Artículo doble moral
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Que fácil es ser de Nuevas Generaciones. La doble moral al máximo exponente.
La gente de nuevas generaciones lo tiene fácil:
coged este librito de respuestas prefabricadas a
comentarios ignominiosos y empolladlo desde
la primera hasta la última página. En caso de
que algún día os despistéis echad mano de la
Razón o el ABC, El Mundo... dependiendo de
días. Hasta parece que tienen un molde para
que todos lleven el mismo look: pelo con raya al lado izquierdo, camisa clara a rayas o polo
combinando unos pantalones claros con mocasines, últimamente parece que también se lleva la
barba. Pero tranquilos, que ellos profesan el individualismo como buenos neoliberales que son.
La suma de todo nos da el prototipo del perfecto hijo de nuevas generaciones. Que volviendo a
aquello de la doble moral tiene su aquel. El correcto hijo se define como de centro, mientras que en
las encuestas del CIS se muevan un poco más a la derecha, pero ¡eh! no seré yo quién diga dónde
está el centro en una escala numerada 1-10. Además, como buenos demócratas profesan fe por
escuchar y el diálogo, siempre y cuando sea un diálogo de los buenos españoles que se quedan en
casa y no salen a manifestarse entre rojos y perroflautas. Los médicos y enfermeras, pese a no
encuadrar en el perroflautismo, son de la misma calaña, que esos siempre han practicado
profesiones liberales y de libre pensadores.
Además son modernos, y, en el caso de los jóvenes peperos valencianos, profesan el amor por su
tierra con la vuelta a la moda de los famosos “pantalons pa´nà a regar”, se distinguen del resto por
tener las vueltas algo subidas, no sea cosa que suba el nivel del mar y llegue una suave corriente a la
Plaza Mayor. Todos sabemos que siempre es mejor un mocasín mojado que los bajos del pantalón
empapados. Pero, vuelvo a insistir, destacan por su modernez y su buen uso de las tecnologías, un
buen ejemplo es el flashmob que se marcó el candidato a presidente de nuevas generaciones,
Roberto Calpe, para postularse.
Pero tranquilos, que ellos saben conjugar perfectamente sus aires de nuevos tiempos con las
tradiciones más tradicionales, a saber: un catolicismo practicante (comulgando ¡eh!), una abierta
negación al matrimonio homosexual, una defensa a ultranza (aunque en voz baja y sin que nadie se
entere) de los símbolos y banderas del régimen pasado y una fe ciega en sus líderes (incluso cuando
meten la pata hasta el cuello). Por que todo apunta a que quién más calla y más adula se lleva el
gato al agua, ¿sino de que se iba a incrementar en un 2,4% el presupuesto para cargos de confianza?
Pero es que claro, como van todos tan igualitos y peloteando a la misma gente, pasa como con los
chinos, que no hay quien los diferencie y hay que contratarlos a todos.
Entramos en materia: las banderas y otros símbolos. Atacan a la izquierda por su amañada
casualidad a lucir banderas republicanas a cada ocasión que pueden. Pero mejor bajamos la voz
cuando se trate de hablar de nuestros correligionarios haciéndose fotos con los símbolos franquistas,
nazis, etc, etc... o montando sus propios mercadillos (ejem, ejem).
Pero lo que más me gustó del artículo fue acusar a la gente de IU de proponer estupideces porque
total, no van a gobernar en su vida... Creo que lo mejor es vender al electorado un cuento, lleno de
promesas de grandes políticas de recuperación, y cuando gobiernes incumplir, uno por uno, cada
punto del programa que la ciudadanía te había comprado. Sí, definitivamente eso es mucho más
inteligente. Pero cuidado, que la gente de izquierdas tiene un programa superpopulista: ¡¡todo
gratis!! ¡¡billetes para todos!!. Creo que la derecha nunca ha jugado a este juego. ¿O si?... no, no
puede ser, ellos son responsables con sus propuestas de gobierno y sus políticas. ¿De que sino iba el
presidente del gobierno a prometer trabajo para todos frente a las colas del INEM?. Y esos viajes de
Soraya para visitar a gobiernos socialistas como el francés o la visita de presidente y ministros a
Brasil seguro que fue todo un error, ellos no se mezclan con el lumpen.
Podría seguir y sumar (de todos los partidos hay estereotipos y decepciones si queremos
descalificar), pero creo que lo importante de todo, lo que se debería destilar del artículo, no es el
ataque frontal, el uso de argumentos vanos y estúpidos (a ejemplo del artículo al que contesto) o la
insensatez que supone hacer un artículo sobre la doble moral cuando al autor le pueden caer palos
por todos lados. Sino que bien entendida la doble moral debería ser usada para juzgar el juego al
que están jugando estos últimos años nuestros políticos: tapar cada trapo sucio con el famoso “y tu
más”. Esa, para mí, es la doble moral. Cortar con rasero muy fino aquello que hacen los oponentes
pero dar manga ancha cuando lo mismo se hace en casa propia. Y en ese juego andamos cuando
Enrique Martínez decide escribir un artículo sobre IU y su doble moral sin criticar, a la vez, casa
propia. Es lo que Ortega y Gasset llamó “hemiplejía moral”. Por ello, en lugar de escribir un
artículo contra la doble moral más bien lo único que ha hecho ha sido acrecentarla y demostrar que
las nuevas generaciones de políticos siguen con el mismo doble juego que esta despacientando a la
ciudadanía, que más que doble moral hacen alarde de tener doble paciencia.