armatambo, valle de lima

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BOLETÍN DE ARQUEOLOGÍA PUCP, N.° 6, 2002, 355-374 NOTAS ARMATAMBO Y EL DOMINIO INCAICO EN EL VALLE DE LIMA Luisa Díaz* y Francisco Vallejo** Resumen Armatambo es uno de los pocos sitios de gran extensión del área de Lima que en las dos últimas décadas ha sufrido mayores modificaciones debido al crecimiento de la ciudad y del que arqueológicamente es poco lo que se sabe. El conocimiento sobre este centro urbano ha estado mayoritariamente restringido a las notas de viajeros del siglo XIX y a las fuentes históricas. Estas últimas mencionan que Armatambo constituyó un centro urbano muy importante en el esquema organizativo de la costa central durante la época inca y que llegó a alcanzar la categoría de hunu. De hecho, recientes investigaciones de los autores en la Huaca San Pedro —uno de los edificios de Armatambo— han podido complementar la información obtenida en tempora- das anteriores y han evidenciado la intensa ocupación incaica en el sitio. Esta se manifiesta en los grandes cambios que se dan en la arquitectura ichma, en las nuevas formas de organización y uso del espacio, así como en la aparición de cambios en el patrón funerario y la incorporación de nuevas formas cerámicas. Abstract Armatambo is one of the far major sites in the sorroundings of Lima wich suffered from severe destruction due to urban expansion. Therefore it is archaeologically poorly known, mostly through notes published by travellers from the nineteenth century and from early historical sources. The latter documents mention that Armatambo was an important urban center in the central coast during Inca times and reached the category of hunu. In fact, due to recent record made by the authors in the San Pedro Huaca, one of the monumental buildings at Armatambo, complemented early interpretations and showed intense Inca ocupation. Great changes ocurred in the Ichma architecture showing new architectural forms and use of space, as well as changes in funerary pattern and new ceramic forms. 1. Armatambo en el esquema organizativo incaico El conjunto arqueológico de Armatambo, ubicado en la margen izquierda del valle bajo del Rímac, se asienta sobre la falda este del Morro Solar, en el distrito de Chorrillos, departamento de Lima. Es este macizo rocoso, que se erige como una gran elevación costera aislada, el que otorga las condiciones especiales al sitio. Desde allí, se encontraba protegida de los vientos del litoral cercano y se lograba una buena visibilidad del santuario de Pachacamac y sus islas, ubicados hacia el suroeste (Fig. 1). En la actualidad, Armatambo constituye uno de los sitios arqueológicos del valle de Lima de mayor extensión y complejidad, manifestación de su gran dinámica asociada al funcionamiento del canal de Surco, que se dirigía hacia él y regaba sus alrededores. Armatambo constituía uno de los sitios de mayor importancia en el valle de Lima al momento de la ocupación incaica hacia mediados del siglo XV. Allí los incas ampliaron sus estructuras, in- * Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Facultad de Ciencias Sociales. E-mail: [email protected] ** Jr. Camaná 233, Dpto. A. Chorrillos. E-mail: [email protected]

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relatos historicos del valle de lima

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  • 355ARMATAMBO Y EL DOMINIO INCAICO EN EL VALLE DE LIMABOLETN DE ARQUEOLOGA PUCP, N. 6, 2002, 355-374

    NOTAS

    ARMATAMBO Y EL DOMINIO INCAICO EN EL VALLE DE LIMA

    Luisa Daz* y Francisco Vallejo**

    Resumen

    Armatambo es uno de los pocos sitios de gran extensin del rea de Lima que en las dos ltimasdcadas ha sufrido mayores modificaciones debido al crecimiento de la ciudad y del que arqueolgicamente espoco lo que se sabe. El conocimiento sobre este centro urbano ha estado mayoritariamente restringido a lasnotas de viajeros del siglo XIX y a las fuentes histricas. Estas ltimas mencionan que Armatambo constituyun centro urbano muy importante en el esquema organizativo de la costa central durante la poca inca y quelleg a alcanzar la categora de hunu. De hecho, recientes investigaciones de los autores en la Huaca SanPedro uno de los edificios de Armatambo han podido complementar la informacin obtenida en tempora-das anteriores y han evidenciado la intensa ocupacin incaica en el sitio. Esta se manifiesta en los grandescambios que se dan en la arquitectura ichma, en las nuevas formas de organizacin y uso del espacio, ascomo en la aparicin de cambios en el patrn funerario y la incorporacin de nuevas formas cermicas.

    Abstract

    Armatambo is one of the far major sites in the sorroundings of Lima wich suffered from severedestruction due to urban expansion. Therefore it is archaeologically poorly known, mostly through notespublished by travellers from the nineteenth century and from early historical sources. The latter documentsmention that Armatambo was an important urban center in the central coast during Inca times and reached thecategory of hunu. In fact, due to recent record made by the authors in the San Pedro Huaca, one of themonumental buildings at Armatambo, complemented early interpretations and showed intense Inca ocupation.Great changes ocurred in the Ichma architecture showing new architectural forms and use of space, as well aschanges in funerary pattern and new ceramic forms.

    1. Armatambo en el esquema organizativo incaico

    El conjunto arqueolgico de Armatambo, ubicado en la margen izquierda del valle bajo delRmac, se asienta sobre la falda este del Morro Solar, en el distrito de Chorrillos, departamento deLima. Es este macizo rocoso, que se erige como una gran elevacin costera aislada, el que otorga lascondiciones especiales al sitio. Desde all, se encontraba protegida de los vientos del litoral cercanoy se lograba una buena visibilidad del santuario de Pachacamac y sus islas, ubicados hacia elsuroeste (Fig. 1).

    En la actualidad, Armatambo constituye uno de los sitios arqueolgicos del valle de Lima demayor extensin y complejidad, manifestacin de su gran dinmica asociada al funcionamiento delcanal de Surco, que se diriga hacia l y regaba sus alrededores.

    Armatambo constitua uno de los sitios de mayor importancia en el valle de Lima al momentode la ocupacin incaica hacia mediados del siglo XV. All los incas ampliaron sus estructuras, in-

    * Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Facultad de Ciencias Sociales. E-mail: [email protected]** Jr. Caman 233, Dpto. A. Chorrillos. E-mail: [email protected]

  • LUISA DAZ Y FRANCISCO VALLEJO356

    Fig. 1. Plano de ubicacin del sitio de Armatam

    bo.

    O C E N O P A C F I C O

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    troduciendo nuevos modelos arquitectnicos o adecuando los existentes a las nuevas funciones.Se sabe, por las informaciones etnohistricas, que Armatambo fue tambin un punto importante enel esquema organizativo del gobierno incaico que se implement en la regin Ichma, otorgndole lacategora de hunu.

    El territorio bajo control de los incas fue dividido respectivamente en provincias o huamani,la mayor parte de ellas correspondiente a los territorios pertenecientes a las etnias locales existentesantes de la conquista inca. Para la regin Ichma correspondera la huamani de Pachacamac oprovincia de Pachacamac (Cornejo 2000). El licenciado Hernando de Santilln (1968 [1563]), sealabaque el Inca realiz una divisin de su tierra para tener mejor cuenta y as de cada 40.000 familias hizoun huamani, que significa provincia.

    Cobo (1956 [1653]) indicaba que en cada divisin territorial mayor o provincia se sealabaun pueblo como su cabeza, siendo ste enriquecido con fortalezas, templos, palacios y casa deescogidas, as como depsitos de almacenamiento para abastecerse. Igualmente haba en l untambo o posada real con mucha gente de servicio. En esta misma categora se seala a Pachacamacentre otros sitios de igual rango. En estas cabeceras de provincia tena su sede el tocrico o tucuyricuc,el cual contaba con el mximo de atribuciones, como la capacidad de condenar a muerte. La funcinde estas cabeceras de provincia fue muy importante porque, adems de ser sede de la alta burocraciaestatal y de las instancias mayores de gobierno local, era desde aqu que se difunda el modelocultural y religioso de los incas.

    La organizacin demogrfica de la poblacin bajo el sistema decimal que implantaron losincas corresponda a varias instancias de gobierno, entre las cuales se estableci como uno de losejes a los hunu o administraciones a cargo de 10.000 tributarios.1 Segn el cronista Hernando deSantilln: ...para el gobierno de un valle donde haba muchas guarangas, pona un seor sobretodos que llamaban Huno, el cual era gobernador sobre los curacas de pachaca y de guaranga yellos le obedecan como a seor. Y para las cosas tocantes al tributo del Inca y para ver si susmandatos y rgimen que el pona se guardaban, era sobre todos el Tocricoc; por manera que cadaindio obedeca al curaca de pachaca y el de pachaca al de guaranga y el de guaranga al Huno y todosal Tocricoc (Santilln 1968 [1563]).

    Al hunu tambin se le conoci como la chunga guaranga2 y su importancia fue decisiva enel esquema de gobierno inca, al grado que los cargos de hunucamayoc estaban reservados a miem-bros de la nobleza inca. El licenciado Falcn (1918 [1567]) indica al respecto que los cargos deapucuna y hunu no eran hereditarios, sino que el Inca los designaba. Los dems funcionarios eranjefes que los incas hallaron y dejaron a cargo en sus seoros. El rango social e importancia adminis-trativa de los hunucamayoc debi ser considerable dentro del imperio y, en especial, dentro de lajurisdiccin a su cargo;3 Guamn Poma (1993 [1615]) menciona que a los hunucuraca, llamados hunuapu por l, les era otorgado para su servicio personal alrededor de 30 mujeres y que tambin era suprivilegio usar una ...tiana de palo de medio codo, llanos y la boca de la tiana la tena pintado.

    El padre Cobo (1882 [1639]), al hacer la descripcin del valle de Lima antes de la llegada delos espaoles, sealaba que: ... dividase este valle, conforme al gobierno de los Reyes Incas, entres Unos, o gobernaciones de diez mil familias cada una; el pueblo de Caraguayllo era la cabeza dela primera, el de Maranga, que cae en medio del valle, de la segunda, y la tercera el de Surco.... Sesabe por informaciones de los cronistas, que una provincia incaica se basaba en una cuatriparticinde 40.000 tributarios, por lo que la llamada provincia de Pachacamac debi contar necesariamentecon cuatro hunu.

    El otro hunu perteneciente a la provincia de Pachacamac debi ser el de Ichma, ubicado enel valle de Lurn, del cual Rostworowski (1999) ha encontrado referencias etnohistricas. As, el

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    cuadro organizativo incaico para esta provincia quedara establecido en base a los tres principalesvalles bajos que comprendan la regin: el Chilln, el Rmac y el Lurn, adems del canal de Surcoque, dado el volumen de agua que transportaba (alrededor del 50% del caudal del Rmac (Tabla 1) yel nmero de tierras que serva (el 43% de las tierras cultivables del valle bajo del Rmac, Tabla 2), fuea menudo considerado como un valle aparte.

    Directamente debajo de la jerarqua de los hunu, y manteniendo la organizacin decimal, seencontraban 10 guaranga, cada una de las cuales comprenda agrupaciones de 1000 familias otributarios, lo que es equivalente a 10 pachaca, estas ltimas con agrupaciones de 100 familias cadauna. Falta an encontrar informacin etnohistrica que aclare cules eran las guaranga y las pachacasujetas a cada uno de los hunu de Maranga, Surco e Ichma en Lima y Lurn, para completar el cuadroorganizativo del Imperio Inca en esta regin de la costa central. Para el caso del hunu de Carahuaillose conoce ya informacin relacionada con la guaranga de Colli y sus 10 pachaca (Rostworowski1989: 36).

    Adems de la divisin demogrfica decimal y por subagrupaciones quinarias, se estableciuna subdivisin territorial por saya o parcialidades anexas conocidas como hanan (arriba) y hurin(abajo). Santilln (1968 [1563]) refiere que fue Topa Inca Yupangui quien realiz esta divisin adicio-nal de los valles o provincias. Cada parcialidad deba estar compuesta por sus ayllus, cada uno consus respectivos jefes o principales. Igualmente el padre Acosta (1940 [1590]) dice que en cadapueblo haba dos parcialidades llamadas Hanan Saya y Hurin Saya.

    Mara Rostworowski (1999), en documentos coloniales tempranos, encuentra esta mismasubdivisin de parcialidades indgenas todava vigente para la zona de Ichma o Pachacamac en elvalle bajo de Lurn,4 consignadas como Anan Ichma y Urin Ichma.

    2. Armatambo y la administracin incaica

    Queda claro que gran parte de la actividad imperial incaica estaba basada en la administra-cin y control de los caminos existentes, establecindose sitios claves en los puntos de interco-nexin entre ellos. Castro y Ortega Morejn (1974 [1558]), entre las informaciones que recogieron delos indgenas, resean que fue recin Tupac Inca Yupanqui quien mand construir el Capac am ocamino real, con sus posadas o tampus.

    De importancia fundamental en esta red de caminos fueron las ciudades por las cualesdiscurra y que formaban parte, a su vez ,del engranaje de gobierno y administracin del imperio. Esevidente que una serie de funcionarios estatales residan en estas localidades, variando su funciny su nmero, segn la relevancia y posicin de la localidad dentro del esquema territorial incaico. Enlas informaciones de Vaca de Castro (1920) se menciona al tambo camayoc como el oficial encargadode las hosteras estatales y al captra camayoc, como el encargado de los almacenes estatales.

    Tarea bsica de la red de caminos incaica fue la de interconectar a las principales poblacio-nes del imperio, especialmente a aquellas que se encontraban dentro del esquema organizativo delgobierno incaico, como las llamadas cabeceras de provincia o huamani y los hunu sujetos a ellas. Dehecho, sitios como Carahuaillo, Maranga y Armatambo fueron parte de la red vial del Capac am enla costa. La importancia social de estos sitios durante el periodo previo a la dominacin incaica y suubicacin geogrfica debieron influir decisivamente para que el camino incaico pasara por ellos, aligual que Pachacamac, que funcion como la huamani de la zona. Adems del camino principal oCapac an existieron otros caminos que enlazaban con l y que funcionaban como vas secunda-rias o de rango menor. Tenan la funcin de conectar todos los otros sitios aledaos con el caminoprincipal o tambin funcionaron por su ubicacin estratgica al servir de pasos geogrficos obli-gados.

  • 359ARMATAMBO Y EL DOMINIO INCAICO EN EL VALLE DE LIMA

    Dos de estos sitios han sido estudiados por los autores: La Rinconada, ubicado en elcamino secundario de comunicacin con la sierra por las quebradas, y Armatambo, situado cerca delcamino costero de los llanos o Capac am. La Rinconada corresponde a un sitio de ocupacinichma, reocupado intensamente durante el periodo incaico y asociado directamente con otros sitiosaledaos, como La Puruchuca, Puruchuco y Huaquerones, todos ellos con amplia y notoria ocupa-cin incaica y, al parecer, con rasgos de elitizacin social favorecida con los patrones culturalescuzqueos. En La Rinconada son de gran recurrencia los contextos funerarios del periodo incaico;como tal se ha convertido en una fuente importante de conocimiento de patrones funerarios yestilsticos.

    El centro urbano de Armatambo o Sulco, como antiguamente tambin era conocido, fue sinduda de gran importancia dentro de la sociedad Ichma a la cual perteneca, pues era uno de los sitiosde mayor envergadura relacionados con ella. Durante el periodo incaico, Armatambo fue modificadoconsiderablemente para adaptarse a las nuevas funciones que la administracin imperial cuzquearequera para el lugar, alcanzando su mximo apogeo y esplendor. Las excavaciones en un sector delsitio arrojaron, durante los trabajos, grandes acumulaciones de excremento de camlidos en mlti-ples estratos sucesivos de 60 a 80 centmetros de espesor y cubriendo una amplia zona, lo que

    Tabla 1. Distribucin de la dotacin de agua en el valle bajo del Rmac (Fuente: Memoria de la ComisionesTcnicas de Agua [1918]).

    Tabla 2. Distribucin de la tierra cultivable en el valle bajo del Rmac (Fuente: Memoria de las Comisio-nes Tcnicas de Agua [1918]).

    Valles (canales)

    Ate

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    Lurigancho

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    Porcentajes

    11,74%

    43,24%

    5,41%

    9,40%

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    7,70%

    17,6%

    100%

    Fanegadas

    826

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    379,5

    662,4

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    1236

    7002,90

    Dotacin o proporcin de agua

    50 riegos u 800 lt/seg.

    La mitad del agua del Rmac en la toma

    28 riegos o 448 lt/seg.

    Las 2/5 partes del agua en la toma

    La 1/4 parte del agua en la toma

    36 riegos o 576 lt/seg.

    El sobrante del agua del Rmac

    Canal

    Ate

    Surco

    Lurigancho

    Huatita

    Piedra Liza

    Bocanegra

    Magdalena, Maranga y La Legua

  • LUISA DAZ Y FRANCISCO VALLEJO360

    indicara la existencia de enormes corrales, destinados al manejo de las continuas caravanas decamlidos que circulaban por el camino incaico (Daz 1998).

    Cronistas espaoles que conocieron Armatambo, como el padre Bernab Cobo, indicabanla existencia de grandes huacas o templos, as como de la casa del curaca local, pintada con variasfiguras de animales: ...era este postrero pueblo el mayor de todos, y estaba asentado en la faldaoriental del Morro Solar, donde al presente permanecen sus ruinas y se echa de ver haber habido muygrande poblacin; vense las casas del Cacique con las paredes pintadas de varias figuras, una muysuntuosa guaca o templo y otros muchos edificios que todava estn en pie sin faltarles mas que lacubierta [...] a estos pueblos como cabeza de gobierno obedecan innumerables lugarejos de cortavecindad que haban en sus lmites de los cuales apenas queda memoria, ni an de los nombres quetenan ms que una infinidad de paredones y adoratorios que hay por todo el valle... (Cobo 1882[1639]).

    3. Los contextos arqueolgicos asociados con el periodo incaico

    3.1. La arquitectura

    En Armatambo, un sitio evidentemente complejo desde el punto de vista urbano por suextensin y diversidad de estructuras (Fig. 2), los registros estratigrficos obtenidos a travs de laexcavacin en rea de varias de estas estructuras no dejan duda de la superposicin de las tcnicasarquitectnicas en base al adobe rectangular sobre la tapia. Tomando este elemento bsico comopremisa y considerando la asociacin de estas tcnicas con otros materiales culturales respectiva-mente, ha sido posible definir claramente la relacin de cada una con los periodos inca o ichma,segn sea el caso.

    En la poca Ichma Tardo las tcnicas constructivas cambiaron radicalmente, pues se em-plearon con ms frecuencia los adobes paraleleppedos o adobes rectangulares del tipo incaico.Estos adobes son de varios tamaos, entre medianos y grandes, aunque su altura promedio fluctamayormente entre los 12 y 14 centmetros. Las improntas en estos adobes evidencian el uso de lagavera, mientras que siempre quedan en el lado superior del adobe huellas de manos producidas alemparejar el barro dentro de ella. A diferencia del adobe ichma, los adobes incas contienen algunasinclusiones en la mezcla arcillosa, como pequeas piedras, fragmentos de moluscos o pedazos decermica, aunque todos estos elementos aparecen en pequea proporcin.

    Edificios notables con este tipo de adobes son los de Pachacamac, como el Templo del Sol,el palacio de Tauri Chumpi y otros, entre los que destacan muchas de las pirmides con rampa queexisten en el sitio. En el valle de Lima, adems de Armatambo, donde este tipo de adobes fue usadoextensamente en muchas estructuras, estn los sitios (o sectores de stos) de Macattampu yLimatambo, reportados por Tello (1999). Es importante sealar que Tello haba ya definido las carac-tersticas del adobe rectangular de tipo incaico en sus trabajos sobre el valle de Lima, los cualesrecientemente se han podido llegar a conocer gracias a que la Universidad Nacional Mayor de SanMarcos ha publicado estos estudios que permanecan inditos.5

    Entre los edificios donde recurrentemente se ha empleado este tipo de adobe estn variasde las pirmides con rampa de Pachacamac, y una que recientemente ha sido excavada en Armatambo(Daz y Vallejo 2003a) (Fig. 3). De acuerdo con las evidencias, varios de estos edificios pertenecerancronolgicamente al periodo incaico, lo que, por cierto, es una afirmacin polmica, si se tiene encuenta que hasta el momento diversos investigadores los han asignado al Periodo Intermedio Tar-do. Los autores sostienen, en todo caso, que algunas interpretaciones en torno a la presenciaincaica en las pirmides con rampa deben ser revisadas y no considerarla slo secundaria o intrusivaen este tipo de edificios.

  • 361ARMATAMBO Y EL DOMINIO INCAICO EN EL VALLE DE LIMA

    Fig.

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  • LUISA DAZ Y FRANCISCO VALLEJO362

    Las pirmides con rampa constituyen un tipo de edificio prehispnico que evidencia unmodelo arquitectnico recurrente en la costa central peruana especialmente difundido en los vallesde Lurn y Rmac. El sitio donde se ha encontrado la mayor concentracin de pirmides con rampa esPachacamac en el valle de Lurn y es precisamente en este importante sitio arqueolgico donde se hapodido definir el modelo arquitectnico a partir de la excavacin de tres de ellas: las pirmides conrampa 1, 2 y 3 (Jimnez Borja 1985; Paredes y Franco 1987; Paredes 1988; Eeckhout 1995, 1999;Franco 1998), aunque la mayor parte de ellas permanecen inexploradas al presente, pues se contabi-lizan alrededor de 15 pirmides con rampa en el rea nuclear urbana de Pachacamac.

    Mucho se ha discutido sobre el carcter de estos edificios: cada investigador consideradiversas funciones, entre ceremoniales y receptoras de tributos; sin embargo, la ausencia de ele-mentos diagnsticos que certifiquen una funcin determinada y recurrente a todas las pirmidescon rampa hace que la funcin de stas sea por ahora un misterio. En el valle de Lima este modeloarquitectnico tambin habra gozado de amplia distribucin aunque, debido al avance urbano re-ciente, la mayora de estos edificios ha desaparecido. Se sabe, sin embargo, que se encontrabanpresentes en sitios como Huaquerones, en Ate, Maranga y Armatambo.

    Arquitectnicamente, las pirmides con rampa tienen un esquema distributivo que com-prende un patio delantero rectangular, en el que se ubica, en uno de sus extremos, una rampa deacceso al volumen piramidal. Esta rampa, por su volumen, debi ser el componente principal delconjunto. El volumen piramidal en s se encuentra definido por un segundo patio de menor tamao,pero de planta en U, orientado hacia el patio delantero y al cual se accede por una segunda rampa(Fig. 4). La segunda rampa es de menor tamao que la primera, lo mismo que el patio en U; sinembargo, su posicin y altura en el edificio hacen de estos elementos los de mayor importancia.

    Fig. 3. Armatambo SP1 (sector San Pedro). Pirmide con rampa.

  • 363ARMATAMBO Y EL DOMINIO INCAICO EN EL VALLE DE LIMA

    El eje dispuesto para ambas rampas constituye la orientacin general de estas pirmides, la que esvariable si se establecen comparaciones entre ellas, aunque predominan las que se orientan al Este y,en menor proporcin, hacia el Norte.

    En Armatambo, las pirmides con rampa identificadas a partir de la foto area de 1945(Servicio Aerofotogrfico Nacional [SAN]) (Fig. 5) demuestran este mismo patrn arquitectnico,manteniendo una orientacin bsica en todas hacia el Este, pero varan en las dimensiones, lo quepodra indicar algn tipo de jerarqua entre ellas.

    En el caso de la Pirmide con rampa de Armatambo SP-1, sta se encuentra orientada haciael Este, con una mampostera de adobes rectangulares, tpicos del periodo incaico en la costa cen-tral. Varios de los ambientes presentan un fino enlucido de barro arcilloso, as como una serie debanquetas que se ubican principalmente en el patio en U. Los pisos se encontraron igualmenteenlucidos y con una base elaborada mayormente a partir de adobes de forma cuadrangular. En elplaneamiento estructural de este edificio se aprecia la disposicin de algunos ambientes en diferen-tes niveles, a los cuales se descenda por escaleras elaboradas igualmente en adobes. En el patio enU, definitivamente el rea central y de mayor jerarqua del edificio, se hallaron roturas del piso, lascuales mantenan un patrn lineal y paralelo con los muros norte y sur, lo que indicara la colocacinde postes o columnas con el objeto de sostener un techo de gran dimensin que cubriera todo elpatio. Hacia el lado oeste, en el eje de las roturas del piso, se ubicaba un acceso hacia un ambienteposterior; el vano de acceso estaba finamente enlucido con una grada elaborada en adobes y con unpeldao trabajado en madera. El muro que contena este vano tena un grosor de 90 centmetros.

    Fig. 4. Armatambo SP1 (sector San Pedro). Rampa de acceso al patio en U.

  • LUISA DAZ Y FRANCISCO VALLEJO364

    Los pisos se encontraron por lo general limpios y con muy pocas evidencias de la funcindesarrollada sobre ellos, salvo en uno de los ambientes que presentaba seis capas superpuestas yque contena gruesas adherencias de restos orgnicos y deshechos de actividad textil, como variasagujas rotas y diversos tipos de hilos. En varios de los muros de este edificio han sido halladosgraffiti, siempre ejecutados sobre muros previamente enlucidos. Algunos muros no mostrabanhuellas de abandono o desgaste, en cambio se encontraban en muy buen estado de conservacin,lo que descarta que estos graffiti hayan sido hechos en momentos de abandono o deterioro. Esdifcil precisar si los graffiti fueron ejecutados como parte de alguna prctica ritual, o al momentode clausura y relleno del edificio. Los mismos motivos dejan poco espacio para hiptesis, dadoque se componen de diseos de orden geomtrico como crculos u hoyos y tringulos. Otrospueden interpretarse como una representacin zoomorfa o fitomorfa, destacando el diseo de unanimal, al parecer una hormiga, as como el de dos cuadrpedos muy estilizados y el de una planta demaz (Fig. 6).

    3.2. Los murales

    Recientemente, dentro de las excavaciones que se desarrollan en Armatambo, se ha descu-bierto un recinto de 2,5 metros de largo por 1,5 metros de ancho, decorado con pinturas murales (Fig.7), muy similares en estilo y tcnica a las halladas en Pachacamac. Este recinto se compone de cuatromuros perimtricos y de una escalinata de ingreso elaborada en adobes rectangulares o paraleppedosde 34 por 24 y 14 centmetros en promedio. La orientacin bsica de los muros del recinto es Norte-Sur y Este-Oeste. La escalinata hace su ingreso al recinto desde el lado este del mismo y se divide asu vez en dos secciones: la primera seccin, orientada de Este a Oeste, est compuesta por cuatropeldaos; la segunda seccin, donde dobla la escalinata, se orienta de Sur a Norte y se compone deun peldao que se conecta con una pequea rampa, la misma que se prolonga hasta el piso delrecinto.

    Fig. 5. Armatambo. Foto area de la Pirmide con rampa (sector Marcavilca).

  • 365ARMATAMBO Y EL DOMINIO INCAICO EN EL VALLE DE LIMA

    Este recinto presenta caractersticas intrusivas en el terreno, ubicndose al interior de otrorecinto ms antiguo (Recinto 1-O7), conformado por muros de tapial del tipo Ichma, el cual fuepreviamente rellenado. Estructuralmente, el recinto de los murales (Recinto 2-O7) es de poca elabo-racin, pues los muros Este, Sur y Oeste, que han sido elaborados en adobes rectangulares, presen-tan una sola hilera de adobes dispuestos en soga, y aunque stos se encuentran unidos por unaargamasa de barro arcilloso, el hecho de apoyarse directamente en el relleno adyacente hizo que elrecinto tuviera poca estabilidad. El lado norte del recinto utiliz directamente el muro anterior detapial preexistente, lo que resulta bastante incongruente con la decoracin pictrica de sus paredes,pues otros muros de mejor factura estructural hallados en otros sectores apenas presentan unenlucido de barro sin mayor decoracin adicional.

    Las pinturas murales de este recinto muestran motivos de peces y de plantas de maz, stasltimas representadas enteras y dentro de paneles rectangulares que les sirven de marco. Algunosde estos paneles fueron remarcados, no con lneas negras, sino con un tono ms oscuro del colorexistente en el mismo panel. Los colores empleados en los diseos principales fueron el amarillo,rojo, negro y verde. El Muro Este, donde se ubicaban los diseos de plantas de maz, presentabaadicionalmente una hornacina rectangular. Es preciso destacar que existieron varias capas de enlu-cido y pintado de los muros del recinto, percibindose al menos tres momentos superpuestos dedesarrollo de las pinturas murales. La ltima capa de pintura, al parecer, fue de un solo color, utilizan-do para este fin el celeste claro. Cabe destacar que aunque el estilo de estas ornamentaciones depeces corresponda al estilo Ichma, el recinto en s es de la poca inca, lo que habla de una mixtura deambos estilos en Armatambo.

    Dado que este recinto se concibi para que fuera de disposicin semisubterrnea, se acon-dicion una escalinata en su ingreso por donde se poda descender a su interior. Por las evidenciashalladas al momento de la excavacin, los muros laterales a la escalinata fueron a su vez decoradoscon pinturas murales, los que estaban, lamentablemente, en mal estado de conservacin. Todoparece indicar que el recinto fue dejado a la intemperie por un tiempo prolongado, pues se hanhallado evidencias de desgaste y erosin por efecto de la humedad y de las lluvias que ocasional-mente se producen en esta zona.

    La funcin original del recinto pintado en Armatambo permanece sin aclarar, aunque esprobable que se relacione con elementos rituales o de culto. Se incorporan aqu motivos de tpicoestilo Ichma, como los peces representados, y motivos del estilo Inca, como los maces (Fig. 8). Estemismo motivo de maces, ubicados dentro de paneles, tambin se le encuentra en vasos de cermicaincaica del tipo kero, hallados tanto en Pachacamac como Armatambo (Fig. 9, cf. Eeckhout 1995: 95).La importancia de este recinto reside adems en el hallazgo de pequeos textiles finamente decora-dos del estilo Inca en su relleno, as como un fragmento pequeo de oro, ambos como remanentes delo que en algn momento hubo en su interior. Ofrendas adicionales de valvas de Spondylus fuerontambin depositadas en los lados externos del recinto, lo cual aumenta el valor ritual o simblico delmismo.

    Aunque pocos murales prehispnicos se han conservado, parece que en la poca de fun-cionamiento de las principales estructuras indgenas fueron a menudo empleados como tcnicaornamental o de representacin simblica en muchos de sus edificios y todo indica que estos seutilizaron como tcnica decorativa en muchos de sus principales edificios durante el periodo incaico.Algunos cronistas espaoles de los siglos XVI y XVII han dejado testimonio de varios de ellos,especialmente de los que se encontraban en las ciudades costeras. Cieza de Len (1947 [1553]), unode los cronistas con mayor rigor documental, apuntaba sobre el gran Templo del Sol en Pachacamac:6...el cual estaba edificado sobre un pequeo cerro hecho a mano, todo de adobes y de tierra, y enlo alto puesto el edificio, comenzando desde lo bajo, y tena muchas puertas, pintadas ellas y lasparedes con figuras de animales fieros.

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    Tambin el padre Bernab Cobo (1882 [1639]), importante cronista de la ciudad de Lima y demuchas de las costumbres indgenas, reseaba lo que el pudo ver en Armatambo: ... se echa de verhaber habido muy grande poblacin; vense las casas del Cacique con las paredes pintadas de variasfiguras, una muy suntuosa guaca o templo y otros muchos edificios que todava estn en pie sinfaltarles mas que la cubierta....

    Es claro que muchos de estos murales desaparecieron con el paso del tiempo, sea por elclima hmedo de Lima como por la funesta accin de los buscadores de tesoros que constantementeexcavaban las numerosas huacas de Lima y Pachacamac. En Armatambo, Bandelier (Hyslop y Mujica1992) hall un gran friso polcromo con la representacin de elementos zoomorfos muy estilizados,que en lneas generales presentaban un tratamiento geomtrico, muy similar al que se plasmaba enlos textiles. Los detalles de este hallazgo an permanecen inditos en los diarios de campo deBandelier, pero definitivamente redunda en la importancia y categora de la ornamentaciones exis-tentes en Armatambo.

    Hasta donde se conoce, la tcnica empleada en los murales fue al temple, sobre una basearcillosa preparada y previamente enlucida. Los colores mas usados fueron el rojo, presente envarias tonalidades, el crema, blanco, amarillo, verde y azul plido o celeste, todos en acabado matey con muchos de los motivos remarcados por lneas de color negro. El cronista Cobo (1956 [1653]),relata que usaban tierras de colores como la colpa para el color ocre, la ojra o quellu para el amarillo,el pitu, de color anaranjado, y la puca allpa para el rojo o almagre. Seala tambin que era muy usadapor los pintores la piedra corahuari por su color verde.

    En la relacin elaborada por el licenciado Francisco Falcn hacia 1571 (cf. Rostworowski1975), referente a los oficios asignados a los indios yungas por los incas, constan los Ychmacamayoc, yndios que labran tierra de colores, por lo que quizs estos oficios sean referidos aaquellos que deban procesar los pigmentos necesarios para los murales. Tambin Guamn Poma(1993 [1615]) hace referencia a los cucoc llimpec,7 cuyo oficio era en la poca inca el de ser pintoresen paredes, queros y mates.

    3.3. La cermica

    Luego de la poca Ichma Medio, los cambios en la sociedad Ichma parecen ser de granenvergadura, percibindose modificaciones importantes en casi todos los rdenes culturales y tec-nolgicos. Muchos de estos cambios percibidos en la cermica son inmediatamente anteriores a lallegada del Estado Inca a la costa central, e incluso varios de estos cambios aparentemente coinci-den con un primer momento de influencia de la cultura Inca. Por ello se ha segregado a esta poca endos momentos: Ichma Tardo A e Ichma Tardo B.

    En la fase Ichma Tardo A aparecen nuevas formas cermicas, pero se mantiene en granparte los cnones decorativos de la fase anterior. Las vasijas decoradas muestran gran variedad,aunque siempre son escasas en comparacin con el material no decorado. Estas vasijas decoradasincorporan nuevos elementos plsticos, como el de figurines escultricos, tanto en la unin delcuello con el cuerpo como en el cuerpo mismo, especialmente en forma de monos, perros y felinos.Varios de estos animales se tapan el rostro con una de sus patas.

    Las formas domsticas, como ollas y cntaros, tambin experimentan muchos cambios, locual es novedoso en la produccin cermica ichma, pues en las fases anteriores este tipo de vasijaspresenta menor variabilidad. Las ollas emplean las asas medianamente cintadas en unin del labiocon el tercio superior del cuerpo. Los cntaros y ollas, en su mayora, exhiben una decoracin debandas verticales cremas sobre el fondo rojo natural.

  • 367ARMATAMBO Y EL DOMINIO INCAICO EN EL VALLE DE LIMA

    Muchos de los cambios que se producen en esta fase estn distribuidos entre variascaractersticas tecnolgicas o morfolgicas que afectan a casi todas las vasijas. Las arcillas, hasta lafase anterior casi siempre locales, comienzan a mostrarse ms variadas, percibindose mayormovimiento de vasijas que estn manufacturadas en otros talleres en base a arcillas y temperantesno locales. Los temperantes principalmente, ms el tipo de arcilla empleada, son buenos indicadoresde la proveniencia de la vasija y de la zona geogrfica donde se produjo. As, los temperantes enbase a piedra molida, son ms frecuentes en esta fase. En general, las vasijas exhiben mejor coccina mayor temperatura, siendo abundantes los tipos con sobrecoccin.

    En la fase Ichma Tardo B, se consolidan muchos de los cambios de la fase anterior, pero esevidente que los cambios son de mayor trascendencia y que exceden a los elementos cermicos. Lapresencia del material cermico de estilo Inca es manifiesta y muy variada, presentndose en loscontextos asociados todas las formas tpicas del estilo cuzqueo (Fig. 11). Los arbalos, platos ytazones son los mas frecuentes en los contextos del periodo Ichma Tardo B, pero es comn hallarestas vasijas con otras formas cermicas del mismo estilo incaico; muchas de estas formas cuzqueasson de manufactura local, emplendose para el caso las arcillas y los pigmentos locales (Figs. 12, 13).Es claro que la ocupacin incaica fue intensa en esta regin y la llegada de elementos cermicos delestilo cuzqueo fue bastante usual. Los contextos arqueolgicos asociados con este periodo pre-sentan una significativa cantidad y variedad de elementos cermicos del estilo Inca en tal grado queindudablemente la produccin de la alfarera incaica fue generalizada.

    Adems de las formas tpicas del estilo Inca surgen nuevas formas y elementos decorativosque bien pueden considerarse como mezclas con el estilo local o como evoluciones propias de lostipos cuzqueos. La denominacin de este tipo de vasijas es dificultosa debido a que ya se ha usadorepetidamente el trmino Inca provincial con varios significados, por ello es preferible denominarloInca regional, dado que este conjunto es exclusivo de una regin determinada, en este caso lacosta central peruana.

    Los acabados en el estilo Inca regional son bastante finos, como las vasijas de superficiepulida terminadas en coccin reductora, algunas de las cuales presentan un acabado en color negrobrillante muy particular, denominado plombatinado. Muchas de la formas incas aribaloides reprodu-cidas en pequeas jarras de color negro pulido con la reproduccin de un rostro en el gollete sonfrecuentemente acabadas con la tcnica del plombatinado, aunque existen variantes con decoracinpolcroma elaboradas en ambiente oxidante. Un tipo frecuente de forma aribaloide es elaborado enambiente reductor y presenta en el cuello la reproduccin de un rostro de facciones algo similares alas que se encuentran generalmente en estos tipos, pero aade adems decoracin incisa en elcuerpo de la vasija con detalles de los brazos y manos del personaje. Tambin se emplean repetida-mente engobes de color naranja y pulido, adems de engobes de color rojo violceo con acabadomate. Con este ltimo tipo de engobe suele asociarse casi siempre un tipo de pasta que incorporagran cantidad de elementos lticos molidos como el granito.

    En lo que respecta a las formas propiamente ichma, hay varias que son nicas de esta fasey aunque no necesariamente adoptan modelos iconogrficos cuzqueos, se asocian contextualmentecon los tipos cermicos incaicos; sin embargo, por tcnica, morfologa y decoracin pertenecen a latradicin cermica local, razn por la que se les ha segregado como pertenecientes a la fase IchmaTardo B. Muchas formas cermicas de las fases anteriores entran en un nuevo desarrollo duranteesta fase, en especial presentando un acabado en ambiente reductor bien controlado, lo que lesproporciona un color negro muy intenso, adems del efecto del pulido superficial.

    Los cambios morfolgicos en esta fase son muy variados, aunque se encuentran enmarcadosdentro de un comportamiento similar que afecta a la mayora de tipos cermicos. Los patrones de

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    cambio estn generalmente establecidos por el uso frecuente de bases planas, asas cintadas,decoradas con lneas paralelas de color blanco o crema, y un crculo alrededor de la base del asa,tambin del mismo color, sobre una base engobada de color rojo violceo; labios con bordes orebordes fuertemente biselados y labios con un grueso reborde pendiente. Tambin es recurrente lautilizacin de cuellos expandidos de forma acampanulada.

    Los componentes y tipos de arcillas empleados en la produccin de la cermica son clara-mente seleccionados y es frecuente el uso de temperantes lticos, como el granito molido. La presen-cia de este tipo de elementos lticos es ms evidente en las vasijas engobadas de rojo violceo, loque sugiere la presencia de talleres especializados en las zonas donde este material existe. Tambinel uso de estos temperantes lticos es constante en las tinajas y otras grandes vasijas. Es claro queel objeto de aadir este tipo de temperantes e inclusiones en la pasta se relaciona con la dureza ymayor solidez que estas vasijas adquiran luego de la coccin. Entre los cambios importantes en estafase est el uso de moldes, especialmente en la elaboracin de figurinas femeninas, las cuales sevuelven muy populares y variadas, aunque mantienen los mismos cnones de concepto. A menudose aplica una capa de pintura crema sobre toda la superficie o en algunos de los detalles escultricos.

    Adems de las formas pertenecientes a los estilos Ichma Tardo B e Inca regional, no es algoinusual hallar formas pertenecientes al estilo Chim o Chim-Inca, lo que ha llevado a algunosinvestigadores a diversas interpretaciones, asocindolas la mayora de ellos a la presencia de mitimaesprovenientes de la costa norte peruana. Sin embargo, es notorio que estas vasijas son completamen-te diferentes a nivel estilstico con el Ichma Tardo y el Inca regional, hacindose notorio que suproduccin es totalmente fornea a la regin Ichma, en especial las pertenecientes al estilo Chim.La presencia de muchas de estas vasijas puede deberse a intercambio o de tributacin, elementosmuy comunes durante el periodo incaico, en especial este ltimo que parece determinante en granparte de las correspondencias sociales que se dieron en ese periodo. Es imprescindible por ello, unanlisis definitivo de arcillas y pastas que identifique claramente los centros de produccin alfareraen la regin Ichma, para, a partir de ello, esclarecer la situacin de los mitimaes y su implicancia en eldesarrollo de la cermica en la regin para el periodo incaico.

    Durante la fase Ichma Tardo B el corpus cermico principal parece estar basado en tresgrandes grupos que confluyen e interactan entre ellos: el estilo Ichma local, el estilo Inca cuzqueoy el estilo Inca regional. Tanto el Ichma como el Inca son dos estilos que se inscriben cada uno enuna tradicin anterior y propia; el estilo Inca regional surge como una mezcla o hibridacin de losdos anteriores y que a su vez recibe aportes importantes de estilos de origen norteo como el Chimo el Chim-Inca. Causa, sin embargo, extraeza la poca o nula presencia de material o influencias delos estilos Chincha e Ica, a pesar de su gran calidad esttica y plstica, lo cual los podra convertiren elementos de prestigio y demanda. Tal parece que la relacin con esta regin surea fue muyescasa o limitada a slo algunos pocos elementos culturales, hecho ya notorio durante todo eldesarrollo del estilo Ichma y que se repite tambin durante el periodo incaico.

    3.4. El patrn funerario

    En la poca Ichma Tardo conviene hacer una distincin entre sus dos fases, A y B, quetienen comportamientos muy diferenciados. As, durante la fase A, las tumbas ichma mantienenbastantes elementos precedentes, como la posicin del individuo y la ubicacin de las tumbas,evitando por lo general las reas de arquitectura. Sin embargo, las caractersticas del fardo cambiansustancialmente, pues se prefiere el relleno de algodn en lugar de fibra vegetal, como la fibra deenea o totora. La aparicin de un mayor nmero de textiles asociados, aunque en tela llana y conslo decoraciones listadas, es otra de las modificaciones que presentan los fardos. Algunos de elloscomienzan a destacar en cuanto a su acabado y en tamao, utilizndose muchas veces un

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    sobreenvoltorio de soguillas dispuestas de manera reticular alrededor del fardo e incluso dejandoun espacio circular o cuadrangular a la altura del rostro del individuo. El individuo no parece recibirningn tratamiento diferencial con la poca anterior, mantenindose la disposicin flexionada delcuerpo y las manos dispuestas sobre el trax. Los pies, por lo general, se presentan colocando el piederecho sobre el pie izquierdo en los individuos adultos.

    En el caso de las ofrendas de cermica asociadas suele ser menor el nmero de vasijas queacompaan al individuo, prefirindose slo dos o tres de ellas por lo comn y es frecuente elacompaarse de ollas con superficie tiznada. Entre las vasijas decoradas comienzan a ser frecuenteslas del tipo cara-gollete y otras relacionadas con la decoracin del tipo Puerto Viejo, al menos entrelos asentamientos del litoral como Pachacamac y Armatambo. En los sitios ms apartados hacia elinterior de los valles este tipo de vasijas son muy escasas e incluso desconocidas.

    En la fase B los cambios en el patrn funerario son mucho ms notables y variados. Convieneprecisar que durante esta fase la presencia de material incaico es relevante, por lo que muchos deestos cambios estn enmarcados dentro del proceso general del Tahuantinsuyo, pero con ciertasparticularidades locales. As, muchos de estos contextos funerarios suelen ser mltiples y conacondicionamiento estructural de la tumba, a diferencia de las pocas precedentes. En general, lastumbas se ubican en reas de arquitectura, reacondicionando espacios y reutilizando los materialescomponentes de la arquitectura misma, como los adobes que provienen por lo general de estructuraspreviamente desmanteladas. En muchos casos las estructuras de tapia o adobe han sido previamenterellenadas o sus espacios redelimitados para contener las tumbas. En las tumbas mltiples susespacios son ms elaborados, convirtiendo cada una de ellas en una estructura individual a manerade cmara funeraria. Tambin algunos recintos de diversa funcin anterior son reutilizados comocmaras funerarias; este caso se ve muy a menudo en los depsitos u otros recintos que adolecen deingreso lateral.

    En las pirmides con rampa excavadas en Pachacamac y recientemente en Armatambo escomn el hallar un rea de recintos sin ingreso lateral utilizada como cmara funeraria de entierrosmltiples, pero es difcil precisar la funcin original de estos recintos, si eran depsitos en un primermomento o si siempre fueron planificados como cmaras funerarias dentro del concepto bsico deledificio. El elemento comn constituye hasta ahora que estas tumbas pertenecen siempre a estafase.

    En Armatambo, en 1982 (Ruales, Tosso y Vallejo 1983), fueron excavadas una serie detumbas de la fase B, las que reutilizaron un rea destinada anteriormente a la funcin de depsitos,dentro de una arquitectura planificada y elaborada partir de adobes del tipo Inca. En varios de losrecintos que no fueron reutilizados como tumbas an se conservaban diversas semillas queoriginalmente contuvieron, tanto en las esquinas como sobre los pisos. Los pisos mismosevidenciaban desgastes y erosiones producto del contacto con material orgnico y mltiples hoyosdejados por los insectos o colepteros que se alimentan de las semillas. Las tumbas pertenecientesa esta fase fueron en su mayor parte intrusivas, rompiendo los pisos de los recintos. Una tumbahallada en este sector evidenciaba una gran elaboracin, incluyendo numerosos objetos dentro delajuar funerario, en especial textiles diversos con representaciones iconogrficas complejas, as comovarios elementos incas como cermica y textiles igualmente asociados al conjunto. Tanto los textilesy la cermica hallada denotan un tratamiento estilstico como tecnolgico ligado a las caractersticaslocales ichma; incluso un plato de cermica de estilo cuzqueo es elaborado con arcillas y pigmentoslocales, lo que indica claramente una gran interaccin entre ambos estilos, pero tambin seala unacontinua penetracin de los patrones culturales cuzqueos en la sociedad local. La importancia delpersonaje inhumado se reafirma, adems de las ofrendas asociadas, en el hecho de que a su lado sehall una joven mujer sacrificada (Vallejo 1988).

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    En la tumbas individuales el tratamiento es, por lo general, menor, salvo que sta sea de unpersonaje de elite. Las cistas suelen estar parcialmente recubiertas o reforzadas en su interior conadobes o fragmentos grandes de ellos, especialmente en la base, que provienen de otras estructuras.En sitios ubicados al interior del valle, el recubrimiento de la cista es elaborado con piedras angulosas(Tabo 1969). Los grandes fardos o los de rango social elevado, muchos de ellos dispuestos entumbas individuales, son asentados en la base de la tumba con un crculo de adobes o piedras.

    Los fardos, a diferencia de la poca Ichma Medio, en varios casos estn muy elaborados,con rellenos voluminosos, emplendose motas de algodn con sus semillas, pero especialmentetextiles diversos. Muchos de estos textiles, por su acabado rstico, parecen haber sidomanufacturados exclusivamente para el relleno de los fardos, a manera de sucesivos envoltorios delindividuo. Es frecuente tambin el acondicionamiento de otras piezas textiles ms elaboradas alinterior de los fardos, como prendas de vestir e incluso mantos decorados con diversas tcnicas ymotivos iconogrficos (Figs. 14, 15). Para estos casos, la presencia del Spondylus es casi constante,convirtindose a la par de los tejidos en un elemento de distincin y rango. Tambin son recurrentesdiversas bolsas o chuspas (Fig. 16) y caleros. Muchos de los fardos y algunas ofrendas asociadasse depositan sobre una delgada esterilla de junquillos finamente tejida; este tipo de esterilla tambincubre directamente al fardo como un aditamento superestructural al mismo.

    Los individuos en esta fase demuestran un tratamiento mejor y ms complejo, algunosllevan pintura facial de color rojo; en general parece que se les ha sometido a un proceso previo deconservacin o desecacin del cuerpo. El buen estado de conservacin de los individuos en estafase ha hecho que en varios de ellos se preserven evidencias de tatuajes o pintura mortuoria en susbrazos y piernas. Los diseos son estilizados, parecidos a los motivos de peces que aparecen en lacermica y siempre estn delineados en color azul. Los rostros de los individuos, como se ha indicado,son en algunos casos pintados de rojo, con un pigmento bermelln intenso, al parecer provenientedel cinabrio.

    Las ofrendas que acompaan a los individuos en las tumbas, al exterior del fardo o al interiordel mismo, son bastante variadas y de mejor acabado, principalmente instrumentos diversos, seanestos para uso productivo, artesanal o personal. Los abalorios y dems adornos personales son otrorasgo notable en su variedad y acabado, muchos de los cuales definitivamente son de provenienciaextraregional (Fig. 17).

    Otro elemento importante es la presencia de quipus en algunos contextos funerarios de estafase. Es ampliamente conocido que los quipus se asocian directamente con funciones estatales delImperio Inca; sin embargo, su presencia en los contextos funerarios y especialmente su asociacindirecta con determinados individuos al interior de las tumbas, indican un tipo de relacin mucho mspersonal entre las personas encargadas de su manejo, es decir los quipucamayoc y el quipu en s, oaquellos funcionarios encargados de su resguardo.

    El porqu estos quipus, que registran la actividad administrativa del Estado Inca, derivanen el ajuar funerario de estos personajes, es una incgnita; adems del hecho de que en algunoscasos su nmero al interior de la tumba es considerable. Un contexto funerario, muy particular porestas mismas caractersticas (C.F. 24, Sector I, U. O2), ha sido hallado en las recientes excavacionesllevadas a cabo por los autores. Contena ocho quipus de tamao mediano, hechos en fibra dealgodn, con diversos tonos de colores similares con los colores y tintes de la costa central queaparecen indistintamente en los textiles recurrentemente elaborados en esta regin (Fig. 18). Esinteresante tambin que, salvo los quipus, los otros elementos asociados en la tumba, si bien denotansu pertenencia cronolgica con el periodo inca, muestran tambin una pertenencia cultural a loselementos tnicos locales, sealando quizs que el manejo de los quipus o, mejor dicho, que los

  • Fig. 6. Armatambo SP1. Graffiti con la re-presentacin de una hormiga.

    Fig. 7. Armatambo. Recinto de los murales.

  • Fig. 10. Armatambo. Fragmentos de arbalo inca polcromo.

    Fig. 9. Armatambo. Vaso de estilo Inca, de manufac-tura local, con representacin estilizada de plantas demaz.

    Fig. 8. Detalle de unos de los diseos murales con larepresentacin de una planta de maz.

  • Fig. 11. Armatambo. Plato de estilo Inca y manufactu-ra local (Ruales, Tosso y Vallejo 1983).

    Fig. 13. Armatambo. Textil elaborado en tapiz con escenas de pesca ritual (Museo de Arqueologa y EtnologaUNMSM).

    Fig. 12. Armatambo. Tazn incaico de factura local insitu.

  • Fig. 14. Armatambo. Textil con representacin de tocapus incaicos.

    Fig. 16. Armatambo. Chuspa asociada a los contextos funerarios delPeriodo Inca.

    Fig. 15. Textil incaico elaborado en lana de vicua, de usoreservado a la alta nobleza.

  • Fig. 17. Armatambo. Artefactos de uso personal del periodo inca (depilador de plata y mondaodos de ncar).

    Fig. 18. Armatambo. Quipu hallado en un contexto funerario mltiple.

  • 371ARMATAMBO Y EL DOMINIO INCAICO EN EL VALLE DE LIMA

    quipucamayoc no necesariamente eran de origen cuzqueo, sino que se adiestr y emple a personaslocales para estos fines.

    Notas

    1 Cobo (1882 [1639]) apunta que la estructura administrativa incaica se basaba en una divisindemogrfica de indios tributarios en grupos de 10, 50, 100, 500, 1000 y 10.000. Seala tambin que eraun nombre genrico el de curaca a todos los que gobernaban de 100 para arriba. Polo de Ondegardo(1916 [1571]) resea sobre la administracin estatal incaica que se ...dividi los gobiernos porGuarangas y Hunos, y tenan sus gobernadores y dende el tiempo del Inga Yupangui se hicieron losayllos y se puso la orden que a todos es notoria de poner 5 a cargo de 1 y a otro dar cargo de 10, ya otro de 100 y a otro de 1,000 y a otro de 10,000, y poner sobre todos gobernador como el Inga lohizo....

    2 En Aviso (Rostworowski 1989) se consigna ...y a cada uno de estos mayores en su jurisdiccinhizo diez Caciques de a diez mil Indios, a que llamaron Mayor de Chunga Guaranga,.

    3 Castro y Ortega Morejn (1974 [1558]), en su Relacin, sealaban que el Hunu camayoc podaincluso castigar y matar a cualquier hatunruna a l sujeto, salvo que se trate de los yanacuna delInca o de las mamaconas y acllas, atributo reservado slo al Tucuyricuc o representante del Inca.

    4 Precisamente el topnimo de Lurn utilizado para el pueblo y ro del mismo nombre en la zona dePachacamac, es una derivacin espaola o criolla del topnimo quechua de Hurin Ichma.

    5 Tello, al observar algunos elementos de la arquitectura de Armatambo, como los adobes empleadosen las construcciones, sealaba sobre estos que: El adobe que existe en Irma-tambo (Armatambo)y en Limak-tambo es en todo semejante al adobe de Pachakamac; es adobe que puede llamarse deltipo ltimo inca, y es el que ms se aproxima al adobe moderno. Este adobe se encuentra en Tambode Mora, en la Centinela, en los Paredones de Nazca, en Paramonga, y siempre se halla sobre lasconstrucciones ms antiguas y en asociacin con basura que contiene alfarera inca del tipocuzqueo (Tello 1999: 37).

    6 Mariano Eduardo de Rivero (1841) lleg a observar algunos restos de estas pinturas murales en losrecintos de la parte alta del Templo del Sol. En su importante publicacin Antigedades peruanasdeca, a la letra: En la cima se nota un terrapln en lugar del Templo, cuyos vestijios consisten enalgunos nichos y en salones con paredes enlucidas del mismo barro, y restos de pinturas ejecutadascon colores amarillos y encarnados, sin poderse determinar con exactitud la naturaleza de las figuras,como tuve ocasin de observarlo personalmente.

    7 La palabra quechua llimpec es una derivacin de llimpi, que significa color o pintura.

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    REFERENCIAS

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