Asesoramiento niños mentirosos fin

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LAS MENTIRAS DE LOS NIÑOS/AS ¿Por qué mienten los niños y las niñas? Entre 3 y 5 años: La mentira no se produce de forma consciente, sino como elemento constituyente de sus juegos e historias fantasiosas. La mentira es un elemento más del juego y no hay que darle demasiada importancia, salvo que se extienda a su comportamiento habitual o se convierta en la forma por excelencia de obtener lo que quieren. A partir de 5 años: A esta edad comienzan a mentir de forma consciente, cuando ya suelen distinguir la diferencia entre lo que es cierto y lo que no lo es, aunque aún no tienen claro que mentir sea algo incorrecto. Las mentiras pueden producirse tanto por inseguridad y falta de autoestima -que intentan ocultar mediante la mentira- o bien para probar y ver las reacciones de los adultos y comprobar hasta dónde pueden llegar. Los engaños del pequeño son un arma que él tiene para triunfar en una situación inesperada, pero siempre nos habla de un problema de fondo, porque la mentira tiene más que ver con el entorno que con la intención del pequeño. ¿Por qué mienten los niños y niñas a partir de 5 años? Para evitar castigo - Muchos niños de esta edad mienten con el propósito de evitar problemas. Para impresionar a otros - En este caso, los niños inventan cuentos para quedar bien con otros. Para atraer atención o elogios de otros. Para conseguir algo que ellos quieren - Los niños pueden mentir para conseguir algo que ellos quieren. Para proteger a otros - Los niños son muy leales con sus amigos y miembros de familia. Ellos podrían mentir para proteger a alguien. Porque escuchan a sus padres mentir Muchos niños oyen que sus padres y otros adultos importantes mienten (ej: si llaman al teléfono, no estoy). Los niños aprenden de sus padres y otros adultos, y estarán más inclinados a mentir si oyen que sus padres y otros adultos mienten. ¿Cómo saber si miente? A menudo es muy difícil para los padres saber si los niños están diciendo la verdad o no. Cuando dicen la verdad,

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Pautas a familias sobre cómo trabajar con niños para que no mientan.

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LAS MENTIRAS DE LOS NIÑOS/AS

¿Por qué mienten los niños y las niñas?

Entre 3 y 5 años: La mentira no se produce de forma consciente, sino como elemento constituyente de sus juegos e historias fantasiosas. La mentira es un elemento más del juego y no hay que darle demasiada importancia, salvo que se extienda a su comportamiento habitual o se convierta en la forma por excelencia de obtener lo que quieren.

A partir de 5 años: A esta edad comienzan a mentir de forma consciente, cuando ya suelen distinguir la diferencia entre lo que es cierto y lo que no lo es, aunque aún no tienen claro que mentir sea algo incorrecto. Las mentiras pueden producirse tanto por inseguridad y falta de autoestima -que intentan ocultar mediante la mentira- o bien para probar y ver las reacciones de los adultos y comprobar hasta dónde pueden llegar. Los engaños del pequeño son un arma que él tiene para triunfar en una situación inesperada, pero siempre nos habla de un problema de fondo, porque la mentira tiene más que ver con el entorno que con la intención del pequeño.

¿Por qué mienten los niños y niñas a partir de 5 años?

Para evitar castigo - Muchos niños de esta edad mienten con el propósito de evitar problemas.

Para impresionar a otros - En este caso, los niños inventan cuentos para quedar bien con otros.

Para atraer atención o elogios de otros. Para conseguir algo que ellos quieren - Los niños pueden mentir

para conseguir algo que ellos quieren. Para proteger a otros - Los niños son muy leales con sus amigos y

miembros de familia. Ellos podrían mentir para proteger a alguien. Porque escuchan a sus padres mentir Muchos niños oyen que sus

padres y otros adultos importantes mienten (ej: si llaman al teléfono, no estoy). Los niños aprenden de sus padres y otros adultos, y estarán más inclinados a mentir si oyen que sus padres y otros adultos mienten.

¿Cómo saber si miente?

A menudo es muy difícil para los padres saber si los niños están diciendo la verdad o no. Cuando dicen la verdad, generalmente están relajados y sus expresiones faciales lo demuestran. Cuando mienten, sus expresiones faciales pueden demostrar esta ansiedad.

Los padres deben escuchar cuidadosamente lo que sus hijos les dicen. ¿Existen contradicciones en lo que dicen? ¿Tienen sentido sus palabras? ¿Es creíble lo que dicen?

Si los niños dicen la verdad, usualmente sus palabras no suenan ensayadas, si lo que dicen suena ensayado, los padres pueden hacer preguntas para ver cómo reaccionan al contestarlas.

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¿Qué hacer cuando el niño o niña miente?

Lo primero es intentar averiguar el porqué de ese comportamiento para así poder corregir lo que de nuestra parte pueda estar influyendo en el mismo y, en caso de que sea exagerado, poder recurrir a un profesional que pueda analizar el problema y orientarnos en la mejor forma de solucionarlo

Es necesario que hables con tu hijo/a y le expliques los beneficios de la verdad, la honradez y la confianza. Háblale también de que las consecuencias de la mentira y el engaño son crear desconfianza en los demás, perder su credibilidad y sentirse mal consigo mismo.

Explícale a tu pequeño que mientras diga la verdad, no sufrirá ningún castigo. Sin embargo, si ya lo has castigado demasiado por decir mentiras o por no haber estado a la altura de tus expectativas, es más difícil ganarte su confianza.

No dejes pasar su mentira, pero tampoco lo castigues. Pregúntale por qué mintió y dale confianza para que explique sus razones. Lo ideal para que aprenda a decir siempre la verdad es que no lo castigues. Enséñale que es más valioso decir la verdad que evitar el castigo.

Felicítalo cuando afronte y reconozca la verdad a pesar de saber que a sus padres no les va a gustar. Si lo reprendes al haber dicho la verdad, no le estás enseñando el beneficio de ser honrado.

Para evitar que recurra al engaño, créale un ambiente de autenticidad donde lo importante sea la coherencia, sinceridad, aceptación plena, tolerancia y libertad. Enseña con tu ejemplo, no digas mentiras ni las justifiques, sino desapruébalas. Sólo puedes combatir la mentira si educas a tu pequeño con comprensión, franqueza y confianza mutua entre padres e hijos.

Si los padres reaccionan con explosiones exageradas, regaños, castigos o amenazas, el niño será el primer sorprendido por la magnitud de sus mentiras, descubrirá que tienen un enorme poder y las dirá de nuevo.

Busque ayuda profesional si las mentiras persisten. Los niños que mienten de manera frecuente pueden tener problemas básicos de comportamiento. En estos casos, los padres deben de buscar ayuda profesional.

CUENTO SOBRE VALORES:

CUENTO DE LOS DUENDES

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Hace muchos años en el país de los duendes sucedió la siguiente historia. Todos los duendes se dedicaban a construir dos palacios, el de la verdad y el de la mentira.

Los ladrillos del palacio de la verdad se creaban cada vez que un niño decía una verdad, y los duendes de la verdad los utilizaban para hacer su castillo. Lo mismo ocurría en el otro palacio, donde los duendes de la mentira construían un palacio con los ladrillos que se creaban con cada nueva mentira.

Ambos palacios eran impresionantes, los mejores del mundo, y los duendes competían duramente porque el suyo fuera el mejor. Tanto, que los duendes de la mentira, mucho más tramposos y marrulleros, enviaron un grupo de duendes al mundo para conseguir que los niños dijeran más y más mentiras. Y como lo fueron consiguiendo, empezaron a tener muchos más ladrillos, y su palacio se fue haciendo más grande y espectacular.

Pero un día, algo raro ocurrió en el palacio de la mentira: uno de los ladrillos se convirtió en una caja de papel. Poco después, otro ladrillo se convirtió en arena, y al rato otro más se hizo de cristal y se rompió. Y así, poco a poco, cada vez que se iban descubriendo las mentiras que habían creado aquellos ladrillos, éstos se transformaban y desaparecían, de modo que el palacio de la mentira se fue haciendo más y más débil, perdiendo más y más ladrillos, hasta que finalmente se desmoronó.

Y todos, incluidos los duendes mentirosos, comprendieron que no se pueden utilizar las mentiras para nada, porque nunca son lo que parecen y no se sabe en qué se convertirán.