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    Material de formacin poltica de laCtedra Che Guevara Colectivo AMAUTA

    Vania Bambirra

    Teora de la dependencia: unaanticrtica

    NOTA PREVIANo se pretende realizar aqu un balance analtico exhaustivo de los

    mltiples planteamientos crticos que se le han hecho a la teora de ladependencia. Mi objetivo es hacer una evaluacin de algunos de los mssignificativos intentos de cuestionamiento de las tesis de dicha teora hechos porlatinoamericanos.

    Hemos seleccionado, como objeto de anlisis, tres crticas: las de AgustnCueva1 Octavio Rodrguez2 y Enrique Semo.3 La seleccin del trabajo de AgustnCueva se justifica por el hecho de ser el esfuerzo ms amplio que se ha realizadohasta ahora de cuestionamiento de las tesis de la dependencia. Por esto, la

    discusin de sus crticas nos permite discutir, a la vez, varias de lasimpugnaciones que fueron hechas, por otros crticos, a dicho pensamiento. La

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    discusin de los planteamientos de Octavio Rodrguez (que explcitamente nopretenden ser crticos, sin dejar de serlo...), es relevante, pues stos reflejan, enbuena medida, cmo han reaccionado los integrantes de la corriente desarrollistade la CEPAL frente al aporte de la teora de la dependencia. La consideracin dela crtica hecha por Enrique Semo es importante como expresin de un tipo de

    impugnacin que se trata de hacer a este pensamiento por parte de sectores de lospartidos comunistas.

    Sin embargo, debo agregar que en algunos de los partidos comunistashubo una receptividad favorable hacia dicha teora. Ese nuevo pensamiento (alcual han dado significativas aportaciones algunos militantes del propio PartidoComunista de Chile) influy sin duda en el programa de la Unidad Popular; porotra parte, desde el comienzo de los aos setenta, quizs por la gran influenciaque ejerci la UP en la izquierda latinoamericana, algunos partidos comunistasempezaron a cambiar su concepcin estratgico-tctica. Sntomas relevantes dereorientacin existen, por ejemplo, en el Partido Comunista Brasileo. Esos

    cambios apuntan hacia la necesidad de definir como enemigo fundamental al grancapital monoplico y a explicitar el carcter de la revolucin como socialista,Esta influencia se manifest tambin de cierta manera en la reunin de losPartidos Comunistas de Amrica Latina, realizada en La Habana en 1975. Unfactor sumamente importante para esa reorientacin en curso es la aceptacinfavorable por parte del Instituto de Economa Mundial de la URSS de las tesis dela dependencia. En este sentido, los excelentes seminarios realizados por KibaMaidanic en la Facultad de Economa de la UNAM sobre revolucin ycontrarrevolucin han sido de gran significacin.

    Tambin es notable el impacto de dicha teora sobre otros partidos de laizquierda en AmricaLatina, entre los cuales destacan el MIR venezolano y MIRchileno.

    Dada la importancia poltica y acadmica de la teora de la dependencia sehaca necesaria unadiscusin ms amplia de las principales crticas,puesto quehasta ahora esta discusin slo se haba dado al nivel de respuesta especficade algunos autores a impugnaciones particulares que se les han hecho. As, hetratado de emprender la polmica de la manera ms objetiva posible, buscandoaclarar las razones de muchas de las confusiones y equvocos de loscuestionamientos al enfoque de dicha teora. La dificultad principal que heencontrado reside en el hecho de que por parte de los crticos esta objetividad, enlo esencial, jams ha sido lograda, de tal manera que muchas veces tuve que

    tratar de exponer sintticamente el ncleo del pensamiento respecto de ladependencia (que no ha sido comprendido por sus adversarios) y a veces recurrira citas ms o menos extensas tanto de los criticados como de los crticos. Enalgunas oportunidades tuve que intentar hacer una refutacin casi minuciosa delos argumentos presentados puesto que -como es el caso del anlisis de AgustnCueva no se ha logrado captar lo esencial de la teora de la dependencia,no se ha centrado la crtica en su armazn terica fundamental (en sus categorasanalticas principales, en su real metodologa, en sus aportes ms sustanciales) yse ha limitado a cuestionar algunos aspectos aislados del enfoque, bajo unainterpretacin poco rigurosa. El lector sabr juzgar si este esfuerzo de rescatar el

    relevante aporte de este pensamiento ha sido logrado.

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    Por cierto queda patente que este intento de dirimir algunas de las mssignificativas confusiones creadas por los crticos de la teora de la dependenciase hace en base a contribuciones que ya han sido dadas y a mi vivencia personalen ambientes en el seno de los cuales este pensamiento se desarroll de maneraintensa en los aos sesenta. No hay pues de mi parte, en este trabajo, ninguna

    contribucin novedosa a dicha teora. Por lo dems, nuestra pretensin aqu no vamas all de aclarar hechos, concepciones, intentar rescatar la objetividad que esimprescindible para la comprensin de un pensamiento y finalmente discutirformulaciones crticas que considero equivocadas.

    Quiero dejar constancia, una vez ms, de mi agradecimiento a aquelloscompaeros con los cuales he mantenido en el curso de varios aos un intensodilogo sobre el carcter y las perspectivas de la revolucin latinoamericana yque de nuevo han tenido la paciencia de leer v discutir este trabajo; me refiero a RuyMauro Marini y a Theotonio Dos Santos.

    Mis agradecimientos tambin por los comentarios y aclaraciones que me

    han hecho a Samuel Lichtensztein, Pedro Paz y Agustn Cueva, a Orlando Caputoy especialmente a las crticas y sugerencias de Raimundo Arroio.La Divisin de Estudios Superiores de la Facultad de Economa de la

    UNAM me otorg las condiciones para la realizacin de este trabajo. A estainstitucin, y en particular a su director Pedro Lpez Daz, debo dejar constanciade mi agradecimiento.

    Cualquier esfuerzo por aclarar aspectos de un pensamiento comprometidocon la transformacin revolucionaria de nuestro continente est dirigido, enprimera instancia, a aquellos que estn empeados prcticamente en ella. Por estodedico esta polmica a todos los que han luchado y necesariamente se hanequivocado muchas veces, pero estn teniendo la capacidad de sobreponerse aderrotas momentneas y estn tratando de comprender ms a fondo el carcter denuestras sociedades para colaborar decisivamente en la superacin radical delcapitalismo dependiente.

    Quiero terminar esta nota con una tifa de Moiss Moleiro:

    Nadie duda que para adelantar con xito la tarea de transformar unasociedad determinada hace falta caracterizarla adecuadamente, aprehendersus determinaciones esenciales. En otras palabras, saber con precisin ques, cules fuerzas se mueven en su seno, hacia dnde es posible orientar elcambio. En nuestro caso, consideramos una importante clarificacin del

    movimiento popular venezolano, por parte de los socialistas, el haber dejadode lado la llamada teora de las etapas y comenzar a comprender laformacin econmico-social venezolana como se presenta realmente a losojos del estudioso: como una sociedad capitalista dependiente. El dominioen ella se ejerce fundamentalmente a travs de la explotacin del trabajoasalariado, y es sta la base a partir de la cual se construye el orden. Ellodefine la lucha por el socialismo como la tarea histricamente actual,inscrita en el orden de lo posible y de lo inmediato.

    Esperemos que a este nivel de comprensin ascienda toda la vanguardia

    revolucionaria latinoamericana.

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    teora desarrollista de la CEPAL, que ya han sido por lo dems analizados ycriticados exhaustivamente pero que vale la pena resumir en someras lneas: elsupuesto de un "modelo" de desarrollo calcado de los pases desarrollados haciael cual Amrica Latina debera encaminarse; para eso era necesario y se creaposible- eliminar los obstculos sociopolticos y culturales al desarrollo que

    estaban incrustados en las llamadas "sociedades tradicionales" a travs de lautilizacin racional de los recursos nacionales por medio de un planeamientoracional; como condicin de ello era necesaria la movilizacin yorganizacin de la voluntad nacional para la poltica de desarrollo. El supuestobsico de que el desarrollo interesa a todos (sin preguntar por cierto qu tipo dedesarrollo interesa a cada clase) daba la premisa clave para una ideologa deldesarrollo. Esa ideologa ya vena siendo promovida en Amrica Latina a travsde las mejores expresiones del nacionalismo populista.

    Pues bien, la crisis del capitalismo dependiente cuestionaba todos estossupuestos que se condensaban en la ilusin de la posibilidad de un desarrollo

    nacional autnomo. La crisis pona al desnudo una realidad que era otra ycontradeca los esquemas aparentemente muy lgicos. La crisis descubra elnuevo carcter de la dependencia en Amrica Latina. Esta, al generar nuevas yms aguda e irresolubles contradicciones, liquidaba definitivamente laposibilidad de un desarrollo capitalista nacional autnomo en el continente.Este nuevo carcter de la dependencia, que empieza a configurarse a partir dela posguerra, provena del hecho de que la penetracin del capital extranjero yano se circunscriba slo al sector primario-exportador sino que paulatina-mentese diriga hacia el sector manufacturero a travs de inversiones directas decapital-maquinaria. Las burguesas industriales all donde han tenido laposibilidad histrica de desarrollarse como tales- no tienen otra opcin parasobrevivir como clase que asociarse, en la condicin de socio menor, al capitalextranjero. Son muchos los factores que determinan la marcha inexorable de esteproceso de asociacin de las burguesas criollas al capital extranjero, como sonvarios los factores que explican el porqu de esa penetracin, pero esos aspectosya han sido analizados en otras partes por varios autores y por m misma no espues el caso de repetirlos aqu. Slo interesa subrayar una vez ms! que el resultado de la desnacionalizacin de la propiedad privada de los mediosde produccin tena que determinar el fin de los proyectos de desarrollo nacionalautnomo. La consecuencia de este proceso en el plano poltico fue sin duda elabandono realista, por parte de las burguesas nacionales del nacionalismo

    populista, es decir, de la ideologa que preconizaba el desarrollo nacionalantiimperialista con base en la pretendida alianza con las clases dominadas.Por lo dems, esa pretendida alianza era algo quimrico en el escenario

    sociopoltico que se configura en Amrica Latina a partir del comienzo de losaos sesenta. En los primeros aos de esta dcada se haba gestado una clarasituacin de ascenso del movimiento obrero y popular: huelgas obreras,manifestaciones estudiantiles, movimientos campesinos, sectores subempleadosque se ha dado en llamar "marginales" y que irrumpen en el escenario polticode manera hasta entonces indita, manifestaciones de protesta por parte deintelectuales, intentos an precarios pero en todo caso significativos de

    coordinacin entre las diversas clases explotadas, brotes de rebelda y rebelinen el seno de las fuerzas armadas... La oposicin al sistema en cuanto tal tiende a

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    configurarse y busca sus formas de expresin y organizacin, embrionarias, escierto, pero potencialmente amenazadoras pues la revolucin cubana avanzahacia el socialismo e indica un camino: para lograr la liberacin nacional y socialhay que liquidar la base de sustentacin de la dominacin imperialista, elcapitalismo dependiente. La revolucin cubana demuestra en la prctica lo que

    tericamente era obvio: el socialismo es viable y necesario en Amrica Latina.En este contexto las burguesas latinoamericanas no tienen ninguna poltica

    asequible que proponer en inters de los pueblos. Slo les quedan losregmenes de excepcin, nica salida para contener el avance del movimientopopular y revolucionario; para posibilitar la implementacin de una polticaeconmica de estabilizacin monetaria preconizada por el Fondo MonetarioInternacional cuyo objetivo es contener la inflacin, dar seguridad a losinversionistas extranjeros, generar, en suma, los prerrequisitos para un nuevociclo de acumulacin, en base fundamentalmente a la contencin de sueldosobreros y la restriccin de crditos a la pequea burguesa, lo que favorece a las

    grandes empresas controladas por el capital extranjero y acelera el proceso deconcentracin, centralizacin y monopolizacin de la economa. Este nuevomodelo de acumulacin, propuesto por el imperialismo, es incompatible con lademocracia y slo poda ser implementado por regmenes de corte neofascista.

    En 1964, el golpe militar en Brasil inaugura en Amrica Latina el nuevomodelo de rgimen represivo en lo poltico y en lo econmico: las fuerzasarmadas asumen la gestin del gobierno y pasan a implementar, codo con codocon las mejores expresiones del gran capital criollo asociado a las grandescorporaciones imperialistas, un "modelo" que luego servir de inspiracin a todoel cono sur del continente, pese a que esta experiencia pionera coexistir poralgn tiempo con intentos fraudulentos de desarrollo en la democracia, como la"revolucin en libertad" de Frei en Chile, y con el intento de superacin delcapitalismo dependiente a travs de la utilizacin de la democracia burguesa, enel mismo Chile de Salvador Allende.

    No fue pues aleatorio que los primeros intentos de elaboracin de las tesissobre la dependenciahayan surgido en Brasil, en los primeros aos de la dcadade los sesenta, por parte de intelectuales y militantes de la llamada izquierdarevolucionaria. En Brasil, la ideologa nacionalista haba adquirido un gran augedesde la formacin, durante el gobierno Kubitschek, del Instituto Superior deEstudios Brasileos. En varios ambientes universitarios, en sectores de laFacultad de Ciencias Econmicas de la Universidad de Minas Gerais y en el

    departamento de Ciencias Humanas y Filosofa y de Economa de la Universidadde Sao Paulo, se empezaron a cuestionar las tesis del ISEB y a esbozar las de ladependencia. De la misma manera, en la agrupacin de izquierda denominadaPoltica Obrera se trat de desarrollar estas tesis en la bsqueda de unafundamentacin ms slida para contrarrestar los argumentos que defendan laalianza de clases que preconizaba el Partido Comunista y que haba sido llevada ala prctica en el gobierno de Goulart. Pero fue slo en Chile en donde estas tesispudieron ser sistematizadas y elaboradas de manera ms definitiva, pues ah sedaban las condiciones ptimas para que esta corriente de pensamiento sedesarrollara.

    Las razones que explican este hecho son varias: hacia Chile convergieron, apartir de mediados de los aos sesenta, militantes e intelectuales revolucionarios

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    de diversos pases donde el movimiento revolucionario haba sufrido una derrotamomentnea o en donde ste acumulaba fuerzas para una nueva ofensiva. Chilese transform, en aquella poca, en uno de los ms importantes centros de laresistencia latinoamericana en contra de las dictaduras. La burguesa chilenapoda entonces darse el lujo de permitir que desde su territorio se abominara a los

    regmenes represivos. Hacia Chile llegaba adems la literatura portavoz de lasresistencias de los pueblos del continente que reflejaba los reveses, lasesperanzas, pero sobre todo la experiencia de luchas que se iba acumulando.Chile era un pas muy afectado por la crisis econmica y la dominacinimperialista se acentuaba bajo el gobierno de Frei; pero el movimiento popular,pese a la derrota del FRAP en 1964, ya empezaba a prepararse para la contiendadel ao 1970 y mantena su personalidad propia, su peso especfico y amenazadoren la sociedad chilena. Haba pues una amplia apertura y el estmulo para eldesarrollo de la ciencia social revolucionaria.

    Hay otro factor relevante: en Chile estaba ubicada la sede central de los

    organismos de las Naciones Unidas, la CEPAL y el ILPES. Paradjicamente,fue del seno de estas instituciones particularmente de la segunda, queprovino bueno parte del cuestionamiento de su propia concepcin. Por quocurri esto? Estos organismos en esa poca pudieron atraer parte de lo mejorde la intelectualidad de izquierda latinoamericana. La atraccin quizs seexplique por el hecho de que esta intelectualidad buscaba un ambiente mslibre en donde pudiese desarrollar sus ideas. Y Chile ofreca entonces esta granventaja. Trabajo han en esa poca en estas instituciones persona que han dadouna significativa contribucin a los estudios de la dependencia. Pienso enFernando Henrique Cardoso, Anbal Quijano, Edelberto Torres, FranciscoWeffort, Toms Amadeo Vasconi y otros. Lo significativo fue el ambiente dediscusin que se pudo armar a travs de un conjunto de seminarios entre estaspersonas y el equipo de investigaciones sobre imperialismo y dependenciadirigido por Theotonio Dos Santos, que funcionaba en la Facultad de Economade la Universidad de Chile, en el Centro de Estudios Socio Econmicos (CESO).En Chile se gener pues un muy fecundo ambiente de intercambio de ideas quefue luego enriquecido con la llegada de Andre Gunder Frank y Ruy MauroMarini al CESO.5

    Adems, en la CEPAL y en el ILPES, haba varios economistas como PedroPaz, Maria de Conceico Tavares, Carlos Loesa y Antonio de Barros Castroquienes, provenientes de la tradicin de pensamiento estructuralista, empiezan un

    relevante esfuerzo crtico de sus orgenes tericos.Ese ambiente poltico y acadmico fue sin duda un fuerte estmulo para lajoven intelectualidad chilena, de la cual han surgido muchos de los mssignificativos aportes hacia el nuevo enfoque, Pienso en Enzo Faletto, en OrlandoCaputo y Roberto Pizarro, en Alvaro Briones, en Sergio Ramos, cuyas obras yahan sido divulgadas, pero hay muchos otros. Sin duda, la intensa polmica que sellevaba a cabo entonces sobre la dependencia, al influir de manera significativaen la elaboracin del programa de la Unidad Popular, marc una evolucincualitativa en la estrategia de lucha revolucionaria en Amrica Latina. Elprograma de la UP contemplaba como meta no slo terminar con la dominacin

    oligrquica-imperialista, sino que planteaba explcitamente nacionalizar lasgrandes empresas monoplicas industriales, mineras, agrcolas, etctera, vale

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    decir, golpear el eje bsico de la dominacin burguesa-imperialista y avanzarhacia el socialismo. De esta manera, la UP trataba en la practica de implementarla concepcin que haba sido demostrada por la revolucin cubana y confirmadapor las investigaciones tericas y empricas respecto del capitalismo dependiente:que el imperialismo era un elemento constitutivo interno del sistema de

    dominacin y que para llevar a cabo una poltica consecuente de liberacinnacional y social haba que rebasar- lo, avanzando hacia el socialismo.

    Fue pues en este contexto poltico y acadmico que se sistematiz, con elconcurso de muchas manos y de muchas cabezas y sobre todo de muchasexperiencias de luchas, materiales, datos, etctera, la teora de la dependencia quepronto irradi por el continente, y que tanto inters despert y sigue despertandoen casi todo el mundo. Por cierto, pese a que en Chile estaba ubicadogeogrficamente el ncleo principal de sus elaboradores, desde varias partes sehan dado contribuciones muy relevantes al nuevo enfoque. Pienso, por ejemplo,en los trabajos de Hctor Silva Michelena, en Venezuela; de Alonso Aguilar,

    Fernando Carmona y dems compaeros del Instituto de InvestigacionesEconmicas de la UNAM en Mxico, as como de Pablo Gonzlez Casanova; deNorman Girvan del Caribe; de Mario Arrubla de Colombia; en el trabajo delInstituto de Economa de la Facultad de Ciencias Econmicas y deAdministracin de la Universidad de la Repblica Oriental de Uruguay y muchosotros ms. Y ha sido en las universidades, no propiamente en los partidospolticos de izquierda, particularmente en las Facultades de Economa, en dondelos estudios sobre la dependencia se han podido desarrollar, pese a que varios desus elaboradores eran militantes polticos partidarios. Esto es normal pues desdeque las universidades se han separado, por lo menos formalmente, de lainterferencia del Estado, se ha podido desarrollar en su interior un pensamientolibre, cientfico y contestatario. Sin embargo, hoy en da, que el terror se hageneralizado por todo el cono sur de nuestro continente, muchas de lasinvestigaciones en curso o en proyecto fueron interrumpidas, los equipos detrabajo se dispersaron y los resultados se vieron por cierto afectados, salvo enalgunas pocas partes en donde sin duda se prosiguen los esfuerzos para haceravanzar el conocimiento objetivo y sin constreimientos de nuestra realidad.

    De todos modos, yo creo que hoy, si hacemos un balance riguroso de lo que seha avanzado, no un auscultamiento superficial de aportes parciales, como suelenhacer los crticos, en lo esencial las bases de la teora de la dependencia han sidoechadas, es decir, su formulacin terica y su comprobacin emprica estn

    elaboradas de manera coherente, sistematizadas y demostradas en un conjunto deobras fundamentales cuyo conocimiento es indispensable para todos aquellos queestn preocupados y comprometidos, no slo con la comprensin de la realidadsino sobre todo con su transformacin. Es por esto que considero que los estudiosrespecto de la dependencia adquieren un status de teora. Obviamente no en elsentido de una teora general del modo de produccin capitalista, pues eso fuehecho por Marx; ni tampoco del "modo de produccin capitalista dependiente",pues esto no existe; sino del estudio de las formaciones econmico-socialescapita-listas dependientes, vale decir, el anlisis a un nivel de abstraccin msbajo, capaz de captar la combinacin especfica de los modos de produccin que

    han coexistido en Amrica Latina bajo la hegemona del capitalismo.

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    A mi juicio la teora de la dependencia debe entenderse como la aplicacincreadora del marxismo-leninismo a la comprensin de las especificidades queasumen las leyes de movimiento del modo de produccin capitalista en pasescomo los latinoamericanos, cuya economa y sociedad, conformadas despus dela destruccin de las sociedades indgenas, fueron productos del desarrollo del

    modo de produccin capitalista primero en Europa, en seguida en EstadosUnidos, y son redefinidas en funcin de las posibilidades estructurales internas,vale decir de la diversificacin del aparato productivo. Un planteamiento de estetipo no permite de ninguna manera y aqu estamos contestando una crtica queha sido hecha a la teora de la dependencia- interpretar tal postulacin como nomarxista por suponer que esto significa partir de la circulacin y no del procesoproductivo. Las formulaciones ms rigurosas respecto del condicionamientoejercido por los pases capitalistas ms desarrollados en el siglo XIX sobre laformacin econmico-social dependiente capitalista exportadora han tratado defundamentar este condicionamiento en funcin de los cambios sustanciales que

    ocurrieron en el sistema productivo de aquellos pases.Yo misma, en mi investigacin sobre el proceso de acumulacin yreproduccin dependientes, he planteado la cuestin claramente, y como esobvio, mi planteamiento no era novedoso pues estaba enmarcado dentro de losanlisis que se estaban haciendo y que yo trat en mi libro de presentar de lamanera ms didctica posible. As deca: "Qu factores han impulsado laformacin de las relaciones de produccin capitalista y del mercado interno enestos pases?" (Me refera a Mxico, Brasil, Argentina, Uruguay y Chile a finesdel siglo XX.) "La respuesta ltima a esta cuestin ha de buscarse en lastransformaciones que tienen lugar en el proceso productivo de los centros msdesarrollados del sistema capitalista mundial particularmente en Inglaterra apartir de la segunda mitad del siglo XIX."6

    Tratbamos en seguida de mostrar las modificaciones que ocurren en el senode estos pases en el sistema productivo con el objetivo de adaptarlos a las nuevasnecesidades de la nueva etapa de expansin del capitalismo mundial. Luegoanalizbamos cmo el sistema productivo dependiente tiende a diversificarse enfuncin de esta divisin internacional del trabajo; cmo surge y se desarrolla laindustria y cmo sta a la larga tiende a rearticular el sistema productivo creandolas condiciones para la superacin de esta divisin internacional del trabajo, esdecir, entre pases productores de materias primas y productos agrcolas y pasesmanufactureros.

    Pero nuestros estudios sobre la dependencia, realizados en el equipo deinvestigacin del CESO, fueron ms lejos an y se trat de demostrar cmo no sepuede analizar el proceso de reproduccin del sistema capitalista dependientedesvinculado del sistema capitalista mundial sencillamente porque lareproduccin dependiente del sistema pasa por el exterior, es decir, en un primermomento los sectores I (bienes de produccin) y II (bienes de consumomanufacturados) estn en el exterior, luego, con el desarrollo del proceso deindustrializacin, el sector II se desarrolla en el seno de varias de las economaslatinoamericanas pero el sector I no; para que el sistema se reproduzca tiene queimportar maquinaria. A partir de los aos cincuenta el sector I empieza a ser

    instalado en Amrica Latina (en algunos casos antes) pero sigue dependiendo,para su funcionamiento propio y expansin, de maquinaria extranjera. Esta

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    para el funcionamiento y afirmacin de su sistema, del conocimiento objetivo.Por esto, para prestar servicios eficientes a su clase la CEPAL buscaba siempreobjetividad, obviamentedentro de sus lmites, que estn dados por el hecho deque siendo una institucin del sistema, en cuanto tal no puede cuestionarlo y, poreso, sus anlisis tienden a perder objetividad y adquirir un corte ntidamente

    ideolgico. En 1949, cuando surgen los primeros anlisis de esta institucin elnuevo carcter de la dependencia an no estaba plenamente configurado y era lapropia burguesa latinoamericana quien soaba con un desarrollo nacionalautnomo. En los aos sesenta, consumado el cambio d situacin y de posicinde la propia burguesa, la teora "cepalina" deja de corresponder a los interesespropios de la clase que buscaba orientar y pasa a corresponder a un utpico sueopequeoburgus. Pero muchos de los anlisis sobre aspectos parciales de larealidad que esta institucin haba realizado, mucha de la documentacinemprica que haba organizado y procesado e incluso muchas de sus categoras deanlisis, correspondan a una descripcin ms o menos objetiva de sus objetos de

    investigacin. Lo que haba de ser cuestionado a fondo era su mtodo de anlisis,sus supuestos tericos y poli-ticos, el enfoque de los problemas y desde luego lassoluciones que preconizaba. Respecto de estas ltimas la propia prcticaeconmica y poltica fue el mejor juez.

    Hubo en los estudios de la dependencia dos grandes vertientes: una, que tratde incorporaran crticamente los avances del desarrollismo reflejados por ejemploen algunas categoras de anlisis que sin duda ayudaban a comprender determina-dos fenmenos, pero siempre tratando de precisarlas en funcin de un mayorrigor analtico.

    Desde el punto de vista estrictamente marxista no hay nada de deplorable enesto: fue el mismo Marx quien mejor supo "robar" varias de las categorasanalticas burguesas y precisarlas de acuerdo a su concepcin. Todos sabemosque el marxismo es en buena medida un producto de la asimilacin crtica y de lasuperacin de la economa clsica burguesa. Pero hubo tambin una segundavertiente en los estudios de la dependencia. Esta no logr una ruptura con eldesarrollismo. Una de sus expresiones est contenida en las obras de OswaldoSunkel. Esta es la corriente llamada estructuralista de estudios sobre la depen-dencia. Los problemas de la dependencia fueron enfocados por esta corrientedesde la ptica desarrollista y hombres como Anbal Pinto, por ejemplo, jamshan llegado a comprender los aspectos esenciales que distinguen susplanteamientos de los de la teora de la dependencia. Esta es por lo general la

    actitud de los de esta corriente, que considera que a la CEPAL cabe el mrito dehaber no slo investigado sino adems resuelto las cuestiones de la dependencia.El trabajo de Octavio Rodrguez es otra expresin de tal interpretacin quediscutiremos posteriormente. Es claro que los "cepalinos" han tratado, e inclusoprimero que otros, la temtica de la dependencia. Pero cmo la han tratado?Describan y analizaban fenmenos como el "deterioro de los trminos deintercambio", la "sustitucin de importaciones", las "inversiones extranjeras", el"endeudamiento externo", la "dependencia externa", desarrollaron incluso todauna metodologa para el anlisis de la balanza de pagos, analizaron lasituacinsocial de Amrica Latina, etctera, pero por las limitaciones tericas,

    metodolgicas y polticas de su enfoque jams lograron captar los aspectosesenciales de la situacin de dependencia. Esto porque, en el fondo, eran

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    objetivos en la descripcin de los fenmenos y siempre ideolgicos cuandobuscaban explicarlos.

    Hay casos tambin de estudiosos de la dependencia que han tratado de superarel pensamiento cepalino e incluso desarrollar un anlisis marxista con la mejor delas intenciones, no obstante sin lograrlo en aspectos fundamentales. A Gunder

    Frank le han hecho muchas crticas en este sentido y algunas con procedencia.Pero vayamos a las crticas.

    II. CRTICAS Y ANTICRITICA

    1. Principales limitaciones de las crticas

    Cules son las debilidades de la teora de la dependencia a juicio de suscrticos?

    Presentaremos una relacin de las crticas que han aparecido en los trabajosque vamos a considerar:Es una concepcin neomarxista; se utilizan categoras de anlisis burguesas;

    la lucha de clases est ausente; es economicista; no se supera el marco terico yla problemtica del desarrollismo; la dependencia es una concepcin nacionalistay hay una aoranza, una nostalgia nacionalista; hay una ultraizquierdizacin delanlisis (fundamenta una poltica ultraizquierdista en Amrica Latina); seconsidera la dependencia como un fenmeno externo; es una teora falsa ypolticamente muy peligrosa.

    Antes de entrar a discutir las crticas es necesario hacer algunasconsideraciones que son de suma relevancia y que por lo general han sido

    despreciadas por los crticos.Como he destacado en el captulo anterior, los estudios respecto de la

    dependencia se llevaron a cabo en buena medida en un ambiente de discusin, deintercambio de ideas, de fuerte motivacin poltica. Pero sera ingenuo suponerque, por ejemplo, en Chile, que se convirti en el principal centro elaborador dedicho pensamiento, todos los que se dedicaron a esa labor tuviesen la mismamotivacin poltica. Eso no poda haber ocurrido. Se empearon en el anlisis dela dependencia personas que tenan las ms diversas formaciones respecto alpensamiento cientfico. Unos se haban formado en el estructural-funcionalismo(el caso ms patente era el de Gunder Frank), otros en el weberianismo (quizs

    Weffort sea la mejor expresin), otros en el marxismo (el equipo de investigacinsobre la dependencia del CESO, Ruy Mauro Marini y autores como AnbalQuijano y Fernando Henrique Cardoso que pese a sus slidas formacionesmarxistas, y la utilizacin de sus categoras y su metodologa, son heterodoxos).

    Ahora bien, sin ninguna duda, por lo general se reconoca la importanciacrucial de la utilizacin del mtodo de anlisis marxista y se trat de emplearlo,incluso los que provenan de otras escuelas de pensamiento. Pero el hecho es que,en la prctica, los resultados fueron disparejos. Como no poda dejar de ser, haytrabajos de niveles desiguales, sea por el rigor, sea por la fundamentacin terica,metodlogica y emprica. Hay enfoques diferenciables e incluso, en variosaspectos cruciales, opuestos. Ello explica por qu, entre los propios elaboradoresde dicho pensamiento, ha habido varias polmicas, muchas de las cuales hansalido a la luz pblica. Es por eso que slo los espritus simplistas pueden

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    encajonar a todos bajo un mismo rtulo. Por ejemplo, respecto a los anlisis deGunder Frank, que tuvieron una divulgacin pionera en Amrica Latina y enbuena parte del mundo, por lo general los estudios que le sucedieron partan deuna contundente crtica a varios de sus planteamientos iniciales. Es por eso quetiene razn Fernando Henrique Cardoso cuando contestando a dos de sus crticos

    plantea: "Para comenzar se dirige el fuego del ataque terico a una entidadabstracta creada por divulgadores norteamericanos: los 'dependentistas'. Es difcilser preciso criticando en bloque a autores e interpretaciones discordantes entre sien puntos significativos."7 Tal es el mtodo por lo general utilizado por loscrticos. Sin embargo, y es importante precisarlo, hay puntos esenciales que soncomunes a varios de los autores de la teora de la dependencia; naturalmente merefiero al pensamiento que pese a sus variaciones puede ser ubicado en unaamplia corriente de izquierda, no a los "estructuralistas". No obstante, los crticosno detectan exactamente esos puntos. Muy por el contrario, o inventanliteralmente puntos comunes, como vamos a tratar de demostrar, o entonces

    resaltan aspectos, por lo general parciales, del pensamiento de uno u otro autor yse lanzan a la carga en contra de toda la corriente de pensamiento. Como habadestacado en el captulo anterior, el aspecto comn ms relevante de la teora dela dependencia es sin duda el cuestionamiento de la posibilidad de desarrollonacional, autnomo (fjense bien: autnomo) y es exactamente el carcter tanevidente de esta aseveracin lo que permite que incluso enfoques terico-metodolgicos diferentes conduzcan a la comprobacin de un mismo hechobsico. Pero hay otros aspectos de importancia verdaderamente trascendental queson comunes, por lo menos a la mayor parte de los autores, como es la precisindel propio concepto de dependencia, que pese a los diversos matices en laformulacin, en lo esencial apuntan hacia la misma caracterizacin bsica delfenmeno, como lo mostraremos despus.

    Estas someras consideraciones nos encaminan hacia otra debilidadfundamental de los crticos: el desconocimiento de la bibliografa sobre el tema.Es este, y no propiamente la incompetencia de los crticos, un factor bsico quepuede explicar el carcter tan superficial de crticas que nunca logran ir al grano.Que tal cosa es evidente lo demuestra el hecho de que en general tales son lasmodalidades de la crtica: se critica a uno, o a dos, o a tres o cuatro autores y setiran dardos envenenados sobre todo el pensamiento. Por lo general se dice quelos autores elegidos para la crtica son los ms significativos: bien. Pero resultaque la crtica a esos autores elegidos no toma en consideracin el conjunto de su

    obra sino un artculo o un libro y ni siquiera se realiza, por lo general, un anlisisa fondo de dicho artculo o libro. Incluso, muchas veces, se critica en base aconsideraciones puramente subjetivas del propio crtico. Demostraremos enseguida el fundamento de tales aseveraciones.

    Vale la pena hacer algunas consideraciones respecto a la seriedad de la crtica.Para m el modelo de crtica es la que cuestiona, de una manera slida, el ncleocentral de los argumentos criticados. Ese modelo de crtica lo encontramos enMarx, en Engels, en Lenin, como mejores expresiones de polmica. Son slidos,por ejemplo, los argumentos de Marx en contra de Proudhon, como los de Engelsen contra de.Dhring, y los de Lenin en contra de los populistas o de Kautsky.

    Los marxistas cuando trataban de destruir pensamientos complejos no sededicaban a raspar la costra del razonamiento de sus adversarios. Se entraaban

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    en el ncleo de su armazn terico para poder desmontarlo piedra por piedra. Espor esto que las grandes obras crticas resultaron ser libros o una serie depublicaciones. Y mucho ms que eso, las obras "crticas de los clsicos resultaronser obras fundamentales para la comprensin de su propio pensamiento como Lamiseria de la filosofa, el Anti-Duhring, Quines son los amigos del pueblo y

    cmo luchan contra los socialdemcratas?, Contenido econmico del populismo,El renegado Kautsky y muchas otras. Aqu queremos hacer una consideracinesencial para enmarcar en ella una limitacin definitiva de los crticos y que param es una actitud terica y poltica bsica: slo se puede lograr una crticasistemtica de un pensamiento, de una interpretacin, si uno es capaz de situarsedesde una perspectiva de conocimiento, de anlisis y de interpretacin superior,es decir, cuando uno puede situarse desde una concepcin analtico-explicativacoherente que supere con creces el pensamiento criticado. Y la verdad es quehasta hoy ese pensamiento superior, que sea capaz de entregar una explicacinglobal, coherente y fundamentada de la realidad latinoamericana an no ha

    aparecido, ninguno de los crticos de la teora de la dependencia lo haformulado... La crtica tiende a ser subjetiva, ideolgica y sobre todo destructiva,y como no puede apuntar hacia la superacin analtica de las tesis y por tantohacia la apertura de nuevas etapas de lucha poltica, apunta hacia atrs, hacia elpasado, hacia concepciones estratgico-tcticas que llevaron al fracaso, a laderrota de las luchas por la liberacin nacional y social en el continente.

    Una ltima consideracin en esta parte respecto del grave problema deldesconocimiento bibliogrfico: es muy peligroso analizar a travs de una sola desus obras a un autor, sobre todo si sta no es una obra de sntesis de supensamiento. Un ejemplo que es contundente. Quien ley slo el Qu hacer? deLenin y cree que conoce su concepcin de partido revolucionario estcompletamente equivocado. Y esto por lo general ocurre sobre todo entre lasnuevas organizaciones de la izquierda. Para captar la concepcin de partido deLenin hay que conocer tambin sus obras del periodo de 1905, cuando l llama,en funcin de las nuevas circunstancias creadas por la revolucin, a transformarel partido en un partido de masas; Lenin supera en esta etapa concreta de lucha suconcepcin de un partido restringido, solamente de cuadros de vanguardia, quepor lo dems haba sido concebido en funcin de las condiciones de luchaclandestina en la Rusia zarista con el objeto de lograr eficacia en el trabajo deorganizacin revolucionaria. Pero, como estas obras de Lenin no estn en lasObras escogidas, sino en las Obras completas, por lo general la gente no las

    conoce e interpreta la obra de Lenin respecto a este aspecto crucial de maneraparcial, vale decir deformada. Eso pasa con los crticos de la teora de ladependencia, la aportacin de Marini no se limita a la Dialctica de ladependencia y sin embargo, porque no conocen Subdesarrollo y revolucin, suscrticos dicen que l no hace un anlisis concreto de las clases sociales, de lalucha de clases y cosas por el estilo; 8 el aporte de Dos Santos no se limita a supublicacin El nuevo carcter de la dependencia, que no es la obra ms adecuadade ese autor para la discusin del concepto de dependencia y ni siquiera paradiscutir sus crticas a la CEPAL, y por esto le atribuyen un concepto de "depen-dencia externa" y crticas "implcitas" a la CEPAL;9Desarrollo y dependencia enAmrica Latina

    de Cardoso y Faletto no agota la concepcin y los aportes deCardoso sobre el tema1 y as por el estilo.

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    En suma, por lo general, los crticos han elegido un camino ms fcil -el de lasimplificacin- y esa es una de las razones de por qu su esfuerzo crtico resultatan poco convincente.

    Trataremos ahora de demostrar, aproximndonos directamente a los textos delos crticos, las limitaciones de sus esfuerzos que, de todos modos tienen un

    mrito: mantener encendida la llama polmica, condicin de avance de todopensamiento vivo que pretende influir, orientar, colaborar decididamente para latransformacin radical de nuestras sociedades.

    2. Las crticas de Agustn Cueva

    Empezaremos por discutir el trabajo de Agustn Cueva pues pese a profundasdiferencias que tenemos con l, consideramos, de acuerdo a un criteriocomparativo, que es el ms serio esfuerzo de cuestionar las tesis de la teora de ladependencia.

    El trabajo de Agustn Cueva tiene dos mritos que conviene destacar departida: en primer lugar, pese a que l tampoco utiliza una bibliografa que serala adecuada para fundamentar slidamente sus crticas por lo general no citams que una o dos obras de los autores, en sus consideraciones crticas se notaun esfuerzo, a veces bien logrado, por fundamentar sus aseveraciones, aunque espreciso destacar que tambin a veces lo hace unilateralmente. Esto de todosmodos es meritorio si comparamos su anlisis con la extremada pobreza dereferencias de otros crticos. En segundo lugar, pese a que las crticas de AgustnCueva conducen a un cuestionamiento de toda la corriente en su conjunto, por lomenos l menciona algo que podra dejar al lector con alguna duda respecto a quequizs la teora de la dependencia haya aportado algo pues, de repente, reconoce

    que sta "cumple una positiva funcin crtica [subrayado del autor] sin la cualsera imposible siquiera imaginar la orientacin actual de la sociologauniversitaria en Amrica Latina" y que es "la corriente sociolgica ms vigorosay difundida en la ltima dcada" pese a que l no da ninguna indicacin de dndereside su vigor... Por cierto que tal aseveracin no deja de contrastar con otro desus planteamientos pues, pese a que la considera corriente sociolgica, una de suscrticas bsicas es al "economicismo" de sus anlisis, y a pesar de considerarla"vigorosa" concluye al final que "es este movimiento sociolgico, cuya sociologaqueda an por hacer, el que parece encontrarse en franco declive o en vas de unapositiva superacin".11 O bien esta "corriente sociolgica" no es tan vigorosa, y

    en este caso Agustn Cueva exager, pues un pensamiento vigoroso no entra endeclive en tan corto lapso, o entonces Agustn Cueva fue demasiado generosocon dicha corriente, lo que parece ms lgico de acuerdo a sus crticas. De todosmodos sera interesante que Agustn Cueva explicitara qu nuevo pensamientose est desarrollando en Amrica Latina que est "en vas de superacin positivade la teora de la dependencia"? Mientras no lo compruebe nosotros tenemosderecho a creer que esto no deja de ser una especulacin fundada en el vaco.

    Aqu es relevante hacer una consideracin respecto al pretendido "declive" delos estudios sobre la dependencia. Hay varios indicadores objetivos en donde sepuede fundamentar una divergencia: los libros respecto al tema de los autores deesta corriente siguen agotndose; en las Facultades de Ciencias Sociales, endonde existe un mnimo de libertad de enseanza, el anlisis respecto del enfoquede la dependencia es un tema que se ha transformado en obligatorio pues los

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    estudiantes demuestran una gran curiosidad e inquietud respecto a dicha temtica;hay varios indicadores -algunos de los cuales hemos ya mencionado de que lasorganizaciones de izquierda se dejan influir cada vez ms por los anlisis de ladependencia; en Amrica Latina cada vez un mayor nmero de investigacionesparten del marco terico elaborado por dichateora; en el plano internacional

    esta temtica despert y sigue despertando cada da ms la atencin de losambientes acadmicos y polticos, lo que se comprueba no slo por el inters eneditar y difundir los textos de los autores ms significativos, sino tambin por laconstante promocin de encuentros, seminarios y conferencias respecto de estatemtica a los cuales los elabora-dores latinoamericanos son frecuentementeinvitados a participar. El tema de la dependencia se difundi por todos loscontinentes e impacta en los ltimos aos, lo que tiene un significado muyespecial, en la propia URSS. Naturalmente su divulgacin se vio harto perturbadaen el Chile de Pinochet, en la Argentina de Videla, en el Uruguay de Bordaberryo en el Brasil de Geisel. Pero esto es harina de otro costal...

    Tampoco estamos de acuerdo en la caracterizacin de "corriente sociolgica"que hace Agustn Cueva. Es indudable que la mayora - no la totalidad! de lasaportaciones provienen de personas cuyos ttulos universitarios son de sociologay/o ciencias polticas. Es cierto que muchos han realizado anlisisfundamentalmente sociolgicos. Pero tambin es cierto que los anlisiseconmicos han preponderado. Si no fuera as sera un verdadero disparate lacrtica que muchos hacen de economicismo. Es que los socilogos se metieronindebidamente a hacer anlisis econmicos? Resulta que para los marxistas laciencia social no tiene compartimentos cerrados con sus respectivos rtulos en laspuertas que dicen: "Economa", "Sociologa", "Historia", etctera. El anlisisde clases es, en primer lugar, un anlisis de la estructura econmica -paraser ms inteligibles y rigurosos (a Agustn Cueva le gusta el rigor): un anlisis dela estructura y desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones deproduccin luego, un anlisis de su movimiento, vale decir, de la lucha declases, y, en seguida, un anlisis de sus manifestaciones superestructurales, estoes las ideologas, instituciones, cultura, etctera. Analizar la dependenciasolamente al nivel de las manifestaciones tangibles de la lucha de clases, oprescindir de sta y limitarse al nivel puramente del sistema productivo, slo sejustifica como momentos de la investigacin que necesitan en seguida serintegrados en una perspectiva ms amplia y totalizadora. Por lo general estaperspectiva totalizadora fue lograda en mltiples trabajos sobre la dependencia,

    aunque es obvio que los diversos autores hayan privilegiado en algunasinvestigaciones parciales algunos aspectos del fenmeno. De ah provieneel riesgo de ligereza analtica si se consideran partes y no el conjunto de laobra de un autor. De todos modos, los anlisis sociolgicos o polticos estnde sobra presentes en los estudios sobre la dependencia y quizs las mayoreslagunas se encuentren justamente al revs de lo que creen los crticos-en elanlisis econmico. Yo misma he intentado hacer en este sentido algunasconsideraciones crticas a la obra de Cardoso y Faletto, pese a que, a diferenciade otros crticos, he tratado de destacar la aportacin de esa obra.12

    Respecto al reconocimiento de Agustn Cueva de la "positiva funcin crtica"

    de los estudios sobre la dependencia considero que es innecesariotejer mayoreselucubraciones al respecto pues, como plante antes, yo creo que la crtica

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    positiva slo se logra siempre y cuando destruya para construir, vale decir,cuando se dispone de una alternativa superior de pensamiento. Y fue slo por esoque la teora de la dependencia pudo desenmascarar tan profundamente laconcepcin desarrollista. Respecto al adjetivo "universitaria", "sociologauniversitaria", como la califica Agustn Cueva, yo creo que el pensamiento

    cientfico debe pretender y ms que eso: lograr ser universitario, perosi este pensamiento pretende ser ms que cientfico, quiero decir tambin y sobretodo revolucionario, debe adems tener la pretensin de influir en las vanguardiaspopulares. Y a ese respecto creo que no caben dudas que la teora de ladependencia ha rebasado los umbrales de los campus universitarios.

    Hay una apreciacin de Agustn Cueva que, por el carcter generalizado conque la plantea, se transforma en un epteto, como si fuera la condena definitivapor la cual la corriente tiene que purgar sus faltas: la de constituirse como un"neomarxismo" al margen de Marx.13 Yo creo que es un procedimientoadecuado que los que se consideren marxistas reivindiquen de quienes tambin se

    consideren tales, pureza y rigor en sus anlisis en cuanto tales. Desde estepunto de vista, en lo que respecta a las crticas que hace Agustn Cueva a AndreGunder Frank muchas son procedentes como es el caso de su crtica a la frmuladel "desarrollo del subdesarrollo" que, segn observa Agustn Cueva "entre otrossupuestos implicaba el de la continuidad en el cambio, que Theotonio Dos Santosno tard en sealar, con razn, como una concepcin a-dialctica".14

    Pero no estoy de acuerdo con Agustn Cueva en su procedimiento crticorespecto de las obras de Dos Santos. En primer lugar porque Agustn Cueva sedeshace muy ligeramente de este autor pues pretende invalidar su obra a travs deuna crtica muy limitada y puntual: una referencia de Dos Santos a Lenin; y, ensegundo lugar, aunque esa referencia diera la clave de la postura terico-metodolgica de Dos Santos y slo la da parcialmente yo estoy de acuerdocon el planteamiento de ste y no con las impugnaciones de Agustn Cueva y voya demostrar por qu. Para empezar, voy a reproducir el texto ntegro de DosSantos, que Agustn Cueva cita parcialmente, con el objeto de discernir demanera an ms clara! - cmo se plantea la necesidad analtica de la cuestin de"ampliar" y "reformular" la teora del imperialismo.

    El estudio del desarrollo de nuestros pases debe dar origen a la teora de ladependencia. Por ello, debemos considerar limitados los enfoques de losautores de la teora del imperialismo. Lenin, Bujarin, Rosa Luxemburgo, los

    principales tericos marxistas de la teora del imperialismo, tanto como losescasos autores no marxistas que de l se ocuparon, como Hobson, noenfocaron el tema del imperialismo desde el punto de vista de los pasesdependientes. Pese a que la teora de la dependencia debe ser situada en elcontexto global de la teora del imperialismo, ella tiene su propiarealidad,que constituye una legalidad concreta dentro del proceso global y actasobre l de esa manera concreta. Comprender la dependencia,conceptundola y estudiando sus mecanismos y su legalidad histrica,significa, no slo ampliar la teora del imperialismo, sino tambin contribuir asu reformulacin. (Los subrayados son mos.]

    Esta es la formulacin de Dos Santos que tanto irrit a Agustn Cueva. Peroresulta que Dos Santos cuando se refiere a la necesidad de reformular la teora

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    marxista del imperialismo no lo plantea en el sentido que entendi AgustnCueva, de que sta estuviera equivocada es absurdo leerlo de esta manerasino que -y esto est meridianamente claro en su texto esta teora debe serampliada con el objeto de que, en su contexto global, sea insertada, englobada, lateora de la dependencia. Como sta tiene su "legalidad concreta" (y de ah se

    justifica su status terico), acta tambin sobre el contexto global que abarca lateora del imperialismo, amplindola y reformulndola. Cuando en una teora seintroducen elementos nuevos, se la reformula.15

    Como insiste Dos Santos en el mismo texto:

    Es menester ir ms all de una perspectiva unilateral que se limita a analizarel problema desde el punto de vista del centro hegemnico, e integrar laszonas perifricas en el conjunto del anlisis como parte de un sistema derelaciones econmico-sociales de nivel mundial. El concepto de dependencia

    y de su dinmica adquiere, en este caso, todo su valor terico y cientfico.

    16

    Es decir, Dos Santos insiste aqu en que pases capitalistas desarrollados ypases capitalistas dependientes, al constituir una misma unidad histrica, debenproducir una misma unidad terica, vale decir, la teora del imperialismo debeoriginar la teora de la dependencia.

    Consideramos que es importante detenernos un poco ms en esa polmica conobjeto de aclarar todos sus aspectos. Es cierto que Lenin cuando escribe su obraEl imperialismo... supona que ste tenda al parasitismo y al estancamiento y quela inversin de capitales en los pases ms atrasados determinara su aceleradodesarrollo econmico. Sobre eso plantea Dos Santos:

    Si de acuerdo con las tendencias existentes en su poca, eso debera haberocurrido desde el punto de vista lgico, es preciso descubrir por qu ello noocurri. En primer lugar, Lenin no estudi los efectos de la exportacin decapitales sobre las economas de los pases atrasados.17

    Agustn Cueva argumenta que decir que "no ha habido una extensin y unahondamiento del capitalismo en Amrica Latina, con desarrollo de las fuerzasproductivas inclusive, es lisa y llanamente insostenible. Que ha ocurrido, si no,en nuestros pases? Y con esto reafirma su planteamiento de que "no nos parece

    nada seguro que si Lenin se hubiera ocupado del tema habra modificado losustancial de su afirmacin".18 Lo que Dos Santos dijo al respecto fue: Si Lenin

    se hubiera ocupado del tema, habra comprobado que este capital se invertapara modernizar la vieja estructura colonial exportadora, y, por lo tanto, sealiaba a los factores que mantenan en el atraso a esos pases. Es decir, no setrataba de una inversin capitalista en general, sino de la inversinimperialista en un pas dependiente. Este capital reforzaba los intereses de laoligarqua comercial exportadora, pese a que abra realmente una nuevaetapa de dependencia en dichos pases.19[Subrayados mos.]

    Este razonamiento me parece claro y riguroso. Nadie puede sostener locontrario. Est fuera de dudas que el capital extranjero modernizaba la estructura

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    productiva colonial exportadora y que se aliaba a la vieja oligarqua.20 Es lgicoque Lenin no estuviera en condiciones de analizar detenidamente todas lasimplicaciones de ese fenmeno, porque estaba ocupado en trabajar primero parahacer la revolucin en Rusia y en seguida para garantizarle su supervivencia, perode todos modos lleg a captar claramente estas tendencias, que se confirmaron de

    manera an ms ntida despus del final de la guerra.Ahora bien, que hubo desarrollo de las fuerzas productivas en Amrica Latina

    quin lo niega? Para qu pelear con molinos de viento? Pero que la condicinde ese desarrollo fue su combinacin con el atraso quin lo puede negar? Elerror grave de los que sostenan la tesis del "dualismo estructural" no era laconstatacin obvia de ese hecho sino su incapacidad de comprender que elmantenimiento del atraso de nuestros pases es condicin y consecuencia de sudesarrollo capitalista. Despus de tanta tinta que ya se gast al respecto esverdaderamente desalentador tener que volver a rediscutir esas cuestiones.

    Pero queremos insistir en que Lenin s reformul sus tesis respecto a la

    posibilidad de desarrollo de los pases dependientes, al contrario de lo que creeAgustn Cueva. En textos posteriores a El imperialismo... est muy claro elcambio de su punto de vista. Vayamos pues a los textos:

    En su Primer esbozo de las tesis sobre los problemas nacional y colonialpara el II Congreso de la Internacional Comunista Lenin llama la atencin haciala necesidad de "una diferenciacin igualmente clara entre las naciones oprimdas, dependientes y sometidas, y las naciones opresoras, explotadoras ysoberanas, para contrarrestar las mentiras democrtico-burguesas que ocultan estaesclavizacin colonial y financiera de la gran mayora de la poblacin del mundopor la minora insignificante de los pases capitalistas ms ricos y avanzados,rasgo caracterstico de la poca del capital financiero y del imperialismo".2l Enseguida el mismo Lenin insiste en que

    la lucha revolucionaria del proletariado en los pases avanzados y de las masastrabajadoras en los pases coloniales y dependientes est acelerando eldesmoronamiento de las ilusiones nacionales pequeoburguesas sobre laposibilidad de la convivencia pacfica y de la igualdad nacional bajo elcapitalismo.22 [De ah, reafirma Lenin de manera contundente], la necesidadde explicar constantemente y de denunciar ante las masas trabajadoras msamplias de todos los pases, y particularmente de los pases atrasados, elengao que realizan sistemticamente las potencias imperialistas, las cuales,

    con apariencia de Estados polticamente independientes, crean Estados queson totalmente dependientes de ellas en el sentido econmico, financiero ymilitar. En la situacin internacional presente no hay para las naciones

    dependientes y dbiles otra salvacin que una unin de repblicassoviticas.23

    Estos planteamientos bsicos permiten a Lenin sacar la conclusin lgica deque "con la ayuda del proletariado de los pases avanzados, los pases atrasadospueden pasar al rgimen sovitico y, a travs de determinadas etapas dedesarrollo, al comunismo, sin tener que pasar por la etapa de desarrollocapitalista".24 Y es para transformar esa posibilidad en realidad que Lenin llama ala formacin de "soviets de campesinos, de trabajadores, en todas partes,incluidos los pases atrasados y coloniales [...]".25 Y para que sea ms patente an

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    cmo Lenin comprendi las dificultades y especificidades del desarrollo delcapitalismo en los pases dependientes vale la pena mencionar otro de sus textosen que reflexiona en el mismo sentido, en polmica con los reformistas:

    Pero lo evidente en todos ellos, incluso desde un punto de vista puramente

    terico, es su absoluta incapacidad para comprender las siguientesconsideraciones marxistas: hasta ahora han visto un camino determinado dedesarrollo del capitalismo y de la democracia burguesa en Europa Occidental,y no estn en condiciones de concebir que este camino pueda ser tomadocomo modelo slo mutatis mutandis, slo con ciertas correcciones (porcompleto insignificantes desde el punto de vista del desarrollo general de lahistoria mundial).26

    Es decir, Lenin entenda que las condicione; especficas del desarrollo delcapitalismo en Europa fueron ms bien excepcionales.

    Y finalmente una ltima reflexin de Lenin que debe ser interpretada en elsentido de que los pases atrasados pueden y deben desarrollar sus fuerzasproductivas, su cultura, en suma su civilizacin, bajo el poder obrero:

    Dicen ustedes que para construir el socialismo hace falta civilizacin. Muybien. Pero entonces por qu no podamos crear primero tales prerrequisitosde civilizacin en nuestro pas, con la expulsin de los terratenientes y loscapitalistas rusos, y despus iniciar el movimiento hacia el socialismo? Enqu libros han ledo que es inadmisible o imposible semejantes variacionesdel habitual orden de sucesin histrica de los acontecimientos? 27

    Pues bien, pese a que Lenin no se ocup afondo del tema, l cambi a partirde 1920 la opinin que haba sostenido en 1916 de que las exportaciones decapital conduciran a un acelerado desarrollo del capitalismo en los pasesatrasados. Naturalmente, insistimos, hubo desarrollo, pero coexistiendo con elatraso, un desarrollo muy sui gneris que abri paso a una nueva y ms profundadependencia estructural.28

    Agustn Cueva critica a Dos Santos por malinterpretar a Lenin pues en vezde usar el concepto de desarrollo del capitalismo utiliza la "expresin ideolgica"crecimiento econmico. Es cierto que Lenin no utiliza esta expresin pues ella setorn usual despus de su poca y sin duda es de origen burgus, pero ya fue

    incorporada a la terminologa marxista de nuestra poca.29

    Cul es el problemade su empleo? Acaso Lenin no empleaba la palabra imperialismo, cuyo origenes burgus?

    Hay otro aspecto de la crtica de Agustn Cueva que quiero discutir.Refirindose al anlisis de Gunder Frank sobre Chile plantea que "la lucha declases est simplemente ausente" pues "las contradicciones de clase sonremplazadas por un sistema indeterminado de contradicciones nacionales yregionales que, justamente por su indeterminacin, no dejan de plantear seriosproblemas desde un punto de vista estrictamente marxista".30 De ah generaliza enseguida su observacin diciendo que:

    Este desplazamiento que convierte a los pases y regiones en unidades ltimase irreductibles del anlisis es el que confiere, adems, un tinte marcadamente

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    nacionalista a la teora de la dependencia, y no porque la contradiccin entrepases dependientes y Estados imperialistas no se d histricamente, cosa quesera absurdo negar, sino porque un inadecuado manejo de la dialcticaimpide ubicar el problema en el nivel terico que le corresponde: esto es,como una contradiccin derivada de otra mayor, la de clase, y que slo en

    determinadas condiciones puede pasar a ocupar el papel principal.31

    Yo creo que este planteamiento es profundamente equivocado. Los marxistasdeben saber que la lucha de clases en el seno de una nacin oprimida pasapor la lucha de clases a nivel internacional y, pese a que aquella se desarrollaconcretamente en el mbito de las sociedades nacionales lo que plantea contoda fuerza la problemtica nacional,no est aislada de las caractersticas y ladinmica que asume la lucha entre la nacin oprimida y la opresora. Por tanto, esnecesario dilucidar la confusin que puede generar por un lado aislar, privilegiarla "contradiccin mayor", de clase, en detrimento de la contradiccin entre

    nacin oprimida y opresora y, por otro, la subestimacin del factor nacional,es decir, la forma como las contradicciones entre las clases antagnicas semanifiestan en el nivel de la sociedad nacional. El razonamiento dialcticodetermina la estrecha vinculacin que hay entre los dos planos de la lucha declases. As siempre procedieron Marx, Engels y Lenin, para dar slo los ejemplosclsicos. Para no abundar demasiado con las citas recordaremos solamente laposicin de Lenin respecto del problema nacional y su polmica con RosaLuxemburgo. El sostena la tesis de que se deba luchar por la autodeterminacinde los pueblos oprimidos por el zarismo y la implement en la prcticaporque entenda que la revolucin rusa deba respetar el deseo deautodeterminacin de los pueblos y que esta actitud fortalecera a la nuevaRepblica Sovitica. Sin embargo, reconoca que Rosa Luxemburgo, en cuantopolaca, vale decir, desde el punto de vista polaco, podra levantar la consigna encontra de la autodeterminacin, por cuanto esa consigna favoreciera el desarrollodel proceso revolucionario en Polonia. Lo que Lenin no aceptaba era que Rosa,en funcin de los intereses de la revolucin en Polonia, quisiera que losbolcheviques abdicaran de la lucha por la autodeterminacin, y es por eso quecalifica esta actitud de Rosa de chovinista gran-rusa al revs.

    Lenin siempre fue internacionalista pero no por eso dejaba de ser ruso. Y elhecho de que los bolcheviques supieron captar las especificidades de laproblemtica nacional rusa fue uno de los factores cruciales en su triunfo. Su

    posicin por ejemplo respecto del problema nacional fue, a juicio del propioLenin, factor de importancia | definitiva en la conservacin del poder sovitico.Pero Lenin mismo sin dejar de otorgar una enorme importancia al carcternacional de la lucha, trata siempre de insertar sus perspectivas en el cuadro de lalucha a nivel internacional. Conviene citar uno de sus varios razonamientosexplcitos al respecto:

    En primer lugar, cul es la idea ms importante en que se basan nuestrastesis? La diferenciacin entre naciones oprimidas y opresoras. A diferencia dela II Internacional y de la democracia burguesa destacamos esta

    diferenciacin. (...) El rasgo caracterstico del imperialismo consiste en que,como vemos, todo el mundo est dividido actualmente en un gran nmero de

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    una problemtica que el desarrollismo no ha podido tratar: de las contradiccionesdel capitalismo dependiente, de la estrategia revolucionaria, del papel de lahegemona proletaria en la lucha antiimperialista, en fin, de la revolucinsocialista en Amrica Latina. Una vez con el poder en las manos, como lo haplanteado Theotonio Dos Santos, el proletariado latinoamericano l y no los

    intelectuales sabr poner en el orden del da una problemtica radicalmentenueva. Por cierto que la problemtica suya ser la del desarrollo de las fuerzasproductivas y de las nuevas relaciones de produccin socialista, de la nuevacultura, de la nueva civilizacin. Se dar entonces una redefinicin profunda de laproblemtica del desarrollo al estilo de la que puso en el orden del da elproletariado cubano, es decir la problemtica de la construccin socialista. Pensarque es posible inventar una problemtica propia, abstracta, que no tenga que vercon los temas del desarrollo, de la dependencia, del atraso y de la lucha concretade clases, eso s es caer en el neomarxismo o ms precisamente en elantimarxismo, por buenas que sean las intenciones...

    Prosiguiendo con los comentarios a la crtica de Agustn Cueva, aceptemos elterreno especulativo al que nos conducen sus interpretaciones de la teora de ladependencia (p. 9). Cmo responder a la cuestin sobre s hubiera sido mejorque Amrica Latina "hubiera tenido un desarrollo mucho ms acelerado yarmonioso del que en realidad tuvo"? Le responderamos que s, pues elproletariado se hubiera desarrollado ms, se hubiera fortalecido y cohesionadoan ms, el capitalismo hubiera producido ms cultura y menos miseria. Elcapitalismo, como deca Lenin, es un modo de produccin y de vida inferiordesde que nos situamos en la perspectiva superior, socialista; pero superior aformas de organizacin econmico-sociales que lo han precedido. Esta es unaaseveracin de Lenin de la poca de la NEP, cuando l consideraba que erapreferible tener una buena cultura burguesa que una mujik. Pero consideracionesde este tipo encontramos en el Lenin de 1905, cuando l defina el carcter de larevolucin como democrtico-burguesa y apreciaba que sta sera un granprogreso pues la Rusia atrasada necesitaba del desarrollo del capitalismo. Puesbien, en Amrica Latina, en algunos pases y no en todos, en los aos treinta, pesea que fue precario el desarrollo del capitalismo, ste de todos modos tena suempuje progresista, obviamente dentro de los lmites que posibilitaba lasituacin de dependencia. Pero ese empuje progresista fue luego frustrado porla nueva modalidad que asumieron las relaciones de dependencia en AmricaLatina. Decir pues si fue o no una lstima que as ocurriera es una cuestin

    verdaderamente bizantina, que no aporta nada a 1a comprensin objetiva dela realidad y que por lo dems nunca fue objeto de "nostalgia", como dice Cueva,por parte de los autores de la dependencia. Como siempre, l hace una crticagenrica a toda la corriente y trata de fundamentar con una cita del que ya se hatransformado en "chivo expiatorio". Gunder Frank. La cita de Frank se refiere alperiodo del doctor Francia y de los Lpez, en Paraguay. Segn Agustn Cuevaeste texto revela "nostalgia de capitalismo nacional perdido..." A mverdaderamente me parece grotesca tal crtica a Gunder Frank (y su proyeccin atoda la corriente de pensamiento) puesto que 1o que hace tal autor es destacar elcarcter progresista que innegablemente adquirieron dichos gobiernos de

    Paraguay que, a su juicio "lograron un desarrollo nacional estilo bismarkiano obonapartista, como ningn otro pas latinoamericano de la poca". En seguida, el

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    propio Frank destaca las limitaciones de tal poltica. De modo que su "nostalgia"slo existe en la interpretacin muy especial v subjetiva de Cueva.

    Esos reparos a la teora de la dependencia van en la misma direccin del quehizo Anbal Pinto, la diferencia reside en que Pinto lo formul de manera msmatizada y a pie de pgina: "En el desarrollo del enfoque criticado se llega, a

    veces explcitamente, a una cierta aoranza de la suerte de algunos pases quequedaron 'fuera' del sistema internacional de la divisin del trabajo [...]"34 y aspor el estilo. En este nivel de subjetivismo es imposible discutir con los crticos,volvamos pues a las crticas ms objetivas.

    Una objetividad mayor es lograda por Cueva cuando critica el ensayo deCardoso y Faletto, Desarrollo y dependencia en Amrica Latina, en la medida enque, conocedor l mismo de la historia latinoamericana, seala algunas "lagunas"de la obra. Sin embargo, sin querer tomar en todos los casos la "defensa" de lostericos de la dependencia, pues yo misma he hecho algunos reparos crticosal mencionado libro, el hecho es que el trabajo de ambos autores no tiene como

    objeto profundizar en la historia actual de los pases latinoamericanos, caso porcaso, sino describir en grandes lneas un nuevo marco de interpretacin delproceso histrico latinoamericano considerado en su conjunto. Por esto es naturalque en esta obra se haga "caso omiso" de varios hechos que son cruciales para lacomprensin de la historia latinoamericana, pero de los cuales se puedeprescindir en anlisis sintticos y globales como en el mencionado libro. Por otraparte, no comparto el desprecio que siente Cueva por los nuevosconceptos que han sido incorporados a la ciencia social aunque hayan sidocreados por la burguesa. .. No considero que "enclave" sea un "ambiguotrmino", como lo plantea l. En este trmino se ha condensado la definicin deuna forma muy especfica de explotacin econmica extranjera que no debe serconfundida -como lo hace Cueva con el concepto de colonia o semicoloniapues estos conceptos remiten a una forma de dominacin generalizada, en loeconmico y en lo poltico, de una potencia sobre un pas oprimido.

    En seguida Cueva vuelve a proyectar sobre toda la teora de la dependenciauna crtica que podra ser justa respecto a la obra especfica de Cardoso y Faletto:que "casi los nicos protagonistas de la historia que esa teora presenta [sic] sonlas 'oligarquas' y burguesas o, en el mejor de los casos, las capas medias". 35 Yomisma, antes que Cueva, haba criticado a Cardoso y Faletto por no destacar elpapel fundamental de los principales actores de la historia latinoamericana denuestro siglo, no slo los "sectores populares" como dice Cueva, sino tambin los

    empresarios industriales y la clase obrera. Pero al revs de Cueva, yo les criticabano el "economicismo" sino la ausencia de anlisis econmico. As deca:"Mientras lo econmico sea un mero marco de posibilidades estructurales, losintereses de sus principales actores tienen que aparecer mezclados con los deactores secundarios como las llamadas 'capas medias' ".36 Pero la diferenciafundamental es que yo formul mis crticas como crticas positivas a una obrapositiva, que contena "un rico esquema interpretativo" y una "valiosa discusinmetodolgica".

    Cueva insiste en plantear que "no deja de ser sintomtico el hecho de que, enla dcada pasada, no se haya producido un solo libro sobre las clases

    subordinadas a partir de aquella teora".

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    Es verdaderamente una lstima que ensu estadaen Chile Agustn Cueva no tuviese conocimiento de la existencia de las

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    reas de investigacin del CESO, uno de los principales centros de elaboracinde la teora de la dependencia. Si l hubiera conocido la forma de funcionamientoy los programas de investigacin de dicha institucin, se habra percatado de queno slo exista un rea de investigacin sobre el Estado y las clasessociales, sino que en esta rea se realizaba ms de un proyecto de investigacin

    sobre la clase obrera y ms de un proyecto de investigacin sobre elcampesinado. Estas investigaciones no empezaron sino hasta 1970 y no llegaron aser terminadas, entre otros factores porque los investigadores eran tambinmilitantes polticos que estaban tratando de ayudar a construir un Chile nuevo, loque retardaba el ritmo del trabajo terico, y finalmente vino el golpe militar...Pero avances de investigacin han sido publicados. Ahora bien, por lo general,casi todos los que han elaborado la teora de la dependencia se han dedicado "enla dcada pasada" al anlisis de las clases dominadas, no solamente comomonografas exclusivas sobre el tema, que s existieron, 38 sino sobre todo en unnivel global que integraba a las diversas clases. Si Agustn Cueva revisa a fondo

    la bibliografa se percatar de su equvoco, que va en la misma lnea de suafirmacin de que "a partir de tal teora no se haya producido un solo estudiosobre el desarrollo revolucionario cubano".39 S se ha producido y cupo a mesta tarea40 y, adems se hacan seminarios y cursos sobre la revolucincubana en el CESO y en la Escuela de Economa con la participacin decientficos sociales cubanos y se cre en el mismo CESO un rea deinvestigaciones sobre Problemas de la Transicin al Socialismo. Antes de criticarhay que informarse.

    Pero hay un equvoco que es patente en la interpretacin de Agustn Cueva dela teora de la dependencia. Lo citamos ampliamente con objeto de aclararlo:

    En fin, el propio estudio de la burguesa y sus fracciones parece haberse vistointerferido por un inadecuado manejo del marxismo. Tal es el caso de losanlisis sobre la burguesa nacional (media y pequea), a la que comienza porpedrsele virtudes revolucionarias [sic] que jams posey, para luego negarpura y llanamente su existencia en Amrica Latina. Con el loable propsito deevitar las posiciones reformistas, en este como en otros aspectos se cae en elotro extremo, la ultraizquierdizacin del anlisis [sic] al borrar de unaplumada todas las contradicciones secundarias de la sociedad {sic] y laposibilidad de actuar sobre ellas41

    Cuando se afirma que no existe una burguesa nacional en Amrica Latinaobviamente no se trata de negar la existencia de la burguesa como clase. Estainterpretacin sera completamente absurda. Lo que se plantea, con fundamentoen la descripcin de la situacin real de Amrica Latina, en base a datos evidentesy a una vasta comprobacin emprica realizada en muchsimos trabajos deinvestigacin, es que en la medida en que las burguesas en nuestro continente sehan asociado como clase al capital extranjero, tuvieron que abdicar de susproyectos propios de desarrollo nacional autnomo. En este sentido, y slo eneste, no pueden tener un proyecto nacional, no pueden defender los intereses dela nacin independientemente de los intereses del capital extranjero, pues ellasestn asociadas a ste en calidad de socias menores.42Ellas no disponen de lapropiedad privada de los medios de produccin fundamentales sino que lacomparten con el imperialismo desde una posicin desventajosa, aunque eso no

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    signifique que sus ganancias no sean sustanciales. En palabras de Fidel Castro:"Una verdad que debiramos sabrnosla todos como la primera, y es que no hayindependencia si no hay independencia econmica, que la independencia polticaes una mentira, si no hay independencia econmica".43 Lo que queda a lasburguesas es un margen relativo de maniobra frente al imperialismo, que tratan

    de utilizar dentro de sus estrechos lmites. Por cierto que an sobreviven algunossectores burgueses que no estn asociados al capital extranjero. Pero stos sonreminiscencias decadentes que no pueden tener un peso econmico ni polticosignificativo en las sociedades latinoamericanas. En dnde reside pues la"ultraizquierdizacin" del anlisis? Por qu al destacar esa contradiccinfundamental de la sociedad se borra "de una plumada todas las contradiccionessecundarias de la sociedad"? Nadie jams ha negado que la burguesa sigueteniendo contradicciones secundarias con el imperialismo y que estascontradicciones deben ser utilizadas, pero lo que por logeneral se ha tratadode mostrar, cuando se trat de sacar las consecuencias polticas de este anlisis -y

    aqu s yo me refiero slo a los anlisis ms rigurosamente marxistas-, es que laestrategia revolucionaria en Amrica Latina no puede ser definida en funcin dela alianza con sectores decadentes y poco significativos de la burguesanacionalista que an quedan en Amrica Latina, pues sta no tiene y no puedetener ningn proyecto viable de desarrollo que proponer. Esta era una concepcinmuy vigente en Amrica Latina durante los aos sesenta y hasta hoy an existenmuchos que la preconizan. Pero este no es, de ninguna manera, el eslabn al quehay que aferrarse para arrastrar toda la cadena. Y plantear las cosas tal como sonno significa "ultraizquierdizar" el anlisis. Esa crtica adquiere pues no uncontenido objetivo sino ideolgico, pues voluntaria o involuntariamente trata dejustificar, deformando los argumentos del adversario, la lnea poltica quepreconiza la alianza de clases, con la burguesa nacional, lnea que no fue viableen la prctica porque la propia burguesa la desech.

    No es tampoco cierto que la teora de la dependencia haya servido deinstrumento de anlisis para los intentos insurreccionales que han asumido, por logeneral, un rasgo tpicamente ultraizquierdista. Estos estaban inspirados en unafalsa interpretacin de la revolucin cubana que la obra de Rgis Debraycontribuy decisivamente a divulgar, pese a que cuando sta circula en AmricaLatina ya era patente la inviabilidad de la lucha guerrillera entendida de acuerdo ala concepcin del "foco". Cuando apareci Revolucin en la revolucin?prcticamente todos los que estaban trabajando en esta temtica en Chile la

    discutieron y la criticaron. Yo misma intent una crtica a Debray.44

    Pero en loque hay que insistir es que, si bien la izquierda insurreccional radicaliz la formatctica de lucha, en el nivel de la concepcin estratgica no haba realizado uncambio significativo. En la mayor parte de los casos se mantuvo una lnea deliberacin nacional, de muy amplia alianza de clases, y no se lleg a plantear elcarcter socialista de la revolucin programticamente. Este cambio de calidad,claro y significativo, pese a que despus de la revolucin cubana ya haba sidocontemplado en algunas pocas y pequeas organizaciones de la izquierdarevolucionaria, ocurrir con todo su impacto en el programa de la UP yposteriormente en la Asamblea Popular de Bolivia.45

    Yo dira que el mayor responsable de la ultra-izquierdizacin fue elreformismo de los partidos comunistas en este periodo, por haberlos incapacitado

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    cmo la superexplotacin del trabajo configura una ley de movimiento propia delcapitalismo dependiente. No concordamos pues con la crtica de Agustn Cueva aese respecto. Por otra parte, el fenmeno de la superexplotacin del trabajo puedeocurrir en los pases capitalistas desarrollados, puede incluso intensificarse en pe-riodos de crisis, pero lo especfico de los pases dependientes es que ese

    fenmeno ocurre de manera permanente y sistemtica. La crtica de Cueva eneste sentido, es decir, de que ste sera un fenmeno comn a todo capitalismo es,por tanto, improcedente. Adems el concepto de superexplotacin no debe serconfundido con el de pauperizacin, como lo hace Cueva (vase su nota 20, p.19) pues ste remite a las condiciones de vida del obrero y no al procesoproductivo...

    Ahora bien, sin querer discutir en detalle las consideraciones de AgustnCueva, quiero expresar mi juicio respecto del citado ensayo de Marini: en miopinin, sin duda, es uno de los ms brillantes aportes a la teora de ladependencia pues tuvo el mrito de enfrentar una cuestin que es crucial para la

    comprensin del funcionamiento del capitalismo en las sociedades dependientes:la superexplotacin del trabajo. Esa categora de anlisis haba hasta entoncessido empleada espordicamente y sin mayor rigor. Ruy Mauro Marini precis entoda su extensin su significado esencial para comprender una dimensin desuma relevancia del proceso productivo en Amrica Latina. Sin embargo, esimportante destacar que al tratar de poner al desnudo todas las implicaciones delfenmeno, Marini algunas veces las exager, pues como l mismo lo ha dicho"las tendencias analizadas se pintaron a brochazos, lo que lesconfiri a veces unperfil muy acusado". El lector tiene pues, respecto a esta obra, que saber matizarvarios de sus planteamientos, para poder rescatar su inestimable contribucin.48

    Pero es difcil seguir el hilo de Cueva, pues l empieza con Gunder Frank,salta a Dos Santos vuelve a Gunder Frank, salta a Cardoso y Faletto, va a Marini,vuelve a Gunder Frank, regresa a Cardoso y Faletto, retorna a Gunder Frank, aMarini, y a Gunder Frank... Es decir, Gunder Frank es el motor continuo de todasu crtica, es el autor que l toma para criticar permanentemente tratando demanera vana de proyectar sus pretendidas debilidades a toda la corriente depensamiento. Dejaremos de lado sus consideraciones muy ligeras respecto al "usototalitario" (sic) del concepto fundamental de dependencia, puesto que en verdadl no logra demostrar en dnde residen "las duras insuficiencias explicativas delconcepto" (p. 11) y jams llega a discutir la pertinencia terica del mismo. Sunico argumento para fundamentar su "tesis" de que "no hay ningn espacio

    terico en el que pueda asentarse una 'teora de la dependencia', marxista o no",parece residir en el hecho de que no la hubo "en la Rusia de Lenin ni en la Chinade Mao".

    Es obvio que tal tipo de teora no hubiera podido ser elaborada tal cual paraRusia por la sencilla razn de que el imperio zarista era considerado por Lenincomo una de las potencias imperialistas (el objetivo de su participacin en laguerra era claramente imperialista y esto qued meridianamente claro cuando losbolcheviques, despus del triunfo, revelaron los tratados que mantuvo secretos elGobierno Provisional burgus-reformista). Sin embargo, no pueden caber dudasde que Lenin, en los anlisis respecto de la situacin mundial hechos para la

    Comintern es uno de los precursores de la teora de la dependencia. Lo mismo yase ha dicho respecto al esfuerzo de Mao, quien para lograr comprender la

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    embargo, de hecho se transforma en una crtica "implcita" a dicho enfoque en lamedida en que, al confrontarlo con el de la CEPAL, trata de atribuir a ste todauna capacidad interpretativa que jams posey, utilizando el recurso de ladesfiguracin de una contribucin que es fundamental y especfica de la teora dela dependencia. Si el autor quiso hacer un favor al conocimiento objetivo de

    ambos pensamientos no lo logr, pues su anlisis result ser una verdaderaapologa de la CEPAL. Despus de presentar una sntesis sobre "La concepcingeneral de la CEPAL", Rodrguez intenta una exposicin objetiva y exhaustiva delos autores seleccionados Pedro Paz, Theotonio Dos Santos, los planteamientosdel Instituto de Economa de la Facultad de Ciencias Econmicas de la Univer-sidad de la Repblica Oriental de Uruguay, Cardoso y Faletto y Gunder Frankpara al final hacer una "contrastacin entre la concepcin de la CEPAL y losintentos de interpretacin alternativa". Aproximadamente 100 pginas, de un totalde 152, son resmenes de las obras; de stas, 38 pginas son resumen de la obrade Cardoso y Faletto.

    En su Introduccin, Octavio Rodrguez plantea que la seleccin de obras sedebi al hecho de que stas

    poseen la caracterstica comn de utilizar el concepto de dependencia comocategora fundamental de anlisis, y de concebir que la transformacin de lasrelaciones de dependencia est en la base de las tendencias que se manifiestanen las economas y sociedades latinoamericanas a partir de la segunda mitadde la dcada del cincuenta [...]

    Segn el autor "tales intentos de reinterpretacin encuentran una de susfuentes conceptuales en el pensamiento de la propia CEPAL", pero "contienen

    los rasgos diferenciales: el papel clave del concepto de dependencia en suestructura terica y la utilizacin de este concepto como eje de interpretacin delproceso econmico-social latinoamericano en la fase habitualmente denominadade estancamiento".5

    Aqu, de partida, hay que puntualizar esta afirmacin de Rodrguez, por sertan genrica y poco rigurosa. Es muy discutible su afirmacin respecto a "fasehabitualmente denominada de estancamiento", pues tal planteamiento conduce auna interpretacin simplista de que hay un consenso entre la corriente de laCEPAL y la teora de la dependencia sobre la cuestin del estancamiento, lo queno es correcto (incluso, entre los propios "cepalinos" y "neocepalinos" hay

    diferencias de enfoque). Los autores de la dependencia en especial, pese a que enmuchos de sus anlisis han detectado situaciones momentneas de estancamientoen algunos pases e incluso algunos de ellos han tratado de vislumbrar unatendencia ms general en esta direccin, han destacado el carcter cclico deldesarrollo capitalista. Citemos algunos ejemplos: Dos Santos, en su libroSocialismo o fascismo: dilema latinoamericano, se dedica fundamentalmente ademostrar el carcter cclico de la crisis de 1961 a 1967 en Brasil; FernandoHenrique Cardoso ha defendido la tesis de la capacidad de desarrollo econmicobajo el capitalismo dependiente, vase su Autoritarismo y democratizacin;Anbal Quijano se ha dedicado a mostrar el desarrollo de la nueva dependencia enPer en varias de sus muy conocidas obras, y muchos otros autores han trabajadoen esta misma direccin. Octavio Rodrguez se hubiera aproximado a unaformulacin mucho ms rigurosa de la diferenciacin entre los dos pensamientos

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    si hubiese destacado la importancia que el concepto de dependencia tiene en losautores de la teora de la dependencia para la interpretacin de todo el periodoque empieza a partir de la ltima guerra, y en el cual las relaciones dedependencia asumen un nuevo carcter. Este concepto sin duda fue utilizadocomo "eje de interpretacin" para explicar no slo situaciones de estancamiento,

    sino tambin y sobre todo los intentos de poner en prctica polticasdesarrollistas, sus caractersticas, limitaciones y las profundas crisiscoyunturales y estructurales del capitalismo en el continente. Adems, elambiguo planteamiento de Rodrguez puede conducir al lector a creer que lautilizacin del concepto de dependencia se restringi a la interpretacin desolamente un trecho del proceso econmico-social latinoamericano, vale decir, apartir de los aos cincuenta, lo que estara muy lejos de ser verdad.

    Volviendo a la Introduccin de Rodrguez, ste agrega que "se ha omitido encambio la consideracin de otros trabajos tambin consultados, en virtud de queno constituyen desde el punto de vista de su estructura terica o de la

    interpretacin que brindan del periodo de estancamiento, un enfoque alternativoal de la CEPAL; dichos trabajos se citan en la bibliografa anexa" (lossubrayados son mos). Tal consideracin nos permite pensar que Rodrguez tieneen mente casos como los trabajos de Oswaldo Sunkel, que son mencionados en labibliografa, que tratan del tema de la dependencia, sin superar el enfoque de laCEPAL. No obstante, sin entrar a discutir la seleccin de los autores que es muyincompleta desde el punto de vista del objetivo que se propone Rodrguez (pueshubiera sido obligatorio por ejemplo incorporar obras como la de Caputo yPizarro Dependencia y relaciones internacionales, pues contiene de las mssignificativas crticas a la CEPAL) me gustara hacer una consideracin que esfundamental respecto a la seleccin de las obras y los temas destacados en lasobras resumidas. Y aqu va otra crtica a Octavio Rodrguez. Crtica, por lodems, que a estas alturas ya es reincidente respecto a los crticos. Vuelvo ainsistir: no se puede, con un mnimo de respeto por el pensamiento ajeno, tomarun trabajo de un autor y criticarlo como si fuera su pensamiento. Sobre todocuando el trabajo seleccionado -sea libro o artculo- no es aquel en que el autordesarrolla los aspectos que el crtico busca analizar. Y eso fue lo que hizoOctavio Rodrguez. En el caso de Theotonio Dos Santos, su texto "El nuevocarcter de la dependencia" si bien sirve para mostrar su concepcin respecto alcambio de carcter de las relaciones de dependencia de los aos cincuenta haciaac, no contiene la parte conceptual respecto de la dependencia y tampoco sus

    claras y explcitas crticas a los supuestos de la CEPAL. Rodrguez debera haberrecurrido al texto "La crisis de la teora del desarrollo y las relaciones dedependencia en Amrica Latina", que ni siquiera es citado en la pobrsimabibliografa anexa, y que circul ampliamente en Chile -en donde estuvoRodrguez- y fuera de Chile. Por desconocer textos bsicos como ste, se vuelveaparentemente fcil la tarea de Octavio Rodrguez de invertir las concepciones,de atribuir a la CEPAL lo que es mrito de la teora de la dependencia y a sta laslimitaciones de la CEPAL. Tampoco es significativa la seleccin de textos quehace de Gunder Frank. No slo deja de lado otros textos en que Gunder Frankcrtica a la CEPAL - los desconocer? sino que ni siquiera se preocupa por

    considerar si acaso hubo una evolucin en el pensamiento del autor respecto alaspecto conceptual, que es una de su