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    BIBLIOTECA UNIVERSITARIA GREDOSII. ENSAYOS, 2

    "'")

    GEOFFREY BARRACLOUGH

    INTRODUCCION A LAHISTORIA

    CONTEMPORANEAVERSION E S P A ~ O L A DE

    CEClLlO SANCHEZ Gi l

    FAEDITORIAL GREDOS

    MADRID

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    c. A. WATTS & CO. LTD., London, 1964. EDITORIAL GREDOS, S. A., Sanchez Pacheco, 81, Madrid, 1993,

    para la version espanola.

    T itulo origina l: AN INTRODUCTION TO CONTEMPORARYHISTORY.

    PRIMERA EDICION, 1965.7. a REIMPRESION.

    Dep6sito Legal: M. 22053-1993.ISBN 84-249-2903-9.Irnpreso en Espana. Printed in Spain .Graficas Condor, S. A., Sanchez Pacheco , 81, Madrid, 1993. - 6599.

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    188 Historia contemporaneaLos que se revuelven contra el modemo partido de masas

    y sueiian con volver a las formas anteriores de la democracia representat iva se dejan llevar de una nostalgia peligrosa;no se dan cuenta de que la unica altemativa practica delEstado de dos 0 mas partidos, dadas las presentes condiciones sociales, es el Estado de un solo partido 64 . Los cambiosque durante los ul timos sesenta afios han hecho de los partidos el centro de la vida polftica no son episodios que pueden borrarse de la historia ; forman parte integrante de larevolucion que ha impreso a la histor ia contemporanea uncaracter propio distint ivo y ha alterado todos sus postu1adosbasicos. En toda la extension del mundo contemporaneo--en las democracias occidentales, bajo el regimen comunistay ahora en los terri torios descolonizados de Asia y Africa-,en todas partes vemos par tidos altamente organizados queocupan un puesto centrico en la estructura polftica. ~ P o rque? Porque, dadas las condiciones de la sociedad de masasque se han desarro llado desde fines del siglo XIX, e1 partidorepresenta el unico medio viable de ar ticul ar los inmensoscontingentes de poblacion para fines polfticos. Como ya 10percibio en un golpe de intuicion Ostrogorski, el advenimien to de la democracia de las masas rompio los moldesde la sociedad polftica. Hoy dfa estamos viviendo en unanueva er a politica y no debe extrafiarnos si vemos que lasviejas formulas tienen ya poca aplicacion pract ica en la situacion actual. Lo que necesitamos es una nueva ciencia politrcaque elimine los topicos ya inservibles y se aplique a resolverlos problemas y las condiciones de vida con que nos enfrentael Estado de par tido modemo.

    64 Cfr. Leibholz, op. cit ., pag, 32.

    VI

    REVOLUCI6N CONTRA OCCIDENTE

    LA REACCI6N DE ASIA Y AFRICA CONTRA LA HEGEMONiADE EUROPA

    "E l problema del siglo XX es un problema de color, elproblema de las relaciones humanas en Asia, en Africa yen America y en las islas del mar" 1, decia el famoso jefenegro americano William E. Burghardt Du Bois en 1900.Fue una profecia extraordinaria. La historia del siglo actuallleva al mismo tiempo el sello del impacto de Occidentesobre Asia y Africa y de la insurreccion de Asia y Africacontra Occidente. Ese impacto fue ante todo el resultadode la ciencia y de la industr ia occidentales. Estas transformaron 1a sociedad occidental y luego empezaron a desarrol lar los mismos efectos explosivos y creadores en las sociedades de los otros continentes en un crescendo acce1erato:la insurreccion fue una reaccion contra el imperiali smo, quealcanzo su apogeo en el u lt imo cuarto del siglo XIX. Al albo-

    1 Cfr. Col in Legum, Pan-Africanism, London, 1962, pag,

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    190 Historia contempordnea Revolucion contra Occidente 191rear el siglo xx alcanzaba su cenit el poder europeo enAsia y en Africa; parecia que ninguna nacion podria resistir la super io ridad de las armas y del comercio de Europa.Sesenta alios despues, solo quedaban las hue llas del dominioeuropeo. Entre 1945 y 1960 no menos de cuarenta paisescon una poblacion total de ochoc ientos mil lones -mas dela cuarta parte de los habitantes del mundo- se sublevaroncontra el colonialismo y conquistaron su independencia.Jarnas regis traron los ana les de la his toria humana una reaccion tan revolucionaria y tan fulminante. Este cambio deactitud en los pueblos de Asia y Africa en sus relacionescon Europa fue el s in toma mas inequivoco del advenimientode una nueva era. A juicio de la mayor par te de los historiadores, los anales de la primera mitad del siglo xx siguenaun dominados por las guerras y los problemas de Europa,por el fascismo y el nacionalsocialismo, po r Mussolini, Hitlery Stalin; pero cuando esa his toria se escriba desde una perspectiva mas amplia, apenas puede dudar se de que en ellafigurara como el episodio mas caracterfstico, la revoluci6ncontra Occidente.

    1

    Desde luego, es cierto que la emancipaci6n de Asia yAfrica y la crisis europea marcharon al mismo paso. Entreotros factores que faci lit aron los movimien tos de independencia de Asia y Africa debemos incluir el debilitamientode las potencias eu ropeas , que fue en gran parte fruto desus discordias y rivalidades y de la sangria consiguientede sus reservas. Desde el tiempo de la primera guerra mundial, los movimientos nacionalistas incipientes del mundo noeuropeo se aprovecharon en grande de las rivalidades de las

    potencias colonia les. El hundimiento ins tantaneo de los imperios europeos a partir de 1947 se debio en gran parte alas pr es iones ex te riore s y al impac to de la pol itica mundial .En Asia. ni los ingleses, ni los franceses, ni los ho landesesvolvieron a recobrarse de los golpes que les asesto el Japonentre 1941 y 1945; mientras que en Africa y en el OrienteMedio se vieron frenados y forzados a ret irarse por la presion que ejercio sobre ellos Estados Unidos direc tamente ya traves de las Naciones Unidas, Ya de po r S1 Norteamericatenia una fuerte t rad icion an tico lon ial y adernas no queri acruzarse de brazos mientras el colonia lismo occidental lanzaba a los pueblos de Asia y Africa en brazos de la UnionSovietica.

    El nac iona li smo surgio en Asia un siglo mas t ar de queen Europa. y en eI Africa negra cincuenta afios despues queen Asia. Dos acontecimientos extemos ocur ridos en los pri meros afios del siglo xx estimularon poderosamente su alzamiento. El primero fue la v ictori a que obtuvo Jap6n sabreRusia en la guerra de 1904-1905 -una vic toria que saludaron los pueb los dependien tes de todo el mundo como ungolpe asestado al predomini o europeo y como una pruebade que las armas occidentales no eran invencibles.

    Diez alios mas tarde vino a remachar el clavo el t riun fodel Japon sobre Alemania en Shantung; de la misma rnanera se celebraron como victorias asiaticas contra las potencias militares occidentales las triunfales campafias de KemalAtaturk contra Francia en 1920 y contra Grecia en 1922.El segundo acontecimiento fue la revolucion rusa de 1905-una revolucion que apenas tuvo resonancia en Europa,pero que, considerada como una lucha de Iiberaci6n contrael despo ti smo, elect rizo el cor azon de toda eI Asia. La ola

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    2 Cfr. D. G. E. Hall, A History of South-East Asia, London,1955, pag, 646.3 Cfr, I. Spector, The First Russian Revolution. Its Impact onAsia, Englewood Cliffs, 1962, pag. 29.4 Sobre las intrigas alernanas en Africa del Norte, vease F. Fi

    scher, Griff nach der Wel tmacht , Dusseldorf, 1961, pags, 146-147;G. Lenczowski, The Middle East in World Affairs, Ithaca, 1952,pags. 57-59, 73-77, refiere brevemente los t ratos de los ingleses conlos nacionalistas arabes.

    de inquietud se extendio hasta el Vietnam 2, desencaden6la revoluci6n persa de 1906, la revolucion turca de 1908 y larevoluci6n china de 1911; dio nuevo impulso al movimientodel Congreso indio en 1907; fue tal su impacto, que se 10ha comparado por sus consecuencias en Asia, con las queprodujo en Europa la revoluci6n francesa de 1789 3 Elresultado fue que en casi todos los paises de Asia y delmundo anibigo, aunque todavfa no en el Africa tropical,exist/an ya en 1914 grupos radicales 0 revolucionarios dispuestos a aprovecharse del conf licto en que se habfan enredado las potencias europeas para obtener concesiones a basede amenazas, presiones y negociaciones.Despues que estal lo la guerra, las mismas potencias europeas alentaron los movimientos nacionalistas de las coloniaspara crear dificul tades a sus enernigos. Asf, por ejemplo, losalemanes incitaron a los nacional is tas del Magreb a alzarseen arrnas contra F ranc ia , mientras que los ingleses y losfranceses excitaron -con mas exito-s- el nacionalismo arabeen Siria, en Mesopotamia y en la peninsula Arabiga contralos turcos 4. Tambien ellos se vieron obligados por la fuerzade los acontecimientos a hacer concesiones a sus propiascolonias. Por ejernplo, la famosa decIaraci6n que hizo elgobierno britanico el 20 de agosto de 1917 prometiendo a

    5 Cfr. J. Rornein, The Asian Century. A History of ModernNat iona lism in Asia, London, 1962, pag. 137.

    la India "la concesion gradual de un gobierno autonomo",fue una consecuencia directa de la revoluci6n rusa que amenazaba abrir las compuert as al avance turco y aleman sobrela India en un t iempo en que los bolcheviques incitaban a lospueblos asiaticos a que a rrojasen de sus tierras a los "ladro-nes y negreros". Al terminarse la primera guerra mundialse habian abierto en el fortin del imperialismo europeo enAsia y Africa grietas de proporc iones al armant es; lleg6 unmomento en que las medidas mil itares represivas dieron enduro , como pudieron comprobar los ingleses en Egipto despues de 1919. Las t ropas t ra idas desde Asia desarmaron demomento la sublevacion egipcia, pero pronto se dio cuentaAIlenby de que aun subsist ia el problema de administrar unpais en estado de inquietud. Las tropas no podian estar entodas partes. IncIuso cuando , una generaci6n mas tarde ,concentro Fr anc ia el grueso de su ejercito colonial parasostener la lucha contra los nacional is tas de Indochina, 10mas que pudieron hacer fue controlar las grandes ciudadesy las carreteras principales 5.

    La guerra mundial contribuyo tambien a sembrar lasideas occidentales. La propaganda sobre los fines y objetivosde la guerra no podia quedar encerrada en Europa. Los14 puntos de Wilson. la declaraci6n de Lloyd George en1918 de que el pr incipio de autodeterminacion era aplicablea las colonias igual que a los territorios ocupados de Europa, las denuncias que hizo Lenin con tr a el imperialismo yel ejemplo de los revolucionarios rusos declarando que lospueblos sometidos al imperio zar ist a podfan emanciparselibremente, todo ello hizo que fermentase el mundo. Las

    evolucion contra Occidenteistoric contemporanea

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    194 Historia contempordnea Revolucion contra Occidente 195tropas colonia les t ra idas a Europa desde Indochina por losfranceses y desde la I ndia por los ingleses volvieron a sut ie rra con nuevas ideas de democracia, autogobiemo e independencia nacional y con Ia firme resolucion de no aceptarpo r mas tiempo el estado ant iguo de inferioridad; entre eliosse encontraba el futuro jefe de la China comunista ChuEn-lai 6. Otro factor que atizo los sentimientos antieuropeosfue el ver que las po tencias colonial es no cumplf an las promesas que les hicieron durante la guerra. Al divulgarse enel Proximo Orien te y en China los pac tos secretos del t iempode la guerra ~ I acuerdo Sykes-Picot entre Inglaterra yFrancia para repartirse el imperio otomano y el acuerdo defcbrero de 1917 de entreg ar a Japon las antiguas posesionesalemanas de China- despres tigi aron a las potencias occidental es y provocaron v iolentas reacciones. En China, elresultado i nmed iato fue el "movimiento del 4 de mayo" de1919, que marco un vi raje decisivo en la revoluci6n china 7.

    No fueron menos fuertes las corrientes nacionalistas en elmundo arabigo, Es significativo que el partido Wafd se fundo en Egipto en 1919 y el mismo afio se form6 en Tiinezun grupo clandest ino , el partido Destour, que luego se convirt io piibl icamente en organizac i6n legal en 1920 8 Al mis-mo tiempo en Indonesia el Sarekat Islam, que se fund6 en1911 con ob jet ivos l imi tados y solamen te medio poli ticos ,se transform6 en un movimiento de masas y exigi6 la completa independencia, que ellos se encargarf an de arrancar a

    6 Cfr. K. M. Pannikar, Asia and Western Dominance, London,1953, pag, 262.

    7 Cfr. Chow Tse-tsung, The May Fourth Movement, Cambridge,Mass., 1960, pags. 21 y sigs.

    8 Cfr. N. A. Ziadeh, Origins of Nationalism in Tunisia, Beirut,1962, pag, 91.

    viva fuerza si era necesar io : un movimrento que en 1916contaba con t rescientos sesen ta mil adep tos y que en 1919subio ados mil lones y medio 9,

    EI afio 1919 presenc i6 tarnbien la convenc i6n del primerCongreso Panafricano que se reunio en Paris con el objetode proclamar ante los Miembros de la Conferencia de 1aPaz el derecho de los africanos a compartir el gobiemo 10,."10 hace fal ta dec ir que sus resul tados pract ices fueron nulos,pues la mayorfa del Africa central y tropical solamente cayeron en poder de Europa despues de 1885, y hubieron detranscurrir muchos anos antes de que Ia intervencion de suscolon izadores se t radujese en carr et eras y ferrocarriIes, enexplotaci6n indus tri al de sus recursos mineraIes, en la educaci on occidental y en cosas por el estilo, y antes de quetodo ello produjese cambios sensibles, En la India, Malayay las Indias orientales holandesas la primera guerra mundialinici6 un perfodo de rapido desarrollo econ6mico; en elAfrica, al sur del Sahara, apenas se puso en rnarcha el desarrollo equivaIente antes de la segunda guerra mundial u ,Sin embargo, el Congreso Panafricano de 1919, al que luegosiguieron otros en 1921, 1923 y 1927, fue un indicio deldespertar que estimulaba,el fermento de la primera .guerra

    9 Cfr. G. M. Kahin, Nationa lism and Revolut ion in Indonesia,Ithaca, 1952, pags. 65-66.10 Cfr. J. S. Coleman, Nigeria: Background to Nationalism, Ber

    keley, 1958, pag. 188; y Legum, op. cit., pags. 28-29, 133-134.Legum denomina la conferencia de 1919 "Segundo Congreso Panafricano", teniendo en cuenta la conferencia que se habfa celebradoant es en Londres en 1900; pero en esto se sale del uso corriente;la rnayorfa de los africanos la consideran como la primera de las eri e; asf, po r ejernplo, Kwame Nkrumah, Autobiography, Edinburgh , 1959, pag, 44.

    11 Vease mas abajo, pag, 215.

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    1 '0 Historia contempordnea Revolucion contra Occidente 197mundial y de la difusi6n que alcanzaban las ideas de autogobierno y autodeterminacion, Cada golpe asestado en prode la independencia repercutia en un ambito cada vez masamplio ; parecia que se hubiese desarrol lado una nueva sensibilidad en cada punto del mundo dependiente para percibirlas pulsaciones polfticas de los otros. Se siguio con vivaatencion el avance del Congreso indio, se adopto rapidamente como modelo la estrategia de la resistencia pasiva deGandhi y se formaron organizaciones semejantes en Africay en todas partes como la solida base de la revolucion 12.Los bolcheviques que se daban perfecta cuenta de las potencialidades revolucionarias de Asia hicieron 10 posible poratizar el fuego. Al efecto, organizaron en Baku en 1920 elCongreso de los Pueblos del Este, donde entablaron contactolos delegados de 37 naciones 13. En el mundo musulman losmovimientos panislamicos establecieron un lazo de unionentre paises tan distantes entre sf como las Indias orientalesholandesas, el Africa del Norte francesa y la India. y faciIitaron la colaboracion entre los diferentes grupos nacionalistas 14.

    De esta manera, los movimientos nacionalistas de Asia yAfrica fueron convirtiendose gradualmente en un , movi-

    12 Un ejernplo es el Congreso de graduados sudaneses, fundadoen 1937. Como advierte Hodgkin, aquf y en toda el Afr ica colonial"la palabra 'congreso' connota claras asociaciones indias" (Nationa-lism in Colonial Africa, London, 1956, pag. 146). Nkrumah noscuent a en su autob iogr af fa (p. vi), que, "despues de estudiar durantemeses la pol ft ica de Gandhi", lleg6 a la conclus i6n de que " esa pod iaser la soluci6n del problema colonial".

    13 Sobre la polftica de Lenin respecto a Asia vease mas aba jo ,pag. 267.14 Cfr. H. A. R. Gibb, Modern Trends in Islam, Chicago, 1947,pags. 27-28, 32, 36, 119120 .

    miento insurreccionista universal contra Occidente y contrasu dorninio, que encontro su expresion en la conferenciaafroasiatica de Bandung en 1955. Esta conferencia simboIizaba la recien nacida sol idar idad de Asia y Africa contraEuropa; como dijo Nehru. era el exponente del "nuevodinamismo" que se habfa estado incubando en ambos continentes durante el medio siglo precedente 15. Hasta 1950,ciertos observadores occidentales bien experimentados -como Margery Perham 1 6 _ seguian exponiendo la consoladoradoctrina de que. cualquiera que fuese la situacion en Asia.todavia estaba muy lejos el dia en que los pueblos africanosfueran capaces de organizar Estados independientes, y que,por consiguiente, aun habria que prolongar por tiempo indefinido el control imperial y la administracion colonial paternalista e ilustrada. No pudo hacer una profecia mas falaz.Cuando al triunfo del nacionalismo indio en 1947Y alhundimiento de los imperios europeos en Asia siguio lader rota de Inglate rra y Francia en su guerra contra Egiptoen 1956. rompi6 los diques del Sahara una nueva ola denacionalismo e inund6 el Africa tropical. Despues de laguerra de Suez de 1956, se vio cIaramente que habia pasadola edad imperialista - a l menos asf 10 vieron los gobiemosde Europa, ya que no ciertas minorias intransigentes de colonizadores blancos de Africa; cediendo a la presion de dentro y de fuera-. las potencias europeas se dieron prisa a

    15 Sobre la con fe renc ia de Bandung cfr. Survey of InternationalAffairs, London, 1960, pags. 59-65, donde se indican las fuentes documentales mas importantes.

    16 Cfr. M. Perham, "The British Problem in Africa", Foreign Af -fairs. vol. XXIX (1951), pags, 137-150. Segun esta autora, "no es muyaventurado creer" que las col onias brit anicas de Africa "lleguen aser estados independientes de plena sober an fa a fines de si glo ",

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    198 Historia contempordnea Revolucion contra Occidcnte 199deshacerse de unas coIonias que se habian convertido enuna carga mas que en una fortuna.

    No cabe duda de que Ia presion extema y Ia nueva posicion mundiaI de las poteneias europeas i nfluyeron en estegran cambio. Pero esas presiones exter iores, aunque puedenexplicar en gran parte Ia retirada preeipitada de ultima hora ,en rea lidad no hieieron mas que aceIerar eI proceso de desintegracion que se habia estado i ncubando por mucho tiempo ; nunca hubieran podido producirse esos resultados si nohubieran existido dentro de las coloni as movimientos naciona li st as revoIueiona ri os di spuestos a aprovecharse de lasdif icultades en que se encontraban hundidos los gobiemosimperialistas.

    Hubo otros factores que a Ia la rga influyeron mas profundamente que esa s p res iones y que resuItaban de Ia intervencion politica de las poteneias. EI primero fue que losasiat icos y afr icanos habfan asimiIado las ideas , las tecnicasy las i ns ti tuc iones occ ident aIe s y estaban en d ispos ie i6n depoder voIverlas contra las fuerzas ocupantes -u n procesoen el que demostraron mas habiI idad de 10 que habian imaginado muchos europeos-. EI segundo fue Ia vitaIidad y Iacapacidad de autorrenovaci6n de unas soe iedades a las quelos europeos habian desestimado con demas iada faeiIidadcomo inertes , decrepi tas y moribundas. Estos factores, unidos a Ia fonnaci6n de una elite que supo expIotarlos, termino con eI regimen europeo.

    2La historia de los movimientos naeionalistas antiocciden

    ta le s en Asia y Afric a nos retrotraen paso a paso hasta los

    ul timos decenios de l siglo XIX. La derrota catastrofica queinfligio Japon a China en 1894 y eI reparto con que amenazaban a esta las potencias occidentales como consecueneiainmediata de esa derrota, provocaron en China una nuevareaccion nacionalista. En Egipto prendio eI movimiento antieuropeo con el Ievant amiento de Arabi Baja en 1882 yempezo a avanzar bajo eI joven khedive , Abbas II, que Iesucedio en 1892. En la India, la fundacion del Congre soNacionaI indio en 1885 preparo el camino aI rapido resurgir de la coneiencia nacionaI que se produjo a partir de1905. En eI imperio otomano eI proceso de desmernbracionen eI Congreso de Berlin de 1878 desencadeno el movimiento patriotico de los Jove nes Turcos, que se levantaronen 1908.

    Una generacion posterior ha visto en estas reaccionesuna nueva marea. AIgunas revoIuciones anter iores, como eImotfn indio de 1857 0 eI alzamiento Senussi que siguio alestableeimiento del protectorado frances en Tiinez en 1881,habian s ide expIosiones negativas naeidas del resentimientoy de Ia desesperacion ; representaron Ia u lt ima res is teneiaconvuIsiva y desesperada, aunque con frecuencia heroica, delantiguo orden. Los nuevos movimientos nacionalistas tenianotro s igno: miraban aI futuro mas qu e aI pasado; y aunqueen su primera e tapa concurrieron elementos muy dispares,es jus to reconocer que por regIa general sus objet ivos fuerongastar aI enemigo con una labor de zapa interior en vezde arrojarlo mediante una insurreccion armada - po r 10dernas era este un procedimiento desesperado, ya que eIfanatismo resultaba impot en te ant e la artilleria, como demostr6 Ia rebelion china de los boxers.

    Sin embargo, esa politica era viable solamente donde 10permitfan las condiciones sociales y generales . Fue significa-

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    Historia contemporanea Revolucion contra Occiderue LUItivo que los primeros movlmientos nacionalistas ocurrieranen paises que poseian una fuerte y larga herencia de civili-zacion y una conciencia viva de un briIlante pasado en elque apoyarse. Eran tarnbien pafses en los que la intervenci6noccidental habia sacudido y debili tado el orden antiguo. Talfue el caso de la India. Y 10 mismo tambien de Turquia ,China y Egipto: todos eIlos se habian vista forzados desdehacia tiempo a abrir sus puertas al comercio europeo, ycomo consecuencia del impacto del capitalismo occidentalya habian estado fermentando durante una generaci6n a maslas inquietudes sociales.

    En los demas paises todavia al fin del siglo XIX nohabia madurado la si tuaci6n para la aparici6n de los movi-mientos nacionalistas. El Africa tropical cayo en las redesde Europa durante la ultima fase de la expansion imperialposterior a 1884; par eso el impacto de las inversiones decapital europeo fue relativamente pequefio hasta despues dela primera guerra mundial ; ademas, las formas de adminis-tracion indirecta ayudaban a minimizar el cambia social.Hubo sus excepciones, que fueron unas pocas zonas coste-ras, especialmente el delta del Niger y la Costa de Oro,donde existfan de antiguo establecimientos comerciales euro-peas. Es significativo que aquf precisamente surgieran losprimeros brotes de la conciencia nacionaI. Pero en el Africa,al sur del Sahara, par regIa general apenas empezaron aperfilarse conscientemente los programas politicos africanoshasta los afios treinta : la mayona de los movimientos na-cionalistas organizados y los part idos regionales datan dela segunda guerra mundial a de los afios siguientes.

    Los movimientos revolucionarios que culminaron en losiiltirnos afios del siglo XIX fueron la respuesta a los efectosexplosivos de la intervencion europea. Cuando entre 1838

    Y 1841 Palmerston oblig6 al sultan otomano y al bajaegipcio a abr ir sus dominios al libre comercio; cuando im-pusieron la misma polftica al Hijo del Cielo en el tratadode Nanking en 1842, los tres paises se vieron envueltos enun torbellino de cambios a los que no estaban preparadasa hacer frente ninguna de las dinastias reinantes. No necesitodescribir las etapas que siguieron en su desintegracion : em-prestitos extranjeros, deficits, bancarrota inminente. disloca-cion de la economia por la competencia de los productosextranjeros, intervenci6n imperialista para apuntalar los re-gimenes vacilantes de los que depend ian los servicios y laliquidacion de las deudas, la carga aplastante de unos im-puestos que pesaban sobre los campesinos tan apurados yapara ganar la simple subsistencia y que se veian al bordede la revolucion : todos estes son aspectos familiares en elmovimiento ciclico de la historia. Estos crearon su fermento,el cual provoco inevi tablemente el resentimiento y el odiocontra los extranjeros y despertaron dudas sobre el valorde las creencias e insti tuciones tradicionales -por ejemplo,de la etica del Islam y de Confucio, generalmente admit ida,o del sistema tradicional chino de pruebas- y despertaronla conciencia de la necesidad de adaptarse al nuevo mundopa ra poder sobrevivir. Lo que no produjeron fue una reac-cion organizada. Por eso aqueIlos primeros movimientos seIlamaron "protonacionalistas" mas bien que nacionalistas 17.Revelaron el despertar de reacciones positivas ante el im-pacto de los barbaros de Occidente; pero iban mezcIadascon reacciones todavia mas primitivas y que aun no sevieron controladas ni organizadas en un movimiento eficienteque supiese tomar la iniciativa y mantenerla.

    17 Cfr. New Cambridge Modern History, vol. XI, pag, 640.

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    202 Historia contempordnea Revolucion contra Occidente 203Esto ocurrio en la revoluci6n de Arabi Baj a en Egipto

    en 1881, que fue la primera reaccion frente a la nuevasituacion. Cuatro elementos dispares cristalizaron en tornoa Arabi: pequefios grupos de reformadores liberales, acaudillados por Jerife Baja, que deseaban una constitucion occidental, creyendo que les t raer ia la regeneracion ; los conservadores musulmanes, alarmados por la di fusion del cristianismo y por el laxismo religioso de la clase dirigente; losterratenientes furiosos, que luchaban por preservar sus ant iguos privilegios fiscales con la excusa de l iber ar al pai s delos extranjeros ; y, finalmente, los oficiales que trinaban bajola politica de confinamiento militar que les imponfan laspotencias occidentales 18.

    Dos decadas despues, China ofrecfa una situacion muyparecida. Aqui, la dinastia Manchu, que ya estaba en f rancadecadencia en tiempo de la rebelion Ta ip ing de hacia med iosiglo, intento explotar los sentimientos antiextranjeros paraganar el apoyo del pueblo, mien tras que diferentes g ruposde refo rmadores buscaban soluciones al d il ema de China.Los que se agruparon en tomo a Kang Yu-wei , leales a ladinastia, combatieron por mantener los valores esenciales delsistema de Confucio poniendolo al dia y reinterpretando lostextos confucianos a la luz de las condiciones modernas, algoasi como hizo Mohamed Abdu en Egipto esforzandose porinfundir nueva vida al I slam, expurgandolo de sus e lementosreaccionarios : otros querian asimilar las tecnicas occidentales, siguiendo el ejemplo del gran virrey Chang Chih tung,

    18 Cfr . R. Robinson y J. Gallagher, Afri ca and the Victorians ,London, 1961, pag, 87; A. Hourani, A rabic Thought in the LiberalAge, London, 1962, pag, 133. Para una relaci6n moderna e interesante de la revoluci6n arabe, cfr. M. Rowla tt, Founders of ModernEgypt, Bobay, 1962.

    sin perturbar las c reencias y los va lores t radicionales , mientras que los seguidores de Liang Chi-chao, convencidos de labancarrota de la tradicion china, solamente veian la salvacion en un rompimiento radical con el confucionismo 19.Det ra s de estos y o tr os grupos intelectuales se al ineaba unamasa doliente de campesinos y tarnbien -como ocurrioen Egipto- una clase de oficiales jovenes y ambiciosos descontentos de la ineficacia milit ar y general del gobiemo 20.Era una soc iedad que padec ia los dolores de su propio a lumbramiento , somet ida a pres iones intemas y extemas; perolos g rupos dis identes carecian de di reccion y de unidad, decoherencia y de objet ivos bien definidos. La desafortunadareforma de los Cien Dias de 1898 dernostro la inutilidadde intentar la renovacion dentro del sistema tradicional; asfcomo el resultado del levantamiento de los boxers en 1900puso de manifies to las desas trosas consecuencias de a tiza r eldescontento popular contra los extranjeros. Hasta la mismacaida de la dinastfa Manchu en 1911 parecfa confi rmar laineptitud de China para adaptarse al mundo modemo, puesentre los escombros del viejo imperio se conservaban intactaslas fuerzas conservadoras , y, lejos de iniciar un cambio renovador con la proclarnac ion de la republica, cayo China hechaj irones entre los generales que la desgarraban con sus luchasintes tinas , El des tronamiento del ult imo emperador manchuHsuan-tung solamente significo en la pract ica la des trucc ion

    19 Puede verse un ana li si s bri ll an te de las cor rien tes intelec tualesen China durante ese per fodo en J. R. Levenson, Liang Ch' i Ch'aoand the Mind of Modern China, 2.& ed. , London, 1959; cfr. tambien Confuc ian China and its Modem Fate, por el mismo autor,London, 1958.

    20 Cfr. W. Franke, Das Iahrhundert der chinesischen Revolution,Munich, 1958, pags, 106-107.

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    lU4 Historia contempordnea Revolucion contra Occidente LV )de la antigua concepcion confuc ionista de un imperio unitario bajo la autoridad de un monarca. Al no producir ningun cambio en la est ructura social, tampoco desperto lasfuerzas constructivas en la escala correspondiente.

    Queda el hecho de que 10 mismo en China que en Egipto,que en la India y en Turquia, habia nacido un movimientorevolucionario; y este tenia los sintomas de la modern idad,a pesar de su confusionismo y del choque de sus elementosdispares; y todos estos movimientos reftejaban una tendencia comun. Sus resultados inmediatos fueron con frecuencianegativos y parecian confirmar la creencia occidental de quelos nativos eran incapaces de dar el paso decisive paraadaptarse a las condiciones modernas; pero en todos ellossurgian grupos que miraban al futuro y que estaban decididos a rehacer su personalidad en un plan moderno y areconquistar su poder adoptando el idioma de los occidentales. Lo ironico de esta situacion fue que las mismas potencias europeas, al meterse en Asia y en Africa, forzosamente hubieron de fomentar y reforzar esos elementos. Alponer a los indigenas en contacto con una economia competitiva y con formas extrafias de gobierno, minaron lasbases que sostenfan la estabi lidad de las sociedades africanas y asiaticas ; y en cuanto los mismos nativos intervinieron activamente --eosa que no tardaron en hacer-,abrieron una era de rapidos cambios sociales que a la largahabr ia de volverse contra el dominio de sus colonizadores ,siguieran estes la poli tica que siguieran. Lo sorprendente noes el resultado, sino la rapidez con que se produjo -favorecida, como vimos, por factores externos.

    3Desde los mismos comienzos del nuevo imperialismo, en

    1882, hubo ya unos cuantos individuos que conocieron afondo el Oriente y que predijeron este resultado. Asi, Harten China y el consul frances en El Cairo, avisaron a losgobiernos occidentales de los peligros de la aventura en quese es taban embarcando y predijeron la ferrnentacion de un"movimiento antieuropeo" que desembocaria "en el fanatismo" y que "se traduciria en la rabia mas salvaje" 21. Altiempo de la penetracion francesa en Indochina en 1885,Jules Delafosse dijo a la camara francesa que estaban "sofiando con utopias" y que antes de cincuenta alios "noquedaria una sola colonia en As ia " 22. Pero no es Iacil vercomo ni cuando podrfan haberse detenido volun tariamenteaquellas fuerzas europeas arrastradas pendiente abajo por sumisma logica interna. Obsesionadas por sus mismas rivalidades, ninguna potencia europea est aba preparada a quedarse al margen mientras las ot ras extendfan sus ter ri tor ios ,ni a reti rarse dejando un vacfo que pudieran ocupar posiblesenemigos.

    En ultimo analisis, las potencias europeas se encontraronsin defensa efectiva con tra la creciente fuerza de los naciona lismos afroasiaticos, Acaso fue este el aspecto mas paradojico de la situacion, considerando su aplastante superioridad en armas y en equipo y sus enormes ventajas tecnologicas. En ultimo termino, la explicaci6n habria que buscarlaen la demograffa. l C6mo podia Inglaterra , por ejemplo,

    21 Cfr, M. Bruce, The Shaping of the M ode rn Worl d, London,1958, pag. 817; New Cambridge Modern History, vol. XI, pag. 597.

    22 Romein, op, cit., pags, 12-13.

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    206 Historia contemporanea Revolucion contra Occidente 207a segura r a la larga la estabilidad de sus posesiones en Asiaante la desobediencia civil sistematica, cuando, como ya vimos 23, los ingleses residentes en Asia apenas con taban conmas de trescientos mil en una poblaci6n de unos trescientost re in ta y cuat ro millones? S6lo donde existiese una s6lidabase de colonizadores blancos, como en Sudafrica y enArgel , podrian imponerse por la repres i6n y por la fuerza;precisamente este factor mas la ventaja de una frontera contigua fue una de las razones -aunque no la unica-> queexpl ica el exito relativo de la colonizaci6n rusa en el Asia 24.Pero estas condiciones e ran excepcionales; en los dernaster ri tor ios , las potencias imperiali stas se veian forzadas aadoptar una politica de compromiso y de concesiones. Algunas veces estas concesiones eran el resultado de una autentica vision, pues siempre hubo en la sociedad occidental elementos que por motivos humanisticos 0 por ot ras razonesestaban dispuestos a levantar su voz contra cua lquier formade explotaci6n colonial, y con frecuencia con buen resultado; pero, en general, esas concesiones eran la consecuencia inevitable de una situacion que no dejaba a los poderesocupantes ninguna altemativa viable.

    Aunque presentaban muchas variantes locales, 10;S expedientes a que solian recurrir las potencias coloniales parasalvaguardar su supremacia se ajustaban a unos cuantosmoldes senciIIos. El primero era la politica del gobiemoindirecto; consistia este en apoyar a los principes y jefesque estaban dispuestos por su propio interes a colaborar con

    23 Vease mas arriba, pag , 101.24 Sobre la pol ft ica rusa en Asia antes y de spu es de la revoluci6n

    de 1917, vease mas abajo, pagina ... ; aquf no podemos entrar endetalles.

    las potencias ocupantes; este sistema 10 usaron los inglesesen el Africa occidental, los franceses en Indochina y losholandeses en Indonesia. Fue este un elemento de la politicaoccidental desde que las potencias europeas apoyaron ladinastia Manchu en China en su lucha contra los rebeldesTaip ing a mediados del siglo XIX; e implicaba generalmenteel mantenimien to de las sociedades tradicionales como unbaluarte contra la occidentalizaci6n y contra la antipatiaque facilmente podria engendrar su presencia. Los francesesemplearon una politica que era casi el polo opuesto en elnorte de Africa, donde parecia que el peligro podia venirde las tribus conservadoras y de las fuerzas religiosas ydonde, por consiguiente, parecia buena tactica educar alestilo occidental una elite de evolues, que, segiin se esperaba, se pond ria del lado de las potencias coloniales progresivas y en contra de los nacionalismos reaccionarios.

    Y, en efecto, esta fue tarnbien la raz6n en que se apoyaban las reformas de Morley-Minto de 1909 en la India,que pedian la formaci6n de "una cIase de personas de sangre y de color indios, pero de gustos, mentalidad, moral ypreparaci6n intelectual inglesa" 25, con cuyo apoyo pudieracontar el gobiemo. Finalmente existia la polftica de condescendencia, consistente en conceder gradualmente a los nativos cierto gobiemo aut6nomo con la esperanza de evitar lespidiesen la plena independencia - t a l fue el caso de la leyde gobiemo de la India de 1919- y hasta con la idea deparecer satisfacer las exigencias nacionalistas otorgando unamedio independencia -pero reservandose ciertos derechosesenciales-, que es la soluci6n que adoptaron los inglesesen Egipto y en el Iraq en 1922.

    25 Cfr, New Cambridge Modern History, vol. XII, pag, 215.

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    ... vu Historia contemporanea Revolucion contra Occidente 209Con frecuencia estos expedientes daban cierto resultado

    momentaneo ; asf, en I raq aseguraron el mantenimiento dela influencia britanica hasta 1958. Pero tarnbien se vefaclaro desde un principio que no ofrecian una solucion defi-nitiva y que se reducian a aplazar el arreglo de cuentas final.Se ha dicho repetidas veces que el error de las potenciasimperial istas consistio en que las concesiones que hacian alas demandas nacionalistas "eran siempre pequefias y llega-ban demasiado tarde para poder satisfacer a nad ie" 26. Estopuede ser cierto tal como suena; pero, si se quiere indicarcon ello que se podrfa haber satisfecho el nacionalismo deAsia y de Africa con alguna concesi6n que no fuera la plenaindependencia, hay que afiadir que esto es una hip6tesisimposible de verificar. Ciertamente , habia en todas par teselementos dispuestos a cooperar con los gobiernos imperia-listas, a] menos temporalmente, y no s610 por razones egois-tas ; por ejernplo, el Dr. Kwegyir Aggrey, el primer vicerrec-tor africano de] Achimota College; fue este una personali-dad sobresaliente - a l que dedicaron su admiraci6n y afectolos jefes nacionalistas posteriores como Kwame Nkrumah-,que crefa sinceramente en la cooperaci6n 27.

    26 Ibid., pag. 209.27 "Se senna orgullosisimo de su color, pero se oporna recia-

    mente a la segregacion racial en cualquier forma que fuese... Lat6nica de su rnensaje y la esencia de su mision era la cooperaci6nentre blancos y negros, y solfa exponer su opinion diciendo: Sepuede tocar una tonadi ll a mas 0 rnenos insulsa sobre las teclas b lan-cas; y 10 misrno mas 0 menos se puede tocar en las neg ra s; peropara construir una buena pieza arm6nica hay que ut il izar las tecIasblancas y las teclas negras" (Nkrumah, Autobiography, pag, 12).Sin embargo, decfa Nkrumah de el : "era el hombre mas excepcionalque he conocido; yo sentia po r el el mas profundo afecto".

    Pero no hay raz6n par a pensar que sobre estas bases sepodia haber estabilizado la situaci6n. AI intervenir en Asiay Africa las potencias europeas, se vieron cogidas en unadialectica de fabricacion casera; cada paso que daban paragobernar y desarrollar los terr itor ios que se habian anexio-nado hacia mas dificil el mantenimiento de su posicion. Nose ve que pudieran adoptar ninguna politica para e scapara esta fatal encrucijada. Tal vez en ningiin sitio se dio estefen6meno de una manera tan impresionante como en lahis toria de Ia Ind ia inglesa despues de 1876. Aqui esta cla-rfsima la ineficacia de los que parecian entonces cambios depolftica audaces y radicales, Ni el conservadurismo de Lyt-ton, ni el paternalismo de Curzon, ni el liberalismo de Ripono de Minto desviaron sensiblemente los cauces del nacio-nalismo indio, y era porque en ultimo termino el naciona-lismo respondia a los hechos y no a la polftica.

    En estas circunstancias, apenas tiene objeto discutir dete-nidamente las diferentes formas en que las varias potenciaseuropeas abordaron el problema de gobemar sus colonias.En determinadas e tapas parecia tener su importancia prac-tica inmediat a sopesar los meritos y derneritos relativos delos varios sistemas: como el de "asociaci6n" y "asimila-cion", el de gobierno "dir ec to" e "indirecto", y asi de ot ra sposibles formulas. Hoy dia es evidente que en su mayorpar te esas distinciones eran mas "legales que pract icas" 28."E n la prac tica, la asociacion s6]0 significaba dominio".Leopold Senghor, el jefe senegales, puso su dedo en la llagaal sefialar el defecto radical de las teorfas de asimilacion,cuando dijo que ]0 que hacia falta -y que nunca llegaba-

    28 Hall, op. cit., 644.14

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    210 Historia contempordnea Revoluci6n contra Occidente 211era "asimilar y no ser asimilados" 29. Si el gobiemo indirecto sirvi6 de momento para amortiguar el impacto delcolonialismo, tambien es cierto que, al reconocer solamentea unos jefes 0 pnncipes y no a otros, los gobiernos coloniales tendian a crear a la larga unos moldes nuevos yrigidos y a enajenar la voluntad de los siibditos hacia susgobernantes, por aparecer estes como agentes de la autoridad imperialista 30. Consiguientemente, "el regimen colonial en cualquier forma que adoptase" producia "un desplazamiento de la autor idad que actuaba en contra del gobiemotradicional" 31.

    Donde las potencias occidentales intentaron apoyar lasdinastias reinantes como baluartes contra el nacionalismo dela clase media --como en Egipto-, tinicamente lograron desacreditarlas y envolverlas en el colapso de la fortaleza occidental; donde se propusieron lograr la cooperaci6n de laselites occidentalizadas, debilitaron, a los ojos de los nativos,las iinicas fuerzas que tenian algiin interes duradero en mantener el gobierno europeo. Aun desde un punto de vista delmas mezquino interes tenia que llegar el momenta en quelos mismos hombres de negocios occidentalizados de laIndia , China 0 Africa occidental -que por algun tiempopudieron mostrarse dispuestos a aceptar el regimen occidental por las ventajas comerciales e industriales que lesreportaba-, habrfan de ver mas beneficioso el suplantar alos forasteros y establecer una posici6n propia de privilegio,

    29 Cfr. A. J. Hanna, European Rule in A fr ica, London, 1961.pags. 24-25.

    30 Cfr. H. J. van Mook, The S take s of Democracy in South-EastAsia, London, 1950, pag. 76.

    31 F. Mansur, Proccess of Independence, London, 1962,pag. 26.

    y en que los politicos occidentalizados se habrfan de rebelarcontra la idea de compart ir los emolumentos de los oficiospublicos con los oficiales de las potencias ocupantes.

    Pero la oposici6n contra el imperialismo occidental nunca fue, claro esta, cuesti6n de simple interes personal. Generalmente el deseo de independencia inspiraba una devoci6ndes interesada; y como el gobierno europeo, por mucha sordina que pusiera en su funcionamiento, implicaba forzosamente cierta dependencia, de aquf que las maniobras y lastriquinuelas a que estuvieron recurriendo hasta el fin laspotencias imperialistas, los ofrecimientos, concesiones y com.promisos que cont inuaron contrayendo con la esperanza deencontrar una formula que salvase su propia hegemonfa yque al mismo tiempo calmase las ambiciones nacionalistas,resultaban totalmente ineficaces. A la vez tenfan que lucharcon el ejemplo de los dominios blancos y de los colonos,los cuales, por muy resueltos que estuvieran en sostener supropia super ioridad sobre los nativos, no qui taba que estuvieran igualmente determinados a afirmar sus intereses independientes de la metr6poli 32. Al fin, cada vez se fue haciendo mas diffcil de mantener la distinci6n entre colonias"blancas" y de "color", tan popular al principio del siglo XX;y, una vez que la India aseguro la igualdad de trato en1947, quedaba abierta la brecha irrevocablemenre.

    4La misma logica intema que llevo la expansi6n europea

    a los confines de la tierra no s610 despert6 la oposici6n y32 Vease mas arr iba, prigs. 84, 86 y sigs,

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    1.ll. Historia contempordnea Revolucion contra Occidente 213la rebelion entre los pueblos reducidos al dominic europeo,sino que, al mismo tiempo, puso en sus manos nuevas armas,Lo mismo en Asia que en Africa, la intervencion europeatuvo tres consecuencias inevitables. La primera es que actuocomo un disolvente del orden social tradicional; la segunda,que produjo cambios econ6micos sustanciales, y la tercera,que condujo a la formaci6n de unas elites cultas al estilooccidental que tomaron la iniciativa de aprovechar el resentimiento existente contra los extranjeros y contra su superioridad y transformarlos en movimientos nacionalistas organizados a escala masiva. Todo este proceso fue necesarioe inevitable, si es que las potencias colonizadoras quer lan--como naturalmente querian- explotar sus dominies, y sideseaban, como ocurri6 en muchos casos, lograr que lascolonias estuviesen en condiciones de poder compensarles.

    Una vez tomada la decision de intervenir, era imposiblela inacci6n. Ahora bien. toda accion de cualquier generoque fuese, aun dentro de la formula mas amplia de gobiemoindirecto, terminaba por producir la cristalizacion de lasfuerzas antioccidentales. Lo que hemos dicho sobre los holandeses en Indonesia podria aplicarse, en general, a lasdernas potencias colonialistas: "los medios escogidos paradefender el regimen colonial... se convertian en el instrumento mas poderoso de las fuerzas que minaban dicho regimen" 33.

    Bien pronto apareci6 en la India la primera consecuenciade la intervenci6n europea: y es que se rompi6 el equil ibriosobre el cual descansaba la estabil idad de las sociedades deAsia y de Africa. Aquf -hasta que a la vista de sus resultados reaccion6 en los afios ochenta- el gobiemo Ingles

    33 Kahin, op. cit .. pag. 44.

    habia minado deliberadamente la antigua lealtad de los subditos y la autoridad de los principes; habia actuado comouna gran maquina niveladora, derribando las insti tucionesindependientes de la vida politica local, centralizando elpoder, sustituyendo los sistemas jurfdicos y administrativosindios por los britanicos y debilitando las tradiciones, lascreencias y las costumbres tradicionales 34.

    Acaso nadie expres6 mejor su impacto en la sociedadsenciIIa y poco especializada que los altos dignatarios deBrass en aquella declaracion ponderada y digna que hicierondespues del incidente ocurrido en el delta del Niger, enAkassa, el afio 1895 35 Decfan alli: primero se les habiaprohibido ganarse la vida vendiendo esclavos a los europeos,como antes, y esta decision la habfan aceptado lealmente.Entonces se dedicaron al comercio del aceite y pulpa depalma, pero el gobiemo britanico abrio el comercio por iguala los "blancos y a los negros", y se conformaron de nuevo"viendo que no pod ian hacer otra cosa". Para colma sepresento, al fin, la Compafiia Afr icana con sus privilegiosreales que la autorizaban a hacer 10 que quisiera en la cuencadel Niger, y el resultado fue que los nativos se vieron elirninados de los mercados "en los que nosotros y nuestros antepasados habiamos traficado durante generaciones"; entoncesse vieron forzados a sacar Iicencias y a pagar graves irnpuestos, 10 cual - -concluia el relato- "equivalia a prohibimostotalmente el comercio".

    J4 Cfr. E. Stokes, The English Utilitarians and India. Oxford,1959, pags. 249 y s igs. ; 257 y s igs. ; 268 y s igs. : 313 y sigs.

    35 Cfr , Sir John Kirk, Repor t on the Dis turbances at Brass (Command Paper C. 7977, Stationery Office, London, 1896), pags. 6-8.

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    214 Historia contempordnea Revolucion contra Occidente 215Este informe sobre los disturbios de Brass nos suministra

    un relato simpIicfsimo de 10 que ocurria donde quiera quelos europeos chocaban con un pueblo extrafio, Aquf y enmuchfsirnos otros puntos de Africa, donde entabla ron contactos parecidos, el resu ltado fue des trui r las subes tructuraseconomicas de las tribus, minar la autoridad de los jefes,privar a los indigenas de sus medios tradicionales de existencia, convertirlos en peones y c riados de los extr anjeros,r el aj ar los vinculos sociales al obligarlos a abandonar susaldeas en busca de otros trabajos, para terminar por transformarlos en un prole tariado urbano e indus tr ia l.

    El reverso de este proceso, y generalmente su proximaetapa, era la restauracion de la economia bajo el impulsode las empresas europeas. Esta fue la segunda consecuenciageneral de Ia intervenci6n de Europa. Naturalrnente, se desarrol laba a dis tinta velocidad segtin las diferentes regiones,pero en todas pa rtes representa ron un important e pun to dearranque las dos guerras mundiales. En el Africa colonial,donde. fuera de las zonas mineras de Rhodesia y de Katanga ,las inversiones europeas habian sido muy Ientas, so lamentela segunda guerra mundial termin6 con el estancamientodel medio siglo precedente. En carnbio, en Asia. fue laprimera guerra mundial la que dio el impulso decisivo aldesarrollo de Ia industria modema. En China. los comerciantes europeos, reducidos a la inactividad Iorzosa , debidoa que las industrias de la metropoli se dedicaban exclusiva-.mente a la produccion belica, se vieron en el trance de impulsar las industrias chinas. como la de tejidos, cerillas,cernento, etc. se industrializaron ciudades como Shanghai,Hankow y Tientsin, surgieron nuevos centros rnanufactu-

    reros e importantes enlaces ferroviarios, como Tsinan, Hsuchow y Shihchiachuang 36.En la India, el gobierno bri tanico adopt6 la politica de

    liberada de est imula r a los Iabricantes, y esto por dos razones: una para reduc ir la import ac i6n de Inglaterra y otrapara convertir a la India en una base de aprovisionamientopara Mesopotamia y p ~ r a otros teatros de la guerra 37. Estodio gran impulso a la naciente industria india del hierroy del acero, que solamente habia empezado a producir entre1911 y 1914. AI mismo tiempo se desarrollaron las minasde wolfram de Birmania hasta alcanzar la tercera parte dela produccion mundiaI, mientras que las necesidades urgentes de t ransportes rnilitares exigfan un aumento en gran escala de la produccion de caucho en Malaya y en las Indiasorientales holandesas y asf en los dernas paises del Sudestede Asia.

    Parecidos resul tados produjo en Africa la segunda guerramundial. Al cerrarse las antiguas vias de aprovisionamientoy al aumentar en g ran escala la demanda de materias primasestrategicas que podia proporcionar Africa. las coloniasafricanas se convirtieron de repente en almacenes de inmenso valor economico 38. En pocos afios el valor de lasexpor tac iones del Congo aument6 en un cuatro por uno ylas de Rhodesia del Norte en un nueve por uno. En el Africaoccidental inglesa, el establecimiento de agencias comercialesoficiales para la adquisicion de productos vitales como elaceite vegetal y el cacao, t ermina ron con el monopolio que

    36 Cfr. Franke. op. cit., pag. 145.37 Cfr. Cambridge History of the Br iti sh Empire, vol. V, Cambridge, 1932, pag. 483.38 Para un resumen, vease R. Oliver y J. D. Fage, A ShortHistory of Africa, London. 1962. pag. 221.

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    216 H istoria contempordnea Revolucion contra Occidente 217habfan mantenido hasta entonces las compafiias comercialeseu ropeas sobre la economfa de los campes inos y prepararonel camino para una expansi6n en gran escala. Ademas, laley de Desarrol lo Co lon ial de 1940 - que fue a su vez producto directo de las condiciones creadas por la guerracon tribuyo a que no se perdiese el impul so recibido durantelos afios que duro la contienda mundial.

    Esto produjo como consecuenc ia, primero en Asia y luego en Africa. el desarrollo de la urbanizacion, de una claseobrera que podfa movilizarse para la actuacion po liti ca y deunas comunidades dedicadas al negocio, 10 suficientementericas para f inanciar los movimientos de independencia. Enlos puertos francos de China -especialmente en Canton yShanghai- se desarrollo una clase industr ia l y comercialchina bastante r ica. los l lamados "capi ta listas nac iona les" ,los cuales apoyaron a Sun Vat-sen, esperando fonnase ungobierno mas fuerte c apaz de def ender sus intereses con tralos competidores extranjeros. Su figura tfpica fue C. J. Soong,suegro de Sun y de Ch iang Kai-shek. En la Indi a. donde sehabfa hecho sentir el impacto econ6mico Ingles, la figurarepresentativa fue J. N. Tata, el cual abrio la famosa empre sa de Talleres de Algodon en Nagpur en 1887, y sus hijos,que. fundaron la Compafiia de Hi erro y Acero en Behar en1907. Tamb ien aquf la intervenci6n eu ropea produjo unac1ase que estaba vitalmente interesada en asegurar sus intereses economicos y que se puso resueltamente al lado delCongreso al proc1amar el movimiento Swadeshi despuesde 1905.

    La aparici6n de una nueva clase media comercial e industrial con intereses en el campo de las finanzas y de labanca fue solamente un aspecto del proeeso de rapida est ructuraci6n social que habfa puesto en marcha el impacto de

    Occidente. Una de las par adojas mas impres ionantes de es tas ituaci6n fue que las mismas potencias coloniales que habfandeshecho el o rden social ex is ten te se vieron ob ligadas porsus propias exigencias a crear una nueva clase de dir igentesy unas condiciones materiales y morales que garanti zab anel exi to de la revolucion ant ioccidentaL Esta fue la terceraconsecuencia impor tante de la in tervencion de Occiden te.Esa elite cuIta afroasiat ica, hab il en las tecnicas de la civilizaci6n europea, fue una c1ase que las potencias imperialestenfan forzosamente que crear, aunque solo fuera por lacreciente necesidad que tenian de personal b arato y abun dante para los puestos subaIternos de la adrninistracion ydel negocio, y de habiles obreros para la industr ia .

    Sin embargo. la formacion de las nuevas elites nacional is tas consti tufa un proceso mas complicado de 10 que generalmente se supone, y seria un error considerarIo como unasimple sustitucion de los jefes trad icionales por una clasemedi a de nuevo cufio, Por 10 menos en Asia generalmenteesas nuevas elites no se crearon al azar, sacandolas de unasociedad t ransfonnada por el impacto colonial -eonstituidapor hombres extrafdos de unos grupos 0 clases que hast aentonees se habfan mantenido al margen de la poIftica-,sino que por regla general fonnaban una seccion de la c1asedirectiva tradicional, con frecuencia de j6venes generacionesa las que la educacion occidental habfa a rr ancado de su medio ambiente tradicional ".

    En Africa, donde el cristianismo actu6 como un factorde democratizacion, tambien ocurrfa esto, pero con menosregularidad. Aqui exi sten mayores p ruebas de d iscont inu i-

    39 Mansur 10 ilustra con muchos ejernplos, op. cit., pags, 16, 21,64, 162.

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    218 Historia contempordnea Revolucion contra Occidente 219dad en el caudillaje tradicional , por 10 menos fuera de laszonas musulmanas. Asi algunos caudillos como HouphouetBoigny y Sekou Toure eran jefes e hijos de jefes, mientrasque hombres como Nkrumah, Azikiwe y Awolowo eranconsiderados generalmente como gente ordinaria, aunque merece notarse que Nkrumah menciona concretamente en suAutobiograiia su elevada ascendencia y su "derecho a tronos y jefaturas" 40.

    Con todo, la conmoci6n social que produjo el impactocolonial fue de importancia decisiva. Aunque sobrevivicronlos antiguos grupos directivos y suministraron muchos jefesnacionalistas de los mas notables, la influencia occidentalocasion6 un cambio significativo dentro de sus mas y elev6a primer plano a individuos que sabian adapta rse a las nuevas condiciones por temperamento y muchas veces tambienpor su educaci6n occidental. Lo importan te sobre todo erasu habi lidad para prescindi r de sus prejuic ios t radic ionalesde clase y t rabajar en colaboraci6n con otros grupos, comoabogados y hombres de negocios, los cuales anter iormenteno habian tornado par te la vida politica, pero que, gracias al influjo occidental, veian abiertas nuevas perspectivas.Un ejemplo c1arisimo entre otros muchos fue el de la colaboraci6n entre Liaquat Ali Khan, que era un rico terrateniente de sangre real, y Jinnah, que era hijo de un modesto empresario 41.

    Esta amalgama entre elementos procedentes de diferentescapas sociales era fruto de la cultura occidental y condujoa la formaci6n de nuevas elites, a las que, a pesar de susorigenes tan diversos, unia el prop6si to comiin de sacudir la

    40 Nkrumah, .op. cit., pag. 21.41 Cfr. Mansur, op. cit., pag. 65.

    dominaci6n extranjera. Aparte de sus efectos obvios de difundir toda la gama de las ideas occidentales, desde el cristianismo hasta el leninismo, la educaci6n occidental tuvodos consecuencias principales: primeramente, cre6 una ereciente clase de asiaticos y africanos descontentos, educadoso medio educados, que se veian excluidos de los mejorespuestos -pues estos se reservaban para los europeos-, ycon frecuencia no podian encontrar empleo de ninguna clasea la altura de su preparaci6n -a s i los "caballeros orientalesoccidentalizados" (0, en terrninos rnenos ceremoniosos, los"fantoches" 0 wogs) de la India y los s tandard V /l boysde Ghana y de Nigeria-. En segundo lugar, la educaci6noccidental produjo bruscos y rapidos cambios en el equilibrio social. En efecto, en una sociedad en la que seestaban der ribando las barre ras de su inmovilidad social,los elementos mejor preparados por su entrenamiento europeo -s in distinciones genea16gicas- fueron desplazandogradualmente a la clase directora antigua, menos adaptable.Por eso es justa reconocer que la nueva elite asumi6 elpoder porque representaba mejor el nuevo tipo de fuerzassociales. Fue este un proceso universal, tan patente en Indochina bajo el gobiemo frances como en Africa y en la Indiabajo el imperio britanico. Cosa muy parecida ocurri6 enChina, donde la aboIici6n del sis tema tradicional de pruebasen 1905 min6 la posici6n de la clase media, que durantequince siglos habia formado la base del Estado chino.

    El impacto del imper ia lismo europeo sobre las sociedades asiaticas y afr icanas les hizo sentir vivamente la necesidad imperiosa de cambiar y les sefia16 el camino hacia lamodemizaci6n mediante la asimilaci6n de las ideas, de lastecnicas y de las instituciones europeas. Pero aiin hizo mas :les hizo ver claro la urgencia de adoptar nuevos metodos

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    220 Historia contempordnea Revolucion contra Occidente 221y nuevas estrategias. Como era dudosisimo que las SOCle-dades tradicionales afroasiaticas, con su jerarqufa y su estra-tificacion, fueran capaces de regenerarse, se impuso la ten-dencia, cada vez mas fuerte a medida que pasaba el t iempo,de combinar la transformaci6n social con la ernancipacionpolftica, ya que sin el cambio social eran muy escasas lasposibilidades de lograr la ernancipacion politica. En esteaspecto fue sintomatico que en China y en el imperio oto-mano, por ejemplo, casi el primer paso en el proceso derenovacion nacional consistio en der ribar las dinastias rei-nantes, cuyo tradicionalismo y falta de adaptabil idad tenfanla culpa de no haber acorralado aiin a los barbaros deOccidente. Esto nos permite cons iderar el nacimiento delnacionalismo no s610 como una reacci6n contra el dominiooccidental, sino como un primer paso en la supresion deciertas formas de vida tradicionales que ya no estaban atone con las condiciones modemas. Nehru, por ejemplo,cuenta que luch6 por la independencia "porque mi sentidonacionalista no podia tolerar el dominic ext ran jero", pero"todavfa mas, porque, a mi juicio, representaba el paso in-evitable para int roducir el cambio social y econ6mico" : entodos sus dicursos sobre la independencia pol ltica y sobrela libertad social "propuso la primera como la base para laconsecucion de la segunda" 42.

    5El desarrollo de los movimientos nacional istas en Asia

    y en Africa se verific6 en tres etapas. La primera puede42 Cfr, Jawaharlal Nehru, An Autobiography, London, 1936, pa-gina ]82, y Toward Freedom, New York, 1941, pag. 401.

    identificarse con el "protonacionalismo", que ya hemos con-siderado 43. Este se esforzaba por salvar todavia 10 que sepudiese de la vieja herencia, y una de sus principales carac-terfsticas era su proposito de revisar y rehacer la culturaindigena a la luz de las innovaciones occidentales. La se-gunda fase consistio en la aparicion de un nuevo grupodirectivo de tendencias liberales, generalmente con la parti-cipacion de la clase media, un cambio de mando y de obje-tivos que los his toriografos marxistas describieron, no sinacier to, con el termino de "nacionalismo burgues". La ter-cera e tapa consisti6 en la arnpliacion de la base de resisten-cia con tra las potencias coloniales extranjeras mediante laorganizacion de una masa de afiliados entre los campesinosy obreros y el establecimiento de vinculos entre los jefes yel pueblo.

    Noes de sorprender que este proceso se desarrollase adistinto ritmo en diferentes paises y que pudiera complicarsepor la intervencion de personal idades excepcionales comoGandhi , que rompia todos los moldes del caudillaje revo-lucionario corriente. En paises como la India, que fue a lacabeza de las tecnicas revolucionarias, se desarrollo con maslentitud; en cambio, fue mas rapido en pafses donde losmovimientos nacionalistas fraguaron despues de haber em-pezado el proceso de descolonizacion, por 10 que pudieronaprovecharse del precedente y del ejemplo que les habiandado zonas descontentas desde mas antiguo. Por ejernplo. elproceso nac ional is ta que duro en la India casi tres cuartos desiglo fragu6 en Birmania en el decenio comprendido entre1935 y 1945 44 ; mientras que en e1 Congo helga todavfa unos

    43 Vease mas a rr ib a, pag. 201. Mansur, op. cit. , pag. 83.

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    222 Historia contempordnea Revolucion contra Occidente 223cuatro alios escasos antes de su independencia, obteni daen 1960, Lumumba se contentaba con pedir "algunas medidas mas liberales" en favor de la pequefia elite congolesadentro de la es tructur a del co lonia li smo belga, y solo en 1958pudo fundar el primer p arti do de masa sobre una base territor ia l, el l Iamado Movimiento Naciona l Congoles 45. Pero entodos los movimien tos naciona li st as aparece cIaramente elrnisrno esquema general; en Asia y en Africa se observaen todo 10 csencial el mismo proceso; adernas, en muchoscasos las tres e tapas en que se desarroI Ia pueden ident if ica rsecon la politica y la accion de determinados jefes.

    El proceso de estos cambios fue cIarfsimo en la India.Aquf los hombres representativos son Gokhale, Tilak yGandhi, y las fases de su desarrollo corresponden con bastante exactitud a los tres perfodos de la historia del Congreso: 1885-1905, 1905-1919, 1920-1947. En su primera fasecl Congreso fue poco mas que una soc iedad compuesta demi emb ros de las cIases superiores que se contentaba condcbatir ampli amen te y con aprobar ciertas resoluciones proponiendo mimisculas reformas concretas. Asf, Gokhale, igualque los otros jefes anteriores del Congreso, aceptaba elgobierno britanico como "una inescrutable concesi6n de laProvidencia" y solamente pedfan mas Iibertad practica ymayor par ti cipacion de los ind ios cul tos en el gob iemo 46.

    En cuant o Tilak ernpezo a destacar entre 1905 y 1909,desafio sin contemplaciones ese reformismo de las cIases a lta---4s-CCr:--Patrice Lumumba, Congo, My Country, London, 1962,pag. 182. Col in Legum discute la evoluci6n pol ft ica de Lumumbaen el pr61ogo que d ed ic a a este libro revelador.

    46 Cfr. P. Spear, India, Pakistan and the West, London, 1961,pag . 200. Nehru tiene muc ho q ue decir en su autobiograf ta sobrela tendencia burguesa del Congreso duran te ese tiempo y en laepoca pos te rior (po r ejernplo, pags, 48-49, 63-64, 137, 366, 416).

    y media. Tilak rechazo la reforma l iberal bajo la soberaniabri tanica y exigio nada menos que la independencia; tambien desecho el const ituc iona lismo y preconiz6 los metodosviolentos. Sin embargo, en la cuestion social T il ak se mantuvo esencialmente conservador; su nacionalismo estabaori ent ado haci a el pasado y se fundaba en una etica hindudepurada, que el oponia a la del Oeste, en 10 cual disentfa,por ejemplo, de Nehru, que era mas antiguo que el, Dehecho, Tilak representaba una fase intermedia, la fase dela agi taci6n nac iona lista sobre una base relativamente estrecha de cIase media , con grupos de estudiantes descontentoscomo fuerzas de choque y sin verdadera preocupacion pormovilizar sisternaticamente a las masas.

    El movimiento del Congreso se via lanzado a un nuevoestadio cuando Gandhi volvio a la India en 1915, asumioel mando al afio siguiente, sus tit uy6 la act itud de no cooperacion, que s6lo afectaba a unos pocos grupos especiales--como abogados, funcionar ios, maest ros y otros por eI est i la- . La sustituy6, digo, por . la act it ud de desobedienciacivil de las masas, que incluyo a toda la poblacion, y reorganiz6 el Congreso con la Cons ti tuci6n Nagpur de 1920, envirtud de la cual se convirti6 en un partido integrado queabarcaba las aldeas, los distritos, las provincias y las altaspersonalidades. No es este el lugar para discutir el caractercomplejo y, en muchos aspectos , en igmati co de Gandh i. A lalarga, tal vez su mayor hazafia consistio en reconci liar ymantener unidos los multiples intereses tan di spares de quese componia el Congreso, labor que muy dificilmente hubi era pod ido hacer otro. Pero no cabe duda que su cont ribucion mas sali ente en la fase que sigui6 inmed ia tamentea la primera guerra mundial fue el poner el Congreso alalcance de las masas y convertirlo asi en un movimiento

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    111SlOna contemporanen Revolucion contra Occidente 225general. Cuando Gandhi lanzo su primera carnpafia nac iona lde desobediencia civil en 1920, "Ia Ind ia entro en la erade la politica de las masas" 47.

    Naturalmente, no trabajo solo; no debe subes timarse lacontribucion de sus lugartenientes, particularmente la deVallabhai Patel y la de Jawaharlal Nehru. Patel fue unsoberbio organizador pol it ico; el monto las carnpanas Kheday Bardoli que galvanizaron a los campesinos y los lanzaronen masa a la accion. Fue Nehru qu ien combatio en elCongreso a los e lementos derechistas y el que mantuvo elfuego sagrado de las re fo rmas sociales, sin las cuales pod iahaber vaci lado el apoyo popular 48. Pero, aunque la nuevaelite radical fue la que organize polfticamente a las masas,es justo decir que Gandhi fue el que les hizo caer enla cuenta de la importancia del pueblo 49. Esto tuvo variosresul tados s ignificat ivos: uno fue que ese movimiento nac ional is ta , que se habfa originado en Benga la y que conservabasu impronta natal, se extendio a traves de todo el subcontinente y se convirtio en un movimiento pan indio, excepto enlas zonas dominadas por la liga musulmana; otro fue queel Congreso, que al tiempo de la primera guerra mundiale ra "una elite f luctuante, poco compenetrada en realidad consus seguidores", para el tiempo de la segunda guerra mundial habia adquir ido "una estructura organica efectiva que

    47 M. Weiner, Party Politics in India, Princeton , 1957, pag, 7.48 Pueden verse interesantes declaraciones sabre eI pape1 que des

    empeiiaran Patel y Nehru en e1 rnovirniento en R. L. Park eI. Tinker, Leadership and Pol it ical Insti tu tions in India, Princeton,1959, pags, 41-65, 87-99.

    49 cr. Mansur, op. cit., pag. 71.

    abarcaba desde el comite obrero hasta las aldeas a t raves devarios pIanos de organizaciones territoriales"S0.

    EI esquema que hemos visto en la India puede observarsetambien en China, aunque con sensibles variantes. Aquf, lastres fases del desarrollo nacionalista pueden identificarse conKang Yu-wei, Sun Yat-sen y Mao Tse-tung, y su actuacionrespect iva corresponde a los Cien Dfas (1898), a la revolucion de 1911 y a la reforma y reorganizaci6n del Kuomin-tang en 1924. A diferencia de Kang Yu-wei, que esperabareformar a China dentro del marco de la monarquia Manchu, Sun Yat-sen fue un verdadero revolucionario. Es ciertoque en 1892 0 1894 habia fundado una sociedad reformistaque solo a sp iraba a es tablecer una monarquia cons ti tucional; pero despues del desencanto de 1898 y de la sangrientarepresion de la revolucion boxer, en 1900. Sun rompi6 difinitivamente con los rnetodos constitucionales y en 1905 or-ganizo un grupo revolucionario que fue el precursor delpartido nacional 0 Kuomintang. Sus objetivos eran esencialmente polit icos - I a expulsion de los manchties y el establecimiento de la Republica-e- , y aunque ya en 1907 men-ciono .Sun el tercero de sus tres famosos principios , "la sub-sistencia del pueblo", en real idad ni los problemas soc ia lesni en particular la cuestion agraria desempefiaron gran papelen su programa de aquella epoca.

    De hecho, Sun fue un liberal y un intelectual que creiaque la salvacion politica de China estaba en la formacionde una democrac ia de t ipo occiden tal ; antes de 1919 no semostr6 hostil a las potencias occidentales y estaba preparadopara dej ar intactos los tratados arbitrarios existentes. Peroel fracaso de la Republica despues de 1911 patentiz6 las

    50 Cfr. Park y Tinker, Opt cit., pag, 185.IS

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    226 Historia contempordnea Revolucion contra Occidente 227l imitac iones de esta pol it ica "moderada". Mas tambien revelo la grandeza esencial de Sun como jefe. Traducida enrea lizaciones tangibles , la act iv idad de Sun durante los d iezp rime ros alios de la Repub li ca fue b ien poco brillante; tuvodifi cu lt ad en mantener sus posiciones en Cant6n y par ec iacomo si los dirigen tes del movimien to del Cuatro de Mayofueran a asumir el papel principal en la revoluci6n. PeroSun era uno de esos pocos hombres -parecido en esto aGladstone- que se hacian mas radicales con la edad. Desencantado de las potencias occ identa les y est imulado por elentusiasmo nacionalista del movimiento del Cuatro de Mayoy por las huelgas obreras que siguieron al 5 de junio 51, Sunreorganiz6 su partido hacia el fin de 1919, ent r6 en contactocon los bolcheviques rusos y se puso a revisar su prog rama.Desde entonces, Sun se proclam6 abier tamente ant iimper ia l ist a y pred ic6 la resist encia pas iva al estilo indio y el boico tcontra los p roductos ex tranjeros . Y 10 mas importante esque aho ra puso la cues tion econ6mica en el art iculo primerode su programa, se ali6 con el p art id o comunist a chino, queestaba ocupado en organizar a los campesinos de Hunanbajo .las o rdenes de Mao Tse-tung, y reorganiz6 a fondo elKuomintang con el objeto de convertirlo en un partido demasas con un ejercito revolucionario como fuerza de choque.Esta reorganizaci6n llevada a cabo en 1924 marc6 uncambio de rumbo en el movimien to r evoluciona rio chino.Representaba el advenimiento de la tercera etapa, consistenteen combinar el nacional ismo y la r efo rma social con la am-

    51 EI 5 de junio fue una fecha impor tant e por haber tenidolugar en ella la primera huelga polftica, en la historia de China, delos obreros de la ciudad y por simbolizar el lazo de uni6n ent re losmovimientos pat ri6t icos de los intelec tuales y de la c1ase obrera.Sobre e sta fecha, vease Chow Tse -t sung , op. c it; pags, 151-158.

    pl iacion de la base de resis tencia med ian te la movilizacionde las masas campesinas. Pero desde este momenta el movimien to revolucionario chino sigui6 un camino d ist in to delindio. Con la muerte de Sun Yat-sen en 1925 no qued6nadie que supiese mantener unidos los elementos divergentesdel partido nacional , como hab ia hecho Gandh i en la India .En China, los hombres de negocios, los financieros y losterr aten ien tes, que r ep resen taban el ala derecha del movimien to, se al ia ron con el ej erci to bajo las 6rdenes de ChiangKai-shek y se volvieron contra los comunis tas y los izquierdis tas . El desenlace es bien conoc ido. Animado y financiadopor el grupo de los ernpresar ios de Shangha i, Chiang l iquidoa todos los comunistas que pudo haber a las manos en 1927y al resto 10 forz6 a retirarse entre 1934 y 1935 al lejanosector noroeste, fuera del alcance de los ej crcito s nacionalistas. EI mismo Kuomintang, bajo el cont ro l de ciertos grupos reaccionarios, renunci6 a toda r efo rma agraria; y asi,gradualmente, paso la iniciat iva a los comunis tas capitaneados por Mao. Su fuerza radicaba en que proclamaba abiertamente la revolucion social. En su testamento, compuestopocos dfas antes de su muerte, Sun Yat-sen habfa escritoque la exper iencia de cuarenta afios Ie habfa ensefiado queChina s610 obtendr fa la independenc ia y la igualdad cuandodespertasen las masas 52. Mao logro t raduc ir en hechos estaconvicc i6n; por eso se impuso el, y no Chiang, como elverdadero heredero de Sun. "EI que gane el apoyo de loscampesinos -declar6 Mao- , ganara a China; quien resue Iva la cuesti6n agraria se ganara a los campesinos" 53.

    52 Cfr. Franke, op. cit. , pag, 208.53 Cfr . Shao Chuan Leng y Norman D. Palmer, Sun Yet-sen and

    Communism, London, 1961, pag. 157.

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    228 Historia contemporanea- - - - - - - - - - - - - - - - - Revolucion contra Occidente 229Al efecto, se lanz6 en 1927 a la revoluci6n agraria en lasareas rurales fronterizas de Kiangsi y de Hunan, y diez afiosmas tarde la extendi6 desde su retiro montafioso en Yenana la region norte de Hopei y de Shansi. Con ello, los comunistas encuadraron a los campesinos en el mando y en unaorganizacion sin precedente en la historia china; organizaron el gobiemo local poniendolo en manos de los soviets:en 61 llevaban la voz cantante los campesinos pobres y sint ierras : tomaron las tierras a los terratenientes y las distribuyeron a ese proletar iado rural: los encuadraron en unejercito revolucionario que desencadeno una lucha de guerrillas contra los grupos y las clases privilegiadas. En unapalabra, abrieron las compuertas de la inmensa presa humana de China, y de esa manera real izaron una transformacionsocial irreversible, que llevo a su conclusion logica la obracomenzada por Sun. Se ha dicho con razon que "el significado politico de la organizaci6n de las masas fue el pr imerfactor determinante del exito de los comunistas y del fracasodel Kuomintang" 54.

    Seria muy largo seguir, ni siquiera en sus lfneas generales, el curso' de los acontecimientos en otros pafses deAsia y en los territorios arabes del Oriente Medio y delnorte de Africa. Sustancialmente, el cuadro general seriamuy parecido, aunque en el caso de los tiltimos movimientosnacionalistas, en los que el proceso tendfa a encajar y aresponder a los estfmulos extemos, se podfan observar notables divergencias. En Indonesia, por ejemplo, las dos primeras etapas en el desarrollo del nacionalismo siguieron elcauce obligado, pero en el saIto a la tercera etapa --es decir,

    54 Cfr. Ping-chia Kuo, China, New Age and New Outlook, edicion revisada, Penguin Books , 1960, pag, 63.

    a la movilizaci6n de las masas a base de un programa econ6mico y social revolucionario- apenas se pusieron en marcha hasta que los japoneses la ocuparon entre 1942-1945,adelantando asf acontecimientos. Por esto parece justaafirmar que los que lanzaron a Indonesia a la independenciafueron los japoneses, 0 , al menos, que estes aceleraron 10que de otra manera hubiera sido un proceso largo y laborioso..Y esto por varias razones concretas. En primer lugar, elsistema colonial holandes dificultaba y retardaba el desarrollo de la clase media indonesica, y asf faltaba una basesolida capitalis ta y empresarial para apoyar el movimientorevolucionario en su primera fase "burguesa" --en 10 cualse diferenciaba de la India y de China 55_ . Esto queria decirque la unica base posible para que tuviera exito el movimiento nacionalista indonesico residfa en el establecimientode un enlace efectivo entre los intelectuales que formabanla direcci6n nacionalista y las masas. Pero tampoco aqufayudaban las circunstancias. Aunque el mimero de campesinos sin t ierra aument6 rapidamente durante los iiltimosdecenios del gobiemo holandes, nunca lleg6 a consti tuirseun "proletariado agrario revolucionario". como el que existfa en China: las comunidades aldeanas ofrecfan todaviacierta seguridad social basica incluso durante la depresionde los afios treinta: y este hecho continu6 ejerciendo unfreno efectivo sobre las inquietudes polfticas 56. Mas aunt laformaci6n relativamente tardfa de un movimiento nacionalista conscientemente ant iholandes signific6 que desde elprincipio se veia este envuelto en el conflicto ideol6gico des-

    55 Kahin, op, cit., pags. 29, 60, 471; Hall, op. cit .. pag. 661.S6 Cfr. Kahin, op , cit., pags, 18-19.

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    230 Historia contempordnea Revolucion contra Occidente 231encadenado por la revolucion rusa de 1917 - tengase encue nta qu e ese movimiento apenas empezo a organizarseart iculadamente hasta que los miembros de la union indoncsica de estudiantes residentes en Holanda, fundada en1922, empezaron a regresar a Indonesia hacia el fin de dichodecenio 5 7 _ . Lo que lanzo a la polftica al mov imiento nacionalista, Sarekat Islam, que originalmen te tenfa un caractercul tu ra l y religioso, y 10 condujo en 1917 a pedir la independencia, fue Ia infilt racion de elemen tos i zquierd is tas 58.Pero no exist ia un organismo, como el Congreso indio , capazde mantener unidos a los grupos dispares, al menos hastaobtener la independencia; las disensiones entre los nac ionalistas fueron desastrosas y facilitaron la represi6n holandesa.

    La consecuencia fue que, despues de la supresi6n de larevoluci6n comuni st a en 1926. el mov imien to nacional is tase mantuvo a la defensiva. La segunda etapa se inici6 conla fundacion del partido nacional indonesico, dir igido po rSukarno -u n movimiento nacional organizado deliberadamente sobre el modelo de la carnpafia de Gandhi. de nocoopcraci6n y que procur6 agrupar en una organizacion atodos los grupos nacionalistas existentes-. Si comparamos aljere del Sa rekat I sl am, Tjokro Arninoto, can Gokhale de laIndia, podemos deci r que Sukamo corresponde a Nehru ya Jinnah. Pero, aunque el P. N. I. , acaudillado por Sukarno,dio al movimiento nacionalista una uni dad que nunca habfatcnido anteriorrnente, Ie faltaba la bas e sdlida de un rnovimicnto revolucionario espontaneo de los campesinos , y eso

    57 Sobre la organizacion de estudiantes l lamada PerhimpoenamIndonesia, cfr. ibid., pag. 88. Hatta y Sjahrir volvieron de Holandacn 1932. Sukarno se f or me c omo ingen ie ro en eI Colegio Tecnicode Bandung y no p ertene ci6 a este grupo,

    58 Vease rras arriba, pig. 194.

    h izo diffcil el resistir a las con tr amedida s del gobierno holandes. La policia holandesa se apunto un buen exito disolviendo los sindicatos despues de 1929 y encarcelando a losdirigentes - as f Sukarno fue deportado desde 1933 hasta1942, y pronto Ie siguieron Hatta, Sjahrir y ot ros jefes na cionalistas de empuje-. Fracasaron casi por completo lastentativas po r es tab lecer un con tac to organico con la masacampesina; durante el gobiemo holandes, los jefes nacionalistas nunca fueron capaces de ganarse al pueblo e incorporarlo efect ivamente al mov imiento nacional is ta; asf queeste se apoyaba solamente en los empleados administrativos,en los estudiantes, en los maestros y en otros funcionariospo r el est ilo 59.

    Ahora bien, sin el apoyo organ izado de las masas campesinas el movimiento nac iona lista tenfa pocas probabi lidades de triunfar contra las fuerzas represivas holandesas. Poreso la invasion japonesa, al abatir la bandera holandesa,marco un viraje en la polftica. Pero tarnbien es cierto quelos holandeses habfan vincu lado los pueb los de varias lenguas y culturas que hab it aban el archipielago indonesico :y con eso cont ribuyeron a conver ti r unos sentimientos patrioticos de origen ja vanes en un movimiento nacionalistapanindonesico. Otro factor fue la gran homogeneidad religiosa predominante en Indonesia . Cuando el movimientonaciona li st a i rradio desde su base original de Java, las tendencias par roquia les y los patriot ismos locales , que 'de otramanera podrfan haber se hecho fuertes en tre los pueblos delas otras i slas, se vieron contrar restados por el sentido desol idar idad que les daba su cormin fc en el Islam 60.

    59 Cfr. Kahin, op, cit., pig. 63.60 Ibid., pigs. 37-38.

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    ".J" Historia contemporanea Revolucion contra Occidente 233Tarnbien el mov imiento nacional is ta del nort e de Af ri ca

    recibio su prime r impul so del Islam y se desarrol lo mas 0menos al mismo t iempo que el de Indonesia . En Tunez, porejemplo, existfa el an tiguo partido constitucional Destour,fundado en 1 9 ~ O por el reformador rnusulman Saikh AbdulAziz ath Tha' al ib i con un programa de reformas administrativas en co laborac i6n con Francia: pero despues de 1934se vio suplantado por el Neo-Destour de Burguiba, que eraun partido de masas radical y laico, paralelo en muchosaspectos al P. N. 1. de Sukarno 61. As! como la ocupacionj aponesa hizo posible la organizacion del movimiento deindependencia en Indonesia, asi la presencia de las tropasangloamericanas en el norte de Africa despues de 1942prepararon el cIima para que los movimientos pol it icos rnarroquies de la p reguerr a, que t enian un caracter mas rudimentario - e l Comi te de Acc ion Marroquf y el Par tido Nacional para la Realizaci6n del Plan de Reforma-, se t ransformasen en 1943 en el IstiqlaI, 0 partido de la independencia, de base mas amplia 62.

    Tambien en el Afr ica t rop ical marco un rumbo decisivola segunda gue rra mundiaI. Pa rt icularmente en las colon iasfrancesas, el "frances libre" tuvo que prometer cambios sustanciales para ganar el apoyo de la poblacion indigena contra Vichy. En otros aspectos, sin embargo, el de sarrol lodel nacionalismo en el Africa tropical siguio un curso algo

    61 Cfr. C. A. Julien, L'Afrique du Nord en m ar ch e, Paris, 1952,pags, 79 y sigs.; F. Garas, Bourguiba et la naissance d'une nation,Paris, 1956, pag, 78. Sobre Shaikh Tha'alibi, cfr. Ziadeh, op. cit;pags, 98-102.

    62 "La presence americaine exalta Ie nationalisme"; Julien, op, cit.,pag, 342. Vease ta rnb ie n T. Hodgkin, African Political Parties, London, 1961, pag. 52.

    divergente. En el Afri ca situada at norte del Sahara, igualque en Indonesia, los que pidie ron la independencia fueronlos movimientos islamicos pr imitivos conservadores, y losque primero reaccionaron contra Occidente fueron los intelectuales, que deseaban defender su herencia cultural queamenazaba sucumb ir b ajo la presion extranjera, al igualque en China y la India. En el Africa central falt6 la eliteint electual de este tipo. No existe un Gandhi ni un SunVat-sen africanos 63. Los primeros intelectuales, Garvey, DuBois y Blyden, fueron indios occidentales, preocupados po r"contraponer el nacionalismo negro al nacionalismo airi-can0 " -cotno se lamentaba mas tarde Nkrumah 6 4 _ . Asi,pues, en el Africa centralIa contrarrevolucion cultural fuemas bien un producto que la causa de un movimiento nacionalista autoconsciente. La razon era que los afr icanos notenian una civilizacion general unica ni el fondo cormin deuna cul tu ra escrita en que basarse. En este aspecto, el Africatropical se parecia mas a Indonesia que a la India 0 aChina. Abarcaba una multiplicidad de pueblos de nivelsocial muy diferen te : los jefes nacional is tas que entoncesaparecian no podian pensar en volver su vista al pasado-reducido a sus diferencias etnicas y de tribu-, sino encrear una nueva personalidad afr icana. As! que, en conjunto,los nacional is tas afr icanos no e ran "reivindicadores de lacuItura nativa" 65 ; nunca se produjeron en Africa con lafuerza que en Asia las reacc iones contra la civi lizac i6n occ idental que eran la secuela obligada de la rebeli6n contrael dominio pol it ico extranjero. Como escribio Nkrum ah e n

    63 Cfr. Hodgkin, Nationalism i n C ol on ia l A fr ic a, pag. 179.64 Cfr. Nkrumah, Autobiography, pag. 44.flS Coleman, op . ci t. , pag. 411.

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    234 Historia contempordnea .1 Revolucion contra Occidente 2351958, fue Occidente quien "enarbol6 la bandera de nuestrasesperanzas, y al implantar la por la 'fuerza en Africa .. . , nosforz6 a adoptarIa" 66 ; den tro de esta direccion se fue desarroIIando el nacionalismo africano.

    Pero, supuestas estas excepciones, es justo reconocer queIa respuesta afr icana contra el gobiemo ex tr an je ro y su cont es taci6n al est imulo de la occiden tal izaci6n respondi6 a un"molde historico" 67. Tampoco aquf es diffcil trazar las t resdistintas etapas de su desenvolvimiento. En la Costa de Oroestuvieron representadas por tres organizaciones - l a Sociedad de Protecc i6n de Derechos de los Aborigenes, la Convencion Unida de la Costa de Oro y la Convenci6n del PartidoPopular- y por tres personajes -Casely-Hayford, Danquahy Nkrumah 68.

    En Nigeria, el esquema fue mas complejo, pues aquf vinieron a complicar la situaci6n las pertinaces divisiones entreregiones y tribus y la fuerza del Islam en la zona norte;pero tarnb ien se nota una linea clara evolutiva que avanzadesde eI partido dernocrat ico nac iona l de Niger ia , fundadoen 1923 bajo la direcci6n de Herbert Macaulay, hasta elconsejo nacional de Nigeria y del Cameron (1944), cuyafigura rep resen tat iva y di rigen te fue Azikiwe, y finalmentehasta el grupo de acci6n fundado por el jefe Obafemi AwoIowa en 1951. Con frecuencia se considera al C. N. N. C.y al Grupo de Acci6n como si fuesen organizaciones paralelas, de las cuales una derivarfa su fuerza de la region

    66 Cfr. Foreign Affairs, vol. XXXVII, 1958, p ag . 53.67 Cfr. Coleman, op, cit., pag, 409.68 Cfr. D. E. Apter, The Gold Coast in Transit ion, Princeton,

    1955, pags. 35-37, 146, 167 Y sigs.: F. M. Bourret, Ghana . Th eRoad to Independence, 1919-1957, London, 1960, pags. 40, 54-55.61-62, 69, 166, 173 Y sigs,

    este y la otra de la region oe ste; perc no cabe duda deque, en rea lidad , el Grupo de Acci6n representaba una organizaci6n polftica mas adelantada con una direcci6n colegial,con tecnicas modemas de propaganda y con un programabien definido. Adernas, adopt6 una postura mas dec ididay libre en la cuesti6n de la independencia. Por otra parte.el C. N. N. C. no era un movimiento de masas -has ta1952 ni s iquiera tenfa socios individuales- y no supo ganarse la adhesi6n ni del movimiento de juventud ni de lasorganizaciones Iaborales. Mas aun, su programa original,tal como 10 formularon en 1944, solo aspiraba al "autogobiemo dentro del imperio britanico'": las tentativas quehicieron despues de 1948 para imprimirle una direcc i6ncombativa y militante produ jo una reacci6n que los hundi6por un tiempo en la inaccion. Po r eso no es injusto afi rmarque la fundaci6n del grupo de acci6n en 1951 inaugur6 unanueva fase 69.

    Lo mismo en la Costa de Oro que en Nigeria vemos unaevoluci6n caracterfstica; se empieza con unas asociacionesinconexas . y muchas veces desarticuladas que abogan porciertas reformas dentro del sistema colonial existente. Luegosurgen 'pa rt idos de la clase media con escasos c o n t a c t o ~ populares ; y, por fin, se llega a los partidos de masas quemovilizan el apoyo general combinando los objetivos nacionales con otros sociales que permitan Iacilrnente lanzar a todo

    69 A juicio de Coleman, el G ru po de Aeei6n "se diferenciaba detodas las anter io re s o rgan izac iones pol lt ic as de Nigeria" (Nigeria:Background to National ism, pag. 350). Sobre su presi6n a favor de laindependencia, efr. ibid., pags, 352, 398. Sobre los objet ivos masrestringidos del C. N. N. C., ibid., pags. 264-267. Sobre su r ec afdaen el movimiento zikista y la deeadencia consiguiente del C. N. N. C.haeia 1950-1951, efr. ibid., pags. 307-308.

  • 7/16/2019 BARRACLOUGH_Introduccion a La Historia Contemporanea

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    ~ . ) o Historia contemporanea Revolucion contra Occidente 237

    III

    el pueblo a la acci6n. Es ta evoluci6n sigue claramente unalinea paralela a la que se siguio generalmente en Asiade hecho, se ha IIegado a decir que, con la fundaci6n delcongreso nacional de Africa occidental en 1920, comenz6en Africa la fase que habra inaugurado la India hacia elfin del siglo XIX y que termin6 en los aiios que siguieroninmediatamente a la primera guerra mundial ; y que con lafundaci6n del U. G. C. C. y del C. N. N. C. en 1947 y en1944, respectivamente, el Africa occidental britanica emprendi6 el camino que recorri6 el sudeste de Asia en los dosdecenios comprendidos ent re las dos guerras 70.

    Tambien se da un claro paralelismo entre la evoluci6nde los partidos politicos afr icanos y el movimiento hacia unademocracia de las masas que habia empezado, como vimos 71,tre