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ití.

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Índice

Presentación.........................................................................................................................5

Compartimos

PreparandoelAñodelapasióninteriorylavidaespiritual.Hno.AlbertoGarcíaArteaga......9

“Laaventuralasaliana”.Hno.JavierAbad............................................................................13

Estuvisteysiguesaquí…¿tandistintamente?Hno.CarmeloBueno......................................16

Cuatrolibrosquemerecenlapena.Hno.EstebandeVega..................................................18

Cosasqueimportandeverdad.Hno.JesúsGil.....................................................................20

CIL2016.Hermanosdemedianaedad.Hno.JavierAbad.....................................................22

"VivaJesúsennuestroscorazones"Hno.GuillermoMoreno................................................24

Uneducadordebesaberysaberenseñar.Hno.JesúsGil.....................................................26

“Deconstruir”parareconstruir.Hno.JoséAntonioRevuelta................................................28

HistoriasdemimesadeOenegé.GuentherBoelhoff...........................................................30

Aterrizaje.Hno.AntonioLópez............................................................................................32

ApropósitodelaPastoral.Hno.JoséCarlosGarcíaMoreno.................................................34

Unsueñodereforma.Hno.JorgeA.Sierra...........................................................................36

Lageotermiaylacomunidad.Aplicacionesprácticas.GuentherBoelhoff.............................39

Veranoymásverano.Hno.JesúsGil...................................................................................40

Seglares.Hno.JoséAntonioRevuelta...................................................................................41

LaentrañademiGijóndelalma(I).Hno.PablodeBlas.......................................................42

Unbesoyunaflor.Hno.PedroRío.......................................................................................47

Chusqueríasbujedanas.Hno.LuisVarela............................................................................49

Rincóndeespañol.Hno.JesúsSagredo................................................................................52

Derelasalliana.Hno.MarianoValdizán..............................................................................53

Vivimosjuntos

CrónicadelaResidenciaLaSalledeValladolid.Hno.PedroMéndez....................................59

DesdeAstorga.Hno.FaustinoFernández.............................................................................61

AquíBujedo.Hno.FranciscoTudanca..................................................................................63

Experienciasdiversas–LaSalle-Burgos.Hno.JesúsGil.........................................................65

BrevereseñadeunañolasalianoenCantabria.Hno.JoséCarlosGarcíaMoreno.................68

horizonte 4

CrónicadelacomunidaddeFerrol.Hno.PabloCastrillo.......................................................70

CrónicadelacomunidaddeGijón.Hno.LuisdelosRíos.......................................................72

ComunidaddePastoralydeFormación,enValladolid.Hno.TomásGonzález......................73

CrónicadelanuevacomunidaddeLaFelgueraode“LasCuencas”.

Hno.ManuelGutiérrez...................................................................................................75

ComunidaddeN.ªS.ªdeLourdes.Hno.JoséAntolínez.........................................................78

ComunidaddePalencia.Hno.JoséAntonioRevuelta............................................................82

LaSalle-Managua,25añosdecorazón.Comisióndelos25años..........................................84

LaSalle-Managua…25años…decorazón.Hno.TirsoVerdugo.............................................85

CrónicadelacomunidaddeSantander.Hno.JoséCarlosGarcíaMoreno.............................87

ComunidadPastoraldeGalicia.Hno.GermánBolado...........................................................89

DesdeTami(Togo).Hno.VicenteBartolomé.........................................................................90

Nosesperan

Hno.MelchorPeiroténCovaleda.Hno.AndrésCorcuera......................................................95

Hno.AgustínMartínezBlanco.Hno.AndrésCorcuera...........................................................98

Hno.MiguelRamosFernández.Hno.AndrésCorcuera.......................................................100

horizonte

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ueno, pues ya tenemos aquí otro número de Horizonte, listo para ser devorado. Y, como todos, lleno de cosas

interesantes: reflexiones, experiencias, recuerdos, vivencias, anécdotas, reco-mendaciones, proyectos, fotos… y todo lo que da de sí la creatividad y la vida de un buen grupo de Hermanos… y un Asociado (y que no falte).

La verdad es que no hay ninguna línea argumental ni ningún tema co-mún. La sugerencia de temas sobre los que escribir fue muy amplia y ambi-gua, y –como viene siendo habitual– apenas tenida en cuenta. Eso no es malo, ni mucho menos: supone que cada uno ha escrito sobre lo que “le pedía el cuerpo”, expresándose con total libertad, no solo de tema, sino de enfoque y de expresión.

Quiere esto decir que, como se apunta en muchas revistas (y es obvio), cada autor es el único responsable de lo que expone y de cómo lo expone (incluso de sus tacos…). Aquí no se ejerce ningún tipo de censura o limita-ción, sin que importe si el coordinador de la revista está más o menos de acuerdo con lo publicado. Cada palo aguanta su vela.

Una vez más hay también una rica sección de la vida de las comunidades, con comunicaciones mal llamadas “crónicas” en algún caso, porque son mucho más que eso. No son un frío relato de lo sucedido, sino una comu-nicación cálida y fraterna de hechos vividos con intensidad. Actos que

pueden parecer tan nimios y comunes como celebrar un cumpleaños o juntar-se en un día de retiro, son en realidad “significativos”: expresan una realidad más profunda, que es la que les da origen y sentido.

Están presentes un buen puñado de comunidades, pero falta otro buen grupo (incluidas las de Asociados, aquí sin representación). Una vez que pre-gunté a un Hermano por qué no escri-bía algo sobre su comunidad, me dijo: ¡Es que aquí nunca pasa nada! En varios casos ha bastado que un Her-mano cambiase de comunidad para que donde antes “no pasaba nada”, encuen-tre mucho que contar… y otras en que, al marcharse el cronista habitual, ya nadie ve nada digno de contarse…

Y terminamos con la sección habi-tual de evocación a nuestros difuntos. En este caso, tres vidas muy diversas, dos de ellas con etapas en varios Dis-tritos. Vale la pena conservar y releer las homilías de sus funerales, como recuerdo y homenaje a su memoria.

Aquí lo tienes. Pasa página y co-mienza a leer.

B

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plataformas.

Atodocolor.

REVISTA DEL

SECTOR VALLADOLID N Ú M ER O

Año 20 16

Presentación

© Hermanos de las Escuelas

Cristianas

Distrito ARLEP –

Sector Valladolid

Edición: Secretaría sectorial.

Maquetación: Hno. Jorge Sierra.

Depósito legal: VA55-2011

Imprime: Reprografía Mata —

Valladolid

N.º 12— Agosto 2016

Compartimos

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Preparando el Año de la pasión interior y vida espiritual

Hno. Alberto García Arteaga

omo sabéis, en una de las propuestas aprobadas en el II Capítulo de Distrito, nos proponíamos dedicar el curso 2016-2017 a intensificar nues-

tra vida de oración y a profundizar en nuestro Espíritu de fe y celo. El Hno. Jesús Miguel, como Visitador, quedó encargado de nombrar un equipo para preparar ese año denominado “Año de la Pasión Interior y Vida Espiritual” y de convocar al Distrito para vi-virlo en diversos foros.

Cuando me llamó el Hno. Jesús Miguel para que formara parte de ese equipo, le puse mis reparos por-que nunca me he sentido ideólogo o creador de orien-taciones; siempre me he sentido realizador de lo que

otros piensan y me convence, siempre me ha gustado arrimar el hombro y poner en práctica proyectos que otros ha pergeñado. Con todo, le dije que estaba dis-ponible y, con más razón, siendo, además, el único Hermano de nuestro sector que había estado en el Grupo 3 del Capítulo y que había participado, como una gracia especial, en el CIL sobre la nueva Regla.

La experiencia ha valido la pena y me ha servido de formación permanente. El Grupo estuvo consti-tuido por los Hermanos Pepe Sarasa, como presi-dente, Javier López Guerra, como secretario, Juan González Cabrerizo (Visitador auxiliar de Andalu-cía), Josep Martí, Luis Rubio, Arsenio Turiégano, Isa-bel Soler y un servidor. Hemos tenido varias reunio-nes a lo largo del año hasta entregar el resultado al Consejo de Distrito de mayo. Nos ha encantado aco-ger al Hno. Luis Álvarez Llano, de la comunidad Pas-toral de Madrid, y hemos contado con la supervisión del Hno. Jesús Miguel en todo momento.

* * *

No hemos de olvidar que esta propuesta 3.2 de nuestro Capítulo distrital responde a la llamada que nos hizo el 45.º Capítulo General en su propuesta 2, y que nos dice: «Que el período intercapitular se con-ciba como un tiempo de profunda revitalización, que se apoye en la memoria viva de los orígenes del Ins-tituto a la luz del Evangelio, y que ayude en la relec-tura creyente que renueva nuestra vida y nuestra misión como respuesta evangélica creíble en la Igle-sia y en el mundo del siglo XXI».

Las convicciones que habíamos enunciado en el Capítulo de Distrito nos señalaban el alcance de la propuesta y cómo responder a ella: «Hoy, nuestro mundo precisa de testigos visibles y creíbles, que anuncien la Buena Nueva del Reino de Dios y sean

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buscadores del Dios del Reino; la dimensión orante del Hermano; el peligro del activismo; una comuni-dad que acompañe y sostenga; una "espiritualidad unificadora", y el valor del acompañamiento».

También nos proponíamos tres claves para ahon-dar y renovar nuestra pasión interior y vida espiritual: La primera, fomentar la experiencia de Dios, vivida y entendida desde la comunidad, como apertura a la presencia y a la voluntad de Dios; la segunda, abrir-nos y potenciar una espiritualidad encarnada, unifi-cada (realismo místico), que favorezca una lectura creyente de la realidad, y la tercera, la necesidad de líderes espirituales que acompañen procesos e itine-rarios de vida.

Las pistas que el Grupo 3 del Capítulo distrital presentó y se aprobaron en la asamblea capitular son las que debemos aprovechar para que esas claves pue-dan desarrollarse de manera eficiente

El trabajo nos vino marcado por el esquema que teníamos de otros años. En concreto, deberíamos es-coger un lema para el año, un icono que nos sirva de recuerdo, las pistas para diseñar nuestros proyectos personales y de comunidad, el material de formación, los retiros anuales o mensuales, la formación de los directores de comunidad, los esquemas para las reuniones comunitarias, etc.

A) Se nos recordó que teníamos ya un lema: “Mira más allá” propuesto para la Comunidad Edu-cativa La Salle para este nuevo curso 2016-2017, en el que trabajaremos el valor de la trascendencia, de-finida como la apertura hacia la profundidad y ampli-tud de lo real que se abre ante nosotros. Educar para

la trascendencia es educar una mirada distinta capaz de descubrir una dimensión diferente de la realidad. Descubrimos que hay sintonía con la propuesta co-munitaria: “No apagues el Espíritu”, tomada del consejo que san Pablo dirige a los cristianos de la co-munidad de Tesalónica: “No apaguéis el Espíritu”, tratando de personalizarlo. Nos invitamos a dejarnos guiar por el Espíritu Santo, pues estamos convenci-dos, como dice la Declaración, de que “renovarse es-piritualmente es, en primer término, convencerse de nuevo de que solo el Espíritu Santo puede rejuvenecer a los hombres y sus instituciones: no hay renovación posible que no empiece por mejorar la oración verda-dera, y que no implique un esfuerzo renovado en favor de la meditación y contemplación” (3,2).

El Espíritu Santo es nuestro guía, el que nos acom-paña revelando el sentido de nuestra historia comuni-taria con sus aciertos y sus crisis. Es el que nos toca el corazón y nos ayuda a salir de nuestra zona de con-fort para reorientarnos hacia una entrega generosa en los campos de la misión y la comunidad. El Papa Francisco nos lo ha dicho con firmeza y pasión pas-toral en la Evangelii Gaudium: “No hay más libertad que la de dejarse guiar por el Espíritu Santo, renun-ciando a calcular y controlar todo y permitir que él nos ilumine, nos guíe, nos oriente, nos impulse para donde Él quiera. Él sabe lo que es necesario en todas las épocas y en todos los momentos. ¡Esto significa ser misteriosamente fecundos!” (nº 280).

El lema quedaría así: “Mira + allá, no apagues el Espíritu”.

B) En cuanto al “icono”, propusimos el de Vau-girard. Vivimos un tiempo nuevo que requiere de no-sotros respuestas nuevas, con la mirada puesta en el futuro… Creemos que en todo proceso de convergen-cia, de reestructuración, de nueva “ubicación”, en to-dos los sentidos, lo importante no es tanto el cambio de estructuras, cuanto el cambio de corazones. Y este sí es el cambio importante, relevante y significativo. Para ello, nos puede ayudar e inspirar el releer nuestro momento vital desde el icono (la experiencia) de Vau-girard: Experiencia profundamente religiosa que llevó a La Salle y a los primeros Hermanos a redes-cubrir y consolidar el compromiso incondicional y ra-dical de llevar a cabo la obra de Dios en un momento de crisis y dificultad. Y, así, Vaugirard tiene que ser para nosotros ICONO de:

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• Comunidad de espiritualidad (del Espíritu): Para descubrir, avivar y revitalizar nuestra experien-cia mística, nuestra confianza en el Dios que nos llama y nos convoca.

• Comunidad de encuentro y comunión: Para re-forzar la comunidad como espacio de encuentro y de expresión de la fraternidad, signo vocacional y de la misión evangelizadora.

• Comunidad para la Misión: Abierta a la escucha de los nuevos retos y clamores de nuestro mundo.

Hacer memoria de los orígenes y repasar el itine-rario del santo Fundador y los primeros Hermanos nos ayuda a descubrir lo esencial y auténtico, la luz al final del túnel, la primavera-futuro de nuestro Dis-trito.

Para recordarnos este “icono”, a cada comunidad se entregará una casita de barro de ambiente rural confeccionada por Alfonso, el artesano de Artifex, con el letrero en la puerta: Vaugirard. Tiene en la parte posterior una puerta para introducir en su inte-rior una velita o algunos granos de incienso que nos recuerden el calor del hogar y aquella experiencia de descanso y renovación de los tiempos del Fundador.

C) Para las Reuniones Comunitarias, creemos que el análisis y estudio comunitario sobre la nueva Regla encaja de lleno en el espíritu de este “Año de Pasión Interior y Vida Espiritual” y, al mismo tiempo, responde a la invitación que el Hermano Su-perior nos hace en la presentación de la propia regla: “Que esta Regla, resultado de nuestro discernimiento colectivo, sea un símbolo de la determinación de vivir con alegría nuestra vocación lasaliana con amor, que fortalezca la dimensión contemplativa de nuestra vida con pasión por Dios y por la humanidad y que ayude a valorar, aún más, el don de nuestra vida fraterna en comunidad”. Por eso, proponemos que en este pró-ximo curso, se dedique una reunión comunitaria al

mes para analizarla y estudiarla, capítulo a capítulo, dejando para el final los tres capítulos dedicados al Gobierno (capítulos 7, 8 y 9). De la programación y elaboración de los guiones para dichas reuniones se encargará el Grupo de preparación de materiales, re-curriendo a Hermanos que hemos participado en el “CIL sobre la Regla” de noviembre de 2014.

También podríamos aprovechar el libro que acaba de publicar el Hno. Antonio Botana para comentar al-gún capítulo en otras reuniones comunitarias, ya que, con toda seguridad, el Hno. Antonio publicará tam-bién algún guión que nos oriente en la asimilación y profundización de sus ideas. El libro se titula: Camino de oración guiados por S. Juan Bautista de la Salle y nosotros lo vamos a proponer, sobre todo, para un día de retiro mensual al trimestre.

D) Recibiremos en las comunidades materiales apropiados para tres retiros de fin de mes, que pueden coincidir con los tiempos litúrgicos del Adviento, la Cuaresma y Pascua-Pentecostés. La temática que se propone, como he indicado antes, se tomará del libro del Hno. Antonio Botana: Camino de oración guia-dos por san Juan Bautista de La Salle, y recibiremos guiones con las páginas que hay que leer, las cuestio-nes que nos ayuden a reflexionar y compartir, así como los subsidios necesarios para la celebración-oración comunitaria.

Como habéis podido descubrir ya, el libro del Hno. Antonio se convertirá para muchos en el libro de cabecera, pues nos viene de maravilla para este año. Es un libro que no hace falta leerlo de manera seguida; se pueden saltar los capítulos según nos in-terese en la comunidad. Y seguro que nos ayudará a dar vida a nuestra oración.

Por supuesto que hay otros libros de lectura espi-ritual que nos vendría muy bien leer o releer a lo largo del año. Por ejemplo: El amor entrañable del Padre. Guía para una lectura comunitaria del Evangelio de Juan, Ed. EVD; Radiografía del silencio, Ed. Torre-mozas; La aventura apasionante de orar, del Hno. Emilio Mazariegos, etc.

E) Este curso nos corresponde realizar retiros distritales. Tendrán un tema común: “Año de la Pa-sión Interior y Vida Espiritual”. Tres de ellos serán en silencio y uno de esos tres será personalizado. El significado de retiro en silencio: El animador motiva el día, y el silencio se mantiene durante todo el día, incluido el desayuno, comida y cena. Y el significado de retiro personalizado: retiro en silencio, en el que,

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además, cada participante tiene entrevistas personales con el animador. Nos hacemos eco de la tendencia a “renovar el estilo del retiro anual, optando por unos ejercicios espirituales más contemplativos…, organi-zar encuentros para educar en el silencio y experi-mentarlo…”, que aparece en la ponencia 3 del II Ca-pítulo de Distrito.

F) Respondiendo a otra llamada del II Capítulo de Distrito, que en su ponencia tercera nos habla de la importancia de los “liderazgos espirituales”, hemos propuesto para el próximo año dos encuentros for-mativos para Directores/as de comunidad. Se trata de insistir en la formación para el acompañamiento y la animación comunitaria.

• El primero, para los días 23-25 de septiembre de 2016, que tenga como objetivo prioritario la forma-ción en torno al tema del liderazgo de la comunidad y del director en el acompañamiento de las personas. Lo animará Luis Alberto Gonzalo (Director de la Revista Vida Religiosa) y su equipo.

• El segundo, para el mes de julio de 2017, y entre sus objetivos se puede plantear la organización del curso y la elaboración de los proyectos comunitarios desde la base de la programación distrital. (Se sugie-ren los nombres de los Hermanos: Jorge Gallardo, Ál-varo Rodríguez Echeverría, Rafa Matas…como ani-madores).

G) Como tenemos un Blog de espiritualidad podemos aprovechar para publicar, cada trimestre, vi-vencias de Hermanos, asociados y seglares que escri-ban una página sobre su experiencia de Dios (pasión interior, vida espiritual…). Serían seis experiencias cada trimestre, una de cada Sector.

También en la página web distrital irán apare-ciendo, uno por mes, “Clips vocacionales o de fe”. Es decir, expresiones, en forma de “chasquido”, de experiencias y vivencias vocacionales o de fe que se presentarán en formato video. Los Hermanos más jó-venes (Arsenio Turiégano y Javier López Guerra) se responsabilizaron de llevar a cabo esta sugerencia tan interesante.

H) Como nos interesa cuidar de manera especial la presentación y motivación de este “Año de la Pa-sión Interior y Vida Espiritual”, hemos propuesto realizar un vídeo, de cinco minutos, que nos muestre: cuál es el objetivo de este Año, qué se pretende, cómo queremos vivirlo, y en el que aparezca la persona del Hermano Visitador convocándonos a su celebración. Su contenido (el lema del año y el icono, presentación de las diversas actividades o sugerencias que se pro-ponen, algunas cuestiones que nos interpelen...) po-dría dar pie a una reunión comunitaria o de grupo al comienzo del curso. Los destinatarios preferentes se-rían los Hermanos y las comunidades lasalianas.

* * *

Como veis no nos ha faltado ilusión y esfuerzo para preparar este nuevo curso. En las sucesivas reuniones que hemos ido teniendo han surgido mu-chas más ideas. Algunas fueron desechadas, otras se quedaron en el tintero y seguro que nos sorprenderán a lo largo del curso. Las que han salido adelante bien maduritas seguro que dan su fruto. ¡De todos de-pende! b

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“La aventura lasaliana” Hno. Javier Abad

ste es el título que finalmente ha recibido un proyecto de investigación que surgió a partir de la propuesta que se me hizo, desde el servi-

cio de Comunicación de la Casa Generalicia (en la per-sona del Hno. Jesús Martín), a finales de enero, cuando llevaba unos pocos días en Roma, participando en el CIL. Bueno, más bien fue a través de un correo elec-trónico… pero fue algo así:

– “Oye, Javier. A ti que te gustan estas cosas… ¿por qué no nos ayudas a hacer para la página web una línea del tiempo del Instituto que tuviera la vida de SJBDLS (momentos más significativos), los Supe-riores y Capítulos Generales y otros acontecimien-tos…? Técnicamente ya sé cómo hacerlo. El contenido ya es otra historia…”.

Y terminaba Jesús:

– “No te quiero meter en líos, pero tu ayuda para esto me vendría muy bien...”.

Desde luego, hay que reconocer la clarividencia y oportunidad de Jesús al idear y proponer esta inicia-tiva; en lo que no acertó tanto fue en la segunda parte de su mensaje, en eso de “no quiero meterte en líos”, puesto que ambos sabíamos que no iba a ser así… Más bien comencé a responder a la petición, y poco a poco una cosa nos fue llevando a la otra, hasta que la “time-line” –como dicen en inglés– fue cobrando su morfo-logía actual.

En definitiva, se trata de una “línea del tiempo” que recoge los principales acontecimientos de la vida de nuestro Fundador y de la historia del Instituto. Gracias al sencillo programa web con el que está hecha, se pue-den recorrer todos ellos de manera cronológica, o bien buscar momentos concretos, recorriendo con el ratón por la parte inferior de la pantalla. Se puede acceder a ella directamente desde la web del Instituto o desde la del Distrito Arlep o directaemnte en el enlace http://goo.gl/9Qv0IN.

Y de esta forma, lo que comenzó siendo una pe-queña reseña de algunas fechas señaladas de nuestra historia se ha convertido en una herramienta que espe-remos sea útil para el conocimiento de todos aquellos que deseen acercarse a la vida de Juan Bautista de La Salle y al devenir histórico del Instituto.

El primer paso fue recoger los datos concernientes al Fundador. Y eso lo hicimos partiendo del calendario lasaliano que hay en la web lasalle.org y de otros mo-mentos recogidos en el librito “Juan Bautista de La Salle, asociado para educar” del H. Carlos Cantala-piedra. Por suerte, la mayoría de esas fechas son bas-tante exactas y estaban contrastadas; en otras ocasio-nes hubo que confrontar los datos con la biografía científica del Fundador, principalmente la obra en cas-tellano del Hno. Saturnino; y en algún momento, la “Cronología lasaliana” del Hno. José M.ª Valladolid.

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Compartimos Después pasamos a incorporar las fechas del Insti-

tuto. Lo más normal era añadir todos los Capítulos Ge-nerales –con su fecha de inicio y de finalización– y los Superiores Generales –con el día exacto de su nombra-miento y del término de su mandato–. Para ello acudi-mos a la historia de los “Capítulos Generales del Ins-tituto”, publicada en la Casa Madre en 1904, aunque para encontrar las fechas de las asambleas del s. XX tuvimos que indagar en otras varias obras, y –sobre todo– al “Boletín del Instituto”. Una vez hecho eso vi-mos la conveniencia de añadir los lugares en que se celebraron y los nombres civiles de cada uno de los Superiores, para completar la información. Aquí nos resultó útil la biografía “La Salle, un santo y su obra”, también del Hno. José M.ª Valladolid.

Al tiempo, vimos también que debíamos añadir las fechas relativas a los Hermanos santos y beatos (naci-miento, muerte, fechas de glorificación…), y las de aquellos que tienen abierta la causa de beatificación (siempre que hayan sido ya declarados venerables). En los casos de los grupos de mártires, para no ser dema-siado prolijos, se prescindió de las fechas de naci-miento de cada Hermano, pues eran muchas…

Otra serie de datos que fueron complicados de en-contrar fueron las fechas exactas de los distintos con-gresos y asambleas internacionales del Instituto y de Asociaciones, como las de antiguos alumnos, que co-menzaron a organizarse en la segunda mitad del s. XX. Y junto a ellos, sus carteles anunciadores o sus logoti-pos… que pudimos hallar rebuscando en revistas como “Después” o “Intercom”, que se encuentran en el archivo de la Casa General.

Mientras se iban configurando todos estos datos, nos percatamos de que en la línea del tiempo había un desequilibrio entre las distintas etapas de la historia del Instituto: salvando las fechas relativas al periodo fun-dacional y las de los Capítulos y mandatos de los Su-periores, la mayoría de los acontecimientos pertene-cían al s. XX. Así que esto me llevó a subsanar una laguna que tenía pendiente desde hace tiempo, como era leer la historia de nuestra Congregación. De modo que comencé a leer los cinco tomos de Historia del Instituto del Hno. Henri Bédel para sonsacar otros acontecimientos –sin ser demasiado exhaustivos– que merecieran la pena ser reseñados; sobre todo en los pe-ríodos de crisis debidos a factores externos, como la Revolución francesa o la Ley Combes de 1904. Esta tarea todavía no se ha terminado…

Casi ya al final de nuestra tarea se añadieron las lo-calizaciones de todas las Casas Madre del Instituto a lo largo del tiempo, y otras fechas curiosas o signifi-cativas, como los “años especiales” que se han organi-zado a sugerencia de los Capítulos, o las cartas escritas por los últimos papas al conjunto de los Hermanos, o la visita de la madre Teresa de Calcuta a una de las sesiones del CIL…

Para dar más rigor al proyecto, lo hemos contras-tado con algunos Hermanos participantes en el CIL, con algunos amantes de lo lasaliano de otros Distritos y con algunos Hermanos de la Casa Generalicia, espe-cialmente el Hno. Diego Muñoz, del servicio de Inves-tigación y Recursos lasalianos… Gracias a ellos se han perfilado detalles, se han ajustado fechas y expresio-nes, e –incluso– se han discutido acontecimientos que no estaban claros del todo… El mejor ejemplo de todo ello, sin ir más lejos, fue determinar la fecha de funda-ción de nuestro Instituto, ante la que no se ponen de acuerdo ni siquiera los principales biógrafos de san Juan Bautista de La Salle…

Para ello se hizo necesario, además, fijar por escrito los criterios utilizados en la elaboración de la línea, sa-biendo también que es una tarea inacabada en la que pueden tener cabida muchos otros datos… Entre otros, se decidió que apareciesen solamente acontecimientos del Instituto en general, a nivel global, y no los perte-necientes a Distritos o Regiones en concreto.; que to-dos ellos fuesen verificables y definidos, pues es arriesgado poner interpretaciones que no tienen funda-mento en un hecho o fecha determinada; y tener una visión de conjunto que nos permita diferenciar lo his-tórico de lo anecdótico, pues cuando se analizan los

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hechos más recientes se corre el riesgo de pensar que tienen la misma relevancia que otros que sí lo son…

Es cierto que hay muchos otros datos que, por esas razones y para no hacer una línea excesivamente larga, se van a quedar fuera del proyecto (fechas de la llegada del Instituto a las diversas naciones, creación y desa-parición de los Distritos, fundación de establecimien-tos e instituciones educativas o pastorales…) y que, quizás, puedan ser materia de otra iniciativa más ade-lante… Ahí queda la idea para alguien que se anime…

Finalmente, y de cara a su elaboración final, afron-tamos la búsqueda de ilustraciones que fueran signifi-cativas en la vida lasaliana, ya fueran cuadros, fotogra-fías, dibujos, vidrieras o logotipos. En esta tarea hay que agradecer muy sinceramente la colaboración de Fabio Parente, del Servicio de Comunicación de la Casa Generalicia, que ha ido recopilando una nume-rosa iconografía sobre el Fundador. Allí donde se pudo, se añadieron fotos reales de lugares y personas; en otros casos fueron los cuadros de cada uno de los Superiores Generales o de la colección sobre Juan Bautista de La Salle elaborada por Gagliardi con mo-tivo de su canonización (editados en su gran mayoría

en la “Iconografía lasaliana” del H. Emile Rousset); se han recuperado también muchas ilustraciones apa-recidas en los “Boletines” de principios del s. XX, así como posters, carteles y logotipos de numerosos en-cuentros, congresos y asambleas; y se ha procurado añadir otras imágenes del Fundador que fueran menos habituales, para darlas a conocer. También ha habido ocasiones –las menos– en las que no ha sido posible encontrar ninguna imagen que pudiera ser significa-tiva, por lo que la efeméride se ha dejado vacía.

En definitiva, hemos procurado elaborar un instru-mento –de divulgación más que de investigación– se-rio y riguroso, sobre nuestra historia “familiar”, que permita conocer mejor a san Juan Bautista de La Salle y la obra por él creada a quienes pretendan acercarse al mundo lasaliano. Para ello se están terminando en estos días las traducciones a los otros idiomas oficiales del Instituto, y pronto aparecerán los enlaces en la web lasalle.org, con la posibilidad también de enlazarla desde otras webs que deseen incluirla en su menú. Que disfrutéis con ella.

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Estuviste y sigues aquí… ¿tan distintamente?

Hno. Carmelo Bueno

a vida se llena del día a día mientras procesa en su memoria, no se sabe cómo, cuanto su-cede por aquí y un poco más allá. Y todo ocu-

rre en esta vida y a su ritmo. Solo cuando uno se de-tiene y se sienta y se calla, aunque la vida pase, acepta que hay hechos y gentes que se quedan con uno. En-tonces es cuando la ausencia se hace presente en toda su alargada profundidad.

Las líneas de estas páginas quieren ser esto que acabo de insinuar. Expresan el esfuerzo de sentarse con el atrevimiento de contemplar las raíces de un hombre que ya solo va a crecer en hondura y en silen-cio. Alguien tendrá que escribir un libro o un puñado de páginas, quién lo sabe, a modo de una biografía siempre disculpablemente mentirosa por no llegar a todo o por pasarse más allá de una línea tolerable.

Estoy hablando de Alejandro o con él. Ya no lo acierto a distinguir. Sí, Alejandro Pérez Urroz, el na-varro que anduvo desde muy joven por tierras de Ca-taluña para enrolarse pronto en estudios y trabajos por la capital de este inabarcable país al que recorrió de norte a sur y de este a oeste, Portugal incluido. Y, cu-riosidades de esta vida, fue a ponerle el punto final de sus días en el corazón de una isla del Mediterráneo mar de todos, Palma de Mallorca.

Por si a alguien le sirve de algo, ahora o más ade-lante, dejo escrito esto que pertenece a mi cosecha al-macenada ya en la troje de mis recuerdos.

El día tres de mayo celebraba su cumpleaños y es-tas eran las palabras que le escribí entonces y él leyó despacio: “Felicidades. Muy buenas tardes, Alejan-dro. Tendría que haberte escrito por la mañana, pero estuve de oficinas en Burgos. Sigo aún de papeles. No es molesto, pero es lento. Ya se ve el final. Y regresaré a Madrid. Cuando todo esté acabado. Mi hermana se quedará con el piso. No he querido quedarme con él, porque tendría que andar cuidándolo y al fin debería venderlo porque ni yo ni nadie de los de La Salle es-taría interesado en tenerlo. Así que mejor se queda ella con él y a mí me deja una parte semejante de la herencia, que sin ser nada del otro mundo, compensa el valor del piso. En unos días queda ya firmada la herencia en el notario y comienza mi cuenta atrás para dejar esta ciudad.

Espero que te sigan llegando los comentarios. Es-pero que sigas estando de retiro en retiro y de miérco-les en miércoles en Alborada. Creo que todo lo llevas bien y dejas impresiones buenas en la gente. Me pa-rece bien. Yo no deseo dejar de escribir esos comen-tarios y haga lo que haga, lo seguiré completando. Quiero poner cada Evangelio en 52 apartados para que se pudiera leer cada Evangelio en las semanas de un año completo. Ya ves que con Juan lo estoy ha-ciendo. Así lo haré año a año. Ah, y no me preocupa nada que nadie lo publique. Con que lo lean quienes lo quieran leer me basta y sobra.

Bueno, que este correo era para felicitarte en este día del santo, que sé que sí te hace mucha ilusión. Di-gas lo que digas. Santo y cumpleaños. Y, entre tanto Alejandro del santoral, escogiste el que quisiste. Feli-cidades.

Creo que hoy o ayer despedíais a Olegario Peña. A mí me ha llegado hoy la noticia. Ese sí era una per-sona que se vestía de arriba abajo. Buena gente. Ca-bal... Si lo hubiera sabido con tiempo me hubiera he-cho el viaje de Burgos a Griñón sólo por estar ahí cerca de su despedida.

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CompartimosNo te quito más tiempo de tu tesoro del tiempo. Un

abrazo”.

Lo diré, aunque podría callármelo. Este último Alejandro, ¿se olvidó de él mismo y dejó en mal lugar mis pensamientos que no contaban con una respuesta y que esta fuera tan inmediata? Al día siguiente, el cua-tro de mayo, antes de tomar el avión para su viaje a Palma, me dejó este texto en la pantalla de mi ordena-dor y de mis retinas para siempre. Nunca lo investi-garé, pero es posible que este fuera uno de los últimos escritos que teclearon las yemas de sus dedos. Y me decía él:

“Apreciado amigo Carmelo: Te contesto contento de que hayas arreglado las cosas. Paz y tranquilidad. La enfermería de Griñón está en plena ebullición. Te-nemos al Hermano Luis Mediavilla en puertas de de-jarnos. Es totalmente consciente de su grave enferme-dad. Estos casi dos años de contactos y convivencia con los Hermanos mayores dan para mucha reflexión y mucha acción de gracias. En cuanto a tu trabajo, ánimo.

Te escribo antes de salir para Palma de Mallorca. Tengo un encuentro de tres o cuatro días con una pa-rroquia donde viven y trabajan los Hermanos de La Salle.

Gracias por acordarte del tres de mayo. También me han llamado Pablo Enrique y Encarnita. Gracias. Atentamente”.

Después de esos ‘tres o cuatro días’, precisión de historiador tan típica de Alejandro, recibo en la mañana del domingo 8 de mayo y en palabras de Jesús Miguel Zamora la noticia de su muerte. Lo que yo hice desde ese mismo momento, igual que lo que tú hiciste nada más saber la noticia, nos pertenece de manera tan signi-ficativa como los latidos de nuestro corazón o las deci-siones de nuestras neuronas cerebrales. Seguro que las preguntas se nos dispararon como una cascada que se desborda en el abismo. Y para tantas preguntas no era posible entonces buscar, encontrar o saber respuestas.

En medio de tanta incredulidad humana frente a los mostrencos hechos de la vida se me encendió de nuevo aquella chispa que inspiró la historia con la que anun-cié en el Diario de Burgos que la ausencia de mi madre comenzaba a estar presente de por vida. Y me dije que también la pequeña o inmensa historia de Alejandro debía anunciarla en esta ciudad en la que aún paseo,

aunque sea ya por poco tiempo estable. Lo pensé, lo decidí, lo hice, y escrito quedó ahí el once de mayo y ahora también aquí:

Permanece entre nosotros para siempre la ausen-cia de Alejandro José Pérez Urroz (Hermano de La Salle). El pasado domingo 8 de mayo Alejandro nos dejó y se fue con sus 67 años bien cumplidos y con un puñado de sueños que siempre serán sueños. Había pasado en Palma de Mallorca unos días de sembra-dor, los cuatro últimos de su vida. Sembraba palabras, entre otras cosas. Y lo hacía con el cariño de su gran corazón y la sabiduría de una cabeza bien amueblada. Sembró sus palabras de la Palabra, se calló y se dur-mió. Tenía que regresar a Madrid, pero se marchó quién sabe dónde, sin hacer otro ruido que el de la respiración que se corta.

Había nacido en Peralta (Navarra) el 26 de di-ciembre de 1948. Y era un hombre bueno. Buen amigo. Trabajador del estudio y labrador de la Escuela y de la Universidad. Y, como todos, con sus cosas. Nos dejó toda la historia de su vida sembrada ahora en los re-cuerdos de quienes le conocimos. Y este “quienes”, sabemos que es inmenso, innumerable.

Desde ahora, todos los recuerdos de Alejandro se nos irán despertando desde dentro de nosotros como se despiertan en primavera las hierbas con sus flores. Todas las hierbas, hasta las menos buenas.

En la noche y en su cama, Alejandro se dio media vuelta y nos dejó el silencio como su mejor mensaje. ¿Todo lo que tenía que decirnos ya nos lo había dicho? ¿Ya nos lo había escrito? No lo sabré nunca. Pero sí sé que nos dejará investigar con paciencia en ese silencio suyo, como se investiga en el mensaje de una parábola del capítulo trece del Evangelio de Mateo.

Se fue sin acabar el curso en su Alborada, en su “San Pío X” de Aravaca, en su tarea pastoral de Gri-ñón y en sus escritos de “historias”. Se fue el maestro sin acabar el programa y sin dejarnos su nota para nuestro expediente. ¿Se ha ido? Permanece en el su-surro de sus recuerdos y en la presencia sonora de su silencio. ¿Por qué? Porque así es la VIDA.

Acabo, me callo y me pregunto: ¿Será posible y será verdad, Alejandro, que tus recuerdos en nuestra memoria son y serán la tierra buena y fértil para las raíces profundas de tu nueva vida?

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CompartimosCuatro libros que merecen la pena

Hno. Esteban de Vega

ntre las posibilidades que el coordinador de Horizonte nos ofrecía para escribir algún ar-tículo en este número, aparecía una que con-

sistía en la presentación de algún libro que nos hubiera gustado, y me ha parecido una buena sugerencia, así que me acojo a ella para escribir una paginita o poco más. Y en lugar de un libro, ofrezco cuatro, de un modo muy breve, de temáticas y estilos diferentes. La lectura de los cuatro me ha merecido la pena y los re-comiendo con satisfacción, aunque ya se sabe que en el gusto por los libros, como en todas las cosas de la vida, hay muchas diferencias. Me limito a hacer una presentación muy sencilla de cada uno de ellos, acon-sejando su lectura. Ahí va.

1.- Educar en el asombro, Catherine L'ECUYER, Plataforma Editorial, Barcelona 2012, 184 págs.

Es un libro de pedagogía que se me ha hecho muy interesante. Sencillo, actual, de gran novedad en su planteamiento a la vez que rescata ideas y estilos que corresponden a la pedagogía de toda la vida, recupe-rando lo mejor, incluso, en una tradición lasaliana. La tesis fundamental es que el niño pequeño es como una esponja, porque todo le asombra y sus ojos están abier-tos a la vida de tal manera que todo lo quiere aprender. Pero parece que esa fiebre por el conocimiento se va perdiendo con el paso de los años, y en parte es debido a que los adultos no lo hacemos bien. De ahí que la autora dé consejos muy sabios, prácticos e insistentes para mantener el asombro en el niño, evitar la sobreesti-mulación y superar la tentación de hacer que el niño aprenda demasiado deprisa, ocupe siempre su tiempo, asista a mu-chas clases, tenga muchos juguetes, maneje desde muy temprano la infor-mática...

El fin de la edu-cación es el propio niño, no lo que pretendemos de él. Educar en el asombro "consiste en respetar su libertad

interior, contando con el niño en el proceso educa-tivo, respetar sus ritmos, fomentar el silencio, el juego libre, res-petar las etapas de la infancia, ro-dear al niño de belleza, sin satu-rar los senti-dos...".

Esto no signi-fica dejar que el niño haga lo que quiera, sino que es imprescindible ponerle límites. Pero de lo que no cabe duda es que es necesario dedi-carle mucho tiempo. Actualmente, dado que los padres están tan ocupados, se tiende a lo más fácil, y lo más fácil es transigir: que haga lo que quiera, coma lo que le gusta, vea mucho la tele, tenga cuanto desea... Todo eso contribuye precisamente a que pierda su capacidad de asombro, porque muchas veces le damos todo antes de que lo pida...

2.- El camino hacia una vida lograda, Luis GON-ZÁLEZ-CARVAJAL SANTABÁRBARA, PPC, Madrid 2015, 263 págs.

Creo que todo lo que escribe González-Carvajal merece la pena, porque es capaz, como pocos, de hacer fácil lo difícil y de hablar de múltiples temas haciendo siempre atractivo el contenido. Es el caso de este libro, que consiste en una serie de artículos que tratan de te-mas diversos, pero que, en su conjunto, señalan la di-rección de lo que podría ser una vida lograda. Es, por tanto, un libro que tiene algo de filosofía, de teología y de literatura espiritual. La obra se estructura en cua-tro grandes capítulos, y cada uno expresa una dimen-sión de la vida lograda. En el primer capítulo aparecen temas relacionados con la antropología humana y reli-giosa, abordando las cuestiones más candentes del ser

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Compartimoshumano en la búsqueda de la trascendencia: la gran-deza y miseria del ser humano, el sentido de la vida, el dolor, el humanismo creyente y no creyente, el deseo de una vida que merezca la pena... El segundo capítulo recoge artículos que se refieren a la respuesta que Dios va dando al ser humano. En él aparecen temas relacio-nados especialmente con la propuesta cristiana. Es el capítulo más "confesional", aunque con un lenguaje inclusivo: el proyecto del Reino, el seguimiento, las características de los seguidores de Jesús, la vida eterna...

En el tercer capítulo se amplía el círculo, para ob-servar al ser humano en búsqueda, como en el capítulo primero, pero una búsqueda que no siempre llega a Dios, o al menos no al Dios cristiano. En este capítulo se presentan brevemente las propuestas de distintas re-ligiones (el judaísmo, el islam, el hinduismo y el bu-dismo) y también se presenta la realidad de quienes huyen de Dios, o de quienes no encuentran, porque no quieren o porque no pueden, a Dios. Finalmente, en el cuarto capítulo se plantea la vida lograda desde otro enfoque: la realidad social. La plenitud de la vida no

se consigue sólo a nivel individual, sino que exige también el com-promiso con la justicia, la paz, la lucha por los valores humanos, la realidad política... Los temas concretos que presenta son los del ma-gisterio de la Iglesia, la participación en la vida pública, el pluralismo, la realidad económica...

3.- Humildad y expe-riencia de Dios, Anselm GRÜN, Desclée de Brouwer, Bilbao 2015, 81 págs.

De los cuatro libros que propongo, este es el libro más específicamente espiritual. En él, este prolífico autor propone la humildad como condición fundamen-tal para poder vivir la relación con Dios. Se basa cons-tantemente en textos de monjes y de padres del de-sierto que consideraban la humildad como la puerta necesaria para encontrar a Dios. Hoy, dice Grün, se habla más de la experiencia de Dios que de la humil-dad; antes, los orantes hablaban más de la humildad para poder vivir esa experiencia.

La segunda parte está dedicada a las vías para la humildad, y entre ellas habla de la necesidad de tra-bajarse a uno mismo; porque es cierto que ser hu-milde es un don, como el encuentro con el Señor; pero, a la vez, es algo que hay que traba-jar, aunque sólo podemos dar fru-tos en este sentido si estamos ligados profundamente a Dios. Y las vías concretas son el trabajo, el bien decir del otro, el silen-cio... hasta el modo de vestir. La experiencia de Dios implica la a veces dolorosa experiencia del autocono-cimiento. Así, hasta termina diciendo que la humildad es, en definitiva, la disposición de la persona a permitir que Dios la desnude para encontrarse con él en el amor.

4.- Ni el sexo ni la muerte, André COMPTE-SPON-

VILLE, Ediciones Paidós, Barcelona 2012, 363 págs.

El último libro que propongo es específicamente de filosofía; pero Compte-Sponville es de los filósofos a quien se puede leer con gran placer, porque escribe de un modo sencillo y transparente, y los temas que toca están en relación con la ética y la vida, al alcance de todos. Es un filósofo que se confiesa ateo, aunque su ateísmo está siempre abierto al diálogo con la postura creyente.

En este libro, aunque la palabra no aparece en el título, habla sobre todo del amor. Siguiendo a Kant, afirma que el amor es una virtud, no un deber ni un fruto de la voluntad. Es un sentimiento que no se puede imponer. Entonces, ¿qué sentido tiene el mandamiento "Amarás al prójimo como a ti mismo"? Para Kant, que era luterano, y casi pietista, este era un tema capital. Y a partir de este planteamiento discurren sus reflexio-nes, sumamente interesantes. A pesar de no ser cre-yente, en pocos autores he leído de forma tan prove-chosa la clarificación sobre las tres dimensiones del amor: el eros, la filia y el ágape. Y, curiosamente, po-cos ensalzan como él esta última dimensión, la del ágape, tan eminentemente cristiana.

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Cosas que importan de verdad Hno. Jesús Gil

levar la misericordia a la periferia. Una de las características de los consagrados que más relación tienen con la misericordia de Dios es

entender que el servicio desinteresado por los últimos de la sociedad es la muestra de la grandeza de Dios, la misericordia. El Papa nos recuerda que la misericordia de Dios no es un signo de debilidad, sino precisamente la cualidad que muestra su omnipotencia. También a los consagrados nos toca llevar esa grandeza de Dios a los hombres. Una de las tareas de este año es que hagamos realidad que la misericordia de Dios no es solo un concepto bonito sino, concreto y real, del amor del “Padre Bueno”. Nosotros estamos llamados a lle-var por todo el mundo esa misericordia.

No podemos olvidar que una de las grandes tareas del mundo de hoy es, precisamente, hacer real esa mi-rada de Dios hacia sus hijos, y esa mirada se prolonga. Cuando nos mira no deja de hacerlo y en esa imagen se debe ver reflejada la vida del buen cristiano, en su compromiso por la periferia.

Justicia y misericordia. No podemos olvidar la re-lación entre justicia y misericordia. La justicia es con-cebida como un abandonarse confiado a la voluntad de Dios. Desde aquí se pueden entender las palabras del Papa Francisco cuando señala que “justicia y miseri-cordia” son un solo momento que se desarrolla progre-sivamente hasta alcanzar su culmen en la plenitud del amor. El amor es la máxima suprema a la que debe con-ducir toda relación. Llegados aquí no podemos olvidar que el espíritu es el que da la vida y mueve al perdón y a la reconciliación. No podemos comparar la justicia a la misericordia; tampoco son dos cosas tan distintas. La ley humana que habla de la readmisión del que delin-que, en definitiva, no es sino la actuación de Dios hacia el pecador que le permite la posibilidad de que se exa-mine, se convierta y crea, “gracias a su misericordia”.

Un año de gracia es un año de indulgencia en el que el cristiano se libera de todo residuo del pecado que pueda quedar para habilitarnos a ejercer las obras de caridad y crecer en el amor. No olvidemos que el amor y el pecado condicionan la vida de las personas; por ello siempre es mejor cuidar esa conversión en el amor para que se insista en el mundo de las relaciones, aten-tos los unos a los otros. Se trata de dejarnos sorprender

por Dios en este “año de la misericordia”, que abramos nuestros corazones a este camino al que se nos invita a peregrinar, pero de un modo especial a acompañar a las personas de nuestro tiempo para que encuentren también ellos el rostro de Jesús. En María tenemos el mejor ejemplo de acogida, pues ella supo hacer reali-dad en su vida esa misericordia de Dios y supo hacer realidad en su vida esa misericordia de Dios pero, so-bre todo, supo llevarla a los demás desde el perdón

La disponibilidad. Este término nos evoca la li-bertad y el agradecimiento. Esta es la situación de una persona que está preparada para un fin. Cualidad de estar libre para ser usado en cualquier momento. Cuando Dios irrumpe en nuestra vida llamándonos al seguimiento, quiere hacernos participar de ese mismo espíritu. Y sabiendo que nuestro ser proviene del Pa-dre y tiende hacia él, y llegar a reconocerlo. No esperar nada a cambio, condición básica para ser libres para los demás. Ser discípulos de Jesús e ir aprendiendo con él la libertad de entregarse uno mismo estando dispo-nible para la paz, justicia, fraternidad, alegría y per-dón. Disponible para acoger la realidad tal cual es y vivirla según las bienaventuranzas.

El acompañamiento. Necesitamos acompañar y ser acompañados desde la escucha, la libertad y el diá-logo. ¡Qué gozo es encontrar algo que nos anima! Ese algo que no se queda en uno mismo sino que nos se-ñala más allá y más arriba. Y es que para el caminante la mejor flecha no es la que está grande y hermosa, en las vías principales sino la que, quizá cubierta de musgo y medio escondida, se encuentra en veredas y campos de pastizales. La flecha es punto de llegada

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Compartimosmomentánea para ser punto de partida. Esta es la cul-tura del acompañamiento y el ser acompañados. Hay que estar dispuestos a todo lo bueno que nos presenta la vida moderna. Para vivir este acompañamiento hay que creer y querer que otro esté a nuestro lado. Tenemos que leer mucho y escuchar mucho más. Hay que dejarse lle-var por alguien con experiencia; que nos diga nuestros aciertos y también nuestros errores; y para llevar a cabo todo esto necesitamos gran dosis de humildad, buen cri-terio y sobre todo mucha fraternidad.

Para tener vida, salir a la frontera. La frontera evidencia la ruptura con lo conocido y la apertura al extraño para que deje de serlo. No es tan claro que donde estamos, local e intelectualmente, transmitamos bien ese tono de gratuidad esencial de la vocación. La frontera puede soltar lenguas adormecidas; vistas can-sadas o miopes y abrir corazones con insospechadas y creativas propuestas. Puede devolvernos la capacidad de amar. Todavía quedan religiosos que necesitan que-rer más a sus hermanos. No se conforman con no mo-lestar, o que no les molesten. Quedan personas que no se resignan con compensaciones, que teniendo que ver con la misión, la traicionan. Llámense éstas: amista-des, medios, cargos, cuentas y cuentos… Salir a la frontera interroga y remueve; cuestiona y resitúa esa infinidad de proyectos en los que habitualmente esta-mos inmersos. Nos despierta del sueño en el que he-mos podido convertir la misión. Nos devuelve aquella

añorada vocación de artesanos de cuidar el instante, la creación, cada persona y cada encuentro. Nos conduce al sentido de la vida en gratuidad. Y llega a provocar decisiones tan arriesgadas y llamativas como convertir la palabra en hecho al estar dispuestos a perder y hacer camino con los últimos, o pisar diariamente la calle. En la batalla por querer tener futuro, no es infre-cuente que las personas no tengan mucho tiempo para preparar el sentido de su vida o, incluso, que desde sus institutos y comunidades no se les proporcione ese es-pacio.

Hay mucha gente que se toma en serio la misión y la llamada, y echa de menos ámbitos de hermanos en los que, sin competir, se puede soñar con la frontera, preparar juntos lo que es necesario para tan largo viaje y, sobre todo, para cuidadosamente dejar a otros esti-los de misión y de vida que no son nuestros. Somos un resto inspirado de edad avanzada para hacer caminos arriesgados, es verdad. También lo es que en cada fa-milia queda quien puede hacerlos. Es cuestión de dia-logar y discernir. De ponernos manos a la obra. Hay que conocer la salida y favorecer el riesgo. Los que salen, deben saber que al lado de las inclemencias, en la inseguridad de la calle y de la noche, un buen grupo de hermanos con experiencia y corazón, dan gracias porque el reino se está haciendo en lo pequeño y es-condido de la entrega de un grupo de los suyos.

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CompartimosCIL 2016 Hermanos de mediana edad

Hno. Javier Abad

a última edición del CIL (Centro Internacional Lasaliano) hasta el momento, se ha desarro-llado en la Casa Generalicia de Roma desde el

11 de enero hasta el 3 de abril de 2016, organizada por el Secretariado de Formación del Instituto a instancias de lo señalado en la Circular 470. Esta sesión se ha desarrollado bajo el título “Renovación y crecimiento personal” y ha estado destinada a Hermanos “en la mitad de la vida”, entre los 40 y 50 años de edad. En total hemos participado 35 Hermanos pertenecientes a 19 Distritos de cuatro de las Regiones lasalianas (Ar-gentina-Paraguay, Perú-Bolivia, Norandino, Bogotá, México Norte, Antillas-México Sur, Lwanga, Congo-Kinshasa, Golfo de Benín, África Central, África del Oeste, Antananarivo, Colombo, LEAD, ANZPPNG, Oriente Próximo, Centro Europa, Francia y Arlep) y a las Delegaciones de India y Ruanda. Del Distrito Ar-lep fuimos seis Hermanos en total.

Los objetivos en esta ocasión han sido tres, simila-res a los de otras sesiones celebradas en el pasado: 1) ofrecer una oportunidad de renovación en áreas de desarrollo humano, espiritualidad y vida lasaliana; 2) formar comunidad, compartiendo experiencias per-sonales y culturales; y 3) ofrecer nuevas perspectivas mediante el contenido relacionado con nuestra vida como Hermanos. Por ello, el programa ha estado des-tinado –principalmente– a Hermanos de mediana edad (aunque diez de los participantes superaban los 50 años) y las temáticas programadas se han centrado en aspectos que facilitan esa renovación personal. De este modo, los módulos de trabajo han sido: Estructura hu-mana y desarrollo; Cristología, Eclesiología; Liturgia y oración; Signos de los tiempos, Vida Religiosa ac-tual; Liderazgo y vida comunitaria; Afectividad y Vida Religiosa; Espiritualidad lasaliana y oración; y –de manera especial por su desarrollo– la Regla de 2015. Se han completado con numerosos tiempos de trabajo personal, por las tardes, y de compartir en gru-pos lingüísticos.

La mayoría de los temas han sido impartidos por el Equipo del CIL, formado por los HH. Paulo Dullius, Vicent Pelletier y José Ricardo Moreno, pero también

han colaborado diversos Hermanos de la Casa Gene-ralicia (HH. Louis de Thomasis, Jesús Rubio, Diego Muñoz, Felicien Bora), del Consejo General (HH. Ro-bert Schieler, Jorge Gallardo, Aidan Kilty, Rafael Ma-tas, Gustavo Ramírez), de otras comunidades (Hno. Bruno Alpago) o de fuera de nuestro Instituto, como el P. Miguel Ángel García, sj; o la Hna. Emmanuela Viviano, pddm.

Además, y para conocer mejor la realidad actual del Instituto, a las sesiones de trabajo de la mañana se han añadido algunas tardes la presentación de los dis-tintos servicios y secretariados que radican en la Casa Generalicia por parte de sus responsables. De este modo hemos conocido las tareas del Secretario, Ecó-nomo, Procurador y Postulador Generales; la organi-zación de la Casa Generalicia; los afanes del servicio de Comunicación y del secretariado de Formación; las labores del secretariado de Investigación y Recursos Lasalianos; la organización del secretariado de Solida-ridad y Desarrollo y los proyectos de SECOLI… Todo ello ha permitido obtener una visión de conjunto de la tarea que se desarrolla en el centro del Instituto.

Otro de los aspectos que vale la pena destacar es la estrecha relación y cercanía que ha habido con los Her-manos del Consejo General. Y no solamente por haber coincidido el desarrollo del CIL con la sesión plenaria del Consejo del mes de febrero, sino también por los diversos encuentros que ha habido con los consejeros, que han presentado la realidad de cada una de las Re-giones lasalianas –con sus luces y sus sombras– así como los proyectos que tienen entre manos. También fue interesante una reunión y convivencia (“social”)

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Compartimoscon el Consejo en pleno, que sirvió para establecer un diálogo entre todos y conocer mejor las inquietudes de ambos grupos.

Al igual que en otras ocasiones, el grupo se ha es-forzado por formar comunidad trabajando aspectos importantes que han ayudado a crecer en pertenencia y desarrollar un sentido fraterno, superando las dife-rencias culturales o lingüísticas. Hemos tenido una vida de oración propia como grupo, con la oración de la mañana y la Eucaristía por la tarde en la capilla del CIL, en las tres lenguas oficiales con las que se fun-ciona; hemos compartido con la Comunidad Central de la casa las comidas y diversos momentos de convi-vencia y encuentro, en torno al café o a la mesa; hemos estrenado los nuevos locales del CIL (situados en la antigua biblioteca), que nos han permitido disfrutar de amplias salas de reunión y encuentro; y hemos apro-vechado algunos tiempos libres para conocer y descu-brir algunos de los muchos secretos de la Ciudad Eterna que nos acoge, con diversas salidas por Roma y algunas localidades de los alrededores.

Podemos destacar también la peregrinación reali-zada el 27 de febrero a Asís, donde nos impregnamos del espíritu de franciscano de la ciudad, o la participa-ción en diversas celebraciones en el Vaticano, aprove-chando el Jubileo de la Vida Consagrada (el 2 de fe-brero), la audiencia general del 23 de marzo, o algunas de las liturgias de la Semana Santa.

La última semana del programa, ya en tiempo pas-cual, la dedicamos a realizar la síntesis de todo lo aprendido y a unos días de retiro personal, en la propia Casa Generalicia. Por motivos organizativos y de vi-sados diplomáticos, en esta ocasión no pudimos reali-zar la habitual peregrinación a Francia, para conocer los lugares lasalianos más emblemáticos.

Personalmente puedo valorar este CIL como una interesante experiencia, que ha supuesto para mí un triple regalo:

1) Vivir una experiencia internacional y de Insti-tuto, con la riqueza que eso aporta. He tenido la suerte de conocer a numerosos Hermanos de todo el mundo, de mi misma edad, que tienen similares inquietudes a las mías y que han vivido procesos y situaciones pare-cidas a las que me va tocando experimentar. Hemos podido compartir y dialogar; convivir y celebrar. Y eso siempre es un don.

Y además, he tenido la oportunidad de vivirlo en el centro del Instituto, conociendo y compartiendo con muchos de los Hermanos responsables de los distintos servicios y secretariados de la Congregación; y cerca de las reliquias de nuestro santo Fundador y de muchos de los recuerdos que nos traen su memoria, en el san-tuario, en el archivo, en la iconografía…

2) Disponer de diversos momentos fuertes de en-cuentro, reflexión y síntesis, que me han ayudado a descubrir nuevos aspectos de mi vocación como Her-mano y a tomar impulso para las nuevas tareas que me toque desempeñar en el futuro.

Cierto es que –como suele suceder en muchas oca-siones–, los contenidos recibidos tenían “mejor pinta” sobre el papel que lo que luego han sido en la realidad, y que (en opinión de los que hemos participado) se hace necesario cambiar la metodología de muchos de los módulos recibidos, pero todos sabemos que, en este tipo de formación, al final vale más la pena lo vi-vido y compartido que lo escuchado en sí, y que cada uno se lleva en la cabeza y en el corazón aquello que haya profundizado con lecturas y comentarios en el tiempo personal de que hemos dispuesto.

3) Profundizar un poco más en la génesis y elabo-ración de la nueva Regla. De todos los módulos trata-dos, ha sido al que más tiempo se le ha dedicado y el que más nos ha gustado. Nos hemos podido detener en cada uno de los capítulos y disfrutar del saber de nu-merosos Hermanos que nos han aportado nuevos pun-tos de vista. El CIL me ha permitido analizar el nuevo texto, compararlo con el anterior, ver qué me dice en mi contexto vital y descubrir matices que –a primera vista– me habían pasado desapercibidos.

Es lo que se me ocurre en estos momentos. Quizás todo ello no sea nuevo para quienes participaron en el pasado en experiencias similares… Para mí, al menos, ha sido una estupenda vivencia, de las que se guardan en el corazón durante mucho tiempo. b

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“Viva Jesús en nuestros corazones” Hno. Guillermo Moreno

os lasalianos repetimos todos los días “Viva Je-sús en nuestros corazones. Por siempre”. Tal vez, de tanto repetirlo, no hemos pensado en el

significado profundo de esta jaculatoria lasaliana. Creo que nos habla de afecto, de intimidad con el Señor Je-sús, de una espiritualidad humanizadora y de encarna-ción. No hay vida espiritual verdadera que no pase por el corazón, por la afectividad, por la intimidad de la per-sona. Pero ¿qué entendemos por intimidad?

Hablar de la intimidad y del mundo afectivo nos cuesta un poco. En las últimas décadas nos hemos preocupado por dar razones de nuestra fe, de formar-nos teológicamente, de construir un pensamiento crí-tico y autónomo; pero muchas veces hemos olvidado el corazón, el cuerpo, la sexualidad… como canales de relación personal y sobre todo espiritual.

Desde una visión posmoderna, que es la que tienen los jóvenes y algunos de nosotros, lo que se experi-menta es lo que cuenta y las ideas y razones, por muy buenas que sean, están a la baja. No es que ahora no importe la razón, la palabra, el pensamiento… más bien ahora se entra en comunión con las personas cuando se va a su centro vital, cuando se comparte desde la experiencia profunda vivida en autenticidad y las palabras ganan fuerza en ese contexto.

Los jóvenes no nos quieren perfectos, aceptan bien nuestras limitaciones; lo que hoy rechina a los jóvenes es que, a veces, no seamos auténticos ni verdaderos, que seamos artificiales y formales. Ellos no se hacen muchos problemas con nuestras edades, nuestras ro-pas, nuestras costumbres, nuestras manías… lo que les

provoca rechazo es la falta de humanidad, la artificia-lidad, el hipercriticismo, la desesperanza o la infelici-dad que a veces transmitimos.

Por eso tenemos que ganar en relaciones de intimi-dad y en humanidad. Si la verdadera y profunda hu-manidad nos viene de Cristo, el camino será el de la intimidad con Él. Un camino de acercamiento, de aba-jamiento, de desnudarnos, de dejar la hornacina de al-tar donde nos gusta estar, de romper autoimágenes y orgullos personales, un camino de humanización. Una escalera de descenso hacia la humildad y no una esca-lera de subida hacia la perfección.

En este camino de intimidad con el Señor creo que tenemos que recuperar el eros, como nos decía Bene-dicto XVI en su encíclica “Dios es amor”. Que nuestro amor no sea frío y calculado, marcado por un servicio impecable pero que no contagia pasión. Sabemos bien cuando algo nos apasiona, cuando nos tocan en las en-trañas y se nos enciende la mirada. Sentimos en la piel cuando eros y ágape van de la mano. Por eso, ¿no de-beríamos cultivar una relación más “eros” con el Señor? Me imagino que esta pregunta suena un poco extraña y provocadora pero creo que nos la tenemos que hacer sin prejuicios.

Se abre aquí un campo interesante, el de la comu-nión entre sexualidad y espiritualidad, único camino para entender una vida consagrada célibe. Avanzar por esta senda no sólo nos hace más humanos sino que da más sentido a nuestra vida como religiosos Hermanos y enriquece el horizonte afectivo también de los casa-dos o solteros.

Decía Walter Schubart: “lo religioso y lo sexual son las dos fuerzas vitales más intensas. Quien hace de ellas enemigos irreconciliables está desgarrando el corazón humano. Si no se consigue establecer una re-lación nueva, cercana y feliz entre religión y erotismo, reconciliando la dignidad humana con la sexualidad, no se producirá el renacimiento de la religión, en el que hoy muchos confían y el que tanto esperan”. Allí donde eros y religión se excluyen mutuamente, el eros se hace vulgar y la religión gélida.

En el cristianismo, las corrientes místicas han puesto de relieve la gran importancia que el eros y la sexualidad pueden tener de cara a una relación viva

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Compartimoscon Dios. Entienden la sexualidad como una fuerza que nos saca de nosotros mismos y nos insta a entre-garnos, a olvidarnos, a fundirnos con otra persona, a transcendernos incluso hasta Dios. La sexualidad puede ser una fuente de vitalidad, creatividad, un ca-mino espiritual (Anselm Grün).

En la tradición de la Iglesia, siempre se ha usado el cuerpo para expresar lo que el ser humano llevaba en el alma y también la misma relación con Dios. Gestos corporales, danza, besos, abrazos, caricias, tocar… ¿Por qué no repensar nuestra manera de expresar y permitirnos encontrar nuestras formas peculiares de entrar en contacto con nosotros y con Dios?

¿Cómo entusiasmar en las aulas y en la pastoral si no vivo con entusiasmo lo que transmito? ¿Cómo evan-gelizaremos si no contagiamos con pasión que el Señor es el Amor de nuestras vidas? Pero ¿queremos amar a Dios y dejarnos amar por Él? Cuesta mucho ser barro en sus manos de Padre, cuesta mucho bajar de nuestro pedestal y reconocer que sólo Él nos puede salvar.

Me gustaría terminar con unas palabras del “Colo-quio amoroso” de Santa Teresa:

Si el amor que me tenéis, Dios mío, es como el que os tengo, Decidme: ¿en qué me detengo? O Vos, ¿en qué os detenéis?

Alma, ¿qué quieres de mí? Dios mío, no más que verte. Y ¿qué temes más de ti? Lo que más temo es perderte.

Un alma en Dios escondida ¿qué tiene que desear, sino amar y más amar, y en amor toda escondida tornarte de nuevo a amar?

Un amor que ocupe os pido, Dios mío, mi alma os tenga, para hacer un dulce nido adonde más la convenga.

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CompartimosUn educador debe saber y saber enseñar

Hno. Jesús Gil

prender a convivir

Existe preocupación por la conducta mo-ral y social de muchos adolescentes y jóve-

nes. También el malestar entre los educadores sobre los problemas de disciplina y falta de responsabilidad. Buena parte de la sociedad está preocupada por la ca-rencia de determinados valores. Los jóvenes que tene-mos aman el lujo, tienen modales que dejan algo que desear y no les gusta la autoridad. Los muchachos ahora son los tiranos y no los siervos del hogar. No es posible educar correctamente sin poner límites. El es-tilo educativo familiar posee una gran importancia en la formación de la personalidad moral y social. ¿Qué podemos hacer para mejorar la educación que ofrece-mos a nuestros alumnos?

Vivimos en una sociedad permisiva en la que las personas, cada una a su estilo, reclaman sus derechos, y somos tardos en reconocer nuestras obligaciones. Hay que enseñar a vivir y a vivir en sociedad, de un modo constructivo desde el inicio de la vida. El valor de la libertad, de la igualdad, de un modo constructivo desde el inicio de la vida. El valor de la libertad, de la igualdad, de la solidaridad, del respeto y del diálogo. Lo que importa es ir comprendiendo lo que entende-mos por estos valores, qué significado tienen y cómo los aplicamos en nuestra vida diaria

Decisión, asumiendo el riesgo de equivocaciones pero contando con un equipo de colaboradores eficaz que ayude a evitarlas. Son dueños del tiempo quienes lo administran adecuada, voluntaria y consciente-mente. Introducir cambios en la gestión en del tiempo

exige la reeducación de estilos y costumbres que da-mos los buenos.

Ahora algunos consejos que nos pueden ayudar a utilizar mejor nuestro tiempo:

· Reflexionar: examinar y mejorar las costumbres de cada uno, fijando metas y líneas a seguir.

· Planificar: decidir lo más importante y a lo que se va a dedicar el tiempo inmediato.

· Crear, buscar recursos y formas nuevas de hacer las cosas.

· Decidir, tomar decisiones, incluso arriesgadas, por innovadoras.

· Delegar, aprovechar la colaboración de otros, dis-tribuyendo tareas y responsabilidades.

· Disfrutar, vivir en armonía y dando transcenden-cia a lo más necesario e importante.

Con ligeros cambios en nuestros hábitos cotidianos podríamos rebañar muchos minutos al día. Hay que aprender a administrar el tiempo. Que no nos falte nada, pero también que no nos sobre nada. No es po-sible educar correctamente sin poner límites a los pro-pios deseos y conductas, sin enseñar a renunciar a los propios intereses a favor de otras personas, sin apren-der a ponerse en lugar de los demás para comprender sus necesidades y sentimientos. Los derechos consti-tuyen sólo una de las dos caras de esa moneda que tiene su contrapartida en las obligaciones y responsa-bilidades que contraemos con los demás. La familia es la primera escuela de valores en la que los padres

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Compartimostransmiten a sus hijos las actitudes, los principios y conductas que integran a una buena persona. Este pro-ceso educativo nos enseñará a vivir en sociedad de un modo constructivo y empezando desde los primeros años de vida. El método educativo más eficaz para transmitir valores es el ejemplo.

La felicidad es contagiosa

No se sabe bien cómo se enseña la felicidad; solo se sabe que es contagiosa. Se confirma que relacio-narse con personas felices mejora el nivel de la propia felicidad. Cada persona feliz imparte en su entorno alegría, felicidad y fiesta. ¿Estás satisfecho con la vida que llevas? ¿Qué debe hacer una persona para ser fe-liz? Ser feliz es estar en paz consigo mismo y con los demás y sentirse con fuerzas para afrontarlo todo. Vi-vir alegre y contento con lo que uno tiene, disfrutando de la vida diaria. Luchar por alcanzar lo que uno se propone. Amar y ser amado. El amor, la verdadera amistad y la buena armonía deben ser asunto personal. La felicidad es algo que escasea, es imposible conse-guirla plena y más difícil alcanzarla. En realidad, cada uno tiene que encontrar su propio camino hacia la fe-licidad.

Unas ideas que nos pueden ayudar: Acéptate, sé tú mismo y mantén la armonía contigo y con los

demás. Ama y recibe el cariño de los que te rodean. Lucha por alcanzar tus metas. Tómate la vida con hu-mor y valora lo que tienes. Sé bueno, compasivo, ge-neroso y solidario con los demás. Cultiva la verdadera amistad. Evita cuanto pueda perjudicarte y no hagas un problema de las pequeñas cosas. No lo olvides: la felicidad es contagiosa. Sé feliz y multiplícala. Y todos saldremos ganando; creando un mundo cada vez más alegre, en paz y feliz.

Los valores son importantes

Con frecuencia hablamos de valores, proponemos valores, mostramos valores, reflexionamos sobre va-lores, pero no los enseñamos, porque no los vivimos, porque no nos comprometemos a encarnarlos en nues-tros alumnos. Maestros y padres deben plantearse, con humildad y con responsabilidad, ir siendo modelos de vida para los alumnos e hijos. Sólo podrá enseñar va-lores el que se esfuerza por enseñárselos a sí mismo, el que lucha por levantarse en sus debilidades y se compromete día tras día a ser mejor. En una cultura donde los adolescentes y jóvenes son bombardeados con propuestas de modelos huecos, narcisistas y va-nos, donde la plenitud se degrada a mero consumir y aparentar. Necesitamos transformar los actuales cen-tros educativos, si queremos incidir en la formación de los alumnos. Los centros educativos deben concebirse como espacios para practicar, vivir y desarrollar los valores que se consideran esenciales para los alumnos.

Comunidades educativas que rompen las absurdas barreras entre la escuela, la familia y la sociedad en las que se aprende lo que se vive. Hay que fomentar la iniciativa, tolerar las discrepancias y hacerse solida-rios y al servicio de los otros. Educar a los alumnos en los valores implica que cada maestro y profesor en-tiende y asume que no es sólo docente de una determi-nada área o materia, sino que es maestro de huma-nismo, que su función va mucho más allá de transmitir conocimientos. ”Educar, una vez más, es formar per-sonas, modelar corazones, abrir horizontes y caminos de vida plena y estimular con el ejemplo y la palabra”.

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Compartimos

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“Deconstruir” para reconstruir Hno. José Antonio Revuelta

olo unos “apuntes” escuetos, resumidos, hiper-sintetizados... para abrir boca.

Sin complicarnos demasiado la existencia. Nada más que observarnos y observar: nosotros cam-biamos en todos los sistemas biológicos y niveles de personalidad. Sin prisas, pero sin pausas. Lo/los demás cambian a su vez. La evolución es el fundamento de la vida. Lo que no evoluciona, muere. Imitemos la sabi-duría de la naturaleza. La historia es el proceso de esa marcha evolutiva. También la Historia de la Salva-ción, pues solamente existe una Historia.

Ahora bien, si nada te incomoda, si crees que todo va correctamente, si no te interesa cambiar nada, mejor que no leas esto y continúes en tu tranquila rutina.

"Deconstruir" (el diccionario de la RAE no nos permite decir "desconstruir") no es destruir, sino revi-sar, analizar, desmontar a veces, cuestionar para bus-car y encontrar nuevas fórmulas, que tampoco serán eternas. El mismo diccionario de la RAE define de-construir como: “Deshacer analíticamente los elemen-tos que constituyen una estructura conceptual”.

Los dos campos a los que nos asomamos hoy, lle-van milenios con nosotros. Así que tardarán varias ge-neraciones en “deconstruirse”. Y más, en “recons-truirse”. No hay otra salida. "Lo de ahora" no tiene fu-turo. Habrá que sopesar y matizar mucho todo.

En un articulito anterior –no recuerdo si en Hori-zonte o en Distrito– ya señalábamos que Karl Jasper determina como “tiempo-eje” de la historia de la Hu-manidad hacia el año 500 antes de Jesucristo, siglo para arriba o siglo para abajo. Lo demuestra. Hoy se admite en el mundo de la cultura. El anterior “tiempo-eje” habría que buscarlo en el Neolítico. Y el posterior, lo estamos viviendo ahora mismo. No nos extrañemos, pues, de los radicales cambios que alentamos.

De la religión a la espiritualidad

Sí, ya conocemos que las religiones no apoyan los cambios. No les conviene. Sin embargo, los cambios continúan, la evolución avanza como a piñón fijo.

Aunque el cuestionamiento a la religión empezó con la Ilustración, desde la segunda mitad del siglo XX la persona se ha ido sintiendo más autónoma –la Hu-manidad ha ido madurando–. Las religiones son, por definición, heterónomas = otros deciden desde fuera de mí. Esto repugna a la autonomía de la persona ho-dierna.

Las grandes religiones y su estructura nacieron para cohesionar y hacer viables las sociedades agrarias que se establecían en el Neolítico. Los nómadas caza-dores y recolectores iniciaban sus asentamientos junto a sus tierras cultivadas. Es así que esos tipos de socie-dades agrarias están llegando a su fin, luego (y al mismo ritmo) las grandes religiones también están muriendo. El problema es que la gran sabiduría de las tradiciones religiosas milenarias habla con una lengua muerta a hombres que ya no existen.

La experiencia religiosa o espiritual consiste y re-vela una capacidad de percepción y relación con esa realidad indefinible que se ha llamado “lo sagrado, el misterio, el absoluto...”. Admitimos que la persona se inclina por naturaleza a lo religioso/espiritual.

No obstante, es importante recalcar la distinción entre “religión” y “espiritualidad”: técnicamente ha-blando, religión hace referencia a la dimensión

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Compartimosinstitucional de las religiones, a sus dogmas, prácti-cas, organizaciones... mientras que espiritualidad o vida espiritual o experiencia espiritual se refiere a esa vivencia religiosa íntima que acompaña a toda per-sona, de una manera u otra, y que puede darse tanto dentro como fuera de las religiones. (Esto último lo reitera el Papa Francisco).

Etimológicamente, el término “espiritualidad” no está bien elegido; se sigue con él porque es ya una pa-labra consagrada. Teniendo en cuenta que espirituali-dad es la dimensión profunda del ser humano, su vi-vencia de sentido, su experiencia entrañable de la realidad, su calidad de honda humanización. Antes de las religiones hubo espiritualidad. Actualmente deja-mos la religión y "pasamos" a la espiritualidad.

Hoy, las religiones no son comprensibles, no se adaptan al perfil del hombre nuevo. El lenguaje reli-gioso/espiritual es simbólico, metafórico, poético. Nuestros antepasados interpretaron los símbolos reli-giosos literalmente, como descripciones. Somos la pri-mera generación que está viviendo este cambio episte-mológico cultural: de lo literal a lo metafórico.

El cambio, la evolución, la vida continúa. No po-demos esperar pasivamente, sino tomar conciencia de la peculiar epistemología religiosa; saber que nuestro discurso religioso no describe la realidad, y plantearse la necesidad de renovarlo.

De la Iglesia-institución al Jesuanismo (Cristia-nismo)

“Al suave, al suave” –dicen los centroamericanos. O “menos lobos, Caperucita”.

Lo que vamos pretendiendo es “deconstruir” (en el sentido que expresábamos al inicio) la institución en la que se ha convertido el cristianismo. Porque parece que Jesús de Nazaret no pensó fundar una nueva insti-tución religiosa, con las características propias de cualquier religión. Sino la superación del judaísmo y de todas las religiones.

Lo suyo fue un movimiento (El movimiento de Je-sús), una espiritualidad. En el siglo II, los paganos to-davía consideraban ateos a los cristianos, porque no tenían religión. Pronto el evangelio sería contrapesado por la religión.

Con alguna frecuencia se ha comentado que los cuatro primeros grandes concilios ecuménicos [Nicea (325), I Constantinopla (381), Éfeso (431) y Calcedo-nia (451)] sustituyeron en la iglesia cristiana a los cua-tro evangelios. Hoy, afortunadamente y después de si-glos, recuperamos los evangelios, pero el constructo teológico cristológico que en cierto sentido los susti-tuyó, sigue ocupando el centro del cristianismo, como un enclave que se resiste a su estudio y reinterpreta-ción o reformulación.

Esta pieza esencial e intocable del cristianismo es la que está crujiendo, presionada por la nueva presen-cia del pluralismo religioso, por la transformación de las perspectivas teológicas, por las nuevas cosmovi-siones del sentido religioso, por el diálogo interreli-gioso, etc.

En el mensaje y vida de Jesús de Nazaret, Dios es siempre el "Dios del Reino", y el Reino es siempre el "Reino de Dios", de modo que teocentrismo y reino-centrismo se implican mutuamente. Es la sola realidad dual que predicó, vivió y pretendió Jesús: comunicar-nos cómo es Dios-Padre-Madre y su Proyecto o Plan del Reino. Nada más.

Entonces empecemos por deconstruir todo ese constructo de creencias, prácticas, ritos... para partir de nuevo (directamente) de Jesús de Nazaret, del Evan-gelio –tan sencillo y nuclear, tan humano. Y vayamos reconstruyéndolo paso a paso, para no quedarnos cori-tos. Con el mundo actual en una mano y Jesús en la otra. "Profundizar en lo humano, para ascender a lo di-vino. El resto es magia".

Naturalmente que el “cambio” es ingente. Nos tiembla el pulso con solo pensarlo. Menos mal que el papa Francisco –como quien no quiere la cosa– ya ha comenzado por la mandorla del Evangelio, dejando en penumbra el resto. Y es que unas minorías de clérigos, bastantes religiosos, comunidades laicas y teólogos de distintos continentes se muestran convencidos de que ese es el camino. Pero "no se ganó Zamora en una hora" –apunta el refrán. ¡Qué diremos de esta aventura en la que peregrinamos por más de 15 siglos!? ...

Por hoy vale.

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CompartimosHistorias de mi mesa de OENEGÉ

Guenther Boelhoff

uién me llevará al cole ahora?

“Me llamo Miralda y tengo 7 años. Mis padres están separados desde que nací. Durante un tiempo viví con mamá

en su pueblo de Brasil, pero al empezar la Primaria decidió regresar. Ella ya no tenía papeles porque pasó mucho tiempo fuera de España, le dijeron los de la Oficina de Extranjería. Así que yo le dí la residencia (o eso me explicó papá).

Sé que mis padres están peleados por mi. Los dos me quieren y a los dos quiero. Cuando vivíamos en Brasil echaba de menos a papá y creo que eso y el miedo que le daba a mamá cada vez que yo iba a la escuela en la favela nos hicieron volver a Valladolid.

Una vez aquí, como te contaba, a mi madre le die-ron una Autorización para residir durante un año por arraigo familiar. Pero ayer le denegaron la renova-ción porque no ha trabajado lo suficiente. Me angus-tia su cara de preocupación ante la certeza de conver-tirse en ilegal, como dice mi abuela.

En la Delegación del Gobierno no saben que mi mamá busca empleo todos los días; que cada día me lleva al colegio a las nueve; que una tarde a la semana la pasa conmigo jugando y ayudándome en los debe-res; que es difícil encontrar un trabajo que le permita compatibilizar ser madre y trabajadora no cualifi-cada. Mi madre limpia casas por horas y todo lo que gana es para tener una habitación donde dormir, y donde yo puedo ir cuando estoy con ella. Mi mamá es la mejor.

Se que está preocupada porque hoy al dejarme en el Cole me ha besado de manera diferente, con lágri-mas en los ojos. Me gustaría que mi profe me ayudara a responder esta pregunta: si yo quiero vivir con mi madre y también con mi padre, pero Brasil está tan lejos… ¿hay alguna ley que me proteja? ¿Hay alguna ley que permita a mi madre seguir llevándome al co-legio?”.

Miralda es una de esos menores con nacionalidad española cuyos padres son extranjeros que acceden a la residencia legal por tener hijos españoles de origen menores de edad. La normativa les exige, una vez transcurrido el año de residencia, acreditar la continui-dad de una relación laboral o que tengan un contrato de empleo en vigor y hayan cotizado un mínimo de tiempo a la Seguridad Social.

En la práctica administrativa, Miralda, menor espa-ñola, puede verse privada de su madre, pues la irregu-laridad sobrevenida de ésta, en derecho, la obliga a abandonar el territorio nacional. En un tiempo de pre-cariedad e inestabilidad laboral, se debería contemplar con menos rigor estas situaciones tan cotidianas en el mundo real

Antes de juzgarme, ponte mis zapatos

José (nombre ficticio) tiene 22 años, una pareja y un niño de dos meses. El embarazo fue inesperado pero deseado porque es muy niñero. La aventura de ser pa-dres primerizos y tan jóvenes les impulsó a emanciparse de sus familias de origen. ¿A dónde ir? apenas un tra-bajito de repartidor no da para tres. Así que por medio del amigo de un amigo de un conocido contactaron con un individuo que les “abrió la puerta” de una casa en un barrio okupa de la ciudad. A cambio, una señal de 20 euros para la llave y el DNI de los dos para “hacer un contrato”, y poco más.

Pero ese “poco más” empezó a consistir en contra-tar créditos personales en financieras; compras de te-léfonos y tabletas de alta gama en grandes almacenes, contratación de líneas telefónicas móviles… incluso un coche. Os sorprendería lo fácil que es hacer estas

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Compartimosoperaciones: falsificar una nómina, tener algún con-tacto en la tienda que no ponga pegas a lo que se le presenta como garantía de solvencia…

Un día José ya no puede más y se resiste a volver a “comprar” un IPhone 5 y, sin embargo, entra en Ca-rrefour y lo hace… “convencido” por la pistola con la que se le apunta por la espalda. Sale de la tienda con la decisión de no volver a hacerlo.

José y su pareja, con un niño ya de 8 meses vuelven a casa de una de las abuelas. Acude a PROCOMAR para buscar empleo y a los pocos días comienza a tra-bajar como montador de una contrata de Telefónica. Pero cuando cree que ha salido de la pesadilla le llega una citación para un acto de conciliación civil por una deuda por impago de la línea contratada con Voda-fone... Os cuento que el consumo de esa línea es de un teléfono que probablemente ha sido usado para delin-quir (pero esa es otra historia).

Acuden a hablar conmigo y desahogan toda su an-gustia. Hablo con un contacto de policía que me con-firma que se trata de un tema muy gordo y que Policía está detrás de la banda.

A esta historia le quedan, por desgracia, muchos capítulos que hoy aún no se pueden contar. Solo quiero detenerme en la mirada de José a su pequeño: la mi-rada de un padre que, a pesar de haber hecho cosas que no están bien, contempla con todo el amor protector del mundo a su criatura inspirándome que algo así debe ser lo que Jesús decía a sus discípulos “Si voso-tros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vues-tros hijos, cuánto más vuestro Padre celestial…”.

El pequeñazo tiene ahora un año. José se ha sepa-rado y va asumiendo la ruptura. Sigue trabajando y cada vez que abre el buzón de su casa le tiembla el pulso por si aparece una citación judicial.

He trabajado durante 17 años con personas que han cometido delitos, algunos muy feos, otros por pura ne-cesidad, algunos por falta de una estructura de valores que les confronte… Pero la historia de José me tiene muy cogido y me confirma aquello de que antes de juzgar a alguien conviene ponerse en sus zapatos.

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Compartimos

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Aterrizaje Hno. Antonio López

o lógico sería que estuviera un buen tiempo en silencio, al menos mientras dura el aterrizaje… (así se titula un librito que nos dan a los reli-

giosos cuando llegamos a Haití, en el que nos cuentan ligeramente lo que vamos a encontrar), pero el Hno. Director de la comunidad, Pedro Río, a la que llegué a mediados de abril, me invitó el otro día a escribir para Horizonte y pensé que era una buena manera de daros a todos las gracias por vuestra calurosa acogida y de contar mis “sueños” para esta nueva etapa de mi vida.

Así pues, muchas gracias a todos. Estoy en casa, me hacéis sentir en casa, y espero poder vivir con vo-sotros este tesoro de la fraternidad, y trabajar y servir a los niños, jóvenes y adultos que el Señor nos enco-mienda, sobre todo a los pobres…¡¡¡Gracias!!!

Cuando recibí los documentos del 45.º capítulo ge-neral, el último que hemos tenido, y me encontré con el número 3.27, me llené de alegría. Pensé que había merecido la pena el Capítulo y que, ahora sí, íbamos a dar el “paso” que nos faltaba, como personas y como institución, “ir más allá de la frontera”. Por fin, des-pués de mi camino con los Hermanos, encuentro un capítulo que no se pregunta ¿quién son los pobres (1966)? O que nos invita a la pobreza voluntaria (1986) o que busca, tímidamente, 100 hermanos para hacer algo por los pobres (1993)… Este nos toca a to-dos: “durante los próximos siete años, cada Hermano incluirá en su proyecto personal anual, algún compro-miso concreto, en discernimiento con la comunidad, relacionado con la metáfora de “la frontera”… y, luego sigue, cada comunidad y después cada Dis-trito… estudiará la posibilidad de abrir UNA NUEVA

OBRA, en donde Hermanos y/o Asociados seglares res-pondan a alguna de las “fronteras” anteriormente enu-meradas...

Como estoy aterrizando, aún no me he podido em-papar de todas las posibilidades que “la frontera” nos ofrece, pero oigo voces por todos los lados… refugia-dos, desplazados de guerra, emigrantes, niños abando-nados, pobreza heredada (último informe de Cáritas y la fundación Foessa “ocho de cada diez niños pobres hoy, en España, serían personas pobres mañana”)…

Y la voz de nuestro Pastor en este año de la miseri-cordia es clara: “Por eso, ante la proximidad del Jubi-leo de la Misericordia, dirijo una llamada a las parro-quias, a las comunidades religiosas, a los monasterios y a los santuarios de toda Europa para que expresen la concretización del Evangelio y acojan a una familia de prófugos. Un gesto concreto como preparación al año de la Misericordia” (alocución del papa Francisco el domingo 6 de septiembre de 2015, al terminar el Ángelus).

Hermanos, tenemos muchos espacios vacios que, por política, prudencia, economía, o por lo que sea, no se han ocupado… pero todas esas cosas están un poco lejos del Evangelio… el Papa nos empuja. ¡Que no tengan miedo nuestros superiores de empujarnos y de dirigir nuestros pasos hacia ellos! Hagamos lo evangé-licamente correcto y no lo política o económicamente correcto.

El año 2014 fui destinado a Puerto Príncipe, a la comunidad de Cazeau (en francés) o Kazo (en hai-tiano. Es mucho más fácil, se lee como suena). Kazo es el barrio donde se empezó a hacer el nuevo colegio

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Compartimosque el Consejo General propuso después del terremoto de 2010, para atender a los damnificados por el terre-moto y, como el trabajo para el que me destinaron –“encargado de construcciones”– no se llevó a cabo, me pude dedicar, mucho tiempo, a visitar “el nuevo Puerto Príncipe”. Un barrio que llaman “Canaan”, a la entrada o salida de la ciudad, según se mire, donde han ido a parar más de cien mil damnificados del terre-moto… Es un territorio más grande que la ciudad de Palencia, por poner alguna comparación concreta. Es como el cuarto mundo al lado del tercero, que sería Puerto Príncipe. Sin calles, sin agua, sin luz, sin pre-sencia del estado… más que un pequeño hospital, y sin religiosos que vivan allí… Y me dediqué a buscar un lugar para una comunidad de Hermanos y una obra en la frontera… Aprovechando el paso de un arquitecto mexicano por Kazo, fui con él y el “delegado” del go-bierno para ver terrenos… y vimos dos o tres muy ap-tos… (el delegado estaba encantado porque “el costo” de los terrenos, unos 30 000 dólares, iba, casi entero,

para su bolsillo, y nosotros pedíamos al menos 15 000 metros cuadrados –una hectárea y media–…).

Cuando yo hablaba del proyecto en las comunida-des, unos Hermanos se reían, otros bromeaban y otros lo apoyaban. Se analizó en asamblea del sector de Haití y ganó el sí. Se propuso en el capítulo de Distrito “Antillas México Sur”, y lo llevaron a la Relal. Allí, según me han dicho, decidieron abrir una obra en el Amazonas o en El Salvador, dos realidades diferen-tes… Esperemos que puedan ver la luz… Y lo siento por Canaan… y por los Hermanos de Haití… De haber sido menos “prudente” nuestro Visitador, ahora estaría masticando polvo casi todo el día, y alabando al Señor que no se olvida de sus hijos… y les manda Hermanos de La Salle para compartir con ellos techo, polvo y pan…

Ojalá se cumpla mi sueño…

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CompartimosA propósito de la Pastoral

Hno. José Carlos García Moreno

os encontramos en un nuevo paradigma en el que Heráclito, que entiende la existencia como un devenir, disfrutaría porque pensaría

que su teoría es la verdadera. Sin embargo, Parméni-des opina que lo esencial es estable; con la frente arru-gada, miraría nuestra sociedad con cierta preocupa-ción. Es cierto que la Historia ha ido encontrando sus síntesis con acentos diversos.

Los métodos, que no dejan de ser parte de un con-tenido, desde luego, como las circunstancias, los len-guajes, los gustos… son cambiantes; no obstante, hay finalidades que permanecen: la fraternidad, el cariño, la amistad, la fidelidad…

En Pastoral, ciertamente, hay que buscar nuevos métodos y lenguajes, porque las cir-cunstancias… el para-digma, ha cambiado, pero hay elementos que siempre serán significantes, como son: el grupo, la formación, hoy entendida de forma pro-cesual, la fe, el compro-miso transformador… Me fijo en un elemento que me parece fundamental y que está en la base de la acción pastoral. Me refiero al liderazgo, animación, acompaña-miento… En pastoral, el animador, acompa-ñante, líder… conlleva un plus no preciso en otros campos: la vivencia personal, que re-quiere una experiencia religiosa, un compro-miso, un estilo de vivir la existencia… que sea capaz de ilusionar, de ser referencia. Hoy más que las charlas, los discursos, los ro-llos… lo que se necesitan son testigos. Ya decía hace años Pablo VI –hace unos días nos lo recordaba el P. Urban, provincial escolapio, en las V Jornadas del Instituto S. José de Calasanz–: “La me-jor forma de educar hoy en día no consiste en normas, meros panes racionales, sino en dar testimonio”. Nuestro Fundador nos lo recuerda insistentemente.

Me ha gustado lo que dice el Hno. Jorge Sierra en el artículo “Seguidor de Jesús y consagrados hoy en

día”: “Cuando alguien se encontraba con Jesús, nece-sariamente tenía que decidirse: seguirle o quedarse como estaba. No era una obligación, sino una llamada que mueve a la decisión, y una decisión radical que exige fidelidad y confianza, como –por cierto– cual-quier relación basada en el amor, desde una amistad verdadera a una relación de pareja”.

Por eso, un plan de pastoral que quiera ser mínima-mente serio y coherente debe tener en su escala de va-loraciones y de acciones prioritarias, la preparación, formación y vivencia de los animadores. Esta es la clave y lo que en ocasiones se olvida o minusvalora. Si no se tienen animadores con una preparación y vi-

vencia…, poco adultos, sin tradición, se puede hablar de monitores para entretener a ni-

ños, de actividades de aire libre… Cuando en pastoral se carece de animadores adecuados…

es difícil conseguir objetivos evangelizadores. Admitir como ani-madores a muchachos sin experien-

cia de fe, de acompañamiento, sin una madurez humana sufi-ciente… no dará resultados po-sitivos; más aún puede llegar a ser perjudicial para los niños y jóvenes. El discernimiento es un

instrumento que se debe estar po-niendo en práctica de continuo en la consecu-

ción de animadores en un catecumenado. Esto no es nuevo: las instituciones de vida religiosa, cuando han disminuido en número, han admitido, en oca-siones, a candidatos no idóneos, con resultados no

buenos. Todavía perdura en algunas mentes una mentalidad del número más que de calidad,

coherencia y seriedad.

Me ha gustado la reflexión que han realizado los Animadores de Catecumenado ante las situaciones y problemática que viven, en el “Encuentro de León” (30 abril 2016). Entre otras cosas, dicen: “Quien esté con jóvenes universitarios tiene que tener formación en acompañamiento, vida espiritual y comunitaria, y tiene que conocer diversas experiencias posibles para ofrecer a los universitarios en cada circunstancia

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Compartimosparticular. Las experiencias posibles son infinitas, al-gunas de las que funcionan en La Salle o ámbitos ecle-siales cercanos”. Totalmente de acuerdo, aunque lo ampliaría a los animadores en general, y que se consi-gue con tiempo de formación teórica y experiencial.

Hay otros temas que han tratado en el Encuentro de León y que personalmente considero clave: el acom-pañamiento personal, el caminar hacia una pastoral in-tegradora y experiencial, el trabajo por la síntesis per-sona-grupo (ambos aspectos se precisan mutuamente). Dicen también: “Las experiencias lasalianas deberían tener tres ejes (fe, servicio, comunidad // fsc), pero po-drían clasificarse en función del acento que ofrecen (social, espiritual, fraternidad, formación…) en fun-ción de la edad y proceso personal de los participan-tes, de si son personales o grupales…”. En este sen-tido, pienso que todo grupo cristiano debe tener cuatro pilares procesuales e interrelacionados, pero impres-cindibles aunque se respeten ciertos acentos: un aspecto relacional (socialización, amistad… fraterni-dad), un análisis crítico creyente de la realidad (acomodado a los diversos niveles), que supone una

iluminación desde la Palabra, una acción transforma-dora (compromiso) y un sentido celebrativo de la fe (oración…). Todo ello requiere una reflexión seria y una formación.

La acción pastoral siempre conlleva dificultades de uno u otro sentido, siempre hay retos que esperan y siempre exige convicción, ilusión, entrega, generosi-dad, imaginación y creatividad. Si hoy se hace difícil, también lo fue cuando se pasó de las devociones con un matiz individualista e intimista a una dinámica ca-tecumenal. Fue un nacer de nuevo. Eso quizás es lo que también se pide hoy.

Es esencial que los pastoralistas nunca olvidemos lo que nos dice S. Pablo: “… Yo planté y Apolo regó, pero el que hizo crecer fue Dios. Ahora bien, ni el que planta ni el que riega son algo; Dios, que hace crecer, es el que cuenta… Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros piensa que es sabio según el mundo, hágase necio para llegar a ser sabio” (1Cor 3, 8ss.).

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Compartimos

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Un sueño de reforma Hno. Jorge Sierra

veces, mezclando el humor y la utopía, he-mos dicho “si San Juan Bautista de La Salle levantara la cabeza…”. Una reforma, en una

Iglesia que siempre tiene que estar de reforma, parte siempre del deseo de acercarse más y más al evange-lio, al seguimiento de cerca de Jesús, a la intuición pri-migenia del fundador y a su carisma fundacional. En algunos momentos será “refundación”, en la mayoría un impulso para adaptarnos a los nuevos tiempos sin perder lo fundamental.

En el Concilio Vaticano II se indicaba como uno de los criterios principales de “renovación adecuada” de la vida consagrada la distinción entre el “espíritu original” de cada Instituto (es decir, su componente evangélico, cristológico, carismático) y los aspectos contingentes y caducos con que ha sido vivido, para concluir seguida-mente:1

“Es preciso considerar en desuso los elementos que no constituyen la naturaleza y los fines del Instituto y que, habiendo perdido su sentido y su fuerza, realmente no ayudan ya a la vida reli-giosa”.2

Es decir, es una invitación a hacer emerger las in-tenciones y los ideales del fundador, más allá de su contexto histórico, social, cultural, para proceder a continuación a reformularlos en las formas culturales actuales y en nuevos ambientes. El carisma fundacio-nal es algo vivo y procede como una realidad viva, desde la experiencia espiritual del fundador o funda-dora, que actúa como testigo de la docilidad y escucha a Dios, hasta ponerse a sí mismo –mente, corazón, energías, cualidades naturales– por entero al servicio del proyecto que progresivamente se le iba revelando. La pregunta a la que debemos contestar es “¿qué ha-ría hoy el fundador o la fundadora si estuvieran en mi lugar?”.

Para responderla necesitamos la atención constante a la inspiración carismática inicial (¿qué haría el fun-dador o la fundadora?) como la atención a las situacio-nes nuevas (¿qué haría si estuviera en mi lugar?). En este camino constante hacia el presente siempre

1SigoaCIARDI,“ElcarismadelosFundadoresyFundadoras,como‘Pala-bradeVida’,seconservasiempreincontaminado,proféticoyactual”(As-sociazioneMembriCurieGeneralizie,OMI,2007),pp.8yss.

nuevo, el religioso y la religiosa de hoy, las comuni-dades, tienen un punto de referencia seguro: la Palabra de Dios, que guio a los fundadores y fundadoras en la lectura de los signos de su tiempo y en la búsqueda de las respuestas y que sigue siendo actual e interpelante para nosotros hoy. Estas son las claves para la fideli-dad creativa.

LasotanadeLaSalleconservadaenlaCasaGeneralicia.¿Aguantaráunremiendodetelanuevaoromperá?

No me planteo una reforma que rompa con todo. Sencillamente lo contrario: una reforma que cimiente y enraíce lo fundamental. Si –sueño– La Salle vol-viera a nuestro instituto seguiría manteniendo el espí-ritu de fe y celo como el alma de la vida del Hermano y de todos cuantos quieran asociarse a la educación, porque necesitan ver a Dios en los niños y en las reali-dades humanas, por duras que sean, para comprometer su vida en la extensión del Reino. Desde luego que el carisma seguiría siendo el mismo: “asociación para el

2EcclesiaesanctaeII,14,3

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Compartimosservicio educativo de los pobres”. Pero aclararía algu-nos términos.

• El término “asociación”, nuestro voto caracte-rístico, no solo abarcaría a los Hermanos; lo haría extensivo a cualquier creyente que quiera sentir su profesión como una vocación –llamada de Dios– para vivirla al estilo de como la soñamos para los Hermanos. Cuando La Salle lo intentó, no le fue posible dado el modelo de Iglesia existente.

• La palabra “pobre”, hoy tan confusa por ma-nida, tiene para mí bastante de connotación económica. Daría preferencia a quienes no tie-nen posibilidad de educación por circunstan-cias diferentes. En primer lugar, lo que podría-mos llamar pobrezas inocentes, que son aquellas que se imponen a las perso-nas y que les impiden desa-rrollarse como tales. Es el caso de muchas de las po-brezas del tercer mundo, donde carecen de escuelas. En segundo lugar tendrían preferencia los niños que, por situaciones físicas y psíquicas, sus posibilidades de desarrollo humano están limitadas. Hay un tercer grado de pobreza, cada vez más abundante, de alumnos que teniendo todas las posi-bilidades, las desaprove-chan y lo único que consi-guen es un fracaso escolar. Son pobrezas un tanto cul-pables y que piden otro tipo de actuaciones educativas. Sería una enseñanza no re-glada en la que crearía currículos adaptados a cada situación de alumnos, dándoles una ins-trucción y educación que ayudase a insertarse en la enseñanza reglada o de incorporación a la sociedad con posibilidades de éxito.

• Evidentemente, todo este nuevo tipo de obras para atender a estos tres tipos de pobrezas exi-girá la revisión de las obras educativas actua-les. Muchas de ellas se deberían cerrar, o bien, cederse a profesores que no entienden el mi-nisterio de la educación como he dicho. Serían

necesarios unos criterios de pertenencia a una red de centros; el que no los cumpla, tendría un cierre automático. Es la única manera de quitar el lastre que a lo largo de los tiempos ha oscurecido el carisma que se nos legó. Es cierto que este tipo de obras exigiría un sostén económico que no contempla la ley. Es nece-sario crear una estructura que buscase recursos en empresas, asociaciones e instituciones que legasen bienes. Algo parecido a lo que están haciendo los Hermanos en Estados Unidos. A san Juan Bautista de La Salle le tocó hacerlo buscando patronatos que garantizasen al me-nos 200 libras por Hermano. Nunca cobraría la enseñanza a los alumnos. La gratuidad no solo está en los fines; también en los medios.

Eso fue y debería seguir siendo esencial al Instituto. Cobrar la en-señanza a quienes han contribuido a ella pagando impuestos me pa-rece una injusticia. • Este tipo de obras pide un mo-delo de Hermano y de seglar aso-ciado muy concreto, sin idealis-mos tontos. Es necesaria una puri-ficación de lo que, a mi juicio, ha ocurrido: nos hemos dejado arras-trar por el mundo de la eficacia, de las titulaciones, como si por tener no sé qué títulos tuviéramos que darlo todo en universidades y de-terminados colegios de élite que nada tienen que ver con el servicio a los pobres. ¿Para cuándo un dis-cernimiento serio de nuestras pre-sencias, en clave evangelizadora?

De cuanto hemos recibido es-piritual y teológicamente de los primeros tiempos del Instituto se

debería mantener prácticamente todo, aunque modifi-caría el lenguaje que se usaba, acomodándolo a la teo-logía actual. Actualizándolo al siglo XXI, La Salle qui-zás hiciera su tesis doctoral sobre “Los ministerios en la Iglesia”, defendiendo que la vocación del Hermano, tal como aquí se concibe, y el ser catequista, son algu-nos de los ministerios más importantes para la trans-misión de la fe. Seguramente La Salle se basaría en cuanto nos relatan los evangelios que Jesús decía y ha-cía, así como en la enseñanza de san Pablo. Seguiría

Compartimos

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llamando a los Hermanos y educadores ángeles custo-dios, ministros, embajadores y apóstoles de Jesucristo porque en verdad estamos llamados a serlo. Estamos en un lugar teológico, social y eclesial, como religio-sos laicales, fundamental para definir y defender a la Iglesia como comunión.

En nuestro sueño de reforma, el Hermano y aso-ciado deberían vivir tres vertientes muy cuidadas:

• Una primera sería el tipo de identidad que de-berían tener. Esta no sería otra que una consa-gración a Dios con compromiso de vivir según el estilo particular de vida de cada uno (comu-nitaria, matrimonial, etc) y el desarrollo de su ministerio desde la asociación según el ca-risma propio (para todos los Hermanos y aso-ciados).

• Otra vertiente haría referencia al estilo de vida comunitaria que deben vivir Hermanos y aso-ciados. Como agrupación utópica que somos, quisiera que la de los Hermanos fuese una vida comunitaria total, desde la mañana a la noche: orar, comer, esparcirse… en definitiva vivir juntos, queriéndose como lo que son: Herma-nos. Que fuesen personas descentradas, donde los importantes son los demás; que se preocu-pasen unos de otros en todos los terrenos: el humano y el espiritual, porque comparten la experiencia de Dios que viven en su ministe-rio. Los seglares vivirían su vida comunitaria según sus propias posibilidades, donde nunca faltase la oración y la relación frecuentes.

• La tercera vertiente, referente a la misión, debe realizarse por Hermanos y seglares con verdadero celo, siguiendo los principios que nos legó La Salle: preocupación por la situa-ción de sus alumnos para lograr que sean bue-nos ciudadanos e hijos de Dios. En este as-pecto, no tendría prisa por retrasar la salida a comunidades activas de los Hermanos en for-mación. Deben salir con auténtica experiencia de Dios (alargaría el escolasticado, sin tiempo fijo, hasta que el candidato la adquiera). Qui-siera Hermanos con formación teológica seria; con conocimientos enraizados de la vida de Fundador y del carisma lasaliano; con forma-ción de carreras civiles adecuadas para el tipo de actividad que luego vaya a desarrollar; Her-

manos preocupados por su formación conti-nua y que, cuando se sientan “vacíos”, puedan tener una experiencia regeneradora.

Hay otro tipo de aspectos y comportamientos que me gustaría cambiaran, tal como hoy están. En primer lugar, a san Juan Bautista de La Salle le sorprenderían en grado sumo los “problemas” respecto a la disponi-bilidad de los Hermanos. Todos son necesarios, pero no imprescindibles. Entiendo que la obediencia debe ser dialogada para descubrir entre todos la voluntad de Dios; pero ese diálogo nunca debe acabar en lo que a mí me gusta, rechazando propuestas que el fin de la Institución o de la Iglesia ven más necesarias. El voto de estabilidad, el quinto voto que tenemos, no es en una obra concreta, sino en el carisma y en la misión educativa. Con la media de edad que tenemos (en Es-paña, 74 años), cobra especial importancia la presen-cia de los Hermanos jubilados. Pienso que, salvo en los casos de enfermedad o deterioro físico de impor-tancia, podrían vivir en comunidades activas; estar dis-ponibles, pues siempre se puede servir en tareas de apoyo; hacer lo que aún pueden hacer; entre otras co-sas, ayudar en el tercer mundo.

Y un tema que no puedo dejar de señalar: la falta de vocaciones actual, que parece no preocupar a quie-nes quizás no sienten demasiado el carisma lasaliano. Una familia sin hijos está destinada a desaparecer. Me temo que, más que la crisis religiosa existente, influye la falta de testimonio y vitalidad en quienes forman la institución. Solo se debería estar tranquilo cuando, vi-viendo testimonialmente, nos lleguen las vocaciones que el Señor quiera, aunque sea ninguna. Y eso nos lo deben decir quienes nos observan; no nosotros mis-mos, porque nos podemos engañar.

Toda esta reflexión es necesaria, pero no puede ocultar que la clave está en la conversión personal, es decir, que, como hemos visto antes, la vitalidad de un instituto religioso depende de la vitalidad y fidelidad de sus miembros, más que de documentos mejor o peor redactados. Por eso la primera clave para la fide-lidad creativa es vivir concienzudamente nuestro ca-risma y testimoniarlo en todo lo que somos, inspirados por el ejemplo de nuestro fundador y de los religiosos que nos han precedido. Ahí está, en mi opinión y evi-tando conclusiones aceleradas sobre las crisis y las va-lías, la clave de nuestra significatividad.

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Compartimos

La geotermia y la comunidad. Aplicaciones prácticas

Guenther Boelhoff, Comunidad Shemá

usto al segundo aviso del paciente responsable de la revista, llegaron a mí las musas para con mucho gusto escribiros una reflexión sobre la geotermia.

Un tema del que no sé nada y del que, sin embargo, me atrevo a reflexionar un rato sin intención de expor-tar estas palabras a la Wikipedia.

Para intentar darme un barniz de conocimiento, he acudido precisamente a la Wikipedia. Como seguro que no soy el único que no es experto, os resumiré que es la ciencia que estudia el conjunto de fenómenos tér-micos que tienen lugar en el interior de la tierra; que la energía geotérmica es una de las fuentes de energía re-novable menos conocida y que se encuentra almace-nada bajo la superficie terrestre en forma de calor, li-gada a volcanes, aguas termales, fumarolas y géiseres. ¿Os vais situando?

Pues resulta que esta ciencia se aprovecha de la amenaza que supone en las zonas volcánicas activas una eventual erupción. Me cuentan, por ejemplo, que en El Salvador han empezado a usar esa energía con un beneficio añadido: los volcanes están “pacificados” por la energía liberada… Y aquí llegó la inspiración:

No sé por qué pensé en nuestras comunidades, las que conocemos, las que vivimos, esas de las que nos quejamos en nuestras conversaciones, esas que no siempre son lugares verdes de descanso y crecimiento, esas que quizá ya no ilusionan a nadie que pasa por ahí, esas que tienen conflictos anquilosados y eternos entre sus miembros… esas que están alicaídas y sin tono muscular… esas que están en la tensa calma antes de la tempestad.

Y empecé a pensar más en la comunidad (no la mía, sino la Comunidad Cristiana como realidad pastoral de nuestro tiempo) y en los lamentos, cada vez más inefa-bles, que salen de ella en busca de una energía externa (un cursillo, un retiro, una visita de un gurú comunita-rio, un libro…), que a duras penas consigue mantenerse en pie y que ya, ni siquiera nos ayuda a sobrevivir. Claro que hay comunidades empoderadas, con relaciones sa-nas de fraternidad, dadoras de vida, y gracias a ellas pre-cisamente las personas de comunidades debilitadas se fortalecen al acercarse a ellas… pero esto es otro ar-tículo.

Pues, dando vueltas a la geotermia, pensé que en lo profundo del corazón de las personas y de nuestra co-munidad existe una fuente de calor, una energía po-tente y creativa que nos liberaría de nuestra violencia interna contenida, de nuestros malos rollos y de aque-llo que acallamos por no molestar, por no provocar destrucción… y que sin embargo, si aprendiéramos a gestionar esos movimientos internos y nos atreviéra-mos a usar esa energía, podría renovarnos por dentro, ponernos en movimiento y comunicar esa fuerza a nuestros núcleos comunitarios y ahí, transformada en energía positiva, ayudarnos a dar luz, a exportar ener-gía, a donarnos a nuestros entornos y a contagiar pa-sión por Jesús y por el Reino a otras comunidades y personas…

En este tiempo que se habla de apuesta por las ener-gías renovables, de la sostenibilidad y la huella ecoló-gica, me parece sugerente imaginar nuestras comuni-dades trabajando por vivir este tiempo que nos toca con ganas de renovarnos y dejar huella… la de Jesús, en esta tierra nuestra. b

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CompartimosVerano y más verano

Hno. Jesús Gil

n medio de las numerosas tareas propias de un final de curso, poco a poco nos hemos ido in-troduciendo en el ambiente de verano, en el

que ahora estamos ya totalmente inversos. De manera espontánea asociamos esta época del año al descanso y a la interrupción de las actividades colegiales. Pero la realidad es así solo a medias. Normalmente, al me-nos en su primera parte, el verano es la ocasión para proseguir la tarea educativa de nuestros colegios bajo otras formas. Son habituales los campamentos y colo-nias, las marchas y peregrinaciones, los campos de tra-bajo y las acciones de voluntariado. Desde siempre la educación en el tiempo libre ha formado parte de la identidad de nuestros centros; no deberíamos perder esta característica.

También los claustros dedican un tiempo a jorna-das de formación, evaluación y programación de futu-ras actividades. Desde nuestro colegio os proponemos numerosas actividades formativas para el profeso-rado. Este año no podrán dejar de mirar hacia el curso próximo que nos llega con algunas novedades impor-tantes. Estamos seguros de que todo el profesorado sa-brá afrontar con solvencia y dedicación, como en otras ocasiones parecidas.

Pero, evidentemente, el verano es también, y sobre todo, una época de des-canso, merecido y necesa-rio para todos. Son unas se-manas en las que poder disfrutar de tiempo con la familia, de hacer visitas aplazadas, de intensificar las lecturas y los paseos, de recuperarse física y espiri-tualmente. Desde nuestra revista os presentamos al-gunas sugerencias, a la vez que os deseamos a todos unas vacaciones provecho-sas y fecundas. Educar es

más difícil que enseñar, porque para enseñar es preciso saber, pero para educar es preciso ser.

Ideas de verano: pastoral de verano, colaborar, aprender, oír, ver, viajar, navegar, sol, leer, divertirse, pasarlo bien…

En verano, agua, arena, sol y mucho más.

Un poco de arena, unos cubos de agua, un palo, una cuerda, un columpio, un tobogán… al final son los ju-guetes que más gustan a los niños, los que más les en-tretienen, los que hacen volar su imaginación. Las cosas más sencillas son las que evocan las historias más di-vertidas, más audaces. Las que nos hacen crecer sin dar-nos cuenta. Por eso este verano os proponemos que bus-quéis entretenimientos sencillos, que no os estresen, que no os compliquen. Os proponemos que descubráis lo que hay en vuestros bolsillos, que no os olvidéis la clave solidaria, que llevéis un museo en vuestro portátil, que viajéis a lugares sugerentes, que viváis la dicha de haber leído, que la pastoral os acompañe, que os car-guéis de buena energía musical, que vayáis al cine con palomitas y de postre, toméis un helado. Viajes, libros,

música, cultura y soli-daridad… como veis, son ideas de las de toda la vida, sencillas. Pero las cosas más sencillas son las que evocan las historias más divertidas, más audaces, las que nos hacen crecer sin darnos cuenta… Política educa-tiva. Hagamos balance del curso ya acabado, que finalizó para bien. No es siempre igual, cada uno tiene su estilo, buen humor y un poco de estupendo talante.

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Compartimos

Seglares Hno. José Antonio Revuelta

ue alrededor de esta última Semana Santa: los laicos desconocen su naturaleza y su situación en la Iglesia Católica, en relación con los cléri-

gos. No sospechaba que fuera tanto. En las cofradías se sienten más autónomos. La costumbre tira y están cargados de buena voluntad. Además les mueve la ra-zón turística. Aman su tierra y sus tradiciones. Pero en la Iglesia primitiva, la celebración eucarística y demás acciones dependían solo de la comunidad. Los que presidían eran feligreses absolutamente normales (hoy serían los seglares). También mujeres. La mayoría, ca-sados. Los nombraba la comunidad.

El sacramento del orden: imposible probar que Je-sús lo fundara. Al contrario, Jesús mostró –con pala-bras y hechos– que no quería sacerdotes. Ni él mismo era sacerdote ni lo fue ninguno de los "Doce" (ni Pe-dro, el considerado primer Papa), ni Pablo. Ni el orden episcopal. Es creación de la Iglesia, que puede modi-ficar o suprimir, si conviniera.

La crisis de la Iglesia perdurará y aumentará mien-tras no acabe con los dos estamentos cerrados actuales: sacerdotes y seglares, ordenados y no ordenados. Se resolverían de un plumazo muchos problemas, como la ordenación de las mujeres, la cuestión del celibato, la desatención de poblaciones rurales, el malestar en la Iglesia, el vergonzante alejamiento progresivo de los fieles, etc.

Efectivamente, el episcopado y el sacerdocio se desarrollaron en la Iglesia al margen de la Escritura, justificándose más tarde como parte del dogma. Hasta llegar a definir al seglar o laico por vía negativa: es el no clérigo, el no ordenado. De modo que el 99% (y décimas) de los cristianos quedaron rebajados y oscu-recidos. El foso de la separación se fue abriendo y soli-dificando, primero con el Edicto de Milán (313), por el que Constantino, emperador romano, integró a la iglesia cristiana en el Estado. Los seglares se transformaron en súbditos, bajo el poder de los clérigos; segundo, con la exigencia de la “ordenación” para ejercer los cargos en la comunidad cristiana (principios del siglo V); tercero, con la Reforma Protestante (siglo XVI): la teología pos-tridentina llegó a equiparar iglesia católica y jerarquía. Magisterio curial o Iglesia oficial-institucional son, hoy, los nombres de la Iglesia católica en los medios de

comunicación… y, desgraciadamente, en la mayoría de los fieles seglares.

Pío XI, promotor de la Acción Católica, admitía que los seglares pertenecen a la Iglesia. Pío XII avanzó en el camino correcto: los seglares son Iglesia. Yves Congar –hijo de la formación clerical– llegaría al ex-tremo de afirmar que únicamente la jerarquía es esen-cial para la existencia de la Iglesia. A pesar de haber publicado el primer gran ensayo de una teología del laicado.

El Vaticano II continuó fixistamente con la distinción clasificatoria: ordenados / seglares. Pues el sacerdocio común del pueblo de Dios se distingue esencial-mente [¡descarriado adverbio!] del sacerdocio jerárquico o ministerial (Lumen Gentium, nº 10). Sin embargo, el Nuevo Testamento no conoce ningún sacerdocio, ni sa-cramental ni común. Los no ordenados son instrumenta-lizados como ayudantes, como prolongación del brazo de la jerarquía y siempre subordinados totalmente a ella. Los seglares pertenecen a la Iglesia, pero solo de manera limitada son Iglesia (Vat. II: Decreto sobre el apostolado de los seglares, n.º 6 s).

El Código de Derecho Canónico (1983) y el Sí-nodo episcopal sobre los laicos (1987) dejan el estado de la cuestión como está. Además, el canon 207 §1 lo reafirma añadiendo –en contra de toda evidencia his-tórica– que esos dos estamentos fueron instituidos por Dios. ¡Hasta el presidente del Consejo Pontificio para los laicos es un cardenal o un arzobispo!

Así vivimos hoy, volviendo la mirada atrás, hi-riendo la sensibilidad de la sociedad actual y a Jesús de Nazaret… que no quería sacerdotes.

“Esta Iglesia es por esencia una sociedad desigual, es decir, una sociedad que comprende dos categorías de personas: los pastores y el rebaño... Estas catego-rías son tan distintas entre sí que solo en el cuerpo pastoral residen el derecho y la autoridad necesaria para promover y dirigir a todos los miembros hacia el fin de la sociedad; la multitud no tiene más deber que el de dejarse conducir y seguir como dócil rebaño a sus pastores” (de la encíclica Vehementer nos al clero y pueblo de Francia, del papa san Pío X, 11 de febrero de 1906). Y por ahora, “no hay más cera que la que arde”. b

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CompartimosLa entraña de mi Gijón del alma Personajes y cosas de cada día (1.ª parte)”

Hno. Pablo de Blas

manece. Corazón alegre, ilusión que llena el alma, con alegría de amistad desde mi ventana.

Una oración de familia que clava los ojos en el Señor, anima tu vida en la luz de auroras sin fin y guían los pasos de cada mañana. Aire nuevo en mi pecho y paso ligero hacia la casa grande del Dios que nos llama.

-¡Buenos días, Flor! ¡Cómo madrugan tus manos! -¡Todo es para mi hija, Pablo!

Es la tiendina de Ana. Las cajas vacías dejarán la puerta libre para quien arrastra los pies, llena la bolsa y deja su palabra cálida y sin distancia.

-Hijo, la calle es tan empinada que no puedo ir más lejos...

Paso junto al bar "La mar de vinos", todavía cerrado. Unos metros más abajo viene Ana, La Larola –“así me conoce todo el barrio”– muy cargada. Es la recadera de "nuestro" bar, el más concurrido de nuestra calle. Inter-cambiamos unas palabras. Sabiduría, eficacia y serenidad. El barrio entero está en sus ojos.

Entro en San Pedro, la iglesia más emblemática, más antigua y más playera del Gijón del alma. Domina toda la bahía. La fotografía que un turista no puede olvidar y siempre llevará. Airosa y fuerte sobre las ruinas de la Gi-gia romana, llama a quien se quiera casar con el amor ver-dadero... En el primer banco de la izquierda, espera Pilar, con el carro de la compra a su vera. Madrugadora cons-tante, abanico a punto y mirada lejana hacia el Señor que siempre habla. Más a la izquierda, siempre en la nave la-teral y siempre en el mismo banco, Antonio, alto, moreno, de paseos costeros, albañil, minero, guardia civil jubilado y fe de montañas, me saluda con un movimiento del brazo y la sonrisa del alma. Señorío y servicio en su mirada... Más adelante, a la entrada de la sacristía, está Pedro, es-cudero puntual y vigilante, bondad total, estrecha la mano con la fuerza del que agradece y siente la amistad de cada día. Ya dio una vuelta por toda la iglesia para comprobar que todo está en orden. Y no es el sacristán... Chaqueta, camisa y corbata y el corazón muy grande... ¡La vida es bella!

Entrando en la sacristía, encuentro a Constantino, Tino para toda la gente y cura de todos. Reza, saluda, sonríe y espera siempre a quien busque a ese Dios que habla, ama y salva.

- ¡Buenos días, Marco! (Joven sacristán de mente clara, ordenado y activo). ¿Qué tal tu padre?

- ¡Va bien, Hermano, muchas gracias! - ¡Buenos días! Hoy hace bueno, D. Herminio.

Está preparado para salir hacia el altar. Las manos so-bre el radiador. Sonríe. Tiene siempre frío...

- He traído el coche. ¡No me hables del tiempo! Para ti, nunca llega el invierno.

Me dan ganas de lanzar una carcajada. El Padre Her-minio fue profesor de filosofía en varios centros educati-vos de la ciudad. Su lenguaje es distinto y su vida está llena de originalidades... Me divierte.

Salimos hacia el altar cuando nos lo indica Pedro. Al proclamar las lecturas me doy cuenta que ya llegó Adela. A pie, desde el barrio lejano y rico, por la playa, ha en-trado "en su iglesia" para participar en la Eucaristía. Jo-ven, madre de tres hijos, de clara fe en el Jesús de hoy, recoge la fuerza que el Espíritu ofrece para la lucha del día... Después, permanecerá tiempo largo en la Capilla del Santísimo, obra de arte singular del Miguel Ángel del si-glo XXI, Iván Marko Rupnik, sacerdote jesuita esloveno.

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CompartimosMiro hacia los bancos centrales de la izquierda. En el

tercero ocupaba su sitio de siempre, Carmen. No está pero la veo siempre... Hace poco tiempo, al salir de la iglesia, me susurraron,

-¿No sabes que Carmen ha muerto? -¿Cómo? No sé nada. Es verdad que me extrañaba su

ausencia. - Hace pocos días se derrumbó en la bañera y murió

en el acto.

No di un paso más. Dialogaba con ella frecuente-mente. Preguntaba y razonaba su fe. Su devoción era sin-cera. Creía fuertemente en el Dios que ama, en el Jesús que salva. Nos encontrábamos también en el supermer-cado. Hacía su compra con la inteligencia de quien sabe qué tiene que comprar y por qué. ¡Una gran mujer!

Los sábados y domingos, en el cuarto banco de la dere-cha, estará Emilio, profesor de Matemáticas en la Univer-sidad. Le acompaña siempre su mujer. Intercambiamos sa-ludos y miramos hacia el altar que espera la presencia del sacerdote. Emilio es un "cristiano puro, de clara fe y hon-dura espiritual". Sencillo, de visión positiva hacia las per-sonas, amigo que tiende la mano. Su mirada es de mar abierto y en calma. En el momento de la paz, todos nos estrechamos las manos con el calor de siempre, la mirada de siempre, la fuerza de siempre, los deseos de siempre. ¡Gracias, también, Señor!

Salgo de mi iglesia y me acerco al muro. Marea alta. Golpea fuerte la mar y levanta olas gigante y nubes de espuma. Mis ojos fijan las fotos que nunca podré olvidar. Trato de abarcar el horizonte lejano y adivino las faenas de los hombres de la mar. Bonitos jugando todavía en la red; manjar codiciado en los restaurantes de la ciudad.

Dejando el paseo de San Lorenzo, consulto la nota de compra y atravieso la plaza Mayor, bien trazada, vestida

siempre de fiesta, con calles que salen hacia todos los ai-res de la mar y de la ciudad. Me dirijo a Masymás, super-mercado popular. Se regalan saludos y sonrisas antes de comprar y pagar.

- Buenos días, Covi. ¿Qué tal tu madre? (Covi es la encargada de la fruta).

- Sigue igual, Pablo. - ¿Y la niña? - En la cama la he dejado con bastante fiebre. La

abuela la atenderá. Estoy preocupada. - Bueno, ya verás cómo mañana irá al colegio como si

nada. ¡Cosa de niños! ¿Qué me aconsejas hoy? - ¡Las peras están deliciosas! - Elígeme ocho y selecciona un buen melón. Las cere-

zas, para mañana. - Gracias, Pablo. Aquí está todo. ¡Hasta mañana! -¡Suerte, Covi!

Me dirijo hacia la carnicería.

- ¡Buenos días, Mari Paz! ¡Buenos días, José! Veo que tenéis unas chuletas de cordero que tienen buenísima pinta.

-¡Tienes buena vista, Pablo! Además están de oferta. - Me parece bien. Córtame doce. - ¿Te las pongo yo o José? Como casi siempre prefie-

res a José...

Me hace reír.

- ¡Pues hoy quiero que me sirvas tú! (José me mira y sonríe...).

Las corta con delicadeza y precisión. Me las pesa y envuelve.

- ¡Perfecto, Mari Paz! Ya sé que el viernes tendréis chuletillas de lechazo de mi tierra castellana…

- Así es, Pablo. Ya me dirás cuántas quieres que te re-serve. ¡Hasta mañana!

- ¡Que todo os vaya bien! - ¡Lo mismo para ti, Pablo!

En la pescadería hay mucha gente. Cojo el papel y es-pero mi turno.

- ¡Hola, Pablo! Mira, las pescadillas están casi rega-ladas y son fresquísimas.

- Dame cuatro.

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Compartimos - ¿Cómo te las preparo?

- En rodajas no muy finas.

En dos minutos las tenía limpias, bien preparadas y las cabezas aparte.

-¿Y esos cangrejos de río? -¡Ya los ves! ¡Y con una salsa roja te sabrán a gloria! -Vete echando unos puñados... ¡Basta, suficiente!

Sé que Mari los prepara muy bien. Para el domingo ten-dremos un entremés barato y abundante, a gusto de todos.

- ¡Gracias, Pablo y hasta mañana! -Soy yo quien agradece. ¡Que sigáis bien!

Hoy he notado la ausencia de Celia. Se la oye en todo el local. Palabras y risas para todo el mundo. Me mira y me dice: ¿Puedo contar un chiste? Mira, Pablo, que es un poco verde…

Siempre tiene mi consentimiento. En pocos segundos estamos todos riendo... Ha puesto sol en un día de lluvia...

Paso por caja.

-¡Buenos días, María José! -¡Buenos días, Pablo!

Su sonrisa es un arco iris.

-¿Te pongo bolsa? -Hoy no, que he traído el carro. Me da el ticket y pago

facilitando el cambio. -¡Hasta mañana, María José! -¡Hasta mañana, corazón! -¡Hasta luego, Esther! (Otra cajera que está al lado) -¡Adiós, vida!

No puedo pedir más. Sus palabras son tónicos que no se venden en las farmacias...

Subo la rampa de la calle con el carro de la compra bien cargado. Se adelanta Juan y me lo coge. Casi en el aire, me lo pone en la esquina, a cuatro metros de nuestra puerta. Alto, delgado, dentadura que reclama renovación. (En el odontólogo sería una fortuna). De palabra sincera y firme, espera la sentencia de su hermano Juan, indiscu-tible patriarca. Fuerte, de barba larga y casi blanca, habla con solemnidad y brillantez. Le gusta filosofar sobre todo y con todos. De manga corta todo el año y con calor para regalar. Le atrae más el invierno. Son hijos de Pilar, "La

Faraona". Mujer que sabe lo que quiere, segura en sus afirmaciones del pasado, presente y futuro. Reconoce su pobreza y proclama su dignidad.

Tengo buenos vecinos. No se sacan las sillas a la puerta de la calle para la tertulia de la tarde-noche de aquellos nostálgicos veranos de cielos estrellados, pero la comunicación es abierta, constante y sincera como en los barrios o pueblos de mi Castilla ancha y noble, de noches serenas y cielos con regalo de estrellas.

Subo las escaleras sin prisa y coloco la compra en su sitio: cocina, despensa, frigorífico o congelador. El menú, previsto con tiempo, facilita la colocación de los diversos productos.

Dejo la casa y comienzo el paseo terapéutico y maña-nero. Paso por el "Muro de San Lorenzo". Dejo que mi alma y mi cuerpo se llenen de la mar y recobren la armo-nía que potencia mis ganas de vivir. En los días de lluvia, frío o niebla cerrada, abandono el encanto de la mar para adentrarme en la ciudad hacia el parque de Begoña, Ace-rona, plaza del Carmen, calle Corrida y nuestro querido barrio de Cimadevilla. Los días que subo hasta el colegio, atalaya privilegiada sobre el cerro de Santa Catalina, cam-bio el itinerario de mi paseo si se necesita pasar por la Inspección Educativa, Banco, Correos o Seguridad So-cial. Noelia, secretaria-administradora, joven, guapa y eficacísima, agradece estos servicios que la liberan de sa-lidas que mermarían su tiempo de gestión en otros asuntos de especial urgencia o importancia.

La lectura y tertulia con los amigos que te llaman y se acercan llenan mi tiempo y mis deseos de servicio. A los pocos días de llegar a Gijón y apoyado sobre el Muro que rodea la gran playa de San Lorenzo, se acerca uno de los tantos jubilados que contemplan largamente la mar y me pregunta:

- ¿Es usted de Gijón? - No, hace pocos días que he llegado a esta ciudad. - Y, ¿dónde vive? - Pues, a pocos metros de aquí, en este barrio de Ci-

madevilla. - ¡Qué suerte tiene! Es el mejor sitio para vivir. - Gracias, me anima usted a disfrutar de esta hermosa

ciudad. - De nada, hombre, de nada. Bueno, pero... ¿de dónde

es usted? - Soy segoviano. - Mire, el cazurro más tonto es médico.

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CompartimosMe eché a reír. Interpreté su aseveración como que los

castellanos somos todos muy listos. Me fui a casa muy contento.

Por el paseo de San Lorenzo (o "paseo del Muro") deambulan personajes que no se pueden olvidar porque los encuentras muchas veces y reúnen características que reclaman consideración especial:

El señor de mediana edad que pasea al caer la tarde o por la noche y lleva su brazo izquierdo encogido, con la mano exageradamente temblorosa. Camina serio concen-trado en su misterio.

La chica-mujer rubia, con el pelo recogido, sin gusto, exageradamente delgada (¿anoréxica?) y de paso ágil. Ex-citaba... mi compasión.

El jubilado bien conservado, de paso rápido, balan-ceando sus brazos pero sacudiendo con fuerza y muy ex-tendido su brazo derecho con los dedos de la mano muy abiertos... Hay algo raro que se puede adivinar. No le he visto jamás mirar hacia la derecha o izquierda; siempre derecho en los doscientos metros de su recorrido. ¿Cuán-tas veces lo repetirá? No me ha interesado la respuesta.

Veo paseando una pareja de abuelos por sitios concu-rridos de la ciudad, Paseo Marítimo, Playa del Poniente, Centro de la Villa, Avenida de Schütz... Tanto él como ella caminan muy ágiles y siempre cogidos de la mano como dos enamorados. Un día de enero, a media tarde, los asalté.

- ¡Buenas tardes! - ¡Buenas tardes, señor! - Perdonen mi curiosidad, pero los admiro desde que

llegué a esta ciudad. Siempre cogidos de la mano. No es frecuente contemplar esta estampa... Sonrieron...

- No podemos vivir separados. Nos queremos como el primer día. Yo me llamo María Socorro y mi marido, Do-nato. Llevamos 62 años de casados y somos muy felices. No sabemos pasear de otra manera. Nos necesitamos, ya ve usted.

- En estos tiempos esto es admirable. - Para nosotros, esto es normal. Nos queremos de ver-

dad. Le agradecemos que se haya interesado por noso-tros.

- Para ustedes, ¡toda la salud durante muchos años! - ¡Lo mismo para usted! ¡Suerte, adiós!

Ya tengo tema para pensar y no olvidar.

Un día cualquiera, de un placentero verano, me encon-tré, en la Plaza Mayor, con Jesús y Violeta, mayores, pero disfrutando de la vida como jóvenes recién casados. Vio-leta fue la principal animadora del "Concurso de Parchís" que se organizó en el "Rincón del Diablicu", un bar so-bradamente conocido en todo el barrio. Jesús me había solicitado una insignia de antiguo alumno. Y, como ya la llevada bien preparada en una cajita " ad hoc", le dije:

- ¡Ponte de rodillas, Jesús!

Cambió de semblante y me preguntó:

- ¿Por qué, Hermano? - Te voy a poner la insignia de "Antiguo Alumno".

Se sonrió.

- ¡Hombre, Hermano, aquí!... - Es una broma, no te preocupes. No hace falta que

llamemos tanto la atención... Pero te la voy a imponer.

Abrí la caja, cogí la insignia y se la prendí en la solapa izquierda de su chaqueta casi recién estrenada. Me dio un abrazo.

- Gracias, Hermano. Se lo agradeceré siempre. - Y llévamela con orgullo y dignidad. - No lo dude, así lo haré.

Y se alejaron hacia la calle San Bernardo.

Paso por delante de la "Casa de Jovellanos" y encuen-tro a Cuca. Tres hijos casados, dos trabajando y el otro buscando una ocupación.

- ¿Cómo vamos? - Tirando, Pablo. - ¿Perdiste el miedo?

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Hace pocos días sufrió una angina de pecho al entrar en el supermercado donde compramos. Sacaron una silla y esperaron una ambulancia que llegó en seguida. Estuvo unos días ingresada en el Hospital de Cabueñes. Electro-cardiograma, Análisis, Cateterismo, implantación de un stent y... a los seis días, para casa.

- Más o menos, Pablo. Pero me atendieron muy bien. - ¡Hacia delante, Cuca! Ya casi puedes correr... Te re-

cuperarás. Eres joven. - Gracias, Pablo. Adiós.

Subo la cuesta camino de casa y paso por delante de "La Mar de Vinos" que atiende Oscar (Oscarín, para los amigos). A la puerta está Quique.

- ¡Venga, Hermano Pablo, está invitado!

Miro al reloj. No puedo declinar la invitación. Ya es-taban las copas preparadas en la mesa de siempre. José Manuel, sentado. Son dos amigos inseparables. Quique, antiguo alumno de nuestro colegio (¡Buenas bofetadas re-cibí del Hermano Fortunato! Justas y merecidas. Le estaré siempre agradecido. Era un gran profesor y, en el frontón, el mejor...). José Manuel es antiguo alumno de los jesui-tas. Era ya un tema de conversación...

- Tú te lo perdiste, José Manuel. ¡Cómo vas a com-parar!

José Manuel se sonríe y Quique lanza una carcajada que se oye en la calle...

- Además... ¿Cómo se te ocurre ser del Barcelona? Pero, hombre, por favor, ¿no tienes bastante con el Spor-ting y el Madrid?

Ya tenemos conversación hasta acabar el "Ribera".

Óscar, forofo del Madrid, con fotos y bufandas bien a la vista, ríe con placer detrás del mostrador. Óscar es muy generoso. Casi siempre nos pone en la mesa un "buen trozo de queso, tipo Cabrales" o un embutido selecto. No lo incluye en la cuenta. Es sólo para amigos. La conver-sación se prolonga hablando de todo; pero antes de las dos de la tarde salimos hacia nuestras casas.

- ¡Hasta mañana!

Subo hasta nuestro piso.

- ¿Hay alguna duda, Mari? (Mari es nuestra empleada de casa: limpia, lava, plancha y hace la comida y la cena. Es activa y se preocupa de cada uno).

- Todo está claro. - ¿Y mañana?

Me pone al corriente del menú previsto. Si es necesa-rio aclarar dudas o introducir modificaciones...se hacen. Ojeo los periódicos y a las 14:30 estamos los cuatro Her-manos alrededor de la mesa.

Después vendrá la telesiesta, paseo hasta el parque de Begoña, El Llano, avenida de la Constitución, calle Co-rrida, Puerto Deportivo, plaza del Marqués, plaza Mayor y subida hacia nuestra casa; lectura, ordenador, oración de Vísperas, cena, paseo nocturno corto... y, acaso, pelí-cula televisiva y tertulia comunitaria.

Gracias, Señor, por el día que me has regalado.

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Un beso y una flor Recordamos en Bujedo al Hno. Ignacio García

Hno. Pedro Río

ira, Pedro, hace unos días hablamos en casa de la posibilidad de tener un en-cuentro de familia en Bujedo, en vuestra

casa de Bujedo. Hemos pensado en reunirnos allí para hacer entrega, de manera oficial, de la condecoración que ofreció el gobierno de Burkina Faso al tío Ignacio con motivo de su asesinato y por la gran labor que hizo por aquellas poblaciones. Pensamos que nada mejor para ser depositario de esa distinción que los Hermanos de La Salle en Bujedo.

Quien así me dice es Juanjo. Un paisano de Pedrosa de Río Úrbel (Burgos), el pueblo donde nació Ignacio. No solo eso. Es uno de sus muchos primos. Estaba tan encariñado con Ignacio, y lo sigue estando, que hasta logró llegar a Burkina Faso unas pocas horas antes de su funeral en Toussiana.

El Hno. Ignacio ha sido y sigue siendo para su fa-milia toda una referencia. Le recuerdan como una per-sona alegre, familiar, sencillo, entregado totalmente con aquellas gentes de África, pensando en cómo ofre-cerles una vida más digna…

Y así pasaron los meses. En la Navidad del 2015 nos volvimos a encontrar.

Aquello que hablamos en verano, hemos pensado hacerlo el día 1 de mayo: caerá en domingo y el lunes será fiesta por el día del trabajo que caerá en do-mingo. Nos viene bien por los que tengan que viajar.

El 1 de mayo… pero resulta que también en ese día nos venimos reuniendo a nivel de familia desde hace años. Mi madre hacía los años el día 1 y mi padre el 21. Juntábamos la celebración el día 1. Nos han dejado hace unos años, sin embargo seguimos reuniéndonos toda la familia en su recuerdo. Es una fecha sacra-mento que nos une en fraternal recuerdo. Mi madre Orencia, que adoraba también a Ignacio, seguro que estará de acuerdo que esta vez le cedamos la fecha. Ceder la fecha, no suprimir el encuentro.

Isabel García, una resobrina del Hno. Ignacio ya ju-bilada y con júbilo, será la relaciones públicas de la familia. Entre los dos iremos organizando el encuen-tro. Isabel con una prima visitaron en vida al Hno. Ig-nacio en Burkina Faso. Además de fotos, de tótems y

objetos que guardan de su visita, están grabadas en su mente y corazón muchas de las cosas que pudieron ver, oír, sentir y comprobar sobre la vida de Ignacio en aquellos lares.

Isabel, como la mujer cananea, es previsora y trata de que no queden hilos sueltos, sin hilvanar. Ya antes del verano había hablado con el Hno. Tomás Vega para ver si se podría comer en Bujedo. Había previsto buscar un cura para la misa. Pensó que lo mejor era que todos fuesen juntos en un autobús, tenía controla-dos a todos y cada uno de los familiares que estarían presentes…Tengo ya seguros a 64 de la familia. Es-pero que también esté con nosotros ese día el Hno. Luis Álvarez, a quien operarán en Madrid por esas fe-chas…y un detalle que para mi ha resultado hasta emo-tivo: Mira: a Ignacio, que tenía buen oído y mejor voz, le encantaba cantar en los encuentro de familia la canción de Nino Bravo “Un beso y una flor”. ¿La po-dríamos cantar al final de la misa aunque no sea una canción religiosa? – me dijo.

¿Que no es religiosa? Cada vez me resulta más es-piritual. ¡Claro que la cantaremos al mismo tiempo que la ponemos con la voz de Nino!

Y llegó el día 1 de mayo. Día de sol con un aire que en otros lugares dirían que frío. Nosotros, los burgale-ses de Pedrosa, diríamos que fresco de cojones, pero no frío.

Un autobús de la empresa Amaya llegó a Bujedo a las 12,15 h. Muy bien. Puntual para poder comenzar ya sin retraso. Al poco tiempo estábamos ya sentados en la Sala de los Mártires, otrora la “sala de madera”.

Estaba previsto que el Hno. Visitador Auxiliar pu-diese dirigirnos unas palabras, pero estaba en Roma. Luis Miguel, en su nombre y también con glosolalia, lo supo hacer con creces, sobre todo en función de la brevedad.

Isabel García –la relaciones públicas de la familia– nos dirigió unas palabras señalando el por qué y lugar del encuentro.

Seguidamente, estaba previsto que el Hno. Luis Ál-varez –compañero de Ignacio en Burkina– nos diri-giese unas palabras. No pudo hacerlo porque estaba

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recién operado en Griñón, pero nos envió un escrito. Lo leyó con toda unción el Hno. Francisco Tudanca.

Después, el Hno. Pedro Río, el cronista, había pre-parado una hoja con una foto en color de Ignacio y la carta del Hno. Superior General Álvaro con motivo de su muerte, y también parte de la carta de la periodista Cristina López Schlichting en el diario La Razón. Am-bos textos aparecen en la biografía que tan bien trazó el Hno. Pedro Chico.

Al final, el Hno. Luis Miguel nos hizo una pequeña reflexión respondiendo a la pregunta: ¿Qué nos dice hoy a todos los presentes el Hno. Ignacio?

Visto así, dirás que mucha palabra, que mucho arroz para un pollo, pero cada uno de los que iban a tomar la palabra tenía una indicación: no pasar de cua-tro minutos, y se llevó a cabo: nadie pasó de los cinco.

Desde el salón, unos minutillos para el porrete y el canario… y comenzar la misa a las 13,15. Todo estaba preparado y habían escogido a los lectores. Ramón Lo-millo, el de Villalbilla – una de las hermanas de Igna-cio ha vivido muchos años en su pueblo– nos entonó con el órgano del monasterio “Juntos como herma-nos...”.

Y la Misa, como nos decía el concilio Vaticano II fue “una participación activa de todos los fieles, in-terna y externa, en conformidad con su edad, condi-ción, género de vida y grado de cultura religiosa”. Muy bien la homilía de Juan Manuel. Como recuerda el Papa Francisco, bien pensada, preparada y sin aburrir. Gracias Juan (ahora está de sacerdote en el Hospital nuevo de Burgos).

Un detalle del final de la misa. ¿Recuerdas lo que indiqué sobre la canción de Nino Bravo? Pues a modo de acción de gracias y de despedida, una sobrina dijo unas palabras de lo que significaba la canción, esa can-ción en concreto, para el Hno. Ignacio. El Hno. Ru-fino, cual reportero gráfico del evento y desde su ta-bleta junto con el micrófono, hizo sonar “Dejaré mi tierra por ti…”. Además de poder oír la canción, dis-poníamos de la letra para cantar y de algún pañuelo para recoger la lágrima que quería ser canción.

“Dejaré mi tierra por ti. Dejaré mis campos y me iré lejos de aquí.

Cruzaré llorando el jardín y con tus recuerdos partiré lejos de aquí.

De día viviré pensando en tus sonrisas. De noche las estrellas me acompañarán.

Serás como una luz que alumbre en mi camino. Me voy pero te juro que mañana volveré.

Al partir, un beso y una flor, un te quiero, una caricia y un adiós.

Es ligero equipaje para tan largo viaje. Las pesas pesan en el corazón.

Más allá del mar habrá un lugar donde el sol cada mañana brille más.

Forjarán mi destino las piedras del camino. Lo que nos es querido siempre queda atrás.

Buscaré un lugar para ti donde el cielo se une con el mar, lejos de aquí.

Con mis manos y con tu amor lograré encontrar otra ilusión, lejos de aquí.

De día viviré pensando en tus sonrisas. De noche las estrellas me acompañarán…”.

Y de la Misa a la mesa.

De la Acción de Gracias, a las gracias Señor por el pan y el vino.

Del vivir, a revivir el pasado. Del recuerdo, a la moviola. Del antiguo café copa y puro, a una sobremesa libre

de humo. Del antiguo el número de teléfono, al móvil. Del dame tu dirección postal, al correo electrónico. El Hno. Luis Miguel, como Director de la casa de

Bujedo nos obsequió con una colección de postales para cada uno, así como de un ejemplar del folleto Bu-jedo, Escuela de Héroes, con sus 25 páginas realizadas con mucho mimo.

La familia, a su vez, entregó una placa a la casa de Bujedo en señal del grato recuerdo al Hermano Igna-cio García.

Al terminar la tarde se hicieron dos grupos para ver el museo que detalladamente les presentó el Hno. Car-los Cantalapiedra.

Gracias a todos los moradores de la casa de Bujedo por vuestra acogida.

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Chusquerías bujedanas Hno. Luis Varela

ormidos andaban estos apuntes en el armario de los recuerdos. Dudaba de la oportunidad de su publicación, hasta que una persona de

los altos estamentos del Sector me dio el empujón de-finitivo.

Por "chusco", según el diccionario, aparte de la porción de pan que se distribuía a los militares, se en-tiende aquello que tiene gracia, donaire, picardía. También se utiliza para designar peculiaridades, rare-zas, lo chocante, lo novedoso, lo extravagante. Bajo esta panoplia de significados quiero expresarme. Los lectores podrán escoger a su gusto.

Ahí van, pues, unos cuantos recuerdos "chuscos" de mi paso por Bujedo entre los años 1942 y 1946, que ya llovió. No pretendo con ellos dictar juicios de valor o menosprecio, ya que fueron años felices y que mere-cen todo mi agradecimiento. Tampoco pretendo refe-rirme a las dimensiones más sustanciales desplegadas en este centro de formación sino simplemente, y casi por diversión, pararme en aquellos aspectos periféri-cos que me resultaron más chocantes cuando, acompa-ñado por el Hno. Santos Martín y mi compañero Ma-nuel Ramos Castromil, bajamos del tren en la estación de Bujedo, que entonces sí funcionaba como tal.

Para algunos Hermanos de más edad tal vez les sirva de recuerdo, para los más jóvenes podrá sonarles a chino. Pero esto es lo que yo viví y que otros podrían completar.

Cosas de novato

Llegamos, pues, a la estación un 22 de agosto. Nos estaban esperando algunos Hermanos y dos novicios menores, que se presentaron. Uno de ellos me dice: "Yo seré su "ángel" (Pensé, así ya son dos). - Muy bien. - ¿Cuántos años tiene?. - Yo tengo 15. - Entonces es "postulante". - Y, eso ¿qué es: bueno o malo? ......

Ya en el claustro, nos encontramos con el "bendito de Dios" Hno. Carlos Borromeo, Visitador. El Hno. Santos nos presenta: Aquí, Hno. Visitador, dos alum-nos de La Inmaculada, de Santiago, que vienen al no-viciado menor, son muy buenos. Responde el Hno. Carlos: "Sí, sí, ahora parecen muy buenos, pero des-pués no sé lo que pasa... ". (Abro los ojos...!!).

Al otro lado del claustro pasa alguien que me llama la atención. La digo al Hno. Santos: Mire, allí va un niño con sotana. Me responde: Es ya Hermano estu-diante, pero es muy menudito. (Luego resultó ser el estimado y simpático Hno. Gildo).

Ya en los locales del noviciado menor, se notaba un aroma especial. Algunos decían que era "olor a san-tidad".... (Todavía no había duchas, había que espe-rar al verano para darse el chapuzón en el estanque o en el Oroncillo).

Una cosa que me intrigó mucho fue asistir, recién llegado y sin ninguna preparación previa, a la "adver-tencia de defectos". Me sonaba a cosa de "chivatos", que disparaban con toda serenidad, dulcificando la píl-dora: "Me parece querido hermano...".

Más adelante llegaría en cuadernillo de "Cualida-des y defectos", donde ya los profesores afinaban de lo lindo, incluso con el "punteado" o el doble subra-yado.

Lo de pasar a "rendición" tampoco nos lo aclararon mucho. Así, a un riojano recién llegado le dijeron los mayores: Vete allá al fondo del pasillo. Sin saber para qué, se encontró con el Director, Hno. Segismundo, y se presentó: "¿Es aquí a dónde vienen toos....?".

Me costó bastante que, al día siguiente de haber lle-gado, tuviera que tratar de "usted" a Manolo, mi com-pañero de marras y aventuras hasta ayer.

Era típica también la terminología que se utilizaba para pedir permiso al profesor, para salir de clase en caso de apuro físico: "a mayores", "a menores", o bien alzando el brazo de modo determinado.

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Nomenclatura bujedana. Era típica y de gran creatividad.

- Respecto a la topografía: Monte Tabor, Monte de los conejos, Fuente Sagasta,, Fuente del pollo, Muela de Napoleón, Puente de los suspiros, Huerto del amado...

- Comportamientos: Fi-fi, enchiparse, poner em-peño...

- Los oficios: Sacristán, campanero, jardinero, ro-sariero, enfermero, San Pedro...

- Había Hermanos mayores con nombres curiosos: Sisenando, Geruncio, Renovato, Melitón, Pacífico, Apolinar, Optato,.. Y también apodos cariñosos: El viudo, El hijo de su padre, Gente pobre no necesita criados, La muerte...

En las horas de trabajo, conocí el uso del "gara-bato", tan usado para limpiar caminos en el jardín, y lo que es lavar el pescado en las aguas gélidas del cana-lillo que bajaba del monte para surtir nuestra central eléctrica, y los sabañones como colofón. Cosa similar acaecía cuando lavabas unos calcetines y luego los po-nías a secar en la buhardilla y al recogerlos por la ma-ñana los encontrabas como chuzos de hielo.

Respecto a los deportes y momentos de descanso: Además de los paseos de los jueves por los montes co-lindantes, con sol o con nieve, y los extraordinarios de todo el día, algunos dedicados a recoger bellotas para los habitantes de la granja o con mojadura incluida, practicábamos el futbol en los campos de Cellorigo. (El calentamiento ya se hacía con profusión subiendo monte arriba).

Para otros juegos más cercanos a la casa teníamos, según las estaciones: el croquet. la bandera, los zancos, la envenenada, en la que se llevaban la palma los que dominaban la técnica pastoril del "sobaquillo" para

lanzar la pelota más allá del terraplén de la vía. Y al-guna vez, para los mayores, y con permiso de los eco-logistas de entonces, alpinismo entre los buitres.

Respecto a las lecturas tengo que reconocer que se me atragantó un poco uno de los primeros libros que me dieron para leer en el noviciado menor: La diferen-cia entre lo temporal y lo eterno, del P. Nieremberg. Y en cuanto a las lecturas en público, durante las co-midas, cuando me tocaba a mí, era curioso que sonaba invariablemente el timbre del Director, para corre-girme el "tonillo gallego". (Ozú, diría un andaluz). Pero lo cierto es que leímos cosas muy interesantes.

En cuanto a las clases del noviciado menor, parece que ya era tradicional que cada año se armara un pe-queño follón cuando se trataba de explicar el teorema de que "las paralelas se juntan en el infinito".

El buen Hno. Calixto era un mago en la Enferme-ría, te atendía con toda delicadeza. Santo, psicólogo y, como buen gallego, sabía lo que era la morriña. Curaba los cuerpos y las almas. Pero también, con una pizca de cuquería, hacía milagros con el agua azucarada.

El noviciado era el templo del fervor, la seriedad y las explosiones de risa como válvula de escape. La modestia era otra de las obsesiones. Y la advertencia venía para aquellos que sólo bajaban la vista cuando ya habían observado toda la panorámica.

horizonte

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CompartimosEl director y el subdirector daban ejemplo. Senta-

dos en la tarima no movían para nada sus piernas. Las huellas que dejaban sobre el barniz daban cuenta de ello. En cierta ocasión, cuando el director daba la con-ferencia y alguna mosca impertinente se posaba sobre su rostro y comenzaba su recorrido, aguantaba estoi-camente sin espantarla. Mientras, los oyentes perdía-mos el hilo del discurso para seguir el itinerario del insecto...

Por la noche, las 30 campanadas marcaban el final de la jornada y el inicio del gran silencio. Suponían una carrera contra reloj para estar perfectamente aco-modado en la cama del dormitorio corrido. Claro que algunos, cuando había pasado el apuro y desaparecido el vigilante, empezaban a sacar sigilosamente algunas prendas que se habían quedado rezagadas.

Otro momento en que se ponía a prueba la maestría de los novicios era los sábados por la noche, cuando había que ajustar el nuevo y blanco cuello, bien almi-donado, al alzacuello, sirviéndose de alfileres. No era tarea fácil y, con las prisas, algunos terminaban con los dedos sangrantes.

Poco antes, había que lavarse los dientes, con ce-niza o bicarbonato (marca universal), y ya no se podía beber agua. Ojo a no mover la nuez durante los enjua-gues... Te podía delatar.

Algunos días en el noviciado pasábamos por turno para hacer algún ejercicio de reflexión religiosa en pú-blico. Recuerdo aquel momento en que al novicio de marras se le ocurrió hacer una incursión "exegética" no muy ortodoxa: “porque, como dice S. Pablo, el hombre es como un vaso de barro, lleno de podredum-bre y con un agujero en el fondo...” (!!). Por supuesto,

fue tal la explosión del auditorio que el ejercicio no pudo terminarse, ante la admiración del interesado.

Durante la limpieza de las legumbres había que estar atentos a separar los titos de los yeros o piedrecitas, y tener cuidado de algunas lentejas que caminaban solas...

Y muchas cosas más....

Para terminar:

Después de este divertimento, tengo que decir que Bujedo, en su conjunto, chunguerías aparte, era un marco solemne para sus moradores y digno de admi-ración para los visitantes:

- La grandiosidad de todo el edificio monacal, igle-sia, claustros, comedores...

- La solemnidad de las celebraciones religiosas, con el órgano y el orfeón que aglutinaba voces de toda la escala musical, y las famosas Cantatas del Hno. Justo Manuel.

- Las obras de teatro y las alfombras de arena de colores para la fiesta del Corpus.

- El cementerio: reposo y proclama de tantos testi-gos de la fe y del ministerio de la escuela cristiana.

- Los paseos por los montes Obarenes, o el desfila-dero de Pancorbo...

- Vivero de tantas almas generosas, eminentes pro-fesores y apóstoles por muy diversas partes del mundo.

Todo esto fue y sigue siendo Bujedo. Y le estamos agradecidos.

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Rincón de español 400 años de D. Miguel de Cervantes

Hno. Jesús Sagredo

Adjunto una colaboración (artículo) que, origi-nariamente, ofrecí al profesor que coordina la revista colegial. En principio la consideré como algo anecdótico, pues me parece que es poca cosa para Horizonte; de todos modos me he to-mado un ratillo y la he puesto en castellano, por si puede servir.

Aquí celebramos el aniversario de Cervantes con los alumnos de las dos clases de español.

ada rama del saber, como son el arte, la tecno-logía, la ciencia, la filosofía, la religión... tiene un personaje que viene a ser un punto de refe-rencia. Hoy nos detenemos brevemente en el

dominio de las letras para resaltar a hombres impor-tantes que por su creación han pasado a la historia uni-versal. Dejando a un lado los genios de la literatura univer-sal, como por ejemplo Ho-mero y Virgilio, echamos una mirada a épocas más cercanas y nos fijamos en Dante Alighieri, Molière, William Shakespeare y Eminescu, que son representantes famosos de la literatura italiana, francesa, inglesa o rumana.

El 22 de abril de 2016 se celebra en el mundo de lengua española los 400 años de la muerte del mayor escritor español, D. Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares, 1547 – Madrid, 1616), autor de la novela El ingeniosos Hidalgo D. Quijote de la Mancha, cono-cida como “El Quijote”, la obra que le ha dado fama universal y que ha sido traducida a casi todos los idio-mas del mundo. Hoy unos 500 millones de habitantes se pueden deleitar con la lectura de esta obra que es considerada como la primera novela moderna.

Un episodio de la vida de Cervantes, de alguna ma-nera representativo de su vida aventurera, tuvo lugar el año 1571 cuando participó en Lepanto en la famosa batalla contra los turcos, en la que fue herido de tal gravedad que le quedó paralizado el brazo izquierdo.

Por este hecho se le reconoce con el sobrenombre de “El manco de Lepanto”, apodo que Cervantes consi-deraba como un honor.

Con esta sencilla colaboración queremos dejar constancia en la revista de nuestro liceo de este gran aniversario: el cuarto centenario de la muerte de Don Miguel de Cervantes, gran novelista, poeta y drama-turgo español.

CERVANTES, PERLA DE ESPAÑA A mis alumnos de español en el cuarto cente-nario de Cervantes Elevemos hoy un canto a Don Miguel de Cervantes, el que encumbró nuestra lengua

a cotas grandes, muy grandes.

Cervantes con su Quijote, novela de gran valía, es reflejo, alumnos míos, de la sociedad de hoy día.

Sí, pues juntos y hermanados se encuentran en esta vida soñadores valerosos con sesudos realistas.

Nos referimos, es claro, a Quijote y Sancho Panza, Dos personajes distintos,

testigos de mil batallas.

¿Os acordáis, mis alumnos, la de ovejas y cabras, rebaños en toda regla que el delirio vio armadas?

Ese día Rocinante y el “rucio” de Sancho Panza fueron testigos directos de una cruenta batalla.

Hoy, honrando a Cervantes y a las letras hispanas, nos alegramos, hermanos, por esta perla de España.

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De re lasalliana Hno. Mariano Valdizán

1.- Sobre nuestro san Salomón, mártir

Siempre me llamó la atención que nuestro biena-venturado Hno. Salomón llevara en religión el nombre bíblico del sabio rey de Israel. Me perecía como un poco pretencioso que ese su nombre se refiriera al del hijo y sucesor del rey David.

Pero adelanto que entre reyes anda el juego. Intri-gado como digo, hace ya años procuré indagar el cu-rioso tema. Existe un san Salomón de Córdoba, mártir en el año 857 en la capital del Califato, cuya noticia y martirio escribió el gran, y también él mismo mártir, san Eulogio de Córdoba, testigo personal de aquella vida y martirio. La fiesta litúrgica de este san Salomón cordobés se celebra el día 13 de marzo. (En la misma persecución mahometana murió también la gloriosa mártir Sta. Benilde; y ésta sí que dio su nombre marti-rial a nuestro san Benildo). Pero creo que este santo cordobés no fue quien dio ocasión para el nombre de toma de hábito de nuestro admirado beato, que se halla ya en vísperas de ser canonizado.

Porque, tras complicadas pesquisas, me encontré con la, para mí, novedosísima noticia de que existie-ron, en los siglos VII y IX, no sólo uno, sino dos santos franceses con ese nombre, ambos reyes en la Bretaña francesa: Salomón I y Salomón II, uno de ellos mártir. Y por cierto que son reyes, los dos, de vidas harto com-plicadas. Ambos, en su momento, fueron canonizados por el pueblo, con la aprobación de la Iglesia dioce-sana, como entonces se estilaba. Boulogne-sur-Mer, la costera ciudad natal del beato Salomón, es cercana a la Bretaña.

Así, yo pienso que nuestro pronto san Salomón, he-redó el nombre de uno, o de estos dos santos reyes me-dievales de su norteña región natal. Así, nuestro nuevo san Salomón actualiza, pone al día, un santo nombre martirial, medieval y bíblico. Y desaparece lo de “como pretencioso” que yo encontraba en el nombre de nuestro nuevo santo, como digo al principio.

Y fijémonos que nuestro nuevo santo es el primero en ser canonizado por la Iglesia, de los 189 beatos már-tires de los Carmelitas de París, en plena Revolución Francesa, entre los que se hallan tres obispos, cuya beatificación por Pío XI tuvo lugar el 17 de octubre de 1927. Así se repite el caso de nuestros santos mártires

de Turón, los primeros canonizados de los centenares de mártires españoles del siglo XX.

2.- Los cuadros de los milagros de la canonización del santo Fundador en Bujedo

Los dos cuadros que representan los dos milagros de la canonización de san Juan Bautista de La Salle que se hallan en Bujedo desde comienzos del pasado siglo, y que desde finales de los años 20 lucen en la magna escalera mayor (anteriormente estuvieron en el muro norte de la iglesia), son los que figuraron en la ceremonia de canonización de nuestro santo Fundador en la basílica de San Pedro del Vaticano. Creo que es un hecho ya generalmente conocido entre nosotros. Fueron los Hermanos Superior General, Gabriel Ma-ría, y Luis de Poissy, Asistente de España, los que in-tervinieron para que esas pinturas se destinaran a la re-cién fundada casa de formación de Bujedo –que lle-vaba funcionando nueve años– en señal de afecto y de esperanza en su futuro.

Los milagros representados son la curación de LEO-

POLDO TAYAC, alumno de nuestro colegio de Rodez, curado total y repentinamente de gravísima neumonía

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Compartimos que le afectaba a los centros cerebrales; y de la cura-

ción súbita y perfecta del Hno. NETHELME, cana-diense, aquejado de parálisis por lesión en la columna. Nota curiosa y notable: esos cuadros fueron ilumina-dos con luz eléctrica en su primera presentación pú-blica, en la ceremonia de la canonización, pues la ilu-minación eléctrica se inauguró en la basílica de San Pedro en aquella fecha y en aquella ceremonia; era la fiesta de la Ascensión del Señor. Aquel día, junto a La Salle, también fue canonizada santa Rita de Casia. Otro cuadro, que representaba la glorificación de nues-tro santo en el cielo, desaparecido en el incendio de la casa de Bujedo en 1935, fue sustituido posteriormente, en 1942, por una réplica de autor desconocido, pues carece de firma, y técnicamente inferior a los otros cuadros.

El autor de los tres cuadros fue el distinguido pintor italiano VIRGILIO MONTI (1852-1942), prestigioso ar-tista cuya producción es mayoritariamente religiosa en numerosos templos, romanos e italianos casi total-mente. Hijo de padre pintor, se dedicó desde muy jo-ven al dibujo y a la pintura. Colaboró en Roma en el taller de su padre y después con otros varios pintores, con uno de los cuales participó en la restauración de los frescos de las Logias Vaticanas. Pintor purista, se

encuadra dentro de la corriente del academicismo ita-liano de la segunda mitad del siglo XIX, que conti-nuaba la tradición italiana.

Decoró numerosas iglesias romanas e italianas, tanto al fresco como con lienzos; posteriormente tuvo también intervenciones en la cercana Malta; y, me imagino que, relacionadas con la condición inglesa de la isla, tiene también varias obras en Inglaterra y en Estados Unidos. A esa amplísima dedicación artística religiosa contribuyó el gran aprecio con que le distin-guió el papa León XIII, que llegó a enviarle a su ciu-dad natal, Carpineto Romano, para obras de decora-ción en iglesias de la pequeña ciudad, y, además, le nombró “pintor oficial” del Vaticano. No es nada ex-traño, pues, que, por esas circunstancias, al llegar el momento de la canonización de nuestro Fundador por la Iglesia, se le eligiera para la realización de las men-cionadas pinturas conmemorativas en tan singular y solemne ceremonia, que tuvo lugar el 24 de mayo del año 1900.

En 1901, fue nombrado Académico de la “Pontifi-cia Insigne Accademia di Belle Arti e Lettere dei Vir-tuosi al Panteón”, de la que forman parte los más dis-tinguidos pintores, escultores y arquitectos italianos.

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CompartimosRecibió sepultura en el Cimitero monumentale Campo Verano de Roma, inmediato a la basílica de San Lo-renzo, que es también como un inmenso museo abierto, dada la multiplicidad y la grandiosidad de sus artísticos monumentos funerarios. Entre esos innume-rables monumentos funerarios, por dar solo unos po-cos ejemplos de los de personas notables de la historia, la política y la cultura que allí figuran, se hallan el de Garibaldi y los de los recientes políticos Nenni, An-dreotti y Togliatti; los de los eminentes filósofos Al-berto Moravia y el español Jorge Santayana; el de la insigne pedagoga María Motessori, el del importante pintor español Mariano Fortuny, así como los de los sobresalientes maestros cinematográficos Vittorio de Sica y Roberto Rossellini. Allí, junto a esos muchísi-mos nombres ilustres, el de Virginio Monti es uno de ellos.

3.- Escudo nobiliario de la familia La Salle

La familia La Salle, cuyo miembro más destacado y conocido es San Juan Bautista de La Salle, tiene su propio blasón o escudo nobiliario.

Ese escudo tiene su historia, una historia gloriosa, que, además, es historia española. Historia que nos re-mite a la Edad Media, a nuestra heroica Reconquista contra la invasión árabe. Historia que nos habla de un valeroso guerrero catalán denominado Juan Salla, que, en plena batalla y en presencia del rey, resultó con las piernas tronchadas al ser alcanzado por la caída de una gran piedra, a consecuencia de la cual murió. Ante el generoso sacrificio de su sangre y de su vida, el mo-narca le concedió este honorífico escudo de armas

como blasón de nobleza, que los suyos acogieron con legítimo orgullo y conservaron como gran honor. Es la tradición conservada en la familia a través de los tiem-pos, sobre el origen del escudo.

Este escudo hace referencia a aquellas piernas que-bradas en la heroica lucha: tres “cabrios” de “oro” en “campo azur”. El “mote” o divisa SALLA recuerda aquí a aquel Salla catalán, muerto heroicamente en aquella histórica lucha de la secular Reconquista pa-tria; y es la forma primitiva, original, catalana, espa-ñola, del apellido francés SALLE. Como se ve, se trata de un escudo nobiliario español en su origen.

Heráldicamente estudiado, este blasón tiene forma francesa, de base terminada en punta; presenta tres “cabrios rotos”, de “oro”, en el “campo” “azur” del es-cudo. El “cabrio” es “pieza honorable” en heráldica. Este blasón tiene dos “esmaltes”: de ellos, uno es “me-tal”: “oro”; y el otro es “color”:”azur”, azul. Aquí, el oro forma los tres cabrios; el azur cubre todo el campo del escudo. El “mote” SALLA corona el escudo; es grito de guerra, de mando, de arenga, de victoria, de honor.

El oro significa valor, poder, grandeza. El azur hace referencia a la realeza (sangre azul); representa la lealtad y el celo en el servicio del rey y de la patria. En este escudo, los cabrios de oro resaltan “en” el campo azur; representan, pues, la nobleza, la generosidad, el esfuerzo “en” la lealtad y servicio al monarca, que es como la personificación de la patria.

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Compartimos Nobleza, generosidad, servicio en el servicio al rey

y a la patria, es lo que recuerda y pregona el escudo originario de los La Salle. Blasón que, en Juan Bautista –el Santo del nobiliario apellido–, se sublimó infinita-mente a nobleza espiritual por la grandiosa magnani-midad de su total entrega a la gloria del Rey del cielo en el servicio de sus hijos, los hombres, en esta Patria terrenal, para ayudarlos a llegar a la patria celestial del Rey eterno. “Nobilitas spiritualis”: esa es la nobleza de este nuevo Juan Salla, de nuestro Juan de La Salle.

(Cuando el escudo no aparece coloreado, sino es-culpido o dibujado –como ocurre en este caso–, los “metales” y “colores” se representan con signos gráfi-cos determinados, según normas heráldicas fijas. Así, en este escudo –como en cualquier otro que los os-tente– el metal “oro” se representa por puntos que cu-bren la superficie respectiva, aquí la de los cabrios; y el color “azur” se representa mediante líneas horizon-tales finas y muy juntas, aquí en el campo, de un lado al otro del escudo).

4.- Dos fotos con interés histórico para la casa de Bujedo

Curioso anuncio publicado en 1874 en un medio de prensa de la época (medio que es desconocido). Se ve que se trataba de un proyecto existente entonces para el monasterio exclaustrado, proyecto totalmente igno-rado hasta ahora.

Una universitaria burgalesa, Carlota Martínez, ha estudiado en su tesis doctoral la presencia de las tropas italianas en esta región durante la última guerra civil española. Hace un par de años, acudió a mí en petición de datos sobre la estancia de esas tropas en este centro de Bujedo, datos que le proporcioné (y que publiqué en nuestra revista distrital). Recientemente me ha en-viado esta foto de la casa de Bujedo, realizada en 1938, desde el tren, por Nichelle Francone, sargento italiano de Ingenieros, quien no estuvo en esta casa; foto que, entre otras muchas de aquella su estancia en España, conservan sus hijos en Italia.

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Vidaencomunidad

Crónica de la Residencia La Salle de Valladolid

Hno. Pedro Méndez

na vez más este amanuense entresaca algu-nos acontecimientos de esta veterana comu-nidad en estos últimos meses.

El primer acontecimiento que nos sobrecogió fue la muerte de nuestro querido H. Melchor Peirotén. Poco después de su cumpleaños se resintió grave-mente su salud y falleció unos días después. A pesar de que el primer ictus, sufrido hace casi quince años, cambió totalmente su activa vida, ha sido un admira-ble ejemplo de conformidad, superación y alegría para cuantos hemos tenido la suerte de compartir con él estos últimos años. Hasta el último momento ha mantenida la lucidez mental. El buen Padre Dios le habrá recibido en sus brazos amorosos para darle el ciento por uno prometido por su entrega y fidelidad.

Quisiera señalar algunas ideas salidas a colación en varias reuniones comunitarias. Finalizando febre-ro, el P. Honorato Garranz, franciscano conventual, nos habló sobre “La Misión de los religiosos de la tercera edad”. Nos insistió que nuestra vida consa-grada carecerá de valor si no estamos enamorados de Dios y lo llevamos a la vida. El simple acogimiento no basta, eso ya lo hacen las ONG; nosotros además debemos acercarles a Jesús. ¿Son nuestras casas y centros un medio para anunciar a Jesucristo? ¿Cree-mos que Cristo está en medio de nosotros? Tenemos que convertirnos porque se acerca el Reino de los cielos, nos dice san Pablo.

A mediados de marzo, D. Javier Burrieza, antiguo alumno del Colegio de Lourdes y profesor titular de Historia en la universidad, nos habló sobre los pasos procesionales de la Semana Santa en nuestra ciudad. Se centró en el punto de vista histórico. Comentó que los pasos son fruto de una sociedad clericalizada por la reforma tridentina, las órdenes mendicantes, la escuela carmelitana con santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz. Incluso el teatro de siglo XVII influ-yó en la confección en los pasos. Todo ello creó un ambiente dolorista centrado en la Pasión. En este caldo de cultivo surgieron las cofradías sobre la Pa-sión y su manifestación externa con los pasos proce-sionales.

De los talleres de los imagineros salieron los Cris-tos yacentes de Gregorio Fernández o las Piedades y Dolorosas de Juan de Juni, El primer paso procesio-nal de tamaño natural, realizado íntegramente en madera policromada para sustituir a los antiguos de pequeño tamaño de cartón y lino, fue La Elevación de la Cruz de Francisco del Rincón.

Por estas mismas fechas nos visitaron los tres no-vicios actuales, y nos hablaron sobre la llamada del Señor y su ideal de vida religiosa. El primero de ellos nos comentó que su relación con los Hermanos y la

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muerte de su padre le decidieron a seguir al Señor como Hermano de La Salle. Le apasiona Jesús por su radicalidad, Él es el centro de su vida. El segundo inició su andadura en un colegio de La Salle donde trabajó en la pastoral. Allí reconoció que tenía voca-ción de educador. Le regalaron las Meditaciones para el Tiempo del Retiro, de san Juan Bautista de La Sa-lle; su lectura le impactó. Nos dijo que Dios y la ora-ción son el eje de su vida. En la relación con los Hermanos en comunidad encuentra su plena satisfac-ción. Al tercero, la lectura de las Confesiones de San Agustín le decidió a seguir al Señor sin tener claro ni dónde ni cómo. Buscando una congregación de edu-cadores no sacerdotes, se acercó a La Salle. Lo que más le apasiona es la vida comunitaria, el vivir y trabajar juntos. Quiere una comunidad donde la fra-ternidad sea auténtica, donde se rece y se dé testimo-nio juntos, donde se pueda decir: “mirad como se quieren.”

Finalizando enero, realizamos una salida comunita-ria a Olivares de Duero, otrora Merindad del In-fantazgo de Valladolid. Allí pudimos admirar el reta-blo plateresco de la iglesia de San Pelayo, obra cumbre del renacimiento pictórico de Castilla y León y posi-blemente de toda España, con sus tablas de influencia leonardesca y esculturas bigarnistas. Después visita-mos en Valbuena de Duero el monasterio de San Ber-nardo, fundado en el siglo XII por una nieta del conde Ansúrez. Acabamos la jornada visitando una bodega con 200 años de antigüedad, de un antiguo alumno de La Salle de Valladolid.

En marzo dirigimos nuestros pasos hacia Sacra-menia (Segovia), con su antigua abadía del Cister, del siglo XIII y gran cantidad de ermitas, monasterios, murallas, castillos, junto con parajes naturales mara-villosos. En Fuentidueña, villa de D. Álvaro de Luna, contemplamos la tumba de D. Pedro de Luna y su esposa. En sus galerías porticadas se reunía el conce-jo de estas tierras fronterizas con el islam. En lo alto de un cerro admiramos los restos del palacio de los condes de Montijo y una necrópolis altomedieval excavada en roca. Un Hermano tuvo la feliz ocurren-cia de acostarse en una tumba y quedó empotrado, hubo que ayudarle a levantarse. Se nota que en aque-lla época se comía menos y se trabajaba más.

A finales de mayo, varios Hermanos y José Luis fuimos cuatro días a Madrid para culturizarnos un poco. Visitamos el complejo La Salle de Aravaca, el Teatro Real y el Palacio Real. Desde la torre del anti-guo edificio de Correos vimos una panorámica de

Madrid. En el Museo Arqueológico, el Hno. Aquilino nos dio una clase magistral sobre los restos antiguos y medievales allí expuestos. Contemplamos una ex-posición de pintores realista de Madrid en el Thys-sen. Nos vino muy bien zambullirnos en el mundo vegetal en el Jardín Botánico, y no podía faltar un Musical, “Viva Broadway”, que nos recordó tiempos pasados. Y vuelta a casa, no sin antes ascender a Cotos en la Sierra.

En el capítulo de enfermería tengo que señalar que mientras buena parte de la comunidad asistíamos en Bujedo al funeral y entierro del Hno. Eulogio, opera-ban al H. Aquilino, director de la comunidad, de un problema en el codo. La operación, aunque compli-cada, resultó satisfactoria. El Hno. Francisco Iglesias estuvo unos días hospitalizado por problemas respira-torios y cardíacos, acompañados de un fuerte resfria-do. Unos días en observación y varias pruebas, le estabilizaron y volvió a la comunidad.

A primeros de marzo se incorporó a comunidad el Hno. Mariano Alonso, de La Salle de Valladolid. Vino bastante debilitado. Con la atención médica y el cuidado en la enfermería va evolucionando poco a poco. Actualmente se ayuda con el andador.

En los carnavales se nos ofreció una comida sin-gular. El comedor estaba adornado con máscaras carnavalescas y globos multicolores. El personal de servicio y el Hno. Amancio aparecieron caracteriza-dos de piratas. Este con un pantalón hasta media pierna, camisa negra y el consabido parche en un ojo. No le faltaba más que la pata de palo. A nosotros nos pusieron un gorro de pirata. Una musiquilla festiva acompañó nuestro yantar. A finales de mayo, otra comida con ambientación tropical. En este caso, un collar multicolor hawaiano acompañó la comida.

Con esto cierro esta breve reseña. No me queda más que desear a todos feliz verano y que podamos empezar el nuevo curso con ilusión nueva. b

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VivimosjuntosDesde Astorga

Hno. Faustino Fernández

espués de doce años en la comunidad y de una labor muy meritoria y callada, nos dejó el Hermano Secundino Fernández, que se

trasladó a la Residencia de Bujedo. Vino a reempla-zarle el Hermano Marcos Alonso procedente del co-legio La Salle de Valladolid.

Iniciamos el curso con renovadas ilusiones. Una vez realizado el Proyecto Comunitario y las reunio-nes del claustro, se puso en marcha el curso con una novedad muy importante por la concesión de la Con-sejería de Educación de la Junta de Castilla y León del aula de tres años de que carecía el colegio. La matrícula para tres años fue de 27 niños y para el próximo curso se han matriculado ya 25.

Hemos vivido un curso pleno de acontecimientos y actividades, en los que intentamos hacer nuestro el lema del año: "Es justo y necesario". A modo de grandes pinceladas recordamos algo de lo vivido.

Siguiendo una larga tradición colegial, en los pri-meros días del mes de octubre tuvimos el "Día de la Amistad", en el que se intenta crear una relación es-pecial entre los alumnos de las diferentes edades.

El 30 de octubre falleció de forma repentina Don José Prieto, párroco de nuestra parroquia San Andrés; era también el capellán que presidía las eucaristías comunitarias y las celebraciones colegiales que se le pedían.

A mediados del mes de noviembre, el Hermano Juan, director, asistió al IV Congreso de Directores del Distrito ARLEP, en La Salle-Bonanova (Barcelo-na). En el mismo mes participamos con buen

aprovechamiento en el programa ARTISTEA que programó la Junta de Castilla y León.

Un año más celebramos el "Día de los Derechos del Niño" con diversas actividades en el centro y la participación en un acto conjunto con el resto de los colegios de la ciudad, presidido por el Alcalde; en él, los alumnos de este centro tuvieron una actuación muy brillante.

Durante el mes de diciembre destacamos, entre otras acciones, la recogida de alimentos para los más necesitados de la ciudad, colaborando así con Cáritas diocesana. El 16 de diciembre, el Hermano Marcos se trasladó a la Residencia de Arcas Reales para recupe-rarse de unos problemas de salud. Finalmente el Fes-tival de Navidad que viven pequeños y mayores con gran alegría, celebrando así la venida del Niño Jesús. Ni que decir tiene el éxito del Festival entre los pa-dres, abuelos... por lo que hay que repetir las actua-ciones varias veces.

El año nuevo lo iniciamos con renovado ánimo y, en primer lugar, destaca el "Día de la Paz", durante el que el colegio se llenó de palomas blancas, manos blancas y fotografías pacifistas. Reflexionamos sobre el Guernica de Picasso, realizado en gigante por los alumnos, pero en color.

A mediados del mes de febrero utilizaron las ins-talaciones del colegio una cincuentena de jóvenes universitarios del Sector (antiguos alumnos.). Convi-vieron durante un largo fin de semana, en el que compartieron sus experiencias y vivencias juveniles bajo la batuta del Hno. Guillermo Moreno.

Marzo nos trajo unas sesiones de teatro en inglés y francés adaptadas a tres niveles diferentes. Es un acier-to más del colegio. Antes de iniciar las vacaciones de

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VivimosjuntosSemana Santa, una veintena de alumnos participó en el concurso Canguro Matemático 2016.

En los meses de abril y mayo destacamos que nues-tro colegio fue la sede del encuentro que organizó el Sector sobre Aprendizaje Cooperativo. También se tuvieron unas reuniones de la Asociación ADAHÍAS sobre cómo tratar a los niños hiperactivos que tenemos en nuestras aulas. También que se celebró en este cen-tro, un año más, el Día de la Familia Lasaliana, al que acudieron casi doscientas personas de todo el Sector. Al encuentro asistieron también el Hno. Jesús Miguel Zamora, Visitador del Distrito, y el Hno. Andrés Cor-cuera, Visitador Auxiliar. El tiempo meteorológico no acompañó, pero fue un día muy provechoso por la convivencia y por cuanto se compartió.

Con motivo de "los Mayos" la Asociación de Ve-cinos "los Arrieros" nos sorprendió con un homenaje al maestro y en especial a los Hermanos por la labor que realizan en el barrio de San Andrés. En el acto estuvieron presentes las autoridades locales, el alcal-de incluido; hubo discursos apropiados al evento que se celebraba, y no faltaron la música regional de la flauta y el tamboril, las castañuelas y la actuación del coro del barrio.

Celebramos con la solemnidad que lo requería la fiesta de san Juan Bautista de La Salle, con un una eucaristía y programa muy variado, que fue del agra-do de los alumnos y que culminó con la fiesta de la familia, a la que concurrieron muchas familias. Y, finalmente, en mayo honramos a María en la capilla colegial con oraciones, poesías y flores.

A través de la estructura "SalleJoven" se ha traba-jado con los grupos cristianos en PROYDE, Volunta-riado y las diferentes campañas, como DOMUND, Navidad, Manos Unidas... donde los alumnos ven las distintas posibilidades para servir mejor a otras per-sonas.

Quiero también recordar las actividades de tarde que ofrece el centro al tener jornada única. Hay talle-res para Educación Infantil, y para Educación Prima-ria, entre ellos: ajedrez, dibujo, mecanografía, foto-grafía, canto, costura, juegos de informática, técnicas de estudio...

Concluye el curso con la graduación de los 27 fi-nalistas de la ESO el 19 de junio, con una celebración eucarística y un acto académico. El 22 fue el último día lectivo para los alumnos y el 24 recibieron las notas con las que inician las vacaciones veraniegas. El profesorado dispuso de unos días más para cum-plimentar la documentación oficial. Con la última reunión del claustro y del Consejo Escolar finaliza el curso 2015-16. Para todos cuantos han formado parte de la comunidad educativa felices vacaciones.

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VivimosjuntosAquí Bujedo

Hno. Francisco Tudanca

ño nuevo, vida nueva. Aun dentro de cierto grado de monotonía, llevada con naturalidad y con una dinámica elemental, quisiéramos

reflejar también los avatares ordinarios de los Her-manos mayores de esta residencia.

Metidos en el mes de enero, cunden pocas nove-dades dignas de reseñar, fuera de la noticia luctuosa de una persona muy querida en el monasterio. Desde el día 19 de enero descansa en este cementerio el Hno. Melchor Peirotén. Ha dejado una bella y recor-dada imagen por la riqueza de su personalidad y por sus excelentes cualidades y habilidades en los distin-tos planos de la vida. Ameno en la comunicación, entusiasta valedor del buen espíritu a su alrededor, recio en el trabajo y ejemplar en la fe, ha dejado una estela brillante en su existencia, máxime en sus últi-mos años, en que sus repetidos ictus, si le han limita-do seriamente su salud, no le han impedido vivir con serenidad, con temple y con aceptación religiosa esos años de preocupación y de dolor. De ahí que nos haya legado una vida digna de vivirse.

Dentro de la monotonía de un febrero castellano, salpicado de frío, pocos acontecimientos se pueden consignar. Siendo esta casa un lugar estratégico, bas-tante abierto a Europa, se transforma fácilmente en lugar de paso. Así, por segunda vez, el día 20 de fe-brero un grupo numeroso y variopinto de personas creyentes, formado por unos 25 religiosos y religio-sas franceses, llamados Hermanitos y Hermanitas del Sagrado Corazón, cuyo carisma se inspira en Carlos de Foucault, y acompañados por familias con hijos, chicos y chicas jóvenes y personas mayores, se per-sonaron en Bujedo en calidad de peregrinos. Habían visitado Barbastro, Zaragoza, Ávila, Fátima, etc. y hacían noche en nuestra casa. A la mañana siguiente, después de la Eucaristía, a las 6 de la mañana, y de la veneración de los Mártires de Turón, emprendieron la marcha hacia Francia. Eso sí, dejaron una impresión magnífica de un grupo unido, educado, piadoso y dinámico. Quizás vuelvan dentro de un par de años.

En este mes, interesa señalar un plan que hemos establecido para informarnos, sensibilizarnos y sinto-nizar con lo que sucede en las diversas facetas de la vida del Distrito o del Sector: opciones educativas, acción pastoral, asociación, misiones, etc. Para ello,

solemos acudir a distintos Hermanos o personas re-presentativas que nos informen de su misión especí-fica. Con ese objetivo, pasó por aquí el Hno. Gui-llermo Moreno. Al llevar poco tiempo en la pastoral del Sector, nos habló de su rica experiencia de Portu-gal, donde ha creado una dinámica pastoral de gran repercusión, con una metodología original y van-guardista: cursos vocacionales del monte Horeb, reti-ros “en manos de Dios”, etc. Gracias, Guillermo, por tu información, que motiva nuestra acción de gracias y solidaridad con la acción evangelizadora de nues-tros centros.

Y llega marzo. Libres de cualquier actividad es-colar o paraescolar, los Hermanos de Bujedo y otros voluntarios de diversas comunidades, no adscritos a la actividad escolar, hemos vivido el Retiro anual.

Nos ha ayudado para la reflexión el Hno. Pedro Gil, profundizando en torno a las Meditaciones del Tiempo de Retiro. Ha querido recordar y refrescar el mensaje de esas meditaciones, que pueden haber quedado en el olvido, y ha buscado rememorar nues-tra vida de educadores de la niñez y juventud. Gra-cias, Hno. Pedro.

Debido al adelanto de la Pascua ya en este mes, se han dado ya cita en esta casa muchas gentes lasalia-nas. De los cuatro puntos cardinales del Sector han venido jóvenes y menos jóvenes, universitarios, pro-fesores de nuestros centros, y familias con sus hijos, en número de unos 250, que han creado una comuni-dad orante, que ha vivido en profundidad el Triduo Pascual, con una dinámica espiritual convincente y adaptada a su ser juvenil que quiere vivir el gran misterio de Jesús en su entrega generosa a la muerte por nosotros. Junto a ese nutrido grupo, también la

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Vivimosjuntoscomunidad de Hermanos mayores ha celebrado y vivido ese misterio de amor de Jesús a la humanidad.

Abril, aguas mil. El tiempo se ha encargado gra-tamente de hacer realidad ese dicho, premiando a los labradores de estas tierras con la esperanza de una cosecha abundante. En ese clima de esperanza huma-na, nos ha llegado la noticia de la elección de Luis Argüello, como Obispo Auxiliar de Valladolid. Buje-do está de fiesta, pues todavía recuerda con ilusión su vinculación al Equipo de Pastoral del Distrito, su cercanía a los jóvenes y su trabajo pastoralista con los grupos cristianos. Pues bien, tras su decisión poste-rior de abrazar la vocación sacerdotal, ha aportado a la Archidiócesis de Valladolid sus mejores dotes personales y su entrega cualificada a las diversas labores ministeriales que se le ha confiado; de ahí ese nombramiento. Felicitamos efusivamente a Luis y le deseamos que sea el pastor solícito que todos espe-ramos.

Bujedo, sede del santuario de los santos Mártires de Turón, ha encontrado una persona encariñada con la estela luminosa que dejaron en ese pueblo astu-riano. Es su actual párroco, D. Rafael, quien, entre otras manifestaciones, aprovechando la restauración del templo parroquial, ha dedicado un altar especial a la memoria de los mártires; y ha organizado peregri-naciones de turonenses a este santuario bujedano, donde se veneran sus reliquias. De ahí que las distin-tas comunidades de Asturias han creído que era un motivo más que suficiente para la concesión del título de Afiliado al Instituto. Tramitada la correspondiente solicitud a Roma, el Consejo General aprobó esa afiliación, que le entregó en La Felguera (Langreo) el Hno. Andrés Corcuera, Visitador Auxiliar, con asis-tencia de un grupo de Hermanos de Bujedo.

Y entramos en mayo. 54 profesores nuevos de los tres últimos cursos de nuestro Sector acudieron a un encuentro especial de formación, que tiene como objetivo ayudarles a incorporarse a la pedagogía lasa-liana y a descubrir los valores que representa. El tema de estos días ha sido la “comunidad”: comunidad educativa como base, y comunidad cristiana, como meta. Las orientaciones de sus tutores, la comunica-ción de sus experiencias y hasta el mismo testimonio de los Hermanos mayores de esta residencia han ser-vido para ir profundizando en ese objetivo señalado, de tanta trascendencia en su quehacer educativo.

En otra faceta educativa, los alumnos de 5.º y 6.º de los colegios de Valladolid-La Salle y de Santander

nos han visitado una semanita para un contacto direc-to con la naturaleza, dentro de un modo diferente de estar y de aprender. El mismo contacto con la soledad de un monasterio, la contemplación directa de la na-turaleza, los talleres de arte, las lecciones de pequeño cultivo y hasta sus ensayos como improvisados horte-lanos han supuesto un enriquecimiento de cómo estar en la vida. Por eso, nos dejan en Bujedo con el re-cuerdo de su presencia y de ese buen saber estar, en que han jugado un papel destacado sus profesores, como sabios acompañantes.

Dos acontecimientos complementarios se suceden en Bujedo en este mes de mayo. Uno corresponde a un matrimonio muy vinculado a esta casa. Se trata de la concesión de “afiliación a nuestro Instituto” de José Arcadio Bayón y su esposa Mercedes Álvarez. Conociendo su historia personal y los deseos de sen-tirse más ligados a la familia lasaliana, se solicitó del Consejo General esa concesión, que fue otorgada. La fiesta comunitaria de san Juan Bautista de La Salle creó el marco para ese encuentro y compromiso, con la asistencia del Hno. Visitador Auxiliar. Enhorabue-na a los nuevos Afiliados. Y otro fue la visita de los familiares del Hno. Ignacio García, vilmente asesina-do en Burkina Faso, en febrero de 2004, para recor-dar a su hermano y primo, y significarlo en este am-biente lasaliano, ya que, antes de dirigirse a Molleru-sa, pasó unos días en Bujedo. Pues bien, después de un acto conmemorativo, al que asistieron más de 60 parientes cercanos, tuvieron la gentileza de donar a esta casa la condecoración concedida por el Gobierno de Burkina Faso a la memoria del Hno. Ignacio, a título póstumo, y una placa dedicada, como memoria de su familia.

Y terminamos con el mes de junio. Dentro del plan de información y sensibilización de las distintas facetas del Sector en los distintos campos, de lo que hemos hablado anteriormente, recibimos la visita de la comunidad del noviciado. Aprovechando esta oportunidad, el Hno. Esteban de Vega nos dio una extensa información sobre la vida y la dinámica del noviciado de la Arlep, relatando su funcionamiento actual y las líneas fundamentales de ese período for-mativo, y señalando su estructura básica y los objeti-vos claves, dentro de un sistema y de unas circuns-tancias específicas en el hoy de su funcionamiento. Además, como complemento, cada uno de los tres novicios nos relató el proceso de su vocación, que resultó muy interesante, dada su edad y su proceden-cia tan diversa. b

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VivimosjuntosExperiencias diversas -

“La Salle” Burgos Hno. Jesús Gil

emana vocacional. Antes de dar por finaliza-do el mes de enero, celebramos la semana vocacional en el colegio. Tuvimos de todo

durante la semana: oración de la mañana bien orien-tada; reflexión dirigida primordialmente por los tuto-res de cada clase y testimonio de diversos estilos de vida: vida religiosa dedicada a la educación, dedica-ción sanitaria, familiar, monacal y de vida retirada en la soledad. Todos estos diferentes estilos de vida fueron seguidos con gran interés por los alumnos. Entre los testimonios no faltó el de Hermanos de La Salle, que fue magníficamente presentado por los dos Hermanos escolásticos. Esperamos que todos estos modos, formas y maneras de vivir, hayan hecho re-flexionar a los alumnos y que vayan aclarándose sobre su estilo de vida en el futuro.

Retiro de fin de mes. Fue totalmente personaliza-do. La mañana, a su manera: retirándose a orar en una iglesia cercana o más o menos retirada del colegio. Algunos coincidimos en algún monasterio; allí desgra-namos gran parte de la mañana dedicándola a pensar y reflexionar sobre nuestro estilo de vida. El que fuera tan personal, nos dio tiempo para muchas cosas bien diferentes: reflexionar y comunicarse con los demás. Experiencia diferente a lo tradicional y ya programado que no en la rutina ordinaria. Nos agradó esta forma de orar, que ya la experimentamos el curso pasado. Son diversas maneras de dedicar una mañana en la soledad con Dios y sus criaturas. Este estilo agradó a la mayo-ría y estamos dispuestos a repetirlo, al menos una vez cada curso.

Día de la paz. A finales de enero, todos los alum-nos de “La Salle” y sus profesores celebraron el “día de la paz y la no violencia”. Un día en que recordaron que en muchos lugares del mundo necesitan nuestro apoyo a favor de la paz. Después de leer un manifies-to, los alumnos pidieron la paz mundial en diferentes lenguas y terminaron cantando todos juntos y pidien-do la paz para el mundo.

Las Candelas. En la santa iglesia de la catedral nos reunimos un buen grupo de religiosos/as para, con presencia del Sr. Arzobispo, clausurar el Año de la vida consagrada. Muchos religiosos, (muchas más religiosas) estuvimos allí presentes. Las comunidades de Cortes y de “La Salle”, dignamente representadas. Todos juntos dimos entrada a la ceremonia con la procesión de las candelas; tras un breve pasar por el interior de la catedral, nos dirigimos a la principal de las capillas, Santa Tecla, y allí tuvimos lugar para celebrar una Eucaristía de acción de gracias por este año de la vida consagrada. En la homilía, un poco larga (unos veinte minutos), el Arzobispo nos recordó una y otra vez que sin los religiosos/as el mundo sería muy distinto al que es hoy en nuestra España de la actualidad. Don Fidel nos animó a ser valientes por-que la presencia religiosa llena y da buen sabor a la vida presente. Continuamos la Eucaristía, bien am-bientada y mejor animada por la coral de la catedral. Antes de dar por terminado el año de la vida consa-grada, un religioso (cuyo nombre no recuerdo) nos agradeció nuestra presencia y participación en este gran acto de clausura. Al final se animó a toda la

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Vivimosjuntosasamblea –religiosos, religiosas y familias cristianas– a seguir tomando parte activa en el “Año de la miseri-cordia”, del que ya tenemos gastados casi dos meses.

Carnaval. Estamos en carnavales, tiempo de dis-fraces, tiempo de vestirse para la fiesta, tiempo para la diversión y para la sonrisa, para la música y para la alegría. Las calles y numerosos puestos se vistieron de colores varios, de disfraces con una ambientación propia del carnaval que desafiaba al frío del mes de febrero. Estos días el colegio en pleno estaba un tanto alborotado. Todo el mundo estaba pensando en las fiestas y festejos de los carnavales. Los pequeños pensando en qué disfraz se iban a poner para el día de la inauguración y los mayorcitos a verlas desde la barrera; pero todos a vivir la fiesta. La ciudad se vis-tió de ambiente alegre: la música, las charangas y comparsas pasearon por las calles dando buen sabor a los días de alegría y fiesta. Me gustó ver a los peque-ños y medianos haciendo su disfraz y dando alegría por todos los rincones y locales colegiales. Fueron días para olvidar las penas y echar una cana al aire. Todos lo celebramos, cada uno a nuestra manera. Así nos olvidamos un poco de la dureza que supuso para nosotros “la cuesta de enero”. ¡Viva el buen humor, y que la fiesta dure!

Cuaresma. Cuarenta días en camino hacia la Pas-cua. Y la damos entrada con el rito de la imposición de la ceniza, reconociéndonos pecadores. En este tiempo la Iglesia nos pide que aprovechemos estos días para nuestra conversión, nuestra vuelta al Evan-gelio, nuestra vuelta a la casa de Dios. El Evangelio nos pone el acento en la oración, el ayuno y la limos-na, que deben ser nuestras buenas obras.

Encuentro de zona. Pistas para hacer una lectura de la Regla. Empezamos la reunión con una oración bien preparada por el equipo del Sector. No nos deja-ron estar distraídos, antes bien atentos todos a lo que los dirigentes nos sugerían. Buena preparación y

magnífica realización. Todos estábamos pendientes de lo que se nos insinuaba. Este equipo se merece un buen aplauso por todo lo que realizó. Bonita y grata oración comunitaria la que nos prepararon Chemi y los suyos. Así se reza, y así se participa en la oración. Nos encantó el que en la preparación, nos trajeran a la escena tantos textos de las meditaciones de La Salle. Si tuviéramos que poner un calificativo, no sería otro que el de un buen sobresaliente. A las diez y media de la mañana fue el turno para la primera charla del día. Fue el Hno. A. Botana quien tomó la palabra para empezar a darnos pistas de interpreta-ción de nuestra Regla, bien revisada y no menos bien puesta en nuestras manos. Los ejes en que se funda-mentó fueron: eje interno, eje comunitario y eje con-textual-eclesial. Botana se explicó bien en estos tres puntos. En todos ellos nos expuso las ideas bien cla-ras; porque esta es “una Regla para los Hermanos”. ¡Qué bien nos supo todo lo que es para nosotros, reflexión y al mismo tiempo oración muy personal para todos! En la segunda charla, el conferenciante abundó en el “ser con” y “ser para”. La identidad del Hermano ha de leerse y vivirse hoy en este contexto. No debemos olvidar que somos solidarios con el derecho a la educación; que la experiencia lasaliana en su conjunto es obra de Dios; y que todo este estilo de vida y carisma debe ser signo para creer en la es-peranza.

Jornadas educativas. Este es el tercer año conse-cutivo en que celebramos jornadas apropiadas a la educación. Al igual que los años anteriores, la asis-tencia fue masiva y con gran interés por lo formativo y bien saber estar ante los valores educativos, huma-nos y cristianos. Se notaba que los asistentes éramos personas comprometidas con la educación en las aulas. Las preguntas al terminar cada conferencia, así lo manifestaron y ponían sobre la mesa. Así da gusto estar entre profesionales. Estas jornadas tuvieron lugar los días 29 de febrero y 1 y 2 de marzo. Fechas muy buenas para dar por terminado este invierno, que nos llegó con un poco de retraso, pero que se agrade-ce porque así vemos que “el invierno no se lo come el lobo”. Los fuertes y abundantes aplausos al terminar cada charla así lo aseguraron, así lo afirmaron y así lo manifestaron; que el interés por todo lo nuestro no decaiga, que se mantenga, y si es posible, que se au-mente cada año más y mejor.

Días de retiro anual. La comunidad se distribuyó en tres grupos diferentes: Bujedo, Dueñas y Arcas. De los tres centros salieron satisfechos y altamente

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Vivimosjuntoscontentos por los días pasados en calma y sosiego;

días de entrega y bien pensar en nuestras cosas espiri-tuales. Días de tranquilidad y calma, días de acogida, hermandad y fraternidad. Momentos para pensar y reflexionar sobre nuestra vida espiritual y profesio-nal; vida de entrega y dedicación. Una semana para bien pensar y tratar de dar sentido a nuestra vida. Pensamos y reflexionamos sobre “las meditaciones para el tiempo de retiro”. Esta fue la tarea principal de estos seis días de dedicación a lo específicamente nuestro. Me llamó la atención el estilo en que están escritas todas estas meditaciones; parece que están pensadas para hoy y para los alumnos de hoy. Que Dios nos mantenga en esta ilusión de ayer y de hoy.

Por lo que nos han contado los otros grupos, tam-bién ellos profundizaron en temas religiosos de hoy, temas que no pasan, que se van, pero se quedan con nosotros. Creo que rezamos y oramos lo suficiente; estos temas nos interesaron, yo diría que lo suficien-te, tanto para calarnos en nuestra vida, como para seguir abiertos a los demás. Pensar y volver a pensar en lo mismo, pero con matices bien diferentes. Así y solo así lograremos calar una vez más en estos temas para nuestra escuela de siempre. Siempre ha habido alumnos con dificultades, y siempre volveremos a tener este buen talante que tanto nos recomendó an-tes, ahora y siempre el gran “Señor de La Salle”.

Un retiro es una gracia que Dios nos concede y pone en nuestro camino; gracia que debemos aprove-char y siempre recordar. Todo lo que hagamos ahora, nunca lo olvidaremos porque lo que vale, vale siem-pre. El retiro de 2016 lo tendremos que recordar tam-bién en los años venideros; esta semana se grabó en nosotros para seguir siendo hombres de escuela lasa-liana.

Fiestas colegiales. Llegó la primera quincena del mes de mayo y con ella llegaron los días de fiesta grande. Son las fiestas del colegio. El Señor de La Salle tenía que sentirse honrado y bien homenajeado por todos los alumnos de su colegio. Desde la maña-na del jueves, vimos a todo el alumnado con la aten-ción puesta, para bien pasarlo en los salones, patios y polideportivos. Los pequeños con la ilusión de siem-pre, para disfrutar de verdad. Los medianos refresca-ron sus ilusiones y pusieron todo su interés para pasar unos días inolvidables. Y los mayores, que ya se las saben todas, no quisieron ser menos y pusieron un buen ambiente de fiesta grande. En estas fiestas hubo abundancia de entretenimientos para elegir y disfru-tar. Y la verdad es que los pequeños y medianos no dudaron en participar en todos ellos.

En el día central celebramos la fiesta de san Juan Bautista de La Salle. La amplia capilla del colegio se quedó pequeña a la hora de dar cabida a todos. La celebración de la Eucaristía fue bien participada por todos. Estuvo bien vigilada por todo el profesorado, que lo tenía como algo muy suyo, para dejar buen recuerdo en las dependencias del colegio.

Fueron unas fiestas, sencillamente, para ser cele-bradas o tenidas con aire de días en que los libros son aparcados y todo el mundo da cabida a la alegría y fiesta. La participación del alumnado y profesorado fue ejemplar. Los alumnos mayores estuvieron bien acompañados en todo momento; y los medianos y más pequeños también estuvieron bien atendidos en las diversas actividades y entretenimientos que se habían programado y puesto a disposición, para que todos los alumnos y lasalianos se lo pasaran con ale-gría y satisfacción plena.

Y esto es todo lo que dio de sí la segunda parte del curso. No nos queda más que desear a todos un buen verano y descanso feliz. Que todos volvamos con abundancia de ilusiones para ir desgranando nuestro ser en los locales y diversas estancias del colegio, que es el nuestro.

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Breve reseña de un año lasaliano en Cantabria

Hno. José Carlos García Moreno

n este curso 2015/2016 en Cantabria hemos estado de aniversarios: 125.º en el Colegio San Juan Bautista-La Salle de Los Corrales

de Buelna, y el 75.º en el Colegio La Salle de San-tander. Lo que ha supuesto una serie de actividades sumadas a las habituales. Pero la verdad es que ha merecido la pena porque han hecho que se intensifi-que el sentido de identidad y pertenencia, la relación y fraternidad lasalianas. Nos hemos sentido una gran familia y hemos disfrutado con los alumnos, los pa-dres y los antiguos alumnos.

Se ha puesto de manifiesto que los alumnos no son compañeros, son amigos y los profesores no son jefes, son acompañantes, formando un equipo que no lo igualan ni el Madrid, ni el Barcelona, no digamos el Racing o el Tropezón. Profesores con gran profe-sionalidad, tesón, cercanía y que ponen mucho amor en todo lo que realizan. Que tanto alumnos como profesores hacen del colegio su segunda casa, que desarrollan la amistad, el cooperativismo y crean un clima de familiaridad, buen rollo y lo convierten en un precioso lipdub cada día.

En los dos centros se han hecho recreaciones his-tóricas: el recibimiento en la estación de los primeros Hermanos en Los Corrales: Jules de Jesús, Domingo José y Lamberto Luis; y del chalet de la finca Hoppe en Santander.

Los alumnos, con los profesores y padres del cen-tro San Juan Bautista realizaron un impresionante y fantástico lipdub. Se han montado las exposiciones

de filatelia, de la escuela del pasado, la de los centros La Salle que han existido en Cantabria, pirograba-dos… Se han realizado concursos de narrativa ingle-sa, de ortografía… charlas-conferencias en el salón… marchas por la población y hasta se ha montado una carroza con el logo del 125.º para desfilar con otras tantas en la fiestas patronales de San Juan, y tantas otras actividades.

En el Colegio La Salle de Santander se han tenido mesas redondas con antiguos alumnos. con alguna significación profesional, una magnífica exposición de fotografías históricas del centro, obras de teatro-musicales que han resultado fantásticas, un concierto en la iglesia de los PP. Franciscanos de agradeci-miento a cuantas instituciones han colaborado en el buen funcionamiento del colegio, a cargo del coro femenino “A Capella” del Conservatorio Jesús de Monasterio dirigido por Marimar Fernández Doval y acompañado al piano por María Gutiérrez Osés; ma-tasellos especial de la celebración y un sinfín de ac-ciones que nos han recordado la efeméride.

En ambos centros se ha concluido con la fiesta de los antiguos alumnos. En Los Corrales se celebró el día 21 de mayo comenzando por una Eucaristía que presidió, en nombre del Obispo, D. Juan Carlos Ro-dríguez, Vicario de Pastoral de la Diócesis, y cuya homilía estuvo a cargo del Hno. Jesús Miguel Zamo-ra, Visitador del Distrito, a la que siguió un fraternal ágape en el restaurante de Las Caldas. A dicha fiesta acudieron 28 Hermanos que han pasado por esta co-munidad, antiguos profesores y numerosos antiguos alumnos. En Santander dicha fiesta se celebró el 18

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Vivimosjuntosde junio, comenzando también con una Eucaristía en

la iglesia de los PP. Franciscanos de la calle Perines, y cuya homilía fue pronunciada por el Hno. Andrés Corcuera, Visitador Auxiliar del Sector, a la que si-guió un acto conmemorativo en el polideportivo, en el que participaron varios antiguos alumnos que fue-ron exponiendo recuerdos, vivencias, anécdotas y sentimientos de su paso por el colegio. Terminamos con una paellada muy sabrosa. Nos juntamos unas cuatrocientas personas, entre las que se encontraban 29 Hermanos que en algún momento han formado parte de la comunidad de este colegio.

No nos queda más que felicitar a las comisiones que han planificado y hecho que las actividades se llevaran a cabo, a los claustros de profesores apoya-dos por las AMPAS que con ilusión, creatividad, generosidad y presencia han hecho que los aniversa-rios hayan tenido una repercusión enteramente posi-tiva en toda la Comunidad Educativa, en los antiguos alumnos de ambos centros y se hayan hecho eco los medios de comunicación locales. Enhorabuena, feli-cidades.

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Crónica de la comunidad de Ferrol Hno. Pablo Castrillo

a comunidad está plenamente integrada y en comunión con la parroquia. Con una partici-pación activa y de colaboración en su anima-

ción. En el mes de septiembre iniciamos alguna de las actividades. Comenzamos con un encuentro de todos los comprometidos en la acción pastoral. Con doble objetivo: informe y análisis del programa del año. Estrechar lazos de comunión y hermandad.

Al comienzo de febrero, el día 5, celebramos el cumpleaños del Hno. Pablo. Nos acompañó en la comida el Hno. Víctor Muñoz Gil, misionero en Tai-landia, se encontraba en nuestra ciudad en campaña misionera de “Manos Unidas”. Con él compartimos la comida de fiesta y conversamos sobre la labor de los Hermanos de allí. Lo más saliente es la “Escuela de Bambú”, que, de alguna forma, motiva y centra todas las acciones. Pronunció la homilía de la Euca-ristía parroquial del domingo día 6. Mediante proyec-ciones expuso la labor de educación, y de forma amena informó del trabajo de los Hermanos en este país. Interesó a la gente.

Los Hermanos de Galicia y Portugal tuvimos el encuentro de zona el 13 de febrero. El Hno. Alberto Arteaga nos animó a la lectura de la Regla; al mismo tiempo, nos orientó en la forma de hacerla. Agrade-cemos al Hno. Alberto el contenido de las charlas así como el entusiasmo y gracia con que nos habló.

Coincidimos en el colegio con los participantes en las Jornadas de Pastoral organizadas por Escolas Católicas en la que participaron algunas profesoras de primaria de nuestro centro.

Otra novedad de este curso ha sido la celebración de los Pepes. Con este motivo nos citamos en La Gafa para homenajear a los seis Pepes que están por estas tierras. Agradecemos al Hno. Claudio esta feliz idea y sobre todo el ágape que, con abnegación y gusto, nos sirvió y disfrutamos.

El 13 de marzo celebramos, con el Hno. José Mo-rales, el aniversario de su nacimiento. Esta vez fue la comunidad de Ferrol la que acogió a los Hermanos. Aunque un poco apretados –no es fácil pasar de cua-tro a dieciocho–, nos arreglamos bien y disfrutamos mucho con el Hermano. Hasta hubo magia e ilusio-nismo; no podía ser de otra manera, si tenemos en cuenta las habilidades del Hno. José.

Y seguimos con los encuentros. Esta vez nos con-voca el cumpleaños del Hno. Jorge. Nos acogen y lo celebramos en la comunidad de Pastoral de Santiago. En ella felicitamos y celebramos el acontecimiento el 27 de octubre.

Esta hospitalidad y llamada se volvería a repetir el 16 de abril. Esta vez la felicitación fue doble. En este día, cumplía años el Hno. Germán; el Hno. Salvador, del colegio, lo haría el 19. Fue una alegría celebrar la fidelidad, los frutos y la salud de la veteranía al mis-mo tiempo que la ilusión y proyectos de una juventud madura y prometedora.

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El 23 de abril recibimos la visita de los animado-res de “Salle Joven” de La Inmaculada y del Colegio La Salle de Santiago que, junto con los de Ferrol, tendrían un encuentro de formación y convivencia. Estuvo concurrida y las ausencias fueron mínimas. Fieles a nuestro compromiso con el colegio, les reci-bimos con afecto y estuvimos a su disposición y compartimos algunos momentos.

Después de casi un año de espera, el día 7 de ma-yo, pudimos asistir y celebrar, en Mondoñedo, la consagración y toma de posesión de nuestro nuevo

obispo el P. Luis Angel de las Heras. Asistió el Hno. Fernando Barrio, invitado como presidente de CON-FER de la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol. También asistió el Hno. José Antonio con el pueblo fiel de la parroquia. La concurrencia fue grande. También par-ticiparon el Hno. Jesús Miguel y Hno. Andrés Cor-cuera, por su relación con la CONFER nacional.

Al día siguiente, hizo su entrada en la concatedral de Ferrol. Celebró la Eucaristía acompañado de nu-merosos sacerdotes. Después de ella, tuvo el primer contacto con los fieles de Ferrol. Nuestro obispo ha causado buena impresión: sencillo, cercano, atento. Ha sido acogido con satisfacción y alegría.

Termino esta comunicación señalando un acto significativo para nosotros en la historia del Instituto.

El domingo de la Santísima Trinidad, 22 de mayo, los Hermanos de Ferrol, después de dar la catequesis, nos trasladamos a Santiago para renovar juntos todos los Hermanos de Galicia nuestra consagración de religiosa. En una breve y densa oración, realizamos la renovación. Seguimos celebrándola con una comida fraternal.

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Crónica de la comunidad de Gijón Hno. Luis de los Ríos

a vida que llevamos los Hermanos es muy sencilla; con todo, compartiremos con voso-tros algunos de los acontecimientos más no-

tables vividos por la comunidad a lo largo de este curso.

Ya es de muy larga tradición el hecho de juntar-nos las comunidades de Asturias para celebrar juntos distintos acontecimientos. Al comienzo del curso nos juntamos por doble motivo: dar la bienvenida a los Hermanos que son destinados a alguna de las comu-nidades de Asturias, la del “litoral” y la de “las cuen-cas” y, al mismo tiempo, despedir a los Hermanos a los que la obediencia destina a otras comunidades.

Con motivo de la fiesta de los santos Hermanos mártires de Turón nos juntamos los Hermanos para celebrarla con solemnidad, tanto en la Misa como en la mesa.

Queremos destacar un acontecimiento poco fre-cuente como es el celebrar el nombramiento del sa-cerdote que anima la parroquia de Turón, Don Ra-fael, como “afiliado al Instituto” por todo lo que ha hecho y sigue haciendo en favor de nuestros mártires. Fue una fiesta muy familiar y muy lasaliana. Nos acompañó nuestro Hermano Visitador Auxiliar del Sector. ¡Enhorabuena, D. Rafael! Esto ocurrió el 7 de abril, mejor fecha imposible.

En enero la comunidad de Gijón se hizo presente en la celebración en Ciaño del 75.º aniversario de su fundación. Se realizó de manera solemne y a la vez sencilla y, cómo no, muy lasaliana. Los que intervi-nieron lo hicieron muy bien: relataron la vida y obra realizada por este colegio durante estos 75 años de una manera clara, cercana y muy ilustrada, a través de imágenes que nos daban a conocer la evolución transcurrida a lo largo de estos años. Fue una jornada muy bonita.

Además de juntarnos en estos grandes aconteci-mientos, los Hermanos de Asturias nos reunimos para celebrar los cumpleaños, tener los retiros mensuales... El último día que nos juntamos fue el día de la Santí-sima Trinidad por doble motivo: renovar los votos y celebrar los cumpleaños de los Hermanos Alfonso y Luis. Fue un día muy fraternal, lo celebramos en Gijón con una comida típica del litoral; incluso hubo canto en la sobremesa.

La comunidad tiene también sus momentos de compartir acontecimientos con todo el claustro de profesores, como puede ser el inicio y final de curso, los cumpleaños mensuales, que celebramos con una comida-pincheo, comida de Navidad, las celebracio-nes religiosas, fiestas colegiales, alguna oración y pincheo con el grupo cristiano universitario...

Con el equipo directivo la comunidad tiene dos encuentros en el curso; comemos juntos en nuestra casa y luego tenemos una reunión durante hora y media aproximadamente.

Participamos también en la celebración de la jubi-lación de dos profesores que han sido ya historia en este centro, D.ª Elena y D. Juan Antonio, que fue el primer director seglar del centro durante nueve años. Enhorabuena y gracias por todo lo que hicieron por el colegio.

Esto que he plasmado aquí son algunas pinceladas de la vida de nuestra comunidad que está abierta para recibir y para celebrar la vida y la misión “juntos y por asociación”.

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VivimosjuntosComunidad Pastoral

y de Formación, de Valladolid Hno. Tomás González

ste año nuestra comunidad ha tenido que resituarse y modificar sustancialmente su Proyecto Comunitario y los respectivos pro-

yectos personales debido a dos hechos importantes: la presencia de dos Hermanos escolásticos entre no-sotros: los Hnos. Filipe y Joel y la jubilación del pá-rroco del barrio, José Luis González Arenales.

El primero de los hechos, supone tomar sobre no-sotros la tarea de continuar la formación inicial de los Hermanos escolásticos, en estrecha colaboración con los interesados. La comunidad la vamos construyen-do entre los seis Hermanos que ahora la integramos, en igualdad y fraternidad, primando las propias ini-ciativas, la libertad y la responsabilidad de cada uno en las tareas y misiones comunes.

Aparte de cuidar los detalles de la vida diaria, te-nemos todas las semanas dos reuniones: una, estric-tamente de formación (los domingos, de 19:30 a 21:00), que preparan los Hermanos Filipe y Joel con material y bibliografía que les ofrece el Hno. Luis Martínez. Ha versado sobre la Historia de la Vida Religiosa, desde sus orígenes hasta nuestros días, con exposición, a cargo de Filipe o Joel y comentarios y preguntas para dialogar. En ella estamos presentes y participamos activamente todos.

Los martes, de 19:30 a 21:00 o de 20:00 a 21:00, según convenga, cada Hermano expone cómo se ha sentido en las actividades realizadas dentro y fuera de la comunidad en la semana anterior y se prevén las acciones y compromisos comunitarios y personales de la semana siguiente.

Un martes de cada mes, esta reunión se dedica a un Foro de Pastoral al que acuden personas interesa-das en estos temas de distintos centros de la ciudad para aunar fuerzas en el conocimiento y dedicación a los jóvenes.

El Hno. Director, Fernando, además de supervisar todo, se responsabiliza especialmente del acompaña-miento de los Hermanos escolásticos con entrevistas periódicas para escuchar, sugerir y ayudar en su ma-duración humana, cristiana y lasaliana.

Los Hermanos Filipe y Joel estudian Teología en el Instituto Teológico Filipino de la ciudad. Normalmen-te, las clases son por las tardes y aprovechan las maña-nas para estudiar, leer, o hacer trabajos de esta materia. Los viernes, en cambio, las clases son por la mañana. La tardes son para animación de grupos cristianos: Joel en La Salle y Filipe en N.ª S.ª de Lourdes. Cola-boran también en actividades pastorales de ambos centros, tanto durante el curso como en verano.

Una ayuda fuerte son los retiros, aproximadamen-te mensuales, desde el viernes por la tarde hasta el domingo a mediodía, en algún monasterio o casa de

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Vivimosjuntosejercicios: Trapa de Cardeña, Benitas de Alba de Tormes, Carmelitas de Segovia, Trinitarias de Suesa, Casa de Retiro de Dueñas o de Mota del Marqués… El sábado de estos retiros se suele emplear en ora-ción, lecturas y reflexión personal, mientras que el domingo por la mañana solemos tener una reunión tranquila sobre revisiones del Proyecto Personal con corrección fraterna o de alguna parte del Proyecto Comunitario. Asistimos a los rezos de la comunidad monacal y, a veces, tenemos una reunión con ellos para compartir fe y vida.

En las sobremesas de la vida diaria suelen surgir intercambios muy interesantes y profundos sobre temas de vida religiosa, pastoral o tareas colegiales de unos u otros. Son sumamente interesantes y enri-quecedores.

El segundo hecho que nos ha “removido” es la circunstancia de que la parroquia sea animada ahora por los Carmelitas del Henar que llevaban y siguen llevando una parroquia del mismo nombre cerca de Girón.

José Luis, Rosa, nuestra comunidad y el equipo de catequistas habían conseguido un ambiente de mucha vida y cercanía con el barrio, y merecía la pena con-servar ese ambiente en las celebraciones litúrgicas vivas y participadas y en otras actividades parroquia-les. Creemos que, gracias a Dios y a los esfuerzos de todos, se está consiguiendo.

Resalto ahora algunos acontecimientos o aspectos de nuestra vida cotidiana:

La comunidad ha colaborado activamente en las Pascua de Bujedo (Fernando, Jorge, Joel y Filipe) y de Girón (Luis y Tomás). Aquí en Girón se usan nuestros locales para algún grupo de catequesis, ora-ciones y otras actividades parroquiales.

Raro es el fin de semana en que no hay algún gru-po de jóvenes por aquí, con el que compartimos, ora-ción, comidas y ratos libres: fin de semana de estu-dios con jóvenes de Valladolid, Burgos y Palencia… hemos sido hasta 22 personas; retiros, convivencias de revisión, encuentros de amistad, como el que tu-vimos con un grupo de jóvenes portugueses compa-ñeros de Filipe y Joel, del 27 al 29 de mayo.

El 22 de mayo, Fiesta de la Sma. Trinidad, los miembros de la comunidad de Emaús y los Hermanos renovamos, respectivamente, nuestras promesas y votos.

Creo que estas pinceladas son suficientes para que os podáis hacer una idea de la vida que circula por nuestra comunidad Pastoral y de Formación de Gi-rón. ¡Gracias por vuestra lectura! ¡Os esperamos por nuestra casa!

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VivimosjuntosCrónica de la nueva comunidad de

La Felguera o de “Las Cuencas” Hno. Manuel Gutiérrez

s voy a ser sincero: casi toda esta crónica se hizo hace tiempo, pero no llegó a publicarse por entregarse cuando ya era tarde, así que

me he tomado la licencia de mandarla de nuevo –actualizada– a la revista por si puede entrar en este número; espero que los sufridos lectores y los impli-cados no me lo recriminen.

Comenzamos reconociendo que nuestra comuni-dad tiene poco tiempo de existencia, por lo que for-zosamente nuestra crónica tiene que ser breve. La comunidad quedó constituida a finales de agosto, cuando nos reunimos en Lastres para hacer el Proyec-to Comunitario; en aquel primer encuentro acorda-mos ir dando forma progresivamente al proyecto comunitario desde la vivencia diaria de este primer año. La comunidad quedó constituida por siete Her-manos, aunque inicialmente fuimos ocho. El director actual de la comunidad es el Hno. J. Eladio Ruiz.

La comunidad ha ido identificando y haciendo realidad la misión que se nos encomendó, de ser ani-madora de tres centros.

En este momento podemos decir, que la misión la hemos desarrollado con normalidad, aunque a cada uno le haya afectado de manera particular.

Los Hermanos Óscar y Alfonso van todos los días, al acabar la plegaria matutina, a Ujo donde desarrollan su labor; al final de la tarde, regresan para tener todos juntos la oración de vísperas y, cuando pueden, se unen a la eucaristía diaria en la Parroquia de San Pedro.

El Hno. Guti también se va cada mañana a Ciaño, pero ya es veterano en este oficio de trasladarse, des-pués de 15 años…

Es un ritmo nuevo que la comunidad va poco a poco asimilando. Tendremos que evaluarlo al final del curso.

Ya desde el año pasado la comunidad tenía el compromiso de apoyar a los párrocos, puesto que ellos no pueden atender la eucaristía dominical en todos los lugares que les corresponden. Se delegó en los Hermanos Eladio y Guti el apoyar esta labor. Cada tres semanas se acercan a la capilla de San Mi-guel, cerca de Lada para animar la eucaristía domini-cal. Podemos asegurar que es una misión muy grati-ficante por la acogida y participación del grupo de fieles que asisten.

En este curso, como en los anteriores, al llegar oc-tubre, participamos en la celebración del triduo de los santos Hermanos Mártires de Turón en la parroquia de San Martin y, precisamente, en torno a esa fecha, la comunidad recibió la solicitud de D. Rafael, párro-co de Turón, para ser nombrado afiliado al Instituto, solicitud que fue refrendada por el Hno. Andrés, Vi-sitador Auxiliar, y se fijó la fecha del 7 de abril de 2016 para para hacer entrega del título acreditativo; de ello dan fe las fotos.

No han sido muchos los momentos de ocio com-partido, pero recordamos la excursión que hicimos durante el puente del Pilar. Esta vez, fuimos por tierras

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Vivimosjuntosde santa Teresa para ver la exposición de la santa en el marco de Las Edades del Hombre; aprovechamos para visitar, también, a los Hermanos de Arcas Reales y de La Santa Espina, y para conocer monumentos impor-tantes como el castillo de Torrelobatón o la iglesia de San Cebrián de Mazote.

Damos un salto: como ya sabéis, aquí en Asturias hace muchos años que se asentó la tradición de cele-brar todos juntos los cumpleaños; ahora es un poco más sencillo ya que sólo somos dos las comunidades que nos reunimos; y aprovechamos aquí para recor-daros que nuestra comunidad se está ya identificando como la “Comunidad de las Cuencas”; la otra comu-nidad, con la que lo celebramos es la de Gijón, de la que ya se sabe que está integrada por cuatro Herma-nos y que está junto a la playa de San Lorenzo pero quizá convenga recordar que… “En Gijón, hay mi-sión”, que ya lo dijo el Hno. Pablo de Blas, y también buenos misioneros, y buen marisco, que todo contri-buye a celebrar nuestros encuentros.

Hablando de celebraciones, quiero recordar algu-nas en las que ha participado la comunidad.

Tuvimos el encuentro con los antiguos alumnos, con motivo de la fiesta de la Inmaculada: Misa y mesa…

En Navidad nos invitaron los de la Escuela de Pa-dres a su comida de fin de trimestre y, como siempre, fue un momento bonito de intercambio: canciones, cartas… y no faltó su obsequio de una cestita con detalles navideños.

Tras el Adviento, decía yo, vino la Navidad, que celebramos de la manera que ya es tradicional: Este año aunque no reside la comunidad en Ujo, quisimos sin embargo ir allí a participar de igual modo que otros años en la “Misa del gallo”; a D. Luis, párroco, no lo pudimos ver porque está impedido por una

lesión, pero pudimos disfrutar del Belén que se pone todos los años en la parroquia, magnífico por otra parte.

La fiesta de Nochebuena-Navidad la tuvimos en La Felguera y la fiesta de Reyes en Gijón, todo según costumbre, pero muy a gusto.

La comunidad vivió, con todos los invitados, el acto de inicio de los festejos del 75.º aniversario del Colegio San Antonio-La Salle. En el marco de la iglesia parroquial se tuvo un acto sencillo y entraña-ble, grávido de espíritu lasaliano.

Por las fiestas del colegio participamos en la co-mida del día de las familias en La Felguera y pudi-mos saludar a mucha gente y recoger muchas mues-tras de afecto.

También nos hicimos presentes en Ciaño en la fiesta gastronómica, “la espicha”, que después de casi 30 años sigue siendo una referencia para las familias, aunque mucho menos que en tiempos de Pedro Río…

Y la vida sigue su ritmo… Para el Hno. Ós-car supone que cada fin de semana se tiene que tras-ladar a Valladolid para acompañar a su padre.

El Hno. Eladio tiene que viajar también, de vez en cuando, para alguno de sus oficios que le llevan a Valladolid, a Madrid o a Roma.

El Hno. Teodoro no viaja, pero recorre el colegio varias veces al día, menos cuando está en la recep-ción, para poner todo en orden y repartir gominolas a los pequeños...

El Hno. Ángel sigue fiel a sus compromisos en el colegio, y los domingos va a Mieres a animar la li-turgia dominical como músico-organista.

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El Hno. Florencio endulza la mesa comunitaria con su maestría; luego vendrá la huerta, con el buen tiempo.

El Hno. Alfonso es el guardaespaldas del Hno. Óscar y le conduce en todo momento, menos cuando va al monte a trepar por esos picos, que ya es tener ganas… (Esto último lo ha suprimido ya por razones del corazón, que buen susto se dio y nos dio… pero todo pasó).

El que esto escribe, Hno. Guti, hace lo de siempre: de aquí para Ciaño y de Ciaño para aquí; este curso pendiente de la celebración del 75 aniversario, y el próximo, ya veremos… De vez en cuando se va a Madrid a visitar a su madre que está en una residencia.

Dando un salto en el tiempo, vamos a concluir es-ta crónica con lo último vivido este trimestre.

El Retiro anual lo hicimos en la casa de espiritua-lidad de Covadonga. Fueron unos días tranquilos a pesar del trajín de los peregrinos que se acercan al santuario.

Pudimos disfrutar de las intervenciones de la es-colanía en el Triduo Sacro y también sentimos la satisfacción de mantener el rezo del oficio de las Horas esos días en la Basílica, por la ausencia de los responsables que se fueron de excursión con los esco-lanos. Con todo interés intentábamos cooperar, junto con las Hermanas, en el rezo de las Laudes y las Vís-peras; la oración de Completas cerraba nuestro día en la pequeña capilla de la casa. Todavía se conserva la habitación donde se alojó Juan Pablo II en su visita.

Como todos los años, tuvimos una pequeña ora-ción junto con algunos antiguos alumnos, en el ce-menterio de Pando, donde están enterrados cinco Hermanos en un panteón reservado a ese efecto.

La Trinidad nos convocó, esta vez en Gijón, para la tradicional renovación de los votos. La víspera, algunos Hermanos estuvieron en Los Corrales de Buelna en la clausura de las celebraciones del 125.º aniversario.

Es todo por ahora, esperemos que algunas fotos describan mejor que estas letras lo que ha sido nues-tra vida comunitaria.

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Comunidad de N.ª S.ª de Lourdes Hno. José Antolínez

os asomamos a las páginas de la revista Horizonte y deseamos sentirnos en comu-nión con todas las comunidades del sector.

Lamentamos no haber llegado a tiempo en el número anterior de enero y aprovechamos esta crónica anual para hacer un repaso a lo vivido a lo largo del curso escolar.

Formamos la comunidad los Hnos. Máximo An-drés, José Antolínez, Isidro Arce, Fortunato Ber-ciano, Jaime Blanco, Abel García, Francisco Javier Gutiérrez, Albino de Jorge y José Vega.

Iniciamos nuestra aventura comunitaria con la confección del Proyecto Comunitario. Lo realizamos en La Santa Espina y compartimos durante ese día, la oración, la Eucaristía, la comida y los momentos de ocio con las comunidades de La Santa Espina y La Salle-Hispano de Valladolid.

Somos un grupo de Hermanos consciente de nues-tra realidad vital: la mayoría de los miembros que conformamos la comunidad estamos “ya” viviendo nuestra etapa de jubilación y solo dos Hermanos par-ticipan activamente en las tareas escolares; sin em-bargo, todos nos sentimos vinculados y realizadores de la misión lasaliana que el colegio lleva adelante con eficacia y eficiencia.

Comunidad que acoge

Nuestro P.C. formulaba como objetivo prioritario para este curso de manera clara y desafiante ser co-munidad que acoge. Que nuestra casa, pero también nuestra predisposición personal, ayude a vivir en sintonía con los demás y que la comunión lasaliana

de la que nos habla la “Regla revisada” se haga efec-tiva a través de nuestra dedicación y esfuerzo por hacer de nuestra comunidad un hogar que acoge.

Hemos compartido con la comunidad de la Salle Hispano diversos momentos de retiro, reuniones con-juntas, tiempos de reflexión, celebración de cumplea-ños y días de ocio y convivencia fraterna.

Hemos sentido la cercanía de un modo participar con la Comunidad Pastoral de Girón. Tres miembros de esta comunidad están incardinados en las tareas educativas y en talleres de laboratorio en nuestro colegio, los Hnos. Luis Martínez, Fernando González y Tomás González. El Hno. Filipe Araujo –esco-lástico– es animador de un grupo cristiano de la etapa de propuesta, de nuestro centro. La presencia entre nosotros de los Hermanos que cursan su formación ha sido un aliento y estímulo en nuestro quehacer.

Con la comunidad de la Residencia de Arcas Reales hemos vivido el retiro preparatorio a la Navi-dad y otros diversos momentos de formación o cele-braciones a lo largo del año. Ocasionalmente algún Hermano de la comunidad ha colaborado en la tarea de atención a los Hermanos enfermos de la Residencia.

Durante la Semana Lasaliana (mes de mayo) aco-gimos a diversas clases del colegio. Alumnos de 2.º, 3.º y 4.º de la ESO visitaron nuestra comunidad, a la vez que algunos Hermanos compartían con ellos su vivencia vocacional o las facetas más relevantes y significativas de nuestra vida comunitaria.

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Con la comunidad de Asociados Galilea, que cada lunes se reúnen en locales de nuestro colegio, hemos compartido en diversos encuentros: nuestro proyecto comunitario anual, tiempo de oración y reflexión sobre la labor pastoral y la dimensión lasaliana de nuestras obras. Nos sentimos gozosos de que nuestra casa y nuestro colegio sea su lugar de encuentro se-manal.

Desde hace varios años la comunidad acoge a los equipos de profesores de distintos colegios lasalianos que tienen establecido intercambio lingüístico con nuestro centro. Los acompañantes de los muchachos de Polonia, Estado Unidos, Gran Bretaña, Burdeos, Paris… han sentido nuestra fraternidad y nos han hecho conocer la realidad lasaliana de otras latitudes. Con nosotros conviven a lo largo de la semana que dura el intercambio lingüístico y cultural. ¡Es siempre un aire nuevo que alienta nuestra dimensión lasaliana internacional!

En este último trimestre hemos acogido fraternal-mente al Hno. Javier Abad, de vuelta a casa después de su experiencia en las Escuelas San Miguel de Pro-vidence (EE.UU) y del periodo de formación en el CIL (Roma).

También hemos abierto nuestra casa y colegio a la celebración de retiros, encuentros de formación, con-ferencias y conciertos musicales de la CONFER dio-cesana, de FERE y de la diócesis de Valladolid. La celebración de estos eventos en nuestro colegio ha facilitado nuestra presencia en diversos momentos, que sin duda enriquecen la vida comunitaria.

Momentos para recordar:

1.- CONFER-CLAC

El Hno. José Antolínez, director de la comunidad, compagina su tarea con la gestión de la secretaria y administración de la CONFER de Castilla y León,

Cantabria y Asturias. Su presencia en estos ámbitos nos ha ayudado a toda la comunidad a conocer y participar en las actividades de CONFER: charlas, retiros, conciertos que se promueven a lo largo del curso…

Crear este sentido inter-congregacional y vivir en comunión con las diversas congregaciones de religio-sos es una llamada reiterada que recibimos desde diversos ámbitos eclesiales y religiosos.

2.- El diluvio que viene

Con motivo de la festividad de nuestra patrona la Virgen de Lourdes, el grupo de teatro colegial Silue-tas, que este curso celebra los 25 años de su inicio escénico, nos deleitó con la reposición de su primer montaje teatral en los años noventa. El remozado teatro del colegio acogía gozosamente a alumnos, padres, antiguos alumnos profesores y público en general que llenaron cada una de las sesiones pro-gramadas en los distintos días.

Con motivo de la campaña de Proyde, de nuevo se subieron al escenario con un fin benéfico: recaudar los fondos necesarios para dos proyectos misioneros en África. Una acción solidaria llevada a cabo de manera conjunta por el Colegio Lourdes y el Colegio La Salle,

3.- Fiesta del Fundador en familia

El día 15 de mayo las comunidades de Hermanos de la ciudad nos juntamos para celebrar la Eucaristía y tener una comida fraterna honrando a nuestro Fun-dador.

Cada comunidad se acompañó de las personas más cercanas y allegadas. Aquellas que apoyan y colaboran en nuestra vivencia diaria (capellanes, médicos, enfermeras y otros amigos) que se unieron a nosotros para “hacer familia” y para poder agradecer

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Vivimosjuntosel apoyo y generosidad que nos brindan con su pre-sencia generosa.

4.- Concesión de la insignia de oro de antiguos alumnos

La Asociación de Antiguos Alumnos del colegio tuvo a bien conceder la insignia oro y distinción de “Asociados de honor” a los Hnos. Luis Miguel Fer-nández y José Santana, dentro de la celebración, del “VI Día del antiguo alumno -2016”.

El día 4 de junio se celebró el acto académico que reconocía con esta distinción a dos Hermanos que han sido antiguos alumnos del colegio, profesores y direc-tores del mismo. Acompañaron a nuestros Hermanos un numeroso grupo de antiguos alumnos y compañe-ros, así como familiares de los homenajeados. Una merecida distinción que enriquecieron con su presen-cia y con unas palabras llenas de emoción por parte de los dos galardonados.

5.- Primera misa del nuevo obispo auxiliar de Va-lladolid en el colegio

El 3 de junio fue ordenador obispo, en la catedral metropolitana de Valladolid, D. Luis Javier Argüello, nuevo obispo auxiliar de la diócesis.

Por expreso deseo suyo, comunicado a la Asocia-ción de Antiguos Alumnos y a la dirección del cole-gio, su primera misa como obispo la celebró en su querido colegio Lourdes, donde fue alumno interno y más tarde profesor y animador pastoral.

A lo largo de las semanas anteriores, prensa, radio y televisión se hicieron eco en entrevistas y reportajes del cariño y reconocimiento mostrado por el nuevo

pastor por el colegio que le educó y por los Herma-nos y profesores con los que compartió la misión.

En la misa se le hizo entrega de una imagen de N.ª S.ª del Buen Consejo, de Bujedo, donde él reconoce surgió la llamada del Señor al sacerdocio en la lejana Pascua Juvenil de 1984.

6.- Certamen literario Hno. Eduardo Montero

Por iniciativa de la Asociación de Antiguos Alumnos, este año se ha promovido entre los alum-nos de Secundaria y Bachillerato un premio literario de “relatos cortos” con el nombre del Hno. Eduardo Montero.

Un recuerdo agradecido para honrar la memoria de nuestro Hermano, infatigable trabajador en el co-legio, que entrego su vida a la labor de preparar y estimular a los alumnos en los campos literarios, como profesor de lenguas clásicas y literatura,

Con motivo del “Día del antiguo alumno” recibie-ron su galardón Martín y Laura, cuyos relatos serán publicados en la página web del colegio y en un sen-cillo libro que la Junta Directiva piensa editar para dar continuidad al certamen, vista la buena acepta-ción y acogida que ha tenido por parte de los alumnos del centro.

7.- Visita cultural: Acqua – Las Edades del Hom-bre – Toro (Zamora)

Bajo el sugerente título “ACQUA” Las Edades del Hombre de Castilla y León presentaron su muestra anual el pasado mes de abril en la colegiata y en el templo del Santo Sepulcro de Toro (Zamora). Se prolongará hasta el 14 de noviembre.

El día 13 de mayo, san Pedro Regalado, las co-munidades de Lourdes, La Salle y Barrio Girón visi-tamos esta magna exposición acompañados por Don

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VivimosjuntosJosé Luis Velasco, delegado de patrimonio de la dió-

cesis de Valladolid.

La comida de confraternización en la bodega “Di-vina proporción” junto a la ermita del Cristo, nos permitió sentarnos juntos y degustar los platos típicos de esta tierra toresana. (Sirva de aviso y sugerencia para quienes tengan intención de cursar esta visita… quedarán encantados de la “proporción” y de la “divina atención” de sus dueños, antiguos alumnos de La Santa Espina).

En la tarde vivimos un momento precioso compar-tiendo un tiempo de dialogo y de oración de vísperas con las MM. Dominicas del convento Sancti Spiritus. (Recomendación importante: no dejéis de visitar el espléndido museo que encierra y probar las pastas y dulces que elaboran desde hace cientos de años).

8.- In memoriam: Hnos. Eulogio Peirotén y José Luis Silos

A lo largo del curso hemos vivido con dolor la pérdida de dos Hermanos que en sus diferentes face-tas y dedicación dieron un empuje al colegio, Eulogio y José Luis.

Los antiguos alumnos, profesores y padres parti-ciparon en las eucaristías celebradas en el colegio en memoria de estos dos apreciados Hermanos. Uno como director del colegio en una época de especial recuerdo, y otro como profesor e impulsor de inicia-tivas en el campo de las ciencias (canguro matemáti-co, Olimpiada matemática) permanecen en el recuer-do agradecido de cuantos con ellos convivieron.

Cuando ya empieza el verano, tiempo de cosecha, la comunidad de N.ª S.ª de Lourdes siente que nues-tro esfuerzo ha ido produciendo sus frutos y nos sen-timos animados para seguir sembrando dedicación y cariño en la misión lasaliana que “juntos” llevamos entre manos. b

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Vivimosjuntos

Comunidad de Palencia Hno. José Antonio Revuelta

ué lindo es cerrar y abrir el año con los recíprocos intercambios de convivencia entre varias comunidades... y con la casa

familiar!

En "Reyes", el amigo invisible. ¡Sorpresas!

El viernes 8 de enero de 2016, reinicio del curso. Un poco descontentos los aprendientes y los facilita-dores. ¡Semana corta! Todo depende del color...

Antes, día 01-01-2016: Bautizo del Niño en la ca-pital. Primer año como evento de interés turístico nacional. Pero la procesión tuvo que llevarse a cabo por el interior de la iglesia de San Miguel (la de la esbelta torre almenada). Llovía. Se oyó mejor a la Banda Municipal entonar el reconocido villancico popular "¡Ea!", con música del siglo XVI y letra (20 estrofas) de Claudio Prieto (del año 2000).

Pronto penetraría el pleno invierno, con bajas temperaturas, lluvia, nieblas y viento rabioso. Si bien solo un día cuajó la nieve. Burla burlando, el calen-tamiento global trae sus efectos colaterales.

Última semana de enero: Semana Vocacional, re-gada de testimonios en cada clase, por parte de Salle Joven y de los Hermanos de la Comunidad.

Día escolar por la Paz (en casi todos los centros de la ciudad y provincia). En nuestro colegio se con-centró toda la comunidad educativa para contemplar y motivar los cartelones de las figuras históricas que trabajaron por la paz: Gandhi, M. Luther King, Tere-sa de Calcuta, Dalai Lama... Colgaron unos días más en la balconada.

Vigilia de Cuaresma en la capilla que fue de N.ª S.ª de la Calle. Las comunidades y los grupos cristia-nos entramaron la "misericordia" del año: del MÍ al nosotros / SER en vez de tener / COR, corazón abierto / DIA, desde hoy.

Despedida del vallisoletano Nacho en la Sala de Profesores. Agradecidos todos por la finura, saber hacer y disponibilidad en los meses de sustitución a Elena, en recepción. Hasta que nació Beltrán, primo-génito de la joven.

Miércoles tras miércoles, dos profesores/as del colegio o de Managua comparten la comida con los Hermanos de la comunidad. Se siente lo positivo que es.

CONFER: Estos meses se lució con su renovación, despedidas, encuentros, foro de Madrid, Retiros. El Hno. Ángel, nuestro director, participó en bastantes eventos.

Sin mucho ruido se llevaron a cabo los anuales in-tercambios de alumnos con otros de Francia, Holanda y USA. Más las correspondientes excursiones forma-tivas, por clases.

Fiestas patronales de san Juan Bautista de La Sa-lle: con sensaciones alegres, pero pasadas por agua. Del 5 al 8 de mayo. Los que más lo sintieron fueron los más chicos. En la vida se aprende a luchar con los elementos adversos. La fiesta va por dentro. Fuera llovía a intervalos. No faltó la Eucaristía masiva en San Lázaro, la paellada, chocolatada, casa del terror, toro de fuego y traca final un poco ronca. Y los/las finalistas, más tranquilos.

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El festival de PROYDE, lleno de ilusión, con inter-venciones artísticas variadas del alumnado y de algu-nos profesores.

Los días 19 y 20 de mayo, visita formal-profesional del Equipo del Sector. Al colegio y a La Salle-Managua.

A propósito, el Centro La Salle-Managua está ce-lebrando los actos que rememoran sus 25 años de existencia. Las grandes novedades que hemos vivido han sido, por orden de aparición:

El inicio de las prácticas laborales en empresas, de los alumnos que cursaban segundo de FPB; una bella experiencia vivida con nervios e inquietudes por los alumnos y alumnas que se iban a enfrentar a su pri-mer reto fuera del centro educativo. Las impresiones están siendo muy positivas, tanto por parte de los alumnos como de los empresarios.

Otra celebración muy especial fue la de las fiestas en honor a san Juan Bautista de La Salle, con diver-sas actividades lúdicas, culturales y religiosas. Sirvie-ron estas fechas para dar a conocer un poco más a nuestro Fundador en un ambiente festivo y alegre.

El tercer momento importante ha sido la clausura –con distintos actos– de la celebración de nuestros 25 años de vida, centrada en el lema “La Salle Mana-gua… de corazón”. Primero lo más institucional, junto a autoridades educativas, religiosas, civiles y sociales con las que más participamos. Luego, el 11 de junio dedicado a las personas que han trabajado o están trabajando en el centro. En ambos momentos hemos querido presentar la vida que ha ido generan-do el centro desde aquel 1990, cuando comenzó a palpitar el corazón de La Salle en este barrio de Pan y Guindas de Palencia. Bellos momentos todos los vividos y que seguimos viviendo con todo nuestro corazón.

¡Habemus epíscopum! Es D. Manuel Herrero, agustino. Pesaba el largo vacío sobre la diócesis. Por fin, el 18 de junio será consagrado obispo en la "Be-lla Reconocida" de Palencia. Fungía como Vicario de la diócesis de Santander. Se formó y fue formador en la misma Palencia. De la misma Congregación que Nicolás Castellanos, obispo emérito.

Por cierto, también "habemus" nuevo director del centro: el Hno. Javi Abad. Remplaza a D. Javi Valle. (Volveremos sobre ellos con más tiempo).

¡Felices y serenas vacaciones!

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Vivimosjuntos

La Salle-Managua, 25 años de corazón

Comisión de los 25 años

n la Salle Managua llevamos 25 años de in-novación psicopedagógica centrada en ado-lescentes y jóvenes que buscan su lugar en la

sociedad. Es una escuela de referencia a nivel auto-nómico por su pedagogía integrativa e inclusiva que engloba todas las necesidades y dimensiones de la persona: corporal, emocional, cognitiva, de sentido vital y acción.

Somos una familia que ha ido creciendo y am-pliando su oferta educativa. Actualmente impartimos cuatro ciclos de Formación Profesional Básica (FPB) en las especialidades de Peluquería y Estética, Fabri-cación y Montaje, Servicios Comerciales y Cocina y Restauración, este último para ACNEES.

Estas son algunas de las líneas filosófico-pedagógicas que nos definen:

Sin vinculación no hay educación

Sin vinculación afectiva no llega el cambio que deseamos. Crear vínculos protectores y seguros faci-lita trabajar sus resistencias y prejuicios sobre las relaciones escolares. La tutoría, individual y grupal, favorece claramente esta vinculación. Respetamos y acompañamos el proceso de crecimiento de cada adolescente. Somos tutores del desarrollo.

Un ambiente de reconocimiento y aprendizaje tranquilo, seguro y amoroso

Es importante habilitar una escuela segura, donde el adolescente se sienta cómodo para poder desarrollar

y sacar a la luz todas las habilidades y capacidades que lleva dentro.

El equipo de profesores promovemos un estilo de relación y de comunicación que favorece un clima de acogida, respeto y aceptación.

Itinerario de aprendizaje diario.

La flexibilidad curricular en contenidos, espacios y agrupamientos facilita el aprendizaje y la inclusión, y favorece la relación y la convivencia.

Los espacios-aula de trabajo emocional

El trabajo de la competencia emocional y social en el adolescente es un área prioritaria en el centro. Es importante que aprendan a identificar, expresar y manejar sus sentimientos y necesidades para contro-lar su conducta social. Educamos específicamente el área emocional.

Sin formación permanente no seríamos lo que somos

Desde que se abrió el centro y cada comienzo de curso, todo el equipo de educadores dedicamos una semana intensiva a formarnos. Toda esta formación la trasladamos en nuestra labor de educar. La educa-ción deja de tener vida y deja de ser un arte si no está alimentada. Cada cambio en nuestros alumnos supo-ne un cambio en nosotros mismos.

Gracias, de corazón

Agradecemos a todos los miembros de la comuni-dad educativa que han pasado por La Salle-Managua a lo largo de estos 25 años: a los Hermanos de La Salle por su acompañamiento y generosidad; a los profesores/as y educadores por su entrega apasiona-da; a los alumnos/as porque han sido y siguen siendo el sentido de nuestro centro.

Por último, nuestra gratitud a la Consejería de Educación y Cultura de la Junta, a la Dirección Pro-vincial, al Ayuntamiento, la Diputación Provincial, a la Gerencia de Servicios Sociales y a todas aquellas instituciones y colectivos que contribuyen a sostener nuestro Proyecto Educativo. b

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VivimosjuntosLa Salle Managua…

25 años... de corazón Hno. Tirso Verdugo Avellón

a veinticinco años de vida de nuestro Centro La Salle Managua, vividos con intensidad, con mucha zozobra, problemas… pero so-

bre todo con ilusión y una idea fija en la cabeza que impulsa el corazón, el buscar respuesta a esta pregun-ta “¿qué podemos hacer para ayudar a estos jóve-nes?”. Esa ha sido desde aquellos primeros días de octubre de 1990 hasta el día de hoy, una constante.

La pregunta que nunca agota sus respuestas cuan-do se tienen los ojos abiertos y grande el corazón. Respuestas que, desgraciadamente, no están escritas en ninguna ley o decreto y, más desgraciadamente, tampoco están en muchas de las cabezas, mentes y corazones de los que tienen el poder de hacer y des-hacer, para quienes lo importante es cuadrar el círcu-lo del dinero y no el ayudar a algunos jóvenes para que puedan volver a mirar la vida con ojos de espe-ranza y calor de corazón, si es que alguna vez tuvie-ron esa oportunidad.

En este sábado 11 de junio de 2016, en la clausura de nuestras Bodas de Plata, hemos podido reunirnos casi todos los Hermanos y profesores que han pasado por el centro en este tiempo y recordar tantas sensa-ciones, revivir tantas experiencias y sobre todo sentir que el primer espíritu que hizo nacer este proyecto sigue vivo a pesar de todas las trabas que en estos años hemos padecido.

Todos los momentos han sido entrañables. Los primeros instantes para el encuentro entre conocidos,

con algunos hacía muchos años que no se veían, o el poner cara a nombres que nos eran familiares pero no conocidos en persona. Luego las palabras sencillas y emotivas de Alberto, Director, quien ha agradecido la llegada de todos especialmente a los que vienen de más lejos, como Sevilla o Asturias.

En un bonito montaje hemos ido recorriendo la historia del centro, elaborado con muchas imágenes desde la obras del comienzo hasta las últimas de hace unos días. Curiosamente, aunque eran imágenes fijas, cada una de ellas movía una infinidad de sentimien-tos y recuerdos todos cargados de vida.

Pasamos luego a la proyección de unos vídeos que se habían grabado en los últimos dos meses aprove-chando la llegada al centro de algunos antiguos alumnos que, como a lo largo de todo el año y año tras año, vienen a saludarnos, a recordar sus expe-riencias, a presentarnos a su mujer o marido o a sus hijos… Y estos sí que movían no solamente el re-cuerdo sino en especial el corazón…y los lagrimales tuvieron una buena limpieza. Fue muy significativo que alumnos de los primeros años, ya hombres curti-dos en la vida, y jovencitos que todavía están en el centro coincidieran en lo básico ante preguntas como ¿qué te ha aportado La Salle Managua? O ¿qué te llevas de tu estancia aquí?... Han resaltado lo que el lema de esta celebración expresaba, que habían en-contrado un centro con mucho corazón, con muchos corazones, y con corazones abiertos a sus necesida-des, oídos abiertos para escuchar sus problemas, ojos despiertos para descubrir sus malos momentos, una

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Vivimosjuntosfamilia para aquellos que no la tenían o estaba rota, y un remanso de paz y calor para sus vidas inquietas y heladas. Expresaban con los ojos, las pausas, sus voces entrecortadas, lo que las palabras no podían expresar, sobre todo agradecimiento.

Entresaco algunas de sus contestaciones a una de las preguntas que se les hacían: ¿qué aprendiste en La Salle Managua que conservas en tu vida?

Rubén, decía: “la humildad y la nobleza, después de todo lo que he pasado, lo jod… que he vivido, eso no lo he perdido, soy humilde y noble”.

J. Angel: “que el que algo quiere algo le cuesta. Si yo quiero algo y me esfuerzo, lo consigo. Yo he cambiado mucho… en mi actitud; pues, antes, si me decías algo yo te decía que sí, pero luego hacía lo que me daba la gana y ahora, al menos, lo que me dicen lo valoro, lo pienso…”.

Modou, de Senegal: “Encontré a los profesores como una familia, pues cuando tenía algún problema venía, se lo contaba y ellos, en sus posibilidades, siempre me ayudaban, eran mi familia”.

Cristian: “Me han ayudado a encauzar y calmar mi ira, que tenía siempre. Ahora sé controlarme mu-cho mejor”.

Cristian (otro): “Cuando estoy triste porque algo me ha pasado fuera, lo hablo con mis profesores y si necesito me dejan ir al “saco” (saco de boxeo colga-do en un rinconcito de una sala con los guantes ade-cuados) y allí me calmo…”.

Vanessa: “Era una chica muy rebelde, no he sido fácil en la relación, no he tenido relaciones estables y he llegado aquí y he cambiado radicalmente, pues he encontrado gente increíble. Muchos compañeros y compañeras me han ayudado mucho a cambiar como persona, y todos los profesores me habéis ayudado a pensar y valorarme mucho más”.

Yuri: “Salí de aquí mucho más relajado y tran-quilo, con un poco más de mentalidad… de dar valor

a la vida, que tus actos tienen sus consecuencias, que lo que haces lo pagas…”.

J. Ramón: “El esfuerzo, el trabajo y la calidad del trabajo, no solo la cantidad; que el trabajo te salga de dentro… Yo todo lo que tenía dentro lo sacaba aquí y eso me venía muy bien pues era una olla a presión a punto de explotar en cualquier momento. El estar contento con uno mismo, el saber quién y lo que eres, y sentirte cómo donde estás, eso me ayudó muchísimo”.

Todo su mensaje lo resumiría en esta frase tan gráfica que decía J. Angel respondiendo a otra pre-gunta: “El Centro La Salle Managua para mi ha sido el hogar de las mañanas, tu familia de las mañanas. Te lo pasas bien, estás a gusto, y te vas al final de la mañana con una sensación de que tengo ganas de volver al día siguiente, y así se te hacen cortos los días y te sientes bien viniendo”.

Y con esa profunda carga en el corazón, conti-nuamos en la capilla de la parroquia de San Marco del barrio para celebrar la Misa de acción de gracias con alegría y con ritmos muy castellanos.

Y como remate, la comida fraterna en un ambien-te muy natural, en un restaurante del Monte Viejo. Hasta el nombre del lugar encajaba muy bien con lo que estábamos celebrando “La casa grande”. El am-biente muy cercano y cariñoso en torno a una sabrosa paella nos permitió seguir reviviendo experiencias e historias cargadas de significado.

Tanta era la intensidad y el calor externo e interno que nuestra compañera y antigua profesora Sonia que viajó desde Sevilla, tuvo una bajada de tensión y a mitad de comida tuvo que ser hospitalizada para su-perar ese proceso. Afortunadamente, ya recuperada, hace su vida normal.

Y fuimos rematando el día con la agradable sen-sación de haber vivido de forma sencilla e intensa con mucho corazón la clausura de nuestros primeros 25 años de vida.

Gracias por vuestra vida. Gracias por vuestro ca-lor. Gracias por vuestra presencia. Gracias por vues-tros recuerdos, ya en persona ya por correo. Gracias, e iniciamos ya la cuenta atrás para los 25 años si-guientes…SIEMPREDECORAZÓN,GRACIAS.

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VivimosjuntosCrónica de la Comunidad

de Santander Hno. José Carlos García Moreno

omenzamos el segundo trimestre revisando en Los Corrales el primero. Para ello toma-mos de base la carta que el Hno. Jesús Mi-

guel dirigió al comenzar el año:

«Comenzar un año nuevo siempre nos tras-lada a otros horizontes, a otros “sabores” que tienen que ver con lo apasionante, lo sorpren-dente, lo que se abre ante nuestros ojos con fuerza inusitada… Ante este año que comenza-mos, valdrá la pena entrar en él con la mejor de las actitudes. Sobre todo, porque la pretensión es que vaya acompañado de las mismas pala-bras que nos regala la liturgia del 1 de enero: “El Señor te bendiga y te proteja, ilumine tu rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz”. Y este mismo día 1 de enero arrancaba el año con la Jornada Mundial de la Paz, cuyo lema resultaba muy atrayente: “Vence la indiferencia y conquista la paz”».

Durante este tiempo hemos estado releyendo y re-flexionando sobre los cinco apartados del documento surgido del II Capítulo distrital, lo que nos ha llevado a profundizar en nuestra identidad, nuestro ser de Hermanos y la misión. Hemos tenido presente en nuestra oración el “Año de la Misericordia”. Y cele-brado encuentros con los equipos directivos de los centros con quienes compartido inquietudes, proyec-tos, preocupaciones…

EucaristíaconEquiposdePastoralDistrito.

El segundo y tercer trimestres han estado envuel-tos en las celebraciones del 125 aniversario de Los Corrales de Buelna y el 75 aniversario del Colegio La Salle de Santander. De ambos acontecimientos damos cumplida cuenta en otra reseña.

El retiro anual lo realizamos los Hnos. Cecilio, Alfredo y José Carlos en San Asensio, donde fuimos muy bien acogidos y pudimos participar de un am-biente fraterno y espiritual al que contribuyó el fran-ciscano Fidel Aizpurúa con sus breves charlas. El resto de Hermanos de la comunidad realizaron el retiro en Covadonga junto con los Hermanos de As-turias, celebrando la liturgia en el Santuario y partici-pando de un paisaje bello que invita a la contempla-ción.

Durante este período hemos realizado algunas sa-lidas: los días 6 y 7 de febrero a San Sebastián. Per-noctamos en Irún y compartimos con los Hermanos veteranos del Sector Bilbao que allí residen. A la vuelta visitamos Loyola. El día 13 de febrero acudi-mos al Encuentro de Zona en Valladolid en el que se

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Vivimosjuntostrató el tema de la nueva Regla. También hemos pa-sado una jornada en Gijón, donde pudimos visitar los rincones más interesantes de la ciudad, tomar café con la comunidad y seguir camino de Avilés para contemplar el Niemeyer y la parte más típica de la población.

CelebracióndelcumpleañosdelHno.Rafa.

Varios Hermanos de la comunidad han participa-do en diversos encuentros: El Hno. José Ramón, en los Encuentros de Directivos y Directores de Centro en Barcelona; el Hno. Rafa en el Foro de Comunica-ción ARLEP en Madrid, el Encuentro de Hermanos Jóvenes en Sevilla, la Reunión Animadores Catecu-menales en León…; el Hno. Luis en las reuniones de PROYDE y de Acción Misionera en Valladolid; el Hno. José Carlos en los Encuentros de Directores de comunidad y de CONFER, entre ellos, el Encuentro Regional en Toro; el Hno. Satur ha participado en algún homenaje a personas del mundo deportivo en Valladolid… Los Hnos. Satur, Alfredo, Luis y Zuga participan en el Encuentro de la Familia Lasaliana en Astorga. Y hemos seguido estando presentes en la catequesis de la parroquia, a la que asiste el Hno. Santos, o la de Franciscanos, en la que anima la euca-ristía de las 12,00h el Hno. Zuga, o la de Santa Gema de los PP. Pasionistas, donde el Hno. José Carlos anima la catequesis de adultos. El Hno. Cecilio cola-bora con la residencia de ancianos “Las Anjanas” de los Corrales, y el Hno. Francisco sigue animando los antiguos alumnos. de Santander.

EnLoyola.

Hemos tenido las visitas del Equipo de Misión del Sector, del Hno. Andrés los días 25 y 26 de mayo y de algunos otros Hermanos que han pasado por aquí con uno u otro motivo. D. Ignacio Llorente, para tomar conciencia de unas mejoras en la vivienda. Significativa ha sido la visita que el 13 de enero nos hicieron los Equipos de Pastoral de los diversos Sec-tores del Distrito, reunidos en Suesa al amparo de las hermanas trinitarias, y con quienes compartimos la Eucaristía y la cena.

El día 14 de mayo, en que se celebraba en el Co-legio La Salle la fiesta de los fuegos artificiales y el “toro de fuego”, durante la cena el Hno. Alfredo nos dio un susto, sufrió un ictus provocado por un gran coágulo cerebral. Fue trasladado rápidamente al Hos-pital de Valdecilla donde le recibió un antiguo alumno suyo y se pusieron todos los medios para que, extraído el coágulo, pudiera recuperarse. La comuni-dad le ha asistido y acompañado durante todo este tiempo hasta que ha sido trasladado a Bujedo para seguir, con el buen ánimo que posee, reponiéndose.

El día 18 de junio se tendrá el Encuentro de anti-guos alumnos del Colegio La Salle de Santander con el siguiente programa: Eucaristía, acto académico y paellada. Por el gran número de respuestas, promete estar animado.

Terminamos la crónica cuando el Hno. Zuga está preparando el “Camino de Santiago” en el que parti-ciparán sesenta alumnos, el Hno. Luis preparándose para salir camino de la India y la familia de Pili y Teo, Asociados, a Tami (Togo). Buen verano para todos. b

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VivimosjuntosComunidad Pastoral de Galicia

Hno. Germán Bolado

estas alturas de curso, la verdad es que ya cuesta ponerse delante del ordenador a lle-nar un folio. Será cuestión de sentarse y

confiar en que las palabras vayan fluyendo. Además, puede ser una buena forma de hacer balance y de recordar.

En el lento proceso de descubrir líneas de desarro-llo del proyecto de la comunidad, seguimos apoyando las tareas de pastoral desde la reflexión y la colabora-ción directa (en equipos de pastoral, en animación de grupos, actividades de voluntariado, presencia en Bujedo, etc.)

Poco a poco vamos encontrando nuestro hueco dentro del planteamiento pastoral, al mismo tiempo que va siendo más significativa nuestra presencia entre los jóvenes del colegio. Creo que podemos estar contentos de que, después de un año y medio en la nueva vivienda, la rúa do Campo da Angustia va siendo un lugar conocido. Empieza a ser cada vez más normal celebrar aquí reuniones con jóvenes por distintos motivos: un voluntariado internacional; visita de los voluntarios que van a ir con Luismi a un proyecto de verano en Mozambique; reuniones de animadores; incluso, unas convivencias de un grupo pequeño de clase han tenido lugar en la casa; etc.

Nos gusta ver la casa en movimiento, dando vida a este proyecto en el que nos vamos metiendo poco a poco. También, van apareciendo cauces de colabo-ración con otras instituciones de Iglesia. A lo largo del año, el Hno. Jorge Sierra ha estado impartiendo una formación llamada “Interioridad y +”, centrada

en HARA, a un nutrido grupo de profesores de los salesianos interesados en el tema, así como ha parti-cipado en el desarrollo de unas convivencias para Bachillerato en los colegios que los salesianos tienen en La Coruña y en Vigo.

La reflexión sobre el futuro del proyecto de la Comunidad Pastoral exige muchos tiempos, oración, paciencia, etc. Vimos la necesidad, a lo largo del año, de sentarnos y plasmar por escrito nuestras intuicio-nes, que presentamos al equipo directivo en forma de mapa de acciones concretas que se podrían empezar a desarrollar en el próximo curso. En este proceso, hemos contado con la comunidad Parmenia, con quienes vamos confluyendo hacia una participación conjunta en un proyecto común en clave lasaliana para Galicia. Queremos ir pensando juntos nuestro papel en la dinamización de la misión lasaliana, par-ticularmente centrándonos en el acompañamiento a los educadores. Así se lo hicimos llegar al equipo directivo en una tarde de reunión en casa.

Y así, poco a poco, se nos ha ido otro curso. El ritmo ha sido realmente intenso, pero hemos salvado “decentemente” la vida comunitaria en medio de la vorágine, de la dificultad para vernos físicamente los tres (el número sigue siendo una limitación).

A estas alturas, el cuerpo pide un parón: al menos cinco o seis días para olvidarse de los horarios, para serenar la vida, eso que llaman desconectar. Pero ya sabemos que eso es prácticamente imposible, y ya estamos pensando en la próxima, en el verano que se avecina. b

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Vivimosjuntos

Desde Tami (Togo) Hno. Vicente Bartolomé

stamos en un momento difícil: la época de más calor, las lluvias no han llegado y lo único que busco es una silla, la sombra, agua

fresca y si hay una ligera brisa… ¡qué bendición!

Como sabéis, esto es el Centro de Formación Ru-ral de Tami, al norte del Togo, una región de sabana un tanto olvidada de las autoridades y necesitada de ayuda para acelerar su desarrollo.

Espero que el título de lo obra no lleve a confu-sión: no tiene nada que ver con los colegios o centros que tenemos en el Sector. Para empezar, los alumnos son matrimonios jóvenes –18 a 29 años– que vienen acompañados de sus hijos. Para que os hagáis una idea, este año tenemos 18 familias: 36 adultos y 25 niños. A lo largo de los nueve meses de estancia en Tami el número se irá incrementando. El año 2014 asistimos al nacimiento de 5 niños…

Durante el tiempo que pasan en el centro reciben una formación agrícola, ganadera, medioambiental, hortícola y, lo que consideramos más importante, una formación familiar: la vida de pareja, salud, alimen-tación, cuidado de los niños, toma conjunta de deci-siones, gestión de recursos, dignificación del papel de la mujer…

Al finalizar su estancia en Tami, las familias que lo han merecido reciben una equipación –arados, carretas, asnos o bueyes…– de suerte que puedan poner en práctica lo aprendido durante estos meses de formación.

Durante los dos años siguientes seguiremos acompañándolos en sus poblados. Nos desplazamos a sus casas para ver cómo se van defendiendo. Es el momento para animar, orientar, felicitar, tirar de las orejas… Es también el tiempo de animarles a colabo-rar con sus vecinos y de asociarse en cooperativas.

Nuestro objetivo no es otro que acompañarlos hasta que consiguen establecerse en sus poblados, dejando de lado una agricultura de subsistencia, para poder desarrollar una actividad que les permita obte-ner los recursos suficientes para atender todas sus necesidades.

El Centro cuenta con más de 40 años de fructífera existencia. Pero los nuevos tiempos exigen respuestas nuevas. Desde que asumí la dirección, en enero de 2012, la comunidad –tres Hermanos– no ha cesado de plantearse cómo hacer para que la formación res-ponda a las necesidades que tienen las familias hu-mildes que recibimos. Reflexión y acción han ido de la mano, y las dificultades para el cambio no han faltado. Pero al final nos sentimos contentos al com-probar que lo realizado va dando sus frutos y que los 11 monitores que trabajan con nosotros, se sienten identificados y comprometidos con el proyecto.

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Un ejemplo de nuestra vida a lo largo de un tri-mestre:

Quedan ya lejos días en que la gente se deseaba un buen año. El harmatán –viento del desierto que provoca auténticas nieblas de polvo– dejó su lugar a un sol que cada semana se hacía más orgullos y agre-sivo hasta llegar al mes de abril en que se transformó en un tirano que nos martirizó hasta hacernos tamba-lear. En marzo unas buenas lluvias nos visitaron, simplemente para darnos algo de frescor. El agua ansiada, la de abril, no ha venido y las siembras se retrasan…

Con harmatán, con calor y sin agua… el Centro de Formación Rural de Tami ha continuado su andadura: vacaciones de los monitores, arreglos de los desper-fectos de la erosión, el cuidado de los animales, la visita a las familias que han dejado el centro, planifi-car la nueva campaña para dar una mejor formación a las familias…

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VivimosjuntosTras la elaboración del proyecto del centro, en el

2015, todos los monitores consideramos que este año debe ser especial. Tenemos claro que nuestra forma-ción termina cuando las familias se han establecido en sus poblados, es decir, cuando han encontrado los cauces para obtener los recursos suficientes para po-der atender todas las necesidades alimentación, sani-dad, educación de los niños… Queremos que superen una agricultura de subsistencia para poder llevar una vida más holgada. Agricultura, ganadería, transfor-mación de los productos, comercialización… son las piezas que debemos articular para hacer posible que estas sencillas familias –muchas de ellas no llegan a cultivar una hectárea de terreno– salgan adelante. No tenemos fórmulas mágicas, pero vamos desbrozando algunos caminos.

Durante el mes de marzo el coche se puso en mar-cha en dirección a los poblados de las familias que pasaron por el centro durante los años 2013, 2014 y 2015. Tres o cuatro monitores nos presentamos por sorpresa a la puerta de cada casa –40 en total–. Mu-chas horas de coche por caminos que se transforman en senderos y que termina en campos de cultivo… pero ha merecido la pena: satisfacción de las gentes al recibirnos; los niños, sorprendidos, que no saben cómo reaccionar; el diálogo tranquilo, proyectos que se perfilan… Os podéis imaginar que nos hemos encontrado con familias que han aprovechado la for-mación recibida, que luchan por establecerse y salir adelante, y otras a las que ha habido que dar un em-pujón para que se pongan en marcha, y también la decepción de algunos –los menos– que han echado en saco roto lo vivido en Tami.

El 18 de marzo tuvimos una sesión de formación para los monitores sobre la transformación de los cacahuetes. “Konkata” –cacahuetes con guirlache–, “louga” –pasta de cacahuetes con leche condensada– “dzezin” –cacahuetes salados–, “sucrezin” –cacahuetes garrapiñados–… fueron algunas de las

recetas. Poco a poco, las nuevas familias aprenderán su elaboración y a buen seguro que en sus casas sa-brán sacarles rendimiento.

El día 4 de abril es el día de la “rentrée”. Vamos a buscar a las familias que vivirán con nosotros hasta bien entrado el mes de diciembre. A pesar de que les insistimos en que estén preparados, siempre tenemos que esperar: cuando ven el coche comienzan a reco-ger las cosas, vestir a los niños, despedirse de los vecinos que han acudido para saber qué sucede… Todo sin especiales apresuramientos. Si tú les dices: “Vite, vite…” , te miran, te sonríen y repiten: “Vite, vite…”. ¡Qué lo vamos a hacer!, las cosas son así.

Al final, las 18 familias –36 adultos y 26 niños– llegan al centro y el pequeño pueblo que formamos comienza a funcionar: adecentar las viviendas, cortar leña para las cocinas, fabricar el carbón vegetal, ini-ciar la preparación de las parcelas… Comienzan tam-bién los cursos de formación: alfabetización, curso de cocina, curso de salud e higiene, gestión familiar… El parvulario comienza su andadura. Los primeros días con los gritos y llantos de los niños que no están habituados a separarse de sus madres. Posteriormente llegan los cantos, los juegos. Siempre hay ruido que pone de manifiesto la vitalidad y alegría de estos niños.

Cuando acaba abril todo está en marcha y com-probamos con agrado que el grupo de este año parece especialmente motivado, siempre dispuestos a cola-borar y no se echa atrás ante los trabajos por duros que éstos sean.

Los trabajos y las fatigas de estos cuatro meses parecen olvidados al contemplar el camino que nos queda por recorrer...

En fin, es fácil suponer que quedan muchas cosas en el tintero, pero no pretendo ocupar toda la revista…

Termino diciendo que, a pesar de los muchos tra-bajos y preocupaciones, y de lo difícil que en ocasio-nes nos lo pone el clima, me siento contento de hacer lo que hago y de estar donde me encuentro.

Cada mañana consulto el calendario y me siento unido a los Hermanos que celebra su cumpleaños: un pequeño momento para recordar y agradecer lo mu-cho bueno vivido a lo largo de tantos años en el Dis-trito. Un abrazo para cada uno de los Hermanos. b

Nos esperan

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Hno. Melchor Peirotén Covaleda (1927-2016)

Hno. Andrés Corcuera Homilía en el funeral (19 de enero de 2016)

stimados celebrantes, familiares del Hno. Melchor, Hermanos de la comunidad de la Residencia de las Arcas Reales, Hermanos de

las comunidades del Sector y del Distrito, amigos lasalianos que nos hemos reunido para despedir los restos mortales de nuestro Hermano y celebrar juntos la Vida en Cristo Resucitado: Sed bienvenidos, y gocemos de la presencia misericordiosa de Dios Pa-dre que nos impulsa y nos acoge en la acción sanado-ra de su Hijo y en el consuelo gozoso de su Espíritu.

Se nos ha ido un Hermano entu-siasta y querido por todos. Acababa de cumplir un año más, hacía poco (el 6 de enero), y el buen Dios ha querido que celebrase a fondo la fiesta en el cielo. Siempre con una sonrisa y una buena palabra; siempre con un ánimo fuera de toda duda luego de su enfer-medad y con esa palabra ponderada, amable, hecha de juegos de palabras que le daban un tono diferente a los encuentros con Melchor.

En familia y en fraternidad –como él deseaba siempre–, queremos cele-brar el paso a la Vida de nuestro que-rido hermano Melchor, desde la realidad consolado-ra que hace posible el Señor. Aquí radica la verdad de lo que estamos viviendo: El unir nuestra vida y la vida de nuestro querido hermano a la vida de Jesús. Es el Señor el que nos toma de la mano y nos hace pasar a la vida que no termina, a la vida trasformada en algo nuevo, en el tiempo de Dios, en su amor para siempre, porque "la vida no termina, se trans-forma; y cuando se desvanece nuestra morada te-rrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo”.

Y es esta la realidad que estamos viviendo hoy, her-manos: Jesús, el Resucitado, se hace el encontradizo en el camino y nos acoge en la paz de su presencia. Nuestro hermano ha sido abrazado por el Resucitado; ya está gozando de su paz de su amor.

Por eso, él ya ha encontrado la alegría del consue-lo. Isaías, tal como hemos proclamado en la primera lectura, se dirigía al pueblo en su período más oscuro del exilio, puesto a prueba con gran dureza, y que supo superar las pruebas, diciéndoles: "festejad",

"gozad", "alegraos" porque el Señor derrama un torrente de consuelo y ternura maternal. "Como un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo" (Is 66,13).

Las palabras del profeta han sido “compañeras de camino” en la vida de nuestro Hermano Melchor desde su inicio el día de los Reyes Magos de 1927 en la localidad burgalesa de Canicosa de la Sierra, al calor del hogar de sus padres Francisco y Sergia.

A los doce años ingresa el novi-ciado menor de Bujedo. Tras recibir

su hábito y su nombre de religioso, Hermano Eulogio Gabriel, salió hacia su primera comunidad, en Cabo-rana (Asturias) en 1945, después de haber realizado los primeros votos y el escolasticado, donde estuvo por espacio de cuatro años. Tras pasar por Los Corra-les de Buelna y como profesor y subdirector en el noviciado menor de Bujedo, el Hno. Eulogio tuvo una primera estancia en el Colegio de Lourdes, entre 1956 y 1961. Eran años en los cuales alternaba su dimensión docente con su condición de estudiante de

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Historia, carrera en la que se licenció en 1960. Habría de salir al año siguiente como director del Colegio La Salle de Burgos, donde permaneció solamente un año para, a continuación, realizar en Roma su Segundo Noviciado. En 1963, era llamado al escolasticado de Bujedo para dirigirlo hasta 1966. Entonces, el Visita-dor le encomendaba la dirección del Colegio de Lourdes. Seis años en los cuales este músico y gran organista, habría de aplicar los principios de los cam-bios del Instituto, después del 39.º Capítulo General, y poner en marcha las disposiciones de la Ley Gene-ral de Educación de 1970. Sus obediencias posterio-res fueron, habitualmente, de dirección, en La Salle de Valladolid (1972-1975), Colegio Mayor (1975-1982), de nuevo en La Salle de la calle Santuario (1982-1988), hasta ser trasladado a Santiago de Compostela como profesor, entre 1988 y 1991, y pasar el siguiente curso en Palencia. Desde 1992 y hasta 2000, el Hno. Melchor fue el director de la comunidad y de la casa de este monasterio de Buje-do. Desde 1999, primero desde Bujedo y el año si-guiente en la comunidad del colegio de Burgos, asu-me la dirección de la formación para los Hermanos jubilados, en el CELTE de nuestra casa de Cambrils. Sus últimos años han sido de enorme fuerza ante la enfermedad que le sorprende en Burgos en el año 2001 en el que se incorpora a la Residencia La Salle en Valladolid.

La vida de nuestro Hermano es reflejo de lo que hemos proclamado en el Evangelio: el grano de trigo cae en tierra, se pudre y muere, pero eso da mucho fruto; de la muerte del grano nace la espiga llena de nuevos granos. La existencia del Hermano es un mo-rir cada día, un morir cotidiano para que nazca la espiga, para que la vida se difunda entre tantos alum-nos y alumnas, entre tantos educadores y colaborado-res lasalianos y produzca frutos de gracia. Nos lo recuerda san Juan Bautista de La Salle al afirmar: "Vuestra recompensa en el cielo será tanto mayor

cuanto más hayáis trabajado en hacer fruto en las almas de los niños que os han sido encomendados" (Med 208,1).

Han sido 89 años de vida y 72 de Vida Religiosa en los que nuestro Hermano vivió con pasión una vida de servicio en su querido Distrito de Valladolid y, luego, en el Distrito Arlep. Interesado por las cosas que hacíamos como Distrito, siempre fue una persona entregada sin medida, con amor por la música, entu-siasmado en la escuela, gran servidor de las obras educativas lasalianas y de las demás Instituciones religiosas, y que tenía un don especial: sabía hacerse querer, pues fueron muchos los que apreciaron su persona en las muchas visitas que recibía en la comu-nidad de Arcas Reales en los últimos 15 años.

Alguno de tus amigos, Melchor, me dice que has sido un entusiasta del "engaño musero" en el juego de cartas; se te daba muy bien lo de armar la partida siempre que fuera menester para involucrar a otros en la "timba". El Hno. Enrique de las Moras me hablaba de tus largas partidas en las vacaciones en tu Canico-sa querida y en las fiestas de Nuestra Señora del Ca-rrascal y San Roque. Yo he sido testigo de los ratos de entretenimiento con los naipes en los últimos años. Ayer por la tarde, repasando las cosas de tu mesa en la comunidad encontré las anotaciones de tus últimas partidas con el Hno. Pablo de Blas. En casi todas ponía “Eulogio campeón”. ¡Sin duda que hubo mucha bondad por parte del Hermano Pablo! Y tam-bién del Hno. Pedro, en las muchas horas de lectura

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en voz alta cuando la vista te empezó a fallar, y la ayuda de tantos Hermanos y del personal de enferme-ría que te han cuidado con cariño y esmero en la co-munidad de las Arcas Reales. ¡Gracias a todos!

También en su última época, nuestro Hermano no dejaba de escribir porque la palabra fluía en su boli, en la pluma o en el ordenador como algo natural y bien dirigido. Ahora, se ha ido al cielo, de madruga-da, como queriendo no molestar aunque todos ansiá-bamos que este último achuchón fuera como los de antes: pasajero. Pero el buen Padre Dios ha dicho que ya era bastante, que Melchor merecía un descanso y que era bueno que compusiera alguna oda más en el cielo o que montara de nuevo la "timba" con otros colegas para darle una alegría a los habitantes de allá arriba. Seguro que ahora los de aquí abajo nos que-damos un poco huérfanos de su persona y notaremos un vacío al no verle en las dependencias de la comu-nidad, cerquita del ordenador o consultando alguna revista.

Permíteme Melchor, para terminar, que como muestra de agradecimiento de tantos Hermanos, fa-miliares, antiguos alumnos y amigos que me han hablado y escrito escoja alguna de las palabras del Hno. Visitador, Jesús Miguel: “Hermano te vas al mejor sitio y nos dejas aquí trajinando por la vida y construyendo Distrito. Pues eso, que desde allá arri-ba no nos olvides ni dejes de recordar ante el Padre a tus Hermanos de comunidad y a tu Distrito y Sec-tor. Y que, de vez en cuando, sólo de vez en cuando, nos invites a una partidita desde el cielo (no sé cómo haremos para dar contigo) pero ya te apañarás para citarnos a pasar un buen rato. Y que al recordarte sigamos creyendo en que ser Hermano ha valido la pena como tú has hecho, entregando tu vida al servi-cio de los niños y jóvenes en los que has dejado la vida. Por eso, porque te has volcado, has dejado muchas amistades que hoy, seguro con una pinta de nostalgia te recuerdan y alguna lágrima cae por sus rostros porque se ha ido un amigo, un Her-mano. Desde el cielo, seguimos confiando en tu buen hacer ante el Padre.

Adiós, Hermano: te mereces este homenaje y esta oración de todos nosotros”.

¡Descansa en paz, Melchor-Eulogio! b

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Hno. Agustín Martínez Blanco (1931-2016)

Hno. Andrés Corcuera Homilía en el funeral (19 de junio de 2016)

stimados celebrantes, familiares, Hermanos de la comunidad de la Residencia de las Ar-cas Reales, Hermanos y amigos todos del

Hermano Agustín: nos reunimos para despedir los restos mortales de nuestro Hermano y celebrar juntos la Vida en Cristo resucitado. Sed bienvenidos y go-cemos de la presencia misericordiosa de Dios Padre, impulsada y acogida por su Espíritu.

Al celebrar esta Eucaristía, damos gracias al Padre por la vida de nuestro querido Hno. Agustín que ayer entregaba su alma al Señor en el hospital de Vallado-lid, después de vivir dedicado a Él desde el momento en que, con 15 años, ingresó en el aspirantado en la casa de Premia de Mar en 1947.

Efectivamente, el Señor llamó a nuestro Hermano Agustín a "ponerse totalmente en las manos de Dios su-mamente amado" (Lumen Gentium 44). Y nuestro Hermano, con la mira-da puesta en María en la advocación de la Virgen de Coromoto, en su que-rida y añorada Venezuela, supo res-ponder a esta llamada: "Hágase en mí según tu palabra" (Lc. 1,38). Agustín no solo ha ofrecido los frutos, sino todo el árbol que los produce. No solo ha ofrecido alguna parte de su vida, sino toda su vida entera. Él lo ha dado todo y para siempre hasta su último aliento.

Por eso, ya ha encontrado la alegría del consuelo. Isaías, tal como hemos proclamado en la primera lec-tura, se dirigía al pueblo en su período más oscuro del exilio, puesto a prueba con gran dureza, y que superó las pruebas, diciéndoles: "festejad", "gozad", "ale-graos" porque el Señor derrama un torrente de consue-lo y ternura maternal. "Como un niño a quien su ma-dre consuela, así os consolaré yo" (Is 66,13). Agustín ha ido encarnando espiritualmente, poco a poco, aque-lla invitación que nos hace nuestro Fundador al decir:

"Disponeos a amar la cruz, puesto que la habéis ha-llado" (Med 121,1).

Sin duda quienes habéis caminado más de cerca junto al Hno. Agustín en estos años, habéis podido experimentar cómo fue asumiendo su enfermedad con esos delicados riñones desde su juventud, el sufrimien-to, la debilidad y, en ocasiones, la aparente derrota, llena de inocencia por su deterioro cognitivo en el último periodo de su vida. Es misterio de muerte y resurrección que nos lleva a afirmar con san Pablo: "Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo" (Gál 6,14). Nuestro Hno. Agustín ha hecho vida las palabras del papa Francisco: "La fecundidad pastoral, la fecundidad del anuncio

del Evangelio, no procede ni del éxito ni del fracaso según criterios de valo-ración humana, sino de la conforma-ción a la lógica de la cruz de Jesús, que es la lógica de la salida de uno mismo y de la entrega, la lógica del amor".

Nuestro Hermano Agustín era, ante todo, un religioso consagrado al Señor. Él se asoció con todos los Hermanos del Instituto y posterior-mente con otros seglares lasalianos; se comprometió a vivir en estabili-dad con nosotros para llevar adelante nuestra misión y así lo vivió hasta el

último suspiro con la misma fuerza del primero, que le llevó a la vida cuando sonaban los villancicos de la Nochebuena en el pueblo de Morriondo (León), aquel 24 de diciembre de 1931, fruto del amor fecundo de Paulino y Micaela, sus padres.

Desde que conoce a los Hermanos en Astorga, se siente atraído por su vida. Motivado por su ejemplo, continúa la aventura del seguimiento como adoles-cente, a sus 15 años, en el aspirantado de Premia de Mar. Allí completará su formación inicial como pos-tulante y novicio para cruzar el charco y realizar el escolasticado en la ciudad de Dos Caminos en

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Venezuela. Desde entonces y fielmente ha caminado dócil en las manos de Dios. Han sido 66 fecundos años de vida religiosa, vividos con Hermanos y alumnos.

Como Hermano de las Escuelas Cristianas, supo vivir entregado al Señor y a los demás para la salva-ción del mundo. Y supo morir como el grano que está destinado a dar mucho fruto. Su fruto lo han podido recoger a lo largo de toda su vida en diversos lugares. Inicia la misión en Caracas (Venezuela). La grave enfermedad en sus riñones motiva que tenga que renunciar a su vocación misionera y volver a España para recuperar su salud. En 1957 le encontramos en La Seo de Urgel. Posteriormente en la comunidad de Les como subdirector del aspirantado. Del 1961 a 1966 sigue como subdirector del Aspirantado Mayor primero en Tejares y luego en Mollerusa. En 1967 inicia un periodo de estudios en la comunidad de la Editorial Bruño (Madrid) para volver a Tejares como director del aspirantado hasta 1974. Los cuatro cursos siguientes será director del co-legio de la Felguera y, después de un curso como profesor en Ferrol, se incorpora al nuevo Equipo de Pastoral distrital en el año 1979. Aquí le tendremos tres cursos siendo protagonista de la renovación pastoral inicia-da en el Distrito de Valladolid. Después de dos cursos de for-mación permanente, en Madrid, le vemos en 1984 como director del colegio de Astorga, en su querida tierra leonesa. Pasará el curso 87-88 como profesor en Ferrol para incorporar-se el curso siguiente al Colegio Ntra. Sra. de Lourdes. Allí estará ocho cursos como profesor hasta que se traslada a la comunidad de la Residencia de las Arcas Reales en el año 2000. Los siete primeros años será Secretario o se ocupará del archivo distrital. En los años siguientes su salud se irá erosionando poco a poco hasta llegar a un deterioro cognitivo que le lle-vará a una situación de total dependencia en los últi-mos años.

Hoy podemos decir que ha culminado su obra, ha hecho todo lo que tenía que hacer y espera no ya la recompensa o la colaboración humana que la ha teni-do cumplidamente en la comunidad de la Residencia de Arcas Reales. Allí el cuidado de los Hermanos, de las auxiliares de la enfermería y de todo el personal

de servicio de la casa ha estado siempre a la altura de sus necesidades. Por ello, en nombre de todos, les agradecemos de corazón toda su generosidad y entrega.

La vida de nuestro Hermano cumple de ese modo lo que dice el Evangelio: el grano de trigo cae en tierra, se pudre y muere, pero eso da mucho fruto; de la muerte del grano nace la espiga llena de nuevos granos. La existencia del Hermano es un morir cada día, un morir cotidiano para que nazca la espiga, para que la vida se difunda entre tantos alumnos y alum-nas, entre tantos educadores y colaboradores lasalia-nos y produzca frutos de gracia. Nos lo recuerda san Juan Bautista de La Salle al afirmar: "Vuestra re-compensa en el cielo será tanto mayor cuanto más hayáis trabajado en hacer fruto en las almas de los niños que os han sido encomendados" (Med. 208,1).

Ahora no es momento en el que prime el dolor, humanamente comprensible, sino que es un momento

de serena aceptación del plan de Dios y de contemplar una definitiva liberación de los sufrimientos que han acompañado a nuestro Hno. Agustín en los últimos tiempos.

Hoy se convierten en realidad las palabras del libro de la Sabiduría (3,1-6): “la vida de los justos está en manos de Dios”. “Los que con-fían en él comprenderán la verdad, los fieles a su amor seguirán a su lado”.

Sintámonos llamados a orar, a manifestar a Dios nuestro deseo y nuestra esperanza para que el Hno. Agustín pueda entrar en la luz gozo-sa de su Reino, en la casa del Padre; porque este Dios “quiere a sus devotos, se apiada de ellos y mira por sus elegidos” (Sab. 3,9) y les da el consuelo mereci-do por tantos frutos cosechados en su vida.

Querido Agustín, sigue soñando desde el cielo con tu querido pueblo de Morriondo, con tu añorada Ve-nezuela, con tus antiguos alumnos que tanto te apre-cian, con tus Hermanos de comunidad que con tanto mimo te han cuidado, con tus plantas... Sueña los sueños eternos, pero no te olvides de interceder por nosotros, con esa cara de bondad que te caracteriza-ba, ante el Padre Dios.

¡Descansa ya en la paz bien merecida, Hermano! b

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Hno. Miguel Ramos Fernández (1938-2016)

Hno. Andrés Corcuera Homilía en el funeral (2 de Julio de 2016)

stimado celebrante, José Luis; Asunción, Antonia y Maruja, hermanas de Miguel, fa-miliares, Hermanos de la comunidad de la

Residencia de Burgos, Hermanos y amigos lasalianos que nos hemos reunido para despedir los restos mor-tales de nuestro Hermano y celebrar juntos la Vida en Cristo Resucitado: Sed bienvenidos, y gocemos de la presencia misericordiosa de Dios Padre que nos im-pulsa y nos acoge en la acción sanadora de su Hijo y en el consuelo gozoso de su Espíritu.

Cuando la muerte nos pilla con cierta sorpresa, parece que entendemos menos lo que pasa, nos rebe-lamos y le hacemos a Dios una pregunta: ¿Por qué? Y, luego, nos quedamos en silencio esperando una respuesta que, cree-mos, nunca acaba de llegar. Pero, pasando el tiempo, las cábalas y explicaciones encuentran una res-puesta sencilla, que engloba nues-tras preocupaciones y desasosiegos y nos deja tranquilos: “¡Porque nuestro Padre Dios le acoge con amor!”.

A finales de mayo estuve por tu comunidad, Miguel, y me decías que no podías continuar como direc-tor de la comunidad, que no te en-contrabas bien de salud, y los dos pensábamos que tenía que ver con la hidrocefalia de la que te habían operado el año pasa-do y acordamos que el mejor lugar para el próximo curso era Bujedo. Un lugar para recuperarte y des-cansar. Pero nos equivocamos. Cuando volví en junio a la comunidad te comenté que no me gustaba el color amarillento de tu rostro. Al día siguiente tenías consulta con el médico, y de ahí a urgencias al hospi-tal que ya no abandonaste en esos días de lucha con el tumor. Todavía recuerdo, con emoción, la última conversación contigo en el hospital de Burgos: “Esto se acaba, Andrés”–me dijiste– y hablamos de tu fe-cunda vida como Hermano en tierras catalanas, astu-rianas, cántabras, gallegas y castellanas. Fecunda también con tu familia a la que siempre has ayudado

y con la que has estado muy cercano… Y al despe-dirme me dijiste: “Hasta el cielo, Andrés”.

Miguel, nuestro Hermano, se nos ha ido. Casi no le ha dado tiempo –a casi nadie le da– a acabar sus encargos o trabajos, a culminar sus visitas o sus afa-nes o a saborear el fruto de lo hecho con mimo y primor. Acaso, el día a día le iba dando esa pequeña satisfacción que todos encontramos, como él, cuando vamos echando a volar nuestra imaginación y vemos que se plasma en un trabajo bien hecho.

En familia y en fraternidad –como él deseaba siempre–, queremos celebrar el paso a la Vida de

nuestro querido hermano Miguel, desde la realidad consoladora que hace posible el Señor. Aquí radica la verdad de lo que estamos vivien-do: El unir nuestra vida y la vida de nuestro querido hermano a la vida de Jesús. Es el Señor el que nos toma de la mano y nos hace pasar a la vida que no termina, a la vida trasformada en algo nuevo, en el tiempo de Dios, en su amor para siempre, porque "la vida no termi-na, se transforma; y cuando se des-vanece nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo”. Y es ésta la realidad que estamos viviendo hoy hermanos:

Jesús, el Resucitado, se hace el encontradizo en el camino y nos acoge en la paz de su Presencia. Nues-tro hermano ha sido abrazado por el Resucitado; ya está gozando de su paz y de su amor.

En Miguel vemos reflejado lo que hemos procla-mado en la carta a los Gálatas: “Ayudaos mutua-mente a llevar unos, las cargas de los otros… pues lo que uno siembre eso cosechará…” (Gal 6, 2.7). Mi-guel insistió en su vida en hacer realidad las palabras del apóstol Pablo: “… no nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo vendrá la cosecha” (Gal 6,9). No cabe duda de que, para todos, el mensaje de la Palabra de Dios nos desafía a no echar en saco roto las palabras que se nos dirigen. Nos recuerda que

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fiarse de Dios es asentar la vida sobre roca, y que no por ello debe uno gloriarse de lo recibido, pues todo es regalo de Dios. “Somos siervos inútiles”, dice el evangelio. Y, una vez terminada nuestra labor, nos sigue insistiendo en que “… hemos hecho lo que teníamos que hacer”.

Se trata “de servir, de hacer discípulos” como re-cuerda el Evangelio de Mateo hoy proclamado. No se nos va a medir por los logros obtenidos, los puestos ocupados o los honores recibidos… La medida del valor de nuestra vida es el amor en el servicio, el ir gastando poco apoco la vida entregándola en dispo-nibilidad y apertura al plan de Dios sobre nosotros.

Seguramente que en el hogar de José y Severina, sus padres, se cocieron al calor de la casa en el pue-blo de Villares de Órbigo (León) muchos de esos valores que hicieron que, cuando Miguel llega a este mundo el 19 de mayo de 1938, encontrara un buen clima para crecer y madurar y aprendiera pronto có-mo hay que estar en la vida.

A los 12 años ingresa en el aspirantado de Cam-brils. Y será entre esta ciudad catalana y lasaliana, y la de Pont d’Inca, en Mallorca, donde realice toda su formación inicial como Hermano, hasta llegar a reali-zar sus votos perpetuos en el Colegio de la Bonano-va, en Barcelona, en el año 1963, diciéndole a todos –y a sí mismo– que la opción por entregar la vida a Dios era ¡para siempre!

En 1970 nos encontramos ya a Miguel como maestro y licenciado en Pedagogía. Y serán latín, literatura, geografía e historia, arte y religión las asignaturas que más impartirá a lo largo de su misión educativa. Misión que inicia en Gerona en el año 1959 y siguió en Figueras, Las Corts y Bonanova. En 1970 pasará un curso como profesor en el Aspiranta-do Medio de esta casa de Bujedo, desde la que reali-zaba visitas frecuentes de atención a su familia. Y, después, de vuelta al Distrito de Cataluña, estará en Tarragona y la Bonanova, intercalando la formación permanente en el CEL. A partir del curso 82-83 se incorpora a nuestro Distrito de Valladolid. Estará en varios colegios y comunidades: Burgos, Los Corrales de Buelna (director de centro), Palencia (director de comunidad y jefe de estudios), CIL en Roma en el curso 94-95. Después de este año de formación estará en Turón (director de centro), En Santiago, en el Co-legio La Salle y la Escuela de la Inmaculada. En 2009, ya jubilado, viene como director de esta casa de Bujedo. Y, después de un curso en el Colegio São

Caetano en Braga (Portugal), pasará los tres últimos años como director de las Residencias de Hermanos mayores en Valladolid y Burgos.

Miguel, Hermano, he tenido la suerte de acompa-ñarte en los últimos años. Gracias de corazón por tu disponibilidad. Siempre me has dicho un SÍ, con mayúsculas, a todo lo que te he pedido a pesar de las dificultades de salud que ibas teniendo. Gracias Her-mano.

Y termino con las palabras del Hermano Visitador auxiliar del Sector de Cataluña, Josep Guiteras, tu compañero algunos años:

“Acabo de leer tu correo, junto con la esquela de la muerte del Hermano Miguel Ramos, que en gloria esté. Sabíamos de su delicado estado de salud. El Señor le ha llamado y estoy seguro que estaba ya muy preparado para este momento.

Por un importante encuentro familiar en Cambrils no os puedo acompañar. Lo siento mucho y sí que os acompañará mi oración y la de los Hermanos del Sector Catalunya.

Recibe tú, como Hermano Visitador auxiliar, y toda su familia, especialmente su primo, el Hermano Desiderio Pérez, mis condolecidas y mis oraciones para que el Señor le tenga en su gloria y le recom-pense tanto bien como ha hecho a lo largo de su vida de Hermano de La Salle, especialmente por los años transcurridos en Cataluña, años muy fructíferos, desde que empezó su formación como Hermano y sobre todo por los años de juventud llenos de buenos frutos pedagógico y apostólicos como educador y como seguidor de Jesús que amó por encima de todo y que enseñó a amar a sus muchos alumnos que se-guro que tienen un muy buen recuerdo de él.

Dios, que es Padre bueno y misericordioso, se lo recompensará y le acogerá en sus brazos llenos de misericordia y amor.

En nombre propio y de todos los Hermanos del Sector, mi agradecimiento más sincero a Dios y a tu Sector que tan generosamente le acogió y le ha cui-dado hasta este momento. Que descanse en la paz de Dios”.

Miguel, Hermano, disfruta del merecido descanso (y no corras mucho por las carreteras de ese lugar nuevo en el que estás). Y como me dijiste en el hos-pital: “En el cielo nos vemos”.

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Distrito ARLEPa Salle

Sector Valladolid

Es justo y nece- sario