Arquitectura Para Un Pueblo Costumbrista

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1 ARQUITECTURA PARA UN PUEBLO COSTUMBRISTA JESÚS A. SÁNCHEZ PINTO

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ARQUITECTURA PARA UN PUEBLO COSTUMBRISTA

JESÚS A. SÁNCHEZ PINTO

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INDICE

1. Introducción.

1.1. Marco Conceptual. 3 1.2. Objetivos. 4 1.3. Ubicación. 4 1.4. Historia. 4

2. Investigación. 2.1. Arquitectura. 5 2.1.1. Fundación y Traza Urbana. 5 2.1.2. La Arquitectura Civil. 6 2.1.2.1. Tipología de Vivienda Huamanguina. 7 2.1.2.2. Procedimientos Constructivos. 9 2.1.2.3. Hornos. 11 2.1.3. La Arquitectura Religiosa. 12 2.1.4. El Centro Histórico de Huamanga. 16 2.1.5. Barrios Coloniales de Huamanga. 17 3. Análisis. 3.1. Los Barrios y el Centro Histórico. 22 3.1.1. El Centro Histórico de Huamanga. 22 3.1.2. El Barrio de Santa Teresa. 30 3.1.3. El Barrio de San Sebastián. 34 3.1.4. El Barrio de San Juan Bautista. 36 3.2. Arquitectura Actual. 39 4. Conclusiones. 43 5. Anexos. 5.1. Plano de Huamanga 1802. 5.2. Expansión y Desarrollo de la Ciudad. 5.3. Barrios Tradicionales. 5.4. Monumentos Históricos. 5.5. Entrevista al Arq. Edgar Gargurevich. 6. Bibliografía.

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1. INTRODUCCION. 1.1. Marco Conceptual. ¿Cómo se ve influenciada la arquitectura por las costumbres e historia de un pueblo? ¿Fue el arquitecto quien diseñó estos espacios públicos tan funcionales para el pueblo, o el pueblo modificó el espacio público incipiente del arquitecto para el uso que ellos necesitaban? La arquitectura de un pueblo o barrio tradicional y costumbrista se torna muy delicada para su análisis, por muchos factores que no están al alcance del proyectista, la memoria colectiva que vive en ellos, su lenguaje, sus códigos sociales, el conocimiento empírico ancestral del clima de su zona y cómo funciona la naturaleza, son algunas de las constantes que no son superficiales y de fácil alcance para quien desea intervenir dentro de dicho pueblo. ¿Necesitan ellos como lugar de encuentro un campo deportivo? Probablemente en la metrópoli fría sean necesarios muchos de estos edificios, pero un pueblo unido, donde la alegría individual se convierte en alegría colectiva, y la pena individual también es pena colectiva, y que por tal razón la fiesta no es un edificio sino en las calles, ¿será necesario proyectar un espacio de apariencia exclusiva para el disfrute de sus fiestas? Probablemente se convierta en un espacio muerto. El estudio y entendimiento de las costumbres de un pueblo o barrio, es vital para la proyección de edificios públicos, y es justamente esta la premisa que da pie al entendimiento de la investigación. Ayacucho – Perú, una de las ciudades del país con mayores tradiciones vivas en sus barrios, ninguna fiesta es banal ni superficial, todas se encuentran dentro de un contexto histórico, por tanto, sus espacios y edificios públicos responden a dicho contexto, no hay espacio público gratuito o producto de la exquisitez de algún artista individual, todo es colectivo, unión dentro de los barrios, sin embargo, existen muchos barrios con distintas costumbres y distintas fiestas, viven en competencia entre barrios por demostrar que fiestas y tradiciones son mejores, esta competencia no es malévola ni mucho menos agresiva, todo lo contrario, los barrios se apoyan mutuamente, sin embargo, las diferencias con respecto a fiestas y costumbres son muy marcadas. Por tal razón, proyectar el edificio que una funcionalmente a ciertos barrios y que a la vez no sea ajeno al contexto histórico de cada uno de estos, demandará la investigación del punto exacto en que convergen la idiosincrasia de cada uno de estos actores, para el vital funcionamiento y que finalmente sea parte y uso del pueblo, en beneficio de los niños de Ayacucho que es a ellos a quien está dirigido el proyecto final.

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1.2. Objetivo. El objetivo primordial de la siguiente investigación es el conocimiento del impulso funcional que nace de las costumbres y tradiciones de un pueblo para la creación de sus edilicias especiales, entender sus códigos y símbolos arquitectónicos, y saber si son producto de la memoria colectiva o elementos desarrollados por situaciones de emplazamiento, hay que rebuscar en la historia de la creación del pueblo y encontrar acontecimientos claves dentro de su conformación, analizar y entender para finalmente proyectar un edificio vivo de uso público que no sea ajeno funcional ni arquetípicamente para el pueblo. 1.3. Ubicación. Carlos Garayar, en su libro nos explica acerca de la ubicación exacta de Huamanga en la ciudad de Ayacucho, y en un breve resumen pero muy interesante, nos cuenta algo de la Historia más resaltante y de interés para este ensayo: “La ciudad de Ayacucho se encuentra ubicada en el extremo noroccidental del departamento de Ayacucho y al sur de la sierra central del país, en el área meridional de los Andes, a 2.746 msnm; y está comprendido entre los 13°09'26" latitud Sur y 74°13'22" longitud Oeste. La ciudad ocupa el distrito de Ayacucho (cercado o también conocido como centro histórico), así como el área urbana de los distritos de Carmen Alto, San Juan Bautista y Jesús Nazareno. Ayacucho limita al norte con las provincias de Huanta y La Mar, al este con la provincia de La Mar, al sur con las provincias de Cangallo y Vilcashuamán, y al oeste con el departamento de Huancavelica”.1

1.4. Historia. "Ayacucho es una de las pocas ciudades privilegiadas del Perú y el mundo de milenaria tradición histórica y de trascendencia geopolítica. En su suelo ocurrieron acontecimientos sociales, económicos, políticos y culturales de importancia que influyeron determinantemente en la vida política del Perú; que van desde la presencia del hombre más antiguo de Sudamérica en Pikimachay (20,000 años a.C.), Huarpas (siglos I al IV d.C.), primer Imperio Andino Wari (siglos V al XI), los Chancas (siglo XII y XIII), Vilcashuamán (siglos XIV al XV), la fundación de Huamanga por los españoles (1539) y hasta la misma Batalla de Ayacucho (1824). Hechos que constituyen símbolos y pilares de identidad y memoria histórica de peruanidad.” 2

1 GARAYAR Carlos, Atlas Departamental del Perú: Ayacucho, Ediciones Peisa S.A.C., Lima - Perú, 2003,

p. 15. 2 Ibíd., p. 18.

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2. INVESTIGACIÓN. 2.1. Arquitectura. 2.1.1. Fundación y traza urbana. La fundación de Huamanga inicialmente ocupo otro lugar al que actualmente conocemos, sin embargo dicho emplazamiento solamente duró un año, puesto que al año siguiente fue reubicada, el texto de Nelson Pereyra lo indica de la siguiente manera: “Huamanga fue fundada en 1539 en Quinua y al año siguiente fue reubicada en el lugar que hoy ocupa. La ciudad se fundó y pobló por razones militares y defensivas: para contener a los incas rebeldes que se hallaban en la zona de Vilcabamba, al Nor-Este de la localidad y para guarecer a los transeúntes de la ruta Lima-Jauja-Cuzco”. 3 La traza urbana propia de los españoles, consistía en el damero, la retícula recta que se proyectaba en la mayoría de ciudades fundadas, con centro espacial y de poder en una gran plaza, la cual acumulaba a su alrededor la edilicia especial de la ciudad, para darle carácter y jerarquía a dicha plaza, para luego en un anillo concéntrico ubicar a la edilicia de base de un estatus social alto. Dicho estatus podía ser medido de acuerdo a la ubicación de la vivienda, si esta se encontraba en un anillo concéntrico alejado de la plaza central, el estatus social disminuía, entonces los lotes cercanos a la plaza, pertenecían a encomenderos, alcaldes, tenientes, órdenes religiosas, dejando los lotes alejados para los obreros, mestizos, esclavos e indígenas, como se indica en la siguiente cita: “Como toda ciudad española fundada en los Andes, Huamanga fue organizada bajo las disposiciones urbanísticas del damero. Las disposiciones del damero consistían en trazar la ciudad como un tablero de ajedrez, donde los lotes o cuadras –exactamente cuadradas y encontradas en ángulos de 90 grados- se distribuían alrededor de una plaza central llamada Plaza Mayor. Ésta era el núcleo de la ciudad, ya que concentraba a los edificios que simbolizaban el nuevo poder: la Iglesia Mayor o Parroquia principal y el Cabildo o Ayuntamiento. Además, la plaza cumplía múltiples funciones: mercado principal, espacio público para las festividades cívicas y religiosas y punto de concentración militar en tiempos de guerra. De ella partían las calles principales trazadas con un criterio de perspectiva para su fácil prolongación en caso de que la ciudad creciese. La distribución de los lotes en Huamanga estuvo definida por una estrecha correlación entre el estatus del beneficiario y la distancia física de su residencia a la Plaza Mayor. Mientras más lejos de la plaza es la distancia, más bajo es el estatus social. Así, los terrenos ubicados alrededor de la plaza principal o a

3 PEREYRA Nelson, De Huamanga a Ayacucho: La ciudad entre los siglos XVI y XX. UNSCH, Ayacucho

– Perú, 2003, p. 7.

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pocos metros de ella fueron asignados por el Ayuntamiento a los encomenderos, funcionarios de alto rango (corregidor, alcaldes, regidores, tenientes de gobernador), autoridades eclesiásticas (obispos) y a las principales órdenes religiosas (mercedarios, dominicos, jesuitas) quienes construyeron casas privadas y edificios públicos grandes y de mejor calidad, mientras que los lotes distantes a la plaza fueron otorgados a los vecinos de “menor status”: funcionarios de menor nivel, propietarios de pequeñas haciendas, artesanos y españoles pobres, quienes levantaron residencias pequeñas y sencillas. Las zonas adyacentes a este trazo urbano fueron reservadas para los esclavos, mestizos e indígenas, estas últimas reubicadas además en reducciones o parroquias que finalmente devinieron en barrios de indígenas, como ocurrió en Huamanga, cuando con las resoluciones del Virrey Toledo se reagrupó a los indios en las parroquias de Santa Ana y María Magdalena. De este modo, las disposiciones del damero servían para llevar a la práctica la división y separación de españoles e indios en términos espaciales. Sin embargo, desde los primeros años de la ciudad, esta división no funcionó en la vida cotidiana, ya que las poblaciones indígenas se asentaron también en el núcleo urbano conviviendo con los españoles, especialmente como ayudantes y sirvientes de encomenderos y funcionarios, o utilizando en muchas ocasiones la misma Plaza Mayor para desarrollar diferentes funciones públicas.” 4 2.1.2. La Arquitectura Civil. Mucha gente que ha visitado la ciudad de Huamanga coincide en la belleza de su arquitectura. Las casonas señoriales son las más representativas de la arquitectura civil en Huamanga, al igual que los templos religiosos, las casonas forman parte importante, y son ubicadas dentro del centro histórico y núcleo fundacional de la ciudad. Tal calidad arquitectónica de las casonas se debe al simbolismo y representación de poder de sus propietarios, españoles en su mayoría, que al presentarse a la sociedad en dicha época, y teniendo en cuenta su cercanía a la Plaza Central, proyectaban sus casonas incluyendo técnicas constructivas traídas de Europa, las cuales eran enseñadas a los artesanos locales para la construcción de estas casonas, sin embargo, dicha técnica aprendida, era reutilizada por estos artesanos en sus propias viviendas, claramente que con menor suntuosidad, pero con arquitectura de calidad, como lo muestra la siguiente cita: “La arquitectura de la casona huamanguina se inspira, en cuanto distribución de ambientes y apariencia, en la tradición española castellana, aunque en algunos aspectos constructivos y uso de materiales se hacen presente características locales, dándole un acento especial a los acabados. Los conquistadores españoles que vinieron a vivir a Huamanga buscaban, paralelamente, hacer fortuna y construirse un prestigio social. El tamaño, y en algunos casos la suntuosidad, de las casonas que mandaron construir simboliza el sentimiento por elevarse en importancia en la sociedad colonial

4 Ibíd., p. 7.

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donde vivieron. El estilo de la casona señorial, con modificaciones que le dan un carácter mestizo, se desarrolla desde la colonia para continuar durante la república y persistir hasta los primeros cuarenta años del presente siglo. Los tratados sobre construcción que circularon en aquellos tiempos aurorales venían de Europa y transmitían ideas y conocimientos que estaban de moda o tenían sus antecedentes en la arquitectura y urbanismo europeos. Pero lo más importante en esta transmisión y continuidad de la tradición arquitectónica de España a América y específicamente a Huamanga, está en la presencia de alarifes, albañiles, carpinteros, pintores, ebanistas y otros artesanos de la construcción que vinieron de España al Perú y trabajaron en la edificación de inmuebles y edificios públicos en ciudades que se fundaron en las nuevas tierras, imprimiendo en la arquitectura del nuevo mundo sus criterios técnicos y sus concepciones de volúmenes, formas y decoración. Muchos de estos maestros que vinieron de Europa formaron y enseñaron sus oficios a indios, mestizos y mulatos, dando lugar a la continuidad en el conocimiento y la tradición constructiva, aunque algunos de estos discípulos aportaron sus propios criterios y concepciones a la original arquitectura trasplantada.” 5 2.1.2.1. Tipología de vivienda Huamanguina. La tipología de la vivienda Huamanguina respondía a características y a veces cánones, que se respetaban dentro de la proyección arquitectónica, y como ya se ha mencionado, eran los artesanos huamanguinos quienes al haber sido instruidos por los propios españoles, construían estás casonas, entonces esta combinación de conocimiento daba como resultado arquitectura colonial con elementos arquitectónicos y simbólicos andinos, lo cual se convirtió en característica neta de Huamanga. “La arquitectura de las casonas de Huamanga respondió a este condicionamiento: la planta, con algunas variantes, tiene un modelo de distribución que generalmente se repite. El portón principal de entrada es de madera, adornado exteriormente con elementos de hierro a manera de rosetones; este vano de acceso se ubica entre jambas y dinteles esculpidos en piedra de color plomizo o ligeramente rosáceo. A continuación viene un zaguán con techo de bóveda, la dimensión de este zaguán permite el ingreso de personas, pero especialmente de cabalgaduras y carruajes al patio principal que se desarrolla inmediatamente después del zaguán. El patio principal tenía el piso empedrado y con algunos senderos de circulación con lajas de piedras cuadradas o rectangulares y canales igualmente de piedra para circulación de aguas de lluvia. El patio principal es abierto con galerías o corredores con arquerías que podían ser de ladrillo o piedra, esta última finamente trabajada. En estos corredores existían generalmente columnas, de piedra o de madera, con una base de piedra

5 González, Urrutia y Gutiérrez, Huamanga: Espacio, Historia y Cultura. UNSCH, Ayacucho – Perú, 1995,

p. 155.

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tallada y pulida. Esta piedra podía ser de color plomizo o blanquecino otorgando un toque de belleza al ambiente del patio. En torno a este primer patio se edificaba un conjunto de habitaciones que tenían diferentes funciones. Con relación al eje del portón principal se construían en este patio dos salones alargados de apreciables dimensiones, que atravesaban el ancho del patio y tenían una puerta central que coincidía en dirección con el portón principal. Estos salones eran los principales de la residencia y en ellos se desarrollaba la actividad social de los moradores propietarios de la casa. En muchas casas, junto a estos salones principales, se construía un ambiente dedicado al oratorio o capilla, con un altar e imágenes de los principales santos de la devoción familiar. Del patio principal y a través de un pasadizo lateral se ingresaba a un segundo patio, generalmente también con galerías. En este segundo patio se ubicaban el comedor, la cocina y la despensa e igualmente los dormitorios, que eran varios. En el fondo de la casa se encontraban los jardines, los huertos y el alojamiento para sirvientes y esclavos. En caso que existiese un segundo piso, la escalera para subir era trabajada en piedra, lo cual le signaba una consistencia maciza, ubicándose en un ángulo del patio principal. Generalmente el segundo piso tenía una galería de las mismas dimensiones que la existente en el primer piso, ya que se construía sobre ésta. Sus columnas eran de madera y las habitaciones, que usualmente eran dormitorios, tenían sus puertas dispuestas hacia esta galería. En la parte de la fachada o frontis se colocaban balcones cerrados, de cajón o abiertos, y en algunos casos balcones de esquina, todos trabajados en madera. En la ciudad de Huamanga existía un conjunto de estas grandes casas solariegas que fueron residencias de nobles e hijodalgos, y también de militares, clérigos, y enriquecidos en general, que encontraron en esta ciudad las condiciones para sus ganancias. Dentro de la arquitectura civil también se debe mencionar la pequeña casa con puerta y frente directamente a la calle, compuesta por varios cuartos, unos a continuación de otros, una cocina, una despensa y un pequeño huerto o corral; esta casa se encuentra en las áreas marginales de la ciudad y en sus barrios populares. También en los barrios populares y en el área rural se construye una vivienda que tiene corredor o galería en su frontis y luego una habitación rectangular de múltiples usos, una cocina, una despensa y un corral. Esta vivienda evidentemente combina ideas prehispánicas con elementos españoles y en posible encontrarla hasta la actualidad en los barrios nuevos de la ciudad. Los solares, que son espacios abiertos y sin techo, o los callejones que agrupan viviendas de dos o tres habitaciones, son formas de arquitectura civil que en Huamanga existen desde la colonia y subsisten hasta los actuales momentos.” 6 En un texto antiguo de 1586, ubicado en una revista española, encontramos una relación que nos proporciona información valiosa al respecto:

6 Ibíd., pp. 156-161.

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- “La forma de las casas desta ciudad es como las de España con sus altos y bajos y aposentos grandes y anchurosos, con sus patios y corredores, huertos y corrales y todo cumplimiento, y su agua de riego que viene por una acequia principal y se reparte á las casas conforme a su cantidad ques poca (...) Los materiales con que se edifican las dichas casas son guijarros del arroyo que pasa por cerca de la ciudad (...) y esto sólo sirve para los cimientos de debajo de la tierra por ser lisos y échales tierra y agua y con esto queda fijo el cimiento; y luego sacan la pared de piedra tosca y barro en estado más o menos fuera de la tierra lo que á cada uno parece; porque, en tiempo que llueve, conviene que sea así, porque no haga daño la humedad de allí para arriba. Todos los edificios son de adobe hechos de tierra revuelta con paja y agua, hechos de barro y las paredes son de buen anchor y bastantes, conforme al edificio que cada uno quiere hacer. La madera con que se cubren las casas comúnmente es de alisos (...), del qual algunas casas están todas enmaderadas con soleras, tirantes y tijeras y otras sólo las tirantes sobre la solera y la tijera sobre el tirante puestas á trechos, los cuales se hinchen con enmaderados de magueyes (...) Y encima de este enmaderamiento de las casas echan unas esteras de carrizos en lugar de tablas y encima de los propios, magueyes delgados (que es madera incurrutible (sic) y es todo de dentro corazón blando y la corteza dura) ó caña brava de castilla que hay mucha; y atada esta caña ó magueyes pequeños á manera de barbacoa, esta latación, con la dicxha cabuya atada, queda muy fuerte; y sobre todo esto se hacen los tejados, poniendo la teja sobre algún barro; y desta forma son casi todas las casas, si no son algunas iglesias, que se hacen de tabla con sus molduras y pinturas”.7

2.1.2.2. Procedimientos Constructivos. Como ya lo he mencionado, los artesanos de la colonia habían sido instruidos por artesanos españoles, entonces esa fusión de técnicas locales con las europeas, habían dado como resultado una arquitectura extranjera propia de Huamanga, es decir, los factores ambientales, geográficos e ideológicos, habían afectado de manera positiva en los procedimientos constructivos, entonces las proyecciones arquitectónicas ya no eran fiel copia a la arquitectura europea, sino que se había fusionado con la local, y se había creado una nueva tipología y nuevos procedimientos que respondían a estos factores únicos, que no se encontraban en Europa, en el libro Huamanga: Espacio, Historia y Cultura, los autores no hablan sobre estos procedimientos constructivos detallados, y el resultado de la fusión de estas técnicas locales y extranjeras. “Los alarifes, artesanos y albañiles que intervinieron en la construcción de inmuebles durante la colonia en la ciudad de Huamanga fueron originalmente especialistas venidos desde Europa; algunos de ellos tenían valiosas

7 Pedro de Rivera y Antonio de Chávez y de Guevara, “Relación de la Ciudad de Guamanga y sus

Términos” en “Relaciones Geográficas de Indias”, Madrid - España 1881. pp. 127-128.

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experiencias que transmitieron a mestizos e indios que se convirtieron en sus discípulos y luego de su aprendizaje desarrollaron un trabajo independiente. Muchos de los procedimientos y técnicas constructivas traídas desde España tuvieron que sufrir variaciones en su proceso de adaptación a la geografía y ambiente de los Andes. También los materiales de construcción variaron al ser reemplazados por elementos y materiales propios de las nuevas tierras. En algunos casos se puede afirmar que las técnicas españolas y occidentales conciliaron y se fusionaron en la construcción colonial en una tradición mestiza, como es posible detectar en varios monumentos arquitectónicos de Huamanga. Los techos estructuralmente estaban hechos en base a troncos de árbol amarrados con cuero y sobre esta estructura, que descansaba sobre los muros, se colocaba caña y una capa de barro mezclado con paja y algo de arena; encima podía existir otra cubierta de paja o de teja cocida, para impedir que pase la lluvia. En el caso de las casonas señoriales, el techo del primer piso estaba formado por bóvedas de ladrillo cocido unido con cal y arena. En el caso de templos y conventos también se presentan bóvedas de ladrillo o techos con estructura de madera, caña, barro y tejas. Los pisos tenían una capa de tierra apisonada que luego era empedrada para recibir una nueva capa de tierra, una cubierta de adobe y finalmente ladrillo cuadrangular de tipo pastelero. Este tipo de piso se presenta en las casonas señoriales y en algunos templos, aunque en estos últimos los pisos eran de lajas, lo mismo que en algunos patios o corredores y arquerías donde se combinaban con piedra de río. Tratándose de un segundo piso, había u entrepiso de caña y barro que descansaba sobre viguetas de madera de tronco de árbol; en algunos casos tenía ladrillo pastelero y en otros un mero entablado. Los muros del primer piso podían ser de adobe, de adobón y los había también de piedra grande unida con barro, tal como las pircas prehispánicas. Los muros eran anchos y cumplían la función de resistencia del techo y del segundo piso; se les recubría con mezcla de barro fermentado combinado con guano de caballo, mula y asno hasta lograr un enlucido homogéneo al cual se le daba un baño de cal que lo blanqueaba. Los muros podían alcanzar más de cincuenta centímetros de ancho y prolongarse hasta el segundo piso, pero en el segundo piso usualmente se utilizaba adobe y en algunos casos se hacían muros de caña cubierta con barro y cal, a manera de quincha utilizada en la costa. Los patios eran empedrados, con canaletas trabajadas en piedra para evacuar la lluvia. Tenían senderos de circulación con lajas de piedra y, en la puerta principal y algunos sitios de la casa, habían cajas de agua para controlar la entrada y salida de canales de circulación. Estas cajas eran botijas o recipientes de cerámica acondicionadas para este fin, con lo que se evitaba atoros o deficiente entrada y evacuación de agua. Las puertas, ventanas y balcones eran de buena factura, sólidos y de materiales durables; prueba de ello son los muchos que hoy existen. En algunos casos había la costumbre de tapizar algunas puertas con cuero repujado. Los colores para ventanas, balcones, puertas, columnas de madera y

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balaustradas de balcones y corredores eran verde, azul, amarillo y ocre, en diversas tonalidades y combinaciones. La piedra fue muy utilizada en la construcción huamanguina; generalmente de origen volcánico denominada toba. Se le usa para dinteles, jambas de puertas y ventanas, columnas, canaletas, arquerías y pasos y contrapasos de escaleras, su color es plomizo en diversas tonalidades pero también las hay rosáceas y calcáreas de color blanquecino. El oficio de picapedrero estuvo muy desarrollado y el artesano adaptó el material a las exigencias y usos de la nueva arquitectura, pero la herencia nativa siempre estuvo presente en su trabajo y en muchos casos se expresó en las obras que cincelaban sus manos ya que en las casonas coloniales es posible identificar muros que responden al estilo inca o formas de ventanas trapezoidales por donde mira la vieja herencia inca a la nueva arquitectura occidental. La piedra de huamanga es un alabastro o sulfato de cal más duro que la arcilla y menos duro que el mármol. Se presenta en colores blanco negro y plomizo, y es un material que se utiliza para el tallado de figurillas y objetos desde tiempos coloniales. En lo referente a la arquitectura, se le utilizó como vidrios de ventana en casas y templos o para cubrir tragaluces o ductos de ventilación.” 8 2.1.2.3. Hornos. En la ciudad de Huamanga, una de las actividades artesanales más importantes fue la panificación, las cuales requerían cierto tipo de edificación para llevar a cabo esta actividad. Dicha edificación formaba parte importante dentro de la arquitectura civil, puesto que podía ser incluido dentro del término actual “vivienda taller” para lo cual esta edificación tenía un funcionamiento y construcción complejo, y que actualmente podemos encontrar en las calles huamanguinas, claro que han aparecido nuevos hornos y de una mejor tecnología, sin embargo la panificación es parte de la costumbre de este pueblo y han sabido rescatar la elaboración tradicional, y la conservación de estas edificaciones. En la siguiente cita se indica las características de estas construcciones. “El horno es una muestra de arquitectura civil que incluye lo que podemos denominar solar de horno, o se ubica en una antigua casona señorial o en la vivienda republicana de los primeros treinta años del presente siglo. A partir de la década de los años cincuenta ya no se fabrican hornos tradicionales que funcionaban a base de leña y el horneado del pan empieza a ser procesado parcialmente en hornos a petróleo o eléctricos, compitiendo con los de leña. Los hornos de leña tienen su origen evidente en la cultura triguera y la tradición panificadora que los españoles implantaron en cada urbe y poblado fundado. En Huamanga, un horno arquetípico (ver anexo, Plano N° 20) funcionaba en un amplio local a manera de solar, que incluía básicamente: un patio o espacio abierto donde se ubicaba el horno, centro de la actividad; una cocina para elaborar alimentos para consumo de los panaderos; un conjunto de habitaciones que constituían la vivienda de los trabajadores del horno; un

8 González, Urrutia y Gutiérrez, Huamanga: Espacio, Historia y Cultura. UNSCH, Ayacucho – Perú, 1995,

pp. 162-165.

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amplio cuarto muy bien aireado que oficiaba de taller para el labrado del pan y por último, corrales para guardar las cabalgaduras donde se transportaba el pan a los pueblos para su venta. Todas estas construcciones eran de muros de adobe y techo de caña, palo y tejas, a excepción del horno mismo cuyo procedimiento constructivo era muy especial. Los materiales que se usan para construir un horno de leña son: barro hecho con tierra negra y húmeda, mezclado con excremento humano y piedras pequeñas de superficie lisa, todo muy bien mezclado y húmedo, por más de dos semanas para que alcance cierto nivel de fermentación; una buena cantidad de vidrio molido procedente de botellas y lunas rotas; piedras calizas de regulares dimensiones; ladrillos y piedras para el techo, y cal, yeso, orina y barro para los acabados y enlucidos de la parte interna y externa. La puerta del horno puede ser cuadrada, rectangular o ligeramente redondeada en su parte superior, y siempre debe estar orientada hacia la salida del sol. En Huamanga, de cincuenta hornos tradicionales identificados sólo uno tiene puerta que no mira hacia la salida del sol. Las puertas de los hornos de leña se tapan con grandes piedras que resisten el calor y los resquicios son taponados con trapos húmedos. Se comenta que en la antigüedad la mezcla del barro para construir el horno también contenía restos humanos, como una mano, huesos largos u otro elemento del cuerpo de un difunto, ya que ello daba consistencia al horno y facilitaba el calor del mismo. La base del horno se construye con piedras y ladrillos unidos con barro, y en la parte superior, donde se ubicarán la leña y el fuego, se colocan piedras calizas de color blanquecino que tienen la virtud de conservar el calor. La base, las paredes y el techo en su acabado final deben recibir una capa de barro, luego fragmentos de vidrio, una nueva capa de barro, piedras calizas, nuevamente barro y finalmente una capa de cal con arena bien espesa. El techo del horno es cóncavo, hecho con ladrillo y piedras calizas y terminado con las capas y materiales ya indicados. El piso del horno en su acabado final tiene ladrillo pastelero y es fraguado con una capa final a base de cal. Actualmente en la ciudad de Huamanga hay cincuenta hornos tradicionales de leña, entre públicos y particulares. Los hornos más antiguos de la ciudad son conocidos por denominaciones que tienen que ver con el nombre de sus dueños, con el tipo de pan que elaboran o con la calle o lugar donde se ubican.” 9 2.1.3. La Arquitectura Religiosa. Huamanga es la ciudad peruana de mayor número de templos religiosos en toda su extensión, contemplando templos, conventos y capillas, existen más de treinta y tres edificaciones religiosas, la mayoría edificada en la época colonial. Su exquisita arquitectura no era única de carácter religioso, sino que ciertas características también eran incluidas dentro de la arquitectura civil, puesto que estas eran inspiración de imponencia para las casonas, por tal razón, el

9 Ibíd., pp. 166-169.

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carácter arquitectónico religioso parecer haber sido impartido en todo Huamanga, muchos cronistas han llamado “bosque de iglesias” a la ciudad huamanguina. Entonces al hablar sobre la arquitectura religiosa y sus características, nos iremos dando cuenta que esta impulsa y modifica la arquitectura civil, el contexto en la época colonial era muy respetado, y todo partía desde la iglesia y su imponente arquitectura. Más adelante hablaremos sobre los barrios, donde esta arquitectura religiosa modifica no solo el espacio urbano, sino también la arquitectura de todo el barrio. En el libro Huamanga: Espacio, Historia y Cultura, los autores no hablan sobre las características de esta arquitectura religiosa. “En Huamanga existieron conventos con sus respectivos templos, que pertenecieron a órdenes religiosas, establecidas algunas desde el siglo XVI, y que luego por diversas razones abandonaron Huamanga, desapareciendo los conventos y quedando sólo los templos que hoy existen, habiendo perdido gran parte de su originalidad belleza y decoración. Entre estas órdenes religiosas y sus edificaciones tenemos:

- La Orden de los Dominicos, establecida en 1548, construyó el templo de Santo Domingo y su convento adjunto, del cual existen apenas algunos restos pues la Orden se retiró de Huamanga.

- La Orden Franciscana construyó desde 1552 el templo de San Francisco, el Convento adjunto y un local para sus seminaristas. El Templo y el Convento existen hasta la actualidad en manos de la misma Orden aunque el local ha sufrido sucesivas reconstrucciones.

- Los Mercedarios, que construyen el Convento y el Templo de la Merced desde su instalación oficial en 1541. Si bien la orden se retiró de Huamanga, el Templo existe, pero el local conventual ha sido totalmente destruido.

- La Compañía de Jesús mandó edificar el Templo de la Compañía, la Capilla Loreto, la Capilla de Indios, el local del Colegio que regentaba la Orden y el Convento de sus miembros, constituyendo todas las edificaciones un complejo arquitectónico unitario que cronológicamente data sus inicios en 1605. Todo el local existe actualmente con modificaciones y la Orden retornó hace algunos años a Huamanga luego de dos siglos de ausencia.

- El Templo y convento de San Francisco de Paula, cuyo conjunto arquitectónico lo integraba también una Casa de Pobres, data del año de 1713 y estaba a cargo de la Orden Carmelita, la cual en estos últimos años se retiró de Huamanga. Del local conventual original ya nada existe, y de la Casa de Pobres sólo existe la fachada.

- El Convento y el Templo de Santa Clara, también de Religiosas de Clausura, fueron instalados en 1568. Sigue Funcionando hasta la actualidad aunque parte del Convento ha sido demolida para construir nuevos y modernos inmuebles.

- El Templo y Convento de Religiosas de Clausura denominado Santa Teresa corresponde al año de 1703. Sigue funcionando como centro conventual hasta la actualidad y los inmuebles que lo integran no han sufrido modificaciones (ver anexo, Plano N° 23)

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Por otro lado existen un conjunto de templos de origen colonial pero que no formaban parte de conventos ni eran administrados por Órdenes Religiosas como San Cristóbal (1540?), San Juan de Dios (1555), Santa Ana (1569), Santa María Magdalena (1588), San Agustín (1637), la Catedral (1671) y Buena Muerte (1741). A ellos se suman templos de los tiempos iniciales de la República, o Capillas como la de Chiquinquirá, relacionada a la presencia de los ejércitos de Simón Bolívar en Ayacucho, o los templos que los pobladores de los Barrios Coloniales construyeron en las plazas principales de cada lugar para venerar a su Santo Patrón, generalmente relacionado a su actividad diaria y a su vida cotidiana. También, junto a templos, conventos y capillas que se distribuyen por toda la ciudad y sus barrios, existen algunos adoratorios urbanos donde se rinde culto a cruces o imágenes asociadas a milagros o actos bienhechores en algún acontecimiento en la vida de los vecinos y en la historia de la ciudad, como la Cruz de Cinco Esquinas, el Señor de Quinuapata y las capillas de Andamarca, Qonchopata, Pampa Cruz, Orcasitas, Kikapata, Arequipa, Cementerio, Capilla Pata, Huanca Macho, Maravillas y muchas otras. En Huamanga los conventos constituyen verdaderos complejos de agrupamiento arquitectónico enclavados en la ciudad, que en cierta forma tenían vida propia ya que en muchos aspectos se autoabastecían y constituían una sociedad particular en el contexto urbano. En las demás ciudades que los españoles fundaron en el mismo virreinato peruano, los conventos y sus templos también constituyeron pequeñas islas de vida propia en el conjunto de la ciudad, aunque por supuesto mantenían influencia y relación con el conjunto urbano donde residían los creyentes. Era la relación entre el espacio profano con el espacio sacro simbolizado por estas edificaciones. En cuanto al uso del espacio urbano las dimensiones de los terrenos que ocupaban los agrupamientos arquitectónicos religiosos eran muy amplios. Conventos y templos adyacentes, como Santo Domingo o La Merced, ocupaban originalmente una manzana como mínimo. Otros, como San Francisco, Santa Teresa, Santa Clara o la Compañía de Jesús, ocupaban con sus instalaciones hasta dos o tres manzanas. Además del espacio para el culto, las huertas conventuales disponían de frutales y crianza de aves de corral, vacunos, ovinos, caprinos y cerdos. Todo ello necesitaba de terrenos y una apreciable cantidad de agua para regadío, razón por la cual el Cabildo de Huamanga recibía continuas quejas de los vecinos acerca del acaparamiento de agua que hacían los Conventos en perjuicio del vecindario. El ordenamiento de los ambientes del convento obedecía a criterios que, según los especialistas, provienen de la Edad Media en Europa y se aplican de manera generalizada a este tipo de complejos arquitectónicos religiosos en todo el mundo cristiano de aquellos tiempos. El Templo de ubicaba en una de las esquinas del Convento y ante su puerta principal se abría un atrio y generalmente una plazuela que, como espacio abierto, permitía el lucimiento de la fachada del templo y la constitución de un ambiente urbano monumental. Los templos estaban integrados por una nave y en algunos casos tres naves

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con capillas y altares laterales; también tenían un coro alto y un coro bajo; cuando se presentaba este último, la puerta principal del templo estaba colocada de manera lateral como es el caso de Santa Clara de Huamanga. Completaban la distribución del templo los ambientes destinados a la sacristía, depósitos, despacho y en algunos casos una pequeña vivienda para el párroco. Los locales pertenecientes al convento se construían junto al templo y su ingreso se hacía por un ambiente denominado portería donde se ubicaba un torno o ventana de comunicación entre los habitantes del Convento y los pobladores de la ciudad. Del local de la portería se ingresaba tanto al templo como a los ambientes interiores del Convento. Los conventos de Huamanga estaban integrados por dos o más patios con arquerías y corredores que daban a un gran jardín con plantas ornamentales y árboles frutales (ver anexo, Plano N° 23 – Santa Teresa). Los diferentes tipos de habitaciones, por su función y tamaño, tenían la puerta principal orientada hacia estos patios. Varias habitaciones servían como salón capitular, biblioteca y comedor o refectorio, luego otro grupo de habitaciones constituían las celdas y dormitorios de los religiosos, pero también allí habitaban en dormitorios los sirvientes y esclavos de cada orden. Otros ambientes de mayor tamaño estaban destinados a cocina, talleres de trabajo, despensa, lavanderías, roperías, enfermería y depósitos. Finalmente estaban los corrales, caballerizas, huertos y tierras de cultivo. Muchas de las construcciones religiosas, como el Templo de la Merced, guardaban sus características originales del siglo XVI aunque su Convento está totalmente destruido. El Complejo arquitectónico que construyeron los Jesuitas en el siglo XVII es de una gran originalidad, especialmente en su fachada trabajada en piedra rosácea y adornada con molduras. El Templo de Santa Clara tiene en su presbítero un techo tallado de madera con múltiples motivos y decoraciones y que en su conjunto es una muestra de la influencia mudéjar que los españoles introdujeron en estas tierras. El Convento de San Francisco ha sufrido varias reconstrucciones y modificaciones pero aún conserva una biblioteca y un refectorio con mobiliario de madera adosado a sus muros, de clara inspiración medieval. En muchos conventos y templos huamanguinos existen motivos decorativos pintados en muros y dinteles de puertas; en algunos casos son representaciones de santos y temas religiosos, y en otros son conjuntos de flores y frutos con fines ornamentales. Las pinturas están realizadas en colores vivos, predominando el azul, rojo, verde, ocre, amarillo, en diversas combinaciones y tonalidades de color y combinación polícroma; ejemplo de esta manifestación plástica son los muros decorados del Convento de Santa Teresa, que cubren arcos de gran extensión.” 10

10

Ibíd., pp. 169-172.

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2.1.4. El Centro Histórico de Huamanga. Toda ciudad antigua se remite a su centro, al núcleo inicial de donde la ciudad nace y crece, núcleo de varios anillos concéntricos, anillos urbanos que son momentos históricos, tradicionales y costumbristas, y que estos son reflejados en la arquitectura, en las áreas urbanas, en la propia gente. La ciudad puede seguir creciendo y cambiando, sin embargo el carácter y personalidad de una ciudad, se da en su zona más antigua, en donde se vive la verdadera esencia de la ciudad, donde se encuentra la memoria colectiva de un pueblo en contraposición de lo nuevo que encontramos en las periferias. El centro histórico de Huamanga, está casi delimitado por sus barrios, lo cual hizo que la arquitectura del centro, se contagie a estos barrios, quizás de manera menos imponente y suntuosa, pero en sí conservando la esencia. “En ese espacio urbano que se extiende de la Plaza Mayor en cualquier dirección en una longitud no mayor de mil metros, el que configura el centro histórico de la ciudad de Huamanga. Pero pensamos que el centro histórico de Huamanga tiene extensiones o desarrollos paralelos en algunos barrios coloniales: Santa Ana, Carmen Alto y San Juan Bautista son los más antiguos y se añaden luego Soquiakato, Belén, Andamarca y Calvario. Estos asentamientos urbanos si bien no integran espacialmente el centro histórico son áreas donde la estructura física de casas, templos, calles y plazuelas provienen históricamente del proceso que dio origen a Huamanga en cuanto estos barrios eran lugares donde vivían mestizos, indios y algunos españoles cuyas actividades artesanales o comerciales sostenían la vida urbana.” 11 En todas las ciudades coloniales, no solo peruanas, sino de gran parte de América Latina, se ha presentado un problema de deterioro del Centro Histórico, y es así que en Huamanga, el problema ha sido principalmente por la migración, población que ha densificado el centro, y ha cambiado el uso de muchas casonas y estas han sido modificadas para estos nuevos usos, y el deterioro del Centro Histórico ha sido inminente. “En los últimos treinta años la población del área rural ha migrado intensamente a Huamanga, que de veintidós mil habitantes en la primera mitad del presente siglo ha pasado a tener hoy más de ciento cincuenta mil. La presencia de esta población migrante ha tugurizado la ciudad, y su centro histórico en especial; muchas casas coloniales se han subdividido, destruido o modificado con el fin de habilitar nuevas viviendas. Las calles coloniales se han convertido en estrechas para el intenso tránsito de personas y de vehículos motorizados cuyas dimensiones no concuerdan con el diseño para peatones, cabalgaduras y carruajes. Muchas casas coloniales no son funcionales para los requerimientos y características de la vida moderna. La situación crítica del centro histórico de Huamanga ha dado lugar a su deterioro como zona de vivienda; la tugurización y destrucción de inmuebles

11

Ibíd., p. 177.

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históricos y monumentales es frecuente en tanto que la población actual los remodela y adecúa a nuevos fines; la alteración del ambiente urbano por modificación y ensanchamiento de vías de circulación y muchas otras acciones propias de la modernidad mal entendida, han sido una constante en los últimos treinta años.” 12 2.1.5. Barrios Coloniales de Huamanga. “Huamanga estuvo también poblada por indígenas. Un porcentaje de ellos fue hallado por los españoles al momento de refundación de la ciudad, otro porcentaje considerable llegó con los conquistadores y se trataba de los siguientes grupos étnicos reubicados en zonas colindantes al núcleo urbano: Lurinhuanca (Calvario), Lurinchilques (Santa Ana) y Angaraes (Puca Cruz), más Chachapoyas y Cañaris que también fueron traídos por los españoles por ser sus “indios amigos”. Todos estos habitantes fueron ubicados en la periferia de la naciente urbe en un intento de separarlos de los vecinos españoles, hasta 1570, cuando fueron divididos y reubicados en forma definitiva por el Virrey Toledo en dos parroquias situadas en los extremos de Huamanga (Santa Ana y La Magdalena). Cabe indicar que cada parroquia copió el trazo de damero del núcleo de la ciudad; es decir, tenían cuadras perfectamente delineadas por calles en perspectiva que también se iniciaban en una plaza llana como la Plaza Mayor, pero de menor tamaño. Alrededor de ésta se ubicaban las casas de las principales autoridades indígenas (el alcalde de indios, el curaca) y el templo católico.”

13

Con esta cita quiero indicar que la población inicial en Huamanga, no solo fueron encomenderos de alto estatus social, sino que también existieron indígenas, y como lo he mencionado en capítulos anteriores, estos eran ubicados en anillos concéntricos exteriores al centro histórico de Huamanga, pero que trabajaban para estos encomenderos, y órdenes religiosas y tenientes de la ciudad, entonces debían vivir cerca al centro, más no en él, por tal razón se crean los barrios, donde principalmente eran habitados por las clases trabajadoras, mestizos, indígenas, pequeños encomenderos de bajo estatus social. Cada barrio tenía un actividad artesanal económica particular, lo cual los agrupaba y los especializaba en dicha actividad. “La necesidad de construir la ciudad y la consiguiente búsqueda de servidores personales de parte del núcleo español fundador incorporó a la vida urbana un contingente de albañiles, carpinteros, picapedreros, mozos, cocineros, ayudantes, tejedores, ceramistas y otros. El indio, con su tradicional capacidad de artesano, aprendió los nuevos oficios y los nuevos gustos occidentales convirtiéndose muchos de ellos en notables artistas que combinaban lo andino y lo occidental en técnica y contenido de sus obras. Muchos huidos del tributo integraban la ciudad inicial. En la segunda generación, el estrato mestizo irrumpió como componente urbano y fue perfilando su carácter propio.

12

Ibíd., pp. 177-179. 13

HUERTAS Lorenzo: “Poblaciones indígenas en Huamanga Colonial” en “Etnohistoria y

Antropología Andina”, Segunda Jornada del Museo Nacional de Historia, Lima – Perú, 1981, p. 138.

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La separación del grupo de vecinos fundadores y sus descendientes de la población indígena y mestiza se traslada a la ocupación del espacio urbano: de una parte, se consolida y edifica el núcleo urbano, residencia de la élite y sus allegados y servidores; de otra parte, se construyen los barrios de indios, especialmente Santa Ana. La ciudad va creciendo y surgen nuevos barrios, ahora ya no planificados. Estos barrios coloniales se diferencian claramente de lo que hoy se conoce como barrio popular, barriada o asentamiento humano, agrupaciones poblacionales contemporáneas de sectores marginales de población, con suburbios de baja calidad de vida, de pobreza, con proscripción social o desorganización (ver anexo, Plano de Barrios Tradicionales). El barrio colonial de la ciudad de Huamanga, como los de otras ciudades españolas que se fundaron en el Perú, tiene otra significación. En principio, estos barrios coloniales ocupan áreas adyacentes al núcleo originario de la ciudad donde se establecen a vivir grupos de indios, mestizos y ocasionalmente algunos españoles. Une a todos los habitantes del barrio el oficio que practican, la ocupación que dan a su fuerza de trabajo en la producción o comercio de mercancías y los lazos y vínculos étnicos e históricos. El barrio colonial está definido espacialmente por sus límites geográficos y porque es identificado en el conjunto de la ciudad con relación a su centro y a otros barrios. También se caracteriza por tener un conglomerado social integrado por personas que residen en el barrio, que es su localidad y porque mantiene entre sus miembros una relación continua, permanente y directa. El barrio “inventa” sus costumbres, tradiciones, fiestas y ceremonias que conforman el espíritu de identificación de la población con su espacio natal.” 14 A pesar de la evolución social y los cambios que ha sufrido Huamanga, como la creación de muchos barrios populares, el barrio colonial, ha conservado su singularidad, y se diferencia de estos barrios puesto que agrupa a personas por ocupaciones, oficios, y más que eso, por vínculos tradicionales. Alguno de estos barrios tradicionales se han convertido en distritos, pero siendo solamente un título, puesto que las fiestas y tradiciones no se han visto afectadas. Muchos pobladores de estos barrios, no son agrupados por la ocupación o el oficio, sin embargo aún viven allí y participan de las costumbres y se sienten parte del barrio porque realmente lo son. “Un barrio que se caracterizaba por ser lugar de residencia de arrieros que viajaban con recuas de mulas y caballos, organizó hace algunos años una moderna agencia de transportes lo que dio lugar a una afortunada frase de un antropólogo huamanguino, que grafica el cambio: “los arrieros se convirtieron en choferes y las mulas y caballos en camiones y ómnibuses”, pero aún con el cambio sigues siendo transportistas como sus ancestros.” 15 El hecho de pertenecer a cierto barrio, modificó la conducta del poblador, la cual no era parecida a la de otros barrios, tanto por la ocupación, por las

14

González, Urrutia y Gutiérrez, Huamanga: Espacio, Historia y Cultura. UNSCH, Ayacucho – Perú, 1995,

p. 179. 15

Ibíd., p. 180.

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costumbres y/o tradiciones, el poblador de cierto barrio, se podía identificar e ubicar por estas características. Para conocer los barrios más representativos e históricos de Huamanga, nos apoyaremos en la siguiente cita: “El barrio del Magdalena también conocido como Huray Parroquia o parroquia de abajo por quedar en la parte baja de la ciudad, se caracteriza desde sus primeros tiempos por ser un barrio cuya población mayoritariamente estaba compuesta por indios venidos del área rural que tomaban su residencia en el barrio para incorporarse paulatinamente a la vida de la ciudad. Un sector de la población se dedicaba al comercio; otro a oficios como albañiles, carpinteros y herreros. En la zona del barrio hay actualmente un mercado y tiendas comerciales, conectado físicamente al centro de la ciudad, aunque mantiene su independencia de barrio a través de su fiesta patronal y tradiciones. En la iglesia de la Magdalena comienzan las procesiones de Semana Santa. Barrio de Santa Ana o Hanan Parroquia, en la parte alta de la ciudad. Antes de la construcción del Templo de la Catedral, el templo de este barrio cumplía esta función y por eso se decía que era Parroquia de españoles y el templo de la Magdalena, Parroquia de indios. Hasta hoy es un barrio donde viven tejedores artesanales de frazadas y alfombras de gran calidad, pero donde también se fabrican sombreros de lana y especialmente cerámica tradicional. Sus pobladores celebran una gran fiesta patronal y mantienen una fuerte identificación como grupo social local. Carmen Alto (o Carmenqa) es el nombre de un barrio colonial que se encuentra ubicado en las faldas del cerro Acuchimay. Es uno de los barrios más antiguos de la ciudad y desde sus inicios a través del tiempo. Sus pobladores han sido transportistas y comerciantes de ganado en pie. Grupos de arrieros en gran cantidad, con sus recuas de mulas y caballos, salían de este barrio y unían Huamanga con el resto del Perú, llegando inclusiva hasta Bolivia y el noroeste argentino, transportando mercancías y realizando transacciones diversas. Aún hoy en día mucha gente de Carmen Alto continúa comerciando ganado o dedicándose al transporte con empresas de camiones y omnibuses. Carmen Alto fue el primer distrito creado en la ciudad, luego del Cercado, en el siglo pasado. En el lindero entre Carmen Alto y San Juan Bautista, en la cumbre del Acuchimay, tiene lugar la feria central de Semana Santa, que en sus orígenes fue exclusivamente ganadera y que culminaba con un circuito de ferias de ganado originada en el río Pampas algunas semanas previas. San Juan Bautista tiene también un origen colonial casi tan antiguo como el de Carmen Alto, siendo uno de los barrios coloniales más importantes, San Juan Bautista es el tercer distrito de la ciudad y data de la década de 1960, pero sus pobladores continúan funcionando como un barrio. Es un lugar donde residen numerosos comerciantes de ganado, matarifes y carniceros, siendo su actividad principal el comercio de ganado y todos sus derivados: carne, cueros, huesos, cuernos y otros. La feria dominical ganadera es aún parte del paisaje y la vida del barrio.

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Con relación a la actividad principal de la gente de San Juan se desarrollan otros pequeños barrios como los de Tenería y San Sebastián, cuyos pobladores se dedican a la curtiembre de cueros y la elaboración de suelas y badanas que durante la colonia y hasta hace pocos años gozaban de gran prestigio por su calidad. En éstos barrios todavía existen los pozos e instalaciones donde se realizaban las actividades de curtiembre, destinada a la exportación fuera de la región. El barrio de Soqiaqato es un barrio de comerciantes en cuero de caprinos y cochinilla; también se confeccionan sombreros de lana y se elaboran cohetes y fuegos artificiales. En tiempos coloniales se fabricaban sillas de montar, aperos, y otros elementos para las cabalgaduras y carruajes. Actualmente está unido al centro de la ciudad y es un lugar de tránsito de cmapesinos y transportistas. Qonchopata es el nombre de un barrio tradicional que tenía básicamente una población de viajeros y comerciantes que ponían en contacto a Huamanga con la zona de la selva. Productos de la yunga como frutas, ají, coca, café y otros eran transportados por la gente de Qonchopata y vendidos o trocados por azúcar, arroz, telas y otros, hasta hace unos treinta años. Actualmente, la gente de Qonchopata sigue practicando el comercio aunque un sector de la población trabaja en el centro de la ciudad como obrero y empleados. Arco y Maravillas eran una de las entradas a la ciudad y su población mantenía algunos cultivos de cereales y criaba ganado. Por su parte, Andamarca y Puka Cruz albergaban a pequeños agricultores-horticultores y viajeros, y plateros y acuñadores de moneda respectivamente.” 16 Los barrios coloniales vienen a ser en la realidad una prolongación o crecimiento paralelo del centro histórico de Huamanga. La presencia de monumentos arquitectónicos civiles y de algunos templos de construcción colonial, así como la arquitectura republicana existente en dichos lugares, son muestra de una arquitectura huamanguina identificable en cuanto desarrolla un patrón identificable en sus múltiples variaciones:

“una arquitectura popular de procedencia hispánica, pero muy aclimatada, cuya característica más sobresaliente es el amplio corredor cuyo techo aparece sostenido por columnas de madera de base de piedra de diseño y forma muy característicos”17

La arquitectura civil en los barrios coloniales imita el estilo arquitectónico que se expresa en las casonas señoriales del centro histórico. Las columnas de piedra de la casona señorial son reemplazadas por columnas de madera con base de piedra en las casas de los barrios, los cuales también imitan el zaguán de entrada y el primer patio, que desarrolla un espacio rodeado de corredores, estas casas y templos de los barrios constituyen parte importante del

16

González, Urrutia y Gutiérrez, Huamanga: Espacio, Historia y Cultura. UNSCH, Ayacucho – Perú, 1995,

pp. 180-184. 17

ARGUEDAS José María: “Notas elementales sobre el arte popular religioso y la cultura mestiza en

Huamanga” en “Revista del Museo Nacional”, Lima – Perú, 1958, Vol. 28º, p. 143.

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patrimonio cultural urbano de la calidad de Huamanga; se ubican y conectan en un tejido urbano formado por calles estrechas y sinuosas que desembocan en pequeños espacios abiertos, patrón poblacional propio y característico de estos asentamientos barriales. “Desde los primeros momentos y hasta la década de los años sesenta del presente siglo, existía una clara diferencia entre los miembros del sector señorial que vivían en el centro histórico de la ciudad, y los sectores de mestizos que habitaban los barrios. Un miembro de una antigua familia señorial nunca era residente de un barrio, y un indio o mestizo no edificaba su vivienda en la zona central de Huamanga. En la ciudad había una clara diferencia y una precisa ubicación de los sectores sociales y culturales que la integraban. Los sectores señoriales acudían a los barrios en busca de mano de obra, para adquirir algún producto o para asistir como invitados a alguna fiesta o celebración de la fiesta patronal del barrio. La sociedad de Huamanga estaba claramente separada entre los señores del centro y los trabajadores de los barrios coloniales. Era una separación espacial, racial, étnica, en fin cultural, entre dos sectores dela población protagonista de un conectado entre lo andino y lo español que se expresa en un problema de integración nunca concluido. El barrio colonial, en cuanto organización poblacional, arquitectura y tradición cultural, constituye pues testimonio de la evolución de la ciudad y su expansión a partir de 1540. Cada uno de estos barrios debe considerarse como una prolongación histórica en el espacio del casco colonial de Huamanga en cuanto al crecimiento físico de la población y también como evidencia de los nuevos sectores sociales de indios y mestizos que otorgaron una nueva composición a la sociedad urbana colonial; por estas razones es necesaria su conservación y defensa ante el avance de construcciones que lo desnaturalizan.” 18 Un plano antiguo trazado en 1802 por Miguel Tevor (ver anexo, Planta de la Ciudad de Guamanga) muestra 4 espacios diferenciados en la ciudad de Huamanga:

a. El núcleo urbano con su eje, la Plaza Mayor en cuyo centro se hallaba una pila pública de agua, con sus manzanas que se han expandido hasta la actual plazoleta del Arco al Norte, a la Alameda al Sur, al “arroyo seco” hacia el Este y hacia la capilla de Belén (el punto más alto de la ciudad) al Oeste.

b. La parroquia de Santa Ana, con sus cuadras más pequeñas.

c. La Magdalena, con casas agrupadas alrededor de su iglesia.

d. Los barrios de San Juan Bautista y Carmen Alto ubicados a la

derecha; es decir, al otro lado del río y por encima de las huertas.

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González, Urrutia y Gutiérrez, Huamanga: Espacio, Historia y Cultura. UNSCH, Ayacucho – Perú, 1995,

pp. 184-186.

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3. ANALISIS. 3.1. Los Barrios y el Centro Histórico. Durante la visita a todos los barrios, y hacer un análisis comparativo visual, he decidido mostrar la arquitectura civil y parte de la religiosa del Centro Histórico, para mostrar cómo esta ha influenciado en la arquitectura de los barrios, empezando por las iglesia de barrio, y a su vez como esta influenció, a la arquitectura civil circundante, adicionalmente, estas han modificado el espacio urbano de manera muy notable, sin embargo ese es otro tema digno de un estudio aparte. 3.1.1. El Centro Histórico de Huamanga. Para el análisis de arquitectura del centro histórico en comparación con los barrios que presentaré, inicio con arquitectura religiosa, puesto que, como ya lo he mencionado antes, es el núcleo creador de la tipología arquitectónica en Huamanga.

“La catedral de la Plaza Mayor consta de 3 naves procesionales, ocho machones, con basas y capiteles construidos en piedra de cantería, que soportan dieciséis elevadas bóvedas y una linterna, que remata en cruz de piedra blanca, y cuatro claraboyas de arcos románicos. Tiene ocho ventanas espaciosas, abiertas sobre las cornisas de la nave central y otras en los distintos compartimentos del interior del templo, con un total de veintidós ventanas, que le dan mucha claridad. En su exterior tiene cuatro puertas de arco de medio punto, tres en la fachada principal y una en la lateral, lado N. del templo. La portada central del frontis principal está flanqueada por dobles columnas corintias sobre las que descansas pilastras que rematan cuadro esferas. En los intervalos de estas columnas hay dos hornacinas, ocupadas por las estatuas de los Apóstoles San Pedro y San Pablo. En la parte superior de esta portada central se abre una ventana de medio punto entre pequeñas columnas y repisas que sostienen frontones curvos y quebrados, un círculo y

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una esfera al pie de una cruz de piedra colocada al medio del cornisamento superior, que rematan pináculos laterales. En las puertas laterales del frontispicio se levantan cuerpos rectangulares, tallados en piedra de coloración parda, almohadillados, con sus respectivos contrafuertes de pequeño resalto y rematan figuras geométricas, rectángulos y círculos con cruces. Tres ventanas asimétricas en los muros extremos de la fachada principal completan la composición de ésta. Las torres, como posteriores al cuerpo del templo, son de piedra y cal, el laso S., y de cal y ladrillo, el lado N., en perfecta armonía con el conjunto de la composición. Tienen arcos de medio punto. Los de la fachada principal constan de un solo arco por torre, en cuya parte inferior se hallan las esferas de los dos relojes con cuenta la Catedral, y son de doble arquería los lados situados al N., E. y S. De lo que precede se deduce que el estilo arquitectónico de la fachada de la Catedral de Ayacucho, es el Barroco seiscentista.” 19 De donde sacamos características resaltantes que vamos ir encontrando en la arquitectura religiosa tanto dentro del mismo centro en iglesias posteriores, como en las iglesias de los barrios. Las 2 torres barrocas con pináculos y arquerías de medio punto, van a ser características en las iglesias que presentaré. La imponente portada central, que en su parte superior cuenta con un falso altar o ventana de medio punto entre pequeñas columnas y repisas que sostienen frontones curvos y quebrados, se presentará en las iglesias posteriores con un portal de menor escala, pero siempre con el falso altar o una ventana. Todos los ingresos cuentan siempre con una portada, sin embargo la coronación de la portada principal, presenta una coronación que irá variando sin ninguna razón aparente.

19

MEDINA, Pío Max: “Monumentos coloniales de Huamanga”. Imprenta González, Ayacucho – Perú,

1942, pp. 6-7.

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“Flanquean la puerta principal del templo dos columnas de estilo compuesto, que se levantan airosas sobre pedestales a paneles, rematando el primer cuerpo de la fachada una cornisa que sigue los resaltos de la misma y que forma un arco quebrado sobre el frontón. Sobre éste queda la placa esculpida en piedra blanca, conteniendo el escudo real de España, y en la parte superior de dicha placa se abre una espaciosa ventana de arco, con contrafuertes a sus lados, sobre los que se alza otro frontón semicircular que remata en una cruz. Culmina la parte central de la fachada en un gran frontón arqueado, que ocupa la parte intermedia de las dos torres simétricas, hermosas y campanudas, que terminan en cruces”… “los resaltos del muro exterior del templo tienen artísticos zócalos de piedra primorosamente labrada y cornisa del mismo material. Entre los zócalos y la cornisa hay cuatro filas horizontales de lfores ornamentales, semejando alhelís, en alto relieve. En el lienzo del segundo cuerpo del resalto y entre los cornisamentos corren cinco filas de la misma ornamentación que la anterior.”20 Podemos notar que en el templo de La Compañía de Jesús, también encontramos dos torres acampanadas con arcos de medio punto, también tiene la portada imponente con la ventana en la parte superior con contrafuertes a sus lados, cada ingreso cuenta con una portada, y como mencioné anteriormente, la coronación varía de distintas maneras.

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Ibíd., p. 56.

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“El estilo arquitectónico renacentista del templo San Agustín. La parte central del frontis del templo se compone de una puerta de arco de medio punto, en cuya parte superior corre un friso denticulado y encima de éste un adorno horizontal, fitoforme, en bajo relieve. Este primer cuerpo está flanqueado por columnas cuadrangulares. En el segundo cuerpo de la misma parte central se ven dos pequeñas arquerías, también de arco de medio punto, que dan acceso al coro alto; tres hornacinas, dos de ellas están ocupadas con las estatuas de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, labradas en piedra, que antes de ahora estuvieron en las hornacinas de la Catedral. La hornacina del centro no tiene efigie alguna. El triángulo de su frontón, semejante en sus líneas formales a los que se notan en el pórtico lateral de la Catedral y en el principal de San Francisco de Asís, lleva un tímpano exornado con un vano de luz en forma circular, y sobre el vértice superior de este triángulo remata un corazón con tres flechas, escudo de la orden agustina, labrados en piedra blanca de cantería. Las dos torres, simétricas, en forma de tiara, de hermosa factura, se comunican por medio de una gradería guarnecida de almenaje, dándole al aspecto de torreón. La fachada principal es, en conjunto, sencilla, por su sobriedad, y elegante por sus proporciones armónicas.” 21 Este templo, a pesar de cumplir con las características de los otros templos, lo hace en el estilo renacentista, y de manera muy sobria, donde predomina la pureza de la línea recta. Este templo mostrará al poblador de los barrios que no necesariamente debe realizarse una composición de fachada de manera recargada con cierto horror al vacío, sino que la sencillez puede jugar de manera positiva en sus composiciones. Con respecto a la Arquitectura Civil, en el centro histórico aún, voy a mostrar edificaciones que van adoptar ciertas características de la arquitectura religiosa, y que van a lograr independencia en su tipología dado el uso para el cual estaba siendo proyectada.

La casa Romero, de la época republicana, ubicada a una cuadra de la plaza de armas, adopta el concepto de portada en el ingreso principal, de las iglesias, notoriamente de manera mucho más austera, sin embargo con un estilo único en cada una de las portada de cada edificación, adopta también la ventana sobre la portada de la calle principal, sin embargo esta ya no se encuentra dentro de contrafuertes ni bajo un frontón, es una ventana rectangular y se

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Ibíd., p. 62.

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añade a esta nueva tipología, el balcón balaustrado que se repetirá en casi todas las edificaciones, y en las nuevas tipologías contemporáneas. Cada ingreso en el primer cuerpo también cuenta con una portada, en menor escala y menos recargada que la portada principal, pero aun así imponente para la escala humana. En el segundo cuerpo se encuentran las ventanas, las cuales muchas veces son adornadas con cornisas, pero lo repito, siempre llevará el balaustre como balcón, y muchas veces como un falso balcón. Juega también con el ritmo vertical, para indicar los ingresos, de mayor o menor importancia. La casa Jáuregui, de la época colonial, ubicada a dos cuadras de la plaza de armas, cuenta en su calle principal con una portada de piedra que a pesar de ser austera, se nota muy ostentosa gracias al balcón colonial sobre ella, el cual reemplaza a la simple ventana que yo indicaba líneas atrás, y le da el carácter de ingreso, las demás puertas en el primer cuerpo también son adornadas con una portada de piedra muy simple, sin embargo muy bien trabajado. En estas construcciones civiles, los remates y coronaciones, van a ser trabajadas con respecto a la cobertura, o techos inclinados, que van a ser muy usuales en esta tipología (dadas las fuertes lluvias).

La casa Moya, de la época republicana, ubicada a una cuadra de la plaza de armas, no cuenta con calles marcadas, ni mucho menos un ingreso principal que lo parezca, sin embargo lo interesante de esa casa, es la diferenciación de cuerpos, utilizando el primero los ingresos, todos estos con portadas de piedra, y el segundo cuerpo con ventanas y a su vez, todas balaustradas, lo cual nos hace pensar que en la época republicana ya se tenía un mecanismo de diseño, que a diferencia de la casa Jáuregui, que se preocupó por diseñar un balcón colonial en vez de la ventana austera, la casa Moya solo sigue el patrón de diseño, y su remate es el techo inclinado. Esta falta creativa de composición que ya existía en la época republicada, también se va dar en la actualidad, en la composición de las nuevas fachadas, que deberían guardar relación con el contexto, se sienten parametradas y el camino más fácil para conseguirlo, es

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copiar de manera poco creativa, el contexto, y llevarlo a la época actual con los materiales utilizados, tema que veremos más adelante. La casa Ivazeta, de la época colonial, ubicada a dos cuadras de la plaza de armas, utiliza ya la típica portada con arco de medio punto como en las iglesias, con la ventana en la parte superior de la calle principal, balaustrada también, y sus ingresos también se encuentran dentro de una portada de menor escala. El ritmo vertical se utiliza de manera suspicaz para indicar los ingresos principales y los secundarios, entonces vemos que esta tipología se va repitiendo en la mayoría de las casonas de le época, con diferencias que van a variar de acuerdo a la creatividad del proyectista. La casa Gutiérrez, de la época colonial, ubicada a 2 cuadra de la plaza de armas, no presenta una calle principal definida, ni algún elemento que haga indicar que se separan en dos cuerpos la fachada, pero tiene algo interesante, que son las portadas. 2 Tipos de portada y uno de estos tipos, con variación, es decir, el primero tipo, la aparente portada principal, de arco de medio punto y borde también en arco, de piedra almohadillada, muy rústico y una puerta de gran tamaño, el segundo tipo es la portada de arco de medio punto y borde rectangular, de piedra, sin embargo lisa, no es posible notar el almohadillado, un poco más estilizada, y la variante de esta es la elevación de este “frontón” por decirlo de alguna manera, ganando altura hasta casi emparejarse con las demás portadas y que además tiene una puerta muy angosta, lo cual hace de esta portada, algo alta y muy angosta. Entonces lo resaltante de esta casa son las portadas que en una visita al lugar, se notaría muy claramente la diferencia entre estas. Otros ejemplos de estas características en distintas casonas del Centro Histórico de Huamanga, son las que a continuación muestro en captura fotográfica.

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Casa de época colonial que aún conserva su portada con arco de medio punto y borde rectangular con una pequeña cornisa, el techo es de teja y tiene cierta inclinación para la caída de lluvias. Portada de piedra con arco de medio punto, que en la parte superior se encuentra “resanada” con cemento, sin embargo mantiene la tipología, y en la parte superior de la portada se puede notar la ventana balaustrada. Se puede notar también que esta casona cuenta con un zaguán que dirige a un patio

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central, característica de la mayoría de las casonas del centro, por su gran extensión de área de estos lotes, sin embargo en los barrios veremos, las características de las fachadas, más no del interior, puesto que estos son lotes más pequeños y en raras ocasiones se encontrará el zaguán con el patio central.

Esta es otra casona del centro, convertida en hotel y con muchas variaciones en su interior, sin embargo la fachada es conservada, con excepción de la introducción de medidores de luz, sin embargo la portada de piedra aun es conservada, y vemos que el basamento es más notorio en comparación a otras portadas, lo cual es ayudado a resaltar con un zócalo o base del primer cuerpo. También notamos la ventana sobre la portada, pero esta ya no es balaustrada, sino que tiene una reja de hierro forjado, lo cual pertenece a una modificación contemporánea.

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Casona del centro histórico que cuenta con la portada principal de piedra poco labrada, y portadas secundarías a los demás ingresos de mejor acabado. El primer cuerpo se encuentra sin revestimiento mostrando la piedra y la argamasa, en el segundo cuerpo podemos notar el revestimiento de barro y pintura, donde encontramos ventanas con pequeño balcones balaustrados de madera. 3.1.2. El Barrio de Santa Teresa. Ubicado al lado sur del Centro Histórico de Huamanga, como lo indica en plano en el anexo. Es el barrio que ha seguido la tendencia comercial que ha sufrido el Centro Histórico, y que como él, se ha visto deteriorada con el paso del tiempo, las casonas han cambiado de uso de vivienda a comercio y han sufrido cambios de adaptación para estos nuevos usos, además existen 4 mercados en una sola zona, lo cual hace que la actividad y el flujo peatonal se incremente de manera desfavorable para el barrio. “…en un radio tan pequeño de unas 4 cuadras, tenemos 4 mercados, son los que traen los principales problemas…”22 Que a pesar que el comercio es la base del crecimiento de un pueblo, pues este crecimiento debe ser controlado, y así no arruinar centenares de años de historia, en Ayacucho, a pesar de contar con una gran arquitectura colonial y republicana muy bien conservada, ha podido ser mejor de haber existido el actual control, en décadas pasadas. Santa Teresa lucha contra este cambio y deterioro de su arquitectura, que ya cuenta con muchas casonas desaparecidas, y que en su lugar se han proyectado construcciones contemporáneas que apelan a estas características tradicionales, y que son

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Entrevista al Arquitecto Edgar Gargurevich, por el alumno de Arquitectura de la Univ. Alas Peruanas,

Jesús A. Sánchez Pinto. Ayacucho – Perú, 2011, p. 4.

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incluidas en sus diseños, de manera muy conservadora, por momentos engañan y parecieran ser de épocas coloniales y/o republicanas, sin embargo al notar bien el uso de los materiales, sale a la luz su verdadera época. Entonces inicio con la arquitectura religiosa. Básicamente el barrio se emplazaba alrededor de la iglesia, por su cercanía al centro histórico, las características y tipologías de este barrio son muy parecidas al núcleo, este era un barrio de estatus social medio, por tanto aún la arquitectura debía ser ostentosa. “El exterior del templo ofrece un aspecto sencillo a la par que noble; participa de la sobriedad escorialense. El frontispicio de su entrada principal, flanqueado po dos hermosas torres de poca altura, simétricas y cuadrangulares, consta de dos cuerpos de magnífica concepción. La puerta, de arco de medio punto y arquivolta con figuras geométricas, mira al N., donde se ha construido un

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pequeño Parque”…”los fuertes almohadillados de su composición, las dos almenas que se levantan sobre los extremos del cornisamento y los artesones de la sacristía denotan equivalencia y comunes y añejas características en ambas construcciones. Al centro de dichas almenas y sobresaliendo del cornisamento hay una repisa delante de la hornacina que contiene la imagen del bulto de Santa Teresa de Jesús. Los contrafuertes laterales de la hornacina participan de la misma ornamentación de la portada. En la parte superior de aquella se ven, en relieve, una corona, debajo de ésta, una cruz flanqueada por adornos con volutas. Remata esta parte de la fachada una cruz de piedra. Líneas paralelas verticales, cerradas por curvas, y zócalos con elipses, unas y otras en relieve, completan la arquitectura de la fachada principal.” 23 Notamos la composición con 2 torres y pináculos como remate de estas, ambas con campanario y arco de medio punto, muy parecidos a la Catedral de Centro Histórico, la portada igual de ostentosa con mucho detalle como lo indica el libro de Pío Max Medina, tiene también un falso altar u hornacina sobre la portada, en el segundo cuerpo. Entonces podemos darnos cuenta que existen muchas características que ya habíamos visto en el centro histórico, veremos ahora como estas características contagiaron a la arquitectura civil. Una casona menos ostentosa de las que podríamos encontrar en el centro, sin embargo responde a códigos de los que ya habíamos estudiado en el núcleo de la ciudad. El ingreso principal es diferenciado por el tamaño de la puerta, que tiene una portada de arco de medio punto de piedra labrada que nos recuerda a la portada de la iglesia Santa Teresa con su almohadillado. Todos los ingresos tiene una portada de piedra como lo vimos en el centro histórico, y la diferencia es la ventana que usualmente estaba sobre el ingreso principal, en este caso las ventanas del segundo piso parecen no tener mucha relación ni alineamiento con las puertas del primer piso, sin embargo son de madera y

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MEDINA, Pío Max: “Monumentos coloniales de Huamanga”. Imprenta González, Ayacucho – Perú,

1942, p. 66.

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posiblemente su detalle de falso balcón pudo ser balaustrado, puesto que ahora muestra un diseño singular. Esta casa a pesar de tu tamaño, incluye en su diseño una portada de piedra y sobre ella un balcón colonial, esto muestra el afán de construir parecido a las grandes casonas del centro histórico, a la cual se deben todos estos diseños.

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Esta casa, más alejada del centro, aparentemente perteneció algún encomendero de estatus social medio-bajo puesto que se presenta muy austera, sin embargo incluye una portada de piedra labrada, más parecido al inca, que incluso pareciera estar allí solamente por cuestiones constructivas, sin embargo con esto muestro que mientras más alejado del centro se estaba, menos ostentosidad encontraríamos. 3.1.3. El Barrio de San Sebastián. El barrio de San Sebastián, está alejado del centro, en el moraban mestizos, indígenas y mercaderes de bajo estatus social, sin embargo actualmente la arquitectura poco conservada, nos hace notar el pasado, como estos pobladores trataban de imitar construcciones del centro, aquí encontraremos las famosas mini portadas. Lo más resaltante de este barrio es la arquitectura civil, puesto que la arquitectura religiosa fue muy autónoma, pero igual podríamos encontrar ciertos rasgos.

Notamos que se trata de un templo de una sola torre, con arco de medio punto y campanario, que como coronación tiene 4 pináculos, muy parecido a la conceptualización de torre de la Catedral, como fachada tenemos una portada de arco de medio punto con arquitrabe, entre dos pilastras con una simple cornisa que recorre la portada, sobre esta existe una pequeña ventana también con arco de medio punto, la coronación es simplemente el techo o cobertura a dos aguas que sobre sale del límite del lote, estas características las hemos encontrados en el centro histórico, claro está que de manera mucho más trabajada y con estilos barrocos. Esta austeridad de elementos y trabajo artesanal, indica que este barrio obrero deseaba tener también su orden religioso como lo tenían los demás barrios, y por supuesto el centro, sin embargo por tratarse de pobladores de bajo nivel económico, sus trabajos y construcciones eran a menor escala, tanto en tamaño como en detalle. Lo veremos también en la arquitectura civil.

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Aquí podemos notar uno de las famosas mini portadas, la cual eran de piedra también, con mucho menos detalle que las del centro histórico, sin embargo trata de cumplir con lo que aprendieron estos artesanos de los españoles, que es la ventana sobre la portada, entonces aquí notamos que se habilitó dicho vano, el cual no se encontraba alineado con el eje, sin embargo esa fue la intención. Estos dos ingresos corresponden a una misma construcción, aquí no encontramos el vano sobre la portada y notamos que esta está muy deteriorada, sin embargo, aún se conserva en pié a pesar los años construida.

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En esta fotografía vamos a ver como los códigos de un barrio pueden impregnarse y fusionarse en la arquitectura foránea aprendida. Notamos esta portada de piedra tallada con símbolos andinos, dentro de la conformación de lo que viene a ser una portada. Entonces ya no es una portada española, sino que se convierte en una portada Huamanguina, e inicia una nueva tipología que podrá repetirse dentro del barrio, porque se convierte en identidad arquitectónica de dicho lugar. 3.1.3. El Barrio de San Juan Bautista. El barrio de San Juan Bautista, se encuentra alejado del centro histórico, barrio de obreros de bajo estatus social, quienes también deseaban pertenecer a una clase social más alta, y la única manera de demostrarlo es a través de sus viviendas, e igual al barrio de San Sebastián, construyen sus casas e incluyen portadas de piedra a escalas menores, lo cual hace muy interesante el recorrido. La arquitectura religiosa, austera en comparación a la Catedral, sin embargo cumple con las características ya preestablecidas para los templos.

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En este templo de San Juan Bautista, notamos las 2 torres características con campanario de arco de medio punto, y remate en 4 pináculos cada uno, la portada con pilastras con basamento, ingreso con arco de medio punto y una cornisa como remate de esta portada, sobre ella tenemos un vano que en algún momento sirvió como falso altar. La coronación de este templo también lo da la cobertura, con sus techos a dos aguas. Notamos que cumple con la conceptualización de lo que es un templo en Huamanga.

En la arquitectura civil, podemos darnos cuenta que al igual que en San Sebastián, encontramos las portadas (no tan pequeñas como en el otro barrio) que a pesar de no contar la casa con un zaguán y mucho menos un patio central, son decorados estos ingresos con estas portadas de piedra.

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En esta fotografía notamos las portadas de piedra con un diseño almohadillado, al ser una casa con gran fachada, notamos un zócalo a modo de basamento, y en un segundo nivel las ventanas balaustradas, como remate nuevamente el techo inclinado. Estas ventanas con balaustres son claves para la arquitectura actual, de la cual hablaré más adelante. Hasta las casas más pequeñas y modestas, debían tener algún tipo de referencia tipológica del centro histórico, para poder tratar de entrar en este grupo de estatus social, que no era el del Centro, sino el del propio barrio. En esta fotografía notaremos la portada de ingreso principal, con gran tamaño en relación al ingreso secundario, ambos con arco de medio punto, y borde rectangular, una simple cornisa que divide el primer cuerpo, del segundo contemporáneo, y sin mucha lógica estructural, es así como se deteriora la arquitectura en los barrios.

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3.2. Arquitectura Actual. En ésta sección hablaré sobre cómo ha evolucionado la arquitectura en Huamanga, desde el Centro Histórico hasta los barrios más alejados, la fusión de la arquitectura tradicional, con la arquitectura mal interpretada y los nuevos materiales constructivos. Estos factores han creado un mix en la arquitectura contemporánea, una nueva tipología con mirada retrospectiva y utilización de tecnología actual, aparentemente la más adecuada e incluso aprobada por el municipio. Pero ¿Cómo es esta arquitectura? ¿A qué códigos urbanos responde? ¿Quien la ha sugerido? Mostraré un compilado de imágenes que fui recolectando en mi visita y recorrido en todo Huamanga.

La famosa portada de piedra y la también famosa ventana balaustrada, notamos 2 edificaciones, uno con balcón y la otra con falso balcón, ambas con el balaustre de madera, ¿lo hemos visto antes?

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En estas casas podemos notar lo mismo que la fotografía anterior, la portada de piedra y las ventanas con balcón y balaustres. Aquí encontramos más balcones con balaustres, y en algunos casos, como es la foto de la derecha, osadamente hay decidido construir techo horizontal y un tubo de drenaje pluvial que se asoma por los aires.

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Aquí encontramos una edificación que utiliza ingresos con arcos de medio punto, un zócalo o base del cuerpo, escarchado, y ya los típicos balcones balaustrados

actuales. Otras construcciones con portada de piedra y zócalo de piedra también (derecha) y escarchado (izquierda), con los balcones balaustrados y proyección a un tercer nivel (izquierda)

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En la fotografía de la izquierda vemos que al igual que en los barrios, por más austera que sea la vivienda, igual debía llevar estos códigos arquitectónicos, en la fotografía de la derecha encontramos la conceptualización de lo que vendría a ser un balcón republicano.

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Esto solo corresponde a un porcentaje de las fotografías capturadas, que no incluyo porque haría muy tediosa la visualización. 4. CONCLUSIONES.

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La arquitectura actual de Huamanga, ha “evolucionado”, a mi parecer de manera errónea, y ha fusionado la tradición con lo contemporáneo dando como resultado la mala interpretación y la arquitectura seriada que encontramos actualmente, incluso notamos que la mayoría tiene el mismo color, que no es parámetro del municipio, como sí lo son los balcones, las coberturas inclinadas, el no uso de escarchados, el no uso de fierro forjado en puertas y ventanas. Sobre este tema municipal cito la entrevista con el Arq. Edgar Gargurevich. “J.S.: Otra cosa que me olvidaba Arquitecto, yo ahora que he estado recorriendo, he encontrado muchas casas nuevas de arquitectura híbrida, con los rombitos, los escarchados, arquitectura más que todo limeña, de las barriadas de lima, he encontrado un montón ¿Cómo la municipalidad está manejando esto? Porque se ha creado como una nueva tipología, porque he encontrado una cuadra completa con estos elementos. E.G.: Bueno esa tipología debe haber pasado en los años 80s o 90s, por ahí, cuando nosotros hemos empezado a trabajar, hemos identificado las tipologías y hemos elaborado el reglamento del Centro Histórico, en el reglamento están establecidas las condiciones, las características, los materiales y hasta las proporciones que deben tener las construcciones nuevas, las construcciones que tienen el Centro Histórico, y por ejemplo están prohibidos los escarchados o las formas de ventanas alargadas, que son más típicas de otras ciudades, muy parecido a lima ¿no? Entonces la búsqueda de dar identidad arquitectónica ha generado que presentemos unos códigos de edificación con respecto a la proporción, entre llenos y vacíos, formas de las puertas y ventanas, características hasta dimensiones de las ventanas, balcones, etc., para que en base a esto se pueda tener una arquitectura contemporánea pero con características, digamos, respetando algunos códigos que son propios de la zona, por ejemplo ahora ya no se permiten este tipo de casas contemporáneas que se hagan con escarchados, puertas de fierro, de madera, a veces las ventanas tienen el uso del fierro, el uso del aluminio, del vidrio espejo, y mayormente, lo que sucede mayormente, lo que general volados, osea, el segundo piso lo vuelan 20cm, luego el tercer piso lo vuelan otra vez 20cm, y así con tal de ganarle espacio al área pública generan un problema no solo visual, sino también de seguridad, porque no estamos pegando a los postes de alumbrado público, entonces esto por ejemplo ahora en las construcciones nuevas ya se adaptan, ya se adaptan al ser a plomo y a tener ciertas características, con techos inclinados también, lo que se genera acá es tener siempre techos horizontales con expectativa de ir creciendo, entonces tenemos como 3 pisos que están con techo horizontal, inclusive tienen un piso que ya está fuera del parámetro municipal, y también está con techo horizontal, entonces eso es lo que estamos trabajando, concientizar y de poder para darle una legalidad, poder a derecho a estas edificaciones, tenemos que, digamos, poder orientarlos para que adecuen sus edificaciones, lo adecuan justamente incorporando nuevas estructuras para generar los techos inclinados, de alguna manera se corrige, entonces le da una apariencia volumétrica más acorde con el entorno. J.S.: Yo he visto ese folleto dónde están esas especificaciones, sobre el volado 50cm, balaustres de madera, pero a mí me ha parecido que ha creado una nueva tipología, porque he visto varias casas nuevas, que soy muy parecidas,

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el volado de 50 cm., y los balaustres de madera, entonces no sé si es un problema, porque al final todas las casas como tienen ésta nueva normativa, van a decir, “ya pues lo hago así, como el vecino que lo ha hecho así y le han aprobado” porque he visto así varias, y del mismo color creo. E.G.: Claro, lo que se trata de hacer es que no se copien el modelo de la Arquitectura Tradicional, entonces lo que están malinterpretando algunos proyectistas, y lo que también de alguna manera lamentablemente ha estado induciendo la comisión revisora del Instituto Nacional de Cultural, que es donde primero pasan los proyectos, es que sean edificios contemporáneos pero muy similares a las casonas antiguas, y de eso no se trata, el reglamento hay que interpretarlo, y lo que se rescata del reglamento es la proporción de los vanos pero más no la misma composición, la misma manera de ubicarlo, derrepente nosotros podemos poner vanos derrepente agrupados de a 2 en 2, una especie de pareados, ya no lo vamos a poner simétricamente, sino lo ponemos con otro tipo de organización que al final no sea vea simétrica, al final se va notar que es algo contemporáneo, entonces lo que se trata, lo que se debe de hacer es que la arquitectura contemporánea marque una diferencia, y que su estilo sea propio, y que se note que es contemporáneo, que no compita con la arquitectura tradicional, entonces allí hay una mala interpretación, de alguna manera como tú dices, se está generando un nuevo estilo al tratar de imitar, entonces lo que se debe impulsar es una mayor creatividad para componer sus fachadas.” 24 Como lo ha mencionado el Arq. Gargurevich, no se trata de copiar un modelo tradicional, ni mucho menos pegarnos literalmente a lo que indica la normativa, se trata de ser creativos, y sacarle la vuelta a los parámetros, no de manera delictiva para ganar algunos metros ni mucho menos para engañar a las autoridades, sacar la vuelta de manera que podamos expresar una idea, la cual tenga conceptualización retrospectiva, porque no diseñamos sobre la nada, no estamos en un laboratorio, sino que tenemos una historia y un contexto, y a la vez esto no debe ser un límite ni mucho menos una traba para reinterpretar arquitectura, pienso que debemos ser historicistas y modernos creativos. Entonces me pregunto: ¿Cómo debería ser la Arquitectura en Huamanga?

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Entrevista al Arquitecto Edgar Gargurevich, por el alumno de Arquitectura de la Univ. Alas Peruanas,

Jesús A. Sánchez Pinto. Ayacucho – Perú, 2011, pp. 6-8.

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5. ANEXOS. 6. BIBLIOGRAFÍA.

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- GARAYAR, Carlos. Atlas Departamental del Perú: Ayacucho. Lima: Ediciones Peisa S.A.C., 2003

- GONZÁLEZ CARRÉ, Enrique; Jaime URRUTIA y Yuri GUTIÉRREZ: “La

ciudad de Huamanga: Espacio, Historia y Cultura”. Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, Concejo Provincial de Huamanga y Centro Peruano de Estudios Sociales, Ayacucho 1995.

- RIVERA, Pedro de y Antonio DE CHÁVEZ Y DE GUEVARA: “Relación

de la Ciudad de Guamanga y sus Términos” en “Relaciones Geográficas de Indias”, Madrid 1881 (1586)

- HUERTAS, Lorenzo: “Poblaciones indígenas en Huamanga Colonial” en

“Etnohistoria y Antropología Andina”, Segunda Jornada del Museo Nacional de Historia, Lima 1981.

- URRUTIA, Jaime: “Huamanga, Región e Historia: 1536-1770”.

Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, Ayacucho 1985.

- MEDINA, Pío Max: “Monumentos coloniales de Huamanga”. Imprenta González, Ayacucho 1942.

- LÉVANO, Jorge: “El perfil de la ciudad” en “San Juan de la Frontera de

Huamanga”. Edición del Banco de Crédito del Perú, Lima 1998.

- PEREYRA, Nelson: "El desarrollo estructural y arquitectónico de la ciudad de Ayacucho y sus transformaciones en un largo período de tiempo". Ayacucho 2003.

- ARGUEDAS, José María: “El Arte Popular Religioso y la Cultura Mestiza de Huamanga” Lima 1958.

- Entrevista al Arquitecto Edgar Gargurevich, por el alumno de Arquitectura de la Univ. Alas Peruanas, Jesús A. Sánchez Pinto. Ayacucho – Perú, 2011.