Biodiesel

15
David Esteban Hernández Rodríguez 114082 Los biocombustibles Una solución con muchos problemas que resolver Si observamos detenidamente a nuestro alrededor, en nuestra sociedad, encontraremos una marcada tendencia, una “moda” por así decirlo, hacia un consumo de productos y tecnologías “amables” con el medio ambiente. Sin embargo, esta tendencia parece no ha sido una respuesta espontánea de la sociedad ante los inminentes efectos del cambio climático ni por una repentina conciencia con nuestro planeta, del cual no somos dueños pero si hacemos parte. La gran campaña mediática junto con el viejo discurso que ha contagiado a todos los gobernantes, pregonando sobre la necesidad del consumo “ecológico”, no parece más que un escueto paliativo ante los graves problemas que se avecinan por, precisamente, nuestro desmedido consumo. Por esto es necesario examinar ciertos elementos que nos permitan ver más allá de nuestras narices y hacer una aproximación hacia los verdaderos intereses detrás de toda esta aparente “buena voluntad”. Los evidentes efectos del cambio climático y las medidas previstas y hasta cierto punto acordadas para contrarrestarlos han chocado frontalmente con el modelo económico global. Producto de este choque, se ha generado una fuerte reacción mediática dirigida por los grandes emporios económicos, quienes a la larga son aquellos que han propiciado toda esta situación, a desviar y tergiversar todas las acciones. De esta manera, han logrado convencernos, directa o indirectamente, de que nuestra obligación con este momento determinante, con las responsabilidades que hay que asumir, se salda a través del consumo, igualmente inconsciente, de productos y tecnologías “ecológicas” sin un cambio estructural en todo el sistema económico. De esta manera, con este flojo artilugio, pareciera que quedáramos eximidos de cualquier responsabilidad, nuestra conciencia tranquila, porque estamos a través del consumo apoyando la “responsabilidad” social y ambiental que tiene la industria.

description

ensayo sobre el biodiesel en latinoamerica

Transcript of Biodiesel

Page 1: Biodiesel

David Esteban Hernández Rodríguez 114082

Los biocombustiblesUna solución con muchos problemas que resolver

Si observamos detenidamente a nuestro alrededor, en nuestra sociedad, encontraremos una marcada tendencia, una “moda” por así decirlo, hacia un consumo de productos y tecnologías “amables” con el medio ambiente. Sin embargo, esta tendencia parece no ha sido una respuesta espontánea de la sociedad ante los inminentes efectos del cambio climático ni por una repentina conciencia con nuestro planeta, del cual no somos dueños pero si hacemos parte.

La gran campaña mediática junto con el viejo discurso que ha contagiado a todos los gobernantes, pregonando sobre la necesidad del consumo “ecológico”, no parece más que un escueto paliativo ante los graves problemas que se avecinan por, precisamente, nuestro desmedido consumo. Por esto es necesario examinar ciertos elementos que nos permitan ver más allá de nuestras narices y hacer una aproximación hacia los verdaderos intereses detrás de toda esta aparente “buena voluntad”.

Los evidentes efectos del cambio climático y las medidas previstas y hasta cierto punto acordadas para contrarrestarlos han chocado frontalmente con el modelo económico global. Producto de este choque, se ha generado una fuerte reacción mediática dirigida por los grandes emporios económicos, quienes a la larga son aquellos que han propiciado toda esta situación, a desviar y tergiversar todas las acciones.

De esta manera, han logrado convencernos, directa o indirectamente, de que nuestra obligación con este momento determinante, con las responsabilidades que hay que asumir, se salda a través del consumo, igualmente inconsciente, de productos y tecnologías “ecológicas” sin un cambio estructural en todo el sistema económico. De esta manera, con este flojo artilugio, pareciera que quedáramos eximidos de cualquier responsabilidad, nuestra conciencia tranquila, porque estamos a través del consumo apoyando la “responsabilidad” social y ambiental que tiene la industria.

Cabe resaltar, que aquellas empresas (principalmente multinacionales) que han sido y son, hoy día, quienes han saqueado de manera cruenta y desmedida los recursos humanos y naturales, son los que ahora se disfrazan de protectores del medio ambiente, fomentando el consumismo como solución a un problema creado por el mismo, dejando en claro su angostura mental derivada del adoctrinamiento neoliberal, recogida en la premisa “el mercado por encima de todo”.

Producto de esta última idea, se han malversado, desvirtuado y desviado todas las intenciones necesarias que promueven un cambio en el sistema económico mundial, con miras a transformarlo en un sistema sostenible, que privilegie los las relaciones humanas con el medio, así como el uso razonable y eficiente de los recursos humanos y naturales, pensando en el futuro de la sociedad, por encima del mercado, de la obtención de ganancia, en total, de un sistema mercantilizante y deshumanizante.

Page 2: Biodiesel

Pienso necesario hacer esta contextualización para poder introducir lo que será el tema principal del presente ensayo. Así espero con esto hacerse una idea del papel de los biocombustibles, al menos desde mi punto de vista, en este momento social, político y ambiental que estamos viviendo desde hace ya algunos lustros. Los biocombustibles hacen parte de esa gama de productos diseñados para mantener este sistema económico, para darle aire y mantenerlo, mientras que este hace agua por todas partes.

Pero primero, para entender bien todo este asunto, debemos remitirnos hacia los orígenes de los biocombustibles, comprender su procedencia y su producción, para luego encontrar evidencia de sus efectos sociales y ambientales desde que inició su implementación.

¿Qué son los biocombustibles?

Si definimos etimológicamente la palabra biocombustibles encontraremos que abarca todos los combustibles de origen biológico incluyendo el petróleo y derivados, por lo que estaría errado teniendo en cuenta el uso que se le da a la palabra. Por esto una definición más precisa se referiría a los combustibles de origen biológico obtenidos de manera renovable (biomasa) a partir de restos orgánicos cuya finalidad, como el de todo combustible, es la de liberar la energía contenida en sus componentes químicos mediante una reacción de combustión. (IICA, 2007) (Álvarez, 2009)

Los biocombustibles se pueden clasificar según la fuente y el tipo. Se derivan de productos agrícolas, forestales o desechos municipales, de la misma forma que de subproductos y desechos de la agroindustria, la industria y servicios alimentarios. Estos, a su vez, pueden ser líquidos, como el etanol, el biodiesel y el aceite de pirolisis; sólidos, como la leña, el carbón vegetal y los gránulos de madera o gaseosos como el biogás. (FAO, 2008)

Se utiliza también una distinción elemental entre biocombustibles primarios (sin elaboración) y secundario (elaborados):

Primarios: Son la leña, las astillas y los gránulos de madera en los que el material orgánico se usa esencialmente en su forma natural. Es de combustión directa y generalmente se usa para satisfacer la demanda de combustible para cocinar o generar calefacción o electricidad.

Secundarios: Se encuentran en forma sólida (v.g. carbón vegetal), líquida (v.g. etanol, biodiesel) o gaseosa (biogás, gas de síntesis). Estos pueden tener mayor aplicación que los primarios, como el transporte y en procesos industriales. En su mayor parte, la producción mundial proviene del maíz y la caña de azúcar.

Biocombustibles líquidos para el transporte (FAO, 2008): A pesar de su producción limitada, en años recientes han sido los biocombustibles líquidos para el transporte quienes han tenido un crecimiento más significativo.

Etanol: Se puede producir de cualquier materia prima con un contenido de azúcar o compuestos que deriven en azúcar como el almidón o la celulosa. La

Page 3: Biodiesel

manera más sencilla de producirlo es mediante la fermentación de biomasa con contenido de azúcar. Este etanol puede mezclarse con gasolina o quemarse puro. Cada litro de etanol posee un 66% de la energía suministrada por un litro de petróleo, pero mezclado con gasolina, mejora su rendimiento. Además, mejora el consumo de combustible, por lo que se reduce la emisión de monóxido de carbono, carcinógenos e hidrocarburos que no se queman. También, en comparación con la gasolina, posee una cantidad ínfima de azufre por lo que se ven reducidas las emisiones de óxido de azufre. Sin embargo, su combustión puede provocar una reacción más fuerte con el nitrógeno de la atmósfera, lo que provocaría un aumento en las emisiones de óxido de nitrógeno.

Biodiesel: Se produce a partir de la combinación de aceite vegetal o grasa animal con un alcohol y un catalizador por medio de un proceso químico conocido como transesterificación. Este aceite se puede obtener de casi cualquier cultivo oleaginoso; las más populares son la colza (Europa), la soja (Estados Unidos y Brasil) y la palma de aceite (países tropicales). El biodiesel se puede mezclar con diésel tradicional o quemarse puro. Su contenido energético oscila entre el 85% y 95% del contenido de energía del diésel. No obstante, el mayor contenido del oxígeno del biodiesel facilita la combustión y de esta manera reduce las emisiones de contaminantes. Contiene, al igual que el etanol, una cantidad mínima de azufre.

¿Cuáles son los antecedentes históricos de los biocombustibles?

Una de las cosas más curiosas de los biocombustibles es que, contrario a lo que se puede pensar, no son algo nuevo como fuente de energía; el primer motor diseñado para usar aceites vegetales fue el motor diesel fabricado por Rudolf Diesel, hace ya más de cien años. En 1908, Henry Ford pensaba usar etanol como combustible para sus automóviles. La Standard Oil Company comercializo desde 1920 hasta 1924, una mezcla de 25% etanol en la gasolina. Sin embargo, los bajos precios del petróleo, los altos precios del maíz, el costo que implicaba el transporte y almacenamiento de etanol, las guerras mundiales, entre otros factores, dificultaron e imposibilitaron su desarrollo. (Higuera et al. 2007)

El surgimiento de los primeros mercados actuales de los biocombustibles en el mundo sucedió a raíz de la primera crisis petrolera ocurrida en 1973, cuando el petróleo se encareció enormemente. Esta crisis afectó a todo los países del mundo, especialmente a aquello sin reservas petrolíferas o producción suficiente del recurso. Entre ellos estaba Brasil y Estados Unidos, quienes son ahora, los mayores productores de biocombustibles líquidos mundialmente. (Álvarez, 2009). Los países empezaron a tener crisis con el combustible fósil, debido al incremento en los costos por las altas demandas y conflictos de los países donde se extrae. El hecho que puso en alerta al mundo, fue la guerra árabe-israelí, en octubre de 1973, lo que generó escasez de petróleo y puso en peligro el suministro del mismo. (Nogueira, 2003).La expansión y crecimiento subsiguiente de los mercados energéticos han sido resultado de, inicialmente, políticas energéticas, y, posteriormente, políticas ambientales, quienes

Page 4: Biodiesel

están reconfigurando el papel la agricultura y de las relaciones entre los mercados agrícolas y energéticos.

¿Cuáles son las motivaciones para el uso de biocombustibles?

En muchos países desde hace tiempo, es una preocupación el acceso seguro a los suministros de energía. Sobre todo para reducir la vulnerabilidad ante la volatilidad de los precios del petróleo y las interrupciones en el suministro de combustibles fósiles, debido a su dependencia de fuentes importadas. De esta manera, los aumentos de los precios del crudo han dado fuerza a la incentivación de investigar y fomentar fuentes alternativas para la calefacción, la generación de energía y el transporte.

Se considera que la bioenergía es un medio que diversifica las fuentes de suministro de energía y reduce la dependencia de un número reducido de exportadores. Sobre todo los biocombustibles líquidos quienes pueden representar una fuente alternativa que abastezca el sector de transporte, que depende ampliamente de los combustibles fósiles.

Otro factor muy importante que impulsa las políticas bioenergéticas es la creciente preocupación acerca del cambio climático generado por la acción humana, especialmente por la acumulación de gases de efecto invernadero producto de la combustión y liberación de carbono a la atmosfera, de combustibles fósiles. En muchos países se está adoptando la bioenergía como un elemento importante para mitigar el cambio climático ya que se considera que, en comparación con los combustibles fósiles, reduce las emisiones de gases de invernadero. Sin embargo, como se mencionará posteriormente, las consecuencias netas reales en las emisiones de gases de efecto invernadero pueden variar de forma considerable, llegando inclusive a ser negativas.

Finalmente, las ayudas al sector agrícola han sido uno de los factores fundamentales para impulsar las políticas relativas a los biocombustibles, sobre todo para revitalizar la agricultura a través de su función como proveedora de materias primas para la producción de biocombustibles, ofreciendo una solución al doble problema del exceso de oferta de productos agrícolas y la disminución de oportunidades de los mercados mundiales. (FAO, 2008)

¿Cuál es el papel que juegan actualmente los biocombustibles?

La demanda mundial total de energía es aproximadamente unos 11400 millones de toneladas equivalentes de petróleo (emtp) por año. (AIE, 2007); la biomasa, entre los cuales se encuentran incluidos los productos agrícolas y forestales y los desechos y residuos orgánicos, es cercanamente el 10% de ese total. Por su parte, los combustibles fósiles son de lejos la fuente de mayor importancia en el mundo, donde el carbón vegetal, el petróleo y el gas proporcionan más del 80%. Las fuentes de energía

Page 5: Biodiesel

renovable (Biomasa, Hidroeléctrica, Otros) representan el 13% del suministro total de energía. Sin embargo las fuentes de energía varían significativamente según la región.

Dado que los biocombustibles solidos como la leña, el carbón vegetal y el estiércol han sido el principal combustible durante miles de años para calentarse y cocinar, en muchos países en desarrollo aún siguen teniendo un papel preponderante y muy significativo para la obtención de energía. Por otra parte, los países “desarrollados”, muchos de los cuales pertenecen a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), obtienen energía principalmente del petróleo y el gas. (FAO, 2008)

Los biocombustibles líquidos desempeñan un papel mucho más limitado en el suministro mundial de energía, representando tan solo el 2%. Su importancia radica principalmente en el sector del transporte, aunque su aporte real es del 0.9%.(FAO, 2008) Esto prueba que la contribución de los biocombustibles líquidos al uso mundial de energía es muy limitada. La demanda mundial esta dominada abrumadoramente por los combustibles fósiles y los indicadores no prevén que el uso de la biomasa, especialmente los biocombustibles líquidos, puedan tomar ese lugar.

La agricultura ha adquirido cada vez una mayor importancia como proveedor de materias primas para la producción de biocombustibles. Este hecho no ofrece dos panoramas: por una parte constituye una fuente de demanda de productos agrícolas, por lo que abre perspectivas de generación de ingresos y empleos. No obstantes, promueve una competencia cada vez mayor por los recursos naturales, principalmente la tierra y el agua, lo cual es generalmente un problema, cuando cultivos que se cosechan para alimentación, se destinan para la producción de biocombustibles, o cuando las tierras agrícolas destinadas a la producción de alimentos, se destinan a la producción de biocombustibles.

¿Cuáles son los factores e impactos económicos de los biocombustibles?

La agricultura suministra y demanda energía y por consiguiente ambos mercados han estado siempre vinculados. Hasta hace relativamente poco, los animales proveían toda la energía usada en la transportación y producción agrícola; inclusive esta situación sigue siendo así en muchas partes del mundo. La agricultura, por su parte genera el combustible necesario para alimentar estos animales.

En el siglo XX, los nexos entre los mercados agrícolas y energéticos se vieron debilitados a medida que los combustibles fósiles adquirieron una mayor importancia, sobre todo en el sector del transporte. No obstante, estos vínculos se fortalecieron en el plano de los insumos, al aumentar la dependencia de la agricultura de los fertilizantes derivadas de combustibles fósiles y de la maquinaria movida por combustible diesel.

Estos vínculos estrechos posibilitan que los costos de la energía incidan de manera directa en la producción agrícola y los precios de los alimentos. Así mismo, por medio de la demanda de biocombustibles, se establecen los precios mínimos y máximos determinados por los precios del petróleo. (FAO, 2006).

Page 6: Biodiesel

Dadas las tecnologías actuales, los costos para la producción de biocombustibles líquidos son en muchos lugares demasiado elevados para competir con combustibles fósiles y por ende no pueden competir sin subsidios con estos, a pesar de los elevados precios del crudo en la actualidad. No obstante, las políticas agrarias, los subsidios y ayudas, los aranceles y los incentivos fiscales, son muy costosas para los contribuyentes y los consumidores.

De esta manera, en los Estados Unidos, los fabricantes y cultivadores reciben ayudas valoradas en más de 6000 millones de dólares al año, mientras que en la Unión Europea es aproximadamente de 5000 millones de dólares (FAO, 2008), lo que indica que el apoyo por cada litro de combustible puede ser considerable y, consecuentemente, costoso.

¿Ayudan los biocombustibles a mitigar el cambio climático?

Hasta hace muy poco, las autoridades legisladoras asumían que la sustitución de los combustibles fósiles por los combustibles obtenidos a partir de biomasa tendría unos efectos importantes y positivos sobre el cambio climático mediante la generación de unos niveles menores de gases de efecto invernadero. Sin embargo, en términos puramente físicos, la biomasa es un medio relativamente pobre de aprovechar la energía solar, sobre todo si se compara con tecnologías emergentes como los paneles solares, quienes son cada vez más eficientes.

Dado que la bioenergía se deriva de la biomasa, sus posibilidades se ven reducidas por la cantidad de energía como resultado de la fotosíntesis total. La energía total captada por las plantas es equivalente a 75000 emtp al año, lo que es entre seis y siete veces la demanda total de energía (FAO, 2006). No obstante, hay enormes cantidades de biomasa que no es posible cosechar. Por lo anterior se deduce que es muy poco realista pensar en que los biocombustibles puedan de alguna manera suplir o desplazar totalmente a los biocombustibles fósiles.

Por otra parte, los biocultivos pueden reducir o, de alguna manera compensar, las emisiones de gases de efecto invernadero mediante la captación de CO2 del aire a medida que crecen y lo almacenan en la biomasa. A pesar de estos beneficios, varios estudios han mostrado que las compensaciones de gases de efecto invernadero varían en gran medida de acuerdo al biocombustible en comparación con el petróleo (PNUMA, 2009) (FAO, 2008). Consecuentemente, la contribución de los diferentes biocombustibles a la reducción del consumo de combustible fósil varia, teniendo en cuenta que la energía fósil es usada como insumo en la producción. De esta manera, el balance de energía de los biocombustibles de pende de factores muy variados, como el lugar de producción, las prácticas agrícolas, las características de la materia prima y la fuente de energía usada para el proceso de conversión.

Debido a los métodos empleados para producir la materia prima y elaborar el combustible, algunos cultivos pueden generar aún más gases de invernadero que los mismos combustibles fósiles. La emisión de gases de invernadero tiene lugar en otras

Page 7: Biodiesel

fases de la producción de biocombustibles y biocultivos, como por ejemplo la producción de plaguicidas y fertilizantes, así como por el combustible empleado en la agricultura, la elaboración de productos químicos, el transporte y la distribución.

El aumento en la producción de biocombustibles puede, mediante los cambios en el uso de la tierra, aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero. Por consiguiente, al examinar los balances de gases de efecto invernadero, las emisiones provenientes del cambio del uso de la tierra deben ser tenidas en cuenta para que los resultados sean completos y veraces.

Un ejemplo es la liberación del carbono almacenado en los bosques o en los pastizales durante la conversión de la tierra para la producción de cultivos. Mientras la producción de etanol puede generar un ahorro de gases de efecto invernadero de entre 1,8 y 8,6 toneladas de dióxido de carbono por hectárea al año, la conversión de pastizales para producir estos cultivos puede emitir unas 300 toneladas por hectárea y la conversión de tierras forestales puede emitir entre 600 y 1000 toneladas por hectárea (Fargione et al. 2008). Eso significa que las emisiones de gases de efecto invernadero para algunas materias primas y sistemas de producción de biocombustibles podrían ser mayores que las de los combustibles fósiles.

Se ha estimado que la conversión de las selvas lluviosas, turberas, sabanas y pastizales para producción de biocombustibles líquidos en Indonesia, Malasia, Brasil o los Estados Unidos liberaría al menos 17 veces más dióxido de carbono que lo que estos biocombustibles ahorrarían al reemplazar los combustibles fósiles. De esta manera sería necesario entre 300 y 400 años para compensar estas emisiones. (Fargione et al. 2008

Es evidente que existe una contradicción, por lo menos en mitigar el efecto invernadero, en las políticas existentes respecto a los biocombustibles ya que, si este es el objetivo que apoyan, la eficiencia del combustible y la conservación y restauración de los bosques son unas alternativas mucho más eficaces y rentables.Además de los muy reducidos efectos respecto a mitigar el cambio climático, las prácticas de producción de biocombustibles podría traer efectos colaterales significativos que aumentarían considerablemente los costos de las políticas bioenergéticas. La escasez de agua podría convertirse en un limitante ya que habría una competencia por los recursos hídricos entre los cultivos y los usos domésticos e industriales. La intensificación de la producción agrícola y el cambio del uso de la tierra puede ocasionar efectos adversos en el suelo, al reducir la materia orgánica del suelo e incrementar la erosión del mismo mediante la eliminación de la cubierta permanente del suelo. Esto puede reducir el contenido en nutrientes del suelo y aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero debido a la pérdida de carbono del suelo.

Finalmente, la producción de biocombustibles puede afectar la biodiversidad silvestre y agrícola de manera negativa (FAO, 2008), como la conversión de los paisajes naturales en plantaciones de cultivos para producir energía o la sequía de turberas. Concretamente, la biodiversidad silvestre se ve amenazada por la pérdida del hábitat cuando se expande un área destinada a la producción de cultivos, mientras que la

Page 8: Biodiesel

biodiversidad agrícola es vulnerable frente al monocultivo a gran escala, dado el pequeño pool genético y puede conllevar también a la disminución del uso de variedades tradicionales.

Conclusiones

La utilización de los biocombustibles se concibe como recurso que podría mitigar el cambio climático mundial, contribuir a la seguridad alimentaria y apoyar a los sectores agrícolas. Muchos gobiernos enarbolaron estos objetivos para justificar la aplicación de políticas que promovieran la producción y la utilización de biocombustibles líquidos derivados de productos agrícolas. Los biocombustibles se piensan como una fuente alternativa de energía que no presione cambios radicales en las actuales tecnologías y políticas de transporte.

Las políticas de biocombustibles tienen importantes efectos en la producción y rentas agrícolas, los precios de los productos básicos y la disponibilidad de alimentos, los rendimientos de la tierra y otros recursos, el empleo rural y los mercados energéticos. Sin embargo, el porcentaje representado por los biocombustibles líquidos en relación con el suministro total de combustibles permanecerá limitado.

Dado que los mercados energéticos tienen un mayor tamaño que los agrícolas, los precios de la energía tenderán a impulsar los precios de los biocombustibles y sus materias primas agrícolas. Dado que las materias primas de los biocombustibles compiten por los recursos productivos con otros cultivos agrícolas, los precios de la energía tenderán a influir en los precios de todos los productos agrícolas que dependen de la misma base de recursos independientemente de que los cultivos para la producción de biocombustibles sean alimentarios o no. Así, los mercados energéticos en ocasiones han aumentado los precios de los alimentos rápidamente, provocando graves preocupaciones sobre la seguridad alimentaria de las personas más vulnerables del mundo. El vertiginoso incremento de la demanda de materias primas para la producción de biocombustibles ha contribuido indudablemente al aumento de los precios de los alimentos, lo que representa una amenaza seria para la seguridad alimentaria de las personas pobres.

Una de las principales motivaciones que subyacen al apoyo a los biocombustibles son las consecuencias de los biocombustibles para las emisiones de gases de efecto invernadero, los cuales difieren mucho según la materia prima, el lugar, la práctica y la tecnología agrícola y de conversión, llegando en muchos casos a haber un efecto neto desfavorable. Muy seguramente los biocombustibles líquidos no sustituyan sino una muy pequeña parte de los suministros de energía a nivel mundial y por ende, no podrán por sí solos sustituir nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Esto se debe principalmente a que se necesita demasiada tierra para producir la materia prima.

Las políticas que se están aplicando son costosas; en una gran cantidad de países la producción de biocombustibles líquidos no es económicamente viable sin la ayuda de subsidios, debido a las tecnologías agrícolas existentes y de producción de biocombustibles, así como los precios relativos de materias primas de productos

Page 9: Biodiesel

agrícolas y el petróleo Inclusive teniendo en cuenta el alza de los precios del petróleo, solo el etanol producido en Brasil a partir de la caña de azúcar parece capaz de competir sin la ayuda de subsidios con los combustibles fósiles.

No obstante, los subsidios para un sector que a largo plazo no alcance la viabilidad económica no es sostenible y pueden implicar costos cuyas consecuencias no son deseadas. Estos incluyen los costos presupuestales directos, a cargo de los contribuyentes, y costos de mercado, a cargo de los consumidores, e implican aumento de precios de productos agrícolas y alimenticios.

Los biocombustibles son solamente una de las alternativas existentes para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo son muchos los costos que debemos pagar por su desarrollo y producción. Si los objetivos reales de las políticas bioenergéticas son los de encontrar rutas alternativas de provisión energética para dejar la dependencia de los combustibles fósiles y al mismo tiempo, mitigar el cambió climático, se deben entonces replantear las prioridades y dar mayor importancia a la sostenibilidad económica y al empleo de fuentes energéticas más prometedoras a largo plazo.

Page 10: Biodiesel

Bibliografía

IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura). Preguntas y respuestas más frecuentes sobre biocombustibles. San José, Costa Rica. 2007.

Álvarez, C. 2009. Biocombustibles: desarrollo histórico- tecnológico, mercados actuales y comercio internacional. Economía Informa. 359:63-89

Higuera, O. Tristancho, J. Florez, L. Biocombustibles y su aplicación en Colombia. Scientia et Technica. No34, 2007. ISSN 0122 1701.

Nogueira H. Perspectivas de un Programa de Biocombustibles en América Central. Informe preparado para la Unidad de Energía, CEPAL. 2003.

PNUMA. Evaluación de los biocombustibles. Hacia la producción y el uso sustentable de los recursos. 2009. ISBN 978 92 807 30584

FAO. El estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación. Biocombustibles: perspectivas, riesgos y oportunidades. 2008

FAO. El estado mundial de la agricultura y la alimentación. ¿Permite la ayuda alimentaria conseguir la seguridad alimentaria. 2006. Roma

AIE. 2007. World Energy Outlook 2007. París. Fargione, J., Hill, J., Tilman,D., Polasky, S. y Hawthorne, P. Land clearing and

the biofuel carbon debt. Sciencexpress. 2008.