ARTÍCULO

La práctica educativa conlleva un sinfín de responsabilidades que desempeñar, y una

de ellas es la de dar atención a las múltiples necesidades que surgen en el aula y en

la institución es así como se detectó una problemática constante en todos los grupos

que es la de la violencia escolar, los alumnos no saben relacionarse entre sí y

prevalece la agresión verbal hacia sus compañeros, al parecer esto es normal en la

comunidad; sin embargo, se ha observado que se ha convertido en un problema

grave que afecta la estabilidad emocional de los estudiantes que son agredidos,

además de que esto dificulta en muchas ocasiones el proceso de enseñanza y

aprendizaje dado que se interrumpe con gran frecuencia las clases debido a los

conflictos entre compañeros al interior del aula.

¿Cómo atender esta problemática?¿Es prudente realizar acciones encaminadas a

resolver estas conductas agresivas cuando se han vuelto parte de su estilo de vida?,

surgieron muchas preguntas antes de decidir poner manos a la obra; aún cuando

para ellos estas conductas sean de lo más normal, el artículo tercero de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que la educación

debe contribuir a la mejor convivencia humana, aunado a ello, el enfoque de calidad

indica que uno de los principios fundamentales de la educación de calidad es la

equidad, y el plan de estudios 2011 en su perfil de egreso marca también la atención

a esta problemática.

Es así como se toma la decisión de atender el problema de la violencia escolar, pero

en este punto surgen nuevas incertidumbres ¿Cuál es la mejor manera de abordar

este tema de tal forma que sea de impacto para la comunidad escolar?, no fue

sencillo establecer la estrategia, se trataba de elegir una que permitiera al alumno

trabajar en conjunto con sus compañeros, que de alguna manera promoviera los

valores de una forma práctica, la intención era lograr que aprendieran a convivir en

paz y armonía pero no a través de la manera discursiva o informativa.

También era necesario tomar en cuenta que este es un problema social que impacta

directamente en la localidad en la que se vive y se ha vuelto parte de sus usos y

costumbres por lo que afecta el ambiente social y las relaciones interpersonales; por

lo tanto, visto como un problema ambiental, era necesario también establecer una

estrategia ambientalista; y es así como surge la idea erradicar la violencia escolar

desde la sustentabiliad.

Ya estaba elegida la estrategia general; sin embargo, un nuevo problema detenía el

proceso ¿Qué tipo de proyecto elaborar?, no se contaban con los suficientes

elementos teórico-metodológicos que pudieran dar sustento al proyecto para

erradicar la violencia escolar desde la sustentabilidad, pero al menos se tenía claro

qué es lo que se quería y cómo se iba a lograr, la nueva tarea en este momento era

indagar cuáles eran los distintos modelos de diseño y elaboración de proyectos

educativos y cuál era el que mejor atendería las necesidades de la problemática

planteada. Se debía tomar una decisión, trabajar por comunidades de aprendizaje,

retomar la vieja escuela del enfoque estratégico basado en la teoría de sistemas,

apropiarse del enfoque orientado a la calidad o tal vez ser más visionarios y trabajar

el enfoque prospectivo, así que se tuvo que sopesar las ventajas y desventajas de

cada uno de ellos.

Algunas de las reflexiones a las que se pudo llegar fueron las siguientes: las

comunidades de aprendizaje necesitaban de involucrar a padres de familia,

alumnos, docentes y localidad en general y lograr que trabajaran por un mismo

objetivo sin que esto resultara una imposición sino por iniciativa personal; esto era un

poco difícil de realizar sobre todo por la poca participación e indiferencia de los

padres de familia así que quedó descartada esta posibilidad. Posteriormente se tenía

la opción de innovar y tomar el enfoque prospectivo, pero ¿pero cuáles eran las

implicaciones de optar por él? , pues bien, necesitábamos tener primero una visión

holista, pero no contamos con antecedentes suficientes de la problemática, segundo,

no se tiene experiencia planteando escenarios futuros desde ninguno de los

enfoques de la prospectiva, ni de proyecciones, ni de predicciones, ni de previsión, ni

de pronóstico, por lo que no se podía conformar de manera segura futuros

alternativos y mucho menos confrontarlos para elegir el más deseable, posible y

probable; por tanto, este modelo también quedó descartado.

Sólo se contaba con dos opciones más: el enfoque orientado a la calidad y el

enfoque estratégico y ante los resultados obtenidos con antelación y sin valorar el

enfoque orientado a la calidad se optó por retomar el foque estratégico, por ser el

más conocido en el ámbito educativo y con el que se cuenta con mayor experiencia;

además incorpora el apoyo de todos los actores educativos, lo que lo hace también

un trabajo cooperativo y colaborativo muy nutrido.

Se había avanzado un peldaño más, se contaba con la temática, estrategia general,

y el modelo de proyecto, ¿Qué más hacía falta?, bueno, a partir del conocimiento de

lo que se pretende lograr, en este caso erradicar la violencia escolar y el cómo se va

a lograr, a través de la sustentabilidad, se estableció la visión y la misión del

proyecto:

MISIÓN

Implementar como alternativa de solución al problema socio-ambiental de la

violencia escolar un proyecto sustentable con actividades encaminadas al

cuidado y preservación del ambiente en el que se involucren todos los actores

educativos: docentes, padres de familia, alumnos, personal de apoyo y de

intendencia.

VISIÓN

El proyecto “Erradicar la violencia escolar desde la sustentabilidad” Inducirá el

pensamiento complejo, la educación ambiental, la educación en valores, la

educación para la convivencia y para la atención a la diversidad; fomentará el

diálogo, la participación y el trabajo colaborativo y cooperativo entre padres de

familia, alumnos y maestros, creando un ambiente de trabajo positivo para

docentes y alumnos y una actitud de respeto y cuidado ambiental.

Pero también era necesario establecer los valores que regirían el proyecto y le darían

distinción y una particularidad especial, estos debían ser acordes a lo que establece

el perfil de egreso y la ley general de educación, por lo que se retomaron los

correspondientes a la convivencia establecidos en el artículo 3º de la Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos. Toda esta parte filosófica será necesario

comunicarla a la comunidad escolar y sociedad en general para que todos abracen y

persigan este sueño y caminen en una misma direccionalidad.

En la fase analítica se escribió sobre las condiciones de vida de los sujetos y quiénes

son los sujetos a estudiar, también se realiza la caracterización de la problemática en

cuanto a la violencia escolar para poder determinar más adelante las posibles

estrategias específicas que será necesario realizar. En esta fase se pudo identificar

que es una zona de extrema pobreza, donde las personas cuentan con escolaridad

máxima de preparatoria; además es un lugar con demasiada inseguridad por lo que

son víctimas frecuentes de secuestros y extorsiones que afectan la educación de los

niños pues se ven en la necesidad de dejar la localidad en lo que se calman las

cosas,; sin embargo, no todos corren con la misma suerte, muchos se ven en la

necesidad de dejar definitivamente su lugar de origen.