COORDINACIÓN RED DE ESCUELAS TALLER DE AMÉRICA LATINA

María Teresa Cordero ArceCoordinadora General de la Secretaría Técnica

Juan Carlos Pérez BotelloCuba

Ángela María Medellín MuñozColombia

Ernesto García CalderónPerú

José Osorio CubillosChile

Paulina Kaplan DepoloOCPM para América Latina y el Caribe

AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO

Gonzalo Robles OrozcoSecretario General de Cooperación Internacional para el Desarrollo

Mónica Colomer de SelvaDirectora de Cooperación con América Latina y el Caribe

Ángeles Albert de LeónJefa de la Unidad de Apoyo de DCALC

Miguel del Mazo SalgadoTécnico de Cooperación de la Unidad de Apoyo DCALC

GOBIERNO DEL ESTADO DE PUEBLA

Rafael Moreno Valle RosasGobernador Constitucional del Estado

Diódoro Carrasco AltamiranoSecretario General de Gobierno

CONSEJO ESTATAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES DE PUEBLA

Jorge Alberto Lozoya LegorretaSecretario Ejecutivo

José Octavio Ferrer BurgosCoordinador General de Divulgación y Desarrollo Cultural

María Teresa Cordero ArceDirectora de Conservación Patrimonial

Cristofer Martín Chávez FragaSubdirector de la Escuela Taller de Capacitación en Restauración de Puebla

Laura Rosas GutiérrezCoordinación de Contenido

Marimar ToledanoFotografía

AbracadabraDiseño Gráfico y Editorial

Joel Perea Quiroz“Plan de manejo y conservación de la Zona de Monumentos Históricos de Santiago de Querétaro”

Sergio Vergara Berdejo“La mano de obra en la memoria de la restauración de Puebla”

José Luis Rodríguez García“Formación de recursos humanos para la conservación del patrimonio cultural”

MESA 4

Laura Elena Romero López“Liderazgo indígena: retos y desafíos”

María Elena Torres Machorro“Niñas, niños y adolescentes en conflicto con la Ley”

Francisco Vázquez Ramírez“La importancia de la Cultura en los núcleos familiares”

Félix Eugenio Cruz Martínez“La formación técnica en patrimonio. Una alternativa para la juventud chiquitana”

Luis Castaing“El patrimonio arquitectónico, histórico y cultural en manos de las personas con discapacidad (PCD). Logros, retos y metas”

MESA 5

José Octavio Ferrer Burgos“Estrategias de financiamiento en los programas de Escuela Taller”

Miguel Del Mazo Salgado“Programa de Escuelas Taller de la Cooperación Española”

José Osorio Cubillos“Desafíos para el financiamiento en experiencias comunitarias de Escuelas Taller”

REFLEXIONES EN TORNO AL PATRIMONIO Y LA JUVENTUDTema 1. La red de Escuelas Taller de América LatinaTema 2. La reunión de Escuelas Taller de LatinoaméricaTema 3. Directrices de las Escuelas TallerTema 4. Los contenidos a tratar en la cumbre de Colombia 2017

Anexo

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Arquitectura de RestauraciónMaría Teresa Cordero ArceEncuentros IberoamericanosEnrique Vargas FloresDel viejo al nuevo mundoJosé María Pérez González “Peridis”Introducción

MESA 1

José María García Pacheco“La importancia de la mano de obra cualificada para la intervención en la conservación del patrimonio. Caso específico de las Escuelas Taller y su ámbito de acción”

Carol Ibeth Carpio Chávez“Oficios relacionados con la conservación, puesta en valor y gestión sostenible del patrimonio del Valle del Colca”

Ligia Peñaranda Orias“La puesta en marcha del plan de manejo de templos y conventos”

Juan Carlos Pérez Botello“Cinco obras importantes del patrimonio habanero”

Cristofer Martín Chávez Fraga“Escuela Taller, Detonante en la intervención del patrimonio edificado”

ÍNDICE

MESA 2

José Francisco Ortiz Pedraza“Importancia y conservación del patrimonio inmaterial”

Ernesto García Calderón“Impactos en las comunidades de procedencia de los alumnos de la Escuela Taller de Colca”

Jorge Bulnes Flores“Rescate de tradiciones constructivas locales. Técnica de Adobe”

Ángela María Medellín Muñoz “Una estrategia de salvaguarda del patrimonio a través de la formación para el emprendimiento”

Fernando Lugo Chirino “La Capacitación como elemento clave para la preservación de la memoria histórica cultural de la ciudad de Coro, Venezuela. Potenciando un emprendimiento sostenible mediante asociaciones estratégicas”

MESA 3

Paulina Kaplan Depolo“Las escuelas taller y su vínculo con las Ciudades Patrimonio Mundial”

Moisés Rosas“Programa de Ciudades Patrimonio en México”

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Es justamente el reconocimiento de la herencia ancestral, lo que da pauta al desarrollo del sen-tido de identidad de una sociedad dentro de un territorio determinado. Por ello, la restauración, coadyuva a restituir los valores comunitarios, generando un círculo virtuoso donde se cuida, mantiene y repara la base cultural que justifica la creación de nuevos bienes materiales.

La definición de restauración además, desde hace un par de décadas, se ha ampliado para algunos sectores gubernamentales y de la sociedad civil que ven, dentro del proceso dirigido a devolver la eficiencia a un bien material, la oportunidad para aplicar las primeras dos acep-ciones del término al ámbito social, implementando acciones para “recuperar” ó “recobrar” el sentido de pertenencia e identidad de ciertos grupos sociales, a través de su inclusión en los trabajos de intervención. Lo anterior, bajo el entendido que de nada sirve recuperar un espacio arquitectónico si su conservación le es indiferente a la población, al no existir un vínculo identi-tario que propicie su reconocimiento como parte de su legado y se aleje de la clasificación elitista de “monumento” sacralizado y alejado de las masas.

Esta frontera ampliada de la acción de restaurar la arquitectura y a través de ella, implica trabajar en la recuperación del espacio arquitectónico utilizando el esfuerzo de la mano de obra de los miembros de la comunidad, quienes “restauran” sus vidas mediante su capa-citación laboral y la revalorización metafísica de sus acciones, lo que les permite recobrar su autoestima y su dignidad al saberse capaces de construir algo con sus propias manos y contribuye a la recuperación de su herencia cultural. Dentro de una posmodernidad, donde la preocupación prioritaria es la sobrevivencia del día a día, ya sea por la falta de recur-sos materiales o por la violencia generada como resultado de la descomposición social, la recuperación de la memoria colectiva por propia mano es un fuerte impulso de cambio que ayuda a comprender lo que fuimos, lo que somos, por qué somos, hacia dónde queremos ir y qué pretendemos legar, creando conciencia de uno mismo y del entorno.

Para la Real Academia Española, la palabra “Restaurar” tiene tres acepciones:

1. tr. Recuperar o recobrar, 2. tr. Reparar, renovar o volver a poner algo en el estado o estimación que antes tenía y 3. tr. Reparar una pintura, escultura, edificio, etc., del deterioro que ha sufrido.

Dentro del ámbito de la arquitectura, esta última definición es la que tiene más sentido, en cuanto a volver a poner en condiciones de trabajo la fábrica de un inmueble que, por el paso del tiempo y el uso, presenta algún grado de deterioro. El concepto anterior se extiende además si atendemos a la propuesta de Cesare Brandi, el teórico de la Restauración más reconocido del siglo XX, sobre a que el término se refiere a “cualquier intervención dirigida a devolver la eficiencia a un producto de la actividad humana”.

Por otra parte, la restauración del patrimonio inmobiliario, como todo proceso arquitectónico, no es un proceso aislado y alejado del contexto social al que da respuesta en su necesidad, pues carecería de sentido y de valor. La restauración más bien implica la recuperación material de los valores formales que hacen reconocible a la obra de arte y también de aquellos aspectos intangibles que la rodean y le dan significado como patrimonio cultural dentro de una comunidad.

ARQUITECTURA DE RESTAURACIÓN

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Así lo reflejan los testimonios de muchos de los participantes que han estado dentro del pro-grama a lo largo de estos años y que dan cuenta de cómo su vida fue restaurada a la par y a través de la Arquitectura, de cómo una ruina puede constituirse, con la participación de todos, en una verdadera esperanza de desarrollo personal y comunitario.

A nivel social, las Escuelas Taller constituyen un frente de batalla que afronta un doble desafío, por un lado la supervivencia de todos los valores de la arquitectura de los centros históricos sobre las necesidades de adecuación de la vida contemporánea y por otro, la de restaurar y volver efi-ciente la vida de miles de jóvenes que consiguen una opción de inserción laboral o autoempleo con lo que se incrementa la calidad de vida de sus familias y de la sociedad de manera global.

El presente documento compendia los resultados de los trabajos emprendido bajo el modelo de las Escuelas Taller en América Latina, en cuanto a sus aportes en la restauración arquitectónica y en la mejora de la calidad de vida de sus participantes. Sabemos que el análisis o investigación del fenómeno arquitectónico social que aquí se presenta nunca será estático ni finito, en virtud de las variaciones en los agentes participantes, las necesidades de las poblaciones atendidas, las características del patrimonio y los esquemas de financiamiento que suceden en cada una de las localidades donde se incuba el proyecto. Sirva entonces nuestro aporte para dar a quien toma las decisiones una herramienta para revalorar la arquitectura desde el punto de vista social.

María Teresa Cordero ArceCoordinadora General de la Secretaría Técnica de la

Red de Escuelas Taller de América Latina

Esta filosofía entre arquitectura y sociedad fue implementada originalmente en España bajo el programa de Escuelas Taller y, años más tarde, fue incubada en 24 países del continente americano, obteniendo resultados medibles y exitosos que han impactado en el mejoramiento de los espacios públicos y la calidad de vida, tanto de los habitantes que hacen uso de ellos, como de los al menos 27 000 alumnos que han egresado y transformado, en cierta medida, sus comunidades de procedencia.

Las Escuelas Taller son proyectos financiadas por múltiples actores gubernamentales y asis-tidos por programas internacionales de desarrollo como la AECID. La suma de voluntades permite, a pesar de la escasez, trabajar en la recuperación paulatina del grave deterioro de los inmuebles públicos patrimoniales y en la transformación de la mentalidad colectiva. El sector objetivo siempre son los jóvenes con mínimas oportunidades laborales y de educación, situados en entornos con grave riesgo de exclusión social, pues resulta claro que cambiar a la juventud hacia una actitud proactiva es sembrar la semilla hacia un futuro más equita-tivo y promisorio para todos. De esta manera la misión de las Escuelas Taller plantea, en primera instancia, la importancia de la restauración y conservación del patrimonio cultural, testimonio tangible de la herencia de nuestros antepasados, pero se otorga una relevancia mayor a la recuperación de los jóvenes marginados, porque constituyen la herencia de nues-tra generación al futuro.

La capacitación en oficios tradicionales relacionados con la arquitectura, así como la prác-tica consciente sobre los vestigios de edificios del pasado, constituyen verdaderas herramien-tas de transformación social que acercan la arquitectura monumental a los jóvenes y sus familias. Con ello se desdibujan fronteras sociales y mentales, pues a partir de su instrucción son capaces de dialogar con otros actores sociales, sobre valores, solidaridad, igualdad, trabajo bien hecho, historia, estética, arte, esperanza, autoestima, realización personal y la satisfacción de sentirse útiles.

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Como lo hemos manifestado en diversas ocasiones, hoy la cooperación iberoamericana desde la SEGIB, como organismo internacional integrado por veintidós países, cumple con los principios y mandatos de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, tomando decisiones en materia cultural. Podemos decir, con gran satisfacción, que al paso de estos años, tenemos un sistema de quince programas culturales de cooperación, los cuales están integrados por todos los países de la región y que van desde el trabajo en cine y audiovisual o el fomento a las artes escénicas hasta la recuperación de una línea fundamental como el patrimonio. Cuando hablamos de esta materia es necesario abordar los riesgos a los que están sujetos los bienes de interés cultural, por ello hemos emprendido, y esto es un mandato de la Cumbre Iberoamericana, los protocolos ibe-roamericanos para la pronta atención en caso de desastre natural. Creo que esta es una de las grandes tareas pendientes en la región, al ser altamente vulnerable por su situación geográfica.

Cabe mencionar que también estamos trabajando, junto con todas las áreas especializadas, en la instrumentación y el diseño del Plan iberoamericano para la protección del patrimonio cultu-ral en su conjunto, con el cual, estoy seguro, evitaremos la duplicación de esfuerzos con demás organismos y mecanismos regionales, y podremos compartir las buenas prácticas así como sistematizar las acciones en cada país. Todo esto requiere un trabajo continuo y la disposición de todas las partes involucradas.

Estamos comprometidos con todas las acciones que contribuyan al fortalecimiento del tejido social en las comunidades, la enseñanza de oficios y la capacitación de mano de obra artesanal. Es un reto donde nosotros estamos convencidos que, en una época donde creemos que la tecno-logía ocupa todos los órdenes y todas las horas del día, gracias al trabajo como el que ustedes hacen podemos mantener un lazo con la manufactura tradicional, el cual debemos fomentar estrechando vínculos para su continuidad.

Les deseo el mayor de los éxitos en estas jornadas y saben que la SEGIB siempre estará a sus órdenes.

Enrique Vargas FloresCoordinador del Espacio Cultural Iberoamericano

Secretaría General Iberoamericana, SEGIB

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Celebro de manera muy especial la realización de este Segundo Encuentro de Restauración de las Escuelas Taller y su Ámbito de Acción, con el cual se da continuidad al realizado en Santiago de Chile, en 2013. Con esta reunión se favorece el diálogo y el intercambio de experiencias, elementos fundamentales para la consolidación del trabajo en redes.

Como todos sabemos, en su momento, la Cooperación Española impulsó, de manera coordinada con las autoridades nacionales y locales, este tipo de escuelas que es, sin duda alguna, una ini-ciativa que reconocemos de manera sobresaliente. El paso de los años, sin embargo, impone a debatir sobre el modelo de funcio-namiento y el alcance de este importante esfuerzo de formación de oficios. Por esta razón, es necesario resaltar la importancia de este encuentro, donde será posible analizar y encontrar, segura-mente, mejores y más imaginativas formas de funcionamiento y de colaboración conjunta.

Los ejes sobre los que versa la discusión en las distintas sesiones nos dan una idea muy clara sobre la vocación de estos centros y de la enorme responsabilidad que conllevan. Valoramos mucho la temática escogida para el desarrollo de los trabajos y estoy seguro que los resultados repercutirán, sobretodo, en las historias de cada uno de los chicos que están participando, formándose en estas ins-tituciones. El trabajo de la juventud en estado vulnerable es quizá una de las tareas más satisfactorias que se nos deben dar.

ENCUENTROS IBEROAMERICANOS

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Me siento agradecido de saber que hoy el proyecto de Escuelas Taller se encuentra más vivo en ese lado del océano Atlántico. Sois vosotros quienes habéis mantenido la flama encendida que pone la recuperación del patrimonio en las manos de una nueva generación de jóvenes a través del aprendizaje de un oficio, recuperando así la historia y su memoria. Lo habéis hecho maravillosamente bien. Lo sé por los testimonios publicados por el Instituto de Cooperación y la Escuela Taller de Colombia, pero sobre todo lo sé porque he estado ahí, en sus escuelas, donde he derramado alguna que otra lágrima al conversar con algún alumno, director o funcionario involucrado con el desarrollo del proyecto. Lo he comentado con Felipe González y con los Reyes de España, quienes también conocen del esfuerzo emprendido y se complacen con los resultados.

Quiero daros las gracias, deciros que siento en el alma no poder estar con vosotros porque en alguna medida los siento como mis parientes al tener tanto en común; todos nosotros creemos por igual en la dignidad de la persona, creemos que el trabajo dignifica y creemos que vosotros, las nuevas generaciones de jóvenes de las escuelas y los coordinadores no tan jóvenes, habéis recogido en vuestras manos un patrimonio maravilloso que es primero las personas y a conti-nuación los lugares, los monumentos, las ciudades, etc.

En hora buena, que todo vaya bien, acordaos de mi, citadme a menudo, porque dentro de algu-nos años estaré mejor y me encontraré muy contento con vosotros.

José María Pérez González “Peridis”Fundador de las Escuelas Taller

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Un saludo muy grande desde el Monasterio de Santa María La Real a los amigos de las Escuelas Taller que os reunís en Pue-bla. Permítanme contarles nuestra historia. Aquí empezamos nuestra aventura en el año 1977, cuando el Monasterio estaba arruinado; pensamos que se podía recuperar y lo hicimos. La tarea se llevó a cabo con estudiantes y voluntarios quienes ayudaron a escombrarlo. Al paso de algunos años se acabó el dinero y España entró en paro y para continuar se nos ocurrió la idea de ocupar a jóvenes desempleados para los trabajos pendientes en Santa María, lo que les permitió recuperar a la vez su vida, los oficios y su patrimonio.

El programa fue todo un éxito y pronto hubo muchas Escuelas Taller en España, gracias también al apoyo del Instituto Nacional del Empleo y al Fondo Social Europeo. En el año de 1992, en el marco del V Centenario de la llegada de Colón al Nuevo Mundo, nos propusimos hacer lo mismo en América Latina; vinieron unos posibles directores a España, conseguimos una enmienda en el Senado para que hubiera dinero y empezaron a funcionar maravi-llosamente las Escuelas Taller en este continente.

DEL VIEJO AL NUEVO MUNDO

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Por el número de propuestas, las colaboraciones provenientes del ámbito de las Escuelas Taller, la administración pública, la academia e incluso el Arzobispado de Puebla, se agruparon entorno a cinco mesas de trabajo desarrolladas durante los primeros dos días:

1: El papel de las Escuelas Taller en la salvaguarda del patrimonio edificado.2: El rescate de las tradiciones en las comunidades de origen de los alumnos.3: Las Escuelas Taller y su vínculo con las Ciudades Patrimonio Mundial.4: Situación de la juventud en estado vulnerable. Retos y soluciones.5: Organismos y programas internacionales como apoyo a la sustentabilidad de las Escuelas Taller.

Múltiples fueron los asuntos tratados en cada una de las colaboraciones, como lo recogen estas memorias que dan cuenta del trabajo realizado y sirven de testimonio de la efectividad de este método educativo en la recuperación del patrimonio y del tejido social. Por ello, hoy por hoy, las escuelas taller son un instrumento indispensable dentro de la implementación de los planes de manejo de los centros históricos de cualquier ciudad.

Sirva también este documento para rendir un merecido homenaje a todos los que cada día se esfuerzan para dar forma y continuidad a la ardua tarea de formación de la juventud en oficios tradicionales. Todos los promotores, administrativos y alumnos reciban nuestro reconocimiento. Queremoas además, en esta ocasión, honrar la memoria de Eduardo de la Caridad González Delgado, quien fungió como Director de la Escuela Taller de la Habana, fue miembro de la Secretaria Técnica de la Red de Escuelas Taller de América Latina en este periodo y recientemente se nos ha adelantado en el camino; su emprendimiento y entusiasmo repercuten en los buenos resultados que hemos obtenido en este Segundo Encuentro.

Agradecemos la participación de todos los agentes involucrados, incluyendo a la Gerencia del Centro Histórico del Municipio de Puebla, la Universidad de las Américas Puebla y al Estudio de Diseño Abracadabra, por haberse sumado a este esfuerzo colectivo para reunir a las Escuelas Taller de América Latina.

Que todo lo vertido aquí sirva para beneficio del mayor de nuestros patrimonios: la juventud.

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La conservación del patrimonio cultural en todas sus vertientes es uno de los objetivos primor-diales dentro de los muchos programas que desarrolla el Gobierno del Estado de Puebla a través del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes. Nuestra vocación va orientada en ese sentido, pero la cultura no la entendemos si no está vinculada con la sociedad que la produce y a la cual sirve para su enaltecimiento. Por esta razón, un programa como las Escuelas Taller, promo-vido inicialmente por la Cooperación Española, tiene un peso fundamental dentro de nuestro esquema de trabajo, al permitir a la recuperación de los bienes de interés cultural ir de la mano con la restauración de la juventud en estado vulnerable.

Son muchas historias de éxito las que constatan la efectividad del modelo español implantado, no sólo en Puebla sino en el resto de América Latina, pero también son muchos los retos que se han enfrentado para lograr la continuidad de estas instituciones. Cada una de las Escuelas Taller desde su trinchera ha logrado cambios importantes en el desarrollo comunitario de sus localidades, restaurando edificios y espacios públicos, recuperando técnicas pérdidas, pero sobre todo, contribuyendo al paulatino cambio de mentalidad sobre la conservación material de su herencia cultural y la revalorización de la identidad personal y comunitaria. Inculcar la creencia de que “uno es importante como persona y es importante lo que se hace” es la filosofía que está cambiando la vida a muchos jóvenes y sus familias.

El intercambio de experiencias comunes es un ejercicio que reduce la repetición de pautas erró-neas y fortalece las acciones positivas emprendidas. Por ello es importante generar un espacio de diálogo entre las Escuelas Taller de América Latina, a partir de un mismo vocabulario estable-cido gracias al esquema común aportado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) que hoy hermana y unifica.

Este fue el objetivo del “Segundo Encuentro de Restauración, Escuelas Taller y su Ámbito de Acción”, llevado a cabo los días 21, 22 y 23 de octubre de 2015, en la Ciudad de Puebla, México, el cual constituye uno más de los resultados del esfuerzo emprendido por todos los miembros de la RED de Escuelas Taller de América Latina. En este encuentro, apoyado por la Cooperación Española y auspiciado por el Gobierno del Estado de Puebla, 22 escuelas participantes expusie-ron sus puntos de vista sobre diversos temas relacionados con la conservación del patrimonio cultural y los programas de apoyo a la juventud.

INTRODUCCIÓN

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Mesas de discusión

Ponencias

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El papel de las Escuelas Taller en la salvaguarda delpatrimonio edificado

MODERADOR:María Teresa Cordero Arce

Coordinadora General de la Secretaría Técnica de la RED de Escuelas Taller de América Latina

Directora de Conservación Patrimonial del Estado de Puebla, México

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Mesa 1

El proyecto de Escuelas Taller surge en España en el año 1985 y, como toda experien-cia novedosa, no se tuvo desarrollada bien a bien una metodología de trabajo. Por

ello, el esquema de Escuelas Taller como lo conocemos hoy día, fue haciéndose poco a poco con el paso del tiempo y con la colaboración de todos los agente implicados. Después de todos estos años, en Patrimonio Nacional hemos concluido que, en la

gestión óptima de un programa de Escuelas Taller, el proyecto debe basarse en tres pilares fundamentales:

Un organismo promotor, que no sólo consiga los recursos necesarios para la operación de la Escuela, sino se implique en el desarrollo de la misma.Un programa formativo y una obra a realizar que tenga las características adecuadas al nivel de enseñanza de los alum-nos, desde lo más básico a lo complejo, llevada a cabo con responsabilidad de quien dirige para que ninguna persona actué sobre el patrimonio si no está debidamente cualificada.Un personal técnico adecuado, que abarque la capacitación práctica, la formación teórica, los coordinadores, etc.

Dentro de esta triada, Patrimonio Nacional es un organismo promotor, un ente público que depende del Ministerio de la Presidencia encargado de gestionaer el rico patrimonio de los palacios reales, los conventos y monasterios, las colecciones reales y 22,000 ha de espacios naturales, abarcando también su contenido interior. La gestión de Patrimonio Nacional la determina la Constitución y las leyes. Los bienes resguardados están al servicio de la familia real exclusivamente para actos públicos y cuando no es así, se utilizan con fines docentes, científicos y educativos.

“La importancia de la mano de obra cualificada para la intervención en

la conservación del patrimonio. Caso específico de las Escuelas Taller

y su ámbito de acción”

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JOSÉ MARÍA

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García Pacheco

COORDINADOR DE PROGRAMAS ESPECIALES / DIRECCIÓN DE ADMINISTRACIÓN Y MEDIOS DEL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN DEL PATRIMONIO NACIONAL, ESPAÑA

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“[...] Patrimonio Nacional es un organismo pro-

motor, un ente público que depende del Minis-

terio de la Presidencia encargado de gestionar el

rico patrimonio de los palacios reales, los conven-

tos y monasterios, las colecciones reales y 22,000

ha de espacios naturales [...]”

Gracias a esta misión, Patrimonio Nacional pone a disposición de las Escuelas Taller este gran volumen de bienes con el fin de colaborar en la formación de jóvenes trabajadores en oficios relacionados con:

Patrimonio inmueble: albañilería, cantería escultórica, carpintería, forja, cerrajería, pintura, estuco, obra civil, jardinería forestal y medio ambiente, hortofloricultura y hortofruticultura, y producción de plantas. Patrimonio mueble: dorado, ebanistería, reproduc-ciones, tapicería, relojería autómata.Documental y bibliográfico: encuadernación artís-tica, dorado de libros, iluminación de pergaminos y papeles pintados.Patrimonio etnográfico: guarnicionería y sastre-ría histórica.

La segunda parte sustantiva de las Escuelas Taller del Patrimonio Nacional es su programa formativo (acreditado en 2015 a nivel nacional y próximamente a nivel europeo), que tiene como objetivo formar un círculo virtuoso generado a partir de la demanda del mercado laboral, lo que facilita la inserción del alumno tras su egreso de la institución. Para cumplir con un programa total de enseñanza, las técnicas no compatibles con el patrimonio son enseñadas por medio de prácticas en elementos aislados, proporcio-nando así una capacitación completa.

En la instrucción de las Escuelas Taller se están dando además algunos cursos complementarios del uso de tecnología de punta, para sumarle valor a la formación

de sus alumnos dentro del amplio sector de la oferta laboral, aumentando así las posibilidades de empleabi-lidad. Con ello, los egresados buscan incrementar cada vez más su formación para no salir del círculo virtuoso de “a mayor educación mayor productividad”. Este esquema ha llevado a muchas personas ya formadas en otras instituciones o egresadas de otros oficios a buscar su ingreso o reingreso en las Escuelas Taller a fin de obtener un grado mayor de especialización. Las Escuelas Taller también son vehículos ideales para transmitir a otros profesionales, venidos de todos lados, una serie de técnicas que han caído prácticamente en desuso como los pergaminos o el dorado sobre cristal.

Finalmente, como tercer pilar del programa de Escuelas Taller, y estoy seguro en todas las instituciones del mismo tipo, contamos con un personal cualificado para la formación de los alumnos en la intervención del patrimonio, quienes siempre van más allá de lo requerido poniendo su entusiasmo en hacer las cosas. Por poner un ejemplo, permítanme hablar de José María Ricote, monitor durante 10 años en San Lorenzo El Escorial que, tras una investigación de 4 meses, pudo recuperar la técnica de la cerrajería y poner nuevamente en funcionamiento los cerrojos de las 1200 puertas dis-tribuidas a lo largo y ancho del edificio. Con su esfuerzo consiguió llevar el futuro al pasado y hoy día compartir su conocimiento a las nuevas generaciones.

Concluyendo, las Escuelas Taller son un lugar idóneo para la conservación material del patrimonio y la trans-misión de su importancia a un círculo cada vez mayor.

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En virtud de su vasto patrimonio cultural, el Valle de Colca es uno de los destinos turísticos más importantes de Arequipa, Perú. La Escuela Taller se incuba en este

contexto como una alternativa a la capacitación de jóvenes de escasos recursos para insertarlos laboralmente en las tareas de conservación de su patrimonio inmobiliario así como en las actividades comerciales propias del turismo local. La Escuela Taller apoya a sus alumnos con una beca integral que cubre los alimentos diarios y el hos-

pedaje de lunes a viernes.

A partir de un estudio de mercado, la institución abrió sus puer-tas en el año 2009 con 4 especialidades de capacitación anual, formando auxiliares técnicos en: albañilería y cantería, carpintería restaurativa, hotelería y turismo, así como producción agrícola. En el 2013, se amplió la oferta a 5 especialidades y se aumentó el tiempo de formación a dos años para alcanzar el nivel de técnicos en: car-pintería, albañilería y cantería, cocina, servicio de restaurante, bares y atención de hoteles, e intervenciones arqueológicas.

Durante todas sus promociones la Escuela Taller Colca ha generado el egreso de 191 alumnos, de los cuales, la oficina de inserción labo-ral de la misma institución reporta un seguimiento de al menos 159 alumnos, con un porcentaje de ejercicio de la profesión de un 75%.

“Oficios relacionados con la conservación, puesta en valor y

gestión sostenible del patrimonio del Valle de Colca”

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CAROL IBETH

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Carpio Chávez

DIRECTORA DE LA ESCUELA TALLER COLCA, PERÚ

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A raíz de la Declaratoria de la ciudad de Sucre como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, se hizo necesaria la implementación de tres institucio-nes para la salvaguarda de su legado cultural: la Dirección de Patrimonio Histórico

(1994), el Plan de Rehabilitación de las Áreas de Sucre (1995) y la Escuela Taller Sucre (1998), esta última con la misión clara de ser ejecutora de las obras a realizar para la conservación de los bienes de interés cultural y generar personal capacitado

en estos temas para su inserción laboral.

Tras 17 años de existencia, 482 alumnos egresados, al menos 100 obras ejecutadas y 20 convenios interinstitucionales sus-critos, la Escuela Taller Sucre se erige como modelo de gestión de recursos para la recuperación del patrimonio y la mejora de vida de los jóvenes. Dicho modelo, dentro del marco del Plan Maestro del Centro Histórico, canaliza el financiamiento de diversas instancias nacionales e internacionales para realizar obras de recuperación del patrimonio eclesiástico, utilizando la mano de obra de los alumnos en formación, pero también de los exalumnos que, de manera personal o a través de las

empresas generadas por ellos, garantizan la ejecución de los trabajos bajo preceptos teóricos y práctica especializada.El modelo ha sido tan exitoso por la calidad de las interven-ciones que, después de tres fases, se ha incrementado la can-tidad de recursos aportados (principalmente por el Gobierno Municipal de Sucre) lo que ha permitido atacar un número mayor de frentes con diversas complejidades, sirviendo incluso de base para estudios de investigadores que ven en la obra, un espacio para la reunión de información sobre sistemas cons-tructivos tradicionales.

“La puesta en marcha del plan de manejo y mantenimiento de

templos y conventos”

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LIGIA

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Peñaranda Orias

COORDINADORA ACADÉMICA DE LA ESCUELA TALLER SUCRE, BOLIVIA.

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La Escuela Taller de la Habana se crea en 1992 bajo un convenio entre la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Oficina del Historiador.

Desde su fundación ha realizado al menos 144 obras importantes y capacitando a 1476 jóvenes. Entre estos trabajos destacan los cinco proyectos que a continuación se presentan, tanto por la planeación del equipo técnico de la Escuela Taller como por la

ejecución de los alumnos:

1. La Capilla de Loredo en el Cementerio de Colón es un monu-mento construido, en 1865, con piedra artificial y nervios de acero. Este hecho a la larga propició el deterioro de la estructura, la cual colapsó en la cubierta durante el huracán que acaeció en el año 2008. Fue entonces cuando la Escuela Taller planeó no sólo la reposición de la bóveda catalana sino también de toda la decoración, utilizando un sistema con piezas prefabricadas reali-zadas en el taller de la Escuela y puestas en obra posteriormente.

2. En el Castillo de la Punta en el Baluarte de Quintanilla el equipo técnico de la Escuela Taller planeó y llevó a cabo la reconstruc-ción del espacio perdido reconstruyendo el sistema de bóvedas que servían de cubiertas. El trabajo partió de cero desde los estri-bos, arcos, bóvedas catalanas hasta el terminado de la azotea. Todas las obras fueron ejecutadas con tabiques de arcilla cocida.

3. La recuperación de los pináculos de la Iglesia de Reina, siguió un proceso similar al empleado en la Capilla de Loredo, donde cada pieza fue planeada, modelada, maquetada y probada en el taller, para fundirlas y colocarlas más tarde en su sitio, con lo que se comprobó una vez más la eficiencia del sistema. En este caso, el montaje lo realizó el equipo técnico de una cooperativa de Cienfuegos.

4. En el Teatro Martí, monumento donde se firmó la primera constitución de la Cuba libre en 1902, la Escuela Taller par-ticipó en la reconstrucción de la decoración del plafón de la sala, trasladando al techo el proyecto, a escala 1:1, mediante la utilización de una plomada. Las decoraciones (algunas de ellas habían sido elaboradas en papel maché por tratarse de un teatro de verano) fueron prefabricadas y doradas en el taller para colocarlas posteriormente bajo el mismo sistema de ubicación. El trabajo incluyó la pintura del lienzo sobre el cual se colocaron las formas fundidas. La Escuela también se ha hecho cargo del diseño y ejecución de las dos piezas que componen el telón de fondo.

5. En el Capitolio, la Escuela Taller de la Habana, ha parti-cipado en obras de restauración del patrimonio, princi-palmente en las antiguas dependencias de la oficina de la Cámara de Representantes ubicadas en el 4° piso, donde se llevó a cabo la reposición de elementos del alfarje.

Para el año 2016, la Escuela Taller planea llevar a cabo trabajos en el Capitolio (Linterna y Salón de Pasos Perdidos) así como en la Manzana Sarra en el malecón.

“Cinco obras importantes del patrimonio habanero”

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JUAN CARLOS

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Pérez Botello

DIRECTOR ESCUELA TALLER DE LA HABANA “GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS”, CUBA

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El estado de Puebla se localiza en la parte centro sur del territorio mexicano. Su capital, del mismo nombre, posee un amplio acervo de manifestaciones culturales, tangibles e intangibles, que condujeron a la UNESCO a otorgarle una Declaratoria

como Patrimonio Mundial de la Humanidad, el 8 de diciembre de 1987.

En 1999, un sismo de gran magnitud impactó la Ciudad de Puebla y diversas ciudades del interior. Con el fin de contar con mano de obra calificada para las tareas de recuperación del patrimonio, el Gobierno del Estado de Puebla y la Agencia Española de Coope-ración Internacional para el Desarrollo suscribieron un convenio para crear la Escuela Taller de Capacitación en Restauración, proyecto al cual se sumaron posteriormente otras instituciones protectoras del patrimonio y promotoras de la cultura. La oferta educativa inició y continua con cinco talleres de oficios tradicio-nales: cantería, construcción, carpintería, herrería e instalaciones. Tras cinco generaciones se han formado a casi 300 alumnos, cer-tificándolos (a partir de la 4 promoción) como técnicos auxiliares en restauración con el aval del Instituto de Capacitación para el Trabajo del Estado de Puebla.

La Escuela Taller ha servido como detonante para la recupe-ración de los espacios arquitectónicos, que aún siguen siendo intervenidos con el financiamiento de diversos programas

gubernamentales, pero sobre todo, como punto de inflexión en la vida de muchos jóvenes con escasas oportunidades de educación que adquieren una nueva perspectiva de su ciudad. Un nuevo punto de vista surge en cada alumno a partir de la instrucción recibida en la Escuela Taller y de la participación directa en la recuperación del patrimonio comunitario, permi-tiéndoles poseerlo como parte de su legado cultural y haciéndo-los agentes de su conservación.

La Escuela Taller de Puebla ha coadyuvado en la conservación de múltiples bienes de interés cultural, tanto en la capital como en el interior, entre los cuales destaca la obra del Patio de los Azulejos, por tratarse de un edificio con una compleja ornamentación, donde han participado alumnos de más de una generación. Adicionalmente, la Escuela Taller se enorgullece de colaborar regu-larmente en el mantenimiento de la Basílica Catedral de Puebla, que es el monumento histórico más importante del estado por su valor cultural, material y simbólico.

“Escuela Taller, detonante en la intervención del patrimonio

edificado”

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CRISTOFER MARTÍN

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Chávez Fraga

SUBDIRECTOR DE LA ESCUELA TALLER DE CAPACITACIÓN EN RESTAURACIÓN DE PUEBLA, MÉXICO

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El rescate de las tradicionesen las comunidades de

procedencia de los alumnos

MODERADOR:José Luis Augusto de la Cruz García Osorio

Director de Geriatría Obras

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Mesa 2

“Importancia y conservación del patrimonio inmaterial”

La palabra “Patrimonio” describe “aquello que nos dejaron nuestros padres” y que constituye nuestra herencia, la cual se manifiesta tanto en objetos tangibles como en bienes inmateriales relacionados con ellos, como las costumbres y las tradiciones. El “patrimonio cultural”, en particular, refiere a lo creado por una colectividad por el

simple hecho de vivir, sin una idea a priori de ser un legado cultural. En este sentido, patrimonio puede considerarse tanto al modo de hacer una vivienda, de constituir

ciudades, como a las edificaciones en sí.

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La música es un buen ejemplo de patrimonio inmaterial, si se considera la fabricación tradicional de cierto tipo de instrumentos, así como la significación de su interpretación dentro de las prácticas del grupo social. Dentro de la danza, más allá de las vestimentas y las máscaras, el valor se manifiesta en la ritualidad de su expresión, como sucede en la “Danza de los Voladores” donde se refleja toda una cosmovisión prehispánica. Puede decirse también que uno de los patrimonios inmateriales que se remonta a los orígenes de la civiliza-ción es la medicina tradicional que, a lo largo del mundo, ejemplifica el conocimiento acumulado de generación en generación sobre el uso de plantas, diversos minerales y otros elementos para coadyuvar en el tratamiento de distintos tipos de enfermedades.

El patrimonio cultural, en términos generales, es aquello que un grupo o pueblo resignifica y considera valioso, dejándolo en manos de aquellos que lo trasmiten y lo reproducen de una generación a otra. Es natural que en cada época el patrimonio cultural vaya sufriendo cambios, siempre que mantenga viva su esencia; puede que cambie la parte material pero no el significado, como sucede con las ofrendas a ciertas deidades realizadas con trajes modernos de marcas de prestigio.

En este sentido, el patrimonio inmaterial es mucho más dinámico que el patrimonio material porque se ajusta a los cambios de la sociedad contemporánea. Un claro ejemplo de ello, es el desarrollo de la lengua, que inserta nuevas palabras para designar avances tecnológicos o cambios sociales del presente.

Dentro de la trasmisión del patrimonio material, la enseñanza de los oficios tradicionales como la cantería, la carpintería o las yeserías se está perdiendo al desaparecer el ampliamente utilizado sistema gremial y, aunque no se pretende que su práctica sea “pura”, sí es deseable que el sistema constructivo se emplee al restaurar nuestros edificios, a fin de mantener su unidad formal y conceptual. Bajo este contexto, las Escuelas Taller abren la posibilidad de conservar los saberes ancestrales sobre los oficios tradicionales y gracias a este modelo el patri-monio, tanto material e inmaterial, tienen futuro dentro de una sociedad no estática, permitiéndole así vivir y permanecer en la identidad de los pueblos.

JOSÉ FRANCISCO

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Ortiz Pedraza

DELEGADO DEL INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA EN EL CENTRO PUEBLA, MÉXICO

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Actualmente la Red de Escuelas Taller en Perú está formada por cuatro instituciones de este tipo insertadas en Cusco (1992), Lima (1991),

Arequipa (2007) y Colca (2009). En esta ocasión se hará hincapié en ésta última Escuela Taller.

“Impactos en las comunidades de procedencia de los alumnos de la

Escuela Taller de Colca”

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Perú es un país rico en patrimonio cultural, razón por la cual se han realizado diversos proyectos para recuperar y mantener este legado. Específicamente en el Valle de Colca, desde el año 1996, la AECID ha intervenido en la puesta en valor de varios templos como medida específica para atender el patrimonio en estado de abandono de los veintiún distritos que componen el Valle. La incomunicación y las condiciones precarias de la región limita-ron el desarrollo (no existía una carretera y el servicio eléctrico se implementó hasta el año 1992) a pesar de ser una zona de alta producción agrícola e incluso minera durante la Colonia.

El desarrollo de los proyectos de recuperación patrimonial de la AECID hizo evidente la falta de mano de obra local calificada en los sistemas constructivos propios de la región, haciendo necesaria la contratación de personas de Cusco y Lima para hacer frente a los trabajos. La respuesta a esta problemática, en el año 2009, fue la creación de una Escuela Taller enfocada a enseñar oficios

tradicionales a una nueva generación, así como a perfeccionar las habilidades desarrolladas por algunos maestros que “se habían hecho en la obra” durante los proyectos del Programa “Patrimo-nio para el Desarrollo” de la AECID.

Ya en operaciones, la Escuela Taller de Colca realizó una alianza estratégica con la Municipalidad Provincial para el desarrollo de múltiples proyectos. El resultado positivo permitió la extensión del convenio con los otros 20 alcaldes distritales, colaborando con ellos en obras llevadas a cabo con metodología tradicional y participando también en el programa de la AECID para la recuperación de los templos del Valle de Colca. Entre los diversos proyectos llevados a cabo para mejorar la calidad de vida de los habitantes destaca la masificación en el cambio de techos de calamina por cubiertas de paja o teja que propició la recupe-ración de una tecnología prácticamente perdida al vencer la resistencia que implica su mantenimiento.

ERNESTO

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García Calderón

COORDINADOR DE LA RED DE ESCUELAS TALLER EN PERÚ

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La Escuela Taller de Colca es la única institución de tipo rural en Perú y funciona bajo la modalidad de internado de lunes a viernes. La estancia prolongada de los alumnos se consigue gracias a la sensibilización de los padres de familia sobre la importancia de la capacitación de los jóvenes frente a otras tareas domésticas que ayudan a paliar las urgentes condiciones económicas familiares.

El impacto de la instauración de la Escuela Taller es notorio en la dinamización de la economía local y las actividades productivas, permitiendo generar ingresos adicionales y complementarios, así como promover el empleo y las oportunidades de desarrollo. Por citar un ejemplo, la Escuela Taller aprovecha el potencial turístico de la zona ofreciendo talleres en cocina y gastronomía, que son oficios demandados por hoteles y restaurantes y que además, coadyuvan a subvencionar al resto de los talleres.

En lo ambiental a través de la Escuela Taller se promueve la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales, así como la participación de la población y gobiernos locales en la gestión ambiental del desarrollo sostenible y la planificación territorial.

En lo cultural y educativo, como parte del proceso de recuperación de la identidad cultural y fortalecimiento de la apropiación de su territorio, las y los jóvenes de la Escuela Taller Colca realizan actividades de revaloración del patrimonio inmaterial a través de la conservación y recuperación de múltiples tradiciones locales entre las que se incluyen la gastronomía, la arte-sanía, el folklor, las costumbres y otras actividades como la Danza Wititi declarada Patrimonio Cultural de la Nación el 14 de julio de 2009 por el Instituto Nacional de Cultura.

“Ya en operaciones, la Escuela Taller de

Colca realizó una alianza estratégica con la

Municipalidad Provincial para el desarrollo

de múltiples proyectos. El resultado positivo

permitió la extensión del convenio con los

otros 20 alcaldes distritales [...]”

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Ubicada en el centro del país, Comayagua es la ciudad colonial más importante de Honduras poseedora de un rico patrimonio que, tras ponerse en valor, ha transfor-

mado la imagen de la ciudad a nivel nacional e internacional. En los últimos 8 años, la Alcaldía de Comayagua ha impulsado un proyecto de formación municipal que

va de la mano con la recuperación del centro histórico, asumiendo que la educación es un proceso clave para el desarrollo social de más de 10,000 jóvenes sin empleo,

muchos de ellos en situación de pobreza y sin una alternativa formativa.

“Rescate de las tradiciones constructivas locales. Técnica del Adobe”

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La “Casa de la juventud” o “Centro Municipal de la Juventud”, con sede en un antiguo cuartel que posteriormente fue cárcel, es un proyecto de desarrollo impulsado desde la Alcaldía, donde se desarrollan diferentes iniciativas, entre las cuales la Escuela Taller es la más destacada. El objetivo de este centro es ofrecer formación accesible y de calidad a todos los estratos sociales, con el fin de generar una sociedad más incluyente y partici-pativa dotándola de competencias para insertarse al mercado laboral, contribuyendo así al beneficio social y económico del municipio y su zona de influencia.

La Escuela Taller de Comayagua surge en 1996 como parte del Programa “Comayagua Colonial”, que fue una estrategia de conservación y protección del patrimonio cultural impulsada por la AECID, el Instituto de Antropología e Historia y la Alcaldía de Comayagua como aliado estratégico. Al paso del tiempo, este último agente constituyó la Fundación “Comayagua Colonial” con el objetivo de dar sostenibilidad al proyecto. Nuestra institu-ción es parte de la Red de Escuelas Taller que lidera la Comisión Nacional para el Desarrollo de la Educación Alternativa no Formal, ayudada por la AECID y también apoyada por el Centro Asesor para el Desarrollo de los Recursos Humanos, los cuales otorgan validez a los procesos formativos.

JORGE

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Bulnes Flores

DIRECTOR DE LA ESCUELA TALLER DE COMAYAGUA, HONDURAS

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“Cuando las cosas se hacen de

corazón, se logran procesos con

transformaciones importantes”.

La Escuela Taller actualmente ofrece las especialidades de: soldadura y forja, albañilería (también impartida en la unidad rural El Ciruelo), gastronomía y electricidad. Nuestro com-ponente educacional son las competencias básicas laborales, formación humana y valores, patrimonio cultural, habilidades para el empleo, emprededurismo, computación así como formación técnica, teórica y práctica. El grupo meta son jóvenes de 16 a 30 años (mujeres) y de 16 a 25 años (hombres).

Dentro de la Escuela, el Centro de Inserción y Capacitación Laboral (CECIL) es una estrategia de sostenibilidad al realizar el seguimiento permanente de los egresados. Este centro brinda el ser-vicio de bolsa de empleo, formación de empleabilidad, servicios de internet, servicio secretarial y capacitaciones a servicio de empresas y público en general.

Resultados: Aproximadamente 1,000 egresados en 9 especialidades que son actualmente las más requeridas por los sectores productivos. El porcentaje de inserción laboral es del 85% y también se han constituido varias microempresas.

Hoy día, la Escuela Taller desarrolla diversos proyectos para la recuperación del patrimonio inmaterial como son: la promoción de la utilización del adobe como una opción para la cons-trucción de vivienda en las zonas rurales donde naturalmente se encuentra este material; el rescate de recetas tradicionales en el taller de gastronomía, la preservación de la técnica de las alfombras de aserrín, los recorridos por el Centro Histórico con escolares de niveles básicos, el desarrollo de la historieta “Comayagua Colonial” que acerca a los niños a la Escuela Taller y la creación del juego de mesa inspirado en la cultura de Comayagua.

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El Programa Nacional de Escuelas Taller Colombia, Herramientas de Paz se lleva a cabo desde el año 1992 y pasó a ser un programa nacional de gobierno en 2009. En

este proyecto también están vinculados la AECID, el Programa Nacional del Ministe-rio de Cultura, el Servicio Nacional de Aprendizaje y otras entidades internacionales

como la CAF y la OIM.

El Plan Nacional de Desarrollo 2014 - 2018 constituye el docu-mento rector de todas las políticas de Colombia, el cual designa tres pilares importantes para el desarrollo: la paz, la equidad y la educación. Bajo estos preceptos, el Programa Nacional de Escuelas Taller resulta pertinente al impartir educación con equidad, lo que contribuye a construir la paz. Este programa a su vez articula tres ejes importantes para generar el desarrollo local: el patrimonio cultural, la capacidad y el emprendimiento cultural.

Son ocho Escuelas Taller las que operan en Colombia (Cartagena, Mompox, Barichara, Tunja, Bogotá, Salamina, Buenaventura y Popayán) y dos más están por arrancar funciones (Tumaco y Quibdó). Desde el Programa Nacional de Desarrollo 2014 - 2018, estas instituciones a su vez han construido tres pilares estratégi-cos para regir sus actividades por los próximos tres años, a fin de consolidar la marca “Escuelas Taller en Colombia”:

“Una estrategia de salvaguarda del patrimonio a través de la

formación para el emprendimiento”

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La formación, el fortalecimiento y la calidad de los programas (que incluirán los temas de cultura de paz y equidad de género),La inclusión productiva (contratación laboral y emprendimiento),El fortalecimiento de la RED de Escuelas Taller que permitan generar sinergias para mejorar su competitividad.

Colombia está a puertas de cerrar un conflicto y las Escuelas Taller pretenden ser los espacios para recibir a muchas de las personas que se desmovilizarán de la confrontación. Por esta razón, el Pro-grama Nacional de Escuelas Taller tiene el objetivo de contribuir a la consolidación de la paz y a la reconstrucción del tejido social, generando desarrollo a partir de la formación integral en territo-rios con tradición patrimonial.

ÁNGELA MARÍA

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Medellín Muñoz

COORDINADORA DEL PROGRAMA NACIONAL DEESCUELAS TALLER COLOMBIA: HERRAMIENTAS DE PAZ, COLOMBIA

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Como instituciones formativas, las Escuelas Taller están tratando de impulsar su participación en el proceso de innovación educativa que lidera el Ministerio de Cultura, promoviendo que los egresados puedan acceder no a un nivel técnico laboral sino al grado de maestro en el oficio, equiparable con la profesión de la arquitectura pero bajo la denominación de maestro de cons-trucción, carpintería, orfebre, etc.

Dentro de la formación integral, el emprendimiento es un tema clave que se trabaja en un doble nivel: con los alumnos y con las mismas Escuelas Taller. Por poner una ejemplo en Bogotá, bajo la misma metodología de “Aprender - Haciendo” se ha implementado un programa de comer-cialización de las piezas que los alumnos elaboran en los talleres.

Las cocinas también constituyen un sector para el emprendimiento en el marco de la política pública de la salvaguarda de la alimentación tradicional que lidera el Ministerio de Cultura. Desde 2011-2012 se han creado restaurantes como unidades de formación, donde se ofrecen degustaciones de especialidades de cocina regional. Incluso la Escuela Taller de Bogotá adminis-tra un restaurante externo donde trabajan los exalumnos.

Esta clase de proyectos prosperan gracias a la visibilización de los procesos, como la participa-ción en los encuentros tradicionales de cocina regional, la Expo artesanías de Colombia o la impresión de los recetarios producto de la investigación y práctica de los alumnos. En Carta-gena, la Escuela Taller está a cargo de todo el conjunto amurallado y fortificado de la ciudad, donde intervienen los alumnos en formación y también los exalumnos agrupados en asocia-ciones; durante las visitas se dan recurridos destacando el valor de los oficios tradicionales en las tareas de mantenimiento. En Bogotá, los egresados, a través de una sociedad anónima, participan en la restauración de las estaciones del ferrocarril declaradas como bienes de interés cultural del ámbito nacional.

En resumen, las Escuelas Taller de Colombia tratan de transmitir a sus alumnos que el empren-der siempre inicia con soñar pero es necesaria una acción para lograr los sueños. La tarea, sin embargo, no termina al alcanzar la meta, pues hay que difundir y visibilizar lo hecho a fin de salvaguardar, no sólo el patrimonio construido sino el conocimiento de las técnicas ancestrales que constituyen el patrimonio inmaterial.

Tras 23 años de Escuelas Taller en Colombia, de casi 19,900 jóvenes formados y 1,500 en pleno proceso, así como una inserción del 81%, no se debe olvidar que las Escuelas Taller son fábricas de paz, semilleros de esperanza y proyectos de vida.

“[...] la Escuela Taller está a cargo de todo el conjunto

amurallado y fortificado de la ciudad, donde intervie-

nen los alumnos en formación y también los exalum-

nos agrupados en asociaciones; durante las visitas se

dan recurridos destacando el valor de los oficios tra-

dicionales en las tareas de mantenimiento.”

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Coro y La Vela son dos ciudades pequeñas ubicadas en la costa occidental de Vene-zuela. Ambas se fundan en el siglo XVI (Coro en 1527 y La Vela un año más tarde) y en función de su ubicación geográfica que le confiere un entorno natural variado,

así como a los hechos acaecidos en su historia reflejados en diversas manifesta-ciones culturales, fue posible su reconocimiento como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO el 9 de diciembre de 1993. A diferencia de los otros

sitios patrimoniales del Caribe, Coro se caracteriza por la simplicidad del sistema constructivo basado en la tierra.

“La Capacitación como elemento clave para la preservación de la me-moria histórica cultural de la ciudad de Coro, Venezuela. Potenciando un

emprendimiento sostenible mediante asociaciones estratégicas”

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FERNANDO

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Lugo Chirino

DIRECTOR DE LA FUNDACIÓN ESCUELA TALLER DE CORO, VENEZUELA

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“Esta alternativa de enseñanza se fundó en la

ciudad de Coro en el año 2005, ofreciendo los

talleres del modelo básico: carpintería, herrería y

forja, electricidad y albañilería, pero la realidad

del mercado laboral hizo necesario un replantea-

miento del esquema para buscar planes mucho

más dinámicos[...]”

En los últimos 20 años, Venezuela ha tenido grandes cambios en sus estructuras políticas que han replan-teado diversos sectores, como el educativo, haciendo posible el surgimiento de ofertas formativas como la Escuela Taller. Esta alternativa de enseñanza se fundó en la ciudad de Coro en el año 2005, ofreciendo los talleres del modelo básico: carpintería, herrería y forja, electricidad y albañilería, pero la realidad del mercado laboral hizo necesario un replanteamiento del esquema para buscar planes mucho más dinámi-cos y ajustados a las necesidades de la ciudad, siempre manteniendo el espíritu original de la Escuela Taller.

Tras una serie de consultas y levantamiento de infor-mación, se determinaron nuevos programas formativos de corta duración (de 3 a 12 meses), con el propósito de generar un desarrollo sostenible del capital humano mediante la puesta en valor del patrimonio cultural edificado, la gestión del turismo cultural, la gestión de

la vivienda y hábitat, así como la disminución de la brecha digital, a través del impulso de las tecnologías de la información y la comunicación. El sector objetivo de estos cursos también se amplió a los niños y a las personas de la tercera edad pero sólo en determinados cursos ajustados a sus capacidades y necesidades.

Dentro de estas nuevas estrategias, y en busca de la sostenibilidad institucional y la ampliación del área de influencia de la Escuela Taller de Coro, se reali-zaron alianzas tendientes a: mejorar los procesos internos, buscar nuevos socios financiadores, conti-nuar procesos de ampliación de la oferta educativa e incrementar los sectores beneficiados. Entre las institu-ciones vinculadas podemos mencionar a la Asociación Venezolana de Educación Católica y el Centro de la Diversidad Cultural del Estado Falcón, así como la realización del convenio Superación Personal a través de la Tecnología (SUPERATEC).

A diferencia de los otros sitios patrimoniales del

Caribe, Coro se caracteriza por la simplicidad del

sistema constructivo basado en la tierra.

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Las Escuelas Taller y suvínculo con las ciudades

Patrimonio Mundial

MODERADOR:Luis Arnal Simón

Coordinador del Consejo Académico del Área de las Humanidades y las Artes,

Universidad Nacional Autónoma de México

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Mesa 3

Valparaíso es sede regional de la Organización de Ciudades Patrimonio Mundial para la zona de América Latina y el Caribe desde el año 2011. La presente exposi-

ción girará en torno al significado que implica dicho cargo a partir del concepto de patrimonio cultural como:

“Todo aquello que sentimos como propio y que a su vez lo compartimos en un senti-miento colectivo, al cual le otorgamos un valor simbólico que se sostiene en el presente al

provenir del pasado histórico común”.

“Las Escuelas Taller y su vínculo con las Ciudades Patrimonio Mundial”

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Bajo esta definición, una ciudad Patrimonio de la Humanidad posee un valor universal excepcional que exige sea conservada como legado de la humanidad entera, pero presenta particula-ridades que la hace distinta de otros lugares por la identidad de sus constructores. Al igual que las ciudades, las Escuelas Taller también comparten modelos formativos comunes e incluso oficios comunes, pero es la valorización de los alumnos sobre su entorno, reconociéndolo como parte de su patrimonio, lo que las hace distintas unas de otras.

En Valparaíso, la Escuela Taller Municipal Nasro Maluk inició sus actividades en el año 2013 participando en la restauración de la iglesia del Buen Pastor, ubicada en el Cerro Placeres. El inmueble fue salvado por la municipalidad a través del la Direc-ción de Gestión Patrimonial conjuntamente con la comunidad. Esta primera experiencia sentó las bases del desarrollo de la

Escuela Taller, entendiendo que de nada sirve una capacitación en oficios tradicionales si no se inculca en el alumnado que la restauración no es una tarea mecánica sino tiene ver con el res-cate de los orígenes, de la herencia, de los valores comunitarios, en otras palabras, se trata de apropiarse del patrimonio como elemento de identidad.

En este sentido y retomando las necesidades de adoptar una política general encaminada a atribuir al patrimonio cultural una función en la vida colectiva, así como integrar la protección de ese patrimonio en los programas de planificación general señalados en la Convención de la UNESCO de 1972, hoy se propone que la RED de Escuelas Taller de América Latina se con-vierta en un programa importante dentro de la Organización de Ciudades Patrimonio Mundial, idea que de aprobarse en estas sesiones se llevará al siguiente encuentro en Arequipa.

PAULINA

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Kaplan Depolo

COORDINADORA REGIONAL DE LA ORGANIZACIÓN DE LAS CIUDADES DEL PATRIMONIO MUNDIAL PARA LA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, CHILE

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“[...] es la capacitación de jóvenes en estado social de

vulnerabilidad como medio de reinserción, pero [...] las

Escuelas Taller van más allá de este pensamiento, son

centros formativos para vincular a los alumnos con

lo que se está restaurando, haciendo hincapié en que

cuando se interviene, además de la materia se restaura

el alma del edificio.”

Las Escuelas Taller surgen de la necesidad de mano de obra calificada en oficios tradicionales para la restauración del patrimonio material; la respuesta es la capacitación de jóvenes en estado social de vulnerabilidad como medio de reinserción, pero permítanme recalcar la idea de que las Escuelas Taller van más allá de este pensamiento, son centros formativos para vincular a los alumnos con lo que se está restaurando, haciendo hincapié en que cuando se interviene, además de la materia se restaura el alma del edificio. Sólo así se entiende la preservación, la protección y la puesta en valor del patrimonio de Valparaíso. Este es el valor agregado de sus sentido social. De hecho, la Escuela Taller Municipal Nasro Maluk lleva ese nombre en virtud de la conciencia y participación ciudadana que este personaje hizo para la conservación del patrimonio comunitario, donando un inmueble cerca del puerto para ser sede de la Escuela Taller.

Esta preocupación por el manejo responsable del legado cultural, hizo posible que en Valparaíso se creara la carrera de técnico en restauración patrimonial en el Duoc, que depende de la Uni-versidad Católica. El nivel que ofrece el Duoc es un poco más avanzado que el impartido en la Escuela Taller, pero se abre como un medio de continuidad de instrucción para los egresados tras cumplir su ciclo de capacitación en oficios tradicionales.

La Escuela Taller representa un real aporte en la recuperación del patrimonio que permite la redinamización económica de la ciudad. Visto así, el patrimonio tiene doble rentabilidad, la económica y la social. En esta última modalidad, la Escuela Taller permite a sus alumnos desarrollar competencias que les ayudan a consolidarse como personas con valores, prin-cipios y buenas costumbres, frente a los demás y frente a su legado patrimonial, lo cual es siempre su objetivo primordial.

Invito a todos a seguir trabajando y reafirmo las puertas abiertas para que la RED de Escuelas Taller de América Latina se integre a los programas de la Organización de Ciudades Patrimo-nio Mundial para la zona de América Latina y el Caribe.

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A pesar de la pérdida de parte de su patrimonio edificado, México siempre ha tenido una vocación de conservación del patrimonio cultural muy significativa, sobre todo tras el triunfo de la gesta independentista. En 1825, bajo la presidencia de Guada-

lupe Victoria, se fundó en la capital el Museo Nacional con el objetivo de resguardar “las antigüedades mexicanas” como se llamaban en aquel entonces a las piezas de

origen prehispánico encontradas durante los siglos anteriores. Este acto tuvo además la finalidad de otorgar una identidad nacional al país en reciente formación, conside-rando que el periodo colonial tan sólo fue un paréntesis en la historia de su desarrollo. Siguiendo esta línea, la bandera mexicana por ejemplo, en sí misma contiene la simbo-logía renacida del pájaro cósmico y el árbol sagrado, conceptos que transitaron en la

mentalidad mesoamericana desde la época de los olmecas hasta los aztecas.

“Programa de Ciudades Patrimonio en México”

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Al ocupar inclusive un lugar preponderante en el discurso político e ideológico de la novel Nación, el patrimonio edificado no estuvo libre de momentos difíciles al ser sujeto de múltiples transformaciones para satisfacer las necesidades defensivas de las ciudades (como ocurrió en la Ciudad de Puebla, cuando por la cercanía de Morelos a Tehuacán y el Palmar de Bravo comen-zaron a construirse las primeras fortificaciones alrededor de la de la población, alterando el paisaje colonial conformado hasta el momento). Entre los conflictos armados, particularmente la Guerra de Reforma significó la destrucción de un amplio sector del patrimonio cultural religioso con la separación entre Iglesia y Estado, tal y como sucedió con el convento de San Francisco El Grande en la Ciudad de México, que era considerado el convento más grande de todo el Continente y del cual práctica-mente no quedó nada.

Aunque el Porfiriato representó una época de modernidad, existió también poca valorización al México anterior, propiciando trans-formaciones sustanciales en la morfología de las ciudades que continuaron durante las décadas del 40 al 60 del siglo XX. Bas-taría recordar el espléndido libro de Guillermo de Tovar y Teresa titulado “La Ciudad de los Palacios, crónica de un patrimonio per-dido” para tener un panorama general del fenómeno. Con todo y ello, ciudades como Puebla, Querétaro, Morelia o Guanajuato conservan aún un gran número de monumentos históricos que permiten tener una idea clara del contexto del cual surgieron.

La UNESCO hace pocos años apoyó a la conservación del patri-monio edificado en México, al reconocer a varias ciudades como Patrimonio Mundial de la Humanidad (entre las que se encuen-tran las ya mencionadas), con lo cual se definieron límites claros de las zonas con alto valor cultural.

MOISÉS

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Rosas

DIRECTOR GENERAL DEL FONDO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES (FONCA), MÉXICO

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A propósito de este tema, Monsiváis decía:

“La cultura es el alma de México”

frase que hoy podemos hacer un poco

más especifica al decir que:

“El patrimonio es el alma de México”.

Un segundo paso hacia la consecución del mismo objetivo lo dio la Cámara de Diputados cuando, en 2004, comenzó a destinar recursos para la conservación del patrimonio de estos centros históricos. El apoyo consiste en 150 millones de pesos al año repar-tidos a razón de 15 millones por ciudad y aún cuando se reconoce que para nivel de necesidades anuales que enfrentan estas ciuda-des no significa una gran inversión, si genera un impacto a largo plazo con la suma de apoyo año tras año. El hecho de que exista un financiamiento específico dedicado a los centros históricos ase-gura la viabilidad de muchos proyectos. Entre los logros alcanza-dos, el programa “Ciudades Mexicanas del Patrimonio Mundial” ha realizado más de 500 intervenciones que, de manera sistemá-tica, han contribuido a la restauración de inmuebles, del paisaje cultural y a la iluminación de los centros históricos del país.

Adicionalmente a los apoyos, desde hace varios años la planea-ción municipal ha cobrado un mayor empuje, donde cada vez más las áreas patrimoniales ocupan un lugar preponderante, procurando vincularlas al desarrollo sostenible y a una vida social integrada a su restauración y conservación.

Hoy en México diversas instituciones participan en la preservación de los bienes culturales: la Cámara de Diputados que gestiona los recursos, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONA-CULTA) que se ocupa de todos los temas relacionados con el patri-monio por definición de ley, apoyándose en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y la Dirección General de Sitios y Monumentos con su amplia experiencia. Entre los actores, los municipios juegan un papel fundamental y directo donde, pese a su heterogeneidad, la existencia de políticas claras para la operación de los recursos per-mite contar con un marco de referencia normativo y presupuestal que los hacen transitar a todos más o menos por la misma senda.

Tras años de experiencia tenemos claro que dentro de todos los factores para llevar a cabo el rescate del patrimonio como las declaratorias de la UNESCO, los recursos, las instituciones y los marcos de referencia, realmente la parte sustancial del proceso de conservación es la capacidad técnica de quien opera directamente el trabajo de restauración día a día. En este sentido, la prioridad de toda administración debería ser la formación de cuadros pre-parados para la conservación de los centros históricos, hacién-dolos conscientes que deben recibir un tratamiento diferente pro patrimonio cultural.

Bajo este contexto para Puebla, la Escuela Taller cumple un papel esencial y fundamental en las tareas de conservación al formar a chicos en diferentes oficios, quienes justamente encar-nan todo lo que está detrás. En otras palabras, las definiciones abstractas de normatividad y programas, así como el esfuerzo en la obtención de recursos serían prácticamente infructuosos sin la acción directa y capacitada sobre el patrimonio de los alumnos de la Escuelas Taller y de los cuadros especializados formados a niveles administrativos.

Es tal la importancia de este tipo de instituciones formativas que, a mi juicio, debería promoverse la creación de una Escuela Taller en cada una de las ciudades que han sido declaradas como Patri-monio Mundial de la Humanidad, siguiendo el ejemplo de Puebla y otras ciudades, donde las nuevas generaciones han contribuido con su esfuerzo, tenacidad, esmero y dedicación para mantener el patrimonio bajo buen resguardo.

Para concluir, probablemente la culminación de todo el trabajo detrás de las intervenciones sea que la población se apropie de su patrimonio cultural y se convierta en su único garante.

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JOEL

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Perea Quiroz

COORDINADOR DE CIUDADES PATRIMONIO DEL INSTITUTO MUNICIPAL DE PLANEACIÓN DE QUERÉTARO, MÉXICO

El sistema de gestión de la ciudad de Querétaro deriva del documento “Plan de manejo y conservación de la Zona de Monumentos Históricos de Santiago de Que-rétaro”, el cual fue elaborado como seguimiento y cumplimiento de las directrices

prácticas de la Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO, a fin de mantener la Declaratoria otorgada en 1996 y, sobre todo, para transmitir el patrimonio tal

cual nos fue entregado por generaciones antecesoras.

“Plan de manejo y conservación de la Zona de Monumentos Históricos

de Santiago de Querétaro”

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El Plan de Manejo y Conservación de la Zona de Monumentos Históricos plantea como objetivos estratégicos:

La centralidad representativa fortalecida y la consolida-ción urbana,La protección y conservación de la Zona de Monumentos Históricos y puesta en valor de los barrios tradicionales no incorporados,El desarrollo social y económico equilibrado y sostenible,El mejoramiento de la gestión pública en el ámbito de actua-ción del plan yEl mejoramiento de la calidad ambiental.

El área de actuación del Plan de Manejo y Conservación no sólo incluye la zona decretada federalmente en 1981, sino abarca los catorce barrios tradicionales que constituyen el sector de transición entre el centro histórico y la ciudad contemporánea.

Para actuar como nivel normativo, el Plan de Manejo y Conser-vación fue publicado en la Gaceta Municipal el 29 de noviembre del año 2011 para ser del conocimiento y obligación de terceros. Adicionalmente se creó una unidad de gestión para el centro histó-rico con objetivos y estrategias definidos en el mismo plan. Fue el Instituto de Planeación Municipal quien instruyó la coordinación y operación del plan de manejo y lo sigue haciendo hasta la fecha.

75

Parte de la operación del Plan de Manejo y Conservación reside en la determinación de un diagnóstico, a través de la toma de datos entre los habitantes y transeúntes del centro histórico. Entre los resultados obtenidos destaca que al menos el 48% de la población tiene 31 años o más viviendo en la zona, lo que refleja una ocupación considerable que induce a mantenerla e incrementarla para hacer del centro un ente vivo. La encuesta también reflejó que a la mayoría de los habitantes les gustaría conservar las características actuales de su barrio por los próximos 20 o 25 años, señal que muestra la satisfacción por las obras de restauración llevadas a cabo hasta el momento.

La instrumentación del Plan de Manejo y Conservación tiene como puntos nodales:

1. Un sistema de información geográfica digital compartido y alimentado con otras institucio-nes de distintos niveles de gobierno.

2. Un sistema de indicadores que señalan la densidad poblacional, el número de monumentos catalogados, los servicios turísticos, etc.

3. Diversas estrategias para determinar la política pública de conservación del centro histórico encaminada a activar o reactivar líneas de trabajo para la obra, el programa o la acción que se requiera.

Muchas de las acciones del Plan de Manejo y Conservación se han realizado con recursos del FONCA, cumpliendo con las metas planteadas dentro del catálogo de proyectos definido con anterioridad. El “Plan de manejo y conservación de la Zona de Monumentos Históricos (ZMH) de Santiago de Querétaro” puede ser consultado en: http://www.implanqueretaro.gob.mx

“[...] a la mayoría de los habitantes les

gustaría conservar las características de

su barrio por los próximos 20 o 25 años,

señal de la satisfacción por las obras de

restauración que se han llevado a cabo

hasta el momento.”

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Al hablar de los procesos de restauración, es necesario destacar la importancia del material y de la mano de obra que dieron forma a los monumentos históricos que hoy consideramos patrimonio cultu-ral. Por ello en esta ocasión, se abordarán ciertas características de los sistemas constructivos de la Puebla de los Ángeles a través de los

siglos del virreinato.

“La mano de obra en la memoria de la restauración

de Puebla”

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¿Qué tipo de materiales se ocuparon? ¿Cuál fue su procedencia? ¿Cuáles fueron las técnicas de su manipulación y puesta en obra? son algunas de las preguntas que nos hacemos los restauradores cuando intervenimos un inmueble. La historia cultural, eviden-ciada a través de diversos vestigios, nos ayuda a comprender el origen de los procesos, ya sea por recursos, gustos, necesidades técnicas o adaptaciones al lugar.

Durante los primeros años del siglo XVI, en el valle angelopo-litano ya existían pequeñas poblaciones prehispánicas como Cuetlaxcoapan y Hutzilapan, las cuales poseían un conocimiento ancestral de diversos sistemas constructivos. Este hecho permitió, una vez fundada la ciudad de Puebla en 1531, conjuntar una mano de obra experimentada para levantar grandes construccio-nes en un corto periodo de tiempo.

SERGIO

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Vergara Berdejo

GERENTE DEL CENTRO HISTÓRICO Y PATRIMONIO CULTURAL DEL MUNICIPIO DE PUEBLA, MÉXICO

Fuente imagen: Intolerancia Diario

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“A su vez, el vasto territorio de intercambio

cultural, que abarcaba sectores de Veracruz

y Acapulco, permitió el tránsito de mano

de obra de todas partes y la utilización de

materiales diversos. “

El aprovechamiento de la tradición gremial de los constructores mexicanos en combinación con el modo de hacer europeo generó una nueva cultura en la vida de la región, la cual produjo piezas sincréticas que actualmente se denominan bajo la denominación del estilo “tequitqui”. A su vez, el vasto territorio de intercambio cultural, que abarcaba sectores de Veracruz y Acapulco, permitió el tránsito de mano de obra de todas partes y la utilización de materiales diversos.

Conventos como Tecali, Huaquechula, Tochimilco, Cuautinchan, Tepapayeca, Tehuacán, Amo-zoc, San Francisco, Calpan, Huejotzingo y Cholula, con sus capillas abiertas, portales de pere-grinos y atrios, dieron preponderancia al crecimiento y florecimiento de grandes ciudades del mismo nombre, proceso donde las manos audaces, la inteligencia de los técnicos y la nobleza de los materiales otorgaron majestuosidad a cada conjunto.

En el siglo XVII, gracias al fortalecimiento de los gremios de la construcción y por el deseo de modernización, el urbanismo poblano dio paso al empleo ferviente del movimiento, el color y el contraste de los diferentes materiales. El uso de la piedra se convirtió en un sistema construc-tivo eficiente que, hasta nuestros días, amarra los muros de limosna y permite a losas y pisos trabajar homogéneamente; los diseños estructurales se realizaron bajo normas y cálculos que integraron todos los elementos como mecanos entrelazados.

Las casas civiles con sus comercios, los mercados, los templos, garitas, fuentes, sistemas hidráulicos, acueductos, puentes, caminos, parques, casas de gobierno y la misma catedral son construcciones que durante este periodo continúan con la búsqueda de formas y el uso de los materiales regionales.

En el siglo XVIII, el barroco en Puebla manifiesta la prosperidad alcanzada, en donde el carácter social se refleja en la gastronomía, el vestido y sobre todo en la arquitectura y el urbanismo. Surgen elementos como remates visuales; en las plazas se instalan fuentes y obeliscos; en la arquitectura se empleó profusamente la talavera combinada con el barro para adornar facha-das, patios, plafones, pisos y sistemas de servicios, a la par del uso de elementos de argamasa parecidos a pastas de azúcar.

Gracias al uso de los materiales regionales y a la armonía de sus volúmenes, diseños y perfi-les urbanos, Puebla se caracterizó como una de las ciudades más hermosas de Nueva España durante la época virreinal.

80

El centro histórico de Morelia está en camino, al igual que el de Querétaro, de cumplir 500 años. Con todo y, pese al transcurrir del tiempo, ha conservado sus características originales en cuanto a

traza, edificaciones relevantes e imagen urbana que la hacen mere-cedora de múltiples reconocimientos.

“Formación de recursos humanos para la conservación del

patrimonio cultural”

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El 12 de diciembre de 1991, durante la XV Sesión del Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO, la Zona de Monumentos Históricos de Morelia quedó inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial, siendo la sexta a nivel nacional.

La extensión de la Zona de Monumentos Históricos tiene 271 ha y está rodeada por una zona de transición de 210 ha. La zona cuenta con más de 1,100 inmuebles catalogados divididos en tres catego-rías: patrimoniales, relevantes y arquitectura de acompañamiento.

Con el paso de los años, al igual que otras ciudades históricas, Morelia ha presentado diversos tipos de deterioro, los cuales han sido atendidos por las administraciones públicas y la sociedad civil a través de diversas acciones que han promovido el rescate, la revitalización y la restauración de este patrimonio cultural.

Para atender y dar solución a la problemática detectada, el Ayuntamiento de Morelia ha desarrollado diversos progra-mas, instrumentos y proyectos orientados a la conservación y

JOSÉ LUIS

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Rodríguez García

COORDINADOR GENERAL DE GESTIÓN URBANA Y PATRIMONIO CULTURAL DEL MUNICIPIO DE MORELIA, MÉXICO

83

Para concluir, quisiera destacar la participación de los egresados del Programa de Postgrado de la Facultad de Arquitectura de la UMSNH en la conservación del patrimonio cultural de Morelia:

Dentro del ámbito académico, han desarrollado investigaciones de carácter histórico, sistemas constructivos, de imagen urbana, etc.En los proyectos urbano – arquitectónicos, han diseñado la mayoría de los diseños para las obras de restauración, conservación y mejoramiento de inmuebles y espacios públicos.Asimismo un número importante forman parte del Consejo Consultivo de Sitios Culturales, organismo colegiado auxiliar del H. Ayuntamiento, en materia de intervenciones en el Centro Histórico de Morelia.

Es importante finalmente mencionar también la participación de los gremios de canteros en la mayoría de los trabajos de restauración del centro histórico porque, al hacer su labor, continúan con la tradición centenaria que permite reconocer a Morelia como “la ciudad de las canteras rosas”.

Algunas de estas acciones tienen por objeto prevenir los

daños y el deterioro, en tanto que otras son de carácter

correctivo, de mejoramiento y/o rehabilitación de los

inmuebles y espacios públicos patrimoniales.

1. La planeación y regulación consistente en la formulación de planes, programas, proyectos, normas y reglamentos, como el ordenamiento del comercio informal que incluyó la reubicación de la central de autobuses y varias ofici-nas públicas, así como la elaboración del Programa de Desarrollo Urbano de Morelia, el Programa Parcial del Centro Histórico, el Catálogo de Monumentos Históricos de Morelia y el Plan de Manejo del Centro Histórico.

2. La creación y consolidación de organismos para la planea-ción, coordinación, gestión de recursos y regulación, a tra-vés de la constitución del Fideicomiso para el Rescate del Centro Histórico, la creación de la Coordinación Ejecutiva del Centro Histórico, la instalación del Consejo Consultivo de los Sitios Culturales y la creación de la Coordinación para la Gestión del Patrimonio Cultural.

3. La capacitación de personal técnico para la conservación del patrimonio cultural (punto nodal de este Segundo Encuentro de Restauración), que fue apoyada desde la Universidad Michoacana de Nicolás de Hidalgo (UMSNH) con la creación, en 1995, de la Maestría en Arquitectura, Investigación y Restauración de Sitios y Monumentos, la Especialidad en Restauración de Sitios y Monumentos y, en el 2002, del Programa Interinstitucional de Doctorado en Arquitectura, que incluye la línea de patrimonio.

4. La conservación y rehabilitación de inmuebles y espacios públicos, que prácticamente es la conjunción del desarrollo de todos los puntos anteriores resumida en: la restauración de 270 inmuebles civiles y 15 religiosos, el mejoramiento de más de 52,000 m2 de banquetas, la rehabilitación de 18 plazas y jardines públicos, la instalación de cableado subterráneo en 219 manzanas, la iluminación escénica de 45 inmuebles relevantes, la colocación de 1,700 elementos de señalética urbana, el ordenamiento de 2,700 toldos y anuncios comerciales, así como la reposición de mobilia-rio urbano. Estas acciones fueron llevadas a cabo con el apoyo del FONCA, la SECTUR y la SEDATU, a los cuales les extiendo nuestro reconocimiento y agradecimiento.

salvaguarda del patrimonio cultural. Algunas de estas acciones tienen por objeto prevenir los daños y el deterioro, en tanto que otras son de carácter correctivo, de mejoramiento y/o rehabili-tación de los inmuebles y espacios públicos patrimoniales.

Los instrumentos para el desarrollo y conservación del centro histórico emprendidos hasta el momento se dividen en:

8584

Situación de la juventuden estado vulnerable,

retos y soluciones

MODERADOR:Francisco Manuel Vélez Pliego

Director del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

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Mesa 4

En los albores del siglo XXI, la juventud indígena aún enfrenta el reto de la disparidad en el acceso a la educación básica y ni hablar de la educación profesional. En términos estrictos, el problema reside en la

dificultad para acceder al nivel educativo que por edad les corres-ponde en relación con otros jóvenes de la sociedad no indígena. Tres

problemas se derivan de esta situación:

Una fuerte debilidad en la relación entre los jóvenes indígenas y los tomadores de decisiones en términos comunitarios y personales.

Las desventajas de competitividad en las postulaciones a puestos de trabajo, becas, etc.

La constante deserción escolar a consecuencia de otras carencias.

“Liderazgo indígena: retos y desafíos”

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En este programa durante un mes, la Universidad abre sus puertas a jóvenes de nivel superior provenientes de poblaciones indígenas, para asistir a clases bajo circunstancias de equidad con el resto de la población estudiantil. En este lapso de tiempo se les otorgan las herramientas necesarias para conocer cómo y desde dónde se definen las políticas públicas que inciden direc-tamente en sus comunidades, llegando incluso a desarrollar propuestas públicas que a su juicio son necesarias o proponer cambios en las existentes cuando las consideran no pertinentes.

Ante este panorama, la Universidad de las Américas Puebla ha impulsado, desde el año 2011, el “Programa de Liderazgo para Jóvenes Indígenas”, que tiene como objetivo potenciar líderes promotores del desarrollo comunitario, capaces de generar pro-puestas de política pública, considerando métodos viables, para convertirse en verdaderos socios del desarrollo y representantes activos de sus comunidades.

LAURA ELENA

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Romero López

CATEDRÁTICA DE LA UNIVERSIDAD DE LAS AMÉRICAS PUEBLA (UDLAP), MÉXICO

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El contacto multiregional ha inducido a los par-

ticipantes a tener una visión más global del nivel

de complejidad de los problemas detectados en

sus comunidades con respecto a las de otras lati-

tudes, además de compartir reflexiones acerca de

la identidad y los temores derivados de la discri-

minación por su origen.

La instrucción se lleva a cabo a través de diversos módulos.

1. En el primero, “Pueblos indígenas y políticas públicas” los jóvenes aprenden a identifi-car un problema público relevante en la comunidad de origen o residencia y analizar las políticas públicas, o la ausencia de ellas, relacionadas con dicho problema.

2. En el segundo, “Desarrollo e identidad” se exploran las diversas posturas respecto al desarrollo, así como las problemáticas ambientales, sociales y económicas que afronta nuestro país. Se enfatiza además el papel de los jóvenes como socios del progreso.

3. En el tercero, “Estrategias para el desarrollo” los participantes reconocen los mecanis-mos necesarios para traducir las necesidades locales en temas de política pública.

4. En el cuarto, “Comunicación para el desarrollo” se destaca la importancia de los medios de comunicación como elemento esencial para el fortalecimiento social.

5. En el quinto, “Fundamentos prácticos de la economía y los negocios” los jóvenes identifican aspectos vinculados a la planeación, factibilidad y evaluación de proyectos enfocados a la generación de políticas públicas.

6. El sexto y último, “ Desarrollo personal” brinda a los jóvenes habilidades de liderazgo que les permiten avanzar en entornos altamente competitivos.

A cinco años de implementación del programa se han atendido a jóvenes de ocho países de todo el continente americano (Centro, Sudamérica, Estados Unidos y Canadá). El contacto multiregional ha inducido a los participantes a tener una visión más global del nivel de complejidad de los problemas detectados en sus comunidades con respecto a las de otras latitudes, además de compartir reflexiones acerca de la identidad y los temores derivados de la discriminación por su origen.

Con ello, la Universidad de las Américas Puebla da cuenta del potencial de los jóvenes indígenas a quienes sólo hace falta acompañamiento para otorgarles herramientas que les ayuden a identificar áreas de oportunidad, coadyuvando así a cerrar la brecha de desigual-dad entre quienes tienen una oportunidad educativa y aquellos que por diversas circunstan-cias no pueden acceder a ella. En necesario recalcar que el programa de ninguna manera desvincula a los jóvenes con su entorno original, sino por el contrario, incrementa su calidad de vida y su visión de los problemas, hecho que a largo plazo contribuye al desarrollo de sus comunidades de origen. Este es el apoyo social que brinda la Universidad, a partir de lo que mejor sabe hacer como institución, que es educar.

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Existe una enorme preocupación por el incremento en los índices de violencia entre niños, niñas y adolescentes que, a manera de juego o

por estar ya asociados con el crimen organizado, cometen infracciones tipificados incluso como delitos graves.

A raíz de esto y reconociendo la vulnerabilidad que caracte-riza al menor el 12 de diciembre del año 2005 se publicó, en el Diario Oficial de la Federación, la reforma al artículo 18 Constitucional que rediseña el Sistema de Justicia para Menores Infractores, dejando de lado el Sistema Tutelar que era consi-derado violatorio de los derechos humanos. A partir de esta modificación se implementaron las siguientes acciones:

1. La creación de un sistema integral de justicia para este sec-tor poblacional que garantiza sus derechos fundamentales.

2. La determinación de una edad mínima y máxima para imputar a las niñas, niños y adolescentes considerando la definición de “menor de edad” hecha tanto por la Convención de los Derechos del Niño, como por las Reglas de las Naciones Unidas para los Menores Privados de su Libertad, las cuales aluden a personas con una edad inferior a los 18 años.

3. La rehabilitación y asistencia legal para niñas, niños y ado-lescentes que no pueden ser imputados, lo que permite la pre-valencia de todos y cada uno de sus derechos y prerrogativas.

4. La creación de instituciones, tribunales y autoridades espe-cializados, encaminados a lograr su reintegración al seno de su familia o comunidad.

“Niñas, niños y adolescentes en conflicto con la Ley”

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Estadísticamente en el Estado de Puebla, entre el período de 2011 y lo que va de 2015, ingresaron 847 adolescentes por el programa de Justicia para Adolescentes, de los cuales 805 se reintegraron a sus hogares y 42 son reincidentes.

En estos procesos el SEDIF, a través del Departamento de la Procuraduría de la Defensa del Menor, recibe a los menores que son remitidos por el Ministerio Público, proporcionándoles aten-ción psicológica, médica y de trabajo social. Los adolescentes en estado de abandono a los cuales se les haya dictado resolución sin que proceda internamiento, son sujetos a rehabilitación y asistencia social por parte del DIF, quien actúa como autoridad auxiliar en la administración de justicia y procede a asignarles una familia una vez que se cuenta con autorización judicial y del Consejo Técnico de Adopciones.

La detención preventiva y el internamiento solamente se utilizan como medidas extremas, por el tiempo más breve que proceda y puede aplicarse únicamente a los adolescentes mayo-res de catorce años de edad por la realización de las conductas antisociales calificadas como graves.

MARÍA ELENA

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Torres Machorro

PROCURADORA JURÍDICA DEL SISTEMA ESTATAL DIF (SEDIF) PUEBLA, MÉXICO

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Antes de abordar el tema que nos ocupa, es necesario aclarar que tanto el concepto de Cultura como el de Familia no corresponden a definiciones exactas y concretas sino que han sido adaptadas de

acuerdo a las circunstancias de cada época.

“La importancia de la cultura en los núcleos familiares”

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La Cultura, en términos generales, deriva del vocablo “cultus” que refiere al cultivo del espíritu humano, lo cual es una acepción generalizada pero ampliamente aplicable aún en nuestros días. Desde el iluminismo del siglo XVIII, la cultura ha sido asociada a la civilización y al progreso.

La Familia, que tradicionalmente se ha definido con un núcleo en el que conviven miembros del mismo lazo sanguíneo, hoy día es un concepto que se ha ampliado al considerar no sólo a la reunión de un hombre, una mujer y los hijos de ambos, sino a una pareja de adultos, con o sin hijos, o a un adulto viviendo sólo con sus des-cendientes, dentro de otras muchas modalidades de agrupación.

Bajo esta nueva definición, actualmente la familia presenta mayores factores de vulnerabilidad que las que tenía hasta hace muy pocas décadas, principalmente por las condiciones econó-micas imperantes que hacen que ambos progenitores salgan a trabajar delegando el cuidado y educación de sus hijos a terceras personas, como a los abuelos o incluso resguardándolos en instituciones educativas desde muy temprana edad. La separa-ción del núcleo familiar se incrementa aún más cuando los niños tienen necesidad de trabajar para ayudar con el sostenimiento del hogar, haciendo cualquier otra actividad menos la de vivir su infancia, ya no hablemos de los niños utilizados en las guerrillas o en el crimen organizado.

Esta falta de acompañamiento, aunada a la escasa comunica-ción que propicia el uso desmedido del televisor o los dispositi-vos móviles, impiden que los jóvenes y adolescentes vean en sus familias un espacio para dialogar acerca de sus preocupaciones o para brindarles ayuda en la definición de su personalidad, razón que los conduce muchas veces a aceptar ofertas que ponen en riesgo su seguridad y están encaminadas a la violen-cia y la descomposición social.

Ante este panorama, son las Escuelas Taller quienes, a pesar de su corta matrícula, hacen la diferencia entre el sector de la juventud vulnerable. El cambio de actitud que propician estas instituciones repercute directamente en el núcleo familiar que, retroalimentado y fortalecido en su función, continúa gestando hombres y mujeres con valores que construyen una sociedad más justa e incluyente, donde no impere la ley del más fuerte o del que “todo lo puede porque todo lo tiene”.

Es aquí y ahora, que todo el esfuerzo de los miembros de las Escuelas Taller se ve recompensado primero con la integra-ción social de sus alumnos y después con el trabajo eficiente y responsable de los restauradores, lo que alienta a todos a seguir impulsando todos los esfuerzos que se han hecho y se harán a partir de este Segundo Encuentro.

FRANCISCO

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Vázquez Ramírez

CANÓNIGO Y VOCERO DEL ARZOBISPADO DE PUEBLA

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La Escuela Taller de la Chiquitanía se inserta en el contexto del Plan de Misiones. Las misiones jesuíticas de Chiquitos están ubicadas en el Departamento de Santa Cruz, en la zona oriental de Bolivia, en la frontera con Brasil; seis de ellas han sido declaradas como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la relevancia de sus características

arquitectónicas y artísticas pero también por la cultura inmaterial asociada expresada a través de tradiciones, costumbres, música, etc.

“La formación técnica en patrimonio. Una alternativa para

la juventud chiquitana”

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Bajo este contexto territorial, diez años después de emitida la decla-ratoria de Patrimonio Cultural Mundial, los municipios involucrados decidieron relacionar su ámbito de trabajo al patrimonio cultural y su gestión. De la mano de la AECID, los municipios de San Ignacio, San Xavier, Santiago Roboré, Concepción, San José, San Miguel, San Antonio y San Rafael iniciaron una estrategia de desarrollo en torno a la gestión del patrimonio cultural, a la cual se han ido sumando la Iglesia católica, con sus dos territorios, el Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz y el Ministerio de Cultura.

Posteriormente, este grupo institucional creó una asociación civil sin ánimos de lucro para llevar a cabo la estrategia diseñada. Fue así como nació el Plan de Misiones que tiene, dentro de sus proyectos estructurales, el funcionamiento de la Escuela Taller de la Chiquitanía. El Plan de Misiones trabaja en dos escalas: la primera a nivel institucional, donde se deciden políticas, normativas y estrategias; y la segunda a nivel local,

en el contacto directo con los sitios declarados como Patrimo-nio Mundial y su gestión de día a día, realizada a través de las Comisiones de Sitio compuestas por todas las fuerzas vivas de cada lugar. Justamente es ahí donde verdaderamente se gestiona, administra, sensibiliza y discuten algunas de las deci-siones tomadas arriba, en el sector político institucional.

Las líneas estratégicas definidas dentro del marco del Plan de Misiones, después de haber realizado los inventarios y catálogos pertinentes, así como haber priorizado una serie de acciones, fueron agrupadas en cinco rubros:

Fortalecimiento a la gestión urbana patrimonialFormación ocupacionalSensibilizaciónConsolidación y sostenibilidadPuesta en valor del patrimonio

FÉLIX EUGENIO MARCELO

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Cruz Pérez

DIRECTOR DE LA ESCUELA TALLER DE LA CHIQUITANÍA, BOLIVIA / DIRECTOR DEL PLAN DE MISIONES

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La juventud boliviana de la Chiquitanía, al igual que la de otras poblaciones a lo largo y ancho del orbe, presenta problemas en cuanto a la falta de oportunidades educativas y laborales (de cada 10 jóvenes de 15 a 30 años: 8 terminan la primaria, 6 la secundaria y 39% de los bachilleres quedan fuera del sistema), a pesar de los esfuerzos que el Gobierno ha hecho con la implementación de una nueva Ley. La apertura de los caminos que facilitan la comunicación entre las poblaciones ha acarreado un doble fenómeno: por una parte se accede más fácil a los servicios pero por otra, los jóvenes de la región están tentados a abandonar sus lugares de origen en busca de nuevas oportu-nidades, lo que no siempre acaba en historias de éxito.

La Escuela Taller nace a partir de esta realidad chiquitana como una opción para mitigar estos problemas y a raíz de su instauración se han obtenido los siguientes resultados:

Formación ocupacional (en 10 especialidades) de más de 300 hombres y mujeres entre 16 y 25 en riesgo de exclusión, desvinculados de sistema de enseñanza regular y otras dificultades, logrando el fortalecimiento de recursos humanos para la intervención en el Patrimonio Cultural en 10 municipios. Participación con otras instituciones (CUSO, CEPAC) en la creación de herramientas de inser-ción laboral de los jóvenes chiquitanos.Apoyo al acceso a la educación técnica y al trabajo de las mujeres de la zona.Sensibilización de la sociedad en el valor y posibilidades de desarrollo asociados al patrimonio cultural.Recuperación de materiales, oficios tradicionales y conocimientos asociados al patri-monio cultural (técnicas constructivas, artesanales y gastronómicas) y con respeto al medio ambiente.

“La juventud boliviana de la Chiquitanía, [...] presenta

problemas similares en cuanto a falta de oportunidades

educativas y laborales [...]”

El trabajo que se realiza es integral bajo el contexto mismo del patrimonio, considerando su impor-tancia material e inmaterial con una fuerza similar, al igual que el paisaje natural, el cual define las características culturales de toda la sociedad.

El Plan de Misiones se vincula como institución con otros niveles administrativos para evitar que sea considerado un asunto secundario o terciario dentro de la agenda pública. Esto se logra relacionando el trabajo con la normativa y legislación aplicables, como la Constitu-ción Política del Estado, los convenios internacionales, las leyes nacionales y departamenta-les, encausando con ello las acciones políticas nacionales, departamentales y municipales.

Los resultados obtenidos bajo este contexto legal son los siguientes:

1. Las instituciones competentes cuentan con herramientas adecuadas de gestión del patrimonio para la elaboración de políticas culturales, como los catálogos e inventarios del patrimonio tangible e intangible, los planes de ordenamiento urbano y los planes de manejo.

2. Los municipios elaboran propuestas de desarrollo urbano y arquitectónico con respeto a la cultura chiquitana, implementando sistemas constructivos tradicionales a los proyectos arquitectónicos de nueva factura o provocando una nueva tipología arquitectónica que com-plementa esencias tradicionales con técnicas constructivas contemporáneas, logrando una proyección de la arquitectura tradicional.

3. El desarrollo territorial de la Chiquitanía se articula en torno a una gestión adecuada e integral del patrimonio cultural como elemento de identidad y vertebración.

4. El acceso a la cultura de sectores colectivos y desfavorecidos que se realiza a través del plan de mejora de vivienda y en general las acciones emprendidas por la Escuela Taller de la Chiquitanía.

5. La sensibilización transversal que se lleva a cabo con los proyectos planteados en las diferentes líneas estratégicas y la inserción de la materia “Patrimonio y Turismo en la Chiquitanía” dentro de la malla curricular de las unidades educativas chiquitanas.

6. La mejora de los mecanismos de articulación institucional para una gestión del patri-monio ágil y eficaz.

103102

En 1998, durante el primer período de Gobierno del Dr. Leonel Fernández, se estableció en Santo Domingo la Escuela Taller, a la que posteriormente se le agregó el nombre de Ing. José Ramón Báez Lopez-Penha en honor al primer arquitecto restaurador y conser-vador del país. Este logro fue posible gracias a los resultados obtenidos por las Escuelas

Taller en España, que, en el marco de la conmemoración de V Centenario del Descu-brimiento de América, extendieron su filosofía para la recuperación de monumentos y

espacios singulares de Iberoamérica.

“El patrimonio arquitectónico, histórico y cultural en manos de las personas con discapacidad (PCD).

Logros, retos y metas”

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El programa de la Escuela Taller de Santo Domingo está dirigido a una población que no captan otras instituciones educativas como el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional, Escuelas Vocacionales, Arte y Oficios, etc.:

Discapacitados (cerca de un millón de personas en el país sufre alguna discapacidad y el Ministerio de Educación y otras instituciones públicas no encuentra respuesta en el sistema educativo dominicano para atender esa población)Madres solterasAdultos en edad tempranaJefas de hogarTercera edad

Jóvenes (mujeres y hombres) con bajos niveles formativosJóvenes (mujeres y hombres) con problemas de integración u adaptación socialJóvenes (mujeres y hombres) que abandonan los sistemas educativos tradicionales pero tienen grandes cualidades de observación de la realidad, acompañadas de extraordinarias habilidades manuales

LUIS

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Castaing

DIRECTOR DE LA ESCUELA TALLER DE SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA

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“[...] este año duplicamos la oferta formativa especia-

lizada en los talleres de artesanía, electricidad, fonta-

nería y herrería y forja, implementando un novedoso

plan de estudio y reduciendo el tiempo de capacitación

de los participantes, a fin de suplir parte de la gran

demanda de los jóvenes excluidos y de la población

femenina que se acercan a la institución.”

Dentro de la matrícula escolar, adicionalmente a los oficios tradicionales más demandados, la oferta formativa curricular abarca oficios y técnicas que no se imparten en otras instituciones públicas como los oficios en trance de desaparición (cantería y forja), oficios no tradicionales (escayola, pintura y conservación de murales, vitrales y yesería) así como especialidades dentro de los oficios tradicionales (albañilería, carpintería de bancos y carpintería de armar).

En lo relativo al número de los participantes, en la actualidad el programa tiene una demanda muy superior a las capacidades instaladas, por lo que nos hemos visto impelidos a trabajar con grupos seleccionados de la población vulnerable. Pese a eso, se satisfacen de manera puntual los requerimientos y solicitudes de instituciones como CONADIS, Instituto de Ayuda al Sordo Santa Rosa, Escuela Nacional de Sordomudos, Instituto de Rehabilitación Dominicana, Politur, así como las demandas particulares de clubes, trabajadores sociales y asociaciones barriales del Distrito Nacional y la Provincia Santo Domingo.

Por otra parte, este año duplicamos la oferta formativa especializada en los talleres de artesa-nía, electricidad, fontanería y herrería y forja, implementando un novedoso plan de estudio y reduciendo el tiempo de capacitación de los participantes, a fin de suplir parte de la gran demanda de los jóvenes excluidos y de la población femenina que se acercan a la institución. Esto permitirá que con la misma ejecución presupuestaria se incremente la matrícula estudiantil en un 75% para este mismo año y en los años siguientes en un 90%.

Con respecto a la proyección de crecimiento del programa hemos logrado sensibilizar a las autoridades gubernamentales para la asignación de fondos, a fin de ampliar nuestro radio de acción e intervención a nivel nacional para beneficiar a más jóvenes de otras provincias en los próximos dos años.

106

Organismos y programasinternacionales como apoyo a la

sustentabilidad de las Escuelas Taller

MODERADOR:Sergio Andrés Ortiz Morales

Coordinador general de promoción artística, CECAP

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Mesa 5

Gran parte de las Escuelas Taller que ahora se reúnen en el Segundo Encuentro de Restauración han iniciado su operación auspiciadas por el programa de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, a quien se reconoce como

la entidad progenitora. El esfuerzo emprendido por esta institución, que ha fructi-ficado en la mejora de la calidad de vida de muchos jóvenes iberoamericanos y del

patrimonio intervenido, obliga a buscar estrategias que permitan la continuidad de la semilla plantada.

“Estrategias de financiamiento en los programas de Escuela Taller”

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El reto no es fácil, pero el intercambio de las soluciones que hemos emprendido las diferentes Escuelas Taller para hacer frente al retiro paulatino del apoyo de la AECID, nos ayudará a dilucidar nuevas perspectivas de acción para el financia-miento de nuestras instituciones.

La primera estrategia que se recomienda es conocer en totalidad a nuestra “empresa” por llamar así a nuestro proyecto de Escuela Taller, para tener claro sus objetivos y los procesos que nos condu-cen a ellos. Esto incluye dilucidar qué tipo de institución queremos ser, en el sentido que la Escuela Taller puede enfocarse solamente a la capacitación en diferentes oficios o puede ir más allá, constitu-

yéndose como un ente certificador del aprendizaje de los mismos. Esta diferencia, que tal vez implica tan sólo hacer el trámite ante las instituciones gubernamentales a nivel federal para obtener el reconocimiento como órgano certificador, es la que puede constituir un factor determinante en el dictamen para obtener un beneficio o apoyo económico de diversos organismos nacionales e internacionales y ni que decir de las entidades privadas. Cuando se incrementa el peso académico de la acreditación de estudios de los alumnos, esto también les abre las puertas en diversos proyectos laborales, incluso en el ámbito foráneo. De este modo, fortaleciendo a la Escuela Taller como institución se fortalecen a los alumnos egresados de ella y las posibilidades de financiamiento.

JOSÉ OCTAVIO

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Ferrer Burgos

COORDINADOR DE DIVULGACIÓN Y DESARROLLO CULTURAL DEL CONSEJO ESTATAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES DE PUEBLA, MÉXICO

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En la obtención de auspicios de otras entidades, tenemos que tener claro que en ocasiones las propias limitaciones para acceder a los programas las tenemos nosotros mismos por nuestra forma de operación. En otras palabras, muchas veces al estar la Escuela Taller dentro de una institución de cualquier nivel de gobierno, la hace partícipe de los esquemas financieros gubernamentales que restringen el ingreso, el egreso y la rendición de cuentas de los recursos de agentes externos. En nuestro caso, en un momento previo, los reportes del ejercicio de las subvenciones apoyadas por la AECID u otras entidades encontraban demasiadas trabas, pues nadie externo al Estado podía pedir cuenta sobre el dinero ejercido. La solución, que tal vez ya fue aplicada por muchos de ustedes que se encontraron en la misma situación, fue un cambio

“Una característica a retomar, [...] es precisamente

la labor social que cumple la Escuela Taller en

la población vulnerable y en la recuperación del

patrimonio comunitario [...]”

de denominación o régimen, para nosotros de Secretaría de Cultura a Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, pero para otros pudiera ser la creación de asociaciones civiles sin ánimos de lucro, que constituyan entes independientes para recibir donati-vos, contratar productos y servicios, abrir cuentas mancomunadas por terceros permitiendo la revisión de la administración de los recursos aportados o hacer reportes sin que algún órgano interno del gobierno se preocupe.

Finalmente, a manera de conclusión de esta breve exposición, me permito afirmar que el secreto para la obtención de finan-ciamiento para las Escuelas Taller y cualquier otro proyecto es simplemente “Tener la mente abierta y ponerse a trabajar”.

Una segunda estrategia es resaltar la característica del programa de Escuela Taller enfocada a la capacitación para el trabajo y sobre todo, al seguimiento y acompañamiento que se hace de los exalumnos facilitando su inserción laboral. Cualquier empresa o entidad auspiciadora querrá conocer que los fondos donados contribuyeron al desarrollo personal de los alumnos y, por ende, de sus familias y la sociedad en su conjunto. No basta con entregar estadísticas educativas sino cifras constatables de que el proyecto da resultados. En este proceso, el acompañamiento a los exalumnos es fundamental, pues facilita la transición del clima hospitalario de la Escuela Taller a la realidad del trabajo diario en las empresas privadas donde se esperan determinados rendimientos. La institución también debe fungir como presentador de las capacidades de sus alumnos para evitar su rechazo por falta de experiencia (que la tienen al haber aplicado el método “Aprender - Haciendo”) o una disminución de la oferta económica por su trabajo.

Otra propuesta para la obtención de financiamiento, es insertar el proyecto de la Escuela Taller en programas de emprendedores, los cuales comúnmente ofrecen facilidades para la obtención de microcréditos o apoyos a fondo perdido para personas que están dispuestas a crear fuentes de empleo con aquello que han aprendido. No sólo debemos “Enseñar a pescar” sino también “Enseñar a vender el pescado”, implementando en nuestro mapa curricular cursos sobre la crea-ción de microempresas y su administración.

Una característica a retomar, cuando se presenta el proyecto ante instituciones vinculadas con el ámbito social y el desarrollo, es precisamente la labor social que cumple la Escuela Taller en la población vulnerable y en la recuperación del patrimonio comunitario, razón principal del ori-gen del programa de la AECID. Esta fortaleza del proyecto estará respaldada con los expedientes de los alumnos ingresados, en los que los estudios socioeconómicos y psicológicos muestren las condiciones imperantes en su entorno que hacen urgente apoyarlos para su desarrollo econó-mico y social. Estos estudios también facilitan la toma de decisiones sobre los recursos académi-cos o sanciones correctivas a implementar en cada uno de los alumnos. Programas de equidad de género también constituyen una posibilidad en la búsqueda de financiamiento, pues la Escuela Taller brinda igualdad de oportunidades para hombres y mujeres.

117116

La mayor parte de mi tiempo durante el último año ha sido dedicado prácticamente a la recopilación de información para la publicación que hemos titulado “Programa

de Escuelas Taller de la Cooperación Española. Aprender - Haciendo”, la cual no es producto de mi trabajo personal sino de la labor de mucha gente involucrada

en estos proyectos tanto en América, como en África y Asia. La publicación intenta homogenizar los datos para dar un panorama de lo que representa la filosofía del

programa de Escuelas Taller.

“Programa de Escuelas Taller de la Cooperación Española”

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En el ámbito de la Cooperación Española, las Escuelas Taller apa-recen en noviembre de 1990 por el acuerdo entre el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación y el actual Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Las Escuelas Taller desde el inicio se vincularon al Programa para el Desarrollo, que antes tenía otro nombre, que trabajaba básicamente en América Latina en tres escenarios: sitios arqueológicos, centros históricos y edificios singulares.

El programa ya existía en España desde 1985 como una política pública para atacar el desempleo de la juventud y al implementarse como un programa de la Cooperación para

el Desarrollo, tuvieron que considerarse otros aspectos como las necesidades de los países socios y los actores que podían acompañarlos en esta acción; en las primeras, se considera-ron aspectos de: vulnerabilidad de la población, situación del empleo y el mercado de trabajo, ofertas de formación así como obras o servicios a la comunidad. En cuanto a actores del programa, en este tiempo, estaban principalmente los muni-cipios (36.79%), las instituciones relacionadas con el mundo del patrimonio, las áreas de formación personal, los gobiernos regionales, las fundaciones o asociaciones, algunos ministerios e incluso universidades como en el caso poblano.

MIGUEL

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del Mazo Salgado

TÉCNICO COORDINADOR DE ESCUELAS TALLER DE LA DIRECCIÓN DE COOPERACIÓN CON AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, AECID

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“[...] una de las características básicas de las Escue-

las Taller es la gratuidad de la formación que ha

puesto en valor la Cooperación Española, consi-

derando que los beneficiarios son jóvenes que han

abandonado la formación reglada y que pasan

dificultades en temas económicos [...]”

Otro de los temas importantes para pasar una política pública de empleo española al ámbito de la Cooperación fue la pla-nificación bajo el enfoque de la metodología de “Aprender - Haciendo”. En una reunión en Cartagena de Indias, con al menos 12 directores de Escuelas Taller, se expusieron todas las acciones que son necesarias para su desarrollo, determinando un árbol (u organigrama) de objetivos que deja claro las activi-dades que tienen que ver con la capacitación para el empleo y con la esfera de la formación. En este sentido, la Escuela Taller es un programa de formación para el empleo o por así decirlo, para conseguir empleo a través de la formación, utilizando un medio, que en principio puede ser el rescate del patrimonio pero que puede aplicarse a otros sectores que influyan en la protección de políticas de desarrollo de cada una de las locali-dades donde se implemente.

Quisiera resaltar que una de las características básicas de las Escuelas Taller es la gratuidad de la formación que ha puesto en valor la Cooperación Española, considerando que los beneficiarios son jóvenes que han abandonado la formación reglada y que pasan dificultades en temas económicos, por lo que se les asigna además una contraprestación en metálico. Adicionalmente las Escuelas Taller constituyen un espacio de no discriminación a la mujer al ofertar la formación por igual.

Al día de hoy, la geografía de las Escuelas Taller abarcan 266 pro-yectos distribuidos en América Latina, África (Argelia, Marruecos, Senegal y Cabo Verde) y Asia (Palestina y Filipinas).

Han pasado muchas cosas en el desarrollo del Programa. Pode-mos hablar de una primera etapa que dio inicio en 1991, cuando se puso en funcionamiento la primera Escuela Taller de León en Nicaragua, hasta 1996 en el que el coste de operación era asu-mido totalmente por la Cooperación Española; bajo este esquema operaron 12 escuelas simultáneamente y el programa pertenecía a Patrimonio para el Desarrollo, interviniendo básicamente en la restauración de los edificios de los centros históricos. En una segunda etapa, a partir de 1996, se contó con la participación de las instituciones locales en la financiación; con ello se incrementó el número a 25, trabajando sólo en América Latina. Desde 2007, en una tercera fase, se superó este ámbito y fue posible trasladar el modelo a África y Asia, aparecieron los Programas Nacionales de Escuelas Taller y en 2009, las escuelas dejaron de formar parte del Programa Patrimonio para el Desarrollo, fundamentalmente porque en los nuevos continentes las necesidades de formación son diferentes a la recuperación del patrimonio. El día de hoy hay 40 Escuelas Taller en funcionamiento simultáneo y surge la RED de Escuelas Taller de América Latina como un logro alcanzado dentro del sistema, al constituir una iniciativa propia de la rela-ción entre todas ellas.

Al analizar las estadísticas del periodo llama la atención que, aún cuando las Escuelas Taller estuvieron insertas dentro del Programa del Patrimonio para el Desarrollo, sólo el 37.35% de las interven-ciones estuvieron relacionadas con la restauración del patrimonio edificado, mientras que el resto incluyeron acciones en espacios públicos, mantenimiento de construcciones de otras característi-cas, restauración de bienes muebles, ejecución de obras de nueva planta y el trabajo en viviendas sociales, entre otras.

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En el año 2014, la Escuela Taller tipo poseía al menos 6 años de funcionamiento, tenía 56 aprendices (27.13% de mujeres), otor-gaba una contraprestación en metálico o especie, la formación estaba avalada en prácticamente el 100% y la inserción laboral era del 71% (que representa una disminución de 10 puntos por-centuales respecto al primer período de 1991-1994).

Los resultados del Programa de Escuelas Taller dentro del desa-rrollo son constatables en un primer nivel a través del número de jóvenes que completan su educación, así como por las interven-ciones exitosas o productos derivados de su formación; y en una segunda instancia, con los cambios de comportamiento de las instituciones de los países asociados, que han hecho propia la metodología e incluso han convertido a estas instituciones en participes de la toma de decisiones sobre el patrimonio.

La crisis económica de la primera década del siglo XXI, nos ha obligado a reflexionar acerca de qué hacer con los fondos de la Cooperación Española plasmando los objetivos replanteados a través de los Planes Directores (el último vigente comprende el periodo 2013-2016) para concentrar las acciones y obtener resul-tados más eficientes. Así, después de 25 años de poner la meto-dología “Aprender - Haciendo” a disposición de las instituciones locales, se ha pactado con los socios de las Escuelas Taller una reti-rada de la AECID siempre que se garantice su sustentabilidad. Sin embargo, la ayuda se está abriendo en otros campos, apoyando

iniciativas que parten del proyecto de la Escuela Taller pero se desarrollan en otras esferas, como es el caso de Nicaragua, donde se está planteando abordar la seguridad ciudadana enfocada al sector de jóvenes con entornos pandilleros.

La actual hoja de ruta de la Cooperación Española se enfoca en:

Apoyar los Programas Nacionales de Escuelas Taller como una manera de fluir en la formación técnico profesional, buscando homogenizar resultados, administración, gestión y básicamente unificar la visión por país del programa.Promover la comunicación de todo lo logrado en las Escuelas Taller durante todo este tiempo, para evitar la repetición de procesos, creando espacios de coordinación y de intercambio de información, tal y como constituye la RED de Escuelas Taller de América Latina que hoy está en operación.Identificar oportunidades de cooperación con nuevos socios, tanto nacionales como internacionales, que puedan compartir esta tarea.

Lo comentado hasta ahora es un panorama general de la infor-mación vertida en la publicación mencionada al inicio, las cual está disponible en línea en la página de la RED de Escuelas Taller de América Latina: http://redescuelastaller.com/descargas/

“Los resultados del Programa de Escuelas Taller dentro

del desarrollo son constatables en un primer nivel a

través del número de jóvenes que completan su edu-

cación, [...] y en una segunda instancia, con los cam-

bios de comportamiento de las instituciones de los

países asociados [...]”

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“Desafíos para el financiamiento en experiencias comunitarias

de Escuelas Taller”

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La semilla de la RED de Escuelas Taller de América Latina plantada en diciembre de 2012, en Cuba, y que tuvo su primer florecimiento en Santiago de Chile, en mayo de

2013, seguido de un encuentro subregional Sur - Sur, hoy se consolida con el desarrollo del Segundo Encuentro de Escuelas Taller en la ciudad de Puebla, México.

Chile está viviendo en estos momentos un cambio cultural impor-tante en cuanto al tema del patrimonio, el cual se ha instalado en la agenda pública con fuerza, permitiendo generar modelos de aprendizaje donde conviven la población local y migrante de distintos estratos sociales y edades.

Nuestra Escuela tiene un carácter comunitario y aunque no nació bajo el alero de la Agencia de Cooperación Española, reconoce-mos la influencia que ejerció en nosotros la primera Escuela Taller implantada en Santiago de Chile, la cual empezó a funcionar en el año 1991 y cerró sus puertas en 1994. Desde entonces Chile ha madurado su posición respecto al rescate de su patrimonio y hoy

día tiene adoptado un ciclo nuevo que hizo posible la creación de la Escuela Taller, dentro del contexto del barrio fundacional de Yungay al centro de Santiago, declarado como “patrimonial” en el marco de la legislación vigente.

Con esta acción, los habitantes se hicieron cargo de su historia fundando una organización ciudadana llamada “Vecinos por la Defensa del Barrio de Yungay” conformada por personas de todas las clases sociales, quienes consideraron importante defender su territorio de la especulación o “barbarie” inmobiliaria que estaba destruyendo lugares completos de la ciudad, amén de otros fenó-menos destructivos como los incendios.

JOSÉ

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DIRECTOR DE LA ESCUELA TALLER DE ARTES Y OFICIOS “FERMÍN VIVACETA”, CHILE

Osorio Cubillos

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“[...] los habitantes se hicieron cargo de su historia fun-

dando una organización ciudadana llamada “Vecinos

por la Defensa del Barrio de Yungay” conformada por

personas de todas las clases sociales, quienes considera-

ron importante defender su territorio de la especulación o

“barbarie” inmobiliaria [...]”

Las tres características del Barrio de Yungay que lo constituyen como patrimonio (una arquitec-tura con 176 años de historia, la expresión cultural de la herencia de la población migrante y el modelo de asociatividad que desarrolla una forma especial del entorno) fueron los fundamentos que dieron sustento a la declaratoria como “Barrio patrimonial” hecha en el año 2009, la cual permitió desarrollar un plan de gestión que incluyó un área de formación y la consiguiente creación de la Escuela Taller. Este hecho, también se vio acelerado por la coyuntura del terremoto acaecido en febrero de 2010, que hizo necesaria idear una estrategia para disminuir el riesgo sobre los edificios que podían ser echados eventualmente abajo por las autoridades.

Es así como en abril de 2010, con la firma de una serie de compromisos ante diversas institucio-nes y el Barrio, se echó andar esta experiencia con el objetivo de recuperar inmuebles en zonas patrimoniales que tuvieran presentes, dentro sus sistemas constructivos, a la tierra, la madera, la ornamentación en su diversidad y los sistemas eléctricos defectuosos. Desde entonces, han pasado 17 promociones, donde hemos contado con cerca de 500 estudiantes y se han desarro-llado talleres breves, donde han asistido al menos 300 participantes. También se han progra-mado pasantías en otras Escuelas Taller de América Latina para asimilar mejor los procesos.

El modelo generado ha permitido capacitar a funcionarios y trabajadores de diversas instancias públicas para actualizarlos en el cambio cultural ocurrido recientemente, pues hasta hace pocos años los temas patrimoniales no eran familiares ni siquiera en las matrículas de las universida-des, por lo que existe un déficit de conocimiento que impacta en la evaluación a propósito de los desastres naturales a los que está expuesto de manera permanente nuestro país. El esfuerzo de la Escuela Taller fue reconocido con el Premio de Gestión de la Municipalidad de Santiago, en diciembre de 2014.

A partir del marco desarrollado en Santiago, hemos tratado de colaborar en otros sectores del país a través de cursos, capacitaciones, talleres, etc. para tratar de avanzar en el tema de autogestión con un Sistema Nacional de Escuelas Taller. Se ha trabajado para incubar escue-las en La Serena (junio 2012), en Cerro Monjas (junio 2013) en Valparaíso y Viña del Mar, en Antofagasta (marzo 2015) y últimamente hemos conseguido financiamiento para una iniciativa en Aysen, a 1,500 km al sur de Santiago.

126

En el “Aprender - Haciendo” hemos intervenido alrededor de 30 inmuebles, no de manera total sino parcial por cuestiones de financiamiento. Muchos de estos espacios se han recuperado para beneficio de la comunidad empleando un esquema donde los propietarios compran los materia-les y la Escuela Taller genera prácticas de aprendizaje dentro de los mismos inmuebles.

Nuestra estructura de financiamiento ha correspondido a la experiencia como programa formativo de la Fundación creada en defensa del barrio, a la cual hemos implementado otros instrumentos para obtener recursos como la creación de un Organismo Técnico de Capacitación (OTEC), así como una segunda fundación que se va a hacer cargo de un tema con el Ministerio del Trabajo. También se ha llevado a cabo la postulación a todos los fondos públicos que existen en el país, enganchando con temas de seguridad, innovación, emprendimiento, cultura, etc., la alianza con otras instituciones y el convenio con otros municipios que han empezado a ver esto como un tema importante en sus espacios.

La salida estratégica en materia económica que nosotros prevemos es:El apoyo al emprendimiento de estudiantes y a la misma Escuela Taller, donde ya creamos una cooperativa de trabajo que funciona como unidad productiva para la captación de recursos a través de la obra.Las ofertas de trabajo gestionadas a través de la RED de Escuelas Taller.La postulación a fondos internacionales en alianza con otras Escuelas.

Resumiendo, el modelo implementado y aquí expuesto es nuestra idea de un círculo virtuoso en la gestión del patrimonio, donde la sociedad civil, con cierto nivel de organización, for-mula una iniciativa que debe encontrar el apoyo de la institucionalidad pública nacional y redundar en modelos de emprendimiento.

“También se ha llevado a cabo la postulación a todos los

fondos públicos que existen en el país, enganchando con

temas de seguridad, innovación, emprendimiento, cultura,

etc., la alianza con otras instituciones y el convenio con otros

municipios que han empezado a ver esto como un tema

importante en sus espacios.”

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en torno al Patrimonioy la Juventud

Conclusiones del Segundo Encuentro de Restauración

Reflexiones

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Fomentar entre los miembros la actualización de la base de datos con la información de contacto, la oferta educativa, las formas de financiamiento con las que operan y los proyec-tos realizados, a fin de favorecer el intercambio de información.Difundir las noticias e iniciativas que proporcionen cada una de las Escuelas Taller, así como testimonios de los alumnos sobre su patrimonio y qué tareas están realizando para conservarlo.Definir los estatutos de la integración de los miembros de la RED, donde se establezca la duración de la Coordinación Técnica y la periodicidad de los encuentros.Desarrollar los manuales de operación de cada uno de sus programas.Promover la conformación de subredes por país que haga más fácil la gestión.Difundir como base del modelo el manual de Escuelas Taller de la AECID.Involucrar a la OCPM (Organización de Ciudades Patrimonio Mundial) para incentivar la creación de Escuelas Taller, haciéndola partícipe de las reuniones y encuentros de los miembros de la Coordinación Técnica de la RED.Crear la Bienal de Escuelas Taller de Latinoamérica, foro donde se premien los proyectos de mayor impacto social, innovación técnica, destacada trayectoria profesional y académica, entre otras nominaciones.Crear una base de datos de los alumnos egresados de la Escuela Taller y difundirla a través de un apartado especial de la página web de la RED, donde además se publiquen notas destacadas de desarrollo profesional de los exalumnos, así como oportunidades de capaci-tación posterior u ofertas de trabajo.Generar los espacios de participación de las Escuelas Taller dentro de una feria internacio-nal de oficios, así como en la feria inmobiliaria patrimonial.Colgar en la página web de la RED un apartado documental con temas de patrimonio y educación desarrollados por las Escuelas Taller.

Desde su creación en el año 2013, la RED de Escuelas Taller de América Latina ha operado como un ente institucional donde las Escuelas Taller pueden compartir los resultados de los modelos implantados en cada lugar, haciendo énfasis en los desafíos enfrentados, las rutas elegidas y los pros y contras de haber tomado determinadas decisiones.

Hoy, el Segundo Encuentro de Restauración, Escuelas Taller y su Ámbito de Acción, es el resul-tado mayor de la gestión realizada por la Coordinación de la Secretaría Técnica entre los años 2013 – 2015. La tarea sin embargo, no está finalizada y continúa, tal y como lo expresaron los participantes del Encuentro, que en base a su experiencia y necesidades, proponen las siguientes acciones que debería implementar la RED:

Buscar programas de subvención internacionales para la creación o continuidad de Escue-las Taller y difundirla entre los miembros.Formalizar la participación de las Escuelas Taller en programas de financiamiento ante organismos internacionales.Crear un grupo de emergencia para atender a las comunidades ante la emergencia de desastres naturales, siempre que se requiera apoyo técnico para llevar a cabo tareas de consolidación de estructuras patrimoniales.Potencializar el intercambio de conocimientos adquiridos, en base a la experiencia de la práctica del oficio, gestionando el intercambio de monitores entre las Escuelas Taller, que incluya la publicación de los resultados.Conformar un fondo económico para financiar los programas de la RED.Crear un programa anual que calendarice actividades a desarrollar en todas las institucio-nes simultáneamente, como video conferencias o cursos a distancia.

TEMA 1

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LA RED DE ESCUELAS TALLER DE AMÉRICA LATINA

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Durante las jornadas de trabajo los participantes consideraron que dentro de las políticas de las Escuelas Taller se debe considerar que:

El patrimonio cultural constituye un elemento identitario de cada comunidad y su conservación es prioritaria para mantener la cohesión de un determinado grupo social. El patrimonio cultural fomenta el progreso y desarrollo en el mundo contemporáneo al explicar quiénes somos y hacia dónde vamos.Dentro de la conservación del patrimonio cultural, los alumnos de las Escuelas Taller juegan un papel importante porque apoyan a la recuperación material del entorno y con ello, a la calidad de vida de los habitantes del espacio urbano, quienes lo viven día a día.Las Escuelas Taller son un proyecto de experiencia comprobada, que atiende en su mayoría a jóvenes con escasas oportunidad de empleo o educación, instruyéndolos en un oficio tradicional para que a corto plazo puedan autoemplearse y superar los límites de su condición marginada, obteniendo además un sentido de apropiación y pertenencia a un grupo y lugar. Dentro de las Escuelas Taller, la juventud representa la semilla del futuro sembrada con los conocimientos ancestrales, permitiendo la vinculación entre diferentes generaciones, lo que fortalece su continuidad. En otras palabras, la juventud pone la energía para conservar el patrimonio e identidad.Bajo el método de “Aprender - Haciendo”, que involucra la teoría de la conservación con la práctica directa del oficio, los jóvenes realizan un cambio de actitud positiva, revalorando la opinión sobre ellos mismos, convirtiéndose en agentes protectores de su herencia y promotores del cambio social. La fase de capacitación conduce a los alumnos hacia un empoderamiento de su persona, al hacerlos capaces de ejercer un oficio con destreza, eficiencia y prontitud. Además, su participación en el patrimonio arquitectónico los hace partícipes de la historia del monumento, añadiendo un doble valor a su sentido de pertenencia.

TEMA 3

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DIRECTRICES DE LAS ESCUELAS TALLER

Sobre la organización de encuentros como el aquí realizado, los participantes reconocieron la importancia de llevarlos a cabo para que directivos, monitores y alumnos, puedan compartir conocimientos, experiencias de gestión, sistemas de enseñanza, técnicas de trabajo, áreas con debilidades o problemas, características de los alumnos, nuevas prácticas y en general apoyos concretos a iniciativas que no son comunes en todas las regiones .

En las reuniones se buscan además, encontrar puntos comunes entre las Escuelas Taller, no a través de una homologación del modelo, si bajo una línea base de operación, lo que fortalece la operación de la RED bajo los principios de la conservación del patrimonio y la capacitación de la juventud. El encuentro favorece además la creación de lazos de fraterni-dad entre los pueblos y refuerza el sentimiento de familiaridad y pertenencia de todos los participantes iberoamericanos en el proyecto de Escuelas Taller, por lo que su programación no debe exceder un plazo mayor a dos años.

TEMA 2

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LA REUNIÓN DE ESCUELAS TALLER DE LATINOAMÉRICA

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Orientar la ubicación de las instituciones de nueva creación hacia las comunidades rura-les, llevando la capacitación a los lugares donde no existe otra posibilidad de educación o si es el caso, promover apoyos adicionales de los gobiernos para que jóvenes de zonas remotas puedan capacitarse en oficios tradicionales, con el compromiso de regresar a sus lugares de origen y permanecer por un lapso de tiempo que permita la difusión del cono-cimiento adquirido entre sus coterráneos. Dentro del ámbito urbano y tras la resolución de un conflicto armado, las Escuelas Taller son una oportunidad de desarrollo para las comunidades que han vivido situaciones complicadas, ofreciéndolas como parte de los programa de regeneración social. Dentro de estos nuevos proyectos se deberán identificar claramente las características patrimoniales y las necesidades laborales de su pretendido emplazamiento, a fin de conseguir una ruta exitosa de formación. Implementar un mayor número de actividades de difusión del patrimonio cultural en todas sus vertientes (tangible e intangible), promoviendo por ejemplo, talleres demos-trativos de los oficios impartidos, a fin de que la sociedad se involucre con la Escuela Taller, reconociendo el valor, la importancia y dignidad de sus integrantes, así como del aprendizaje adquirido.Las administraciones de la Ciudades Patrimonio Mundial deben promover la formación de personal especializado en tareas de conservación, tanto en universidades como a nivel técnico, como parte de las acciones para la salvaguarda de la imagen urbana. De esta manera, se garantiza el empleo de mano de obra calificada en los centros históri-cos y la toma de conciencia colectiva sobre la denominación de la UNESCO vinculada al cuidado del patrimonio. Las Escuelas Taller, por la calidad de su enseñanza, son candidatas ideales para ocupar esta posición y fungir además como entes críticos de las intervenciones realizadas sobre los inmuebles de carácter patrimonial, emitiendo opi-nión sobre una mayor regulación por parte de las autoridades (moción propuesta por la Coordinación de la RED de Escuelas Taller de América Latina, en la XII reunión de la OCPM, realizada en Cusco, Perú, en noviembre de 2015).

Para muchos jóvenes, en edad de adquirir herramientas estratégicas de vida, las Escue-las Taller representan mucho más que instituciones educativas, son el lugar especial donde sentirse contentos, vivos e importantes. Las Escuelas Taller “restauran vidas” con modelos de calidad, trabajo y “alegría”, por tanto, constituyen una alternativa a los problemas sociales que afectan a los sectores más vulnerables, impactando realmente en la conservación de toda una comunidad.Con la colaboración de múltiples voluntades, las instituciones de este tipo aprovechan y enfocan la voluntad política para divulgar los valores del patrimonio como fuentes potenciales de desarrollo humano y económico, gestionando proyectos que involucran la participación y beneficio de la ciudadanía, preponderando los valores históricos como prioridad frente a los valores de uso y especulación. Los recursos económicos necesarios para su operación no deben verse nunca como un gasto, sino como una inversión, pues a través de las Escuelas Taller se resuelven problemas sociales y se recuperan espacios comunitarios, lo que beneficia a las sociedades de los centros de población donde operan. Las Escuelas Taller son una propuesta para poner en valor a las ciudades y sus habitantes.

A través del Segundo Encuentro quedó de manifiesto el éxito del programa de las Escuelas Taller en América Latina, pero todas las instituciones coincidieron en que podría ampliarse la perspectiva de algunas áreas de participación como:

Abrir sus posibilidades de enseñanza a las comunidades indígenas, a fin de contribuir a la preservación de las técnicas tradicionales de elaboración de artesanías que, por el fenómeno de la globalización, se están perdiendo. Las manifestaciones del patrimonio inmaterial, como la danza, la música y la gastronomía, también deben ser vistas como una instrucción complementaria que ponga en evidencia su importancia dentro de las prácticas comunitarias.

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En base al intercambio de experiencias, los participantes del Encuentro sugirieron diversas actividades a desarrollar durante la próxima reunión bienal, la cual fue votada para desa-rrollarse en Colombia, en el año 2017. Algunas de las propuestas son:

1. Escoger un tema monográfico sobre el cual giren todas las conferencias y actividades como:Aspectos técnicos en la ejecución y recuperación de los sistemas constructivos tradicionales.Seguimiento de los graduados, sobre su inserción laboral, proponiendo políticas para la utilización de esa fuerza potencial en constante incremento, así como la vinculación con programas de continuidad educativa. Los exalumnos serían los principales exponentes.Problemas de funcionamiento y soluciones.Conservación del patrimonio contemporáneo a la par del patrimonio histórico.Nuevos enfoques de los oficios tradicionales hacia la utilización de materiales reci-clables o amigables con el medio ambiente.Enseñanza de oficios no arquitectónicos como la cocina, la música o los textiles, donde se inserten a portadores directos de la tradición.Estrategias de financiamiento para el arranque de proyectos y su continuidad, pre-ponderando el contexto social y político (conflictos políticos y armados).Visitar las obras en ejecución realizadas por los alumnos de la Escuela Taller anfitriona.

TEMA 4

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LOS CONTENIDOS A TRATAR EN LA CUMBRE DE COLOMBIA 2017

Para obtener un doble beneficio de la capacitación, hace falta hacer partícipes a los padres de familia de los jóvenes, involucrándolos en los oficios adquiridos por sus hijos, generando nuevos esquemas de financiamiento con la creación de microempresas familiares o comunitarias. En este proceso las Escuelas Taller podrían promover ante las administraciones locales, la inclusión de sus egresados dentro de programas de primer empleo o de apoyo a pequeños empresarios; esta última gestión favorecería el cumpli-miento del objetivo primario del modelo escolar, que es el autoempleo.En cuanto al financiamiento, inicialmente subvencionarse para concretar su operación con apoyos de programas de desarrollo como los que, desde hace muchos años, ha ope-rado la Agencia Española de Cooperación Internacional. Para lograr el desarrollo, sin embargo, es tarea de las instituciones promover la valoración del modelo de las Escuelas Taller, ante los gobiernos locales y la sociedad en su conjunto, a fin de buscar una auto-gestión con recursos nacionales que demuestren la toma de conciencia de la importancia que tiene el proyecto para el desarrollo de las comunidades donde se insertan. A nivel académico, las Escuelas Taller enfrentan diversos retos para cumplir con su misión. La deserción estudiantil es un fenómeno que se repite a lo largo de Latinoa-mérica, por situaciones derivadas del entorno social donde habitan los alumnos. Es necesario implementar nuevos análisis del perfil de los aspirantes, a través de personal psicopedagógico que determine la viabilidad de su integración al programa e idee estra-tegias para promover un cambio de actitud proactiva que impida el abandono escolar. El seguimiento de los alumnos requiere que en muchas ocasiones sea individualizado para inducir a la permanencia en el estudio hasta la conclusión, así como promover la reva-lorización de las circunstancias particulares que promuevan la reinserción de los alum-nos dados de baja. Las Escuelas Taller también deben ser flexibles en la adaptación del programa curricular a las circunstancias que imperen en la obra que se interviene, pero manteniendo un adecuado equilibrio entre la formación académica y la práctica laboral.Finalmente como parte de su labor social, implementar la inclusión de personas con alguna discapacidad física, para que los beneficios que conlleva la capacitación en la conservación del patrimonio sean globales.

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Anexo

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Impreso y hecho en México, 2015