede ser considerada como un ndice de la madurez o del grado de madurez de la identidad ocupacional del psiclogo.

El psiclogo y la reparacin.La reparacin est asociada a lo teraputico, en realidad aparece en cualquier esfera de trabajo profesional: la reparacin no es previa de ninguna especialidad. Cada ser humano puede reparar en su tarea en la medida en que se halla interiormente integrado. La diferencia entre unos y otros estriba en los caminos y medios empleados para lograrlo y en el grado de destruccin de sus propios objetos internos. La reparacin no puede ser juzgada por los resultados del trabajo ya que en el fondo comienza y termina con el objeto interno cuyo representante es el objeto externo. Vemos que en orientacin vocacional el adolescente es el representante externo de objetos internos del psiclogo cuya reparacin es intentada por este.

Mi hiptesis se aclarara si digo que los fundamentos de un vnculo progresivo (sano) versus un vnculo regresivo (enfermo) entre psiclogo y adolescente depender del monto del dao que el psiclogo siente haber producido sobre sus objetos internos en trminos de identificaciones ocupacionales abandonadas al elegir su propias profesin. Esto afectara sus relaciones concretas con ese representante externo que es el adolescente que elige.

Toda eleccin supone una renuncia, y esto puede incluir la fantasa de que se ha infringido un dao sobre los objetos internos con las caras desechadas.Sugiero que el orientador vocacional intenta reparar esos objetos daados en la fantasa, al ayudar a un adolescente a elegir. Operar bien si su reparacin es depresiva y mal si se trata de una seudorreparacion (maniaca, compulsiva, melanclica, etc.). Un ejemplo de una seudorreparacion es la compulsin de curar, que se expresa al desvirtuar el encuadre y convertir la situacin en teraputica, la fantasa es: silo ayudo a elegir, lo curo y nunca volver a tener problemas.

La autntica reparacin que supone siempre conductas sublimatorias requiere claridad en cuanto al rol profesional y, recprocamente, la autntica reparacin contribuye a definir progresivamente la identidad ocupacional del ejecutor del rol.Lo expresado hasta aqu se apoya en el supuesto de que toda profesin nos revela intentos preparatorios del profesional y que toda eleccin de carrera implica la definicin de un con que (los representantes externos del objeto interno cuya reparacin se procura) y un como (los instrumentos conceptuales y tcnicas para realizarlos).Las vicisitudes en la eleccin de la carrera expresan las vicisitudes en la eleccin del depositario externo y la manera de elaborar el duelo por lo que se deja de lado.Un proceso de orientacin vocacional es una oportunidad de juego para el adolescente, puede confrontar distintas identificaciones profesionales que han tenido lugar en su fantasa, y decantar de un modo discriminado su identidad ocupacional futura. En la entrevista aprender a discriminar quien quiere ser y que quiere hacer, si logra aprovechar la oportunidad de jugar al yo quisiera hacer yo quisiera ser que el psiclogo le ofrece con una actitud permisiva.El apoyo que el psiclogo le da expresa que a toda actitud de apoyo le subyace una actitud de hostilidad porque implica reconocer que el otro es un incapaz, un impotente, un ignorante, a quien hay que imponerle nuestras propias decisiones y nuestra manera de pensar.En cambio, al ubicarse en una actitud disponible, el psiclogo expone su identidad profesional a diversos ataques derivados de varios motivos, y ligados en general a la situacin adolescente del consultante, por ende, a los aspectos adolescentes del orientador que se reactualizan al enfrentarse con ese espejo actual de sus problemas pasados.Los ataques a la identidad profesional.Estos ataques estn ligados a la tolerancia y a la ambigedad del adolescente. Pero la ambigedad que exhibe el adolescente frente al futuro le resulta intolerable al psiclogo, este absorbe, se identifica y acta lo depositado en el por el adolescente, y esto lo mueve a reactualizar su propia ambigedad cuando eligi carrera y especialidad en el pasado. Estn actuando 2 sentimientos opuestos que el psiclogo experimentos en ese momento: la diada impotencia-omnipotencia.En este contexto el test aparece como un recurso mgico, idealizado, cargado de fantasa omnipotente, tabla de salvacin del psiclogo ante la irrupcin de su duda y su incertidumbre. Otras veces funciona de modo protector como un distanciador.Otro ataque a la identidad profesional derivan de la temtica adolescente planteada en las entrevistas en trminos de xito-fracaso. Las dudas del psiclogo pueden deberse a su concepcin ideolgica. Toda eleccin se apoya en supuestos implcitos sobre la felicidad humana y sobre las concepciones que se tienen en cada sociedad acerca de lo que se debe entender por xito. Es por lo tanto un problema de ideologas.Otra forma de ataque a la identidad profesional se halla referido a lo econmico, la culpa por cobrar, la duda acerca de cmo fijar honorarios, etc., pueden ser una manifestacin del dficit en cuanto a la identidad profesional del psiclogo. Siempre observe que estas dudas estaban ligadas con una desvalorizacin de la tarea, y con las vicisitudes acerca de la asuncin de un rol profesional adulto, lo que implica vivir de su capacidad y sus conocimientos como nico capital.Un grupo d orientacin vocacional.Habla de un ejemplo de un grupo de psiclogos pag. 186-192Hoy estoy convencido de que cualquier estudiante de cualquier carrera, al iniciar sus estudios, y por as eficaz que haya sido su orientacin vocacional, experimenta fantasas omnipotentes ligadas a la facultad, la vida de estudiante, los profesores, la profesin, etc.El ejemplo lo compara con la situacin de un adolescente que elegir carrera. En el primer momento la eleccin se realiza en la fantasa (con el papel) anotando todas las posibilidades de un modo megalo-maniaco, teniendo en cuenta los gustos, todos los gustos. La facultad es el continente de todas las fantasas preparatorias, sean cual fuera en cuanto a la calidadIngreso y egreso a la universidad.El profesional de la orientacin vocacional ve reeditado su propio conflicto de eleccin en cada adolescente que consulta, lo cual podra o no ser instrumentalizados con fines clnicos, segn el grado de compromiso inconsciente o la adecuada distancia (disociacin instrumental) de su momento reciente de abandono del rol de estudiante, y desde el punto de vista dinmico, de la forma de como enfrente el duelo por este aspecto fundamental del self que son las fantasas omnipotentes referidas a la facultad.La evocacin de los conflictos frente al ingreso al mundo adulto ocurre siempre en el orientador pero que la posibilidad de instrumentalizar eficazmente este emergente contrasnferencial depende de cmo ha egresado d la universidad y elaborado el ingreso a la especialidad.La fuente de ataque del adolescente a la identidad del psiclogo deriva en igual o mayor grado de la crisis evolutiva que atraviesa el graduado, que de la crisis evolutiva por la que pasa el consultante.En el psiclogo la dificultad de asumir el rol profesional se manifiesta en distintas formas de identificacin simbitica con el adolescente. Esta relacin se expresa a veces bajo una forma de complot, el psiclogo se une al adolescente y critican a los padres, a los profesores, a la facultad, etc.Otra forma de simbiosis consiste en actuar inconscientemente como si el profesional se orientara al asistir al otro en la toma de decisiones. En otros casos la simbiosis profesional expresa envidia que despierta en el profesional la amplia posibilidad de eleccin del adolescente en comparacin a la suya.Los problemas relativos a las tcnicas se reflejan a veces en la instauracin de un vnculo cuasi sado-masoquista en el cual los silencios, dejan de ser instrumentos eficaces y se convierten en herramientas agresivas, o las interpretaciones son empleadas de un modo aplacatoria y no esclarecedor, contra la confusin interna del adolescente vivida como intensamente peligrosa.Hay circunstancias en que se establece un vnculo desvalorizado: el profesional deja de percibir las conductas progresivas y piensa que el adolescente se mueve en crculos al retirar temas o fantasas, cuando en realidad repite, cada vez de un modo distinto, aproximadamandose a una elaboracin de sus conflictos.Algunas veces el vnculo es idealizador: este adolescente es genial, tan maduro, tan perfecto que desempeara excelentemente en la carrera que desea elegir. En estos casos esa carrera es depositaria de fantasas del profesional ligadas a proyectos suyos abandonados y no elaborados. Tambin puede darse un vnculo paralizador, en donde el psiclogo acta la depositacion de la figura paterna que sobre l realiza el adolescente. Comienza a operar como el padre (castrador) que le corta las alas. Una manera de usar el encuadre para este fin es establecer reencuentros peridicamente, una vez finalizado el procesoIdentidad profesional y omnipotencia.Para poder desempear bien el rol es necesario que el profesional este tranquilo y seguro d su identidad, solo as se permitir dejarse invadir por las depositaciones del adolescente, interpretarlas.La seguridad en cuanto a la auto identidad del psiclogo se expresa simultneamente en un alto grado de coherencia interna y de ambigedad externa (disponibilidad), esta permitir la absorcin de lo depositado, en tanto que la coherencia interna prevendr la desorganizacin, la emergencia de ansiedades confesionales y la instauracin de vnculos patolgicos.Cuando la coherencia interna fracasa, aquellos aspectos del self ligados a la identidad profesional pueden llegar a convertirse en un baluarte (por general es el refugio inconsciente de poderosas fantasas de omnipotencia), en tanto condensacin de fantasas omnipotentes, es firmemente definido, pues exponerlo a una perdida eventual implica para el paciente el peligro de severa desvalidez, vulnerabilidad y desesperanza. El baluarte puede ser perversin, la ideologa, la superioridad intelectual o moral, la profesin, etc.Si la identidad profesional es un aspecto del self, y no puede ser entendida de otro modo, expresara la manifestacin adulta normal de la omnipotencia infantil.La manifestacin o expresin adulta de las primitivas fantasas omnipotentes pueden estar o no integradas al resto de la persona. En el caso que no lo est configuraran un baluarte.La profesin es desde el punto de vista psicolgico, uno de los ms significativos anclajes de la identidad.Identidad y quehacer profesional.Un ejemplo de buena sntesis entre coherencia interna y ambigedad externa (disponibilidad) se expresara algo asi como: en la medida que estoy seguro de que soy psiclogo y de que me dedico a la orientacin vocacional, puede estar disponible para jugar el rol de ingeniero, papa, arquitecto, mecnico, etc., depositado en mi por el adolescente, entenderlo y ayudarlo a entenderlo.La falta de disponibilidad se traduce en una excesiva distancia y la hiperdisponibilidad se traduce en una excesiva proximidad.Los dficit relativos a la identidad se traducen simultneamente en ataques a la estrategia clnica, tctica (encuadre general del proceso y particular de cada entrevista) y tcnica (los instrumentos: test, entrevista, etc.).La estrategia clnica se caracteriza por su carcter operativo, lo que supone una enorme capacidad de adaptacin por parte del orientador vocacional.En lo que se refiere a la tctica, el sntoma ms frecuente es la estereotipia. El encuadre pierde su carcter instrumental y al ritualizarse puede dar lugar a conductas cuasi compulsivas.Con respecto a la tcnica, el trastorno ms frecuente esta constituido por ineficaz manejo de la disociacin instrumental. El orientador observa a distancia un modo no emptico que bloquea su comprensin, o bien simpatiza extremadamente con el consultante, pero sin rescatar su sentid crtico, que le permita confrontar la fantasa (adolescentes y propias) con la realidad (del adolescente que consulta y del mundo ocupacional).Cuando se ha adquirido una autentica identidad profesional el interjuego de una estrategia, tctica y tcnica eficaces al servicio de la resolucin de los problemas de eleccin se traducen en la posibilidad de brindar al adolescente una adecuada oportunidad para que aprovece la moratoria psicosocial en el examen, discriminacin, evaluacin e integracin de sus identificaciones.Solamente si el profesional posee una identidad madura puede brindar al adolescente tal oportunidad para confrontar fantasa y realidad, mundo interno y externo, denostaciones y depositarios, etc.Para conocer al adolescente el psiclogo debe en parte compartir su mundo. Y para ayudarlo debe contar con los medios para que el adolescente parta de s. La comunicacin es la vida de indiscriminacin de roles a la discriminacin de la identificacin a la identidad, de la confusin a la claridad, de la disociacin a la sntesis, de la negacin al sentido de realidad, de la dependencia a la autonoma, de la estereotipia a la libertad.para darse es necesario que primeramente se posea as mismo