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BAUTISMO EN AGUA

INTRODUCCIÓN

El bautizarnos es un acto de obediencia a Dios, y al hacerlo como Él lo ha establecido, obtendremos mejor provecho de lo que creemos y estamos haciendo.

El bautismo no es ni el primer paso ni el último en el andar con Dios; es el resultado de escuchar y

creer la palabra de Dios, y a la vez trae mucho fruto.

Dios, a través de los tiempos, ha hecho pactos o acuerdos con el hombre: si tú te comprometes con Él, Él lo hará contigo, si le das el primer lugar a Él, Él también te dará el primer lugar a ti.

El ser bautizado no es meramente pertenecer a una congregación o grupo religioso, es ser

miembro de la iglesia: el cuerpo de Cristo.

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CAPÍTULO I

DEFINICIÒN Y FORMA

La palabra Bautismo se deriva de la palabra griega bapto o baptizo: lavar o sumergir. Otros dicen: “poner fuera de la vista”. Y de la manera que Dios en Cristo se identificó con nosotros para rescatarnos haciéndose hombre y siervo obediente, así nosotros nos identificarnos con Cristo en su muerte, sepultura y resurrección.

“La forma más antigua usualmente empleada fue sin duda la inmersión. Esta no sólo es evidente a partir de las escrituras de los Padres y los primeros ritos tanto de las Iglesias Latinas y Orientales, sino que también puede observarse en las Epístolas de San Pablo, quien habla del bautismo como un baño (Efesios, v, 26; Rom., vi, 4; Tit., iii,5). En la Iglesia Latina, la inmersión parece haber prevalecido hasta el siglo doce. Después de ese tiempo se encuentra en algunos lugares tan tarde como el siglo dieciséis. Sin embargo, la infusión y la aspersión fueron cada vez más comunes en el siglo trece y gradualmente prevalecieron en la Iglesia Occidental. Las Iglesias Orientales han conservado la inmersión, aunque no siempre en el sentido de sumergir todo el cuerpo del candidato bajo el agua”. (ENCICLOPEDIA CATÓLICA, “BAUTISMO materia y forma del sacramento)

1. SE PRACTICA POR INMERSIÓN EN AGUA. El bautismo fue y sigue siendo la práctica apostólica de los cristianos. Fue realizado por inmersión, pues las pruebas apuntan a que existía mucha agua en el momento del bautismo, además es una sepultura.

23 Y bautizaba también Juan en Enón junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados. (Juan 3)

38Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó 39Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino. (Hechos 8)

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2. EL BAUTISMO ES UN ACTO DE OBEDIENCIA. El bautismo es uno de los pocos ritos de la cristiandad y el más importante, por eso vale la pena hacerlo en conformidad a la palabra de Dios, obedeciendo y dándole valor a las cosas sagradas. No como le ocurrió a Esaú que no valoró las cosas santas y se convirtió en profano.

16no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. (Hebreos 12)

Si quisiéramos resumir en una palabra lo que Dios espera del hombre, sería:

La obediencia

En la palabra de Dios encontramos muchos ejemplos, donde la creencia, seguida de la obediencia a lo que Dios pedía fue donde obró el poder de Dios. En el caso de Naamán y Jericó, fue la obediencia a lo dicho por Dios lo que surtió efecto, no las vueltas ni el rió Jordán. Además fue la provisión de Dios para ese tiempo, debemos escudriñar y obedecer cual es nuestra provisión para hoy.

4Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas. (Josué 6)

14El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio. (2 Reyes 5)

3. JESÚS FUE BAUTIZADO Y BAUTIZABA.

El bautismo de Juan y el practicado por los discípulos de Jesús es un anticipo o sombra también del bautismo cristiano. Jesucristo fue bautizado aunque Él no lo necesitaba, pues no tenia de que arrepentirse. De la misma manera fue ungido con el Espíritu aunque Él no lo necesitaba, pues el mismo es quien bautiza con el Espíritu Santo. Lo hizo porque Él como hombre estaba haciendo lo justo y dándonos ejemplo a los que queremos seguir sus pisadas. Además todo rey y sumo sacerdote era ungido antes de iniciar su ministerio, así, Cristo como SUMO SACERDOTE, lo fue antes de iniciar su ministerio.

11Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego… 13Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. 14Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? 15Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. (Mateo 3)

1Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan 2(aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos). (Juan 4)

32También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. 33Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. (Juan1)

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4. EL BAUTISMO SE PRACTICA A LOS CREYENTESPara ser bautizado, primero hay que creer, y para creer se necesita oír, aceptar y luego obedecer. Por esta razón no bautizamos niños, además la práctica de bautizar niños es ajena a las escrituras.

16El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. (Marcos 16)

En los tiempos bíblicos, más específicamente en el antiguo Testamento, los niños eran presentados en el templo a los ocho días de nacidos. Y en el Nuevo testamento eran traídos a Cristo, y Él los bendecía. 13Y le presentaba niños para que los tocase (Jesús); y los discípulos reprendían a los que los presentaban. 14Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no

se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. 15De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. 16Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía. (Marcos 10)

21Cumplidos os ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre JESÚS, el cual le había sido puesto por el ángel antes que fuese concebido. 22Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor. (Lucas 2) 5. NO ES EL PRIMER NI ÚLTIMO PASO.

Así pues, el bautismo no es una imposición, ni un rito mas, es consecuencia de haber escuchado, creído y obedecido el evangelio, ese es el testimonio de los apóstoles.

41Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. (Hechos 2)

12Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. (Hechos 8)

36Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? 37Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. 38Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. (Hechos 8)

31Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 32Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. 33Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. (Hechos 16)

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6. ¿QUE DEBO HACER PARA CREER? La palabra ‘creer’ tiene dos implicaciones: aceptar y obedecer lo que se nos presenta. Miremos un ejemplo: si estoy enfermo y me recomiendan una medicina comprobada científicamente y con muchos testimonios de personas, yo acepto todo lo que me dicen y creo que es verdad, pero si no ingiero o me aplico la medicina, no obtendré los resultados.

17Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. 18Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. (Santiago 2)

La fe nace, crece y se fortalece, y no podemos creer en algo o en alguien que no conocemos. Así que lo más importante es conocer a Dios y eso lo hacemos en Cristo y sus palabras

5Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. (Lucas 17)

7Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. (Juan 14)

Todos tenemos oídos, pero no todos los tienen capacitados para oír la voz de Dios. La palabra de Dios nos abre el oído para escuchar la voz de Dios. De hecho, a todos en algún momento nos ha pasado como a Samuel: no sabíamos distinguir la voz de Dios. 7Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada. (1 Samuel 3)

9El que tiene oídos para oír, oiga. (Mateo 13)

7Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. (Romanos 10)

Por todo lo anterior surge la necesidad de:

18orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos (Efesios 6)

39Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. (Juan 5)

25no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. (Hechos 10)

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CAPITULO II

EL PECADO Y EL PERDÓN

47y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. (Lucas 24)

Juan el Bautista presentó a Cristo como el que puede quitar “el pecado del mundo” Es decir, hay un pecado que es la causa de todos los males y que nos afecta a todos por igual.

29El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. (Juan 1)

EL PECADO: En griego pecado se decía hamartia: ‘fallo de la meta, no dar en el blanco’. En arameo el término pecado tenía el significado de ‘olvido’, como dejar a un lado. EL PERDÓN: es la remisión de una obligación pendiente, de una ofensa recibida o de una pena merecida por la falta. Al perdonar se expresa la indulgencia, tolerancia o comprensión ante el error ajeno

1. EL PECADO DEL MUNDO.

La palabra de Dios enseña que la maldad apareció cuando Satanás deseó ser igual a Dios. Esa fue la primera rebelión de las criaturas contra el creador.

13Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. (Isaías 14)

15Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. 16A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. 17Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura… (Ezequiel 28)

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Decir que Satanás tenía corazón, es decir que tenía voluntad. Al igual que el hombre fue creado con voluntad, con decisión. El hombre fue hecho “un ser viviente”, la palabra “ser” denota individualidad, autonomía, voluntad propia. Satanás, acudiendo a esa voluntad del hombre argumenta con él. Parte de lo que Dios ha dicho, le añade algo, y luego lo tuerce. Esa ha sido su estrategia todo el tiempo, presentar verdades a medias. Y el error del hombre ha sido siempre poner en duda lo que Dios ha dicho.

1Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?... 4Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos… (Génesis 3)

Satanás le ofreció al hombre lo que fuera su gran deseo: ser como Dios. Así excitó los deseos y los sentidos de ellos. Las religiones orientales y el movimiento de la nueva era llevan este principio: creer que tú eres tu propio dios. …5y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. (Génesis 3) Motivados por sus ojos y sus deseos menospreciaron lo que habían recibido de Dios, y quedaron presa de sus propios deseos.

6Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. (Génesis 3)

16Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. (1 Juan 2)

1.1 LA RESPONSABILIDAD DEL HOMBRE.

El pecado no entró en la humanidad por el diablo, fue por la decisión del hombre. Dios hizo responsable al hombre, y fue al primero que llamó a rendir cuentas. 9Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? (Génesis 3)

29He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones. (Eclesiastés 7)

Miremos el contraste entre Adán y Cristo. Las consecuencias del descuido de Adán y las consecuencias de la obra de Cristo.

12Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron… 17Pues si por la trasgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. 18Así que, como por la trasgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. (Romanos 5)

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21Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados… 45Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postre Adán,

espíritu vivificante… 47El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. 48Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. 49Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. (1 Corintios 15) 1.2 LA LEY REVELA EL PECADO.

Luego de apartarse de Dios el hombre vivía sin saber diferenciar entre lo bueno y lo malo. La ley tenía básicamente dos propósitos: PRIMERO. Decirnos que es bueno y que es malo, para que el hombre viviera bien. Si el hombre pudiera cumplir los diez mandamientos el mundo sería un paraíso.

40Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre. (Deuteronomio 4)

SEGUNDO. Y lo más importante, la ley muestra el pecado, ósea: no lo que hago, sino la razón porque lo hago. La ley fue el reactivo que Dios le puso a la humanidad para que se dieran cuenta de su verdadera condición, y descubrir lo más terrible que tiene el hombre a consecuencia de haberse alejado de Él.

7¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. (Romanos 7) 2. LAS CONSECUENCIAS.

El gran mal o pecado del hombre es a consecuencia de estar lejos de Dios, a merced de sus deseos y del maligno. A manera de ejemplo: cuando tenemos una gripa es a causa de un virus alojado en nuestro cuerpo, el cual nos deja sentir sus síntomas externos, nos podemos tomar todos los calmantes del mundo pero si no se erradica el virus, no cesará la enfermedad. Así le ocurre al hombre: tiene un virus llamado pecado (rebelión, distancia de Dios), y sus síntomas se dejan ver en la conducta humana, las que atentan primero contra sí mismo porque le dañan; y contra su creador, porque él no lo creo para vivir así: victima.

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15Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. (Marcos 7)

El pecado daña primero al hombre, ofende a Dios pues Él como creador no nos hizo

para lo malo.

Todos nos hacemos partícipes de “el pecado” porque venimos de la simiente de Adán. Por eso, el ser pecador no se mide por la cantidad o calidad de pecados que cometamos, sino por haber nacido. El hombre peca porque es pecador, no peca para hacerse pecador. 5He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre. (Salmo 51)

23por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, (Romanos 3)

2.1 EL PECADO PRODUCE VERGÜENZA Y DOLOR.

El hombre ha tratado de cubrirse de muchas maneras sin muchos resultados, y añorando la vida abundante que tenía antes. Por eso, hoy, de muchas maneras busca lo que perdió.

7Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. 8Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. 9Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí (Génesis 3)

De hecho el hombre murió, muerte es sinónimo de separación, fin de una relación, dolor, tristeza, descomposición, corrupción. 1Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados (Efesios2)

El pecado significó para el hombre salirse de un refugio y quedar expuesto. Como dice el salmo 91, todas las bendiciones de este Salmo son para el que habita al abrigo del Altísimo. 1El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. (Salmo 91) Algunas veces el hombre culpa a Dios de sus desgracias, pero no se da cuenta que son la consecuencia de estar lejos de Él:

3La insensatez del hombre tuerce su camino, y luego contra Jehová se irrita su corazón. (Proverbios 19) 8¿Invalidarás tú también mi juicio? ¿Me condenarás a mí, para justificarte tú? (Job 40)

2.2 EL PECADO APARTA A DIOS. Dios es santo. Eso significa que es apartado del mal; en Él no hay engaño ni maldad ni mentira. Estas cualidades son ajenas al hombre que está en pecado, cuando el hombre le dio la espalda a Dios cerró tras sí la puerta de acceso a su vida. Por decirlo de alguna manera; Dios estaba imposibilitado para actuar en el hombre, por la condición del hombre, no porque Él como Dios no pudiera.

1He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; 2pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y

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vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír. 3Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua. (Isaías 59)

Cuando pensamos en la severidad de Dios en los tiempos antiguos debemos tener en cuenta que:

Dios es juez justo, y sus juicios iban de acuerdo a los caminos y a la crueldad del hombre.

No había nadie que se pusiese a favor del hombre. 11Dios es juez justo, Y Dios está airado contra el impío todos los días. (Salmos 7) 22Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé. (Ezequiel 22)

Solo Dios puede juzgar justamente. Solo Él conoce la verdad y la mentira de todas las cosas.

13Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. (Hebreos 4)

Además es un juez misericordioso y compasivo. Cuando castiga, lo hace con misericordia. Cuando premia, lo hace más abundantemente de lo que esperamos. Si respetamos y acatamos las decisiones de los jueces humanos cuanto más las de Dios.

18Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable. (Números 14) 8Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia. 9No contenderá para siempre, Ni para siempre guardará el enojo. 10No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. (Salmos103)

2.3 EL PECADO ALIENA AL HOMBRE.

La mejor definición de pecado y como afecta al hombre la he encontrado en la definición de la palabra alienar:

“Extranjero De si mismo. Ajeno a sí mismo. La personas o sociedad es precipitada por fuerzas extrañas a un estado fuera de su naturaleza o intereses hacia objetivos que no son los suyos, pero

que cree que lo son”. “Apartar de algo para ponerlo al servicio de otra cosa al cual el ser no pertenece”

3. LA SOLUCIÓN DE PARTE DE DIOS.

Pese a la condición del hombre y la distancia de Dios, Dios siempre proveyó medios, puentes para acercarse al hombre. El hombre nunca ha podido llegar a Dios, ha sido Él quien siempre ha llegado a nosotros, todos los caminos hacia Dios han sido trazados por Él mismo.

3.1 LA SUSTITUCIÓN. Cuando Dios sacó al pueblo de Israel de Egipto, a fin de que el ángel de la muerte no entrara en sus casas, la señal era la sangre de un cordero sobre la puerta.

5El animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las cabras. (Éxodo 12)

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Así, en la ley, se constituyen animales como sustitutos, para cumplir en ellos el castigo que el hombre merecía, pues si se le aplicaba al hombre, muerto este, no tenía más esperanza. La víctima era muerta y quemada en el altar, debía ser sin defecto y de un año. La persona traía su ofrenda y colocaba sus manos sobre el animal en señal de transferencia de su culpa,

3Si su ofrenda fuere holocausto vacuno, macho sin defecto lo ofrecerá; de su voluntad lo ofrecerá a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Jehová. 4Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y será aceptado para expiación suya. (Levítico 1)

Los sacrificios para expiación de pecados eran con sangre, que representa la vida, en este caso del oferente. El sacerdote tomaba la sangre del altar y la llevaba dentro del tabernáculo para presentarla como señal que se había pagado el precio por el pecado.

22Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. (Hebreos 9)

Pero ninguna de estas ofrendas quitaban EL PECADO de la presencia de Dios y tampoco perfeccionaban al hombre, pues el volvía una y otra vez a los mismos errores.

1Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. 3Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; 4porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. (Hebreos 10)

El cordero que sustituyó a Isaac es tipo de Cristo y nosotros tipo de Isaac.

8Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos. (Génesis 22)

El hombre que demandaba Goliat el enemigo del pueblo de Dios, y que fuese David en ese momento es tipo de Cristo. Él se enfrentó al hombre fuerte bajo sus condiciones, en su territorio y le venció al igual que David a Goliat, con armas no convencionales y con su misma espada: la muerte.

10Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo. (1 Samuel 17)

3.2 CRISTO: CORDERO DE DIOS Y SUMO SACERDOTE DEL HOMBRE.

El hombre traía su propio cordero al sacerdote para ser sacrificado. Ahora Cristo es el cordero de Dios, el que Él ha provisto, Él es nuestro sustituto, perfecto, sin mancha y en todo el esplendor de su juventud.

18sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, (1 Pedro 1)

También es el sacerdote a favor de los hombres.

1Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados. (Hebreos 5)

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Siempre hablamos de Jesús como cordero. Pero no olvidemos que se necesitaba un sacerdote de ciertas calidades, como lo fue Aarón, instituido y aprobado por Dios, para presentar la ofrenda. Cristo además de cordero es el sumo sacerdote que presenta la ofrenda a favor del pueblo, en este caso de la humanidad. No según el orden de Aarón, sino según el orden de Melquisedec. No para presentarse en el santuario hecho de manos: el tabernáculo, sino en el cielo. Perfecto, a diferencia de todos los sacerdotes del orden levítico.

20donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. (Hebreos 6)

1Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, 2a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; 3sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.(Hebreos 7)

11Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 24Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 25y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. (Hebreos 9)

Cristo como hombre y cordero perfecto, se ofreció en sacrificio.

Cristo como Dios y sumo sacerdote entró en el cielo con su propia sangre.

Cristo quitó el pecado del mundo. Habiendo derrotado al diablo y la muerte se presenta como ofrenda en el cielo y así permitir la presencia de Dios en nosotros. Ahora:

El pecado del mundo que entró por Adán, ha sido removido de la presencia de Dios por el postrer Adán.

Hay una obra perfecta, representada en Cristo glorificado y exaltado en el cielo que intercede por toda la humanidad.

Estamos completos o perfectos, no nos falta nada para que podamos servir a Dios con limpia conciencia.

Esta es la buena noticia: ¡EL EVANGELIO¡ No hay nada que impida el acceso del

hombre hacia Dios, ni el acceso de Dios al hombre. 25por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios,

viviendo siempre para interceder por ellos. 26Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; (Hebreos 7)

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14¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? 26De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del

mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. (Hebreos 9)

14porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. (Hebreos 10)

3.3 DIOS SE PROVEYÓ DE CORDERO. El cordero de Dios, debía ser un hombre perfecto, sin defecto por dentro y por fuera, y como no había un hombre de esas calidades, Dios lo proveyó. Dios es el único perfecto y todo poderoso. Nosotros no podíamos ser semejantes a Él, Él se hizo semejante a nosotros. Nosotros no

podíamos llegar a Él, entonces Él llegó a nosotros.

6el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. (Colosenses 2)

Dios Cambio de forma, ósea, de status o posición, de Dios a hombre y esta condición se humilló: o Se hizo pobre, pero no dejó de ser rico para enriquecernos a todos. o Se hizo siervo, pero no dejo de ser Señor y dominarlo todo. o Se hizo hombre pero no dejo de ser Dios.

Imaginemos un sándwich, así estaba el hombre. Por un lado la justicia divina exigía su demanda, y por otro lado estábamos a merced de nuestra naturaleza pecaminosa y por ende del diablo.

Dios en Cristo se interpuso, satisfizo la justicia divina y venció al diablo y la muerte.

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5Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. (Isaías 53)

18Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados. (Hebreos 2)

3.4 SE NECESITABA UN HOMBRE, NO UN ANGÉL, NO UN ANIMAL.

Para rescatar al hombre del pecado, la muerte y la maldición de la ley, se necesitaba, un hombre. Dios no se propuso rescatar los ángeles, sino al hombre al que se había propuesto hacerlo a su imagen y semejanza. Además, ya había quedado demostrado que los sacrificios de animales eran insuficientes, ellos solo eran sombra o símbolo.

4Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la Ley, 5para redimir a los que estaban bajo la Ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. (Gálatas 4)

21Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. (2 Corintios 5) (Se hizo pecado en que asumió las consecuencias: la muerte)

Solo Jesucristo fue ése hombre que tenía todas las condiciones para ponerse a favor de la humanidad. Colgado entre cielo y tierra, Jesucristo:

Dios y hombre, a favor del mundo y ofrenda para Dios, reconciliándonos consigo mismo.

19que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. (2 Corintios 5)

20y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. (Colosenses 1)

En consecuencia, Jesucristo tenía que vencer la muerte y al que tenía el imperio de ella. De esta manera nos libra también del yugo del diablo y de la muerte.

21Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. 22Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín. (Lucas 11)

24al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella. (Hechos 2)

3Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne. (Romanos 8)

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14Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. (Hebreos 2)

4. LO QUE DIOS ESPERA DEL HOMBRE.

Ya Dios lo ha preparado todo, ahora el hombre solo debe creerlo y recibirlo. Pero para eso debe: escuchar el evangelio, volverse a Dios y recibir lo que Dios le ofrece. 15Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. (Marcos 16)

41Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. (Hechos 2)

4.1 EL ARREPENTIMIENTO.

Antes el hombre debía dejar su camino y volverse a Dios, hoy debe volverse a Dios y Él cambia su camino. Antes vivíamos por lo que hacíamos hoy vivimos por lo que creemos.

7Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. (Isaías 55)

12y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. (Gálatas 3)

28Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. (Mateo 11) DIOS NOS GUIA AL ARREPENTIMIENTO. Muchas de las cosas que Dios permite en la vida del hombre es para que se dé cuenta que necesita de Él y se vuelva.

4¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? (Romanos 2) 9El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3).

DIOS ORDENA. No es una súplica de Dios.

30Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; (Hechos 17)

En la parábola del hombre que tenía dos hijos y uno de ellos pidió su herencia y yéndose lejos la malgastó perdidamente. Nos ilustra la condición del hombre que pierde todas las riquezas que Dios le ha dado en esta vida, el mundo y el diablo se encargan de robárselas. Pero volviendo en sí decide volver a su padre, el cual le recibe tal como viene y luego le manda a limpiar y hacer fiesta.

10Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. 20-23Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus

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siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; (Lucas 15) 5. EL PERDÓN DE MIS PECADOS ES EN SU NOMBRE.

Cuando una persona acepta a Cristo como Dios y salvador, se está reconciliando con Dios y purificando sus pecados, ósea está cambiando de posición con respecto a Dios.

21y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. 22Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu… (1 Pedro 1)

Pero cuando somos bautizados en el nombre de Jesús mis pecados son perdonados, porque sino los limpio ahora, un día se harán patentes en la presencia del Señor. Entonces estoy cambiando de condición, ya no soy un pecador sino un hijo que lleva su nombre.

24Los pecados de algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio, más a otros se les descubren después. (1 Timoteo 5)

El perdón de los pecados para el hombre, en el nombre de Jesús. 21Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. (Mateo 1)

47y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. (Lucas 24) 38Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. (Hechos 2) 43De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre. (Hechos 10) 38Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados. (Hechos 13) 16Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre. (Hechos 22) 12Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. (1 Juan 2) 5.1 SOLO CRISTO PERDONA PECADOS.

Cristo, en los días de su carne, demostró tener autoridad sobre las enfermedades, los demonios, la muerte; de esta forma comprobó que cuando decía a alguien que sus pecados eran perdonados, es porque realmente así era.

5Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. 6Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: 7¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? 8Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por

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qué caviláis así en vuestros corazones? 9¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? 10Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. (Marcos 2)

47Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. 48Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. 49Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados? 50Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz. (Lucas 7)

5.2 LA SANGRE DE CRISTO La expresión “LA SANGRE DE CRISTO NOS LIMPIA DE PECADO” es muy usual. La sangre se refiere a la vida. Yo me ‘rocío’ su sangre cuando soy bautizado en su nombre.

25a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados (Romanos 3)

9 pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira (Romanos 5)

7 En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia (Efesios 1)

14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. (Colosenses 1)

18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación (1 Pedro 1)

7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. (1 Juan 1)

5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre (Apocalipsis 1)

9 porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación. (Apocalipsis 5)

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CAPÍTULO III

LA SALVACIÓN

16El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. (Marcos 16)

Los medios para salvarnos y para llegar a Dios, siempre han sido provistos por Él. Sin embargo, el hombre siempre ha tratado de lograr un acercamiento a la divinidad por sus propios medios; lastimosamente, siempre se ha equivocado cuando crea medios para llegar a Dios, llámense religión, filosofía o culto.

El bautismo es un acto de obediencia que se convierte en nuestra señal externa de fe, pues como ya vimos la fe sin obras es muerta.

10Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. (Romanos 10)

21El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo (1 Pedro 3.)

Hombre Pecador Esfuerzo

Personal

Pecado

DIOS

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1. ¿SALVOS DE QUÉ? SALVACIÓN: “La salvación es un término que genéricamente se refiere a la liberación de un

estado o condición indeseable”

Implica la condición de alguien que está en apuros e imposibilitado de ayudarse, y de alguien que llega en su rescate. Esa es la condición en que quedó el hombre a consecuencias del pecado. El hombre sin recibir la gracia salvadora está en esta condición: EL HOMBRE ESTA MUERTO, y un muerto no se vale por sí mismo.

1Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 5aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), (Efesios 2)

13Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, (Colosenses 2)

EL HOMBRE ESTA PERDIDO, buscando en la vanidad de la vida lo que Dios le ofrece gratis. Las tres parábolas de Lucas 15 (la oveja perdida, la dracma perdida y el hijo pródigo) ilustran la condición del hombre perdido y el afán de Dios por encontrarlo.

10Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. (Lucas 19) 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3)

EL HOMBRE ESTA CONDENADO, sobre él pesaba una condena por sus pecados. No es que se va a condenar, es que ya está condenado, y aun hay doble condenación por rechazar la verdad.

17Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. (Juan 3)

1.1. NECESITABAMOS UN SALVADOR.

Bajo estas condiciones el hombre no podía hacer nada por sí mismo, por eso vino Cristo. Si nosotros quisiéramos salvarnos por nuestros propios medios tendríamos que hacer lo que hizo Cristo: nacer santos, vivir santos, morirnos y resucitarnos cuando queramos y entrar en el cielo.

Cristo hizo todo lo que nosotros no podíamos hacer: no pecar, vencer al diablo, vencer la muerte y ser agradable delante de Dios.

Por eso es un insulto a Dios querer salvarnos por nuestros medios, es menospreciar la obra magnífica y perfecta de Dios en Cristo. Es decir que lo que lo Cristo hizo está incompleto y yo necesito hacer algo para completarlo.

20ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. (Romanos 3)

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16sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. (Gálatas 2)

CRISTO: LA PIEDRA ANGULAR. Cristo es nuestro único medio de salvación. La piedra del ángulo, la que debería ocupar el lugar central pero que muchos tienen fuera de lugar y por eso su edificio está torcido y a punto de caer. 11Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. 12Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4) 20 edificados sobre el fundamento de apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo (Efesios 2)

2. ES LA MÁS GRANDE PROMESA DE DIOS. Al tiempo que el hombre se aparta de de Dios y desobedece en el Edén, se abre para el hombre el trono de la gracia. Así como Dios hace juicio sobre todos en ese momento (la serpiente, el diablo, la mujer, el hombre y la tierra), también da la GRAN PROMESA DE SALVACIÓN para el hombre, la cual fue cumplida en Cristo Jesús.

15Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañal… 22Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. (Génesis 3)

9quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 10pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio. (2 Timoteo1)

DEFINICIÓN DE PROMESA: “Una promesa es una palabra que se proyecta a un momento temporal futuro, aun no ocupado. Va más allá de quien la pronuncia y de quien la recibe, y determina un compromiso entre ellos para el futuro” Epaggelia: “una promesa que se hace libre y voluntariamente”, es decir no obtenida por fuerza, no es ni siquiera como fruto de un mutuo acuerdo. El trato de Dios con el hombre ha sido siempre a través de promesas de parte de Él puesto que el hombre no puede lograr nada para con Dios por sí mismo.

6Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. 7Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. (Hebreos 8)

21

3Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 4por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. (2 Pedro 1)

32Y nosotros también os anunciamos el evangelio de aquella promesa hecha a nuestros padres, (Hechos 13)

2.1. LAS PROMESAS SE ALCANZAN POR FE.

Las promesas dependen primero de quien las haga, si tiene la capacidad para cumplirla. Y son efectivas si hay alguien que las crea.

La única manera de alcanzar las promesas de Dios, es creyéndole a Dios. La salvación no obra por meras prácticas, o por pertenecer a cierto grupo religioso, o realizando una serie de promesas o pactos porque no sabríamos que hacer ni cuanto hacer.

8Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; (Efesios 2)

La salvación es un milagro que se opera en el hombre por el poder de Dios. Ese poder es la gracia salvadora por creer el evangelio, las buenas nuevas de Cristo.

16Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. (Romanos 1)

18alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, 19y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, (Efesios 1)

HOMBRE

CREE

EN

JESUCRISTO

DIOS

22

Nuestras promesas en Cristo, en el evangelio son mejores. Las promesas hechas a Israel son terrenales, las promesas de la iglesia son celestiales.

15Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. (Hebreos 9)

2.2 EL ORDEN DE LA SALVACIÓN.

La salvación se da en dos etapas: VIDA NUEVA (salvos de la esclavitud del pecado, aquí en la tierra) y una VIDA ETERNA (salvos de la condenación eterna). Sin vida nueva no hay vida eterna.

o Dios nos ha libertado del pecado o Nosotros decidimos hacernos sus siervos. o Esto tiene un fruto y es vivir santa y piadosamente o Y como consecuencia final, la vida eterna.

22Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. 23Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6)

No estamos huyendo del infierno, el destino final de esta salvación es el cielo.

3. LA SALVACIÓN ES: VIDA NUEVA Esta vida nueva es obrada por el poder de Dios, en el que acepta el evangelio, LA BUENA NOTICIA. El evangelio se convierte para el cristiano en un principio o forma de vida. Significa vivir una vida santa en todas nuestras facetas, en todo momento, por dentro y por fuera, según Cristo, quien es nuestro modelo a imitar.

1Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. (1 Corintios 11) 1Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 2Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante (Efesios 5) Así como trajimos la herencia genética de nuestros padres terrenales, así también traemos el parecer del celestial. 48Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. (1 Corintios 15) 11A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. (Juan 1)

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Esta obra se gesta por la palabra de Dios (agua) y el poder de Dios en nosotros (Espíritu). Como el niño dentro del vientre de su madre y los síntomas que ella experimenta. No se sabe en qué momento se engendró pero ella sabe que algo pasa por los síntomas que experimenta.

5Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas. (Eclesiastés 11)

5Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. (Juan 3)

3.1. SOMOS NUEVAS CRIATURAS. Ahora estamos vivos para Dios y muertos para el pecado. La única manera de ser sensibles a Dios o vivos para Dios y de ver y entender su obra es siendo una nueva criatura.

9Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. (Juan 3) 9¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 11Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. (1 Corintios 6)

17De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5)

Ya Dios ha hecho grandes cosas en nuestra vida, ahora está de parte nuestra presentarnos a Dios y vivir para él, no sólo unos días o con parte de nuestro ser, sino con todo y en todo.

16¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?... 19Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. (Romanos 6)

1Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. (Hebreos 12) 3.2. SOMOS TEMPLOS DE DIOS.

Dios no está interesado en ocupar templos hechos de manos de hombre, sino en los que él creó para su gloria. Aquí la Escritura se refiere a lo que hacemos con nuestro cuerpo, y menciona: TODAS LAS COSAS, LOS ALIMENTOS, LA FORNICACIÓN.

12Todas las cosas me son lícitas, más no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, más yo no me dejaré dominar de ninguna. 13Las viandas para el vientre, y el vientre para las

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viandas; pero tanto al uno como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. (1 Corintios 6)

Como nuestro cuerpo es del Señor, entonces Él lo levantará, porque es su templo, así como levanto a Cristo.

14Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder. 15¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. 16¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne. 17Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. 18Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; más el que fornica, contra su propio cuerpo peca.

Por estas razones debemos glorificarlo también en nuestro cuerpo, así como lo glorificamos en el espíritu, por el Espíritu que nos ha dado.

19¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios (1 Corintios 6)

23Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. (1 Corintios 10) Que todas nuestras actitudes (hablar, vestir y forma de hacer las cosas), demuestren que Dios mismo está en nosotros, somos su morada. Todo edificio al verlo por fuera se identifica cual es su uso y función, nosotros somos templos del Dios altísimo. Además, somos una obra maestra del creador, ¿porque habríamos de dañar o tratar de corregir lo que Dios hizo? 14Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío. (Salmos 19) 33No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres (1 Corintios 15)

29Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. (Efesios 4)

9Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa (reverencia a alguien por su dignidad), con pudor (recato, respeto) y modestia (falta de engreimiento o de vanidad. Contiene al hombre en los límites de su estado); no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, 10sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad. (1 Timoteo 2)

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3.3. SOMOS SANTOS PARA DIOS.

Ahora somos santos. Ser santo significa ser apartado para el servicio de Dios. Como ahora somos de él, él mismo comienza un proceso de santificación y perfeccionamiento.

2a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. (1 Corintios 1)

23Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo (1 Tesalonicenses 5)

20Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. (Hebreos 13)

15sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. (1 Pedro 1)

Los buenos hábitos y costumbres no santifican, pero el santo las práctica.

La manera de vestir y arreglar nuestro cuerpo no nos santifica, pero el santo se viste y se arregla como santo.

Venir a la iglesia y observar prácticas religiosas no santifica. Pero el santo escoge lo que le edifica.

20¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! 21¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos! 22¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida; 23los que justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan su derecho! (Isaías 5)

11El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. (Apocalipsis 22)

3.4. SOMOS UN PUEBLO DIFERENTE.

El mundo trastorna y cambia todo lo que Dios ha hecho y dicho, desde la misma naturaleza hasta sus principios morales trayendo graves consecuencias para el hombre y el planeta. Dios quiere que su pueblo que es santo, apartado para Él, mantenga el orden de las cosas que Él ha creado:

Dios no quiere que dañemos el mundo que Él ha creado, sino que lo cuidemos.

Dios no quiere que cambiemos el cuerpo que Él nos ha dado, sino que lo mantengamos.

Dios no quiere que cambiemos lo que Él nos ha hecho varones o hembras, sino que parezcamos lo que somos.

6Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. (Éxodo 19)

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28Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová. (Levítico 19)

5No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace. (Deuteronomio 22)

14La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? 15Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello. 16Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios. (1 Corintios 11)

6y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. (Apocalipsis 1) 3.5 PARA ADORNAR LA DOCTRINA.

Dios a su pueblo Israel le dio detalle de todas sus costumbres y prácticas por ser un pueblo diferente, pues si practicaban las mismas costumbres de los demás también se irían detrás de sus dioses. Es común ver como muchos cristianos se han vuelto complacientes con el mundo al permitir sus modas y sus prácticas, y así detrás de eso que parece a veces algo bueno para ganar más personas se van sus doctrinas y principios de fe.

10no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador. (Tito 2)

Observar unas costumbres y practicas diferentes, es también para conservar la pureza de

la doctrina bíblica. Las llamadas “doctrinas de demonios” en las escrituras, son las que apoyan todas las tendencias contra naturaleza, o sea, contrario a lo que Dios ha establecido. El pueblo de Dios no puede estar a favor del homosexualismo y el aborto, pero si brindar ayuda por medio de la palabra de Dios.

1Pero el espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; 2por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, 3prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó… (1 Timoteo 4)

26Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza. (Romanos 1)

7como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado he ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno. (Judas 1) 9yo que hago dar a luz, ¿no haré nacer? dijo Jehová. Yo que hago engendrar, ¿impediré el nacimiento? dice tu Dios.(Isaías 66)

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4. LA SALVACIÓN ES: VIDA ETERNA. El hombre, quiéralo o no, tiene la sensación que no todo acaba aquí. De alguna manera todos tenemos la idea de que hay algo más allá de la muerte: un cielo, una segunda existencia, una reencarnación… algo, que muchos no pueden explicar a ciencia cierta, pero que saben que existe.

11Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. (Eclesiastés 3)

Los que hemos conocido a Dios ya no especulamos acerca de lo que ocurrirá después de la muerte. Sabemos, por la Palabra de Dios, que después de la muerte comienza una nueva existencia en Dios. A Dios lo conocemos aquí, en Cristo. El reino de los cielos está abierto y aquí, y sus llaves a nuestra disposición (arrepentimiento, bautismo en el nombre de Jesús y bautismo en el espíritu). Por lo tanto, a los que han hallado la salvación les espera una vida eterna más allá de la muerte.

26Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios. (Job 19) 14Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; El nos guiará aun más allá de la muerte. (Salmo 48) 52en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

53Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. (1 Corintios 15)

16Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabra (1 Tesalonicenses 4)

El hombre busca esa eternidad de muchas formas pero no la puede encontrar. Para el cristiano es el complemento de las promesas hechas por Dios y cumplidas en el evangelio. 25y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna. (1 Juan 2) Por el contrario los que no creyeron y aceptaron estarán alejados de la presencia de su creador y Dios eternamente.

6Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, 7y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús

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desde el cielo con los ángeles de su poder, 8en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder. (2 Tesalonicenses 1)

8Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. (Apocalipsis 21)

29

CAPÍTULO IV

FÓRMULA BAUTISMAL

1. ¿EN QUÉ NOMBRE?

Con respecto a esto encontramos en las escrituras algo que pareciera una contradicción, y fue lo dicho por Cristo en el Evangelio de Mateo y lo dicho por Pedro en el libro de Los Hechos de los Apóstoles.

¿Habrá contradicción en la divina palabra inspirada por Dios?

Es imposible pensar en tal contradicción pues toda la Escritura es inspirada por Dios y tanto Jesús como Pedro estaban llenos del mismo Espíritu.

19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. (Mateo 28)

38Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. (Hechos 2)

Al estudiar la palabra de Dios debemos tener en cuenta dos cosas: lo primero el análisis del texto en sí y lo segundo su contexto. La Biblia se explica por la misma Biblia. Estudiemos estos dos versos en su texto y contexto:

Mateo 28.19 TEXTO: Mateo 28.19 alude a un nombre, y Padre, Hijo y Espíritu no son nombres, son atributos o títulos de Dios. De hecho, estos tres títulos aparecen separados por una ‘y’ que indica cópula; es decir, la palabra ‘nombre’ debe aplicarse independientemente a cada una de las siguientes palabras en el enuncio, así: nombre del Padre, nombre del Hijo, nombre del Espíritu Santo. En otras palabras, hay un nombre que los denomina a los tres.

CONTEXTO: El tema central de los versos anteriores y posteriores a Mateo 28.19 es Jesús: su victoria, su poder y por tanto su comisión. Además, encontrar en las Escrituras textos que respalden esta fórmula bautismal es imposible, pues no existen.

17Y cuando le vieron (a Jesús), le adoraron…, 18Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. (Mateo 28)

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Hechos 2.38 TEXTO: Pedro, como portador del mensaje dejado por el Señor Jesús, enuncia la fórmula bautismal como debe ser entendida: “…bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados…”

CONTEXTO: Hechos 2.38 es el cumplimiento de la comisión dada por Jesús a sus discípulos: esto es, a los que oyeron y recibieron dicha comisión de primera mano, los que además actuaron en obediencia a su maestro. Pedro, quien había sido comisionado para usar las llaves del reino de los cielos, aquí las presenta explícitamente: arrepentimiento, bautismo y don del Espíritu Santo.

18Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. 19Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos… (Mateo 16)

Y no solo esto, sino que el Señor Jesucristo en sus últimas palabras antes de ascender al cielo, señaló a sus discípulos el orden como debían dar cumplimiento a la comisión de Mateo 28.19.

8pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Hechos 1)

Jerusalén y Judea: 38Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. (Hechos2)

Samaria: 16porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. (Hechos 8)

Los gentiles (Cornelio y su familia): 48Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días. (Hechos 10)

Las iglesias (Éfeso): 5Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. (Hechos 19)

Los apóstoles (Pablo): 16Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre. (Hechos 22)

NOMBRE DEL PADRE

NOMBRE DEL HIJO

NOMBRE DEL ESPÍRITU SANTO

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2. EL BAUTISMO APOSTÓLICO ERA EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO. “La más clara (referencia al bautismo en las cartas paulinas) es 1 Co. 1.13–17, donde es obvio que Pablo da por sentado que el bautismo se realizaba ‘en (sie) el nombre de Jesús’. Aquí utiliza probablemente una fórmula conocida en contabilidad en aquella época, cuando “en nombre de” significaba “a cuenta de. “Cualquiera sea su correspondiente trasfondo, el bautismo ha sido parte integral del cristianismo desde sus comienzos. Los primeros convertidos eran bautizados (Hch. 2.38, 41). Pablo, convertido dentro de los dos o tres años de la resurrección, da por sentado que el bautismo marca el comienzo de la vida cristiana. Y no sabemos de ningún cristiano en el NT que no haya sido bautizado ya sea por Juan o en el nombre de Jesús”.

(COMPUBIBLIA, DICCIONARIO –Bautismo-) 13¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? 14Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, 15para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre. (1 Corintios 1)

3¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? (Romanos 6)

27porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. (Gálatas 3)

12sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. (Colosenses 2)

7¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros? (Santiago 2)

2.1. TODO EN EL NOMBRE DE JESÚS.

La palabra de Dios nos enseña que todo lo que hagamos sea en el nombre de Jesús. Invocamos su nombre para sanidad, liberación de demonios, en angustias y dificultades. No hay otro nombre para ser salvos, no hay otro nombre para conocer alabar y recibir al verdadero Dios ¿Cuánto más para ser bautizados para el perdón de nuestros pecados y ser parte del su cuerpo?

17Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. (Colosenses 3)

10y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. (Colosenses 2)

3. LOS QUE SE BAUTIZAN POR LOS MUERTOS

Para algunos este verso quiere indicar que podemos bautizarnos a favor de un difunto. Por lo estudiado anteriormente, resulta imposible que el bautismo surta efecto sobre un muerto. Si no lo hace sobre un niño, menos sobre un difunto; además, dicha práctica es ajena a las Escrituras. Hoy en día, sectas como los mormones lo practican. Al parecer, algunos tenían esta costumbre en los tiempos de la iglesia primitiva, pero cuando Pablo hace mención de esto, no lo hace para corroborarlo, sino para defender la enseñanza de que los muertos resucitan, lo cual es el tema en cuestión. El tema central de este pasaje, es la resurrección de los muertos, no el bautismo.

29De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos? (1 Corintios 15)

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CAPITULO V

EN EL BAUTISMO SOMOS

SEPULTADOS EN CRISTO

4Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo… (Romanos 6)

1. TODO LO TENEMOS EN CRISTO. Todo lo que Dios ha preparado para el hombre, nos lo ha dado en Cristo, Él es Dios con nosotros y en nosotros. Solo en las cartas Paulinas encontramos la expresión “EN CRISTO” 160 veces, miremos cual es la importancia de estar en Cristo.

1.1. MORIMOS Y RESUCITAMOS A UNA VIDA NUEVA. El bautismo le permite al hombre el acceso a una nueva vida fructífera en Dios, habiendo sepultado el hombre de pecado, adámico y estando vivo para Dios.

4Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. (Romanos 6)

Los muertos se sepultan. Si estamos muertos para el mundo debemos ser sepultados.

Como una semilla plantada, la corteza debe morir para que aflore la vida. Una vez bautizados tenemos mayor respaldo de Dios y la nueva vida crece.

24De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. (Juan 12)

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Lejos de Dios es muy difícil que el hombre sea conciente de Él y de su presencia, es insensible a las cosas de Dios. Vivos para Dios somos sensibles a Él, somos amigos de Dios, y somos insensibles y enemigos del mundo.

4¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. (Santiago 4)

1.2. RESUCITAREMOS UN DIA COMO ÉL A SU SEMEJANZA.

El mayor logro de Cristo y el sello de su ministerio fue su victoria sobre la muerte, y así como él también nosotros un día. El fue el primero nosotros los postreros.

5Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 6sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. 8Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él. (Romanos 6)

22Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. (1 Corintios 15)

18y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; (Colosenses 1)

12sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos (Colosenses 2)

El propósito del evangelio y de todas las promesas de Dios es perfeccionarnos hasta llegar a ser como Cristo, porque solo así podremos verle cara a cara.

2Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. (1 Juan 2) 12Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; (Efesios 4)

1.3. ESTAMOS ESCONDIDO EN CRISTO.

A un muerto no lo buscan para cobrarle, hacerle daño y mucho menos matarlo, así a nosotros EL DIABLO, EL PECADO Y LA MUERTE NO NOS PUEDEN ENCONTRAR pues estamos muertos para ellos y vivos para Dios.

1¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? (Romanos 6)

1Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. (Romanos 8)

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20Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Gálatas 2)

3Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. (Colosenses 3)

1.4. ESTAMOS REVESTIDOS DE CRISTO. 27Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. (Gálatas 3) Es cubierta nuestra vergüenza, la que traemos de Adán, a causa del pecado. Dios no dejó avergonzado al hombre en el Edén, Él lo cubrió. El mayor dolor de cabeza para el diablo fue que Cristo resucitó, y así sucesivamente cada día aparecen muchos Cristos, cuando somos bautizados en su nombre, nos revestimos de Él.

29Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. (Romanos 8)

El tabernáculo en el antiguo testamento estaba formado por tablas de madera sacadas de la selva y procesadas (humanidad). Pero estas estaban cubiertas de oro (divinidad, realeza). Esas tablas nos representan a cada uno de nosotros y el conjunto de ellas a la iglesia, donde mora la presencia del alto y sublime.

29Y cubrirás de oro las tablas, y harás sus anillos de oro para meter por ellos las barras; también cubrirás de oro las barras (Exodo 26)

9Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. (1 Corintios 3)

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En Cristo, estamos protegidos del maligno en este mundo, el nos ve como Cristo, si nos quiere dañar tiene que vérselas primero con Cristo. Y delante de Dios no somos personas naturales, somos miembros de la familia del cielo, pues tenemos la imagen de su hijo.

20Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; 21el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. (Filipenses 3)

18Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no práctica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca. (1 Juan 5)

En Cristo tenemos su olor, su apariencia, así como Adán salio de Edén no oliendo a hojas, sino a cordero, que representa la justicia de Dios, así nosotros olemos a Cristo.

14Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. 15Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden. (2 Corintios 2)

En Cristo tenemos la entrar al cielo. Vamos al cielo porque hay un hombre en el cielo, el unigénito hijo de Dios, Él es las primicias. Entraremos escondidos en Él.

13hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. (Efesios 4)

20Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicia de los que durmieron es hecho. (1 Corintios 15)

18y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia…28a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre. (Colosenses 1)

2. PARA ESTAR EN CRISTO.

Todas estas figuras y formas de expresar lo que tenemos en Cristo lo obtenemos al escuchar su palabra, creyéndola y poniéndola por obra, ósea obedeciéndola. No es solo decir yo creo, es decir porque creo acepto, obedezco.

46¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? 47Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. 48Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. 49Más el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa. (Lucas 6)

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CAPÍTULO VI

EL NOMBRE DE DIOS

21sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; 22y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, 23la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo

lo llena en todo. (Efesios 1)

12Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. 13¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis

bautizados en el nombre de Pablo? (1 Corintios 1)

El nombre representa propiedad, autoridad, presencia, carácter. Hemos sido comprados por precio, y el precio fue la vida de Cristo. Al invocar su nombre somos propiedad de Él, o reclamamos su autoridad, o invocamos su

presencia o aludimos a su carácter o manera de ser.

1. EL YO SOY EN EL ANTIGUO TESTAMENTO. Cuando Dios quiso dar a conocer su nombre a los hombres, fue Él mismo quien se identificó. El hombre le puso nombre a las cosas, pero no a Dios; Dios se autonombró. Dios fue revelando el carácter de su nombre a través de los tiempos de acuerdo a las necesidades del hombre, pero estos eran titulo o atributos de la divinidad:

Jehová Jireh: El Señor proveerá, cuando Abraham necesito un cordero. (Génesis 22.14) Jehová Rapha: El Señor sana. Cuando los israelitas necesitaron sanidad. (Éxodo 15.26) Jehová Nissi: El Señor es nuestro estandarte. Cuando el pueblo necesitaba la victoria sobre sus enemigos. (Exodo 17.15)

YHWH es el nombre dado a conocer en el antiguo testamento y fue expresado por Dios justo en el momento de salvar a su pueblo de la esclavitud. Significa: “yo soy el que soy”; El eterno e inmutable; Siempre fui, soy, y seré. Los masoretas que introdujeron vocales al hebreo antiguo, intercalaron las vocales de Adonai, de ahí la traducción en nuestra Biblia: Jehová.

13Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? 14Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. (Exodo 3)

6Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente. 7¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina! (Isaías 52)

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2. EL YO SOY EN EL NUEVO TESTAMENTO Ese nombre representa el carácter, la naturaleza del único Dios, lo mismo que vemos presente en nuestro Señor Jesucristo. Además los YO SOY, con los cuales se presento el señor. YO SOY: el Cristo, el pan vivo, la luz del mundo, la puerta, la puerta de las ovejas, el buen pastor, la resurrección y la vida, el camino la verdad y la vida, la vid verdadera, el alfa y la omega, el primero y el último.

24Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis. (Juan 8)

5Le respondieron: A Jesús Nazareno. Jesús les dijo: Yo soy. Y estaba también con ellos Judas, el que le entregaba. 6Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra. (Juan 18)

8Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. (Hebreos 13)

8Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. (Apocalipsis 1)

3. LOS TITULOS O ATRIBUTOS DE DIOS

Así también cuando Dios se propuso salvar la humanidad, reveló su nombre con ese propósito. PADRE, HIJO Y ESPÍRITU no son nombres de Dios, son atributos de Dios en la redención, así como CORDERO – SUMOSACERDOTE. Cristo es la ofrenda y el oferente. Dios se ha dado a conocer como Padre, porque engendró un hijo: en la tierra, en el vientre de Maria, hace dos mil años. No en el cielo.

5Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, Y él me será a mí hijo? (Hebreos 5)

1Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él. (1 Juan 5)

Se ha dado a conocer como hijo, porque nació, y debía cumplir su ministerio como hermano de la raza humana: el postrer Adán y primogénito de los muertos.

35Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. (Lucas 1)

14Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo. (Hebreos 2)

De la misma forma, se ha dado a conocer como Espíritu Santo. Espíritu, porque Dios es Espíritu, y mora en nosotros; y Santo porque es la naturaleza de Dios, para santificar a su pueblo y confirmar la obra de Jesucristo. Hablar del Espíritu Santo no es referirse a una persona o fuerza, es: la acción de Dios en el hombre para capacitarlo. (ver capítulo: el Espíritu Santo)

24Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. (Juan 4)

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17Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. (2 Corintios 3)

4. DIOS HA ESCOGIDO UN PUEBLO Y A PUESTO SU NOMBRE EN EL.

En el antiguo testamento, Dios escogió un pueblo, lugares o personas para poner su nombre. 24Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. (Exodo 20)

27Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré. (Números 6)

3Y le dijo Jehová: Yo he oído tu oración y tú ruego que has hecho en mi presencia. Yo he santificado esta casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días. (1 Reyes 9)

7todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice. (Isaías 43)

Antes si el hombre quería llegar a Dios debía volverse a la religión de los judíos, hoy debe

hacerse parte de la iglesia de Cristo. Dios también ahora está escogiendo un pueblo para poner su nombre y bendecirnos.

13Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme. 14Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. (Hechos 15)

8Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. (Apocalipsis 3)

Para ser hijo de Dios, hay que llevar su nombre. Adán fue creado hijo de Dios. Jesucristo nació siendo hijo de Dios, por eso es el unigénito, porque fue el único engendrado de esa manera. Nosotros somos adoptados hijos de Dios. La adopción no consiste solo en suplir las necesidades del adoptado (techo, comida, asistencia en todo sentido) consiste en tener su apellido y así tener todos los derechos como un hijo legitimo, por ejemplo la herencia.

11A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios (Juan 1)

4según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad. (Efesios 1)

1Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 2Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. (1 Juan 3)

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5. JESUCRISTO ES EL NOMBRE DEL PADRE.

Porque, en Cristo no solo recibimos al verdadero Dios, sino que confirmamos la obra del Padre. Creer, reconocer y predicar en el nombre de Jesucristo, es anunciar al Padre.

3Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti (el Padre), el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. 6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. (Juan 17)

6para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él. (1 Corintios 8)

Para recibir al Padre, pedirle, adorarle, conocerle y servirle, es en su nombre.

40El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. (Mateo 10)

19Ellos le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais. (Juan 8)

20De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. (Juan 13)

22¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. 23Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre. (1 Juan 2)

9Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. 10Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! 11Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras. (2 Juan)

6. EL ATAQUE DEL DIABLO ES CONTRA EL NOMBRE DE DIOS.

El ataque del enemigo a través de los tiempos ha sido impedir que el nombre de Dios sea proclamado, pues ese es el nombre que reconoce la muerte, el pecado, la enfermedad y las huestes de maldad.

9Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. (Mateo 24)

40Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. 41Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. (Hechos 5)

3Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. (2 Timoteo 2)

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CAPÍTULO VII

EL MISTERIO DE CRISTO

16E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne. (1 Timoteo 3)

1. ¿QUIEN ES JESUCRISTO? Muchos piensan que lo importante es creer en la obra de Cristo sin importar quien sea Él. Pero tomemos en cuenta que la obra de Cristo vale por quien es Él. El personaje más importante de todos los tiempos, su vida y obra aún son vigentes. ¿Dios, hombre, sabio, maestro o todas las anteriores? Todas las religiones, doctrinas y filosofías hablan de Él, pero no todos creen lo mismo de Él, esta es la principal y gran diferencia entre todas, ¿quién es Jesucristo? Él mismo le dio importancia al hecho de que sus discípulos supiesen quien era. Y podemos concluir diciendo que no es lo que digan los hombres, es lo que Dios diga o revele.

13Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.15El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. (Mateo16)

Cristo es el misterio oculto de Dios desde los siglos, pero ese misterio ya ha sido revelado.

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25Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, 26pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe, 27al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén. (Romanos 16)

7Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, 8la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. 9Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. 10Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. (1 Corintios 2)

9dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, 10de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. (Efesios 1)

2para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, 3en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. 4Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas. (Colosenses 2)

16E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne. (1 Timoteo 3)

1.1. CRISTO EN EL SENO DEL PADRE. 18A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. (Juan 1)

Cristo no existió como tal o como hijo de Dios entes de su encarnación, era una profecía y una promesa. En el AT, siempre se habla de Él en futuro.

Dios es espíritu, y ningún hombre lo ha visto ni lo puede ver. Cristo desde antes es la imagen de Dios que es espíritu e invisible. Para traer a la existencia lo material de lo espiritual, lo visible de lo invisible, para crear y sustentar todas las cosas.

15El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.16Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.17Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;18y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; (Colosenses 1)

3el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de

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nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, (Hebreos 1) 1En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2Este era en el principio con Dios. 3Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. (Juan 1)

Solo podemos ver a Dios en Cristo.

Dios lo había dispuesto así desde antes de crear todo para manifestarse al hombre. 19sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, 21y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. (1 Pedro 1) 1.2. CRISTO EN LOS DÍAS DE SU CARNE. 7Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. (Hebreos 5) 4Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, (Gálatas 4)

La descripción de Cristo en los días de su carne la encontramos en los evangelios como: EL HIJO DEL HOMBRE o EL HIJO DE DIOS.

He aquí el complemento de los versos anteriores, donde vemos que lo que fue hecho carne fue la misma sustancia, la imagen de Dios, no fue una parte de Dios o un ángel o cosa semejante.

19por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, 20y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.21Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado 22en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; (Colosenses 1) 1Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; (Hebreos 1)

14Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. (Juan 1)

JESUCRISTO no fue un hombre que se hizo Dios. Es Dios que se hizo hombre.

Decir que Jesucristo es “Hijo de Dios”, es decir que fue engendrado, y nacido. La Biblia nunca nos habla del: hijo eterno o Dios el hijo. Estas no solo son expresiones anti bíblicas, sino contradictorias entre sí.

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35Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. (Lucas 1)

33Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios… 36¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy? (Juan 10)

No teniendo el hombre forma de llegar a Dios, Él vino a nosotros, pero en su esencia no podía venir. No hubiera sobrevivido hombre alguno y no hubiera podido efectuar la redención del mismo (se necesitaba un hombre). Toda esa gloria estaba escondida en Cristo.

37También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, 38ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis (Juan 5)

9Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, (Colosenses2)

1.3. CRISTO EN LOS DÍAS DE SU RESURRECCIÓN.

Jesús se apareció resucitado por 40 días a sus discípulos. Ya había efectuado el sacrificio en la cruz del calvario, ahora como sumo sacerdote se presentara en el cielo, por esa razón no se deja tocar. Recuerda la condición del sumo sacerdote en el gran día de la expiación, celebrada anualmente para cubrir los pecados del pueblo.

17Jesús le dijo (a María magdalena): no me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. (Juan 20)

1.4. CRISTO A LA DIESTRA DE DIOS. 22quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades. (1 Pedro 3)

LA DIESTRA DE DIOS, no la diestra del Padre.

La expresión la diestra del Padre, es anti-bíblica. Fue introducida por el credo niceno (concilio de Nicea 325 d.C.) o credo católico. La diestra significa el poder de Dios.

15Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos; La diestra de Jehová hace proezas. 16La diestra de Jehová es sublime; La diestra de Jehová hace valentías. (Salmos118)

6Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en poder; Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al enemigo. (Éxodo 15)

En las epístolas no es llamado el hijo del hombre sino Dios todopoderoso.

16De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. (2 Corintios)

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Ahora Cristo está exaltado y glorificado. Tiene toda potestad en los cielos y en la tierra (Mat. 28.19). Le están sujetos todos las autoridades y potestades (1 Ped. 3.22). Todos se postran o se postrarán delante de Él.

10para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; (Filipenses 2) 13aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. (Tito 2) 8Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino. (Hebreos 1) 1Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra: (2 Pedro 1)

20Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. (1 Juan 5)

Cristo es nuestro punto de encuentro con el eterno Dios, es el medio que Dios proveyó para

acercarse a nosotros y nosotros a Él.

Todos los hombres que tuvieron una visión de la gloria de Dios vieron un trono y uno sentado en él. Juan fue el último de ellos y vio el trono que pertenece a Dios y al cordero.

1En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. (Isaías 6) 26Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él. (Ezequiel 1) 9Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. (Daniel 7) 2 Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. (Apocalipsis 4) 3Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, (Apocalipsis 22)

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2. ¿CÚAL ES EL MISTERIO DE CRISTO? El no fue un buen hombre exaltado a la posición de Dios o un semi-dios creado, Él es Dios. Tampoco creemos que haya usado de modos o manifestaciones, pues eso implica que cambiaría su condición, y Dios es inmutable. Cristo en los días de su carne, es perfecto Dios y perfecto hombre. La escritura registra que hay un solo Dios, luego Jesús es ese único y verdadero Dios.

19que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. (2 Corintios5)

4Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. (Deuteronomio 6)

8No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno. (Isaías 44)

Lo que vemos en Cristo no es una doble naturaleza, o sustancia, tampoco una pluralidad de

personas. Él tiene perfectamente dos ascendencias necesarias para efectos de la redención.

1Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, 2que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, 3acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, 4que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos. (Romanos1)

6Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 7Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. (Isaías 9)

23He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. (Mateo 1)

31Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.

32Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre. (Lucas 1)

5de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén. (Romanos 9)

2.1. SEGÚN EL ESPÍRITU: DIOS ETERNO.

Miremos algunas cualidades de Cristo que son atributos exclusivos de Dios. Sin embargo Cristo los tiene, porque él no tenía un espíritu como nosotros, sino que Él es el Espíritu Eterno. JESUCRISTO ES EL SEÑOR. No “un Señor”, sino el único señor y dueño. Jesucristo es Señor por donde se le mire. Demostró tener autoridad sobre las enfermedades, los demonios, la creación, la muerte, los ángeles, la ley etc. Y siendo el Señor, estamos completos en él.

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10para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Filipenses 2)

9que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. (Romanos 10)

28Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! (Juan 20)

14que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, 15la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores. (1 Timoteo 6)

14Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles. (Apocalipsis 17)

9Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. (Colosenses 2)

JESUCRISTO ES EL SALVADOR. De acuerdo con los profetas, solo el Dios Eterno salva, y Él prometió venir a salvarnos.

4Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. 5Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. 6Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. (Isaías 35) 20Cuando, pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? 21En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista.

22Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio. (Lucas 7)

11Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve. (Isaías 43) 11que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. (Lucas2)

JESUCRISTO ES ADORADO. Dios es celoso, Él no va ha dar su gloria a otro, el no dará su adoración a otro. Los hombres de Dios y los ángeles rehusaron recibir la adoración, pero Cristo la recibió.

8Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas. (Isaías 42)

10Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. (Mateo 4)

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37Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. 38Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró (Juan 9)

6Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios. (Hebreos 1)

17Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. (1 Timoteo 1)

JESUCRISTO LA ÚLTIMA Y GRAN MANIFESTACIÓN DEL ETERNO. De todas las maneras que Dios había hablado al hombre, ninguna pudo cambiar al hombre ni revelar y colocar a Dios al alcance del hombre.

1Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, (Hebreos 1)

2Pero tú, Belén Efrata. Pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. (Miqueas 5)

LO QUE DIJO DE SÍ MISMO. Jesucristo en los días de su carne nunca dijo ser Dios aunque lo demostró. Cuando quiso decir quién era, Él dijo ser el Padre. Y aunque dijo que su Padre era mayor que Él (en la carne), se nombró primero.

29Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30Yo y el Padre uno somos. (Juan 10)

6Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí… 9Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El

que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? 10¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. 11Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras…

18No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. (Juan 14)

45y el que me ve, ve al que me envió. (Juan 12)

2.2. SEGÚN LA CARNE: HIJO DE DIOS. Dios envió a su hijo a cumplir la redención del hombre. Recordemos que el hijo fue engendrado en la tierra no en el cielo, por lo tanto cuando fue enviado, no fue enviado desde el cielo. Fue enviado a predicar las buenas nuevas de salvación, a cumplir su ministerio.

6Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente. 7¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina! (Isaías 52)

17Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: 18El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar

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libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19A predicar el año agradable del Señor.20Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. (Lucas 4)

Jesucristo es el único Dios verdadero en su velo de carne o en los días de su carne, en su oficio de siervo.

3Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne. (Romanos 8)

7Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. (Hebreos 5)

19Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne. (Hebreos 10)

2.3 JESUCRISTO ES DIOS EL PADRE.

Dios se manifestó en carne, se hizo semejante a los hombres, se hizo siervo con el propósito de salvar al hombre y en esa condición se humilló. EN LA CONDICIÓN DE HOMBRE nació, creció y murió. Padeció hambre, cansancio oraba. Fue tentado en todo, murió y resucitó. SE HUMILLÓ Y FUE OBEDIENTE a sus padres, a la

ley, se bautizó, se hizo siervo, se sujetó a la voluntad divina.

5Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. (Filipenses 2)

¿CÓMO PUEDE SER ESTO? Dios en sí mismo concentra todo el poder y los atributos únicos y propios de la divinidad, el tiene el poder de hacer todas las cosas según el designio de su voluntad (Efesios 1.11) Dios no puede actuar como hombre y dejar de ser Dios. Cuando quiso hacer como los hombres hacen, que juran por uno mayor, juró por sí mismo. Nunca los hombres juran por sí mismos sino por algo mayor.

13Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, 16Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. (Hebreos 6)

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Cordero y sumo sacerdote. Como vimos en el capítulo de la salvación. 14¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? (Hebreos 9)

Como un sello final. En apocalipsis Dios le revela a Juan donde está Cristo y quien es Él. Él es la imagen del Dios invisible y el cordero inmolado sentado en el único trono que existe en el cielo.

1 La revelación de Jesucristo… 8Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el todopoderoso. (Apocalipsis 1)

En los capítulos 4 y 5, vemos dos muy diferentes tanto por su apariencia como por sus cartas de presentación, aunque todo lo que se dice, se refiriendo a una sola persona, no ha varías. El primero es un ser divino, sus cartas de presentación son celestiales.

2Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.3Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda. 8Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. 11Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. (Apocalipsis 4)

El segundo es el cordero, sus cartas de presentación son terrenales, es de la tribu de Judá, descendiente de David y parece un cordero que ha sido sacrificado, pero está vivo.

Todo lo que Dios sufrió y padeció por la humanidad lo hizo en su carne.

5No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos. 6Y miré y vi en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en píe un cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. 7Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. (Apocalipsis 5)

Las visiones solo son para mostrar lo que se quiere decir de los elementos que aparecen, no puede tomarse todo literalmente, ósea: Aparecen dos personajes, pero esto no necesariamente los hace dos personas distintas. Así como aparece el cordero, que sería un fenómeno, por tener siete cuernos y siete ojos.

13Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. 14Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 5)

No son dos, estamos ante uno que es Padre Eterno y cordero, y su nombre es JESUCRISTO.

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CAPÍTULO VIII

EL ESPÍRITU SANTO

38Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. (Hechos 2)

1. DIOS ES ESPÍRITU. Dios es espíritu y él no tiene otro espíritu. El espíritu Santo no es la tercera persona de la trinidad, tampoco una fuerza o energía de parte de Dios.

Hablar del Espíritu Santo, es referirse a la acción de Dios en el hombre, para capacitarle para hacer cosas sobrenaturales, por encima de sus debilidades.

26Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad (Romanos 8) Esa acción antiguamente era temporal, sobre ciertos hombres y en determinados momentos, hoy es permanente y para todos sus hijos. Dios estaba distante del hombre. Luego se acercó y moraba en una tienda, pero solo era posible acercarse por medio de ciertos ritos que representaban la santidad de Dios condición pecadora del hombre. Cristo recorrió todo ese camino desde el altar del sacrificio (La cruz) hasta el lugar santísimo (el cielo). Por esta razón ahora el camino a Dios está abierto, y Dios tiene el camino abierto hacía nosotros.

1.1. LA OBRA DEL ESPÍRITU. La obra del espíritu es el proceso de salvar y rescatar al hombre por medio de la predicación de la palabra de Dios, Él es quien convence al mundo.

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7-8Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. (Juan 16)

1.2. EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU.

Todos los creyentes en el libro de hechos recibieron el bautismo del espíritu santo. En las epístolas no se menciona este hecho pues están dirigidas a estos convertidos, ya bautizados en el nombre de Jesús y en el Espíritu con la evidencia de hablar en nuevas lenguas. 29Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días(Joel 2)

1.3. LA LLENURA DEL ESPÍRITU.

Comienza la etapa de la perfección cristiana. Podríamos también decir: andar o vivir en el espíritu. Una cosa es ser bautizados y otra cosa es ser llenos o vivir guiado por Dios. Esta orden está dada para creyentes bautizados con el Espíritu.

18No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, 19hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; 20dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.(Efesios 5)

2. EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU SANTO.

Es la confirmación de la orden, y en el orden que el Señor mando: PREDICAR EL EVANGELIO, EL QUE CREE SE BAUTIZA Y LE SIGUEN LAS SEÑALES.

15Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 16El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. 17Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; (Marcos 16)

Al tiempo que todos los convertidos eran bautizados en el nombre de Jesús, vemos también que todos eran bautizados en Espíritu Santo.

38Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. (Hechos2)

16porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. 17Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo (Hechos 8)

48Entonces respondió Pedro: ¿puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. (Hechos 10)

5Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. 6Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban (Hechos 19)

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2.1. ¿PARA QUIEN ES? PARA LOS QUE HAN CREÍDO EN JESÚS: el complemento de haber recibo a Jesús y creído en él, es el bautismo del Espíritu Santo. De ahí la importancia de creer el evangelio y de creer verdaderamente quien es Cristo.

39Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. (Juan 7) 33Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. (Hechos 2)

Jesucristo es el que bautiza con el Espíritu Santo. 8Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo. (Marcos 1) PARA LOS HIJOS. La promesa es para los hijos, para los que habiendo creído en la obra de Cristo tienen un corazón agradecido, sensible a la perfecta obra de Dios.

6Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! 7Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. (Gálatas 4)

PARA LOS QUE TIENEN SED. Los creyentes sedientos de recibir más de Dios.

37En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. 39Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. (Juan 7)

2.2. ¿QUE ES? ES UN DON O REGALO DE DIOS. Todas las cosas que Dios sabe que necesitamos y que nosotros no podemos alcanzar, a Él le ha placido regalárnoslas. Es por fe no por nuestras obras.

38Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. (Hechos 2)

45Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. (Hechos 10)

ES PROMESA DE DIOS. El cristiano anda en las promesas de Dios, no en las nuestras. Este es el cumplimiento de las promesas de Dios de darnos de su espíritu y hacernos su templo.

28Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. 29Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. (Joel 2)

49He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. (Lucas 24)

4Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. (Hechos 1)

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39Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. (Hechos 2)

ES PODER DE DIOS. Para ayudarnos a crecer y estar firmes. Es la lluvia temprana y tardía, sobre la semilla que comienza a germinar, para que lleve mucho fruto.

49He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. (Lucas 24)

8pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Hechos1)

31Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios. (Hechos 4)

2.3. ¿PARA QUE ES?

“PARAKLETOS”. Palabra griega que significa literalmente: consolar, animar, ayudar, pero en su significado práctico indica también:

Fortalecer o fortificar, capacitar y darle poder al hombre para enfrentar la vida y mantenerse firme.

Colaborar, servir y ayudar a alguien a salir airoso de una situación que él no puede por sí solo.

Animar a las tropas antes de entrar a la batalla, para arrancar el miedo de los que estaban amedrentados o asustados. Es por tanto: “uno que pone coraje en el corazón del apocado, uno que vigoriza el brazo débil para la guerra, uno que convierte al hombre ordinario en alguien capaz de enfrentarse valientemente a cualquier situación arriesgada y peligrosa”

PARA CONSOLAR, RECORDAR. Es la presencia de Cristo en nosotros. No estamos solos porque el prometió estar en nosotros y confirma su obra haciéndonos entender su mensaje, su palabra.

15Si me amáis, guardad mis mandamientos. 16Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. (Juan 14)

26Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. (Juan 14)

PARA PERFECCIONARNOS. Aún no somos perfectos en nuestro transitar por este mundo. Nos ayuda en ese proceso de santificación.

26Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. (Romanos 8)

8El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. 9Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; 10mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. (1 Corintios 13)

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PARA GUIARNOS. Así como inspiró a los escritores de la Biblia, así es necesario que nos inspire a nosotros para entenderla y extraer la verdadera enseñanza. Guiarnos a la verdad, que es Cristo.

12Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. 13Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. (Juan 16)

16Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia. (2 Timoteo 3)

21porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo (2 Pedro 1)

PARA REPARTIR LOS DONES. Humanamente tenemos habilidades y capacidades pero para servir a Dios y ser victoriosos en esta nueva vida, necesitamos los dones del espíritu. 1No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales.

9a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. (1 corintios 12)

3. SE MANIFIESTA POR LENGUAS

Las lenguas son la señal, primero fueron llenos y luego comenzaron a hablar en lenguas. 1Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. (Hechos 2)

Con esto, Dios también nos quiere dar a entender que si el puede dominar nuestra lengua, también puede dominar nuestro cuerpo.

2Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo… 7Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; 8pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. (Santiago3)

4. SÍMBOLOS: PALOMA, FUEGO, VIENTO, SELLO, UNCIÓN.

La paloma, solo aparece en el bautismo de Jesucristo, en ningún otro pasaje bíblico alude al espíritu “como paloma”, no que sea una paloma. Y es evidente que esta era una señal visible para Juan el bautista.

32También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. 33Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. 34Y yo le vi, (al espíritu) y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios. (Juan 1)

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El fuego en la palabra de Dios simboliza juicio, castigo, y en el Pentecostés las lenguas que hablaban eran como fuego. Pudiera ser por el fervor o efectivamente algo físico.

3y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. (Hechos 2)

El viento también se ha usado como figura del espíritu. La raíz en hebreo es: “ruah” y en griego “pneuma”, y se refiere a: viento, aliento o poder divino. No es un viento, pero es “como viento”.

1Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados. (Hechos 2)

El sello significa propiedad o aprobación.

13En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa. (Efesios 1)

El aceite era el símbolo de la unción o la presencia de Dios sobre los hombres. En especial todo sacerdote y rey era ungido antes de ejercer su oficio. Jesucristo fue ungido el día de su bautismo en agua, no bautizado con el espíritu santo pues él no necesitaba serlo, porque él es quien bautiza con el espíritu. Además el bautismo del espíritu es posterior al calvario, no podía ser antes. Cristo fue ungido como sacerdote antes de iniciar su ministerio.

22y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia. (Lucas 3) 32También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. 33Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. (Juan 1)

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CAPÍTULO IX

MIEMBROS DEL CUERPO DE CRISTO

1. EL SERVICIO A DIOS.

Ministrar o servir a otros es una gran responsabilidad, pues no solo somos canal de bendición para otros, sino que somos responsables de lo que hacemos y decimos, nos convertimos en pararrayos de lo que predicamos, sea ante una congregación o personalmente. Es necesario que el que ministra (sirve) en tareas de culto sea bautizado, lleno del Espíritu Santo y de buen testimonio, para hacerlo con autoridad y como testigo de lo que Dios ha hecho en él. Además que si ha demostrado obediencia al evangelio y a la palabra de Dios, tendrá su respaldo.

3Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. (Hechos 6) Es una necesidad del creyente recibir bendición y ser bendición para otros. La mejor

manera de crecer es trabajando para el Señor con los dones que él nos ha dado.

11Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo. (Efesios 4)

18Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. 19Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? 20Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. (1 Corintios 12)

2. LA CENA DE LOS SANTOS.

Es tal vez, junto con el bautismo, los únicos sacramentos o ritos que nos dejó Jesucristo. Hacemos memoria de lo que Cristo hizo, testificando que es una realidad en nuestra vida como miembros del cuerpo de Cristo. Por eso esta práctica solo la pueden realizar lo bautizados. Recordamos la obra de Cristo en tres aspectos, pasado, presente y futuro. PASADO. Recordamos y confirmamos la obra de Cristo, su sacrificio, vida y resurrección.

23Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. (1 Corintios 11)

PRESENTE. Proclamamos la nueva vida que tenemos en él, producto de su obra. 25Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. (1 Corintios 11)

FUTURO. Anunciamos su regreso y que estamos listos esperándolo, en comunión con Él y por ende con su cuerpo, la iglesia, nuestros hermanos.

26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del señor anunciáis hasta que él venga. (1 Corintios 11)

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2.1 REAFIRMA LA COMUNIÓN CON EL CUERPO DE CRISTO. Participar de la cena es también un tiempo para auto examinarnos y arreglar nuestras diferencias con nuestros hermanos y con Dios si es que aun las tenemos. Somos un solo cuerpo, con una sola cabeza y un mismo espíritu.

16La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? 17Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan. (1 Corintios 10)

El contexto previo, a la presentación de la santa cena por parte del apóstol eran las diferencias entre los hermanos. Había divisiones entre ellos, se menospreciaban y avergonzaban entre sí.

18Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. (1 Corintios 11)

22Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo. (1 Corintios 11)

El contexto posterior, es la advertencia a participar dignamente de ella. Discernir el cuerpo del Señor, no es solo ser parte de la iglesia, sino estar en armonía con nuestros hermanos.

27De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. 29Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. 30Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. (1 Corintios 11)

2.2 EL PAN Y EL VINO.

Tradicionalmente se ha enseñado que el pan y el vino que compartimos en la cena nos aprovechan para algo o es algo (la llamada transubstanciación en la eucaristía católica). Pero estos son solo símbolos. Cuando el Señor hablo acerca de comer su carne y beber su sangre se refería a sus palabras, no al pan y al vino.

53Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 63El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. (Juan 6)

De hecho el Señor aclaró que lo que entra por la boca del hombre no puede dañar su corazón, lo que daña es lo que sale por la boca, pues viene del corazón.

18-20El les dijo: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos. Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. (Marcos 7)

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3. LA ECONOMÍA DE DIOS: DIEZMOS Y OFRENDAS. La manera de pensar de Dios y del cristiano siempre ha sido y será una locura para el hombre. El mismo principio que nos ha salvado: el evangelio, lo aplicamos a toda nuestra vida, incluyendo nuestra economía. No es lógico que si yo sustraigo de mis ingresos para darle a Dios o a la iglesia mi dinero alcanzará más. Pero la lógica de Dios no es igual a la del hombre.

35En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. (Hechos 20)

Dios no condena las riquezas o los ricos, pero si el amor al dinero. Hay dos cosas que Dios pretende: que no nos apeguemos a las cosa materiales y que aprendamos a depender de Él. Así como lo hicimos para la salvación, dependamos de Él en todas las facetas de nuestra vida.

9-10 Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. (1 Timoteo 6)

3.1 EL ORIGEN DE LOS DIEZMOS.

Mucho se habla que las ofrendas y sobre todo del diezmo que es para el tiempo de la ley y no para ahora. La ley hizo los diezmos obligatorios, pero la práctica bíblica se inició en la época patriarcal bajo las promesas que Dios hizo a Abraham. Fue Melquisedec quien bendijo a Abram y como respuesta, Abram le dio los diezmos. Como vemos es la respuesta de un corazón agradecido ante la bendición de Dios.

18Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; 19y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; 20y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo. (Génesis 14) 21Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión. (Números 18)

3.2 DAMOS EN RECONOCIMIENTO QUE TODO ES DE DIOS.

El dinero, además de ser la expresión de los bienes que poseemos, representan parte de nuestra vida pues hemos invertido tiempo y esfuerzo en conseguirlo. Dar para la obra de Dios es reconocer que Todo es Él. Que todo lo que tenemos lo hemos recibido de Él y nosotros somos administradores.

11-14 Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre. Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos. (1 Crónicas 29)

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3.3 DAMOS GRACIAS A DIOS. Por todo lo que hemos recibido de Dios, tanto espiritual como material. Contribuimos para su obra para que otros puedan recibir lo que nosotros hemos recibido.

11-12para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios. Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; (2 Corintios 9)

3-4Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos. (2 Corintios 8)

17No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta. (Filipenses 4) 3.4 DAMOS CON ALEGRIA.

No damos por necesidad, ósea, esperando recibir más de Dios. Tampoco por competencia, para demostrarles a otros que ofrendamos. Damos con alegría de lo que tenemos una ofrenda de calidad no de cantidad.

7Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. (2 Corintios 9) 4. VELAR PUES LOS TIEMPOS SON MALOS.

Desde el inicio de la iglesia los apóstoles combatían con las falsas doctrinas y con prácticas mundanas que querían introducirse en la iglesia. Hoy nosotros no somos ajenos a eso y muchas iglesias se parecen más al mundo porque han perdido su sabor.

13Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. (Mateo 5) 1También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 5que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. (2 Timoteo 3)

4Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido

destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo. (Judas)

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4.1 RENUEVATE CADA DÍA. Nuestro anhelo y deseo debe ser crecer cada día más y conocer más a nuestro Señor y salvador, renovando cada día nuestra manera de pensar y andando en el espíritu.

8Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.

9Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 10y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. (Colosenses 2)

16no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, 17para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos. (Efesios 11)

2No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Romanos 12) 22En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. (Efesios 4)

4.2 EL ENEMIGO ANDA COMO LEÓN.

Debemos mantenernos firmes sin dejarnos mover pues el enemigo no puede entrar donde estamos pero si nos salimos del refugio (Cristo) seremos presa de él.

8Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; (1 Pedro 5)

13Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. 14Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. 15Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras. (2 Corintios 11)

8Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. 9Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. (Gálatas1)

5. PELEA LA BATALLA DE LA FE.

Mucho se habla de la GUERRA ESPIRITUAL contra el diablo y sus huestes. Cristo venció al diablo, y no desconocer sus maquinaciones, pues sabemos que es un enemigo derrotado mas no eliminado, aún.

La armadura del cristiano es su fe, la doctrina bíblica para combatir al diablo que no es carne.

Por eso la escritura nos recomienda vestimos de todas armas de Dios. Ósea ceñirnos de toda las enseñanza y la doctrina de Cristo, guardando nuestra fe. Porque si nos toca enfrentar al diablo, él no es carne, lo vamos a enfrentar como Cristo lo enfrentó con la doctrina bíblica.

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10Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (Efesios 6)

La verdadera lucha del cristiano es guardar su fe.

La verdadera lucha del cristiano es por mantenerse en su fe. Por aprenderá depender de Dios y de sus promesas que son lo único que nos puede salvar y mantenernos firmes hasta el fin. Lo que creemos en Dios es lo que nos ayuda a vencer al mundo, al diablo, las tentaciones etc.

12Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. (1 Timoteo 6)

38Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma (Hebreos 10) 3Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. (Judas 1) 4Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. (1 Juan 5) 9al cual (el diablo) resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo (1 Pedro 5) 18Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, 19manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos,(1 Timoteo 1) 7He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 8Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. (2 Timoteo 4)

9obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. (1 Pedro 1)

NOTAS:

Todas las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Reina Valera del año 1960.

Impreso enero de 2014.