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 BASES TÉCNICAS PARA CONCURSO DE PROYECTOS Programa de Prevención Focalizada PPF Correspondien te a la línea de Programas de Protección en General Ley 20.032 y su reglamento.  Línea Prevención Área de Diseño de la Oferta Programática DEPARTAMENTO DE PROTECCION DE DERECHOS AGOSTO 2013

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  • BASES TCNICAS PARA CONCURSO DE PROYECTOS

    Programa de Prevencin Focalizada PPF Correspondiente a la lnea de Programas de Proteccin en General

    Ley 20.032 y su reglamento.

    Lnea Prevencin rea de Diseo de la Oferta Programtica

    DEPARTAMENTO DE PROTECCION DE DERECHOS

    AGOSTO 2013

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    INDICE

    I. Presentacin..3 II. Antecedentes.3 III. Formulacin del problema.5 IV. Sujeto de atencin...5 V. Va de ingreso5 VI. Cobertura y focalizacin.8 VII. Objetivos, resultados y metas...8 VIII. Marco conceptual..9 IX. Consideraciones metodolgicas.13 X. Enfoques transversales..31 XI. Procesos de autoevaluacin.38 XII. Consideraciones para la ejecucin del proyecto39 XIII. Cuidado de equipo..41 XIV. Equipo de trabajo.41 XV. Presupuesto...43 XVI. Recursos materiales.43 XVII. Referencias bibliogrficas..44 XVIII. Anexo N 1...47

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    I. Presentacin Las presentes bases tienen como propsito entregar los lineamientos tcnicos que enmarcaran los llamados a concurso pblico correspondiente a la lnea de Programas de Proteccin en General, especficamente Programa de Intervencin Breve, actualmente denominado Programa de Prevencin Focalizada PPF. Esta modalidad se inserta en la Ley 20.032, que Establece Sistema de Atencin a la Niez y Adolescencia, a travs de la Red de Colaboradores del Sename, y su Rgimen de Subvencin, especficamente en la Lnea de Accin Programas en General. De acuerdo a lo establecido en el Reglamento de la mencionada ley, la forma de pago de la subvencin se asimilar a intervencin breve, que corresponde a 4,5 USS. Por otra parte, el Programa de Prevencin Focalizada PPF, es la continuidad e incorpora los aprendizajes tcnicos de los Programas de Intervencin Breve, para la Prevencin Focalizada (PIB), los cuales fueron licitados por primera vez en el ao 2007. Es importante recordar, que a su vez los PIB son parte del continuo de la oferta preventiva que ha tenido Sename, en su mbito de proteccin de derechos. El programa PIB, surge en el ao 2007 con el propsito de Resolver las vulneraciones de derecho asociadas a situaciones de mediana complejidad que afectan a nios/as y adolescentes de un territorio determinado, previniendo su cronificacin. Se entenda como por mediana complejidad La presencia de situaciones y/o conductas que se constituyen en evidentes seales de alerta de cronificacin de vulneraciones de derechos ya presentes, que provocan dao y/o amenazan los derechos de nios/as y adolescentes, y que se manifiestan en diversos mbitos de la vida de stos/as, ya sea a nivel personal, familiar y/o sociocomunitario1. Situaciones que hasta ese momento, o no estaban siendo abordadas, o bien, las intervenan distintas ofertas que no haban sido creadas para este propsito. Sumado a lo anterior, se requera un programa al cual pudieran derivar las Oficinas de Proteccin de Derechos, OPD y, as, descongestionar su eje de proteccin de derechos vulnerados. El programa PIB, se caracteriz por ser un modelo co-construido entre los equipos ejecutores, supervisores/as tcnicos regionales y profesionales de la instancia nacional. En su primer perodo de implementacin entre los aos 2007 y 2010, tuvo como logros, una amplia validacin del modelo en las instancias locales, Tribunales de Familia y con los usuarios/as, as como tambin, el ajuste creativo e innovador que efectuaron equipos y Organismos Colaboradores (OCAS) del programa a las diversas realidades del pas. El monitoreo cuanti-cuali efectuado en el ao 2009, arroj un cmulo de informacin relevante que se incorpor en el siguiente perodo de ejecucin. En la implementacin de los aos 2010-2013, se estableci como nfasis principal el fortalecimiento de las competencias parentales y marentales de los adultos a cargo, desde un enfoque de Resiliencia. Entonces, las presentes bases tcnicas del Programa de Prevencin Focalizada PPF, que se licita por primera vez bajo esta denominacin en el ao 2013, es parte de la evolucin de la lnea preventiva de Sename y pretende dar continuidad a los avances y aprendizajes de los PIB, as como tambin, incorporar los ajustes necesarios para mejorar la calidad de la intervencin con los nios/as y sus familias, en un riel de mejora continua, como, tambin, asume algunos de los desafos surgidos en la Mesa tcnica nacional de los PIB, 2 en la cual participaron equipos ejecutores de distintas regiones del pas, asesores/as tcnicos/as de las OCAS, supervisores/as tcnicos regionales y profesionales del Deprode, dando como fruto el documento Recomendaciones, desde la Prctica, acerca de la Evaluacin de Competencias Parentales y Marentales en Programas de Prevencin Focalizada (PIB) el cual se encuentra disponible en la pgina web del Servicio. II.-Antecedentes En el ao 1990, el Estado de Chile ratifica la firma de la Convencin de Derechos del Nio (CDN), con ello inicia una profunda reforma para adecuar su normativa interna y sus polticas pblicas al espritu de dicha Convencin.

    La CDN en su prembulo, reconoce a la familia como grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, y en particular de los nios, debe recibir la proteccin y asistencia necesarias para poder asumir plenamente sus responsabilidades dentro de la comunidad. Reconociendo que el nio, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensin (CDN, 1989). Especficamente, es su artculo 19, hace referencia a la proteccin que deben tener los nios/as de cualquier forma de maltrato y de la necesidad de que los pases cuenten con programas de apoyo para sus cuidadores. Textualmente, plantea que

    1 Bases Tcnicas de la modalidad PIB, Sename, 2008 2 La Mesa Tcnica Nacional tuvo como propsito Compartir instrumentos de evaluacin de competencias parentales y marentales y se desarroll en 5 sesiones entre el mes de septiembre del ao 2012 y abril del 2013.

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    Los Estados Partes adoptarn todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al nio contra toda forma de perjuicio o abuso fsico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotacin, incluido el abuso sexual, mientras el nio se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo. Esas medidas de proteccin deberan comprender, segn corresponda, procedimientos eficaces para el establecimiento de programas sociales con objeto de proporcionar la asistencia necesaria al nio y a quienes cuidan de l (idem).

    En Chile, el Servicio Nacional de Menores es el organismo pblico encargado de la poltica pblica especial, cuya misin es Contribuir a la restitucin de derechos de nios, nias y adolescentes, vulnerados/as, as como a la responsabilizacin y reinsercin social de los adolescentes infractores/as de ley, a travs de prestaciones de calidad mediante una red de programas ejecutados directamente o por organismos colaboradores del Servicio3. Es as, que en el mbito de proteccin de derechos, el Servicio cuenta con una amplia red de programas de atencin, que incluye lo promocional, lo preventivo, la restitucin de derechos y la resignificacin de las vulneraciones vividas por los nios, nias y adolescentes en el pas, sin discriminacin alguna y que para lograr estos propsitos, involucran activamente a las familias.

    Antes de revisar la oferta especfica de proteccin de derechos, parece necesario revisar cifras de maltrato que afecta a la poblacin infanto-juvenil en Chile. El 4 y ltimo estudio realizado por Unicef en Chile (2012) seala, dentro de sus principales resultados que, el 71% de los nios y nias recibe algn tipo de violencia de parte de su madre y/o padre, por ende tan solo el 29% no es vctima de violencia. Del 71% que es maltratado, el 19,5% solo recibe violencia psicolgica; un 25, 6 % violencia fsica leve y el 25.9% de los nios y nias sufre violencia fsica grave. Al comparar estos datos con estudios anteriores del mismo organismo, se puede sealar que hubo una disminucin del maltrato, ya que en el ao 2006 el 75,2% si lo era, producindose una disminucin de un 4,2% en 6 aos. La revisin del estrato socioeconmico de los consultados, que reconocen ser vctima de algn tipo de violencia, se plantea que no hay diferencias estadsticamente significativas, por tanto, se puede aseverar que el maltrato afecta transversalmente a nios, nias y adolescentes de todos los estratos sociales (Unicef, 2012, p.8). Dentro de sus conclusiones, seala que La violencia produce efectos severos y profundos en la vida de los nios, nias y adolescentes, que afecta seriamente su desarrollo y crecimiento: deteriora relacin con los padres, afecta rendimiento escolar, genera problemas de salud mental, produce problemas con sus compaeros de colegio, entre otros (idem, p.19). Adems, agrega que uno de los factores de riesgo ms relevantes, tanto para el abuso como para el maltrato, es la presencia de violencia entre los padres. Cuando hay violencia entre los padres, los nios y nias estn en una situacin de mayor vulnerabilidad de sufrir violencia y abuso (idem, p.19). Segn datos del poder judicial, los Tribunales de Familia y de Letras con competencia en familia, en el ao 2012, en todo el pas ingresaron 160.669 causas vinculadas a vulneraciones de derechos y violencia intrafamiliar. Al revisar cifras de la base de datos de Sename (Senainfo), el total de atendidos/as en la oferta programtica del Departamento de Proteccin de Derechos fueron 162.924 nios, nias y adolescentes. De los cuales, 29.211, es decir, el 17,9% correspondieron a usuarios/as de los Programas de Intervencin Breve, para la Prevencin Focalizada (PIB). Respecto de la caracterizacin de los nios, nias y adolescentes usuarios/as de los PIB atendidos en el ao 2012,4 se puede sealar lo siguiente:

    - En relacin a la causal ingreso, la principal es negligencia en un 21%; en segundo lugar, con un 18% testigo de violencia intrafamiliar; en tercero, con un 16% la inhabilidad de uno o ambos padres; en cuarto lugar, con un 8%, se encuentran la interaccin conflictiva con los padres o adultos a cargo y proteccin de acuerdo a orden de tribunal5 y, en quinto lugar, con un 5%, la interaccin conflictiva con la escuela.

    - En relacin al sexo de los usuarios/as, se puede plantear que del total de atendidos, el 48% correspondi a nias y el 52% a nios.

    - En relacin a la escolarizacin, el 81% asiste regularmente, el 16% ha desertado o no asiste y del 3% no se cuenta con informacin.

    - Respecto de la edad de los usuarios/as, el 21% tiene entre 0 y 5 aos; el 26% entre 6 y 9 aos; el 27% entre 10 y 13 aos; el 24% entre 14 y 17 aos y el 2% presenta otras edades.

    3 Pgina web del Sename, www.sename.cl 4 La fuente de informacin es la base de datos de Sename. 5 Se asigna esta categora de Proteccin, cuando es derivado por tribunal y no especifica la materia.

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    - En relacin al ingreso con orden de tribunal, se puede sealar que 35% de los nios/as atendidos no ingresa con orden de tribunal; el 0, 7% es derivado por Fiscala o Tribunales de Garanta y el 64, 3% es ingresado por mandato de Tribunales de Familia o con competencia comn.

    Considerando los datos anteriormente expuestos, se puede sealar que el perfil de usuario/a de la modalidad PIB se caracteriza por presentar, como principales causales de ingreso vulneraciones de derecho que se producen en el contexto familiar y el 65 % es derivado por una instancia judicial. Respecto del sexo, los usuarios/as son levemente superior de sexo masculino, la edad es proporcionalmente similar en los distintos tramos etreos, en su mayora se encuentran escolarizados. En relacin a los tiempos de permanencia, en su mayora se ajustan los tiempos establecidos en las bases tcnicas de la modalidad, es decir, 18 meses de intervencin. Una vez revisado distintas fuentes de informacin, las cuales indican que la presencia de problemticas que afectan a la poblacin infanto- juvenil del pas, asociadas a vulneraciones de derecho surgidas en el contexto familiar son cuantitativamente significativas. Por tanto, se hace necesario revisar los efectos que tienen en los nios, nias y adolescentes, el no ser bien tratados por sus adultos cuidadores. Respecto del impacto del maltrato en los nios y nias, existe una amplitud de investigaciones y autores que plantean los efectos negativos que tiene el maltrato en su normal desarrollo e incluso en el surgimiento de patologas fsicas y mentales. Es as que Jorge Barudy, psiquiatra y Marjorie Dantagnan, psicloga, ambos chilenos con amplia experiencia en programas de tratamiento de nios y nias vctimas del maltrato en Chile, Espaa y Blgica, plantean que las innumerables investigaciones han demostrado que los trastornos psquicos y los problemas de comportamiento de nias, nios y jvenes a menudo son las consecuencia de una carrera de nios maltratados. En muchas ocasiones, estos trastornos son la nica forma de los nios, para denunciar y resistir la violencia de los adultos (2005, p. 136). Los autores, plantean que el maltrato hacia los nios y nias, se origina en la incompetencia de los padres, y tambin la de la sociedad adulta, incapaz de asegurar la satisfaccin de sus necesidades y la proteccin de sus derechos (idem, p. 20). Por otra parte, Andrs Fresno y Rosario Spencer, acadmicos de la Universidad de Talca de Chile, realizaron un Estudio Acerca del Efecto del Maltrato Fsico en la Calidad de las Representaciones de Apego Infantil en Chile, en sus resultados preliminares plantean que los nios vctimas de maltrato fsico presentan una mayor preferencia por la utilizacin de estrategias de hiperactivacin y desorganizacin del apego que los nios no maltratados (2001, p. 191). En el caso de la hiperactivacin, los nios intensifican sus comportamientos de apego para hacer frente a las inconsistencias parentales y obtener de parte de stos una conducta estable (idem, p. 195). Respecto de la desorganizacin, Los comportamientos de maltrato fsico por parte de las figuras de apego hacen que stas, en lugar de ser fuentes de proteccin y seguridad sean figuras que generen terror e interacciones caticas, lo que dificulta la posibilidad de establecer una estrategia de apego organizada (Idem). El maltrato hacia los nios, nias y adolescentes no se explica por una sola causa, sino por el contrario, se reconoce que es un fenmeno que se comprende de manera multicausal, con factores generadores y mantenedores que se encuentran en distintos mbitos que, a su vez, se interrelacionan, estos son: individuo, familia, entorno social y cultural. En este mismo sentido, Paulo Srgio Pinheiro, autor del Informe Mundial Sobre la Violencia contra los Nios y Nias6, adscribe al modelo ecolgico que identifica factores en la historia personal y las caractersticas de la vctima o autor, su familia, el contexto social inmediato (a menudo denominados factores comunitarios) y las caractersticas de la sociedad en su conjunto (2011, p. 12). III. Formulacin del Problema. Pinheiro, reconoce que la variedad de investigaciones en las ciencias neurobiolgicas, sociales y del comportamiento, ha generado una comprensin mucho ms profunda de la importancia de las experiencias vividas durante la niez en el desarrollo del cerebro y del papel central de las relaciones tempranas en el desarrollo saludable de ste, (2011, p. 3). Este mismo experto, y los sealados en el acpite anterior (Barudy y Dantagnan, 2005, y Fresno y Spencer, 2011) plantean que el maltrato, por parte de los padres o cuidadores, tiene diversos efectos negativos en el normal desarrollo de los nios y nias, produciendo una diversidad de sintomatologa, afectando su salud fsica y mental. Adems, proteger a los nios y nias contra la violencia tiene un inmenso potencial para reducir todas las formas de violencia en la sociedad, as como las consecuencias sociales y de salud a largo plazo asociadas a la violencia contra la infancia (idem, p. 69).

    6 Paulo Sergio Pinheiro, es un experto independiente que realiza un estudio por encargo de la Secretara General de Naciones Unidas, cuyos hallazgos y recomendaciones se plasman en el Informe Mundial contra la Violencia hacia los Nios y las Nias.

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    Por otra parte, los datos que arrojan el estudio de Unicef (2012), Tribunales de Familia y con competencia comn (2012) y Sename (2012), indican que la presencia de diversas expresiones de maltrato que afectan a los nios, nias y adolescentes en su entorno familiar, es un problema vigente es nuestro pas. Lo cual, impone a Sename, como rgano del Estado, encargado de la poltica de proteccin especial, la necesidad de generar una oferta de apoyo a las familias con dificultades de buen trato hacia sus nios/as y adolescentes, en coherencia con lo estipulado en el artculo 19 de la CDN. Ms an, El Comit de Derechos del Nio, en su informe del ao 2007, en su recomendacin n 43, indica al Estado de Chile que ofrezca ms apoyo a las familias con objeto de impedir que se vean separadas de sus hijos, por ejemplo, en forma de servicios de apoyo psicolgico y orientacin para la crianza de los hijos y prestaciones financieras.

    En coherencia con lo anterior, Pinheiro, postula en su Informe Mundial (2011, que la prevencin es la clave, puesto que el acumulado de conocimiento cientfico indica que programas rigurosos, basados en evidencia pueden detener, o bien, intervenir de manera efectiva y temprana con los nios/as y sus familias. El experto agrega, que estos programas deben articularse con otros sectores, como justicia, salud, educacin, empleo, entre otros servicios que sean necesarios para generar sistemas de atencin integral. Otro elemento a considerar, es que cualquier programa o servicio de atencin debe asegurar el respeto por las opiniones de los nios y nias en todos los asuntos y decisiones que les afecten. En cuanto a la oferta programtica Sename, cuenta con una modalidad cuyos objetivos se encuentran dentro del mbito de lo promocional/preventivo, estos son los Programas de Prevencin Comunitaria (PPC), los cuales se instalan en micro-territorios con la finalidad de prevenir las vulneraciones de derechos en conjunto con los nios/as, adolescentes, las familias y los distintos actores de la comunidad; tambin cuenta con los Programas de Intervencin Integral Especializada (PIE), cuyo objetivo general es Contribuir a la reparacin del dao vincular y psicosocial producido en nios, nias y adolescentes por vulneraciones de derechos graves y crnicas 7, Adems, el Servicio cuenta con los Programas de Proteccin Especializada en Maltrato y Abuso Sexual Infantil (PRM), que tienen como propsito Contribuir al proceso reparatorio del nio, nias o adolescente que ha sufrido maltrato fsico o psicolgico grave, constitutivo de delito y/o agresin sexual infantil8. De esta manera, el Servicio aborda lo promocional/preventivo y lo reparatorio, requiriendo una oferta que intervenga desde lo preventivo/restitutivo. Por tanto, para esta modalidad, el problema que se requiere abordar es la presencia de vulneraciones de derechos asociadas a mediana complejidad, que afectan a nios, nias y adolescentes en el contexto familiar, tales como negligencia moderada, testigo de violencia intrafamiliar no constitutiva de delito, maltrato fsico y/o psicolgico moderado, entre otros, a travs de un programa que contribuya a la restitucin de los derechos vulnerados y prevenga su cronificacin mediante una Intervencin Familiar. IV.- Sujeto de Atencin Participante del Programa El programa atender a nios, nias y adolescentes de entre 0 y menos de 18 aos de edad, y a sus adultos a cargo, afectados por vulneraciones de derechos relacionadas con su contexto familiar, que son de carcter moderado, como:

    Testigo de violencia intrafamiliar, que no es constitutiva de delito. Maltrato psicolgico leve a moderado. Maltrato fsico leve a moderado, que no tiene denuncias actuales en fiscala o polica. Negligencia moderada, no crnica. Otras vulneraciones de derecho que afecten a los nios, nias y adolescentes vinculados

    con su entorno familiar y que no sean constitutivas de delito. Caracterstica particular de los proyectos que se ejecutan en el marco del Programa Vida Nueva es que sumada a las vulneraciones de derechos, propias del sujeto de atencin, se debe sumar aquellos nios, nias y/o adolescente con ms de un ingreso a Unidades Policiales por situaciones de vulneracin no constitutivas de delito y/o transgresoras iniciales. No son sujeto de atencin del programa: negligencia grave o crnica, maltrato fsico y psicolgico grave, testigo de VIF constitutivo de delito, abandono, peores formas de trabajo infantil y otras graves vulneraciones de derecho. Cabe sealar, que en contextos rurales, los nios ingresan a temprana edad a trabajar, lo cual exige a los equipos, la necesidad de trabajar con los padres, las condiciones que son necesarias para garantizar la seguridad y respeto a sus

    7 Bases Tcnicas de la modalidad PIE, Deprode, Sename, 2012. 8 Bases Tcnicas de la modalidad PRM, Deprode, Sename, 2012.

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    derechos, salvaguardando el derecho a la educacin, ejemplos de ello, son los temporeros, trabajo en ferias libres, entre otras actividades que los nios/as desarrollan por iniciativa propia para satisfacer necesidades personales y en algunas situaciones, como apoyo al sustento econmico familiar cuando es precario. Si bien el sujeto que origina la atencin del programa es el nio, nia o adolescente, se entiende que ste se encuentra inserto en un contexto familiar y socio-comunitario que es necesario de considerar en el proceso de intervencin. Para lo cual, se requiere reconocer los factores de vulnerabilidad/riesgo y factores protectores/recursos en los distintos niveles: personal, familiar y socio-comunitario. En el marco del monitoreo de la modalidad PIB (2009), los equipos plantearon que existen situaciones transversales, que estaran presentes en las vidas de los nios y nias, independiente de la causal que origina la intervencin del programa, las cuales son importantes de considerar como parte del teln de fondo o caractersticas que se pueden presentar como vulnerabilidades del sujeto de atencin. Estas situaciones se pueden clasificar en los siguientes mbitos:

    En el mbito individual (nio/a o adolescente): se puede visualizar elementos conductuales, (como conductas agresivas, dificultad para respetar normas y lmites), cognitivos (como deficientes recursos para el dilogo y la resolucin de problemas, bajo rendimiento escolar) y emocionales (como baja autoestima, inseguridad, introversin, dificultad para expresar emociones) En el contexto familiar: aparecen dinmicas de violencia a nivel fsico y verbal, problemas en el establecimiento de lmites, negligencia en el cuidado de los hijos/as, consumo de drogas y enfermedades de salud mental en uno o ms adultos a cargo, entre otras. En el entono socio-comunitario: aparecen factores vinculados al territorio, como estigmatizacin, situaciones de violencia, de microtrfico, entre otras, que constituyen un entorno poco protector para el desarrollo de nios y nias. Tambin, se menciona la escuela como un factor de vulnerabilidad cuando sta genera procesos de exclusin. Otro antecedente que permite comprender el contexto socio-econmico de las familias usuarias de los PIB, es el dato acerca de su vulnerabilidad social. De acuerdo a la informacin arrojada, ao 2010, por la Ficha de Proteccin Social (Mindes), el 62.7% se encontraba en el primer decil (el ms vulnerable) y el 94.2 % en los cuatro primeros. Lo cual muestra que el programa se encontraba focalizado en la atencin a la poblacin ms vulnerable del pas9. Al compartir los hallazgos del monitoreo de la modalidad con los equipos PIB y supervisores/as tcnicos regionales, se problematiz la dificultad que se tiene para reconocer recursos y fortalezas concretas en los nios/as, sus familias y el entorno, es as que en los lineamientos tcnicos de la modalidad a partir del ao 2010, se incorporaron factores protectores y/o recursos que se pueden reconocer en los siguientes mbitos: En el mbito individual (nio/a o adolescente): Habilidades resilientes (poder enfrentar las situaciones adversas y reanudar un tipo de desarrollo sano). Adecuada integracin a institucin escolar y/o capacidad para reinsertarse. Motivacin por participar en diversas iniciativas (recreativas, culturales, deportivas, organizacionales, entre otras). Y/ o conocimiento de instituciones u organizaciones que pueden apoyarlo. En el contexto familiar: Presencia de personas adultas significativas con disposicin a participar de la intervencin. Presencia de personas de la familia extensa, dispuestos a apoyar las labores de crianza. Conocimiento de servicios sociales a los cuales poder acceder. Participacin en organizaciones de la comunidad. Otro recurso, que fue mencionado en la Mesa tcnica nacional de los PIB10, es que en la actualidad se da una mayor disposicin de los padres u otras figuras masculinas a participar de la intervencin, lo cual adems ha sido favorable para la efectividad de la intervencin. En el entono socio-comunitario: Presencia de organizaciones sociales y/o de redes vecinales de apoyo. Existencia de grupos de promocin del deporte, de actividades recreativas o culturales. Presencia de servicios sociales, y valoracin de stos por parte de la comunidad. Presencia de adultos en la comunidad escolar con disposicin a generar entornos protectores. V.-Va de Ingreso Las vas de ingreso, son por derivacin de las redes locales como establecimientos educacionales, centros de salud, municipio, otros programas u organizaciones del territorio. Tambin, proyectos de la red Sename como Oficinas de Proteccin de Derechos (OPD), Programas de Prevencin Comunitaria (PPC), entre otros. Adems, pueden ingresar los nios/as

    9 Estos datos fueron aportados por el Departamento de Planificacin y Control de Gestin (Deplae) de Sename. 10 La Mesa Tcnica, fue coordinada por la Lnea de Prevencin del rea de Gestin Programtica y se llev a cabo entre el mes de septiembre del ao 2012 y abril del 2013.

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    o adolescentes y sus familias por demanda espontnea o deteccin directa del equipo interventor. Por otra parte, tambin podrn ser entes derivadores, los Tribunales de Familia o con competencia comn, aquellos nios, nias y adolescentes que cumplan con el perfil de sujeto de atencin sealado en las presentes bases tcnicas. De ser as, el tribunal deber enviar todos los antecedentes de que disponga, o bien, tendr que solicitarlos el equipo mencionado. En el caso de los proyectos que se ejecutan en el marco del Programa Vida Nueva, cabe destacar que a lo menos el 40% de las derivaciones al Proyecto PPF debern proceder de la lista 24 horas; y debe quedar reflejado en el registro SENAINFO (Tipo Solicitante del Ingreso). VI.-Cobertura y Focalizacin Territorial Los proyectos a licitar que se enmarquen en este modelo Programa de Prevencin Focalizada, con Intervencin Familiar, atendern al perfil del sujeto de atencin mencionado en estas bases y correspondern al territorio sealado en el anexo N 1, el cual ser propuesto por la respectiva Direccin Regional en el proceso licitatorio cuando corresponda. VII. Objetivos, Resultados, Metas Objetivo General Restituir derechos vulnerados asociados a mediana complejidad, que afectan a nios nias y adolescentes en el contexto familiar, previniendo su cronificacin. Objetivos Especficos Resultados Esperados Indicadores 1.- Fortalecer los recursos personales de los nios, nias y adolescentes en consideracin a la etapa del desarrollo en la que se encuentran.

    1.- Nios, nias y adolescentes con recursos personales fortalecidos de acuerdo a la etapa del desarrollo en la cual se encuentran. 2. Nios, Nias y adolescentes participan de la evaluacin de la intervencin.

    N de NNA con evaluacin recursos personales al inicio de la intervencin. N de NNA con evaluacin final de recursos personales post intervencin. N de NNA cuyos PII incluyen acciones de fortalecimiento de sus recursos personales. N de NNA que fortalecen sus recursos personales durante el proceso de intervencin en el programa. N de NNA que evalan satisfactoriamente la intervencin del programa.

    2.-Fortalecer competencias/recursos parentales y/o marentales de los adultos a cargo que favorezcan la restitucin de los derechos vulnerados de los nios, nias o adolescentes.

    1.- Adultos a cargo cuentan con competencias/recursos parentales y/o marentales que favorecen la restitucin de los nios, nias o adolescentes. 2. Adultos a cargo de los nios, nias y adolescentes evalan el proceso de Intervencin Familiar.

    N NNA con familias con evaluacin inicial de competencias parentales y/o marentales que favorecen la restitucin de derechos de los nios, nias o adolescentes. N de NNA con familias con evaluacin final de competencias parentales y/o marentales que favorecen la restitucin de

    Problema: presencia de vulneraciones de derechos asociadas a mediana complejidad, que afectan a nios, nias y adolescentes en el contexto familiar, tales como negligencia moderada, testigo de violencia intrafamiliar no constitutiva de delito, maltrato fsico y/o psicolgico moderado, entre otras.

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    Meta de logro transversal a la modalidad Al menos el 80% de los nios, nias y adolescentes, egresados por causales asociadas a la intervencin1, no reingresan a proyectos de la red Sename de igual o mayor complejidad, en al menos doce meses, respecto del total de egresados del mismo perodo.

    3. Adultos a cargo de los nios nios, nias y adolescentes son evaluados con instrumento de competencias parentales

    derechos de los nios, nias o adolescentes. N de NNA cuyos PII incluyen acciones de fortalecimiento de los de competencias parentales y/o marentales. N de NNA con familias que fortalecen sus competencias parentales y/o marentales durante el proceso de intervencin en el programa. N de NNA cuyas familias evalan satisfactoriamente la intervencin del programa. N de adultos evaluados en competencias parentales

    3.- Promover la incorporacin de co-garantes del entorno familiar y/o comunitario que aporten a la restitucin de derechos de los nios, nias o adolescentes usuarios/as y apoyen en el ejercicio de la parentalidad/marentalidad a los cuidadores principales.

    1.- Co-garantes del entorno familiar y/o comunitario contribuyen a la restitucin de los derechos de los nios, nias o adolescentes usuarios/as y apoyan en el ejercicio de la parentalidad/marentalidad a los cuidadores principales.

    N de NNA que cuentan con apoyo social de los co-garantes del entorno familiar. N de NNA con acceso a prestaciones y/o servicios de los co-garantes del entorno comunitario. N de NNA cuyas familias cuentan con co garantes del entorno comunitario que contribuyen en el ejercicio de la parentalidad marentalidad.

    VIII.- Marco Conceptual de la Modalidad

    Marco tico Conceptual Enfoque de Derechos Humanos: Enfoque de Derechos de la Niez y Adolescencia

    El enfoque de derechos de la niez se enmarca dentro del enfoque de derechos humanos que son aplicables a todas las personas y que se expresa en la Declaracin Universal de Derechos Humanos, firmada en 1948, por los Estados miembros de Naciones Unidas, en la cual se reconocen los derechos fundamentales de todas las personas y se basa en el principio de que los derechos humanos se fundamentan en la "dignidad intrnseca de todas las personas. Esa dignidad y los derechos a la libertad y la igualdad que se derivan de ella son indisputables11. Esta Declaracin, junto con el "Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Polticos, el "Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales y sus respectivos protocolos opcionales, conforman la "Carta Internacional de los Derechos Humanos"12. Los cuales funcionan como un marco tico-poltico para los pases firmantes. Estos documentos reconocen derechos fundamentales como la dignidad humana, la libertad en todas sus expresiones (de conciencia, religin, expresin, entre otras), la participacin en la vida pblica, el derecho al trabajo, a la seguridad social, a un nivel de vida adecuado, a los niveles ms altos posibles de bienestar fsico

    11 http://www.cinu.org.mx/onu/documentos/_ciddh.htm 12 http://www.cinu.org.mx/onu/documentos/_ciddh.htm#

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    y mental, el derecho a la seguridad social, a la educacin y el disfrute de los beneficios de la libertad cultural y el progreso cientfico, entre otros (Sename, 2005)13.

    En este contexto es que la Cepal, conceptualiza el enfoque de derecho como un marco conceptual para el proceso de desarrollo humano que est basado normativamente en estndares internacionales de derechos humanos y operacionalmente dirigido a promover, proteger y hacer efectivos los derechos humanos... Un enfoque de este tipo integra la normativa, principios y estndares del sistema internacional de derechos humanos en la legislacin, programas, planes y procesos del desarrollo 14 Con la Declaracin Universal se abre las discusin a nivel internacional, acerca de cmo generar las condiciones para grupos especficos que se encuentra en una situacin de mayor inequidad y que, por tanto, se requiere acciones especficas para asegurarles su pleno desarrollo. En este contexto se enmarca, la Convencin de los Derechos del Nio (CDN), que abarca los derechos especficos de las personas menores de 18 aos15 y transforma necesidades en derechos colocando en primer plano el problema de la exigibilidad, no slo jurdica sino tambin poltico social de los derechos16Los Estados que han ratificado la CDN se obligan a tomar las medidas necesarias en el aspecto legal, administrativo o de otro tipo, a fin de lograr su implementacin. Esto podra significar cambios en la legislacin, capacitacin de funcionarios, establecimiento de mecanismos de monitoreo o elaboracin de nuevas prcticas y polticas17 en torno a la niez. El Estado de Chile ratifica la CDN en el ao 1990 y a partir de su firma, gener un intenso proceso de reforma para adecuar su legislacin y prcticas al espritu de la Convencin, transitando de la Doctrina de la Situacin Irregular o Enfoque de Necesidades, a una Doctrina de Proteccin Integral a la Infancia y Adolescencia o tambin denominada Enfoque de Derechos (Contreras, Unicef, 2007). La Doctrina de la Situacin Irregular, considera a los nios/as como objetos de proteccin, las polticas sociales que primaban antes de la CDN eran asistenciales y de beneficencia. En cambio, el Enfoque de Derechos contempla una visin de los nios/as como sujetos plenos de derechos (idem). Comprender a nios y nias como sujetos, significa considerarlos como personas con capacidades, con posibilidades de comprender su contexto, de ser parte activa de la sociedad, interviniendo, aportando, demandando. Considera, tambin, entenderlos como agentes de transformacin social, en una relacin activa con su entorno que le permite producir cambios en l y en ellos mismos. Y de Derechos, comprende que nios y nias tienen la titularidad de dichos derechos y su vinculacin con los adultos no les impide ejercerlos. Adems, reconoce su capacidad para tener opinin propia y sus posibilidades de expresarla en consideracin de su edad (Instituto Interamericano del Nio, Nia y el Adolescente, 2011). El Instituto Interamericano del Nio, la Nia y el Adolescente, organismo especializado de la OEA (IIN, 2011) realiza una comparacin entre el Paradigma de la Situacin Irregular y el de la Proteccin Integral, que aporta al entendimiento de ambos enfoques. Paradigma18 de la Situacin Irregular Paradigma de la Proteccin Integral Considera a una niez indefensa, incapaz, incompleta, que requiere de la solucin a sus necesidades y problemas. El rol del adulto es decidir y asumir la defensa de los derechos de la niez, pero sin su participacin.

    Considera a la niez de manera activa en el ejercicio de sus derechos, desde un enfoque de desarrollo integral y con capacidad de intervenir en los asuntos que les afectan. El rol del adulto es facilitar su desarrollo integral y el mximo de sus potencialidades.

    El cuadro anterior muestra claramente una situacin que ya se haba sealado anteriormente, es decir que, el Paradigma de la Situacin Irregular concibe a los nios y nias como objetos de proteccin y la Doctrina de la Proteccin Integral, como sujetos de derechos. Es por ello, que se seala a la Convencin de Derechos del Nio como un hito que produce un cambio radical en el tratamiento de la niez, puesto que a partir de su proclamacin y ratificacin se comienza a considerar a nios, nias y adolescentes como personas con capacidades y en igualdad de derechos que los adultos. No obstante, este cambio de visin es reciente en comparacin al largo perodo en que el abordaje fue desde un paradigma que comprenda a los nios y nias

    13 Documento interno Sistemas Locales de Proteccin de Derechos de la Infancia-Adolescencia: Una Aproximacin Conceptual y de Aplicacin Prctica. Sename, 2005. 14 La incorporacin del concepto de derechos econmicos, sociales y culturales al trabajo de la Cepal, Carmen Artigas para CEPAL, septiembre de 2003. 15 http://www.scslat.org/search/publi.php?cod=6&lang=s 16 http://www.iin.oea.org/2004/SMD.pdf 17 http://www.scslat.org/search/publi.php?cod=6&lang=s 18 Kuhn (1970) define paradigma como "una completa constelacin de creencias, valores y tcnicas, etc. compartidas por los miembros de una determinada comunidad.

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    como personas incompletas o menores, carentes de derechos, que requeran la intervencin del mundo adulto para protegerlos, pero sin considerar su opinin. De all, que subsisten concepciones y prcticas en distintos mbitos de la sociedad (familia, escuela, comunidad, entre otros) provenientes de ambos paradigmas, que colisionan, quedando muchos desafos en los cuales seguir avanzando hacia la instalacin de una doctrina de la proteccin integral de derechos (Quilodrn, 2012). En el marco del Enfoque de Derechos, se pueden distinguir polticas y programas Restitutivos o Promocionales. Las polticas Restitutivas, estn dirigidas a la intervencin directa, o por mediacin, a problemticas que se constituyen en vulneraciones de derechos. Estas pueden tener distintos nfasis: como programas de atencin directa de nios/as, o acciones dirigidas a generar cambios en las estructuras polticas, institucionales o en la cultura con el propsito de superar las vulneraciones de derechos. En cambio, las Promocionales estn referidas a las intervenciones que los garantes de derechos pueden llevar a cabo para fomentar y/o fortalecer una cultura de derechos en una comunidad (Contreras, Unicef, 2007).

    Enfoque de la Resiliencia: Una Mirada Esperanzadora para la Intervencin en Niez y Adolescencia

    La perspectiva de la Resiliencia ha sido de gran utilidad en las Ciencias Humanas y Sociales, implicando un cambio de paradigma en la mirada de los problemas personales y sociales; como tambin en la intervencin que realizan profesionales y tcnicos al trabajar con las personas. Transitando de un enfoque centrado en los problemas y dificultades a una mirada que pone el nfasis en el reconocimiento de fortalezas y recursos, para desde ah, promover la superacin de las dificultades y en lo posible salir fortalecidos. Es una nueva forma de enfrentar los problemas, los traumas y el sufrimiento humano. Supone una transformacin en las creencias y de las prcticas, cambiando de una visin determinista y en cierto sentido pesimista a una visin ms esperanzadora (Milicic, 2011). La resiliencia es la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, aprender de ellas, superarlas e inclusive ser transformados por estas. Nadie escapa de las adversidades (Henderson, 2006). Esta capacidad es el resultado de la interaccin del individuo con otras personas, de sus condiciones de vida y del ambiente vital (Barudy, 2005) Para Boris Cyrulnik, neuropsiquiatra francs La resiliencia es el arte de navegar en los torrentes (2001, p.213). Y la explica a travs de la siguiente metfora: Un trauma ha trastornado al herido y le ha orientado en una direccin en la que le habra gustado no ir. Sin embargo, y dado que ha cado en una corriente que le arrastra y le lleva hacia una cascada de magulladuras, el resiliente ha de hacer un llamamiento a los recursos internos que se hallan impregnados en su memoria, debe pelearse para no dejarse arrastrar por la pendiente natural de los traumas que le impulsan a correr mundo y a ir de golpe, en golpe hasta, el momento en que una mano tendida le ofrezca un recurso externo, una relacin afectiva, una institucin social o cultural que le permita salir airoso (idem, p.213). Paul Bouvier, en Cyrulnik (2001) aclara que la resiliencia no es una vacuna contra el sufrimiento, ni un estado adquirido e inmutable, sino un proceso, un camino que es preciso de recorrer (idem, 215). Par recorrer este camino se requiere un gua o tutor de resiliencia que es una persona significativa que ayuda a que la otra persona le de sentido a lo vivido, le permita salir airoso, tejer vnculos y reorganizar la imagen de s mismo, entre otros aspectos (Cyrulnik 2001, Milicic, 2011). Desde esta mirada, los profesionales y tcnicos que trabajan en programas que abordan problemticas relacionadas con niez, adolescencia y familia, pueden contribuir a generar contextos resilientes, poniendo al servicio de la intervencin sus propios recursos (resilientes) (Barudy, 2005), favoreciendo as que los padres, madres o adultos a cargo pueden ejercer una parentalidad y marentalidad bien tratante hacia sus nios y nias. El propsito de que los programas sociales, trabajen desde un enfoque de la resiliencia le otorga a la intervencin una mirada esperanzadora desde distintos ngulos. Por un lado, permite que el Estado asuma un rol de generador de oportunidades de emergencia o fortalecimiento de la resiliencia, aportando a la equidad con personas o grupos sociales que no han tenido dichas oportunidades. De este mismo modo, a los equipos tcnicos, les contribuye a darle sentido a su intervencin, porque ve a los sujetos con los que trabaja, no solo como personas con dificultades (que frecuentemente son muchas y diversas), sino que tambin, desde sus recursos, fortalezas y, tambin, desde las posibilidades de ser permeados por el proceso de ayuda. A los nios, nias y sus familias, les permite elaborar las situaciones dolorosas vividas, salir fortalecidos y en el caso, del maltrato, evitar o interrumpir la violencia transgeneracional. El enfoque de la Resiliencia, tambin ha sido abordado en el estudio con familias que ejercen adecuadamente el cuidado de sus nios y nias, an en contexto de gran estrs psicososial. Mara Jos Rodrigo, Doctora en Psicologa, acadmica que ha desarrollado una serie de investigaciones en parentalidad en Espaa, plantea que la Resiliencia Parental, es un proceso dinmico que permite a los padres desarrollar una relacin protectora y sensible ante las necesidades de los hijos/as a pesar de vivir en un entorno potenciador de comportamientos de

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    maltrato. (2009a, p.52). Un factor protector que aporta a las familias a hacer frente a los estresores es el apoyo social informal y/o institucional. Para la autora, la Resiliencia Parental es una invitacin a ver las potencialidades de las familias y cuestiona la forma que se ha tenido de nombrar a las que se encuentran en riesgo psicosocial y que son usuarias frecuentes de la oferta pblica, esto es multiproblemticas, disfuncionales, desintegradas. Por otro lado, convoca a abandonar como modelos ideales que guan la intervencin, aquellos que se basan en familias normalizadas y propone cambiarlos por aquellos que presentan las resilientes, ya que indican cmo han podido salir adelante en determinados entornos. Otro aporte muy relevante de esta perspectiva, es que dado que hay una diversidad de situaciones familiares y de posibles formas de resiliencia, hay que sustituir el dar recetas a los padres y madres, por ayudarlos a que hagan de su parentalidad un traje a la medida y no el traje estndar que se supone deben realizar (2009a, p.65).

    La Parentalidad Positiva: Una mirada contextual del Ejercicio de la Parentalidad y marentalidad.

    El Comit de Ministros del Consejo de Europa en su recomendacin 19 del ao 2006, adhiere como marco para el desarrollo de polticas pblicas dirigidas a la familia, la parentalidad positiva. Con el propsito de alcanzar las condiciones necesarias para el fomento del ejercicio positivo de la parentalidad, garantizando que todas aquellas personas que han de educar nios tengan acceso a los recursos adecuados (materiales, psicolgicos, sociales y culturales) y que las actitudes y patrones sociales ms extendidos se adapten a las necesidades de las familias con hijos y a las necesidades de padres y madres (Rec 19, 2006 p. 1). Espaa, considera esta recomendacin y su Ministerio de Sanidad y Poltica Social y la Federacin Espaola de Municipios y Provincias (FEMP), establecen un convenio con la finalidad de desarrollar polticas de apoyo a la familia con enfoque de parentalidad positiva. Para apoyar este proceso Mara Jos Rodrigo y otros acadmicos espaoles realizan publicaciones19 e investigaciones con el propsito de desarrollar programas basados en evidencia que fomenten dicha parentalidad positiva. La parentalidad positiva se encuentra en concordancia con los principios de la CDN. Y se define como el comportamiento de los padres fundamentado en el inters superior del nio, que cuida, desarrolla sus capacidades, no es violento y ofrece reconocimiento y orientacin que incluyen el establecimiento de lmites que permitan el pleno desarrollo del nio (Rec 19, 2006 p. 3). Uno de los supuestos de los modelos de trabajo con familia desde la parentalidad positiva, es que todos los padres, madres necesitan apoyos para ejercer adecuadamente su parentalidad/marentalidad (Rodrigo, y otros, 2010). La tarea de ser padres y madres no se ejerce en un vaco, ni depende exclusivamente de las caractersticas de los progenitores. Se ejerce dentro de un espacio ecolgico (Rodrigo y otros, 2010, p.13). Un modelo ecolgico de parentalidad positiva, considera tres factores: 1) el contexto psicosocial en el cual vive la familia, que puede tener factores de riesgo que son estresores para la tarea de ser padres, o bien, factores protectores que apoyan el ejercicio de la parentalidad; 2) las necesidades evolutivas/educativas de los nios/as (edad, situacin de salud, caractersticas de personalidad, necesidades especiales), tambin, se plantea que los padres moldean la vida de los hijos y los hijos, tambin permean a sus padres, contribuyendo a sus propio desarrollo20 3) las capacidades parentales, de madres y padres para la crianza y educacin de los nios/as tambin modelan fuertemente el ejercicio de la parentalidad positiva. Estos factores que constituyen la diversidad de ecologas en las cuales se ejerce la parentalidad/marentalidad tendran que considerarse en la entrega de apoyos sociales a las familias. Puesto que, no hay dos tipos de padres/madres, los buenos y los malos, sino mltiples ecologas en las que los padres y las madres construyen su tarea con diversos grados de dificultad (idem, p.15). Los mismos autores son crticos a los programas de atencin que se han desarrollado tradicionalmente con las familias, porque se ejecutan de manera tarda cuando las problemticas estn cronificadas, son individualistas y han sido asistenciales. Por el contrario se propone, un nuevo modelo de intervencin con las familias basado en el fomento de la parentalidad positiva, el cual debera contemplar, en primer lugar, un perfil de usuario ms amplio y no solo a las familias en situacin de pobreza. En segundo lugar, un modelo que parta del supuesto de que todas las familias tienen capacidades que pueden promoverse, en tercer lugar, diversificar las metodologas de atencin en funcin de las necesidades de las familias. Y por ltimo, en cuarto lugar, el proceso de identificacin de las potencialidades de las familias requiere una exploracin cooperativa con la familia, que considere su propia experiencia para enfrentar las dificultades en el pasado, en vez de un diagnstico realizado solo desde el punto de vista del experto.

    19 Mara Jos Rodrigo y su equipo elaboran los siguientes documentos: Parentalidad Positiva y Polticas Locales de apoyo a las Familias (Rodrigo19, Maiquez y Martn, 2010) y La Educacin Parental como Recurso para Promover la Parentalidad Positiva (Rodrigo, Maiquez y Martn, 2010). 20 Palabras extradas de la presentacin de Mara Jos Rodrigo, en el Seminario La Parentalidad Positiva: Un Nuevo Enfoque para el Trabajo con Familias. Santiago de Chile, 25 de marzo del 2013

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    Save The Children Espaa (2012), propone 10 principios para la parentalidad positiva y buen trato, estos son: 1.- Los nios y nias tienen derecho al cuidado y gua apropiados. 2.- La parentalidad positiva se basa en: conocer, proteger y dialogar. 3.- El vnculo afectivo es determinante. 4.- El afecto debe demostrarse abiertamente para que los nios y nias se sientan queridos. 5.- Las normas y lmites son importantes: les dan seguridad. 6.- Los nios y nias deben participar en el proceso de tomar decisiones y sentirse responsables. 7.- Se les puede sancionar cuando se portan mal, pero no de cualquier forma. 8.- La cachetada, el insulto, la amenaza o los gritos no son eficaces ni adecuados para educar a los nios y las nias. 9.- Los conflictos pueden resolverse sin violencia. 10.- Es muy importante para que los nios y las nias estn bien, los padres tienen que estar bien.

    Los enfoques tericos planteados anteriormente tendrn que estar en coherencia con la propuesta metodolgica de intervencin que desarrolle el programa y que se expone en el siguiente acpite. IX.- Consideraciones Metodolgicas para la Intervencin Sename, en tanto organismo pblico asume el rol de generar el marco de accin de su oferta programtica, es as, que se establecen claramente los objetivos y resultados que debern alcanzar a travs de su ejecucin los proyectos del Programa de Prevencin Focalizada PPF. Asimismo, se invita a la sociedad civil, que para este caso son los Organismos Colaboradores de Sename (OCAS), a que generen innovacin en la implementacin del programa acorde a los contextos territoriales en los cuales se inserta. Es decir, el Servicio seala que se espera conseguir (objetivos y resultados) y se espera que las OCAS en conjunto con sus equipos tcnicos, desarrollen sus apuestas de cmo lograrlo, a travs del desarrollo de metodologas que recojan los aprendizajes, la experticia y las caractersticas particulares de los nios, nias, adolescentes, sus familias y el entorno socio-cultural en cual se intervendr.

    IX. 1 Modelos o Estrategias Metodolgicas Sugeridas. Sin perjuicio de fomentar que las Ocas y equipos tcnicos desarrollen sus propias apuestas, a continuacin se proponen modelos o estrategias metodolgicas que han sido un aporte a la intervencin que realizan los PIB con los nios/as, adolescentes y sus familias, en algunos de ellos, los proyectos que se insertan en el Programa Vida Nueva que han sido capacitados.

    En sntesis, se espera que el quehacer del modelo Programa Familiar de Prevencin Focalizada se enmarque dentro de una tica que promueve la Doctrina de Derechos Humanos y su aplicabilidad a travs del Enfoque de Derechos de la Niez en la intervencin con los nios, las nias, los adolescentes y sus familias. Entendiendo que su accionar se enmarca dentro de polticas restitutivas porque apunta a restablecer derechos vulnerados de la niez y adolescencia, pero tambin, es preventiva porque evita que dichas vulneraciones se cronifiquen en la vida de los nios/as y, es a la vez, promocional porque promueve el desarrollo de una cultura de derechos y una parentalidad/marentalidad bientratante. En coherencia con lo anterior, las perspectivas tericas que guan la intervencin del programa estn basadas en enfoques de la resiliencia, que invitan a visibilizar y movilizar los recursos de los nios/as, las familias, los contextos e incluso del propio equipo interventor. Y desde estas fortalezas y caractersticas contextuales de las familias y, no ideales, se promueve el fortalecimiento de la parentalidad y marentalidad de los adultos a cargo que favorezcan la restitucin de derechos.

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    Adems, se estima, que estn en sintona con los principios de los enfoques propuestos en el acpite anterior. Estos son:

    Modelo Transterico del Cambio y Entrevista Motivacional.

    El Modelo Transterico del Cambio y la Entrevista Motivacional, surgieron en el contexto de tratamientos con dependencias a sustancias. Sin embargo, estudios que se han venido desarrollando desde hace varios aos atrs, han mostrado su aporte, no solo al tratamiento del abuso del consumo de alcohol y drogas, sino que tambin, en el mbito de la salud mental y de temticas psicosociales que afectan a diversas poblaciones (Parntesis, 2012). El Modelo transterico del cambio se hace cargo de la respuesta a la pregunta qu es lo que hace cambiar a una persona?. Los psiclogos Prochaska y Diclemente (1982), intentan responder esta interrogante y realizan una serie de estudios para comprender cmo y porqu cambian las personas, llegando a la conclusin de que se presentaban ciertas constantes en los procesos de cambio que efectuaban los individuos, por s mismos, o, en contextos teraputicos; a estas contantes las denominaron etapas del cambio. Dichas etapas son: Pre-Contemplacin, Contemplacin, Preparacin, Accin, Mantenimiento, Recada Y Finalizacin. Dentro de este enfoque, la motivacin se puede comprender como el estado presente de una persona o la etapa de preparacin para el cambio. Es un estado interno influido por varios factores externos (Miller, W 1999 y Parntesis 2012). El aporte de este modelo es que reconoce que el cambio es un proceso y que parte del son las recadas, las cuales no son significadas como fracasos sino como una accin esperable. Otro elemento positivo, es que la identificacin de la etapa del cambio en el cual se encuentre una persona, ayuda a utilizar las estrategias de intervencin adecuadas para el proceso que est viviendo el individuo en ese momento. En este modelo, la motivacin para el cambio es algo abordable y trabajable en el proceso de intervencin por el interventor o terapeuta y no una condicin previa para iniciar un tratamiento. Desde esta perspectiva, para un terapeuta no es adecuado culpar al paciente de no estar motivado para el cambio, de igual manera que un dependiente no puede culpar a un cliente de que no est motivado para comprar. La motivacin es una parte central e inherente a las tareas de un profesional (Miller, W. 1999, p.25). La entrevista motivacional surgi en el mbito sanitario en programas de tratamiento para personas con consumo abusivo de alcohol y drogas. Su propsito es aumentar la motivacin intrnsica de las personas para que el cambio surja desde ellas. Se trata de una forma concreta de ayuda para que las personas reconozcan y se encarguen de sus problemas presentes y potenciales. Se puede utilizar con personas que se encuentren ambivalentes respecto de la posibilidad de cambios, ya que ayuda a resolverlas. Para algunas personas, esto es todo lo que realmente necesitan. Una vez que se desbloquean, dejan la inmovilizacin de los conflictos motivacionales y recuperan las habilidades y recursos que necesitan con el fin de llevar a cabo un cambio duradero (Miller, W. 1999, p. 51). El rol que asume el terapeuta o interventor no es autoritario, ni de experto que tiene que decirles a las personas lo que tienen que hacer en sus vidas. Por el contrario, la responsabilidad del cambio radica en las personas y tiene los siguientes principios de intervencin (Parntesis, 2012):

    Expresar empata mediante la escucha activa Desarrollar la discrepancia entre las metas o valores de la persona y su comportamiento

    actual. Apoyar la Auto-eficacia. Creer en la posibilidad de que el cambio es posible y la persona

    es la responsable de esta decisin.

    Las estrategias de la Entrevista Motivacional (Parks, 2009), estn orientadas a promover una conversacin orientada al cambio, a travs de:

    Preguntas Abiertas Respaldar a la persona La Escucha Reflexiva El Resumen

    En sntesis, de acuerdo a lo sealado la entrevista motivacional es una herramienta til para trabajar con personas que no estn del todo convencidas o nada convencidas de llevar a cabo procesos de cambio. Por tanto, puede ser una estrategia especialmente til para el trabajo con familias que ingresan al Programa Familiar de Prevencin Focalizada, en contextos coactivos, ya que fueron derivadas por tribunales. Tambin, puede aportar a la intervencin con las familias o usuarios/as denominados como No adherentes, porque presentan resistencias a recibir ayuda. Lo interesante o novedoso en relacin a otras miradas, es que el modelo transterico del cambio y la entrevista motivacional incorporan la motivacin a dicho cambio como parte del proceso de intervencin, y no como un requisito previo. Adems, le otorga un rol activo al interventor psicosocial en la motivacin al cambio, pero el cambio propiamente tal es responsabilidad de las

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    personas. La entrevista motivacional emplea ciertas tcnicas, en las cuales se pueden entrenar los interventores interesados en utilizarlas.

    Modelo Contextual Relacional Centrado en los Recursos. Este modelo se ha empleado en el mbito de la terapia clnica con familias. Es as, que el Instituto Chileno de Terapia Familiar, adhiere a este modelo para desarrollar su trabajo teraputico, porque es un enfoque que propone una forma de mirar en la que ponemos atencin no slo en el individuo, sino que, especialmente en las relaciones que establece con las dems personas con las cuales interacta. Por lo tanto, el comportamiento de una persona no lo entendemos slo como determinado por sus caractersticas individuales (biolgicas y psicolgicas), sino que lo entendemos (sic) en el contexto relacional en el que ocurre (familia, trabajo, comunidad, etc) (Bernales, 2012, p.56). Dicho de otra manera, lo Contextual Relacional es apreciar las relaciones en sus contextos y, es tambin, reconocer los contextos que estn siendo a su vez producidos por esas relaciones. La relacin se da siempre en un entorno y ste se modifica por efecto de la relacin. Desde esta lgica, cuando un profesional interviene, lo hace desde un nuevo evento posible, con el propsito de articular lo nuevo con lo tradicional y conocido21. Un modelo centrado en los recursos, tiene el supuesto a la base de que todos los sistemas, incluidas las familias, poseen los recursos necesarios para solucionar sus problemas. Para Walsh (2004), este enfoque tiene como objetivo construir intervenciones sobre la base de reas de competencia y recursos de la familia, de manera de generar en ella capacidad de accin (Bernales, 2012, p.61). En este sentido, se comprende que la familia desarrolla comportamientos adaptativos a sus contextos y que el interventor o terapeuta alienta la bsqueda de alternativas, desde ellos, ms que enfatizar sus limitaciones o dficits. Desde el enfoque centrado en los recursos, (Walsh, 2004 en Bernales 2012) la intervencin es ms eficaz si:

    Se centra en pequeos logros, con el objetivo de que la familia vuelva a tener control sobre su vida y recupere la confianza en sus capacidades.

    Para que lo anterior ocurra, se requiere acoger la historia de la persona y/o familia como legtima y no como una serie de faltas. Adems, se reconoce que s han podido enfrentar situaciones complejas, dando cuenta de la resiliencia familiar.

    Se ampla el foco a la red de relaciones familiares y sociales, para identificar aportes que contribuyen a la solucin del problema.

    Se realizan intervenciones que realcen las interacciones positivas, as como tambin, se identifican y valoran las estrategias que han utilizado para salir adelante. Hay que amplificar estos momentos, pautas y recursos, puesto que resultan reparadores de la confianza.

    Se estimulan las reas libres de problema. Consultar por las excepciones al problema, por ejemplo preguntar qu hacen bien?, qu les ha resultado?

    El Instituto Chileno de Terapia Familiar (2013)22, agrega los siguientes aspectos a considerar en la intervencin centrada en los recursos:

    Eleccin de un Foco claro para intervenir. Efectuar preguntas relacionales (circulares) y de contexto que apunten a la construccin

    de posibilidades. Revisar con la familia otras alternativas que se sientan capaces de desarrollar ms que

    subrayar limitaciones.

    El Modelo Contextual Relacional, basado en los recursos muestra una forma de intervencin teraputica con las familias que es coherente con los enfoques tericos del programa, aportando estrategias interventivas que se apoyan en el reconocimiento de los recursos de la familia, establece un foco claro para intervenir y establece un vnculo teraputico, en cual, las personas tienen un rol activo, entre otros aspectos que se constituyen un aporte a la intervencin del programa.

    21 Apuntes de las presentaciones del Curso Estrategias de Intervencin para el Desarrollo de Competencias Parentales, dirigido a equipos PIB-Programa Vida Nueva. 22 Apuntes de las presentaciones del Curso Estrategias de Intervencin para el Desarrollo de Competencias Parentales, dirigido a equipos PIB-Programa Vida Nueva.

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    IX.2 Criterios metodolgicos transversales.

    Flexibilidad: Las prcticas humanas tienen siempre lugar en un contexto determinado, definido por dimensiones espaciales y temporales: todas las prcticas son prcticas situadas, localizadas, territorializadas, se dan en un aqu y ahora especficos, concreto e irreversible. Por lo tanto, El contexto es dinmico ya que est siendo construido, reconstruido y deconstruido constantemente (Martnez, 2006, p.21). Es as, que las presentes bases de licitacin son el marco de accin que tendrn que considerar las OCAS y equipos tcnicos, pero, como ya se ha sealado, se espera que los ejecutores propongan metodologas en coherencia con su experiencia prctica, su formacin, sus aprendizajes y, especialmente con las caractersticas del territorio y sus habitantes. Asimismo, se entiende que la definicin de problemticas que aborda el Programa de Prevencin Focalizada, se efectu considerando el aporte especfico que realiza este programa dentro del abanico de oferta programtica de proteccin de derechos, enmarcada en la poltica de proteccin especial de niez y adolescencia. No obstante, las expresiones de las vulneraciones asociadas a mediana complejidad y las caractersticas especficas del sujeto de atencin participante del programa, se encuentran en coherencia con los contextos, y por lo tanto, se espera que se consideren en la implementacin del programa y en la intervencin con los nios, nias, adolescentes, sus familias y los co-garantes. Esto implica reconocer el territorio donde se encuentra instalado el programa, identificar las caractersticas socio-culturales del entorno en cual habitan los nios/as, sus familias y los actores comunitarios o institucionales relevantes. Tambin, se requiere visualizar los factores de vulnerabilidad/estresores especficos, que impactan a las familias, as como tambin, los recursos o factores protectores del contexto. Otro aspecto importante a considerar, es que el programa atiende a familias y no a la familia. Por tanto, es necesario comprenderla en su pluralidad de formas de constituir familia y, en coherencia con ello, los adultos con los cuales se trabaja en la restitucin de derechos son el padre y/o la madre, o bien, con quienes asumen el ejercicio del rol parental/marental de los nios/as usuarios/as. Una situacin concreta que fue discutida en la Mesa tcnica nacional de los Programas de Prevencin Focalizada-PIB (2012-2013), es por ejemplo, la consideracin del ejercicio de la parentalidad/marentalidad en regiones de la zona norte de Chile, en que muchos padres trabajan en faenas mineras y se ausentan perodos prolongados de tiempo del hogar, sobrecargando a las madres en las tareas de crianza. Entonces, una mirada contextualizada sera no determinar que existe un padre ausente, sino que considerar que la parentalidad se ejerce en esas condiciones e incluir estas consideraciones en los objetivos del plan y las metodologas para llevarlo a cabo. En este mismo sentido, tendra que considerarse el criterio de flexibilidad cuando se interviene con una familia que es parte de una determinada cultura, como en el caso del pueblo mapuche en la regin de la Araucana. Desde esta mirada, tambin, cobran sentido las intervenciones en los espacios cotidianos o naturales de la familia. Varios equipos PIB han implementado intervenciones en los domicilios porque les han resultado ms efectivas para generar nuevas dinmicas relacionales, que aportan a la restitucin de derechos de los nios/as y adolescentes, o bien, han sido tiles para la incorporacin de figuras de la familia que se encontraban en una posicin ms perifrica de la intervencin, como ocurre en ocasiones con los padres. Otros equipos, que tienen un amplio radio de accin han adecuado espacios de la comunidad: escuelas, juntas de vecinos, entre otros, para facilitar el acceso a la atencin a sus usuarios/as y/o para involucrar a dichos actores como un recurso en la intervencin. Otro aspecto, sealado por los equipos PIB como positivo para generar adherencia y la participacin de los usuarios/as, especialmente de los adultos, en el proceso, es la flexibilidad de los horarios de atencin, adecundolos a sus tiempos disponibles, atendiendo a los adultos luego de que culminan su jornada laboral.

    Promocional: Un segundo criterio se relaciona con la consideracin de lo promocional como eje transversal de la intervencin. Esto significa comprender el programa como un espacio de desarrollo tendiente a mejorar la situacin de vida de nios, nias, adolescentes y sus familias, en un contexto habilitador, fortalecedor de sus potencialidades y mostrando oportunidades. Tambin, se entiende que las intervenciones que se realizan en sus distintos niveles (personal, familiar y sociocomunitario) tienen como sustrato fomentar y/o fortalecer una cultura de respeto de los derechos de la niez y adolescencia. En trminos operativos, esto implica, al menos:

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    - Potenciar, en cada espacio de intervencin, el conocimiento y ejercicio de los derechos de nios/as y adolescentes, tanto en ellos, como en sus familias, como con los actores locales, para que se y los reconozcan como sujetos de derechos.

    - Conectar la situacin vivida con los derechos implicados en sta y con los recursos que pueden potenciarse para su superacin.

    - Entregar herramientas que favorezcan la autoproteccin en nios, nias y adolescentes, as como tambin, la proteccin de sus derechos por parte del mundo adulto (familias, personas adultas protectoras y actores locales).

    - Favorecer la percepcin, tanto en los nios, nias y adolescentes, sus familias, personas adultas protectoras y actores locales, de que las situaciones pueden cambiar y mejorar, entregando herramientas que les permitan empoderarse para retomar el control de sus vidas, manejando y resolviendo situaciones de vulnerabilidad.

    La estrategia promocional, tiene un doble efecto, por una parte contribuye a generar un contexto protector para el nio, nia y/o adolescente, y por otra, va propiciando el reconocimiento de sus derechos por parte del mundo adulto, que no slo va repercutiendo en la situacin particular de ese nio/a, sino que en las relaciones que las personas adultas establecen con el mundo infanto-adolescente y viceversa.

    Participacin: Con la firma de la CDN, el Estado de Chile no solo se obliga a promover el buen trato hacia la niez y adolescencia y a establecer servicios de apoyo a las familias, sino que tambin, tiene que considerar el derecho a la participacin que est consagrado en diversos articulados, especialmente en el 12 referido a la consideracin de la opinin del nio y la nia en los diversos asuntos que le afectan. En congruencia con lo anterior, se espera que el Programa de Prevencin Focalizada PPF, desarrolle una intervencin que involucre activamente a los nios, las nias, los adolescentes, sus familias y los co-garantes de derechos, considerando su opinin, hacindolos partcipes del proceso de intervencin y actores en la restitucin de derechos. Es necesario entregar algunos aspectos conceptuales que orienten el quehacer del Programa PPF, sin perjuicio de que las Ocas y sus equipos tcnicos desarrollen sus apuestas para operacionalizar el derecho a la participacin. Nios, nias y adolescentes participantes del Foro Nacional de Participacin (2010) organizado por Sename y la sociedad civil,23entregaron algunos aspectos con los cuales relacionan participacin, esto es: que es un derecho, un acto voluntario que se produce en la interaccin con otros y otras, una posibilidad de expresar la opinin, as como de escuchar a los dems, y que tiene ciertos principios como la no discriminacin, integracin y relaciones democrticas. Es interesante como los nios, nias tienen claridad respecto de que es un derecho, la relacionan como un proceso colectivo, as como con opinar y tambin el escuchar. Es decir, esto desmitifica el temor por parte del mundo adulto, respecto de que la participacin generara en los nios, nias una excesiva individualidad, sino por el contario, piden ser odos, pero tambin manifiestan su disposicin a la escucha. Por su parte, el Instituto Interamericano del Nio, Organismo Especializado de la OEA24 (IIN, 2010, pg. 14-20), plantea ciertas consideraciones respecto de la participacin y a continuacin se sealan las que parecen como orientadoras para el trabajo del Programa de Prevencin Focalizada PPF, estas son: La Participacin como un eje del paradigma nio, nia como sujeto de derecho. Los diversos artculos contenidos en la Convencin que aluden al derecho a la participacin desmiente la concepcin tradicional de la niez como estado de incompletitud o deficiencia para instalar una nueva perspectiva en que el nio es un ser pensante, capaz de formarse juicios, de tener ideas propias en funcin del grado de desarrollo alcanzado (principio de autonoma progresiva). En suma: se abre a la consideracin de un nio persona. Se reconoce que el ejercicio del derecho a la participacin, genera un cambio de paradigma en el tratamiento de la niez y adolescencia, puesto que las acciones desarrolladas para su promocin, requieren ser realizadas en conjunto con los nios y nias, reconocindoles a ellos y ellas, capacidades propias, con posibilidad de opinar y de formarse un juicio, de acuerdo a su edad y, en este contexto, el rol del adulto es generar las condiciones para que esto sea factible.

    23 Participaron alrededor de 100 nios, nias y adolescentes de Programas de Prevencin Comunitaria (PPC) de distintas regiones del pas. 24 Organizacin de los Estados Americanos.

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    La Participacin como necesidad para el pleno desarrollo psicosocial. El supuesto a la base es que las personas son seres sociales y que, por tanto, la participacin es una necesidad humana y una condicin para su desarrollo pleno. Aspectos centrales del desarrollo personal, como la autoestima, la posibilidad de mantener conductas autnomas, el respeto y la consideracin hacia los otros se ven fortalecidos y alimentados con las experiencias participativas que el nio o nia tenga oportunidad de vivir durante su desarrollo. Para los nios y nias, la participacin les permite vivenciar de manera muy concreta el ser sujetos de derechos25. Adems, les permite desarrollar ciertas habilidades sociales que facilitan su vinculacin con el entorno, con los adultos y con los pares, as como tambin fortalecen su autoestima26. La participacin como un factor protector frente a vulneraciones de derechos. La participacin infantil y adolescente influye en los sistemas de proteccin de derechos. Se ha constatado que ante mayor participacin, baja el nivel de vulnerabilidad y riesgo. Retomando las dos consideraciones sealadas anteriormente, si la participacin es central para que el nio, nia o adolescente sea reconocido como sujeto y le abre las posibilidades a expresarse sin ser mediado por el adulto, entonces disminuye los factores de riesgo de sufrir vulneraciones de sus derechos y, si ocurrieran, podr identificarlas como tales y pedir ayuda. No obstante, como los nios, nias estn en una condicin de asimetra de poder, el cual se concentra en el adulto, se requiere tambin incorporar en las acciones de prevencin y formacin a los adultos. Se requiere que nios, nias y adultos tengan la posibilidad de incluirse en espacios de formacin acerca del enfoque de derechos, pero tambin de participar de espacios intergeneracionales que les permitan intercambiar sus visiones acerca de la niez y adolescencia, as como ejercitar la escucha mutua, especialmente por parte de los adultos. De manera complementaria con lo anteriormente expuesto, Sename, en su mbito de proteccin de derechos a adscrito a lo propuesto por Diego Palma (1999), el cual plantea que la Participacin Sustantiva, es la que permite la realizacin de las personas y profundizar su ciudadana, de lo contrario se produce una instrumentalizacin de los sujetos por parte de los programas que se supone tienen un componente participativo. Entonces, la participacin sustantiva surge en el encuentro de dos dinmicas:

    la capacidad de participar: actitudes y habilidades que han desarrollado las personas a travs de la prctica, as como de la reflexin acumulada y que la aportan cuando son invitados a incorporarse a los programas.

    Las oportunidades de participar: que el programa considere la especificidad del grupo que participa.

    Por lo tanto, se puede sealar que se da una participacin sustantiva, cuando hay un ajuste entre las capacidades para participar y las oportunidades que se brindan. Traducido al Programa de Prevencin Focalizada PPF, el equipo ejecutor, tendr que generar las condiciones y disear mecanismos acordes a las caractersticas especficas de sus sujetos participantes, como gnero, edad, etnia, caractersticas culturales, entre otras. De manera operacional, se espera que se considere el criterio de participacin al menos de la siguiente manera:

    - No solo consultar, sino que considerar la opinin de los nios/as y adolescentes en el diagnstico y evaluacin parental/marental. As como tambin, en la co-construccin del plan, su ejecucin y evaluacin. Todo lo anterior, tomando en cuenta la etapa del desarrollo en la cual se encuentre.

    - Involucrar activamente a las familias en todo el proceso de intervencin, desde la acogida hasta el egreso. Empoderndolas para que asuman proactivamente su rol en la restitucin de derechos.

    - Involucrar a otros adultos del entorno familiar y comunitario que puedan aportar al proceso de restitucin, favoreciendo que asuman un rol de co-garantes de derechos de los nios/as y adolescentes usuarios/as.

    25 Este es uno de los principales hallazgos de la investigacin realizada por Andrea Quilodrn (2012) La Participacin de Nios y Nias en Espacios Comunitarios: Un Aporte al Ejercicio de su Ciudadana?. Estudio Cualitativo a partir de la Voz de los Nios y Nias participantes de dos Programas de Prevencin Comunitaria (PPC): Polpaico y La Legua. Tesis para optar al grado de Magister en Psicologa, mencin Psicologa Comunitaria. Universidad de Chile 26 Estas aseveraciones, son parte de algunos de los hallazgos surgidos en la realizacin de grupos focales con nios y nias participantes de Programas de Prevencin Comunitaria, en el ao 2011

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    IX.3. Niveles de Intervencin El Programa tiene como propsito restituir vulneraciones de derechos de la niez y adolescencia asociadas a la mediana complejidad, por tanto, el sujeto de accin participante del programa, son los nios, nias y adolescentes. Sin embargo, se entiende, desde una mirada ecolgica, que los nios/as se encuentran insertos en un entorno familiar y socio-comunitario, y que por lo tanto, requieren ser abordados de manera articulada para superar la situacin que origin el ingreso al programa. De este modo, la intervencin con los nios/as y adolescentes la ubicaremos en el nivel personal, con los adultos a cargo, en el nivel familiar y con los actores del entorno en el nivel socio-comunitario. Es importante, tener claridad respecto de que cada nivel de intervencin tiene sus objetivos y un contenido a trabajar con determinada metodologa. No obstante, las intervenciones tendrn que desarrollarse de manera articulada y con un foco comn, cual es restituir el o los derechos vulnerados que justificaron el involucramiento del programa.

    Nivel Personal:

    Tiene como propsito fortalecer los recursos personales de los nios, nias y adolescentes en consideracin a la etapa del desarrollo en la que se encuentran. Para ello, se requiere identificar los factores protectores y o recursos que ha utilizado para hacer frente a la vulneracin y que requeriran ser potenciados para superar dicha vulneracin. Como tambin, los factores de riesgo presentes en el nio, nia o adolescente que han contribuido a la mantencin de la o las vulneraciones de derecho. La intervencin con los nios/as y adolescentes, tiene como sentido promover sus recursos resilientes, ayudndoles a comprender las situaciones que han vivido, en consideracin a la etapa del desarrollo en la cual se encuentren, trabajando sus dificultades y desarrollando un proceso en conjunto con ellos que les permita identificar y potenciar sus fortalezas. Los recursos resilientes especficos que se trabajarn con cada nio, cada nia o adolescente, dependern del motivo de ingreso al programa, sus caractersticas personales, sus necesidades evolutivas, su gnero, su pertenencia a alguna etnia o grupo social, entre otras (estas consideraciones hacen alusin al criterio metodolgico de flexibilidad). Estos aspectos, tambin, tendrn que tomarse en cuenta para definir en conjunto con el nio/a o adolescente si es ms pertinente que participe de una modalidad individual o grupal o en ambas. Igualmente, se propone conectar procesos de intervencin grupal e individual, en el entendido que los procesos grupales, por una parte, poseen un alto efecto teraputico, puesto que favorecen el intercambio de experiencias y aprendizajes en torno a ciertos tpicos de inters, y que los procesos de intervencin individual, por otra, permite tener un conocimiento profundo de cada nio/a o adolescente en particular, as como tambin, trabajar aspectos especficos, que luego pueden ser potenciados en la intervencin grupal. Entre los resguardos que habra que considerar para la intervencin grupal, es que el nio/a o adolescente est dispuesto a participar de esta modalidad y que el programa le ofrezca esta alternativa cuando cada uno lo requiera y, por ningn motivo, que la intervencin se tenga que prolongar ms all de lo necesario a la espera de que funcione una instancia grupal. Finalmente, tambin, es importante considerar en la intervencin con los nios, nias y adolescentes los criterios metodolgicos de participacin y lo promocional. Puesto que se espera que ellos sean actores en su proceso de restitucin y que tengan la posibilidad de aprender acerca de sus derechos. Adems, se motiva a que su permanencia en el programa sea una oportunidad concreta de vivenciar el ser un sujeto titular de derechos. Todo lo anterior, por supuesto, considerando la etapa del desarrollo en la cual se encuentran, sus caractersticas personales y, otros aspectos, que les parezcan relevantes a los equipos interventores.

    Nivel familiar:

    Como ya se sealara en acpites anteriores, el objetivo del programa es Restituir derechos vulnerados asociados a mediana complejidad, que afectan a nios nias y adolescentes en el contexto familiar, previniendo su cronificacin. Por lo tanto, para este modelo la intervencin con familia, es crucial e ineludible para lograr la restitucin de los derechos de los nios/as y adolescentes. Como tambin fuera sealado, el programa PIB27 tuvo como nfasis principal para el perodo 2010-2013 el fortalecimiento de competencias parentales, lineamiento que se mantiene para el Programa de Prevencin Focalizada PPF.

    27 Se recuerda que los PIB son los Programas de Intervencin Breve, para la Prevencin Focalizada.

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    Para tal efecto, se conceptualizar las competencias parentales y marentales como el conjunto de capacidades que permiten a los padres (o adultos a cargo) afrontar de modo flexible y adaptativo la tarea vital de ser padres (o madres), de acuerdo con las necesidades evolutivas y educativas de los hijos e hijas y con los estndares considerados como aceptables por la sociedad, y aprovechando todas las oportunidades y apoyos que les brindan los sistemas de influencia de la familia para desplegar dichas capacidades (Rodrigo,y otros 2008 en Rodrigo, M y otros 2009b p, 115). Para White (2005), en Rodrigo (2009b), son el resultado de un ajuste entre diversas variables: las condiciones psicosociales en las que vive la familia, el escenario educativo que los padres, madres o cuidadores han construido para realizar su tarea vital y las caractersticas de los nios, nias o adolescentes. Esta mirada ecolgica de concebir las competencias es coherente con el marco conceptual del programa, ya que se comprenden de una manera multidimensional y relacional. Es decir, como plantea Rodrigo no se dan en el vaco, sino que el ejercicio de la parentalidad y marentalidad tiene que mirarse en funcin de las necesidades vitales y caractersticas particulares de los nios y nias, y a su vez, como stos influyen en la parentalidad y marentalidad de sus padres y madres. Es decir, debera producirse un ajuste entre lo que el nio o nia requiere y los que el padre o madre puede y tiene que entregarle. No es lo mismo ser un padre o madre de una guagua, que de un adolescente o de un nio/a con necesidades especiales. Otra dinmica en juego son las propias caractersticas de los padres, madres o cuidadores, sus expectativas respecto de su parentalidad o marentalidad, sus recursos resilientes, su historia como hijo o hija (si fue cuidado o no cuando nio o nia), sus creencias acerca de la formas adecuadas de ejercer la crianza, entre otros aspectos que influyen en dicha parentalidad/marentalidad. Tambin, es importante considerar si tienen lugar relaciones afectivas y de cooperacin entre el binomio madre y padre, e incluso presencia de violencia conyugal, (Barudy 2005 Rodrigo 2009 b). Tambin, es importante considerar las concepciones de gnero que tienen los adultos que influyen en el ejercicio de su parentalidad o marentalidad, por ejemplo, observar si las tareas de crianza son compartidas, identificar quin o quienes asumen el rol normativo y/o nutricio, las expectativas que se tienen respecto de los hijos/as, dependiendo de si es nio o nia entre otros aspectos a problematizar. Otra dimensin a considerar, como ya se ha sealado, es el contexto en cual se ejerce la parentalidad y marentalidad, identificando los factores estresores y/o protectores del entorno. En este mismo sentido, es importante reconocer, tambin, las creencias culturales y las formas validadas de ejercer la crianza en el entorno en el cual estn insertas las familias. Desde otra mirada, se asume el convencimiento sealado por el bilogo chileno Humberto Maturana28, respecto de que los seres humanos somos en nuestro origen seres biolgicamente amorosos y que la historia de nuestro origen en el devenir de los seres vivos en la tierra, se funda en el surgimiento de la familia como un espacio acogedor de convivencia en el bien-estar el placer de la compaa, la cercana corporal, la caricia, el jugar y la ternura (2013, p.4). No obstante, en ocasiones el entorno familiar se transforma en un espacio de mal-estar para el nio o la nia y se requiere una intervencin externa para que recuperen su bien-estar. Asimismo, el Programa de Prevencin Focalizada PPF, puede aportar para que los nios y nias puedan desarrollar sus vidas en entornos familiares amorosos y respetuosos de sus derechos. El supuesto a la base del programa es que fortaleciendo las competencias parentales y marentales de los adultos a cargo de la crianza de los nios y nias, se contribuye al ejercicio de los derechos vulnerados que motivaron el ingreso y posterior intervencin del programa. Para realizar este proceso se requiere comenzar evaluando dichas competencias. Asimismo, en la actualidad, no se cuenta con sistemas de evaluacin parental/marental que hayan sido creadas en el contexto chileno, pero existen instrumentos que han sido adaptados o validados en el pas. Es as como, la encuesta realizada a los PIB en el ao 2011, arroj que la mayora de los PIB utilizaban algunas pautas o aplicaban instrumentos inspirados en La Gua de Valoracin de las Competencias Parentales de Barudy y Dantagnan, en segundo lugar, los equipos utilizaban la Escala de Evaluacin Familiar de Carolina del Norte (NCFAS) y, en tercer lugar, se empleaban una diversidad de instrumentos creados en otros pases. En el ao 2012, una institucin 29comenz a adaptar la Propuesta realizada por Rodrigo y otros (2009), quienes realizan su trabajo a partir de investigaciones efectuadas en Espaa. Entre los aos 2012 y 2013, se desarroll una Mesa tcnica nacional con participacin de equipos PIB, asesoras tcnicas de las OCAS, supervisores/as tcnicos regionales y profesionales del Deprode30, cuyos integrantes elaboraron el documento Recomendaciones, desde la Prctica, acerca de la Evaluacin de Competencias Parentales y Marentales en Programas de Prevencin Focalizada (PIB)31, el cual tuvo como finalidad establecer orientaciones comunes para que los equipos interventores realicen una evaluacin de calidad y respetuosa de sus usuarios/as.

    28 Co-Fundador con Ximena Dvila de la Escuela Matrztica de Santiago. 29 Fundacin La Frontera que ejecuta su oferta programtica en la regin de la Araucana. 30 Departamento de Proteccin de Derechos de Sename. 31 Para mayor detalle, revisar anexo N1.

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    Considerando los hallazgos surgidos en los seis aos de implementacin de la modalidad PIB, se establece como un requisito para el Programa de Prevencin Focalizada PPF, evaluar las competencias parentales/marentales de la totalidad de familias que ingresen a dicho programa. El tipo de instrumentos o pautas que se utilicen ser de opcin de las OCAS en conjunto con sus equipos tcnicos, no obstante, deber tener como objetivo la evaluacin parerental/marental y tendrn que considerar las orientaciones que se exponen a continuacin y que fueron extradas del documento Recomendaciones, desde la Prctica, acerca de la Evaluacin de Competencias Parentales y Marentales en Programas de Prevencin Focalizada (PIB). En seguida se exponen algunas orientaciones que tendrn que ser consideradas como mnimo, pero se sugiere revisar el documento completo, el cual se encuentra disponible en el anexo N1 adjunto a este documento. Recomendaciones y orientaciones generales para realizar la evaluacin parental/marental:

    En el contexto del Programa de Prevencin Focalizada PPF32, el propsito es evaluar para intervenir. Existe un consenso entre los profesionales y estudiosos del tema en la utilidad de evaluar competencias parentales y marentales, por distintas razones. En primer lugar, disminuye los sesgos profesionales. Ya que, se reconoce que los interventores