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    EL HAC IN AM IEN TO COMO CONTEX TO : ESTR ATEG IA SMETODOLOG ICAS PARA SU ANALISIS

    Carlos SANTOYO VELASCO* y M~Teresa ANGUERA ARGILAGA***Facultad de Psicologia. Universidad Nacional Aut6noma de Mexico

    **Facultad de Psicologia. Universidad de Barcelona

    El estudio del hacinamiento puede abordarse conceptual y metodol6gicamente como"objeto focal de estudio" 0 como "contexte". Una de las ventajas que tiene su estudio comocontexto es la de que otros procesos conductuales, como los de la interacci6n social cuyasmanifestaciones se ven influidas por el hacinamiento, pueden ser estudiados focalmente ana-lizando de manera integral la contribuci6n que ejercen los diferentes factores de densidad es-pacial 0 grupal. Como punto estrategico de investigaci6n se propone un modelo para el es-tudio observacional del hacinamiento como contexto. Para ello se considera como focal a unfen6meno interactivo muy vinculado con los principales modelos explicativos contempora-neos sobre el fen6meno del "hacinamiento": la interferencia social. Como parte de la estra-tegia se discuten las pautas para la elaboraci6n de disefios flexibles de observaci6n, en dondelos requisitos de formatos de campo constituyen el micleo de la propuesta. Se presentan va-rias opciones para la optimizaci6n de los registros y para el analisis de los datos.

    Palabras clave: Contexto; Hacinamiento; Metodologia observacional; Formatos decampo.

    Crowding as context: Analytical and methodological strategies. Crowding can be stu-died theoretically and methodologically as a focal subject matter or as a background stimuli.One of the advantages of their study as a background stimuli is that other focal behavioralprocesses, like social interactions which can be influenced by "crowding", could be studiedanalyzing the contributions of group and spatial density. As a strategical point of departure,we propose a model for the observational study of the individual and institutional influencesof "crowding", In this strategy we consider as a focal subject matter, one special kind of so-cial interaction regarding the main contemporary models in crowding: Social interference.The flexible observational designs guide lines for the strategy are discussed, where the fieldformats records are the nucleus of the proposal. Several options for the record's optimizationand for the data analysis are revisited.

    Key words: Context; Crowding; Observational methodology; Field formats.

    Psicothema, 1992, vol. 4, n' 2, pp. 551-569ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEG 551

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    CARLO S SA NTO YO VE LASCO Y M ' TERESA ANG UE RA ARG ILAG A

    En las iiltimas decadas, el fenornenodel hacinamiento ha side uno de los maspreocupantes para los cientificos sociales(sociologos, ecologos, etologos, especialis-tas en urbanismo, psicologos, etc.), y unproblema de salud publica de interes. Suanalisis es complejo en funcion de la propiadificultad que entrafia su conceptualizacion,Dada la explosion demografica sufrida parlas diferentes ciudades en todas las partesdel mundo y en los escenarios instituciona-les que cumplen funciones educativas, sani-tarias 0 de rehabilitacion, los distintos espe-cialistas han prestado atencion considerableal estudio de los procesos asociados a loscontextos de alta densidad de poblacion,

    Generalmente, al hacinamiento se Ieha confundido con el concepto de densidadde poblacion, la cual es una medida fisicaexpresada por el mimero de personas porunidad de area. Sin embargo, una alta den-sidad no necesariamente conlleva un senti-miento de hacinamiento (Altman, 1978;Stokols, 1978), el cual puede considerarsecomo un correlato psicologico configuradopor una gran diversidad de aspectos.

    Aunque con algunas sucesivas matiza-ciones e incluso con la mencion de desacuer-dos que comprobamos en la literatura espe-cifica, que aun no han side total mente sol-ventados, se utiliza genericamente el con-cepto de hacinamiento para referirse a unaamplia variedad de condiciones de densidadfisica y social, sin que estas condicionesproduzcan inevitablemente patologia social.

    Parece existir la creencia de que lascondiciones de alta densidad promueven si-tuaciones de patologia social (influenciaprobablemente debida al trabajo de Cal-houn, 1962). No obstante, varios autoreshan propuesto que estas condiciones no ne-cesariamente deben dar lugar a situacionesadversas para los sujetos (Freedman, 1975;Paulus, 1988; Ruback e Innes, 1988).

    En realidad, la densidad de poblaciones un indicador importante del problema,552

    pero no nos sefiala la forma de los elemen-tos componentes, ni la de los determinantesdel proceso de hacinamiento, y tampoco lade sus posibles consecuencias a corto ylargo plazo. Sin embargo, su uso ha servidopara centrar la atenci6n sobre problemascomo los de la delincuencia, agresion, in-greso en hospitales psiquiatricos, salud,etc., los cuales correlacionan con altos ni-veles de densidad. No obstante, hay queprecaverse de tal tipo de analisis en virtudde 10 engafioso de tales indices, dado queoscurecen tambien otro tipo de fenomenossociales, como los de distribucion de la ri-queza y los ecologicos en general, los de laclase de personas que estan en proximidadfisica con los sujetos, los de las metas indi-viduales 0 de grupo, los de las restriccionesde tipo normativo 0 los de la c1ase de inte-racciones desarrolladas en el escenario, etc.Par ello, resulta aqui muy claro que correla-ci6n no implica determinaci6n (Santoyo,1982). Desde el punto de vista psicologico,el hacinamiento implica varios aspectos de-rivados de la ruptura de un "equilibrio" deinteraccion con el medio ambiente, tantocomo fen6meno individual, como grupal, 10que genera una serie de reacciones dirigidasa la restauracion de tal equilibrio, el queimplica una transaccion optima con el en-tomo para ellogro de una serie de objetivos(individuales 0 colectivos).

    Algunos investigadores (Cox, Paulus yMe Cain, 1984; Paulus, 1988), han sefialadoque la estimulaci6n producida por situacio-nes "hacinadas":a. Sobrecarga la capacidad de respuestadel individuo, 10 que produce efectosnegativos (disminuci6n de la ejecucion,afecto negativo y aislamiento), que se"acarrean" a otras situaciones aiin des-pues de que la persona ha dejado la si-tuacion de estimulaci6n original.

    b. Limita 0 interfiere a la persona paraimplicarse en varias tare as altamente

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    valoradas, por 10 que se producen re-acciones emocionales e intentos parasuperar esos problemas.c. Amenaza la habilidad de control desus propias interacciones sociales, 10que se asocia con desamparo, afectonegativo, disminuci6n en su participa-ci6n en la tarea y alteraci6n de lasalud.De acuerdo con Paulus (1988), el haci-

    namiento tiene su principal impacto sobrela interacci6n social en cuanto a esos treselementos (sobrecarga de estimulaci6n, in-terferencia e incertidumbre).

    El termino de hacinamiento, como yahemos sefialado, ha estado asociado al dedensidad espacial (la observaci6n de gruposdel mismo tamafio en espacios de diferentedimensi6n) y densidad social (grupos de di-ferente extensi6n en espacios de dimensio-nes similares) (Loo, 1974).Desde una perspectiva metodo16gica,la mayoria de los autores ha coincidido endestacar que tienen cabida en el estudio delhacinamiento las metodologfas observacio-nal, selectiva y experimental, asi como latecnica de simulaci6n, aunque tam bien escierto que Bell, Fisher y Loomis (1978) re-sumen el sentir general de una cierta decep-ci6n respecto a las posibilidades de cadauna de ellas en elestudio del hacinamiento,de forma que 10 haga progresar sustancial-mente respecto al estado de la cuesti6n enlas decadas anteriores.

    Despues de una revisi6n minuciosa dela literatura, hemos encontrado que no exis-ten citados en los bancos de datos de la APAmas de media docena de estudios en los quese haya utilizado la metodologia observacio-nal para el estudio del hacinamiento. Su em-pleo dotana de mayor flexibilidad al inves-tigador interesado en el analisis de sus con-secuencias y obligaria al disefio de instru-mentos para tal fin. En este ultimo sentidose ubica el planteamineto de este trabajo.Psicotneme, 1992

    En esta via de acci6n, mediante el usode la metodologfa observacional, res alta eluso de tecnicas altamente flexibles endondela rigurosidad y esmero es su piezaclave, ya que debe considerarse como elequilibrio entre una taxonomizaci6n queatienda a procesos cambiantes y particula-res en la situaci6n de hacinamiento conunas caracteristicas objetivables determina-das (p.ej., densidad, condiciones fisicas detemperatura, grado de conocimiento de lossujetos entre si, peligrosidad de algunos su-jetos en el caso de centros penitenciarios,etc.), de forma que se alcance una coberturaexhaustiva, sin solapamientos y generaliza-ble.

    En el caso del presente trabajo, presen-tamos una estrategia mnetodo16gica para elestudio del hacinamiento como contexto dediferentes niveles de interacci6n social.Nuestro interes se debe fundamental mentea la carencia de estudios sistematicos delhacinamiento como contexto que utilicenmetodologia observacional. Entonces pro-pondremos algunos elementos que justifi-can la elecci6n de esta estrategia e ilustrare-mos algunas modalidades posibles de ac-ci6n que configuren eventguales disefios deinvestigaci6n a ser utilizados en situacionesnaturales (0 institucionales).

    EL HACINAMIENTO COMOCONTEXTO

    Adoptando la terminologfa contextua-lista (Santoyo, en prensa) como marco dereferencia, al hacinamiento puede conside-rarsele como "fenomeno focal" u objeto deestudio, 0 como contexto.

    En el primer caso, la investigacionmas plausible deberta ser la taxonomica,con el fin de clasificar las diferentes moda-lidades del fen orneno e integrar las aporta-ciones que han realizado los investigadoresdentro del campo.

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    Una alternativa en el ambito contex-tualista asumirfa a las condiciones de haci-namiento como contexto, en donde otrosprocesos conductuales focales (p. ej., la in-teraccion social) pueden ser estudiados ana-lizando la contribucion que el hacinamientocomo contexto puede ejercer influyendo lamodalidad de procesos interactivos 0de di-versa indole. Por ejemplo, algunos especia-listas han desarrollado sistemas de clasifi-cacion de medios ambientes, como punto departida, y otorgado un estatus particular alhacinamiento como una clase de ambienteque implica un medio de fondo (no focal),no responsivo y animado (Wachs, 1989).Precisemos.

    La diferencia entre la estimulacionfocal y la de fondo puede delimitarse por laprobabilidad de que el evento 0 estfrnulopueda ser atendido selectivamente por elsujeto. Si el sujeto responde diferencial-mente ante el estfrnulo, su naturaleza serafocal. Si estos estimulos circundan a otroscuya naturaleza es focal, entonces se deno-minaran como estfmulos de fondo. La "res-ponsividad" se define como la retroalimen-tacion que el sujeto recibe de su medio am-biente, la cual es contingente sobre sus ac-ciones. EI medio es "animado" cuando sunaturaleza esta constituida por personas ypermite distinguir a un ambiente social deuno ffsico 0 no social. En este caso, es fac-tible identificar que el hacinamiento puedeser considerado como un conjunto de en-cuentros agregados, ya que es poco proba-ble que el sujeto reciba retroalimentaciondirecta sobre sus acciones. Sin embargo,estas situaciones "agregadas" pueden inter-ferir con la presentacion de la retroalimen-tacion.

    De esta forma, no consideramos al ha-cinamiento como una situacion 0 fenomenocentral 0 focal, sino como marco de fondo 0contexto. Esta decision nos permite obser-var sin gran cantidad de sesgos 0 expectati-vas el flujo natural del comportamiento en554

    escenarios naturales, para que mediante de-cisiones analfticas podamos evaluar (comouno de los puntos iniciales) la naturaleza di-namica de los procesos focales selecciona-dos bajo condiciones de diferente densidadcomo contexto.

    Un segundo paso dentro de la estrate-gia propuesta, dado que hemos decididoconsiderar como contexto a las condicionesde diferente nivel de densidad, radica en-tonces en sefialar cuales seran los fen orne-nos considerados como focales y la clase deprocesos de nuestro interes.

    INTERFERENCIA DE LASINTERACCIONES SOCIALESCOMO PROCESO FOCAL

    El camino parsimonioso que hemos se-leccionado dentro de este marco de referen-cia radica en analizar directamente (me-diante disefios observacionales) el efecto di-ferencial que tienen las condiciones de altay baja densidad de poblacion sobre las inte-racciones sociales.

    Una linea interesante de trabajos laconstituye la que Schopler y colaboradoresdesarrollaron al final de la decada de los se-tenta (Schopler y Stockdale, 1977; McCa-llum, Rusbult, Hong, Walden y Schopler,1979). El planteamiento general surge comoreaccion a las ideas iniciales de que el"stress de hacinamiento" es una funcionmonotona positiva de la densidad. Este con-cepto se ha definido en terminos de percep-cion de espacio inadecuado, restriccionesde eleccion conductual, estimulacion exce-siva de fuentes sociales 0 de interaccionessociales inesperadas, interferencia 0 blo-queo, 0 la capacidad de obtener niveles de-seados de privacidad.

    La propuesta de Schopler y Stockdale(1977) consiste en sefialar que las variablesde interaccion se subsumen bajo la variablede interferencia creada por la presencia 0las acciones de otros. Este analisis permite

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    redefinir las condiciones estfrnulo que pro-ducen hacinamiento y delimitar las clasesde variables 0 factores capaces de mediarlas consecuencias de estar en un contextohacinado.

    En general, la magnitud de la interfe-rencia es una funci6n de la importancia delas secuencias vulnerables de respuesta y laduraci6n esperada de la interferencia. Me-Callum et al. (1979) sefialan que la densi-dad inductora de interferencia aumenta loscostos de las actividades que se estan desa-rrollando, por 10 que puede producir reac-ciones para reducir la interferencia (p. ej.,mayor organizaci6n en la tarea, huir pasiva-mente de la interacci6n, alterar 0 modificarsus metas conductuales y algunas otras deIndole cognoscitiva).

    Conductualmente, el interes basico ra-dica en el estudio mismo de la interferenciao interrupci6n de la conducta, el cual pensa-mos es el nivel estrategico mas elementalpara la comprensi6n del proceso de hacina-miento. En realidad, la interrupci6n de laconducta no es un problema nuevo, y yaMandler (1964, p. 164) sefialaba que la "in-terrupci6n de una secuencia organizada 0integrada de respuestas, produce un estadode activaci6n que sera seguido por conductaemocional".

    El planteamiento basico es el de que lafunci6n simple mas importante de una res-puesta organizada es su naturaleza unitariay de que se ha de trabajar con unidades deconducta manifiesta organizada y direct a-mente observables.

    El termino de interrupci6n es preferi-ble al de "frustracion" 0 al de "bloqueo", yaque posee mayor generalidad y es mas fa-cilmente detectable. S610 implica que unarespuesta organizada (lease patr6n conduc-tual, estado conductual, etc.) es interrum-pida 0 temporalmente demorada.

    La interrupci6n produce una ampliavariedad de respuestas posibles (posterio-res) que dependen de la situaci6n al mo-Psicothema, 1992

    mento en que esta ocurre, de la experienciadel organismo y de la jerarquia de la proba-bilidad de respuestas evocadoras de dife-rentes conductas. La decisi6n del disefio deinvestigaci6n, en este sentido, consiste endelimitar aquellas condiciones de observa-ci6n en las cuales podamos:a. Identificar con precisi6n las caracte-rfsticas del contexto y la situaci6nfocal a observar, densidad e interfe-rencia 0 interrupci6n conductual, res-pectivarnente.

    b. Identificar aquellos eventos que ocu-rren en el escenario y que incidensobre las actividades en curso del su-jeto, tanto de manera secuencial comoconcurrente.

    c. Identificar las posibles consecuenciasconductuales de la interrupci6n (p. ej.,agresi6n, huida, neutral, cambio deactividad, etc.).En los siguientes apartados presentare-

    mos algunas lfneas generales de los disefiosde investigaci6n para el desarrollo de estu-dios exploratorios, de campo, experiment a-les de campo, etc., en los cuales la metodo-logfa observacional es la estrategia pres-crita.JUSTIFICACION DE LA METODO-

    LOGIA OBSERV ACIONALLas relaciones hombre / medio am-

    biente -cuyo analogo en un sistema figura /fondo serfan las que se establecen entre "su-jetos focales en interacci6n como figura" y"sujetos en hacinamiento como fondo"-constituyen un indudable tern a de analisisdesde una perspectiva generica en el estudiode contextos, partiendo del terrnino "am-biente" tal como 10 conceptualiza Craik(1970), que significa, en sentido lato, cual-quier condici6n 0 inferencia fuera del orga-nismo, grupo, sistema 0 entidad estudiada.

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    Su complejidad inherente comporta gravesdificultades metodologicas en el estableci-miento de la dimensionalidad y metrica ade-cuadas, asf como la consideracion de la tem-poralidad (Fernandez Ballesteros, 1983) yde la delimitacion de unidades situadas en el"continuum" molecular-molar, las cualestendran despues una evidente trascendencia(Anguera, 1991).

    De acuerdo con Levy-Leboyer (1985),adoptamos como punto de partida algunasde las caracterfsticas que han sido puestasen evidencia por investigaciones empfricasque, sin pertenecer todas elias al estudio delhacinamiento como contexto, nos ofrecenun punto de referencia que resulta utildesde la Psicologfa Ambiental (Anguera,1987):a) Las relaciones hombre / medio am-biente deb en estudiarse en su aspectodinamico, ya que el hombre se adaptaconstantemente y de forma activa alambiente donde vive, evolucionandoel mismo 0modificando su entorno.Aqui nos hallamos con la situacionpeculiar de que esta relacion se esta-blece entre los sujetos focales que in-teractuan y el contexto constituidopor sujetos en situacion de hac ina-miento. El estudio del fenomeno de-bera tener en cuenta la plasticidadpropia de la conducta interactiva, ydeberemos adecuar los recursos quepermitan conjugar una amplia diversi-dad de variables ambientales y de lastransiciones que se establezcan(Kahle, 1979). Los aspectos que sepueden contemplar relativos a la rela-cion del hacinamiento y la conductahumana (Zlutnick y Altmann, 1972)son muy variados, como la incidenciadel hacinamiento sobre el rendimiento(Freedman, Klevansky y Ehrlich,1971), relaciones interpersonales(Griffitt y Veitch, 1971), agresividad

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    (Freedman, Levy, Buchanan y Price,1972), enfermedades (Galle, Gove yMcOherson, 1972), delincuencia juve-nil (Gillis, 1974), etc.

    b) Debera tenerse en cuenta el ambientefisico, por su papel de extraordinarioreferente que actiia a la vez como so-porte del actualmente denominado"entorno construido", aunque no ne-cesariamente sea este nuestro objetode estudio, sino que existen entornosde naturaleza socio-espacial (Mit-chell, 1975), y desgraciadamente noson infrecuentes las situaciones detrashumancia, movilidad en asenta-mientos humanos de grandes masasde poblacion, huidas masivas de de-terminadas zonas por motivos de con-frontacion belica 0por desastres natu-rales, etc., en las que el nivel fisicodel entorno no es fijo ni tiene lfmitesperfectamente delimitados. Este am-biente fisico es uno de los factores -elmas externo- que configura un en-torno en el cual el hacinamiento es lacaractenstica que 10 define. La impor-tancia del ambiente ffsico se pone cla-ramente de manifiesto si tenemos encuenta que su extension (en las unida-des de superficie que se determinen),la interferencia actistica (en decibe-lios), la saturacion de la atmosfera(concentracion de anhfdrido carbo-nico), y demas aspectos relevantes de-sempefian un papel fundamental res-pecto al propio fenomeno del hacina-miento en sf.

    c) El contexto humano, formado por su-jetos en situacion de hacinamiento,debe ser estudiado desde una cons ide-racion esencialmente de caractermolar, y no molecular 0 analftica, 10que debera tenerse en cuenta en el di-sefio, y en las tecnicas de diversorango que se arbitren al efecto con elfin de garantizar una elevada cali dad

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    del dato. Desde una consideracion decaracter transcultural, ademas, hayimportantes cuestiones que no puedenolvidarse: Nos referimos esencial-mente a la incidencia interpersonal,tal como fue establecida por Hall(1969) y Sommer (1969), y ala reper-cusion de diferencias igualmente decaracter transcultural respecto a laconducta no verbal (Ross, Layton,Erickson y Schopler, 1973; Scherer yEkman, 1982; Poyatos, 1983), y queen ocasiones pueden enmascarar la in-cidencia del hacinamiento como con-texto (von Raffler-Engel, 1988).Nuestro objetivo de estudio , de

    acuerdo con la perspectiva adoptada delhacinamiento como contexto, se focaliza enel estudio concurrente de los distintos ele-mentos a considerar, a la vez que se incor-pora la temporalidad 0 seguimiento a 10largo de un determinado p eriodo detiempo:

    1) Por una parte, tendremos en cuentael entorno fisico, entendido como la zonaen la cual transcurre la secuencia conduc-tual estudiada, y que, adem as de carecer enocasiones de Iimites precisos, puede presen-tarse con un variado rango de movilidad yversatilidad, actuando a su vez de base 0plataforma en la cual se generara la con-ducta espacial (estudios de distancias y tra-yectorias) y las correspondientes ala activi-dad de los sujetos focales estudiados.

    2) El analisis de la variedad de lasconductas en funcion de los individuos, delas situaciones, y de los individuos y situa-ciones nos muestra como evidente el hechode que en general las conductas present anun alto grado de sinomorfia (Barker, 1968;Schoggen, 1983) respecto al conjunto su-jeto focal / sujetos en hacinamiento, espe-cialmente las que se encuentran a nivel deestereotipias y que ocupan niveles inferio-Psicothema. 1992

    res en los cuasi-dendogramas utilizados enla identificacion de episodios de conducta(Barker y Wright, 1955; Barker, 1978),pero sin que ella excluya cotas mas ambi-ciosas a nivel, por ejemplo, del estableci-miento de regularidades que se sinian entramos superiores del "continuum" conduc-tual (Dickman, 1963; Condon y Ogston,1967; Collet, 1980),0 del analisis evolutivodel cambio operado en una determinada co-munidad en cuanto ala incidencia del haci-namiento (Hagenaars, 1990), siempre queeste pueda ser operativizado a traves dedatos de naturaleza categorica. En todos loscomportamientos estudiados destaca la es-pontaneidad propia de la "real-life" (Po-meranz, 1980), que contrasta con el estudiode corte mas tradicional (y tambien obso-le to ) a partir de metodos de laboratorio,cuya artificialidad constrifie las caracteristi-cas situacionales e incorpora un sesgo quedeformaria los resultados, incluso, aunqueen menor medida, con la flexibilrzacionmayor que en la actualidad se pretende in-corporar mediante los disefios experimenta-les de series temporales (Arnau, 1990).

    El arco de procedimientos teorica-mente disponibles es amplio, incluso conindependencia de la corriente, marco con-ceptual 0 "corpus teorico" desde el cual nossituemos (Anguera, 1980, 1987), y es ciertoque, como hemos indicado anteriormente,despues de utilizar todos los recursos posi-bles, desde la experimentacion hasta la ob-servacion sistematica, y tambien la simula-cion, no han sido hasta ahora suficiente-mente satisfactorios los procedimientos se-guidos, aunque es cierto que si desde la Psi-cologia Ambiental analizamos sus caracte-rfsticas diferenciales -incluso por reconoci-dos expertos de diversos ambitos (Jones,1983)-, resaltan los mayores beneficios dela observacion directa de las conductas(Weick, 1968; Lofland, 1976), salvo conta-das posiciones antag6nicas (Baldassare yFischer, 1977).

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    Ello no significa que en circunstanciasexcepcionales no pueda llevarse a cabo unestudio en situacion provocada 0 artificial,pero a sabiendas de su repercusion en la va-lidez externa y ecologic a (Cone & Hayes,1984; Valle, 1985), de los artefactos exis-tentes (Rosenthal y Rosnow, 1969; Kru-glanski, 1975), y maxirne teniendo encuenta el grado elevado de complejidad enla practica totalidad de las situaciones, in-cluso si consideramos experimentos decampo (Deconchy, 1981). En cualquiercaso, no olvidamos, ademas, la necesidadhabitualmente sentida en el estudio de con-textos de complementar distintas metodolo-gias (Santoyo, en prensa).

    Destaca aquf el importante papel ju-gada por el escenario elegido (Hernandez,1985; Riba, 1986), es decir, por la acota-cion concreta del objetivo que hemos pre-sentado genericamente. Se plantean muchosinterrogantes en funcion de su tamafio, If-mites, ubicacion, modaJidad, finalidad, etc.,que en definitiva constituyen problemas aresolver en el plano metodologico, especial-mente cuando se le quiere dotar de un ex-quisitorigor (Blanco, 1983). Levy-Leboyer(1985) distingue entre micro- y macro-esce-narios.

    De hecho, sea cual sea el objetivo con-creto de cada investigacion, como la habita-cion, el aula de clase, el patio de un centropenitenciario, el taller de una fabric a, etc.,cada uno de ellos se halla inserto en unaunidad molar de mayor amplitud -vivienda,escuela, carcel, fabrica, etc.- que, adernas,forma parte de un barrio, poblacion, region,etc., con un clima, cultura y geograffa espe-cificas.

    El macro-escenario abarca el conjuntode las condiciones exteriores al escenariomismo, considerado como objeto de estu-dio, y que puede modular las reacciones ob-servadas entre las caracterfsticas del micro-escenario y el comportamiento de sus habi-tantes.558

    Precisamente la ausencia de macro-es-cenarios en experimentos de laboratorio,por ser obvia la insolubilidad de los proble-mas que planteana, constituye un impor-tante elemento diferenciador entre ambasposturas, ya que desde la investigacion na-turalista (Anguera, 1985a) sf se puede obte-ner una vision de conjunto de todas las va-riables involucradas y su estructura, ademasde integrar los parametres socioculturales ytemporales.

    PAUTAS PARA LA ELABORACIONDELDISENO

    Antes nos hemos referido a la interrup-cion de la conducta como micleo basicopara una mejor comprension del proceso dehacinamiento, al cual contemplaremosdesde la complementacion de las dimensio-nes diacronica y sincronica, y, en conse-cuencia, a partir de un disefio secuencial /transversal. Las formas y modalidades enque se manifiesta y hace perceptible sonmuy variadas, y esta heterogeneidad nosobliga a que, en aras a una sistematizacionmetodologica, planteemos el(los) disefio(s)idoneots) para el abordaje del hacinamientocomo contexto.

    Entre las formas operativas utiles paravisualizar las manifestaciones del "hacina-miento", las que por supuesto son heteroge-neas, podemos identificar aquellas que sonfuncion de densidad variable, repertorio di-ferenciado de conductas de interrupcion,variabilidad inter- e intra-individual res-pecto a la incidencia de las conductas dis-ruptivas, patrones temporales de dsitintaconsistencia, etc.Es obvio, en consecuencia, conseguirel maximo grado de flexibilidad en el di-sefio con el fin de integrar de forma siste-matica y complementaria la informacionprocedente de cuatro fuentes basicas:

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    A) Repertorio de actividades, que puedeoperativizarse de acuerdo a su distri-bucion en el tiempo a traves de medi-das relativas (tasa, porcentaje, dura-cion, etc.), con la finalidad de identi-ficar aquellas que eventualmenteseran interrumpidas.

    B) Naturaleza de la interrupcion, desdela triple consideracion de:

    -qUIen ~ agente social que protago-niza la interrupcion.=-como ~ modalidad del acto interfe-rente, como ruptura de turno por ter-ceros, intrusividad en las acciones, 0los de caracter accidental.

    -cuando ~ temporalizacion de la in-terrupcion en un curso de accion.En ocasiones sera relevante conside-rar si la interrupcion presenta los atri-butos de estado 0 de evento.

    C) Responsividad de los elementos delescenario. Incorpora aquellos elemen-tos del contexto en una gradacioncontinua de dicha dimension. Entretales factores destacan los de caracterffsico-espacial, de recursos materiales,densidad de ocupacion y los de tiposocial, en orden creciente de responsi-vidad.D) Resultados de la interferencia, comoproducto de la deteccion de reaccio-nes del sujeto focal atribuibles causal-mente a acciones interferentes, y ca-paces potencialmente de desencadenarconductas de divers a indole.En cualquier caso estos elementosdeben ser modulados conceptual-mente y de manera estrategica por elinvestigador.Ademas de estas fuentes basic as de va-

    riacion, y con el fin de garantizar la mayorcota posible de inobservabilidad, 10 quecomporta tratar de solventar las lagunas quePsicothema, 1992

    se produzcan en el registro, consideramoscomo fuente secundaria de variacion la in-terferencia ejercida en el registro respectoa la dimension temporal:

    1) Retardo inicial, cuando el inicio dela conducta desempefiada por el(los)sujeto(s) sufre un "decalage" en suregistro.

    2) Disrupcion temporal, 0 ruptura mo-mentanea (convencionalmente se ad-mite como maximo el 10 % de ladurac ion del perfodo de observa-cion) de observabilidad sin inciden-cia detectable sobre el(los) sujeto(s)focal(es).

    3) Inobservabilidad esencial, al alcan-zar la interferencia una intensidad talque no hace viable la observabilidadde la conducta del(de los) sujeto(s)focal(es) en un porcentaje superiorallO %.

    La modificabilidad referida a cada unode los aspectos indicados constituye unafuente de variacion en el disefio, el cual seconfigurara en cada caso a partir de unoselementos constitutivos, que son los indica-dos en los apartados A) y B), los cuales sematizaran a traves de las lagunas informati-vas que suministra el apartado C), y a suvez se agregaran datos que genericamenteno consideramos primarios 0 constitutivos,pero que adquieren relevancia en cada si-tuacion especifica estudiada.

    TECNICAS DE REGISTRO,OPTIMIZACION Y ANALISISLa situacion compleja estudiada nos

    obliga a perfilar una estrategia que se siuieigualmente en una linea de maxima flexi-bilidad y encaje en la estructura del disefioplanteado. Las opciones que sugerimosson diversas, y por supuesto de distintorango y con un orden de utilizacion que

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    sigue la logic a relativa al registro, optimi-zacion de la calidad del dato, y la aplica-cion posterior de tecnicas de analisis:

    A) Registro . La conducta, que consti-tuye un flujo continuo de eventos, puede serdescrita de muchas formas distintas, depen-diendo, esencialmente, y ademas del obje-tivo, de que se componga de unidades maso menos distinguibles con claridad, 10 cualresulta diffcil por naturaleza en el estudiodel hacinamiento.Son diversas las tecnicas de registroque, con ciertas variantes, se hall an descri-tas en la literatura (Medley y Mitzel, 1963;Fassnacht, 1982; Irwin y Bushnell, 1984;Evertson y Green, 1986; Bakeman y Gott-man, 1989; Blanco y Anguera, 1991).

    Una de las que ofrece mayores posibi-lidades en el estudio de las interrupciones,y, en general, en el de cualquier situacioncompleja, es el Jormato de campo, pro-puesto inicialmente por Weick (1968), peroperfeccionado posteriormente y adaptado adistintas configuraciones ambientales.

    En Espana ha existido un interes ere-ciente por su uso. Asi, Ypor orden cronolo-gico, en Anguera (1979) se aplico un estu-dio de la conducta espacial 0 proxernica,por 10que la ubicacion constituia uno de loscriterios obligados a tener en cuenta; Lareo(1984) realize un estudio de seguimiento de35 enfermas mentales cronic as en regimende no institucionalizacion ("pisos de enfer-mas" creados por el Instituto PsiquiatricoFemenino de Sant Boi de Llobregat, y ubi-cados en diferentes ciudades del cinturonindustrial de Barcelona), y el gran volumende datos obtenidos (mas de medio mill on) a10 largo de cuatro meses de observacionpudo sistematizarse perfectamente con latecnica de formatos de campo; en Anguera(1985b) se utilize para efectuar la evalua-cion ambiental de divers as conductas obser-vables de un sujeto, revelandose extraordi-nariamente iitil para llevar a cabo un pro-560

    ceso de reduccion de datos mediante coor-denadas polares; en Carreras (1986) seadapto al estudio topografico del cuerpo hu-mano; Mitjavila (1990) le incorporo la di-mension temporal con el fin de analizar laduracion de cada una de las configuracionesde que constaba el registro; en un trabajo encurso, Canal (en preparaciori) esta utili-zando los formatos de campo insertos enuna estructura jerarquica categorial elabo-rada para el estudio observacional del ninoautista. En fin, podemos afirmar la enormereserva de posibilidades de la tecnica deformatos de campo y la gran versatilidadque posee, 10 cualle hace apto para el re-gistro del hacinamiento en "interseccion"con las conductas focales a las cuales pre-sumimos que interrumpe.

    La mecanica de la tecnica es muy sim-ple, y no requiere ninguna de las compleji-dades propias del proceso de categoriza-cion, el cual, por otra parte, serfa dudosoque funcionase con nuestro objetivo, ya quepor una parte existina una gran descompen-sacion entre dos elementos de las categorfas(micleo categorial y nivel de apertura 0plasticidad), y, por otra, surgirfa el pro-blema de la borrosidad categorial.

    De aqui que la alternativa que propo-nemos -Jormatos de campo- se fundamentaen el establecimiento de los distintos crite-rios relevantes que derivan de las pautaspropuestas para la elaboracion del diseiio,Cada uno de ellos, a partir de las sesionesexploratorias, da lugar a un despliegue ex-haustivo de posibilidades, las cuales debenidentificarse previamente mediante alguntipo de codigo, con el fin de formar las co-rrespondientes configuraciones 0 "encade-nados" sucesivos a medida que transcurreuna sesion de observacion, de manera quequeda constancia en el registro de todos loscodigos que corresponden a conductas quecoocurren en el tiempo. Dado que cada unade las configuraciones corresponde a laexistencia de alguna variacion respecto de

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    EL H ACIN AM IENTO CO MO CO NTEX TO

    la inmediatamente precedente, su uso nospermite un tratamiento muy interesante deeste tipo de registro, dado que puede resul-tar de interes el grado de sinomorfia, porejemplo, entre el criterio ubicacion ffsica yactividad, 0 entre actividad de los sujetos enhacinamiento y los sujetos focales, 0 coe-xistencia de determinada actividad de lossujetos en hacinamiento y cambio de activi-dad respecto a momentos precedentes enlos sujetos focales, etc.

    A su vez, la utilizacion de formatos decampo facilita enormemente la confeccionde mapas de conducta ("behavioral map-ping'), que permiten, mediante la observa-cion sistematica de la conducta definida atraves de parametres espacio-ternporales,una organizacion adecuada de los datos ob-tenidos con el fin de someterlos a un tipo deanalisis ajustado al contenido, que, en sucaso mas general, debe ser sensible a laperspectiva de secuencialidad, dado que laevaluacion del hacinamiento como contextodebe llevarse a cabo teniendo en cuenta lastransacciones que se establecen a 10 largode una perspectiva temporal y entre los su-jetos focales y su entorno (Fernandez Ba-llesteros, 1983).

    Fernandez Ballesteros (1981) se re-fiere a la utilizacion de mapas de conductacomo una metodologfa sugestiva que se usaen el estudio de las rmituas influencias entreel ambiente y el comportamiento, pero quese revela igualmente iitil al pretender unanalisis de la situacion en base a las con-ductas que elicita.

    Efectivamente, y a pesar de haberseminimizado sus posibilidades por parte dealgunos autores, estas permiten albergaruna mayor ambicion que el mero registrografico de la conduct a a traves de los grafoscinematicos (Anguera, 1980), y a pesar deque "en Psicologfa Ambienta1 un mapa con-ductual consistiria en un corpus de datosnumericos 0 graficos sobre posiciones, mo-vimientos y tipos de conducta de las perso-Psicothema, 1992

    nas dentro de unidades 0 areas delimitadasdel entorno" (Riba, 1985, p. 88), es posible,utilizando tecnicas analfticas apropiadas,profundizar el el estudio de la estructura in-terna de ra1 informacion, con 10 cual, aunreconociendo su menor peso teorico que losmapas cognitivos (Riba, 1984), es posiblesu uso racional en la evaluacion de la con-ducta (Anguera, 1986, 1987).

    Para materializar los mapas de con-ducta como estrategia para el estudio de lainterferencia conductual, y como marco ini-cial de referencia, podemos considerar unsimple esquema que implique el "conti-nuum" del medio, en este caso, de la situa-cion de hacinamiento, y el de la conductade los sujetos que interacnian en el interiorde este contexto.

    Se trata de una cartograffa conductualmediante la cual se realiza una descripcionsistematica y codificada de unidades deconducta y de sus participantes en relaciona su localizacion ffsica. Aqui se plantea uni-camente la problematic a basica de desglosedel flujo de conducta para la fijacion deunidades, 10 cual, a su vez, cuenta con unamplio margen de flexibilizacion en cadacaso.

    B) Optimizacion de la calidad deldata. Una vez se ha llevado a cabo el regis-tro, es consecuencia logica del interes porpretender la maxima objetividad y rigor, ylos estudios sobre hacinamiento no debenquedar fuera en absoluto de dicho interes.

    Dado que la metodologia observacio-nal se ha revelado como altamente eficaz enla elaboracion de mapas conductuales, asi-mismo se ha propiciado que la teorfa de lageneralizabilidad formulada por Cronbach,GIeser, Nanda & Rajaratnam (1972) desem-pefie un papel crucial en el analisis de losconceptos de fiabilidad, precision y validezdel registro, 10 cual ha sido objeto de unconsiderable interes tanto en Espana (An-guera y Blanco, 1984, 1988; Blanco y An-

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    guera, 1984; Blanco, 1986a, 1986b, 1986c,1989, en prensa) como en el extranjero(Berk, 1979; Mitchell, 1979; Smith y Tee-ter, 1982; Cardinet y Toumeur, 1985; Mar-coulides, 1989; Suen y Ary, 1989).

    No conocemos ningiin estudio obser-vacional relativo a hacinamiento en general,ni a los procesos de interferencia en parti-cular, en que se haya llevado a cabo la apli-caci6n de la teorfa de la generalizabilidad,10 cual, como en muchos otros ambitos decontenido, no puede atribuirse mas que a larelativa novedosidad de la pretensi6n de talgrado de rigurosidad, pero no, en absoluto,a su falta de adecuaci6n.

    C) Andlisis de datos. En funci6n deldisefio planteado, se derivara en cada casola pertinencia de determinados tipos de ana-lisis. La decisi6n sobre las tecnicas de ana-lisis a aplicar se halla totalmente vinculadaa la naturaleza de los objetivos fijados encada caso, y, en consecuencia, menos vin-cuI ada a la preferencia 0 arbitrariedad delautar de cada estudio empfrico.

    Como pauta indicativa, por supuestono excluyente de otras multiples posibilida-des, y coherentemente con un plantea-miento secuencial / transversal (diacr6nico/ sincronico) en el diseiio, estamos total-mente de acuerdo con la linea propuesta porBradbury & Fincham (1986) y Bakeman,Adamson y Strisik (1989), que ofrecen lainteresante posibilidad de aplicar el enfo-que log-lineal al analisis secuencial, y portanto de "organizar" el analisis secuencialen tablas de contingencia. Para el desarrollode esta propuesta, se parte de la codifica-ci6n de sucesivos eventos (aunque es pocoplausible, si interesase se podria efectuarmediante datos tipo III, es decir, basados enel registro de la duraci6n de cada una de lasconfiguraciones en el formato de campo(Mitjavila, 1990)), que se expresan me-diante las configuraciones 0 "encadenados"que constituyen el registro en formatos de562

    campo, dado que interesa estudiar la rela-cion entre registros sucesivos, por unaparte, y tambien aquellos en los que se de-tecta coocurrencia. Estas configuraciones,con el fin de facilitar su manejo y abreviarla confecci6n de las tablas, generalmente sepresentan en forma de "pseudocategorfas",de manera que el conjunto de los c6digosde cada criterio coocurran, y por tanto suconfiguraci6n constituye una pseudocatego-ria, En el caso particular de dicotomizaci6nde los valores (como par ejemplo interrup-ci6n / no interrupci6n en una determinadaactividad), deberfa recibir el tratamientoadecuado a la escalizaci6n dual (Nishisato,1980).

    Estos datos se disponen en tablas defrecuencia 0 contingencia (Castellan, 1979),de forma que, si s610 interesaran dos mo-mentos en el tiempo, como retardo 0 y re-tardo 1, se podrta representar en una tablade doble entrada, de forma que las pseudo-categorias correspondientes a elIos se entra-rfan respectivamente por filas 0 columnas,o a la inversa, y habiendo tantas filas 0 co-lumnas como pseudocategorias.

    Pero resulta atractivo y sugerente teneren cuenta otras posibilidades que igual-mente con tempI an el aspecto dinamico delproceso de interferencia (Plewis, 1981,1985), y tambien el estatico 0 sincr6nico(Raftery, 1986), ya que conceptualmenteson pertinentes, y bastara valorar las venta-jas e inconvenientes de los distintos recur-sos metodo16gicos existentes al efecto:

    Si interesan tres 0 mas momentos en eltiempo, adem as de seguir la l6gica que aca-bamos de indicar propia del disefio secuen-cial / transversal (Bakeman, Adamson yStrisik, 1989), se plantean otras dos posibi-lidades a nivel analitico:

    Por una parte, la consideraci6n de mo-delos de panel (Quera, 1986) para el anali-sis de las interferencias de los sujetos en ha-cinamiento sobre los sujetos focales, con 10que se pondrian de manifiesto las caracteris-

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    EL HACIN AM IENTO COM O C ON TEX TO

    ticas dinamicas del proceso en lugar de con-siderar medidas globales 0 estaticas, ya queestos modelos se caracterizan por ser micro-analfticos, porque incluyen variables cuyosvalores experiment an cambios rapidos anivel intrasesional, y por ser secuenciales,ya que se basan en el concepto de retardotemporal y se form ulan hipotesis sobre lascontingencias secuenciales de retardo entrelas conductas de los participantes en la in-terferencia (sujetos bajo condiciones de altadensidad respecto a los sujetos bajo situa-ciones de minima interferencia).

    Y por otra parte, siempre sera posibleun analisis de tendencias, mediante unasimple recta de regresion (O'Grady y My-doff, 1988), de alguna 0 de un bloque devarias de las variables involucradas.

    Si nos interesa acentuar la perspectivade la temporalidad, introduciendo el as-pecto generacional, y tomando como puntode referencia las pautas sociales normativasestablecidas en cada momento, resultarianenormemente interesantes los disefios decohortes (Price, 1974; Plewis, 1981; Hage-naars, 1990), en los cuales el cambio socialproducido podrfa detectarse finamente, encontraste con un simple analisis de perfodos(Pressat, 1972). Por supuesto, los tres pila-res base serfan los de edad, perfodo(tiempo) y generacion, y su tratamiento sepodna efectuar madiante un analisis log-li-near (Hagenaars, 1990).

    Pero esta posibilidad da paso a otrasdos, probablemente mas sugerentes a nivelconceptual: La intensificacion de la pers-pectiva temporal, y la introduccion de uncomponente asimetrico 0 de causalidad enel establecimiento de relaciones.

    En el primer caso, deberia cumplirse laimport ante restricci6n de un niimero ele-vado (no menor de cincuenta) puntos detiempo de los cuales se dispusiese una me-dida, como, por ejemplo, niimero de inte-rrupciones de determinado tipo registradasdiariamente durante la estacion de prima-Psicothema. 1992

    vera, 0mimero de actividades especffica-mente sefialadas que resultan truncadas se-manalmente a 10 largo de un afio, etc. Laaplicacion de andlisis de series de tiempo(Frederiksen y Rotondo, 1979; Gottman,1981; Corona, Minujin y Vera, 1982;Blanco, 1983; Suen y Ary, 1989) permite elestudio de ciclos y variaciones estacionales,los cuales, actuando concurrentemente confactores programaticos, entre otros, resulta-ria de extraordinaria importancia a partir delas variables categoricas de partida.Y en el segundo caso, resulta perfecta-mente logico y legftimo que nos pregunte-mos por el posible papel de agente causalde distintas variables en el fen6meno delhacinamiento. Se tratara probablemente, encualquier caso, de variables categoricasentre las cuales tratamos de establecer unared mas 0menos compleja de relaciones decausalidad, sea porque nos interesa estudiarpasivamente el "funcionamiento" del haci-namiento como contexto -incluso a partirde datos retrospectivos (Holland y Rubin,1988)-,0 porque estamos elaborando 0 im-plementando un programa de intervencion ynos preguntamos sobre sus posibilidades deser evaluado (Fernandez Ballesteros, 1988;Anguera, 1990). El analisis de la causali-dad, cuyo interes se acrecienta, si cabe, enestudios longitudinales (Rogosa, 1979),presenta un tratamiento relativamente sim-ple mediante los modelos logit (Kennedy,1983; Aldrich y Nelson, 1984; Gottman yRoy, 1990), sin que ello exc1uya, por su-puesto, estudios mas sofisticados.

    En definitiva, las posibilidades meto-dologicas en el estudio del hacinamientocomo contexto amplian considerablementeel espectro de analisis habitualmente tenidoen cuenta. La clave del exito no reside enuna mayor 0menor complejidad analiticaen la ultima fase del estudio, sino en unadecuado disefio y una acertada decisionacerca de los criterios relevantes a tener encuenta en el registro.

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    AgradecimientosEste trabajo se realiz6 gracias a una becaotorgada por el Ministerio de Educaci6n yCiencia Espafiol, durante el periodo en que

    C.S.V. disfrut6 de una estancia sabatica en laUniversidad de Barcelona, en la subarea deMetodologia Observacional del Departa-mento de Metodologia de las Ciencias delComportamiento.

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